El isleno 218 Marzo 2025

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Foto: Billy Lunazzi

NUEVA DIRECTORA DE LA UNAL SEDE CARIBE

'Never give up!'*

La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) designó a la sanandresana Liza Hayes Mathias como nueva directora de su Sede Caribe, convirtiéndose en la segunda mujer raizal en ocupar este cargo. Lo anterior representa un hito para la educación superior en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Entrevista.

La doctora en Sociología asumió oficialmente su cargo este primero de abril y con esta posesión sigue los pasos de la economista y docente, Johannie James Cruz, quien ejerció el mismo rol en el año 2012.

Por lo anterior, su nombramiento también simboliza un avance hacia una educación más inclusiva y conectada con las necesidades del Archipiélago. Tanto la comunidad académica como los habitantes de las islas reciben esta designación, confiados en que su liderazgo impulsará una educación superior de calidad y sustentable en la región.

CURRÍCULUM SOBRESALIENTE

En 1998 se graduó como Estadística en Computación de la Universidad de Medellín; luego en 2002, culminó una maestría en Población y Salud en la Universidad de Costa Rica, gracias a la prestigiosa Beca Hewlett. Posteriormente, en 2017 obtuvo un doctorado en Sociología de la Universidad de Miami, respaldado por la Beca Fulbright para Líderes Afrodescendientes.

Durante su estancia en Miami, entre 2014 y 2017, fue profesora asistente en esa misma universidad; y entre 2017 y 2021, se desempeñó como profesora adjunta en la Indiana Wesleyan University.

Cabe resaltar que Hayes Mathias ha estado vinculada a la Sede Caribe desde el 2002, como profesional estadística y profesora ocasional, hasta su ingreso oficial como docente en enero de 2024. Igualmente, se ha desempeñado como asesora metodológica en investigaciones cualitativas y cuantitativas, apoyando el desarrollo de tesis académicas.

La académica también cuenta con amplia experiencia en el sector público: durante más de cinco años, fue estadista-epidemióloga del Departamento de Salud del Departamento Archipiélago; también fue secretaria de Gobierno y de Hacienda; trabajó como profesional de estadística en Coralina, el Infotep y como dinamizadora del Sena Regional San Andrés; por último, también se desempeñó como asesora en el Congreso de la República y en diversos ministerios.

Su alto compromiso con la educación y la equidad la llevó a integrar la Junta Directiva de Fulbright Colombia, espacio donde se fortalecen los lazos académicos y culturales entre el país y Estados Unidos.

¿Cómo recibió el nombramiento? Primero que todo quiero agradecer este

espacio que me ofrece EL ISLEÑO, porque es bueno cuando se exaltan los resultados de los profesionales raizales, después de tantos años de estudio, de trabajo y de perseverancia.

También quiero enviar un mensaje a los profesionales (raizales o residentes), a los que se están formando y los ya graduados, para que nunca se rindan. Jamás piensen que seguir haciendo un trabajo ético y desde su espacio profesional no tiene eco, porque sí lo está teniendo.

Para dar respuesta a su pregunta: al principio lo recibí con asombro, porque se me dificulta creer que después de 28 años (de existencia de la sede Caribe) se iba a considerar nuevamente a un profesional raizal. Así que las preguntas eran muchas.

Lo siguiente fue consultarle a mi familia, porque entiendo la cantidad de responsabilidades que esto va a tener, y eso se verá reflejado en el tiempo que voy a dejar de dedicarles a mis hijos y a mi esposo.

En todo caso, actualmente estoy muy contenta por este momento de mi vida,

con estas tierras y con este departamento.

Y para mí, lo que está pasando, es el resultado de las luchas de nuestros líderes raizales, quienes han venido perseverando para que por fin nos respeten y nos reconozcan. A ellos, decirles: ¡gracias por su lucha! Los reconocemos y sabemos que vamos ganando pequeñas batallas.

También, mi reconocimiento a todos los profesionales que se han ido a diferentes ciudades a seguir capacitándose. A ellos también les estamos mandando un mensaje: ¡Ustedes si pueden!!

Y hablo en nombre de los raizales, porque soy raizal, pero en mis mensajes no excluyo al residente. Sin embargo, quiero poner sobre la mesa, con este nombramiento, que buscaremos colocar a la educación del Archipiélago ese componente territorial tan necesario.

¿Por qué? porque, por ejemplo, hay estudiantes que no nos están entendiendo el español, este hispano académico con el que nos expresamos en la universidad. Así mismo, ese componente territorial

"Buscaremos colocar a la educación del Archipiélago ese componente territorial tan necesario".

y aunque va a requerir toda mi atención, comprendo que se trata de la educación superior del departamento con la UNAL. Además, considero que este trabajo no lo voy a lograr sola, y siento que tengo el apoyo de toda la comunidad.

¿Qué representa este nombramiento para el Pueblo Raizal?

Representa que si se puede… En otras palabras: Never give up! Mi invitación es: por favor profesionalicémonos. Y aunque voy a ser la nueva directora de una universidad, y creo profundamente en la importancia de la educación, quiero que también entendamos que hay diferentes tipos de educación; pero mi llamado es: profesionalicen su capacitación.

O sea, si usted va a ser un carpintero, sea un mejor carpintero, y ante todo, un carpintero ético. Sea profesional en todo el sentido de la palabra, y no entendamos profesional el hecho de solamente portar un cartón, porque para mí ser profesional está representado en la actitud con la que enfrentamos la vida, con la que respondemos ante dificultades; se trata, principalmente, de ser coherente con uno mismo,

lo aplicaremos en las diferentes carreras, porque en San Andrés no tiene sentido si hablamos de montañas o de ríos, porque las islas no los tienen, pero sí tiene mar.

Frente a esto me quiero referir a un caso particular, durante una clase para enseñarles a los chicos algo sobre geometría, necesitábamos hablar sobre el triángulo rectángulo, pero los estudiantes no lo imaginaban fácil porque nunca lo habían usado. Pero si en la explicación les decimos: imaginen nadar desde el sector de la cafetería Juan Valdés hasta Johnny Cay y luego entra acá enfrente (en la sede de la UNAL), ahí sí van a ver un triángulo rectángulo en sus mentes.

Este mismo aspecto es el que pretendemos agregar y será ganancia para todos, porque vamos a estar recibiendo más estudiantes que van a entender la importancia de la educación incorporando los conceptos y volviendo a la cuestión inicial, ser profesionales. Y no uno cualquiera, sino uno que ha sido transformado por la educación: que ingresa a la institución un personaje y que sale como otro totalmente moldeado, que podrá

reconocer y responder a las necesidades del Archipiélago.

Teniendo en cuenta que la UNAL tiene preestablecida su ruta académica, ¿cuáles son otros de los planes o metas que tiene proyectados implementar?

Si bien es cierto que la UNAL tiene unas estructuras y unas políticas, como toda institución pública (lo cual es ventajoso, porque no permite interpretaciones o subjetividades), también es clarísimo que el hecho de que esté en el Departamento Archipiélago implica que tenga este componente territorial.

Es más, ahora mismo la universidad tiene dos tipos de programas:

El Programa de Admisión Especial con Enfoque Territorial (PAET) que es un tipo de admisión por territorio, lo que significa que el estudiante empieza el primer semestre acá en la isla y termina aquí mismo; yendo un semestre únicamente, a Bogotá o a Medellín, para hacer un intercambio. De este tenemos dos carreras: Enfermería e Ingeniería Ambiental

¿Y qué es lo especial de estos dos programas? Que nos permiten introducir el componente de territorio, por lo que en la Ingeniería Ambiental los chicos caminan y recorren la isla, aprendiendo todo lo que tiene que ver con el territorio de San Andrés, sus manglares, valores de los subsuelos, y todo ese bagaje teórico y práctico que, de haberse ido a estudiar a otra ciudad no tendría.

En el caso de enfermería, aunque están formadas con el currículo de la sede Bogotá, también tiene incorporado un componente territorial, aprendiendo, por ejemplo, la injerencia del ‘bush tea’ en la salud del territorio, o el rol que juegan las emociones en la salud de las personas de la isla.

Por otra parte, las carreras del PEAMA (Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica) son las demás que oferta la UNAL, que corresponden al ingreso por admisiones y por áreas, en las que algunos estudiantes se quedan un año o dos.

¿Qué quisiera que siga ocurriendo en estas profesiones?

Que los jóvenes se quedaran un poquito más de tiempo en la Sede Caribe, porque el tiempo que permanecen acá permite que los preparemos mejor. Porque un bachiller nunca será un universitario: quien ingresa al primer semestre no conoce la universidad, no entiende su dinámica; no comprende, al inicio, que pasamos de un periodo de un año a sólo cuatro meses, y que el semestre se llama así, pero que

realmente son cuatro meses efectivos.

Por eso, considero que quedarse este tiempo les permite familiarizarse con estas dinámicas, para entrar luego a la rigurosidad de la educación superior, con la ayuda de unos tutores, para que hagan esta transición.

Quisiera, así mismo, que siguiéramos fortaleciendo este concepto de territorio; y que podamos ofertar nuevas carreras que se puedan iniciar y terminar en San Andrés. Aprovecho esta oportunidad para anunciar que Enfermería e Ingeniería Ambiental estarán solamente dos o tres cohortes; como lo nuestro también es un compromiso con el territorio, no podemos llenarlo de enfermeras o de ingenieros ambientales, que después no van a poder conseguir trabajo en la misma isla.

Por lo tanto, vamos a hacer una evaluación muy sentida de las carreras que necesita el Archipiélago; no únicamente de lo que a mí me gustaría como directora, sino sobre lo que digan en armonía los directivos, los empresarios y otros sectores de las islas.

También he pensado en la necesidad de abrir un doctorado, no por el diploma, sino porque para que un profesional pueda vincularse a la docencia en la UNAL, se requiere que sea doctor. Esto, por el tipo de formación que brinda este posgrado, que convierte a esta persona en alguien que lee tan rápido que interpreta y analiza un concepto sin ponerle juicios de valor; entre otras aptitudes especiales.

La idea sería crearlo aquí mismo, igualmente con enfoque territorial. Me encantaría que fuera un doctorado en Estudios del Caribe, porque ya tenemos la experiencia con esa maestría, pero desafortunadamente tenemos que estar dentro de lo que la norma nos permite, así que ya se sabrá si es posible o no ofrecer ese postgrado.

Aquí es pertinente recalcar, que crear un nuevo programa implica hacerse varias preguntas, como –por ejemplo– si tenemos los profesionales formados necesarios y otras más, porque no es abrir una carrera por abrirla, sino porque tiene detrás un estudio muy completo para definir sus pros y sus contras.

Nosotros tenemos un compromiso con la sociedad como universidad, y como tal tenemos que responder a ese compromiso que es formar profesionales acorde a las necesidades del territorio, que le sirvan a este territorio, y que puedan responder al territorio.

No se trata de ‘formar por formar’ profesionales, sino que sean íntegros; mirando las dinámicas del territorio con otros ojos, para ofrecer soluciones desde distintas perspectivas; no con el ánimo de criticar, sino de escuchar necesidades para plantear otras respuestas y definir si lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo bien…

*Referencia al título de la obra literaria de Hazel Robinson 'No give up, maan! - No te rindas!'

PROYECTO ‘FI WI RIIF’ RECIBIÓ VISITA DE DONANTES

Blue Action Fund in Seaflower

Entre el 18 y el 24 de marzo el Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez (Fondo Acción) y los distintos aliados y participantes del proyecto ‘Fi Wi Riif’, recibieron en San Andrés, Providencia y Santa Catalina a miembros de ‘Blue Action Fund’, uno de los financiadores de esta gran apuesta que desde el año pasado viene impactando en diferentes frentes de la reserva de biosfera Seaflower.

(Redacción)

En el desarrollo de una de las actividades que hicieron parte de la visita, EL ISLEÑO dialogó con algunas de las directivas de estas entidades para conocer su percepción sobre el proyecto y su desarrollo en el territorio.

NATALIA ARANGO, DIRECTORA DEL FONDO ACCIÓN

“Esta visita fue muy importante, porque es el momento en el que podemos mostrar a un donante importante como Blue Action Fund la propuesta que la gente de la isla desarrolló, desde sus organizaciones de base y con el apoyo de Coralina.

Entonces para nosotros es súper valioso, primero, para que de la boca de la gente que vive aquí, opinen de la iniciativa, digan en qué punto están y cuáles son sus expectativas; porque nosotros solamente somos un intermediario. La razón de ser del Fondo Acción es conectar un territorio, que tiene necesidades y aspiraciones, con los donantes.

En ese sentido, somos solamente de tránsito, y es importante que el donante que está poniendo los recursos, conozca y oiga de primera mano cómo se están desarrollando las actividades, para sugerir cambios; o para enamorarlo y que esté siga interesado en continuar apoyando después, en una fase siguiente.

¿De qué manera se llamó la atención de este donante para que decidiera apostarle a este proyecto?

En primer lugar, ellos tenían el Caribe como prioridad, entonces el Fondo Acción vio la oportunidad de mostrar lo que había ya construido con el Fondo Mundial para los Arrecifes Coralinos: les expuso cómo el recurso con el que ellos potencialmente podrían contribuir, escalaría significativamente en dichas acciones; y que, además, podría ser adicional a muchas actividades, que el proyecto original no había podido cubrir.

Eso, combinado a que el Archipiélago es el sitio más vulnerable de Colombia climáticamente hablando; que es donde están los arrecifes de

coral más importantes del país; y que además tiene a la población raizal, que es un valor cultural que también hemos querido proteger y promover, a través de los proyectos de biodiversidad.

Así que creo que hubo una conjunción de factores positivos, como estos valores sociales y humanos, y una autoridad ambiental comprometida como lo es Coralina, sumado a que también trabajamos con Parques Naturales Nacionales. Ahí Blue Action vio un gran potencial de sinergia.

Sin duda, otro elemento clave es la alianza con los socios locales, las Fundaciones Providence y Prosealand, quienes tienen un amplio conocimiento de las islas, sus dinámicas ecológicas y socioculturales y, lo más destacable, su compromiso por generar un impacto positivo duradero.

GORRICHO,

DE PROGRAMAS DE BLUE ACTION FUND

Nuestra misión básicamente es apo-

yar a distintos socios, normalmente sociedad civil u ONG que trabajan en conservación marina y en comunidades costeras, en sitios biodiversos en el mundo. En la convocatoria que hicimos para el Gran Caribe, se presentaron varios proyectos, incluidos este, y escogimos solamente cinco.

Este nos llamó mucho la atención, primero, por la riqueza biodiversa del territorio; y porque también buscaba apoyar el bienestar de las comunidades locales, en este el Pueblo Raizal.

La propuesta que hizo el Fondo con sus socios locales nos interesó, porque tiene tres componentes: la necesidad de empoderar y escuchar al Pueblo Raizal para involucrarlo más en el cuidado de sus ecosistemas, con un enfoque como el que estamos hoy viendo acá y es cómo conectar más a la comunidad, por ejemplo, con actividades tradicionales como la agricultura, la cocina, la cultura; y trabajando con los diferentes grupos de la sociedad, como niños, mujeres y adultos mayores.

La segunda, instando a apoyar a las autoridades encargadas de manejar las áreas protegidas, en este caso a Coralina y a Parques Nacionales, que son las instituciones encargadas; pero que claramente tienen debilidades, que la financiación que nosotros proporcionamos puede ayudar a mejorar en materia de señalización y capacitación, para hacer mejor el control y monitoreo.

El otro tema es medios de vida, donde entran las alternativas productivas, los proyectos que motiven a que la comunidad retorne a sus prácticas tradicionales, para facilitar las acciones de conservación.

Estos tres elementos hicieron que esta propuesta sobresaliera y para nosotros es importante trabajar con socios como Fondo Acción, porque ellos lo que hacen es, precisamente, encargarse de trabajar con actores locales, empoderándolos, para que al término del proyecto (cinco años) esto esté fortalecido y sigan muchas de las iniciativas por sí mismas.

Blue Action somos una organización privada que existe desde 2016 y trabajamos con recursos que provienen de fondos públicos de gobiernos de países como Alemania, Suecia, Francia, Noruega e Irlanda. Estos cinco países contribuyen a nuestra fundación y nosotros aportamos a ONG, con el propósito de trabajar en Áreas Marinas Protegidas enfocadas en el mejoramiento de la calidad de vida de comunidades costeras.

En el Caribe, ¿cuántos proyectos han ejecutado, previo a este?

Nosotros siempre operamos a través de convocatorias, y ejecutamos uno en el área del Gran Caribe, ya registrado. Estamos financiando en total cinco proyectos: dos en Honduras, dos en Belice y este en Colombia.

¿Qué los motivó a apoyar este proyecto?

La razón para escoger este proyecto fue porque el Archipiélago es altamente vulnerable al cambio climático, y al mismo tiempo hay una gran biodiversidad, con corales, pastos marinos, manglares, y demás. Adicionalmente, por el Pueblo Raizal que vive aquí, considerado un pueblo indígena, lo que realmente nos hace sentir el compromiso de apoyar a las personas que deberían tener los derechos sobre su territorio, pero que no siempre los tienen.

¿Como organización son conocedores de las problemáticas presentes en el territorio ocasionadas por el modelo de desarrollo económico implementado, como el afectación a la etnia y el deterioro de los ecosistemas?

Sí estamos enterados de ello, aunque

no somos expertos en el tema. Estamos en Alemania, pero por eso nos gusta trabajar con ONG regionales. De ahí que nosotros financiamos al Fondo Acción que conoce el territorio, sus condiciones e historia.

Estamos trabajando globalmente, pero no somos expertos en el contexto de cada región, por eso buscamos organizaciones que sepan de los territorios, que tengan pleno conocimiento y un compromiso de largo plazo, en relación con la región donde están operando. Por eso también es clave la vinculación de entidades locales como la Fundación Providence y Prosealand, ONGs muy arraigadas a estas islas.

Conclusiones de la visita

Estamos muy agradecidos con el proyecto, hemos visto un equipo muy competente en campo: el de Fondo Acción, el de la Fundación Providence, el de Prosealand y los otros. Lo que a mí personalmente me gusta mucho es que el Fondo ha establecido el programa ‘Fi Wi Riif’, que ha intentado integrar a diferentes donantes para la financiación total de este.

Entonces, nosotros estamos financiando una parte y el otro fondo está haciendo lo propio con otra parte, y eso me gusta, porque hay un flujo apropiado entre diferentes proyectos o donantes, y realmente estoy muy impresionada con el trabajo que todos están desarrollando aquí.

Vi personal muy comprometido, muy apasionado, y también a la comunidad Raizal, representantes de los pescadores, donde se destaca lo mucho que les preocupa su territorio; y también en relación con el mar y los corales, lo que fue bastante impactante. Nos hace muy felices proveer esos fondos y esperamos ver resultados exitosos luego de cuatro o cinco años.

¿Qué impresiones se lleva de la población raizal y su participación en el proyecto?

A veces es muy difícil, en un tiempo tan corto, lograr interpretar el verdadero sentir, pero, al menos, puedo decir que la gente que conocimos está muy abierta y manifiestan una actitud positiva frente al proyecto. Algunos tuvieron interrogantes, lo que es bueno, porque siempre hay que cuestionar la razón por la que está uno aquí.

Pero, en general, creería que la mayoría de las personas están abiertas y agradecidas de recibir estos aportes, y que entienden que son parte del proyecto. No se trata de entrar y decirles lo que deben hacer, sino que el verdadero acercamiento a la comunidad Raizal sólo es bueno si ellos participan. Considero que esto sí fue muy bien comprendido.

Pasión por la innovación

Con más de 20 años de experiencia como emprendedor y de arduas labores en sociedad desde el ámbito público y privado, el administrador de empresas John Manuel Rodríguez inicia una nueva etapa como 'consultor y entrenador empresarial', que promete estar llena de proyectos e iniciativas de impacto para las islas.

En diálogo con EL ISLEÑO, Rodríguez habló sobre su experiencia, de cómo llegó a ser un amante del tema empresarial, del emprendimiento, de su paso por el SENA y la Cámara de Comercio de San Andrés y Providencia; así como de las expectativas para este nuevo paso que da en su proyecto de realización personal y profesional.

"Vienen grandes y emocionantes noticias para las islas en temas de fortalecimiento y financiación empresarial para regiones étnicas y para otras islas del gran Caribe, replicar todo lo que he aprendido en el archipiélago con empresarios y emprendedores del país", declaró.

PRIMEROS PASOS Y EXPERIENCIAS

Luego de graduarse de la Universidad Tecnológica de Bolívar, Rodríguez tuvo sus primeras experiencias profesionales en las empresas 'Vikingos' y 'Océanos'; ambas enfocadas en recursos pesqueros como atún, camarones y langostinos. Posterior a ello, regresó a San Andrés para estar al frente de un negocio familiar que comercializa medicamentos y ser de los primeros asesores del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) en 2003.

acompañar emprendedores; muy emocionante porque han sido empresas de todos los sectores, turismo, alimentos, etc". Además, destacó a su mentor, Luis Alfonso Osorio, quien creyó primeramente en él.

etapa muy bonita que me marcó".

Tras 19 años en el SENA, liderando varios programas como el mismo Fondo Emprender, Jóvenes Rurales Emprendedores, Formación Virtual, entre otros;

dónde creó una oficina dedicada a esta área de conocimiento donde se asesoraba a estudiantes para participar en convocatorias a nivel nacional. Finalmente, tras ese paso, llegó a la Cámara de Comercio de las islas.

"Tuvimos una curva de aprendizaje de cerca de 10 años para aprender sobre estructuración de proyectos, y de tanto intentar con el Fondo Emprender nos aprobaron el primero: 'Eco Fiwi'. Fue todo un suceso para todo el grupo de asesores, porque fue realmente complicado y dispendioso", comentó emocionado.

De esa manera, y poco a poco, Rodríguez agregó que fue fortaleciendo toda esa "pasión por

AMOR POR EL EMPRENDIMIENTO

De acuerdo con Rodríguez, ser emprendedor, sobre todo en un negocio como el de su familia donde diariamente se relacionaba y asesoraba sobre medicamentos, "fue generando ese gusto de atender a las personas y recomendarles; me sorprendía mucho cuando 'me hacían caso'... Y todo ese relacionamiento con proveedores y otras empresas, fue una

incursionó como educador en un colegio privado en la isla implementando la cátedra 'Emprendimiento'; que se replicó y fortaleció en otras instituciones educativas y profesores. Además gestó la primera feria de Emprendimiento del Archipiélago.

Rodríguez también llevó el amor por el emprendimiento al Instituto de Formación Técnica Profesional (Infotep) de San Andrés,

REALIZACIÓN

PERSONAL Y PROFESIONAL

Tras cinco años como director de Competitividad de la entidad, expresó que sintió el llamado y "dar un paso al costado y dejar a las nuevas generaciones sigan impulsando con igual energía los procesos que se han montado en la entidad y aprovechar todo el conocimiento adquirido para ponerlo al servicio de la comunidad emprendedora y empresarial".

Así mismo, Rodríguez destacó que le gustaría tener experiencias en otras regiones del país y fortalecer esos ecosistemas. "También he empezado relacionamiento con otras islas del Caribe, la idea es ir diseminando esa cultura de emprendimiento que hemos aprendido en otros lugares sin desatender las necesidades tanto de San Andrés como de Providencia", explicó.

Sobre el proceso de esta nueva etapa, detalló que hay una red de colaboradores y de posibles apoyos, y que se enfocaría en una necesidad sentida en este momento como el turismo y la sostenibilidad; pero también en asesorías al interior de empresas, fortalecer y acompañar emprendimientos.

"He identificado que hacen falta muchas capacidades, se necesita capacitación profunda en ciertos casos, entonces hay la posibilidad de vincular a amigos y colaboradores para conformar un equipo de trabajo", concluyó, con la mente puesta en su nueva carta de navegación.

PRIMERA

COHORTE DEL PROGRAMA

DE ENFERMERÍA EN LA SEDE CARIBE

Instrumentos de sanación

En las instalaciones de la Universidad Nacional (UNAL), sede Caribe, se llevó a cabo este acto en el que seis mujeres de las islas dieron el primer paso para realizar sus prácticas profesionales en el Hospital Departamental, como parte de este programa académico completamente presencial en el Archipiélago.

Encendiendo una vela –haciendo alusión al trabajo de Florence Nightingale, pionera de la enfermería moderna–, las estudiantes iluminaron un recinto que se volvió pequeño frente al acontecimiento. Esfuerzo, alegorías y ruptura de paradigmas entre los principales condimentos.

Enfermería e ingeniería ambiental son las dos carreras con esta modalidad en las islas, con las que se busca fomentar la autonomía de pensamiento y ejercicio académico en el territorio insular y convertirlo en un punto de referencia donde las ideas puedan cultivarse y en el que la ‘fuga de cerebros’ sea cosa del ayer.

Comentan también desde la UNAL que no fue un proceso fácil, pues se luchó contra la falta de recursos y otras taras que de alguna u otra forma aplazaron este sueño que hoy es una realidad; por eso, docentes recalcaron la labor fundamental de toda la población: desde el transporte

público, las familias y, por supuesto, el Estado.

En el camino pasaron cosas: cerca de 20 personas conformaron el grupo inicial, y aunque algunas pusieron en pausa este camino, sus compañeras lo siguen recorriendo en honor a ellas y desde luego a toda la población isleña.

LA CLAVE DEL APOYO MUTUO

‘Pensamiento colmena’, eso respondieron algunas estudiantes al ser preguntadas por la columna vertebral de esta carrera; apoyarse mutuamente, complementar vivencias, sentires y formas de ver la vida son parte del caldo de cultivo de esta cohorte.

Una de las historias concretas es la de Sheli Rodríguez, hija de las islas quien explicó que sus vecinos y familiares son los más emocionados con este hecho, pues están convencidos de que ahora no sólo contarán con una enfermera en el sector, sino con un agente de cambio e inspiración para las

nuevas generaciones.

“Me siento muy bien, orgullosa de este proceso. Esto es un hito del fortalecimiento raizal, hay pocas opciones académicas completas en las islas y esto me produce mucha emoción”, acotó Rodríguez.

A su turno Yorlenis Sierra, otra de las futuras profesionales, narró que esta presentación es indispensable para el empoderamiento femenino, porque no sólo se trata de un logro académico, sino de independencia e impulso a su talento.

“Esta es una gran oportunidad, somos las primeras en prepararnos para ejercer esta profesión habiéndonos capacitado íntegramente en la sede Caribe de la UNAL, ahora viene la etapa de prácticas que esperamos cumplir a cabalidad”, expresó Sierra.

Por último, la docente Edna Rueda Abrahams explicó que uno de los hechos más importantes es poder hacer que el Archipiéla-

go se hable en el lenguaje de la ciencia; manifestándose en situaciones cotidianas tales como que hoy los jóvenes hablen de pensadores universales con la mayor cotidianidad posible.

“Sin duda, es un experimento social icónico que seis mujeres de todos los contextos isleños coincidan en este programa de enfermería profesional. Es un primer paso que marcará un derrotero de ahora en adelante”, añadió la profesora.

HERIDAS HISTÓRICAS

Otro de los puntos reivindicativos aludidos por Rueda Abrahams es el de zanjar heridas históricas derivadas de los viajes a otros lugares para recibir la tan anhelada educación superior; un proceso complejo en el que los estudiantes muchas veces se enfrentan a situaciones de exclusión en los que –en ocasiones– las familias se fracturan y que a partir de ahora comenzarán a quedar como anécdotas del pasado.

LA JOVEN QUE SE VIRALIZÓ Y DESPERTÓ EL SENTIR DE LOS RAIZALES

Dulce María, Bittan’ Sweet

A raíz de un video que se viralizó en redes sociales hace unas semanas, muchos conocieron el nombre de Dulce Posada Williams; una creadora de contenido que se ha propuesto dar a conocer al mundo, en el lenguaje sencillo y ágil de estas plataformas, aspectos poco conocidos para muchos sobre el Pueblo Raizal, y en general, acerca de la cultura nativa de las islas.

Más allá de la polémica suscitada por dicho video (que se puede visualizar en sus perfiles), sus posturas despertaron admiración, popularidad y una aprobación categórica por parte de raizales, lo que para ella resultó lo más valioso, según aseguró en esta entrevista.

¿Quién es Dulce María Posada Williams?

Soy hija de una raizal y de un ‘paña’, y aunque amo mis raíces raizales, estoy muy agradecida también por mis otras raíces blanco-mestizas. Nací en San Andrés, he vivido en varias partes de la isla, pero considero que soy más que nada del sector del Barrack, de donde es toda mi familia materna.

Soy abogada, apasionada con todo lo que hago, sobre todo por mi cultura raizal, que es lo que más amo. Estudié en muchos colegios porque era demasiado hiperactiva… después, por asuntos personales, me fui de la isla a los 14 años y terminé el colegio en la ciudad de Medellín, donde residía mi papá.

Sobre mi crianza, quiero decir que fue mixta, distinto a la típica crianza de un raizal. Por eso le decía a mi mamá constantemente: llévame donde mi abuela (al Barrack); al punto que un día me dijo: “entonces, quédate a vivir allá”. Y así fue, viví con mi abuela varios años, luego me fui con mi papá y de esta forma estuve por un tiempo, allá y acá.

¿Eso demuestra lo que eres es hoy en día?

¡Exacto! Creo que ese es el privilegio de ser un ‘mix’: que al final tú decides de qué lado te inclinas más. En mi caso, hace tres años llegó un punto en que definí qué quería ser, porque aunque tenía planeado no vivir en la isla, cuando regresé de la universidad, comprendí que para mí esto es lo mejor y ya no me quiero ir.

¿Qué aspectos de tu niñez o adolescencia marcaron tu raizalidad? En principio fue difícil, porque cuando era niña relacionaba que ser raizal era ser brusca, no ser femenina. Así que crecí con ese pensamiento erróneo, y no erróneo, porque soy consciente de que no estamos compuestos sólo de cosas buenas y ‘delicadas’.

Viviendo en el Centro y en Sarie Bay, tenía comodidades o privilegios que se tienen por vivir ahí; pero yo prefería estar en el Barrack, bañándome con un balde. Y lo mismo me pasa ahora: hoy

tengo la capacidad financiera, pero he elegido quedarme con mi abuelita, porque allá soy muy feliz.

Veo atrás, pienso en mi infancia, y me digo: ¡wow! yo estoy muy arraigada porque siempre fui parte de esto, y aunque me quise desarraigar físicamente, finalmente volví.

¿Crees que vivir por fuera te ayudó a reafirmar tu identidad como raizal?

Sí, porque mis circunstancias antes no eran las más óptimas. Yo me fui de la isla diciendo que jamás volvería a vivir aquí, pero al llegar a Medellín a estu-

se fue generando un sentimiento, de mi parte, de rechazo hacia las personas blancas; odiaba ser blanca y no negra (y esto es primera vez que lo digo).

Así que empecé a buscar el tener amigos negros, y recuerdo que me desbordaba por ese tipo de amistades sin entender por qué. En medio de momentos de mucha soledad escuchaba música ‘dancehall’ y ‘afrobeats’, o veía fotos de San Andrés, y me sentía feliz; escuchaba a personas hablar el inglés con un acento caribeño, y me decía: ¡estos son de los míos!

diar fue muy duro, tal vez fue una de las etapas más difíciles de mi vida, porque las costumbres eran bien diferentes.

Llegar a Medellín, expresarme como lo hago aquí y que me dijeran: “Ayy… ¡usted sí que es bullosa!”, ese tipo de comentarios me afectaban demasiado. Realmente yo no entendía por qué nunca encajaba y físicamente tampoco cumplo con el prototipo paisa, lo que me afectaba igualmente.

Así que un día, a los 21 años, dije: me voy para los Estados Unidos. Y así fue, llegué allá, pero poco a poco noté cómo

Además, ver esa diversidad en los Estados Unidos y sentir todavía algo de segregación, donde ‘cada quien busca a su cada cual’, hizo que reafirmara mi identidad y me dijera: esto es lo que yo soy, es lo que crecí viendo. Allá, San Andrés, es a donde pertenezco.

Pasando al tema de la creación de contenido para redes sociales, ¿en qué momento empezaste a hacerlo con ese enfoque raizal?

Con este enfoque, apenas desde el año pasado. Yo regresé a San Andrés el 20 de junio y venía a montar un almacén. Al viajar dije: voy, lo monto, me quedo un mesecito y me devuelvo; pero esa

semana que arribé llovió mucho, razón por la que casi no podía salir y esto me llevó a compartir mucho con mi abuela, momentos, y muchas de sus historias.

Uno de esos días estábamos cocinando algo, ‘pigtail’ o unos fríjoles, no lo recuerdo bien, pero se me dio por grabar parte de esa comida y pensé: lo voy a editar y luego lo voy a subir a redes.

Luego, le dije a mi abuela: salgamos aquí afuerita de la casa, para que le compartas a la gente algo de lo que me has contado esta semana. Tras rogarle muchas horas accedió, pero solamente dijo: “San Andrés es lo mejor" y ya, no dijo nada más; pero igual lo monté a redes.

Y así, poco a poco, me fui entusiasmando con la temática de esas historias narradas: después le dije a la vecina que si nos podía compartir algo sobre la isla, y en días posteriores le escribí al profesor Raúl, de mi colegio, que sabía mucho de nuestra cultura.

Como ven, no fue nada planeado, fue algo que me salió del corazón; y cuando volví a viajar, como no podía entrevistar a nadie decidí hacer cosas por mí misma, así que investigaba sobre el tema y me grababa. Realizar este tipo de videos me ha servido para aprender cosas nuevas, e inclusive planeo tomar unas clases de historia del Archipiélago con uno de los grandes historiadores que tenemos.

¿Cómo recibiste el impacto tan grande que tuvo el video que se viralizó? ¿Esperabas que tanta gente lo viera y sobre todo, que tanta gente la apoyara por todo lo dicho en él?

En principio, de una u otra forma fue difícil aceptarlo, porque yo nunca he querido ser el foco; yo quiero que San Andrés sea el foco, y si es a través de mí, maravilloso, pero que no sea yo el centro de mis publicaciones.

Desafortunadamente, en los videos que le siguieron a esa publicación, yo me convertí en el foco: yo, mi acento, que me creo esto pero soy esto…Pero hubo un factor que, creo, fue el que me mantuvo tranquila: que los raizales me apoyaron mucho.

Hasta ahora, no he leído el primer comentario de un raizal, no de un sanandresano, ¡de un raizal!, que dijera: es que ella está hablando cosas que no son.

La verdad yo no necesito que un sanandresano no raizal, o que un cartagene-

ro, que ni siquiera hace parte de nuestra cultura, entendiera lo que ahí estaba diciendo, con tal que las personas a las que represento lo hicieran, y sintieran que lo que dije estaba bien.

Como joven raizal, ¿cuáles son los aspectos que más le preocupan de las problemáticas actuales, y cuáles son los aspectos que le generan esperanza?

Pensar en eso me pone nostálgica, porque uno siempre guarda la esperanza de confiar en que las cosas cambiarán… Pero siendo realista, siento que es una lucha perdida; considero que es muy difícil surgir siendo la minoría, al menos en este sistema. No estoy diciendo que sea imposible, pero sí muy difícil. Es como las frutas: es muy difícil no pudrirse, si estás en medio de frutas podridas.

Yo no juzgo a mi comunidad, porque es como vengo diciendo: somos producto de las circunstancias en las que crecimos, de las cosas que nos tocó hacer, así fuera por desconocimiento… porque, a mi juicio, vender las tierras a 5000 pesos también es desconocimiento.

¿Qué me da esperanza? siento que después de la viralización de ese video, para nosotros los jóvenes raizales hay un antes y un después, porque veo que más personas están haciendo contenido, y a mí eso me encanta, porque creo que visibilizar es hacer que otros entren en conciencia y que se pueda ver beneficiada la cultura de las islas.

En todo caso, considero eso sí, que los mayores esfuerzos para que no perdamos nuestra identidad, deben provenir desde las máximas autoridades, desde el gobierno como tal. ¿Cómo es que uno de nuestros representantes ante el gobierno central no es raizal?

Puede ser que no estemos lo suficientemente capacitados en muchos aspectos, pero de eso se trata, de que nos capaciten más y que dejen de vernos como menos, por los tantos prejuicios que nos han puesto. Si bien es cierto que la comunidad alza la voz y se ven algunos cambios, si ‘los de arriba’ no los hacen, va a ser una lucha perdida.

Finalmente, ¿ha pensado a dónde quiere llegar o qué impacto quiere dejar con el contenido que hace actualmente?

Realmente no tengo un plan definido, pero mi objetivo es precisamente ese: que alcemos la voz, que digamos esto es de nosotros.

Así que seguiré buscando, a través de mis videos, que empecemos a adquirir sentido de pertenencia con lo que es nuestro. Sé que para estas nuevas generaciones es difícil porque, digamos, así crecimos con la desnaturalización de nuestra identidad debido a toda esta ‘colombianización’; pero poco a poco, siento que los jóvenes estamos reafirmando lo que somos. Entonces ese es mi único objetivo: servirle a mi comunidad.

TORTUGAS MARINAS ESTARÍAN DESOVANDO ANTES DE TIEMPO

Mutación de hábitos

La publicación científica de la revista ‘Proceedings of the Royal Society B.’ reseña una investigación que determinó, que a causa del cambio climático, algunas tortugas marinas están poniendo huevos antes de lo previsto; denotando que cada vez son más las especies obligadas a transformar sus hábitos, por cuenta de la mencionada crisis.

El equipo liderado por Mollie L. Rickwood, del Centro de Ecología y Conservación de la Universidad de Exeter (Reino Unido), analizó 30 años de datos de anidación de alrededor de 600 tortugas verdes (Chelonia mydas) en las playas del norte de Chipre.

En los resultados, los investigadores explican que este cambio en su comportamiento se debe a que las lúcidas y auto protectoras hembras buscan la forma de hacer frente a las altas temperaturas, que se han registrado en los últimos años.

El equipo señaló, además, que en los resultados ya se conocía que el sexo de la mayoría de las especies de tortugas está determinado por la temperatura de incubación. Es decir, que las hembras pueden nacer cuando se registran temperaturas cálidas, mientras que los machos con temperaturas más frías.

Sin embargo, por el incremento de las temperaturas, en el mundo están naciendo más hembras que machos, lo que podría debilitar –a juicio de los investigadores– las poblaciones de tortugas marinas; además, podría ser letal para los huevos.

SOBRE EL ESTUDIO EN PARTICULAR

Al respecto, Rickwood indicó que tomaron como punto de referencia la disminución de la población de estas especies; luego, de la mano de la ecologista Annette Broderick, analizaron 30 años de datos de anidación de alrededor de 600 tortugas verdes que habían anidado al norte de Chipre.

Entre los datos que recopilaron, estaban el número de crías exitosas en cada nido y las temperaturas durante la incubación; posteriormente, tras varios análisis, el equipo encontró que las hembras individuales anidaban

antes, a medida que subían las temperaturas.

Adicionalmente, descubrieron que ponían huevos al menos seis días antes, por cada aumento de 1° Celsius en la temperatura. “Es la primera vez que alguien observa tortugas individuales y encuentra cómo están cambiando”, recalcó la investigadora Rickwood.

De esta manera se puede apreciar con claridad que esta especie –y otras más de vieja data y pervivencia en el planeta–, explora y pone en práctica mecanismos de defensa para defender sus ciclos naturales de vida ante las amenazas que surgen día tras día a causa de la crisis climática.

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UNA NOCHE CON LUIS O'NEILL Y LA MAGIA DE SAN ANDRÉS

Los Reyes del Calypso

Bajo el cálido manto de las estrellas del Caribe, el músico isleño Luis ‘Lucho’ O'neill Reyes, nos transportó en su noche a un mundo donde las notas del calypso vibraron con el alma de San Andrés, Providencia y el Caribe. Refrescando nuestros corazones sedientos y despertando nuestra memoria dormida.

Haciéndola brillar. Iluminando nuestras mentes y sobre todo acariciando nuestros oídos con su deliciosa sonoridad.

Nuevamente, como ya es tradicional cada viernes en el escenario de ‘Caribbean Nights’, la

música fluyó como el agua cristalina que baña nuestras playas, de manera sencilla y auténtica, pero llena de una emoción que solo los verdaderos calypsonians pueden transmitir.

La presentación de Luis O'neill no solo coincidió con la celebración del ‘Día de la Lengua

Creole’ en las islas, sino que también fue un homenaje a la rica herencia cultural de nuestro archipiélago. A pesar de la mediana asistencia, el ambiente que se creó fue íntimo y acogedor, donde cada acorde resonaba con fuerza en los corazones de los presentes.

El lugar que ha visto desfilar a muchos artistas de distintos estilos sonoros, tanto de San Andrés como de Providencia y Khatlina, e incluso de otros lares, se convirtió en un refugio de melodías y ritmos contagiosos. Allí, el público disfrutó y compartió en una celebración que nos recordó la importancia de mantener viva nuestra cultura musical.

Y ni hablar de la gastronomía como los fish balls con baskin peppa y sorrell, para acompañar la velada.

Luis O'neill, conocido como el ‘Calypsonian’, demostró por qué lleva con orgullo este título. Su habilidad para entrelazar historias y emociones a través de la música es incomparable. Además de ser un talentoso intérprete, Lucho tiene una vasta experiencia como productor y músico original de la fabulosa agrupación The Rebels H.B., donde dejó su huella indeleble.

La noche no terminó con la actuación de Lucho. Rato después el conjunto Seven Colors subió al escenario, aportando una presentación llena de energía que mantuvo el espíritu de la fiesta en lo más alto hasta el final. Los intérpretes con sus ritmos contagiosos y su pasión por la música hicieron que todos los presentes se levantaran a bailar y celebrar la riqueza de nuestra cultura local.

El género calypso, con su mezcla única de influencias africanas, caribeñas y europeas, ha sido una piedra angular en la identidad musical de San Andrés y Providencia. Este estilo musical, nacido en Trinidad y Tobago, Barbados y demás islas, encontró en nuestro archipiélago un terreno fértil donde crecer y evolucionar. A través de letras ingeniosas y melodías pegajosas, el calypso cuenta las historias de nuestro pueblo, sus alegrías y desafíos. Y además con la riqueza verbal y única de nuestra lengua madre.

A CULTURAL ROUND TRIP FROM ARCHIPELAGO OF SAN ANDRÉS

VIDA Y MUERTE DE UN ÍCONO EN 'CALIWOOD'

Andrés Caicedo o el sueño roto

El 4 de marzo de 1977, el más célebre de los tartamudos caleños, el ‘eterno atravesado’, el ‘angelito empantanado de alas quebradizas’, que soñaba la vida en 35 milímetros, que se negaba a envejecer y que volcó su existencialismo melancólico en sus obras, cayó desgonzado sobre su vieja máquina de escribir tras tomar de forma precipitada 70 pastillas de seconal.

De acuerdo con todos los registros periodísticos e históricos, antes de su precipitado escape del mundo, Andrés Caicedo escribió dos cartas: una dirigida a su novia, Patricia Restrepo, y otra al crítico español Miguel Marías. De alguna manera, aparte de lo personal, Caicedo dejó claro en estas misivas su desencanto general y su desespero, negándose a asistir una vez más al cotidiano rito de otra noche sin fortuna.

Ese mismo día, el autor de un sinnúmero de críticas, reseñas, artículos sobre cine y literatura, cuentos, guiones y ensayos recibió el primer ejemplar de su única novela, ¡Que viva la música!, una obra que lo catapultaría a los territorios del culto, considerada la primera novela de ruptura, abiertamente urbana y posmoderna, por sus experimentaciones en cuanto a estructura, lenguaje, tópicos, perspectivas y abordajes, completamente adelantados y originales para su época.

Me resulta sencillo imaginar al flaco de escasos 25 años, y a su frondosa melena cayendo desordenada sobre las teclas de su vieja “máquina de construir mundos”; a un lado, el recién llegado ejemplar de ¡Que viva la música! y, de fondo, tronando a toda marcha, Satisfaction de los Stones. Pero en la vida, las cosas nunca son como uno las pinta o se las imagina.

Resulta muy fácil romantizar desde la distancia, desde las gradas. Lo cierto es que el drama que vivió el creador de la revista 'Ojo al cine', esa dura e intrincada marisma de descontento, nihilismo, angustia existencial y depresión, no se puede trivializar con simples devaneos poéticos.

No dejo de preguntarme si ese muchacho que me habló directa-

mente al oído muchos años después, cuando me tropecé con sus cuentos, con esa sabrosura de novela escrita en clave de rock y guaguancó, hubiese intuido solo un poco lo que le tenía deparado la posteridad. ¿Le ganarían igual sus diablos? ¿O quizás se hubiese espantado aún más?

Sobre Caicedo y su obra se ha construido todo un imaginario que no ha hecho más que crecer con el paso de los años. Lo mismo ha sucedido con su imagen de artista atormentado.

Por supuesto, Caicedo era un autor en formación que a sus 25 años aún no había terminado de desarrollarse como autor y como artista. Pero ese tendencioso ataque ad hominem no alcanza para descalificar una obra que se ha defendido sola. Atribuirle su “éxito”, su permanencia, a sus amigos, sus familiares y al trágico sino del suicidio, no es más que una manera reduccionista y subjetiva de mirar el fenómeno.

Lo cierto es que ¡Que viva la músi-

Sobre Andrés y casi todo lo que lo rodeó —el cineclub, sus sueños truncados de guionista hollywoodense, su Caliwood y su Cali personal, su ‘Calicalaboso’—, porque la Cali de Caicedo, esa ciudad musical y casi pagana representada en sus obras, sin duda no es la misma de todos los caleños, ni de su generación, ni de las venideras. No obstante, sobre esa ciudad vivida e imaginada, se ha construido un mito.

Lo cierto es que, pese a la malasangre de los mismos de siempre, los ególatras autoenseñoreados, ‘custodios de la tradición y el canon’, esos amiguitos de las camisas de fuerza, pese a su pedante superioridad moral y sus intentos de invalidación, ¡Que viva la música! Ha sobrevivido más de 47 años y hoy puede considerarse como una de las novelas más representativas de la literatura colombiana.

ca! es una novela iniciática con la que se pueden construir puentes para atraer a los no interesados en los procesos lectores. La novela es, sin duda, un texto de placer. Porque es un texto disfrutable, cercano, que nos remite, tal como lo propone Barthes, al disfrute en la cultura, “donde se produce el disfrute del lector libre de cualquier tipo de ataduras”.

En ese sentido, en ¡Que viva la música! Caicedo logra despojar al lector de todos los convencionalismos que la tradición ha impuesto y lo lleva a disfrutar con el texto. El universo narrativo caicediano es, sin duda, uno de los más originales y renovadores dentro de la tradición literaria colombiana.

Sus silogismos, el empleo del hablante popular, los coloquialismos, incluso el uso de palabras al revés que luego se popularizaron entre los jóvenes y las barriadas; la ciudad y la mis -

ma música como una presencia constante y potente, tan o igual de importantes que los mismos personajes; el rock, la salsa, el choque entre dos mundos, el burgués y el proletario; la intensidad, el ritmo y, sin duda, el poder atrapar de un golpe el grito ahogado de una generación, convirtieron a esta obra en un hito.

A 47 años de su muerte y de la publicación de ¡Que viva la música!, me pregunto cómo sería un posible angelito empantanado en la era de la sociedad líquida. Mientras pienso en Bauman, me imagino a esa rubia rubísima de su libro, ya no escapándose a rumbas psicodélicas amenizadas por los Stones o The Mamas & the Papas.

Creo que tampoco nos prestaría sus ojos para que asistamos al más memorable de los conciertos de Richie Ray y Bobby Cruz, y su ‘Calipachanguero dreaming’ se vendería por destajo a precio de selfies y bailecitos en TikTok.

A lo mejor, sus exploraciones en los barrios populares no serían a golpe de son montuno o música jíbara. Seguramente, esa rubia rubísima que cargaba con la muerte en el oído hoy nos hablaría de perreo y haría del famoso “hasta abajo” una consigna política.

Pero qué va, a lo mejor el célebre atravesado de Caliwood, hoy estaría mucho más aburrido de esta ‘bolita azul’, y quizás se hubiera fugado mucho más rápido de este mundo.

Tomado de MiRedVista

(*) Escritor, poeta, periodista cultural y docente universitario barranquillero. Ha publicado al menos ocho libros y un sinnúmero de ensayos, artículos y crónicas periodísticas en diversos medios de comunicación. Asesor en comunicaciones de la Feria Insular del Libro de San Andrés (Filsai).

Volcanes clandestinos

El sábado 15 de marzo, el Cuerpo de Bomberos de San Andrés encabezó junto a otras autoridades, un vigoroso operativo para sofocar el incendio en un basurero a cielo abierto ubicado en un sector escarpado de Orange Hill. Un enorme cráter que –según las primeras hipótesis– se estaría utilizando como sitio encubierto para quemar desechos.

Este suceso concuerda con el llamado urgente de los organismos de socorro de cuidar el agua y evitar hacer quemas en el territorio insular, debido a sus consecuencias ambientales. Prácticas ‘inofensivas’

que van desde la usual preparación de terrenos para la siembra hasta la supresión de desechos que han provocado serios incidentes en el archipiélago.

Aún están calientes los recuerdos de la grave conflagración en El Peak de Providencia que se inició el 20 de mayo de 2023 en plena estación seca y que se atribuyó a dichas prácticas. Las gigantescas llamas que ardieron más de cuatro días debieron ser sofocadas hasta con helicóptero y según Coralina hubo una afectación cercana a las 9.8 hectáreas en este parque natural.

Desde adentro

El 19 de marzo, a las ocho de la mañana, en una pequeña isla del Caribe, seis mujeres hicieron un juramento: cambiar el mundo. Lo dijeron con convicción, con la mirada firme y la piel marcada por la historia de quienes han tenido que luchar siempre el doble.

Seis mujeres que, en otros tiempos, habrían sido relegadas al silencio, hoy alzan la voz y se proclaman dueñas de su destino.

A veces parecen frágiles, demasiado frágiles para sostener sobre sus hombros el peso de los errores del pasado, las desigualdades heredadas, los sistemas diseñados para dejarlas atrás. Pero es solo una ilusión. Han sido moldeadas por la resistencia, por la determinación de quienes han aprendido a moverse en un mundo que constantemente les pone obstáculos.

Son producto de una realidad donde el agua potable no siempre llega a sus hogares, donde las calles rotas parecen refle -

Tampoco se olvidan las innumerables conflagraciones en el relleno sanitario Magic Garden o el depósito de llantas y desechos de linea blanca del llamado ‘Punto Verde´, cercano al muelle departamental; todas situaciones de emergencia generadas por los motivos enumerados más la posible influencia de vidrios, materiales inflamables y hasta manos criminales.

Tras el suceso más reciente, el Capitán de Bomberos, Willie Gordon Bryan, catalogó el incidente como crimen ambiental debido a las consecuencias y las pistas halladas. “Alguien hizo el cráter –afirmó– que se

está utilizando para traer basuras de otros sectores, incluso de hoteles. La corporación ambiental Coralina debe iniciar las investigaciones pertinentes y lograr las sanciones correspondientes”.

Todo este lamentable suceso y el relato naturalizado de este tipo de acciones que bordean el delito y desbordan la capacidad de respuesta local nos llevan a plantear –una vez más– si el modelo extractivista que en muy buena parte pervive en San Andrés es el que realmente se merece un espacio declarado como reserva mundial de biosfera hace más de dos décadas.

jar la falta de oportunidades, donde los libros no son compañía habitual. Pero, contra todo pronóstico, decidieron resistir. Decidieron aprender, crecer y transformar.

Prometieron cambiar el mundo y para eso estudian en el jardín del paraíso, donde la naturaleza es aula y el conocimiento su mejor herramienta. Allí descifran los secretos del cuerpo, del alma, de las matemáticas y de las moléculas. Allí se preparan no solo para cuidar, sino para liderar, para tomar las riendas de un futuro que, durante siglos, les fue negado.

Ese 19 de marzo se mostró un experimento social sin precedentes. Frente a nosotros, un pequeño escuadrón de estudiantes de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Caribe, logró emocionarnos con una hipótesis simple, pero poderosa: ¿Y si educamos a una nueva generación, pensando en nuestro territorio?

¿Qué pasaría si les diéramos todas las herramientas para cambiar la realidad desde adentro? Hay muchas emancipaciones posibles. Esta es mi favorita.

La reconexión caribeña

Las esperanzas a veces se cruzan con ásperas realidades. Para las islas aún hay mucho por hacer en relación al Caribe y a pesar de que hay varios frentes abiertos, vemos pocos avances y queda por verse si se cumplirá el sueño isleño de una reconexión caribeña. Cuatro ideas.

La agenda Caribe aborda intereses estratégicos y no debe soslayar las preocupaciones isleñas ni el potencial del pueblo raizal angloisleño de generar integración y cooperación, favorecido por nuestras conexiones comunes de tipo étnicas, históricas, culturales y lingüísticas.

Sin embargo, para las islas es muy importante activar el diálogo político-diplomático con Nicaragua y perseguir una apertura comercial con dicho país para –entre otras cosas– abaratar su costo de vida. Y complementarlo con la cooperación en asuntos de pesca y protección ambiental, como mecanismo para darle la espalda a la pérdida de aguas en La Haya.

El ‘soft power’ de la diplomacia raizal desplegado en el pasado puede convertir la irresuelta disputa territorial en oportunidades para las islas y el país. A través de la cooperación y el diálogo entre ambas comunidades raizales angloparlantes en las fronteras azules, es posible recuperar derechos

perdidos en particular de pesca.

El Caribe ocupa un lugar privilegiado para nosotros por la evidente conexión, pero no es de prioridad diplomática, política y económica para el gobierno nacional, como lo fue tiempo atrás por la cuestión de La Haya, el contrapeso al narcotráfico, por ejemplo. Como también por los intentos de consolidar soberanía territorial a través del reconocimiento regional para crear un fait accompli frente al reclamo nicaragüense, algo que ya no tiene la dimensión estratégica ni la relevancia de años atrás y por eso se ha perdido interés en el área.

Colombia siempre ha tenido una política hacia el Caribe, y hacia nuestras islas, de atención coyuntural y esporádica, sin enfoques a largo plazo e impulsada o desestimada por los gobernantes de turno. Las expresiones de buenas intenciones no han llevado a la estructuración y articulación de una política a largo plazo que tenga en cuenta los intereses de las islas. Hay ausencia de una de agenda y acciones dentro de una diplomacia de estado que gane terreno a las promesas.

Pero las islas no se dan por vencidas. Los (pocos) avances ha sido de la mano de la sociedad civil y de organizaciones raizales sin ánimo de lucro, apoyados por la diáspora raizal y los grupos de reivindicación, que han llenado los vacíos no aprovechados por lo gubernamental, como la cooperación con Barbados en temas ambientales y de resiliencia frente a futuros huracanes, el intercambio lingüístico y cultural con Trinidad y la cooperación acadé -

mica, de producción de televisión e intercambio cultural con Jamaica.

Una ventana de oportunidades

Aún así, sobresalen cuatro frentes de acción nacional que abren ventanas de oportunidades para nuestras islas. Primero, es evidente la prioridad presidencial de una gobernanza medioambiental regional y global, algo donde la reserva Seaflower podría jugar un papel fundamental como referente y punta de lanza hacia varios ejes y escenarios estratégicos.

Segundo, una emergente política energética que ante los posibles problemas de abastecimiento nacional de petróleo y gas, podría aprovechar la sobreoferta de potencias petroleras como Trinidad y Guyana para importar petróleo y gas y asegurar un grifo energético más barato que desde la muy distante y costosa Qatar. ¿Podríamos importarlos directamente a las islas y evitar intermediarios y costos elevados?

Tercero, de nuevo hay un énfasis en soberanía territorial, que es necesario por la nueva realidad limítrofe, sobre todo con Nicaragua y Jamaica, creada por el fallo de La Haya de 2012. Esto eleva el valor estratégico de la región y del archipiélago, pero no se está atendiendo adecuadamente por distracciones diplomáticas internas y poco se podrá hacer sin avances en los diálogos y la negociación con Nicaragua que se prometió

Y cuarto, la apertura de una conexión y comunicación más fluida para fines meramente comerciales. Por ejemplo,

La empatía es un amigo que mataron

En San Andrés, parece que nos fascina decirles a los demás cómo ‘deberían’ vivir sus vidas. ¿No les parece? Imagina que la existencia es un gran edificio. Cada apartamento es una persona, cada luz encendida en una ventana representa una vida distinta. Estamos hechos de luz, de fuego interno, pero dime: ¿tu fuego es de los que alumbra o de los que quema?

Hoy en día, las redes sociales se han convertido en el arma más reciente de destrucción social. Páginas anónimas difunden información injusta, errónea e inexacta sobre la vida de quienes forman nuestra comunidad. La vida privada de cualquiera se expone sin pudor, sin considerar que quienes la viven ya cargan con suficiente peso.

STAFF

DIRECTOR Eduardo Lunazzi

EDICIÓN

Lunazzi Celis

Aún peor, suelen ser personas cercanas quienes sacan a la luz –o en un acto aún más bajo, inventan– las desgracias más personales.

Entiendo que hay quienes no han procesado su propio sufrimiento. Con un corazón lleno de llagas y en la más solemne frustración, sueltan, en ráfagas incesantes de maldad, su lengua envenenada. Frente a ellos, sugiero distancia.

Nuestras comunidades han perdido personalidad. Carecemos de criterio. Nos hemos llenado de personas que repiten lo que escuchan sin cuestionar. ¿Acaso no es esta la raíz de muchos de nuestros problemas? ¿No debería la educación formar individuos pensantes? ¿O es una característica inherente del circo social, orquestado por aquellos que sostienen el poder?

Es momento de sentar precedentes y determinar si el criterio y la razón se -

COLABORADORES

Edna Rueda Nadim Marmolejo

Francis.

rán las herramientas para sanar nuestro tejido social.

San Andrés es una tierra dadivosa de genios. Sin embargo, es desalentador que nuestro conocimiento ancestral y la sabiduría de nuestras comunidades se vean opacados por la ignorancia empedernida de unos cuantos.

Me pregunto: cuando estemos muertos, ¿también pensaremos en la vida de otras tumbas?

Construimos juicios erróneos basados en rumores, distorsionamos la imagen de las personas sin conocerlas realmente. Parecemos caricaturas, encadenadas a la imagen que proyectamos y al ruido que generamos. ¿Dónde está la humanidad que contenemos?

Las redes sociales crean una distancia psicológica que hace que la gente se sienta menos responsable de sus palabras. No ven la reacción inmediata de la otra persona, lo que disminuye

PERIODISTAS

FOTOGRAFÍA

Edward Lunazzi Celis

Edward Yoli

hace poco se inauguraron vuelos entre Bogotá y Guyana y pronto habrá uno entre Bogotá y Trinidad. ¿Por qué no una ruta entre San Andrés y las Corn Islands o Kingston? Satena fácilmente podría cubrirlos.

En los cuatro temas lo nacional y lo isleño se pueden complementar a través de más iniciativas de cooperación triangular de tipo interregional o bilateral. Nuestros cuatro embajadores raizales aspiran a desarrollar modelos de cooperación que favorezcan a las islas pero merecen un mayor apoyo de la cancillería.

Es importante también el enfoque, interés y presión de la Gobernación hacia el Caribe para aprovechar mecanismos de acercamiento que la ley le permite hacer, y que aprovechan otros departamentos fronterizos. Puede comenzar con el acercamiento cultural y comercial con nuestros vecinos más cercanos, las Islas del Maíz (Nicaragua), que quedan a sólo 20 minutos de vuelo desde San Andrés, y donde casi todos los raizales tenemos familia.

Ello sería la cereza en un pastel caribeño aún imaginario. La ausencia de un embajador en Managua pone de relieve la mecánica de los periódicos desintereses y abandonos nacionales a las islas y el Caribe. Allá debe estar un raizal que ponga corazón y mente al acercamiento.

Sólo desde las islas y en unidad podremos superar a la histriónica promesa como arte de distracción e inacción.

la empatía. Además, el anonimato o la sensación de estar en una multitud refuerzan la idea de que sus palabras no tienen consecuencias reales.

Quizás no lo veas como yo, está bien, todo es cuestión de perspectiva. Pero cada gesto, palabra y acción que no provenga de la bondad deja una herida en la existencia de alguien más. Las situaciones que estas páginas difunden nos desdibujan ante el futuro de nuestra comunidad.

¿Alguna vez has pensado que algunas palabras son más certeras que cualquier tipo de violencia? ¿Que hay acciones de las que no se puede volver? ¿Que hay personas vulnerables que, como sociedad, deberíamos proteger? No siempre entendemos la magnitud de lo que decimos. Hay palabras y actos que desmoronan vidas enteras. Es momento de preguntarnos: ¿seguiremos destruyéndonos?

DISEÑO EDITORIAL

Jesse Lunazzi Celis

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