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Hasta 5 de cada 100 gatos podrían sufrir ASMA
from EspeciesPRO 256
by Grupo Asís
El asma afecta mayoritariamente a los felinos, siendo los jóvenes y los de raza siamesa los más predispuestos a sufrir esta patología. La presencia de tos, incremento del esfuerzo respiratorio, respirar con la boca abierta, sibilancias o cianosis son algunas de las señales de que un gato podría sufrir asma.
Jordi Puig
Especialista diplomado en Medicina Interna Corresponsable del depto. de Medicina Interna AniCura Ars Veterinaria Hospital Veterinari Imágenes cedidas por Anicura
El asma es una enfermedad muy habitual en gatos. De hecho, entre el 1 y el 5 % de los gatos podrían sufrir asma (según Trzil JE, Reinero CR. Update on Feline Asthma. Vet Clin North Am Small Animal Pract. 2014). No obstante, los estudios de prevalencia sobre esta enfermedad son limitados y se sospecha que es una patología infradiagnosticada. El evento inicial desencadenante del asma es una reacción ante una exposición a alérgenos inhalados, que causan una respuesta alérgica. Puede tener diferentes efectos y mermar enormemente la calidad de vida las mascotas si la enfermedad no está bajo control. Por ello, debemos conocer sus causas, signos y tratamientos disponibles si queremos recomendar bien a nuestros clientes para que acudan al veterinario para controlar en la medida de lo posible su curso.
¿Por qué se producen los síntomas?
Las vías aéreas responden a los alérgenos o irritantes mediante la contracción del músculo liso bronquial. Su objetivo es evitar que el irritante penetre hasta los pulmones, de tal modo que se estimula la producción de moco para que envuelva la sustancia irritante y provoque tos para expulsarlo.
La contracción del músculo liso, producción de moco e inflamación de las vías aéreas contribuyen a estrechar las vías respiratorias, y, por lo tanto, son responsables de provocar dificultades en la respiración.
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La afección se debe a una respuesta alérgica después de la exposición a alérgenos inhalados.
El asma está descrita mayoritariamente en felinos: los jóvenes y los de mediana edad son los más representados y, posiblemente, la raza siamesa la más predispuesta. En medicina felina, las enfermedades inflamatorias bronquiales incluyen principalmente el asma y la bronquitis crónica que, a diferencia del asma, surge a partir de un daño provocado por infecciones e inhalaciones irritantes que provocan una inflamación crónica.
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El estrés en el gato puede agravar los signos asmáticos.
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La mayoría de los gatos con esta patología requieren un tratamiento de por vida. Administrar la medicación en aerosol con un inhalador no es complicado.
Si se conocen los irritantes que causan el asma y es posible eliminarlos del medio ambiente, se puede disminuir la frecuencia de los signos.
Concretamente en el caso del asma felino, la evidencia indica que la afección se debe a una respuesta alérgica después de la exposición a alérgenos inhalados. La estimulación inducida por estos alérgenos conduce a la producción de una gran variedad de citocinas, unas proteínas que acaban causando cambios patológicos en las vías respiratorias. Las tres principales características distintivas del asma incluyen: • Inflamación de las vías respiratorias. • Hiperreactividad de las vías respiratorias con limitación del flujo de aire. • Remodelación de las vías respiratorias. Cómo detectar el asma
Los signos compatibles con enfermedad bronquial y con el asma son: • La presencia de tos. • Incremento del esfuerzo respiratorio. • Respirar con la boca abierta. • Sibilancias (sonidos agudos y silbantes que se producen durante la respiración). • Cianosis (coloración azul de las mucosas a causa de una oxigenación deficiente de la sangre).
Sin embargo, muchos gatos presentan signos crónicos y lentamente progresivos u ocasionales, por lo que pueden pasar desapercibidos por el cuidador de la mascota durante largos periodos, más al inicio.
El diagnóstico de la enfermedad bronquial inflamatoria que engloba principalmente el asma y la bronquitis crónica se basa en la combinación de signos clínicos, hallazgos del examen físico y pruebas de diagnóstico compatibles.
En resumen, se basa en el descarte de otras patologías con signos parecidos. El historial clínico y la radiografía ayudan a efectuar el diagnóstico.
Tratamiento del asma
Actualmente, existe tratamiento para esta afección, que consiste principalmente en: • Reducir al mínimo el estrés. • Aportar oxígeno en casos de crisis agudas. • Administrar glucocorticoides y broncodilatadores.
Aunque la mayoría de los gatos con esta patología requieren un tratamiento de por vida, con un manejo adecuado se pueden mejorar los signos clínicos y reducir la necesidad de administrar medicamentos.
Recomendaciones para mejorar su calidad de vida
El asma puede verse agravada por la contaminación ambiental, por ejemplo, el humo del tabaco, el polen y el polvo procedente del arenero del gato o las alfombras. El estrés puede empeorar su situación. Por ello se recomienda hacer un control del entorno: tiene como objetivo reducir el número de irritantes ambientales que pueden actuar como agentes inflamatorios primarios o bien perpetuar el proceso y deben controlarse adecuadamente en cualquier gato diagnosticado de asma felino. ¿Cómo hacerlo?
• Evitar exponer el gato a los humos. • Cambiar regularmente los filtros de aspiradores y aparatos de aire acondicionado. • Reducir la cantidad de polvo y moho en el hogar. • Seleccionar arena de primera calidad libre de polvo y arenilla, así como evitar bandejas de arena cerradas. • Usar la menor cantidad posible de perfumes, lacas para el pelo y ambientadores. • Mantener una correcta ventilación del hogar.
Olena Yakobchuk/shutterstock.com
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