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Camino Eulaliense

29 y 30 mayo 2021

Hace algunos meses mi primo me comentó que el Patronato Fundación la Santa de Totana estaba desarrollando un proyecto religioso, cultural y turístico que promovió hace años, pero que desde 2019 se había visto interrumpido a consecuencia de los efectos de la pandemia del COVID-19 y que consiste en la apertura de un nuevo CAMINO DE PEREGRINACIÓN ESPIRITUAL NACIONAL en el que se une el Santuario de La Santa de Totana con la ciudad hermana de Mérida con un recorrido total de 674 Kms divididos en 30 etapas, denominado:

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CAMINO EULALIENSE.

Santa Eulalia de Merida es la Patrona de Totana, nació en Augusta Emérita, actual Mérida en 292 y murió en la misma ciudad en el 304, fue una Santa cristiana que padeció martirio, murió decapitada bajo las persecuciones del Emperador Diocleciano. La noticia de la vida y martirio de la santa emeritense se expandió rápidamente por el Imperio Romano, convirtiendo a la ciudad en una de las metas más importantes de peregrinación de Europa Occidental durante la alta Edad Media, de hecho, y hasta la proclamación de Santiago Apóstol, Eulalia fue invocada como protectora de las tropas cristianas en la Reconquista y patrona de las Españas. Actualmente, ostenta el título de alcaldesa perpetua de Mérida y patrona de dicha ciudad.

Sus restos reposan en la catedral de Oviedo.

Y por fin llegó el gran día en el que se pudieron reanudar las etapas, y así el pasado viernes 28 de mayo partimos en autobús desde Totana hasta la ciudad Jienense de Villanueva del Arzobispo, donde el grupo fue recibido al llegar por el Concejal Don Amador Carmona Rodríguez y por la Presidenta del club senderista “correcaminos” Doña Mª José Carmona Mendoza, que están colaborando activamente en el diseño y elaboración de las etapas. Una vez allí nos alojamos en la Casa Trinitaria de convivencia y encuentro Nuestra Señora de la Fuensanta. Después de repartir las habitaciones dimos un ligero paseo por los alrededores y a descansar, el día siguiente se preveía duro.

PRIMER DÍA 29/05/2021.

Etapa:13

Conforme va amaneciendo me fui dando cuenta de donde nos encontrábamos alojados, un lugar espectacular, todo muy cuidado, muy limpio, un patio central amplio que da sensación de grandeza y unas muy buenas instalaciones. Nos levantamos pronto, el desayuno a las 06:15 y rápidamente a la explanada contigua donde nos hacen entrega a los “nuevos” de la Credencial y el Pañuelo que nos acredita como nuevos peregrinos, rezamos una oración y en marcha, los más de 60 peregrinos con todas las fuerzas y energías al completo atravesamos Villanueva y nos dirigimos hacia Iznatoraf. Nada más dejar el pueblo cogemos una pista amplia de tierra que inmediatamente nos pone a prueba, una importante subida nada más empezar nos hace sudar y el grupo se estira, cada uno subimos a nuestro ritmo y pronto estamos arriba.

Una vez llegados a Iznatoraf y antes de recorrer este precioso pueblo la intendencia nos había preparado un gran refrigerio del que dimos buena cuenta.

Terminamos de subir y ante nuestro asombro nos adentramos en un pueblo de ensueño, sus calles, plazas y rincones parecen preparados para el rodaje de una película de dibujos animados, plantas por todos sitios, macetas en puertas, rejas y ventanas, las calles estrechas y angostas, en resumen fotos por todos lados y muestras de admiración de todos nosotros y al asomarte a alguno de sus miradores te sorprendían las vistas de un mar de olivos centenarios y así hasta llegar a las puertas de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la cual visitamos y su párroco D. Bartolomé López nos selló gentilmente las credenciales a todos los peregrinos en la sacristía de la Iglesia lo cual agradecimos enormemente.

Tras admirar el interior del templo y porque no descansar un poco, continuamos nuestra ruta en dirección a Villacarrillo, tras pasar una de las puertas que en antaño fuera casi inexpugnable, hay que saber que Iznatoraf viene de la palabra arabe izn o hisn que significa castillo, zona fortificada y el nombre lo tiene bien merecido ya que tras la conquista por Fernando III Iznatoraf siguió siendo el castillo que vigilaba toda la región y algunas localidades como Villacarrillo o Villanueva del Arzobispo fueron aldeas protegidas por este castillo, a partir de aquí iniciamos un serpenteante descenso por una senda estrecha hasta llegar a un abrevadero para animales donde nos volvimos a reagrupar para continuar y ahora entre infinidad de olivares y un calor que ya pesaba bastante. Pasamos bajo dos túneles de la antigua vía del ferrocarril, hoy desmantelada y tras cruzar por lo que en su día será una autovía, hoy en construcción, nos acercamos hasta las afueras de Villacarrillo, que al igual que la cercana Iznatoraf fue conquistada por Fernando III El Santo iniciándose la evolución de aldea a villa, siglos después y a petición del arzobispo Don Alonso Carrillo de Acuña, el monarca Juan II concedió el privilegio de villazgo concedido por el arzobispo de Toledo. La nueva villa pasó a denominarse Villacarrillo adoptando para su nueva denominación el apellido del citado arzobispo.

Lo primero que hicimos fue visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que fue declarada Monumento Nacional en 1931, es una iglesia que me llamó poderosamente la atención por su extraordinaria singularidad de su perfil volumétrico y la grandiosidad espacial de su interior lograda con economía de recursos.

El interior es de planta basilical, tres naves divididas por pilares y capillas hornacinas cubiertas por bóvedas de crucería. La cubierta central está formada por bóvedas sobre pechinas y falsas linternas. Estas pechinas están decoradas con pinturas de gran belleza, realizadas al temple en

su mayoría y al fresco. Fue un verdadero lujo contemplar tanta belleza, tras las explicaciones oportunas pasamos todos a la sacristía para sellar nuestras credenciales y en este punto agradecer al párroco su amabilidad por abrir el templo para poder visitarlo.

Tras esta espectacular visita y bajo un sol que pesaba sobre nuestras cabezas nos dirigimos, tras algo más de dos kilómetros, a la ermita de San Isidro Labrador, donde en el exterior el super equipo de intendencia había montado un sombraje fantástico y unas mesas dispuestas para la comida que hicieron el deleite de todos nosotros, eran las 13:45.

Allí nos esperaban el Alcalde de Villacarrillo Don Francisco Miralles Jiménez y la concejala Doña Alba Márquez Peralta, así como el Presidente de la Cofradía de San Isidro Labrador Don Miguel Ángel Campos. El alcalde agradeció a los peregrinos el paso por su municipio y tras un intercambio de regalos y recuerdos, nos dispusimos a degustar lo que para nosotros fueron verdaderos manjares llevados por el personal de intendencia.

La comida fue muy buena, copiosa y abundante quizás en exceso para lo que se nos venía encima por la tarde, cada uno descansó lo que pudo y donde pudo, cualquier sombra era buena, ya fuera en el fresco del interior de la Ermita o en cualquier sombra de alrededor pero teníamos que seguir y sobre las 15:40 comenzamos nuevamente la ruta, primero deshaciendo el camino hasta Villacarrillo y después adentrándonos nuevamente en el olivar, ahora lo alternamos con grandes extensiones de cereales y algún que otro campo de amapolas, el terreno es un auténtico rompepiernas con continuas subidas y bajadas, por el camino alguien necesita ayuda pero pronto se restablece, la camaradería y el compañerismo están siempre constantes, el agua se coge como un trozo de oro pero que nunca faltó gracias al buen hacer de la organización y su coche de apoyo, además alguno se llevó una pequeña ducha de agua de cubitos y así entre sudor, sacrificio y sobre todo muy buen rollo conseguimos llegar a las proximidades del ansiado autobús que al no verse algunos no lo creían y pensaban que faltaban “cuatro kilómetros” La jornada fue muy dura y varios fueron los motivos, el calor, la distancia, el desnivel y sobretodo la tarde que después de esa opípara comida, pesó sobre nosotros, pero Santa Eulalia estaba con nosotros y nada podía salir mal.

En total recorrimos 31,35 Kms en un tiempo de 11 horas 44 minutos y salvando un desnivel acumulado positivo de 857 metros y todo ello aguantando un fuerte calor.

LA CENA

Una vez llegados al albergue algunos nos dirigimos a dar gracias en el interior de una preciosa capilla dedicada a la Virgen de la Fuensanta e inmediatamente ducha y a recomponer la figura, se estaba preparando una cena especial en un entorno especial y así fue, dos enormes planchas y algunos equipos más de cocina fueron condimentando todo lo preparado, verduras, sobrasadas, lomos, pancetas, salchichas, huevos fritos, morcillas, chorizos y cervezas, muchas cervezas y algún que otro refresco, todo salió perfecto, el lugar era especial, la noche con una temperatura ideal y lo mejor de todo LOS PEREGRINOS, que unión entre todos, que amabilidad, todos dispuestos a ayudar en lo que fuera y a quien le hiciera falta, yo personalmente conocía a no más de cinco o seis pero os puedo asegurar que en ningún momento me sentí un extraño ni nada parecido, todo fue amabilidad y buen trato hacia mí, en todo momento me sentí totalmente integrado y así entre risas y alegría nos fuimos marchando en silencio casi sin hacer ruido, mañana a las 06:15 desayuno.......... SEGUNDO DÍA 30/05/2021

Etapa:14

Después de la dura etapa de ayer, el descanso fue reparador y a las 05:30 cuando sonó el despertador el cuerpo se encontraba perfecto para empezar el día.

Desayuno rápido, hay que meter todas las cosas en el autobús y desplazarnos al lugar donde terminamos la ruta ayer.

A las 07:53 después de rezar la oración de la mañana y tras los vivas a Santa Eulalia comenzamos la ruta.

En principio era una ruta más bien corta y sin grandes dificultades, era temprano y la temperatura era agradable además parecía por los rostros de los peregrinos que los esfuerzos del día anterior eran cosas del pasado, se andaba rápido, los primeros 4 Kms fueron llanos y en bajada, aprovechamos para contar anécdotas del día anterior, las bondades de la cena, la buena organización, todo fluía bien, el “aguaor” se dedicaba a hacer fotos, tomar vídeos, hoy estaba tranquilo, una pequeña subida de apenas 1,5 Kms y nuevamente llano, al igual que el día de ayer transitábamos entre campos de cereales y frondosos olivares, algunos descansos más bien para reagruparnos que motivados por la fatiga. Desde bastantes kilómetros atrás divisábamos en lontananza nuestro lugar de destino Sabiote, pero para alcanzarlo teníamos que superar una rampa casi vertical de 3 kms, la distancia no era grande pero el desnivel muy considerable, pero a estas alturas no nos iba a asustar así que cada uno a su paso y poquico a poquico fuimos llegando hasta las afueras de la ciudad medieval y renacentista.

Sabiote remonta sus orígenes a 1200 años AC. debido a la colonización de los fenicios aunque se ha constatado que ya existía vida entre 2000 y 1500 años AC. En la Edad Media, se produjo un asentamiento humano y la villa se convierte en ciudad medieval. Los musulmanes establecieron un pequeño asentamiento, una vez conquistada la península por la posición estratégica que ocupa.

En 1257 Alfonso X El Sabio otorgó a Sabiote el título de “Muy Leal Villa” y la entregó a la Orden Militar de Calatrava.

En el siglo XVII el pueblo estuvo sumido en hambre, sequía, epidemias y una política de fuerte presión fiscal y militar. Fue a mediados del siglo XVIII cuando los acontecimientos políticos volvieron a irrumpir y Sabiote se posiciona a favor del cambio de dinastía en España de la mano de Felipe V. En 1808 llegan las tropas francesas a la localidad con motivo de la Guerra de la Independencia. Tras la presencia francesa, en 1814 se recupera la estabilidad institucional con la figura de Fernando VII.

Una vez todos los peregrinos agrupados en un extraordinario abrevadero, que hicieron las delicias de más de uno por su caño y abundante agua fresca, subimos

la última pequeña rampa y todos juntos nos dirigimos a la plaza existente al lado de la iglesia de San Pedro, al acercarnos se percibía a lo lejos acordes de guitarras, bandurrias, laúdes y una canción típica totanera, no nos lo podíamos creer, era la cuadrilla totanera “Los Pipirigallos” que se habían desplazado desde Totana para sorpresa y felicidad de todos los peregrinos, en este momento se olvidó el cansancio y la fatiga y durante bastantes minutos los bailes, cantos y vítores a Santa Eulalia sustituyeron a los resuellos de la cuesta.

Allí fuimos recibidos en representación de la corporación municipal de Sabiote por la Primera Teniente de Alcalde Doña Teresa González Martinez y la Tercera Teniente de Alcalde Doña María López Torres y por parte totanera su Alcalde Don Juan José Cánovas y la concejala de Cultura y Turismo Doña Verónica Carricondo.

Después de visitar la iglesia de la mano de su párroco Don Juan José Rascón y como si del flautista de Hamelin se tratara todos los peregrinos nos dirigimos a la explanada del Castillo a los sones de las canciones totaneras interpretadas por los Pipirigallos. Habíamos recorrido 12,38 Kms en un tiempo de 3 horas 57 minutos y salvando un desnivel acumulado positivo de 445 metros.

Tras un merecido descanso, se pudo disfrutar de una visita guiada por el interior del Castillo-Palacio de Sabiote que data del Siglo XIII, cortesía de la corporación municipal, tras dicha visita hubo un intercambio de obsequios entre las autoridades de Sabiote y las de Totana, como muestra mutua de agradecimiento y colaboración en el Camino Eulaliense.

A las puertas del Castillo y en una enorme explanada la super intendencia había preparado dos paellas gigantes y un entramado de toldos donde pudimos disfrutar todos de una extraordinaria y amena comida, pero teníamos que volver, no recuerdo la hora en que cogimos el autobús de regreso, para mí el tiempo se detuvo esa tarde en esa explanada rodeado de tantas personas encantadoras y súper amables. Tras una breve parada técnica en el camino llegamos a Totana y allí nos dijimos un hasta luego, el Camino Eulaliense nos había unido y él nos volverá a reunir.

MUY IMPORTANTE:

• He querido relatar mediante el escrito y las imágenes mis sentimientos, lo he hecho sobre todo para aquellos peregrinos a los que yo acompañé, para que al leerlo y verlo puedan revivir los días maravillosos compartidos juntos, son muchas las anécdotas, imágenes y momentos que se quedan en el tintero, pero cada uno añadirá el suyo. • Para los que no hayan tenido la suerte de vivirlo como yo, animarlos a participar en las próximas etapas de este maravilloso

CAMINO EULALIENSE. • Agradecer en primer lugar a mi fantástico primo que haya contado conmigo para este proyecto y decirle con enorme cariño y profunda admiración, que no será el último. • Y como no agradeceros a todos los peregrinos el trato tan fantástico y cordial recibido de todos vosotros. De todo corazón

¡GRACIAS!

• Nos vemos en octubre, feliz verano para todos y ¡VIVA SANTA EULALIA!

José Modesto García Zamarreño.

Lorca (Murcia)

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