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Aquellos días de Feria

Aún antes de nacer, mis padres ya eran participes de las fiestas patronales de Totana, allá por 1959, con alrededor de 12 años de edad, es cuando yo empiezo a tener recuerdos de las mismas, entrañables recuerdos.

Recuerdo clara y nítidamente la instalación de cada una de las casetas en las inmediaciones de la Iglesia, una caseta de tiro junto a la puerta de la Iglesia, frente al surtidor de gasolina, donde se instalaba el palco para la banda Municipal, adyacente a esta, la caseta del ¨Conejo¨, en la fachada del Ayuntamiento, una caseta de “Tiro Franco”.

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También recuerdo una jaima marroquí que ofrecía artículos de su país y juguetes, junto a la puerta de la Sacristía, se instalaba el tiovivo, tras de él había un molino, al que recuerdo con mucho cariño ya que pasaba muchos momentos entrañables ayudando o, más bien, estorbando al molinero repartiendo la harina por el pueblo. adelante con el paso de los años se fueron instalando más atracciones, el tren de la bruja, un Baby, etc.

En la parte lateral de la Iglesia se ubicaban las voladoras y las barcas de inercia. Recuerdo que cuando la instalación de las atracciones se ubicaba en el Ramblar, en La Rambla, a un lado del puente se instalaban circos y a otro un teatro de variedades, el teatro chino de Antonio Encina.

Los turroneros se instalaban alrededor de la fuente, junto al “Bar Pedrín” y el “Gabino”.

Allá por el año 1969-1970, las atracciones se trasladaron al Ramblar, donde por primera vez se instaló una pista de coches. En Varias ubicaciones fueron participes de la Feria y sus atracciones, la plaza de la Iglesia, El Ramblar, la Rambla, la Balsa Vieja, el Parque y sus alrededores, esta última fue la que empezó a albergar atracciones de mayor envergadura tales como el Zigzag, y La Noria y aumentaron atracciones infantiles como la pista de coches y el scalextric, que hacían las delicias de los más pequeños.

Años más tarde, no recuerdo exactamente, la feria volvió a la Balsa Vieja, ya transformada. Con el avance de la industria de la feria y el crecimiento del Municipio, Ayuntamiento y Asociación de Feriantes acordaron mediante convenio la dotación a la Ciudad de Totana de un recinto ferial adecuado a las necesidades de la población donde se instalan en la actualidad atracciones adaptadas a los tiempos. En este recinto, junto a las atracciones, se ubicaban dos carpas de cofradías Totaneras, donde en las noches más gélidas de las fiestas totaneras servían un caldo con pelotas que hacia entrar en calor a cualquiera que lo probase además de estar muy sabroso.

A demás de para las fiestas patronales, los feriantes instalábamos nuestras atracciones y casetas para la feria de septiembre “la Feria de los Burros”, feria que acogíamos con gran entusiasmo ya que, por esas fechas, muchos totaneros y totaneras emigraban a Francia para la vendimia dejando al cuidado de los abuelos a los más pequeños, y estos entretenían a sus nietos llevándolos a la feria para ser partícipes de su disfrute.

Rafael González

Presidente de la Asociación de Feriantes

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