IBAGUÉ, OCTUBRE 30 DE 2011
FA CE
TAS CULTURA AL DÍA Venganza y perdón
En un mundo mejor Jorge Ladino Gaitán Bayona Exposición
Procesos: muestra de artistas en formación Hernán Camilo Yepes Vásquez El cuento
El hombre que fue dos veces al cine Roberto López Moreno
FACETAS
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IBAGUÉ, OCTUBRE 30 DE 2011
Venganza y perdón en En un mundo mejor
Por Jorge Ladino Gaitán Bayona * A fines del siglo XVIII, el escritor y militar francés Pierre Choderlos de Laclos había indicado en su novela Las amistades peligrosas: “La venganza es un plato que sabe mejor si se sirve frío” (1990: 21). “La venganza es dulce y no engorda”, expresó en cierta ocasión el gran cineasta Alfred Hitchcock. La venganza como alimento es una idea recurrente, aún en refraneros e imaginarios, no en vano muchos hablan de “matar y comer del muerto”. ¿Barbarie que nunca sucumbe a la civilización? ¿Por qué tantos se toman la justicia por mano propia? ¿Pregunta o aporía? La cuestión es tan compleja que recientes estudios científicos adelantados en Inglaterra y Suiza han comprobado, a través de experimentos con grupos humanos, que el ansia de venganza está emparentada con el apetito. Cuando alguien siente que se comete un acto vil y el responsable no es castigado se genera una alta actividad en su cerebro y luego el estómago segrega grelina, llamada popularmente como “la hormona del hambre”. Lo curioso (o mejor sería decir lo preocupante) es que si ese
Oráculo En la antigua Grecia, oráculos eran los lugares en los que sacerdotes y pitonisas daban a conocer las respuestas de los dioses a las consultas que les habían sido formuladas. La palabra se usaba también para designar el propio lugar de las profecías. En la actualidad, oráculo se usa también en nuestra lengua para denominar a aquel que es oído por todos en virtud de la sabiduría que se le atribuye. El oráculo más antiguo y famoso de Grecia fue
otro es violentado fuertemente, en el cerebro de quien antes sentía hambre de venganza se activan los mecanismos de placer que conducen a la liberación de serotinina y neurotransmisores ligados a la cuestión de saciar el apetito. Como bien lo sostiene la doctora Tania Singer, “nuestro cerebro tal vez esté diseñado para encontrar placer con el castigo a los culpables” (citada por Fernández de Bobadilla, 2011: fuente web). Para agudizar lo anterior, podría agregarse que quien siente el hambre de venganza, más allá de las exigencias de su cerebro y su organismo, puede resultar más peligroso si sobre sí reposa una enorme carga de traumas familiares, resentimientos, frustraciones y fracasos recientes. En todo caso, como una cosa es nacer humano (con sus ansias, pasiones e instintos) y otra hacerse humano (más solidario, ético y respetuoso de los otros), pues al final de cuentas, como puntualizara el escritor Grahan Greene, “ser humano es también un deber” (citado por Savater, 1997: 17), cabe resaltar que, ante la monstruosidad de la venganza, existe también la belleza del perdón, el lado espiritual y sublime de quien lo otor-
Palabra del día
el de Delfos, situado en la falda del monte Parnaso, enfrente del golfo de Corinto. Según la tradición, el oráculo había pertenecido primero a Gea, la Madre Tierra, pero ésta se lo dio a Apolo o, según otras versiones, él se lo robó. Los secretos del oráculo eran revelados a los hombres por una sacerdotisa a la que se llamaba Pytho (de donde proviene la palabra ‘pitonisa’). Homero -que vivió en el siglo IX a. de C., se-
gún la hipótesis más aceptada- ya conocía el oráculo, establecido por esa época en una colonia de Micenas. Esta creencia se tornó panhelénica sólo entre los siglos VII y VI antes de nuestra era, cuando los legisladores empezaron a buscar el consejo de Apolo para sus decisiones. La palabra oráculo llegó a nuestra lengua procedente no del griego, sino del latín oraculum, que se formó a partir del verbo orare ‘rezar’.
IBAGUÉ, OCTUBRE 30 DE 2011 ga. Derrida habla, justamente, del perdón difícil, algo excepcional y extraordinario pues se mueve en esta tensión: “La profundidad de la falta y la altura del perdón” (citado por Ricoeur, 2004: 585). Esa “altura del perdón”, a la que Paul Ricoeur bautiza como “el himno del perdón” (2004: 586), eleva al ser humano por encima de sus apetitos primarios. Habría que tener en cuenta esas tensiones entre el hambre de venganza y “el himno del perdón” al contemplar Hævnen, una película del 2010, coproducida por Dinamarca y Suecia, bajo la dirección de la danesa Susanne Bier y guión de Anders Thomas Jensen. Aunque Hævnen traduciríaVenganza, fue exhibida en Estados Unidos bajo el título de In a better world y en países de lengua castellana como En un mundo mejor. En el reparto se destacan las actuaciones de Mikael Persbrandt, Ulrich Thomsen, Tri-
ne Dyrholm y, sobre todo, los niños William Jøhnk Nielsen y Markus Rygaard. Esta cinta obtuvo, entre otros, Premio Óscar 2011 a mejor película extranjera, Premio Globo de Oro 2011 a mejor película Extranjera, premio a mejor dirección y premio a mejor guión en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2010 y Premio Marco Aurelio a mejor película extranjera en el Festival Internacional de Cine de Roma 2010. A diferencia de tantas producciones fílmicas (frecuentemente norteamericanas) que para abordar los temas de la venganza y el perdón sobrecargan las imágenes con la evidencia brutal de la sangre, los golpes y la violencia para luego transitar a escenas dulzonas de perdones poco creíbles, En un mundo mejor se preocupa por profundizar, ante todo, en las raíces psicológicas del odio y de la reconciliación. De ahí que por encima de los entre un pueblo de Dinamarca giros de una historia bifurcada (donde dos amigos pequeños encuentran en la violencia el desahogo por la muerte de una madre y el cercano divorcio de unos padres) y un campo de refugiados en Sudán (donde un doctor sueco se debate entre su ética profesional y la presión de dejar morir a un jefe tribal que tortura mujeres violadas) importa, principalmente, la tremenda fuerza actoral de los personajes, su enorme capacidad de recrear con discursos, pero también con sus gestos, acciones y silencios, sus desencuentros con la existencia y sus desencantos con personas que alguna vez se amaron: el hijo que culpa al padre por la muerte de la madre, la esposa traicionada por su pareja y cuyos niños enfrentan las duras cargas de la inmigración por ser suecos en tierra danesa. La capacidad del reparto para encarnar odios, angustias, desamparos y reconciliaciones, aunadas a una atmósfera intensa donde juega un papel vital la música de Johan Söderqvist y los juegos de cámara que captan en su lentitud la expresivi-
dad misma del paisaje atrapan al espectador, apuntan a sus pensamientos, emociones e, incluso, a sus nervios. El encanto estético de En un mundo mejor es que, más que conmover, logra el efecto de la conmoción. Quien contempla la película no sólo sufre la historia, sino también se ve obligado a revisar su propio pasado, a comenzar la anagnórisis y recordar con angustia aquellas situaciones que podrían haber culminado en la bondad del perdón y no en odios y venganzas que se perpetúan en remordimientos. Precisamente, y sin caer en moralejas ramplonas de las convencionales “películas edificantes”, la cinta dirigida por Susanne Bier, en su complejidad narrativa, su poeticidad, juegos con espacios y su particular forma de ahondar en las consciencias de los personajes, pone sobre escena los límites morales entre la venganza y la justicia, entre la rastrera mezquindad de quien, en ciega obediencia a sus instintos, responde a la violencia con violencia y la altura moral de quien
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perdona, pues, al fin de cuentas, como dijera Francis Bacon, “vengándose uno se iguala a su enemigo; perdonándolo se muestra superior a él” (1961: 159). *(Profesor de la Universidad del Tolima, Doctor en Literatura de la Universidad Católica de Chile, jlgaitan@ut.edu.co). REFERENCIAS BIBILIOGRÁFICAS Bacon, Francis (1961). Ensayos. Madrid: Editorial Aguilar. Fernández de Bobadilla, Vicente (2011). La ciencia de la venganza. Publicado el 14 de julio de 2011 en Quo.es: http:// www.quo.es/ciencia/psicologia/la_ciencia_de_la_venganza Choderlos de Laclos, Pierre (1990). Las amistades peligrosas. Barcelona: Círculo de Lectores. Ricoeur, Paul (2004). La memoria, la historia el olvido. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Savater, Fernando (1997). El Valor de educar. Barcelona: Editorial Ariel.
Claudia Patricia Ortiz
Es la necesidad del trabajo de estas personas por el arte y la cultura en espacios formativos, como la Facultad de Ciencias Humanas y Artes.
En la muestra también son expuestos trabajos con aguada y papel Canson, además de otros elaborados con terracota y ready made.
Todo un trabajo de los actuales artistas en formación universitaria se condensa, actualmente, en más de 90 obras pictóricas, esculturales y de instalaciones sugestivas de la exposición Procesos, que actualmente alberga el Museo de Arte del Tolima. Son, en total, 53 estudiantes de diferentes semestres de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad del Tolima que demuestran que con cualquier material, disciplina y concepto claro, se puede construir arte: vinilos, dibujo, óleo, lápiz, fotografía, video e instalación, entre otros. Es un trabajo que integra diversidad de acontecimientos y perspectivas sobre la sociedad, desde los más recurrentes hasta los más surrealistas e inexistentes, producto del trabajo conjunto con 14 docentes de la facultad en cuatro áreas claves de preparación artística.
La exposición Procesos permanecerá colgada hasta mediados de noviembre.
Cometas, paisajes, bodegones reales y otros surrealistas, formas geométricas, ensayos para elementos, caricaturas y evolución del ser humano, pueden apreciar los visitantes al Museo.
IBAGUÉ, OCTUBRE 30 DE 2011 IBAGUÉ, OCTUBRE 30 DE 2011
Esta exposición se desarrolla en el marco de los tres años de la reapertura de la facultad de Ciencias Humanas y Artes, en recuerdo de la hace más de 30 años extinta de Bellas Artes.
Áreas como curaduría, medios, artes plásticas, artes visuales, gestión e historia del arte comprenden, en ocho semestres de carrera, la formación de los próximos maestros en Artes Plásticas y Visuales.
El semestre pasado fueron seleccionados los trabajos participantes en Procesos, luego de pequeñas exposiciones en la biblioteca Rafael Parga Cortés, de la Universidad del Tolima.
Exposición Procesos, en el MAT Tres años de incansable escuela FACETAS FACETAS
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El oficio de traductor requiere de una sólida formación humanística
Por Xosé Castro*
Desde el mismo momento en que hemos decidido ejercer como traductores o como lingüistas o como periodistas -que, para el caso, viene a ser lo mismo- estamos condenados a formarnos, especialmente, a través de la lectura. Ya no es esta una cuestión optativa; ya no habrá profesores que nos obliguen a leer La Celestina; ahora somos nosotros los que nos lo impondremos. La paradoja de licenciarse y comenzar a trabajar es que, al poco, uno termina corroborando que la perseverancia y los denuedos de nuestros profesores de lengua y literatura de primaria y secundaria eran justificados: hay ciertas lecturas que, para un traductor, no solo son recomendables sino obligatorias. No obstante que haya autores que prefiramos, no obstante que pasemos temporadas sin abrir un libro, no obstante que haya estilos que aborrezcamos, hay ciertos géneros, autores y estilos que no debemos dejar de leer. No olvidemos que los traductores somos escritores y que todos escribimos como leemos. Y escribimos lo que leemos. En estos tiempos de comida rápida y satisfacción inmediata, la lectura tiene notables competidores que proporcionan placer instantáneo: televisión, Internet, cine, videojuegos y medios audiovisuales. Aunque la lectura también aporta placer, no es fácil zapear con un libro, admitámoslo. En Internet, donde navegamos abriendo páginas a mansalva como si fuéramos octópodos, cambiamos de un tema a otro sin dilación ni trauma si sentimos el mínimo atisbo de aburrimiento. La lectura es -y debe ser- un ejercicio más pausado y mesurado. A modo de ejercicio, debemos leer de manera analítica y curiosidad de novicio. Buscaremos lecturas de recreo, de pasatiempo, pero también lecturas de esas que se hacen con lápiz y
diccionario en ristre. El gran placer de leer es que, aunque creamos haber olvidado el texto de una novela, el conocimiento se queda registrado indeleblemente en nuestro cerebro, como bien dicen los neurólogos. Con un estímulo externo adecuado (por ejemplo, la práctica de la conversación o la redacción de textos o su traducción...), podremos rescatar esos conocimientos del olvido al que creíamos haberlos desterrado. “Sí, yo leí ese libro hace dos años, pero no recuerdo nada de él, ¡con lo que me había gustado!”, decimos. Pero no es cierto. Buena prueba de ello es que los hablantes conocemos decenas de miles de palabras, pero... ¿de cuántas podríamos recordar el día o el instante preciso en que las aprendimos? Ande, haga la prueba: ¿recuerda cuándo aprendió las palabras mesa, entomó-
logo, acalorado o extirpar? ¿Recuerda incluso la última vez que las oyó o leyó? ¿Le sorprende? Ahora que las ha vuelto a leer por enésima vez en este texto, su mente recibe el estímulo externo que permite extraer su significado de ese disco duro grisáceo y lleno de circunvoluciones que tenemos entre las orejas y, sin embargo, no logramos recordar desde qué fecha está ahí grabado. Eso es lo mágico de la cultura oral, visual o escrita, que se impregna sin que apenas nos percatemos. Entre algunos hablantes hay tendencia a pensar que los cambios que experimenta el idioma -la pérdida de ciertos vocablos, la simplificación de la sintaxis, la entrada de extranjerismos innecesarios- son un signo de evolución y, por ende, de mejora. Esta creencia me preocupa cuando la expresan lingüistas y traductores.
En mi opinión, es pernicioso confundir lo natural con lo ideal. Recuerdo mi osada ignorancia cuando, con 19 años, creía que las lenguas romances eran mejores que el latín, puesto que eran más evolucionadas. Aquella postura, creo, era el resultado de esa búsqueda postadolescente del blanco y el negro, de los valores absolutos, del conmigo o contra mí, de las respuestas sin fisuras... También creía que el castellano del siglo XX era, digamos, mejor que el castellano del siglo XVII. Por eso fue sorprendente el descubrimiento de El Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, una novela picaresca anterior a El Quijote y en cierto modo eclipsada por el éxito de esta última. Su lectura fue esclarecedora; una lección de redacción, composición sintáctica, comunicación y vocabulario. Me di cuenta enton-
ces de mis carencias en cuestiones de vocabulario, sintaxis y expresión. En aquel libro me veía obligado a releer ciertos pasajes porque no lograba entenderlos al primer vistazo, y no era porque no entendiera las palabras, sino por la precisa complejidad con la que estaban redactadas... Si mi lenguaje era más evolucionado que aquel, ¿por qué no lograba comprender aquello fácilmente? En resumen, creo que lo natural es que, con el paso del tiempo, el idioma se simplifique, sea permeable a extranjerismos innecesarios y necesarios, pierda vocablos precisos y gane muletillas vacuas, pero la pregunta es: ¿es eso lo ideal? El papel del traductor es hacer las veces de un intermediario, de modo que entre lo natural y lo idóneo haya el menor número de diferencias. *Elcastellano.org
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El cuento
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El poema
El hombre que fue dos veces al cine Por Roberto López Moreno* ¡Luces! ¡Acción! La cámara emitió ese peculiar ruido que se produce cuando la cinta -lista de verdades imaginadas-, empieza a correr sobre el tiempo. El hombre había ido por primera vez en su vida al cine. En la pantalla, las imágenes jugaban a que estaban filmando. Una mujer extraordinariamente bella dominaba la escena. El hombre que había ido por primera vez al cine se levantó como alucinado. Caminó hacia la pantalla y se introdujo en ella tratando de alcanzar aquella ilusión. El hombre pudo hacer contacto con la actriz; le pagó una vida de princesa y cuando estaba a punto de un colapso económico la mujer se le fue perdiendo
en los rincones insólitos de la pantalla. Él fue tras ella y lentamente ambos entraron a dejar de ser tan sólo dos siluetas grises. La segunda vez que el hombre fue al cine, lo hizo con el fin de ver si podía reiniciar la historia en la que se había perdido, se trataba de que tomara nuevamente los hilos de la trama y reconstruir su desgracia para encontrarse en ella y poder arrancarse de la misma. Se sentó fatigado en una butaca solitaria. Se quedó profundamente dormido. Mientras, desde la pantalla, la voz del director de la película -verdad imaginada-, ordenó con voz seca: “¡Corte!” *Escritor mexicano Ficticia.com
A Leonor Amado Nervo* Tu cabellera es negra como el ala del misterio; tan negra como un lóbrego jamás, como un adiós, como un «¡quién sabe!» Pero hay algo más negro aún: ¡tus ojos! Tus ojos son dos magos pensativos, dos esfinges que duermen en la sombra, dos enigmas muy bellos... Pero hay algo, pero hay algo más bello aún: tu boca. Tu boca, ¡oh sí!; tu boca, hecha divinamente para el amor, para la cálida comunión del amor, tu boca joven; pero hay algo mejor aún: ¡tu alma! Tu alma recogida, silenciosa, de piedades tan hondas como el piélago, de ternuras tan hondas... Pero hay algo, pero hay algo más hondo aún: ¡tu ensueño! *Poeta mexicano Poemas-del-alma.com
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Editorial: Grijalbo Título: En la boca del lobo Autor: William C. Rempel Páginas: 432
Editorial: Ediciones B Título: Camino minado Autor: Maureén Maya Sierra Páginas: 280
Bogotá, Colprensa Bill William Rempel, un re portero con casi cuatro dé cadas de experiencia, realizó un recorrido por la historia de Colombia para encontrar el origen, desarrollo y fin del famoso Cartel de Cali. Se trata de una apasionan te crónica en torno a perso najes como Miguel Rodrí guez Orejuela, elaborando una radiografía y mostrando la sofisticada estructura de dicho cartel, dirigida por se res implacables, o al menos así los muestra en el libro, como lo eran los hermanos Rodríguez Orejuela. Escrito a manera de thril ler real, cuenta con un ritmo vertiginoso, con una serie de escenas y acontecimientos sorprendentes, sobre el ac cionar de dicho cartel y sus dirigentes.
Bogotá, Colprensa Hace 17 años, en Bo gotá, fue asesinado Ma nuel Cepeda Vargas, el último congresista muerto de la Unión Pa triótica que sufrió un plan de aniquilamiento que el mismo afectado venía denunciando. Ahora, la periodista Maureén Maya recons truye el caso de este dirigente, reflexionan do sobre los que fueron llevados ante la justi cia y condenados, pero también sobre lo que su familia ha denunciado, por años, de que hay más culpables. Es una reconstruc ción muy bien docu mentada sobre el exter minio de un partido, de una idea, pero, sobre todo, de personas como Manuel Cepeda Vargas, que apostaban al cam bio.
Editorial: Fondo de Cultura Económica Título: ¿Por qué no vas al baño? Autor: Jonathan Farr Páginas: 36
Bogotá, Colprensa Reni está de visita en casa de Plip y Charly y los tres están pasando una tar de muy entretenida, has ta que Reni necesita ir al baño, pero comienza a per cibir ruidos y olores miste riosos provenientes de ese sitio. Reni está dejando la ba cinica y aún no se atreve a ir solo al sanitario, pues teme que aparezca un hor rible monstruo y se lo lleve por el excusado. Es una hermosa historia para lec tores principiantes con el objetivo de ayudar a los niños a que aprendan a ir al baño.
DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales COORDINADOR: Redacción cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Cristian Camilo Arroyo DISEÑO: Carlos Augusto Delgado Gutiérrez FOTOS: Internet. Camilo Yepes. Hélmer Parra. Suministradas. Archivo. Colprensa. ILUSTRACIONES: Obras del artista tolimense Julio Fajardo (q.e.p.d.) Carrera Sexta No. 12-09 TELS.: 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.