Semestre económico - V16n33 - Universidad de Medellín

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PRESENTACIÓN La edición 33 de Semestre Económico incluye un total de nueve artículos, en los que se revisan temas económicos tales como laboral, ambiental, pensamiento económico, economía y demografía, sector público y economía financiera. Cinco artículos son producto de trabajos de investigación, uno de revisión, mientras que los restantes tres son de reflexión. Dos de estos trabajos son de investigadores de universidades extranjeras y los restantes siete son de investigadores nacionales. En el primer artículo, los profesores Carlos Eduardo de Freitas Vian, Gustavo Inácio de Moraes y Mirian Beatriz Schneider Braun, de las universidades de Sao Paulo, Católica del Rio Grande del Sur y Estatal del Oeste de Paraná, Brasil, analizan los problemas contractuales existentes en las cadenas de biocombustibles en América Latina y en el mundo; a partir de esta reflexión proponen directrices de política con el propósito de mejorar el rol que juegan los diferentes agentes del sector de biocombustibles para garantizar la sustentabilidad de la producción de combustibles renovables. En el segundo artículo, Jacobo Campo Robledo y Wilmer Olivares, docentes e investigadores de la Universidad Católica de Colombia, evalúan la relación que existe entre las emisiones de CO2 (dióxido de carbono), el consumo de energía y el PIB, para el grupo de países conocido como los CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), en el período 1985-2007. Para ello utilizan la metodología de datos de panel no estacionarios, acompañada de pruebas de raíces unitarias y de cointegración. Los autores concluyen que, en el largo plazo, el crecimiento económico y el consumo de energía son determinantes del calentamiento global a través del incremento en las emisiones de CO2 para los CIVETS. En el tercer artículo, Lina María Restrepo Plaza, docente e investigadora de la Universidad del Valle (Cali, Colombia), revisa cuál es el nivel de efectividad y eficiencia de los canales de búsqueda de empleo en Colombia, para lo cual realizó estimaciones de modelos paramétricos de duración y elección discreta, y otros modelos no paramétricos tipo Kaplan-Meier que le permitieron verificar que las búsquedas informales, es decir, aquellas realizadas a través de familiares y amigos, son más efectivas y eficientes que los procesos de selección que utilizan canales formales. El docente e investigador de la Universidad de Ibagué (Tolima, Colombia), Gabriel Francisco Guzmán Castro, en el cuarto artículo, se pregunta sobre qué tan posible Semestre Económico, volumen 16, No. 33 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Presentación

es que las ciencias sociales expliquen y predigan mediante leyes causales, tal y como lo hacen algunas ciencias naturales, en especial la física. El autor brinda un balance general y un análisis crítico de la evolución del esfuerzo de la teoría económica dominante por asemejarse a las ciencias naturales en cuanto a su método. La revisión de una serie de argumentos provenientes de diferentes áreas del conocimiento le permite al autor mostrar cómo la economía ha fracasado en su intento de establecer las unidades de análisis básico con las cuales dar forma a sus teorías. En el quinto artículo, la investigadora María Verónica Alderete del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS)-CONICET, Argentina, revisa la importancia de las aglomeraciones productivas desde el punto de vista del desarrollo local. La revisión teórica se focaliza en el desarrollo de los sistemas de producción e innovación locales, estudiados por RedeSist, Brasil, con el propósito del identificar las normas generales de aplicación, y contribuir a la discusión teórica y normativa para promover el desarrollo local. En el sexto artículo, Andrés Castaño Zuluagua, Juan Correa Reyes, Luis Alvis Estrada y Nelson Alvis Guzmán, investigadores y docenes de la Universidad de Cartagena (Colombia), estiman el impacto económico de la mortalidad en la región Caribe colombiano en el período 2004-2008. Según los resultados obtenidos, los años potenciales de vida y la valoración económica de la mortalidad mostraron una tendencia decreciente de manera generalizada, explicada en gran parte por la disminución en las defunciones de los grupos de edad de menores de 1 año y de 15 a 44 años que experimentó la región entre 2004 y 2008. El impacto económico de estas defunciones dentro de la producción departamental también mostró signos de decrecimiento, en su mayoría explicados por la tendencia alcista de la producción (PIB) en el ámbito departamental. En el séptimo artículo, Santiago Leyva Botero y Luis Fernando Agudelo Henao, docentes e investigadores de las universidades EAFIT y Medellín, respectivamente, examinan las relaciones de gobernanza del Concejo de Medellín. Las evidencias les permiten a los autores concluir que aún es prematuro hablar de gobernanza en red en el Concejo de Medellín, pues las redes políticas siguen estando enfocadas a lograr lealtades electorales, sin alcanzar una apertura mayor a otras formas de organización de la sociedad civil. En el octavo artículo, el profesor Guillermo Maya, docentes e investigador de la Universidad Nacional, sede Medellín (Colombia), reflexiona sobre la forma en que la economía ortodoxa ha extendido sus métodos y sus razonamientos a otras ciencias sociales, colonizándolas, principalmente con el principio de maximización, proceso que el autor ha denominado imperialismo. El autor también reflexiona y argumenta 8

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cómo la escuela ortodoxa del pensamiento económico (neoclásica) ha terminado por aprovechar las críticas del keynesianismo para fortalecer las bases centrales de su teoría el pleno empleo y la neutralidad del dinero como sus fundamentos. Finalmente, en el noveno artículo, Jenny Moscoso Escobar y Sergio Botero Botero, docentes e investigadores de la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional, sede Medellín (Colombia), revisan los diferentes métodos de valoración de empresas e identifican cuáles son los más apropiados para valorar las empresas que se encuentran en las primeras fases del ciclo de vida. Los autores concluyen que los métodos más apropiados para valorar los nuevos emprendimientos son los basados en flujos de caja con tasa de descuento ajustada al riesgo y el método de certeza equivalente.

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POLÍTICAS PARA RELACIONES CONTRACTUALES EN LAS CADENAS DE BIOCOMBUSTIBLES: CONSTRUYENDO PUENTES ENTRE INSTITUCIONES* Recibido: febrero 28 de 2012 • Aceptado: diciembre 11 de 2012

Carlos Eduardo De Freitas Vian** Gustavo Inácio de Moraes*** Mirian Beatriz Schneider Braun**** RESUMEN El objetivo principal de este ensayo reflexivo es analizar los problemas contractuales existentes en las cadenas de biocombustibles en América Latina y el mundo. Se utiliza la estructura organizacional como una unidad de análisis del tema institucional y se asume como algo endógeno, es decir, como algo sobre el cual los agentes influyen para validar sus intereses y estrategias. Las evidencias encontradas permiten plantear algunas directrices de política que pueden contribuir a mejorar las relaciones contractuales en las cadenas de biocombustibles.

PALABRAS CLAVE Biocombustibles, cadenas industriales, América Latina, políticas públicas, sustentabilidad

CLASIFICACIÓN JEL L7, O54, O14, Q16, Q28

CONTENIDO Introducción; 1. Panorama de las políticas de biocombustibles en el mundo: factores determinantes y niveles de implementación; 2. Acciones y propuestas motivadoras para biocombustibles; 3. Problemas de coordinación en las cadenas productivas de biocombustibles; 4. Experiencias de coordinación de las cadenas y sus posibles lecciones; 5. Consideraciones finales sobre las directrices de políticas para mejoras en las relaciones contractuales; Bibliografía *

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Reflexión sobre las cadenas industriales en América Latina evaluada en Grupo de Extensión y Pesquisa en Historia de la Agricultura y de los Complejos Agroindustriales (GEPHAC), de la Universidad de San Paulo (USP), Brasil. Los dos primeros autores presentaron una versión preliminar del documento en Congreso Brasileiro de Economía Rural, (SOBER), 2008, en Rio Branco - Acre. Economista, Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP), Brasil. Doctor en Economía, Universidad Estatal de Campinas, Brasil. Profesor del Departamento de Economía, Administración y Sociología, Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (ESALQ), Universidad de Sao Paulo (USP), Brasil. Coordinador del Grupo de Extensión e Investigación en Historia de la Agricultura y de los Complejos Agroindustriales (GEPHAC) y del Grupo de Estudios y Extensión en Desarrollo Económico y Social (GEEDES), ESALQ, USP, Brasil. Correo electrónico: cefvian@esalq.usp.br. Economista, Universidad de Sao Paulo, Brasil. Maestría en Desarrollo Económico Universidad Federal de Paraná, Brasil. Doctor en Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, Universidad de Sao Paulo, Brasil. Profesor de Posgrado en Economía, Pontificia Universidad Católica de Rio Grande del Sul (PUCRS), Brasil. Correo electrónico: gustavo.moraes@pucrs.br. Economista, Universidad Estatal del Oeste de Paraná (UNIOESTE), Brasil. Maestría en Desarrollo Económico, Universidad Federal de Paraná, Brasil. Doctora en Historia Económica, Universidad de León, España. Profesora, Departamento de Economía, UNIOESTE, Campus de Toledo, Paraná, Brasil. Investigadora del Grupo GEPEC. Correo electrónico: mirianbraun@unioeste.br.

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POLICIES TO CONTRACT RELATIONS IN BIOFUELS INDUSTRY: BUILDING BRIDGES BETWEEN INSTITUTIONS ABSTRACT The aim of this paper is to analyze organizational problems in biofuels industry in Latin America context and propose public policies, specially seeking for improve relationships among different actors, role of contracts and better instruments, and in consequence provide sustainability in the production and consumption of renewable fuels. Organizational field is the unit of analysis of institutional matter like endogenous or a place where strategies and interests are opposed. In this paper, a description of the major biofuels programs in Brazil, and your contrast against worldwide programs, offers insights in supply hub. Finally, some guidelines in public policies that can better contractual relations in biofuels industry are presented.

KEY WORDS Biofuels, Industry relations, Latin America, Public Policies, Sustainability.

JEL CLASSIFICATION L7, O54, O14, Q16, Q28

CONTENT Introduction; 1. Overview in world policies for biofuels: determinant factors and acting levels. 2. Actions and motivating proposals for biofuels; 3. Coordination problems in biofuels industry; 4. Coordination experience in industry and possible lessons; 5. Final comments about policies for better contract relations; Bibliography.

POLÍTICAS PARA RELAÇÕES CONTRATUAIS NAS CADEIAS DE BIO-COMBUSTÍVEIS: CONSTRUINDO PONTES ENTRE INSTITUIÇÕES RESUMO O objetivo principal deste texto é analisar os problemas contratuais existentes nas cadeias de biocombustíveis na América Latina e propor diretrizes de políticas, instrumentos e o papel dos diferentes agentes, em busca de melhorar estas relações e dar confiabilidade e sustentabilidade a produção e ao consumo de combustíveis renováveis. Indica-se o Campo Organizacional como uma unidade de análise da questão institucional como algo endógeno, ou seja, como algo sobre a qual os agentes influenciam seus interesses e estratégias. Apresenta-se, em um ensaio reflexivo, uma descrição dos principais programas de biocombustíveis na América Latina e no mundo e, também, os problemas contratuais nas cadeias. Por fim, serão apontados algumas diretrizes de políticas que podem melhorar as relações contratuais nas cadeias de biocombustívies.

PALAVRAS CHAVE Biocombustíveis, cadeias industriais, América Latina, políticas públicas, sustentabilidade.

CLASSIFICAÇÃO JEL L7, O54, O14, Q16, Q28

CONTEÚDO Introdução; 1. Panorama das Políticas de biocombustíveis no mundo: factores determinantes e níveis de implementação; 2. Ações e propostas motivadoras para biocombustiveis; 3. Problemas de coordenação nas cadeias produtivas de biocombustíveis; 4. Experiências de coordenação das cadeias e suas possíveis lições; 5. Considerações finais sobre as diretrizes de políticas para melhorias nas relações contratuais; Bibliografia

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INTRODUCCIÓN En los últimos años, el interés por la producción y uso de biocombustibles creció en todo el mundo. Uno de los principales motivos es la polución generada por el uso de combustibles fósiles, principalmente en las grandes ciudades. Otro factor relevante es la tendencia de crecimiento del precio del petróleo motivado por el alto consumo y por los problemas sociales y políticos en algunas de las principales regiones productoras. Muchos países lanzaron programas de sustitución de gasolina y diésel por biocombustibles y han creado incentivos para aumentar la producción interna de los mismos. En muchos casos esta producción no existía y la oferta de materia prima era pequeña o nula; tampoco existía presencia de cadenas de producción y distribución de biocombustibles. La preocupación por las externalidades negativas asociadas a los combustibles fósiles asumió proporciones importantes a mediados de los años ochenta. El crecimiento del movimiento ecológico y la presencia de los temas en las agendas políticas hicieron que el tema tomara mayor relevancia. La consolidación del concepto de desarrollo sustentable fue apenas parte de un proceso que se fortaleció con la adopción formal de políticas ambientales de todos los gobiernos mundiales en los años noventa. Estos aspectos institucionales pasaron a moldear las estrategias de las empresas y las relaciones con proveedores, empleados, clientes y sociedad en general. De forma paralela, se constató que la humanidad ya podría haber alterado el ambiente del planeta de forma definitiva. El crecimiento económico anterior se dio sobre una base energética limitada y frágil, y la humanidad constata un cambio climático que tiene como fuente las actividades humanas. Dentro de este contexto, una transición dentro de la matriz energética1 es necesaria y los denominados biocombustibles asumen un papel importante para suplir la demanda de un crecimiento económico continuo y paralelamente ofrecer soluciones para una serie de problemas que el crecimiento económico produce. De manera particular, los biocombustibles ofrecen oportunidades para regiones aún no desarrolladas y para ocupar parte de la mano de obra no calificada y, además, ofrecen una fuente energética que permite reducir las externalidades negativas producidas por las fuentes tradicionales de energía, principalmente, el nivel de emisión de gases. Por otro lado, la producción de biocombustibles ha sido identificada como una amenaza a la producción de alimentos, en la medida en que competiría por el uso de las tierras. Además, se hicieron evidentes limitaciones en la 1

Se entiende por Matriz Energética el conjunto de todas las diferentes fuentes de generación de energía.

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infraestructura de distribución y en la garantía de una producción libre de estacionalidades, fundamental para la adopción por parte de los consumidores. Además, se puede citar que las cadenas productivas de biocombustibles están formándose a partir de otras, consolidadas en función de la producción de alimentos para la producción de energía. El presente texto tiene como objetivo principal discutir las políticas adoptadas para biocombustibles en diferentes países del mundo, pero principalmente en América Latina. Como objetivos secundarios el artículo discute la necesidad de mejorar las relaciones industriales en articulación y las políticas públicas relacionadas con las relaciones contractuales en las cadenas de biocombustibles. Para alcanzar los objetivos del artículo, se optó por elaborar un ensayo reflexivo, dialogando con la literatura acerca del tema y presentando, en especial, la situación brasileña. El artículo está dividido en cinco sesiones. En la primera, se presenta el panorama mundial de los biocombustibles y especialmente la adopción de estímulos para la industria. En la segunda, parte se presenta la justificación para el uso de biocombustibles y su adopción. En la tercera, se abordan las dificultades de coordinación en la compleja cadena de biocombustibles. En la cuarta, se discuten las posibles lecciones de las experiencias brasileñas. Finalmente, en la quinta sección, se presentan los comentarios y recomendaciones de los autores. 1. PANORAMA DE LAS POLÍTICAS DE BIOCOMBUSTIBLES EN EL MUNDO: FACTORES DETERMINANTES Y NIVELES DE IMPLEMENTACIÓN Según Hobsbawn (1995) y Heilbroner (1996), el crecimiento económico a partir de la Revolución industrial se vio favorecido por el uso de las fuentes energéticas densas, como el carbón y el petróleo. Esas fuentes, de origen fósil, producen externalidades negativas: la contaminación, notada por varios observadores desde los primeros tiempos del uso de estas fuentes. Con la llegada del siglo XX y con el surgimiento de Rusia y Estados Unidos en el escenario mundial, el petróleo pasó a ocupar un lugar destacado en la matriz energética mundial. Para Martin (1989), esa transición ocurrió, sobre todo, al final de la Segunda Guerra Mundial; bajo el contexto de las inversiones del Plan Marshall y la industrialización del Este europeo, las plantas industriales de los países europeos adquirieron como materia prima principal los derivados del petróleo. El primer problema para el abastecimiento estable del petróleo ocurre en la década de 1970 con el control de precios, establecido por la OPEP, principalmente 18

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los países árabes. El segundo problema de abastecimiento de petróleo surgió por el aumento del conocimiento sobre los efectos negativos del consumo del petróleo y sus derivados. La conceptualización del desarrollo sustentable a partir del Documento Brutland, CMDE (1991), y la conferencia Río 92, situaron el problema en un nuevo trípode político. La percepción respecto a los cambios climáticos y su probable causa antropogénica realzó el desafío impuesto a la formulación de políticas para el desarrollo de nuevas fuentes energéticas. En este sentido, la política óptima está obligada a mantener el crecimiento económico, sin dejar de lado la transición energética, rumbo a unas fuentes energéticas que proporcionen menor nivel de emisión de contaminantes; al mismo tiempo, aún mejor, si es posible, en este proceso lograr que se corrija algunas desigualdades originadas en el proceso de crecimiento económico. Antes del reciente boom de los biocombustibles, iniciado alrededor del año 2002, experiencias relacionadas con la producción y utilización de etanol pueden ser encontradas en el continente americano (Brasil2, Argentina, y Costa Rica) y en el continente africano (Kenia, Malawi, Zimbaue y Suazilandia), experiencias que prueban que los incentivos estatales dirigidos a los programas de sustitución de combustibles fósiles fueron exitosos. De acuerdo con Gowen (1989), los biocombustibles requieren una alta inversión inicial y generan altos costos de transporte, obstáculos que ya eran perceptibles a finales de la década de los ochenta. A estos factores se debe agregar la necesidad de consolidar las relaciones entre los eslabones de la cadena productiva, desarrollo y difusión de tecnología, entre otros aspectos. Para Canadá, México y Estados Unidos, el consumo de biomasa en la totalidad de la matriz energética aún se encontraba en bajos niveles a comienzos de los años noventa y, en su mayoría, era consumida por el sector industrial. Las políticas para el consumo de biomasa como fuente energética fueron iniciadas en 1978 en Canadá, para lo cual fue necesario recurrir a importaciones de biomasa; simultáneamente, aplicaron estímulos a la investigación tecnológica y al desarrollo interno de la producción. Según Klass (1995), en Estados Unidos las primeras leyes que crearon incentivos para generación de energía derivada de biomasa se establecieron en 1978. Estas estrategias fueron abandonadas durante los años ochenta y volvieron a ser retomadas a partir de 1992, a través de la creación de incentivos fiscales para el consumo y la investigación. En Canadá un programa de adopción de etanol a base de maíz fue instituido en 2003 y reforzado con incentivos fiscales a partir de 2006, programa que bus2

De acuerdo con Leite (1997), a partir de la década de 1920.

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caba que el consumo alcanzara el equivalente a 5 % de los combustibles en 2010. De acuerdo con Forge (2007), paralelamente, fueron programados subsidios para finqueros, investigación y desarrollo, con el fin de garantizar una oferta firme del producto. Para Forge (2007, p. 5), las necesidades de investigación y desarrollo eran urgentes, ya que para lograr cubrir el 10 % del consumo de combustibles para transporte, Canadá necesitaba plantar 36 % de su área arable, mientras que Brasil apenas necesitaba destinar un 3 % del área arable. Bernard y Prieur (2007) plantean que en la Unión Europea, además de la importancia política que tiene el asunto de los cambios climáticos, la preocupación central gira en torno al sector de transportes, responsable del 67 % del consumo de petróleo en la región. De esta forma, la política de energertica se preocupa por garantizar el suministro de biocombustibles del sector de transportes lo que le pueden permitir evitar las costosas importaciones de petróleo, los recursos destinados a estas importaciones son vistos como la razón principal para justificar los subsidios agrícolas y logar la seguridad energética. Como muestra Faaij (2006), la expansión de esa fuente energética desde mediados de los años noventa en la Unión Europea concentra alrededor de 9 % en la generación de electricidad. Asimismo, se evidencia que el desarrollo de la utilización de biomasa, por la experiencia europea, pasa por seis fases: la primera es la sistematización de la recolección de residuos; la segunda fase es la utilización local de recursos agrícolas y forestales, con el consecuente desarrollo de infraestructura; la tercera fase es el aprovechamiento de economías de escala en el transporte, desarrollo de un mercado regional y mayor capacidad de procesamiento, aliada a una conversión más eficiente; la cuarta fase comprende el desarrollo de mercados nacionales y la integración de la logística; puede ser posible en esta fase observar bajas de precios; en la quinta fase, el mercado crece más allá de las fronteras y surgen los primeros conflictos respecto al comercio internacional, incluyendo cuotas y subsidios; finalmente, en la sexta fase, el mercado se consolida con plantíos dedicados exclusivamente a la bioenergía. Jull y otros (2007) realizaron una investigación sobre los instrumentos institucionales utilizados en la promoción de biocombustibles alrededor del mundo. La principal preocupación referente al comercio internacional sigue siendo un acuerdo que logre determinar los subsidios y tarifas de protección para la agricultura, y que, como consecuencia, posibilite un comercio mayor de etanol y biocombustibles. Los combustibles renovables aún son considerados productos industrializados, aunque su materia prima sea agrícola. Con respecto a los países de América Latina, el estudio plantea que la mayoría ha optado por ceder la administración de la política de biocombustibles a un órgano creado exclusivamente para ese fin. 20

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Una economía abastecida por biocombustibles, aunque disminuya la intensidad de contaminación, también presentará algunas externalidades. La FAO (2007) alerta sobre el efecto de la producción de biocombustibles en la seguridad alimenticia, en la medida en que la producción de estos puede encarecer el precio de los alimentos por causa de la competencia de uso de tierras, nuevos usos para ciertos productos agrícolas e impactos ambientales originados por las nuevas variedades transgénicas (soya y maíz). Existe un reconocimiento de esta externalidad sobre el precio de los productos agropecuarios en Kruse y otros (2006). La eliminación de los subsidios internos y el aumento de las alícuotas de importación podrían, además de desestimular la producción de biocombustibles, reducir la renta del sector agropecuario americano. Según el estudio, para el período comprendido entre 2011 y 2016 el sector agropecuario perdería cerca de US$ 3 billones por año, lo que justifica que se continúe manteniendo las ventajas internas (subsidios) para los productores de maíz. La necesidad de tierras para la producción de biocombustibles a partir de la caña en la India es evaluada por Sudha y Ravindranath (1999), quienes destacan un escenario donde el país se convierte en importador de alimentos entre los años 1990 y 2030, en función de su crecimiento poblacional; se calcula que el área disponible para la producción de biomasa sería de 43 millones de hectáreas. La mayor parte se localiza dentro de las zonas agroecológicas (26 millones) y la menor parte en áreas que no compiten con la producción de alimentos (3 millones en pastizales y 14 millones en áreas no disponibles para cultivo). La producción total de biomasa dependería de la productividad que se espera alcanzar. En Francia, la adopción de los biocombustibles sigue la orientación de la política establecida por la Unión Europea. Bernard y Prieur (2007) señalan que de acuerdo con las metas trazadas por el Gobierno francés, habría necesidad de una ampliación considerable de áreas ocupadas con cultivos encaminados a la producción de biocombustibles. De esta manera, se considera inevitable la competencia entre áreas dedicadas a la agricultura y áreas dedicadas a la agroenergía. La necesidad de áreas adicionales crecería, sobre todo después del 2008, cuando las metas se vuelven más ambiciosas. Al mismo tiempo, indican que la taza de exención para los biocombustibles podría ser menor, en la medida en que los precios del petróleo se mantengan en niveles elevados. Berndes y Prieur (2007) sintetizan la necesidad de tierras en el contexto europeo para la producción de los biocombustibles, dividiendo el continente entre los países del Este europeo3 y los quince que constituían la Unión Europea hasta el 2003. En 3

CEEC – Central and Eastern European Countries.

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los primeros, estiman un área de 2 millones de hectáreas en 2010, mientras que en los últimos el área alcanzaría 8 millones de hectáreas, o 10 % del área cultivable y área de cultivo permanente. En el 2020 y 2030, el porcentual de ocupación de estas áreas saltaría a 30 y 40 %, respectivamente, en las dos regiones consideradas. El costo de producción todavía sería mayor en la región de la Unión Europea. Se debe destacar que los países del Este poseerían condiciones para tornarse exportadores de biocombustibles al resto de Europa, además de tener una capacidad mayor de absorción de mano de obra en su producción. En Italia, se calculó que un tercio del área disponible para la agricultura sería necesaria para que se alcancen los objetivos propuestos por la Unión Europea. Los impactos, además de la elevación de los precios de los productos agropecuarios, serían la mayor importación de alimentos, con repercusión sobre la cuenta corriente, y también la reducción de la facturación del país por energía, en caso del establecimiento de subsidios. Por otra parte, Russi (2008) plantea que el desarrollo de las áreas rurales en el contexto de producción de biocombustibles podría ser afectado con otras políticas como, por ejemplo, el desarrollo de productos orgánicos. Para el territorio de la Republica Checa, Lewandowski y otros (2006) plantean que la producción de biocombustibles en 2030 será capaz de abastecer la demanda interna y exportar una gran cantidad a la Unión Europea. El estudio de la productividad agrícola y la disponibilidad de tierras constituyen las variables decisivas para determinar la capacidad de producción y el éxito de la estrategia. Un aumento en la capacidad de conversión sería importante para requerir un área de producción menor, factor que está ligado al desarrollo de nuevas tecnologías. Frente a los problemas señalados, para viabilizar el uso de los combustibles se requiere de una mejor planificación. Por eso en la próxima sección se discute cuáles son las acciones que auxiliarían la conquista de esa diversificación en combustibles y cuáles propuestas pueden tornarse viables. 2. ACCIONES Y PROPUESTAS MOTIVADORAS PARA BIOCOMBUSTIBLES Las propuestas para viabilizar los biocombustibles y la superación de los principales problemas asociados a su adopción se pueden dividir en tres categorías de acción: una para avances tecnológicos, con los que se busca principalmente el aumento de la eficiencia; una segunda asociada a medidas institucionales, tales como incentivos y subsidios públicos y/o reformas de los códigos públicos, como el tributario; la tercera, asociada con el análisis de las características productivas de cada país y región, que busca implementar las políticas con enfoque en los puntos fuertes de cada una. 22

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Al analizar la región de Toscaza –Italia–, Bernetti, Fagarazzi y Frantini (2004) destacan el potencial de aprovechamiento de las áreas montañosas de la localidad como base de producción de materias primas para los biocombustibles, sobre todo, derivados de los bosques de la región. Uno de los méritos de este trabajo es evaluar la viabilidad económica de las empresas hipotéticas instaladas para la producción de materia prima. Los efectos macro económicos se reflejarían en el aumento del empleo y de nuevas inversiones. Otro país preocupado por incrementar la utilización de biocombustibles es Alemania. Así como en otros países, principalmente Estados Unidos, existen cooperativas de producción que conviven con grandes productores individuales. La reciente adopción de metas con plazos para los años de 2010 y 2015 da la seguridad de la presencia de inversiones nuevas, ya que la actual capacidad no sería suficiente para el cumplimiento de las metas establecidas. Según Dautzenberg y Honf (2008), la coordinación entre los diferentes niveles de producción (hacendados y procesadores) sería un prerrequisito necesario, y la principal acción, en este momento de expansión. Para los hacendados, la cooperación pasa por la garantía del precio, al paso que para el procesamiento, la reducción de costos de transporte es el tema principal. La garantía de precio podría ser facilitada con la creación de mercados de futuros de las materias primas de biocombustibles, algo perfectamente operacional en estos días. Se debe resaltar que en el caso americano, además de las negociaciones de precio, las fábricas de alcohol de maíz son compañías abiertas, y que los agricultores, transportadores y otros agentes de la cadena son dueños de acciones. De este modo, el diálogo existe y se forma un campo organizacional relativamente estable. En el contexto sueco, Brannlund y Kristrom (2001) examinan, a partir de la función de producción estimada para fábricas que tienen por objetivo el calentamiento, los efectos de impuestos adicionales. El programa sueco de incentivos a los biocombustibles, iniciado en 1997, usa los impuestos e incentivos financieros, con el propósito de lograr menores niveles de emisiones. Como constatan los autores, el programa todavía debería focalizar nuevos esquemas tributarios. Consideran ineficiente utilizar límites de emisiones asociados a esquemas tributarios. Con relación a la aplicación de subsidios y tributos para el estímulo de los biocombustibles, Rozakis, Sourie y Vanderpooten (2001) estudian los impactos en Francia, teniendo en cuenta tanto el lado de la oferta como el de la demanda. A través de modelos de programación lineal, los autores observan que frente a tres objetivos (garantizar un precio adecuado a los productores primarios, mejores niveles de exención y configuración de técnicas adecuadas) los niveles subsidios y tributos Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 15-44 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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fijados por el Gobierno francés serían mayores que los considerados óptimos. Los niveles de exención serían todavía menores, si se considera como objetivo principal el gasto público, sumándose a los demás objetivos. Costa (2004) recuerda que para que los proyectos de cultivos encaminados a la producción de biocombustibles sean viables serán necesarios algunos esfuerzos para el desarrollo de investigaciones adicionales, sobre todo las ligadas al alcance de mayor productividad y a la resolución de las disparidades regionales. Macedo (2007), por ejemplo, relata que la productividad de las labores de caña de azúcar, utilizadas para la producción de etanol en el centro-sur de Brasil era de 84,3 toneladas por hectárea para 2003-2004. Con todo, la productividad de caña de azúcar en otras áreas de Brasil y en la propia región centro-sur puede ser mayor y frecuentemente ha sido estimada como mayor4. En Turquía, los cultivos que presentaron mayor poder calorífico, en orden, fueron: maíz, trigo y algodón. Además se calculó que el potencial de generación a través de los residuos agropecuarios y animales representaría hasta el 27 % del consumo energético del país. Oztertuk y Bascetincelik (2006) argumentan que incentivos o reglas que estimulen el uso de ese potencial aún son mínimos y podrían ser orientados al uso en pequeñas escalas. Para Tesalia, región agrícola de Grecia, el potencial de producción de agroenergía es modelado según Rozakis y Sourie (1998). El aprovechamiento de áreas degradadas en bosques tropicales también requiere del apoyo gubernamental, ya que están distantes de los centros consumidores, necesitarán de crédito inicial para la implementación y tendrán que garantizar una producción continua, lo que hace necesario y prioritario el diseño de estrategias para administrar la estacionalidad. En estos casos, la producción para uso local sería la mejor alternativa, dado que induce el desarrollo regional. Al respecto, FAO (2007) indica la posibilidad del uso de áreas inclinadas y de mosaicos, normalmente no aprovechados para la producción de alimentos. Además, la producción de biocombustibles en esas áreas contribuiría a mejorar la infraestructura local; de forma paralela, el establecimiento de zonas agroecológicas, junto a una rotación de producción, a veces enfocada hacia la bioenergía, a veces hacia los alimentos, en tierras que demuestren ser viables para las dos producciones. En este rol de recomendaciones es importante que también se acompañe la evolución de la productividad agrícola, cuyas mejoras pueden hacer disminuir la necesidad de expansión adicional.

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Ver Marín y otros (2007).

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Es necesario considerar que en las negociaciones internacionales de comercio, los países en desarrollo deben tener la capacidad para demostrar que la producción de biocombustibles no avanzará o pone en riesgo las tierras hoy ocupadas por bosques. Adicionalmente, la liberación del comercio internacional de biocombustibles y sus respectivas alícuotas podrán ejercer un papel preponderante en la decisión de nuevas inversiones y, como consecuencia, en la especialización productiva de algunas regiones. Los combustibles originados a partir de la biomasa han ocupado un lugar destacado en Blangadesh, al ubicarse en un segundo lugar después de fuentes como la energía solar y la hidroelectricidad. Islam, Islam y Rahman (2006), destacan que la instalación de un horno, con rendimiento superior, en escala comercial resulta viable en las áreas rurales. Bathia (1985) ya destacaba que dentro de la agricultura del subcontinente asiático, una importante cuota de energía requerida era producida en la propia unidad de producción a mediados de los años setenta, donde los residuos y la fuerza animal eran los principales responsables de esa generación de energía. Entretanto, la introducción de técnicas mecanizadas contribuyó a la disminución reciente de esta producción autónoma de energía. Schell, Riley y Petersen (2008) destacan que en el proceso industrial de procesamiento de biocombustibles pueden surgir subproductos, que crean la posibilidad de agregar un mayor valor. Esfuerzos adicionales en investigación y desarrollo deberán ser realizados, lo que creará viabilidad operacional vía adaptación en las unidades consumidoras, y un transporte adecuado, sea cual fuere el país o la región considerada. Ometto, Ramos y Lombardi (2007) señalan que muchas de las externalidades negativas en la producción de etanol en Brasil han sido resueltas a través de la integración de unidades productoras. La integración de la cadena productiva y la producción conjunta de biocombustibles, alimento y electricidad presentan un retorno estimado de cinco años. En Cuba, el aprovechamiento de los residuos de la caña de azúcar aún es relativamente incipiente. Pippo, Garzone y Cornacchia (2007) estiman que la tonelada de bagazo podría alcanzar US$ 27.7, mientras que para todos los residuos combinados de caña, la tonelada llegaría a US$ 22.86. Concluyen que las inversiones para la cogeneración y el aprovechamiento de este potencial son demasiado altas y el retorno amplio. Uno de los problemas que permanecen es la baja cantidad producida fuera de la época de cosecha, lo que genera poca seguridad en la utilización de este Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 15-44 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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tipo de energía en el país. De este modo, cualquier sistema energético capaz de aprovechar el potencial de los residuos dependería de los subsidios para ser viable. Hagerdal y otros (2006) también apuntan la necesidad de avances técnicos para que la oferta de combustibles fundamentados en biomasa permanezca firme. Entre estos avances está el perfeccionamiento de la tecnología de fermentación, del metabolismo, de la enzima y del proceso general de producción. La biomasa derivada de la lignocelulosa también podrá ser aprovechada a escala industrial. Lang y otros (2001) señalan como una ventaja la menor volatilidad de las propiedades de los biocombustibles frente al diésel. El estudio plantea que los biocombustibles, en general, a partir de cualquier planta, tienen propiedades compatibles con el diésel. Aún permanece el problema del uso de biocombustibles sobre condiciones de clima extremadamente frío, pero aún es posible superar el problema por medio de la complementación por aditivos. La asociación de productores en esquemas cooperativos, con nuevas configuraciones frente a nuevos procesos y nuevos productos, puede generar ventajas expresivas. Downing, Volk y Schimidt (2005) evalúan los esquemas cooperativos a través de los precios, producción y conducta y sugieren que en el campo de la bioenergía todavía existe espacio para el desarrollo de actividades cooperativas. La energía que proviene de la biomasa ya representa una cuota importante de la matriz energética de los países en desarrollo y, especialmente de las áreas rurales. La producción local de biocombustibles aumenta las ventajas competitivas en la utilización de estos en las áreas rurales, desde que la implementación técnica sea la adecuada y cuente con auxilio financiero externo a la región. Demirbas y Demirbas (2007) plantean que esto es válido para el continente asiático y el africano, aunque en las áreas más pobres de América este argumento también es válido. Se debe destacar que muchas de las políticas de biocombustibles no dan importancia a la cuestión local y regional, y sí a la sustitución de combustibles en la matriz de transporte nacional. Faaji (2006) argumenta que los objetivos a ser perseguidos en el futuro incluyen permanente desarrollo de opciones tecnológicas y la creación de un mercado internacional de biomasa. Jull y otros (2007) también destacan la necesidad de garantizar disponibilidad adecuada de materias primas, y su análisis se concentra en los instrumentos institucionales. La coordinación entre los diversos eslabones de la cadena debe ser anclada, según el estudio, por medio de amarras institucionales. Otro avance 26

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posible sería la certificación de la producción de biocombustibles, al mostrar el uso de prácticas ambientales, laborales y de gestión adecuadas, que agregan valor en el momento de la comercialización. El aumento planificado del consumo de biomasa como combustible en los países de la Unión Europea lleva a Mathews (2007) a concluir que la producción de biomasa de Brasil sería insuficiente, y que será necesario incrementar la producción en un equivalente superior a diez veces la producción de Brasil. Más que las fuerzas de mercado, serán necesarias herramientas que posibiliten el acceso a los mercados de los países en desarrollo, con el objetivo de mantener un abastecimiento regular. Por tanto, la creación de un mercado de agenda exige el establecimiento de aquello que el autor llama de “bioimpacto”. Desde el punto de vista del transporte de las áreas exportadoras de energía hacia las áreas demandantes, se hace necesaria una logística adicional para evitar pérdidas y reducir el costo. De esta forma, la posibilidad de uso local sería reducida al crear un mercado. En este sentido, Hamelinck, Suurs y Faaij (2005) plantean que la producción suramericana, llevada a cabo con menor costo, posee ventajas con relación a, por ejemplo, la producción norteamericana y del Este europeo. El cuadro 1 sintetiza las políticas adoptadas hasta ahora para la producción y uso de biocombustibles en el mundo. Debe señalarse que las mismas tienen un carácter estrictamente económico y no dan importancia a características regionales y locales, como creación de cadenas locales de producción y consumo, sustitución de diésel para generación de energía eléctrica y otras formas de inserción en el mercado nacional, entre otras. Puede también destacarse que no hay preocupación en cuanto a la creación de incentivos a diferentes formas de coordinación a lo largo de las cadenas productivas, dado que se pueden usar incentivos tradicionales, como los precios tabulados, e incentivos fiscales, que no son suficientes para garantizar el abastecimiento de biocombustibles, pues existe la competencia de usos alternativos, como la producción de alimentos, usos industriales de ciertos aceites, entre otros aspectos. Cuadro 1. Síntesis de políticas para biocombustibles en países seleccionados PAÍS Brasil Argentina

Impuestos / Subsidios

Programas en desarrollo

Producción Agrícola

Logística de Inversiones en Comercialización I+D

Incipiente

Incipiente

Incipiente

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Carlos Eduardo De Freitas Vian • Gustavo Inácio De Moraes • Mirian Beatriz Schneider Braun Impuestos / Subsidios

Programas en desarrollo

Producción Agrícola

Costa Rica

Incipiente

No

Kenia

No

No

No

No

Malawi

No

No

No

No

Zimbabwe

No

No

No

No

Suazilandia

No

No

No

No

Francia

Alemania

Italia

Suecia

No

Reino Unido

Incipiente

No

Holanda

Incipiente

No

Rep. Checa

Incipiente

Incipiente

Hong Kong

No

No

No

Canadá

México

Incipiente

Incipiente

EUA

India

Incipiente

Incipiente

Incipiente

Cuba

No

No

No

No

PAÍS

Logística de Inversiones en Comercialización I+D

Fuente: Datos de la investigación bibliográfica citada

Korbitz y otros (2003) revisan el panorama mundial en materia de políticas de biocombustibles, valiéndose de cuestionarios enviados a los agentes responsables de la formulación de políticas para el sector energético. Los autores notan que, en todos los países, la principal motivación en la adopción de biocombustibles es la reducción de emisiones de gases. El incentivo ha promovido principalmente la mezcla en proporciones reducidas con el diésel. En los países de América se puede encontrar, además de la idealización de subsidios y tributos, incentivos para instalación de plantas de procesamiento, de forma evidente en los Estados Unidos, Brasil y Argentina. Las actividades de investigación y desarrollo han sido aplicadas en todos los países importantes en la producción de biocombustibles, principalmente en Alemania, Francia, Brasil, Estados Unidos y Australia. 28

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Ragauskas (2006) infiere que la producción de biocombustibles en un contexto de cambio de paradigma en la industria genera nuevas posibilidades de innovación. Mientras tanto, nuevas tecnologías aún necesitarían un esfuerzo adicional de investigación y desarrollo para ampliar su actuación en la producción de materiales en general. Van Thuijl y Deurwaarder (2006) califican a los países del Este europeo como atrasados en cuanto a políticas de implementación de biocombustibles, especialmente Polonia, donde la inestabilidad de reglas para el sector ocasiona un desestímulo, en la medida en que decisiones de inversión de mediano y largo plazo son perjudicadas. En los casos de Holanda, Reino Unido y Malta, los autores entienden que apenas una política de largo plazo tornaría viable el uso de biocombustibles en estos países, pues políticas públicas de subsidios y exenciones tarifarias son antieconómicas. De modo general, aún así se aprecia dentro del contexto europeo un mercado bastante cerrado frente a las oportunidades que el mercado ofrece, además de ausencia de coordinación entre los agentes envueltos en la cadena. 3. PROBLEMAS DE COORDINACIÓN EN LAS CADENAS PRODUCTIVAS DE BIOCOMBUSTIBLES Por la descripción realizada previamente, se evidencia que existen especificidades en las cadenas de biocombustibles, ya que todas las materias primas usadas hasta el momento poseen usos alternativos en la industria de alimentos y no pueden ser sustituidas tan fácilmente a corto plazo. Las cadenas productivas de soya, maíz y girasol son consolidadas y lideradas por grandes empresas con estrategias globales de actuación. Las mismas han sido incentivadas a invertir en biodiésel y alcohol de maíz, pero el alza de precios internacional de estos productos afecta otras cadenas e incentiva el uso más tradicional. De esta manera, la producción de biocombustibles se torna en la causa de los aumentos de precios, lo que afecta su producción. Otros mecanismos de coordinación deben ser creados para garantizar la producción y estabilidad. Los agentes deben ser incentivados a invertir en energía. La cadena productiva del alcohol-combustible es fuertemente influenciada por el precio internacional del azúcar, el cual generó impactos importantes en la producción del pasado y contribuyó para el desabastecimiento del mercado con la existencia de cuotas de producción y precios tabulados. Otras cadenas productivas se están consolidando. Las formas de gobernabilidad no están claras y aún falta transparencia. La mamona5 es vista como la mejor fuente 5

Semilla de higuerilla o ricino.

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de materia prima para el biodiésel en Brasil, pero la cadena aún no esta estructurada, los intereses son dispersos y no existe consenso. Otro factor importante es que el aceite de mamona tiene un uso noble en la industria de aviación y en otros sectores metalmecánicos, con precios elevados y sin sustitutos próximos y a corto plazo. Se puede mencionar también la palma, que ha sido vista como otra fuente potencial de materia prima de biodiésel en Brasil y Asia. En esta última, el avance del cultivo está causando un gran impacto ambiental por la tala de bosques para su cultivo. Este producto también presenta un uso noble y corriente: el la industria de alimentos, margarinas, aceites especiales, alimentos industriales, y se debe buscar la consolidación de su uso como combustible en el futuro. En Colombia, la industria de palma se encuentra en pleno proceso de desarrollo como opción para sustituir los combustibles fósiles. Mesa (2007) apunta que la normativa impuso a partir de enero de 2008 la condición de incorporar en los combustibles 5 % de biodiésel, lo que hizo que la producción de aceite de palma aumentara en un 133 % entre 2007 y 2008. La estrategia aplicada en Colombia para incentivar el cultivo de palma y la producción de aceite de palma se ha centrado principalmente en la exención de impuestos. Las principales estrategias utilizadas en Colombia para promover el desarrollo de la producción se pueden clasificar en tres grupos: creación de un marco legal, creación de un marco económico y creación de un marco técnico. El primer grupo, que es esencial en la fase de implantación, se centra en acciones relacionadas con la normativa y la reglamentación. En el segundo grupo, que es muy relevante en la fase de consolidación del mercado, se centra en acciones relacionadas con el riesgo, la formación de precios y canales de comercialización. Finalmente, el tercer grupo, que es fundamental para el ejercicio de la compensación ambiental, se centra en acciones relacionadas con la viabilidad técnica y la infraestructura. En Parsons (2007) se confirma la necesidad de integración de diversas áreas del conocimiento para el éxito de la política pública. Los niveles de gobernanza son definidos por los potenciales sociales y regionales disponibles desde la perspectiva de resultados. Gran parte de los resultados se pueden atribuir no solamente a los beneficiarios directos, puesto que las repercusiones en tejido social y en otros sectores son seguras y afectan el desarrollo económico en todas sus dimensiones. En esta discusión se presentan los puntos de vista de Salazar (2009), donde la evaluación de las políticas públicas se condiciona a múltiples dimensiones en las que se confrontan intereses de la sociedad, del Gobierno y de los sectores económicos, de forma que la intensidad de integración de políticas públicas en diversos actores contribuye a determinar los efectos y la amplitud de resultados. Las políticas públicas para biocombustibles tienen ese poder de generar y distribuir resultados 30

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en diversos sectores sociales: desde los campesinos hasta el Gobierno, pasando por la población urbana. Hasta este punto se han discutido los impactos de la falta de consolidación de las relaciones entre la agroindustria y la agricultura. Pero, existen problemas más importantes en las relaciones entre la agroindustria y los distribuidores de combustibles. Estudiando el caso de Brasil, aún existen conflictos en la fijación de precios, formación de stocks, garantías de la calidad, entre otros aspectos. En otros países la distribución regionalizada de biocombustibles causa trastornos a los consumidores, que no pueden viajar a ciertas regiones. En el caso de países en desarrollo, se deben citar también las cuestiones laborales, pues las relaciones entre los agricultores y los trabajadores rurales están marcadas por conflictos, y muchos países no tienen una legislación y fiscalización efectivas para impedir los abusos. En conclusión, a partir de lo que se ha discutido hasta el momento, las políticas de biocombustibles buscan la solución de problemas del abastecimiento a corto plazo, y dejan de lado importantes lagunas institucionales y de coordinación. Esto puede contribuir a la resolución de los problemas de abastecimiento a corto plazo, pero a su vez contribuye a generar, a largo plazo, importantes efectos negativos de carácter social y económico. 4. EXPERIENCIAS DE COORDINACIÓN DE LAS CADENAS Y SUS POSIBLES LECCIONES EN BRASIL En esta sección se revisan algunas experiencias de coordinación entre los eslabones de la cadena de producción. La experiencia brasileña con la producción de alcohol comenzó en el inicio del siglo XX. Durante una buena parte de este siglo, el sector de producción de caña fue planeado por el Estado a través del Instituto del Azúcar y Alcohol (IAA). El mismo puso en práctica una serie de políticas que contribuyeron a disminuir y disimular los conflictos entre los proveedores de materia prima y la agroindustria, y de estas con los comerciantes del azúcar y del alcohol. Con la falta de reglamentación para el sector en los años 1990, estos conflictos resurgieron nuevamente. Uno de los hechos más importantes de este período fue la creación de grupos de comercialización de alcohol y azúcar para ajustar o equilibrar el poder de negociación de los agentes. Después del fracaso de BBA (Bolsa Brasileira de Álcool) y de Brasil Álcool, los empresarios del sector se reunieron en grupos para reducir los costos y vender alcohol a precios más competitivos. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 15-44 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Azevedo (2000) señala que esta estrategia mejoró el poder de negociación de los productores rurales y agroindustriales frente a las grandes industrias de alimentos y al por menor. El autor resalta que en muchos casos las asociaciones pueden tener vida corta, pues la coordinación ex-post de las acciones de los agentes individuales requiere fuertes incentivos para el cumplimiento de las reglas y genera costos de transacción elevados. Según Vian (2003), los grupos de comercialización y cooperativas solo obtienen el éxito cuando los beneficios de la acción coordinada son reconocidos por todos. De acuerdo con Marques (2012), una de las primeras asociaciones de productores fue Crystalsev, un pool de compras y comercialización formado por Santa Elisa, Vale do Rosario, MB, Moema, Jardest, Pioneiros, Mandu, Cevasa y, recientemente Equipav. Este grupo tuvo éxito por causa de los puntos en común de las empresas, de su tamaño, mix de productos y de la administración profesional. Empresas como Santa Elisa y Vale do Rosario tienen un pasado de cooperación y de sociedad. Ellas son accionistas de MB y de Moema. Para Vian (2003), la cooperación dio resultados inesperados: Vale do Rosario se fusiono con Jardest, lo que fortaleció las empresas y el grupo de comercialización, Crystalev es un ejemplo de cómo los puntos en común son importantes en la hora de decidir por la cooperación y por las fusiones, pues los conflictos son minimizados. Esta experiencia con Crystalev capacitó a su principal director, João Carlos Figuereido Ferraz, para ser uno de los articuladores de la fundación BBA y de Brasil Álcool, tornándose uno de los actores principales del sector en la actualidad. BBA no tuvo una larga vida, aunque consiguió cumplir la meta de elevar los precios del alcohol. La primera disidencia de BBA fue Copersucar, que dejó la empresa y cerró contratos a largo plazo y con garantía de exclusividad con una gran distribuidora, pues tuvo mayor incentivo para actuar independientemente que en bloque. Según Vian (2003), de esta manera, las partes evitaron problemas de comercialización y grandes variaciones de precios. De acuerdo con Aluízio Nunes6, Copersucar tiene por objetivo garantizar los intereses comerciales de sus asociados, y por esa razón no podía amarrarse a una asociación en la que decenas de empresas tenían poder de voto. Por otro lado, Copersucar tiene montada una estructura propia de comercialización y no tiene por 6

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Información obtenida en entrevista realizadas por los autores.

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qué pagar comisiones para que terceros vendan el alcohol de sus asociadas. Para Nunes, Copesucar participo de BBA y de Brasil Álcool porque el momento era de crisis y el sector necesitaba mantenerse unido. Pero la propia cooperativa, según Vian (2003), mostró que en organizaciones en las que muchas empresas participan, casi nunca se llega a un acuerdo. Lo ideal es la formación de pequeños grupos con sinergias e intereses en común. Esta opinión parece ser compartida por otros ejecutivos y dirigentes del sector, pues después de la disolución de BBA surgieron grupos menores, que buscaban sinergias e intereses comunes. Marques (2012) plantea que en todos los casos se hizo evidente que cada grupo tiene su propio liderazgo y que los participantes tenían intereses y orígenes comunes. De la misma forma que con BBA, los pools de fábricas fortalecen el sector para negociar con las distribuidoras que, históricamente, consiguieron imponer precios bajos para las fábricas en acuerdos aislados. Los grupos pueden disciplinar el sector a través de la cooperación, fortalecen los mercados con oferta suficiente del producto, sin perjudicar al consumidor. Así, el sector puede contribuir para la mejora de su imagen frente a la opinión pública. La formación de grupos de comercialización demuestra la madurez y el conocimiento generado por la crisis de 1999. El complejo de cultivadores de caña ha logrado finalmente construir una autogestión de las actividades productivas y políticas. Según Marques (2012), constatar que no es posible construir un consenso entre las decenas de fábricas del centro-sur es un aporte importante, pues muestra que el sector está dispuesto a discutir los problemas organizacionales y comerciales en grupos menores, donde los intereses comunes son mayores, incentivan la cooperación y disminuyen la competencia entre los agentes. Por el lado político, UNICA ha logrado obtener éxito al conciliar los intereses de las fábricas paulistas, pero sin mencionar los hechos comerciales que quedan a cargo de las unidades individuales y de los grupos de comercialización. Uno de los principales grupos formados con la disolución de BBA fue la Sociedade Comercializadora de Álcool (SCA) un pool formado por 31 fábricas de la región centro-sur (ver cuadro 2) y que es administrado por el mismo equipo que integró BBA (Bolsa Brasileira de Álcool). Copesucar continua con la mayor parte, 25 %, y SOL, liderada por el grupo José Pessoa con 11 % (Canaweb).

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Carlos Eduardo De Freitas Vian • Gustavo Inácio De Moraes • Mirian Beatriz Schneider Braun Cuadro 2. Estructura de los grupos de comercialización de Alcohol. Grupo

Plantas de producción afiliadas

SCA

Cosan, Crystalsev, Da Barra, Dois Córregos Goiasa, Jalles Machado, Monte Alegre, Albertina, Bazan, Centralcool, Cocal, Colorado, Paraíso, Santa Cândida, Santa Fé, Maracaí, Nova América.

SOL

Usinas Santa Fé, Santa Helena, Sonora Estância, Debrasa e Santa Olinda, Alvorada do Bebedouro, Sanagro-MG, Santo Antônio, benalcool, Gasa, Sanagro -SP, Unialco y Univalem, Sanagro-SE y Una

Bioagência

Grupo João Lyra, Moreno, Bertolo & Cia Ltda., Delta/Volta Grande, Destilaria A.Ruette, Destilaria Alta Floresta, Destilaria Della Coletta, Destilaria Ferrari, Destilaria Pitangueiras, Destilaria Santa Inês, Floralcool, Irmãos Malosso, Iturama, Usina Alta Mogiana, Usina Guairá, Usina Nardini, Usina Santa Isabel, Usina Zanin y Virálcool.

Copersucar

Barra Grande, Batatais, Bela Vista-Pontal, Bom Retiro, Buriti, Catanduva, Da Pedra, Furlan, Ibirá, Ipiranga Iracema, Modelo, N.S.Aparecida-Itapira, Paredão, Porto Feliz, Quatá, Rafard, Santa Adélia, Santa Cruz – Ab, Santa Cruz-Capivari, Santa Lucia, Santa Luiza, Santa Maria-Cerquilho, Santa Rosa, Santa Teresinha, Santo Alexandre, Santo Antonio-Piracicaba, Santo Antonio-Sertãozinho, São Carlos,.São Francisco-Sertãozinho, São João-Araras, São José-Macatuba, São José – Rp, São José Da Estiva, São Luiz-Ourinhos, São Luiz-Pirassununga, São Manoel, São Martinho, Santa Philomena, Santa Luiza-Jaboticabal y São Gregório.

Pool de Exportación

Lasa, Alcon, Cridasa, Albesa y Serra dos Aymorés.

Fuente: elaborado por los autores a partir de datos primarios obtenidos de las empresas y Unica

Los asociados de SCA se reúnen una vez por semana para discutir la política de comercialización, ventas realizadas y estrategias de precio. Según el señor Jacir7, corredor ejecutivo, el tamaño y la tradición de los asociados facilitan el consenso sobre la política de comercialización; no existen voces disonantes que pidan acciones oportunistas. SOL, dirigido por el grupo J. Pessoa, también ha tenido buenos resultados. El pool es formado por 18 fábricas (ver cuadro 2) de Mato Grosso do Sul, Minas Gerais, São Paulo, Sergipe y Paraiba. Otras unidades de los estados de Goias y Minas Gerais en la región centro-sur y Alagoas, en el noroeste, están negociando su participación.

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Información obtenida en entrevista realizada por los autores.

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Un factor observado por el director de SOL, José Pessoa de Queiroz Bisneto8, es que, independiente del precio del producto, el grupo puede discutir sobre cuándo destinar o no su producción para el alcohol con fines de evitar el desabastecimiento. Según él, en la cosecha de 2000/2001, SOL destinó prácticamente toda su producción al alcohol por una cuestión de responsabilidad con los consumidores del combustible renovable y con el propósito de mejora de la imagen del sector frente al consumidor. Él declaró también que los bloques de comercialización surgieron para sustituir a BBA, ya que son más eficientes, buscan la identificación mutua, mientras que BBA concentraba un gran número de empresas con características diferentes (Marques, 2012). Actuando de forma homogénea y con personalidad propia, los bloques de comercialización avanzan hacia otros Estados, como es el caso de Paraná, que tiene CPA (Central Paraná de Álcool). Según Paulo Zanetti9, director ejecutivo de la extinta Cepaal (Coligação das Entidades Produtoras de Açucar e Álcool), en los próximos años los grupos de productores comercializarán de forma directa y profesional, no solo el alcohol, sino también los otros derivados de la caña, como por ejemplo, la energía eléctrica. Es importante que el sector busque perfeccionar la comercialización y la logística, con el uso de más instrumentos de mercado. Los bloques deben atraer mayor financiamiento y crédito, que refleje mayor seguridad, estabilidad y rentabilidad para toda la cadena productiva de alcohol y de azúcar y evite crisis de coordinación como la de 1999. Hasta este punto puede concluirse que, los grupos configuran verdaderos Campos Organizacionales, pues congregan empresas con estrategias y visiones de mundo semejantes y con estructuras productivas y administrativas cercanas. De acuerdo con Vian (2003), ellas pueden cooperar y competir, ya que se conocen y pueden controlar el oportunismo. Cuatro destilerías de Espirito Santo y una de Minas Gerais (ver cuadro 2) exportan alcohol como alternativa para equilibrar el mercado de alcohol de azúcar, principalmente en la época de cosecha o recolección. Es en este período que fábricas de Río de Janeiro y de Minas Gerais entran en Espirito Santo y fuerzan la disminución del precio del producto, lo que descapitaliza las empresas locales en un frágil momento, de costeo del plantío y cosecha. Según Vian (2003), se espera que la incursión de las empresas locales en la exportación se convierta en alivio para la presión sobre los precios. 8 9

Información obtenida en entrevista realizada por los autores. Información obtenida en entrevista realizada por los autores.

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Después del primer embarque experimental, ese grupo se prepara para la segunda venta a Europa y Asia. Serán exportados 15 millones de litros de alcohol hidratado, utilizado como insumo para industrias químicas, lo que resultará en una cuantía de US$ 3.6 millones. Aunque hoy la idea básica de pool sea la de transformar el mercado externo en alternativa para mantener la facturación, sin las tradicionales oscilaciones, en el futuro los empresarios esperan que las exportaciones puedan tener un peso mayor en las estrategias y cuantías de las destilerías. Las expectativas actuales son que el mercado europeo decida sobre la adición de alcohol a la gasolina, como ocurre en Brasil. Actualmente, la mezcla en Europa es hecha con alcohol de remolacha y maíz, el que cuesta el triple que el biocombustible brasileño. El grupo comenzó a formarse a inicios del 2001 y está abierto a nuevas adiciones. La fábrica Paineiras, localizada en la región sur, admitió su interés en el negocio, pero la dirección consideró conveniente esperar un poco. Las exigencias para entrar al grupo son: credibilidad, garantía de producto y voluntad de actuar en conjunto con otras empresas. En el proceso de cambio institucional del Complejo cultivador de caña Brasileño, una categoría que ha sufrido grandes impactos es la de proveedores de caña en el Estado de São Paulo, y también en otros Estados, pues se sabe poco sobre las características y necesidades de estos agentes en términos de contratación de mano de obra, financiamiento, entre otros aspectos relevantes, como la relación contractual con las fábricas. En ese sentido, el sector aún tiene resquicios de la fase de regulación estatal, cuando las relaciones eran orientadas por IAA y cuando era difícil controlar el cumplimiento del porcentaje de caña exigido a los proveedores. Actualmente con el libre mercado y las nuevas formas de coordinación, el Estado debe preocuparse apenas por la determinación de un marco legal para los contratos, y dejar que las partes se entiendan. Volver a crear leyes o normas que obligue la compra de caña de proveedores sería un retroceso en el aprendizaje conseguido e interferiría con las estrategias de los agentes. De esta forma, el Estado debe adoptar políticas de apoyo a la investigación para que puedan entenderse mejor las necesidades y las orientaciones actuales para una actividad ambientalmente correcta y socialmente sustentable. Es urgente el aumento de investigaciones en estos temas. Esto puede ayudar a los productores a mejorar los costos de producción, sistemas de investigación de precios por medio de Consecana, entre otros aspectos productivos. 36

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En cuanto al sistema Consecana, fue una respuesta eficiente del sector al proceso de falta de reglamentación y aún esta en proceso de maduración y pasa por revisión periódica. Según Belik (2010), este mecanismo no debe sufrir interferencias del Estado, pues puede generar un retroceso e interferir en las conductas estratégicas de las empresas. La estrategia de profundización ha afectado a los pequeños productores, pero ellos pueden tener acceso a nuevas tecnologías a través de asociaciones y cooperativas y del proceso de tercerización de las actividades agrícolas. Por otro lado, puede incentivarse a los pequeños a adoptar tecnologías para actuar en otros mercados derivados de la caña, como aguardiente, panela, melado y otros tipos de alimentos y productos. Los estudios en este campo son poco explorados en Brasil y representan una alternativa de renta importante para estos agentes. La recién creada estructura de producción de Biodiésel también presenta problemas de coordinación entre varios eslabones de la cadena productiva, desde la relación con las instituciones financieras de producción hasta las de abastecimiento de materia prima. Las subastas para adquisición de producto fueron exitosas, pero muchas empresas no están cumpliendo los contratos con Petrobrás por no tener materia prima para producir o por estar produciendo aceite para la industria de alimentos. El mercado de alcohol-combustible en Brasil ha tenido variaciones de precios más significativas y comentadas porque es un producto que tiene más impacto en los índices de inflación y en la estructura productiva. La relación entre distribuidores de combustibles y fábricas aún no es de las más estables, aún con la existencia de los grupos de comercialización de alcohol. Aún es necesario madurar más en este sentido. Así se hace necesaria la adopción de una política de stocks reguladores que deberían ser negociados entre los diversos eslabones de la cadena y del Estado, que darían mayor estabilidad a los precios, ya que la política de alteración de mezcla para gasolina no resuelve el problema. Una política de stocks beneficiaría mucho al consumidor y podría dar una orientación mejor del comportamiento de precios, a la vez que evita la toma de decisiones equívocas en momentos de euforia. Existen algunas controversias sobre cuál debe ser el volumen en stock. Algunos representantes del sector dicen que debe ser de 3 billones de litros. Aún así existen muchas divergencias sobre quién costeará financieramente esa acción. Este costo debería ser distribuido entre los diversos eslabones de la cadena y no pagado en su totalidad por el consumidor final a través de precios elevados en los períodos que transcurren entre una cosecha (recolección) y otra. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 15-44 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Otra forma de evitar los impactos de los períodos entre cosechas es a través de investigación de nuevas variedades y materias primas, para que el funcionamiento de las fábricas sea mayor a lo largo del año. Muchas ya están funcionando hasta por mueve meses. Así, se evitaría el impacto de la parada de producción, característica de un producto agroindustrial. Se ha discutido bastante sobre el desarrollo del futuro mercado del alcohol, pero este no ha crecido en Brasil, por causa del desinterés de los agentes, poca información sobre mecanismos de mercado, tradicionalismo en las fábricas y falta de recursos para cubrir las márgenes de garantía; las intervenciones en estos temas pueden contribuir a resolver el problema de escasez en la entre-cosecha y por las características del sector productivo, principalmente la integración vertical hacia atrás de las fábricas. Se debe destacar que todas las iniciativas descritas se han desarrollado por iniciativa del sector privado. El Estado debería usar estas iniciativas como punto de partida para la implementación de políticas públicas de estabilización de precios. El mercado de capitales comienza a ser identificado como una fuente de financiamiento de bajo costo para el sector. El lanzamiento de acciones en la bolsa por parte de grupos importantes y la adopción de mecanismos de Gobierno para garantizar la transparencia son inéditos y deben crecer en el futuro. La continuidad de la política económica deberá incentivar esta estrategia de financiamiento. Por otro lado, las estrategias adoptadas por los grandes grupos a través de prácticas de coordinación vertical, sustentabilidad ambiental, responsabilidad social y competitividad pasan a ser copiadas y comienzan a convertirse en patrón de conducta en ese segmento productivo. Pero se hace necesaria la definición de estándares de calidad socioambiental, de productos y procesos y sus certificaciones. Para el consumidor final es difícil saber si el estándar de diferenciación es el que realmente definieron las empresas. De este modo, el Estado debe incentivar la discusión de estándares de calidad y de certificación para que la estrategia de diferenciación se torne más atractiva. Mecanismos de calidad y certificación y de estabilización de precios deberán disminuir la adulteración del producto y permitir que los consumidores den más importancia a los estándares de calidad que a los precios. El análisis anterior evidencia que las instituciones, es decir, el Estado y las políticas públicas, la cultura organizacional, la estructura social y la forma de organización de los agentes económicos y sociales influyen de manera significativa en la 38

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formulación de estrategias empresariales y en sus cambios. Conforme fue descrito, la política de intervención estatal en el cultivo de caña nacional fue responsable por una estructura atrasada y de baja competitividad que se mantuvo en los últimos cincuenta años. Los cambios de política y de ambiente institucional obligan a las empresas a adoptar estrategias diferenciadas de las anteriores, para buscar la competitividad nacional e internacional. Antes, las estrategias individuales estaban subordinadas a una regulación general establecida por el Estado interventor. Lo que es nuevo es el surgimiento de nuevas estrategias individuales basadas en la diferenciación del producto, diversificación productiva y especialización. Estos movimientos son indicativos de las dificultades para reestablecer el antiguo consenso en relación con las condiciones de producción. Si existe un movimiento común a todos los cultivadores de caña del centro-Sur de Bahía, este es el de la concentración/centralización de capitales, que nuevamente se ha hecho presente. Con todo, futuras investigaciones sobre los complejos regionales y la adopción del análisis institucional, así como una reflexión más profunda de las estrategias competitivas que son adoptadas son necesarias para la adopción de políticas públicas adecuadas. 5. CONSIDERACIONES FINALES SOBRE LAS DIRECTRICES DE POLÍTICAS PARA MEJORAS EN LAS RELACIONES CONTRACTUALES Como se ha enfatizado desde el inicio del texto, el propósito de este trabajo es revisar las políticas utilizadas para mejorar e incentivar el desarrollo del sector de biocombustibles, y mejorar las relaciones contractuales en la cadena de biocombustibles que son marcadas por especificidades de los productos, procesos y características regionales e institucionales. La principal lección del estudio del caso brasileño es que el desarrollo y la consolidación de las relaciones son lentos y están expuestos a múltiples dificultades. A partir de esta retrospectiva se pueden nombrar las siguientes directrices de políticas con el propósito de que sirvan para disminuir los conflictos entre los eslabones de las cadenas. Las políticas deben tomar en cuenta las condiciones locales y regionales de producción, los intereses ya establecidos y el conocimiento ya adquirido: • Se debe tomar en cuenta que los biocombustibles tienen diversos usos, y la producción y el consumo local pueden contribuir para la reducción del conSemestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 15-44 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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flicto, pues el espacio de interacción entre los agentes ya existe y puede ser consolidado; • El proceso de certificación social y ambiental es una buena forma de incentivar las relaciones duraderas y con pocos conflictos, pues los costos de certificación inducen a la cooperación. • Debe incentivarse a la diversificación productiva en todos los eslabones de la cadena, pues esto disminuye la dependencia mutua y posibilita menores conflictos, además de incentivar la cooperación; • Inducir a la mejora tecnológica es un factor importante para la reducción de conflictos, pues lleva a comportamientos cooperativos entre los productores, proveedores, unidades de investigación, entre otros; • Definición del papel de los biocombustibles en la matriz energética de los países productores, que evita los problemas a corto plazo e induce a la cooperación y alianzas de largo plazo. Esta investigación sobre el caso brasileño es importante y nos hace reflexionar sobre muchas cuestiones. Pero, se debe invertir en investigaciones comparativas entre los países productores de biocombustibles y en la divulgación de sus problemas y acciones. Esto se puede hacer con la construcción de una red de cooperación entre los investigadores de América Latina y Europa. BIBLIOGRAFÍA Azevedo, P. F. (2000). Nova economia institucional: referencial geral e aplicações para a agricultura. En: Revista Agricultura em São Paulo, Vol. 47, N.° 1, pp. 33-52. Bathia, R. (1985). Energy and Agriculture in Developing Countries. En: Energy Policy, Vol. 13, N.° 4, pp. 330-334. Belik, Walter (2010). Desenvolvimento Rural e Segurança Alimentar: Contribuições Teóricas para o Desenho e Avaliação de Políticas Públicas. Tese para o Concurso de Professor Titular em Economia Agrícola apresentada ao Instituto de Economia da Unicamp, Campinas (mimeo) Bernard, F y Prieur, A. (2007). Biofuel market and carbon modeling to analyse French biofuel policy. En: Energy Policy, Vol. 35, N.° 12, pp. 5991-6002. Bernetti, I.; Fagarazzi, C. y Frantini, R. (2004). A methodology to analyse the potential development of biomass energy sector: an application in Toscany. En: Forest Policy and Economics, Vol. 6, pp. 415-432.

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RELACIÓN ENTRE LAS EMISIONES DE CO2, EL CONSUMO DE ENERGÍA Y EL PIB: EL CASO DE LOS CIVETS* Jacobo Campo Robledo** Wilmer Olivares*** Recibido: enero 31 de 2012 • Aceptado: mayo 31 de 2013

RESUMEN Este trabajo evalúa la relación que existe entre las emisiones de CO2 (dióxido de carbono), el consumo de energía y el PIB, para el grupo de países conocido como los CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), en el período 1985-2007. Para comprobar dichas relaciones se utiliza la metodología de datos de panel no estacionarios, acompañada de pruebas de raíces unitarias y de cointegración. Se concluye que, en el largo plazo, el crecimiento económico y el consumo de energía son determinantes del calentamiento global a través del incremento en las emisiones de CO2 para los CIVETS. Finalmente, se presenta evidencia empírica que comprueba la existencia de una Curva de Kuznets Ambiental para el grupo de países estudiado, que permite demostrar que los incrementos en el PIB per cápita incrementan las emisiones de CO2, pero a partir de determinado nivel de PIB las emisiones disminuyen.

PALABRAS CLAVE Economía ambiental, emisiones de CO2, cointegración en panel, CIVETS.

CLASIFICACIÓN JEL C33, Q50, Q56.

CONTENIDO Introducción; 1. Revisión bibliográfica; 2. Metodología y datos; 3. Resultados; 4. Conclusiones; Bibliografía.

*

Este artículo de es producto del proyecto denominado “Análisis empírico con bases de datos de los sectores público y privado” del grupo de investigación Finanzas y Política Económica, reconocido por Colciencias y que pertenece a la Facultad de Economía de la Universidad Católica de Colombia. Este proyecto fue financiado en su totalidad por la Universidad Católica de Colombia y ejecutado entre enero de 2011 y noviembre de 2011. Durante la ejecución de este proyecto, Wilmer Olivares se desempeñaba como asistente de investigación.

**

Economista y Negociador Internacional, Universidad ICESI, Cali, Colombia. Magíster en Economía, Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Líder del Grupo de Investigación de Finanzas y Política Económica. Docente–Investigador, Facultad de Economía, Universidad Católica de Colombia. Correo electrónico: jacampo@ucatolica.edu.co, jacobo.campo@gmail.com.

***

Economista, Universidad Católica de Colombia, Bogotá, Colombia. Estudiante de la Especialización en Formulación y Evaluación Social y Económica de Proyectos. Asistente de Investigación, Facultad de Economía, Universidad Católica de Colombia. Correo electrónico: waolivares55@ucatolica.edu.co.

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RELATIONSHIP BETWEEN CO2 EMISSIONS, ENERGY CONSUMPTION AND GDP: THE CASE OF THE CIVETS ABSTRACT This paper evaluates the existent relation between CO2 emissions (Carbon Dioxide), energy consumption and GDP for the group of countries known as CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egypt, Turkey and South Africa), in the period 1985-2007. To prove these relations, a stationary data panel methodology is used supported by unitary root and cointegration tests. It is concluded that in the long term, economic growth and energy consumption are critical in explaining global warming through increases in CO2 emissions for CIVETS. Finally, empiric evidence is presented that proves the existence of a Kuznets Environmental Curve for the group of countries studied, which can prove that increases in the per capita GDP increase the CO2 emissions, but after the GDP reaches a certain level emissions decrease.

KEY WORDS Environmental economy, CO2 emissions, cointegration panel, CIVETS.

JEL CALSSIFICATION C33, Q50, Q56

CONTENT Introduction; 1. Bibliographical review; 2. Methodology and data; 3. Results; 4. Conclusions; Bibliography.

RELAÇÃO ENTRE AS EMIÇÕES DE CO2, O CONSUMO DE ENERGIA E O PIB: O CASO DOS CIVETS RESUMO Este trabalho avalia a relação que existe entre as emissões de CO2 (Dióxido de Carbono), o consumo de energia e o PIB, para o grupo de países conhecido como os CIVETS (Colômbia, Indonésia, Vietnam, Egito, Turquia y Sul África), no período 1985–2007. Para comprovar estas relações se utiliza a metodologia de dados de painel não estacionários, acompanhada de provas de raízes unitárias e de cointegração. Conclui-se que, ao longo prazo, o crescimento económico e o consumo de energia são determinantes do aquecimento global por meio do incremento nas emissões de CO2 para os CIVETS. Finalmente, apresentase evidencia empírica que comprova a existência de uma Curva de Kuznets Ambiental para o grupo de países estudado, que permite demostrar que os incrementos no PIB per capita incrementam as emissões de CO2, mas a partir de determinado nível de PIB as emissões diminuem.

PALAVRAS CHAVE Economia ambiental, emissões de CO2, cointegração em painel, CIVETS.

CLASIFICAÇÃO JEL C33, Q50, Q56.

CONTEUDO Introdução; 1. Revisão bibliográfica; 2. Metodologia e dados; 3. Resultados; 4. Conclusões; Bibliografia.

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

INTRODUCCIÓN Al estudiar la relación existente entre las emisiones de CO2 (Dióxido de carbono), el consumo de energía y el producto interno bruto (PIB), para las economías que están llamadas a ser potencias mundiales (debido a su crecimiento anual y su importante atractivo para la inversión) como son los países que conforman el grupo de los CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), se debe tener en cuenta que este grupo de seis países es el grupo con las mayores expectativas de crecimiento durante las próximas dos décadas, con un crecimiento económico promedio de alrededor del 4 % durante los siguientes veinte años; adicionalmente, las economías que hacen parte de los CIVETS son destinos potenciales para los inversionistas internacionales. Las estadísticas muestran que los CIVETS, incluso, pueden superar a otros grupos países como el G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) y los BRICS (Brazil, Rusia, India y China) que hoy en día son las economías más fuertes. Para los CIVETS esta perspectiva va aún más allá; las características propias de las economías en desarrollo limitan algunos aspectos de competencia, igualdad y comparabilidad; para este caso puntual los niveles de inflación y de deuda pública son muy similares para las seis economías; la situación de los países de la Eurozona y Estados Unidos, con la eventual crisis de la deuda, han presentado cifras alarmantes de la deuda pública de estos países, motivo por el cual la incertidumbre en los mercados se ha apoderado de los inversionistas llevándolos a buscar refugios en algunas economías como el grupo de los CIVETS o en las monedas más fuertes del mundo como el yen en Japón o el franco suizo en Suiza. No obstante, cuando las economías se esfuerzan por controlar las variables macroeconómicas y mantener la estabilidad financiera, descuidan las implicaciones que tienen estas políticas sobre el cambio climático. Las emisiones de CO2 son consideradas las principales responsables del calentamiento global, y por tal razón su regulación es un tema muy importante para los gobiernos. Por ejemplo, el protocolo de Kyoto en 1997 se fijó como objetivo reducir los gases de efecto invernadero. Como los CIVETS es un grupo de países que han experimentado recientemente un rápido crecimiento económico, es importante estudiar el efecto que tiene el PIB sobre las emisiones de CO2. Adicionalmente, el amplio estudio que ha tenido la relación entre el consumo de energía y el PIB indica que los patrones de consumo de energía también inciden de manera positiva sobre las emisiones de CO2. En este sentido, si la relación es positiva, se deben proponer mecanismos en pro de la conservación y uso eficiente de la energía. El objetivo de este trabajo es estudiar la relación que existe entre el consumo de energía, el PIB y las emisiones de CO2. A través de un modelo de datos panel Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 45-66 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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macroeconómico no estacionario, se estiman las elasticidades de largo plazo de las emisiones de CO2 al consumo de energía y al PIB. Lo anterior, con el propósito de aportar evidencia empírica acerca de la relación que existe entre las emisiones de CO2 y algunos de sus determinantes, en este caso particular, el consumo de energía y el PIB. En adición, se presenta evidencia sobre la hipótesis de la existencia de una Curva de Kuznets Ambiental (CKA) para el grupo de países CIVETS. De igual forma, la contribución de este trabajo a la literatura existente radica en que se emplean metodologías de datos panel no estacionarios, con pruebas de raíces unitarias para datos panel y pruebas de cointegración en panel, y se presenta evidencia empírica para un grupo de países (región económica) poco estudiado como el caso de los CIVETS. El crecimiento de las economías esta determinado, en parte, por los hogares y las firmas, ya que a través de la producción de bienes y servicios por parte de las firmas se permite el consumo de bienes y servicios a los hogares, para satisfacer sus necesidades. Ahora bien, si el consumo de los hogares aumenta, las firmas aumentarán su producción para cubrir la demanda de los hogares, y el problema aquí es que dicho aumento productivo generará posibles externalidades negativas y positivas sumadas a posibles excesos frente al uso de los recursos ambientales, a través de incrementos en el consumo de energía e ingreso. Referida a este contexto, la construcción de políticas económicas, en la mayoría de los casos, no vincula los factores de contaminación y de degradación del medioambiente, para tratar de disminuir el impacto negativo de estos en la economía o limitar considerablemente el uso de estos recursos. He aquí entonces la importancia de conocer los efectos que tienen los incrementos del consumo de energía y del PIB sobre las emisiones de CO2 de una economía. Este documento está dividido en cinco secciones, incluyendo la introducción, y organizado de la siguiente manera. En la primera sección se presenta una breve revisión de literatura empírica internacional sobre la relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB. En la segunda, se exponen la metodología y los datos. En la tercera sección, se presentan los resultados de las pruebas de raíces unitarias y cointegración en panel, además de las estimaciones. Finalmente, en la cuarta y última sección se exponen las conclusiones. 1. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA La relación entre el consumo de energía y el PIB ha sido estudiada por numerosos investigadores a lo largo de los últimos treinta años, 1980-2010; sin embargo, se hace necesario incluir en esta relación las emisiones de CO2, dada la creciente preocu48

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

pación ambiental, debido el problema de cambio climático que se presenta en el ámbito mundial. A continuación se revisan algunos de los trabajos más relevantes en este tema, durante la década primera década del siglo XXI. Hettige, Mani y Wheeler (2000) analizan datos internacionales y ponen a prueba la CKA. Miden el efecto del crecimiento económico a través de tres factores determinantes de la contaminación ambiental: un primer factor es la participación de la industria en la producción nacional; en segundo lugar la participación de los sectores contaminantes de la producción industrial y, por último, la intensidad de la contaminación por unidad de producto de estos sectores contaminantes. Los resultados muestran que la participación de la producción de la industria en la producción nacional sigue la trayectoria de la hipótesis de Kuznets, pero no los otros dos determinantes. Por su parte, Dinda (2004) encuentra que la presión ambiental aumenta más rápido que los ingresos en las primeras etapas de desarrollo y reduce la velocidad en relación con el crecimiento del PIB en los niveles de ingresos más altos; además el autor revisa los desarrollos teóricos y empíricos que indagan sobre el fenómeno de la CKA. Mehrara (2007) examina la causalidad que puede existir entre el consumo de energía per cápita y el PIB per cápita en un modelo panel de once países exportadores de petróleo, mediante el uso de pruebas de raíces unitarias en panel y pruebas de cointegración en panel. Los resultados muestran una causalidad unidireccional y un fuerte crecimiento del consumo de energía para los países exportadores de petróleo. En la misma vía, Soytas y Sari (2007) investigan la relación a largo plazo y encuentran una relación de causalidad en el sentido de Granger entre el crecimiento económico, las emisiones de dióxido de carbono y el consumo de energía en Turquía. El resultado más interesante es que las emisiones de carbono son causa del consumo de energía, pero no en sentido contrario. La falta de un vínculo a largo plazo de causalidad entre el ingreso y las emisiones implica que para reducir las emisiones de carbono, Turquía no tiene que renunciar al crecimiento económico. Soytas, Sari y Ewing (2007), analizan el efecto del consumo de energía y las emisiones de carbono en los Estados Unidos, y evidencian una relación de causalidad de Granger entre el ingreso, el consumo de energía y las emisiones de carbono, además, con la fuerza laboral y la formación bruta de capital fijo. A través de la prueba de causalidad de Granger, encuentran que los ingresos y las emisiones de carbono causan en el largo plazo el uso de la energía. Según sus conclusiones, el crecimiento del ingreso por sí mismo no puede llegar a ser una solución a los proSemestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 45-66 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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blemas ambientales. En otro trabajo Soytas y Sari (2009) refuerzan estos resultados para el caso de Estados Unidos. Ang (2007a) examina la relación de largo plazo entre el PIB, las emisiones contaminantes y el consumo de energía en Malasia durante el período 1971-1999. En este estudio comprueba que la contaminación y el consumo de energía se relacionan de manera positiva con la producción en el largo plazo; además, muestra que existe una gran causalidad entre el crecimiento económico y el consumo energético, tanto en el corto como en largo plazo. En otro estudio similar, Ang (2007b) hace referencia a las relaciones dinámicas de causalidad entre las emisiones contaminantes y el consumo de energía. Sostiene que estas variables están muy relacionadas entre sí y, por lo tanto, su relación debe examinarse con un marco integrado. Los resultados proporcionan evidencia de la existencia de una relación de largo plazo bastante fuerte entre estas variables para el período 1960-2000. Por otra parte, los resultados apoyan el argumento de causalidad y comprueban que el crecimiento económico ejerce una influencia sobre el incremento del consumo de energía y la contaminación en el largo plazo. Apergis y Payne (2009) examinan y demuestran que a largo plazo el consumo de energía de equilibrio tiene un impacto positivo y estadísticamente significativo en las emisiones, mientras que la producción real muestra la forma de U invertida, patrón asociado con la CKA y la dinámica de corto plazo que indica causalidad unidireccional entre el consumo de energía y el PIB real. Belloumi (2009) aplica la prueba de cointegración propuesta por Johansen (1988, 1991) y utiliza sus resultados para examinar la relación causal entre el consumo de energía per cápita y PIB per cápita en Túnez, para el período 1971-2004. Los resultados indican que el PIB per cápita y el consumo de energía per cápita de Túnez están relacionados por un vector de cointegración en largo plazo; además, existe una relación de causalidad bidireccional entre las dos series y una causalidad unidireccional a corto plazo del consumo de energía al PIB. Halicioglu (2009) examina de forma empírica las relaciones de causalidad entre las emisiones de carbono, el consumo de energía, el ingreso y el comercio exterior en el caso de Turquía, con datos de series de tiempo para el período 1960-2005. Los resultados indican que en el largo plazo existen dos formas de relación entre las variables. En la primera, las emisiones de carbono son determinadas por el consumo de energía, el ingreso y el comercio exterior. En la segunda, el ingreso está determinado por las emisiones de carbono, el consumo de energía y comercio exterior. En un siguiente estudio, Halicioglu (2011) estudia las relaciones causales entre la dinámica de la producción agregada, el consumo de energía, las exporta50

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

ciones, el capital y el trabajo para Turquía, con datos de series de tiempo, para el período 1968-2008. Los resultados indican que existe una relación de largo plazo entre las variables. Adicionalmente, realiza un análisis de causalidad de Granger y concluye que en el largo plazo, la causalidad se comporta de forma interactiva a través del término de corrección de errores, del trabajo, el capital, las exportaciones y el consumo de energía a la producción agregada. Luzzati y Orsini (2009) estudian la relación entre el consumo de energía y el PIB per cápita de 113 países durante el período 1971-2004. Dado que la energía ha sido poco explorada en la CKA los autores la toman como indicador de la presión del medioambiente en general. Pao (2009) examina la causalidad de Granger entre el consumo de energía eléctrica y el crecimiento económico de Taiwán para el período 1980-2007, mediante el uso de un modelo de corrección de errores. Los resultados indican que el consumo de energía eléctrica y el PIB real están cointegrados, y que no hay causalidad unidireccional a corto y largo plazo. Por su parte, Zhang y Cheng (2009) analizan la existencia y la dirección de causalidad de Granger entre crecimiento económico, el consumo de energía y las emisiones de carbono en China, para el período 19602007, y sugieren una causalidad en el sentido de Granger unidireccional entre el PIB y el consumo de energía, y una causalidad de Granger unidireccional entre el consumo de energía y las emisiones de carbono en el largo plazo. Demuestran que ni las emisiones de carbono ni el consumo de energía inciden en el crecimiento económico en China, durante el período de estudio. Pao y Tsai (2010) examinan la dinámica de las relaciones causales entre las emisiones de CO2, el consumo de energía, el producto interno Bruto y la inversión extranjera directa para el grupo de países del BRIC (Brasil, Rusia, India y Corea), durante el período 1971-2005, a excepción de Rusia (1990-2005). Los resultados indican que a largo plazo el consumo de energía de equilibrio tiene un impacto positivo y estadísticamente significativo en las emisiones, mientras que el PIB real muestra la forma de U invertida, patrón asociado con la CKA. Gómez (2010) estudia el crecimiento económico, consumo de energía y emisiones contaminantes en la economía mexicana. Para esto utiliza una metodología de ciclos económicos reales, vectores autorregresivos (modelos VAR) y la prueba de causalidad de Granger, y obtiene como resultado que existe una relación positiva entre crecimiento económico, el consumo de energía y las emisiones de CO2, que el consumo de energía antecede al crecimiento económico, y que tanto cambios en el consumo de energía como crecimiento económico se explican por incrementos en el consumo de energía de los sectores de la economía industrial y de transporte. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 45-66 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Jacobo Campo Robledo • Wilmer Olivares

Curva de Kuznets ambiental La hipótesis de la CKA fue introducida por Panayotou (1993), al estudiar el efecto que tiene el crecimiento económico en ciertos indicadores de aire y tierra. La hipótesis, en sí, sostiene que el incremento del PIB aumenta la contaminación hasta cierto nivel de ingreso per cápita, a partir del cual comienza a reducirse la contaminación. La existencia de esta relación de U invertida, como se muestra en la figura 1, ha sido fundamentada por múltiples factores o efectos, entre otros, el efecto composición, desplazamiento, el ambiente como un bien de lujo, el progreso tecnológico y las regulaciones ambientales. Todos estos, argumentados por numerosos autores como Hettige, Mani y Wheeler (1998), Grossman y Krueger (1991), Low y Yeats (1992) y Rothman (1998). Figura 1. Curva de Kuznets Ambiental Indicador de Presión Ambiental

Ingreso per capita

Fuente: elaborado por los autores.

2. METODOLOGÍA Y DATOS En esta sección se expone la metodología empleada para determinar los efectos que tienen el PIB y el consumo de energía sobre las emisiones de CO2. En adición, se presentan las gráficas de los datos con los cuales se aplica dicha metodología. 2.1. Metodología: datos panel Durante las últimas dos décadas, 1990-2010, los datos panel han sido utilizados como herramienta de análisis por parte de investigadores de diversas áreas para estudiar las relaciones entre diferentes variables. La razón principal es que esta metodología combina una dimensión de tiempo (series de tiempo) con otra transversal (corte transversal). 52

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

Al trabajar con datos de panel macroeconómicos, los cuales contemplan una serie de tiempo mayor a la cantidad de individuos, se debe tener en cuenta la existencia de una relación de largo plazo entre las variables que se analizan para el grupo de individuos. En otras, palabras, se debe asegurar que exista una relación de cointegración para evitar el problema de obtener resultados espurios como lo sostienen Engle y Granger (1987). Entorf (1997), Kao (1999) y Phillips y Moon (1999), quienes introdujeron el término de relaciones espurias en el uso de datos panel, cuando las observaciones de tiempo son mayores al número de individuos en un panel. Para esto es necesario aplicar pruebas de raíces unitarias que permiten determinar el orden de integración de las series de tiempo, y pruebas de cointegración para determinar si las series de tiempo de cada país están o no cointegradas, y con esto evitar los resultados espurios. La implementación de esta metodología de datos de panel vincula el hecho de que los individuos, firmas, bancos o países como en este caso (los CIVETS) son heterogéneos. Los análisis de series de tiempo y de corte transversal no tratan de controlar esta heterogeneidad con el riesgo de obtener resultados sesgados. Una ventaja adicional es que permiten estudiar de una mejor manera la dinámica de los procesos de ajuste de los datos tomados para los países CIVETS. Según la literatura internacional sobre economía energética, se puede plantear la siguiente ecuación con el fin de determinar la relación de largo plazo entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB. Esta forma funcional ha sido empleada por otros autores como Pao y Tsai (2010), Apergis y Payne (2009) y Halicioglu (2009): LCO2it = β0 + β1LCEit + β2LPIBit + β3LPIB2it + εit

(1)

Donde (LCO2it) es el logaritmo de las emisiones de CO2 de cada país (i) en el período (t), (LCEit) es el logaritmo del consumo de energía de cada país (i) en el período (t) y (LPIBit) es el logaritmo del PIB de cada país (i) en el periodo (t). Se emplea la variable (LPIB2it) con el propósito de probar la hipótesis de la existencia de una Curva de Kuznets Ambiental; por tanto, si existe dicha curva, el signo que se espera tenga el coeficiente que acompaña a la variable (LPIBit) sea positivo, mientras que el signo del coeficiente que acompaña a la variable (LPIB2it) será negativo. Por otro lado, se espera que el coeficiente que acompaña a la variable (LCEit) tenga signo positivo. 2.1.1 Pruebas de raíces unitarias para el panel Se considera primero el orden de integración de las series emisiones de CO2, consumo de energía y PIB, expresadas en términos per cápita. Se emplean las pruebas para Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 45-66 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Jacobo Campo Robledo • Wilmer Olivares

datos panel desarrolladas por Im, Pesaran y Shin (2003) conocida como la prueba IPS, Levin, Lin y Chu (2002), Breitung (2000), Maddala y Wu (1999) (Fisher tipo ADF) y Choi (2001) (Fisher tipo PP). Las pruebas de Maddala y Wu (1999) e Im, Pesaran y Shin (2003) permiten la heterogeneidad entre los individuos de los datos del panel. Las pruebas de raíces unitarias para panel tienen su fundamento en las pruebas desarrolladas para series de tiempo, pero tienen una ventaja sobre estas últimas, y es que al combinar series de tiempo y datos de sección cruzada se obtienen más grados de libertad lo cual mejora las propiedades de los estimadores, y además corrigen la heterogeneidad no observada. 2.1.2 Prueba de cointegración para el panel Luego de comprobar que las series son integradas de orden uno, es decir, que contienen una raíz unitaria en el panel, se continúa con la prueba de cointegración, con el fin de encontrar evidencia sobre la existencia de una relación entre las variables en el largo plazo, y de esta forma evitar la presencia de relaciones espurias. Lo anterior se prueba a través de la conocida prueba de cointegración en panel heterogéneo de Pedroni (2000, 2004). Esta prueba se basa en siete estadísticos divididos en dos grupos; el primero está basado en el estadístico de Phillips y Ouliaris (1990), el cual está definido como: Z p

∑ (εˆ =∑ (∑ N

i=1

∆εˆit − λˆi

T

t =1

it−1 T

2 t =1 it−1

εˆ

)

)

  1 En donde (εˆit ) es estimado de la ecuación (1), λi = (σˆ i2 − sˆ i2 ) , para lo cual   2 2 2 ˆ ˆ ˆ σ es la varianza de largo plazo de ε y s es la varianza contemporánea. El ( ) ( i) (i) it segundo grupo de estadísticos se basan en la razón de varianza, definida de la matriz de varianzas y covarianzas de largo plazo. El método de estimación es Fully Modified Ordinary Least Squares (FMOLS), ya que este estimador corrige los problemas de endogeneidad y heterogeneidad que están presentes en las pruebas de cointegración basadas en los errores del modelo y estimadas por OLS. Una mayor descripción de esto puede encontrarse en Pedroni (2000). 2.2. Datos A continuación se presentan las variables utilizadas en este documento. El PIB per cápita medido (en dólares a precios constantes de 2000), el consumo de energía eléctrica (kWh por habitante), las emisiones de CO2 (toneladas métricas per cápita). 54

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

Todas las series fueron obtenidas del Banco Mundial. Los gráficos 1 al 3 muestran el comportamiento de cada una de las series de los países CIVETS. Gráfico 1. Emisiones de CO2 (toneladas de dióxido de carbono per cápita), 1985-2007

Toneladas métricas per cápita

12

10 8 6

4 2

Colombia

Indonesia

Turkia

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

1999

Egipto

2000

1998

1997

1995

Vietnam

1996

1994

1993

1992

1990

1991

1989

1988

1987

1986

1985

0

Sudafrica

Fuente: elaboración de los autores con base en información del Banco Mundial

En los gráficos 1 y 2 se evidencia que Sudáfrica es el país que tiene más emisiones de CO2 y consumo de energía per cápita, en comparación con los demás países CIVETS. En el caso colombiano se observa que su comportamiento está dentro del rango de los demás países del grupo, y por ejemplo, Indonesia es el país con más crecimiento del grupo y una participación porcentual en emisiones de CO2 de un 4,8 %. Egipto e Indonesia son los países más homogéneos con una participación baja en emisiones de CO2 por persona. El consumo de energía de los CIVETS se ve reflejado en el gráfico 2 donde sobresale el consumo de energía de Sudáfrica a diferencia de los otros países del grupo, los cuales presentan un comportamiento homogéneo, que puede ser a causa de los hábitos en el consumo, como por ejemplo el mínimo uso de combustibles fósiles o una alta tasa de crecimiento económico durante la última década.

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 45-66 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Jacobo Campo Robledo • Wilmer Olivares Gráfico 2. Consumo de energía per cápita, 1985-2007 6000

kWh per capita

5000 4000 3000

2000 1000

Colombia

Indonesia

Egipto

Turkia

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1996

Vietnam

1997

1995

1994

1993

1992

1991

1990

1989

1988

1987

1986

1985

0

Sudáfrica

Fuente: elaboración de los autores con base en información del Banco Mundial Gráfico 3. PIB real per cápita, 1985-2007 6000

US$ del 2000 per capita

5000 4000 3000

2000 1000

Colombia

Indonesia

Vietnam

Egipto

Turkia

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1996

1997

1995

1994

1993

1992

1991

1990

1989

1988

1987

1986

1985

0

Sudáfrica

Fuente: elaboración de los autores con base en información del Banco Mundial 56

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

El gráfico 3 permite inferir que Turquía es el país que ha presentado un mayor crecimiento económico por persona a lo largo de la serie con un aumento promedio de 2,40 %. En las tablas 1, 2 y 3, se presentan estadísticas descriptivas discriminadas por quinquenios, ya que las serie de tiempo al parecer no son estacionarias. En la tabla 1 se observa que el país con mayor PIB per cápita del grupo es Turquía durante los últimos tres quinquenios, además de ser el que presenta mayor desviación, lo que permite ver que en términos de PIB per cápita es el más sólido del grupo. Colombia se ubica en el segundo puesto, en términos de desviación del PIB per cápita. Tabla 1. Estadísticas descriptivas del PIB per cápita por quinquenios (US$) 1986-1990

1991-1995

1996-2000

2001-2005

Media

Desviación

Media

Desviación

Media

Desviación

Media

Desviación

Colombia

2205,58

85,18

2451,16

101,28

2566,44

74,46

2632,10

109,75

Indonesia

546,48

48,44

740,50

67,95

831,34

62,06

880,66

49,83

Vietnam

213,14

10,32

268,10

27,39

363,82

27,83

477,28

45,40

Egipto

1082,00

36,01

1164,80

34,79

1333,00

67,71

1481,42

38,86

Turquía

3121,62

149,02

3445,60

131,94

3919,00

117,08

4146,80

380,89

Sudáfrica

3189,92

33,48

2956,48

59,27

3003,32

27,58

3193,78

140,40

Fuente: Banco Mundial, cálculos propios

Tabla 2. Estadísticas descriptivas del consumo de energía por quinquenios (kWh) 1986-1990

1991-1995

1996-2000

2001-2005

Media

Desviación

Media

Desviación

Media

Desviación

Media

Desviación

Colombia

822,20

35,43

869,18

56,20

879,16

41,06

883,38

19,88

Indonesia

123,06

27,94

220,36

36,42

352,66

35,44

459,70

39,02

Vietnam

86,54

10,00

122,28

23,06

236,52

43,28

447,36

93,70

Egipto

618,02

32,61

697,26

21,67

871,68

70,62

1118,48

88,80

Turquía

784,64

86,92

1053,46

93,28

1428,42

115,02

1707,68

157,73

Sudáfrica

4408,64

41,16

4321,08

93,29

4474,58

78,49

4573,56

132,85

Fuente: Banco Mundial

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 45-66 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Jacobo Campo Robledo • Wilmer Olivares Tabla 3. Estadísticas descriptivas de emisiones de CO2 por quinquenios (toneladas métricas per cápita) 1986-1990

1991-1995

1996-2000

2001-2005

Media

Desviación

Media

Desviación

Media

Desviación

Media

Desviación

Colombia

1,62

0,04

1,76

0,11

1,58

0,13

1,38

0,04

Indonesia

0,76

0,05

1,14

0,09

1,26

0,11

1,46

0,09

Vietnam

0,36

0,05

0,34

0,05

0,60

0,07

1,02

0,18

Egipto

1,36

0,05

1,40

0,10

1,76

0,17

1,86

0,15

Turquía

2,42

0,19

2,76

0,09

3,14

0,09

3,10

0,16

Sudáfrica

9,98

0,31

9,18

0,32

8,80

0,29

8,30

0,49

Fuente: Banco Mundial

En la tabla 2 se evidencia que Sudáfrica es el país del grupo con mayor consumo de energía per cápita (en promedio). Sin embargo, la mayor desviación la presenta Turquía. Vietnam, por su parte, es el país con menores niveles de consumo de energía. En la tabla 3 se puede observar que el país que más emisiones de CO2 per cápita produce es Sudáfrica, mientras que Vietnam presenta el menor número de emisiones de CO2. 3. RESULTADOS En esta sección se presentan los resultados de las pruebas de raíces unitarias y cointegración en datos panel. La tabla 4 expone los resultados de las cinco pruebas de raíces unitarias presentadas en la sección anterior, y se indica para cada una de las variables en niveles, el estadístico y la probabilidad. Se puede observar que para ninguna de las pruebas se puede rechazar la hipótesis nula de raíz unitaria, con lo cual se concluye que las series no son estacionarias en niveles. Tabla 4. Raíz unitaria para variables en niveles Prueba

Emisiones de CO2

Consumo de energía

PIB

Estadístico Probabilidad Estadístico Probabilidad Estadístico Probabilidad

Im, Pesaran and Shin (Estadístico W)

0,36

0,64

0,57

0,72

1,47

0,93

ADF - Fisher (Chi-cuadrado)

4,87

0,77

2,04

0,73

6,08

0,91

PP - Fisher (Chi-cuadrado)

5,34

0,72

3,49

0,48

11,41

0,49

Levin, Lin & Chu (t)

–0,63

0,26

-0,84

0,20

1,42

0,92

58

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS Prueba Breitung (Estadístico t)

Emisiones de CO2

Consumo de energía

PIB

Estadístico Probabilidad Estadístico Probabilidad Estadístico Probabilidad 0,73

0,77

2,02

(***)

Indica el rechazo de la hipótesis nula al 1 % de significancia

(**)

Indica el rechazo de la hipótesis nula al 5 % de significancia

(*)

Indica el rechazo de la hipótesis nula al 10 % de significancia

0,98

3,47

1,00

Fuente: elaboración de los autores con base en los resultados de las estimaciones

A continuación se presenta el resultado de las pruebas de raíces unitarias aplicadas a las series en primeras diferencias, con el fin de descartar la presencia de más de una raíz unitaria. La tabla 5 expone dichos resultados para cada variable, y se presentan el estadístico y la probabilidad. Se concluye que las series en diferencias son estacionarias, ya que se puede rechazar la hipótesis nula de que existe raíz unitaria Tabla 5. Raíz unitaria para variables en primera diferencia

Prueba

(Consumo de energía)

(Emisiones de CO2)

PIB

Estadístico Probabilidad Estadístico Probabilidad Estadístico Probabilidad Im, Pesaran and Shin (Estadístico W)

–4,82

0,00***

–2,66

0,00***

–2,19

0,01**

ADF – Fisher (Chi–cuadrado)

45,82

0,00***

26,85

0,00***

23,07

0,03**

PP – Fisher (Chi–cuadrado)

87,30

0,00***

61,95

0,00***

41,01

0,00***

Levin, Lin & Chu (t)

–4,79

0,00***

–1,30

0,096

–3,73

0,00***

Breitung (Estadístico t)

–4,51

0,00***

–2,39

0,00***

–2,04

0,02**

(*)

Indica el rechazo de la hipótesis nula al 10 % de significancia

(**)

Indica el rechazo de la hipótesis nula al 5 % de significancia

(***)

Indica el rechazo de la hipótesis nula al 1 % de significancia Fuente: elaboración de los autores con base en los resultados de las estimaciones

El resultado de la prueba de cointegración de Pedroni (2000, 2004) para los CIVETS, expuesta en la sección anterior, se presenta en la tabla 6. Se puede observar que cinco de los siete estadísticos de esta prueba permiten rechazar la hipótesis nula de no cointegración al 5 % de significancia; por lo tanto, existe evidencia estadística fuerte a favor de una relación de cointegración entre las variables emisiones de CO2 per capita, el consumo de energía per cápita y el PIB per cápita.

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Jacobo Campo Robledo • Wilmer Olivares Tabla 6. Pruebas de cointegración Prueba

Estadístico

Probabilidad

1,95

0,02**

Panel rho–Statistic

–0,72

0,24

Panel PP–Statistic

–2,53

0,00**

Panel ADF–Statistic

–2,07

0,02**

Within–dimension Panel v–Statistic

Between–dimension

(**)

Group rho–Statistic

0,82

Group PP–Statistic

–1,70

0,04**

Group ADF–Statistic

–2,79

0,00*

Indica el rechazo de la hipótesis nula al 5 % de significancia Fuente: elaboración de los autores con base en los resultados de las estimaciones

En la tabla 7 se observan los resultados de la estimación de la relación de largo plazo con base en la prueba de cointegración de Pedroni (1999, 2004), para la ecuación (1), y se observa que todos los coeficientes son estadísticamente significativos al 1 %, y, además, tienen el signo esperado a-priori. Tabla 7. Relación de largo plazo, ecuación de cointegración Variable

Coeficiente

Estadístico t

Probabilidad

Constante

–8,10

–3,70

0,00

LCE

0,42

5,82

0,00

LPIB

1,52

2,78

0,01

(LPIB)A2

–0,10

–2,94

0,00

R–Cuadrado

0,84

R–Cuadrado Ajustado

0,84

Estadístico F Probabilidad (F)

238,72 0,00

Fuente: elaboración de los autores con base en los resultados de las estimaciones

En forma resumida, se puede expresar la ecuación de cointegración de la siguiente manera (errores estándar): LCO 2it = −8,10+ 0,42 LCEit +1,52 LPIBit − 0,09 LPIB2it (2,19) (0,07) (0,54) (0,03)

(2)

Los anteriores resultados muestran que las emisiones de CO2 son inelásticas (menor a uno) a cambios en el consumo de energía, es decir, un incremento en 60

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

1 % del consumo de energía genera en el largo plazo un incremento en 0,41 % de las emisiones de CO2 del panel de datos de los CIVETS. Por otro lado, la elasticidad panel de las emisiones de CO2 con respecto al PIB en el largo plazo se formula como sigue: 1,52LPIBit − 0,09LPIB2it ∂LCO2it = 1,52 − (2× 0,09)LPIBit = 0 ∂LPIBit ∂LCO2it = 1,52 − 0,19LPIBit = 0 ∂LPIBit LPIBit =

1,52 = 7,99 0,19

Lo anterior implica que el punto de inflexión se encuentra cuando el PIB alcanza un nivel de 7,99 en logaritmos (o 2.951,29 en millones de dólares del 2000 per cápita). Estos resultados refuerzan la hipótesis de la existencia de una CKA, ya que el nivel de emisiones de CO2 primero se incrementa con el PIB, después se estabiliza y finalmente decrece. La elasticidad del PIB sobre las emisiones de CO2 será mayor a 1, cuando el PIB per cápita es menor a 2,731 (en logaritmos). En resumen, en el largo plazo, las emisiones de CO2 son inelásticas al consumo de energía y elásticas al PIB si este es inferior a 2,73, mientras que inelástica si el PIB es mayor a 2,73. En resumen, los resultados sugieren una respuesta considerable de las emisiones de CO2 ante cambios en el PIB, y una respuesta relativamente baja de las emisiones de CO2 ante incrementos en el consumo de energía. Resultados similares encontraron Arpergis y Payne (2009) y Pao y Tsai (2011), para un grupo de países diferente. 4. CONCLUSIONES Durante la década 2000-2010, las regiones y países en el ámbito mundial se han concienciado sobre el efecto negativo que pueden tener los patrones de consumo de energía, el crecimiento del PIB, entre otras, sobre el medioambiente. En otras palabras, se han dado cuenta de que lo más importante, aún por encima del crecimiento económico, es el impacto negativo que los patrones de consumo mundial pueden generar sobre el medioambiente. En este trabajo se presenta una primera aproximación al estudio de los determinantes de las emisiones de CO2, para los CIVETS (Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía, Sudáfrica) del período 1985-2007. Con datos panel, se estima la 1

Este valor se obtiene (=(1,52–1/0,19).

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relación emisiones de CO2, PIB real, y consumo de energía, con el fin de conocer los coeficientes de esta relación en el largo plazo y poder analizar el impacto, además de contribuir al cumplimiento de la hipótesis de la existencia de una CKA. Los resultados que se presentan en el documento implican que existe una relación de largo plazo entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB. En adición, se encuentra que la elasticidad de las emisiones de CO2 con respecto al consumo de energía es menor a uno (inelástica), y la elasticidad de las emisiones de CO2 con respecto al PIB sugiere la existencia de una Curva de Kuznets Ambiental, ya que tiene forma de U invertida con punto de inflexión en un nivel de PIB per cápita de 7,99 (en logaritmos). De igual forma, los resultados sugieren que existe una relación de causalidad del PIB a las emisiones de CO2, y del consumo de energía a las emisiones de CO2, lo cual implica que en el largo plazo el crecimiento económico es un determinante del cambio climático a través de las emisiones de CO2, al menos para la región conformada por los países estudiados, conocida como los CIVETS. En concreto, en el equilibrio, un incremento en 1 % del consumo de energía genera en el largo plazo un incremento en 0,41 % de las emisiones de CO2 del panel de datos de los CIVETS. Por otro lado, las emisiones de CO2 son elásticas al PIB si este es inferior a 2,73 (en logaritmos), mientras que inelástica si el PIB es mayor a 2,73 (en logaritmos). Un resultado importante es que el consumo de energía tiene un efecto positivo sobre las emisiones de CO2, pero relativamente bajo, como se mencionó anteriormente, lo cual sugiere que las políticas encaminadas a promover el uso eficiente y la conservación de la energía disminuyen las emisiones de CO2 y, por tanto, estas pueden contribuir a reducir el calentamiento global. Por otro lado, la evidencia encontrada a favor de la Curva de Kuznets Ambiental indica que si bien el crecimiento económico incrementa el nivel de emisiones de CO2, este incremento se estabiliza para luego presentar una reducción de las emisiones. Esta reducción evidencia que los países se vuelven más eficientes en la producción, con mejores procesos productivos y cada vez menos contaminantes. No obstante, quedan en la agenda de investigación varios aspectos por estudiar, tales como cuál es el efecto que tiene la profundización financiera o flujos de capitales de esta región de los CIVETS sobre las emisiones de CO2, ya que como sostienen Frankel y Romer (1999) la profundización financiera y el desarrollo pueden atraer inversión extranjera directa y mayores inversiones en investigación y desarrollo, lo cual acelera el crecimiento económico de las economías y afecta la dinámica del desempeño ambiental.

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Relación entre las emisiones de CO2, el consumo de energía y el PIB: el caso de los CIVETS

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EFECTIVIDAD Y EFICIENCIA DE LOS CANALES DE BÚSQUEDA DE EMPLEO EN COLOMBIA* Lina María Restrepo Plaza** Recibido: abril 25 de 2012 • Aceptado: mayo 24 de 2013

RESUMEN El mercado laboral no puede definirse como una institución en la cual confluyen oferentes y demandantes para negociar una mercancía a un precio determinado; se ha identificado que existen distintos mecanismos, que son canales de búsqueda, mediante los cuales los agentes logran emparejar su capacidad de trabajar con las vacantes disponibles. Para verificar la efectividad y la eficiencia de estos canales de búsqueda se utilizó la información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares, para las 13 áreas metropolitanas de Colombia del segundo trimestre de 2008; se realizaron estimaciones de modelos paramétricos de duración y elección discreta y otros modelos no paramétricos tipo Kaplan-Meier que permitieron verificar que las búsquedas informales, es decir, aquellas realizadas a través de familiares y amigos, son más efectivas y eficientes que los procesos de selección formales.

PALABRAS CLAVE Empleo, canales de búsqueda de empleo, duración del desempleo.

CLASIFICACIÓN JEL E24, J64

CONTENIDO Introducción; 1. Estado del arte; 2. Marco teórico; 3. Resultados exploratorios; 4. La efectividad de los canales de búsqueda de empleo; 5. La eficiencia de los canales de búsqueda: los modelos de duración; 6. Las tareas pendientes del mercado laboral colombiano; 7. Conclusiones; Bibliografía; Anexos.

*

Este artículo de investigación es el resultado de la tesis de maestría de la autora como Magíster en Economía Aplicada de la Universidad del Valle. La tesis fue asesorada por el profesor José Ignacio Uribe durante agosto del 2010 y junio de 2011. La autora agradece a José Ignacio Uribe, Boris Salazar, Jaime Tenjo y a Jorge Mario Uribe, por sus aportes al mejoramiento del documento. También agradece a Paula Rivas por su apoyo en el trabajo editorial para la presentación a la revista.

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Economista, Universidad del Valle, Cali, Colombia. Ms en Economía Aplicada, Universidad del Valle, Cali, Colombia. Profesora del Departamento de Economía de la Universidad del Valle, Cali, Colombia. Miembro de los grupos de investigación: Conflicto, Aprendizaje y Teoría de Juegos y Desarrollo Económico, Crecimiento y Mercado Laboral. Correo electrónico: lina.restrepo@correounivalle.edu.co

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EFFECTIVENESS AND EFFICIENCY OF JOB SEARCH CHANNELS IN COLOMBIA ABSTRACT The labor market cannot be defined as an institution where buyers and sellers come together to negotiate a commodity at a given price; therefore three different search channels mechanisms have been identified where the agents are able to match the working abilities with the available jobs. In order to verify the effectiveness and efficiency of these search channels, the Household Integrated Survey information was used for the 13 metropolitan areas of Colombia in the second quarter of 2008. Parametric estimations where made such as the duration and discreet choice models and other non parametric model estimations such as Kaplan-Meier which proved that informal searches, meaning by these those done to family members and friends, are more effective and efficient than the formal selection processes.

KEY WORDS Employment, job search channels, duration of unemployment

JEL CLASSIFICATION E24, J64

CONTENT Introduction; 1. State of art; 2. Theoretical framework; 3. Exploratory results; 4. The efficacy of job search channels; 5. The efficiency of job search channels; Duration models; Pending tasks of the Colombian labor market; 7. Conclusions; Bibliography; Attachments.

EFECTIVIDADE E EFICIÊNCIA DOS CANAIS PARA PROCURA DE EMPREGO NA COLÔMBIA RESUMO O mercado laboral não pode definir-se como uma instituição na qual confluem oferentes e demandantes para negociar uma mercadoria a um preço determinado; tem se identificado que existem distintos mecanismos, que são canais de busca, por meio dos quais os agentes conseguem equiparar sua capacidade de trabalho com as vacantes disponíveis. Para verificar a efetividade e a eficiência destes canais de busca utilizou-se a informação da Grande Enquete Integrada de Lares, para as 13 áreas metropolitanas da Colômbia do segundo trimestre de 2008; realizaram-se estimações de modelos paramétricos de duração e eleição discreta e outros modelos não paramétricos tipo Kaplan-Meier que permitiram verificar que as busca informais, é dizer, aquelas realizadas por meio de familiares amigos, são mais efetivas e eficientes que os processos de seleção formais.

PALAVRAS CHAVE Emprego, canais de procura de emprego, duração do desemprego.

CLASIFICAÇÃO JEL E24, J64

CONTEÚDO Introdução; 1. Estado da arte; 2. Marco teórico; 3. Resultados exploratórios; 4. A eficácia dos canais de procura de emprego; 5. A eficiência dos canais de busca: os modelos de duração; 6. As tarefas pendentes do mercado laboral colombiano; 7. Conclusões; Bibliografia; Anexos

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Efectividad y eficiencia de los canales de búsqueda de empleo en Colombia

INTRODUCCIÓN A finales del año 2009 la tasa de desempleo nacional era del 12%, un punto porcentual por encima del cierre de 2008; quien hizo parte de esta estadística, estuvo expuesto a preguntas incómodas como: “¿ha buscado empleo?”, “¿ha enviado hojas de vida?”, “¿conversó con fulanito de tal para que le ayude?”, “¿compró el periódico del domingo para ver los clasificados?”; lo que no sabe el curioso es que quien busca empleo seguramente ha agotado estas y más posibilidades, pero no ha conseguido que lo contraten. Los canales de búsqueda son el mecanismo mediante el cual las personas buscan y encuentran empleo, algunos en mayor y otros en menor tiempo. La efectividad de un canal de búsqueda es la posibilidad que este ofrece para que un individuo encuentre empleo; la eficiencia es la capacidad que tiene de hacerlo en el menor tiempo posible. Viáfara y Uribe (2009, p. 15) identificaron que en el año 2006, el 87,8% de los desempleados y el 60,4% de los empleados en Colombia utilizan canales de búsqueda informales para encontrar empleo como lo son amigos y familiares; el 9.3% y el 26,6%, respectivamente, lo hacen en canales informales moderados como las visitas personales a empresas, y el 2,9% y 13% utilizan canales formales como las convocatorias, los clasificados entre otros. Viáfara y Uribe (2009, p. 17) afirman: De quienes utilizan canales formales e informal moderado 3 de cada 4, es decir un 75%, han salido del desempleo a los 12 meses o menos. En contraste, de los que utilizan canales informales 3 de cada 4 necesitan 5 años para salir del desempleo. Esta es otra aproximación a la mayor efectividad de los canales formales e informal moderado. Es decir, los individuos que utilizan canales más modernos y meritocráticos logran empleo de manera más rápida en contraste con los que utilizan redes sociales únicamente.

En ese orden de ideas, pareciera que no siempre los canales de búsqueda más utilizados son los más eficientes, por lo que podría pensarse que los canales de búsqueda de empleo, al igual que los canales electromagnéticos, tienden a saturarse, lo que genera una posible competencia entre los individuos que se encuentran realizando la búsqueda en cada uno de ellos. ¿Quiénes ganan esta competencia? es una pregunta que se contesta en este trabajo. Es posible que, si los buscadores conocieran esta información hicieran una búsqueda más intensiva en los canales más eficientes y/o más eficaces; no obstante, debe ser consciente de que la efectividad y la eficiencia no son del todo exógenas, sino que también dependen de las características sociales, económicas y demográficas del individuo. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 67-98 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Este estudio identifica la incidencia del entorno socioeconómico y de otras variables demográficas de los individuos en la eficiencia y la efectividad de los canales de búsqueda que estos utilizaron para encontrar empleo en las 13 áreas metropolitanas en el segundo trimestre de 2008 con información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) de este año. Para realizar inferencia acerca de la eficiencia de los canales de búsqueda, entendida esta como la posibilidad de ocuparse en determinado período de tiempo, se realizaron estimaciones paramétricas y no paramétricas de la duración del desempleo, utilizando los canales de búsqueda como parámetro –en el modelo paramétrico de duración1- o como variable de identificación –en el modelo no paramétrico tipo Kaplan-Meier2. Para dar cuenta de la efectividad, es decir, de la posibilidad de conseguir empleo, independientemente de la duración de la búsqueda, se estimó un modelo de elección discreta tipo logit3, en el cual, tanto los canales de búsqueda como la información del individuo se consideraron variables de control. A partir de las estimaciones realizadas con información de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) del segundo trimestre de 20084, se encontró que los canales de búsqueda informales suelen ser más eficaces y más eficientes que los formales, efecto que aumenta con años de educación, la edad y el hecho de ser jefe de hogar. El documento inicia con esta introducción, seguida por un estado del arte en el cual se exponen estudios que, de alguna manera, también han intentado responder al objetivo que este trabajo persigue. Luego se plantea el marco teórico que fundamenta el proceso de búsqueda de empleo, se desarrolla una descripción de los buscadores y se hacen estimaciones que permiten concluir sobre la efectividad y la eficiencia de los canales de búsqueda. Para finalizar, se identifican algunos vacíos en el mercado laboral colombiano y se proponen lineamientos de política que podrían reducir la inoperancia del mismo.

1

Kiefer (1988, p. 650) propone la estimación de modelos de duración paramétricos a través de una función de riesgo la cual resulta una alternativa legítima para la especificación de la función de densidad en presencia de datos censurados.

2

Kaplan y Meier (1958, p. 458) proponen un tipo de modelos que calculan la proporción de individuos que sobreviven a determinado evento, en este caso desempleo, en un período de tiempo.

3

Los modelos logit permiten inferir sobre el efecto que tiene un conjunto de variables sobre la probabilidad de ocurrencia de un evento, para este artículo el evento se refiere a la probabilidad de ocuparse. Para conocer sobre las especificaciones de este tipo de modelos, el lector puede remitirse a Greene (2003, p. 663)

4

El lector puede tener acceso a los microdatos utilizados en este estudio en la página oficial del Departamento administrativo Nacional de Estadística, DANE.

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Efectividad y eficiencia de los canales de búsqueda de empleo en Colombia

1. ESTADO DEL ARTE 1.1. ¿Qué se ha dicho sobre la eficiencia de la búsqueda?: la duración del desempleo En un principio, los estudios sobre duración del desempleo fueron abordados a partir de un análisis que solo incluía a los sujetos que se encontraban en búsqueda de empleo bajo el supuesto de que estos encontraban empleo el mismo día que contestaban la encuesta; de ahí que se presentaban posibles subestimaciones en los parámetros calculados. A pesar de esta limitación, fueron el inicio de una amplia literatura interesada en estudiar este fenómeno; de ahí que vale la pena mencionar el trabajo de Tenjo y Ribero (1998, p. 28) quienes desarrollan un análisis de los determinantes de la duración que incorpora variables del individuo, de su entorno familiar5 y el tipo de contrato firmado en su último período laboral. De acuerdo con los resultados, la duración del desempleo es mayor para las mujeres que para los hombres; los jóvenes presentan una mayor tasa de entrada al desempleo pero la duración del mismo es corta, mientras que los de edad más avanzada tienen pocos períodos de desempleo, pero de larga duración. Por último, los autores encontraron que los cambios en la duración del desempleo, que ya se visualizaban a mediados de 1990, parecían estar asociados más a cambios en los niveles de la actividad económica que a cambios en las características de los desempleados, por lo cual podría asumirse que en la década de 1990 la duración del desempleo estaba determinada por factores de la demanda laboral que eran consecuencia directa del desempeño del ciclo económico. Por otra parte, Castellar y Uribe (2003, p. 16) superan el sesgo mencionado y realizan un análisis sobre la duración del desempleo con datos no censurados, es decir, consideran la información revelada por los empleados. Los autores estiman modelos de duración paramétricos (función Weibull) con base en la Encuesta Nacional de Hogares (ENH) del II trimestre de los años 1988, 1992, 1994, 1996 y 1998, la cual compararon con información suministrada por la base de datos del CIE6 del SENA. Los hallazgos sugirieron que la duración del desempleo, que presentaba una reducción entre 1988 y 1994, empezó a incrementarse desde 1996 hasta alcanzar un promedio de 42 semanas para 1998. Dentro de los determinantes que afectan de manera inversa la duración del desempleo se identificaron: la jefatura de hogar, bajos niveles de ingresos no laborales, ser hombre, mayores niveles de educación (aunque los efectos no son lineales), la experiencia y una menor dispersión salarial (a

5

El ingreso del resto de la familia, la educación, la edad, estado civil, la experiencia laboral previa y los ingresos no laborales.

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Centro de Información para el Empleo.

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un individuo con el mismo nivel de calificación le pueden ofrecer distintos salarios, razón por la cual la búsqueda es rentable)7. 1.2. ¿Qué se ha dicho sobre la efectividad y la eficiencia de los canales de búsqueda de empleo? Reid (1972, p. 479) considera las decisiones de búsqueda de empleo a partir de los canales utilizados para tal fin; es por ello que propone una caracterización de los canales de búsqueda de la siguiente manera: formales, que incluyen las agencias de empleo y las convocatorias, y los informales, que consideran el acceso a información privilegiada a través de amigos y familiares. El autor elabora un estudio de la eficiencia de los distintos canales haciendo uso de la información del medio oeste de Inglaterra entre 1966 y 1968. Se encuentra que los métodos informales pueden ser más eficientes que los formales y, en particular, reportan una mayor eficiencia en los casos de reubicación laboral voluntaria, en donde ofrecen oportunidades de mejores salarios y empleos acordes con las preferencias del trabajador. Roshchin y Markova (2004, p. 12) llevaron a cabo un estudio cuyos objetivos principales eran identificar los determinantes de la elección de las estrategias de búsqueda de empleo y la efectividad de los mismos en el mercado laboral ruso, teniendo en consideración las decisiones de empleados y desempleados captadas en 6 rondas de la encuesta longitudinal para el monitoreo de Rusia en los años 19941996, 1998, 2000, y 2001. De manera novedosa, los autores proponen la construcción de 5 estrategias para la búsqueda de empleo que consisten en la combinación pura o mixta entre canales formales e informales. En esta investigación, la efectividad de la búsqueda depende de la estrategia elegida. A partir de un análisis factorial tipo componentes principales, se identificó que suelen ser más efectivas las estrategias que incluyen la utilización de redes informales o un mayor número de canales de búsqueda. Se identificó, además, que el principal determinante de la elección de los individuos por una estrategia es el retorno esperado por el empleo, más que las restricciones presupuestales de la búsqueda. En algunos países desarrollados el Estado genera incentivos que inciden de manera directa sobre la duración del desempleo; de ahí que sea necesario monitorear a los individuos que reciben un apoyo estatal y evitar así ineficiencias en la asignación de los recursos públicos. Van den Berg y Van der Klaauw (2007, p. 5) realizaron un experimento para cuantificar el efecto que tiene el programa de Consejería y 7

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Castellar y Uribe (2003, pág. 18) definen dispersión salarial “como el coeficiente de variación salarial (CVSALi) del sector donde el individuo está buscando. Teóricamente se puede anticipar que en un sector de mayor dispersión habrá mayor probabilidad de recibir ofertas más altas lo cual, con agentes neutrales al riesgo, aumentará el tiempo de búsqueda”

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Efectividad y eficiencia de los canales de búsqueda de empleo en Colombia

Monitoreo de los Países Bajos el cual tiene por objetivo reducir la duración del desempleo y, por lo tanto, disminuir los desembolsos de seguros al desempleo. Los autores utilizaron un modelo de búsqueda caracterizado por emplear múltiples canales y esfuerzos endógenos de búsqueda. El modelo estructural estimado contó con una muestra de 393 individuos desempleados que recibieron seguros de desempleo entre el 24 de agosto y el 2 de diciembre de 1998. Los resultados fueron coherentes con la intuición económica: el monitoreo reduce la duración del desempleo, pero genera un efecto negativo sobre la calidad del empleo que aceptan los trabajadores; esto se observa a través de los salarios percibidos por los individuos que se encuentran monitoreados por el programa; por esta razón, los autores proponen un cambio hacia una política de bonos de reubicación laboral, en lugar de los seguros del desempleo. Dentro de las características del individuo que pueden incidir en que este permanezca en una situación de desempleo se encuentran los canales de búsqueda utilizados para engancharse. Uribe, Viáfara y Oviedo (2007, p. 46) definen tres tipos de canales de búsqueda y analizan la efectividad de cada uno en el mercado laboral colombiano haciendo uso de la Encuesta de Calidad de Vida de 2003. Los canales definidos por los autores son: canales formales, canales informales y canales informales moderados. Los primeros son de dominio público y de libre acceso; los segundos son derivados del capital social de los individuos que tienen contactos con capacidad de decisión en las empresas que buscan un enganche; los últimos también responden a las redes sociales de cada sujeto, pero sin que el contacto implique una decisión de contratación. El análisis consiste en definir una tasa de efectividad de cada canal como instrumento para calcular su eficiencia; esta tasa se mide como la razón entre el porcentaje de ocupados y desocupados que buscan por el mismo canal. Los resultados muestran que si bien los canales informales son los más utilizados en el mercado laboral (78,8% de los ocupados y 55,2% de los desocupados), su efectividad se encontró por debajo de la efectividad de los canales formales. La efectividad de los canales informales e informales moderados se incrementa a medida que aumentan la edad y el nivel de educación debido a la relación que tienen estas características con las posibilidades de establecer redes sociales con las instancias de decisión de contratación laboral de las empresas. Oviedo (2007, p. 15) analiza el problema del buscador, la duración del desempleo que experimenta y el impacto de la utilización de los diferentes canales de búsqueda, en el tiempo que el individuo permanece desempleado, utilizando la Encuesta de Calidad de Vida de 2003. La autora realiza una estimación de modelos de elección múltiple que le permiten verificar la propensión de los agentes a utilizar un canal de búsqueda en particular; su análisis es complementado con una estimación de un modelo de supervivencia para captar el efecto de los canales de búsqueda en Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 67-98 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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la duración del desempleo. Oviedo (2007, p. 1) “encuentra que los canales que reducen el tiempo de duración del desempleo son aquellos que implican la participación activa del buscador” es decir, los canales informales moderados. En cuanto a la elección de canales de búsqueda y a la probabilidad de emplearse por los mismos se encontró que, a medida que aumenta el nivel de educación aumenta la probabilidad de elegir y encontrar trabajo mediante métodos formales e informales moderados. Por último, de acuerdo con los resultados de la autora, puede afirmarse que pertenecer a los estratos medio (3 y 4) y alto (5 y 6) incrementa la probabilidad de buscar y encontrar empleo a partir de métodos informales, e informales moderados. Tasci (2008, p. 13) realizó una investigación con objetivos similares a los del estudio ruso. El objetivo principal de la investigación era examinar los factores que influyen sobre la intensidad de la búsqueda de empleo en Turquía, para lo cual utilizaron la información arrojada por la Encuesta de Fuerza Laboral de los Hogares para los años 2000 y 2001. Se realizó una estimación tipo Heckman en dos etapas –la cual es afectada por la censura observada por solo trabajar con individuos desempleados– que sugirió que las mujeres y las personas que viven en áreas menos urbanizadas presentan una mayor intensidad en la búsqueda de empleo debido a variables socio-demográficas como la educación, la cualificación y la experiencia laboral. Una vez más se reconoció que los principales canales de búsqueda utilizados responden a métodos informales, y que mecanismos formales y públicos suelen ser de baja utilización. En relación con la duración del desempleo, Du, Yang y Dong (2007, p. 21) utilizaron la Encuesta Nacional de Hogares de China de 2003 con el objetivo de realizar un análisis sistemático de las razones por las cuales las mujeres chinas permanecen más tiempo en situación de desempleo; para ello realizaron una estimación por máxima verosimilitud de una función de duración tipo Weibull a partir de variables asociadas al capital humano, a las condiciones de ingresos del hogar y los canales de búsqueda empleados. El estudio reveló que gran parte de los esfuerzos de búsqueda de las mujeres se ve obstaculizado por 1) la carencia de redes sociales, 2) prejuicios contra las mujeres casadas, 3) acceso desigual a los servicios de reempleo, y 4) discriminación salarial en el mercado laboral. Viáfara y Uribe (2009, p. 150) desarrollaron un estudio sobre la duración del desempleo en Colombia con información de la Encuesta Continua de hogares (ECH) del segundo trimestre de 2006. Los autores consideran la duración del desempleo como un indicador de efectividad de los canales de búsqueda de empleo lo cual no había sido considerado antes en los modelos de duración. El modelo propuesto captura, por una parte, el efecto aspiraciones a través de variables asociadas al salario de reserva que son aquellas incluidas en una ecuación minceriana ampliada con la 74

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jefatura de hogar, y por otra parte, el efecto oportunidades, que se aborda a través de los canales de búsqueda de empleo. Los autores estimaron modelos paramétricos (Weibull de riesgos proporcionales) y no paramétricos (Kaplan- Meier) de duración. Los modelos no paramétricos arrojaron, mediante una función de supervivencia en situación de desempleo, que aproximadamente el 54% de los sujetos encuestados se han convertido en desempleados de larga duración (mayor o igual a un año), situación que se agudiza por la utilización de canales informales. Por otra parte, en relación con la efectividad de los canales de búsqueda, los 4 modelos paramétricos estimados arrojaron que si bien los datos descriptivos mostraron más utilización de los canales informales, la duración del desempleo es mayor para quienes utilizan las redes sociales como mecanismos de búsqueda de empleo, lo cual implica una menor efectividad de este tipo de canales. 2. MARCO TEÓRICO 2.1. Factores que explican el desempleo Existe un amplio conjunto de teorías que intentan explicar el desempleo; gran parte de ellas hace alusión a las rigideces del mercado laboral como una explicación a la baja demanda laboral. Son ejemplos de estas teorías los salarios de eficiencia desarrollados por Weiss (1980, p. 530) en los que se afirma que un salario más alto permite resolver los inconvenientes derivados de la información asimétrica, ya que este atraerá a los trabajadores más productivos y podrá realizar una mejor selección; en este modelo la firma no busca encontrar el mínimo valor del salario para suplir su demanda condicionada de trabajadores, sino encontrar el valor mínimo para contratar trabajo eficiente. Los salarios de eficiencia se consideran una rigidez del mercado laboral ya que, dado que el salario es entendido como una medida de productividad, las firmas no están dispuestas a reducir el salario que pagan y así poder contratar más trabajadores; esto genera desempleo en la población menos educada y con menor experiencia de la sociedad. Lindbeck y Snower (1986, p. 235 y 1988, p. 365) desarrollan la teoría de los insider-outsider la cual ofrece una explicación intuitiva acerca del funcionamiento de los sindicatos en el mercado laboral. Los sindicatos están conformados por insiders que son individuos empleados con posibilidad de incidir en el proceso de determinación de los salarios, mientras que los outsiders son desocupados que carecen de esa posibilidad. El salario determinado deja por fuera a un grupo de la población que estaría dispuesto a emplearse por una remuneración menor; no obstante, las normas sociales en las que se circunscriben8 les impiden llevar a cabo una puja para 8

Estas normas sociales hacen referencia a la posibilidad de ser aceptado en su entorno laboral y de

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ser contratados. El desempleo que se deriva de esta teoría afecta, en particular, a la población menos educada y con menos experiencia, es decir, aquella que se encuentra en el lado opuesto de la explicada por los salarios de eficiencia. Pissarides (2009, p. 1340) reconoce que existen rigideces que obedecen a la negociación del salario que impiden renegociarlo en los trabajos en curso, pero demuestra, de manera empírica, que no existe evidencia acerca de su efecto sobre el proceso de búsqueda y la ubicación laboral. Es por ello que converge a lo expuesto por Mortensen y Pissarides (1994, p. 413) acerca de que el proceso de creación de empleos es una decisión de la firma, la cual no se encuentra relacionada de forma directa con la negociación del salario de los insiders; por lo tanto, las rigideces que sí pueden influir en la generación de empleo son las generadas por la falta de emparejamiento entre las demandas de las empresas y la oferta laboral. 2.2. Cómo se explica el proceso de búsqueda de empleo Hasta ahora, las teorías de la búsqueda de empleo han abordado la elección de una estrategia óptima de búsqueda que puede redundar según Stigler (1961, p. 213), en la identificación de un númerode empresas a consultar, o según Mortensen y Pissarides (1998, p. 6) en una regla de decisión para finiquitar la búsqueda. El modelo de Stigler (1961, p. 213) presenta asimetrías de información asociadas a las tasas salariales que están dispuestos a pagar diferentes patronos, razón por la cual, visto desde una perspectiva microeconómica, un sujeto debe realizar una búsqueda óptima que le garantice tener un conjunto de información para reducir la incertidumbre y poder elegir un salario satisfactorio. El autor desarrolló un modelo de búsqueda óptima que considera los costos positivos que esta tiene, lo cual incentiva a acotar el tamaño de la muestra. Martín (1995, p. 43) reconoce que, si bien el modelo es estilizado desde su fundamentación microeconómica puede presentar resultados por debajo del óptimo, ya que para un tamaño óptimo de n* empresas muestreadas, es posible que la mejor oferta salarial haya sido identificada en n*–k, y debido a las mismas asimetrías de información que dieron origen a este modelo, el trabajador deberá continuar la búsqueda hasta completar su tamaño de muestra óptimo. Con el objetivo de superar la posible ineficiencia derivada de una muestra de empresas fija, Mortensen y Pissarides (1998, p. 6) proponen un modelo de búsqueda secuencial en el cual no se determina el tamaño óptimo del número de empresas a muestrear, sino la estrategia óptima para terminar la búsqueda; esta se concluye una recibir cooperación por parte de los demás trabajadores. Si esto no ocurre tanto los trabajadores como los empresarios estarían perdiendo; los primeros perderían en términos de remuneración y calidad del empleo, y los segundos perderían productividad.

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Efectividad y eficiencia de los canales de búsqueda de empleo en Colombia

vez se acepta un empleo que cubra su salario de reserva y los costos acumulados de la búsqueda hasta el momento. En ese sentido, los autores proponen una regla de decisión que bien podría compararse con la elección interactiva propia de la Teoría de Juegos si se consideraran los costos de las empresas en un proceso de selección. En ese orden de ideas, se presenta una expresión genérica del principio básico de la programación dinámica llamado el principio de optimalidad de Bellman el cual es citado por Oviedo (2002, p. 5) argumentando que “una política óptima tiene la propiedad de que, cualesquiera sean el estado y las decisiones iniciales tomadas (es decir, el control), las restantes decisiones deben constituir una política óptima con independencia del estado resultante de la primera decisión”. Esto quiere decir que una vez el individuo toma la decisión de interrumpir la búsqueda, esta decisión será óptima para cualquier instante t+1. U

t=

b−a 1 + 1+r 1+r

∫ max{w ,Ut+1}dF( W)

t = 1,2,...

(1)

De acuerdo con Mortensen y Pissarides (1998, p. 12), Ut representa el valor de la búsqueda de empleo, b es el flujo de ingreso percibido por los agentes mientras se encuentran desempleados, a es el costo de búsqueda de empleo por período y W representa el valor generado por una oferta contractual. La estrategia óptima requiere encontrar aquel valor del contrato, Wt, que supera el valor de la búsqueda en un período posterior, Ut+1; por tal razón la búsqueda se detiene en el punto en el cual Wt > Ut+1 Al igual que los modelos antes planteados, el modelo que aquí se abordó intenta reducir los niveles de incertidumbre con los cuales los buscadores se enfrentan al mercado laboral, con la particularidad de que la información relevante para encontrar empleo intenta recopilarse mediante la selección de un canal de búsqueda óptimo; de acuerdo con las características del individuo, este canal le permitirá no solo obtener empleo sino, además, hacerlo en el menor tiempo posible. 3. RESULTADOS EXPLORATORIOS Para efectos de los cálculos exploratorios y las estimaciones se empleó la siguiente agrupación de los canales de búsqueda: • Canales formales: en la GEIH se pudieron identificar canales como llevar la hoja de vida a las empresas, agencias de contratación temporal, o servicios públicos de empleo, como los Centros de Información para el Empleo del SENA, o de otra clase: avisos clasificados, convocatorias, Internet, etc. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 67-98 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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• Canales informales: en la GEIH se identifican a través de las categorías de ayuda o información de familiares, amigos y colegas, y realizar gestiones para establecer su propio negocio. Se realizó una descripción de los buscadores de empleo que incluye tanto a desempleados como a empleados a partir de variables socioeconómicas y demográficas como el sexo, la jefatura de hogar, el nivel educativo y el estrato socioeconómico. Al cruzar estas variables con la utilización de los canales de búsqueda y con la duración media del desempleo, se logró construir un conjunto de intuiciones básicas de la relación que puede existir entre estas variables en la efectividad y la eficiencia de los canales de búsqueda; intuiciones que luego fueron complementadas con las estimaciones econométricas. En términos demográficos, la población económicamente activa (PEA) se caracteriza por ser un 53% femenina y un 47% masculina. El 35% de las personas son jefes de hogar y de ellos, el 66% son hombres y el 34% son mujeres. El 37% de la PEA presenta un nivel educativo que no supera la Básica Secundaria, mientras que el 63% ha alcanzado niveles de Educación Media y Superior; si bien la participación en los distintos niveles educativos es superior para los hombres que para las mujeres, esta tendencia se revierte en el nivel de educación más alto en el cual las mujeres tienen una participación del 37% mientras que los hombres tienen una representación del 31% (gráfico 1). Gráfico 1. Participación de hombres y mujeres en los niveles educativos en Colombia 2008-II

37% 28% 30% 18% 20%

1% 1% ninguno

15%

31%

17%

0% 0% preescola

básica

básica

secundaria

primaria

Mujer

media

superior

Hombre

Fuente: elaboración propia con base en la GEIH, 2008-II

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Efectividad y eficiencia de los canales de búsqueda de empleo en Colombia

De acuerdo con la información de la GEIH 2008-II, aquellas personas que se encuentran empleadas han logrado ocuparse en un 73%, gracias a los canales informales; entre tanto, los desempleados prefieren usar canales formales. Es preciso anunciar que aquí puede estarse en presencia de un sesgo: los canales formales como los avisos clasificados, la entrega de hojas de vida a las empresas y las bolsas de empleo suelen ser medidas utilizadas en última instancia y de acuerdo con la duración del desempleo, estas tenderán a ser empleadas por quienes no tienen empleo, no obstante los canales informales son más efectivos debido a que a los empleados no se les pregunta cuáles canales utilizaron, sino mediante cuál canal obtuvieron el empleo en el que se encuentran laborando. Esto da paso a otra limitación que vale la pena mencionar: no es lo mismo preguntar por el canal de búsqueda que un sujeto ha empleado para encontrar empleo, que preguntarle cuál le permitió encontrarlo, y si a esto se le suma la necesidad de elegir una sola opción de búsqueda cuando un individuo en realidad utiliza varias, es posible que la distribución de uso de los canales se encuentre recargada a causa de la metodología de recolección de la información; no obstante, como este ejercicio no pretende injerir en las preferencias de los agentes sobre los canales de búsqueda sino verificar la efectividad y la eficiencia de estos, la información, tal como se encuentra disponible, es útil para el ejercicio. Cuadro 1. Uso de canales de búsqueda por empleados y desempleados en Colombia 2008-II Empleados

Desempleados

Canal de búsqueda

Formales

Informales

Formales

Informales

Número de personas

5.752,62

15.837,38

3.483,62

2.443,38

Distribución (%)

26,64%

73,36%

58,78%

41,22%

Fuente: Cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

Cuadro 2. Uso de los canales de búsqueda desagregados para Colombia 2008-II EMPLEADOS Tipo de Canal

¿Cómo consiguió su empleo actual?

Pidió ayuda de familiar, amigos INFORMALES Preparativos para iniciar un negocio

Freq. 15.922,54 NA

DESEMPLEADOS ¿Qué hizo en las ÚLTIMAS % CUATRO SEMANAS para conseguir empleo? Pidió ayuda de familiar, 71% amigos Preparativos para iniciar NA un negocio

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Freq.

%

2.325,95

39%

112

2%

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Lina María Restrepo Plaza EMPLEADOS Tipo de Canal

¿Cómo consiguió su empleo actual? Envió HV a empresas Envió HV a bolsas de empleo o intermediario

FORMALES

Aviso clasificado Presentó convocatorias Por el sistema de información SENA Internet

OTRO Total

Otro medio

Freq. 3.094,94

DESEMPLEADOS %

¿Qué hizo en las ÚLTIMAS CUATRO SEMANAS para conseguir empleo?

14% Envió HV a empresas

Freq.

%

3.031,75

51%

794

4%

Envió HV a bolsas de empleo o intermedi

344

6%

348

2%

Aviso clasificado

75

1%

1.096,62

5%

Presentó convocatorias

25

0%

216

1%

Por el sistema de información SENA

NA

NA

477,27

2%

Internet

NA

NA

410

1%

Otro medio

68

1%

5.982,47

100

22.359,92 100% Total Fuente: Cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

En el gráfico 2 se puede observar cómo los canales de búsqueda formales incrementan el porcentaje de generación de empleo a medida que aumenta el nivel educativo, y tiene sentido ya que el acceso a convocatorias y a búsquedas en Internet, por ejemplo, son medios de difícil acceso para personas con bajos niveles de educación; así que aunque más adelante se utilizaron los años de educación para realizar las estimaciones de efectividad y eficiencia de los canales, debe reconocerse que puede existir cierta endogeneidad entre el uso de algunas alternativas de búsqueda y el nivel educativo. Se observa, además, que el uso de canales informales por parte de los desempleados aumenta hasta los niveles de Básica Primaria pero empiezan a reducirse a partir de ahí; esto se debe al tipo de empleo al que se aspira, a las preferencias de los individuos y al acceso que tienen los más educados a canales de búsqueda más formales. Es interesante el comportamiento en forma de “u” para el uso de canales informales según estrato, por parte de los empleados, presentado en el gráfico 3. En la misma línea de Uribe, Viáfara y Oviedo (2007, p. 51), estratos bajos y estratos muy altos son intensivos en el uso de canales informales, y ambos por razones distintas. Por una parte, las personas de estratos más bajos son menos educadas, lo cual les impide acceder de forma efectiva a las convocatorias y a las búsquedas virtuales, y por otra parte, suelen emplearse en empleos informales y de baja calidad, los cuales son obtenidos a través de canales informales. En cambio, las personas de estrato 80

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alto, si bien suelen presentar mayores niveles de capital humano, también gozan de un capital relacional de alta calidad que les permite acceder a empleos que se encuentran acordes con las capacidades técnicas; de ahí que los empleados del estrato 6 utilicen canales informales en un 77%. Gráfico 2. Uso de canales de búsqueda según nivel educativo en Colombia 2008-II 70,0% 60,0% 50,0% 40,0% 30,0% 20,0% 10,0% 0,0% Ninguno

Primaria

Secundaria

Media

Superior

Empleados canal informal

Empleados canal formal

Desempleados canal informal

Desempleados canal formal

Fuente: Cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

En contraste, el uso de canales formales presenta la forma de una “u” invertida en la cual los empleados de los estratos 4 y 5, presentan una utilización del 28% y 26%, y los desempleados de un 13% y 10%, respectivamente. A grandes rasgos se puede decir que los canales formales son los más utilizados por los individuos de estratos 4 y 5, pero solo la décima parte de ellos obtiene empleo a través de estos canales. Gráfico 3. Utilización de los canales de búsqueda según estrato en Colombia 2008-II 100% 80% 60% 40% 20% 0% 1

2

Empleados canal informal Desempleados canal informal

3

4

5

6

Empleados canal formal Desempleados canal formal

Fuente: Cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

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En cuanto a la duración media del desempleo de los ocupados (gráfico 4), se observa una duración media de 50,4 semanas, cuando utilizan canales informales, y de 43,8 semanas, cuando utilizan canales formales. Obsérvese que los canales de búsqueda informales generan una mayor duración del desempleo para los empleados que para los desempleados, quienes por definición, en el momento de la encuesta, aún no conocen la duración total del mismo; esto podría ocasionar una subestimación de la duración media del desempleo. ¿Qué puede explicar el hecho de que el 73% de los empleados encuentre empleo por canales informales aunque tarden más tiempo en emplearse? Los canales informales ofrecen una búsqueda lenta pero segura. Un análisis ingenuo al buscador diría que este no es racional porque el costo de oportunidad de la búsqueda es demasiado alto: ¿por qué insiste? En un país con debilidades institucionales como Colombia, las decisiones individuales son superadas por las condiciones del contexto económico y social. Es de esperarse, que los canales formales reporten una mayor duración del desempleo para quienes no están empleados; esto se debe a que, como ya se observó antes, el nivel de utilización de estos canales es casi el 60% y si es persistente la incapacidad de ubicar un empleo para estos sujetos, esto debe incidir en su eficiencia9. Gráfico 4. Duración media del desempleo según canales para Colombia 2008-II

Desempleados que usan canales formales

Desempleados que usan canales informales

24,8 22,3

Ocupados que usan canales formales

Ocupados que usan canales informales

43,8 50,4

Fuente: Cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

9

82

Cabe anotar que a diferencia de los empleados, la media de la duración del desempleo no es estadísticamente significativa al 10% para los desempleados; esto puede deberse a la imposibilidad de capturar la duración exacta del desempleo en el momento de realizar la encuesta (véase anexo 1).

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Efectividad y eficiencia de los canales de búsqueda de empleo en Colombia

4. LA EFECTIVIDAD DE LOS CANALES DE BÚSQUEDA DE EMPLEO Al principio de este documento se mencionó que la efectividad de los canales de búsqueda está asociada a la capacidad que estos tienen para sacar a un individuo del desempleo, bajo la hipótesis de que el entorno socioeconómico influye sobre este fenómeno, razón por la cual el estrato es utilizado como una variable de control. Un indicador simple de la efectividad corrobora que el estrato socioeconómico influye sobre la posibilidad de encontrar empleo. Sea e ij la proporción de empleados del estrato j que encontraron su empleo mediante canales informales (i) y dij la proporción de desempleados del estrato j que buscaron empleo mediante estos canales; puede darse cuenta de la efectividad de los canales informales para la consecución de un empleo. e ij e ij + dij En general, los resultados sugieren que los canales de búsqueda de empleo son más efectivos a medida que aumenta el estrato socioeconómico, y en particular, los canales informales lo son aún más, debido al efecto de las redes sociales de alta calidad. Se observa, además, que la efectividad de los canales de búsqueda formales tiende a acercarse a la de los canales informales a medida que el estrato se incrementa; la posibilidad de encontrar empleo mediante un canal informal tan solo difiere en quince puntos porcentuales entre una persona de estrato uno y una de estrato 6, mientras que esta misma diferencia es del doble (treinta puntos) para el caso de los canales formales. ¿Cuáles son las barreras que ocasionan esta desigualdad en las posibilidades de acceso al empleo mediante la búsqueda formal? Surge pues una reflexión obligada acerca de la importancia de la educación en los grupos más vulnerables de la sociedad para adquirir competencias técnicas que les faciliten la utilización de medios de búsqueda de empleo más meritocráticos. Por otra parte, es necesario promover entre los empresarios la contratación de personal a través de medios formales para lo cual quizá sea necesario instaurar algunas alternativas que reduzcan los costos de transacción asociados a estas actividades. Los estratos más bajos se encuentran atrapados en una trampa de la pobreza que es difícil de romper, y la evidencia aquí presentada refleja que los procesos de selección en el mercado laboral colombiano inician desde la elección del canal de búsqueda. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 67-98 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Lina María Restrepo Plaza Gráfico 5. Efectividad de los canales de búsqueda según estrato en Colombia 2008-II 100% 90%

84%

81%

80%

83% 73% 69%

70%

63%

60% 50%

96%

92%

90%

87%

56%

53% 1

2

3

Efectividad Formales

4

5

6

Efectividad Informales

Fuente: cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

Un método más sofisticado para identificar la efectividad de los canales de búsqueda es estimar la probabilidad de conseguir empleo a partir de métodos formales e informales (cuadro 3); para ello se estimó un modelo de elección discreta para cada nivel socio-económico (alto, medio y bajo), el modelo no solo presenta el efecto de los canales de búsqueda en la probabilidad de estar ocupado, sino que, además, intenta verificar el efecto de las variables demográficas del individuo y aquellas variables que determinan su salario de reserva (véanse pruebas de bondad de ajuste en el anexo B). Se observa que, con relación a los canales informales (categoría de referencia), los canales formales reducen la probabilidad de que un individuo consiga empleo; este efecto es menor a medida que se incrementa el estrato debido a que la calidad de las redes sociales garantiza mejores resultados en los estratos más altos. Aunque contra-intuitivo, ser hombre reduce la probabilidad de encontrar empleo, sobre todo en el estrato más alto, debido, probablemente, a que la participación de las mujeres es más representativa en los niveles de formación más avanzados, lo cual incrementa el costo de oportunidad de estar desempleadas. Se encontró, además, que la edad y los años de educación incrementan la probabilidad de emplearse. La magnitud de efecto es menor para los estratos bajo y alto; esto puede estar asociado a que los estratos bajos están poco calificados, y los altos suelen reportar un salario de reserva mayor. La jefatura de hogar afecta en forma directa la probabilidad de estar ocupado; esto se debe a las obligaciones familiares que reposan sobre los jefes de hogar. A medida que aumenta el estrato, las obligaciones se incrementan y, con ellas, el costo de oportunidad de estar desempleado; por eso en estratos más altos 84

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es mayor la magnitud del efecto de la jefatura del hogar sobre la probabilidad de estar ocupado. Por último, la edad en su transformación cuadrática guarda una relación negativa con la posibilidad de ocuparse; esto puede ser ocasionado por los rendimientos decrecientes de acercarse a edades más maduras y por la obsolescencia del capital humano. Esta variable no es significativa en el caso de los individuos de estrato bajo debido a que los sujetos de este nivel socioeconómico pueden salir del ciclo laboral con dificultad, aún si se encontrasen en edades poco aptas para tales fines. Cuadro 3. Estimaciones para la efectividad de los canales de búsqueda en tres niveles socioeconómicos para Colombia 2008-II10 Variable

General

Estrato Bajo

Estrato Medio

Estrato Alto

Ctotal

–0,17***

–0,22***

–0,18***

–0,17***

Bsexo

–0,02***

–0,01*

–0,025**

–0,030***

Edad

0,004***

0,006***

0,005***

0,004***

Bjefe

0,035***

0,03***

0,04***

0,04***

Añosedu

0,004***

–0,00006***

0,004***

0,004***

–0,00003***

–0,00003

–0,00004***

–0,00003***

Ll

–10.281,35

–953,13

–2914,72

–4005,40

Bic

20.637,52

1.964,08

5.894,99

8.079,80

Aic

20.576,72

1.920,25

5.843,44

8.024,80

43.718

3.870

11.664

19.089

edad2

N

Legend: * p < .1; ** p < .05; *** p < .01 Ctotal, representa el canal de búsqueda de empleo, tomando el valor de uno los canales formales y cero los informales. Bsexo es una variable que describe el sexo del individuo; esta toma el valor de uno si es hombre y cero si es mujer. Edad es una variable continua que representa la edad de cada individuo el día que se le realizó la encuesta. Bjefe es una variable que captura si el individuo es jefe de hogar, toma el valor de uno cuando cumple con esta característica. Añosedu es una variable continua que representa el número de años de educación que tiene cada sujeto. Edad2 es la versión cuadrática de la edad y busca capturar los rendimientos decrecientes de la experiencia. Ll es el criterio de información de la razón de verosimilitud, Bic es el criterio de información bayesiano, Aic, es el Akaike y N el número de individuos presentes en la estimación. Fuente: cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

10

La capacidad de predicción de los modelos se encuentra alrededor del 92%, es decir, el modelo acierta con el 92% de los casos que se encuentran en la base de datos utilizada. Las medidas de bondad de ajuste se encuentran en el anexo 2.

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5. LA EFICIENCIA DE LOS CANALES DE BÚSQUEDA: MODELOS DE DURACIÓN Los modelos de duración permitirán dar cuenta de la eficiencia de los distintos canales de búsqueda de empleo. En principio, se realiza un análisis de supervivencia a partir de funciones Kaplan-Meier para determinar la relación existente entre la duración del desempleo y la probabilidad de emplearse. Posteriormente, se estiman 3 modelos de duración para reconocer la distribución más adecuada según el proceso generador de los datos para los dos canales de búsqueda considerados. 5.1 Análisis de supervivencia Kaplan-Meier: no paramétrico En el caso de los modelos no paramétricos se realizó una estimación Kaplan-Meier que arrojó resultados intuitivos acerca de la probabilidad de sobrevivir en una situación de desempleo. La intuición estadística para este tipo de estimaciones es sencilla: para estar desempleados durante un año, es necesario estar desempleado durante 52 semanas; calculando los sucesos de desempleo que permanecen en cada semana, se obtiene la probabilidad de sobrevivir en dicha situación, segmentando el análisis de acuerdo con los dos canales de búsqueda: formales e informales. A través de un análisis no paramétrico tipo Kaplan-Meier, se puede contrastar, de forma exploratoria, la probabilidad de permanecer en una situación de desempleo a medida que pasa el tiempo. La permanencia en el desempleo tiende a presentar una relación negativa con respecto al tiempo, y esta relación puede ser distinta de acuerdo con los canales de búsqueda empleados. Gráfico 6. Duración del desempleo según canales

0.00

0.25

0.50

0.75

1.00

Kaplan-Meier survival estimates

0

26

52

78

104 130 156 182 208 234 260 286 312 338 364 390 416 analysis time canal = informal

canal = formal

Fuente: Cálculos propios con base en la GEIH, 2008-II

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Se observa que, en términos generales, la duración del período de desempleo presenta un decrecimiento monótono por lo que la probabilidad de permanecer desempleado se reduce a medida que pasa el tiempo. Aunque en magnitudes marginales, los canales de búsqueda formales parecen retrasar más la posibilidad de obtener un empleo. En particular, mientras que al utilizar canales informales, un cesante tiene una probabilidad de encontrar empleo a las 13 semanas del 43,63%, un individuo que utiliza canales formales encuentra empleo con una probabilidad del 40,44%. 5.2 Análisis paramétrico de la duración del desempleo Para el caso de los modelos paramétricos, se estimó un modelo de duración a través del método de máxima verosimilitud para una distribución que se ajuste al desempeño de los datos. Por supuesto, la variable dependiente es el tiempo (en semanas) que un sujeto ha estado o estuvo buscando empleo. De acuerdo con el comportamiento observado de la función de supervivencia, se puede asumir que la distribución de la misma debe ser monótona y decreciente, tal como lo son las distribuciones Weibull y la Gompertz. Después de realizar unas pruebas con la función Gamma se evidenció que los parámetros no coincidían con los de una distribución Weibull, razón por la cual se utilizó la distribución Gompertz para estimar el modelo de supervivencia11. De acuerdo con la estimación se puede decir que los canales formales reducen la probabilidad de salir del desempleo en el tiempo. Ser hombre y ser jefe de hogar hace que sea probable conseguir empleo más pronto, y esta probabilidad aumenta si se utilizan canales informales; esto se debe a que las responsabilidades del hogar reducen el salario de reserva del individuo y, por lo tanto, lo hacen propenso a aceptar más rápido una oferta de empleo. Sujetos mayores salen del desempleo más rápido; sin embargo, esta variable no es significativa para los canales informales, pues, al parecer, el efecto de las redes sociales es similar para sujetos de distintas edades; esto quiere decir que si un sujeto de 20 años y otro de 40 años le solicitan a un mismo amigo con dos vacantes disponibles, el vínculo fuerte les permitirá a ambos obtener el empleo. Puede observarse que la expresión cuadrática de la edad disminuye la probabilidad de encontrar empleo con el tiempo; los sujetos pierden habilidades que no se compensan con el conocimiento adquirido a través de los años.

11

Las pruebas se encuentran en el anexo C

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Los años de educación parecen reducir la probabilidad de emplearse con el tiempo para individuos que utilizan los canales informales; eso se encuentra asociado al incremento en el salario de reserva de las personas mejor cualificadas, las cuales se encuentran en estratos más altos en donde los canales informales suelen ser más efectivos debido a la calidad de las redes sociales. La variable educación no resultó significativa para los canales de búsqueda formales lo que puede estar asociado a la endogeneidad antes mencionada entre la utilización de este tipo de canales y unos requerimientos mínimos de conocimientos técnicos para la búsqueda a través de ellos. Cuadro 4. Estimadores y criterios de Akaike para el modelo de duración Variable

Modelo General

Canales Formales

Canales informales

Canal

0,93

Bsexo

1,43***

1,21***

1,53***

Edad

1,02***

1,08***

1,0005

Bjefe

1,24***

1,23***

1,24***

Añosedu

***

0,99

1,0004

0,99***

Edad2

0,99***

0,99 ***

0,99***

0,98

1,01

0,97

1,06

1,22***

5.4314,22

8.274,91

2.0476,24

–0,005

–0,005

–0,005

Estrato Medio Estrato Alto

1,17

***

Akaike Gamma (γ) Legend: p<0,1; *

***

**

p<0,05;

***

p<0,01

Canal, representa el canal de búsqueda de empleo, tomando el valor de uno los canales formales y cero los informales. Bsexo es una variable que describe el sexo del individuo; esta toma el valor de uno si es hombre y cero si es mujer. Edad es una variable continua que representa la edad de cada individuo el día que se le realizó la encuesta. Bjefe es una variable que captura si el individuo es jefe de hogar, toma el valor de uno cuando cumple con esta característica. Añosedu es una variable continua que representa el número de años de educación que tiene cada sujeto. Edad2 es la versión cuadrática de la edad y busca capturar los rendimientos decrecientes de la experiencia. Estrato medio es una variable discreta que registrar a aquellos individuos que pertenecen al estrato medio, así como Estrato Alto captura a quienes pertenecen a esta categoría. Aic, es el Akaike y Gamma es el criterio de información que describe la tendencia de la función, creciente o decreciente. Fuente: Cálculos propios con base en la GEIG 2008-II, procesamiento en STATA

Por otra parte, pertenecer al estrato medio no tiene ningún efecto significativo en el tiempo de búsqueda de empleo, mientras que formar parte de un estrato social alto resulta significativo en el modelo general y en los canales informales; esto se encuentra asociado a que los canales informales son utilizados, en su mayoría, por individuos de estratos altos que poseen redes efectivas para minimizar la permanencia en el desempleo. 88

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6. LAS TAREAS PENDIENTES DEL MERCADO LABORAL COLOMBIANO Los hallazgos obtenidos, aunque en su mayoría esperados, son una oportunidad para llamar la atención sobre dos resultados bastante sugestivos: • Los canales formales no son rivales pero sí excluyentes: ¿son un monopolio natural? • Los canales formales reducen el tiempo de búsqueda para los empleados; y aunque no ocurre lo mismo para los desempleados, tampoco se puede decir a ciencia cierta que los desempleados salgan más rápido del paro a través de canales informales: los desempleados no saben cuándo ni cómo obtendrán empleo. 6.1. Desde la oferta de canales de búsqueda de empleo Los monopolios naturales son aquellas estructuras de mercado en las cuales el costo de producir una unidad adicional es decreciente, por esta razón el hecho de que otra persona se presente a una convocatoria no incrementa los costos de selección del empresario; sin embargo, existen barreras desde la oferta y desde la demanda para la utilización de este tipo de canales, y como se hace mención al uso de los canales, no se hace referencia a la oferta y demanda de empleo, sino a la de los mecanismos de búsqueda y selección de trabajadores, y en ese sentido se debe establecer una restricción: un buscador solo utilizará un canal informal, por ejemplo, si un empresario establece que el proceso de selección se realizará a través de medios informales. Lo anterior es también válido para los canales formales; en otras palabras, el evento de búsqueda de empleo solo se activa si existe un matching entre los métodos de buscadores y empresarios. No todos los empleos son susceptibles de someterse a procesos de búsqueda formal. Por ejemplo, el Ministro del Interior del país no tuvo que llevar su hoja de vida a la Oficina de Recursos Humanos del Palacio de Nariño para someterse a una convocatoria para que lo consideraran como candidato en el proceso de selección para el Ministerio; no tuvo que aplicar a una convocatoria ni mucho menos ojear los avisos clasificados. ¿Por qué? Porque es un personaje de la vida pública, con reconocimiento dentro de las esferas políticas y, gracias a su conocido desempeño, nadie debería objetar su nombramiento. Si se hubiera realizado una convocatoria existiría una altísima probabilidad de incurrir en problemas de riesgo moral y selección adversa; por eso es mejor hacer uso de las redes establecidas y de la confianza que provee conocimiento previo. El costo social de una mala gestión del Ministro es muy alto; de forma similar sucede con los presidentes de las grandes empresas del mundo. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 67-98 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Tampoco se realiza una convocatoria para elegir a la persona que le ayudará con las ventas de su tienda familiar, y existen varias razones para ello. En primer lugar, los negocios pequeños son, por lo general, unidades financieramente frágiles, las actividades a desarrollar son sencillas y el personal necesario es poco. Se prefiere, pues, contratar personas conocidas para eliminar el riesgo de selección adversa y para poder llegar acuerdos implícitos de una contratación informal, es decir, por fuera de los parámetros de la ley. Además, un proceso de búsqueda mediante canales formales requiere de costos de entrada que un pequeño empresario no estaría dispuesto a asumir: un aviso clasificado, un aplicativo para la suscripción de hojas de vida web, un experto en procesos de selección, entre otros. Los últimos párrafos describen dos situaciones extremas, en las cuales la utilización de canales de búsqueda informales es un método socialmente válido cuando los costos de transacción y las erogaciones directas para poner a funcionar un proceso formal son muy altos. No obstante, es difícil creer que los empleos de la economía colombiana fluctúen entre estos dos escenarios, pero lo que sí es un hecho es que el 60% de la población de este país se encuentra en la informalidad, y que en esa cifra no están los ministros ni los presidentes de las multinacionales, sino el colombiano que acude a amigos, vecinos o familiares para ocuparse, o hace uso de ahorros o créditos para llevar a cabo algún emprendimiento productivo. La economía colombiana requiere de una política con una visión más sistémica de lo que el país necesita. El país no necesita exenciones tributarias para incentivar la creación de puestos de trabajo porque la demanda laboral no depende de los impuestos: si un empresario necesita producir, va a demandar empleo. Tampoco se requiere flexibilidad total para la imposición del salario porque el empresario no va a contratar más personas de las que necesita solo porque puede pagarles poco; sin embargo, una flexibilización total sí generaría un detrimento total en los ingresos del grueso de los colombianos y por consiguiente en su calidad de vida. Pero entonces, ¿qué necesita el país? En el país se necesita incrementar las posibilidades de acceso a los beneficios sociales que ofrece el mercado laboral formal; esto es, velar por la efectividad y la eficiencia de la prestación de servicios de salud en el régimen subsidiado y crear un fondo de compensación para las familias que no tienen una contratación laboral con los requisitos de ley. Adicionalmente, se requiere estimular la utilización de vías formales para la contratación de los mandos altos, medios y bajos en las empresas medianas y grandes. Para ello se propone, por una parte, reducir los costos asociados a los procesos de selección para las empresas medianas mediante el fortalecimiento 90

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y difusión de las bolsas de empleo públicas; y por otra, reglamentar la contratación meritocrática en los mandos que así lo amerite en las empresas medianas y grandes; esto no solo favorecerá la institucionalidad del país, sino que deberá redundar también en incrementos en la productividad de la economía. 6.2. Desde la demanda de canales de búsqueda de empleo Si el país lograra establecer los incentivos necesarios para que los empresarios realicen procesos de selección a través de mecanismos formales ¿quién garantiza que estos mecanismos sean accesibles para el grueso de la población? A lo largo del documento se pudo evidenciar que los canales de búsqueda formales son más efectivos en los estratos sociales más altos; esto se debe a que son individuos más educados y aspiran a empleos que son susceptibles de asignarse por métodos formales de selección. Pero, además, los segmentos más pobres de la población carecen de los conocimientos técnicos y de los medios económicos para beneficiarse de la información pública; de ahí que es necesario emprender campañas para la estandarización en la utilización de herramientas informáticas básicas. También es indispensable fortalecer la calidad de la Educación Primaria y secundaria de los colegios públicos y desarrollar programas integrales que inserten a los niños y adolecentes en dinámicas deportivas y culturales que los alejen de la violencia y el consumo de sustancias psicoactivas. Esto romperá vacíos estructurales en los hogares más pobres, favorecerá las posibilidades de acceso a la educación universitaria y acercará a la población vulnerable a las posibilidades de empleo mejor remunerado, en el marco de una economía que asigna recursos de forma meritocrática. 6.3. La solución no es única La respuesta al desarrollo económico no es única, es integral, y aquí solo se han establecido algunas propuestas que parten de una perspectiva que retoma las dinámicas laborales en el país desde el proceso de búsqueda de empleo. Sin embargo, se realiza un intento, un poco arriesgado, por relacionar el proceso de búsqueda con la estructura empresarial del país y con las limitaciones de acceso vía contexto social. La propuesta es que se piense el desempeño económico desde una visión sistémica. No se debe perder de vista que los individuos responden a incentivos y que todas las decisiones tienen asociado un costo de oportunidad, sin caer en la trampa de pensar que los pobres tienen un costo de oportunidad más bajo. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 67-98 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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7. CONCLUSIONES De acuerdo con las estimaciones realizadas, los canales informales suelen ser más efectivos y eficientes en el proceso de búsqueda de empleo; no obstante lo anterior, debe considerarse el posible sesgo generado por las dificultades de conocer a ciencia cierta la duración del desempleo de los desempleados y por la imposibilidad de conocer todos los canales de búsqueda utilizados, de forma simultánea, por los empleados. Si bien ser hombre reduce la probabilidad de encontrar empleo y más aún en los estratos altos debido a la mayor participación de las mujeres en altos niveles de formación, se encontró también que una vez se entra en una situación de desempleo, ser mujer reduce las probabilidades de salir en el tiempo, lo cual puede estar asociado a incrementos en el salario de reserva generados por la situación anterior. Por otra parte, se encontró que la edad y los años de educación incrementan la probabilidad de emplearse, siendo la magnitud del efecto menor para los estratos bajo y alto; lo anterior puede deberse a barreras físicas y técnicas para el tipo de trabajos asociados a los estratos bajos, y a límites salariales impuestos por sujetos de estratos altos. Para aquellos que utilizan canales formales, la edad permite salir del desempleo de manera más rápida debido, quizá, a que sujetos más maduros han tenido la posibilidad de alcanzar un mayor nivel de experiencia lo cual les garantiza la posibilidad de salir del desempleo mediante estos canales. No sucede lo mismo con los canales informales, caso en el cual la edad no es significativa debido a que esta variable no parece incidir en el desempeño de las redes sociales. Si bien los años de educación incrementan la probabilidad de emplearse, también parecen reducir la probabilidad de hacerlo a medida que pasa el tiempo, sobre todo para individuos que utilizan los canales informales; eso se encuentra asociado al incremento en el salario de reserva de las personas mejor cualificadas, las cuales se encuentran en estratos más altos en donde los canales informales suelen ser más efectivos debido a la calidad de las redes sociales. La variable educación no resultó significativa para el canal de búsqueda formal debido, quizá, a la endogeneidad antes mencionada entre la utilización de este tipo de canales y unos requerimientos mínimos de conocimientos técnicos. Puede observarse que la expresión cuadrática de la edad reduce la probabilidad de ocuparse y de encontrar empleo a medida que pasa el tiempo, ya que los sujetos pierden habilidades que no se compensan con el conocimiento adquirido a través de los años. Por una parte, a medida que se incrementa el estrato socioeconómico, la duración del desempleo tiende a disminuir en términos generales; esto también se cumple en individuos que hacen uso de los canales informales, ya que incrementos en la 92

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condición social les facilitan desarrollar redes sociales generadoras de empleos. En el caso de los canales formales, esta variable no resultó significativa debido a que, como ya se dijo antes, acceder a estos canales requiere de unos conocimientos técnicos mínimos que no son propios de los estratos más bajos. Por otra parte, si bien los sujetos de estratos altos podrían acceder a ellos, se ha visto que presentan preferencias por los canales informales debido a su capital social. Para finalizar, el país tiene muchas tareas por resolver, pero en este trabajo se destaca la importancia de incentivar, desde la oferta y la demanda, la utilización de canales de búsqueda formales para fortalecer la institucionalidad del país e incrementar los niveles de productividad del mismo. Para ello, desde la oferta se requiere generar incentivos precisos que reduzcan los costos de transacción y las erogaciones directas relacionadas con la instauración de mecanismos de selección formales. Desde la demanda se sugiere diseñar estrategias pedagógicas para la estandarización en conocimientos informáticos básicos y plantear un proceso educativo integral que capture al individuo desde la primera infancia y le otorgue toda la formación para acceder a empleos que le permitan romper los círculos viciosos de la pobreza. BIBLIOGRAFÍA Castellar, C. y Uribe J. I. (2003). Determinantes de la duración del desempleo en el Área Metropolitana de Cali, 1988-2000. En: Archivos de Economía, No. 218, Departamento Nacional de Planeación, marzo de 2003, p. 42. Du F.L., Yang. J., y Dong X.Y. (2007), Why Women have Longer Unemployment Durations than Men in Post-Restructuring Urban China? [En línea] PMMA Working Paper 2007-23, Julio de 2007, p. 48. <http://www.iza.org/conference _ files/worldb2007/dong _ x3377.pdf>. [Consultado: 4 de junio de 2010] Grenee, W. (2003). Econometric Analysis. Quinta Edición, Prentice Hall, New York University, USA, 1024 p. Kaplan, E y Meier, P. (1958). Nonparametric Estimation from Incomplete Observations. En: Journal of the American Statistical Association, Vol. 53, N.° 282, pp. 457- 481. Kiefer, N. (1988). Economic Duration Data and Hazard Functions. En: Journal of Economic Literature, Vol. 26, N.° 2, pp. 646-679. Lindbeck, A. Y Snower, D., (1986), Wage Setting, Unemployment and Insider-Outsider Relations. En: American Economic Review, Vol. 76, N.° 2, pp. 235-240. Lindbeck, A. Y Snower, D. (1988). The Insider-Outsider Theory of Employment and Unemployment, The MIP Press, Cambridge, Massachusetts, pp. 365-369. Martin, J.L. (1995), Paro y búsqueda de empleo. Una aproximación desde la teoría económica. Universidad de Sevilla, p. 195 Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 67-98 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Lina María Restrepo Plaza Mortensen, D. T., y Pissarides. C. (1994). Job Creation and Job Destruction in the Theory of Unemployment. En: Review of Economic Studies, Vol. 61, N.° 3, Julio 1994. pp. 397-415. Mortensen, D.T. y Pissarides. C (1998). New Developments in Models of Search in the Labor Market, En: Handbook of Labor Economics. Vol. 3, N.° 3, p. 74 Oviedo, M. (2002). Optimización Dinámica en Tiempo Discreto. Ecuación de Bellman, [En línea] p. 12. < http://www.eco.unc.edu.ar/ief/miembros/archivos/prof _ oviedo/oviedo _ optimizacindinmicatiemdiscr.pdf>. [Consultado: 18 de junio de 2010] Oviedo, Y., M. (2007). Canales de búsqueda de empleo y duración del desempleo en el mercado laboral Colombiano 2003. En: Sociedad y Economía, No. 13, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle, Cali, pp. 153-173. Pissarides, C. (2009). The Unemployment Volatility Puzzle: is Wage Stickiness the Answer? En: Econometrica, Vol. 77, N.° 5, pp. 1339-1369. Reid. G.L. (1972). Job Search and the Effectiveness of Job-Finding Methods. [En línea] Industrial and Labor Relations Review, Vol. 25, N.° 4, julio de 1972, pp. 479-495. Roschin S.y. Markova K.V. (2004), Choice among Different Job Search Channels: The Evidence from Russian Labor Market [En línea] Economics Education and Research Consortium, No 04/05, p. 46. < http://pdc.ceu.hu/archive/00001933/>. [Consultado: 4 de junio de 2010] Stigler, G. (1961). The economics of information En: Journal of Political Economy, Vol. 69, N.° 3, pp. 213-225. Tasci, M. (2008). Job Search and Determinants of Job Search Intensity in Turkey. [En línea] Departamento de Econometría de la Universidad de la Universidad de Balikesir, p. 29. <http:// papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract _ id=1082715>. [Consultado: 4 de junio de 2010] Tenjo J. y Ribero R., (1998). Participación, desempleo y mercados laborales en Colombia, DNP. En: Archivos de Macroeconomía, N.° 81, pp. 1-78. Uribe J., I., Viáfara C., A. y Oviedo Y., M., (2007). Efectividad de los canales de búsqueda de empleo en Colombia en el año 2003. En: Lecturas de Economía, N.° 67, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Antioquia, Medellín, pp. 43-70. Van Den Berg, G. y Van Der Kaauw, B. (2007). Structural Empirical Evaluation of Job Search Monitoring, [En línea] University Amsterdam, 23 p. <http://client.norc.org/jole/SOLEweb/9168. pdf>. [Consultado: 11 de junio de 2010] Viáfara C. y Uribe, I. (2009). Duración del Desempleo y Canales de Búsqueda de Empleo en Colombia, 2006. En: Revista de Economía Institucional, Vol. 11, N.° 21, 2009, pp. 139-160, Universidad Externado de Colombia. Weiss, A. (1980). Job Queues and Layoffs in Labor Markets with Flexible Wages. En: Journal of Political Economy, Vol. 88, N.° 3, junio 1980, pp. 526-538.

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ANEXOS Anexo A: Test de diferencia de medias en los tiempos de duración Para desempleados: de acuerdo con la prueba, no existe suficiente evidencia estadística para rechazar la hipótesis de que la media de la duración del desempleo difiera cuando se busca por canales formales y por canales informales, razón por la cual, la duración puede considerarse igual para ambos. Cuadro 1. Test de diferencia de medias para los desempleados Two-sample t test with equal variances Group informal formal

Obs 210 281

Mean 31.04767 31.07552

Std. Err. 2.908093 2.431446

Std. Dev. 42.14226 40.75847

combined

491

31.0636

1.864446

41.31335

diff –.0278494 3.77235 diff = mean(informal) – mean(formal) Ho: diff = 0 Ha: diff < 0 Ha: diff != 0 Pr(T < t) = 0.4971 Pr(|T| > |t|) = 0.9941

[95% Conf. 25.31471 26.28928

Interval] 36.78062 35.86175

27.40031

34.7269

–7.439865

7.384166 t = –0.00 degrees of freedom = 489 74 Ha: diff > 0 Pr(T > t) = 0.5029

Fuente: cálculos propios con base en la GEIG 2008-II, procesamiento en STATA

Para empleados: de acuerdo con la prueba, existe suficiente evidencia estadística para rechazar la hipótesis de que la media de la duración del desempleo difiere cuando se busca por canales formales y por canales informales, razón por la cual la duración puede considerarse diferente según el canal de búsqueda utilizado. . ttest tbusc if ocu==1, by (canal) Cuadro 2. Test de diferencia de medias para los empleados Two-sample t test with equal variances Group Obs Mean Std. Err. Std. Dev. informal 6126 43.75237 .9052625 70.85378 formal 2365 37.82205 1.176633 57.22114 combined 8491 42.10059 .7312666 67.38375 diff 5.93032 1.630113 diff = mean(informal) – mean(formal) Ho: diff = 0 Ha: diff < 0 Ha: diff != 0 Pr(T < t) = 0.9999 Pr(|T| > |t|) = 0.0003

[95% Conf. Interval] 41.97773 45.527 35.51471 40.12939 40.66713 43.53405 2.734901 9.12574 t = 3.6380 degrees of freedom = 8489 Ha: diff > 0 Pr(T > t) = 0.0001

Fuente: cálculos propios con base en la GEIG 2008-II, procesamiento en STATA

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Anexo B: Medidas de bondad de ajuste de los modelos de efectividad La capacidad de predicción de los modelos se encuentra alrededor del 92%, es decir, el modelo acierta con el 92% de los casos que se encuentran en la base de datos utilizada. De acuerdo con los resultados de la prueba Chi-cuadrado de Pearson, se observa que el modelo se ajustado es significativo para la estimación general y la para estimación en estratos bajos. La prueba de Hosmer y Lemeshow arroja que el modelo se encuentra bien especificado para el caso general y para el estrato alto. Cuadro 3. Medidas de bondad de ajuste para las estimaciones de la efectividad de los canales de búsqueda en tres niveles socioeconómicos VALOR

PRUEBA Cociente de verosimilitud Chi-cuadrado de Pearson Porcentaje de aciertos del modelo Prueba de HosmerLemeshow

General

Estrato Bajo

Estrato Medio

Estrato Alto

0,1228

0,1310

0,1151

0,1237

Pearson chi2(5885) = 6371.72 Prob > chi2 = 0.0000 92.46% Hosmer-Lemeshow chi2(8) = 33.73 Prob > chi2 = 0.0000

Pearson Pearson Pearson chi2(1758) = 1856.62 chi2(3278) = 3217.31 chi2(4264) = 4513.85 Prob > chi2 = 0.0501 Prob > chi2 = 0.7722 Prob > chi2 = 0.0039 91.85%

91.9%

92.32%

Hosmer-Lemeshow Hosmer-Lemeshow Hosmer-Lemeshow chi2(8) = 4.78 chi2(8) = 5.73 chi2(8) = 27.54 Prob > chi2 = 0.7809 Prob > chi2 = 0.6769 Prob > chi2 = 0.0006

Fuente: cálculos propios con base en la GEIG 2008-II, procesamiento en STATA

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Anexo C: Pruebas para la elección de la mejor distribución para el modelo de duración Cuadro 4. Pruebas Chi2 para el valor de Kappa en los modelos de duración General

Formales

Informales

K=0

K=1

K=0

K=1

K=0

K=1

Chi2(1)

336.54

2571.69

99.49

546.79

269.33

1409.54

Prob > chi2

0.0000

0.0000

0.0000

0.0000

0.0000

0.0000

Conclusión sobre la distribución

Se rechaza la hipótesis de que K=0, por lo que no existe suficiente evidencia para afirmar que el mejor modelo pa ra mét r ico cumpla una d istr ibución tipo lognormal.

Se rechaza la hipótesis de que K=1, por lo que no existe suficiente evidencia para afirmar que el mejor modelo pa ra mét r ico cumpla una d istr ibución tipo Weibull.

Se rechaza la hipótesis de que K=0, por lo que no existe suficiente evidencia para afirmar que el mejor modelo pa ra mét r ico cumpla una d istr ibución tipo lognormal.

Se rechaza la hipótesis de que K=1, por lo que no existe suficiente evidencia para afirmar que el mejor modelo pa ra mét r ico cumpla una d istr ibución tipo Weibull.

Se rechaza la hipótesis de que K=0, por lo que no existe suficiente evidencia para afirmar que el mejor modelo pa ra mét r ico cumpla una d istr ibución tipo lognormal.

Se rechaza la hipótesis de que K=1, por lo que no existe suficiente evidencia para afirmar que el mejor modelo pa ra mét r ico cumpla una d istr ibución tipo Weibull.

Fuente: cálculos propios con base en la GEIG 2008-II, procesamiento en STATA

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LEYES CIENTÍFICAS Y PREDICCIÓN EN CIENCIAS SOCIALES: UNA APROXIMACIÓN AL CASO DE LA ECONOMÍA* Gabriel Francisco Guzmán Castro** Recibido: diciembre 09 de 2011 • Aceptado: diciembre 11 de 2012

RESUMEN Entre las discusiones vigentes más importantes en la filosofía de la ciencia figura aquella concerniente a la posibilidad de que las ciencias sociales expliquen y predigan, mediante leyes causales, tal y como lo hacen algunas ciencias naturales, en especial la física. Este ensayo busca mostrar (a) que pese a las expectativas, la economía no ha logrado ser la primera de las ciencias sociales en contar con leyes de capacidad explicativa-predictiva creciente y (b) que existe algún acuerdo en cuanto a que lo anterior ocurre porque los economistas han fallado en la definición de términos adecuados para formular las generalizaciones de su investigación empírica. Para alcanzar sus propósitos, el escrito brinda un balance general y un análisis crítico de la evolución del esfuerzo de la teoría económica dominante por asemejarse a las ciencias naturales en cuanto a su método. La revisión de una serie de argumentos provenientes de diferentes áreas del conocimiento permite mostrar cómo la economía habría fracasado en su intento de establecer las unidades de análisis básico con las cuales dar forma a sus teorías.

PALABRAS CLAVE Ciencias sociales, leyes científicas, predicción, filosofía de la ciencia, filosofía de la economía, metodología de la economía.

CLASIFICASIÓN JEL B00, B21, B40, B41

CONTENIDO Introducción; 1. La metodología de la economía según Milton Friedman; 2. Algunos elementos para la discusión provenientes de la filosofía de la ciencia de Ernest Nagel; 3. Algunas consideraciones más recientes a propósito del debate; 4. ¿Una o dos ciencias?; 5. Conclusiones; Bibliografía.

*

Este artículo de investigación es producto de una serie de reflexiones surgidas durante la realización de la tesis titulada El átomo de la realidad social y la ontología de la realidad institucional para John Searle, desarrollada por el autor para optar al título de Magister en Filosofía en la Maestría en Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Una primera versión del mismo fue presentada en el First Seminar in Austrian and Heterodox Economics llevado a cabo en Bogotá entre el 9 y 11 de agosto de 2011 y organizado por el Grupo de Investigación en Macroeconomía y Política Económica (Macrópolis) de la Universidad Nacional de Colombia.

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Economista, Universidad del Tolima, Ibagué, Colombia. Magíster en Filosofía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Docente de tiemplo completo del Programa de economía de la Facultad de ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Ibagué, Ibagué, Colombia. Miembro del Grupo de Investigación UNIDERE. Correo electrónico: gabriel.guzman@unibague.edu.co.

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SCIENTIFIC LAWS AND PREDICTION IN SOCIAL SCIENCES: AN APPROCACH TO THE CASE THE ECONOMY ABSTRACT Among the most important current discussions within the philosophy of science, it is found the one concerning the possibility that social sciences explain and predict by casual laws, as some natural sciences do, especially physics. This paper seeks to show (a) that despite expectations, economics has not been able to be the first of the social sciences to count with explanatory-predictive and growing capacity laws and (b) that there is an agreement that the above occurs because economists have failed to define adequate terms for the formulations of the generalizations of their empiric evidence. To achieve this purpose, this brief provides a general balance and a critical analysis of the evolution of the efforts done of the dominating economic theory to resemble the method of natural sciences. The conclusion of a number of arguments coming from different areas of knowledge can show how the economy would have failed in its attempt to establish basic analysis units with which to shape its theories.

KEY WORDS Social sciences, scientific laws, prediction, science philosophy, philosophy of economics, economic methodology.

JEL CLASSIFICATION B00, B21, B40, B41

CONTENT Introduction; 1. Economic methodology according to Milton Friedman; 2. Some elements for the discussion of science philosophy of Ernest Nagel; 3. Some recent consideration concerning the debate; 4. ¿One or two sciences? 5. Conclusions; Bibliography.

LEIS CIENTÍFICAS E PREDIÇÃO EM CIENCIAS SOCIAIS: UMA APROXIMAÇÃO AO CASO DA ECONOMÍA RESUMO Entre as discussões vigentes mais importantes ao interior da filosofia da ciência figura aquela concernente à possibilidade de que as ciências sociais expliquem e predigam mediante leis causais, tais como o fazem algumas ciências naturais, em especial a física. Este ensaio procura mostrar (a) que pese às expetativas, a economia não tem conseguido ser a primeira das ciências sociais em contar com leis de capacidade explicativo-preditiva crescente e (b) que existe algum acordo enquanto a que o anterior ocorre porque os economistas têm falhado na definição de termos adequados para formular as generalizações de sua pesquisa empírica. Para atingir seus propósitos, o escrito fornece um balance geral e uma análise crítico da evolução do esforço da teoria económica dominante por assemelhar-se às ciências naturais enquanto ao seu método. A revisão de uma serie de argumentos provenientes de diferentes áreas do conhecimento permite mostrar como a economia teria fracassado no seu intento de estabelecer as unidades de análise básica com as quais darem forma às suas teorias.

PALAVRAS CHAVE Ciências sociais, leis científicas, predição, filosofia da ciência, filosofia da economia, metodologia da economia.

CLASIFICAÇÃO JEL B00, B21, B40, B41

CONTEÚDO Introdução; 1. A metodologia da economia segundo Milton Friedman; 2. Alguns elementos para a discussão provenientes da filosofia da ciência de Ernest Nagel; 3. Algumas considerações mais recentes com propósito do debate; 4. ¿Uma ou duas ciências?; 5. Conclusões; Bibliografia.

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INTRODUCCIÓN A partir del siglo XVI las ciencias naturales iniciaron un período de rápida expansión marcado por una capacidad explicativa-predictiva cada vez mayor, hecho que inspiró a un número creciente de estudiosos de los fenómenos sociales para quienes el camino recorrido por las ciencias de la naturaleza era la ruta correcta hacia la construcción de un saber, del hombre y su sociedad, digno de ser denominado ciencia. Más de un siglo y medio después de que los pioneros en tal línea de pensamiento entregaran al público sus obras –A. Comte (1830-1842/1864) y J. S. Mill (1843)–, los balances no son homogéneos, pero concuerdan en que una ciencia social capaz de explicar y predecir, tal y como lo hace la física o la química, no ha sido construida aún. La economía, rama del conocimiento social de la cual se esperaba el más acelerado progreso hacia el éxito de las ciencias naturales dista de haber logrado tal objetivo. Consecuencia de ello es el surgimiento de dos grandes posiciones antagónicas: (a) una que confía en que de manera eventual, conforme avance su construcción teórica y fortalecimiento empírico, las ciencias sociales se acercarán al ideal representado por la física y (b) otra que defiende que este fin no solo es inalcanzable, sino que, además, ir en su búsqueda puede resultar contraproducente. El presente ensayo es un abordaje al mencionado debate, el cual, dadas las proporciones de la discusión, se concentra en mostrar cómo parece existir un acuerdo en que, tal y como lo detecta Nagel (1961) –sección 2–, dos aspectos: (a) la naturaleza de los términos –o distinciones– en que se formulan las generalizaciones de la investigación social empírica y (b) la dificultad para fijar casos puros en ciencias sociales, han incidido de forma considerable para que, por ahora, no haya sido posible formular leyes científicas como tal ni hacer predicciones tan certeras en ciencias sociales. Si bien, como se puede apreciar en la sección que viene a continuación Milton Friedman (1953), en The Methodology of Positive Economics, ve la economía como un caso palpable de una ciencia social en proceso de convertirse en una ciencia “dura” –esto es, un cuerpo teórico conformado, entre otros elementos, por leyes aceptadas por la mayor parte de la comunidad científica pertinente–, el balance presentado en la sección 3.1 arroja como resultado que –sesenta años después de haber sido publicado el que para Daniel Hausman (2007, p. 180) es el trabajo más influyente del siglo XX en metodología de la economía– los vaticinios de Friedman (1953) distan de haberse cumplido1. 1

En este caso, y a menudo en adelante, las referencias a la economía y a la teoría económica neoclásica se hacen de manera indistinta. Lo anterior no resulta ser lo más indicado por cuanto implica desconocer la coexistencia de un número considerable de corrientes de pensamiento económico. No obstante, en

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Al respecto, el filósofo de la economía Alexander Rosenberg (1983 y 1992) ofrece argumentos interesantes que apoyan la hipótesis, coincidente con parte de lo planteado por Nagel (1961), según la cual el uso de términos inadecuados para formular sus generalizaciones habría conducido a la economía neoclásica al fracaso en cuanto a la enunciación de verdaderas leyes científicas. En el escenario propuesto, permanece abierta la pregunta acerca de la condición epistémica tanto de la economía, en particular, como de las ciencias sociales, en general. Sobre esto último, en las secciones 4.1 y 4.2 son descritas dos posiciones que señalan rumbos que podrían llegar a tomar en el futuro las ciencias del comportamiento humano. En el primer caso, se ofrece un esbozo de la perspectiva mantenida por Tooby y Cosmides (1992), la cual se considera una alternativa teórica y metodológica que puede ser vista como continuadora de la tradición en ciencias sociales del proyecto inaugurado por los padres del positivismo. Más en concreto, para estos dos autores los desarrollos en biología evolutiva establecieron las bases para que, de forma progresiva, se cierre la brecha que separa a ciencias naturales y sociales. Esta propuesta, al igual que otras tantas inspiradas en la idea de la unificación de las ciencias, se conserva hasta la fecha apenas como una posibilidad más, ya que no se cuenta aún con evidencia satisfactoria, a favor o en contra, que permita fijar una posición definitiva al respecto. Para contrastar la tradición recién nombrada, hacia el final del documento se presenta parte del análisis de Peter Winch (1958). Este filósofo, influenciado por las ideas del célebre pensador austriaco Ludwig Wittgenstein (1953), brinda argumentos sugestivos a favor de la hipótesis de que un abismo insalvable separa a las ciencias naturales de las sociales. Esto tendría, tal y como podrá leerse más adelante, implicaciones profundas en las aspiraciones de las ciencias de la sociedad –incluida la economía– de lograr hacer predicciones por medio de leyes causales –tal y como lo contempló Mill (1843) permeado por los avances en las ciencias naturales de su época y la noción humeana de causalidad–. Al final, se espera mostrar que este gran y álgido debate sigue abierto como consecuencia de que ninguna posición en particular ha sido capaz de imponerse con claridad. Ante un escenario tan complejo y difícil de esclarecer, resulta destacable que permanezca vigente la idea de que la posibilidad de que las ciencias sociales, como la economía, lleguen a ostentar resultados comparables a los de las de ciencias naturales, como la física, depende del éxito en la identificación de unidades de análisis apropiadas para la formulación de sus teorías. la medida en que son muy escasas las alusiones que se hacen en este trabajo a otras tradiciones, para simplificar, a menos que se aclare algo diferente, se mantendrá tal homologación de los términos.

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1. LA METODOLOGÍA DE LA ECONOMÍA SEGÚN MILTON FRIEDMAN En A System of Logic, J. S. Mill (1843) plantea que es factible que las ciencias sociales expliquen mediante leyes causales, tal y como lo hace con especial éxito la física. La perspectiva milliana es un caso paradigmático de aquella línea de pensamiento para la cual es posible que las ciencias de la naturaleza y las de la sociedad se unifiquen al compartir teorías y metodología2. De forma similar, tal y como se aprecia en su reconocido artículo –The Methodology of Positive Economics–, M. Friedman (1953) confía, en que la brecha que separa a las ciencias sociales de las naturales se puede cerrar. En opinión de este autor, la economía sería un caso palpable de una ciencia social en pleno proceso de convertirse en, valga la expresión algo coloquial, una ciencia dura. En su ensayo, Friedman (1953) comienza por distinguir entre economía positiva –ocupada de lo que es– y normativa –dedicada al deber ser–. La primera tendría como objetivo primordial proveer un sistema de generalizaciones que pueda aplicarse a predicciones correctas acerca de las consecuencias de cambios circunstanciales. Al respecto, Friedman (1953, p. 647) indica: “Su desempeño [–de la economía positiva–] debe ser juzgado por la precisión, alcance, y conformidad con la experiencia de las predicciones que arroja”. Desde este punto de vista, queda claro, la predicción ocupa un lugar central en la labor científica. En relación con esto último, aunque más ligado a la construcción teórica como tal, y a propósito de la comprobación de hipótesis, es usual que como explicación de un fenómeno particular se cuente con un número de hipótesis que tienda a ser infinito. Ante una cantidad tal de respuestas tentativas, todas consistentes con la evidencia disponible, surge la duda respecto a cuál de ellas preferir. Entre hipótesis alternativas, afirma Friedman (1953, p. 650), nociones como las de simpleza –menor cantidad de conocimiento inicial requerido para efectuar una predicción– y fertilidad –predicciones más precisas, con mayores alcance y posibilidad de apertura de nuevas líneas de investigación– surgen como varas de medida que permitirían elegir. Contra el argumento del carácter no experimental de la economía, usado con frecuencia para poner en entredicho la idea de la posibilidad de generalizaciones universales y predicciones confiables en ciencias sociales, Friedman (1953, p. 651) insiste en que no habría una distinción tajante entre ciencia natural y ciencia social. Lo anterior porque: (a) en algunas ciencias naturales, como en la astronomía, la experimentación es ajena; y (b) la distancia entre experimentación controlada –como en la física– y experiencia no controlada como en economía– es apenas de grado. En el primer caso el control nunca es total y en el segundo jamás está ausente por completo3. 2

En la sección 4.2 hay una aproximación a estas ideas de Mill (1843).

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Con esto se mostraría de acuerdo el filósofo de la ciencia E. Nagel (1961, p. 413–415), quien, de hecho, agregaría más razones para considerar que en muchos aspectos el parecido de las ciencias naturales y

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Hasta acá, es posible afirmar que para Friedman los problemas propios de la economía no serían de índole metodológica. Este pensador confía en la abundancia y valor concluyente de la información factible de ser acumulada, pero, en tanto evidencia, reconoce la dificultad para su interpretación, la cual puede venir acompañada de obstáculos para el logro de un acuerdo amplio sobre conclusiones justificadas por la evidencia disponible y la lenta y difícil –en realidad nunca definitiva– desaparición de hipótesis no exitosas. En ocasiones, Friedman (1953, p. 651), señala que la evidencia recogida en la experiencia es tan “directa, dramática, y convincente” que iguala a la proporcionada por cualquier experimento controlado4. Otra característica de la teoría económica –analizada por Rosenberg (1992) y Bergmann (2005) más adelante–, que al criterio de Friedman (1953, p. 652) no constituye una limitante, puesto que no afectaría su pertinencia, es la falsedad de los supuestos de sus hipótesis. Así, dado que, en su opinión, la importancia de una hipótesis se deriva del hecho de que explique mucho al hacer abstracción de las circunstancias complejas junto a las cuales se hallan los elementos comunes y cruciales, una hipótesis tiene que ser falsa, desde un punto de vista descriptivo, en sus supuestos. Una buena hipótesis, menciona el economista de Chicago, puede sostener que, por ejemplo, las hojas en un árbol se distribuyen como si buscaran maximizar los rayos de luz que chocan sobre su superficie. Está claro que las hojas no efectúan cálculos maximizadores, pero al suponerlo, manifiesta, es posible comprender muchos casos particulares y predecir otro tanto. Un billarista, añade, no resuelve complejas fórmulas antes de ejecutar sus jugadas, pero se puede asumir que actúa como si lo hiciera y, de tal forma, resulta factible comprender sus jugadas pasadas y esperar alguna norma de comportamiento para sus futuras acciones. Así, para Friedman (1953, p. 656): No hay más que un paso de estos ejemplos [de las hojas y el billarista] a la hipótesis económica de que bajo un rango amplio de circunstancias las firmas individuales se comportan como si ellas estuvieran buscando racionalmente maximizar sus ingresos esperados […] y tuvieran conocimiento completo de los datos requeridos para tener éxito en su intento; esto es, como si conocieran las funciones de costo y demanda relevantes, calculando el costo marginal y la renta marginal para todas las acciones abiertas para ellos, y llevando cada línea de acción al punto en el cual el costo marginal y la renta marginal relevantes fueran iguales. las sociales es mayor del que se sospecha y que las leyes y predicciones exactas salidas del laboratorio, son menos frecuentes de lo que se asume. 4

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Para Friedman (1953, p. 651), un ejemplo elocuente sería el comportamiento de la inflación. Para él, en este caso, la hipótesis de que un incremento sustancial en la cantidad de moneda, en un periodo de tiempo relativamente corto, se ve acompañado por un incremento considerable en los precios, contaría con evidencia “dramática” y la cadena de razonamientos requerida para su interpretación sería relativamente corta.

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El hombre de negocios no resolvería de manera literal el sistema de ecuaciones simultáneas, tal y como el economista las realiza para expresar sus hipótesis, pero al asumir que sí lo hace pareciera viable dar cuenta de, y predecir con cierta facilidad, la mayor parte de sus actos. De este modo, Friedman (1953) descarta que factores tales como la falsedad de los supuestos o las dificultades experimentales –los cuales suelen ser identificados como limitantes para el fortalecimiento de la teoría económica– mantengan a la economía incapaz de explicar y predecir por medio de leyes científicas. 2. ALGUNOS ELEMENTOS PARA LA DISCUSIÓN PROVENIENTES DE LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA DE ERNEST NAGEL Una de las mayores conclusiones de Nagel (1961) –The Structure Of Science: Problems In The Logic Of Scientific Explanation– es que, de manera consistente con lo dicho por Friedman (1953), no se dispone de evidencia conclusiva que permita negar la posibilidad de que las ciencias sociales logren éxitos como los de las ciencias naturales. Este autor enfrenta posiciones que desde diferentes ángulos sostienen lo contrario; en particular, respecto a la probabilidad de que sean formuladas leyes científicas de la sociedad. En esta sección, se dará un vistazo a los contraargumentos ofrecidos por Nagel (1961) frente a tales planteamientos. No obstante, cabe precisar, se enfatizará en la existencia de dos características notables de las ciencias sociales, por cuanto, como se intentará demostrar, ellas se mantienen hasta la fecha como fuertes limitantes para alcanzar este objetivo. Tales son: (a) la naturaleza de los términos –o distinciones– en que se formulan las generalizaciones de la investigación social empírica, y (b) la imposibilidad de fijar casos puros en ciencias sociales. Como bien señala Nagel (1961, p. 453-454), la mayoría de las generalizaciones establecidas a partir de la investigación empírica en ciencias sociales son de carácter estadístico; es decir, antes que poseer un alcance universal, abarcan apenas una fracción –“especificada más o menos precisamente”– de los casos correspondientes a un fenómeno particular, si bien las generalizaciones estadísticas no son exclusivas de las ciencias sociales y se encuentran también en ramas de las ciencias naturales como la meteorología, la fisiología y la etología, sí predominan en aquellas. A menudo, se sostiene que la naturaleza estadística de las generalizaciones derivadas de estudios sociales empíricos obedece a dos razones: (a) el elevado número de variables involucradas y (b) el carácter libre –por tanto variable– de la voluntad humana5. Sin embargo, de acuerdo con Nagel (1961, p. 454) la complejidad no es 5

Para esta última existe una variante según la cual las acciones humanas dependen de la interpretación de estímulos externos. Así, diferencias en el desarrollo personal y en las dotes innatas de cada individuo conducirían a interpretaciones -previas a la acción- igualmente diversas.

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exclusiva de las ciencias sociales; también está presente –y en altísimo grado– en fenómenos físicos y biológicos que, a pesar de ello, han podido ser explicados mediante leyes generales. Asimismo, la existencia de múltiples interpretaciones sobre algún aspecto social no tiene que ser por necesidad incompatible con la aparición de leyes científicas en al menos una de tales interpretaciones. Ninguna de las dos razones explicaría, entonces, el porqué del predominio de las generalizaciones estadísticas en las ciencias sociales. En su lugar, para Nagel (1961) existirían dos aspectos metodológicos más relevantes. El primero (a) se relaciona con la naturaleza de los términos –o distinciones– en que se formulan las generalizaciones de la investigación social empírica. En ciencias sociales los términos usados suelen asimilarse a conceptos empleados de forma laxa en la cotidianeidad –por ejemplo: sentimiento de privación, estado anímico, y rol–. En opinión de Nagel (1961, p. 419, 455-456), estos presentan cierta indeterminación, codifican distinciones poco refinadas y abarcan entes menos homogéneos con respecto a los de las ciencias naturales6. La posibilidad de llegar a formular generalizaciones universales en ciencias sociales pasa por la elaboración de clasificaciones más precisas, tan solo evaluables mediante ensayos concretos. Ahora bien, anota Nagel (1961, p. 456), definir el grado de generalidad adecuado para los problemas investigados, así como el nivel de análisis pertinente, no es fácil. Características físicas y fisiológicas tendrían que ser introducidas. Empero, niveles muy precisos de detalle –que podrían llegar a contemplar aspectos (¿cuántos, hasta qué grado de profundidad?) como: estructura ósea, niveles de calcio acumulado en las coyunturas, composición química de la sangre, distribución espacial de los filamentos nerviosos, etc.– pueden conducir a leyes científicas cuya especificidad sería tal, que no tendrían mayor valor frente a leyes más amplias –y por ende, cercanas al interés general, habitual en la investigación social–, aun cuando apenas fuesen generalizaciones estadísticas. El segundo aspecto metodológico (b) obedece a que, por lo común, los términos de una ley general corresponden a idealizaciones de propiedades observadas. Esto se entiende mejor con una mirada a las ciencias naturales. En estas, la posibilidad de formular leyes científicas se encuentra atravesada por la definición de condiciones ideales, la identificación de casos puros y el responder por las discrepancias entre lo sostenido por la ley y los resultados observacionales. En la física, por ejemplo, es 6

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A manera de ejemplo, Nagel (1961, p. 456) muestra cómo analizar la conductividad eléctrica de algunos materiales en función de la temperatura, con miras a formular generalizaciones sería poco fructífero si la única distinción hecha resulta ser aquella entre metales y no metales. Se puede apreciar que la distinción es insuficiente y, dadas las diferencias entre tipos de metales, cualquier intento de generalización apenas llegaría a ser estadística.

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habitual la formulación de leyes para casos ideales. Una ley así enuncia alguna relación de dependencia que se presume válida solo para una condición límite. Al momento de analizarse una situación particular, se deben formular supuestos o postulados adicionales que puedan cerrar la brecha entre la situación ideal y el caso concreto. En ciencias sociales esta estrategia es poco frecuente. Un intento –pero con escasos avances en cerrar la brecha ley-realidad– sería, cabe destacar, el de la teoría económica neoclásica, en la que se habla a menudo de competencia perfecta o de maximización de la utilidad por parte de los agentes económicos. Para Nagel (1961, p.418-419), el limitado progreso a la hora de formular leyes generales en economía no obedecería tanto al uso de la estrategia de recurrir a la formulación de casos ideales como: […] a las nociones teóricas específicas empleadas en esos intentos, [y] a las dificultades para discernir de qué manera es necesario modificar las enunciaciones que utilizan nociones ‘ideales’ a la luz de las circunstancias especiales que se presentan en las situaciones sociales concretas a la cuales pueden aplicarse dichas formulaciones7.

En cuanto a la predicción, el éxito alcanzado en este sentido por las ciencias naturales se encuentra ligado de manera muy estrecha a la existencia de leyes causales de la naturaleza. Respecto al caso de las ciencias sociales, Nagel (1961, p. 537) considera que no existe nada que permita sostener, ni desde el punto de vista de la teoría, ni de hecho, que las acciones humanas sean en lo fundamental imprevisibles. Este autor cuestiona dos situaciones extremas: una es la pretensión de predecir cada detalle del futuro del hombre; la otra es la absoluta incapacidad para afirmar algo sobre el futuro humano. Hay aspectos puntuales, como los horarios de apertura de las instituciones públicas el día de mañana, los cuales pueden ser previstos con bastante precisión. Otros casos, como el ganador de las próximas elecciones presidenciales, escapan a las posibilidades de un pronóstico exacto; no obstante, es dable excluir un número amplio de posibilidades lógicas y, pese a que existe un margen considerable de libertad de elección en las acciones humanas, las opciones y acciones reales caen dentro de límites bien definidos8. 7

Nagel (1961, p. 417) considera equivocado suponer que la presencia de diferencias importantes en las características y la conducta de una clase de sistemas excluya la posibilidad de que haya un esquema común de relaciones subyacentes en esas diferencias, y que estas no puedan ser entendidas al apelar a una teoría única. El autor muestra cómo fenómenos tan disímiles como una tormenta eléctrica, los movimientos de una brújula y la aparición de un arco iris, a pesar de la apariencia, pueden ser todos explicados por la teoría electromagnética, entendida como la teoría general capaz de abarcar cada uno de los casos especiales. Sin embargo, por lo pronto, la construcción de una teoría social así es apenas una posibilidad lógica –Tooby y Cosmides (1992), sección 4 de este ensayo, consideran que su propuesta lo podría materializar–.

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Como hecho curioso, en el ejemplo que proporciona Nagel (1961, p. 537) para ilustrar este punto afirma: “Sin duda, no podemos predecir con ninguna certidumbre quien será el próximo presidente de los Estados Unidos. Pero si consideramos las actitudes corrientes de los norteamericanos hacia los problemas domésticos y extranjeros, así como el

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Por lo dicho, Nagel (1961, p. 537) concluye que no todo lo que resulta viable para la lógica es posible en la historia para un momento y una sociedad determinados. Ahora bien, ¿cuál es la línea que separa lo viable para la lógica de lo posible para la historia? Seguro que no se cuenta de momento con la respuesta, pero no sobra llamar la atención acerca de la manera como la historia se halla colmada de hechos inesperados –los resultados de la predicción formulada por el propio Nagel (1961) en la nota al pie número 8 son bastante elocuentes–. Por su parte, se comparte la posición de este autor en cuanto a que las explicaciones históricas y las predicciones de sucesos futuros son “casi invariablemente imprecisas e incompletas”. Ahora bien, es la utilidad de predicciones imprecisas e incompletas –que depende del grado de imprecisión y parcialidad–, y no su posibilidad, aquello que resulta ser en verdad digno de análisis. 3. ALGUNAS CONSIDERACIONES MÁS RECIENTES A PROPÓSITO DEL DEBATE 3.1. Un balance más cercano Con más de medio siglo de haber salido a la luz los antes citados trabajos de Friedman (1953) y Nagel (1961), y en el contexto vigente de una nueva fase recesiva en buena parte del mundo desarrollado, se pone a la orden del día la evaluación del desempeño de la economía. Influenciado por otra crisis económica, la denominada Crisis del petróleo ocurrida en la década del setenta, Alexander Rosenberg (1983) pregunta con el título de su artículo: ¿Si la economía no es ciencia, qué es? En este escrito, Rosenberg (1983, p. 661) replantea una posición mantenida por él mismo con anterioridad, cercana a la adoptada por Friedman (1953), según la cual la teoría económica sería un cuerpo conceptual coherente conformado por proposiciones causales generales a la espera de constituirse en leyes científicas. No obstante, valga decir, ya desde aquel entonces este filósofo de la economía comenzó a recalcar, entre otros problemas, la “debilidad predictiva” de esta rama del conocimiento de la sociedad. Desde el punto de vista de Rosenberg (1983, p. 661), tras perfilarse como una teoría con capacidad explicativa-predictiva a la medida de la ciencia y de dominar el panorama intelectual durante el periodo de mayor crecimiento económico bajo alineamiento actual de los poderes del mundo, tenemos buenas bases para confiar en que habrá una elección presidencial el próximo año bisiesto, que ningún partido político importante nombrará a un comunista y que el candidato triunfante no será ni una mujer ni un negro”. Su libro fue publicado en 1961; el 20 de enero de ese mismo año asumió la presidencia J. F. Kennedy, quien fue sucedido por L. B. Johnson, no en las elecciones del siguiente año bisiesto (1964), sino el 22 de noviembre de 1963, luego de que Kennedy fuera asesinado. Ni esto, ni que en 1974 R. Nixon dimitiría -por esto el presidente número 38 tampoco asumió el cargo tras unas elecciones celebradas en año bisiesto-, ni que el presidente número 44 sería un afroamericano, pudo haber sido predicho por Nagel (1961).

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el capitalismo –1945 a 1973–, la macroeconomía keynesiana se tropezó con situaciones inesperadas como la coexistencia de niveles altos de inflación y desempleo y la inoperancia de –su fórmula terapéutica– la política fiscal, que provocó un retorno –y no el surgimiento de una tercera opción teórica– a la microeconomía neoclásica que se pensaba remplazada por aquella, tras el colapso de la Gran depresión9. Para Marqués (2003, p. 35), a partir de la segunda mitad del siglo XX, se ha manifestado tanto en las ciencias en general, como en la economía en particular, un sostenido declive del papel atribuido a la experiencia empírica en la adquisición y desarrollo del conocimiento que ha conducido a que epistemólogos de la economía importantes, como Hausman (1998), reconozcan que no es clara la manera como la experiencia podría confirmar la teorías básicas en microeconomía y a que no popperianos, como Hands (1993), y neo-popperianos, como Klant (1994), postulen que las teorías económicas son irrefutables. Barbara Bergmann (2005, p. 53), por su parte, describe un panorama de acuerdo con el cual, “[e]n economía […] la evidencia que ha sido recogida hasta ahora sobre los asuntos más importantes es escasa, indirecta, difícil de interpretar, y no ha servido bien para proveer respuestas que aclararían las controversias”. Esto sería cierto para la macroeconomía en asuntos como el desempleo, la inflación y el comercio exterior. La misma Bergmann (2005, p. 60) brinda una extensa lista de tópicos que el economista “neokeynesiano” N. Gregory Mankiw (2000) –profesor de Harvard y asesor económico del gobierno Bush entre 2003 y 2005–, reconoce, en su popular libro de texto de macroeconomía, como objeto de desacuerdo: las diferencias de las tasas de ahorro e inversión entre países, el grado de respuesta –importante en política económica– del ahorro privado a los incentivos gubernamentales, los determinantes del progreso tecnológico, las tendencias de la tasa de desempleo -que “permanecen en el misterio”-, las causas de la Gran depresión, los modelos de oferta agregada, la evaluación de la política económica y las fluctuaciones económicas. 3.2. El porqué de los resultados: dos posibles (pero no únicas) respuestas Junto con Friedman (1953) y Nagel (1961), las dos perspectivas que se exponen a continuación coinciden en una valoración alta de la capacidad predictiva, que debe alcanzar una ciencia social como la economía, como requisito para merecer el título de ciencia. Difieren, no obstante, en la identificación de las causas y en las salidas 9

Parecería más adecuado hablar de neoliberalismo, una mezcla de economía neoclásica y liberalismo decimonónico, al cual se acusa de haber dado forma a la actual crisis. Bien vale afirmar que en el escenario vigente, en la academia y las instituciones multilaterales y estatales no se avizora una propuesta alternativa a las teorías neoclásica y keynesiana –en su momento promovidas para luego ser revaluadas–.

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propuestas a los problemas vinculados al escaso poder explicativo-predictivo de la ciencia económica. 3.2.1 Trabajo de campo frente a trabajo de escritorio Bergmann (2005) coincide con Rosenberg (1983) en lo negativo del balance y en la convicción de la necesidad de construir una ciencia económica que explique y prediga bien. Para Bergmann (2005, p. 53), pasados más de doscientos años desde la publicación de La riqueza de las naciones de Smith (1996), todavía no se cuenta con una ciencia confiable al momento de prevenir o corregir la ocurrencia de los principales fallos de la economía. Sin embargo, difiere en la ubicación de las causas. Además de la dificultad propia del estudio de una economía nacional, esta autora señala el impacto negativo de la ausencia de observación directa y recolección de datos por los mismos economistas. La teoría económica sería, entonces, creada en su mayoría sin inspiración o validación por la observación de primera mano del funcionamiento económico real. Habría pocos contraejemplos, de los que solo unos cuantos han salido del laboratorio –con estudiantes que se prestan como actores económicos– para tener contacto directo con el verdadero mundo de los negocios. Esto último sería uno de los dos hábitos metodológicos que, de acuerdo Bergmann (2005, p. 54), habrían conducido a los pobres resultados y a la “influencia de factores extra científicos en la creación y aceptación de teorías particulares [en economía]”. El otro se trataría de la carencia de una conexión rigurosa entre macroeconomía –y su estudio de la economía como un todo– y una microeconomía soportada empíricamente, con descripciones “realistas” del comportamiento de consumidores, empresas, bancos y mercados individuales. En opinión de Bergmann (2005, p. 55), el material disponible acerca del comportamiento de los negocios y de la economía en general –de lo cual depende el bienestar de la mayor parte de la población mundial–, producido por profesionales dentro de la corriente principal, diseminado en libros de texto, publicaciones especializadas, y enseñado en las principales facultades, “fue compuesto por economistas quienes se sentaron en su casa u oficina y… simplemente lo hicieron”. Desde esta perspectiva, las teorías estándar sobre fijación de precios, planificación de la producción, toma de decisiones acerca de inversiones en planta y equipo, etc., no surgieron de la indagación directa a las personas encargadas de ejecutar tales acciones; en cambio, critica, fueron deducidas de una caracterización simple de aquello que se asumió como el medio en el cual debieron desenvolverse los hombres de negocios; esto acompañado por un conjunto de supuestos estandarizados de racionalidad y ambición humana. Bergmann (2005) recuerda a J. S. Mill (1843), para quien una ciencia tiene que contar con una teoría simple y elegante, y no ser, tan solo, una colección miscelánea de hechos. Empero, agrega Bergmann (2005, p. 57) 110

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que “[…] si la teorización es hecha antes, durante, y/o después de la observación, esta no puede estar ausente en buena ciencia”. Según esta misma autora, los avances tecnológicos han permitido que ya no sea necesario construir modelos macroeconómicos sin información de magnitudes macrorreales. Ahora, indica, los modelos pueden ser construidos por computadoras capaces de representar hogares, empresas, bancos y agencias gubernamentales individuales, sus interacciones, y los flujos de fondos resultantes. La simulación, agrega Bergmann (2005, p. 61), permite realizar un seguimiento de aspectos importantes como los ingresos, capitales, deudas, reglas de decisión, posibilidades técnicas, historia, etc., de los individuos y las firmas. El punto es que las cantidades macro simuladas podrían ser derivadas con rigurosidad de las propensiones y actividades microeconómicas, al incorporar cualquier tipo de hábito –racional o no– detectado por observación directa, además de la inclusión de programas y regulaciones gubernamentales. La construcción de una ciencia realista que describa el funcionamiento de la economía requeriría, de acuerdo con esta posición, de observaciones del comportamiento de los administradores en el desempeño de sus actividades. Para Bergmann (2005, p. 63) los economistas harían bien en adoptar la estrategia de los antropólogos –“ir a vivir con la tribu que están estudiando y convertirse en participantes-observadores”–10. Al respecto, bien vale recurrir de nuevo a la obra de Nagel (1961, p. 435), quien previene acerca de no caer en ninguno de dos extremos. Por una parte, (a) no se debe exagerar, en la línea de lo sostenido por Bergmann (2005), la capacidad humana de hacer conjeturas –es posible imaginar que se es un negociante de trigo y conjeturar acerca de la conducta probable al participar en un mercado fluctuante del mencionado producto–. Pero una conjetura no es un hecho y se puede fallar en la elección de los sentimientos o planes atribuidos al negociante o, aún coincidiendo, errar en la selección de los posibles cursos de acción. El otro extremo (b) consiste en minimizar la capacidad del científico social para explicar las acciones humanas sin que medie la experiencia, en sí misma, de los estados psíquicos atribuidos al sujeto bajo análisis. –Nagel (1961, p. 436) se pregunta: “¿debe un psiquiatra ser demente, al menos parcialmente, para estar en condiciones de estudiar al enfermo mental?”–. 10

Bergmann (2005, p. 63) rescata, como raro ejemplo de una intensa interacción entre un economista y hombres de negocios, la experiencia de Truman Bewley (1999). Este investigador entrevistó a más de tres mil administradores, y les preguntó por qué no bajaban los salarios durante una depresión –un asunto que ha sido objeto de ‘especulación’ entre los economistas-. Bewley(1999) identificó por lo menos veinticinco teorías publicadas al respecto. El hallazgo, contrario a veinticuatro de tales teorías, fue que, en opinión de los encargados de las empresas, reducir los salarios crearía severos problemas morales e interferiría con las operaciones de sus firmas.

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En resumen, la capacidad del científico social para proyectarse a sí mismo, mediante la imaginación, en los fenómenos que trata de comprender, concierne a los orígenes de sus hipótesis, no a su validez. Alcanzar empatía con los actores de un proceso social puede ser heurísticamente importante para inventar hipótesis adecuadas del proceso; empero, según Nagel (1961, p. 437), “[…] su identificación empática con esos individuos no es, en sí misma, conocimiento”. Tal identificación no anula la necesidad de elementos de juicio objetivos, evaluados de acuerdo con principios lógicos, comunes a toda investigación controlada, que apoyen su atribución de estados subjetivos a esos agentes. 3.2.2 La teoría económica: ¿ciencia social o matemática formal? El filósofo de la economía, Alexander Rosenberg (1983), sostiene que desde el siglo XIX en economía se ha seguido una estrategia de investigación particular, idéntica en su forma a la que le dio paso desde el siglo XVI al acelerado desarrollo de las ciencias naturales. De acuerdo con Mirowski (1984), citado por Hollander, (1998, p. 170), por ejemplo, los adelantos acerca de la energía, ocurridos en la teoría física, influenciaron el surgimiento de la teoría económica neoclásica al proveer “la metáfora [de las fuerzas], las técnicas matemáticas y las nuevas actitudes hacia la construcción teórica”. Para Alex Rosenberg (1992, p. 174), de otro lado, resultan notorias las características compartidas por la teoría económica y la teoría evolutiva: su compromiso con la optimalidad y la maximización, una consecuente similitud en el formalismo matemático y una apelación al equilibrio como la estrategia explicativa preferida. En tal sentido, el comportamiento que el economista busca explicar es considerado como el movimiento permanente de fuerzas reflexivas hacia un equilibrio estable que maximiza o minimiza alguna variable teórica crucial –la utilidad en microeconomía–. La estrategia imita las propias de la mecánica newtoniana y la teoría darwiniana de la selección natural; ello con la idea de que el éxito obtenido en estas debería reflejarse en la economía que las emula. Rosenberg (1983, p. 662) denomina a la anterior “estrategia extrema”. En mecánica newtoniana, por ejemplo, “el comportamiento de un sistema siempre minimiza o maximiza las variables, reflejando los estados mecánicamente posibles del sistema” –en la teoría de la selección natural, por su parte, se maximiza la aptitud–. Su fuerza radica en que cuando la observación de un fenómeno difiere de lo predicho por la teoría extrema –newtoniana o darwiniana– no se asume de inmediato que esta ha sido falseada, sino que se ha podido fallar en la descripción de los elementos que en realidad operan en el sistema y la manera como ellos interactúan. Descubrimientos de nuevos planetas, instrumentos, leyes –como las de la termodinámica–, o del porqué de la persistencia de aparentes maladaptations –como la anemia de células falciformes– dan cuenta de su éxito. 112

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No obstante, la analogía entre la economía y las –otras– teorías extremas solo pasaría, según Rosenberg (1983, p. 664), por el uso de la estrategia, ya que los frutos de la aplicación del programa de investigación no evidenciarían avances en algún grado equiparables a los de las mencionadas teorías de la naturaleza. Algunas falencias empíricas parecieran poner en entredicho buena parte del andamiaje de la economía. Antes, se habló de la indiferencia friedmaniana a la falsedad de los supuestos. A propósito, está claro que en economía, y en general en las ciencias, es necesario realizar abstracciones. Los modelos no pueden ser por completo idénticos a la realidad que pretenden describir; no obstante, de acuerdo con la fórmula del propio Friedman (1953), cabe recordar, existen criterios consistentes en la capacidad explicativa-predictiva de la teoría para evaluar su pertinencia. ¿Qué habría impedido, entonces, que, pese a seguir una estrategia similar a la de las ciencias naturales mencionadas, la teoría económica neoclásica lograra resultados equiparables? Pues bien, para Rosenberg (1983), los supuestos adoptados por la economía neoclásica, además de falsos, le dan forma a una teoría que explica y predice poco. Para este autor, el porqué de los fallos en economía se puede ubicar en aquello mismo que ha provocado la crisis en psicología. Según el propio Rosenberg (1983, p. 665), los filósofos han mostrado que el pensamiento ordinario y las ciencias del comportamiento –incluida la economía– describen las causas y efectos de la acción humana en términos que no son clases naturales11; no ofrecen clasificaciones que abarquen categorías de estados que compartan los mismos conjuntos de causas y efectos, así que no las pueden unir en generalizaciones causales que “mejoren nuestro nivel ordinario de predicción y control de las acciones humanas”. De acuerdo con el análisis de Marqués (2009), para Rosenberg (1992, p. 118), la respuesta para la anterior pregunta se halla en la existencia de problemas (a) en el tipo de conexión que la economía establece entre explanans y explanandum, y (b) en la naturaleza de sus variables explicativas mismas. En primer lugar, según él, la economía neoclásica intenta formalizar en una teoría de la elección racional –TER, en adelante– las explicaciones que de la acción humana ofrece el sentido común –más en concreto, aquello que se suele llamar “psicología popular”–. Para fijar su posición, Rosenberg (1998, p. 195) se vale de la siguiente analogía entre la ley de la sicología popular, “[L]: Si un agente desea el objetivo O y cree que la acción A es el mejor medio disponible para obtener O, ceteris paribus el agente hará A”, y la TER –que para este autor constituye el núcleo de la economía neoclásica–, la cual podría ser vista como 11

El término clase natural es complejo. Sin entrar en grandes discusiones, y a riesgo de pecar por sobresimplificación, es posible decir que una clase es natural si corresponde a un agrupamiento u ordenamiento que no depende, para su existencia, de los seres humanos. Por ejemplo, los elementos químicos y las partículas físicas suelen ser considerados clases naturales; mientras que, conjuntos conformados por “bromas de buen gusto” u “objetos útiles” no lo serían.

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una versión más sofisticada de L, en la que conceptos como “creencia”, “deseo” y “acción” han sido reemplazados por “expectativa”, “preferencia” y “elección”. Al parecer de Rosenberg (1998), L presenta inconvenientes insuperables y que también estarían presentes en la TER, a pesar de su aparente mejoramiento técnico con respecto a la primera. Para Rosenberg (1998, p. 196), citado por Marqués (2009, p. 378), el problema (a) radica en que […] una presunta ley que conecta preferencias y expectativas, de una parte, con sus efectos sobre la elección, por la otra, no puede ser testada. Debido a que no podemos establecer que su antecedente se cumple, excepto cuando ya conocemos que su consecuente ha ocurrido, la presunta ley es infalsable.

Según Marqués (2009, p. 378), Rosenberg (1998) considera que el tipo de conexión entre antecedente y consecuente, característico de la TER y de la “ley” L de sentido común, hace que resulte imposible contrastarlas, lo cual plantea interrogantes acerca de su contenido empírico y, sobre todo, acerca de la posibilidad de obtener el tipo de progreso predictivo sistemático que sería característico de las ciencias naturales. El problema (b), por su lado, parecería ubicarse en la naturaleza misma de las variables consideradas. Marqués (2009, p. 378-380) explica la dificultad haciendo un paralelo con la ley de los gases. Se podría representar dicha ley de la siguiente manera: LG: V = cT/P En este caso, V representa el volumen de un gas cualquiera, T su temperatura, P es la presión ejercida sobre el gas, y c, una cierta constante. Dado el valor de la constante, es factible efectuar pronósticos acerca del volumen que adquirirá un gas cualquiera a partir de dos datos: la temperatura y la presión a la que se lo someterá. LG asume que T y P son los únicos factores causales en relación con el volumen del gas. Cualquier otro factor no mencionado puede ser considerado, de manera implícita, como irrelevante. De acuerdo con Rosenberg (1998), hay dos características que resultan decisivas para garantizar el poder predictivo de la ley. Una de ellas consiste en que se cuente con procedimientos independientes para medir los valores de las variables –V, T y P–. La otra se trata de que la ley misma no sea utilizada en dichas mediciones (Marqués 2009, p. 378). Es factible, por ejemplo, medir la temperatura de un gas mediante el procedimiento X –no se requiere para ello conocer su presión o su volumen–. Luego se calcula su presión mediante otro procedimiento Y –en el que no es necesario contar con el dato de la temperatura obtenido con anterioridad–. Se remplazan los dos valores en la fórmula –LG– y se estima el valor de V –el volumen predicho–. Acto seguido, se mide el volumen del gas mediante otro procedimiento Z –que es diferente a los dos anteriores y en el cual no intervienen los datos arrojados en el cálculo de su 114

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temperatura y presión, ni LG– el cual permite obtener el volumen “real” del gas. Al comparar luego ambos valores es posible determinar si la predicción obtenida a través de la ley es o no correcta. Este conjunto de procedimientos puede repetirse al variar T y P a voluntad, lo que permite obtener el número que se quiera de predicciones y registros (Marqués 2009, p. 379). Lo anterior significa que es posible medir el valor de V con independencia de la estimación obtenida mediante el empleo de la ley LG y de los valores de T y P. –Si esto no fuera posible, dicha “ley” cesaría de ser una genuina hipótesis empírica; sería algo más cercano a una definición del volumen de un gas–. Para Rosenberg (1998), las características descritas son distintivas de las leyes científicas y dan cuenta tanto de su capacidad predictiva, como de su mejorabilidad. La mecánica del asunto consiste en el continuo afinamiento de las mediciones de las variables involucradas de tal forma que resulte viable rectificar la formulación original, reducir el margen de error y, al final, tras sucesivos ajustes, obtener predicciones cada vez más precisas (Marqués 2009, p. 379). De hecho, en opinión de Rosenberg (1992, p. 124), la dificultad para la economía neoclásica está en que si se quiere aplicar, probar y mejorar las explicaciones hechas con la hipótesis de que los agentes toman decisiones racionales, es necesario fijar las condiciones iniciales pertinentes para la hipótesis. En ese orden de ideas, se requiere, con el ánimo de mejorar las predicciones, perfeccionar las mediciones de los estados del agente al cual se pretende aplicar la teoría con el objetivo de efectuar predicciones acerca de su comportamiento. Para que eso sea posible es necesario aplicar, probar y mejorar el equivalente –en una analogía con la termodinámica– a un termómetro, esto es, a algo que permita mensurar las condiciones iniciales a las cuales se va a aplicar la teoría de la elección racional. Sin embargo, ese “termómetro” debe ser independiente de la hipótesis, no debe depender de la verdad de dicha teoría. Pero de acuerdo con Rosenberg (1992, p. 126), acá es cuando de hecho fracasaría la teoría neoclásica: […] a causa de la naturaleza de los deseos, creencias y acciones [, n]o hay manera de decir lo que una persona cree a menos que ya sepamos lo que quiere o como actúa; no hay manera de decir lo que una persona quiere a menos que sepamos en lo que cree y cómo actúa; no hay manera de decir lo que una persona hará a menos que sepamos lo que quiere y cree. La única manera de que cualquier pareja de estos tres factores pueda conducirnos a una predicción acerca de la tercera es vía la teoría de la elección racional.

La teoría neoclásica se vería de esta manera atrapada en lo que algunos han denominado un círculo intencional12. En la exposición de Block (1981, p. 11-15) del 12

La intencionalidad es definida por Searle (2006, p. 221), como “la propiedad de la mente por la cual ésta se dirige, se refiere o alude a objetos y situaciones del mundo independientes de sí misma”.

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argumento tras la idea del círculo intencional –que Chisholm (1957) y Geach (1957) emplearon para atacar al conductismo–, este autor supone a un conductista quien analiza el deseo de alguien por un helado como su posesión de una serie de disposiciones como la de tomar un helado si se le es ofrecido uno. Pero alguien que quiere un helado estará dispuesto a tomarlo solo si sabe que ese es un helado verdadero –y no una clase de broma que se le quiere jugar con un objeto que se asemeja a un helado– y no cree que al tomarlo vaya a entrar en conflicto con otros deseos de mayor importancia para él –como, por ejemplo, el deseo de evitar la obligación de tener que regresar el favor–. En resumen, los conceptos intencionales siempre remiten a otros conceptos intencionales; no es posible definir un concepto intencional en términos de lo no-intencional. Por lo tanto, el balance para Rosenberg (1983, p. 665) es que las ciencias sociales –intencionales– se encuentran condenadas a quedar marginadas de cualquier esquema conceptual que identifique y sistematice los estados mentales y el comportamiento humano que describen y explican. Así, con respecto al caso de la economía, Rosenberg (1983, p. 664) se refiere en los siguientes términos: A pesar de su integridad conceptual, la microeconomía, junto con todas las ciencias de la acción humana y sus agregaciones, descansa en una falsa pero central convicción que vicia sus axiomas y así afecta los teoremas deducidos de ellos. La teoría económica asume que las categorías de preferencia y expectativa son las clases en las cuales las causas económicas deben ser sistematizadas, y que los eventos a ser explicados son apropiadamente clasificados en acciones como comprar, vender, y los movimientos de mercados, industrias, y economías en que estas acciones se agregan. La teoría ha hecho este supuesto, porque, claro está, es un supuesto que todos hacemos acerca del comportamiento humano; nuestro comportamiento constituye acción y es causado por la operación conjunta de nuestros deseos y creencias.

El resultado es el intento de formalizar tal concepción; así que la teoría del comportamiento del consumidor no sería otra cosa que la búsqueda de leyes que expresen la relación entre deseo, creencia y acción. La sentencia de Rosenberg (1983, p. 666) es lapidaria: si las variables que una teoría trata no son identificables con claridad ni mensurables –con creciente precisión–, entonces su capacidad explicativa-predictiva queda bloqueada. En este sentido, el intento por explicar el comportamiento humano a partir de creencias y deseos, y no el replicar la estrategia de las teorías extremas es aquello que daría cuenta del fracaso de la economía –y en general de las ciencias sociales–. Por todo lo dicho, y en el contexto de la reticencia de parte de los economistas a renunciar a su estrategia teórica –extremaintencional–, Rosenberg (1983) termina por concluir que la economía no sería como tal una ciencia empírica. No se puede negar la existencia de múltiples teorías científicas, las cuales, a pesar de no lograr establecer el nivel clave de indagación, sirven como aproximaciones 116

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útiles. ¿Habría, entonces, algún paralelo entre la economía y otras teorías –por ejemplo, las Leyes de Mendel, las que, a pesar de que su unidad de herencia no puede ser reducida al gen molecular, sirven como una aproximación bastante útil para la comprensión de ciertos fenómenos–? Al parecer no; la diferencia entre la economía y esas teorías científicas radica en que estas últimas han logrado un incuestionable éxito predictivo y un mejoramiento tecnológico del cual aquella carece, y que le ha impedido, por lo pronto, ir más allá de la formulación de predicciones de carácter cualitativo que no logran ser afinadas y de explicaciones retrospectivas que despiertan fuertes debates entre los economistas mismos. Rosenberg (1983, p. 667), plantea que la teoría económica puede ser comparada, mejor que con la genética mendeliana, con la Teoría del flogisto, “cuyo fracaso se puede rastrear hasta su inconmensurabilidad con la teoría del oxígeno que la sustituyó”. Así, añade el autor, el flogisto, al igual que las nociones intencionales, no son clases naturales –no existe tal cosa en la naturaleza–, por lo cual no se podría hablar de “teorías defectuosas” en cuanto a su metodología se refiere, sino, tan solo, falsas. Un paralelo entre la geometría euclidiana y la teoría económica puede ser bastante ilustrativo. El surgimiento de la teoría general de la relatividad permitió comprender que la geometría euclidiana proporciona predicciones que divergen con respecto a la naturaleza: se trata, tan solo, de que no existe en la realidad alguna instanciación –alguna clase natural– de las formas geométricas contempladas en dicha teoría. Ahora bien, pregunta Rosenberg (1983): ¿es posible trazar un paralelo entre el Teorema de Pitágoras –aun cuando no existan triángulos o líneas rectas euclidianas– y, por ejemplo, la ley de la oferta y la demanda –sin importar que los seres humanos no sean agentes económicos dotados con una racionalidad perfecta–? La respuesta parece ser negativa: en el caso de la teoría económica no se cuenta, como en la física, con algo capaz de establecer –y explicar el porqué de– la divergencia entre el mundo físico y lo sostenido por la geometría euclidiana13. ¿Qué sucede entonces con la economía –neoclásica–? Para Rosenberg (1983, p. 672), esta habría renunciado a la pretensión de constituirse en una ciencia empírica para convertirse en una especie de rama de las matemáticas ubicada en una zona grisácea entre sistemas axiomáticos puros y aplicados14. Las implicaciones de la 13

Rosenberg (1983, p. 669) añade, además, que un papel como el de la física para la geometría podría ser desempeñado, para el caso de la economía, por alguna versión de la sicología cognitiva. Tal cosa sería “lógicamente posible” –no obstante, no se vislumbra con claridad en el horizonte científico más cercano–, y permitiría la conexión entre variables intencionales como ‘preferencia’ o ‘expectativa’ y estados sicológicos identificables de forma independiente.

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Una rama de las matemáticas que para Rosenberg (1983, p. 672) se dedica “a examinar las propiedades formales de un conjunto de supuestos acerca de la transitividad de relaciones abstractas: axiomas que implícitamente definen una noción técnica de ‘racionalidad,’ tal como la geometría examina las propiedades formales de puntos y líneas

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valoración extendida por Rosenberg (1983) son fuertes, pues, como el mismo autor señala, la toma de decisiones en materia de política económica queda con un vacío grave en sus fundamentos. Tener claridad respecto a este diagnóstico es, a pesar de lo lúgubre que pueda llegar a ser, un buen punto de partida para la identificación de bases más sólidas sobre las cuales fundar una ciencia del comportamiento económico humano. 4. ¿UNA O DOS CIENCIAS? 4.1. Tooby y Cosmides y la necesidad de la unificación de las ciencias Intentos por establecer leyes transculturales generales han aplicado conceptos por fuera de lo cultural, al acudir a variables referentes a factores físicos –como el clima–, biológicos –como los impulsos orgánicos–, psicológicos –como los deseos y actitudes–, económicos –como las formas de relaciones de propiedad–, sociológicos –como la cohesión social–. Hasta ahora tales intentos han sido infructuosos. El éxito de nuevos ensayos en esta dirección implicaría, para Nagel (1961, p. 420), emplear conceptos más abstractos, lógicamente separados de nociones populares, y servirse de mejores técnicas para la manipulación de conceptos en el análisis de fenómenos sociales reales. Para Tooby y Cosmides (1992) los avances en biología evolutiva, ciencia cognitiva, ecología conductual, psicología evolucionista, antropología social y biológica, neurobiología, y el desarrollo de las computadoras posibilitaron la unificación de tres dominios que por tradición han sido separados: lo viviente, lo mental y lo humano, llevándolos al terreno analizable, desde una perspectiva científica, de la causación. En su concepción, las mentes, comportamientos, artefactos y culturas humanas son, todos ellos, fenómenos biológicos. Ignorarlo, en opinión de Tooby y Cosmides (1992, p. 20, 23), sería perpetuar una errada perspectiva dualista –propia de una versión “premoderna” de la biología– entre material/espiritual, cuerpo/mente, físico/mental, natural/humano, animal/humano, biológico/social, biológico/cultural. Para estos dos autores, el balance de lo ocurrido desde el siglo XVIII en ciencias sociales es pobre. La razón, se aduce, es el predominio del denominado por ellos, abstractos”. Friedman (1953) no fue ajeno al fenómeno descrito. Para él, fruto de las dificultades en la comprobación de ciertas hipótesis económicas sustantivas, se produce una ‘retirada’ hacia el análisis puramente formal o tautológico. La lógica formal y las matemáticas son ayudas indispensables para contrastar la corrección de los razonamientos, descubrir las deducciones de las hipótesis y poder distinguir entre hipótesis alternativas. Sin embargo, Friedman (1953, p. 651) llama la atención para que la teoría económica no solamente describa sino que pueda predecir los resultados de las acciones humanas, tiene que ser algo más que un cúmulo de tautologías; “tiene que ser algo diferente de unas matemáticas disfrazadas”.

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Modelo estándar de las ciencias sociales –mecs–, el cual habría clamado la autonomía de las ciencias sociales con relación a las demás ciencias. La alternativa, por su parte, la constituiría el Modelo causal integrado –mci–, el cual según Tooby y Cosmides (1992, p. 23), “[…] acepta y explota las conexiones naturales que existen entre todas las ramas de la ciencia, usándolos para construir un análisis cuidadoso de la interacción causal entre todos los factores que soportan un fenómeno. En este marco alternativo nada es autónomo y todos los componentes del modelo deben engranar”. Uno de los aspectos más importantes que el mci combate es la convicción del mecs de que aspectos culturales y sociales moldean, preceden y son externos al individuo; crean la mente humana –y no a la inversa–. La alternativa parte de que la arquitectura psicológica humana contiene mecanismos evolucionados, especializados en resolver problemas adaptativos de larga persistencia. Tales mecanismos imponen ciertos tipos de organización conceptual y de contenidos en la vida mental humana, los cuales le dan forma a la vida social y a aquello que es transmitido por medio de la cultura. Para el mecs, la mente humana es como una especie de computadora multipropósito general con uno o pocos mecanismos que configuran la arquitectura mental. El mci añade la existencia de varios mecanismos específicos –especializados en distintos conjuntos de problemas–. La creencia en una psique de propósito general es rebatida por cuanto todo su contenido debe provenir de fuera, de la cultura. Si algo es cultural debe ser maleable, y si es así no pueden ser formuladas leyes generales sólidas al respecto. Tal cosa es inaceptable para el proyecto científico tal y como lo conciben Tooby y Cosmides (1992, p. 42, 49). Muy al contrario, la posibilidad de proporcionar modelos causales se halla, para estos autores (Tooby y Cosmides 1992, p. 47, 50), en el hecho de que un sistema social se asimila a un ecosistema, donde existen procesos de retroalimentación a partir de las propiedades dinámicas de sus componentes; en el caso de la sociedad, individuos humanos, de los cuales consideran posible elaborar modelos de su arquitectura psicológica –que no sería otra cosa que el fruto de procesos evolutivos adaptativos, de los que se podrían conocer los principios que les gobiernan–. Comentan Tooby y Cosmides (1992, p. 52): La teoría de la evolución por selección natural expandió vastamente el rango de cosas que podían ser explicadas, así que no solamente fenómenos físicos como las estrellas, cadenas montañosas, el impacto de los cráteres, y los abanicos aluviales, pudieron ser causalmente localizados y explicados, sino que también cosas como ballenas, ojos, hojas, sistemas nerviosos, expresiones emocionales, y la facultad del lenguaje. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 99-126 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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A lo largo de este escrito se ha insistido en la importancia metodológica de la identificación del nivel de análisis adecuado para la construcción científica. Desde el punto de vista de Tooby y Cosmides (1992, p. 66-67), tal nivel debe ser aquel en el cual emerja lo invariante, el nivel del orden subyacente. En su opinión, aquello que son las matemáticas para la física lo son las descripciones de la ciencia cognitiva para el desarrollo de las ciencias del comportamiento; el éxito para descubrir la organización funcional de la mente humana radicaría en que dicha ciencia cognitiva sea complementada con los principios de la biología evolutiva. La estrategia de investigación inserta en un análisis evolutivo funcional es bosquejado con las siguientes características: a) un objetivo adaptativo –una descripción de aquello que cuenta como resultado exitoso, desde un punto de vista biológico en una situación dada; esto es, preguntar cuál subconjunto, dentro del conjunto infinito, de secuencias conductuales potenciales contaría como solución al problema adaptativo–; b) condiciones antecedentes –las características del mundo ancestral deben contar con cierto grado de estabilidad que permita soportar la evolución de algún diseño producido dado un objetivo adaptativo determinado–; c) un diseño –una descripción de la organización articulada de características recurrentes en el organismo que en, su conjunto, abarca la –sospechada– adaptación–; d) un examen del desempeño –una descripción del resultado de la interacción entre la adaptación y el mundo; del rango de los resultados que el diseño genera en realidad–; e) una evaluación del desempeño –el análisis de lo bien que se las arregló el diseño para producir el objetivo adaptativo. Cuanto mejor sea el desempeño mayor será la probabilidad de que corresponda a una adaptación real–. La estrategia bosquejada tendría, de acuerdo con sus proponentes, como primer campo de aplicación la psicología, pero debería poder extenderse a todas las ciencias del comportamiento, incluida la economía. Las arquitecturas fisiológicas y psicológicas del ser humano estarían constituidas, según los planteamientos de Tooby y Cosmides (1992, p. 89-99), por regularidades e imponen, dentro y entre culturas, toda clase de órdenes sobre la vida del hombre. Aquellas son mecanismos especializados que conocen cosas como emociones, expresiones faciales, el sentido de una situación particular para los demás, la organización subyacente a acciones sociales contingentes como amenazas, intercambios, lenguaje, motivación, etc. Dichos mecanismos habrían evolucionado con el objetivo de resolver problemas adaptativos en situaciones como la crianza de los hijos, las relaciones familiares, la elección de pareja, la atracción sexual, el evitar situaciones de peligro, el cuidado de la pareja, etc. De momento, las aseveraciones de Tooby y Cosmides (1992) carecen de un respaldo empírico sólido, y no está del todo claro cómo incidirían tales mecanismos en 120

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el comportamiento de un ser humano en calidad, por ejemplo, de agente económico. Lo planteado por ambos se presenta como una estrategia general de investigación, antes que como una teoría corroborada de manera suficiente. No se entiende bien, tampoco, cómo se agregarían los descubrimientos en el ámbito del individuo para responder por el conjunto social –en el caso de la economía, por la macroeconomía–. Si se recuerda lo expresado por Nagel (1961) acerca de la elección del nivel de indagación apropiado, resulta factible afirmar que la propuesta de estos dos autores es, por ahora, apenas una más; solo el tiempo y su éxito en la obtención de apoyo empírico permitirán establecer si se logran satisfacer los criterios empleados por la comunidad científica pertinente. 4.2. Peter Winch y la autonomía de las ciencias sociales Los enfoques descritos con anterioridad, si bien son divergentes, coincidían en su convicción acerca de la conveniencia de contar con una ciencia social encaminada a la formulación de leyes generales y al logro de predicciones confiables. En esta sección se expone apenas una posición –aunque esta con seguridad se encuentra entre las más influyentes– que contraría la utilidad de dicho proyecto; esta es, la del filósofo wittgensteiniano Peter Winch (1958) en su obra The Idea of a Social Science and its Relation to Philosophy. Para Winch (1958), la búsqueda de asimilar las ciencias sociales a las naturales ha limitado su propio desarrollo; algo que solo se podría remediar con una participación activa de la filosofía, que ligue la indagación sobre el entendimiento humano con el conocimiento de la naturaleza de la sociedad. La perspectiva que Winch (1958, p. 66) confronta es personificada en la figura de J. S. Mill, con lo cual espera cobijar tanto a sus seguidores como a sus reformadores, puesto que, en última instancia, todos acogerían la estrategia general –desarrollar ciencias sociales equiparables a las ciencias naturales desde el punto de vista metodológico–. Para Mill (1843), inspirado en las ideas de Hume sobre causación, las condiciones de posibilidad para construir una ciencia dependen de la existencia de uniformidades del tipo: ‘siempre que se presenta un evento A, este, de acuerdo con la experiencia, es seguido por eventos como B’. De allí que Winch (1958, p. 67-68) afirme que “[…] puede haber ciencia donde quiera que haya uniformidades; y puede haber uniformidades incluso donde no las hemos descubierto aún y no estamos en posición de descubrirlas y formularlas en generalizaciones”. Los fenómenos sociales no escaparían a tal posibilidad. En la citada obra de Mill (1843) no existe diferencia lógica entre los principios que sirven para explicar cambios en la naturaleza y aquellos que explican cambios sociales. Aceptado esto, los elementos metodológicos se tornan empíricos –esperar Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 99-126 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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y ver–. En su tradición wittgensteiniana, Winch (1958, p. 71) rechaza que el asunto apenas se trate de establecer cuál es la investigación empírica apropiada para explicar cierto fenómeno –no siempre tiene sentido decir cuál es la explicación causal de un fenómeno–, sino, desde la perspectiva del análisis filosófico, argüir qué tiene sentido decirse –a menudo es más fructífero comprender el significado de la acción humana–. Establecer explicaciones causales en ciencias sociales no pasaría, entonces, por algo tan simple como reconocer que el grado de complejidad de aquello que ocurre allí es mayor que en los fenómenos naturales. Para Winch (1958, p. 72), la diferencia no sería de grado –como en el paso del agua líquida al hielo–, sino de clase –como en la distinción, sin gradaciones, entre estar vivo y estar muerto–. En el primer caso la experimentación es un buen método, en el otro el asunto es conceptual. De esta manera, describir un comportamiento como una serie de movimientos físicos arrojaría menos luz que explicar que aquello allí observado corresponde a, por ejemplo, el acto de orar a un dios y que este cumple un determinado papel dentro de una cultura particular. Mill (1843) considera las explicaciones de las acciones en términos de los motivos del agente como una especie de explicación causal –existen versiones fisiológicas, como la de Newcomb y Charters(1952)–. Winch (1958) rechaza tal posición pues considera que bajo su lógica se llega a que, por ejemplo, el comportamiento que Shakespeare describe de Romeo se equipare al de una rata de laboratorio que sigue sus impulsos reproductivos. Por ello, para Winch (1958, p. 78), “[d]escubrir los motivos de una acción enigmática es incrementar nuestro entendimiento de esa acción; eso es lo que ‘entendimiento’ quiere decir como aplicado al comportamiento humano”. Así, mientras el concepto de causa, propio de la óptica milliana, según el cual las acciones humanas y sus instituciones comprenden uniformidades factibles de ser explicadas en generalizaciones empíricas, hace parte del aprendizaje de una técnica para elaborar predicciones; el de motivo pertenecería al aprendizaje de los estándares que gobiernan la vida en sociedad; es solo en este contexto que un motivo puede lograr la inteligibilidad de un hecho pasado y futuro –por ejemplo, qué hizo o podría llegar a hacer una persona celosa–. Al comparar su propósito –hacer inteligible– con el de Mill (1843) –explicar mediante leyes causales–, Winch (1958) sostiene que se trata de distintos tipos de explicación que no compiten entre sí. Sirven para propósitos distintos, responden a preguntas diferentes. Sin embargo, la comprensión de lo humano, de lo social, para Winch (1958) demanda una explicación de sentido que no se puede reducir a la explicación causal. 122

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Leyes científicas y predicción en ciencias sociales: una aproximación al caso de la economía

Por lo anterior, según Winch (1958, p. 87- 88), mientras que el científico natural trata tan solo con un juego de reglas, a saber, aquellas que gobiernan la misma investigación científica; aquello que el científico social estudia, tanto como su estudio de ello, son actividades humanas y, por lo tanto, regladas15. Sería un error, en principio, comparar la actividad de un estudiante de una forma de comportamiento social con la de un físico cuando estudia un sistema mecánico. El entendimiento del fenómeno social resultaría equiparable al entendimiento de un físico de la actividad de sus colegas, algo muy distante de lo que se podría decir a propósito del sistema mecánico. La necesidad de interpretación parece inevitable para las ciencias sociales en su búsqueda de una mejor comprensión de su objeto de estudio, algo que resulta innecesario en las ciencias naturales. Por último, a propósito de la pregunta sobre la predicción, de si es posible o no en las ciencias de la sociedad, Winch (1958, p. 92) sostiene que si aquello que se busca es predecir tal como en las ciencias naturales, ello resulta, en una palabra, imposible. La predicción de decisiones humanas –que Winch (1958) cree viable hasta cierto punto–16 está abierta a una serie de alternativas posibles al aplicar cierta regla, de forma tal que un intento fallido de predicción no tiene que ser visto como un error del observador, sino que cabe la opción de que, de las diferentes vías de acción, se ha tomado otro de los tantos caminos potenciales; uno en principio distinto al contemplado en primera instancia. En la predicción científica el caso suele ser otro, ya que una predicción falseada a menudo implica algún tipo de error de parte del predictor: datos falsos o inadecuados, cálculos equívocos, defectos en la teoría o en los instrumentos de medición, etc. Winch (1958, p. 92), al recordar a Maurice Cranston (1953), señala cómo predecir la escritura de una pieza poética o de un nuevo invento, implicaría escribir el poema o efectuar la invención misma, pero tal cosa no sería una verdadera predicción. En materia económica lo dicho valdría para fenómenos tan importantes como la innovación tecnológica y, en general, para toda estrategia y toma de decisión en un aspecto central del funcionamiento del capitalismo: la permanente competencia. Lo planteado por Winch (1958) se puede relacionar con lo sostenido por Nagel (1961, p. 422) a propósito de las predicciones suicidas –nacen bien fundadas y, por ende, deberían confirmarse a futuro, pero debido a acciones emprendidas a consecuencia suya, terminan por ser anuladas–. Un ejemplo es que ante la advertencia de una 15

En el sentido de la interpretación hecha por Winch (1958, pp. 24-39) a propósito del análisis de Wittgenstein (2010) acerca del seguimiento de reglas.

16

Para Winch (1958, p. 92), “Si uno conoce la regla la cual alguien está siguiendo uno puede, en un número grande de casos, predecir qué hará él en circunstancias dadas. Por ejemplo, si O sabe que N está siguiendo la regla: ‘Comienza con 0 y adiciona 2 hasta alcanzar 1.000’, puede predecir que, habiendo escrito 104, N escribirá a continuación 106”.

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caída en la economía, se toman medidas que, en última instancia, impiden que esta ocurra. Cosa contraria sucede con las profecías autorrealizadoras –nacen falsas, pero resultan verdaderas por las acciones emprendidas como consecuencia de creer en ellas–; por ejemplo, un pánico financiero infundado, el cual provoca retiros masivos de los ahorradores y causa una crisis real. Nagel (1961) concuerda con Winch (1958) en que no es posible predecir cosas como la adquisición de conocimiento y las formas que este puede adoptar. Sin embargo, Nagel (1961, p. 425) anota que “[e]l punto en discusión es saber si es o no posible en principio, una vez adquirido un conocimiento de relaciones de dependencia entre fenómenos sociales, establecer leyes que tomen en cuenta las consecuencias que el uso de tal conocimiento puede tener para esas relaciones”. El ejemplo de Nagel (1961) es que el hecho de que se sepa que un gas es mortal para el hombre, y que las personas por ello lo eviten, no refutaría la existencia de la ley. 5. CONCLUSIONES A propósito del extenso debate relacionado con la posibilidad de que las ciencias sociales puedan, en algún momento de su desarrollo histórico, pasar de la formulación de generalizaciones estadísticas y la elaboración de predicciones cualitativas, a contar con leyes causales tales como las que han permitido a varias de las ciencias naturales explicar y predecir con resultados cada vez más precisos, este ensayo analiza una serie de argumentos provenientes de diferentes áreas del conocimiento para mostrar cómo la economía –esto es, la ciencia social de la cual a menudo se ha dicho que podría ser la primera en lograr el ideal para algunas corrientes de pensamiento, consistente en construir ciencias sociales equiparables a las naturales en cuanto a su metodología– habría fracasado en su intento de establecer las unidades de análisis básico con las cuales dar forma a sus teorías. En este caso, tal y como parece ocurrir con las ciencias del comportamiento humano en general, al recurrir a términos intencionales tales como expectativas, preferencias y elecciones, se habría bloqueado la posibilidad de efectuar mediciones y explicaciones por medio de leyes causales. No es posible afirmar que, con lo dicho, se dé por concluido el debate general acerca de la equiparación metodológica de las ciencias. Persisten propuestas que con argumentos sugestivos, pero no corroborados a través de la experiencia, defienden o rechazan la conveniencia y viabilidad práctica de formular leyes científicas de la sociedad. En tal sentido, queda abierta la duda acerca de si el asunto es de carácter epistémico, es decir, algo que puede llegar a ser superado en la medida en que tengan lugar ciertos avances técnicos, tecnológicos y científicos –como el desarrollo de mejores formas e instrumentos de medición y de teorías– en otras 124

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Leyes científicas y predicción en ciencias sociales: una aproximación al caso de la economía

áreas del conocimiento; o se trata, en cambio de un asunto ontológico el cual resulta insuperable en tanto que los fenómenos estudiados por las ciencias naturales son de una clase –factible de ser explicada mediante leyes causales– diferente a la propia de los que interesan a los científicos sociales –los cuales a menudo implican la interpretación del comportamiento humano significativo; algo innecesario en las ciencias de la naturaleza más básicas–. BIBLIOGRAFÍA Bergmann, Barbara (2005). The Current State of Economics: Needs Lots of Work. En: Annals of the American Academy of Political and Social Science. Vol. 600, The Use and Usefulness of the Social Sciences: Achievements, Disappointments, and Promise, Julio, pp. 52-67. Block, Ned (1981). Psychologism and Behaviorism. The Philosophical Review, XC, N.° 1, enero, pp. 5-43. Comte, Auguste (1830-1842/1864). Cours de Philosophie Positive. Paris, Bachelier. Cranston, Maurice (1953). Freedom: A New Analysis. Longmans, Green, 177 pp. Chisholm, Roderick (1957). Perceiving. Ithaca, Cornell University Press, 203 pp. Friedman, Milton (1953/2001). The Methodology of Positive Economics. En: L. McIntyre y M. Martin (Edits.), Readings in the Philosophy of Social Science. Cambridge, MIT Press, pp. 647-660. Geach, Peter. (1957/1971) Mental Acts: Their Content and Their Objects. London, Routledge, 137 pp. Hands, D. Wade (1993). Popper and Lakatos in Economic Methodology. En: U. Mäki, B. Gustafson, y C. Knudsen (Edits.), Rationality, Institutions and Economic Methodology. London, Routledge, pp. 61-75. Hausman, Daniel (1998). Confirming Mainstream Economic Theory. En: Theoria, Vol, XIII, N.° 32, pp. 261-278. Hausman, Daniel (1984/2007). The Philosophy of Economics: An Anthology. Tercera ed. Cambridge, Cambridge University Press. 527 pp. Hollander, Samuel (1995/2003). The Literature of Political Economy. New York, Routledge. 410 pp. Klant, Johannes. (1994). The Nature of Economic Thought: Essays in Economic Methodology. Cheltenham, Michigan State University, 145 pp. Mankiw, Gregory (2000). Macroeconomics. Cuarta ed. 553 pp. Marqués, Gustavo (2009). Las epistemologías de la economía de Daniel Hausman y Alexander Rosenberg. Un análisis comparativo. En: J. García-Bermejo (Ed.), Sobre la economía y sus métodos. Madrid, Trotta, p. 367-382. Marqués, Gustavo (2003). Qué aportan las consideraciones ontológicas al análisis económico. Una crítica al realismo crítico. En: G. Marqués, A. y. Ávila (Edits.), Objetividad, realismo y Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 99-126 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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ACUERDOS PRODUCTIVOS DESDE LA VISIÓN DEL DESARROLLO LOCAL: EL ROL DE LA INNOVACIÓN* María Verónica Alderete** Recibido: mayo 09 de 2012 • Aceptado: mayo 24 de 2013

RESUMEN Este trabajo realiza una discusión teórica en torno a la importancia de las aglomeraciones productivas desde el punto de vista del desarrollo local, con especial énfasis en el papel que cumplen como promotores de innovación. El concepto teórico de aglomeraciones productivas ha evolucionado en función de la importancia de los actores locales para alcanzar los objetivos del desarrollo local. Tal evolución teórica tiene su impacto sobre la formulación de las políticas de desarrollo, incluidas aquellas para promover la innovación. La revisión teórica se focaliza en el desarrollo de los sistemas de producción e Innovación locales estudiados por RedeSist, Brasil. Esta perspectiva no pretende determinar normas generales de aplicación, dadas las singularidades del desarrollo regional sino contribuir a la discusión teórica y normativa para promover el desarrollo local.

PALABRAS CLAVE Acuerdos productivos, desarrollo local, innovación, Brasil

CLASIFICACIÓN JEL R10, R58, 031, L14

CONTENIDO Introducción; 1. Marco teórico; 2. Antecedentes sobre aglomeraciones productivas, innovación y desarrollo territorial; 3. Estudios empíricos sobre acuerdos de producción e innovación locales, 4. Nuevas políticas de Innovación en acuerdo de producción; 5. Consideraciones finales; Bibliografía.

*

Artículo de Revisión, producto del proyecto de investigación “Conductas y estrategias de pymes regionales en los mercados Interno y de Exportación” y adscrito al grupo de investigación PGI, Departamento de Economía, Universidad Nacional del Sur, Argentina. Proyecto ejecutado en el período: 2011-2012. La autora agradece al Dr. Miguel Bacic por sus aportes como director de una beca de investigación Postdoctoral de CONICET en La Universidad Estadual de Campinas, Brasil.

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Licenciada en Economía, Departamento de Economía, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina. Doctora en Economía, Departamento de Economía, Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina. Investigadora Asistente del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS)-CONICET, Argentina. Correo electrónico: mvalderete@iiess-conicet.gob.ar.

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PRODUCTIVE AGREEMENTS FORM A LOCAL DEVELOPMENT SCOPE: THE ROLE OF INNOVATION ABSTRACT This paper provides a theoretical discussion about the importance of production clusters from a local development scope, with special emphasis on the role they have as innovation promoters. The theoretical concept of productive clusters has evolved based the importance that local actors have in achieving the local development objectives. This theoretical development has an impact on the formulation of development policies, including those to promote innovation. The theoretical review focuses on local production and Innovation systems studied by RedeSist, Brazil. This perspective is not intended to determine general rules of application, given the particularities of regional development but to contribute to the theoretical and normative discussion in order to promote local development.

KEY WORDS Productive agreements, local development, innovation, Brazil

JEL CLASSIFICATION R10, R58, O31, L14

CONTENT Introduction; 1. Theoretical framework; 2. Productive clusters background; 3.Empiric studies about production agreements and local innovation, 4. New innovation policies in production agreements; 5. Final considerations; Bibliography.

ACORDOS PRODUTIVOS DESDE A VISÃO DO DESENVOLVIMENTO LOCAL: O ROL DA INNOVACIÓN RESUMO Este trabalho realiza uma discussão teórica em volta à importância das aglomerações produtivas desde o ponto de vista do desenvolvimento local, com especial ênfase no papel que cumprem como promotores de inovação. O conceito teórico de aglomerações produtivas tem evoluído em função da importância dos atores locais para conseguirem os objetivos do desenvolvimento local. Tal evolução teórica tem seu impacto sobre a formulação das políticas de desenvolvimento, incluídas aquelas para promover a inovação. A revisão teórica se focaliza no desenvolvimento dos sistemas de produção e inovação locais estudados por RedeSist, Brasil. Esta perspectiva não pretende determinar normas gerais de aplicação, dadas as singularidades do desenvolvimento regional e sim, contribuir à discussão teórica e normativa para promover o desenvolvimento local.

PALAVRAS CHAVE Acordos produtivos, desenvolvimento local, inovação, Brasil

CLASIFICAÇÃO JEL R10, R58, 031, L14

CONTEÚDO Introdução; 1. Marco teórico; 2. Antecedentes sobre aglomerações produtivas, inovação e desenvolvimento territorial; 3. Estudos empíricos sobre acordos de produção e inovação locais, 4. Novas políticas de inovação em acordo de produção; 5. Considerações finais; Bibliografia.

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Acuerdos productivos desde la visión del desarrollo local: el rol de la innovación

INTRODUCCIÓN Durante los últimos años, gran parte de las investigaciones que estudian los cambios socioeconómicos y las consiguientes transformaciones territoriales han hecho hincapié en el fenómeno de la innovación, así como en el espacio de interacción conformado por las redes entre los actores locales. La innovación, como factor que impulsa la generación e incorporación de conocimientos, permite a los diferentes actores locales, como las empresas, insertarse de manera competitiva y propender al desarrollo de sus ámbitos territoriales. Una revisión teórica del fenómeno de la innovación permite observar cierta diversidad de enfoques. Algunos estudios parten de la perspectiva de las firmas según la visión neo-schumpeteriana (Freeman, 1988; Nelson, 1993); otros enfatizan en la importancia de la proximidad territorial para los sistemas nacionales y locales de innovación (Becattini, 1989; Garofoli, 1995; Storper, 1997); otros emplean la noción de innovative millieu (medio innovador) (Aydalot, 1986; Camagni, 1991; Maillat y Lecoq, 1992) en la investigación de las distintas dinámicas territoriales; y un creciente cuerpo de trabajos comienza a difundir la noción de learning region (región de aprendizaje) (Lundvall, 1995; Morgan, 1995, Maskell y Malmberg, 1995). El concepto de sistemas y acuerdos productivos locales es principalmente un concepto heredado de Schumpeter (1934), Nelson y Winter (1982), y Freeman (1982), entre otros. Tal como menciona Amaral (2011, p. 3), esta perspectiva puede robustecerse con los conceptos del nuevo institucionalismo, en especial aquellas cuestiones relacionadas con las formas de coordinación y de gobernanza. A pesar de los diferentes puntos de vista, Sousa (2004, p. 27) destaca que estos estudios comparten el reconocimiento de la importancia del contexto territorial tanto para los procesos de aprendizaje y creación de conocimiento como para el intercambio de conocimientos tácitos. Se establece una relación directa entre el éxito de determinados sistemas productivos y su capacidad para generar, incorporar y difundir innovaciones. En Brasil, el énfasis en lo local llevó al desarrollo del concepto de Arranjos Produtivos Locais (Acuerdos Productivos Locales o APL) difundido por los investigadores asociados a La Red de Investigadores en Sistemas de Innovación y Producción Locales (RedeSIst)1. Lastres (2007) distingue a los Sistemas Productivos e Innovativos Locales (SPIL) de los APL. Los SPIL se refieren a un conjunto de actores económicos, políticos y sociales que interactúan y se interrelacionan para la producción de determinados 1

RedeSIst: Rede de Pesquisa em Sistemas e Arrajos Productivos e Inovativos Locais.

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bienes y servicios (industriales, agrícolas, culturales entre otros). En los SPIL se pueden observar lazos de cooperación e interacción entre los agentes que promueven la innovación. Por el contrario, en los APL no existen lazos significativos o cooperación entre los agentes, aunque prevalezca la concentración territorial de los mismos. Por lo tanto, los APL pueden ser sujetos de las políticas públicas para desarrollar tales lazos de cooperación entre los agentes. El análisis de los sistemas de innovación, y su contrapartida local, los SPIL han conquistado de forma progresiva al ámbito académico en los últimos 15 años. Desde el ámbito de la política, su reconocimiento bajo la denominación de Acuerdos Productivos e Innovativos Locales (APIL), forma parte de un proceso que tiene su auge en Brasil, y cuya implementación en el resto del mundo es motivo de estudio. La producción e innovación se distinguen en el tiempo y en el espacio, como reflejo del carácter de asimilación y uso del conocimiento y las capacitaciones, lo que resulta en requerimientos específicos de políticas. Según Alburquerque (2004, p. 2) … la innovación tecnológica debe ser entendida en un sentido amplio, es decir, incluyendo los cambios e innovaciones sociales que acompañan y hacen viable el proceso de innovación. Ejemplos de innovaciones sociales son las nuevas alternativas y nuevos métodos de gestión de personal tales como la racionalización de las tareas laborales, las mejora en las condiciones de trabajo, el perfeccionamiento de los sistemas de motivación, la delegación de responsabilidades y competencias personales, entre otras.

La perspectiva territorial ha sido rescatada como forma de otorgar mayor efectividad a las políticas de producción e innovación, para situarlas en su locus real de implementación, lo que incrementa la posibilidad de generar sinergias y complementariedades. Cassiolato, Lastres y Stallivieri (2008, p. 30) argumentan que: La articulación, atracción de actores y la integración de las acciones contribuyó a la ampliación del enfoque de APL más allá de las cuestiones de competitividad, innovación y sustentabilidad económica, tornando más evidentes los nexos de esos temas con cuestiones como: inclusión social, generación de empleo e ingreso, distribución de la tierra, desarrollo local, integración nacional y ocupación de fronteras.

Las políticas de promoción de SPIL brindan competitividad a las Pequeñas y Medianas Empresas (pymes), y por lo tanto son generadoras de empleo. De esta forma, según el MDICEB (2004, p. 8), se valoriza la cooperación, el aprendizaje colectivo, el conocimiento tácito y la innovación de las empresas e instituciones locales como cuestiones centrales para el aumento de la competitividad sustentable. El objetivo de este trabajo es elaborar una revisión teórica del rol que cumplen las aglomeraciones productivas locales desde el punto de vista del desarrollo local, 130

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Acuerdos productivos desde la visión del desarrollo local: el rol de la innovación

con especial énfasis en su papel como promotoras de la innovación. Por tal motivo, la revisión teórica se focaliza en los SPIL estudiados por la RedeSist, en Brasil. Esta revisión contribuye a la discusión teórica y normativa para promover el desarrollo local en el resto de los países. La comprensión de los SPIL, a diferencia de los conceptos anteriores de cluster o distrito industrial, permite identificar los mecanismos que viabilizan o restringen la introducción de innovaciones en el territorio local y formular acciones de política. El trabajo se organiza de la siguiente manera. En una primera sección, se ofrece un marco teórico que incluye en primer lugar, una breve revisión sobre la literatura de aglomeraciones productivas, que abarca desde cluster hasta los APIL. Luego, se analiza el concepto de desarrollo local. En una segunda sección, se brindan antecedentes teóricos sobre la relación entre las aglomeraciones productivas y el desarrollo local. En tercer lugar, se presentan algunas consideraciones sobre los estudios empíricos existentes en la materia. En cuarto lugar, se plantean las políticas de innovación resultantes de la nueva concepción de acuerdos productivos. Por último, se plasman algunas consideraciones finales. 1. MARCO TEÓRICO 1.1 Concepto de cluster, distritos industriales y acuerdos productivos locales La literatura internacional enfatiza en forma creciente sobre la importancia espacial de las empresas para su competitividad. En este contexto espacial, una concentración sectorial o geográfica de empresas o de otros agentes económicos se conoce como cluster, aglomerado, acuerdo, red, polo productivo o distrito industrial. Los clusters (Porter, 1990) son también conocidos como distritos industriales, (Becattini, 1989). La aglomeración es, en mayor parte, sectorial. El término se refiere a conglomeraciones de pymes localizadas en las proximidades de las grandes empresas. En este contexto, las pymes son beneficiadas por factores presentes en la economía local (infraestructura, mano de obra especializada, presencia de recursos naturales locales, etc.). Asimismo, las empresas se benefician de su proximidad geográfica, así como de su grado de interacción, junto con instituciones de la misma cadena productiva. Aunque existen diferentes tipos de redes, el concepto de cluster parece dominar entre las categorías relacionadas con el desarrollo local y regional. La United Nations Industrial Development Organization (Unido) ofrece un programa de desarrollo de Clusters y Redes, que distingue entre ambos conceptos. En el ámbito del programa, los clusters son definidos como concentraciones sectoriales y geográficas de empresas que producen y venden una gama de productos relacionados o complementarios y, en consecuencia, enfrentan desafíos y oportunidades comunes. Por Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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otro lado, Unido (2001, p. 9) define las redes como grupos de empresas que cooperan en un proyecto conjunto complementándose mutuamente y especializándose de manera de superar los problemas comunes, alcanzar la eficiencia colectiva y penetrar en mercados que serían inaccesibles a cada empresa de forma individual. Los clusters pueden ser considerados una etapa para el desarrollo de los acuerdos productivos. La presencia de una red no implica necesariamente la proximidad geográfica de las empresas, ya que la cooperación y el aprendizaje colectivo pueden existir aun entre empresas que no están en la misma localidad. Sin embargo, se observa que la proximidad geográfica facilita la formación de redes sociales confiables, a través de las cuales fluye la información. De acuerdo con Visser (2004, p. 12), la calidad de la gobernanza2 difiere entre clusters en función de 4 variables: confianza, empresas líderes, intermediarios de conocimiento, y soluciones a los problemas de acción colectivos. Las empresas líderes tienen la habilidad y el incentivo de invertir en fuentes colectivas de competitividad. Luego, realizan inversiones con efectos externos positivos para el resto de las empresas del cluster. Pueden impulsar el progreso y la innovación en algunas redes de negocios específicas, explorar nuevos mercados y facilitar la internacionalización. La especificidad territorial en el marco de la economía global implica ir más allá de la hipótesis de los distritos industriales; implica un nuevo concepto como el de sistema institucional territorial (Boscherini y Poma, 2000). El interés se centra más en los elementos de la dinámica externa al sistema productivo local, considerado en su conjunto, que en los elementos de la dinámica interna. Tal como señalan Boscherini y Poma (2000, p. 470): Comprender las dinámicas del sistema productivo local como totalidad que interactúa significa reconocer el rol más amplio y dinámico que desempeñan las llamadas “externalidades territoriales” que tienen que abandonar su rol de “apoyo”. El cambio territorial, por lo tanto, consiste en que los agentes territoriales dejan de ser “externalidades” para convertirse en “agentes” directos de la producción.

La versión brasilera de distritos y clusters se conoce como APL o Acuerdos Productivos Locales. Estos acuerdos productivos son aglomeraciones de pymes existentes en una localidad determinada. Son sistemas de producción que se encuentran enraizados en lo local, gracias a las ventajas competitivas que la localización proporciona. Las ventajas competitivas de localización surgen de la cooperación y de la posibilidad de perfeccionamiento del conocimiento. De esta manera, las pymes establecidas en estos territorios se vuelven más capacitadas y competitivas. 2

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Según el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD, 1998, p. 17), governance (gobernanza) es el ejercicio de la autoridad económica, política y administrativa para administrar los problemas de la sociedad. Desde el punto de vista corporativo, es el modo en que los directivos dirigen una empresa, y las reglas y costumbres que se aplican en esa dirección.

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Acuerdos productivos desde la visión del desarrollo local: el rol de la innovación

RedeSist, en Brasil, ha desarrollado junto con el concepto de APL el de SPIL para estudiar la relación entre grupos de empresas así como su vinculación con otros agentes (económicos, políticos y sociales) dentro de un territorio determinado. De esta manera, Cassiolato y Lastres (2003, p. 5) mencionan una propuesta de entendimiento de los sistemas productivos locales en los países en desarrollo, que se focaliza en un conjunto específico de actividades económicas que posibilite el análisis de interacciones, en particular aquellas que llevan a la introducción de nuevos productos y procesos. Según el Servicio Brasilero de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (SEBRAE) son un fenómeno vinculado a las economías de aglomeración asociadas a la proximidad física de las empresas, en un mismo territorio, vinculadas entre sí por un flujo de bienes y servicios, que presentan especialización productiva y mantienen vínculos de articulación, interacción, cooperación y aprendizaje. Para su identificación son necesarios cuatro elementos: capital social3, organización productiva, articulación político-institucional y articulación comercial. Si bien existe una fuerte interacción entre los diferentes conceptos, estos no son necesariamente secuenciales. Los SPIL son un tipo más amplio de acuerdos productivos que los APL, en los cuales la interdependencia, articulación y vínculos consistentes resultan en interacción, cooperación y aprendizaje con potencial de generar el incremento de la innovación endógena, de la competitividad y del desarrollo local. Lemos (2003) apunta las diferencias conceptuales entre APL y SPIL. Los APL pueden ser definidos como aglomeraciones de agentes económicos, políticos y sociales con foco en un conjunto específico de actividades económicas, que presentan vínculos e interdependencias. Por su parte, los SPIL son aquellos APL cuya interdependencia, articulación y vínculos consistentes resultan en interacción, cooperación y aprendizaje, lo que posibilita las innovaciones de productos, procesos y organizacionales, y, por lo tanto, la competitividad empresarial y capacitación social. Según la visión de la RedeSist, y de acuerdo con las características del sistema productivo de Brasil, siempre que haya producción de cualquier bien o servicio habrá un acuerdo en torno a la misma, que involucra actividades y actores relacionados con la adquisición de materias primas, máquinas y demás insumos. Por otra parte, estos sistemas pueden variar desde los más rudimentarios hasta los más complejos y dinámicos. 3

Existen muchas definiciones del concepto. El capital social alude a las instituciones, relaciones y normas que conforman la calidad y cantidad de las interacciones sociales de una sociedad (Bourdieu, 1985; Coleman, 1988; Narayan y Pritchett, 1997; Putnam (1995). La eficacia y la eficiencia del capital social en los procesos de desarrollo están en relación directa con la consolidación de redes sociales confiables que le brinden al sujeto la posibilidad de desenvolverse plenamente.

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El concepto de APL evoluciona desde la simple indicación de concentración industrial geográfica de pequeños y medios productores, para abarcar otras dimensiones tales como la territorialidad y especialización definidas en términos de cultura local, existencia de cooperación entre pymes y organización institucional, formas de gobernanza, aprendizaje colectivo, potencial para promover innovaciones y presencia de proveedores locales. En el interior de los APL los procesos de aprendizaje implican la concreción de un conjunto de informaciones y conocimientos que son compartidos entre sus componentes, lo cual requiere, según argumentan Cassiolato, Brito y Vargas (2005), el montaje de códigos de lenguaje y canales de comunicación con el objetivo de visibilizar esta transferencia de manera eficaz. De acuerdo con Moré, Lima y Nascimento de Almeida (2010, p. 193), el concepto de SPIL propuesto por la RedeSist se sustenta en una visión neo-schumpeteriana sobre innovación y cambios tecnológicos, que destaca los siguientes factores: a) la innovación y el conocimiento como elementos clave de la dinámica y del crecimiento de países, regiones, sectores, instituciones y organizaciones; b) la innovación como proceso de aprendizaje que depende de interacciones y sujeta al entorno ambiental; c) las diferencias en la capacidad de aprendizaje de los agentes; d) la existencia de especificidades en cada país, región, sector, organización; e) el rol del conocimiento tácito para el éxito innovativo y, al mismo tiempo, la dificultad de transferencia de esos activos. El concepto de la RedeSist representa una unidad de análisis complementaria, y de ninguna manera sustitutiva de las demás. Suzigan y otros (2003, p. 12), al analizar los aspectos de especialización y concentración de empresas, proponen una tipología en el tratamiento de los diversos niveles de consolidación de los APL los cuales se presentan en el cuadro 1. Cuadro 1: Tipología de SPIL de acuerdo a su importancia para una región Importancia sectorial

Importancia Local

Reducida

Elevada

Elevada

Vector de desarrollo local

Núcleo de desarrollo sectorialregional

Reducida

Embrión de acuerdo productivo

Vectores avanzados

Fuente: Suzigan y otros (2003, p. 12).

Los APL que son importantes para la región, pero que no contribuyen de manera decisiva para el sector, son llamados vectores de desarrollo local. Aquellos acuerdos 134

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que se destacan tanto por la elevada importancia local como sectorial, se convierten en núcleos de desarrollo sectorial regional. Cuando los APL poseen poca relevancia para el sector, y al mismo tiempo conviven con otras actividades económicas en la región, y se presentan con baja importancia local, son considerados embriones de acuerdo productivo. Existen, de otra forma, aquellos acuerdos que poseen elevada relevancia para el sector en relación con su participación en la producción o en el empleo, si bien insertos en un tejido económico mayor y más diversificado, con poco valor para el desarrollo local, y son denominados vectores avanzados. 1.2. Desarrollo local: concepto y estrategias La teoría de desarrollo local consiste en un modelo de desarrollo que no se basa simplemente en mensurar o medir las variables económicas, como tasas de interés, salarios, inflación y sus posibles impactos regionales. Con el objetivo de tratar las potencialidades de una región geográfica determinada, se deben tener en consideración, sobre todo, los recursos naturales existentes, la vocación y competencia de la mano de obra de la comunidad y factores socio-culturales, entre los cuales se destacan la cooperación entre empresas, tradiciones, costumbres, etc. Alburquerque (2004, prólogo) señala Tal como define la OIT el Desarrollo Económico Local es “un proceso de desarrollo participativo que fomenta los acuerdos de colaboración entre los principales actores públicos y privados de un territorio, posibilitando el diseño y la puesta en práctica de una estrategia de desarrollo común a base de aprovechar los recursos y ventajas competitivas locales en el contexto global, con el objetivo final de crear empleo decente y estimular la actividad económica.

El reconocimiento de la importancia trascendental de las redes en la competitividad de los territorios es observada en las investigaciones socioeconómicas: la cooperación inter-firma permite la construcción de sistemas de negocios que buscan entornos competitivos y de innovación. Este proceso tiene lugar tras la adquisición de ventajas resultantes de ciertas externalidades territoriales derivadas de la aglomeración y, también, de la tradición de negocios territorial (Narváez, Fernández y Senior, 2008; Caravaca, González y Silva, 2003). Tras una revisión del marco teórico basado en el desarrollo económico local, Vázquez (1998) se refiere a un desarrollo construido por la economía según la escuela de crecimiento endógeno (Lucas, 1988; Romer, 1990; Aghion y Howitt, 1992). Algunas de las conclusiones que esta perspectiva considera han sido incorporadas en teorías más recientes del desarrollo endógeno. La perspectiva de crecimiento y la del desarrollo endógeno comparten la visión de que los sistemas productivos consisten de un grupo de factores materiales e Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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inmateriales que permiten a las economías locales y regionales adoptar trayectorias diferentes hacia el crecimiento para el desarrollo y, por lo tanto, existe un espacio para la política regional e industrial. Vazquez (1998) argumenta que la construcción de un sistema productivo local integrado por varias empresas (la mayoría pymes) especializadas en un único producto en un territorio promueve los intercambios en múltiples mercados. Según Narváez, Fernández y Senior (2008, p. 8), “esto provoca tanto la emergencia de economías de escala externas, pero internas a los sistemas productivos locales, como la reducción de los costos de transacción. Estas externalidades causan retornos crecientes, y en consecuencia, promueven el crecimiento económico territorial”. Narváez, Fernández y Senior (2008, p. 83) argumentan que la corriente del desarrollo local asume la importancia de los sistemas productivos locales para los procesos de crecimiento y los cambios estructurales en los territorios. Albuquerque (1997) establece que el desarrollo local puede ser entendido como un proceso de transformación de la economía y de la sociedad local para sobrellevar obstáculos y desafíos, y mejora la calidad de vida de los habitantes por medio de agentes socioeconómicos locales (públicos y privados) cuya actividad busca un uso más eficiente y sustentable de los recursos. Albuquerque (2004) rescata la importancia de considerar el desarrollo como un proceso, en lugar de un resultado. Con respecto al desarrollo local, Porter (1990) se cuestiona por qué hay concentraciones exitosas de actividades económicas en algunos distritos que son relativamente pequeños, y no en otros. El autor observa que las empresas no se crean de manera independiente, sino que su desarrollo está condicionado por el entorno nacional que apoya y promueve la competitividad. Si en el sistema social existe algún factor de aceleración, entonces hay que identificar, otros elementos clave para comprender los mecanismos que estimulan el desarrollo espontáneo y la competitividad a escala local. Porter (1990) identifica la creación de un cluster o grupo de unidades de producción y proveedores alrededor de una industria o servicio particular como uno de los cuatro factores que propenden a la competitividad regional, lo que ha sido llamado el diamante de la ventaja competitiva en el desarrollo económico local. Basado en la consideración de estos factores, Ickis (1998, p. 3, Cap.13) ha identificado los obstáculos que pueden impedir el desarrollo económico local. Estos obstáculos podrían ser: a) una dependencia excesiva en los factores que generan las ventajas comparativas, b) la distancia de los consumidores (en el sentido espacial, pero también, y más importante, en términos de comunicación e información), c) la ignorancia de la posición relativa en términos del mercado y d) la integración hacia adelante inadecuada y falta de cooperación en la industria. 136

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Al referirse al desarrollo local y territorial, Gallicchio (2004, p. 6) menciona que se debe establecer la importancia de cuatro dimensiones: a) Económica: relacionada con la creación, acumulación y distribución de la riqueza; b) Social y cultural: implica calidad de vida, equidad e integración social; c) Ambiental: se refiere a los recursos naturales y a la sustentabilidad de los modelos de mediano y largo plazo y d) Política: gobernanza territorial, proyecto colectivo independiente y sustentable. El desarrollo local supone un proceso de consenso entre actores que interactúan en un determinado territorio para impulsar a través de su participación un proyecto común de desarrollo. Implica generación de crecimiento económico, equidad, cambio social y cultural, sustentabilidad ecológica, enfoque de género y equilibrio territorial, entre otros aspectos. Es de naturaleza multidimensional, ya que, como se mencionara, inciden los aspectos económicos y sociales, y las condiciones ambientales, políticas y culturales. El desarrollo local es un proceso orientado por la acción de diferentes agentes, y pocas veces emerge de forma espontánea. Esto requiere de una forma compleja de gobernanza, que involucre actores clave preocupados por el desarrollo de la región y sectores productivos seleccionados. En este sentido, los proyectos de desarrollo local involucran un gran número de actores institucionales y empresas, los cuales, de forma frecuente, no poseen mecanismos de coordinación preexistentes, y están inevitablemente bloqueados por patrones de interacción históricos. Según Street y Cameron (2007), las instituciones gubernamentales pueden actuar como intermediarios para promover el desarrollo de la confianza entre las partes interesadas Narváez, Fernández y Senior (2008, p. 74) concluyen que por medio de la construcción de confianza, la promoción de la cooperación interfirma y la cooperación entre organizaciones públicas, privadas y las organizaciones comunitarias, la promoción de la especialización y de los procesos de innovación a través del uso compartido del conocimiento y de las competencias, las empresas y el performance del territorio pueden ser mejorados. Un factor importante para el fomento del desarrollo local es la capitalización de la economía. Esto se vincula a la idea de accesibilidad a los mercados financieros, o de accesibilidad de los inversores locales al ahorro. Al respecto, Madoery (2005, p. 14) considera que el financiamiento que disponen los gobiernos locales para apoyar procesos de desarrollo es un aspecto fundamental. Existen evidencias de que la promoción de emprendedores es una característica elemental de las estrategias de desarrollo local. Para aprovechar las capacidades emprendedoras se deben generar capacidades ambientales favorables. Con el Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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objetivo de endogeneizar una variable tradicionalmente exógena, los planes de desarrollo local constan de incubadoras de empresas o vivero de empresas, agentes de desarrollo local, etc. Como mencionan Lopera y Posada (2009, p. 121), los actores gestionan el desarrollo en su localidad y, según sus capacidades, generan cambios que diferencian unos espacios sociales de otros, en relación con los recursos naturales y técnicos, con la dotación en infraestructura, con los procesos de participación y de autogestión Asimismo, Pérez y Carrillo (2000, p. 83) destacan que el fomento del crecimiento de la población activa ha de ser incorporado como una de las estrategias de desarrollo local. Esto implica introducir nuevas relaciones laborales, nuevas tecnologías (TIC) que facilitan el trabajo a distancia. La nueva concepción medioambiental y la importancia del sector turismo surgen como oportunidad para la integración laboral y el crecimiento de la población activa. No sólo el crecimiento de la población activa sino también su formación o acumulación de capital humano es fundamental para el desarrollo local. Por otro parte, destacan el papel de la Administración Pública en el desarrollo local. Las administraciones de ámbito inferior al nacional pasan a ser actores fundamentales de la prestación de servicios públicos. La educación y la sanidad se descentralizan para evitar las desigualdades y para prestar unos niveles de servicio más acordes con las necesidades de los ciudadanos de cada territorio. Esta descentralización aumenta las posibilidades de desarrollo local. En los últimos anos, las diferentes instancias de gobierno han avanzado en la preocupación por la cuestión local. Sin embargo, las iniciativas existentes son aún aisladas y esporádicas. 2. ANTECEDENTES SOBRE AGLOMERACIONES PRODUCTIVAS, INNOVACIÓN Y DESARROLLO TERRITORIAL Esta sección toma como referencia la tipología de análisis de las aglomeraciones productivas de Vasconcellos (2007). Según la autora, la literatura sobre crecimiento y desarrollo económico evolucionó de manera significativa, durante el siglo XX, a partir de las publicaciones de Isard (1956), Location and Space Economy de la vertiente neoclásica. Isard, interesado en los análisis urbanos y regionales, procura incorporar en su teoría general las demás disciplinas de las ciencias sociales, sobre todo, la contribución de la geografía económica de Von Thünen, Lösch y Weber, preocupados por la localización espacial. Otros analistas reconocen las contribuciones de los clásicos para la teoría de crecimiento económico, e incorporaron nuevas concepciones en lo que se conoce como economía del desarrollo (Schumpeter, 1934 y Hirschman, 1958) con importantes contribuciones para el tema regional. Examinaron las dinámicas alternativas 138

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del desarrollo como por ejemplo el desarrollo en contraposición al subdesarrollo (Rostow, 1960), pobreza y dualidad (Nurkse, 1952 y Lewis, 1955), la problemática centro-periferia (Richardson, 1986), las condiciones desiguales de los términos de intercambio en el comercio internacional, entre otras. Ligados a las cuestiones de desarrollo espacial, figuran Myrdal (1957) y Hirschman (1958), y diferentes pensadores de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El Estado debe intervenir para contener las fuerzas del mercado que tenderían, de lo contrario, a acentuar las desigualdades regionales. Estas cuestiones fueron, de alguna manera, introducidas en las reflexiones sobre desarrollo como un proceso endógeno, reflexiones en las que se destaca Sachs (1974). Fischer (2002) examina las experiencias y proposiciones sobre el desarrollo local en Brasil. Por otro lado, se observan las contribuciones de la teoría institucionalista con la corriente neoinstitucionalista, que reconoce el papel de las instituciones en los sistemas económicos, basada en los principios neoclásicos. Aquí se destaca la idea de gobernanza (mercado, jerarquía, híbridos) y el concepto de costos de transacción (Coase, 1937; Williamson 1975). Los costos de transacción pueden definirse como los necesarios para ordenar o crear y operar las instituciones, y garantizar la obediencia de las reglas. El enfoque institucionalista considera la existencia de costes de transacción no solo en los intercambios que se producen en el mercado, sino también en los intercambios en el interior de las empresas y organizaciones. Aunque Williamson (1975) no tenía una preocupación particular sobre los temas regionales, la teoría de los costos de transacción fue incorporada en varios análisis sobre aglomeración productiva, en el contexto de la organización industrial. Por otra parte, la corriente nueva economía institucional evolucionista aporta ideas más orgánicas y evolucionistas, basadas en las nociones de Schumpeter (1934) (innovación y crecimiento económico), Simón (1955) (racionalidad limitada, comportamiento humano y organizacional) y Darwin (1859) (concepto de evolución, ambiente, selección). Consideran la presencia de un nuevo paradigma tecnológico, basado en las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC). Entre sus exponentes se destacan Lundvall (1995), Nelson y Winter (1982). Además de sus aplicaciones en estudios intra e interfirmas, la perspectiva evolucionista, como es el caso de la escuela californiana, ha sido utilizada como referencia en importante estudios sobre desarrollo local. En la literatura clásica sobre desarrollo uno de los conceptos fundamentales de región es derivado de las contribuciones de Perroux (1967) sobre las tres categorías de espacio económico y región económica. Ellas son: a) espacio económico como un agregado homogéneo constituido por un conjunto de elementos con caracteSemestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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rísticas semejantes, b) espacio polarizado, heterogéneo, en que las diversas partes son complementarias y mantienen sistemas de cambio entre sí y sobre todo con el polo dominante, c) espacio definido por un plan o programa de acción, cuando sus partes dependen de un centro de decisión o de un programa. Por otro lado, se destaca el aporte de Marshall (1975), entre otros, sobre la noción de distrito industrial. La idea de que se gana en la formación de aglomeraciones sectoriales en determinado espacio geográfico fue introducida en la economía industrial por Alfred Marshall (1890) en su obra Principios de economía. Las localidades fueron denominadas industria localizada o distritos industriales. Según Marshall (1975) las ventajas económicas (externalidades positivas) que pueden ser obtenidas por las empresas que pertenecen a una localidad donde predomina un sector específico surgen tras el fácil acceso a trabajadores calificados (por la concentración local de mano de obra especializada), los proveedores de materias primas y servicios relacionados con la actividad principal, y que contribuye para crear un ambiente propicio a las innovaciones. Las nuevas ideas sobre la existencia de sistemas de pymes interrelacionadas a través de redes se fundamentaron originariamente en la obra de Piore y Sabel (1984), La segunda ruptura industrial. El artículo de Becattini (1989) brinda rigurosidad científica al estudio de los distritos industriales. A diferencia del distrito industrial y de su posterior generalización en la noción de sistema productivo local, el medio innovador4 no privilegia la visión social, y sí la tecnología, considerándola especial. Sin embargo, el principal foco de la mayor parte de las contribuciones que integran la perspectiva sobre medio innovador recae en la naturaleza de los procesos de aprendizaje interactivo que dan origen a las innovaciones en el ámbito de las aglomeraciones productivas. La empresa no es considerada un agente aislado en el proceso de innovación, sino parte de un ambiente innovativo. Según Dias da Rocha (2005, p. 46), los procesos de innovación involucran de forma frecuente la participación y consecuente coordinación de varias organizaciones, que están sujetas a path dependency5 de determinado tipo, en un momento determinado. El Centre for Research on Innovation and Competition (CRIC) ) enfatiza las interacciones e interdependencias entre las organizaciones, basadas en relaciones 4

El Millieu innovativo es descripto como un conjunto de elementos materiales (empresas, infraestructura), inmateriales (conocimiento) e institucionales (reglas y normas legales) que componen una compleja red de relaciones orientadas a la innovación.

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Desarrollo pasados que influyen y limitan los nuevos avances.

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socialmente enraizadas que tienen un papel importante en el diseño de los procesos de producción e innovación. Tales relaciones son estructuradas en torno a tres espacios funcionales distintos que incluyen: el espacio de producción, el espacio de mercado, y el espacio de apoyo (instituciones). Es el espacio de apoyo el que permite a las empresas enfrentar las incertidumbres inherentes a los ambientes de competencia en la medida que determina las relaciones entre la capacidad de innovación de las empresas y el desarrollo territorial. Como expone Granovetter (1985) las relaciones entre los actores están embebidas en relaciones sociales. Asimismo, los trabajos de Porter (1990) y Storper (1997), alineados con la corriente de organización industrial, repercutirán de manera positiva en el ámbito de los estudios organizacionales, y se desplaza el foco de interés de la empresa hacia ciertos territorios caracterizados como clusters. Para Storper (1997, p. 3), por ejemplo, una región debería vislumbrarse no necesariamente como el resultado de un intenso proceso económico y político, sino más bien como una unidad fundamental de la vida social equivalente, por ejemplo, al mercado, al Estado o la familia, como un motor generador del proceso de vida social. Algunas dimensiones del concepto de Storper guardan sintonía con el concepto de territorio. Según Storper (1997, p.286) los sistemas productivos más dinámicos caracterizados por las innovaciones emergen de racionalidades endógenas y diferenciadas de actores colectivos ligados entre sí por sus propias convenciones, frecuentemente de base local. Antes de que los APL se conviertan en un área de conocimiento tan importante en economía industrial, los estudios sobre la competitividad de las empresas estaban focalizados en su mayoría en cuestiones tecnológicas, de demanda, escala, financiera, así como también en políticas sectoriales. La política industrial seguía los mismos principios. En la economía industrial, la cuestión de la localización era vista principalmente por sus aspectos de costos de transporte y de acceso a los insumos y servicios. De la misma manera, la economía regional estaba focalizada en cuestiones de infraestructura, urbanización, costos de transporte, entre otros, lo que lo convertía en un enfoque de base regional y urbana. Las cuestiones locales concernientes con las relaciones de las pymes, el espacio y el conocimiento no eran tratadas. La política de desarrollo regional seguía estos principios. La creciente importancia dada a la cuestión local surge tras la experiencia de desarrollo económico ocurrida en la Tercera Italia y en el Valle de Silicio, en Estado Unidos. Por otro lado, las corrientes asociadas a la temática de Sistema Nacional de Innovación (Freeman, 1987; Lundvall, 1995; Nelson, 1993) dieron origen al concepto de SPIL. La teoría de los Sistemas Nacionales de Innovación (Lundvall, 1995) se Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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focaliza en los actores, las redes, y las interacciones, donde la innovación se constituye como un indicador de la calidad de esas interacciones. Más recientemente, esta teoría ha adoptado una perspectiva más flexible respecto a los niveles en los cuales operan los sistemas de innovación, lo que da origen a los sistemas regionales o locales de innovación. Gráfico 1. Innovación y desarrollo territorial: principales teorías interpretativas ENFOQUES TEÓRICOS Distritos industriales y SPL Medios innovadores Ventajas competitivas de regiones Dinámicas de proximidad

SISTEMAS TERRITORIALES DE INNOVACIÓN (Procesos de producción y difusión de innovaciones en SPL)

Sistemas regionales de innovación Economía del conocimiento y territorios inteligentes 1980

1990

2000

2005

AÑOS

Fuente: Méndez, (2006, p. 7)

Lundvall (1995) reconoce la innovación como un proceso social interactivo que ocurre en una dinámica de acción colectiva, fuertemente enraizada en las estructuras económicas y sociales. Se introduce la idea del aprendizaje por interacción, donde las empresas actúan en un ambiente complejo y de incertidumbre. Desde la perspectiva del aprendizaje (Lundvall, 1995) cuando dos empresas cooperan, intercambian información, logran conocerse mejor y así construyen la confianza. Este es el fundamento clave para fomentar diversas modalidades de aprendizaje, con lo cual se apuesta a que el aprendizaje no es solo un proceso técnico sino social. Sin embargo, algunos autores como Núñez, Montalvo y Pérez (2006, p. 177) consideran que esta teoría tiene como característica el énfasis en las empresas como agentes de innovación y en la dimensión económica de la innovación. Por lo tanto, se debe abordar la innovación desde una manera más integral que abarque 142

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consideraciones sociales, políticas y ambientales donde participen los distintos actores del desarrollo local.

Méndez (2006) realiza un esquema sobre la evolución teórica de la relación entre territorio e innovación, desde el concepto de distrito industrial hacia la noción de territorios inteligentes. 3. ESTUDIOS EMPÍRICOS SOBRE ACUERDOS PRODUCTIVOS Y DE INNOVACIÓN LOCALES Mediante una revisión bibliográfica respecto al objeto de estudio, se observa un predominio de trabajos que brindan contribuciones teóricas comparadas a la cantidad de investigaciones empíricas. Tal como expresan Arocena y Sutz (2006, p. 257): La conceptualización de los procesos de innovación ha tenido lugar a partir de estudios empíricos que, entre otros aspectos, pusieron de manifiesto el carácter “sistémico” de la innovación en los países desarrollados. En ciertos casos, ese carácter llega a expresarse en un conjunto relativamente estable e “institucionalizado” de relaciones entre diversos organismos –empresas, agencias gubernamentales, centros de investigación, bancos, entidades gremiales, etcétera– que constituyen así un “sistema”, como el que Freeman (1987) analizó en un estudio sobre Japón que constituye uno de los cimientos de la teoría de los sistemas innovativos.

Arocena y Sutz (2006, p. 257) señalan que cuando se estudia la innovación “realmente existente” en los países subdesarrollados es probable que lo primero que impacte sea su carácter informal. En los países menos desarrollados, no se puede dar por supuesto que la innovación tenga carácter sistémico. Esta se realiza a través de vínculos e interacciones entre actores diversos, pero unos y otros suelen ser frágiles, episódicos y escasos. Sin embargo, Arocena y Sutz (2006, p. 258) argumentan que “pese a ello, un grado sustancial de innovación ha existido y existe en América Latina. Los trabajos de RedeSist lo han puesto claramente de manifiesto en el caso de Brasil”. Si bien los estudios empíricos referidos a la innovación estuvieron centrados en los países desarrollados, es posible hallar un grado importante de innovación en América Latina. En el caso de Brasil, se ha puesto de manifiesto a partir de los SPIL. Cassiolato, Lastres y Martins (2000) realizan un estudio empírico sobre sistemas de innovación en quince casos de estudio, referidos a APL en Brasil, Uruguay y Argentina. En Brasil se analizaron cuatro acuerdos agroindustriales: tabaco y elaboración de vino en Río Grande Do Sul; chocolate y cacao en Bahía; frutas tropicales en el nordeste de Brasil, así como cinco casos de cluster tecnológicos como biotecnología en Minas Gerais; software, en Río de Janeiro, telecomunicaciones, en Campinas y Paraná, entre otros. Por su parte, se incluyeron el cluster de producción de vino en Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Uruguay y tres casos de Argentina de las localidades de Tres de Febrero en el Gran Buenos Aires, Rafaela y Mar del Plata. Cassiolato y Szapiro (2003) ofrecen una tipología de aglomerados económicos, a partir del análisis empírico de 26 APL en Brasil a partir del cual se muestra la relevancia de los elementos de gobernanza y la presencia de redes territoriales en la creación de condiciones de enraizamiento para la innovación local. Texeira y Ferraro (2009, p. 22) mencionan que “sin embargo, no todas las aglomeraciones productivas poseen estos tipos de ventajas locativas. En efecto, los procesos históricos de formación de algunas aglomeraciones no alcanzaron un grado de desarrollo que incluya el aprendizaje activo y la innovación entre sus actividades.” Pese a poder encontrar ciertas generalidades, el tipo de innovación y su evolución dependen del sector. Por ejemplo, los cluster de frutas y de producción de vinos se basan en pymes domésticas, donde el mercado local es importante, pese al incremento del mercado externo, y donde los centros de investigación juegan un rol en el desarrollo de innovaciones, e importa la innovación en la experimentación y poco, en la formalización de actividades como I&D. Por el contrario, en el cluster tecnológico, la competencia se basa en la capacidad de diseño, el desarrollo de nuevos productos, etc., y una fuerte interacción con laboratorios de I&D. La evolución del aprendizaje y de las capacidades de innovación de las pymes analizadas depende en gran medida del tipo de relaciones que establecían con otras empresas a lo largo de la cadena productiva y de cómo podían reaccionar a los cambios en la política. Suzigan y otros (2003) avanzan en la elaboración de una propuesta que permite evaluar el grado de importancia que un aglomerado posee para el crecimiento económico de la localidad de pertenencia, tanto en términos de generación de empleo como de ingreso. De esta manera, los autores identifican las aglomeraciones de empresas que potencialmente pueden contribuir al desarrollo local. Por otro lado, Moré, Lima y Nascimento de Almeida (2010) analizan el plan de desarrollo del APL de Moda íntima Friburgo, Brasil, y enfatizan en los factores que influyen en el desarrollo del SPIL, las innovaciones y las nuevas tecnologías de forma principal. A diferencia del caso de los países desarrollados, en los países en desarrollo la idea de los sistemas de innovación está caracterizada por altos niveles de diversidad e inestabilidad institucional. 4. NUEVAS POLÍTICAS DE INNOVACIÓN EN ACUERDOS DE PRODUCCIÓN Los argumentos teóricos plasmados a favor de la constitución de sistemas de producción e innovación locales enfatizan que la política para su conformación puede 144

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ser tan eficiente como la política industrial y, por lo tanto, generadora de empleo, así como también puede contribuir al desarrollo local al considerarse como políticas regionales y sociales. Tal como expresan Lastres y Cassiolato (2003, p. 7), las nuevas políticas responden a un nuevo concepto de innovación y de relación entre las empresas y demás actores locales y regionales. Estas difieren radicalmente de las políticas anteriores basadas en la visión dicotómica y lineal de la innovación. En sus principios el concepto de innovación se basaba en una visión funcional y jerarquizada del conocimiento (ciencia, tecnología, innovación) y su difusión a través de las instituciones de Ciencia y Tecnología. Como afirman Lastres y Cassiolato (2003, p. 8), tales políticas se concentraban en apoyar el lado de la oferta o de la demanda de las tecnologías, como si las mismas fuesen alternativas excluyentes. Por su parte, las nuevas políticas de innovación buscan: – Estimular las múltiples fuentes de conocimiento, así como las interacciones entre los diferentes agentes. –

Fomentar la difusión del conocimiento codificado y tácito para toda la red de agentes locales.

Formar el recurso humano en función de las necesidades de innovación de los diferentes sistemas de producción locales.

Fomentar la interacción creativa entre los actores públicos y privados a través de redes, con el objetivo de crear el marco institucional adecuado y un entorno territorial innovador (Albuquerque, 2004) que facilite el acceso a los servicios de desarrollo empresarial para las pymes locales.

Otorgar importancia a la dimensión territorial de la política tecnológica para facilitar el fomento de las potencialidades endógenas de cada zona.

Por otro lado, Lastres y Cassiolato (2003, p. 8) afirman que las políticas dirigidas a la promoción de la interacción entre actores de ninguna manera sustituyen las acciones de apoyo público a la infraestructura científica y tecnológica. El primer desafío desde el punto de vista de la política consiste en cambiar la lógica de actuación individual de varios organismos gubernamentales vinculados a los temas de desarrollo local y regional. Resulta evidente que ningún órgano o institución, de forma individual, posee la capacidad de enfrentar el desafío del desarrollo territorial de una manera integral. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Al mismo tiempo, se busca complementar con el abordaje de los acuerdos de producción locales los esfuerzos de aumento de competitividad de las diversas cadenas productivas de varios órganos de gobierno e instituciones de apoyo. En América Latina, los organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) incentivan la consolidación de clusters a través de la promoción de programas de competitividad regional. Además, los proyectos de UNIDO han estimulado innovaciones de productos, procesos y funciones productivas, así como han facilitado el acceso a nuevos mercados y contribuido a la creación y fortalecimiento de las instituciones (a través de la construcción de normas colectivas y organizaciones). En Brasil, las políticas de apoyo a los APL consisten en: -

Identificar los APL existentes en el país, inclusive aquellos territorios que presentan potencialidad para constituirse como futuros APL, de acuerdo con su importancia en el respectivo territorio.

-

Definir criterios de acción conjunta gubernamental para el apoyo y fortalecimiento de los APL, con respeto hacia las especificidades de actuación de cada institución y que estimulen el asociativismo, la sinergia y la complementariedad de las acciones.

Según el MDICEB (2004), las políticas de fomento de las pymes son más efectivas cuando están dirigidas a grupos de empresas y no a empresas individuales. Surge una nueva percepción que se refleja a través de las políticas públicas de desarrollo, en que la dimensión local pasa a ser tratada como un eje orientador de promoción económica y social. Para los casos en que no haya suficientes condiciones para la elaboración del plan de desarrollo, la política pública deberá actuar en el estímulo de las condiciones mínimas que permitan su elaboración, con apoyo a la construcción de canales de interacción de los agentes involucrados y al surgimiento de líderes locales que puedan coordinar los diversos intereses en torno de una propuesta común. Por otro lado, de acuerdo con la definición de sistema productivo local adoptada por la RedeSist el número de sistemas de producción locales existentes, por ejemplo, en Brasil es tan grande como la capacidad productiva brasileña lo permita. Este entendimiento hace más difícil la estructuración e implementación de políticas, en la medida que presupone un conocimiento profundo de cada caso. Desde el punto de vista normativo, no basta con desarrollar indicadores y mapas que busquen identificar la cantidad de sistemas existentes y sus diferentes configuraciones y grados de desarrollo. Según señalan Lastres y Cassiolato (2006, p. 120) por estar basadas en el reconocimiento de las especificidades de los diferentes sistemas, las 146

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políticas para su promoción son incompatibles con modelos genéricos que utilizan ideas de benchmark y best practice. Tal como expresa el BNDES (2004), en las ciudades donde los APL son parte importante de la economía, la política parece ser realizada de manera mucho más consensual. Es una política donde existen, como referencias constantes, algunos principios e intereses comunes. Si bien el objetivo de este trabajo no consiste en realizar un análisis comparativo, en Argentina así como en otros países, a diferencia de Brasil, los actores institucionales no están presentes siempre que exista producción de un bien o servicio, con lo cual no existe multiplicidad de casos de acuerdos productivos locales como en Brasil. Los acuerdos existentes reconocidos son pocos. La especificidad de los mismos viene vinculada a su individualidad y escasez. En Brasil, si se observan los mapeamientos realizados, en todos los territorios es posible encontrar un ejemplo de APL. En Argentina este no es el caso. Por lo tanto, cobra mayor sentido promover políticas para determinar su grado de desarrollo y el papel que juegan en ellos los actores institucionales, así como establecer el vínculo entre los clúster de producción y su contribución al desarrollo local. De acuerdo con Reinert y Reinert (2003), a pesar de las ventajas ofrecidas por el análisis de los SPIL, han sido realizadas algunas críticas a las nuevas políticas formuladas en principio para promover tales sistemas al caracterizarlas como “a thin icing on a solid neo-classical cake” (un fino glaseado sobre una sólida torta neoclásica). Es posible indicar algunos caminos para que las políticas y acciones estén dirigidas a la promoción de la innovación regional, sin olvidar que el concepto de innovación aplicado desde la perspectiva de los acuerdos de producción e innovación locales reconoce el carácter sistémico y complejo del proceso innovacción. De acuerdo con Lastres y Cassiolato (2006, p. 120) detrás de cualquiera de los modismos actuales que enfatizaron desde la creación de polos y parques, incubadoras, distritos industriales, APL o sistemas de innovación, hay concepciones bastante interesantes, que muchas veces fueron desconsideradas en la ansiedad de implementar acciones rápidas. Es necesario recordar también que la incorporación de nuevos conceptos, modelos e instrumentos está lejos de ser trivial y demanda cambios de cultura, así como un importante aprendizaje institucional, principalmente por parte de investigadores, planificadores y hacedores de política, o sea, de las agencias e individuos encargados de desarrollar, implementar y evaluar las políticas. Es importante mencionar que, a pesar de que existen argumentos fuertes a favor de este tipo de intervención pública, no hay una receta eficaz para el diseño de los instrumentos de promoción de conglomerados, ni garantías con respecto a Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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los resultados de su aplicación. En consecuencia, existen riesgos e incertidumbres ligados al éxito de este tipo de política industrial (Texeira y Ferraro, 2009). Desde el punto de vista operativo, disponer de algunas herramientas estadísticas y conceptuales facilitadoras en el ámbito local es un desafío, si se tiene en cuenta la carencia de información estadística sustantiva sobre el alcance y contenido de los sistemas de producción territoriales o los mercados de trabajo locales. Como expresa Alburquerque (2004a, p. 2): Es muy importante esta atención hacia los datos del nivel local y sobre las redes o tramas productivas empresariales ya que la carencia de información con la que hay que operar en los territorios dificulta siempre los esfuerzos para la elaboración de estrategias de desarrollo económico local. En efecto, las estadísticas convencionales se centran fundamentalmente en resultados agregados de la actividad económica o bien en una información sectorial que impide una visión integrada de las tramas productivas reales en los territorios concretos donde ellas se encuentran.

5. CONSIDERACIONES FINALES A través de una revisión teórica se abordan los fenómenos de aglomeraciones productivas, innovación y desarrollo local desde la perspectiva de los sistemas de producción e innovación locales. La comprensión de los mismos, a diferencia de los conceptos anteriores de cluster o distrito industrial, permite identificar los mecanismos que viabilizan o restringen la introducción de innovaciones en el territorio local y formular acciones de política. La mayoría de los estudios sobre producción e innovación locales se han centrado en el análisis de los países desarrollados, como el caso de los distritos industriales italianos, y pocos se han centrado en el estudio de los países en desarrollo. El concepto de innovación ha evolucionado en el tiempo desde una visión que centraba el análisis en la empresa innovadora hacia nuevos enfoques que rescatan el rol del entorno territorial para su desarrollo. En torno a estas visiones, también han evolucionado las políticas públicas de apoyo a la innovación y al desarrollo local. De cualquier manera, el fenómeno de la innovación no debe atribuirse únicamente al contexto, sino, más bien, es precisa una visión más amplia para su tratamiento, que aborde el análisis más allá de la empresa y del aglomerado para lograr una interpretación de las diferencias en el comportamiento innovador de los territorios. Para un adecuado aprovechamiento de las innovaciones, es conveniente que los agentes que las introducen, desde las empresas hasta las instituciones y organismos gubernamentales, hayan previamente efectuado los cambios internos 148

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y organizacionales necesarios. Como indican varios autores, es necesaria la presencia de una estructura de gobernanza que brinde cierta organización, ya que las innovaciones no tienen impacto por sí mismas, sino por el sistema en el que están insertas. Por otro lado, con el transcurso del tiempo, la innovación acompaña el desarrollo cada vez más complejo de las interacciones entre las empresas y las instituciones, plasmado en la evolución de las aglomeraciones productivas. De esta manera, las aglomeraciones productivas se convierten en sistemas de innovación más complejos que los distritos o clusters, donde el territorio ofrece ciertos activos, tanto tangibles como intangibles necesarios para la innovación y que propenden al desarrollo local. Como expresa Méndez (2006, p.2) “también convergen en la creciente atención prestada al territorio, no como simple escenario inerte, sino como acumulación histórica de recursos, actores y relaciones socioeconómicas con características diversas, que condicionan de forma positiva o negativa los procesos de innovación y desarrollo”. Uno de los factores esenciales para el desarrollo de las aglomeraciones locales caracterizadas por la producción y la innovación es el apoyo de los gobiernos. Más aún teniendo en cuenta que las aglomeraciones productivas bien estructuradas como los APL poseen un gran impacto en el desarrollo económico y social de las regiones donde se instalan. Por este motivo, puede considerarse que la promoción de este tipo de configuraciones productivas puede resultar en un instrumento de política regional y social. En los países en desarrollo, las políticas de innovación tendrían que contemplar que los sistemas de innovación no se desarrollan ni funcionan por sí mismos ni aisladamente. Sin embargo, se han mencionado en este artículo algunas experiencias dentro de América Latina, como es el caso de Brasil, donde las políticas de innovación apoyan la creación y en algunos casos la supervivencia de los aglomerados de producción e innovación. En Argentina, donde la identificación y presencia de los acuerdos de producción e innovación no es ni tan evidente ni tan amplia como en el caso de Brasil, cobraría mayor sentido promover políticas para determinar su grado de desarrollo y el papel que juegan en ellos los actores institucionales, así como establecer el vínculo entre los acuerdo productivos y su contribución al desarrollo local. La trayectoria de desarrollo de un aglomerado productivo es influenciada por las políticas públicas, por el marco institucional y por la infraestructura de apoyo en el ámbito nacional. Restaría a futuro poner atención en cómo el desarrollo es influenciado por los acuerdos productivos en ellos insertos. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 127-154 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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VALORACIÓN ECONÓMICA DE LA MORTALIDAD EN LA REGIÓN CARIBE DE COLOMBIA, 2004-2008* Andrés Castaño Zuluaga** Juan Correa Reyes*** Luis Alvis Estrada**** Nelson Alvis Guzmán***** Recibido: febrero 15 de 2012 • Aceptado: mayo 24 de 2013

RESUMEN El presente estudio estima el valor económico de la mortalidad en la región Caribe a través de la combinación del método de los años potenciales de vida perdidos, y el método del capital humano de valoración de la vida. Según los resultados obtenidos, los años potenciales de vida y la valoración económica de la mortalidad mostraron una tendencia decreciente de manera generalizada, explicada en gran parte por la disminución en las defunciones de los grupos de edad de menores de 1 año, y de 15 a 44 años que experimentó la región entre 2004 y 2008. El impacto económico de estas defunciones dentro de la producción departamental también mostró signos de decrecimiento, en su mayoría explicados por la tendencia alcista de la producción (PIB) en el ámbito departamental.

PALABRAS CLAVE Economía de la salud, años potenciales de vida perdidos, valor de la vida.

CLASIFICACIÓN JEL I12, J17.

CONTENIDO Introducción, 1. Diseño metodológico; 2. Revisión de la literatura; 3. Descripción de la mortalidad en la región Caribe; 4. Años perdidos de vida potencial en el Caribe Colombiano; 5. Conclusiones; Bibliografía; Anexos. *

Este artículo de investigación es producto de la tesis de grado de Andrés Mauricio Castaño Zuluaga, para optar por el titulo de economista en la Universidad de Cartagena. La investigación fue apoyada por el Grupo de Investigación de Economía de la Salud de la Universidad de Cartagena (GIES), clasificado en A1 por Colciencias.

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Economista. Universidad de Cartagena, Colombia. Candidato a Magíster en Ciencia Regional, Universidad Católica del Norte, Chile. Correo electrónico: landres001@hotmail.com.

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Economista. Candidato a Doctor en Educación. Miembro del grupo de investigación de Economía de la Salud de la Universidad de Cartagena, Colombia. Docente Facultad de Economía, Universidad de Cartagena, Colombia. Correo electrónico: profesorcorrea2011@hotmail.com.

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Economista. Magíster Salud Pública. Miembro del grupo de investigación de Economía de la Salud de la Universidad de Cartagena. Docente Facultades de Enfermería y Medicina Universidad de Cartagena. Correo electrónico: lalvis20@yahoo.com. Médico. PhD. Economía de la Salud. Director del grupo de investigación de Economía de la Salud de la Universidad de Cartagena Docente Programa de Economía, Universidad de Cartagena, Colombia. Correo electrónico: nalvis20@yahoo.com.

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Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán

ECONOMIC VALUATION OF MORTALITY IN THE CARIBBEAN REGION OF COLOMBIA ABSTRACT This study estimates the economic value of mortality in the Caribbean region by the combination of two methods; potential years of life lost and human capital value of life. According to the obtained results, the potential years of life and the economic valuation for mortality have a generalized decreasing trend. This is mainly explained due to the reduction of deaths in infants less than one year old and ages between 15 and 44 years that the region has presented during the period 2004-2008. The economic impact of these deaths within departmental production also showed signs of decline, mostly explained by the upward trend in production (GDP) at the departmental level.

KEY WORDS Health economics, years of potential life lost, the value of life

JEL CLASSIFICATION I12, J17

CONTENT Introduction, 1. Methodological design; 2. Literature review; 3. Mortality description of the Caribbean region; 4. Potential years of life lost in the Caribbean; 5. Conclusions; Bibliography; Attachments.

VALORAÇÃO ECONOMICA DA MORTALIDADE NA REGIÃO CARIBE DA COLÔMBIA, 2004–2008 RESUMO O presente estudo estima o valor económico da mortalidade na região Caribe por meio da combinação do método dos anos potências de vida perdidos e o método do capital humano de valoração da vida. Segundo os resultados obtidos; os anos potências de vida e a valoração económica da mortalidade mostraram uma tendência decrescente de maneira generalizada, explicada em grande parte pela diminuição nos óbitos dos grupos de idade de menores de 1 ano e de 15 a 44 anos que experimento a região entre 2004 e 2008. O impacto económico destes óbitos dentro da produção departamental também mostrou signos de decrescimento, em sua maioria explicada pela tendência de aumento da produção (PIB) no âmbito departamental.

PALAVRAS CHAVE Economia da saúde, anos potenciais de vida perdidos, valor da vida.

CLASIFICAÇÃO JEL I12, J17.

CONTEÚDO Introdução, 1. Desenho metodológico; 2. Revisão de literatura; 3. Descrição da mortalidade na região Caribe; 4. Anos perdidos de vida potencial no Caribe Colombiano; 5. Conclusões; Bibliografia; Anexos.

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

INTRODUCCIÓN En Colombia, así como en cualquier país del mundo, el nivel de mortalidad es un indicador asociado con la calidad de vida, la seguridad, el nivel de bienestar y el estado de salud de la población. Altas tasas de mortalidad, sobre todo en la población joven en alguna región o país, también son un buen parámetro para medir la capacidad de relevo que tiene el mercado laboral. Más importante aún, es que altos niveles de mortalidad en la población joven representan a largo plazo una pérdida de capital humano, que afecta el consumo y condiciona el crecimiento esperado de la economía. Una de las herramientas para medir dicha pérdida de capital humano es la valoración económica de la mortalidad, la cual procura expresar en términos de ingresos de por vida lo que dejan de recibir las personas a causa de una muerte prematura (mucho antes de su expectativa de vida). Para determinar el monto de los ingresos que deja de recibir la persona es necesario calcular los años potenciales de vida perdidos (APVP)1. De igual modo, para los programas públicos, dedicados el control, la erradicación de la enfermedad y la disminución de mortalidad por ciertas causas específicas, la valoración de la vida humana (mortalidad) es un requisito indispensable para el cálculo correcto de los beneficios o resultados derivados de alguna intervención de política pública. Lo anterior adquiere importancia cuando se entiende que la mortalidad es un fenómeno con una distribución heterogénea a lo largo de las regiones y departamentos colombianos, por lo cual, la valoración económica de esas muertes en los distintos niveles puede contribuir a implementar políticas públicas mejor dirigidas y más efectivas en la erradicación de la enfermedad y la disminución de la mortalidad. Para el caso de Colombia, la mortalidad es un fenómeno con una distribución geográfica desigual a lo largo de las regiones. La región Caribe es un ejemplo de esta situación. Según cálculos propios basados en los resultados del Censo General de 2005 suministrados por el DANE, la región Caribe2, representó cerca del 16 % de las defunciones no fetales totales en el país, cuando en términos de población agrupa a un poco más del 21 %, la región Andina, por su parte, representa el 56 % de la población, pero sus defunciones alcanzan el 60 % del total; asimismo, la Pacífica que agrupa el 20% de las defunciones del país, solo representa el 17% de la población del total. Esta situación, sumada a las características geográficas, 1

APVP son años potenciales de vida perdidos, estos son un ingrediente para el cálculo de la valoración económica de la mortalidad, dado que indican la cantidad de años que una persona perdió por motivo de una defunción acontecida en un momento anterior a lo que dictaminaba su expectativa de vida.

2

La conformación de la región Caribe se hizo de acuerdo la división política administrativa de Colombia. Según esta, la región Caribe está conformada por 8 departamentos: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y San Andrés y Providencia.

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Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán

culturales y socio-económicas de cada región, exige que la estimación del valor económico de las muertes sea evaluada de manera más desagregada, teniendo en cuenta departamento, sexo y causas agrupadas de defunción. El objetivo de este documento es ofrecer estimaciones, por sexo, de los años potenciales de vida perdidos para los departamentos de la región Caribe, y del valor presente de los ingresos perdidos de toda la vida para los departamentos de la región caribe. Esta información suministrará a los decisores de política pública, un diagnóstico del impacto económico real de las defunciones en ciertos grupos de edad en los departamentos de la región Caribe, lo que hará más sencilla la intervención o la formulación de políticas públicas encaminadas a menguar las causas de defunción más nocivas para la conservación de la vida. Además de esta introducción, el documento está organizado en cinco secciones. En la primera sección, se presenta una revisión de la literatura respecto al método del capital humano de valoración de la vida y de los estudios de mortalidad que han empleado los años potenciales de vida perdidos tanto en la esfera nacional, como en la internacional. La segunda sección describe los datos utilizados y la metodología empleada. En la tercera sección, se presenta una descripción de la mortalidad en el ámbito nacional y departamental teniendo en cuenta el sexo, grupos de edad y causas agrupadas de defunción. En la sección cuatro, se exhiben los resultados de las estimaciones de los APVP y su valoración económica. Finalmente, en la sección cinco se presentan las conclusiones del estudio. 1. REVISIÓN DE LA LITERATURA La mortalidad es, dentro de los indicadores socio-demográficos, el que mejor expresa los niveles de vida y pobreza, en particular la mortalidad infantil. Su interrelación con el bienestar económico es sostenida desde hace mucho tiempo. Landry (1934) afirma en su teoría de la transición demográfica, que sin mejoras del bienestar no hubiese sido posible disminuir la mortalidad infantil. Es así como Cruz y Muñoz ( 2005) señalan que desde el punto de vista económico, se han hecho intentos por obtener una valoración de la vida y de la muerte a través del método del capital humano de valoración de la vida, el cual establece que el valor de la vida humana se calcula con base en lo que la persona en cuestión deja de producir si fallece, teniendo en cuenta, entre otros aspectos, los salarios y el consumo personal corregido por la tasa social de descuento, es decir, lo que va a producir en el resto de sus días, menos lo que consuma. Si bien el método del capital humano de valoración de la vida ha sido utilizado con mucha frecuencia en tiempos recientes, la cuantificación del valor de la vida 158

Universidad de Medellín


Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

humana en términos económicos no es un concepto nuevo. Desde el siglo XVII con los aportes realizados por Petty (1690), siglos más tarde con los de Smith (1776), y Farr (1853), se comenzaron a gestar metodologías para la valoración económica de la vida humana, y autores como Dublín y Lotka (1934) utilizaron las ideas aportadas por Petty (1960) y Farr (1853), en el diseño de un procedimiento para valorar en el sentido económico el trabajo de los esclavos en la Edad Media, hasta llegar a estudios como el de Dempsey (1947), Dickinson y Welker (1948) y Haenszel (1950). Sin embargo, la valoración económica de la vida para medir los ingresos potenciales perdidos por una persona que fallece antes de lo que dictamina su expectativa de vida, solo se comienza a emplear a partir del desarrollo de estudios del impacto de la mortalidad. Arriaga (1984), teniendo en cuenta la creación de una metodología para el cálculo de los APVP, muestra que estos se pueden utilizar principalmente para la elaboración de la descomposición del cambio en la esperanza de vida, dado que permiten medir la contribución de cada causa de muerte y/o grupo de edad al cambio observado en la esperanza de vida. Es así como los APVP no solo permiten valorar los cambios en la mortalidad sino también la relevancia de algún tipo de defunciones dentro de la mortalidad global. Los APVP se calculan a través de las pérdidas que sufre la sociedad como consecuencia de la muerte de personas jóvenes o de fallecimientos prematuros. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), define una muerte prematura como aquella que ocurre antes de lo que dictamina la esperanza de vida de la población bajo estudio. La ventaja de usar la edad a la cual mueren las personas y no el evento de muerte en sí mismo es que se puede ponderar de modo distinto los eventos de mortalidad que ocurren en diferentes momentos de la vida. Los APVP asumen que en la medida en que la muerte sea a una edad menor, mayor es la pérdida de ese evento. De acuerdo con la OPS, los APVP de una determinada causa de muerte son la sumatoria a través de todas las personas que fallecen por una causa en específico, de los años que debieran haber vivido, si fallecieran de acuerdo con su expectativa de vida particular. El objetivo del indicador es mostrar de modo amplio la importancia relativa de las causas de defunción más trascendentes de mortalidad prematura, y su principal uso se da en la esfera de la planificación y definición de prioridades en salud. El análisis de los años potenciales de vida perdidos suele ser dirigido a causas específicas o grupo de causas en alguna unidad territorial, sin aplicar el método del capital humano para la valoración económica sobre estos valores obtenidos. Lo anterior implica que el uso de los APVP solo da idea de la contribución de cada enfermedad a los cambios experimentados en la expectativa de vida, pero no puede decir nada respecto al impacto económico de una enfermad en específico Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

159


Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán

sobre una población. En este contexto se destacan en la esfera internacional las investigaciones de Arriaga (1996), Bocco (1996), Bertone y otros (2009), Boleda y Arriaga (2000), Bustamante (1994) y Pérez y otros (2009). En la esfera nacional, las investigaciones que involucran el cálculo de años potenciales de vida perdidos también son diversas. Algunas los utilizan para medir los cambios en la mortalidad por sexo y grupo de causas y su efecto sobre la esperanza de vida (López y Arce, 2008); otros se limitan a calcularlos de acuerdo con la mortalidad de una unidad territorial en particular (Toro y otros, 2007). En Colombia, pocos autores han intentado relacionar el comportamiento de los años potenciales de vida perdidos con la valoración económica de la mortalidad a través del método del capital humano, entre los cuales se destacan Alvis y Alvis (2009), Alvis y De La Hoz (2004) y Alvis y otros (2009). La principal deficiencia en la bibliografía colombiana en lo que respecta a este ítem es que la valoración económica tiende hacerse, ya sea solo para una enfermedad o para un grupo de enfermedades, ya sea para un municipio, mas no para una región en particular como lo aborda el presente estudio. 2. DISEÑO METODOLÓGICO Para estudiar el fenómeno de la mortalidad en la región Caribe, se utilizan los registros de estadísticas vitales para cada departamento, publicados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE). De allí, se extraen: el número de defunciones no fetales por sexo, grupo etario y causas agrupadas (según la lista 6/67-CIE-10 OMS/OPS) para los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y San Andrés y Providencia. Cabe destacar que la clasificación internacional de enfermedades atribuibles a las defunciones no fetales (CIE-10) agrupa las diferentes contrariedades de salud en siete grupos exhaustivos y excluyentes: Grupo 1. Enfermedades transmisibles; Grupo 2. Neoplastias (tumores); Grupo 3. Enfermedades del sistema circulatorio; Grupo 4: Afecciones originadas en el periodo perinatal; Grupo 5.Causas externas; Grupo 6: Todas las demás causas; Grupo 7. Síntomas, signos y afecciones mal definidas. Para el cálculo de los años potenciales de vida perdidos se sigue el procedimiento propuesto por Arriaga (1996). Los APVP para una causa definida se definen como la sumatoria de las defunciones por esa causa en cada grupo de edad, y luego, se multiplica el resultado por los años que restan desde la edad central del grupo etario hasta la edad límite considerada, en términos formales: L   APVP = ∑  L−i * di  (1)  i=I 

( )

160

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

Donde I es la edad límite inferior establecida, L es la edad límite superior establecida, i es la edad de la muerte y di es el número de defunciones de la edad i. Para obtener el valor de los APVP expresado en índice (IAPVP) se utiliza la siguiente ecuación: IAPVPi = ( APVPi / Ni )*1000

(2)

Donde N es la población comprendida entre el límite inferior y el superior de las edades estudiadas y el subíndice i indica que los cálculos se pueden hacer para los valores obtenidos de años potenciales de vida perdidos de cada grupo poblacional. En lo concerniente a la utilización de los APVP para evaluar la importancia de la mortalidad, se asume la hipótesis de que una defunción prematura provoca una pérdida mayor cuanto más joven es la persona que fallece. Por tanto, los APVP más inmediatos tienen un mayor valor, y estos disminuyen de acuerdo con una tasa de descuento (que permita involucrar las muertes de adultos y ancianos). De acuerdo al método de capital humano de valoración de la vida humana, el valor presente del número de años perdidos a los que se les aplica el descuento “r”, se plantea así: APVAPi = APVPi (1 + r)n−1

(3)

Donde APVAPi son años potenciales de vida perdidos ajustados al año i, APVPi es el número de años perdidos a los que se aplica el descuento para cada año del período de estudio, r es la tasa de descuento o actualización expresada en porcentaje. En este caso, r = 3%3, n son los años del período de estudio. El procedimiento para el cálculo de la valoración económica de las pérdidas fue el siguiente: se tomó el salario mensual de los registros oficiales del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) sobre el valor del Salario Mínimo Legal Vigente (SMLV) y para cada año de estudio se multiplicó por los 12 meses para determinar el monto de ingresos o consumos mínimos anuales. Luego, se tomó la base de precios del DANE ajustada a diciembre de 2005 y se adaptó al año base del estudio (2008). Posteriormente, se llevaron a pesos constantes del año final del período los salarios mínimos anuales de los años estudiados, para determinar el valor anual en pesos constantes de diciembre del año base del estudio, que para este caso es 2008, y se estableció el total de años perdidos de cada período anual (obtenidos a través del método del capital humano de valoración de la vida), para 3

Uno de los temas más importantes a la hora de utilizar el método de capital humano de valoración de la vida humana, es la definición de la tasa de descuento a utilizar. En este estudio se utilizara la tasa promedio encontrada en los trabajos metodológicamente parecidos, que oscila entre el 3% y 5%.

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

161


Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán

luego multiplicarlos por el ingreso mínimo obtenido, y en la etapa final, se efectuó la sumatoria de los flujos anuales a pesos constantes del año base con el fin de determinar el valor total del costo de los años de vida perdidos en el período. 3. LA MORTALIDAD EN LA REGIÓN CARIBE DE COLOMBIA, 2004-2008 El nivel de defunciones totales de la región Caribe presentó una tendencia creciente pero moderada. El promedio de defunciones para la región Caribe durante el periodo 2004-2008, fue de 31.252. La variabilidad de las defunciones, expresada a través de la desviación que experimenta el nivel de mortalidad de la media obtenida para el periodo, es moderada. Solamente en los años 2004 y 2008 se presentan las mayores variaciones con respecto a la media de las defunciones con -2,38 % y 2,83 % respectivamente (tabla 1). Tabla 1. Mortalidad, población y tasa bruta de mortalidad para los departamentos de la región Caribe, 2004-2008. Mortalidad Depart.

Atlántico

Bolívar

Cesar

162

Año

Población

ParticiTasa (%) pación Muertes crecimien- Población Regional to (%)

TBM

Participación Tasa (%) Regional crecimiento (%)

TBM

Tasa (%) crecimiento

2004

8.940

29,3

2.136.041

23,8

4,2

2005

8.845

28,7

-1,1

2.166.156

23,8

1,41

4,1

-2,4

2006

9.210

29,4

4,1

2.195.778

23,8

1,37

4,2

2,7

2007

8.805

28,0

-4,4

2.225.462

23,8

1,35

4,0

-5,7

2008

8.958

27,9

1,7

2.255.164

23,8

1,33

4,0

0,4

2004

5.565

18,2

1.861.487

20,8

3,0

2005

5.919

19,2

6,4

1.878.993

20,7

0,94

3,2

5,4

2006

5.952

19,0

0,6

1.897.658

20,6

0,99

3,1

-0,4

2007

5.251

16,7

-11,8

1.917.112

20,5

1,03

2,7

-12,7

2008

6.086

18,9

15,9

1.937.316

20,4

1,05

3,1

14,7

2004

3.257

10,7

891.089

9,9

3,7

2005

3.204

10,4

-1,6

903.279

9,9

1,37

3,5

-3,0

2006

3.108

9,9

-3,0

915.923

9,9

1,40

3,4

-4,3

2007

3.367

10,7

8,3

928.569

9,9

1,38

3,6

6,9

2008

3.674

11,4

9,1

941.207

9,9

1,36

3,9

7,7

Universidad de Medellín


Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008 Mortalidad Depart.

Córdoba

Año

Población

ParticiTasa (%) pación Muertes crecimien- Población Regional to (%)

TBM

Participación Tasa (%) Regional crecimiento (%)

TBM

Tasa (%) crecimiento

2004

4.489

14,7

1.446.416

16,1

3,1

2005

4.460

14,5

-0,6

1.467.929

16,1

1,49

3,0

-2,1

2006

4.467

14,3

0,2

1.489.669

16,2

1,48

3,0

-1,3

2007

4.835

15,3

8,2

1.511.981

16,2

1,50

3,2

6,6

2008

4.678

14,6

-3,2

1.535.375

16,2

1,55

3,0

-4,7

2004

1.579

5,2

653.702

7,3

2,4

2005

1.692

5,5

7,2

681.575

7,5

4,26

2,5

2,8

La Guajira 2006

1.588

5,1

-6,1

708.673

7,7

3,98

2,2

-9,7

2007

1.692

5,4

6,5

735.974

7,9

3,85

2,3

2,6

Magdalena

San Andrés

Sucre

Región

2008

1.648

5,1

-2,6

763.439

8,1

3,73

2,2

-6,1

2004

3.973

13,0

1.140.241

12,7

3,5

2005

4.046

13,1

1,8

1.149.917

12,6

0,85

3,5

1,0

2006

4.193

13,4

3,6

1.159.729

12,6

0,85

3,6

2,8

2007

4.526

14,4

7,9

1.169.770

12,5

0,87

3,9

7,0

2008

4.307

13,4

-4,8

1.180.051

12,4

0,88

3,6

-5,7

2004

210

0,7

69.920

0,8

3,0

2005

224

0,7

6,7

70.554

0,8

0,91

3,2

5,7

2006

215

0,7

-4,0

71.075

0,8

0,74

3,0

-4,7

2007

227

0,7

5,6

71.613

0,8

0,76

3,2

4,8

2008

210

0,7

-7,5

72.167

0,8

0,77

2,9

-8,2

2004

2.493

8,2

764.453

8,5

3,3

2005

2.435

7,9

-2,3

772.010

8,5

0,99

3,2

-3,3

2006

2.555

8,2

4,9

779.532

8,5

0,97

3,3

3,9

2007

2.798

8,9

9,5

787.167

8,4

0,98

3,6

8,4

2008

2.577

8,0

-7,9

794.904

8,4

0,98

3,2

-8,8

2004 30.506

100,0

8.963.349

100,0

3,4

2005 30.825

100,0

1,0

9.090.413

100,0

1,42

3,4

-0,4

2006 31.288

100,0

1,5

9.218.037

100,0

1,40

3,4

0,1

2007

31.501

100,0

0,7

9.347.648

100,0

1,41

3,4

-0,7

2008

32.138

100,0

2,0

9.479.623

100,0

1,41

3,4

0,6

Fuente: elaboración de los autores con base en DANE - Estadísticas vitales

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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En el ámbito departamental, en la región Caribe, Atlántico, Bolívar, Córdoba y Magdalena aportan la mayor cantidad de defunciones. Otros, como San Andrés y La Guajira son los que registran la menor cantidad de defunciones. Atlántico, a pesar de ser el departamento con mayor participación dentro de las defunciones, mantuvo una senda de crecimiento casi invariable de 2004 a 2008; este fenómeno provocó un cambio en la estructura de mortalidad de la región, donde departamentos como Bolívar, Cesar y Magdalena cada vez ganan más participación. Gráfico 1. Tasa especifica de mortalidad por sexo región Caribe, 2004-2008

4.1

Tasa específica de mortalidad

3.9

3.98

3.7

3.89

3.87

3.85

3.83

3.5 3.3 3.1 2.9

2.83

2.89

2.92

2.89

2.95

2.7 2.5 2004

2005

2006

2007

2008

Fuente: elaboración de los autores con base en DANE - Estadísticas Vitales.

Por sexo (gráfico 1), el comportamiento de la tasa específica de mortalidad (TEM) en la región Caribe para el período 2004-2008 ha tendido a aumentar en las mujeres y a disminuir en los hombres. La tasa específica de mortalidad por sexo en las mujeres, creció cerca de 0,12 muertes por cada mil habitantes, mientras que en los hombres la TEM disminuyó en 0,15 defunciones por cada mil habitantes en el período 2004-2008. A pesar de que las defunciones, tanto de hombres como de mujeres, crecieron para el período de estudio, la intensidad con que lo hicieron fue distinta. Las defunciones en hombres crecieron a una tasa promedio para el período de 0,33 %, mientras que las defunciones en mujeres crecieron a una tasa promedio de 2,23 %.

164

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008 Gráfica 2. Defunciones de hombres por departamento de la región Caribe, 2004-2008 1437

127

2460

962

2724

2204

3396

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 4817 1547

114

2657

1012

2778

2056

2971

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 4841 1368

103

2510

960

2548

1814

3372

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 5143 1437

127

2460

962 2204

2724 3331

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 4937 1439

128

2348

1018 2094

2574 3132

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 5046

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

Fuente: elaboración de los autores con base en DANE - Estadísticas vitales

Las defunciones en hombres por departamento (gráfico 2) muestran una tendencia a decrecer en departamentos como Atlántico y La Guajira, una tendencia a aumentar en departamentos como Bolívar, Córdoba, Cesar y Magdalena, y una tendencia estable para el caso de San Andrés y Sucre. En Atlántico, Las defunciones de hombres disminuyeron alrededor de 4,6 % del año 2004 al año 2008, pasando de 5.046 defunciones en 2004 hasta 4.817 en 2008. Por otro lado, en lo que concierne a los departamentos con una trayectoria de crecimiento positiva, se destacan la conducta de Bolívar, Cesar y Córdoba, para las cuales los eventos de mortalidad masculina crecieron entre 2004 y 2008 en 8,42 %, 5,25 % y 5,82 %, respectivamente. Por el lado de las mujeres, la mortalidad parece seguir un patrón distinto al de los hombres (gráfico 3). Durante el período, los eventos de mortalidad presentaron aumentos bastante significativos en departamentos como Bolívar, Magdalena, Cesar y Guajira. Para el caso de Bolívar y Magdalena, el crecimiento de las defunciones estuvo alrededor del 10 %. No obstante, Cesar y La Guajira fueron, de lejos, los departamentos que generaron mayor intranquilidad, dado que la mortalidad en mujeres creció exageradamente en 26,4 % y 22,3 %, respectivamente, entre 2004 Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

165


Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán

y 2008. Otros departamentos como Atlántico y Sucre, presentaron crecimientos más moderados (6,35 % y 8,16 %). Finalmente, San Andrés y Córdoba, a pesar de mantener tasas de crecimiento positivas para el periodo, estas fueron mucho menos dinámicas que las del resto de departamentos (1,22 % y 2,09 %, respectivamente). Gráfico 3: Defunciones de mujeres por departamento de la región Caribe, 2004-2008 1140

83

1847

686

1954

1470

2690

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

4141

1251

112

1869

678

2056

1311

2278

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 3963 1187

113

1682

628 1814

2548 3372

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 5143 1087

96

2460

962 2204

1892 2589

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 3908 1054

82

2348

1018 1163

1914 2433

///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 3894

0

500

1000

1500

2000

2500

3000

3500

4000

4500

Fuente: Elaboración de los autores con base en DANE - Estadísticas Vitales.

Una mejor forma de entender el comportamiento de los eventos de mortalidad en la esfera departamental es si se analiza la mortalidad de acuerdo con causas agrupadas (ver anexo B). Departamentos como Atlántico, Bolívar, Cesar y Magdalena exhiben un preocupante aumento de las defunciones por neoplasias entre el año 2004 y el 2008. Córdoba debe poner especial énfasis en la mortalidad relacionada con eventos externos, mientras que Sucre muestra cifras preocupantes de eventos relacionados con mortalidad infantil. Las muertes por afecciones perinatales crecieron 58 % entre 2004 y 2008. Atlántico, Cesar, La Guajira, Magdalena, San Andrés y Sucre lograron disminuir los eventos de mortalidad relacionados con causas externas de una manera sostenida entre 2004 y 2008. En términos absolutos, la mayor disminución la experimentó 166

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

Atlántico con 376 defunciones menos por esta causa. En términos relativos, La Guajira, Atlántico y Sucre lograron reducciones del orden del 30 %, en Cesar y Magdalena fue del orden de 20 % y 11 %, respectivamente. 4. AÑOS POTENCIALES DE VIDA PERDIDOS EN EL CARIBE COLOMBIANO, 2004-2008 Uno de los objetivos de este trabajo es calcular los años potenciales de vida perdidos (APVP), dado que sirven para monitorear el impacto de cierto grupo de enfermedades en determinada población, y tienen una ventaja con respecto a los índices brutos; reflejan la mortalidad en los grupos de edad más temprano, asignando mayor peso a las muertes que ocurren en los más jóvenes. Esto, en términos económicos, tiene importancia, dado que en la medida en que se identifiquen causas de muerte en edades tempranas se pueden formular políticas de salud más efectivas para menguar la carga de dichas afecciones y, asimismo, darle al aparato económico y al mercado laboral posibilidades de renovación. Tabla 2. APVP por sexo en los departamentos de la región Caribe, 2004-2008 Hombres Departamento

2004

2005

2006

2007

2008

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

Atlántico

96.919

25,2

90.801

25,1

88.480

25,9

78.624

23,9

70.836

22,6

Bolívar

66.629

17,3

69.158

19,1

62.283

18,2

52.461

15,9

57.473

18,3

Cesar

52.083

13,5

46.558

12,9

40.581

11,9

45.331

13,8

44.779

14,3

Córdoba

55.786

14,5

53.680

14,8

47.197

13,8

49.277

15,0

52.314

16,7

La Guajira

31.120

8,1

29.474

8,1

26.779

7,8

26.746

8,1

23.005

7,3

Magdalena

52.848

13,7

47.697

13,2

51.988

15,2

52.265

15,9

42.641

13,6

San Andrés

2.165

0,6

2.001

0,6

1.988

0,6

2.279

0,7

1.735

0,6

Sucre

27.110

7,0

22.759

6,3

22.622

6,6

22.497

6,8

21.128

6,7

Total

384.659 100,0 362.127 100,0 341.917 100,0 329.479 100,0 313.911 100,0 Mujeres

Departamento

2004

2005

2006

2007

2008

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

Atlántico

57.017

26,2

54.502

25,0

51.750

23,8

45.491

20,9

41.879

19,2

Bolívar

39.090

17,9

42.852

19,7

35.048

16,1

28.614

13,1

33.331

15,3

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

167


Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán Hombres Departamento

2004

2005

2006

2007

2008

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

APVP

Part. %

Cesar

24.578

11,3

22.198

10,2

23.489

10,8

24.121

11,1

28.083

12,9

Córdoba

35.719

16,4

30.850

14,2

28.935

13,3

29.120

13,4

28.095

12,9

La Guajira

14.108

6,5

17.704

8,1

16.691

7,7

17.096

7,8

15.190

7,0

Magdalena

31.351

14,4

29.049

13,3

28.074

12,9

31.054

14,3

27.096

12,4

San Andrés

1.215

0,6

1.293

0,6

1.091

0,5

1.181

0,5

734

0,3

Sucre

14.776

6,8

14.228

6,5

17.423

8,0

15.867

7,3

13.467

6,2

Total

217.855 100,0 212.677 100,0 202.500 100,0 192.544 100,0 187.873 100,0 Fuente: elaboración de los autores con base en DANE - Estadísticas vitales

Los resultados de las estimaciones al utilizar la metodología de los años potenciales de vida perdidos en el ámbito regional (tabla 2), muestran que los APVP totales (suma de hombres y mujeres) tienen clara tendencia a disminuir en el tiempo. Pasan de 602 514 años perdidos en 2004 a 498 652 en 2008, esto equivale a un disminución del 20,8 % entre el 2004 y el 2008. El comportamiento de los APVP, obedece a que el impacto de la mortalidad en los menores de un año ha disminuido. Para efectos de esta metodología se pondera de una mayor manera a las defunciones de menor edad por lo cual cuando estas experimentan una diminución, el valor de los años potenciales de vida perdidos tiende a hacerlo también. En la esfera departamental, Atlántico, seguido de Bolívar, Córdoba, Magdalena y Cesar son los que mayor cantidad de APVP generan. Sucre, La Guajira y San Andrés tienen los menores aportes. Aunque Atlántico y Bolívar sean los departamentos con mayor APVP, el comportamiento o la tendencia de estos son diferenciadas. Atlántico, en el año 2004, tenía 153 936 APVP, mientras que para el año 2008 los APVP fueron de 112 715; esto equivale a una disminución del 26,7 %. El caso de Atlántico es único en la región, ya que fue el único en donde, año a año, entre el 2004 y el 2008, sus APVP disminuyeron de manera consistente; este fenómeno es explicado, en gran parte, por la disminución que ha experimentado Atlántico en los índices de mortalidad en los más jóvenes, donde el número de muertes en los menores de un año ha disminuido en 16,3 %, y en la edad que concentra la mayor cantidad de defunciones por causa externa, que es el grupo de 15 a 44 años, la disminución ha sido aún más dinámica con 21,7 % (Anexo C). 168

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

Bolívar, por su parte, muestra una tendencia inestable: creciente, para unos años, decreciente, para otros. En el año 2004, Bolívar tenía 105 719 APVP; para el año 2005 habían subido a 112 010, para decrecer, de manera sólida, entre 2006-2007 (de 97 331 a 81 075 APVP); en 2008, los APVP en Bolívar vuelven a la cifra de los 90 mil (90 804). La inestabilidad de los APVP no es una constante solo para Bolívar: existen otros departamentos con la misma conducta. Cesar y Córdoba, comienzan el período de estudio con 76.661 y 91.505 APVP, respectivamente, luego en los años siguientes comienzan a disminuir, para luego, retomar en el año 2008 niveles de APVP muy parecidos a los del año inicial, en el caso de Cesar (72.862), y niveles aun bajos comparados con los del comienzo del período para el caso de Córdoba (80.409). En los casos de Bolívar y Cesar, la explicación de este fenómeno está relacionada con la proliferación de la mortalidad en las edades más avanzadas (>45 años). Para el caso de Córdoba, la explicación pasa más por el comportamiento de la mortalidad en el grupo de edad más productivo (15 a 44 años). Entre 2004 y 2006, dicho grupo de edad exhibió una tendencia decreciente, pero a partir de 2007 los fenómenos de mortalidad se expandieron en cerca de 17 %, jalonando el comportamiento de los APVP. Por otra parte, para todos los años de estudio y en cada departamento del Caribe, el sexo masculino genera mayor número de APVP que el femenino, lo que indica una tendencia a la mortalidad temprana más marcada en hombres que en mujeres (tabla 2). En lo que concierne a la valoración de los APVP en la región Caribe colombiana (tabla 3), las pérdidas originadas por la mortalidad evitable en todo el periodo 20042008 equivalen a 15,09 billones de pesos aproximadamente (a precios del 2008). El año 2004, es el año en el que más pérdidas se presentan en la esfera regional (3,23 billones de pesos), mientras que el 2008 es el de menos pérdidas (2,76 billones). El valor de los APVP en dólares para el período 2004-2008 fue de 8,474 millones de dólares y representa en promedio el 5,2 % del PIB en el ámbito regional. La tendencia que muestra el valor económico de los APVP en el periodo de estudio es decreciente. En el ámbito departamental, si bien se muestra una tendencia decreciente tanto en el valor económico de las vidas como en su participación regional, departamentos como Bolívar, Cesar y Córdoba han aumentado su participación dentro de la valoración regional, en detrimento de departamentos como Atlántico que muestra patrones claros de disminución de las muertes entre 2004 y 2008 en los grupos de edad de menores de 1 año, y de 15 a 44 años.

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán Tabla 3. Estimaciones del valor económico de los APVP de los departamentos de la región Caribe en el período 2004-2008 y comparación con el PIB regional (miles de millones de pesos de 2008)

Depart.

Atlántico

Bolívar

Cesar

Córdoba

La Guajira

170

Año

Valor Part. económico Regional APVP (%)

Variación valor APVP

PIB

Part. Regional (%)

Partic. Variación Valor PIB APVP en el PIB (%) 8,25

2004

824,5

25,55

9998,8

26,44

2005

790,9

25,28

-4,07

11633,1

26,56

16,3

6,80

2006

781,4

25,67

-1,21

13945,7

26,55

19,9

5,60

2007

695,5

23,72

-10,99

17338,3

27,35

24,3

4,01

2008

606,9

21,98

-12,75

20091,0

26,66

15,9

3,02

2004

566,2

17,55

9844,8

26,04

5,75

2005

609,7

19,49

7,68

11146,2

25,45

13,2

5,47

2006

542,3

17,82

-11,05

13539,7

25,78

21,5

4,01

2007

454,3

15,50

-16,22

16293,5

25,70

20,3

2,79

2008

502,9

18,21

10,68

18875,0

25,05

15,8

2,66

2004

410,6

12,72

4306,4

11,39

9,53

2005

374,3

11,96

-8,85

5230,4

11,94

21,5

7,16

2006

357,0

11,73

-4,61

6198,3

11,80

18,5

5,76

2007

389,2

13,28

9,02

6989,6

11,03

12,8

5,57

2008

403,5

14,61

3,68

9738,0

12,92

39,3

4,14

2004

490,1

15,19

5389,2

14,25

9,09

2005

460,1

14,71

-6,12

5995,7

13,69

11,3

7,67

2006

434,0

14,26

-5,68

7309,8

13,92

21,9

5,94

2007

445,7

15,20

2,69

9442,3

14,89

29,2

4,72

2008

445,3

16,13

-0,09

9003,0

11,95

-4,7

4,95

2004

242,2

7,51

2714,3

7,18

8,92

2005

256,8

8,21

6,01

3300,2

7,53

21,6

7,78

2006

242,2

7,96

-5,69

3887,3

7,40

17,8

6,23

2007

245,7

8,38

1,43

4227,5

6,67

8,8

5,81

2008

211,5

7,66

-13,90

6598,0

8,76

56,1

3,21

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

Depart.

Magdalena

San Andrés

Sucre

Región

Año

Valor Part. económico Regional APVP (%)

Variación valor APVP

PIB

Part. Regional (%)

Partic. Variación Valor PIB APVP en el PIB (%) 13,74

2004

451,0

13,97

3282,1

8,68

2005

417,8

13,35

-7,37

3905,7

8,92

19,0

10,70

2006

446,1

14,66

6,79

4483,1

8,54

14,8

9,95

2007

466,9

15,93

4,66

5391,2

8,50

20,3

8,66

2008

386,2

13,99

-17,28

6639,0

8,81

23,1

5,82

2004

18,1

0,56

458,8

1,21

3,95

2005

17,9

0,57

-0,95

504,6

1,15

10,0

3,55

2006

17,2

0,56

-4,31

591,4

1,13

17,2

2,90

2007

19,4

0,66

13,02

728,1

1,15

23,1

2,66

2008

13,7

0,50

-29,49

847,0

1,12

16,3

1,61

2004

224,3

6,95

1816,7

4,80

12,35

2005

201,3

6,43

-10,25

2082,4

4,75

14,6

9,67

2006

223,1

7,33

10,82

2569,3

4,89

23,4

8,68

2007

215,0

7,33

-3,65

2984,0

4,71

16,1

7,20

2008

191,6

6,94

-10,89

3571,0

4,74

19,7

5,36

2004

3.227,1

100,0

37811,3

100,0

8,53

2005

3.128,9

100,0

-3,04

43798,3

100,0

15,8

7,14

2006

3.043,3

100,0

-2,74

52524,6

100,0

19,9

5,79

2007

2.931,7

100,0

-3,67

63394,6

100,0

20,7

4,62

2008

2.761,5

100,0

-5,80

75362,0

100,0

18,9

3,66

Fuente: elaboración de los autores con base en DANE - Estadísticas Vitales.

A pesar de que la tendencia que muestra la participación del valor económico de las muertes dentro del PIB regional es decreciente, este comportamiento no debe interpretarse como algo positivo; más bien se debe aclarar que obedece a que el PIB regional ha crecido a una tasa promedio para el período de 12,5 %, mientras que el valor económico de las vidas perdidas lo hace a una tasa promedio para el periodo de -3,5 %. Lo anterior indica que a pesar de que se ha logrado disminuir las cifras de mortalidad, y con ello los años potenciales de vida perdidos de algunos Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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grupos de edad neurálgicos, como el de menores de 1 año, y el de 15 a 44 años, se debe tener cuidado con las particularidades o patrones de mortalidad de cada departamento. La mortalidad es un fenómeno con características propias de cada unidad territorial. En general, para la región Caribe se ha logrado disminuir la mortalidad en los menores de un año y en el grupo de 15 a 44 años. El primer grupo normalmente es para el que se obtienen, en promedio, mayor cantidad de años perdidos (controlando por número de defunciones), por lo cual los resultados de las estimaciones son coherentes. Por su parte, es muy representativo y positivo para la región que la mortalidad en un grupo de edad neurálgico para el mercado laboral y para el consumo de bienes y servicios, como el de 15 a 44 años, esté mostrando una tendencia decreciente. 5. CONCLUSIONES Usando las estadísticas vitales del DANE entre 2004 y 2008, este documento aplica la metodología del capital humano de valoración de la vida, para estimar el valor económico de los años de vida perdidos en los departamentos de la región Caribe. Este método ha sido anteriormente utilizado por Alvis y Alvis (2009), Alvis y de la Hoz (2004), Alvis y otros (2009), entre otros. En este trabajo se alcanza una dimensión de análisis hasta ahora ausente en la bibliografía: se estima el valor económico para una región y sus departamentos, teniendo en cuenta aspectos como el sexo y grupos de edad por departamento. En estudios anteriores como el de Alvis y otros (2009), el foco se centraba en la valoración económica para una enfermedad; para un grupo de enfermedades, en el caso de Alvis y de la Hoz (2004), o para un municipio, como Alvis y Alvis (2009). Si bien, este trabajo arroja conclusiones que no son comparables con estudios que aplican la misma metodología, la riqueza o el aporte adicional de estudiar una región de manera íntegra es que permite entender de mejor manera la dinámica de la mortalidad en el área departamental y su relación con los otros entes territoriales; además, que sirve como punto de comparación en la medida en que se encuentre evidencia de experiencias de control de la mortalidad positivas en unos departamentos con respecto a otros en donde las tendencias de mortalidad de algún grupo de causas son desfavorables. Los resultados, en términos desagregados, muestran que en algunos departamentos las defunciones crecen a una mayor tasa promedio que en otros. Ejemplos claros de esta situación son La Guajira y Sucre que, al contrario de Bolívar, Atlántico y Magdalena, presentan las tasas de crecimiento promedio de las defunciones más 172

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

altas de la región. La situación en Atlántico merece una mirada más detallada de sus tendencias de mortalidad, ya que es dentro de la región el único departamento con un comportamiento casi invariable en términos de defunciones de 2004 a 2008; asimismo, muestra cifras de mortalidad menores en los grupos de edad de menores de 1 año, y de 15 a 44 años (Anexo C), que son en términos de valor económico, de mayor importancia económica relativa. Lo anterior ha permitido que departamentos como Bolívar y Cesar ganen participación relativa. Dos rasgos muy interesantes distinguen la mortalidad en el área regional; en primera instancia, los grupos de mayor edad (45 en adelante) sufren aumentos importantes y sostenidos en el tiempo en cuanto a su número de defunciones; esto podría obedecer a un descuido en las políticas en materia de salud que buscan proteger a los adultos para que puedan tener una vejez tranquila y así en muchos casos poder dedicar los últimos años de su vida de manera íntegra a su familia después de entregarle los más productivos al mercado laboral. El segundo punto de discusión importante es que los grupos de menor edad (menores de 45 años) han sufrido disminuciones importantes en materia de eventos de mortalidad; esto puede ser benéfico en el largo plazo dado que la gente que se encuentra en esta edad tiende a ser más productiva y aportar mayor cantidad de consumo de bienes y servicios, por lo cual su impacto dentro de la producción nacional es importante. Más allá de los resultados que en el área regional sugieren que las políticas sanitarias están teniendo efecto positivo sobre la disminución de la mortalidad, es imprescindible mencionar que por departamento y controlando por causas agrupadas esta afirmación puede arrojar interpretaciones erróneas y recomendaciones de política bastante lejanas a la realidad de cada departamento. Al tener en cuenta las causas agrupadas de defunción por departamento, las políticas deben estar orientadas hacia aquellas defunciones o grupo de defunciones que muestran indicios de aumento para el período de estudio. En Atlántico, Bolívar, Cesar y Magdalena, se debe prestar particular atención al comportamiento de las defunciones provocadas por neoplastias (tumores), que muestran una tendencia de crecimiento preocupante. En Córdoba, el énfasis se debe colocar en la mortalidad por causas externas, principalmente en materia de homicidios. Córdoba, ha sido después del proceso de desmovilización armada, uno de los departamentos con mayor aumento en los homicidios, no solo por la conveniencia que ven los grupos al margen de la ley, dada su posición estratégica entre la costa caribe y el interior del país, sino también por ser uno de los departamentos con una estructura productiva (mayormente agrícola) que los favorece en el desarrollo de sus actividades delictivas. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán

Finalmente, es imprescindible mencionar que, a pesar de que la base de datos obtenida a partir de las estadísticas vitales del DANE es muy valiosa, no cuenta con el nivel de desagregación necesario para llegar a reflexiones concluyentes sobre las tendencias de mortalidad en los departamentos de la región Caribe; asimismo, es importante hacer notar que en este trabajo no se asume ninguna posición respecto al tratamiento del subregistro, el cual es un problema inherente a cualquier base de datos que lleve registros de mortalidad. BIBLIOGRAFÍA Alvis, N. y Alvis, L. (2009). Costos económicos de la mortalidad evitable en Cartagena, Colombia, 2000–2005. En: Revista de Salud Pública. Vol. 11, N.° 6, pp. 970-978. Alvis, N.; Correa, J.; López, C. y Pattigno, G. (2009) Impacto económico de la mortalidad por SIDA en Colombia 1997-2001. En: Revista Panorama Económico. N.° 15, pp. 145-169. Alvis, N. y De La Hoz, F. (2004). Tendencias de la mortalidad por enfermedades infecciosas en Cartagena de Indias, Colombia, 1995–2000. En: Revista de Salud Pública. Vol. 6, N.° 3, pp. 235-252. Arriaga, E. (1984). Measuring and explaining the change of life expectancies. En: Demography. Vol. 21, N.° 1, pp. 83-96. Arriaga E. (1996). Los años de vida perdidos: su utilización para medir el nivel y el cambio de la mortalidad. En: Notas de Población. Vol. 24, N.° 63, pp. 7-38. Bertone, C.; Andrada, M. y Peranovich, A. (2008). Análisis comparativo de la mortalidad por grandes grupos de causas de muerte en el estado de Piauí (Brasil) y la provincia de Chaco (Argentina) en el período 2000-2005. III Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, ALAP. Córdoba –Argentina. Bocco, M. (1996). La relación entre los años de vida perdidos y la esperanza de vida: Aplicaciones para el análisis de la mortalidad. En: Notas de Población. Vol. 24, N.° 63, pp. 39-60. Boleda M, Arriaga E. (2000). América Latina: mortalidad por accidentes y por violencia contra las personas. En: Notas de Población. Vol. 28, N.° 70, pp. 87-119. Disponible en: http://www. eclac.org/publicaciones/xml/6/6776/lcg21003.pdf . Cruz, Salvador y Muñoz, María (2005). Some considerations on the social discount rate. En: Environmental Science and Policy. N.° 8, pp. 343-355. Dempsey, M. (1947). Decline in tuberculosis: The death rate fails to tell the entire story. En: Am Rev Tubercul. Vol. 86, pp. 157-64. Dickinson F. y Welker E. (1948). What is the leading cause of death? Two new measures. En: Bureau of Medical Economic Research. American Medical Association. Bulletin 64. Haenszel W. (1950). A standardized rate for mortality defined in units of lost years of life. En: Am J Public Health. Vol 40, pp. 17-26.

174

Universidad de Medellín


Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008 Farr, W. (1853). The Income and Property Tax. En: Journal of the Statistical Society of London. Vol. 16, pp. 1-44. Landry, A. (1934). Le révolution démographique - Études et essais sur les problèmes de la population. INED-Presses Universitaires de France. López, E., Arce, P. (2008). Efectos de las causas de mortalidad adulta en la esperanza de vida, entre 1985 y 1999, según regiones colombianas. En: Biomédica, Vol. 28, N.° 3, pp. 414-422. OPS -Organización Panamericana de la Salud- (1995). Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud. Décima Revisión. Vols. 1-3. Washington, DC. Pérez, M., Santiago M.; Cerdeira, S., Alonso, B.; Malvar, A. Y Hervada, X. (2009) Mortalidad y años de esperanza de vida perdidos a causa del tabaquismo en personas mayores de 35 años en Galicia en el período 2001- 2006. En: Revista Española de Salud pública. Vol. 83, N.° 4, pp. 557-565. Petty, W. (1960). Political Arithmetick. En: Archive for the History of Economic Thought. MacMater University, Canadá. Smith A. (1776). An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations. London. Edited by The electric Book Company Ltd, p. 1227. Toro, M.; García, O.; Sanchez, J. y Moreno R. (2007). Años de vida potencialmente perdidos por la población de municipio de Itagüí. CES, Facultad de Medicina. División de Salud Pública, 49 pp.

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

175


Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán

ANEXOS Anexo 1. Mortalidad por causas agrupadas en los departamentos de la Región Caribe, 2004-20084.

Causa

Atlántico M

%

Bolívar M

%

Cesar M

%

La Guajira Magdalena San Andrés

M

M

%

M

%

M

%

M

%

473 10,7 153

9,9

322

211

8,6 1188 9,5

%

Sucre

Región M

%

2004

1

886 10,0 568 10,4 286

8,3

8

3,9

2

1414 16,0 882 16,1 429 13,4 652 14,7 173 11,1 525 13,5

32

15,5 372 15,2 2232 17,9

3

2949 33,3 1755 32,0 824 25,7 1468 33,1 303 19,5 1220 31,3

70

33,8 908 37,1 4564 36,5

4

365

5,8

10

4,8

635

5,1

5

1196 13,5 694 12,7 859 26,8 582 13,1 549 35,4 736 18,9

35

16,9 401 16,4 580

4,6

6

2043 23,1 1280 23,4 639 19,9 979 22,1 292 18,8 866 22,2

52

25,1 496 20,3 3305 26,4

4,1

297

5,4

174

8,9

Córdoba

5,4

283

6,4

82

5,3

227

61

2,5

Total 8853 100 5476 100 3211 100 4437 100 1552 100 3896 100 207 100 2449 100 12504 100

2005

1

928 10,6 605 10,4 257

7,7

14

6,3

2

1435 16,4 889 15,3 434 13,8 646 14,8 202 12,0 631 15,9

48

21,5 372 15,8 2358 18,2

3

2729 31,2 1777 30,6 796 25,2 1466 33,6 358 21,3 1259 31,6

63

28,3 859 36,4 4483 34,7

4

385

5,6

9

4,0

673

5,2

5

1099 12,6 878 15,1 791 25,1 551 12,6 461 27,4 610 15,3

34

15,2 304 12,9 675

5,2

6

2177 24,9 1372 23,6 699 22,2 1028 23,5 329 19,6 946 23,8

55

24,7 561 23,8 3530 27,3

4,4

295

5,1

178

8,1

5,6

376

300

8,6

6,9

186 11,1 308

145

8,6

224

194

67

8,2 1218 9,4

2,8

Total 8753 100 5816 100 3155 100 4367 100 1681 100 3978 100 223 100 2357 100 12937 100

2006

1

854

9,4

206

9,6

320 10,0

14

1,8

184

2

1489 16,4 909 15,6 463 15,0 642 14,7 195

9,1

644 20,0

43

5,7

388 11,8 2397 18,1

3

2859 31,4 1863 31,9 845 27,4 1500 34,3 328 15,3 1278 39,8

70

9,2

937 28,4 4617 34,8

4

397

8,0

10

1,3

91

606

4,6

5

1135 12,5 853 14,6 687 22,3 560 12,8 369 17,2 668 20,8

27

3,6

331 10,0 728

5,5

6

2365 26,0 1388 23,8 592 19,2 1067 24,4 962 44,7

595 78,4 1364 41,4 3722 28,1

4,4

614 10,5 299

208

3,6

194

9,7

6,3

372

238

8,5

5,4

90

4,2

256

49

1,5

5,6 1189 9,0

2,8

Total 9099 100 5835 100 3080 100 4379 100 2150 100 3215 100 759 100 3295 100 13259 100

*

176

Los números que denotan las causas corresponden a la siguiente relación: enfermedades transmisibles (1), neoplastias (2), enfermedades del sistema circulatorio (3), afecciones perinatales (4), causas externas (5), demás causas (6).

Universidad de Medellín


Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

Causa

Atlántico M

%

Bolívar M

Cesar %

Córdoba

La Guajira Magdalena San Andrés

M

M

%

M

9,5

351 10,6 401

%

Región

M

%

M

%

M

%

M

%

245 14,6 374

216

7,8 1298 9,7

2007

1

914 10,5 491

8,3

14

6,2

2

1535 17,6 906 17,5 516 15,5 708 15,0 241 14,4 703 15,7

43

19,0 417 15,1 2455 18,4

3

2784 31,9 1546 29,9 818 24,6 1578 33,5 363 21,6 1362 30,4

64

28,3 1065 38,5 4605 34,6

4

356

6,3

8

3,5

607

4,6

5

938 10,7 745 14,4 665 20,0 678 14,4 318 19,0 755 16,8

35

15,5 299 10,8 623

4,7

6

2205 25,3 1266 24,5 798 24,0 1107 23,5 381 22,7 1008 22,5

62

27,4 674 24,4 3732 28,0

4,1

209

4,0

174

5,2

236

8,5

%

Sucre

5,0

130

7,7

281

95

3,4

Total 8732 100 5163 100 3322 100 4708 100 1678 100 4483 100 226 100 2766 100 13320 100

2008

1

874

9,9

549

9,3

8,0

15

7,2

2

1629 18,4 1014 17,1 528 14,7 635 13,9 234 14,4 690 16,3

38

18,3 402 15,8 2577 18,8

3

2866 32,4 1794 30,3 955 26,5 1452 31,8 349 21,5 1341 31,6

82

39,4 926 36,3 4727 34,4

4

331

3,7

253

5,4

13

6,3

621

4,5

5

820

9,3

692 11,7 684 19,0 854 18,7 329 20,3 610 14,4

21

10,1 280 11,0 575

4,2

6

2327 26,3 1614 27,3 923 25,6 1055 23,1 406 25,0 1029 24,3

39

18,8 671 26,3 4130 30,1

4,3

303

208

8,4

5,8

316

253

6,9

5,5

182 11,2 338

124

7,6

230

175

6,9 1098 8,0

95

3,7

Total 8847 100 5916 100 3601 100 4565 100 1624 100 4238 100 208 100 2549 100 13728 100

Fuente: DANE – Estadísticas Vitales, Cuentas Departamentales. Cálculos de los autores.

Anexo 2. Mortalidad por grupo de edad en los departamentos de la Región Caribe, 2004-2008

Grupo

Atlántico M

%

<1

728

8,1

1-4

142

5-14

99

Bolívar M

%

Cesar M

%

Córdoba M

%

La Guajira Magdalena San Andrés M

%

M

%

Sucre %

Región

2004

M

%

M

M

%

564 10,1 376 11,5 529 11,8 194 12,3 432 10,9

12

5,7

164

6,6 2.999

9,8

1,6

121

2,2

65

2,0

88

2,0

65

4,1

100

2,5

2

1,0

49

2,0

632

2,1

1,1

100

1,8

62

1,9

80

1,8

42

2,7

85

2,1

4

1,9

42

1,7

514

1,7

15-44 1.607 18,0 980 17,6 831 25,5 813 18,1 514 32,6 794 20,0

40

19,0 465 18,7 6.044 19,8

45-64 1.752 19,6 919 16,5 653 20,0 798 17,8 294 18,6 742 18,7

44

21,0 451 18,1 5.653 18,5

>65 4.523 50,6 2.866 51,5 1.213 37,2 2.131 47,5 449 28,4 1.771 44,6 107 51,0 1.270 50,9 14.330 47,0 N.D

89

1,0

15

0,3

57

1,8

49

1,1

22

1,4

49

1,2

1

0,5

52

2,1

334

1,1

Total 8.940 100 5.565 100 3.257 100 4.488 100 1.579 100 3.973 100 210 100 2.493 100 30.506 100

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

177


Andrés Castaño Zuluagua • Juan Correa Reyes • Luis Alvis Estrada • Nelson Alvis Guzmán Atlántico

Grupo

Bolívar %

Cesar M

%

Córdoba M

%

La Guajira Magdalena San Andrés

M

%

M

M

%

M

%

<1

750

8,5

616 10,4 336 10,5 536 12,0 277 16,4 429 10,6

1-4

134

1,5

125

2,1

66

2,1

75

1,7

52

3,1

75

5-14

113

1,3

91

1,5

61

1,9

79

1,8

42

2,5

100

Sucre

Región

2005

M

%

M

%

M

%

14

6,3

175

7,2

1,9

0

0,0

34

1,4

561

1,8

2,5

3

1,3

39

1,6

528

1,7

15-44 1.478 16,7 1.106 18,7 777 24,3 716 16,1 473 27,9 705 17,4

40

17,9 381 15,6 5.676 18,4

45-64 1.665 18,8 1.014 17,1 593 18,5 790 17,7 283 16,7 695 17,2

50

22,3 453 18,6 5.543 18,0

3.133 10,2

>65 4.626 52,3 2.945 49,8 1.323 41,3 2.245 50,3 553 32,7 2.010 49,7 115 51,3 1.313 53,9 15.130 49,1 N.D

79

0,9

22

0,4

48

1,5

19

0,4

13

0,8

31

0,8

2

0,9

40

1,6

254

0,8

Total 8.845 100 5.919 100 3.204 100 4.460 100 1.693 100 4.045 100 224 100 2.435 100 30.825 100

2006

<1

746

8,1

471

7,9

367 11,8 438

9,8

259 16,3 477 11,4

15

7,0

210

8,2

2.983

9,5

1-4

114

1,2

102

1,7

67

2,2

89

2,0

93

5,9

78

1,9

4

1,9

52

2,0

599

1,9

5-14

138

1,5

103

1,7

66

2,1

92

2,1

40

2,5

89

2,1

25

11,6

47

1,8

600

1,9

15-44 1.449 15,7 1.070 18,0 642 20,7 692 15,5 385 24,2 770 18,4

32

14,9 375 14,7 5.415 17,3

45-64 1.699 18,4 1.075 18,1 579 18,6 795 17,8 248 15,6 719 17,2

78

36,3 479 18,7 5.672 18,1

>65 4.981 54,1 3.115 52,3 1.371 44,1 2.333 52,2 556 35,0 2.041 48,7

61

28,4 1.364 53,4 15.822 50,6

N.D

0

0,0

82

0,9

16

0,3

16

0,5

29

0,6

8

0,5

18

0,4

28

1,1

197

0,6

Total 9.209 100 5.952 100 3.108 100 4.466 100 1.588 100 4.192 100 215 100 2.555 100 31.288 100 <1

690

7,8

407

7,8

412 12,2 453

9,4

302 17,9 484 10,7

16

7,0

202

7,2

2.966

9,4

1-4

89

1,0

65

1,2

81

2,4

75

1,6

74

4,4

92

2,0

4

1,8

35

1,3

515

1,6

5-14

119

1,4

81

1,5

64

1,9

85

1,8

41

2,4

77

1,7

35

15,4

52

1,9

554

1,8

2007

15-44 1.320 15,0 944 18,0 731 21,7 815 16,9 353 20,9 880 19,4

29

12,8 397 14,2 5.469 17,4

45-64 1.616 18,4 997 19,0 599 17,8 815 16,9 287 17,0 801 17,7

81

35,7 481 17,2 5.677 18,0

>65 4.921 55,9 2.736 52,1 1.449 43,0 2.560 53,0 616 36,4 2.173 48,0

62

27,3 1.619 57,9 16.136 51,2

N.D

0

0,0

49

0,6

22

0,4

34

1,0

31

0,6

17

1,0

19

0,4

12

0,4

184

0,6

Total 8.804 100 5.249 100 3.367 100 4.834 100 1.690 100 4.526 100 227 100 2.798 100 31.501 100 <1

626

7,0

1-4

70

0,8

5-14

96

1,1

516

8,5

402 10,9 455

9,7

247 15,0 410

2008

9,5

18

8,6 206 8,0 2.880

77

1,3

88

2,4

109

1,8

69

1,9

68

1,5

73

4,4

96

2,1

39

2,4

9,0

65

1,5

0

0,0

21

0,8

462

1,4

68

1,6

2

1,0

38

1,5

517

1,6

15-44 1.258 14,0 989 16,3 764 20,8 947 20,2 356 21,6 771 17,9

21

10,0 358 13,9 5.464 17,0

45-64 1.712 19,1 1.100 18,1 700 19,1 749 16,0 276 16,7 770 17,9

43

20,5 493 19,1 5.843 18,2

>65 5.139 57,4 3.262 53,6 1.612 43,9 2.347 50,2 636 38,6 2.218 51,5 124 59,0 1.452 56,3 16.790 52,2 N.D

57

0,6

33

0,5

39

1,1

16

0,3

21

1,3

5

0,1

2

1,0

9

0,3

182

0,6

Total 8.958 100 6.086 100 3.674 100 4.678 100 1.648 100 4.307 100 210 100 2.577 100 32.138 100

Fuente: Dane – Estadísticas Vitales, Cuentas Departamentales. Cálculos de los autores

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Valoración económica de la mortalidad en la región Caribe de Colombia, 2004-2008

La conformación de la región Caribe se hizo de acuerdo la división política administrativa de Colombia. Según esta, la región Caribe está conformada por 8 departamentos: Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y San Andrés y Providencia. Uno de los temas más importantes a la hora de utilizar el método de capital humano de valoración de la vida humana, es la definición de la tasa de descuento a utilizar. En este estudio se utilizara la tasa promedio encontrada en los trabajos metodológicamente parecidos, que oscila entre el 3% y 5%. Los números que denotan las causas corresponden a la siguiente relación: enfermedades transmisibles (1), neoplastias (2), enfermedades del sistema circulatorio (3), afecciones perinatales (4), causas externas (5), demás causas (6).

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 155-180 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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¿UN CONCEJO QUE SE TRANSFORMA?: EL ANÁLISIS DE LAS RELACIONES DE GOBERNANZA DEL CONCEJO DE MEDELLÍN ENTRE 2008 Y 2011* Santiago Leyva Botero** Luis Fernando Agudelo Henao*** Recibido: noviembre 15 de 2011 • Aceptado: mayo 24 de 2012

RESUMEN Este artículo examina las relaciones de gobernanza en red del Concejo de Medellín con la sociedad civil. El propósito es explorar si se han presentado transformaciones importantes en esta corporación que permitan hablar de un rompimiento de las relaciones clientelares. Para este efecto, se analiza el concepto de gobernanza, luego se hace una revisión sobre la evolución del concepto, seguido de la aplicación de una serie de entrevistas. El artículo llega a la conclusión de que el Concejo de Medellín ha presentado cambios importantes en los últimos años, especialmente en lo referente a la capacidad de control político. Las evidencias muestran que es aún prematuro hablar de gobernanza en red en el Concejo de Medellín, pues las redes políticas siguen estando enfocadas a lograr lealtades electorales, sin alcanzar una apertura mayor a otras formas de organización de la sociedad civil.

PALABRAS CLAVE Gobierno local, concejo municipal, representación, gobernanza, descentralización, redes políticas.

CLASIFICACIÓN JEL H11, H70, H77.

CONTENIDO Introducción; 1. Gobernanza en red; 2. Examen de las relaciones de gobernanza en red en el Concejo de Medellín en el periodo 2008-2011; 3.Conclusiones; Bibliografía; Anexos. *

Este artículo de investigación es producto de los trabajos desarrollados en dos grupos: (1) Grupo de Investigación en Contabilidad y Gestión Pública de la Universidad de Medellín, clasificado en B, con el proyecto “Observatorio de Políticas Públicas del Concejo de Medellín”, financiado por el Concejo de Medellín, La Universidad EAFIT y la Universidad de Medellín. Julio de 2009- noviembre 2011 y (2) Grupo de investigación Estudios sobre Política y Lenguaje (categoría A1-Colciencias), con la investigación “Las transformaciones del Estado a nivel del gobierno local. Medellín 2000-2010” desarrollada y financiada en 2011 en el marco del grupo Estudios sobre Política y Lenguaje del Departamento de Humanidades de la Universidad EAFIT.

**

Administrador de Negocios, Universidad EAFIT. Maestría de Investigación en Cambio Organizacional –énfasis en sector público– Universidad de Lancaster, UK. PhD. en Administración Pública de la Universidad de Lancaster, UK. Profesor Titular - Universidad EAFIT, Miembro del Grupo de Investigación Estudios sobre Política y Lenguaje (categoría A1-Colciencias), Medellín, Colombia. Correo electrónico: sleyvabo@eafit.edu.co.

***

Contador Público, Universidad de Medellín. Magíster en Gerencia Pública, UNPSJB, Argentina. Candidato a Ph. D. en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia. Profesor de Cátedra, Maestría en Gobierno de la Universidad de Medellín, Colombia. Correo electrónico: luisfah@gmail.com.

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Santiago Leyva Botero • Luis Fernando Agudelo Henao

A COUNCIL THAT TRANSFORMS FROM WITHIN? THE ANALYSIS OF THE GOVERNANCE RELATIONSHIP OF THE MEDELLIN COUNCIL BETWEEN 2008 AND 2011 ABSTRACT This article examines the relationship between governance and the Medellin Council network, the purpose is to explore if there has been important transformations in this corporation that might speak of a breakdown of client relations. For this purpose, the governance concept is analyzed followed by a concept evaluation review proceeded by the application of a series of interviews. The paper concludes that the council of Medellin has introduced important changes in recent years, especially with regards to the ability of political control. The evidence shows that it is still premature to talk about networked governance in the Council of Medellin, because political networks remain focused on achieving electoral loyalties, without reaching a greater openness to other forms of civil society organization.

KEY WORDS Local government, municipal council, representation, governance, decentralization, political networks.

JEL CLASSIFICATION H11, H70, H77

CONTENT Introduction; 1. Network governance; Networked governance relations test for the Council of Medellin in the period 2008-2011; 3. Conclusions, Bibliography, Attachments.

UM CONSELHO QUE SE TRANSFORMA?: A ANÁLISE DAS RELAÇÕES DE GOBERNANZA DO CONSELHO DE MEDELLÍN ENTRE 2008 E 2011 RESUMO Este artigo examina as relações de governança em rede do Conselho de Medellín com a sociedade civil, o propósito é explorar se tem se apresentado transformações importantes nesta corporação que permita falar de um rompimento das relações clientelistas. Para este efeito, se realiza uma análise do conceito de governança, logo se faz uma revisão sobre a evolução do conceito, seguido da aplicação de uma serie de entrevistas. O artigo chega à conclusão de que o Conselho de Medellín tem presentado mudanças importantes nos últimos anos, especialmente no que se refere à capacidade de controle político. As evidencias mostram que é ainda prematuro falar de governança em rede no Conselho de Medellín, já que as redes políticas continuam estando focadas em conseguir lealdades eleitorais, sem atingir uma maior apertura a outras formas de organização da sociedade civil.

PALAVRAS CHAVE Governo local, Conselho municipal, representação, governança, descentralização, redes políticas.

CLASIFICAÇÃO JEL H11, H70, H77.

CONTEÚDO Introdução; 1. Governança em rede; 2. Exame das relações de governança em rede no Conselho de Medellín no período 2008-2011; 3.Conclusões; Bibliografia; Anexos.

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¿Un Concejo que se transforma?: el análisis de las relaciones de gobernanza del Concejo de Medellín entre 2008 y 2011

INTRODUCCIÓN Las reflexiones sobre los concejos han sido unas de las grandes ausentes de la discusión sobre el proceso de descentralización. Como señala Barberena (2010, p. 69), “tal vez una de las mayores preocupaciones radica en la poca evolución lograda en términos de depurar y mejorar la calidad de los cuerpos colegiados”. El reto es central para el análisis del Gobierno local pues según lo afirma el mismo Barberena (2010, p. 69) “los debates y propuestas que surgen en el seno de estas corporaciones son muy pobres y se anteponen claramente las prioridades particulares a debates sobre el bien general”. De acuerdo con Leal (1989) y Gutiérrez (1998), esto implica señalar que al evaluar el avance de la descentralización política, también se debe examinar si los concejos han podido dejar atrás las relaciones clientelares que los caracterizaron en el pasado para crear nuevas formas de participación y de representación. Autores como Escobar (2002), Gutiérrez (1998) y Gutiérrez (2010) argumentan que la participación en Colombia ha avanzado poco, e incluso ha sufrido procesos de retroceso después de los experimentos de los años noventa. Según González y Velásquez (2003) esto ha implicado que en muchos casos no haya pasado de ser más que una participación atada a procesos de consulta, sin posibilidad de decisión o ejecución. Pero, si lo que ha ocurrido con la participación (individualmente considerada) es que se ha estancado, lo que ha pasado con la posible imbricación entre representación política (ediles, concejales, diputados, representantes, senadores) y participación es mucho menos claro. Esto sugiere que un campo por explorar es el de las relaciones entre participación y representación, y en particular los avances de esta relación a la luz de la débil articulación de la participación ciudadana y la incipiente transformación creada por las reformas descentralizadoras en las corporaciones locales. Dado lo anterior, este artículo examinará el período 2008-2011 del Concejo de Medellín, tratando de observar qué cambios de interés se han dado sobre la mencionada relación. Hablar de transformación cuando se habla de concejos resulta para muchos algo más que contradictorio. Al respecto, Gutiérrez (2010) sostiene que la mayoría de Concejos en el país siguieron en las manos de los partidos tradicionales. Esto implicó que en el caso de las grandes ciudades en las que se experimentaron transformaciones positivas (Bogotá y Medellín), estos cambios se dieran en la modernización del Gobierno y no en la de los concejos locales. Como señala Gutiérrez (2010, p. 32) “la descentralización y la Constitución de 1991, junto con otras reformas asociadas de gran importancia (el Estatuto Orgánico de Bogotá), habían aumentado el poder del ejecutivo subnacional (alcaldía y gobernación) a costa de concejos y asambleas”. Esto implicó que a los mismos concejos les fueran retirados su control sobre la tesorería del municipio y la definición de proyectos, a través de la Ley del Voto Programático, de la Ley 131 Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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de 1994 (CR, 1994), y la Ley Orgánica de Planeación, Ley 152 de 1994 (CR, 1994). Asimismo, Martin (2012) señala que a los Concejos les fue retirado en 1991 el control de auxilios que les asignaban los alcaldes a los concejales desde 1968 para lograr el dominio político de estas corporaciones. Sin embargo, como señala Martin (2012, p. 294) las reformas de los noventa no buscaban disminuir el poder de los concejos como tal, sino reorientar su rol buscando separar a los mismos de las labores de coadministradores de tal manera que su función se pudiera concentrar en el control político. Para esto, Martin (2012, p. 294) apunta que se “anuló la participación de los concejales en las juntas de las empresas municipales de servicios públicos”, se introdujo la remuneración directa con honorarios por sesión que son equiparables al salario diario del alcalde, y en el caso de Medellín, según Martin (2012, p. 295), otros incentivos como “oficinas, gastos de operación, representación, transporte, y pago de asesores y secretarias”. Finalmente, se prohibió que un concejal, de manera paralela, ocupara otros cargos de elección como diputado, representante o senador, de tal forma que se le diera total prioridad y se profesionalizara el puesto de concejal. Todo lo anterior dejó a los concejos con muchas menos herramientas de poder directo, pero con un mayor estatus político y un nuevo rol expresamente dirigido hacia el control político. Sin embargo, en términos prácticos, el Concejo quedó con cierta capacidad para bloquear acciones del ejecutivo, lo cual hacía importante la conformación de coaliciones de apoyo a los gobiernos de turno. El papel específico de estas coaliciones empezó a depender en gran medida del tipo de relación que se establecía con el ejecutivo, como señala Gutiérrez (2010, p. 33) “dándole grandes incentivos al ejecutivo para que comprara a sus miembros con prebendas para facilitar los trámites de sus iniciativas”. Esto implica que si bien las labores de coadministración directa desaparecieron, los concejales siguieron teniendo importancia en la definición de proyectos y en el manejo de la burocracia. En cualquier caso las reformas de los noventa requirieron que los concejales aprendieran el lenguaje de los proyectos y del plan de desarrollo, y que de alguna manera empezaran a hablar de metas, indicadores e impactos. Es así como Martin (2012) sostiene que no dejaron de ser mediadores de intereses, pero, al menos en el caso de las grandes ciudades, debieron tecnificar su labor. Uno de los impedimentos grandes para la tecnificación de los concejos ha sido la fragmentación de la acción de cada concejal. Al respecto Pizarro (2002) señala que la Constitución de 1991 amplió la fragmentación de los partidos. Luego, según Botero y Rodríguez (2009), las reformas del Acto Legislativo 01 de 2003 (CR, 2003) crearon partidos más grandes, pero no necesariamente fuertes, dado que el voto preferente le da poco control a las directivas de los partidos sobre las colectivida184

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des, asunto que tampoco se logró superar con la Ley de bancadas de 2005 (CR, 2005). Así con partidos débiles, concejales que trabajan en solitario y ejecutivos locales fortalecidos, se puede suponer que el desbalance técnico y la capacidad de control político de los concejales sobre los gobiernos locales sigue siendo muy limitada. Por otro lado, Leal (1989) señala que los cambios de la última década han llevado a que un amplio número de políticos fusionen la estrategia de favores, lealtades y trámites del llamado clientelismo moderno, con la de asignación, según plantea Gutiérrez (2010), de contratos y cooptación de rentas del nuevo clientelismo. Este tipo de orientación cierra el interés de los concejos a la sociedad, pues su función permanece exclusivamente relacionada con aquellos grupos o clientelas que les aseguran su reelección o con aquellos contratistas que les ayudan a mantener su flujo de recursos. Al contrario de esta tendencia, el interés de este artículo es explorar la manera como los diferentes grupos de la sociedad se ven o no articulados al Concejo de Medellín en el período mencionado. Esto supone indagar si efectivamente este Concejo responde más a dinámicas de nuevo clientelismo o si, por el contrario, ha logrado abrirse a la sociedad integrando dinámicas participativas en su función de representación. El objetivo de este artículo es examinar qué ha pasado con la relación entre la sociedad civil organizada y la Corporación. Se trata entonces de examinar los avances dados en el Concejo de Medellín por articular la voz y los intereses de los actores sociales a la agenda y a las decisiones del Concejo de Medellín. Lo anterior lleva a que se deba ahondar primero en entender cómo se puede explorar la articulación de la representación y la participación política. Para esto se propondrá el término gobernanza en red para iluminar aspectos importantes de esta posible relación. Con estos objetivos en mente, el artículo fue divido en tres partes. La primera está relacionada con el análisis de la categoría conceptual de la gobernanza, y en especial con la gobernanza en red. Este acápite pretende explorar cuáles son los retos que crean los cambios traídos por las reformas de mercado y de activación de la sociedad civil (participación) sobre las organizaciones de representación. Este asunto reflexiona en torno al papel de las corporaciones de representación, en la medida en que las sociedades actuales tienden a derivar responsabilidades de mediación social, que antes estaban en manos del Estado, hacia mecanismos provenientes de la movilización social y la regulación del mercado. Esta migración (o al menos creciente coexistencia) de la burocracia pública hacia otros mecanismos de coordinación (mercado y sociedad organizada) implica grandes preguntas sobre los cambios que son necesarios en los organismos de representación política para poderse ajustar a los nuevos retos políticos. En este sentido, el giro hacia la gobernanza es mucho Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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más que el giro hacia la participación, pues este sirve también para reflexionar sobre los cambios necesarios en los concejos y en la representación política. En la segunda parte se describe el proceso de evolución del Concejo durante el período 2008-2011. En esta sección se muestran las muy limitadas conexiones que tenían los equipos de los concejales con la sociedad civil organizada cuando fueron entrevistados por primera vez para esta investigación en 2009. A partir de ahí el trabajo siguió los esfuerzos de la Corporación por auto-reformarse con nuevos mecanismos de apoyo a la tarea del concejal, que la han llevado a tener relaciones directas con dos universidades, más de treinta observatorios de ciudad y con casi cuarenta ONG. Esto, como se mostrará, ha llevado a que el Concejo se empiece abrir a más organizaciones y a la sociedad misma, de manera que adquiera una mayor capacidad para cubrir más temas de una manera un poco más técnica y sistemática. En este sentido, este artículo mostrará que el caso del Concejo de Medellín constituye un caso de interés nacional. El artículo termina por concluir que aún parece pronto para hablar de que el Concejo de Medellín rompió con la inercia de la representación tradicional. Los esfuerzos por avanzar en la conformación de redes de gobernanza que prioricen los vínculos sociales con la sociedad civil organizada son todavía débiles y las redes jerárquicas tejidas alrededor de la mediación de favores son aún fuertes. Se concluye que si bien existen cambios, es necesario mejorar los niveles de reciprocidad, funcionalidad y colaboración entre los equipos de apoyo legislativo y la sociedad civil. En este sentido, los bajos niveles de cualificación e institucionalización de los mecanismos de apoyo técnico han sido un problema, que visto de otra manera se explica desde la dificultad para tomar decisiones que beneficien a la corporación (y no para los 21 concejales entendidos de forma individual). Lo anterior se evidencia en que los presupuestos del Concejo no conducen a grandes apuestas transformadoras, sino que son parcelados en pequeñas inversiones de bajo impacto. Como complemento de lo anterior, la inflexibilidad fiscal dada por la Ley 617 de 2000 (CR, 2000) ha impedido pensar en que el Concejo mejore sus capacidades técnicas y de interacción con la sociedad, a medida que aumenta el presupuesto de la ciudad. 1. LA GOBERNANZA EN RED Las relaciones de gobernanza requieren el paso hacia cierto tipo de redes que son menos verticales y autoritarias, y que, a su vez, presuponen la fragmentación mayor del poder local y la necesidad de unir capacidades (coordinar) para poder lograr objetivos. Así, una red centrada de manera vertical en un concejal, muy similar a las del viejo clientelismo político, podría carecer de la amplitud y del marco orga186

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nizacional horizontal que permita la conexión de actores que se necesitan entre sí. Para Leal (1989, p. 7) este tipo de redes clientelistas se caracterizan por constituir “una relación siempre asimétrica, que se apoya en la diferencia de poder entre las partes”. Esta relación, como señalaba Schmidt (1974), citado por Leal (1989, p. 6), funcionaba en el clientelismo como relaciones entre agentes que operan “en tres niveles; el primero, como relaciones entre dos personas, el segundo, como conexiones entre agregados de personas y patronos o burócratas, y el tercero, como ‘interfaces’ que vinculan comunidades enteras a la sociedad”. Así, una de las características de la gobernanza en red es la transición hacia redes más horizontales, con redes de actores (no personas), autorganizados, y en medio de relaciones más pluralistas con intereses múltiples. Estas redes presuponen una autoridad menos vertical y con mayor capacidad de interacción y de influencia mutua. Igualmente, Gutiérrez (1998) sugiere que todos los actores son interdependientes para poder lograr ciertos objetivos, lo que implica una posición menos central que la que ocupan los concejales en las redes clientelares A partir de lo anterior, Parker (2007, p. 118) plantea que la mayoría de la literatura de la gobernanza centra su análisis de las redes en tres elementos fundamentales: la confianza, la reciprocidad y la identidad común, como puntos clave en el desarrollo de la función de coordinación en la dirección y formación de la conducta. De esta manera, Parker (2007, p. 124) apunta que una red de gobernanza (al contrario de una clientelista) se caracteriza por una alta densidad de actores que se interrelacionan, una fuerte identidad de los actores en red, y relaciones de confianza y reciprocidad. Así, es importante distinguir gobernanza en red de otras formas de redes, que tienen vínculos entre los actores. Este artículo debe analizar si las redes que se tejen desde el Concejo han logrado construir unas relaciones más horizontales, colaborativas y con identidad o si, por el contrario, las reformas ya mencionadas han tenido un bajo impacto sobre las relaciones jerárquicas de clientela. Es necesario entonces señalar que para que florezcan formas de gobernanza en red desde una corporación representativa como lo son los concejos en Colombia, se deben generar cambios importantes sobre las formas de coordinación preexistentes, más verticales y clientelistas. Así, para que los actores sociales y los mismos concejales encuentren alguna utilidad en trabajar en red es necesario que los concejales sientan que con su trabajo individual no es posible tener una clara visión de los problemas y las soluciones. Así, en una red de gobernanza, anota Parker (2007), los miembros se empiezan a ver como una pequeña parte de un todo más grande. Siguiendo a Pierre y Peters (2000), para que existan relaciones de gobernanza local funcionales es necesario entender que todas las discusiones del giro hacia la gobernanza que se han dado en Europa parten de la pérdida de centralidad del Estado por la activación del rol de los mercados y de la sociedad. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Lo anterior implica, como lo señala Parker (2007, p. 115), que el término gobernanza está relacionado no solamente con el número crecientes de ONG locales, sino también con la expansión de las alianzas público-privadas, el incremento de los subcontratistas que participan con el Estado en la prestación de servicios, y la expansión de la participación comunitaria con iniciativas como los presupuestos participativos. En este sentido, se refiere, y no solo de forma exclusiva a la activación del rol de la sociedad en algunas tareas de gobierno, sino también a la activación del mercado. Este último pasa a ejercer un papel importante en la coordinación de muchos asuntos públicos por reformas como las privatizaciones y la contratación con el sector privado. La reformas de gobernanza entonces se deben entender dentro de dos tendencias que se podrían dibujar en tensión entre sí, es decir, aquellas más cercanas al neoliberalismo que llevan a un mayor rol de los mercados, y aquellas adyacentes a discursos más reivindicativos (de izquierda, ambientales, etc.) que han tratado de darle un mayor peso a la sociedad. 1.1 Gobernanza en red y las corporaciones de representación política Las reformas que abrieron el espacio para los cambios que se han denominado como gobernanza también pueden impactar la tradicional democracia representativa y a los concejos, que son el motivo de preocupación de este artículo. En este contexto el rol desempeñado por los concejales adquiere mayor trascendencia, de acuerdo con Berg y Rao (2005, p. 5) se establecen tres roles importantes: en primer lugar, los concejales pueden jugar un papel clave en asegurar o posibilitar la participación de los líderes no políticos en la toma de decisiones; en segundo lugar, los concejales pueden asegurar la sostenibilidad de las organizaciones de la sociedad civil que juegan un papel importante en la gobernanza, de forma que se impulse su expansión (aún cuando estas sean críticas del ejecutivo); finalmente, los concejales pueden jugar un papel en promover la profesionalidad y el diseño institucional de las redes de políticas públicas que se encuentran por fuera de la administración, pero que pueden ser parte fundamental de la acción pública. Lo anterior señala que un concejo que se adapte a la nueva realidad de la gobernanza puede tener funciones relacionadas con asegurar la participación, la sostenibilidad y el grado de profesionalismo de las organizaciones de la sociedad civil. Un concejo que se adapte al surgimiento de más actores sociales que están directamente, o no, vinculados con el control político asume funciones que le ayudan a cultivar la gobernanza. Así, autores como Sorensen (2006) y Jessop (2002) sostienen que estas funciones que ayudan a darle sostenibilidad e incidencia a las organizaciones de la sociedad civil se conocen para algunos autores como tareas de meta-gobernanza, es decir, la gestión para la sostenibilidad de la gobernanza. Para 188

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Sorensen (2006, p. 98) las funciones de meta-gobernanza de un concejo requerirían el abandono del imaginario del Estado monopolista en la toma de decisiones, para pasar a aceptar que el Estado se ha convertido en complejo institucional diferenciado, fragmentado y pluri-céntrico que lleva a cabo su gestión a través de las redes más o menos formalizadas donde la línea divisoria entre el Estado y la sociedad se vuelve borrosa Todo esto implica que el concepto de gobernanza en red, cuando es asociado a la labor de los concejos, le apunta a explorar la manera como el mismo concejo cultiva a los actores sociales que juegan un papel importante en el control político. En este sentido, incentivar el control político de la ciudadanía debería ser una función misma de los concejos, más que de las alcaldías, ya que estas últimas tienen pocos incentivos para controlarse a sí mismas. Este modelo de gobernanza en red plantea que es entonces alrededor del concejo de una ciudad desde donde se debe articular y nutrir el papel de la sociedad en el control político. La función del concejo, además de ejercer su labor directa de control (apoyada además por las contralorías y personerías), estaría apalancada en todo el esfuerzo de una sociedad civil más activa que no necesita que la representen en el mismo viejo sentido, sino, más bien, que le ofrezcan canales y mecanismos reales para hacer oír su voz. Así, Meuleman (2008, p. 26) afirma que bajo el antiguo modelo del Estado burocrático-weberiano que incluía los principios de la jerarquía, la toma de decisiones escalonada, y el seguimiento estricto de normas y reglas, era claro que los concejales quedaban en un rol privilegiado en la sociedad, pues eran de alguna forma una de las puertas de entrada a la acción del Estado en la dimensión local. Sin embargo, con una buena parte de las funciones públicas ya por fuera de la Administración local en muchas ciudades del mundo (sobre todo aquellas que vivieron las reformas conocidas como Nueva Gestión Pública)1, se hace importante empezar a desarrollar nuevas formas de entender la acción de los concejos. Es así como, al menos en el caso europeo, se habla, según Sorensen (2006, p. 98), de la labor de meta-gobernanza de los concejos sobre las redes, que llevan a que los concejales estén más comprometidos, entre otras cosas, con las tareas de “apoyo y facilitación a la participación”, así como con el diseño institucional de la regulación y la auto-regulación de los mercados, más que con las labores de intermediación directa con el ciudadano.

1

El lector debe pensar sobre todo en aquellas ciudades en las que se privatizaron los servicios públicos. Pero igualmente en aquellas ciudades en las que las nuevas dinámicas de NGP dejo gran parte de la acción pública en manos de las redes de contratistas, con o sin ánimo de lucro, constituyendo un escenario mucho más complejo y si se quiere pos-burocrático.

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Todo esto implica que para analizar las transformaciones en los concejos a la luz de los cambios involucrados en la literatura de gobernanza en red, será necesario indagar por las relaciones entre los políticos (concejales) y los actores sociales organizados. Esta relación se deberá mirar desde el punto de vista de la manera como los concejales y sus equipos interactúan con la sociedad civil organizada, y el efecto que estas interacciones tiene sobre sus propias agendas. Esta pregunta por la interacción hace también referencia al debate clásico del análisis político urbano entre el elitismo y el pluralismo. El pluralismo mostró que la fragmentación del poder llevaba a que ningún actor (o conjunto de actores) tuviera un dominio completo sobre la agenda (ver Dahl, 1961 y Polsby, 1960). Así, la gobernanza retoma ese supuesto de la fragmentación y lo profundiza, lo cual en el caso del concejo implicaría pensar en que este ya no tiene el monopolio sobre la definición de políticas y proyectos, sino que debe apoyarse en otros actores (y en la sociedad civil organizada) para definir políticas. 1.2 Esquemas gobernanza en red alrededor de las unidades de apoyo de los concejales de Medellín 2008-2011 El Concejo de Medellín es una organización compuesta por 21 concejales con sus respectivos equipos de apoyo (2 a 5 personas), tres unidades (jurídica, de comunicaciones, y de archivo), y grupos de asesoría para las tres comisiones permanentes existentes (planeación, asuntos fiscales, asuntos generales). Su funcionamiento se organiza en plenarias y en tres comisiones que tratan temas específicos. El presupuesto del Concejo de Medellín asciende a USD$6 millones anuales, y se encuentra regulado por la Ley 617 del 2000 (CR, 2000). Esta ley formulada en medio de una crisis fiscal de las unidades subregionales de gobierno a principios de la década de 2000, limita el crecimiento del presupuesto de los concejos, lo que lleva a un gasto bastante inflexible y que, a su vez, restringe la posibilidad de emprender nuevos proyectos que se salen por fuera de la estructura orgánica del concejo, y que no dependen directamente de los equipos individuales de los concejales o de las funciones asignadas a las comisiones. De acuerdo con Leyva (2010) y Martin (2012), en contraste con estas capacidades relativamente limitadas del concejo para cambiar su estructura y funciones internas (todas ellas ordenadas por leyes nacionales), la Administración municipal de Medellín (en cabeza de un alcalde electo por voto directo) ha sufrido en la última década una serie de cambios importantes en la amplitud funcional, su capacidad fiscal, y la complejidad de sus labores. En cuanto a lo primero, la Alcaldía ha ampliado el número de secretarías, y la cantidad de componentes y programas que existen dentro del plan de desarrollo cubre nuevas áreas y llega a muchos más espacios de la ciudad. 190

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Por otro lado, la capacidad fiscal se ha triplicado (en pesos constantes de 2008) desde principios de la década del 2000. En cuanto a la complejidad, los programas han incorporado un nivel técnico más amplio en la medida que las políticas públicas de la ciudad se han ido cualificando. Todo esto implica que la labor de seguimiento y control político de la Administración local se ha hecho cada vez más retadora. De allí que se dé un rápida expansión de la información de monitoreo. Desde mediados de los noventa, cuando se reglamentó la Ley 130 de 1994 (CR, 1994), se inició con la elaboración de planes de desarrollo formales que contienen proyectos y metas, y un presupuesto discriminado. Todo esto ha posibilitado mejorar el seguimiento de objetivos y la ejecución presupuestal. Por dar un ejemplo, un programa del plan anterior como Medellín Solidaria tenía más de 80 proyectos diferentes que influían sobre cientos de miles de personas. Cada uno de estos proyectos tenía, a su vez, indicadores específicos de cumplimiento lo cual posibilitaba hacer su seguimiento. Pero el número de líneas, componentes y programas ha venido también en rápida expansión hasta llegar a unos 530 proyectos en el plan de desarrollo de 2008 a 2011. Esto implica que el concejo que continua con 21 miembros debe hacerle seguimiento cada vez a un número mayor de proyectos. Esta expansión de fines, objetivos y programas ha llevado también a una expansión de los indicadores de seguimiento, con unas seiscientas unidades en el plan de desarrollo 2008-2011. Así, Castro (2006) afirma que de manera similar al proceso que vivió el monitoreo al plan nacional de desarrollo entre 1995 y 2004, los indicadores se han venido expandiendo sin límites en el ámbito local, y sin tener muy claro cuál era la información necesaria para el monitoreo, y los indicadores que se debían establecer. De esta manera, para el Concejo se ha hecho más fragmentada la información y más complejo el análisis de la ciudad. Además de lo anterior, la consolidación de redes de política pública con fuerte presencia de la sociedad civil y el sector privado también ha implicado un salto cuantitativo en el volumen de información a analizar, y por lo tanto, en el reto para el control político del Concejo de Medellín. Por ejemplo, en los últimos cinco años han surgido en la ciudad más de veintiséis observatorios que se dedican a evaluar y seguir diversos campos de políticas públicas. Estos observatorios han producido en los últimos cinco años más de 10 000 páginas de documentos, estudios, libros, memorias de eventos, etc. Se podría señalar también que la Federación Antioqueña de ONG (FAONG) tiene más de 120 organizaciones agremiadas, muchas de ellas con mayor conocimiento en muchos temas que el mismo Concejo. Todo lo anterior abre la pregunta sobre sí el Concejo de Medellín se ha transformado para abrirse a esa diversidad. De todas maneras es claro que existen Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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una serie de límites (políticos, presupuestales, técnicos) que pueden dificultar esa transformación. El reto es entonces examinar sí el Concejo de Medellín se ha abierto a redes más amplias de las que configuran los mismos círculos de poder de cada uno de los concejales. Esta es una pregunta que se puede abordar desde el marco de la gobernanza en red que ha sido explicado más arriba. Esta cuestión servirá para explorar las posibles transformaciones del Concejo de Medellín, no solamente desde un punto de vista técnico, sino también de las amplias implicaciones sobre el poder urbano que tienen los cambios sobre los que se indaga en este artículo. 2. EXAMEN DE LAS RELACIONES DE GOBERNANZA EN RED EN EL CONCEJO DE MEDELLÍN EN EL PERIODO 2008-2011 El primer ejercicio que se realizó en el Concejo de Medellín para llevar a cabo este estudio consistió en examinar hasta qué punto los concejales realmente estaban conectados con las discusiones que se hacían por fuera de la Corporación. Para ello se decidió examinar la manera como los concejales gestionaban la información con la que preparaban los debates, con entrevistas de 30 minutos a 15 unidades (de las 21 existentes) de apoyo de los concejales entre el 19 y el 20 de agosto de 2009, los nombres de estos concejales se pueden ver en el Anexo A. Si se recuerda, esta metodología se acerca a aquella utilizada por Dahl (1961) para examinar cómo diferentes grupos influyen en políticas públicas como la educación y el desarrollo urbano. En el fondo se trata de establecer hasta qué punto los concejales tomaban entonces sus decisiones de manera aislada, o conectada con otros actores de ciudad. En esta línea, Dahl (1961) resaltaba que la fragmentación del mundo moderno construía un tipo de política que se caracterizaba por la lucha de intereses. En su libro ¿Quién gobierna?, Dahl (1961) analizó la toma de decisiones en áreas como la transformación urbana, la educación pública y las nominaciones políticas, con el fin de estudiar la manera como distintos grupos influían en las decisiones. Dahl (1961) realizó un trabajo etnográfico en el Concejo de New Haven (entre otras instituciones) para determinar hasta qué punto la toma de decisiones en la ciudad era influida por diferentes grupos de interés. Los hallazgos de Dahl (1961, p. 163) mostraron que si bien existían individuos con más influencia, “la mayoría de los ciudadanos… poseía un grado moderado de influencia”. En el caso de este artículo, el propósito es entender si los argumentos de los concejales eran o no influidos por las discusiones que se daban fuera del Concejo mismo, y si los “policy papers” que se escribían en diferentes observatorios y ONG de la ciudad realmente si influían en el punto de vista del concejo. 192

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Los resultados arrojados en este ejercicio corresponden al 71,4 % del total de las Unidades de Apoyo en el Concejo de Medellín, una muestra representativa que permitió entonces conocer el grado de distanciamiento que existía entre los concejales y la sociedad civil organizada. La entrevista realizada indagó por la configuración del equipo de trabajo de cada concejal, el grado en el que este se apoyaba en otros actores para recolectar su información, y la manera misma en la que buscaba información. En principio es importante aclarar que cada concejal tiene derecho a que el concejo le financie su propia unidad de apoyo. Para esto el concejo destinaba en 2011 unos diez millones de pesos mensuales por concejal que deben ser pagados por medio de contratos temporales a los asistentes de cada equipo. Estas unidades suelen estar conformadas por diversos miembros entre los que se encuentran una secretaria que organiza la parte administrativa y la agenda; los asistentes políticos que están conformados por líderes barriales o personal de atención al público, y finalmente, los asistentes de gestión que pueden articularse (o no) con organizaciones que le brindan información al concejal. Según los resultados de la encuesta, las actividades que más realizan estos asistentes técnicos son el acompañamiento en debates y plenarias (un 60 %), la búsqueda de información (un 53 %), el acompañamiento en comisiones accidentales y las reuniones con el grupo de trabajo (un 33 %). Ahora, si bien la búsqueda de la información es una tarea básica de los asistentes técnicos de los concejales, es importante examinar cómo estos obtienen su información. En la encuesta se pudo constatar que la mayoría de los equipos hacía el rastreo a través de bases de motores de búsqueda o del rastreo de información en lugares físicos. Asimismo, se pudo ver que menos del 50 % de los equipos hacía algún tipo de trabajo de campo, búsqueda de antecedentes y entrevistas con expertos ajenos a la Alcaldía. En cuanto a la información formal2 que examinaban estos equipos en 2009 se puede señalar que esta se limitaba a la que arrojaban los motores de búsqueda en línea y a la que proveía la Administración municipal de Medellín a través de un cuestionario que el mismo Concejo les enviaba a los funcionarios con quince días de anterioridad a la plenaria. Destaca que solo dos equipos utilizan memorias de eventos, y solo cuatro, informes de prensa. Esto arroja un panorama donde el Concejo se presenta aislado de las redes de gobernanza local y hasta ese momento muy centrado en la información que viene desde la misma administración, o desde las redes de contacto interpersonales de los concejales y equipos de apoyo. Dentro 2

Se habla de información formal como aquella relacionada con información pública, que no depende de las redes políticas del concejal.

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de esta información oficial resalta que, aparte de la Alcaldía, las mayores fuentes de información son: la Personería de Medellín (80 %), la Contraloría General de Medellín (80 %), y las Entidades Descentralizadas del nivel municipal (80 %). Tabla 1. Instituciones que proporcionan información Dependencias de la Administración que proveen información al Concejo de Medellín

¿Cuántas Unidades de apoyo consultadas usan información de la dependencia?

Personería

80 %

Contraloría

80 %

Secretarías

100 %

Entidades descentralizadas

80 %

ONG, gremios, y otras.

47 %

¿Trabaja con algunos observatorios de la ciudad?

20 %

Fuente: elaboración propia

Al contrario, como sugiere la tabla, se evidenció que menos del 50 % de los concejales trabajaba con organizaciones que entrarían dentro de lo que se podría llamar gobernanza. Este indicador es especialmente bajo si se miran las interacciones con los observatorios de ciudad que solo llegaban al 20 % de los concejales. Esto indicaba que a pesar de los importantes avances en la ciudad de Medellín para configurar unas capacidades en el monitoreo y la observación de lo público (ver Leyva y Tabares, 2011), los observatorios habían tenido hasta 2009 un impacto muy bajo sobre el Concejo. Quizá esto sugiera que los concejales no sentían que era necesario interactuar con otros actores, o bien porque tenían su posición de poder relativamente asegurada, o bien, porque seguían orientados bajo arreglos clientelares en la que ellos mismos ocupaban la posición central. En otras palabras, el Concejo sostiene y financia unas unidades de apoyo que en su gran mayoría están orientadas a manejar las relaciones políticas de los concejales con su comunidad de una manera más tradicional. Aún en los casos en los que algunos concejales tienen asesores más técnicos que son encargados de preparar debates y asistirlos en la formulación de proyectos de acuerdo, las capacidades de estos por actuar de manera tan fragmentada (concejal por concejal) no dejan de ser débiles y meramente reactivas a los debates de turno. Este aislamiento del Concejo de las universidades, el sector privado, los gremios y las ONG se acentuaba entonces (ver gráfico 1) en la medida que los contactos de los concejales para conseguir 194

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información estaban basados en redes muy personales e información recaudada en forma individual por cada equipo. Gráfico 1. Origen de la información de los concejales en 2009

Fuente: elaboración propia

El gráfico anterior muestra con más claridad el diagnóstico que ya ha sido esbozado. Como se ve allí, la información interna del concejal, la de la misma alcaldía, y la de redes individuales tiene más relevancia que la de actores como universidades, ONG, observatorios, y agremiaciones. Esto implica, como ya señalaba Barberena (2010, p. 69) para todos los Concejos del país, que “los debates y propuestas que surgen en el seno de estas corporaciones son muy pobres y se anteponen claramente prioridades particulares a debates sobre el bien general”. Lo anterior implica que los secretarios y técnicos de la alcaldía eran capaces de superar los argumentos de los concejales, ya que los primeros cuentan con un gran equipo técnico de apoyo, mientras que los segundos, no. Al indagar por este desbalance técnico, se evidenció que más de la mitad de las unidades de apoyo entrevistadas (54 %) guardan la información en un archivo único de trabajo, pero que es exclusivo a cada concejal (puede ser visto por su equipo), y el otro porcentaje (46 %) guardan la información en archivos personales. En ese mismo sentido, al preguntarles a los equipos si estos compartían información sobre las investigaciones, el 40 % señaló que no lo hacía nunca y el 34 % que casi nunca. Esto implica que solo un 27 % de los equipos de los concejales comparte algo de información entre sí, lo que demuestra el mencionado aislamiento. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Santiago Leyva Botero • Luis Fernando Agudelo Henao Gráfico 2. Periodicidad de intercambio de información entre las unidades de apoyo

Casi nunca (20%)

A veces (14%) (27%)

Casi siempre (13%) Siempre (13%)

Nunca (40%)

Fuente: elaboración propia

Lo anterior mostraba un escenario en el que el 87 % utiliza como fuentes principales de información datos institucionales brindados por entidades como las secretarías, la Contraloría y la Personería. Todo esto presentaba un escenario bastante lejano de la gobernanza en red de la que se hablaba arriba. La conclusión en torno a un alto nivel del aislamiento y la autarquía en la labor de los concejales muestra que durante la década del 2000 el Concejo limitó la participación ciudadana organizada. En la década del noventa esto se había reflejado en la escasa participación de concejales (y del Concejo) en importantes ejercicios de construcción colectiva de ciudad como el Plan Estratégico de Medellín y el Área Metropolitana 2015 (Alcaldía de Medellín, 1997). Ya en los 2000, al concejo se adaptó a la fuerza a cambios importantes como el Presupuesto Participativo que vino del Acuerdo 043 de 2007, el presupuesto por resultados durante el gobierno 2007-2011, y muchos otros asuntos que minaban su poder de mediación. Sin embargo, el cambio interno como estrategia conjunta de la corporación no se mostró hasta entonces como una apuesta institucional clara. Para concluir, se puede retomar lo que señala Mejía (2009, p. 95-96) después de analizar la agenda de políticas públicas del Concejo entre 1995 y 2006: … se suscitan algunos interrogantes, al menos en cuanto a la poca incidencia que, en algunos períodos de sesiones, tuvieron ciertos temas de interés evidente para la ciudad, tal y como lo fueron los asuntos correspondientes a salud y prevención de la enfermedad, empleo y emprendimiento y orden público y seguridad, temas éstos que según las categorías establecidas para el análisis, ocuparon, durante todo el período estudiado, muy poca atención por parte de los cabildantes.

A pesar de lo mostrado, es importante anotar que sí se han dado algunas transformaciones en el Concejo de Medellín, y que estas van creciendo de manera 196

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más intensa en los últimos años. Para entender la trayectoria de estos cambios, es necesario regresar al año 2002 cuando el Acuerdo 22 crea al Observatorio de Políticas Públicas del Concejo de Medellín (OPPCM) con el propósito de acompañar al Concejo en el análisis de políticas públicas. Es necesario señalar, según el CIE (2005, p. 2) que este observatorio se crea en 2004 con el propósito de integrar la acción de la sociedad civil al Concejo, de forma que se den las condiciones “para que la sociedad civil también forme parte del diseño, ejecución y evaluación de las políticas públicas locales”. Sin embargo, se apunta en el CIE (2005, p. 2), en estos primeros años la dinámica del OPPCM estuvo atada a realizar análisis muy generales de la administración “en materia de educación, salud, empleo y competitividad” y a realizar compendios de las políticas públicas desarrolladas “por las últimas administraciones, en materia de medio ambiente e infraestructura vial y gobernabilidad”. De esta manera, los análisis realmente no lograron impactar la dinámica del Concejo y representaban análisis relativamente infrecuentes que no tenían un impacto sobre el quehacer diario del concejal. Ya para finales de 2006 esta dinámica empezaba a cambiar; en ese año, aun bajo el liderazgo del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad de Antioquia, se organizan nuevas actividades que incluyeron un análisis del tiquete estudiantil como política pública, la realización de un foro sobre el tema en asocio con El Colombiano y la presentación del análisis final al Alcalde de Medellín. Asimismo, se adelantan revisiones de las actas del Concejo y se acompañan diversos eventos. Sin embargo, como se señala en el CIE (2006, p. 1-2) después de un proceso para repensarse, el OPPCM empieza a entender que su trabajo debe darle un mayor protagonismo a transformar la labor de los concejales: A partir de la discusión se acordó darle prioridad a las actividades que permitieran consolidar el Observatorio con una mayor participación de los concejales, al tiempo que éstos se sintieran servidos por el mismo. De este modo, más que apuntarle a la entrega de un informe final, se acordó profundizar en el proceso de establecer conjuntamente las acciones de acompañamiento al ejercicio de las políticas públicas locales y fue así como se planteó la definición de temas sobre la base de una consulta directa a los concejales y se estableció como meta la elaboración de unos documentos de trabajo y foros de discusión, definiendo como caso piloto el análisis sobre el tiquete estudiantil.

En el año 2008, en la búsqueda de avanzar en esta agenda que no se había movido mucho durante el 2007, el Concejo de Medellín (y su Comisión Primera) deciden operar el OPPCM con el apoyo de la Universidad EAFIT y la Universidad de Medellín. El trabajo partió como se indica en el OPPCM (2008), de un diagnóstico hecho en 2008 por ambas universidades, que señaló que además de aumentar la interacción con los concejales era también importante integrar la voz de los Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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observatorios de ciudad al Concejo. Este trabajo inicial identificó que en Medellín existían 20 observatorios de ciudad, y fijó la pauta que era necesario que el Concejo se vinculara con estos. Ya para el primer semestre de 2009 se inició la visita a todos estos observatorios y la posterior documentación y sistematización de toda esta información. Como resultado de esto el OPPCM desarrolló una herramienta cualitativa llamada Guía del Concejal3 (ver gráfico 3), la cual se puede entender como una gran base de datos de temas de ciudad, alimentada por los análisis de más de veintiséis (26) organizaciones que incluyó observatorios, ONG, centros de investigación, y entidades públicas. Esto significó que el Concejo empezara a tener la posibilidad para principios de 2010 de contar con la información producida por más de doscientas (200) personas y casi treinta organizaciones de la ciudad. Además, en 2011 también se vinculó a la iniciativa la Federación Antioqueña de ONG y 120 organizaciones allí federadas, formando así alrededor del Concejo de Medellín y de las universidades, una de las mayores bases de datos de información de ciudad. Este rumbo continúa durante 2010, período en el que el OPPCM alcanza relaciones con 36 entidades que producen información en la ciudad. Inicia también un diagnóstico de la entidades productoras de información de la ciudad (30 entrevistados) (ver Leyva y Tabares, 2011). Recolecta más de seiscientos documentos y más de 6500 páginas de información de ciudad. Esto implicó que el Concejo empezara a contar con una base de datos de ciudad que reunía información independiente y actualizada. En ese mismo sitio web, sistematiza la información de ejecución presupuestal y de seguimiento al Plan de Desarrollo, de manera tal que los equipos de los concejales y los observatorios de la ciudad puedan efectivamente acceder a una herramienta de seguimiento cuantitativo. Sin embargo, para mediados de 2010 ya era claro que a pesar de los avances, aún existía una distancia entre lo que permitían realizar las herramientas digitales, y lo que realmente se ha incorporado en el diario quehacer de los equipos de los concejales. Uno de los principales impedimentos para avanzar que se reconocía entonces era la alta rotación de los asistentes de los concejales. De esta manera, según se evidenció en las entrevistas con las funcionarias de la Comisión Primera, se empezó a entender que para ampliar las relaciones de la sociedad con el Concejo, era necesario que la información de la primera se adaptara al ritmo del segundo. Lo anterior, siguiendo al OPPCM (2010) llevó a que se reflexionara en esta comisión a finales de 2010 que la conexión entre el OPPCM y el Concejo era aún muy débil, y la relación estaba muy concentrada en los asistentes. Entonces, el equipo de 3

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Ver en http://www.oppcm-eafit.info/

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trabajo llega a la conclusión de que para impactar la dinámicas de participación y gobernanza en red era necesario que la información y la misma visión de los actores sociales estuviera disponible al ritmo que el Concejo la necesitaba. Gráfico Página Búsqueda de Información por entre el OPPCM ¿Un 3. Concejo que sePrincipal transforma?:de el análisis de las relaciones de gobernanza consolidada del Concejo de Medellín 2008 y 2011

Búsqueda rápida

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Su búsqueda será ejecutada sobre los campos nombre, resumen, descripción y tema, si es un usuario registrado podráacceder a todos los documentos, si es un usuario anónimo su búsqueda se ejecutará solo sobre documentos públicos

Fuente: tomado de página web OPCCM

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Una corporación como el Concejo de Medellín tiene tres períodos al año en los que se celebran plenarias; en estos períodos cada día se programan temas con algo menos de quince días de antelación. De esta manera, el tiempo que tiene el concejal promedio para preparar un debate —del que no es el ponente principal— no supera las dos semanas de tiempo corrido. Pero, además, cada día hay una o más discusiones sobre temas muy diferentes4. Esto implica que para cualquier concejal o su equipo, no hay más que un par de días, quizá horas, para preparar una discusión que puede tener profundas implicaciones para una ciudad como Medellín. Con ello es claro que si no se tiene toda una organización de apoyo a la labor del concejal será muy difícil que su equipo humano pueda responder de forma coherente e incorporar la posición de los múltiples actores urbanos. Así, en la búsqueda de una respuesta a este reto, el OPPCM empezó a ofrecer información por demanda a los concejales y equipos de apoyo técnico en la segunda mitad de 2010. Esto llevó a que el OPPCM iniciara un acompañamiento continuo a los procesos internos de cada una de las unidades de trabajo de los corporados, con visitas semanales y concertación de temas a investigar, así como con la elaboración de informes detallados que se convierten en el centro de la Plenaria (ver Anexo 2). Esto, se puede suponer, puso al concejo en una situación más ventajosa, pues ya no solo estaba en el papel de escuchar cómo el funcionario de la Alcaldía respondía el cuestionario formulado por el Concejo con quince días de anterioridad, sino que el mismo Concejo podía empezar a presentar su propia posición construida de manera técnica por alguno de los observatorios de la ciudad que trabajan cada tema de forma profunda. Sin embargo, la frecuencia con que aparece el equipo de trabajo en los debates es esporádica, y los análisis en detalle siguen siendo poco frecuentes. Esto está relacionado con el tamaño del equipo y los recursos disponibles en el OPPCM. En algunos parlamentos en el mundo existe una relación de un miembro de un equipo técnico de apoyo por cada parlamentario; si esto fuera así en el Concejo de Medellín, el OPPCM debería contar con un equipo de, al menos, veinte personas dedicadas a producir información y análisis de la manera como lo hacen organizaciones en el mundo como el Congressional Research Office en EE.UU., la Biblioteca del Congreso en Chile, y la sección de información y documentación del parlamento de Canadá. En esencia, la evolución descrita muestra cómo el Concejo de Medellín, con apoyo de universidades como la Universidad de Antioquia, la Universidad de Medellín y la Universidad EAFIT, orienta su labor a generar soluciones específicas, oportunas 4

Se pueden presentar en tres días seguidos temas tan disimiles como: la seguridad de la comuna 13, la situación de los discapacitados, los avances del plan parcial de la Feria de Ganados, y la situación de UNE-telecomunicaciones

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y técnicas a la labor de control político, con el fin de apoyar a los concejales y equipos técnicos con información cuantitativa y cualitativa básica para el desarrollo de debates. Esto muestra que si bien es un esfuerzo que apenas está en proceso de consolidación, el un camino recorrido en los últimos años, puede servir como experiencia a muchos otros concejos del país. No obstante, este esfuerzo debe concentrarse, en el futuro, en la necesidad de transferir estas capacidades hacia la estructura organizacional de la corporación (más que en las universidades), de manera que se desarrollen espacios técnicos de análisis, procesamiento y producción de datos económicos y financieros que permitan construir bases de datos y escenarios de gasto independientes a los cálculos de ingresos, gastos, costos e inversión que realiza la Administración municipal. Lo anterior, al comparar estos avances tan importantes del Concejo de Medellín con otros concejos de Colombia, da cuenta del apoyo cada vez más cercano que obtienen los concejales en Medellín. 3. CONCLUSIONES Se puede señalar que el Concejo de Medellín, a pesar de los cambios narrados, ha tenido una estructura de gobernabilidad que responde aún a la lógica de la política más tradicional (con una agenda modernizadora marginal). Es cierto que surgen algunos proyectos modernizadores como la conformación de un Observatorio de Políticas bajo el Acuerdo municipal 22 de 2002; sin embargo, esta misma práctica inicia de forma tímida desde 2003. Este Observatorio representa un paso importante para iniciar la transformación del Concejo, aunque solo de manera tímida, dándole a este una herramienta para superar la uni-direccionalidad en el sentido de la información y le ha dado más independencia al Concejo frente al Ejecutivo. De la misma forma, se ha conectado al Concejo con la sociedad civil organizada, en primera instancia, con los observatorios, y en segunda instancia, con las ONG. El Concejo de Medellín ha logrado abrir su agenda a la información producida por actores de la sociedad civil, pero no resulta claro que estos realmente logren influir la agenda del Concejo. En este sentido las dinámicas de la corporación aún distan de ser pluralistas, y en algunos casos siguen muy concentradas en la representación de redes políticas tradicionales o de mercado que buscan obtener beneficios a través de la labor de representación. Se puede concluir que si bien hay avances importantes en la relación de la sociedad civil con el Concejo, estas conexiones son aún incipientes. Se debe recordar que para que exista una verdadera función de meta-gobernanza por parte del Concejo frente a la administración, es necesario que el Concejo se convierta en un articulador Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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y facilitador de la participación de la sociedad civil organizada. Como se describe en Berg y Rao (2005, p. 5-6), los concejales podrían jugar un papel clave en asegurar o posibilitar la participación de los líderes no políticos en la toma de decisiones, asegurar la sostenibilidad de las organizaciones de la sociedad civil, y promover la profesionalidad y el diseño institucional de las redes de políticas públicas. Sin embargo, es claro que la confianza, la reciprocidad y la identidad común de las redes de políticas públicas con el Concejo es aún bastante limitada. Resulta claro por ejemplo que la mayor parte de presupuesto para el apoyo al control político se va para financiar los asistentes individuales de cada concejal. Esto implica que, por un lado, no se logra consolidar un equipo técnico común y, por el otro, que el concejo tiene poco que ofrecer, presupuestalmente hablando, a las organizaciones sociales, observatorios y universidades. Este tipo de esquema deja un gran vacío en términos de recursos para que estos actores realicen estudios y análisis que puedan apoyar la labor de control político del mismo concejo. En este sentido falta ampliar la reflexión y los esfuerzos para conectar al concejo con la sociedad civil organizada; esto parece especialmente importante dado que cada vez se hace más complejo entender la ciudad en términos de su creciente Administración Pública, sus inversiones cada vez más globalizadas y técnicas (por ejemplo EPM), y sus problemáticas sociales cada vez más entrelazadas con fenómenos complejos como las economías criminales y la crisis internacional. BIBLIOGRAFÍA Barberena, Viviana (2010). Las preguntas sin respuestas de la descentralización: la encrucijada y los nuevos caminos, pp. 55-88. En: Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Colombia. 25 Años de la Descentralización en Colombia. Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Colombia, 180 pp. Berg, Rikke y RAO, Nirmala. (2005). Institutional Reforms in Local Government: A Comparative Framework, pp. 1-14. En: R. Berg y N. Rao. Transforming Local Political Leadership. Basingstoke, Palgrave Macmillan, 224 pp. Botero, Felipe y Rodríguez, Juan Carlos (2009). Grande no es sinónimo de fuerte. Los partidos y la Reforma Política, pp. 22-49. En Martín Tanaka (editor).La nueva coyuntura crítica en los países andinos. Lima, IEP, IDEA Internacional, 406 pp. CASTRO, Jaime (2007). ¿Cómo salvar la descentralización?, p. 113-131. En: Darío Restrepo (Editor), Veinte años de la descentralización en Colombia. Bogotá, RINDE, 374 pp. CIE, Centro de Investigaciones Económicas (2005). Observatorio de Políticas Públicas del Concejo de Medellín. Medellín, CIE-Universidad de Antioquia. CIE Centro de Investigaciones Económicas (2006). Observatorio de Políticas Públicas de Medellín. Informe final. Medellín, CIE-Universidad de Antioquia.

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¿Un Concejo que se transforma?: el análisis de las relaciones de gobernanza del Concejo de Medellín entre 2008 y 2011 CR- Congreso de la República-(1994). Ley 131. Por la cual se reglamente el voto pragmático y se dictan otras disposiciones. Bogotá, 9 de mayo de 1994, pp. 1-3. CR- Congreso de la República-(1994). Ley 152. Por el cual se establece la Ley Orgánica del Plan de Desarrollo. Bogotá, Diario Oficial 41.450, 15 de julio de 1994, pp. 28 p. CR- Congreso de la República-(2003). Acto legislativo 01. Por el cual se adopta una Reforma Política Constitucional y se dictan otras disposiciones. Bogotá, Diario Oficial N.° 45 237, 03 de julio de 1994, 13 pp. CR- Congreso de la República-(2005). Ley 974. Por la cual se reglamenta la actuación en bancadas de los miembros de las corporaciones públicas y se adecua el Reglamento del Congreso al Régimen de Bancadas. Bogotá, Diario Oficial 45 980, 22 de julio de 2005, 13 pp. CR- Congreso de la República-(2000). Ley 617. Por la cual se reforma parcialmente la Ley 136 de 1994, el Decreto Extraordinario 1222 de 1986, se adiciona la Ley Orgánica de Presupuesto, el Decreto 1421 de 1993, se dictan otras normas tendientes a fortalecer la descentralización, y se dictan normas para la racionalización del gasto público nacional. Bogotá, 06 de octubre de 2000, 50 pp. CR- Congreso de la República-(1994). Ley 130. Por el cual se dicta el Estatuto Básico de los partidos y movimientos políticos, se dictan normas sobre su financiación y la de las campañas electorales y se dictan otras disposiciones. Bogotá, Diario Oficial N.° 41 280, 23 de marzo de 1994, 11 pp. Dahl, Robert (1961). Who Governs?: Democracy and Power in an American City. Yale University Press, 384 pp. Escobar, Cristina (2002). Clientelismo y ciudadanía: los límites de las reformas democráticas en el departamento de Sucre. En: Análisis Político, N.° 47, septiembre a noviembre, pp. 36-54. Gutiérrez, Francisco (1998). La ciudad Representada: política y conflicto en Bogotá. Bogotá: Tercer Mundo Editores, 246 pp. Gutiérrez, Francisco (2010). Instituciones y territorio: La descentralización en Colombia, pp. 8-10. En: Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Colombia. 25 Años de la Descentralización en Colombia. Fundación Konrad Adenauer Stiftung, Colombia, 180 pp. González, Esperanza; Velásquez, Fabio (2003). ¿Qué ha pasado con la participación ciudadana en Colombia? Bogotá, Fundación Corona, 455 pp. Jessop, Bob (2002). The future of the capitalist State. Londres, Polity, 344 pp. Leal Buitrago, Francisco (1989). El Sistema Político del clientelismo. En Análisis Político, N.° 8, septiembre a diciembre, pp. 8-32. Leyva, Santiago (2010). El proceso de construcción de estatalidad local (1998-2009): ¿La clave para entender el cambio en Medellín?, pp. 271-293. En: Michel Hermelín, Alejandro Echeverri, Jorge Giraldo (Eds). Medellín Medio-Ambiente, Urbanismo, Sociedad. Medellín, Urbam-Universidad EAFIT, 361 pp. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Santiago Leyva Botero • Luis Fernando Agudelo Henao Leyva, Santiago; Tabares, Juliana (2011). Los observatorios como herramientas de gobierno en las políticas públicas: Descripción de sus orígenes, dinámicas y problemáticas, p 181-207. En: la investigación de las políticas públicas contribuciones desde la academia. Medellín, Red Antioqueña de Políticas Públicas, 208 pp. Martín, Gerard (2012). Medellín tragedia y resurrección: ciudad y Estado. Bogotá: planeta, 350 pp. Mejía Walker, Carlos (2009). Análisis de la agenda de políticas públicas en el Concejo de Medellín durante el período 1995-2006, Informe Final De Proyectos, pp. 87-98, Segunda Convocatoria Investigación. En Gobierno y Políticas Públicas. Universidad de Antioquia. Meuleman, Louis (2008). Public management and the metagovernance of hierarchies, networks and markets. Heidelber, Physica-Verlag, 415 pp. OPPCM (2008). Informe de diagnóstico del OPPCM. Medellín: Universidad EAFIT y Universidad de Medellín. OPPCM (2010). Acta Universidad EAFIT y Universidad de Medellín. 26 de agosto. Documento Interno. Parker, Rachel (2007). Networked Governance or Just Networks? Local governance of the knowledge economy in Limerick (Ireland) and Karlskrona (Sweden). En: Journal of Political studies, Vol. 55, pp. 113-132. Pizarro, Eduardo (2002). La atomización partidista en Colombia: el fenómeno de las microempresas electorales, pp. 357-401. En: Gutiérrez, Francisco (Comp.) Degradación o cambio. Evolución del Sistema Político colombiano. Bogotá, Grupo Editorial Norma, 401 pp. Pierre, Jon; Peters, B. Guy (2000). Governance, politics and the state. New York Macmillan, 256 pp. Polsby, Nelson (1960). How to Study Community Power: The Pluralist Alternative. En: Journal of politics, Vol. 22, N.° 3 , pp. 474-484. Sorensen, Eva (2006). Metagovernance the changing role of politicians in processes of democratic governance. En: American review of public administration, Vol. 36, N.°1, pp. 98-114.

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¿Un Concejo que se transforma?: el análisis de las relaciones de gobernanza del Concejo de Medellín entre 2008 y 2011

ANEXOS Anexo A. Unidades de apoyo entrevistadas Nombre del Concejal

Partido político

Álvaro Múnera Builes

Partido Conservador

Aura Marleny Arcila Giraldo

Partido Liberal

Bernardo Alejandro Guerra Hoyos

Partido Liberal

Carlos Alberto Ballesteros Barón

Polo Democrático

Fabio Humberto Rivera Rivera

Partido Liberal

Federico Andrés Gutiérrez Zuluaga

Partido social de Unidad Nacional -Partido de la U.

Jesús Aníbal Echeverry Jiménez

Partido Colombia Democrática

John Jaime Moncada

Movimiento Alas Equipo Colombia

José Nicolás Duque Ossa

Partido social de Unidad Nacional -Partido de la U.

Juan David Arteaga Flórez

Cambio Radical

María Regina Zuluaga Henao

Movimiento Alas Equipo Colombia

Nicolás Albeiro Echeverry Alvarán

Partido Conservador

Oscar Guillermo Hoyos Giraldo

Movimiento Alas Equipo Colombia

Santiago Londoño Uribe

Movimiento Alianza Social Indígena

Santiago Martínez Mendoza

Partido Liberal Fuente: elaboración propia

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 181-206 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Santiago Leyva Botero • Luis Fernando Agudelo Henao

Anexo B: Publicaciones del OPPCM Boletines completos Fecha Abril 20 de 2010 Octubre 6 del 2010 Octubre 13 del 2010 Octubre 26 del 2010 Noviembre 27 del 2010 Febrero 14 del 2011

Tema

N° páginas

Situación de empleo en la ciudad de Medellín

8 pág.

Situación de Derechos Humanos en Medellín. Primer semestre del 2010 Encuesta de percepción ciudadana Medellín Cómo Vamos 2010

12 pág. 9 pág.

Sistema penal acusatorio

8 pág.

Situación de la calidad del aire en Medellín y el Valle de Aburrá Análisis del Proyecto de Acuerdo 323 del 2011. Metodología Presupuesto por resultados PPR

9 pág. 9 pág.

Marzo 9 del 2011

Política y Derechos de la mujer

12 pág.

Marzo 16 del 2011

Plan de Ordenamiento Territorial POT

9 pág.

Marzo 29 del 2011

Políticas de calidad en la educación en Medellín

12 pág.

Fuente: elaboración propia

Newsletter Fecha

Tema

N° páginas

Septiembre 28 de 2010

Informe sobre mercado laboral en Medellín

2 pág.

Noviembre 22 de 2010

Información sobre desplazamiento forzado en Medellín.

3 pág.

Marzo 22 de 2011

Información sobre movilidad en Medellín

2 pág.

Agosto 19 de 2011

Información sobre problemáticas sociales en Medellín

2 pág.

Septiembre 26 de 2011

Información sobre problemáticas sociales en Medellín

2 pág.

Septiembre 29 de 2011

Información sobre Derechos Humanos y reconciliación

2 pág.

Octubre 3 de 2011

Información sobre elecciones y Derechos Humanos

2 pág.

Octubre 10 de 2011

Información sobre Consumo en Medellín, Empleo y Economía.

2 pág.

Octubre 24 de 2011

Información sobre Democracia e Infancia

2 pág.

Octubre 26 de 2011

Información sobre Prevención del consumo de Drogas

2 pág.

Fuente: elaboración propia

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ECONOMÍA: CIENCIA IMPERIALISTA* Guillermo Maya** Recibido: septiembre 21 de 2011 • Aceptado: mayo 24 de 2013

RESUMEN La economía ha estado dominada, desde el siglo XIX, por la ortodoxia neoclásica, que impuso sus premisas, sus métodos y su orientación. La crítica de John Keynes, en la década de 1930, fue uno de los retos más desafiantes para la ortodoxia, basada en el pleno empleo y la neutralidad del dinero, y que Keynes cuestionó de manera exitosa. Sin embargo, la teoría de Keynes significó un desvío temporal, que si bien fue importante y lo sigue siendo, fue asimilada por la teoría ortodoxa, que sigue sosteniendo el pleno empleo y la neutralidad del dinero como sus fundamentos. También, la economía ortodoxa extendió sus métodos y sus razonamientos a otras ciencias sociales, colonizándolas, con el principio de maximización, proceso que se ha denominado imperialismo. ¿Cómo los economistas cambian de teoría? En Colombia, hasta los marxistas se rindieron ante la economía neoclásica.

PALABRAS CLAVE Ortodoxia, individualismo metodológico, heterodoxia, economía keynesiana, incertidumbre, marxismo, imperialismo.

CLASIFICACIÓN JEL B13, B14, B22, E11, E12, E13

CONTENIDO Introducción; 1. La economía ortodoxa; 2. La revolución keynesiana; 3. La idea de incertidumbre de Keynes; 4. De la revolución keynesiana a la contrarrevolución ortodoxa; 5. El camino colombiano, del marxismo a la ortodoxia; 6. La ciencia social imperialista; Bibliografía

*

Artículo de reflexión. Este trabajo fue presentado como ponencia en las Jornadas de Economía Crítica (Córdoba, Argentina) entre el 25 y 27 de agosto de 2011. Se agradece a los árbitros de Semestre Económico las sugerencias que han contribuido a su mejoramiento, pero toda la responsabilidad es del autor.

**

Profesor titular, Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Economía, Sede Medellín. Correo electrónico: gmaya@unal.edu.co.

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 207-236 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Guillermo Maya

ECONOMICS: IMPERIALISTIC SCIENCE ABSTRACT The economy has been dominated by the neoclassical orthodoxy since the XIX century, imposing its premises, its methods and orientations. The criticism made by John Keynes, in the decade of the 30s, was one of the greatest challenges that orthodoxy faced, based on full employment and money neutrality, and that Keynes successfully criticized. Nevertheless, Keynes criticism meant a temporal deviation that despite its importance then and even now, was assimilated by orthodox theory that keeps as main fundamentals full employment and money neutrality. Orthodox theory also extended its methods and reasoning to other social sciences colonizing them with the maximization principal, process that has been named imperialism. How do economist change theories? In Colombia, even Marxists gave themselves away to neoclassical economy.

KEY WORDS Orthodoxy, methodological individualism, heterodoxy, Keynesian economy, uncertainty, Marxism, imperialism.

JEL CALSSIFICATION B13, B14, B22, E11, E12, E13

CONTENT Introduction; 1. Orthodox economy; 2. Keynesian revolution; 3. Keynes uncertainty ideas; 4. From Keynesian revolution to the orthodox counter revolution; 6. The imperialistic social science; Bibliography.

ECONOMIA: CIENCIA IMPERIALISTA RESUMO A economia tem estado dominada pela ortodoxia neoclássica, desde o século XIX, impondo suas premissas, seus métodos e sua orientação. A crítica de John Keynes, na década de 1930, foi um dos retos mais desafiantes para a ortodoxia, baseada no emprego pleno e a neutralidade do dinheiro, e que Keynes questionou de maneira exitosa. Porém, a teoria de Keynes significou um desvio temporal, que se bem foi importante e o continua sendo, foi assimilada pela teoria ortodoxa, que continua defendendo o emprego pleno e a neutralidade do dinheiro, como seus fundamentos. Também, a economia ortodoxa estendeu seus métodos e seus razoamentos a outras ciências sociais, colonizando-as, com o principio de maximização, processo que tem se denominado imperialismo. ¿Como os economistas mudam de teoria? Em Colômbia, até os marxistas se renderam perante a economia neoclássica.

PALAVRAS CHAVE Ortodoxia, individualismo metodológico, heterodoxia, economia keynesiana, incerteza, marxismo, imperialismo.

CLASIFICAÇÃO JEL B13, B14, B22, E11, E12, E13

CONTEÚDO Introdução; 1. A economia ortodoxa; 2. A revolução keynesiana; 3. A ideia de incerteza de Keynes; 4. Da revolução keynesiana à contrarrevolução ortodoxa; 5. A mudança colombiana, do marxismo à ortodoxia; 6. A ciência social imperialista; Bibliografia.

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Economía: ciencia imperialista

INTRODUCCIÓN En el siglo XIX algunos intelectuales, como Thomas Carlyle (1795-1881) y John Ruskin (1819-1900) consideraron la economía como la ciencia lúgubre, filosofía para cerdos, una materia sórdida, mezquina y sin valor (Harcourt, 1982, p. 380). Sin embargo, no pasaría mucho tiempo para que la economía se hubiera elevado sobre las otras ciencias sociales en sofisticación matemática y en pretensión científica, lo que ha llevado a sus practicantes a mirar por encima del hombro a otros científicos sociales: el Premio Nobel de 1982, el economista George Stigler, de acuerdo con Kuttner (1985, p. 79), ante la pregunta de por qué las otras ciencias sociales no tienen Premio Nobel como sí lo tiene la economía, dijo: “Si lo tienen... el Premio Nóbel de Literatura”. Por su parte, el austriaco Joseph Schumpeter (1982) consideraba que la ciencia económica había tenido un progreso ascendente: “podemos decir que ha habido progreso en la economía, como lo ha habido en la técnica de la extracción de dientes, desde el tiempo de J. S. Mill al nuestro”. Por su parte, un seguidor de Paul Samuelson manifestaba (Harcourt, 1982, p. 382), que no era necesario estudiar a los clásicos de la economía en sus propios textos, de manera directa: “Nunca leí a los grandes (los clásicos). Si lo que ellos dicen no es importante no estará en Los Fundamentos (el texto de P. Samuelson). Si lo que ellos tienen que decir es importante, será dicho mucho mejor en Los Fundamentos”1. Este artículo se divide en cuatro partes. En la primera parte se hace una caracterización de la ortodoxia económica neoclásica, y se desarrolla la crítica de Keynes a los fundamentos teóricos de la ortodoxia, entre ellos, la Ley de Say y sus corolarios del pleno empleo, y la neutralidad del dinero. Igualmente, se presentan el principio de la demanda efectiva, la naturaleza del dinero en Keynes, al igual que el principio de incertidumbre, que son fundamentales para entender la revolución de Keynes. En la segunda, el sometimiento de la revolución keynesiana a las críticas de la contrarrevolución ortodoxa. La teoría keynesiana va a ser reincorporada a la tradición ortodoxa, eliminando la incertidumbre, y el tiempo histórico, y reduciendo el principio de la demanda efectiva, a través de la búsqueda de los microfundamentos, a un problema de asignación de factores, centrado en las críticas a la curva de Phillips, tanto monetarista, como neoclásica. Sin embargo, el abandono de la economía keynesiana por parte de los economistas se produce más por razones sociológicas e ideológicas que por razones de superioridad de la teoría. En la tercera, se elabora la narrativa de cómo en Colombia, si bien la heterodoxia, especialmente la marxista, era dominante en las décadas de 1960 y 1970, en las escuelas de economía, esta situación va a ser transformada radicalmente, 1

. Citado en Maya (2005).

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y la ortodoxia se entroniza como el pensamiento dominante en la academia. Esta situación da pie a la pregunta ¿Cómo los economistas cambian de teoría? En la última y cuarta parte, se analiza cómo el principio de optimización ha colonizado otras ciencias sociales, y de esta manera, la economía ha asumido un papel imperialista frente a las otras ciencias sociales, que a veces se rechaza, pero que también, en algunas ocasiones, se acepta. En este sentido, a manera de colofón, se pone de presente la necesidad de que la economía tenga un enfoque menos especializado y más integrador con las otras ciencias sociales. En especial, se hace necesario el estudio de la historia por parte de los economistas. 1. LA ECONOMÍA ORTODOXA Y LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA La teoría económica convencional es la teoría neoclásica, que usa el enfoque general, los métodos y técnicas de los economistas marginalistas de la segunda mitad del siglo XIX, en especial J. M. Clark, F. Y. Edgeworth, I. Fisher, A. Marshall, V. Paretto, L. Walras, y K. Wicksell. El término neoclásico se deriva del entendimiento de que los economistas de la revolución marginal extendían y mejoraban las bases o fundamentos de los economistas clásicos, en especial, David Ricardo y J. S. Mill. En general los economistas neoclásicos sostienen que: -

En cuanto a la teoría del producto, las fuerzas del mercado dejadas a su libre operación, sin intromisiones externas, logran un nivel del producto y del empleo, de pleno empleo.

-

En cuanto a la teoría del valor, abandonan la teoría del valor clásica, los costos de producción, y la reemplazan por la teoría subjetiva del valor en la determinación de los precios, por la oferta y la demanda. Los precios, así determinados, expresan la conducta racional maximizadora de los consumidores. Esta teoría es, en esencia, una teoría de la asignación de recursos, en una economía estática.

-

En cuanto a la teoría de la distribución del producto, abandonan la teoría clásica de la determinación exógena, y la reemplazan por la teoría de la productividad marginal del trabajo, el capital y la tierra.

-

Adoptan la visión de un sistema económico armonioso, cada cual recibe lo que se merece, en reemplazo de la teoría clásica del conflicto de clases y la explotación.

La metodología particular utilizada por los economistas neoclásicos se conoce como el individualismo metodológico (IM), expresión inventada por J. Schumpeter de 210

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Economía: ciencia imperialista

acuerdo con Hodgson (1986, p. 212). Este método consiste en explicar el fenómeno social en términos de la conducta individual. El IM es el rechazo a examinar los factores institucionales u otras fuerzas que están involucradas en el moldeamiento de las preferencias e intenciones de los individuos. Para Von Mises, según Hodgson (1986, p. 213), el IM involucra el reconocimiento de que “todas las acciones son realizadas por individuos” y que “el colectivo social no tiene existencia y realidad por fuera de las acciones de los miembros individuales”. George Stigler y Gary Becker (1977, p. 76-90) argumentan que las preferencias y los propósitos individuales son la base, y el edificio económico tiene que ser construido a partir de estos fundamentos, no solo firmes sino también, casi que sagrados: la función de utilidad es considerada inmutable y más allá de toda disputa. De esta manera se niega el moldeamiento de las preferencias individuales, es decir, que estas no cambian a través del tiempo. En gustos no hay disgustos, es el lema de Chicago. La crítica al IM no es que el individuo esté de manera completa sobredeterminado por las condiciones socioeconómicas; también hay lugar para una autonomía relativa del individuo; lo que se argumenta es que el ambiente socioeconómico e institucional tienen un efecto significativo sobre la clase de información que se recibe, el conocimiento de ella, las preferencias, y además gran parte de la conducta. Y por lo tanto, según Davis (1988, p. 35), la formación de las preferencias es de todas maneras una actividad intersubjetiva, no-privada. En cuanto a la metodología general de la economía moderna, que incluye todas las variantes neoclásicas, de acuerdo con McCloskey (1983), esta es una amalgama de positivismo lógico, conductismo, operacionalismo y el modelo hipotético deductivo de la ciencia. La familia modernista inspiradora de esta metodología incluye desde Descartes, a Hume, Comte, Russell, Hempel, hasta Popper. En este sentido, McCloskey (1983), el modernismo metodológico positivista es un método pobre, y presenta varios argumentos para sustentar su afirmación: es obsoleto en filosofía; el falsacionismo no es convincente; la predicción es imposible en economía; el modernismo es en sí mismo imposible y no se le sigue; cualquier método es arrogante y pretencioso, y otras ciencias no siguen el método modernista2. Por otro lado, el modernismo positivista promete el conocimiento libre de duda, metafísica, valores y convicciones personales. Sin embargo, lo que hace es renombrar como método científico la metafísica, la moral y las convicciones personales del científico (MacCloskey, 1983).

2

. Para una descripción más completa de cada uno de esos ítems, véase McCloskey (1983, p. 486-493).

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LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA Entre las innovaciones teóricas más importantes del siglo XX, y que podemos considerar por su naturaleza como verdaderas críticas a la teoría neoclásica, y que para Davis (1988) representan los tres grandes aportes metodológicos a la teoría poskeynesiana, están las siguientes: la crítica de Piero Sraffa (1926) contenida en el ensayo “Las leyes de los rendimientos en régimen de competencia”, que destruye los supuestos de la competencia perfecta; la crítica de J. M. Keynes (1936) desarrollada en la Teoría general, donde destruye las teorías del producto y del empleo neoclásicas, y por ultimo, el debate de los dos Cambridge, el inglés y el americano, en la década de 1960, originado por los trabajos de P. Sraffa (1982), Producción de mercancías por medio de mercancías, sobre la naturaleza del capital. Esta obra fue llevada a cabo por los neorricardianos. Aquí en este trabajo solo se examinará la segunda crítica, la de Keynes. Para Keynes una de las principales carencias que aqueja a los tratados de economía, de la ortodoxia de la economía política inglesa, en especial los Principios de economía de Marshall, los libros de Pigou, etc., y los que se escriben en otros idiomas y países, “es lo que podría llamarse una teoría monetaria de la producción”, según Keynes (1933). Y ¿por qué es importante una teoría monetaria de la producción? Para explicar el problema de las crisis que estaba sin resolver, debido a que, según Keynes (1933, p. 411), “los auges y las depresiones son peculiares a una economía, en la cual -en un sentido significativo que no estoy tratando de definir aquí- el dinero no es neutral”. La economía que estudian los tratados ortodoxos, según Keynes (1933, p. 411), “usa el dinero, pero lo hace solo como un eslabón neutral entre transacciones, de cosas reales y activos reales, y no permite que se introduzca en los motivos y decisiones, podría ser llamada, ya que no tenemos un nombre mejor, una economía de intercambio real”. ¨En donde “las condiciones requeridas para la ‘neutralidad’ del dinero (...) son, yo sospecho, precisamente aquéllas que aseguran que la crisis no ocurren. Si esto es verdad, la economía de intercambio real (...) es de manera singular un arma tosca para tratar los problemas de los auges y las depresiones, ya que ha hecho a un lado la verdadera materia bajo su investigación”. Se podría decir que esta crítica puede ser válida para la economía neoclásica del siglo XIX, pero no para la que se produce bajo la modalidad moderna; valga como ejemplo, la caracterización de una economía real, aquella que se conoce como el axioma de los reales de Frank Hahn (1983), citado por Davidson (1984, p. 570) de la siguiente manera: “Los objetivos de los agentes que determinan sus acciones y planes no dependen de las magnitudes nominales. A los agentes solamente les interesa las cosas ‘reales’, como los bienes (...) el ocio y el esfuerzo. Nosotros conocemos este axioma como la ausencia de la ilusión monetaria, que es imposible de abandonar en cualquier sentido significativo”. Davidson 212

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(1984, p. 570) agrega, con sentido crítico, que “el axioma de los reales significa que el dinero es un velo, que las decisiones son tomadas sobre la base de fenómenos reales y los precios relativos. El dinero no es importante”. La idea de que el sistema económico se ajusta automáticamente y opera a pleno empleo proviene del hecho de la aceptación de la ley de Say. Es decir, que toda oferta crea su propia demanda, pudiendo haber sobreproducción en algunos mercados y subproducción en otros, que en el agregado se cancelan. Entonces, no hay sobreproducción general. En este sentido, según Keynes (1939, p. 256) “una teoría así basada es claramente incompetente para solucionar los problemas del desempleo y del ciclo de negocios”. En contraposición a la Ley de Say, Keynes (1936) desarrolla la teoría de la demanda efectiva. Según el mensaje de la Teoría general, la demanda efectiva determina el volumen de la producción y del empleo en una economía capitalista. El desempleo puede ser explicado por una demanda efectiva insuficiente, pero no por la rigidez de los precios. Para Maya (2008b), esa insuficiencia no significa que no exista un ingreso para respaldar la demanda y así lograr un nivel alto de producción y de empleo. El problema es que la gente decide aplazar las decisiones de inversión y de consumo, pero principalmente las primeras, porque las expectativas sobre el futuro son pesimistas3. En este sentido, la clave para explicar el desempleo (y la crisis) es la preferencia por la liquidez, es decir, por dinero (Keynes, 1937). Los activos de las personas pueden estar representados en capital físico, títulos financieros de diverso orden, y dinero. Los activos transfieren riqueza en el futuro, pero no todos tienen la capacidad de transferir la riqueza sin que esta cambie de manera negativa. Keynes explica esta preferencia por la liquidez con los bonos perpetuos, que transfieren riqueza en el futuro, y tienen una renta o cupón anual, es decir, tienen un rendimiento, pero el precio de los bonos cambia de acuerdo con el mercado, es decir, su precio puede subir o bajar. Bajo ciertas circunstancias, la transferencia de riqueza en el futuro por parte de los bonos no es óptima. El dinero también transfiere riqueza en el futuro, y aunque no se obtenga un rendimiento, por tener el dinero debajo del colchón, el dinero es un vehículo más idóneo que los bonos para trasferir riqueza en el futuro sin que su precio cambie. Es decir, el dinero es más seguro que los bonos. Un dólar es un dólar. La decisión de transferir la riqueza en bonos y no en dinero está determinada por las expectativas sobre la tasa de interés futura. Si esta va a subir es más seguro preferir el dinero, porque, en caso contrario, el precio de los bonos va a caer y se 3

Los próximos seis párrafos son tomados de Maya (2008b).

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van a producir pérdidas para los poseedores; en cambio, si tienen dinero podrán hacer uso de la oportunidad de lograr un mayor rendimiento que el de los bonos, cuando se presente la ocasión. Igual sucede con el capital físico, o su representación en acciones. El precio de las acciones captura las expectativas de ganancias futuras; si son optimistas, el precio sube; si pesimistas, sucede lo contrario. Por eso, bajo ciertas circunstancias la gente prefiere el dinero, mientras las acciones, los bonos, y los famosos derivados de hoy, no. El dinero es un medio para aplazar decisiones, para obtener conocimiento en el contexto económico y para no dejar pasar de largo las oportunidades, mientras la inversión, y especialmente de largo plazo, congela a sus poseedores en sus posición. La inversión está sujeta a la incertidumbre y no al riesgo. El futuro no es predecible. No se puede tener una probabilidad calculable sobre los rendimientos futuros de una inversión. ¿Cuáles eran los pronósticos del precio del petróleo cuando se encontraba por encima de los 140 dólares en el 2008? La mayoría de los analistas señalaban una trayectoria hacia los 200 dólares por barril, y llegó a estar por debajo de los 50 dólares. Si los eventos económicos estuvieran sometidos al riesgo, se podría tener una probabilidad calculable, y el futuro simplemente sería una imagen del pasado. Los seguros de vida, accidentes e incendios están basados en el riesgo, y su probabilidad está basada sobre los eventos de accidentes, muertes, incendios pasados, y de acuerdo con ello se cobra una prima, que puede ser recalculada a medida que la ocurrencia de los eventos cambie. ¿Qué liga el presente con el futuro en el caso de la inversión? El hecho de que los bienes de capital tienen una vida útil larga. Esto hace que cuando las expectativas de las decisiones que llevaron a invertir en bienes de capital cambien, las decisiones de los agentes cambien en cuanto a mantener las posiciones sobre esos activos y sobre la decisión de mantener activos o dinero. ¿Qué pasa cuando todo el mundo, o una parte de él, deciden que ellos desean liquidez (su dinero ahora) y seguridad? En tiempos normales, no pasa nada, porque habrá otros inversionistas que están deseosos de tomar esos activos a los precios del mercado. En tiempos no tan normales, como los actuales, en pleno desenvolvimiento de la crisis que empezó en 2008, pero que todavía hace sus estragos, como en la Unión Europea, es imposible. Por ejemplo, escribe Brad Delong (2008)4, … una inversión en una fábrica de semiconductores es una inversión de alto riesgo, de largo plazo, y no se pueden liquidar los activos fácilmente. Entonces, como todo el mundo quiere liquidez y seguridad, la economía no puede, mágicamente liquidar el stock de capital físico, a un precio razonable. Entonces, su liquidación a precios a la baja crea desempleo masivo. Esta es la clave de la depresión. 4

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En la reseña del libro de Paul Krugman (2009), The Return of Depression Economics and the Crisis of 2008.

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Por otro lado, según Strange (1998, p. 10), Keynes (1936) fue quien desarrolló probablemente uno de los análisis más potentes, coherentes, rigurosos e influyentes, acerca de cómo funcionan los mercados financieros. Según Minsky (1975, p. 15), la Teoría general de Keynes (1936) sigue teniendo influencia sobre los economistas modernos, a pesar de que se diga que en Keynes “lo válido no era nuevo y lo nuevo no era válido” y a pesar de la influencia monetarista y de los nuevos clásicos. En este sentido, uno de los aportes keynesianos más significativos a la teoría económica moderna es el de que las decisiones económicas se toman en condiciones de incertidumbre e ignorancia frente al futuro, en un horizonte de tiempo histórico, contingente y sin leyes. Este supuesto está en abierta contradicción con el supuesto neoclásico de la completa información, que significa no solo el acceso libre a la información y sin costo, sino que elimina el futuro como tiempo histórico y, por lo tanto, contingente. El futuro se convierte en una extrapolación del pasado, donde los hechos son expresados en funciones de probabilidad, y de esta manera la incertidumbre es reducida al riesgo. En este sentido, la incertidumbre, como desconocimiento, ignorancia, no existe. La incertidumbre significa que hay eventos cuya probabilidad no se conoce y que, por lo tanto, los resultados de las decisiones a futuro no se pueden prever, pues estos están sujetos al tiempo histórico real y a las contingencias. Y es por esta razón que el dinero, a través de la función de la preferencia por la liquidez, ocupa el centro de la explicación del volumen del producto y del empleo, determinados, a su vez, por la demanda efectiva, principalmente el volumen de la inversión, dado por la tasa de interés, determinada, a su vez, en el mercado monetario, por la demanda y oferta de dinero, y la eficiencia marginal del capital. El dinero, entonces, afecta motivos y decisiones porque no se puede conocer el futuro incierto, y la posesión de dinero elimina esta pesadilla. En este sentido, la explicación del desempleo involuntario está dada por la insuficiencia de la demanda efectiva, limitada por la liquidez y una baja rentabilidad esperada del capital que Keynes denominó eficiencia marginal del capital5, y no debido a la inflexibilidad del mecanismo de los precios, principalmente los salarios, tanto reales como monetarios, como afirman los neoclásicos. Por otro lado, Keynes (1930) no era partidario6, debido a la falacia de composición, de que la macroeconomía debería construirse sobre microfundamentos. Él pensaba que el nivel agregado era radicalmente distinto al de la firma o agente individual, 5

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Keynes (1926, p. 291) precisamente le achaca a la incertidumbre la razón de por qué “los grandes negocios son frecuentemente una lotería”. Véase Blinder (1987, pp. 134-135).

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es decir, que de la sumatoria de las decisiones individuales pudiera construirse un escenario global simétrico. Por ejemplo, del hecho de que la firma pudiera beneficiarse de una reducción de salarios, y las ganancias subieran, no se seguía que en general, el resultado fuera el mismo, cuando las demás firmas imitaran a la primera. Al contrario, Keynes (1930, p. 136) planteaba que una disminución de salarios reduciría la demanda efectiva, los precios caerían y, por lo tanto, la rentabilidad y, en consecuencia, el volumen del producto y del empleo, un resultado diferente a aquel derivado de los modelos de equilibrio general, que recomiendan la flexibilidad de los salarios para alcanzar el pleno empleo. Una teoría que suponga, como la neoclásica, que el futuro es una réplica del pasado, y que además lo conocemos, porque el tiempo histórico, contingente y sin leyes es reducido al tiempo lógico, y por esta vía el tiempo igual al espacio, no puede dar cuenta del mundo de lo real, donde las decisiones son individuales y, por lo tanto, anárquicas, pero lo efectos globales, los resultados, no pueden ser predichos (Maya, 2008b). Esta teoría, al igual que las ciencias naturales, en especial las ciencias físicas, no las biológicas, según De Uriarte (1990, p. 612) estudia “un mundo donde los eventos son independientes del contexto temporal”. Por otro lado, si se acepta que las decisiones económicas, y la actividad económica general se asumen a futuro en un ambiente de incertidumbre, se concluye que la predicción de qué pasará es imposible, y está “más allá del poder de cualquier hombre mortal” (Von Misses). Para McCloskey (1983, p. 487). El hecho de que la verdadera ciencia se reclame como tal, por su capacidad predictiva, y que la economía posea esta característica está abierto a la duda. Para empezar, Keynes explica que la inversión corriente está determinada por los rendimientos probables, futuros de la inversión. Sin embargo, las bases del conocimiento que determinan el cálculo de los rendimientos probables son precarias en extremo, y esta precariedad, determinada por la incertidumbre o desconocimiento del futuro incierto, impredecible, contingente y sin leyes (no existen las funciones de probabilidad de los eventos), es lo que explica por qué el volumen de inversión es insuficiente para lograr el pleno empleo. Esas bases son limitadas y muchas veces nulas. En los tiempos en que la propiedad de las empresas estaba unida a la gestión, la inversión dependía de que hubiera suficientes individuos con temperamento sanguíneo e impulsivo, que emprendieran negocios como una forma de vida. Hoy, cuando prima la separación entre la propiedad y la dirección en la empresa, ha entrado un nuevo factor en juego, que algunas veces facilita la inversión, pero que en otras contribuye de manera importante a la inestabilidad del sistema. Este factor es 216

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el siguiente: en las bolsas se revalúan, a diario y a cada momento los rendimientos probables de las inversiones, dándole oportunidad de tomar decisiones sobre los compromisos; al respecto Keynes (1936, p. 142-143) plantea: “Es como si un agricultor, habiendo observado su barómetro después del desayuno, decidiera retirar su capital del negocio agrícola entre las 10 y 11 de la mañana y reconsiderar si debía volver a él posteriormente durante la semana”. Pero, como muestra este ejemplo, si bien para el individuo las inversiones pueden ser tan líquidas como el dinero, la bolsa permite hacer esto, a lo que Keynes (1936, p. 142) dice: “las inversiones no pueden ser líquidas para la comunidad como un todo”. Los inversionistas adversos al riesgo tratan de colocar sus capitales en activos de gran liquidez, y a diario hacen cálculos sobre las bases convencionales de valoración de los activos, para evitar pérdidas y aprovechar las oportunidades. El mismo Keynes (1936, p. 142) explica, que los inversionistas se forman las bases convencionales que guían su comportamiento como en: … esos concursos de los periódicos en los que los concursantes tienen que seleccionar las seis caras más bonitas entre un centenar de fotografías, ganando el premio aquel competidor cuya selección corresponda aproximadamente al promedio de las preferencias de los competidores en conjunto; de tal manera que cada concursante ha de elegir, no los semblantes que el mismo considere más bonitos, sino los que crea que serán más del agrado de los demás concursantes, todos los cuales observan desde el mismo punto de vista, no es el caso de seleccionar aquellas que según el mejor juicio propio, son realmente la más bellas, ni siquiera las que la opinión general cree que lo son efectivamente. Hemos alcanzado el tercer grado en el que dedicamos nuestra inteligencia a anticipar lo que la opinión promedio espera que sea la opinión promedio7.

Y además, plantea Keynes (1936, p. 148) que “al calcular las posibilidades de inversión se deben tener en cuenta, por tanto, los nervios y la histeria, y aun la digestión o reacciones frente al estado del tiempo, de aquellos de cuya actividad espontánea depende principalmente”. En las bolsas de valores, las revaloraciones diarias, sostiene Keynes (1936, p. 143), que … aunque se hacen con el objeto principal de facilitar traspasos entre individuos de inversiones pasadas, ejercen inevitablemente influencia decisiva sobre la tasa de inversión corriente. (...) Por eso ciertas clases de inversiones se rigen por el promedio de las expectativas de quienes trafican en la bolsa de valores, tal como se manifiesta en el precio de las acciones, más bien que por las expectativas genuinas del empresario profesional.

Según Keynes (1936, p. 143), esto es lo que hace que la inversión más ventajosa para la sociedad, la del “inversionista de largo plazo, aquel que más promueve el interés público”, así no coincida con la más rentable. En este sentido, según Keynes (1936, p. 146) 7

Citado en Maya (2006b).

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Guillermo Maya … el espectáculo de los mercados de inversión modernos me ha llevado algunas veces a concluir que la compra de una inversión debe ser permanente e indisoluble, como el matrimonio, excepto por motivos de muerte o de otra causa grave, (...) y esto sería un remedio útil para nuestros males contemporáneos; porque tal cosa forzaría a los inversionistas a dirigir su atención solamente a las oportunidades a largo plazo.

Porque, para Keynes (1936, p. 145), “los especuladores pueden no hacer daño cuando solo son burbujas en una corriente firme de espíritu de empresa; pero la situación es seria cuando la empresa se convierte en burbuja dentro de una vorágine de especulación. Cuando el desarrollo del capital en un país se convierte en subproducto de las actividades propias de un casino, es probable que aquel se realice mal”8. Y si la inversión es el factor clave para el empleo, el crecimiento económico y el bienestar, entonces el buen manejo de los factores que determinan la inversión se vuelve clave para hacer la diferencia entre la pobreza y la riqueza. El diagnóstico de Keynes (1936) de cómo funcionan los mercados financieros se confirma a cada momento. En un seminario en Inglaterra, de la Society of Investment Professionals, sobre la conducta financiera, para examinar cómo las actitudes de los inversionistas determinan el comportamiento de los mercados (Maya, 2006b), el Financial Times desarrolla el argumento: si los mercados son eficientes, los precios reflejan la información disponible de las empresas. Si los precios están fuera de línea con los fundamentales, entonces, el arbitraje corrige las desviaciones, se compran las acciones baratas y se venden las caras. En la vida real, el arbitraje es muy peligroso. Hacia el comienzo del año 2000, en los mercados accionarios, los administradores de los fondos de inversión pensaron que las acciones de las compañías de tecnología estaban sobrevaloradas, pero no tenían otra alternativa que comprar estas acciones. El mayor riesgo para los administradores de fondos es quedar por debajo de sus pares. Esto crea una mentalidad de manada que lleva a los administradores a comprar las acciones más populares. Así, de esta manera los precios de las acciones no son gobernados por los fundamentales (por lo menos en el corto plazo) sino por la psicología de los inversionistas, que tiene un buen número de sesgos. Ellos tienden a ser adversos a las pérdidas monetarias: es más dolorosa una pérdida de 100 dólares que el placer de una ganancia de 100 dólares. Además, los inversionistas tienden a estar muy confiados sobre sus habilidades predictivas. Sin embargo, son muy pobres en diferenciar una tendencia de un evento fortuito, ven patrones donde los resultados son producto del azar. En general tienden a ser muy optimistas con las acciones que se han comportado bien y muy pesimistas con aquellas que no. Este es el efecto ganador-perdedor (Financial Times, 2002)9. Citado en Maya (2008a). Comentario sobre el libro de Shefrin (2002), Citado en Maya (2006b).

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Algunos dirán que Keynes está muerto y bien muerto, es decir, Keynes no es relevante para el mundo de hoy. Sin embargo, algunos representantes conspicuos de las finanzas y de la academia moderna ortodoxa reconocen la naturaleza desestabilizadora de los mercados financieros, cuando responden a la pregunta: ¿Cómo se comportan los mercados financieros internacionales? Fischer (1997, p. 4-5), subdirector del FMI y prestigioso académico, presenta algunas pistas sobre esto: Los mercados no siempre trabajan bien. Algunas veces los flujos de capital son excesivos, y algunas veces esto se prolonga por mucho tiempo. Los mercados tienden a reaccionar tarde, y cuando reaccionan tienden a reaccionar rápido, y algunas veces excesivamente. Además, es de gran preocupación que las sobre-reacciones, algunas veces, toman la forma de efectos de contagio, una crisis en un mercado produce efectos en otro mercado. Algunos efectos son completamente racionales y eficientes, por ejemplo, cuando un país devalúa, la tasa de equilibrio para sus competidores también se devalúa. Pero algunas veces, incluyendo la reciente crisis en el Este asiático, y la de Argentina en 1995, los efectos de contagio parecen ser sobre-reacciones, quizás basados en información incompleta, quizás en el comportamiento de manada, quizás en una valoración imprecisa de las condiciones subyacentes de la situación. Los efectos de contagio son, de todos, los más preocupantes a la luz, de la posibilidad, de que los ataques se conviertan en profecías que se auto-cumplen (...). La liberalización financiera incrementa la vulnerabilidad de la economía a las oscilaciones en el sentimiento del mercado. Casi siempre estas oscilaciones están dadas racionalmente, pero ellas pueden ser en ocasiones excesivas, y podrían algunas veces reflejar los efectos de contagio, que podrían ser excesivos en ocasiones. Esta es una preocupación validad para aquellos que contemplan la liberalización de la cuenta de capital, y para la comunidad internacional.

Greenspan (1997, p. 249), el célebre expresidente de la Fed de los EE. UU., también tiene su versión, al expresar sus dudas sobre la hipótesis de los mercados eficientes: Seguramente, es justo decir que la propia eficiencia de los mercados financieros globales, engendrada por la rápida proliferación de productos financieros, también tiene la capacidad de transmitir errores de una forma más rápida a todo el sistema, de maneras que fueron desconocidas hace una generación, e incluso ni imaginadas en el siglo XIX.

Blinder (1999, p. 53), académico y exbanquero central, también se expresa bajo las mismas consideraciones: Manías, pánicos y excesos especulativos son inherentes en el capitalismo de libre mercado. Los mercados especulativos han estado sujetos a olas alternantes de codicia y miedo. Se van a los extremos, exhiben un comportamiento como de manada, y probablemente siempre lo harán (...) El presente sistema deja que la epidemia financiera florezca en una pandemia global.

Sin embargo, este es el precio, los costos, de un capitalismo ‘vibrante’, ‘altamente productivo’10. 10

Citado en Maya (2006a).

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2. DE LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA A LA CONTRARREVOLUCIÓN ORTODOXA La formulación keynesiana de Hicks (1937), Mr Keynes y los Clásicos, dio como resultado el modelo IS-LM, donde el mercado de bienes y el mercado monetario determinan de manera simultánea el nivel del producto y del empleo en la economía. La inversión es transformada en una función la tasa de interés corriente, y se elimina la influencia de la eficiencia marginal del capital (EMgK) sobre la inversión, al igual que se elimina la tasa de interés futura en la función de la demanda de dinero, y así la incertidumbre es reducida al riesgo. Esta interpretación se convirtió en la versión del consenso keynesiano que, más tarde, tanto Hansen (1953) como Samuelson (1947), la transformaron en la síntesis neoclásica, que fue “aceptado por el 95 % de los economistas, excluyendo al 5 % de extrema derecha y de extrema izquierda” (Samuelson, 1955, p. 212; citado por Snowdon y Vane, 1997, p. 6). Con esta versión de la teoría keynesiana comienza la integración del análisis de Keynes en la economía ortodoxa. Sin embargo, en la década de 1970, en conversaciones con Paul Davidson (2009), Hicks (1937) estaba listo para aceptar que su versión de Keynes era una versión enlatada (Davidson, 2009, p. 174). Después, en un artículo de Hicks (1980-1981), afirma que la formulación del IS-LM no describe el enfoque de la TG de ninguna manera, y a medida que el tiempo pasa, se siente más insatisfecho con ella. Por otro lado, W. Phillips (1958) encontró una relación estadística entre la tasa de desempleo y la tasa de cambio de los salarios nominales, en los años en que el desempleo fue muy alto, los salarios habían caído, y viceversa. Este hallazgo inspiró a los keynesianos a deducir una relación negativa de largo plazo, entre salarios y desempleo, como la idea original que Phillips estudiaba. De esta manera se introdujo la coherencia entre la determinación del producto y el empleo con el nivel de precios en la economía en el corto plazo. De acuerdo con Tobin (1972, p. 4), la curva de Phillips keynesiana implica que un nivel más bajo de desempleo se puede lograr al costo de una inflación más alta. Así, el análisis de la curva de Phillips se convirtió en el análogo de la teoría de los salarios y el empleo de Keynes, después de la posguerra11. La curva de Phillips, de acuerdo con Snowdon y Vane (1997, p. 7), hasta la mitad o finales de la década de 1960, dentro del consenso macroeconómico de los keynesianos, fue usada por los formuladores de política para predecir las diferentes tasas de inflación que serían consistentes con los diferentes volúmenes del producto y del empleo obtenidos con un determinado gasto en la economía, que el IS-LM explicaba. 11

. Esta parte es tomada de Maya (2008c).

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Sin embargo, para Lucas (1981, p. 560), citado por Friedman (1997, p. 4-5), esto no era tan claro: Los proponentes de la clase de modelos [se refiere a los modelos llamados de curva de Phillips] que prometían de 3.5 % a 4.5 % de desempleo para una sociedad que estuviera dispuesta a tolerar tasas anuales de inflación de 4 % a 5 % tienen que tener una explicación que dar después de la década por la que hemos pasado (por ejemplo, los 70 cuando la inflación creció 16 % y el desempleo 8 % en los EU y 30 % y 6 %, respectivamente en GB). Un error de pronóstico de esta magnitud y de importancia tan central para la política tiene consecuencias, como debe ser (...) en los últimos años del 60 Milton Friedman (1968) y Edmund Phelps (1968) habían argumentado que estas curvas de Phillips predichas era espurias (...) el pronóstico central al que le llevó ese razonamiento era uno de tipo condicional, al efecto de que una década de alta inflación no debería tener menos desempleo en promedio que una década de baja inflación. Nosotros tuvimos la década de alta inflación, y lo que es claro en una discriminación experimental, que la economía no parece que vaya a ver nunca más, Friedman y Phelps estaban en lo cierto.

El mensaje central de Friedman (1997) es que si se trata de usar la curva de Phillips para intercambiar más inflación por menos desempleo, la curva termina por desaparecer. Al cabo, se paga un precio muy alto por la inflación con tal de obtener un desempleo más bajo, y cuando ese precio es, al final, inaceptable, la inflación se hace persistente, incluso frente a un desempleo más alto. La crítica de Friedman al dilema entre desempleo e inflación en el largo plazo, se ubica en la experiencia inflacionaria de la década de 1960 y los primeros de la década 1970, debido al incremento en la expansión monetaria para financiar la guerra de Vietnam, situación que se convirtió en inaceptable para los demás países del mundo y que llevó al rompimiento del acuerdo de Bretton Woods en los primeros de la década de 1970. El fuerte incremento en el gasto no se resolvió en mayores tasas de empleo con inflación, sino que se convirtió en mayor desempleo con mayor inflación, la llamada estanflación, que llevó a la doble aceptación de una curva de Phillips vertical de largo plazo, más tarde aceptada por los mismos keynesianos (Blinder, 1987 y 1999; Mankiw, 1992), y al hecho de que usar la política fiscal para propósitos de estabilización es en extremo limitado. Para Friedman (1997), la década de 1980 tampoco fue muy generosa con los modelos keynesianos: En EE. UU. la inflación fue reducida drásticamente, acompañada por un incremento temporal en el desempleo que alcanzó un pico de 11 %, una reacción de corto plazo de una inflación no anticipada como lo describe una curva de Phillips. Sin embargo, desde 1983 en adelante, el desempleo bajó con caídas concurrentes en la inflación, alcanzando 6 % a finales de 1987 cuando la inflación fue 4 %, una contradicción de frente con la afirmación de la relación negativa entre desempleo e inflación incorporada en la curva de Phillips (...) esta experiencia (además de la GB, Alemania, y Japón) es a duras penas consistente con un dilema estable entre inflación y desempleo. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 207-236 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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En la misma línea crítica, para Laidler (1986, p. 337), “la experiencia de inflación y desempleo en el hemisferio occidental constituye una masiva refutación de la ‘economía keynesiana’ tal y como el término era entendido en la mitad de los 60”. Además, según Snowdon y Vane (1997, p. 11), si alguna batalla ha ganado Friedman en el debate con los keynesianos y que ahora hace parte del consenso macroeconómico es “lo que se refiere a los determinantes de la inflación sostenida. Una clara mayoría de economistas y de banqueros centrales subrayan la tasa de crecimiento de la oferta monetaria cuando se trata de explicar y de combatir la inflación sobre el largo plazo. Esto permite a los macroeconomistas atribuir los ataques temporales inflacionarios a causas no monetarias como los choques de oferta”. La posibilidad de explotar el dilema de Phillips en el corto plazo permaneció, a pesar de la crítica de Friedman (1997) que lo admitía, en el caso cuando los trabajadores no anticipaban la inflación. El dilema de corto plazo tendría que esperar la crítica de los llamados economistas neoclásicos, encabezados por Lucas (1981) con su revolución de las expectativas racionales, para que su existencia se viera amenazada. Lucas y Sargent (1978, p. 49) también recurren a los modelos estadísticos para validar su crítica a la teoría keynesiana; en la década de 1970 plantearon que: La economía de EU ha pasado por la primera mayor depresión desde los años 30, con el acompañamiento de tasas de inflación que exceden el 10 % por año (...). Estos eventos no han surgido de una reaccionaria reversión a los principios ‘clásicos’, pasados de moda, de moneda restringida y presupuestos balanceados. Por el contrario, estos eventos fueron acompañados por déficits masivos del gobierno y altas tasas de expansión monetaria: políticas que, aunque implicaban un riesgo de inflación y así se admitía, prometían de acuerdo a la doctrina moderna keynesiana un rápido crecimiento real y bajas tasas de desempleo (y) estas predicciones fueron salvajemente incorrectas, y la doctrina en que estaban basadas es fundamentalmente equivocada.

Y en cuanto a los modelos econométricos keynesianos, Lucas y Sargent (1978, p. 57), argumentan que … el sesgo inflacionario en promedio de la política monetaria y fiscal en este período debería, de acuerdo a todos estos modelos, haber producido las tasas de desempleo en promedio más bajas para cualquiera de las décadas desde los 40. De hecho, estas políticas produjeron el más grande desempleo desde los 30. Esto fue un fracaso econométrico en gran escala.

Pero ¿los pronósticos prueban la inconsistencia de una teoría? No para Gordon (1997, p. 499), que concede que los pronósticos de la década de 1960 fueron incorrectos, “pero, los pronósticos incorrectos no proveen la prueba de facto de que los apuntalamientos de una doctrina estén fundamentalmente equivocados”. 222

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Por su parte, Blinder (1988) se ha hace una pregunta: ¿por qué la muerte de la curva de Phillips fue tan salvaje y de manera tan ruidosa anunciada? Blinder (1988, p. 115) tiene dos respuestas: una histórica y otra intelectual. [La primera] cuando los choques de oferta vinieron a dominar los datos en el 70, la correlación negativa familiar entre la inflación y el desempleo– que es visible en un gráfico que contenga los datos del 50 y del 60- desapareció (...) para aquellos sin ninguna sofisticación para distinguir entre una simple correlación y una relación multivariada, esto era equivalente a la muerte de la curva de Phillips. [Y la segunda] las críticas penetrantes de Lucas de la evaluación de política econométricas dan un argumento elegante a priori de por qué una curva empírica de Phillips podría colapsar bajo el peso de una política más inflacionaria.

Entonces, ¿por qué se abandonó la economía keynesiana? Blinder (1988) contesta su pregunta diciendo que la explicación está más en la sociología de la ciencia que en la simple evidencia empírica, y hay tres factores que explican esto: Uno, la sociología de la economía. La economía se ha hecho cada vez más técnica y sofisticada en matemáticas, y los jóvenes tienen en gran estima la técnica, es la manera como ellos afilan los dientes. La macroeconomía neoclásica fue como enviada por Dios para los jóvenes, que vieron en esta oportunidad la nueva ola del futuro. Los practicantes del neoclasicismo fueron en su mayoría jóvenes, y muy pocos, de la vieja generación, casi todos en la academia, en las universidades de elite, donde lo importante es ser creativo y fresco que estar en lo correcto, mientras que en el mundo de los negocios y del gobierno se espera que los economistas den la respuesta correcta. Los neoclásicos o los economistas de las expectativas racionales fracasaron en emigrar al Gobierno y al mundo de los negocios. Krugman (1994, p. 52) es de la misma opinión, las propiedades técnicas de la economía neoclásica son más un activo que un pasivo, y “es cínico, pero es verdad que en mundo académico las teorías que van a atraer más a un devoto seguidor son aquellas que permiten a un joven astuto pero no muy original demostrar su astucia”. El mismo Sargent (1996, p. 541) confirma esta percepción: “por lo mejor o lo peor, los mejores académicos jóvenes son siempre atraídos al campo técnico más alto”. Dos, la naturaleza de la teoría económica. Los nuevoclásicos eliminaron la tensión entre la microeconomía y la macroeconomía construyendo los microfundamentos de la nueva macroeconomía. El modelamiento de las expectativas como racionales, como un problema de optimización sujeto a restricciones es el análogo del modelamiento de los consumidores como maximizadores de la utilidad, y de los productores como maximizadores de las ganancias. La expectativa racional fue entonces el acompañamiento natural, e incluso con más ímpetus, del movimiento del regreso a los ‘fundamentos’. Al ligar las expectativas racionales con los neoclásicos, Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 207-236 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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le ayudó a la teoría para ganar conversos, de la misma manera que el apoyo de las celebridades ayuda a vender los productos. Tres, el papel de la ideología conservadora. El paradigma neoclásico básico es ultra conservador. Aquellos que toman en serio este punto de vista como una buena descripción de la economía tienden hacia un punto de vista panglosiano de las transacciones privadas, mientras ven con desconfianza la intervención del Gobierno. Cuando esta manera de pensar es transportada de la micro a la macro, esto conduce a modelos teóricos donde los ciclos de negocios son benignos, sin importancia o inevitables, o todas tres. Y como siempre esto conduce a las recomendaciones del Laissez-Faire. Por ejemplo, Prescott (1986; citado por Blinder, 1988, p. 120) afirma que los esfuerzos costosos de la estabilización son contraproductivos porque los ciclos de negocios en una economía de mercado son Paretto óptimo. Los keynesianos, por su parte, creen que la propia existencia de la macro como subdisciplina se debe a las fallas del mercado que se observan en las recesiones, pero que los neoclásicos niegan. Los keynesianos creen que las recesiones son importantes, malignas y que se pueden corregir, y están dispuestos a apoyar la intervención pública diseñada para estabilizar la actividad económica agregada. Los keynesianos están más preocupados con las brechas de Okun que con los triángulos de Harberger, como dijo alguna vez Tobin (Blinder, p. 120). Las fortalezas relativas de los liberales y los conservadores varían de tiempo en tiempo. Blinder afirma que la teoría neoclásica apareció en el momento oportuno cuando la ideología de derecha estaba en ascenso, como lo fue en los EU de los setenta y los ochenta. Tales ideas no hubieran podido ser vendidas en los sesenta a los académicos. Según Blinder (1988, p. 117-121), la clave del éxito es que la teoría neoclásica tuvo la fórmula perfecta: “Ideológicamente con una mirada hacia el pasado y tecnológicamente con una mirada hacia el futuro”. Eso era “una fórmula ganadora” en el momento perfecto. Sin embargo, la fórmula que se tomó la academia como una tormenta, en el mundo de la política fue solo un murmullo. Por su parte, Krugman (1994) se hace la siguiente pregunta: ¿por qué los conservadores odian la economía keynesiana? Parte de la respuesta es que se odia la persona de Keynes, su vida sexual, esteta y miembro del temido grupo de Bloomsbury. La historiadora Gertrude Himmelfarb (1985) escribe que: “Existe una afinidad discernible entre el ethos de Blommsbury, que colocaba un premiun en las satisfacciones inmediatas y presentes, y la economía keynesiana, que es basada enteramente en el corto plazo y deshecha cualesquiera juicios de largo plazo”; de esta manera, la oposición a Keynes está menos basada en la lógica de los argumentos que en las implicaciones morales que los conservadores perciben. En este sentido, Krugman (1994, p. 33) afirma que los conservadores desdicen de Keynes por el papel tan amplio que este les da a los gobiernos. Según Krugman (1994, p. 34), desde la década de 1950 hasta la década 224

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de 1980, el nombre de Keynes fue sometido a una crítica tan despiadada por los conservadores, que Edward Prescott declaró con orgullo que en su universidad, Carnegie-Mellon, los estudiantes nunca habían escuchado el nombre de Keynes. La vieja guardia keynesiana, entre los que se encuentra Kaldor (1981), también es crítica frente a los intereses que estaban, en el caso del monetarismo, al frente de las ideas de Friedman, y decía Kaldor (1981, p. 5-6): … las ideas no ganan una rápida aceptación al menos que ellas sirvan fuerzas o aspiraciones sociales poderosas (...) La más reciente conversión en masa al monetarismo deriva más de la balanza cambiante del poder entre el Capital y el Trabajo que de la adopción de las políticas que el pleno empleo llevaba consigo, y la necesidad de alguna nueva ideología que fuera capaz de restaurar la vieja balanza de poder.

3. EL CAMINO COLOMBIANO, DEL MARXISMO A LA ORTODOXIA12 Mientras el resto del mundo estaba cada vez más lejos del keynesianismo, en Colombia a finales de la década de 1960 y principios de la década de 1970 — después de la Revolución Cubana, el movimiento hippie, la música rock, el amor libre, el Mayo de 1968, la intervención norteamericana en Vietnam, la muerte de Camilo Torres en las montañas santandereanas y la del Che en Bolivia, hechos históricos que marcaron las generaciones que habían nacido en las décadas de 1940 y 1950— “todos éramos marxistas”13, y no solo los estudiantes de economía: los historiadores, los sociólogos, los psicoanalistas, en fin, todas las ciencias sociales tenían una orientación marxista, había una hegemonía marxista. En economía todos eran marxistas (en sentido generacional). Estudiar a Marx no solo era una opción académica, intelectual; era también una opción política, era construir el socialismo, la sociedad del hombre nuevo. Marx era valorado más por las consecuencias políticas de su discurso, que por la entrega de un instrumental analítico poderoso. Era más la fe que la razón; como Pablo de Tarso, en su camino a Damasco, todos deslumbrados, convertidos, y dispuestos a ofrecer sus vidas por el nuevo evangelio. Según Bejarano (1977, p. 223), hacia la década de 1980, los mejores economistas colombianos, líderes muchos de ellos de los estudios marxistas de la década 1970, que tuvieron como motivo el problema agrario en Colombia, ya transitaban por proyectos que trataban de asimilar a Ricardo, Sraffa, y Keynes, en las investigaciones y cursos, cuando, según Blinder (1988, p. 109), por ese entonces en EE. UU. “era difícil encontrar un economista académico, menor de cuarenta años, que se declarara keynesiano”. En 12 13

Esta parte se basa en Maya (2000). Se hace alegoría a la frase de Richard Nixon (1971): “Ahora todos somos keynesianos”.

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la década de 1990, aunque algo había quedado de las décadas de 1970 y 1980, la teoría neoclásica dominaba la educación económica, acompañada de una fuerte dosis de matemáticas, y de econometría, y ahora en los 2000 mucho más, cuando las maestrías y doctorados se han afirmado más en el país. Pero ¿qué pasó? ¿Por qué esa distinción entre escuelas se borró y hoy todos están en el consenso neoclásico? Una teoría es remplazada por otra o bien porque, al ser refutada o no, los exponentes se pasan al campo de la teoría rival o mueren. En el caso de Colombia, más bien, en grados diversos, de diferentes maneras y justificaciones, los marxistas, de todo tipo, de ayer se han pasado a la teoría rival. Aquellos que en la década de 1970 decían que fuera del marxismo nada, y que en la década de 1980 gritaban viva el déficit fiscal, ahora gritan viva el mercado. Esta transformación en los intereses intelectuales, mientras unos la han vivido como una búsqueda honesta del conocimiento, otros la han vivido como la oportunidad de ser aceptados por el establecimiento, en un acomodamiento intelectual, como premio a la seriedad y a la vejez. En este sentido, Sims (1996, p. 112) ha señalado que: “Siempre ha habido economistas que han hecho con sinceridad o con cinismo apologistas acríticos de ciertos puntos de vista”. Fernando Henrique Cardoso, sociólogo y antiguo teórico de la dependencia14, muy influyente sobre los economistas latinoamericanos, y quien fuera presidente del Brasil (1995-2002) es un buen representante de los cambios teóricos que han sufrido los militantes de la izquierda de América Latina. La revista Foreign Affairs Hoge (1995, p. 63) describe así a Cardoso: “Un antiguo intelectual marxista cuyo pensamiento ha evolucionado del socialismo a su presente enfoque, que combina la economía liberal de mercado con fuertes medidas contra la pobreza”. ¿Cómo resumir el pensamiento de Cardoso? La respuesta de Hoge (1995, p. 65) es una luz sobre los cambios ocurridos: Suramérica lo ha estado haciendo bien en los 90. Hoy está en buena forma. Las reformas económicas que fueron hechas, en prácticamente todos los países, han integrado sus economías más profundamente con la economía global de mercado, han estabilizado sus monedas, y han dejado sentadas las bases para el crecimiento sostenido (...) Ahora, después de la terminación de la Guerra Fría, hay una convergencia relativa más amplia en los valores de la comunidad internacional. Los países, tanto en el Norte como en el Sur, consideran la democracia, la protección de los derechos humanos, lo mismo que la economía libre de mercado, como la mejor manera de asegurar el desarrollo de sus ciudadanos.

Un consenso que sería impensable que fuera compartido por un marxista en las décadas de 1960 y 1970. 14

La teoría de la dependencia, desarrollada entre las décadas de 1950y 1970, por científicos del área social de Sur América (Argentina, Brasil y Chile), como respuesta al estancamiento social y económico que vivían las economías latinoamericanas después de la primera mitad del siglo XX.

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En el caso de Colombia, como ilustración, en una encuesta de El Espectador (1995), se les preguntó a 24 economistas capitalinos, acerca de los economistas que han influido en sus ideas. En gran número resultaron marxistas y keynesianos. Sin embargo, habría que anotar que algunos de ellos han hecho parte de la Administración Pública, como altos funcionarios del Estado. En particular, Salomón Kalmanovitz, ayer marxista fundamentalista y después codirector del Banco de la República, en su actual período como banco central independiente del Gobierno, según Rodríguez (1995, p. 1), explica su evolución como economista de la siguiente manera: Mi evolución ha sido de la ortodoxia marxista, bastante rígida, a posiciones cada vez más flexibles en mis razonamientos. Desde antes de entrar al Banco de la República había llegado a una posición en la que estaba más de acuerdo con keynes y (...) Kalecki, que con Marx. [Además] nunca estuve de acuerdo con el estructuralismo cepalino. Siempre tuve actitudes críticas frente a él. No tanto en el tema de la intervención como en el de la protección, que me parecía sospechoso (...). Ahora soy una persona ecléctica en mis teorías. [Sin embargo,] todavía sigo pensando algunos problemas con un enfoque marxista, que me parece fructífero sobre todo en el terreno histórico. Por eso no renuncio a todas mis fuentes de pensamiento porque al fin de cuentas es toda una sumatoria (...). Hoy yo no considero el neoliberalismo como algo dañino para la economía. Por el contrario, creo que algunos de sus elementos reflejan necesidades históricas para el desarrollo del régimen económico. [Pero,] sigo sin aceptar que se deban bajar los impuestos a los ricos para quitarle servicios sociales a los pobres, como lo hicieron Reagan o Thatcher”. En España llaman a los marxistas de ayer, convertidos en neoliberales, los arrepentidos.

Entonces, ¿cómo es que los economistas escogen una teoría? Coase, Premio Nobel de Economía de 1991, propone una explicación, y para esto presenta tres ejemplos en la década de 1930: las lecturas de Hayeck Precios y producción en la London School of Economics, la revolución keynesiana, y los libros de E. Chamberlain Teoría de la competencia monopolista y de Joan Robinson Teoría de la competencia imperfecta. Cada uno de estos análisis tuvo una calurosa bienvenida entre los economistas porque proveían una mejor base para pensar el sistema económico, aunque pueden existir otros motivos. En la discusión pública, en la prensa, y en la política, las teorías y los resultados son escogidos no porque faciliten la búsqueda de la verdad sino porque ellos llevan a ciertas conclusiones de política; de esta manera estas teorías se convierten en armas en la batalla de la propaganda. Sin embargo, Coase (1982, p. 30) advierte a todos que “es incuestionable que la afiliación de los economistas con las organizaciones empresariales u organizaciones sindicales o incluso comprometidos con la consultoría, amenazan la integridad académica. Sin duda, algunos economistas han sido corruptos (...)”. Sin embargo, en el largo plazo, al decir de Samuelson, los economistas, aquellos de cierta categoría, según Coase (1982) “trabajan por la única moneda que vale la pena Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 207-236 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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tener: nuestro propio aplauso”. Es decir, la aprobación de los propios pares. Esto como consecuencia de la manera como la actividad de los economistas está regulada o, al menos, influenciada, por las organizaciones profesionales, universidades o sociedades, en tales materias como el diseño de cursos, los requisitos de grado, la asignación de fondos, los estándares para publicar, las calificaciones para el empleo, consideraciones estas no siempre exentas de interferencia política. El respeto y la posición son obtenidos con la publicación de trabajos que cumplen los estándares de la profesión económica. Sin embargo, esto se puede convertir en un obstáculo que impida el desarrollo de nuevos enfoques. La solución es la construcción de una estructura universitaria relativamente libre que garantice autonomía a las escuelas y departamentos. En el caso de Colombia, no se puede decir que los académicos, por lo menos después del período de los rectores policías durante el gobierno de Misael Pastrana, hayan estado sometidos a la arbitrariedad y la persecución. Incluso, los viejos militantes de la izquierda marxista se convirtieron en los nuevos administradores universitarios, no solo en el ámbito de departamentos, sino también de decanaturas y hasta de rectorías. Y los departamentos fueron copados por los antiguos militantes, que en muchos casos, ese fue su solo motivo para ser vinculados a la docencia. En este caso, no se llegó al consenso por el miedo y la represión, hubo cambios históricos internacionales de envergadura. El hecho más dramático, según Branko (1982), por las consecuencias políticas, sociales, económicas, ideológicas, es el derrumbe del socialismo realmente existente15, simbolizado por la caída del Muro de Berlín. Por otro lado, el Consenso de Washington diseñó la reforma económica y de ingeniería social más grande y ambiciosa después de la posguerra para América Latina. Este consenso incluye no solo al Gobierno de los Estados Unidos, sino a todas las instituciones y grupos de trabajo, como el FMI, el Banco Mundial, banqueros, ministros de finanzas, y personalidades que se reúnen con frecuencia en Washington, y que de manera colectiva definen que la sabiduría económica convencional del momento descansa sobre dos principios, mercados libres y moneda sana; en palabras de Krugman (1995): haga comercio libre, privatice las empresas estatales, equilibre el presupuesto público, ancle la tasa de cambio, y usted tendrá los fundamentos del despegue económico. Entre otras cosas, según Cukierman y Tommasi (1998, p. 192), poca evidencia se ha encontrado que apoye la asociación entre gobiernos de derecha y las reformas económicas que se han llevado a cabo bajo los auspicios del Consenso de Washington; estas han sido impulsadas por gobiernos llamados progresistas. Incluso, el último gobierno en Brasil, de Lula da Silva, se ha caracterizado por ser neoliberal en lo económico, aunque con fuerte gasto social. 15

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Término acuñado por Branko (1982).

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4. LA CIENCIA SOCIAL IMPERIALISTA Los economistas han llevado a la economía, bajo el supuesto de su superioridad, a la colonización de otras ciencias sociales, con la aplicación del principio universal de maximización-minimización. Si la economía es la ciencia de la elección, de la asignación de recursos escasos a fines alternativos, todos los problemas podrían reducirse a este principio: mi suegra se ahoga: ¿la salvo o no la salvo?; la enamorada: ¿me caso o no me caso?; el marido desenamorado: ¿me divorcio o no me divorcio? La economía puede responder estas preguntas porque, según Thurow (1978), “nosotros (los economistas) pensamos de nosotros mismos que tenemos un mejor aparato analítico para estudiar estos fenómenos que otros científicos sociales”. Los economistas ortodoxos modernos, Gary Becker, Stigler, Buchanan, etc., han desarrollado la pretensión de extender y de convertir el principio de la maximización (minimización), que está detrás de cada acción humana, en el principio general de la conducta social. Ahora, se tienen, entonces, teorías económicas de la familia, la política, el arte, la filantropía, el crimen, etc. En cuanto al divorcio, los economistas Becker16, Landes y Michael (1977, p. 1142), citados por Harcourt (1982, p. 381), asumen que “las personas se casan cuando la utilidad esperada del matrimonio es mayor que la utilidad esperada de permanecer soltero (...) es natural asumir también que las parejas se separan cuando la utilidad esperada de permanecer casado cae por debajo de la utilidad esperada de divorciarse o posiblemente de volverse a casar”. Bueno, ¿Por qué se tienen amigos? Por la misma razón, el cálculo utilitarista. Por su parte, el Fogel17 y Engerman (1974), encontraron que: “Los plantadores (esclavistas) buscaron no el sometimiento perfecto sino óptimo (…) conceptos diferentes. Los plantadores no buscaron aplicar la fuerza cruelmente, sino óptimamente”. Si la crueldad tiene una racionalización de beneficio económico, con semejante argumento la sociedad podría desembarazarse de la democracia y de los contradictores, porque aquella es costosa e ineficiente, y estos, un estorbo. Además, para que el imperialismo sea exitoso, es necesario que los colonizados, acepten la dominación: antropólogos, politólogos, psicólogos sociales y sociólogos, han aceptado, no todos por cierto, que el enfoque económico es un enfoque legítimo o fructífero para estudiar el comportamiento humano. ¿Se puede aplicar por analogía el razonamiento económico a problemas de carácter no económico? No parece correcto, pero aquí empieza el debate18. 16 17 18

Premio Nobel 1992. Premio Nobel 1993. Los párrafos anteriores son tomados de Maya (2005).

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Los oponentes a esta extensión del principio de maximización lo critican en el sentido de que es una aplicación incorrecta a problemas de carácter no económico, y que no pueden ser explicados por este principio. Este afán colonizador ha hecho que Harcourt (1982) denomine a la economía, entendida esta como la expresión de la teoría neoclásica, como la ciencia social imperialista (Maya, 1993). Nicolaides (1988) por otra parte, considera que la extensión del análisis neoclásico a los fenómenos sociales es inevitable, y es la directa consecuencia de la consolidación de esta teoría como una disciplina estructurada para la investigación científica. Esta expansión, según Nicolaides (1988), es el resultado del proceso de “armonización de los supuestos”, que proviene de la creencia en la consistencia conductal, basada, a su vez, en el principio de continuidad, es decir, que el agente siempre es racional y maximizador. Por otro lado, otros economistas son de la opinión de que la teoría ortodoxa se ha constituido en pensamiento único, y excluyente de otras posibilidades teóricas. Rowthorn (1974, p. 65-66) piensa, por ejemplo, que: “a pesar del formidable aparato matemático, la contribución de la economía neoclásica a tal ciencia social (la economía) ha sido insignificante”, pues desde el punto de vista científico la teoría neoclásica opera como un obstáculo epistemológico, que impide el estudio científico del modo de producción capitalista y otros modos de producción. Y, sin embargo, “permanece como el sistema general de pensamiento dominante, claramente con los propósitos e intentos de que sea el único, dentro del mundo de la economía académica”. En este sentido, la encuesta de Colander y Klamer (1987) hecha a los estudiantes de Doctorado de las universidades de Chicago, MIT, Harvard, Stanford, Columbia, y Yale, corrobora la apreciación de Rowthorn (1974). En los resultados a la pregunta ¿la economía neoclásica es relevante para los problemas de hoy? encuentran que el 34 % de los estudiantes de la muestra está de acuerdo totalmente, el 54 % está de acuerdo con reservas, el 11 % está en desacuerdo, y el 1% no tiene una opinión clara. En la Universidad de Chicago solamente está en desacuerdo el 3 %; el 11%, en el MIT; el 22 %, en Harvard; el 6 %, en Stanford; el 8 %, en Yale, y el 8%, en Columbia. Por otro lado, la reducción de la investigación económica al mero campo de lo que se considera lo económico, las funciones de comportamiento individual a maximizar con la supresión de otros aspectos de la realidad social ha conducido a la súper especialización. McCloskey (1990, p. 1127-1128) ha llamado la atención sobre esto: La súper especialización en la vida académica no es natural ni productiva (y tampoco) es justificada por los resultados (...) nosotros hemos aprendido más de la economía en nuestras tradiciones permanentes de la aritmética política y la filosofía

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Economía: ciencia imperialista económica. El capital humano, la economía del derecho y la sociedad, la historia económica y las estadísticas del crecimiento económico son el resultado de los economistas que intercambian con el resto del mundo intelectual (...) Adam Smith fue muy elocuente del daño que la especialización hace al espíritu humano. Lo que es bueno es la especialización y el intercambio (...) para que nos entendamos, el argumento no es contra toda especialización sino contra el fracaso, por último, de intercambiar, es decir, de usar el trabajo de otros [otras disciplinas] para el trabajo de uno mismo.

En este sentido, una de las grandes deficiencias de los economistas, señala Frank Hahn (1987, p. 110), ha sido “la negligencia de la historia y la ausencia de cualquier sentido de la historia”. Phelps Brown (1972), por su parte, propone un cambio de rumbo en el trabajo de los economistas, que en el presente descansa en una extraña paradoja de que entre más grande su poder para elaborar razonamientos sutiles y vigorosos y la construcción de modelos complejos, es menos su capacidad para diagnosticar y prescribir sobre los grandes problemas de la época actual como la inflación y el desempleo. La propuesta de Phelps Brown (1972) descansa en 4 puntos: El trabajo del economista debe ser muy diferente del que hace en la actualidad. Es decir, es necesario remover las fronteras entre las otras ciencias sociales y la economía, pues esta ciencia es limitada para explicar el hecho económico en el contexto histórico, social y político. Los estudios de los economistas deben estar determinados más por el campo a que pertenecen, las ciencias sociales, que por la disciplina misma. En este sentido, el estudio de la historia debe hacer parte esencial de la formación del economista. El estudio de la historia sirve como propedéutico contra la miopía del especialista y la mentalidad del sistemático; y, los economistas deberían privilegiar el poder de la observación de manera mucho más elevada que el poder de la abstracción, lo mismo que la penetración del historiador sobre el rigor del matemático (Phelps Brown, 1972, p. 7). Muchos economistas de renombre, ortodoxos, son de la misma opinión, sin embargo, sus opiniones no han sido escuchadas. Por el contrario, según Kuttner (1985, p. 77), en trabajo teórico moderno “la deducción hace a un lado el empirismo. Aquellos economistas que tienen una curiosidad empírica real y de penetración de la forma como funcionan los bancos, las corporaciones, la producción de tecnologías, los sindicatos, la historia económica o la conducta individual son desechados como empiristas casuales, historiadores literarios o sociologistas; y son marginados dentro de la profesión”. A la pregunta Does the past have useful economics? La respuesta de McCloskey (1976) fue “Yes”. En este mismo sentido, Keynes (1938) en cuanto al estatuto científico de la economía, como una rama de la lógica, como una forma de pensar, al contrario de los afanes positivistas de despojar a la economía de los aspectos valorativos, era partidario de considerarla como una ciencia moral, y no una ciencia paralela a las ciencias naturales, o una seudo-ciencia natural, debido a que emplea la introspecSemestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 207-236 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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ción, los juicios de valor, motivos, expectativas e incertidumbres psicológicas. Y el material sobre el cual es aplicada no es homogéneo ni constante a través del tiempo. Y llamaba la atención sobre los peligros de no tener en consideración estos elementos en el análisis económico (Keynes, 1938). Juicios y advertencias que han pasado desapercibidos para generaciones enteras de economistas, quienes consideran que la economía tiene el mismo estatuto científico de la física, según Samuelson (1969, p. 12), “y que ha abandonado el reino de la historia para ingresar al reino de la ciencia”19. Por otro lado, para entender las crisis, y cómo funciona el capitalismo habría que tomar en serio la invitación del historiador Paul Kennedy (2009) de leer a los grandes economistas, Adam Smith, Karl Marx, Joseph Schumpeter y John Maynard Keynes. Para terminar, según P. Krugman (1994, p. XI) un economista indio, para sentenciar el domino de la economía y su pretensión de ciencia, más parecida a la física que a las otras ciencias sociales, dijo lo siguiente, que para algunos podría ser un chiste: “Si usted es un buen economista (ortodoxo neoclásico), un economista virtuoso (matemático), usted reencarnará como físico (Biólogo diría Marshall); si, al contrario, usted es un demonio (heterodoxo), y economista torcido (populista), usted reencarnará como sociólogo”20. BIBLIOGRAFÍA Becker, Gary; Landes, Elisabeth M. y Michael, Robert T. (1977). An economic analysis of marital instability. En: Journal of Political Economy, Vol. 85, N.° 6, diciembre, pp. 1141-1187. Bejarano, Jesús A. (1977). La investigación económica en Colombia. En: Cuadernos de Economía, Vol. XVX, N.° 27, Bogotá, pp. 219-243. Blinder, Alan (1987). Keynes, Lucas, and scientific progress. En: The American Economic Review, Vol. 77, N.°2, pp. 130-136. Blinder, Alan (1988). The fall and rise of keynesian economics. En: Economic Record. Vol. 64, N.° 4, diciembre, pp. 278-294. Blinder, Alan (1999). Eight steps to a new financial order. En: Foreign affairs, Vol. 78, N.° 5, pp. 50-63. Branko, Horvat (1982). The Political Economy of Socialism: A Marxist Social Theory, M. E. Sharpe Incorporated, 660 pp. Coase, R. (1982). How should economist choose? En: Essays on Economics and Economists, Chicago Press, 1994, 222 pp. Colander, David y Klamer, Arjo (1987). The making of an economist. En: Journal Economic Perspectives, Vol.1, N.° 2, pp. 95-111.

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Los textos de Guillermo Maya tienen autorización de El Mundo (Medellín), y de la revista Ensayos de Economía (nota editores).

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MÉTODOS DE VALORACIÓN DE NUEVOS EMPRENDIMIENTOS* Jenny Moscoso Escobar** Sergio Botero Botero*** Recibido: junio 12 de 2012 • Aceptado: mayo 24 de 2013

RESUMEN Este artículo tiene como objetivo analizar los diferentes métodos de valoración de empresas e identificar los más apropiados para valorar las empresas que se encuentran en las primeras fases del ciclo de vida. Para cumplir este propósito se realizó una revisión de literatura que permite conocer los métodos de valoración aplicados a las diferentes empresas del sector real, diferenciando los procedimientos para las empresas en etapa temprana a partir de la identificación de las particularidades de estas en términos de disponibilidad de información y madurez del negocio. Como conclusión se identifica que los métodos más apropiados para valorar estos emprendimientos son los basados en flujos de caja con tasa de descuento, ajustada al riesgo, y el método de certeza equivalente;, adicionalmente se plantean métodos alternativos en los cuales se utilizan multiplicadores apropiados a los emprendimientos.

PALABRAS CLAVE Valoración de empresas, emprendimiento, empresas en etapa temprana, financiación.

CLASIFICACIÓN JEL G32; L26

CONTENIDO Introducción, 1. Fomento de emprendimiento y ciclo vital de la empresa en Incubación 2. Métodos y modelos de valoración 3. Valoración de empresas en etapas tempranas, 4. Conclusiones, Bibliografía.

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El artículo de revisión se deriva de la tesis doctoral “Valoración de empresas en etapa temprana de financiación” de la estudiante Jenny Moscoso Escobar. Doctorado en Ingeniería -Industria y Organizaciones-, Facultad de Minas, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. Director de Tesis: Sergio Botero Botero.

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Candidata, Doctorado en Ingeniería - Industria y Organizaciones, Facultad de Minas, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín. MSc en Finanzas, Universidad Eafit y Especialista en Economía de la Empresa, Universidad Eafit, Medellín. Administradora de Empresas, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Profesora Asistente Universidad de Antioquia, Facultad de Ciencias Económicas – Departamento de Ciencias Administrativas, Medellín, Colombia. Investigadora Grupo de Investigación en Gestión Organizacional –Gestor–. Correo electrónico: jmoscoso@economicas.udea.edu.co.

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Ingeniero mecánico, Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia. D.Sc., George Washington University, Estados Unidos. M.Sc., Catholic University of America. Estados Unidos. Profesor Asociado, Departamento de Ingeniería, Facultad de Minas, Universidad Nacional de Colombia. Director del Grupo de Investigación Modelamiento y Análisis Energía Ambiente Economía –MAEAE-. Correo electrónico: sbotero@unal.edu.co.

Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 237-264 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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VALUATION METHODS FOR NEW VENTURES ABSTRACT The objective of this paper is to analyze different business valuation methods and identify the most appropriate ones for valuating companies that are in their first face of the life cycle. To meet this purpose, a literature review was done in order to compare the different valuation methods been applied in businesses of the real sector, differentiating the procedures for early stage companies from identifying their specific features in terms of availability of information and business maturity. As conclusion it is identified that the most appropriate methods to value this new ventures are based on cash flows with risk-adjusted discount rates and the certainty equivalent method in addition to alternative methods that use appropriate multipliers for the new ventures.

KEY WORDS Business valuation, new venture, early stage business, financing.

JEL CLASSIFICATION G32; L26

CONTENT Introduction, 1. New venture promotion and vital life cycle of the starting business 2. Valuation methods and models 3. Business valuation in early stages, 4. Conclusions, Bibliography.

MÉTODOS DE VALORAÇÃO DE NOVOS EMPRENDIMENTOS RESUMO Este artigo tem como objetivo analisar os diferentes métodos de valoração de empresas e identificar os mais apropriados para valorar as empresas que se encontram nas primeiras fases do ciclo de vida. Para cumprir este propósito se realizou uma revisão de literatura que permite conhecer os métodos de valoração aplicados às diferentes empresas do setor real, diferenciando os procedimentos para as empresas em etapa inicial a partir da identificação das particularidades destas em termos de disponibilidade de informação e madureza do negocio. Como conclusão identifica-se que os métodos mais apropriados para valorar estes empreendimentos são os baseados em fluxos de caixa com taxa de desconto ajustada ao risco e o método de certeza equivalente, adicionalmente planteiam-se métodos alternativos nos quais se utilizam multiplicadores apropriados aos empreendimentos.

PALAVRAS CHAVE Valoração de empresas, empreendimento, empresas em etapa inicial, financiamento.

CLASIFICAÇÃO JEL G32; L26

CONTEÚDO Introdução, 1. Fomento de empreendimento e ciclo vital da empresa em Incubação 2. Métodos e modelos de valoração 3. Valoração de empresas em etapas inicial, 4. Conclusões, Bibliografia.

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INTRODUCCIÓN Considerando que las finanzas son una herramienta que facilita la toma de decisiones en la administración, la valoración de empresas se ha constituido en un área de vital importancia en la estrategia empresarial. En este sentido se han desarrollado diferentes teorías sobre cómo hacer una correcta valoración de empresas. Algunos autores como Damodaran (2002, p. 211), Fernández (2008, p.24) y Mascareñas (2008, p. 4) plantean como postulado que el valor de cualquier inversión depende de su capacidad para generar flujos de caja futuros y su riesgo intrínseco; sin embargo, para tomar decisiones sobre la valoración de empresas en las fase temprana del ciclo de vida se debe considerar que la poca información financiera y de mercado de las empresas dificulta la valoración y determinación apropiada de las tasas de descuento para estimar el valor presente de los flujos futuros, como lo argumentan Mongrut y Ramírez (2005, p.3), Smith y Kihlom (2004, p. 218) y Metrick (2007, p. 179). Pero a pesar de la incertidumbre, estas valoraciones permiten, al empresario y al inversionista, mirar desde sus perspectivas las condiciones de valor agregado y financiamiento en el largo plazo. Al margen de la identificación de los datos cuantitativos (flujo de caja, información, etc.), según Gallinal, Moscoso y Riaño (2011), muchos inversionistas valoran la empresa subjetivamente desde su percepción del potencial de crecimiento, de generación de beneficios futuros o de posicionamiento estratégico. Basado en lo anterior se ha encontrado un problema, y es que si una empresa en etapa temprana pretende crecer, en la mayoría de los casos debe buscar fuentes de financiación mediante el incremento en patrimonio o la obtención de deuda, para lo cual es pertinente tener una valoración convincente para que inversionistas y prestamistas tengan unas bases de análisis y tomen decisiones sobre la financiación. Es así como se necesita desarrollar metodologías de valoración apropiadas a nuevos emprendimientos. Es importante notar que los diferentes métodos utilizados para elaborar valoraciones son aplicables a empresas con trayectoria, que cuentan con información financiera histórica y, además, se desempeñan en entornos conocidos que les posibilitan hacer proyecciones bajo cierto nivel de certidumbre. Pero para empresas en etapa temprana de financiación (Start Up) o emprendimientos, se requiere utilizar otro tipo de métodos menos dependientes de información histórica. Con estas consideraciones, se desarrolla una metodología a partir de una revisión bibliográfica de los métodos de valoración de empresas para identificar cuál se ajusta más a las condiciones y características de una empresa en etapa temprana con el fin de cerrar la brecha del valor estimado entre un inversionista y el empresario. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 237-264 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Además de la presente introducción, este documento continúa con la siguiente composición; en la segunda sección se realiza una aproximación al emprendimiento y al ciclo vital que deben tener las empresas en incubación con el fin de resaltar su papel en el tejido empresarial en el país; en la tercera sección hay una descripción general de los diferentes grupos de métodos de valoración de empresas usadas convencionalmente y las propuestas por autores para nuevos emprendimientos (etapas tempranas de financiación); en la cuarta sección se realiza un resumen sobre los métodos más utilizados en la valoración de empresas recién incubadas, con sus respectivas ventajas y críticas; finalmente, se concluye con los aportes y realimentación del artículo en términos de la necesidad que tienen las empresas en etapa temprana de una metodología de valoración de empresas, en un país emergente como Colombia. 1. FOMENTO DE EMPRENDIMIENTO Y CICLO VITAL DE LA EMPRESA EN INCUBACIÓN Un elemento clave para el crecimiento económico y la competitividad de los países emergentes es la creación de nuevas empresas, dado que promueven el avance técnico y aumentan el número de enfoques productivos innovadores con importantes beneficios sociales, según Varela (2001, p. 45) sumado a la premisa básica que “si un país o una región incrementa significativamente el número de empresas y logra no solo que muchas de ellas se mantengan sino que bastante de ellas crezcan, y ese proceso es continuado, el número de oportunidades de empleo y bienestar para la comunidad crecerá”. Adicionalmente, según Varela y Bedoya (2006, p. 26-27), existen dos aspectos fundamentales para que aparezcan nuevas empresas: a)

La aparición de nuevos empresarios o personas que sepan cuándo, cómo, dónde y con qué empezar nuevas empresas con potencial de crecimiento, personas capaces de llevar una carrera empresarial, creativas e innovadoras, capaces de enfrentar las variaciones del ambiente económico y social.

b) El desarrollo de unas circunstancias favorables al proceso. Por ello es necesario la existencia de una serie de entidades de apoyo que faciliten al empresario su labor; por ejemplo mecanismos de incubación, parques tecnológicos, zonas francas, programas de asesorías pre y pos creación, grupos de profesionales especializados, líneas de financiación, fondos de garantías, capitales de riesgo, capitales semilla, grupos de inversionistas y de ángeles, incentivos fiscales, políticas laborales entre otras. Estas circunstancias deben darse en un entorno adecuado para que los sectores público y privado tengan oportunidad de desarrollarse.

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Asimismo, según el GEM (1999), citado por Varela (2001; p. 46), con la formulación de políticas nacionales, el marco legal, la infraestructura, y las condiciones de acción del empresario son factores clave para el desarrollo empresarial; sin embargo, el surgimiento y sobrevivencia de las empresas no solo depende de lineamientos gubernamentales, sino que es importante tener presente lo que plantean King y Salomon (2004), citado por Fracica, Vaca, y Sepúlveda (2011, p. 218): “la vida de las organizaciones, al igual que los demás seres vivos, evoluciona de manera coherente y predecible a través una serie de etapas identificables y con características propias, que en su conjunto conforman el concepto de ciclo vital” . En el caso colombiano, se ha experimentado un incremento en la creación de nuevas empresas en los últimos años que ha sido apoyado por las casi 600 instituciones existentes de emprendimiento, sumado a que el Plan Nacional de Desarrollo tiene como una de sus principales banderas fortalecer la creación de micros, pequeñas y medianas empresas y promover las fuentes de financiación para las mismas en etapa temprana. Como consecuencia de las acciones del Gobierno y de los emprendedores, se ha creado gran cantidad de emprendimientos, los cuales deben crecer y establecerse para consolidarse como empresas generadoras de desarrollo. En la tabla 1 se presenta el ciclo vital de la empresa en incubación y su financiación que permite dar un marco de referencia de la importancia de una valoración adecuada de nuevos emprendimientos, dado que al hablar de emprendimientos existen varias clasificaciones que ayudan a entender el entramado y ecosistema que se pretende fortalecer en los países. En primer lugar, existe una clasificación por etapas que permite describir la empresa en qué momento se encuentra de acuerdo con el grado de inversión que contiene; estas se refieren a la temprana (inicio), media (crecimiento) y tardía (consolidación). Metrick (2007, p. 6) las describe de la siguiente forma: Las empresas en etapas tempranas incluyen todo a través de la comercialización de un producto. En el otro extremo, la etapa tardía son empresas que tienen un producto probado que generan ganancias o bien tienen un camino claro hacia la rentabilidad (...) esto deja a las empresas en etapa media (expansión), quienes representan el vasto paisaje entre en fase inicial y de etapa tardía.

Una segunda clasificación se deriva y concierne al tipo de financiamiento que se necesita a raíz de las etapas anteriores, pues para que una empresa sobreviva en el mercado es necesario mantener una inyección de capital constante. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 237-264 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Jenny Moscoso Escobar • Sergio Botero Botero Tabla 1. Ciclo vital de la empresa en incubación y financiación Etapa temprana Semilla: el emprendedor solo tiene el concepto de una oportunidad de negocio con potencial de ganancias, el cual no está desarrollado, ni probado; por tal motivo, la financiación se dirige a la definición y diseño del producto, pero los volúmenes de inversión requeridos suelen ser reducidos en relación con los necesarios en las siguientes fases. Puesta en marcha (Start-up): en esta fase la empresa está creada y tiene como objetivo completar el desarrollo de productos y la comercialización, pues son nuevas o de muy reciente creación, que todavía no han empezado a generar beneficios y pueden tener solamente un año de vida. Su financiación se considera para el inicio de la producción y de la distribución. Otros de etapa temprana: la financiación se puede dirigir a un aumento en la valoración, el tamaño de la empresa o el precio de las acciones. Las empresas semilla o en la fase puesta en marcha suelen tener financiación por parte de ángeles inversionistas más que de inversionistas institucionales. Etapa media o crecimiento Expansión: apoyo financiero a una empresa existente para posibilitar su acceso a nuevos productos y/o mercados o el crecimiento en los que está introducido. Se trata de inversiones de menor riesgo y mayor volumen, los cuales se desarrollan entre el segundo y el quinto año pero dependiendo de la magnitud de la expansión en la que se encuentre, puede no llegar todavía a tener ganancias. La expansión se puede subdividir en tres momentos de acuerdo a la necesidad de financiamiento. El primero de ellos se enmarca en el capital de trabajo necesario para la fase de crecimiento, en donde no está claro la rentabilidad o los flujos de caja futuros; el segundo se dirige a una mayor expansión de la empresa debido al crecimiento en las ventas, en donde se puede evidenciar rentabilidades positivas. Por último, realizar una financiación proporcionada a una entidad con carácter temporal, a la espera de la obtención por su parte de una financiación definitiva, con el fin de realizar ofertas públicas. Etapa tardía o de consolidación La empresa es madura y rentable, la cual sigue expandiéndose a una tasa de crecimiento alta y preparándose para la salida de los inversores. Fuente: elaboración propia con información de Hirish, Peters, y Shepherd (2010); Jacobsohn y Cochello (2004, p. 5); Metrick (2007, p. 16); De Miguel y otros (2003, p. 7-9)

Como conclusión, las empresas a través del ciclo de vida, tienen necesidades diferentes de financiamiento, así como niveles de información para tomar decisiones; por ello, Damodaran (2002, p. 639), en el gráfico 1, presenta el ciclo de vida de las empresas y, complementariamente en la tabla 2, cuatro componentes de estas características propias de las empresas, representadas en el ítem de ingresos/ operación corriente, cantidad de historia de la operación, existencia de empresas comparables y fuente de valor, los cuales son insumos necesarios para considerar el tema de valoración. 242

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Métodos de valoración de nuevos emprendimientos Gráfico 1. Ciclo de vida de las empresas

Start Up o idea de empresa

Expansión rápida

Alto crecimiento

Crecimiento de maduración

$ ingresos/ Utilidades

Declive Ingresos

Utilidades

Tiempo Fuente: tomada de Damodaran (2002, p. 639)

Es pertinente anotar que esta estructura está enmarcada para países desarrollados, y el autor considera una quinta etapa que es el declive. Si se hace una selección más detallada de los ciclos de vida expuestos, se encuentra que la etapa temprana enmarca la puesta en marcha, la etapa de crecimiento reúne las expuestas en el gráfico 1 bajo el nombre de expansión rápida y Alto Crecimiento, y finalmente, la Etapa Tardía se homologa por el crecimiento de maduración. Sin embargo, Damodaran (2002, p. 639) complementa su estructura de ciclo de vida con la información disponible y los diferentes cambios que existen en las fuentes de valor a medida que la empresa evoluciona a través del tiempo, lo cual es presentado a continuación en la tabla 2. Tabla 2. Información disponible para valoración de acuerdo con la fase del ciclo de vida

Información disponible Ingresos / Operación Corriente

Ciclo de vida de las empresas Start up o idea de empresa

Expansión rápida

No existe o ingresos bajos, las utilidades operativas son negativas

Incremento de ingresos; la utilidad es baja o negativa.

Alto crecimiento Ingresos y utilidad operacional con alto crecimiento.

Crecimiento de maduración Crecimiento en los ingresos se disminuye; utilidad operativa sigue creciendo.

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Declive Los ingresos y la utilidad operativa descienden.

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Información disponible

Ciclo de vida de las empresas Start up o idea de empresa

Expansión rápida

Alto crecimiento

Crecimiento de maduración

Declive

Historia de la Operación

Ninguna.

Muy limitada.

Poca historia La historia operativa. operativa puede ser usada para la valoración.

Suficiente historia de operativa.

Empresas Comparables

Ninguna.

Alguna, pero en la misma etapa de crecimiento.

Más comparables pero en diferentes etapas.

A lto número de comparables en diferentes etapas.

Baja el número de comparables, en su mayoría maduras.

Fuente de Valor

Solo creciEn su mayoría miento futuro. crecimiento futuro.

Proporción de activos existentes; el crecimiento futuro sigue dominante.

Más sobre activos existentes que en crecimiento futuro.

Totalmente de activos existentes.

Fuente: Tomada de Damodaran (2002, p. 639)

2. MÉTODOS Y MODELOS DE VALORACIÓN La valoración de empresas no se debe considerar una moda entre los financieros sino una necesidad de conocer el valor de la empresa con el fin de tomar decisiones relacionadas con expansiones, integración de nuevos socios, compra o venta de la empresa, evaluación de proyectos corporativos, apertura de fusiones, entre otros. Al respecto Fernández (2008, p. 24) plantea: En general, una empresa tiene distinto valor para diferentes compradores y para el vendedor. El valor no debe confundirse con el precio, que es la cantidad a la que el vendedor y comprador acuerdan realizar una operación de compra – venta de una empresa (…) estas dos cifras son las que se confrontan en una negociación en la cual finalmente se acuerda un precio que está generalmente en algún punto intermedio entre ambas.

Es por ello que valorar1 es emitir una opinión que respondería preguntas acerca de generar valor para qué, para quién y en qué circunstancias, posiciones que Diferencia entre valor y valoración desde el punto de vista financiero. Según Smith y Nau (1995, p. 801) “La definición adecuada de valor sería el punto de equilibrio del precio de compra-aquel precio al que la empresa es indiferente entre la “compra” del proyecto y su rechazo (…). En general, el precio de compra de equilibrio y los precios de equilibrio de venta no son iguales (por ejemplo, ver Raiffa 1968, pp 89-91) y la definición adecuada de valor dependerá de si la empresa está comprando o vendiendo”. Por otro lado, para BenDaniel, Rosenbloom y Hanks (2002, p. 408) la valoración “es el proceso por el cual, mediante el uso de mediciones objetivas y sustentadas, se determina el valor justo del valor de mercado”.

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contienen grados de subjetividad al momento de realizar la operación. En palabras de Vega (2000, p. 1), “cualquier valoración comporta grandes dosis de subjetividad. Es necesario asumir un considerable número de hipótesis sobre el comportamiento del mercado y de la empresa y esto implica correr un riesgo al dar una opinión sobre el valor”. Sin embargo, estas hipótesis o supuestos que tienen implícitas las proyecciones financieras deben ser responsables y rigurosas para garantizar que la subjetividad sea la mínima y emitir conclusiones serias sobre el valor final de una empresa. Por tanto, al momento de valorar una empresa se genera todo un proceso de consecución de información que debe considerar tres tipos de aspectos: técnico, de negocio y de negociación, los cuales se amplían a continuación. • Aspectos técnicos: el valorador debe elegir uno o varios métodos de valoración adecuados al tipo de información y de empresa. Es necesario tener en cuenta los límites operativos y conceptuales, las y variables empleadas para la proyección financiera, así como la identificación de sus inductores de valor. • Aspectos del negocio: es pertinente realizar el análisis del sector en la economía interna y en el entorno nacional e internacional, y analizar diversos riesgos cualitativos y cuantitativos de acuerdo con la metodología de valoración a utilizar, lo cual se puede cuantificar o visualizar mediante un mapa de riesgo. • Aspectos de negociación: deben incluir temas sobre la repartición del valor, que eso estaría incluido bajo cuantificadores de prima de control, prima de liquidez, prima de crecimiento, entre otros. En línea con lo anterior y dada la importancia del proceso de valoración, siguiendo a Rojo (2007, p. 81) se presenta en el gráfico 2 los diferentes actores y decisiones que intervienen al momento de realizar una valoración, como se presenta el siguiente texto según Rojo (2007, p. 81): Ante una empresa o negocio a valorar, el valorador (sujeto experto) selecciona uno o más métodos de valoración, dentro de los modelos existentes y según sus conocimientos y experiencia y, sobre todo, considerando las circunstancias del entorno. La aplicación del(os) método(s) seleccionado(s) le permitirá obtener un valor, económico o financiero, según el fin perseguido.

En resumen, según Moyer y otros (2004, p. 7), la valoración está en línea con el objetivo básico financiero más aceptado: “maximizar el valor de la empresa para sus propietarios, es decir, maximizar la riqueza de los accionistas. La riqueza de los accionistas está representado por el precio de mercado de las acciones”.

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Jenny Moscoso Escobar • Sergio Botero Botero Gráfico 2. Proceso de valoración

Métodos de valoración

Métodos seleccionados

Sujeto experto

Empresa Negocio

Valor

Financiero

Entorno

Económico

Fuente: tomado de Rojo (2007, p. 81)

Es importante tener en cuenta que al hacer la valoración de empresas se asocian hipótesis fundamentales a considerar al momento de hacer el cálculo y posterior negociación, como se presentan a continuación, siguiendo a García (2003, p. 211- 218): • Hipótesis del mercado eficiente • La hipótesis del justo valor de mercado • El valor de la empresa está asociado a su corriente futura de beneficios • El valor de una empresa es un valor percibido • El valor de una empresa se calcula para una fecha determinada • El valor a obtener depende del propósito del ejercicio • El valor de la empresa está afectado por su riesgo

Estas hipótesis se condensan en instrumentos convencionales como modelos, métodos y metodologías; de acuerdo con Mascareñas (2007, p. 5) los modelos se componen de parámetros, variables y relaciones. Los parámetros permiten que un modelo pueda ser aplicado a situaciones diversas, y las variables son valores predichos sobre la base de parámetros y, según sea el control sobre la información, se realizan predicciones adecuadas a través del uso de los modelos. Por su parte, un método, según Blanco (2009, p. 127), proporciona una guía de actuación a la hora de recoger y manipular los datos necesarios para alimentar el modelo, para la interpretación de resultados, y el establecimiento de reglas de decisión basadas en estos últimos y una metodología es un conjunto de métodos que se siguen en una investigación científica. 246

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Con el fin de valorar una empresa, se enumeran a continuación los diversos instrumentos expuestos en la teoría financiera y empírica, dentro de los cuales se encuentran variantes o desarrollos de modelos y diferentes criterios al momento de obtener la información financiera requerida para hacer el análisis de la empresa. Por tal razón, se toma como referencia la clasificación de seis grupos de modelos y métodos de valoración elaborados por Fernández (2008, p. 4) y Jaramillo (2010, p. 211) expuestos en la tabla 3, los cuales fueron retroalimentados con otros métodos o modelos empíricos y académicos encontrados en la revisión bibliográfica. La estructura del escrito considera todas las alternativas de valoración de empresas como métodos. Tabla 3: Clasificación de métodos de valoración de empresas Agrupación de métodos de valoración de empresas

Métodos de valoración de empresas

Balance

Valor contable, Valor contable ajustado, Valor de reposición, Valor sustancial, Valor de liquidación, Valor de mercado

Estado de Resultados

Múltiplo de utilidad, Múltiplo de ventas, Múltiplo Ebitda, Múltiplo Precio – Ganancia (PER), Múltiplo Precio-Ganancia con crecimiento (PEG), Otros múltiplos

Mixtos

Unión de expertos, Contables europeos, Renta abreviada, Otros

Descuento de Flujos de Caja

Flujo de caja libre, Flujo de caja de accionistas, Flujo de caja de capital, Valor de precio ajustado

Creación de Valor

Valor económico agregado, Beneficio económico, Valor agregado de liquidez, Retorno sobre la inversión de los flujos de caja, Valor de mercado agregado

Opciones

Opciones Reales, Black y Scholes Fuente: Elaboración propia con información de Damodaran (2002, p. 468,511); Fernández (2008, p. 4) y Jaramillo (2010, p. 211)

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2.1 Métodos basados en el balance general La información del balance general es el insumo básico para la valoración de empresas, en especial los rubros del activo y el patrimonio, que le permiten al inversionista valorar la empresa en términos del propietario o de la operación; sin embargo, su cuantificación es con respecto a la información contable del momento que se desea hacer la valoración, es decir, no considera las proyecciones financieras de la empresa que puede expresar su viabilidad y sobrevivencia a través del tiempo, así como su estrategia, recomposición de activos fijos, manejo del capital de trabajo, entre otros. En esta misma línea se puede decir que estos métodos no suponen el valor del dinero en el tiempo de los estados financieros y, por ende, no tienen implícita una tasa de descuento que permita tanto al inversionista como a la empresa tener inmerso su costo de oportunidad. No obstante, los métodos son utilizados en el mercado por su fácil entendimiento ante cualquier grupo de interés, pero su procedimiento y resultados tienen un alto grado de subjetividad en términos de escoger las cuentas del balance al momento de la valoración, dado que se tienen diferencias entre un experto y otro, lo cual incide en la variación del valor justo de la empresa. 2.2 Métodos basados en el estado de resultados En esta categoría se encuentran todos los métodos de valoración de empresas que se alimentan de información proveniente del estado de resultados. La característica general es que la mayoría de ellos se convierten en múltiplos que determinan el valor de la empresa, cuyo cálculo final aún contiene grados de subjetividad, debido a que el multiplicador puede provenir de percepciones del propietario, tendencias de crecimiento de la empresa o del sector económico. Por otra parte, si la empresa a valorar no cotiza en la bolsa de valores, la información para calcular en cualquier múltiplo debe provenir de empresas similares que se encuentren en el mercado de capitales; por tal razón, según Damodaran (2002, p. 454), se debe tener en cuenta que “un comprador del patrimonio o de la firma prefiere un múltiplo bajo a uno alto; estos múltiplos se ven afectados por el crecimiento potencial y el riesgo del negocio que se está adquiriendo”. 2.3 Métodos mixtos Estos métodos son particularmente importantes en la valoración de empresas, puesto que representan procesos intermedios entre lo contable y lo financiero, tal como lo plantea Jaramillo (2010, p. 227): 248

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Métodos de valoración de nuevos emprendimientos En los métodos mixtos se trata de implementar un puente entre la contabilidad financiera y el análisis financiero, con resultados a veces forzados y discutibles. Esto causa que el grado de rigor técnico sea variable y, en algunos casos, escaso. En general consideramos que sus limitaciones son suficientes para no recomendar su utilización.

Al respecto Mileti y otros (2004, p. 7) plantean: El fondo de comercio es el mayor valor que tiene una empresa por encima del valor contable o valor contable ajustado. Intenta representar el valor de los elementos inmateriales de la empresa, que muchas veces no aparece reflejado en el balance, pero que le proporcionan ventajas competitivas (ejemplo cartera de clientes, liderazgo sectorial, marcas, alianzas estratégicas, etc.).

Este tipo de métodos también son conocidos como basados en el fondo de comercio o goodwill, en los cuales se citan el método clásico, el simplificado de la renta abreviada del goodwill o método de la UEC (Unión de expertos Contables Europeos) simplificado, el Método de la UEC en sí, el método indirecto o método de los prácticos, el método anglosajón o método directo, el método de compra de resultados anuales y el método de la tasa con riesgo y de la tasa sin riesgo. 2.4 Métodos basados en descuentos de flujos de caja (Cash Flows) Los estados financieros se constituyen en el elemento final del proceso contable y permiten la toma de decisiones económicas en la empresa. Según el Decreto 2649, artículo 22 (PR, 1993) se tiene la obligación de preparar los siguientes estados financieros en Colombia: “balance general, estado de resultados, estados de cambios en el patrimonio, estado de cambios en la situación financiera y estado de flujos de efectivo”. Sin embargo, conforme lo indica el Decreto 1878 de 2008 (PR, 2008), si se enmarca en las microempresas, estas solo tienen obligación de presentar el balance general y el estado de resultados. El estado de flujos de efectivo es un informe que permite identificar la capacidad de generación de efectivo por parte de la organización y el uso que se le da al mismo; además, posibilita evaluar las políticas de inversión o desinversión de la empresa, determinar las necesidades de financiar la operación o inversión y evaluar la política de pago de dividendos en un período específico. Por tanto, los métodos basados en los flujos de caja se posicionan cada vez más como herramienta para la valoración debido a su utilización permanente por parte de expertos, como el caso del flujo de caja libre, en donde se considera un período de tiempo de proyección, una tasa de descuento para capturar la información a presente y el cálculo del valor continuo, el cual representa un alto porcentaje del valor final de la empresa. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 237-264 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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Dado que existen varios métodos bajo el esquema de flujo de caja, se presenta la ecuación 1 como una expresión general de cálculo:

V=

FC3 FCn + VC FC1 FC2 + + + …+ 1 2 3 (1 + TD) (1 + TD) (1 + TD) (1 + TD) n

(1)

En donde FCn: Flujo de caja en un momento de tiempo de proyección

TD: Tasa de descuento

VC: Valor continuo de la empresa

V:

Valor de la empresa

De acuerdo con Rojo (2002, p. 103) el valor continuo de la empresa “es el valor esperado de sus flujos de caja tras el periodo concreto o finito de estimación. Estimar a futuro supone considerar el comportamiento de la empresa en términos de crecimiento de la misma”. La ecuación utilizada para calcular este valor a perpetuidad es la que incorpora la posibilidad de continuar su crecimiento, como se presenta en la ecuación 2:

VC =

FCn +1 TD − g

(2)

En donde, g es la tasa de crecimiento esperada por la empresa a partir del periodo n+1, la cual corresponde, según Maquieira y Willatt (2006, p. 10), al “producto entre la tasa de retención del flujo de caja bruto que se destina a inversión y la tasa esperada de proyectos”, pero existen otros métodos de calcular la g de acuerdo con la información disponible. A pesar de que este cálculo de valor continuo es el más utilizado tiene un grado de incertidumbre que consiste en la dificultad de garantizar un valor de los flujos de caja a perpetuidad traídos a presente: en primer lugar, se considera que la empresa se estabiliza con la información depositada en el último flujo de caja proyectado y luego existe una tasa de crecimiento y de descuento constante, sin tomar en cuenta los futuros cambios del entorno macroeconómico y empresarial. De igual forma, en la valoración no se contempla el cierre de la operación de la empresa, lo cual supone que su productividad es perpetua. Debido al problema para garantizar el crecimiento estable de la empresa a perpetuidad2, se puede considerar el valor continuo con una tasa de crecimiento cero de acuerdo con la información consignada en la ecuación 3: Damodaran (2002, p. 307) sostiene que existen tres supuestos críticos que son necesarios realizar para asumir un crecimiento estable. “El primero es asumir que la empresa bajo valoración tiene un crecimiento

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Métodos de valoración de nuevos emprendimientos

VC =

FCn +1 TD

(3)

Para Maquieira y Willatt (2006, p. 11), “El método de perpetuidades resulta apropiado para empresas maduras y estables, con bajo riesgo y donde es razonable suponer una operación continua en el largo plazo. En estos casos, las tasas de retorno requeridas son más bajas y el impacto de considerar perpetuidades es alto en el valor terminal”. Por los anteriores motivos, Blanco (2009, p. 127) argumenta que el valor continuo puede calcularse de tres formas diferentes: de un modo tradicional (perpetuidad), mediante múltiplos de valoración relativa (múltiplos de ventas, múltiplo del EBITDA, etc.) o como el valor de liquidación del activo. 2.5 Métodos basados en creación de valor Según García (2003, p.10), los métodos de este grupo permiten calcular y evaluar la riqueza generada por la empresa teniendo en cuenta el riesgo operativo y de mercado, dependiendo del tipo de valoración escogida, el cual se puede promover por medio de tres alternativas de gestión que concentran al mismo tiempo los procesos organizacionales: dirección estratégica, gestión financiera y gestión humana. En general, la creación de valor en una empresa impacta en diferente medida a todos los grupos de interés (por ejemplo, propietarios, proveedores, clientes, empleados y la propia empresa), en donde se deben buscar herramientas que permitan cuantificar y valorar sus acciones al obtener un máximo rendimiento con un nivel de riesgo aceptable, las cuales se han traducido a través del tiempo en métodos de valoración que miden la generación de valor de la empresa para sus accionistas o inversionistas. Dado que existen varios métodos bajo el grupo de creación de valor, se presenta en la ecuación 4 una expresión general de cálculo:

V=

CV3 CVn + VC CV1 CV2 + + + …+ 1 2 3 (1 + TD) (1 + TD ) (1 + TD) (1 + TD) n

(4)

En donde: CVn: Resultado de un método de Creación de valor en un momento de tiempo de proyección

TD: Tasa de descuento

VC: Valor continuo de la empresa

V:

Valor de la empresa

estable, en caso de que no lo sea así. El segundo se refiere a si las características de la empresa se comportan dentro de un crecimiento estable, en términos de rendimiento de las inversiones, los costos de capital y capital. El supuesto final se refiere a cómo la empresa que se está valorando hace su transición de un alto crecimiento a uno estable.”

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Es importante considerar que al realizar la valoración de la empresa es necesario elaborar las proyecciones financieras y tener en cuenta el valor terminal fundamentado en cualquier resultado de los diferentes métodos de creación de valor (CV), como se expuso en el tema de métodos basados en flujos de caja, lo cual genera grados de incertidumbre en la generación de la información. 2.6 Métodos basados en opciones Los bienes materiales de una sociedad se determinan por la capacidad de producción de su economía; es por ello que, según Bodie, Kane y Markus (2004, p. 3), los “activos utilizados para producir bienes y servicios se llaman activos reales (…); por otra parte los activos financieros son derechos sobre los activos reales o los ingresos generados por ellos”; por tanto, como argumentan Berk y DeMarzo (2008, p. 656) “un contrato de opción financiera da a su propietario el derecho (pero no la obligación) de comprar o vender un activo a un precio fijo en cierta fecha del futuro”. En esta misma línea se puede decir, según Hull (2002, p. 5), que la opción de compra real es similar a una opción de compra financiera, porque ambos implican un derecho, mas no una obligación, y se pueden ajustar a los seis elementos que influyen en las opciones financieras como son: la tasa de interés libre de riesgo, el tiempo al vencimiento, la volatilidad del precio de la acción, los dividendos esperados durante la vida de la opción, el precio actual de la acción y de ejercicio. Es por ello que autores como Mun (2002, p. 42) y Trigeorgis (1996, p. 4) afirman que la metodología de opciones reales emplea la teoría de opciones financieras para valorar los activos físicos y reales, otorgando el derecho, pero no la obligación, según Ketelhöhn, Marín, y Montiel (2004, p. 184), de tomar una acción como posponer, ampliar, contraer o abandonar cualquier inversión a un costo determinado; esto, siguiendo a Dumrauf (2010, p. 300) es que “una opción real está presente en un proyecto de inversión cuando existe alguna posibilidad futura de actuación en el momento en que se resuelve alguna incertidumbre actual”. Esta metodología busca el valor de los flujos futuros. Sin importar si se encuentra el valor de la opción por alguna de las metodologías usadas como Black-Scholes o árboles binomiales, la metodología busca entregar un valor ajustado que considere la flexibilidad empresarial, razón por la cual existen diferentes tipos de opciones: abandono/cierre, tiempo de inversión, crecimiento y flexibilidad. En la actualidad se considera que el uso de la teoría de opciones reales es una herramienta importante para valorar empresas debido a las siguientes características, planteadas por Jaramillo ( 2010, p. 381): 252

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Métodos de valoración de nuevos emprendimientos •

La capacidad de estas metodologías al valorar activos difícilmente cuantificables por los métodos de valoración tradicionales.

Permite realizar una buena gestión empresarial al medir la flexibilidad (alternativas) para la toma de decisiones a nivel gerencial.

La valoración por opciones reales se puede considerar como una buena alternativa al valor presente neto, solo en ciertas ocasiones.

3. VALORACIÓN DE EMPRESAS EN ETAPAS TEMPRANAS Como se describió en los métodos de valoración, son aplicables en teoría a todo tipo de empresas; sin embargo, al abordar la estructura de empresas en etapas tempranas los problemas de cantidad y calidad de información generan dificultad a la hora de realizar este ejercicio. Smith y Kihlom (2004) y Metrick (2007) realizan un recuento de los métodos de valoración más apropiados y usados en la teoría financiera para valorar empresas con estas características. El primer método es la tasa de descuento ajustada al riesgo, y el segundo es el flujo de caja de certeza equivalente. A continuación se presenta una referencia de cada uno de ellos. 3.1 Método de la tasa de descuento ajustada al riesgo En este método, Smith y Kiholm (2004, p. 218) sostienen que “los flujos de caja esperados son descontados al valor presente usando un factor de descuento que refleja el valor del dinero en el tiempo y el riesgo de los flujos de caja”, el cual es denotado en la ecuación 5.

VPj = ∑ t

FC jt (1 + TDt )t

(5)

En este caso el riesgo es medido como una desviación estándar de los retornos en un período, lo cual puede generar problemas, a pesar de estimar los flujos de caja esperados y su respectivo riesgo; no se puede determinar el rendimiento esperado en el período de tenencia o la desviación estándar de los retornos en el período sin saber el costo o el valor del proyecto. Es pertinente anotar que la tasa de descuento que se utiliza es el costo de capital determinado por inversionista externo y abordado desde el modelo de fijación de precios de activos de capital, conocido como CAPM por sus siglas en inglés (Capital Asset Pricing Model). Es importante notar que al hacer un paralelo con la metodología de los flujos de caja, se encuentra que la diferencia de este método no radica en la elaboración de los flujos de caja sino en el cálculo de la tasa de descuento. Semestre Económico, volumen 16, No. 33, pp. 237-264 • ISSN 0120-6346, enero-junio de 2013, Medellín, Colombia

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3.2 Método de certeza equivalente El método trata de corregir el problema de incorporación de riesgo a la tasa de descuento a través de la desviación estándar de los flujos de caja en vez de los retornos, de la siguiente manera: FC j −

ρ (FC j ,rm )σFCj σm 1 + rf

VPj =

(rm − rf ) (6)

En donde FCj: flujo de caja en el momento j

rf: tasa libre de riesgo

ρ FC j , rm : correlación del flujo de caja y el rendimiento del mercado σ m : desviación estándar de los rendimientos del mercado

ó FC j : desviación estándar de los flujos de caja en el momento j

(

)

Según Smith y Kiholm (2004, p.229) “El numerador es la tasa de descuento basado en el CAPM de certeza equivalente de los flujos de caja en riesgo (…) el denominador es un factor de descuento que se utiliza para determinar el valor presente de un flujo de caja libre de riesgo”. 3.3 Métodos alternativos Por otra parte Metrick (2007) contempla una metodología para realizar el cálculo del valor de una empresa que necesita capital de riesgo, el cual se puede homologar a aquellas que se encuentran en etapa temprana. Se considera, según Metrick (2007, p. 179-185), cuatro pasos a seguir: 1. Estimar una valoración de salida para la empresa, el cual busca y representa el valor esperado de la empresa en el tiempo de una salida exitosa, en donde este último es una oferta pública de acciones o el valor equivalente de venta.

254

Se puede calcular el valor esperado de salida en el momento actual, en donde el inversionista puede considerar una probabilidad de éxito, en el caso que se estime que no hay éxito en la inversión el valor se espera cero.

Valor esperado de salida = valoración de salida * p

Sin embargo, es necesario tener este valor esperado futuro a términos presentes, por ello es pertinente descontarlo a una tasa que represente el costo de riesgo:

Valor presente del valor de salida = valoración de salida * p / (1+ TD)t Universidad de Medellín


Métodos de valoración de nuevos emprendimientos 2. Estimar un multiplicador de dinero para el punto anterior. Pueden ser establecidos directamente por los inversionistas o construirlos a partir de un retorno objetivo emanado de la tasa interna de retorno de la salida exitosa.

De acuerdo a la ecuación anterior, p / (1+ TD)t representa el factor de descuento para la valoración de salida, en donde su inverso es el múltiplo de dinero y se denota M.

3. Estimar el porcentaje de retención esperada entre la inversión inicial y la salida de éxito, dado que en una empresa en etapa temprana los flujos de caja usualmente son negativos, lo cual requiere de ruedas adicionales de inversión y una reducción del porcentaje de propiedad de inversionistas previos. 4. La recomendación de inversión, en donde la inversión requerida es comparada con el porcentaje de participación propuesta de la valoración total.

Valoración Total= (valoración de salida * % de retención esperada) / múltiplo de dinero.

Es importante anotar que Metrick (2007, p. 180) considera que el valor de salida es el insumo más importante de la metodología que propone; por tanto, dice que se ajusta a dos tipos de metodologías convencionales: el análisis del flujo de caja descontado (valoración absoluta) y el análisis de comparables (valoración relativa). Asimismo, Damodaran (2002, p. 637) justifica el uso de la metodología de valoración por flujos de caja descontado bajo ciertas condiciones que pretenden mejorar la estimación, pero considera que la principal dificultad radica en que la información disponible para estimar dichos flujos de caja en etapa temprana es casi inexistente en las tres principales fuentes de información que son, estados financieros, información histórica de la empresa y la comparación con empresas similares. De igual forma, resalta el hecho de que las empresas en etapa temprana no disponen de muchas inversiones en activos fijos, y la mayor parte de su valor potencial radica en los activos intangibles, lo cual dificulta aún más la estimación del valor, pero el principal problema está en que dichas empresas no han llegado a un ciclo de vida que les permita estabilizar las operaciones y posicionarse en el mercado, situación que mejoraría la estimación de los flujos de caja futuros. Es por las anteriores razones, argumenta Damodaran (2002, pp. 640-652), que al momento de valorar estos tipos de empresas se tengan en cuenta las siguientes observaciones con el fin de dar una mayor certeza a los resultados. 1. Evaluar la posición actual de la empresa. La importancia de la información actualizada en las empresas en etapa temprana debido a los fuertes cambios en los flujos de caja, dado que todos los ingresos se invierten en crecimiento, por tanto, para efecto de una mejor valoración recomienda utilizar la información financiera del último año. 2. Estimar el crecimiento de los ingresos. En esta etapa suelen ser bajos y algunas veces negativos, por tanto se podría percibir que cualquier crecimiento a futuro

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Jenny Moscoso Escobar • Sergio Botero Botero tendrá efectos sustanciales, pero se debe tener cuidado con la tasa de ingresos pasados, el crecimiento del sector y las barreras de entrada y las ventajas competitivas de la empresa. 3. Estimación de un margen operativo sostenible bajo un crecimiento estable, en donde la tasa de crecimiento operacional es válida en el momento que el crecimiento de la empresa se estabilice. En ausencia de empresas pares la dificultad para esta estimación es mayor, sin embargo se sugiere mirar cuales pueden ser los posibles competidores de la empresa y construir una estimación de ingresos para obtener una tasa real. 4. Estimación de la reinversión para generar crecimiento, esto está encaminado a los ingresos operacionales, dado que está en función de la cantidad de dinero que una empresa invierte y la rentabilidad de que se espera generar del mismo:

Crecimiento esperado= Tasa de reinversión * Retorno de capital

Sin embargo, esta relación es inoperante cuando las utilidades son negativas, por tanto para el caso de empresas en etapa temprana, es necesario estimar los ingresos y luego la reinversión para el crecimiento debe ser calculada basada en los ingresos estimados, por tal razón la reinversión esperada se obtiene:

Reinversión Esperada = el cambio esperado en ingresos / (ventas / tasa de capital)

La relación ventas /tasa de capital, se calcula con la información histórica de la empresa o por medio de la comparación de las tasa del mercado.

5. Estimación de parámetros de riesgo, el cual se puede realizar estimando un posible interés de cobertura, basado en los ingresos operacionales de periodos futuros, y este interés es usado para calcular una tasa sintética. 6. Estimación del valor de la empresa, en donde una vez obtenido los parámetros anteriores se puede calcular un valor más racional, sin embargo se debe de tener en cuenta otras dos alternativas para este tipo de empresas, el valor de supervivencia y en caso de no concertarse el negocio, el valor de los activos no operativos. El primero hace referencia a la valoración convencional con los parámetros. antes calculados pero sin adicionar a ésta el valor residual, y el segundo hace referencia al valor de los activos físicos adquiridos durante su intento de consolidación 7. Estimar el valor de la empresa como patrimonio.

3.4 Criterios de elección a considerar para escoger métodos de valoración de empresas de nuevos emprendimientos En términos generales las metodologías convencionales que se utilizan para valorar empresas de nuevos emprendimientos o en etapa temprana se centran en el grupo de flujos de caja descontados o los métodos de estados de resultados enmarcados en los múltiplos. Un caso real se evidencia en España, en donde se ha considerado, según Rubio (2010, p. 30), que los métodos concretos para la valoración de este tipo de empresas se enmarca en precio pagado en inversiones recientes ÷ valor propio, múltiplos ÷ beneficios, valoración de activos netos, flujos de caja descontados de la empresa o inversión, y parámetros de referencia de la industria. 256

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Métodos de valoración de nuevos emprendimientos

Sin embargo, las metodologías convencionales fueron diseñadas para valorar empresas que operan en mercados con amplia información financiera, incluso en el caso de pequeñas empresas, lo cual facilita la implementación de las metodologías, aunque autores como Damodaran (2002), Metrick (2007), Smith y Kiholm (2004) han propuesto metodologías especiales para empresas en etapas tempranas de emprendimiento y financiación. Es importante resaltar que en los países emergentes es poco común disponer de información de mercado, sumado a las diferencias en temas como características empresariales, estructura e historia en el tema de emprendimiento, y financiamiento en empresas riesgosas, pero usualmente, apuntan Gallinal, Moscoso, y Riaño (2011), en Colombia se aplican métodos de valoración basados en flujos de caja. A continuación, en la tabla 4, se presentan las principales características de los métodos de valoración convencionales y alternativos que se usan para valorar nuevos emprendimientos.

D.*

Fernández (2008, p. 7), define “el valor contable de las acciones (llamado valor en libros, patrimonio neto o fondos propios de la empresa) es el valor de los recursos propios que figuran en el balance (capital y reserva). Esta cantidad también es la diferencia entre el activo total y el pasivo exigible”. Pricer y Johnson (1997), lo definen como “el valor en libros, no es más que los activos de una empresa menos sus pasivos”

V**

Información disponible Los activos representan el valor del negocio que pueden ser utilizados para la generación de ingresos futuros.

C***

Según Pricer y Johnson (1997) “No tiene en cuenta los ingresos variables potenciales de los activos o no reconoce el hecho de que la contabilización de los activos y su depreciación varían ampliamente entre las empresas”. Existen diferencias en sus formas de cálculo y definición, situación que genera un grado de subjetividad en los resultados encontrados. No tiene en cuenta el futuro, ni el riesgo de la empresa.

D.

Se determina después de realizar un avalúo técnico del valor de venta de los activos fijos dado que con el dinero captado se procede a cancelar los pasivos pendientes a terceros Es conocido como valor comercial de la empresa.

V.

Para Jaramillo (2010, p. 219-220) presenta al inversionista o empresario el monto mínimo por el cual se puede vender la empresa en un momento determinado en el tiempo, dado que no considera el valor de continuidad de los flujos de caja. Información disponible.

C.

Método: Valor de Liquidación

Método: Valor Contable

Tabla 4: Definición, críticas y ventajas de los métodos de valoración de empresas utilizados en nuevos emprendimientos

Según Fernández (2008, p. 8) y Jaramillo (2010, p. 219) tiene validez si el objetivo es terminar la operación de la empresa después de la valoración. No tiene en cuenta el futuro, ni el riesgo de la empresa.

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D.

Precio ganancia (PER), permite encontrar la cantidad de dinero invertido por cada peso que genera la empresa. PER = Precio de la acción / Utilidad por acción La valoración final por PER se realiza por medio de la multiplicación del PER con la Utilidad Neta que esté generando la empresa evaluada Según Welc (2011, p. 59, 63) el múltiplo precio/ventas se multiplica por las ventas brutas de la empresa (Precio/Ventas= Precio de la acción / Ventas por acción). Se debe tener en cuenta si la empresa a valorar considera las ventas como una variable fundamental en el crecimiento del negocio. Múltiplo Ebitda, permite conocer el valor aproximado de ingresos que produce la empresa desde el punto de vista operacional (valor de la empresa / EBITDA).

V.

Se puede aplicar con información propia de la empresa o por medio de una empresa similar en el mercado. El PER se puede medir también como una tasa de rentabilidad para los inversionistas

C.

No tiene en cuenta el futuro, ni el riesgo de la empresa. Es preferible que la empresa cotice en bolsa de valores El múltiplo de ventas tiene como variable fundamental el crecimiento de las ventas, es criterio del evaluador. Según Grant y Parker (2002, p. 206), en el caso del múltiplo Ebitda, no existe una estandarización para el cálculo del EBITDA y no hay información adicional proporcionada en los ingresos pro forma, y las presentaciones suelen ser muy engañosas a los inversionistas.

D

Se orienta en la determinación de la caja disponible para responder a los proveedores de capital de la empresa, dependiendo del tipo de Flujo de Caja a utilizar.

V.

Considera futuro Dastgir, Khodadadi y Ghayed (2010, p. 52) sugiere: “Contiene el ahorro de impuestos debido a los gastos por intereses de la deuda. Entonces, el impacto de los ajustes de flujo de caja incluye los gastos de depreciación, los gastos de capital y la rotación del capital”.

C.

Determinación correcta de la tasa de descuento. Para García (2003, pp. 117-118) existen dificultades para desagregar las inversiones de los activos fijos en la porción que corresponde a su reposición e inversiones estratégicas. No considera el riesgo de la empresa.

D.

Según Smith y Kiholm ( 2004, p. 218) “Los flujos de caja esperados son descontados al valor presente usando un factor de descuento que refleja el valor del dinero en el tiempo y el riesgo de los flujos de caja”.

V.

Considera el futuro. La tasa de descuento que se utiliza es el costo de capital determinado por inversionista externo y abordado desde el modelo de fijación de precios de activos de capital

C.

Método: tasa de descuento ajustada al riesgo

Método: Flujo de Caja.

Método: Múltiplos

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El riesgo es medido como una desviación estándar de los retornos en un tiempo determinado, lo cual puede generar problemas porque a pesar de estimar los flujos de caja esperados y su respectivo riesgo, no se puede determinar el rendimiento esperado en el período de tenencia o la desviación estándar de los retornos en el período sin saber el costo o el valor del proyecto. Determinación correcta de las variables de la tasa de descuento. Universidad de Medellín


D. V

Corrige la problemática del modelo de tasa de descuento ajustada al riesgo.

C.

Determinación correcta de las variables de la tasa de descuento

D

Metrick (2007) contempla una metodología para realizar el cálculo del valor de una empresa que necesita capital de riesgo, expuesto en el numeral 3.3.

V

La valoración de salida no está ligada a ningún método en especial, lo cual permite al evaluador utilizar los métodos más adecuados de acuerdo a la información de la empresa. Sin embargo, se recomienda el análisis del flujo de caja descontado (valoración absoluta) y el análisis de comparables (valoración relativa).

C

El valor esperado de salida se considera una probabilidad de éxito, el cual es criterio del evaluador. La tasa de descuento que se utiliza para hallar el multiplicador es el costo de capital o de patrimonio. Estimación adecuada del porcentaje de retención esperada entre la inversión inicial y la salida de éxito. No se encuentra explícito el cálculo del riesgo de la empresa.

D

Damodaran justifica el uso de la metodología de valoración por flujos de caja descontado bajo ciertas condiciones que pretenden mejorar la estimación, sin embargo considera que la principal dificultad radica en que la información disponible para estimar dichos flujos de caja en etapa temprana es casi inexistente; expuesto en el numeral 3.3.

V

Smith y Kiholm (2004, p. 229) consideran que el modelo trata de corregir el problema de incorporación de riesgo a la tasa de descuento por medio de la desviación estándar de los flujos de caja en vez de los retornos, en donde el numerador es la tasa de descuento basado en el CAPM de certeza equivalente de los flujos de caja en riesgo (…) el denominador es un factor de descuento que se utiliza para determinar el valor presente de un flujo de caja sin riesgo.

C

Metodología propuesta por Damodaran

Metodología propuesta por Metrick

Método: Certeza Equivalente

Métodos de valoración de nuevos emprendimientos

Tiene explícito considerar parámetros de riesgo que enfrenta la empresa. De acuerdo a los parámetros planteados en la metodología, la valoración final se complementa con un método convencional, en primera instancia plantea el valor de supervivencia y en caso de no concertarse el negocio, el valor de los activos no operativos (valor de liquidación). Adecuada estimación del crecimiento de los ingresos y del margen operativo sostenible bajo un crecimiento estable. Variables que conforman la tasa de capital, inmerso en el cálculo de la reinversión esperada.

*

D: Definición

**

V.: Ventaja

***

C.: Crítica Fuente: Elaboración Propia

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4. CONCLUSIONES Los financieros han utilizado diferentes métodos para realizar la valoración de las empresas, los cuales son aplicables porque en general son empresas con trayectoria, que cuentan con información financiera histórica y se desempeñan en entornos conocidos que les permiten hacer proyecciones bajo cierto nivel de certidumbre. Pero cuando se trata de empresas en etapa temprana de financiación o nuevos emprendimientos, se requiere utilizar métodos que permitan no solo elaborar una valoración sino también generar estrategias de sostenibilidad y creación de valor en condiciones de incertidumbre. A partir del análisis de diferentes autores, se ha presentado una introducción a los aspectos de emprendimiento y el ciclo de vida que siguen las empresas incubadas. Se ha identificado la información disponible para realizar la valoración en cada nivel del ciclo de vida. Se identificaron y clasificaron los diferentes métodos de valoración de empresas utilizados para nuevos emprendimientos, tanto los convencionales como los propuestos recientemente, especificándose las ventajas y críticas a cada uno de ellos. Se ha encontrado que no existe un método único que prevalezca sobre los otros, puesto que depende mucho de la calidad de la información, el tipo de empresa, el entorno económico y el criterio del analista. Sin embargo se ha identificado que la mayoría de las dificultades de aplicar estos métodos en economías emergentes tiene que ver con el hecho de que no existe suficiente información de los sectores, ni la presencia de mercados financieros maduros, lo que reafirma la necesidad de proponer métodos aplicables a estos entornos. BIBLIOGRAFÍA BenDaniel, David; Rosenbloom, Arthur y Hanks, James (2002). International MyA, Joint Ventures and Beyond Doing the Deal Workbook. New Jersey, Segunda Edición, John Wiley and Sons Inc., 232 pp. Berk, Jonathan y DeMarzo, Peter (2008). Finanzas corporativas. México, Pearson Education, 1080 pp. Blanco, Luis (2009). Valoración de empresas por descuento de flujos de caja: proyección de ratios y estimación del valor terminal por múltiplos. En: Revista Universo Contábil, Vol. 5, N.° 2, pp. 125-141. Bodie, Zvi; Kane, Alex y Marcus, Alan (2004). Principios de inversiones. España, McGraw Hill, 507 pp. Damodaran, Aswath (2002). Investment Valuation. Segunda Edición, New York, John Wiley y Sons Inc., 992 pp.

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