IBAGUÉ, ENERO 23 DE 2011
FA CE
TAS CULTURA AL DÍA
Reportaje gráfico
Recorrido por el MAT Hélmer Parra Cuento
El juego de las cosas José Hilario Yepes Crítica
500 días de verano
Andrés Ricardo Duque Rincón
FACETAS Por Leopoldo de quevedo y Monroy*
Ya con el pie en la línea que marca el final de El legado de Homero, de Alberto Manguel, y después de su emocionante lectura, encontré la alucinante afirmación de que el humano es un ser que se repite en rostros y hazañas o que el mundo que describe Homero es el mismo de hoy y de ayer o de mañana. En el libro, Manguel va dando puntadas maestras delineando personajes, horrores de la guerra, ternezas de amantes, viajes peligrosos, traiciones, iras de dioses y componendas. Poco a poco va introduciendo en nuestra mente el mapa que el gran ciego de Quíos, aquel monstruo divino, grabó con punzones eternos en la memoria universal. Generaciones de hombres y de féminas irán desfilando frente a Historia, leerán o nunca sabrán quién fue Homero, pero sus vidas ya estaban registradas y sus acciones no tendrán nuevos ingredientes que aquellos que él descubrió primero en los laboratorios de Ítaca e Ilión y sus alrededores. En efecto, Manguel nos hace ver que escenas familiares a nuestros ojos tienen las mismas características que los odios y amores, las infidelidades, los viajes con sus atajos y desvíos ya no son en navíos con velas, pero sí llevan a negociaciones, a encuentros con divas y a mares con escollos, para luego retornar, al cabo de aventuras,
Lacónico Los espartanos, un pueblo de guerreros de la antigua Grecia, habitaron Laconia, antiguo país del Sur de Grecia, a orillas del mar Egeo y del Mediterráneo, más concretamente Esparta, su capital. Debido, tal vez, a los rígidos
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El humano nace mortal, con la ilusión de ser inmortal
al remanso ansiado. Nos hace ver que la vida en palacios y entre corazas la viven por igual los campesinos, los ciegos, los
adivinos, los hijos y los padres. Y hasta los animales se comportan fieros o mansos, dóciles como el perro, o demoledores
dad, es un ir y venir, un viaje que comienza con propósitos, muchas veces nobles y definidos, para luego encontrar contratiempos, enemigos, buenos vientos, trampas como en una competencia de motos o de esquí extremo sobre la nieve o sobre la cresta de la ola. Hasta dioses acudirán en su ayuda, otros le volverán la espalda olvidadizos, y otros tramarán asechanzas y se aliarán con el enemigo. En ello no habrá desemejanza entre dioses celestes y especímenes terrenos. Desaparecen los linderos de crueldad y de piedad, de nobleza y de desatino que una vez, se dijo, pertenecían y distinguían a los humanos de los dioses. Se comprende, entonces, que los mortales hayan sido creados a imagen y semejanza de sus dioses. Allí los dioses se comportan como los mortales y los humanos se convierten en modelos inmortales. Termina el lector el libro y Manguel ha logrado el gran propósito del escritor. Atrapar entre sus párrafos y su mirada diáfana a quienes emprenden el viaje de su escritura. Vuelan las retinas y la imaginación con las palabras y las imágenes, se agita el pecho y se emocionan el páncreas y las neuronas. Y al final, cierra uno el libro con la sensación de bajar de la alfombra de Aladino, desde donde se contemplan como en un sueño el pasado y el futuro.
como los huracanes y los rayos, esos dragones y ciclones. Jamás *Abogado y escritor colombiano. Letralia, Tierra de cambiarán de naturaleza. letras, Venezuela. La vida del hombre, en ver-
Palabra del día hábitos militares impuestos por su organización social, los espartanos eran gente de pocas palabras. Se cuenta que Filipo de Macedonia amenazó en cierta ocasión con invadir sus tierras: laquo; «si entro en Laconia,
voy a arrasar y someter Esparta», dijo el padre de Alejandro Magno. La respuesta de los espartanos pasó a la historia como un ejemplo de laconismo: «Si...». Por esa época surgió el adjetivo griego lakonikós ‘espar-
tano’, ‘lacedemonio’, que pasó al latín como laconicus y llegó hasta nosotros como lacónico, pero ya con el sentido de ‘breve, conciso’. Del poeta español Baltasar Gracián se ha dicho, por ejemplo, que “esgrime un es-
tilo breve y ceñido, lacónico, en el que las palabras, a fuerza de apurar sus posibilidades de expresión, vuelven a cobrar vida”. Para ‘natural de Laconia’ los hispanohablantes contamos con la palabra ‘laconio’.
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FACETAS
Genio del lenguaje y retardado ideológico
Por Tomás Borge *
La intervención de Mario Vargas Llosa en el acto de entrega del premio Nobel de literatura en Estocolmo fue un espectacular homenaje a la egolatría. Recordó, una y otra vez, episodios de su vida personal, desde que aprendió a leer a los cinco años. Hizo llorar a su familia y a varios de los presentes recurriendo con buena literatura a sus cariños y respectivas reciprocidades. En el Perú sólo ha recibido elogios y en los enternecidos corazones de la derecha mundial, también. Todos los
son más de 120 mil los desaparecidos con motivos de la represión —dijo—, en aquella época de los gobiernos asesinos predominantes en América Latina, —alguno de los cuales sobreviven— a los cuales añora el novelista peruano. Vargas no ve, no quiere ver, ignora sin escrúpulos, la miseria de millones de seres humanos en el mundo —incluyendo los de su tierra natal, y hace caso omiso de la corrupción política en varios países, incluyendo México, los Estados Unidos y otros. Vargas Llosa es engreído, intolerante, ciego a las torturas de Guantánamo y de los asesinatos de obreros, campesinos y revolucionarios de distintas geografías. El gobierno de Evo Morales, quien rescató la dignidad de la gran mayoría de su población, es despreciado por el premio Nobel, en esencia, porque lo domina el desdén hacia los indígenas y los pobres. El ciudadano peruano-español sólo ve con buenos ojos a los blancos y a los ricos. Tiene pavor y asco por los cholos de su tierra. El gobierno de Daniel Ortega terminó con el analfabetismo en Nicaragua, con los torturantes apagones que predominaron en gobiernos anteriores. Nicaragua es un país sin presos políticos, sin bombas lacrimógenas, es uno de los países más seguros del mundo, ha mejorado las condiciones de vida de miles de pobres, todo lo cual, por supuesto, incomoda al brillante novelista. Después de cada intervención este hábil escribiente demuestra ser un genio del lenguaje, un despistado político y un retardado mental ideológico.
diarios —casi todos son de derecha en el Perú— y de otras latitudes, destacan sus insultos contra los países revolucionarios de América. Con inaudita falta de respeto llama payasos a los gobiernos de Bolivia y Nicaragua y se expresa con desprecio del Ecuador, Venezuela y Cuba. Su discurso contrasta con otros, pronunciados en ese mismo recinto. El de Gabriel García Márquez, por ejemplo —a quien Mario Vargas odia— quien omitió el recuen- *Matagalpa-Nicaragua. to de su vida y se refirió a las Embajador de Nicaragua en desdichas de este continente: el Perú.
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FACETAS
El MAT presenta el universo creativo de Julio Fajardo y Benhur Sánchez Cinco salas del Museo de Arte del Tolima se engalanan desde el mes de diciembre con dos variadas exposiciones: ‘Testigo mudo de la frágil memoria’ y ‘Pinturas’. La primera un tributo a uno de los artistas colombianos más sobresalientes de mediados del siglo XX, el maestro tolimense Julio Fajardo Rubio, en el primer centenario de su natalicio; la segunda autoría del pintor y pluma huilense, Benhur Sánchez Suárez. De la serie ventanas. Acrílico/lienzo 2010.
De la serie oleoductos 1, 2, 3. Mixta/lienzo, 2001. En la técnica de tinta y tempera, Sánchez exhibe Caminando por recintos cerrados en busca de la paz, de 1967.
El Congreso Nacional en Ibagué. Fresco instalado en la Alcaldía de Ibagué de 1854.
Marilyn, collage sobre madera, elaborado en 1994, por Benhur Sanchez.
Mercado de Purificación, 1949.
De la serie supervivencia 2, 5 y 6. Acrílico/lienzo, 2007. Divertimento con ventana.
Oleoductos, mujeres recortadas de revistas, ciudades imaginarias, matachines y ocobos, son los temas recurrentes en las pinturas de Benhur Sanchez, en las que el derroche del color transforma y da un nuevo sentido a sus elementos de inspiración.
Los visitantes al MAT podrán comprender por qué el maestro Benhur Sánchez escribió sobre su exposición: “Obras ya olvidadas entre el polvo de los años y el descuido vuelven a vestirse de gala, incrédulas en su fragilidad, y otras, más recientes, brillan como si acabaran de recibir mi última pincelada”.
El baño, 1949.
Patricia. 1956-65.
El recorrido por estas muestras, que permanecerán colgadas en el recinto cultural hasta mediados de febrero, incluye una selección de bocetos, esculturas, cerámicas, platos y pinturas efectuadas por Julio Fajardo entre 1953 y 1975.
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En la retina
Bañistas (Las tres gracias), 1944 – 46.
Bambuco, en la técnica de cerámica vidriada.
La danza, estudio de Ballet azul, 1957.
Lulos, 1950.
Vaquero, 1940.
Esta completa selección de más de 70 piezas de Julio Fajardo, pertenece a las colecciones de la familia Fajardo Castilla, del Museo de Arte del Tolima, de Ortiz Salazar, y a los coleccionistas particulares, Julián Varela, Leonora Melendro, Ana María Melendro, María Magdalena García, Helena Melendro de Caicedo, George Braun y Amelia Melendro de Braun.
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El cuento
El juego de las cosas
Poesía
Ana María Rodas Guatemala – 1937
Por José Hilario Yepes*
Himelda busca un objeto embolatado de la noche anterior. Examina la memoria y con afán saca de las gavetas de un armario y de las mesas de noche, y hasta el mueble del comedor llegan sus manos nerviosas, extrayendo objetos, tarjetas y papeles que tiempo atrás había estado buscando y que no había podido hallar. Tiene una disposición especial para trastocar cosas y cambiarlas de sitio, se ha creído que se trata de un juego, un acertijo impuesto tal vez por la subconsciencia a fin de ejercitar la memoria oxidada por el tiempo. Himelda vive en su función de cambiar de lugar las cosas y ahora se le ha visto sonámbula deambular por las habitaciones, la sala y la cocina, continuando con la rutina incontrolable de trastocar objetos. El padre de la mujer, antes de su fallecimiento ocurrido cuando estaba en la antesala de la centuria, también embolataba los documentos cuando la memoria se le escabullía del dominio consciente. También jugaba a esconder objetos y documentos y mostraba una inclinación proclive por los juegos de azar y de fortuna. Decía que la vida es eso: una azar, un juego de locos y hay que apostarle a los eventos, buscar el premio mayor en la salud, armonía y la paz de los corazones. Por otra parte, adquiría en forma frecuente la lotería y al caer el día, una mujer joven y Carlitos en el pueblo, acudía a la casa a brindarle el número del chance, y él persistía con el de la cédula, el 412, y también con el del osario, en donde reposan las cenizas de la esposa en una iglesia de barrio en la ciudad, y muchas veces acertó
Desacuerdo
el número ganador del chance. En cierta oportunidad embolató dos fracciones de lotería con el número del premio mayor. La familia volteó la casa al derecho y al revés, miraron todas las rendijas de las habitaciones, examinaron minuciosamente los muebles en donde archivaba los documentos y papeles históricos y nunca aparecieron las fracciones, y cuando se acordaban del evento, del extravío, volvían a buscar y nunca aparecieron. Pasaron cincuenta años de la muerte del padre de Himelda, y cual sería la sorpresa cuando entre las páginas amarillentas por el tiempo, en un libro de poesía dedicado al poeta José Asunción Silva y editado por el Instituto Caro y Cuervo, encontraron las fracciones embolatadas de la lotería en el libro que entregó la familia como recuerdo de la biblioteca. A las fracciones las acompañaba un billete antiguo y pequeño por valor de cincuenta centavos y que ofrecieron a un coleccionista por el valor de diez mil pesos, en cambio las dos fracciones ganadoras no tuvieron valor y sin posibilidad alguna de reclamar el premio. Himelda, continúa en su la-
bor de hormiga arriera, llevando objetos para diversos escondrijos y madrigueras, en donde ella y la familia buscan después sin éxito. Tal vez, se cree que realice la misteriosa labor debido a que estuvo tan cerca del padre, acompañándolo durante mucho tiempo y observando cómo jugaba en ese acertijo de esconder objetos y refundir papeles, cartas y documentos. Así, se dice coloquialmente que lo que se hereda no se hurta. Himelda ha heredado la actividad extraña de refundir cosas, que ante la mirada atónita de amigos y familiares, y con arte mágico esconde objetos en un juego de azar y sorpresa. Yo, en una visita que efectué a su hogar, acompañándola un tiempo, me inicié en ese extraño juego de esconder cosas y dejé abandonados los recuerdos en alguna gaveta de algún mueble y la memoria embolatada en un rincón del aposento. Ahora, he tratado de buscarla y no la encuentro, creo que tal vez se puede ocultar dentro de la tinta y papel de esta corta historia. *Escritor colombiano.
FACETAS
No me hablen de nada. Esta noche no estoy para palabras ni discursos sobre los acuerdos de paz en ningún lado. ¿Qué paz acordaron en mi nombre? ¿Quién les dio permiso para hacerlo? Ninguno de esta lista interminable que llevo entre las manos dijo adelante, firmen ese convenio. A mí no me pidieron opinión cuando los grandes decidieron que una guerra si se enfriaba podía jugarse mejor en patio ajeno. Soltaron su veneno,
se sentaron a contar ganancias a competir por esculpir la Luna. Mientras tanto aquí, como si nada, se acumularon muertos y desaparecidos y exiliados y odios. Cuarenta años duró el juego. A mí no me fue mal, aún estoy viva. Pero esta lista, esta lista que me hace llorar cuando la leo es la factura final de aquel convenio. No me vengan con sellos a estampar un cancelado. Aquí no se cancelan los afectos ni los llantos, ni la sangre derramada ni la memoria de los muertos.
FACETAS Por Andrés Ricardo Duque Rincón*
“Qué vanidad imaginar que puedo darte todo. El amor y la dicha… todo lo mío te lo doy, es cierto. Pero todo lo mío no te basta, como a mí no me basta que me des todo lo tuyo. Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más uno”, Julio Cortázar. Primera película de Marc Webb, quien se inició en los videos musicales y comerciales. El director nunca imaginó que su primer largometraje sería una comedia romántica, según sus palabras, “en algún momento, entre la pubertad y cuando empecé a pagar impuestos, dejé de creer en el mundo donde unas bonitas muchachas de mejillas color rosa, en sus simpáticos gorros tejidos para el invierno, me prometían su amor”. Pero lo que le hizo cambiar de opinión fue la perspicaz manera que encontraron los escritores, Neustadter y Weber, para describir una relación sentimental que fuera, en palabras de Webb, “al mismo tiempo artística y auténtica….metafórica y literal”. Inteligente, es lo que se pude decir de ésta producción fílmica, que nos muestra las etapas por las que puede pasar cualquier relación amorosa y en especial lo que padece un joven, cuando, de un momento a otro, deciden terminar con él. Desde un comienzo, y antes de que se presenten las primeras imágenes, nos enfrentamos a unas frases que aunque indiquen que la historia que se va a ver es producto de la inventiva de los escritores, contienen la siguiente dedicación: “especialmente para ti Jenny Beckman, perra”. Es por ello que ante la película en cuestión, será mejor irse preparando para observar una producción cinematográfica atípica en lo referente a los filmes que manejan esta clase de temáticas. Como en muchas ocasiones la traducción al español no fue la más afortunada y desvirtúa lo que quiere significar la película. 500 days of summer es el título original de la película en inglés y que en español
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500 días de verano
sería algo así como 500 días de verano, pero que se tradujo para el público hispano como 500 días con ella. Para comprender el por qué de su título en inglés, primero se debe entender que Summer es el nombre de la chica y que toda la película gira en torno a las vicisitudes que soporta Tom, al haber entablado una relación afectiva con la joven. Debido a que en este caso el personaje masculino es quien cree resueltamente en el amor y no su par femenino. Pero ciñéndonos a su primigenio significado, el verano es una de las cuatro estaciones que se presenta en el hemisferio Norte y que se caracteriza por ser la más calurosa del año, es allí donde el Sol se encuentra en su máxima expresión. Sin lujar a duda Summer representó para Tom ese Sol que irradió entusiasmo a un espíritu que carecía de él y que con su partida llenó de sombras su existencia.
500 days of summer nos muestra de una manera bastante particular los eventos, debido a que se intercalan los mismos y el presente y el pasado fluyen sin ningún orden cronológico. Los escritores deseaban contar una historia donde se recorrían todos los recuerdos que tenía un tipo acerca de su última relación amorosa. Para Weber fue muy divertido mezclar la cronología de la película, porque, según sus palabras, al “resaltar ciertos momentos, tanto hacia adelante o hacia atrás en la narración, vemos cosas que quizá no hubiésemos notado y desde una nueva perspectiva”. Pero hay más, y en el filme existen escenas que sorprenden por su ingenio, como en el aparte donde, como si estuviésemos en un videoclip de MTV, somos asaltados en la pantalla por la melodía y la ejecución de una agradable coreografía, que demuestra el estado de ánimo del protagonista;
momentos antes había estado por primera vez con la joven. En otro de los segmentos de la película, la pantalla es dividida en dos partes y en uno de sus lados se muestra lo que sucede en realidad y en el otro lo que esperaba que sucediera el protagonista. Tom se encontraba esperanzado en que Summer recapacitaría y volvería con él, pero descubre en una fiesta a la que es invitado por ella, que ahora se encuentra comprometida. Él sale totalmente descompuesto de la
reunión y en medio de la calle se encuentra solo, literalmente solo, ya que sagazmente el director del filme borra de la escena todo elemento y en la inmensidad de la pantalla queda, únicamente, el protagonista. Por todo lo anterior 500 days of summer es un filme que refresca este género, que no desentona con su visión descarnada de los hechos y que para colmo de males pareciera ser sarcásticamente cíclica. Tom, como conclusión de la experiencia que acaba de vivir, entiende que al amor no se le debe atribuir características que no posee, todo es casualidad, nada está predestinado. Pero la anterior certeza parece derrumbarse, cuando la última imagen que cierra la película nos nuestra en un primer plano el rostro extrañado del protagonista, a quien no le queda más que consentir como una broma del destino que la mujer con quien pretende iniciar una nueva relación se llame Autumn (otoño). Tal vez reflejando las ironías de la vida, pues para Neustadter la existencia está llena de ellas y no es lo menos que una historia “nacida de dos malas relaciones ha conducido a las mejores relaciones de mi vida; relaciones con un gran director, sorprendentes productores y prácticamente con todos los demás involucrados en el proyecto”. Nota: las citas que hacen referencias a las opiniones del director y los escritores de la película, fueron extractados de la página de Internet: http: elbazardelespectaculocine.blogspot.com *Docente en lengua castellana
DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales COORDINADOR: Benhur Sánchez Suárez, Redacción cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Sandra Lombana M. EDITOR: Billy Edison Zúñiga Valencia DISEÑO: Katherine Moreno ILUSTRACIONES: Obras del artista húngaro Istvan Sandorfi (19482007). Gaceta Literaria Virtual, Argentina. FOTOS: Hélmer Parra, suministradas, Colprensa, EL NUEVO DÍA. Carrera 6 No. 12-09 Tels. 2770050 - 2610966 Ibagué Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.