EL DERECHO COMO RESULTADO DE LA ALIENACIÓN. Si, como hemos manifestado supra, las leyes se encuentran en un doble juego: por un lado, su aspecto ideal y trascendente, como una especie de <<cosa-en-si>>, pues solo se determina fuera de la experiencia misma; y, por el otro, su aplicación directa a la sociedad, donde la emergencia del dinero y el poder pueden doblar a su voluntad las leyes. Así, el derecho, a su vez, tiene un doble sentido: por una parte, se remite a la condición inmanente e inalienable que cada sujeto posee dentro de la sociedad a la cual pertenece, y que lo convierte en sujeto jurídico, pues tiene responsabilidades que, si quebranta o no puede cumplir, se pueda ejercer acción punitiva contra él; por otra parte, la coacción realizada hacia las decisiones individuales, pues estas ya se encuentran determinadas desde antes de su realización, lo que implica una imposibilidad de movilidad en nuestras acciones.
Entonces, el derecho actual solo es el resultado de los procesos de ejercicio de dominación, los cuales se han metamorfoseado por medio de los discursos para manifestarse y visualizarse como la única posibilidad que permita una cohesión social. Esto, por supuesto, nos determina a pensar al derecho como un producto de la alienación, un resultado de la de desvinculación con el constructo social y de la pérdida de identidad, la cual se genera por medio de la intersubjetividad. 39