Revista Solsticio #1

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REVISTA

SOLSTICIO Julio 2017

Numero: 01

Editorial Ocaso


Portada: Jorge Aroca David Montaña Muchas gracias a todos los que confían en este proyecto.

Revista con enfoque anarquista. Julio 2017 • Numero: 01 • Editorial Ocaso

Contacto.

Telefono: +57 304 674 8600 Email: editorial.ocaso@gmail.com Sitio Web: editorialocaso.wixsite.com/ocaso Facebook: /EditorialOcaso/ Producido por Editorial Ocaso. Esta publicación está pensada para ser digital. Si desea imprimir este número se recomienda el uso de papel reciclado/ecológico. Usted es libre de copiar, distribuir, y comunicar públicamente esta obra siempre y cuando reconozca los créditos de la obra y/o autor. No se puede utilizar esta obra para fines comerciales, así como tampoco se puede alterar la obra, transformar o generar obras a partir de esta. Las opiniones expresadas en esta revista digital no necesariamente reflejan las de aquellos que la publican, todo el material ha sido revisado y corregido, editorial ocaso no se hace responsable por “daños” provocados por dicho material.

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CONTENIDO 4

¿Pero que narices es la anarquía?

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¿Donde comienza la revolución?

Grajo Siberiano

Violeta Fernández

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Sobre la violencia.

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El hombre representado.

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El poder de la palabra.

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No es fácil demostrar que Dios...

Libertario Germinal

Goines Manontroppo

Sebastian Lemba

Alexander Pasos

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Temor a la ley.

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Resistencias.

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Desenmarañar el cosmos.

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German González

Hernan Roldan

Yulia Pratti


¿PERO QUE NARICES ES LA ANARQUÍA? Grajo Siberiano

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ace algún tiempo, tuve una conversación con un colega escritor que se preguntaba por qué llevaba varios años sin escribir ninguna novela. —En el plano creativo me encuentro en un momento un poco raro, la verdad —le dije—. Ando buscando la forma de conjugar la ideología libertaria con la ficción narrativa. Es decir, quiero escribir historias divertidas con un trasfondo anarquista, pero que no pequen de panfletarias. Y me está llevando mi tiempo, la verdad. A lo que él, tras meditar su respuesta unos instantes, respondió: — ¿Sabes qué? Yo haría una novela juvenil con un personaje de corte anárquico, un detective caótico, divertido y lleno de anécdotas graciosas que resuelva casos de misterio en clave de humor. Y así quedó más o menos la cosa, ya que por circunstancias no tuve ocasión de decirle que agradecía su consejo enormemente, pero que lo que acababa de decir era una auténtica barbaridad, que estaba demostrando no tener ni pajolera idea de lo que significaba el término anarquismo. ¿Que por qué digo esto? Bueno, al parecer, su idea de contar una historia

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ubicada dentro de un contexto anarquista era mostrar las andanzas de un personaje caótico, desastroso quizás, que a pesar de no dar pie con bola conseguía resolver las situaciones en las que se veía envuelto. Vamos, que estaba cayendo en el viejo tópico de equiparar el anarquismo con el caos y el desorden. Y no sólo eso, sino que me proponía situar como protagonista de una novela anarquista nada menos que a un detective, es decir, alguien cuyo trabajo consiste en perseguir, acosar y, si encima tiene la placa correspondiente, privar de la libertad a personas que han decidido no obedecer a rajatabla las leyes dictadas por el estado represor de turno. Quiero pensar que, en este momento, muchas de vosotras estaréis negando con la cabeza, sonriendo tal vez, porque os ha sucedido algo parecido en más ocasiones de las que sois capaces de recordar. ¡Cuántas veces, como anarquistas, habréis tenido que escuchar eso de «¡ah!, pero eso es una utopía»! O aquello otro de «¡sí, claro! ¡Cada cuál a hacer le que venga en gana! ¡A matarnos las unas a las otras!». ¿Qué más os podría contar que no supierais ya, verdad? Pero para el resto, para quienes, como mi colega,


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no tengáis muy claro qué significa el término anarquía, me he decidido a escribir este artículo. La anarquía, tal y como yo y muchísimas otras personas la sentimos, ni es una utopía ni tiene nada que ver ni con el caos o con la ley del más fuerte. La anarquía es, de hecho, la máxima expresión de orden a la que puede aspirar la sociedad humana. Es gobierno sin jerarquías y sinónimo de democracia directa y participativa, en oposición a aquello que llaman democracia parlamentaria o representativa, en la que la única función política del individuo consiste en prestar su apoyo a un partido una vez cada cuatro años, dándole carta blanca durante el tiempo restante para que haga y deshaga lo que le plazca en ámbitos tan vitales como la educación, la sanidad, las condiciones laborales o los derechos sociales. Según quedó definida por algunos de los principales pensadores y filósofos del siglo XIX, como Proudhon, Bakunin y Kropotkin, la anarquía es la igualdad política, económica y social de todos los seres humanos. Ni más ni menos. Ello supone la ausencia de todo control, individual o colectivo, ejercido por unas personas sobre otras, ya se trate de instituciones políticas, administrativas, militares, religiosas, económicas o empresariales. Cualquier organización jerárquica en la que una serie de individuos ostenten capacidad de decisión sobre el resto es totalmente contraria a la

anarquía. Lo que busca el anarquismo, en realidad, es la libertad absoluta dentro de un marco de igualdad, fraternidad y apoyo mutuo, en la que cada cual tendrá la oportunidad, ¡la verdadera oportunidad! de tomar las riendas de su vida en sinergia con la colectividad en la que vive y trabaja. Ya, imagino que os estaréis diciendo «todo eso suena muy bien, muy motivador, pero cómo podría llevarse a cabo». Bueno, me temo que no existe una única respuesta para esa pregunta, ya que cada anarquista a la que preguntes te dará una versión diferente de cómo lo haría ella, dependiendo de la corriente anarquista con la que se sienta más representada, de las lecturas que más le hayan influenciado o de su propia experiencia vital. El anarquismo es una ideología viva, no dogmática y en continua regeneración. Todo nuevo pensamiento o iniciativa generada en pos de la libertad tiene cabida en su ideario. Y, atended bien a esto que os voy a decir, la cuestión tampoco es que sea cómo lo haría tal o cuál persona. Lo que importa es cómo lo haríamos todas en colectividad. Ya que, cuando hablamos de anarquismo, estamos hablando de tomas de decisiones en colectivo por medio de un sistema asambleario en el que todas y cada una de sus integrantes tienen idéntica voz e idéntica capacidad de decisión. En él no existe lugar para las líderes,

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las iluminadas o el paternalismo teórico. Pero bueno, también es cierto que existen unos preceptos básicos en los que todas o la mayoría de las anarquistas se encuentran de acuerdo. La supresión del Estado y de cualquier otra variante de dominación territorial o política sería uno de ellos. Aparte de eso, y dependiendo de la corriente anarquista en la que nos movamos, también puede tener cabida la eliminación del trabajo asalariado y de la divisa, la anulación de cualquier organización jerárquica religiosa, la disolución del ejército y la policía, o la toma de los medios de producción por parte de los trabajadores. Es por esto que el anarquismo es considerado una ideología radical aún incluso para quienes la profesan. Pero no radical en el sentido peyorativo, como quieren hacernos creer los medios de comunicación, equiparando radicalidad con fundamentalismo, intransigencia o violencia. Cuando hablamos de una ideología radical nos referimos a un sistema de ideas que apuntan a la raíz de los problemas sociales. Jamás podrá existir la verdadera libertad mientras haya un conjunto de seres humanos sometiendo y explotando al resto para su propio beneficio. Y para concluir, os diré que terminar con el Estado y con cualquier otra modalidad de dominación no es algo que se pueda llevar a cabo por la vía reformista, que es la fórmula defendida por los políticos y las instituciones. La

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inmensa mayoría de las anarquistas coinciden en que el verdadero cambio únicamente podrá conseguirse por medio de una revolución, más pacífica o más virulenta según sean las circunstancias y las personas que participen en ella, pero una revolución al fin y al cabo. Es por ello que el anarquismo es considerado una ideología revolucionaria. El verdadero cambio sólo puede ser logrado desmoronando el sistema de dominación que nos subyuga desde sus mismas bases y reconstruyendo la sociedad de nuevo. Como dijo Buenaventura Durruti: «Siempre hemos vivido en la miseria y nos acomodaremos a ella por un tiempo, pero no olvidemos que los obreros somos los únicos productores de la riqueza. Somos nosotros los obreros los que hacemos marchar las máquinas en las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de las minas, los que construimos las ciudades... ¿Por qué no íbamos, pues, a construir en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas no nos dan miedo [...] porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Y ese mundo está creciendo en este instante.»


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¿CUÁNDO COMIENZA LA REVOLUCIÓN? Violeta Fernández

«Aquellos que hacen una distinción entre anarquismo teórico y el anarquismo práctico, para sostener que el anarquismo práctico no debiera ser anarquista sino dictatorial, no han comprendido bien la esencia del anarquismo, en el que no es posible dividir la teoría de la práctica ya que para los anarquistas la teoría surge de la práctica y es a su vez una guía de la conducta, una verdadera pedagogía de la acción.»

El concepto anarquista de la revolución Luigi Fabbri.* Una pregunta casi típica dentro de las corrientes libertarias, en un intento de unirse a los bloques de resistencia por medio de confederaciones, organizaciones libertarias y/o círculos de estudios, junto a quienes rechazan toda forma de autoridad, ya sea adentrarse en el camino para el triunfo y la emancipación, nos hace repensar en la actualidad, de ¿Cuándo puede comenzar una revolución? ¿Qué es lo que hacemos para derrocar al estado, al gobierno de turno, o principalmente al sistema capitalista establecido?,

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pues, si, bien es cierto que lo repensamos. Ya lo decía Fabbri, «el anarquismo no es más que una manifestación del pueblo, proletaria y revolucionaria». Si bien es cierto, hay muchas corrientes revolucionarias de tendencia izquierdista que solo se ocupan de engrosar sus filas, educando a sus militantes por medio de cátedras perfectamente establecidos por un dogma político aparentemente revolucionario, engañando al pueblo, tratando de caer en reformas como un supuesto camino hacia la revolución, pero detrás de ellos surge la verdadera cara oportunista, lucrando con el estado corrupto y autoritario. Si una mesa apolillada se le rompe una de las patas con las que se sostiene, y sabiendo que esa mesa está carcomida y vieja, lo repongo con una pata de madera aparentemente bien, la mesa podrá estar un tiempo en buen estado, pero luego se le romperán las otras patas, ¿no sería mejor cambiarlo por uno nuevo? Similarmente, este sistema capitalista no puede subsistir con meras reformas, engañando al pueblo, al proletariado, de que aparentemente pueda estar en bien cuando en verdad está podrido


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desde sus entrañas, ya todos lo sabemos, con reformas no se derroca al estado, se necesita una verdadera concepción libertaria de la revolución, una revolución contra el estado, y no por medio del estado, tomando como bandera la libertad de los pueblos y a la emancipación de los mismos, apoyándonos en la acción directa y la autogestión, eh ahí y desde este sentido, qué, el anarquismo es una verdadera teoría sobre la revolución. Indudablemente, la característica principal, por la que se puede decir que la revolución ha comenzado es el apartamiento de la legalidad, la ruptura del equilibrio y la disciplina estatal, la acción impune y victoriosa de la calle contra la ley. En este sentido no hay revolución aún. Puede existir un estado con ánimo revolucionario, mientras se sigan dando huelgas violentas o pacíficas, motines, enfrentamiento contra el gobierno de turno, tentativas insurreccionales, etc., pero mientras aun el sistema viejo siga jugando con sus propias reglas y leyes todavía, no se ha entrado aún en un estadio revolucionario. El anarquismo como si, es pilar de la revolución ya necesaria en nuestros tiempos, así como en tantos otros, ejerciéndolo mediante la acción directa del pueblo y el proletariado con una convicción y una horizontalidad impenetrable por el sistema viejo. Recordemos que muchos otros intelectuales de izquierda, y también de derecha con pretensión de difamar a toda corriente libertaria, en su afán de

concebirnos como precursores de una corriente de ideas, basados en un filosofía anarquista casi inexistente han de saber, que ya estamos saliendo a las calles difundiendo la verdadera pretensión revolucionaria, no con una justificación violentista (aunque ninguna revolución triunfó de forma pacífica) tampoco pretendemos justificarnos mediante eso, sino la cual arma verdadera es la acción directa para el derrocamiento del estado. «La Anarquía es armonía sin ninguna jerarquía»

* Fabbri, L., & Santillán, D. A. (1967).

Dictadura y revolución. Buenos Aires: Proyección.

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SOBRE LA VIOLENCIA Libertario Germinal

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uando hablamos de violencia, enseguida fruncimos el ceño y pensamos «eso está mal» y en un análisis superficial y subjetivo esta puede ser una afirmación correcta. Al pensar en la violencia tenemos cientos de barreras impuestas sobre nuestra conciencia y nuestra también impuesta moral, la cual creemos con todas nuestras fuerzas como propia y humana. El ser humano se presenta a sí mismo en la modernidad como un ser avanzado y pensante, que rechaza la violencia a menos que deba usarla al haber acabado todo tipo alternativas pacíficas y dialoguistas. Pero sabemos que esto no es así, entendemos que el ser humano es un prisionero de su propia hipocresía y falsa moral. Somos fervorosos creyentes y seguidores de la violencia autorizada por la ley, la ética, el estado o la religión, y esto es innegable, siglo tras siglo, los portadores de la verdad nos han influenciado a movilizarnos violentamente contra lo que solo ellos creían incorrecto, inmoral, malo o hasta podríamos decir, en la modernidad, perjudicial para su propio bienestar. En fin, nos monopolizaron la violencia, redujeron el derecho a la violencia humana a un grupo pequeño de iluminados por un dios que ampara estos hechos y les da el visto bueno. Pero

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¿acaso no es la violencia una cuestión tan humana, como el amor? ¿No es acaso esta tan destructiva como el egoísmo? ¿No es tan nuestra como de ellos? El planteo entonces de si la violencia es buena o mala queda en un plano inútil y superficial, ya que esta es un acto totalmente humano y es (por el momento) irradicable.

«...El ser humano e su propia hipocres Entonces, me pregunto ¿Cuantas barreras a llegado a imponer el poder dominante para que el ser humano común y corriente llegara a justificar con total vehemencia y seguridad que solo un grupo de personas iguales a todo el resto del planeta serían las encargadas de disponer del uso la violencia del modo que mejor creyeran? ¿Cuántos sacrificios han realizado el hombre y la mujer en el uso cotidiano de esta patética moral? Nuestra moral y códigos éticos sobre la violencia, no son más que la defensa inconsciente del derecho monopolizado de las naciones impuestas a la fuerza sobre pueblos libres, de las


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leyes y quien las hace y de las fuerzas de seguridad dispuestas para defender aquella imposición forzosa sobre los libres y a los códigos morales de aquel reducido grupo de líderes e iluminados. Por medio de esta sagaz manipulación de las conciencias, este pequeño grupo de burgueses ha extendido su dominio por sobre la vida y la muerte del humano a lo largo de los siglos, hasta llegar a la actualidad. Han educado hasta el cansancio a los seres con la idea de que el levantamiento popular es un hecho negativo, que la autodefensa de un pueblo es un acto que

es un prisionero de sía y falsa moral.» va contra la moral y que el robo y la recuperación de los bienes extraídos por medio de impuestos criminales y obligatorios, son el resultado del Ocio y el resentimiento. Cuando esta educación tan sutil acaba no dando resultado con ciertos individuos esta la barrera de la religión, aquella antigua celda empapelada de discursos de moral, ética y conducta. La religión impuesta nos habla sobre la paz, sobre el amor, la comprensión y la utópica empatía entre los seres. Los dueños del mundo siguen estas sabias enseñanzas imponiéndolas a un pueblo que intenta entonces movilizarse por estas nobles y preciosas

ideas, haciéndolas su bandera y predica, en conjunto con cientos de códigos de moral ajenos e inhumanos. La religión y la ley se convierten entonces en supresores de la realidad humana, de la realidad de la violencia y la acción directa de los hombres y mujeres hacia lo que les desagrada o los oprime, obligándolos a vivir en un estado de supresión de los instintos, impulsos y códigos reales. Con esto consiguen la total autoridad sobre las voluntades del resto de las personas y la eliminación de la posibilidad de perder su poder por parte de la violencia popular para continuar la manutención indefinida de sus privilegios de minoría dominante. Para concluir podemos decir entonces que la violencia es tan nuestra como de ellos, como seres humanos iguales ante el mundo que nos rodea, y cuando saquemos la moral de aquellos individuos dominantes de la nuestra, podremos por fin observar cuanto tiempo y de qué modo hemos sido engañados, y aquel día será de una humanidad apoteósica. La violencia por fin será descartada como de uso único de los grupos de poder, y los cimientos del sistema global que se apoya en nuestras doloridas espaldas comenzara a temblar y se defenderá, claro está, pero por fin en aquel momento de la historia, la respuesta a su violencia será con más violencia y no con la sumisión acostumbrada.

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EL HOMBRE REPRESENTADO Goines Manontroppo

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lgunos de ellos habían entrado por la ventana del jardincito que daba a la calle, otros por la puerta principal, pero ya estaban allí, por suerte para Juansofre Pueblo, quien no podía ocuparse de sus quehaceres domésticos. No hablamos aquí ya de que el amigo Juansofre haya delegado las tareas de aseo y ordenamiento del hogar, sino además toda tarea hogareña como el ir por un poco de queso que hubiera en la heladera. Para ello fue menester que Juansofre entendiera que era preciso que el desarrollo de sus acciones, sus propiedades y sus intereses estuvieran garantizados por la fuerza institucionalizada, y vio prudente que aquella invasión de personas ajenas en su hogar, tuviera lugar, dado que eran, por suerte para él, quienes lo representarían, deliberando, juzgando y ejecutando todas las cosas de las que Juansofre no tenía tiempo o ganas de ocuparse. Todo funcionaba de maravillas: Juansofre volvía del trabajo que tenía en una gran compañía de friega trapos, tocaba el timbre de su casa, ya que las llaves eran celosamente controladas y guardadas por sus re-

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presentantes; estos deliberaban largo rato sobre si realmente Juansofre tenía soberanía para entrar en su casa, si era saludable para la razón de la constitución que los había formado allí. Pasadas unas dos horas, con suerte, sino se entretenían leyendo la revista Caras, o se quedaban dormidos, finalmente uno de ellos le abría la puerta y con un breve protocolo lo hacían entrar. Juansofre debía sortear las mismas peripecias incluso más largas como por ejemplo, para darse una ducha, se recurría al encargado de cloacas y salubridad de la casa, al gestor de análisis de la energía y sus secretarios, quienes blandían en vivas discusiones los presupuestos y recursos obtenidos para cada litro de agua de la regadera. Juansofre era feliz, ya no tenía que pasear a su perro Tato, con la molestia que conlleva socorrerlo ante la embestida de forajidos perros de la calle, levantar sus heces y sujetarlo cuando oliera el trasero de alguna perra en celo. Sin embargo a Juansofre le llamaba la atención que cada vez que el secretario de adjuntos y bicheríos del


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hogar salía con Tato, al volver, Tato ya no se le parecía. Juansofre recordaba a Tato como un elegante mastín en su primera juventud y no como un vetusto pequinés trazado por mixturas apócrifas. Pero la fe en sus representantes era tenaz por lo que mucho no le preocupaba, incluso cuando llamaba a Tato para hacerle caricias y ese cuzco informe no se daba por enterado. Los tributos que Juansofre pagaba a sus representantes eran altos, pero suponían la garantía de que el funcionamiento del hogar fuera plenamente eficiente. Veamos una conversación al momento de tributar: Ministro del manejo de haciendas, tributos y monedas de 10 que brindan los salames: Sabe Usted, señor Pueblo que los salames eran una gente, de la antigua Salamería, muy obedientes y conscientes sobre todo de su obligación para con la sociedad, y por ello, sabiamente, al igual que Usted, se organizaron en situación de jerarquías, donde los representantes, los jerarcas, hacían honor a los salames, administrando su dinero para su beneficio, el de los salames. Ya que ellos fueron incapaces de vivir ordenadamente y ocuparse de los asuntos competentes en sus vidas, tal como Usted, y es por ello que nos sacrificamos, nosotros los

jerarcas por su vida de libre ciudadano de su hogar. Por favor, ponga la tarasca sobre la mesa. Juansofre: ¡Cómo no! Este es mi sueldo - Y Juansofre pone sobre la mesa 50 billetes de 100 uno de 10y 4 de dos pesos. Ministro: Señor Pueblo ¿está seguro Usted que no posee otro billete perdido por ahí? Juansofre: No billetes, pero sí una moneda de 15 centavos que me dieron de vuelto por un paquete de pastillas Halls. Ministro: Pues haría Usted bien en ponerla a la vista - Se acercaba un policía a mirar la operación, mientras el ministro continuaba: Y además, sabrá Usted acerca de la resolución dada el 23 de Mayo del año corriente donde resolvimos en plena democracia que el coste a cubrir por el uso de la heladera comprende una retribución, atada a alícuotas de estándares internacionales, con pago y venta de panfletos a uso de mujeres barbudas o no, en Mesopotamia o el Caribe de un 76,900677 % resueltos por el Cónclave internacional de los usos y usuras de las Ciencias Económicas, las únicas ciencias donde hay que pagar para que suceda un fenómeno natural, si

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su sueldo supera los 2200 pesos, señor mío. Juansofre, con total desconcierto: Pues no estaba enterado de eso... Ministro: Debería saber que esa reunión democrática tuvo lugar en su dormitorio, aquella vez que lo dejamos dormir bajo el tinglado del patiecito. Juansofre: Sí, recuerdo haber escuchado risas de mujeres y reggaetón... Ministro: ¿A caso Usted cree que mantener una heladera llena de manjares como caviar y queso de la India es barato? Juansofre con asombro y estupor: No sabía que tengo la heladera llena... Como hace meses que los deliberantes me dan a comer fideos con aceite... Ministro: Le cuidan la salud. Usted es un irresponsable que no está enterado de las cosas. Debería informarse. ¿Para qué le paga el sueldo al hombre de los medios masivos que gentilmente se sienta en su sofá del living todos los días? Él le leerá todos los eventos que conforman la realidad verdadera sin cuestión ni debate real, sólo aparente entre dos polos supuestamente diferentes pero iguales en el fondo. Juansofre, mirando al señor de los medios masivos que llevaba un gesto de pesar y enojo: ¿Le pago el sueldo? Finalmente, Juansofre aceptaba todo, con apacible enojo contenido, pero era más fuerte su flojera. Sus representantes se debían a él, pero él era consciente de su incapacidad para asuntos tan complejos y es por ello que era mejor obedecer. De todas maneras, la compañía de friega tra-

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pos le aseguraba un bienestar, que aunque limitado, Juansofre a cambio cedía gran parte de su vida por papel moneda que tributaba a sus representantes de las tareas hogareñas para su ejecución efectiva. Si bien Juansofre murió finalmente de un ataque al corazón, aflicción fácilmente prevenible pero llevada por el estrés y la imposibilidad de cubrir los costos médicos y la falta de insumos del ministro de mantenimiento del bobo del libre ciudadano del hogar; los representantes siguieron operando y desarrollando su poder, alquilando la casa a nuevos inquilinos, libres ciudadanos del hogar al mejor estilo salame.

El último Tato que se conoció en las investigaciones de esta crónica era hembra, parecida a un Cocker.


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EL PODER DE LA PALABRA Sebastián Lemba

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oy todxs y cada unx de nosotrxs somos incitadxs a escribir y expresarnos en redes sociales porque todxs tenemos algo que decir y tenemos el derecho y la posibilidad de ser locutores y ser oídxs. Pero nuestro tiempo está marcado por complejas contradicciones y pareciera que cuanto mayores son los medios de expresión, menores son las cosas que se tienen por decir, cuanto más se solicita la subjetividad, más anónimo y vacío es el efecto y la paradoja se refuerza por el hecho de que “nadie” en el fondo está interesado por esa profusión de expresión más que el propio emisor. Constatamos entonces la primacía del acto de comunicación sobre la naturaleza de lo comunicado, la total indiferencia por los contenidos, la comunicación sin objeto ni público: el emisor convertido en el principal receptor. Todxs tenemos el derecho de usar la palabra de la manera que más nos dé la gana. Tenemos el derecho de expresarnos para nada, expresarnos sin otro objetivo que el mero expresar, sin importar ni reparar en el contenido del mensaje, incluso al elevado costo de reducir el poder de la palabra a la

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nada y ponerla al servicio de la pura banalidad. Sin embargo, no estamos obligadxs a ello. También tenemos la posibilidad de apropiarnos de las palabras y convertirlas en nuestro mejor recurso y en la herramienta más poderosa para transformar la realidad. La palabra no es un signo inocuo. En la palabra se esconde la magia con la que se confiere vida a las cosas muertas, con la que se derrumban las barreras y se acortan las distancias. En la palabra viaja el aliento que da vida, el alma que anima las cosas inertes y despierta los cuerpos dormidos. En las palabras viajan las voces hasta los lugares más lejanos, atando lo que ha sido roto e indicándonos el camino a la puertita que nos lleva al otro lado de las cosas.


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NO ES FACIL DEMOSTRAR QUE DIOS... Alexander Pasos

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l Todopoderoso mata una pequeñísima hormiga en el norte del sur de América, al parecer el hecho ocurrió porque la hormiga llevaba un granito de mostaza y no tenía fe alguna. El Todopoderoso promete vida eterna a sus familiares para pagar la culpa. Según fuentes confiables, el ser humano aún no se entera del macabro hecho. Medios importantes de la tierra evitan que la noticia se convierta en un escándalo mundial. El Todopoderoso anuncia amor para todos los seres de la tierra. Sin embargo, el hombre vive bajo la sentencia de creerse el único ser de la tierra y es de esperarse porque en la cabeza de un pulgoso perro no Existe la idea del Todopoderoso. Estudiosos afirman que el Todopoderoso miente al decir que ama a los seres de la tierra. (En noticias del entretenimiento esperen la ampliación). Efectivamente, algunos estudiosos de la universidad de la Desvirgada afirman que es imposible que el Todopoderoso ame al hombre y lo acu-

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san de mentiroso. Estas son algunas de sus razones: 1. Un ser inferior siempre ama a un ser superior y no al revés. 2. El hombre es un ser inferior al Todopoderoso y debe amarlo para Siempre. 3. El Todopoderoso debe recibir su amor y causarle el mayor sufrimiento posible. 4. Bajo esta teoría, el Todopoderoso existe porque el hombre sufre. 5. El Todopoderoso no da amor, de lo contrario cumpliría todas las plegarias del hombre y evitaría su sufrimiento. 6. Al hacer lo anterior, El Todopoderoso no existiría. 7. El Todopoderoso es omnipotente y omnisciente. Sin embargo, Por ser superior al hombre no necesita manifestar ninguno de sus poderes divinos a un ser inferior. Siendo que el Todopoderoso cumple con todas las características anteriores, los estudiosos de la Desvirgada llegaron a la sutil conclusión de que no se necesita de Él Porque es poco amable, nunca ayuda, tampoco responde


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y lo peor, necesita del sufrimiento humano para seguir existiendo. (Hasta aquí, el informe de noticias del Entretenimiento, sigan en sintonía.) (En noticias de deportes extremos). Bajo las acusaciones hechas por los estudiosos de la Unidesvirgada, el Todopoderoso anuncia un nuevo diluvio universal. (Noticia de última hora ¡Atención!). Un fuerte huracán destruye la Universidad de la Desvirgada dejando bajo los escombros todos sus estudiosos. Aún se desconocen las causas de este hecho natural.

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TEMOR A LA LEY Germán González

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a Ley era la posibilidad de que mi papá se pusiera bravo si no hacía lo que tenía que hacer.

La Ley era el rector del colegio con su mirada detrás mientras yo presentaba los exámenes… La Ley era la calle vacía en la noche… a la espera de los ladrones… Conocí la Ley que me ayudó una noche que me atracaron… Algunos vestidos igual, me esculcaron otra noche hasta hacerme bajar los calzoncillos, buscando una “Chicharra” para pasar la noche… Vi la Ley que reprimía las justas protestas Y vi la Ley que motivaba esas protestas La Ley contra la Ley… Vi la Ley manipulada y vendida… Entonces vi la Ley por encima de la Ley La Ley masacrada en la Guerra La Ley muriendo de Hambre… La Ley agonizando en los ríos contaminados y las montañas violadas… La Ley en peligro de extinción… Así apareció una Ley dentro de mí Yo era la Ley Yo sabía qué estaba bien y qué mal Y esa Ley estaba encima de mí

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Y vi que esa Ley está con todos… Y sentí Esperanza…


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RESISTENCIAS Hernán Roldán

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eclaro mi resistencia no escuchar los pulsos ni la ilusión ni los sueños sólo el vital basta y el pensamiento primitivo el nómada los que accionan a favor fusilando los sentidos del fantasma replegarme desalmado ya entre los flancos de mi verba sin costos mudos sin precios de artificios sobre el combate culpógeno de artillería agresiva la implosión sin palabras vuelvo en pie de guerra esta vez entre peñascos observo los espacios movimientos mentiras y ruedos de un mundo poco acogedor.

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DESENMARAÑAR EL COSMOS María Julia Prati

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ircunloquios circunvalaciones la histeria de la historia muerte y terror horror uno a uno o masacres a elección.

Corazón rebelde atiza y protege lo que asoma al fondo de esa caja la de Pandora. Curiosa atrevida dispuesta fortalecida mientras perciba rastros de vida.

Masacre cerebral si ni sabés en quién confiar no fío dice un cartel de almacén no me fío ni de mi sombra. Pío pío cantar en alguna copa de árbol que aún no talaron. Escribir fantasear abrir el corazón lo que de él podamos rescatar. Sin patria ni bandera sólo tierra agua semillas y escaleras. Remendado baqueteado corazón curado de espanto jamás clausurado a pesar del llanto resuena late y acaricia trozos de nubes pétalos chispas rodando.

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PERSONAL Editor.

Maximo Panclasta: editorial.ocaso@gmail.com

Escritores.

Alexander Pasos: telemacocenso@hotmail.com Grajo Siberiano: grajo@insiberia.net. María Julia Prati: juliaprati@yahoo.com.ar Goines Manontroppo: goinesasunto@gmail.com Violeta Fernández Hernán Roldán Germán González Sebastián Lemba Libertario Germinal

Directores de arte.

Maximo Panclasta: editorial.ocaso@gmail.com David Martinez: editorial.ocaso@gmail.com

Factotúm.

Jorge Aroca: deoptdnen_008@hotmail.com

Diseño.

Jorge Aroca: deoptdnen_008@hotmail.com David Martinez: editorial.ocaso@gmail.com Máximo panclasta: editorial.ocaso@gmail.com

Colaboradores.

Emiliano Zalasar Ehua • Silvia María • Brayan Piña • David Montaña

Propuestas.

Son bienvenidas todas las sugerencias y propuestas en cuanto a textos (ensayos, cuentos, poemas, críticas, reseñas, etc.) fotografías e ilustraciones. Si deseas hacer parte del equipo de colaboradores o tienes alguna duda, sugerencia, reclamo puedes enviarnos un mensaje o una muestra de tu trabajo al correo de la editorial: editorial.ocaso@gmail.com

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David Martinez

Grajo Siberiano

Ilustrador

Escritor

Maximo Panclasta

Jorge Aroca

Editor

DiseĂąador

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