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FACETAS El documental deja a la heroína y muestra el lado más vulnerable de la escritora. TOMADA DE EL COLOMBIANO
Joan Didion: el centro cede es un documental de Netflix que, nuevamente, pone sobre la mesa el trabajo de una de las voces más contundentes en la historia del periodismo literario. Los libros de Joan Didion retrataron los excesos de una generación en decadencia y algunos de los sucesos que más afectaron la vida norteamericana en las décadas de los sesenta y setenta, entre ellos, los asesinatos cometidos por la familia Manson. Hoy, con 84 años, es más relevante que nunca en una época donde la verdad es cuestionada todo el tiempo, sus ensayos dan un paso adelante. El documental, dirigido por su sobrino, el productor y director de cine Griffin Dunne, muestra a la escritora en su apartamento en Nueva York; desde allí cuenta la historia de su vida a través de los detalles más extraordinarios, como el color de algunas prendas o el sabor de las almendras con Coca Cola que tomaba al desayuno, sin perder un orden cronológico atado a la vida profesional de la escritora: desde sus primeros ensayos en la revista Vogue, cuando tenía 20 años, hasta la publicación de uno de sus últimos libros Noches azules, en 2011. Ese orden también aplica para la música: se mueve a través de los discos de Janis Joplin, The Doors y Jefferson Airplane, que suenan siempre detrás de las imágenes de esa California de los años sesenta sumida en el caos, y de las citas de algunas de las publicaciones de la escritora. El centro cede es también una conversación muy familiar con su sobrino. Didion le cuenta las historias con las manos. No para de moverlas. Es inevitable no seguir su movimiento mientras intenta recordar para expresar sus ideas, sin embargo, al final,
Recomendación cinematográfica
Joan Didion, la voz femenina del periodismo literario
lo hace con una claridad que cualquier joven le envidiaría. Por ejemplo, una de las historias más impactantes que se presentan en el documental es cuando la escritora rememora el momento con el que cierra su famoso ensayo Arrastrarse hacia Belén (1968), cuando una de sus fuentes la lleva a visitar un cuarto con la promesa de enseñarle algo que la iba a dejar con la boca abierta; entra y encuentra una niña vestida como un pavo real. Su fuente le confirma que la niña tiene cinco años y tomó ácido. “Fue una mina de oro, en pocas palabras, uno vive para momentos como ese si está escribiendo un reportaje. Sea bueno o malo”, expresa. Para cada ensayo tiene una historia, pasa lo mismo con los libros. Cada frase la escribió tomando su propia experiencia como punto de partida. La realidad en la que vivió no fue material para escribir libros optimistas, lo tuvo muy claro cuando se radicó en California en los sesenta y se encontró con un país en bancarrota, donde las noticias eran sobre asesinatos, drogas y niños perdidos. “Si quería volver a escribir, iba a ser necesario reconciliarme con el desorden”, expresa. Didion encontró las palabras indicadas para narrar lo que pasaba en su tiempo de la forma más flexible, solo comparable con los relatos de ficción, cualidad que la llevó a hacer parte del llamado nuevo periodismo. Así, sus textos se colmaron de caos, incluso hasta sus últimos trabajos cuando cubrió la guerra civil en El Salvador. Al final, el documental deja a la heroína y muestra el lado más vulnerable de la escritora, con la muerte de su hija y de su esposo, el también escritor John Gregory Dunne. La ubica de nuevo en la intimidad de su casa, todavía tomando Coca Cola y recordando la importancia de nunca parar de escribir: “observa mucho y escríbelo, me digo a mí misma. Y una buena mañana cuando el mundo esté vacío de maravilla, el día que solo siga los pasos de lo que se supone que debo hacer, o sea escribir, esa mañana sin valor, simplemente abriré mi libreta y ahí estará todo: un recuento con interés acumulado”.
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FACETAS EL NUEVO DÍA: ¿Cuál es el panorama en que se encuentra el cine en las regiones, el cine colombiano?
na ley, pueda establecerse e incrementar la exhibición de cine colombiano en las salas comerciales?
PABLO OSSA: El sector cinematográfico colombiano ha tenido un importante crecimiento desde hace 15 años, luego de la creación de la Ley del Cine; en 2003, antes de promulgarla se hacían un promedio de tres películas en el país, hoy en día estamos hablando de 44 que se estrenaron en salas, por lo menos en lo que fue 2017. Lo que quiere decir que ha aumentando en cantidad y calidad, a un nivel muy competitivo frente a otros países de la región como por ejemplo Brasil, Argentina y México. Colombia está muy bien posicionada y por eso el Ministerio tiene como labor descentralizar esta política; en ese sentido es la importancia para regiones como el Tolima, con la evolución de su sector. Continuamos generando espacios y aquí se están aprovechando.
P.O.: El tema es bastante debatido con respecto a la cuota de pantalla, porque aunque los exhibidores están incentivados para que exhiban cine colombiano, debido a que tienen una reducción en la cuota para fiscal; continúa la estigmatización de que no lo hacen, el imaginario colectivo dice por ejemplo que Cine Colombia no lo hace y de hecho ocurre todo lo contrario, frente a otros. Evidentemente hay unas lógicas comerciales, esto es un negocio para ellos y por eso hoy en día se diseñan diferentes estrategias. Por eso vemos distintas fechas de estreno y permanencia en la cartelera; ahora hay una cantidad de dinámicas que te permiten concentrar más los espectadores o permanecer de otra manera, existen otros circuitos, etc. Los exhibidores comerciales no le han cerrando las puertas al cine colombiano. En la medida en que eso sucediera, entraría el Estado a intervenir para proteger el producto local, solo que este no es el caso, lo que ocurre es que ya este es un tema de mercado y ya se habla de un carácter de producto.
E.N.D.: ¿Qué está narrando la cinematografía colombiana? P.O.: Hoy, hemos logrado abolir ese estigma que tenía el cine colombiano de que antes era solo violencia, drogas o escenas fuertes de sexo. Ahora estamos en un punto completamente diferente, empezando en la exploración de géneros que es bastante amplia; si bien hemos mejorado en lo que estamos narrando, continuamos fortaleciendo las realidades y cerrar las brechas. Ahora las películas se ubican en un número mayor de espectadores, el público se está educando con el cine colombiano y sintiéndose representado. Hay un reto grande ahí. E.N.D.: ¿Podría decirse que lo que se está contando desde las regiones es catalizador frente a la situación actual del país? P.O.: El cine ha sido fundamental por varios factores. Primero, porque se encarga de construir la memoria de nuestro país, y en ese sentido al plasmar todas nuestras vivencias y vernos reflejados en la pantalla, este se identifica y el proceso reflexivo o el debate que se pueda generar es importante en esta etapa de transición luego del conflicto. Segundo, es una herramienta para cambiar pensamientos y catalizar las problemáticas, es una de las más contundentes del arte. Que logran influenciar de manera positiva al espectador y así generar un cambio. El hecho de cuestionarnos y debatir lo que va en las pantallas, es un agente generador de cambio para construir y alcanzar esa paz que tanto hemos buscado. E.N.D.: ¿Qué le hace falta al cine colombiano para llegar a más públicos? P.O.: Si bien el cine colombiano va por un muy buen camino, creo que tenemos que seguir en la labor de fortalecer más a nuestros guionistas. Y que esas historias si bien hoy son potentes, mañana tienen que ser muchísimo más poderosas para que logren atrapar y generar nuevos públicos y nuevas audiencias; ahí hay que hacer un trabajo bien importante. Y en la medida que trabajemos con ese público, el sector va a evolucionar y crecer en calidad y cantidad. E.N.D.: Y en cuanto a la academia, ¿cómo se han articulado el Ministerio de Cultura y de Educación? P.O.: La formación audiovisual es clave, y que de hecho, podría ser el siguiente nivel en las aulas educativas desde la primaria. Sigue siendo un reto, y avanzamos con el Ministerio de Educación para que sea desde muy temprana edad que se forme a los públicos con el cine colombiano. Así
como se tiene en cuenta la literatura con grandes escritores, debería hacerse con los cineastas. No obstante, llevamos a cabo estrategias como talleres y otros, para descentralizar los procesos formativos y de acompañamiento legal, con el propósito de llegar a otras regionales. Tal es el caso de los INI (Imaginando Nuestra Imagen), que ya tiene a jóvenes participando en nuestras grandes convocatorias; de igual manera los TUP (Tengo una Película), que permite a realizadores con una trayectoria, avanzar y fortalecer sus proyectos. E.N.D.: Vemos también el auge de los festivales, ¿se logran descentralizar las exhibiciones? ¿Qué pasa con estos? P.O.: El comportamiento de los festivales es bastante interesante. Hasta el momento en la Dirección de Cinematografía tenemos alrededor de 80 registrados, y eso que sabemos que fuera de este censo pueden haber más de 100 en Colombia; y todos están cumpliendo con eso que de alguna mane-
ra no puede hacer el circuito de salas comerciales. Lo que sucede en el país es que la oferta de salas de cine está concentrada en el 6% de los municipios, estamos hablando de 66 de 1.102 nada más, que tienen salas. Pero lo que pasa es que ahí casi no llega el cine colombiano y ahí la labor de los festivales es sumamente importante porque entra a suplir una necesidad y a hacer exhibición y circulación muy valiosa. Puedo asegurar que la ventana del cine colombiano está en los festivales. Y estos tienen una diversidad de temáticas muy grande, que la estamos fomentando desde el Ministerio a través de las convocatorias y recursos del FDC, (Fondo para el Desarrollo Cinematográfico), para hacer formación desde los festivales; ahí vemos algo importante, los festivales forman personas. Nos interesa fortalecer integralmente estas redes porque es donde más se ve el cine colombiano. E.N.D.: ¿Se ha pensado que a través de algu-
En entrevista con EL NUEVO DÍA
“La cinematografía es una industria creciente y que está evolucionando” Ibagué fue la ciudad que tuvo el privilegio de ser sede inaugural de la Sexta Semana del Cine Colombiano, y para acompañar la proyección, Pablo Ossa, asesor de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, asistió como invitado especial. Ossa habló con esta redacción sobre el panorama del cine regional.
E.N.D.: Con la llegada del nuevo Gobierno, ¿es cierto que será positivo el panorama para la cultura? P.O.: Creo que sí. De hecho las industrias creativas y culturales están concebidas en el nuevo plan de gobierno; hay un interés muy fuerte en fortalecer el sector de la cultura, tendremos una Ministra con nuevas e interesantes ideas con un Gobierno que entiende bastante bien este tema. Las cosas van a girar a nuestro favor. Ha habido un empalme interesante con los sectores y con las industrias, encargándose de entender muy bien las problemáticas y las fortalezas. En el caso del cine, por ser uno de lo más privilegiados por ser sostenible porque cuenta con una ley, unos recursos que vienen y se reinvierten en el sector, que es estable; por supuesto creería que para este gobierno seguirá siendo una prioridad. Colombia tiene que dar un gran salto en sus narrativas y empezar a explorar cómo se fomenta más la producción de otros productos audiovisuales. E.N.D.: Y en cuanto a las nuevas plataformas desde la web, cómo va el cine... P.O.: Es una industria muy grande, y Colombia en este momento tiene la gran fortuna de establecer una relación comercial muy fuerte para producir sus productos, como es el caso de Netflix. Ese es el siguiente paso, lograr crear un fomento para que series y otros formatos se hagan en el país. Por ejemplo, una de las primeras series originales de HBO se va a rodar aquí, eso quiere decir que los grandes tienen sus ojos puestos en nosotros. Lo que se viene para el país, nos va a volver supremamente competitivos en la región. E.N.D.: ¿Cómo ve a Colombia en el ámbito cinematográfico en 10 años? P.0.: Entre cinco y diez años vamos a estar en el siguiente nivel. Esta última década pasamos de hacer un número de películas a uno superior, y estas están logrando una serie de reconocimientos que jamás hubiéramos imaginado. Además de la nominación al Óscar es llegar a Cannes, Toronto, Berlinale; el nombre del país está quedando en lo más alto con los más importantes. Estaremos explorando nuevos géneros, y que todo lo ha trasegado seguirá en aumento. El crecimiento es imparable, estaremos en el siguiente nivel.
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FACETAS El poema
Los pájaros de colores
Cuento popular cubano
Todo se morían de envidia. Menos el Rey que, al verlo blanco lo llama. - Tú acércate.
Los pájaros iban en caravana, cruzando puentes, caminos, volando sobre el desierto para no quemarse las patas, metiéndose en las nubes para refrescarse. El sinsonte cantando, la birijita en el lomo de la tojosa, la paloma llevando el mensaje a la cabeza de la gran manifestación que iba a homenajear al Rey por el día de su cumpleaños.
Odilere se acerca y hace una reverencia. El Rey sonríe con cara de usted. Y aquí fue donde ni el sijú, ni la siguapa, ni el sinsonte pudieron más y cogieron la ceniza en burajones, manteca de cacao en puñados, azufre y tinta y se la tiraron a Odilere que quedó transformado en un arcoíris mucho más lindo que cuando blanco.
Al fin llegan al palacio y toman sus puestos: la paloma en el sitio de preferencia, Ou, el algodón, cubriéndola de pies a cabeza. ¡Para pa pam pa pam! Y sale el Rey con su casaca roja a saludar.
El Rey, al verlo coloreado, lo llamó y le puso corona como premio. Corona de cardenal. Y así por la envidia de los feos nacieron los pájaros de colores.
Los pájaros pasan y le dan la mano, lo besan y vuelven a pararse en sus puestos. Pero había uno muy vanidoso que era la envidia de los demás, por lo blanco. Un blanco de vela, de coco, de espuma.
Nació Odilere, que es la belleza. La paloma, como que no saltó, se quedó blanca. El Rey la nombró, entonces, su mensajera oficial.
Le decían Odilere, que es la belleza. Odilere, arrogante se queda rezagado y no saluda al Rey. -¿Para qué vino? - preguntó el sijú. -Para darse plante- refunfuñó la siguapa. Louise de Liniers - Pajaros
Situada en la narración en el enfrentamiento civil más violento de Colombia, el autor presenta un mosaico de tragedias con el telón de fondo de la Batalla de Palonegro, la más importante de la Guerra de los Mil Días.
Gracias a su belleza, inteligencia, personalidad y tesón, la joven promesa Conchita Montenegro, hizo un huevo entre las principales estrellas del momento. Su extraordinaria mirada cautivó a Leslie Howard, uno de los actores más célebres de la época, un hombre casado que le doblaba la edad. Los amantes vivieron su idilio entre fiestas de ensueño y estrenos triunfales, paseos a caballo y vuelos en avioneta por la costa de California, entre la pasión y el engaño.
Editorial: Alfaguara Título: El año del sol negro Autor: David Ferreira
Editorial: Espasa Título: Mi pecado Autor: Javier Moro
NOVEDADES LITERARIAS
Una nueva interpretación del terror en la revolución rusa. El autor ofrece una innovadora y provocativa reinterpretación de las causas y la naturaleza del terror de Stalin que, del invierno de 1936 al otoño de 1938, dio lugar a unas 750 mil ejecuciones. Harris, que parte para esta revisión del caudal de millones de documentos desclasificados, realiza una revisión del proceso entero de la revolución Soviética.
Editorial: Crítica Título: El gran medio Autor: James Harris
Las mejores aventuras clásicas de la historia de Marvel, reunidas en una antología imprescindible, un libro monumental.
Editorial: Ciceron editores Título: Marvel 75 años Autor: Marvel Cómics
La palabra de la semana
MIGRAÑA La palabra griega kranion era el diminutivo de kranos ‘casco’, ‘yelmo’ y, más tarde, ‘cráneo’, que llegó al español hacie 1580 con su forma y significado actuales. El dolor que afecta sólo una parte de la cabeza, jaqueca, los griegos lo llamaron hemikranea y los latinos hemicrania, mediante el prefijo hemi- ‘medio’, o sea, ‘que abarcaba la mitad de la cabeza’. Finalmente, llegó al español como hemicránea, pero en el habla popular de este vocablo culto no demoró en convertirse en migraña. El Diccionario de la Real Academia recoge hoy ambas formas, ‘hemicránea’ y ‘migraña’, con sendas remisiones al significado común: ‘jaqueca’.
GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA DISEÑO: Edison Guarnizo FOTOS: Suministradas. Internet. Colprensa. TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: El Nuevo Día - Colombia - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.