Facetas Ene 10

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cultura al día

“Mirando a la mujer, entre Eros y Thánatos”

IBAGUÉ, 10 DE ENERO DE 2010

FACETAS


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Sinfonía

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Benhur Sánchez Suárez

e pidió la pulsera de cobre. La tomó con delicadeza y la sumergió en una vasija con agua. En la H. J. U. T. comenzaban a transmitir la Sinfonía No. 40, de Wolfgang Amadeus Mozart, interpretada por la Mozart Festival Orchestra, bajo la dirección de Alberto Lizzio, según la presentadora del programa. A tiempo con los primeros compases de la orquesta, la Mona Cha me pidió que sacara de una bolsa verde un poco de sal marina y la depositara en el recipiente. Luego, con los ojos cerrados, como si rezara, posó sus manos sobre la vasija. Por unos instantes me invadió una oleada de ternura al verla concentrada, como ida de sí misma, en una actitud que para mí significó su esfuerzo para trasladar a mi pulsera su seguridad o para que nuestro amor, asediado en los últimos días por discusiones inútiles, quedara protegido por el brillo del aro metálico y su esencia misteriosa. La música acrecentaba el halo de intimidad que se palpaba en el ambiente a medida que avanzaba la ceremonia de purificación de mi pulsera. Después la tomó con seguridad, le dio vueltas y la restregó insistente, como si la lavara con la solución salina. La colocó sobre la superficie de la mesa. Buscó luego papel celofán azul y con él la frotó y secó, mirándola con fijeza. -El papel celofán es mágico -me explicó-. Viene de celo o protección y fan, de fantasía o sueños de eternidad. Me la enseñó con orgullo. -Además, el azul es la limpieza y lo infinito. Había quedado reluciente. -¿Te das cuenta de todo lo que encierra un simple papel azul? -Sí, es increíble -corroboré, embrujado por el accionar de sus dedos sobre mi pulsera, el brillo obtenido en el metal y la música, que me llenaba de reminiscencias. -Ahora debes programarla -me sugirió. Me explicó que la llevara con la mano derecha a mi tercer ojo y pensara, como cuando se pide un deseo, en un sólo propósito para mi vida. Lo hice para mis adentros, como me lo indicó, y sólo pedí, en esos brevísimos segundos, que ella permaneciera a mi lado por el resto de mis días. Luego la deposité sobre la mesa. Sentí que una gran paz inundó mi espíritu. La miré con gratitud. La sonrisa que iluminaba su mirada me llegó al alma. Mozart ayudaba a que la sensación de placidez fuera más profunda. La orquesta parecía acrecentar su énfasis al unísono con el vaivén de mis sensaciones.

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Tomó de nuevo la pulsera de la mesa y me la colocó en la muñeca. El calor de su piel me hizo hervir la sangre. Le di un beso y me pareció que la explosión de violines que venía de su equipo de sonido, oculto en algún lugar estratégico de su consultorio, inauguraba un futuro mejor para mi vida. Estaba cautivado por sus ojos, el ritual de la limpieza y la música, que ahora llegaba a su clímax. -La he programado para que te proteja de energías negativas -me había dicho recién nos conocimos, un día en que nos citamos para compartir un poco nuestra necesidad de acercarnos mejor, un año atrás en una cafetería. Nos habían presentado en un coctel de lanzamiento de un libro de poemas y poco a poco habíamos ido encontrando el camino que nos permitiera saber qué cosas podrían unirnos y cuales alejarnos o si había algún futuro para nuestra relación. Lo de la pulsera fue una de ellas. Cosas del amor. Yo siempre he sido reacio a utilizar joyas o aditamentos de esa clase, pero fue tanta su seguridad y la ternura que sentí depositada en ella, que acepté usarla desde entonces en la muñeca izquierda. De ahí en adelante, la he visto negrearse y relucir y tanto ha sido parte de mi decorado personal que ya casi ni me doy cuenta de su presencia. Sólo su cambio de coloración ha hecho que me fije un poco más en ella. En verdad, un metal oxidado en el cuerpo no es la mejor muestra de vitalidad de un ser humano. Brille o no, siempre será polo de atracción para las miradas de la gente. Pero en las últimas semanas se negreó más de lo debido. Ni frotándola con una bayetilla había logrado sacarle el brillo que ahora, después de la vasija, el agua, la sal marina, el papel celofán y la ternura (o la superstición) ella ha logrado imprimirle. -Algo falla entre los dos, aún no lo sé. Debe haber personas que desean que nuestra relación se Con la editorial La acabe o tu deseas otra mujer y esos pensamientos geserpiente emplumaneran fuerzas adversas que tratan de dañarte y negrean da Benhur Sánchez tu pulsera -me dijo, en medio de nuestra última discueditó su obra “El sión, cuando le comuniqué que no podíamos pasar esa frente inmóvil”. noche juntos. -¿No seremos nosotros los que la negreamos con nuestras actitudes idiotas? Meditó unos instantes. Luego continuó: -Cuando se negrea, es porque te protege de influencias negativas, sean tuyas o de otros, ¿si me entiendes? La pulsera las detiene y las concentra para que no te dañen. Es curioso. Mi modo de ser, pragmático e impredecible, me impide creer en esas situaciones supranaturales. Es muy posible que la Mona Cha tenga razón en eso de la envidia de la gente, que no admite que otros sean felices y traten de dañarlos. ¿Será posible

que el metal cambie por su acción? ¿Por qué no vuelve a brillar cuando se eliminan los problemas? No lo sé. Posiblemente he sudado más de lo debido por culpa de mi nerviosismo y nuestro talismán oscila entre el brillo deslumbrante y la opacidad del óxido que verdea mi piel y ennegrece la pulsera. O en verdad es un pararrayos de energía. Nuestras discusiones, últimamente tan frecuentes, ¿influirán en un metal como el cobre, que altera su color con un simple cambio de temperatura? La Mona Cha me ha dicho que ese fenómeno se da aunque yo no lo acepte. Es verdad. Sin proponérmelo noté que la pulsera se volvió opaca desde la noche de nuestro altercado. Fue el viernes hace dos semanas, cuando teníamos planeado bailar un poco en Parrilla y cerveza, taberna que habíamos frecuentado por su ambiente familiar, y después pasar la noche juntos. Es otro ritual que hemos sabido mantener vivo con crear nuevas situaciones y, sobre todo, creer en nosotros mismos. Pero uno de mis hijos enfermó y tuve que dedicarle nuestro tiempo a él y esta circunstancia rompió la magia de nuestros fines de semana. Así de simple. -Yo no soy importante para ti. Cualquier cosa te absorbe el tiempo y lo nuestro queda relegado a segundo término -me dijo, enrojecida por la contrariedad, como si nuestra vida en común se acabara con esa separación circunstancial. -Eso no es cierto. -Soy una mujer sola. -No es cierto. El hecho de que esta vez no estemos juntos porque debo solucionar una emergencia familiar no quiere decir que te vaya a abandonar ni que tú seas una mujer sola. ¿Qué soy yo, entonces? -Pronto tendrás que decidir entre tus compromisos y yo. Te advierto que no voy a estar esperándote toda la vida ni mucho menos estoy dispuesta a soportar la amenaza de un abandono en el momento menos pensado por tu falta de decisión, por tus inseguridades. Tampoco quiero sentir que ocupo un segundo lugar... -Ya que eres psíquica deberías saber qué futuro nos espera -le dije para ofenderla. -No acostumbro a mirar tu futuro ni el mío, no me parece ético. Además, ¿no crees que eso que aparentemente puede ser una facultad gratificante se convierta en un sufrimiento? Saber qué va a pasar contigo o conmigo puede ser una tortura. No estoy dispuesta a soportarlo. Por eso espero la vida como venga aunque, te repito, quiero una vida estable, alguien con quien compartir mis horas y no voy a esperar... -Bonito amor el tuyo. No poder hacer el amor un día esperado siempre es algo traumático pero no hasta el punto de predecir un rompimiento, como me lo planteó en el altercado. Mi decisión de apoyar a mis hijos cuando me necesiten me obligó a pedirle que aplazáramos nuestra cita. Pero para la Mona Cha fue como una afrenta. Ese viernes la inseguridad se instaló como una pulsera negra en nuestras relaciones. Al lunes siguiente me dio a entender que no había estado inactiva, que su decisión de no esperarme era una realidad. Había pasado el fin de semana con unos amigos y entonces la contrariedad pasó de su sonrisa de satisfacción a mi incertidumbre. Y mi pulsera empezó a


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negrearse, hasta hoy, día de la ceremonia. ¿Era motivo suficiente un día de no caricias nuestras para querer buscar otras? Pensé. En realidad esas son las dudas que brotan con frecuencia en nuestras discusiones y nos impulsan a herirnos, a veces con saña, en lugar de construir el universo que necesitamos. Y los reclamos se dan tanto en uno como en el otro. La seguridad de nuestro amor se rompe en los celos mal administrados. Tú me increpas que baile o mire a otra mujer. Yo dudo de tu conducta cuando no podemos estar juntos, porque sé que para ti es trascendental nuestras horas de intimidad. En ese tire y afloje herimos la confianza que deberíamos tenernos. Y el horizonte se vuelve un nubarrón negro, tan negro como mi pulsera. Por eso, quizá, su afán por sanarla, limpiarla, depurarla en esta ceremonia espontánea que ahora ha llegado a su fin. Me comparo con Mozart y no sé por qué imagino su peregrinar por varias ciudades de Europa en busca de la estabilidad. Su nerviosismo por su futuro. Presiento sus indecisiones. Comparto sus glorias y fracasos. Somos acuarianos, según los mapas astrales que la Mona Cha maneja con tanta propiedad. Me alejé por unos días. En verdad me sentía ofendido, dispuesto a seguir otro camino. Ayer recibí su llamado. Y su queja. -¿Sólo yo tengo la obligación de impulsar nuestra relación? ¿Por qué no me llamas tú también? Me invitó a su consultorio para aclarar nuestro disgusto. O para reafirmarme su voluntad de no permanecer sola. O para comprobar mi verticalidad y mi capacidad de decisión. Acudí con muchas dudas. Entonces fue cuando procedió a la limpieza de esos nubarrones que han deteriorado nuestras relaciones. El ritual de la limpieza surgió espontáneo para eliminar las energías negativas que, según la Mona Cha, nos aíslan de la ternura. Pero bien sé que mi amor por ella, bruja, psíquica o lo que sea, nunca dependerá de un metal ni de su apariencia. -Ahora ya estás protegido -concluye con gran seguridad. Mozart me devuelve a sus ojos, al brillo reluciente de mi pulsera, que orgulloso miro en mi muñeca izquierda. ¡Oh!, Tu, pulsera de mi suerte, receptora de fuerzas negativas o positivas, que verdeas en el odio y en la envidia, que reluces en el amor y en la ternura, ¡sálvanos! Un coro de aplausos precede a la voz de la presentadora, que anuncia otro compositor en el concierto de la mañana.

Estas son algunas de las obras que del maestro Benhur Sánchez se pueden admirar publicadas en la red, para ser más exactos, en “www. artelista. com”. Foto (arriba), “Noche mágica”, (abajo) “Ciudad neblina”, de la serie “Ciudades Imaginarias”.

(*) Tomado de www.ficticia.com

Textos breves de Benhur Sánchez Suárez Uno

A ellos los conozco. Son los que regresan sin palabras al camino que dejaron dormido en la memoria. Los que se duelen por no encontrar detalles parecidos a los que habitan la sala azul de sus recuerdos. Tal vez el perro en la esquina de la tienda, el taburete donde el ciego masticaba su tabaco y repasaba su palillo o la cantina con billar y su mesera envejecida. Son los mismos que piensan en que el tiempo se parece a Dios, capaz de mutilar espacios y caserones antiguos, mientras la calle da a la lluvia otro eco y otras caras. A mi me ocurre igual, sólo que las palabras ya no caben en mi cuerpo.

Dieciséis

Ah, la música. Papá rasgaba las cuerdas de su bandola con una uña artificial y el aire de la casa se poblaba de deseos. Se doblaba sobre la caja, como si la besara, y cerraba los ojos para hacer presente ese mundo de sonidos, que había edificado en sus largas horas de evasión. Al atardecer se silenciaban sus bambucos y pasillos, arrasados por los tangos y las rancheras que perpetuaban fracasos y males de amor en

las cantinas. Luego detenía su ímpetu y, como sonámbulo, después de varias copas, terminaba por tararear con los otros el drama sin fin de la rokola.

Veintiuno

Neftalí pedaleaba por la cuesta del río y entonces me parecía el ciclista más veloz del mundo. Cuando competía por el fígaro se enfundaba su camiseta azul marino y salía como perseguido hacia un premio en San José de Isnos. A veces El Culebrero le sacaba la ventaja necesaria para cruzar primero la valla frente a la alcaldía. Eran días de gloria los domingos, después de semanas de preparación, madrugadas lluviosas por carreteras destapadas e interminables semanas de relojería, con su rostro tostado por el sol. Hoy Neftalí disfruta la vuelta a Colombia en su televisor Shimasu y envidia esos paisajes que no pudo beber sobre su cicla negra, porque el tiempo de sus triunfos se extravió en esas madrugadas que encalambraron sus piernas en sus solitarios desafíos.

Viernes veintiséis

No sé si ya pagamos el pecado, Señor, y nadie acredita nuestro esfuerzo es una condena sin salidas. Pienso en tu Mar Rojo, Troya, Las Cruzadas, Waterloo, Treblinka, Irak y Bojayá y me cuesta pensar en que ninguna sangre haya sido capaz de saciar la desobediencia bíblica. ¿Hasta cuándo, Señor, tanto castigo ? ¿Por qué llevamos a cuestas los desterrados la esperanza de la paz, que tu mismo sabes que no existe?

Miércoles treinta y uno

Aquí está el mundo que creaste, Señor, una hacienda aniquilada por tus súbditos, donde el agua hay que pagarla y escasea, la energía es tan costosa como la vida y muchos animales ya no existen porque los consumimos a dentelladas para ahuyentar el hambre o por simple diversión. Y yo aquí, Señor, pensando en tantos que nunca tendrán mis recuerdos, ni yo el de ellos, cuando la peste de las balas arrase con todo lo que he amado y soñado, esa tarde en que el mundo que creaste borre para siempre mi visión.

(Tomado del libro Laboyos y otros textos con memoria. 2005).

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Finalista del otrora prestigioso Premio ESSO de Novela en el año de 1968 con su obra “La solterona” (1969), luego de una vasta producción narrativa que abarca novelas como “El cadáver” (1975), “Venga le digo” (1981), “Memoria de un instante” (1988) y “Así es la vida amor mío” (1996); libros de cuento como “Los recuerdos sagrados” (1973) y “Cuentos con la Mona Cha” (1997); incluido en numerosas antologías nacionales e internacionales del género, ensayista y promotor cultural son sólo algunos aspectos con que se puede resumir la vida y obra de Benhur Sánchez Suárez, la pluma y artista huilense, que para fortuna nuestra llegó al Tolima para quedarse. Como un merecido reconocimiento al invaluable aporte que el maestro Benhur, como le llaman muchos, no sólo por respeto y admiración sino por cariño, nos permitimos hoy, presentar a nuestros lectores de Facetas, la separata dominical que él mismo semanalmente coordina, una serie de fragmentos de algunos de sus escritos, acompañados de algunas de sus piezas pictóricas. www.elnuevodia.com.co>Léalo.


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“Quiero decir viva la vida”

“Mirando a la mujer, entre Eros y Thánatos”, la catarsis de Armando Martínez Berrío En esta muestra que Martínez Berrío espera itinerar por Colombia y el exterior, convergen el erotismo y la muerte.

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El contenido fuerte de la muestra pone fin al dolor de Armando Martínez Berrío.

“Vejaciones” se cuelga en la sala cinco.

omo una catarsis es definida por el artista Armando Martínez Berrío su más reciente muestra: “Mirando a la mujer, entre Eros y Thánatos”, en la cual a través de 27 pinturas y dos instalaciones hace un acercamiento al protagonismo del género femenino en la historia de la humanidad, presentado a su vez, una crítica a la sociedad que por años la ha relegado. En esta exposición que permanecerá colgada hasta finales de enero en el Museo de Arte del Tolima, asegura su autor, pretende comprometerse con lo que piensa a “contravía de la normatividad que la educación y el entorno siempre han querido imponer en nuestra mente”. Para él, la colección marca el final del dolor que le causó la pérdida de su primera esposa, durante el holocausto del Palacio de Justicia, y el inicio de su reconciliación con la vida y el amor. “Es como una catarsis. Me ha permitido quitarme de encima un peso muerto, que tenía desde el 85 cuando pasó lo del Palacio de Justicia, porqué allí murió mi primera esposa, madre de mi hija mayor. Era como una deuda que tenía con mi primogénita puesto que su progenitora desapareció; no figura ni para el Estado ni para la guerrilla, y nadie nos da razón de ella; por eso en la lista de las víctimas no figura, salvo ahora que la Comisión de la Verdad hizo una investigación y nos entrevistó, a partir de allí se reconoció que ella es “Violeta” quien es nombrada por algunos sobrevivientes. Ese fatídico día ella llevaba un morral con el nombre de nuestra hija escrito: “Violeta” y es lo que nos permitió saber que es una de las víctimas, pero desconocemos cómo murió: si fue torturada o pereció incinerada”, manifiesta el artista con voz suave y melancólica. A la vez, que expresa que tras esta experiencia interior purificadora viene el momento del amor, la vida y la luz, temas que empezará a plasmar de ahora en adelante en sus creaciones.

El deseo del artista es llevar a las tablas la instalación del origen que encierra toda la esencia de la exposición. www.elnuevodia.com.co>Léalo.


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“Además de liberarme, quiero que el espectador haga una reflexión sobre la necesidad de convivir en paz; que dejen de pensar en muerte para pensar en amor, porque amar es más agradable que matar, que soñar es mejor que morir, que crear es mucho más agradable que destruir”, anota.

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Entre algunas de las obras colgadas se encuentra “Sueños minados”, en la que Armando Martínez Berrío hace una especie de referencia a los fusilamientos de Goya ubicados en nuestra época.

La exposición

“Así, entonces se fueron asomando a mi taller, en las madrugadas solitarias, mujeres lluvia, mujeres tierra, fuego, aire… mujeres vegetal, mujeres oro…!mujeres serpiente! para susurrarme al oído la ruta de mis pinceles y cómo mezclar los óleos con respeto por ellas. De esa manera me contaron sus historias para persignarme y adobarme con sus aromas de mujeres mágicas y fueron tantas escarbando en mi magín que algunas se me ahogaron en el tintero. ¡Se me perdieron!”. Este es uno de los párrafos que atrapa al espectador que se embarca en este ‘viaje’ por la historia del arte y la sociedad, mediante la obra del maestro Martínez Berrío, que ocupa cuatro salas del recinto cultural. Aunque la muestra se define como un todo, su montaje causa la impresión de estar dividida: sala tres: La familia Awa; sala cuatro: Eros, vida; sala cinco: el origen y, sala seis Thánatos, muerte. Desde esta óptica, el visitante puede apreciar en la primera habitación una fuerte, dolorosa y dramática instalación sobre la masacre a que fue víctima en 2009 una familia del pueblo indígena Awa, al parecer, para evitar que denunciaran un ‘falso positivo’. “Es una intervención sobre pared en la que plasmé ese vil asesinato en Cauca. La hago a partir del poema “Los nadie” de Eduardo Galeano. Traté de imaginarme la pieza en que les arrebataron la vida a la fuerza, todas las figuras están conectadas a unas cintas rojas, negras y blancas, que simbolizan la pasión, la oscuridad y la posibilidad de vida”, explica. Continúa el recorrido por la sala cuatro, en la que da la bienvenida Ibanasca, la aguerrida mujer sacrificada por negarse a doblegar la dignidad de su pueblo siendo observada por Fridha Calo, quien en su rostro refleja sus ansías de vivir a pesar del dolor que le causaron las graves heridas de un accidente en su juventud, pieza a la que el artista rotuló “Bailarina Dorada”. En esta sala dedicada al erotismo, el cuerpo de la mujer, desde la perspectiva de Martínez Berrío también está “Mirando a la mujer”, un tríptico que ilustra la historia del arte representada en 24 pintores observando a una mujer reposada. A pocos pasos se encuentra el origen, donde las pinturas son custodiadas por una instalación que cobija toda la exhibición. Allí se aprecian tres telones pintados por ambas caras, formando seis divinidades griegas que entretejen el tejido de la vida entre Eros y Thánatos. “En la parte delantera de los telares están las moiras: el destino de los seres humanos, la una lo teje, la otra lo hila y la otra lo desteje para entregárselo a Thánatos. Por detrás están las Erinias, las furias que inventaron las gentes del pueblo para poder controlar a los soberanos; una castiga los actos inmorales, la otra la infidelidad y la tercera las muertes violentas, eso permitía que hubiera cierto control social sobre los poderosos para que no abusaran del poder”, argumenta el artista. Concluye el viaje en la sala seis dedicada a la muerte, a las vejaciones, donde el espectador visualiza masacres, torturas haciendo una referencia a la mujer golpeada.

“Cóndor vigilante”.

“Bailarina Dorada”.

“Espejismos”.

Díptico “Pareja de plantados”.

¿Por qué mirando a la mujer? En diálogo con EL NUEVO DÍA el artista, que se define a sí mismo como un enamorado del oficio, expresa que le dio el título de “Mirando a la mujer, entre Eros y Thánatos”, no sólo partiendo del recuerdo de una mujer en la lectura y en la poesía, sino por el encontrar una serie de textos alrededor de ella que le hicieron sentir vergüenza de género, porque a través de la humanidad ha sido vejada y negada, “a pesar de que nuestros ancestros así no lo consideraban”. “Digamos que en la época paleolítica las mujeres eran admiradas, al ser la fuente de la vida, pero a medida en que fueron cambiando las condiciones humanas fue prácticamente escondida. Entonces yo trato de hacer una reflexión acerca de esa situación de la mujer que es violentada, violada, maltratada, ignorada de alguna manera pequeña, diría yo, es como un reconocimiento importante a este ser maravilloso”.

“De Schoenberg para Frenhofer”.

“Con mirada de elefante”. www.elnuevodia.com.co>Léalo.


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El siglo de Niemeyer En el presente año El Nuevo Día, en Facetas, publicará una serie de artículos relacionados con la arquitectura, el urbanismo y el diseño urbano, a cargo del arquitecto Alfonso Carrero Herrán, miembro de la SCA, docente universitario y colaborador de esta casa editorial. fue inaugurada el 21 de abril de 1960. Por el éxito de estos trabajos es encargado de organizar la facultad de arquitectura de la recientemente creada Universidad de Brasilia. En 1964 asume el poder João Goulart, quien es depuesto por un golpe militar; durante este gobierno su oficina es allanada, sus proyectos demeritados y misteriosamente pierde su gran clientela. En 1965 organiza una huelga, en unión de 200 profesores de la Universidad de Brasilia, como protesta a la política universitaria del régimen quién le manifiesta: “el lugar para un arquitecto comunista es Moscú”. Ante el asedio militar se ve obligado a exilarse en Europa y escoge a París como sede. Abre su oficina en los Campos Elíseos en donde atiende sus clientes internacionales, la mayoría de los países árabes, y realiza algunos proyectos en la ciudad luz como la sede del partido comunista francés: La Place du Colonel-Fabien, así como otros en Portugal y Malasia. Terminados los gobiernos militares regresa a Brasil en 1980, efectuando algunos proyectos como el memorial JK en Brasilia, el edificio de la red de televisión Por Alfonso Carrero Herrán Oscar Niemeyer. Manchete, los edificios de los Cieps (centros integrados Especial para El Nuevo Día de educación (similares a los CASD colombianos), los Arquitecto SCA. afamados sambódromos de Río y Sao Paulo y el Panteón de la Patria en Brasilia. En 1989 se le concede el ronológicamente intentaré describir la vida y obra del bra- Premio Príncipe de Asturias de las Artes. De 1991 a 1996 realiza lo silero Oscar Niemeyer, que lo convierte no solo en el mejor que muchos consideran su obra maestra: El Museo de Arte Contemarquitecto de América Latina de toda su historia, sino en poráneo en Niterói (MAC). Entre el 2002 y el 2007 construye el teatro uno de los brillantes exponentes de la arquitectura mun- popular que lleva su nombre y diseña su propio museo en Curitiba. dial. Nace en Río de Janeiro en 1907 donde vive su niñez Actualmente está terminando en Avilés (España) el Centro Cultural y juventud, terminando sus estudios secundarios a los 21 Oscar Niemeyer. A comienzos del presente año, presenta el proyecto años. Se casa con Anita Baldo, compromiso que le da la plaza de la Soberanía (Brasilia), que incluye un Memorial a los Presentido de responsabilidad, decidiendo simultáneamente trabajar e iniciar sidentes de Brasil y un monumento en homenaje a los 50 años de la sus estudios universitarios. capital, proyecto que deberá estar terminado a mediados del 2010. Se gradúa como arquitecto en la Escuela Nacional de Bellas Artes en La arquitectura de Niemeyer es considerada revolucionaria en su 1934; entra a colaborar en el estudio de quién iba a ejercer gran influen- propio país y en el mundo occidental por los ritmos acelerados de las cia en su vida profesional, hasta convertirse en su socio y amigo: Lucio articulaciones volumétricas, por sus temáticas artísticas y por el uso Costa. Siempre se mostró inconforme con la arquitectura que se hacia en adecuado de las técnicas constructivas modernas que generan una su ciudad y decide colocar todo su empeño por mejorarla. De niño vivió amplia gama de composiciones diversas. Señalan los críticos que: la revolución rusa de 1917 y motivado por la II Guerra Mundial, decide “a través de la construcción su arquitectura trasmite el espíritu de la ingresar al partido comunista brasilero del que fue su Presidente. Esta existencia y la búsqueda de mutaciones prodigiosas”. Sus temas y decisión más tarde le iba a acarrear múltiples contratiempos, incluido el composiciones, de acuerdo con su método razonado, se inscriben en exilio forzado, en razón de ser un comunista entusiasta en medio de regí- la realidad de sus respectivas justificaciones. Las propuestas arquimenes militares. Fidel Castro algún día aseveró: “Niemeyer y yo somos tectónicas son respaldadas por conceptos capitales que se proyeclos únicos comunistas en este planeta”. En múltiples oportunidades visitó tan hacia el futuro, y están ahí para instruirnos sobre el arte mayor y la URSS, nación que le concedió varios premios y reconocimientos, entre la tercera dimensión. ellos el Premio Lenin y el Premio de la Paz. A diferencia de otros grandes del arte mundial, la obra de Oscar A principios de los cuarenta conoce a Juscelino Kubitschek, por Niemeyer está salvaguardada por la fundación que lleva su nombre, entonces alcalde de Belo Horizonte (más tarde sería Presidente de la Re- creada en 1988, en donde se encuentra toda la información y detalle pública), quién le ofrece unos proyectos entre ellos la polémica iglesia de de sus colosales creaciones. Opera como centro de investigación San Francisco, conjuntos de vivienda y un casino (hoy museo) a orillas orientado a la reflexión y difusión de la arquitectura, el urbanismo, del lago Pampulha; trabajos que le dan reconocimiento y fama nacional. el diseño y las artes plásticas y para la valoración y preservación de Pero su salto al ámbito internacional llegaría con su participación, junto a la memoria y el patrimonio arquitectónico del país “más grande do Le Corbusier, en el diseño del edificio de Naciones Unidas en New York mundo” y de América Latina. (1952). El pasado 15 de diciembre Niemeyer cumplió 102 años; todaEn 1956 su viejo conocido Lucio Costa gana el concurso para el di- vía activo, diseña y atiende desde su oficina de grandes ventanales seño de Brasilia, en la iniciativa del presidente Kubitschek de darle al país situada frente a la famosa playa de Copacabana en Río. Está perfecuna nueva capital, en donde funcionara todo el aparato estatal y como tamente lúcido, involucrado en diversos proyectos y esculturas de una forma de desarrollar la parte central del territorio brasilero. Su ami- los cuales merecen su atención el rediseño del sambódromo de Río go presidente, le encarga proyectar los edificios y Costa asume la parte y el diseño de un nuevo estadio, con motivo de la Copa Mundo de urbanística. Niemeyer diseña entre otros: la residencia del Presidente (el Fútbol que se escenificará en Brasil 2014. Una muestra de su energía edificio de la Alborada), el Congreso Nacional, la Catedral, el Palacio de y dinamismo, quedó manifiesta cuando un grupo de amigos y colaItamaraty (Cancillería), la Sede del Supremo Tribunal Federal, los edificios boradores le querían celebrar su onomástico 102 y de forma airada de los Ministerios y la sede de gobierno: el Palacio de Planalto. Brasilia y en tono poco cortés, reflejo fiel de su talante controversial, les dijo:

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“tener 102 años es una mierda y no hay nada que festejar”. La crítica, el mundo de las artes y la arquitectura esperan tener Niemeyer para rato; su legado será fuente permanente de enseñanza y reflexión. Sin duda el brasilero, es uno de los grandes. Bibliografía: - Documentos Fundación Oscar Niemeyer/Rio de Janeiro - Website: es.wikipedia.org/wiki/Oscar_Niemeyer - Agencia AFP, Río de Janeiro Dic. 16/09

Catedral de Brasilia. Iglesia de San Francisco, Belo Horizonte.

Palacio de la Alborada, Brasilia.

Museo de Niterói.


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LA PALABRA DEL DÍA Macumba

Designación genérica, aunque peyorativa, de algunos rituales propios de diversas religiones afrobrasileñas como Umbanda y candombé. La etimología es incierta aunque el africanista brasileño Nel

> POESÍA

Lopes sugiere que puede proceder de cumba, que en la lengua africana a quimbundo significa hechicero, que con el prefijo usado para el plural forma macumba. Sin embargo, menciona el también africanista Jacques

Raymundo, quien señala el quimbundo makumba, plural de dikumba “cerradura”, “candado” que podría aludir a las ceremonias religiosas de cierre de los cuerpos para evitar la entrada del mal.

>Novedades Editoriales

Albeiro Arias Poeta ibaguereño

He visto la soledad arañar en los espejos turbios, la he visto entrar en un confesionario en el ocaso, sucumbir de ebriedad en su mirada. La he visto buscar el pasado en cementerios inundados de maleza, de olvido, de auténtica muerte. No la seduzcas porque te envenenan sus besos. Si la desnudas, te engulle. Sólo acaríciala en el delirio, garabatea descripciones erráticas Y mírate en los dibujos del tiempo, Salúdala con tu mano abierta, sin dejar que Dios, el ausente, juegue con las fechas a su antojo.

Para enfrentar el desarraigo no se requiere desmembrar sus enviados. Sus armas, sus botas, sus camuflados, ni desbrujar los camposantos Para rehusar el destierro es preciso ligar sin azore la mochila de la espalda sin permitir que desde el espejo el tiempo nos desmorone la piel. Para resistir el desalojo y la huida nos dejamos llevar por los recodos de la ciudad y le quitamos la ropa al miedo. (Tomado del libro Desheredado del paraíso, 2009)

Héroes y villanos anónimos Editorial: Emecé Editores Título: “El soldado que desapareció entre la niebla” Autor: Gonzalo España Páginas: 218 BOGOTÁ, COLPRENSA

En el año cuando se realizarán las máximas celebraciones del Bicentenario de la Independencia, empiezan a publicarse una buena cantidad de libros relacionados con este tema. Entre los primeros está “El soldado que desapareció entre la niebla”, un libro con relatos sobre los héroes anónimos de la Independencia americana, aquellos que hicieron posible la victoria final. Claro que no deja de lado aquellos que se destacaron por todo lo contrario, por ser antihéroes que hicieron todo lo posible, incluso entregar su vida, con el objetivo de que la Independencia no lograra el éxito.

Todo sobre la CIA Editorial: EDAF Título: “CIA: Historia de la compañía” Autor: Eric Frattini Páginas: 272 BOGOTÁ, COLPRENSA

Eric Frattini es un reconocido periodista peruano que ha conocido, de primera mano, toda la historia de “La Compañía”, como se le conoce a la CIA, la agencia central de inteligencia. Por eso, decidió escribir este libro, revelando los hechos más relevantes que ha protagonizado la CIA en sus seis décadas de vida dentro del mundo del espionaje, actuando desde Chile hasta en Vietnam. Es una guía práctica con más de seiscientas preguntas y respuestas que buscan aclarar el papel de esta agencia en el siglo XX y el nuevo milenio.

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“Ofelias”: la locura en escena Por JORGE LADINO GAITÁN BAYONA ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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dgar Allan Poe expresó en cierta ocasión que “la ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia”. Se trata de la locura genial (no la que se reduce únicamente a lo patológico) como estado privilegiado de la sensibilidad y el intelecto para explorar los abismos del ser, la sociedad y el propio arte. Ella, como punto de mira, discurso transgresor de la resignada normalidad (la mirada de Foucault), desdoblamiento y violación de la ley de lo uno, es la que nutre la dramaturgia y puesta en escena de “Ofelias”, obra del Grupo de Teatro de la Universidad del Tolima, cuyo estreno fue el 20 de marzo del 2006 y a diciembre de 2009 registra veintidós presentaciones. La obra, que continuará en repertorio en el 2010 junto a otras de la UT, ha sido exhibida en el IV Festival Internacional de Teatro del Oriente Antioqueño en el 2007, en el Festival Internacional de Teatro Alternativo en el 2008 en Bogotá, igualmente en festivales universitarios, el Teatro Tolima, colegios e instituciones del departamento. La dramaturgia, a cargo del maestro Javier Vejarano y María Gladis Pacheco Rojas (la actriz de la obra y quien en la actualidad adelanta como trabajo de grado una investigación sobre el teatro en el Tolima), justamente en su aspiración de romper con el sujeto único de la escritura y del monólogo retoma tanto Hamlet y sonetos de Shakespere, como también “Ofelia o la madre muerta” del chileno Marco Antonio de la Parra, y poemas de Arthur Rimbaud y Miguel de Unamuno en torno a la invención del dramaturgo inglés. Del mismo modo, se usan textos de El Agua y los sueños de Bachelard en aras de que, junto con los anteriores más las invenciones del grupo de teatro, se den vida y exploren a cuatro Ofelias (representadas por una sola actriz) que instalan y subvierten al conocido personaje femenino de Shakespeare que se suicidó en las aguas, en parte por las acciones y omisiones de Hamlet. De este modo, toda la obra desdobla en escena a varias mujeres de tiempos y lugares que se mezclan, las cuales ponen en cuestión el ser femenino, la sexualidad, la locura y la voluntad de muerte, al tiempo que tejen una suerte de diatriba contra el príncipe danés.

Ante el espectador desfilan diversas Ofelias que aparecen y desaparecen en ocho cuadros tocando su sensibilidad y poniéndolo a reflexionar sobre la Ofelia original, la que la duplica en su sumisión (la monja), la que tiempo atrás se reveló contra la pasividad y engendró muerte en vez de aceptarla (una amazona), la que castiga a Hamlet en diversos cuerpos masculinos (una sadomasoquista) y la que trata de comprender las causas del suicidio (una psicoanalista). Son actantes – en su mayoría paródicos- que juegan a celebrar y a la vez trasgredir el modus vivendi del modelo original, para dramatizar la complejidad del universo femenino que no se reduce al dilema del ser y no ser. Cabe indicar que, aparte de la belleza y riqueza simbólica de los textos, hay fuerza actoral en María Pacheco para darle matices en la voz, los gestos y movimientos a las Ofelias que representa. Obviamente se trata de una actriz que, desde el teatro universitario, adelanta su proceso de formación, con muchos aprendizajes por lograr en el futuro y con un potencial prometedor que ojalá derive en profesionalización. Es de resaltar, en todo caso, sus logros presentes: la confianza que se tiene en las tablas; la energía que le imprime a sus personajes, los riesgos asumidos bajo la batuta de su director, pues, como bien apunta Wilson Hernández, director

del Grupo de Teatro de la Universidad de Ibagué, “se atreve a hacer un tipo de teatro complejo y el resultado es un trabajo limpio y honesto”. Es de valorar, además, su capacidad de poetizar los objetos en escena; de este modo, por ejemplo, una sola lámpara que manipula la mayor parte del tiempo se asume como cuerpo de hombre, a veces ventana, en otras vestido, e incluso escenario donde unos títeres y una muñeca escenifican la muerte del personaje (en cierta forma es el teatro dentro del teatro como en Shakespeare). Los espacios donde no está a ojos del espectador (obligados en todo caso mientras en tras-escena debe cambiar su indumentaria) son, por un lado, llenados con música para generar el tránsito, y por el otro, operan como dispositivos de un negro estratégico que invita a pensar lo visto en cada cuadro. Vale destacar, finalmente, la labor de dirección del maestro Javier Vejarano, la complejidad de su propuesta estética, el refinamiento que le ha venido dando a la obra tras cada puesta en escena, si bien, en ocasiones, falta todavía sincronizar mejor la música y los cambios de luces para armonizar mejor las fichas que componen el todo. Esta creación dramatúrgica, como otras que ha montado en la Universidad del Tolima, da cuenta de alguien que no se limita a ejercicios actorales, sino que le apuesta a obras complejas y que exigen múltiples ensayos y reformulaciones para pretender permanecer en el tiempo (de ello da cuenta “Ofelias” con veintidós presentaciones y aún en repertorio). Su misma impronta como maestro puede verse en la huella que ha dejado en otros actores que finalizada su carrera universitaria asumieron también el teatro como vida y destino, caso por ejemplo de Alexánder Torres, ahora director de Probeta Teatro, corporación que no sólo ha puesto en las tablas diferentes piezas dramáticas, sino que también ha impulsado la labor cultural en el departamento mediante la organización de festivales.

(*) Integrante del Grupo de Investigación de literatura del Tolima de la tu. jlgaitan@ut.edu.co

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