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Con estas palabras comienza “INRI” la película de la Semana Santa de Estepa. Un proyecto que nace en los primeros días del año 2017 promovido por Cines Méliès y cuyo objetivo principal era convertirse en embajadora del patrimonio humano, histórico, religioso y cultural de Estepa. Un reto que, en sus primeros pasos, contaba con una dificultad añadida. Ninguno de los miembros del equipo de “INRI” pertenecíamos al entorno de Hermandades o Cofradías. Este inconveniente inicial terminaría finalmente siendo fundamental para el resultado del proyecto. No se trataba de hacer otra versión cinematográfica sobre la Pasión de Jesús, eso ya se había hecho anteriormente y con excelentes resultados y crítica. Tampoco queríamos hacer un resumen de cada procesión sin más, ese recurso estaba ya agotado. Si decidíamos poner en marcha “INRI” tenía que hacerse con la premisa de sorprender al espectador con algo tan humano como son los sentimientos y las percepciones. Lo primero que hicimos fue un guión provisional. Debíamos adaptar y decidir si contábamos la Historia desde el punto de vista cronológico, es decir, desde el Jesús “niño” hasta su Resurrección, o bien, seguir el orden que las distintas Hermandades tienen establecido durante la Semana Santa estepeña. La lógica se impuso por sí misma. Ahora la tarea se centraba en buscar localizaciones del entorno que nos permitiera grabar escenas de la Pasión de Jesús dentro de nuestras calles, monumentos y parajes naturales. No debíamos olvidar uno de nuestros propósitos, vender Estepa como lugar de destino turístico. Una tarde de febrero, cuando el proyecto aún era sólo un enjambre de ideas desordenadas, con más ilusión que pragmatismo, Cristóbal y yo recorrimos los distintos escenarios y tratamos de encajarlos. “Lo veo” afirmaba convencido y, poco a poco, los planos, las secuencias y el guión se construían prácticamente solos. Otra de las decisiones que debíamos tomar me afectaba a mí directamente, ya que como guionista y creativo tenía decidido que las escenas debían grabarse con el público asistente vestido normal, es decir, no íbamos a hacer que los extras utilizasen ropas de la Jerusalén del siglo I. El mensaje, al menos para mí, estaba claro. “INRI” era una película para contar sentimientos y generar sentimientos, no debía tener un fundamento plenamente histórico. Sabíamos que al principio el público no lo entendería, pero ciertamente, ahora podemos afirmar que cualquier fotograma de “INRI” puede ser identificado por esa decisión, por que conseguimos lo que queríamos, que no era otra cosa que diferenciarnos de otras producciones. Teníamos la idea, los lugares, el guión, pero aún nos faltaban bastantes asuntos que resolver, todos ellos importantes. El apoyo Institucional lo teníamos. No había dinero aunque tampoco lo pedimos, pero en honor a la verdad, nadie puso pegas a nuestros requerimientos. El patrimonio monumental de Estepa fue puesto a nuestra entera disposición por parte del Ayuntamiento y la Iglesia del Carmen fue igualmente cedida para las distintas sesiones de rodaje. El contacto con responsables y representantes de las Hermandades fue el siguiente paso. Al principio todos nos atendían con las dudas lógicas de no entender muy bien qué es lo que queríamos. Aunque el respeto formaba parte de los cimientos de nuestro proyecto, era lógico que algunas personas se mostraran prudentes a la hora de colaborar con la película. Esta sana precaución se diluyó conforme el concepto avanzaba y finalmente todo el mundo se prestaba desinteresadamente a colaborar, unos con sus testimonios, otros soportando vestidos de romanos

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frías horas de grabación y muchos otros ofreciendo su apoyo incondicional. Es en este momento cuando Cines Méliès asume el capítulo económico y decide producir íntegramente “INRI”. Se contactan con varias productoras, si bien, Jansor Room, de la vecina localidad de Herrera, es la que mejor se adapta a nuestro modelo y demandas y entra en escena la persona de Antonio Jesús Rojas, un pilar fundamental en el proyecto, quien se involucra en tareas de dirección técnica, realización de cámara y finalmente edición. Pero aún nos faltaba el personaje principal, el actor que debía de interpretar el difícil papel de un Jesús de Nazaret distinto, porque como ya he explicado, nuestra particular idea no se había tratado en ninguna otra película con anterioridad. José González, director de la agrupación de teatro “Manantial del Ojo” de Gilena, nuestro particular “Pilatos”, propuso para el papel a José Antonio Joya, un joven actor natural de Gilena, quien aceptó sin dudar el gran desafío que suponía esta interpretación. Luego al equipo se unieron otros colaboradores iguales de importantes, porque “INRI” siempre ha sido un proyecto y un trabajo en equipo en dónde todos sumaban por y para el resultado final. Y así contamos con el maquillaje de Noelia García, la iluminación de Ana Fernández, la gestión de redes sociales y medios de comunicación de Carlos Fernández y un largo etcétera. A todos ellos, desde estas líneas, mi más sincero reconocimiento y gratitud. No, aún no estaba todo. Los recuerdos que conservo de mi niñez y en especial aquellos relacionados con la Semana Santa vienen siempre acompañados de un desfile de tambores y cornetas, que componían una música única e inolvidable. Y es que no concibo una procesión, amén de las de respetuoso Silencio, sin sus marchas a modo de banda sonora. Así que contactamos con las distintas agrupaciones musicales de Estepa y Herrera, quienes nos cedieron altruistamente los derechos de sus temas y completamos el capítulo musical con la obra de un excelente compositor francés, Gregoire Lourme. La música ha sido manifiestamente considerada por el público como uno de los mejores atractivos de “INRI”. Otra decisión que teníamos clara, pero debíamos encajar en la trama de la película, era la escena previa a la Hermandad de San Pedro. Justificar en el guión la negativa del Apóstol Pedro a Jesús con el gallo como testigo exigía encontrar doce actores o buscar otra alternativa. Antonio Jesús Rojas nos comenta que en la vecina localidad de Herrera hay una Corporación de los Apóstoles, que representan a los personajes bíblicos mediante el uso de “rostrillos”. Fuimos a verles y desde el principio aceptaron colaborar en la película. En agradecimiento, se incluyó en una especie de cameo, la procesión del Prendimiento de Herrera que nos ofrecía la oportunidad de enriquecer “INRI” con otras formas de vivir y sentir la Semana Santa y obtener algunos de los fotogramas más impactantes del rodaje. En apenas doce sesiones de grabación finalizamos todas las escenas históricas con actores que incluía el guión. Días de marzo y abril de mucho frío, con aplazamientos constantes por lluvias y otros problemas técnicos propios de cualquier producción. Las redes sociales seguían con atención nuestros progresos y la calidad de alguna escena hizo que medios de comunicación a nivel autonómico (Canal Sur, Cadena Ser) y nacional (TVE, Cuatro, Telecinco y Antena 3) nos ayudaran con la promoción de la película, consiguiendo colocar la Semana Santa de Estepa y por extensión su patrimonio como punto de referencia y destino turístico recomendado. Las distintas procesiones fueron rodadas hasta con seis cámaras simultáneas. Estepa nos cedió sus balcones, el público nos ofrecía amigablemente el mejor lugar para grabar, los capataces nos permitieron acompañarles y compartir momentos muy íntimos, todo el mundo nos ayudó a obtener las impresionantes imágenes que podemos disfrutar durante la proyección de “INRI”. El tiempo respeto nuestra ilusión e incluso tuvimos un milagro. Después de finalizar la Estación de Penitencia de la Cofradía de San Pedro, la tarjeta de memoria que contenía gran parte de las imágenes grabadas se extravió, nadie sabe cómo ni de qué manera. Fueron diez horas después, cuando en un último intento por encontrar la diminuta tarjeta, ésta nos esperaba escondida en un hueco de la acera de la calle Corrientes, junto a la Iglesia de San Sebastián. A escasos cien metros la máquina barredora hacía su trabajo y amenazaba el nuestro. De no haber hallado la tarjeta de memoria, sinceramente, no hubiéramos podido estrenar “INRI” el pasado año. Nosotros, a lo sucedido, lo bautizamos como “el milagro de San Pedro”. Finalmente, con una semana de retraso sobre el calendario previsto, “INRI” se estrenó el pasado viernes 5 de Mayo de 2017 en la Casa de la Cultura Miguel de Cervantes de Estepa, obteniendo una excelente crítica por parte del respetable público. Y podría contarles otras muchas otras anécdotas, pero entiendo que el espacio que gentilmente nos ceden para hablarles de la película de la Semana Santa de Estepa es limitado. Permítanme, para terminar, dar las gracias en nombre de todo el equipo de “INRI” a todas aquellas personas, Instituciones, Hermandades y patrocinadores que hicieron posible el proyecto y hacerles extensible el éxito de la película, que si Dios quiere, se estrenará este año 2018 durante la Cuaresma en varias ciudades de España.

Manuel Fernández

Director artístico y guionista de “INRI”

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