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Parapetos, almenas, merlones y cañoneras. Por Ángel de Luis Calabuig • Algunos apuntes en torno a los orígenes del monasterio de Santa María de La Caridad.

Parapetos, almenas, merlones y cañoneras

Ángel de Luis Calabuig. Centro de Estudios Mirobrigenses.

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Minæ, que Virgilio1 emplea para describir el estado de abandono de las murallas de Cartago en un pasaje de La Eneida, es palabra que los romanos utilizan para designar los salientes de las murallas en la Edad Antigua. Minæ, de minæ -minorum, no es la única ni la más corriente, pues tal vez sea pinna-pinnæ la preferida, pero la traemos a esta reflexión por ser el origen de almena, castellana palabra que durante siglos destacó en lo más alto de las murallas y torres de las fortificaciones.

Pasaje de La Eneida de Virgilio, tomado de la web (Nota 1).

Minæ - minorum, nominativo y genitivo plural de mina-minæ, singular de la misma voz tienen entidad propia en plural como conjunto de los salientes, que nunca es único, sino una serie, entre los que se intercalan las aberturas, configurando el denticulado característico del parapeto o coronación de muchas fortalezas.

El uso del plural para las almenas es el más adecuado para referirse al conjunto o conjuntos de ellas como elemento defensivo o decorativo de las edificaciones militares.

Hasta ahora estaba muy claro, y así es recogido en todos los diccionarios de la Real Academia Española de la Lengua que almena es: >

1. Edición digital, https://www. apocatastasis.com/txt/eneida-virgilio-publi-vergili-maronis-aeneidos.txt.

> No en balde las almenas de una fortificación presentaban una amenaza para quien osara acercarse a las fortalezas sin el permiso de la guarnición o con aviesas intenciones.

Los diccionarios consultados de latín o latín- español recogen para minæ el significado de saliente, parte que apunta hacia afuera, almenas… Minæ murorum, almenas de los muros (minæ que murorum, que vemos en el pasaje mostrado arriba –“que” enclítico-).

Con el árabe “al” se deriva almena que recoge el castellano desde hace siglos.

Amenaza y conminar tienen también el mismo origen. No en balde las almenas de una fortificación presentaban una amenaza para quien osara acercarse a las fortalezas sin el permiso de la guarnición o con aviesas intenciones.

De pinna, el otro sinónimo latino, deriva nuestra palabra castellana pináculo, que no presenta duda de interpretación.

Esto que hasta aquí parece sencillo de entender y por lógica aceptar, se viene complicando de manera absurda y muchas son las personas confundidas por presuntas innovaciones que algunos iluminados, por hacerse notar, lanzan al aire y que las redes tan extensas y generalizadas propagan sin la menor precaución y/o por desconocimiento.

Los franceses, para describir el parapeto defensivo, usan crenaux, derivado, también del latín, de crena. Al contrario que mina, saliente, crena es entrante, incisión, cortadura, hendidura. Crenel y otras palabras de orígenes comunes son también sinónimos utilizados.

Para los franceses: Créneau est une ouverture pratiquée au sommet d'un rempart.

Leemos con frecuencia créneaux en referencia al conjunto o la totalidad de las aberturas practicadas en la coronación de la muralla y también indistintamente sin especificar salientes o entrantes. Cependant, le nom de créneau désignait indistinctement les vides laissés entre les merlons ou les merlons eux-même2 .

Los ingleses utilizan muy frecuentemente battements (en plural) designando también a los conjuntos de almenas. También crenellated y crenelation, tomado de crenel, donde crenel corresponde a los huecos o intervalos del muro.

En portugués se sigue la línea del español. La voz portuguesa es ameia: cada uma das estruturas retangulares salientes no alto das muralhas, castelos e fortificações, de onde se avistava o inimigo.

2. Encyclopédie Médievale dÀprès Violet le Duc. Editor Georges Bernage. 1978, p. 365.

Sencillo y muy significativo recuadro de la definición en portugués e imágenes de las almenas3 .

Serán estos idiomas los que más puedan influir en las propias palabras, en los conceptos y en las varias posibles traducciones que, bien o mal contextualizadas pueden acertar o confundir y generar influencias en diversos y, a veces, opuestos sentidos.

En el Renacimiento se imponen en las numerosas fortificaciones surgidas en la península Itálica almenas con un remate en forma de “cola de mirlo”. Surge así la denominación merlo que se aplicará como definición de los elementos salientes del parapeto. En otros idiomas por influencia italiana se impone merlon (también en español, merlón), se extiende por toda Europa y se generaliza para sus distintos remates superiores, formas y tamaños.

Ahora bien, los italianos distinguen merlo y merlone.4

Merlo: dentellatura delle parti superiori de la mura castellane e de le torri…

Merlone: ampio parapeto arrotondato situato, nelle fortificazioni bastionate…

En español, la RAE define merlón como: Cada uno de los trozos de parapeto que hay entre cañonera y cañonera. >

3. Os Mais Belos Castelos e Fortalezas de Portugal. Editorial Verbo. 4ª edición. 1996, p. 29. 4. Castelli d` Italia. Touring Club Italiano. Bergamo. 1975.

Podemos decir que merlón es sinónimo de almena, aunque consideradas estrictamente las definiciones de la RAE no lo sería si los huecos entre almenas no fueran cañoneras. En la edad moderna la pirobalística sustituye a la neurobalística, momento en el que se van sustituyendo arcos y ballestas por armas de fuego.

El parapeto característico antiguo o medieval, pongamos que tenga un grueso de entre medio metro y un metro. La artillería moderna no tendría problema en destrozar ese parapeto y desmontar las baterías de la guarnición defensiva aparte de hacer estragos en sus filas por la proyección de los cascotes sobre los servidores de las baterías. Para contrarrestar esos efectos el parapeto aumenta el grueso se redondea y frecuentemente presenta al exterior una superficie elástica (capa de tierra), absorbente, capaz de amortiguar el efecto de las bombas sin romper el muro en mil pedazos. Son el merlo y el merlone de los italianos, respectivamente. Esos tipos diferentes de parapetos son los que deberían marcar la frontera entre el uso de almena o merlón, aunque se admite merlón en fortificaciones de transición y primeras de la Edad Moderna, aun parecidas a las medievales pero distinguibles por sus formas y tamaños (que evolucionan aumentando su longitud o frente).

Las armas para lanzamiento de proyectiles tanto neurobalísticas como pirobalísticas no solamente asoman entre almenas o merlones; otros huecos o agujeros de variadas formas y tamaños horadan parapeto y escarpa. Aspilleras, saeteras, ballesteras, troneras, etc. surgen a distinta altura o niveles de la muralla.

La diferencia entre troneras y cañoneras parece estar entre la forma del perímetro del hueco, cerrado por arriba o abierto, aunque esto no se ajuste estrictamente a ese criterio.

En la Edad Contemporánea y en nuestro tiempo cuando se trate o se hable de restauración, recreación o imitación de elementos de fortificación deberíamos seguir las mismas tendencias para la denominación en relación a su origen o contexto bélico.

En la práctica el uso, fuera de contexto de la palabra merlón, no sería apropiado, aunque muchas veces se acepte sin más como sinónimo de almena.

Ahora bien, y aquí es donde queríamos llegar, lo que no se puede admitir es mezclar almena y merlón. O una cosa u otra. Y menos, considerarlos conceptos opuestos. Solamente se conciben indistintamente, parte sólida y hueco, saliente y entrante, etc. cuando se consideran en conjunto, en plural:

Almenaje: Conjunto de almenas (de una fortificación, castillo o muralla).

Crénelage: Ensemble des créneaux présents sur un bâtiment.

Merlatura: Insieme dei merli sposti sulle torri o sulle cinte murarie di una fortificazione.

Battlement or crenelation: a wall around the top of a castle, with regular spaces in it through which the people inside the castle can shoot.

En una guía en inglés del Warwick Castle5 se define battlements, que dice: consist of solid sections of wall, called merlons, and gaps, known as embrasures.

5, Warwick Castle. A Thousand Years of History in Your Hands. The Tussauds Group. 2002. Produced by Paperhat Consulting Limited.

Como hemos indicado anteriormente, y ahora repetimos, los franceses aclaran la indistinta mención a huecos y plenos de los parapetos: Les intervalles pleins laissés entre les créneaux sont les «merlons» ou carnel. Cependant, le nom de créneau désignait indistinctement les vides laissés entre les merlons ou les merlons euxmêmes.6

Por tanto, puedo concluir y concluyo que considerar almenas como hueco entre merlones es una solemne incongruencia, totalmente erróneo, equivocado o falso.

Y la lástima es que el error se está produciendo, cada día con más insistencia y en ámbitos supuestamente cultos. El seguimiento, la imitación y la ignorancia hacen que prolifere el yerro y llegará el momento en que la confusión será total.

Hay muchas descripciones escritas en múltiples glosarios de fortificación e imágenes, grabados o dibujos que hieren los ojos al marcar o rotular como almena los huecos entre merlones.

Recientemente, por ejemplo, leo una noticia de la agencia EFE en El Norte de Castilla7 que el periódico titula: Un joven herido tras caer desde la almena del castillo de Ponferrada. Se repiten esas palabras en el texto, …la caída de un joven desde la almena del castillo de los Templarios… ¿qué entiende el autor cuando escribe la almena en singular y con el articulo determinado “la”? Sospecho que está contaminado por esa falsa interpretación del elemento de fortificación. Pero cuando escribe la, podemos preguntarnos si entiende que a todo el almenaje se pueda llamar almena y es por eso una sola y determinada. No lo sé. No culpo, por otra parte, a quien esto escribe, confundido como digo por las corrientes erróneas de información, sino a quien tuvo la ocurrencia, él o los iluminados, como dije al principio de establecer por una supuesta convención una definición forzada, cuando durante siglos se ha seguido el criterio etimológico e histórico de sus orígenes. Hay que pedir respeto para la lengua y para la historia.

En otra noticia8 sobre la caída del Infante don Pedro hijo de Enrique II de Trastámara y el suicidio de su aya, se cita “una almena”, ”ventana”, “balcón”. Hay que decir que no hay error en la descripción, aunque sí sospecha sobre el conocimiento o desconocimiento del concepto “una almena”. No dudaría si se hubiera escrito “las almenas” o “el almenaje”, por ejemplo.

Es posible que no tenga yo la autoridad suficiente para muchos de los lectores y ciudadanos que pueden tener el concepto distinto al que expongo y que aquí critico con vehemencia. Aparte de sentirme avalado por la RAE como ya he citado más arriba, y eso ya sería suficiente, acudiré a personajes de autoridad incuestionable en aspectos de fortificación, Villena y Cooper. >

> Por tanto, puedo concluir y concluyo que considerar almenas como hueco entre merlones es una solemne incongruencia, totalmente erróneo, equivocado o falso.

6. Encyclopedie Medieval, p. 365. 7. El Norte de Castilla (mi diario desde hace más de 40 años y que tan solo me he perdido durante el Estado de Alarma de la primavera pasada).

Publicado el 20 de septiembre de 2020. 8. El Norte de Castilla. Publicado el 3 de octubre de 2020.

Conocí personalmente a Leonardo Villena Pardo en Portugal9. Ha publicado en español, italiano y alemán glosarios de fortificaciones reconocidos en toda Europa. Curiosamente me encontré hace poco en una magnífica publicación italiana, Castelli d`Italia, una destacada referencia bibliográfica de sus publicaciones en italiano y alemán.10

Pues bien, en octubre de 1998, en Santarem11, tuve la ocasión de charlar largo y tendido con el viejo maestro Leonardo Villena (contaba entonces 83 u 84 años). Y en Tomar, junto a la histórica noria llamada Roda do Nabão, hablamos de almenas y merlones, de las desviaciones y desconocimiento en relación con los términos, almenas, merlón, parapetos, etc. Aunque yo conocía en parte todas esas cuestiones, no dejé de aprender de quien era un maestro en ese campo. Remito ahora al lector a sus publicaciones sobre esta materia.12

Me acojo también al aval de otro ilustre maestro en fortificaciones autor de la magna obra, Castillos Señoriales en la Corona de Castilla, Edwar Cooper. Durante un congreso en Segovia, creo que en 2005, le pregunté sobre esta confusión de criterios en relación con las almenas. No respondió en aquel momento, en público, a mi requerimiento, y se fue por las ramas. Por lo que fuera no quiso polemizar. Pero se quedó con el cante. O mejor dicho, no quiero ser pretencioso, no creo que mis inquietudes le afectaran, sino que, más bien creo que él también tenía esa preocupación, pero por lo que fuera aquel no era el momento, repito, de polemizar y prefirió dejarlo para otra ocasión.

Más tarde, he conocido y visualizado un video en You Tube.13

En él dice Cooper que: Una necesidad de cualquier glosario es ayudar al investigador a entender la terminología de documentos medievales.

Critica al autor del libro Glosario de Arquitectura Defensiva Medieval14 y su definición de almena como vano descubierto entre merlones, en los parapetos de adarves y torres.

Y mostrando una cita que dice: At. Pedro Escavias, Crónica de Miguel Lucas de Iranzo (1472): en el asedio de Arenas de 1462 por las fuerzas de Miguel Lucas de Iranzo, los defensores musulmanes derribaban las almenas enteras sobre ellos. Se pregunta, ¿como se explica esta descripción pequeña del asedio de Arenas utilizando esta significación de almena?

9. Eminente físico, impulsor de la metrología en España durante el siglo pasado, pero también estudioso destacado en fortificaciones. Fue presidente durante unos años de la Asociación Española de los Amigos de los Castillos. 10. VILLENA PARDO L. (a cura di), Glosaire - Burgenfachwortenbuch des mittelarterlichen Wehrbaus in deutch, franzosisch, italienisch, spanisch.

Frankfurt am Mein. 1975. Revista de la Asociación Española de Amigos de los Castillos. Nº Extra 1. 1977, p. 58-65.

Revista de la Asociación Española de Amigos de los Castillos. Nº 112 (diciembre) 1998, p. 47-54. 11. Se celebró el llamado “II Encontro Nacional Sobre Fortificação” y Assembleia Geral Ordinária do “Instituto de Arquitectura Militar Portuguesa” en la que yo acudía como 1º Secretario. Al tiempo coincidimos con la “XXXIV Reunião do Conselho de Europa Nostra/ IBI”. El portugués Jorge de Figueiredo pertenecía a ambos grupos de estudio y fue quien coordinó y organizó actividades conjuntas. La Cámara Municipal de Santarem luchaba por conseguir la nominación de Ciudad Patrimonio de la Humanidad y las atenciones, demostraciones y visitas fueron magníficas y pudimos aprender lo indecible. Sería muy largo contar toda la experiencia.

Una tarde, en una excursión inolvidable visitamos, entre otros, el Castelo Templario y Convento de Cristo en la ciudad de Tomar. Con posterioridad durante la recepção y jantar ofrecidos por la Cámara Municipal de Tomar hablamos junto a la histórica noria llamada Roda do Nabão. 12. Véase nota 10. 13. Video del CANAL UNED, Enlace: Primer seminario-taller del Plan Nacional de Arquitectura Defensiva La conferencia marco impartida por

Cooper y presentada por el Arquitecto Fernando Cobos, se titula “Criterios válidos y falsos en la investigación sobre la fortificación medieval en

España”. Visualizar los minutos 46 a 49 de los 60 de duración. 14. MORA-FIGUEROA, L de. Glosario de Arquitectura Defensiva Medieval. 2ª Edición. Cádiz. 1996.

Respecto a un texto del autor del libro citado, una especie de declaración de intenciones del glosario, Cooper, con alguna modestia, algo de retranca y, eso sí, contundente dice, con su deje característico de “guiri”, puede ser que mi conocimiento del castellano es defectuoso y no lo entiendo, pero para mí no es adecuado. Y aquí mi adhesión a sus críticas y mi agradecimiento por esa pequeña cita sobre las almenas, pequeña, pero tan significativa.

En el mismo sentido que la cita que recoge Cooper hay una cita de Pérez Galdos15 muy curiosa, pero que identifica perfectamente la naturaleza sólida de las almenas: “…pasteles por arrobas, tortas arquitectónicas con almenas de hojaldre y minaretes de mazapán y cúpulas de caramelo…”.

En Ciudad Rodrigo tenemos las almenas del castillo, almenas del caballero en la parte más alta de la torre, las almenas en el propio cuerpo de la torre y las almenas del parapeto de la barbacana del castillo y en su parte de la muralla que mira al puente. Todas esas almenas seguramente no son originales, sino que se habrán repuesto y restaurado varias veces, pero su denominación se ajusta mejor a la palabra almena que merlón, mejor en plural, almenas, para todo el conjunto o los conjuntos de ellas.

En el frente sur de la muralla principal de Ciudad Rodrigo hay un adarve estrecho con un simple parapeto consistente en un pretil o antepecho, un parapeto desmochado, sin almenas.

En el resto de la muralla real o principal, lo que constituye el terraplén moderno, adaptado a la artillería, tenemos el parapeto configurado por merlones y cañoneras. Cuando visualizamos un tramo de parapeto con varias cañoneras, tenemos cañoneras y merlones alternativamente y dando sentido los unos a los otros. Si en un tramo suficientemente extenso no hay cañoneras, como sucede en algunas partes de la muralla mirobrigense, no sería apropiado utilizar la palabra merlón, sino simplemente parapeto a ese gran macizo entre dos cañoneras muy, muy separadas. El emplazamiento de la artillería se realiza en las plataformas coincidentes con cada cañonera, asomando las bocas de los cañones entre los merlones. Excepcionalmente en la Batería del Saludo, lo que en nuestros días llamamos La Batería, junto al castillo, el parapeto esta configurado por dos gruesos escalones como límite o borde de la muralla y los cañones disparan por encima, al ras, lo que se denomina a barbeta. En Almeida se disponen baterías a barbeta en las puntas de los baluartes; no obstante allí el parapeto no cambia y es prolongación del resto configurado por merlones y cañoneras; lo que ocurre es que las plataformas de esas baterías se eleva sobre el nivel del adarve para que la artillería pueda salvar la altura del parapeto y disparar por encima; eso permite dirigir la puntería hacia el exterior en un arco de casi 180º; requiere para ello cañones más ligeros que los emplazados en las cañoneras. > > En Ciudad Rodrigo tenemos las almenas del castillo, almenas del caballero en la parte más alta de la torre, las almenas en el propio cuerpo de la torre y las almenas del parapeto de la barbacana del castillo.

15. ANDRADES RUIZ, M. A.: Los artículos costumbristas de Benito Pérez Galdós en La Nación. Universidad Complutense de Madrid. Biblioteca

Virtual Miguel de Cervantes.

> Las bocas de los cañones que asoman al exterior (podemos verlo en Almeida o en

Ciudad Rodrigo, en la falsabraga) avisan del peligro potencial de la artillería de la plaza.

Las bocas de los cañones que asoman al exterior (podemos verlo en Almeida o en Ciudad Rodrigo, en la falsabraga) avisan del peligro potencial de la artillería de la plaza. Como decíamos para las antiguas minæ son una amenaza para el enemigo. Y siguiendo con la misma etimología, a su vez el sitiador conminará (palabra muy utilizada durante los sitios) a la guarnición de la plaza para que capitule (convenio en que se estipulan las condiciones de la rendición) y se rinda.

No alcanzan más mis latines y esos otros escasos, aunque valiosos, conocimientos de idiomas, que espero sean suficientes para convencer o para que los no convencidos investiguen a su vez, si es que no lo han hecho antes.

Este paseo por las declinaciones de los sustantivos latinos, me han recordado aquellas intensivas clases de latín en el seminario de San Cayetano con don Gregorio Galache16 y su gimnasia (mental). Allí donde ahora está el Museo del Orinal17; ¡como han cambiado las cosas! Las competiciones en dos filas de los alumnos en esfuerzo constante por conquistar las primeras plazas de cada fila. Don Gregorio con su vaivén en el caminar y el ligero temblor de su cabeza, haciendo girar el bonete alrededor de su calva mientras pensaba la pregunta con la que sorprender al alumnado…; de repente apuntado con el índice de su derecha al mas despistado de la fila: ¡nominativo plural!, ¡genitivo,…!, o con las conjugaciones, ¡volo, vis, vult…!; le encantaban los irregulares. Luego, después de haber sufrido y disfrutado con el Florilegio Latino, ya está casi todo olvidado…

Ya me gustaría saber más para poder defender con firmeza estas y otras cuestiones. Ruego, eso sí, a los eruditos que puedan aportar algo, que no se dejen o abandonen sin más y se mojen. Las mareas de desinformación se multiplican con “la red” y hay que poner las cosas en su sitio para que todo quede claro, per omnia saecula saeculorum. Amén.

16. Años 1959-1960. Profesor de latín. 17. Espectacular muestra de la colección de orinales de José María del Arco, Pesetos, amigo y colaborador.

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