AÑO XV | Nº 155 | MARZO 2009
PERIÓDICO DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA PUBLICACIÓN MENSUAL, ESPECIALIZADA EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL, INDEPENDIENTE, PLURALISTA, PROFESIONAL Y DE OPINIÓN QUE PROMUEVE LA ACTIVIDAD «PSI»
Periódico El Øtro del ámbito «Psi» (Reg. Prop. Intelectual nº 419.367) editada por EDICIONES El Øtro (Reg. Nac. Der. de Autor nº 452.270) C.U.I.T 30-69381315-4 Director: José H. Méndez
notas y publicidad del mes
> Psicoanálisis > Observaciones
POR SARA MOREO
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> Acompañamiento Psicoterapeutico
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ACERCA DEL FILM DE GREENAWAY “ESCRITO EN EL CUERPO” El film de Greenaway “ESCRITO EN EL CUERPO” está inspirado en un texto clásico japonés, el “Libro de Cabecera de Shei Sonagon”, una cortesana del siglo X que así documentó su vida. El film se inicia con un ritual que el padre de la protagonista instaura en su cuarto cumpleaños y que se repetirá en los subsiguientes: inscribe en la cara de la niña las marcas significantes que delimitan su goce y aquellas que la nombran. Igualmente el padre firma con su nombre la espalda de la niña “para darle vida”. Dice: “Cuando Dios hizo el primer modelo en arcilla del ser humano le pintó los ojos, los labios y el sexo. Luego pintó el nombre de cada persona para que el dueño no lo olvidara. Si Dios aprobaba su creación le daba vida al modelo de arcilla firmando su propio nombre.”
L
a secuencia con que se inicia el film alude al baño de lenguaje a que es sometida la criatura humana. Todo cuerpo, humano, es lugar de una escritura: marca primera del rasgo unario donde se ubica el sujeto y que, operando como un tatuaje, vacía el cuerpo de goce y erogeiniza sus bordes, donde se aloja el objeto. La Cosa es abolida y al mismo tiempo preservada en su contenido en el símbolo que la pone como Uno, la reduce a un rasgo unario designado por su marca significante. Ese Uno de la cualidad, (en la Teoría de Hegel, citada por Zizek) es lo que Lacan llama “el Significante puro, Significante sin Significado”, que sólo se refiere a su pura unidad conceptual y cuyo único contenido es el vacío. Este vacío, el significado del Uno, es el sujeto del significante. El Uno representa así al vacío, al sujeto, para los otros significantes. Sólo sobre la base de aquel Uno de la cualidad se llega al Uno de
letra que es negación del objeto por la inscripción del rasgo unario, cuenta como pura diferencia: es aquello que se repite, que no se traduce, que no significa nada. Se trata de otro caso ejemplar de aquel significante puro, el S 1, que no hace metáfora sino que designa, dice Miller, la verdad del goce del sujeto.
...Todo cuerpo, humano, es lugar de una esubica el sujeto y que, operando como un tatuaje, vacía el cuerpo de goce y erogeiniza sus bordes, donde se aloja el objeto.”
...Estar fuera de sentido es la característica que Lacan atribuye al objeto a.”
la cantidad como primero de una serie de conteo y el vacío queda convertido en cero. Aquel significante, primero de una serie, S1, representará al sujeto para otro significante, S 2. En el film, lo “escrito en el cuerpo” por el padre de la niña es también el Nombre Propio, algo del orden de una marca que es borramiento del objeto que está en su raíz, superpuesto a él tanto más estrechamente cuanto que falto de sentido. El Nombre Propio,
A partir del Seminario XIX Lacan introduce los nudos, en especial el nudo borromeo, que desarrolla ampliamente en los Seminarios XXII y XXIII. Allí quedan equiparados los tres registros: Real, Simbólico e Imaginario, cuyo anudamiento constituye la estructura. Al final del Seminario XXII introduce un cuarto término que estabilizará el anudamiento de las tres consistencias: el Nombre del Padre. No se trata del Padre que crea
POR SILVIA M. AZPILLAGA
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DE LOCURAS PÚBLICAS
Trabajar con familias disfuncionales acarrea sus problemas, sino del Padre que nombra: “Para mi nudo, la nominación es un cuarto elemento…La nominación es la única cosa que estamos seguros hace agujero”, dice Lacan al final de R.S.I. El Nombre del Padre, a esta altura de su enseñanza, es también un S1, que no produce sentido sino articulado a otro significante, un S2. Estar fuera de sentido es la característica que Lacan atribuye al objeto a. S 1 y a están en un lugar homólogo de la estructura, tema que Miller trabajará en “Los Signos del Goce”. Se ve en la enseñanza de Lacan, dice Miller, la articulación de S 1 y a en relación al S , sujeto del significante y sujeto del goce. En este doble valor del sujeto se articulan alienación y separación, síntoma y fantasma. Para esta articulación de S1 y a Lacan introdujo una sola escritura, - , escritura de una letra que es la del sinthoma. Que la interpretación del síntoma sea posible se debe a que está él mismo referido a la escritura, articulado en
critura: marca primera del rasgo unario donde se
Finalmente el padre firma con su nombre la espalda de su hija, ”para darle vida”. La función del Nombre del Padre inscribe así a la niña en la ley simbólica.
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“un proceso de escritura”. La escritura es asunto de significante diferente de los efectos de significado. Se refiere a un ciframiento de goce de la letra, no al significado del significante. La letra es significante atrapado en otra parte que en su función de producir significaciones. Lacan busca captar el inconsciente como un saber que consiste en el ciframiento: se trata de gozar del inconsciente. El goce está en el ciframiento, que sólo cede ante el goce del desciframiento. El mismo día en que se cumple aquel ritual, la niña ve a su padre, un maestro calígrafo, sometido sexualmente por su editor y oye a su tía hablarle de un texto clásico japonés, el “Libro de cabecera de Shei Sonagon”. La niña crece. Quedará ligado en ella el goce sexual con el goce de la escritura: es ésta la que despierta su cuerpo al erotismo. En memoria de su padre decide tener amantes que (CONTINÚA EN PÁG.5)
sabemos quienes lo hacemos que muchas veces pensamos, y también decimos, que está peor la familia que el paciente. También sabemos que el paciente y su familia son un sistema que tiene su propio equilibrio interno y que, en caso de mover alguna pieza en el tablero de ajedrez, esto tendrá sus consecuencias, no sólo en la posición de los otros sino en el resultado final de la partida. TRABAJAR CON Y EN INSTITUCIONES… TAMBIÉN. Hace muchos años que trabajo en Instituciones del Ambito Público desde mi lugar de Directora de una Institución que cuenta con una Escuela de Acompañamiento y como coordinadora de la tarea clínica del acompañamiento. Voy a traer algunas semblanzas que permitan ilustrar, (lo poco ilustrado? O ilustre?) , cómo las locuras del sistema, o de los profesionales que lo integran, enloquecen a los que, supuestamente son asistidos por ellos para propiciarles tratamientos terapéuticos. Gran parte de mi labor como coordinadora de acompañamiento está ligada al Ámbito Forense. Los Juzgados (entiéndase los de Familia y no los Penales), intervienen en situaciones de internación psiquiátrica o Juicios de Insanias o Inhabilitaciones en los casos en que me ocupo. Se trata de pacientes con cuadros de psicosis u otras discapacidades psíquicas, para los cuales la intervención de los Juzgados implica el resguardo del paciente y sus bienes. En el ABC de la Familia del Discapacitado, del Dr Cárdenas y otros, dice: La ley y aquellos que están encargados de aplicarla – los jueces, los defensores o asesores y los abogados - buscan ante todo que la persona con discapacidad mental, en la medida de sus posibilidades, se valga por sus propios medios y se incluya, con el apoyo de su familia, en la sociedad. Lo dice expresamente el Código Civil: “La obligación principal del curador del incapaz será que recobre su capacidad” (art. 481). De ahí que, en los casos que he de exponer, el trabajo se realiza a través de equipos interdisciplinarios en los que participan profesionales del área de Salud, Forense y en éstos se integra la tarea de Acompañamiento que coordino. Los dispositivos para el acompañamiento se acuerdan con la participación de dichas áreas y el objetivo se establece a partir de dicho acuerdo. 1. El paciente estaba internado en un Servicio de un hospital psiquiátrico de crónicos. Los responsables de su tratamiento eran una psicóloga y un psiquiatra que, dicho sea de paso, no acordaban en la dirección del tratamiento: la psicóloga propendía al alta y el psiquiatra a continuar con la internación. Para establecer los objetivos se reunieron en el hospital ambos con la Asistente Social del Juzgado y la AP (Acompañante Psicoterapéutica). El objetivo: encuentros entre el paciente y sus dos hijos pequeños, en casa de la madre de los niños (en la que había vivido con ella antes de su separación y posterior internación), quien convivía con su nueva pareja y un bebé de ambos. Dado que el paciente estaba en condiciones de viajar solo, se estableció que la AP se encontraría con él en la casa para participar de los encuentros. La tarea terapéutica estaba enfocada en el vínculo entre el padre y sus hijos. Para que el paciente saliera del hospital el psiquiatra se comprometía a dejar cada semana (la salida era el sábado) la Orden firmada para regular las salidas. Desde el primer encuentro hubo problemas: la orden no estaba, no se encontraba, el paciente no podía salir a causa de ello y los encuentros se frustraban: la (CONTINÚA EN PÁG.3)