Facetas 29 de mayo del 2016

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Cuento

Los caballos de guerra José Hilario Yepes


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DOMINGO 29 DE MAYO DE 2016 - IBAGUÉ

FACETAS El Cuento Se plantea en forma inminente una batalla campal entre blancos y negros. Una nube de presagios se apodera de los actores. El lugar destinado: una planicie de espacios intercalados de luz y sombra. A la reina, se le escurre una lágrima de premonición, mientras un rey pensativo escucha en cómplices silencios las estrategias. Más allá fieles guerreros en rápidos desplazamientos y en mortales diagonales, defienden el territorio, entre torres, llenas de fuerza y de victoria. Otros brincan en la retaguardia con dientes afilados y mortíferas señales. Se agitan las crines y los caballos luchan por abandonar las caballerizas. Y se escucha entonces la diana de la guerra. En ese territorio blanco y negro, todo es confusión y nerviosismo, un caballo de nieve se suelta de los límites de los frenos de plata y con brincos adelante y a un costado, sale del escenario de la batalla; y poco a poco va adquiriendo la figura de un hermoso corcel en el que bailan crines de oro como de una bella doncella, los largos y estilizados remos describen elípticas de astros parturientos, creadores de estrellas y luceros. El potro corre sin orientación alguna, llevado tal vez por manos de un destino misterioso y en un instante de andar vagabundo, sirve de cabalgadura a Alejandro, quien se precipita con ejércitos a la conquista de medio mundo, y en 11 años inagotables de batallas, Bucéfalo es un solo cuerpo con el guerrero y lo acompaña en horas de muerte y rendición, fundando pueblos y ciudades por el oriente. Avanza por los desiertos de Egipto y aprende a esquivar las mortíferas serpientes con fuego en los colmillos acerados. Enfrenta a durmientes camellos y elefantes de marfil, hasta divisar el final del mundo en los montes del Himalaya. Es testigo presencial de amores extraños del jinete. Se unta de sangre en los infinitos caminos de esplendor y del sabor a batallas con el diestro estratega macedónico, hasta llegar a escuchar los lamentos por el fallecimiento de un hombre, mensajero de victorias y conquistas. El bello corcel vuela como viento, y con galope de pisar fuego ardiente, se ve impulsado esta vez por Atila, el rey de los Unos, que en su deseo de devastación y victoria, avanza por el oriente con un ejército de feroces mongoles que cabalgan como fantasmas por las tierras sin fronteras. Con el nombre de Othar sirve de cabalgadura a la fiereza de un hombre, dejando a su paso silencio y devastación. Contempla escenarios de dolor, sangre y padecimiento y avista en el oriente una hermosa Muralla China, que le da la vuelta al mundo en un sueño hecho de mineral. Es testigo de la fundación de cementerios, caos y angustias, y al final asiste al hombre en su agonía a orillas del Danubio. Un guerrero Samurái, conduce un potro blanco en la defensa de un emperador nipón y en medio de filosofía zen y meditaciones, atraviesan la isla como una ráfaga, es testigo del valor de la sangre de los guerreros enfrentados en la lucha a muerte. Suenan las espadas de ricos metales en el frío de los filos durmientes, y disfruta de los jardines de piedra, que hablan en suspiros de hai-kú, los huertos hermosos de duraznos en flor y con un fondo del cerro de Fugiyama, vuelan en pos de la victoria, hasta que el mítico Samurái acepta la derrota, haciéndose el hara-quire y da paso a las páginas de la historia del sacrificio y devoción de oriente. Nelson, el hermoso caballo de nieve, ahora se mueve airoso sobre el paisaje y cambia de jinete, esta vez es Jorge Washington y con casaca militar y charreteras al vuelo, desfila por el gran país del norte y da inminentes batallas en Princeton y Trenton contra los invasores. En su imaginación de caballo cerrero lleva los paisajes de las Cataratas del Niágara, y el Gran Cañón del Colorado, hasta que escucha el clarín de la victoria y el redoblar de tambores. Un militar todavía con manos calientes de guerra, sudor y sangre patriota, da paso a la democracia americana. Como si fuera un sueño, el caballo Marengo, entonces viaja por Europa con un estratega de la guerra y la política: Napoleón. Acompaña al soldado francés a las invasiones por Italia y concurre a las mieles de la coronación de ese gran hombre y quien lo conduce a Egipto, en donde queda deslumbrado ante el desarrollo de la época faraónica y los jeroglíficos empiezan a hacer analizados. Contempla con el guerrero, los elementos de las batallas, sangre y victoria, y se acumula en su memoria los duros caminos por secos arenales y la majestuosidad de las Pirámides de Egipto y el símbolo de una Piedra Roseta. Desafía con los ejércitos napoleónicos el inclemente frío de las estepas rusas en la época de las grandes monarquías y observa los duros fracasos con los ejércitos de los Zares.

José Hilario Yepes

Los caballos de guerra

Avanza por en medio de pueblos incendiados entre el dolor del fracaso en Waterloo, y culmina con el destierro en la isla de Santa Elena, en el Mediterráneo, una poesía hecha agua, hasta la muerte del gran jinete del gorro frigio. De una de las caballerizas de la isla del Mediterráneo, se escapa el corcel y sirve de cabalgadura al genio de la gloria: Simón Bolívar, quien como centauro en la bruma, vuela por los ariscos Andes y con ejércitos desnudos y llenos de hambre y sed combaten con el militar, dando batallas en cinco naciones, Pichincha, Ayacucho. Palomo, untado de barro vuela con un

jinete endemoniado por el Pantano de Vargas. Es testigo de la lucha patriota y divisa amaneceres de ensoñación en las cordilleras. Se mete en el alma el paisaje de la llanura venezolana, la furia de los volcanes que invitan a la sed de guerra. Y al lado de hombres americanos, escucha el parte de la victoria. Todavía con el fuego de la batalla, acompaña al poeta-jinete en su último viaje por el río inmenso de la Magdalena, lleno de caimanes y sirenas, hasta que en la hacienda de San Pedro Alejandrino lleva de sus bridas un postrer sueño de la consolidación de países. Piensa que ha podido ser Babieca conduciendo muerto al Cid Campeador, en la última batalla, Génitus, de un Julio César, preso en los sortilegios y hechizos de la belleza de Cleopatra, Insitátus de Calígula, cuando lo nombró cónsul en el Imperio Romano, Extrategus y la pócima de veneno que acompañaba a Aníbal, Céfiro de Aquiles, herido de muerte por una flecha en el punto débil del héroe: un talón, As de Oros de Zapata, el guerreo mexicano, o escribiendo con las líneas de sus cascos la historia de Rocinante y el Hidalgo Quijote de la Mancha, en páginas doradas de la literatura universal. Con lágrimas envueltas en sus crines y cansado de soñar, da el último brinco y recupera el tablero de ajedrez en donde se desarrolla la batalla, y en medio de cuadros blancos y negros, escucha un clamor:

¡ Jaque mate !

En una caja de aromático roble dividida en dos secciones, duermen hasta la próxima confrontación, el rey, la reina y un séquito de peones, torres, alfiles y briosos caballos dispuestos a dar la gran batalla. El tiempo de las liturgias ajedrezadas llega en alas de garzas a las 5:30 de la tarde moribunda, canta en coro que los tiempos de jaques mates llegaron para terminar las partidas de las vidas. El genio de Chicago se adueñó del tiempo mientras el tablero escaqueado terminó en 64 y vino la muerte en caballo negro y alado llevándolo al cementerio de reyes de madera. Ahora Fischer es cautivo, junto a alfiles traicioneros y damas lascivas, llora el campeón la tristeza lejos de la realidad buscando decir que odia el ajedrez.


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DOMINGO 29 DE MAYO DE 2016 - IBAGUE

FACETAS La diversidad paisajística es el tema que lo apasiona desde joven. Julio César Cuitiva ha desarrollado una propuesta plástica a partir del entorno natural. Como lo hacían los viejos exploradores europeos en los tiempos que descubrieron la América desconocida, Julio César Cuitiva inspecciona con rigurosidad la tierra de sorpresas que es Colombia. Sus primeros años en las artes se dieron en la publicidad, pues laboró en dibujo publicitario e hizo trabajos en diseño gráfico; sin embargo, el encanto de los óleos y los lienzos lo llevó a estudiar bellas artes en la Universidad Nacional de Colombia. Es bogotano, pero vive en el Tolima hace más de 30 años, como maestro de arte ha desarrollado una propuesta plástica en torno al paisaje y su diversidad. La representación que hace Cuitiva de la naturaleza lleva una impronta que difícilmente podrá pasar desapercibida. “El tema que yo siempre he abordado desde muy joven ha sido el paisaje, como un tema que me ha motivado a desarrollar una propuesta plástica a partir de la imagen de nuestro entorno natural. “El arte no es netamente visual, yo pienso que el hecho pictórico no puede desconocer todo lo que afecta el paisaje, lo háptico, lo térmico, el olfato, lo artístico, de muchas percepciones, de todos los sentidos, yo pienso que esas sensaciones, si yo voy a un paisaje y siento el calor, hay una vivencia que se transmite en la paleta de color y las pinceladas”, señala Cuitiva sobre el proceso creativo.

habitan y conocen, si ha intentado rastrear el paso de las culturas que nos precedieron por las vías fluviales como el río Magdalena. “Nosotros estamos inundados, inmersos en extenso verano, nuestro paisaje tiene una diversidad impresionante, yo tuve un contacto sobre todo con tierras húmedas, trabajé muchísimo en La Meza, Cundinamarca, luego en el sur del Tolima, lo que es el río Magdalena, yo me he concentrado en este territorio porque realmente me parece fabuloso, este río ha sido la vía de referenciación de otras culturas que han llegado acá e hicieron contacto con nosotros, no solo la española, sino la francesa y la alemana, una cantidad de elementos que han ayudado a construir lo que hoy somos nosotros como país, la génesis es el reconocimiento de nuestro entorno”, afirma Cuitiva. El maestro hace hincapié en que su interés no es retratar el paisaje natural como una postal de las regiones, dado que no pretende hacer una reproducción fiel al entorno, sino que su obra integre en el lienzo lo que despierta en él la naturaleza. “Yo lo llamo paisaje ‘in situ’, luego construyo en el caballete la imagen, es mi método, yo no concibo una obra sin ir al sitio, cuando yo pinto, lo hago directamente en el paisaje y estar afectado por el olor, el calor, unos factores que le ayudan a uno a fortalecer la imagen”, sostiene.

La génesis

Cuitiva piensa que nuestra historia como occidentales ha sido narrado por los europeos, y califica como caricaturesco la imagen que los españoles y alemanes se llevaron de los territorios mestizos, por esta razón insiste en que el doloroso pasado de los indígenas y sus costumbres no han sido lo suficientemente estudiado por las áreas del conocimiento. “Nuestro territorio está todavía por

El maestro Cuitiva sostiene que ha tratado de seguir el arduo trabajo que hicieron los exploradores franceses y alemanes y españoles como Alexander von Humboldt o José Celestino Mutis, quienes describieron el paisaje, la exuberancia, la diversidad de esta parte del mundo. Aunque no se ha internado en las boscosas selvas del país, cuyas tierras solo las comunidades indígenas

Arte para la memoria

escudriñarse, no ha sido explorado en el sentido de la visualidad. El arte si bien asume una posición del paisaje, también busca llamar la atención de que nosotros no nos hemos visto; mi trabajo es una reacción por que no nos hemos mirado a profundidad, nos trajeron otras miradas y nos quedamos inmersos en la visión de arte de Europa, sin desconocer, porque yo soy defensor de la diversidad absoluta sobre todas las artes”. Según Julio César Cuitiva, otras expresiones artísticas como el cine se está ocupando de contar otras versiones de la historia que están al margen de la

historia oficial. “La película ‘El abrazo de la serpiente’ me causó una conmoción, además de una resistencia de los indígenas puros, de lo que somos, también por la confluencia de dos culturas, la oriental y la occidental, ahí hay coincidencias de lo que somos, yo trato de develar eso, de que el paisaje de nosotros es muy particular y falta mirarlo”.

“Ibagué está viviendo un momento de oro”

Sobre el panorama actual que atraviesa Ibagué, dice que la ciudad está viviendo un momento de auge en cuanto creación artística; sin embargo, el apoyo institucional debería fortalecer los planes de desarrollo para incentivar la participación de la gente. Men-

ciona que el buen momento se debe, en parte, a la reapertura del programa de artes de la Universidad del Tolima. “Los planes de desarrollo municipal y departamental deben estar más aterrizados, deben dejar de ver la cultura como una serie de eventos de entretenimiento, y debe apuntar a la producción artística, la creación de memoria y promoción de artistas, yo creo que las administraciones tienen que generar espacios y políticas para que haya más participación de la gente.” Ibagué ha visto como en los últimos meses ha habido una apertura de espacios culturales como Café Cabuco que promueven y difunden la creación local, por eso piensa que salas como las de el Círculo de Ibagué y los bajos de la Gobernación deben reactivarse. “En Bogotá se están exponiendo trabajos de estudiantes de la Universidad del Tolima, me parece que Ibagué debería solicitar al Banco de la República una reactivación de las salas, la ciudad está pasando por un momento interesante, eso es producto de que los muchachos que salen de la universidad se han interesado en abrir espacios para las artes plásticas, la teoría, la crítica y el desarrollo de proyectos que tienen que ver con el arte”, afirma.

La docencia, una pasión

Son más de 30 años de docencia en los que se ha propuesto formar nuevas generaciones que contribuyan al país. “Enseñar, junto a la pintura es mi vocación, yo he enseñado gratis, no lo hago por motivaciones económicas, yo creo que a través de la docencia puedo construir una nueva generación, la experiencia como docente es mi vida, es una entrega a unas generaciones que vienen y trato de aportar de una manera fluida que enriquezca”.

Inmersión

El pasado jueves 19 de mayo, en el

PERFIL PROFESIONAL Julio César Cuitiva Rivera nació en Bogotá en 1956. Es maestro en bellas artes de la Universidad Nacional de Colombia. Durante el gobierno de Carlos Andrés Estefan como gobernador del Tolima, asumió el cargo de Director Departamental de Cultura, después en el gobierno de Guillermo Alfonso Jarramilo, quien para entonces era el primer mantario del departamento. Ha sido profesor tanto en la educación secundaria, en el colegio Luis Felipe Pinto en el municipio de Prado y en el colegio San Bonifacio de Ibagué, entre otros; como en los estudios superiores, en la Universidad Javeriana, y hace seis años es profesor catedrático del programa de artes plásticas y visuales de la Universidad del Tolima, donde orienta clases de dibujo, historia del arte y pintura. Cuitiva a expuesto en el Museo de la Universidad Nacional, Museo de Arte Contemporáneo, Museo de Arte del Tolima, Banco de la República y en galerías de Pereira e Ibagué.

Hotel Internacional Casa Morales, se inauguró ‘Inmersión’, una exposición de Julio César Cuitiva, Moisés Morales y Óscar Ayala, tres artistas que abordan el paisaje desde diferentes perspectivas y técnicas. Son doce obras que indagan el concepto de la inmersión. Aunque los tres artistas coinciden en el paisaje como tema, son visiones distintas. Se trata de cómo el paisaje ha nutrido de alguna manera los comportamientos y las ideas, o de cómo este determina aspectos fisiológicos como el color de la piel. El maestro Cuitiva define la exposición como “el encuentro con nosotros mismos, con el paisaje, el encuentro con la naturaleza, lo que yo hago es meterme en él, tratar de motivarme a través de mis sentidos para configurar una propuesta pictórica para construir mi propio lenguaje artístico”.

Más de 30 años de docencia y carrera profesional

Julio César Cuitiva

Exploración en lo profundo de la naturaleza CONTRAPUNTEO

Mi padre dibujó en su juventud, pero yo soy el primero en la familia que hice arte.

EL NUEVO DÍA: ¿Qué paisaje le queda pendiente por representar? Julio César Cuitiva: Yo pienso que hasta ahora estoy descubriendo cosas, porque que hay que explorar en muchos fenómenos visuales que están en el paisaje de nosotros, es una fuente que no se agota, tenemos una gran ventaja a otros continentes, somos realmente jóvenes, tenemos mucho por hacer todavía. E.N.D: ¿Cuáles son sus influencias? J.C.C.: Yo siempre he reconocido que tengo influencias de todo el arte colombiano. En mi juventud Paul Cézanne me causó una conmoción total, fue un artista francés del siglo XIX. Todas las corrientes

de las vanguardias artísticas, incluso el arte contemporáneo, desde que haya una poética en la obra, es de mi agrado. E.N.D: ¿Qué lo hace feliz? J.C.C.: Me hace feliz estar vivo, estar sensible a todas las experiencias desde la estética, me hace feliz comer rico, amar a mi familia. E.N.D: ¿Qué lo enoja? J.C.C.: La doble moral de los colombianos, me fastidia la permisidad que hemos tenido con todos los actores de violencia de este país, la corrupción imperante, la cultura mafiosa que ha permeado todos los estratos sociales.


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DOMINGO 29 DE MAYO DE 2016 - IBAGUÉ

FACETAS Noche sin luz

Los poemas

Como la noche sin luz; estoy yo y estás tú. Como la noche sin luciérnagas; como la noche devuelta; escucho tu voz y tú escuchas mi voz. Y sólo callo con tu presencia; cercana, amorosa; ella sin lluvia, ella sin melancolía. Y solo callo con un beso tuyo, todo dulce, todo nuestro, él sin recelo, él sin desmayos. Y la noche concurre en un sueño,

Rusvelt Julián Nivia Castellanos*

sombría, baja, pero ella sin angustia, pero ella sin dolencia. Y la noche concurre sin lunas, sin más heladas; sin brisa, más bajo ella, estás tú, más bajo ella estoy yo, entre tu abrazo y con vos. Como la noche sin tiempo, me piensas tú y te pienso yo. Como la noche sin luz; como la noche revuelta; te acojo yo y me besas vos.

*Escritor ibaguereño

Escrito entre 1856 y 1857 en Mesitas del Colegio, hoy Cundinamarca, sobre una mesa de caoba negra decorada de símbolos masónicos, este libro ha sido leído como la puesta en escena, casi pedagógica, de los complejos conflictos partidistas que azotaron al país en la década de 1850, luego del ascenso de los liberales al poder en 1848. Cada uno de sus personajes ha sido encasillado o bien como liberal gólgota —los jóvenes radicales citadinos, anticlericales y librecambistas—, liberal draconiano — partidarios de una liberalización gradual de la economía— o como conservador.

Título: Manuela

Título: Poemas vitales Autor: José Asunción Silva

Autor: Eugenio Díaz Castro

El Ministerio de Cultura presentó la Biblioteca Básica de Cultura Colombiana. Se trata de la colección de libros digitales que reúne lo más sobresaliente de las letras colombianas. Escrito en forma de diario íntimo, más que una novela, es un libro que hay que leer como el testimonio atormentado, pero impecable de aquel fin de siglo angustioso, como allí lo calificara justamente su autor. En sus páginas, de mucho interés para calar en la visión del mundo de Silva, están las conflictivas reacciones, y las contradicciones esperables, de un protagonista que sufre los innumerables problemas de todo tipo: artísticos, morales, religiosos y aún políticos que aquel tiempo de crisis planteaba al espíritu del hombre finisecular americano.

Título: De sobremesa Autor: José Asunción Silva

Novedades literarias

La biografía del autor, las técnicas asociadas con los relatos intercalados, la información histórica que nos regala ‘El carnero’ muestran que los siglos XVI y XVII son algo más que un periodo oscuro y dogmático, en el que no cabían las pasiones humanas y no se tenía tiempo para el ocio, el juego o el entretenimiento. Este es un libro central para la historia, la cultura y la literatura áureas: gracias a él podemos formular hipótesis sobre el origen y desarrollo del cuento colombiano e hispanoamericano.

Título: El carnero

Autor: Juan Rodríguez Freyle

Toda obra literaria debe sostenerse por sí misma, hasta el punto de poder prescindir, incluso, de quién fue su autor. Sin embargo, hay algunas que se iluminan y se vuelven más significativas cuando conocemos la vida y la muerte de quien las creó. Ese es el caso de José Asunción Silva, que se quitó la vida en 1886, a los 31 años, sin publicar aún ningún libro, pero dejando una producción poética que iba a revolucionar la poesía colombiana, partiéndola prácticamente en dos.

La palabra de la semana

Gringo

En la Edad Media, la iglesia católica que la comprensión del griego no era necesario para la erudición religiosa.

Muchas historias se han contado sobre el origen de esta palabra. Una de ellas narra que gringo surgió del sistema de señales de los trenes ingleses, cuando estos fueron instalados en México, sistema en el cual la luz verde indicaba que el paso estaba abierto: green go ‘verde: ir’. Otra versión afirma que, cuando los norteamericanos, invadieron México en 1847 vistiendo sus uniformes verdes, los nativos —que al parecer dominaban el inglés— los rechazaban gritando: “¡Green go!” (¡Váyanse, verdes!). En la Edad Media, existía la costumbre de mencionar las locuciones en latín acompañadas de su versión en griego, pero la Iglesia católica determinó que la comprensión del griego no era necesaria para la erudición religiosa. A partir de ahí, el griego fue considerado un idioma extraño y símbolo de cualquier habla incomprensible. En América el vocablo se popularizó con variantes: en México, para referirse a los estadounidenses; en el Río de la Plata se aplicó en la primera mitad del siglo XX a los italianos, aunque hoy se tiende a usarlo para denominar también a los norteamericanos y a los europeos no latinos.

Alicia a través del espejo Director: James Bobin “Alicia ya es toda una mujer aquí, capaz de vivir las mayores aventuras en el mundo real y de valerse plenamente por sí sola. Sin embargo, una serie de problemas la llevan de vuelta a su rico mundo de fantasía, donde El Sombrerero Loco está pasando por un momento tan malo que podría acabar con su vida. Eso da pie a la utilización de los viajes en el tiempo, un recurso que suele apasionarme y que aquí solo ayuda a estirar una historia bastante endeble. El problema no es tanto que sea bastante fácil adivinar lo que va a acabar sucediendo, sino que simplemente las bases del relato ideado por Linda Woolverton, también autora del guion de la primera entrega -y del de la desastrosa ‘Maléfica’-, aniquilan cualquier empatía que podamos sentir hacia la aventura que va a vivir Alicia. La cosa se complica aún más por lo evidente que resulta que sus responsables han querido recuperar a todos los personajes posibles para que no echemos a nadie de menos. El problema es que los acabamos echando de más al quedar reducida la presencia de muchos de ellos a poco más que relleno, mientras que el gran conflicto que se nos plantea simplemente resulta ridículo, tanto por la imprudencia de Alicia como por los detalles que rodean a un trauma del pasado”. (Fragmento de Mikel Zorrilla en el portal de internet Blogdelcine.com)

GERENTE: Miguel Ángel Villarraga Lozano EDITOR GENERAL: Edwin Ballesteros Vásquez COORDINACIÓN: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PERIODISTA: Luis Miguel Naranjo EDITOR: Sandra Lombana. DISEÑO: Edison Guarnizo FOTOS: Colprensa. Internet. Suministradas. TEL.: 2770050. Ibagué - Tolima - Colombia. PÁGINA WEB: www.elnuevodia.com.co CORREO ELECTRÓNICO: culturales@elnuevodia.com.co FACEBOOK: Cultura El Nuevo Día - Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.


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