IBAGUÉ, MARZO 28 DE 2010
FA CE
TAS CULTURA AL DÍA CINE
Vivir al límite El cine y la guerra Exposición
Mundo sonoro Instrumentos en el MAT Literatura
Cuento y poesía Alejo Urdaneta y Martín Copponi
FACETAS
IBAGUÉ, MARZO 28 DE 2010
Miguel Delibes
Miguel Debiles José Ruiz Guirado*
H
ablar de Delibes es hacerlo del campo, de la caza, de la pesca, del castellano, de su cielo, del adobe, del palomar, de las ratas... Me he enterado esta misma tarde, porque esta mañana me ha tocado faenas campesinas: dando de comer a las gallinas, llenando los sacos de estiércol para el huerto, que este año la cosa van con mucho atraso por la mucha agua y nieve. En casa me lo han
dicho. Enseguida he visto por la prensa todos esos atributos que le conceden. A un servidor le hubiera gustado que hubiera sido para pedir por él el Nobel que no le concedieron. Puede que como se le notara que llevaba el pueblo en la cara, pues no le hicieran caso alguno. Qué le interesa a Estocolmo las truchas o las perdices, o los milanos, o las ranas, cuando no las ratas. Así, habrán pensado que darle esta categoría a un señor que va por ahí con la escopeta
Palabra del día Quilate La semilla del fruto del algarrobo era empleada por los antiguos griegos como unidad de medida para pesar joyas y piedras preciosas debido a la uniformidad de peso que le atribuían. El algarrobo se llamaba en griego keration, por lo que esta palabra se empleaba también como unidad de peso de las gemas; un keration equivalía al peso de una semilla. Cuando los árabes adoptaron esa unidad
de peso, su nombre se convirtió en quirat, que en español pasó más tarde a quilate. Actualmente, quilate tiene dos denotaciones diferentes: el quilate de joyero y el de orfebre. El primero es una unidad de masa equivalente a 1/140 de una onza, lo que representa unos dos décimos de gramo. En cambio, el quilate de joyero, que expresa la cantidad de material precioso contenida en una aleación, equivale a 1/24 del total del material o, lo que es lo mismo, un 4,167%. De esta for-
al hombro matando conejos y luego escribe cómo lo hace. Claro que, el que no sabe es como el que no ve. Y si esto fuera poco, habla de los castellanos; que para ellos deben de ser algo así como gañanes o pastores que se pasan todo el santo día con los merinos por las polvoreras, trochas y valles dando vueltas con el morral al hombro y rumiando pensamientos. Pues ellos se lo pierden, porque aquí no vamos a dar explicaciones de lo que no interesa. Lo primero que un servidor leyó de Delibes fue su Viejas historias de Castilla la Vieja. Y uno, que es de campo, de pueblo; es como si alguien le explicara con palabras lo que alcanzaba a ver con la vista. Después de aquello le siguieron La hoja roja, con la Desi y sus ocurrencias. Daniel, el Mochuelo. El tesoro escondido en las tierras de labor. La política local con el señor Cayo. Todos los cuadernos, de quienes estaban o hubieron de emigrar. Cinco horas con Mario, que en su versión teatral nos impactó con una Lola Herrera genial. Con Los santos inocentes nos introdujo en la España del cortijo privado, donde unas personas vivían a la par que las bestias, ma, una pieza de veinticuatro quilates está constituida por oro puro, mientras que una de dieciocho quilates tiene una pureza de por ciento. Esta palabra tiene su equivalente en portugués como quilate; en inglés y francés, como carat; en italiano, como carato, y en alemán, Karat. En nuestra lengua, quilate se emplea también, generalmente en plural, para aludir a la valía o a la importancia de alguna cualidad inmaterial, como en este texto del escritor mexicano Gilberto Chávez Jr. «...sin atreverme yo a consumar el acto irremediable,
mostrando el señorito de turno lo europeos que eran. Supo incluso recoger el dolor de la desaparición de su esposa vestida de rojo con fondo gris. Las páginas dedicadas a la caza o a la pesca son inigualables. Nadie ha sabido contar esas emociones, esos instantes, ya sea en el río, con las truchas, o en el páramo tras la libre o la perdiz. Tanto fue así que su discurso de entrada en la Real Academia Española, luego se plasmaría en un ensayo de carácter ecologista: Un mundo que agoniza. Como castellano de pro, rindió varios homenajes a sus paisanos. El primero en el ensayo Castilla, lo castellano, los castellanos. Y con su ingente novela El hereje, a su tierra natal, Valladolid. Delibes podía ser cualquiera de esos arrieros que se encontraba uno en el camino, con la gorra y la bota de vino, que se paraba a charlar y a ofrecer un trago de buen caldo. Porque para comprender al labriego, al cazador, al hortelano, al jornalero, al pastor o al vaquero, no es suficiente con hacer el viaje, pasar o hacer alto en el lugar para yantar. Como tampoco se puede hablar de los cánticos de las aves, de sus nidadas, de sus querencias de oídas. Es necesario compar-
tir la experiencia. Aguantar el rigor de la helada, el calor del verano, el viento gélido, el polvo del sembrado o la agonía de la lluvia, que le da por no caer, aunque se saque el santo en procesión. Y esto era: Un año de mi vida, lo que nos dice un hombre del campo que supo dejar en palabra escrita la luz, el color, la atmósfera de esta tierra yerma y polvorienta. Pero que además no era lego en conocimientos. Que sentó cátedra en el oficio periodístico, que estudió mercantil para ganarse la pitanza, que llevó la voz y el sonido campesino a la RAE, y que las universidades del saber supieron de su impronta, desvelo y su verbo. No en vano se le concedió el Premio Cervantes, que es como el Nobel, pero en España; o el Nacional de las Letras; o el de Narrativa; incluso el Nadal, con La sombra del ciprés es alargada. “Verba volant, scripta manent”, aludía Caio Titus en el senado romano para advertir de la fugacidad de las palabras. Al igual que la vida de Delibes se ha esfumado. Pero tenemos la inmensa fortuna de contar con la “scripta manent” de su ingente obra. *Escritor y periodista español. Letralia, Tierra de letras.
Obras del pintor colombiano Pastor Polanía
cosa que, hasta cierto punto, salía sobrando y que, quizás,
ponga en entredicho mis quilates de varón».
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El cine como justificación de la guerra Jorge Ladino Gaitán Bayona
“The Hurt Locker”, la película distribuida en países de lengua castellana como “Vivir al límite”, obtuvo en los Premios Óscar 2010 las estatuillas por mejor película, director, guión original, montaje, mezcla de sonido y edición de sonido. Tratándose de dichos premios (situados frecuentemente más en la esfera de lo comercial que en lo propiamente estético) se espera al menos que así haya que alistar varios pañuelos, se ofrezcan ciertos giros, puntos de tensión y conflictos. Sin embargo, esta realización fílmica, más allá de su buena factura técnica y de un inicio que conmociona pues se aborda una muerte violenta en una circunstancia límite, carece de los elementos antes mencionados. Se reduce todo al efectismo de una situación repetitiva: un sargento en jefe (Matt Thompson) y una unidad militar norteamericana desactivando una y otra vez artefactos explosivos en Irak. Se juega con la sensibilidad primaria y el miedo del espectador porque qué más impresionante que ver a unos hombres arriesgar sus existencias evitando que exploten bombas, más si se juega con primeros y primerísimos planos, las cámaras lentas y una música acorde a la vida en juego. Como en tantas producciones norteamericanas (piénsese por ejemplo en “Malditos bastardos” nominada en similares categorías en los Óscar de este año), un reducido grupo de militares estadounidenses llega a otra parte del mundo para -desde sus método particulares- “garantizar la paz y eliminar las formas de la barbarie”. Ellos -los “defensores de la patria”, los “buenos hijos del sueño norteamericano”- pueden titubear, recordar la mujer amada y soñar con tener un hijo, pero nada les impide cumplir su
misión y actos de heroísmo. Así se generen diversas formas de trastorno psíquico (la película inicia mencionando que la guerra es una droga y es una letal adicción) los combatientes focalizados arriesgan su integridad y no la de otros: el sargento Thompson disfruta más su oficio en zonas rojas que estar en casa con su familia. Los soldados de “Vivir al límite”, película de 120 minutos de duración dirigida por Kathryn Bigelow, con sus acciones loables parecieran borrar que en la realidad alguna vez existieron militares que torturaron presos, desaparecieron sospechosos o violaron mujeres. Son tan “humanitarios” que prefieren afectar su núcleo familiar
arriesgándose al intentar salvar a un hombre de familia musulmana que fue obligado a portar una bomba encadenada a su cuerpo. Dadivosos pagando con más dólares de la cuenta a los niños pobres que les venden Dvds de cintas de Hollywood. Salvo las escenas de combatir a unos rivales en el desierto y de las frecuentes desactivaciones de explosivos, las cámaras nunca apuntan al otro. Excepto el niño que vende Dvds, los demás iraquíes ni siquiera tienen nombre y cada vez que se muestra el rostro de uno de ellos es porque posiblemente pueda, con una celular u otro artefacto, hacer volar un automóvil, un edificio o un individuo. Toda la cinta maneja la óptica simplista de la lucha
del bien contra el mal, se sataniza al árabe y se tiende a justificar un acto de injerencia de una potencia extranjera en tierra ajena bajo la llamada “lucha contra el terrorismo”. No se puede negar que en “Vivir al límite” es viable que se busque configurar una mirada desde el interior de la guerra, mostrándose dramas de personas que evitan que exploten artefactos que son indudablemente espantosos, inventos de los que la humanidad tendría que avergonzarse. Sin embargo, se niegan las diversas caras de la violencia y que a los seres del otro bando les deben doler también las muertes de sus familiares y compatriotas cuando desde el aire les ha llovido “bombas inteligentes”. ¿Acaso las bom-
bas de tierra son detestables y la que vienen del cielo redentoras? Para esta producción fílmica no pareciera importar que cualquier guerra es espantosa y anula la civilización. Sólo le interesa poner en términos maquiavélicos la lucha de “ángeles gringos redentores” contra “demonios árabes que merecen exterminarse”. Es el tipo de película que funciona como propaganda y “aparato ideológico del estado”, en términos de Althusser, para sostener un orden y una versión de la historia oficial norteamericana. Todo lo que sirva para hacer olvidar que las tan mentadas armas de destrucción masiva por las que se invadió Irak no existían y que fue la sed de petróleo lo que motivó la destrucción de una civilización milenaria es digno de premio por parte de la Academia que otorga los Premios Óscar, más si se afirma la idea de que las únicas víctimas son los soldados gringos y que todo lo que suene a árabe es sospechoso de terrorismo. Es, sin duda, la película que resultaba estratégica que ganara los principales galardones en sintonía con el Premio Nobel de Paz otorgado en el mismo año al presidente Barack Obama. Los efectos especiales de la mano de un reconocimiento controvertible por parte de la academia sueca para resaltar como bueno, justo y necesario todo acto bélico norteamericano. En este caso, son premios que debiendo posicionar el arte, la vida y la dignidad humana elijen validar la guerra y sus horrores. Tras su condecoración, Obama amplió el presupuesto militar y el pie de fuerza en Afganistán e Irak, ¿qué sigue ahora cuando millones de espectadores gringos han llorado en pantalla el miedo de sus hombres por culpa de unos “fundamentalistas” iraquíes? *Grupo de Investigación de literatura del Tolima, UT. jlgaitan@ut.edu.co
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Instrumentos y sonidos del mundo en la Capital Musical Ma
re
Las zampoñas son unos de los instrumentos más tradicionales de la música andina que se caracterizan por estar compuestos de pequeños tubos huecos tapados por un extremo para producir un sonido aflautado, con la ayuda de un leve movimiento de agitación.
Fotuto
esta manera incluso partes de animales muertos como cuernos, uñas, caparazones y cráneos, sirven como elemento constructor de sonido. Instrumentos reconocidos por la mayoría de las personas que dicen ser parte de una urbanidad, como bandolas, banjos, charangos y violines encuentran un espacio entre instrumentos indígenas como los cuyos, el fotuto y el maguaré. Otros países, más distantes que nuestros hermanos andinos, han aportado una cantidad significante son sólo de instrumentos sino de melodías a la historia de la música universal, teniendo en cuenta esto Mundo Sonoro presenta a todos sus espectadores una colección de instrumentos del extranjero.
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Sun-hsien
Cuerdófonos de vibración primitivos
Charango
Akkord - Zitter
Los instrumentos tradicionales de las culturas andinas se encuentran reunidos en dos dalas de exposiciones del Museo de Arte del Tolima, gracias a la exposición Mundo Sonoro y a la colección del luthier tolimense, Alfonso Viña Calderón. De Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela han llegado los instrumentos de percusión, viento y cuerda, aunque diferentes tienen en común el misticismo de rituales y ceremonias indígenas, a las que acompañaron por muchos años e incluso generaciones. La madera resalta como elemento principal de construcción, pues el luthier Viña, aprovecha cada uno de los elementos que la madre naturaleza pone a disposición de los hombres, de
Ma
Tambores artesanales
Instrumentos indígenas andinos de percusión
Mandolinas
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IBAGUÉ, MARZO 28 DE 2010 Zampoña
Tambores de placas
El banjo es un instrumento de cuerda procedente de África occidental, que fue introducido en el siglo XIX en Estados Unidos, donde los músicos negros explotaron sobre todo sus posibilidades rítmicas. Hacia 1890 entra a formar parte de la música dixieland y pronto se convierte en el instrumento musical por excelencia de la música tradicional norteamericana.
da
Banjo - bandola
Entre estos instrumentos se encuentra la sarinda, proveniente de Pakistán y de India, este es un instrumento de cuerda, derivado del sarangi, que se tañe con arco, dispone
Los instrumentos de las regiones altiplánicas de la cordillera de los andes se caracterizan por la variedad de formas y sonidos que los indígenas lograron desarrollar de elementos comunes y cotidianos, que con el tiempo fueron evolucionando y llegaron a mezclarse con los instrumentos de los conquistadores. Es así como instrumentos
rin
Música andina
Banjo
Sa
de tres cuerdas, dos de ellas afinadas al unísono y la tercera a la cuarta inferior.
como el charango surgen en la historia de las comunidades andinas y cambian la concepción musical de los mismos pobladores que crecieron escuchando sus raíces a través de la música. Este instrumento de cinco juegos de cuerdas posee una trayectoria centenaria en países como Bolivía y Perú, incluso llegó a influenciar de manera considerable la música de Argentina, Chile y Ecuador.
Caracola
Requinto
Cuernos ceremoniales, aerófonos Oud
Clave y Calabazoz
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El cuento
Alejo Urdaneta * Ha estado en coma por varios días. La trajeron a este lugar aséptico del Hospital Universitario, porque aquí cuenta con la atención médica apropiada, sin riesgos. Una complicación pulmonar que le impide respirar, y por eso la conectaron al tubo respirador. Ella no se opuso y, por el contrario, dio a los médicos esta solución que hemos consultado. Nadie dice una palabra de la enfermedad de Cora ni de la sanación pedida a santos y doctores. Hay que esperar, es la única frase que se escucha en la puerta de la gran sala blanca. Y es tan joven para cargar con esto. Todos aguardan el momento de su despertar, sorprendida en la ruptura del sueño, y mientras tanto salen a ver las noticias de la televisión con la violencia cada vez más creciente: Cora en la Universidad en una toma del camarógrafo, delante de un grupo de sus compañeros de la facultad de Medicina, a los que arenga con decisión y claridad, en defensa de la autonomía universitaria y la libertad del pensamiento que el gobierno pretende cercenar. Allá detrás del parapeto improvisado para Cora se ve el humo de los gases y puede percibirse el miedo. Fue allí la caída de Cora a causa de un golpe de perdigón en el pecho. La protesta es justificada, dicen los parientes y amigos de Cora que pueden verla con autorización del responsable de la sala. Cora en la cama clínica, llena de tubos y pausas en la respiración, todo equilibrado para que el corazón funcione bien. El sueño es controlado con sedantes, pero aun así hay momentos en los que Cora parece despertar, se mueve inquieta y ha abierto los ojos. Buen síntoma de mejoría,
Poesía Escritor argentino
El mismo Dios Ella sabe que mis palabras nacieron para su memoria. Ella es el lugar que eligió Dios para que descansen mis versos. Ella me dijo que la poesía estaba dentro de mí. Mi mirada yacerá eternamente en la memoria de sus ojos. Cada mañana mis ojos se abrirán hacia su tiempo. Mi ausencia hará eco en sus pasos
dice la madre a su lado en este momento de visitas, y aprovecha este despertar para hablarle a Cora al oído, quedamente, y le dice que la ama y que Dios la sacará de este dolor que es el dolor de todos, dalo por seguro hija mía. Y el tiempo pasa y Cora flaca y pálida, inconsciente y con un tubo en la boca y la respiración en ritmo calmado, repetido sin saltos. La respuesta de los médicos es siempre la misma: “todo sigue estable”. Afuera continúa el ruido de los disparos, lo ven en las noticias de la sala de visitantes, separados de Cora por una puerta que impide el paso a quienes no sean médicos o auxiliares. Gente corriendo por las avenidas sombreadas de árboles de la universidad. Pueden verse los murales de Vasarely en la plaza central, y un mural de Léger en la limpia construcción de la Biblioteca. Las cámaras de cine van presurosas detrás de las imágenes del polvo y la violencia, hasta el colorido fresco de Alejandro Otero en las paredes del patio cubierto, antesala del Aula Magna. El documento fílmico muestra a la Universidad - Alma Mater - en su serena luz de conocimiento y humanismo, y denuncia también la violencia que nace del odio y del dominio del poder por encima del cosmos: orden y armonía del espíritu. Nadie sabe si esa bruma que aprecian en el movimiento es la nube tardía del verano seco, o es la explosión de las armas sobre estudiantes y todo aquel que pase cerca. Los policías están armados de odio cuando apuntan al joven que se oculta detrás de un árbol, y gritan y maldicen y avanzan sin pausa hacia un lugar cualquiera. No tienen plan de ataque, sólo la orden de atacar. La hora de visitas ha terminado y la madre cuenta que ha visto reaccionar a Cora de su inmovilidad e inconsciencia. Sube el tono de la voz porque los disparos de la televisión llegan a la puerta de la sala, o así lo percibe ella. Se pondrá bien. También algunos médicos confirman que Cora parece haber tenido un despertar de la consciencia, ya en varias ocasiones. Pero no dura mucho y vuelve al sueño y a la respiración pautada y sin alteraciones. Entre ellos tratan del estado de salud de la paciente y se dicen que son reacciones físicas involuntarias y que en ningún momento ha recuperado la consciencia. Lo dicen a los parientes cercanos de Cora, no a la madre. Habían disminuido los ataques policiales a la hora del mediodía. Los cuerpos caídos aumentaban la tragedia y
Martín Copponi
y sus pasos serán el eco de mi recuerdo. Dios dejó a mi tiempo para latir en su piel, jamás morirá mi silencio en su alma. Mi corazón quiere dormir mi muerte en su alma. Dios la ha elegido para darme redención en el tibio milagro de su existencia. Es por esto que aquí me despido en paz, sabiendo que sólo Dios y el amor bastan
para justificar mi paso por el mundo. Todo lo que soy ella lo guarda en sus manos, en el vasto universo de un milagro. Yo seré la eterna luz donde nació el amor que Dios le envía. Yo estoy en el altar de su memoria y allí me quedaré peregrinando para volver con su palabra y su rezo al calor del mismo Dios que compartimos.
Despertar
continuaba la arremetida a pedradas de los estudiantes y muchas personas que acudían en su apoyo. Todo parecía apaciguarse salvo la angustia de Cora moviendo el brazo, abriendo los ojos como queriendo decir algo. En el atardecer de ese día de convulsión y dolor, está la joven estudiante en la sala de cuidados intensivos, despegada del caos en la ciudad universitaria. Se ha movido y sus ojos han buscado la luz de la lámpara como única orientación. No escucha las noticias que transmiten los medios audiovisuales, y no sabe qué le ocurrió ni lo que sucede en la universidad, cerca de ella, de su Hospital Universitario donde ha aprendido mucho del ser humano. Y es ya noche cuando Cora se sienta en el borde la cama y se quita las sábanas. Hace el intento de levantarse pero está débil y no sabe cuál es el lugar de su blanca prisión, durante días en los que no tuvo conocimiento de nada ni a nadie reconocía. Los enfermeros guardianes la ven con sorpresa y alarma y siguen sus movimientos: el rostro ha tomado color, los ojos ahora pueden ver y miran hacia el techo iluminado, como bajo el efecto de una alucinación, ya limpios del velo que los cubrió por tanto tiempo. Se acercan más los enfermeros, atentos a la joven mujer que no debe hacer ningún esfuerzo; pero ella se quita bruscamente el aparato que la auxilia para respirar, y en su boca de juvenil belleza aparece una sonrisa de triunfo y alegría. Casi no puede hablar, ella lo sabe ahora, pero se escucha su voz grave y profunda, como una oración pronunciada con recogimiento en el templo, y dice que la violencia cesó y que el rector de la universidad ha declarado la terminación del conflicto. Esas pocas palabras, pausadas y claras. Los enfermeros callan pero no comprenden. El orden se ha impuesto y todos regresan y abandonan el campo de batalla, donde algunos han muerto y quedan otros heridos, todo regado de pólvora y balas y piedras y ruina; de sangre y de llanto. Cora está sola. Una sensación de sosiego llega a Cora en su espíritu confuso. La invade una exigua y serena paz que no le basta, y por eso la seguirá conquistando cuando salga del Hospital Universitario. *Escritor venezolano. Gaceta Virtual.
El tiempo El tiempo hoy es tan caro, tan miserable a la hora del olvido, tan rentable a la hora del insulto. El tiempo es en TV algo así como una cacería, un insulto visual que dura un segundo y nos cuesta un siglo. El tiempo es mucho más que esas mentiras, que ese manojo de códigos hambrientos de consumo. El tiempo es respirar profundo,
sentir amor, buscar a Dios y comprobar que nadie, nadie, nos cobró un centavo. Poemas tomados de Gaceta Virtual
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Elogio de la dificultad (I) Estanislao Zuleta*
L
a pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiestan de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad. Entonces comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas, países de cucaña. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte. Y, por tanto, también sin carencias y sin deseo: un océano de mermelada sagrada, una eternidad de aburrición. Metas afortunadamente inalcanzables, paraísos afortunadamente inexistentes. Todas estas fantasías serían inocentes e inocuas, sino fuera porque constituyen el modelo de nuestros anhelos en la vida práctica. Aquí mismo en los proyectos de la existencia cotidiana, más acá del reino de las mentiras eternas, introducimos también el ideal tonto de la seguridad garantizada; de las reconciliaciones totales; de las soluciones definitivas. Puede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principalmente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos proponemos: que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros deseos, como en la forma misma de desear. Deseamos mal. En lugar de desear una relación humana inquietante, compleja y perdible, que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a cambiar, deseamos un idilio sin sombras y sin peligros, un nido de amor, y por lo tanto, en última instancia un retorno al huevo. En vez de desear una sociedad en la que sea realizable y necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades, deseamos un mundo de satisfacción, una monstruosa sala-cuna de abundancia pasivamente recibida. En lugar de desear una fi-
losofía llena de incógnitas y preguntas abiertas, queremos poseer una doctrina global, capaz de dar cuenta de todo, revelada por espíritus que nunca han existido o por caudillos que desgraciadamente sí han existido. Adán y sobre todo Eva, tienen el mérito original de habernos liberado del paraíso, nuestro pecado es que anhelamos regresar a él. Desconfiemos de las mañanas radiantes en las que se inicia un reino milenario. Son muy conocidos en la historia, desde la Antigüedad hasta hoy, los horrores a los que pueden y suelen entregarse los partidos provistos de una verdad y de una meta absolutas, las iglesias cuyos miembros han sido alcanzados por la gracia -por la desgracia- de alguna revelación. El estudio de la vida social y de la vida personal nos enseña cuán próximos se encuentran una de otro la idealización y el terror. La idealización del fin, de la meta y el terror de los medios que procurarán su conquista. Quienes de esta manera tratan de someter la realidad al ideal, entran inevitablemente en una concepción paranoide de la verdad; en un sistema de pensamiento tal, que los que se atreverían a objetar algo quedan inmediatamente sometidos a la interpretación totalitaria: sus argumentos, no son argumentos, sino solamente síntomas de una naturaleza dañada o bien máscaras de malignos propósitos. En lugar de discutir un razonamiento se le reduce a un juicio de pertenencia al otro -y el otro es, en este sistema, sinónimo de enemigo-, o se procede a un juicio de intenciones. Y este sistema se desarrolla peligrosamente hasta el punto en que ya no solamente rechaza toda oposición, sino también toda diferencia: el que no está conmigo, está contra mí, y el que no está completamente conmigo, no está conmigo. Así como hay, según Kant, un verdadero abismo de
la acción, que consiste en la exigencia de una entrega total a la “causa” absoluta y concibe toda duda y toda crítica como traición o como agresión. Ahora sabemos, por una amarga experiencia, que este abismo de la acción, con sus guerras santas y sus orgías de fraternidad no es una característica exclusiva de ciertas épocas del pasado o de civilizaciones atrasadas en el desarrollo científico y técnico; que puede funcionar muy bien y desplegar todos sus efectos sin abolir una gran capacidad de inventiva y una eficacia macabra. Sabemos que ningún origen filosóficamente elevado o supuestamente divino, inmuniza a una doctrina contra el riesgo de caer en la interpretación propia de la lógica paranoide que afirma un discurso particular -todos lo son- como la designación misma de la realidad y los otros como ceguera o mentira. El atractivo terrible que poseen las formaciones colectivas que se embriagan con la promesa de una comunidad humana no problemática, basada en una palabra infalible, consiste en que suprimen la indecisión y la duda, la necesidad de pensar por sí mismo, otorgan a sus miembros una identidad exaltada por la participación, separan un interior bueno -el grupo- y un exterior amenazador. Así como se ahorra sin duda la angustia, se distribuye mágicamente la ambivalencia en un amor por lo propio y un odio por lo extraño y se produce la más grande simplificación de la vida, la más espantosa facilidad. Y cuando digo aquí facilidad, no ignoro ni olvido que precisamente este tipo de formaciones colectivas, se caracterizan por una inaudita capacidad de entrega y sacrificios; que sus miembros aceptan y desean el heroísmo, cuando no aspiran a la palma del martirio. Facilidad, sin embargo, porque lo que el hombre teme por encima de todo no es la muerte y el sufrimiento, en los que tan-
Estanislao Zuleta
tas veces se refugia, sino la angustia que genera la necesidad de ponerse en cuestión, de combinar el entusiasmo y la crítica, el amor y el respeto. Un síntoma inequívoco de la dominación de las ideologías proféticas y de los grupos que las generan o que someten a su lógica doctrinas que les fueron extrañas en su origen, es el descrédito en que cae el concepto de respeto. No se quiere saber nada del respeto, ni de la reciprocidad, ni de la vigencia de normas universales. Estos valores aparecen más bien como males menores propios de un resignado escepticismo, como signos de que se ha abdicado a las más caras esperanzas. Porque el respeto y las normas sólo adquieren vigencia allí donde el amor, el entusiasmo, la entrega total a la gran misión, ya no pueden aspirar a determinar las relaciones humanas. Y como el
respeto es siempre el respeto a la diferencia, sólo puede afirmarse allí donde ya no se cree que la diferencia pueda disolverse en una comunidad exaltada, transparente y espontánea, o en una fusión amorosa. No se puede respetar el pensamiento del otro, tomarlo seriamente en consideración, someterlo a sus consecuencias, ejercer sobre él una crítica, válida también en principio para el pensamiento propio, cuando se habla desde la verdad misma, cuando creemos que la verdad habla por nuestra boca; porque entonces el pensamiento del otro sólo puede ser error o mala fe; y el hecho mismo de su diferencia con nuestra verdad es prueba contundente de su falsedad, sin que se requiera ninguna otra. *A 20 años de su muerte, presentamos el texto leído al recibir el doctorado Honoris Causa en Psicología, otorgado por la Universidad del Valle.
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MÚSICA
LIBROS
Mares Lejanos Fernando Blanco
Editorial: Norma Título: Asuntos Pendientes Autor: Van Praagh
Bajista, cantante y ex integrante de Súper Ratones, Fernando Blanco tiene listo su segundo trabajo solista llamado “Mares Lejanos”, un disco de canciones con mucho Rock and Roll clásico y la infaltable influencia beatle. En esta oportunidad lo acompañan los integrantes de Nube 9, la banda que versiona a The Beatles. Todos los temas fueron compuestos por Fernando Blanco. Producido por F. Blanco, fue grabado en Circo Beat y El Santito con Sebastián Perkal como ingeniero de grabación.
Live Songs Leonard Cohen Hace 43 años que Cohen publicó su primer album: “Songs of Leonard Cohen”. El tema Suzanne lo encumbró. Hoy, sus canciones siguen sonando. Por ello, sale al mercado el album “Live Songs”. Un repaso a esas canciones del canadiense que nunca salieron al mercado. El disco incluye diez temas en directo. Gran parte fueron grabados en unos cuantos conciertos que Leonard Cohen dio por Europa entre 1970 y 1972.
Téo & Téa Jean Michel Jarre El histórico precursor de la música electrónica (su primer éxito en estos menesteres, se remonta a 1976 con su disco Oxygene) marca el rumbo para las nuevas generaciones cultores de las bases programadas, los sonidos sintéticos y las repeticiones en loop. Si bien el francés está desde hace tres décadas en el centro de la escena electrónica europea, lo que años atrás podía haber sonado innovador, o parece algo trillado. De todos modos, un poco de drum’n bass en “OK, Do It Fast”, algo parecido al hip hop primitivo en “Chatterbox”, y algunos coqueteos electroacústicos.
Asuntos pendientes está lleno de historias impactantes y emocionantes de la comunicación de Van Praagh con los seres queridos que cruzan la barrera entre los vivos y los muertos para enviar mensajes a aquellos que han dejado atrás. A través de estas profundas historias de la vida real, Van Praagh nos guía en una aventura en el mundo de los espíritus. Las lecciones para la vida que ha aprendido de esas experiencias van desde los peligros de la carga emocional causados por la culpa, el miedo, y el pesar, hasta la importancia del karma, el perdón, y de asumir la responsabilidad de nuestras acciones. Van Praagh comparte con nosotros la sabiduría que, sin él, sólo se obtendría después de la muerte.
Editorial: Norma Título: Cortina de Humo Autor: Sandra Brown Jay Buergess fue el héroe de un trágico incendio que cinco años atrás destrozó la comisaría de Charleston. El bombero Raley Gannon recibió la misión de investigar sus causas, pero la pesquisa nunca concluyó porque una noche la vida de Raley se hizo añicos. Traicionado por la gente que más confiaba, Raley se vio obligado a renunciar a la mujer que amaba y al trabajo al que se había consagrado. Al mismo tiempo que avanza la investigación sobre la muerte de Jay, y que crecen las sospechas en torno a la periodista Britt Shelley, Raley Gannon comprende que ella es tal vez su única posibilidad de obtener una revancha personal y de hacer justicia por las siete víctimas fatales del incendio. Una intensa fábula sobre corrupción y sobre quienes se atreven a denunciarla.
SERIES Dexter Colprensa
ayudante del fiscal del distrito, de una de las familias más poderosas y respetadas de Miami. Dexter no puede descifrar qué estaba haciendo el hermano de Prado en la casa del criminal y al mismo tiempo siente culpa por haber asesinado a una persona fuera del código de Harry (James Remar). Asesinar a personas que no estén al margen de la ley.
El Canal FX estrenará la tercera temporada de “Dexter”, aquel asesino en serie que lucha contra la injusticia y sus propios demonios. Luego de ganar el Premio Globo a mejor actor protagónico, por la actuación de Michael C. Hall, la vida de este interesante personaje continúa, al parecer, por buen camino. Su relación con Rita (Julie Benz) y los hijos de ella han mejorado, ya no está bajo sospecha en su trabajo como analista de manchas de sangre en el DepartaDIRECTOR: Antonio Melo Salazar mento de Policía de Miami y sus noJEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales ches como asesino serial se desarroCOORDINADOR: Benhur Sánchez Suárez, redacción llan en la más absoluta tranquilidad. cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Nazly Johanna Pita Por esa razón, cuando su próximo objetiDISEÑO: Ingrid Johanna Bustos. vo se centra en Freebo (Mike Erwin), un ILUSTRACIONES: Obras del pintor colombiano Pastor traficante y asesino, parece ser tan sólo Polanía otra noche de justicia para él. Sin embarFOTOS: Suministradas, internet/ EL NUEVO DÍA. Carrera go las cosas no saldrán como él espera. 6 No. 12-09 Tels. 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K En la casa de Freebo, Dexter es atacawww.elnuevodia.com.co do por un extraño, a quien termina aseTodos los derechos reservados. Prohibida la reproducción sinando. El desconocido resulta ser hertotal o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial mano de Miguel Prado (Jimmy Smits), Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.