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Héctor Fix Fierro

Héctor

Fix Fierro

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(1961-2020)

Juan Federico Arriola

La gran amistad que tuve con Héctor durante casi tres décadas —lo conocí en la Universidad Panamerica na cuando él tradujo simultáneamente en el Aula Magna una conferencia de Niklas Luhmann a finales de 1990— no me hace perder la objetivi dad para escribir las siguientes líneas.

Héctor Felipe Fix Fierro nació en la Ciudad de México el 15 de agosto de 1961, dos días después del levan tamiento del Muro de Berlín y casi a la mitad del sexenio del presidente de México, Adolfo López Mateos, cuando el “desarrollo estabilizador” predominaba en el sistema político autoritario mexicano.

Es el hijo mayor del honorable y sabio jurista mexicano Héctor Fix Zamudio y de María Cristina Fierro, en paz descanse.

Héctor fue el mayor de cuatro hermanos. Le siguieron, en orden cro nológico: Cristina, Carlos —fallecido en junio de 2018— e Imelda.

De su señora madre heredó su disciplina kantiana y su afán por el orden y la responsabilidad. De su señor padre tuvo un ejemplo impor tantísimo, como él: jurista estudioso, académico riguroso, persona sencilla en su trato, atento observador de la realidad con una mirada crítica y completamente desapegado al poder político y a los cargos públicos que le restan tiempo a los académi cos. Héctor Fix Fierro fue políglota (español, alemán, inglés y lector de textos en francés e italiano), traduc tor de Teoría general del Estado del profesor alemán Reinhold Zippelius y de Primera lección de sociología del Derecho del italiano Vincenzo Ferrari.

Recuerdo muy bien cuando presentamos juntos, en el Auditorio Adrián Gibert de la Universidad La Salle, el 10 de noviembre de 1994, la obra póstuma de Hans Kelsen Allge meine Theorie der Normen (Teoría general de las normas), cuya edición en castellano tiene los derechos exclusivos la editorial Trillas. Tuvo la generosidad de aceptar varias invitaciones académicas de mi parte; entre otras, ser parte del consejo editorial de la Revista Jurídica de la Universidad Iberoamericana. Adicio nalmente, colaboró en el Centro de Investigación y Docencia Económicas por invitación de su amigo Sergio López Ayllón.

Asiduo lector de obras literarias, en particular de novelas, además de obras históricas, el investigador jurí dico mexicano fue un melómano que disfrutó a los grandes de la música barroca y clásica: Bach, Telemann, Vivaldi, Händel, Albinoni, Haydn, Mo zart, Beethoven, Brahms, Schumann, Schubert, y del siglo XX le encantaba la obra de Dimitri Shostakovich. Dis creto cinéfilo, mantenía con cierta reserva sus gustos cinematográficos. En ocasiones sus prolongados silencios, casi de monje cartujo, lo hacían ver como un hombre reflexivo más que de acción. Pero una vez que tomaba acción no se detenía. Su castellano perfecto honraba el idioma de Cer vantes y de Lope de Vega y su alemán en particular a Schiller y a Goethe, a quienes conocía bien.

Su educación obligatoria (prima ria, secundaria y preparatoria) la realizó en el Colegio Alemán en la Ciudad de México. Obtuvo la licenciatura

en Derecho con mención honorífica por la Universidad Nacional Autóno ma de México en agosto de 1987. Se casó con Jacqueline Martínez Uriarte el 11 de enero de 1992.

Fue miembro del Instituto de In vestigaciones Jurídicas durante más de 30 años y su formación acadé mica e intelectual la continuó en el Instituto Internacional de Sociología Jurídica, fundado en 1988 en Oñati, País Vasco, España, donde obtuvo, junto con su esposa, reconocida socióloga y politóloga del Instituto Tecnológico Autónomo de México, el grado de máster internacional en sociología jurídica, con el que obtuvo el promedio más alto registrado hasta ahora.

Héctor Fix Fierro inició sus es tudios doctorales en Derecho en la Universidad Friedrich Alexander en Erlangen, Bavaria —por cierto muy elogiada por el jesuita Héctor Gonzá lez Uribe en estudios de humanidades—, y los terminó con éxito en la Universidad de Bremen.

Como miembro del Sistema Nacional de Investigadores llegó con justicia a pertencener al nivel III y supo organizar muy bien su tiempo para atender sus deberes familia res, académicos y profesionales sin descuidar a su gente (familia, amigos y compañeros de trabajo).

No fue protagónico; no utilizó ni se distrajo de su responsabilidad como director del Instituto de Inves tigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (2006-2014) para aspirar a cargos dentro o fuera de esta noble e impor tante institución educativa. En esto siguió claramente las recomendacio nes que le hizo su padre, el doctor Héctor Fix Zamudio, con base en la sugerencia de Max Weber de su libro El político y el científico de no caer en tentaciones políticas a cambio de dejar las labores académicas. Él apoyó la mayoría de las iniciativas de investigación y coordinación que le fueron presentadas; fue —dicho por varios investigadores y asistentes de investigación— un excelente jefe y visionario de la necesidad de la inter disciplina como imperativo categórico. Lo escuché en varias ocasiones agradecer a sus antecesores, a los doctores José Luis Soberanes y Diego Valadés, de quienes recibió aliento para continuar sus proyectos de in vestigación y de escritura. Y también hizo referencia a Jorge Carpizo y a Jorge Madrazo con cierta gratitud cuando ellos se hicieron cargo de la dirección del Instituto de Investiga ciones Jurídicas a finales del siglo XX, y que alguna vez también recayó en don Héctor Fix Zamudio, su padre (1966-1978).

Sus hijos Valentina, Markel y Verena han crecido en una atmósfera de amor, de cultura, de ciencia y de respeto. Mis hijas María José y María Fernanda han tenido la oportunidad de ser sus amigas y de crecer juntos en diversos recreos humanos, quizá el más grato en Nepantla, pueblo natal de sor Juana Inés de la Cruz.

Héctor Fix Fierro es y será recor dado por ser un investigador jurídico productivo y solidario. Participó con interés académico y social en diversos foros nacionales e interna cionales. Fue un escritor prolífico y un excelente colaborador en libros y revistas, incluidos prólogos y epílo gos. Sería muy largo enumerar todos los libros que escribió como autor y como coautor. Ya notablemente en fermo, el sábado 16 de mayo de 2020 me entregó personalmente y me autografió su último libro, El poder del Poder Judicial y la modernización jurídica en el México contemporá neo, que le publicó el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en marzo de este año.

Héctor Fix Fierro falleció en su casa, víctima de cáncer, durante los primeros minutos del jueves 28 de mayo de 2020, acompañado del amor de su familia, después de una agonía (lucha, en antiguo griego) de casi dos años en los que mostró valor espartano, ética socrática y sereni dad cristiana. Fue un hombre íntegro. No conozco a nadie que se exprese mal de este gran ciudadano mexi cano. En este tiempo, en el que el Estado de Derecho es más idea que realidad, voces críticas como la de Héctor Fix Fierro se requieren para no soslayar cuáles son los extravíos políticos y legislativos que remarcan la crisis multidimensional que pade cemos y sus probables soluciones.

Me permito utilizar la metáfora que escribió el poeta Carlos Pellicer —dedicada al jurista y hombre de letras jalisciense José Arriola Adame con quien tuvo una cercanía y un trato profundo— para externar mi sentimiento de tristeza y de egoísmo de mi parte: “Me duele la ausencia de mi amigo [Héctor Fix Fierro] como una puerta abierta a hachazos”.

Estoy convencido de que hoy, en el eterno presente donde permane ce, él es pleno y libre de sufrimiento. Héctor Fix Fierro ha sido uno de los hombres más justos que he conocido y el mejor jurista mexicano de su generación, sin duda.

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