Una experiencia pionera. El éxito de las series juveniles ya no sólo se mide en términos de audiencia, si no también en base a los seguidores que tengan en las redes sociales. Por esta razón, El Barco ha sido la primera serie española que ha optado por desarrollar episodios paralelos a través Twitter y hacer que los personajes interactúen con sus seguidores más allá de la televisión. Esta innovadora forma de seguir los capítulos permite a los fans conocer mejor a los personajes, hacerles preguntas e incluso descubrir ciertos enigmas planteados por los guionistas en exclusiva para la red. Actualmente, El Barco cuenta con más de 90.000 seguidores a través de Facebook y más de 5000 en Twitter.
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POR elsa moya y saul hernández FOTOGRAFÍA: manuel j. alcázar
Los continentes se han movido y los océanos han inundado la tierra. Se ha producido un nuevo Big Bang y los tripulantes de un buqueescuela parecen ser los únicos supervivientes en el mundo. Antena 3 y Globomedia producen El Barco, una nueva ficción de aventuras rodada en alta mar y para la que se ha recreado la segunda goleta más grande de España. La Academia embarca en el Estrella Polar
La tripulación y los alumnos del buque-escuela Estrella Polar se enfrentan, tras una tormenta no prevista en ninguna carta marítima, a un cataclismo mundial, un aparente fin del mundo provocado por un accidente en Ginebra durante la puesta en marcha de un acelerador de partículas. Aislados y conscientes de que sólo se tienen los unos a los otros, el barco pasará a convertirse en su único hogar. Los ingredientes están servidos: misterio, amor, comedia y acción, “pero por encima de todo aventuras –detalla Fernando González, director de El Barco– Hemos querido alejarnos del drama y reflejar un fin del mundo con tintes positivistas, lleno de esperanza y emociones”. “Es una serie que destaca sobre todo, por su originalidad”, añadió la actriz Irene Montalá. El equipo de El Barco, formado por más de 120 personas, rueda tres semanas en plató y una en Valencia, en alta mar, “algo que en televisión nunca se había hecho y que supone un alto riesgo”, señala Alex Pina, productor ejecutivo de la serie. Por esta razón, el plan de rodaje es algo especial y las previsiones deben estar hechas con suficiente antelación. Como explica Pina “tenemos que tener tres o cuatro capítulos escritos para viajar a Valencia, y en una semana, grabar todos los exteriores de esos episodios”. La semana se presenta cargada de temporales por lo que no paran de reunirse y consultar la predicción meteorológica marítima ya que es muy probable que tengan que cambiar todos los planes de grabación. El actor Mario Casas recuerda que en una ocasión mientras grababan en medio del mar, tuvieron que volver a puerto porque “el barco empezó a inclinarse totalmente“. Apunto de finalizar la grabación de los trece episodios de la primera temporada, esta serie coral “que habla de las relaciones humanas en una situación límite“, afirma Juanjo Artero, cuenta con una excelente calidad técnica, utilizando efectos digitales que simulan el mar tras las ventanas, en secuencias como el choque de un avión contra el mar, volcanes submarinos, remolinos, tormentas magnéticas o el ataque de aves marinas. Además, cuentan con una réplica del barco en 3D “para hacer los planos que serían imposibles de otra manera”, detalla el director el reparto de el barco (De izqda. a dcha. y de arriba a abajo): Luis Callejo (De la Cuadra), Iván Massagué (Burbuja), Irene Montalá (Julia), Juanjo Artero (Ricardo Montero, el Capitán), Mario Casas (Ulises), Neus Sanz (Salomé), Juan Pablo Shuk (Gamboa), Patricia Arbues (Valeria), Marina Salas (Vilma), Javier Hernández (Piti), David Seijó (Ramiro), Blanca Suárez (Ainhoa), Bernabé Fernández (Palomares) y Giselle Calderón (Estela)
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La tripulación del Estrella Polar habla del rodaje...
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... y de sus personajes
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El capitán, Ricardo Montero, (Juanjo Artero) tendrá que compatibilizar el mando del buque con su papel de padre y con un remolino de sentimientos que comenzarán a brotar en él. Contará con el apoyo de la cocinera, Salomé (Neus Sanz), una mujer protestona a la vez que maternal y de la científica Julia Wilson, personaje interpretado por Irene Montalá y del que la actriz destaca “la mezcla de profesionalidad y emocionalidad”. Ella es la única que conoce las causas y consecuencias de lo que está ocurriendo y se convertirá en un referente materno para la hija pequeña del capitán, Valeria (Patricia Arbues), narradora de la serie y quien confiesa memorizar los guiones repitiendo las frases una y otra vez con su madre. Entre los adultos se encuentran también De la Cuadra (Luis Callejo), el Primer Oficial y padre de Ulises, un hombre machista y algo amargado, y Burbuja (Iván Massagué), ayudante de la cocinera, quien quedó lesionado por un accidente de navegación. Gamboa (Juan Pablo Shuk) es el profesor de supervivencia y se convertirá en el principal antagonista del capitán Montero y de Ulises, ya que sospechan que esconde algo aunque desconocen que lo que dejó antes de embarcar es un cadáver “pero ni yo mismo se cuáles son los motivos en realidad”, bromea el actor Juan Pablo Shuck refiriéndose al reservado trabajo que llevan los guionistas de El Barco. Entre los jóvenes, Ulises (Mario Casas), un polizón rebelde y con madera de héroe, cuyo único objetivo a bordo es conocer a su padre; y Ainhoa (Blanca Suárez), la hija mayor del capitán, responsable y llena de vitalidad (“un personaje aventurero”, señala la actriz), sentirán una irresistible atracción a pesar de tener dos caracteres muy diferentes. Despreocupados y con ganas de pasarlo bien, los alumnos estrecharán sus lazos tras descubrir que lo que iba a ser una travesía de instrucción se convierte en un incierto viaje hacia ninguna parte. Piti (Javier Hernández) es el macarra del grupo. Vilma (Marina Salas) es una chica con muchas carencias a nivel afectivo que llega embarazada al barco: “Ese niño será muy importante porque supondrá una esperanza en medio de la incertidumbre”, señala la actriz. Palomares (Bernabé Fernández), el alumno sacerdote que se deja arrastrar por el resto. Estela (Giselle Calderón), la romántica y gran amiga, y Ramiro (David Seijó), el inconformista luchador.
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Juanjo Artero cuenta que para que los actores y sobre todo él, como Capitán del Estrella Polar, se familiarizaran con el vocabulario marítimo, les dieron unas charlas y les entregaron libros de consulta. “Además, tenemos a Javier, el verdadero Capitán del barco de Valencia, a quien puedo recurrir en caso de dudas de guión o cuando hay alguna palabra que no entiendo”, 01. “Los barcos son muy problemáticos para rodar. Dificultan comenta el actor. Los acmucho las labores de los cámaras y los técnicos de luces, sonitores de El Barco alternan do, etc. Esta era una de las partes más complicadas de resolver, el rodaje de la serie en por lo que decidimos que el barco tenía que ser un gran desel plató de Madrid con la montable”, explica Fernando González Ansa grabación de escenas en alta mar a bordo del verdadero buque escuela, el Cervantes Saavedra, amarrado en Valencia. Todos coinciden en que, a pesar de que les resulta divertido rodar en alta mar, está siendo “especialmente duro” debido a las bajas temperaturas a las que se enfrentan y por los constantes mareos que sufre gran parte del equipo. “Los rodajes son incomparables pero prefiero la tranquilidad que me da el plató, porque permite más concentración”, comenta el actor Juan Pablo Shuk, quien añade, además, que trabajar en El Barco “es una experiencia que está resultándome muy gratificante, porque nunca había trabajado en una serie de estas características”. Mario Casas, por su parte, afirma que para él, trabajar tantas horas dentro de un decorado que en realidad es un barco “es bastante claustrofóbico”; a lo que la actriz Irene Montalá añade que en sí, el rodaje en plató “es complicado porque somos muchos actores y mucha figuración en unos espacios reducidos”.
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dirección Y Producción ejecutiva
FERNANDO GONZÁLEZ
fernando gonzález y alex pina
DIRECTOR DE ARTE DE EL BARCO
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Tres plantas conectadas por diecisiete escaleras, catorce metros de altura, cuatrocientos metros cuadrados de cubierta, 7 metros de manga, 50 metros de eslora, noventa ojos de buey, sesenta puertas y ciento veinte vigas. Así es el interior del Estrella Polar diseñado por el equipo de Fernando González, director de Arte de Globomedia. Cerca de
06. Fernando Gonzalez, director de la serie
450 personas trabajaron durante cuatro meses para reconstruir
“Cada mañana, después de planificar todas las secuencias con el
en un plató de Madrid el Cervantes Saavedra, la segunda goleta
equipo técnico, realizo con cada actor el recorrido de su perso-
más grande de España. Hablamos con su creador.
naje para ese día, explicándoles cuál es su intención y hacia dónde
¿Con qué idea partía para diseñar el interior de El Barco?
tiene que ir en su interpretación” 07. Alex Pina, productor ejecutivo y coordinador de guiones 03.
Antes de comenzar a escribir, el equipo de guionistas se introdujo durante tres días en el verdadero buque-escuela: “Dormimos y navegamos con la tripulación y supuso la mejor de las clases”. Además, cada vez que terminan de escribir un guión, el capitán del Cervantes Saavedra, lo revisa para que no haya ningún fallo.
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Si alguna vez la ficción española ha arriesgado fuerte en producción, sin duda ha sido en El Barco. Y es que, a la complejidad que supone rodar en alta mar, hay que añadir las dificultades que supone trabajar en un plató que recrea los interiores de un buque-escuela. Alex Pina, productor ejecutivo y coordinador de guión, cuenta que “es muy complicado en términos de producción, pero se contrarresta con el entusiasmo del equipo”. Al igual que él, el director de la serie, Fernando González, añade: “Es la primera vez que ruedo a este nivel, con este peso de aventura y esta factura visual”. Cuando les preguntamos de dónde surge la idea de El Barco, Alex explica que “hoy en día es necesario tener un marco diferente para tener éxito en la ficción nacional”, y así fue: crearon una historia nunca vista: “Aventuras a lo Julio Verne unidas a las relaciones personales que se establecen en un entorno tan radical como un barco perdido en medio del océano y con el fin del mundo como fondo”, aclara Fernando. Si la labor de los guionistas ya está prácticamente concluida para esta temporada, el rodaje de la serie aún está por finalizar, ya que aproximadamente se tardan unas diez jornadas en terminar un solo capítulo: “En un día normal, se llegan a grabar unas cuatro tomas por escena, de las cuales sólo una será la final. Además de eso hay que ensayar, ver las posiciones de los actores y el tono que se le dará a cada secuencia” señala el director. “Una vez hemos terminado de rodar, también hay que ocuparse de la parte de posproducción, donde entran los efectos digitales, el montaje y la sonorización”. 02. Tres plantas conectadas por diecisiete escaleras casi verticales y catorce metros de altura representan cómo son los decorados del Estrella Polar, una construcción naval sin precedentes en la ficción española 03. Tras las ventanas del puente de mando, el equipo de El Barco inserta un croma que luego transforma digitalmente en una gran masa de agua 04. El equipo de atrezzo está pendiente de cada detalle de El Barco: lámparas, libros, cuadros, mapas, planos, telescopios... (en la foto, el camarote del capitán) 05. El equipo de El Barco recorrió los puertos de España en busca del escenario ideal. Contactaron con el Instituto Español de Oceanografía y visitaron numerosos navíos pero finalmente se decidieron por el Cervantes Saavedra, una goleta de aspecto romántico
El punto inicial ha sido el de los recuerdos de la infancia y las aventuras de Julio Verne o de Salgari, que nos transportaban a mundos lejanos y llenos de fantasía. Queríamos crear un espacio con una gran dosis de atemporalidad, que pareciese que siempre fue así, y que tuviese una conexión geográfica real para que los recorridos tuviesen sentido no sólo en lo horizontal, sino también en lo vertical. Acentuar ese aspecto de “profundidad” que se obtiene visitando un barco, sabiendo que se puede estar por debajo de la línea de flotación. ¿Qué puede contarnos de la fase de diseño?
Fue realmente divertida y apasionante. Tener algo así entre manos es una novedad y me dio un poco de vértigo… Era tan grande, con esa forma tan poco adecuada a la superficie de cualquier plató… No sabía si plantarlo en diagonal o cómo. Luego me di cuenta de que el barco iba tan íntimamente relacionado con el edificio técnico que hubo que crear, que era un bloque bastante lógico. Hay que pensar que a cada cubierta del barco, le corresponde una planta para las cámaras y el equipo. Me dio mucho que pensar la altura de los decorados. No podían ser demasiado bajos que diesen problemas técnicos, pero tampoco demasiado altos, lo que nos habría dado un aspecto poco náutico. ¿se han basado al detalle en cómo es la verdadera Goleta situada en Valencia?
Hay muchos elementos del Cervantes Saavedra y otros muchísimos de cosecha propia. Uno se documenta de forma muy seria, para luego obrar con total libertad. De hecho, hubo visitas muy largas, por ejemplo dentro de la sala de máquinas, para comprender perfectamente la lógica de un barco y después ponerlo al servicio de la serie. Catorce metros de altura, ojos de buey, camarotes, sala de máquinas, puente de mando, escaleras casi verticales… ¿Puede decirse que éste es uno de los trabajos de los que más orgulloso se siente?
Estoy sorprendido de la reacción que provoca el decorado en los que lo ven y sí, estoy orgulloso por esta buena acogida, teniendo en cuenta que tiene un mayor protagonismo que un decorado más habitual. De hecho, afronté el trabajo con más tensión de la normal, pero una vez trazadas las primeras líneas, te olvidas de la responsabilidad y te gana el entusiasmo por el proyecto. Y éste ha sido uno verdaderamente especial.
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