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DOMINGO 18 DE DICIEMBRE DE 2016 - IBAGUÉ
FACETAS La población de Ambalema celebra las tradicionales fiestas en honor de Santa Lucía, que es su patrona espiritual. Fue una santa italiana oriunda de la isla Sicilia. Murió decapitada cuando sus verdugos no lograron que renunciara al cristianismo. Este acontecimiento sucedió el 13 de diciembre en el siglo tercero de la era cristiana. La devoción a esta virgen y mártir se extendió por Europa. En Suecia las jóvenes se ponen diademas acompañadas de velas prendidas ejecutando una danza en honor a Lucía. Los conquistadores españoles trajeron la devoción de esta mártir al continente americano y al Tolima. En Ambalema, Santa Lucía tiene un arraigo popular y religioso. En 1670 el licenciado Mateo Ibáñez de Rivera encontró en la iglesia del pueblo una representación de esta santa, que es la que actualmente existe. La imagen permanece en un hermoso nicho engalanada con atuendos maravillosos. Los devotos dicen que ha librado a la población de numerosos desastres naturales, especialmente de inundaciones causadas por el río Magdalena cuando invocan a la virgen siciliana. Le piden la curación de los males que aquejan a los ojos. Ella los perdió cuando sufría el martirio que la condujo a dar su vida por Cristo. Son numerosos los milagros que ha hecho en los fieles de Colombia y de nuestro Departamento. En el lenguaje popular, cuando se comete un error imposible de subsanar, se dice que “después de ojo afuera, no hay Santa Lucía que valga”. Entre los campesinos existió una oración a Santa Lucía para que nos libre del mal de los ojos que tiene el siguiente contenido: “Jesús Dios entró en Belén. Sale el mal y entra el bien. Santa Lucía, virgen y mártir por el poder que Dios os ha dado, curadme los ojos enseguida”. El ambalemuno Nicanor Velásquez Ortiz hace una referencia a su pueblo que lo califica de “alegre y bullicioso y franco y bueno y servicial”. Después de hacer un elogio a Santa Lucía, concluye que es “la misma patrona bondadosa que con decirle: “Santa Lucía -préstame tu petaquita para echar esta basurita, se salía la tierra que había caído en nuestros ojos”. Sobre la fiesta de Santa Lucía, en épocas pasadas tenemos relatos del cronista oriundo de Ambalema José María Chacón, en especial en el artículo titulado ‘Ambalema, un pueblo detenido por el tiempo’, en el que relata que desde el 10 de diciembre llegaban en balsa los músicos, los copleros y los productores agrícolas, los típicos como
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Crónica de Santa Lucía,
patrona de Ambalema
sa campana que estaba ubicada en la antigua iglesia. El ambalemuno y narrador de historias José Manuel Castellanos compuso unas significativas estrofas en honor a esta mártir. En numerosos documentos aparece la denominación de Villa de Santa Lucía como el fechado el 19 de diciembre de 1812, en que el Cabildo se declara independiente del Estado de Cundinamarca y quiere organizar un gobierno propio, para lo cual convoca a los vecinos y autoridades ambalemunas para que se pronuncien sobre esta propuesta el día 24 de diciembre de ese mismo mes y año. Dentro de las fiestas de Santa Lucía, que son el 13 de diciembre, hay una procesión que recorre el río Magdalena. Está acompañada de canoas y embarcaciones. La iluminan velas y antorchas llevadas por los ambalemunos y promeseros que agradecen a la Virgen y Mártir los favores recibidos. Se conserva el antiguo templo. Pero la imagen de la patrona de Ambalema está en una hermosa iglesia de estilo moderno que es la edificación más alta de esta histórica población. Conozcamos a Ambalema y admiremos sus casas tradicionales rodeadas de columnas, el paso del río Magdalena por el ferry, sus platos típicos, la simpatía de sus habitantes y el bello paisaje que la circunda. Pedro Bernardino Sosa Rubio Miembro de la Academia de Historia del Tolima
los bizcochos calentanos y otros. Había corridas de todos, despescuezada del gallo, vacas-locas, bailes, cabalgatas, ceremonias religiosas y otros eventos propios de las festividades de los pueblos. Es la versión histórica de este escritor costumbrista. En la época de la bonanza tabacalera fue muy importante la devoción a Santa Lucía. Pero la mezclaban con un exceso de paganismo y licor que le quitaba su verdadero significado. En 1859 donaron una hermo-
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Cuál es el origen
de la letra “ñ” CAROL OLONA - BBC
La ñ no entró en el diccionario de la Real Academia Española hasta 1803. Pero el origen de esta letra, genuinamente española, se remonta casi 1.000 años atrás. Para conocer cómo surgió esta icónica letra hay que retroceder a la Edad Media. En latín, ni la letra ni el sonido correspondiente a la eñe existían. Pero a medida que el latín evolucionó y empezaron a surgir las lenguas románicas, como el castellano, el francés o el italiano, apareció este sonido nasal (el aire sale por la nariz) palatal (al pronunciarlo el dorso de la lengua se apoya contra el paladar) que identificamos como “eñe”. Al no existir en el alfabeto latino, los escribas tuvieron que inventar formas de reproducir ese sonido en los textos de las lenguas romance. Así, desde el siglo IX, los copistas empezaron a transcribir el sonido de la eñe de tres formas diferentes: -Como una doble n (nn): canna (caña), anno (año), donna (doña) -Como un gn: lignu (leño), agnus (cordero), -Como “ni” seguido de una vocal: Hispania (España), vinia (viña) “En un mismo texto podíamos encon-
trar las tres variaciones fonéticas de la eñe, según la procedencia del copista. No había una norma generalizada”, le dice José J. Gómez Asencio, catedrático de la lengua española en la Universidad de Salamanca, a BBC Mundo. Los escribas que optaban por usar la doble ene (o ene geminada) empezaron a abreviar esta forma, dejando una sola ene y poniendo una vírgula encima (el sombrerito tan característico de la ñ). “Esto fue una solución para ahorrar pergamino y facilitar el duro trabajo de los monjes escribanos. Es por eso que el uso de abreviaturas era muy común en la época”, recalca Gómez Asencio. Y es que los monjes eran prácticamente las únicos que sabían leer y escribir en la Edad Media, por lo que la mayor parte de la cultura antigua se transmitió a través de la labor de estos copistas.
La victoria de la ñ
El uso generalizado de estas tres formas de reproducir el sonido de la eñe en un mismo texto generó una situación caótica, en la que en un mismo texto se podían encontrar las tres variantes -ñ, gn y ni más vocal- sin que hubiese ningún tipo de uniformidad. Elcastellano.org