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Primeras excursiones escolares de niñas en Ciudad Rodrigo (1901). Por José María Hernández Díaz

PRIMERAS EXCURSIONES ESCOLARES DE NIÑAS EN CIUDAD RODRIGO (1901)

José María Hernández Diaz Centro de Estudios Mirobrigenses

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1.- EL EXCURSIONISMO ESCOLAR EN LA EDUCACIÓN CONTEMPORÁNEA

Las excursiones escolares fueron una invención pedagógica del siglo XIX, resultado de las ideas derivadas del naturalismo pedagógico, y que maduraron en el seno del amplio movimiento de innovación pedagógica que se concretó en torno a la Escuela Nueva, en Europa y América del Norte. Las prácticas escolares consideradas representativas de la escuela “nueva”, frente a la escuela “vieja”, toman a Rousseau, Froebel, Pestalozzi, como referentes teóricos, porque han interpretado el profundo valor educador de la naturaleza física y de la naturaleza social que se puede observar y comprender fuera de las paredes del aula. Las excursiones escolares fueron una invención pedagógica del siglo XIX, resultado de las ideas derivadas del naturalismo pedagógico, y que maduraron en el seno del amplio movimiento de innovación pedagógica que se concretó en torno a la Escuela Nueva, en Europa y América del Norte.

Vista del puente Mayor y del río Águeda desde la muralla. Foto: Ángel Serrano.

Una salida escolar al campo, a la naturaleza, para aprender ciencias naturales, para sentir olores, para percibir colores y formas diferentes, para que penetre en el cuerpo infantil el frio y el calor, pero también el compañerismo, el saludo y el abrazo infantil, el valor de la ayuda y de la palabra, o bien el comentario explicativo del maestro o la maestra sobre la obra de arte construida por generaciones precedentes, representan un valor pedagógico añadido, y a veces muy superior, a lo que se aprende solo en los libros o entre las paredes de la escuela.

Las prácticas escolares innovadoras que se identifican con estos modelos activos de hacer escuela llegan a formar una formidable corriente pedagógica internacional, que ya desde finales del siglo XIX, y sobre todo desde el primer tercio del siglo XX, encuentran su epicentro internacional en dos círculos pedagógicos de primer nivel: uno en Europa, en Ginebra, Suiza (Eduardo Claparéde, Adolfo Ferriére, Pierre Bovet, más tarde Jean Piaget, entre otros, en torno al Instituto J.J.Rousseau); el segundo círculo renovador lo encontramos en Estados Unidos, en Chicago, en torno a la Progressive Education, (liderada por John Dewey).

Además, en otros países europeos y americanos, incluida España, se van a introducir en las escuelas, poco a poco, muchas y diferenciadas prácticas renovadoras educativas, entre las que sobresalen desde luego las impulsadas por la Institución Libre de Enseñanza, que había nacido en 1876 de la mano de Giner de los Rios y Cossío, principalmente. Entre nosotros fueron los denominados “institucionistas” los promotores de numerosas novedades educativas, entre ellas las excursiones escolares. De esa manera, aunque en sus inicios parecía a ciertas mentes conservadoras y estrechas que tales prácticas pedagógicas fuera del aula eran una manifiesta pérdida de tiempo, pronto se afianzó una idea pedagógioca muy diferente. Así, aprender ciencias naturales al lado del rio, arte mientras se visita una catedral hermosa o un museo, historia mientras se pasea una ciudad o se observa un monumento megalítico en los exteriores del pueblo o de la ciudad, practicar vida sana al aire libre mientras se realiza una acampada o se asciende a una montaña, ese conjunto de actividades comienza a naturalizarse dentro de la programación de tareas de la escuela, aunque es cierto que en muchos pueblos, ciudades y escuelas españolas tales realizaciones fuera del aula, las excursiones escolares por ejemplo, todavía tardaron algún tiempo en extenderse y aplicarse.

Pero en los inicios del siglo XX comienza a producirse un despegue real de estas acciones pedagógicas en muchas más escuelas y pueblos de toda España, menos por iniciativa oficial venida de arriba, de la administración educativa oficial (como por ejemplo sucedía en Francia con la política escolar de F. Buissson y J. Ferry, dentro de la III República Francesa), y mucho más por la acción pedagógica procedente de algunos maestros y maestras, sensibles a los cambios, innovadoras, con iniciativa propia y con formación cultural y pedagógica suficiente.

La pregunta que nos podemos formular para atender al caso de Ciudad Rodrigo es si encontramos atisbos de tales prácticas innovadoras en las escuelas de la ciudad y su entorno próximo, y cuándo se puede afirmar que asistimos a las primeras experiencias escolares impulsadas por maestros o maestras con sus niños o niñas que se hayan vivido fuera de las paredes de las escuelas.

2.- LAS PRIMERAS EXCURSIONES ESCOLARES EN CIUDAD RODRIGO

También alcanza a Ciudad Rodrigo el interés por la pedagogía activa y el excursionismo escolar. Y lo hace de la mano de dos maestras muy bien conceptuadas en la sociedad mirobrigense del cambio de siglo XIX al XX, María Dolores Torres Nafría y Exuperancia González.

La primera de ellas mantiene una reconocida trayectoria educativa en la ciudad del Águeda por medio de la dirección y mantenimiento de un famoso colegio femenino de la época, como fue el Pilar1. Esta inteligente mujer escribe con frecuencia en la prensa sobre temas relacionados con la educación y los temas de interés formativo

Correo-e: jmhd@usal.es 1. Cfr. HERNÁNDEZ DÍAZ, José María: La educación en Ciudad Rodrigo. Ciudad Rodrigo, Centro de Estudios Mirobrigenses, 2000.

para las mujeres. Participa en concursos periodísticos nacionales, como el que gana en Granada en 1900, con el trabajo titulado “La enseñanza en las escuelas de niñas debe tender principalmente a la cultura del corazón y del sentimiento”2 .

Así, escribe también en el periódico profesional de la época, El Magisterio Salmantino, sobre “Educación, instrucción y costumbres de la mujer”3. Es una maestra muy activa que participa en las actividades de la ciudad, como la Exposición de Bellas Artes y Juegos Florales que se organiza en Ciudad Rodrigo en el año 19004. Ante todo dedica su pluma a la educación de la mujer. Por ello escribe un artículo que titula “Tipos de mujeres casaderas, fin de siglo. La mujer modernista”5 en el que constata los graves defectos que padece la educación de ese tipo de mujer, como se desprende de su conducta familiar y social. “Este gentil y arrogante tipo de mujer resulta de la deficiente educación que se da en algunos colegios a cargo de personas ineptas para la enseñanza. En dichos colegios las alumnas se acostumbran al lujo y a las grandes necesidades, se hacen holgazanas, aprenden muchas cosas y todas mal; así es que no encuentran gusto por el trabajo, ni en los tranquilos goces que proporciona al espíritu el estudio de la literatura, los idiomas y las bellas artes”. La autora apuesta por una educación de la mujer que contemple los valores aprendidos en el seno de su hogar, de su madre, la sin igual educadora. Exuperancia González es por entonces una prestigiada maestra de la escuela municipal de niñas del Arrabal del Puente de Ciudad Rodrigo. Sus pequeñas educandas disfrutan de la escuela que dirige, y entre padres y autoridades ha alcanzado un puesto elevado en su reconocimiento profesional y social.

Así mismo, en otro artículo, que encabeza como “La mujer sabia”6, plantea la dificultad que encuentra la mujer de elevada posición intelectual para conciliar sabiduría con maternidad. O bien polemiza con otros escritores mirobrigenses masculinos sobre “La fealdad de los hombres”7 .

Por su parte Exuperancia González es por entonces una prestigiada maestra de la escuela municipal de niñas del Arrabal del Puente de Ciudad Rodrigo. Sus pequeñas educandas disfrutan de la escuela que dirige, y entre padres y autoridades ha alcanzado un puesto elevado en su reconocimiento profesional y social.

Ambas educadoras parecen poseer una formación y sensibilidad adecuada para promover entre sus alumnas actividades menos rutinarias y más formativas, como son las excursiones escolares, que comienzan a practicar en el año 1901.

La primera de las excursiones escolares se celebra en el mes de mayo, en primavera, tal como comenta el periodista local, que escribe lo siguiente al respecto,

“Excursiones escolares. Dignas son de alabanza nuestras distinguidas paisanas y buenas amigas Stas. María Dolores Torres Nafría, directora del Colegio de Stas Nuestra Señora del Pilar, y Doña Exuperancia González, profesora de la escuela municipal de niñas del Arrabal del Puente, las cuales, dándonos otra nueva y gallarda prueba de su celo por la educación de las niñas, y de lo bien compenetradas que están en el conocimiento del concepto del deber de su espinosa misión, inauguraron el dia 4 del actual las excursiones escolares de tan útiles resultados para la cultura de la mujer”8 .

Se reseña que dichas profesoras, mediante las excursiones escolares, intentan estrechar lazos entre niñas de diferentes procedencias sociales, que disfruten de las bellezas de la naturaleza y de las obras de arte, que

2. Cfr. Publicado íntegramente en Miróbriga. 26 de agosto, 2, 9 y 16 de septiembre de 1900. Este es un semanario de intereses generales de la localidad y su partido, dirigido por Juan Ballesteros. 3. Cfr. Miróbriga. 18 de noviembre de 1900. 4. Cfr. Miróbriga, 6 de mayo de 1900. 5. Cfr. Miróbriga, 21 de julio de 1901. 6. Cfr. Miróbriga, 28 de julio de 1901. 7. Cfr. Miróbriga, 18 de agosto de 1901. 8. Cfr. Miróbriga. 12 de mayo de 1901.

practiquen entre ellas la urbanidad y buenas maneras. En esta primera ocasión se trataba de ver y valorar el significado del bello puente romano sobre el río Águeda, pero también que en el marco de la naturaleza las niñas aprendieran a disfrutar del juego al aire libre.

Ambas maestras mirobrigenses, siguiendo la estela de otros educadores españoles de la época, incluidas muchas maestras, mujeres innovadoras, continúan impulsando trabajos en pro de la educación de la mujer con sus trabajos escolares con las niñas9. Unos días más tarde llevan a cabo una nueva excursión escolar, en este caso para visitar la bella catedral de Ciudad Rodrigo, mostrando así que se trataba de conocer y aprender desde todos los rincones bellos de la naturaleza física y de las obras de los hombres, la naturaleza social10. Una tercera excursión escolar que llevan a cabo con sus alumnas estas dos maestras, con el apoyo y colaboración del ingeniero geógrafo mirobrigense José Bravo, busca la introducción de sus alumnas en los primeros secretos de la astronomía. En la azotea de la casa de Dolores Torres, con la ayuda del aparato denominado teodolito, tratan de estudiar la estrella polar, que es el objeto de la excursión escolar de estos dos grupos de niñas de Ciudad Rodrigo11 .

Debieron cosechar tal éxito estas salidas de campo, estas excursiones escolares, que la notoriedad llegó a oídos del inspector de educación de la zona de Ciudad Rodrigo, Juan Bermejo Pascual, quien realizó unos meses más tarde la visita de inspección al colegio el Pilar, de Dolores Torres Nafría, y mencionó de forma expresa el éxito pedagógico de las excursiones realizadas, y expresó su satisfacción por la iniciativa, animando su continuidad a la profesora12 .

BALANCE Y CONTINUIDAD

A partir de estas primeras realizaciones de excursiones o salidas pedagógicas fuera del aula, como comenzaba a ocurrir en otras muchas escuelas de la España de inicios del siglo XX, va a generalizarse su presencia en las escuelas de Ciudad Rodrigo, de manera más o menos periódica. Esa actividad formaba parte de un conjunto de nuevas actuaciones y métodos de trabajo que van a ir conformando día a día una mejoría en la calidad de la enseñanza ofrecida en las escuelas de Ciudad Rodrigo, como ocurre de forma parecida en otros miles de ellas de toda España. Ello formaba parte de la creciente ampliación y universalización de métodos nuevos que difundía y practicaba el movimiento internacional de la Escuela Nueva, la llamada también “Escuela Activa”.

En el caso de Ciudad Rodrigo no deja de ser sorprendente que sean escuelas femeninas, y maestras entusiastas como Dolores Torres y Exuperancia González, las que den el primer empujón a estas novedades pedagógicas, que hoy ya nos parecen completamente normales. Pero es que, sobre todo desde el colegio de niñas el Pilar, se ofrecen muchas novedades de enseñanzas (lenguas extranjeras por ejemplo) y formas diferentes de enseñar13, que resultan atractivas para una manera diferente de educar a la mujer, y que por ello resultan premonitorias y pioneras en la educación de las niñas, cuando este era todavía a comienzos del siglo XX un tema casi tabú, y muy distante de las preocupaciones sociales, y casi pedagógicas de la pedagogía y de la sociedad del momento en España. Cuando algún personaje no bien intencionado de la ciudad aduce que había falta de higiene en los centros escolares, precisamente Dolores Torres sale a la palestra, con toda su energía, para defender la idoneidad de las instalaciones de su colegio, en el que estudian niñas de todas las procedencias sociales14 .

Es cierto que en el tema concreto del excursionismo pedagógico, en toda Europa y en España también, se asiste en los primeros años del siglo XX a una especie de fervor excursionista desde las ciudades y centros

9. Cfr. Miróbriga. 16 de junio de 1901. 10. Cfr. Miróbriga, 30 de junio de 1901. 11. Cfr. Miróbriga. 21 de julio de 1901. 12. Cfr. Miróbriga, 26 de octubre de 1901. 13. Cfr. Miróbriga. 25 de agosto de 1901. 14. Cfr. La Justicia. 1 de febrero de 1902. La Justicia es semanario de intereses generales de la localidad, de Ciudad Rodrigo.

culturales, hacia el campo y hacia monumentos y obras de arte. Ello explica que Ciudad Rodrigo también se convierta en una especie de territorio muy favorable y de acogida para los inicios del turismo artístico y del excursionismo en general. Por ejemplo, en el verano de 1903 la sociedad de excursionistas de Salamanca va a desarrollar una minuciosa visita a los monumentos de Ciudad Rodrigo en julio de 190315. Y al calor de esa exitosa presencia de cultos visitantes salmantinos, también se van a dar los primeros pasos para crear en Ciudad Rodrigo una sociedad de excursiones propia16 .

En último término, la semilla educativa que en España había sembrado la Institución Libre de Enseñanza desde 1876 en adelante, como en otros países habían hecho también otras experiencias pedagógicas, van a hacer germinar un movimiento más amplio y universal en pro de la defensa de la naturaleza, del folklore popular y del uso pedagógico de todas las creaciones estéticas de los hombres, tanto como las perfiladas desde la propia naturaleza autóctona. Ciudad Rodrigo tampoco podía ser una excepción en el ciclo histórico educativo que tocaba aprovechar y proyectar.

Interior de la catedral de Santa María. Foto: Ángel Serrano.

15. Cfr. Iberia. 5 de julio de 1903. El Centinela. 5 de julio de 1903. La Iberia es semanario independiente de Ciudad Rodrigo. El Centinela es semanario democrático de Ciudad Rodrigo. 16. Cfr. Iberia. 26 de julio de 1903.

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