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REFLEXIONES SOBRE
LAS HUELLAS
ADICCIONES
DE LA DEPENDENCIA Justicia Mayor: ¡Cómo! ¿Osáis incluir vuestro nombre entre las filas de la juventud, vos sobre quien el tiempo ha inscrito la palabra “vejez” con todos los caracteres de la edad? ¿Acaso no tenéis la mirada acuosa, las manos resecas, las mejillas del color pergamino, la barba blanca, las piernas flojas, el vientre hinchado? ¿No tenéis vuestra voz cascada, vuestro mentón doble y vuestro ingenio simple? Cada uno de nuestros miembros, ¿no rezuma ancianidad? ¿Y aún pretendéis llamaros joven? Ay, Ay, Sir John.
Héctor López*, psicoanalista, docente y también escritor, autor del libro “Psicoanálisis un discurso en movimiento” editado en 1994 por editorial Biblos, posteriormente en Setiembre del 2003, la Editorial Lazos publica otro libro de su autoría “Las adicciones. Sus fundamentos clínicos”, y en 2005 “Lo fundamental de Heidegger en Lacan”. Especializado en las cuestiones del mayor síntoma contemporáneo, las adicciones, nos interesa conocer los aspectos de su nueva re-edición del libro, próximo a la venta. H[if[Yje Z[ bW fh_c[hW [Z_Y_ d Z[ ik b_Xhe Adicciones… [ijW dk[lW h[# _cfh[i_ d" µYedj_[d[ W]h[]WZei5 En verdad es el mismo libro, en la medida que se trata sólo de una reimpresión. La editorial Lazos se decidió a encararla debido a que la primera se agotó rápidamente y el libro sigue siendo demandado, cuestión que no esperaba y que me sorprendió. Por otra parte me es requerido en los cursos y seminarios que dicto, pero estaba agotado hasta hoy. Por supuesto que luego de publicado este libro en 2003, he seguido publicando sobre el tema en Revistas u otros medios. Artículos que recuerdo ahora son “Intoxicación y criminalidad”, “Tóxicos sexolíticos”, “El goce de nada en un mundo feliz”, “El goce del cocodrilo y el sentimiento oceánico” y quizá otros que no recuerdo. Kij[Z Yedi_Z[hW gk[ [b fi_YeWd|b_# i_i j_[d[ \kdZWc[djei Yb d_Yei Z[ YkhW h[if[Yje Z[ bWi WZ_YY_ed[i$ µ9k|b [i ik fei_Y_ d h[if[Yje Wb [cXWj[ Z[ Y_[hjei i[Yjeh[i WZl[h# iei Wb fi_YeWd|b_i_i" [d [if[Y_Wb [b h[\[h_Ze W bW kh][dY_W o bW [ÓYW# Y_W" o [d [ij[ YWie" W bWi WZ_YY_ed[i fkdjkWbc[dj[5
Creo que el psicoanálisis es el único método que puede dar cuenta de sus fundamentos. Esa es la razón del título de mi libro. Los demás métodos no es que no puedan dar cuenta de sus fundamentos, sino sencillamente no los tienen. Son prácticas conductistas que ponen en el centro del problema al objeto, como si éste fuera la causa de la adicción. La propiedad química de la sustancia es a veces tan determinante, tan poderosa, que engaña a quienes tienen que pensar el problema de la adicción. Se genera una especie de “animismo de la sustancia” atribuyéndole condiciones morales de maldad. Freud dijo en cambio que el mal habita en el hombre, y que es el hombre quien puede volver “mala” cualquier cosa que toque. Es esta la verdad que aparece renegada en las curas de supresión y por eso cuesta tanto incluir al sujeto como objetivo y razón de la cura. La idea general es que la droga es un “paraíso artificial” como dijo Baudelaire, y que una vez conocido el sujeto es presa de un deseo incoercible de volver a visitarlo. Puras patrañas. Nadie se vuelve adicto si en su estructura psíquica no hay ya una tendencia a la satisfacción “por
cortocircuito”, esto es la evitación de la castración y el rechazo a la función del significante falo. Antes que “paraíso”, yo diría con Henri Michaux: “¿Qué había pues en ello de sobrenatural? Dejábamos tan poco de ser hombres…” Hay corrientes, siempre adversas al psicoanálisis, que se precian de resultados rápidos y eficaces. Una de ellas es la que trató a Maradona y lo convirtió en un figurín de TV. ¡oh milagro de la ciencia, decían! ¿Pero cuanto duró eso? No obstante, los psicoanalistas no deberíamos tomar posición irreflexivamente contra todo tratamiento que no sea psicoanalítico. Cambiar la droga por la religión, la heroína por la metadona, etc. son a veces los máximos logros a alcanzar y lo único posible para ciertos sujetos. Por eso todo debe ser considerado y evaluado en la particularidad del caso, como se repite, y es verdad. De todos modos cualquier tratamiento debería tener como eje al sujeto, no al objeto, y también deberíamos apuntar a la sustitución, pero no a través de objetos reales o imaginarios como la metadona y la religión, sino a través de amplificar el espectro de 8DCI>CJ6 :C E6<#'
Falstaff: Señor, nací hacia las tres de la tarde con una cabeza monda y un vientre bastante prominente. En cuanto a mi voz, la he perdido rezando y cantando himnos religiosos. Fuera de esto, no pienso justificar más mi juventud; lo cierto es que sólo soy viejo en juicio y entendimiento; y si alguno desea librarse de mí por mil marcos, que me los preste y ya me las arreglaré yo con él. (William SHAKESPEARE, Enrique IV, 2º parte, acto I, escena II)
En este trabajo trataremos de enfatizar la autonomía y la dependencia como factores antinómicos que caracterizan la relación de los adultos mayores con las sociedades occidentales. Si nos introducimos en el tema de la dependencia es necesario destacar que podemos ubicar distintos tipos. Hay diferentes modos de dependencia en los mayores y muchos están relacionados con cuestiones físicas o enfermedades orgánicas, o bien con circunstancias económico-sociales. Un abanico de cuestiones hacen que el adulto mayor sea un “dependiente”. ?$
Quizás lo interesante sería preguntarnos ¿dependencia a qué? Y esto va más allá del por qué. Es decir que podemos analizar diferentes niveles de dependencia; personal, situacional o interpersonal, de acuerdo a la teoría y metodología con las cuales nos acerquemos a la cuestión. Algunas aproximaciones enfatizan aspectos de esta dependencia más que otros. Sobre este punto podemos hacer tres consideraciones preliminares. En primera instancia, una persona puede ser considerada físicamente dependiente sin que exhiba dependencia psicológica. Ofreceremos de esto una viñeta. En el taller que coordinaba hace ya años, destinado a distintos centros públicos de jubilados, Julia, una mujer de 75 años, concurría a las reuniones acompañada por un familiar que la traía en su silla de ruedas, por un problema de movilidad. Sin embargo, interactuaba en forma activa durante las discusiones del grupo de trabajo. A partir de estas reuniones se generó la idea de una publicación, que fue llamada Crear en la tercera edad. El segundo número de esta revista reflejó el tema que se había estado tratando e investigando en las reuniones en las que participaba Julia, e inclusive en esa entrega se incluyó un artículo suyo, “Artemisa”. 8DCI>CJ6 :C E6<#-