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La cultura en tiempos del covid: el aliento de la Feria de Teatro. Por Manuel Jesús González Fernández

LA CULTURA EN TIEMPOS DEL COVID: EL ALIENTO DE LA FERIA DE TEATRO

Manuel Jesús González Fernández Director y coordinador de la Feria de Teatro de Castilla y León/Ciudad Rodrigo Presidente de la Asociación CIVITAS

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El teatro es magia. Produce la magia que solo el hecho comunicativo puede ofrecer. El teatro, como experiencia artística, es fuente inagotable de creación de emociones. Las artes escénicas destacan por su capacidad de producir sentimientos, por construir comunidad y por revelarse como una herramienta fundamental para propiciar el encuentro mirándonos en el espejo de todas las preocupaciones personales y sociales. Sin duda, en estos tiempos de convivencia con la pandemia, el arte nos permite recuperar nuestra conciencia como humanidad y alivia la carga desesperante de la incertidumbre global que el covid está provocando. El teatro es el aquí y el ahora, pero nos ayuda a mirar al futuro. Y el futuro inmediato de la Feria de Teatro es cumplir 25 años al servicio de Ciudad Rodrigo.

La Feria de Teatro, como servicio público, cumple funciones muy El sector profesional de importantes como la promoción del sector escénico de nuestra Colas artes escénicas de munidad, la estimulación de la formación de públicos, la dinamización nuestro país y Portugal del turismo cultural y familiar y la dinamización sociocultural, ecoha vuelto a respaldar la nómica y cultural del territorio. Un año más, pese a las adversidades celebración de la Feria provocadas por la pandemia y la prevalencia de las múltiples trabas de Teatro de Castilla y habituales, la Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo se ha realizado en el León/Ciudad Rodrigo, mes de agosto, convirtiendo a Ciudad Rodrigo, nuevamente, en la caofreciendo datos de pital de las artes escénicas de la península Ibérica. La Feria de Teatro asistencia y participación ha desarrollado su vigésimo cuarta edición del 24 al 28 de agosto en la similares a los años localidad que la acoge, Ciudad Rodrigo, configurándose nuevamente pre-pandemia. como una oportunidad imprescindible para el encuentro del sector de las artes escénicas, con la intención de generar un escaparate que contribuya a la dinamización del mercado escénico prioritariamente en el occidente peninsular.

Con motivo de la situación actual en nuestro país, a causa de la pandemia provocada por el virus COVID-19, desde la Feria de Teatro de Castilla y León se ha asumido de forma responsable todas las medidas de prevención y contención impulsadas por las administraciones públicas. De este modo, hemos vuelto a afrontar la organización de la 24ª edición con responsabilidad máxima, pero trabajando en condiciones de gran incertidumbre con todas las precauciones posibles, conscientes de que en cualquier momento los indicadores de los efectos del covid19 hubieran podido desaconsejar o impedir la realización

de la Feria de Teatro, así como conscientes de que las limitaciones por seguridad e higiene han tenido gran influencia en todos los procesos organizativos. Pero considerábamos que era más importante que nunca reencontrarse con la cultura y generar oportunidades de encuentro.

El sector profesional de las artes escénicas de nuestro país y Portugal ha vuelto a respaldar la celebración de la Feria de Teatro de Castilla y León/Ciudad Rodrigo, ofreciendo datos de asistencia y participación similares a los años pre-pandemia, cumpliendo los fines de dinamización de los mercados escénicos, a la par que se ha seguido recuperando la asistencia de público que ha agotado el 95% de los aforos disponibles, en línea con lo habitual en la organización de este evento. A lo largo de casi cinco días, la Feria ha propiciado el encuentro en Ciudad Rodrigo de más de medio millar de profesionales de las 272 entidades acreditadas, con presencia de trabajadores de la cultura de todas las comunidades autónomas, pero especialmente de Castilla y León, Madrid, Portugal, Extremadura, Andalucía, Cataluña y País Vasco. En la 24ª edición, a pesar de las restricciones de aforo impuestas como consecuencia de la pandemia y asumidas responsablemente por la organización, han sido casi once mil los espectadores y espectadoras que han asistido al medio centenar de funciones representadas por las 40 compañías seleccionadas y mostradas en 11 espacios diferentes, ocupados en el mejor de los casos en un setenta y cinco del aforo disponible en cumplimiento con los protocolos covid.

Ha sido una edición especial, aún readaptada, con los ajustes necesarios acorde a las recomendaciones socio sanitarias, pero con la firme intención de cumplir con su objetivo de dinamización y sostenimiento del mercado de las artes escénicas, especialmente debilitado a consecuencia de la pandemia. El plan de ajuste maximizó la prioridad de garantizar todas las medidas de prevención e higiene para velar por la seguridad de público, artistas, profesionales, técnicos y personal de los equipos de trabajo de la organización. Se ha cumplido con toda la normativa vigente y recomendaciones de las autoridades sanitarias, solicitando los permisos oportunos y emitiendo los correspondientes informes. La principal diferencia se ha centrado en evitar los espectáculos de calle e itinerantes donde no se podía garantizar el distanciamiento social.

En la última edición se han aumentado el número de compañías y de funciones, respecto a la edición de 2020. Han sido siete compañías más y una decena de funciones más. Nuevamente, muchas de las compañías han doblado funciones con la intención de ofrecer tanto a los profesionales como al público una doble opor-

tunidad de ver los espectáculos y compensar la rigurosa reducción de aforos afrontada. Además, los estrenos han vuelto a tener un protagonismo especial, acogiendo 11 estrenos absolutos y otros estrenos en castellano o en España; así como se ha producido una importante rotación de compañías dado que la mitad de las seleccionadas se presentaban por primera vez en Ciudad Rodrigo. Ha sido una Feria de reencuentros, que ha propiciado trabajar en la “nueva normalidad”, y con suma cautela ha recordado los momentos intensos de afluencia de público de los años pre pandemia.

La Feria, pese a las adversidades, no ha renunciado a ofrecer a los profesionales y al público espectáculos de gran calidad artística, con un componente poético muy importante, y de gran variedad de contenidos, viajando desde el teatro historicista a la preocupación sobre la profesión escénica, con espectáculos que muestran preocupaciones sociales como el medio ambiente, la igualdad, la memoria colectiva o las pasiones. Montajes escénicos que mezclaban lo culto con lo popular, los géneros teatrales públicos con mixturas multidisciplinares, lo contemporáneo y experimental con la tradición. Todo ello sin perder el componente lúdico del hecho teatral, sin renunciar a la reflexión, a la crítica y a la expansión de los sentimientos. La carga dramática de los espectáculos ha adquirido una dimensión especial en esta ocasión, dado que el teatro es un hecho eminentemente social, nace de la comunicación, y se produce en vivo, aspectos todos ellos obstaculizados en los últimos tiempos por las necesarias medidas de distanciamiento social.

De forma natural se ha configurado una programación que es reflejo de las preocupaciones de nuestra sociedad, y nos encontramos ante una edición cuyos espectáculos están especialmente marcados por contenidos sociales de diversa índole. Los artistas utilizarán el teatro para hablarnos de los efectos de la pandemia, de la desesperanza juvenil, de las relaciones interpersonales, de la despoblación, de la memoria, de la violencia de género, de nuestra historia, de la emigración y la interculturalidad, de la influencia de las nuevas tecnologías, de la pobreza y de la difícil aceptación de la cultura en su sentido más amplio. El hecho de que la Feria sea un mercado para las artes escénicas y un punto de encuentro profesional, implica que la selección de espectáculos realizada nos ha de mantener en conexión directa con lo que acontece en nuestra sociedad.

De forma natural se ha configurado una programación que es reflejo de las preocupaciones de nuestra sociedad, y nos encontramos ante una edición cuyos espectáculos están especialmente marcados por contenidos sociales de diversa índole.

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Los días 1 de Enero y 25 de Diciembre no hay servicio

Entrada en vigor: 2/01/2022

Ya nadie duda que la Feria de Teatro de Castilla y León/Ciudad Rodrigo es el principal mercado de artes escénicas del Occidente Peninsular y uno de los principales de todo el panorama nacional. Un año más, la Feria de Teatro ha sido reconocida por el observatorio de la cultura como el evento de artes escénicas más importante de nuestra Comunidad y lo acredita entre los ocho festivales más importantes de España, configurado como un proyecto solvente y reconocido por parte del sector profesional de España y Portugal. Sus acciones se focalizan prioritariamente en la dinamización del sector de las Artes Escénicas de Castilla y León, pero con una fuerte presencia del resto del territorio nacional que favorece el fortalecimiento del sector en nuestra Comunidad, además del notable impacto en Portugal. La Feria de Teatro, organizada por la Junta de Castilla y León a través de la consejería de Cultura y Turismo, en colaboración con diversas administraciones públicas, especialmente con la implicación del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y la Diputación Provincial de Salamanca, ha vuelto a ser en 2021 el principal evento cultural mirobrigense que ha permitido promocionar a Ciudad Rodrigo en momentos muy difíciles, contribuyendo a situar a Miróbriga en altas cotas de proyección cultural, artística e histórica.

Sin duda la Feria de Teatro de Castilla y León no sería posible sin la complicidad de todas las instituciones y entidades colaboradoras, especialmente en un año como este en el que las instituciones han sido muy conscientes de la importancia de reforzar proyectos de estas características que añaden esperanza al sector. Tampoco habría sido posible sin la implicación fiel del público, sin contar con la complicidad de los creadores, artistas y técnicos que encuentran en Ciudad Rodrigo un marco importante para su presentación pública y sin el interés de los profesionales que cada año acuden a esta cita para conocer las últimas propuestas escénicas y compartir espacio de debate y formación.

Un año desde Ciudad Rodrigo, como ejemplo del cruce de caminos que siempre ha sido, se ha desarrollado uno de los principales mercados de las artes escénicas a la par que celebra un festival de artes escénicas que desborda las

murallas mirobrigenses de cultura. Desde la periferia estamos demostrando como un proyecto cultural puede contribuir a la dinamización y promoción de todo un territorio, revelándose como una experiencia capaz de atraer profesionales de distintas procedencias. De este modo, desde un entorno rural mostramos como ejemplo una iniciativa modelo que contribuye a generar riqueza y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, fomenta el empleo y las acciones educativas para toda la población. La cultura siempre ha sido un hecho social infravalorado pero que sin embargo demuestra constantemente que contribuye a dinamizar la economía.

Sin embargo, la celebración de la Feria de Teatro cada año es un pequeño milagro, pues sin duda tenemos que calificar de milagro el organizar un evento de primer nivel en una población alejada de los lugares donde se toman las decisiones que afectan a los ciudadanos, en una localidad que solo dispone de un teatro estable durante todo el año y es milagroso sacar adelante un proyecto que cuenta con un amplio apoyo institucional, pero aun así mantiene un presupuesto más ajustado de lo que la proyección y rendimiento del evento requeriría. En las puertas de llevar un cuarto de siglo organizando la Feria de Teatro, atisbamos muchos retos pendientes en el horizonte. El reto de dotar a la población de más y mejores infraestructuras culturales, el reto de promover actividades ligadas a la Feria durante todo el año y el reto de fortalecer en todos los sentidos la estructura organizativa de la Feria de Teatro para abordar los desafíos que aparecerán en la tercera década del siglo XXI, que hemos iniciado ya lastrada por la pandemia.

Los ciudadanos debemos Creo que no tendremos una percepción clara de la dimensión ser partícipes y real de la pandemia hasta dentro de unos años, cuando seamos cacorresponsables de lo que paces de tener perspectiva suficiente sobre cómo han sido todos pasa en nuestra tierra, los procesos que están aconteciendo. Sin duda, supondrá un punto pero a veces pienso de inflexión en todos los ámbitos de nuestras vidas, y, por tanto, que caminamos con también en la creación escénica, en las programaciones culturales anteojeras, arrastrados y los mercados de artes escénicas como el de Ciudad Rodrigo. Han por la vivencia de pasado aún muchos meses, pero aún estamos aturdidos y no nos comportamientos acostumbramos a gestionar la incertidumbre. Sin embargo la fueratávicos, mirando za y energía para abordar el proyecto se ve redoblada día a día, con siempre por el retrovisor capacidad de resistencia, sentido común, serenidad y vigor; conen lugar de poner las fiando en la complicidad de profesionales y público, así como en luces largas. el trabajo en equipo. Las circunstancias que nos rodean no hacen fácil el camino, pero siempre se recorre mejor acompañado, porque como bien decía León Felipe “lo importante no es llegar solo y pronto, sino todos y a tiempo”.

Si las administraciones públicas de verdad quieren luchar contra la despoblación deben demostrarlo aportando inversión pública de manera decidida y duradera, no solo con discursos políticos y artículos periodísticos. Tenemos que estimular la fortaleza de las “T”: la Tecnología, la Tierra, el Territorio, y el Teatro, como hecho diferencial en Ciudad Rodrigo y que estamos desaprovechando en muchas ocasiones. Para ello necesitamos Tiempo (perseverar) y Temperamento (carácter e implicación). Creo, desde una óptica muy personal, que nos hemos acostumbrado a que decidan por nosotros. En nuestro entorno ha arraigado ya el desaliento porque ya estamos muy desgastados. Es comprensible, pero no es conveniente permitir que se decida sobre nuestro territorio desde un despacho en Valladolid, en Madrid o en Bruselas. Es importante que las instituciones más cercanas a los ciudadanos, como los ayuntamientos, dispongan de más recursos y capacidad, y que el tejido social cuente con apoyos suficientes por parte de las instituciones públicas. Estamos demasiado acostumbrados a recibir “limosnas” como migajas en el reparto de los presupuestos públicos sin que las administraciones entiendan que la sociedad civil organizada pueden ser los mejores aliados a la hora de racionalizar la inversión pública. Los ciudadanos debemos ser partícipes y corresponsables de lo que pasa en nuestra tierra, pero a

veces pienso que caminamos con anteojeras, arrastrados por la vivencia de comportamientos atávicos, mirando siempre por el retrovisor en lugar de poner las luces largas. Y necesitamos capacidad de inventiva. Nuevas miradas son necesarias, sin renunciar a lo existente, pero a veces las energías las gastamos en la fiesta que ya tenemos y no somos capaces de construir desde otra perspectiva.

Pese al éxito de la 24ª Feria de Teatro y de que nadie duda de la importancia que tiene este proyecto para nuestro territorio, necesitamos abordar de cara a la 25 edición la resolución de una serie de cuentas pendientes. Todas las instituciones, el público y los profesionales albergan grandes perspectivas sobre la celebración de una edición tan singular al alcanzar una cifra redonda e icónica como la de 25 años, pero temo que desde el equipo de gestión de Civitas podamos cubrir las expectativas pues llevamos años trabajando al límite de nuestras posibilidades presupuestarias, organizativas y de implicación. Tenemos que aprovechar la vigésimo quinta edición para reflexionar sobre el papel que puede jugar la Feria de Teatro en nuestra localidad y en nuestra Comunidad, para determinar planes de trabajo a medio y largo plazo, para ser capaces de amortizar toda la experiencia y logros adquiridos. Pero para ello debemos solucionar cuestiones que se están convirtiendo en males endémicos, como por ejemplo mejorar e incrementar el presupuesto de la Feria de Teatro, que se ha visto reducido en términos globales en los dos últimos años y que las instituciones públicas no han incrementado desde hace diez años,

a excepción de un incremento municipal hace cinco años con motivo de la celebración de la vigésima edición y que esperamos se pueda volver a producir con motivo de la vigésimo quinta. Y sin embargo los costes aumentan año tras año, especialmente en 2021 y en las previsiones que tenemos para 2022, donde el coste de la vida se ha disparado y por lo tanto no podemos hacer en 2022 un proyecto de calidad con presupuestos de 2012; si bien quizá nuestro error haya estado en hacer crecer la Feria con el mismo presupuesto, a costa de nuestros propios equipos de trabajo. Pero ha llegado un momento en el que esto va a ser inasumible, salvo que se reduzca el número de espectáculos, ocupemos menos plazas hoteleras o eliminemos algún día de programación.

Una mejora del presupuesto permitiría generar más empleo en Ciudad Rodrigo, consolidar acciones de promoción cultural y educativa durante todo el año en la localidad de la mano de la Feria de Teatro, mejorar las infraestructuras deficitarias como por ejemplo conseguir gradas con respaldo o mejor dotación técnica de los espacios, poder atraer a más profesionales, o poder acceder a programar espectáculos de formato más grande y proyección internacional.

Pero no solo se trata de incrementar los presupuestos, que el sentido común indica que lo normal sería un incremento anual propor- No nos cansaremos cional a la actividad que genera y acoge la Feria, sino de reforzar las de reivindicar una vez complicidades y las alianzas, y tener presente durante todo el año más la demanda de un lo que la Feria de Teatro puede aportarnos a los mirobrigenses con nuevo espacio cultural acciones culturales más allá de las realizadas en agosto. Las artes es- multiusos para Ciudad cénicas pueden ayudarnos a vertebrar la población y la participación Rodrigo, necesario ciudadana, y, volvemos a reivindicar que el Teatro debe ser un hecho durante todo el año y que diferencial en Ciudad Rodrigo. Y, además, no nos cansaremos de rei- sería muy conveniente en vindicar una vez más la demanda de un nuevo espacio cultural mul- agosto para reforzar tiusos para Ciudad Rodrigo, necesario durante todo el año y que sería la Feria. muy conveniente en agosto para reforzar la Feria. Todo ello pasa por diseñar políticas culturales del siglo XXI, por trabajar con valentía y amplitud de miras, con proyectos a medio y largo plazo que sin duda mejorarán la calidad de vida de los mirobrigenses. Porque la historia de la Feria no puede ser una historia de resiliencia, sino una historia de construcción creativa del futuro.

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