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DETRÁS DE ESCENA

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ARTE

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Realización: Daniela Dupinet

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Sam Levinson;

el monólogo internoa través del diálogo

Las imágenes de este artículo fuerón obtenidas a través de NETFLIX y Google, por lo que no somos autores de las mismas.

Sam Levinson, un director, guionista y productor americano de 36 años de edad, enfureció a la crítica y a la turba de Twitter durante la primera semana de Febrero por su nuevo filme Malcolm & Marie.

Película cuyo contexto es bastante fascinante de entrada, ya que independientemente del lado que estés, esta película pasará a la historia del cine pues se grabó durante el lockdown en California, Estados Unidos, con un crew de 20 personas y 12 personas en set.

La base de esta película es el diálogo de dos personajes sucediendo en una sola locación y en una sola noche. Se filmó intercaladamente entre digital y film, con una KODAK de 35mm; fotografía granulada, en blanco y negro, hecha por el hungariano Marcell Rév, con quien Levinson suele trabajar usualmente.

Levinson es conocido por ser el creador de Euphoria, la serie de HBO, protagonizada por Zendaya. Una serie con un cuidado único en el storytelling y la cinematografía, no es un secreto que Levinson escribe a través de sus propias vivencias.

Rue, la protagonista de Euphoria, es una joven que sufre de drogadicción, en la serie se discute y profundiza sobre el ser joven en una época tan digitalizada y expuesta como lo es actualmente.

Se tocan temas de sexualidad, drogas, consentimiento, slutshaming, machismo, abuso de poder, etc., entre muchas otras problemáticas complejas y densas.

Estos temas hoy en día se quieren tocar suavemente por querer formar parte de una conversación “woke” y “deconstruida”. Por el contrario, Sam Levinson lo hace responsablemente, de manera cruda, honesta y con personajes imperfectos, con personajes multidimensionales, grises, humanos.

Sam Levinson está lleno de discursos fuertes y reflexión; en los diálogos de sus personajes, carga conflictos que él mismo se plantea y se discute. Es ese tipo de escritores que puedes notar que son ellos a través de sus personajes, casi como Woody Allen.

Esa sensación que sentimos de que dos personajes de Allen, en realidad es él mismo partido en dos, hablándose y respondiéndose, teniendo este monólogo interno en el que se plantea una idea y se la debate. Así de igual forma es como se sienten los guiones de Levinson. Ésto puede gustarte o disgustarse, y es completamente válido. Personalmente creo que solo alguien con mucho talento puede lograr algo así, sin embargo, tiene sus desventajas.

En el penúltimo episodio de Euphoria, en boca de Rue y de un nuevo personaje, un ex-adicto, se discute la existencia de Dios. Ambos dan sus argumentos y ambos lo hacen bien; se puede sentir claramente la batalla interna de Levinson con sus creencias. Es fascinante, y aunque ambos personajes exponen sus ideales de manera fuerte y real, es la protagonista (Rue) la que termina teniendo la última palabra. (Refiriéndose explícitamente al diálogo de ambos) -they agree, to disagree-.

Por lo que me atrevería a deducir entonces que Levinson es agnóstico o incluso ateo. -Esto, asumiendo, que así como los pensamientos y vivencias sobre las adicciones son genuinas, también las crisis existenciales planteadas-. Ambos personajes abrazan sus ideologías y tú como espectador, te sientes satisfecho. Así que, ver a dos personajes discutiendo sobre algún tema, en pantalla, con tomas largas y monólogos filosóficos increíbles, no es algo nuevo para la audiencia de Sam Levinson.

Malcolm & Marie trata sobre una pareja que llega a su lujosa casa después de una fascinante noche de Premiere de ópera prima de Malcolm (John David Washington).

Malcolm es un hombre intenso, eufórico por la noche que acaba de vivir, está lleno de ganas de gritar sus pensamientos -A su esposa y a la audiencia- acerca de la industria del cine, su insatisfacción con ella, pero al mismo tiempo, su éxito rotundo como artista al haber contado una historia apasionante, sobre una adolescente con problemas de adicción. Su personaje es ruidoso, hiperactivo, apasionado.

Somos testigos de todo eso mientras en primeros planos intercalados, vemos a Marie, (Zendaya) molesta, irritada y semi-ausente del monólogo de Malcolm. Le responde y le corrige algunos de los argumentos que dice, —Estos comienzan fuertes: Mencionando el cómo la crítica de Hollywood, sobre todo, la que está escrita por gente blanca, está llena de white-guilt, y él siente que algunas de las atenciones que le dieron, no fueron genuinas, ni por su arte, si no por ser negro—.Todo esto mientras su esposa le prepara Mac and Cheese, y él desea continuar con el festejo sirviendose un whiskey.

El inicio de la película se siente como dos escaleras con forma de caracol, en una va Malcolm y en la otra Marie, y al llegar juntos a la puerta, se nos revela la razón de su molestia.

Malcolm olvidó agradecerle ante el público esa noche.

Esta revelación se siente picante para la audiencia, y desata una discusión a dos voces que nos comienza a revelar la vida e ideologías de ambos personajes. Esta película está escrita a dos planos, el que vemos y el que imaginamos.

El pasado de Malcolm, el de Marie, e incluso la noche de Premiere, que es narrada con detalles que a lo largo de la película van soltando, hasta las escenas de la película que Malcolm dirigió, son el plano imaginario.

Algo exquisitamente bien logrado por parte de Levinson, te mantiene enganchado, te hace reflexionar, te hace empatizar u odiar a alguno de los personajes, de una manera bastante flexible.

Una de las polémicas que rodean esta película es la teoría de que Levinson está sacando su molestia hacia la crítica por las reviews de su ópera prima, Assassination Nation. Argumento que se queda en ello, teoría. Aunque una cosa, que fue confirmada por el director, fue que de hecho la problemática principal del plot, está basado en el hecho de que olvidó agradecerle a su esposa la noche Premiere de su debut. Levinson ríe y aclara que no discutieron, ni por asomo, como Malcolm & Marie, pero que como creador se comenzó a imaginar el what if de una situación parecida.

Regresando un poco hacía los diálogos que carga el personaje de John David Washington, los cuales son los que llevan la carga de las polémicas que rodean la cinta.

Hay un diálogo que enfureció a la audiencia; volviendo un poco al “white-guilt” de la crítica Hollywoodense que Malcolm menciona, empieza un discurso sobre la falsa inclusión de la industria, y la frustración que siente como artista cuando todo lo quieren ver de manera política, sobre todo, por ser un director negro.

Él exhibe su pensar sobre que, como artista, le enfurece que quizá la atención que está recibiendo su película es más por ser negro y por querer ser incluyentes que porque realmente aprecien su pasión y creatividad por contar historias.

Malcolm dice, “¿Acaso Moonlight ganó el premio a la Academia porque Barry Jenkins es gay? No, Barry Jankins no es gay.” La audiencia, por alguna razón, tomó mal este comentario, a pesar de que la problemática que expone es que, justamente, no debería importar ni la raza, ni la orientación sexual de nadie, sino, su pasión y sus ganas de darle a la audiencia una historia que no olviden.

A la gente le molesta este discurso, pero les molesta incluso más, que quien lo haya escrito sea Sam Levinson, un hombre blanco. —Y MÁS, porque puso a un actor negro, a exponer estos ideales—.

El personaje de Marie, para estos monólogos intensos de Malcolm sobre la industria, parece ser no solo la voz de la razón, sino la voz del contraargumento. En una escena, donde por fin Malcolm lee la review de su película escrita por el LA Times, enfurece porque la periodista dice que su película es una crítica al sistema de salud de Estados Unidos, a Malcolm le parece descabellado, y se burla del escrito; él dice “Es una historia apasionante sobre una jóven y ya”, pero Marie contra-argumenta, diciendo que su película está espejeando una realidad que sí existe y no se puede ignorar, porque en efecto, el sistema de salud de Estados Unidos es un asco. Malcolm se ríe y le da la razón.

La película no lleva un statement sólido y rotundo sobre estos temas del arte y la política. Es una conversación y quizá debería ser tomada como tal. Sam Levinson es un storyteller nato, y un gran cineasta, hizo una película fascinante en contenido y en contexto.

Las actuaciones son completamente impecables haciendo un GRAN énfasis en Zendaya. Y la industria del cine necesita de voces apasionadas, historias diversas, inclusión auténtica y cine que venga fuerte. Un cine que exponga, que te haga enojar, que te haga sentir. Irónica y poéticamente, la peor review que recibió Malcolm & Marie, fue del LA Times.

Me parece muy interesante, y los invito a ver esta cinta, cuestionarse, dejarse envolver, y continuar esta conversación tan pasional, sobre temas que expone y espejea la realidad que nos rodea. Sobre las relaciones, la inclusividad, la industria y el arte.

—Para Mariana :). La mejor pintora del mundo. Los pensamientos expresados en este escrito culminaron en estas conclusiones después de discutir la película con Mariana Toff (@MarianaToff).

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