El periódico de San Andrés y Providencia
EL CORAZÓN DEL PROGRAMA ‘FI WI RIIF’ EN LA COP
EL CORAZÓN DEL PROGRAMA ‘FI WI RIIF’ EN LA COP
El pasado 21 de octubre, en marco de la COP16, se produjo el lanzamiento del denominado Fondo Seaflower: una iniciativa de muy largo plazo, impulsada por Fondo Acción, que cuenta con recursos de cooperación internacional y el concurso de valiosos aliados nacionales y de las islas.
Por Janeth Raga (Enviada especial)
‘Fi Wi Riif’ (‘Nuestro arrecife’, en lengua creole) fue ideado para dar sostenibilidad a la Reserva de Biósfera Seaflower (RBS), aumentar la resiliencia de sus arrecifes coralinos y brindar alternativas económicas a las comunidades (presentes y futuras) del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, mediante una estrategia de financiación a 100 años a través de un fondo fiduciario.
Fondo Acción, como artífice de la propuesta inicial (que surgió hace unos tres años), trabaja de la mano con la Corporación Ambiental Coralina, en alianza con las fundaciones (locales) Prosealand y Providence, en aras de buscar el aval del Pueblo Ético Raizal y promover el involucramiento y beneficio de los residentes de las islas.
Un sueño que estaba aplazado
En diálogo con el sanandresano Rixcie Newball, desde su rol como especialista en Finanzas para la Conservación en Fondo Acción, explicó que habían estado intentando implementar este mecanismo desde los albores de la RBS (en el año 2000), pero que nunca se había podido conseguir los fondos suficientes para poder establecerlo.
“Tuvimos el privilegio de participar en el diseño de este Fondo y es un logro muy significativo, considero yo, porque finalmente hemos podido conseguir los recursos para lograr la capitalización en pro de lograr esta financiación a largo plazo de las actividades necesarias para el manejo de las Áreas Marinas Protegidas en Seaflower”,detalló.
Lo anterior significa –prosiguió– que se tendrá un ‘fondo sombrilla’, manejando dos cuentas: una patrimonial, es decir un ahorro a largo plazo para después realizar inversiones a partir de los intereses; y, paralelamente, una cuenta extinguible, cuyos recursos se van invirtiendo mientras se van recibiendo.
“Tener este Fondo es todo un privilegio para la financiación de la Reserva,
porque ofrece beneficios tangibles al mejorar la calidad de vida de los negocios, los hogares, y las familias de las islas, de forma paralela con la conservación de la barrera arrecifal y sus ecosistemas”, añadió Newball.
En esos términos se refirió Natalia Arango, directora ejecutiva de Fondo Acción, quien después de presentar los beneficios del programa, agradeció al Pueblo Raizal y a las autoridades locales del Archipiélago el permitirles diseñar y ejecutar este mecanismo, con la participación activa de distintos actores de las mismas islas.
“Agradecemos la fortuna de poder haber diseñado con ustedes y para
también participó, desde sus inicios, en la formulación del proyecto (en su momento) de lo que hoy conocemos como ‘Fondo Seaflower’.
“Prosealand se vinculó desde el primer momento al recibir una invitación del Fondo Acción, puntualmente de su directora técnica Elizabeth Valenzuela (quien fue alumna mía), para que atendiéramos la convocatoria de un organismo que también recién se creaba: el Fondo Global para los Arrecifes de Coral. Así que trabajamos desde el primer borrador y hemos seguido colaborando hasta ahora, en su etapa de autorización y desarrollo, donde se consolida como un hito importantísimo para conso-
las islas el programa ‘Fi Wi Riif’, que incluye el apoyo de los importantes cooperantes que nos acompañan hoy en el lanzamiento del corazón financiero que representa este Fondo Seaflower”, comentó.
Esfuerzos de vieja data
Vale recordar que la declaratoria como Reserva de Biosfera se produjo en el año 2000, tiempo desde el que se anhelaba tener una herramienta de este calibre para garantizar la gobernanza de este territorio insular.
Por eso, es importante destacar lo expresado por el ex docente de la Universidad Nacional de Colombia, investigador y hoy miembro de la la fundación Prosealand, Germán Márquez, quien como parte fundamental del proyecto que consolidó la declaratoria de la RBS
lidar la sostenibilidad de la Reserva de Biosfera, no sólo en los componentes de la naturaleza sino para la sociedad en su conjunto”, expresó.
Y añadió que: “de los arrecifes depende el ‘mar de los siete colores’, las playas blancas, la pesca, y el turismo, por supuesto. Realmente es inimaginable la vida en las islas, tal y como las conocemos, sin los arrecifes; pero ellos están muy amenazados por el cambio climático, así que es una prioridad absoluta salvarlos. Sin duda, salvar los arrecifes es salvarle la vida a las islas”.
De igual forma, es importante resaltar lo dicho por June Marie Mow, directora ejecutiva de la Fundación Providence, otra de las ONG aliadas del programa, quien fue otra de las artífices de la declaratoria de la RBS
mientras fungía como directora de Coralina.
la bióloga le dijo a este medio que a principios del año 2000, cuando se empezaba a hablar de crear una Reserva de Biosfera, ya se contemplaba la necesidad de diseñar una estrategia para buscar su sostenibilidad financiera, así como de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) que en ese momento se estaban planificando, mediante un fondo fiduciario.
“Con diferentes grupos de interés propusimos esta herramienta; entonces, en su momento, contratamos un consultor para que hiciera el análisis de la factibilidad de crearla, pero tras el estudio el resultado fue que no era viable. De tal manera que ver este sueño realizado, el cual tuvimos desde que se creó Coralina, obviamente genera una gran satisfacción. Yo pienso que las cosas se dan en su momento, porque seguramente hoy lo necesitamos más que nunca por todo lo que está pasando en términos ambientales y sociales; así que tenemos ahora la oportunidad de tener un fondo que puede ayudarnos a aumentar nuestra resiliencia, porque si no lo logramos la verdad es que la vida en las islas no sólo va a ser imposible para los ecosistemas, sino para nosotros como parte de ellos”, recalcó la profesional.
Otros testimonios
El acto oficial de lanzamiento fue iniciado por Tim Hemmings, vice embajador de la Embajada Británica en Colombia, quien aseguró que para su nación es todo un honor haber sellado esta alianza con el país; y que está garantizado el apoyo económico, en procura de la sostenibilidad de la RBS.
En el acto de inauguración también participaron como panelistas: Julia Gorricho, desde Blue Action Fund, uno de los socios financiadores del Fondo; Yabanex Batista, director adjunto del Fondo Global para los Arrecifes de Coral; Yurshell Rodriguez, lideresa ambiental raizal y miembro de Prosealand; Vanvuren Ward, director del Parque Natural Nacional Old Providence McBean Lagoon; y
Gilberto Myles, subdirector de Mares y Costas de Coralina.
Estos dos últimos funcionarios dialogaron con EL ISLEÑO de manera previa, recalcando en lo trascendental de este programa, tanto para dar continuidad a los planes y programas que se vienen adelantando en las islas, como para brindar alternativas económicas a sus habitantes.
El director Ward, por ejemplo, comentó que con la entrada en vigor del Fondo se va a poder seguir llevando adelante el escalonamiento que están impulsando en términos de áreas restauradas, proyectar de una mejor forma sus planes de manejo, y fortalecer el manejo y regulación de las AMP, a través de la señalización y demarcación de las mismas.
“Igualmente, otros beneficios clave tienen que ver con que la población se involucre en los términos de capacitación y participación más amplia en los proyectos; y porque los actores normalmente reclaman alternativas económicas, para que se siga conservando pero que no se limite la economía con las medidas restrictivas que se imponen”, enfatizó el profesional.
A su turno, el subdirector Myles afirmó que son varios los beneficios para el Archipiélago para la conservación y protección de sus ecosistemas, tanto marinos como terrestres.
“En el caso de las AMP tenemos muchísimos requerimientos, así que la llegada del Fondo lo vemos como muy positivo para poder llegar a suplir muchas necesidades que tenemos dentro de la Corporación; por ejemplo, para afrontar la enfermedad de pérdida de tejido de coral, la degradación de los pastos marinos, o para recuperar otras áreas que están siendo erosionadas por diferentes actividades antrópicas y naturales”, acotó.
Así mismo, Asilvina Pomare, coordinadora de Coralina en el municipio de Providencia y Santa Catalina, puntualizó diciendo que este lanzamiento es muy importante no sólo para las islas de forma independiente, sino para todo el Departamento Archipiélago, puesto que la idea del Fondo es jalonar muchos más recursos que puedan apoyar el tema de la conservación y preservación de Seaflower.
Por último, destacar el cierre musical del evento, que contó con la participación del grupo sanandresano ‘Tropical vybz’, quienes hicieron vibrar a los asistentes con lo mejor del calipso y otros aires caribeños.
AVANZA AGENDA EN LA COP16, CON AMPLIA REPRESENTACIÓN ISLEÑA
Dentro de la amplia programación académica esencial que ofreció la denominada ‘Zona Azúl’ en la COP16, se desarrollaron dos importantes charlas lideradas por el Fondo Acción. Ambas contaron con amplia participación de profesionales isleños, entre panelistas y asistentes al recinto que erriquecieron su contenido con su aporte caribeño e insular.
La primera fue el conversatorio ‘Tres décadas de investigación y monitoreo de arrecifes’, organizado por el Ministerio de Ambiente y teniendo como ONG aliada a Fondo Acción.
Para iniciar, el delegado de la cartera, Tomás Londoño, les dio la bienvenida a los panelistas (en la foto, de izquierda a derecha): Raúl Navas, coordinador de Monitoreo del Instituto de Investigaciones
pero enfatizó que éste se ha acrecentado en los últimos 10.
De ahí que el eje central fuera el tema de monitoreo, explicado desde diferentes aristas por los panelistas, quienes mencionaron algunas generalidades en la materia al inicio del conversatorio.
Por ejemplo, miss June Marie, bióloga providenciana, recalcó que cuando se habla de monitoreo, la
crando a los más jóvenes, para que éstos adquieran un compromiso más sentido con su territorio y una visión amplia de lo que significan estas acciones; a lo que la ex viceministra Vilardi agregó que el uso nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, vienen adentrándose en estos procedimientos para aumentar su eficiencia, siempre con el apoyo de las comunidades.
Coralina y la Sede Caribe de la Universidad Nacional (ambas en San Andrés), sólo por citar algunos ejemplos.
Marinas y Costeras de Colombia (Invemar); Yabanex Batista, director adjunto del Fondo Global para los Arrecifes de Coral; June Marie Mow, directora ejecutiva de la Fundación Providence; y Valeria Pizarro, investigadora senior del Perry Institute for Marine Sciences Bahamas.
Dicho espacio fue moderado por la bióloga y ex viceministra de Políticas y Normalización Ambiental, Sandra Vilardy, quien aseguró que desde hace 30 años se viene detectando el grave deterioro de los arrecifes de coral,
cooperación y articulación entre diferentes aliados son elementos claves para su ejecución satisfactoria.
Y agregó que: “Hay que mirar desde la montaña hasta los arrecifes, y por eso venimos trabajando igualmente con temas de restauración y monitoreo en el bosque seco de Providencia, con el apoyo activo de jóvenes como Lilia Ward”, una de sus colaboradoras en la fundación que dirige.
En este mismo sentido, recalcó la importancia de seguir involu -
¿Dónde están los vacíos en el monitoreo?
Otra de las cuestiones planteadas durante el panel fue explicar en qué puntos se tienen falencias a la hora de realizar monitoreos, donde el representante del Invemar reconoció que es poco el recurso económico que se obtiene para este tipo de intervenciones, pero se hace el máximo de esfuerzo para sacarlo adelante, contando con la colaboración de distintos aliados que prestan asistencia técnica, como la Universidad del Valle o la Corporación Ambiental
Otro de los planteamientos hechos fue cómo percibían los invitados el monitoreo en otras áreas del Caribe, a lo que la experta Pizarro respondió que, para el caso de Bahamas no siempre es el gobierno el que aporta los dineros necesarios para estas acciones, sino que lo hace el Instituto (para el que trabaja) directamente a través de gestiones para la adquisición de fuentes de financiación.
La doctora en biología marina también fue enfática en explicar que, tratándose de un gran archipiélago, Bahamas posee muchas más islas y que por ello existen muchas más personas acaudaladas que fungen como donantes en este tipo de labores científicas.
Caso contrario lo descrito por la experta Mow Robinson, quien comentó que es poca la capacidad de
ejecución en otras islas del Caribe. Reveló que según su experiencia en Saint Kitts, si los fondos no provienen de una ONG es poco lo que se hace en términos de monitoreo; y que en Barbados se hace un poco más en zonas costeras. “Tenemos que reconocer que hace falta más dinero, así que hay que involucrar al sector privado, fomentando uniones claras y estratégicas”, añadió.
El monitoreo, ¿para qué y con quién?
Otra de las temáticas mayormente planteadas, fue cómo involucrar a las comunidades locales, a través de estrategias de sensibilización social fuertes y vinculación directa en procesos como los de monitoreo.
El coordinador en Invemar, por ejemplo, indicó que gran parte de sus colaboradores están en los parques naturales nacionales del país; y que actualmente capacitan a buzos o pescadores en este tipo de acciones; aunque recalcó que la fuente primaria para la recolección de datos sigue siendo el Instituto, quien entrega la información depurada al Estado para la toma de decisiones.
Al cierre, el delegado del Fondo para los Arrecifes de Coral, aseguró que en materia de ciencia ya se sabe lo suficiente para tomar acciones concretas, y que lo urgente ahora es salir a buscar recursos para poder en práctica dichos conocimientos, en pro de proteger y conservar los ecosistemas.
Los arrecifes: “ciudades de organismos”
Igualmente, este martes se tuvo la proyección del documental ‘Saving Atlantis’ producido por Oregon State Productions en cabeza de David Baker; un film de una hora y 30 minutos que explica de manera muy simple qué es el coral, cómo se forman las colonias y posteriormente los grandes arrecifes, la importancia que tienen, su relación con las algas simbiontes y los servicios que proveen a la humanidad.
Así mismo, presenta diferentes testimonios alrededor del mundo sobre el alto valor de los arrecifes,
aún cuando representan menos del 1% de la superficie marina del planeta; además, muestra las amenazas a los que están expuestos, presentando entre los casos, el de los corales del sector de Varadero (en la zona de Bocachica, muy cerca de Cartagena).
Precisamente, al finalizar el documental, se produjo un conversatorio con el productor del documental; con Yurshell Rodríguez, líder comunitaria y activista ambiental de la comunidad raizal del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; y con dos de las protagonistas de la cinta: la bióloga Mónica Medina, quien viene adelantando una interesante investigación sobre microbioma de coral; y nuevamente Valeria Pizarro, quien descubrió hace varios años la presencia del arrecife en Varadero.
En efecto, esta científica se ha convertido en una de las defensoras de este ecosistema, puesto que se cierne sobre él un enorme peligro y es la construcción de un segundo canal de navegación en el área, por lo que el dragado pondría en inminente riesgo la permanencia de esos corales.
“Un arrecife heroico”
Cabe recordar que Varadero ha sido un caso de estudio especial, puesto que según los expertos no debería haber un arrecife allí, dada la alta presencia de sedimentos y contaminación en sus aguas; lo que lo convierte en un ecosistema único en el Caribe, comparado únicamente con un punto similar en Florida y en Honduras.
De acuerdo con la bióloga Pizarro, este sistema coralino se encuentra entre los 1.5 y 16 metros, siendo los que mejor se conservan los ubicados entre los 3 y los 7 metros.
La jornada en el recinto culminó con la intervención del joven cantautor, residente en Bocachica, Jalimer Caraballo; quien desde sus interpretaciones del género champeta, como su canción ‘El planeta’, le canta al medio ambiente, buscando crear conciencia en la juventud sobre las amenazas que tiene la naturaleza y cómo se pueden sumar a su protección.
UNESCO: PRESENTE EN LANZAMIENTO DEL FONDO SEAFLOWER
En marco de la COP16, el periódico EL ISLEÑO tuvo la oportunidad de dialogar con Juan Criado, uno de los delegados de UNESCO en este vital encuentro. Vale recordar que este órgano mundial es el que declara territorios de excepción en el planeta como reservas de biosfera, distinción que ostenta el Archipiélago desde el año 2020
El funcionario, de origen español, es especialista del programa en Ciencias Naturales de la oficina regional de la Unesco en San José de Costa Rica, área que abarca toda Centroamérica, México y Colombia.
Con motivo del lanzamiento del denominado ‘Fondo Seaflower’ la noche del lunes, dijo que como parte de Unesco, como articulador de la red de sitios designados como reservas de biosfera, donde sus características principales son precisamente conjugar la protección de sitios como las áreas marinas protegidas (AMP), en armonía con la misma naturaleza y las personas que residen en esos espacios, iniciativas como las presentadas la noche anterior son percibidas de manera muy especial.
“La idea de la Unesco con estas declaratorias, es que sean sostenibles a largo plazo independientemente de los cambios políticos que se susciten. Entonces ver iniciativas de este estilo es muy importante para nosotros, porque el conseguir la sostenibilidad financiera de estos territorios, y más en islas y zonas marinas (que no hay tantas a nivel de
Red Mundial de Reservas de Biosfera) es muy gratificante”, comentó Criado.
Enfatizó, igualmente, en el hecho de ver alianzas con un discurso tan
próximo entre todas las partes (refiriéndose nuevamente al lanzamiento ya mencionado), desde el embajador del Reino Hundió, hasta los gestores, miembros de la comunidad raizal presentes en el acto y representantes de los fondos internacionales.
“Vemos que el trabajo que se ha iniciado, desde hace tanto tiempo, se ha consolidado muy fuerte; y exaltamos también el compromiso de las comunidades locales, buscando un desarrollo diferente, y la diversificación de actividades productivas con esta iniciativa a 100 años que visiona el Fondo Seaflower. En definitiva, nos llena de alegría que ocurriera en marco de la COP, cuando precisamente se habla de hacer ‘Paz con la naturaleza’, es decir de conciliar naturaleza, cultura y personas, que es el espíritu del programa ‘Man and Biosphere’ en el que está circunscrita la Reserva de Biosfera Seaflower”, concluyó.
UNA COP SIN AFROS, “SERÍA UNA TAREA INCOMPLETA”, F. MÁRQUEZ
Richard Francis y Fady Ortiz, dos profesionales sanandresanos, participaron en el primer Foro Internacional Afrodescendiente, que se celebró en marco de la COP16. La defensa de los territorios étnicos y de las lenguas vernáculas, fueron algunos de los temas tratados en presencia de la representante de la ONU, Astrid Shomaker.
Dicho espacio se concretó, con el fin de solicitar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se tenga en cuenta a los afrodescendientes en las mesas de negociación de las futuras conferencias de las partes (COP); y que se incluya ese término en los textos del Convenio de Biodiversidad.
En el encuentro, que contó con delegaciones de diferentes continentes, también estuvo presente la secretaria ejecutiva de la COP, Astrid Shomaker; la vicepresidenta Francia Márquez; el canciller Luis Murillo; y la ex vicepresidenta de Costa Rica y hoy miembro del Foro Permanente sobre los Afrodescendientes de las Naciones Unidas, Epsy Campbell. La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, acompañó el Foro en horas de la mañana.
La lengua, vehículo para transmitir el saber ancestral
Francis, internacionalista raizal, se dirigió a la plenaria recalcando el papel fundamental de la lengua (en su caso particular, el creole) como herramienta fundamental en la transmisión de los saberes ancestrales; e instando a la ONU, por medio de la secretaria Shomaker, a no permitir su desaparición.
“Hoy me dirijo a ustedes con una convicción profunda y un llamado urgente que trasciende los límites de la diplomacia para tocar lo más fundamental de nuestra humanidad: la preservación y promoción de las lenguas afrodescendientes como vehículos esenciales para la transmisión del conocimiento ancestral, especialmente en lo que respecta a la preservación de la biodiversidad. (...) El Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal nos invita a vivir en armonía con la naturaleza; sin embargo, no puede haber verdadera armonía sin reconocer el papel fundamental de las
lenguas afrodescendientes en la transmisión de conocimientos tradicionales”, indicó en una parte de su discurso.
De otro lado, la ministra Muhamad destacó en su intervención la importancia de este espacio, y su relevancia dentro de la COP16. “Es ya un hecho icónico que este foro oficial, respaldado por la Secretaría del Convenio de Diversidad Biológica, se esté llevando hoy aquí en la Zona Azul. Esto implica que el tema no es periférico, sino que, gracias al compromiso del pueblo negro de América Latina, este tema ha logrado estar presente como un asunto de negociación importante”, afirmó.
La alta funcionaria resaltó, además, el papel crucial que han tenido los pueblos afrodescendientes en la conservación de la biodiversidad, recordando que las comunidades negras habitan ecosistemas estratégicos que aportan el 40% de la diversidad global. “No reconocer el aporte histórico de las comunidades negras a la biodiversidad, es obviar una de las riquezas culturales y políticas más importantes”, señaló.
Por su parte, la vicepresidenta Márquez instó al órgano mundial a incluir cuanto antes la voz de los pueblos de ascendencia africana, en las instancias de discusión y negociación de estas cumbres. “Se debe incluir a los afrodescendientes para que no quede incompleta la tarea”, señaló.
Por último, la también ministra de la Igualdad, enfatizó en el arduo trabajo de los delegados afrodescendientes en las mesas de negociación en la COP16, destacando el liderazgo de la jefa de la delegación colombiana, la abogada raizal Jenny Bowie; y de Tatiana Olmedo, una joven de 25 años que ha sido clave en la defensa de los derechos afrodescendientes dentro del Convenio.
En el marco de la COP 16 fue presentada la iniciativa ‘Reefs of Unity’ que ejecuta en San Andrés la fundación Blue Indigo, con el apoyo de la petrolera Chevron. Habla la bióloga Maria Fernanda Maya (en la foto), directora de dicha ONG local.
Dicha exposición, seguida de la proyección del video promocional ‘Coralito mio’, se desarrolló como parte del panel: ‘Ambición empresarial para contribuir al objetivo de conservación y restauración de las metas 30/30’ (del Acuerdo de Montreal), con motivo del foro del sector empresarial y productivo en Colombia liderado por la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), en marco de la COP16.
En dicho espacio intervino Alejandro Riveros, gerente de Asuntos Corporativos de Chevron para Colombia y Centroamérica, quien estuvo acompañado de Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol; Carlos García, vicepresidente técnico de la Cámara Colombiana de la Infraestructura; y Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo de Energía de Bogotá.
Concurso de ONG locales y de la comunidad
En diálogo con la profesional Maya, explicó que en el evento se compartió la experiencia del proyecto de conservación y restauración de arrecifes de coral en la isla, aunado al fortalecimiento de herramientas de educación y sensibilización con la comunidad, principalmente los más jóvenes.
“En el panel, Riveros comentó cómo está
avanzando esta iniciativa que apoya Chevron; y de qué manera la alianza con ONG locales y con la comunidad ha sido productiva y muy significativa para los resultados de su aporte a la sostenibilidad”, añadió.
de coral; investigación y atención de enfermedades; procesos pilotos con infraestructuras verde-gris para la solución de problemas y servicios ecosistémicos; y, apropiación social del conocimiento en torno a los corales.
¿En qué consiste ‘Reefs of Unity’?
De acuerdo con la directora de Blue Indigo, esa organización tiene una estrategia macro para la conservación de los arrecifes,con varios componentes: construcción y mantenimiento de guarderías
“En este último se fundamenta ‘Reefs of Unity’ y aquí Chevron ha sido nuestro aliado número uno, así que hacemos talleres con chicos en los colegios; tenemos un grupo de siete jóvenes que se han ido formando en buceo y en técnicas de conservación y restauración, para apoyarnos
como voluntarios; hemos trabajado con líderes de opinión, enseñándoles mediante estrategias inmersivas sobre los proyectos que realizamos; y otras actividades más”, detalló.
Maya también comentó que la multinacional ha colaborado en el fortalecimiento organizacional de Blue Indigo, posibilitando que sus profesionales tengan un apoyo económico para el desarrollo de distintas labores, adicional a la adquisición de equipos especializados, tales como un estereoscopio con el cual, desde el laboratorio, han podido lograr una mayor inmersión en el tema con los participantes.
La bióloga resaltó que la adquisición de esas herramientas educativas, diferentes a una cartilla o un folleto tradicional, ha sido el aporte diferenciador de su proyecto este año; junto a los talleres con menores, que ya suman 150 estudiantes atendidos.
“Quiero destacar la confianza que ha depositado Chevron en organizaciones locales, como la nuestra, para que lideremos estos procesos en la región. Eso ha sido muy gratificante y sin duda uno de los factores de éxito que ha tenido este proyecto”, finalizó Maya.
NIÑAS, NIÑOS Y JÓVENES PIDEN UN AMBIENTE SALUDABLE
La voz de la niñez y la juventud de Providencia y Santa Catalina, junto a la de otros menores del país, quedó consignada en la ‘Observación 26’ del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, tema tratado en el marco de la COP16. Ellos instan a los mandatarios del mundo a que puedan vivir en un ambiente limpio, sano y sostenible; y pidieron ser tenidos en cuenta en la toma de decisiones.
El conversatorio titulado ‘Observación 26 y derechos de la niñez’, contó con la participación de: Astrid Cáceres, directora nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF); Juan David Amaya, activista por la justicia climática y fundador de la ONG ‘Life of Pachamama’; Jose Quisocala, emprendedor peruano y creador del Banco del Estudiante; Elizabeth Valenzuela, bióloga de la Universidad Nacional de Colombia y directora técnica de Fondo Acción; y Tanya Chapuisat, representante de Unicef en Colombia.
En dicho espacio se conversó, principalmente, sobre la consulta latinoamérica que realizó en 2022 el Comité de los Derechos del Niño a organizaciones sociales, gobiernos y niños, niñas y adolescentes (NNA) sobre, entre otros temas, lo concerniente al cambio climático y su influencia en esta población, como insumo para la toma de decisiones ambientales.
Vale recalcar, de manera preliminar, que en este ejercicio participó el Fondo Acción, organización que buscó dar cabida a la opinión de menores en distintos municipios del país como Nuquí, Yopal, Ubaté, Tinjaca, Charalá, Bogotá y Providencia.
tintos expertos sobre cómo el cambio climático impacta los derechos de los NNA; y qué medidas se están tomando para que estos sean protegidos y conservados,
El espacio comenzó con las intervenciones de los activistas más jóvenes, fundadores de promisorias iniciativas en pro de la protección del medio ambiente y que aportan en términos de la transición hacia una economía ‘más verde’, necesaria para proteger los derechos de la niñez y la juventud.
Por ejemplo, el peruano José Quisocala, de tan sólo 18 años, es el creador de un banco que trabaja las finanzas
chamama’, organización “por y para jóvenes” que nació a inicios de 2023 dada la urgencia de lo que este joven líder llama “la crisis humanitaria generada por el cambio climático”.
“Hoy hemos crecido a un punto tal, que nos convertimos en una vanguardia que lucha por la justicia climática interseccional e intergeneracional de manera descentralizada, contribuyendo a la construcción de soluciones basadas en la naturaleza y promoviendo las voces que históricamente han sido marginalizadas en la toma de decisiones. En síntesis, trabajamos por el planeta que soñamos”, resaltó el activista nacido en el departamento del Meta.
mediante una “convivencia sin arrasamiento”. Para ello, puso como ejemplo el caso de los niños indígenas colombiano, que en 2023 sobrevivieron 40 días en una selva inhabitada del Guaviare.
A su turno, la representante de la Unicef manifestó que, según su experiencia, en la actualidad los NNA muestran un poder mayor de levantar su voz ante altas instancias de decisión.
“Nuestra tarea ahora es darles más herramientas para ello, y acatar la responsabilidad de escuchar sus palabras y formas creativas para solucionar las problemáticas que nos aquejan, puesto que ellos muchas veces tienen mejores ideas”, expresó la profesional británico-suiza.
La consulta, consignada posteriormente en el documento ‘Nuestras acciones por un ambiente sano’, recopiló las respuestas de 272 NNA entre los 4 y los 17 años de edad, a quienes se les preguntó: ¿Cómo cuidas la naturaleza y la naturaleza cómo te cuida a ti?
Hacia una economía ‘más verde’
Como este documento, distintas organizaciones en el globo allegaron lo propio a la ONU, con el fin de elaborar lo que hoy se conoce como la ‘Observación 26’, que no es más que el sentir de los más pequeños frente a una crisis planetaria que no provocaron, pero de la cual serán los más afectados.
Dicha situación motivó la programación del conversatorio de este 23 de octubre, en el que se recogieron las experiencias y perspectivas de dis-
a la par de la protección del planeta, incentivando a los menores de su país a que reciclen en sus colegios u hogares, y a llevarlo al Banco del Estudiante donde se encargan de valorizarlo y posteriormente pagar un dinero por ello, el cual es depositado en una tarjeta débito que pueden usar en establecimientos comerciales o cajeros automáticos como lo hace un adulto normalmente.
“Con ello buscamos no sólo fortalecer la educación ambiental sino también la financiera, mostrándoles la importancia del dinero y, sobre todo, lo valioso de separar en la fuente y de reciclar”, explicó el emprendedor.
Pequeñas grandes iniciativas
De igual forma, intervino Juan David Amaya, activista por la justicia climática y fundador de la ONG ‘Life of Pa-
Así mismo, comentó que no están aislados del problema y que aunque no son responsables de la situación actual, “queremos solucionarlo y estamos trabajando para decirle al mundo que nuestras voces deben ser escuchadas”.
Opiniones institucionales
Por su parte, la directora del ICBF recordó que la ‘Observación 26’ insta a los Estados a escuchar la voz de los NNA; y que es pertinente tener en cuenta que los menores tienen diferentes formas de expresar sus necesidades y cuál es el camino a tomar al respecto.
Adicionalmente introdujo el concepto de ‘coexistencia’, haciendo hincapié en que ya no se trata de preservar a partir de reservas, separando la naturaleza de los seres humanos, sino
Finalmente, Fondo Acción fue consultado en el panel sobre cómo el sector privado y las empresas pueden tener un compromiso mayor frente a los derechos de los niños y la juventud, reduciendo los efectos negativos sobre el ambiente.
Al respecto, la representante de esta ONG explicó que entre sus objetivos está el de explicar a las compañías el impacto que su actividad económica provoca en la naturaleza y en las poblaciones, particularmente en la niñez y la juventud.
“Si las empresas tienen mejor información, van a entender mejor las contribuciones de la naturaleza a su productividad y no solamente al bienestar humano; y van a poder reconocer que sus actividades económicas dependen de la salud de los ecosistemas y que existe un alto riesgo si están deteriorados”, señaló Valenzuela.
Al cierre, la directora técnica de Fondo Acción comentó que su mayor logro consiste en hacer que sus aportantes entiendan que cooperar con ellos, en sus iniciativas, va más allá “de un esfuerzo reputacional” o de un beneficio empresarial; sino que se convierte en una inversión a mediano plazo, en su propio bienestar de esta organizacional.
LA CAMPAÑA QUE UNE AL ARCHIPIÉLAGO PARA PROTEGER LA RESERVA DE BIOSFERA
La reserva de biosfera Seaflower, uno de los tesoros naturales más valiosos del Caribe, recibe un impulso renovado con la campaña ‘Wii Lov Seaflower’. Esta iniciativa no es solo una campaña ambiental, es un llamado a la acción que inspira y moviliza a toda la comunidad a cuidar lo que nos hace únicos.
Liderada por Coralina y financiada por el Fondo de Compensación Ambiental del Ministerio de Ambiente, Wii Lov Seaflower nos invita a conectarnos profundamente con nuestro entorno y a asumir nuestra responsabilidad hacia los ecosistemas que nos rodean. Aquí no se trata solo de aprender, sino de despertar un sentido de pertenencia que nos motive a actuar.
¿Por qué es tan importante?
En nuestro Archipiélago, donde la biodiversidad es el alma de nuestra identidad, Wii Lov Seaflower llega en el momento perfecto. Con un enfoque fresco y dinámico, esta campaña no es solo para los isleños. También involucra a los turistas, invitándolos a ser parte de la solución.
¿Quiénes son los personajes de esta campaña?
Más que un eslogan, es un estilo de vida
Actividades y compromisos
Wii Lov Seaflower también ofrece herramientas para empoderar a la comunidad, con actividades como:
• Capacitaciones ambientales y jornadas de sensibilización.
• Proyectos de huertas comunitarias.
• Limpieza de playas y talleres de reciclaje creativo para convertir residuos en arte.
• Concientización sobre la contaminación acústica, la ley del plástico, la protección de playas y los riesgos del cambio climático.
Desde los pescadores artesanales hasta los viajeros que disfrutan de nuestras playas, todos tenemos un papel que jugar. Verás los mensajes de Wii Lov Seaflower en aeropuertos, buses, hoteles, agencias de viajes y restaurantes, recordándonos que cuidar Seaflower no es una opción, es una responsabilidad compartida.
Con la ayuda de personajes como Kier (la tortuga carey), Cherry (el chincherry) y Muruh (el pez loro), Wii Lov Seaflower nos recuerda que nuestra fauna y flora son únicas en el mundo. Estos personajes no solo son símbolos de nuestra biodiversidad, sino guardianes de lo que estamos protegiendo: un entorno frágil que depende de nuestras acciones para seguir siendo un paraíso.
Valorar, respetar y conservar es mucho más que un eslogan: es un compromiso que todos debemos asumir. En cada acto cotidiano, desde la reducción de plásticos hasta el reciclaje y la protección de nuestras playas, podemos marcar la diferencia. Al cuidar nuestra Reserva de Biosfera Seaflower, estamos cuidando de nosotros mismos y garantizando un futuro sostenible para nuestras islas.
Wii Lov Seaflower es más que una campaña: es un movimiento que empodera, conecta con nuestras raíces y nos impulsa a proteger el pulmón del Caribe insular. Cuidar Seaflower es cuidar nuestra casa y a nosotros mismos.
¡Únete a nosotros Wii Lov Seaflower. Valora, respeta y conserva. Seaflower es pulmón del Caribe insular!
En el Centro Cultural del Banco de la República en San Andrés, se llevó a cabo el evento ‘Promoción de Empresas para la Reactivación Económica’ en las islas, un espacio organizado por Superintendencia de Sociedades con el objetivo de fortalecer los conocimientos empresariales en las islas.
La iniciativa, desarrollada en colaboración con la Cámara de Comercio del Archipiélago, tuvo dos jornadas: una académica que trató temas como innovación y servicio, salvamento y sostenibilidad empresarial, buenas prácticas, entre otras; y una feria de servicios y exhibición de emprendimientos locales, para promover alianzas e impulsar el sector.
Sobre esta estrategia, el superintendente de Sociedades, Billy Escobar Pérez, comentó que están llegando a todas las regiones del país para establecer un diálogo directo con los empresarios:
“Para nadie es un secreto que tradicionalmente la Superintendencia de Sociedades no llegaba a las regiones, y cuando llegaba ya las empresas estaban en dificultad, bien sea para la reorganización, para la liquidación o para resolver conflictos que ya estaban en marcha. Estamos estableciendo una estrategia de prevención entendiendo que la
gran masa de empresas del país (85%) son pequeñas y medianas, y a ese sector es al que queremos llegar, entre otras cosas porque es el gran motor de desarrollo y de empleo del país”, explicó.
Particularmente para el caso de San Andrés y Providencia, el superintendente comentó que han identificado ese mismo referente que sucede a nivel país, incluso aún más fuerte: “ la idea es esta -
blecer ese diálogo con el empresariado, asesorarlos, acompañarlos y seguir en la estrategia de salvamento empresarial por el cual nos han reconocido ya ampliamente en todas las regiones del territorio nacional”.
Alianza estratégica
Por su parte, la presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de San Andrés, Jennifer Yepes Brun,
ahondó en un tema importante como la insolvencia y salvamento empresarial: “la Superintendencia de Sociedades puede apoyar y aportar para acompañar al empresario en ese sentido. Si bien ellos su misión tiene el objetivo de supervisar, vigilar y controlar a las empresas, también buscan apoyarlos”.
De esta manera, Yepes invitó al empresariado del Departamento a no esperar a estar en ‘UCI’ para buscar ayudas, por el contrario a estar alertas ante la primera falta de liquidez: “no es solo recurrir a las entidades financieras, también asesorarse, y quien más que un experto como la Superintendencia de Sociedades”.
Sobre esta situación, Yepes mencionó que en el momento cuatro empresas en la isla están atravesado precisamente dichos problemas de insolvencia, y gracias al trabajo, apoyo y acompañamiento de la SuperSociedades han podido salir a flote.
Desde la tarde del pasado viernes 24 de octubre, con pequeños chubascos, se presagiaba una noche inolvidable. Una noche para recordar. Y no porque iba a llover y yo seguramente me iba a mojar. No. Eso no me importaba. Lo que me llevó al lugar, un tanto inusual, el bulevar de la peatonal, no fue escamparme de la lluvia. Fue un llamado especial para deleitar mi audición, mi vista y otras sensaciones con la noche de música en vivo del Green Moon Night 2024.
Por: Iván Samir Otero
Fotos: Valentina Dávila
Nuevamente los habitantes de San Andrés, disfrutaríamos con la oportunidad y el placer de complacer a nuestros sentidos y revivir una vez más la experiencia de uno de los eventos culturales primordiales de nuestro territorio. Un evento que se resiste a claudicar. Que lucha por estar, por ser parte esencial de nuestras vidas, al menos una noche más.
Una noche que se engalanó con una tormenta eléctrica de los flashes y las centellas que iluminaron el cielo isleño, con el color de la esperanza y la naturaleza posado en el brillo de la luna. Para no perder la vibra, para recordar que la tenemos acumulada en el cuerpo, alerta y esperando para desatar el deseo, en un tiempo en que eso pareciera no importarle a nadie. A mí sí.
Al llegar al lugar, noté la energía positiva que nos atraparía y nos llevaría por unas horas, solo por unas horas, a regocijarnos con la vida, una vez más, ambientada por las sensaciones que generan los sonidos del Caribe, abrazándonos, cuando los dioses del encanto se juntan para hacernos bailar.
Al son y al ritmo de una música, con artistas que nunca habíamos tenido la oportunidad de gozar. Lo digo por los invitados tan especiales. Desde el Congo, Francia y Trinidad y Tobago. Por primera vez en la historia, íbamos a tener la oportunidad de disfrutar el bombardeo vibrante y brillante de una Steel Band. Sonoridad metálica de carnaval caribeño. Y una encantadora DJ que combinó a la perfección su particularidad africana con bases electrónicas de baile de la urbe parisina.
I Love San Andres
Con esa emoción que solo se genera, cuando vives y gozas de una noche exclusiva en el Green Moon Festival, disfrutamos del encanto de aquella parte del boulevard de Sprat Bight. Y lo digo porque fue así. No me lo estoy inventando. Si estuviste ahí, lo sabrás. Si no estuviste. Debes terminar de leer esta nota para entender de qué se trata.
El encargado de abrir la fiesta fue Minor P; un joven talento local que con su estilo de música urbana y el carisma que lo caracteriza, logró conectar con el público, que apenas se iba acomodando para lo que anunciaba el festival.
Fue interesante ver como casi de la nada aparecieron la Sweety Band, Old School Band, San Luis Strike Band, San Andrés National Band y la agrupación de danza
de Dan Prime. Los colectivos de percusiones marciales, que cada año colman de alegría las festividades patrias, fueron los primeros en marchar. Dejando ver un estupendo espectáculo, uniendo su sabrosura a la de los asistentes que seguían llegando atraídos por los sonidos que retumbaban tanto ahí en el lugar, como su eco a la distancia.
Entre lloviznas y algunos pequeños y fugaces aguaceros, el calor de la noche fue intensificando su temperatura. No la ambiental, más si la humana. Con una parte de la audiencia en silletería y con sus mejores galas, muchos se fueron despojando de la solemnidad de otras actividades para vestirse de fiesta, baile y la emoción los fue contagiando dándonos la oportunidad para volver a apreciar la cadencia de las voces de las Celis Sisters, que nunca dejan de sorprendernos y abrazarnos con sus melodías del alma.
Más adelante subieron a tarima los componentes de La Rebe Caribe, orquesta isleña de resonancias y armonías tropicales liderada por John ‘El Chavo’ de la Hoz. Sus temas musicales nos fueron poniendo más en sintonía para lo que se venía al final de la velada.
Del Congo con Amor
Tysha Cee, una magnífica DJ francocongolesa, liberó todo su set de sonidos africanos movidos por la electrónica de baile, para motivar los movimientos de todos y cada uno de los asistentes, que aún seguíamos atentos a las sorpresas. Tysha nos activó y llevó más hacia un estado de euforia previo al éxtasis, que nos generaría la explosión sónica y polirítmica de NLCB Buccooneers Steel Orchestra, quienes arribaron desde Trinidad y Tobago.
Un país que sin dudas este año ha sido bastante significativo para los isleños del Archipiélago de San Andrés y Providencia, en la conjunción con el Caribe. Con la cultura, con su magia, con su raíz afrodiaspórica, con su literatura, con su música y sonoridad influyente en la región.
Si algo tiene la programación del Green Moon, y sobre todo algo con lo que cuentan los organizadores y gestores del festival, es ese empeño en ofrecernos siempre una experiencia propia pero muy distinta de la vida y las experiencias sobrenaturales de combinar una serie de elementos que han hecho, hacen y seguramente harán de este evento un sitio de encuentros afrocaribeños inolvidables en cada una de sus versiones por muy básicas o espectaculares que sean. El componente de sorpresa es uno de ellos. Y espero que nunca les falte.
Las festividades populares como el Green Moon Festival (GMF) fundado en 1987, no son tan sólo expresiones de alegría y color; son un mosaico cultural que guarda las historias, tradiciones y valores de generaciones. Estas celebraciones encarnan la identidad de comunidades enteras y, a través de ellas, sus habitantes encuentran una forma de expresión.
Sin embargo, cuando estos eventos se vuelven masivos, los intereses individuales y/o comerciales a menudo intentan imponerse, amenazando su esencia y limitando su alcance como patrimonio colectivo. Es bien sabido el esfuerzo que se ha hecho por preservar el espíritu de eventos como el Carnaval de Barranquilla o la Feria de la Flores en Medellín, entre otros.
El GMF en cualquiera de sus expresiones, tampoco pertenece a una sola persona o a una organización. Ni mucho menos a la entidad territorial. No es propiedad de un grupo específico ni debe ser utilizado para
beneficio exclusivo de unos pocos. Es, antes que nada, una creación del pueblo, una muestra de su creatividad, de su energía, de su resistencia.
Por ello, cualquier intento de controlarlo exclusivamente en función de intereses individuales y de corto plazo atenta contra la autenticidad y el propósito mismo de esta celebración. De igual manera no debe ser manipulado –ni mucho menos, ignorado–por los gobiernos de turno que los deben apoyar apostando a la fortaleza integral del destino.
En otras palabras, elemental City Marketing.
De otra parte, la trascendencia del GMF no radica únicamente en los días de celebración, sino en su capacidad para unir a la sociedad en torno a su cultura ancestral y su historia. La danza, la música, la gastronomía, entre otras manifestaciones, se convierten en vehículos de identidad que
Explorar el trauma heredado es sumergirse en los misterios de la epigenética, un campo que desestabiliza la creencia de que las experiencias mueren con quienes las vivieron. Estudios recientes proponen que eventos traumáticos pueden inscribir huellas en el ADN, alterando la activación o silenciamiento de ciertos genes sin cambiar su secuencia, a través del proceso de metilación.
Rachel Yehuda, psiquiatra y especialista en neurociencia del trauma en el Monte Sinaí, documenta cómo estos cambios epigenéticos en hijos de sobrevivientes del Holocausto evidencian que las expe-
riencias no mueren: en lugar de ello, dejan marcas biológicas que predisponen a problemas de salud mental en generaciones posteriores.
¿Cómo interpretamos, entonces, las emociones que sentimos o los impulsos que nos asaltan? ¿Cuánto de lo que vivimos y pensamos realmente nos pertenece, y cuánto es legado inscrito en nuestro ADN? Experimentos en animales muestran que los traumas pueden transmitirse epigenéticamente: al exponer a ratones a un olor asociado con un estímulo adverso, generaciones posteriores manifestaron el mismo miedo sin haberlo experimentado directamente.
¿Somos, entonces, más que una suma de historias heredadas? Si la epigenética, como señala Moshe Szyf, actúa como un ‘software’ que adapta la expresión genética a los estímulos ambientales,
permiten a las personas recordar y preservar su herencia.
Al transformarse en genuino patrimonio colectivo, representa un refugio cultural y un espacio que todos, sin excepción, pueden disfrutar y del cual pueden sentirse parte. No obstante, lograr que trascienda los intereses individuales y se afiance como un bien colectivo exige un esfuerzo conjunto para sobreponerse a los egos y a las divisiones internas.
Es necesario que todos los organizadores salgan de la sombra, junto a los líderes más visibles y que todos aquellos involucrados en su realización comprendan a fondo que su función es proteger y promover la esencia de estas fiestas, fomentando su acceso abierto y su representación fiel de la cultura de un pueblo, que –por nada del mundo– se debe manchar.
La UNESCO y otros organismos internacionales reconocen que el patrimonio cul-
entonces nuestras respuestas emocionales y decisiones podrían depender tanto de nuestras propias experiencias como de las huellas de generaciones anteriores. En este contexto, surge la pregunta: ¿Existen estrategias para liberarnos de esta condena genética? ¿Podríamos encontrar vías para revertir o mitigar los efectos de estos traumas heredados, evitando que las marcas del pasado se graben en nuestro ADN de manera irreversible?
Las implicaciones políticas, culturales y sociales de este nuevo conocimiento son vastas. Si el sufrimiento es una herencia biológica, ¿deberían los sistemas de salud mental y las políticas públicas considerar estas marcas epigenéticas como parte de la atención integral? ¿Qué compromisos culturales y sociales están implicados en una visión de la salud que contempla no solo el bienestar indivi-
tural inmaterial, como los festivales, tiene un rol fundamental en la cohesión social. Por eso, los actores involucrados deben asumir la responsabilidad de construir un legado que garantice la preservación de estas festividades para futuras generaciones.
La auténtica fortaleza del Green Moon Festival reside en su capacidad para sobrepasar las barreras individuales y convertirse en un punto de encuentro, un espacio donde todas las voces se puedan escuchar y donde la diversidad también se celebre, claro está, principiando por los de casa y no al revés
En última instancia, su relevancia no se mide por intereses económicos, el renombre de sus organizadores o el partido de turno en el gobierno; sino por la autenticidad y el orgullo con que la gente lo celebra. Las festividades que logran sobreponerse a los conflictos internos no sólo permanecen vivas, sino que se consolidan como un legado. Un tesoro de todos, para todos.
dual, sino también el de las generaciones futuras?
Esta ciencia nos invita a cuestionarnos si podríamos, como sociedad, desarrollar mecanismos de intervención temprana o incluso reprogramación epigenética, para que los traumas no marquen el ADN de nuestros descendientes.
¿Cómo abordamos nuestras experiencias personales, sabiendo que nuestras vivencias y sus heridas podrían dejar una huella tangible en quienes nos suceden? La epigenética nos plantea un desafío a todos los niveles: ¿podemos aspirar a transformar nuestro legado, y a qué compromisos colectivos estamos dispuestos para que el dolor que recibimos no sea un destino inevitable para aquellos que aún no han nacido?
Los temas de investigación de los galardonados del Nobel de Economía de este año son extremadamente relevantes para entender lo que ha estado pasando en nuestras islas en los últimos años. De particular interés es el aporte que hacen al entendimiento de la relación entre instituciones gubernamentales y el progreso. En las islas parece haber un permanente conflicto entre los dos.
Los estudios se centran en la economía del desarrollo, el comportamiento del poder político frente al bienestar ciudadano y cómo la fortaleza de las instituciones incide en el progreso. Nos dan un marco argumentativo y analítico para entender por qué nuestras instituciones y gobernantes han fracasado en atender adecuadamente las necesidades de los isleños y por qué muchas veces actúan más a favor de intereses privados que comunitarios.
Nuestras instituciones son esenciales para la prosperidad, pero su funcionamiento depende y es dominado por los focos de poder que las utilizan para sobrevivir a través de mecanismos extractivos. Esto hace que a veces giran más hacia acciones que dictan las élites gubernamentales y políticas que ostentan el poder que hacía sus obligaciones con el resto de la sociedad.
Así dejan de ser agentes de desarrollo para convertirse en obstáculos al mismo través de la corrupción, el clientelismo, el gamonalismo, entre otros. El progreso, en últimas, depende de la voluntad política y no de la obligación
legal o social de las instituciones. A pesar de cierto cambio generacional en nuestras élites políticas, las prácticas irregulares en nuestras instituciones poco han cambiado.
Ello explica el modesto nivel de desarrollo social y la presencia de muchas necesidades insatisfechas como escasez de agua, hacinamiento urbano, sobrepoblación, inseguridad y un hospital en permanente crisis, todo lo cual se agrava con altos niveles de pobreza y una inseguridad que no da tregua.
Son lesiones causadas por deficiencias históricas y estructurales en la gestión gubernamental que marcan su inhabilidad para usar la ambición y el talento de las instituciones para avanzar la agenda de progreso. Son consecuencias de las ‘facetas extractivas de las instituciones políticas’, en palabras de James Robinson, uno de los ganadores del Nobel y experto en Colombia.
Robinson y los otros dos ganadores concluyen que las motivaciones políticas frenan el avance de las instituciones y su función de desarrollo social. Con Daron Acemoglu, otro de los ganadores, en su libro ‘Por qué fracasan los países’ (‘Why Nations Fail’) sostiene que las instituciones políticas y económicas inclusivas conducen a la prosperidad, mientras que las instituciones extractivas conducen a la pobreza y al fracaso. Porque las inclusivas promueven la igualdad de oportunidades mientras que las extractivas concentran el poder y los recursos en pocas manos perpetuando así la inequidad.
El centralismo no siempre es culpable
Un argumento importantísimo para las islas que se deriva del análisis de los Nobel es que muchas veces los cimientos del progreso no
son tanto una cuestión de recursos sino de capacidad institucional para llevar a cabo labores requeridas para el grueso de la población.
Ello explica por qué a pesar de tener una inversión pública por ciudadano de las más altas del país, no incide considerablemente en el desarrollo local o en la satisfacción de necesidades básicas.
Esto le resta peso a factores que para muchos afectan el desarrollo local, como el centralismo, porque las islas además de unos ingresos fiscales altísimos en comparación con otros departamentos, gozan de un nivel de autonomía considerable. Esto sugiere que a mayor autonomía parece haber menor desarrollo y una tendencia al aumento de los problemas.
La deficiencia institucional también explica por qué no se ha mejorado la situación del Pueblo Raizal, a pesar del nuevo marco legal que nos llegó con la Constitución de 1991 y una plétora de decisiones fundamentales de la Corte Constitucional, como resultado del nuevo enfoque en la relación de los ciudadanos isleños con las instituciones que ha abierto canales para reclamar derechos ciudadanos y promover avances sociales.
En este sentido se ha logrado mucho, pero poco se implementa o se aprovecha. Nunca habíamos tenido un momento más favorable para la reivindicación étnica, pero al mismo tiempo esa reivindicación nunca había estado en un momento más crítico por varios factores, como el aumento constante de la población migrante.
Pero no solo las élites políticas y gubernamentales son culpables de las deficiencias institucionales y la profundización de los problemas por falta de atención institucional. Los Nobel
sugieren que la sociedad civil no es solo víctima de las deficiencias institucionales sino que también tiene cierta responsabilidad en esas deficiencias en nuestra arquitectura institucional. Y no solo por su falta de presión para que ellas ejecuten bien.
Robinson observa que en Colombia la corrupción hace parte de un contexto social y político y no existe por sí sola sino con el respaldo de la misma gente a quienes más afecta. De hecho, las islas y Colombia en general poseen sociedades que en muy buena parte no consideran inadecuadas las prácticas clientelistas y corruptas, a lo cual las instituciones extractivas responden fácilmente.
Para muchos esas prácticas son una forma de acceso a oportunidades gubernamentales por intermediación de esferas políticas que las usan como mecanismos de captación de votos y por ende de supervivencia política. Se genera así un círculo vicioso que atrapa al ciudadano que muchas veces no ve una salida razonable.
El problema es cómo romper ese círculo vicioso y no quedar atrapado ad eternum en un ciclo de poco progreso. En manos de la sociedad civil reside la fórmula para pasar de una política y unas instituciones que actúan como mecanismos de dominación sin progreso hacia unas de instrumento de inclusión y progreso.
‘Por qué fracasan los países’ debería ser lectura obligatoria para funcionarios públicos y políticos isleños. Es catalogado ya como el libro de economía más impactante después de ‘La Riqueza de las Naciones’ de Adam Smith y ‘El Capital’ de Karl Marx.
La transmisión de conocimientos y experiencias a través de la memoria oral ha demostrado ser un medio más efectivo y duradero para la preservación de la memoria cultural que los medios escritos. Esta afirmación se fundamenta en la capacidad única de la tradición oral para mantenerse viva y relevante a lo largo del tiempo, adaptándose y evolucionando con cada narración, enraizarse profundamente en la identidad colectiva y en las experiencias personales.
En primer lugar, la tradición oral se destaca por su flexibilidad y adaptabilidad. Las historias contadas de generación en generación no solo se preservan, sino que también se enriquecen y adaptan a nuevos contextos y audiencias.
Esta dinámica permite que el conocimiento se mantenga relevante y accesible, a diferencia de los textos escritos, que pueden quedar obsoletos y difíciles de interpretar con el paso
STAFF DIRECTOR
del tiempo. La antropóloga Elizabeth Tonkin señala que “la tradición oral se adapta y sobrevive mejor que la escrita debido a su naturaleza dinámica y flexible” (Tonkin, 1992).
Además, la tradición oral está íntimamente ligada a la identidad y la vida cotidiana de las comunidades. Las historias, conocimientos y prácticas transmitidos oralmente están profundamente entrelazados con las experiencias personales y colectivas, creando un vínculo emocional fuerte y directo.
Este aspecto emocional y social de la memoria oral refuerza su transmisión y conservación. El etnógrafo Jack Goody argumenta que “la tradición oral no solo transmite información, sino también emociones y valores, lo que le otorga una capacidad de resistencia y perennidad que muchos escritos no pueden igualar” (Goody, 1987).
Por otro lado, aunque los textos escritos pueden conservarse durante siglos, incluso milenios, como lo demuestran los casos de Egipto y Babilonia, su accesibilidad y relevancia a lo largo del tiempo pueden ser limitadas.
La lectura de textos antiguos a menudo requiere conocimientos especializados y esfuerzos significativos de interpretación y con-
COLABORADORES
textualización. En contraste, las tradiciones orales se transmiten de manera más accesible y comprensible, asegurando su continuidad a través de las generaciones.
Asimismo, la memoria oral no solo sobrevive, sino que perdura precisamente porque está impregnada de vida y experiencia. Los conocimientos prácticos, como el uso de plantas medicinales o la preparación de recetas tradicionales, son vividos y experimentados, lo que refuerza su transmisión y conservación. Esta dimensión práctica y vivencial de la memoria oral es crucial para su resiliencia y perpetuidad.
En la academia, a pesar de que históricamente se ha tendido a valorar más el conocimiento formal y escrito sobre los saberes tradicionales y orales, cada vez se reconoce más ampliamente el valor de estos últimos. La UNESCO, por ejemplo, ha destacado la importancia de la tradición oral en la preservación del patrimonio cultural inmaterial, subrayando que “la transmisión oral es fundamental para la supervivencia de la cultura y la identidad de las comunidades” (UNESCO, 2003).
Incito a los habitantes del Archipiélago a visitar el Centro de Memorias Orales del Banco de la República en San Andres, un espacio
PERIODISTAS
FOTOGRAFÍA
dedicado a preservar y difundir las historias de vida y relatos que conforman el valioso patrimonio inmaterial de nuestro Archipiélago. Desde su creación en 2016, hemos recopilado y registrado testimonios y experiencias que reflejan la riqueza y diversidad cultural de nuestra comunidad.
En el Centro de Memorias Orales, tendrán la oportunidad de conocer de primera mano los relatos de nuestros mayores, así como acceder al archivo fotográfico que documenta la evolución de nuestra sociedad. El proyecto, "El poder de la memoria, la fuerza de nuestras voces", busca que todos nosotros, los habitantes del Archipiélago, registremos nuestro pasado desde nuestras propias experiencias, fortaleciendo así nuestra identidad y sentido de pertenencia.
Los esperamos con los brazos abiertos para compartir y descubrir juntos nuestras historias, enriquecer nuestro conocimiento colectivo y continuar construyendo un futuro basado en el respeto y la valorización de nuestras tradiciones y saberes.
*Mgs. (c) en Antropología. Profesional Junior del Centro Cultural del Banco de la República en San Andrés
DIAGRAMACIÓN
DISEÑO EDITORIAL