LA CLÍNICA DÍA A DÍA
La endocardiosis valvular crónica La labor del auxiliar con los propietarios es fundamental: no solo se les deben explicar con claridad las patologías que sufren sus mascotas, sino que también hay que concienciarlos para mantener el tratamiento necesario hasta el final.
Texto Laura Gonzalo Cardiovet www.cardiovet.es @cardiovet_info 913 510 882
Los programas formativos para auxiliares veterinarios no suelen hacer mucho hincapié en la cardiología, ya que se ha venido considerando un área de competencia exclusiva del veterinario. Este enfoque es totalmente erróneo pues, si bien el ATV no es quien diagnostica, desempeña otras funciones no menos importantes. Especialmente relevante es su papel de “educador” de los propietarios: un buen auxiliar debe estar al corriente de las patologías cardiacas más frecuentes en perros y gatos y concienciar a los clientes sobre, entre otras cosas, la necesidad de realizar chequeos geriátricos a sus animales.
¿Qué es la EVC? Una de las patologías más frecuentes en perros es la endocardiosis valvular crónica (EVC), que representa nada menos que el 75 % o más del total de los problemas cardiacos en esta especie. Afecta principalmente a perros geriátricos de razas enanas o pequeñas, más frecuentemente a los machos, y tiene una especial incidencia en la raza Cavalier King Charles. Se trata de una enfermedad crónica en la que la válvula mitral degenera causando insuficiencia y regurgitación de sangre a la aurícula izquierda. Por lo tanto, el primer síntoma de una EVC es la auscultación de un soplo en el área mitral. El aumento de presión en la aurícula izquierda debido a la regurgitación acaba produciendo dilatación y congestión pulmonar, que se manifiesta clínicamente en forma de tos y disnea. Hay muchas causas de tos y disnea en el perro, pero si el perfil del paciente es el anteriormente descrito, la EVC debe estar muy arriba en nues-
tra lista de sospechas. En resumen: cuando se nos presente en la clínica (y esto ocurrirá prácticamente a diario) un paciente de raza pequeña, de edad avanzada y que presenta tos, disnea y soplo, lo primero que tenemos que pensar es en una posible EVC. A continuación, se confirmará con las pruebas adecuadas: radiografía torácica (aumento del corazón izquierdo, edema pulmonar), electrocardiograma (alteraciones solo en fases avanzadas) y, en caso de necesidad, ecocardiografía.
Tratamiento En cuanto al tratamiento, estará orientado directamente a contrarrestar los efectos de la insuficiencia cardiaca congestiva: furosemida, iECA y espironolactona son los medicamentos que hay que tener a mano. Los diuréticos se administrarán sólo el tiempo necesario, pero un paciente con EVC tendrá que tomar medicación de por vida. Es muy importante concienciar a los propietarios acerca de la necesidad de mantener el tratamiento con constancia y responsabilidad. Además de esto, puede ser necesario prescribir una dieta baja en sodio, por lo que el ATV debe conocer la oferta disponible en el mercado para perros con patologías cardiacas y poder así asesorar al propietario. Está demostrado que la detección precoz de la EVC mejora considerablemente el pronóstico del paciente. Por lo tanto, el auxiliar debe implicarse en su relación con los clientes para promover la práctica de chequeos geriátricos regulares, especialmente en los perros predispuestos a padecer esta enfermedad.
Es muy importante concienciar a los propietarios acerca de la necesidad de mantener el tratamiento con constancia y responsabilidad. Nº58 l
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