Facetas enero 28 de 2018

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DOMINGO 28 DE ENERO DE 2018 - IBAGUÉ

FACETAS Su vida al rescate de la memoria cultural

La cultura

es inherente al ser humano

Desde su infancia entendió que a través de la pedagogía la Nación tendría oportunidades para volver a pensar en colectivo. Lleva toda una vida gestando la paz a través de las artes, la investigación y las costumbres. A ver… ¿de dónde partimos?, se pregunta Margarita Enciso de Rangel a la mitad de una mañana soleada en Ibagué. Mientras conversábamos o más bien la escuchaba, decenas de personas se paseaban con premura por los bajos de la Gobernación, y pasaban indiferentes ante el lugar donde reposan los documentos más importantes de la historia para la región. Desde el inicio le fue más importante hablar de la cultura y la educación como elementos de transformación social, que de sí misma. Confesó su preocupación por las nuevas generaciones que están interesadas sobre todo en las propuestas foráneas, que casi nada aportan a la meMÁS COLOMBIANA QUE NUNCA Confesó que le gusta mucho bailar, que le da gusto leer, que le gusta compartir con los suyos y aprender constantemente de quienes por casualidad llegan a su vida. Dice que es un deber rescatar la música andina y que falta mucho por hacer. Afirma que es necesario poner la lupa en las políticas que adelanta el gobierno, porque si algo ha dificultado la unión del sector es precisamente la falta de apoyo de las instituciones, que no le dan importancia a la cultura como instrumento de transformación. Que están los mismos, haciendo de lo mismo, y es el ‘amiguismo’ el que se queda con todo, no importa la calidad de sus contenidos. Por eso el valor de cambiar ese imaginario colectivo en favor de la comunidad será a través del lenguaje. Margarita Enciso de Rangel es en definitiva de esas pocas mujeres que se atrevió desde épocas donde la mujer no gozaba de tantos espacios como ahora, a proponer desde la educación y la cultura, ideas que han gestado grandes procesos. No ha tenido miedos, premuras sí, como todos; pero la pasión con que ha hecho su trabajo es la prueba fehaciente de hacer región y defender la memoria de un pueblo que desde un principio, partió de sus raíces.

moria colectiva y no por las propias. Eso sí, aclaró que no está del todo mal, y que al fin y al cabo aquí también llegaron otras expresiones que re significaron la manera de leer el mundo y, de manera positiva, se quedaron en la cotidianidad de los pueblos. En definitiva, hablar de cultura es todo un reto, pero es aún más difícil, mantener vivas las tradiciones. “Cultura es cultivar el sentimiento, la palabra, el espíritu”, expone. Sin embargo, ante los vacíos que hoy se dan en los núcleos familiares, es casi imposible gestar ese interés que tiempo atrás se les daba a las tradiciones. Entiéndase tradiciones como algo que todavía es importante para la comunidad y no como algo viejo. La educación es la única arma para combatir el olvido y la oportunidad de darle sentido desde la transversalidad a lo que ha pasado anteriormente. La cultura como máxima representación de identidad de los pueblos, la cultura que no está ceñida a la estética vista desde las galerías o lo que se produce en las industrias. Aquí lo realmente importante es la memoria colectiva de las prácticas que nos diferencian de otras.

na. Sin embargo, la realidad reflejó una preocupante situación que se ha visto en los hogares e instituciones donde han llenado con violencia los espacios que deberían ser para la recreación y el arte. Margarita en su que hacer pedagógico emprendió una lucha -de esas especiales- con los niños a quienes les dictaba clase. Estuvo un tiempo en la ruralidad y luego llegó a Ibagué para hacer historia en el colegio San Simón. En las aulas, trabajó para comprender los tantos significados que tiene la cultura y brindó una orientación integral a través de las humanidades. Se dio cuenta en ese transcurso, que los niños además necesitaban participar desde las diferentes manifestaciones para entregar mensajes a través de la danza, la pintura y la música, entre otros. Durante más de 30 años, se esforzó por conservar los valores que nos identifican y conservar la memoria de los pueblos. Trabajó como catedrática en la Universidad del Tolima, donde además se formó como ser político a través de movimientos culturales.

¿Colectividades?

Luego de haber recorrido el departamento y conocer las costumbres de los pueblos, se vio en la necesidad de generar un puente entre lo académico y lo institucional para garantizar la preservación de la memoria. Desde aquel momento, hizo parte de la Corporación Folclórica del Tolima y se ha mantenido en permanente investigación. Siendo presidente de la Corporación, recibió varios reconomientos, sumados a su trabajo literario, pues esta gestora cultural también tiene obras que hacen parte de la narración tolimense. Trabajó en el Gobierno municipal, donde generó procesos, porque si hay algo en lo que ella cree es en el trabajo colectivo. “En Ibagué cada uno anda por su lado, no hay una integración de las organizaciones y por eso existen más eventos que planes que puedan aplicarse en las instituciones”, dijo. Conoció tanto del ambiente educativo y cultural de la región, que

A esta docente y defensora de la identidad tolimense no le bastó con ir a la escuela en el Líbano, ni divertirse en los convites que hacía su familia cuando vivían en la vereda La Meseta. Su espíritu ya le indicaba que había mucho por hacer, y quizá la cultura cafetera de su tierra donde imperaba la cordialidad, la solidaridad y el ambiente campesino, fueron las causas que le hicieron creer lo importante de pensar en colectivo. Llegó a la universidad y se preparó como licenciada en Educación con especialidad en las áreas de Historia y Geografía, pero fue en su tesis de maestría donde se encontró de frente, y sin previo aviso, a esa amiga que hasta la actualidad le ha dado tantas satisfacciones. Fue a través del estudio de la filosofía latinoamericana que orientó su camino a las prácticas propias, las del Tolima Grande. Se dedicó de lleno a analizar la cultura terrígena y responder a la pregunta que todavía algunos se hacen: ¿Quiénes son los tolimenses y qué los condenó? En el intento, encontró que es necesario reconstruir una identidad, forjar el sentido de pertenencia y preservar las raíces, en este caso, las del Alto Magdale-

Una gestión que no termina

llegó ‘con - sabida tradición’, ‘Estudio del folclor, un proyecto de identidad regional’, obra que es considerada por los grandes escritores del Tolima como una de las obras más importantes del folklore, donde cuenta a detalle el saber popular de los Pijaos.

“Si a un pueblo se le quitan sus raíces, muere”

Cuanta humildad hay en sus palabras. Una sonrisa escondida de quien no tiene interés por figurar sino aportar día a día a la historia de su territorio. Así continúa narrando Margarita lo que ha significado dedicar tantos años y esfuerzos a un patrimonio tan valioso. Al preguntarle por su familia hubo silencio. Se empeña en seguir expli-

cando la importancia de generar bienestar en la comunidad a través del arte y la educación, pero no puede negar que llegó a donde está porque tiene muy presente la alegría de su gente, el liderazgo de su padre – a quien todos querían tener como compadre- y el valor que como mujer le significó pertenecer a una familia donde un hombre compartía con seis hermanas. Es madre de tres hijos. Patricia, Hernán y Julián, quienes desde sus áreas, muy distintas a la cultura, también han apoyado las acciones en pro de la cultura. Habla de otros grandes aliados que durante todos estos años, han aparecido en épocas importantes: habla de la Corporación, habla de Corcultura. Es innegable la huella que dejado en la ciudad y en el departamento, porque de aquellos procesos de los que ha sido parte, los niños, jóvenes y adultos fueron beneficiados desde lo pedagógico hasta lo práctico. Cuenta del festival de poesía y narrativa ‘Ibagué en Flor’, del ‘Festival Folclórico Colombiano’ y los ‘pinitos’ en la opinión pública cuando escribió columnas para esta casa editorial y la radio que llegó en los últimos años para ampliar el espacio de diálogo y reflexión.


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