ISSN 2462 - 8751
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La temprana tensión del
gobierno Trump Sebastián Bitar
06
Procesos migratorios o de cómo se construyen los
imaginarios sobre el otro
Luis Sánchez
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¿Cómo explicar la crisis
económica en Venezuela? Javier Corrales
PROGRAMAS ACADÉMICOS egob.uniandes.edu.co Pregrado en
Gobierno y Asuntos Públicos Preparar líderes para transformar lo público
Título otorgado: Profesional en Gobierno y Asuntos Públicos SNIES: 102920. Registro calificado: resolución No. 16710 del 28 de noviembre de 2013, por 7 años Duración: 4 años (135 créditos académicos, distribuidos en ocho semestres) Modalidad: presencial en Bogotá
Maestría en
Políticas Públicas
Herramientas para mejorar el diseño, la implementación y la evaluación de las políticas públicas Título otorgado: Magíster en Políticas Públicas SNIES: 90798. Registro calificado: resolución No. 2056 del 17 de febrero de 2015, por 7 años Duración: 2 años (42 créditos académicos, distribuidos en cuatro semestres) Modalidad: presencial en Bogotá
Maestría en
Salud Pública
Evidencia y enfoque global que generan cambios en la salud y en la calidad de vida de la población Título otorgado: Magíster en Salud Pública SNIES: 91281. Registro calificado: resolución No. 3308 del 25 de abril de 2011, por 7 años Duración: 2 años (44 créditos académicos, distribuidos en cuatro semestres) Modalidad: presencial en Bogotá
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Ofrecido en conjunto con la
Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo - Universidad de los Andes Carrera 1 No. 19 - 27 - Bloque AU, tercer piso - Bogotá, Colombia Teléfono: 3394949 ext. 2073 fb.com/EGOBUniandes @EGOBUniandes
Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación | Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia.
[nota especial]
La temprana tensión del Gobierno
TRUMP Por: Sebastán Bitar*
*Profesor asociado de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes.
Mentiras y “hechos
alternativos”
Los primeros días del multimillonario en la Casa Blanca han sorprendido por el uso constante de evidencia falsa y alusiones a hechos ficticios Trump sostiene que hubo entre 3 y 5 millones de votos fraudulentos en la última elección, sin ofrecer evidencia alguna. Diferentes medios han desmentido esta afirmación. De acuerdo con el presidente, los oficiales de la CIA se pusieron de pie para ovacionarlo en un discurso. La verdad es que nunca les pidió que se sentaran y tuvieron que escuchar todo el discurso de pie. El portavoz de la Casa Blanca afirmó que el número de asistentes a la posesión de Trump había sido el más alto de la historia. Las fotos del evento muestran claramente que no fue así. También se refirió a un ataque terrorista en Atlanta que nunca ocurrió. El presidente lamentó hechos en Suecia que nunca ocurrieron para justificar un alto a la inmigración. La asesora Kellyanne Conway habló múltiples veces de una masacre en Bowling Green, que tampoco existió.
Órdenes ejecutivas Trump ha firmado una serie de órdenes basadas en sus promesas de campaña Construcción de un muro de 3000 kilómetros en la frontera con México, usando dinero federal (aunque aseguró que México pagará). Expulsión inmediata de inmigrantes indocumentados con menos de dos años de permanencia en los Estados Unidos y de aquellos acusados de delitos menores. Diez mil oficiales de inmigración adicionales para incrementar el número de deportados. Prohibición por 90 días del ingreso de personas de Irán, Irak, Siria, Libia, Yemen y Somalia, incluyendo aquellas con visas. La aplicación de esta orden fue suspendida por la rama judicial mientras se estudia su constitucionalidad. Cancelación de recursos federales a ONG internacionales que apoyen el aborto como opción de planificación familiar.
¿Un poder
ilimitado?
Trump y sus asesores han mostrado una inclinación preocupante hacia la expansión del poder presidencial sobre los demás poderes “Los poderes del presidente están fuera de cuestionamiento”, dijo Stephen Miller, autor de la orden de suspender la inmigración desde siete países musulmanes. “Excelente trabajo”, tuiteó Trump apoyando a Miller. El presidente ha atacado constantemente a los medios de comunicación y a la rama judicial, a la que ha responsabilizado de poner en riesgo la seguridad del país, como respuesta a las decisiones en contra de la orden de inmigración. Tribuna
Revista de Asuntos Públicos
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[reflexión]
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Mensaje del director-fundador de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes
[entrevista]
06
Procesos migratorios o de cómo se construyen los imaginarios sobre el otro
[investigación]
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Violencia histórica y violencia contemporánea en el sur de Estados Unidos
[debate]
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¿Cómo cree que serán las relaciones entre Estados Unidos y América Latina tras el triunfo de Donald Trump?
[infografía]
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Cómo se elige el presidente en los Estados Unidos
[columna]
16
El carácter global de los comportamientos asociados a las enfermedades crónicas
[fotoartículo]
24
Irme de Uganda
[columna]
26
Comentarios sobre el libro La economía colombiana del siglo XX: un recorrido por la historia y sus protagonistas, de Carlos Caballero
[investigación]
28
¿Cómo explicar la crisis económica en Venezuela?
[columna]
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Educación superior e internacionalización: ¿una sola vía para Colombia?
[columna]
48
El gobierno corporativo en las empresas del Estado
[reseña]
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US Military Bases, Quasi-bases, and Domestic Politics in Latin America
[en la Escuela de gobierno]
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Conozca los personajes que hicieron historia en la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo en el segundo semestre de 2016
Tribuna
Revista de Asuntos Públicos
[fotorreportaje]
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Propiedad colectiva en Chocó: para proteger los derechos de la comunidad
[voz joven]
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El cambio climático y la agricultura: un desafío para Colombia y el mundo
[cultura]
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Exposición de ilustración Jean François Martin Año Francia | Colombia
Universidad de los Andes | Vigilada Mineducación | Reconocimiento como Universidad: Decreto 1297 del 30 de mayo de 1964. | Reconocimiento personería jurídica: Resolución 28 del 23 de febrero de 1949 Minjusticia.
Publicación de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia. Número 14 – febrero de 2017 publicación semestral ISSN 2462 – 8751 Directora (E) Sandra García Jaramillo Jefe de Mercadeo y Comunicaciones Camilo Andrés Torres G. Edición y gestión editorial Angélica María Cantor Ortiz
[nuestros proyectos]
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Las consecuencias crónicas del desplazamiento forzado en Quibdó
Diseño, diagramación e infografías Luis Carlos López Fuentes Editor invitado Sebastián Bitar Corrección de estilo David Arturo González Impresión Imágenes y texto LTDA. Agradecimientos especiales Comunicaciones y Marca de la Universidad de los Andes [Contacto] revistaegob@uniandes.edu.co 3394949 ext. 3974 Cra 1 No. 19 – 27, Bloque Aulas, tercer piso fb.com/EGOBuniandes @EGOBUniandes egob.uniandes.edu.co
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[reflexión]
Mensaje del director-fundador de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes Por: Carlos Caballero Argáez*
E
stoy muy agradecido con la vida y con la Universidad de los Andes por haberme dado la oportunidad de crear y construir durante diez años largos la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo. Yo era miembro del Comité Directivo de la Universidad en el primer semestre de 2006 cuando, en una sesión del Comité, el rector, Carlos Angulo Galvis, informó que, con motivo de la celebración de los cien años del nacimiento de Alberto Lleras Camargo, la Universidad había decidido crear la Escuela de Gobierno y bautizarla con el nombre de este ilustre colombiano. A la salida de esa reunión le comenté al rector que a mí me gustaría ser el director de la Escuela pero que, naturalmente, deberían seguirse los procedimientos establecidos por la Universidad para esa escogencia y que, como tal, me retiraría del Consejo Superior y del Comité Directivo. La idea me atrajo enormemente por varias razones. Una, la necesidad que tenía y continúa teniendo Colombia de contar con mejores profesionales en el sector público. Otra, la urgencia de influir tanto en los dirigentes como en las políticas públicas mediante el análisis riguroso de los problemas colombianos, con base en la evidencia y teniendo en cuenta las restricciones administrativas del Estado, así como las puramente políticas. Y, por último, resaltar la figura de Alberto Lleras Camargo, sin duda el estadista colombiano más sobresaliente del siglo XX. Fue así como desde los inicios del mes de julio de 2006 me vinculé a la Universidad como un empleado más, con el desafío de construir su Escuela de Gobierno. Antes de hacerlo visité la Escuela Woodrow Wilson de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton, en donde en 1977 terminé una Maestría en Asuntos Públicos, y conversé con la decana y con los profesores que en ese momento coordinaban los distintos programas de esa institución, de quienes recibí valiosos consejos sobre la forma de organizar la Escuela.
**
La Escuela comenzó rápidamente sus actividades. En el segundo semestre de 2006 ofrecimos el curso Introducción
al Gobierno como una electiva para todos los estudiantes de pregrado de la Universidad —cimiento de la Opción en Gobierno que pasamos a abrir al año siguiente— y en 2007 comenzamos el Programa de Alto Gobierno para funcionarios del Estado en sus diferentes ramas, con duración de un año. Al año siguiente, ya con la colaboración de unos pocos profesores de planta —entre ellos Sandra García Jaramillo, quien fue la primera profesora de la Escuela—, abrimos la Maestría en Gobierno, que en 2009 se transformaría en una Maestría en Políticas Públicas porque, a la hora de la verdad, la primera tenía un componente mayor de políticas públicas que de administración pública. Al poco tiempo y en conjunto con la Facultad de Medicina abrimos una Maestría en Salud Pública, tal vez movidos por mi propio interés en los problemas de la salud y su sistema en el país. Y, aunque en sus inicios la Escuela se orientó más hacia los posgrados, en 2012, contando ya con una planta importante de profesores, consideramos que era necesario que la Escuela ofreciera un pregrado en Gobierno y Asuntos Públicos, programa que fue aprobado por las instancias respectivas de la Universidad y por el Ministerio de Educación y que abrió sus puertas en el segundo semestre de 2014. A lo largo del tiempo la Escuela incursionó en una diversidad de temas gracias a la vinculación de profesores de muy alta calidad académica, comprometidos con la docencia, con la investigación y con la construcción de la Escuela. Fue así como fuimos adquiriendo ventajas comparativas en el análisis de la política social —educación, salud, primera infancia, pobreza—; en liderazgo público —lo que condujo a diseñar el programa Liderazgo por Bogotá y, más adelante, a crear el Centro de Liderazgo Público de la Universidad—; en el tratamiento de comunidades vulnerables; en temas públicos globales —defensa y seguridad, salud, política exterior—; y en estudios de las presidencias y los presidentes colombianos. Todo lo anterior se logró manteniendo una relación constructiva y cordial con las otras facultades, los departamentos y los diferentes centros de investigación de la Universidad. Hemos logrado, por ejemplo, que los estudiantes de pregrado
* Profesor titular y exdirector de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes.
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[reflexión]
encuentren atractiva la realización de dobles programas y que los de posgrado realicen, también, maestrías que conduzcan a la doble titulación. Esto nos satisface sobremanera, pues nos hemos convertido en un complemento esencial para muchas carreras profesionales, ampliando la visión de los estudiantes de la Universidad sobre los problemas colombianos y su complejidad, y sobre las restricciones de toda índole que impiden soluciones exclusivamente técnicas. Es que en la Escuela no solamente se hace énfasis en la solución técnica de los problemas con base en herramientas analíticas —economía, estadística, simulaciones dinámicas para la toma de decisiones—, sino que también se busca abordarlos desde la gestión pública, la ética, el liderazgo, la política, los asuntos legales y las organizaciones. Los currículos de los diferentes programas, entonces, se orientaron a la solución de problemas complejos, como son aquellos que se enfrentan en el sector público, y a la articulación entre el sector público y el sector privado en todos los niveles de dicha relación. Adicionalmente, la Escuela de Gobierno ha sido un centro importante dentro de la Universidad para el debate sobre Colombia, los temas de actualidad y su historia, a través de múltiples canales. Periódicamente se realizan seminarios, conversatorios, tertulias, discusiones con expertos, debates políticos, artículos en la revista Tribuna, columnas de opinión, entrevistas, lanzamientos de libros. Además, la Escuela ha desarrollado un programa de publicaciones de documentos de trabajo y libros. Entre los primeros deben contarse los resultados de las investigaciones, lo mismo que libros sobre los períodos presidenciales y sobre los presidentes de Colombia, en un país en donde esa cultura no existe. Uno de los logros importantes de la Escuela fue haber recibido la donación del archivo del presidente César Gaviria, exalumno de la Universidad de los Andes; el propósito es construir alrededor del Archivo Gaviria una biblioteca presidencial al estilo de las existentes en los Estados Unidos, en donde es posible investigar sobre los presidentes y exhibir documentos relativos a momentos importantes del período presidencial respectivo, como lo fueron, en el caso del presidente Gaviria, la Asamblea Constituyente y la expedición de la Constitución de 1991.
***
Después de diez años de labor quedan, naturalmente, algunas frustraciones. Diría, en primer lugar, que lamentablemente no fue posible diseñar y poner en marcha una Maestría en Gestión Pública a pesar de los esfuerzos que realizamos para ello. La verdad es que se hicieron varios intentos —uno de los cuales se encuentra en etapa avanzada—, pero a lo largo del tiempo dudamos de la bondad, por ejemplo, de una maestría tipo blended (presencial y virtual) que nos permitiera llegar a las regiones colombianas. Ojalá muy pronto la Universidad ofrezca esta maestría, una que se diferencie claramente de las existentes en
el país y que contribuya efectivamente a mejorar la calidad de la administración pública en Colombia y a eliminar fallas del Estado tanto a nivel nacional como regional y local. Personalmente, considero que las ciudades y los asuntos urbanos requieren una atención especial desde una universidad como la de los Andes. Tratamos de organizar una Maestría en Asuntos Urbanos interfacultades (Ingeniería, Arquitectura, Derecho, Economía, Administración, CIDER), pero la tarea desbordaba las capacidades de la Escuela. Es un proyecto que, sin embargo, no debe desecharse hacia el futuro, dada la pertinencia del tema. Colombia es un país fundamentalmente urbano en cuanto a la concentración de su población, y habrá que hacerles frente a grandes problemas en las ciudades para lograr que se mejore la calidad de vida de sus pobladores. En el caso de Bogotá es necesario conformar un centro de estudios sobre la ciudad. La Universidad de los Andes requiere tener una mayor influencia en la definición del destino de Bogotá, una ciudad cuya población en pocos años sobrepasará los diez millones de habitantes, y necesita planear la provisión futura no solamente de espacios para la vivienda, sino también la de servicios públicos, en La Escuela de Gobierno particular acueducto, alcantarillado, basuha sido un centro ras y tratamiento de importante dentro de aguas residuales. la Universidad para el Otra frustración es la de percibir el debate sobre Colombia, poco interés del seclos temas de actualidad tor privado en apoyar una escuela de y su historia gobierno como la de los Andes, cuando es claro que un mejor gobierno —un buen gobierno— beneficiaría enormemente el funcionamiento de las actividades privadas en el país. Ojalá en el futuro cercano la Universidad logre el aporte financiero del sector empresarial para consolidar el funcionamiento de la Escuela y asegurar su futuro, bien sea mediante becas para sus estudiantes —de pregrado y de posgrado— o a través de donaciones para que la Escuela cuente con una sede adecuada que pueda albergar la Biblioteca Gaviria. Además, es indudable que una sede apropiada para la Escuela sería fundamental para darle una identidad física y facilitar su crecimiento futuro en términos de profesores y estudiantes. La tarea por delante del nuevo director de la Escuela va a ser exigente y dura. Al fin de cuentas, la Escuela es joven y tiene mucho trecho por recorrer para consolidarse a nivel nacional y posicionarse internacionalmente en América Latina, en donde debe aspirar a ser reconocida como una de las principales instituciones para el estudio y el análisis de los problemas públicos regionales y globales. Tribuna
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[entrevista]
Procesos migratorios o de cómo se construyen los imaginarios sobre el otro Por: Luis Sánchez*
La inmigración es un fenómeno que se está dando a lo largo y ancho del mundo, y Colombia y América no se escapan de esos procesos. La revista Tribuna entrevistó a Luis Sánchez, profesor del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes, para que nos hablara más a profundidad sobre este tema ¿Desde qué momento de la historia se dan los procesos migratorios hacia Colombia? Desde que Colombia existe como república han llegado personas. Está de más decir que antes de la constitución de la república, los principales movimientos migratorios eran de europeos (españoles) y de negros africanos. Luego de la constitución de la república sí llegaron grupos migratorios, pero ninguno de ellos lo suficientemente significativo, en términos numéricos, como para constituir un grupo visible y, por lo mismo, no hubo mayores impactos. Quizá el grupo más significativo, porque logró ciertos números —lo que no significa que fuera masivo—, fue el de los árabes, que en aquel momento se conocían como “turcos”. *
Profesor del Departamento de Historia de la Universidad de los Andes.
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Tribuna
Revista de Asuntos Públicos
Que llegaron a Cartagena, Barranquilla… Se asentaron principalmente en el norte: en Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Maicao. Se conocía por aquella época como la migración turca, porque eran árabes que venían desde territorios dominados por el imperio turco-otomano y venían con pasaportes turcos; venían huyendo y llegaron, en parte, a Colombia, por la represión política, económica y social en esos lugares. Venían de lo que hoy llamamos Libia, Siria, Jordania, Palestina. ¿Más o menos en qué año se presenta esa migración? A mediados del siglo XIX, más o menos.
[entrevista]
Entonces, un proceso migratorio lo suficientemente grande en Colombia nunca ha existido. En comparación con nuestros vecinos Brasil, Argentina, la misma Venezuela y, evidentemente, hacia el norte, Estados Unidos, ni hablar. En el mismo Caribe se dan procesos migratorios mucho más significativos, en términos numéricos, que en Colombia. Claro, el asunto de lo numérico no es solamente porque sea mucha gente, sino por el impacto que mucha gente tiene sobre la organización social y territorial de una nación. Por eso digo que quizá el más significativo que ha tenido son los árabes, porque ellos sí lograron cierto impacto en Colombia, pues llegaron y se hicieron conocer como comerciantes; o sea, tienen una actividad comercial que impacta de manera positiva la economía de esa región específica y también tienen un impacto en términos de la organización espacial y territorial de la zona, que hasta hoy día nosotros podemos ver, y todos los colombianos, aunque no hayan ido allá, tienen una noción de que sí hay colonias árabes todavía por allá, sobre todo las libanesas. En términos culturales, basta con ir a Maicao para encontrar una de las mezquitas más grandes que hay en el continente. ¿De dónde son la mayoría de migrantes que llegan a Colombia? ¿A qué lugares del país llegan? ¿Por qué llegan allá? ¿Quiénes son? Durante el siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI, Colombia ha recibido grupos específicos y algunos de ellos han sido más visibles que otros que, sobre todo en la actualidad, han pasado totalmente desapercibidos, precisamente por sus intenciones. A qué me refiero: los grupos de gente que han llegado, en términos recientes, son japoneses que han estado en la parte sur-pacífica del país, en Cauca y Valle del Cauca. Eso se debe, también, a ciertos procesos específicos, pues muchos países le cerraron las puertas migratorias a Japón, sobre todo
países desarrollados como Estados Unidos y Australia. Así que los japoneses salieron a buscar otros lugares y Colombia fue uno de esos lugares. Sin embargo, otros grupos han sido menos visibles, como grupos de la región latinoamericana, y eso también tiene su razón de ser. Últimamente se ha escuchado de los cubanos, de los haitianos como migrantes en Colombia, pero llamarlos como tal es confuso, porque la intención es lo que hace la diferencia. ¿Cuál es la diferencia? Que los cubanos y los haitianos, en su mayoría, no vienen con la intención de quedarse en Colombia, sino que es un lugar de paso, en términos del
y los que uno podría pensar que deberían estar por ahí, los ecuatorianos, pues están, pero mucho más abajo en la lista, ya que Colombia y Ecuador han vivido de espaldas y eso también se ha reflejado en los ecuatorianos migrantes. Y estos migrantes llegan a los centros urbanos. Esta es una migración más bien urbana, porque estamos hablando de gente que llega a trabajar en actividades específicas, gente calificada, con educación. Ese es el perfil de los que están llegando. Aunque tampoco es una migración masiva y no es suficiente para que se conforme, por ejemplo, la colonia
En el mismo Caribe se dan procesos migratorios mucho más significativos, en términos numéricos, que en Colombia. Claro, el asunto de lo numérico no es solamente porque sea mucha gente, sino por el impacto que mucha gente tiene sobre la organización social y territorial de una nación
destino que ellos pretenden. En ese sentido, pues no hay un lugar de asentamiento específico de esos grupos, porque simplemente hay unas rutas, unos flujos de paso, que van a acorde a las facilidades de las redes de tráfico de personas y migrantes, lo que más al norte llamarían “los coyotes”. En ese sentido, no podemos hablar ni de migrantes ni de dónde se asientan. Si queremos hablar de migrantes, hay que pensar que es un asunto más urbano. Los migrantes que sí llegan a Colombia a asentarse son —en orden de mayor a menor número—: los venezolanos —lo que no debe ser una sorpresa—, los estadounidenses —de los que quizá no se pensaría en ese sentido—, y luego los brasileros, los mexicanos, los peruanos;
estadounidense en Colombia; no son pocos, pero tampoco son muchos. Los más numerosos son los venezolanos y sabemos que tienen sus concentraciones, pero debido a las dinámicas migratorias colombianas no se ha desarrollado “la pequeña Caracas”. Es decir, Colombia siempre ha sido un país abierto a las dinámicas extranjeras, pero muy cerrado a la inmigración. ¿Los colombianos somos “cerrados” en nuestra cultura? Es decir, ¿no estamos abiertos a recibir una nueva cultura? ¿Somos, por llamarlo de alguna manera, “nacionalistas”? Pareciera ser que esa es la única manera en la que los colombianos son Tribuna
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[entrevista]
nacionalistas, porque el nacionalismo en Colombia es bien frágil, ¿no? El país es muy regionalizado, pero en ese sentido, los colombianos están convencidos de que Colombia está llena de colombianos solamente. Es interesante, porque es un país muy abierto a las dinámicas extrajeras, pues hay cosas a las que se les da la bienvenida, pero no a la inmigración per se, pues es un país sumamente cerrado. Es muy diciente que hasta hace más o menos tres o cuatro años los asuntos de los inmigrantes en este país los manejaba el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS); es decir, la inteligencia del Estado era quien manejaba a los inmigrantes. ¿Qué impactos tiene la migración en el país? Pensando a nivel social: ¿qué pasará con estos migrantes en el futuro? ¿Pueden alterar nuestras costumbres?
Últimamente se ha escuchado de los cubanos, de los haitianos como migrantes en Colombia, pero llamarlos como tal es confuso, porque la intención es lo que hace la diferencia
Esas son preguntas que los estudiosos del tema migratorio en Colombia siempre se han hecho: qué hubiese pasado si Colombia hubiese recibido olas migratorias tan significativas como Brasil o Argentina, pues estos países sí vivieron cambios sociales. En Colombia siempre se ha preguntado qué hubiese pasado, por ejemplo, con el desarrollo del país. No es que los colombianos no puedan hacerlo, sino que ha sido probado que, por ejemplo, Argentina, Brasil, Perú y Chile se beneficiaron muchísimo en términos de su desarrollo económico, industrial y social con la llegada de grandes números migratorios. El desarrollo colombiano y la historia colombiana no se dieron de la misma manera que en los países vecinos, precisamente porque no recibimos migraciones de la misma manera y siempre fue un país un poco cerrado en ese sentido. Hace algunos años, a Antanas Mockus, en su última candidatura presidencial, le reprochaban que no era colombiano, porque sus padres son migrantes lituanos. Y ¿quién me puede negar que Mockus es colombiano?, más colombiano que él es difícil encontrar a alguien. Eso es un reflejo de las dinámicas. Es decir, quizá si Colombia hubiese recibido una migración mucho más nu-
merosa, tal vez sería un país más abierto a la migración. En ese sentido, vemos que hay extranjeros en Colombia —yo soy uno de ellos—, pero las condiciones sociales del país no son las más propicias para que los extranjeros se hagan visibles, en términos de que haya una diáspora estadounidense, de que haya un barrio estadounidense, de que haya un grupo de estadounidenses que tiene tiendas, lo que fuera, lo que sí ocurre en otras partes del planeta. Claro, además es muy extraño porque los colombianos afuera sí hacen sus colonias. Ni siquiera con el grupo que yo creería que debería existir una diáspora fuerte, que son los venezolanos. El pensamiento es: “Esa gente tiene que estar en Cúcuta”, y pues ciertamente es así, pero es una zona fronteriza; sin embargo, en el resto del país debería haber una diáspora totalmente conformada. Y realmente están a las sombras, porque Colombia no es un país muy tolerante a lo diferente. Pero, ¿es por miedo a la reacción de los colombianos? Es posible, y sobre todo en el caso de los venezolanos, pues ustedes siempre han tenido una relación agridulce. Quizá para ellos no sea tan buena idea o lo perciban de esa manera, pero los otros grupos que hay aquí tampoco han tenido una expresión en ese sentido. Recientemente medios de comunicación han hablado de una llegada masiva de cubanos y haitianos a Colombia. El Estado, sin embargo, decidió deportarlos, pues no había una política internacional clara sobre el tema. ¿Qué pasa con los deportados en estos países? Eso también es bien diciente: que a Colombia lo hayan agarrado como qué pasó aquí cuando encontraron que
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[entrevista]
había un fluyo de inmigrantes, de gente transitando, y que no haya una normativa, pues eso es diciente. Colombia nunca ha pensado en eso, o sea, nunca se ha pensado como un país que recibe gente de otras partes, casi que esto lo evidencia.
Pero ¿no entran en procesos judiciales?
usted desertó de la revolución, es alta traición y, por lo tanto, va a tener un estigma que lo va a seguir en su día a día. Ahora, aquí hay otra cosa que hay que mencionar: este tránsito a través de Colombia también se da muy de la mano con unos asuntos que no se pueden controlar —al menos no el Gobierno colombiano—, y me refiero a las políticas migratorias de Ecuador. La mayoría de estos haitianos y cubanos llegan a Ecuador, de allí pasan a Colombia y transitan en Centroamérica para ir hacia Estados Unidos. ¿Y por qué Ecuador? Porque tiene unas políticas migratorias sumamente flexibles. El Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana tiene políticas migratorias muy flexibles, porque tienen la idea de que deben tratar a los migrantes en Ecuador tal como ellos quieren que traten a los ecuatorianos migrantes en otros países. Así que ellos garantizan absolutamente todos los derechos humanos: está constitucionalmente garantizado el derecho al tránsito y a la migración. Esto no significa que no necesiten visa: los cubanos y los haitianos requieren visa a Ecuador, pero es una visa de turista, algo que no es tan estricto. Es decir, pasan por Colombia porque tienen que pasar, pues Ecuador es el punto más fácil de llegada.
No entran en procesos judiciales, porque no es un delito migrar. Digamos que eso ya pasó. Pero sí es socialmente rechazado. En el sistema cubano, si
Y sobre esto, ¿crees que las políticas internacionales sobre inmigración deberían cambiar, ser más duras? ¿Sería una solución?
¿Qué pasa con los cubanos y los haitianos específicamente? En el caso de Haití, que es el país más pobre de hemisferio, pues uno nada más puede imaginarse qué es lo que mueve a esa gente a salir en la forma que sea, porque evidentemente el tránsito por Colombia significa una vuelta mucho más larga, en términos de la cercanía entre Haití y Estados Unidos, que es al lugar al que la mayoría de estas personas quiere llegar. Y lo que pasa con los haitianos es que los devuelven a su país, si bien tan pronto llegan allá vuelven a salir, porque las condiciones son tan extremas que para ellos no es una alternativa estar allí. En el caso de los cubanos, si uno es cubano y deserta de Cuba, esto es considerado como un acto de alta traición y evidentemente en Cuba van a ser, por decir lo menos, discriminados.
Yo creo que no es una solución. ¿Por qué Colombia tiene que fortalecer sus políticas migratorias si esto no es un problema colombiano, esto es un problema estadounidense? Pero, entonces, ¿Estados Unidos debería fortalecerlas? Tampoco, porque a Estados Unidos no le conviene cerrar sus puertas a la migración. En términos económicos, no es su mayor interés, y en términos de la misma Constitución de los Estados Unidos, pues esa es su naturaleza: la migración. Pero ahora con el triunfo de Trump, ¿será que fortalece las políticas migratorias? Yo lo dudo, porque ahora Trump es presidente, pero antes de presidente es un señor de negocios y él sabe muy bien lo que significan los migrantes en los negocios estadounidenses. Claro, la mano de obra. Es la mano de obra. Si el muro entre México y Estados Unidos se construye, ¿quién va a recoger los tomates? ¿Quién va a hacer los trabajos agrícolas —que, por ejemplo, en estados como California son el soporte de la economía—? Aunque está un asunto que yo sí creo que debería cambiar: la política estadounidense que se conoce como la ley Tribuna
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[entrevista]
de ajuste cubano. Los cubanos quieren ese país y van a hacer todo lo posible por ir a Estados Unidos, porque saben que cuando toquen territorio estadounidense son automáticamente admitidos como refugiados. ¿Y ellos se convierten automáticamente en cubano-americanos? Es un proceso mucho más rápido y expedito para conseguir la ciudadanía por el simple hecho de ser cubanos. Esa ley, que es de la Guerra Fría, estaba diseñada para desestabilizar a Cuba —para que toda la gente se fuera— y todavía existe y, por lo tanto, es muy atractiva. Siempre que usted llegue a Estados Unidos y sea cubano, toque suelo estadounidense, usted se puede quedar. Si usted es haitiano y viene en condiciones extremadamente peores que los cubanos, si usted llega a Estados Unidos y las autoridades lo agarran, lo van a deportar. O sea, hay una desigualdad entre la ley para los cubanos y para el resto de las personas. Eso es lo que hace que de todas las maneras posibles los cubanos quieran llegar a Estados Unidos. Y van a seguir pasando por Colombia o por la ruta que sea. Debo mencionar sobre el caso de los cubanos: cuando el Gobierno colombiano decidió deportarlos, se discutió mucho y lo criticaron bastante. Lo que pasa es que los cubanos han creado este imaginario de que ellos tienen el derecho a migrar, y en este caso Colombia simplemente aplicó la ley, pues no estaban regularmente en el país. Se tiene esa imagen de que son judicializados y de que los meten a la cárcel. Y también el debate giró en torno a eso. Parecía que los estábamos revictimizando al deportarlos. Los cubanos han sido muy ingeniosos en victimizarse. Pero no, evidentemente sí los van a estigmatizar en Cuba y evidentemente eso va a repercutir en que laboralmente se vean muy afecta-
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dos, socialmente se vean muy afectados, pero los paredones de fusilamiento ya no existen en Cuba. ¿Crees que los procesos migratorios nos convierten en personas xenófobas? Lo digo porque ahora que estamos hablando de los venezolanos en Colombia, se siente que estamos estigmatizando un poco a los venezolanos que vienen sin papeles, que trabajan por menos sueldo. Igual pasó en el sentido contrario hace veinte o treinta años cuando los colombianos se fueron para Venezuela. Tal vez por eso también es la tensión entre los dos países. Sí. Yo creo que sí; estoy de acuerdo en eso. Todo país construye un otro y ese otro viene a materializarse mayoritariamente en el diferente, y regularmente hay un grupo de inmigrantes más visible y más numeroso, entonces se convierte en el diferente y, a su vez, en el causante de todos los males que ocurren. Eso ha ocurrido entre Colombia y Venezuela. Parece que a los colombianos se les había olvidado, pero cuando el presidente Maduro decidió cerrar la frontera, todos los colombianos que estaban allá, que regresaron, nos dieron un recuerdo, en términos históricos, de que al otro lado había muchos colombianos, que exactamente no estaban viviendo la vida plenamente, sino que vivían en condiciones regulares. Ahora vemos que se revierte este proceso y son los venezolanos los que cruzan la
frontera. Y eso ha llevado a estigmatizar a un grupo como el causante de los males de la sociedad: ustedes acaban de llegar, ustedes no son como yo, ustedes son diferentes, ustedes no pertenecen aquí; por lo tanto, todo lo malo que pase, van a ser ustedes. Claro, no podemos generalizar y decir que esto siempre va a pasar en todos los procesos migratorios. Todo esto va en función del imaginario que se tiene de los países. Es decir, usted habla en Argentina de los italianos y no es un asunto negativo, tienen un imaginario positivo sobre la migración italiana, eso es lo mejor que le pasó a Argentina. Pero usted habla en Argentina de los bolivianos, y pues ahí ya es otra cosa, porque Bolivia es un país pobre e indígena, prácticamente los bolivianos son los negros de Argentina, porque son los de la piel más oscura. En nuestros países, lamentablemente, los indígenas no están socialmente muy bien aceptados. Vemos esas dinámicas en muchas partes. Por ejemplo, de donde yo vengo, Puerto Rico, hubo una migración cubana muy, muy grande, pero los cubanos son aceptados con los brazos abiertos: los cubanos, pobrecitos, que viene huyendo de este régimen. Y en cierto momento histórico eran clases muy educadas, con recursos, y por lo tanto fueron aceptados en la sociedad. Por otro lado, los dominicanos, que es el grupo más numeroso de inmigrantes, como son de una clase baja, y no exactamente con la mejor educación, pues son estigmatizados: todo mal que ocurre es culpa de los dominicanos.
Todo país construye un otro y ese otro viene a materializarse mayoritariamente en el diferente, y regularmente hay un grupo de inmigrantes más visible y más numeroso, entonces se convierte en el diferente y, a su vez, en el causante de todos los males que ocurren
[debate]
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l 8 de noviembre de 2016 tuvo lugar la eleccion presidencial de Estados Unidos, que tenía como candidatos al republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton. Luego del triunfo del Brexit en Reino Unido y del No en el plebiscito en Colombia, muchos se preguntaban si el discurso populista del empresario triunfaría en el país más poderoso del mundo. Dentro de su campaña estuvo la promesa de construir un muro entre México y Estados Unidos, pues, según el nuevo presidente, los mexicanos son los culpables de la delincuencia y el desempleo; esto ha creado gran incertidumbre sobre las relaciones del país del norte con el resto del hemisferio. Por esto, Tribuna les preguntó a dos expertos sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Fabricio Chagas y Carlos Caballero respondieron a la siguiente pregunta:
¿Cómo cree que serán las relaciones entre Estados Unidos y América Latina tras el triunfo de Donald Trump?
Fabrício H. Chagas-Bastos
Fabrício H. Chagas-Bastos
Carlos Caballero Argáez
Carlos Caballero Argáez
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[debate]
¡Bienvenido, Trump! Por: Fabrício H. Chagas-Bastos* No había pasado mucho de la media noche del 8 de noviembre cuando las promesas del fin del mundo occidental, como lo conocemos, inundaron los medios de comunicación —de forma más rápida que el propio escrutinio de votos en Estados Unidos—. Pasada la histeria, decantada la mugre de la batalla electoral, es tiempo de reflexionar sobre lo que significa la victoria de Donald Trump para América Latina. El boquirroto presidente electo hace que pocos se arriesguen a predecir lo que puede salir de su cabeza para conformar la nueva política exterior de los Estados Unidos. Lo que se puede decir con alguna certidumbre es que América Latina continuará siendo amablemente alejada del radar estratégico de Washington. Obama, en su mandato, trató de buscar una diplomacia discreta, silente, hacia la región, que produjo frutos, especialmente con Thomas A. Shannon Jr. al frente de la División de Asunto Hemisféricos. Se fortalecieron los lazos con Colombia y México, buscando consolidar la lucha contra el narcotráfico y lograr una paz duradera en el continente. Aunque el escándalo de espionaje de la National Security Agency (NSA) a Brasil provocara la disminución en la intensidad del trato diplomático, poco cambió entre los dos países. Hasta la misma Venezuela, con su histrionismo, recibió un tratamiento blando, por no llamarlo condescendiente. Todo eso
se puede sintetizar de modo sencillo: se mantuvo la negligencia benigna frente a la región, heredada del Gobierno de George W. Bush. Lo que puede preocupar a los latinoamericanos, más que las amenazas del muro sobre la frontera con México, son los movimientos tercos y sin foco que Trump, por lo que ha demostrado hasta ahora, promete imprimir a su política exterior. Los efectos colaterales de la proyección de EE. UU. en el mundo pueden aumentar o disminuir las posibilidades económicas y políticas de los países de la región en este nuevo escenario global. Un mes después de ser declarado electo, Trump logró, vía Twitter, causar un rifirrafe diplomático con China al contestar una llamada de la presidenta de Taiwán, ignorando la política china de “una sola China”, mezclando su conocida terquedad con estupidez. El futuro presidente ha desafiado el más entrañado gremio profesional del Estado norteamericano: la inteligencia (CIA, NSI y FBI). Al rehusarse a aceptar el hecho, probado por los servicios de inteligencia, de que Rusia había hackeado los computadores del comité demócrata, a favor a su propia campaña —hubo una fuga de material confidencial y altamente sensible de la campaña de Hilary Clinton, el cual fue utilizado para favorecer al candidato republicano—. Al final, Trump concedió que, de hecho, hubo un ataque cibernético, pero lo dis-
El boquirroto presidente electo hace que pocos se arriesguen a predecir lo que puede salir de su cabeza para conformar la nueva política exterior de los Estados Unidos * Profesor asistente del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes.
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minuyó como si fuera un hecho corriente, común a la disputa por poder entre potencias. Sin embargo, Rusia ha desafiado la integridad del tan aclamado sistema electoral democrático liberal de EE. UU., y seguramente, lo hará en las elecciones europeas de 2017. No hace mucho se discutía sobre la derrocada hegemonía estadounidense, hoy el mundo lo tiene como cierto. China y Rusia agradecen. Después de la frontera de México es posible que no exista nada más que olvido para América Latina. Desde el punto de vista comercial, poco cambia. El agresivo discurso de Trump contra China y, más cercanamente, contra México, no se dirige a aquellos países bajo el istmo. Los números indican que la balanza comercial entre América del Sur y EE. UU. es altamente favorable para los del norte. Latinoamérica puede tener algo a ganar si China decide moverse como garantizador de la globalización, no como el orden liberal creado y moldeado por EE. UU. al finalizar la Segunda Guerra Mundial, sino algo fluido, líquido, como diría el sociólogo Zygmunt Bauman. Sin embargo, el perfil chino no indica que ese escenario sea probable o posible. Se les obliga a los latinoamericanos a tomar como camino una nueva dependencia, al buscar alternativas diferentes a EE. UU. como socio comercial, participando más activamente del giro a Asia, que se desarrolla desde, por lo menos, el comienzo de 2000. Por años, los oficiales del Departamento de Estado y del Pentágono quisieron que Brasil liderara Suramérica, para tornarla estable y manejada por una potencia regional, basada en una
[debate]
Estados Unidos: ¿incertidumbre con optimismo? Por: Carlos Caballero Argáez* hegemonía consensuada. Poco antes del final de 2016, tal sueño se ha transferido a Colombia, que digiere el proceso de desmantelamiento de la guerrilla. La estabilización del país andino es lo que necesita EE. UU. en la región para poder liderar los Andes e influir en los caminos de la región. Trump muy probablemente no va moverse para que eso se logre, dado que su agenda es predominantemente interna, y en cuanto a lo internacional se enfoca en otras partes del mundo. El diccionario Oxford, al final de 2016, eligió como palabra del año el término “posverdad” (post-truth), una mezcla de falta de aprecio por la verdad con una aceptación de hechos sin que se los verifique antes. Nada diferente a lo que los latinoamericanos ya conocen por la literatura: el realismo mágico. El mandato de Trump comenzó el 20 de enero de 2017. Hasta aquí lo que hemos visto es un prototipo de Gobierno débil, sin estrategia y basado en la improvisación. Óscar Guardiola-Rivera en su libro What if Latin America ruled the world? predecía que Estados Unidos sería el próximo país latinoamericano, por el tamaño de la comunidad hispánica viviendo en este y por la incorporación del español como lengua oficial. Guardiola-Rivera olvidó incluir las condiciones de aceptación en el momento de la escritura de su obra, así como la apelación al populismo y a la demagogia. Well… gringos, ¡bienvenidos a América Latina!
Las medidas adoptadas por el presidente Trump en las primeras semanas de su Administración han despertado una fuerte reacción mundial. Se consideraba, ingenuamente, por la mayoría de analistas domésticos e internacionales, que las promesas de campaña se moderarían en el Gobierno, pero no ha sido así. El señor Trump ha desconocido las realidades globales, las sensibilidades humanas y la existencia de pesos y contrapesos entre las ramas de los poderes públicos en Estados Unidos. Tanto es así que de la euforia financiera que siguió a la elección presidencial, que condujo al alza de las cotizaciones bursátiles y al fortalecimiento del dólar, ya se ha transitado a cierto desencanto. Los comerciales de televisión que pasaron durante el juego del Super Bowl el 5 de febrero mostraron mensajes no tan sutiles en contra del muro entre Estados Unidos y México y de la política de inmigración del nuevo Gobierno. ¿Habrá ya preocupación entre los estadounidenses con respecto a las acciones de su presidente? Para el nuevo mandatario de Estados Unidos, México ocupa un lugar preponderante en el mapa de América Latina. Alguien decía que si Trump dibujara ese mapa, México constituiría el 80 % de la geografía y el resto de los países, incluyendo a Brasil y a Argentina, llenarían el 20 % faltante. Esto implica que por el momento ese 20 % no tiene ninguna posición en el cerebro del presidente. Y si se le mencionara a Colombia, seguramente recordaría la belleza de sus reinas y algún asesor tendría que informarle, en voz baja, que Colombia es el mayor productor de cocaína del mundo.
Lo que dice y hace el presidente de los Estados Unidos, sin embargo, repercute por todo el mundo y, desde luego, por América Latina. Sorpréndanse ustedes, pero la incertidumbre que ha creado con respecto al futuro de México y a su relación comercial con Estados Unidos ha traído como consecuencia que los inversionistas de corto plazo en papeles gubernamentales de México hayan salido de ellos y trasladado sus recursos a Colombia. De ahí la revaluación del peso colombiano de las últimas semanas y el incremento en las cotizaciones de los papales del Gobierno colombiano: los TES. El nuevo Gobierno de los Estados Unidos es, hasta ahora, lo que llamarían los gringos un “One Man Show”. Los ministros han brillado por su ausencia, lo cual es fácil de comprender porque ninguno de ellos tiene experiencia en la administración pública. La Casa Blanca es la que ha mandado a través de decretos ejecutivos, algunos de ellos ya rechazados por la rama judicial. Por eso no sabemos de las políticas que seguirá el Gobierno frente a América Latina en lo comercial, ni con respecto a las drogas, ni sobre el posconflicto en Colombia. En el futuro cualquier cosa puede pasar en Estados Unidos. Pero la señal en los inicios de febrero muestra unas instituciones y una cultura fuertes que seguramente van a evitar la anarquía ‘trumpista’ y el cierre del país a la inmigración y al comercio global. Una incertidumbre con algo de optimismo.
* Profesor titular de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes.
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[infografía]
CÓMO SE ELIGE EL PRESIDENTE EN Estados Unidos tiene un sistema federal que busca garantizar el poder de los estados y balancearlo con el poder del gobierno central. El presidente no es elegido por voto popular directo, sino por delegados de una asamblea temporal denominada Colegio Electoral con 538 delegados. Su decisión no siempre corresponde con la mayoría de votos populares.
Pasos para elegir al presidente: 1. Selección del candidato 2. Elección nacional Republicanos y demócratas eligen su representante en las elecciones primarias y caucus.
primarias
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Los candidatos compiten en cada estado para ganar el voto popular local.
3. Conformación del
4. Elección formal del
Colegio Electoral
presidente
El partido ganador en cada estado envía sus delegados al Colegio Electoral.
Los delegados al Colegio Electoral eligen al presidente.
El ganador en cada estado obtiene todos los delegados asignados al mismo. El número de delegados se asigna de acuerdo a su población.
Si ningún candidato obtiene la mayoría, la Cámara de Representantes se convierte en el órgano elector.
[infografía]
El empresario obtuvo resultados sorprendentes en algunos grupos. Las encuestas esperaban que latinos, jóvenes y afroamericanos le dieran la victoria a Clinton. Estas fueron las sorpresas de quienes votaron por Trump:
Pensilvania
42 % de las personas entre 18 y 44 años
Virginia
30 % de los latinos
Arizona
31 % de los latinos Florida
Wisconsin
34 % de los latinos
Ohio
44 % de los jóvenes entre 25 y 29 años
35 % de los latinos 49 % de los jóvenes entre 25 y 29 años
VOTO POPULAR VS. COLEGIO ELECTORAL 2016 Total votos
48,1 %
64.469.963
46,5 %
63.379.366
Aunque Clinton ganó el voto popular, el presidente es escogido por los delegados al colegio electoral.
Total votos
232 306
Fuente: http://edition.cnn.com/election/results
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[columna] El carácter global de los
comportamientos asociados a las enfermedades crónicas Por: Diego Iván Lucumí*
La evidencia señala que cuatro comportamientos tienen un papel fundamental en el desarrollo de estas enfermedades: consumo de tabaco, sedentarismo, inadecuadas prácticas de alimentación y el excesivo consumo de alcohol
E
xiste cada vez un mayor reconocimiento en la academia y los tomadores de decisiones, pero también en la sociedad general, sobre la creciente carga de morbilidad y mortalidad asociadas a las enfermedades crónicas, entre las que se destacan las diferentes manifestaciones de la enfermedad cardiovascular, como el infarto al corazón, el accidente cerebrovascular, las múltiples localizaciones de cáncer, la diabetes mellitus y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. No menos importante es el hecho de que aproximadamente 80 % de la carga de mortalidad se concentra en países de ingreso económico medio y bajo (Organización
Mundial de la Salud, 2011). Es decir, lo que hasta hace unas pocas décadas se asumía como un problema de los países de mayor ingreso económico ya resulta casi epidémico en otros que siguen sin superar las serias consecuencias ocasionadas por la persistencia o reemergencia de múltiples enfermedades infecciosas, o el desarrollo de nuevas epidemias que han adquirido un carácter global (Boutayeb, 2006). Muchos de estos países de ingreso económico medio y bajo deben afrontar, adicionalmente, los problemas asociados a la mortalidad materna e infantil por condiciones para las cuales existe hace ya bastante tiempo el conocimiento y la tecnología para su adecuada prevención y tratamiento. Un aspecto central en la explicación de la situación global de las enfermedades crónicas está claramente vinculado a la adopción de comportamientos que incrementan el riesgo de estas. La evidencia señala que cuatro comportamientos tienen un papel fundamental en el desarrollo de estas enfermedades: consumo de tabaco, sedentarismo, inadecuadas prácticas de alimentación —que abarcan diversos grupos de comportamientos como el bajo consumo de frutas y verduras, y el consumo de bebidas azucaradas— y el excesivo consumo de alcohol (Ezzati y Riboli, 2013). Aunque estos comportamientos fueron vinculados inicialmente a un “estilo de vida occidental” en personas con altos ingresos y de países ricos, las comparaciones internacionales muestran que se encuentran ampliamente extendidos a nivel mundial (Ezzati y
* MD, MSP, PhD. Profesor asociado de Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes.
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Riboli, 2013; Ebrahim, García, Sujudi y Atrash, 2007; Ezzati et al., 2005). Su globalización puede explicarse por las prácticas de producción, mercadeo y comercialización cada vez más sofisticadas y agresivas de productos como el tabaco y los alimentos con alta densidad energética; la falta de regulaciones fuertes en salud pública en muchos países que ayuden a que las personas, preferiblemente, adopten comportamientos saludables; y la carencia o el deterioro de factores del ambiente como la presencia de zonas verdes y la calidad del aire. En fin, estas y otras condiciones deletéreas han adquirido un carácter global y, por tanto, su abordaje requiere de una perspectiva también global (Goryakin, Lobstein, James y Suhrcke, 2015). La respuesta global, nacional y subnacional de los comportamientos asociados a las enfermedades crónicas tiene diversos desafíos que deben ser considerados. Por un lado, si bien se ha avanzado en entender estos comportamientos como resultado de factores en diferentes niveles, incluyendo aquellos de tipo global, como los acuerdos comerciales y políticas internacionales, en muchos círculos, y para diversos actores, la responsabilidad de estos comportamientos sigue siendo un asunto netamente individual. Privilegiar esta perspectiva sobre una más compleja que incluya explicaciones en diferentes niveles trae, entre otras consecuencias, el que haya pocos esfuerzos concertados por la sociedad para, a través de instrumentos como las políticas públicas, establecer medidas que aborden las causas subyacentes.
[columna]
Un reto adicional tiene que ver con la necesidad de evidenciar y actuar frente a las inequidades que resultan de la adopción de comportamientos asociados a las enfermedades crónicas. Lo que muestran los datos de muchos países es que estos comportamientos, así como las condiciones crónicas a las que se asocian, se concentran cada vez más en los grupos más pobres y vulnerables de la población, los que no solamente están expuestos a prácticas de mercadeo y comercialización selectivas, sino que carecen de los recursos materiales, sociales o personales que les permitan tomar decisiones saludables o recuperar su salud una vez esta se ha perdido. Aunque iniciativas como el Convenio Marco de Lucha Contra el Tabaco, la Estrategia Mundial de Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud, y el Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles 2013-2020 (Organización Mundial de la Salud, 2003, 2004, 2013) resultan pasos importantes en el abordaje global de las condiciones crónicas y sus comportamientos asociados, existen todavía muchos aspectos en los que se debe avanzar a nivel regulatorio, de financiación y de intercambio de conocimiento, entre otros, para poder materializar los objetivos de estas iniciativas. Una ventana de oportunidad que se abre, y que podría permitir un progreso cualitativo importante frente al avance de las enfermedades crónicas, es que la lucha en su contra es uno de los compromisos adquiridos por los países en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que plantea la reducción en un tercio de la mortalidad prematura (menores de 70 años) por estas enfermedades en 2030 (Organización de las Naciones Unidas, 2015). No obstante, de la presión de la ciudadanía global y la voluntad política supranacional va a depender, en gran parte, que se pueda influir en estos comportamientos asociados a las enfermedades crónicas y cambiar, así, el curso catastrófico que han empezado a adquirir estas enfermedades.
Referencias Boutayeb, A. (2006). The double burden of communicable and non-communicable diseases in developing countries. Transactions of the Royal Society of Tropical Medicine and Hygene, 100(3), 191-199. Ebrahim, S., García, J., Sujudi, A. y Atrash, H. (2007). Globalization of behavioral risks needs faster diffusion of interventions. Preventing Chronic Disease, 4(2), A32. Ezzati, M. y Riboli, E. (2013). Behavioral and dietary risk factors for noncommunicable diseases. The New England Journal of Medicine, 369(10), 954-64. Ezzati, M., Vander Hoorn, S., Lawes, C., Leach, R., James, W., López, A., …, y Murray, C. (2005). Rethinking the “diseases of affluence” paradigm: Global patterns of nutritional risks in relation to economic development. PLoS Medicine, 2(5), 404-412. Goryakin, Y., Lobstein, T., James, W. y Suhrcke, M. (2015). The impact of economic, political and social globalization on overweight and obesity in the 56 low and middle income countries. Social Science & Medicine, 133, 67-76.
Organización Mundial de la Salud (2003). Convenio marco de la OMS para el control del tabaco. Ginebra: Organización Mundial de la Salud. Organización Mundial de la Salud (2004). Estrategia mundial de la organización mundial de la salud sobre régimen alimentario, actividad física y salud (Resolución WHA55. 23). Ginebra: Organización Mundial de la Salud. Organización Mundial de la Salud (2011). Global status report on noncommunicable diseases 2010. Génova: Organización Mudial de la Salud. Organización Mundial de la Salud (2013). Global action plan for the prevention and control of noncommunicable diseases 2013-2020. Génova: Organización Mundial de la Salud. Organización de las Naciones Unidas (2015). Transforming our world: the 2030. Agenda for Sustainable Development. Nueva York: Organización de las Naciones Unidas.
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[investigación]
Violencia histórica y violencia contemporánea en el sur de Estados Unidos Por: Michael Weintraub*
¿La violencia histórica en una comunidad hace más probable la violencia contemporánea? Es posible que las comunidades que han perpetrado y sufrido violencia emerjan cambiadas por aquellas experiencias. En efecto, la exposición a la violencia en el corto plazo —ya sea en un contexto de guerra civil, terrorismo o delincuencia— ha demostrado afectar las preferencias políticas, aumentar el compromiso de las personas en la vida política y alterar la elección del voto y la actividad económica, entre muchos otros resultados (véase, por ejemplo, Bellows y Miguel, 2006; Berrebi y Klor, 2008; Bateson, 2012; Getmansky y Zeitzoff, 2014; Weintraub, Vargas y Flores, 2015). Es probable que la violencia perpetrada contra un segmento de la población durante varios años tenga consecuencias a largo plazo, condicionando cómo los descendientes de los perpetradores y las víctimas se comportan años después.
En este texto analizo las consecuencias a largo plazo de los linchamientos letales en el sur de Estados Unidos, luego del periodo conocido como la Reconstrucción,1 justo después de la Guerra Civil (también conocida como Guerra de Secesión). El linchamiento de miles de afroamericanos constituye uno
El linchamiento de miles de afroamericanos constituye uno de los episodios más terroríficos de violencia colectiva en la historia de Estados Unidos
de los episodios más terroríficos de violencia colectiva en la historia de Estados Unidos. Cerca de cuatro mil afroamericanos fueron linchados entre 1877 y 1950 a lo largo de doce estados del sur, aunque en los estados del norte y el occidente estos actos también fueron cometidos contra víctimas blancas y mexicoamericanas (Gonzales Day, 2006; Delgado, 2009). Algunas de las justificaciones para los linchamientos —entre los que estaban ahorcamientos, apuñaladas, fusilamientos, quemaduras y palizas letales— eran el abuso sexual, el asesinato, respuestas verbales “impropias” hacia los blancos, no cruzar la calle para evitar el contacto con los blancos y entrar a una habitación sin tocar la puerta. Debido, en parte, a su carácter impredecible, los linchamientos se convirtieron en un “arma poderosa de intimidación” ejercida por los blancos del sur, después de la expansión política y económica de los recién liberados afroamericanos, luego de que las
* Profesor asociado de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo. 1 Este periodo se caracterizó por la presencia de tropas del ejército del Norte, el campamento victorioso en la Guerra Civil, lo cual generó resentimiento contra el norte en los estados derrotados. La Reconstrucción terminó en 1877, cuando un acuerdo político resultó en el retiro de las tropas.
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[investigación]
tropas del norte terminaran con los es- Zevenbergen, 2005). Independiente- economía del sur […] y que no estaban fuerzos de la Reconstrucción (Brundage, mente de las causas, factores políticos, bajo amenaza económica directa de los 1993, p. 139). económicos y geográficos indudable- hombres afroamericanos, ni dependían Existe una amplia literatura histórica mente pueden ayudar a explicar la varia- de su trabajo” (Wood, 2011, p. 7). Si y sociológica que ha lidiado con las causas ción transversal en los linchamientos y, bien la presencia de estos individuos y consecuencias de los linchamientos en el como tal, estos son los factores descritos acomodados puede parecer contraintuisur de Estados Unidos. Algunos argumen- en la sección de datos. tiva, los linchamientos tenían un importan que estos pueden ser entendidos como Los linchamientos letales en el sur de tante propósito para ellos y para otras una respuesta al cambio de la balanza de los Estados Unidos eran típicamente — personas de la comunidad blanca. En poder entre los afroamericanos recién aunque no exclusivamente— realizados un momento de importantes convulsioemancipados y sus antiguos propietarios, por multitudes. Estos frecuentemente nes económicas y divisiones generacioo, relacionado con el tema, que el aumen- ocurrían en las plazas de los pueblos, nales en su comunidad, los linchamiento repentino en los salarios de los afroame- donde la exposición a la ciudadanía es- tos eran una actividad de unificación, ricanos, por el fin de la esclavitud, aumentaba asegurada. En muchos casos, los que creaba comunidad y compañerismo tó los costos laborales y amenazó el sistema grupos responsables de atacar a las vícti- entre segmentos de la población blanca. económico entero del sur. Tolnay y Beck Las comunidades pueden movilimas tenían vínculos con organizaciones (1995) sostienen que, si bien “pretender paramilitares como la Liga Blanca, zarse de muchas maneras para protejustificar los linchamientos era libelas Camisas Rojas en Misisipi y gerse de amenazas percibidas a la vida rar a la comunidad blanca de los las Carolinas o los clubes lo- y a la propiedad. Este artículo examina pícaros, acusados de violar las cales del rifle. El Ku Klux el vigilantismo, entendido como accioleyes y los códigos raciales de nes extralegales realizadas por etiqueta”, los linchamientos ciudadanos, ya sea para hacer eran usados, principalmente, cumplir un conjunto de norpara preservar y promover una En un momento de importantes mas sociales o para hacer cumserie de instituciones, formales convulsiones económicas y divisiones plir las leyes que son impuese informales, que estaban destas mal o de manera desigual apareciendo rápidamente. generacionales en su comunidad, los por el Estado. Como Bateson ¿A qué podemos atribuir la linchamientos eran una actividad de y Smith argumentaron, el travariación de los linchamientos bajo sobre el vigilantismo en unificación, que creaba comunidad y a lo largo del sur, dado que el la ciencia política “no se ha fin de la esclavitud afectó a compañerismo entre segmentos de la organizado en una agenda de todos los estados de esta parte población blanca investigación coherente porde Estados Unidos? Algunos que los politólogos carecen de afirman que las diferencias en un vocabulario para entender, la prevalencia local de la escladiscutir, debatir y estudiar el vigilantisKlan, durante su “renacimiento” en la vitud pueden ser un factor clave para mo” (2016, p. 1). Yo me enfoco en una década de 1910, intentó movilizar a los explicar los linchamientos (Acharya, táctica específica usada por los vigilantes blancos a la violencia paramilitar (Fryer Blackwell y Sen, 2016). Otros afirman del sur de Estados Unidos: los linchay Levitt, 2012). Pero, ¿quiénes eran los que los fracasos de las instituciones lomientos letales contra afroamericanos, autores? ¿Quiénes asistieron a las turbas cales de justicia ayudan a explicar el uso que frecuentemente involucraban ahorde linchamiento, aunque no fueran los de la justicia “vigilante”, cuando indivicamientos, fusilamientos o quemar a sus perpetradores? duos o comunidades deciden ejecutar víctimas vivas. Sobre todo, me gustaría Ya que el delito del linchamiento casi su propia forma de justicia (una forma de violencia paramilitar);2 que “una nunca fue penalmente procesado o era entender si estos hechos violentos tiecultura de honor” en el sur explica los castigado informalmente, se tienen po- nen legados prolongados en el periodo linchamientos (Nisbett, 1993); o que cos registros sobre quiénes participaron contemporáneo. El argumento teórico, en resumen, cuando los homicidios sancionados por o asistieron a las turbas. Algunos repores que en los periodos de violencia cotes afirman que las multitudes estaban el Estado aumentan, debería esperarse lectiva es probable que se produzcan “dominadas por trabajadores calificados que los asesinatos ejecutados por civiles dinámicas de vigilantismo, que dan luy de oficina, miembros de la naciente sean igualmente altos (Bowers, Pierce gar a una creciente polarización, lo cual clase media […] por recién llegados a la y McDevitt, 1984; Messner, Baller y 2
Esta afirmación fue debilitada por Tolnay y Beck (1995).
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[investigación]
aumenta la desconfianza entre un grupo excluyente y un grupo marginado (en este caso, grupos raciales) y fortalece la creencia en el éxito de los medios extralegales para alcanzar los objetivos de algún grupo o de algunos individuos. Estas creencias y actitudes se trasmiten a través de las generaciones —en parte a través de la participación de menores en actos de violencia colectiva (en este caso, turbas de linchamiento), y en parte a través de mecanismos familiares e institucionales de trasmisión de identidad— e incrementan la violencia actual.
Datos y prueba empírica Esta sección describe los datos usados para probar la conexión entre los linchamientos históricos y la violencia contemporánea. En particular, examino la relación entre los linchamientos en la posreconstrucción del sur y los asesinatos actuales, ambos medidos a nivel de condados. La variable dependiente es el número de homicidios dividido por el total de la población, ambos medidos en 2013, en trece estados del sur de Estados Unidos. La figura 1 es un mapa de calor que muestra los datos de la distribución geográfica de los asesinatos per cápita en estos estados. La variable clave es Linchamientos, que hace referencia al número de linchamientos de afroamericanos llevados a cabo en cada uno de los condados de Alabama, Arkansas, Florida, Georgia, Kentucky, Luisiana, Mississippi, Carolina de Norte, Carolina del Sur, Tennessee, Texas y Virginia entre 1987 y 1950. Otro mapa de calor (figura 2) muestra la distribución geográfica de los linchamientos. Los datos son codificados por la Iniciativa de Igualdad de Justicia (EJI, por su sigla en inglés), una organización no gubernamental dedicada a documentar la injusticia racial en Estados Unidos. Para construir la base de datos, EJI tardó cuatro años y “miles de horas” recolectando “periódicos locales, archivos históricos y registros de corte”; organizando “entrevistas con historiadores locales, sobrevivientes y descendientes de las víctimas”; y examinando “reportes contemporáneos en los periódicos afroamericanos” para compilar una exhaustiva contabilidad de los linchamientos en los estados del sur hasta la fecha (EJI, 2015). La EJI registró más de 700 linchamientos no reportados de afroamericanos en diez estados, cubiertos por el trabajo innovador de Tolnay y Beck (1955), que también amplió la cobertura geográfica a dos estados más. Según los datos de la EJI, el número total de afroamericanos linchados en el sur entre 1877 y 1950 fue de 3959. Cabe anotar que estos datos no incluyen los linchamientos a blancos y ni a mexicanos, que ocurrieron en el occidente y el norte, o los linchamientos que no fueron letales.
>> Figura 1 Mapa de homicidios per cápita en 2013
>> Figura 2 Mapa de linchamientos, 1877-1950
3 Los niños blancos eran alentados a asistir a los linchamientos, su participación era una fuente de orgullo y entretenimiento (DuRocher, 2011). Como Clarke afirmaba: “Las cuentas de los periódicos a través de los años muestran que miles de blancos participaron en las turbas de linchamiento; hombres y mujeres comunes, de todas las clases sociales, estuvieron en estos eventos como espectadores, a menudo con niños en la mano” (1998, p. 281). 4 El condado es una unidad administrativa más grande que un municipio y más pequeña que un estado. 5 Los datos fueron tomados del Federal Bureau of Investigation’s Uniform Crime Reporting. Por motivos de legibilidad, la variable fue multiplicada por 10.000.
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[investigación]
>> Tabla 1 Linchamientos aumentan homicidios actuales
Resalto cómo los periodos de polarización, causados y producidos por la violencia, pueden intensificar estas dinámicas y conducir a una espiral de violencia
Para aislar el efecto histórico de los linchamientos sobre las tasas contemporáneas de homicidios, uso las variables de pretratamiento tomadas del censo de los Estados Unidos en 1860 y otras fuentes, así como características geográficas, económicas y políticas de los condados. Estos incluyen el total de la población, el porcentaje de fincas con menos de 50 hectáreas, el registro de la población esclava, el coeficiente de Gini para la propiedad de la tierra, el registro de la distancia al río principal más cercano, la medida del terreno áspero, longitud y altitud (así como sus términos cuadrados) y la proporción de cada condado que votó por el Partido Demócrata en las elecciones
de 1856, para saber la variación en el apoyo a la esclavitud.6 La tabla 1 muestra los resultados del modelo de Mínimos Cuadrados Ordinarios (Ordinary Least Squares en inglés) para estimar la relación entre los linchamientos históricos y los homicidios contemporáneos, añadiendo progresivamente variables de control. El modelo 1 muestra una regresión simple con dos variables, el modelo 2 agrega efectos fijos estatales y el modelo 3 incluye la serie de controles discutida anteriormente. Los resultados son claros: en cada uno de los modelos los linchamientos están estadísticamente correlacionados con las tasas de homicidios actuales. La figura 3 indica visualmente
La mayoría de los modelos descritos a continuación también incluyen efectos fijos estatales para “absorber” factores comunes dentro de cada estado que no se puede medir con las variables mencionados.
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el tamaño del efecto: en un condado que sufrió tres linchamientos —el número medio de observaciones usadas en el modelo 3— se espera que sufra una tasa de asesinatos de 0,44 per cápita en 2013, mientras que un condado que vio quince linchamientos entre 1877 y 1950 se predice que tendrá una tasa de homicidios de 0,62 per cápita. En otras palabras, doce linchamientos adicionales, durante el periodo de 74 años, corresponden a un incremento de cerca del 41 % en los homicidios en la actualidad. Esto es, para decirlo de manera suave, un efecto grande.
¿Cuál es el rol de los países garantes en un proceso de negociación?
Conclusión
2
Frecuencia Homicidios predichos per cápita
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200
.5
100 0
ver video
Frecuencia
300
400
Angelika Rettberg, Directora Maestría en Construcción de Paz, Universidad de los Andes
1.5
Los países garantes ofrecen espacios y habilidades para acercar partes en conflicto que por sí solas no lograrían generar contacto ni desarrollar confianza
Homicidios predichos per cápita
Este artículo ha argumentado que los casos históricos de violencia colectiva probablemente tienen consecuencias en la violencia contemporánea, incluso cuando las condiciones políticas y sociales han cambiado radicalmente. En particular, se examinan los casos de linchamientos letales contra afroamericanos en el sur de Estados Unidos luego de la Reconstrucción, proporcionando evidencia de que la prevalencia de linchamientos está relacionada con altos niveles de homicidios años después. Añado a un debate muy importante sobre las trayectorias en la vida social y política, y sobre la rigidez de las identidades y creencias a lo largo del tiempo; en particular, resalto cómo los periodos de polarización, causados y producidos por la violencia, pueden intensificar estas dinámicas y conducir a una espiral de violencia. También doy un nuevo camino para estudiar la violencia política y criminal, mostrando cómo los patrones iniciales de
la violencia colectiva ejercida por vigilantes, que es claramente política, pueden transformarse en criminalidad generalizada en tiempos contemporáneos. Finalmente, este artículo proporciona una perspectiva comparativa para el estudio de la violencia vigilante en Estados Unidos, que frecuentemente se ve de forma aislada a la violencia política y criminal. “Las turbas de linchamiento” son anomalías globales: muchas asociaciones extralegales civiles se han movilizado, ya sea para hacer cumplir el orden social o para reducir la delincuencia. Este estudio también tiene implicaciones para las políticas públicas, mostrando la importancia de comprender las raíces históricas de los procesos contemporáneos. La trayectoria del proceso no es igual al destino: como lo demuestra la literatura de política comparada sobre las coyunturas críticas y los cambios institucionales, las oportunidades pueden presentarse para la evolución institucional y la reconfiguración de sus legados, haciendo las identidades más fluidas y abriendo nuevos caminos (por ejemplo, Mahoney y Thelen, 2009). Sin embargo, el fracaso en comprender y reconocer las raíces históricas de los eventos contemporáneos puede impedir una comprensión exacta de las herencias y de la persistencia de la violencia para los investigadores, al tiempo que deja a los hacedores de política en busca de un diagnóstico preciso y de soluciones para los problemas de inseguridad. Las comunidades afectadas por el crimen contemporáneo harían bien en aceptar su pasado violento y polarizado antes de diseñar intervenciones que puedan ayudar a superar esos legados.
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Linchamientos 1877 - 1950
>> Figura 3 Predicción de homicidios per cápita condicionada a los linchamientos
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Escultura
“La Pola”
L.A. Prieto, sin fecha
A. Martínez, 2014
Aunque mujer y joven me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más
¡viva la libertad! Policarpa Salavarrieta @OADUniandes
@OAD_Uniandes
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Irme de
Uganda Por: Amy Ritterbusch*
No se trata tanto de documentar rigurosamente la realidad, que ya sabemos que existe, sino más bien de formar relaciones significativas para un cambio social duradero. En la niebla que envuelve mi partida, me voy
con el corazón en la mano. Un abrazo está lejos de ser una solución. Sabemos eso. Pero es un comienzo. Me voy con el optimismo de que nuestro equipo de YPAR en Kampala (Uganda) seguirá luchando para buscar soluciones, partiendo de abrazos que otros pueden no entender y avanzar hacia la construcción de senderos fuera de la adversidad característica de las poblaciones conectadas con la calle, senderos construidos por los propios niños y jóvenes. * Profesora asociada de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes.
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Por: Roberto Junguito*
E
s un recorrido completo por la historia colombiana que va desde fines del siglo XIX hasta nuestros días. Está basado en la literatura y los escritos fundamentales de la historia económica colombiana. Plantea hipótesis de fondo sobre el rol de los cafeteros e industriales. Destaca a los grandes protagonistas de la historia económica colombiana. El libro está exquisitamente escrito y representa a Carlos Caballero el historiador, el economista, el crítico político, el periodista, el formulador de políticas, el conocedor profundo de los protagonistas y de sus aciertos y sus fallas. También a Caballero el visionario del siglo XXI.
El siglo XIX fue, según el autor, un período de construcción del Estado-nación. Caballero destaca las reformas liberales de mediados de siglo y se muestra admirador de Florentino González y de su política de apertura. Califica a Núñez más como un pensador que como un pragmático. Cubre de manera destacada lo ocurrido con el Banco Nacional, los obstáculos de las guerras civiles y la incidencia sobre la economía colombiana de las fluctuaciones de la economía mundial. Fue el período de la consolidación del desarrollo capitalista. En el primer capítulo habría que resaltar la formación de los gremios con la creación de La Sociedad de Artesanos en 1847, que luchó y consiguió restablecer la protección en 1851, durante la Administración de José Hilario López. Para Caballero, el inicio del siglo XX fue uno de reconstrucción y cambio bajo el liderazgo de Reyes y su interés por la infraestructura. Destaca en el segundo capítulo la legislación por medio de una Asamblea Nacional y la protección con la tarifa del 70 %, la política fiscal y la importancia del desarrollo industrial. El tercer capítulo del libro se refiere a los años veinte y su tránsito de la bonanza y la gran crisis. Caballero comenta que la recuperación se inició antes de terminar la Primera Guerra Mundial y resalta la labor de la Misión Kemmerer y la creación del Banco de la República. También trata en detalle el origen y el impacto de la crisis de 1929 a 1931. Si algún comentario habría de hacerse es que quizás hubiese sido útil destacar más el rol de Esteban Jaramillo como
protagonista en el manejo económico, en la creación del impuesto a la renta y en el éxito de la Misión Kemmerer. El cuarto capítulo del libro se ocupa del café y de la Federación Nacional de Cafeteros. Allí se adelanta un excelente análisis de por qué se fundó La Federación, basado en los trabajos de Marco Palacios y Robert Bates. El rol de los cafeteros y su relación con el Gobierno se trata en el siguiente capítulo, titulado “Conflicto, crisis y consolidación del gremio”. Allí se destaca el análisis sobre los enfrentamientos entre Alfonso López y Mariano Ospina en torno a la colaboración con Brasil en la estrategia de comercialización externa, que contribuye a la historiografía cafetera y al estudio de la economía política colombiana. También hace referencia al Pacto Panamericano de Cuotas, a la creación del Fondo Nacional del Café en 1940 y a los roles desempeñados por Carlos Lleras como ministro de Hacienda y por Esteban Jaramillo como presidente del Comité Nacional de Cafeteros.
Para Caballero, el inicio del siglo XX fue uno de reconstrucción y cambio bajo el liderazgo de Reyes y su interés por la infraestructura
* Ministro de Agricultura (1982-1983). Ministro de Hacienda (1984-1985 y 2002-2003). Miembro Junta Directiva del Banco de la República (1991-1999). Presidente de Fasecolda (2005-2013).
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El sexto capítulo se refiere a la industria, a la ANDI, a los gremios y al corporativismo. Allí se analizan el proceso de expansión de la industria manufacturera y los antecedentes de la creación de la ANDI, establecida en 1944. Una sección muy interesante se refiere a la protección industrial y al rol de Laureano Gómez en el estímulo del corporativismo. Quizá en ese capítulo debería haberse enfatizado más la creación del Comité de Desarrollo Económico, constituido por personajes del sector privado representativos del sector cafetero e
industrial, el cual fue ejemplo claro del corporativismo. El trabajo transita en el séptimo capítulo al rol de los cafeteros, a la Federación y a la política económica en los cincuenta y los sesenta. Allí se analiza el Convenio Internacional del Café y el papel de la ANDI en la liberalización de importaciones, en las negociaciones internacionales del Grupo Andino, en la ALALC y en el TLC. En el octavo capítulo Caballero se pregunta: “¿Quiénes manejaron la economía?”, y detalla los antecedentes de los ministros de Hacienda en términos de su origen, formación y relación con
Caballero destaca las reformas liberales de mediados de siglo y se muestra admirador de Florentino González y de su política de apertura. Califica a Núñez más como un pensador que como un pragmático
los gremios. El libro termina con el noveno capítulo en forma de epílogo. Allí el autor habla del Consenso de Washington y de las reformas estructurales de la Administración Gaviria; de la Asamblea Constituyente y el Banco de la República, y concluye que el café no se adaptó al nuevo mundo sin controles de cuotas e intervención de los Estados. Caballero se pregunta si la apertura comercial ha sido solo una ilusión. También dedica mucha atención al tránsito del manejo económico por parte de los gremios a los tecnopols (técnicos-políticos, o sea, nosotros: los economistas profesionales dedicados a las políticas públicas). Y sobre el futuro opina que la perspectiva económica no es favorable y destaca los retos que se avecinan con el posconflicto, así como los desequilibrios y la necesidad de romper con el statu quo económico, político y social. En fin, el libro de Carlos Caballero es una lectura obligada para todos los interesados en profundizar sobre la historia económica de Colombia y sus retos futuros.
[guía de lectura]
Ley 70 de 1993 A partir de la Constitución de 1991 se reconoció a Colombia como un país multiétnico y pluricultural. Esto le dio visibilidad a las poblaciones indígenas y negras del país, y así empezaron a reconocerse muchos de sus derechos olvidados por años. Fue así como en 1993 el Congreso expidió la Ley 70, que reconoce la propiedad colectiva de la tierra a poblaciones afro, que desde tiempos ancestrales habitaban esos territorios. Estas tierras dejaron de considerarse terrenos baldíos y pasaron a pertenecer a comunidades completas, lo que implicó también un avance en el desarrollo social y económico de la región.
Foto: Gonzalo Manrique Torres, Comunicaciones y Marca de la Universidad de los Andes.
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¿Cómo explicar la
crisis económica en Venezuela? El chavismo y sus instituciones, no los precios del petróleo, tienen la culpa de la peor crisis económica del planeta
Por: Javier Corrales*
La crisis económica de Venezuela, tal vez la más estrepitosa del mundo, es tanto ilógica como lógica. Es ilógica porque nadie se hubiese imaginado que uno de los países más ricos del mundo, un país petrolero como muy pocos, con las reservas de petróleo más extensas del mundo, iba a terminar en semejante hoyo económico. Es lógica porque los resultados que estamos viendo eran todos predecibles, dadas las políticas que introdujeron Hugo Chávez (1999-2013) y su sucesor, Nicolás Maduro (2013-presente). Dichas políticas consistieron en una fórmula básica: crear un Estado expansivo y sin controles junto
con un sector privado circunscrito y con exceso de controles. Esta fórmula de estado descontrolado y empresas maniatadas no era revolucionaria, puesto que se había implementado en el pasado tanto dentro como fuera de Venezuela, ni era idónea, porque se sabía, con base en la experiencia histórica, que iba inevitablemente a terminar destruyendo a Venezuela.
Todo es IRREAL Hagamos primero un repaso de las características de la hecatombe económica. Para captar la inmensidad de la crisis,
sugiero pensar en la sigla IRREAL: Inflación, Recesión, Restricción de divisas, Escasez de productos de consumo, Atropello de la ley. La inflación de Venezuela desde los últimos años viene siendo una de las ocho más altas del mundo, y en los últimos tres años, simplemente la mayor, por mucho (Puente y Rodríguez, 2015). A finales de 2016, la inflación pasó de ser alta a ser casi hiperinflacionaria, es decir, a rondar a un ritmo cercano al 50 % mensual (Hanke, 2016). Latinoamérica venció la hiperinflación en los noventa. Venezuela la trajo de vuelta en 2016.
* Profesor de Ciencia Política de Amherst College, Amherst, MA y Fulbright Scholar con doble afiliación en la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes y en la Pontificia Universidad Javeriana, ambas en Bogotá, Colombia. Correo electrónico: jcorrales@amherst.edu
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[investigación]
La recesión económica empezó en 2012. Ello la hace una de las más largas y profundas en la historia reciente de América (Equipo de Investigación de Ecoanalítica, 2016). La restricción de divisas empezó a principios de la década pasada, y se fue poniendo cada vez más estricta según fueron menguando las reservas. Para 2015, se volvió tan severa la restricción que se disparó la demanda por dólares, lo que ha desembocado en 2016 en una de las devaluaciones más profundas de Venezuela (Oliveros y Navarro, 2016). El atropello de la ley se refiere a la cantidad de actividades ilícitas que han proliferado en Venezuela, especialmen1
te —aunque no únicamente— por parte a la subida de los precios del petróleo en de figuras allegadas al Gobierno (Peñalo- este periodo. Hoy por hoy, poco queda za, 2016). En casi todos los índices serios de ese dinero y no hay muestras de que de corrupción, Venezuela figura como haya existido: no hay grandes obras de uno de los países más corruptos del mun- infraestructura —como en los países del do. Son numerosos los casos reportados golfo— ni hay clase media fortalecida — por la prensa: los sobrinos del presidente como aconteció en América Latina luego han sido encontrados culpables en Nue- del boom—. Los logros de reducción de va York de narcotráfico, aparentemente pobreza, tal vez el adelanto principal de los para financiar campañas electorales; hay años dorados del chavismo, se estancaron causas abiertas contra altos funcionarios, a partir de 2008 y han venido en picada tales como el general Néstor Reverol, ac- desde 2013, si no desde antes, demostrantual ministro del Interior (BBC Mundo, do que, más que una solución a la pobre2016); se habla de la existencia de carte- za, lo que trajo el chavismo fue paliativos les de droga dentro del estamento militar insostenibles (Abadi, 2016). (Cartel de los Soles); abunda la sobrefacturación al Estado por todo tipo de negocios y la difusión descontrolada de mercados ¿Hasta qué punto tiene el negros —muchas veces controlados por petróleo la culpa? mafias vinculadas al Gobierno—. Hay un componente de la crisis que Venezuela combina, por lo tanto, las crisis más graves de los tres sistemas eco- no es culpa de Venezuela: la caída de los nómicos más desastrosos del siglo XX. precios del petróleo a partir de 2014; de Del comunismo ha heredado la escasez y alrededor US$100 pasó a US$40 el barril, el colapso de la producción nacional. De más o menos. Sin embargo, esta caída no las economías capitalistas-golondrinas ha es la causa principal; ha afectado por igual heredado fuga de capital e inflación arra- a todos los petro-Estados, pero ninguno ha colapsado con la misma magnitud que sadoras. De las econoVenezuela. Más aún, las señales más immías neopatrimoportantes de la crisis IRREAL comenzanialistas, típicas de ron todas antes de la caída de los precios regímenes poscodel crudo. Por lo loniales en África, tanto, la caída del ha heredado un coprecio de petróleo lapso en el imperio es más un agravante de la ley y siniestras A finales de 2016, la que una verdadera alianzas de funcioinflación pasó de ser alta a causa. narios con mafias. Entonces ¿cuáLo ilógico de ser casi hiperinflacionaria, les son las causas? esta condición es es decir, a rondar a un Empecemos con la que Venezuela retesis menos convinritmo cercano cibió, entre 2003 y cente, la que ade2013, la entrada de al 50 % mensual lanta el Gobierno. dólares [windfall] Maduro alega que más extraordinala crisis es producria de su historia y to de una “guerra una de las mayores del mundo (Adler y Magud, 2013). Al económica” librada por el sector privado. ser uno de los países petroleros más im- Dicho señalamiento demuestra poco enportantes del mundo —con mercados tendimiento de los mercados. En cualprácticamente asegurados en EE. UU. y quier economía de mercado, la existencia crecientes en China e India—, Venezuela de una demanda tan insatisfecha como la recibió un beneficio extraordinario gracias que existe en Venezuela —medida por las
Una explicación del origen y funcionamiento de este cartel se encuentra en http://www.insightcrime.org/venezuela-organized-crime-news/cartel-de-los-soles-profile
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[investigación]
largas colas que hace la gente por conseguir cualquier tipo de producto o servicio— sería un incentivo poderoso para que el sector privado supliera la demanda. Si no lo hace, es por las barreras que puedan existir. En su mayoría, dichas barreras las crea el Estado con sus políticas. Si existen mercados informales, donde ilegalmente se venden productos, es porque no hay incentivos para que se vendan en mercados formales, y eso también es producto de políticas del Estado. Finalmente, gran parte de la economía venezolana está hoy por hoy en manos del Estado. Todas esas empresas estatales están atravesando por un colapso en la producción, lo cual no se puede atribuir al sector privado. Por lo tanto, ningún analista serio —y muy pocos venezolanos, según las encuestas— cree en la tesis del Gobierno de que Venezuela es víctima de una guerra económica propiciada por el sector privado. Unas tesis un poco más convincentes, aunque no del todo, tienen que ver con las teorías asociadas a la “maldición de los recursos”. No es que estas tesis sean incorrectas, sino que no son suficientes para explicar la hecatombe venezolana. Hay muchos tipos de versiones de la tesis sobre la maldición de los recursos. Las dos más importantes son la enfermedad holandesa y el trastorno fiscal. La enfermedad holandesa ocurre cuando el boom en el precio de un commodity, en este caso el petróleo, ocasiona una cadena de eventos que perjudican la diversificación de la economía: boom de precios g sobrevaluación de la moneda g caída de las demás exportaciones g aumento de las importaciones g desindustrialización. No cabe duda de que esta cadena de eventos se dio en Venezuela bajo el Gobierno Chávez. Las exportaciones no petroleras colapsaron para finales de la década pasada. El problema es que esta teoría no explica necesariamente que el desenlace haya sido tan nefasto. La teoría predice desindustrialización y no necesariamente todos los componentes de la crisis IRREAL. Más aún, hoy por hoy, la mayoría de los petro-Estados han sabido implementar medidas para contrarrestar la enfermedad holandesa, como, por ejemplo, ahorrar, incentivar la inversión privada, diversificar los servicios económicos. Lo que pasó en Venezuela es que las medidas necesarias para combatir esta enfermedad no se implementaron. La otra teoría asociada con la maldición de los recursos es la tendencia del Estado a inflar el gasto. En vez de ahorrar, los Estados que atraviesan por un boom de sus commodities responden aumentando el gasto, inclusive por encima de los ingresos (Karl, 1997; Ross, 2013). Es decir, el boom provoca un gasto deficitario, tal vez porque estimula presiones para gastar por parte de la sociedad, los partidos, e inclusive el mismo Gobierno. Esto indiscutiblemente pasó en Venezuela bajo el Gobierno de Hugo Chávez. El problema es que en Venezuela el gasto deficitario fue extremo. La mayoría de los países petroleros ahorraron durante el boom o gastaron con déficits leves y manejables. En Venezuela, en cambio, los déficits fueron descomunales y gran parte del gasto estuvo bajo el manejo del presidente, sin tener que rendirle cuentas a nadie.
El chavismo y sus instituciones como causas principales No obstante, el déficit descomunal es parte de las causas importantes. Tanto su origen, como las respuestas que suscitó fueron productos de las instituciones asociadas al modo chavista de gobernar. Una vez se instaló un gasto deficitario en Venezuela bajo el Gobierno Chávez, se empezó a acelerar la inflación. Esto era predecible. Y fue en ese momento cuando empezaron a multiplicarse
las políticas erradas de Chávez. Para frenar la inflación, Chávez optó por dos herramientas, ambas ya probadas, ambas malas: la apertura irrestricta a las importaciones con divisas preferenciales y el control de precios. De las dos medidas, el control de precios trajo mayores estragos, pues destruyó al sector privado. En materia de políticas económicas, el control de precios es tal vez lo único que es capaz de traer una situación de escasez. Cuando los costos de producción —insumos, mano de obra, tasas de impuestos— empiezan a subir —dada la inflación— y los empresarios no pueden subir los precios que cobran por sus
2 Al preguntársele a los venezolanos “¿Cuál de las siguientes causas cree usted que explica mejor por qué hay escasez/inflación?”, solo el 23 % o 25 % responde que se debe a la guerra económica o al sector empresarial (Alfredo Keller y Asociados, 2016).
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productos y servicios —a causa de los controles de precios—, el resultado siempre es el mismo: dejan de ofrecer dichos productos y servicios. Esto dio inicio a la gran escasez de Venezuela que se empezó a sentir para el año 2010. Puesto que la inflación no cedía, el Estado procedió a implementar políticas adicionales para palear dicho azote: nacionalizar más empresas privadas y abrirse todavía más a las importaciones. Ambas medidas fueron costosas, ya que hizo falta destinar muchos dólares para la adquisición de empresas y para el pago de importaciones (Obuchi et al., 2011). Esto generó más gasto y más quema de dólares, y con ello, más inflación.
puestos de trabajo a empleados que son contratados con criterios clientelares y partidistas. Como resultado, no solo se expandió enormemente el tamaño del Estado, a través de innumerables sectores —telecomunicación, alimentos, construcción—, sino que nadie supervisó sus activos y no se crearon incentivos para que compitieran. Resultado: las empresas públicas colapsaron también. Ninguna empresa estatal refleja más esta calamitosa situación de colapso de producción que la gran gallina de huevos dorados de Venezuela: la empresa estatal petrolera, PDVSA. Uno se hubiera imaginado que un régimen tan dependiente en la venta de petróleo para conservar su coalición electoral haría todo lo posible por cuidar el funcionamiento de PDVSA. Sin embargo, esta empresa obtuvo la distinción, posiblemente única en el mundo, de registrar descensos profundos de producción durante el mismo boom del precio del petróleo (IESA, 2013). Esto no pasó en ningún otro país petrolero. No tiene por qué pasar. Con precios altos, hay mayores incentivos para producir o por lo menos invertir en mayor capacidad de exploración, explotación, producción y refinación. Nada de eso ocurrió en Venezuela. Al contrario: la producción estuvo en tendencia decreciente desde 2004. La única explicaLa gran mayoría de las ción posible es la falta de mecanismos de rendición de cuentas, la mala gerencia, la baja inversión, el deseo empresas nacionalizadas, del Gobierno por apoderarse de todos los recursos de o bien han cerrado, o han la empresa, y la fuga de cerebros y su reemplazo con nómina injustificablemente inflada y con interebajado enormemente la una ses partidistas. No hubo parlamento, ni agencia estacalidad y el volumen de su tal, ni auditores independientes que se prestaran para velar por el funcionamiento de la empresa. Todos estos producción actores eran seguidores ciegos del presidente y, por lo tanto, jamás protestaron en contra del mal manejo de la empresa. Y mientras caía la producción, la única apuesta del Gobierno era esperar a que aumentaran los precios de petróleo. Venezuela se convirtió, como lo dijo el politólogo Michael Penfold (2016), en “el país que espera la lluvia”. En resumen, para 2014, cuando los precios del petróleo seguían altos, Venezuela ya registraba serios problemas macroeconómicos —aumento de inflación, déficit crónico, aumento de la deuda de PDVSA, alta dependencia de importaciones— y microeconómicos —desinversión por parte del sector privado, escasez de productos, y un sector público descomunal y colapsado, La nacionalización de empresas, en particular, tuvo otro costo en especial la fuente principal de divisas: PDVSA—. Venezuela suplementario: en vez de dinamizar la producción, trajo más co- se encontraba seriamente enferma cuando llegó el shock petrolero lapso (Abadi y Obuchi, 2016). La gran mayoría de las empresas de dicho año; es por eso que este ha impactado al vecino país tan nacionalizadas, o bien han cerrado, o han bajado enormemente la fuertemente. calidad y el volumen de su producción. Es decir, el problema del A pesar de que el colapso de Venezuela era predecible, dadas sector estatal, que tanto se expandió bajo Chávez, no fue exacta- las instituciones económicas que se establecieron, lo que no ha mente los controles de precios —ese es un problema que afecta al sido tan predecible es que el Gobierno de Maduro, hasta la fecha, sector privado—, sino la falta de competencia y, por lo tanto, la no haya hecho nada astuto para atender la crisis. La respuesta de falta de incentivos para mantenerse productivo y eficiente. Al no Maduro, de cierto modo, combina lo peor de las recetas econóhaber nadie responsable por contabilizar ganancias, como ocurre micas principales. en una empresa privada con competencia y dueños que vigilan Del neoliberalismo, Maduro ha adoptado: recortes profunsus activos, los gerentes del Estado simplemente administran mal dos del gasto, aumento del precio de la gasolina que se cobra las empresas estatales, las utilizan para realizar actos de corrup- nacionalmente y pagos a acreedores internacionales por encima ción o las tratan como empleadores de última instancia para dar de cualquier otro sector nacional (Balza, 2014). Mientras escribo Tribuna
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esto, Venezuela implementó otra medida más del neoliberalismo salvaje: el Gobierno decretó la anulación del billete de 100 bolívares, la moneda de mayor circulación, con un plazo de menos de dos días para hacer el canje en los bancos, lo cual se tradujo en una especie de confiscación de ahorros de los sectores más vulnerables, quienes en su mayoría no pudieron hacer el canje. Así y todo, el Gobierno no ha adoptado las mejores prácticas del neoliberalismo: eliminación del control de precios, ajuste en el tipo de cambio, desregulación, reestructuración del sector público. Por lo tanto, se ha seguido una receta neoliberal fuerte, pero profundamente incompleta, la cual está destinado a fracasar. De la economía heterodoxa también Maduro ha adoptado lo peor: profundizar los controles de cambio, seguir con gasto deficitario, destinar mayor parte del gasto a sectores no productivos como el Ejército y el partido de Gobierno, aumentar las regulaciones y confiscaciones excesivas para con el sector privado. Tampoco ha adoptado las medidas más aconsejables de los economistas heterodoxos, tales como destinar más gastos en subsidios a poblaciones más vulnerables. El asistencialismo ha sido poco y se ha aplicado con criterios clientelares y partidistas (El Nacional, 2016; Turimiquire, 2016). No se puede decir, por lo tanto, que Venezuela haya sufrido escasez de consejos técnicos. Ha recibido consejos tanto de economistas neoliberales como de heterodoxos. La última propuesta de ajuste económico fue la de Unasur: tenía un corte heterodoxo —y no neoliberal— y provenía de un grupo amistoso para con el Gobierno. Maduro ignoró todas las recomendaciones (Globovisión, 2016). Por lo tanto, el declive de la economía venezolana tomó el único rumbo posible en la segunda parte de 2016: todos los indicadores se deterioraron.
Conclusión Venezuela bajo Chávez, en la época de boom petrolero, sufrió de dos enfermedades clásicas de la dependencia de commodities: la enfermedad holandesa y la tendencia a gastar deficitariamente. Pero fueron las respuestas institucionales del chavismo a esas dos enfermedades las que llevaron a Venezuela a padecer de una crisis económica profunda, aun cuando los precios del petróleo seguían siendo favorables. En especial, el control de precio en la gran mayoría de los mercados, las regulaciones adversas al sector privado, las nacionalizaciones de tantas empresas sin controles sobre su gerencia, etc., provocaron lo que denomino una crisis IRREAL. El Gobierno procuró establecer un Estado expansivo y sin controles, y un sector privado restringido y con demasiados controles. El resultado, lamentablemente, era predecible. La fórmula de Estado descontrolado y empresas presas ya había fracasado antes, inclusive en la misma Venezuela. Como lo señala el humorista José Rafael Briceño (2016), el chavismo estuvo a la “vanguardia del pasado”. Lo que no fue predecible es que cuando la crisis se profundizó en 2014, el Gobierno iba a insistir con más de lo mismo. En palabras textuales de Alfredo Serrano, el economista español marxista, admirador y asesor del chavismo: “El presidente Maduro ha seguido al pie de la letra el pensamiento económico del 34
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presidente Hugo Chávez” (citado en García, 2016). El problema es que cuando una economía está tan enferma, responder con más de lo mismo no trae necesariamente más de lo mismo, sino al contrario: mayor deterioro. Los Gobiernos chavistas —tanto bajo el mandato de Hugo Chávez como bajo el de Nicolás Maduro— son, por obra y omisión, los responsables de la crisis venezolana.
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Crea conocimiento y desarrolla capacidades para el liderazgo público
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Mejorar el liderazgo y la calidad en la conducción de las instituciones del Estado
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Propiedad colectiva en Chocó:
para proteger los derechos de la comunidad Por: Anamaria Leaño* Fotos: Gonzalo Manrique
En los años ochenta, las comunidades afro del Pacífico colombiano fueron dueñas de sus territorios. El título colectivo que les entregó el Gobierno les permitió crecer y conservar recursos; no obstante, hoy sus necesidades básicas siguen sin ser atendidas. Los títulos los consiguieron mediante la Ley 70, que los reconoce como dueños de los lugares que habitan. Sin embargo, la lucha de las comunidades negras por sacar adelante sus comunidades sigue. Ganaron una batalla, pero siguen en pie de trabajo para ver renacer su población. Esta es una selección gráfica de la Nota de Política 26 de la Facultad de Economía: La propiedad colectiva mejora las inversiones de los hogares: lecciones de la titulación de tierras a las comunidades afrocolombianas.
* Comunicaciones y Marca de la Universidad de los Andes.
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>> Algunos niños menores de diez años esperan en las calles de la comunidad a que sus padres regresen de trabajar en las minas. “Estamos más seguros afuera”, dicen mientras se trepan a los árboles a bajar marañones.
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>> Cerca de siete mil familias del Pacífico colombiano lucharon, unidas por muchos años, para ser dueñas del territorio en el que nacieron y que han habitado por años.
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>> Con los años, algunos decidieron mudarse a la capital para emprender su negocio. Consideran que en el campo solo se es rico si hay con qué trabajar y si no, hay que salir al rebusque.
>> Ser dueños de sus territorios les permitió crear asociaciones productivas y en la actualidad trabajan con tres productos principales que comercializan en Quibdó: plátano, arroz y panela.
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>> El Ăşnico medio de transporte que hay entre las comunidades del Alto, Medio y Bajo Atrato es el rĂo. Gracias a las lanchas con motor, las comunidades pueden sacar sus productos para comercializarlos.
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>> En el municipio de Tadó, la comunidad construyó con sus manos los canales de agua con los que cuenta. Agua lluvia que va de los tanques a cocinas y baños.
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[columna] Educación superior e internacionalización:
¿una sola vía para Colombia? Por: Beatriz Mejía-Asserias* y Philipp Hessel**
En Colombia, el Gobierno y las universidades públicas y privadas han propuesto una agenda para promover la internacionalización de la educación superior, como parte de la apuesta del país por ser el mejor educado de la región en el año 2025
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a educación se ha convertido en un importante eje de desarrollo para muchos países y ha sido puesta en la primera línea de la agenda internacional. En política exterior, la educación, reconocida como una herramienta de soft power, puede ser el motor para promover valores comunes, importantes descubrimientos e intercambio de experiencias, y es un terreno en el que, a pesar de las diferencias, muchos países pueden trabajar de la mano. En Colombia, el Gobierno y las universidades públicas y privadas han propuesto una agenda para promover la internacionalización de la educación superior, como parte de la apuesta del país por ser el mejor educado de la región en el año 2025. En este sentido, han implementado proyectos para promover más convenios entre universidades, acuerdos de intercambio de estudiantes, becas y descuentos en programas de maestría y doctorado con universidades en el exterior. El Ministerio de Educación Nacional ha impulsado una agenda de internacionalización de la educación superior y ha facilitado préstamos y becas a través del Icetex, mientras en-
tidades como Colciencias e INNPulsa han invertido importantes recursos en la formación doctoral de colombianos en el exterior y han promovido la innovación y el apoyo a la investigación y su comercialización. En 2015, por ejemplo, Colciencias otorgó alrededor de 2500 becas para estudios de posgrado en Colombia y en el exterior. De igual forma, el programa de crédito/beca de Colfuturo —en el cual el Gobierno también es uno de los donantes— ha llevado a más de 7000 estudiantes colombianos, durante los últimos cinco años, a realizar maestrías y doctorados en el exterior, en varios países de la Unión Europea como destinos de preferencia. Adicionalmente, en los últimos años se ha visto un incremento de las becas para estudios en el exterior ofrecidas por los cooperantes internacionales, tal es el caso de las becas Chevening y Fullbright, de los programas promovidos por Fundación Carolina y el servicio alemán de intercambio académico DAAD, y de programas de investigación conjunta como Institutional Links del British Council, los cuales generan importantes lazos para la cooperación y la investigación entre países a nivel educativo. Sin embargo, todos estos esfuerzos en pro de la internacionalización de la educación superior en Colombia solo generarán los avances y los cambios esperados en la investigación, la innovación y la ciencia y la tecnología, en pro de la prosperidad y las sostenibilidad en el país, si se promueve la movilidad académica en dos vías y si se entiende la importancia que a futuro tendrá invertir y nutrir un sistema de educación diverso y de calidad mundial, con una apuesta volcada hacia la investigación y la innovación, en la que participen activamente agentes nacionales y extranjeros. En este sentido, surge la pregunta sobre el efecto que tiene una estrategia dedicada solamente, mediante becas y créditos-beca, a enviar estudiantes al exterior y enfocada, especialmente, en estudios de posgrado. Esto, sin duda, afecta los incentivos para que muchos profesionales estudien maestrías
* Consultora del Banco Mundial, exministra Consejera en la Embajada de Colombia en el Reino Unido. ** Profesor asociado de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes.
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y doctorados en Colombia, y, a su vez, perjudica el fortalecimiento del ecosistema de educación superior en el país. Dicha situación también influye en un desbalance en el número de estudiantes extranjeros que llegan al país, debido a que la estrategia de internacionalización de la educación ha sido entendida, principalmente, como una de movilización para que estudiantes y profesores vayan al exterior, y también porque en el país la educación, especialmente la superior, no ha sido pensada como un valioso sector de crecimiento de la economía. Es decir, el país no ha pensado aún en la educación como un servicio competitivo y de calidad atractivo para estudiantes y profesores extranjeros, y cuya oferta de programas de pregrado, posgrado, doctorado y educación ejecutiva podría convertirse en la herramienta para continuar ampliando las oportunidades de alianzas internacionales, así como para aumentar y diversificar la investigación y la innovación. Igualmente, se presenta el gran reto de seguir ampliando la red de alianzas internacionales para la realización de intercambios y colaboraciones de investigación conjunta para que, adicional a las universidades y los centros de investigación en Estados Unidos y Europa con las cuales Colombia ha tenido una relación histórica, estas alianzas —hoy aún muy incipientes— crezcan con todos los países en América Latina. Las becas ofrecidas por los cuatro países de la Alianza Pacífico para estudiantes de pregrado y posgrado son un primer avance en este sentido, pero se necesitan muchos más esfuerzos para aumentar la movilidad de estudiantes e investigación entre universidades de la región. Finalmente, la internacionalización nos enfrenta también al reto de la llamada “fuga de cerebros”: los colombianos que realizan sus
estudios o investigaciones en el exterior —algunos de ellos con becas que les da el Gobierno para que al volver sean líderes en su área—, pero no regresan. Estos colombianos hacen investigación relevante en el exterior, y enorgullecen al país con sus investigaciones, pero son expertos que no regresaran a trabajar con este conocimiento en el país. La reflexión más importante de este proceso de internacionalización es sobre el tipo de relación que se construye entre universidades y países. La relación debería, en lo posible, ser en dos vías, en la que el país y las universidades públicas y privadas deberían estar pensando qué pueden aportar ellas al aprendizaje de sus pares en el exterior, y qué pueden ofrecer de forma novedosa en el mundo de la educación y la investigación. Así mismo, es importante para el país adoptar nuevos currículos o transformar los existentes de manera que cumplan con los estándares globales, y también es urgente fortalecer el aprendizaje del inglés —y de otros idiomas—, pues esto es crucial para la competitividad del sector y para que estudiantes y académicos se puedan insertar en programas de estudio, investigación e intercambio internacionales. En el largo plazo la apuesta del país tendrá que verse reflejada en un verdadero esfuerzo por invertir recursos públicos y privados en las universidades, en centros de pensamiento y en las agencias del Gobierno que lideran la agenda de ciencia, tecnología e innovación, para que se dé más investigación conjunta, intercambio de experiencias y movilidad académica en ambas vías, de manera sostenible en el tiempo y con un modelo viable de financiación, de modo que se genere un verdadero avance del conocimiento en Colombia y se le aporte al mundo.
¿Cuál es el rol de los países garantes en un proceso de negociación?
Los actores internacionales aportan confianza a las partes y en momentos de tensión les recuerdan que hay espacios de negociación que se pueden recuperar
Sandra Borda, Decana Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo lozano
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El país no ha pensado aún en la educación como un servicio competitivo y de calidad atractivo para estudiantes y profesores extranjeros, y cuya oferta de programas de pregrado, posgrado, doctorado y educación ejecutiva podría convertirse en la herramienta para continuar ampliando las oportunidades de alianzas internacionales, así como para aumentar y diversificar la investigación y la innovación
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El cambio climático y la agricultura:
un desafío para Colombia y el mundo* Por: Ángela Navas1, Juan David Cabrera1, Felipe Vélez1, Diego Aparicio2, Camilo Carrillo3, Eliana Pinzón4
Hugo Rodríguez es un papicultor del municipio de Pasca, al sur de Cundinamarca. Los cambios en las condiciones climáticas de la región lo han obligado a trasladar sus cultivos a terrenos del Páramo del Sumapaz, a pesar de que se trata de una zona protegida por diversos instrumentos nacionales e internacionales. Su caso es apenas uno de los muchos que se presentan hoy en día en las inmediaciones del páramo y es un claro ejemplo de una problemática con diversas manifestaciones en todo el planeta: el impacto perjudicial del cambio climático en la agricultura y viceversa. Se trata de una situación compleja, ya que, según datos de la ONU, la producción agrícola deberá triplicarse si se quiere garantizar la seguridad alimentaria de los 9600 millones de habitantes que —se estima— tendrá el planeta hacia 2050 (FAO, 2016a), pero, de continuar las actuales prácticas en agricultura, los recursos se agotarán mucho antes de esa fecha. De acuerdo con lo anterior, el objetivo de este texto será buscar una posible solución al problema de Hugo Rodríguez que abarque diferentes niveles de análisis. Para esto, primero se presentará una descripción del problema en diferentes ámbitos, luego se estudiarán algunas soluciones a problemas similares adoptadas en otros países y, finalmente, se planteará una propuesta de proyecto con el cual se pueda solucionar el problema en el ámbito local. * Este texto hizo parte del curso Análisis de Problemas Globales, dictado por Sebastián Bitar, profesor asociado de la Escuela de Gobierno. 1 Estudiantes de la Maestría en Estudios Internacionales. 2 Estudiante de Ciencia Política. 3 Estudiante de la Maestría en Políticas Públicas. 4 Estudiante de la Maestría en Salud Pública.
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La relación entre el cambio climático y la agricultura: de lo local a lo global En Colombia, la política sobre cambio climático se ha consolidado en el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. A partir del diagnóstico de la situación actual, dicho plan busca identificar las estrategias requeridas para consolidar la capacidad nacional que permita responder a las posibles amenazas del cambio climático. Dentro de esta dinámica, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (Ideam) ha sido un actor con gran participación en el desarrollo de escenarios para las variables de precipitación y temperatura para el clima presente y futuro. Por ahora, los esfuerzos en el orden nacional y subnacional se han enfocado en el estudio de los posibles impactos del cambio climático en la agricultura. Sin embargo, ya es posible prever algunas dificultades para la solución del problema al que se enfrentan estos campesinos, principalmente la imposibilidad de hacer integral la estrategia nacional, dada la diversidad ambiental del país y los diferentes intereses locales.
Este ha sido el enfoque privilegiado por Naciones Unidas, ya que aborda las tres prioridades para los Estados en la materia: seguridad alimentaria, impacto del cambio climático en la agricultura e impacto de la agricultura en el cambio climático. La base para esto está sentada en los mecanismos de cooperación técnica entre países desarrollados y países en desarrollo establecidos en los diferentes instrumentos que componen la Convención Marco de Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático. Esta diferenciación está apoyada por organizaciones no gubernamentales como Green Facts, para la cual la dificultad de abordar el cambio climático plantea una importante cuestión de equidad: se deben contemplar las diferencias en la distribución de recursos tecnológicos, naturales y financieros entre naciones y regiones. Igualmente, la mitigación del cambio climático puede resultar afectada por políticas y tendencias socioeconómicas de carácter general, como las relativas a desarrollo, la sostenibilidad y la equidad. Soluciones en otras partes del mundo Perú: lecciones precolombinas para el cultivo de papa
Según datos de la ONU, la producción agrícola deberá triplicarse si se quiere garantizar la seguridad alimentaria de los 9600 millones de habitantes que —se estima— tendrá el planeta hacia 2050 (FAO, 2016a), pero, de continuar las actuales prácticas en agricultura, los recursos se agotarán mucho antes de esa fecha Por otra parte, en Latinoamérica y el Caribe la agricultura es una de las actividades económicas más importantes, ya que genera un porcentaje importante del total del PIB en la región (5 % en 2012). Así mismo, contribuyó con el 28 % del empleo en el periodo 2008-2011 y representa el 23 % de las exportaciones totales (Vergara, Ríos, Trapido y Malarín, 2014). En términos del área cultivada, la región de América Latina extendió las zonas de cultivos a 31 millones de hectáreas entre 2001 y 2011 (Vergara et al., 2014). Esta extensión ha generado un impacto ambiental enorme, ya que se ha hecho a expensas de pastizales naturales, bosques prístinos y páramos, con lo que se ha promovido la deforestación neta. De igual modo, se ha observado que la agricultura, el uso del suelo y los cambios de uso de este representaron dos tercios de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la región, fenómeno directamente relacionado con el cambio climático. En los ámbitos internacional y global, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés) ha desarrollado el concepto de agricultura climáticamente inteligente, el cual consiste en “un enfoque para desarrollar las condiciones técnicas, de políticas e inversión, con el fin de lograr el desarrollo agrícola sostenible para la seguridad alimentaria en el contexto del cambio climático” (FAO, 2013, p. ix).
En 2011, la FAO reconoció el altiplano peruano como un Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam) (FAO, 2014). El objetivo del programa Sipam es identificar y preservar territorios con prácticas agrícolas tradicionales e innovadoras, que puedan llevarse a cabo en otras partes del mundo, a fin de fomentar prácticas de agricultura climáticamente inteligentes. En el Perú son dos los factores por resaltar: la agrobiodiversidad y el aprovechamiento de los suelos. En cuanto a la agrobiodiversidad, la FAO hace hincapié en la gran variedad de cultivos de clima frío en la zona, principalmente quinua y papa. En cuanto al aprovechamiento de los suelos, los principales desarrollos de la región han sido las terrazas y los camellones, los cuales permiten cultivar en pendientes pronunciadas y mantener la temperatura estable de manera natural (FAO, 2011). Zambia: la importancia del diálogo entre los actores En Zambia, la temperatura promedio ha aumentado en 1,3 °C desde 1960, lo cual ha generado fuertes sequias e inundaciones (Mann, Si y Tibu, 2013). Además, solo una pequeña porción de la tierra es cultivada y la producción agrícola se ha reducido —particularmente la producción de maíz, que es el cultivo Tribuna
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¿Qué está pasando en Venezuela? El presidente Nicolás Maduro decretó que en enero de 2017 el salario mínimo de Venezuela aumentaría 50 %, debido a la alta inflación que sufre el país vecino, que llegó a 475 % en 2016 y que, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, será de 1660 % para el 2017. En este momento Gobierno y oposición adelantan un proceso de diálogo para superar la profunda crisis política que afronta nuestro vecino, que actualmente tiene en el Congreso una mayoría opositora. En diciembre de 2016, como gesto de diálogo, el presidente Maduro liberó siete presos políticos, aunque quedan muchos de ellos en la cárcel, entre ellos Leopoldo López.
predominante—. Por esta razón, el 1 de enero de 2012 inició un proyecto entre la comunidad europea, países socios (Vietnam y Malaui), los ministerios nacionales de Agricultura, Ambiente y Finanzas, varios institutos de investigación y universidades, algunos sindicatos de agricultores, instituciones locales, jefes y tenedores de tierra, con el propósito de fortalecer la capacidad de los granjeros, sus organizaciones y sus procesos de toma de decisiones. El objetivo final es obtener inversiones sostenibles y así poder conseguir —a gran escala— prácticas de agricultura aplicadas a contextos específicos, así como políticas, instituciones y estrategias para implementar el desarrollo sostenible en la agricultura y superar los riesgos del cambio climático. Mesoamérica: la implementación de dividendos ambientales Además del efecto de la agricultura y la ganadería, el 17 % de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen del manejo inadecuado de los bosques (FAO, 2016b). Mesoamérica ha sido objeto de la atención de programas de atención a la reducción de emisiones provenientes de la deforestación o la degradación de los 48
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ecosistemas, particularmente en los llamados pagos por servicios ambientales. Estos consisten en un tipo de incentivo económico otorgado a las personas o instituciones que manejan los ecosistemas, con el fin de mantener de forma sostenible el flujo de los servicios ambientales que estos puedan proveer. Los incentivos son pagados por los beneficiarios de estos servicios, ya sea a nivel local, regional o global (Herrera Garibay y Edouard, 2012). La propuesta para alcanzar la solución Como solución a este doble dilema proponemos implementar un programa que llamaremos “Creación y fortalecimiento de la asociatividad de los paperos para enfrentar el cambio climático y desarrollar prácticas agrícolas sostenibles”. Este programa estaría sustentado en cinco elementos claves: 1. Crear asociaciones para centralizar los diálogos con las comunidades y para establecer redes de confianza entre estas. 2. Brindarles capacitaciones a las asociaciones de paperos con el fin de ayudarles a entender el deterioro ambiental en los
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McCain (empresas con alta demanda de papa)— y de las instituciones públicas será de vital importancia, ya que no solo deberán contribuir con capital económico, sino también con la creación de capital social por medio de inversión en educación, innovación, tecnología y acuerdos de compra de los cultivos (Malecki, 2012). De esta forma se logrará crear una red de confianza que permita la correcta y fácil implementación del programa mencionado (MacKinnon, Cumbers, y Chapman, 2002). A nivel nacional, Fedepapa, el Inap, el Ideam y la CAR son actores claves para la solución, ya que brindan información práctica y aplicable sobre factores ambientales y técnicas de agricultura sostenible. El Banco Mundial, en coordinación con la Agencia Nacional para la Cooperación y Finangro, podrían desempeñarse como entes implementadores del proyecto, dando apoyo permanente a las agencias nacionales ejecutoras en la búsqueda del cumplimiento de las metas planteadas. Por otra parte, se deben fortalecer los espacios de coordinación y cooperación con otras entidades locales, como alcaldías y gobernaciones, y nacionales, como el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Departamento Nacional de Planeación, el Ministerio de la Protección Social, el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y el Ministerio de Minas y Energía.
Referencias
páramos y de construir las capacidades necesarias para que tengan cultivos productivos. 3. Desarrollar la infraestructura según las nuevas metas ambientales y de producción con el objeto de reubicar los cultivos en zonas permitidas. 4. Trabajar con las asociaciones para fortalecer las variables más relevantes del modelo de desarrollo, como la calidad de la papa y la aplicación de métodos de cultivos sostenibles. Esta acción busca asegurar la calidad necesaria para promover la compra por parte de las empresas. 5. Lograr el reconocimiento local, nacional e internacional del trabajo entre los diferentes actores involucrados. Construir una red transnacional de defensa de lo local a lo global para generar mecanismos de presión ante el Estado y ante las empresas compradoras de papa. Para que el programa tenga éxito, las instituciones públicas, las empresas privadas y la comunidad de paperos —a la que pertenece Hugo Rodríguez— deben trabajar conjuntamente. El rol de las empresas privadas —como puede ser Frito Lay, Super Ricas,
Aparicio, D. (2016a). El fortalecimiento de la asociatividad a través de la creación de valor compartido: caso Alpina, Guachucal, Nariño 2007-2016. Aparicio, D. (2016b). Entrevista telefónica al señor Hugo Rodríguez. Corporación Autónoma Regional de Nariño (2008). Proyecto Nacional Piloto de Adaptación. Resultados del Proyecto INAP: Informe Final. Recuperado de: http://corponarino.gov. co/expedientes/intervencion/PLAN DE ORDENAMIENTO DE CUENCA RIO BLANCO.pdf FAO (2013). Climate-Smart Agriculture Sourcebook. Sourcebook on Climate-Smart Agriculture, Forestry and Fisheries. Recuperado de http://www.fao.org/docrep/018/i3325e/ i3325e00.htm FAO (2011). Format for proposals of candidate systems. Roma: FAO. FAO (2014). FAO success stories on climate-smart agriculture. Roma: FAO. FAO (2016a). La alimentación y la agricultura Claves para la ejecución de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. 23/10/2017, de FAO Sitio web: http://www.fao.org/3/ai5499s.pdf FAO (2016b). The agriculture sectors in the intended nationally determined contributions: Summary. Roma: FAO. Herrera, A. y Edouard, F. (2012). La tenencia de los territorios indígenas y REDD+ como un incentivo de manejo forestal: El caso de los países mesoamericanos. Ginebra: Programa ONU-REDD. MacKinnon, D., Cumbers, A., & Chapman, K. (2002). Learning, innovation and regional development: a critical appraisal of recent debates. Progress in human geography, 26(3), 293-311. Malecki, E. J. (2012). Regional social capital: why it matters. Regional Studies, 46(8), 10231039. Mann, W., Si, P. y Tibu, A. (2013). Case study: Climate smart agriculture: Capturing synergies and managing trade-offs among food security, adaptation and mitigation. Agriculture and Climate Change: Learning from Experience and Early Intervention, 3, 10-18 Nelson, G., Rosegrant, M., Koo, J., Robertson, R., Sulser, T., Zhu, T. y Magalhaes, M. (2009). Cambio climático: el impacto en la agricultura y los costos de adaptación. Washington D. C.: Ifpri. Presidencia de la República (2011). Proyecto Nacional Piloto de Adaptación – INAP, informe final. Bogotá: Banco de la República. Vergara, W, Rios, A, Trapido, P. y Malarín, H. (2014). Agricultura y clima futuro en América Latina y el Caribe: Impactos sistémicos y posibles respuestas. Banco Interamericano de Desarrollo.
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[columna] El gobierno corporativo
en las empresas del Estado Por: Michael Penfold*
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as capacidades institucionales de las empresas de servicios públicos en América Latina tienen un impacto directo sobre la calidad de vida de la población. En su gran mayoría, las propiedades de estas empresas de servicio continúan siendo estatales —tanto a nivel nacional y regional como municipal— lo cual hace aún más complejo, gerencialmente, el proceso de fortalecerlas institucionalmente. Este tipo de empresas tienen un papel importante en la economía de casi todos los países de la región, a pesar de la ola privatizadora que las caracterizó durante la década de los noventa y que redujo su importancia relativa. Adicionalmente, en algunos
casos, estas empresas tienen una participación activa en los mercados de capitales a través de la emisión de deuda o incluso por medio de la participación patrimonial al cotizar en bolsas de valores locales e internacionales. Igualmente, no son pocas las empresas estatales (EPE) que han logrado internacionalizar sus operaciones hasta convertirse en verdaderas “multilatinas”. Si bien no todas las EPE pueden ser incluidas dentro de esta tendencia, aquellas que han logrado materializar estos cambios muchas veces lo han hecho gracias a mejoras institucionales que se han promovido a través de cambios en sus prácticas de gobierno corporativo. Existe un consenso entre hacedores de políticas públicas sobre cómo la incorporación de mejoras en el gobierno corporativo de las EPE puede ser uno de los factores institucionales más determinantes para el fortalecimiento de estas empresas, ya que dichas mejoras permiten optimizar su gestión y blindarla frente a la injerencia política, garantizando su sustentabilidad y ampliando su capacidad de generar valor económico y social. Diversos organismos multilaterales han llevado a cabo extensos esfuerzos para proponer lineamientos e identificar estrategias para mejorar el funcionamiento del gobierno corporativo de este tipo de empresas y garantizar una gestión más eficiente. Estos lineamientos son recomendaciones que sirven de base para orientar las políticas públicas, así como las decisiones gerenciales que contribuyen a consolidar el gobierno corporativo de las empresas estatales y,
* Profesor invitado de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes.
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por lo tanto, a mejorar su desempeño y transparencia. Las EPE deben acometer diversas reformas. En primer lugar, las empresas deberían ofrecer información pertinente, actualizada y oportuna para permitir un monitoreo efectivo de su gestión por parte de inversionistas, usuarios, ciudadanos y otros stakeholders. En este sentido, las leyes de transparencia de la gestión estatal introducidas en países como Brasil, Colombia y Perú son fundamentales para reforzar las buenas prácticas de gobierno corporativo de los países. En segundo lugar, las EPE deben mejorar los mecanismos de conformación de su directorio. Este tema es de especial relevancia, ya que el directorio cumple un rol clave como órgano colegiado de gobierno, a través del cual se define la estrategia de largo plazo que ejecutará la alta gerencia, siempre sobre la base del mandato bajo el cual fue creada la empresa. Los directorios son actores fundamentales para hacer un seguimiento activo y periódico en la ejecución de dicha estrategia. Para cumplir con sus funciones, el directorio debe ser independiente, estar protegido de presiones políticas y contar con un adecuado balance de habilidades y experiencia que le permita cumplir con sus objetivos económicos y sociales, sin arriesgar la sustentabilidad de la empresa en el tiempo. Lamentablemente, la mayoría de los directorios de las EPE en América Latina evidencian prácticas de nombramiento de sus miembros basadas más en criterios políticos que técnicos, la existencia de un reducido número de directores
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independientes y una alta rotación en sus cargos. Finalmente, las empresas estatales pueden beneficiarse de participar en los mercados de capitales y contar con la presencia de accionistas minoritarios privados. Este tipo de empresas suelen tener mayores incentivos para impulsar reformas en su gobierno corporativo para poder obtener los recursos financieros que requieren para invertir en la calidad de sus servicios. De igual manera, emitir bonos en los mercados de valores locales e internacionales también podría conducir a promover cambios en las prácticas de transparencia del gobierno corporativo de las EPE, aunque estos resultados no tengan los mismos efectos que la inclusión directa de terceros en las estructuras de propiedad.
En cualquier caso, en la medida que el gobierno corporativo contribuye a mejorar la gestión de las EPE, es recomendable que los gobiernos de América Latina introduzcan reformas que les permitan, entre otras cosas: 1. fortalecer los mecanismos de toma de decisiones al delinear claramente los objetivos estratégicos a ser perseguidos por estas empresas; 2. garantizar la revelación de información pertinente y comparable para una evaluación efectiva de su gestión; 3. asegurar la contratación y mantenimiento de personal capacitado para los diferentes cargos directivos y gerenciales de la empresas; 4. limitar la injerencia del Estado en tareas gerenciales u operativas, restringiendo su participación directa a aquellas prerrogativas que le son propias como propietario del activo;
y 5. considerar la inclusión de capitales privados como un mecanismo dual para mejorar la gobernanza y el monitoreo de las EPE, y así permitirles aumentar los recursos disponibles para cumplir con los objetivos de la empresa a través de los mercados de capitales. Las empresas de servicios públicos en manos del Estado van a continuar siendo actores de gran relevancia en las esferas económica y social de los países de América Latina. Para aumentar su impacto en la calidad de vida de la población se deben mantener todos los esfuerzos dirigidos a incluir en la agenda de políticas públicas de la región las reformas conducentes a asegurar un gobierno corporativo más eficiente y transparente.
[guía de lectura]
Fin de la política “pies secos, pies mojados” El 12 de enero de 2017, el expresidente Barack Obama dio fin a la política estadounidense conocida como “pies secos, pies mojados”, que permitía a los cubanos tener la residencia permanente después de estar un año en Estados Unidos, así hubiesen llegado ilegalmente al país. Esta política hacía parte de la Ley del Ajuste Cubano. Obama, a pocos días de terminar su Gobierno, dictaminó que dicha política era anacrónica.
[nuestras publicaciones]
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[reseña]
US Military Bases, Quasi-bases,
and Domestic Politics in Latin America* Sebastián Bitar, Palgrave Macmillan, 2016. 204 páginas.
Por: Oliver Stuenkel**
Empezando con la pérdida de la base aérea de Howard en Panamá en 1999, el número de bases estadounidenses en América Latina ha decaído continuamente. Luego de que Colombia firmara un acuerdo con Estados Unidos para localizar siete bases militares en su territorio, la Corte Suprema de Justicia declaró, en 2010, ilegal el acuerdo e impidió su materialización, decisión aceptada por el presidente Juan Manuel Santos, quien lideró la negociación cuando era ministro de Defensa. Por otro lado, las fuerza militares de Estados Unidos fueron expulsadas de Ecuador en 2009, donde tenían algunas bases en la ciudad de Manta. Perú y Panamá empezaron negociaciones, pero finalmente se negaron a albergar bases militares norteamericanas. Estados Unidos falló en su plan de abrir nuevas bases en América Latina y ahora solo mantiene bases formales en América Central y el Caribe: en El Salvador (Comalpa), Cuba (Guantánamo), Aruba, Curação y Puerto Rico. Sin embargo, es equivocado pensar que esto simboliza el fin de la presencia militar estadounidense en la región, como lo muestra Sebastián Bitar en su maravilloso análisis sobre el tema. Sostiene que la política interna latinoamericana explica por qué Estados Unidos tuvo que cambiar de tono, abriendo una serie de acuerdos informales y legalmente ambiguos para tener bases militares —que Bitar llama “cuasibases”— en * Su versión en español será: La presencia militar de Estados Unidos en América Latina: bases y cuasibases, que será publicado por Ediciones Uniandes en 2017. ** Profesor asociado de relaciones internacionales de la Fundación Getúlio Vargas, San Pablo, Brasil.
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casi todos los países de la costa Pacífica de América (Perú, Hon- una sociedad civil ágil y un sistema judicial independiente, más duras, Costa Rica, Panamá, Ecuador y Colombia, entre otros) que una consecuencia por la oposición de la región. Para el caso de Ecuador Bitar escribe: “El fracaso de la renopara combatir el tráfico de drogas y las amenazas contra su seguridad. Bitar pone en tela de juicio la afirmación que dice que Esta- vación del acuerdo sobre la base de Manta en Ecuador no es, por dos Unidos perdió su hegemonía en la región. Después de todo, tanto, solo la consecuencia de la transformación del sistema interel fenómeno no ocurrió solo en Ecuador, un opositor a Estados nacional, sino, principalmente, una transformación de la política Unidos, sino también en Colombia, un gran aliado. Al cuestionar interna del país” (p. 40). Para los legisladores estadounidenses, que negocian bases miun consenso frecuentemente aceptado, argumenta que “es difícil concluir, a partir de esta evidencia, que la era del poderío militar litares estadounidenses, las lecciones del libro son claras: la política doméstica del país anfitrión importa más que cualquier otra estadounidense en América Latina ha finalizado” (p. 177). Estos hechos tienen implicaciones importantes en la manera cosa. ¿La oposición política local ve ventajas de apoyar u oponerse en la que pensamos el rol militar de Estados Unidos en la región. Usualmente, los analistas solo consideran las bases militares for- a un acuerdo militar con Estados Unidos? El autor escribe que males. Con la democratización en la región, el costo político de incluso con un Gobierno a favor de un acuerdo: “Si la oposición percibe que hay más ganancias políticas oponiéndose a un mantener dichas bases incrementó notablemente, acuerdo sobre las bases militares, y además es lo suficientemente y los grupos organizados de la sociedad civil y las fuerte para representar una amenaza electoral para el Gobierno, cortes se oponen a las bases militares estadounilos acuerdos formales sobre las bases no tendrán éxito. Las bases denses por su historia de intervención, y por militares extranjeras son una cuestión delicala mala conducta de sus tropas y sus conda en América Latina, y, a pesar de sus ditratistas. Como consecuencia, los arreglos ferencias, el Gobierno debe tener en cuenta informales han reemplazado los acuerdos cómo la apertura de un acuerdo formal para formales, que paradójicamente complican la Es difícil concluir, las bases militares estadounidenses afectará su transparencia y la vigilancia, pero reducen el a partir de esta estabilidad”. costo político de los Gobiernos anfitriones; Incluso una oposición débil, que no planal mismo tiempo, crean incertidumbre en evidencia, que la era tea una amenaza electoral para el Gobierno, las fuerzas armadas norteamericanas, pues es del poderío militar puede bloquear un acuerdo, siempre y cuanmás fácil expulsarlas de una cuasibase. estadounidense en do sea capaz de utilizar mecanismos instituUn acercamiento más flexible y menos cionales para restringirlo —en esos casos, la visible en América Latina es parte de la adapAmérica Latina ha única solución son las cuasibases—. tación de las fuerzas militares estadounidenfinalizado El análisis de Bitar es importante porque ses, como lo explica Bitar —no solo para rele da un matiz sofisticado a un debate que ducir la resistencia en los países anfitriones: está polarizado y frecuentemente dominado también para escapar al escrutinio del Congreso de Estados Unidos, de la sociedad civil y de los medios de por argumentos ideológicos y por prejuicios. No solamente es útil comunicación, quienes frecuentemente critican los altos costos para aquellos que están interesados en las relaciones entre Estade los despliegues militares, una tendencia particularmente visi- dos Unidos y América Latina, también lo es para académicos que ble en los tiempos de crisis económica—. Este proceso es facilita- estudian las dinámicas regionales de América Latina, donde los do por el desarrollo de operaciones de largo alcance y por drones, intentos brasileros de promover una arquitectura de seguridad reque pueden ser coordinados directamente desde Estados Unidos gional no se han materializado —este país presentó en Unasur la propuesta de un Consejo de Defensa Americana—. Finalmente, o desde portaviones. El libro estudia de manera perspicaz las negociaciones milita- es un estudio útil para los especialistas en relaciones internaciores de Estados Unidos con Colombia y Ecuador, especialmente nales que analizan los acuerdos de seguridad de Estados Unidos porque sus políticas internas difieren notablemente. El análisis y China, y sus respectivas estrategias regionales, obligándolos a ir muestra la reacción de la región al Acuerdo de Defensa y Coo- más allá del mero número de bases militares formales para evaluar peración (DCA, por su sigla en inglés) entre Colombia y Estados la influencia militar de estas potencias. Unidos. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo: “La guerra llegó a la región”. Brasil veía el acuerdo como un desafío a su Fuente plan de convertirse en el líder de la región. Solamente cuando la delegación colombiana amenazó con retirarse de la Unasur, Brasil http://www.postwesternworld.com/2016/04/03/military-doadoptó un tono más conciliador —lo que significó una victoria mestic-politics/ para el ministro de Defensa brasilero, Nelson Jobim, sobre el ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, mucho más crítico del acuerdo—. Sin embargo, Bitar resalta que la decisión de la Corte de rechazar el acuerdo debe ser entendida en el contexto de
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[en la Escuela de Gobierno]
Conozca los personajes que hicieron historia en la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo en el segundo semestre
de 2016
La constituyente y las ideas de paz salen del gobierno Barco
Sandra García Jaramillo
César Gaviria
Fue nombrada directora encargada por el Consejo Directivo de la Universidad de los Andes y estará en el cargo hasta que se nombre al nuevo director de la Escuela. Sandra García hizo un doctorado en Políticas Públicas en la Universidad de Columbia, cuenta con más de quince años de experiencia en investigación en temas de pobreza, inequidades en educación y salud, y evaluación de impacto de programas sociales, y ha estado vinculada a la Escuela desde 2008.
La Escuela de Gobierno realizó, el 15 de septiembre de 2016, el seminario “Presidencia Virgilio Barco: 30 años después. Relevancia y pertinencia de su Gobierno”, en el que participaron César Gaviria, ministro de Hacienda y de Gobierno, y sucesor de Barco; Rafael Pardo, consejero para la Paz de entonces; Martín Von Hildebrand, director de etnias del Ministerio de Gobierno de Barco; y el historiador Malcom Deas, asesor de la Consejería Presidencial de Defensa y Seguridad, entre otros. Además, fueron parte activa del evento los hijos del expresidente Barco: Carolina, Julia, Diana y Virgilio. Todos resaltaron la visión progresista del exmandatario, así como su firme compromiso por alcanzar una paz dialogada en Colombia.
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[en la Escuela de Gobierno]
Trámites demorados y mala atención son los principales problemas que aquejan a los bogotanos en salud
En Colombia existen ‘tres Colombias’: la urbana, la intermedia y la rural
En Colombia las zonas con bajo nivel de educación generalmente presentan altos niveles de pobreza
Luis Gonzalo Morales
Claudia López
Víctor Saavedra
El 16 de septiembre de 2016 el secretario de Salud de Bogotá estuvo en el seminario de la Maestría en Salud Pública. Morales explicó el nuevo modelo de salud que rige a la ciudad, el cual está basado en la evidencia científica, en la ética y en la racionalidad, y señaló que uno de los cambios más importantes está en creación de atención especializada en las diferentes unidades hospitalarias. También trató temas como la mala atención y la demora en los trámites.
La senadora por el Partido Verde (20142018) presentó su investigación doctoral en el seminario de posgrado de la Maestría en Políticas Públicas, el 21 de octubre de 2016. Durante su conferencia resaltó la importancia de pasar de la academia a la política, pues es necesario que más técnicos estén en el proceso de estructuración e implementación de las políticas públicas en Colombia. Además, insistió en la importancia de que el Estado esté presente en todo el territorio nacional y lleve justicia, seguridad y tributación, pues sin ello es imposible superar el conflicto armado en el país.
El seminario “Preparándonos para la paz: la educación como motor de la construcción de paz” se realizó el 26 de octubre de 2016 en conjunto con Unicef Colombia. En este participaron Víctor Saavedra, viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media del Ministerio de Educación Nacional; Sandra García y Arturo Harker, profesores de la Escuela de Gobierno; Mark Canavera, director asociado de CPC Learning Network; Gonzalo Gutiérrez, director de la Fundación CRAN; y Edwin Dorbor, especialista en Desarrollo; entre otros. El objetivo principal del encuentro fue resaltar la importancia de la educación rural en el país, especialmente en niños y jóvenes desvinculados del conflicto armado en Colombia.
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[en la Escuela de Gobierno]
El proceso de paz es una extensión lógica de la colaboración bilateral del Plan Colombia
Preferimos hablar de smart data que de big data; mejor información inteligente que grande
No pensé que fuéramos a lograr sacar adelante un proyecto tan grande en tan poco tiempo
Cynthia J. Arnson
Mauricio Perfetti
Laura Barragán
Tras el triunfo del No en el plebiscito y ante la futura elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, la Escuela de Gobierno organizó el conversatorio “El futuro de la paz en Colombia y las relaciones con Estados Unidos”, el 1 de noviembre de 2016, evento que contó con la participación de Cynthia J. Arnson (como ponente principal), directora del programa latinoamericano en el Centro Internacional Woodrow Wilson for Scholars, y con los comentarios de Angelika Rettberg, directora de la Maestría en Construcción de Paz de la Universidad de los Andes; de Ángela Fonseca, profesora de la Universidad Javeriana; y de Michael Weintraub, profesor de la Escuela de Gobierno.
El 18 de noviembre de 2016, el director del Departamento Nacional de Estadística (DANE) estuvo en el seminario de posgrado, en el que habló sobre la importancia de tener una institución gubernamental que maneje los datos del país, y sobre el compromiso de la institución con la innovación, el aprendizaje y la gestión del conocimiento.
El 15 de diciembre de 2016 se hizo la presentación de la serie de documentos de trabajo titulada Caracterización de la Educación Media, que contiene las recomendaciones y los resultados del proyecto de investigación sobre la educación media en Colombia que hicieron de forma conjunta la Universidad de los Andes, la Universidad Nacional y la Universidad del Rosario, con el acompañamiento del Ministerio de Educación Nacional. Además, se hizo un panel moderado por Laura Barragán, directora de Educación y Sociedad del British Council, en que estuvieron Darío Maldonado (coordinador del proyecto), Sandra García, Nelson Lugo, Fabio Sánchez y Andrea Cuenca, todos investigadores del proyecto.
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[nuestros proyectos]
Las consecuencias crónicas
del desplazamiento forzado en Quibdó Diego Lucumí, profesor de la Escuela de Gobierno, ha adelantado desde hace cuatro años una investigación que busca encontrar si existe una relación entre las condiciones de vida urbana y el riesgo de hipertensión en Quibdó, incluyendo el desplazamiento forzado, como una situación que agudiza una problemática existente. Generalmente, se cree que la hipertensión tiene que ver con factores hereditarios y hábitos de vida poco saludables. Sin embargo, el estudio de Lucumí busca entender el papel de los factores sociales, como el desplazamiento forzado y el estrés que este genera, en crear condiciones propicias para el desarrollo de la hipertensión. A través de un trabajo cualitativo realizado, inicialmente, con actores sociales y políticos de esa ciudad se identificaron cuatro factores estructurales que deberían ser considerados en el estudio e intervención de la hipertensión en la capital chocoana:
1. El desplazamiento forzado. Cerca del 25 % de la población de Quibdó es víctima de desplazamiento por la violencia. Muchos de ellos son doblemente victimizados al ser estigmatizados y asociados como generadores de inseguridad en la ciudad. 2. Alta tasa de desempleo. Es una de las más altas del país con muy pocos empleadores formales y una inclinación hacia el comercio informal.
3. Poca planeación urbana. La ciudad cre-
ció de manera desordenada y sin infraestructura; el mapa mental de los habitantes 58
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define dos ciudades: la Quibdó tradicional y la periférica, en la que se estableció la población desplazada, sin servicios públicos básicos y con escasa infraestructura.
4. Bajos ingresos. La población chocoana
tiene muy bajos ingresos debido a las pocas oportunidades de empleo y a las condiciones de postergación que ha experimentado por décadas.
Para ayudar a la gestión de los resultados de la investigación se estableció la iniciativa Abordando los Determinantes Sociales de la Hipertensión en Quibdó y se creó una coalición local, conformada por organizaciones gubernamentales, académicas y comunitarias, apoyada actualmente por la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, coalición que busca dar respuesta a la problemática y proponer acciones de mejora concretas. Como parte de las acciones desarrolladas por la coalición se han propuesto varios proyectos. Dos de los hallazgos importantes del estudio estuvieron relacionados con el rompimiento del tejido social y la falta de espacios para la actividad física en los barrios marginados de la ciudad. Como alternativa, una organización, miembro de la coalición, lidera el desarrollo de un programa piloto en barrios de la comuna 1, que recibió la mayoría de la población desplazada. Este programa incluye caminatas y clases de aeróbicos dictadas por los miembros de la comunidad. Hallazgos preliminares de este programa sugieren el incremento de actividades físicas, participación de diversos grupos de residentes en
las actividades programadas, mejoría en la seguridad de la zona y adecuación de los espacios disponibles para la recreación y la actividad física. Además, el programa está creciendo de manera sostenible, al punto en que varias personas se han capacitado para dictar las clases, y el modelo se está replicando en otros barrios. Una serie de eventos lanzarán la iniciativa: una carrera de seis kilómetros a mediados de 2017 unirá la Quibdó tradicional y la periférica, y mostrará otra cara de los barrios estigmatizados, que actualmente son vistos como centros de violencia. Esta actividad será el preámbulo de un foro comunitario donde se presentarán a todos los actores de la ciudad los avances de la iniciativa. Los próximos pasos de la investigación serán realizar la diseminación de un estudio reciente sobre la situación de la hipertensión en la ciudad y llegar a los hacedores de política para cambiar estos factores estructurales y así ayudar a la disminución de la hipertensión en la ciudad, no solo a través de intervenciones centradas en promover patrones saludables de alimentación e incremento de la actividad física, sino también mediante acciones para mejorar la infraestructura en la ciudad, la construcción de espacios públicos y la creación de oportunidades laborales, entre otras.
Referencias Lucumi, D. I., Schulz, A. J. y Israel, B. A. (2016). Local Actors' Frames of the Role of Living Conditions in Shaping Hypertension Risk and Disparities in a Colombian Municipality. J Urban Health, 93(2):345-63.
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