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Ibagué, 24 de mayo de 2009
¿Quién quiere ser millonario?
Por Luís Rozo*
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i miramos la estructura del film, vemos la forma como Los episodios que permiten saber la clave de cómo Jamal coJamal, el protagonista, es capaz de contestar las pre- noció las respuestas, van tejiéndose desde un tiempo donde guntas que se le hacen en el concurso: A partir de esas el montaje alterna el pasado con el presente. Pero en este juepreguntas se narra la historia de vida de Jamal, su her- go, lo que actúa desde el comienzo hasta el final de la película, lo que hace del público un sujeto preso del desarrollo de la acción, mano y de Latika. Al insertarse constantemente los fragmentos es el consabido formato del concurso tan masivamente asumido de la historia de Jamal, se articulan temas sociales y por los sujetos sociales en tan dispares geografías, donde se asuculturales inevitables: La alienación de los sectores populares por me la posibilidad de que se vuelva uno millonario de la noche a la los actores de la industria cinematográfica. Se habla de Bollywood mañana. Esta expectativa apresa al público de inicio a final, gracias al montaje que alterna el presente del concurso y la fortuna, con el como un fuerte emulador de Hollywood. La explotación de la miseria por parte de las bandas que desfi- pasado de los pasajes de la vida de Jamal, su hermano y su novia guran a niños y adolescentes con el fin de utilizarlos como carnada Latika. En el film este concurso tiene el poder de apresar la atención para quebrar el corazón a los ingenuos y de paso tratar de quebrar- del espectador todo el tiempo, dos horas que dura la película. Por eso, no importa tanto el profundizar o densificar las matrices les el bolsillo. La miseria de las barriadas y su contraparte, la riqueza de la sociales que darían mejor contexto a los problemas que desde ese delincuencia, la mafia, el trafico de drogas. La prostitución en este punto de vista social se pudieran plantear. El mecanismo narrativo, contexto es un mal menor. Aunque en el documental Nacidos en el por si mismo, ya es suficiente para capturar y cautivar la atención burdel, se muestra a muchas madres, que prefieren inducir a sus hi- de la audiencia. En este punto entonces se define el difícil balance jas en el oficio de la prostitución antes que dejarlas ir a la escuela, porque es evidente que la escuela no soluciona el diario sustento que acosa y es de inmediato plazo. La brutalidad represiva de la policía que utiliza la tortura como medio para hacer confesar a los detenidos, haciendo eco de las prácticas medievales de la inquisición instauradas en plena civilización moderna y posmoderna. Los males de la Sociedad que pretende el desarrollo como crecimiento de la metrópoli con sus grandes construcciones, propio de toda sociedad que concibe el progreso de una manera instrumental y en busca del incremento ilimitado de réditos. La contradictoria y conflictiva sociedad que se vive actualmente en el contexto del crecimiento metropolitano, es captada por una construcción de fragmentos que se van articulando con la sencilla historia de un chico metido en un programa de concursos, en busca de su perdida novia, en la jungla de los negocios subterráneos. Fragmentos de la vida del chico Jamal, como respuestas a la pregunta de cómo fue posible que él respondiera los interrogantes del concurso. El concurso actúa como Escena de la película ¿Quién quiere ser millonario? columna articuladora de los eventos en la vida del chico.
> Fantoche
*Cinemateca del Tolima.
LA PALABRA DEL DÍA
Se usa para denominar a una persona grotesca, desdeñable, neciamente presumida o estrafalaria y también un muñeco grotesco, a veces movido por hilos, según la definición académica. Esta última acepción es probablemente la más usada hoy en día para referirse en sentido metafórico a autoridades de quienes www.elnuevodia.com.co>Léalo.
entre profundización o complejidad que implica el conocimiento en general de cualquier contexto social en particular, y las necesidades dramatúrgicas que imponen los modos de representación hegemónicos en la producción industrial y en el campo de los productos que para su realización comercial en taquilla, se hacen necesarios con el propósito de la recuperación de los recursos invertidos. Una a veces vulgar relación, pero que, para los productores se hace impositiva. Porque se relaciona producto comercial con la capacidad narrativa de tener al público por las solapas desde comienzo a fin de la película, para hacer referencia a la idea que tiene García Márquez de lo que es una narración eficaz. Lo cierto es que el film ha cautivado a los jurados de los premios Oscar, Bafta, Chicago film festival y muchos otros. Aunque en internet, se pueden encontrar apreciaciones que señalan la utilización de la miseria exhibida en el film, calificándola de pornomiseria, término que recuerda un documental realizado por Carlos Mayolo y Luis Ospina, Agarrando pueblo, donde se criticaba el uso de la miseria como un gancho para despertar en el publico las reacciones necesarias para atraerlo a la taquilla. Algunos sectores de la Mombay de hoy, se han sentido ofendidos por la manera como se presenta a la ciudad, cosa que también hace recordar a don Luis Buñuel, cuando por instigación de las damas de la alta sociedad casi fue expulsado de Mejico, por su película Los olvidados. Ahora bien el estilo fragmentario en la construcción del montaje de la película, hace la impresión de estar asistiendo a la presentación por su gramática, de los rápidos y contundentes spots comerciales, de enloquecido ritmo. Cortes breves y entrecruzamiento de secuencias con espacios y tiempos diferentes, hace muy eficaz la manera de capturar a la audiencia. No existen los tiempos “muertos”, que pudieran dar oportunidad para cierto distanciamiento que proporcionara el momento necesario para distanciarse, tiempo precioso en el que es posible preguntarnos efectivamente por lo que estamos viendo y oyendo.
se afirma que no actúan de acuerdo con sus propias decisiones, sino como si fueran 'movidas por hilos' manejados por personajes poderosos que permanecen en la sombra. La palabra proviene del francés fantoche, lengua a la cual llegó en 1863 del italiano fantoccio, con el significado de 'títere o marioneta', para trasmitir la idea de que un fantoche es un su-
jeto manejable como un niño. Fantoccio proviene de fante (niño pequeño, infante), derivado del latín infans -ntis (mudo, infantil), compuesto por la partícula privativa in- y fans, participio del verbo latino fari (hablar). La Real Academia Española recogió este término por primera vez en su Diccionario de 1925.
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Sobre el escribir
como oficio de tiempo completo Por Francisco Pinzón-Bedoya*
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engo una constante desazón que creo común a muchas personas como yo, escritores de tiempo parcial, es decir, cuando las circunstancias y las obligaciones lo permiten. Esta condición de parcialidad genera en mí la sensación de estar donde no debo, de estar donde el poco tiempo disponible se “dilapida” en hacer “lo que se debe hacer”, y en ello se van los días, los meses y los años. Me asaltan a ratos, como ahora, inquietudes sobre el escribir, pasión que llevo en mí sin que siquiera intente detenerla. Algunas de ellas son: ¿es esta infame dedicación lo que la escritura se merece? ¿Es ésta la forma de sacar de mí lo mejor que puedo dar? ¿Son, desde mis manos, éstos los mejores poemas que haya podido escribir? Y ante todas aparece un rotundo no. Más que una excusa o la aceptación de una cobardía, creo que cada decisión tiene sus porqués, y yo tengo los míos para hacer lo que hago, así no los tenga explícitos en alguna parte de mí o de mi ámbito circundante. He leído de aquellos que, gloriosa, rebelde y audazmente, se han dedicado a escribir como forma de vida. Mi admiración crece, así conozca que muchos de ellos apenas sobreviven, pues la inclemencia de sus condiciones de vida así lo demuestra. Hay pocos ejemplos exitosos, tomando como contexto los cientos de miles (había escrito millones y, de ello, no estoy seguro) de personas que han tomado tal decisión. Algunos han llegado a ser ese ser que soñaron ser, no importa si “para unos pocos amigos”, o si han llegado a brillar después de muertos. ¿Alusión o reminiscencia a Andrés Caicedo? No lo sé de cierto (parafraseando a Sabines). Un ejemplo puede ser Bioy Casares, quien en respuesta a una de sus múltiples entrevistas dijo: “Cuando me preguntan que de dónde saco las ideas siempre respondo lo mismo. Si usted se dedica a escribir, el tiempo le dará la respuesta. Creo que la mente del narrador vive en una actitud que le permite descubrir historias, aunque estén ocultas; por lo general, para eso está despierta. Si escribo poco, se me ocurren menos historias que si escribo mucho”. A mí me ha tocado vivir esto, en pocas ocasiones en que he tenido la oportunidad como en mis recientes vacaciones, pues cuando me dedico a escribir interactúo largamente y en disfrute con la lectu-
ra, y en esos momentos (así suelen ser) florecen las ideas sobre otras escrituras y nacen muchos proyectos desde la perspectiva de la instantaneidad y del carácter de retratista que suele ser el poeta. Muchos de ellos ni siquiera llegan siquiera a dos líneas aunque a veces logro almacenarlos en algunos archivos que se llaman algo así como: “ideas”, “poemas inacabados”, etc., y donde en algunas ocasiones he ido a nutrirme para desarrollar algunos o para encontrar que ya ni siquiera recuerdo cuál era la esencia de aquellas líneas. En la mayor parte de las ocasiones, al escribir uno inicia con una “idea” pero uno casi no sabe claramente dónde va a terminar. En una de sus conferencias, a Rosa Regàs (au-
tora de Azul) le preguntaban que de dónde sacaba el autor lo que tiene que escribir, y ella contestaba que “cuando uno escribe, vas escribiendo y no te enteras y cuando has acabado de escribir dices: ¿y esto, de dónde salió?”. Continuaba diciendo: “Yo tengo un argumento... pero hasta que no me pongo a escribir no me salen las mil cosas, que yo no sé y no sé lo que voy a decir.
Cuando uno se pone a escribir y empieza a buscar los porqués y va buscando ejemplos y va acabando de definir los personajes y las situaciones y los diálogos, para mí es una manera de llegar a la realidad, que yo no puedo llegar por ningún otro sistema”.
Otro de esos seres que escenifican la escritura como forma de vida, Gabo, dijo alguna vez de su condición que “nunca ha hecho otra cosa en su vida que escribir historias para ‘hacer más feliz la vida a un lector inexistente’, sin más ‘arsenal’ que dos dedos y 28 letras del alfabeto”. Como prueba de esa forma de vida, también le he leído “del encierro de 18 meses para escribir la novela, de las dificultades económicas que pasó con su familia en esos meses en que vivieron al fiado, teniendo a veces que dejar de comer para comprar las resmas de papel que Gabo, obsesionado con la nitidez de la página mecanografiada, gastaba en cantidad”, según narra Gioconda Belli de sus notas de la inauguración del IV Congreso Internacional de la Lengua Española de marzo de 2007 en Cartagena. Sólo estos ejemplos no muestran la generalidad de los escritores, en este caso no importa si conocidos o famosos o no, pero me dicen que ese llegar hasta allá requiere de esfuerzo, tesón, dedicación y, obviamente, una alta dosis de decisión. A pesar de esa gran carga, sigo creyendo que quien quiera decir algo debe escribir, como Whitman sostenía: “...todavía le digo al ejército de los ilegibles, por el amor de Dios, hagan lo que puedan para escribir de modo que podamos obtener al menos algunos indicios sobre lo que ustedes tratan de decir”. Tal vez ser un “part-time writer” (como diría mi profesora de inglés) sea una solución apropiada para mi condición, pero sí me queda en el tintero cada vez que a escribir me atrevo, que pude haber escrito no sólo más sino mejor, si hubiera... (y aquí aparecen muchos participios) revisado, dedicado más tiempo, corregido, vuelto a leer, etc. Sin embargo, es cada vez más el conjuro de todos los fantasmas que me rodean lo que me hace poder seguir escribiendo, así sean notas como ésta que sólo muestran la desolación de quienes, como yo, añoramos ser escritores de tiempo completo. Poeta colombiano. Líbano, Tolima. Letralia, tierra de letras.
Ilustraciones: Pinturas de la artista caucana Clara de Valdenebro www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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Tres sueños de pincel
Nacieron para crear y el arte es su esencia
Por SANDRA PATRICIA LOMBANA MIRANDA EL NUEVO DÍA
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on muchos los que pintan, pero pocos los que lo hacen bien y con pasión. Los verdaderos artistas son aquellos capaces de poner a pensar, soñar y hasta reír a través de unas cuantas pinceladas y colores que traspasan el alma. Así son Diego Fernando Céspedes Díaz, Luis Felipe Cifuentes Céspedes y Luis Fernando Bautista, artistas tolimenses que propenden porque el legado del maestro bumangués Jesús Niño Botía no se pierda. Estos pintores, que como dicen ellos nacieron para crear y el arte se convirtió en su esencia, están más unidos que nunca, no sólo para continuar con la labor que hace más de 20 años inició Niño Botía, sino para engrandecer el movimiento artístico de la Ciudad Musical. Para ello, han continuado una rigurosa preparación académica tanto autodidacta como con el artista plástico Julio César Cuítiva, quien se refiere a sus 'pupilos' como unos exponentes del arte figurativo. “Son unos
jóvenes juicios, responsables y constantes, con una sensibilidad a flor de piel, que ante la carencia de espacios de formación decidieron unirse para sacar a flote el taller de Niño Botía y así contribuir a la formación de las nuevas generaciones”. Y es que tras el fallecimiento de su maestro Fotos Helmer Parra / EL NUEVO DÍA Botía, Diego Céspedes y Luis Bautista heredaron Cerca de 15 estudiantes reciben asesorías en El legado del maestro Botía. su tesoro más preciado: la escuela de arte ubicada ser un fiel amante de la pintura y demostrar como lo en la calle 10 con carrera Décima. haría un 'torero en el ruedo': entrega y decisión. Institución a la que han denominado El legado del “En este momento tenemos alrededor de 15 estumaestro Botía, donde el único requisito de admisión es diantes, les enseñamos sobre historia del arte y la téc-
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nica”, comentó Diego Céspedes al indicar que están elaborando un programa para impartir clases también a niños. Aunque por ahora su interés es sostener la academia, esperan que un día no muy lejano ésta se pueda convertir en una facultad de artes plásticas. “Nosotros queremos que sea un espacio para el aprendizaje”, explica Céspedes recordando que el maestro Niño Botía, quien falleció hace más de un año, a causa de un infarto, además de enseñarles a amar la pintura y el dibujo les dio responsabilidades, como fue nombrarlos durante un par de años monitores y ayudantes que le dirigían los alumnos nuevos”. Luis Bautistas, por su parte, anota que “Niño Botía no solo nos compartió sus conocimientos sino su amistad. Él fue nuestro maestro y amigo”.
Crítica con humor
Situaciones de la vida cotidiana, como fiestas y cocteles, inspiran el trabajo creativo de Luis Felipe Cifuentes, de 22 años, el más joven de los tres talentos descubiertos por Niño Botía. Sus obras están cargadas de un simbolismo capaz de sembrar en el espectador una sensación de cercanía, a tal punto de hacerle sentir que es el personaje de la pintura. Observar sus creaciones causa un efecto en momentos indescifrable, pues no es fácil explicar esas emociones que se apoderan de nuestros cuerpos y que al final
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dibujan una gran sonrisa en los rostros. “Con mi trabajo lo que espero es enfrentar al público a una obra poco pretenciosa, en el sentido de mostrarse como gran arte, sino que toda la gente pueda apreciarla sin estar obligado a tener conocimientos de arte, porque de lo que yo hablo es de las relaciones sociales a manera de burla; lo que pinto es gente muy elegante en sus cocteles interactuando, pero más pendiente de lo que dicen y hacen los demás”, expresa. Para lograr este efecto, el autor recurre a imágenes con cuerpo de hombre y cara de animales, por eso es común ver exhibidos óleos de personas muy elegantes con trajes impecables, cuyos rostros son de lobos, leones, cerdos, cabras, ranas y calamares, entre otras criaturas, con una personalidad muy definida. “Es una critica y una burla. Todo comenzó como un sentimiento de malestar cuando estaba en un evento que me llevó a decir esto es una carnicería, una bestialidad, al ver como los invitados sólo iban a ‘pelar’ del prójimo”, recordo, luego se dio cuenta que esta situación de desagrado se podía convertir en algo positivo en el campo artístico. Es así como desde el 2007 plasma esos personajes picarescos, a A punta de carboncillo, Luis Felipe Cifuentes hace el boceto de un nuevo proyecto creativo. través de una propuesta irreverente para algunos y al mismo tiempo bella e interesante para otros. bachillerato. Su gusto por las artes lo llevó a tomar claSus dibujos han sido apreciados no sólo en ses en 2005 y 2007 con el maestro Alfredo Araújo SanIbagué sino en Bogotá, para ser más exactos toyo, en la Academia de Arte Fábula, de la capital de la en la galería Fábula, donde participó en 2007 República; en 2006 en la Escuela Nacional de Caricatura con una muestra individual rotulada Coctel de con Nicolás Uribe Benninghoff, y al regresar de nuevo a Cocteles, luego de haber participado en expo- su ciudad natal retomó sus clases en el taller del maessiciones colectivas desde el 2005, en este y en tro bumangués, donde hoy ha conformado un equipo otros recintos culturales. con Luis Bautista y Diego Céspedes. De acuerdo con Luis Felipe Cifuentes, el segundo de dos hijos fruto del amor de Luis Ci- Entrega total al arte fuentes y Pimpe Céspedes, su formación con “Soy un pintor que quiere ser artista, que durante Niño Botía, arrancó en el 2004 al concluir su mucho tiempo ha estado investigando y que ahora está
En el taller, Diego Céspedes da las últimas pinceladas a las obras que espera exhibir en diciembre en el MAT.
Desde hace seis meses, los tres ‘pupilos’ de Niño Botía están preparando una muestra colectiva que exhibirán en el Museo de Arte del Tolima, y cuya curaduría estará a cargo de Julio César Cuítiva. La exposición integrada por cerca de 30 obras que representa su trabajo constante se colgará a partir de diciembre. Aunque sus autores prefieren no anunciarla hasta no tenerla culminada y rotulada, lista para ser apreciada por el pueblo ibaguereño y visitante, se puede considerar de antemano que dará mucho de que hablar. www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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encontrando su camino”; con estas palabras se define Diego Fernando Céspedes Díaz, de 32 años, un hombre que comparte su vida entre dos amores: sus padres, José Milciades Céspedes y Judith Díaz, y el arte. Céspedes Díaz quien desde temprana edad se inclinó por la pintura, no sólo se conformaba con dibujar en sus cuadernos, sino que se preocupaba por consultar y leer cuanta información sobre el tema llegaba a sus manos. Así se fue familiarizando con las obras de grandes artistas clásicos y contemporáneos entre ellos Velásquez y Francis Bacon. Este ibaguereño, que manifiesta es amante del arte expresionista, conoció a quien se convirtió en su tutor, poco después de concluir el bachillerato mientras pintaba un mural en el colegio Germán Pardo, donde estudió. Hasta allí, Niño Botía llegó a solicitud de una amiga en común, que gustaba de las creaciones que el joven lograba efectuar con tan solo el conocimiento adquirido empíricamente. Según recuerda, ella en repetidas ocasiones le había hablando de la academia de arte y lo invitaba, pero él se abstenía por falta de presupuesto, por ello sólo hasta que Botía lo buscó se conocieron. “El maestro fue y le llamó la atención mi trabajo, así que me invitó a vincularme a su proceso académico, en principio me rehusé porque no tenía dinero para pagarle, así que él me ofreció una beca”, expresa con una sonrisa algo melancólica, al manifestar que es lo mejor que le ha pasado. “Niño Botía veía el talento y lo apoyaba porque era una persona muy generosa. Él me enseñó el amor y la pasión por la pintura”, enfatiza.
“El arte hay que tomárselo con la seriedad de una profesión, en el sentido que hay que trabajar con constancia y rigurosidad”: Luis Cifuentes.
Sus obras
Aunque en el taller son escasas las obras que se pueden admirar y disfrutar de Diego Céspedes, pues la mayoría están adornando las salas, habitaciones y oficinas de sus clientes, las pocas existentes y que aún están por concluirse encantan y conmueven. En efecto, las imágenes tienen fuerza, dinamismo, pero sobre todo representan el interior de cada individuo, ese que hoy se ha olvidado de su esencia, resultado del consumismo y la dependencia de las máquinas. “La temática que más me gusta es la urbana, es decir, hago personajes urbanos creando unos ambientes que hablen del interior, como de la soledad que producen las grandes ciudades”, indica al preguntársele sobre sus motivos de inspiración. Los matices que emplea en sus pinturas crean unos
ambientes que representan hostilidad y en otras oportunidades otros mundos. En sus cuadros no es fácilmente identificable el sitio, espacio, ni siquiera en que hora del día está el personaje, es un universos donde no hay nada preciso, que lleva a entender que su creador está en un momento de liberación.
El arte es pasión
Hablar de Luis Bautista, de 29 años, el último de esta terna creativa, es referirse al arte considerado como una pasión, como esa energía que alienta a emprender con- Luis Fernando Bautista asegura que el arte figurativo le permite trasmitir el sentir del ser humano. tinuamente un nuevo proyecto. abrió sus puertas, y porque cada vez más jóvenes están toSu historia con el arte se dio en 1998 cuando proveniente de mando el arte con seriedad. Natagaima se radicó en Ibagué, e inició sus estudios de dibujo En una visita que EL NUEVO DÍA hizo a El legado del arquitectónico en la Universidad del Tolima. maestro Botía mientras Bautista guiaba a sus alumnos, pudo Para su fortuna, al poco tiempo se abrió en la ciudad un observar algunas de sus creaciones, entre ellas La Melanconcurso de murales, actividad en la que sin pensar dos colía, una obra con gran valor sentimental, al representar un veces se postuló, contando con la asesoría de Niño Botía, suceso que involucra también a su esposa. artista que había descubierto sus habilidades. Esta pintura, quizás una de sus favoritas, condensa la “Ese mural está ubicado en el campus universitario, en él esencia de su trabajo, en el que busca la mayoría de las evoqué la multitud que existía en el centro de la ciudad”, reveces dejar evidencia de la vida cotidiana de cada individuo, cuerda al explicar que su paso por la escuela de su Maestro ha sido, es y seguirá siendo una etapa importante en su vida desvelando su parte psicológica. El dolor, la tristeza y la alegría, son algunas de las emopersonal, laboral y profesional. Bautista, quien hace más de seis meses comparte su ciones que se logran palpar en sus cuadros, en los que la vida con su esposa María Priscila Ríos, asegura estar muy figura humana es vital, y que ha cristalizado en cuadros de satisfecho con el ambiente artístico que se está gestando en diversas técnicas y tamaños, así como en murales que adorla capital tolimense desde que el Museo de Arte del Tolima nan diferentes espacios.
Esos talentos tolimenses aseguran que con el maestro Niño Botía adquirieron la técnica, mientras que con Cuítiva buscan liberarse, experimentar cosas nuevas, y sobre todo han entendido la importancia de saber qué está pasando con el arte. www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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> POESÍA
Mario Benedetti Escritor uruguayo. Q. E. P. D. Táctica y estrategia Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé cómo ni sé con qué pretexto pero quedarme en vos mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos mi estrategia es en cambio más profunda y más simple mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites
ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo
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EL CUENTO
Cuentometraje
—pretexto para fundar cinco imágenes— Por Alejandro Arciniegas Alzate* La escena ocurre conforme a un desarreglo en la conciencia del sujeto que la encarna. Los analistas emplean el término psicosis para designar los movimientos alterados que ejecuta una mente fuera de la realidad. El personaje va caminando por una calle a las cinco de la tarde. La cámara lo sigue por detrás en un primer plano cerrado sobre los hombros, el cuello y la cabeza. La cámara debe repetir el ‘tumbadito’ del hombre; el movimiento desacordado que producen los pasos cuando uno va caminando. El personaje voltea la esquina de la casa en la que vive con su novia. He conocido sicóticos y muchos tienen obsesión por la línea recta. Los he visto dibujar cuando están ansiosos. El
Hagamos un trato Compañera usted sabe que puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles
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pentagrama y la cuadrícula son sus favoritos. Imagine que la inteligencia haya trazado una retícula en el cerebro sobre la cual aparece el mundo percibido. Cuando el trastorno hace presa en el sujeto y la agitación sicomotora va en aumento, ese conjunto de las apariencias sensuales amenaza desbordar los límites dispuestos por la mente. Ej: el colorete de una mujer se corre desfigurándole la cara. La recta significa un deseo manifiesto de ordenar. Es el regreso de todo lo inconexo a una estructura definida y regular.
Por eso, cuando el personaje voltee sobre sus pies para alcanzar la cuadra en la que vive con su novia, la cámara se detiene un instante sobre el paisaje que deja la ausencia del sujeto en la pantalla y -acto seguido- ejecuta un giro más o menos rápido, más o menos brusco, cerrando un ángulo de 90°. El personaje vuelve a la pantalla. A partir de entonces ha de mantenerse estático el encuadre. Empuja la puerta; arrastra con el pie una caja de herramientas que está en el corredor; le pone un pie sobre la tapa mientras saca una pipa del canguro que tiene en la cintura; prende un fósforo y le mete dos pitazos bien calados expulsando afuera todo el humo. El personaje se agacha, abre la caja, toma un destornillador y empieza a desprenderle una por una las bisagras a la puerta; la coge con las manos y la tira en el jardín. Arranca unas begonias, las siembra en unos tenis y los pone con cuidado en una mesa. Atraviesa el corredor; sube las escaleras que están a mano izquierda; la cámara lo sigue, entra al baño y enfocando la tina aparece una mujer, anémica, llevada, perdida. El personaje le arroja un Alka-Seltzer que trae en el bolsillo y luego otro; le arroja todos los que encuentra hasta llenar la tina de AlkaSeltzer y le dice: “borracha”. La escena se apresura. El personaje sale de la casa y echa a andar por la avenida, anochece, dobla la esquina y escucha carcajadas que provienen de alguna alcantarilla, se asusta y de acuerdo al cuadro clínico, también se desorienta. Y corre. Prefiere un taxi, lo llama con el dedo, el taxi para y lo conduce hasta la casa de su madre, entra, le pide plata, ella protesta, se para de la cama en una bata vuelta nada y con el pelo hecho un desorden busca la alcancía (marrano de barro que sirve para ahorrar monedas), la levanta con esfuerzo mientras su hijo encuentra coca cola en la hielera; se sienta con el cerdo entre las piernas y lo rompe a martillazos; agarra suficiente en un puñado y se lo mete a su muchacho en los bolsillos; él da un paso aparte, llega hasta la calle, va... y le alega al taxi “ estos hijueputas se ganan la vida fácil”.
*Escritor colombiano www.elnuevodia.com.co>Léalo.
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Gutiérrez Girardot: Ensayista
Por: José Hernán Castilla*
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afael Gutiérrez Girardot murió a la edad de setenta y siete años, el 29 de mayo de 2005. Hasta el presente la comunidad académica colombiana, y en general del mundo de lengua española, ha pasado casi inadvertida la pérdida de una de las figuras más representativas de su último medio siglo. Agudo intérprete de Hegel y de Nietzsche, de Hölderlin y Benn, pero también intérprete renovador del Modernismo, de Alfonso Reyes, Jorge Luis Borges, Antonio Machado y César Vallejo, se puede afirmar que, ya a fines de los años sesenta, la obra crítica de Gutiérrez Girardot había definido sus perfiles característicos. La elaboración de los fundamentos conceptuales de estos perfiles se puede seguir, con cierta facilidad, a partir de su primer escrito en 1948, relativo a José Ortega y Gasset, pero sobre todo con las contribuciones –más de treintaque, entre 1951 y 1955, realizó para la revista ‘Cuadernos Hispanoamericanos’ de Madrid. El contacto con la España franquista le significó la oportunidad de sumirse en un universo cultural del que, por provechoso que fuera, salió profundamente decepcionado. Salvo la suscitación del sociólogo Enrique Gómez Arboleya, o la lección filosófica de Xavier Zubiri “un antípoda de cualquier escrito de Ortega y Gasset”, el balance le resultó desalentador. La figura gesticular de Ortega se convirtió en el prototipo del intelectual hispánico, cuyas raíces las remontó a la contrarreforma. Si Gutiérrez Girardot no nos dejó una imagen plástica y vigorosa del Madrid de la época, al modo como la ofrece de Domingo Faustino Sarmiento en su célebre carta a José Victorino Lastarria, legó, en cambio, páginas fundamentales sobre la peculiaridad cultural hispana e hispanoamericana. La experiencia directa con la Alemania de Heidegger y sus lecciones, se convirtieron en fundamento conceptual de su polémica contra “las Españas”. Desde entonces, Gutiérrez Girardot se movió con seguridad entre tres mundos literarios e intelectuales: su nativa Hispanoamérica, España en forma ambivalente, y la cultura literaria y filosófica alemana de la ilustración al expresionismo. La actividad intelectual de Gutiérrez Girardot en Alemania se puede rastrear, o mejor, leer entre líneas, en sus contribuciones a las
revistas alemanas Merkur y Humboldt, y en las enviadas a las revistas colombianas Mito e Ideas y valores. Las obras que escribió en este decenio largo, a saber, La imagen de América en Alfonso Reyes (1955), Jorge Luis Borges. Ensayo de interpretación (1959), En torno a la nueva literatura alemana (1959), Nietzsche y la filología clásica (1966) y Poesía y prosa en Antonio Machado (1969), son la manifestación tempranamente madura de sus preocupaciones intelectuales. Esta producción estuvo acompañada por múltiples traducciones (las destinadas, por ejemplo, a la colección Estudios Alemanes que codirigió, primero, con Victoria Ocampo y, luego, con Ernesto Garzón Valdés), y también por la atención que le demandaba el expresionismo alemán y la fenomenología de Husserl y Heidegger. Durante este periodo, realiza el doctorado bajo la dirección de Hugo Friedrich en la Universidad Friburgo de Brisgovia, y desempeña los cargos de canciller y agregado cultural de la Embajada de Colombia en Bonn. A principios de 1966 fue trasladado “hacia la otra Colombia de siempre” con el cargo de traductor en el Ministerio de Relaciones Exteriores. En Bogotá, Gutiérrez ocupó algunas cátedras universitarias y, ante insuperables obstáculos procedentes de las directivas de universidades privadas, decidió retornar a Alemania. En 1968, publica en Medellín, su primer volumen de ensayos, El fin de la filosofía y otros ensayos, que pasó prácticamente desapercibido. Nada más natural, si se piensa que en el país la agitación universitaria, de cuño marxista-leninista, se lanzaba a la lectura emergente de libros, hoy sepultados en el polvo de los anaqueles, como los escritos sobre el subdesarrollo colombiano de Mario Arrubla o la introducción a la economía política de Álvaro Tirado Mejía, con los cuales se pretendía descifrar el enigma de la dependencia latinoamericana. Con el nombramiento como profesor titular de hispanística de la Universidad de Bonn en 1970, Gutiérrez abre la posibilidad de crear un espacio institucional para su “imagen de América”. Ésta, que había sido concebida “asiento de una Utopía”, es decir, “fundamento para orientar por el camino de la tradición occidental las reflexiones de los americanos sobre el porvenir”, tropezó con los vientos de la agi-
tación estudiantil alemana; más aún, con la imposición dominante de la llamada literatura del boom. El fenómeno sociológico del boom novelístico desplazó definitivamente los intereses de los lectores e impuso una recepción supeditada a una imagen de América Latina que comprometiera la Revolución cubana, la protesta social, el sufrimiento del indio y los avatares del mestizaje. Ante estos clamores externos, las Insistencias de Gutiérrez en “el largo proceso de la literatura hispanoamericana, iniciado por Andrés Bello y Domingo Faustino Sarmiento en el siglo diecinueve, planificado por José Martí y Rubén Darío y ya en la aurora del siglo veinte por José Enrique Rodó, y que por encima de las vanas disputas entre los ‘hispanistas’ y los ‘indigenistas’ continuó en Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña… entre otros más”, aunque esclarecedoras, fueron en esos años, para expresarlo con la imagen de Bolívar, “como arar en el mar”. Su voz que había hablado en su medio pulcro europeo y esa especie de exilio intelectual a que lo abocaron las circunstancias, se presentó a la opinión culta latinoamericana, ya a mediados de los años ochenta, salida de una fuente insospechada. Ciertamente, con Modernismo, (Editorial Montesinos, 1983), la contribución de Gutiérrez Girardot a la interpretación de la literatura latinoamericana, llegaba a su cima, sólo comparable a la que, en esos mismos años, desarrollaba el crítico uruguayo Ángel Rama. Pero fue sólo hasta 1976, con la aparición de su libro Horas de estudio, cuando Gutiérrez hace su presentación a las nuevas juventudes universitarias. La obra, que contenía sus más significativos ensayos, desencadenó un reconocimiento y viva admiración en círculos estudiantiles, que lo llevaron a impartir un seminario sobre el Prólogo a la Fenomenología del espíritu de Hegel en la Universidad Nacional y a pronunciar cuatro conferencias, recogidas en el libro Temas y problemas de una historia social de la literatura hispanoamericana (1989). Se puede conceder, a partir de entonces, que la figura controversial de Gutiérrez Girardot encarnó para Colombia el destino propio de la inteligencia hegeliana, que él había descifrado en su ensayo “Hegel y lo trágico”, vale decir, el “desti-
no” es dialéctico y polémico.“ El no querer reconocer este destino afirmaba en las últimas líneas de su ensayo o el querer suplantarlo con ejercicios formales y conformes al divorcio permanente en que vive el entendimiento, lleva a la inteligencia a los reinos sin compromiso, en los que ella misma pone en escena su comedia, y se disuelve y disuelve su moralidad, la justificación, pues, de su existencia.” El carácter polémico, la honda raíz política de su obra y la orientación humanística, derivan del compromiso radical de la inteligencia con la realidad histórico-política. Gutiérrez Girardot escribió para Colombia y, por ende, para el orbe del mundo de lengua española. La lengua española era, para Gutiérrez, una cárcel del espíritu contrarreformista, y los herederos usufructuarios de esa tradición habían postulado un culto inaceptable que regateaba a la modernidad los presupuestos radicales de que ella parte: Ilustración, reacción romántica y Revolución francesa son los pilares filosóficos históricos sobre los cuales se alza el monumento de la filosofía hegeliana y cuya comprensión desprejuiciada es el presupuesto de la actividad crítica. El examen serio de estos fundamentos y la observación de sus múltiples consecuencias para el mundo de lengua española, fueron el núcleo de su crítica amplia, esto es, de su obra de crítico literario, de crítico de la cultura, de sociólogo e historiador de la literatura, de traductor y, en fin, de creador literario. Fue Gutiérrez Girardot ensayista, en el sentido de creador e intérprete genuino de la lengua. Lo fue en el sentido del “Fragmento” 116 de Friedrich Schlegel, vale decir, en el sentido que capta la marcha ascensional de un movimiento del espíritu que fusiona los géneros, que poetiza la filosofía y hace reflexión filosófica de la poesía, que aspira a socializar la poesía y poetizar la sociedad. El arte del pensar filosófico es en él, el pensar práctico del arte poético. La crítica literaria fue para Gutiérrez, consecuente con esta veta ilustrada-romántica, “literatura que habla de literatura”. Su fidelidad a la tradición crítica schlegeliana y a la filosofía hegeliana que la soporta y crítica a su vez lo diferencia y lo distingue entre los creadores y ensayistas de la lengua española del siglo XX. *Ensayista colombiano
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