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Ibagué, 30 de agosto de 2009
Bricherismo, ironía y conmoción en Cazador de gringas Por Jorge Ladino Gaitán Bayona*
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ario Guevara Paredes, nacido en Cusco en 1956, es una figura destacable en el campo cultural y literario del Perú. Ha publicado los libros El desaparecido (1988), Fuego del sur, tres narradores cusqueños (1990) y Cazador de gringas y otros cuentos (1995), obra narrativa con cuatro ediciones hasta el 2003. Además de haber sido ganador y finalista en varios premios regionales y nacionales de cuento, ha fundado y dirigido Origen, revista de arqueología y Siete culebras, revista andina de cultura. Esta última con 26 números a la fecha da cuenta de su tenacidad por sostener un proyecto cultural que desde 1991 hasta el presente ha generado un espacio crítico y de reflexión no sólo de la literatura y el arte peruanos, sino también de las más variadas tendencias latinoamericanas. En un contexto donde muchas revistas por falta de apoyo económico no alcanzan a pasar de unos pocos números, siempre será loable encontrar que alguien le apuesta a una revista que se mantiene en el tiempo y contribuye a la interculturalidad. Académicos como Mario Pantoja (Universidad San Antonio Abad de Cusco) y Eduardo González Viaña (Universidad de Berkeley en Estados Unidos) destacan de Mario Guevara sus logros en el cuento urbano, como también el traslado de la realidad a la ficción del brichero, personaje popularizado luego en el teatro, cine e incluso obras de otros autores peruanos. El brichero es
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una suerte de gigoló y latin lover que asumiendo características e imaginarios en torno a su pasado inca aprovecha su discurso y la supuesta autoridad de su sangre milenaria para atraer turistas de otras latitudes que a cambio de su compañía le otorgan dinero, confort y placer sexual en su paso por Cusco y tierras peruanas. La entrada a la ficción de este personaje peculiar se dio con la publicación del cuento “Cazador de gringas”, escrito en 1989 y luego publicado en Origen, revista de arqueología y en Fuego del sur hasta finalmente figurar en el libro de cuentos del mismo nombre. “Cazador de gringas” es un cuento que seduce por la contundencia de la anécdota, el final sorprendente, el humor, la ironía, un tono confidencial de un narrador intradiegético cuya historia envuelve al lector. En dicho cuento un brichero cuenta su modus operandi a un tú que podría ser el lector, pero que en definitiva es la autoridad policial, luego de cautivar a una sicóloga nórdica que en pleno acto sexual afloró en neurosis y en medio de gritos y agresiones lo condujo a darle un golpe que la dejó inconsciente para finalmente, por culpa del bullicio desatado, ser violentamente detenido por la policía. El cazador cazado en medio de su fracaso e incertidumbre da cuenta en su relato de las destrezas de un brichero (simular ser heredero de un conocimiento ancestral de los incas, estar al acecho en sitios arqueológicos donde merodean gringas y extranjeras, saber inglés y dominar no únicamente bailes típicos cusqueños sino también salsa y rock), del mismo modo, de las situaciones de miseria y abandono institucional a las que se ven sometidos variados habitantes cusqueños, la mayoría indígenas y mestizos quienes dependen del dinero foráneo. Junto con éste cuento, otro del libro Cazador de gringas y otros cuentos, titulado “Guía para turistas” (mordaz, irónico y demoledor en su expresión) sugieren que una es la imagen turística que tiene el extranjero de Cusco, la ciudad patrimonio de la humanidad por Machu Pichu y variados santuarios, pero otra más real y dolorosa (que nunca mostrarían los videos y agencias de viajes) es la que aflora de una ciudad donde la mendicidad es palpable. Es a esa extranjera que acaso presumirá de conocer una maravilla del mundo, la que se toma una foto a cambio de un nuevo sol (la moneda peruana) o un dólar con unos indígenas al lado de una llama a la que el brichero intenta sacar dinero seduciéndola con su conversación e imagen que funde los rasgos indígenas con vestuarios y poses globalizadas. En cierta modo, él es un personaje astuto, en cierta forma pícaro creado por la propia realidad social y económica peruana, como lo destaca el protagonista de “cazador de gringas”: “Ahora que se convenció de mi inocencia y de lo jodido que es ganarse la vida en este
LA PALABRA DEL DÍA Sincretismo
Esta palabra hace referencia a un sistema consistente en conciliar los principios de varias doctrinas, religiones o filosofías. Entre los griegos, los cretenses tenían fama www.elnuevodia.com.co>Léalo.
-merecida o no- de ser poco sinceros, por lo que la palabra kretizein (portarse como un cretense) pasó a significar 'portarse como un impostor'. El vocablo synkretikós fue acuñado por Plutarco para designar la fusión de culturas ocurrida en Roma unos tres siglos antes de Cristo. Plutarco le aplicó el prefijo syn (con) para crear syncretikós (el que se alía con un adversario contra un tercero). En la época moderna, este vocablo de casi dos
Mario Guevara Paredes país, no dudará en dejarme en libertad señor comisario” (Guevara Paredes, Mario. Cazador de gringas y otros cuentos. Perú: Editorial San Marcos, 2003, cuarta edición). La figura del brichero se ha tornado recurrente en la literatura peruana. Como indica Mario Guevara, “otros escritores abordaron la temática del brichero. En cuentos y novelas apareció este personaje: "Buscando un inca", cuento,1993, de Luis Nieto Degregori; Inka trail, novela, 1997, de Oswaldo Chanove; Noche de cuervos, novela, 1999, de Raúl Tola; Bajada de reyes, novela, 2001, de Miguel Arribasplata; La morada del hastío, novela, 2001, de Carlos Rengifo; "La danza de la lluvia", cuento, 2002, de Jorge Flores Aybar y La Orgía del moro, novela, 2002, de Luis Gallegos” (Guevara Paredes Mario, “Bricherismo”, entrevista de Vicente Revilla. En: http://www.gowanusbooks.com/guevara-interview-span.htm ). Los once relatos que integran el libro Cazador de gringas y otros cuentos vehiculan desde su amenidad, la expresión sencilla pero evocadora, el dominio de la segunda persona que genera mayor compenetración entre la historia y el lector, una mirada desencantada sobre la pobreza peruana, la corrupción de la justicia (los cuentos “Patrick” y “El parecido”) y la difícil supervivencia de tantos seres a quienes la mirada ajena apenas valoran en su exotismo, color local y atractivo turístico. Se trata de cuentos que entretienen, pero a la vez cuestionan el statu quo, la indiferencia y la situación social cusqueña. Aquí, como diría Kundera, importa explorar artísticamente la existencia en relación a su contexto, en tanto “el hombre y el mundo están ligados como el caracol y su concha” (Kundera, Milan, El arte de la novela. Barcelona: Tusquets Editores, 2004, 47). *Grupo de Investigación de literatura del Tolima, UT, jlgaitan@ut.edu.co)
milenios de antigüedad, fue retomado para designar el movimiento encabezado en el siglo XVII por George Callixtus, que proponía la unión de las religiones protestantes entre sí y con el catolicismo. Actualmente se emplea en el portugués de Brasil para referirse a la incorporación de elementos de las religiones africanas en los ritos católicos, identificando a Yemanjá, la diosa africana del mar con la virgen María, o a San Jorge con el "santo guerrero" de algunas religiones africanas.
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En la búsqueda de los símbolos para la ACIT Por Floriberto Cardona Cedano*
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os Caribes prehispánicos del Valle del Magdalena usaban dos colores principalmente, el rojo que lo obtenían del Achiote (Bixa Orellana) y el negro de la Jagua (Genipa Americana L). Ambos los usaban para su pintura corporal. Con el cuerpo pintado de negro se protegían de los malos espíritus. Su acción duraba en el cuerpo durante nueve días. También con el negro teñían los mangos de las macanas, los mangos de los remos y sus utensilios de cocina. Pienso que el negro era su color preferido. Al habitar en zonas tan cálidas, la frescura de la noche era su consuelo. Tenían mucha reverencia por la sombra. El pasado viernes 23 de agosto de 2009 en el encuentro de Gobernadores de la Asociación de Cabildos Indígenas del Tolima (ACIT) celebrado en Coyaima, pude notar por parte de algunos descendientes de la etnia Caribe el rechazo al color negro. Ya no tiene esa espiritualidad y significado de los antepasados. Ahora tiene otras connotaciones. El cristianismo nos ha enseñado que el color blanco es símbolo de la pureza y de la paz en contraposición al color negro que es símbolo de las tinieblas, de la noche, del mal. En los imaginarios tolimenses siempre nos encontramos con un gato negro, con un perro negro, con una mula negra, con un toro negro, con una mariposa negra o con un ave de color negro a los que les atribuimos malos augurios. En mi grupo de trabajo, las señoras siempre rechazaron el color negro para incluirlo dentro de la bandera de la ACIT. Entendí su actitud debido a la transculturación de estos 500 años de dominación occidental. La mayoría de grupos incluyó el color rojo en la bandera significando la sangre que derramaron los nativos en su lucha contra los españoles, como símbolo de valentía. Con el verde significaron la naturaleza, con el azul las fuentes de agua, con el café la tierra y con el amarillo, la riqueza.
Además de los colores también dibujaron una mazorca de maíz como símbolo de la base alimenticia prehispánica, del que también obtenían la chicha, su vino. También una hoja de tabaco como símbolo de la etnomedicina de los Caribes. Otro grupo propuso el tres como símbolo Caribe ya que se han encontrado en Coyaima entierros en tres cámaras. Y yo añado, que se necesitan tres piedras para hacer una tulpa para el fogón en donde se coloca la olla. Para el Bastón de Mando se propusieron elementos como la Canoa que le permitió a los Caribes llegar a diferentes partes de Suramérica. La macana, como herramienta de trabajo y como arma de combate, se asimila a un machete de 22”. El arco y la flecha. Los adornos como plumas, colmillos, caracoles y semillas. La cerbatana, las maracas y la flauta. Utensilios elaborados de totumo. Me dio alegría encontrar al Guaco vivo tanto a la planta (Makinia guaco), como el ave (Herpetotheres cachinnans).
Cuando José Celestino Mutis realizó la Expedición Botánica, en 1788 un negro de nombre Pio, curandero de Mariquita, le informó a José Javier Matís compañero de Expedición de Mutis que había una planta contraveneno llamada Guaco. El texto que apareció en el Periódico Ilustrado de 1885 es el siguiente:"...que había un pájaro llamado Guaco que cazaba las culebras llevándoselas en sus garras, y que había observado una vez, que el pájaro había sido mordido por una culebra, haciéndole sangre, y en el acto había volado sobre una mata de ese bejuco y había comido de sus hojas; que viendo esto supuso que el bejuco debía ser el contraveneno, y que en consecuencia lo aplicó luego a los mordidos de culebra, en zumo y cocimiento, obteniendo siempre buen éxito. Que además él había tomado el zumo por nueve días y había cogido una culebra, sin que esta lo ofendiese." Matís hizo el experimento haciéndose morder de una culebra. Mutis no creyó en la veracidad de estos hechos y en 1792 le solicitó al Virrey le permitiera un reo condenado a muerte para hacer el experimento de una manera científica pero no obtuvo una respuesta satisfactoria. (A.G.N., Sección Colecciones, Enrique Ortega Ricaurte, Caja 68, Carpeta 250, folios 219- 221). Lo cierto es que la Etnia Caribe-Coyaima conoce muy bien a estos dos personajes: el Guaco planta y el Guaco ave. Luz Mery Tique Gobernadora de Coyarcó y Jesús Moncaleano Gobernador de Meche-San Cayetano me manifestaron que cuando esta ave se posa en un palo seco va a hacer mucho verano, cuando se posa en un palo verde, va a hacer mucho invierno y cuando se posa en cualquier árbol, va a resultar una mujer embarazada y si pasa por un caserío, van a nacer muchos niños. A veces el macho y la hembra hacen dueto que dura dos, tres o hasta 10 minutos: el macho grita en voz alta Gua-co, Gua-co, Gua-co, mientras la hembra contesta Cao, Ca-o, Ca-o. *Artista visual y escritor colombiano www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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Llegó de Argentina a compartir su virtuosismo en Ibagué
Zanón, maestro entre 'blancas y negras'
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icardo Zanón, el pianista argentino que empezó sus presentaciones en público a la edad de nueve años, fue uno de los protagonistas del cuarto Taller Internacional de Dirección Sinfónica, evento de la agenda Ibagué Capital Musical de Colombia. Durante su corta estadía, impartió clases magistrales y ofreció conciertos junto con el director de orquesta puertorriqueño Roselín Pabón; el afamado concertista aseguró estar cautivado del ambiente musical que se respira Sus alumnos han sido ganadores en decenas de concursos de piano nacionales e internacionales.
en esta ciudad. A la vez, indicó que desea replicar en la Patagonia, lugar donde reside hace un buen tiempo, algunas cosas observadas durante su visita, aunque se abstuvo de anunciar cuáles serán. En diálogo con este medio de comunicación, el pianista explicó que la obligación de todo intérprete es hacer sonar a los nuevos compositores, y se definió como un apasionado del folclor. EL NUEVO DÍA ¿Maestro, su interés por el piano se debió a alguna tradición musical en la familia? RICARDO ZANÓN: “En mi casa había un tío, hermano de mi papá que tocaba el piano, y por eso existía ese instrumento, así que empecé a estudiar por influencia familiar a los cinco años, a los nueve ingresé al Conservatorio Nacional de Música y me recibí cuando tenía 17 años, después estudié en forma particular con otros maestros”.
cuestión mecánica, una facilidad técnica para tocarlo, pero principalmente por la gran variedad de repertorio que tiene, haciéndolo atractivo para cualquier instrumentista”. E.N.D.: ¿Qué docentes le dejaron una huella especial? R.Z.: “En verdad muchos; tendría que nombrar a mi primera maestra que se llama Edith Bolla quien estudiaba el piano en el de mi tío, ella vivía al lado de mi casa, y fue la primera persona que puso mis dedos sobre el teclado; también está Ángela de Roberts, mi profesora en el Conservatorio; Dora Castro, Aldo Antognazzi, Noemí Berti y Celia Bronstein”. E.N.D.: ¿A quiénes considera sus ídolos del piano? R.Z.: “En este momento a mí me gusta mucho Mauricio Pollini, así mismo, hay gente muy joven que está to-
E.N.D.: ¿A qué edad tuvo claro que quería dedicarse de lleno al piano? R.Z.: “Yo creo que chiquito, es decir, mi ingreso al Conservatorio marcó mi educación, tomando conciencia, y lo hacía en forma muy natural algo muy aconsejable para todos los chicos”. E.N.D.: ¿Qué fue lo que más lo motivó a incursionar en este ámbito? R.Z.: “Yo creo que el piano es un instrumento al cual se accede por una
“Es importante sentir placer por lo que estamos haciendo”. www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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zando a abrirse camino? R.Z.: “Que estudien mucho (risas...) es la única manera. Hay que dedicarle mucho tiempo al instrumento y éste es solitario, no es un instrumento con el cual podamos estar al lado del otro, podemos compartir, pero al momento del estudio estar ellos, la partitura y el piano. Digamos que la partitura ya está escrita, el piano está construido y son ellos los que tienen que empezar hacerse”. E.N.D.: ¿Maestro Zanón , es mejor tocar con partitura o sin ella? R.Z.: “Hay un mito con eso, se dice que cuando uno toca con partitura no presta mucha atención a determinadas cosas, pero la realidad es que el músico está super comprometido sin partitura, algunos instrumentistas tocan perfectamente. Luego hay un tema, como para la música de cámara ésta hay que tocarla con partitura sí o sí, porque la verdad es que si hay algún inconveniente que puede ocurrir como siempre en la ejecución, uno tiene la partitura acompañado en el mismo destino de los otros compañeros de ruta. El tocar de memoria es apropiarse un poco de la partitura; es decir, tenerla firmemente establecida, pero a veces la memoria ofrece dificultades porque no se entiende una sola memoria. Yo entiendo que hay cinco y éstas deben estar en conjunción y el músico debe utilizar la más conveniente al caso”.
Ricardo Zanón dice sentirse un apasionado por el tango y el folclor.
cando hermoso como Martha Argerich, Bruno Gelber, que siguieron una tradición del maestro italiano radicado en Argentina, Vicente Scaramuza, quien logró intelectualizar el sistema de ejecución pianística. E.N.D.: ¿Se cree experto en algún tipo de repertorio, y cuál es el que más le gusta? R.Z.: “No, (risas...). Me encanta el clásico romántico, el contemporáneo que si bien es más difícil de acceder para la gente logra efectos sorprendentes. E.N.D.: ¿Cómo ha sido la construcción de esa carrera pianística y docente? R.Z.: “Esta carrera fue a partir de los 17 años, cuando ya estuve recibido empecé a buscar gente que me auspiciara para poder tocar; participé en concursos musicales, y fui incursionando en la docencia porque ésta siempre está al lado del músico; hay pocos músicos que se pueden dedicar absolutamente a dar recitales o conciertos; además, tenemos la necesidad de dejar herederos de lo que aprendemos y me parece que esa es una de las corrientes más importantes que tenemos dentro de la música”. E.N.D.: ¿Además de usted y su tío hay otros enamorados del piano en su familia? R.Z.: “A la fuerza mi familia tiene que estar enamorada del piano, porque suena todo el día, pero no tocan ninguno, mi hija menor se dedica a la danza, la mayor es bióloga, y mi esposa es artista plástica”. E.N.D.: ¿Hacia dónde ha evolucionado la actividad pianística? R.Z.: “Yo creo que de alguna forma el piano como todo instrumento de ejecución clásica, el tema principal es que nosotros estamos haciendo música de hace 200 años atrás, entonces lo que tenemos es que pensar que hay que tocar a nuestros compositores que son actuales y están
estudiando y componiendo, y que debemos hacerlos sonar porque sino esos pobres chicos cuando van a ser escuchados”. E.N.D.: ¿Qué diferencia observa entre los nuevos pianistas y los precursores? R.Z.: “Los precursores utilizaban el piano un poco para mostrar el resultado de los compositores de las distintas épocas pianísticas que fueron enormes, el clasicismo y el romanticismo principalmente, mientas que los actuales pianistas están más orientados a ejecutar música contemporánea sin dejar de lado la formación. Yo creo que como todo edificio hay que ver las bases, en este caso son los compositores de siempre Beethoven, Chopin, entre otros, a los que el pianista debe acceder alguna vez en su vida; posteriormente, elegir que clase de repertorio quiere interpretar”.
E.N.D.: ¿Maestro, cuáles son esas cinco memorias a las que el músico acude? R.Z.: “Una es la emotiva, la técnica: la muscular, que es muy peligrosa porque uno cambia el registro muscular cuando está nervioso, entonces allí pueden ocurrir problemas; la melódica, la armónica y la más importante para mí la analítica, aquella que cuando yo cierro los ojos sé que es lo que pasa, es una memoria que consolida lo que aprendimos con las otras memorias”. E.N.D.: ¿Para usted el pianista nace o se hace? R.Z.: “Todo se hace, lo que pasa es que hay aspectos naturales, algunos les cuesta más y a otros menos, pero digamos, los pianistas así como cualquier músico, si hablamos de un nivel superalto nos referimos a una importante
E.N.D.: ¿Maestro, en sus años como docente cuál es la falla más recurrente entre los estudiantes? R.Z.: “En principio que los chicos tienen que empezar muy jovencitos a estudiar el piano; yo aconsejo que entre los seis y siete años, porque el problema principal es que cuando llegan a determinada edad de exigencias en el colegio secundario, donde ya tienen muchas materias hay como una especie de laxitud en el proceso del piano, es precisamente la edad más importante donde se consolida todo lo aprendido en la técnica y en la parte emocional e intelectual”. E.N.D.:¿Qué recomendación le Para este connotado pianista argentino, la docencia le permite heredar a las nuevas generada a los jóvenes que están empe- ciones un poco de su conocimiento. www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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“Yo aprendo tanto de mis alumnos como ellos aprenden de mí”. ser tradicionalistas, pero no en el mal sentido sino procurar luchar por esa globalización que nos lleva a comparar constantemente lo que pasa con otros países que tienen otra vida, yo no podría comparar un estudiante de china con uno de Latinoamérica, jamás lo podría hacer porque sus países son diferentes. Cuando yo escucho a un muchachito chino tocar fantásticamente el piano digo que eso es la transculturización y hay que ver como se llegó a eso”.
comprender de qué se trata esto”. E.N.D.: ¿Qué aspectos observados en esta ciudad quiere replicar en la Patagonia? R.Z.: “Yo lo que me tengo que llevar es la tradición. Lo que vi que parece fantástico que en esta ciudad exista un conservatorio de la edad que tiene el del Tolima, me parece que hay un respeto a la memoria de toda la comunidad ibaguereña, la gente que ha defendido esa sala maravillosa que tiene creo que los festivales a los cuales está referida Ibagué como Capital Musical de Colombia son muy importantes, esto no lo tenemos en Argentina, festivales internacionales con la calidad y cantidad de gente que ha participado; a pesar de que ésta no es la capital del país tiene un movimiento espectacular. Eso lo voy a llevar y lo voy a tratar de replicar en algunos lugares de mi propia región”.
E.N.D.: ¿En su repertorio interpreta diferentes estilos? R.Z.: “Sí. A veces algún compoE.N.D.: ¿Existe el piano perfecto? sitor que no ha incursionado dema“Yo estoy trabajando con un instrumento del año 1940 siado o alguna obra que digo esto me gustaría hacerlo así, porque uno tiene antes de la guerra mundial, las maderas en ese momento la ventaja en esta época de contar con eran muy buenas. Ahora estoy viendo que los pianos japonegrabaciones de casi todas las obras ses y europeos tiene una calidad excepcional. La verdad es que han sido escritas, uno escucha que creo que existe el piano para cada uno de los pianistas. esa grabación y dice me interesaría El problema principal es que son muy pocos los que pueden que esta parte vaya de esta manera transportar su propio instrumento para el lugar donde van a y lo voy a integrar a mi repertorio, de dar el concierto, a diferencia de un flautista y violinista que se todos modos toco mucho tango y mete el instrumento debajo del brazo y viajan adonde quiera. Ricardo Zanón es colaborador permanente de la Fundación el sonido y el tiempo internacional, los compositores nuevos de tango Los otros estamos destinados a querer al piano que nos torealizando actividades en Argentina y en Italia. siempre están escribiendo cosas y que tocar en ese momento”. uno tiene la obligacuota de sacrificio y condiciones realmente naturales para ción de tocarlas”. seguir adelante. Entendamos lo siguiente: el público no es simplemente el de capitales musicales, nosotros tenemos E.N.D.: ¿Para usted quién es el pianista que pensar que hay un público que no está atento a lo que maestro de maestros? sucede en las grandes capitales musicales y que sin emR.Z.: “El chileno Claudio Arrau, para mí bargo necesita de los músicos para su sensación emotiva; esa imagen es muy fuerte, es un hombre que entonces cuando un pianista o un músico va a tocar a esos el último recital que yo tuve oportunidad de lugares no tiene que ser fiel a sí mismo, pero no necesita escuchar en grabación era de cuando tenía ser el mejor”. 85 años, éste tocó de una manera fantástica. Fue crítico de Pinochet, así que también E.N.D.: ¿Cómo ve el panorama pianístico en Latino- sus ideas y su ideología eran muy fuertes y américa y en Colombia? su humildad ante la partitura pienso yo que R.Z.: “Por ahora no escuché a pianistas colombianos, debería identificar todo buen intérprete: no tengo idea y conocimiento de que hay muy buena escuela poner por sobre el autor al intérprete”. pianística en este país, y en Latinoamérica hay muy buena academia en general; lo que es importante es producir una E.N.D.: ¿Qué obra o compositor es sasensación de seguridad de que las cosas también ocurren grado para su repertorio? en esta parte del continente y no sólo en Estados Unidos o R.Z.: “Beethoven es un compositor imen Europa, de por sí pienso que en la formación también es portantísimo; por eso hable de un repertorio importante que los chicos conozcan otros centros musica- clásico romántico es decir, después de los les de Europa, pero creo que Latinoamérica es riquísima y autores argentinos Alberto Ginastera, Piazestá todo por hacerse”. zolla y digamos desde lo moderno me gusta mucho Prokoviev”. E.N.D.: ¿Además de la música clásica qué otra música escucha? E.N.D.: ¿Cómo notó el ambiente músiR.Z.: “De la buena música todas, lo que a mí más me in- cal de Ibagué? teresa es escuchar las manifestaciones tradicionales, porR.Z.: “Yo lo que escuché fue la orquesta que me gusta el folclor de cada uno de los países. Siempre de Ibagué me pareció una agrupación fanrecaudo información, porque creo que artisticamente eso tástica llena de jóvenes, con una calidad Su afición por el piano empezó a temprana edad, mientras observaba a un tío interes lo que está pasando con la gente: identifica la tradición, sonora importante y con una rapidez para prete de este instrumento. www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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EL CUENTO
> POESÍA
El ama de llaves
Roque Dalton
Pot Gilda Manso* Iván le tenía miedo al eco que rebotaba en el techo inalcanzable de la iglesia, pero si le daban a elegir, prefería eso al invierno de afuera. —¿El calor de la iglesia lo maneja Dios? —preguntó, sentado en un banco de la catedral. Consuelo pensó una respuesta sincera y católica a la vez. —Dios y la calefacción —contestó, señalando la estufa eléctrica que estaba empotrada en la pared, a la izquierda de Santa Cecilia. Consuelo lustraba las estatuas santas con fricciones de lavandera experimentada, y cualquiera que la hubiera visto habría jurado que la mujer era irremediablemente atea, pero se trataba de todo lo contrario: la fe de Consuelo era tan añeja, arraigada y entrada en confianza que podía permitirse el lujo de perder la compostura y moverse por la iglesia con un desparpajo digno del mayor de los herejes. Consuelo había encontrado a Iván dormido en la puerta de la parroquia, acurrucado de frío. A su lado, sus padres, con la sonrisa suspendida por tiempo indeterminado, hacían lo posible para repartir una frazada entre los tres. Consuelo los vio un día, dos días, tres días; al invierno le faltaban dos meses para terminar de congelar hasta el aire. Al cuarto día les habló. —Soy Consuelo, el ama de llaves de la iglesia. Acá afuera tienen frío, el nene se va a enfermar. ¿Por qué no entran y les preparo un mate cocido o un té? Los padres de Iván intercambiaron una mirada breve, cargaron a su hijo, se metieron en la capilla y se acomodaron en el suelo, entre San Roque y la Virgen Desatanudos. Al principio no hablaban y miraban a Consuelo tratando de descubrir dónde estaba el doble fondo. Ella fingía que no lo notaba, que la hostilidad de la indigencia no la hería, y les ofrecía té caliente y bizcochos. Iván se acostumbró rápido al bienestar, y pronto comenzó a trepar al Cristo crucificado como un nene corriente que se cuela entre las ramas de un árbol, y a seguir a Consuelo a donde ésta fuera. Los padres, al ver que su hijo engordaba de a poco y parecía feliz, dejaron a un lado su actitud de trinchera. Los refugiados contaban con la complicidad de Yosman, el cura colombiano que amaba a Consuelo con amor de hijo agradecido. Yosman estaba convencido de que si esa iglesia merecía el nombre de casa de Dios era porque ella se encargaba de que Dios estuviera siempre presente. —¿Qué hacemos con el obispo? —preguntó Yosman esa mañana. Consuelo se encogió de hombros y murmuró Dios proveerá, lo que significaba que ya tenía un plan; bueno o malo, pero plan al fin. El obispo llegó al mediodía, envuelto en un aura de superioridad que hizo que Iván se encogiera de impresión. Lo acompañaba un séquito de curas y hombres de seguridad que a Yosman se le antojó excesivo para una simple visita de inspección. El obispo criticó el estado abandonado de la iglesia y se detuvo frente a los refugiados. Miró a Yosman con ojos de signo de interrogación. El sacerdote buscó a Consuelo, y ella tomó la palabra. —El padre Yosman y yo pensamos que, dado que la iglesia necesita una mano de pintura y otros arreglos, y ya que esta gente necesita un lugar donde vivir, podíamos sumar dos más dos y hacer que esta gente pinte y arregle la iglesia a cambio de alojamiento. El obispo miró a Consuelo como si hubiera contado un mal chiste. —Esta es la casa de Dios —dijo con un tono que no aceptaba lugar para discusiones. Yosman palideció. Consuelo, iluminada, sonrió. —Monseñor, me alegra que lo comprenda. Su misericordia será recompensada. Como dijo Nuestro Señor Jesucristo, “doy mi casa al menesteroso y mi pan al hambriento, porque yo soy el menesteroso y el hambriento, y ellos son yo; quien cierre mi puerta en las narices del prójimo arderá en el infierno con la fuerza de mil demonios”. El obispo, que no recordaba haber leído esa cita en ninguna parte de la Biblia, se quedó callado. No quería correr el riesgo de parecer un ignorante. —Iván, dale las gracias a Monseñor por su infinita misericordia —ordenó Consuelo. El nene se abalanzó sobre el obispo, le dio un beso en la mejilla y volvió junto a sus padres. El obispo, incómodo y confuso, se despidió con torpeza. Consuelo cerró la puerta de la iglesia. —Dios proveyó —dijo. Afuera quedó el invierno.
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Como tú
El Salvador,1935 – 1975
Yo, como tú, amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas, el paisaje celeste de los días de enero. También mi sangre bulle y río por los ojos que han conocido el brote de las lágrimas. Creo que el mundo es bello, que la poesía es como el pan, de todos. Y que mis venas no terminan en mí sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos. El cínico Claro es que no tengo en las manos el derecho a morirme ni siquiera en las abandonadas tardes de los domingos. Por otra parte se debe comprender que la muerte es una manufactura inoficiosa y que los suicidas siempre tuvieron una mortal pereza de sufrir. Además, debo la cuenta de la luz…
*Escritora y periodista argentina
Obras del pintor colombiano Manuel Hernández www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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Cada ficción trae sus propias leyes Por Octavio Escobar Giraldo*
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ersiones, perversiones y otras inversiones es un libro que todo buen lector disfrutará y releerá. Conciso, elegante e irónico, refleja todo el talento y el oficio de Jaime Echeverri, quien sin aspavientos ni concesiones, con la devoción del descreído y un acento colombiano que deviene universal, ha enriquecido la literatura hispanoamericana desde la aparición de Historias reales de la vida falsa (1979), su compilación de cuentos premiados. Profesor en la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad Nacional y tutor de algunos de los narradores colombianos con mayor proyección internacional, su obra también la componen las novelas Reina de picas y Corte final. Con motivo de la aparición en España de Versiones, perversiones y otras inversiones accedió a responder algunas preguntas. —Todo nuevo libro tuyo debería estar a disposición de los lectores. ¿Por qué no se distribuirá en Colombia? —Como tú sabes mis libros han aparecido tanto en Colombia como en México, donde José María Espinasa, es decir Ediciones Sin Nombre, me incluyó en su fondo y lo hizo porque apuesta a futuro y se arriesga con autores no comerciales. Y no porque no quiera que sus libros se vendan, sino porque cree que hay allí valores que las casas editoriales grandes, multinacionales, no consideran rentables. Para
Jaime Echeverry
decirlo de otra manera, tiene un criterio editorial distinto al mercantil. Aquí no existen editores con criterios claros. Los más poderosos no tienen políticas editoriales. Buscan recuperar con rapidez su pequeña inversión. Publicar un libro aquí no es fácil para un autor como yo, preocupado por mantener ciertos niveles de escritura superiores a los estándares marcados —por lo general— por periodistas incultos de radio, prensa y televisión, comunicadores semianalfabetas que no pasan de saber de oídas ciertos nombres y no cumplen su misión informativa, pues deberían reseñar los libros que van saliendo. El libro aparece en España porque Antonio María Flórez, buen escritor y buen amigo, propuso a la Editora Regional de Extremadura incluir autores latinoamericanos en su catálogo. —Versiones, perversiones y otras inversiones remite a un libro anterior… —Sí. La diferencia está en que en esta nueva edición de Versiones y perversiones he incluido cuatro textos que antes no aparecieron en libro y he agregado una nueva parte con dos cuentos un poco más largos. Entre los cortos —para que no se pierdan en publicaciones periódicas— agregué “Cena de navidad”, el primer cuento mío publicado en un suplemento cultural de circulación nacional a fines de los años sesenta, y “El jardín del guerrero”, cuento breve ganador de “Las 500”, exitoso concurso de la revista El Malpensante, en el 2004. —¿Y ahora qué viene? —Espero que editen un nuevo libro de cuentos. Es curioso, los editores no ven el cuento como género publicable. Sin embargo, veo que hay mucha gente que lee y compra libros de cuentos. Creo que aquí hay prejuicios. O mal manejo industrial y comercial. —¿Cuál es tu expectativa con el libro editado en España? —Ninguna. Aquí no lo van a reseñar, entre otras cosas, porque el reseñador serio es Afanador y su espacio es pequeño y está sometido a los estrechos lineamientos de Semana. En Arcadia, que sería otro escenario posible, tienen un concepto bastante extraño, por no decir deplorable, de cultura y de libros. Pero te ruego que no tomes estas opiniones como quejas sino simplemente como la constatación de un fenómeno que algún sociólogo de la literatura abordará algún día. —Eres tutor o asesor de varios narradores colombianos, algunos muy exitosos. ¿Cómo desarrollas esta labor? ¿Ha cambiado en algo tu forma de entender el oficio literario? —La asesoría, esa labor tutorial especializada, ha sido para mí una experiencia enriquecedora. En muchos sentidos. En primer lugar, me enseñó a respetar el trabajo de los otros y tratar de comprender sus intenciones. Sólo así podría captar y comprender algunos aspectos de su texto y poder distinguir la estructura de la obra. A nivel interior significó ejercer sinceramente la modestia, la ocultación de mis propios motivos
y de mis ambiciones para situarme en los del autor que me muestra sus ficciones. Sólo de esa manera se puede respetar la voz. Resulta extraño y al comienzo, hace más de quince años, no fue fácil. Pero fue un ejercicio de humildad en el mejor sentido del término. Cuando un escritor es consultado, por lo general responde desde su criterio muy personal, ese que guía su propio trabajo. Pero al distanciarse de su propia visión, puede ver aspectos técnicos que de otra manera le son vedados. Digamos que la asesoría me ha servido para refinar mi percepción de las técnicas y así encontrar aquellos puntos fuertes o débiles de un texto desde el texto mismo. Tú sabes que cada ficción trae sus propias leyes. Y detectarlas es fundamental para brindar un trabajo honesto a quien consulta. También me ha enseñado que cada escritor tiene que vivir sus propios momentos, es decir que aunque tenga capacidades, aunque tenga mucho talento, puede estar en una etapa en la que no le es posible abordar la escritura de su obra sino desde sus circunstancias personales, desde sus obsesiones del momento. Son pequeños datos, parecen insignificantes pero si no se los considera el trabajo no resulta. En verdad me gusta ver la transformación de un texto en mi laboratorio y me gusta ver cómo el autor se sorprende al ver todos los textos ocultos que trae su escritura. *Escritor colombiano. Letralia, Tierra de letras.
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