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y el Dr. Jerónimo García Sánchez, In memoriam. Por Justo García Sánchez

LA GLORIETA Y DOS VECINOS, MIROBRIGENSES ILUSTRES:

DON BENEDICTO NIETO SÁNCHEZ Y EL DR. JERÓNIMO GARCÍA SÁNCHEZ, q.e.p.d IN MEMORIAM

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Justo García Sánchez Universidad de Oviedo

Jerónimo fue pregonero de la Puerta del Desencierro de 2020, justamente antes de que nos asolara, inopinadamente, la terrible pandemia, que trajo el confinamiento, y que hoy todavía preocupa a nuestra sociedad. Tuvo un accidente vascular al salir del Archivo Municipal, después de haber desplegado su apasionada tarea investigadora sobre las farmacias de Ciudad Rodrigo, en plena plaza Mayor, junto al Ayuntamiento, el 8 de noviembre de 2020, del que no se recuperaría, falleciendo el 11 inmediato posterior. Don Benedicto, que habitualmente tenía domicilio en Oviedo, a pesar de la jubilación como catedrático e inspector de Enseñanza Media, retornaba todos los años al lugar de nacimiento, para disfrutar de su pueblo y gentes, y el accidente coronario le sorprendió recién llegado de las vacaciones. D.e.p.

Empezamos estas notas con el hijo menor de don Nicasio y doña Luz, como se conocía en el pueblo. Nació en el bajo derecha de la casa de los maestros de la calle Santa Clara (primero Letra A, y más tarde, nº 1). Fue bautizado en la parroquia de San Andrés, por don Manuel Rivero Morante, y tuvo como lugares de divertimento infantil los hastiales que rodeaban el parque de Bomberos Voluntarios, donde vivió el señor Justo, y los parques de juego municipales, próximos al domicilio familiar, especialmente, los espacios sitos en las yerberas de La Glorieta y de La Florida.

Después de asistir a las aulas de párvulos de Mateo Hernández Vegas, pasó a las graduadas de San Francisco, y desde la Escuela Nacional al instituto fray Diego Tadeo González, donde cursó el bachillerato elemental. El resto de su curriculum académico lo conocen bien los farinatos, porque disfrutó desgranando su iter personal en el Teatro Nuevo, con una abundancia de datos, experiencias, personas, instituciones, etc., todo desde el afecto que le caracterizaba. Su tesis doctoral en Historia de la Farmacia, defendida en la UCM, con la calificación de sobresaliente cum laude, es un monumental estudio de la Historia de la Farmacia del Hospital de la Pasión mirobrigense, desde 1492 hasta el siglo XX. Embajador vocacional de Miróbriga, no dejó pasar oportunidad para divulgar nuestro Carnaval del Toro, así como los productos artesanos locales.

Don Benedicto Nieto. Foto donación del profesor José María Casielles Aguadé, antiguo alumno suyo en el Alfonso II, y catedrático de la Universidad de Oviedo, que fue uno de los promotores del homenaje tributado en el Hotel de la Reconquista.

Como los jardines de La Glorieta era un lugar habitual de pasatiempos, durante muchos años pudimos disfrutar del espectáculo que proporcionaba, en el centro del paseo central, que conforma este espacio paisajístico y recreativo, la actividad desplegada desde un templete, que durante años fue cafetería, con conciertos de la Banda Municipal de Música, además de la restauración, que se desplegaba a lo largo del verano, complementado con la pérgola, no demasiado nutrida de enredadera.

Estos pasados meses fue noticia nacional una caseta situada en las proximidades de La Glorieta, transformada, muy oportunamente en su día, en Bibliocaseta, a la que unos desaprensivos prendieron fuego, calcinándose la totalidad de sus volúmenes. La respuesta de recuperación ha sido inmediata. Enhorabuena al ayuntamiento de Ciudad Rodrigo.

Jerónimo dio a conocer, en una de sus variadas investigaciones, que la primera biblioteca pública mirobrigense fue obra de las tropas francesas, que conquistaron con muchas dificultades y después del largo asedio nuestra ciudad, confiscando libros de propiedad particular que había en los domicilios, intra y extraurbanos, en 1811. Sin embargo don Benedicto Nieto fue un generosísimo donante de su nutrida biblioteca privada, que hoy se puede consultar entre los fondos bibliográficos del Seminario de San Cayetano, al igual que recientemente se ha ejecutado la donación bibliográfica del farinato que fuera “cura del Puente”, don Jesús Pereira.

Por ser menos conocido para la gente joven de Ciudad Rodrigo, merece que hagamos una semblanza biográfica de don Bene, ya que han pasado cuarenta años de su óbito, y cumple su cuadragésimo aniversario el próximo 1 de septiembre. Quienes tuvimos el honor de tratarle, lo identificamos en su parentesco con “las del Estanco”, en la calle Laguna, al lado de La Parra. Nació en Miróbriga el 20 de enero de 1906. Fue un destacado filólogo, latinista y humanista. Estudió Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario conciliar de San Cayetano de la diócesis Civitatense. Se ordenó sacerdote el 6 de enero de 1929, siendo nombrado consiliario de los estudiantes católicos el 5 de julio de 1930.

Profesor del Seminario mirobrigense, con título episcopal del 4 de enero de 1929, se graduó como licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Salamanca, en 1934, título que revalidó en 1949. Obtuvo por oposición una cátedra de Lengua Latina en el Instituto de Enseñanza Media, con desempeño, desde principios de los años cuarenta de la pasada centuria, y durante varios lustros, en el Instituto Alfonso II de la capital asturiana, del que también fue su secretario académico y director.

Más tarde, ganó por oposición la plaza de Inspector de Enseñanza Media en Asturias, cuyo oficio ejerció como inspector jefe en el distrito universitario, que abarcaba entonces las provincias de Asturias y León, hasta su jubilación en 1976, mereciendo la Encomienda con Placa de Alfonso X el Sabio, que fue celebrada multitudinariamente en el Hotel de La Reconquista ovetense. Su informe para la posible creación de la Universidad de León fue decisivo, acreditando la suficiente eficacia y cuantía de la matrícula estudiantil, en los Institutos de Enseñanza Media de aquel territorio.

Jerónimo, con la capa de San Martín, el día del pregón de la peña Puerta del Desencierro. Foto: Fernando Domínguez.

Fue un destacado filólogo, latinista y humanista. Estudió Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario conciliar de San Cayetano de la diócesis Civitatense. Se ordenó sacerdote el 6 de enero de 1929, siendo nombrado consiliario de los estudiantes católicos el 5 de julio de 1930.

Por sus múltiples méritos, al servicio de la enseñanza secundaria y bachillerato en Asturias, se otorgó su nombre al centro que se construyó, en 1972, en la población asturiana de Pola de Lena, aunque recientemente, por motivos político-partidistas, se cambió la denominación. Desempeñó interinamente y de modo temporal la cátedra de Arte en la Universidad de Oviedo, dentro de la Facultad de Filosofía y Letras.

Se valoró su inteligencia extraordinaria, simpatía personal y grandes dotes humanas. Falleció en Oviedo, lugar de su residencia, siendo inhumado en el cementerio municipal de Ciudad Rodrigo, donde sus restos mortales reposan esperando la Resurrección final. Presidió el funeral corpore insepulto, celebrado en la parroquia de San Cristóbal, el obispo de la diócesis, monseñor don Demetrio Mansilla Reoyo. Sobresalió por sus rigurosos y amplios conocimientos en Lengua Latina y Arte, pronunciando múltiples conferencias sobre la materia y redactando numerosos artículos en la prensa asturiana. Fue maestro docente intachable y humanista, sabio e ilustrado, amante de los clásicos de Grecia y Roma, investigador, estudioso y hombre de ciencia.

Momento del pregón de Jerónimo García Sánchez. Foto: Fernando Domínguez.

De su producción literaria debemos destacar la intitulada La Asunción de la Virgen en el Arte, Madrid, Afrodisio Aguado, 1950, 197 p., ampliamente citada por la bibliografía especializada en Historia del Arte, tanto española como extranjera. También, y para sus alumnos ovetenses, redactó la obra Paisaje histórico y valoración literaria de los ‘Titi Livii ab urbe condita libri’, Oviedo, La Cruz, 19441 .

Terminamos con un ruego para el presidente de la Diputación salmantina, don Javier Iglesias, y para el alcalde mirobrigense: es indispensable que, en un breve plazo de tiempo, con el mayor rigor, se cataloguen los importantes fondos bibliográficos existentes en el Seminario Diocesano, y se pongan fácilmente a disposición de todos los farinatos, por su extraordinaria riqueza temática, por su enorme valor para los bibliófilos, por la antigüedad de algunos de sus preciosos volúmenes, y por la utilidad que proporcionarán a cualquier estudioso de nuestra localidad. Miróbriga pudo disfrutar, en su etapa de mayor esplendor, de juristas y literatos de primer nivel, como fueron el Maestro Palacios o el Dr. Juan Gutiérrez, sin olvidar los nombres muy familiares de quienes redactaron sus valiosas obras desde nuestro pueblo. Coordínense las instituciones locales y provinciales en beneficio de todos los farinatos.

1. Preparaba una amplia Iconografía de Cristo, la Virgen y los Santos, para la que había reunido más de cien mil fichas, incluyendo un archivo fotográfico de cincuenta mil fichas, que legó íntegramente al Archivo Histórico Diocesano de la diócesis ovetense, en el que se conserva actualmente. Su magnífica biblioteca fue objeto de otro legado, a favor del Seminario Diocesano de Ciudad Rodrigo. Bibliografía: MARTÍN MATÍAS, N. y ALONSO MARTÍN, J., “Presbíteros diocesanos ilustres del siglo XX. Datos para la historia”, en Actas del Congreso de Historia de la diócesis de Ciudad Rodrigo (16-19 de noviembre de 2000), Zamora, Monte Casino, 2002, p. 797, nº 17; NIETO SÁNCHEZ, Benedicto; Boletín Oficial de la diócesis de Ciudad Rodrigo, octubre de 1981, p. 525, “Necrología”; HEVIA BALLINA, Agustín, “Don Benedicto Nieto Sánchez, una vida para el humanismo cristiano”, en La Nueva España. Diario de Oviedo, 6 de septiembre de 1981, p. 45; La Voz de Miróbriga. Periódico Semanal de Ciudad Rodrigo, de 6 de septiembre de 1981, “Necrológica”.

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