El Agro Edición 41

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Actualidad En una sola finca donde son alimentados a base de maíz y soya

C I E N C I A Y T E C N O LO G Í A PA R A E L C AM P O CIENCIA Y TECNOLOGÍA PARA EL PRODUCTOR DEL CAMPO www.periodicoelagro.com

Año 3 • Número 41 • ISSN 2027 • 4661 • Bogotá, Noviembre de 2012 TEMAS PARA COMPARTIR

Bogotá - Colombia / Noviembre 2012

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Suplemento Especial

HISTORIAS DE CAMPO Syngenta escogió cinco productores de diferentes regiones del país para que nos contarán sus historias de vida. Aquí están.

Especiales Syngenta

HISTORIAS DE CAMPO Productores que se destacan en sus regiones

Gran parte de los pastos del trópico son deficientes en minerales

Suplementación en la producción bovina Los desequilibrios de minerales en suelos y en los forrajes producen efectos negativos en los procesos reproductivos de los rumiantes lo que refleja incremento en la mortalidad y disminución de la natalidad.


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Opinión OPINIÓN

Bogotá - Colombia / Noviembre 2012

AGRICULTURA: SI SOMOS TAN RICOS ¿POR QUÉ ESTAMOS TAN POBRES? En todos los países de esta privilegiada América Latina tenemos enormes potencialidades productivas que nos permitirían generar las riquezas necesarias para autofinanciar nuestro desarrollo agrícola y eliminar el subdesarrollo rural. En primer lugar, tenemos vastas extensiones de tierras de buena calidad, clima favorable que nos posibilita obtener varias cosechas al año y que nos permite producir ganado exclusivamente a pasto; y, lo más importante, tenemos una muy abundante mano de obra, necesitada y deseosa de progresar con el fruto de su esfuerzo. En segundo lugar, ya disponemos de los conocimientos (tecnologías y experiencias exitosas) que son necesarios para hacer una muy eficiente producción, transformación y comercialización de productos agropecuarios. Desafortunadamente, dichos conocimientos están siendo adoptados apenas por una minoría de productores rurales más eficientes. Tal exclusión es lamentable porque muchas de las mencionadas tecnologías y experiencias, son de bajo costo y fácil adopción, y como tales podrían y deberían estar beneficiando todos los productores rurales de cada país. Sin embargo ello no ocurre porque estos valiosos conocimientos permanecen ociosos/ subutilizados en las estaciones experimentales, en las universidades, en las cooperativas, en las páginas web y, muy especialmente, dispersas en las fincas de los agricultores más eficientes que ya están adoptándolas. La correcta aplicación de las referidas tecnologías y experiencias permitiría solucionar gran parte de los problemas de la mayoría de los productores rurales. Desafortunadamente ello no ocurre porque dicha mayoría no las conoce o no sabe aplicarlas de manera correcta. En tercer lugar, disponemos de métodos y medios, eficaces y de bajísimo costo (emisoras radiales y de televisión, E-mail, páginas Web, etc.), a través de los cuales podríamos y deberíamos difundirlas rápida y masivamente en beneficio de todas las familias rurales. En resumen, tenemos a nuestra disposición casi todos los requisitos necesarios para hacer una agricultura que al ser mucho más eficiente y más productiva podría

generar las riquezas que necesitamos para reducir la pobreza y el subdesarrollo rural. Y si es así ¿por qué no lo hacemos? Por la sencilla razón de que la mayoría de nuestros agricultores no poseen las competencias necesarias para hacerlo; es decir les faltan conocimientos, habilidades, actitudes y hasta valores orientados al auto-desarrollo ¿Y por qué los habitantes rurales no poseen las referidas competencias? Básicamente por las siguientes cuatro razones. En primer lugar, porque los conocimientos que sus padres les transmitieron ya están “desactualizados” y son insuficientes para que ellos puedan sobrevivir económicamente en la agricultura moderna y globalizada. En segundo lugar porque las escuelas fundamentales rurales que, para la mayoría de los habitantes del campo, son la única oportunidad de aprender algo útil para la vida y el trabajo en el campo, enseñan a los niños muchos contenidos irrelevantes en vez de proporcionarles los conocimientos necesarios para que puedan ser productores más eficientes y más emprendedores, mejores padres/madres de familia, mejores ciudadanos, empleados más eficientes y miembros más solidarios y participativos de sus comunidades. Existe un impresionante desencuentro entre lo que esas escuelas rurales enseñan y aquello que los educandos realmente necesitan aprender. Gran parte de sus contenidos curriculares no tienen ninguna aplicación en la solución de los problemas cotidianos de los educandos, ya sean laborales, familiares o comunitarios. En tercer lugar porque los servicios públicos de extensión rural – que podrían y deberían contrarrestar las dos debilidades educativas hasta aquí analizadas – están contaminados por las interferencias político-partidarias, burocratizados y excesivamente centralizados. Con tales restricciones los extensionistas, aún en contra de su voluntad, dedican más tiempo a burocratizar en las oficinas que a capacitar a los agricultores en las fincas y comunidades rurales. Las pocas veces que logran ir al campo, después de enfrentar un largo peregrinaje burocrático para obtener el vehículo, el combustible y los viáticos, muchos de los extensionistas no están en condiciones

técnicas de corregir los errores que los agricultores cometen y de solucionar los problemas que los afectan; estas debilidades técnicas de los agentes de extensión ocurren debido al motivo descrito a continuación. En cuarto lugar porque las facultades de ciencias agrarias están excesivamente "urbanizadas" y desconectadas de la realidad concreta de los productores rurales y de los potenciales empleadores de sus egresados. Debido al rápido proceso de urbanización, la mayoría de los docentes ya es de extracción urbana y no tiene un adecuado conocimiento “vivencial” de los problemas agrícolas y rurales. Además de no tener la referida vivencia, las facultades ni siquiera consultan a los empleadores y productores rurales para saber cuál es el perfil profesional que el mercado laboral está necesitando. La enseñanza teórica impartida en las aulas y laboratorios no es complementada ni validada con actividades prácticas en las fincas, en las comunidades rurales, en las agroindustrias y en los mercados rurales. Las visitas al campo suelen ocurrir recién en el último semestre de la carrera, cuando el daño en la formación de los estudiantes ya es irremediable. Las facultades estimulan a sus docentes para que publiquen artículos en las revistas científicas internacionales y los premian por esos "papers" para efectos de sueldos y promociones o ascensos; poco importando cuántas personas leen dichos “papers” y cuál es la contribución real y efectiva que tales escritos ofrecen a la solución de los problemas concretos y cotidianos de la gran mayoría de los productores rurales; olvidándose que son éstos la razón de ser de la existencia de las facultades. Mientras tanto las actividades de extensión universitaria que podrían acercar las facultades al conocimiento de la realidad agrícola y rural no reciben apoyo ni son consideradas para efectos de ascensos y premios a los docentes que las ejecutan o que desearían ejecutarlas. Con una formación tan teórica y tan divorciada de las necesidades de los agricultores y de los empleadores no es de sorprender que el mercado laboral esté rechazando a los profesionales que de ellas egresan. Las facultades siguen formando egresados para el desempleo y ello ocurre no necesariamente porque la demanda es insuficiente sino porque

Actualidad

su oferta es inadecuada a las reales necesidades de los demandantes del mundo moderno. Adicionalmente, a pesar de que en la prédica proponen el desarrollo rural con equidad y sin exclusiones, las escuelas superiores de agricultura “priorizan” y enfatizan la enseñanza de tecnologías sofisticadas y de alto costo, que benefician/interesan a un 5 o 10 % de los agricultores de avanzada, pero desprecian o ignoran las necesidades concretas del 90 o 95 % de los productores rurales que requieren, en carácter prioritario, de tecnologías sencillas y de bajo costo, para que sean compatibles con los escasos recursos que ellos disponen. Durante su paso por la universidad, los estudiantes tienen pocas oportunidades de desarrollar su ingenio en la creación de soluciones más pragmáticas y adecuadas a las adversas condiciones físico-productivas y a la escasez de recursos financieros que caracterizan a los agricultores más pobres; tampoco tienen la oportunidad de ejecutar con sus propias manos las actividades más elementales y rutinarias que a diario realizan los agricultores. En tales condiciones ¿cómo podrán enseñar a los agricultores a sembrar, regular una sembradora o cosechadora, podar, injertar, ordeñar una vaca o transformar “commodities” en productos procesados de manera correcta, si durante su paso por la universidad los estudiantes no tuvieron la oportunidad de sembrar, regular una sembradora, podar, injertar, ordeñar y procesar/transformar commodities con eficiencia? Con tantas debilidades en la formación de los egresados, ¿cómo esperar que los servicios de extensión rural sean eficientes y promuevan los cambios que necesitan los agricultores y la agricultura? Mientras no hagamos cambios en nuestro sistema de educación rural – sencillos y de bajo costo pero altamente eficaces y de un enorme efecto multiplicador y emancipador – todos los grandes proyectos de combate a la pobreza rural seguirán fracasando; y los gigantescos recursos en ellos aplicados seguirán siendo derrochados. MÁS INFORMACIÓN Polan Lacki Exdirector CIAT http://www.polanlacki.com.br

IMPRESIÓN

En una sola finca donde son alimentados a base de maíz y soya

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DISTRIBUCIÓN

4334018 Año 3 - Edición 41 Noviembre 2012

Diego Caucayo DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN

Darwin Javier Parra Carrasco

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Bogotรก - Colombia / Noviembre 2012

PBX: 412 1931 lab.campoganltda@hotmail.com

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TEMAS PARA COMPARTIR

¿EL PASTO QUE SOBRA ES EL QUE ENGORDA? La comida mas económica es el pasto en pastoreo, al pegarle el primer machetazo inician los costos adicionales, y debemos saber muy bien hasta donde llegan, buscando finalmente obtener resultados productivos altos pero bajos económicamente. En nuestro gremio ganadero, comúnmente encontramos una serie de frases o dichos, a los cuales todavía les damos mucha importancia y personalmente creo vale la pena analizar con mucha atención antes de volverlas simples frases de cajón. Entre estas tenemos las siguientes: “El pasto que engorda es el que sobra”, “Entre mas vacas menos leche”,” El ganadero, antes de ganadero, debe ser agricultor” , y muchas otras que, hoy por hoy, son mencionadas con frecuencia. En cuanto a la primera, “El pasto que sobra es el que engorda”, creo que es el sinónimo del sistema tradicional de manejo de la ganadería, es decir que comúnmente el ganado engorda en el momento en que los tiempos mejoran y abundan las pasturas y hay exceso de comida por consiguiente el ganado aumenta de peso y al cumplir con sus requerimientos se observa una cantidad de alimento que queda y por esto el uso de la frase. Yo en cambio considero que el pasto que sobra se perdió, y el pasto que engorda es el que se come el ganado, es por esto que debemos tener un muy buen conocimiento de las calidades y cantidades producidas por cada una de las variedades de pasturas, para saber de mejor manera cuántos kilos de carne podemos manejar en nuestros predios,

para que en forma permanente podamos lograr el mejor manejo de ellas, obteniendo el mejor resultado con nuestros animales. Esta y las otras frases en resumen se refieren a un solo tema, buen manejo de la alimentación del ganado, siendo para mi lo primordial el debido conocimiento de nuestras pasturas, para dar un buen uso y aprovechamiento de ellas, pues al fin y al cabo son la fuente alimenticia de menor valor. Es común ver en nuestros esquemas ganaderos, darle un mayor valor al número de animales que poseemos, antes de saber y valorar los rendimientos productivos, lo que nos lleva a tener problemas continuos por falta de volúmenes de pastos necesarios pa-

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ra mantener dichas cantidades. El pastoreo racional es la forma mas sencilla de lograr que al final obtengamos mejores resultados, pues con base en el volumen de las pasturas podemos saber realmente con cuánta comida contamos y cuántos animales podemos mantener en el programa, cumpliendo así con ofrecer la cantidad que cada animal necesita para mantenerse y producir aumentos de peso, que es al final nuestro objetivo principal. En cuanto a la frase “ Entre mas vacas, menos leche”, igualmente al final la razón es la misma ya que si hay mas vacas produciendo y tenemos menos leche es solo porque al final lo que hay es menos comida para que ellas produzcan el liquido vital. Esta es una frase que se está usando no solo para ganadería, y es solo porque nos resume que cuando pensemos en crecer no es el número de animales lo que nos da el mejor resultado, ya que estamos en un programa que solo da resultados mejores si a su vez cumplimos con mejorar muchos otros factores y entre estos el mas importante es el de la cantidad y calidad del alimento, es la base de la pirámide productiva en ganadería. Por ultimo la frase “El ganadero, antes que ganadero, debe ser agricultor”, creo que es en la actualidad la mas mencionada por profesionales y ganaderos y en reuniones, es realmente la de mas antigüedad. Un tema importante el cual se debe tratar en el esquema ganadero es la producción de alimento para los ganados; desde la creación, el ganado siempre vivió siendo herbívoro, consiguiendo alimento del suelo, llevado a pastorear donde había plantas para su consumo. El pasto y otras plantas son la fuente principal para alimentar el ganado, además de ser la mas económica No digo que la frase no es real, por el contrario, es la total verdad, lo que quiero señalar es que lo extraño es que sea la frase bandera en la ganadería actual, tal vez es la razón de tener tanto tiempo de atraso dejando de buscar esquemas que nos lleven a obtener resultados buenos, basados en los conocimientos y adecuados manejos de las praderas. Contrario a lo anterior, en las ultimas décadas, los sistemas ganaderos tal vez mas por principios comerciales o cuestiones de moda, nos llevaron antes que agricultores, a ser ingeniero químicos buscando una cantidad de formulas con productos, desechos de cultivos y hasta excrementos de otros animales, los cuales al mezclarlos descubríamos la formula mágica para tener el mayor aumento

de nuestros animales, muchas veces con muy malos resultados productivos, y otras con buenos resultados productivos, pero muy malos económicamente, como alguien dijo un día produciendo a $5000 para vender a $3000. Por otro lado, antes que agricultores nos volvimos ingenieros o arquitectos, llevándonos a montar unos programas con instalaciones en casos ostentosas y extravagantes, para confinar los animales, tal vez guiados por programas foráneos que en otros países funcionan, donde sus climas, la mitad del año o es extremo verano o extremo invierno. En nuestro medio al tener todo un año con capacidad de manejo de pasturas, no era el esquema mas adecuado a seguir, unido a otros factores ya que en muchos de esos países existen esquemas de subsidio permanente en alimentos y los valores de los productos finales son mejores que en el nuestro. Hoy en día esto lo corroboramos con la cantidad de construcciones que no están usándose en ganadería ya que luego de varios años nunca fueron capaces de cumplir con los esquemas planteados para conseguir altas producciones y mucho menos pagaron la inversión de las estructuras construidas.

Finalmente, creo que todas estas frases se refieren al objetivo primordial que debemos manejar los que queremos ser ganaderos, la comida, y la más importante y básica es la ofrecida por las pasturas y plantas que los animales pueden aprovechar para tener sus mejores rendimientos. Estoy cada vez mas convencido que nosotros somos los encargados de hacer un buen manejo de ellas, debemos conocer las pasturas que tenemos y sacarles el mejor provecho, saber que cantidad tenemos y saber calcular cuántos kilos de ganado podemos manejar en ellas, teniendo en cuenta que a ellos se les proporcione la cantidad necesaria y esta sea de buena calidad, para así poder ser aprovechada al máximo por los animales y nos produzcan así su máximo rendimiento. Una frase tan importante como las anteriores, pero creo que por su simpleza es mas diciente para nosotros, es la encontrada hace unos años al leer unos artículos relacionados con el manejo de las pasturas en ganadería , “Si se desea producir a base de pasto, es necesario tener pasto” (Vicenza, 2003), es un resumen de todo, yo culminaría con algo de lo que he trabajado hace ya siete años, la comida mas económica es el pasto en pastoreo, al pegarle el primer machetazo inician los costos adicionales, y debemos saber muy bien hasta donde llegan ellos, buscando finalmente obtener resultados productivos altos pero bajos económicamente. MÁS INFORMACIÓN Jorge Humberto García H. Ganadero Tottogarcia-180@hotmail.com


Bogotรก - Colombia / Noviembre 2012

Especiales Syngenta

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HISTORIAS DE CAMPO Productores que se destacan en sus regiones


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ESPECIAL SYNGENTA/ Noviembre 2012 Bogotá - Colombia

LEA EN ESTE ESPECIAL PG. 3.

PAPA: NO HAY COMO LA VIDA EN EL CAMPO

PG. 4-5.

CAFÉ: ESTE TAMPOCO SERÁ UN BUEN AÑO PARA LA COSECHA PG. 6-7.

CEBOLLA: LOS JÓVENES YA NO QUIEREN TRABAJAR EN EL CAMPO PG. 8-9

EN URABÁ: TODO GIRA ALREDEDOR DEL BANANO PG. 10,11,12.

ARROZ: VIENEN TIEMPOS MÁS DIFÍCILES…

Editorial

Cosechar la tierra para cultivar la vida…. Colombia es un país lleno de historias. De historias de campo. De hombres y mujeres que dedican su vida con mucho esfuerzo y sacrificio a producir los alimentos que llegan cada día a nuestras mesas. Syngenta, ha querido rendir un pequeño homenaje mediante esta separata especial a los miles y miles de productores del campo colombiano que dedican su tiempo a cosechar la tierra para cultivar la vida. Este proyecto que se inició este año con el periódico EL AGRO seleccionó en principio a cinco productores de diferentes regiones del país que representan a los cultivadores de café, arroz, banano, cebolla cabezona y papa para que nos confiaran sus historias de vida, sin duda, llenas de mucho amor por la tierra y fe por lo que hacen. Son historias que narran sus dificultades y logros, sus angustias y alegrías, sus avances y tropiezos. En ellas se condensa el espíritu luchador de nuestros campesinos. Son historias que denuncian situaciones de orden social que viven muchos de ellos, que educan a las nuevas generaciones acerca de la importancia de creer en lo nuestro, que buscan un reconocimiento de parte de quienes desconocemos lo que significa vivir en el campo. Historias que deben generar en quienes las leemos un respaldo total y un agradecimiento para quienes nos proveen los alimentos que dan vida. En sus narraciones, estos productores del campo, dejan muchas enseñanzas. Plantean, por ejemplo, que el país se está quedando sin relevo generacional en muchos cultivos. Los jóvenes que salen del campo a estudiar a las ciudades ya sea dentro o fuera del país, no quieren volver. Señalan que es necesario tecnificar la producción si queremos competir con aquellos países con los cuales estamos firmando los Tratados de Libre Comercio y al mismo tiempo advierten sobre la necesidad de que grandes y pequeños productores busquen alianzas productivas en cultivos en los cuales el país tenga una ventaja comparativa con otras regiones. Sostienen que es necesario ampliar la frontera de investigación, involucrar a los jóvenes en estos procesos y modernizar la producción. Las nuevas tecnologías son fundamentales si se quiere ser competitivos en los mercados nacionales e internacionales. Y esta tecnología involucra no sólo equipos, sino programas intensivos de capacitación al productor en todos los procesos desde la siembra hasta la cosecha. En fin, los invitamos a leer estas valiosas historias porque cada una ofrece información fundamental sobre el pasado, presente y futuro de diferentes cultivos. Es la tradición y la cultura regional reflejada en estos escritos que sin duda nos motivan a reflexionar y a meditar acerca de la belleza de nuestro país y de nuestro campo, pero también del esfuerzo y sacrificio de los productores que trabajan de sol a sol para generar vida.


Bogotá - Colombia ESPECIAL / Noviembre SYNGENTA 2012

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Producir la tierra es una tarea dura, pero…

NO HAY COMO LA VIDA EN EL CAMPO Con el apoyo de la Compañía Syngenta, productores de diversas regiones del país, demuestran que se pueden obtener más y Son las 4 y 30 de la madrugada y sin que suene despertador alguno, el reloj biológico de Rafael entra en funcionamiento. De inmediato se levanta y un baño con agua fría del páramo lo pone en funcionamiento. Su jornada comienza con el ordeño de sus dos vacas lecheras. Y continúa luego con la fumigación de su cultivo de papa tarea que va hasta el medio día, y se reanuda dos horas más tarde después de haber almorzado. Su trabajo de campo termina hacia las 4 o 5 de la tarde, 12 horas después de poner sus pies sobre la tierra. Así es el día a día de Rafael Rincón Cañón, un campesino productor de papa en Tausa, Cundinamarca. Lo mismo les toca vivir a millones de campesinos en diferentes regiones de Colombia. Cuando no es fumigar, entonces hay que desyerbar o limpiar el cultivo de malezas…pero siempre habrá que hacer para producir la comida que como el mismo dice: todo el mundo consume pero rara es la gente que se pregunta de dónde viene y cuán duro resulta producirla.

Conciencia del consumidor En diferentes países europeos ya han iniciado, desde hace algunos años, campañas que pretenden crear conciencia entre los consumidores acerca del ciclo de un producto. Algo que en ganadería se ha denominado trazabilidad. De dónde viene un alimento, cómo se ha cultivado, que tipo de prácticas se han llevado a cabo, quiénes lo han producido, cuál ha sido el manejo de aguas, cuál el manejo ambiental, etc. Dicho en otras palabras: cuál ha sido el proceso para llegar desde el sitio de producción hasta su boca. Eso significa, seguridad para el consumidor. En Colombia, hay algunos avances sobre este tema y seguramente en algunos años seremos más conscientes de la tarea que adelantan nuestros productores, pero esencialmente tendremos más claridad al preguntarnos de dónde proviene todo aquello que llega a nuestro estómago y eso obligará a mejorar la calidad de los alimentos y, por supuesto, nuestra salud. En ganadería ya hay experiencias. Compañías como Syngenta llevan varios años trabajando en un tema que tiene mucha relación con toda esta temática y con lo que hoy se llama Buenas Prácticas Agrícolas y/o Ganaderas. Se trata del manejo responsable de productos para la protección de cultivos que hace parte de Syngenta y que considera básicamente “Cinco reglas de oro de la prevención”. (Ver aviso). También hay otros programas que adelantan campañas relacionadas con el manejo adecuado de envases y en esto hay un gran avance. Los productores son cada vez más conscientes del manejo que se debe dar a los empaques y envases usados de productos químicos. Tierras de papa Pero volvamos con Rafael. Hijo de un hombre de 84 años que aún cultiva la tierra y una mujer de 77 años, este campesino, como el mismo se denomina, fue el único de 8 hermanos vivos –fueron 10que se dedicó a la agricultura. Y lo hizo porque le nace permanecer en el campo. “Mis hermanos decidieron migrar a las ciudades o dedicarse a otras labores, porque esto de producir la tierra es tarea dura y muy pocas veces reconocida”, explica. Sin embargo advierte que no la cambia por nada.

A la ciudad va pero de paseo. A su juicio hay mucha contaminación, “lo tratan despectivamente por ser del campo, pues se nos nota en la cara y hasta en la ropa y eso que uno va allí sin ruana”, dice. Se siente a gusto cultivando papa, como lo han hecho sus padres y los padres de sus padres y así durante muchas generaciones. Vive y cultiva la tierra en Tausa, un municipio muy frío empotrado en las montañas de Cundinamarca, muy cercanas al páramo, allí muy cerca de la represa del Neusa, donde el paisaje parece una colcha hermosa de retazos verdes y amarillos que es atravesada por caminos que serpentean fincas de cosechas y ganados productores de leche. Un lugar donde el agua no es problema, la hay en abundancia –salvo en épocas de verano- y por eso muchas veces se desperdicia, dice Rafael aunque reconoce que ahora existe más conciencia porque hay programas como Ecoaguas de Syngenta que adelantan campañas de reforestación en diferentes regiones del país, mediante la capacitación de productores pero especialmente impartiendo educación al segmento de niños y niñas del campo. Ellos mismos se apersonan de su propio futuro, producen y siembran especies nativas en sus predios, dice Alexander Joya, director nacional de este proyecto. Allí, en Tausa, Rafael Rincón Cañón ha vivido 40 años, toda su vida. Y toda la ha dedicado a cultivar papa, único producto que a juicio de la mayor parte de los productores de la región, se da con mayor facilidad por las condiciones del clima. “Nosotros hemos sembrado arveja y maíz en otras épocas, pero ninguno crece tan productivamente como la papa en estos terrenos”, dice Rafael. Controles poco saludables Sin embargo, cultivar papa, dice este productor, no es tarea fácil. Es una lotería. A veces se gana y a veces se pierde. Básicamente porque el cultivo puede ser afectado por heladas, enfermedades como la Gota o insectos como la Palomilla. Por eso tiene que recurrir a grandes dosis de agroquímicos para repeler insectos o evitar esta y otras enfermedades. Recuerda que hace muchos años sólo se requería de 3 a 4 fumigaciones por cosecha. Hoy son entre 15 y 25 fumigaciones lo cual es verdaderamente alto, antieconómico y dañino para el ambiente y para los propios productores. Y así lo admite, pero dice que a veces no queda otra alternativa.

mejores cosechas a un menor costo ambiental y económico.

Atribuye al clima cambiante y a la resistencia que han alcanzado las plagas, el aumento en el uso de agroquímicos. A veces a la falta de productos más benévolos con el ambiente. Sin embargo, reconoce que ahora han llegado multinacionales como Syngenta con sus campañas educativas, asesoría técnica y nuevos productos que han permitido reducir el uso de tanto agroquímico y, lo más importante, mejorado el ambiente y por lo tanto el bienestar de la comunidad. Además, ha permitido que se obtengan mejores ganancias porque se obtienen cosechas más productivas y sanas. Un programa exitoso Precisamente, Rafael y su familia, fueron beneficiarios del programa Incrementa papa con parcelas demostrativas que adelanta Syngenta desde hace ya unos meses en diferentes regiones del país, entre ellas Tausa. En esta región se escogieron 10 productores pequeños a quienes se les presta asistencia técnica permanente para producir una carga de papa cada uno. Lo hacen con el fin de demostrar que se puede producir más y mejor promoviendo el uso adecuado de productos para la protección de cultivos. Con los productores se trabaja todo el portafolio de la compañía, dice Héctor Rodríguez, técnico de Syngenta en la región. Se les enseña a manejar dosis exactas de productos, a usar semilla certificada, a controlar mejor plagas y enfermedades y por sobre todo a protegerse personalmente y proteger el ambiente. Y las parcelas que cultivan con este acompañamiento han mostrado su efectividad frente a los métodos tradicionales de siembra y cultivo. Rafael dice que haber sido escogido por el programa de Syngenta en un momento en que pasaba dificultades en la producción fue como “una bendición de Dios”, pues pertenecer a este proyecto le ha permitido aprender y obtener ganancias económicas. La parcela demostrativa de Rafael con todos los

ECOAGUAS: por un mejor planeta Es un programa de Syngenta que busca recuperar las cuencas hidrográficas estratégicas para la agricultura a través de la conservación y la reforestación en regiones de amplia influencia como productoras de alimentos básicos como papa, maíz, café, arroz, vegetales, entre otros. Se pretende generar condiciones económicas y sociales que mejoren la calidad de vida de los productores y los habitantes del campo y de la ciudad. Mediante procesos educativos y la creación de viveros intentan que los productores y estudiantes tomen conciencia acerca de la necesidad de reforestar y de generar recursos mediante la producción y comercialización de especies nativas, de acuerdo con la región donde se lleva a cabo el programa que se ejecuta en asocio con la comunidad.

Entres 1995 y 2011 se han sembrado más de 830.000 árboles. 65.000 árboles el año pasado, pero lo más satisfactorio es que la misma comunidad es quien crea conciencia por el medio Ambiente y de esta manera permanece en el tiempo y en las generaciones.

lineamientos de Syngenta ha mostrado incrementos de más del 10 por ciento en producción, con menores gastos y una reducción sustancial en la cantidad y número de productos que usaba, dice. “Además uno siente que respira mejor, queda más tiempo para realizar otras actividades y recibe más plata por el producto final”, advierte. Para Rafael cultivar papa es todo lo que sabe hacer. Ha tenido ganancias pero también épocas de arriesgar y perder. Recuerda que llegó a sembrar 100 cargas y cuando recogió la cosecha el precio estaba por el piso entre 12.000 y 15.000 pesos el bulto de 50 kilos. Lo perdió todo y tuvo que emplearse con otro cultivador grande de la región para pagar las deudas que contrajo con los bancos. “Y esos no perdonan nada”, afirma. Como referencia para el lector cuando los precios de la papa están buenos pueden llegar a 70.000 y 80.000 pesos el bulto. Aunque hasta ahora a mí no se me han dado las cosas, si conozco amigos a quienes se les ha “aparecido la virgen”, así dicen los campesinos a quien le va bien con la cosecha y los precios. Hace unos años, un muchacho que sembraba alrededor de 30 a 40 cargas se arriesgó, prestó plata en los bancos y llegó a sembrar más de 300 cargas. Eso es mucho, dice. Y logró vender a 60.000 y 70.000 pesos bulto. Se ganó la lotería, pero unas cosechas más adelante perdió No tanto, pero perdió. Así es esto, duro, porque cultivar es para machos, pero es lo único que se hacer y me gusta. Por eso creo que no cambiaría esta vida de campo por la vida en la ciudad. “Uno ve muchachos que se van a la ciudad y duran unos años y tienen que volver. Mientras que en la ciudad usted tiene que ser bachiller o universitario para conseguir un empleo, si es que se consigue, en el campo se trabaja tranquilo sin que le exijan a uno alto niveles de estudio”. También hay quienes no regresan y otros a los que les va bien en la ciudad. ¿Suerte? Claro que he visto muchos quebrados que se han tenido que ir porque lastimosamente el campo tiene muy poca ayuda oficial. Si usted se endeuda con los bancos tiene que pagar y a veces se queda sin nada. Ellos no perdonan. Por eso ahora Rafael, al igual que muchos de los productores de papa de la región, ha adquirido sus vaquitas lecheras. “Eso nos da para un diario, mientras espera uno los resultados de las cosechas”, afirma. En la región se siembra dos cosechas al año. La venta la realizan muchas veces en Corabastos, pero en algunas ocasiones les compran los intermediarios directamente en las fincas, lo que evita el costo de transporte. El precio depende de la oferta en el mercado. Se pierde o se gana. Es la lotería de sembrar. Y mientras Rafael y sus compañeros de Tausa comienzan a tomar conciencia de la importancia de reforestar y proteger el agua y el ambiente, esperan que nuevos programas y productos permitan continuar racionalizando el uso de agroquímicos, para obtener más y mejores cosechas, porque “la vida de campo es muy linda, en las ciudad hay mucha maldad, dice y agrega: El campo es salud y vida…”


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ESPECIAL SYNGENTA/ Noviembre 2012 Bogotá - Colombia

Renovación e incorporación de tecnología, necesidades urgentes en la región caf

CAFÉ:

ESTE TAMPOCO BUEN AÑO PA

En la zona cafetera ya no hay poder adquisitivo sino de subsistencia. No hay relevo generacional en el campo. Los hijos de cafeteros se están quedando en la ciudad. En los últimos cinco año La casa es muy hermosa. Como muchas de las viviendas de campo que adornan el bello paisaje cafetero. Es una casa pintada de blanco. No tiene nada ostentoso. Simplemente es cómoda y sencilla. Está ubicada estratégicamente en la cima de una de las colinas que rodea la Hacienda San Nicolas, en Chinchiná, Caldas. Y desde allí se puede observar todo el paisaje. Sin haberlo preguntado uno intuye que fue construida en este sitio por sus propietarios para contemplar cada día el amanecer y el atardecer de esta tierra bendita.

Frente a la casa, a unos 50 metros del borde de la cima de esta colina, se han dispuesto un par de bancas de tabletas unidas de esas que se encuentran en los parques de nuestros pueblos y son lo bastante cómodas para sentarse y no hablar. Simplemente contemplar el paisaje…a pesar de esto y del calor que hay en ese momento – es mediodía - decidimos sentarnos allí con Nicolas Trujillo Gómez, un hombre cafetero, para hablar de la situación del cultivo, de técnicas de producción, de renovación, de diversificación, de precios.

Ahora no se llama Chinchiná ha sido por tradición una región muy cafetera. Allí se ubica el Centro de Investigaciones de Café, Cenicafé. En épocas de bonanza, cuenta la gente, este municipio se destacó por las grandes fiestas que hacían dueños de fincas cafeteras, trabajadores y recolectores. Hoy la crisis no da para tanto. Es una región ubicada a unos 1.320 m.s.n. m. y allí caen alrededor de 2.700 mm de agua al año. Pero en este último quinquenio, han sido más de 3.400 mm por año. Inviernos tan fuertes que más de un productor se ha quebrado y muchos otros han abandonado este cultivo para dedicar sus tierras a otros productos, dice Nicolas Trujillo. Tanta agua ha traído con ella hongos y plagas y se han afectado los rendimientos cafeteros. Por supuesto, se han deteriorado los ingresos de los productores. Nicolas afirma que cuando la cosecha cafetera es buena, se nota porque en el comercio todo se mueve. Lamentablemente ahora no hay poder adquisitivo, lo que hay es simple subsistencia. En estos últimos cinco años, la caficultura ha perdido prácticamente un año de productividad, señala Trujillo Gómez y esto ha repercutido en los ingresos de la gente. El invierno, los bajos precios en los mercados internacionales, la presencia de plagas

como la Roya y la Broca, los minadores de las plantas, la mancha de hierro, el mal rosado y un complejo de palomillas, entre otros, han mermado la producción y la productividad de esta región cafetera de Colombia. Se estima que este año sólo se producirán unos 8 millones de sacos de café, un poquito más que en el 2011 cuando llegó a los 7.5 millones, de los más bajos de las últimas décadas. Es en estas circunstancias cuando los productores recuerdan que el país llegó a producir más de 15 millones de sacos y era el segundo productor del mundo detrás de Brasil. A esto se agrega que en la actualidad el precio se ubica en la franja de 1 dólar con 70 centavos cuando hace algunos años alcanzó los 3 dólares con 30 centavos en el mercado americano.

También ha afectado el hecho de que hay productores nuevos de cafés suaves, los mismos que produce Colombia y sale una mayor producción del grano a los mercados internacionales, lo cual afecta los precios. Vietnam, por ejemplo, que no era productor conocido, alcanza los 20 millones de sacos de café y mucho es comprado por los comercializadores americanos. Estados Unidos es uno de los mayores consumidores de café en el mundo. El problema se agrava mucho más cuando

Todo ese tiempo le ha permitido a Nicolas para aprender de café, también de aguacate, de guayaba y de ganadería. Todas las áreas en las que ha incursionado don Alfredo, persona muy inquieta que siempre ha considerado importante diversificar. Por supuesto, hemos fallado en diversas ocasiones, pero de eso también se aprende, dice. Estas fincas no deben ser sólo café porque en situaciones de crisis, como la que ahora afronta el grano, se debe tener otras alternativas para resistir, advierte.

capacitación y control de plagas y enfermedades. Y a todo lo anterior se agrega que en Colombia han entrado a producir café otras regiones que ofrecen el grano con otras características, entre ellos, los orgánicos, de amplia aceptación en los mercados internacionales, aunque todavía su producción es muy reducida. Por eso, muchos productores cafeteros y habitantes de este triángulo –Caldas, Risaralda, Quindio- dicen que el Eje Cafetero no volverá a ser el mismo y aunque fue bautizado y es reconocido en Colombia y el mundo con este nombre, por ahora la verdad es que no se llama.

Tecnología igual productividad Nicolas es un administrador agropecuario que estudió en la Universidad de La Salle en Bogotá y vivió en Cajicá, cuando todavía el tráfico lo permitía, advierte. Estuvo vinculado a una finca de producción lechera y aunque le gustó esta tarea, la aprendió y le pidieron que se quedara, sentía que su tierra lo llamaba porque nació en Manizales, Caldas, es descendiente de padre cafetero y se crío en el campo entre matas de café. la Federación y los propios productores reconocen que muchas de las plantaciones son viejas, y por eso han emprendido una intensa campaña en la zona para renovar los cafetos. Pero ahora el Fondo Nacional del Café no cuenta con los recursos que tuvo en otros tiempos, para apoyar a más cultivadores en los procesos de renovación,

nos somos capaces de muchas cosas. Eso lo sorprendió y decidió aceptarle. Ya han pasado 21 años desde entonces.

Hace muchos años, por esas vueltas que da la vida, se encontró con don Alfredo Restrepo, propietario de San Nicolas y uno de los miembros de una familia tradicional cafetera, que le ofreció vincularse a su empresa. Muy sincero, Nicolas le dijo: yo, de café, no se. Y don Alfredo le respondió: no nacimos aprendidos, pero con ganas, los colombia-

Nicolas ha tenido que aprender de precios y de comercialización y de muchas otras cosas sobre cultivos. Y también de publicidad. Sí, de publicidad. Fue uno de los personajes seleccionados por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia para participar en el concurso que escogió hace un par de años al nuevo personaje que ahora representa la imagen del café en el mundo: Juan Valdez. Quedó entre los finalistas. Hoy su hija estudia publicidad. Y recuerda que en la Hacienda San Nicolas se hicieron muchas fotografías de Juan Valdez con su mula.

Tecnificar y diversificar Trujillo Gómez habla de la importancia de tecnificar. Es un convencido de ello. Por eso dice que si bien el promedio de producción en la región está cercano a los 100 kilos por hectárea del grano, hay fincas que superan los 200 y 250 kilos por hectárea con un buen manejo y tecnología apropiada. Advierte que su incorporación en cultivos como el café permite un mejor control de plagas y enfermedades y mayor crecimiento de las plantas, entre otras bondades. La tecnología se traduce en vigor y productividad, esta última caracterizada por la obtención de una mayor cantidad de arrobas de café por hectárea, complementa Gilberto Pulgarín, Coordinador de Syngenta en la región cafetera. Precisamente, compañías como Syngenta han venido impulsando la introducción de nuevas tecnologías en la zona mediante el establecimiento de parcelas demostrativas donde se aplican productos, uno de ellos exclusivo en Colombia, para el control de varias plagas del café, que además mejoran la productividad de las plantas. Ya se tienen resultados de estos trabajos en la región cafetera (Ver recuadro).


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fetera

O SERÁ UN RA LA COSECHA DE CAFÉ

os se ha perdido prácticamente un año de productividad.

Producción que los impulsó a realizar mejoras en la finca, construcciones para los trabajadores, baños, instalaciones para maquinaria y equipos, almacenamiento de productos químicos, mucha organización y limpieza, entre otros factores.

La Hacienda San Nicolas tiene unas 130 hectáreas, todas ellas en terreno de ladera. 80 están dedicadas a la producción de café en las variedades Caturro, Colombia y Castillo que si bien pueden ser afectadas por la Roya o la Broca, las plagas más reconocidas, con buen manejo técnico y de granos en cultivos, se puede reducir sus efectos. ¿Por qué sembrar diferentes variedades en una misma finca? Por seguridad y manejo de riesgo, dice Nicolas. No es sano tener una sola variedad. Además, permite realizar mejores controles administrativos y productivos y al mismo tiempo establecer, por ejemplo, rendimientos de producción. Llevamos datos de todo y eso nos facilita las comparaciones entre una y otra variedad, comenta. Las otras 50 hectáreas están sembradas con Guayaba, que se adapta muy bien a las condiciones de clima y topografía de la finca y con la cual se obtienen muy buenos rendimientos de producción. El problema está en que es una fruta muy exigente que requiere mucha mano de obra y mucho control de plagas como los nematodos. La semilla es traída de algunos viveros ubicados en la Unión, Valle. Tienen, igualmente, una parte del terreno sembrado con aguacate. Todo bajo la misma filosofía de seguridad y riesgo que tienen con las siembras de café, ‘no echar todos los dulces en un mismo saco’.

tores prefieren hacer socas –cortes de la planta que en principio resultan productivos, pero con los años merman y deterioran la calidad del grano.

No hay relevo generacional Nicolas llama la atención sobre un fenómeno que esta ocurriendo especialmente en la cosecha mayor que por lo general sale en todo el país en la misma época y es el relacionado con la escasez de mano de obra para recolección. Son muchos los trabajadores que ahora con las facilidades que brindan los celulares se comunican entre ellos y se ponen de acuerdo para prestar sus servicios a grandes cafeteros que les ofrecen mejores condiciones de pagos, alimentación y vivienda por la recolección. Eso implica que muchos de ellos se desplacen a otras regiones del país y en la zona queden muy pocos. Se ha generado una competencia poco sana entre muchos productores.

En esta finca, como en la mayoría de la región, se obtienen dos cosechas. Aunque en San Nicolas han logrado escalonar la producción de tal manera que se coge grano todo el año. En la primera cosecha (mitaca) se obtiene entre un 10 y un 20 por ciento de la cosecha y hacia Octubre sale lo que se denomina la cosecha grande (traviesa). Es decir, el 80 por ciento restante.

Todo se agrava aún más porque una gran cantidad de estos trabajadores se ha enganchado en el sector de la construcción, que atraviesa buenos momentos. Hay también quienes se han ido a la ciudad y no vuelven al campo, dice Nicolas. Recuerda que hace unos 20 años las autoridades decretaban vacaciones estudiantiles cuando comenzaba la ‘traviesa’, para que los muchachos pudieran trabajar durante esa época con sus padres en la recolección o como empleados en fincas cafeteras. Eso se quedó en el pasado, afirma.

El 20 por ciento de la finca se encuentra en proceso de renovación cafetera. El 80 por ciento restante se mantiene en producción con árboles de diferentes edades. Es importante señalar, dice Nicolas, que en renovación los costos son muy altos, por eso muchos produc-

La producción cafetera afronta actualmente otro serio problema, dice Nicolas para referirse a la inexistencia de un relevo generacional en el sector cafetero. Los hijos de los productores que se van a la ciudad, ya no quieren regresar. Se quedan allí estudiando o se van del país.

Bienestar colectivo En 2005 comenzaron un proceso de certificación cafetera y para ello tuvieron que implementar un programa de Buenas Prácticas de

Por ello, ahora ofrecen capacitaciones a los trabajadores en diferentes áreas de producción, también en manejo de envases y residuos químicos, lo mismo que en el uso adecuado de productos y calibración de equipos, programas que adelantan con la Corporación Campo Limpio y con los programas educativos de Custodia y el soporte los técnicos de Syngenta, respectivamente. Han creado brigadas de salud y de nutrición, entre otras, todo lo cual se traduce en mejores condiciones laborales y bienestar para los empleados. Aquí en la empresa la gente se jubila, dice Nicolas Trujillo. Actualmente tienen unos 60 a 70 trabajadores de tiempo completo con todas sus prestaciones, pero en época de recolección pueden llegar a ser más de 300 personas.

Control de plagas y plantas más productivas Introducir nuevas tecnologías que han sido el resultado de investigaciones en campo y ofrecen al productor la posibilidad de controlar plagas y hongos y mejorar la productividad de los cultivos, se ha convertido en uno de los principales objetivos de Syngenta en Colombia. Tal es el caso del café, cultivo que a pesar de la crisis coyuntural que le afecta, continúa siendo uno de los productos exportables más reconocidos de Colombia. Técnicos de Syngenta atienden a los productores ubicados en cerca de 270 mil hectáreas cultivadas con el grano en los departamentos de Caldas, Quindio, Risaralda y norte del Valle del Cauca. Ofrecen capacitación permanente en temas como: aplicación correcta de los productos, qué hacer con los envases, uso y manejo seguro de agroquímicos. Seis técnicos atienden esta región. La compañía ofrece actualmente dos productos que además de controlar plagas y hongos que afectan severamente la producción cafetera, permiten mejorar la productividad del grano. Así se ha confirmado mediante programas en parcelas demostrativas que se vienen adelantando desde hace un par de años en más de 600 fincas que sumadas sobrepasan las 5.000 hectáreas. Son cultivadores que tienen en promedio entre 80 y 90 hectáreas tecnificadas en producción de café. Las investigaciones con ‘Verdadero’ y ’Amistar Ztra’, se adelantaron durante cuatro años en el Centro de Investigaciones del Café, Cenicafé, en Chinchiná, Caldas. Se buscaba demostrar eficiencia y eficacia de los productos. Ahora, tanto la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia como Cenicafé, y un buen número de productores tecnificados y líderes de la región, han avalado los resultados obtenidos en campo. ‘Verdadero’ es un producto que controla plagas y enfermedades y los cultivadores utilizan especialmente para el control de la Roya y del complejo de palomillas, y que además tiene la propiedad de ser un bioactivador. Es tal su efectividad que no solamente ha demostrado controlar estos dos grandes limitantes del cultivo, sino que adicionalmente permite observar plantas más fuertes y de un color verde vivo que reflejan vigor y productividad. Con este producto, el control de la Roya ha estado por debajo del 15% y los cultivadores que lo utilizan han visto crecer su productividad hasta en un 38 por ciento, frente a aquellos que no lo aplican. Los lotes donde se usa el producto muestran plantas más verdes y con más hojas, lo que garantiza una mejor preparación productiva para la siguiente cosecha. El otro producto es ‘Amistar Ztra’ un fungicida contra problemas biológicos limitantes del café como la Mancha de Hierro, Mal Rosado y Roya y que también ayuda para que la planta sea más productiva. Es un producto exclusivo para Colombia.


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ESPECIAL SYNGENTA/ Noviembre 2012 Bogotá - Colombia

Afirma Alfonso Lombana, cultivador de Cebolla en Boyacá

LOS JÓVENES YA NO QUIER Con tecnología los productores alcanzan altos niveles de productividad. destacan trabajo educativo del productos y envases químicos.

“Se nos está olvidando que este país es agropecuario y estamos desperdiciando una oportunidad única para producir lo que en el futuro será el producto más costoso en el mundo: la comida”. Así con esta frase que más parece una sentencia y tiene mucho de verdad comienza nuestra conversación con Alfonso Lombana, un cultivador de cebolla de bulbo o cabezona como suele llamarse en algunas partes del país. Estamos en Firavitoba, Boyacá, un pequeño pueblo ubicado a pocos kilómetros de Sogamoso. El día, curiosamente, es muy soleado. Hoy no hay necesidad de usar ruana, ese atuendo tan tradicional en muchos de estos hermosos parajes boyacenses, básicamente porque las madrugadas y los atardeceres suelen ser muy fríos. Don Alfonso, como le dicen por aquí los ingenieros y sus amigos, tiene tres hijos y apenas 34 años todos dedicados a la agricultura pues – dice - nació en un hogar donde sus padres producían comida todos los días. Hasta donde su memoria le ayuda, recuerda que siempre anduvo por el campo. Gateó, caminó y se hizo adolescente entre cultivos en su pueblo, Choachí, Cundinamarca. Y uno de esos cultivos era la cebolla. Por eso hoy, después de muchas vueltas que da la vida, y de pasar por diferentes pueblos y diversos oficios, ganadero, avicultor, minero, comerciante, volvió a sus orígenes, a lo que sabe hacer, cultivar cebolla cabezona y pasó de ayudar a su padre a que este le ayude ahora. Le sonó la flauta Recuerda que cuando tenía unos 10 años, sus padres se separaron y el decidió marchar con su papá. Fueron primero a Villa de Leyva, Boyacá, donde estuvieron un año cultivando en tierras alquiladas. Después decidió tomar camino sólo y fue a parar a Fomeque, Cundinamarca, a trabajar en avicultura. Allí también duró poco tiempo, hasta cuando decidió marchar a Duitama, donde uno de sus hermanos se había radicado, pero estaba dedicado a negocios diferentes al de la agricultura. Con unos pocos pesos que llevaba en el bolsillo del producido de su trabajo en los últimos meses y sólo 16 años, Alfonso Lombana, se arriesgó por alquilar él solo una fanegada de tierra. Tenía 700.000 pesos y consiguió reunir mediante préstamos de 20, 30 y 50 mil pesos que le hicieron algunos conocidos, dos millones de pesos para poner a producir ese pedazo de tierra. Claro, con cebolla cabezona. Y le sonó la flauta, como el mismo dice, porque terminó con una excelente cosecha de

420 bultos que logró vender en más de 11 millones de pesos. En esa ocasión su utilidad sobrepasó los 8 millones de pesos. Con mucha dedicación comenzó su carrera ascendente en este negocio. Al cabo de los años ya andaba en una camioneta burbuja y, dice ahora, ‘pequé por desconocimiento y mal manejo del dinero’ y después de tener tremendo carro y darse ciertos lujos llegó un día en que se quedó sin un peso entre el bolsillo. ‘No tenía ni para comprar una bicicleta’. Una racha de mala suerte, como él dice, que le duró más de cinco años. Una reflexión de vida Pero gracias a que siempre fue buen pagador de sus deudas, y luego de la debida reflexión, comenzó a pensar que en la vida no todo es lujo y que las vacas gordas como las vacas flacas tienen sus tiempos, le apostó a sembrar de nuevo y con una meta clara: mucha tecnología, organización, buena administración y adquirir su propia tierra. Así lo ha hecho estos años y hoy tiene cerca de 40 hectáreas sembradas en cebolla cabezona y algunas otras tierras que alquila en sociedad o solo para producir comida. En la región el promedio es de una a tres hectáreas, es zona de minifundio. Hoy es más consciente de la importancia de producir comida proteger la tierra, y por eso venía rotando la cebolla con hortalizas a lo largo de cada año. Sin embargo desde hace un par de semestres está dedicado sólo a producir cebolla y al siguiente cultiva Nabo y Avena que reincorpora en su totalidad

al suelo. Eso permite fijar nitrógeno y otra serie de minerales y crear microorganismos que ‘rejuvenecen’ las tierras. Por eso, las suyas, son altamente productivas. En su finca El Retiro, Alfonso Lombana ha comenzado a construir su propia casa, para pasar más tiempo cerca del cultivo, explica. Hoy, afirma, con más experiencia y conocimiento y mucho de tecnología, alcanza niveles de productividad muy cercanos a los del Perú, considerado el mayor productor de cebolla donde se alcanzan rendimientos promedio de 70 a 80 toneladas por hectárea. En su finca ya se obtienen alrededor de 60 toneladas por hectárea por cosecha. ‘Hemos llegado a producir cebollas que pesan individualmente más de una libra’, señala. Hongos que afectan la cebolla Es importante señalar que la cebolla cabezona es un producto de origen asiático y toda la semilla que se utiliza en Colombia para cultivarla es importada especialmente de Estados Unidos. Don

Alfonso manifiesta que cultivar cebolla cabezona es un trabajo duro que requiere mucho acompañamiento y permanente atención. Cultiva de manera escalonada, es decir, siembra lotes en diferentes períodos del año, así tiene producto todo el tiempo para ofrecer al mercado nacional. El proceso comienza con el establecimiento de semilleros y luego el trasplante, actividades que duran aproximadamente dos meses y durante las cuales se requiere mucha mano de obra. Son cuadrillas de 20 y 30 trabajadores de campo experimentados por cada hectárea que realizan esta delicada operación pues de ella dependerá en gran parte la obtención de una buena cosecha. En este período, comenta don Alfonso, se pueden contratar más de 200 trabajadores sólo para cultivar 10 hectáreas. Luego viene el proceso de abonamiento, fertilización, riego –la cebolla es un producto que requiere bastante agua y mucha luminosidad-, control de plagas y enfermedades y, finalmente, la cose-

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REN TRABAJAR EN EL CAMPO

grama custodia de syngenta en aspectos relacionados con las buenas prácticas agrícolas y manejo y buen uso de cha o recolección del producto. Todo este proceso puede durar unos cuatro meses más. Un período en el cual pueden aparecer dos temibles enfermedades que limitan o pueden acabar con la producción. Una es el complejo de hongos denominado ‘amarillera’ y la otra ‘Cenicilla’. Ambas se caracterizan por afectar la etapa productiva de la planta e impedir que el bulbo pueda engrosar para obtener un mayor peso. Si no se controlan a tiempo, lo más probable es que el producto no llegue a la recolección. No al trabajo de campo Pero sin duda, uno de los mayores problemas que tiene este cultivo y no tiene que ver con plagas o enfermedades, es la escasez de mano de obra para realizar todas estas actividades manuales, advierte Lombana. Llama la atención de toda la comunidad al señalar que ’el campo se está quedando sin jóvenes’. – Este es un fenómeno que también afecta actualmente a cultivos como el café, la papa y las hortalizas, entre otrosAdvierte que ahora una gran cantidad de muchachos que se dedicaban a labores de semilleros y trasplantes, ya no quieren trabajar en el campo. Como muchos agricultores y ganaderos, tienen algunos recursos, buscan que sus hijos accedan a universidades y una vez estos muchachos se adaptan a la ciudad, no quieren regresar al agro. Ni siquiera a manejar las fincas de sus padres, explica. Conozco casos, dice, de hijos de productores que aun sabiendo que ganarán menos en la ciudad, prefieren quedarse allí inclusive como empleados. La pregunta entonces es quién está manejando muchas de las fincas de aquellos productores tradicionales en diferentes regiones del país y la respuesta de algunos agricultores y ganaderos propietarios es que han tenido

que contratar administradores ajenos a la familia para continuar produciendo. Pero, advierten, no es lo mismo porque no existe en muchos de ellos el sentido de pertenencia. Un problema que hacia el futuro será una pesadilla para la producción agropecuaria del país, expresan. Buenas prácticas y cultivos limpios Uno de los aspectos que destaca Alfonso Lombana es el acompañamiento que tiene desde hace 17 años -los mismos que lleva radicado en la región- por parte de los técnicos de Syngenta. Dice que más que venderle algunos de sus productos para el control de los hongos mencionados –Amistar 50 WG y SCORE - ellos, los agrónomos, le hacen acompañamiento integral de manera permanente, lo visitan y le asesoran a partir de los resultados de los análisis de suelos en los procesos de preparación de tierras, fertilización, control de malezas y manejo de plagas y enfermedades que afectan al cultivo. Don Alfonso advierte que ahora existe un nuevo problema y es el relacionado con la aparición de bacterias y aunque esta compañía (Syngenta) no tiene bactericidas, sus técnicos no tienen problema en indicarnos qué debemos hacer para prevenirlas o controlarlas. Nos capacitan especialmente en metodologías de prevención, dice el productor. Destaca lo importante que ha sido para la región el trabajo educativo del programa de Custodia que imparten los técnicos de Syngenta en aspectos relacionados con las Buenas Prácticas Agrícolas que incluyen un manejo responsable de productos utilizados para la protección de los cultivos, calibración de equipos y protección personal de los cultivadores y del ambiente de trabajo. Don Alfonso Lombana explica que los agricultores de la región son ahora más conscientes del manejo que deben hacer de estos productos para evitar la contaminación de lagos y ríos y de los mismos trabajadores, y como puede ver, advierte, los cultivos son muy sanos y permanecen totalmente limpios. “Nosotros practicamos la técnica del Triple Lavado y guardamos los envases y empaques para cuando los especialistas de la Corporación Campo Limpio los recogen”. De acuerdo con Javier Bello, técnico de la compañía en la región, Syngenta tiene ya montadas tres parcelas demostrativas en los municipios de Nobsa, Sogamoso y Duitama, con su portafolio de productos. El propósito es mostrar los resultados a los productores de la región y a partir de ellos, ofrecerles

acompañamiento en sus procesos de cosecha. Según Alfonso Lombana, esta compañía les suministra un conjunto de conocimientos que permiten mejorar la productividad y producción de sus cultivos. Yolima Agudelo, también profesional de Syngenta en la región, dice que los cultivadores de cebolla son personas jóvenes dispuestas al cambio y la tecnificación, todo lo cual les abre las puertas a la competitividad con productos de calidad que les garantizan una alta rentabilidad. Se tuvieron que asociar En Colombia se cultivan alrededor de 15.000 hectáreas de cebolla cabezona con rendimiento promedio de 50 toneladas por hectárea. Sin embargo, las cifras oficiales hablan de 30 toneladas por hectárea. Pero los productores asociados dicen que en regiones como Firavitoba y otras de Boyacá, la productividad media sobrepasa en muchos casos las 50 toneladas por hectárea. El costo de producción puede oscilar entre los 16 y 18 millones de pesos por hectárea. Precisamente el manejo de estas cifras es parte de las criticas que los productores le hacen al Gobierno Nacional, pues acudiendo a ellas algunos comercializadores han impulsado la importación de grandes cantidades del producto procedente de Holanda para los almacenes de cadena a precios por debajo del existente en el mercado nacional y han denunciado que un alto

volumen de estas compras no cumple con las normas de calidad que exige el país. Sobre el particular, don Alfonso Lombana explica que muchos de los productos importados son desecho o descarte en los países que lo venden. Los productores de cebolla asociados han señalado públicamente que detrás de estas importaciones autorizadas oficialmente bajo una supuesta escasez a raíz del invierno que afectó al país, está ingresando cebolla cabezona de contrabando procedente de algunas naciones vecinas entre ellas Perú y Ecuador. Esta problemática impulsó a los productores a asociarse y hoy son más de 1.500 congregados en lo que ahora se denomina la Asociación de Productores de Cebolla y Productos de Rotación. Hay productores de Boyacá, Cundinamarca, Eje Cafetero y los Santanderes. Dicen no temerle a la importación, sino a la deslealtad en el manejo de precios en el mercado y advierten que demostrarán que pueden competir con lealtad, calidad y productividad. Van a trabajar en el establecimiento de un sello de origen y calidad y manejo de nuevos empaques pensando inclusive en exportar. Para ello se comprometen a tecnificar aún más sus cultivos. Mientras tanto don Alfonso indica que su meta es llegar a obtener 70 a 80 toneladas de cebolla cabezona por hectárea y para ello trabaja todos los días incorporando tecnología a sus tierras y a su cultivo porque ‘un negocio al que no se le invierte, nunca puede ofrecer excelentes resultados’. DSP.


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La Sigatoka Negra continúa siendo el peor azote del cultivo

EN URABÁ: TODO GIRA De Urabá

salen cada año con destino a la Unión Europea, Estados Unidos y los países bajos, entre otros, más de 70 millones de cajas de un poco más de clave de la productividad. El avión despega de Medellín hacia las 11 y 30 de la mañana. Es un pequeño alado que 40 minutos más tarde estará aterrizando en Apartadó, región del Urabá antioqueño ubicada muy cerca de la frontera con Panamá. Los fuertes vientos que se generan en las cordilleras al dejar el Valle de Aburrá, mueven bruscamente este aparato. El susto es bárbaro. Pero muy pronto el aeroplano toma altura y se estabiliza para volar por encima de enormes cultivos y ganaderías del norte colombiano. El paisaje es hermoso. Han pasado más de 30 minutos y abajo comienza a observarse un enorme manchón verde que a medida que el avión baja, se aclara ante los ojos de los viajeros. Son miles de hectáreas de banano y plátano, que indican que ya estamos volando sobre el Urabá colombiano. Pequeños pueblos se atraviesan en medio de esos inmensos cultivos. Son Mutatá, Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo, nos dice don Alfonso Huertas, un comerciante nativo que viaja con nosotros. Algo llama mi atención, y es que en medio de tanto banano y plátano, surgen cultivos como piña, cacao, caña de azúcar y ganadería. Según José Vicente Díaz y Walberto Ruíz, técnicos de la compañía Syngenta en la zona, es el resultado de la búsqueda de nuevas alternativas de producción que ahora exploran algunos empresarios de la región. La ganadería existe desde hace muchos años y ya se pueden encontrar varias fincas altamente modernas y productivas en Urabá, dice Díaz. Si bien en Urabá ha sido tradicional la siembra de cultivos de banano y plátano, la verdad es que los bajos precios que reciben los productores como resultado de la tasa de cambio, pues son productos que se comercializan en dólares, y las condiciones climáticas que han vivido en los últimos años, se han convertido en factores que han impulsado a muchos empresarios a buscar otras fuentes de producción agropecuaria. También es la consecuencia del positivo clima de tranquilidad que se respira en la región, dicen los productores y empresarios, porque Urabá fue una zona atormentada por los altos índices de violencia e inseguridad caracterizada especialmente por problemas de orden público. Hoy las cosas parecen haber cambiado y hay mayor disposición a invertir nuevamente allí. Una región dedicada al banano En Urabá se siembran unas 33.500 de las 46.500 hectáreas de banano para exportación que tiene Colombia. Las restantes 13.000 están ubicadas en el departamento del Magdalena. De Urabá salen cada año con destino a la Unión Europea, Estados Unidos, y los países bajos, más de 70 millones de cajas de un poco más de 18 kilos. Esta actividad genera cerca de 18.000 empleos directos y más de 50.000 indirectos. Toda la exportación y venta de la fruta la realizan empresas comercializadoras internacionales y nacionales. Uniban es la primera Comercializadora bananera Colombiana, con un 49 % de participación en las exportaciones de banano. Exporta unas 35 millones de cajas. Le sigue Banacol con un 25.8% es decir, unas 18 millones de cajas. Las cifras señalan la existencia de unas 350 fincas que en promedio producen 2.100 cajas de banano por hectárea/año, aunque hay algunas muy tecnificadas que alcanzan 3.500 cajas anuales por hectárea. Los productores pequeños prácticamente no existen en razón a los altos costos que significa producir una hectárea de banano. Los expertos estiman que cada hectárea en producción puede valer unos 20.000 dólares. No obstante, pese haber mejorado la seguridad,

los indicadores económicos de la región son preocupantes, pues las cifras oficiales indican que la pobreza en la región, por ejemplo, supera el 50 por ciento. ‘Es que el dinero que mueven las comercializadoras siempre está en el exterior’ dice un productor que nos pide la reserva de su nombre.’ Por eso se ve tanta pobreza especialmente en las zonas rurales y no tanto en la ciudad’, dice. En opinión de Federico Betancur, un administrador agropecuario antioqueño que lleva 14 años en la región, lo que hay en Urabá es ‘pobreza mental’ pues mientras aquí el banano de rechazo es basura porque no cumple las normas, en la Costa Atlántica, por ejemplo, es la base de alimentación de muchas familias. Las mayores dificultades en la producción de banano están en el control de enfermedades como la Sigatoka Negra, la tasa de cambio básicamente por la revaluación del peso, -menos dinero por caja vendida- , los problemas relacionados con el clima especialmente inundaciones, la reducción de compra en los mercados por la fuerte competencia de oferta de países como Ecuador, primer productor exportador del mundo, los altos costos de producción esencialmente por mano de obra, el desperdicio de banano que no cumple con las características de la demanda internacional y la falta de vías para llevar estos excedentes al mercado interno. En la región se siembran especialmente los cultivares Williams, Gran Enano y Valery, de la variedad Cavendish.

Las comercializadoras mandan La agroindustria del banano en la región de Urabá está integrada verticalmente desde la producción hasta la comercialización. Urabá cuenta con fábricas de cajas de cartón, de polietileno y polipropileno, de sellos, de astilleros, de almacenes de insumos para los productores, de servicio especializado de fumigación aérea para el control de la Sigatoka Negra, manejo integral del sistema de transporte fluvial y marítimo, y la infraestructura de comercialización en el exterior para la distribución directa de la fruta en los países de destino. Casi todo gira alrededor del banano y tal vez en gran parte por eso el costo de vida en las áreas urbanas es alto. En Urabá, las comercializadoras tienen diferentes modalidades de operación con los productores: algunas fincas son socios de estas organizaciones, las comercializadoras son propietarias de las tierras, y existe la figura de áreas contratadas. La mayoría de productores tiene contratos de suministro con las comercializadoras que les brindan asistencia técnica y otros servicios.

Según Walberto Ruíz, los precios y la cantidad de banano a entregar por parte del productor en cajas de 18.14 kilos se pactan semestralmente con las comercializadoras. La cosecha menor es la del primer semestre, la mayor es la del segundo semestre. Los sobrantes de cada cosecha, que no están dentro de la negociación, son comprados a un precio inferior al pactado, dice Federico Betancur, administrador de la finca El Paso. Generalmente los precios acordados con los productores incluyen los costos correspondientes al empaque, carga del producto en las bodegas del buque y a los trámites de exportación. Altos costos de producción El proceso de producción de banano es de aproximadamente nueve meses, pero en Urabá se maneja el cultivo como plantación permanente, lo que permite cosechar la fruta todos los días. Esta actividad requiere mucha mano de obra, tanto así que se estima sus costos superan el 50%. Otro 25% se lo lleva el control de la Sigatoka Negra, una enfermedad caracterizada por disminuir los rendimientos y acelerar el proceso de maduración de la fruta, lo que convierte en un problema su comercialización, pues en los mercados internacionales hay que colocarla verde de tal manera que pueda resistir almacenamiento de unos 15 días sin madurarse. La actividad de fertilización se lleva alrededor de un 15% y el restante 10% hay que compartirlo entre otros costos de producción, administración y lo que recibe el productor empresario. Es una actividad de centavos que requiere alta productividad y grandes volúmenes de producción para que sea rentable, dice Federico Betancur. En este proceso productivo se encuentran los ‘desmachadores’, hombres veteranos que se encargan de establecer cuáles son los ‘hijos’ y los ‘nietos’ de las plantas madres que serán los que entren en producción una vez se corten los racimos, cada uno de entre 18 y 26 kilos, que producen las plantas madres. Es decir que en manos de ellos, los desmachadores, queda la responsabilidad de la productividad y la producción de una finca. Y en la medida que acierten y se obtengan altos rendimientos, así mismo ganan dinero y fama. Todos los racimos de banano son protegidos en bolsas contra el ataque de algunos insectos que demeritan sucalidad. De acuerdo con las semanas de producción a cada racimo se le asigna una cinta de color que al final será la que determine la fecha en que estará listo para el corte. Estas bolsas usadas son posteriormente

recicladas. La exportación se inicia prácticamente en las mismas fincas. Una vez cosechados, los racimos son transportados por el ‘garruchero’ mediante un sistema de cable vías desde el campo hasta la zona de empaque donde se realizan los procesos de control de calidad de la fruta en cuanto a tamaño, grosor, color, presencia de enfermedades, insectos, daños y defectos. Allí entran en acción los ‘desmanadores’, hombres y mujeres con filosos cuchillos en forma de hoz, que se encargan de seleccionar y clasificar las ‘manos’ de bananos que serán utilizadas para exportación. Según las características anotadas, cada mano va por uno de tres canales de una piscina que contiene algunas sustancias químicas que previenen y controlan hongos y los efectos del latex, una sustancia mucilaginosa que genera la fruta al ser cortada. El banano de rechazo, es decir aquella fruta que no cumple con las características exigidas por los mercados internacionales va generalmente al mercado interno, a fundaciones de apoyo social en esta y otras regiones del norte del país y a la preparación de alimentos para animales. Otra buena cantidad se pierde o se recicla en los campos de producción. Del puerto a los mercados Posteriormente, la fruta se sella con marcas de la comercializadora o marcas privadas, después se empacan en las cajas de cartón que se registran con un número asignado al productor lo que facilita conocer su procedencia en todo momento y garantizan la trazabilidad (historia del producto) en la producción y comercialización del banano. Luego las cajas se movilizan en camión desde la planta empacadora hacia el embarcadero, donde se recibe la fruta y se hace la inspección de calidad por parte de la compañía comercializadora. Esta es uno de los controles que se realizan, porque en el puerto que recibe, también hay compañías certificadoras que se encargan de inspeccionar y aceptar o rechazar el producto. Bélgica, que es actualmente el mayor comprador de la fruta, es uno de los países de mayor exigencia, dice Federico Betancur. Ante la falta de un puerto de embarque, las comercializadoras han desarrollado un sistema de transporte de la fruta en bongos o botes que son arrastrados por remolcadores hasta el buque para ser cargados en altamar, a través de canales fluviales que comunican los lugares de embarque (Zungo y Nueva Colonia), con ríos que desembocan en el Golfo de Urabá, reduciendo los costos que implica


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ALREDEDOR DEL BANANO 18 kilos. Esta actividad genera cerca de 18.000 empleos directos y más de 50.000 indirectos. Buenas Prácticas Agrícolas para la certificación de calidad, usar instalaciones portuarias y evitando los sobrecostos normales en los que se incurre en muelles de embarque tradicionales. Dos días es el tiempo promedio para llenar un buque con capacidad de 240.000 cajas. La Global GAP en El Paso Por eso, fincas como El Paso, han incorporado las Buenas Prácticas de Agrícolas como herramienta que permite controlar la producción bananera incluso desde antes de su siembra, dice Federico Betancur, quien desde hace 10 años es su administrador. En la finca todo está estrictamente planificado y controlado, cada paso del proceso es supervisado y para ello se ha contado con la participación activa de los técnicos de Syngenta que como dice José Vicente Díaz, un hombre nativo de la región, no se trata de ofrecer un portafolio de productos y un servicio de control fitosanitario, sino de brindarle un acompañamiento integral a los bananeros de Urabá. La compañía Syngenta ofrece apoyo técnico permanente al productor desde el mismo momento de la siembra, capacita a los profesionales y trabajadores de campo en temas de manejo eficiente y adecuado de los productos, residuos y envases, calibración de equipos e inclusive en los procesos de bienestar social del personal de las fincas productoras. Hace unos pocos meses se puso en marcha el programa ‘banano, sin malezas’ donde los técnicos de la finca y los de Syngenta evalúan y recomiendan el uso de productos para mantener las fincas limpias de malezas con el propósito de mantener una población de malezas fácilmente manejables, que no compitan con el cultivo, protegiendo el suelo y optimizando el uso de los herbicidas. El plan incluye la capacitación en reconocimiento de especies de malezas y sus diferentes estados fisiológicos, así como la entrega de herramientas y accesorios, para que todo esto se traduzca en bienestar humano y productividad del cultivo. De igual manera, Syngenta con el Programa de Custodia de Productos, desde el año 2001, cuando se empezó a implementar la Norma Global-GAP en el cultivo, ha dado apoyo técnico permanente al productor a través de las comercializadoras en temas de diagnóstico, acompañamiento y capacitación en buenas prácticas agrícolas; uso, manejo seguro y toxicología de los productos; manejo de emergencias químicas y urgencias toxicológicas, entre otros. En estos últimos 11 años, en las dos zonas bananeras, se han capacitado aproximadamente 20.000 personas, abarcando técnicos, pilotos, supervisores, auxiliares de pista, almacenistas, conductores, administradores de fincas, coordinadores de campo y den empacadoras, fumigadores,

embolsadores y trabajadores de fincas en general. Todo este apoyo y la aceptación y esfuerzo del empresario y sus trabajadores con el cumplimiento de las BPA, le permitió a la finca El Paso, al igual que la gran mayoría de fincas de la región, obtener la certificación Global GAP que la acredita como una empresa que cumple con toda la normatividad -muy exigente por cierto- para la exportación de banano. Actualmente, dice Federico Betancur, los niveles de desperdicio de la fruta en la finca son muy bajos, precisamente por la altísima calidad de la fruta que se produce. Y nos muestra la certificación que ha sido enmarcada y colgada en una pared de su oficina, para que ‘no se nos olvide que todos los días tenemos una responsabilidad con nuestro producto y el país’, dice. En este momento de hacer esta nota, la finca prepara un embarque de banano para Italia. La fumigación aérea Para sobrevolar los cultivos de banano y realizar las fumigaciones que han de proteger la plantación contra la peligrosa Sigatoka Negra, se tienen que cumplir muchas condiciones, pero especialmente que esta labor sólo se puede realizar entre las 6 y 9 de la mañana. Se hace por varias razones: a esa hora hay poco personal en las zonas de producción, los vientos son los adecuados, lo mismo que la temperatura y la humedad. Así se reduce sustancialmente los niveles de contaminación que pueden ocasionar en cultivos y personas los productos químicos que se usan en este caso para controlar enfermedades como la Sigatoka Negra. No sólo pasa en Urabá, también en las grandes extensiones de cereales en Tolima y Huila, por ejemplo. Ignacio Jiménez es un Ingeniero Agrónomo anitoqueño que como el mismo dice ha vivido toda su vida en Urabá. Han sido más de 30 años al servicio de las principales comercializadoras de la región. Un hombre con mucha experiencia en estas lides de la fumigación aérea que ahora administra la Compañía Aeroagrícola de Fumigación, CAISSA, que opera en unas 53 fincas cuyas áreas suman unas 6.500 hectáreas de banano propiedad de Banafrut y Tropical, donde su tarea consiste en ofrecer un servicio integral en campo y tierra para prevenir y controlar la Sigatoka Negra. Y esa es precisamente su diferencia con otras compañías. Son 36 personas, entre profesionales y técnicos y cinco avionetas que operan en la región para esta empresa. Con el hay que hablar de ancho de pasada, de orientación de la aplicación, de ploteo de lotes, de GPS, todo un lenguaje particular que sólo manejan propietarios, profesionales, productores y empresas de fumigación, pero que sirve para entender la complejidad de su tarea diaria. Afirma que en banano hay que acudir a la fumigación área porque son muy grandes las extensiones de cultivos que se manejan y la altura de los árboles en los cultivos. En otras palabras por eficiencia y efectividad y, por supuesto, por costos. Nosotros manejamos‘tanques gigantes de veneno con alas’y por eso la responsabilidad es muy grande, advierte Jiménez. Sin embargo, el uso de modernísima tecnología satelital e informática y de vuelo permite que las incursiones de los aviones de fumigación, sean muy controladas y causen el menor impacto al medio ambiente. Por eso son vigiladas por Aerocivil, antinarcóticos, Minambiente, Corpourabá, ICA, Invima, entre otros organismos públicos. Adicionalmente hay que cumplir con normatividad nacional e internacional, pues el producto

que fumigan es un alimento de exportación. Hay que conocer la política ambiental, el manejo de aguas y el manejo de envases. En este sentido y con el apoyo del programa Custodia de Productos de Syngenta, manejan la técnica del Triple Lavado de los envases para su disposición segura a través de la Corporación Campo Limpio vinculada con la ANDI, minimizan la exposición de los trabajadores, e incineran los residuos peligrosos en los hornos avalados por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. El ingeniero Ignacio Jiménez advierte que la fumigación aérea es una actividad de mucho cuidado y peligrosa porque los pilotos deben volar a muy baja altura y tienen que saber manejar los vientos, donde la experiencia juega papel fundamental

para evitar accidentes. El banano, señala, es un cultivo que requiere no menos de 30 ciclos o aplicaciones de fumigación, durante el período de producción para controlar especialmente la Sigatoka. Es un número muy alto y en parte, por eso, los costos de producir la fruta se suben tanto. En principio se utiliza un protectante, es decir un fungicida que previene la aparición de la enfermedad en el banano y posteriormente una mezcla de productos que protege y controla cuando se advierte que la enfermedad ya penetró los tejidos del cultivo. Las dimensiones en litros de productos que se utilizan son muy grandes. Se habla de miles de litros, pero cada empresa lleva sus propias cuentas. Y pocos las divulgan. Syngenta ofrece para el control de la Sigatoka tres productos, dos de los cuales son ampliamente utilizados en las plantaciones bananeras por su efectividad y costo: Bravonil, como protectante y Sico como curativo, y el otro producto lanzado recientemente al mercado, Reflect una nueva solución para el control de Sigatoka, ya que es el único Benz-pyrazol carboxamida para uso en banano que le permite doble anclaje.

Historia corta del banano En Colombia el cultivo organizado del banano comenzó a finales del Siglo XIX, cuando las transnacionales bananeras llegaron a la región del Magdalena y posteriormente a Urabá para manejar la producción y comercialización de esta fruta en el país. En el año de 1965 las corporaciones multinacionales United Brands (Chiquita), Castle & Cooke (Dole) y Delmonte, controlaban la tecnología, el cultivo, el transporte, el mercadeo y las finanzas del banano en el mundo. Hasta entonces, los intentos de crear compañías regionales para vender banano en los Estados Unidos y Europa, con el fin de mejorar las condiciones de los productores, no habían tenido éxito. Este monopolio de la industria bananera llevó a un grupo de colombianos vinculados a las actividades agrícolas y pecuarias de la región de Urabá a crear la Unión de Bananeros de Urabá, el 26 de enero de 1966 con el propósito de vender la fruta en los mercados internacionales. En abril de 1969 Unibán realizó el primer contrato de venta en el exterior, como reacción a la baja del 20% en el precio que ofrecía United Brands a los productores colombianos de banano. Este mismo año Colombia exportó 32.000 toneladas de banano, de las cuales el 88% correspondió a Frutera de Sevilla, subsidiaria de United Brands y sólo un 12% a Unibán. Un año más tarde, su participación se elevó al 58% del total exportado. Los productores se vieron atraídos y entusiasmados con Unibán. Al invertir en su propia compañía estaban disminuyendo la dependencia de las compañías extranjeras. En 1970 se creó Turbana Corporation como Comercializadora de Unibán en los Estados Unidos. Por primera vez un grupo de agricultores colombianos registró en ese país su propia fuerza de ventas.


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En la producción arrocera, hay que prepararse

VIENEN TIEMPOS

No sólo por los problemas del cambio climático, sino porque nos toca competir con países que tienen un mayor nivel de eficiencia, bajo costo y su producci Son casi las 11 del día y el sol comienza a elevar la temperatura en la región. El calor todavía es aguantable aunque se espera suba más. Tradicionalmente, los termómetros marcan entre 35 y 38 grados centígrados hacia el medio día, y a veces más, nos dicen algunos empleados de la finca tolimense productora de arroz que visitamos en esta ocasión. Mientras tanto, en alguna parte de Venadillo, municipio del departamento del Tolima, don Ovidio, nuestro anfitrión, está reunido con algunos empresarios. Aunque sabe de nuestra cita, siente cierto temor por reunirse con un medio escrito, y ha preguntado varias veces por celular a Vivian Télles, -si con s al final-, su coordinadora de Calidad, ¿qué será lo que me van a preguntar? ¿Traen cámaras? No, le dice ella, tranquilo que no es una entrevista, es más bien un conversatorio, según me lo han explicado los visitantes, y es para hablar sobre producción de arroz, un tema que él maneja con mucha propiedad pues lleva 50 años y unos meses metido entre estas matas. Si, los mismos años de edad que ahora tiene. Y es que Ovidio Páez Rodríguez se puede decir literalmente que nació y creció entre plantas de arroz, en la misma finca que desde hace 30 años administra. Aún recuerda el día en que el dueño de La haciendaBoluga, -los empleados llaman así aunque en realidad su nombre es Jaime Uribe y Hermanas-, decidió encomendarle la administración de su empresa, tras el retiro de la persona encargada de esta tarea. Cuenta que el señor Jaime Uribe, propietario, preguntó a quién podrían confiar esta delicada misión y alguien le recomendó al hijo de don Medardo Páez, -padre de Ovidio y quien por ese entonces llevaba varios años trabajando en la finca-. Sin dudarlo un instante, el señor Uribe respondió: ‘no se diga más, es la persona que necesitamos’. Ovidio reconoce que fue graciasala honestidad y dedicación de su padre que consiguió este trabajo. Más eficiencia y menos costos Son las 2:30 de la tarde y por fin don Ovidio aparece. Se excusa por la tardanza, y ya su temor por hablar con nosotros se ha reducido. De inmediato iniciamos esta conversación. Dice que en los últimos doce años las cosas han cambiado en la empresa para bien. Cuando llegó don Lorenzo Hidalgo, el actual gerente, previó que venían tiempos difíciles para la producción agropecuaria en el país, pero especialmente para el arroz. Dijo que frente a estas perspectivas don Lorenzo fue muy sabio. Había que hacer cambios de fondo. Y lo resumió en una frase: hay que ser más eficientes y menos costosos. Reducir costos y tiempos de

Pasamos de utilizar 15 y 20 litros por segundo de agua para riego a sólo 4 o 5. De 14 tractores que usábamos para producir mil hectáreas pasamos a sólo cuatro para dos mil hectáreas. De siete combinadas bajamos a cuatro. Lo mismo ocurrió con los regadoresque pasamos de 57 a 30 y los jornales que los bajamos de 9 a 2 y ahora la gente descansa en días festivos. Antes era corrido todos los días.

producción, ser más productivos y por lo tanto más competitivos. Por eso, desde hace varios años, La haciendaBoluga, viene preparando cultivos y empleados para buscar la certificación de calidad. La Hacienda tiene alrededor de 1.500 hectáreas cultivables, la mayoría en producción de arroz, unas pocas dedicadas al maíz, cultivo al que intentan entrar pese a que su comercialización es más azarosa y otras 700 hectáreas para la cría de ganado cebú de exposición. Y todos los meses entran en producción 150 hectáreas de arroz, dice don Ovidio, y la razón es muy sencilla. Mantener un ‘stock’ permanente del grano en el mercado. Por eso en los últimos cinco meses las cosas han salido bien, pues los precios

en el mercado se han mantenido altos y los hemos podido aprovechar, explica. Toda la producción arrocera en la hacienda se hace con semilla certificada y tratada porque, según su administrador, esa es la base para obtener mejores resultados de producción. Y a la larga es más económico porque se reducen plagas y enfermedades y se obtiene más productividad y granos de mayor calidad, manifiesta. Don Ovidio cuenta que cuando llegó don Lorenzo recibieron instrucciones muy concretas. Pasamos de sembrar 1.000 a casi 2.000 hectáreas de arroz, pero nos dedicamos a realizar un uso más racional de tiempos de producción, de equipos, de insumos y de la gente. Los resultados comenzaron a ser muy positivos y muy productivos, advierte.

También se cambió la manera de preparar los terrenos, de regar, de fertilizar y de controlar malezas, plagas y enfermedades y se aumentó la densidad de siembra. Algunos lotes descansaban durante siete meses, ahora únicamente dos y eso permite que se pueda sembrar más y cumplir las metas señaladas para cada año. Alcanzamos hasta dos y dos cosechas y media por año. Los resultados sustentan todo este cambio. Antes producíamos 120 bultos por hectárea. Ahora alcanzamos más de 135 bultos en promedio. Participación para los empleados Un aspecto que ha permitido mejorar los indicadores económicos de la HaciendaLa Boluga ha sido el de los nuevos esquemas de pagos que se adoptaron por recomendación de don Lorenzo. A los operarios se les dio mayor participación económica en sus tareas. Por ejemplo, en la recolección de las cosechas se les fijó un básico más


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MÁS DIFÍCILES…

ión está subsidiada: Ovidio Páez, administrador de una finca arrocera en el Tolima que busca su certificación de calidad

Igualmente tenemos que buscar soluciones a problemas como la escasez de mano de obra en arroz, especialmente en las tareas de riego, lo mismo que a los altos costos de la tierra. En la actualidad una hectárea de tierra arrocera con agua puede llegar a costar entre 25 y 30 millones de pesos. Y en arriendo, más de un millón de pesos.

comisiones por bulto recogido. Eso motivó bastante los empleados. Hoy todas las 150 personas que laboran en la finca son de planta con todas sus prestaciones de ley. Don Ovidio recuerda que en 2.000 se vivió una situación complicada por la sequía que al igual que la registrada el año pasado y parte de este, duró más de cuatro meses. Afortunadamente, dice, en la región no ha faltado el agua. Es una zona bendita con buena cantidad de agua que la proveen lo ríos Totare y Recio. No olvida que en 2008 la cosecha arrocera vivió una crisis sin precedentes que las autoridades oficiales y algunos técnicos privados atribuyeron a problemas fitosanitarios ocasionados por el complejo ácaros-bacterias-hongos. Yo no creí en esa versión, dice. En ese entonces plantee que los problemas eran por los efectos del cambio climático, afirma don Ovidio. Y bajo esa premisa actuamos en la finca. Por eso ajustamos muchas labores de siembra. Llegamos a montar lotes experimentales para investigar las causas de los males. Y concluimos que el problema no eran las plagas. El verdadero problema era el microclima. Por eso no sufrimos tanto el impacto económico que otros productores si vivieron y muchos inclusive quebraron. Tiempo después, narra don Ovidio, los propios técnicos me dieron la razón. Efectivamente la temperatura había variado en uno o dos grados hacia arriba. El problema era efectivamente el cambio climático. Pese a estas situaciones, la empresa ha logrado cumplir siempre las metas porque ahí permanece la consigna de ser más eficientes a un menor costo. A ello se debe agregar que la finca posee molino propio, lo cual facilita la tarea de procesar el grano

Don Ovidio dice que los problemas de orden público han mejorado notablemente. Antes era miedoso venir al norte del Tolima. Hoy el clima de tranquilidad que reina en la región ha permitido que los empresarios regresen y que las empresas sean más productivas, todo lo cual redunda en bienestar para sus habitantes y desarrollo para el país.

y de mejorar el equilibrio de costo – beneficio. El manejo de los empleados Qué ha sido lo más difícil en estos treinta años de estar al frente de la administración de la finca, le preguntamos a don Ovidio. Su respuesta es clara: manejar la gente. Lidiar con un grupo de personas de múltiples caracteres, con una buena cantidad de dificultades y problemas personales y muchos de ellos sin ningún nivel de educación, es una tarea bien difícil y compleja. Pero se ha podido mantener y eso quiere decir mucho. Prueba de ello es que ahora estamos frente al reto de conseguir la certificación de calidad ISO 90001 y todos están respondiendo. (Ver en busca de la certificación). Para don Ovidio, la empresa productora de arroz que administra en Venadillo, ha avanzado mucho en estos últimos años a pesar de las dificultades de clima, plagas y enfermedades y comercialización, pero advierte que los cambios del clima continuarán siendo ‘nuestro mayor reto’ y para ello habrá que continuar modernizando la producción. Estamos seguros que las sequías que se vienen serán más largas y habrá que buscar soluciones de conjunto entre productores y Estado. También hay que estar atentos al desarrollo tecnológico y los avances que se observan en cultivos de otros países porque además se abre ahora una fuerte competencia con naciones con las cuales se han firmado Tratados de Libre Comercio como Estados Unidos

y otros países asiáticos que son más productivos, manejan subsidios, producen a menor costo y son más eficientes que nosotros.

Son las 4 de la tarde y el solo pega duro. La temperatura ha subido a más de 30 grados. Nos apresuramos a tomar las fotos porque no demora en salir el ge gen y luego vendrán los zancudos. Y eso que el día ha estado fresquito, dicen algunos operarios. Y mientras nosotros sudamos, ellos se ríen.

En busca de la certificación Era importante que lo hicieran, dice Vivian porque la norma exige que se estandaricen procesos, que se realicen programaciones y mucha planeación y para todo ello se requiere saber leer y escribir.

La historia es bien linda y suena hasta increíble. Pero estamos en Colombia y es así. Uno de los mayores problemas que ha enfrentado la finca Jaime Uribe y Hermanas en el proceso de certificación, ha sido el nivel de educación de sus operarios. Muchos no sabían leer ni escribir, dice Viviana Telles, y para colmo de males, varios superan los 50 años y ya no le ven sentido a hacerlo. No obstante, luego de hablar con ellos, de mostrarles lo importante que era para su crecimiento personal, para la imagen de sus hijos y para el desarrollo empresarial, se logró que más de 50 de trabajadores hombres y mujeres asistieran a clases de noche a una escuela del pueblo. A varios, sus esposas, esposos e hijos, les ayudaron en las tareas. El proceso no fue sencillo y hubo además que crear incentivos económicos por cada nivel de estudio que avanzarán en su capacitación. Hoy más de 30 ya lo han hecho. Y ha sido tal el entusiasmo, que muchos vecinos del pueblo que no trabajan en la empresa también se motivaron y decidieron ingresar a estudiar.

Jaime Uribe y Hermanas es en este momento una empresa pionera en la búsqueda de la certificación de calidad para el arroz y la meta según su coordinadora, es convertirse en líder del sector y en ser más competitivos. Esto permitirá que mas adelante podamos pensar en exportar nuestro producto, dice Telles, una mujer muy joven que por estos días termina su carrera como Ingeniera Agrónoma. Las ganas y el esfuerzo de todos los empleados han permitido que hoy se evalúen todos los procesos y procedimientos que se llevan desde la siembra hasta la producción final de arroz. De esta manera, se han podido ajustar ciclos de cosechas, reducir los costos de producción porque hay mayor eficiencia en el trabajo de equipos, personas e insumos, afirma Vivian Telles. Llevan cuatro años en este camino hacia la certificación y aún sin haberla conseguido ya pueden asegurar que su producto es de óptima calidad. Y todos tienen claro un lema que justamente está impreso en un octavo de cartulina ubicado al fondo de la oficina de don Ovidio: Digámosle sí al sistema de gestión de calidad. Ya el molino lo tiene. Muy pronto serán ellos.


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El apoyo de Syngenta

Syngenta ha sido la compañía que desde el comienzo de este proceso ha venido acompañando el cambio en la finca de Jaime Uribe y Hermanas o La Boluga, como suele conocerse en la región. Viviana Télles dice que antes muchos de los operadores trabajan descalzos y aplicaban los agroquímicos sin ningún nivel de protección. Hoy mediante cursos y talleres teórico – prácticos que les han dictado los técnicos han entendido acerca de la importancia de protegerse. Ahora no tenemos problemas de intoxicación, de contaminación o de alergias y problemas en la piel que antes se observaban en muchos de los trabajadores, dice la coordinadora de calidad. Todo esto lo hacemos y así lo han comprendido los operadores, por su protección y porque es además una

exigencia de la norma de calidad. También se ha creado conciencia en cuanto a la calibración de equipos, al uso racional y eficiente de los productos y ello no sólo ha permitido grandes ahorros en materia económica, sino un mayor bienestar para los trabajadores. Lo mismo ha ocurrido con el uso de los envases y empaques que ya tienen un sitio especial, pero que además ahora no son usados para llevar en ellos las bebidas que consumen durante las jornadas de trabajo en el campo. Eso antes se veía mucho, ahora no. Syngenta, nos ha dado un gran apoyo en la búsqueda de la certificación de calidad de nuestro producto, dice Vivian.

El arroz en Colombia La producción arrocera en Colombia tiene un área estimada de 450.000 hectáreas que benefician a 215 municipios especialmente del Tolima, Llanos Orientales y el Huila. Tiene un participación del 4 por ciento en el producto interno bruto (PIB) de la producción agropecuaria. Los rendimientos pueden variar de acuerdo con la zona de producción, pero el promedio puede estar alrededor de 7 toneladas por hectárea, siendo en el Tolima donde se obtiene la mejor productividad. En esta región se pueden cultivar alrededor de 120.000 hectáreas del grano lo que representa el 24% de la producción nacional. En el Tolima se cultiva mediante el sistema de riego, donde el agua se toma de ríos o afluentes cercanos, mientras que en los Llanos Orientales se acude al sistema de secano donde el agua se provee únicamente del régimen de lluvias de la región. Puede llegar a observarse que en una misma región se producen diferencias notables en los rendimientos de producción de hasta dos toneladas por hectárea por cosecha y ello obedece, dicen los expertos, a razones de cambio climático y deficiencias en el manejo integrado de cultivo. Por eso, advierten, y lo hacen de cara a los Tratados de Libre Comercio que ha

venido firmando el país, que hace necesario realizar transformaciones en el modelo de producción en las diferentes regiones arroceras, con el propósito de mejorar los rendimientos con prácticas tales como planificación, manejo agronómico, uso adecuado de la tecnología e implementación de nuevas prácticas que conlleven a mejorar la productividad, disminución de los costos por hectárea y el mejoramiento de la competitividad de los productores. El municipio de Venadillo está localizado al norte del Tolima, sobre la margen izquierda del río Magdalena y se ubica en la cordillera Central entre los ríos Totare y Recio, que desembocan en el río Magdalena. Precisamente del primer afluente es de donde se toma el agua para regar el arroz en esta región del país. Venadillo cuenta con 29 veredas agrupadas en tres corregimientos. Es un municipio caracterizado por la producción de arroz, maíz y en menor cantidad de finqueros dedicados a la cría de ganado Cebú.


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Conclusiones del Congreso Internacional de carne y leche

REABRIRÁN MERCADO DE CÁRNICOS A VENEZUELA Mastitis es mejor prevenir.- En el manejo de la empresa de leche la mastitis debe considerarse como uno de los enemigos más costosos de la explotación bovina, tanto en la especializada como en la de doble propósito y el fundamento para el éxito son las medidas preventivas orientadas a la higiene integral de los animales, en los equipos, el personal, las instalaciones, lo último son los tratamientos. Colanta, mediante registros rigurosamente llevados, establece la suma de $627.000 de costos que afectan cada caso de mastitis, sumando la disminución de la producción, descarte de leche durante el tratamiento, medicamentos, mano de obra adicional y descarte de animales y pezones perdidos. Prevenir es la clave. Producir leche pero a menor costo.- Producir leche económica para competir en los mercados locales e internacionales lo cual es posible a base de animales perfectamente adaptados al medio, al manejo y alimentación de calidad a base de forraje tanto en pasturas a potrero como el cultivo de maíz en la propia finca, para proporcionar en forma de silo, henolaje y preferentemente heno, ya que las cuentas deben hacerse con base en materia seca. El aspecto más importante en donde se debe centrar la administración de la finca lechera es la producción y suministro de la alimentación de óptima calidad y cantidad suficiente todo el año con la practica el pastoreo racional y el uso de la cerca eléctrica. Trabajar con animales medianos, 440 kilos, producto de cruzamientos bien dirigidos, en donde se aproveche la hetérosis en su máxima expresión, usando le mejor genética y la biotecnología principalmente con la Inseminación Artificial y semen de toros probados. Se busca adaptación, fertilidad, longevidad, mansedumbre y producción con calidad. Los cruces con BON.- En cuanto a producción de carne Colombia en cantidad no autoabastece el mercado interno, los rendimientos son bajos, la calidad no es la mejor y no compite en los mercados internacionales por este concepto y costos altos, plantea que nuestra ganadería de carne basada en cebuinos debe utilizar esa vacada en los climas cálidos planos y de ladera para manejar como cruzamientos padreando con nuestra raza criolla Blanco Orejinegro, BON, que ha demostrado un desempeño en pasturas toscas, con rendimientos óptimos, con ahorro hasta de seis meses de tiempo desde su nacimiento hasta el faenado, aporta terneza y marmóreo por ser una raza taurus, mejorando la calidad de la carne. Los anuncios del Minagricultura 1. Demostrar el grado de democracia y transparencia en la administración de los recursos parafiscales del sector (16 en total) por parte de los gremios que tienen contratos con el MADR, es un imperativo que se debe cumplir de acuerdo con la sentencia de la Corte Constitucional y con tal propósito se contrató una auditoría externa, con cuyos resultados se tomarán las medidas a que haya lugar. Con el mismo fin cursa un proyecto de ley modificatorio de la parafiscalidad agropecuaria, radicado ente el Senado de la República y liderado por la Senadora del Meta Maritza Martínez A y el apoyo oficial del MADR. 2. Poner en funcionamiento un Fondo Tripartita con recursos aportados por igual el MADR, el FNG y la Industria Láctea, para darle leche gratuita a los niños más pobres con lo cual se lograran varios propósitos: nutrición a los niños desnutridos, fomentar el consumo creando la cultura del consumo de lácteos, am-

pliando el mercado y descongestionar los excedentes almacenados. Este programa lo manejará el ICBF incrementando las raciones a los niños de estratos 1-2-y 3. 3. Financiamiento y desarrollo del Programa Nacional de Mejoramiento Genético Bovino con un presupuesto de 54 mil millones de pesos que será operado por los gremios granaderos, con apoyo y alianza de Genes de Francia. 4. Un aporte de un Billón Quinientos Mil Millones de pesos a través del Banco Agrario para impulsar inversiones que garanticen la modernización de la ganadería haciéndola competitiva en leche y en carne, como equipos, maquinaria, pastos, infraestructura etc.

hasta con 15 años de plazo, y subsidio del 20 y el 40% según el caso. 5. El Instituto Colombiano Agropecuario ICA mediante el más ambicioso programa de reingeniería se modernizará para cumplir sus importantes tareas de cara a los TLC para lo cual cuenta ya en el presupuesto del 2.013 con el mayor incremento en su existencia, equivalente al 65% en relación con el 2.012 al pasar de $186 mil millones a $263 mil millones de pesos. 6. Anuncia la reapertura del mercado exportación a Venezuela de ganado y productos cárnicos, lácteos en todas sus formas. 7. Para poner en función la resolución 0017 del

2012 referente a precios y condiciones en el pago de leche en finca al productor, se definió la delegación en Corpoica, como operador de los laboratorios de referencia para determinar la calidad y el control de las formas de pago. 9. Puesta en funcionamiento todas las medidas de control en el ingreso de lacto suero no solamente el procedente de Estados Unidos sino ante la sumatoria de todos los países que en lo corrido del año registra un gran total de 6.000 toneladas. El Invima tiene el encargo con Min salud de establecer las condiciones que deben reunir los productos para considerarse aptos para el consumo humano desde el punto de vista nutricional y otras de calidad e inocuidad.

Tiamina + Riboflavina + Nicotinamida + Vitamina B12


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Gran parte de los pastos del trópico son deficientes en minerales

SUPLEMENTACIÓN EN LA PRODUCCIÓN BOVINA Los desequilibrios de minerales en suelos y en los forrajes producen efectos negativos en los procesos reproductivos de los rumiantes lo que refleja incremento en la mortalidad y disminución de la natalidad. La mayoría de los pastos de las regiones tropicales no satisfacen completamente las necesidades de minerales en los animales que los pastan, como consecuencia de las limitaciones climáticas y del suelo que impone restricciones nutricionales a los pastos. La escasa disponibilidad de minerales en el suelo afecta a los forrajes restando la concentración del elemento deficiente en sus tejidos y contribuyendo con el bajo crecimiento de la planta.

Las deficiencias de minerales en el ganado, han sido reportadas en casi todas las regiones del mundo y se consideran como minerales críticos para los rumiantes en pastoreo el Calcio (Ca), Fósforo (P), Sodio (Na), Cobalto (Co), Cobre (Cu), Yodo (I), Selenio (Se) y Zinc (Zn); otros como el Cu, Co, Hierro (Fe), Se, Zn y Molibdeno (Mo) disminuyen conforme avanza la edad del forraje (Reid y Horvath, 1980, McDowell, 1996, citados por Flórez, Cristóbal, 2004). Por otra parte, los requerimientos de minerales para los rumiantes dependen del tipo y nivel de producción, edad de los animales, nivel y forma química del elemento, interrelación con otros minerales, raza y adaptación del animal al suplemento. (Klassen, Norman, 2010).En general, los bovinos requieren de unos quince (15) elementos minerales, con la finalidad de garantizar una adecuada nutrición y asegurar una eficiente productividad (Montero, Rafael, 2006). Se ha encontrado que la carencia o desequilibrio de minerales en el suelo se refleja en el valor nutritivo de los pastos y esto es una de las causas

de la baja productividad y de los problemas de reproducción del ganado vacuno; esto se manifiesta en una tasa de concepción no mayor a 45%, un porcentaje de abortos que puede alcanzar al 10% y una edad y peso al primer servicio y al primer parto que están fuera de los valores eficientes para una ganadería productiva (Garmendia, 2006). Ademas, puede causar aberraciones en el apetito como la pica o malasia e incrementar el riesgo de ciertas enfermedades infecciosas como el botulismo (Reinoso y Silva, 2010). Las deficiencias de minerales son también responsables de la alta incidencia de fracturas de animales en los hatos. El estado de madurez del forraje es de importancia sobre el contenido de proteína y de minerales en las plantas, ya que durante la etapa inicial de crecimiento se presenta un alto contenido de minerales, contrario a la disminución gradual que se presenta a medida que la planta madura. Minerales como el P, Zn, Fe, Co y Mo son los que presentan mayor disminución durante el proceso fisiológico de crecimiento y maduración de la planta. Se ha encontrado disminución del cobre de 10 ppm a menos de 4 ppm en pastos que maduran, mientras que en el P la diferencia va de 0.25% a valores inferiores a 0.10% (Chicco y Godoy, 1987).

Funciones generales de los minerales dentro del organismo. Conformación de la estructura ósea y dental (Ca, P y Mg).Equilibrio ácido-básico y regulación de la presión osmótica (Na, Cl y K).Sistema enzimático y transporte de sustancias (Zn, Cu, Fe y Se). Reproducción (P, Zn, Cu, Mn, Co, Se y I).Sistema inmune (Zn, Cu, Se, y Cr).

requerimientos de los animales pero la deficiencia se sigue presentando; esto en la mayoría de los casos se debe a interferencias entre diferentes factores que un mineral pueda interferir en el metabolismo de otro haciendo que el mineral no pueda ser utilizado por el animal. Estas interferencias se presentan en el suelo, en la planta, en los alimentos y en el animal, y es un aspecto al que se le resta importancia en la nutrición mineral en el trópico. El caso de interferencia más común es el que se refiere a los altos niveles de Fe y Al que interactúan con el P; en este sentido se forma el complejo Fe-Al(Ca)-P que impide la utilización del P del suelo haciendo que el contenido del mineral sea bajo, elevando los contenidos de Fe (Garmendia, 2006). Sin embargo, en otras ocasiones se presenta sinergia entre los minerales, haciendo que un elemento ayude a la metabolización de otro; un ejemplo se presenta con el Cu que es un constituyente de la enzima denominada Ferroxidasa1, que es necesaria para la movilización del hierro hepático (Garmendia 2006)

Sinergia e interferencia mineral En muchas ocasiones los ganaderos suministran suficiente cantidad de minerales para suplir los

Trastornos causados por deficiencia de minerales Como se ha venido mencionando, los desequilibrios de minerales (deficiencias o excesos) en

Los minerales y su importancia en la nutrición animal Los minerales se consideran como el tercer grupo de nutrientes limitante en la producción animal y su importancia radica en que son necesarios para la transformación de los alimentos en componentes del organismo o en productos animales como leche, carne, crías, piel, lana, etc. Algunas de las funciones más importantes de los minerales para la producción de los rumiantes se notan a continuación:

suelos y en los forrajes han sido considerados como responsables de la baja producción y problemas reproductivos de los rumiantes en pastoreo en los trópicos (Klassen, 2010), pero generalmente no se ha armonizado el momento en el cual se presentan los máximos requerimientos del animal con la máxima oferta nutricional de los forrajes. Por otra parte, el ganadero debe abortar la práctica de suministro de sal común por un suplemento mineral completo. El buen suministro de sales minerales en diferentes regiones tropicales ha incrementado el porcentaje de partos de 10 al 50% y han disminuido los abortos de 10% a valores menores de 1%. Para solucionar estos problemas es necesario suministrar sales minerales a los animales que pastan en sabanas nativas, o agregar premezclas al Cloruro de Sodio ( sal blanca) que normalmente come el ganado. Es importante que el suministro de sales o premezclas sea permanente ya que cuando se hace esporádicamente los animales consumen elevadas cantidades lo que puede ser causa de diarreas y trastornos reproductivos; al mismo tiempo se le incrementan los costos al ganadero ya que los animales le están comiendo indiscriminadamente el producto mineral En ganado de leche es común la presencia de enfermedades metabólicas como la fiebre de leche, cetosis y acidosis - laminitis, causadas por


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que el suplemento mineral le está aportando los elementos necesarios para el animal, por lo tanto, el animal está consumiendo la cantidad requerida para satisfacer su requerimiento nutricional. Es recomendable suministrar entre 50 a 80 gramos de sal mineral/animal/día: es decir, que para un lote de 100 animales podemos ofrecerle entre 5 a 8 kilos del suplemento. Otra forma de suministrar minerales al ganado es mediante el uso de fertilizantes mineralizados en los pastos, lo cual constituye un medio eficaz para mejorar el rendimiento productivo de los pastos y del ganado, pero esto depende de las condiciones climáticas de la región y económicas del ganadero. Se ha encontrado que una excelente mezcla de minerales para los llanos orientales debe contener un 8% de P y un 14% de Ca, con lo cual se puede aumentar la natalidad en un 55% y disminuir proporcionalmente la mortalidad de terneros y de animales adultos. De acuerdo con los contenidos de minerales en el forraje de la sabana nativa se recomienda la suplementación con una sal mineralizada balanceada con el fin de mejorar los parámetros productivos y reproductivos de los hatos de cría. Practica que al ser aplicada en la altillanura plana del Meta, ha permitido incrementar la natalidad de 32 % a 53 % y el peso de los terneros al destete de 135 a 160 kilogramos.

excesos o desbalances de energía y minerales. “El efecto de la fiebre de leche sobre la reproducción es el producto de los niveles de calcio y el efecto de este mineral sobre las contracciones musculares. Una reducción en el nivel de calcio en el plasma cercano al parto, disminuye linealmente la contracción del abomaso y esto conduce a una falta de tono muscular y una distensión de abomaso. La presencia de la fiebre de leche es el producto del exceso de potasio en los forrajes de origen tropical que causan un desbalance anión: catión que afecta la utilización del calcio en las vacas lactantes. La mayoría del ganado en el último mes pre parto presenta balances anión catión positivos (+) que afectan la movilización del calcio del hueso al momento del parto” (Campabadal, Carlos, 2007). Una descripción más amplia se puede consultar en el artículo del autor citado Evidencias de suplementación mineral La suplementación de minerales se hace a través de sal mineralizada, suplemento mineral y premezcla mineral. La sal mineralizada es una mezcla de Cloruro de Sodio (sal blanca), Ca y P, y otros minerales; el suplemento mineral está compuesto por Ca, P y otros minerales con excepción de Cloruro de Sodio o sal blanca; entre tanto, la pre mezcla mineral es una mezcla uniforme de uno o más minerales, con un diluyente y/o vehículo, que se utiliza para facilitar la dispersión uniforme de los micro minerales en una cantidad grande de otro material o producto alimenticio (CORPOICA, 2002). En la preparación de la premezcla mineral no se debe incurrir en excesos de P ya que este termina ligando otros minerales como el Mn (Rugeles, Clara,2001) Un estudio realizado en el estado Guárico (Venezuela) se comparó la ganancia diaria de peso y la mortalidad de hembras pastando en sabanas naturales de Trachypogum, Axonopus, Paspalum

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80 fanegadas o 50 hectáreas 1.200 msnm. Cálido: 28º día 18º noche 60 reses libre pastoreo 40 reses en establo Cincolagos para 10.000 mojarras 3 casas dotadas 1 ramada para panela 1 ramada para vino Piscina de piedra Reservorio de agua Nacederos propios Rio Contador y quebrada Guaté Naranja, mandarina, aguacate Limón tahití y otros Veredas Cambular y Cañadas de Bituima y Vianí (Cundinamarca)

y Stylosantessuplemetacdas con una mezcla mineral completa vs sal blanca; se encontró una disminución en la mortalidad del 14,5% al 2%, y una ganancia diaria de peso superior en un 28,1% con respecto a los animales que se les suministró sal común (Obispo, et al, 2002) Otro estudio realizados con suplementacion mineral vs no suplementacion en sabanas del estado Bolívar (Venezuela) demostraron un aumento en la tasa de preñez promedio para vacas y novillas de 33.2% a 60% en época de

lluvias y de 30,7% a 61.2% en época de sequia; de igual forma demostraron una disminución en el porcentaje de abortos de 12.1% a 5.1% en época de lluvias y de 10.9% a 4.4% en época de sequia (Botacio y Garmendia, 1997) Lo anterior pone en evidencia las investigaciones hechas en Colombia en un experimento realizado durante dos años donde se permitió establecer la necesidad estacional de minerales. Se determinó que la mayor incidencia de la deficiencia mineral durante la estación lluviosa se debe a que el ganado aumenta rápidamente de peso por la buena cantidad de forraje, lo cual hace que exista disponibilidad suficiente de proteína y de energía, por lo que sus necesidades son elevadas. El hecho que los animales al ser suplementados con fuentes minerales no consuman la misma cantidad como sí lo hacen cuando se suministra sal blanca, no significa que sientan poco gusto por la mezcla. Lo que acontece es

MÁS INFORMACIÓN Arcesio Salamanca C. Zootecnista, Universidad Cooperativa de Colombia, Arauca. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia www.engormix.com

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