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Judíos y Mudéjares jarreros: Cenit y desaparición
from Haro Fiestas 2018
by editorialmic
Por Carlos Mena
Quiero en este breve texto describir someramente, la evolución y desaparición de los judíos y mudéjares jarreros, que habitaban en la Villa de Haro y sus alfoces. Como consideración previa debemos suponer a la comunidad judía como más representativa e importante de las dos comunidades que fueron un importante motor de la economía de la Villa, como de su defensa, en la turbulenta y bélica Edad Media. Quiero en definitiva dar a conocer un breve relato de aquellos jarreros que por determinadas decisiones políticas, comenzaron una diáspora por el mundo.
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Los judíos habitaban desde antiguo la Villa de Haro. Su primera mención escrita, corresponde a una donación del usufructo de una propiedad de Marlahin, rabino de Haro, por parte del rey Sancho de Navarra al obispo Nuño de Álava. La importancia de la comunidad fue creciendo, en la medida que aparte de Barrio propio (La Mota), se les otorga un Fuero propio. Desconocemos la fecha exacta en el que fue concedido, pero un estudio del mismo revela que es coetáneo del Fuero de Haro, otorgado éste último, el 15 de mayo de 1187. En este Fuero se recogen diversos privilegios para los judíos jarreros, exenciones fiscales y derecho de inviolabilidad de las personas y/o propiedades, con aplicaciones de Justicia extraordinarias, emanadas de autoridades judías y del Concejo. Podían elegir veedores, procuradores, mayordomos y dayanes, en el plano civil a cambio, dentro de las obligaciones se les imponía el mantenimiento y defensa del “Castillo de Haro”, que fue siempre de propiedad del Rey, pese a la existencia de un Señorío en Haro. Aparte de la donación y mantenimiento del Castillo, la comunidad recibió otras propiedades comprendidas desde el camino de Haro a Bilibio hasta el Ebro, y desde Briñas hasta el vado del Torrentejo. Esto incluiría propiedades en Dondón-Tondón. Otros Escaleras en el barrio de la Mota
términos con propiedades judías fueron Alviano, Callejas, Cantarranas, Usaqui y la Vega. Comienzan la explotación generalizada del viñedo. Asimismo era muy importante su dedicación a trabajos artesanales, como las tenerías, o profesionales no artesanos (medicina).
Con la destrucción del castillo por Sancho IV, comienza un declive en la comunidad, pese a que siempre fue una de las Aljamas más importantes de la Rioja, e incluso de parte de Castilla. Como se recoge en la literatura, la aljama Jarrera, pagaba en 1290 la mayor cifra de toda la Rioja, pagando más al Obispado de Calahorra que la aljama de Nájera, Logroño, o la foránea de Vitoria. Incluso se calcula que había más judíos en Haro que en Burgos. Recordemos que ante los hechos de Alfaro, los judíos como la población jarrera, se posicionan de parte de los partidarios del Conde asesinado por Sancho IV el bravo. Éste ve cómo tiene que comenzar un duro asedio para reconquistar la plaza que era suya por derecho. La derrota de la Villa y sus gentes, además de la desaparición del nombre, las murallas y el castillo, significara un duro retroceso de la comunidad judía, ya comentado.
Toda esta cohabitación irá desapareciendo con el cambio en el Señorío, y la llegada de los Velasco.
Estos favorecen la segregación y el antisemitismo en boga en la Corte de los Reyes Católicos. Es el III Conde, Bernardino Fernández de Velasco y Mendoza quien endureció la compra-venta de bienes raíces por parte de los judíos y mudéjares/moriscos jarreros, debido a la política general de los Reyes Católicos de segregación y antisemitismo, en aras de un centralismo político, social y religioso. En la última Ordenanza (que son cartas con órdenes para que el Concejo las aplique) se termina prohibiendo las relaciones sociales entre ambas creencias. Como podemos ver por los escritos de Narciso Hergueta y Martín, el antisemitismo era animado por las élites, lo que venía ahondar la brecha abierta por el empobrecimiento de los súbditos, al tener que mantener milicias que partían a las guerras de los poco pacíficos reyes castellanos. Los judíos jarreros estaban eximidos al tener que mantener el Castillo y defenderlo, mientras que los cristianos se veían obligados a mandar tropa y mantenerla, mientras no habría estipendio. Para mantener esto se veían obligados a vender las tierras, cosa que querían atajar los Reyes Católicos con sus políticas.
Durante el siglo XV, este sentimiento irá afianzándose en la sociedad, para culminar con el decreto de expulsión de agosto de 1492. Poco antes de esta fecha se habría producido el peor acto de antisemitismo, que fue la profanación del cementerio, para usar las lápidas en la reparación del Puente del Oja-Tirón, con permiso obtenido del Conde de Haro. Mientras que las ordenanzas de Bernardino, habían tenido un seguimiento desigual y ambivalente de las autoridades y los Jarreros, el decreto hace que salgan de la Villa sus judíos, dejando la friolera del abandono de 55 casas y 111 fanegas de sembrado. Podemos decir que la comunidad judía jarrera desaparece en esta fecha. Habrá un pequeño número de Judíos que se conviertan al cristianismo (Hergueta señala que 48 personas), pero no podemos afirmarlo con seguridad.
Respecto a los mudéjares debemos considerar lo siguiente. Haro queda “reconquistado” hacia el siglo X, por los nobles alaveses. Un número indeterminado de mudéjares quedaron en territorio cristiano, viviendo dentro de la Villa sin ningún tipo de conflicto. La comunidad mudéjar, no era muy grande (como en la comarca del río Cervera, o la Rioja Baja, donde se aglutinaba una mayor cantidad de moros). De todas maneras esta población se asentó principalmente en dos zonas: Zona del Arrabal y Sta. Lucía, zona de Garrás, y fuera de Haro en la Media Villa de la Vega. No son nombrados en los Fueros e históricamente, sus primeras apariciones en documentos es a partir del siglo XV, de forma tangencial (venta de propiedad al lado de la propiedad de Abdallá Moro, 1434).
Existe a partir diferentes documentos que recogen, un cementerio exclusivo para la comunidad Mudéjar Jarrera. Asimismo, existe constancia de la existencia de un Barrio de la Mezquita, documentado en 1502, 1506 y 1511. Ambos lugares (cementerio y mezquita) se situaban en la zona de Sta. Lucia.
Básicamente, la población mudéjar se dedicaba a la agricultura de regadío siendo los primeros que lo implantaron por medio de canalizaciones en la zona del Moro, Alméndora y Arrauri; también eran afamados olleros o alfareros, realizando el barro vidriado. Un ejemplo de alfarero jarrero mudéjar sería Mahoma nombrado en un documento del 27/02/1464. Terminaron dando nombre al barrio de los Olleros que poseía una torre exenta de la muralla, conocida como de los Olleros, sita en el Arrabal. También existían profesionales libres, como el ya comentado Abdallá que era médico en el Arrabal.
Fueron afectados por las Ordenanzas del III Conde de Haro. Al final con los decretos de expulsión de 1610 no afectaron a la mayoría de los moriscos jarreros ya que se habían convertido al cristianismo, quedando su identidad disuelta en el resto de la población de la Villa. •••