ISSN 2422 - 3557
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Arturo Harker Andr茅s Moya
Raquel Bernal Roberto de Bernardi Ana Rita Russo Cristina Plazas
[investigaci贸n] Semillas de Apego
[debate]
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[fotorreportaje] Entornos para crecer
Aporta conocimientos técnicos, de análisis y de gestión a los profesionales interesados en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas. SNIES: 90798 mpp.uniandes.edu.co
Fortalece capacidades para analizar, diseñar, comunicar, implementar y evaluar intervenciones en salud pública, que contribuyan a mejorar el estado de la salud en el país. SNIES: 91281 msp.uniandes.edu.co
Forma líderes desde diferentes disciplinas capaces de solucionar problemas públicos y generar cambios sociales. SNIES: 102920 pregobierno.uniandes.edu.co
Más información:
Forma a profesionales en gestión de planes, programas y proyectos en salud con un enfoque de determinantes sociales.
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Carrera 1 No. 19 - 27 - Bloque AU, tercer piso Bogotá, Colombia Teléfono: 3394949 ext. 2073
[editorial]
más voluntad política a todo nivel para lograr la capacidad administrativa necesaria para atenderlos. Los niños están dispersos por toda la geografía nacional y el concurso de las autoridades a nivel regional y local tiene que complementar los de la autoridad nacional. En su colaboración para este número de la revista, la directora del ICBF, Cristina Plazas Michelsen, informa que la meta de cobertura de los niños menores de cinco años en los sectores más vulnerables es alcanzar a dos millones cuatrocientos mil, básicamente doblando el número de niños atendidos en estos cuatros años del periodo presidencial. Para ello, el Plan de Desarrollo de la Administración Santos asegura recursos financieros suficientes.
Carlos Caballero Argáez Director de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo Este número de Tribuna, la revista de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, está dedicado a la atención a la primera infancia. El tema forma parte de las prioridades en la agenda de investigación de la Escuela desde su creación hace nueve años. La etapa más decisiva en la vida de mujeres y hombres es la primera infancia. Los surcos del cerebro, el ‘chip’ que va a determinar el desempeño de los individuos a lo largo de toda su vida, se forma en los primeros tres años de vida. De ese desarrollo dependerán los resultados de su educación –primaria, secundaria, terciaria y posterciaria–, sus ingresos futuros y su calidad de vida; es decir, su realización como personas. Atender a los niños entre los cero y los cinco años con nutrición, higiene, salud y educación genera, por tanto, una revolución silenciosa. Esos niños crecerían de manera adecuada tanto física-como mentalmente, por lo cual serían productivos para la sociedad y la economía. En veinte años cambiaría el perfil del talento humano en Colombia si se lograra impactar con un tratamiento de choque a toda la niñez colombiana. En un país como Colombia, sin embargo, es difícil llegar a todos los niños menores de cinco años con atención integral. No exclusivamente por falta de recursos financieros; no hay suficiente capital humano capacitado para esta tarea. Y, a pesar de los esfuerzos realizados desde hace cinco décadas, se requiere
Es un gran avance. Y, como lo anota en esta misma revista la profesora Raquel Bernal, directora del CEDE de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, para que ese esfuerzo financiero tenga un impacto significativo, es necesario que la calidad de los programas se convierta en una prioridad. De ahí la importancia de que la política de primera infancia tenga en cuenta elementos tan fundamentales como la formación del recurso humano que atiende a los niños, la infraestructura física y los materiales que se utilizan día a día en los jardines infantiles. Un grupo de niños en el cual la política debe enfocarse con especial cuidado es aquel que ha sido víctima del desplazamiento forzado. La investigación realizada por Andrés Moya, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, y por el profesor Arturo Harker, de la Escuela de Gobierno, cuyo resumen se presenta en esta edición, encontró que estos niños requieren atención prioritaria y especial, por cuanto sus niveles de estrés son altísimos y terminan por afectar sus procesos neuronales. La política de atención a la primera infancia debe ser prioritaria para la sociedad y para el gobierno, y debe blindarse contra todo aquello que atente contra su sostenibilidad a largo plazo. Su importancia para el bienestar de los colombianos no tiene discusión. *** Además del tema de la primera infancia, este número de Tribuna contiene material de lectura en diversos aspectos de la actualidad nacional de interés público, como las columnas de Roberto Junguito, Rufolf Hommes y Sebatían Bitar, que tratan sobre economía, instituciones y asuntos internacionales. Gracias a los tres por su colaboración con esta revista y con la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo en su noveno aniversario. Tribuna Revista de Asuntos Públicos
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[entrevista]
Cantar y jugar en embera
Entrevista a Ángela María Rosales
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[investigación] Semillas de Apego
Arturo Harker, Andrés Moya
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[debate]
¿Cuáles son los principales obstáculos para lograr políticas efectivas que garanticen el desarrollo infantil temprano? Raquel Bernal, Roberto de Bernardi, Ana Rita Russo, Cristina Plazas
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La educación inicial desde la perspectiva de los derechos
Entornos para crecer
[fotorreportaje]
Carolina Maldonado, Paola Andrea Guerrero
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Rudolf Hommes
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[columna]
Economía y otras disciplinas complementarias
[investigación]
[columna]
China: ¿un surgimiento pacífico? Sebastián Bitar
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[reportaje: Guajira]
[nota especial]
Primero la alimentación
La adopción en Colombia
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[columna]
Institucionalidad agropecuaria y el Plan de Desarrollo Roberto Junguito
Publicación de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes Bogotá, Colombia. Número 11 - agosto 2015 publicación semestral
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ISSN 2422 - 3557
[voz joven]
Director Carlos Caballero Argáez
Decisiones sobre cuidado parental
Jorge Cuartas
Jefe de mercadeo y comunicaciones Camilo Andrés Torres G.
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[reseñas]
Giving kids a fair chance Darío Maldonado 54 Tan lejos y tan cerca EGOB 55 How children succeed Paola Caro 56
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[comunidad EGOB]
Conozca sobre las visitas de distintos personajes de la vida pública a la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo
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[proyectos de investigación]
Conozca los proyectos de investigación, consultoría y evaluación de impacto de políticas públicas de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo
Edición y gestión editorial Marcela María Villa Escobar Diseño y diagramación Juan Pablo Vanoy Ángel Editor invitado Arturo Harker Roa Fotorreportaje y fotografía de portada Andrés Felipe Valenzuela Videos expertos Juan Pablo Vanoy Ángel Infografías Diego Olarte Corrección de estilo David Arturo González Impresión Carvajal Soluciones de Comunicaciones S.A.S [Contacto] revistaegob@uniandes.edu.co 3394949 ext. 3974 Cra. 1 No. 19 – 27, Bloque Aulas, tercer piso fb.com/EGOBuniandes @EGOBUniandes egob.uniandes.edu.co
[entrevista]
[entrevista]
Cantar y jugar en embera
El 86% de las comunidades étnicas en Colombia (indígenas, afrodescendientes y gitanas) no tiene acceso a una educación acorde con su contexto. Desde Riosucio (Caldas), Aldeas Infantiles SOS viene trabajando para que los niños embera, en sus primeros años, reciban la mejor atención y se apropien de su cultura. Ángela María Rosales, directora de la organización internacional en Colombia, habla sobre el proyecto. 1
Fotografías: cortesía de Aldeas Infantiles. Agradecimientos especiales a Yamid Mabesoy Torres, directora del Centro Comunitario Riosucio, Aldeas Infantiles SOS.
*Entrevista realizada el 4 de mayo de 2015 a Ángela María Rosales, directora de Aldeas Infantiles SOS Colombia. 1 Aldeas Infantiles SOS Colombia es una organización no gubernamental de carácter internacional, enfocada en el desarrollo social, que adelanta acciones en beneficio de niños y niñas, adolescentes y jóvenes, sus familias y comunidades.
04 Tribuna Revista de Asuntos Públicos
[entrevista]
¿Cómo surgió el proyecto pedagógico etnodiferencial en Riosucio?
Hace muchos años teníamos una apuesta pedagógica por los jóvenes campesinos. Trabajábamos con jóvenes de diferentes lugares del país que venían a formarse en agroecología en Armero Guayabal, Tolima. Al cabo de un tiempo, vimos que era necesario trabajar con las familias, así que el programa se trasladó a Riosucio, Caldas. Allí, por la cercanía que pudimos establecer con la comunidad, logramos que el cabildo indígena se acercara a nosotros y nos hablara de sus necesidades. Ellos nos pidieron que trabajáramos con niños de primera infancia y con sus familias. Para ellos, el aspecto más importante era el de la identidad cultural, pues sentían que se estaba perdiendo entre las nuevas generaciones. Entonces empezamos a trabajar en una propuesta con una perspectiva fuerte de enfoque diferencial. Tradicionalmente lo que pasa es que las mismas comunidades no tienen las herramientas para enfocar su pedagogía hacia el fortalecimiento de su propia cultura. Entonces, después de establecer la propuesta pedagógica, comenzamos a trabajar con los niños en los espacios de cuidado y desarrollo infantil, pero también a formar a las madres comunitarias y a visitar a las familias con nuestros equipos. Para Aldeas Infantiles el entorno familiar y comunitario es de vital importancia, y siempre buscamos articularnos con la capacidad local que hay. En este caso contábamos con la capacidad y el interés del cabildo indígena.
¿Qué comunidad étnica cobija este proyecto? ¿Cuáles son sus rasgos más característicos?
Trabajamos con la comunidad embera-chamí del resguardo indígena de San Lorenzo. Como en la mayoría de comunidades indígenas, para ellos el arte propio, la medicina tradicional, la espiritualidad, la tradición oral, la danza, los rituales, la forma de organización social y el trabajo comunitario son de suma importancia. Los cuatro principios del pueblo indígena son: unidad, territorio, cultura y autonomía.
La vinculación de los “sabedores” de la comunidad (líderes, médicos tradicionales, parteras, artesanas) es fundamental en el desarrollo de nuestra apuesta pedagógica, ya que son ellos los primeros encargados de compartir sus saberes con los niños. Por otra parte, esta ha sido una comunidad que ha sufrido mucho por temas de violencia, tomas de la guerrilla y conflicto armado.
¿Por qué es importante incluir la identidad cultural de una comunidad en la educación de los niños? ¿Cómo se incluye?
Es muy importante por varias razones. Primero por el respeto a la diversidad. Las comunidades indígenas en Colombia son las que tienen menos acceso a la educación, y las que presentan la calidad y las tasas de éxito de culminación más bajas. Eso tiene mucho que ver con que se piensa y atiende a las comunidades desde un lugar que no es propio de ellas.
Las comunidades indígenas en Colombia son las que tienen menos acceso a la educación
Tribuna Revista de Asuntos Públicos
05
[entrevista]
Incluimos los juegos propios de la comunidad y comenzamos a adaptar la dieta a la realidad propia de la zona
Nuestra perspectiva es desarrollar la capacidad de quien está ahí, en la vida diaria del niño: su familia, su comunidad, los gobernadores indígenas. Así, el niño no se siente dividido entre dos mundos: por una parte, el del espacio de cuidado, donde aprende unas cosas; y por otra, su contexto familiar y comunitario, donde experimenta otras muy distintas. Debemos ser coherentes en la perspectiva de atención integral a la primera infancia. No es sano que les hablemos una lengua, les demos de comer y les inculquemos una perspectiva de desarrollo alejada de lo que su comunidad considera propio. Aunque estandarizar las atenciones desde el centro del país es más fácil por temas de costo-eficiencia y de seguimiento, entre esas estandarizaciones aparece el reto del enfoque diferencial,
06 Tribuna Revista de Asuntos Públicos
de conservar las propiedades y culturas de cada zona. Por esto hemos venido negociando con lo que se define desde el nivel nacional para aprovechar todo lo local en términos de lengua, tradiciones, cultura, cocina, productos. Por ejemplo, metimos el tema de lengua en la educación inicial de los niños de Riosucio, que se ha perdido completamente en la comunidad. Esto implicó traducir textos y cambiar la manera en que las agentes educativas se comunicaban con ellos. Para eso hicimos una alianza con la institución IPS Minga, que nos apoya con un hablante de otra comunidad, quien nos ayuda a diseñar todo el material de enseñanza de la lengua. También incluimos los juegos propios de los embera-chamí y comenzamos a utilizar juguetes tradicionales hechos con los padres y madres, a cantar las canciones de la comunidad, a traducir a su lengua las que estaban en español, a contar sus cuentos, sus mitos. Incluso comenzamos a adaptar la dieta, que viene definida por estándares nacionales, a la realidad propia de la zona, resaltando las tradiciones culinarias, los alimentos típicos y los productos disponibles. Claro, velando siempre por el interés superior: que los niños desarrollen correctamente sus habilidades, que estén bien alimentados y nutridos.
[entrevista]
¿Cómo funciona el modelo para la primera infancia? ¿Qué aspectos de la educación tradicional se mantienen en este proyecto?
Atendemos a los niños en espacios de desarrollo infantil y en hogares comunitarios. Pero también apoyamos a la estrategia De Cero a Siempre en la modalidad familiar. Es decir, además de brindar los espacios de formación y desarrollo a los niños, buscamos fortalecer a las familias y comunidades para prevenir vulneraciones por fuera del entorno educativo. Trabajamos con las familias en entender por qué es importante proteger a sus hijos, por qué el abuso sexual, el abuso físico, el castigo físico o la negligencia son graves para la vida de un niño, pues sabemos que la familia y la comunidad son los espacios donde se desarrolla, retroalimenta y vivencia nuestro proyecto pedagógico. Por otro lado, en el aula nuestra metodología está basada en aprender haciendo. Trabajamos a través de la experiencia directa del niño y la niña con sus emociones, con el entorno y con un ambiente de aprendizaje basado en el respeto y la alegría. Pero aparte del contexto etnodiferencial, sí se mantienen algunos elementos de la educación “occidental”. Por ejemplo, tener un espacio de cuidado donde las familias dejan a sus niños para recogerlos en la tarde, aunque a algunas les cuesta o no les interesa, y por eso ofrecemos la opción de ir hacia ellas. También es igual el hecho de que hay unas educadoras, unos espacios de juego, otros espacios de desarrollo de habilidades motrices, prosociales, de lenguaje. En estos casos lo que cambia es el contenido, el cual adaptamos para el caso cultural específico.
¿Quiénes son los maestros o cuidadores del proyecto? ¿Cómo se han formado para desempeñar ese rol?
El ICBF contrata con nosotros para que ofrezcamos la atención, y nosotros desarrollamos las propuestas. Una cosa que hemos hecho, y que resulta fundamental, es contar con gente de la comunidad en el servicio. No “importar” gente, sino desarrollar habilidades a nivel local. Es un reto, pero el programa pierde mucho sentido si no se involucra a la comunidad en los procesos.
Hay algunos perfiles que requieren de habilidades técnicas, como los nutricionistas o psicólogos, que no son de la comunidad. Pero las agentes educativas y las mismas madres de la comunidad van recibiendo una formación que, junto con su conocimiento tradicional, se convierten en el pilar del enfoque diferencial. El Estado hizo una inversión a través del SENA y otras entidades para que mucha gente pudiera formarse en temas de primera infancia. Nosotros hemos velado por que las agentes educativas que estaban en nuestro proyecto pudieran obtener la formación necesaria, y para que aquellas que no la tuvieran pudieran estar como asistentes educativas, en manipulación de alimentos, etc. Además, contamos con una Escuela de Formación propia, un espacio de encuentro mensual colectivo donde se plantean temas de trabajo y se construye conocimiento a través de las experiencias.
¿Han pensado en replicar este proyecto en otras comunidades del país?
Para el caso de Riosucio tenemos dos resguardos con los que estamos trabajando. Además de Riosucio, estamos en Quibdó, en Tumaco y en Pasacaballos, la zona industrial de Cartagena, donde hay una comunidad que está en grave situación de vulnerabilidad.
[Guía de lectura] La situación nacional en primera infancia
En Colombia, la población de niños y niñas de cero a cinco años se calculaba en 5,141,455 para 2012, es decir, 11,04% (DANE). De estos niños, alrededor de la tercera parte vive en situación de pobreza multidimensional. Las dimensiones más críticas para la primera infancia en Colombia son el hacinamiento, la falta de acceso a zonas verdes, la falta de acceso a agua y saneamiento, la desnutrición y la falta de acceso a educación inicial. Los departamentos con las situaciones más críticas de pobreza infantil son Chocó, La Guajira, Córdoba, Nariño y San Andrés. Sandra García, Amy Ritterbusch, Tomás Martín, Edna Bautista y Juan Pablo Mosquera. Nota de Política No. 14. Análisis de la situación de la pobreza infantil en Colombia. Bogotá: Universidad de los Andes (EGOB-CEDE), 2013.
Tribuna Revista de Asuntos Públicos
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[investigaci贸n]
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[investigación]
[investigación]
Semillas de Apego para proteger a la primera infancia afectada por el desplazamiento y la violencia
Andrés Moya Rodríguez* Arturo Harker Roa**
El desplazamiento forzado en Colombia va más allá de perder las tierras y verse obligado a migrar. Para los niños que viven esta situación significa, además, crecer en un ambiente de estrés y ver comprometido su potencial de desarrollo. El programa Semillas de Apego busca remediar esta situación en el país.
Semillas de Apego es un programa de atención psicosocial que busca proteger a la primera infancia afectada por el desplazamiento y la violencia. A través de la promoción del vínculo afectivo entre madres e hijos, el programa sienta las bases emocionales para que los niños puedan llegar a desarrollar todo su potencial. Para este propósito, Semillas de Apego fomenta la salud emocional del cuidador principal, su capacidad de responder afectivamente a las necesidades de los niños y el entendimiento de buenas prácticas para la crianza.
Fotografía: Andrés Felipe Valenzuela, af.valenzuela@uniandes.edu.co
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A continuación les contamos cuál ha sido nuestra motivación para concebir y llevar a la realidad este programa. En particular, explicamos cómo las consecuencias nefastas que tienen las adversidades en edad temprana sobre el desarrollo humano hacen que la atención a la primera infancia en el marco del conflicto armado colombiano sea una urgencia. Más aún, les contamos por qué estamos convencidos de que un programa de esta naturaleza sirve como “escudo protector” para los niños víctimas de la violencia.
*Profesor asistente, Facultad de Economía, Universidad de los Andes. ** Profesor asistente, Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, Universidad de los Andes. 1 En adelante nos referimos a la madre, aunque el cuidador principal del niño sea otro familiar.
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[investigación]
Cerca de 445,000 niños entre cero y cinco años se encuentran en condición de desplazamiento
adversidades durante la infancia (Adverse Childhood Experiences, o ACE, por su sigla en inglés) y resultados negativos en la adultez. Los resultados muestran cómo el número de eventos adversos durante los primeros cinco años de vida predice consistentemente la probabilidad de que una persona sufra como adulto: depresión, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad cardíaca coronaria, enfermedad hepática, obesidad, alto riesgo de violencia intrafamiliar, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, embarazos adolescentes, alcoholismo, drogadicción o tabaquismo. 3
Una bomba de tiempo
Según registros de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, aproximadamente 2,5 millones de menores de edad se encuentran en condición de desplazamiento, y, de ellos, cerca de 445,000 tienen entre cero y cinco años de edad. Una proporción importante de estos niños ha sido testigo de actos de violencia, y ha experimentado el proceso de desplazamiento hacia las ciudades. Si bien otros niños nacieron luego del desplazamiento, lo más seguro es que también estén creciendo en un contexto de pobreza extrema y exclusión. Aunque todavía no es muy preciso el diagnóstico de cómo se han visto afectados los niños colombianos, la evidencia empírica internacional es suficientemente robusta como para asegurar que la exposición a la violencia y el contexto de adversidad extrema que implica el desplazamiento están generando consecuencias negativas y persistentes. El estudio seminal del doctor Vincent Felitti (2002), médico asociado de una de las entidades prestadoras de salud más prestigiosas en Estados Unidos, muestra la relación existente entre las 2
Como lo explicamos a continuación, las ACE tienen consecuencias negativas que interrumpen el correcto desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales, lo cual genera un legado que compromete la vida entera de las personas.
Figura 1: Marco conceptual de las ACE y el impacto sobre la salud y el comportamiento saludable Muerte
Muerte temprana Enfermedad, discapacidad y problemas sociales Ciclo de la vida
Presentamos también un breve recorrido por el currículo de Semillas de Apego, describiendo sus bases teóricas, sus objetivos puntuales y el tipo de actividades que se desarrollan. Por último, compartimos con ustedes una descripción de la primera implementación del programa en Colombia: un piloto de pequeña escala en Bogotá, financiado con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo, el Ministerio de Salud y Protección Social, y la Universidad de los Andes.
Adopción de comportamientos riesgosos para la salud Truncamiento del desarrollo social, emocional y cognitivo Adversidades durante la infancia (ACE)
Concepción Información tomada de: http://www.cdc.gov/violenceprevention/acestudy
Una de las pocas excepciones es el diagnóstico reciente del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Este estudio muestra que los jóvenes expuestos a la violencia presentan: una alta prevalencia de ansiedad y síntomas somáticos; una serie de problemas comportamentales (como bajos niveles de atención, control y resiliencia), y diversos problemas psicosociales relacionados con la falta de un vínculo fuerte con sus padres (ICBF, 2014). 3 En este estudio, el Dr. Felitti cruzó las historias clínicas de 17,241 adultos con las respuestas de estos mismos pacientes a una encuesta que identifica eventos adversos que sufrieron en los primeros cinco años de vida. Estos eventos incluían: (i) haber sufrido abuso físico, emocional o sexual; o (ii) haber nacido en un hogar disfuncional en donde un miembro del hogar estuviera en la cárcel, fuera alcohólico o adicto a alguna droga, tuviera depresión o tendencias suicidas, o en donde el padre biológico hubiera muerto. 2
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[investigación]
Existen dos canales que explican por qué las ACE tienen este impacto devastador sobre la salud y el comportamiento durante la adultez. El primero es un canal inmediato: la sobreexposición a eventos adversos genera “estrés tóxico” —esto es, niveles de estrés elevados, prolongados e impredecibles—, lo cual induce estados permanentes de vigilancia, excitación y miedo (Meaney, 2001). El segundo canal, relacionado con el primero, es fisiológico y neurológico: el mismo estrés tóxico satura el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, el mecanismo que tiene el cuerpo para responder al peligro y regular el estrés, y termina por afectar distintos procesos neuronales. Por una parte, tiene un efecto directo sobre la corteza prefrontal, la cual regula todas las habilidades emocionales y cognitivas. Por otra parte, deteriora el cuerpo calloso, que incide en la interacción entre los dos hemisferios del cerebro. En palabras simples, las ACE hacen que el sistema de alarma esté encendido permanentemente y traen consigo un desgaste fisiológico en los niños que puede comprometer su éxito futuro como personas, padres, trabajadores y miembros de la sociedad. 4
En un estudio con Leidy Riveros, estudiante de maestría de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, hemos encontrado evidencia que sugiere que en Colombia la exposición a la violencia está afectando el desarrollo cognitivo y socioemocional en la primera infancia. Utilizando datos de la Encuesta Longitudinal de la Universidad de los Andes (ELCA), hemos encontrado que estas adversidades están asociadas con: (i) menores el puntajes en una prueba de desarrollo cognitivo (Test de Vocabulario en Imágenes Peabody [TVIP]), y (ii) un mayor riesgo de rezago en una prueba de desarrollo socioemocional (Cuestionario de Edades y Etapas – ASQ-3). Nuestro análisis indica que si bien la pobreza tiene un efecto negativo y significativo sobre el
desarrollo de los menores, los efectos de la exposición a la violencia parecen ser más severos (además de mediar el efecto directo de la pobreza). 5
Esta evidencia presenta un panorama muy preocupante, ya que las brechas en el desarrollo entre los niños que crecen en ambientes de adversidad extrema y aquellos que tienen un entorno mejor, además de aparecer a una edad temprana, son persistentes y tienden a ampliarse a medida que pasa el tiempo (Cunha y Heckman, 2007; Hart y Risley, 1995; Knudsen, Heckman, Cameron y Shonkoff, 2006). Los niños expuestos a las ACE tienen retrasos importantes en su desarrollo cognitivo, al igual que en el desarrollo de una serie de habilidades socioemocionales como la perseverancia y el autocontrol (Heckman, Stixrud y Urzua, 2006). Eventualmente, estos retrasos generan efectos negativos sobre el desempeño escolar, el éxito laboral, las conductas prosociales, el estado de salud físico y mental, la participación en actividades criminales y el embarazo adolescente, entre otras dimensiones (Barker, 1998; Felitti, 2002; Heckman, 1995; Heckman et al., 2006; Tough, 2012). Esto implica que la exposición a eventos adversos relacionados con la violencia está comprometiendo el futuro de cientos de miles de niños colombianos.
En Colombia la exposición a la violencia está afectando el desarrollo cognitivo y socioemocional en la primera infancia
La sobrecarga del eje hipotalámico-pituitario-adrenal genera la prevalencia de altos niveles de cortisol, una hormona que tiene el potencial de dañar o destruir neuronas y conexiones neuronales en áreas críticas del cerebro (Putnam, 2006). En particular, la corteza prefrontal, un área crítica para las funciones ejecutivas, es la región cerebral más sensible al estrés tóxico (Arnsten, 2009). Esto es extremadamente importante, ya que las funciones ejecutivas sirven de pilares para el desarrollo emocional y cognitivo al permitir la organización de la información en actividades con un objetivo determinado, y contribuir con los comportamientos de autorregulación (Blair et al., 2011). 5 Estos resultados para Colombia van en la misma línea de los resultados de estudios internacionales, como el de Evans y Schamberg (2009): no es la pobreza en sí misma la que explica las brechas en el desarrollo infantil, sino la exposición a hechos violentos en la infancia y los consecuentes efectos del estrés tóxico. 4
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[investigación]
Semillas de esperanza para la primera infancia
Afortunadamente, existen experiencias internacionales de programas que han sido efectivos mitigando los efectos nocivos de las adversidades extremas sobre la primera infancia. El programa Psicoterapia de Padres e Hijos (Child-Parent Psychotherapy, o CPP por su sigla en inglés), desarrollado por Alicia Lieberman y Patricia Van Horn (2011), ha sido exitoso en proteger de los efectos negativos del estrés tóxico a los niños beneficiarios. Este programa se centra en fomentar el apego seguro, definido como el vínculo afectivo entre el hijo y la madre, que promueve la supervivencia y desarrollo a través del reconocimiento del niño sobre la protección que le ofrece el adulto (Bowlby, 1969, 1973 y 1980; Ainsworth et al., 1978). En contextos de extrema adversidad, los vínculos afectivos pueden proteger a los niños y garantizar su correcto desarrollo cognitivo y emocional. 6
7
Adicionalmente, la CPP reconoce que las mismas adversidades erosionan este “escudo protector”. En palabras de Alicia Lieberman: “las circunstancias de la vida de las madres usualmente desbordan su capacidad natural para hacer frente a las adversidades [y] cuando estamos bombardeados por la pobreza, la incertidumbre y el miedo, se requieren cualidades suprahumanas para proporcionar las condiciones para un apego seguro” (citada en Tough, 2012, traducción propia). Por esta razón, este programa busca dotar a los cuidadores principales de herramientas que les permitan manejar su propio trauma y promover su salud emocional, para luego fortalecer el vínculo afectivo con sus hijos e identificar factores contextuales que puedan afectar o potenciar dicha relación.
La CPP se está implementando actualmente en 37 estados de los Estados Unidos, así como en Israel, Palestina y los países escandinavos.
Semillas de Apego para Colombia
Con el objetivo de contribuir al diseño de programas que permitan proteger a la primera infancia expuesta a la violencia y el desplazamiento, investigadores de la Universidad de los Andes y la Universidad de California, San Francisco (UCSF), han unido esfuerzos para adelantar el diseño, implementación y evaluación del programa Semillas de Apego. Este equipo de expertos nacionales e internacionales cuenta con una amplia experiencia en intervenciones para la superación del trauma y el desarrollo de vínculos afectivos seguros, el trabajo con población víctima del desplazamiento forzoso, y el desarrollo y evaluación de programas para la protección y promoción de la primera infancia. 8
Semillas de Apego es una intervención de terapia psicosocial grupal de 13 sesiones semanales, cada una de aproximadamente 1,5 horas, donde participan entre 15 y 18 madres víctimas de la violencia (con hijos menores de cinco años) guiadas por dos terapeutas entrenadas por el equipo de UCSF. La construcción del currículo se ha basado en la experiencia exitosa de la CPP, y en un proceso riguroso de adecuación a la realidad del conflicto armado colombiano. El propósito del programa es dotar a las madres de herramientas que les permitan entender y manejar sus propias reacciones emocionales frente a los eventos traumáticos, identificar los factores contextuales que afectan a sus hijos y construir relaciones de apego seguras y saludables con ellos. 9
La eficacia de la CPP ha sido probada a través de cinco estudios clínicos con más de 500 menores de cinco años. Existe evidencia de su impacto sobre los niños (disminución de síntomas de estrés y diagnósticos de depresión y ansiedad; disminución de problemas de comportamiento y atención; aumento de su capacidad para regular emociones; mayor desarrollo cognitivo; y mejora en las percepciones propias y de los padres) y los padres (reducción de los niveles de estrés, síndrome de estrés postraumático, depresión y ansiedad; y promoción de la empatía y habilidades para interactuar con los menores). Ver Lieberman, Ghosh y Horn (2006). 7 Algunas investigaciones muestran cómo los niños con mayor exposición a adversidades tienen mayores niveles de estrés, excepto cuando existen fuertes lazos con la madre y esta es más atenta frente a las necesidades del niño. De hecho, el efecto de un ambiente adverso resulta ser despreciable en dichos casos (Blair, 2011; Blair et al., 2008; Evans et al., 2007). En particular, las habilidades parentales o de crianza de calidad tienen efectos de largo plazo en diversas dimensiones relacionadas con el desarrollo del niño, ya que generan lazos afectivos seguros y promueven la curiosidad, la calma, las actitudes prosociales, la resiliencia y la capacidad de enfrentar obstáculos. 8 Además de los autores de este artículo, el equipo está compuesto por: Alicia Lieberman, profesora titular del Departamento de Psiquiatría de UCSF y directora del Programa de Trauma Infantil del Hospital General de San Francisco; Vilma Reyes, psicóloga clínica del Departamento de Psiquiatría de UCSF y del Programa de Trauma Infantil del Hospital General de San Francisco; Diana Sistiva, psicóloga clínica; Patricia Rojas Zambrano, psicoterapeuta; y Raquel Bernal, profesora asociada de la Facultad de Economía y directora del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes. 9 Se realizó un proceso de socialización y discusión con diferentes entidades gubernamentales y no gubernamentales con el objetivo de garantizar la consideración de variables clave relacionadas con las características propias de la población desplazada y el contexto institucional colombiano. En particular, se realizó un proceso de socialización del programa con el Ministerio de Salud y Protección Social, Unicef Colombia, el ICBF, la Unidad de Atención y Reparación de Víctimas, la Secretaría Distrital de Integración Social y la Alta Consejería para las Víctimas de Bogotá. 6
12 Tribuna Revista de Asuntos Públicos
De esta manera, el programa busca generar habilidades parentales y restablecer vínculos afectivos entre las madres y los niños en contextos de adversidad causados por la violencia y el desplazamiento, con el objetivo final de proteger a los menores y garantizar su correcto desarrollo cognitivo y socioemocional. En la tabla 1 se resumen las intervenciones puntuales, relacionando cada una con las metas planteadas por el programa. Tabla 1: Metas e intervenciones de Semillas de Apego
Metas
Fortalecer la relación entre madres e hijos e incrementar el repertorio de estrategias de crianza
Incrementar la capacidad de reflexión y curiosidad, sin juicio sobre el proceso interno
Disminuir el aislamiento e incrementar la red de apoyo
Intervenciones - Incrementar la capacidad de reflexión sobre cómo la manera en la que fueron criados impacta la manera en la que crían a sus hijos hoy. - Proveer un espacio seguro para las madres, para que a la vez ellas puedan proveer esto para sus hijos. - Promover y modelar el uso de estructura, rutina y previsibilidad. - Disminuir atribuciones maternas negativas mediante la exploración de explicaciones benevolentes sobre el significado de la conducta de los niños. - Utilizar herramientas psicoeducativas cuando sean apropiadas para aumentar la base de conocimiento de los padres sobre los dominios del desarrollo, las necesidades de los niños y el impacto del trauma en los niños pequeños.
- Actividades de conciencia plena que promueven integración entre cuerpo y mente, aceptación del proceso interno, y curiosidad acerca de sus niños y lo que su comportamiento pueda significar.
- Promover la conexión con las otras participantes del grupo. - Fomentar la reconstrucción de confianza con la comunidad.
Fortalecer la resiliencia
- Discusiones y actividades para aumentar la conciencia de las áreas de fortaleza y de la capacidad como madres. - Aumentar el conocimiento de las señales corporales cuando se está estresado, y ampliar el repertorio de estrategias eficaces para manejar el estrés crónico.
Reintegración sensorial y autorregulación
- Actividades de conciencia plena e integración corporal.
Tomado del currículo de Semillas de Apego desarrollado por el equipo de UCSF. Copyright © 2015 Universidad de California, San Francisco, y Universidad de los Andes.
“El proceso de
atención a primera infancia tiene detrás una movilización importante que busca convertir el tema en una prioridad de política pública, para lo cual este debe estar contenido en los planes de desarrollo del presidente, de los gobernadores y de los alcaldes.
Ana María Peñuela Asesora de infancia y adolescencia, Ministerio de Salud y Protección Social. Vea la charla completa
[investigación]
En el segundo semestre de 2015 iniciaremos un piloto de Semillas de Apego con aproximadamente 45 familias. Gracias a la colaboración y gestión de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, y la Secretaría Distrital de Integración Social, la intervención será desarrollada en tres Centros Dignificar en Bogotá. El propósito de este primer paso es recoger información sobre: (i) la efectividad del programa y (ii) la viabilidad y necesidades para implementarlo masivamente en el futuro en el resto del país. 10
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El objetivo final del equipo es lograr que, luego de ajustar su diseño para garantizar su viabilidad y potenciar su efectividad, Semillas de Apego se convierta en una política pública del Estado y se incluya dentro de la ruta de atención y reparación para las víctimas del conflicto armado. Estamos convencidos de que solamente de esta manera podremos aportar al deber que tiene Colombia de romper el ciclo de transmisión intergeneracional de la pobreza y exclusión al que hoy en día están condenados cientos de miles de niños en la primera infancia.
Referencias - Ainsworth, M. S., Blehar, M. C., Waters, E. y Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Hillsdale, NJ: Erlbaum. - Arnsten, A. F. T. (2009). Stress signalling pathways that impair prefrontal cortex structure and function. Nature Reviews Neuroscience, 10(6), 410-422. - Barker, D. J. P. (1998). Mothers, babies, and health in later life (2da Ed.). Edinburgh, Reino Unido: Churchill Livingstone. - Blair, C., Granger, D., Willoughby, M., Mills-Koonce, R., Cox, M., Greenberg, M., Kivlighan, K. y Fortunato, C. (2011). Salivary cortisol mediates effect of poverty and parenting on executive functions in early childhood. Child Development, 82(6), 1970-1984. - Blair, C., Granger, D., Kivlighan, K., Mills-Koonce, R., Willoughby, M., Greenberg, M., Hibel, L. y Fortunato, C. (2008). Maternal and child contributions to cortisol response to emotional arousal in young children from low-income, rural communities. Development Psychology, 44(4), 1095-1109. - Bowlby, J. (1969), Attachment and loss (Vol. 1: Attachment). Nueva York: Basic Books.
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Los Centros Dignificar son centros de atención para víctimas del conflicto armando. Allí se brinda orientación, atención y asesoría con el fin de restablecer los derechos de las víctimas. Fueron creados en el marco de la Ley 1448 de 2011 (Ley de Víctimas y Restitución de Tierras) y son operados por la Secretaría Distrital de Integración Social. 11 En particular, se pretende analizar el efecto sobre los niños en las siguientes dimensiones: (1) problemas de comportamiento, incluyendo agresividad y dificultades para concentrarse; (2) dificultad para regular emociones de los menores; (3) desarrollo cognitivo y socioemocional; (4) percepciones sobre sí mismos y sobre sus padres; y (5) relaciones de apego con sus madres. Así mismo, se pretende evaluar los efectos sobre las madres con respecto a las habilidades parentales y la incidencia de trastornos de estrés postraumático, depresión y ansiedad. 10
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[debate]
La primera infancia: un esfuerzo que vale la pena continuar Raquel Bernal
[debate] ¿Cuáles son los principales obstáculos para lograr políticas efectivas que garanticen el desarrollo infantil temprano?
Posibles obstáculos para lograr políticas efectivas en la garantía del desarrollo infantil temprano Roberto de Bernardi
Una apuesta conjunta que garantice el desarrollo infantil Ana Rita Russo de Sánchez
Equidad: desafío para la infancia y la paz Cristina Plazas Michelsen
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[debate]
La primera infancia: un esfuerzo que vale la pena continuar Raquel Bernal* inversión en la primera infancia es actualmente un poco más de 0,3% del PIB, que tampoco es bajo en comparación con otros países de Latinoamérica.
Fotografía: cortesía de Raquel Bernal.
Colombia se ha convertido en el ejemplo de mostrar en los temas de atención a la primera infancia en la región latinoamericana y tal vez a nivel mundial. Los logros en esta materia han pasado, quizás, desapercibidos en el país. En 2011 se lanzó a nivel nacional la estrategia de atención De Cero a Siempre para niños y niñas menores de cinco años de edad. El énfasis de la estrategia es la atención integral de calidad, es decir, atención que garantice nutrición, salud y educación inicial con excelentes estándares. Al final de la Administración anterior, se cumplió con una cobertura de casi un millón de niños y niñas en servicios integrales. De esta manera, se llegó al 40% de la población más socioeconómicamente vulnerable del país, una fracción alta en el contexto de países de la región. Adicionalmente, el Gobierno nacional invirtió recursos en la modernización y adecuación de los servicios existentes a través de infraestructura, personal y material pedagógico en las diferentes modalidades de servicio. El gasto público en
El Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 contempla de manera clara la inversión en la primera infancia estableciendo una meta de cobertura de 2,1 millones de niños en condición de vulnerabilidad socioeconómica en el país (es decir, 80% de cobertura), con una asignación presupuestal explícita y generosa. Para que estos esfuerzos tengan un impacto significativo y sostenible sobre el bienestar de los niños y niñas del país, es necesario tener claro que la calidad de procesos de los programas de atención debe ser óptima. La calidad de procesos se refiere a la manera como las interacciones ocurren en el ambiente de cuidado y a la manera como se implementan los contenidos pedagógicos durante las jornadas. De otra parte, la calidad estructural se refiere a la infraestructura, los materiales pedagógicos, el número de niños por maestra, los logros educativos de las maestras, etc. La literatura es clara en demostrar que los impactos de los programas de primera infancia se relacionan estrechamente con ambientes propicios para el aprendizaje, ricos en interacciones verbales, oportunidades de exploración y maestras que responden de manera adecuada a las necesidades de los niños. Esta relación es menos clara en el caso de la calidad estructural. La calidad de procesos requiere de una mirada sistémica a la política de atención a la primera infancia, más allá de una mirada programática. En particular, para poder garantizar la calidad de los procesos se requiere de un
* Directora del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (CEDE), Universidad de los Andes.
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El día a día de la operación de los programas no da suficiente espacio para pensar en las necesidades de largo plazo
[debate]
Posibles obstáculos para lograr políticas efectivas en la garantía del desarrollo infantil temprano Roberto de Bernardi* sistema que facilite y apoye la operación cotidiana de los programas. Por ejemplo, la existencia de un sistema para la atención a la primera infancia requiere de suficiente recurso humano bien calificado que se produzca de manera continua para atender a los niños y niñas en los programas de atención disponibles; salarios competitivos para los profesionales de preescolar, de tal manera que se puedan atraer excelentes candidatos; la existencia de oportunidades de entrenamiento laboral, acompañamiento y desarrollo profesional que promuevan el mejoramiento continuo del personal; la existencia de un sistema de información confiable y frecuente que permita hacerle seguimiento a los programas; la disponibilidad de estándares de calidad que se puedan exigir de manera creíble a los proveedores; la disponibilidad de contenidos pedagógicos específicos para guiar el proceso de aprendizaje de manera suficientemente estructurada; y una estructura institucional de la política de primera infancia que sea sostenible y esté bien coordinada. La construcción y la sostenibilidad del sistema requieren de recursos, una institucionalidad apropiada y un seguimiento permanente de las metas. El día a día de la operación de los programas que actualmente atienden a los niños y niñas en Colombia no da suficiente espacio para pensar de manera sistémica en las necesidades de mediano y largo plazo y en los requisitos que debe cumplir el sistema de atención a la primera infancia para lograr de manera sostenible el objetivo final de promover el desarrollo integral de la niñez. Es importante hacer una inversión de capital humano, recursos financieros y fortalecimiento institucional para garantizar la sostenibilidad e impacto de los programas que con tanto esfuerzo el país ha venido mejorando y ampliando durante los últimos años.
Fotografía: cortesía de Unicef.
Para poder mencionar los posibles obstáculos en el logro de políticas efectivas que garanticen el desarrollo infantil temprano (DIT), es necesario empezar por definir este último. Para Unicef, el desarrollo infantil temprano se refiere al desarrollo físico, cognitivo, lingüístico y socioemocional de las niñas y niños de cero a ocho años, de una manera integral para el cumplimiento de todos sus derechos. El DIT comprende situaciones relacionadas con la salud, la nutrición, el aprendizaje, la educación y el apoyo familiar, así como con la atención a la protección y bienestar social de ellas y ellos desde que nacen hasta los primeros años de la escuela primaria (aproximadamente hasta los ocho años). Aquí se evidencia la complejidad del tema a tratar, que supone, desde el Estado, la intervención de distintos sectores de este. Abarcar su totalidad es arduo, es exigente * Representante de Unicef en Colombia.
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política, técnica y presupuestalmente, y retador en la medida en que contiene interrelaciones de diversa naturaleza para la búsqueda de la integralidad. Partiendo desde políticas que deben involucrar a distintos sectores del Estado por la complejidad del DIT, se supone la construcción de una nueva institucionalidad, en la cual se sustente la coordinación de múltiples lógicas, equipos y presupuestos que tienen como sustento la perspectiva multidimensional del desarrollo infantil y, por ende, de los actores y responsabilidades implicadas directamente en su desarrollo; en este sentido, la mirada integral del Estado no siempre ha sido suficiente para orientar una política pública que permita transformar la perspectiva y las prácticas sociales alrededor del desarrollo infantil temprano. Y es aquí en donde se describen algunos de los obstáculos para el logro de políticas efectivas en la garantía del DIT. Uno de ellos es la dificultad para que el Estado y su institucionalidad contengan la integralidad en sus diversos enfoques, lineamientos y programas
A pesar de los esfuerzos de los distintos gobiernos, aún son sujetos a mejorar los lazos entre el Estado y la familia
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y que esta a su vez se armonice en el territorio con la presencia institucional, su nivel de desarrollo, las dinámicas propias del territorio y de la sociedad civil, así como con las necesidades y condiciones que afectan el proceso de desarrollo de las capacidades de las niñas y los niños. Es justamente en el territorio en donde se implementan y se evidencian las transformaciones de las prácticas sociales que inciden positivamente en la vida de las niñas y niños pequeños. Lograr esta institucionalidad pasa por vencer otros obstáculos, entre ellos los relacionados con presupuestos deficientes para lograr coberturas universales; con las desigualdades en el acceso a programas y servicios y en la calidad de los mismos programas y servicios; con el escaso desarrollo de sistemas integrales de protección y de mecanismos para la exigibilidad de los derechos; con los deficientes niveles de cualificación y formación del talento humano; con la falta de información y el escaso desarrollo de investigaciones; y con insuficientes mecanismos para asegurar a nivel familiar y comunitario la corresponsabilidad y la generación de redes de apoyo. A nivel familiar, a pesar de los esfuerzos de los distintos gobiernos, aún son sujetos a mejorar los lazos entre el Estado y las familias, pues estas aún no cuentan con los conocimientos ni con los recursos materiales y simbólicos indispensables para acompañar, estimular y promover el desarrollo de las niñas y niños que dependen de ellas. Ahora bien, si los obstáculos se logran superar, si esa nueva institucionalidad de mirada y acción integral existe no solo a nivel nacional sino territorial, es posible afirmar con evidencias que las políticas son efectivas, en la medida en que las niñas y los niños se mueren y enferman menos, crecen de manera saludable, y pueden desarrollar en pleno su pensamiento, su lenguaje, sus emociones y sus habilidades sociales.
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Una apuesta conjunta que garantice el desarrollo infantil Ana Rita Russo de Sánchez*
que se llevan a cabo en las diversas modalidades de educación inicial. Sin embargo, es importante entender, como nos plantea también Winnicott, que “la función del jardín infantil no consiste en sustituir una madre ausente, sino en complementar y ampliar el papel que solo la madre puede desempeñar en los primeros años de la vida del niño” (s. f.). Es así como en Colombia las modalidades de educación inicial —institucional, familiar y comunitaria— se constituyen en un escenario propicio para el proceso de coconstrucción humana. Sin embargo, las desigualdades y carencias que viven nuestros niños y niñas hacen que acceder a la educación inicial signifique una segunda oportunidad.
Fotografía: cortesía de Ana Rita Russo.
Dice Donald Winnicott: “El jardín infantil debe considerarse como una extensión ‘ascendente’ de la familia, en lugar de una extensión ‘descendente’ de la escuela primaria” (s. f.). Con esta frase damos cuenta de que es necesario conciliar saberes entre los actores del Gobierno, los actores de la academia y los diversos organismos internacionales, para que creen y pongan en práctica políticas que garanticen el desarrollo infantil. Este conocimiento debería impactar positivamente a aquellos que tienen a su cargo la atención integral de la primera infancia. El niño y la niña experimentan, en sus primeros años, una serie de procesos que les permiten acceder al orden de lo simbólico, adquirir el lenguaje, expresar sus pensamientos e ideas de formas distintas, y avanzar en la consolidación de vínculos afectivos con cuidadores y adultos significativos. Vemos en la práctica cómo estas funciones, que hace algunas décadas ocurrían casi exclusivamente en el hogar, hoy son parte de las acciones
Por esto se hace necesario reconocer los obstáculos que hasta el momento han dificultado la consolidación de políticas que garanticen el desarrollo infantil, y desde allí plantear estrategias en beneficio de los niños y las niñas: • Propiciar una articulación efectiva y duradera entre las diferentes instituciones públicas encargadas de la educación de la primera infancia y cobijarlas bajo una integración de saberes y propuestas que tengan en cuenta a la academia. • Generar una sincronía de acciones que integre las teorías de la educación con los planteamientos del desarrollo integral. De esta manera habrá una flexibilización entre los contextos naturalistas y la acción pedagógica que se requiere para potenciar el desarrollo del niño y la niña.
Es necesario establecer perfiles más claros de quienes deseamos que sean los educadores infantiles
*Directora del Programa de Desarrollo Psicoafectivo y Educación Emocional (Pisotón), Universidad del Norte.
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Equidad: desafío para la infancia y la paz Cristina Plazas Michelsen* • Avanzar en el establecimiento de perfiles más claros de quienes deseamos que sean los educadores infantiles, y desarrollar un plan de cualificación que contribuya a fortalecer su desempeño. • Dotar de identidad pedagógica los escenarios de atención a la primera infancia, para que directivos, coordinadores, agentes educativos y padres de familia compartan un horizonte de sentido que les permita contribuir al desarrollo integral de los niños y las niñas de manera coherente y articulada. En el marco de estos retos hay una apuesta de país, donde la integración entre academia, Gobierno y sector privado debe enfocarse hacia la escucha sensible, el reconocimiento del otro y sus necesidades, y el deseo de alcanzar el bienestar integral. Este enfoque debe evidenciar que el niño y la niña son nuestro centro, y el bienestar biopsicosocial, nuestro mayor objetivo. Referencias Winnicott, D. (s. f.). Psicomundo. Recuperado el 23 de junio de 2015 de http://www.psicoanalisis.org/winnicott/papmadre.htm
[Guía de lectura] ¿Qué se hace desde el Estado por la primera infancia?
Además de las instituciones que tradicionalmente han ofrecido atención a la primera infancia en Colombia, desde 2011 se conformó la Estrategia Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia De Cero a Siempre. Liderada desde la Presidencia, el foco de esta estrategia es la atención integral, lo que quiere decir que diversas instituciones trabajan conjuntamente para garantizar que a los niños les llegue, simultáneamente, protección, atención, cuidado, salud, nutrición y educación inicial. www.deceroasiempre.gov.co
Fotografía: cortesía de ICBF.
Si tuviera que definir cuál es el mayor obstáculo para lograr políticas efectivas que garanticen el desarrollo infantil temprano, no dudaría en afirmar que es la pobreza. En Colombia hay más de 5 millones de niños y niñas menores de seis años, de los cuales más de 2 millones 400 mil viven en condiciones socioeconómicas que les impiden acceder a una buena alimentación, vivienda, salud y educación, entre otros elementos fundamentales para el desarrollo en esa primera etapa de la vida. Según cifras consolidadas en el año 2010 por la Comisión Intersectorial para la Primera Infancia (CIPI), uno de cada diez niños presentaba bajo peso al nacer, el 13,2% de la población en primera infancia presentaba desnutrición crónica, una de cada cinco mujeres adolescentes ya era madre, y tres de cuatro niños en condición de vulnerabilidad no recibían atención integral.
* Directora general de ICBF.
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[debate]
Ante este panorama, el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos entendió que la pobreza, más que un obstáculo, era un desafío, y que la mejor forma de enfrentar la situación de miles de niños —y familias— en Colombia era emprendiendo una verdadera lucha por la equidad.
Adicionalmente, con este enfoque de atención integral reciben el 70% del aporte nutricional que requieren para contar con una nutrición adecuada y buena salud. Por otra parte, se atienden madres gestantes y lactantes, con lo cual se promueve el desarrollo integral desde la gestación.
Fue así como se creó, por medio del Decreto 4875 de 2011, la Comisión Intersectorial para la Atención Integral de la Primera Infancia, a partir de la cual se inició un trabajo articulado con los sectores de educación, salud, y cultura, la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema (Anspe), el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), la Dirección Nacional de Planeación (DNP) y, por supuesto, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
De igual forma, se ha construido y mejorado la infraestructura para cumplir con estándares de calidad. El país hoy cuenta con 74 nuevos Centros de Desarrollo Infantil (CDI), y las unidades de servicio de Educación Inicial han sido fortalecidas y cualificadas.
La labor de la Comisión trascendió el esquema sectorial, centrado en los servicios, e hizo posible formular la estrategia De Cero a Siempre, que desde la perspectiva de derechos y la doctrina de la protección integral, y con una perspectiva diferencial, promueve el desarrollo integral de cada niño y niña del país. Actualmente, cerca de 1 millón 200 mil niños y niñas de cero a cinco años de los sectores más vulnerables, tanto en las zonas urbanas como en las rurales, reciben una atención integral en modalidades de educación inicial y en hogares comunitarios que han sido cualificados. La meta es ampliar la cobertura a 2 millones 400 mil niños y niñas en el actual periodo de Gobierno.
El presidente Santos sabe, más que nadie, que la paz no solo es la que se discute en La Habana, sino la que se construye con igualdad de oportunidades, especialmente para nuestros niños, niñas y adolescentes en las regiones. Así lo entendemos en el ICBF y por eso seguiremos trabajando de manera unificada con un enfoque de equidad, articulando todos los planes, programas y acciones a favor de la primera infancia.
La pobreza es el mayor obstáculo para lograr políticas efectivas que garanticen el desarrollo infantil temprano
Los menores vinculados a modalidades de atención integral impulsadas por la estrategia De Cero a Siempre disfrutan de una educación inicial de calidad con equipos interdisciplinarios que formulan e implementan proyectos pedagógicos centrados en el juego, el arte, la exploración del medio y la literatura, actividades rectoras de la infancia desde las cuales los niños se relacionan con el mundo y potencian su desarrollo.
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[columna]
Economía y otras disciplinas complementarias Rudolf Hommes*
A
lgunos de los problemas económicos críticos en Colombia requieren la intervención de expertos en otras disciplinas para entender mejor el fenómeno y para solucionar los problemas que este induce. Una de esas anomalías es el excesivo valor que los colombianos le concedemos a la tierra. En un artículo reciente de la revista The Economist se refieren a la preferencia que tienen los colombianos y algunos otros latinoamericanos de guardar valor en tierra y en bienes raíces (“Latin America’s Rural Dream”, mayo 2-5, 2015). No tratan de explicar por qué sucede esto, pero citan a una de las protagonistas de la novela La Oculta, de Héctor Abad, que afirma: “Creo que todos en este país tienen un sueño escondido en la cabeza, el sueño secreto de la tierra, un pequeño terreno que los haga sentir seguros, una reserva oculta contra los mil infortunios que pudieran suceder”. Y hacen notar que este comportamiento afecta el financiamiento de la inversión productiva y eleva innecesariamente el valor de la tierra.
Han habido periodos muy prolongados en los que la tierra en los valles y altiplanos andinos costaba más que en el valle de San Luis en Colorado, donde la productividad por hectárea de cultivos de cebada y otros cereales supera varias veces la de las áreas en Colombia donde se pueden cosechar estos productos y hay agua abundante para regarlos. En algunas regiones de Colombia, la tierra cuesta más que en la pampa húmeda argentina. En el Valle del Cauca los altos precios de la tierra han impedido que surjan otros cultivos diferentes a la caña de azúcar, y ese elevado precio de la tierra se sostiene artificialmente por los esquemas de protección que se le otorgan al azúcar. Pero en otras áreas donde no se hace efectivo ese privilegio, la tierra también está sobrevalorada por el apego que le tienen los colombianos a poseer finca raíz, bien descrito por Héctor Abad. Hacen falta sociólogos o psicólogos sociales que nos ayuden a entender estas preferencias, porque tienen consecuencias económicas como las que destaca el artículo referido y consecuencias políticas
más trascendentales, de gran importancia para el desarrollo y a corto plazo para la paz. Gran parte de la violencia que ha sufrido Colombia tiene un trasfondo de pugna por la tierra, pugna que no tendría la intensidad que ha tenido si los precios de esta no estuvieran tan fuera de línea con los internacionales y no fuera el activo preferido para guardar valor. Durante la Violencia de los años cuarenta a sesenta, la tierra cambió de manos en la zona cafetera, en el Valle del Cauca y en otras regiones por presión de los “pájaros” y otros elementos violentos paraoficiales u oficiales. Recientemente, el desplazamiento de campesinos de las áreas del país donde operaron los paramilitares y/o la guerrilla que ha afectado a millones de personas ha tenido como consecuencia que se ha concentrado la propiedad y que empresas capitalistas han adquirido a precios relativamente bajos tierra que era de campesinos y se ha valorizado posteriormente. Si el gobierno anuncia que va a adoptar
* Ministro de Hacienda (1990-1994). Rector de la Universidad de los Andes (1995-1997). Socio fundador de Capital Advisory Partners.
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políticas para devolverles esas tierras a sus propietarios originales o para mejorar el acceso a la tierra de los campesinos de otras regiones, que son muy productivos en sus pequeñas parcelas pero que están limitados por el tamaño de estas y no pueden crecer o acumular más tierra por falta de mecanismos de acceso a mayores extensiones, se produce un rechazo muy amplio de esas medidas, inclusive por parte de la clase media urbana. Muchos colombianos que no serían afectados por esas políticas se oponen a ellas porque las ven como amenaza para sus fincas, que por lo general no superan unas pocas hectáreas, pero que a pesar de ello les permiten pensar como terratenientes y asumir actitudes concordantes con ese papel. Apoyan movimientos como el Centro Democrático con el argumento de que la política de “Seguridad Democrática” del periodo 2002-2010 les permitió “ir o volver a la finca”. Otro aspecto cultural o político que se interpone como un obstáculo a un desarrollo más dinámico de la agricultura en Colombia es el concepto de que las tierras que posee el Estado colombiano en diferentes regiones solamente pueden destinarse a ser ocupadas y explotadas por campesinos, y hay una especie de culto popular al concepto de lo que significa ser campesino que no tiene en cuenta los padecimientos de los campesinos sino los aspectos románticos de la vida bucólica. Y se ha convertido en un fetiche, un espantapájaros retórico que tiene atascado el progreso del sector agropecuario. Algunos herederos de grandes latifundios expresan su amor por los campesinos quejándose de que en algunas regiones como Boyacá y Cundinamarca, por ejemplo, hayan dejado a un lado el cultivo de los productos que llamaban de “pan coger” para cultivar tomates en invernadero, por ejemplo, u otros cultivos intensivos de alimentos de agricultura comercial. Como consecuencia de ese cambio en los métodos de producción, los campesinos adquieren medios de transporte (motocicletas y vehículos usados) y de comunicación (celulares y tabletas) y niveles de ingreso que rápidamente contribuyen a que ellos y sus familias dejen de ser campesinos. Curiosamente, los activistas e ideólogos de izquierda comparten la misma visión romántica que tienen los soñadores de origen terrateniente, con la variante de que quieren quitarles la tierra a estos últimos. No contemplan la posibilidad de que los habitantes rurales superen su condición de
campesinos, porque si prosperan y se convierten en pequeños empresarios agrícolas, van a estar menos dispuestos a seguirlos. En otro contexto, la revista New Left Review decía hace años, quizás treinta, que a los únicos que no les gustaba que los habitantes de países en desarrollo mejoraran su capacidad de consumo era a los ricos de esos países y a los intelectuales de los países ricos. Algo parecido sucede en este caso respecto al ascenso de los campesinos en la escala de ingreso y en la utilización de tecnología. No les gusta a los izquierdistas ni a los terratenientes y les sirve a estos últimos para oponerse a programas de acceso a la tierra que cambien la distribución y los usos de esta. No tiene sentido que el Estado colombiano esté sentado sobre varios millones de hectáreas mal explotadas o inexplotadas y no pueda promover y financiar con ellas una revolución de la producción agrícola porque persiste la idea de que lo único legítimo que puede hacer es entregárselas a campesinos, cuando hay tierra de sobra para hacer eso y mucho más.
Una iniciativa de la Escuela de Gobierno que propone una discusión entre especialistas sobre los problemas públicos que enfrenta nuestro entorno, para producir insumos que incidan en la política pública. Más información:
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[investigación]
[investigación]
La educación inicial desde la perspectiva de los derechos: una mirada a los procesos en el aula
Carolina Maldonado Carreño* Paola Andrea Guerrero** Garantizar el desarrollo de los niños de cero a cinco años va más allá de proveer espacios, materiales y personal para su cuidado. Gran parte de la fórmula está en cómo se utilizan estos recursos.
* Profesora asociada, Departamento de Psicología, Universidad de los Andes. ** Coordinadora de proyectos académicos, Centro de Investigación y Formación en Educación (CIFE), Universidad de los Andes.
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[investigación]
La educación de los niños menores de cinco años es uno de los temas políticos y sociales que más atención ha recibido en los últimos años. En Colombia se ha argumentado de manera reiterada que la inversión en educación inicial es importante y necesaria, pues permite mejorar el desarrollo de los niños y, a largo plazo, aumentar los niveles de escolaridad. Además, conduce a elevar los ingresos y a disminuir las tasas de criminalidad y la dependencia de programas de asistencia social. Así mismo, se ha mostrado que las inversiones en primera infancia son más rentables que aquellas centradas en etapas posteriores del desarrollo. Si bien estos argumentos económicos son muy importantes, no son suficientes ni fundamentales.
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La principal razón para centrar nuestra atención en la educación inicial está consignada en la Constitución Política de Colombia y en varios tratados internacionales que el país ha firmado: la educación es un derecho fundamental, es esencial para el desarrollo pleno de las potencialidades de los individuos y para acceder al conocimiento y demás bienes de la cultura. En este marco, la educación inicial es imprescindible, pues no solo potencia el desarrollo de los niños, sino que crea oportunidades para acceder a niveles superiores de educación, alcanzar la equidad de género y romper el ciclo de la pobreza. Nuestro interés por la educación inicial debe responder a la preocupación por garantizar el derecho de todos los niños y niñas a tener acceso a una educación de calidad que reconozca su dignidad y les permita desarrollar en pleno sus potencialidades. Desde esta perspectiva de los derechos, la calidad de la educación inicial no solo implica proteger las inversiones económicas. Exige
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[investigación]
considerar con igual atención factores estructurales, procesos y resultados de las experiencias que los niños encuentran en los jardines a los que asisten antes de ingresar a la educación básica (Unicef, 2007). Los factores estructurales hacen referencia a los recursos humanos, físicos y materiales que pueden ser controlados administrativamente. Entre estos están el nivel de formación de los profesores, el número de profesores por estudiante, la seguridad de los espacios y la disponibilidad de recursos. Por su parte, los factores de proceso reflejan las experiencias que los niños tienen en el salón y hacen referencia a las propiedades y características de las interacciones que tienen con sus profesores y a las prácticas pedagógicas que estos utilizan. Finalmente, los resultados en este caso son las habilidades que los niños han desarrollado y aseguran una transición exitosa a la educación básica. Desafortunadamente, la atención de los gobiernos, formuladores de políticas e investigadores ha tendido a centrarse en los factores estructurales y los resultados como únicos indicadores de la calidad, quizás porque son más fáciles de medir con instrumentos convencionales. Sin embargo, este énfasis desatiende la teoría y los resultados de la investigación en disciplinas como la educación y la psicología, que señalan que el desarrollo pleno de los niños está relacionado con los procesos en el aula. Específicamente, está relacionado con las estrategias que los profesores utilizan para permitir la participación de los niños en las actividades, su intencionalidad pedagógica, y la calidez y el tono emocional de las interacciones. Estos procesos, a su vez, responden a los contextos en los que están inscritos los individuos (el jardín, la familia, el barrio, las políticas públicas sobre educación) y a la cultura y las prácticas socioculturales que organizan la manera de concebir la infancia, el desarrollo, y las interacciones entre niños y adultos.
Desafortunadamente, la atención de los gobiernos ha tendido a centrarse en los factores estructurales
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Nuestra investigación se enmarca en la perspectiva de los derechos y busca estudiar la calidad de la educación inicial (con especial atención en los procesos) y su relación con las trayectorias de desarrollo de los niños. Con este propósito, en 2012 iniciamos un proyecto en el que a lo largo de un año y medio seguimos el desarrollo de 249 niños y niñas que cursaban el grado prejardín en 61 salones en jardines privados y cofinanciados, ubicados en barrios de estratos 1, 2 y 3 de Bogotá (Maldonado-Carreño y Votruba-Drzal, 2014). Evaluamos el desarrollo de los niños en tres momentos y en sus diferentes dimensiones. Además, evaluamos la calidad de las experiencias educativas a través de observaciones de aula que fueron analizadas con la escala ECERS-R (Harms, Clifford y Cryer, 1998), que arroja una medida global de la disponibilidad de recursos, espacios e interacciones. Usamos también la escala CLASS (Pianta, La Paro y Hamre, 2005), que captura de manera específica las prácticas de las profesoras y su interacción con los niños en las dimensiones de apoyo emocional, organización del aula y apoyo instruccional. Estas observaciones fueron realizadas en el periodo de la jornada en el que las profesoras dedican más tiempo a actividades pedagógicas (8:00 a. m. a 12:00 p. m.). Los resultados de este estudio aportan evidencia interesante sobre las condiciones necesarias para asegurar el derecho a la educación y plantean preguntas sobre la evaluación y el tipo de indicadores necesarios para entender la calidad de la educación en nuestro contexto.
Los procesos en el aula y el derecho a la educación
Nuestas observaciones indican que la calidad de la educación que los niños reciben es en general baja, aunque comparable con la observada en otros países como Chile y Ecuador (Leyva et al., 2015). La escala ECERS-R mostró que los jardines evaluados tienen, en promedio, bajos niveles de calidad (un puntaje de 2,0 sobre un máximo de 7,0, que para estándares internacionales equivale a un nivel de calidad inferior al mínimo). Esto significa que en los jardines observados los niños encuentran pocos espacios y recursos que estimulen su desarrollo, con horarios para actividades y rutinas de cuidado y supervisión poco establecidos, además de pocas interacciones efectivas para regular la disciplina o promover el aprendizaje.
[investigación]
14%
21%
65%
Rutinas y transición entre actividades Actividades con intención pedagógica Juego libre
Figura 2. Tiempo por tipo de actividad y contenido en un periodo de observación de tres horas. Ejercicio físico y juego estructurado Manualidades Arte, drama y música
Ciencias y pensamiento lógico Conteo, escritura y lectura de números Comprensión de cantidades Conciencia fonológica Conocimiento de letras y palabras
40,0’
35,0’
30,0’
25,0’
20,0’
15,0’
10,0’
Literatura y comprensión 5,0’
Estos resultados sugieren que si bien las maestras pueden ofrecer un ambiente cálido y afectuoso y ser sensibles a las necesidades de los niños, no necesariamente proponen interacciones que reten el pensamiento y el lenguaje de estos, ni que promuevan su autorregulación mientras estimulan el aprendizaje. Para entender esa discrepancia y poder capturar qué otras actividades y prácticas tienen lugar en los salones, hicimos un análisis cualitativo más detallado de las observaciones realizadas. Este análisis nos mostró que los puntajes en las tres dimensiones del CLASS son significativamente mayores cuando la profesora y los niños están involucrados en actividades con contenido o intencionalidad pedagógica clara (por ejemplo, leer un libro, analizar un fenómeno científico). Sin embargo, encontramos que la mayor parte del tiempo está dedicada a rutinas cotidianas como la alimentación o la limpieza o a la transición entre actividades, y solo un porcentaje del tiempo menor está destinado a actividades que ponen en juego el lenguaje o el pensamiento lógico, matemático o científico (ver figura 1). La figura 2 muestra el número de minutos destinados a diferentes tipos de contenido.
Figura 1. Porcentaje de tiempo dedicado a cada tipo de actividad.
0,0’
El CLASS fue diseñado para capturar los procesos que hacen parte de la calidad de la educación y se usa en varios países como una medida de la efectividad de las interacciones en el aula. Los resultados mostraron que en los salones observados el apoyo emocional está en el nivel medio (promedio de 4,4 sobre 7,0). Esto significa que las profesoras a menudo promueven un clima cálido en el aula, son sensibles a las necesidades de los niños y utilizan estrategias positivas de comunicación. Así mismo, encontramos que la organización del aula está en el nivel medio (3,4 sobre 7,0), lo que indica que solo algunas veces las profesoras utilizan estrategias productivas para manejar el comportamiento, ocasionalmente proponen actividades interesantes para los niños y utilizan rutinas que no siempre son efectivas para la transición entre actividades. Estos resultados son similares a los observados en Chile, Ecuador y Estados Unidos. Por otro lado, y también consistente con los resultados de esos países, encontramos un promedio de apoyo instruccional en el nivel bajo (2,1 sobre 7,0), que indica que las profesoras promueven poco la participación de los niños en situaciones de aprendizaje, ofrecen poca retroalimentación o guía y utilizan pocas estrategias para facilitar y estimular el desarrollo del lenguaje.
Esta información descriptiva genera múltiples cuestionamientos sobre la manera en que las profesoras de educación inicial logran equilibrar las demandas de cuidado cotidiano con la oportunidad de suscitar el desarrollo de los niños. El reto sigue siendo promover en los jardines la autorregulación, el lenguaje y el interés por la observación, la exploración, la comprensión y el descubrimiento de fenómenos físicos, sociales y numéricos que definen el desarrollo durante los primeros años de vida y que además son indispensables para la transición exitosa a la educación formal.
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[investigación]
¿Qué ocurre con el desarrollo de los niños?
Al examinar la asociación entre los indicadores de calidad y el desarrollo de los niños encontramos que los resultados no son tan contundentes como lo indica la evidencia de estudios internacionales. Encontramos que los niños que asisten a salones con puntajes más altos en aspectos estructurales y niveles más altos en la calidad de las interacciones presentan un mayor aumento en su habilidad para identificar letras y palabras, en la comprensión de vocabulario y conceptos numéricos, y en motricidad fina y autorregulación. Sin embargo, no encontramos un aumento en la conciencia fonológica, la motricidad gruesa, las habilidades sociales ni los procesos de pensamiento ejecutivo asociado a los niveles más altos de calidad. Estos resultados nos llevan a pensar en cuáles son las habilidades que con mayor énfasis se están promoviendo en la educación inicial y en cómo deben ser las interacciones y prácticas pedagógicas para propiciar de manera efectiva el desarrollo de los niños.
Observar, evaluar y comprender la calidad de la educación
Capturar la compleja interacción del desarrollo infantil con las características de los niños, sus familias y los procesos que tienen lugar en los jardines infantiles es uno de los problemas centrales en la evaluación de la calidad de la educación. Los resultados que aquí hemos presentado ponen de manifiesto la importancia de hacer observaciones cuidadosas de las prácticas pedagógicas y de las interacciones entre niños y profesores, y enfatizan la necesidad de analizar la orientación que los lineamientos y políticas dan a los procesos en el aula. Además, estos resultados muestran que la investigación en educación exige observaciones cuidadosas de los procesos en el aula y el ajuste y validación cultural de instrumentos para capturar adecuadamente la calidad en función de factores estructurales, procesos y resultados. Así mismo, se requieren esfuerzos interdisciplinares y fundamentados teóricamente para comprender qué
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hacen los niños en los jardines infantiles y cuáles son las prácticas, actividades e interacciones que promueven su desarrollo en estos contextos educativos. El análisis cualitativo y cuantitativo de los procesos que los niños encuentran en el aula puede sugerir pistas relevantes sobre cómo se forma y crece la brecha educativa durante los primeros años, y sobre los avances en el cumplimiento del derecho a la educación. Es necesario entonces consolidar indicadores que trasciendan la cobertura y los resultados y que den cuenta de los procesos en el aula. Esta información permitirá diseñar políticas e intervenciones educativas que conduzcan a que los jardines tengan currículos relevantes e inclusivos que potencien el desarrollo de las habilidades cognitivas, sociales y emocionales necesarias para que los niños puedan enfrentar efectivamente los retos del desarrollo y de la convivencia. Además, esa información debe orientar la formación de los maestros para promover en ellos las competencias necesarias para que puedan proponer a los niños interacciones efectivas y actividades que promuevan la exploración de fenómenos naturales, el desarrollo del lenguaje, el uso de operaciones lógicas y conceptos numéricos, y la capacidad de entender el mundo social y establecer relaciones en las que se respeten los derechos y la dignidad de los otros.
Referencias - Harms, T., Clifford, R. M. y Cryer, D. (1998). Early Childhood Environment Rating Scale-Revised. Nueva York: Teachers College Press. - Leyva, D., Weiland, C., Barata, M., Yoshikawa, H., Snow, C., Treviño, E. y Rolla, A. (2015). Teacher-child interactions in Chile and their associations with prekindergarten outcomes. Child Development, 86(3), 781-799. - Maldonado-Carreño, C. y Votruba-Drzal, E. (2014). Early childhood development and preschool quality in Bogota, Colombia. Manuscrito sin publicar, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. - Pianta, R. C., La Paro, K. M. y Hamre, B. K. (2008). Classroom Assessment Scoring System (CLASS). Baltimore, Meriland: Brookes. - Unicef. (2007). A human rights-based approach to education. Nueva York: United Nations Children’s Fund.
Crea conocimiento y desarrolla capacidades para el liderazgo público. Más información:
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[Guía de lectura] Periodos de desarrollo crítico en el ser humano
Desde antes del parto hasta los dos años, los niños experimentan un rápido desarrollo: en este momento se define su arquitectura cerebral, que funcionará como base para toda la vida. Durante los primeros dos años, setecientas conexiones neuronales nuevas se forman cada segundo. Así se comienza a formar la visión, la escucha, y después el lenguaje y la cognición. Sobre estas primeras conexiones se teje el camino de los circuitos posteriores y más complejos del cerebro. Las experiencias vividas en este periodo determinan si estos circuitos son fuertes o débiles. Center on the Developing Child, Harvard University, National Conference of State Legislature, NGA Center for Best Practices. InBrief Series. The Science of Early Childhood Development.
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[fotorreportaje]
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Entornos para crecer
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[fotorreportaje]
El 5 de septiembre se inauguró en la localidad de San Cristóbal (Bogotá) el Jardín Infantil Acunar ‘Gabito’. Con setenta niños a su cargo, este particular espacio les ofrece a los pequeños de entre cero y tres años el cuidado, la educación, la alimentación y el acceso al arte, al juego y a la cultura que necesitan mientras sus padres trabajan. Unas cuadras más al norte, todavía en la misma localidad, la Casa de Integración Familiar ‘La puerta del amor’ apuesta, desde febrero de 2015, por el fortalecimiento de lazos entre padres o acudientes, hijos y hermanos. Allí se trabajan los vínculos familiares y las pautas de crianza de cientos de familias de la zona. Con estas iniciativas por la primera infancia, la Alcaldía de Bogotá se ha propuesto cubrir los entornos que necesitan los niños para desarrollarse adecuadamente: la escuela y la familia.
Tres de los niños que asisten al jardín ‘Gabito’ posan alegremente con sus narices pintadas de azul, después de haber realizado una actividad para aprender los nombres de los colores primarios en español y en inglés. Ellos hacen parte del grado ‘párvulos’, que acoge a pequeños entre dos y tres años. Todos los días, antes de trabajar, sus padres los dejan aquí, donde setenta niños pasan el día compartiendo y desarrollando las habilidades que servirán de base para su futuro.
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[fotorreportaje]
Al llegar al jardín, lo primero que se ve son varios ‘cajones’ con dibujos de mariposas, alusivas al escritor Gabriel García Márquez, 'Gabito'. No se trata de un jardín infantil convencional; todos sus espacios (los salones y baños, la cocina, el comedor, la lavandería y las oficinas), están construidos a partir de contenedores. Esta estrategia ha permitido que los llamados jardines modulares estén listos al cabo de tres meses.
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[fotorreportaje]
En el aula, los niños realizan diferentes actividades que desarrollan sus habilidades motrices y de lenguaje, de la mano de una maestra profesional que acompaña todo el proceso de aprendizaje. Hoy, además de cantar canciones sobre animales, jugar, bailar y escuchar algunas lecturas infantiles, los pequeños dedican su tiempo a aprender los colores y las vocales en español y en inglés.
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[fotorreportaje]
La alimentación es uno de los aspectos clave en el buen desarrollo de los niños. En ‘Gabito’ cada niño toma medias nueves, almuerzo y onces, para los cuales hay veinticinco menús diferentes al mes. Hoy, después de haber almorzado un jugoso plato de fríjoles, arroz, papa salada, carne desmechada, ensalada y jugo, comieron brownie con yogur antes de terminar la jornada.
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[fotorreportaje]
A los pequeños que aún no tienen la edad para ir hasta el comedor, las auxiliares pedagógicas les dan de comer en la sala materna, un espacio especialmente dedicado a bebés y ‘caminadores’, es decir, aquellos niños que comienzan a dar sus primeros pasos. Además de alimentarlos, las auxiliares juegan con ellos, les leen y los acompañan a dormir.
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La relación con los adultos es de suma importancia para los niños. Sus maestras, padres y cuidadores son quienes les dan la sensación de seguridad y confianza a través de la calidez de su compañía y el tono dulce de su voz. Por esta razón, para el jardín es fundamental el acompañamiento y formación a las familias, a través de su psicóloga. Con ella se realizan actividades como ‘Historias de vida’, donde los padres cuentan, desde la voz de sus hijos, cómo se conformaron las familias y cómo los niños llegaron a ellas.
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Nidia Reyes, coordinadora del Jardín, muestra una de las ‘Historias de vida’: “12.07.12. El noviazgo de mis papitos ellos planeaban tener un hijo en un futuro y que fuera niño que su nombre iba a ser Justin fue un nombre escogido por los dos. Después de un año de noviazgo mi papá Dios quiso bendecir a mis papitos con mi llegada […]”
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[fotorreportaje]
En la modalidad de Ámbito Familiar, la Alcaldía de Bogotá presta atención a los niños desde la gestación hasta los tres años, directamente en sus hogares. Para apoyar esta labor, en la Casa de Integración Familiar ‘La puerta del amor’ se realizan encuentros grupales en los que se trabaja desde la pedagogía, la nutrición, el apoyo psicosocial y, con el apoyo de IDARTES, desde las artes y la cultura. Así, cada familia inscrita recibe talleres y capacitaciones en los cuatro componentes a lo largo de cada mes para aprender las mejores prácticas de cuidado y educación para sus hijos. Actualmente esta Casa recibe alrededor de 6200 participantes.
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“La calidad en
Secretaría Distrital de Integración Social A través del Programa Ser Feliz Creciendo Feliz, Bogotá Humana avanza en la inclusión social y la eliminación de la segregación desde la primera infancia, gracias al trabajo intersectorial de las Secretarías Distritales de Integración Social, Educación, Salud, Cultura y Recreación y Deporte, y del Instituto Distrital de las Artes. El programa garantiza los derechos de las niñas y los niños desde la gestación hasta los cinco años para que logren su desarrollo integral, mediante acceso a salud y nutrición; a educación inicial inclusiva y de calidad a partir del disfrute del juego, el arte, la literatura y la exploración del medio, y a espacios adecuados, seguros y protectores, con la corresponsabilidad de madres, padres, cuidadores y otros agentes educativos y culturales. Las acciones se desarrollan a través de las modalidades de ámbito institucional, ámbito familiar y ámbitos no convencionales bajo un enfoque que reconoce la diversidad y tiene en cuenta la identidad cultural de las niñas, niños y sus familias, el territorio donde viven, las características particulares de su desarrollo y los espacios donde participan.
Fotógrafo Andrés Felipe Valenzuela af.valenzuela@uniandes.edu.co Las fotografías se tomaron gracias a la colaboración de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS). Agradecimientos especiales Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS). Astrid Eliana Cáceres Subdirectora para la Infancia SDIS. Luisa Morales SDIS. Nidia Reyes Coordinadora Jardín Infantil Acunar ‘Gabito’. Manuel Medina Referente de Ámbito Familiar en la localidad de San Cristóbal.
los servicios, las condiciones de estructura, los sistemas de información y una agenda de evaluación de las políticas públicas son los aspectos que más inversión requieren para la primera infancia en Colombia.
Constanza Alarcón Coordinadora de la Comisión Intersectorial de Primera Infancia . Vea la charla completa
[nota especial]
[nota especial]
La adopción en Colombia Hace dos años, los medios de comunicación reportaron con preocupación una importante caída de las adopciones en Colombia. De 2,713 niños adoptados en 2011 se pasó a 1,465 en 2012, 1,125 en 2013 y 1,148 en 2014 (Revista Semana; El Tiempo). Esta caída se debió, además de otros factores, a la sentencia T-844/11 de la Corte Constitucional, que, a partir de un caso, establecía la necesidad de analizar la situación de la familia extensa antes de declarar la adoptabilidad de un menor de 18 años. El ICBF interpretó el fallo como que debía buscar a la familia de cada niño en situación de desprotección hasta el sexto grado de consanguinidad. Este se convirtió, desde entonces, en uno de los mayores obstáculos para la adopción en el país. El pasado 6 de mayo de 2015 se aprobó la ley del Plan Nacional de Desarrollo. En el artículo 217 se introdujo una modificación al Código de la Infancia y Adolescencia, el cual, aunque respeta lo determinado por la Corte, podría ser una solución a esta problemática: la búsqueda de parientes para la ubicación de los niños en su medio familiar deberá realizarse en un plazo de cuatro meses, salvo en los casos especiales que tengan prórroga. De esta manera, esta no podrá seguir siendo una excusa para demorar la adopción de un niño más allá de este plazo. La introducción de este artículo implicaría que los trámites de adopción en Colombia se facilitarán en cierta medida y que, ojalá, se reducirán los casos de niños de difícil adopción por edad.
Consulte aquí la ley (artículo 217)
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[reportaje: Guajira]
[reportaje: Guajira]
Primero la alimentación La crisis en La Guajira continúa. El hambre que pasan sus niños, similar a la que se vive en Ruanda o Etiopía, condena cada día a esta región a una espiral de pobreza. Cada niño que pasa hambre es una oportunidad perdida.
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[reportaje: Guajira]
No se debería necesitar un artículo más ni otra fotografía desgarradora para explicar un asunto sencillo: de nada le sirve a un niño tener padres amorosos, juguetes o posibilidades de educarse si no tiene con qué alimentarse. El asunto comienza por ahí, como lo explica la pirámide de Abraham Maslow, el teórico de la psicología humanista que dibujó la escala de las necesidades humanas. Primero se deben satisfacer las necesidades fisiológicas de alimentación, respiración y eliminación. Y luego viene todo lo demás. La desnutrición infantil afecta a millones de niños en el mundo. Según cifras del Programa Mundial de Alimentos, alrededor de tres millones de niños de cero a cinco años mueren cada año por causas asociadas a una nutrición deficiente, lo cual representa el 45% de las muertes en este grupo etario (Datos del hambre, Programa Mundial de Alimentos). Pero el problema no termina en los pequeños que no logran sobrevivir al hambre; un gran número debe crecer soportando condiciones de desnutrición crónica, asociadas normalmente a la escasez de recursos. Según Unicef, la desnutrición crónica se da cuando la talla y el peso no corresponden a la edad del niño. La carencia de alimentos lleva al organismo a priorizar las funciones más inmediatas y a destinar todos los nutrientes disponibles a la supervivencia, no al crecimiento. Esta situación aumenta la vulnerabilidad del niño y su riesgo de contraer infecciones y enfermedades. Pero más grave aún, la falta de nutrientes limita el crecimiento y desarrollo de la arquitectura del cerebro, y como consecuencia, su capacidad cognitiva y de aprendizaje. En últimas, el problema de la desnutrición infantil, si no acaba con la vida de los niños, sí acaba con sus posibilidades de realización y los condena a la pobreza. Aunque las cifras globales de desnutrición infantil se concentran en regiones como el cuerno occidental de África y algunos países asiáticos, Colombia no es ajena a
El problema de la desnutrición infantil en La Guajira va mucho más allá de la falta de alimentos para los niños
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esta realidad. Según cifras del Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Colombia (OSAN), la tasa de desnutrición crónica nacional en menores de cinco años en 2010 era de 13,2%. Pero al igual que ocurre en el mundo, estas cifras se reparten de manera inequitativa en el territorio colombiano. Para el mismo año, el 27,9% de los menores de cinco años en La Guajira padecían de desnutrición crónica. Es decir, dos veces la tasa nacional. Sin embargo, estas cifras no representan la realidad completa de la desnutrición infantil en La Guajira. Con la mayoría de su población de origen étnico wayúu dispersa en un territorio dominado por ambientes desérticos, una de las problemáticas más profundas del departamento es la falta de información demográfica; la comunidad wayúu no aparece identificada de manera clara en las bases de datos oficiales, según afirma Ana María Ángel, directora de Nutrición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Esto hace que, posiblemente, en este momento existan muchos más niños y madres gestantes padeciendo hambre de los que se tiene conocimiento en las instituciones nacionales y regionales. Ante esta compleja situación, el ICBF se ha propuesto enfrentar la problemática de la desnutrición infantil en La Guajira desde dos frentes. El primero, para el cual se han invertido importantes recursos, ha sido el proyecto de microfocalización para contabilizar y caracterizar la población en el departamento y así saber exactamente cuántos niños, niñas, adolescentes y mujeres gestantes hay, y qué oferta les está llegando. El segundo son las intervenciones para mitigación y superación del hambre, dos programas que buscan la recuperación nutricional y la atención integral a la primera infancia, ya sea en centros del Instituto o en las mismas comunidades. Finalmente, y de manera paralela a las intervenciones, el ICFB trabaja en un componente educativo en el que se forma en temas de cuidado y alimentación a las familias y comunidades, pues como afirma Ángel, “de lo contrario, no hay cambio”. Pero el problema de la desnutrición infantil en La Guajira va mucho más allá de la falta de alimentos para los niños o de la dispersión de su población en el desierto y las serranías. Según Ángel, se trata de una problemática multicausal que toca a todos los sectores.
“La mortalidad
En departamentos como este, las deficiencias estructurales en temas como vías de acceso, presencia de salud, saneamiento, acceso al agua potable (sumado a las constantes sequías) y falta de condiciones de producción agrícola sostenible generan una espiral de problemáticas que suele desembocar en los niños. “Como las familias no tienen unas condiciones socioeconómicas adecuadas, en muchas ocasiones las ayudas que se dirigen a los niños se diluyen y terminan por no llegarles: por la cultura come primero el adulto hombre”, dice Ángel. Esta situación hace pensar en la necesidad de acciones conjuntas para atender la crisis que vive el departamento. Iniciativas como la creación de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Cisan) en 2009, conformada por once instituciones del ámbito nacional, apuntan a este propósito. Y no solo en La Guajira, sino en el resto del país, pues la situación de emergencia no se da únicamente en este departamento: en regiones como el Pacífico y los Llanos Orientales, debido a sus condiciones estructurales de desarrollo, ocurre lo mismo.
Pero la transformación de esta realidad en La Guajira, o cualquier otro rincón del país donde ocurra esta grave situación, debe hacer parte de un compromiso más amplio y radical; debe pasar también por los gobiernos locales y departamentales, por los medios de comunicación, por la academia, por el sector privado, por las comunidades y las familias, cada uno de los cuales desempeña un papel crucial en asegurar que los niños no pasen hambre. De otra manera la historia seguirá siendo la misma: la de miles de pequeños que por su lugar de nacimiento no pueden soñar con aprender, crecer sanos y convertirse en quienes quieren ser.
infantil en Colombia ha descendido en los últimos 20 años. Sin embargo, todavía tenemos lugares con grandes dificultades como el Chocó, La Guajira, Guainía y Amazonas, donde aún se presentan muchos casos de enfermedad diarreica y respiratoria, y de desnutrición.
Jovana Alexandra Ocampo Docente e investigadora en salud pública, Facultad de Medicina, Universidad de los Andes. Coordinadora técnico científica ENSIN 2015, OPS-OMS. Vea la charla completa
[columna]
Institucionalidad agropecuaria y el Plan de Desarrollo Roberto Junguito*
E
l tema de la conveniencia de reformar la institucionalidad del sector agropecuario está al frente de las prioridades de la política económica nacional. Viene siendo analizado por los especialistas del sector, la OCDE y la Misión Rural, y en el Plan Nacional de Desarrollo que fue recientemente aprobado por el Congreso y sancionado por el presidente de la República (Departamento Nacional de Planeación, 2015). Las razones para enfatizar la importancia de fortalecer las instituciones del sector obedece a que estas son fundamentales para estimular el crecimiento de la producción, recuperar la participación del sector agropecuario en el Producto Interno Bruto, mantener y acrecentar su rol en la generación de empleo, y contribuir a la descentralización regional, así como al mejoramiento de la distribución del ingreso y la riqueza nacional. Las propuestas institucionales para el sector agropecuario y rural giran alrededor de la organización del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR) y sus entidades adscritas. En un estudio de
Fedesarrollo, Desarrollo de la Agricultura Colombiana, por ejemplo, escrito y publicado con ocasión de los debates presidenciales del año pasado, se proponía darle al Ministerio mayor capacidad de planeación y ejecución de las políticas, de manejo de sus entidades, y de interrelación técnica con otras instancias gubernamentales (Junguito, Perfetti y Becerra, 2014). Igualmente, el estudio sugiere que el papel que el Ministerio debe cumplir en la implementación del desarrollo rural con enfoque territorial está en la coordinación de las acciones a nivel nacional y en su interrelación con las regiones y sus actores. En el documento de trabajo para La Misión Rural, Propuesta de Ajuste Institucional del Sector Agropecuario, se plantea la creación de una Autoridad Nacional de Tierras como entidad adscrita al Ministerio con la función de administrar las tierras de la nación y promover el acceso a esta como activo productivo. También sugiere un Fondo de Desarrollo Rural, adscrito al MADR, como entidad encargada de la promoción, estructuración y financiación de proyectos de desarrollo rural. La Revisión de la OCDE de las Políticas Agrícolas habla de la necesidad de
reforzar la capacidad y alcance de las entidades asociadas y vinculadas al MADR, la representación institucional a nivel local y la coordinación entre el MADR y otros ministerios y entidades que implementan programas en áreas rurales (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2015). Pero la realidad y lo complejo de la tarea es que al hacer referencia a la reforma a las instituciones, no se debe simplemente reflexionar en términos de los cambios a introducir en las organizaciones del sector agropecuario, sino en el conjunto de las políticas requeridas para revitalizar el sector. Siguiendo a Douglas North, premio Nobel de economía, las instituciones son las reglas de juego de una sociedad. Las instituciones proporcionan una infraestructura que sirve para establecer el orden y reducir la incertidumbre, facilitan la estructuración de los incentivos en una economía y reducen los costos de transacción, en tanto que las organizaciones, por su parte, incluyen los cuerpos políticos, económicos y sociales que apoyan las instituciones y hacen que estas se perpetúen. En el caso concreto de las instituciones agrícolas colombianas, se requiere no
* Ministro de Agricultura (1982-1983). Ministro de Hacienda (1984-1985 y 2002-2003). Miembro de la Junta Directiva del Banco de la República (1991-1999). Presidente de Fasecolda (2005-2013).
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[columna]
solo propender reformas para el mejor funcionamiento de sus organizaciones, sino focalizar la atención en políticas tales como garantizar que el sector reciba aportes del presupuesto nacional y de los fiscos regionales de manera conmensurada con la importancia y aporte del sector en el Producto Interno Bruto Nacional, para garantizar el suministro adecuado de bienes públicos en las zonas rurales, evitando que se termine canalizando la mayor parte de los recursos a apoyos y subsidios directos regresivos como ha sido común en Colombia en los últimos años; se requiere, igualmente, fortalecer la investigación agrícola y la transferencia de tecnología a los campesinos más pobres y crear los incentivos adecuados para la mejor distribución y utilización de la tierra, así como la consolidación de una política comercial que estimule la competitividad y las ventajas comparativas. El gran reto de la Administración Santos es avanzar en el desarrollo de la institucionalidad colombiana. En lo que hace a la agricultura, el Plan de Desarrollo 2014-2018 propone la transformación del campo y solicita facultades extraordinarias al Ejecutivo para ajustar sus instituciones, pero salvo una entidad responsable de la administración de tierras, no define en cuál dirección se piensan adelantar dichos cambios. Aunque propone una Comisión de Seguimiento compuesta por congresistas, la realidad es que se requiere no solo esta sino una Técnica como la propia Misión Rural, que desarrolle las propuestas concretas de reforma institucional, que sean discutidas y avaladas posteriormente por el Consejo de Política Económica y Social, Conpes.
Referencias - Departamento Nacional de Planeación. (2015). Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Bogotá D. C.: Autor. - Junguito, R., Perffeti, J. J. y Becerra, A. (2014). Desarrollo de la Agricultura Colombiana (Cuadernos Fedesarrollo 48, Debates Presidenciales). Bogotá D. C.: Fedesarrollo. - Misión Rural. (2015). Propuesta de Ajuste Institucional del Sector Agropecuario (Documento de Trabajo). Bogotá D. C.: Autor. - Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE]. (2015). Revisión de la OCDE de las Políticas Agrícola: Colombia 2015. París: OECD Publishing.
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Decisiones sobre cuidado parental: el caso de Colombia Jorge Armando Cuartas Ricaurte**
Leer, cantar o contar cuentos a los niños es una tarea fundamental de los padres o cuidadores. Pero algunas circunstancias difíciles que enfrentan las familias hacen que estos no desempeñen su rol adecuadamente.
* Artículo basado en Cuartas, Harker y Moya (2015). Agradezco a Arturo Harker Roa y Andrés Moya. ** Estudiante de Maestría en Economía. Asistente de investigación, Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, Universidad de los Andes.
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Cada vez contamos con más evidencia, desde disciplinas tan diversas como la epigenética, la psicología, la economía y la neurociencia, de la enorme importancia de la primera infancia. Los primeros cinco años de vida son un periodo crítico, pues es cuando se forma la arquitectura cerebral, se determina la expresión genética y se produce gran parte del desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales que predicen el desempeño académico, el éxito laboral en la adultez (incluyendo salarios), el estado de salud e incluso la probabilidad de incurrir en comportamientos riesgosos o actos criminales (Heckman, Stixrud y Urzua, 2006; Knudsen, Keckman, Cameron y Shonkoff, 2006). 1
Desafortunadamente, muchos niños sufren experiencias adversas en sus primeros años de vida, las cuales, mediante mecanismos neurobiológicos y psicológicos, tienen el potencial de comprometer su desarrollo y dejarlos en una situación de desventaja que difícilmente pueden superar más adelante (Hackman, Farah y Meaney, 2010; Heckman, 2006; Meaney, 2001). No obstante, hay un antídoto natural contra los efectos de las experiencias adversas en la niñez: el cuidado parental de calidad y el apego (i. e., el vínculo emocional) entre padres e hijos (Blair et al., 2011; Lieberman y Van Horn, 2011). Los resultados de intervenciones en Jamaica (Gertler et al., 2014) y Colombia (Attanasio, Cattan, Fitzsimons, Meghir y Rubio-Codina, 2015) muestran que un cuidado parental de calidad contribuye al desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales y se relaciona con buenos resultados a través de la vida (aun en escenarios adversos). A pesar de esto, muchos niños no reciben un cuidado parental de calidad. En particular, tanto en Colombia como en Estado Unidos se ha identificado que los hogares más pobres concentran el peor cuidado (Cuartas, Hacker y Moya, 2015; Reeves y Howard, 2013). ¿Por qué ocurre esto? ¿Será que la pobreza induce
El problema no radica en algo propio de los pobres, sino en algo propio de la naturaleza humana una falta de información sobre buenas prácticas parentales? ¿O acaso será que las personas en situación de pobreza tienen características sistemáticamente diferentes que las llevan a tomar malas decisiones sobre cuidado parental? 2
Nueva evidencia desde la psicología y la economía del comportamiento sugiere que el problema no radica en algo propio de los pobres, sino en algo propio de la naturaleza humana. Nuestra capacidad para prestar atención, autocontrolarnos y pensar en problemas complejos proviene de un fondo común de energía mental que es limitado (Baumeister, Vohs y Tice, 2007). El gran problema es que las adversidades, junto al estrés derivado de ellas, tienen el potencial de agotar dicho fondo, conduciendo a decisiones que no están alineadas con los mejores intereses de los individuos (Haushofer y Fehr, 2014; Vohs et al., 2008). 3
Para poner esto más claro, pensemos en los siguientes ejemplos. Una madre cabeza de hogar vive preocupada constantemente porque no cuenta con lo mínimo para subsistir: tiene una fuerte sensación subjetiva de escasez. Otra madre vive en una zona donde la violencia derivada del conflicto armado es una amenaza diaria. No resulta sorprendente que, bajo presiones tan grandes, les cueste trabajo prestarles la atención necesaria a sus hijos. Cosas más apremiantes en el día a día, como conseguir alimentos y lidiar con el estrés generado por la violencia, capturan sus mentes. Basándonos en esta idea, en nuestra investigación nos preguntamos: (i) si los padres que cuentan con más información sobre buenas prácticas parentales entregan
Tales como regulación emocional, perseverancia, autocontrol, motivación, firmeza de carácter, resiliencia, curiosidad y preferencias por el ocio. O una cultura de la pobreza, como la llamaría el antropólogo Oscar Lewis. La evidencia muestra que actividades mentales demandantes disminuyen los niveles de glucosa y la actividad de la corteza cingulada, lo cual reduce la “energía mental” para relizar otras actividades (Baumeister et al., 2007; Vohs et al., 2008). Además, el estrés se relaciona con mayores niveles de hormonas como el cortisol, que, de acuerdo con diversos estudios, afectan niveles de: impaciencia, impulsividad, motivación, aversión al riesgo y capacidad cognitiva (Haushofer y Fehr, 2014). 1 2 3
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un mejor cuidado a sus hijos, (ii) si aquellos padres que sienten más escasez subjetiva de recursos entregan un cuidado más deficiente y (iii) si en los hogares más expuestos a adversidades (en particular a la violencia) se encuentran los padres menos atentos. 4
Para acercarnos a una respuesta, utilizamos datos de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ENCV) de 2013 del Panel Municipal del CEDE y del Ministerio de Defensa. Contamos con información sobre la frecuencia con la que los padres realizan actividades como cantar, jugar y leer (entre otras) con sus hijos menores de cinco años. Así mismo, podemos identificar padres que no realizan ninguna actividad con sus hijos, lo cual denominamos “negligencia parental”. También podemos saber si cuentan con información sobre crianza y cuidado parental, y tenemos información sobre la sensación subjetiva de escasez de cada padre y sobre el nivel de exposición a la violencia (con datos a nivel de municipio). Finalmente, contamos con un conjunto de características sociodemográficas de los padres y del municipio en que habitan. 5
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Después de análisis econométricos, corroboramos varias de las hipótesis antes planteadas. Primero, encontramos que los padres que cuentan con más información (tanto por participar en cursos para la crianza como por tener mayores niveles de educación) tienen una mayor probabilidad de realizar actividades como leer, jugar,
La sensación de escasez y el estrés desempeñan un papel importante en las decisiones de cuidado parental
contar cuentos, cantar canciones, ir al parque y hacer manualidades con sus hijos. Por su parte, los padres más expuestos a la violencia (en los años inmediatamente anteriores a realizarse la encuesta) tienen una mayor probabilidad de ser negligentes con sus hijos. Para entender mejor este resultado pensemos en dos hogares muy similares en todas sus características, solo que el primero está mucho más expuesto a la violencia. Dada esta diferencia, en el primer hogar los padres podrían ser negligentes con una probabilidad de 15%, frente a una de 4% del segundo (figura 1). El resultado más sorprendente de nuestra investigación es que, sin importar el nivel de ingresos, el acceso a información y la exposición a la violencia, los padres que afirman sentir más escasez tienen una mayor probabilidad de dar un cuidado deficiente a sus hijos. Pensemos en otros dos hogares muy similares. En particular, pensemos que viven en el mismo municipio y tienen los mismos ingresos, la misma exposición a la violencia y el mismo acceso a información. No obstante, en uno de los hogares los padres tienen una sensación de escasez muy grande, mientras en el otro no ocurre esto. Dada esta diferencia, la probabilidad de que los padres del primer hogar sean negligentes es de 11%, mientras para los segundos es tan solo de 5% (figura 2). Si bien pueden existir múltiples explicaciones detrás de nuestros resultados, con la estrategia empírica que utilizamos podemos descartar algunas de ellas y afirmar que es plausible que las consecuencias psicológicas causadas por la sensación de escasez y el estrés generado por adversidades (exposición a la violencia) estén desempeñando un papel importante en las decisiones de cuidado parental en Colombia. Estos hallazgos son preocupantes considerando que las adversidades, que comprometen el desarrollo de los niños, también están afectando a su única fuente de protección: sus padres o cuidadores principales. El problema parece aún mayor al
El fenómeno de escasez percibida no es exclusivo de los hogares más pobres. En los datos disponibles vemos que tanto personas ricas como pobres afirman sentir escasez. Es importante aclarar que acá no estamos viendo niveles de pobreza (en los análisis econométricos incluimos como variables de control ingresos y otras características del hogar que reflejan pobreza), sino cuánta escasez afirman sentir los padres. 5 En la ENCV es posible identificar a los hogares que han recibido cursos sobre buenas prácticas parentales. 6 En la ENCV se pregunta: los ingresos de su hogar (i) no alcanzan para cubrir los gastos mínimos, (ii) solo alcanzan para cubrir los gastos mínimos o (iii) cubren más que los gastos mínimos. 4
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considerar la realidad de Colombia, donde tanto los menores como sus padres sufren niveles elevados de pobreza y de exposición a la violencia. No obstante, experiencias internacionales muestran que con intervenciones adecuadas es posible recuperar los vínculos emocionales y garantizar el correcto desarrollo de los niños.
Figura 1: Probabilidad de negligencia parental dada la exposición a la violencia. 0,16 0,14 0,12 0,1 0,08 0,06 0,04 0,02
Poca
Media
Mucha
Fuente: cálculos propios.
Figura 2: Probabilidad de negligencia parental dada la sensación de escasez. 0,12 0,11 0,1 0,9 0,08 0,07 0,06 0,05 0,04 No
Fuente: cálculos propios.
Poca
Mucha
Referencias - Attanasio, O., Cattan, S., Fitzsimons, E., Meghir, C. y Rubio-Codina, M. (2015). Estimating the production function for human capital: results from a randomized control trial in Colombia (NBER Working Paper 20965). Cambridge, Massachusetts: National Bureau of Economic Research. - Baumeister, R. F., Vohs, K. D. y Tice, D. M. (2007). The strenght model of self-control. Current Directions in Psychological Science, 16(6), 351-355. - Blair, C., Wiloughby, M., Greenberg, M., Kivlighan, K., Fortunato, C., Granger, D. y Cox, M. (2011). Salivary cortisol mediates effects of poverty and parenting on executive functions in early childhood. Child Development, 82(6), 1970-1984. - Cuartas, J. A., Harker, A. y Moya, A. (2015). Decisiones sobre cuidado parental: teoría y evidencia para Colombia. Documento sin publicar. Universidad de los Andes. - Gertler, P., Heckman, J., Pinto, R., Zanolini, A., Vermeersch, C., Walker, S. y Grantham-McGregor, S. (2014). Labor market returns to an early childhood stimulation intervention in Jamaica. Science, 344(6187), 998-1001. - Hackman, D., Farah, M. y Meaney, M. (2010). Socioeconomic status and the brain: mechanistic insights from human and animal research. Nature, 11(9), 651-659. - Haushofer, J. y Fehr, E. (2014). On the psychology of poverty. Science, 344(6186), 862-867. - Heckman, J. (2006). Skill formation and the economics of investing in disadvantage children. Science, 312(5782), 1900-1902. - Heckman, J., Stixrud, J. y Urzua, S. (2006). The effects of cognitive and noncognitive abilities on labor market outcomes and social behavior. Journal of Labor Economics, 24(3), 411-482. - Knudsen, E., Heckman, J., Cameron, J. y Shonkoff, J. (2006). Economic, neurobiological, and behavioral perspectives on building America’s future workforce. Proceedings of the National Academy of Sciences, 103(27), 10155-10162. - Lieberman, A. y Van Horn, P. (2011). Psychotherapy with infants and young children: repairing the effects of stress and trauma on early attachment. Nueva York: The Guilford Press. - Meaney, M. (2001). Maternal care, gene expression, and the transmission of individual differences in stress reactivity across generations. Annual Review of Neuroscience, 24(1), 1161-1192. - Reeves, R. y Howard, K. (2013). The parenting gap. Washington D. C.: Center of Children and Families of Brookings. - Vohs, K. D., Baumeister, R., Schmeichel, B., Twenge, J., Nelson, N. y Tice, D. (2008). Making choices impairs subsequent self-control: a limited resource account of decision making, self-regulation, and active initiative. Personality Processes and Individual Differences, 94(5), 883-898.
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Giving kids a fair chance (James J. Heckman) Darío Maldonado*
Más información:
Imagen de la portada del libro. Cortesía de MIT Press. Heckman, J. J. (2013). Giving Kids a Fair Chance (A strategy that works). Cambridge, MA: MIT Press.
El libro, escrito por James J. Heckman (premio Nobel de economía) y publicado en 2013, presenta una discusión seria sobre la necesidad de centrar las estrategias de la política social en políticas de primera infancia. A esto es a lo que Heckman llama predistribución, en oposición a estrategias más convencionales
El libro permite pensar sobre la situación presente de Colombia
*Profesor asociado, Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, Universidad de los Andes.
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que agrupa bajo el nombre de resdistribución. Además de ser de gran actualidad, el libro permite pensar sobre la situación presente de Colombia; no hay que olvidar que la estrategia De Cero a Siempre del primer gobierno del presidente Santos estaba basada en estas mismas ideas, e incluso que Heckman visitó Colombia para el lanzamiento de la estrategia. Para plantear la discusión, el libro recurre a una estrategia interesante: en la primera sección, el autor hace su resumen de las principales recomendaciones que se han derivado de la investigación sobre política de capital humano durante cerca de veinte años en Estados Unidos, donde incluso una parte muy importante de esta investigación ha sido escrita por el mismo Heckman. En la segunda sección, once investigadores de diversas disciplinas responden al resumen planteado por Heckman. Al final del libro, el autor les contesta. En conjunto, en las tres secciones se presenta, además de los argumentos a favor y en contra de distintas estrategias de fomento del capital humano, una discusión muy interesante sobre metodología de investigación en ciencias sociales.
Un panorama sombrío para Estados Unidos
El mensaje principal de James Heckman es que, en los últimos treinta años, Estados Unidos ha tenido un deterioro de algunos de sus indicadores de desigualdad. Este deterioro se refleja en una polarización entre los que logran graduarse de bachilleres y los que no lo logran (los llama skilled y unskilled). La diferencia entre estos dos grupos no está solo en sus capacidades cognitivas (leer textos o resolver problemas complejos), sino en otro tipo de habilidades, como la de trabajar en planes de largo plazo o la de autorregularse socioemocionalmente. Los dos tipos de habilidades son igualmente importantes para el éxito en el mercado laboral, para permanecer alejados de la criminalidad o incluso para tener bajo consumo de cigarrillo.
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Frente a esta situación, Heckman hace un llamado a intervenir desde los primeros años de vida para detener esa polarización y cambiar la realidad de generaciones de familias desaventajadas en Estados Unidos. De ahí la necesidad de políticas de primera infancia, pues todas aquellas habilidades, tanto las cognitivas como las no cognitivas, se empiezan a cultivar en esa etapa de la vida. Para reforzar su argumento, el autor presenta evidencia de programas que han sido exitosos en la reducción de esas desigualdades.
La controversia
En la segunda parte del libro, que reúne las respuestas de los distintos académicos a las propuestas de Heckman, ninguno refuta completamente al autor en cuanto a la importancia de las políticas de primera infancia. Lo que genera controversia es que Heckman pretenda que los problemas de desigualdad en Estados Unidos se pueden resolver solo con este tipo de políticas. Por ejemplo, Carol Dweck argumenta que puede haber otro tipo de intervenciones, aún no estudiadas suficientemente, que mejorarían las habilidades socioemocionales en adolescentes. Por su parte, Annette Lareau sostiene que, al mismo tiempo que existen desigualdades en las experiencias de la primera infancia, también hay inequidades en el acceso a las instituciones que, igualmente, pueden estar asociadas a las diferencias en los resultados que inquietan a Heckman. De esta manera, varios autores argumentan que solucionar los problemas de atención en primera infancia no resolvería completamente la situación de desigualdad de bienestar en Estados Unidos. Otros de los académicos invitados discuten aspectos metodológicos. El más importante de ellos es que la evidencia en que se apoya Heckman ha sido obtenida a partir de programas de pequeña escala (Perry School y Abecedarian), y que muchos de estos no han dado los mismos resultados cuando se han escalado.
Los contraargumentos de Heckman en la tercera sección del libro son convincentes, pero no resuelven completamente la controversia. Aunque el libro no deja dudas sobre la importancia de las políticas de primera infancia, los distintos textos plantean muchas ideas, desde distintas disciplinas, que es necesario considerar a la hora de implementar políticas alternativas para el desarrollo social.
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Tan lejos y tan cerca Título: Babies Director: Thomas Balmès Año: 2010 Género: documental
Vea el documental aquí:
Thomas Balmès es un cineasta y productor francés que se ha dedicado a recorrer el mundo para contar historias contemporáneas desde el punto de vista etnográfico. Después de haber abordado la religión, la ética de la economía y los choques culturales, este documentalista quiso hacer un retrato del primer año de vida de cuatro bebés nacidos en diferentes partes del mundo: San Francisco, Tokio, Opuwo (Namibia) y Bayanchandmani (Mongolia), que contrastan por sus paisajes, recursos, formas de organización social y familiar, lengua y cultura. Así, en el documental de Balmès estos lugares tan distantes y diferentes entre sí se convierten en escenarios del mismo proceso humano: el nacimiento y el desarrollo inicial.
Estos lugares tan distantes se convierten en escenarios del mismo proceso humano
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Al nacer, Hattie, de San Francisco, debe quedarse en la clínica por unos días conectada a sofisticados equipos que le proporcionan todo lo que necesita. Bayar, por el contrario, es recogido en moto por su padre tan pronto nace, y es llevado, junto a su madre, a una casa en medio del campo mongol rodeada de vacas y cabras. Mientras Ponijao juega en Opuwo con piedras y camina descalzo y semidesnudo por los alrededores de su cabaña, cubiertos de tierra y animales, Mari sale ocasionalmente de su apartamento en el centro de Tokio y algunas tardes va a jugar al parque con su madre mientras hacen un picnic. El documental se desarrolla de manera cronológica y muestra cómo los niños van creciendo desde el día de su nacimiento hasta su primer año. Lo único que se escucha son los sonidos del ambiente, acompañados eventualmente por algo de música. A pesar de que no hay una voz en off que narre lo que acontece, el mensaje detrás de las imágenes que discurren con el pasar de los días es evidente: a medida que van creciendo, las diferencias entre los cuatro niños se hacen más obvias, pero también hay varios elementos que se mantienen. Todos los bebés duermen, toman tetero y leche materna, se bañan. También juegan, lloran, son consolados, ensucian su ropa. Sus relaciones con padres, hermanos y amigos están presentes en todas las historias, así como su capacidad de adaptarse, observar y formar parte de sus entornos. Y al finalizar el primer año todos aprenden a gatear, a emitir sonidos cada vez más consistentes y más parecidos a su lengua materna, a comer solos y, en las últimas escenas, a ponerse de pie y dar los primeros pasos. A pesar de los marcados contrastes entre las vidas y lugares de cada niño, sus procesos no son muy diferentes. Ya sea con todas las atenciones de médicos y pedagogos o atendidos por sus madres y comunidades, todos ellos parecen crecer en entornos de cuidado y amor, lo que les permite llegar a los mismos resultados. Con sus historias queda claro que el desarrollo infantil puede darse en cualquier lugar, siempre que se den estas mínimas condiciones.
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How children succeed: grit, curiosity, and the hidden power of character (Paul Tough) Paola Caro*
Más información:
Imagen de la portada del libro. Cortesía de Houghton Mifflin Harcourt. Tough, P. (2012). How children succeed: grit, curiosity, and the hidden power of character. Boston, Nueva York: Houghton Mifflin Harcourt.
El éxito académico y profesional de los niños durante distintas etapas de su ciclo de vida no solamente tiene que ver con las calificaciones que obtienen en pruebas estandarizadas. Este también refleja cómo se desarrollaron y se siguen desarrollando en ellos cualidades de su carácter, como: perseverancia, curiosidad, optimismo, autocontrol y ser conscientes de lo que ocurre a su alrededor (Tough, 2012). De manera más formal, la
* Gestora administrativa de investigaciones y consultoría, Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, Universidad de los Andes. Magíster en Políticas Públicas, Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo, Universidad de los Andes.
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literatura reciente sobre este tema se refiere a dichas cualidades del carácter como habilidades psicosociales, socioemocionales, blandas o no cognitivas, que reúnen comportamientos y actitudes esenciales para el desarrollo de habilidades cognitivas (Farrington et al., 2012). A través de historias, experiencias y entrevistas con distintos miembros de la comunidad científica y de educadores de Estados Unidos, How children succeed propone al lector agregar a los puntajes y demás indicadores de logro de las pruebas estandarizadas rasgos del carácter infantil que explican las diferencias entre los resultados sociales, económicos, psicológicos y de salud de niños y adolescentes que logran desarrollar más fácilmente su personalidad, versus los de aquellos que crecen en circunstancias sociales y económicas desfavorables y enfrentan más dificultades para formar su temperamento e identidad. Entre dichas dificultades destacan ambientes de crecimiento caracterizados por niveles muy altos de estrés e inexistencia de relaciones seguras con cuidadores o acudientes que mitiguen los efectos de dicho estrés. En la primera de las cinco secciones del libro, Tough muestra cómo crecer en ambientes donde las características socioeconómicas de los padres, del hogar y del entorno son desfavorables, no solamente afecta el desarrollo físico de los niños y los adolescentes, sino que también limita en ellos sus capacidades para enfrentar circunstancias adversas, resolver problemas, interactuar con los espacios físicos y sociales que los rodean, tomar sus propias decisiones y definir planes y expectativas de vida para el futro que los beneficien y mejoren su situación actual. En la segunda y tercera secciones, Tough resalta la labor de los padres y los educadores en la formación del carácter de sus hijos y sus estudiantes, a la vez que confirma su responsabilidad de apoyarlos y brindarles los recursos necesarios para prepararlos para la adultez. Entre otras, el autor destaca la importancia de las figuras de autoridad como principales transmisoras de habilidades de carácter, como: optimismo, reconocimiento y
aprovechamiento de capacidades, disciplina, motivación, autocontrol, autoestima, empatía, confianza, responsabilidad, y respeto hacia sí mismos y hacia los demás. Aunque el libro establece un vínculo muy estrecho entre enfrentar condiciones adversas durante la infancia y la adolescencia y obtener resultados académicos negativos en etapas posteriores del ciclo de vida, en las últimas dos secciones Tough ofrece un panorama muy optimista y demuestra que es posible mitigar e incluso reversar los efectos no deseados de dichas condiciones desfavorables. Esto contribuiría sustancialmente a los esfuerzos para reducir la pobreza y se lograría, de manera muy resumida, tomando acciones concretas en los siguientes aspectos: (1) brindar acompañamiento a padres y educadores para repensar la manera en que crían y educan a sus hijos y estudiantes; (2) desarrollar mejores estrategias de administración, enseñanza y financiación de instituciones educativas, especialmente de aquellas en las que son mayoría niños y adolescentes provenientes de condiciones socioeconómicas muy precarias; y (3) rediseñar las redes de protección social y los programas sociales dirigidos a poblaciones vulnerables, para identificar mejor la población objetivo y focalizar los recursos en aquellos niños y adolescentes que son más vulnerables dentro de los vulnerables. Referencias - Farrington, C. A., Roderick, M., Allensworth, E., Nagaoka, J., Keyes, T. S., Johnson, D. W. y Beechum, N. O. (2012). Teaching adolescents to become learners. The role of noncognitive factors in shaping school performance: A critical literature review. Chicago: University of Chicago Consortium on Chicago School Research. - Tough, P. (2012). How children succeed: grit, curiosity, and the hidden power of character. Boston, Nueva York: Houghton Mifflin Harcourt.
El libro propone agregar a los puntajes de las pruebas estandarizadas rasgos del carácter infantil Tribuna Revista de Asuntos Públicos
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[comunidad EGOB]
Darío Hidalgo
Un buen sistema de transporte público, además de brindar servicios integrados entre buses, líneas de metro y alimentadores, es aquel que piensa en los peatones y ciclistas como parte integral de la fórmula. Incluso, más allá de limitarse a proveer entornos de movilidad, impulsa desde ellos un urbanismo integral. Para Darío Hidalgo, experto en movilidad sostenible, es tiempo de que Bogotá se proponga mejorar la calidad de los servicios que ya presta y piense en integrar los demás modos de transporte en sus planes futuros. Así lo dejó saber en el evento “Tribuna de expertos: transporte público”, organizado por la Escuela de Gobierno en abril de 2015.
“La ciudad ha fallado en entender que el sistema de transporte es multimodal y todos los modos necesitan calidad e inversión”.
María José Álvarez
Bogotá es una ciudad de contrastes. A simple vista saltan las diferencias entre unos barrios privilegiados, colmados de servicios y comodidades, y otros donde priman la escasez y la precariedad. María José Álvarez, del programa de Sociología de la Universidad del Rosario, explica este fenómeno, denominado “segregación residencial”, como la distribución inequitativa de grupos socioeconómicos en el espacio. Los efectos suelen ser negativos para los habitantes de barrios homogéneamente pobres, pero la realidad resulta ser más compleja en esta ciudad y no puede ser resumida como un norte ‘rico’ frente a un sur ‘pobre’. La investigación de María José, que explica la segregación residencial desde una perspectiva de políticas públicas, fue presentada en el “Seminario de investigación” organizado por la Escuela de Gobierno a finales de abril.
“Bogotá, aunque aún tiene altos niveles de segregación residencial, es rica en lugares heterogéneos y mixtos”.
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[comunidad EGOB]
Mauricio Villalobos
Desde su experiencia en el área de responsabilidad social corporativa de Pacific Rubiales, Mauricio Villalobos se ha encargado por varios años de velar por que la relación entre la empresa y las comunidades donde trabaja sea de gana-gana. Su historia fue escuchada por más de 500 estudiantes de los mejores colegios de Bogotá, quienes asistieron al evento “Liderazgo público joven”, organizado por la Escuela de Gobierno en abril de 2015, para comprender qué significa transformar lo público.
“No hay razón para satanizar el sector público o el sector privado. La idea es ver cómo podemos transformar la realidad desde donde estemos”.
Eduardo Escallón
Pensar en educación es equivalente a pensar qué futuro está labrando un país. Desde el Centro de Investigación y Formación en Educación (CIFE) de la Universidad de los Andes, su director, Eduardo Escallón, se dedica a promover las nuevas pedagogías, conceptos y tecnologías más pertinentes para llegar al estado de calidad educativa que busca Colombia. Junto con otros expertos en el tema, el profesor debatió sobre la educación en Bogotá, en el marco del evento “Tribuna de expertos: educación”, organizado por la Escuela de Gobierno en mayo de 2015.
“La ciudad y todos sus espacios deben también ser parte del currículo escolar”.
Juan Pablo Bocarejo
Por mucho tiempo, la capital de la República se preguntó si debía o no construir un metro para suplir la creciente demanda de transporte público. Hoy, para la mayoría de expertos y sectores políticos resulta evidente la necesidad de apostar por este proyecto de ciudad, y con parte de los recursos ya comprometidos por parte del gobierno nacional y distrital, su construcción debería iniciarse en poco tiempo. Juan Pablo Bocarejo, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de los Andes y experto en transportes, fue uno de los invitados a debatir en la “Tribuna de expertos: metro”, organizada por la Escuela de Gobierno en mayo de 2015.
“Los análisis de transporte público se parecen a los de hidráulica. En Bogotá necesitamos una ‘tubería’ aún más grande que la del Transmilenio: la ‘tubería’ del metro”.
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[proyectos de investigación] La Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes desarrolla continuamente proyectos de investigación, de consultoría y de evaluación de impacto de políticas públicas para diferentes entidades del sector público, privado, social e internacional.
[nuevos proyectos] Accelerating learning about complex systems and development interventions El objetivo de este proyecto es promover una programación sensible a diferencias de género y basada en evidencia para mejorar la seguridad económica, la salud y el bienestar de los hogares y la población infantil vulnerables. De esta manera se pretende diseñar y ejecutar programas sociales o políticas públicas basadas en evidencia, situando a las familias en el centro de las agendas. Investigadora principal: Amy Ritterbusch (Escuela de Gobierno). Entidad financiadora: FHI360, USAID y Konterra Group. Caracterización de la educación media en Colombia El Gobierno Nacional incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 que en el año 2030 la educación media debía ser obligatoria en el país. Esto implica una transformación importante en la oferta de la educación pública en Colombia. El propósito de este proyecto es hacer un diagnóstico de las posibles barreras que enfrentará el país en el cumplimiento de ese objetivo. Para tal fin, se realiza una serie de estudios sobre diferentes aspectos como la oferta de educación media en el país, las expectativas de los docentes y los padres de familia frente a esta, la deserción, y los beneficios económicos de asistir a la educación media, entre otros. Investigador principal: Darío Maldonado (Escuela de Gobierno). Coinvestigadores: Jorge Celis (Escuela de Gobierno), Julio Colmenares (Ingeniería, U. Nacional), Sandra García (Escuela de Gobierno), Germán Hernández (Ingeniería, U. Nacional), Nelson Lugo (consultor independiente), Javier Pérez (Escuela de Gobierno), Amy Ritterbusch (Escuela de Gobierno), Fabio Sánchez (Facultad de Economía, U. de los Andes) y Erika Londoño (Escuela de Gobierno). Entidad financiadora: Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Desarrollo de una plataforma de planificación para Bogotá Este proyecto busca contribuir a la planificación urbana de las ciudades colombianas a través del desarrollo de sistemas de información que incorporen sus estructuras económicas. Se desarrolla una plataforma de planificación para Bogotá que integra las bases de un modelo de equilibrio general computable, el cual permite medir los posibles efectos de diferentes políticas públicas a nivel urbano sobre el crecimiento de la economía y el nivel de empleo. Investigador principal: Javier Pérez (Escuela de Gobierno). Entidades financiadoras: Escuela de Gobierno y Vicerrectoría de Investigaciones, Universidad de los Andes. El derecho a la ciudad: estudio geoetnográfico sobre el impacto social de las iniciativas de desarrollo urbano en Bogotá y Medellín Este proyecto estudia los espacios que serán transformados por el ‘Plan Centro’ en Bogotá y Medellín, así como las personas que se ven afectadas por el desplazamiento generado por estos proyectos y sus memorias sociales. Su objetivo es visibilizar las situaciones de marginalización y empoderar a estas poblaciones históricamente vulneradas. Investigadora principal: Amy Ritterbusch (Escuela de Gobierno). Entidades financiadoras: Escuela de Gobierno y Vicerrectoría de Investigaciones, Universidad de los Andes. Evaluación del Programa Todos a Aprender (PTA) Versión 2.0 (Evaluación de dos programas de formación situada de docentes en Colombia) En este proyecto se evalúa la implementación de un programa de formación situada de docentes y se diseña la evaluación de impacto de otro de estos programas. El primero es el programa PTA Versión 2.0, el cual se implementa a gran escala en establecimientos educativos que ofrecen educación básica en el país; el segundo es la versión del PTA que se hará para la educación media a partir de 2016. Investigadora principal: Sandra García (Escuela de Gobierno). Coinvestigadores: Darío Maldonado (Escuela de Gobierno), María Figueroa (Facultad de Educación, U. Externado), Arturo Harker (Escuela de Gobierno), Andrés Molano (CIFE, U. de los Andes), Catherine Rodríguez (consultora independiente), María Paula Rojas (Escuela de Gobierno) y María Catalina Rey (Escuela de Gobierno y Facultad de Economía, U. de los Andes). Entidad financiadora: Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Evaluación de programas de formación de rectores en el Programa Todos a Aprender (PTA) Este proyecto se propone diseñar la metodología para evaluar el impacto de cuatro programas diferentes para la formación de rectores de establecimientos educativos ya focalizados en el PTA. Estos programas son: Rectores Líderes
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Transformadores (RLT) de Empresarios por la Educación (ExE); Programa para Rectores de la Corporación Magisterio (CM); Líderes Siglo XXI de Nutresa (LSXXI); y Programa para Rectores de la Fundación Mamonal (FM). Finalmente, el proyecto también busca levantar y analizar la información de línea de base de la evaluación de impacto experimental propuesta. Investigadores principales: Arturo Harker (Escuela de Gobierno), Maite Careaga (Escuela de Gobierno), Andrés Molano (CIFE, U. de los Andes) y Hernando Bayona (CIFE, U. de los Andes). Entidad financiadora: Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Gestión pública, toma de decisiones e innovación en el sector público colombiano a través del desarrollo de estudios de caso Este proyecto se pregunta por las teorías de gestión pública y las prácticas de innovación gubernamental a través del estudio de casos en Colombia y Latinoamérica. Investigador principal: Pablo Sanabria (Escuela de Gobierno). Entidades financiadoras: Escuela de Gobierno y Vicerrectoría de Investigaciones, Universidad de los Andes. La economía política de la corrupción pública: el caso de los estudiantes fantasma en Colombia Este proyecto busca entender y documentar cuantitativa y cualitativamente el fenómeno de la corrupción en la educación básica en Colombia. A partir de un análisis econométrico y de entrevistas semiestructuradas, se estudia el entorno político de los municipios involucrados y se aportan elementos para entender la economía política de este fenómeno. Investigadores principales: Arturo Harker (Escuela de Gobierno) y Leopoldo Fergusson (Facultad de Economía, U. de los Andes). Entidad financiadora: Vicerrectoría de Investigaciones, Universidad de los Andes. Our lives in the new jungle: stereotypes and imaginaries surrounding children and youth disengaged from the armed conflict in Colombia Este proyecto busca identificar imaginarios y estereotipos alrededor de los niños, niñas y adolescentes que participan en programas de protección del Estado asociados al conflicto armado. Explora el entendimiento y experiencia de exclusión que sufren después de reinsertarse en la sociedad e identifica los obstáculos que enfrentan para acceder a oportunidades de movilidad social. Finalmente, este proyecto también busca promover ambientes inclusivos donde estos niños, niñas y adolescentes puedan participar en la formulación de políticas públicas. Investigadora principal: Amy Ritterbusch (Escuela de Gobierno). Entidades financiadoras: Red de Protección Infantil (REDPAI) y Centro para Reintegro y Atención del Niño (CRAN). Política exterior de América Latina en el siglo XXI: oportunidades comunes, caminos divergentes Este proyecto realiza un estudio de la política exterior de América Latina y de Colombia a través de tres áreas de trabajo: seguridad y defensa regional, factores estructurales que condicionan la política exterior de los países de América Latina, y factores que explican la variación en las políticas exteriores de los países de la región. Investigador principal: Sebastián Bitar (Escuela de Gobierno). Entidades financiadoras: Escuela de Gobierno y Vicerrectoría de Investigaciones, Universidad de los Andes. Políticas públicas para el desarrollo humano: diseño, implementación y evaluación de intervenciones para la acumulación de capital humano Este proyecto mide el impacto de la exposición a la adversidad sobre el desarrollo humano y diseña intervenciones para mitigar la erosión de capital humano en niños y adolescentes. Investigador principal: Arturo Harker (Escuela de Gobierno). Entidades financiadoras: Escuela de Gobierno y Vicerrectoría de Investigaciones, Universidad de los Andes. Rol de rectores El objetivo central del proyecto es responder las siguientes preguntas: ¿Qué rol debería jugar el rector en un establecimiento educativo? ¿Debería enfocarse solamente en la gestión de procesos administrativos o debería ejercer liderazgo en el mejoramiento de procesos pedagógicos? Investigadores principales: Arturo Harker (Escuela de Gobierno), Maite Careaga (Escuela de Gobierno), Andrés Molano (CIFE, U. de los Andes) y Hernando Bayona (CIFE, U. de los Andes). Entidad financiadora: Ministerio de Educación Nacional de Colombia. Violence against children in the streets and in child care institutions in Kampala and surrounding areas Este proyecto explora las diferentes formas y experiencias de violencia que enfrentan los niños habitantes de calle en Kampala (Uganda), y caracteriza los riesgos asociados desde la perspectiva de ellos mismos. También explora las percepciones de otros ciudadanos frente a esta población y cómo estas perpetúan o previenen la violencia contra los niños. Investigadora principal: Amy Ritterbusch (Escuela de Gobierno). Entidad financiadora: Oak Foundation.
Nยบ. 11 AGO 2015
ISSN 2422 - 3557
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Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo Universidad de los Andes Carrera 1 No. 19 - 27 - Bloque AU, piso 3 Bogotá, Colombia Teléfono: 3394949 ext. 2073 fb.com/EGOBuniandes @EGOBUniandes
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