Pasión y Glorias Estepa 2018
Algo único e importante ocurre en Estepa cada 51 semanas… Con estas palabras comienza “INRI” la película de la Semana Santa de Estepa. Un proyecto que nace en los primeros días del año 2017 promovido por Cines Méliès y cuyo objetivo principal era convertirse en embajadora del patrimonio humano, histórico, religioso y cultural de Estepa. Un reto que, en sus primeros pasos, contaba con una dificultad añadida. Ninguno de los miembros del equipo de “INRI” pertenecíamos al entorno de Hermandades o Cofradías. Este inconveniente inicial terminaría finalmente siendo fundamental para el resultado del proyecto. No se trataba de hacer otra versión cinematográfica sobre la Pasión de Jesús, eso ya se había hecho anteriormente y con excelentes resultados y crítica. Tampoco queríamos hacer un resumen de cada procesión sin más, ese recurso estaba ya agotado. Si decidíamos poner en marcha “INRI” tenía que hacerse con la premisa de sorprender al espectador con algo tan humano como son los sentimientos y las percepciones. Lo primero que hicimos fue un guión provisional. Debíamos adaptar y decidir si contábamos la Historia desde el punto de vista cronológico, es decir, desde el Jesús “niño” hasta su Resurrección, o bien, seguir el orden que las distintas Hermandades tienen establecido durante la Semana Santa estepeña.
La lógica se impuso por sí misma. Ahora la tarea se centraba en buscar localizaciones del entorno que nos permitiera grabar escenas de la Pasión de Jesús dentro de nuestras calles, monumentos y parajes naturales. No debíamos olvidar uno de nuestros propósitos, vender Estepa como lugar de destino turístico. Una tarde de febrero, cuando el proyecto aún era sólo un enjambre de ideas desordenadas, con más ilusión que pragmatismo, Cristóbal y yo recorrimos los distintos escenarios y tratamos de encajarlos. “Lo veo” afirmaba convencido y, poco a poco, los planos, las secuencias y el guión se construían prácticamente solos. Otra de las decisiones que debíamos tomar me afectaba a mí directamente, ya que como guionista y creativo tenía decidido que las escenas debían grabarse con el público asistente vestido normal,
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es decir, no íbamos a hacer que los extras utilizasen ropas de la Jerusalén del siglo I. El mensaje, al menos para mí, estaba claro. “INRI” era una película para contar sentimientos y generar sentimientos, no debía tener un fundamento plenamente histórico. Sabíamos que al principio el público no lo entendería, pero ciertamente, ahora podemos afirmar que cualquier fotograma de “INRI” puede ser identificado por esa decisión, por que conseguimos lo que queríamos, que no era otra cosa que diferenciarnos de otras producciones. Teníamos la idea, los lugares, el guión, pero aún nos faltaban bastantes asuntos que resolver, todos ellos importantes. El apoyo Institucional lo teníamos. No había dinero aunque tampoco lo pedimos, pero en honor a la verdad, nadie puso pegas a nuestros requerimientos. El patrimonio monumental de Estepa fue puesto a nuestra entera disposición por parte del Ayuntamiento y la Iglesia del Carmen fue igualmente cedida para las distintas sesiones de rodaje. El contacto con responsables y representantes de las Hermandades fue el siguiente paso. Al principio todos nos atendían con las dudas lógicas de no entender muy bien qué es lo que queríamos. Aunque el respeto formaba parte de los cimientos de nuestro proyecto, era lógico que algunas personas se mostraran prudentes a la hora de colaborar con la película. Esta sana precaución se diluyó conforme el concepto avanzaba y finalmente todo el mundo se prestaba desinteresadamente a colaborar, unos con sus testimonios, otros soportando vestidos de romanos