FACETAS 27 FEBRERO 2011

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IBAGUÉ, FEBRERO 27 DE 2011

FA CE

TAS CULTURA AL DÍA Reflexión

Arquitectura, espacio e historia

Jorge Enrique Lozano Pinzón Ana María Rivera:

relectura hecha Borges Hernán Camilo Yepes La crítica

El arte como redención en El discurso del rey Jorge Ladino Gaitán


FACETAS

IBAGUÉ, FEBRERO 27 DE 2011

La revolución árabe y la ortografía española Por Ricardo Soca*

En momentos en que un huracán de rebeliones está sacudiendo las dictaduras árabes, vemos que los topónimos empleados por la prensa en español contienen numerosas discrepancias, algunas de las cuales se han originado en transcripciones del inglés. Es el caso del Reino de Baréin (tal la última grafía recomendada por la Academia Española en su Ortografía de 2010), aunque en el Diccionario Panhispánico de Dudas, DPD, publicado hace apenas cuatro años, la Academia y sus asociadas preferían Bahréin, un calco ortográfico del inglés, con el aditamento de una tilde. En realidad, la pronunciación de ese nombre podría sugerir para el castellano Bajréin, puesto que la h se pronuncia en inglés, retomando un fonema que también existe en lengua árabe. Con la ortografía de Yemen parecería no haber diferencias en español, aunque el DPD sugiere el uso con artículo: el Yemen y República del Yemen. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el gentilicio: el mismo DPD recomienda yemení, vocablo de uso casi exclusivamente peninsular, y desconoce yemenita, más empleado por la prensa hispanoamericana. El lugar donde se iniciaron

Forajido Delincuente que abandona sus lugares habituales para no ser alcanzado por la justicia. Las ciudades medievales constituyeron un recurso de defensa para la gente que quería verse libre de invasores extranjeros, malhechores o saqueadores. Se formaron alrededor de los castillos, como una manera de contar con la protección de los señores, y también en los

los disturbios es Túnez, un nombre que no presenta dificultades en español, aunque vale la pena recordar la característica de tratarse de un país denominado por su gentilicio (República Tunecina), tal como ocurre con Francia y Argentina, entre muchos otros países. Aunque por el momento no hay revueltas en la República Árabe Saharaui Democrática, es preciso recordar que la h se puede pronunciar aspirada, como en árabe, o mantenerse muda, como es normal en español. Además, la región del desierto del Norte del África puede llamarse tanto Sahara como Sáhara. En el último caso, la h debe ser aspirada, por tratarse de un calco de la pronunciación árabe. La capital de Egipto, donde acaba de caer el dictador Hosni Mubarak, se sigue llamando El Cairo, pero es preciso no olvidar que es obligatorio el artículo masculino con mayúscula inicial, puesto que forma parte del nombre de la ciudad. Recordemos también que Qatar, el país donde se lanzó en 2001 la Ronda de Doha, desde la nueva Ortografía ha cambiado de nombre: ahora se llama Catar, y sus habitantes son en español cataríes, aunque ellos probablemente no lo sepan. *Elcastellano.org.

Palabra del día cruces de caminos por donde circulaban mercancías que se convertían en pretexto para ferias. Desde la Alta Edad Media y, en algunos casos, hasta la primera mitad del siglo XIX, las ciudades tenían límites perfectamente definidos: en general, estaban amuralladas, de tal forma que no se permitía entrar en ellas sin la aquiescencia de los

guardias que la protegían. Ese límite se llamaba ejido, y sus restos aún subsisten en algunas ciudades modernas. Ejido proviene de exire ‘salir’, verbo formado del antiguo vocablo latino exitus ‘salida’, que también encontramos en el inglés exit, con el mismo significado. Los fugitivos de la justicia solían escapar hacia donde la jurisdicción de las autoridades

urbanas no pudiera alcanzarlos y se iban a vivir fuera del ejido: eran los fora exido o foraxidos. Veamos este texto de 1618 de García de Silva y Figueroa: Auiendo hecho esta rrelacion al Enbaxador un soldado portugues llamado Francisco Carnero de Alcaçova, que por auer andado muchos años foraxido en la tierra firme se auia

hecho en estos bosques diestrisimo arcabuzero y muerto muchas de estas fieras [...]. Una palabra equivalente se formó en italiano con el verbo uscire ‘salir’, que es la forma italiana de exire: fuoriuscito, pero hoy esa palabra ya no es equivalente de nuestro forajido, pues ha evolucionado hacia su significado actual de ‘exiliado’, ‘desterrado’.


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Arquitectura, espacio e historia Por Jorge Enrique Lozano Pinzón*

“La impregnación artística del mundo por medio de la creación del espacio es ya sólo cuestión de tiempo”: decía Heinrich de Fries, en 1921, analizando el uso del espacio en el cine expresionista. Y tuvo razón; hoy en día cualquier definición de la disciplina arquitectónica incluye la idea de que el oficio consiste en la creación y transformación del espacio, usando para ello superficies o planos para delimitarlo. Esta noción está tan acendrada en el pensamiento de los arquitectos de hoy en día, que no pueden concebir que la arquitectura del pasado no consistiera en la transformación consciente del espacio habitable. Y es que resulta difícil pensar, por ejemplo, que los maestros del gótico no estuvieran pensando en el espacio interior de las catedrales. Esto ocurre porque somos la herencia del pensamiento arquitectónico del siglo XX. Las Historias de la Arquitectura recientes fueron escritas por historiadores que ya tenían sembrado este concepto y es desde ese punto de vista como analizan la arquitectura del pasado; sus apreciaciones se basan, en gran parte, en el concepto del espacio arquitectónico, que nos las transmiten como si fuera la forma natural de pensar y hacer arquitectura en tiempos pretéritos. Pero si se revisan todos los tratados y manuales de arquitectura que se escribieron durante los últimos veintidós siglos, se encuentra con que ni siquiera citaban la palabra espacio, o por lo menos no como la entendemos hoy en día. El filosofo Kant se refirió al espacio, pero no como una categoría estética, sino existencial, tal como su concepto de tiempo. Durante el gótico, Vitelo, en 1270, escribe algo cercano al concepto de espacio: “La belleza visual descansa en la percepción sensual de la forma”, pero se

refiere a las sombras que arroja la luz sobre las paredes interiores de las catedrales, después de atravesar los vitrales; o sea que no habla del espacio, sino de la atmósfera ambiental que se crea al interior de las iglesias góticas, acercándose más al concepto contemporáneo de la percepción fenomenológica del espacio que a la concepción euclidiana, geométrica, matemática, del espacio tridimensional. Durante el Renacimiento Copérnico, Galileo y Descartes fundan las ideas sobre el espacio tridimensional y el espacio interplanetario, además en esa época se inventó la perspectiva. Pero esto no quiere decir que los arquitectos renacentistas estuvieran preocupados por modelar el espacio, ellos moldeaban la materia, la masa escultórica de las superficies de los edificios, la perspectiva les sirvió para representar de manera precisa la modulación

y manejo de los ritmos en las superficies y relieves de las paredes interiores y exteriores de su arquitectura. Cornelis van de Ven, en su libro ‘Espacio y Arquitectura’, decía hace 30 años que el concepto de espacio apareció en la teoría arquitectónica apenas en tiempos recientes… en el pasado, la idea de espacio no se ha considerado esencial, en los pocos casos en que se ha tratado, el concepto de espacio fue un pensamiento abstracto, reservado para filósofos y científicos; a fines del siglo XIX, fue incluido, por fin, en las teorías artísticas como categoría estética, mas no en la arquitectura, que es tridimensional sino en la pintura, que es un arte bidimensional, y sólo hasta principios del XX se introdujo el tema del espacio en la arquitectura. Y en los años 20, el tema fue asumido por los arquitectos de los movimientos modernos que hicieron cons-

ficies con sus pantallas de pared”. Los historiadores recientes han construido la historia de la arquitectura como la transformación consciente del espacio, por eso creemos que así fue siempre y que la idea de trabajar el espacio no fue otro de los novedosos aportes que hicieron las vanguardias del siglo XX. Ahora ya se viene aceptando por parte de los arquitectos el nuevo concepto existencialista del espacio, que es diferente al concepto geométrico del mismo, ya que se refiere a la fenomenología del espacio, a la manera cómo la percepción del mismo afecta no sólo los sentidos, sino sobre todo los sentimientos. Esto último se ve reflejado en los escritos de Norberg Schulz sobre existencia y espacio en arquitectura. Lo que a futuro podría malinterpretarse por algún arquitecto: los antiguos romanos cuando hacían sus casas no estaban pensando en iluminación, ventilación y circulación, sino en la “poética del patio”. Por eso, para comprender el pasado hace falta un poco de empatía; es decir, ponernos en los zapatos de quienes vivieron en épocas anteriores. Pensar como ellos pensaban, sentir como ellos sentían. Lo cual es muy difícil de lograr, ya que estamos inmersos dentro del espíritu del pensamiento actual y tendríamos que desprendernos de los enfoques que damos a los hechos, para adquirir los enfoques de quienes vivieron en el pasado. Cuán difícil, por ejemplo, es hacerle entender a un estudiante que el arte no siempre fue autónomo; tiene tan instalada la idea de la autonomía del arte que le resulta imposible comprender que arte y vida eran una misma cosa y que sólo en los últimos siglos de la existencia de la humanidad el arte adquirió autonomía y se separó de la vida cotidiana.

ciente la idea del espacio como parte de su ideario. Gropius, en 1923 “…adoptó la idea del espacio como núcleo de la investigación artística en la Bauhaus”, dice van de Ven. El norteamericano Frank Lloyd Wright, quien fuera reconocido desde 1911 en Europa por el trabajo del espacio en su obra arquitectónica, sólo fue plenamente consciente de ello en 1928, por eso reescribe y rectifica los análisis que había hecho de sus propios proyectos, analizándolos ahora desde el punto de vista espacial. En 1912, el arquitecto R. M. Schindler reconoce el papel novedoso del espacio en la arquitectura: “El arquitecto ha descubierto finalmente el medio de su arte: el ESPACIO. El proyecto arquitectónico trata del espacio en sí mismo como materia prima, y de la habitación articulada como su producto”. Y refiriéndose a la obra de Wright: “Ve la osadía de la viga voladiza, la libertad amplia de su extensión, y como el espacio forma super- *Arquitecto colombiano


FACETAS Poetas colombianos de su preferencia: Aurelio Arturo, Juan Manuel Roca y Santiago Mutis. Leer entre líneas es ingresar a la idea central de un texto, sin importar la belleza o la complejidad que se esconda tras ese nuevo conocimiento que nos espera. Sin embargo, llegar a la relectura y la memorización es más que eso: es ingresar y quedarse, descubrir y vivir ese conocimiento de que se está aprovisionando. Con la dedicación revestida en releer y memorizar se puede, entonces, lograr una comunión plena con el arte, divagar en las letras y los recuerdos, amén de ser parte de las vivencias idílicas o dantescas de quienes escriben para el goce de los más entregados a la poesía. Eso logra Ana María Rivera Salazar cuando lo asume; es consciente de ello; ha sabido comprender que la lectura de un poeta se queda en la simple lectura si no se vive. Ana María, sin más, se ha enamorado de la poesía y, sin más impedimentos, ha buscado la mejor forma, la más revitalizante, de convertir versos y prosas en arte y en pasión y, lo más importante, en vida. “Cuando uno ama a un autor, se da la necesidad imperiosa de querer poseerlo y entender una sintaxis que estructura el texto y que hace que uno lo diga, lo repita y lo diga tanto que termina aprendiéndolo”, es la filosofía de esta artista nacida en el Huila, pero estilizada en nuestra ciudad, a la merced de versos y líneas y miles de gratas experiencias. “Es querer entenderlos del todo -a pesar de que nunca termino-, pero quieres aproximarte a esa sintaxis que es la manera de pensar del autor. Es encantadora y maravillosa esa posibilidad de que a partir de esa relectura de la literatura

IBAGUÉ, FEBRERO 27 DE 2011

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Ana María Rivera: relectura hecha Borges

se relea el mundo”. La relectura, un proceso que se prodiga a quien lo merece, es una bondad que ella remite a sus primeros hallazgos de la poesía en su niñez, con la facilidad de aprender poemas rimados de Rafael Pombo y Sor Juana Inés de la Cruz. “Es el deseo de escuchar esa palabra hecha sonido; en realidad, hay mucha devoción por el autor y también dedicación, porque hay que estar permanentemente trayéndolos a la memoria para que no se vayan”. Esa exploración marchó

firme a la par del tiempo y se materializó en Jorge Luis Borges, quien empezara a ser uno de sus poetas predilectos para la relectura. De ahí, ‘El Oro de los Tigres’, recital que Ana María presentara en el marco del centenario de nacimiento de este escritor, conmemorado en 1999, y en el que exploró diversas aptitudes que luego le inspirarían para innovar y llevar esta obra a niveles superiores. El acompañamiento: una obra musical creada por el maestro César Augusto Zambrano y una pictórica, por el maestro Carlos

Siempre he amado la poesía”

Ana María Rivera

Ennio Naranjo.

Tono para exportar

Con ‘El Oro de los Tigres’ llegaría, así, una gira importante cuyo punto clave fue la morada de siempre del poeta: Argentina. Buenos Aires. Allí, con 17 primeros textos aprendidos y pisando importantes auditorios, como la Biblioteca Nacional y la Miguel Cané, así como la Fundación Borges,

que dirige María Kodama, viuda del escritor, se consolidó la pasión por el artista y toda esa serie de gratitudes que llegarían a su vida, como, por ejemplo, su actual pareja, el músico clarinetista Alejandro Díaz, que se convirtió, como ella misma lo reconoce, en su “pareja en la música y en la vida”. Allí, ella representó a Colombia en una jornada que Kodaba dirige: ‘Borges y los otros’, reunión de una serie de eruditos y especialistas de su obra. “Fue para nosotros bastante honroso presentarnos ante artistas españoles y mexicanos. Hoy en día de los escritores más importantes y más leídos, aunque más citado que leído, es Borges, y hay una preocupación de ir a su literatura”, expresó. En Buenos Aires, además de que ella lograra demostrar que la poesía también se puede hacer y rehacer desde Colombia, empezó a resonar una voz colombiana, un acento nacional del que se siente muy orgullosa, por ser digno de mostrar al mundo. “Yo siempre presento (mis recitales como) ‘En la memoria y en la voz colombiana de Ana María Rivera’, porque siento orgullo por el tono nuestro, que es neutral y que sólo existe en cierta parte de Colombia, que es de exportación, y quiero contar al mundo que aquí hay un español muy diáfano y claro”. “Esas virtudes de ser colombiano las hemos tratado de contar en Buenos Aires; así como la música, que ha sido importante, porque da la posibilidad al espectador de ensoñar, mientras transcurren los versos enseñamos con la

La literatura de Borges es tan humana que nos permite algo tan grandioso como vivir a través de sus libros”. música a esos diversos paisajes universales a los que nos lleva la literatura de Borges”, expresó.

Pero… ¿por qué Borges?

“Sé de memoria obras de muchos autores como (Federico García) Lorca, (T. S.) Elliot, (Fernando) Vallejo, pero cuando llegué a Borges me enamoró un par de versos: uno que está en uno de mis recitales: se llama ‘Amorosa anticipación’ y que dice ‘ (…) Virgen milagrosamente otra vez, por la virtud absolutoria del sueño (…) ‘; el otro, es: ‘Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar’, que hace referencia a esa posibilidad de demostrar que la vista distrae de las cosas importantes y de la esencia y de alguna manera él no vio eso como una fatalidad como algo propicio para su escritura”. “Empecé a entender que me verbalizaban situaciones de la vida que yo no había visto representadas; es algo recurrente por lo que he adorado a Borges: el hacer existir verbalmente lo cotidiano, y él logra con su literatura hacerlo palabra. Mi pasión por Borges me hace entender al mundo, pero existe una cantidad de prejuicios que lo rotulan como un poeta inabordable y es más por el desconocimiento de su literatura”. Así, sólo de esta manera, se ha seguido hilvanando un proceso mágico en el que Ana María se involucra cada vez más, y del que no puede evitar descubrir sus bondades tanto en verso como en prosa. “Otro objeto no tendría su literatura, tan humana que nos permite algo tan grandioso como vivir

Gran parte de sus recitales han venido siendo dedicados a Jorge Luis Borges.

a través de sus libros”.

Labor de vida

Es un sentido total e íntegro el que ha conseguido Ana María con el proceso en que se adentró, a través de cada línea enteramente comprendida, en la búsqueda de la comprensión del universo. “Pienso que me ha hecho sopesar lo pequeños que somos en esa red inmensa que lo conforma, y cuando uno piensa en eso minimiza algunas situaciones de la vida que uno suele volver grandilocuentes”. No siendo esto lo único gratificante, un poema de esos que le llega al alma y que le recuerda esa condición inaplazable de seres humanos encerrados en una prisión y con la posibilidad de motivar la narra-

ción más dedicada, es Infierno 132. “Hace alusión a La Divina Comedia, a un leopardo que se niega a su condición de leopardo, y que estando encarcelado tras barrotes, se convierte en la inspiración para un poema. Ojalá que la historia de uno sirva para inspirar una imagen una metáfora de algo.

Ese tipo de literatura lo que te hace es celebrar la vida”.

Cosas del destino

Lo suyo fue, es y será la poesía. Es algo que, para ella, no deja de ser su leif motif, esa obligación diaria con su vida, con su corazón, con sus sentimientos. El universo no sería, definitivamente, fácil de

(Jorge Luis) Borges encuentra la posibilidad de que lo doméstico se vuelva universal.

Ana María Rivera

Encuentro con María Kodama, viuda de Jorge Luis Borges.

FACETAS domar ni comprender sin este camino “Pienso que mi destino, indefectiblemente, era el mundo del arte; no habría otra forma de enfrentarme al universo, pues la poesía siempre está presente, en la manera en que fluyes en el día a día”. “En realidad, todos los días ensayo, troto y camino declamando poesía. Si yo hoy no digo estos poemas al universo una galaxia va a desaparecer. Ese lenguaje sonoro que la literatura de Borges es tan esencial que debe tener causa el hecho de que me aprenda tan fácil los poemas, ya que el de Borges es un lenguaje perfecto”. Lo que Ana María Rivera siente por la poesía no es afición alguna, ni capricho, ni ganas de complacer al mundo; es, sencillamente, algo que ha sabido encontrar en el tiempo preciso; algo con lo que, maravillosamente, convive y a lo que dedica las mejores horas de su existencia, tanto que ya tiene claro que su labor con el arte no tendrá fin. “Suelo pensar que cuando esté ya grande, me veo diciendo poemas y poemas, pero ya no van a ser sólo líneas de Borges, sino entremezcladas también entre Borges, Elliot, Sor Juana, Molinere, Lorca, Vallejo, entre otros”.


FACETAS Por Jorge Ladino Gaitán Bayona*

En cierta ocasión dijo Shakespeare: “No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande” (citado por Cubeiro, 2009: p. 110). Este pensamiento y la impronta de las creaciones del dramaturgo inglés subyacen en El discurso del rey (The King’s Speech), filme estrenado a fines del 2010 y dirigido por el londinense Tom Hooper. No sólo se trata de una cinta que habla de un rey temeroso al que la grandeza le queda grande (Eduardo VIII, quien claudica al trono para casarse con una divorciada norteamericana) o del hermano que alcanza la grandeza superando su tartamudez y afrontando el difícil momento histórico de orientar a su pueblo a fines de la década del treinta del siglo XX, el rey Jorge VI, sino también la grandeza de quien, a pesar de su origen humilde y su difícil trayectoria como actor, descubre que el arte a veces funciona mejor que la medicina cuando se trata de devolver a alguien la confianza en su propia voz. Esta película británico-australiana presenta al Duque de York en las dificultades que le ocurren debido a la tartamudez generada por traumas de la infancia. Él (interpretado acertadamente por Colin Firth), tras sus intentos fallidos con las terapias convencionales de los médicos y expertos de la Corona, llega donde Lionel Logue (representado por el destacado australiano Geoffrey Rush), quien con ejercicios de teatro y una experiencia de transferencia basada en la confianza y la amistad tiene la tarea de lograr que el Duque de York, devenido en el Rey Jorge VI, pueda hablar adecuadamente a la hora de los discursos que orientan a sus conciudadanos. Es la década del 30 en Europa, Inglaterra debe entrar en conflicto con Alemania y Jorge VI, como voz y autoridad de su pueblo, debe dar a los británicos la tranquilidad

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El arte como redención en El discurso del rey

de una gestión y la contundencia de su palabra. Es ahí cuando el arte viene en socorro del poder, pues un enamorado de la dramaturgia de Shakespeare, Lionel Longue, recurre a técnicas actorales, ejercicios de respiración, trabalenguas, pasajes del creador de Hamlet y juegos diversos. Indudablemente este tipo de película goza de favoritismo a la hora de recaudar premios. No obstante, y sin desconocer el tenue trasfondo del inicio de la Segunda Guerra Mundial, lo que la hace memorable a los ojos y la consciencia del espectador es que no es como las típicas historias de superación personal, sino que está complejizada por la fuerza interpretativa de los actores, el uso de recursos característicos de la dramaturgia (tanto ejercicios y técnicas, como la forma como ciertos pasajes de la cinta manejan es-

cenografías propia del teatro), la bella idea de que donde hay guerra hay también posibilidades de arte y la tremenda humanidad que nutre la historia: una oda a la amistad y a la perseverancia. Es de resaltar, además, que se evitan las cursilerías, los discursos sensibleros y los típicos mensajes que se acostumbran en otras realizaciones fílmicas. Aquí los diálogos son tremendamente elaborados, las escenas cargadas de poeticidad y la relación entre el logopeda y su paciente está carnavalizada: el juego de Logue es que hay que desentronizar al rey en su consultorio-teatro para que se dé el contacto familiar, el baile y la consciencia del cuerpo, la risa sacrílega y la posibilidad de liberar groserías para espantar el miedo que obstaculiza la voz. El deudor shakesperiano sabe que la tartamudez, más que causas físicas, tiene profundas raíces

psicológicas que provocan el trastorno de la comunicación y por ello concibe su labor como un acto filantrópico donde la idea es devolver al otro, hermanado en la interacción lúdica, la confianza en la palabra propia. Varios “expertos” de los que aún creen que la historia es un relato verídico de cosas del pasado consideran que ésta es distorsionada en un filme de corte histórico como el de Tom Hooper. Sin embargo, atendiendo a planteamientos de Paul Ricoeur y de Hayden White, habría que recordar que los sucesos son inaprehensibles, que lo que se construyen son hechos, narraciones al fin de cuentas en las que lo histórico se teje con recursos presentes en la literatura. ¿Cómo desconocer que la historia es una construcción discursiva y que el texto histórico es un artefacto literario en el que se urden tramas desde

un punto de vista que, necesariamente, es subjetivo? Además, más allá del horizonte que se elija en términos de filosofía de la historia, la ficción tiene sus licencias para distorsionar, poetizar y erigir un mundo. El Jorge VI en El discurso del Rey podrá tener encuentros y desencuentros con el ser real que reinó en Gran Bretaña y que dio, sin evidenciar su tartamudez, un discurso inolvidable un 3 de septiembre de 1939, pero, más allá de correspondencias y fidelidades, importa para el cine porque está cargado de tensión, de luchas internas entre la responsabilidad social y el miedo individual, de iras creíbles y de actos generosos con el otro actante de la cinta: Lionel Longue. Aunque ambos se unen en torno a un propósito y en una relación directa con el mundo del teatro y de Shakespeare, tienen también mucho de cervantinos. El cine, como la historia, no olvida que estos dos personajes siempre estuvieron juntos en actos públicos y privados. El Quijote prometió a Sancho una ínsula, Jorge VI le entregó a Lionel la Orden Victoriana del Reino como comandante. El título honorífico, más que la evidencia de un documento y de una dignidad cortesana, era la confirmación de una amistad incondicional y de un profundo agradecimiento. Cómo no recordar acá a Alberto Moravia cuando decía: “La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea” (1982: p. 35). Indudablemente, El discurso del rey es una película que merece ser vista, porque es todo un homenaje al teatro y al sentido humanista del arte y la amistad. Referencias Cubeiro, Juan Carlos. Shakespeare y el desarrollo del liderazgo: el misterio de la naturaleza humana. Madrid: Prentice Hall, 2009. Moravia, Alberto. El rey está desnudo: conversaciones con Vania Luksic. Barcelona: Plaza Plaza & Janés, 1982. *Profesor de Literatura de la Universidad del Tolima, jlgaitan@ut.edu.co


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El cuento

Moda etérea La mujer enrojece de vergüenza por las molestias que ha causado su perro. Las mujeres van con los labios torcidos, los hombres buscando a la dama. El tren alcanza la siguiente estación, se detiene, la mujer decide levantarse de su asiento. Se abre una brecha, custodiada por hombres, que va de su sitio hasta la puerta más cercana. La mujer avanza entre ellos con ondulaciones de cadera que se antojan exageradas, el perrito acostado en sus brazos mirándolos con aires de superioridad. No falta quien le diga: “Usted perdone, nunca pensé que tuviera perro más lindo que el que porta. De haber sabido...”, la mujer agradece con sólo una sonrisa y abandona el vagón. Las puertas se cierran y se reinicia la marcha. En el vagón quedan puras mujeres que se miran entre sí: las cabelleras, el color de los labios, el maquillaje, las ropas, el calzado... En su interior se preguntan a un tiempo lo mismo: qué tiene la mujer que no tengan ellas. Y se abre un largo silencio nervioso, mutismo que finalmente es interrumpido a coro: ¡El perrito!, y rompen a reír a carcajadas.

Por José Luís Sandín*

A todos nos ha asaltado, al menos una vez, el agudo y molesto ladrido de un pequeño perro, de uno de esos animalitos que podemos aplastar de un pisotón, si así lo deseáramos, y que andan por ahí, valiéndose de la supremacía que les da su pequeñez, ladre y ladre con sus voces que taladran al oído interno con una precisión más que matemática: con una precisión de la madre. Pero ahora, helo ahí, amo y señor de la situación, con su pelambre bermeja, un poco más oscura que la cabellera de la mujer que lo lleva en su regazo, la cabeza erguida, los ojos buscones, la lengua un poco afuera y jadeando. No mascotas en el metro, ¿o sí? La mujer pasa la mano por el lomo del animal, una y otra vez, como para tranquilizarlo. La suavidad de sus dedos largos se pierde entre el pelaje por momentos, instantes en que el perro cierra los ojos con placer, para abrirlos a continuación con expresión de alerta. La sonrisa de la mujer se acerca con coquetería a la oreja del canecillo y le murmura dos o tres palabras. Se

yergue y sonríe a los hombres a su alrededor, con la otra mano acomoda el top que se ha deslizado hasta casi mostrar uno de sus pezones. Un tipo se pone de puntillas como para ver más allá de la tela estampada, pero el gesto indica la imposibilidad de visión. La piel de los hombros, como de papel para escribir poemas, despide un brillo que atrapa las miradas masculinas, refleja las femeninas. La chicha-

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rra anuncia el cierre de las puertas, las orejas se paran y surge un ladrido de precaución. “¡Ya, ya!”, le dice con frescura que imita regaño, y alarga la caricia con una suavidad que se antoja de seducción. Jadea con tranquilidad. El tren arranca, el animal intenta pararse, la mujer lo sostiene y le dice palabritas dulces cerca de la oreja. Su espalda se muestra cubierta de pecas. El

tipo de nuevo despega los talones del suelo y aguza la mirada. El nerviosismo aumenta hasta que ladra, y ladra con sus grititos desagradables, grititos correspondidos de más allá con “callen ese puto perro”; “no sea mamón, ¿qué le ha hecho este pobre animalito?”; “ya cállese y aguante, que más gritan los vendedores y no les dice nada...”. Y por ahí van las voces masculinas reprochando, defendiendo, ata- *Escritor mexicano. cando, hasta opacar los ladridos.

El tiempo, sin embargo, con rostro de monarca absolutista, disolvió la algarada con su mano de hierro. Todo volvió a su sitio. Y al orden natural, como aquella wild life

de los documentales americanos, ya sabes: el pez gordo, comiéndose al pequeño. Pura depredación.

Poesía

Epístola moral

Domingo F. Faílde Poeta español

A Rafael Vargas. Éstas que ves, amigo, ruinas son de un tiempo donde aún habitaba la esperan-

za, y tan jóvenes éramos que todavía soñábamos con juguetes carísimos, ya sabes: libertad, igualdad, esas cosas, y el celuloide rancio de la Revolución.

Y nosotros, en tanto, fuimos envejeciendo. Un trabajo, familia, poemas (todo

un lujo), porque el mundo, ya sabes, al igual que los dioses, es inmutable a veces, un círculo vicioso. ¿Leíste a Dante? Haz memoria: quizá ya hemos llegado a los infiernos.


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Editorial: Título: Autor: Páginas:

Intermedio Editores Yo, La Pola Flor Romero 210

Editorial: Fondo de Cultura ­E conómica Título: Los Invisibles Autor: Homero Aridjis Páginas: 326

Bogotá, Colprensa ‘Los Invisibles’ es la nueva novela del escritor mexicano Homero Aridjis, que de manera magistral aborda la invisibilidad desde distintos ángulos, incluso desde el punto de vista de autores como Jorge Luis Borges y Pablo Neruda. Este libro lo escribió el autor en el 2008 en París (Francia), cuando él tenía el cargo de embajador de México ante la UNESCO, inspirado en la misteriosa aparición, en la capital de Francia, de un grupo de anarquistas de la orden de Los Rosa en el siglo XVII. ‘Los invisibles’ es una obra de ficción en la que se conjuga el esoterismo, la ciencia, el humor y el suspenso, al presentar un hombre que se vuelve transparente, invisible.

Bogotá, Colprensa Con las posibilidades y las licencias que ofrece el género de la novela, la escritora Flor Romero retoma la figura más íntimamente popular de la historia colombiana, Policarpo Salvarrieta, más conocida como ‘La Pola’. Era casi una obligación, no sólo de género, también por que tanto “La Pola” como Flor Romero nacieron en Guaduas, para relatar, desde su visión, la historia de la mujer que se sacrifica por una causa sagrada, como se le veía a la Independencia en ese momento. En “Yo, La Pola”, todo parte de la vida de la heroína, y todo regresa a ella, mostrando Flor Romero, desde el principio, que su interés es mostrar su base como leyenda. De ahí el acierto de relatar la historia desde la novela y no desde una biografía histórica.

Editorial: Gustavo Nieto Roa Título: Pensamientos que crean riqueza Autor: Brian Koslow Páginas: 132

Editorial: Título: Autor: Páginas:

Bogotá, Colprensa Entre la nutrida cantidad de libros que el profesor de literatura de la Universidad de Antioquia ha publicado, sin duda “Lejos de Roma” ha sido la novela con la cual la crítica y los lectores han podido apreciar sus habilidades en la escritura y su interesante, además de particular, visión de las cosas. Es por eso que igualmente interesante conocer “Adiós a los próceres”, en el cual Montoya toma distancia de las celebraciones oficiales de la historia oficial, para mostrar una visión distinta de los procesos de Independencia. Con su sátira inteligente y jugando con el formato de la biografía enciclopédica, es una visión diferente y muy divertida de los acontecimientos que sucedieron hace dos siglos, a través de la historia de Antonio Nariño, Camilo Torres, Antonio Ricaute y Manuel Atanasio Girardot, entre otros.

Grijalbo Adiós a los próceres Pablo Montoya 166

Bogotá, Colprensa Este libro, best seller en Estados Unidos llega a su primera edición en español de la mano de Gustavo Nieto Roa, cineasta nacional que lo leyó en inglés, se enamoró de sus enseñanzas y decidió publicarlo en Colombia. Es esta una guía para todos los que hacen parte de un equipo de trabajo, con las claves que hicieron millonario a su autor, cuando apenas cruzaba los 33 años de edad. Elegir el trabajo adecuado, escuchar más y hablar menos, fijarse un ideal y olvidarse de la lotería, son algunas de las claves que presenta este libro.

DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales COORDINADOR: Benhur Sánchez Suárez, Redacción cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EDITOR: Billy Edison Zúñiga Valencia DISEÑO: Katherine Moreno ILUSTRACIONES: Obras de la pintora colombiana Fanny Sanín. Colarte.com. Benhur Sánchez. FOTOS: Internet. Suministradas. Carrera 6a. No. 12-09 Tels.: 2770050 - 2610966 Ibagué Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


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