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Crisis: peligro u oportunidad

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Hasta junio…

Hasta junio…

Albert Einstein dijo: "En medio de cada crisis se encuentra una gran oportunidad". Para Einstein, siempre que aprendamos a aprovechar el momento con prudencia y tacto, lo que a menudo vemos como algo anormal y desfavorable, puede contener grandes ocasiones para obtener logros y resultados.

Dado esto, ¿podría ser esta la ‘oportunidad’ perfecta para que el Pueblo Raizal defina su agenda y avance en su causa? O, ¿podría ser esta la tormenta perfecta que hará que esta gran división y grieta entre los raizales se profundice aún más?

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Sin duda, esta crisis es una gran oportunidad para que el Pueblo Raizal aproveche el momento para enderezar el rumbo. Es una oportunidad para definir y trabajar en una agenda o camino claro hacia su objetivo final de un pueblo autodeterminado.

Sobre la base de este momento complejo y crítico para el Pueblo Raizal, es urgente e importante utilizar esta crisis como una oportunidad para avanzar en el objetivo de lograr su sueño de autodeterminación, que es el autogobierno o la autonomía en este precioso territorio.

Para que esto se haga realidad, es necesario aprovechar esta crisis como una oportunidad para implicar y utilizar las mentes y fuerzas más jóvenes para que caminen junto a quienes han luchado y han llevado la causa hasta este punto, con todos sus altibajos. Es primordial dar cabida en la mesa a la iniciativa y las habilidades de las mentes más jóvenes para avanzar en el objetivo de la autodeterminación.

Del mismo modo, es esencial aprovechar esta crisis como una oportunidad para empezar a dejar de lado el espíritu de sospecha hacia los demás y empezar a abrazarnos como hermanos y hermanas. Es necesario empezar a vernos unos a otros no como nuestros propios enemigos, sino empezar a vernos unos a otros como colaboradores en esta causa de la lucha por la autodeterminación.

Es importante soltar las amarras y las cadenas de la duda y la desconfianza que han creado un espíritu de sospecha entre unos y otros, y comenzar a mirarnos no con ojos de condena y odio; sino con ojos de amor, hermandad y fraternidad con un espíritu de restauración, para que la meta, que es la causa raizal, sea mucho más grande que nuestros sentimientos e intereses personales.

Además, es necesario ver esta caer en el abrazo de la simple esperanza y ponerse a pensar en el peor escenario, por si acaso, como hace todo buen planificador, ya que la experiencia enseña que en Bogotá nada parece avanzar al ritmo que exigen las circunstancias, ni ven las cosas con la amplitud necesaria. Por ejemplo, se esperaba que pronto el Gobierno Nacional resolviera lo más pronto las solicitudes del gobernador Everth Hawkins de hacer cumplir en todo el archipiélago las leyes 47 de 1993 y 915 de 2004 (Estatuto Fronterizo), y han pasado tres largos y duros meses sin ser atendidas. crisis no como una adversidad, sino como una oportunidad para seguir centrados en la construcción a largo plazo del 'Estatuto' que regirá la Nación Raizal. No debe haber distracción de este objetivo. En el corto plazo, la construcción y reconstrucción de todo lo que se ha roto durante este largo proceso y acciones equivocadas a lo largo de los años debe continuar para que el objetivo pueda ser alcanzado.

Desde que empezó la baja en la afluencia de turistas por la falta de aviones, la economía insular ha venido desinflándose, como los globos de confeti, y de seguir así la asfixia es sólo cuestión de tiempo. Serán las comunidades más vulnerables, y, en el caso de San Andrés las que dependen del turismo, las que sufrirán el impacto más fuerte de una crisis mayúscula.

Por último, consideremos la astuta observación que hizo en su día el presidente inmolado de los Estados Unidos de América, John F. Kennedy: "En chino, la palabra crisis se compone de dos caracteres. Uno representa el peligro y el otro la oportunidad”.

¿Qué significa esta crisis para los raizales? ¿Peligro u oportunidad?

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