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Año tras año, tenemos el gran desafío de elegir, para la edición de nuestro tradicional libro, una temática relacionada con la identidad y los valores de nuestro querido país. La proximidad del inicio del año 2000, y el hecho de haber cumplido, nuestra empresa, el 11 de abril de 1999, su 65º aniversario, nos alentó, a encarar este valioso y esclarecedor libro sobre "Nuestra Argentina", con la inestimable experiencia y conocimiento de Ignacio Gutiérrez Zaldívar, quien, por el afecto y la amistad que nos une, interpreta con nuestra misma sensibilidad, el contenido de cada proyecto editorial que encaramos desde hace muchos años. "Nuestra Argentina", expresa la fuerza espiritual de nuestra tierra, convirtiéndose en un verdadero catálogo de nuestro valioso patrimonio cultural y de todas las riquezas y recursos que nos brinda nuestro extenso territorio. Profundizar en la cultura, la historia, las tradiciones, la poesía y las expresiones artísticas de cada provincia de nuestra querida Nación, conocer con profundidad cada parte de lo nuestro, es lo que nos permite amar al todo, que representa nuestro país como unidad. El presente, tiene para Bagó, un especial significado, ya que su crecimiento adquirió, magnitud continental, con el lanzamiento de nuestra empresa en Brasil. De esta forma, Bagó ya está presente en 16 países de Latinoamérica, lo que nos llena de orgullo y nos dispone a redoblar esfuerzos, para que nuestra gestión empresaria sea un aporte significativo para "Nuestra Argentina"
Dr. Sebastián Bagó
Dr. Juan Carlos Bagó
Edición declarada de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación. Declarada de Interés por la Secretaría de Turismo de la Nación. Declarada de Interés Provincial por el Gobierno de Salta. Declarada de Interés Provincial por el Gobierno de La Rioja.
NUESTRA
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Ignacio Gutiérrez Zaldivar
ARGENTINA
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Dirección General María Torres Asistente Paula Sarachman Diseño Gráfico Alejandra Aguirre Laura Banga AB-2 imágen gráfica Asistente Nora Moskovich Jefe de Investigación Mariano Wullich Equipo de investigación Paula Sarachman Andrea Arias Celina Noya María Paula Ferrero Cynthia Humbert Maguire Yanina Mazzarela Juan Manuel Varela Agustina Rubio María Mercedes Pugliese Ana Audivert
Fotografía Archivo Fotográfico Editorial Atlántida (Foto A.E.A.) Archivo Fotográfico S.A. San Miguel (Foto A.S.M.) Mauricio Dolinsky (Foto M.D.) Mariana Alexander (Foto M.A.) Constanza Mirré (Foto C.M.) Romina Gugliada (Foto R.G.) Germán Sopeña (Foto G.S.) Fotos de obras de arte: Nestor Paz y Gustavo Sosa Pinilla Fotocromía e Impresión Arcángel Maggio
I.S.B.N.: 987-9022-33-5 Hecho el depósito que marca la ley 11.723 1999, Zurbarán Ediciones Cerrito 1522 (1010) Buenos Aires Tel./fax: 4815-1556 República Argentina Impreso en Argentina Printed in Argentina
A S E S O R
René Favaloro Juan José Güiraldes Ramón Gutiérrez Luis Landriscina Félix Luna Ariel Ramírez Germán Sopeña Rafael Squirru
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C O M I T E
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A G R A D E C I M I E N T O S
A todos los que nos ayudaron a reunir la información y el material gráfico para esta edición.
BUENOS AIRES: Piero de Benedictis. CATAMARCA: Silvina María Acevedo, Irma Adriana Allés Bosch. CORDOBA: Susana Degoy, Osvaldo Pol S.J. CORRIENTES: Marcelo Fernández. CHACO: Marilyn Cristófani, Rodolfo Schenone, Fabriciano, Mariana Giordano, Humberto Gómez Lollo, El Fogón de los Arriedos. CHUBUT: Elsa Estruco de Pignolo. ENTRE RIOS: Juan Carlos Miggoni, Marta Zamarripa, Marcelo Olmos, Carlos Ceruti, Silvia Diale de Bergara, Carlos Asiain, Guillermo Bekes. FORMOSA: Mirtha Ribeiro, Josefina Cura, Guillermo Torres, Comunidad Wichi, Romilda Sara Nana. JUJUY: Lucía Vargas. LA PAMPA: Norma Durango. LA RIOJA: Angel Eduardo Maza, Nydia Fariña de Lafón. MENDOZA: Carlos Alonso. MISIONES: María Irene Cardoso, Miguel Angel Franco. NEUQUEN: Edmundo Rivera, Marta Zelaya. RIO NEGRO: Liliana Mercado. SALTA: Juan Carlos Romero, Eleonora Rabinowicz de Ferrer, Abel Ayerza. SAN JUAN: Mario Zaguirre. SAN LUIS: Gustavo Romero Borri, Julia Contreras. SANTA CRUZ: Miguel Angel Auzoberría, Rubén Radosaldovich. SANTA FE: Raúl Bertone, Luis María Calvo, Alicia Talsky de Ronchi, María Alicia Doval de Acquaroli. SANTIAGO DEL ESTERO: Norma Rodríguez de Basualdo. TIERRA DEL FUEGO: Norberto Gandini. TUCUMAN: Mauricio Guzmán, Leonardo, María y Anuncio Iramain, Nelly Iramain, Fernando Oris de Roa, Jorge Luis Rougés. Y TAMBIEN a Editorial Atlántida, Constancio Vigil, Constancio Vigil(h), Jorge Luján Gutiérrez, Alfredo Serra. A Francisco Mayorga. A Roberto Ruíz. A Mauricio y Alberto Kohan, Galería Praxis, Carlos J. Thays, Constanza Mirré, Mariana Alexander, Romina Gugliada. A Alberto Suarez Anzorena, Fernando Vidal Buzzi, Mariano Wullich, María Torres. A René Favaloro, Juan José Güiraldes, Ramón Gutiérrez, Luis Landiscina, Félix Luna, Ariel Ramírez, Germán Sopeña y Rafael Squirru.
Al amigo Juan Carlos mentor e ideolรณgico de este libro. Y
NUESTRA ARGENTINA
“Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la consciencia de su destino, mientras los que se apoyan sobre tumbas gloriosas son los que mejor alcanzan el porvenir”
Nicolás Avellaneda
ste libro nació de la inquietud de un entrañable amigo, Juan Carlos Bagó, quien hace un tiempo me planteó la necesidad de escribir un libro de alcance federal, que abar todos los rincones de nuestro país y sirviendo de testimonio de la identidad y características de cada una de nuestras provincias. Es por eso que a él dedico esta obra. Muchas de las veces que hablamos de nuestro país notamos que el interlocutor se refiere a la Argentina como: "este país". En nuestra corta historia hemos sido cambiantes y contradictorios, y sin duda que nuestras costumbres son diferentes, pero cuando hablemos de Argentina digamos: nuestro país. Quisiera que sintiéramos a la Argentina y a su cultura como el bien más preciado de nuestro patrimonio. Somos una Nación con gente alegre, pensativa y nostálgica, donde algunos cantan alto y otros recitan bajo, algunos creen que saben todo, y otros escuchan, sin duda los más sabios. Las costumbres gastronómicas son tema cotidiano, siendo el mate la bebida nacional, y el locro, las empanadas y los asados, patrimonio de cada una de nuestras provincias. Curiosamente el único deporte nacional, el único que nosotros creamos, es el pato, pero pocos lo practican. Quizás algún día podamos demostrar que en las misiones jesuíticas se jugaba al fútbol, la pelota no era como la inventada por los ingleses, era una vejiga de vaca inflada, objeto también de gambetas y algunos goles. Somos pasionales con tendencia a pelearnos, a dividirnos, y gracias a Dios, muchas veces a encontrarnos. Cuando uno abarca una tarea tan ambiciosa como ocuparse de todo el territorio de nuestro país, es necesario convocar a aquellos que conocen, es por eso que recurrimos a aquellas personas que consideramos modelos y ejemplos en nuestro país, un prestigioso comité asesor que generosamente nos volcó su sentir y su amplio conocimiento. El doctor René Favaloro sin duda nos inculcó su amor a La Pampa donde vivió doce inolvidables años, nos habló de que Santiago del Estero debería ser un vergel, y de su admiración por ese gran hombre que fue Joaquín V. González, y nos dio la esperanza de ver todo lo que aún podemos hacer los argentinos para fructificar esos maravillosos cinco talentos con que nos bendijo Dios y que es nuestra querida Argentina.
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NUESTRA ARGENTINA
El Comodoro Juan José Güiraldes, nuestro querido "Cadete", más que amigo un hermano mayor, nos narró con pasión y poesía su visión de la cuna del gaucho, la provincia de Buenos Aires. Fue el que nos enseñó que los ombúes son originarios de Entre Ríos y que desde Victoria los pájaros lo distribuyeron por nuestro territorio como un precioso maná caído del cielo. Fue él quien nos dio la visión actual de nuestras queridas Islas Malvinas y el que descubrió que los gauchos malvinenses son iguales a los paisanos bonaerenses y hasta en los cuadros de la época pareciera que hubiera un Molina Campos. Nos habló de la necesidad de integrar a las islas del Atlántico Sur y a Tierra del Fuego para evitar el aislamiento de los isleños. Nos hizo notar el privilegio que es no tener minorías en nuestro país y no tener conflictos religiosos. Nos habló con pasión de la Virgen Del Valle, de Fray Mamerto Esquiú, y del símbolo que son ambos para la provincia de Catamarca. Coincidió con los demás asesores en que Córdoba es la docta y también la contestataria. Rescató la tarea invalorable de los jesuitas, y sin saberlo nos dijo que el personaje del Chaco era otro de nuestros asesores, el querido Luis Landrisina. El nos aportó su bohonomía y su humor, su sabiduría y encanto y en muchas páginas de este libro es él que nos describe las situaciones y los personajes. Nos hizo destacar que ese andaluz de Sudamérica que es el cordobés ha logrado el fenómeno de que haya "cuatro graciosos por cuadra" y fue muy crítico con la actitud que hemos tenido con los aborígenes a quienes empujamos al monte, les robamos sus tierras y en vez de enseñarles a trabajar les patrocinamos el vicio de pedir. Rescató la figura del General Manuel Belgrano, quien fue un estratega militar sin haberse preparado nunca para ello. Nos demostró que los mendocinos adoran su tierra y bajo ninguna circunstancia emigran, salvo cuando por razones profesionales están obligados a hacerlo. Destacó también la calidad de los coros mendocinos, a quienes calificó como los mejores, y eso no es una mera casualidad ya que los cuyanos tienen una identidad de roble y no dudan de quienes son. Nos habló de la belleza avasallante de Misiones y del peligro que conlleva la mano del hombre cuando viola la intimidad de la naturaleza. Nos habló con amor de la más hispánica: Salta, de la solemnidad de los Dávalos y la simpatía del Gordo Saravia, y recordó aquello de Yamandú Rodríguez que decía "todo era bello de tan pobre" refiriéndose a la querida Santiago. Nos enseñó que el sentido del humor es biológico y que son también los santiagueños los únicos que se ríen de sí mismos y que la presunta lentitud y los cuentos de la fatiga santiagueña tienen poco de verdad, que son laboriosos y si además llegan a tomar algunas copas no son de aquellos que se pelean. Qué decir de mi admirado Félix Luna, el querido "Falucho", es el modelo de todos aquellos que amamos nuestra historia. Siempre sueño hacer popular el Arte de los Argentinos como lo ha hecho con la historia de nuestro país. Nos marcó a Córdoba como el contrapunto de Buenos Aires, nos habló de la pujanza de los chaqueños, del esfuerzo de toda la gente del norte por desarrollar el Chubut, de la maravillosa distribución de la población en Entre Ríos, donde no hay grandes agrupamientos urbanos. Del desafío que es Formosa y de los 40 años de esfuerzo que llevaron ha convertir un arenal en un vergel como hicieron los pampeanos; de su admiración por los misioneros a quienes define como el prototipo ideal de la Argentina soñada, de su deslumbramiento frente al valle del Río Negro, y de ese paraíso que es Santa Cruz donde el viento y la soledad no logran borrar las riquezas con que Dios bendijo a esas tierras. Nos contó que Sarmiento soñó con una provincia como Santa Fe, y de la necesidad de que Rosario vuelva a ser aquello que el egoísmo de unos pocos destruyó hace 50 años. La claridad de los conceptos de Germán Sopeña nos encaminaron en algunas provincias en que mirábamos el bosque y nos olvidábamos del árbol.
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Nos habló con amor de las estaciones de tren y su importancia en la consolidación de la Nación. Fue el que nos enseñó la historia de la ciudad de Londres en Catamarca, y la voluntad de autonomía de la "República de Corrientes", de su deslumbramiento ante la Quebrada de Humahuaca y la belleza de Jujuy. Fue coincidente en destacar la importancia de Joaquín V. González en La Rioja y su capacidad intelectual e influencia en toda la política nacional. Nos habló con amor de los galeses y de que la curiosidad de que el Chubut no tiene agua en la zona Este, fundamentalmente porque frente al mar no se encuentra agua potable, y de la tarea épica que fue construir la represa del Chubut y ese valle fértil que hoy tiene. Con el querido Rafael Squirru nos paseamos por todo el arte que generosamente brota de todos los confines de nuestra tierra, y coincidimos en que el día que los argentinos valoremos a nuestros artistas y seamos responsables de fomentar su actividad, el mundo descubrirá que el Arte Argentino es de una calidad excepcional y que no tiene nada que envidiarle a ninguno. El maestro Ariel Ramírez nos conmovió con su recuerdo de Atahualpa Yupanqui, quien cuando él contaba 19 años fue quien le dio las cartas de recomendación y esos "diez mangos" con los cuales vivió tres años conociendo Jujuy, Tucumán y otras provincias, y fue el impulso para que el conociera la música de nuestro país. También nos habló de las épocas heroicas con su amigo Eduardo Falú y rescató la musicalidad de Santiago del Estero y la riqueza del pentagrama bonaerense. Nos habló de los acordeonistas de Corrientes y de su admiración por las ciudades de Rosario y Santa Fe, y nos contó de su ilusión de vivir en la estupenda ciudad de Mendoza, con esa belleza urbana, y el don de gente de sus habitantes. Sostiene que Salta ha dado los más fabulosos creadores musicales de nuestro país y que las raíces de nuestra música hay que buscarlas en Julio Argentino Jerez. Nos habló de su famosa creación "Volveré siempre a San Juan" que curiosamente terminó en la ciudad de Roma, y que en la guitarra no hubo nadie como "Don Ata". Qué puedo decir de Ramón Gutiérrez mi hermano mayor, quien dedica su vida a defender el patrimonio arquitectónico de nuestro país, él siempre me ha guiado, me ha ayudado a ver donde otros tan solo miran y me ha sabido marcar las particularidades de nuestra riqueza edilicia. Lo más difícil de este libro ha sido condensar en tan solo doce páginas la riqueza de cada una de nuestras provincias. El criterio de ordenarlas por orden alfabético nos pareció el más adecuado, aunque también el hacerlo por regiones podría haber sido el elegido, ya que arrancar con Buenos Aires y la Capital Federal parecería un destino poco federal. Los símbolos patrios son el factor de unidad, es por eso que la tapa de este libro nos recuerda a la bandera de ceremonias de nuestro país, y cada una de las páginas lleva una estrofa de nuestro Himno Nacional. Dios quiera que este libro contribuya a querer más a nuestra tierra y que todos aquellos que lo lean sientan orgullo de Nuestra Argentina.
Ignacio Gutiérrez Zaldivar
O i d
m o r t a l e s
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s a g r a d o :
ยกLibertad, libertad, libertad!
NUESTRA
ARGENTINA
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k NUESTRA ARGENTINA uestra Argentina. Una tierra con promesas de espigas. La que dio todo de su sueldo para que generaciones de nativos y de inmigrantes se juntaran en una cosecha brillante de flores de vida. En esta mixtura que somos los Argentinos. Un país, tan extenso, con una geografía tan diversa que, aunque nos resulte extraño, porque no es fácil valorar lo propio, es la envidia de los extranjeros, que al recorrer nuestro suelo se preguntan ¿Cómo puede ser?, que en un mismo territorio exista el antiplano, la selva, las montañas, los desiertos, los ríos, los hielos, las islas, el mar y una llanura a la que le dicen pampa, absolutamente incomparable. Y allí detrás de geografía, detrás de los cambios que a menudo marcan límites entre las provincias, están nuestros hombres. Muchos en la memoria del pueblo. Muchos andando aún por el tiempo con sus diferentes costumbres y estilos de vida pero compartiendo también muchas pasiones.
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ERNESTO BERTANI
“Estandarte”
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VIDAS DIFERENTES n esos paisajes tan distintos que quedaron dentro de nuestro territorio, una vez que el país estableció definitivamente sus fronteras, conviven hombres con estilos de vida muy diferentes, marcados por la geografía. No hubiera podido, Horacio Quiroga contar sus cuentos de la selva en la Patagonia. No es lo mismo un hombre del litoral habituado al calor y la humedad y una amenazante fauna que, un hombre también del norte, pero de la región andina. Es imposible que un correntino no conserve en la sangre, por generaciones una historia de luchas que templaron su ánimo y que algunos llaman coraje. Bien puede decirse que la solemnidad reina en Salta y el humor en la respuesta rápida e ingeniosa de los cordobeses. Alguna vez le preguntaron a uno de los Hermanos Ábalos como era que ellos vivían tan chispeantes en un territorio como el de Santiago del Estero. “Con algo tenemos que alegrarnos”, contestó. Y allí se explica lo de la chacarera. No es lo mismo quien vive en la belleza de una zona andina, con los límites que ponen las montañas, que quien tranquea la pampa con el ilimitado horizonte donde el mar y el cielo se juntan. Cada región con su folklore, los cuyanos sus tonadas, sureños con las milongas, los porteños con el tango. Por eso entre los argentinos están los alegres y los pensativos, los nostálgicos y los que cantan alto, los que recitan bajo y los silenciosos.
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N U E S T R A A R G E N T I N A . foto A.E.A y M.A.
De Jujuy a Tierra del Fuego, de los Andes al Atlántico.
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Un cielo azul,
Una nube blanca.
PASIONES COMPARTIDAS aunque somos diferentes compartimos pasiones y ritos cotidianos. Quien podría negar que el mate es una de ellas. Frío para algunos, con la pava resoplando humo para la mayoría, la yerba pasa por todos lados. En jarro, en calabaza, con bombilla de plata, amargo o dulzón. Solitario o en ronda que, de mano en mano, viene y va sin frontera alguna. Las empanadas, con carne cortada a cuchillo o picada, siempre serán las mejores en el lugar que se las coma. Y como no hablar de la gran pasión gastronómica argentina, cultivada sobre el fuego: el asado. Carne en la cruz, al rescoldo, a la parrilla, con cuero, en la metropolitana vereda de un edificio en construcción, y... de tantas otras formas. Es el país en el que casi todos dicen que “nadie sabe hacer el asado mejor que yo”. Y la otra gran pasión la que nos une y nos divide al mismo tiempo, el fútbol. Hasta en los confines del país, las radios a transistores encendidas, porque en Buenos Aires se enfrentan Boca y River, pasión que nos separa sin hablar de porcentajes y, que sólo es capaz de unir el Seleccionado Nacional. Y pocos se acuerdan del pato, el único deporte que inventamos, después de otros no tan “santos”, como la picardía criolla o la avivada porteña. Mientras los fierreros, tan típicos de las provincias del centro, se llenarán las manos de grasa tratando de emular a los Galvez, a Fangio o al loco Di Palma. También está el recuerdo la de las noches de box, veladas del Luna Park con Pascualito, el Mono Gatica, el guapo de Ringo o el gran Carlos Monzón. Es la patria gaucha del caballo. Chapeado de plata para las fiestas de los domingos bonaerenses, protegidos con guardamontes para los hombres de Salta. Bellacos para las jineteadas, incansables para el trabajo, inigualables para el mejor polo del mundo y adorados, admirados, estilizados y endiosados para convertirlos en cracks en las tardes de Palermo y San Isidro. Unitarios o federales. Nacionalistas o liberales. Radicales o conservadores. Azules y colorados. Y también los muchachos de la “marchita”, que aún sigue sonando. Un cielo azul, una nube blanca, un sol dorado: una bandera. La Independencia, las Invasiones Inglesas, la Vuelta de Obligado y, junto al cóndor de los Andes la estampa victoriosa del Gran Capitán. La Argentina, la nuestra, la de los indios, la de los criollos, la de los inmigrantes europeos. Nuestra Argentina, pasional, a veces dividida y a menudo encontrada. La que encierra 23 provincias que a veces parecieran ser una sola, porque en este suelo mandó la tierra, la que n sabe de límites y ofrece generosa. La que nos sigue dando, a cambio solamente de que la sigamos cuidando. Es lo mejor que tenemos, la más grande, la más rica, Nuestra Argentina.
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ESCUDO NACIONAL
Sus dos cuarteles, uno azul y otro blanco, simbolizan el cielo y las aguas del Río de la Plata, y tiene los mismos colores de la Bandera Nacional. Las manos entrelazadas raternalmente, representan la amistad, la paz, la unidad, la fraternidad y la unión. La pica que sostienen es el símbolo de poder y la fuerza, necesarios para sostener la libertad de los pueblos. La libertad está representada en el gorro frigio de color rojo. Los esclavos de Frigia, en el Asia Menor, cuando recuperaban su libertad usaban esos gorros, que se convirtieron en símbolo de las revoluciones libertadoras. Lo rodean laureles, símbolo de lo gloria y la victoria, enlazados por una cinta nacional. El sol amarillo oro indica el nacimiento de una nueva y gloriosa Nación. Aunque algunos historiadores sostienen que es un homenaje al sol que adoraban los Incas, los antiguos dueños de la tierra.
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H i m n o Na c i o n a l A r g e n t i n o
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Letra: Vicente López y Planes Música: Blas Parera
Sean eternos los laureles Que supimos conseguir; Coronados de gloria vivamos O juremos con gloria morir. Oid ¡mortales! el grito sagrado: ¡Libertad, libertad, libertad! Oid el ruido de rotas cadenas; Ved en trono a la noble Igualdad. Se levanta a la faz de la tierra Una nueva y gloriosa Nación; Coronada su sien de laureles Y a sus plantas rendido un León.
El valiente argentino a las armas Corre ardiendo con brío y valor, El clarín de la guerra cual trueno en los campos del Sud resonó; Buenos Aires se pone a la frente De los pueblos de la ínclita Unión, Y los brazos robustos desgarran Al ibérico altivo León.
De los nuevos campeones los rostros Marte mismo parece animar; La grandeza se anida en sus pechos, A su marcha todo hacen temblar. Se conmueven del Inca las tumbas Y en sus huesos revive el ardor. Lo que ve renovando a sus hijos De la Patria el antiguo esplendor.
San José, San Lorenzo, Suipacha, Ambas Piedras, Salta y Tucumán, La Colonia y las mismas murallas Del tirano en la Banda Oriental; Son letreros eternos que dicen: Aquí el brazo argentino triunfó, Aquí el fiero opresor de la Patria Su cerviz orgullosa dobló.
Pero sierras y muros se sienten Retumbar con horrible fragor; Todo el país se conturba por gritos De venganza, de guerra y furor. En los fieros tiranos la enviado Escupió su pestífera hiel, Su estandarte sangriento levanta Provocando a la lid más cruel.
La victoria al guerrero argentino Con sus alas brillantes cubrió, Y azorado a su vista el tirano Con infamia a la fuga se dio; Sus banderas, sus armas se rinden Por trofeos a la Libertad, Y sobre alas de gloria alza el pueblo Trono digno a su gran majestad.
¿No los véis sobre Méjico y Quito Arrojarse con saña tenaz, Y cual lloran bañados en sangre Potosí, Cochabamba y La Paz? ¿No los véis sobre el triste Caracas Luto y llantos y muerte esparcir? ¿No los véis devorando cual fieras Todo pueblo que logran rendir?
Desde un polo hasta el otro resuena De la fama el sonoro clarín. Y de América el nombre enseñando, Les repite ¡Mortales! oid: ¡Ya su trono dignísimo abrieron Las provincias Unidas del Sur! Y los libres del mundo responden: ¡Al gran Pueblo Argentino, Salud!
A vosotros se atreve ¡Argentinos! El orgullo del vil invasor, Vuestros campos ya pisa contando Tantas glorias hollar vencedor. Más los bravos que unidos juraros Su feliz libertad sostener, A esos tigres sedientos de sangre Fuertes pechos sabrán oponer.
Sean eternos los laureles Que supimos conseguir: Coronados de gloria vivamos O juramos con gloria morir.
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M BUENOS AIRES La gran pampa humeda uenos Aires es por sobre todas las cosas, la pampa húmeda que nadie describió mejor que Ricardo Güiraldes, el autor de Don Segundo Sombra. Una extensa llanura con horizontes que permiten ver demasiado lejos, hasta que la vista se cansa, o la emoción ayuda por fin a dibujar la recortada imagen de una figura en un confín, donde se entrevera la tierra con el cielo. Ese es sin duda el paisaje dominante de la provincia, la que tiene la más alta población del país y sin embargo, por su extensión guarda soledades que definen la idiosincrasia de su gente. Y si bien dominan las llanuras, tierras generosas en fertilidad, tiene además el río más ancho del mundo, acantilados, playas, mar, lagunas, algún estero, sierras verdes, un delta y, dentro de todo aquello, un conurbano que abraza a la Capital del país.
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ANGEL DELLA VALLE
“Incendio en la pampa”
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Sean eternos los laureles
UN POCO DE HISTORIA ería imposible recorrer toda la historia de la provincia, sabemos que sus primitivos habitantes fueron los Pampas, nómades, recolectores de frutos y cazadores. Que la primera fundación de la ciudad fue en 1536 en un caluroso mes de febrero y que la fundó Don Pedro de Mendoza. Que aquellos aborígenes presentaron su lógica hostilidad a los invasores y que la ciudad de Buenos Aires quedó despoblada, tanto que todos se fueron hasta la hoy Asunción del Paraguay. En 1580, Juan de Garay volvió por aquí a fundarla definitivamente y en dos meses recorrió el Tuyú, Tordillo, Kakel Huincul. Fue más adelante y con la ayuda de los jesuitas que la expansión colonizadora fue tomando fuerza hasta que en 1776 se instaló el Virreinato del Río de la Plata. Fueron épocas de vaquerías, de tierras que se otorgaban para la cría del ganado y que al mismo tiempo servían de fortines. Nacieron poblados como Baradero, Pergamino, Areco, hasta la instalación de los saladeros y una mejor política que impulsó la industria de la carne y el cuero. Así comenzaron las estancias y, en 1810, con la Revolución, el progreso en la cría del ganado y en la agricultura presentaba otro panorama: se abrían las puertas de la exportación. En 1820 la provincia de Buenos Aires se constituyó en una entidad política autónoma y se extendía hacia el oeste hasta los Andes y hacia el sur por toda la Patagonia. En 1880, la ciudad de Buenos Aires era declarada Capital de la República, dos años más tarde, La Plata quedó como la capital de la provincia. Finalmente, en 1884, Buenos Aires perdió lo que hoy es La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Con Dardo Rocha como gobernador, la definitiva provincia dio sus primeros pasos. Se realizó el primer censo, que mostró en los papeles 521.581 habitantes, de los cuales 125.400 eran extranjeros. De los centros urbanos, San Nicolás de los Arroyos era el más numeroso. Tandil crecía y La Plata se convertía en la primera ciudad sudamericana con algunos claustros iluminados por la electricidad. De allí en más siguieron diversos gobiernos, conservadores, radicales o también populistas, pero esto ya es parte de la historia del país, como su maravilloso Río Salado, que hizo de frontera con los indios, la estancia Rincón de López – a la vera del Salado -, en donde pasó su infancia Rosas y tantas cosas más.
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VIRGEN DE LUJAN. f o t o A . E . A .
El milagro de las carretas dio origen al gran santuario de la Patria. La historia cuenta que llegando las carretas a un paraje próximo al río Luján, los bueyes se detuvieron. Los paisanos comenzaron a bajar la carga oara alivianar el peso, pero los bueyes sólo reiniciaron la marcha cuando se dejó en tierra, la caja que contenía una imagen de la Inmaculada Concepción. La misma que hoy se venera en Luján.
FERNANDO ROMERO CARRANZA
“Glicinas en flor” - Hacia 1800 comenzaron a crecer las estancias en la provincia, dando nuevo impulso a la ganadería y las industrias del cuero y la carne.
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FLORENCIO MOLINA CAMPOS
“Calentando el horno”
TA N TA S C I U DA D E S Buenos Aires reúne trabajadores urbanos y gauchos; pescadores y artistas; próceres y poetas, fundadores y colonos; “tanos", “gallegos" y otros “gringos", que en esta pampa húmeda encontraron un infinito territorio para establecer un comercio, para pedirle más y más a la tierra, para alcanzar casi todo. Todo lo que puede dar una provincia que se va desde Pergamino hasta Carmen de Patagones, desde Pehuajó hasta el delta del Paraná, desde Mar del Plata hasta Pigüé o desde Bahía Blanca hasta una basílica que alberga a la imagen de la patrona de la Patria: la venerada Virgen de Luján. Una provincia que guarda una localidad gaucha como San Antonio de Areco, las bellezas de Sierra de la Ventana, la historia de la Piedra Movediza de Tandil o un simple almacén de ramos generales que bien puede estar, y perdura, en Pigüé. Por otros lados, la laguna de Chascomús y la de Lobos también. El Tigre sigue trayendo frutos, muestra un viejo casino y un delta único plagado de muelles de madera y casas que quedarán para la historia sin que sus chapas aflojen un solo tranco. Bahía Blanca y su puerto, como olvidarla y así, tantas, pero tantas ciudades.
EL
DELTA. fotos A.E.A
El puerto de frutos y “la colectiva” son toda una institución bonaerense.
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Que supimos conseguir
TANDIL. fotos A.E.A
Con su clima fresco y sus sierras, Tandil es un centro turĂstico nacional. Los visitantes se multiplican en Semana Santa para ascender a su famoso VĂa Crucis.
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L A P E R L A D E L AT L Á N T I C O Mar del Plata. llamada popularmente La Perla del Atlántico, es y fue la playa de todos los argentinos. Las casas de piedra, el casino que construyó Bustillo, la banquina de los pescadores, el centro, y los barrios Los Troncos y Playa Grande, son un pedazo de la historia turística del país. Desde la más popular, que fomentó Perón hasta la de la “belle époque", cuando el Golf y el Ocean reunían en “desprovistos bañadores" a la gente en sus playas y, por las noches, de enteros smokings y largos vestidos a hombres y mujeres en sus fiestas de gala. Mar del Plata tiene una Universidad Nacional, el Teatro Colón, el Parque Camet, la base naval y un puerto que moviliza la pesca, los granos y el combustible. Se hablará de Pedro Luro, de Patricio Peralta Ramos y de Bonnet, cuando se quiera saber quienes fueron los hombres que levantaron este fenómeno frente al Atlántico.
MAR DEL
PLATA.
fotos A.E.A.
El primer turista que tuvo Mar del Plataa fue Don Juan de Garay, que llegó por mar y la llamó “Costa Galana”.
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Coronados de gloria vivamos
LEONIE MATTHIS
“Vi ej a r am bl a de Ma r de l P l ata ”
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ANGEL DELLA VALLE
“La Estación de Lomas de Zamora”
Ni aún cenizas en el suelo de Santos Vega quedaron, y los años dispersaron los testigos de aquel duelo. Pero un viejo y noble abuelo, y así el cuento terminó: -Y si cantando murió aquél que vivió cantando, fue –decía suspirandoporque el Diablo lo venció -. Rafael Obligado
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CUNA DE LA TRADICIÓN Nadie escribió sobre el paisaje de la llanura como Ricardo Güiraldes, nacido en Areco, en 1886 fallecido muy joven en 1927, Güiraldes no escribía, pintaba la pampa con las palabras. “Mi vista se ceñía enérgicamente sobre aquél pequeño movimiento en la pampa somnoliente. Ya iba a llegar a lo alto del camino y desaparecer. Se fue reduciendo como si lo cortaran en repetidos tajos. Sobre el punto negro del chambergo mis ojos se aferraron con afán de hacer perdurar aquel rasgo. Inútil. Algo nublaba mi vista, tal vez el esfuerzo, y una luz llena de pequeñas vibraciones se extendió sobre la llanura. No sé que extraña sugestión me proponía la presencia ilimitada de un alma (…) ¿Rezar? ¿Dejar sencillamente fluir mi tristeza? No sé cuantas cosas se amontonaron en mi soledad. Pero eran cosas que un hombre jamás confiesa. Centrando mi voluntad en la ejecución de los pequeños hechos, di vuelta mi caballo y, lentamente, me fui para las casas. Me fui como quien se desangra." Guillermo Enrique Hudson, un inglés que escribió “Allá lejos y hace tiempo” y “La Tierra Purpúrea”, una obra considerada a la altura de la mejor literatura criolla, Estanislao del Campo, Roberto Jorge Payró, Benito Lynch, Juan Carlos Neyra, Rafael Obligado. Todos dedicaron cosas a esta pampa húmeda. La definía de alguna forma Obligado cuando en su Santos Vega, el payador, veía como el futuro se iba apropiando de lo que alguna vez fue tan lírico. Sería innumerable la lista de folkloristas que nos trajo la provincia de Buenos Aires entre vientos de estilos, milongas, huellas, cifras y relatos. Mucho le dio Alberto Merlo (“El señor del sur"); Atahualpa Yupanqui (nacido en Pergamino); con simpleza, Argentino Luna (de Madariaga) y, por supuesto, con su voz profunda y quejosa, el poeta de Huanguelén, José Larralde.
O juremos con gloria a morir.
Hay y hubo muchos más cantores, guitarreros y poetas. De una manera u otra la mayoría influenciados por una persona que dejamos para el final de esta breve semblanza de Buenos Aires: Martín Fierro o José Hernández, que en definitiva es lo mismo. Hernández nació el 10 de noviembre de 1834 en la Chacra de Perdriel y hoy, en esa fecha se recuerda en todo el país el Día de la Tradición. Convivió con el hombre de campo, aprendió sus lecciones, participó de sus fiestas y, además fue político, soldado, periodista, taquígrafo y, por sobre todo defendió la libertad. Mucho más extenso es su curriculum, pero incalculables las enseñanzas del otro hombre o, el mismo, Martín Fierro. Las que los paisanos de Buenos Aires pudieron leer de él, cuando “El gaucho Martín Fierro" y “La vuelta de Martín Fierro" se agotaban en las pulperías y los libros recorrían toda la Argentina.
“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera; tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean los devoran los de ajuera”. José Hernández
ALBERTO GÜIRALDES
“Tropilla”
ESCUDO DE BUENOS AIRES
Desde la Asamblea del año 1813, cuando se sustituyó el escudo español, tanto la Nación como la Provincia adoptaron el mismo escudo que ésta mantuvo aún después de haber sido federalizada la ciudad de Buenos Aires. La configuración actual incorpora olivos y laureles, símbolos de la victoria y de la paz.
S A N A N T O N I O D E A R E C O . foto A.E.A. La cuna de Ricardo Güiraldes y de un paisano, Don Segundo Ramírez, que le inspiró a Güiraldes su obra cumbre, Don Segundo Sombra.
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Guitarra,guitarra mía Letra: Alfredo Le Pera Música:Carlos Gardel
t Guitarra, guitarra mía, por los caminos del viento vuelan en tus armonías coraje, amor y lamento. Lanzas criollas de antaño a tu conjuro pelearon. Mi china, oyendo tu canto, sus hondas pupilas de penas lloraron. Guitarra, guitarra criolla, ¡dile que es mío ese llanto! Azules noches pampeanas donde calmé sus enojos. Hay dos estrellas que mueren cuando se duermen sus ojos. Guitarra de mis amores, con tu penacho sonoro vas remolcando mis ansias por rutas marchitas que empolvan dolores. Guitarra noble y florida, ¡calla y ella me olvida! Midiendo enormes distancias, hoy brotan de tu encordado sones que tienen fragancias de un tiempo gaucho olvidado. Cuando se eleva tu canto, ¡cómo se aclara la vida! A veces tienen tus cuerdas caricias de dulces trenzas renegridas. ¡Como ave azul sin amarras, así es mi criolla guitarra!
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CAPITAL FEDERAL La reina del Plata a metrópoli, la gran ciudad, Buenos Aires la Reina del Plata. La de “las doce han dado y sereno”, del vendedor de cebo, del carro del mimbrero y la flauta del afilador. La del guapo y del malevo, del tahur y los tauras, de dandys y petiteros, de turfman y burreros. La de las noches de lengue y arrabal, y las noches de fiestas en salones, con un buen gusto sin igual. Donde manda el pavimento, que dejó atrás los esmerados empedrados, esos que habían tapado los viejos caminos de polvo. Buenos Aires, codiciada y admirada. Influida por Europa. Elegante y opulenta, pero por sobre todo, tango, tango y más tango. Podrán cambiarle todo pero nunca le podrán extirpar su corazón tanguero. Ese que latió en los patios, que gastó los pisos de parquet y que voló hacia París para cautivar al mundo entero. Buenos Aires es y será la de Carlitos, aquél morocho del Abasto, la del querido gordo Pichuco, la de Piazzola que le puso un cierre sinfónico.
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BENITO QUINQUELA
MARTIN
“Regresando al puerto”
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Oid ¡mortales! el grito sagrado
AY..., SI TE VIERA GARAY uenos Aires tuvo dos fundaciones, la primera, la de Pedro de Mendoza duró muy poco. Porque los indios querandíes la devastaron. La segunda, en 1580, fue llevada a cabo por el vasco Juan de Garay, quién tiró sus primeros lineamientos urbanos, fue el que realmente fundó una ciudad, lo de antes era nada más que puerto. La ciudad se ordenó en forma rectangular en torno a la Plaza Mayor, hoy Plaza de Mayo.Más allá de las primeras 46 manzanas, estaba el ganado que servía para cubrir las necesidades mínimas de la ciudad.Después estaban las chacras de cultivos de cereales y las grandes estancias se extendían desde San Fernando hacia Santa Fe y desde el Riachuelo y en El Pozo, actual Retiro, se abría un canal profundo para los barcos de gran calado. Por el siglo XVIII, Buenos Aires pasó a ser la Capital Virreinal y concentraba unos 27.000 habitantes. Fue la época de “la gran aldea”, cuando las calles llegaban hasta Plaza de las Carretas, hoy la Recoleta. Durante 1806 y 1807 se produjeron las Invasiones Inglesas, aquellas que fueron repelidas hasta con aceite hirviendo que, según nos cuentan los manuales del colegio, arrojaban desde arriba de los techos los mismos vecinos. Fue desde Buenos Aires en donde se encabezó el movimiento para lograr la Independencia, con la Revolución de Mayo de 1810. En 1820 la ciudad fue una provincia y seis años más tarde, con la presidencia de Bernardino Rivadavia volvió a ser Capital. El agua potable era trasladada en carros por las ensanchadas avenidas que actualmente son Callao, Córdoba, Corrientes, Belgrano, Independencia y San Juan. La actividad comercial se realizaba bajo la recova que dividía Plaza de Mayo, fue el primer shopping de la ciudad.
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EL
O B E L I S C O . foto A.E.A
Fue inaugurado en 1936, al cumplirse 400 años de la primera Fundación de la ciudad. Ubicado en el centro de la Plaza de la República, es el símbolo de Buenos Aires.
TORRES
DE BUENOS
A I R E S . foto A.E.A
Llegando al Puerto, nos encontramos con la zona más moderna y funcional de la ciudad.
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EL BARRIO SUR El Barrio Sur era por entonces el elegante centro residencial de la ciudad, la urbanización siguió expandiéndose con los terrenos que Juan Manuel de Rosas compró en Palermo para fijar su residencia y que fueron el origen de los parques de Palermo. Su forestación les valió el nombre de “bosques”. La ciudad, puerto de exportación para gran parte de la producción del país, fue creciendo velozmente en trazados, construcciones, vías férreas, centros de acopio y habitantes, tanto que en 1870 el censo registró que eran ya 313.800 personas, las que la habitaban. Años antes, la epidemia de fiebre amarilla había causado 20.000 muertes y la gente pudiente dejó el Barrio Sur por la nueva urbanización del Barrio Norte, mientras las oleadas de inmigrantes obligaban a levantar inquilinatos que más tarde fueron conocidos como conventillos. Allí se encuentran hoy las casas más antiguas de la Capital. Todavía quedan el Pasaje San Lorenzo, el Viejo Almacén en donde cantaba Edmundo Rivero, “el feo que canta lindo”, el colosal monumento llamado “Canta al Trabajo”, de Rogelio Yrurtia, el Pasaje Giuffra, donde vivía Angel Della Valle, la Casa de Esteban de Luca, la Iglesia Danesa, la Plaza Dorrego y, hacia el Parque Lezama, la maravillosa Iglesia Ortodoxa Rusa.
S A N T E L M O . foto A.E.A
El barrio recibió el nombre de la parroquia de San Pedro Telmo, ubicado en la manzana que ocupaban los jesuitas, donde se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de Belén, conocida como Iglesia de San Telmo.
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¡Libertad, libertad, libertad!
QUINQUELA MARTIN
C A M I N I T O . foto A.E.A
La calle lleva el nombre de un tango. La letra la escribió en 1926, Gabino Coria Peñaloza, añorando su pueblito natal en La Rioja. La música la había escrito unos años antes Juan de Dios Filiberto inspirándose en esta célebre cortada del barrio de La Boca.
LA PATRIA DE QUINQUELA Más allá del Parque Lezama, hacia el sur, en donde Pedro de Mendoza realizó la primera fundación, está el barrio de La Boca. Los italianos llegados de Génova, los “xeneises”, le dieron personalidad al barrio, y un club de fútbol, encendió pasiones: Boca Juniors, con su popular Bombonera situada en el corazón de la que muchos llaman la República de La Boca. Quinquela Martín (1890-1977) fue su pintor, eternizó el Riachuelo, la Vuelta de Rocha, el puerto y Caminito. Abandonado al nacer en la Casa Cuna, a los seis años fue adoptado por un carbonero genovés de apellido Chinchela. Trabajó desde niño repartiendo carbón entre los vecinos, y cuando tuvo edad suficiente, cargando y descargando carbón de los barcos. Descubrió un día que le gustaba el dibujo, y encontró a su maestro, Alfredo Lazzari, un pintor italiano formando en la escuela de los Macchiaioli, los machistas italianos que indagaron en la pintura al aire libre unos años antes que los impresionistas franceses. Llegó después el encuentro con Pío Collivadino, entonces director de la Academia Nacional de Bellas Artes quien lo impulsó a realizar su primera exposición en 1918. A partir de allí, el éxito jamás lo abandonó, se sucedieron los viajes y las muestras internacionales. “Pitor de la Boca, ese es el título que me corresponde, decía, la Boca es mi paisaje y yo le soy absolutamente fiel en mi obre. Mi pintura y el barrio que me vio nacer se han identificado para siempre”.
Desde que se fue nunca más volvió; seguiré sus pasos... ¡Caminito, adiós...! Gabino Coria Peñaloza y Juan de Dios Filiberto
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PLAZA DE MAYO
CEFERINO CARNACINI
“Cabildo de Buenos Aires en 1810”
La Plaza de Mayo es, desde los tiempos de la colonia, el ámbito del poder. En su entorno se levanta la Casa Rosada que reemplaza al viejo fuerte, donde tenían sede las autoridades españolas, el Cabildo y la Catedral, con su llama incandescente que nos recuerda que allí descansan los restos del Libertador General José Francisco de San Martín. Por detrás del Cabildo, sigue la Avenida de Mayo con su aire español de gran vía, el Palacio Barolo, sus viejos hoteles y finalmente, la Plaza del Congreso, donde se encuentra la máxima Legislatura Nacional, un edificio monumental.
P L A Z A D E M A Y O . foto A.E.A
Cuando se abrieron las diagonales, el Cabildo perdió parte de su estructura original.
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PUERTO. foto A.E.A
El primer puerto de Buenos Aires fue Puerto Madero, cuyo nombre recuerda al autor del proyecto. Hoy se ha convertido en uno más de los cien barrios porteños.
NORBERTO RUSSO
“Torre de los Ingleses”
BARRIO NORTE Y PUERTO MADERO La Avenida Alvear y sus palacios son un lujo sólo comparable con algunas calles de París. La Avenida Santa Fe, “La Gran Vía del Norte”, remata en una de las plazas más lindas de la ciudad. Esa que tiene la estatua del Libertador, construcciones con materiales traídos de Europa, jacarandáes que en diciembre se ponen esplédidos, la terminal de Retiro, la Torre de los Ingleses, la nostalgia del Parque Japonés y un edificio único el Kavanagh. De la Recoleta y su elegancia se puede hablar un rato largo. La iglesia del Pilar y el cementerio con sus maravillosas esculturas. Puerto Madero, la última novedad en esta cambiante Buenos Aires, es un desarrollo urbano modelo. La transformación de los antiguos docks, enormes galpones que supieron albergar todo tipo de mercaderías en los años de la Argentina opulenta. Hoy, el viejo puerto al que llamamos Dársena Norte quedó rodeado por edificios espléndidos de oficinas, grandes torres que cambiaron el perfil de la ciudad. Hacia el sur, Puerto Maderno es la última novedad de una cambiante Buenos Aires.
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LA QUE NO DUERME V I E J O B A R . foto C.M.
¡ Café de los Angelitos! Bar de Gabino y Cazón Yo te alegré con mis gritos en los tiempos de Carlitos, por Rivadavia y Rincón ¿Tras de qué sueños volaron? ¿En qué estrellas andarán? Las voces que ayer llegaron Y pasaron y callaron, ¿Dónde están? ¿Por qué calles volverán? Cátulo Castillo y José Razzano
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Con chambergo, pañuelo al cuello, frac, levita o smoking, los hombres de Buenos Aires disfrutaban la noche. Se hablará de la elegancia, de la mersa o de la chusma. Del tranvía o la voiturete. Se hablará bien o mal, pero nadie podrá olvidar la ciudad que nunca dormía... Ahora ya no es tan así. La del Café de los Angelitos, Las violetas, el Tortoni, el Armenonville, Marabú, lo de Hansen, el Molino, el Águila, el Petit Café, Gong, Revians, y, hasta hace unos años, Mau Mau y el querido Fraga. Nadie podrá dejar de recordar que hace medio siglo, a partir de La Biela y un grupo de tuercas que paraban en lo que en ese momento era La Veredita, se creó un centro nocturno que aún perdura y que tuvo fundamentales expresiones culturales en la Recoleta. Allí, en donde los hippies desdeñaron la ropa de los “cajetillas” y las cambiaron por túnicas de colores y raras fragancias en la piel. Donde había un Drugstore en el que se mezclaba todo, mientras otros más ingenuos le cantaban al mar en un sótano que también desapareció, llamado Snob. Los tiempos corrieron y es cierto que Buenos Aires ya no tiene el mismo aroma de esas noches de la belle époque, tampoco de la prolífica década del ‘60. El aguardiente, la caña, el escocés, los Martini, claritos, Manhatan y Old Fashioned, fueron reemplazados por litros de cerveza y extraños tragos que trajeron las modas. Esas que reemplazaron a las boites porteñas por las llamadas discotecas y al moño de los barmens por una remera descolorida. El traje, “obligatorio”, queda para el Jockey, el Club Francés, la Rural de Florida, un casamiento o un etiquetado entierro.
Oid el ruido de rotas cadenas
POR SIEMPRE BUENOS AIRES Aunque algunas cosas quedaron en el camino, Buenos Aires estará siempre en las trivunas de San Isidro. Con Yatasto, Botafogo y Forli; Legizamo y Valdivieso. Y más rápido seguirán andando Fangio, los Galvez, la vista de Nicolino en recuerdos del Luna Park y, la impronta pícara de los porteños. Buenos Aires que fué y que sos. Fué y es la empuñadura del facón de poe tas, musicos, políticos, artistas plásticos y de todo aquel que quiso manifestarse por sus calles, con suerte aveces, con total libertad hoy. Hay cosas que se fueron, cosas que se perdieron y otras que ya no son, pero el recuerdo no las deja escapar. Porque esos muros, adoquines, rejas, calles y zauanes no les permitirá la huida... mañana cantará un tenor en el Colón, volverá a jugar Boca y River, discutirán los hinchas de Ford y Chevrolet, se correrá el Nacional, se enfrentarán en la urna radicales y pe ronistas, se volverá a reunir la familia en la mesa y un albur quiñielero dirá que salió el...¿...? Pero no se dude que el circo de Podestá tendrá función, Pepe Arias seguirá actuando, Discépolo protestando, Quinquela pintando, los muchachos del tablón gritando y la purretada jugando. Como si fuera poco, más bien todo, el tango seguirá sonando y Carlitos Gardel cantando.
La noche que me quieras desde el azul del cielo, las estrellas celosas nos mirarán pasar, y un rayo misterioso hará nido en tu pelo, luciérnaga curiosa que verá, que eres mi consuelo. Alfedro Lepera y Carlos Gardel
EL
ZORZAL.
Nació con un claro destino de gloria, en Francia o en Tacuarembó, no importa, vive en el corazón del pueblo. Es el morocho, el mudo, el que cada día canta mejor.
ESCUDO DE CAPITAL FEDERAL
Tiene en el centro una carabela y un bergantín del siglo XVI, flotando sobre las aguas del Río de la Plata, a cuyo puerto natural llegaron Pedro de Mendoza y Juan de Garay, para fundar la Ciudad de la San tísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires. El ancla indica la lle gada a buen puerto y la paloma iluminada hace referencia a la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
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Buenos Aires
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Letra: Manuel Romero Música: Manuel Jovés
Buenos Aires, la Reina del Plata, Buenos Aires, mi tierra querida, Escucha mi canción, que con ella va mi vida. En mis horas de fiebre y orgía, harto ya de placer y locura, yo pienso en tí, patria mía, para calmar mi amargura. Noches porteñas, bajo tu manto risas y llanto muy juntos van, Risas y besos, farra corrida, todo se olvida con el champán. Y a la salida de la milonga, llora una nena pidiendo pan... ¡Por algo es que en el gotán Siempre solloza una pena!... Al compás rezongón de los fuelles un bacón a su mina la embrolla y el llorar del violín va pintando el alma criolla. Buenos Aires, cual a una querida, si está lejos, mejor hay que amarte y decir toda la vida antes de morir que olvidarte.
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CATAMARCA Residencia de la simpatía
uien la denominó la Residencia de la simpatía, no estuvo errado. Claro que Catamarca no se queda sólo en el gesto amable de su gente. Es la tierra que sube desde los valles hasta los cerros. La tierra de la Virgen morenita y de Fray Mamerto Esquiú, un ejemplo de la bondad del catolicismo y el más ilustre de nuestros oradores. La del Valle Viejo y la Cuesta del Portezuelo, la de los algodonales y viñedos de Pomán y Tinogasta. La arqueología se atesora en Yokavil, la minería en Belén y la alegría en Ambato y Paclín. Catamarca es la de El Alto, Antofagasta y Capayán, la agrícola Santa Rosa y la de Andalgalá, la tierra de los dulces. En su paisaje y su gente se inspiraron poetas y artesanos que desparramaron coplas y tejieron ponchos para abrigar a los criollos del resto del país.
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JOSE MALANCA
“Copacabana”
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Se levanta a la faz de la tierra
L O N D R E S D E L A N U E VA I N G L AT E R R A os primitivos habitantes de estas tierras, antes de la llegada de los españoles, vivían en distintas aldeas, cultivaban el suelo y tenían grandes rebaños de llamas. Dependientes del Inca, se caracterizaban por las extensas redes de caminos que atravesaban sus territorios entre “ciudades y fortalezas". Su nombre proviene del quichua y su significado es “Fortaleza de la ladera". Cata (ladera o falda) y Marca (fortaleza o castillo). Sin embargo el padre Mossi sostenía que la palabra es de origen Aymará y que Cata significa “pequeño" y Marca, “pueblo". En síntesis, Catamarca, “pueblo chico". Más allá de una u otra acepción, lo que distingue a Catamarca del resto de las provincias son sus múltiples fundaciones. El capitán español Juan Pérez de Zurita, Gobernador de Tucumán, fue el primero en fundar una ciudad, cuando en 1558 le puso por nombre “Londres de la Nueva Inglaterra", en honor a María Tudor, esposa de Felipe II. Y aún existe en Catamarca una localidad llamada Londres. Las dos siguientes refundaciones fueron realizadas por el Capitán Gaspar Doncel, en 1607 y por Jerónimo Luis de Cabrera, en 1633. El 5 de julio de 1683, se realizó la cuarta fundación en el actual emplazamiento de la ciudad de Catamarca. Por orden de Carlos II, fue trasladada luego al valle, por ser la anterior comarca una ciudad teórica y que no tenía casas ni habitantes. Fue entonces que Fernando de Mendoza y Mate de Luna fundó la ciudad de San Fernando del Valle en lo que hoy en la capital de la provincia. La bautizó así porque ese día era la fecha del santo o, por su mismo nombre y, porque la ciudad estaba rodeada de sierras. Sin embargo la fundación definitiva estuvo a cargo de Bartolomé Castro, entre 1694 y 1695. Ya en 1820, la anarquía reinante en el país, dio lugar a que Catamarca se proclamara, junto con Tucumán, en Nación independiente. Esto finalizó el mismo año cuando se separó de Tucumán y pasó, definitivamente, a ser una más de las provincias del territorio argentino. Fue además la cuna de uno de los más ilustres oradores de la Argentina, Fray Mamerto Esquiú. Su humildad y sacrificio fueron el estandarte de su vida franciscana. Su corazón permanece hoy en una urna en el templo de San Francisco.
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LO ND RE S. foto A.E.A.
Esta localidad catamarqueña conserva el nombre de la primera ciudad fundada en la provincia en 1558.
C O RRA L E N EL VAL L E . foto A.E.A.
Desde la época de la colonia se desarrolla la ganadería vacuna, ovina y caprina.
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PA I S A J E D E C A T A M A R C A
C A RDO NE S. foto A.E.A.
Aunque el clima de Catamarca es árido y en las laderas de los cerros crecen los cardones típicos del desierto, sus ríos y arroyos crean oásis fértiles.
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Al recorrer la provincia encontraremos tres geografías. La Sierra de Aconquija o Sierras Pampeanas, el lugar más fértil y por ello desde el punto geográfico el más importante. La región de la Puna, árida y calurosa, de escasas precipitaciones, fuertes vientos y un suelo suelto y pedregoso. Y finalmente la región de Transición Cordillerana, de grandes amplitudes térmicas. Así Catamarca prodiga una variedad de climas locales caracterizados por la escasez de precipitaciones, el húmedo ambiente serrano del faldeo del Aconquija; el cálido desierto de las Salinas Grandes y, el frío de las altas cumbres cordilleranas.
Una nueva y gloriosa Nación;
M U S I C O S Y P O E TA S
ALFREDO GRAMAJO GUTIERREZ
“Chinbicha, Catamarca”
La música y las danzas tuvieron un amplio lugar en este suelo, con cultores folklóricos como Manuel Acosta Villafañe, “Atuto" Mercau Soria, Carlos Bazán, Mario Toro o Adolfo Omos. Aunque lo más auténtico de la provincia son las bagualas, que se oyen cantar en los altos valles y, la vidala, con un son más lastimero y penoso, propio del alma del aborigen, se cultivan otros ritmos norteños. La zamba y la cueca son hoy las más difundidas entre las danzas. La cueca en Catamarca es rápida y graciosa. Hay chacareras dobles y simples y, también, el gato catamarqueño, el tunante catamarqueño y la danza del suri, inspirada en el ritual del apareamiento de los ñandúes (suris) en celo. Catamarca también tiene poetas y escritores de poesías, cuentos, ensayos y obras de teatro, como Juan Oscar Ponferrada, nacido en San Fernando del Valle de Catamarca en 1907 y Luis Franco, nacido en 1898, en Belén. AR RIE RO . foto A.E.A.
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L A V I R G E N D E L VA L L E
L A G R U T A D E L A V I R G E N . foto A.E.A.
Santuario de peregrinación donde en 1620 Manuel de Salazar, guiado por los indígenas, encontró la imagen de la Virgen morena.
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Si existe una devoción popular y cristiana inconmensurable en Catamarca, es la veneración por la Virgen del Valle. La historia nos cuenta que un grupo de aborígenes adoraba una imagen de la Virgen en una gruta de muy difícil acceso y cuyo origen se ignoraba. Manuel de Salazar la trasladó a su propia cabaña y allí se inició el culto que tuvo cinco santuarios hasta llegar al actual, la Catedral que se encuentra frente a la plaza principal de la ciudad. En la actualidad se realizan dos celebraciones en su honor. La Bajada de la Virgen, entre el 29 de noviembre y el 8 de diciembre y, la de los segundos sábados después de Pascua, en donde se la corona y se termina con otra procesión. Fueron Antonio Albarracín y Lindoro Albarracín quienes le pusieron letra y música a esta devoción singular de Catamarca. A comienzos de la década del ’70, el “Turco" Horacio Cafrune y la voz de un niño que lo acompañaba, Marito, desparramaron por todo el país la famosa “Virgen India".
Coronada su sien de laureles
Virgen India Virgen morenita, Virgen milagrosa Virgen morenita te elevo mi cantar Son todos en el valle devotos de tus ruegos Son todos peregrinos, señora del lugar. Virgen morenita, india fue tu cuna Porque india tú naciste por la gracia de Dios Así como esclavos de tu bondad divina Así somos esclavos de tu infinito amor Así serás Virgen mía, Mereces el respeto y la veneración Por eso yo te canto, te elevo mis plegarias Y pido que escuches mi ruego por favor. Virgen morenita, santa inmaculada Oh Virgen de este valle, señora del lugar Tú gozas del respeto y cariño de tus hijos Así los peregrinos te besan en tu altar. Antonio y Lindoro Albarracín
P R O C E S I O N . foto A.E.A.
En honor de la Virgen del Valle.
LOS DUENDES CATAMARQUEÑOS Entre las leyendas catamarqueñas aparecen inesperados personajes como El Sachayoj, El Duende y la Madre del Remanso. El Sachayoj es el dueño del monte de las colmenas. Temido por los meleros, este personaje imita el ruido de quienes hachan las lechiguanas en busca de la miel. Esta superstición, muy típica del Departamento de La Paz, cuenta que El Sachayoj logra que los meleros pierdan el rumbo buscando a sus compañeros con los ruidos del hacha y los gritos de voces humanas que él imita. El Duende, es la personificación del diablo. En Catamarca lo describen como cabezón, bajo y con un gran sombrero de paja. También lo llaman el sombrerudo, que espera en las acequias a los niños que suelen robar fruta a la hora de la siesta. El los asusta y los castiga, aunque con las damas toma otra actitud ya que se cuenta, es muy enamoradizo. La Madre del Remanso es un fantasma maléfico, que vive bajo el agua y se enfurece cuando arrojan piedras desde la orilla. Todos temen que la Madre del Remanso los eche a la corriente y los sumerja para siempre. M U J E R E S D E L O S V A L L E S . foto A.E.A.
Misachicos provenientes de todos los rincones se unen a las procesiones y las fiestas de la Virgen en abril y diciembre.
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CEFERINO CARNACINI
“El algarrobo de tarde”
Paisaje de Catamarca Letra y música: Polo Giménez
z Desde la cuesta del Portezuelo mirando abajo parece un sueño un pueblito aquí otro más allá y un camino largo que baja y se pierde. Hay un ranchito sombrado de higueras y bajo el tala durmiendo un perro y al atardecer, cuando baja el sol una majadita volviendo del cerro.
Paisaje de Catamarca con mil distintos tonos de verde un pueblito aquí otro más allá y un camino largo que baja y se pierde. Y en la Villa del Portezuelo con sus costumbres tan provincianas el cañizo aquí, el tabaco allá y en las sogas cuelga quesillo de cabra. Con una escoba de pichanilla y una chinita barriendo el patio y sobre el nogal centenario ya se oye un chalchalero que ensaya su canto. Paisaje de Catamarca Con mil distintos tonos de verde Un pueblito aquí otro más allá Y un camino largo que baja y se pierde.
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o C O LRa Dd o O B A cta s la de la tonada inconfundible que se acentúa en la capital. La que tiene en su gente un repentismo increíble para convertir en broma cualquier respuesta. La de la gran ciudad y la industria. La del campo en el sur, la serrana en el norte. Vio la creación de uno de los primeros obispados, tuvo la primera imprenta y la universidad más antigua del país. Es Córdoba, la docta. La cuna del primer poeta argentino Luis José de Tejeda, la de Leopoldo Lugones, Hilario Ascasubi y el Cura Brochero. Es la provincia de adopción de grandes talentos, como Fernando Fader, Lino Enea Spilimbergo y Manucho Mujica Láinez, que encontraron allí su casa y su paisaje. La del Lago San Roque, el cerro Champaquí y el Uritorco, Pampa de Achala y toda Traslasierra. Tradicional y rebelde vivió movimientos tan opuestos como la Revolución Libertadora y el Cordobazo.
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FERNANDO FADER
“Blancos”
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C . L . A . M . O. R UN VUELO EN EL TIEMPO La fundación de Jerónimo Luis de Cabrera (1573), la construcción de la Catedral (1606), la universidad (1613), la primera imprenta (1758), el fusilamiento de los hombres que dejaron la sigla CLAMOR (1810), el asesinato de Quiroga en Barranca Yaco (1835), la aparición del diario La Voz del Interior (1904), la Reforma Universitaria (1918), la celebración del VI Congreso Eucarístico (1959), la asunción de Arturo Illia como Presidente de la Nación (1963), el Cordobazo (1969) y, tantas cosas más, que hoy siguen viviendo en el alma de los cordobeses.
SAN MARC OS SIE RRA. f o t o A . E . A .
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Durante la Revolución de Mayo, en 1810, Córdoba se convirtió en el bastión realista, rápidamente desalojado por la Expedición Auxiliadora. Cumpliendo órdenes de Juan José Castelli, fueron fusilados en Cabeza de Tigre, el capitán Gutiérrez de la Concha, el ex virrey Liniers, el coronel Santiago Allende y otros altos comandantes realistas. El único absuelto resultó el obispo Orellana, por su condición sacerdotal. Pese a ello, la primera letra del apellido del religioso formó parte de la inscripción que figura en la lápida de los ajusticiados: CLAMOR, palabra que forman las letras iniciales de los apellidos de quienes habían muerto en la resistencia realista y la del cura: CLAMOR (Concha, Liniers, Allende, Orellana y Rodríguez). Este fue sólo el inicio de muchos acontecimientos sangrientos que vivió la provincia. Allí midieron sus fuerzas Facundo Quiroga y el caudillo unitario José María Paz. El Manco, Paz, fue el vencedor y escribió: “Ya estaba, pues, en campaña, mi formidable adversario. Ya se halla en el teatro de la guerra el hombre singular, que desplegó en lo sucesivo tanto genio como audacia, tanto valor como actividad”. La tranquilidad institucional y el progreso económico llegaron en 1852, después de la derrota de Rosas en Caseros. Con el alejamiento de Manuel López, la gobernación de Córdoba quedó en manos de Alejo Carmen Guzmán y, en 1853, la provincia suscribió a la Constitución Nacional sancionada en Santa Fe.
Marte mismo parece animar;
FERNANDO FADER
C U N A D E P O E TA S El primer poeta del país, fue Luis José Tejeda (1604-1680), nacido en Córdoba. Es el autor de “El peregrino de Babilonia”, donde narra sus aventuras no tan santas, como pudiera esperarse de un estudiante que terminaría siendo fraile. El libro nació gracias a su confesor que le impuso la penitencia de dejar constancia escrita de sus pecados y sus arrepentimientos. Hilario Ascasubi (1807-1875), uno de los creadores de la poesía gauchesca, autor de “Santos Vega o los Mellizos de la Flor” nació en Fraile Muerto, actual Bell Ville. También nació en Córdoba, en Río Seco - en el límite con Santiago del Estero -, uno de los más grandes poetas de nuestra Argentina, Leopoldo Lugones (1874-1940), autor de “Romances del Río Seco”, “Las montañas de oro”, “Lunario sentimental” y “Crepúsculos del Jardín”. Arturo Capdevila nos dejó, en “Córdoba Azul”, una maravillosa pintura de su paisaje y, entre los contemporáneos, queremos recordar a Jorge Vocos Lescano, y Alejandro Nicotra que vive en Villa Dolores donde hace encuentros anuales de poesía.
Córdoba Azul
“De tarde”
No sé que dices mientras voy pasando por esas calles de la plaza vieja el canto que oigo, con su voz de queja en que yo mismo estoy resucitando. No sé que dice con su toque blando esa campana. Acaso me aconseja bien un salmo de piedad me deja con que seguir por el camino andado. No sé que dice suspirando el agua del río que cruzaba en su piragüa el indio aquél que le llamó Suquía. No sé qué dicen tus perennes voces, pero adivino que me reconoces y me haces mucho bien, Córdoba mía. Arturo Capdevila
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TIERRA DE PINTORES Córdoba tiene una larga tradición pictórica que se inició en el siglo pasado con los maestros Genaro Pérez, Andrés Piñero, Emilio Caraffa y Honorio Mossi. En nuestro siglo nacieron grandes maestros cordobeses como Ernesto Farina, Diego Cuquejo, José de Monte y Antonio Seguí que actualmente vive en Paris. Otro cordobés que alcanzó prestigio internacional fue Marcelo Bonevardi, que aunque había nacido en Buenos Aires vivió en la docta desde su primera infancia. La provincia siempre tuvo sus hijos adoptivos. La llegada de Fernando Fader en 1916, incorporó definitivamente a Córdoba a la geografía plástica argentina. Fader llegó buscando alivio para su tuberculosis en el clima benigno de las sierras, construyó su casa en Ischilín, donde hoy se encuentra el Museo Fader y realizó en córdoba lo mejor de su obra. Además, su presencia atrajo a artistas de todos el país que convirtieron a Córdoba en la favorita de los pintores. Luis Tessandori pintóen San Javier, Italo Botti y Ceferino Carnaccini hicieron de Los Cocos su patria chica, Atilio Malinverno pintó en Tulumba, Luis Cordiviola en Tanti. Y tantos otros, como Fausto Coppini, Luis de Aquino, Fray Guillermo Butler que pintó allí sus paisajes más sublimes, y hasta el porteño más bohemio de la Boca, Miguel Carlos Victorica que abandonó la Vuelta de Rocha para pintar en las sierras. Un párrafo aparte merece José Malanca, pintó como nadie la primavera cordobesa. Allí vivió sus últimos años el gran maestro Lino Enea Spilimbergo, y actualmente viven Carlos Alonso y Miguel Ocampo. Entre los más jóvenes nacidos en la docta están Fernando Allievi, Ernesto Berra, Raúl Díaz y Roger Mantegani. JOSE MALANCA
“Ac a r r e a n d o a g u a ”
Córdoba es hondonada y es altura, Encuentro abigarrado y distendida Nostalgia en dispersión y asimetría. Lugar donde soñar sin atadura, Pulsar febril el pulso de la vida Y morir por amor con alegría. Osvaldo Pol.S. J.
REINALDO GIUDICI
“Lago San Roque”
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La grandeza se anida en sus pechos,
MARCELO BONEVARDI
“Paralelas”
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LAS IGLESIAS DE CORDOBA Desde los grandes templos a las humildes capillas pueblerinas, Córdoba está poblada de iglesias. Una de las joyas de la arquitectura americana del siglo XVII es la Iglesia de Santa Catalina, que formaba parte de una de las Estancias Jesuíticas, un complejo integrado por los edificios necesarios para la formación de los novicios y la producción agrícola. Estancias como Santa Catalina, Alta Gracia y Jesús María con sus hermosas iglesias y conventos fueron junto con las reducciones del litoral, los bastiones de la evangelización y el desarrollo económico creado por los padres jesuitas. Entre las grandes devociones cordobesas, está el fervor hacia la Virgen de la Merced y Nuestra Señora de Lourdes, y el cura Brochero, que dio nombre a una localidad donde vive la fe. CAP IL LA D E C ANDONG A. f o t o A . E . A .
Es la preferida de los pintores, fue construida en el siglo XVIII y pertenece a la Estancia Santa Gertrudis.
EL CURA GAUCHO José Gabriel Brochero realizó una defensa de la gente de pocos recursos, la evangelización y el cuidado y respeto por las mujeres. El “cura gaucho” como lo llamaban, hacía largas expediciones por las sierras ayudando a gente; hoy es la máxima imagen de “santidad” del pueblo cordobés, y ya se ha iniciado el proceso de su beatificación en el Vaticano.
SANT A C ATAL INA . f o t o A . E . A .
Iglesia de una estancia jesuítica.
JUAN CARLOS QUADRI
“Iglesia de la Candelaria”
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A su marcha tode hacen temblar.
FE STI VAL D E C OSQUIN . f o t o A . E . A .
AQ U I . . . , ¡ C O S Q U I N !
.
Córdoba baila, y mucho. Un clásico del folklore cordobés es el gato con dos giros, la chacarera y, por supuesto, la jota cordobesa. Pero además es la cuna de cantores y compositores, y por sobre todo, es la sede de un festival que se convirtió en el gran encuentro nacional de la música de nuestra tierra: Cosquín. Fue en enero de 1961, cuando se celebró el primer festival, y fue tal su difusión que hasta en Japón nació un espectáculo llamado Cosquín, donde se difundía el folklore argentino. En 1963, Cosquín levantó vuelo a nivel nacional y ayudó al “boom” de la música folclórica de la década del ´60, cuando las zambas y las chacareras ganan la Capital y los porteños descubren los encantos de la música de nuestra tierra. El festival se viene celebrando año tras año hasta nuestros días y, desde la Plaza Próspero Molina de la ciudad de Cosquín, a través de la radio y la televisión, llegan a todos los confines del país las voces de Los Chalchaleros, Los Quilla Huasi, Los Fronterizos, Los de Salta, Los Trovadores, Los Huanca Huá y Los Cuatro de Córdoba. Desde Cosquín se revalorizaron grandes autores e intérpretes como Atahualpa Yupanqui, Jaime Dávalos, Manuel J. Castilla, Ariel Ramírez, Cuchi Leguizamón, y fue el gran empuje para la carrera de Mercedes Sosa, Ramona Galarza, César Isella, Jorge Cafrune, José Larralde y el Chango Nieto, entre tantos otros.
La ciudad de Córdoba está representada por la torre central. Tal como aparecía en el escudo que le diera a la ciudad Jerónimo Luis de Cabrera, su fundador. Las seis banderas de puntas separadas, que estaban en su escudo familiar se transformaron luego en celestes y blancas. El campo verde de la parte inferior, está cruzado por dos corrientes de agua, que pueden ser los ríos Primero y Tercero.
ESCUDO DE CORDOBA
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Córdoba de Antaño
o
Letra y música : Ricardo Arrieta
Ciudad de mis amores antigua y religiosa La de la bella estirpe y casta doctoral Te conocí asomando tus crestas al barranco Del pozo que es el centro vital de la ciudad Creciste al impulso de tus industrias nuevas Dejaste en el recuerdo la Córdoba del ayer El corralón de carros, al abrojal, la bomba... Deciles que te cuenten si no es para volver Largate hermano mío, contale a tus muchachos Costumbres y leyendas que yo no olvidaré Los bailes en los patios el mandolín, el arpa, La crispa del cabezas, recuerdos de ayer El corso de San Vicente, el ciego de la flauta Y aquel cochero de plaza, que se quedó de pie Recuerdas buena amiga los años juveniles La Córdoba de antaño de mi primer amor Y aquel tranvía nuestro que se llevó el progreso En el que tantas veces viajamos los dos Alcobas y balcones de estilo coloniales Romántico escenario de un tiempo que pasó Cuando te demolí para ensanchar tus calles Sentí del pecho golpear mi corazón La voz de mundo canto Canto tu serenata el fuelle de Siriaco, su fondo musical Y la guitarra criolla de don Cristino Tapia Que fue para mi Córdoba su vals sentimental.
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v
C O R LRa Ig uEa r N T E S aní unque no lo conozcan, si usted pisa Corrientes, seguro lo llamarán "Chamigo", y los giros y la tonada guaraní aparecerán en cada frase. Porque el correntino es un pueblo que no olvida sus raíces indígenas, manteniendo al mismo tiempo bien en alto la tradición hispánica. Es la tierra de los ríos y de los esteros de aguas brillantes, por donde sobrevuela el chajá y habita la garza mora, en los matorrales se esconde el lobo de crin y en el agua manda el yacaré. Es tierra de pescadores dispuestos a esperar el pique del surubí y de aguerridos paisanos que no le sacan el cuerpo al monte. Pero también es la tierra del chamamé, alegre y fiestero, romántico y dulzón. Un grito de sapucai se deja oír en toda la provincia, junto con innumerables leyendas de extraños animales, y de duendes, son los payé. Porque Corrientes tiene payé.
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FLORENCIO MOLINA
“La Chalana”
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CAMPOS
Se conmueven del Inca las tumbas
L A C I U DA D D E L A S S I E T E C O R R I E N T E S n un recodo del Paraná, donde se forman siete puntas de piedra con distintas corrientes de agua, el Adelantado español Don Juan Torres de Vera y Aragón, quien bajaba de Asunción, fundó el 3 de abril de 1588 la ciudad de San Juan de Vera de las Siete Corrientes. Su nombre y aquellas aguas le habían dado nacimiento a lo que con los años sería, Corrientes. A la llegada de los españoles, estaba poblada por los indios guaraníes, que resistieron duramente a los intentos de dominación. Vencidos, fueron incorporados a las Misiones Jesuíticas en 1620. Una de las más importantes tenía asiento en Yapeyú, que luego de la expulsión de la Compañía de Jesús, pasó a la administración colonial. En 1775 fue designado Teniente Gobernador Juan de San Martín, el padre del Libertador, quien nació y vivió en ese pueblo parte de su infancia, antes de partir hacia España, donde recibió instrucción militar. En 1810, Corrientes adhirió al gobierno de la Revolución, y participó activamente en las luchas por la Independencia. Durante el gobierno de Rosas fue una base unitaria, con la participación los generales como Lavalle y Paz, convirtiéndose en escenario de cruentas luchas contra los federales. En 1865, durante la Guerra de la Triple Alianza, Corrientes sirvió como base de operaciones para invadir el Paraguay, cuando los ejércitos aliados (Argentina, Uruguay y Brasil) iniciaron la acción desde Paso de la Patria. Recelosos con Buenos Aires, muchos correntinos se sintieron identificados con el Paraguay, lo que les valió el destierro tras la derrota. Cinco años después, el caudillo López Jordán, quien se había levantado en Entre Ríos contra el gobierno porteño, invadió la provincia y asumió la primera magistratura, pero luego de diversos combates fue derrotado por las columnas enviadas por Domingo Faustino Sarmiento. Fueron necesarios 16 años para que sobreviniera la paz. En 1886 asumió la gobernación Juan Ramón Vidal, del Partido Autonomista, a quien apodaron "Caraí Guazú del Taragüí", o sea "gran señor de Corrientes".
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G A U C H O C O R R E N T I N O . foto E.A.E.
Corrientes tiene payé. Tiene payé, talismán de un infalible poder que fraguó la hechicería guaraní de îgmá guaré. Ese encanto de mi tierra que la hace lucir tan bien es lo que afirma mi aserto: Corrientes tiene payé. Osvaldo Sosa Cordero
YA CA RE . foto E.A.E.
Corrientes conserva en sus esteros y bañados una gran reserva faunística.
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LOS MISTERIOS DEL IBERÁ Hacia el sudoeste de la ciudad de Ituzaingó empiezan Los Esteros del Iberá, uno de los paisajes más misteriosos de nuestro país. 15.000 kilómetros cuadrados de charcos, lagunas y esteros cubriendo una inmensa depresión del terreno. Existen varias hipótesis acerca de cómo fueron creados por la naturaleza, para algunos se trata de un antiguo cauce del Paraná, o un "ojo" del mar que en tiempos remotos cubría la región. Pero la teoría más acertada indicaría que es un enorme receptáculo de aguas de lluvia, que en la zona superan los 1.400 milímetros anuales. Los indígenas le dieron el nombre de Iberá, "aguas brillantes" y recorrían en canoas su intrincado paisaje de islas, esteros y arroyos. Hoy también es posible hacer el recorrido en botes y avistar su fauna de aves y especies en peligro de extinción, como el ciervo de los pantanos, el aguará guazú, el venadillo del campo y el yacaré. Son típicos sus enormes camalotales, en la tierra que retienen sus raíces pueden crecer otras plantas formando los embalsados, verdaderas islas vegetales que soportan el peso de un hombre. Su desplazamiento, causado por las corrientes, provoca cambios en el paisaje de un día para el otro, dando origen a leyendas y también a situaciones reales de gente que pierde el rumbo por largarse aguas adentro sin la ayuda de un baqueano.
Corrientes tiene payé. Y si no que nos lo digan las flores de su vergel: sus lapachos y azahares, mburukuyás e îrupés, sus estrellas federales, su jazmín magno y también aquella blanca sultana que hace, febrero al nacer, exclamar a quien la huela: ¡Corrientes tiene payé!" Osvaldo Sosa Cordero
E S T E R O S D E L I B E R A . foto M.A.
La reseva provincial del Iberá ocupa el 14 % de la superficie de la provincia.
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Y en sus huesos revive el ardor.
A T A R D E C E R E N E L I B E RA . f o t o M . A .
E S T E R O . foto M.A.
Los esteros correntinos son depรณsitos de agua estancada
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LEONIE MATTHIS
“Santa Ana, Corrientes”
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Lo que ve renovando a sus hijos
La Cruz Milagrosa Cuando los españoles levantaron una cruz al fundar Corrientes, los indígenas supusieron que esto era un payé de los invasores y pusieron todo su empeño en destruirla. Repetidas veces intentaron prenderle fuego, pero la cruz de urunday permaneció intacta. En un intento nocturno, y tras haber hecho una gran hoguera, un fuerte temporal azotó la región matando a varios indios, una prueba más del poder milagroso de la cruz. La historia se arraigó en el espíritu de todo el pueblo al punto tal, que fue incluida en el escudo de la provincia.
B A S I L I C A D E I T A T I . foto M.D.
Ubicada a 70 Km. de la capital provincial, tiene capacidad para 9.000 personas. Su piedra fundamental fue colocada hacia 1938 y se inauguró el 16 de Julio de 1950.
N U E S T R A S E Ñ O R A D E I TAT I Desde la expedición de Gaboto sobre el río Paraná, en 1528, ya se menciona a Itatí, un lugar ocupado por aborígenes sedentarios los itatines. En 1615, surgió allí una reducción de los padres franciscanos, llamada de la "La Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Hoy se encuentra allí, uno de los grandes santuarios de peregrinación de nuestro país. Según la leyenda, la imagen tallada en madera que allí se venera, fue encontrada hacia 1624 por los indígenas. Desde entonces se han popularizado y documentado sus milagros. La imagen fue coronada con gran pompa en 1900, en una ceremonia que se realizó en la iglesia de la Santísima Cruz de los Milagros, en la ciudad de Corrientes.
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HONOR, HONOR AL GRAN CABRAL Nuestra Señora de los Santos Reyes Magos de Yapeyú, fue fundada por los jesuitas en 1627. Tras la expulsión de los padres pasó a la administración colonial. En 1776 fue designado gobernador Juan de San Martín y al año siguiente nació su hijo José de San Martín. El Padre de la Patria vivió en Corrientes sólo durante su infancia, pero le debe a un correntino toda la gesta libertadora. El sargento Juan Bautista Cabral, dio su vida para salvar la de San Martín. Fue el 3 de febrero de 1813, cuando al caer el caballo del Libertador, Cabral le puso el cuerpo a la bayoneta realista. Un soldado heróico, que se ganó la gloria. "Un hombre de pelo duro, más correntino que un yacaré" al que le cantan las marchas patrias y también el chamamé.
Y A P E Y U . foto A.E.A.
En el Templete Histórico de Yapeyú, se conservan los restos de la casa donde nació San Martín.
GUILLERMO
DA RE
“Combate de caballería”
Al Sargento Cabral Te dijo entonces sobre la muerte, con la entereza de un gran titán muero contento hemos batido al enemigo, Ché Capitan. Perdón mi patria de la Argentina perdón Corrientes, aguaretá si es que profano con estos cantos la gloria eterna del Paraná.
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Kilómetro 11 Letra: Constante Aguer Música: Tránsito Cocomarola
v Vengo otra vez hasta aquí De nuevo a implorar tu amor Solo hay tristeza y dolor Al verme lejos de ti. Culpable tan solo soy De todo lo que he sufrido Por eso es que ahora he venido Y triste, muy triste estoy. Nunca vayas ha olvidar Que un día a este cantor Le has dicho llena de amor Sin ti no me podré hallar. Por eso quiero saber Si existe en tu pensamiento Aquel puro sentimiento Que me supiste tener. Olvida mi bien, el enojo aquel Que así nuestro amor irá a renacer Porque comprendí que no sé vivir sin tu querer. Nunca vayas ha olvidar Que un día a este cantor Le has dicho llena de amor Sin ti no me podré hallar. Por eso quiero saber si existe en tu pensamiento Aquel puro sentimiento, que me supiste tener. Olvida mi bien, el enojo aquel Que así nuestro amor irá a renacer Porque comprendí que no sé vivir sin tu querer
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s
CHACO
C r i s o l
d e
r a z a s
l calor es un azote y el monte acobarda. La tierra se vuelve arisca y gredosa. El yacaré asoma su lomo en el jagüel y el sol lo convierte en un espejo que destella un reflejo plata; aviso luminoso inconfundible para la carabina del cazador. Chaco, el del litoral, Resistencia y el Paraná. Chaco, el de los campos bajos, encharcados, sin molinos y hacienda índica. Chaco, el de otra tierra donde el hombre echó raíces al amparo del “oro blanco". Chaco, el Impenetrable. Y como el nombre de su capital, debió ser gente de “resistencia", la que hizo florecer su tierra virgen, inmigrantes llegados entre las dos guerras, que al no encontrar su lugar, ni en la gran ciudad, ni en la pampa húmeda siguieron hacia el norte. Al Chaco llegaron italianos y españoles, pero sobre todo polacos y yugoslavos. Sus descendientes se acriollaron, trabajaron, estudiaron, triunfaron, y siguen dando hijos bien chaqueños.
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FLORENCIO MOLINA
CAMPOS
“Cuarteando en la selva chaqueña”
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Sean eternos los laureles
TIERRA DE TODOS haco es hoy la tierra de todos: indios, mestizos, gringos y criollos. Pero en un principio fue únicamente tierra india y para los primeros blancos, tierra de nadie. Cuenta la historia que por allí dominaban los guaikurúes y los mataco-paraguayos. Hoy subsisten sólo los matacos, los tobas y los mocovíes. Alejo García, Sebastián Gaboto y Juan de Ayolas fueron los primeros en acercarse a esta región, aunque ninguno sobrevivió gallardamente a la experiencia. Después de la colonización, pasaron muchos años antes de que se formalizaran definitivamente los límites provinciales. Chaco nació como gobernación en 1872. Y en 1884, Resistencia, la ciudad que creció al amparo de su ribera y su puerto, pasó a ser capital de la provincia. Los primeros colonos llegaron buscando esas tierras vírgenes llenas de minerales. El tanino de los árboles fue la segunda atracción y, finalmente, el “oro blanco", el algodón, que hoy cubre más de 700.000 hectáreas de la provincia. En sus comienzos los recursos no fueron bien aprovechados, los españoles quisieron valerse del indio, que por nómade, no se acostumbró a arraigarse en tal o cual terreno. La Forestal, empresa que más tarde fue el monopolio de muchos lugares del norte, tampoco llegó a generar poblaciones estables. Eso sí, degradó el monte y tras una crisis, el algodón fue la única solución. Entre las décadas del ‘20 y el ‘30, con la llegada de los inmigrantes europeos, Chaco se convirtió en un crisol de razas, expresión que muchas veces se utiliza para hablar de la población del país entero, pero que aquí, en el norte y en el monte, se convirtió en algo mucho más marcado, principalmente por tratarse de un lugar tan alejado del puerto de Buenos Aires, adonde llegó la ola de inmigrantes, antes y después de la guerra. Muchos no encontraron su verdadero lugar en la gran ciudad, ni existían muchos espacios libres en la pampa húmeda, totalmente ocupada, y alambrada. Así fue que italianos y españoles, pero especialmente polacos, yugoslavos y gente de distintas etnias fueron subiendo hasta el Chaco, en donde se encontraron con un clima bien distinto al de sus países de origen. Valga como ejemplo el de la colonia de yugoslavos de La Montenegrina, todos descendientes de los siete famosos hombres que un día llegaron desde Montenegro y que hoy, un monolito y una plaza los recuerda con nombre y apellido, casi todos terminados en “ich". En 1951 se fueron zanjando todos los límites con las provincias vecinas y el Chaco quedó delimitada para siempre, en ese entonces, con un gobernador peronista, Felipe Gallardo. Para muchos, el primer titular de la provincia.
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AR TE SA NA . foto A.E.A.
El Chaco conserva sus creencias y sus tradiciones. Si hay un mito del que nadie duda es “El Pombero”, un duende pequeño que sale a la siesta cubierto con un sombrero de paja. Suele llevarse a los chicos y embarazar a las solteras.
E L I MP E NE T RA BL E . foto A.E.A.
Selva de monte virgen, en el coraazón del Chaco
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P O S TA L E S C H AQ U E Ñ A S Una víbora curiyú se cruza en el camino y corre el mismo peligro que le traen las balas. Los alambres altos de algunas estancias muestran que por allí hay vacas blancas y con giba; señales que indican la rusticidad de las razas tan aguantadoras como chúcaras. Un perro sabio se sumerge de a poco en un tajamar y, cuando las garrapatas subieron hasta refugiarse en su lomo, las ahoga de un solo “tiro", con un violento chapuzón. El pájaro charata, con la graciosa veleta de plumas verticales en su cola, pasa rápido, como escapando a la cocina. Las garzas viajeras, novias leves de azul, con rumbo norte van salpicando el cielo y, en su descanso pueblan un árbol de ramas secas y lo transforman en un manto blanco. Los algarrobos se convierten en muebles, el quebracho hace muy duro el desmonte y el itín se muestra fuerte como la piedra. Cerca de una reserva indígena, un criollo tiene la suerte de esperar que el cabrito se termine de cocer junto a las brasas y, en un campo grande, alguien está de fiesta porque aún no cayó la tarde y en la parrilla ya hay tendida una vaquilla.
El peón golondrina En el Chaco se da el peón golondrina que suele venir para las cosechas, a veces adelanta el viaje para la época de las carpidas y eso significa que en sus pagos las cosas no han andado bien. Entonces ya pueden bajar de la zafra, de la caña, ya pueden bajar de otro tipo de oficio, la cuestión es que cuando las divisas escasean vienen al trabajo de la carpida que se hace manualmente y se cobra por líneo, y el líneo se mide cada 100 metros. Entonces a veces los colonos los habilitan con algunos reales convertidos ya sea en picadillo, en harina, en grasa como para que lleguen hasta la época de la cosecha, y los habilitan en un galpón como para vivienda. Y ahí se hacen las ruedas a la noche de los peones golondrina que han bajado de Santiago, que han ido de Corrientes, algunos de Entre Ríos, algunos paraguayos; se hacen ruedas lindas a la noche, y empiezan las conversaciones. Luis Landriscina
RODOLFO
SCHENONE
“Esperanza de Vida”
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Que supimos conseguir:
RODOLFO SCHENONE
“Curandera”
UN GRITO DE CAZA El Chaco tiene una tradición de cazadores que comenzó con sus primeros habitantes, los indios. Chaco deriva del vocablo quichua, Chacú. Traducido por los españoles como “cazadero", “cacería acorralada" o, con mayor certeza, “coto de caza". Esa forma de cazar de los aborígenes era bastante particular, por qué no mejor decir, muy bien organizada. Los indios no salían dispersos por el monte a traer la comida como fuese, de la forma que se pudiera y librada a la capacidad o destreza individual de unos u otros para manejar la lanza. Se trasladaban en conjunto hacia algún lugar del territorio, se diseminaban en un inmenso círculo y con el sonido y gritos que emitían, se iban cerrando, cercando todo animal que quedara adentro de sus límites. Una vez encerrados, los más hábiles daban cuenta de las bestias y pronto tenían carne, cuero, plumas, pieles y hasta alguna cría para una futura reproducción doméstica, que les servirían por toda una temporada. Esta modalidad que sorprendió a los españoles identificó esta tierra con ¡un grito de caza!
CARLOS SCHENONE
“El Cacique”
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L O S P U E B L O S Y L A S C I U DA D E S
CAT ED RAL D E RE SIST ENC IA.foto A.E.A.
Hablar de Resistencia, es referirse a la ciudad de las esculturas o, como muchos la llaman, el “Museo al aire libre". Más de 200 obras enriquecen esta ciudad que, en proporción al número de sus habitantes, es hoy la ciudad del mundo que más esculturas posee. La colocación de obras escultóricas en distintos lugares públicos se inició en los años ‘60 a partir de una iniciativa del Fogón de los Arrieros. Desde 1992 la Fundación Urunday organiza concursos de esculturas al aire libre a nivel nacional, y se ocupa del emplazamiento de las obras premiadas. Pero el Chaco, es además, Sáenz Peña, Presidencia de la Plaza, Machagai, Quitilipi, Charata, Pinedo, Villa Angela, la ciudad de Luis Landriscina, Las Breñas, Gancedo, el Impenetrable y Campo del Cielo. El Impenetrable es aquél monte cerrado, tan enmarañado que, ni con el proyecto más ambicioso encarado durante el último gobierno militar pudo ser ahuecado. Campo del Cielo, al sudoeste de la provincia y cerca de la localidad de Gancedo, es un terreno cubierto por cráteres que dejó una lluvia de meteoritos hace miles de años, incluido el llamado “El Chaco", segundo en el mundo por su tamaño. Campo del Cielo es uno de los pocos lugares en que se encuentra una buena napa de aguas subterráneas. Dicen que los meteoritos dejaron, metros bajo tierra, una suerte de batea que impide que el “agua buena", la de la lluvia, se escurra mucho más allá de la superficie.
Fue reconstruida en 1978.
P L A Z A 2 5 D E M A Y O , R E S I S T E N C I A . foto A.E.A.
Un hermoso parque alrededor del cual se levantan la Catedral y la Casa de Gobierno.
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ESAS NOCHES JUNTO AL FOGON El Fogón de los Arrieros nació en 1943, en la casa de su creador Aldo Boglietti en Resistencia. El teatro, las letras, la música, la pintura y la escultura se daban cita en esa casa que apuntaló la obra de artistas nativos como los escultores Juan de Dios Mena y Carlos Schenone. Trasladado a su actual edificio de la calle Brown 350 en 1953, su actividad se proyectó a nivel nacional y recibió la visita de los grandes artistas del Arte de los Argentinos, como Quinquela Martín, que llegó para dejar su condecoración “La orden del tornillo" y Juan Carlos Castagnino que pintó un mural. EL FOGON DE LOS ARRIEROS.foto A.E.A.
No es fácil definirlo, casa de amigos, club, centro cultural. Una institución chaqueña para todo el país.
JUAN
DE DIOS
MENA
“Hachero”. El artista tallando sus esculturas en el Fogón de los Arrieros
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O juremos con gloria morir.
D O N D E L A FA U N A E S C O M I DA La herencia de la caza está presente tanto en los indios, como en los criollos chaqueños. Se ha dicho que todo animal que camina, va a parar a la cocina. Y es cierto. En el Chaco no sobra la comida. Se come hasta la cola del yacaré. Por las banquinas encharcadas se suelen ver a los chicos moreneros juntando morenas (pequeñas anguilas) con sus redes, para después usarlas de carnada en pos de conseguir un pescado mayor en la zona de los ríos. También existen los llamados tatuseros. Son quienes se encargan de cazar al famoso tatú, una suerte de armadillo o peludo de la zona pampeana, pero mucho más sabroso puesto que, de mayor tamaño, el tatú solo como hierbas y no tiene ese sabor a carroña que a veces guarda el peludo. Pero, si existe un manjar para los chaqueños es el guazuncho. De la familia del ciervo y conocido como corzuela en otros lugares geográficos, el guazuncho casi no posee nada de grasa. Por eso, lo mejor no es asarlo, sino hacerlo en milanesas. Basta probarlo empanado para saber que no hay nalga, cuadrada, bola de lomo ni peceto, que sea tan sabroso y tan tierno como una milanesa de guazuncho. El resto del animal, es el mejor de los guisos. Además existe el locro y muchos alimentos son a base de maíz, mandioca, carne, papa y charque. El chipá paraguayo también forma parte de la dieta, pero cuando no hay una buena costeleta de vaca, hay que hachar mano al charque (carne salada y secada al sol), como en cualquier lado. A veces puede parecer salvaje esto de salir a cazar y comer lo que se encuentra al paso, pero todo esto es el Chaco, una tierra dura, donde el rigor se hace sentir, pero donde muchos encontraron una fuente de vida porque tiene un corazón generoso y lleno de misterios como el Impenetrable.
FLORENCIO MOLINA
CAMPOS
“Cazadores nocturnos”
ESCUDO DEL
CHACO
El paisaje nativo está simbolizado en su palmera y el futuro esperanzado, que surge del trabajo de la tierra está presente en el arado. Los laureles que lo rodean unidos por cintas celestes y blancas, coronados por el sol, hablan de su pertenencia a la Nación Argentina.
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Gringa chaqueña Letra: Felix Luna Música: Ariel Ramírez
s Ahora eres la cuna de la paz y del trabajo. Cuando yo te habité eras puros tacuruses. Monte sin flor, indiada y toldería. Campos de espinas amargura, crucé. Sangre de mi gente tu horizonte maduró. Gringos te abonaron con su piel y sudor. Déjame decir lo que yo te di déjame que cuente de este Chaco que hice yo. Yo te trabajé, hice de tu piel una sombra nueva. Yo te di algodón, hijos te brindé, rostros de cosecha. Chaco montaraz, toba redomón, fui mujer entera. Tu tierra vacante fue una cuna grande, áspera y materna. Tu esterilidad yo la fecundé cada luna nueva. Y dándote vida me he sentido yo bien gringa y también chaqueña.
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W
C H U B U T Donde el cielo es más
puro
omo las demás provincias de la Patagonia, Chubut es una provincia nueva. Lo que no quiere decir que no tiene historia. Sucede que por esas tierras poco tuvo que ver la colonización española, el Virreinato y el gobierno patrio de 1810. Por aquellos tiempos allí reinaba el indio. Chubut es una palabra tehuelche que significa, “claro, límpido, diáfano", como las aguas del río que lleva ese nombre y como sus cielos puros y transparentes. Y fueron los tehuelches, pueblos nómades que vivían de la caza del guanaco, los primitivos habitantes de la región. Años más tarde llegaron los mapuches desde Chile, a quienes los blancos llamaron araucanos. Agricultores y por lo tanto, sedentarios, se dedicaron además al arte textil, la platería y la cerámica. Goletas de expedicionarios y piratas recorrieron sus costas en busca del ansiado paso hacia el Océano Pacífico. En 1865 llegaron los galeses que marcaron la cultura de la provincia y años más tarde argentinos de todo el país decididos a poblar la Patagonia.
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AMERICO PANOZZI
“Primavera”
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Pero sierras y muros se sienten
UN POCO DE HISTORIA n 1534, el español Simón de Alcazaba y Sotomayor fundó en estas costas marítimas Puerto Leones, pero un motín en donde fue asesinado, terminó con el asentamiento, ya que muchos de sus súbditos regresaron a España. Los dos siglos siguientes, fueron para las costas de Chubut, apenas un lugar de paso de ingleses, franceses y españoles, cuyo destino era el estrecho de Magallanes. En 1779, el Virrey Vértiz envió a Juan de La Piedra y a Francisco de Viedma, quienes fundaron dos ciudades que, en poco tiempo también, fueron abandonadas, ya que pocos superaban el rigor de los fríos vientos y, los que lo lograron, fueron capturados por tribus aborígenes allá por 1810. En 1865 y en un número de 153 llegaron a estas tierras en la recordada embarcación "Mimosa" los galeses, que escapando de la presión del pueblo inglés, se asentaron en Rawson. Hubo otros desembarques en 1874 y 1876, la colonia fue creciendo y muchos dejaron Rawson, seguramente para buscar la protección de los valles al amparo de los vientos del Atlántico. En 1884 Chubut se separaba de la provincia de Buenos Aires. Italianos y españoles, provenientes de la inmigración de fin de siglo y del comienzo del que se va, fueron engrosando su población. Pero a pesar de la inmigración, en Chubut subsisten las tradiciones indígenas que se manifiestan en su música, el clásico loncomeo mapuche y en los quillangos, las mantas tejidas por los indios. El loncomeo, como bien explica el neuquino Marcelo Berbel, no es un ritmo, sino un baile que además se canta, es un movimiento de cabezas acompañado con instrumentos de persución como el kultrum, imitando el movimiento de los animales. Aún hoy en muchos lugares de la provincia se danza durante El Camaruco, una rogativa a Dios , para pedir un año benévolo en salud y en condiciones climáticas. Los tehuelches, otra de las etnias que habitaron la Patagonia fueron los creadores del quillango. Agudizando su ingenio para cubrirse en épocas de nevados inviernos, inventaron una gran túnica con pieles de distintos animales de la región : guanaco, zorrino, zorro, liebre, gato montés o carpincho, cosidas con venas de avestruz.
E
A RT E SAN AS. foto A.E.A.
Tradiciones mapuches y tehuelches caracterizan la cultura de Chubut.
G ANA DO L AN AR. foto A.E.A.
La llegada de la inmigración potenció el desarrollo económico de la provincia.
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PA R A I S O I N S O L I T O
E L E F A N T E M A R I N O .foto M.A.
Chubut tiene una de las mayores reservas de fauna marina del país.
CEFERINO CARNACINI
“Lago Futalaufquen”
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Así aparece calificada esta provincia en los catálogos turísticos y en los diarios de los viajeros, pero es mucho más lo que nos dicen su valles, su litoral marítimo, sus lagos y su cordillera. La Península de Valdés está próxima a ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Allí convergen golfos como el Nuevo o San José, la ciudad de Puerto Madryn y maravillosas colonias de lobos marinos. Está también la Isla de los Pájaros, a la que en bajamar se puede llegar caminando sobre una playa plagada de algas. El Golfo Nuevo, es el paraíso de las ballenas francas australes, que todos los años convocan con su alegre visita, a miles de turistas que se embarcan para acercarse a sus “soplidos chorros", a sus magníficas colas que se dibujan por sobre el agua y sus inmensos cuerpos que llegan a borrar el horizonte de la vista de todos. El Valle de los Altares, con sus cañadones y acantilados que acompañan la sinuosidad del río Chubut, en el centro de la provincia, contrasta con importantes ciudades como Comodoro Rivadavia o Trelew. Contra la cordillera está el Lago Futalaufquen, seguramente uno de los más bellos espejos lacustres que encierran los Andes.
Retumbar con horrible fragor:
B A L L E N A F R A N C A A U S T R A L . foto M.A.
Chubut es el paraĂso de las ballenas francas australes que convocan cada aĂąo a turistas de todo el mundo.
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Entre otros bienes provinciales no se puede dejar de mencionar a “El Trochita", cuyo ramal ferroviario perteneció a “El viejo expreso patagónico"; Punta Cuevas, antiguo refugio de los galeses en Madryn; el Museo Oceanográfico y de Ciencias Naturales de la misma ciudad; la ex usina eléctrica de Comodoro Rivadavia y todas las capillas galesas ubicadas en el valle inferior del Río Chubut. Tampoco podemos olvidarnos de los pingüinos de Punta Tombo, el pueblo fantasma de Cabo Raso y las historias de antiguos desembarques de soldados alemanes que desde submarinos se pusieron al resguardo en estas costas. Todo hace al misterio y al encanto de esta tierra de campos sin alambrar, típicos de la Patagonia, y en los que se crían lanares, los únicos animales que con su rusticidad superan los vientos de invierno y aportan sus bellones para que el hombre supere las frías ráfagas sureñas. PINGÜINO DE MAGALLANES. foto A.E.A.
Numerosas colonias de pingüinos llegan a Punta Tombo a tener sus crías.
C H O L I L A . foto M.A.
Localidad que se encuentra en el camino que lleva a Esquel
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CEFERINO CARNACINI
“Suburbios, Esquel”
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Loncomeo Letra: León Benarós Música: Carlos Di Fulvio
W Allá en el sur de los vientos, donde es el cielo más puro, nos aguardas, Patagonia con esperanza y futuro. Brava Patagonia, tierra del coirón, suelo de varones, hielo de glaciar. Valles encantados, lagos de ilusión Lengas y cipreses de estatura impar. Rústica araucaria, singular pehuén Árbol milenario, rinde su piñón. Viven en sus bosques ciervo y jabalí Choiques y guanacos galas tuyas son. Patagonia, Patagonia, Reserva del nuevo día Quien no te nombró por mal nombre, Muy poco te conocía. Bravía madre argentina Pidiendo esfuerzos y brazos. Tu sabes dar, por sustento, Tu corazón en pedazos…
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E N TV eRr d eE y f Re l i Iz O S estida de un silencio verde y feliz de campo, toda húmeda de una alegría de arroyos, con una cabellera de árboles libres, así definió el poeta Juan Ele a este territorio poblado de ceibos, talas, espinillos y totoras. En los bajos y en los esteros el viento del río mueve el pajonal. En las lagunas, los patos sirirí no se inmutan, las garzas despliegan su belleza, los carpinteros se aferran a los troncos, cantan los cardenales y las bandadas de cotorras se mimetizan con el verde del campo. En tiempos de lluvias los ríos bajan con bravura. Un chajá, el perro del agua para los pescadores, pega su grito alertando algún peligro y por sobre los camalotes viajan reptiles. Abajo, en las profundidades, se entreveran los pacúes, surubíes, bagres amarillos, moncholos y hasta un dorado viajero que quizá venga desde más arriba. No hizo falta la devoción por algún santo ni transformar una palabra indígena para darle nombre a esta provincia. Bastó mirar al este y encontrarse con el río Uruguay, luego girar la cabeza hacia el oeste y sentir el inquietante fluir del Paraná.
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CESAREO B.
DE QUIROS
“La Casa Rosada”
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E L U L T I M O G R A N PA L M A R Quizás el último gran conjunto de palmeras en Sudamérica se encuentre en el Parque Nacional El Palmar, 50 kilómetros al norte de la ciudad de Colón. En esas 8500 hectáreas existen palmeras yatay de 18 metros de altura, con troncos que alcanzan los 40 centímetros de ancho, muchos de los ejemplares tienen más de 200 años. El caudal del Río Uruguay arrastra semillas provenientes de la selva subtropical que prosperan en sus afluentes formando selvas en galería y con una densa vegetación de pastizales, enredaderas, entre las que habitan vizcachas, lagartos, zorros, ñandúes y carpinchos, además de innumerables especies de pájaros. El gran palmar, con su fauna y sumado al atractivo de la pesca llevan un importante caudal turístico a esta provincia, tan cercana a la Capital de la República. PARQUE NACIONAL EL PALMAR. fotos A.E.A.
La gran reserva de palmeras yatay de nuestro país.
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Escupió su pestífera hiel,
E L PA L A C I O S A N J O S E A 30 kilómetros al oeste de Concepción del Uruguay está el Palacio San José, en donde vivió y murió asesinado el General Justo José de Urquiza. Rodeado de un gran jardín francés, 18 habitaciones se abren al gran patio de estilo italiano. Bartolomé Mitre y el presidente Sarmiento fueron huéspedes de la casa. Detrás del edificio principal se levanta la capilla decorada en la cúpula con frescos del maestro uruguayo, Juan Manuel de Blanes, quien fuera el pintor de Urquiza. Además de retratarlo, pintó ocho grandes lienzos que pueden verse en el Museo del Palacio, en los que conmemora los triunfos militares del General. Son obras de juventud, realizadas antes de viajar a Italia para completar su formación artística.
P A L A C I O S A N J O S E . fotos A.E.A.
(1848-1858) Arq. Pedro Fossati. Un detalle de la capilla del palacio decorada por Blanes
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L O S P O E T A S Y E L PA I S A J E “Un fresco abrazo de agua la nombra para siempre; sus costas están solas y engendran el verano. Quien mira es influido por un destino suave cuando el aire anda en flores y el cielo es delicado.” Carlos Mastronardi “No hay en tu tierra gracias sorprendentes de líneas,- apenas si una suave melodía de curvas- pero tiene ella un encanto de mujer, de sencilla, de agreste belleza. Vestida de un silencio verde y feliz de campo, toda húmeda de una alegría de arroyos, con una cabellera densa de árboles libres.” Juan Ele
CARLOS
DELGADO ROUSTAN
“Arroyuelo”
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El paisaje entrerriano inspiró a decenas de poetas y, era lógico. Uno de ellos fue oriundo de Gualeguaychú, José S. Alvarez, que en Buenos Aires editó la Revista Caras y Caretas. Para todos, Fray Mocho. Dice en su libro “Un viaje al país de los matreros". “Qué imponente y qué majestuoso es allí el gran río, con sus embalsados que parecen islas flotantes; con sus pajonales impenetrables que quiebran la fuerza del oleaje y defienden del embate continuo la tierra invasora que poco a poco lo estrecha y que ya luce orgullosa su diadema de seibos y de sauces; con sus nubes de garzas blancas que al volar semejan papelitos que arrastrara el viento; con sus bandadas de macáes que zambullen chacotones persiguiendo las mojarras entre los camalotes florecidos y con sus nutrias y sus carpinchos y sus canoas tripuladas por marineros de chiripá, que parece que allí nomás, a la vuelta del pajonal, han dejado el caballo y las boleadoras!”. Carlos Mastronardi, poeta, crítico y ensayista nacido en Gualeguay (1900). Aunque radicado en Buenos Aires desde 1920, pasaba largas residencias en su provincia natal, a la que rinde homenaje en su poema “Luz de Provincia”. Juan Laurentino Ortiz, o Juan Ele, sensible y humilde, sus poemas y conversaciones, daban testimonio de la belleza del paisaje, y del hombre que lo rodeaba. Su casa junto al río, en Gualeguay, fue su refugio y un centro de peregrinaje para los jóvenes poetas de la generación del 60.
CESAREO
B. DE QUIROS
“El Pialador”-serie Los Gauchos. (MNBA)
En septiembre de 1919, inauguró en Galería Müller de Buenos Aires una exposición, a la que títuló “De mi taller a mi selva". Y junto a las naturalezas muertas y los interiores de su estudio, presentó los primeros paisajes de Entre Ríos, su querida selva de Montiel. “Al salir de su taller para entrar en su selva, su espíritu se retempla y vuélvese otro hombre.(...) Son casi todas piezas de museo", escribía el crítico de la Nación el 19 de Septiembre de 1919. De aquí en más, orientó su obra hacia los temas nativos; instalado en Médanos, realizó Los Gauchos (1923-1928), una serie de óleos monumentales, con los que recorrió las principales ciudades del mundo y que lo hicieron merecedor del título con que lo honró Leopoldo Lugones, “el pintor de la Patria". En 1938, se instaló en Paraná en una antigua casa de Puerto Viejo. Allí se mantuvo alejado del ambiente artístico, y adquirió un predio en “El Brete" sobre las Barrancas del Paraná, con la ilusión de construir un Museo para “Los Gauchos", un sueño que no pudo hacer realidad. Las obras fueron donadas al Museo Nacional de Bellas Artes, donación aceptada por Ley Nacional, pero el poco criterio de los funcionarios hizo que hasta la fecha permanezcan en los depósitos y que los argentinos no podamos disfrutarlas.
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Provocando a la lid más cruel.
C H A M A R R I TA S Y P Á J A R O S C A N T O R E S La música entrerriana sin duda alguna es la chamarrita, una especie de milonga alegrona de compases ligeros, tan apropiada para una descripción, como para cantar historias de amor. Uno de sus cultores es Rubén Linares Cardozo (Rubén Martínez), quien compuso en la década del ‘40 temas maravillosos como “El Entrerriano", “La Lindera" o “Canción de cuna costera". Otros clásicos del folklore entrerriano son Víctor Velázquez, Francisco Casís, oriundo de La Paz; de Villaguay, el chamamecero Abelardo Dimotta y, como los pájaros, ya que imitan su canto, merecen un lugar los Hermanos Cuestas, únicos cultores del canto ornitológico. “Hace tiempo ando con ganas de arraigarme a sus cuchillas y recostado en un tala llenarme de maravillas. Darle piolín al arroyo o cartucho al pajonal y al ritmo de una chamarra poder sentirme bagüal. Entre Ríos pago macho como quisiera volver y enredado a una guitarra sentir que vivo otra vez." José Larralde
ESCUDO DE ENTRE RIOS
Rodeado por un cordón de plata y los tradicionales laureles, tiene una inscripción que es la síntesis de su historia y el lema de su futuro: Federación, Libertad y Fuerza. Las diestras se estrechan sobre el sol dorado y una estrella de plata domina el campo superior. Sus colores el rojo federal y el vede de sus lomadas
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Entrerriano Letra y música: Linares Cardozo
V Entrerriano Pa’ lo que guste paisano, Con un apretón de manos Se va toda mi amistad. Entrerriano Montielero firme y llano Gloria de patria y pasado Agita el ser montaraz. Por siempre llevo un zorzal Apuntalando mi cantar, Talar de fe para anidar Mi gaucho arisco cardenal, Calandria en la libertad, Y la ancestral ley del minuán Donde naides, naides es más. Esa es mi ley de la igualdad. Y por dicha del destino Tengo a mano un arroyuelo Una lomada, un bajío, Donde calmar tanto sueño. Soy entrerriano, De ñandubay, Corazón tierno Y fibra fuerte de caranday. Soy entrerriano, Mande nomás, Soy del SUPREMO Pluma e’ ñandú bien federal.
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F OL Ra oM O S A lvidada s una de las provincias de la que menos se habla, y es cierto. De la que menos se sabe y también es cierto. Las primeras expediciones que remontaron el río Paraguay en busca de la “Sierra de Plata” la bautizaron. Al llegar a la curva frente a la cual se ubica la actual ciudad de Formosa, sus pendientes verdes, y el juego de la luz del sol en el agua crean un hermoso marco. Fermoso, en el castellano antiguo y así llamaron los expedicionarios a toda esa ribera serpenteante, “Vuelta Fermosa”. Limitada por sus ríos, Paraguay, Bermejo y Pilcomayo, Formosa quedó aislada, y no por el agua, durante los siglos de la colonización, sin más hechos remarcables que la explotación ocasional de sus montes. Es una provincia con poca historia y una población escasa que no supera los 450.000 habitantes. Lejos de la Capital Federal, su geografía atrae a los amantes de la flora y la fauna subtropical, propia de su clima de veranos fogosos, con altas temperaturas en diciembre y enero, que no son fáciles de soportar.
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JOSEFINA CURA
“Familia en el campo”
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¿No los véis sobre Méjico y Quito
BREVE HISTORIA a guerra con el Paraguay (1865-1870), puso sobre el tapete la cuestión de los límites en la región chaqueña. Firmada la paz y como consecuencia de los tratados, comenzaron a conformarse las líneas territoriales en esa parte del norte de nuestro país y comenzó a delinearse el territorio de la que luego sería Formosa. El gobernador del Chaco, coronel Lucio V. Mansilla propuso la ocupación de Formosa ponderando las ventajas de este sitio, y la corta distancia que la separaba de Asunción y de Corrientes. Dispuso que el Secretario de la Gobernación, Luis J. Fontana, explore la costa y se encargue de poblarla. Así, el 8 de abril de 1879, Fontana comenzó con lo que se le había pedido, erigió una colonia agrícola y levantó el incipiente pueblo formoseño. En ese periodo inicial se expandieron las fronteras militares, el Chaco amplió sus comunicaciones fluviales por el Paraná, el Paraguay y el Bermejo y, paralelamente llegó el correo, el telégrafo y la apertura de caminos. En 1882 ya se habían fraccionado dos gobernaciones diferentes, la del Chaco y la de Formosa, separadas por el río Bermejo. Poco fue lo que se conoció de allí hasta fines de siglo. Sí, se pueden mencionar a pioneros, exploradores, funcionarios y misioneros que abrieron rumbos en la vida social, económica y cultural de la provincia. Entre los primeros se destacan el capellán Fray Gabriel Grotti, unido a todas las iniciativas en pos del bien común. La de Fray Pedro Iturralde, quien en 1900 fundó las misiones de San Francisco de Laishi y San Francisco Solano de Tacaaglé. Entre exploradores viajeros recordamos a Crevaux, Solá, Ibarreta y Fielberg. El interés por el Pilcomayo atrajo a gente como Storm, Ramón Lista, Enrique Ibarreta y José Montero. Con el tiempo se agregaron pioneros de la talla de Francisca Zambonini de Zambrini, precursora de la docencia; Martín Ruiz Moreno, médico; Florencio Gorleri y Santiago Cavenago, funcionarios y, hombres que abrieron el camino de la industria del monte como Pedro Bonaccio o Manuel Peña.
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E S C U E L A R U R A L . foto A.E.A.
En las escuelas formoseñas a las que concurren niños aborígenes, los docentes tienen un auxiliar indio.
E L A RA DO. foto A.E.A.
Con la llegada de la inmigración comenzó el desarrollo agrícola de Formosa.
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D O S I N F L U E N C I A S C U LT U R A L E S
LOS PAJAROS DE FORMOSA Los wichis creen que después de la muerte vuelven a la tierra convertidos en pájaros. Los pájaros de Formosa son los espíritus de los antiguos pobladores.
A RT E SAN O DE LA CO MU NI DA D WI CH I
“Escenas de la vida cotidiana”
T E J I D O . foto A.E.A.
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Al no tener grandes incursiones colonizadoras por parte de los españoles, Formosa conserva hasta nuestros días sus etnias indígenas: los tobas, los pilagá y los wichi o matacos. En cuanto a sus influencias lingüísticas y culturales tenemos que diferenciar dos corrientes: la guaranítica y la salteña - santiagueña. La primera se ubica en la zona que va desde el Río Paraguay hasta la ciudad de Fontana, con gran inmigración de paraguayos, y también de ucranianos, polacos, alemanes y suizos, provenientes todos de colonias paraguayas. La comida de la región se basa en el maíz, la mandioca, la batata, el zapallo y es la zona en donde existe mayor concentración de ganado. La infusión clásica de toda la provincia es mate frío, llamado comúnmente tereré. La música es la guarania, la polca y el chamamé. En la parte salteña - santiagueña, aproximadamente desde Las Lomitas hacia el oeste hay un grupo migratorio proveniente de aquellas dos provincias, y jujeños y bolivianos, aunque en menor cantidad. Por las cercanías con esas regiones, la cultura folklórica está mucho más emparentada con las coplas, las bagualas, la zamba y la chacarera. Fortín Yunka, fue el escenario donde en 1918 tuvo lugar una de las más grandes matanzas de aborígenes encabezada por el Capitán Boy, quien luego fuera sometido a un consejo de guerra, acusado de abuso de la autoridad. La sublevación de los habitantes del lugar fue conocida con el tiempo como “el último malón”.
GUILLERMO TORRES
GUILLERMO TORRES
“Melodía”
“El cacique”
Arrojarse con saĂąa tenaz,
B A N A N A S Y P O M E L O S . fotos A.E.A.
Formosa conserva sus fiestas, que definen un poco su estilo de vida: la del Banano en Clorinda, la fiesta del Folklore FormoseĂąo, en la ciudad de Formosa, del AborĂgen Americano, la fiesta del Pomelo en Laguna Blanca, y la de Yunka.
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U N PA I S A J E N A T U R A L
P L A Z A S A N M A R T I N . foto A.E.A.
Ciudad de Formosa.
Será por lo nueva, por la menor incidencia de la mano del hombre, que Formosa mantiene zonas todavía muy agrestes y naturales. Se halla asentada sobre un gran plano suavemente inclinado que forma parte de la planicie chaqueña. En el borde oriental de esta cuenca se aloja el sistema hidrográfico autóctono, generado por excesos locales de agua. Allí se desarrollan esteros, cañadas y selvas en galería. Sobre los suelos bajos y pesados, extensos palmares y, en los más altos, las isletas de montes con predominio del quebracho colorado. En el centro hay parque y sabanas secas con bosques e isletas, mientras que hacia el oeste se entra en dominios de una vegetación leñosa, de montes altos y en donde domina el quebracho blanco y el colorado.
F A B R I C A D E T A N I N O . foto A.E.A.
El tanino para las curtiembres se extrae del quebracho colorado.
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Y cual lloran bañados en sangre
JOSEFINA CURA
“La naranjerita”
Un párrafo aparte merece Las Lomitas, un pueblo mucho más turístico, con una importante reserva de pájaros. El turismo formoseño es turismo de aventura, con un neto tinte conservacionista. Se puede visitar el Parque Nacional Pilcomayo, las reservas aborígenes de Tacaaglé, la estación de animales silvestres de Guaycolec. También, el Fortín Soledad o el Bañado La Estrella en Las Lomitas. La Reserva Natural Formosa, de 10.000 hectáreas, es otra muestra de que todavía la provincia guarda grandes espacios en donde no ha intervenido en nada la mano del hombre. Formosa es la principal ciudad de la provincia, es la capital, la más poblada, cuenta con una ribera en el recodo de un gran río y un pintoresco embarcadero. La Casa de Gobierno es Monumento Histórico Nacional, además funciona como museo regional; la Casa de Artesanías y la Catedral, forman parte de lo mejor de la ciudad. El otro centro importante es Clorinda, fundada en 1900 sobre la ribera derecha del Pilcomayo, hoy está diezmada por la vecina Asunción, que ofrece mejores precios.
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PATRIA DE LA LUZ, LA FLOR Y EL PAJARO
ROMILDA NANA
“La inmigrante”
MODESTO GONZALEZ
“Domando el potro”
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Marcelino González, un cantor y poeta formoseño, le dedicó su inspiración a Formosa y laretrató varias veces en sus poemas. Nos dejan también el color de esta tierra, Armando de Vita y Lacerra con sus libros “La barca en la ribera” y “Su pueblo en la estrella”, Aldo Cristanchi, Margarita Diez, Humberto Vargas y Ariel Vergara Bai. Entre los artistas y artesanos formoseños que pintaron sus paisajes y sus costumbres recordamos a Modesto González, que en el siglo pasado recorrió la provincia acompañando a los soldados que participaron en la Guerra del Paraguay, y nos dejó su testimonio en sus pinturas. Recientemente fallecido, Guillermo Torres fue un artesano dotado para la escultura, perteneció a la comunidad Wichi y en sus obras nos habla de la vida y las tradiciones de su gente. Romilda Sara Nana, que firma sus esculturas como Romil, rinde homenaje a los primeros inmigrantes llegados a Formosa. Gente que hizo patria.
Potosí,Cochabamba y La Paz?
L A F L OR D E L I RU P E . foto M.D.
Cuenta la leyenda el nacimiento de esa maravillosa flor. La india Morotí y el indio Pitá se amaban. Un día, mientras paseaban por la orilla del río, ella arrojó su brazalete para que Pitá lo rescatara. El indio enamorado se lanzó al agua, y nunca más volvió. Impulsada por el hechicero de la tribu, Morotí también se arrojó al agua para no volver. Al amanecer, los indios vieron flotar flores extrañas de pétalos blancos , Morotí, y de pétalos rojos, Pitá. Es el Irupé una planta acuática de extraordinaria belleza, cuyo nombre en guaraní significa “plato sobre el agua”.
E L RI O B E R M E J O . foto A.E.A.
Durante la guerra entre tobas y wichí, una joven toba fue tomada prisionera. El hijo del cacique wichí se enamoró de ella y este lazo amoroso era un delito que se pagaba con la muerte. Sus corazones, arrojados al río, tiñieron para siempre las aguas.
ESC UDO DE F ORMOSA
Su escudo, con una estrella por cada departamento, destaca la integración territorial de la provincia, y la floreciente producción de algodón con un hermoso capullo central. Dos ramas de olivos están en la base, y los brazos vigorosos que estrechan sus diestras, hablan del rudo trabajo y el esfuerzo en común de sus habitantes.
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Patria de la luz, la flor y el pájaro
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Autor: Marcelino González
Hay un lugar y un tiempo donde el pájaro y la flor se eternizan en el verde. Donde la vida, no sabe de la muerte porque el árbol se convierte en la unión maravillosa de la tierra con Dios. ¡Esa es mi tierra! La de raíz aborigen, la del padre sol, fuego inmortal y la luna de mis Toba, milagrera. Trópico adentro, paisaje cantor, Gualambau me dijeron, fue su nombre anterior; por sustento de mi gente tuvo que ser Chacúu ¡Estoy nombrando Formosa! ¡Tierra del fuego y la luz!
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JUJUY
Mas cerca del cielo uien llega a Jujuy se siente más cerca del cielo. Está tan arriba en el mapa de nuestra Argentina, que es un hito norteño, como tierra del Fuego lo es en Sur. Límite del país con Bolivia, Jujuy es altiplano, puna, quebrada, valle, carnavalito y quena, siku y charango. Cabras en corrales con cercos empedrados, pastores indígenas que se ayudan con una larga vara y se protegen del viento de las alturas con gorros de lana para cuidar sus orejas. Su capital fue fundada en 1593 y los españoles la llamaron San Salvador de Velazco en el Valle de Jujuy, con el tiempo le quedó un nombre más corto, San Salvador de Jujuy. Un nombre recuerda a una de las tribus que habitaban el valle los indios jujuyes. La ciudad fue creciendo, como el corredor de los conquistadores que venían desde el Alto Perú hacia Santiago del Estero y Jujuy era el paso obligado y el lugar adecuado para hacer un descanso.
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LEONIE MATTHIS
“Capilla de Urquía”
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¿No los veis sobre el triste Caracas
LANZA, SANGRE Y MUERTE abitada por jujuyes en el valle de Jujuy, omaguacas en Tilcara y Humahuaca, y ocloyas en el Valle de Ocloyas, todos le dieron pelea a los consquistadores. El primero en saberlo fue Diego de Almagro, quien en camino hacia Chile anduvo por la puna jujuña y perdió a muchos de sus hombres antes de apurar el paso y escapar por la quebrada de Escoipa. Peor destino tuvo Diego de Rojas, quien fue muerto por los indios en la Quebrada de Humahuaca y su cabeza terminó coronando una lanza guerrera. Los tiempos que siguieron tampoco fueron fáciles. Se fundó la ciudad de Nieva, pero rápidamente hubo que despoblarla ante los ataques. Lo mismo sucedió cuando Pedro Zárate levantó San Francisco de Alava, en 1575, destruida por los indios un año después. Finalmente Francisco de Argañarás y Murguía venció junto al algarrobo del centenario de Purmamarcca, al cacique Viltipoco y pudo fundar San Salvador de Velazco en el Valle de Jujuy, en 1593. Creado el virreinato en 1776, Jujuy integró la Intendencia de Salta del Tucumán. Lo que fue el corredor histórico, se convirtió en escenario de enfrentamientos del Ejército del Norte con las fuerzas realistas a partir de 1810. Dos años más tarde, los realistas pusieron en problemas al ejército de Belgrano y cuando Pío Tristan, llegó a la capital, se encontró con lo que luego se llamó “el éxodo jujeño”. Belgrano fue derrotado en Ayohuma y Tristán volvió a Jujuy para enfrentar a San Martín, el sucesor de Belgrano en el Ejército del Norte. Pero allí se encontró con los gauchos de Güemes, que desbarataron sus planes. La frontera norte quedó en manos patriotas, luego vinieron los enfrentamientos internos y, finalmente, en 1934 Jujuy se consolidó independiente.
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H U M A H U A C A . foto A.E.A
Monumento a la Independencia. Inaugurado en 1950, fue realizado por Ernesto Soto Avendaño.
P U C A R A D E T I L C A R A . foto A.E.A
Este antiguo sitio fortificado es el preferido por los turistas y los investigadores.
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LA QUEBRADA DE HUMAHUACA
CEFERINO CARNACINI
“Coya orando, Humahuaca”
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Es un lugar sin tiempo, por el que solo corre el Río Grande, encerrado entre cerros multicolores, con música de carnavalito y raguidos de un charangos. La habitan coyas, sencillos, introvertidos, respetuosos de la Pachamama (madre tierra), devotos de la Virgen de la Candelaria y que hablan poco pero dicen mucho a través de sus coplas. Les brotan naturalmente, sabiamente cuando cuentan sus vivencias o le cantan a la conquista, pero no de la tierra. Jamás, más bien son esas que intentan aporedarse de la mujer amada. El estrecho y profundo valle se extiende de norte a sur por más de 150 kilómetros y desciende desde los 3000 hasta los 1000 metros de altura. Humahuaca fue pueblo de indios y lo es, no solo por los coyas sino por el gran ingreso de braceros bolivianos que bajan para la zafra azucarera. Se conservan mitos, costumbres y formas de laboreo de la tierra que sin duda se quedaron en el tiempo. El pucará de Tilcara resume la cultura omaguaca dentro de 16 hectáreas en donde se calcula vivieron unos 3000 aborígenes. La quebrada es como un largo hilo que hilvana diversas localidades y en un camino hacia las alturas, hacia el cielo, primero aparece Tumbaya, con una histórica iglesia de 1796. Purmamarca deslumbra junto a los famosos cerros de Siete Colores. En la Posta de Hornillos, en la ruta obligada del corredor, descansó Belgrano tras los triunfos de Tucumán y Salta. Maimará, denominada “la paleta del pintor”, destella en los colores cerranos y tras una y otra curva, aparece Tilcara, con sus callecitas que suben y bajan.
Luto y llanto y muerte esparcir?
Del brazo con tu mañana clara camino por tus calles, Humahuaca cinturas breves de piedra en tu cuerpo de montaña; grises parcelas indias que se nombran con los nombres de retazos de la Patria camino por tu ribera de casas, Humahuaca...
MAIMARA Y PURMAMARCA. foto R.G.
Pueblos de la Quebrada
Huacalera, casi sobre el tópico de Capricornio, conservan en su iglesia pinturas cuzqueñas como “El casamiento de la Virgen” y, Uquía, encanta con sus calles angostas de piedras redondas; tiene una iglesia antigua con un magnífico altar dorado a la hoja. Y finalmente Humahuaca, también con sus calles de piedras, tierra de veneraciones y festejos. Un conjunto urbano que muestra una imponente mancha verde de las copas de los árboles y entre las que asoman parches blancos y marrones de casas de piedra y adobe. Son casas que parecen haber brotado de la misma tierra, con el adobe amasado en barro y paja. Un patio en el que domina la sombra del árbol, suele ser el lugar de encuentro de las familias. La cocina es un espacio para estar y comer, pero el horno, está en el patio y con ese atractivo, nadie puede desprenderse del corazón hogareño, descansado y al aire libre.
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LOS CAMINOS DE LA FE Testimonios del brazo evangelizador de la conquista, las iglesias y capillas de Jujuy se levantan en la Puna solitaria y en la Quebrada legendaria. La iglesia de Urquía (1691) es de un perfil ingenuo y sencillo, con techos de cardón seco cubierto con tortas de barro y en donde la belleza de su humildad se constituye en el don fundamental. Pero además tiene un magnífico retablo altoperuano. También como monumento histórico está la Iglesia de Casabindo, en un paraje desolado, desértico y de arenalaes a 40 kilómetros de Abra Pampa. Tiene como originalidad, respecto de las otras, su total construcción de piedra. P R O C E S I O N . foto A.E.A El 15 de Agosto, Día de la Virgen, todo Jujuy festeja y le rinde tributo.
JORGE VILLAR
MATHIS
“La procesión” y “Iglesia de Huacalera”
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¿No los veis devorando cual fieras
LEONIE MATTHIS
“Altar de Urquía”
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MUSICA DE VIENTOS La música jujeña es típicamente andina, con un rico folklore y aportes bolivianos y peruanos. Los conjuntos emplean los más variados y singulares instrumentos, en su mayoría de viento, como el erke: una corneta de cañas que suele llegar a tener siete metros. Los erkenchos son una suerte de clarinetes rústicos y la flautilla de caña tiene tres agujeros. El pinkullo es igual a la flautilla, pero con más notas. Aunque el más lindo de los sonidos es el de la quena, que suele ser de caña o de hueso. La influencia del Perú está en el siku: flauta de pan. La anata, flauta de madera, y el típico charango, un instrumento de cuerdas construido con la caparazón del quirquincho, acompaña sus melodías. Uña Ramos y Justiniano Torres Aparicio, creador de varias composiciones y especialista en la quena, son dos de los folkloristas más representativos. Pero sin ninguna duda, el más reconocido es el gran Jaime Torres, eximio charanguista e impulsor fundamental de la música jujeña.
J U J U Y . foto A.E.A
Esta cajita que toco tiene boca y sabe hablar solo le faltan los ojos para ayudarme a llorar. Anoche soñé contigo, soñé que estaba haciendo una corona de flores y te la estaba poniendo. Vidita si me querís vení a la cama y durmamos y si viene tu marido decile que soy tu hermano.
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Todo pueblo que logra rendir?
MARIO
Y MIGUEL MENDOZA
“La Coya” y “El músico”
CORRIDA DE TOROS.foto A.E.A
En Casabindo los festejos del 15 de Agosto, en honor a la Virgen, cierran con una corrida. El enfrentamiento entre el paladín de la Virgen, representado por el torero y el toro, que representa al diablo. El torero debe arrancarle al animal una vincha con monedas de plata que luego ofrenda a la Virgen.
L L E G A N D O E S T A E L C A R N AVA L Entre los bailes, domina el gracioso bailecito; la cueca procedente del Alto Perú y, por supuesto, el carnavalito, infaltable en las fiestas quebradeñas y con una participación popular. Sus pasos son al trotecito o bien saltadito, pegado pequeños brincos mientras las manos acompañan con un palmoteo. El carnaval en la Puna hace olvidar la vestimenta gris y la gente se entrega al diablo bailando y bebiendo aloha, fermento de harina de algarroba y agua, con alegría desenfrenada. En los pueblos se organizan comparsas, se visten trajes de lentejuelas y se come desde la mañana hasta bien pasado el anochecer. Todo comienza cuando se desentierra a Pujllay, y el diablo carnavalero, de la tumba en que fue sepultado el año anterior. Entonces la gente, vestida de demonios con trajes de colores, plumas y espejos bailan con entusiasmo buscando pareja y contagiando alegría. A veces las coplas reúnen un tono más amoroso y picaresco. Pero no siempre las conquistas se realizan a través de las coplas, sino de las “espejadas”: el varón ilumina con su espejo a la muchacha para declararle su amor y si ella siente lo mismo, se comunicará con su espejo. Si el reflejo no llega, el conquistador fracasó en el intento. Entre las fiestas, bebidas y coplas, los jujeños ahuyentan, más que al demonio, a la tristeza. Es una forma de seguir allá en lo más lejano de nuestro norte, en donde la vida se hace dura, el trabajo suele ser escaso pero el alma vive cerca del cielo.
ESCUDO DE JUJUY
Su forma de corazón remite a los antiguos escudos normandos. Comparte con el escudo de la Nación, el sol naciente, las ramas de laurel unidas por una cinta argentina, las diestras que se estrechan y una pica dorada que sostiene un gorro frigio. Las dos rosas que están en el campo celeste tal vez memoran las Batallas de Tucumán y Salta.
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Norberto Russo
Ceferino Carnacini
Hugo Irureta
Lèonie Matthis
Lèonie Matthis
Ceferino Carnacini
Vi v a J u j u y
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Letra y Música: Rafael Rossi
Viva Jujuy, viva la puna, viva mi amada Vivan los cerros pintarrajeados de mi quebrada Viva Jujuy, viva la puna, viva mi amada Vivan los cerros pintarrajeados de mi quebrada De mi quebrada humahuaqueña No te separes de mis amores tu eres mi dueña No te separes de mis amores tu eres mi dueña. Viva Jujuy y la hermosura de las jujeñas Vivan las trenzas bien renegridas de mi morena Viva Jujuy y la hermosura de las jujeñas Vivan las trenzas bien renegridas de mi morena De mi morena mal pagadora No te separes de mis amores tu eres mi aurora No te separes de mis amores tu eres mi aurora. Flor de esperanza, amor de un día, dónde te has ido Fue en el espacio, paloma amada, ya te ha perdido Flor de esperanza, amor de un día, dónde te has ido Fue en el espacio, paloma amada, ya te ha perdido Ya te ha perdido, paloma amada, dicen que piensas abandonarme, Jesús, María dicen que piensas abandonarme, Jesús, María.
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y
L AT i e Pr r aAg aM P A ucha n recado de bastos, riendas cortas, el sombrero con retranca y un alazán de estampa. Pilchas sobrias las del jinete y un juego de cuero de buenas sogas emprendando al animal. El galope corto, el tranco largo: virtudes de un caballo bien montado. La gramilla verde domina la llanura, una liebre dispara de un cuzco entre los hilos de un alambrado, la noche se llena de mil estrellas y la luna deja ver los peludos entre el maizal. En el monte la cosa es más difícil, el jabalí y el puma se hacen fuertes, para el sudoeste, el pasto llorón va dejando lugar a las pajas bravas que indican la proximidad del desierto. La Pampa es campo, pueblos rurales con almacenes de ramos generales, plantas de silos, cerealeras, veterinarias, consignatarias de hacienda y corralones de maquinarias para la tierra. Los mensuales vuelven al pueblo el sábado a la tardecita, salvo que el domingo haya yerra. Entonces el lazo engrasado estará listo para el pial, antes de unos mates cimarrones. Después vendrá la caña, un poco de tabaco, las criadillas a la parrilla, un cordero en la estaca, algo de carne de vaca, vino en jarro y buena ginebra en porrón.
U
Q
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FLORENCIO MOLINA CAMPOS
“Huampelén”
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Sean eternos los laureles
CAMPO RASO a Pampa, en lengua quechua, no es otra cosa que “campo raso". En su origen la habitaron antiguas tribus, aunque después se convirtió en tierra de inmigrantes. Si bien se desconocen a los grupos primitivos de la zona, el padre Tomás Falkner habló de dos clases de aborígenes, denominados “pampas" por los españoles. Los que vivían en la pampa húmeda, llamados talhuet, y los que residieron en la pampa seca u occidental, los diuihet. Hernandarias fue uno de los primeros “blancos" en recorrer la región en 1604. Lo siguió Jerónimo Luis de Cabrera. Ya en el siglo XVIII se realizaron los primeros censos sobre las tribus y se decidió explotar los yacimientos de sal. En 1810, el Coronel Pedro García intentó una misión entre los indios, pero fracasó. La Expedición de Rosas en 1833 destruyó en parte las tribus de ranqueles. Y se hizo fuerte el cacique andino Juan Calfucurá, un pehuenche devenido en araucano, quien pactó con Rosas para neutralizar a los ranqueles a cambio de tabaco, yerba, azúcar, vacas y yeguarizos. Lucio V. Mansilla consiguió, en 1869 extender el dominio blanco, aunque fue la “campaña al desierto" la que aplastó definitivamente al indio. Se repartieron tierras y el 22 de abril de 1892, Tomás Mason fundó, haciendo honor al nombre de su mujer, la ciudad de Santa Rosa que fue designada como Capital de la provincia en 1904. La nueva población provino de los fortines, como Victorica y Gral. Acha, de la expansión del ferrocarril: Caleufú y Mainssonave, de las colonias de inmigrantes que se radicaron a principios de siglo en Colonia Santa María y Winifreda. A La Pampa llegaron descendientes de españoles, vascos, judíos, rusos, alemanes, italianos y sirio-libaneses, entre otros. Para los criollos de la zona, todos gringos.
L
E S T A N C I A . foto A.E.A.
Hasta la Campaña del Desierto La Pampa fue tierra de indios.
L O S C A LD EN E S. foto A.E.A.
Cada tanto, un árbol rompe la horizontalidad del paisaje.
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L A S D O S G R A N D E S C I U DA D E S
PAR Q U E LIHU EL C ALE L. f o t o A . E . A .
Un área de protección para la flora de la provincia.
CASTILLO DEL PARQUE LURO.f o t o A . E . A .
Fue el coto de caza de Don Pedro Luro.
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Además de Santa Rosa, La Pampa tiene una ciudad que es casi tan importante como la misma capital. Se trata de General Pico, que como cabecera del ferrocarril tuvo por años un desarrollo fuera de lo común. El tren dio origen a la formación de 32 pueblos alrededor de Pico, que sumado a que tiene las mejores tierras de la provincia, logró un crecimiento envidiable. General Pico tiene además uno de los edificios más atractivos de La Pampa, el Palacio Municipal, que tuvo como primer intendente a Pedro Alfredo Bo y se destaca a su alrededor las arboledas y a su frente, el esmerado cuidado del parque. A 33 kilómetros al sur de Santa Rosa, está el Castillo del Parque Luro. Pedro Olegario Luro, quiso construir allí un coto de caza, similar a los que había conocido en Europa. A las especies autóctonas del lugar, agregó jabalíes, ciervos colorados, faisanes y otras aves, muchas de los cuales con el tiempo se reprodujeron libremente y hoy forman parte de la fauna pampeana. También está el Parque Nacional Lihuel Calel, “cuerpos vivos", donde se encuentra la mejor floricultura de la provincia, además de su importancia como sitio arqueológico, por las pinturas rupestres, y como lugar histórico, ya que allí las tropas del Gral. Lavalle dieron muerte al cacique Namuncurá.
Que supimos conseguir:
PUNTEOS DE MILONGA El gaucho de La Pampa bien sabe lo que es el folklore. Lo notamos al escuchar su silbo bajo, también cuando tararea una milonga que habla de un perro compañero o recuerda las bondades de un pingo, y cuando recita versos que dicen cosas del campo, la lluvia, la noche, las tareas rurales y entremezclado aparecen su penas de amor. La milonga, el estilo, la cifra, la huella y el triunfo, son los ritmos típicos y los preferidos por los paisanos que escuchan viejas audiciones radiales. Las rondas en la matera se amenizan con relatos y con cuentos, algunos parten de hechos reales a los que se agrega una cuota de exageración para sorprender al auditorio. Historias de tornados que hicieron aparecer a una vaca en el campo de un vecino; un puma que se abalanzó desde la rama de un árbol y que por la velocidad del cuchillo llegó muerto al suelo; almas en pena, y la infaltable luz mala. Famosa en muchos pueblos es la historia de Paco Regular, un croto con mucha fama de malo que solía recorrer las estancias cercanas a General Pico, y las inmediaciones de pueblos como Dorila o la estación Trebolares. Paco solía llegar con sus perros y el mono – el bulto con sus pertenencias - como cualquier linyera. También como otros pedía carne, galleta, yerba y azúcar. Pero lo reclamaba a viva voz, en tono amenazante. Y cuando los gauchos le daban asistencia, comida y fuego por una sola noche, según manda la tradición, Paco no quería irse y hacía todo tipo de locuras, como bañarse en pleno invierno bajo el chorro de un molino. Dicen que solía llegar provocando la toreada de los perros y, cuando la gente de una estancia preguntaba ¿quién anda ahí?, gritaba altanero su nombre y su apellido: ¡Paco Regulaaar!
ALBERTO GÜIRALDES
“Bailando la zamba”
P A I S A N O . foto A.E.A.
Un criollo pampeano.
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UN PICHE AL RESCOLDO En esa matera, como en tantas, más de una vez se habrá asado algún piche, con la caparazón sobre las brasas después de un noche de fructífera salida a peludear. El piche, más chico que el peludo, es típico de la zona, igual que en otras provincias linderas y su gusto es más rico que el de mayor tamaño, puesto que solo se alimenta de hierbas. En la zona del oeste, la vizcacha o el hígado envuelto en su propia grasa son junto a los guisos y el asado de cordero o de vaca, parte de la dieta del gaucho pampeano. P A R R I L A D A C R I O L L A . foto A.E.A.
Asado de tira, cortado en tiras gruesas. Chorizos bien lavados. Chinchulines, mejor son los de ternero. Morcillas, ya vienen cocidas, van sólo un ratito a la parrilla. Criadillas, lavaditas y sin piel. Tripa gorda, hay que darla vuelta, se cocina del lado de adentro. Riñoncitos, se les saca la “telita” y se remojan en vinagre. El vacío y el matambre se cocinan del lado que tiene más grasa. El fuego es mejor que sea de leña. Para sazonar, chimichurri y salsa criolla. F e rnand o V i dal B uz z i
POZO
Y
M O L I N O . foto A.E.A.
Antes de la colonización, La Pampa era el desierto, sólo el indio sabía dónde encontrar aguadas y arroyos.
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Coronados de gloria vivamos
RIKELME
“Tarde de estío”
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L I T E R A T U R A PA M P E A N A De la literatura más antigua que evoca a La Pampa, se puede citar “La conquista de 15.000 leguas", de Estanislao Zeballos, “Una excursión a los indios ranqueles", de Lucio Mansilla, “La geografía de La Pampa", de Enrique Stieben o “Historia de las Misiones Salesianas en La Pampa", de Celso Valla. Olga Orozco, nacida en Toay, y Horacio Armani, de Trenel, fueron los escritores contemporáneos más conocidos que salieron de esta tierra. Al sur de esta región vuelan los pájaros pero la tierra es seca y cenicienta y las ramas de los árboles suenan a chatarra entre el viento (…) Como premonición de algún deseo las nubes arrastran la arena de los médanos cimbran los cardos con esqueletos de sonidos todo es una lujuria lentísima que socava. Vientos, pastos, caldenes solitarios (…) Horacio Armani
T I E R R A A R I D A . fotos A.E.A.
Hacia el sudoeste de la provincia, el pasto verde desaparece y se siente la proximidad del desierto.
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O juremos con gloria morir.
MUSEO A.ORTIZ ECHAGÜE.
ANTONIO ORTIZ ECHAGÜE
“Mi hijo en la estancia”
U N PA R A I S O E N L A PA M PA “Esto es vida, esto es un paraíso”, así pensó el pintor español Antonio Ortíz Echagüe, cuando decidió abandonar su vida bohemia, sus viajes y sus exposiciones en Europa para quedarse en La Pampa. Se instaló con su familia en la Estancia La Holanda, a 112 kilómetros de Santa Rosa, cerca de Carro Quemado donde hoy está el Museo Atelier que lleva su nombre. Había nacido en Guadalajara en 1883, estudió en París, compartió la juventud con Anglada Camarasa, admiró a Manet, a Zuloaga y a Sorolla y completó su formación en Roma. Conoció La Pampa en 1913, invitado por la familia Smidt, un matrimonio de holandeses dueños de la estancia pampeana donde pasó sus últimos años. Casado con la hija de los Smidt, desde 1923 vivió un poco en La Pampa, otro en Holanda y el resto del tiempo guiado por su espíritu aventurero recorrió el mundo. En 1930 pasó una temporada en Fez, retratando a la vida exótica de su gente. Pero todavía le quedaba una última aventura. En La Pampa se convirtió en hombre de campo, experto en las tareas agrícolas y en las costumbres de nuestra Argentina. Falleció en 1942. En La Pampa quedaron sus obras que hoy integran el patrimonio del museo.
ESCUDO DE LA PAMPA
Un jinete indio y un caldén ocupan la parte central. Dos espigas de trigo reemplazan los laureles característicos de los escudos de nuestras provincias. Por detrás dos lanzas recuerdan el espíritu combativo de los aborígenes derrotados en la Campaña del Desierto.
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Dorotea, la cautiva Letra: Félix Luna Música: Ariel Ramirez
y Yo no soy huinca, capitán hace tiempo lo fui deje que vuelva para el sur dejemé ir allí. Mi nombre casi lo olvidé Dorotea Bazán, yo no soy huinca, india soy por amor, capitán. Me falta el aire pampa y el olor de los ranqueles campamentos el cobre oscuro de la piel de mi señor en ese imperio de gramilla, cuero y sol. Usted se asombra, capitán que me quiera volver un alarido de malón me reclama la piel. Yo me hice india y ahora estoy más cautiva que ayer quiero quedarme en el dolor de mi gente ranquel.
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L AL a Ra n It i O J A gua e la provincia de La Rioja se podrán contar muchas cosas. Mucho de sus leyendas, sus costumbres y mitos indígenas. De su zona andina, de sus valles y de sus canteras; de sus minas, de su fauna y de su flora. Pero si se omite hablar de “la antigua”, se caerá en un grave error. Tampoco podemos dejar pasar por alto su patrimonio arquitectónico y la riqueza de su literatura y sus artes. Pero La Rioja es además, el “catre de los caudillos”. Vivieron aquí dos hombres al que los libros de historia le dedicaron sus páginas, que fueron inmortalizados por los pueblos y que con solo nombrarlos, los aires del tiempo se llenan de bravura y el clima de cualquier claustro, se esté donde se esté, se tiñe de coraje. Sólo con decir “El Chacho” y agregar “El tigre de los llanos”, nuestra mente se traslada hacia donde no existe la cobardía; el ánimo se conmueve por la fiereza y, el corazón, late casi con el mismo empuje de aquellos temerarios: Angel Vicente Peñaloza y Facundo Quiroga.
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MARIO ANGANUZZI
“Callejón florido”
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A vosotros se atreve ¡Argentinos!
L A C I U DA D D E T O D O S L O S SA N T O S uando Juan Ramírez de Velasco tuvo que fundarla apeló no a uno, sino a todos los santos y así creó la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja (1591). La fecha, posterior a la fundación de Santiago del Estero, “Madre de Ciudades”, nos lleva a reconocer a “la antigua”, la segunda ciudad en nuestro territorio. Aquella ciudad estaba habitada por aborígenes: diaguitas y olongastas, parcialidades que no constituían pueblos con un solo cacique, sino que estaban conformadas por numerosas tribus y que se unían de vez en cuando, tal como lo habían hecho en 1536, en un alzamiento contra los conquistadores. Los diaguitas ocupaban el norte de la provincia y eran más evolucionados que los olongastas, habitantes del sur. Mucho más adelante, en mayo de 1810, La Rioja quedó incorporada a la Intendencia de Córdoba del Tucumán y fue, en 1820, que se declaró su autonomía, cuyo primer gobernador fue, como dijimos, Ortíz de Ocampo. La Rioja, al igual que su vecina San Luis, contribuyó con hombres, caballos y rodeos para la formación del Ejército de los Andes. Además intervino en una expedición auxiliar al mando de los coroneles Zelada y Dávila para apoyar el plan del Libertador, al tomar la plaza chilena de Copiapó, el mismo día que se libró la batalla de Ayacucho. La Rioja está representada en nuestros tiempos por una bandera azul, en su mitad inferior y blanca, en la parte superior, similar a la del Ejército de los Andes. Pero, una diagonal franja punzó, de neto corte federal, la cruza de un vértice a otro. Dos ramas de laurel con flores simbolizas a sus 18 departamentos y una cinta azul, pendiente de la moharra, lleva la leyenda: “La Rioja por la Unidad Nacional y Latinoamericana”. Durante las guerras civiles, sus caudillos, Quiroga y Peñaloza, lucharon con sus bravas montoreras por sostener la forma federal de gobierno. Fueron vencidos por las tropas centrales y en la provincia quedaron cerradas las fronteras con Chile y sus bosques talados indiscriminadamente. Fue a principios de este siglo cuando se distinguió a Joaquín V. González como gobernador de La Rioja, además de ser Ministro del Gobierno de Roca.
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T A L A M P A Y A . foto M.D.
Una de las grandes reservas arqueológicas de la provincia, donde se conservan restos de las antiguas culturas indígenas.
La ciudad de La Rioja presenta todavía signos elocuentes de antigüedad; sus templos de piedras descubiertas y de murallas ennegrecidas, le dan el aspecto de la tristeza y la meditación; sus huertos de naranjos seculares despiden en primavera el incienso invisible que sube a lo alto en las ráfagas tibias en sus noches clarísimas invitando a soñar fantásticos paraísos. Joaquín V. González
C AT E DRA L D E L A RIO JA . foto A.E.A.
Construida en 1910, reemplaza a la antigua iglesia matriz. Guarda una talla del siglo XVIII de San Nicolás de Bari, el patrono de la provincia.
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E L F E R VO R C R I S T I A N O E L S E Ñ O R D E L A P E Ñ A . foto A.E.A.
En La Rioja el viento talla figuras en las piedras.
MARCOS BORIO
“Iglesia de Ambil”
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Decía en un artículo Juan Aurelio Ortíz: “A esta tierra riojana, áspera y dura, sedienta y milenaria, pero plena de vida, llegó en 1591 el extranjero..., español, ávido de riquezas, con la pretensión de extender sus dominios aunque para ello tuviera que avasallar al dueño de la tierra. El indio no permanece de rodillas, se revela. Este fue su primer desencuentro con esta tierra. Pero hubo entre ellos un fraile, San Francisco Solano, que ve con justicia el clamor del diaguita. Y en el antiguo fuerte de Las Padercitas, proclama el camino a seguir por unos y otros: ambas razas deben reconocer a Cristo, al Dios hecho hombre para salvar y hermanar a todos los hombres...” Es por eso que La Rioja sostuvo con fervor el cristianismo, sus templos así lo demuestran. La Iglesia de San Francisco, destruida por el terremoto de 1894, conserva, las celdas de la época, una de las cuales perteneció a San Francisco Solano. Además de la Catedral, en el interior de La Rioja, existen hermosas capillas coloniales como la de Los Sarmientos, Ambil y Aminga. Todos los 31 de diciembre se celebra el Tinkunaco, los viernes santo se lleva a cabo la peregrinación al Señor de la Peña. Los segundos domingo de agosto se efectúa la peregrinación a Las Padercitas, con la imagen emblemática de San Francisco Solano.
El orgullo del vil invasor,
PASTORCITO EN LAS SIERRAS. f o t o A . E . A .
D I V I N I D A D E S PA G A N A S LA SALAMANCA
Más allá del cristianismo quedaron enraizadas en el pueblo riojano muchas creencias que perduran de las épocas prehispánicas. El Mikilo es un duende que se refugia en las montañas con aspecto endemoniado, piel de liebre, patas de pezuñas, una mano de lana, otra de plomo, cabeza con cuernos y un sombrero alado. Sus víctimas preferidas son los niños y los borrachos. Por eso cuando uno anda por los pagos en los que se cree del Mikilo, los paisanos dicen como al descuido: “Hay que crecer rápido y tomar poco”. También está la Sarama, divinidad femenina protectora del maíz; Yacuma, madre del agua; Zapan Zucum, madre y protectora de los niños; Huayra Puca, representa al viento zonda y que avanza en remolinos ardientes. Llastay, protege a los caminantes y castiga a los cazadores que matan por placer. La Salamanca, cuevas en las rocas en donde a menudo se oye un grito de lamento; el piso de la Salamanca es muy limpio, su arena brilla y todos piensan que se debe a que las brujas se encargan de barrerlo con escobas hechas de ramas.
En Famatina y Sañogasta se encuentran las cuevas o Salamancas, donde se celebran ritos paganos. Fueron introducidos por los conquistadores y se remontan a los aquelarres medievales.
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E N D O N D E M A N D A L A C H AYA La música que manda dentro del folklore riojano es la Chaya, ritmo alegre que tiene su origen en la fiesta que los indígenas celebraban para la recolección del algarrobo y la caza de animales para hacer charqui. En la fiesta se recordaba a una niña india, que por una pena de amor se internó en la montaña. Perdida entre los cerros se convirtió en nube y vuelve cada año en forma de rocío para traer humedad a la tierra y alegría a su gente. Chaya en lengua indígena significa agua de rocío. Hoy es una fiesta y es también un ritmo que después de la Conquista se incorporó al carnaval introducido por los españoles. Aunque en las ciudades, los festejos se fueron perdiendo, en el interior de la provincia el carnaval se sigue celebrando con alegría. El pueblo baila y canta y existen innumerables coplas chayeras anónimas que circulan por la provincia. Dentro del folklore riojano, tenemos artesanías típicas con tejidos de vicuñas, guanacos y ovejas, siempre en tonos naturales porque, no es común que aquí se tiñan los hilados, ni siquiera con tinturas naturales, como en otras regiones. Y con sus mejores vestimentas, se baila la chaya y se escucha con atención a las “decidoras coplas". MARIO ANGANUZZI
“El gaucho Millán”
Un buen vino Chilecito es el gran centro vitivinícola de la provincia, allí se produce el torrontes de color dorado y los rosados, clásicos de la región. Alberto Suárez Anzorena
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Vuestros campos ya pisa contando
T A L A M P A Y A . fotos M.A. y M.D.
LA PIEDRAS MILENARIAS El Parque Provincial Talampaya ocupa 215 hectáreas en la cuenca del río del mismo nombre, entre las sierras de Sañogasta y Los Colorados. Un paisaje con grandes elevaciones que llegan a los 1300 metros de altura y extensos desiertos. Inmensos murallones de piedra roja, valles y quebradas. Milenarios procesos geológicos que se remontan a los 300 millones de años conformaron su relieve. Los vientos tallaron los cerros que forman extrañas figuras de castillos, catedrales, y monjes. Talampaya es una paraíso para los paleontólogos, allí se encontró el Rioja Sauris, un esqueleto fosilizado de 220 millones de años. Pero además es una gran reserva natural. Zorros, guanacos, liebres y yeguarizos conviven en un ecosistema que guarda una rica vegetación por la que recibió el nombre de “jardín botánico de la provincia", pencas, cardones, retamos y altísimos algarrobos y chañares. El parque abarca los departamentos de Coronel Felipe Varela e Independencia, y geográficamente está unido al Valle de la Luna sanjuanino, además los dos paseos pueden hacerse juntos y son ideales para el otoño y la primavera.
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FLORENCIO MOLINA CAMPOS
“En las serranías”
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Tantas glorias hollar vencedor
L O Q U E N AC E Y V I V E D E E S TA T I E R R A Arcilla, grafito, mármol, cinc, plomo, cobre, yeso, sodio, granito, oro y plata guardan las entrañas de esta tierra, que en su superficie brinda la posibilidad de las viñas, los olivos, los algarrobos, espárragos, zapallos, tomates o maíz. Pero ya la naturaleza le había dejado, además del comercial algarrobo, el quebracho, el tala, el chañar, el jarillal y toda la belleza con la flor del aire. Generosa, la tierra aporta sus plantas medicinales: borraja, carqueja, lengua de buey, llantén, poleo o hierba de zapo. Y por entre las plantas, debajo de los árboles y hasta en cuevas que llegan a aquellos minerales, andan vicuñas, guanacos, pumas, zorros colorados, chanchos del monte y zorrinos. Como la flor del aire, vuela alto el cóndor y, entre la belleza, más belleza: flamencos y garzas moras. Entre las ramas, aguiluchos, gavilanes, chimangos, caranchos, perdices, torcazas, cotorras, crespines, caburés, negros tordos, dedicados horneros y maravillosos picaflores. El Valle de Famatina consentra la mayor actividad económica de la provincia. Rica en olivos y vides, las plantaciones se ven desde la ruta. Después de Talampaya es bueno darse un vuelta por Laguna Brava y encontrarse con ese espejo de sal y los impactantes chorros de vapor. Volver por esa ruta 40, llegar a Sañogasta, parar en Villa Unión y, en la Cuesta de Miranda, detenerse a observar los faldeos de color ocre y rojizo, cortados a pique. Y Chilecito, Monogasta, Castelli, Vinchina, quebrada de Toya, Jagüe, Patquía, Mogotes Colorados, Cantizaco, Vichigasta. Y, por todos lados, Famatina, Aimogasta, Tama, Anillaco, Chamical. Y, por todos lados, la antigua, La Rioja.
A C E I T U N A S .foto A.E.A.
La Rioja es una de las mayores productoras de aceitunas del país.
T A L A M P A Y A .foto M.A.
Algarrobos, chañares y molles crecen en el Parque Provincial Talampaya.
ESCUDO DE LA RIOJA
Las montañas, las cimas del Velasco y Famatina se dibujan sobre el cielo del crepúsculo. Coronado por el sol lo rodean los laureles, símbolo de la paz, unidos por cintas celestes y blancas.
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El Lagaretero
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Letra y música: José Jesús Oyuela
Voy cultivando una copla Que ya anda por madurar; La quiero gustar, la voy a cantar, Chumaito este carnaval... Morada nace la copla Del vino de mi lagar Qué vida tan triste la mía Sudando pa’cosechar; Dale trabajar, cuidando el parral Que yo no’i de aprovechar... Otros se toman el vino Que piso yo en el lagar. Plata no tengo Ni en qué guardar; Ni tengo dueña Por quien pensar... Me voy a pelar chayando Chumao este carnaval. El día que yo me muera La tierra me estrujará, Como estrujo yo, adentro del lagar Las uvas del viñetal... Yo soy lagaretero, Verdugo de mi parral. La pobreza anda conmigo No se me quiere apartar, Me come el jornal, que da mi parral Y el vino de mi lagar... La tierra me dio la vida La tierra me llevará.
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M E N D O Z A Tierra del sol y el buen vino l sol se entrega entero, El agua corre desde las montañas hasta las fincas y llega a las raíces de las vides para hinchar los racimos de uvas blancas y negras. Es tiempo de vendimia y la alegría se transforma en cueca a lo lejos, el colosal Aconcagüa domina el horizonte Más cerca de la Capital, un viento baja desde el Cerro de la Gloria y el soplido también se convierte en música. Suena como una tonada Una mujer vestida de percal floreado y con un par de chapecas (trenzas) , que copian la forma de los racimos corta la primera vid. Para la vendimia , Mndoza se pone linda y generosa Y, entre los surcos, los racimos de uvas malbec o merlot y, entre aquellas hileras que cantaba Hilario Cuadros, una gran parte de la historia Argentina y de la emancipación americana. De este suelo partió el General San Martín y sus bravos granaderos para iniciar el cruce de la cordillera y liberar medio contienente.
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FERNANDO
FADER
“Ruinas, Mendoza”
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Mas los bravos que unidos juraron
LA HISTORIA DE MENDOZA
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A L T A S C U M B R E S . foto A.E.A
Donde la nieve se junta con las nubes.
os primitivos habitantes de Mendoza marcan en sus diferencias lo que son hoy las tierras de la provincia. Al norte estaban los Huarpes y al sur los Puelches. Los primeros, asentados en un lugar más fértil, se dedicaban a la agricultura y, en sus elementos y ropas mostraban una clara influencia de los Inas. l sur, en donde la tierra mendocina es desértica, en sus lìmites con el norte del Neuquén y La Pampa árida, los puelches resultaron definitivamente recolectores de lo que encontraban y cazadores de lo que tuvieran a su paso, mostrando su destreza y su agilidad para sobrevivir en el desierto. Con el correr de los siglos, huarpes sufrieron las consecuencias del sometimiento español, mientras que los puelches se convirtieron casi en guerreros, desafiando al hombre blanco y bajando hacia las pampas mixturándose con otras tribus que andaban en malón. Fue en 1561 cuando Pedro del Castillo bautiza un lugar al que nombra Mendoza, Nuevo Valle de Rioja, todo con nombres de localidades hispánicas. Un año después Juan Jufré, quien consideró inconveniente el lugar para establecer un asentamiento, vuelve a fundar a la distancia de "dos tiros de arcabuz", la Ciudad de la Resurrección, Provincia de Huarpes. A pesar de ello sobrevive la primera. La hoy Plaza Pedro del Castillo y Area Fundacional recuerdan la traza original. La actividad económica se consolida en los siglos XVII y XVIII, con la agricultura que crece aprovechando la experiencia de los harpes y sus redes de canales y acequias. Ya en ese tiempo comenzó el cultivo de la vid y en los umbrales del siglo XIX Mendoza era considerada como una provincia próspera y que incluía entre sus pobladores a españoles, indígenas, mestizos, negros y mulatos con corrientes religiosas de las más diversas: jesuitas, agustinos, franciscanos, betlemitas y mercedarios.
C I U D A D D E M E N D O Z A . foto A.E.A
Es sin duda una de las más lindas y mejor urbanizadas de la Argentina.
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SAN MARTIN EN MENDOZA En 1814 es nombrado Gobernador Intendente el Coronel San Martín, hasta que estuviesen dadas las condiciones de concretar el proyecto de liberar a América. Su espera antes de emprender el viaje no fue "sedentaria", puesto que el Libertador se dedicó con ahínco a la administración y a sanear la economía provincial. La actuación política y militar de San Martín fue brillante. Al mismo tiempo que controló con mano de hierro a los enemigos de la Revolución, se preocupó por mejorar las condiciones de vida de todos los habitantes, fomentó la agricultura y hasta tomó decisiones fundamentales para la sanidad de su gente como la de la aplicación de la vacuna antivariólica.En 1816 comenzó a formar su ejército en el Cuartel General de El Plumerillo con colaboradores como Fray Luis Beltrán, Antonio Alvarez Condarco, Juan Isidro Zapata y Diego Paroissien, y antes de emprender su gesta se bendijo la Bandera de los Andes ante a la Virgen del Carmen
CER RO D E LA G LOR I A . foto A.E.A
Monumento al Ejército Libetador, realizado por el escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari en 1914.
CARLOS RIPAMONTE
“Trompa de Granaderos”
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Su feliz libertad sostener
PA R Q U E N A C I O N A L A C O N C A G U A . f o t o A . E . A
Tiene 71.000 hectáreas y los cielos más diáfonos del planeta.
B OV ED A S D E U SP ALLA TA .foto A.E.A
Construcciones del siglo XVIII, donde se alojó San Martín en 1816.
D E L AC O N C AG Ü A A L L L A N O Si la vista del hombre pudiera, desde el Aconcagüa podría divisarse todo. Es que el Centinela de Piedra –ese es el significado de sus obras en lengua quichua – es un gigante de 6959 metros, que resultó en sus orígenes un monte sagrado y que hoy se ha transformado en el desafío de los más avezados andinistas, aunque muchos no hayan logrado "vencerlo", y hasta se encontraron con la muerte cuando la montaña se "enoja" y se confabula con el invierno. Desde la montaña al llano hay mucho más, como las 400 hectáreas del Parque San Martín, en la ciudad e Mendoza o la distante localidad de San Rafael, joven y pujante centro del sur de la provincia, caracterizada por su edificación moderna, acequias, calles anchas y microclimas que junto con su profusión de árboles, al igual que la capital, la convierten en otra suerte de oasis en medio de la aridez de esa zona. Tupungato es sinónimo de armonía y, todavía quedan el Manzano Histórico, los monumentos al Libertador que se reparten por todas partes, Alvear, Malargüe, Tunuyán, San Carlos, Luján, Las Heras, Lavalle, Junín, Godoy Cruz, Gauymallén, Maipú y mucho más.
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CARLOS
ALONSO
“Paisaje de Tupungato”
CARLOS ALONSO
“Las Viñas”
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A esos tigres sedientos de sangre
FERNANDO FADER
“China de Ñacuñan ”
DOS GRANDES MAESTROS. Mendoza es cuna de grandes artistas y bastan dos grandes maestros, Fernando Fader y Carlos Alonso., para justificar plenamente esta afirmación. Fader nació en Francia pero quiso tanto a Mendoza, la tierra donde sus padres se instalaron siendo un niño, que se declaraba mendocino confundiendo a más de un historiador. Hija dee una tradicional familia mendocina fue su mujer Adela Guiñazù, y en la que que fuera su casa paterna está hoy el Museo Fader. Al despuntar el siglo, cuando terminó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Munich hizo en Mendoza su primera exposición. Al poco tiempo se presentó en Buenos Aires con paisajes de Mina de Petróleo y Cacheuta, los lugares donde su familia tenía una empresa, de la que debió hacerse cargo cuando murió su padre. Comprometido en un ambicioso proyecto, la construcción y puesta en funcionamiento de la primera usina que dotara de luz eléctrica a la ciudad de Mendoza, un temporal destruyó gran parte de las instalaciones y lo llevó a la ruina. Enfermo de tuberculosis, y buscando alivio a su salud se instaló en Córdoba donde terminó sus dìas. Hoy los cordobeses se lo disputan porque realizó allí gran parte de su obra. También Carlos Alonso, nacido en Tunuyán, estudió en con Lino Enea Spilimbergo en Tucumán, y actualmente está radicado en Córdoba, pero siente mendocino. Es uno de mayores artistas que de nuestro arte, comprometido con nuestra historia, su obra expresa sus ideas, su rebelión contra la violencia de la que fue víctima, sufrió el exilio, la perdida de una sus hijas. Alonso desborda talento, dibujante excepcional, un pintor dotado un grande.
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P O E TA S Y M Ú S I C O S Juan Alberto Godoy, en el siglo XIX, fue sin duda el más importante autor popular que seinspiró en los antiguos payadores . Entre los modernosnos llegan nombres como Alfredo R. Bufano y José Enrique Ramponi. En la narrativa, la novela y el cuento sobresaen Juan Draghi Lucero, Abelardo Arias, Iverna Codina y Antonio Di Benedetto.. Domingo Zenteno y Don Javier Molina abundaron en composiciones populares, lo mismo que Don Hilario Cuadros, un hombre que entró en las raíces folklóricas y en el alma de los paisanos mendocinos, autor de "Póngale por las hileras", y "Canción Vendimial", un eterno homenaje a la Virgen de la Carrodilla, la patrona de los viñedos. Es un ruego eque se deja oir en n los surcos, en las casas y hasta el viento lo canta.
I GL ESIA DE LA C ARRODI LL A.f o t o A . E . A
Virgen de la Carrodilla patrona de los viñedos esperanza de los hijos que han nacido junto al cerro Los que han hundido el arado Y han cultivado tu suelo Te piden que los ampares Patrona de los Viñedos. Hilario Cuadros
FLORENCIO
MOLINA CAMPOS
“Chango viñatero”
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Fuertes pechos sabrán oponer
B O D E G A S Y V I Ñ E D O S . fotos A.E.A.
Mendoza es nuestra principal provincia productora de vinos tintos de gran refinamiento y las variedades más nobles, Cabernet, Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, y Tempranillo. Entre los blancos destacamos el Chardonnay. Tiene tres zonas productoras: El Alto Río Mendoza con centro en Maipú y Luján; El Valle de Uco con centro en Tunuyán y San Rafael. Alberto Suárez Anzorena
V E N D I M I A Y F I E S TA Los artesanos mendocinos, especialistas en chalines, ponchos, mantas, alfombras y son los tejedores de la memoria. Y, están tambien los artesanos del buen gusto, los que saben ofrecer sus mejores cosas en la mesa, los que se despliegan en manjares como la carne a la olla, la chicha, el arrope de uva, los pasteles mendocinos, como le llaman a las empanadas fritas, el dulce de alcayota y la sopa seca, que en realidad es un guiso de fideos entrefinos con el que salen de paso las cocineras, cuando poco queda en la despensa del rancho.Es decir que con una cebolla, un pimiento, una zanahoria, caldo, aceite, extracto de tomate y condimentos, cocinados durante un buen rato, está lista la sopa seca. La más importante fiesta mendocina es la de la vendimia y con la elección de la reina en el anfiteatro junto al Cerro de la Gloria. Pero también está la Fiesta de la Tonada, en Tunuyán; la de la Ganadería; la del Chivo y tantas más. Mendoza festeja, come, vive, brinda y canta. Y a la hora de brindar, tiene buen vino. Y, entre los surcos, los racimos de uvas malbec o merlot y, entre aquellas hileras que cantaba Hilario Cuadros, una gran parte de la historia Argentina y de la emancipación americana. De este suelo partió el General San Martín y sus bravos granaderos para iniciar el cruce de la cordillera y liberar medio continente.
ESCUDO
DE MENDOZA
Las uvas, fruto del trabajo de hombres y mujeres en los viñedos mendocinos, aparecen representadas en su escudo, que comparte con el de La Nación, las diestras que se estrechan, el gorro frigio, el sol y los laureles.
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Los sesenta granaderos Letra: Félix Pérez Cardoso Música: Hilario Cuadros
t Ante el Cristo redentor Se arrodillaba un arriero Y rogaba por las almas De los bravos Granaderos Eran sesenta paisanos Los sesenta Granaderos Eran valientes cuyanos De corazones de acero Quiero elevar mi canto Como un lamento de tradición Para los Granaderos que defendieron a mi Nación Pido para ésas almas que las bendiga nuestro Señor Nuestra Señora de Cuyo Contempló la cruzada de los Andes Y bendijo al General San Martín El más grande, entre los grandes Cuna de eternos laureles Con que se adorna mi Patria Es Mendoza la guardiana Por ser la tierra más gaucha Quiero elevar mi canto Como un lamento de tradición Para los Granaderos que defendieron a mi Nación Pido para ésas almas que las bendiga nuestro Señor
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M I LSa Ih O N E S ermosa lguna vez alguien dijo que Misiones es como el puño de la Argentina. Basta mirar un mapa y, como Salta dibuja una U, Santa Fe una bota y el Chaco un perro echado. El contorno de Misiones hace pensar en un brazo en alto del país, internándose en Brasil. Esta provincia que recibió en 1609, a las Misiones Jesuíticas que le dieron su nombre, es la única que guarda un clima subtropical con todo lo que eso conlleva. No se dude que aquí se está en la selva, ese paraíso de abundancia que desde su suelo arranca con la deslumbrante y húmeda tierra colorada, que se va en plantas hacia arriba en diversas tonalidades y aunque siempre manda el verde, su riqueza se escapa en flores que tienen el azul del cielo, el blanco de las nubes, el amarillo del sol y el colorado de la misma tierra que les dio vida.
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LEONIE MATTHIS
“Tierra colorada”
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El valiente argentino a las armas
T I E R R A C O L O R A DA isiones es la cuna de una cultura nativa que con el tiempo adornó una guarania, salida de las cuerdas de un arpa. Una cultura que fusionó sus logros con el aporte jesuítico, dando lugar a un felíz mestizaje y a la incorporación de un multifacético mosaico humano. Los hombres habitan una geografía, en donde también manda el ágil yagüareté y el dorado se convierte en el rey del Paraná, rivalizando, en una lucha desigual, hasta con el pescador más mentado. Es la tierra de los pájaros, con tucanes de picos multicolores y loros del monte que arremeten en bandadas. Pero también están las víboras peligrosas y los reptiles orilleros que contrastan con los monos que saltan de rama en rama sobre las copas de los árboles. Por allí crecen árboles y plantas, en un edén de la flora. En donde las altísimas palmeras también dan lugar a los intrincados helechos. Y entre tanta exuberancia abrumadora aparece un manojo de delicadas orquídeas. Esta tierra que fue el reinado del indio guaraní, recibió la llegada de los jesuitas en 1609 y con el tiempo albergó a casi treinta etnias distintas de inmigrantes con prevalecencia de polacos y ucranianos. Y así en la mixtura, hoy podemos ver cruzas de la raza humana en la que la piel mate se entrevera con un pelo rubio y da lugar a unos rostros gringos con ojos oscuros. En su espacio conviven con la religión católica misterios y creencias, leyendas y santos paganos. Se le reza a San Juan, a San Pedro y a San Pablo, pero también tiene a los “poras" como el Curupí, el Lobizón o El Pombero, y los pay, que las creencias arraigadas compararon con los santos del catolicismo, y así nacieron San La Muerte, Santa Liberada y San Pilatos.
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P L ANT A CI ON D E T E. foto M.D.
La arcilla, principal componente del suelo, le da el color tan característico a la tierra misionera.
El loro pelado Había una vez una bandada de loros que vivía en el monte. De mañana temprano iban a comer choclos y de tarde comían naranjas. Hacían gran barullo con sus gritos y tenían siempre un loro de centinela en los árboles más altos para ver si venía alguien. Los loros son tan dañinos como la langosta porque abren los choclos para picotearlos los cuales después se pudren con la lluvia. Y como al mismo tiempo los loros son ricos para comerlos guisados, los peones los cazaban a tiros. Horacio Quiroga
P AV O RE AL . foto M.D.
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L A G A R G A N TA D E L D I A B L O Hemos escuchado su voz en la noche. No es la catarata. No es el salto. No es la golondrina, no es el jaguar, es la voz de América que crece, como un guerrero con su hacha, en los claros de la selva verde. En los techos de los montes corre, enloquece, gime, brama, y se retuerce en el incienso como una anaconda de otros tiempos. Nicolás Cócaro
ADOLFO METHFES SEL
“Los saltos del Iguazú”
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¡Qué impacto, qué emoción! Y por qué no, ¡qué susto! se debe haber llevado Alvar Núñez Cabeza de Vaca, cuando descubrió las Cataratas del Iguazú, en 1541. El nuevo Adelantado del Río de la Plata partió desde Santa Catalina, en la costa de Brasil, navegando por el río Iguazú. Al encontrarse con los saltos rugientes, los bautizó como Saltos de Santa María, pero con el tiempo prevaleció su nombre indígena “Iguazú”, que en castellano se traduce como Agua Grande. En 1892 Juan Bautista Ambrosetti inicia su expedición al Nordeste, dejándonos una magnífica crónica de su viaje a las Cataratas. Lo acompañaba un naturalista suizo, el primer pintor de las cataratas y uno de los pocos que se atrevieron a pintarlas. Escribe Ambrosetti en su diario: “Después de unos golpes de machete, que hacen caer unas ramas, aparece la visión del enorme salto de agua, infundiendo un religioso pavor. Adolfo Methfessel con una paciencia y entusiasmo digno de un artista, hizo funcionar sus pinceles a despecho de una nube de jejenes que lo mortificaban sin cesar." Aunque se aventuraron algunos pioneros como Ambrosetti, las cataratas permanecieron ignoradas hasta 1900, cuando el gobernador de Misiones Juan José Lanuse, entusiasmó al dueño de una compañía de navegación de Buenos Aires, Nicolás Mihanovich, en llevar turismo a Puerto Iguazú. Como no existía camino terrestre hasta los saltos sólo tres de los viajeros pudieron verlas remontando el río con una canoa. En el grupo estaba la señora Victoria Aguirre, que como no se animó a subir a la canoa, dejó una donación para la construcción de un camino. Así se hizo y Puerto Iguazú, fue bautizado como Puerto Aguirre, en homenaje a su benefactora. Recién en 1935, cuando se creó el Parque Nacional Iguazú, la ciudad recuperó su nombre.
Corre ardiendo con brío y valor
CA TARA TAS DE L IGU AZU.foto M.D. Consideradas una de las siete maravillas del mundo, forman un gran semicírculo de 2.700 metros, con 275 saltos, Bozetti, San Martín, Rivadavia, Unión son algunos de sus nombres, el más espectacular por su magnitud es la Garganta del Diablo.
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E L L E G A D O D E SA N I G N AC I O LO TEMPORAL Y LO ETERNO “De la diferencia entre lo temporal y lo eterno”. Tal es el título del primer libro publicado en nuestro país. Salió de la imprenta de las Misiones, la primera funcionó en el Río de la Plata. Estaba ilustrado con un grabado del indio Juan Yapari, el primer artista argentino, que salió del anonimato.
Los Misioneros de la Compañía de Jesús, llegaron en 1608, convocados por Hernandarias, el Gobernador del Paraguay para difundir la fe cristiana entre los guaraníes. Y cumpliendo con grandeza su obra misional, fundaron los primeros pueblos o reducciones, que reunieron a miles de aborígenes dedicados a la agricultura, la ganadería y la artesanía. Establecidos en el Guayrá, actual territorio paraguayo, sufrieron los ataques de los bandeirantes portugueses, que desde San Pablo venían a llevárselos. Así, entre 1627 y 1631 fueron vendidos 60.000 indios en Brasil. Decididos a emigrar hacia el sur, navegaron el río Paraná, el padre Antonio Ruiz de Loyola encabezó el éxodo y se fueron asentando en nuestro país. Sus fundaciones como San Ignacio Miní, Loreto, Santa Ana, Corpus, Candelaria, San José, Apóstoles, Concepción, Santa María la mayor, Mártires y San Javier ya son historia. Fueron unos cincuenta los pueblos, con sus yerbatales, algodonales y estancias. Contrariando las directivas de España, los frailes respetaron el idioma y crearon un sistema de trabajo, que generó un rápido crecimiento económico, al mismo tiempo que permitió la asimilación de los indígenas. Tres días debían trabajar en su huerta, la tierra del hombre, “avambaé”, y los otros días en la tierra de Dios, “tupambaé”, el espacio comunitario que servía para pagar el tributo a la corona, alimentar a las viudas, a los ancianos y los artesanos. En 1767 los jesuitas fueron expulsados de América, sus pueblos destruidos o desbastados. El que mejor se ha conservado es San Ignacio Miní, a sesenta kilómetros de la ciudad de Posadas.
LE ONIE MATTHIS
“La Plaza de San Ignacio Miní”. ¿Quién dijo que el fútbol lo inventaron los ingleses?. Los chicos guaraníes, ya lo practicaban en la plaza del pueblo con una vejiga de vaca inflada.
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El clarín de la guerra cual trueno
Y E R B A T A L foto A.E.A.
Se había comido la yerba. Resulta que un día un ingeniero inglés fue al campo para instalar un grupo electrógeno. Alguien le ofreció un mate y se fue a continuar con sus tareas. Se olvidó que él era gringo y que no sabía de que se trataba. Al rato aparece con la bombilla en la mano y dice: - Aquí traigo la cuchara. La cáscara la tiré a la basura y lo demás era muy rico. Luis Landriscina
E L T E D E L O S J E S U I TA S Misiones tiene, y tuvo históricamente, un producto fundamental que se enraizó en toda la patria. Lo llamaban té de las misiones, té de los jesuitas, té del Paraguay, acebo de San Bartolomé, Mate o Cáa. Y no es otra cosa que la yerba mate, aunque Carlos Linneo, en 1750, la identificara como “Psiroles galdulosa" y, otro especialista en botánica, Esteban de Saint Hilaire, la denominara “Ilex paraguariensis". Para nosotros: yerba mate. A mediados del siglo XVI los padres jesuitas descubrieron que el mate era capaz de desintoxicar a los indios de las grandes ingestas de alcohol que les hacían beber los paulistas – mestizos cazadores de esclavos-. Pero además de ser una infusión terapeutica, el mate se convirtió en un brillante negocio para los padres, que crearon un sistema productivo y un sistema de distribución que se extendia hasta centroamerica. Los yerbatales permitieron financiar la gran obra evangelizadora de los jesuitas y hoy son la gran empresa agrícola de la provincia. El mate se fue extendiendo por toda la patria y por los países vecinos – Uruguay, Paraguay y sur de Brasil –. El verdadero es amargo. El gusto lo da la unión de la yerba con la calabaza, pero están los que le agregan azúcar, yuyos y hasta cascaritas de naranja. ¿De sus poderes curativos? , existen pruebas en todas partes. Nuestro hombre de campo, aunque tiene una dieta basada en la carne, gracias al mate no tiene colesterol. Pero lo más importante, el mate es la excusa para el encuentro.
R U I N A S D E S A N I G N A C I O foto M.D.
Pórtico de la Iglesia.
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C U E N T O S D E L A S E LVA Ombú cueva, La picada Noche. Viernes. Cerrazón. Chaqué. Viene la perrada Que persigue al Lobizón. Bicho largo, maloliente, tranco largo y desigual, mitad perro, mitad gente, no es persona ni animal… Aníbal Cambas
FLORENCIO MOLINA CAMPOS
“Caa Pora y Yasí Yateré”
MIGUEL C. VICTORICA
“Pórtico Ruinas de San Ignacio”
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La selva es el gran escenario, el amor está en algún “porá", la locura en la cerrazón de la vegetación y la muerte en manos de un temible animal. Y entre todo eso, inmerso o atrapado, el mejor cronista de la tierra misionera, Quiroga, nacido en 1879, llevaba en su nombre la clave de su destino, Horacio Silvestre, que quiere decir “de la selva”. Aunque nació en Salto, Uruguay, y vivió en Buenos Aires hasta 1903, cuando viajó a Misiones por primera vez, integrando como fotógrafo una expedición organizada por Leopoldo Lugones, para relevar las antiguas reducciones de la Compañía de Jesús. Quiroga encontró su lugar, levantó su casa en San Ignacio, y se mimetizó con la naturaleza. Construyó canoas, embalsamó pájaros, se vistió con el cuero de los animales que cazaba y toda la animalidad pasó a formar parte de su magnífica obra. En 1917 publicó “Cuentos de amor de locura y de muerte", y un año más tarde, “Cuentos de la Selva". Pero además de la literatura, en Misiones nacieron mitos y leyendas como los poras, representantes del bien y del mal para los indígenas: “Teyú Yagú", con su gran cuerpo de lagarto y siete cabezas. “Mboi Tui", víbora loro. “Moñai", señor de los campos, los aires y las aves. “Yasí Yateré", pequeño duende de la siesta. “Curupí", dueño de la sensualidad. “Ao", pora de la fecundidad y “Lobizón", el último de los hermanos, el más temido. “No vaya a salir el viernes que es día del Lobizón", les dicen a las mujeres. Otro pora es el Pombero, que se transforma fácilmente para conseguir el amor de las mujeres, también se lo llama “Sombrero Cáa", “El carapé".
En los campos del Sud resonó;
CAR LO S GIAMBIA GGI
“Paisaje”
LA GAMA CIEGA Cuentos de la Selva - (fragmento) I-Hay que oler bien primero las hojas antes de comérselas, porque algunas son venenosas. II-Hay que mirar bien el río y quedarse quieto antes de bajar a beber, para estar seguro de que no hay yacarés. III-Cada media hora hay que levantar bien alto la cabeza y oler el viento para sentir el olor del tigre. IV-Cuando se come pasto del suelo primero hay que mirar siempre los yuyos para ver si hay víboras. Horacio Quiroga
G A L O PA Y M A N D I O C A La galopa misionera, canción galopa, galopa fantasía, chotis misionero y la polca han sido sin duda los géneros folklóricos más difundidos en la provincia, también tiene mucha guarania salida de las arpas del Paraguay. En la comida, también llegaron procedentes de la tierra guaraní, bocados como el conocido chipá y la famosa sopa paraguaya, que a pesar de su nombre no es ningún caldo, sino una torta hecha con maíz blanco, queso, huevos y especias. De Brasil llegó a introducirse en Misiones el freishado preto, un guiso de porotos negros con arroz y, típicamente del lugar y como sustituto de la papa existe la más económica mandioca, base de muchos platos originales. Con harina de mandioca, huevos, queso y grasa de pella se prepara el chipá, unos panecillos que desde el litoral ganaron el país, hoy se sirven en Buenos Aires en las mesas de los cocktail y hasta en los shoppings porteños se consigue una bolsita de chipacitos.
ESCUDO
DE MISIONES
Síntesis de la historia y la geografía de la provincia, en la parte superior muestra el cielo azul, el radiante sol de mayo y dos bastones cruzados, símbolo de los misioneros, entrelazados con el arco y la flecha. En la parte inferior, de color blanco, está representada la cascada del Iguazú y, a cada lado, una planta de yerba mate.
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India Letra: Martín Ortiz Guerrero Música: José Asunción Flores
V India, bella mezcla de diosa y pantera Doncella desnuda que habita el Guayrá Arisco remanso curvó tus caderas Copiando un recodo de azul Paraná. De su tribu, la flor Montaraz guayaquí Eva arisca de amor Del edén guaraní Bravea en sus sienes Su orgullo de plumas Su lengua es salvaje Panal de irusú Collar de colmillos de tigres y pumas Enjoya la moza de ibitiruzú La silvestre mujer Que la selva es su hogar También sabe querer También sabe soñar
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N ELUa hQu m U E N ilde amás tuvo un adjetivo que la caracterizara como lo tienen otras provincias, pero sí, tuvo, en los versos del poeta Marcelo Berbel, quizás el gran autor de la Patagonia, una síntesis que lo llevó a definirla como “la humilde". Habrá pensado en conjugar lo que se siente cuando se está en Neuquén, se recorre su geografía, y en tanto cambio de paisaje vuelven hacia uno imágenes que, sin ningún tipo de alardes muestran a una provincia indiana, plañidera, querendona, amante, desolada y triste. Es que por allí, por el lado oeste de nuestro país, comienza la Patagonia, con todo lo que eso significa: vientos, desiertos, tierra nueva y, también, cordillera, nieve, lagos, arroyos de agua clara y ríos que bajan con furia desde lo alto. Desde el frío.
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OSCAR CAMPOS
“Verano en el lago”
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Buenos Aires se pone a la frente
EL RIO NEUQUEN euquén quiere decir bravío. Para muchos investigadores, arrollador, atrevido, que arrastra. Otros nos dicen que los antiguos habitantes pronunciaban Nauquén, que significa, abajo, o lo que se ve abajo. También están los que opinan que los indios Neuquén viene de Ñufquén, que significa tomado de la cola. Es que los indios, que contrariamente a los criollos no usaban estribos para amarrarse al caballo, mientras cruzaban el río, lo hacían a la rastra tomándose de las cerdas del rabo del animal. En realidad las distintas teorías coinciden en una cosa, el río era bravío. Lo es. Y fue el río el que le dio el nombre a la provincia. Neuquén no está dentro de lo que se llaman las provincias viejas o históricas, de esas que abundan en el norte y que contrastan totalmente con las patagónicas en tiempos de gestas, virreinatos, costumbres, patriciados, música, tradiciones y que, se llevan las páginas de los manuales primarios. Es verdad que su historia es poco prolífica en los archivos. Pero todo el territorio neuquino es un monumento histórico. Por todos lados están las araucarias, mejor llamados pehuenes y que suelen, según los antropólogos, tener cientos de años. Y si de joyas arquitectónicas se trata, la naturaleza edificó el cerro Lanín. ¿Hace falta más? Y además falta mencionar las pinturas rupestres, las pequeñas pirámides y las vasijas que todavía se encuentran desperdigadas a montones como esas puntas de flechas que, a cada paso por el campo, entremezcladas entre la tierra y la piedra, que hablan de una historia de miles de años.
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C RIO LLO S N EU Q UIN O S. f o t o A . E . A .
“Hay mi Neuquén manos abiertas. No es la más linda, no es la más grande, ni la más rica, pero se brinda desde la idea su sangre nueva tan argentina indiana y dulce, mi madre tierra." Marcelo Berbel
P ARQ UE N AC I ONA L L AN IN . foto A.E.A.
El pehuen o araucaria puede alcanzar los cuarenta metros de altura y un tronco de un metro de diámetro
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VIENTOS DE LANZAS Y GALOPES
OSCAR CAMPOS
“Cóndor”
B O S Q U E N E V A D O . foto A.E.A.
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Sin presentar una unidad étnica, la población indígena neuquina mostró tres agrupaciones fundamentales. Los pehuenches, cazadores y recolectores del fruto del pehuen (piñón), que ocupaban las laderas orientales de la cordillera andina. Los tehuelches, de la familia de los pampas, cazadores de guanacos y avestruces. Finalmente, los mapuches, que habitaban en los faldeos occidentales de la cordillera y eran cultivadores sedentarios. Durante el siglo XVII el padre Diego Rosales recorrió el Nahuel Huapi hasta el Lanín buscando un adecuado emplazamiento para establecer una reducción. Fue el primer intento, hasta el del padre Nicolás Mascardi, quien fundó Nuestra Señora de Nahuel Huapi e introdujo los manzanos. La hostilidad de los indígenas pudo más que Mascardi y el padre Van der Meeren tomó la posta pero sin la ayuda de la Capitanía de Chile, su intento tampoco prosperó. A Basilio Villarino lo contuvo también la belicosidad de los indios, que de a caballo, aprovechando el ganado cimarrón y animados por el fácil éxito de sus incursiones, llegaron a devastar las estancias del sur bonaerense. El botín se encontraba en Neuquén, en donde se engordaba el ganado antes de llevarlo a Chile. El cacique Purrán dominaba entre Barrancas y Covunco. El hermano de Calfucurá, Reuqué Lurá, en la Cuenca de Aluminé y, Sahihuque en la zona manzanera.
De los pueblos de la ínclita Unión.
El mito de los Césares. Es la ciudad encantada de Los Césares, la última leyenda que murió en América y la primera que hechizó las infinitas soledades del sud. Por espacio de trescientos años, enloqueció a guerreros y frailes, arrastrándolos como fascinados, de un extremo a otro de la Patagonia. Enrique de Gandia
ESTANCIA. foto A.E.A.
La primera corriente de población criolla que llegó al oeste de Neuquén procedía de Chile.
Las autoridades del gobierno adoptaron la táctica de dividir para dominar y reconocieron algunos de los mandatos indígenas sobre esos territorios. Después de esas campañas políticas vinieron las campañas militares: la histórica campaña del Desierto; y, en 1882, el general Villegas declaró: “En el territorio comprendido entre los ríos Neuquén, Limay, cordillera de los Andes y lago Nahuel Huapi, no ha quedado un solo indio". Pasaron años en que los límites del Neuquén se fueron modificando hasta que en 1884 la provincia quedó establecida con sus límites actuales. La llegada del ferrocarril a Confluencia (1902), a Zapala (1913) y el descubrimiento del petróleo en Plaza Huincul (1918) fueron los últimos acontecimientos de una provincia que recién fue creada como tal bajo una ley en 1955, hace tan solo 45 años. ¿Cómo no se quiere que sea nueva, al menos en los archivos de la nación?
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P A S T O R .foto A.E.A.
M ari mari pe ñi El saludo indígena que aun pervive, en castellano se traduce como: mucho bien te deseo, hermano.
T E J I D O .foto A.E.A.
LA HERENCIA INDIGENA Entre las cosas de la cultura neuquina, herencia de los aborígenes, sobreviven en el noroeste de la provincia las “cantoras". Mujeres que tocan la guitarra criolla y declaman historias, cuentos y sucesos de una época olvidada. Las “cantoras" han motivado a plásticos, poetas, jóvenes y escritores. La milonga cordillerana y el loncomeo mapuche, son las principales expresiones de la zona, al igual que los valses neuquinos, o mejor dicho valse, porque los “antiguos" no pronuncian la “s". Como dice Edmundo Rivanera, “miles de familias se han radicado en la provincia, pensando el volver a su lugar en poco tiempo, y ahora sus nietos retozan nuestro suelo. Cuenta el imaginario popular que aquél que beba del Río Limay, se quedará permanentemente.
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Y con brazos robustos desgarran
PLAZA HUINCUL En 1918, se descubrió en Plaza Huincul, la gran cuenca neuquina de petróleo. Allí se levantó el primer campamento a y a su alrededor crecieron los barrios de YPF. Hoy se puede visitar el Histórico pozo y también el Museo Municipal Carmen Funes, que lleva el nombre de una mítica cuartelera, en cuyo campo se percibió por primera vez el sabor a querosene en el agua. La señora Funes cumplía funciones en el Regimiento III de Caballería y llegó con un batallón a General Roca, Río Negro. A poco de su estada dejó la milicia y “espantada" por el ruido del tren que terminaba en Roca, se mudó a un paraje en el que casi no había nada, Plaza Huincul. Allí, junto a una aguada, se convirtió en posadera y levantó lo que se llamó la Posta de la Aguada, en 1890. Tiempo después llegó el ingeniero Cánepa, para hacer noche antes de partir a Covunco, donde pensaba montar una máquina para extraer petróleo. Cuenta la leyenda que esa noche, observó como Carmen llenaba barriles con agua y le preguntó: “Doña Carmen ¿para qué junta tanta agua?" “Porque está cambiando la luna y en vez de agua va a salir querosene." La luna cambió y al otro día, entremezclado con el agua, aparecieron manchones de petróleo. Cánepa dejó allí sus máquinas y comenzó a explotar el petróleo de la zona.
EL ORO NEGRO DE NEUQUEN. foto A.E.A.
Plaza Huincul, Cutral-Có, Catriel y Puesto Hernández son los hitos de la gran cuenca de petróleo de la provincia.
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NORBERTO RUSSO
“Primeras nevadas”
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Al ibérico altivo León.
L A PA S T O V E R D E Cuando Carmen Funes murió la enterraron por allí cerca, puesto que en Plaza Huincul todavía no había cementerio. Y cuando lo hubo, el párroco local se opuso a que fuera trasladada. Su tumba, cerca de una banquina, comenzó a ser tapada por los yuyos y una tarde, dos personas que trabajaban en la YPF, padre y suegro del poeta Marcelo Berbel, forjaron en los talleres de la petrolera, una reja para proteger el sepulcro. Los años siguieron pasando y hace unas décadas, quien fuera un chico nacido en Plaza Huincul, se quedó sin nafta en la ruta. Mientras su hijo se acercaba al pueblo con un bidón, dijo: “Por aquí debe estar la tumba de la Carmen" No le costó mucho encontrarla. Tomó entonces un papel y junto a la tumba, escribió la letra de una zamba: “La Pasto Verde", que cantaron Jorge Cafrune, José Larralde, Los Andariegos y muchos más. Casi sin querer, Marcelo Berbel le había devuelto los honores a Carmen y su tumba fue rápidamente bendecida y hasta se le rindió un homenaje con bandas militares. Hoy, la gente la visita como si fuera una santa. Carmen Funes, para todos los neuquinos, La Pasto Verde. BOSQUE ANDINO-PATAGONICO.fotos A.E.A.
ESCUDO DE NEUQUEN
Reúne aquellos elementos que hacen a su identidad: el cielo patagónico, el volcán Lanin con su cima nevada, el pehuén y las aguas impetuosas de sus ríos. Dieciseis estrellas representan a sus departamentos, en tanto que el azul y blanco de la montaña, el sol y los laureles hablan de su pertenencia a la Nación Argentina.
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L a P a s t o Ve r d e Letra: Marcelo Berbel
U Aguada de los desiertos lejanos, tapera de un dulce ayer tiempo de la Pasto Verde, zamba del coraje hecho mujer. Brava gaucha en los fortines sureños, bella flor del jarillal, mil soldados te quisieron, pero la tierra te quiso más. Sobre la reja entre las piedras donde duerme tu voz, mi guitarra lloró, sola esta zambita por las noches quiere darte luz, porque le duele que digan que le criollo neuquino te olvidó. Quien te llamó Pasto Verde fresquita, tal vez tu aroma sintió, poema de los desiertos, versos de un coplero que pasó. Tal vez hablen de tus años de moza, la aguada, el grillo, el sampá años de lanza y romance, sangre que secó el viento al pasar. Sobre la reja entre las piedras donde duerme tu voz, mi guitarra lloró, sola esta zambita por las noches quiere darte luz, porque le duele que digan que el criollo neuquino te olvidó.
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R I O N E G R O Donde comienza la Patagonia ay un río que baja desde los Andes y termina atravesando el extremo sur de la provincia de Buenos Aires. Es el Río Colorado, cruzándolo abandonamos la pampa para entrar a la Patagonia y pasamos a la jurisdicción de una provincia nueva, nacida tras la Campaña del Desierto, que lleva el nombre de otro río que la cruza más al sur, el Río Negro. Los indios mapuches lo bautizaron Curru Leuvú, y fueron sus aguas caudalosas las que le otorgaron vida a los valles, donde nacieron los frutos, que hoy caracterizan a esta provincia, la mayor productora de manzanas del país. Pero Río Negro es más que eso. Si pensamos en la región andina, la belleza de sus paisajes nos habla de la mano generosa de Dios. En la costa atlántica tenemos El Golfo Azul y Las Grutas de San Antonio Oeste, pero además están Viedma, General Roca, Cipolletti, Choele Choel, Sierra Grande y Jacobacci, localidades pujantes donde se siente el pulso de la Patagonia.
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RIKELME
“Araucarias”
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Sean eternos los laureles
NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN os primeros habitantes de Río Negro fueron los tehuelches, los pehuenches y los mapuches venidos de Chile. En 1779 Francisco de Viedma y Narváez fundó el Fuerte de Río Negro y el establecimiento de Nuestra Señora del Carmen, que dio origen a Carmen de Patagones en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires y a Viedma, dos ciudades que tienen una historia compartida en la que se jalonan la defensa contra los indios, el desarrollo económico mediante las exportaciones de cueros de ovinos y de sal a través de su puerto, y la actividad misionera de los padres salesianos. El fuerte de Nuestra Señora representó un gran punto de avanzada sobre los indígenas. Más tarde con la Campaña al Desierto, se logró ocupar más territorio. Tras la derrota del cacique Chocori y la conquista del bastión indio de Choele Choel, el sur quedó incorporado al territorio nacional, creándose la Gobernación de la Patagonia, que se extendía desde Río Colorado hasta Tierra del Fuego, con capital en Viedma. Con la llegada del ferrocarril comenzó el desarrollo económico y ya entrados en el nuevo siglo la provincia comenzó a prosperar, quedando delimitada y denominada como Río Negro, hace muy poco, en 1957. Viedma y Carmen de Patagones aunque pertenecen a distintas provincias se mantienen unidas por las actividades laborales, sociales y culturales de sus habitantes, sus centros urbanos están conectados por un servicio de lanchas de pasajeros similar al que tenemos en el Delta. En 1986 se proyectó la creación de un nuevo Distrito Federal basado en las dos ciudades, y si bien no se concretó, el proyecto nos habla a las claras de la importancia geográfica y política de la región. En los primeros años del siglo empezó el desarrollo económico de la zona del Alto Valle que recibió la mano de obra de colonos españoles e italianos, y, también recibió inmigrantes de ascendencia árabe, ingleses, yugoslavos, checoslovacos y rusos. En la zona andina, se dio otro fenómeno, la llegada de alemanes, austríacos y suizos que encontraron en sus lagos y bosques, paisajes y climas similares a los de sus países de origen. Bariloche es el mayor centro turístico de la provincia y un referente turístico en el mundo. Gracias a la iniciativa del doctor Exequiel Bustillo, quien fuera el primer director de Parques Nacionales, se inició la construcción del Centro Cívico con los edificios necesarios para llevar adelante el desarrollo de la región. La necesidad de proteger y defender la riqueza natural fue acompañada, en este caso, por una política de defensa de las fronteras, de manera que en poco tiempo la aldea de montaña se convirtió en ciudad turística, con una infraestructura preparada para recibir a visitantes del país y del exterior.
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P U E N T E F E R R O V I A R I O . foto A.E.A.
Une Carmen de Patagones con Viedma.
C ARM E N DE P A TA G ONE S . foto A.E.A.
Vista desde Viedma.
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E L VA L L E D E L S O L Allí donde confluyen los ríos Neuquén y Limay para convertirse en el Río Negro, un gran caudal regador atraviesa la zona y da vida a los sembradíos de manzanas, peras, duraznos, ciruelas y vides. Es el Alto Valle, la tierra más fértil de la provincia y la mayor productora de frutales del país. El sistema de riegos se creó a principios del siglo con capitales del estado. Y aunque resulte paradójico las aguas que permitieron el desarrollo económico del valle del Río Negro provienen del río Neuquén. El Alto Valle abarca unos 120 kilómetros, desde la antigua colonia de La picasa, hoy Cinco Saltos , siguen La Lucinda, actual Cipoletti; colonia Roca, hoy Allen y General Roca; Cervantes, Maniqué, Huergo y Colonia Regina de Alvear, actualmente Villa Regina y Chichinale. Villa Regina debe su nombre a Regina Pacini, quien fuera cantante lírica, amante de las artes y esposa del Presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear. A ella se debe la firma del decreto por el cual la Compañía Italo Argentina de Colonización, compró al terrateniente Manuel Zorrilla, las tierras que dieron origen a la población actual. Después de la llegada del riego y hasta fines de la década del ´20 en la región se producía solamente alfalfa, los frutales vinieron más adelante. M A N Z A N A S . foto A.E.A.
La Compañía de Tierras del Sud y la Argentina Fuit Distributor, ambas inglesas, racionalizaron la producción frutícola del Alto Valle erradicando la gran cantidad de variedades que se plantaban e imponiendo la Red Delicius y la Granny Smith en Manzanos y la Williams y Pekham´s Triumph en peras.
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Que supimos conseguir:
Habrían sido introducidos por expedicionarios provenientes de Chile, y la leyenda del país fértil o país de los manzanares, como se conocía a la región atrajo a numerosos pobladores. Lo cierto es que fueron compañías inglesas las que llevaron adelante la fruticultura y mantuvieron el monopolio prácticamente hasta la década del ´60. Es entonces cuando empiezan a gravitar capitales argentinos, sobre todo en el proceso de empaque y la expansión de los frigoríficos en el Valle, evitando el traslado urgente de la fruta hacia los puertos de Bahía Blanca y de Buenos Aires, donde existían cadenas de frío. La fruticultura, permitió el desarrollo de ciudades como General Roca, que se convirtió en cabecera de la producción frutícola, y el puerto de San Antonio Oeste, desde donde se exporta la cosecha desde su habilitación en 1983. El Valle Medio sigue el curso del río hacia el este, con la fruticultura enriquecida por el agua y sus canales de drenajes. Zona, indudablemente de gran futuro. El Valle Inferior nos muestra a Viedma, a poco de encontrarse con el Atlántico y allí sí, más abajo todo cambia por completo con el litoral marítimo. Sus playas, como El Cóndor y Bonita, para seguir hacia el sur con Las Grutas de San Antonio Oeste, en el Golfo Azul.
ALTO VALLE DEL RIO NEGRO.foto A.E.A.
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A T O D O PA I S A J E
JOSE MALANCA
“Cerro López”
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Enclavado en los Andes Meridionales se encuentra el Parque Nacional Nahuel Huapi, que Río Negro comparte con la provincia de Neuquén. A orillas del lago Nahuel Huapi, Bariloche es un centro turístico reconocido en el mundo. Con paisajes que hablan de la generosidad de Dios con este confín del mundo, el cerro Catedral, el Tronador, el cerro López donde hay nieve todo el año, el maravilloso Llao Llao, el Lago Mascardi y el Gutiérrez. También dentro de la zona andina está otro centro turístico importante, El Bolsón, un paraíso para artistas, artesanos y horticultores, dónde crecen las flores más bellas de la Patagonia.
Coronados de gloria vivamos
ITALO BOTTI
“Llao Llao”
CEFERINO CARNACINI
“Llao Llao”
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CEFERINO NAMUNCURA El 26 de agosto de 1886, en Chimpay, en el valle del Río Negro, en donde se hallaba replegada su tribu, nació Ceferino. Descendiente de los últimos grandes caciques de la Patagonia. Juan Cafulcurá, recordado como el “El rey Sol de las pampas" fue su abuelo, y Manuel Namuncurá, el último indio guerrero, fue su padre. Su madre fue una cautiva blanca de origen chileno, Rosario Burgos. Lo bautizó el padre salesiano Domingo Milanesio, quien llegó las tolderías de Chimpay cumpliendo su misión evangelizadora. En 1897 ingresó al colegio Pío IX de Buenos Aires, y siguió sus estudios en Viedma en el colegio San Francisco de Sales. Descubrió su vocación de sacerdote y difundió la religión católica entre la gente de su raza. En 1904 viajó a Roma y fue recibido por el Papa Pío X, quien le impartió la bendición apostólica. Y allí falleció, cuando tenía tan sólo 18 años. En 1945 se instalaron en Viedma, Turín y Roma los tribunales para examinar la vida y las virtudes de Ceferino. La iglesia lo reconoció como Venerable y se está tramitando su beatificación. Más allá de las tradiciones orales que hablan de su infinita bondad y de los milagros que el pueblo le atribuye, han quedado sus escritos que exaltan la fe y los dogmas de la iglesia. Hoy su devoción llega a todos los rincones de la Argentina. CEFERINO NAMUNCUR Á.
El Lirio de las Pampas Patagónicas. En Roma, ciudad eterna Urbe de la Cristiandad Se nos ha muerto el santito Lo llevamos a enterrar Cortejo de pobre tiene como cuadra a su humildad, pero ocultos en el aire los ángeles indios van. J. M. Castiñeira de Dios
T R A B A J A D O R E S . foto A.E.A.
¡Oh Jesús! Que en la árida Patagonia hicisteis brotar este lirio de pureza, Ceferino Namuncurá y que alimentándolo con la santa eucaristía encendisteis en su corazón ardores de santidad y de apostolado dignaos glorificarlo en la tierra.
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O juremos con gloria morir.
H I L A N D E R A . foto A.E.A.
Y esas manos que parecen pergamino de los años, a los mechones de lana de memoria van hilando. Así se pasa los días como añorando, añorando… El huso se hizo su amigo y la viene acompañando. Elías Chucair
UN MANJAR DE LA TIERRA Una de las comidas típicas de la provincia es el curanto. Un plato cocinado en la tierra. Se comienza haciendo un pozo más o menos profundo que se llena de leña, luego se apoyan piedras y se hace un gran fuego. Después que la hoguera ardió considerablemente y una vez que se consumió la madera, las piedras calientes se cubren con una “manta" de hojas de nalca, una planta típica de la cordillera. Encima se esparcen trozos de carne vacuna, cerdo, cordero, pollo, chorizos, papas, batatas, zapallo, arvejas, manzanas y zanahorias. Y sobre todo esto se extiende una nueva cubierta de hojas para que conserve el calor y la humedad de la cocción. Todo se cubre con un gran lienzo y por encima se hecha tierra apisonada. Después de esperar el tiempo que indique el maestro cocinero, se destapa y el curanto está listo.
ESCUDO DE RIO
NEGRO
Trece estrellas de plata representan cada uno de sus departamentos. En la base vemos el Río Negro que brinda fecundidad a sus tierras, un nativo mira el valle, y la cruz y el quepis hablan de la llegada del hombre blanco y la fe cristiana. El sol naciente lo corona y lo rodean ramas de olivos.
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Al sur del viento. Letra: Rubén Chauque Música: Sergio Castro
t Cuando sopla el viento trae fuerzas que se meten en mi alma y estallan en mi garganta. y una extraña mezcla de memoria en pedazos de èsta historia trae el viento en su carcaza. Ay... somos parte del viento del sur. Frío y azul. Cuando sientas en tu piel la brisa date cuenta que montada en ella va nuestra esperanza. De sueños postergados de muchos que nos despojaron "verdes" pretensiones de unos pocos. Ay... somos parte del viento del sur. Frío y Luz. Pero el viento sabe que de viento va naciendo esta esperanza hecho piel en el desierto. Y que cruzando al sur del colorado tan amado y tan golpeado entràs al reino del viento. Ay... somos parte del viento del sur frío azul, frío luz, frío azul. Y que cruzando al sur del colorado. Tan amado y tan golpeado. Tanto sueños postergados va naciendo esta esperanza.
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F S LAa Ll i nTd aA alta, la linda. Así la llaman.Y qué bien le cuadran los elogios a esta gran provincia del norte. Basta con pensar en sus coloridos Valles Calchaquíes, la Cuesta del Obispo, el Parque Nacional Los Cardones, el Tren de las Nubes, la Puna. Salta, la fronteriza, rodeada por seis provincias hermanas. Salta, la de Payogasta, Cerrillos, La Poma, San Lorenzo, San Antonio de los Cobres. Cafayate la región del buen vino, Metán, Orán y Tartagal. Su nombre reúne cuatro vocablos aymaras que encadenados quieren decir “Hermosa región de serranías en cuyo fértil valle se encuentra el descanso". La bautizó un emisario del poderoso Tahuantisuyo, el imperio de los incas, quien al pisar su tierra, se encontró ante un paisaje de peñas y serranías, de valles y de quebradas, y buscó palabras para describirla, sagta, sayta, salla-ta, sata. Para los españoles simplemente Salta.
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JOSE MALANCA
“San Carlos del Valle”
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San José, San Lorenzo, Suipacha,
H AC I E N D O H I S T O R I A os pueblos aborígenes que habitaban estas tierras tenían costumbres muy diferentes. Los del altiplano eran nómades y se alimentaban de carne de camélidos. Los de los valles y las quebradas se dedicaban a la agricultura y construían sus casas con piedras. En tanto que los de las llanuras del este, junto a la selva chaqueña, vivían de la caza y de la pesca. Habitaban regiones distintas y hablaban distintas lenguas: el aymará, el mataco, el kakana y el quechua, ésta última todavía hoy se conserva entre pueblos aborígenes. A partir de 1535 comenzaron a llegar los expedicionarios españoles, Diego de Almagro, Diego de Rojas y Nuñez del Prado. Por orden del Virrey del Perú, Jerónimo Luis de Cabrera y Gonzalo Abreu de Figueroa hicieron dos intentos fundacionales a partir de 1570, pero ambos fracasaron. En 1582, Hernando de Lerma hizo la primera fundación en el valle de los saltas. La llamó “Muy noble ciudad de San Felipe de Lerma en el valle de Salta", en honor a Felipe II y a su propio apellido. Tiempo después comenzó la acción de los jesuitas, educadores y fundadores de pueblos como San Carlos Borromeo. Salta, fue parte de la provincia de Tucumán hasta 1776 cuando pasó a depender del Virreinato del Río de la Plata. Con la gesta de Mayo de 1810, el pueblo se proclamó en su favor, pero el gobernador realista se opuso y encerró a los cabildantes. Inmediatamente fue depuesto y en su reemplazo quedó como mandatario Feliciano Chiclana. Después viene la heroica defensa de nuestras fronteras, la gesta de los gauchos salteños.
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I GL ESIA DE SAN F RANC ISCO . f o t o R . G .
Construida en el siglo XVIII, su fachada está decorada con estucos y coronada con el escudo de la orden franciscana.
I G L ES IA Y C ON VE NT O DE SAN B E RNA RD O. foto A.E.A.
Ubicada en el lugar que ocupaba una antigua ermita del siglo XVI, la iglesia fue destruida por un terremoto y se reconstruyó en 1723.
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LA GUERRA GAUCHA
T E J E D O R D E S E C L A N T A S . foto R.G.
M O N U M E N T O A G Ü E M E S . foto R.G.
Inaugurado en 1931 el Monumento al General Martin Miguel de Güemes es una obra del escultor Víctor Goriño.
ALBERTO GÜIRALDES
“Changuito norteño”
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En el mástil de una plaza flamea gallarda, una bandera de color rojo bermellón. Está ubicada un poco más abajo que la azul-celeste y blanca y los aires que soplan desde el Norte la envuelven de recuerdos. Cuesta no detenerse a mirarla, es el símbolo de la historia de Salta. Allí están plasmados sus batallas, el color de la sangre, el mismo de los uniformes de los soldados que, acompañaron en su lucha por la liberación de esa tierra y de la patria toda, a Martín Miguel de Güemes. Dos franjas negras la cruzan de un extremo al otro, es el luto por la muerte del General Gaucho. Los mismos colores de la bandera tiene el poncho salteño, que desafia altanero las ráfagas en las altas cumbres. Un poncho que hilan después de teñir su lana con hierbas las poncheras de Seclantsas, y que es el es el símbolo de esta provincia. Cuando el salteño luce sus mejores prendas viste el poncho colorado y el pequeño corbatín negro. Es el homenaje a los hombres que hicieron la guerra gaucha, al Ejército del Norte, el de “Los Infernales de Güemes". Todo un símbolo de la historia de Salta.
Ambas Piedras, Salta y Tucumán
ALBERTO GÜIRALDES
“Gaucho salteño”
G A U C H O S A L T E Ñ O . foto A.E.A.
El poncho de Güemes era colorado sangre de toro. Y el General murió emponchado. Entonces los soldados, en homenaje al jefe muerto le pidieron a sus mujeres que le cosan en los ponchos unas cintas negras en señal de luto. Así nació el poncho salteño, colorado y negro. Juan José Güiraldes
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LEONIE MATTHIS
“Majestuosa Salta”
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La colonia y las mismas murallas
T R E N D E L A S N U B E S . foto R.G.
Padre, ya viene el tren de Alemanía,* anúncialo tocando la campana. Ponte la gorra, cierra la ventana que ya no hay nadie en la boletería. Madre, ya viene el tren con su alegría y el crisantemo de humo que desgrana. No sé por qué te siento más lejana cuando lo mira tu melancolía. Manuel J. Castilla. *Alemanía es una localidad ubicada al sur de la ciudad de Salta.
V I Ñ A S . foto R.G.
Al sur de Salta en Cafayate, a 1700 metros sobre el nivel del mar, se producen los mejores vinos de la provincia; intensos en color sabor y aroma. Se destaca el blanco torrontes único en el mundo. Muy agradable como aperitivo. Alberto Suárez Anzorena
L O S VA L L E S C A L C H A Q U I E S En Salta, la linda, hay una maravilla geográfica que son los Valles Calchaquíes. Ubicados en el centro sur de la provincia, entre la belleza natural se conservan casi intactos los vestigios de gran parte de nuestra historia. Por allí pasó el camino del Inca y si nos detenemos en Cachi, podemos reconocer una inigualable población de casas de adobe, alineadas sobre calles estrechas y empedradas. Todo rodeado por plantaciones de ajíes colorados y, como fondo, el Nevado de Cachi, de más de 6000 metros de altura. Pero también está Cafayate, con sus casas coloniales y los viñedos del famoso “jugo de uva" cafayateño. Molinos, con su iglesia parroquial construida en 1639 y un sinuoso trazado irregular, que hace serpentear sus callecitas. Y por fortuna, Salta conserva, debido tal vez al gran interés turístico, el Tren a las Nubes, que partiendo desde la capital, realiza un fantástico recorrido entre cuestas y valles, pasa por San Antonio de los Cobres, y alcanza los 4220 metros de altura en el viaducto de La Polvorilla. Pero aquí también vale la pena detenerse, porque como en todas nuestras provincias, se multiplican los ramales muertos y la nostalgia del pasado se hace inevitable.
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E L N AT I V I S M O SA LT E Ñ O
JAIME DAVALOS. Poeta nacido en la quebrada de San Lorenzo.
JORGE VILLAR MATTHIS
“Algarrobo, Molinos”
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Si de poetas se trata, no sería errado decir que Salta tiene algunos de los mejores que dio nuestro país. Basta con nombrar a: Juan Carlos Dávalos, Cuchi (Gustavo) Leguizamón y Jaime Dávalos. Juan Carlos Dávalos nacido en 1887, publicó sus primeros poemas en 1901 y su último libro de “Cuentos y relatos del Norte Argentino", en 1946. Su obra es extensísima y entre algunos títulos figuran “Los Valles de Cachi y Molinos", “Estampas lugareñas", "Cantos Agrestes", “El momento político en versos", “El Viento Blanco" y “Relatos lugareños". “El Cuchi", de profesión abogado, es uno de los compositores de obras tradicionales de la música popular argentina. Se complementó en sus composiciones con Manuel J. Castilla, juntos desembarcaron en Buenos Aires y formaron parte de la gran promoción de folkloristas salteños, que protagonizaron el gran auge del floklore en los años '60. Quizá, la etapa de mayor reconocimiento la tuvo entre 1967 y 1986 con el Dúo Salteño, al que dirigió y acompañó desde su piano. Su música no sólo fue adoptada por tradicionalistas sino también por solistas y grupos innovadores como los Huanca Huá, Mercedes Sosa y Las Voces Blancas. Jaime Dávalos, fue escritor, poeta y educador. Sus coplas y sus zambas lo convirtieron en una figura emblemática. Entre sus hijos está Julia Elena Dávalos, de una dulzura vocal inconmensurable que rápidamente se hizo un espacio entre los intérpretes de la canción.
Del tirano en la Banda Oriental;
L O S C H A L C H A L E R O S .foto A.E.A.
La López Pereyra (fragmento) Yo quisiera olvidarte; me es imposible, mi bien, mi bien. Tu imagen me persigue, tuya es mi vida; mi amor también. Y cuando pensativo yo solo estoy, deliro con la falsía con que ha apagado mi amor, tu amor. Artidorio Cresseri
LOS CHALCHALEROS “Canto que nace en mi Salta con changos amigos en el Nacional Cocho y Pelusa en un dúo, Aldo conmigo en la vieja Rural..." El arranque de la canción habla del año 1948, hace 52 años. Eran cuatro los hombres que debutaron en el Teatro Alberdi, que siguieron andando, que se fueron renovando, y que son la imagen de Salta en la Argentina y en el mundo, y que con esos ponchos de Güemes aún siguen cantando. Pasaron por el grupo famosos y grandes, a unos se les acabó la vida pero Juan Carlos Saravia, hoy junto a su hijo Facundo, a Pancho Figueroa y a Polo Román, nos siguen deslumbrando con sus voces, su afinidad, su buen gusto, el brillante repertorio y el sonido de sus instrumentos que parecen uno solo. Sí, son lo más importante de la historia del más vivo folklore, Los Chalchaleros.
E SCUDO DE SALT A
Salta recuerda en su escudo su participación en las luchas por la independencia. Como en muchos emblemas provinciales, las cintas argentinas enlazadas unen dos ramas de laurel y sobre el fondo celeste, la estrella plateada de seis puntas es el reconocimiento a los Gauchos de Güemes que combatieron a los realistas españoles.
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Balderrama Letra: Gustavo Leguizamón Música: Manuel José Castilla
F A orillitas de canal cuando llega la mañana sale cantando la noche desde lo de Balderrama. Adentro, puro temblor el bombo con la baguala y se alborota quemando dele chispear la guitarra. Lucero solito, brote del alba donde iremos a parar si se apaga Balderrama. Si uno se pone a cantar un nochero lo acompaña y en cada vaso de vino tiembla el lucero del alba. Zamba del amanecer arrullo de Balderrama Canta por la media noche llora por la madrugada. Lucero solito, brote del alba donde iremos a parar si se apaga Balderrama.
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S RAe s N J U A N idencia del sol odo lo que hay en San Juan nace de la lucha permanente del hombre contra las limitaciones impuestas por la naturaleza. Es la provincia más árida de nuestra Argentina. Las lluvias apenas alcanzan los 100 milímetros anuales, la baja humedad y sus días claros, con el sol tajando la tierra, hacen que se la conozca como la residencia del sol. Pero además es la provincia del Zonda. El viento que nace en el Pacífico, en Chile, con tanta fuerza que pasa la cordillera y desciende en ráfagas de aire caliente, a más de cien kilómetos por hora. Baja echando miedo, como el soplido de un gigante. A su paso seca hasta el sudor de los temerosos, y trae recuerdos y leyendas de quienes no pudieron soportarlo. El río San Juan es un oasis y sus aguas que bajan desde la cuenca montañosa del oeste, conforman el gran acueducto que el hombre se encargó de transformar en acequias para que esta tierra tenga frutales, vides y olivos.
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CEFERINO CARNACINI
“Paisaje sanjuanino”
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Son letreros eternos que dicen:
HACIENDO HISTORIA longastas, capayanes, pero principalmente los huarpes, fueron los primeros indígenas que habitaron esta región cuyana. Eran cazadores de guanacos, al que convertían en comida y en lana, y grandes consumidores de maíz, que fermentaban para hacer la chicha, una bebida muy difundida en el norte argentino hasta nuestros días. Su capital fue fundada en 1562 bajo el nombre de San Juan de la Frontera, por Juan Jufré de Loaysa y Montesa. San Juan Bautista fue el patrono de la ciudad y, entonces no hace falta decir por qué la bautizaron así. Increíblemente a esta ciudad sin agua la arrasó el río unos años más tarde y por ello, fue trasladada unos dos kilómetros hacia el sur de la ribera del río San Juan por el hijo de Juan Jufré, Luis quien también fundó la ciudad de San Luis. Después de depender de la Capitanía General de Chile, San Juan integró el Virreinato del Río de la Plata y comenzó a trasladar a Buenos Aires sus vinos, aguardiente, pasas de uva e higos. Narciso Laprida y Fray Justo Santa María de Oro fueron congresistas en la Revolución de Mayo y José de San Martín contó con hombres y mujeres sanjuaninos en su gesta libertadora. Años después, Domingo Faustino Sarmiento, “el ilustre”, realizó innumerables obras culturales, educativas, edilicias, mineras y económicas. Con la llegada del ferrocarril y el transporte de la vid hacia Buenos Aires, las bodegas familiares pasaron a ser grandes industrias y, desde ese momento San Juan, la desértica, fue convirtiéndose en un vergel.
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T A L A M P A Y A . foto M.D.
Una de las grandes reservas arqueológicas de la provincia, donde se conservan restos de las antiguas culturas indígenas.
DI QU E UL L UM . foto A.E.A.
Una gran obra hidráulica sobre el río San Juan, con un imponente murallón de trescientos metros de largo.
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EL VALLE DE LA LUNA El Parque Provincial Ischigualasto conocido en el mundo como Valle de la Luna, se encuentra en el extremo norte de la provincia, en el límite con La Rioja, entre los cerros Los rastros y Los colorados. Su suelo tiene una antigüedad de 225millones de años y está compuesto por arcillas, cenizas volcánicas y areniscas de variados colores. La acción de los agentes erosivos como el viento, el agua y la temperatura, crearon un paisaje que la imaginación del visitante comparó con el suelo lunar. El Cerro Morado con sus 1800 metros de altura marca la entrada al parque, que comprende cuatro formaciones rocosas pertenecientes a cuatro épocas diferentes. Ischigualasto, que da el nombre al parque corresponde al sector central del Valle. Toda el área es rica en fósiles de animales y bosques petrificados. En 1930 se realizó la primera exploración paleontológica.
T A L A M P A Y A . foto M.D.
Ischigualasto es el nombre de las formaciones rocosas más esculturales, creadas por el tiempo el agua y la temperatura.
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Aquí el brazo argentino triunfó,
P ARQ UE P R OVI NC I AL I SC HI G UAL A ST O. foto A.E.A.
Los colorados son magnificas barrancas constituídas por areniscas de color rojo morado y rosa.
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ARTE Y MUSICA
MIGUEL
A.
SUGO
GALEANO
“El gran cacique”
MARIO
S.
PEREZ
“ Pe s c a d o r e s ”
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En la familia de Domingo Faustino Sarmiento ya hubo pintores, su hermana Procesa y su nieta, nos dejaron algunas obras, pero el gran pintor de los paisajes sanjuaninos fue sin duda , Santiago Paredes (1916-1922), nadie como él para pintar los patios y las higueras de su tierra. Entre los escultores, el uruguayo Miguel Sugo Galeano se afincó en San Juan y se inspiró en las antiguas culturas cuyanas, y jóvenes artistas nativos como Eduardo Esquivel y Mario Pérez ya han trascendido el límite de su provincia. Sus obras pueden verse en Buenos Aires y están iniciando promisorias carreras internacionales. Entre los poetas y los músicos populares tenemos que hablar de Don Buenaventura Eusebio de Jesús Dojorti Roco, es en realidad Buenaventura Luna, el autor de “Vallecito de Huaco”, uno de los mayores poetas que dio San Juan. Integró La Tropilla de los Huachi Pampa”, y junto a Antonio Tormo, abrió el camino para que luego vinieran nombres como los de Ernesto Villavicencio, Saúl Quiroga, Raúl de la Torre y Rodolfo Páez Oro, “el tonadero mayor de Cuyo”. Descendiente de los Dougherty, que tras ser vencidos en las invasiones inglesas se afincaron en el interior del país, Eusebio nació en Huaco, en donde se establecieron sus abuelos, cuyo apellido las voces del pueblo ya lo habían convertido en Dojorti. Pero para componer sus canciones adoptó el nombre del encargado del campo de sus padres, el hombre que le enseñó a amar y conocer las tradiciones del campo Buenaventura Luna.
Aquí el fiero opresor de la Patria
EDUARDO
ESQUIVEL
“El viaje”
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R E C U E R D O S D E P R OV I N C I A En 1801 Paula Albarracín comenzó a construir uan casa que creciendo en cuartos junto con su familia. alí nacieron sus hijos, entre ellos, Domingo Faustino Sarmiento , el día 15 de Febrero de 1811. El edificio es un claro testimonio de nuestra arquitectura virreinal, construcción de adobe, con pisos de ladrillos y techo de caña y barro. Con salas y habitaciones distribuidas alrededor de los patios. Durante la gobernación de Sarmiento (1862-64) fue su vivienda y despacho, se pueden ver aún su escritorio de madera de nogal, la vajilla decorada en hilos de oro con sus iniciales, su tintero de cristal y su cama. En el primer patio encontramos un retoño de la higuera y una réplica del telar de Doña Paula, mencionados por Sarmiento en su libro "Recuerdos de Provincia" . En 1910, por ley nacional se convirtió en el primer Monumento Histórico Nacional declarado en el país. Desde 1942 es sede del Museo Histórico y Biblioteca Pública Domingo Faustino Sarmiento D OM IN G O F . SA RM IE NT O . 1811-1896 . Político, escritor, periodista, maestro. Senador, Ministro, Gobernador de San Juan y Presidente de la República
L A H I G U E R A . foto A.E.A.
"A poca distancia de la puerta, eleva su copa verdinegra la patriarcal higuera, que sombreaba aún en mi infancia aquel telar de mi madre, cuyos golpes traqueteos de usos, pedales, lanzaderas, nos despertaba antes de salir el sol, para anunciarnos que un nuevo día llegaba. Algunas ramas de la higuera iban a frotarse contra las murallas de la casa y calentadas allí por la reverberación del sol, sus frutos se anticipaban a la estación, ofreciendo para el 23 de noviembre, cumpleaños de mi padre, su contribución de sazonadas brevas..." Domingo F. Sarmiento
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Su cerviz orgullosa dobló.
L A D I F U N TA C O R R E A Si hay una historia, un mito sanjuanino que se extendió a todo el país es la Difunta Correa,. Su historia comienza en el siglo XIX, cuando María Antonia Deolinda Correa, una joven que vivía en Caucete, pasaba sus veinte años y se casaba con el criollo Baudilio Bustos. Poco duró la vida tranquila que llevaba la muchacha, quien ya tenía un hijo con Bustos y vio como su marido, enfermo, fue llevado por la fuerza como recluta del ejército de Facundo Quiroga. Por cuidar de él, Deolinda se sintió impulsada a seguirlo por los desiertos hacia La Rioja, cabalgando sin cesar a campo traviesa. Exhausta por el calor, no pudo continuar, se tendió a descansar y murió de sed. Sobre su cuerpo inerte, su hijo continuó amamantándose y sobrevivió. Así fue como la encontraron unos arrieros que, tras sepultarla, llevaron al niño de regreso a San Juan, poniéndolo al resguardo de otras mujeres. Desde entonces se le atribuyen a Deolinda Correa diversos poderes reflejados en sus milagros; desde la cura de enfermos hasta el encuentro de personas extraviadas. Han pasado muchos años y hoy, en aquel paraje desértico, ubicado a 70 kilómetros al este de la ciudad de San Juan, se levanta un oratorio que congrega a multitudes de fieles en Semana Santa y el día de los difuntos. La devoción se e expandió al punto tal que encontramos altares a la vera de los caminos, donde la gente deja botellas de agua para aliviar la sed de la difunta.
A R R I E R O . foto A.E.A.
ESCUDO DE SAN JUAN
Esta coronado por un sol incaico de dieciocho rayos. Los dos brazos que estrechan sus manos diestras, sostienen un pliego que representa la Constitución Nacional. Las cintas argentinas, unen al pie, dos ramas de laureles con frutos, símbolos de los triunfos y de la fertilidad de los oasis sanjuaninos.
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Vo l v e r é s i e m p r e a S a n J u a n
R
Letra: Félix Luna Música: Ariel Ramírez
Por las tardes de sol y alamedas San Juan se me vuelve tonada en la voz Y las diurnas acequias reparten el grito De mi corazón. Yo que vuelvo de tantas ausencias Y en cada distancia me espera un adiós Soy guitarra que sueña la luna labriega De Ullúm y Albardón. Volveré, volveré A tus tardes San Juan Cuando junte el otoño melezcas de soles Allá en el parral Volveré siempre a San Juan A cantar. Un poniente de largos sauzales Regresa en mi zamba para recordar Esas viejas leyendas de piedra y silencio Que guarda el tontal. Altas sombras de polvo y camino Maduran el vino de mi soledad Cuando el sol sanjuanino como un viejo amigo Me sale a encontrar.
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X
S PAa N L U I S go tranquilo iene el norte enclavado en las sierras; pero hacia el centro las rutas se hacen largas y apenas quebradas; llegando al sur cerca de los límites con la La Pampa y Mendoza, los campos son extensos y algo desiertos y los pueblos chicos. Fue un español, Luis Jofré de Loaysa y Meneses, quien la bautizó como San Luis de Loyola Nueva Medina del Ríoseco, un largo nombre que rinde homenaje a un santo Rey de Francia, al Capitán General de Chile, Martín García Oñez de Loyola, ya que la ciudad era el paso obligado hacia Chile, y a Nueva Medina, el pueblo en el que había nacido su padre. Con el tiempo, debido a su ubicación geográfica, la ciudad fue conocida como San Luis de la Punta de los Venados. Y puntano es el apelativo más conocido de los nativos en la capital y sus aledaños, en cambio los del sur de la provincia son simplemente sanluiseños.
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Q
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ANGEL
VENA
“Senderos”
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La victoria el guerrero argentino
H AC I E N D O H I S T O R I A as tribus que habitaban en la región eran principalmente grupos nómades de cazadores y recolectores. Los restos arqueológicos encontrados datan del año 6000 A. C . y fueron hallados en la gruta de Inti Huasi, en las Sierras de San Luis. Hasta el 700 D.C. se instalaron en esos cerros nuevas tribus que introdujeron la domesticación de animales y los cultivos. Y a la llegada de los españoles convivían huarpes y comechingones, gente sedentaria que vivía de los cultivos de maíz, poroto y zapallo; recolectaban frutos de chañar y algarrobo y cazaban guanacos, ñandúes y venados. Durante el período colonial los indios fueron abandonando la ciudad y se desperdigaron por las sierras, mientras que muchos quedaron a las ordenes religiosas de los dominicos y los jesuitas. San Luis adhirió al gobierno patrio de 1810 y realizó una gran aporte a la campaña libertadora de San Martín, contribuyendo con víveres, dinero, mulas y hasta una cuarta parte de la población se plegó a sus filas como soldados. Héroes como Juan Pascual Pringles y Juan Esteban Perdernera unieron por siempre el nombre de la provincia a la gesta libertadora. En 1820 fue declarada provincia autónoma y en los años '30 las luchas entre unitarios y federales se agravaron con la presencia de los malones indígenas. El peligro constante que azotaba a los pobladores tuvo su fin con las expediciones al desierto, proyectadas por Rosas, pero fue con Julio Argentino Roca que la provincia terminó de integrarse. Se conformaron varias estancias que quedaron en manos de inmigrantes y, hacia final de siglo, se logró la transformación final con la llegada del ferrocarril, la apertura de rutas y las obras de regadío.
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E L P ALM AR DE P APAG AYOS f o t o M . D .
San Luis tiene aspectos bien diferenciados, su ciudad capital, el valle de Villa Merlo y sus poblados vecinos, la industrial Villa Mercedes y ese pequeño paraíso encerrado entre los morros, el Potrero de Funes.
S A N L U I S . foto M.D.
Pago tranquilo de buenos amigos.
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LA VILLA DE MERLO
Soy Puntano Serranías encantadas, aire, verdor y pureza quien no conoce mi tierra no sabe lo que es belleza. Me gusta el aire serrano y para eso soy puntano." Rafael Chocho Arancibia
I G L ES IA D E M E RL O. fotos M.D. y A.E.A
Nuestra Señora del Rosario de Merlo es una de las iglesias más antiguas de nuestro país.
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Villa de Merlo es el gran centro turístico de San Luis. Ubicado al pie de las sierras Comechingones, guarda un microclima, que se ha hecho famoso, producto según cuentan de los musgos de los troncos de los árboles ubicados en uno de los lados de la montaña, en donde nunca les pega el sol. Las laderas detienen los vientos y con su sombra en verano logran mantener una temperatura media estable durante todo el año. Mucha es la gente que se acerca como turista por la belleza del lugar. Pero también son muchos los que han elegido la villa para vivir. Los mayores con algún problema respiratorio, dicen que se curaron en el valle. Los más jóvenes se acercan a buscar un lugar tranquilo y confortable para vivir, al amparo del turismo y con negocios gastronómicos, restaurantes y hosterías como principal fuente de ingreso. En Merlo se encuentra uno de los principales monumentos históricos de la provincia, la capilla de Nuestra Señora del Rosario, que fue levantada entre 1730 y 1740 por los jesuitas,donde se celebraba misa antes de la misma fundación de la villa. Pero tiene además, a uno de los grandes poetas de San Luis. Aquí nació Antonio Esteban Agüero, el de la "Cantata al Abuelo Algarrobo", "Poemas lugareños", "Romancero aldeano", "Pastorales" y "Romancero de Niños". El inmenso algarrobo puede visitarse en la chacra que perteneció a los Agüero y en los alrededores todavía vive algún descendiente del poeta.
Con sus alas brillantes cubrió,
M E R L O . foto M.D.
Clima templado, poco viento y sol pleno. Merlo es un paraíso.
La mazamorra ...Cuando la comes sientes que el pueblo te acompaña a lo largo de valles, por recodos de ríos cuando la comes sientes que la tierra es tu madre más que la anciana triste que espera en el camino... Antonio Esteban Agüero
A L G A R R O B O A B U E L O . foto A.E.A
Nadie puede irse de Merlo sin visitar al antiguo algarrobo, testigo de la historia de la villa.
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FLORENCIO MOLINA CAMPOS
“La mensajería”
Y azorado a su vista el tirano
E L C R I S T O D E L A Q U E B R A DA A unos 40 kilómetros de la capital, en la falda occidental de la sierra de San Luis, se encuentra la Villa de la Quebrada, al máximo santuario religioso de la provincia. Todos los años el 3 de mayo se rinde homenaje al Santo Cristo de la Quebrada. Cuenta la tradición que don Juan Tomás Alcaráz, vecino del paraje El Guanaco, al hachar un algarrobo, descubrió en su tronco una imagen de Jesús Crucificado. Allí mismo levantó una capilla, construyó su vivienda y se constituyó una pequeña población. Con el tiempo la "capilla de Alcaráz" fue adquirida por el Obispado y hoy se puede ver allí el crucifijo de madera, de unos 30 centímetros, con un pedestal escalonado.
G E N T E D E S A N L U I S . foto A.E.A
Tranquila vida pueblerina.
C A P I L L A E N L A S I E R R A . foto A.E.A
San Luis. En todos los pueblos puntanos encontramos antiguas capillas.
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E L PA T R I M O N I O P U N T A N O La artesanía del tejido es la más importante en San Luis, por el talento y la cantidad de tejedores. El cuero para los aperos, a veces enriquecido con chapeados de plata, le sigue en importancia. Así mismo, el sauce llorón y el mimbre son la materia prima de la cestería. Pero lo que más impacta son las piezas en mármol ónix, exclusivamente de las canteras puntanas, piedra blanda, que permite su tallado, y en eso se especializan los pobladores de La Toma, localidad que fue declarada "Capital del Onix". Entre las comidas, la mazamorra, es alimento de todos los días, principalmente en el campo. Pero además uno de las platos más representativo de esta provincia es el chivo con chanfaina: una especie de salsa preparada a base de jugo de la propia carne, previamente espesada con sal y vísceras de cabrito, con cebolla, tomate, ají y pasas de uva.
T E J E D O R A . foto A.E.A
San Luis.
A R R O Y O . foto A.E.A
Las serranías puntanas encierran arroyos cristalinos.
MA RMO L ON IX. foto A.E.A.
Los talladores de onix se concentran en La Toma, localidad conocida como Capital del Onix.
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Con infamia a la fuga se dió,
S A N L U I S . foto A.E.A El solar denominado Campamento de Las Chacras, es hoy el Monumento al Pueblo Puntano de la Independencia. Fue allí, en Chacras de Osorio, donde se levantó un campamento militar y se convirtió una vieja casona en armería, hospital y almacén de los escuadrones. Ochocientos soldados sanluiseños lucharon junto al Libertador, entre ellos Juan Pascual Pringles. De esas chacras también salieron los sables de batalla, las monturas y las herraduras para los caballos de los granaderos.
L E C H E R O . foto A.E.A
San Luis.
VILLA MERCEDES, LA INDUSTRIAL Villa Mercedes no es, una ciudad histórica ni turística, pero fue promovida como un gran centro fabril en el que se instalaron importantes empresas que la convirtieron en el polo fuerte de la provincia. Gracias a una callecita ubicada junto a las vías del ferrocarril, recuperó su pasado pueblerino le dedicaron unos versos y una melodía que se convirtió en un clásico del folklore argentino.
ESCUDO DE SAN LUIS
El terreno semidesértico y los cerros están alumbrado por el sol, que brilla en un cielo sin nubes. Los venados recuerdan el nombre antiguo de la ciudad, San Luis de la Punta de los Venados. Los laureles unidos por cintas celestes y blancas rinden tributo a la Nación.
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Calle angosta
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Letra y música: José Adimanto Zavala
Calle angosta, calle angosta la de una vereda sola ya te canto porque siempre estarás en mi memoria. Sos la calle más humilde de mi tierra mercedina en los álamos comienzas y en el molino terminas. Calle angosta, calle angosta si me habrán "ladráu" los chochos un tun-tun, ¿quién es? y ya estaba a dos picos la tonada. Calle angosta, calle angosta la de una vereda sola. Tradicionales boliches Don Manuel y los Miranda frente cruzando las vías Don Calixto, casi nada. Cantores de aquel entonces allí en rueda se juntaban y en homenaje a los criollos siempre lo nuestro cantaban. Calle angosta, calle angosta la de una vereda sola.
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S ATNi e r Tr a Ad e g l C R U Z aciares e pasó años escondiendo sus glaciares y, entre estos, el más maravilloso que el hombre haya visto, que lleva el nombre de un pionero que se aventuró en los hielos, el Perito Moreno. .Esquiva y misteriosa, Santa Cruz confundió hasta a los mejores navegantes, que se metieron en sus ríos, buscando el estrecho que uniera las aguas del Atlántico con las del Pacífico. Se necesitaron muchas expediciones para relevar y ocupar la provincia que hoy muestra orgullosa El Chaltén, El Calafate, un vasto campo de coirones que sirven de alimento a las ovejas, El Volcán Hudson que un día llenó de cenizas todo el pueblo de Los Antiguos, Puerto de Santa Cruz, Río Gallegos, la mina carbonífera de El Turbio, la Cueva de las Manos, en donde quedaron estampadas las palmas de los aborígenes y el Bosque Petrificado.
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INDALECIO PEREYRA
“Nevado”
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Sus banderas, sus armas se rinden
E L E S Q U I VO E S T R E C H O l 31 de mar zo de 1520 las na ves de la ex pe di ción de Her nan do de Ma gallanes entraron en la Bahía de San Julián y sus tripulantes, bajaron a tierra para asistir una misa. Así quedó señalado este lugar, como un refugio para los navegantes antes de aventurarse por el estrecho, coma que lleva el nombre de su descubridor. Juan Sebastián Elcano ingresó por el Río Gallegos en 1526, en busca del ansiado estrecho, pero tuvo que regresar, pues no era el esperado. Seis años antes le había sucedido lo mismo a Juan Rodríguez Serrano en el Puerto de Santa Cruz, hasta que años después todos los expedicionarios de Magallanes llegaron a descubrir el gran viaducto que hoy une sin peligros los dos océanos. Fueron las costas de Santa Cruz la región señalada para que los españoles tomaran contacto con nuestro territorio y, en 1520, Hernando de Magallanes descubrió la Bahía del Deseado. Sin embargo, por más de 250 años, la región sureña permaneció casi ignorada y, sólo en 1778, ante el temor de su pérdida, los soberanos españoles ordenaron crear colonias para asegurar su posición. Fue después cuando ondeó la bandera de España pregonando la conquista, pero sin conocimientos de lo que allí adentro había, hasta la expedición de Darwin y Fitz Roy que recorrieron sus costas y se internaron por el río Santa Cruz. En 1855 se instaló la Subprefectura Marítima en Río Gallagos, fundada para defender nuestra soberanía en el extremo sur. Luis Piedra Buena prosiguió con la tarea años más tarde y en 1859 se instaló en Isla Pavón y enarboló la bandera argentina por primera vez. El 16 de octubre de 1884 se creó la Gobernaciòn de Santa Cruz, y la ciudad de Santa Cruz fue la primera capital y desde 1904 se decretó capital a Río Gallegos. La ciudad se encuentra en la desembocadura del río de su mismo nombre con temperaturas de hasta 15° bajo cero.
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P O Z O P E T R O L E R O . foto M.D.
Cañadón Seco, Pico Truncado, El Huemul son algunos de los sitios de producción petrolera.
S ANT A C RU Z. foto A.E.A.
En 1859 Luis Piedrabuena enarboló por primera vez la bandera celeste y blanco en la provincia.
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L AG O A R G E N T I N O
LA G O A RG E NT I NO. foto A.E.A.
Mar interno, hijo del manto patrio que cubre la cordillera en la inmensa soledad, la naturaleza que te hizo no te dio nombre, la voluntad humana desde hoy te llamará Argentino. Francisco P. Moreno
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Bautizado el Lago Argentino por su descubridor José Pascasio Moreno El famoso perito durante el en el arbitraje que debía establecer la linea fronteriza entre Chile y Argentina fue nombrado perito y recorrió todo el sur en 1877 descubrió el Lago Argentino. Germán Sopeña , retomó sus rutas y vivencio sus sensaciones. Esta ciudad ubicada a la vera del Lago Argentino, es la puerta de entrada a Los Glaciares. Situada a 316 kilómetros al oeste de Río Gallegos, viven allí unas 3500 personas. En reserva faunística habitan flamencos, macaes plateados, cisnes de cuello negro, patos y cauquenes.A 7 kilómetros del centro está Punta Wualichu, lugar en el que el Perito Moreno encontró cuevas con signos, dibujos de unos 4000 años de antigüedad. Parque Nacional Los Glaciares Las características geográficas del sudeste de Santa Cruz determinan la presencia de un manto de hielo o casquete glaciar,Hielo Continental Patagónico Sur-. Cuando los hielos rebalsan sus cuencas comienzan a desplazarse, dando lugar al nacimiento de los glaciares. Salidos del campo de hielo 13 glaciares mayores pertenecen al a cuenca del Atlántico -Marconi Viedma, Moyano, Upsala, Agassiz , Bolado, Onelli, Peineta, Spegazzini, Ameghino, Moreno y Frías. En 1937 se creo el Parque Nacional para preservar un área 600.000 hectáreas de superficie, y 1981, la UNESCO, declaró al parque de, como Patrimonio Natural de la Humanidad.
Por trofeos a la Libertad,
GLACIAR P ERITO MO RE NO . f o t o G . S .
El frente del glaciar tiene cinco kilómetros de largo.
DE PORTE S EN EL GL AC IAR. f o t o A . E . A .
E L G L AC I A R P E R I T O M O R E N O. El más imponente de los glaciares se expande sobre el brazo sur del Lago Argentino, con un frente de cinco kilómetros y una altura de 60 metros. En su desplazamiento llegó a atravesar el canal y extenderse sobre los bosques de lengas, formando gran dique natural, que fue quebrado por la presión las aguas del Brazo Rico. El fenómeno se repite con una regularidad de unos tres o cuatro años, haciendo subir las aguas del hasta diecinueve metros por encima de la altura del resto del lago. El último quiebre fue en 1998. Un impactante desmoronamiento, un espectáculo natural único. Pero no todos los años el glaciar avanza tanto, en cambio son cotidianos los desprendimientos de sus paredes que lo hacen crujir con estruendo y los enormes bloques de hielo se convierten en témpanos que navegan majestuosos.
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C U E VA D E L A S M A N O S La Cueva de las Manos ubicada cerca de la localidad de Perito Moreno, en el cañadón del Río Pinturas es el testimonio más importante del arte rupestre de la Patagonia. Una creación de los pueblos cazadores que habitaron la región durante milenios. En ese lapso las manifestaciones artísticas sufrieron diversas transformaciones, expresadas en estilos sucesivos. El más arcaico que se remonta a los 7000 años A.C., es el de negativo de manos -colocar las manos sobre las paredes rocosas y aplicar pintura a su alrededor- . El color predominante es el rojo y las manos están acompañadas por dibujos de formas geométricas simples. En pinturas más recientes, unos 1300 años A: C: Aparecen ñandúes, pumas,y . el último de los motivos es la silueta de los jinetes españoles. Con la llegada de los conquistadores las pinturas dejaron de hacerse. ÑA NDÚ . foto R.G.
El zorro y el ñandú Cuenta la leyenda que el héroe de los indios Tsonekas (nombre auténtico de los tehuelches), ELAL, solicitó la presencia de un avestruz para que le brinde ayuda. El ave se dirigió a hacerlo, pero se demoró tanto que ELAL la reprendió y le pidió explicaciones. El avestruz le contestó que un gigante la estaba observando y por eso no voló, sino que vino caminando. Desde entonces no pudo volver a utilizar sus alas para volar y tuvo que incrementar su velocidad y resistencia sobre la tierra, para evitar a los cazadores y para no ser alcanzada por el zorro, su más terrible enemigo, que sí había llegado a tiempo cuando el cacique le pidió ayuda.
RIO P INT URAS. f o t o R . G .
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Y sobre alas de gloria alza el pueblo
ANT IG ÜOS C AZADORE S PA TAG ONIC OS
“Cueva de las manos”
BOS QUE PE TRIFICADOS. foto A.E.A.
Yo conozco un cementerio cuyos muertos son árboles nomás, petrificados. Y son tantos que ayer eran un bosque, tal vez de un verde extraño, hoy acabado. Pobre bosque, dormido en el silencio, con los brazos de piedra, desolado. Ahí están siempre de pie, como lo eterno, los árboles sin vida del pasado. Marcelo Berbel
SA NT A C RUZ . foto A.E.A.
Tierra extensa, andina y atlántica.
A SA D O C O N C U E R O Y DA N Z A S La estepa santacruceña, su horizonte infinito. Campos de lanares, de pumas y de zorros colorados. De nieve a veces no perdona, corta caminos y mata ovejas en majadas enteras. Pero Santa Cruz, grande, extensa, atlántica, andina, limítrofe, nueva, tiene todo por delante. Campos y campos con hectáreas por recorrer. En algunos lados, su famoso oro negro, fluido indispensable por estos tiempos. Los hielos, los lagos, los ríos y el turismo. Los glaciares y una belleza natural única que baja desde la montaña y termina es ese ventoso y bravío océano al que no todos los navegantes de la historia desafiaron con suerte. Es para algunos casi increíble decir que Santa Cruz tiene el futuro y el potencial económico más rápido de avisorar en nuestro país. Hubo hombres que hace años no la desandaron y por eso se tardó mucho en conocer todos sus secretos. Seguramente, esconde muchos más, mucho más...
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Trono digno a su gran majestad.
A SA D O C O N C U E R O Y DA N Z A S Entre las comidas, los usos, las costumbres y los estilos camperos santacruceños hay mucho de los criollos y hay mucho de los aborígenes Típico de los criollos de casi toda nuestra tierra es el asado con cuero, una delicia que se saborea casi únicamente la carne de vaca argentina. Pero en el sur, existe otra particularidad, que es el asado con cuero de cordero. La técnica es muy simple, más aún que con el bovino, puesto que no hay que ser un gran asador para calcularle la cocción. El cordero se estaquea con la carne mirando el fuego y cuando uno tira de la lana del cuero y se queda con el vellón en la mano, dicen que ya está listo, a punto, y tierno. De los aborígenes queda la danza conocida con el nombre de Kaani, que se realiza antes de salir de cacería o en conmemoración de alguna fiesta. Se danzaba en una ceremonia de despedida. Si ritmo sobrevive y uno de los grandes poetas folklóricos de Santa Cruz, Hugo Giménez Agüero, escribió y compuso “Chaltén”. CERRO
FITZ
ROY. foto
A.E.A.
Probablemente no existe en el mundo un conjunto de cumbres tan admirable e imponente como las que rodean al Fitz Roy. No es una cuestión de altura sino de belleza arquitectónica y desafío de la naturaleza buscando elevarse al cielo. Germán Sopeña
LOS ANTIGUOS. f o t o A . E . A .
ESCUDO DE SANTA CRUZ
Adoptado en 1959, tiene la constelación de la Cruz del Sur sobre un cielo celeste, las nieves bajas sobre las montañas y el trazado del Monte Fitz Roy, El Chaltén, para los nativos. Los laureles y el sol, indican su pertenencia a Nuestra Argentina.
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Chaltén Letra y música: Hugo Gimenez Agüero
I Madre roca, Padre cielo Tu llanto descansa al pie de los ventisqueros Y cada estrella se posa en tu cima blanca Alumbrando el camino de los silencios. Madre roca, Padre cielo A veces me llama el alba con un arreo Entonces mi piño blanco trepa tu senda Y mis ojos se quedan en tu misterio. Cerro, cerro de mi Patagonia No sabés Chaltén cuánto te amo Cuando se desploma la nevada Y cantan los vientos en tus grietas En el idioma puro de mi raza Ahoniken...Chalten... Ahoniken...Chalten... Madre roca, Padre cielo El Dios adoró, el Tehuelche pintó lucero Y yo que vivo en tu falda gastando tiempo Te canto vadeando el río de los recuerdos. Madre roca, Padre cielo Hermano de mi vigilia quiero ser cerro Para ganarte en alturas de piedra eterna Quedando siempre de pie sobre la tierra.
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S AL N T A F E a invencible i la provincia de Santa Fe es tan larga que por el lado del norte limita con el Chaco y por el sur con Buenos Aires, mucho más larga es su historia, decididamente amplia su cultura y definitivamente rica su epopeya en los tiempos de nuestra Argentina. Y fue por sus luchas de frontera, tanto contra los aborígenes como contra los mismos gobiernos bonaerenses, que se la calificó como "La Invencible Provincia de Santa Fe". El primero en llamarla así fue su gran caudillo, el Brigadier Estanislao López, quien no dudó en incorporar ese calificativo en la bandera provincial, allá por 1822. Y lo de Invencible tenía ejemplos en el tiempo que habían signado la historia de la patria, porque fue en la Batalla de San Lorenzo, junto al histórico convento santafecino, donde el Gran Capitán José de San Martín obtuvo la primera victoria ante los realistas nueve años antes. Y aquella bandera provincial del caudillo López fue creada una década después de que Manuel Belgrano, a orillas del Paraná, ordenara izar y jurar la azul-celeste y blanca.
S
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ANTONIO
BERNI
“Caserío”
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Sean eternos los laureles
C O N L A E S PA D A D E G A R AY u contorno tiene la forma de una bota, por eso los chicos de la primaria la identifican tan fácil, dentro del mapa del país. La punta estribada dentro de la pampa húmeda; su taco andaluz recostado sobre el Paraná y como pisando el Delta y, su caña, abierta como la de un mosquetero, con esteros en su parte trasera y desiertos en su parte delantera que mira a Santiago. Rosario, ciudad comercial y gran puerto, San Javier queda como testimonio de la existencia de reducciones aborígenes y referente de la costa santafesina. San Lorenzo, ligada a la historia de la emancipación nacional. Esperanza, San Carlos, Rafaela, representativas de la colonización agrícola. Reconquista hacia el norte ribereño, Villa Ocampo, aún mucho más allá. Tostado, haciendo punta al noroeste. Galvez, Cañada de Gómez, Casilda, San Justo y tantas otras. Al sur, las mejores tierras en Venado Tuerto y Rufino. Juan de Garay, le dio el nombre en 1573, cuando buscaba un alto entre Asunción y la desembocadura del Río de la Plata. Se detuvo a orillas del río Quiloazas, hoy San Javier, y en las barrancas fundó la ciudad que después dio nombre a la provincia. Dicen que la llamó así en recuerdo de Santa Fe de Granada. Otros se inclinan por la Santa Fe católica y hay quienes sostuvieron que invocó a Sainte Foy, una santa francesa de la edad media que tuvo una capilla dedicada en Santiago de Compostela. La hostilidad de los indígenas, principalmente los tobas, mocovíes, guaraníes, avipones y clachines, sumado a las crecientes del río, que también acosaban y aislaban a la ciudad, impedían cumplir con el objetivo que había inspirado su fundación, facilitar las comunicaciones entre Asunción y la metrópoli. Así, los pobladores fueron abandonando la ciudad hacia un lugar más apropiado y es el que actualmente ocupa, a orillas del Río Salado, llamado entonces “Pago de la Vera Cruz". Y la ciudad de Garay pasó a ser “Santa Fe, la vieja”, donde tres siglos más tarde se fundó la Colonia Cayastá. En el presente siglo se realizaron allí excavaciones arqueológicas que descubrieron construcciones antiguas, elementos de uso cotidiano, planos y las ruinas del templo de San Francisco, Santo Domingo, La Merced, el Cabildo y numerosas viviendas. Las ruinas dan testimonio de la vida cotidiana de aquellas épocas, constituyendo un conjunto único en Hispanoamérica que documenta una ciudad del siglo XVII. Allí también fueron encontrados 200 sepulcros, entre ellos los de Hernando Arias de Saavedra, Hernandarias que fue seis veces gobernador, destacándose entre sus obras, las ordenanzas sobre el trato de los indios y su política de control de contrabando.
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E S P E R A N Z A . foto A.E.A.
Fue la primer colonia de inmigrantes fundada en Santa Fe en 1856. Con los años fue declarada ciudad y capital del departamento de colonias.
E ST AN CI A. foto A.E.A.
El interior de Santa Fe conocido como la pampa gringa concentra la mayor producción agrícola y lechera.
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SAN LORENZO Febo asoma, ya sus rayos iluminan el histórico convento Tras los muros, sordos ruidos Oir se dejan de corceles y de acero son las huestes que prepara San Martín para luchar en San Lorenzo y el clarín estridente sonó y la voz del gran jefe ¡a la carga! ordenó.
A mediados de enero de 1813 una expedición naval realista compuesta por 11 embarcaciones avanzaba por las aguas del río Guazú. La escuadrilla debía remontar el río, destruir las baterías patriotas de Rosario y Punta Gorda y subir hasta el Paraguay. El 3 de febrero, en San Lorenzo a 26 kilómetros al norte de Rosario, junto al antiguo convento jesuítico de San Carlos, les salieron al paso los Granaderos de San Martín. Fue su bautismo de fuego y el comienzo de la Gran Campaña Libertadora de América del Sur.
BUHR ING
“Batalla de San Lorenzo”
C O N V E N T O J E S U I T I C O D E S A N C A R L O S foto A.E.A.
El histórico convento fue testigo del triunfo de los Granaderos en la batalla de San Lorenzo.
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Que supimos conseguir:
S A L A D E R E P R E S E T A N T E S foto A.E.A.
Ciudad de Santa Fe
L A C O N S T I T U C I O N N AC I O N A L A fines de 1852 bajo la presidencia de Facundo de Subiría, se reunió en Santa Fe el Congreso Constituyente integrado por dos representantes de cada provincia, salvo Buenos Aires. Su primera tarea fue designar una comisión que redactaría el proyecto que después debería someterse a la aprobación del Congreso. “Bases y puntos de partida para la organización de la República Argentina", la obra de Juan Bautista Alberdi, facilitó la tarea de los congresistas que además se inspiraron, en las disposiciones de la Asamblea del año XIII, las anteriores constituciones argentinas, y la constitución norteamericana, entre otras fuentes. El proyecto fue aprobado el 1º de mayo de 1953. Promulgado por Justo José de Urquiza, el 25 de mayo como CONSTITUCIÓN NACIONAL, fue jurada por todas las provincias el 9 de julio, aniversario de la Independencia. La Constitución del ´53, fue modificada en 1860 al unirse Buenos Aires a la Confederación dando origen a nuestra Nación Argentina, bajo la forma republicana y federal de gobierno.
PREAMBULO Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra prosperidad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: Ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina.
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PA S I O N A L R O S A R I O
P A R Q U E I N D E P E N D E N C I A foto A.E.A.
Rosario.
P U E R T O D E R O S A R I O foto A.E.A.
Desde 1830 Rosario fue puerto exportador y tuvo varios muelles. En 1899 se aprobó la ley para la construcción de un puerto único dedicado a la exportación de granos.
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Rosario desborda de pasiones; desbordó siempre. Rosario…, la del Monumento a la Bandera, la del gran puerto de granos que ya no es, la de la cultura progresista, la de artistas, escultores, plásticos, poetas y cantantes. Rosario, creyente y blasfema. Contestataria, con personajes como Cachilo, un linyera que vivía en sus calles y dejaba en los muros agudas leyendas que hoy recopilan los historiadores urbanos. Ciudad que encierra, dentro del Parque Independencia, un hipódromo con historias de tahúres y tardes de gloria, como aquella en la que Angel Baratucci, “El Gran Bara" logró lo que nadie en el mundo: ganar todas las carreras de la reunión, cuando en ocho oportunidades lo encontró primero el disco. También, pasiones futboleras con “canallas" y “leprosos". Rosario Central y su estadio, “el gigante de arroyito". Newell’s Old Boys, sus tablones junto al Parque Independencia y su mote fino, “los ingleses", desechando el apelativo que impuso la contra: ese que habla de la lepra. Rosario y la mafia. La de Chicho Grande, la de Chicho Chico y Agata Galifi. En el puerto, la mayor concentración de granos, también de marineros y junto a ellos, las prostitutas que en cantidades se juntaban como en ningún barrio del planeta. Eso desapareció. Pero no desapareció Pichincha, a la que en su momento le borraron hasta el nombre porque por allí desfilaban en cuartos alquilados por hora buena parte de las coristas que en los cabarets de la zona actuaban. Pichincha ya no tiene aquél ambiente, pero sigue siendo Pichincha y, una mujer que fue un emblema de la noche todavía está viva, aunque escondida, algo triste. Fue el mito de la noche rosarina, fue una mujer con corazón de vodeville: Juana González. Para todos, Rita la Salvaje. Y todavía le cantan a lo que hoy es una anciana: “Cuando son las doce/ Rita se desnuda/ ante parroquianos/ de mirada oscura". Rosario de Santa Fe. Rosario y su elegante barrio La Florida. Rosario de bares con dados y Rosario algo más oscura. ¡Rosario la Satanás!
Coronados de gloria vivamos
C I E L O R O S A R I N O foto A.E.A.
El Art Deco y el Eclecticismo caracterizan a la arquitectura de Rosario.
La lluvia en el tejado me moja de recuerdos… Rosario empapada. Rosario de Santa Fe. El viejo bar del lago Mi amada esperando Glorietas Pellegrini Oroño Boulevard… Pasaje Echagüe Tu nido, mi nido Mojado, aterido Florida y costa voy. La lluvia. Mis amigos Y tu me devoran Canallas que no lloran Leprosos que no son. Horacio Guarany
MONUMENTO A LA BANDERA foto A.E.A.
El Monumento Histórico Nacional a la Bandera fue inaugurado en 1957 bajo un proyecto de los arquitectos Angel Guido y Alejandro Bustillo y los escultores Alfredo Bigatti y José Fioravanti. Allí se exhiben símbolos de las naciones americanas y banderas históricas argentinas.
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T A L L A S C O L O N I A L E S fotos A.E.A.
El Señor de la Paciencia y Humildad y La Dolorosa.
ENTRE IGLESIAS Y MUSEOS Sería extenso nombrar todas las iglesias, conventos y museos de la provincia. Quizá la Iglesia Nuestra Señora de los Milagros, cuya construcción primitiva estuvo en Cayastá, sea la síntesis de lo que fue la arquitectura religiosa del período colonial. Perteneciente a la Compañía de Jesús alberga el cuadro milagroso de la Virgen Santísima, pintado por el hermano Berger, del cual el 9 de mayo de 1936 comenzó a emanar un líquido acuoso sin que el fenómeno pudiera justificarse. Un milagro. En las Ruinas de Santa Fe la vieja, que guardan un conjunto arqueológico de gran significación, se encuentra el Museo de Sitio Fundacional Argentina, en donde se exhibe abundante material hallado en el lugar y reflejan lo que fue aquella ciudad antes de su traslado. También en la ciudad de Santa Fe está el Museo César López Claro, donado por el artista plástico del mismo nombre, con más de 2000 obras de su autoría. Obras de Pettoruti, Spilimbergo, Victorica, Policastro y Berni, integran la colección del Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, integrada por 2200 pinturas, esculturas y grabados. En Rosario, el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino ofrece la posibilidad de encontrarse con trabajos de José de Ribera y Francisco de Goya . Entre los autores argentinos cuenta con obras de Fader, Pettoruti, Sívori, Spilimbergo, Berni y Soldi. Otros salones espléndidos son los del Museo Municipal Firma y Odilio Estevez, con obras de la colección del matrimonio que habitó la magnífica casa rosarina. En el Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc existen salas dedicadas a personajes como Estanislao López y Juan Manuel de Rosas. Además de una imponente muestra de platería criolla y colonial, pinturas religiosas y retablos.
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O juremos con gloria morir.
LA POESIA Y EL FOLKLORE Innumerables poetas y escritores dio Santa Fe. Gudiño Kieffer y Rubén Vela nacieron en esta tierra y quienes mejor la representaron fueron José Pedroni, Sara Zapata Valeije, Patricia Severín, Pablo Alcides Pila, Carlos Echegoy, Francisco Moreno y tantos otros. Más cerca de las raíces y llegando al folklore se definieron dos zonas que no alcanzaron a amalgamarse en la actualidad. En la pampeana gravitó el hombre de la llanura bonaerense y su guitarra; más arriba, el acordeón de los colonos. Hacia el lado de Corrientes se impuso el chamamé, y hacia Santiago del Estero, la chacarera. Pero en la zona más campera del sur aún permanecen vigentes la milonga, el triste, el estilo, la serenata y, de épocas más recientes, la vidalita. También forman parte del folklore santafesino sus alfajores de galletas con dulce de leche y cubiertos con un glacé de azúcar. El resto de las comidas no varían mucho de las tradicionales de las provincias aledañas, como el surubí para los que están junto al río, el guazuncho para los más del norte y el asado de carne de vaca o cordero para los pampeanos. La cerveza se hace más que fuerte en la capital de la provincia, con tradicionales marcas locales y se bebe a toda hora, menos durante la sagrada siesta. Y, entre espuma y espuma que parte de la cebada amarilla, se oye cantando un chamamé de Brascó y Ramírez: "La muerte te ha de llevar, cantando este chamamé, si muero será cantando mi amor por mi Santa Fe."
Venado Tuerto Cuentan que en una recorrida, un miliciano halló en las inmediaciones de una laguna una pequeña cría de venado con una seña muy particular, le faltaba un ojo y se hallaba enfermo. Era evidente que lo había herido un malón de indios el milico lo subió a su caballo y lo llevó hasta el fortín. El animal se repuso rápidamente y en plena libertad, el venado pasaba los días en las inmediaciones del fortín, con buen pasto y agua fresca. Pronto, los indios comenzaron a azotar el fortín y antes de cada arremetida, los pobladores observaron que a poco de llegar el malón, el venado se acercaba nervioso a la puerta, como olfateando el horizonte. Desde aquel día, la presencia del animal era una señal inequívoca de que se venía el malón, lo que daba tiempo a pertrecharse para el ataque. En homenaje a los servicios prestados por el animalito, la colonia recibió el nombre de “Venado Tuerto".
SALVADOR ZAINO
“Atardecer ribereño”
ESCUDO DE SANTA FE
Las estrellas representan a cada uno de los departamentos que integran la provincia. Su historia plena de enfrentamientos entre nativos y colonizadores está representada por las dos flechas y la lanza victoriosa del hombre blanco. Lo rodean los laureles símbolo de la paz.
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Santafesino de veras Letra: Miguel A. Brascó Música: Ariel Ramírez
h Paisano santafesino nacido en los pajonales donde beben los sauzales la luz del Carcarañá. Crecí como crece el peje a orillas de estas riberas santafesino de veras del Río Carcarañá. Me llaman el caburé y a veces el guaraní porque soy de Santa Fe que es el lugar donde nací. La polca y el chamamé se han compuesto para mí donde suena la acordeona allí salgo a relucir. Me mojan los aguaceros me cortan las pajas bravas me queman las sudestadas del Río Carcarañá. Mi vida son estos pagos que defienden los chajaces que oscurecen los bigüaces y aroma el jacarandá. Aquí siempre viviré la guitarra me dirá mi recuerdo en la acordeona para siempre quedará. La muerte me ha de llevar cantando este chamamé si muero será cantando mi amor por mi Santa Fe. Porque soy de Santa Fe que es el lugar donde nací.
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SA N T I AG O D E L E S T E R O La musical
antiago, es la más musical de nuestras provincias. Musical es la tonada de su gente, con las eses marcadas y largas, pero además es la patria chica de Julio Argentino Jerez, de los Hermanos Abalos, y un violinista único Don Sixto Palavecino. El español Francisco de Aguirre, la fundó el 25 de julio de 1553. En aquella jornada se conmemoraba al patrono de España e Hispanoamérica, el Apostol Santiago el Mayor. De allí su nombre, al que agregó “del Estero", por los esteros que cubrían las orillas del Río Dulce, Miski Mayu, en lengua quichua. Así nació la primera ciudad de nuestro territorio Y desde allí partieron las expediciones fundadoras de Córdoba, Tucumán, Salta, Jujuy, La Rioja y Catamarca, por eso Santiago es madre de ciudades. Con el tiempo fue distinguida con el título de Noble y Leal, se le otorgó escudo de armas y quedó instituida como capital de la Gobernación del Tucumán.
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RAMON GOMEZ CORNET
“Las hermanas”
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Desde un polo hasta el otro resuena
L A P R I M E R A C O L O N I Z AC I O N l territorio de la provincia, antes de la llegada de los españoles estaba ocupado por varias etnias, agrupadas bajo el nombre de diaguitas, con una fuerte influencia incaica, por eso la lengua quichua perdura hasta nuestros días. Desde su fundación en 1553, la ciudad se consolidó rápidamente, extendiéndose sobre la margen derecha del Río Dulce con chacras y campos dedicados al cultivo de maíz. En 1572 fue declarada sede del Obispado de Tucumán, y más tarde quedó conformada como gobernación. Todo en una época muy próspera para el territorio. Cien años después, las sedes del poder civil, militar y eclesiástico fueron trasladadas a Córdoba, y la ciudad comenzó a apagarse lentamente. En 1814, por decreto de Gervasio Posadas, Director de las Provincias Unidas del Río de la Plata, la población más antigua pasó a depender de San Miguel de Tucumán. En 1856, cuando se sancionó la Constitución provincial, Santiago era una ciudad prácticamente sin colonizar. Fue entonces que el General Antonio Taboada exploró el Río Salado, organizó una línea de trincheras para asegurar las rutas hacia Córdoba y Santa Fe y levantó fortines para contener las incursiones de los indios chaqueños, incorporando un vasto territorio. Años después, el ferrocarril acarreó nuevos asentamientos, siguiendo el curso de los rieles, nacieron pueblos dedicados a la explotación forestal.
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S E V A L A S E G U N D A . foto A.E.A.
Casas más, casas menos (fragmento)
L A S AG U A S D E L S O L
Buenos Aires tierra hermosa Nueva York grandioso pago Casas más, casa menos, igualito a mi Santiago Hermanos Abalos
P UE NT E SOB RE EL RI O D UL C E . foto A.E.A.
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L A S AG U A S D E L S O L
E M B A L SE D E R I O H ON DO . f o t o s A . E . A .
El Embalse de Río Hondo abrió la puerta para otro turismo como el pesquero y los amantes de los deportes náuticos.
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A 75 kilómetros de la capital, está Termas de Río Hondo, una región con un clima apacible, donde apareció una vertiente de aguas curativas que se convirtió en un verdadero centro turístico, especialmente visitado por gente mayor en busca de alivio para los dolores reumáticos. Son aguas alcalinas, ricas en minerales con una temperatura que oscila entre los 30 y los 75 grados. El calor ayuda a relajar los músculos y a movilizar las articulaciones y los minerales penetran a través de la piel hasta ser absorvidos por el organismo. Los poderes benéficos de las aguas ya eran conocidos por los indígenas que las llamaban “yacu rupaj”, aguas calientes o “inti yacu”, aguas del sol. Desde 1900 comenzó a explotarse como centro termal, pero a partir de 1910, con la extensión de un ramal ferroviario, empezó su crecimiento y la creación de la infraestructura necesaria para atender a los visitantes.
De la fama el sonoro clarín.
E L PA I S D E L A S E LVA Si hablamos de escritores de Santiago el primero es sin duda Ricardo Rojas, uno de los grandes exponentes de la Literatura Argentina del siglo XX. Rojas había nacido en Tucumán, pero pasó la infancia y la juventud en Santiago, donde su padre fue gobernador. Su obra literaria y su pensamiento quedaron signadas por su temprano interés por el folklore y las tradiciones, las leyendas y las costumbres argentinas. Fue uno de los ideólogos de la Generación del Centenario, que infundió a las artes y la literatura un sentimiento de argentinidad. En “El país de la selva", Rojas dedica nueve leyendas al monte santiagueño: Zupay que es el diablo, los difuntos, la Salamanca, el toro diablo, el íncubo, el runauturunco que es un hombre tigre, la mul'ánima, la Telesita y el Kakuy, un pájaro nocturno de lúgubre canto. La Telesita es uno de los máximos mitos enraizados en el alma del pueblo santiagueño. Cuenta la leyenda que Telésfora Castillo era una joven apasionada por la danza que hacia 1850 deambulaba, atraída por la música, por los bailes y las fiestas. Un día su cuerpo apareció calcinado y los paisanos comenzaron a pedirle favores a su espíritu y le atribuyeron milagros. La magia de la Telesita permitía encontrar los objetos perdidos. Todavía se la homenajea en reuniones que llaman telesiadas, que se inician bailando siete chacareras y, entre una y otra, se bebe una copa de aguardiente.
JOSE MALANCA
“Norteña desgranando”
La Telesita (fragmento) Telesita la llamaban Y era la danza hecha carne Pájaro en vuelo de ritmo Que hacía nido en los bailes... báilamelo Telesita... le pedía tal vez alguien y la huérfana danzaba lejos del ruedo del baile... Andrés Chazarreta
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NORBERTO RUSSO
“En silencio”
NORBERTO RUSSO
“En un día gris”
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Y de América el nombre enseñando,
E L S E Ñ O R D E L O S M I L AG R O S En 1570 se creó el Obispado de Tucumán, con sede en Santiago del Estero. Su primer edificio se construyó en 1578 y el actual es el quinto que se erigió en el mismo solar, ya que los anteriores los destruyeron inundaciones, incendios y el paso del tiempo. Hoy, la Catedral está en el centro de la ciudad, frente a la Plaza Libertad. Su cúpula está revestida con azulejos y en su interior conserva una valiosa imaginería altoperuana del siglo XVIII. El Convento, Templo y Capilla de San Francisco Solano es de fines del siglo último y allí se guarda la celda que sirviera de morada a San Francisco Solano, el fraile que en el siglo XVI catequizaba a los indígenas, atrayéndolos con la música de su violín. Una de las grandes devociones populares se centra en torno a Nuestro Señor de los Milagros de Mailín, que culmina con una inmensa procesión. En un lugar cercano al sitio en donde se ubica el santuario existe un gran algarrobo donde, según dice la tradición, fue encontrada en el siglo XVII, la Cruz del Señor Forastero, por un hombre de apellido Serrano. Movilizado por la curiosidad, Serrano se acercó hasta la cruz iluminada y vio con asombro que ésta alumbraba un “Santo Cristo".
CA T ED RA L DE SAN T IA G O. foto A.E.A.
ARTESANIAS SANTIAGUEÑAS. f o t o A . E . A .
El orgullo santiagueño Vez pasada le estaban tomando los datos a un soldadito de Santiago, precisamente, y le preguntan: ¿de donde es usted? Del norte. ¿de qué zona? Del norte de Argentina. Si ya sé. Pero ¿de que provincia? Ah... de Santiago del Estero. ¿Y por que no lo dice? Porque van a creer que me estoy mandando la parte. Luis Landriscina
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A R T E E N SA N T I AG O
CARLOS COROTTO
“Barrio santiagueño”
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Entre los primeros pintores santiagueños recordamos a Felipe y Gaspar Taboada, activos durante el siglo XIX. Pero el gran pintor santiagueño de todos los tiempos fue Ramón Gómez Cornet, un precursor de la pintura moderna en nuestra argentina. Nacido en 1898 fue artista y diplomático, fundador de la Academia Nacional de Bellas Artes de Santiago del Estero, profesor de Dibujo en la Universidad Nacional de Cuyo y en la Universidad Nacional de Tucumán. Inició sus estudios artísticos en Córdoba y completó su formación en Europa. Pensaba que hacía falta una pintura nuestra, una pintura que exprese lo telúrico, por eso visitaba lo ranchos buscando a sus modelos entre los changos pobres de su provincia. Los retrató con formas estilizadas, que nos habla de su extrema sensibilidad y su conocimiento del lenguaje sintético las vanguardias europeas. En su homenaje, el Museo de Bellas Artes de Santiago del Estero lleva su nombre. Pero además muchos artistas argentinos visitaron Santiago y pintaron sus paisajes y su gente, entre ellos Antonio Berni, Enrique Policasto, Miguel Carlos Victorica, Lino Enea Spilimbergo, Carlos Corotto, José Malanca y Norberto Russo, un porteño, que en los veranos, cuando su cátedra en la Escuela Nacional de Bellas Artes le da un respiro, recorre el país buscando paisajes.
Les repite ¡Mortales! oid:
L A C H AC A R E R A Aunque la chacarera se baila en todas las provincias, ninguna tiene el sabor de las santiagueñas. Los bailarines desarrollan un juego de conquista traducido en pasos, giros, vueltas y un vistoso zapateo en el que el hombre le rinde homenaje a la dama. Pero además de bailar, se canta. Sus músicos y poetas llegaron a todos los confines de la patria. Andrés Chazarreta, nacido en Santiago, fallecido en 1960, además de ser un estudioso del folklore y escritor, compuso música para danza como la “Chacarera doble" o una zamba como “Criollita santiagueña". Otros grandes fueron Julio Argentino Jerez, el autor de “Añoranzas", el Himno Cultural de la Provincia, y el gran violinista Sixto Palavecino, nacido en Salavina en 1915. La familia Carabajal alcanzó reconocimiento en todo el país, al igual que los Hermanos Abalos, Roberto, Machingo, Rodolfo, Vitillo y Machaco, que enseñaron a bailar chacareras a varias generaciones de argentinos de todo el país, sembrando su gracia, talento y buen gusto en todos los rincones de la patria. Son autores de la famosa “Chacarera del Rancho” y “Casa más, casas menos”.
L O S H E R M A N O S A B A L O S foto A.E.A.
ESCU D O DE S A N TIAG O D EL ES TER O
Muy parecido al escudo de Jujuy, comparte su forma de corazón y las diestras que se estrechan en señal de unión. Cintas celestes y blancas enlazan los laureles que lo rodean.
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Añoranzas Letra y música: Julio Argentino Jerez
A Cuando salí de Santiago / todo el camino lloré lloré sin saber por qué / pero si les aseguro que mi corazón es duro / pero aquél día aflojé. Dejé aquel suelo querido / y el rancho donde nací donde tan feliz viví / alegremente cantando en cambio vivo llorando / igualito que el Crespín. Los años ni las distancias / jamás pudieron lograr de mi memoria apartar / y hacer que me eche al olvido ¡Ay! mi Santiago querido / yo añoro tu quebrachal. Mañana cuando me muera / si alguien se acuerda de mí llévenme donde nací / si quieren darme la gloria y toquen a mi memoria / la doble que canto aquí. En mis horas de tristeza / cuando me pongo a pensar cómo pueden olvidar / algunos de mis paisanos rancho, padre, madre, hermanos / con tanta facilidad. Santiagueño no ha de ser / el que obre de esa manera despreciar la chacarera / por otra danza importada eso es verla mancillada / a nuestra raza campera. La otra noche a mis almohadas / mojadas las encontré más ignoro si soñé / es que despierto lloraba y en lontananza miraba / el rancho aquel que dejé. Tal vez en el campo santo / no haya lugar para mí paisanos les vua pedir / antes que llegue el momento tírenme en campo abierto / pero allí donde nací.
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k TIERRA DEL FUEGO, ANTARTIDA E ISLAS DEL ATLANTICO SUR
En donde termina el mundo ierra del Fuego, la Isla Grande es la provincia más nueva de nuestro territorio, ya que quedò constituida como tal, hace menos de una década, el 1 de junio de 1991. Su capital Ushuaia es la ciudad más austral del planeta, además la provincia comprende otras islas que fueron descubiertas por viejos marinos, el sector del continente antártico que nos pertenece, y las Islas Malvinas, que también forman parte de la provincia y, por siempre, de la Argentina toda. Tierra del Fuego tiene en su historia. El faro el fin del mundo, que hiciera famoso Julio Verne”, la cárcel de reincidentes, la estancia Harberton y hasta un museo llamado del Fin del Mundo. El extremo austral del continente americano fue siempre fuente de inspiración y desafío de los más intrépidos aventureros. Ni siquiera aquellos que jamás pisaron estas lejanas tierras o surcaron los bravos mares que las rodean pudieron evitar la seducción de todo lo que desde aquí transmite en leyendas, historias y mitos que perduran. Argentinos y extranjeros no pudieron escapar a los cuentos de navegantes y exploradores, de pioneros y aborígenes.
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AMERICO PANOZZI
“Nevado”
¡Ya su trono dignísimo abrieron
VIAJE AL PAÍS DE LOS ONAS ero antes de ingresar en su historia cronológica, sus aborígenes y sus supuestos descubridores, sería más interesante detenerse en algunos conceptos de quienes por allí se adelantaron con mejores intensiones que la de los piratas, mineros, buscadores de oro, cazadores de ballenas y hasta cazadores de indios. “Estoy en la Tierra del Fuego; la he cruzado de un extremo al otro y aún no puedo dar crédito a lo que han visto mis ojos deslumbrados. Creí que hallaría una isla caótica, un escollo desamparado, la ruina de un mundo fenecido, como dijo el capitán Willis; y he vivaqueado a la intemperie, sobre floridos campos de gramilla que pueden alimentar millares de vacas y ovejas, y he descubierto muchos valles de leguas de extensión, accesibles montañas casi sin nieve, y hermosas florestas donde crecen helechos arbóreos y otras plantas que, en Buenos Aires, sólo pueden vivir al abrigo del invernadero”. (de Ramón Lista, “Viaje al país de los Onas”, 1887). Antes los ojos del joven explorador se habían derrumbado siglos de inexactitudes y desconocimiento respecto a la “Finis Terrae”. Y no exageraba, simplemente descubría un telón tras el cual la literatura, no la geografía, había ocultado entre brumas una región donde, como en pocas, las manifestaciones de la naturaleza se armonizan en una sinfonía fantástica. “Quien accede allende el Magallanes a la ínsula austral, podrá comprobar desde el aire que la isla asemeja a un espejo roto, dada la cantidad de lagunas, cursos fluviales, rías y demás entretejidos de bosques y marismas, que se conjugan en un escenario digno de una saga escandinava”, escribió hace muy poco el antropólogo e historiador José Luis Muñoz Azpiri (h) con el acierto de su buen ojo para seguir evaluando la toponimia de esta Tierra del Fuego. Habré visto, una vez en tierra, cohiues, ñires y michays. Habrá visto como sus ramas se orientan según sople el viento: “árboles bandera”. Se habrá acordado que antes de que los europeos ingresaran especies exóticas, sólo se encontraba el guanaco, el zorro fueguino y el tutu-tuco, pequeño roedor.
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MUJERES YAMANAS.
Onas y yamanas fueron los primeros habitantes de Tierra del Fuego.
U S H U A I A . foto A.E.A
Los colonizadores denominaron a la Bahía con el nombre que le dieron sus primitivos habitantes: Ushuaia, que significa “bahía que mira al poniente o bahía hermosa”.
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TIERRA DE LOS FUEGOS
FARO
L E S E C L A I R E U R S . foto A.E.A
No es el famoso faro del fin del mundo. El que inmortalizó Julio Verne estaba en la Isla de los Estados.
JULIO MARTINEZ VAZQUEZ
“Ushuaia”
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La primera expedición europea registrada fue la de Hernando de Magallanes (1520), quien bautizó a la zona con el nombre de Tierra del Fuego, probablemente por las columnas de humo que partían desde las hogueras a las que alrededor se agrupaban los indígenas o, por los mismos fuegos que los indios canoeros llevaban sobre piedras en sus embarcaciones. Los principales grupos indígenas eran los Shelknams (Onas) y los Yámanas (Yamanes). Durante tres siglos pasaron esporádicamente por la zona expediciones inglesas, francesas y holandesas, además de otras españolas. Entre 1826 y 1830, Fitz Roy vino acompañado por el naturalista Charles Darwin: “Mientras recorríamos un día de playa, cerca de la Isla Wollaston, pasamos junto a una canoa con seis indios fueguinos y no he visto en ninguna parte, seres más abyectos y miserables”, contó Darwin en el “Diario de un naturalista alrededor del mundo” (1832); el mismo hombre que escribió su propia teoría sobre el origen humano agregó: “Uno difícilmente pueda convencerse que son prójimos y habitantes del mismo mundo”. Muñoz Azpiri (h) explica: “No pretendemos cargar de pullas al joven Darwin, pero si destacar los vicios etnocéntricos de una época signada por el máximo esplendor del Imperio Británico, desde las glorias coloniales cantadas por Kipling, debían fundamentarse en una falsa teoría antropológica que legitimara la dominación”. Los españoles hicieron, durante el siglo XVII varios intentos de colonización, sin éxito. Luego, una misión de pastores anglicanos dirigidos por el Reverendo Thomas Bridges constituyeron el paso inicial a la historia de la actual provincia. El asentamiento se situó en la costa sur de la Isla Grande, hoy Ushuaia. En 1884, el comodoro Augusto Laserre fundó una subprefectura, esta es la fecha que se recuerda como el aniversario de Ushuaia.
Las Provincias Unidas de Sud!
Bridges, luego propietario de Harberton, se ocupó de cuidar a los indígenas, mientras que en el norte, los padres salesianos se instalaron en la desembocadura del Río Grande, ciudad que fue fundada oficialmente el 11 de junio de 1921. La tercera localidad de la provincia es Tolhuin que en lengua ona significa corazón. En 1943 el gobierno nacional decidió la creación de la Gobernación Marítima de Tierra del Fuego; en 1955 la provincia denominada Patagonia y, dos años más tarde, se estableció el Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. En 1986 la Cámara de Diputados aprobó la provincialización y, en 1991, finalmente la provincia eligió a sus primeras autoridades.
I SLA G RANDE DE TI ERRA DEL FUEGO
Mapa Instituto Geográfico Militar.
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L A E S TA N C I A M Á S A U S T R A L Establecimiento lanar, tal como lo fue en sus orígenes, la Estancia Harberton, se constituye en la más austral del territorio. En Inglaterra, el conocimiento de la existencia de canoeros fueguinos, indígenas cuya adaptación a las extremas condiciones llamó la atención, llevó a fervientes cristianos a fundar una Misión en una de las islas del archipiélago de Malvinas, a la que llevaban indígenas para evangelizarlos, enseñarles a hacer cultivos y criar ganado. Entre uno de los hijos adoptivos de un evangelizador se encontraba un niño que había sido encontrado bajo un puente en Inglaterra con una T bordada en el pecho y al que llamaron Thomas - por la T - y Bridges por el puente. Bridges, creció y se vino siendo pastor y casado con Mary Varder. Julio Argentino Roca les cedió 20.000 hectáreas de campo sobre el canal de Beagle en reconocimiento a su acción pionera y civilizadora en la región. Y allí nació la Estancia Harberton, que recuerda el pueblo inglés, donde nació Mary, fue albergue de muchos indios que allí encontraron la protección en época en las que eran brutalmente perseguidos.
E S T A N C I A S . fotos M.A
La primera estancia de Tierra del Fuego perteneció al pastor Thomas Bridges.
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Y los libres del mundo responden:
TIERRA
DEL
F U E G O . foto M.A
E X - P E N A L D E U S H U A I A . foto A.E.A
Por un decreto del Presidente Juan D. Perón, la cárcel dejó de funcionar en 1947 y sus instalaciones pasaron a manos de la Armada. Hoy, se puede visitar allí el Museo Marítimo y el del Presidio.
LA CÁRCEL DEL FIN DEL MUNDO Como la Estancia Harberton, existe otro hito en las islas de Tierra del Fuego, más aún, en la Isla de los Estados, y es el faro del Fin del Mundo, del que lamentablemente hoy sólo hay una réplica, no el que hiciera famoso Julio Verne. Pero si hay algo que se mantiene intacto, que hoy se puede visitar y que cuenta con una historia triste, como la de cualquier penal, pero increíble por los personajes que por allí pasaron y su modo de vida cuando en Tierra del Fuego había muy poco: es la llamada cárcel de Reincidentes de Ushuaia o la cárcel del fin del mundo. Construida en 1902, el penal tenía una forma radial, frente a la bahía, con más de 75 celdas individuales, que remataban en un hall central. Los presos se movilizaban en un pequeño tren de una trocha de 60 centímetros hacia las canteras, fabricaban el pan que comían sus guardianes y el resto del pueblo y, realizaban trabajos de herrería y carpintería. El edificio se terminó de construir en 1902 y sus primeros “moradores” fueron 25 hombres y nueve mujeres. Todo con la intención que se tenía en esos tiempos, de colonizar las zonas inhóspitas con penales y con reclusos rehabilitados. El asunto no funcionó y rápidamente el penal de Ushuaia se convirtió en una cárcel de reincidentes y de presos de alto riesgo, pero también por allí pasaron presos políticos, tal el caso de Ricardo Rojas.
EL PETISO OREJUDO Entre los reclusos más conocidos, el penal albergó al anarquista Radowizky, asesino de Ramón L. Falcón y a Mateo Banks, un pudiente hacendado de la zona que mató a sus siete familiares directos para quedarse con todo. Pero la historia más truculenta es la de Cayetano Santos Godino, “el petiso orejudo”, un asesino que fue ajusticiado por sus propios compañeros de prisión. a manos de los mismos presos en el penal de Ushuaia. Los diarios de la época titularon: “Ninguno de los presos asistió al entierro de Godino”.
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L A S M A LV I N A S A R G E N T I N A S
ARBOL BANDERA
Islas Malvinas
ISLAS MALVINAS
Mapa Instituto Geográfico Militar
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Se hablará de su historia, de las expediciones francesas que pasaron por allí y dejaron para siempre el nombre de Malvinas, por Maluin. De la vieja usurpación inglesa en 1833 y de la falta de interés de los colonizadores españoles, puesto que de haber dejado ellos su bandera, las islas hubieran sido automáticamente argentinas tras la emancipación libertadora y la revolución. Igualmente lo son. Los soldados que quedaron allí, en 1982, están aquí, en el país. Los que volvieron al continente deberán ser tratados, de una vez por todas, como héroes. La historia continúa y todos sabemos hacia adonde se dirige, porque sopla entre nubes y nieves blancas, porque transita entre un cielo y un mar pleno de azul - celeste.
¡Al gran pueblo Argentina, Salud!
CEMENTERIO DE DARWIN
Juan José Güiraldes en Malvinas, 1999.
La carta perdida Madre, hoy es tu cumpleaños Chaco, ¡que lejos que estoy! En mi carta les dejo mi amor. El Tano, el Polaco, el Andrés madre, cayeron los tres. Hace frío y aquí en soledad, hay mil almas que de guardia están. Es la carta que nunca llegó, escrita allá en Malvinas fue en abril del ochenta y dos de un soldado que nunca volvió. Raúl Ratti
En agosto de 1999 un complicado periplo me llevó a las Malvinas, islas alzadas sobre el Mar Atlántico Sur, solitario desprendimiento del continente y del territorio nacional, como lo demuestra la comparación de sus 11.000 km2 con los más de 4 millones de territorio continental en los que se extiende nuestro país. Río Gallegos, el puerto más próximo, dista de la costa sólo unos 500 kilómetros. Viajé en vuelo desde Ezeiza a Santiago de Chile; de allí a Puerto Montt y después a Punta Arenas, para tocar tierra en la pista de Mount Pleasant en las Islas Malvinas. Mount Pleasant es el lugar donde está acantonada la fuerza militar británica con unos 2.000 integrantes, curiosamente a razón de un soldado por cada habitante malvinero. En cuanto al paisaje, si despertara de un sueño y no acertara a saber en dónde estoy, bien podría decir que en un campo de la provincia argentina de Santa Cruz. Quiebran el colorido natural de las pasturas, los yacimientos pardos oscuros de turba. Las turberas ocultan calorías necesarias para el clima de las Malvinas. Es el combustible que emplea el isleño, de día y de noche, en verano y en invierno. Más allá de esta belleza ruda y con impresiones de lejanías, una visión ocupa continuamente la mente del visitante: la guerra. Visité el cementerio de Darwin; dejé unas flores ante una de las tumbas, con un acruz y la leyenda: “Sólo Dios conoce tu nombre”. Es un recuerdo. A un argentino le tocó morir sirviendo a su Patria. Ese día y en ese momento que registró una foto, oí en mi memoria la letra de la zamba “La carta perdida”, del poeta Raúl Ratti, que canta Soledad, la chica de Arequito. Juan José Güiraldes
ESCUDO DE BUENOS AIRES
Sintético y geométrico sus formas nos dicen que es el escudo de la más nueva de nuestras provincias. Su fauna y su geografía insular aparecen en el centro y un cóndor con las alas abiertas le sirve de marco.
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La hermana perdida
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Letra: Atahualpa Yupanqui Música: Ariel ramírez
De la mañana a la noche de la noche a la mañana en grandes olas azules y encaje de espumas blancas te va llegando el saludo permanente de la Patria. ¡Ay! Hermanita perdida hermanita vuelve a casa. Amarillentos papeles te pintan con otra laya pero son treinta millones que te llamamos hermana. Sobre las aguas australes planean gaviotas blancas dura piedra enternecida por la sagrada esperanza. ¡Ay! Hermanita perdida hermanita vuelve a casa. Malvinas tierra cautiva de un tiempo rubio pirata Patagonia te suspira toda la pampa te llama. Seguirán las mil banderas del mar azules y blancas pero queremos ver una sobre tus costas clavada. Para llenarte de criollos para curtirte la cara hasta que logres el gesto tradicional de la Patria. ¡Ay! Hermanita perdida hermanita vuelve a casa.
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T U C U M A N El jardín de la República erá por siempre la "Cuna de la Independencia", la que guarda la Casa Histórica donde el 9 de Julio de 1816, nació la patria libre. Pero en un tono menos épico, y también menos solemne, Tucumán es El Jardín de la República. Las lluvias que resbalan por sus laderas se encargaron de vestirla, con un volado de bosques de palos amarillos, lapachos rosados, pacarás, cedros, talas gateadoras. Y al amparo de las grandes plantas, crecen los helechos y las begonias, en una muralla que se cierra con cañas bravas que alcanzan los seis metros de altura. Por encima del kilómetro, más arriba de las cimas de los cerros, crecen los gigantescos horcomolles, laureles, robles, nogales y cocuchos. Eso es en las alturas orientales de sus cordones montañosos donde reinan las águilas parma. Más abajo, en sus valles fértiles y floridos manda el pequeño picaflor.
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LUIS LOBO DE LA VEGA
“Lejos del pueblo”
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Sean eternos los laureles
LA CUNA DE LA INDEPENDENCIA an Miguel de Tucumán fue fundada en 1565, bajo la advocación del Arcángel San Miguel. Los indios calchaquíes hostigaban en las afueras y llegaron a comprometer la vida de la ciudad, que debió ser refundada en 1685. En 1810, el Cabildo tucumano se inclinó en favor de los bandos patriotas. Y dos años más tarde se produjo la gesta que signó no sólo a la provincia, sino a todo el país: la Batalla de Tucumán. Porque Manuel Belgrano eligió esta tierra para hacerse fuerte, animado por un cuerpo de caballería que hacía tiempo ya, que era criollo y bien gaucho. El 24 de septiembre de 1812, los cerros tucumanos vieron que Belgrano tuvo razón. El creador de la celeste y blanca no se había equivocado y 700 realistas quedaron presos tras la batalla. Pero además Tucumán será por siempre la “Cuna de la Independencia", porque en lo que hoy es la céntrica calle Congreso, en 1816 se reunieron los patriotas en la casa de Francisca Bazán de Laguna, hoy la Casa Histórica de Tucumán donde declararon la independencia de las Provincias del Río de la Plata. Allí nació la Patria. Y en la historia de la patria están los nombres de grandes hombres tucumanos como Juan Bautista Alberdi y Nicolás Avellaneda. Con su territorio de 22.524 Km2 Tucumán es la provincia más pequeña de la Argentina, pero por su cantidad de habitantes, la más densamente poblada. Suele ser la base de cualquier empresa que quiera dominar, ya sea laboral o turísticamente, el noroeste del país, porque desde su capital, se está a un paso de todas las linderas, como Salta, Catamarca y Santiago del Estero. Tampoco le quedan muy lejos Jujuy, parte del Chaco y hasta la misma ciudad de Córdoba. Su nombre deriva de Yucumán, que traducida del quichua significa “lugar don de nacen los ríos" o “país de los ríos". “Yu" significa nacer, engendrar en agua. “Man", hacia o de donde. Como siempre el oído español pudo haber transformado los vocablos y entonces sí, llegar a Tucumán. Pero también se habla de un cacique convertido en leyenda, un aborigen de las altas castas nacido en Tucumanhao que suena muy parecido a Tucumán.
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PATIO DE LA CASA HISTORICA. foto A.E.A.
La casa de la señora Francisca Bazán de Laguna fue el escenario de la declaración de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
C ASA H IS TO RI CA . foto A.E.A.
Su fachada, con sus dos culumnas salomónicas, es la imagen más emblemática de la arquitectura argentina.
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L O S C A Ñ AV E R A L E S
CASA DEL OBISPO COLOMBRES. foto A.E.A.
Construida hacia 1800, fue el primer ingenio tucumano, hoy funciona allí el Museo de la Industria Azucarera.
ALFREDO GRAMAJO GUTIERREZ
“Pelando caña de azucar”
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La primeras cepas de caña de azúcar llegaron a Tucumán desde Chile traídas por Francisco de Aguirre en el siglo XVI. En 1646 está documentado un cañaveral al sur del actual territorio de la provincia y en 1767 el Obispo Colombres difundió el cultivo al repartir el excedente de la producción de su finca ubicada en el actual Parque 9 de Julio. Un pionero de la industria azucarera fue José Ramírez de Ovejero; en su Finca de Ledesma nació el actual complejo industrial del mismo nombre. El 28 de septiembre de 1876 llegó el primer convoy ferroviario de la línea Central Córdoba a la ciudad de Tucumán. El ferrocarril permitió trasladar fácilmente las maquinarias importadas, que junto con la llegada de ingenieros extranjeros, completó la revolución tecnológica. La gran tarea de la cosecha o zafra comienza en el otoño y termina en primavera. En verano la actividad se reduce y, a lo sumo, se trata de cuidar el crecimiento de la caña y el mantenimiento de las instalaciones fabriles. Durante la zafra se realiza el corte de las cañas con machete o por medios mecánicos, su transporte hasta las balanzas y, de ahí, hasta los canchones de los ingenios.
Que supimos conseguir:
LEONARDO IRAMAIN
“Envoltura” Tucumán es tierra de mitos y supersticiones que recuerdan orígenes lejanos. Antiguas ceremonias funerarias como el entierro del angelito y la despedida de los difuntos se siguen realizando en la provincia.
E L FA M I L I A R “El Peladito", “La Brasilera", “Enriquito", “La Degolladita", “Lino Arrieta”, el que cura a los alcohólicos y “El Familiar", son distintos personajes que alimentan creencias y devociones. Casi todos son patrimonio compartido por varias provincias del norte, pero “El Familiar", es solamente tucumano, relacionado con la zafra, los ingenios y la historia azucarera. Cuenta la leyenda que el mismo diablo o un emisario suyo anda por los ingenios, cuando un trabajador se pierde o le ocurre una “desgracia", el ingenio, no el azucarero, sino el popular, le atribuye la mala fortuna a “El Familiar". La causa de la desgracia es un pacto que realizaron los patrones con el diablo, para que les otorgue riquezas y goces en la vida. El diablo concede los deseos, siempre y cuando el propietario del ingenio azucarero le ofrende un obrero en cada cosecha. “El Familiar" aparece bajo distintas formas, la más conocida es la de un perro bravo.
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L O S R I T M O S C A L C H AQ U I E S Es imposible entender esta tierra sin poetas, sin pañuelos al viento, sin la zamba. Y si de zamba tucumana se trata, no podemos olvidar “Luna Tucumana" de Don Atahualpa Yupanqui. Héctor Roberto Chavero, era su nombre y aunque nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires, bien se merece la ciudadanía tucumana porque le dedicó 70 zambas al Jardín de la República. Se había enamorado de sus laderas, de sus ríos, de sus valles y sus cañaverales. Tucumán tiene otras voces y no podemos dejar de mencionar a Mercedes Sosa, a los Tucu Tucu. Voces de la zamba, el escondido, el gato y la chacarera. Los ritmos de los valles calchaquíes que acompañan la caja, el bombo, la flauta, el arpa, la quena, el sicu, la anata, el erque, el charango, la corneta y como no podía ser de otra manera, la guitarra. P A R C H E S T U C U M A N O S . foto A.E.A.
Luna tucumana Yo no le canto a la luna porque alumbra nada más le canto porque ella sabe de mi largo caminar. Ay lunita tucumana tamborcito calchaquí compañera de los gauchos por las sendas del Tafí. Perdida en las cerrazones quien sabe vidita por donde andaré mas cuando salga la luna cantaré, cantaré a mi Tucumán querido cantaré, cantaré. Con esperanza o con pena en los campos de Acheral yo he visto a la luna buena besando el cañaveral. En algo nos parecemos luna de la soledad yo voy andando y cantando que es mi modo de alumbrar. Perdida en las cerrazones quien sabe vidita por donde andaré mas cuando salga la luna cantaré, cantaré a mi Tucumán querido cantaré, cantaré. Atahualpa Yupanqui
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Coronados de gloria vivamos
L A F I E S TA En Tucumán siempre hay algo para festejar. El verano empieza con la fiesta de la Pachamama, la Madre Tierra, que se realiza todos los febreros en Amaichá. Y siguen: la Fiesta del queso, en febrero en Tafí del Valle; la Fiesta de Simoca, en Julio; de la empanada en septiembre en Famaillá; la del limón, en noviembre en Tafí Viejo; de la caña de azúcar, en diciembre en Aguilares; la del zafrero, en noviembre en Banda del Río Salí y muchas más. Fuera del orden de importancia, en tiempos actuales hay que destacar la Fiesta del limón, no por tradicional sino porque desde hace unos años, la provincia, además de destacarse por su histórica cosecha de la caña de azúcar, se ha convertido en la primera productora de limones de América del Sur. Quizá sea éste el aspecto más nuevo que nos presenta el Jardín de la República. Música, danza, alegría y buen vino. Así es una fiesta tucumana. Y entre un trago y otro nada mejor que un buen asiento. No de esos que alivian los pies, más cuando se anda mariado, sino los que hacen una buena base en el estómago para que no se “estropee el cuajo". Las empanadas son sobrias, sin mucha grasa, pero con bastante pimentón, cebolla de verdeo y algo de huevo. Después vendrán los tamales, el locro y la humita. Más típico, un mote tucumano, hecho con maíz, tripa, chorizos, cebollas, grasa de cerdo, ajíes, tomate y un poco de caldo para alivianar la cuestión. El resultado, un guiso.
F E R I A D E S I M O C A . foto A.E.A.
Todos los sábados, largas caravanas de sulkys llegan a Simoca. Una tradicional feria donde se compra, se vende o simplemente se disfruta de la tranquila vida tucumana.
L I M O N E S . fotos A.S.M.
En Tafí Viejo se celebra en noviembre la Fiesta del limón. Tucumán es desde hace unos años la primera productora de América del Sur.
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C U LT U R A Y A R T E Tucumán es cuna de artistas, de sabios y filósofos, como Miguel Lillio (1862-1931), un apasionado por la naturaleza y Alberto Rougés, un gran humanista.
LOLA
M O R A foto A.E.A.
“Relieve de la Casa Histórica”
NILO GONZALEZ
“Luz”
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Tucumán es la tierra de Juan Bautista Alberdi y Nicolás Avellaneda, dos tucumanos que signaron la historia y las letras argentinas. Pero además muchos autores nativos contemporáneos alcanzaron trascendencia nacional y aún más allá de nuestras fronteras, como Tomas Eloy Martínez, Juan José Hernández y Leda Valladares, entre otros. En 1947 se creó el suplemento literario de la Gazeta de Tucumán, un organismo periodístico de gran alcance, que desde entonces viene difundiendo las letras tucumanas por todo el país. A partir de la Década del ´40, Tucumán pasa a la vanguardia. En 1942 se creó Facultad de Ciencias Culturales y Artes, y el maestro Lino Enea Spilimbergo fue contratado como Jefe de Pintura del Intituto Superior de Artes. Lorenzo Domínguez, Víctor Rebuffo, Ramón Gómez Cornet y Lajos Saslay completaban el cuerpo docente, y en la década del ´60, se incorporaron Ezequiel Linares, Pompeyo Audivert y Horacio Juárez. Tucumán se convirtió en un gran centro artístico, atrayendo a jóvenes de todo el país, que llegaron para completar su formación, como el mendocino Carlos Alonso y el riojano Miguel Dávila. Entre los artistas nativos queremos recordar a Luis Debairos Moura, a Nilo González y una gran escultora nacida en 1867, que ya es leyenda: Dolores “Lola" Mora. Su vida y su obra despertaron la admiración y la polémica, pero nunca la indiferencia, inspiró más de una novela y hasta fue el personaje protagónico de una película. Su obra maestra es la Fuente de las Nereidas que se encuentra en la Costanera Sur en Buenos Aires. En Tucumán se encuentra la Estatua de la Libertad, el monumento a Juan Bautista Alberdi en la plaza del mismo nombre, y los bajorelieves de la Casa Histórica, en los que recuerda nuestras fechas patrias, el 25 de mayo de 1810 y el 9 de julio de 1816. Entre los congresales de 1816, incorporó la figura del Presidente Julio Roca, que no estuvo en el Congreso, pero Lola quiso rendir un homenaje, a quien por ser tucumano, apoyó incondicionalmente su carrera.
O juremos con gloria morir.
DEMETRIO
IRAMAIN
“Misachico” Dicen del pago quilmeño que en noches de luna llena se desvelan los misterios las almas del indio en pena… Oscar Collazo
LOS QUILMES Tucumán es la tierra de los Quilmes, los aborígenes que resistieron con más bravura la Conquista. Vivían en un ambiente montañoso y solitario por donde pasa hoy la ruta 40, y mantuvieron por más de 30 años una lucha heroica. Sus mujeres se arrojaban a los precipicios para no ser cautivas del invasor español. Fueron sitiados, sin comida, sin agua. Algunos se fueron espantados por el poder de la pólvora. Otros fueron trasladados lejos, a Buenos Aires, llanto, dolor y heridas quemando la piel. De su historia quedaron algunas ruinas y algunas canciones. ESCUDO DE TUCUMAN
Quizá porque fue el escenario de tantos acontecimientos que hicieron de nuestra Argentina una Nación libre e independiente, el escudo de Tucumán es casi igual al Nacional. Sólo le falta el sol.
R U I N A S D E Q U I L M E S . foto R.G.
JUAN
CARLOS IRAMAIN
“Minero”
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Al jardín de la república Letra y música: Virgilio Carmona
u Desde el norte traigo en el alma la alegre zamba que canto aquí y que bailan los tucumanos con entusiasmo propio de allí. Cada cual sigue su pareja joven o viejo de todo vi media vuelta y la compañera forma una rueda para seguir viene el gaucho, le hace un floreo y un zapateo comienza allí sigue el gaucho con su floreo y el zapateo termina aquí. Para las otras no pa las del norte sí para las tucumanas mujer galana, naranjo en flor todo lo que ellas quieran en la primera ya terminó. No me olvido viera compadre de aquellos bailes que hacen allí tucumanos y tucumanas todos se afanan por divertir y hacen linda esta mala vida así se olvidan que hay que sufrir. Empanadas y vino en jarra una guitarra, bombo y violín y unas cuantas mozas pizarras pa que la farra pueda seguir sin que falten esos coleros viejos cuenteros que hagan reír. Para las otras no pa las del norte sí para las de Simoca instancias locas de estar allí para brindarles mi alma en el esta zamba que canto aquí.
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ยกAl gran Pueblo Argentino,
Salud!
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LA HISTORIA DE ESTE LIBRO ace muchos años que tenemos el placer de escribir y editar, y la única manera de dar a luz una edición es uniendo voluntades. Cuando Juan Carlos Bagó, hace unos años, me habló de la necesidad de hacer un libro que hable de la identidad de nuestro país, debo reconocer que la tarea me produjo miedo. Me pareció difícil de abrcar y con grandes riesgos a afrontar, ya que las omisiones pueden llegar a oscurecer una obra. Empezamos a reunir material y cuando viajábamos ya mirábamos las cosas de otra manera, no como turistas sino pensando en esta obra. Finalmente la redacción se largó después de un almuerzo en casa. Nos reunimos con María Torres, Juan Carlos Bagó, el Comodoro Güiraldes, Mariano Wullich y Carlos María Pinasco, y ese mismo día convocamos a los Secretarios de Cultura de todas las provincias, para escuchar su opinión, respecto de los temas que íbamos a abarcar. María Torres es quién desde hace siete años dirige la investigación y la edición de nuestros libros, que ya suman una veitena, con una pasión y una dedicación que logra contagiar a todos los que colaboran con ella. Con Mariano Wullich compartimos gustos y pasiones, su tarea como periodista de La Nación le ha permitido recorrer Nuestra Argentina a lo largo y a lo ancho, y nos deleita periódicamente con sus crónicas. Carlos María Pinasco es mi mejor amigo y nos unen cuarenta años de aventuras y pasión por el Arte de los Argentinos y nuestra tierra. Sin duda que el “Cadete” Güiraldes es como el guía, y el hombre que lleva la bandera de las tradiciones y con sabiduría nos marca las relaciones entre las cosas que ocurren aquí, y el resto del mundo. Juan Carlos Bagó es el responsable de la idea original y el permanente motor para que Nuestra Argentina sea una realidad.
H
Ignacio Gutiérrez Zaldívar
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