Vera Fiestas San Cleofas 2017

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Pregón Feria 2017

PREGÓN FERIA Y FIESTAS EN HONOR A SAN CLEOFÁS VERA 2016 Pregonero de la Feria, D. Melchor Molina Montoya

Ilmo. Sr. Alcalde, Señoras y Señores Concejales, Dignas Autoridades, Veratenses, visitantes, amigos todos: buenas noches. Gracias Félix por estas palabras exageradas y afectuosas a un servidor. Conoces bien mi sentir hacia Vera pues han sido muchos los momentos compartidos dialogando y trabajando por conseguir lo mejor para nuestra ciudad. Por todo lo que aprendí contigo, como buen docente que eres, hoy públicamente te quiero dar las gracias. También quiero mostrar mi agradecimiento a la Junta de Gobierno y a la Comisión de Festejos del Excelentísimo Ayuntamiento de Vera por encomendarme el privilegio de inaugurar este solemne acto que dará comienzo a la Feria y Fiestas 2016 en honor a nuestro patrón San Cleofás. Si os soy sincero no esperaba este nombramiento como pregonero, aunque soy de los que opino que todos los veratenses somos merecedores de tan distinguido reconocimiento. Este acto no precisa de celebridades para inaugurar nuestra feria, aquí los pregoneros somos los hijos Vera, pues todos y cada uno de nosotros tiene una Vera que contar: no hay más que leer a los pregoneros que me han precedido. Hoy vengo a hacerlo yo. Y por ello ahora soy consciente que escribir sobre recuerdos y sentimientos que habitan en lo más profundo de nuestro ser entraña una cierta dificultad. Pero, acogiéndome a las palabras del célebre Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”, me he puesto manos al a obra y he comprobado que así es, porque al escribir este texto fueron muchos los recuerdos y experiencias que invadían mi mente, una especie de tormenta de ideas en la que me hallaba inmerso. Difíciles de transcribir con sentido y forma, con vuestro permiso compartiré algunos de ellos. Son mis primeros recuerdos los de un niño en el edificio Torreblanca, donde nací y crecí junto a mis hermanos, lar11

gas tardes de juegos en C/La Zanja, C/ México, Plaza de los Naranjos y el llamado campo de Béisbol, juegos que hoy están en peligro de extinción: el escondite; la rayuela; el pilla-pilla; fútbol sin equipaciones de famosos futbolistas ni campos de césped artificial, cemento y piedras que accidentalmente dejaban marcadas nuestras rodillas y codos. Siguen a estos, los recuerdos del cine de verano con mi abuela Vicenta: allí me sentaba junto a su carro, más famoso en Vera que el de Manolo Escobar, con provisión de pipas, capirotes, nubes, toques, etc.

Recuerdo también la etapa del colegio Reyes Católicos y a los entrañables maestros que tuve como Doña Marita, con su taco de madera del que hacía uso más veces al día que suenan las campanas de nuestra Iglesia cuando repiquetean, para llamar al orden cuando la voz no le permitía aumentar más decibelios,... o su nerviosismo que aumentaba de forma exponencial en los ensayos de nuestras obras de teatro infantil cuando a pocos días de la representación aún no tenía memorizado el extenso guión. O a Don Antonio Soler, obsesionado con una caligrafía perfecta que aún conservo a día de hoy saltándome así los patrones médicos de ilegible escritura. Recuerdo sus reptiles conservados en formol, sus manualidades de marquetería y la estrella, para todos sin duda era el trotilo de madera, hecho durante todo el año como una obra maestra de la ingeniería mecánica de la época.

O a Doña Socorro y su Antonio Machado con Campos de Castilla y el poema que encabeza dicha obra “Retrato” cuyos versos aún hoy siguen en mi memoria. Otros igualmente emotivos son mis recuerdos en la parroquia con Don Domingo, Sor Marina y Miguel Quintero. Y aquí, si me permiten, me gustaría detenerme porque hay personas que te marcan y él fue una de ellas. Recuerdo cuando fundamos la Hermandad de la Virgen de los Perdones. Quién nos iba a decir que esa procesión por la plaza mayor venerando a una imagen mariana de apenas cincuenta centímetros y portada por cuatro niños se convertiría en el Martes Santo que hoy todos conocemos. Y para sufragar los mínimos gastos que en aquel entonces teníamos, vendíamos minerales, piedras de la loma, limones, llaveros... todo lo que Don Antonio Galindo nos suministraba para ofrecerlos en el mercado de los sábados. Son estos, recuerdos de nuestra Semana Santa que sin duda marcaron mi infancia. Y si hay un acontecimiento religioso común para los veratenses, ese es la Subida de Jesús, inculcada desde que nací por mi padre. Tengo también recuerdos de Húercal-Overa, la villa natal de mi madre y donde residen muchos de mis familiares, cánticos infantiles de mi abuela Teresa en el patio de la casa, el pan caliente del horno para los bocadillos de dos dedos de grosor de embutido y el recuerdo de mi abuelo Melchor con su mono de grasa, ruidos de tubos de escape y decenas de motos apiladas en la puerta del taller. Me queda tú última obra de arte. Vienen después los recuerdos de mi adolescencia y juventud: recuerdos de instituto, profesores, amistades forjadas, primeras fiestas en el Palmeral, ferias de todos los pueblos cercanos y como no, de la nuestra. Y llegó el momento de partir, como tantos estudiantes, para estudiar lejos de mi Vera natal. Mi elección fue Barcelona. Aún recuerdo ese tren que salió desde la estación de Lorca y atrás dejaba mi infancia y

FERIA DE VERA 2017

DEL 21 AL 25 DE SEPTIEMBRE


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