Cultura
elCaribe, SÁBADO 1 DE JUNIO DE 2024 elcaribe.com.do
Más versiones de la masacre de El Número
El escritor Pedro Conde Sturla, en la entrega 6 de su serie Cambio de Bestia, expone las diferencias entre lo escrito por Bosh y otros autores. P.4
La vida dividida en cinco etapas de análisis
Monseñor Ramón de la Rosa y Carpio dedica su Certifico y doy fe de esta semana a analizar la historia de una persona en cinco etapas. P.9
Una vida en torno a la literatura
El escritor Reynaldo (Nan) Chevalier dice en una entrevista para Cultura que para él después de la literatura, lo demás “es supervivencia”. P.10
Tamboril, 124 años…Edro sí es Sebo
Somos un pueblo con raíces profundas en África, pero no tenemos el mínimo orgullo de ello y acusamos de “maiditoj negroj” a los haitianos, “que sí son salvajes y africanos”
JOSÉ MERCADER
666mercader@gmail.com
El 7 de junio de 1900, el presidente Juan Isidro Jimenes, con el decreto número 4002, le cambió al Puesto Cantonal su nombre por Peña. Se toma esa fecha como el inicio del pueblo, a pesar de que ya en el gobierno de Ignacio María González, de 1875, se le conocía como Puesto Cantonal de Tamboril
Edro nació en Santiago, andaba como Pedro por su casa, allá en Tamboril, cuando visitaba a su abuela, en época en que la “Casa de Horacio” se caía a pedazos en sus propias narices, pero él no se daba cuenta y mucho menos los “intelectuales” de aquel rincón cigarrero donde crecía la guázuma, el jobo y el samán mucho más que el “moriviví”.
Su abuela no se perdía un sermón en la Capilla Santa Ana que le quedaba al lado y cuyos campanazos sonaban más que los de Hemingway, cuando este, borracho, escribía que Paris era una fiesta. Y justamente allá fue a parar Edro para que se cumpliera la profecía de la abuela que, Biblia en mano, le decía que iba a llegar lejos, muuuuuuyyy lejos.
En París, Edro andaba como Pedro, con un francés de empujones como el que enseñaba Madám Rosario Germosén y Guido Llenas, à l’école secondaire UFE.
Una tarde gris, como todas, Edro salió a comprar croissants y se topó, en la boulangerie, con un grupo de amigos: un cibaeño, un chino, un árabe, un mexicano, un jinchaíto de Moca, un chicano, un indio de Suramérica y una mademoiselle de las que salían exportadas de Mao. Yo, que fui a comprar “la baguette frais du jour”, oí cuando Edro le dijo al mexicano “tú sí ere sebo” porque no quería croissants. Me di cuenta que Edro era de Tamboril, porque solo en ese minúsculo municipio se usa esa palabra.
Estacion del tren de Tamboril. FUENTE EXTERNA
Pero ningún intelectual ha investigado el origen, lo que daría luces para identificarnos o no, con el mismo. Desde que la migración se acentuó, a sabiendas que “la Capital es Capital y el resto platanal”, esta fue invadida por gran parte de la población desde todos los rincones y jurunelas. Los más pudientes se fueron a “lo paíse” que es New York, en el argot dominicano. Aquellos que llegaron a Ciudad Trujillo se les reconocía inmediatamente por la i del idioma que heredaron desde la colonia y desde portugueses y gallegos. A todos le engancharon el despectivo mote de “Cibao” o “cibaíto”. Por supuesto que, si usted era hijo de una profesora cibaeña que se pasó toda su vida tililá, tililá, tililá, corrigiendo a sus hijos “pa’que hablaran bien”,
al llegar a Santo Domingo le decían licenciado, dotor, patrón y hasta ministro con su “don” de franqueador.
Más, en New York no. Allí, desde aquellos íconos pioneros de nuestra pelota, como Marichal, Felipe y sus hermanos Alou, Carty, y otros. No eran ni cibaeños ni dominicanos, eran simplemente “nigger”, el más despectivo término para todo el que tuviera la piel oscura y el “pelo malo”, traídos, a la cañona, desde África.
En Québec, todos los latinos son “mexicanos” que, para muchísimos, es una región de España. Todo el inmigrante que llega desde Marruecos, Argelia, Egipto, Irán, Irak, Turquía, Líbano es, inconfundiblemente, árabe. l
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Che Grua.
historia de la medicina
Doctor Rafael L. Pérez y Pérez
Rternista-oncólogo (r) Dr. Rafael Leonidas Pérez y Pérez, ERD, quien ingresó como raso en 1978 al Ejercito Dominicano. Graduado de Doctor en Medicina en la UASD en 1981. Especialista en Medicina Interna, HCFA y P.N., UASD, 1985, Premio a la Excelencia Académica. Especialista en Oncología Médica, 1988, IOHP, Hospital Oncológico Ignacio González Martínez de Río Piedras, Puerto Rico, UNPHU, graduado con calificación excelente. Es además Licenciado en Derecho, 1999, UTE, Summa Cum Laude. Magister en Ciencias Políticas-Mención Politología, 2003, UNPHU, graduado con máximo índice académico. Diplomado en Gestión de Sistemas de Seguridad Social, 2004, INTEC. Fundador y presidente de la Fundación Hagueygabón, Inc., Pro Fauna del Lago Enriquillo. En 1981, luego de recibir su título de doctor en medicina es nombrado 2do. te. médico en pasantía, oficial médico de la dotación de la Policía Militar (entonces ubicada en lo que es hoy el Campamento Duarte, P.N., situado en la esquina formada por las avenidas Independencia y Abraham Lincoln, D.N.) y (en 1982) de la 16ta. Cía., E.N., Dajabón, respectivamente. En 1983 es designado “Coordinador de Médicos Pasantes y Estudiantes de Medicina de Hospital de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. En el mismo hospital en 1984 es designado Jefe de Residentes, Residencia de Medicina Interna. Ya en 1985 es Encargado de Consulta Externa de Hombres y Mujeres y asistente médico del Sub-Intendente del referido centro. Durante los años 1987-1988 es jefe de Residentes de Oncología Médica, en el Instituto de Oncología Heriberto Pieter. En la año 1989 es designado jefe del Departamento de Oncología Clínica del Hospital Central de las FF.AA. y P.N. En 1990 fue Moderador en el Primer Encuentro Médico Cívico-Militar de la Asociación Militar Dominicana de Ciencias Médicas de las FF.AA. y P.N. (Amidocime), y
en ese mismo año Coordinador de la Residencia de Medicina Interna, en el hos-
A partir de 1991 ocupa cargos de mayor importancia en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional tales como sub-director técnico-administrativo, Jefe del Servicio de Oncología Médica y en 1996 Jefe del Servicio de Oncología. En ese mismo año también era encargado de Investigaciones Clínicas del Departamento de Medicina Interna, co-revisor del Reglamento Hospitalario del HCFA y P.N. y jefe de Enseñanza de la Residencia del Post-Grado de Medicina Interna , HCFA y P.N.
Gracias a su responsabilidad y capacidad de trabajo en 1997 es designado responsable del cumplimiento del Programa de Clases para Residentes del 2do. Año de Medicina Interna.
En el año de 1998 fue participante en representación de las FF.AA en la Comisión Nacional de Atención Integral al Adulto Mayor, SESPAS, co-encargado de elaborar reglamentaciones internas que regirán las funciones de los Oficiales Médicos Supervisores y Oficiales Médicos de Servicio, HCFA y P.N., asi como co-coordinador de la Unidad de Modernización y Desarrollo Institucional (UNDI) de la Sanidad Militar de las FF.AA y P.N., ante la CERSS y de igual forma relator en el Encuentro sobre la “Ley General de Salud”, organizado por la CERSS y enviado por las FF.AA.
En 1999 co-revisor del Proyecto de la Ley Orgánica de las FF.AA, cursante en el Poder Legislativo y representante de las FF.AA. ante el Consejo Nacional de la Cruz Roja Dominicana.
Durante el año 2000 fue asesor médico del secretario de Estado de las FF.AA Y en el 2005 asesor médico del Departamento Nacional de Investigaciones (D.N.I.). En ese mismo año fue designado Director General del Cuerpo Médico y Sanidad Militar de las FF.AA. Nuestro querido amigo también dirigió la unidad de historia en el Ministerio de Defensa. Vivió una vida plena en el ejercicio profesional tanto médico como militar. l DR. HERBERT STERN
salón de la fauna
Yaruslav Hunkax
(DÉCIMA CIBAEÑA)
Todo allí se preparó
Para daile un buen banquete
Afuera había un piquete
Cuando de nazi se habló
En la calle protetó
Una viejita alemana
Pue Hitlei le mató su heimana
Cuando Hunka era soldado
Ahora, el muy decarado
Sonríe como si nada.
Echó patrá Canadá
En aquei homenajito
Y aunque taba muy viejito
Nunca tuvo humanidá
Se difrazó de humildá
Y sei paite del engaño
Que pasa laigo del año
Con eta guerra sin fin
Ya éi e paite del team
Aunque lo baján dei peidaño.
l JOSÉ MERCADER
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2 Cultura
elCaribe,
Un pueblo con profundas raíces africanas
Nosotros, seamos capitaleños, cibaeños o de donde sea, bautizamos, ipso facto, a cualquier asiático, como “chino” o “chino molongo” aunque sea el peor insulto que le puedas dar a un japonés. Ahí, en ese saco, se meten los coreanos, tailandeses, filipinos…todo el que tenga los “ojos planchao”.
Es quizás, esa “maRdita maRdición” y manía discriminatoria y racista que nos llega desde la misma colonización, la misma de la que muchos “intelectuales” se sienten orgullosos porque “nos trajeron el idioma de Juana la Loca”, porque de Cervantes no pude ser, por un sencillo detalle cronológico. Y es que no basta con la defensa de “la pureza del idioma” para hablar de vocablos, validarlos y rechazarlos.
Somos un pueblo con raíces profundas en África, pero no tenemos el mínimo orgullo de ello y acusamos de “maiditoj negroj” a los haitianos, “que sí son salvajes y africanos”. El envío de tropas de Kenia ahora, lo requeteconfirma… “que se maten entre ellos mismos”.
Nos planchamos el pelo para parecernos a los blancos, en nuestra autoestima de sótanos, nos echamos agua oxigenada para ser rubios y, si podemos, nos desteñimos la piel y nos ponemos ojos azules. ¡ Samy Sosaaaaa!
La explicación sociológica y sicológica, va más allá del “intelecto idiomático” y, aunque sepa a cicuta, la discriminación tiene que ver con la cuestión de clases sociales. ¿Acaso no son bien visto los haitianos estudiantes, hijos de
los millonarios, en nuestras universidades, o los chinos con cuaito que llegan a E.U., Canadá, España o el Polo Norte y los nacionalizan? ¡Al tiro!
En Tamboril ocurrió que la población se dividía entre “lo dei pueblo” y “loj lomero”. El “lomero” era una categoría más baja y era discriminado cuando bajaba a “echai día en cuaiquiei conuco”, o a comprar bacinillas, guayos, guaimamas, aparejos, molenillos, poncheras o terinas a la tienda de Bololo, pegao a la Iglesia o, cuando ya las tisanas no curaban y visitaban a Víctor y Minón en “La Fe” a buscar “sufaitiosoi”, “meicurio cromo”, “agua oisingendada” y “Mejorai”. A estos se les pagaba menos y eran objetos de burla.
Cuando los “lomero” de Seboruco (con “S” de salchichón, subiendo la carretera de Carlos Díaz) bajaban a Tamboril empezaron a ser identificados con el mote de “sebo”, como gentilicio despectivo de los habitantes de allí.
Un sebo pasó a ser equivalente a bruto, ignorante, burro, atrasao, sucio, jediondo, maca-tabaco, tonto, saitapatrá, analfabeto, loco viejo…hasta los que bajaban de La Cacata eran menospreciados y calificados de lomeros. Y eso, que La Cacata estaba “pegá poi loj lao de Ico”, al cruzar el puente.
Sebo es grasa animal y cebo, comida para animales.
El vocablo pasó de generación en generación y nos quedó como sello de identidad, aunque es único de Tamboril no creo que haya que sentir ningún orgullo por él. Por supuesto, Edro no podía ser de Navarrete ni de Higüey… poi sebo. l
3 Cultura
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El tren de Lilis. F. E.
<VIENE DE LA PORTADA
4 Cultura
Cambio de bestia (6): Los conjurados de la dignidad
PEDRO CONDE STURLA pinchepedro65@yahoo.es
Hay ciertas diferencias entre lo que cuenta Bosch y otras versiones de lo que sucedió o pudo haber sucedido en Azua y en la curva de El Número, pero en esencia los hechos son los mismos, con excepción de algunos datos que parecen propios de un narrador omnisciente y que no es posible comprobar. Se entiende, pues, que el relato de Bosch tiene que ser en parte una dramatización del suceso, una recreación histórico-literaria. No está en discusión, por supuesto, el valor temerario que demostró Porfirio Ramirez cuando detuvieron el camión y se encaró con el aborrecido general Fiallo. Había visto los palos en manos de los guardias y sabía lo que le esperaba. En vez de amedrentarse se mostró agresivo. Decidió morir con dignidad, morir peleando, de la única forma que podía morir un hombre como él:
«Acercándose a Ramírez Alcántara, el general Fiallo preguntó”
»-¿Me conoces?
»Ciego de cólera, y seguro de que su hora final había llegado, Porfirio Ramírez, un hombrón de más de doscientas libras, de casi seis pies, valiente hasta la temeridad, respondió:
»-¿Cómo no te voy a conocer, asesino?- y agregó de inmediato:
»-¿Es así que matan ustedes a hombres machos?
»Federico Fiallo, ejecutor de mil crímenes, no esperaba semejante reacción. Tal vez por eso no atacó antes. Con la rapidez de la centella, Porfirio Ramírez saltó sobre él y le pegó en la quijada; y cuando el orondo general de brigada rodaba por tierra, mientras los soldados encañonaban a choferes, peones y acompañantes, avanzaron los oficiales con los palos en alto. Uno de ellos se lanzó sobre Ramírez. Pero Ramírez le arrebató el tronco y de un solo golpe lo dejó muerto. Dos oficiales más cayeron, abatidos por el brazo vigoroso de aquel hombre que defendía su vida con la fiereza de un héroe.
»-El patrón luchaba como un león, doctor – relataba al doctor Víctor Manuel Ramírez, hermano de la víctima, horas después, el chofer Juan Rosario».
De acuerdo con lo que cuenta Bosch, el doctor Ramírez Alcántara no se enteró de la muerte de su hermano hasta el día siguiente, cuando recibió una
llamada telefónica:
«Un amigo le avisaba que el Cónsul de Suecia, en viaje desde la Capital, acababa de informarle que en la curva de El Número había un camión, el cual ardía con sus ocupantes todavía en la mañana; según el Cónsul, gente del lugar afirmaba que el camión era propiedad de un señor Ramírez de San Juan. El doctor Ramírez Alcántara no había colgado aún el teléfono cuando ya estaba pensando salir hacia El Número».
»Al llegar al lugar y ver el camión humeante cayó presa de la desesperación y quiso bajar en busca de los restos de su hermano, pero se lo impidieron unos guardias.
«La indignación cundía entre los campesinos que presenciaban la escena. Uno de ellos se acercó al médico.
»-Dicen que en Baní hay un herido. Vaya a verlo, porque a su hermano lo asesinaron éstos -dijo señalando hacia los soldados».
Se refería a Juan Rosario, el milagroso sobreviviente.
Lo que contó en sus últimas horas de vida el valiente Juan Rosario pone los pelos de punta y puede ofender la sensibilidad de los lectores. A Porfirio lo habían matado a balazos en Azua, pero a ellos los llevaron a Él Número: «dos choferes, tres peones, un hombre y una mujer del pueblo».
«Nos mataban a palos como si fuéramos fieras malas, doctor”, contaba Rosario. Y relató que él vió a la mujer pedir misericordia de rodillas, y caer después con el cráneo destrozado a resultas de un terrible garrotazo; que vió a uno de los peones saltar enloquecido al abismo, tras haber recibido un feroz golpe en la frente.
»Tendido allí, como muerto entre los cadáveres, Juan Rosario advirtió que los tomaban uno a uno, los metían en el camión, descargaban el tanque auxiliar de gasolina que llevaban en todos sus viajes, regaban la gasolina sobre los cuerpos y en todo el vehículo, le pegaban fuego y luego empujaban el International hacia el derriscadero. El camión fue cayendo, envueltos en llamas; pero los troncos y
los grandes pedruscos lo pararon cuando apenas llevaban veinticinco metros barranco abajo. Vivo y consciente, el chofer Juan Rosario sentía el fuego quemándole las carnes; y no lanzaba un quejido porque sabía que si los monstruos que desde el filo del abismo esperaban que todo quedara consumido por las llamas le oían, iban a rematarlo a tiros. Aunque era parte del complot no disparar, para que no se oyeran las detonaciones, lo harían en última instancia, como lo hicieron en Nizao cuando comprendieron que sólo a fuerza de balas podían liquidar al “patron”. Así, Juan Rosario prefirió el fuego. Y cuando oyó a los criminales alejarse, se arrastró como pudo, abandonó el humeante montón de hierros y cadáveres y se lanzó a cortar monte, camino de la salvación».
El doctor Víctor Manuel Ramírez Alcántara siguió indagando, tratando de reconstruir los hechos, aunque le fuera en ello la vida:
«Por donde se moviera, el médico hallaba gente de pueblo acumulando detalles. Había en medio del terror una conjura, la de la dignidad; y anónimamente todo el que podía se enrolaba en ella. Nadie quería que por cobardía suya quedara en las sombras la triste hazaña del tirano. El último en formar fila entre los conjurados de la dignidad fue el sargento Alejandro Méndez. Llegó a la consulta del doctor Ramírez y contó su tortura: él había participado en el crimen, aunque no a conciencia. Estando en su puesto en San Juan, a prima noche del jueves día primero, había recibido órdenes de hacerse acompañar de un policía y trasladarse en un “comando” al lugar que se le indicara. El “comando” pasó a recogerlo; iban montándolo el Capitán Almonte Mayer, el teniente José de las Cruz Almánzar y varios números. Ya en El Número, se detuvieron a esperar, hasta que asomó por la curva el camión que poco antes había sido el instrumento de trabajo de Porfirio Ramírez. »-Su hermano no estaba en él, doctor; lo habían matado en Nizao, según dijeron después los soldados que venían en el camión. Nos dieron orden de asesinar
a los peones, a los choferes, a una pobre mujer... A usted van a matarlo también. Cambie de aposento, porque lo vigilan». Una vez en conocimiento de los hechos, el doctor Víctor Manuel y su hermana movieron temerariamente cielo y tierra para darlos a conocer y provocaron uno de esos escándalos soterrados que no aparecían en los periódicos, pero provocaban un gran rumor, un malestar público. «Con toda entereza se dieron a denunciar el crimen de esquina en esquina. Conocían al dedillo cada paso de los asesinos; habían tenido la amarga fortuna de descubrir los hilo del complot. Colérico, Trujillo ordenó que se les llamara a la Capital. El Procurador General de la Nación – equivalente al Ministro de Justicia en otros países -los hizo llevar a su despacho para pedirles cuenta. Ellos estaban haciendo rodar el rumor de que el Gobierno había asesinado a su hermano, y eso tenía una grave pena que según ellos no ignorarían. El doctor Víctor Manuel Ramírez y su hermana Genoveva supieron responder:
»-Nosotros no acusamos a nadie; simplemente relatamos los pormenores, tal como nos fueron comunicados por una de las víctimas antes de morir.
»Cogido en la trampa de su legalismo, el funcionario no tuvo más remedio que iniciar un proceso y desde luego, avisar a Trujillo. La próxima llamada que recibió el doctor Ramírez Alcántara, partió del Palacio presidencial».
En el palacio se encontraron cara a cara con la bestia, una bestia que fingía indignación por lo que había sucedido y que al parecer no tenía que ver con su gobierno. La culpa era del propasado general Fiallo, que había actuado por su cuenta. Afirmó que todo el peso de la justicia caería sobre los culpables y en efecto cayó. Le tocó a Fiallo recibir una dura reprimenda y ser degradado y apartado de la gracia del jefe hasta que el escándalo amainó. Luego, según lo que dice Crassweller, emergió como jefe de la policía. El castigo, un insuficiente castigo, se lo infligiría a sí mismo en 1961, después del ajusticiamiento de la bestia, cuando fue llamado por las autoridades a responder por lo de Nizao y El Número, quizás por tantos otros de sus innumerables crímenes.
Fiallo no acudió al llamado ni acudiría nunca. Esta vez haría algo bueno. Hizo lo mejor que había hecho en toda su vida. Se pegó un tiro. Se suicidó. O mejor dicho se ajustició.
(Historia criminal del trujillato [144]) Bibliografía: Robert D/. Crassweller, “The life and times of a caribbean dictator”.l
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elCaribe, SÁBADO 1 DE JUNIO DE 2024 elcaribe.com.do
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Apuntes de infraestructura
Erasmo en el Nuevo Mundo
PEDRO DELGADO MALAGÓN pedrodelgado8@gmail.com
El hombre es ducho en vientos. Domina las velas cuadradas y puede navegar con brisa de popa. Entiende, en suma, el secreto de salir al océano y regresar. En su obcecada cabeza de judío genovés están la literatura caballeresca, la piedra filosofal y el mundo de las siete esferas transparentes. Tiene noticias acerca del mar de lodo en que Platón ha disuelto la Atlántida. Sabe de hombres con un solo ojo y nariz de perro. Leyó a Pierre D’Ailly y su Imago Mundi está anotado 898 veces, de puño y letra.
Los tres barquichuelos zarpan de Moguer cuando todavía están calientes los céfiros del Mare Nostrum. Las proas enfilan hacia el Viejo Mundo, esto es, hacia la fábula. En la ruta del mapa secreto de Paolo del Pozzo Toscanelli, diez semanas después, llegan a las ciudades de Marco Polo y a las puertas mismas del Paraíso Terrenal.
El grito viene de La Pinta. Son las dos de la madrugada del viernes 12 de octubre de 1492. Un marinero ha divisado el horizonte inmóvil. Guanahaní es la Isla de las Iguanas. Sólo ven personas pintarrajeadas de negro y colorado. Al cerrar el diario ese día, el Almirante escribe: “Ninguna bestia, de ninguna manera vide, salvo papagayos”.
No existe suceso en la historia de los hombres comparable a la tempestad que se desencadena aquella madrugada apacible del otoño atlántico. Desmesurados, inverosímiles serán los acontecimientos y sus consecuencias.
En sólo cuarenta años, a pie o a caballo, un puñado de pícaros exaltados penetra selvas vírgenes, atraviesa desiertos y trepa cordilleras dos veces más altas que las de Europa. El candor de la mirada aborigen se deslumbra ante aquellos hombres claros, con barbas y panoplias. Más tarde, civilizaciones enteras sucumben bajo el furor espantoso de la truhanería medieval.
Los demonios peludos apresan, esclavizan, violan, matan. Sus espadas cortan cabezas, brazos y barrigas. Millones de indios inermes mueren en el fuego, atravesados por las lanzas o aplastados por los pencos. Los recién llegados obran con el florete y con la Biblia, con Aristóteles y el fuego, con el hierro y con la fe. “Anocheció a la mitad del día” en el continente de Anacaona y Rumiñahui.
Ahora es el año de gracia de 1510, y cuatro frailes dominicos pisan La Española. Uno de ellos, Antón de Montesinos,
Monumento a Fray Antón de Montesinos, Santo Domingo. F.E.
levanta su voz de fuego el primer domingo de Adviento de 1511: “¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas... ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de
comer ni curarlos de sus enfermedades, que los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? Éstos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a
amallos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís?”
Acaso sin percibirlo, el virrey don Diego y los encomenderos han escuchado las frases de un credo extraño, de un inédito evangelio: el Humanismo. Religión anhelada por la Europa que despierta. Fe pura, libre, abierta: discurso insólito que brota del alma grande de Erasmo de Rotterdam y sacude el orden colonial americano a través de la elocuencia de Antón de Montesinos.
Erasmo crea una religión a la medida de la nueva sociedad. Toda devoción gira, así, en torno a un hombre que “habla, enseña, cura, ama y consuela”. Como decir, el Cristo interpretado por la buena razón burguesa, sin mediadores entre él y sus criaturas. Se proponía Erasmo evitar el pesimismo desconsolado, el horror a la mancha del pecado original, el miedo paralizante a la muerte. Trataba él de recobrar, a la vez, la confianza del hombre en sí mismo, en su virtud, en su honradez primordial. En primer lugar, la moral, individual y colectiva; después, el dogma. Así era, en síntesis, la fe de Erasmo: la que predicó él en su Enchiridion, en su Elogio, en sus Coloquios
América fue, desde los inicios, tierra de singulares destinos. Ovando ahorca las últimas cacicas de la isla Hispaniola y, no muy lejos, en México, un Obispo erasmista, Zumárraga, levanta el Colegio de Tlatelolco para enseñar gramática latina y música a los indios. En el país de la matanza de Cholula, “a la orilla del lago de Pátzcuaro, circundado de vegas umbrosas y de montañas azules”, otro Obispo humanista, don Vasco de Quiroga, hace vivir al pueblo indígena la ardiente Utopía de Tomás Moro, el amigo íntimo de Erasmo.
De esa España que engendra la crueldad frenética de Pánfilo de Narváez y Nuño de Guzmán surgen también Antón de Montesinos, Bartolomé de Las Casas y Francisco de Vitoria. La España que degüella es, asimismo, la España que evangeliza y cura las llagas. La España que hace de “indios vivos” un paisaje de “cristianos muertos” es la misma que establece el fundamento de los Derechos del Hombre. Caras opuestas, juego de espejos: trágica simetría de una realidad indivisible.
Mas el precio de la Conquista ha sido alto. América aloja hoy cincuenta millones de indígenas, muertos vivos que arrastran su desdicha en las páginas turbias de Rulfo y de Arguedas. Cincuenta millones de seres encerrados en la ciega redondez de una memoria sin principio ni final. Percibo ésta como la mácula imborrable de nuestro continente. Acaso la sombra de una vieja culpa que, en aquellos días enrarecidos y furiosos, intentaran mitigar los piadosos seguidores del sabio de Rotterdam. Mientras los otros (los peores, los más) se apuraban en la faena de dominar las nuevas tierras, según fijara don Miguel de Unamuno, a puros y feroces “cristazos”. l
5
Cultura
Retrato de Erasmo de Rotterdam, por Hans Holbein, el joven. F.E.
6 Cultura
Modernidad, mundos ibéricos y ciencia
ANTONINO VIDAL ORTEGA
DIRECTOR CENTRO ESTUDIOS CARIBEÑOS. antoninovidal@pucmm.edu.do
Uno de los grandes problemas que tiene la historiografía de origen anglófona, cuando aborda los estudios relacionados con los imperios ibéricos en la Edad Moderna, es que ignora lo relacionado con el progreso de la ciencia en unas estructuras políticas que no acaban de entender por lo diversa y poliédrica de su naturaleza. Este problema deriva principalmente por la escasa consideración que muestran por lo que se produce en nuestros idiomas. Consecuencia y secuela de esta limitación es que cuando interpretan nuestros procesos históricos, parten de la idea que nuestra historia y nuestros pueblos no aportaron nada el progreso de la civilización, restando valor a las interpretaciones que hacen de los procesos históricos y culturales de Iberoamérica. Quiero hacer alusión a un libro no reciente, pero si relevante que hemos comentado y discutido con cierto fragor los últimos meses en las entrañas de nuestro doctorado de Historia del Caribe a raíz de algunas investigaciones históricas del siglo XVIII sobre la región en la que nos hallamos inmersos. El libro, que desde luego recomendamos, se llama Nature, Empire, and Nation Explorations of the History of Science in the Iberian World del historiador de la Universidad de Texas en Austin, Jorge Cañizares Esguerra, quien nació en Ecuador y creció entre México y Colombia. Una investigación que aborda un terreno histórico casi inexplorado por la historiografía en inglés, el de nuestro legado en la ciencia de la modernidad, aunque en las últimas décadas la historiografía iberoamericana ha prestado bastante atención al desarrollo de los acontecimientos científico en sus mundos imperiales con una profusa y contundente producción historiográfica que, por ejemplo, argumenta en la actualidad que el egoísmo epistemológico de Humboldt opacó el conocimiento construido por los hombres americanos que estudiaban el continente en el siglo XVIII, a pesar de que alimentó su obra apoyándose en sus investigaciones. El libro de Cañizares Esguerra, además de ser una contribución a la historia científica del mundo iberoamericano, es un trabajado focalizado en el pensamiento político y económico a ambas orillas del Atlántico. El trabajo se extiende desde el siglo XVI hasta mediados del siglo XIX y se centra en las preocupaciones del conocimiento natural en la primera moderni-
dad. El autor explora las diferentes interpretaciones de la naturaleza surgidas de los imperios ibéricos desde dos ópticas, una desde la prioridad imperial y otra desde la naciente identidad criolla. En la primera, centra su foco de interés tanto en la economía mercantil como en las políticas imperiales que perseguían el desarrollo de cierta tecnología para la explotación de los recursos naturales, argumentando la idea que nuestro mundo merece un lugar más destacado en la historia de la ciencia moderna temprana. Su opinión es que esta omisión se debe a que la historiografía moderna de la ciencia puso su mirada en la Europa septentrional y en las ciencias exactas, primero durante la Reforma Protestante y con posterioridad con la Ilustración, olvidándose de la botánica, la medicina y la geografía surgidas al calor de la
El libro de Cañizares Esguerra, además de ser una contribución a la historia científica del mundo iberoamericano, es un trabajado focalizado en el pensamiento político y económico a ambas orillas del Atlántico.”
era de las navegaciones que enlazaron todos los océanos y permitieron la primera globalización. En la segunda, en cómo los hombres americanos sintieron la necesidad de conocer su tierra, su mundo.
Sostiene el autor la idea, cuando menos provocadora para el mundo anglófono, que las empresas, los métodos y los logros científicos de los hombres iberoamericanos del siglo XVI y XVII sentaron las bases de las tradiciones empíricas, experimentalistas y utilitaristas que suelen atribuirse a Francis Bacon y la ciencia inglesa del siglo XVII. Para argumentar esta idea se apoya en los trabajos de José Antonio Maravall, Antonio Barrera y Juan Pimentel y en una abundante y cuidada selección iconográfica de la época, afirmando que los temas de la ciencia baconiana derivaron de unas tradiciones ibéricas que favorecían un enfoque práctico del estudio de la naturaleza y privilegiaban la observación moderna frente a la confianza en los presupuestos de la antigua filosofía natural.
De esa manera, en los ensayos del libro se plantean sólidas, vigorosas y atractivas argumentaciones, cuando menos muy sugerentes, que objetan y desafían los relatos dominantes sobre el desarrollo de la ciencia moderna y de la modernidad en general, soportadas sobre evidencias documentales sistemáticas y una cuidadosa argumentación. Los siete ensayos que contiene el libro, a pesar de la gran amplitud de la temática y una cronología extensa, se mantiene sobre una investigación rigurosa soportada sobre un profundo conocimiento de los textos analizados y de los autores trabajados.
Es difícil negar la importancia de este trabajo en la historia de la ciencia moderna y, sobre todo, no tanto para nosotros los historiadores que trabajamos principalmente en español y leemos en inglés para nuestra labor, sino el haber introducido este delicado cuestionamiento a la excluyente comunidad historiográfica de habla inglesa. Aunque como él mismo sostiene en las páginas del libro, este trabajo está por hacer, se trata de un comienzo y corresponde a las jóvenes generaciones de historiadores trabajar para incorporar nuestro mundo iberoamericano, como se merece, en los relatos sobre el desarrollo de la modernidad. l
Centro estudios caribeños. PUCMM. Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World”. This project has received funding from the European Union´s Horizon2020 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846.
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Central de Datos
HIJB: Pionera como la Primera Estación de Radio Estereofónica en R D
OGM
LENIN RAMOS lramos@elcaribe.com.do
Los equipos adquiridos tenían la capacidad de transmitir en 830 kilociclos de amplitud modulada (AM) y 95.9 en frecuencia modulada (FM), convirtiéndose así en la primera estación radial estereofónica en funcionar en el país.
A propósito del crecimiento que ha tenido la radio como medio de difusión masivo de información en la República Dominicana, la Zona Retro de esta semana rememora la inauguración de una de las más modernas emisoras instaladas en el país en el año 1969, que representó un crecimiento exponencial en cuanto a los servicios de información noticiosa de la época.
Inauguración
El 31 de mayo de 1969, a las 5 de la tarde, se inauguró la emisora HIJB, como una división de Radio de la Editora del Caribe. Su objetivo era proporcionar información veraz y ganarse la confianza del público. El discurso inaugural estuvo a cargo del doctor Germán E. Ornes, quien era el presidente de la Editora en ese momento. Las invitaciones circulaban con horario de la tarde y la ubicación de los estudios estaba en la urbanización de Arroyo Hondo.
En su discurso, Ornes aseguró que HIJB seguiría la misma línea que el diario. “Estas emisoras de radio, cuya inauguración nos llena de placer, que se cuentan entre las más potentes del país y poseen los equipos más modernos y eficientes fabricados hasta ahora, son fruto de la confianza ilimitada que El Caribe y las empresas afiliadas a nuestro periódico tienen en el porvenir de la nación y de sus instituciones democráticas”, dijo el doctor E. Ornes durante su declaración inaugural.
La instalación de los equipos de la emisora HIJB, que transmitirá en 830 kilociclos en amplitud modulada (AM) y 95.9 en frecuencia modulada (FM), fue realizada por el ingeniero Ángel Soto. El departamento fue puesto a prueba durante 15 días, sometiéndose a distintas pruebas, laborando mañana y tarde, cubriendo los horarios regulares de noticias que tendría la programación de la emisora.
Una de las modernas consolas de HIJB, en funcionamiento para producir uno de los noticiarios. OGM
Equipo de redactores produciendo informaciones para los diferentes programas de HIJB. OGM
Equipo que trabajará en las distintas dependencias de HIJB, división de radio de la Editora del Caribe, fotografiado en la entrada principal del edificio en Arroyo Hondo, donde funcionará el estudio principal. OGM
Locutores de la emisora en uno de los estudios del edificio. OGM
Estructura
El señor José Rolando Martínez Bonilla fue designado como administrador de la nueva emisora. La división radial estaba dirigida por el periodista Pedro Gil Iturbides. En cuanto al departamento de prensa estaría a cargo del doctor Rodolfo Coiscou Weber. Como redactores figuraban Ricardo Rivera, Domingo Breton, Luis Encarnación, Rafael Rasuk y José Modesto Valerio.
El comentario deportivo estaba a cargo del columnista Álvaro Arvelo hijo, de la redacción de El Caribe. A su vez, la sección de producciones dirigida por el señor Pedro María Santana, su asistente era el joven Manuel Hernández Villeta. En ese sentido, también contaban con una unidad móvil, a cargo de J. Pena MANSO Jr. Los locutores de HIJB eran Miguel Alejandro Camarena Rivera, Jo-
sé Enrique Trinidad, Ramón González, Magalis Santana de Fiallo, Ramón Polanco, Bernardo Palau y Ricardo Rivera. Los equipos
Todos los equipos de producción, estudio y transmisión fueron suministrados por RCA Internacional y representaban la última palabra en avances técnicos de radiodifusión. La cabina principal de AM estaba equipada con una consola RCA BC7A, una de las más modernas en su género.
La consola en cuestión podía poner en el aire cualquier programa venido de un total de 52 fuentes con solo mover la clavija correspondiente. Poseía controles individuales para cada canal y era capaz de trabajar en paralelo, en estereofonía o en forma monofónica.
En adición a esto, dos tornamesas RCA diseñadas para trabajo pesado podían reproducir cualquiera disco de 33 o 45 rpm, monofónico o estereofónico sin detrimento alguno de la calidad del sonido.
En esta línea, también tenía al servicio un moderno sistema de Cartridge Tape para los spots comerciales y promociones. El sistema era lo más avanzado que fabricaba RCA, y también la división de FM Stereo tenía la misma ventaja.
Una grabadora de estudio RT 21, de alta calidad, reproducía las cintas magnetofónicas en la cabina de AM. Los micrófonos eran de los de tipo RCA 77DX y de presión. Cada uno de los estudios con sus micrófonos asignados, y un sistema de pedestales tipo boom que aseguraba el óptimo rendimiento
de dichas herramientas.
El enlace entre el estudio y el transmisor se efectuaba mediante un equipo de VHF que aseguraba la gran fidelidad libre de ruidos e interferencias.
Meta: fin de los noticiarios
Según indicó el doctor Rodolfo Coiscou Weber, jefe de prensa de la emisora, el objetivo principal del departamento de Prensa de HIJB era proporcionar información veraz y ganarse la confianza del público.
En ese sentido, Weber destacó: “El lema del periódico, dar información y orientación sin favor ni temor, será nuestra norma y guía en todas nuestras actividades diarias, con la misma seriedad y responsabilidad que han caracterizado las labores de elCaribe”.
También resaltó que tendrían acceso a servicios internacionales que posicionarían la emisora como líder en términos de oferta informativa.
En cuanto a los horarios en los que el público podría disfrutar de los espacios, mencionó que podrían ser escuchados de 6 a 8 de la mañana, de 12 a 1 pasado el meridiano, de 6 a 7 de la tarde, de 9 a 9:30 pm., y un resumen especial del diario El Caribe a las 11:30 pm. Seguido comentó que se transmitirían alternativamente otros servicios especiales, como La Gran Noticia de la Hora y Noticias de Acción, cada media hora.
Programación
Pedro María Santana, jefe de operaciones de Radio HIJB, anunció la creación de una programación especialmente diseñada para jóvenes, destacando que lo más moderno de los programas llenará el gusto de todos los dominicanos. Entre los programas que se difundirán en la emisora, se incluyen los comentarios económicos a cargo del economista licenciado S. Salvador Ortiz, que se transmitirán tres veces por semana (lunes, miércoles y sábado).
Por otro lado, Miguel Alejandro, José Enrique Trinidad y Ramón González producirán los programas musicales. Los operadores serán Rafael de Jesús Batista, Hamlet García, ISIDRO Montesinos, Ramón de la Rosa y Miguel Cuesta, y para producción ha sido designado, Manuel Hernández Villeta. l
7 Cultura
Desde la izquierda, Pedro Gil Iturbides, director. A la derecha, José Rolando Martínez B. administrador.
OGM
zona
retro
crítica arte
LILIAN CARRASCO lilycarrascor@hotmail.com
El Arte de la Resiliencia: Iris
Pérez Romero
Un viaje por el universo ancestral y estético de una creadora multifacética y excepcional, a propósito de la muestra inaugurada el pasado 28 de mayo en el Instituto Cervantes de Japón como parte de la agenda cultural de la Embajada de la República Dominicana en Tokio.
Adentrarnos en el universo visual de Iris Pérez Romero es una aventura que tiene principio, pero no final, pues su línea firme y continua va guiando al espectador por un discurso que deviene multicultural, multiétnico, referencial y experimental.
Desde la perspectiva de una historiadora del arte, con una formación tan rica y variada como la de Iris, su obra artística se presenta como un vasto y profundo viaje por los diferentes medios y disciplinas del arte contemporáneo dominicano.
La pregunta que surge al analizar su mundo creativo es: ¿cuándo comenzó este apasionante viaje? La respuesta, según la propia artista, se remonta a su infancia, donde ya se vislumbraban los primeros trazos de una vocación artística que la llevaría a explorar una multiplicidad de técnicas y medios. Desde sus primeros días en la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), hasta su formación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y su continuo perfeccionamiento en talleres de cerámica, fotografía y más; su camino ha sido una búsqueda constante de conocimiento y expresión.
La “multidisciplinariedad” es una característica distintiva de su obra, donde el acrílico sobre lienzo, la cerámica, el barro, la instalación, el grafito y el dibujo convergen en un diálogo constante entre formas y texturas. Pérez Romero transita fluidamente entre estos diferentes medios, y encuentra en cada uno de ellos un desafío inspirador que alimenta su proceso creativo. La influencia de maestros como Marianela Jiménez, Soucy de Pellerano, Domingo Liz y Amable Sterling, se hace evidente en su obra, tal vez no de manera expresa, pero sí se aprecian rasgos distintivos tanto de uno como de otro. Continuará. l
crítica cine
ETZEL BÁEZ etzelbaez@gmail.com
Ojos grandes
El ensayo “La obra de arte en la Era de su reproducción técnica”, de Walter Benjamin, hace de este filme un instrumento de gran importancia para el debate sobre arte y comercio. Y es que el filme retrata a la artista Margaret Keane que es la primera artista plástica a tener su obra reproducida industrial y comercialmente llegando a los confines de la Tierra donde en alguna casa se albergaba a aquellos niños y niñas pintados con desproporcionados ojos. La reproducción por cientos de miles a partir de un solo cuadro reportó millones de dólares. Y esa es la parte, quizás, más interesante del filme como producto social y cultural. Se destaca al director Tim Burton donde vemos mejor su impronta como director, su estilo depurado y su estética. Eso lo podemos constatar con la escena del supermercado, donde usa su típica forma de plasmar escenas valiéndose de elementos nebulosos o caricaturescos, para descubrir personajes en toda su dimensión humana y social. Al mismo tiempo, casi como una metáfora de la industrialización del arte con más peso como objeto de mercado que como obra de arte, la trama del filme muestra el surgimiento y desenlace de
uno de los mayores fraudes de las Artes Plásticas, cuando en los años 50 y 60 un tal Walter Keane suplanta la autoría de pinturas realizadas por su esposa Margaret Keane al iniciar una revolucionaria forma de mercadeo de cuadros reproducidos como si fueran periódicos hasta la saciedad y vendidos a precios populares. Por supuesto, eso ocurría porque aquellos grandes ojos infantiles agitaban de emoción e impactaban la piedad popular. El filme muestra a un Burton más próximo, pues no se trata de una superproducción sino de un filme más personal, creo. El guión tiene algunos tonos feministas, pero sin ahondar en aspectos oscuros del medio social en que desarrolla la trama, y cuando entendemos que va por un camino, seguido salta con momentos de humor donde la historia reclama unos abordajes más explícitos en las secuelas psicológicas de relaciones disfuncionales como solían serlo las familias estadounidenses de esos años. Dentro de ese marasmo narrativo está que la actuación de la protagonista adquiere una dimensión que supera a todos los demás elementos. Aunque es notable el manejo de la ambivalencia de los personajes que retrata la trama en tono de ironía y cierto aire sarcástico. En Netflix como Big eyes. l
HHH GÉNERO: drama basado en hechos reales / Tim Burton. DURACIÓN: 106 minutos.
obras el libro vive
FRANK NÚÑEZ
franknunez463@gmail.com
Castaños
Guzmán en Filosofía del Hombre Burro
Como un ejercicio literario distante del tráfago electoral, tema en el que debió vivir agitados momentos en condición de árbitro, el doctor Julio César Castaño Guzmán sorprende al exclusivo público lector con un texto cargado de humor, cultura popular, folclor y una calidad literaria que supera la de los más laureados escritores de nuestra época. La lectura de Filosofía del Hombre Burro constituye una exquisita aventura, digna de ser experimentada en un tiempo que, para muchos, el gracejo encantador del dominicano se había extinguido con el coronavirus y el afán consumista. Castaño Guzmán destaca la presencia del cuadrúpedo que sirvió de montura al salvador de la Humanidad, Jesús de Nazaret, lo mismo que al pintoresco escudero del Quijote. El burro es tomado en el imaginario colectivo dominicano como sinónimo de resistente, bruto y mañoso, pero también de masculinidad privilegiada, hasta el punto de que uno de nuestros grandes poetas, Arturo Pellerano Castro, le cantó a su amada con admiración, y quizás con envidia: “Yo quisiera mi vida ser un burro”. El Premio Nobel chileno Pablo Neruda, recitaba de memoria ese poema, según el sociólogo dominicano José del Castillo.
Desde la portada, el exhaustivo prólogo del fenecido Premio Nacional de Literatura Manuel Mora Serrano a la segunda edición, la Introducción, la Canción Suave a los Burros de mi Pueblo, del poeta banilejo Héctor Herrera Cabral, hasta la contraportada, todo transcurre como un viaje por el mundo de los hombres burros, con una gracia que habría sorprendido al Nobel español Juan Ramón Jiménez, quien hiciera de su pequeño asno, Platero, el personaje literario que cautivó a los representantes de la Academia Sueca. El mismo autor de “La Hostos 40 y otros relatos”, lanzó la primera edición de Filosofía del Hombre Burro en el 2002. En la presente, agradece la colaboración del Archivo Histórico de Santiago, el Museo de la Fortaleza San Luis, la Respetable Logia Nuevo Mundo de Santiago y el Museo Ramón Cáceres, Estancia Nueva, Moca. El libro se disfruta como un banquete de alegría. l
Chomsky y Mujica
El documentalista mexicano Saúl Alvídrez logró reunir a José Pepe Mujica y Noam Chomsky, y generar el clima propicio para el intercambio fecundo de ideas.
AUTOR: SAÚL ALVIDREZ
EDITORA: DEBATE
VENTA: CUESTA LIBROS PRECIO: RD$1,550.00
La armadura de la luz
El choque de progreso y tradición y una guerra que amenaza con engullir toda Europa en la más ambiciosa y épica novela del autor.
AUTOR: KEN FOLLETT
EDITORA: PLAZA & JANES
VENTA: CUESTA LIBROS PRECIO: RD$1,600.00
Todos los lugares que mantuvimos en secreto
Maeve no sabe mucho sobre sí misma. Solo que no deja de pensar en si su madre cumplió todos sus sueños antes de morir.
AUTOR: INMA RUBIALES
EDITORA: PLANETA
VENTA: CUESTA LIBROS
PRECIO: RD$1,300.00
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8 Cultura
H H H H H EXCELENTE | H H H H MUY BUENA H H H BUENA | H H REGULAR | H MALA
CERTIFICO Y DOY FE
Cinco etapas de una vida
RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO ARZOBISPO
DE SANTIAGO
Introducción
La historia de una vida puede ser jalonada de muchas maneras. Se la podría describir, por ejemplo, por las edades: niño, joven, adulto, anciano; o por esas facetas determinadas que cualifican una vida particular: el político, el literato, el abogado, el hombre casado; o, simplemente, por esas grandes categorías de la existencia humana: la madre, la esposa, la abuela, la profesional, la cristiana, la comprometida con los derechos ciudadanos.
Hoy se me ocurre dividir la historia de una persona en cinco etapas. Mis fuentes van a ser afirmaciones sacadas de las ciencias, de la filosofía, de la revelación cristiana y de la experiencia cotidiana.
1-Vida antes de la vida Pocas veces se piensa que un ser humano, antes de ser engendrado o de nacer, es un proyecto: un proyecto al parecer perdido entre los millones y millones de posibilidades de la unión de un óvulo y un espermatozoide, que den paso a una persona concreta, con su herencia genética propia venida del pasado, para la que no se le consultó y portadora de una rica historia antes de su historia, la de su familia y su nación, debidamente codificada.
De ahí que se repita con frecuencia: “Todo ser humano es un misterio”; misterio en el sentido de una realidad que está ahí, rica y múltiple, que usted no puede negar, pero que no se llega a comprender del todo ni calar en toda su profundidad y dimensiones. El conocimiento de los antepasados es una clave fundamental para descifrar el código y el misterio de un ser humano.
Desde el punto de vista de la fe cristiana, toda criatura no es fruto del azar o de un proyecto ciego de la naturaleza, sino “un proyecto de Dios” en el que colaboran otros seres humanos. Así, en el pensamiento cristiano, toda persona humana ha sido querida y amada por Dios antes de nacer. Así, el misterio humano se une al misterio divino, como realidades innegables, pero comprendidas sólo en parte y abiertas a un mayor estudio y profundización.
2-La vida
La vida, la existencia humana, es un don, un regalo. Regalo de Dios y del padre y de la madre. Se pudo haber nacido o no ha-
ber nacido; pudo haber un aborto o no.
He encontrado, a lo largo de mis años, muchas personas que se han caracterizado por agradecer, amar y disfrutar intensamente el don de la vida. Agradecer, amar y disfrutar la vida no significa no tener problemas o quebrantos de todo tipo. Al revés, la gratitud, amor y disfrute dan energías para superarlos y no dejarse aplastar por ellos.
Las personas que desarrollan esta actitud a lo largo de su existencia y cobran los dividendos o rentas que ella deja, como la alegría, buenas relaciones humanas, son personas que aman todo y aman mucho: la gente, los animales, las plantas, las cosas pequeñas y grandes. Dan gracias por todo y gozan cada momento de su existencia.
Saben tomar la vida entre sus manos, siendo enérgicas sin ser dictadores de los demás. Guardan un sabio equilibrio entre el mando de sus existencias y las de aquellos que los rodean. Son activos y cultivan su mente y su espíritu.
No se desesperan ante los agobios. Conocen por experiencia propia y ajena que toda dificultad tiene una solución; que lo que importa es enfrentarla oportuna y tenazmente.
Cuando llega la vejez, guardan el garbo de su juventud y no descuidan ni su cuerpo ni su alma. Son viejos siempre vestidos con dignidad. De una u otra manera, han sabido prepararse para la ancianidad. A los nietos y a los jóvenes les gusta acercarse a ellas. En cambio, una persona mayor inconforme, quejosa, carente de amabilidad, no se preparó para la tercera edad y aleja de sí a la gente. Se le busca sólo por deber.
La larga vida, con calidad y calidez humanas, incluye una buena conciencia en paz consigo mismo, no intranquila o continuamente agitada por una doble vida. A pesar de los avances de la medicina o de los millonarios recursos económicos que se tenga, los corruptos con su doble moral, que les lleva a saltar de un lado a otro, interiormente inestables, no tendrán una larga y gozosa existencia.
3-La muerte
Toda vida humana desemboca en la muerte –¿quién no lo sabe?–, aunque nos re-
sistamos a admitirlo. Vida y muerte son inseparables. Por eso, amar la vida no significa mirar la muerte como una realidad odiosa, que amarga la existencia. Lo importante es no morir antes de tiempo, por descuido o por irresponsabilidad. A la muerte, por lo tanto, se le evita, se le enfrenta y se le cierran las puertas hasta que llegue su hora. Cuando sea el momento, se le acepta como parte de la vida misma.
Amar la vida tampoco significa un aferrarse a la vida a toda costa, tratando incluso de retardar la muerte más allá del tiempo debido, aunque para ello se tenga que pagar el precio de un vivir de pésima calidad.
Los que aman y disfrutan la vida viven el tiempo que tienen que vivir, con calidad de vida. Cuando se dan cuenta de que los años a venir no serán iguales, por la vejez o los quebrantos, no cambian “la calidad de vida” por “la cantidad de días”. Cierran con frecuencia los ojos, disminuyen su actividad al mínimo, van poniendo en orden sus cosas y se apagan poco a poco como una vela. Normalmente piden a Dios “morir como un pajarito”: y así les sucede. Mueren con lucidez mental y cuando menos se espera.
Ellos me recuerdan la muerte del Patriarca Jacob, padre de las doce tribus de Israel, el cual reunió a sus hijos, les dio instrucciones, los bendijo y, después de esto, “recogió sus piernas en su cama y se murió” (Génesis 49, 28).
4-La transición
Aunque la vida y la muerte son inseparables, sin embargo, es necesario prepararse para morir. Hay que hacer una transición entre esos dos momentos, tender un puente entre ellos.
La preparación a la muerte es física: nos vamos muriendo corporalmente poco a poco; cada momento de la vida es un paso hacia la muerte. El que ama y disfruta la vida desea, en el fondo, morirse antes que vivir sin plenitud o empezar a aburrirse.
La preparación a la muerte es también sicológica: ella es triste únicamente para aquellos que no la han incluido como parte de sus vidas o de sus reflexiones. Tampoco será un peso insoportable:
“Cuando la muerte se aproxima, los viejos encuentran que la vejez ya no es una carga” (Eurípides, dramaturgo griego, siglo V a.C.).
La preparación a la muerte es, igualmente, espiritual para el creyente en Dios y en la inmortalidad: morir es como un salto al vacío, pero el hombre o mujer de fe tiene la seguridad de que en ese salto le esperan unas manos amorosas para acogerlo. Por eso, se prepara poniendo en orden todas sus cosas, dialogando con Aquel con quien va a encontrarse y reconciliándose con él, si ha habido alguna ruptura en sus relaciones.
Los que aman la vida intensamente preparan también para su muerte a sus seres queridos y amigos con sus palabras y actitudes, de tal manera que al separarse de ellos no se sientan desesperados y puedan permanecer en paz como mueren ellos.
5-Vida después de la vida
Para los que mueren en el Señor, es decir, para los que creen en la vida, la muerte no es un final, sino una puerta que se abre para entrar en otra etapa o dimensión de la existencia humana.
Esa continuación de la vida es llamada “cielo” o “gloria”, descrita como un lugar de pleno y perfecto bienestar, donde no hay llantos, ni luto ni muerte ni aburrimiento; o como una ciudad de plena luz, con calles de cristal y murallas de piedras preciosas, donde ya no hay noches ni inseguridades ni nadie duerme. Se le compara también con un gran banquete, donde todos están vestidos con trajes de fiesta y la alegría y la felicidad total desbordan a los comensales. Un lugar de tal plenitud, que aquellos que han tenido la experiencia de morir y han debido retornar a esta tierra por alguna razón, afirman que no querían volver y que, desde entonces, cambiaron su manera de vivir para no perder la entrada a él, cuando les toque finalmente morir.
Estoy plenamente convencido de que aquellas personas que no aman ni disfrutan la vida presente parten de este mundo sin la experiencia humana básica para comprender el disfrute pleno y total de “la vida más allá de la vida”. Considero que también tienen dificultades para entender “el cielo” o “la gloria” los que desvirtúan sus goces y los acompañan con libertinajes, desórdenes y excesos. ¡Felices los muertos que han amado apasionadamente la vida, porque ellos entran a un reino no de muertos, sino de vivos!
Conclusión
CERTIFICO pues, porque lo que he visto, que los que disfrutan y aman intensamente la vida están seguros de que esta es eterna y de que no mueren.
DOY FE en Santiago de los Caballeros a los treinta (30) días del mes de mayo del año del Señor dos mil veinticuatro (2024). l
SÁBADO 1 DE JUNIO DE 2024
9 Cultura elCaribe,
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10 Cultura
Reynaldo (Nan) Chevalier
ESCRITOR Y PROFESOR DE LITERATURA DOMINICANO
Aunque Nan Chevalier ha escrito cuentos y minificciones, “disfruto más escribir novelas”, dice, por considerar que le permiten desarrollar con abundantes y precisos detalles, las historias y los personajes; además de que requieren un solo final, aun cuando este
MARÍA E. PÉREZ ROQUE
FOTO: FUENTE EXTERNA
l Ha cultivado la poesía, la narrativa breve y la novela; entre sus obras ¿cuáles son las más destacadas?
l Es difícil evaluar mis propias obras, lo que puedo decir es que me identifico más con las novelas “Tibieza”, “El hombre que parecía esconderse” y “Viaje sin retorno desde un puerto fantasma”; y con el libro de poemas “Presas de la inmediatez”. La razón es que escribí estos libros como si me hubieran sido dictados: con placer, sin sobresaltos...
l ¿Cree que en su caso hay cierta conexión entre su trabajo y las temáticas que desarrolla en sus relatos?
l La conexión no ocurre entre mi trabajo profesional y mi labor como escritor, a pesar de que algunas ideas pudieran parecer puente entre ambos mundos por ciertas reflexiones de algún personaje o de un narrador, en el caso de mis obras narrativas; la manera de proyectar mi mundo, en el caso de los textos poéticos. En mi obra de ficción sobresale la invención de universos imaginativos que poco deben a la realidad en que me muevo, excepto a la realidad psicológica.
l Sufrimiento y placer, ¿qué experimenta a la hora de escribir?
l Siento placer. Si sufriera escribiendo, me dedicaría a un oficio diferente. Cada nuevo inicio me ofrece la posibilidad de perseguir una ilusión. Mi vida gira alrededor de la literatura, lo demás es supervivencia.
l ¿Tiene algún ritual o manía especial a la hora de ponerse a escribir?
l Me alegra más escribir al atardecer y por las noches. Para hacerlo, prefiero los espacios abiertos y los restaurantes: escucho la música, a la gente conversando, la vida en movimiento.
l ¿Para usted, qué es más importante en una novela, la forma de escribir o la peripecia?
l Una conjunción de ambos aspectos. En verdad, toda ficción está elaborada sobre la base del contenido y de la manera de erigir ese contenido. Los recursos expresivos, la sintaxis, los diálogos, los elocuentes silencios constituyen la obra literaria. En mi caso, persigo la pluralidad de sentidos sin que el texto, sobre todo el poético se convierta en una adivinanza.
l ¿Cuáles cree que son los obstáculos a los que se enfrenta un escritor al escribir su primera novela?
l La falta de disciplina es un obstáculo notable. El novelista necesita constancia en la escritura, porque cuando se abandona una novela en proceso se suele perder el ritmo y la idea inicial acaba desvirtuándose. Es preferible vaciar la historia, las ideas y escenas imprescindibles, y luego trabajar sobre ese borrador. Por supuesto, esta fórmula no es universal,
sea abierto o con múltiples posibilidades interpretativas. “Por supuesto, hay otras formas de final, narraciones que sugieren múltiples finales: Rayuela, Museo de la novela de la Eterna”, explicó el también profesor de Literatura, quien recomendó la lectura de es-
critores de las distintas generaciones dominicanas, desde el Postumismo hasta la Generación de los 80 y las actuales promociones. En la actualidad, Chevalier disfruta de la escritura de un libro de poemas y algunos cuentos que podrían convertirse en otro libro.
“Mi vida gira alrededor de la literatura, lo demás es supervivencia”
Consideración
En mi obra de ficción sobresale la invención de universos imaginativos que poco deben a la realidad en que me muevo, excepto a la realidad psicológica”.
Opinión
Nuestro país cuenta con pocas casas editoras a las que un escritor pueda presentar su propuesta para ser publicada. Hace años que Alfaguara y Norma cerraron sus oficinas”.
el proceso de escribir está ligado a la personalidad del autor.
l Una vez terminada la obra, ¿cuáles son los muros que ha de derribar el autor novel para poder publicar?
l La falta de casas editoriales. Con excepciones como la Editora Nacional, las colecciones del Banco de Reservas, Santuario y las publicaciones como resultado de ganar un concurso literario: Uce, Funglode, Alianza Cibaeña, Sociedad Cultural Renovación, Radio Santa María, Editorial Bienetre. Salvo esas excepciones, nuestro país cuenta con pocas casas editoras a las que un escritor pueda presentar su propuesta para ser publicada. Hace años que prestigiosas editoriales como Alfaguara y Norma cerraron sus oficinas en la República Dominicana.
l ¿Cómo describiría su relación con su teléfono, ordenador y tableta?
l Son útiles herramientas, sobre todo el ordenador. Suelo apagar el celular cuan-
do escribo; admiro a quienes pueden escribir novelas mientras revisan mensajes en su celular. Yo no puedo, aunque sé que es posible.
l ¿En qué aspectos ha cambiado el ordenador y otros dispositivos sus métodos, hábitos y ritmos de trabajo?
l Resulta previsible que empecé escribiendo a mano, con bolígrafo, no había de otra, a menos que optara por la máquina de escribir. La tuve, pero redactaba a mano y después transcribía. Al responder esta pregunta escucho el teceado de mi obsoleta máquina como si fuera un martillo poblado de nostalgias y casi lloro. Las nuevas tecnologías han facilitado la velocidad en el proceso de escribir, las correcciones, la revisión del texto de manera automática, las posibilidades de leer a cualquier autor de regiones remotas y de que nuestros libros sean conocidos en las geografías más lejanas.
l ¿Qué sintió al obtener el “Premio Manuel Salvador Gautier de Novela” con su obra Tibieza?
l Ganar ese concurso en 2022 ha sido una felicidad sin límites y un estímulo para mi producción narrativa. En “Tibieza” me aparté del género policial, novela negra para ser más específico que intenté en varias ocasiones, y hurgué en los bajos estratos de la sociedad dominicana de final de la Guerra Fría. Lo intenté a través de eventos y personajes que se materializaban en el campus de la UASD, aunque algunas escenas transcurren en espacios diferentes. En el aspecto formal, persistí en la narración con saltos temporales, en la puesta en escena de múltiples narradores y en reflejar la capacidad de ejecutar el bien y el mal tanto por “los buenos” como por “los malos”. Intenté deshacerme de mis influencias literarias de la novela negra que me persiguen sin piedad (Raymond Chandler) (Adiós, muñeca), Santiago Roncagliolo (Abril rojo) y disfruté dando riendas sueltas a una realidad que se parecía, por fin a la de mis años de estudiante… Valió la pena, obtuve el premio por esa novela, también un recorrido de la mano de Keila Rodríguez y Editorial Bienetre por distintos medios de comunicación. Ella representa un ejemplo de lo que debería ser un editor. l
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Nan Chevalier afirmó: “El proceso de escribir está ligado a la personalidad del autor”.