facetas 21 de noviembre

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IBAGUÉ, NOVIEMBRE 21 DE 2010

FA CE

TAS CULTURA AL DÍA Entrevista

Oscar Chica

Sandra Patricia Lombana M. REPORTAJE

La “y” se llamará “ye” Agencia EFE Cuento

El novio de tía Lorena Andrés Elías Flórez Brum


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IBAGUÉ, NOVIEMBRE 21 DE 2010

La “y” se llamará “ye”, “guión” pierde la tilde Agencia EFE *

La nueva edición de la Ortografía, elaborada por las 22 Academias de la Lengua, no cambia las reglas sustanciales pero sí contiene novedades interesantes: la “y” se denominará “ye”; en América deberán dejar de llamar “be alta” y “be baja” a la “b” y la “v”, y “guión” y “truhán” pierden la tilde. El texto básico de la nueva Ortografía de la lengua española, una de las grandes obras de referencia de los hispanohablantes, ha sido aprobado esta semana por la Comisión Interacadémica de la asociación que agrupa a estas instituciones, y su contenido no será definitivo hasta que lo ratifiquen los máximos responsables académicos el próximo día 28 de noviembre en Guadalajara México. “Previsiblemente no habrá cambios”, afirmaba hoy en una entrevista con Efe Salvador Gutiérrez,

Misa Ceremonia mayor de la religión católica, la misa aparece nombrada por primera vez en nuestra lengua en el Poema de Mío Cid (Passada es la noche,

director de esta gran obra panhispánica, que tendrá más de 800 páginas y que Espasa publicará antes de Navidades. Entre las novedades introducidas figura también la supresión de la tilde en la conjunción “o” entre cifras (5 ó 6). Y deberá escribirse “exministro”, “exnovio”, y no “ex ministro” o “ex novio”. Habrá que decirle adiós al “ex cáthedra” o al “deus ex máchina”. Los latinismos y las locuciones latinas serán tratados como extranjerismos puros y duros y, en aquellos casos en que no se hayan adaptado a las normas ortográficas del español, se escribirán en cursiva y sin tilde: “ex cathedra”, “casus belli”, “deus ex machina”. En la nueva edición, las Academias dan un paso más en la decisión, adoptada hace ya años, de no tildar el adverbio “solo” ni los pronombres demostrativos “incluso en casos de posible ambigüedad (“voy solo al cine”

o “llega esta tarde”), “pero no se condena su uso si alguien quiere utilizar la tilde”. Además, se ha acordado que la escritura con “q” de algunas palabras (Iraq, Qatar, quásar, quórum) representa “una incongruencia con las reglas”. Para evitarla han decidido escribirlas con “c” o con “k”, según los casos: Irak, Catar, cuásar cuórum. Quienes prefieran la grafía originaria, tendrán que hacerlo como si fueran extranjerismos crudos y escribirlas en cursiva y sin tilde. La Ortografía es un material altamente sensible y cualquier reforma puede “ser problemática”. Las Academias de la Lengua Española lo saben de sobra y han procurado ser prudentes en los cambios, ya que se trata de normas y reglas aprendidas en la niñez “con gran esfuerzo”, de tal manera que si una palabra “pasa a escribirse sin tilde o con ella, es como si nos arrancaran algo propio de nosotros mismos”, subraya Gutiérrez. Pues, si de tildes va la cosa, en la nueva edición se eliminan en aquellos monosílabos con diptongo ortográfico. La Ortografía de 1999 permitía escribir con acento gráfico o sin él determinados monosílabos, ya que, según los países de que se trate, se pronuncian como hiatos o como diptongos. Así, se dejaba escribir “guionguión”, “hui-huí”, “riais-riáis”, “Sion-Sión”, “truhan-truhán”, “fio-fió”, “crie-crié” o “RuanRuán”. A partir de ahora, este tipo de monosílabos deberán escribirse “siempre sin tilde”, tanto si se pronuncian como hiatos, como suce-

de en España, o como diptongos: “guion”, “hui”, “riais”, “Sion”, “truhan”..., etc. La “ch” y la “ll” dejan definitivamente de ser letras del alfabeto y se quedan en dígrafos (en la edición de 2001 del Diccionario ya no figuraban como letras independientes), y hay más novedades relacionadas con el alfabeto. Y es que la denominación de las letras no es la misma en unos países y en otros. Así, la “b” se llama “be alta”, “be larga” y “be”; la “v” es, según los países, “be baja” “be corta” o “uve”; a la “uve doble” le dicen también “ve doble” o “doble ve”; la “y” se denomina “i griega” o “ye”, y a la “z”, le dicen “zeta”, “ceta”, “ceda” o “zeda”. Las 22 Academias quieren que “haya una denominación única”, y estas letras deberán denominarse “be” para “b”, “uve” para “v”, “doble uve” para “w”, “ye” para la “y”, y “ceta” para la “z”.

“Pero no se condena a nadie”, si siguen utilizando la denominación de siempre, precisa el académico español, antes de insistir en la conveniencia de la unidad. La Ortografía, señala Salvador Gutiérrez, “es el único código común a todos los países hispanohablantes. Nosotros podemos leer, casi como tuvieran la misma voz, a Neruda, Borges, Vargas Llosa, Cortázar, García Márquez u Octavio Paz, y eso es un bien enorme, cultural, económico y educativo”. Novedades también hay con el prefijo “ex-”, que se escribirá unido a la base léxica si afecta a una sola palabra: “exmarido”, “exministro”, “exdirector”, y continuará escribiéndose separado cuando preceda a palabras compuestas: “ex capitán general”. *Nota enviada por Jairo Cala. Libros y letras.

Palabra del día venida es la mañana, oida es la missa e luego cavalgavan), con origen en el latín missa, término usado por lo menos desde el tiempo de Constanti-

no (siglo IV d. C.). El vocablo latino fue tomado de la fórmula final del oficio religioso: Ite, missa est, habitualmente traducido como ‘Podéis iros,

la misa ha terminado’. En efecto, en esta fórmula litúrgica, missa es el participio pasivo del verbo mittere (enviar), referido en este caso a

la oración que se envía a Dios en la ceremonia; de modo que la traducción correcta sería ‘podéis iros, nuestra plegaria ya ha sido enviada’.


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La novela de Benhur Sánchez Suárez Por Humberto Rodríguez Espinosa*

Puede decirse que la vida de Tulio Varón contribuyó menos a la crudeza de las guerras del fin de siglo XIX que lo que éstas aportaron a su viacrucis. Acorralados por persecuciones y matanzas, más o menos de similar intensidad que las que habían aplicado cuando los dioses de la guerra les fueron favorables, jefes, comerciantes, sencillos burgueses y pequeños hacendados ―entre ellos Varón― habían dado en “pronunciarse” de nuevo contra el duro régimen de la Regeneración, tras los intentos fallidos del 85 y 95, cuando el siglo XX se insinuaba en Colombia. Ya estaba entronizada una brutal manera de concebir y hacer la guerra, y por campos y poblados vagaban en pena las almas de las víctimas. Tal vez alguna de ellas insufló en la de Tulio Varón el apasionamiento de que habían hecho gala los combatientes de la confrontación del 76, en la que el joven guerrero liberal de apenas 16

años empezó a mostrar el alcance de sus furias. Tiempo después una sangrienta sucesión de años desemboca en el momento en que, a caballo por las calles de Ibagué, agachado e imperturbable, el hombre conquista estampa de Fantasma, y hasta recibe un mote el Fantasma de Montefrío. Montefrío era el nombre de una cueva, a la vez convertida en leyenda, un sitio siniestro en que seguían escuchándose los gritos de los prisioneros de Varón, antes de ser torturados y degollados por éste, según consejas alimentadas por otras leyendas que de seguro cambiaban a su fantasma tutelar cuando se invertía la jerarquía de vencedores y vencidos. Es esta alma errante la que, en once capítulos trabajados en diversos planos narrativos, nos cuenta los aconteceres no sólo de su vida terrena sino los de su país, interpretados los de éste como una cruda estampa intemporal en que pasado y presente, y tal vez el futuro, van sucediéndose indistintamente, con una tozu-

dez que hace comprensible el que el nombre del legendario revoltoso liberal se transmute en el de una columna guerrillera a la que los partes castrenses le siguen endilgando, hoy en día, los salvajismos cometidos en la cueva de Montefrío. El General Varón, amigo de otro legendario, Avelino Rosas, que había traído a Colombia con el código de Maceo la ciencia de la guerra de guerrillas, que fue tajantemente rechazada ―por poco

honorable― por el propio general Uribe Uribe, había hecho uso de ella con la pintoresca consigna de “meterse al corral de las gallinas y luego salir corriendo”, y tal vez por ello no recibió todo el apoyo de los Directores Generales de la Revolución, en la Guerra de los Mil Días, y lo condenaron a un andareguiar de militar de segundo orden por los territorios del Tolima. Buen Viaje, General es un libro que se lee con asombro, donde el quehacer del nove-

lista obtiene aciertos indudables. No pocos episodios del siglo XIX y del XX se nos revelan con su carga de aportes aleccionadores para el buen entendimiento de nuestra historia. Ya el novelista Benhur Sánchez Suárez, en otro de sus buenos trabajos, nos había enseñado que sólo cuando el pasado se vuelve memoria descorre sus velos y por fin se nos hace comprensible. *Bogotá D.C. Escritor co lombiano


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Oscar Chica, un artista que encontró en la fotografía una herramienta documental “Tabaco”, una escena captada por el docente de fotografía de la Universidad del Tolima y la CUN Oscar Chica, figura entre las mejores imágenes de ‘Photofrance 2010’, una exposición que por estos días hace itinerancia por las Alianzas Francesas del país. La imagen, captada por la lente de este maestro en Artes Plásticas bogotano, junto con 16 fotografías más, fue escogida entre 315 propuestas presentadas a la convocatoria del concurso colombo-francés, que este año se centró en el tema patrimonio oral e inmaterial colombiano, por lo que fueron recurrentes la danza, situaciones a cargo de indígenas y momentos que marcan la pauta del sentir de esta Patria. Según comentó Chica a EL NUEVO DÍA, la fotografía fue tomada en un recorrido que hizo desde Barichara hasta la Mesa de Los Santos, en Santander, zona característica por sus agrestes y áridos paisajes y por los cultivos de tabaco que tienen una fuerte connotación espiritual entre nuestros indígenas. Capturar esta imagen no fue del todo sencillo, pues debió ca-

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La fotografía de moda hace parte de las temáticas abordadas por Chica.

La fotografía, una necesidad

La imagen tomada en Ráquira muestra a Oscar Chica en un mirador desde donde divisa el desierto de La Candelaria.

“Me gusta viajar y caminar y casi siempre mi cámara me acompaña”. Oscar Chica.

minar alrededor de 25 kilómetros subiendo y bajando por caminos bastante inclinados a una temperatura muy alta con un calor sofocante, acompañado de su cámara y un ‘camel bag’ (maleta especial para cargar agua). “El año pasado estuve viviendo en San Gil, Santander. Un día salí a caminar y atravesé el Cañón del Chicamocha, durante ese recorrido estuve tomando fotos y así fue como la logré. En mi trayecto llegué a una casa donde había cultivos de tabaco, hablé con las personas del lugar, descansé un poco, jugué con los chicos, pregunté cosas, aprendí un poco y luego seguí mi camino”, narró. Este reconocimiento fue la excusa propicia para entablar diálogo con este docente, que desde que descubrió el arte fotográfico no ha parado de explotar sus bondades en diversas temáticas como retrato, naturaleza,

documental, arte y moda. Y es precisamente ahí donde salió a relucir uno de sus más apasionantes proyectos de fotografía documental: “En Colombia también hay kunas”, que por su complejidad le ha demandado mayor tiempo, y que aún está inconcluso. Este trabajo, aún inédito, comprende una exposición de imágenes, en su mayoría retratos, complementada con una serie de conversatorios y actividades de intercambio cultural en las cuales se tiene prevista la intervención e interacción de algunos indígenas de la comunidad, para que sean ellos mismos quienes hablen de su cultura. “El principal objetivo de la muestra es sensibilizar a las personas para que cuando vayan a una feria artesanal y compren un bolso o accesorio con molas, sepan cómo se hace, quién las hace y qué significa para los kuna, pueblo amerindio, localizado en dos comunidades: Arquía y Caimán Nuevo, únicas en Colombia”, argumentó el fotógrafo.

¿Cómo se interesó en la fotografía? “Un día, hace ya bastantes años, tuve la necesidad de documentar y registrar una serie de modelos en papel. En ese entonces no tenía cámara, no era fotógrafo, y una persona me colaboró con las fotografías para el catálogo. Tiempo después, empecé a estudiar fotografía por mi cuenta. Leí durante un buen tiempo toda la enciclopedia de Kodak y un día compré mi primera cámara con la que empecé a practicar aquello que había leído. Y de ahí para adelante ha sido un largo proceso de aprendizaje e investigación permanente”. “Es cierto que en mi formación universitaria tuve clases de fotografía, pero para ese momento yo ya sabía más de lo que me enseñaban, lo que me ocasionaba problemas con mis profesores. Así que lo que hice fue aprovechar todos los espacios de taller para seguir investigando con los recursos que me proporcionaba la universidad. No he parado,

‘Tabaco’, la imagen finalista del ‘Photofrance 2010’.

siempre hay que estar investigando y aprendiendo. No se trata sólo de aprender la técnica. Se requiere una amplia cultura visual y esto exige ver muchas imágenes, investigar fotógrafos constantemente y, por supuesto, hacer fotos”. ¿Qué encuentra en este arte que lo apasiona? “Es difícil de explicar, pero pasión es una buena palabra para definir algo que te puede tener atrapado por horas sin darte cuenta del paso del tiempo. Técnicamente la imagen es el resultado del tiempo que incide la luz sobre la película fotográfica o el sensor. Puedes ver la imagen congelada de una gota de agua cuando cae en una fracción de segundo. O puedes devolverte en el tiempo y ver la historia del mundo, las guerras, las modas y tendencias, el crecimiento de las ciudades, etc. Y todo esto no es nada más que tiempo impreso en un papel o luz en una pantalla”.

¿Para usted qué hace que una fotografía sea considerada buena o mala? “Eso depende del propósito de la fotografía. Los usos de la fotografía son diversos y dependiendo del contexto establezco criterios para juzgar si la foto funciona o no. Cuando veo una foto de un documento de identidad la juzgo diferente a cuando veo la foto de una hamburguesa en un restaurante. También puede ser la foto de un carro estrellado que se anexa como prueba en un expediente judicial o el registro fotográfico de un performance en una galería de arte. Cada caso es diferente y tiene lenguajes y códigos establecidos que te permiten analizar qué tan acertada es la imagen. “Quizá haya algo que es importante en todos los casos y es el dominio de la luz. Dependiendo de eso se puede ver el volumen y la textura del auto estrellado, las facciones de un rostro para su posterior identificación o el brillo de una carne jugosa. Además, la luz es la materia prima

de la imagen; con ella trabajamos los fotógrafos, pintores, dibujantes y cineastas”. ¿Por qué la fotografía puede ser considerada como una forma de comunicación? “Tan solo piensa que hoy en día las personas casi no leen, pero ven imágenes a diario y se comunican a través de ellas. Las redes sociales y el uso de etiquetas en las imágenes son un buen ejemplo de ello. “Soy profesor de fotografía y frecuentemente observo que lo más complicado es hacer que aquello que se tiene en mente coincida con el resultado obtenido a través de la cámara. Es un proceso de traducción entre lo que ven tus ojos y tu mente y aquello que es capaz de capturar el artefacto. Al inicio es una relación traumática porque percibimos el mundo de una manera muy diferente y el dispositivo fotográfico es insuficiente para reproducirlo o no se tiene la suficiente comprensión de su funcionamiento y posibilidades expresivas. Por eso es que vemos tantas caras tristes en los laboratorios después del proceso de revelado tradicional. Ahora eso cambió con la digital, porque la frustración es inmediata ya que no hay que esperar a revelar. Requiere de tiempo y dedicación para aprender el lenguaje fotográfico”.

¿Qué lo motivó a participar en Photofrance 2010? “Las convocatorias son eventos de gran importancia, ya que dan la oportunidad de mostrar los proyectos que dentro de la práctica artística se realizan. Para este caso, me enteré a través de Internet; alguien me avisó, leí las bases y me pareció justo. Es importante este punto, porque actualmente hay convocatorias que no respetan el trabajo de las personas y simplemente buscan hacer bancos de imágenes a muy bajo costo, lanzando convocatorias y obligando a los participantes a ceder la totalidad de los derechos. Estoy en contra de eso y creo que esto deteriora el gremio de la fotografía. A los participantes se les debe reconocer los créditos y los derechos sobre sus obras”. ¿Qué viene para Oscar Chica? “Exponer, publicar, enseñar, viajar, caminar… e indudablemente hacer fotos. Para el próximo año tengo en mente realizar una exposición del proyecto que estoy realizando con la Fundación Orquídeas del Tolima, reserva ecológica ubicada en el barrio Darío Echandía de esta ciudad, que posee una colección de 160 especies de orquídeas, heliconias, flores tropicales, frutales, maderables y fauna nativa. Muy pronto estaré seleccionando las imágenes y consiguiendo el espacio para la exhibición”.


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El cuento

El novio de tía Lorena

Poesía

Esperanza Casas Poeta colombiana

Se va o se va...

Por Andrés Elías Flórez Brum

Todos nosotros estábamos reunidos en el comedor (no podría ser en la cocina donde no había asientos) cuando sentimos que la puerta de la calle medio se abría. Un visaje y las pisadas muy tenues que subían la escalera hacia las alcobas del segundo piso. ―Es un duende―dijo en el acto tía Lorena— el duende Juan Lara, el que está enamorado de mí. Se sintió una leve ráfaga de viento. En efecto, todos nos miramos con intención de hacer algo. La intención, acaso, de tenderle una trampa. Apenas anochecía, aunque, por el mes, se presagiaba Luna llena. Por la ubicación de la casa, la sala se hallaba en penumbra. El tema de la radio, a medio volumen, se interrumpía. ―¡La ventana! ―dijo tía

Lorena—, la ventana, cierren la ventana. Se aseguró la puerta con los pasadores y se le dio llave a la cerradura. Al instante, se trajo la vieja bañera y se llenó de agua y se puso al pie de las escaleras. Con un hisopo esparcimos polvo de ajo molido y jabón también en polvo. ―Los duendes no se bañan ―dijo tía Lorena― le tienen pavor al agua. Por los pasos que se sintieron en los peldaños se notó que había subido las escaleras al revés. Vale decir, de espaldas a los pasos, como si los contara, y sin quitarnos la vista mientras subía. Corrimos a las alcobas del segundo piso y luego de una presurosa requisa, aseguramos todos los intersticios, rendijas y claraboyas y cualquier hueco por donde cupiera el duende y pudiera escapar. Avanzamos por los pasi-

llos y barandas y dejamos al descubierto todos los espejos visibles. Pues podrían servir de trampa, dado el repudio que los duendes sienten por su propia imagen. (Según los de casa, la imagen de los gnomos no se refleja en la Luna del azogue). Pendimos de las paredes ganchos de ropa con lazos y cuerdas donde pudiera caer colgado. La voz inaudible de alguien venía a nosotros. Cuando de súbito vimos que del techo bajaba una intensa claridad. ―¡El techo! ―gritó tía Lorena quien, a la postre, lo que hacía era seguir detrás de nosotros. Y cuando miramos al techo se abría un boquete de veinte centímetros de ancho por noventa de largo. ―Ningún duende —dijo tía Lorena— ningún duende mide más de noventa centímetros ―mientras se sostenía, con ambas manos, la falda.

Aquella noche vinieron, eran varios, unos se quedaron afuera otros entraron y en voz alta frente a mí sólo dijeron: ...se va o se va... bajo la tenue luz de la madrugada nos fuimos en silencio con lágrimas con recuerdos con las pocas cosas nuestras nos fuimos... llevamos largas horas de viaje por los ríos... por las selvas... por la carretera buscando el futuro mientras en mi mente escucho el eco de las siniestras palabras: ...se va o se va...


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Las voces de la tragedia de Armero Por Ingrid Yineth Sierra Moya*

Tras los 25 años de la tragedia de Armero siguen apareciendo registros de todo tipo que se ponen a la tarea de tratar de captar lo ocurrido el fatídico 13 de noviembre de 1985. Esta labor resulta ser ―en alguna medida― imperiosa, teniendo en cuenta que en la actualidad tanto el departamento del Tolima como el de Nariño naufragan entre las furias del volcán Machín y el Galeras. De manera que el acto de informar y/o narrar el hecho se convierte entonces en una voz de advertencia para un pueblo escéptico y distante que, con mucha facilidad, olvida episodios cruciales de la historia. Uno de los textos literarios que retoma la tragedia del desaparecido municipio del Norte tolimense es No morirás de Germán Santamaría, el cual narra los conflictos cotidianos de dos familias que sienten con más fuerza el peso de sus actos después de ocurrida la avalancha. El suceso trágico recrudece las desventuras de los personajes que comienzan a realizar una cadena de acciones desesperadas en un escenario que fue traspuesto al formato televisivo en el año de 1997, con el mismo título. La novela y el texto audiovisual configuran diferentes lenguajes a la luz de una misma temática en donde se puede notar la imprevisión del hecho y las consecuencias psicológicas y económicas de las víctimas después de ocurrida la avalancha. Los personajes de la obra son quienes muestran de manera desbordada el sufrimiento y la nostalgia a través de los cuales reconstruyen espacialmente el

Armero antes de la tragedia. Lugares como el río Lagunilla y las planicies fervientes del municipio configuran el recuerdo de la prosperidad y el símbolo de la vida y la muerte, por el que deambularon las almas errantes de ese trasmundo novelesco que el autor de la obra muestra. En-

tre los espíritus y los recuerdos de José Durango queda un boceto de un territorio que como el mismo Javier Darío Restrepo pone de manifiesto en su texto cronístico Sobre la tragedia de Armero, tristemente desapareció ante los ojos de las autoridades departamentales y nacionales.

bio temporal en el paso de la historia de la obra al tejido audiovisual, donde se privilegian ciertos aspectos, como el momento del desastre, retomado de algunos archivos noticiosos. Ambos textos acogen el suceso histórico de la tragedia de Armero, pero no hacen de esta la protagonista de su historia, debido a que existen otros esmeros. En la novela, por ejemplo, se observa la preocupación por mostrar las desgracias y las consecuencias de las actuaciones humanas, mientras que en el seriado los conflictos familiares se amplían para dar un despliegue sentimental en los personajes. No morirás, como texto literario y texto audiovisual, muestra la magnitud de la tragedia, las condiciones de abandono y miseria de las víctimas y se convierte en una añoranza sobre el municipio de Armero. De modo que estas dos reelaboraciones sobre el suceso sirven como memoria de un episodio estremecedor para el país, que cobijaron el suceso de manera genérica (sin detallar) para ponerlo en conocimiento de los lectores/ espectadores en su momento. Sería interesante explorar demás textos que albergan esta temática, con el propósito de analizar las orillas desde las cuales se ha sentido y narrado la tragedia. Es más, se podría conformar un archivo sobre las producciones y los productores que figuran sus creaciones en dicho referente que, a diferencia de otros episodios históricos de nuestro país, para el caso de la literatura, no es muy fecundo, en términos de cantidad.

Esa agonía de la región tolimense, en el producto televisivo, se constituye en una leve zozobra de parte de algunos de los personajes, sumándole la atmósfera lúgubre que mediante la música y otros códigos hacen evidente y muy próximo el incidente. Lo cual *Licenciada en Lengua también se debe a un cam- Castellana


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IBAGUÉ, NOVIEMBRE 21 DE 2010 Editorial: Alfaguara Título: Amor en el infierno Autor: Varios

Bogotá, Colprensa El lado oscuro del corazón, las historias de amor que se desarro llan entre series que históricamente, en la literatura y el cine, han estado como los peores villanos, están de moda, y muestra de ello es la nueva colección Alfaguara. Esta se inicia con “Amor en el infierno”, la cual consta de cinco relatos de escritores que gozan de gran reconocimiento en la literatu ra de este tipo, la cual sigue seduciendo a los jóvenes lectores. Scott Westerfeld, Melissa Marr, Justine Larbalestier, Gabrielle Zevin y Laurie Faria Stolarz son los escritores de estos relatos de demonios, fantasmas, seres inmorta les que aman y odian en un mundo que lejos está de ser perfecto.

Editorial: Seix Barral Título: El barro y el silencio Autor: Juan David Correa

Editorial: Aguilar Título: Saber hablar Autor: Varios

Bogotá, Colprensa Durante años el Instituto Cervantes ha realizado una completa investigación alrededor de tres puntos claves para el desarrollo intelectual del ser humano en Iberoamérica. Luego de “Saber escribir”, “Saber leer”, presenta “Saber hablar”, lo cual cobra gran importancia si tenemos en cuenta que vivimos rodeados de palabras, y gracias a la globalización es cada vez mayor el tráfico de expresiones idiomáticas de diferentes partes del mundo, hacen que el tener un buen discurso no sea tarea sencilla, también que sea la clave del éxito. En este libro se presentan las pautas necesarias para expresar lo que pensamos, facilitando la comunicación entre los seres humanos. Una guía de constante consulta que cuenta con el sello de calidad de una organización como el Instituto Cervantes.

Editorial: Rocca Título: Guía para talleres de escritura creativa Autor: Varios

Bogotá, Colprensa La Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa, Renata, ha empezado a presentar una selección de libros sobre su trabajo en los años de desarrollo en diferen tes partes del país. Este primer capítulo está dedicado a la creación y planeación de un laboratorio literario, espacio de interacción y diálogo entre quienes toman el taller y las lecturas críticas de textos literarios, junto a una constante escritura consciente. Poco a poco el programa Renata empieza a presentar una bibliote ca propia sobre el quehacer literario, sus herramientas de trabajo y una gran cantidad de bibliografía necesaria para iniciar la aventura de escribir.

Bogotá, Colprensa Luego de mucho luchar por intentar terminar una novela, el escritor colombiano Juan David Correa entendió que la imaginación sirve para rescatar del olvido una tragedia tan brutal como la que azotó a Armero Tolima, hace 25 años. A través de la crónica literaria, trae a la memoria la historia de

sus abuelos, Otilia y Luis Ulloa, quienes no quisieron, como otros, abandonar el pueblo porque no advirtieron la furia de la naturaleza. Es una novela corta pero intensa, de rápida y emotiva lectura, siendo una de las obras literarias necesarias para recordar y reflexionar sobre lo que ocurrió en Armero.

DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales COORDINADOR: Benhur Sánchez Suárez, Redacción cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Sandra Lombana M. EDITOR: Billy Edison Zúñiga Valencia DISEÑO: Katherine Moreno ILUSTRACIONES: Obras del pintor colombiano Edgar Álvarez FOTOS: Oscar Chica, suministradas, Colprensa, Internet, EL NUEVO DÍA. Carrera 6 No. 12-09 Tels. 2770050 - 2610966 Ibagué Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


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