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Entre la realidad y el deseo / Aracely Jiménez pág

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KATA TON DAIMONA EAY TOY Entre larealidad y eldeseo

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POR ARACELY JIMÉNEZ*

La decadencia y la contracultura han sido el éxtasis que alimenta a muchos de los “dioses” contemporáneos, Jim Morrison es uno de ellos. El Rey Lagarto inmerso en el juego de la cultura pop como una de sus íntimas e infinitas estrellas; el autor, Rael Salvador, se quita la careta o la máscara del ciudadano común para traernos esa imagen para ser, él también junto a sus lectores, por medio de la palabra, un rockstar; un fuego fatuo y faustoso entre el cielo y el infierno al mismo tiempo.

En la edición de Kata ton daimona eaytoy / Recuerdo del héroe llevado por su demonio, Rael Salvador nos comparte el recuerdo del cantante, filósofo y, sobre todo, espléndido poeta, Jim Morrison. Su obra como integrante de The Doors sigue llegando al público, porque es un canto victorioso, mientras el talento y su inspiración de poeta crece en las aladas páginas del libro.

“El rock y su sistema han creado fascinantes personajes, emblemas contraculturales donde la palabra, la imagen y la música, llegan a transformar nuestra realidad”

Sin duda, Morrison es un personaje de culto, igual que, toda proporción guardada, José Vicente Anaya en el ámbito nacional y local. No hay duda de que el rock y su sistema han creado fascinantes personajes, emblemas contraculturales donde la palabra, la imagen y la música, llegan a transformar nuestra realidad porque, ya lo dijo Cernuda, siempre estamos inmersos entre la realidad y el deseo. Es así como otro poeta nos recuerda que vivimos en medio de esa espantosa realidad. Rock, poesía o peyote: drogas, sexo y rocanrol, la vieja fórmula iniciática para navegar a contracorriente como Morrison, Anaya, Artaud, Hendrix, Joplin, y toda una inmensa multitud de artistas que lo mismo inician el viaje por medio de la palabra descentrada —como Morrison o Artaud—, que a través por medio de las medicinitas sagradas. Así Ginsberg o, en nuestro medio fronterizo, José Vicente Anaya.

En fin, recuerdo a José Vicente en La Torre de Lulio hablando de poesía y de música con mi hermano Agustín Jiménez, disertando de haikús o hikuris, recordando con sobriedad sus pasos ebrios por esos laberintos del mundo y del sonido, de la contracultura, allí, donde la palabra y las imágenes y la vida se reúnen para perturbarnos y ofrecernos y, tal vez, desentrañar esos misterios del mundo que sólo los dioses, algunas veces, en situaciones limítrofes, logran contemplar.

Rael Salvador nos revive a ese dios-pop en su libro, plasmando poemas, anécdotas y una extraordinaria galería fotográfica —la Ruta Morrison de Héctor García Mejía—, además de invitarnos a ese limbo del cual nadie entra vivo, como el mismo Morrison en sus aullidos nos lo recuerda.

Juguemos con la memoria de los amigos comunes. Ellos que, al relacionar las puertas de la percepción de Blake/Huxley con las puertas de Morrison, encontramos ese puente donde la felicidad es divina —pero también luciferina— y nos atrapa. Así, como a nuestro querido amigo José Vicente Anaya y a otros tantos amigos más, que en el viaje de la música del rock, del hikuri y de las múltiples posibilidades de encuentros con el arte nos llevaron a compartir ese ciclo mágico donde la poesía, la música y la bohemia son semillas para una resurrección más, y otra, y otra, y otra más a la que entre el éxtasis y la agonía que la música de Morrison y este libro —Kata ton daimona eaytoy / Recuerdo del héroe llevado por su demonio— hoy, por fortuna, nos convoca.

lanavedelulio@gmail.com

*Propietaria de la librería La Nave de Lulio

-Texto leído en la presentación de Kata ton daimona eaytoy / Recuerdo del héroe llevado por su demonio, de Rael Salvador, el sábado 23 de abril celebrando el Día Internacional del Libro y los Derechos de Autor en la librería La Nave de Lulio.

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