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~ De todo un poco ~
Por Paqui González
El libro
El amor por la lectura es algo que se aprende, pero que no se enseña Alberto Manguet Aquel pequeño librito estaba sobre el asiento del autobús y por el suelo había algunos esparcidos. Con gran pena miré a mi alrededor y pude comprobar que el 80% de los viajeros que estaban sentados, miraban ensimismados la pantalla del móvil, y los que entraban en las paradas, no reparaban en aquellos diminutos tesoros de color blanco sobre los asientos y los arrojaban al suelo como si de un estorbo se tratase. Estos eran pisados sin ninguna compasión por el viajero que entraba (a continuación) para hacer su recorrido. Con un gran cariño tomé uno de ellos y me puse a leer, observando cómo la gente me miraba extrañada como diciendo: ¿qué hace esta mujer leyendo un libro en el autobús, si eso ya no se lleva…? A mí me dolía el alma al ver aquella indiferencia hacia los libros, esto trajo a mi memoria una película que vi hace muchos años sobre el futuro. Un hombre que regresa a la tierra después de estar perdido en el espacio miles de años, encuentra un lugar abandonado que fue una biblioteca, al tocar aquellos libros se desmoronaban en sus dedos y el hombre comentó: tanta lucha por la cultura, para que se haya perdido de esta forma. Lloraba como un niño al ver de la forma en que había cambiado el mundo. Por eso yo, con los ojos llenos de lágrimas los llevé a mi casa acomodándolos en mi pequeña biblioteca, donde guardo otros que fui recopilando en mis desplazamientos en autobús. Allí se encuentran libros de grandes o humildes escritores y poetas, colecciones que heredé de mi
padre y otros tantos de amigos junto a los míos de relatos y poesías. Recuerdo siempre a mi padre con un libro entre sus manos, que mirándome por encima de sus gafas me decía: Los libros son un gran tesoro para el que los posee, te hacen sabio y buena persona. Procura leer un libro dos veces porque siempre descubrirás algo nuevo que pasaste por alto la vez anterior. Yo no quiero que dentro de miles de años los libros no existan, luchemos porque nuestros jóvenes lean y escriban aunque sean sus propias historias en papel, y con las tecnologías de hoy se pueda conservar para un futuro nuestra historia de la Humanidad. Paqui González