AÑO XIV | Nº 153 | NOVIEMBRE 2008
PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA PUBLICACIÓN MENSUAL, ESPECIALIZADA EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL, INDEPENDIENTE, PLURALISTA, PROFESIONAL Y DE OPINIÓN QUE PROMUEVE LA ACTIVIDAD «PSI»
Periódico El Øtro del ámbito «Psi» (Reg. Prop. Intelectual nº 419.367) editada por EDICIONES El Øtro (Reg. Nac. Der. de Autor nº 452.270) C.U.I.T 30-69381315-4 Director: José H. Méndez
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POR SILVIA AMIGO
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AFECCIONES DEL SOMA, DEL CUERPO, DE LA COMBINATORIA NARCISISTA** La noción de cuerpo, para el psicoanálisis deudor de la enseñanza de Lacan, se cliva netamente de la biología. La adquisición de un cuerpo es producto de un largo y complejo tramado de operaciones identificatorias que pueden llegar a buen puerto o no arribar nunca a destino, dejando como consecuencia accidentes en la adquisición del cuerpo, que van desde su ausencia radical en las psicosis hasta diversas afecciones del soma, del cuerpo o de la combinatoria narcisista, para quien de algún fracaso parcial padezca.
P
ara referirnos al organismo preferimos utilizar el término soma, que alude a la desde luego imprescindible y deseable integridad genética y biológica, cuya base material jamás desconoció Lacan. Así lo testimonia su obra y sus presentaciones de enfermos en Sainte Anne, donde puede seguirse su preocupación por pesquisar cualquier trastorno somático (neurológico, genético, metabólico), intentando diferenciar estos casos de los causados por fracasos de la operatoria identificatoria con su correlato de las diferentes dificultades de la estructura del sujeto. Freud es sobre este punto ambiguo, oscilando entre considerar al cuerpo como algo dado a priori o tratarlo como una adquisición psíquica. No deja de tener relación esta ambigüedad con la que sobrevuela sobre la noción de pulsión. Sobre ese punto Freud es también vacilante, oscilando entre considerar la pulsión como un dato inicial ya dado u otorgarle el estatuto de una adquisición dependiente de la trama identificatoria que mencionáramos más arriba. El post freudismo tomó posición tajante, tirando por la borda la fecunda ambigüedad de Freud: para esas corriente cuerpo y pulsión están ya dados desde el nacimiento. Lacan desarrolla trabajosamente la noción de cuerpo. En los inicios de su enseñanza, con su “estadio del espejo” funda al cuerpo narcisista en la unificación de imagen que le presta el Otro en posición de espejo plano. Más adelante, advirtiendo la insuficiencia de esta inmensa contribución, agregará su teorización de espejo esférico, que proporciona la primera imagen preespecular, (si por especular consideramos al espejo plano) imagen real del cuerpo. Sobre el final de su obra, se apoya en las sucesivas reversiones teóricas para seguir los pasos de la adquisición de un cuerpo que no “reviente” ante el riesgo del acto. La adquisición del primer incorporal (asomaton, según los estoicos) cadaveriza el soma, dejándolo de lado para toda operación de inscripción psíquica. Este primer cuerpo o corpse resulta de la eficacia de la palabra de amor del Otro
sobre el cortex al que Lacan homologara al espejo esférico. Ningún cortex que no reciba la palabra de amor podrá formar una imagen del cuerpo. La atribución fálica funda al sujeto por venir, cayendo como resto no dialectizable por el falo el objeto a, que objeta el entero de esta identificación al falo. Este amor del Otro es prenda de fundación del primer cuerpo, dejando al soma fuera de juego para el psiquismo.
ingresar pues goce en los bordes del recién formado cuerpo. Goce de este significante, goce paradojal, “fuera del cuerpo”, organizado alrededor del vacío que cierne ese significante. Goce que bordea el objeto alrededor del cual se acomoda, envolvente, el primer cuerpo, incorporal, asomaton. El soma o cuerpo biológico, base material sobre la que asienta lo real de la vida, queda afuera para el psiquismo desde el momento en que la identificación primaria –al Padre primordial, Falo como recta infinita que penetra el soma– lo pone fuera de juego, lo mortifica, lo corpsifica (1), dejando en su lugar una imagen –no una materialidad, pues–ahora sí, “corporal”. Este movimiento produce, junto con la Bejahung del falo, la Ausstosung a lo real del objeto a. Esta primera aparición del cuerpo no es aun especular, pero ya es pulsional, y constituye un narcisismo primario.
La adquisición de un cuerpo es producto de un largo y complejo tramado de operaciones identificatorias que pueden llegar a buen puerto o no arribar nunca a destino, dejando como consecuencia accidentes en la adquisición del cuerpo Esta formación de corpse es solidaria de la primera identificación, producida justamente por amor al padre. Por la eficacia de este amor en el Otro, el goce fálico se detiene ante el infans, permitiéndole a éste incorporar como esencia ausente del cuerpo al vacío mismo del desistimiento de goce. Ahí donde el Otro detiene su goce sobre el niño, queda éste habilitado de gozar del objeto que siente como parte de sí mismo y que el Otro, que en principio lo provee, permite que sea usado (y esto es muy temprano) como objeto de un juego de fort-da muy precoz, muy anterior al juego del carretel de los ocho meses, visible por ejemplo en el apartamiento lúdico del pecho del lactante durante el amamantamiento. Este juego es aceptado por el Otro si en el él late el amor que permite el momentáneo apartamiento del gozoso encuentro. El primer incorporal, imagen real del cuerpo, toro revertido o trique, se acomoda envolviendo el objeto de la pulsión, Trieb que ve la luz en este mismo tiempo lógico. El goce expulsado se intentará recuperar en los bordes del cuerpo recién advenido. He aquí la identificación a lo real del Otro real. El falo, significante que resta como traza de la primera identificación, hace
Este primer cuerpo es inestable, precisándose para estabilizarlo el logro de una doble consistencia. El espejo plano, otra función del Otro, otorgará una imagen narcisista del cuerpo imagen real. La segunda identificación, a lo simbólico del Otro real, deja como eficacia al significante S1, que traduce en términos exquisitamente singulares al falo significante. Este S1 hace, recién una vez inscripto, que el objeto alrededor del cual se estructurara el cuerpo en forma envolvente, se pierda en el Otro. Por esta razón no aparece en la superficie del cuerpo narcisista en el espejo plano, en el Otro. Inscripto este significante, el objeto puede unarizarse, perdiéndose especificado como objeto parcial oral, anal, escópico, invocante. Lacan muestra topológicamente esta segunda operatoria como el enlace del toro del Otro sobre el del sujeto, revirtiéndose éste, apareciendo inauguralmente una doble consistencia para el cuerpo. El Otro encapulla, envuelve al trique del sujeto. Es por la eficacia de la segunda identificación, al trazo unario, que esta imagen real se refleja en el Otro como cuerpo especular, la del narcisismo secundario. (CONTINÚA EN PÁG.5)
POR GISELDA BATLLE
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DE ESO NO SE HABLA... ESO SE MUESTRA** El padre se queda dormido,,y ve aparecer la imagen de su hijo que le dice: -Padre ¿Acaso no ves que ardo? (Sigmund Freud)
E
n nombre de un grupo de padres de la cooperadora de un colegio secundario, se acerca el padre de Agustín al Hospital. Solicita en forma urgente la participación de profesionales en relación a dificultades que atraviesan los jóvenes de ese establecimiento: un suicidio el año pasado y el temor a que esto se repita, embarazos, y el consumo de drogas. La imposibilidad de dar lugar a esta demanda precipita en José la consulta por su hijo de 16 años. Agustín es un joven de contextura pequeña y delgada. Se viste totalmente de negro. Su pelo es de un corte y teñido desparejo. Su tez muy blanca. Sus ojos pintados y sus uñas largas pintadas de negro. Lleva anillos en sus manos. De hablar suave y de un andar entre femenino e inconsistente. Su presencia llama a la mirada del Otro. Mirarlo produce cierto horror, un efecto de siniestro. Agustín en la primer entrevista dice: “fui a un psicólogo el año pasado, no tengo interés en venir, lo hago para evitar problemas, mis padres me insisten desde hace tiempo. Mi viejo jode con el deporte, le digo que no, que el deporte me desagrada. Conmigo no puede realizar su proyecto de chico diez”. Le pregunto por las cosas que le interesan y dice: “el arte, la música, la literatura, el cine...escribo... pinto. Me interesa la Bauhaus, como se enseña allí, me puse a investigar.” En sus comentarios escucho como que no tiene los “elementos” como para realizar estas inquietudes. Comenta: “no hay cosas que me molesten de mí, aunque siempre estoy un poco en mi mundo... en mi casa, en mi cuarto, me quedo ahí para que no me molesten. Me molesta mi vieja, no le gusta como me visto... A mi viejo le molesta, pero tiene otra forma de decir las cosas, de no decir las cosas”. Le pregunto si no dice las cosas: “...No las dice en el momento, espera el momento... Mi madre no busca entender a la gente, la juzga. No le gusta como me visto, los lugares donde salgo, con la gente que me junto, la música que escucho”. Le digo que quizás ella no se da cuenta que cada uno es personal en sus cosas..... “obvio” , dice. “Mi hermana siempre fue la inteligente, yo era el más tonto por llamarlo de alguna manera”. A través de mis intervenciones, le hice saber que quizás él se buscaba por fuera del lugar que suponía que sus padres le asignaban, y que esto no era sencillo para él. En entrevistas posteriores dice de su madre: “Ella no me entiende, no me respeta. Todo lo que hago está mal. Siempre encuentra algo de que quejarse. Me molesta con el estudio, según ella me va mal, y no me va mal. Ella fue a un colegio de monjas, tiene un pensamiento católico. Estuvo internada en un colegio de monjas desde los trece años. Todos los años tengo cuatro o cinco materias bajas, me las llevé a diciembre, tenia dos previas, di una”. “A mi madre a veces la ignoro. Dice que no salga así vestido a la calle, que no me pinte los ojos:- sabés que no me gusta, me lo haces a propósito”. Continua: “Lo mío tiene que ver con el arte, la literatura, ciertos escritores: Poe, Lovecraf...Todo lo que tenga que ver con el vampirismo, el misterio, el cine bizarro, Bela Lugossi, las iglesias, imágenes de santos, ángeles , cementerios, cruces, con la moda gótica. Poe es oscuridad, negro por la oscuridad y la muerte. Es un pensamiento de la Edad Media, pero sin religión. La vida es sufrimiento y la muerte como esperanza. El sufrimiento como algo real, que existe como algo necesario, no separado de mí. Existen las cosas necesarias. Es necesario el desequilibrio. La belleza es apreciable porque hay poca. Las tragedias son (CONTINÚA EN PÁG.3)