EZg^ Y^Xd ;b ¤jhe YZa {bW^id »Eh^¼ GZ\# Egde# >ciZaZXijVa c° )&.#(+, q ZY^iVYV edg :9>8>DC:H :a £igd GZ\# CVX# 9Zg# YZ 6jidg c° )*'#',% 8#J#>#I (%"+.(-&(&*") q 9^gZXidg/ ?dh =# B cYZo EJ7A>868>DC B:CHJ6A! :HE:8>6A>O696 :C :A 86BED 9: A6 H6AJ9 B:CI6A! >C9:E:C9>:CI:! EAJG6A>HI6! EGD;:H>DC6A N 9: DE>C>DC FJ: EGDBJ:K: A6 68I>K>969 »EH>¼
6xD M>>> q C° &)) q 9>8>:B7G: '%%,
E:G>D9>8D 9: 9>HIG>7J8>DC <G6IJ>I6
cdiVh n ejWa^X^YVY YZa bZh
VgX]^kd YZ ZY^X^dcZh VciZg^dgZh lll#eh^"Zadigd#Xdb#Vg
EH>8DAD<Þ6 9:A IG676?D $ >CK:HI><68>âC
EH>8D6CÛA>H>H $ 8AÞC>86
EDG ;:K7H:E C$ 8KIJEI L?BB7H" EIL7B:E L7H;B7 O EJHEI
EDG B7KH7 L7D?D7 L;H:;H7
PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN DE LOS RIESGOS PSICOSOCIOLABORALES
EL JARDINERO (**)
EN EL ÁMBITO DE LA ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL (A.N.S.E.S.)*
'$ ?DJHE:K99?ãD Los términos trabajo y salud no siempre han estado vinculados, recién con la aparición de la medicina científica empieza a conocerse la relación entre ambos. La primer monografía que se conoce respecto de este tema data de 1534, pero es recién a mediados del siglo XX, y como consecuencia del nuevo concepto de Salud, definido por la O.M.S, que se considera que todos los factores relacionados con el trabajo pueden causar enfermedades, lesiones o alteraciones de la salud. Esta nueva situación, va a suponer el reconocimiento de todas las condiciones de trabajo, tanto físicas, psíquicas o sociales; así como el desarrollo de técnicas de prevención, primarias – secundarias y terciarias, con el fin de preservar y recuperar el capital humano. El estudio de la relación entre trabajo y salud, ha permitido observar que, en toda actividad humana aplicada a la creación o producción de un producto o servicio, existen riesgos y consecuentemente la aparición de nuevas patologías laborales. Así, se define Riesgo Laboral como la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado del trabajo, entendiendo por esto último a las enfermedades, patologías o lesiones sufridas con motivo u ocasión del trabajo. Las legislaciones vigentes en la materia dividen los Riesgos Laborales por un lado en accidentes de trabajo y por otro, en enfermedades profesionales. Según la Ley Nacional 24557/95, capítulo III, artículo 6º, se entiende por accidente de trabajo a “...todo acontecimiento súbito y violento ocurrido por el hecho o en ocasión del trabajo, o en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar del trabajo, siempre y cuando el damnificado no hubiere interrumpido o alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo...”. Dentro del mismo artículo se consideran enfermedades profesionales, “... aquellas que se encuentran incluidas en el
listado de enfermedades profesionales, (...), el listado identificará agente de riesgo, cuadros clínicos y actividades...”. A nivel mundial, cada país tiene su propio listado de enfermedades profesionales, en concordancia con lo propuesto, a nivel general, por la O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo). Sin embargo, ningún país, incluye en los mismos estrés ni Burnout, por lo tanto, si no son considerados como Riesgos Laborales, tampoco serán tenidos en cuenta en las técnicas de prevención. Una investigación, llevada adelante entre marzo de 2004 y diciembre de 2005, en la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES),
($ ?DL;IJ?=79?ED 7$ :;I9H?F9?ãD :;B FHE8B;C7 La salud en general y la salud mental en particular, están íntimamente relacionadas con las condiciones, modos de vida y convivencia que son propios de un tiempo y un lugar determinados. Lo social, el discurso imperante, los conflictos que afectan a una sociedad determinada inciden generando específicas formas de padecimientos que como síntomas expresan ese malestar y son a la vez una demanda implícita que llama a dar respuesta. En Argentina, los años noventa se iniciaron en un contexto hiperinflacionario que elevó los niveles de pobreza. En el final de la déca-
###aV cZXZh^YVY YZ ZciZcYZg Z ^cXaj^g Va Zhig h n Va 7jgcdji! YZcigd YZa a^hiVYd YZ Zc[ZgbZYVYZh egd[Zh^dcVaZh! eVgV fjZ YZ ZhiZ bdYd! ejZYVc Xdch^YZgVghZ Xdbd G^Zh\dh aVWdgVaZh n edg ZcYZ! hZ ejZYVc ^beaZbZciVg eda i^XVh YZ egZkZcX^ c Va gZheZXid#Ç arrojó como resultado un alto nivel de estrés y Burnout en los empleados, (N= 3676, participaron en la muestra), pertenecientes a la Red operativa de dicho Organismo. La investigación, también permitió observar que estos resultados estaban asociados a particulares características de la actividad laboral desempeñada por esos sujetos. De los antes dicho, se desprende entonces la necesidad de entender e incluir al estrés y al Burnout, dentro del listado de enfermedades profesionales, para que de este modo, puedan considerarse como Riesgos laborales y por ende, se puedan implementar políticas de prevención al respecto. Este artículo propone un recorrido por la citada investigación y se centrará en las propuestas en materia de prevención primaria, secundaria y terciaria, derivadas de la misma.
da se inició un paulatino proceso de recesión que estalla en diciembre de 2001. En este contexto se habla de fracaso de un modelo neoliberal en lo económico y social, que además ha destrozado la conciencia social e individual. A partir de 2003 comienza un proceso de reconstrucción institucional, económica y social. Es en este sentido que el Estado recuperó su rol, transformándose en un Estado presente, activo, promotor y cuando fue, y es, necesario protector, definiéndose nuevas políticas públicas de Inclusión social en el marco de la responsabilidad social del estado. Estas políticas han sido asumidas en lo previsional por la Administración Nacional de la Seguridad Social. A través de nuevos programas de Inclusión social previsional se produjo una mayor sobrecarga de trabajo, 8DCI>Cå6 :C FÜ=$(
Alberto concurrió a la institución en la que trabajaba en ese momento; “vengo a pedir ayuda para mi hijo”, dijo. Hablaba de Juan, tenía 19 años y llevaba días encerrado en su casa. Había dejado el colegio, a sus amigos, todo. Su madre había fallecido de cáncer de mama hacía dos años. Luego Juan tuvo un neumotórax, enfermedad por la que perdió el pulmón derecho con solo 17 años; secuela poco probable si se recibe atención adecuada a tiempo.
6
l padre de Juan se le propuso que lleve a su hijo para atenderlo a la institución, pero dijo que no podía moverlo de la casa y que se niega a la posibilidad de un tratamiento psicológico. La institución me propone atenderlo en su casa, a lo que accedí. Alberto se haría cargo del tratamiento domiciliario. Era empleado municipal y jardinero en el barrio y aclaró no tener inconvenientes en el pago de los honorarios convenidos, ni la regularidad de las entrevistas. Juan vivía en la casa de su abuela materna, es el menor de tres hermanos; allí conviven su padre, su abuela, y su hermana del medio. La mayor vivía en pareja en las afueras de Bs. As.
Las primeras entrevistas fueron con el padre en la Institución para enterarme un poco más de la vida de Juan. Fue dificultoso charlar con Alberto, ya que era un hombre de pocas palabras, poco expresivo, tímido; por su discurso no parecía haber demasiados indicios, desde su punto de vista, que hablaran de cómo Juan había terminado en estas condiciones. Decía que Juan había tenido una niñez sumamente “normal”, sin ningún problema. Muchas veces lo ayudaba a realizar trabajos de jardinería, por lo que lo querían mucho en el barrio; además estaba en la secundaria cursando el industrial, practicaba deportes y se llevaba muy bien con su mamá, “era muy pegado”. La enfermedad de su madre fue repentina. Fue desmejorando y se murió, aunque nunca hablaron demasiado del tema con Juan. Sin más preámbulos, acordé una entrevista con Alberto para ir a ver a Juan. Llegué a su casa y me recibió la abuela María. Entré al living donde Juan estaba sentado de espaldas a la puerta. Me acerqué saludándolo con un beso pero él sin registrarme seguía mirando la televisión por lo que me senté detrás. Juan continuó de espaldas sin siquiera mirarme. Su aspecto era terrible: sumamente delgado, desprolijo, sucio, se le caía la baba todo el tiempo, tosía permanentemente y tomaba con su mano derecha el lado derecho de su pecho, sin poder mirarme. En esa primera entrevista Juan no sabía que una psicóloga iba a ir a verlo, ni sabía que el padre había consultado. No porque me lo haya dicho, sino porque le preguntaba y él respondía con la cabeza: si o no. ¿Qué había sucedido para que Juan estuviera en esas condiciones?, ¿por qué su cuerpo había tenido que ser despojado nada menos que de un pulmón, por qué ofrecía su espalda?, ¿por qué tanto silencio? Se sucedieron durante varias semanas entrevistas de este tipo, cortas, con señas, pocas palabras y balbuceos. Su padre había comenzado a adeudar el pago de los honorarios y ya no estaba tan atento a lo que sucedía con su hijo, pero aún así continué con el tratamiento. 8DCI>Cå6 :C FÜ=$)