El Viejo Topo | Número 438/439 | Julio/agosto 2024

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El wokismo invade las ciencias POR ALAN SOKAL

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La política y el Estado en Marx POR EDUARD IBÁÑEZ JOFRE

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Stakeholder capitalism Carne sintética, coches eléctricos y misiles no biodegradables POR GENÍS PLANA

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Voces de Mujeres tejiendo con sus versos el telar de la Memoria: Guerra Civil Española y Exilio POR FERNANDA ROMEU

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Divide y vencerás: geoestrategia por antonomasia POR JOSÉ J. CUEVAS MUELA

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Cine: Toda la belleza del mundo: Fanny y Alexander de Ingmar Bergman POR JAVIER ENRÍQUEZ ROMÁN

34

India, entre Antilia y Dharavi POR HIGINIO POLO

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Ese escurridizo YO POR ANTONIO MONTERRUBIO

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Sobre la evolución del universo Entrevista a Fermín Rodríguez Castro POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

89

“FILOSOFA, QUE ALGO QUEDA” Demofobia POR MIGUEL CANDEL

50

Doce provocaciones para la renovación del marxismo POR CARLO FORMENTI

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LIBROS Portada: fragmento de La profecía del cíclope (ALEXIS ESQUIVEL)

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret(†). Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. REDACCIÓN: Genís Plana.

DISEÑO: Elisa Nuria C. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN Papel: 0210-2706, ISSN Internet 2938-7388.

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La ciencia se está politizando

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ideología

El wokismo invade las ciencias por Alan Sokal

H

ace ya casi tres décadas que Alan Sokal denunció las “imposturas intelectuales” de ciertos pensadores posmodernos. Actualmente no sólo las humanidades son permeables a farsas intelectuales… También en las ciencias naturales y las matemáticas se filtran discursos ideológicos.

Hace cuatro cuartos de siglo, las “Guerras de la Ciencia” –una desafortunada metáfora militar aplicada a un debate intelectual– enfrentaron a un variopinto grupo de eruditos literarios y científicos sociales de influencia posmodernista, a menudo (pero no siempre) de tendencia política izquierdista y feminista, que propugnaban una visión social-constructivista extrema de la ciencia y el conocimiento científico, contra otro grupo variopinto de científicos y filósofos (además de algunos estudiosos de las humanidades, historiadores y científicos sociales) de todo el espectro político, que defendían las nociones tradicionales de racionalidad y objetividad, al menos como ideales hacia los que luchar.

Es cierto que algunos científicos de izquierdas, como Richard Lewontin y Stephen Jay Gould, defendieron tesis socioconstructivistas con respecto a determinados (y muy controvertidos) temas de estudio científico, en particular la inteligencia humana; y algunas científicas feministas, como Ruth Hubbard y Evelyn Fox Keller, hicieron lo mismo con respecto a otros aspectos de la biología y la psicología. Pero ningún científico destacado, que yo sepa, respaldó la opinión radical de que todo el supuesto conocimiento científico –desde la física de los neutrinos hasta la química organometálica o la lepidopterología– está profundamente imbuido de ideología social.

Tampoco ningún científico notable defendió el constructivismo social con respecto a elementos del conocimiento científico establecidos desde hace tiempo y no controvertidos, como la teoría atómica de la materia o la estructura de doble hélice del ADN. Pero eso ha cambiado, al menos en algunos temas. (Quizá pueda adivinar cuáles). *** Un clásico de la época anterior fue el libro del sociólogo

Andrew Pickering titulado Constructing Quarks (1984). Ese libro ofrecía una historia soberbia y extraordinariamente detallada de la física moderna de partículas elementales, intercalada entre capítulos iniciales y finales de (permítanme ser franco sobre mi opinión) filosofía asombrosamente pobre. Basándose en esa filosofía, Pickering concluía que: “... nadie que formule una visión del mundo está obligado a tener en cuenta lo que dice la ciencia del siglo XX. ... Las visiones del mundo son productos culturales; no hay por qué dejarse intimidar por ellas” (págs.

413-414). ¿Me atrevería a decir que esto es sumamente erróneo? Por supuesto, nuestras ideas sobre los quarks son una construcción histórica y social humana –es una obviedad–, pero hay buenas razones para creer que los quarks han existido desde el Big Bang, hace aproximadamente 13.700 millones de años.

Pero las razones que justifican esa creencia son sutiles.

Después de todo, los quarks no son directamente observables.

Tampoco lo son, por supuesto, los dinosaurios; lo único que podemos observar son sus fósiles. Pero los dinosaurios son (o, mejor dicho, eran) objetos macroscópicos de tamaño medio, y podemos imaginar fácilmente cómo eran y cómo se comportaban por analogía con los animales contemporáneos que podemos observar hoy en día. Así que tenemos buenas razones para creer que existieron, en algún momento del pasado (hace entre 240 y 65 millones de años), los animales que llamamos dinosaurios.

En cambio, las partículas subatómicas como los quarks están muy lejos de nuestra experiencia cotidiana y su comportamiento es extraordinariamente extraño. La mecánica cuántica fue inventada por Schrödinger y Heisenberg en 1925 –el año que viene será el centenario–, pero creo que hoy nadie entien-

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de realmente lo que la mecánica cuántica nos dice sobre la naturaleza fundamental del universo. (O para decirlo en primera persona: Llevo algo más de medio siglo estudiando la mecánica cuántica; y cuanto más aprendo sobre ella, menos entiendo). Y, sin embargo, la electrodinámica cuántica puede predecir el momento magnético del electrón con una precisión de 11 decimales: “equivalente a medir la distancia de Los Ángeles a Nueva York... con la precisión de un cabello humano”, como dijo memorablemente el premio Nobel Richard Feynman.

De hecho, los quarks son aún más sutiles que los electrones.

Los electrones son demasiado pequeños para ser “vistos” directamente, pero al menos podemos observar sus huellas en cámaras de burbujas. Pero nuestras mejores teorías actuales nos dicen que los quarks libres no pueden existir; siempre están ligados a otras partículas elementales, como protones y neutrones. Su existencia y comportamiento deben deducirse mediante una complicada cadena de razonamientos en la que intervienen tanto el experimento como la teoría. Las líneas generales de ese razonamiento pueden explicarse al lector profano –aunque los detalles requieren matemáticas avanzadas y un profundo conocimiento de la física–, pero incluso a un nivel general es indudablemente sutil.

siempre) por un par de cromosomas sexuales: XX para las hembras, XY para los machos.

En resumen, el sexo en todos los animales viene definido por el tamaño de los gametos; el sexo en todos los mamíferos viene determinado por los cromosomas sexuales; y hay dos y sólo dos sexos: macho y hembra.

Por supuesto, algunas mutaciones o anomalías en el desarrollo prenatal pueden hacer que algunos individuos sean incapaces de producir gametos viables. Pero un individuo estéril con un cromosoma Y sigue siendo varón, igual que una persona con una sola pierna sigue siendo un miembro de pleno derecho de nuestra especie bípeda.

Se habla mucho del hecho de que muy pocos humanos nacen con patrones cromosómicos distintos de XX y XY. El más común, el síndrome de Klinefelter (XXY), se da en aproximadamente el 0,1% de los nacidos vivos; estos individuos son anatómicamente varones, aunque a menudo infértiles. Algunas afecciones extremadamente raras, como el síndrome de De la Chapelle (0,003%) y el síndrome de Swyer (0,0005%), quedan fuera de la clasificación estándar hombre/mujer. Aun así, la división sexual es un binario extremadamente claro, tan binario como cualquier distinción que se pueda encontrar en biología.

*** Avancemos cuatro décadas. Ahora, toda la clase médica estadounidense, desde la Asociación Médica Estadounidense y la Academia Estadounidense de Pediatría hasta la Asociación Psicológica Estadounidense y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, e incluso los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, insisten en que el sexo (masculino o femenino) es, en palabras de la AAP, “una asignación que se hace al nacer”. ¿Qué significa esto?

Los hechos sobre el sexo son sencillos y se enseñan en cualquier curso de biología de secundaria medianamente decente.

Casi todos los animales, así como muchas plantas, se reproducen sexualmente. En casi todas las especies multicelulares que se reproducen sexualmente, esto ocurre mediante la combinación de un gameto grande, llamado óvulo, con un gameto pequeño, llamado espermatozoide. Aunque algunas plantas y animales (“hermafroditas”) producen tanto óvulos como espermatozoides, no existen especies de mamíferos hermafroditas. En los mamíferos, cada individuo produce un solo tipo de gameto. Los individuos que producen (relativamente pocos) óvulos se denominan hembras; los que producen (gran cantidad de) espermatozoides, machos. El hecho de que un embrión de mamífero se convierta en macho o hembra viene determinado (al menos cuando las cosas van bien, que es casi

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Ninguna causa, por justa que sea, justifica la distorsión de los hechos Entonces, ¿dónde quedan las afirmaciones de las asociaciones médicas sobre el “sexo asignado al nacer”?

El nombre de un bebé se asigna al nacer; nadie lo pone en duda. Pero el sexo de un bebé no se “asigna”; se determina en el momento de la concepción y se observa al nacer, primero mediante el examen de los órganos genitales externos y luego, en caso de duda, mediante un análisis cromosómico1. Por supuesto, cualquier observación puede ser errónea y, en raras ocasiones, el sexo consignado en el certificado de nacimiento es inexacto y debe corregirse posteriormente. Pero la falibilidad de la observación no cambia el hecho de que lo que se observa –el sexo de una persona– es una realidad biológica objetiva, al igual que su grupo sanguíneo o el patrón de sus huellas dactilares, y no algo que se “asigna”. Los pronunciamientos de las asociaciones médicas son un constructivismo social desbocado, esta vez sobre un tema que los seres humanos han entendido de forma más o menos precisa (aunque sin todos los detalles científicos) desde el principio de nuestra especie. El sexo, a diferencia de los quarks, no es sutil2.

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¿Qué puede haber impulsado a científicos de mente sobria a defender un punto de vista tan fácilmente refutable? La causa es evidentemente política. La nueva reticencia del estamento médico a hablar con honestidad sobre la realidad biológica –y su despreocupación a la hora de hablar deshonestamente de ella– se debe presumiblemente al loable deseo de defender los derechos humanos de las personas transgénero. Pero aunque el objetivo es loable, el método elegido es erróneo. Proteger a los transexuales de la discriminación y el acoso no exige pretender que el sexo es meramente “asignado”.

política resultante distorsiona la enseñanza de la biología en las escuelas públicas. Pero el efecto sobre la investigación y la enseñanza en las universidades es mínimo.

En la actualidad, la presión sobre la investigación y la enseñanza universitaria de la biología procede principalmente de la “izquierda” (utilizo las comillas intencionadamente), y hasta hace poco se refería sobre todo a la investigación de las diferencias estadísticas en los rasgos humanos (especialmente los rasgos psicológicos) según el sexo o la ascendencia geográfica (también conocida como “raza”). Pero La conclusión es la siguiente: Nunca está jusahora, incluso mencionar el sexo como un heLa ciencia según el wokismo tificado distorsionar los hechos al servicio de cho biológico puede provocar una tormenta de una causa social o política, por justa que sea. Si condenas en Twitter. Y las principales víctimas, la causa es verdaderamente justa, entonces puede defenderse como es lógico, son los investigadores con contratos precarios aceptando plenamente los hechos sobre el mundo real; si eso y sin plaza titular. (Superestrellas como Richard Dawkins y no puede hacerse, entonces la causa no es justa.

Steven Pinker son “demasiado grandes para ser cancelados”; las campañas contra ellos pretenden ser una advertencia para Y cuando una organización que se proclama científica dislos demás). torsiona los hechos científicos al servicio de una causa social, socava no sólo su propia credibilidad, sino la de la ciencia en general. ¿Cómo se puede esperar que el público confíe en las declaraciones de la clase médica sobre otros temas controvertidos, como las vacunas –temas en los que el consenso médico tiene razón–, cuando ha tergiversado tan visible y descaradamente los hechos sobre algo tan simple como el sexo? *** Se podría responder a esto observando que la medicina no es, estrictamente hablando, una ciencia: es más bien un campo aplicado que combina la ciencia biológica con nociones psicológicas y sociales de rigor muy variable. Y es por este último lado por donde ha entrado la política y se ha antepuesto a la verdad.

Así que es justo preguntarse: ¿Hay algún ejemplo de politización similar que corrompa la física, la química o la biología?

En tiempos de Galileo, la física y la astronomía eran temas de disputa político-teológica; pero en los dos últimos siglos, ha sido principalmente la biología la que ha estado en la línea de fuego. Durante mucho tiempo, los conservadores religiosos se resistieron a aceptar el hecho de que las especies biológicas, incluida la humana, han evolucionado con el tiempo, y mucho menos a aceptar la explicación de Darwin de esa evolución mediante la selección natural y sexual. Esas opiniones contrarias a la evolución siguen siendo fuertes en Estados Unidos, así como en algunas partes del mundo musulmán, y la presión

La bióloga de Harvard Carole Hooven, una profesora muy elogiada (pero no titular) en el departamento de Biología Evolutiva Humana y autora de un aclamado libro sobre la testosterona, se metió en un buen lío cuando se atrevió a decir en la televisión nacional que: “Los hechos son que hay... dos sexos... masculino y femenino, y esos sexos se designan por los tipos de gametos que producimos...”

Aunque subrayó que: “...podemos tratar a las personas con respeto y respetar sus identidades de género y utilizar sus pronombres preferidos, por lo que comprender los hechos sobre biología no nos impide tratar a las personas con respeto...”

Esto no impidió que la directora del Grupo de Trabajo sobre Diversidad, Inclusión y Pertenencia de su departamento, una estudiante de posgrado, arremetiera (en Twitter, por supuesto) contra las declaraciones de Hooven calificándolas de “transfóbicas y perjudiciales”, y añadiera que: “Este peligroso lenguaje perpetúa un sistema de discriminación contra las personas no-cis [transgénero] dentro del sistema de medicina. Se opone directamente a la labor de nuestro Grupo de Trabajo, cuyo objetivo es crear un espacio seguro para los académicos de TODAS las identidades de género y sexos”.

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En resumidas cuentas, los administradores de Harvard no defendieron la reputación de Hooven, ni siquiera su libertad académica, y 18 meses después Hooven dimitió.

Un destino similar corrió el investigador postdoctoral de la Universidad Estatal de Pensilvania Colin Wright, que se atrevió a escribir un artículo en el que sostenía que las diferencias estadísticas observadas en el comportamiento humano en función del sexo probablemente se basan, al menos en parte, en la evolución, y que –al parecer, lo que es aún más sorprendente– existen dos sexos, masculino y femenino, y más del 99,98% de todos los seres humanos pertenecen inequívocamente a uno u otro. Para empeorar las cosas, Wright fue más tarde coautor de un ensayo titulado No One Is Born in ‘The Wrong Body’ [Nadie nace en ‘el cuerpo equivocado’]. En él relata la historia de su “experiencia vivida”: “En octubre de 2019, tras la publicación de ese segundo artículo, recibí la noticia de que alguien había publicado un nuevo anuncio en EcoEvoJobs, la mayor bolsa de trabajo en mi campo, que decía: «Colin Wright es un transfóbico que apoya la Ciencia de la Raza». Fue en plena temporada de contratación académica. Al final, el operador del portal lo retiró.

Pero no se sabía cuánto tiempo llevaba colgado ni cuántos de mis colegas lo habían visto. ... En aquel momento, los comités de búsqueda estaban examinando casi un centenar de solicitudes de empleo.

Cerré mi Twitter y decidí, una vez más, pasar desapercibido.

Pero, por supuesto, me caí del vagón. Si buscas características comunes entre quienes somos objetivo de cancelaciones [censura], no es el dinero ni los privilegios. Más bien, muchos de nosotros simplemente somos incapaces de murmurar eslóganes que sabemos que no son ciertos. Con el tiempo, nos exasperamos con la propaganda deshonesta que se disfraza de justicia social, y denunciamos. Es un hábito arraigado en el impulso de decir la verdad y denunciar que, no hace mucho, aplaudían los progresistas.

Rompí mi silencio en Twitter el Día de San Valentín de 2020, cuando el Wall Street Journal publicó un ensayo del que fui coautor junto con la Dra. Emma Hilton, bióloga del desarrollo, titulado The Dangerous Denial of Sex [La peligrosa negación del sexo]. Aunque limitado por el formato de artículo de opinión, la Dra. Hilton y yo pudimos esbozar brevemente la ciencia del sexo biológico y detallar cómo su negación perju-

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El sexo no se asigna, sino que se observa al nacer

dica a grupos vulnerables, incluidas las mujeres, los gays, las lesbianas y, especialmente, los niños no conformes con el género. Incluso más que otros artículos de mi autoría, éste desató una oleada de odio en Internet, quizá porque habíamos pinchado la preciada idea de que la ideología de género salva a los niños en lugar de dañarlos. Varios profesores de Penn State denunciaron públicamente el ensayo por transfóbico. Estudiantes y profesores se quejaron al comité de diversidad de mi departamento de que yo había lanzado «un ataque personal contra las personas con identidad de género no binaria» y que mi presencia en la PSU «les hacía sentirse menos cómodos»”.

Los activistas (posiblemente un grupo muy pequeño pero ruidoso) se volvieron ahora más explícitos en sus intentos de intimidar a cualquier universidad lo bastante temeraria como para ofrecer trabajo a Wright. Dos meses después: “Decidí dejar el mundo académico. En honor a Penn State, no me despidieron. De hecho, tuve la oportunidad de prorrogar mi contrato de becario un año más.

Sin embargo, ya no creía que, por mucho trabajo o talento que pusiera de mi parte, fuera a conseguir un puesto académico fijo en la situación actual. Tampoco quería dedicar mi tiempo a responder constantemente a falsas acusaciones de transfobia y racismo.

Me había embarcado en este viaje porque amo la ciencia y quería ayudar a vencer a las fuerzas de la pseudociencia en la esfera pública. Pero ese proyecto es imposible cuando los propios científicos se han visto intimidados por pequeños grupos de activistas que exigen que el método científico se subordine al pensamiento mágico, y que pretenden arruinar la

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vida de quienes disienten. Si usted sigue mis pasos, puede esperar recibir un trato similar”.

Pero, como Hooven y Wright se esfuerzan en subrayar, el daño derivado de esta politización de la investigación científica no es sólo –ni siquiera principalmente– la injusticia manifiesta cometida contra investigadores como ellos. Al inducir a los investigadores a la autocensura como una cuestión de preservación personal y profesional, la “cultura de la cancelación” socava la libertad de debate, que es la piedra angular de las pretensiones de conocimiento de la comunidad científica. Como señaló John Stuart Mill hace siglo y medio, poniendo como ejemplo la mecánica newtoniana: “Las creencias en las que tenemos más garantías no tienen ninguna salvaguardia en la que apoyarse, sino una invitación permanente a todo el mundo para que demuestre que carecen de fundamento. Si el desafío no es aceptado, o es aceptado y el intento fracasa, estamos todavía bastante lejos de la certeza; pero hemos hecho lo mejor que el estado existente de la razón humana admite... Ésta es la cantidad de certeza alcanzable por un ser falible, y ésta la única manera de alcanzarla”.

Cuando se coarta esa libertad de debate, incluso las ideas verdaderas dejan de estar racionalmente justificadas. *** En las ciencias físicas, en contraste con las biológicas, los principales ataques a la libertad de investigación han venido de los políticos de derechas que atacan la ciencia climática y medioambiental e intentan desfinanciarlas. Esta amenaza parece haber retrocedido un poco en los últimos años, ya que los políticos conservadores se han retirado en su mayoría de cuestionar el calentamiento global antropogénico y se han centrado en cambio en el supuesto coste excesivo de la transición a una economía sin carbono. Pero podría resurgir si Donald Trump gana las próximas elecciones estadounidenses.

También hay cierta presión sobre las ciencias físicas y las matemáticas por parte de la “izquierda woke”, pero en la actualidad se trata principalmente, no del contenido de la investigación, sino de vagos llamamientos a la “descolonización” de los planes de estudio y a “descentrar la blancura y el cisheteropatriarcado” en la pedagogía.

Está bastante claro qué puede significar la “descolonización” en la historia y la literatura, pero no lo está tanto en las ciencias naturales y las matemáticas, que pretenden producir –y, en mi opinión, a menudo producen– conocimientos universalmente

válidos. Algunos defensores de la “descolonización” adoptan la posición radical de que el conocimiento científico y matemático no es de hecho universalmente válido. Por ejemplo: “Las formas típicas de racismo y cisheteronormatividad se refuerzan insidiosamente a través de construcciones ideológicas de CTIM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas] como neutrales. Dicha neutralidad está en función de la objetividad y la despolitización como valores epistemológicos de la ciencia...”3 En Nueva Zelanda, esta idea posmodernista se ha convertido en política oficial. El plan de estudios nacional establece explícitamente “la igualdad de estatus para el mātauranga Māori [conocimiento maorí]”, afirmando que tiene “el mismo valor que otros cuerpos de conocimiento”, presumiblemente incluyendo la ciencia moderna. De hecho, se revisó el plan de estudios de química para incluir el concepto mauri –el “principio vital, la fuerza vital, la esencia vital” y “la fuerza vinculante entre lo físico y lo espiritual”– que, según se enseña a los estudiantes, “está presente en toda la materia”. Como comentó perspicazmente un químico… “¿Quién descubrió esta fuerza de unión entre lo físico y lo espiritual? ¿Y qué pruebas hubo para su descubrimiento? Si esta fuerza vinculante es real, todo el mundo debe conocerla. Tiene que estar en los programas de química de todos los países, no sólo en Nueva Zelanda”.

¿Qué dicen las asociaciones médicas sobre el “sexo asignado al nacer”?

(Ahora parece que la inclusión del mauri en el plan de estudios de química se retiró discretamente tras las protestas de los científicos).

Otros defensores de la “descolonización” aceptan la universalidad del conocimiento científico, pero se limitan a pedir que se preste más atención, en la enseñanza, a los orígenes no occidentales de gran parte de las matemáticas y las ciencias. Es una sugerencia sensata: por ejemplo, todo matemático sabe que el concepto de cero como número surgió en la India en el siglo V de nuestra era, y que el álgebra (al-jabr) fue desarrollada por eruditos islámicos a partir del año 800 de nuestra era, antes de ser elaborada en la Europa del Renacimiento; los estudiantes también merecen saberlo. Pero la enseñanza de las ciencias y las matemáticas debe centrarse en nuestra materia (en la que

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los profesores podemos afirmar con razón que somos expertos), no en su historia (en la que la mayoría de nosotros somos aficionados). Los estudiantes que quieran dedicarse a la historia de la ciencia deberían aprender de historiadores de la ciencia profesionales: aprender “a pensar como historiadores y a criticar teorías como la descolonialidad en lugar de aceptarlas simplemente como un hecho”, en palabras de un crítico.

Un último aspecto de la “descolonización” es la propuesta de renombrar las contribuciones de científicos cuyo comportamiento se considera ahora moralmente deficiente, o cuyas ideas extracientíficas se consideran ahora ofensivas: Isaac Newton (supuestamente beneficiado por el colonialismo), Fritz Haber (desarrolló armas químicas) y William Shockley (racismo y eugenesia), entre muchos otros. Los inconvenientes de estas “anulaciones en nombre de la pureza moral”, que en épocas anteriores afectaron a Marie Curie (relación con un hombre casado) y Alan Turing (homosexual), se explican elocuentemente en un reciente artículo de la química Anna Krylov titulado The peril of politicizing science [El peligro de politizar la ciencia]. ¿Qué hay de descentrar la blancura y el cisheteropatriarcado en la enseñanza? Un artículo sobre el “desmantelamiento de la blancura” en la enseñanza de la física se publicó recientemente en la revista Physical Review Physics Education Research (PRPER): se trata de la sección de la prestigiosa Physical Review dedicada a la “investigación experimental y teórica relacionada con la enseñanza y el aprendizaje de la física y la astronomía”. No voy a entrar en los detalles del artículo4. Más interesante es lo que ocurrió cuando cuatro físicos aceptaron la invitación de los editores a contribuir con “críticas constructivas y respetuosas del artículo en forma de Comentarios”. El editor de PRPER rechazó el comentario de los cuatro autores5 por estar “formulados desde la perspectiva de un paradigma de investi-

Notas 1. Alice Sullivan ha tenido la amabilidad de llamar mi atención sobre los datos que muestran la proporción de sexos al nacer, en varios países, desde 1950 hasta 2021. En varios países, sobre todo de Asia y Asia Central, ha habido, desde mediados de la década de 1980, una enorme preponderancia de los niños sobre las niñas, alcanzando una proporción máxima de 118:100 en China en 2005 (ahora ha disminuido a 112:100). La causa obvia de esta disparidad es la preferencia cultural por los niños, combinada con la disponibilidad del aborto selectivo

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gación diferente del de la investigación criticada”. Como señalaron los autores de forma seca pero precisa: “Esto equivale a afirmar que un astrónomo debe aceptar primero que la astrología es cierta antes de criticarla. Tales nociones deberían ser, como mínimo, desalentadoras para cualquiera que considere que las prácticas educativas merecen una investigación empírica”. *** Entonces, ¿han invadido los ideólogos de la Justicia Social Crítica las facultades de ciencias con su revolución cultural? ¿Nos enviarán pronto a los científicos cisheteropatriarcales a palear estiércol con los campesinos?

No, claro que no. Las hordas bárbaras no asaltan nuestros laboratorios, al menos por ahora. Pero, aunque las fantasías distópicas apocalípticas son injustificadas, sí hay motivos serios de preocupación por la tendencia a la politización de la ciencia, sobre todo en las ciencias biológicas y la medicina. Por ejemplo, las directrices recientemente promulgadas en la prestigiosa revista Nature arrogan a los editores el derecho a “rechazar la publicación (o retractarse tras la publicación)” de cualquier artículo, no porque sea científicamente defectuoso o sin importancia, sino simplemente porque a juicio de los editores: “... menoscaba –o podría percibirse razonablemente que menoscaba– los derechos y la dignidad de un individuo o grupo humano sobre la base de agrupaciones humanas socialmente construidas o socialmente relevantes”.

Ese lenguaje vago y subjetivo es una puerta abierta a la censura ideológica de contribuciones científicas válidas, y no es alarmista temer que esa censura aumente en el futuro ■

en función del sexo. Y esto último es posible precisamente porque el sexo se determina en la concepción y es observable en el útero, mucho antes de que se pueda “asignar” al nacer. (De hecho, los fetos abortados, que nunca llegan a nacer, también tienen un sexo: en algunos países, preferentemente femenino).

2. Por supuesto, los efectos del sexo en el organismo son increíblemente sutiles –como casi todo en biología– y esto ha engendrado todo tipo de confusiones, incluso enre biólogos bienintencionados. Pero la complejidad de los efectos del sexo no cambia el hecho de que el concepto básico de

sexo es fácil de entender; de hecho, todos los seres humanos de más de 7 años lo entienden incontrovertiblemente, excepto quizá los de algunos departamentos universitarios.

3. En el artículo The decolonisation of mathematics, cuyos autores son John Armstrong e India Jackman, se pueden encontrar numerosas citas similares.

4. Véase aquí una crítica ponderada y equilibrada: Small, A. “Whiteness in Physics? The Latest Front in the Woke Wars”.

News Week, 11/04/2022.

5. Aunque puede leerse aquí: https://arxiv.org/pdf/2303.09434v1

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capitalismo

Stakeholder capitalism Carne sintética, coches eléctricos y misiles no biodegradables

por Genís Plana

E

l «debemos prepararnos para el cambio climático» está siendo sustituido por el «debemos prepararnos para la guerra». ¿Y si en el fondo viviéramos en una operación psicológica permanente cuyo propósito fuese generar un entorno favorable para determinados sectores económicos?

A inicios de la pandemia de la covid-19, Klaus Schwab, presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial que se reúne anualmente en Davos, escribió un breve opúsculo titulado ¿Qué tipo de capitalismo queremos?. Aunque revestido de fraseología biensonante, el texto no rehúye la cuestión que plantea: “yo me inclinaría por el «stakeholder capitalism» […] En este modelo las empresas son administradoras de la sociedad, y representa la respuesta más acertada a los desafíos sociales y ambientales de nuestros días”1.

El sintagma conceptual «stakeholder capitalism», que suele asociarse a la idea de «reiniciar el capitalismo», representa un capitalismo que logra integrar las partes que lo posibilitan: desde los seres humanos al ecosistema natural. Así pues, los intereses empresariales se alinean con los intereses sociales y ambientales, y ello permite desarrollar estrategias de negocio a largo plazo. La gobernanza queda en manos de las grandes empresas, las cuales actúan en pos de fines lucrativos que responderían, asimismo, a intereses sociales y ambientales. ¿Es este tipo de capitalismo al que se refiere Schwab una mera especulación o, por el contrario, resulta ser el principio rector de una agenda que las élites económicas ya están implementando? Si fuera ese segundo caso, preguntémonos: ¿De qué modo las empresas, a decir de Schwab, “administran la sociedad” y ofrecen la “respuesta más acertada a nuestros desafíos”? ¿Y qué papel desempeñan las instituciones políticas y los espacios mediáticos creadores de opinión?

Basta con solapar las aspiraciones lucrativas empresariales con supuestas necesidades humanas o ecológicas, de manera que unas y otras se presenten como si estuvieran inextricablemente unidas y, por consiguiente, se confundan entre sí. Y ese es el cometido de la maquinaria política y mediática promotora de narrativas ideacionales macroestructurales. Podemos denominar «terminales oficiales del consenso» a una serie de organismos e instituciones gubernamentales y supranacionales, asociaciones, institutos y organizaciones, universidades y centros de investigación, medios de comunicación y agencias de verificación de noticias… que predisponen un «consenso social» al respecto de los “desafíos sociales y ambientales”, según la expresión de Schwab, que autorizan que “las empresas sean administradoras de la sociedad”.

Ya habrá otra ocasión para tratar el caso de, por ejemplo, las vacunas contra la covid-19. Porque en este artículo nos limitaremos a examinar el modo en que el relato alarmista del cambio climático –promovido por la oficialidad del poder político, y difundido por los medios de comunicación– contribuye a superar el punto muerto en el que se encuentran determinados sectores económicos y, por consiguiente, a crear las condiciones para estimular nuevos mercados.

Ahora bien, debe quedar claro cuanto antes que el propósito del artículo no es discutir «la verdad (científica) del cambio a climático», sino descubrir «las verdades (sociales, políticas, económicas…) que genera la narrativa del cambio climático».

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De lo que se trata es de explicitar la conexión entre, por un lado, la narrativa oficial y mediática de la crisis climática y, por otro lado, el surgimiento de novedosos espacios lucrativos.

Que de la narrativa del cambio climático se propician suculentos negocios no constituye prueba alguna de la mentira del cambio climático (¡sería imposible negar que el clima cambia!, pues los procesos atmosféricos forman parte de un sistema dinámico y no estático), ni viene a considerar el grado de incidencia de las actividades antrópicas en las alteraciones, y la velocidad en que éstas se producen, de los patrones climáticos.

La acción humana contribuye a la emisión de gases que atrapan la radiación térmica solar entre la superficie terrestre y la atmósfera (efecto invernadero), como también contribuye a ello el vapor de agua que se forma sobre las masas oceánicas, el dióxido de carbono emanado de las erupciones volcánicas, y el metano generado por la descomposición de la materia orgánica. Pero escapa a la indagación que motiva este artículo sopesar si la implicación de los humanos en el calentamiento global debe o no eclipsar la influencia que sobre éste pudieran tener, por citar otro factor, los ciclos de radiación solar.

Una vez más se insiste en que este artículo no se pronuncia al respecto de «la verdad del cambio climático», sea para corroborarlo o para cuestionarlo. No es el cometido de estas líneas respaldar o desmentir la labor de organizaciones intergubernamentales como el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático)2. Pues la única lección que se puede sacar de cuanto aquí hay escrito es que debemos renunciar a la ingenuidad analítica para así poder advertir cuán prosaico es el ecologismo promocionado por las instancias de poder. Expresado de forma esquemática, el planteamiento que vertebra el artículo es el siguiente: El tratamiento político del cambio climático, en consonancia con su construcción mediática, pretende: 1) detectar y dinamizar oportunidades de negocio mediante la creación de nuevos mercados, 2) reaccionar ante la competitividad industrial y tecnológica de países de reciente desarrollo exitoso, y 3) aplicar medidas impositivas que permitan transferencias económicas hacia las rentas altas. Tras lo cual, 4) se hará notar que, cuando todo apuntaba a que la «transición ecológica» sería el eje fundamental de la agenda política para las próximas décadas, ese papel lo puede acabar asumiendo el impulso público a la industria militar.

Gates y Musk creando mercados Beyond Meat dice ser la “empresa líder” de carnes de origen no cárnico3. Empezó a ofrecer sus productos en 2019 en Estados Unidos. Desde entonces, Beyond Meat nunca ha obtenido ganancias durante todo un año. Se trata de una empresa

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Elon Musk presenta un modelo Tesla

que opera con pérdidas, lo que sugiere que se concibe como una inversión a largo plazo por parte de sus accionistas. Y entre esos accionistas se encuentra Bill Gates y la Fundación Bill y Melinda Gates. De hecho, además de Beyond Meat, Gates apoya financieramente a otras empresas emergentes de carne cultivada en laboratorio, como son Impossible, Upside Foods y Neutral Foods. ¿Por qué motivo? En 2021, Bill Gates publicó un libro cuyo título es Cómo evitar un desastre climático. En la Introducción del libro, Gates afirma: “Cuando se me presenta un problema, siempre busco remedio en la tecnología”4. El problema, parece claro, es el “desastre climático”, mientras que el “remedio” lo aportan las empresas biotecnológicas en las que invierte dinero. Entrevistado sobre el libro, Gates ofrece la solución alimenticia al cambio climático: “Creo que todos los países ricos deberían pasar a la carne 100% sintética”. ¿Son honestas las razones ecologistas que aduce Bill Gates al momento de promocionar nuevos patrones alimenticios? A estas alturas ya sabemos de la existencia de «multimillonarios filántropos» que se sirven de sus fortunas para favorecer determinados proyectos de ingeniería sociocultural, los cuales son debidamente revestidos de una retahíla de buenas intenciones.

Así, por ejemplo, la Open Society de George Soros apoya “la libertad de expresión, la transparencia, un gobierno responsable y sociedades que promueven la justicia y la igualdad”. Por su parte, Bill & Melinda Gates Foundation “lucha contra la pobreza, las enfermedades y la desigualdad en todo el mundo”.

Pero no es a través de nobles principios que deben ser consideradas las organizaciones no gubernamentales, sino a partir del sentido que tienen los programas e iniciativas que sufragan y/o implementan.

Como sabemos, Bill Gates tiene un especial interés en que dejemos de consumir carne (de origen animal). No es algo

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menor que invierta millones de dólares en ese objetivo. Aunque a veces el dinero por sí mismo no es suficiente, y necesita apoyarse en la ley: con el propósito de modificar nuestros patrones de consumo, Gates ha propuesto “introducir legislación para que la demanda cambie”. A su criterio, la ley debería desincentivar o penalizar económicamente el consumo de carne. Pero no prohibirlo. Es decir, prohibirlo sí, pero no para todos.

De lo que se trata es de gravar impositivamente la venta de carne de tal manera que sólo unos pocos, los multimillonarios como él, pudieran consumirla. Porque si no… ¿Qué ocurriría con las apetencias gastronómicas del propio Gates? “Las hamburguesas con queso son mi comida favorita”, afirma en su blog personal. Una confesión que exige disculpa: “Pero desearía que no lo fueran, dado el impacto que tienen en el medio ambiente”.

Bill Gates presenta la carne sintética

A nivel empresarial, la narrativa del cambio climático está orientada a generar nuevos modelos de negocio: la comida sintética en lugar de productos cárnicos y el vehículo propulsado por energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles, son algunos de los nichos de mercado con mayor potencial. Así que, después de referirnos a la «comida sintética» a partir de la figura de Bill Gates, comentemos ahora el caso del «automóvil eléctrico» sirviéndonos de Elon Musk. Tesla es la marca más icónica de los coches impulsados por energía renovable. Y Musk es su director general y principal propietario.

Tengamos en cuenta, para empezar, que Tesla se presenta como una esperanza con la que contribuir a la reducción de emisiones de efecto invernadero. La importancia de ese cometido bien justifica sus dos sedes, una en Austin (Texas) y la otra en Palo Alto (California). También podemos añadir que sus principales fábricas en Estados Unidos se encuentran en cuatro estados diferentes, que son, además de Texas y California,

Nevada y Nueva York. Pero lo que explica los constantes vuelos en avión privado de Elon Musk no son sus desplazamientos a la cadena de montaje, sino su ir y venir entre las sedes de Austin y Palo Alto.

El caso es que Musk es propietario de dos aeronaves personales, con las que sólo en 2023 realizó 441 vuelos. Son pocos, si los comparamos con los 739 de 2022. De media cada uno de esos vuelos supone unas 2h. 30m. de desplazamiento. Y eso consume algo más de 5.000 litros de carburante y emite unas 17 toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. ¿Y bien, qué nos dice esta información? Pues que durante 2023 los jets privados de Musk estuvieron emitiendo aproximadamente 107 toneladas de CO2 cada semana, mientras que, según estima el Banco Mundial, un español (tal vez con coche de gasolina, pero sin jet privado) genera unas 4,3 toneladas de CO2 cada año.

Aunque podríamos perdonar este pecado si supiéramos que los excesos contaminantes de Elon Musk son compensados por la magna contribución que realiza su empresa automovilística a la supervivencia del planeta. ¿O no es así? Para averiguarlo, preguntémonos cómo de limpio y sustentable, a diferencia de nuestros coches convencionales propulsados por combustibles fósiles, es un vehículo eléctrico.

La fabricación de un vehículo eléctrico presenta una huella de carbono superior al vehículo a combustión. Esto se debe al proceso de producción, y en particular al litio que requiere la batería del vehículo. Este mineral exige la construcción de minas y refinerías que generan un considerable impacto medioambiental. Teniendo en cuenta, además, que los yacimientos de litio se encuentran en áreas muy limitadas, debemos agregar la contaminación asociada al transporte de los materiales hacia los centros productivos. Aunque el uso de combustibles fósiles se oculta en una cadena de producción más larga, lo cierto es que, antes de que el vehículo eléctrico se ponga a circular, ha generado mayor contaminación que un vehículo propulsado por gasolina o diésel.

No les importa el cambio climático, sino el negocio del cambio climático Es a partir de un momento determinado de su uso, cerca de la mitad de su vida útil (en ausencia de siniestros o averías graves), que el vehículo eléctrico empieza a dar un saldo positivo con respecto al convencional: el coche eléctrico tiene que recorrer 70.000 kilómetros para neutralizar su huella de carbono.

Hasta que no se alcanza ese umbral el vehículo eléctrico habrá sido más contaminante, pero habrá conseguido externalizar la contaminación hacia los países en los que se extrae y procesan

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los minerales necesarios para su fabricación. Y no debemos descuidar que, en los países por donde circulan los autos eléctricos, se debe aumentar la capacidad de producción eléctrica, y en ello también hay implicado el uso de combustibles fósiles.

Conduciendo a través de la política comercial Dicho lo anterior, regresemos a Elon Musk, quien en unas declaraciones realizadas hace escasos meses ha minimizado la importancia del cambio climático: “La impresión es que esta-

grandes genios, y tenemos que protegerlo”; y entonces comparó a Elon Musk con Thomas Edison, y añadió: “[A Musk] le gustan los cohetes. Y, por cierto, también se le dan bien los cohetes”. No obstante, la relación entre ambos enseguida se truncó.

Según Trump, porque Musk le imploraba aún más ayudas económicas “para todos sus muchos proyectos subsidiados, ya sean coches eléctricos que no funcionan bien, autos sin conductor que se estrellan o cohetes que van a ninguna parte, que sin subsidios no valdrían nada”. Y sigue: “podría haberle dicho

Musk abandona a Biden y regresa con Trump

mos exagerando, al menos a corto plazo, en esta cuestión”, por lo que, sobre el calentamiento global, “no debemos preocuparnos demasiado”. Así pues, podríamos pensar que Musk tiene otras tantas prioridades a las que dedicarse, porque, además de vender los coches de Tesla, debe asegurarse de que X Corp. (anteriormente Twitter) no pierda usuarios, o que los cohetes de SpaceX no exploten al despegar. Pero seamos serios: ¿Cómo se explica el cambio de posición de Musk con respecto al cambio climático?

Una vez más, las respuestas parecen hallarse después de seguir el rastro del dinero. Desde la presidencia de Obama (Democratic Party) y durante la presidencia de Trump (Republican Party), la fortuna de Musk se construyó gracias a miles de millones en subsidios y concesiones procedentes de los gobiernos federal y estatal. Son más de dos décadas en las que las empresas de Musk (Tesla Motors, SpaceX y SolarCity) han recibido miles de millones de dólares en préstamos, contratos, créditos fiscales y subsidios gubernamentales.

Musk mantuvo muy buena sintonía con Trump, y en 2020 el presidente afirmaba del empresario que es “uno de nuestros

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«arrodíllate y suplica», y él lo habría hecho...”.

Molesto por esas declaraciones, Musk respondió que “es hora de que Trump cuelgue el sombrero y navegue hacia el ocaso”. Y entonces se cambió de partido político y pasó a apoyar al otro candidato presidencial, un Joe Biden que, en la medida que se mostraba decidido a combatir el cambio climático, podía otorgarle más subvenciones al coche eléctrico. Al margen de la confiabilidad del proceso electoral, sabemos que fue Biden quien en 2021 se llevó el premio de ocupar la Casa Blanca. Ante lo cual, Musk se mostró “totalmente entusiasmado con el cambio radical en Washington”. Y agregó: “Creo que esto es genial. Me siento muy optimista sobre el futuro de la energía sostenible con la nueva administración […] el viento está a nuestro favor para resolver la crisis climática”.

Ahora, sin embargo, Musk se ha reconciliado con Trump. Y ello no se debe a que éste haya experimentado una conversión y se haya unido a la científica cofradía de la emergencia climática. Trump sigue siendo ese hombre despreciable considerado «negacionista» por parte de los medios de comunicación.

Entonces, si hasta hace muy poco Musk estaba concienciado

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de la importancia de la crisis climática, ¿por qué se ha reunido recientemente con Trump como parte de un grupo de posibles donantes de su campaña de reelección presidencial?

No entenderíamos nada si no comprendiésemos que, para quienes constantemente nos hablan de cambio climático, lo importante no es el cambio climático, sino el negocio que se construye sobre la premisa del cambio climático. Aquello que hace el cambio climático es generar una demanda de consumo, sea la alimentación sintética o, en este caso, los vehículos con batería. El problema no es, por tanto, la crisis climática o el clima cambiante, sino que es otro: el problema es que el consumo de coches eléctricos ya no está monopolizado por Tesla, la empresa de Elon Musk. Veamos…

En 2011, durante una entrevista en Bloomberg TV, le preguntaron a Musk si la automovilística china BYD, por entonces aún incipiente, sería un rival para Tesla. Entre carcajadas Musk respondió con un rotundo «no», para luego menospreciar irónicamente su primer modelo: “¿Has visto su coche?”. Este 2024 (13 años después de las risas de Musk) se inició con la noticia de que BYD ha superado a Tesla como el fabricante que más coches eléctricos e híbridos vende en el mundo. BYD no sólo ha consolidado su tendencia ascendente, sino que además incrementa su ventaja en lo alto del podio: puesto que el ritmo anual de crecimiento de BYD (72%) es bastante superior al de Tesla (38%), debemos pensar que en un futuro inmediato el sector del coche eléctrico será plenamente chino.

Aunque el mercado estadounidense de coches eléctricos sigue siendo prácticamente coto vedado, y Tesla, de igual manera, sigue dominando el mercado europeo, lo cierto es que los modelos de BYD, más económicos que los de su competidor estadounidense, ya han irrumpido en Occidente. Ahora nos encontramos con que BYD pretende imponerse en el mercado europeo, mientras ambiciona los Estados Unidos de América. Ante lo cual, Elon Musk está preocupado: “Las empresas chinas del automóvil son las empresas del automóvil más competitivas del mundo. […] Si no se establecen barreras comerciales, arrasarán con la mayoría de las demás empresas del mundo”, afirmó en una conferencia ante inversores. ¡Eso es! Musk necesita barreras arancelarias para impedir que los coches chinos se vendan más que los suyos. Y eso es lo que le acerca, nuevamente, a Trump. Aunque tanto senadores demócratas como republicanos se han pronunciado a favor de aumentar los aranceles de importación de vehículos eléctricos chinos, parece que el «aislacionismo» de Trump ofrece más garantías que el «globalismo» de Biden. Porque el candidato a la nominación republicana, Donald Trump, que suele referirse a la necesidad de restricciones comerciales procedentes de

China, ya ha señalado que aumentará los aranceles en el caso de ser elegido presidente.

Así pues, los intereses de Musk se alejan de las políticas de Biden y se acercan a las políticas de Trump: Hay que desentenderse de «la caza del oso ruso», pues la trampa puesta en Ucrania parece no haber tenido efecto, y centrar todos los esfuerzos en una «guerra comercial contra China» que impida importar bienes de consumo que sean más competitivos que los estadounidenses.

Todo aquello a lo que renunciamos es algo menos que contaminamos Por lo que respecta a un frente, Trump ha afirmado que pondría fin a la guerra de Ucrania en 24 horas mediante un acuerdo entre las partes, mientras que Musk ha criticado el envío de armas a Kiev, y se ha mostrado partidario de negociar el fin de la guerra (tanto el uno como el otro han sido calificados de «prorruso» por parte de las terminales mediáticas del consenso). En lo relativo al otro frente, ambos consideran necesario «proteger» la industria estadounidense (sobre territorio nacional, por supuesto, pero también forzando a los países aliados o vasallos a que apliquen medidas para que el made in USA no sea reemplazado por el made in China).

Macron y Von der Leyen, los vampiros de Europa

La Unión Europea se disfraza de verde La Unión Europea ya excluyó de su espacio comercial a las grandes tecnológicas chinas al impedir que Huawei y ZTE desplegasen sus redes de 5G, y lo hizo después de que estas empresas fueran vetadas en Estados Unidos. En ese entonces,

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Bruselas argumentó la decisión apelando a “un riesgo para la seguridad”. Para la seguridad del oligopolio occidental, por supuesto. De manera que, aunque Huawei lidere la tecnología 5G, las directrices de la Unión Europea han obligado a que sean las operadoras escandinavas Nokia y Ericsson las empresas que, en condiciones de exclusividad, suministren esa tecnología.

Nos acabamos de referir a la «Transición digital» relacionada con la red 5G, que de consuno con la «Transición ecológica» son las dos principales apuestas con las que la Unión Europea pretende generar un nuevo régimen de acumulación de capital que permita dinamizar las corporaciones occidentales. El propósito es que la Unión Europea direccione, a través de sus correspondientes subdivisiones político-administrativas, importantes flujos económicos hacia un ámbito en el que se encuentre excluida la estructura productiva china. El sector digital y de las telecomunicaciones («Transición digital») y el sector energético y de las infraestructuras («Transición ecológica») deben impulsar un nuevo ciclo económico que permita zafarse de la competencia de las empresas asiáticas.

Sin embargo, China está dando muestras de poder combinar la cantidad de una «economía de escala» con la calidad de una «economía innovadora» capaz de acomodarse a las nuevas exigencias de un mercado europeo que pretende ser digitalmente puntero y energéticamente sostenible. En otras palabras: Occidente modifica las reglas del juego y, a pesar de ello, China sigue ganando la partida.

Las respuestas se encuentran después de seguir el rastro del dinero

En lo que refiere a la «Transición ecológica», el Pacto Verde Europeo (The European Green Deal), aprobado en 2020 por la Comisión Europea presidida por Von der Leyen, pretende canalizar miles de millones de euros a inversiones y reformas que favorezcan los objetivos climáticos. Combatir el cambio climático significa que para 2030 debiera cumplirse el objetivo de reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero (en comparación con los niveles de 1990), y eso legitima encauzar el gasto público hacia lo que de forma endulzada se llama inversión verde, inversión sostenible o eco-inversión. ¿Quién no quisiera invertir en un futuro ecológico fundamentado en la sostenibilidad energética de una economía sostenible?

Y un aspecto medular en todas esas miríficas intenciones es el relativo al vehículo eléctrico. Promover la descarbonización es promover el coche eléctrico. Para lo cual debemos deshacer-

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nos de nuestro actual vehículo, y comprar uno nuevo. No debe pasar desapercibido que a partir de 2020 las exportaciones chinas de vehículos convencionales aceleraron significativamente su velocidad. Tal vez por esa razón es que ese mismo año las instituciones europeas aprobaron el Pacto Verde Europeo, apresurándose por segmentar en dos los mercados mundiales: siendo la Unión Europea un mercado acotado por las directrices verdes, éstas actuarían como barrera de entrada a los fabricantes chinos. En ese contexto, Tesla resulta la gran contribución estadounidense a ese proyecto estratégico que, en torno a la narrativa del cambio climático, la Unión Europea ha llamado «Transición ecológica».

Aunque pudiera ser demasiado tarde… Porque la «industria verde» china “tiene efectos negativos en Estados Unidos”. Así lo ha expresado Janet Yellen, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, al afirmar su preocupación por el exceso de la capacidad industrial china en materia de energías limpias y tecnologías verdes: “Estamos viendo un aumento de inversión empresarial en una serie de sectores nuevos […]. Eso incluye vehículos eléctricos, baterías de iones de litio y energía solar”. Es decir, sólo Estados Unidos, y en todo caso la Unión Europea, pueden «producir verde». Los demás países pueden ser un poquito verdes, pero no demasiado. El problema para Yellen es que “China es ahora simplemente demasiado grande [con lo que] la viabilidad de las empresas estadounidenses y extranjeras se pone en duda”.

Es obvio que Estados Unidos teme la competencia comercial china en una Europa que, formando parte de su área de influencia, debería actuar como un mercado cautivo para uno de sus productos estrella: Tesla. De hecho, en los principales puertos europeos de mercancías ya se acumulan vehículos eléctricos de fabricantes chinos que no cuentan con suficientes redes de distribución para ser transferidos a puntos de venta. Por lo que quizá llegue demasiado tarde la prohibición de vender coches de combustión fósil a partir de 2035. En ese caso, la forma de excluir a los fabricantes chinos (impedir la entrada de sus coches eléctricos) sería apelar a la «seguridad», como ya se hizo con Huawei y las demás empresas tecnológicas de la información y las comunicaciones.

Aunque responde a un interés comercial la disposición de frenar la importación de vehículos chinos por medio de barreras arancelarias, lo cierto es que al medio natural no le iría mal minimizar la cantidad de grandes buques cargados de contenedores que cruzan el océano. Al transporte marítimo de mercancías se le permite contaminar miles de veces más que a los automóviles: la Organización Marítima Internacional sitúa un máximo de 35.000 ppm, frente a los 10 ppm permitidos en la Unión Europea en los carburantes para el transporte por carre-

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Guy Lane, predicador de Vita.

tera. Se calcula que sólo 15 de los barcos más grandes del mundo pueden emitir tanta contaminación como los 760 millones de automóviles del mundo.

Además de expulsar enormes toneladas de CO2, azufre, óxidos de nitrógeno, cenizas y metales pesados a la atmósfera, los barcos dedicados al transporte marítimo contaminan los océanos por vertidos realizados directa o indirectamente al agua.

Con lo que cualquier posición verdaderamente ecologista debería ser consecuente con la consigna del «comercio de proximidad»; y no sólo en lo relativo a frutas y verduras: sería necesario recortar las cadenas de suministro de aquellos productos que recorren miles de kilómetros entre el proceso productivo y el consumidor final, y eso exige proteger la industria nacional o reindustrializar áreas que fueron afectadas por la deslocalización.

No obstante, no hay ninguna finalidad medioambientalista en unas decisiones políticas que se sitúan sobre lógicas comerciales y, por ende, económicas5. Téngase en cuenta, por ejemplo, la propuesta elaborada por la Comisión Europea (aún pendiente de aprobarse) que contempla supuestos muy amplios por los cuales considerar que un vehículo ya no puede repararse, estableciendo así la obligación de desguazarlo. El propósito velado de esta normativa sería acelerar la obsolescencia de los vehículos de combustión fósil e inducir a los propietarios a comprar un vehículo nuevo que, a partir de 2035, ya sólo podrá ser plenamente eléctrico: a partir de esa fecha no se podrán vender vehículos diésel, gasolina e híbridos en la Unión Europea.

Contaminar, ese lujo de los ricos…

No olvidemos que la mayoría de los coches eléctricos son de

media 10.000 euros más caros que su equivalente de gasolina.

Y a ello debemos sumarle que, bajo el principio de «quien contamina paga», cabe esperar que en este 2024 se volverá a pagar por circular en autovías y autopistas: “Bruselas nos impone, nos exige, poner peajes”, afirmó el director general de la Dirección General de Tráfico. Además, según la Ley de Movilidad Sostenible aprobada en febrero de este mismo año, se contempla la posibilidad de que los ayuntamientos españoles, como ya ocurre en otros países de Europa, establezcan un peaje específico para acceder a las áreas urbanas consideradas como zonas de bajas emisiones.

Así vistas las cosas, la materialización del derecho (Art. 19 de la Constitución) a “circular por el territorio nacional” se encontrará cada vez más restringido a las rentas altas. Y es entre las rentas altas y muy altas que, precisamente, se encuentran los altos empleados, gerentes, directores y accionistas de aquellas empresas energéticas y de infraestructuras que están beneficiándose de las milmillonarias inversiones realizadas, a razón de la «Transición ecológica», por las instituciones públicas.

Unas instituciones públicas que dicen sufragar los gastos de prevención y control de la contaminación mediante el ya mencionado principio de «quien contamina paga» (ya introducido en la normativa europea por medio de la Directiva 2004/35/CE).

Según este principio de responsabilidad medioambiental, puedes contaminar tanto como tu bolsillo te lo permita. De inmediato será la circulación y el combustible, y en un futuro próximo, aunque se vistan de color verde o se denominen sostenibles o ecológicos, se impondrán impuestos a los residuos domésticos, a la calefacción, a los alimentos precocinados… A menos que uno esté dispuesto a morir de inanición, actualmente no hay un grado cero de emisiones de CO2. Por lo que la transición ecológica se convertirá en una nueva modalidad de fiscalidad indirecta especialmente gravosa para los segmentos populares.

Aunque formalmente los impuestos derivados de la «Transición ecológica» son impuestos proporcionales (tasa impositiva uniforme, pues no considera los ingresos de los contribuyentes), en la práctica generan un efecto regresivo en su repercusión sobre la distribución de la renta. Partiendo de que el impuesto no desincentiva las actividades susceptibles de ser gravadas (la electricidad, el agua, la alimentación o incluso el transporte no son plenamente prescindibles o sustituibles), su impacto económico es proporcionalmente mayor sobre el poder adquisitivo de las rentas bajas. Con lo que resulta necesario preguntarse si acaso la agenda ecológica promovida por las instituciones políticas no actúa como un mecanismo ideológicamente sofisticado de transferencia económica de las clases populares hacia las rentas altas.

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Todo cuanto ha sido expuesto nos lleva a sopesar, a partir de un triple propósito, la funcionalidad de la narrativa ecologista: después de 1) señalar algunos de los negocios que pueden ser incubados, se ha mencionado que 2), a un nivel externo, pretende impedir la competencia de las economías desarrolladas no occidentales, y 3), a nivel interno, pretende que las mayorías sociales asuman una pérdida de su capacidad de consumo.

Veámoslo con más detalle…

Putin es el Mal. Manifestación en Londres

A un nivel externo, relativo a un plano geoeconómico, el ecologismo legitima la introducción de una legislación sobre condiciones de producción y comercialización que obstaculiza la presencia de competidores sobrevenidos. Sin embargo, la República Popular China se ha adaptado velozmente a los requerimientos ecológicos impuestos por la legislación occidental, por lo que, presumiblemente, Occidente deberá impedir la competencia china mediante prohibiciones ad hoc como las que ya decretó para clausurar el mercado de la infraestructura de las telecomunicaciones.

Asimismo, la narrativa ecologista pareciera operar en un nivel interno, dirigido a la ciudadanía occidental. En este otro plano, el propósito sería acondicionar la mentalidad colectiva de modo que la propia población asuma como imprescindible, ecológicamente necesario, el deterioro de su calidad de vida.

Los medios de comunicación empiezan por colorear los mapas del tiempo meteorológico con un rojo tan llameante que al verlo nos sintamos adentrándonos a un mundo incandescente, y luego acaban publicando informes en los que se nos dice

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que “la renta media se reducirá un 18% en España en 2050 por el cambio climático”6.

Así pues, nos acercamos a un tiempo histórico en el que a nuestros políticos no podremos exigirles que reviertan el progresivo empobrecimiento de la sociedad, porque la pobreza no es asunto de políticas públicas en materia económica o laboral. Tampoco la salud pública será, con la coartada del cambio climático, un asunto sometido a decisiones políticas. Ya nos están avisando que “el cambio climático amenaza la salud de los trabajadores: el 71% están expuestos a graves riesgos por sus efectos”7. Así lo dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo de Naciones Unidas.

Si algo deben temer los trabajadores no son los salarios insuficientes, las jornadas extenuantes o la accidentalidad en el puesto de trabajo, sino, principalmente, el cambio climático.

En España en 2023 fallecieron 721 empleados por accidente laboral. Se trata de una siniestralidad que, según Comisiones Obreras, puede ser mitigada con una correcta prevención de riesgos laborales. Sin embargo, nuestra actual Ministra de Salud se hizo eco del citado informe de la OIT para expresar que “las políticas verdes son justicia social para los trabajadores y trabajadoras”.

Cualquiera que sea la composición de los voceros de nuestras clases dominantes, éstos se encogerán de hombros ante eventuales protestas: «Así lo han querido los Dioses» será, a partir de ahora, «se debe al cambio climático». Y si no queremos que el clima cambie aún más (lo que significa empobrecernos más y más, exponernos a graves riesgos para la salud… enfermar o morir), lo que se debe hacer, además de seguir separando la basura de plástico del cartón, es, por encima de todo, pagar religiosamente las tasas verdes y los impuestos ecológicos que se nos vienen.

Semblanzas de una teología new age El «ecologismo al servicio de los ricos» (ese ecologismo gestionado por las élites económicas en connivencia con los tecnócratas en que se han convertido quienes actúan como líderes políticos) podría no ya restablecer sino intensificar hasta niveles nunca conocidos una forma de control de la población que, según Michel Foucault, resultaba característica del cristianismo medieval: el «poder pastoral». Porque, a través de las CBDC o Central Bank Digital Currency (las monedas digitales de los bancos centrales con las que se pretende reemplazar el dinero físico8), la autoridad política podría limitar el acceso a nuestros recursos monetarios en función de la «huella de carbono» que nos haya sido asignada.

Desde el momento en que dependamos exclusivamente de las transacciones digitales para realizar pagos económicos, se

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nos podría asignar una «cuota de contaminación» que no podamos sobrepasar. El suministro de dinero digital, el único disponible, estaría limitado en aras de un principio moral superior, en este caso la descarbonización de la vida (es decir, una vida menos contaminante). Y en eso consiste el «poder pastoral», en gobernar la vida cotidiana de la sociedad por medio del control a discreción sobre las actividades que realizan los individuos. Tanto ayer como mañana, el poder actuaría socialmente a partir de una pauta individualizadora. A saber…

Antes las personas se confesaban ante el cura o el pastor, quién le prescribía a cada cual una u otra penitencia. A través del sigilo sacramental como técnica de individualización, solamente ese cura o pastor conocía los pecados de las personas y, en función de su comportamiento, les imponía unas determinadas prácticas penitenciales, como la oración, el ayuno o la limosna. Actualmente, los algoritmos podrían predecir la contaminación media generada por cada individuo en función de sus recursos económicos y estilo de vida registrados. Es como si el cura o el pastor se adelantase al pecado y le asignase a cada cual, de manera diferencial y discrecional, una determinada capacidad para contaminar (o lo que es lo mismo, para pecar consumiendo bienes y servicios).

Tanto los confesores de antaño como los algoritmos de un futuro próximo lo saben todo de nosotros. Pero lo más importante es que ambos representan lo justo, lo imparcial, lo preciso… en el caso de los primeros por ser consejeros espirituales, y en el de los segundos por ser cálculos impersonales. Por ello, no es posible rechistar ante la penitencia que el confesor le impone al confesado, ni oponerse a la cuota de consumo, en forma de «huella de carbono», que los algoritmos le asignarán al ciudadano. Y, de la misma manera que el pecado podía ser objeto de perdón o remisión mediante el sistema de indulgencias, cabe suponer que se podría acceder a una huella de carbono mayor, ampliando así la capacidad de consumir, mediante previo pago.

En cualquier caso, sólo Dios perdona los pecados, y la cantidad de dinero disponible que nos sea programada (la «cuota de contaminación» o «huella de carbono») lo será en función de un criterio ecológico convertido en teológico. Todo sostenible, resiliente, inclusivo y con mucha diversidad. Amén. Bienvenidos a la posmodernidad, donde invocamos energías cósmicas y escuchamos a la Pachamama, mientras nuestra vida está regulada por desalmadas técnicas de procesamiento de datos.

De hecho, ¿no ha sido uno de los papeles fundamentales de la religión legitimar las estructuras de poder (político, económico, etc.) características de una sociedad?

Siglos atrás, el cristianismo, al afirmar que nuestro reino no forma parte de este mundo material, ofrecía un consuelo ante

la muerte, y hacía más llevaderas las penurias de la vida. De igual modo, en la actualidad no debemos subestimar la idoneidad del ecologismo religioso para propiciar una aceptación, en cierta forma reconfortante, del empobrecimiento acelerado de las mayorías sociales. Todo aquello a lo que renunciamos es algo menos que contaminamos. Empezamos por no comer ciertos alimentos ni viajar a ciertos lugares, y acabaremos restringiendo nuestras duchas o pasando el invierno sin estufa ni calefacción.

Inmersos en este espíritu de época, la religión podría entenderse bien con esa ciencia que pontifica al respecto del cambio climático. Porque, cuando la ciencia reduce los fenómenos multicausales a unicausales y niega la posibilidad de contrastar diferentes hipótesis, entonces se convierte en un dogma, es decir, en una religión. En ese caso, la apelación a la ciencia es otra de las tantas expresiones de religiosidad laica características de las sociedades posmodernas. Precisamente el término new age (nueva era) se emplea desde la década de los setenta para dar cuenta de las nuevas creencias espirituales o religiosas que empiezan a surgir en el mundo occidental. A partir de entonces aparecen gurús del mindfulness, iniciados en los eneagramas de la personalidad, coaches de la asertividad, o profetas del apocalipsis climático.

Occidente modifica las reglas del juego, pero China sigue ganando la partida

Y, de entre estos últimos, tenemos a Guy Lane, un científico australiano que ha dedicado los últimos veinte años de su carrera a concienciar sobre el impacto de la crisis climática.

Ahora Lane realiza ese proselitismo en forma de fe religiosa: “Todas las religiones creen en la existencia de un ser superior.

Para nosotros, es la Tierra”. En efecto, Lane ha ideado una nueva religión llamada «Vita», y la ha presentado en la última Cumbre del Clima (COP28), celebrada en diciembre de 2023: “No tengo una biblia, pero sí un manifiesto de unas doce páginas con todos los preceptos espirituales. Todo lo demás, son estudios científicos”.

Se necesita de mucha empatía hacia al planeta. Y si la forma de lograrla es mediante una religión, pues no debiera escandalizarnos que un científico como Lane fuese invitado a la Cumbre del Clima para “alzar la voz sobre esta nueva religión enfocada a salvar el planeta”. Según afirma Lane, el objetivo de su religión es un “cambio de actitud en millones de personas”, porque “necesitamos entrar en una nueva «era verde», donde los humanos y todos los otros seres vivos del planeta podamos

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Space X, la empresa (muy contaminante) aeroespacial de Musk

vivir en armonía durante miles y miles de años”. Por tanto, el esoterismo new age nos promete la plenitud de la parusía… cuando renunciemos a comer carne y nos compremos coches eléctricos (siempre que no estén fabricados en China).

Mercadotecnia del miedo: asustar para vender Mientras no llega esa «era verde» profetizada, atentos estén los varones, porque si el clima sigue cambiando quizá se les modifique su órgano sexual: según afirma el titular de la noticia, “una científica advierte de que el cambio climático puede encoger el tamaño del pene”9. Así que, sin que nuestro «sexo sentido» se haya alterado lo más mínimo, ¿podría llegar a cambiar nuestro «sexo real»? Si ese fuese el caso, ¡aún seríamos más vulnerables al cambio climático!… porque, como nos dice Greenpeace: “[E]l cambio climático exacerba las desigualdades preexistentes que se encuentran en la sociedad, como la vivienda y la atención médica, entre muchas otras, lo que lleva a que las personas trans y queer se vean afectadas desproporcionadamente durante los desastres climáticos y por los efectos más amplios del colapso climático en la sociedad”10.

No sabemos si el cambio climático detesta los penes grandes, o es que sencillamente prefiere los cuerpos andróginos para que sus efectos nocivos sobre “la vivienda y la atención médica” sean en mayor medida devastadores. Hay más: ¿Al cambio climático le disgusta la cobertura universal de nuestro sistema de salud pública? Algo así parece sugerir la prensa: “Los gases de anestesia también incrementan el cambio climático”11. Así que para mitigar el cambio climático quizá sea preferible renunciar a una operación quirúrgica… ¿Te duele el lumbar a causa de una hernia? No te operes. Más debería dolerte saber que los gases anestésicos se acumulan en la atmósfera.

No se negará que los medios de comunicación de masas ejercen un poderoso condicionamiento colectivo sobre la población.

En Occidente, esos medios de comunicación plantean el mismo relato sobre los aspectos que son considerados medulares. Se estimulan las discrepancias, en efecto, pero éstas lo son al res-

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pecto de asuntos irrelevantes para la maquinaria sistémica.

Porque sobre las cuestiones de fondo, el consenso es absoluto. De ahí que los mismos enfoques y planteamientos se reproduzcan, a veces de forma idéntica, en los grandes medios12.

Por esa razón, incluso medios conservadores como Fox News publican este tipo de titulares: “Las parejas LGBT corren mayor riesgo por el cambio climático”13. Similar fue el titular usado por el think tank progresista American Progress: “Cómo la injusticia ambiental y climática afecta a la comunidad LGBTQI+”14. Existe un «paquete ideológico» que no admite discrepancia: el peligro del cambio climático, la promoción moral del LGBTismo y, en no pocos casos, la necesidad de inmigrantes. De hecho, en estos párrafos se citan titulares referidos a la crisis climática que proceden de medios de la «derecha» española como son El Mundo, ABC y La Razón, los cuales, sobre este asunto, no difieren ni un ápice de lo que dice la «izquierda» de El País, Público o El Diario.

Al respecto del cambio climático no existen las fake news que, según la «autoridad política», contaminan los medios alternativos.

Y si no existen esas noticias falsas es porque todo cuanto se publica sobre este asunto se encuentra avalado por numerosos estudios científicos e informes universitarios. Ocurre que en el caso de diseccionar esos estudios es posible descubrir (¡oh, sorpresa!) absolutos embustes financiados por instituciones con conflictos de intereses15. Es el caso de un estudio publicado en la revista científica Environmental Research Letters que dio lugar a multitud de noticias con el siguiente titular: “Más del 99,9% de los estudios coinciden: los humanos, culpables del cambio climático”16.

Dicho lo anterior, conviene recordar algo... Toda estrategia comunicativa debe apelar a las emociones, y la primera emoción que pretende suscitar una mercadotecnia que pretenda ser exitosa es el miedo: mediante la creación de una sensación de preocupación o de amenaza, el potencial consumidor de un producto o de una idea es en mayor medida propenso a aceptar la solución que se le ofrece. Y en esa fase nos encontramos: los medios nos inducen miedo para influir sobre las respuestas preventivas, pues el miedo nos predispone a tomar decisiones o realizar actos que nos deberían proteger ante el peligro. Un peligro que, además, procede de nosotros mismos: la ciencia dice que somos culpables. “¿Te quita el sueño el miedo al cambio climático?”, nos preguntan17. Y si el clima cambiante no te impide dormir, ten por sabido que lo hará: “Ecoansiedad, el estrés mental que cada vez tendrá más gente”, afirma otro titular18. Tal vez antes de que termine el año la prensa publicará que el cambio climático incrementa el número de granos que a los adolescentes les sale en la cara, o que las almorranas son causadas por la inminente subida del nivel del mar. Exagerar la realidad, usar datos o estadísticas sesgadas, apelar a expertos o autoridades, repetir los mensajes,

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crear un sentido de urgencia… Son los recursos de la «mercadotecnia del miedo».

Para la construcción alarmista del cambio climático, ya hace diecisiete años nos encontrábamos con que el científico Carlos Duarte aseveraba que “veremos el Ártico sin hielo en 2020”19, y doce años atrás la prensa recogía las palabras del experto Peter Wadhams: “Este colapso, en el que el Ártico quedará libre de hielo durante los meses de agosto y septiembre, ocurrirá en 2015-16”20. Puesto que estas predicciones no se han cumplido, pareciera ser que ahora se opta por vaticinios cuya realización sea algo más imprecisa: “el océano Ártico estará libre de hielo en verano entre 2030 y 2050”21.

Pero si el Ártico queda muy lejos, debes saber lo siguiente: “Adiós a España tal y como la conocemos: así quedará nuestro país en solo unos años por el aumento del nivel del mar”, dice el titular de una noticia que afirma lo siguiente: “Ciudades costeras de toda la Península o de las islas podrían desaparecer por completo ante un cambio climático y calentamiento global «irreversible» e «imparable» se gún expertos” 22 . Y seguimos: “Más del 80% de la costa del Mediterráneo, amenazada por el aumento del nivel del mar: «La actividad humana peligra»”23.

No hay escapatoria. Aunque nos fuéramos a vivir al monte para así alejarnos del mar, debemos saber lo que nos dice este otro titular: “El cambio climático está resquebrajando las montañas”24. Pero el uso excesivo de la «mercadotecnia del miedo» puede resultar contraproducente. Y eso está ocurriendo con los monstruos que, según el discurso dominante, se encontrarían entre nosotros: al neofascismo, al heteropatriarcado y a la crisis climática se le acumulan los escépticos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte el clima cambiante ya no es la principal de las monstruosidades ante las cuales debemos protegernos.

Ahora hay otro monstruo, Vladimir Putin, del cual nosotros,

como occidentales, debemos asustarnos.

De la economía verde a la economía de guerra Antes de que el ejército estadounidense se retirase de Afganistán, una organización de divulgación científica publicó un artículo con el siguiente titular: “El cambio climático complica las perspectivas futuras de paz en Afganistán”25. Trasladando esa matriz lógica a la actualidad, hay una pregunta que podríamos formular: ¿A causa del cambio climático es que no hay perspectivas de que Kiev y Moscú firmen un tratado de paz? Pero mejor será que olvidemos el interrogante, pues ya no es necesario recurrir a la baza del cambio climático… Tenemos un nuevo enemigo declarado.

A este respecto, resulta ilustrativa la noticia principal recogida recientemente en la portada de uno de los periódicos de mayor tirada26: “La UE dará prioridad a la defensa y suavizará su política medioambiental”.

Y esa noticia, se acompañaba de este otro titular: “El Consejo de Europa ultima una hoja de ruta marcada por el retorno de los conflictos bélicos”.

Parece ser que, habiendo perdido la ventaja competitiva en la producción de aerogeneradores, placas solares y vehículos eléctricos, la Unión Europea plantea un nuevo sector en el que concentrar las inversiones públicas: la industria militar.

Así como la crisis climática ha venido justificando el flujo económico hacia las grandes empresas del sector energéticos y de las infraestructuras, la intención de Putin de anexionarse media Europa (o Europa entera) justificaría dejar atrás la «economía verde» y dirigirse a una «economía de guerra». Y esto no son meras especulaciones, sino declaraciones ya efectuadas por líderes políticos como el presidente de la República Francesa (Emmanuel Macron) o el Comisario Europeo de Mercado Interior (Thierry Breton), quienes solicitan la necesidad de avanzar hacia esa “economía de guerra” que, sin embargo,

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no se intuye demasiado respetuosa con el medio ambiente.

No es de esperar, en efecto, que la guerra contra Rusia se realizase con misiles biodegradables, armas químicas no testadas en animales, aviones de combate propulsados por baterías eléctricas o raciones de comida veganas. Ni tampoco que los cadáveres sean usados como compostaje para obtener abono orgánico, pese a que ello fuese el sueño húmedo de Die Grünen (y de las demás filiales de Los Verdes que con distinto nombre se están implantando por Europa occidental). De hecho, la guerra contra Rusia ya se lleva a cabo, y la escalada del conflicto no hará de éste una conflagración ecológicamente sostenible.

Por el contrario, agitar esa guerra (ampliada) contra Rusia sí les permitiría a las autoridades políticas decretar un «estado de excepción» por medio del cual congelar los depósitos bancarios, confiscar bienes a la ciudadanía y, por lo general, incautar cualquier activo que se considerase pertinente para alimentar

Los medios ejercen un poderoso condicionamiento sobre la población

una «economía de guerra» que afirman necesaria aun cuando se adivina deseada. Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, afirmó que “debemos estar preparados para la defensa y pasar a un modo de economía de guerra”. Y otra de las medidas contempladas por esa «economía de guerra» es el racionamiento de los recursos. Por lo que, al final, pudiera ser que ya no sea a causa de la crisis ecológica, sino de la amenaza rusa, que dejemos de comer carne o que no podamos llenar con gasolina el depósito de nuestros coches.

Ya sabemos, por medio de la prensa, que uno de los factores que contribuye a la crisis climática es la anestesia, pero gracias a que en el mundo hay guerras es que pudimos inventar la anestesia epidural. Y esto no es un retruécano innecesario o veleidoso, sino algo que se infiere de lo afirmado por la ministra de Defensa del Gobierno de España, Margarita Robles, durante la sesión del Congreso del 24 de abril. Ante la pregunta de un diputado de si el aumento de gasto militar responde a las necesidades ciudadanas, la ministra respondió: “¿Usted sabe, por ejemplo, que la epidural es un producto militar, que se inventó precisamente por los militares? Invertir en defensa es invertir en humanidad, es invertir en luchar contra la inclemencia del tiempo cuando hay inundaciones, cuando hay incendios”.

La cuadratura del círculo se logra al expresar la siguiente idea: A causa de la amenaza bélica se incrementa el gasto público de un ministerio que, además de comprar armas para

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la guerra, contribuye a la innovación médica y ayuda a mitigar desastres medioambientales. Así, la maquinaria discursiva de la política institucional consigue direccionar en un mismo sentido aspectos tan difíciles de asociar como son, primero, destinar dinero a armamento, segundo, cuidar la salud, y tercero, paliar los efectos del cambio climático. No es de extrañar que apenas un mes antes, la ministra Robles nos advirtiese del enorme peligro que supone Rusia para la Unión Europea (y España en particular): “La amenaza es total y absoluta. […] un misil balístico puede llegar perfectamente desde Rusia a España”.

Para instar a los Estados miembros a que “lleven a cabo las acciones concretas necesarias para luchar y contener esta amenaza antes de que sea demasiado tarde”, en noviembre de 2019 se decretó un estado de «emergencia climática» en la Unión Europea. Eso permitió aprobar, un año más tarde, el Pacto Verde Europeo al que ya nos hemos referido: millones de euros para la «industria verde». Cinco años después, la situación excepcional es la misma, con la diferencia de que la «emergencia climática» está siendo reemplazada por la «amenaza de guerra». Ahora es hacia la «industria militar» que deben orientarse otros tantos millones de euros. Así nos lo explica Ursula von der Leyen: Ante “la amenaza de guerra […] Europa debe gastar más, gastar mejor, gastar europeo”.

No obstante, ¿es cierto que el aumento del gasto público en armamento servirá para alimentar a la industria europea?

Adelantamos ya que son los Estados Unidos de América los que principalmente sacan provecho de los sucesivos «planes de choque» a los que estamos siendo sometidas las poblaciones europeas. Porque, así como detrás de la prohibición de comprar coches a combustión se encontraba la estadounidense Tesla, detrás del aumento del gasto en Defensa de los países de la Unión Europea, se encuentra el «complejo militar-industrial» estadounidense. Para empezar, los países miembros de la UE están dispuestos a “ampliar el marco de financiación con fondos europeos de compras conjuntas de munición y misiles para que incluya material fabricado en países afines como Estados Unidos o Reino Unido”.

Ante esta nueva emergencia, ya no climática sino militar, que afecta a la Unión Europea, Bruselas ha propuesto “inyectar 1.500 millones” de euros a la compra de armamento, y “emitir eurobonos para comprar armas tomando el ejemplo de lo que se hizo durante la pandemia con la adquisición conjunta de vacunas”. Todo ello se sumaría al gasto ya efectuado: “[L]os Estados miembros han gastado alrededor de 100.000 millones de euros en defensa. Y eso está bien. Pero tenemos que fortalecer la base de nuestra industria”, afirma Von der Leyen.

Ocurre que «nuestra industria» ya no es únicamente «nues-

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tra». También en el sector armamentístico se encuentra accionariado estadounidense. Mientras que los tanques Leopard son sucesivamente destruidos en el campo de batalla, la empresa alemana que fabrica su cañón, Rheinmetall, cotiza en la bolsa de valores a máximos históricos, pero sus principales accionistas privados son fondos de inversión y banca de inversión estadounidenses: BlackRock, Bank of America Corporation, Wellington Management Group, The Goldman Sachs Group, Fidelity Investments. También el fondo de inversión estadounidense Vanguard es el segundo mayor accionista de la italiana Leonardo, la empresa armamentística más grande de la Unión Europea. ¿Será por esa razón que grandes fondos de inversión, entre los cuales se encuentra precisamente BlackRock, se estén apartando de la iniciativa Climate Action 100+? Esta iniciativa surgió en 2017 para favorecer las inversiones enfocadas a mitigar o revertir la crisis climática global: se trataba de impulsar una economía basada en menos emisiones de dióxido de carbono.

Pero el contexto ahora es otro. Y estos fondos de inversión dejan de invertir en el clima para invertir en otro negocio, el de la industria armamentística, que, a la vista de la agitación bélica en que vivimos, resulta más rentable. Por ejemplo, la compañía Lockheed Martin, puntera en la fabricación de armas y

Notas 1. World Economic Forum (02/12/2019).

2. Se denominó «climategate» a las filtraciones de supuestas pruebas sobre la “manipulación sistémica” de los “datos climáticos” usados por la “literatura científica” para asentar las bases de la “emergencia climática”. Se puede consultar el documento enviado a la EPA (U.S. Environmental Protection Agency), fundamentado en el climategate, en la dirección web: https://archive.epa.gov/epa/sites/production/files/2016-08/documents/petition_for_reconsideration_southeastern_l egal_foundation.pdf 3. Entre sus principales competidoras se encuentra Morningstar Farms, una marca de la multinacional agroalimentaria Kellanova (antes de 2023 llamada The Kellogg Company o Kellogg’s).

4. Gates, Bill. (2021). Cómo evitar un desastre climático: Las soluciones que ya tenemos y los avances que aún necesitamos.

Ed. Penguin Random House, p.26. A fin

equipos militares, cerró 2023 con un 20,7% más de beneficio que en el año anterior.

De hecho, tanto Lockheed Martin como Raytheon, dos de las gigantescas armamentísticas norteamericanas, planean fabricar sistemas de misiles antitanque en Europa. ¿La compra de ese material militar, fabricado en centros productivos ubicados en la Unión Europea, aunque por empresas estadounidenses, contabilizará como parte de la inversión a la industria militar europea? Quizá eso sea lo de menos. Porque, como nos dice Von der Leyen, lo importante es que “Europa debe esforzarse por desarrollar y fabricar la próxima generación de capacidades operativas para ganar batallas, y garantizar que tenga suficiente cantidad de material y la superioridad tecnológica que podamos necesitar en el futuro”.

Ahora bien, a la señora Von der Leyen podríamos preguntarle… ¿Cuánta es la “cantidad de material” suficiente y cuál es la “superioridad tecnológica” necesaria para ganarle a una «potencia nuclear»? Aunque de momento sea un farol, si seguimos subiendo la apuesta pudiera ser que ese “futuro” al que se refiere Von der Leyen sea tan tórrido como nos lo pintan en los mapas de la previsión del tiempo; pero lo sea de verdad, no a causa del cambio climático, sino por un holocausto nuclear■

de no sobrecargar las notas a pie de página, las próximas citas no serán referenciadas. Se pueden encontrar en Internet (en algunos casos, en la expresión original en inglés).

5. ¿Por qué no se habla del impacto al medio ambiente de la fuga de gas causada por el sabotaje a los gasoductos Nord Stream? Además de la emisión de entre 100.000 y 350.000 toneladas de metano (The Guardian, 28/09/2022), que se considera 85 veces más contaminante que el dióxido de carbono, se deberían considerar los daños causados al ecosistema marino y a la cadena alimentaria. Pero este «chapapote invisible» está subordinado a un fin superior: substituir el gas procedente de Rusia por el gas licuado, más contaminante, que nos vende Estados Unidos y que llega a Europa por medio de buques metaneros.

6. Titular del 17/04/2024 en El Mundo.

7. Titular del 22/04/2024 en 20 Minutos.

8. Consultar la sección «Euro digital» de la

web del Banco Central Europeo.

9. ABC (17/06/2022).

10. Greenpeace (01/06/2023).

11. Titular del 08/04/2015 en La Vanguardia.

12. Algunas de las noticias que citamos se reproducen con práctica exactitud en muchos otros medios del mundo occidental.

13. Fox News (24/04/2024).

14. American Progress (16/06/2022).

15. Sánchez Carrión, J.J. “Los humanos, culpables del cambio climático. ¿Seguro?”. El Viejo Topo, Nº 434 (Marzo, 2024), pp. 18-22.

16. La Vanguardia (19/10/2021).

17. Titular del 16 de mayo de 2022 en la revista Esquire.

18. Público (14/04/2023).

19. Público (20/10/2007).

20. El País (24/09/2012).

21.El HuffPost (06/06/2023).

22. La Razón (04/02/2024).

23. El Español (29/12/2023).

24. El Diario (08/05/2024).

25. National Geographic (04/02/2020).

26. La Vanguardia (12/04/2024).

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Cayo Julio César (100 a.C – 44 a.C)

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Divide y vencerás: geoestrategia por antonomasia por José J. Cuevas Muela

S

i la división del enemigo es el fundamento de la geoestrategia implementada por el bloque anglosajón para dominar el mundo… ¿Cómo han actuado el Reino Unido y los Estados Unidos contra sus enemigos reales o potenciales?

La máxima divide et impera, generalmente atribuida a Cayo Julio César (100 a.C – 44 a.C) ha sido una estrategia militar y política que persiste hasta el día de hoy, teniendo como mayor propagador al Mundo Anglosajón o Angloesfera, representada con la alianza global de inteligencia de los Cinco Ojos (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda).

El fomento de la división para crear puntos de ruptura en el enemigo y debilitarlo, viene contemplado incluso en los principios estratégicos milenarios de Sun Tzu reflejados en “El arte de la guerra” (S. V a.C), cuya aplicación no solo se circunscribe a lo militar, sino a otras muchas disciplinas, como la política o la economía. Todas relacionadas con lo mismo, esto es, la razón política y la estrategia, que servirán de libro de lecciones y orientación, al que le seguirán otros clásicos como “El Príncipe” (1532) de Maquiavelo, “El Gran Memorial” (1624) del Conde Duque de Olivares o “De la Guerra” (1832) de Carl von Clausewitz. La importancia de la unidad, ya sea a nivel territorial o militar, es una constante en todos estos autores, ya que no hay Estado o ejército que tenga como máxima su cercenamiento o división; sí en cambio son técnicas usadas contra el enemigo para generarle una flaqueza que le lleve a su destrucción.

La unidad implica que una fuerza disponga de una capacidad de acción sustentada en la concentración de un plan y programa político. Y el mayor representante de esa unidad, expresada en términos políticos, es el Estado. Cuando hoy hablamos de Estado, se sobreentiende que hablamos del Estado-nación o

nación política, al ser el modelo estatal hegemónico en el mundo desde el S. XVIII. El Estado El núcleo de la sociedad política es, desde coordenadas materialistas, el poder político del Estado –direccionado hacia el buen gobierno– como entidad de organización social, política y económica asentada en un territorio y que, a través de una articulación jurídica, rige el funcionamiento de la sociedad que se encuentra bajo el mismo territorio. El Estado posee los atributos de unidad e identidad y, como tal, tiene tres componentes constitutivos que consideramos esenciales para su estructura e identificación: el territorio, la población y la soberanía política.

El sujeto de la geopolítica es el Estado, y concebimos que éste no es producto de un plebiscito o una serie de documentos jurídicos formales, sino una realidad material histórica y políticamente determinada por medio de la apropiación de territorio, en el que crea, reconoce y determina jurídicamente la propiedad de los medios productivos y las delimitaciones fronterizas; resultado del enfrentamiento con otros Estados o protoestados, que inicialmente se codeterminan a través de la guerra. El Estado es la fuerza que establece el derecho para que, a su vez, éste haga fuerza coercitiva con amparo legítimo (“Lo que es fuerte, es lo que es de derecho” nos diría Azorín1 sobre la razón política en su máxima expresión).

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La geopolítica En definitiva, no hay política nacional sin geopolítica, pues La geopolítica es la herramienta o método de estudio para cuando una política nacional se efectúa sin contemplar el analizar, comprender y explicar las relaciones existentes entre aspecto geopolítico, generalmente suele repercutir negativaun territorio y el poder político, representado por el Estado mente en la nación política desde donde se despliega. Un nación. Una ciencia del Estado que, como tal, tiene unas finamínimo movimiento interno de un Estado debe tener en cuenlidades políticas plasmadas en planes y programas, donde se ta el impacto que puede tener en el exterior y éste, a su vez, en interrelaciona la política interna y la externa. Un sistema de el interior. También hay casos donde la política nacional se interpretación de la realidad política de un Estado que, como desarrolla en función de los intereses de un hegemón al que diría el general colombiano Julio Londoño, “tiene la audacia de está supeditada, por lo que dicha política se encauza sin tan predecir el porvenir”2; permitiéndole con ello adelantarse a los siquiera hacer un previo análisis. Y este sería el caso de España movimientos de otros Estados, dentro de la lógica dialéctica de con respecto al binomio EEUU/OTAN – Unión Europea, que éstos en el marco internacional. determina los vericuetos por los que debe ir nuestra política La geopolítica analiza los efectos del tiempo, la geografía nacional sin importar las repercusiones negativas que pueda humana y física sobre las relaciones conflictivas de los Estados, tener. lo que se traduce en la concatenación de la Historia (tiempo), el Territorio (espacio) y el Estado (poder). Esta metodología de Fomenta la división de los demás y mantén tu unidad estudio abarca el crecimiento, el cambio, la evolución y la dináLa Unión Soviética, la Federación Rusa, Yugoslavia, la Remica de los espacios o dominios (terrestre, marítimo, naval, pública Popular China, Siria, Libia, España o, en general, los cósmico y ciberespacial) pertenecientes a los Estados, como continentes americano, africano o asiático son o han sido objecampos en constante enfrentamiento, a los que siempre están to de proyectos políticos de fragmentación planeados por las sujetos los intereses nacionales. potencias anglosajonas, bien por su intervención directa o a Para la geopolítica –desde sus coordenadas germánicas natatravés de terceros actores actuando como fuerza subsidiaria o les– el Estado es un ser vivo que se mueve; indica el corpus norproxy. Estos últimos pueden ser diversos y siempre están vinmativo al que la sociedad debe atenerse; marca las pautas a culados a naciones políticas de una forma u otra: estatales seguir en política nacional e internacional; contempla (países), no-estatales (ONG, grupos terroristas, emprela ampliación de sus fronteras; e intenta predecir el sas, etc.) o post-estatales (organizaciones internaEl objetivo futuro por medio de la observación del presente cionales que agrupan a varios Estados). en marcha y el estudio histórico del pasado. En La estrategia del divide et impera forma es debilitar al resumen, es una ciencia del Estado por medio parte de la política exterior del mundo anglooponente de la cual se traduce la realidad nacional e insajón, como se comprobó, por ejemplo, en despedazándolo en ternacional para establecer un ortograma 1640 con el apoyo a la sublevación del duque geoestratégico que permita la pervivencia en el de Braganza para diluir la unidad dinástica múltiples trozos tiempo de ese mismo Estado mediante su forentre España y Portugal surgida en 1580, y subortalecimiento, extensión o su defensa. También es la dinar el naciente poder portugués a la política britáforma de influir en el marco internacional evitando, a su nica. También se podría aludir a las llamadas «indepenvez, ser influidos por otros actores de diversa índole. dencias» –realizadas fundamentalmente por las élites criollas Sin embargo, la geopolítica tiene otra parte que no siempre en los diferentes virreinatos y provincias de ultramar– en Hisse explica: la geoestrategia. La geoestrategia es la puesta en panoamérica (1809-1898), que fueron guerras civiles entre espráctica de los planes y programas desplegados para alcanzar pañoles, sufragadas e impulsadas por el imperio británico para unos ciertos objetivos de vital importancia. El impulso de destruir al imperio español, y convertir los territorios del sur procedimientos diplomáticos; política de sanciones; arrebadel continente americano en sus nuevas colonias extractivas tamiento de minerales estratégicos; reconocimiento de terride monocultivo. torios como naciones políticas; acciones militares o consLos nexos culturales que favorecían la unión entre Histrucción de bloques económico-políticos interestatales, forpanoamérica y España quedarían cortados a través de la inoman parte de este subcampo. Es la praxis de un marco teóriculación de un relato negrolegendario sobre la monarquía hisco que da fundamento al análisis geopolítico previamente pánica. Como afirma Marcelo Gullo, “la difusión entre las élites establecido. Se puede verificar el grado de razón de la acción criollas hispanoamericanas de la leyenda negra de la conquispolítica a través de sus resultados. ta española de América constituyó la columna vertebral del

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nase esta, dominaría la Isla Mundial, y quien domine la Isla Mundial dominaría, en conclusión, el mundo entero.

Según la tesis de Mackinder, El Heartland (o Área Pivote) constituye las regiones central y norte de Eurasia, Alemania, los Balcanes y el área del mar Báltico hasta Suecia (la zona más estratégica del mundo y la que más recursos naturales poseía, de ahí que se le llame el Corazón de la Tierra). La Isla Mundial, por su parte, está compuesta por Europa, Asia y África (en conjunto, forman la más amplia extensión de territorio terrestre y demográfico de la Tierra). Que un Estado controle el conjunto del Heartland –el coPlaza Roja de Moscú, Siglo XVII razón de la mayor superficie contiimperialismo cultural anglosajón para derrotar al «imperio hisnental– supondría un importante peligro para la geopolítica panocriollo», ya que sembró en este el germen de la secesión”3. talasocrática británica4.

La leyenda negra se convirtió en un dispositivo operativo exceUnos años antes, en el contexto que media entre las revolulente en la geopolítica secesionista anglosajona contra España ciones rusas de febrero y octubre de 1917, los planes de la que aún hoy sigue funcionando.

Triple Entente eran hacer de Rusia objeto de reparto También el imperio norteamericano nació, colonial entre EEUU, Gran Bretaña, Francia y precisamente, en contraposición con el impeJapón; para lo cual se empezaría por la ocupaMediante rio español a través de la guerra de Cuba proción de puestos estratégicos en Múrmansk y la secesión se trató vocada por el autoatentado del USS Maine Vladivostok, con el subsiguiente avance terride debilitar el en febrero de 1898. Esta política estadounitorial en el este y oeste del país. Dada la situaaparato estatal dense contra el componente iberófono y cación, Iósif Stalin observaría acertadamente tólico en Iberoamérica sigue vigente a través que la Entente “se comportaba en Rusia como soviético de la financiación de movimientos indigenistas, si estuviese «en África central»”5 al describir sus así como en la promoción continental de un protespretensiones coloniales. Si el contrarrevolucionario tantismo evangélico que también es usado para impulsar Ejército Blanco –apoyado por las potencias occidentales– gagobiernos afines a la geopolítica gringa en la región. Es una naba la guerra civil, Rusia se fragmentaría. Por el contrario, la realidad que desconocen, u ocultan, los actuales políticos esrevolución organizada en Rusia contemplaba tanto la conspañoles, sean liberal-conservadores o progresistas, pero, en trucción de un nuevo orden político y económico socialista cualquier caso, de tendencia ideológica anglófila y otanista. como la reafirmación de la soberanía nacional rusa; por lo que Ya el Congreso de Versalles de 1919 (celebrado un año desel georgiano de acero señalaría que: pués de la disolución de los imperios alemán, austrohúngaro y “La victoria de Denikin y de Kolčak significa la pérdida de la otomano), estuvo influido por el geopolítico inglés Halford independencia de Rusia, la transformación de Rusia en una John Mackinder, quien pretendía evitar una posible alianza copiosa fuente de dinero para los capitalistas anglofranceses. euroasiática entre Alemania, Rusia y Japón por medio de la En este sentido el gobierno Denikin-Kolčak es el gobierno más creación de una serie de Estados tapón (Bielorrusia, Ucrania, antipopular y más antinacional. Y en este sentido el gobierno Yugoslavia, Polonia y Transcaucasia) que separasen a Rusia del soviético es el único gobierno popular y nacional en el mejor resto de Europa. La razón de fondo era la siguiente: quien dosignificado del término, porque éste lleva consigo no solaminase el Este de Europa dominaría Heartland, y quien domimente la liberación de los trabajadores del capital, sino tam-

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lo que disolvía la viabilidad de cualquier proyecto separatista7.

La maniobra geopolítica del poder soviético consistió en fragmentar una región a través de múltiples Estados para evitar que un territorio, cuya idiosincrasia venida dada por el Islam, acumulase fuerzas secesionistas. De hecho, durante los años iniciales de la URSS existió el riesgo de que, en múltiples territorios anteriormente pertenecientes al imperio zarista, emergieran separatismos con aspiraciones políticas propias. Y no se puede olvidar que, tanto la Rusia de la Revolución leninista como la URSS que constituyeron los bolcheviques el 30 de diciembre de 1922, estaban asentadas en la plataforma del imperio ruso, que era de carácter multinaLa batalla de Waterloo pintada por Adolf Northern en 1864 cional. bién la liberación de toda Rusia del yugo del imperialismo Ya entonces Rusia era multinacional, a diferencia de las formundial: la transformación de Rusia de colonia a país libre e maciones políticas de Europa Occidental, las cuales habían independiente”6. generado su revolución burguesa y se habían constituido en Siguiendo con la URSS, ésta impulsó entre 1924 y 1936 la Estados-nación homogéneos8. La cuestión nacional en Europa acelerada formación de los cinco países que forman Asia Occidental quedó resuelta, según Lenin, en el periodo históriCentral (Kazajistán, Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán y co que se ubica desde 1789 hasta 1871; por lo que en su destaKirguistán) para frenar una posible unidad política islámica cada obra Derecho de las naciones a la autodeterminación regional del Turquestán. Se trataba de impedir, en su (1914) sentenció que, “terminada esta época, Europa frontera surasiática, el surgimiento de un separaOccidental había cristalizado en un sistema de La leyenda tismo étnico-religioso islamista antisoviético Estados burgueses que, además, eran, como basado en el panturquismo o el panislamismo. norma, Estados unidos en el aspecto nacionegra se convirtió En adelante, las poblaciones de origen turco nal. Por eso, buscar ahora el derecho de autoen un se mantuvieron separadas en sus propios determinación en los programas de los dispositivo operativo Estados (Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán socialistas de Europa Occidental significa no excelente y Uzbekistán), desarticulando así la posibilidad comprender el abecé del marxismo”. de unidad pantúrquica que, a su vez, no sería asuPasados unos años, la secesión o fragmentamida por Tayikistán debido a su origen persa. ción territorial, inicialmente a través de una reesPor cuestiones obvias, los grupos musulmanes que habitatructuración administrativa territorial, siguió siendo una receban la región asiática central soviética quedaron desperdigata con la que el capitalismo occidental trató de alcanzar el dos y separados por las cinco repúblicas centroasiáticas, y objetivo de debilitar el aparato estatal soviético. Un ejemplo de éstas adoptaron el nombre de la etnia mayoritaria en cada una ello se puede seguir a través del caso de Grigori Tokáiev, el de ellas. Sin embargo, hasta 1991 las repúblicas soviéticas eran coronel del Ejército Rojo que se pasó a las filas británicas en entidades formales, pues la regulación fronteriza era práctica1948, una vez que se descubrió su papel como cabecilla de un mente inexistente. Como garantía de seguridad ante cualquier complot militar que se venía tejiendo en esporádicas reuniobrote de secesionismo, la URSS implantó un sistema económines desde julio de 1936. co que tendía a la interdependencia de todas y cada una de las El propósito de Tokáiev y su grupo era aprovechar la coyunrepúblicas socialistas, cuyo corazón dirigente estaba en Moscú, tura bélica de la Segunda Guerra Mundial para derrocar a Sta-

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lin por medio de un golpe de Estado dentro del Partido. Este grupo conspirador afirmaba ser cercano a los planes de la izquierda socialdemócrata (que, desde la perspectiva marxista soviética, era considerada un desviacionismo de derecha) defendidos por uno de los grandes opositores de Stalin en el PCUS, Nikolái Bujarin, cuyo pensamiento se pretendía instrumentalizar para dar fundamento político a la insurgencia militar9. Sin embargo, según pone de manifiesto documental Ludo Martens, sus planes iban más allá: para extinguir todo resquicio de estalinismo, el grupo golpista aspiraba a reorganizar y Captura del rey de Delhi por el capitán británico Hodson descentralizar territorialmente a membrarla”12. Consecuencia de la dialéctica de imperios es la URSS en una «unión libre de pueblos» dividida en diez regioque el objetivo primordial sea debilitar a tu oponente despedanes: “los Estados Unidos del Cáucaso del Norte; la República zándolo en tantos trozos como se requiera.

Democrática Ucraniana, la República Democrática de Moscú, Aquí debemos mencionar la firma del Acuerdo de Belavezha, de Siberia, etc.”10. en la reserva natural bielorrusa de Belavézhskaya Puscha el 8 Este procedimiento acabó resultando exitoso, y a finales de de diciembre de 1991, entre Boris Yeltsin (República Socialista los años ochenta los grupos separatistas encabezaron los proSoviética Federativa de Rusia) y los presidentes Leonid Kravcesos de independencia (como la impulsada en los países bálchuk (República Socialista Soviética de Ucrania) y ticos de 1987 a 1991, nombrada la Revolución CantaStanislav Shushkévich (República Socialista Soviéda) que desmembraron a la URSS. Y de la desinteQuienes generan tica de Bielorrusia), por el que se anulaba el Tragración territorial del imperio soviético no fue tado de Constitución de la URSS de 1922. La ajeno el poder estadounidense. Así lo dela división son fuerte estela geopolítica soviética fue así susmuestra el apoyo de Ronald Reagan al seceentes mucho más tituida por la Comunidad de Estados Indesionismo báltico con su proclamación, el 14 grandes pendientes (CEI), organismo de integración de junio de 1982, del “Baltic Freedom Day”11. y fuertes internacional que reunía a los países postsoDe hecho, los EEUU de América fueron muy viéticos para una difusa cooperación mutua en insistentes en señalar el metafísico derecho de distintos ámbitos. autodeterminación que introdujo Lenin en las consEl Acuerdo de Belavezha, además de determinar la caída tituciones de las diferentes repúblicas que componían la oficial de la Unión Soviética, supuso una gran traición realizaURSS. Aunque Lenin incubó –sin saberlo– el huevo de la serda a espaldas del soberano pueblo soviético, pues el 17 de piente, fue finalmente el vendepatrias de Boris Yeltsin quien marzo de 1991 se realizó un referéndum sobre la conservación más contribuyó a la caída del espacio soviético por medio del de la URSS, bajo el gobierno de Mijaíl Gorbachov, en el que el debilitamiento económico –privatizaciones neoliberales ma76,46% de los ciudadanos votaron afirmativamente por la unifiosas– y político –nacionalismo separatista, independencia…– dad soviética13. Precisamente, los habitantes soviéticos sabían de la República Socialista Soviética Federativa de Rusia. las consecuencias de una desintegración de la plataforma geoHechos en consonancia con aquello que diría el politólogo política socialista, pues aún recordaban las consecuencias del Joan Garcés: “[La] meta de la guerra fría no era solo cambiar el fin del imperio zarista, y cómo, de los conflictos civiles y terrirégimen político-económico de la URSS sino también des-

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toriales que derivaron desde entonces, se perdieron partes formales de Rusia con el Tratado de Brest-Litovsk del 3 de marzo de 1918. En efecto, el Acuerdo de Belavezha resultó ser un punto de ruptura de tal magnitud que de la descomposición del espacio soviético implosionaron conflictos armados (como la Primera Guerra de Chechenia en 1994) protagonizados por movimientos nacionalistas apoyados por el Occidente anglosajón.

El derrumbe de la URSS aconteció a causa de una serie de combinación de errores políticos en varios campos. Además de la Glásnost y la Perestroika, hay que tener en cuenta que, como señaló el politólogo ruso Vardán Ernestóvich Bagdasarián, la “promoción del soberanismo en las distintas repúblicas […] precipitó la desintegración del Estado”14.

La idiosincrasia nacional rusa fue algo que los soviéticos fundieron con la ideología marxista, hasta tal punto simbiótico que tanto los conceptos de Rusia como de la URSS eran sinónimos de referencia identitaria y política. El propio Stalin potenció la idea cristiano-ortodoxa y la idea de Rusia como Madre Patria mediante la gran extensión de la lengua rusa como lengua nacional vehicular del espacio socialista soviético; así como una reconciliación con la historia nacional. De hecho, sin miedo a precipitarnos, puede concebirse el ruso como la lengua del imperio soviético, así como la lengua española lo fue del imperio español.

La bandera mapuche, cada vez más presente en Chile

aspiran a la segmentación de China, llevando todos a sus espaldas la bandera británica o la norteamericana.

Al otro lado del Atlántico se activó, desde el S. XIX, la geopolítica de la leyenda negra, diseñada para convertir Iberoamérica en una serie de colonias extractivas de monocultivo, enfrentadas entre ellas en beneficio de Gran Bretaña primero, y de Estados Unidos después. El resultado fue una serie de Estados separados, inestables y débiles en el centro y sur del continente americano, mientras se conformaba una potencia en el norte, Estados Unidos, que concibe la América hispana como su patio trasero, tal y como se contempla en Es esencial la Doctrina Monroe elaborada en 1823.

Este es el motivo geoestratégico por el que el La trayectoria fragmentaria persiste mantener separatismo no cesa en la región, y actualLa reiterada política de fragmentación anla unidad como valor mente se pretende una segunda balcanizaglosajona ha estado presente en todos los del Estado ción a partir de movimientos indigenistas cocontinentes. En el caso de Oriente Próximo mo el mapuche, representado por la ONG incon el Acuerdo Sykes-Picot de 1916 para divinacional glesa Mapuche International Link (MIL), con dir el Imperio Otomano en colonias; con la divisede en Bristol, y que opera contra la unidad formal y sión dual de Irlanda en 1920 (Irlanda del Norte, persoberana de Chile y Argentina, de acuerdo a los intereses teneciente a Reino Unido, y la República de Irlanda); con la transnacionales de las potencias angloamericanas15. Otro división de la península de Corea en dos (Corea del Norte y tanto podríamos decir del Movimiento de la Nación Camba de Corea del Sur) en 1945; la separación paulatina de la península Liberación, que pretende trocear Bolivia, algo a lo que se del Indostán desde 1947 (India, Pakistán, Bangladesh); la opuso el presidente Evo Morales desde su primera legislatura desintegración de la antigua Yugoslavia, que dio origen al téren 200616; o del golpista separatismo zuliano representado mino «balcanización», disuelta en 1992; el separatismo islapor el partido liberal-conservador Rumbo Propio (RB), fundamista checheno de 1994; la secesión oficial de Kosovo de Serbia do también en 2006, apoyado por EEUU para cercenar una en 2008, pese a ser una provincia serbia desde el siglo XII, como parte de la Venezuela presidida por Hugo Chávez17, y que consecuencia derivada de los bombardeos de la OTAN en 1999; tenía como modelo la mutilación estadounidense de Panamá y los actuales apoyos occidentales a los movimientos indepencomo parte formal de la nación política de Colombia en 1903, dentistas del Tíbet, Hong Kong y el Turquestán Oriental, que

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en beneficio de la burguesía criollo-panameña y la Compañía del Ferrocarril para construir el transoceánico Canal de Panamá.

Cabe mencionar, en este tumulto divisorio, a los separatismos regionales españoles –que en ocasiones han actuado mediante organizaciones terroristas–, como el vasco, el canario o el catalán, que siempre han gozado de ciertas conexiones con Gran Bretaña, EEUU e Israel. Y la posibilidad de que este último país reconozca la independencia de Cataluña –algo de lo que se ha hablado recientemente– pone de manifiesto que los movimientos nacionales fraccionarios “sólo pueden salir adelante cuando cuentan con ayuda de terceras potencias que unilateralmente puedan estar interesadas en el éxito de la secesión”; y así lo indica la nutrición continua de estos nacionalismos separatistas “por las potencias capitalistas” que buscan el cumplimiento de una serie de objetivos geopolíticos que nada tienen que ver con “los más vivos impulsos democráticos de un pueblo en busca de su libertad”18, como generalmente se presentan en los medios de comunicación occidentales.

Pensar en términos geopolíticos nacionales Este aspecto lo remarcó muy bien Pedro Baños, geopolítico del pueblo español, cuando escribió que… “Si no puedes acabar con todos tus enemigos a la vez, tendrás que hacerlo de uno en uno. Para eso, nada mejor que dividirlos. Un principio universal aplicable a cualquier orden de la vida y, por supuesto, de máxima utilidad geopolítica”19. Lo que significa que quienes generan la división son entes mucho más grandes y fuertes, y lo hacen frente a una nación política que, o bien puede ser igual de fuerte, o se teme a que llegue a serlo; o es un medio para debilitar la retaguardia de una gran potencia, o es una forma de dominio sobre una región de interés.

Estas son algunas de las tantas razones por las que el separatismo en las naciones políticas consolidadas tan solo ha servido como herramienta de las grandes potencias anglosajonas contra sus rivales geopolíticos que, al mismo tiempo, suelen presentar una ideología alternativa a la dominante en el mundo occidental. Y ejemplos los hemos tenido, los tenemos y los seguiremos teniendo siempre que haya un país o conjunto de países que presenten una nueva forma de concebir y articular las relaciones económicas, respetando a efectos reales la soberanía nacional de las naciones políticas, tal y como están haciendo los países BRICS+. Para ello, como los bloques o los conjuntos, es esencial mantener la unidad como valor incuestionable del Estado nacional, conformado política e históricamente. La metafísica autodeterminista, los sentimientos identitarios y las naciones in illo tempore que supuestamente hay

en las naciones políticas consolidadas, se las dejamos a quienes contemplan al mundo como una arcadia sin conflictos.

Ante todo, coherencia geopolítica ■

Notas 1. Azorín. El político. Ed. Fondo de Cultura Económica, 1998, pág.

24.

2. Londoño, Julio. Los fundamentos de la geopolítica. Ed. Imprenta y publicaciones de las Fuerzas Militares, Bogotá, 1978, pág. 8.

3. Gullo, Marcelo. Madre patria. Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas hasta el separatismo catalán.

Espasa, 2021, págs. 52-53.

4. Tanto el Imperio ruso como la URSS dominaron buena parte las áreas señaladas por el geopolítico inglés y ninguna de esas sociedades políticas dominaron el mundo, por lo que la teoría de Mackinder se demostró –hasta la fecha– inexacta. No obstante, persiste el interés de las fuerzas anglo-occidentales en dicha zona, como así lo muestran las ubicaciones geográficas de los conflictos que hubo y aún existen.

5. Losurdo, Domenico. Stalin. Historia y crítica de una leyenda negra. El Viejo Topo, 2008, pág. 60.

6. Ibíd, pág. 61.

7. Villar Barroso, Óscar Julián. La geopolítica de la Posguerra Fría en Asia Central. Ed. Ciencias Sociales, 2018, págs.65-67.

8. Con la excepción de Noruega, que fue colonia sueca hasta 1905 (Tratado de Karlstad), e Irlanda, colonia británica hasta 1921 (Tratado Anglo-Irlandés).

9. Martens, Ludo. Otra mirada sobre Stalin. Templando El Acero, 2017, pág.232.

10. Ibíd, págs.258-260.

11. Charvin, Robert. Rusofobia. ¿Hacia una nueva guerra fría? El Viejo Topo, 2016, pág.157.

12. Garcés, Joan E. Soberanos e intervenidos. Estrategias globales, americanos y españoles. Siglo XXI Editores, 2012, pág.440.

13. Elespiadigital. “30 años de un referéndum traicionado: Mijaíl Gorbachov tacha ahora de “violación de la voluntad del pueblo” la disolución de la URSS”. Geoestrategia. 18/03/2021.

14. Citado en Bravo, José Ramón. Filosofía del Imperio y la Nación del siglo XXI, Pentalfa, 2022, pág.336.

15. Solís Rada, A. “Pugna de modelos civilizatorios: indigenismo o Estados continente”. Rebelion, 10/11/2012.

16. Solís Rada, A. “Separatismo e indigenismo”. Rebelion.

01/08/2010.

17. Steinsleger, J. “Venezuela y el separatismo zuliano”. Rebelion.

12/04/2007.

18. Bueno, Gustavo. España frente a Europa, Pentalfa, 2019, págs.144-145.

19. Baños, Pedro. Así se domina el mundo. Desvelando las claves del poder mundial, Ariel, 2017, pág.165.

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Dharavi. Barrio de chavolas donde viven un millón de personas

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India, entre Antilia y Dharavi por Higinio Polo

M

odi, el primer ministro de la India, lleva ya una década en el poder. Durante su gestión las descomunales desigualdades económicas persisten, y se han agudizado las tensiones étnicas. Entonces, ¿qué factores explican su reeleción para un nuevo mandato?

En el sur de Bombay, entre Bhendi Bazaar y Colaba (no lejos de Malabar Hill donde se concentran opulentas residencias de millonarios, y del disparatado rascacielos privado, Antilia, del empresario más rico de la India, Mukesh Ambani, donde vive servido por seiscientos criados), más del ochenta por ciento de los edificios están en mal estado, los ciudadanos viven entre montañas de basura, callejuelas, alcantarillas reventadas y edificios en ruinas; en 2023, casi cien casas se derrumbaron, y la zona de Mohammed Ali road sigue esperando su reconstrucción, pese a su relevancia económica para la ciudad. Al norte, se encuentra el caótico Dharavi, uno de los barrios de chabolas más grandes del mundo, donde malvive más de un millón de personas, dedicadas al reciclaje de plásticos o a curar el cuero, y donde sus dignos y pobres vecinos rechazan practicar la mendicidad pero temen por su futuro: el gobierno de Narendra Modi ha concedido a Gautam Adani (otro de los mayores multimillonarios de la India, financiador del Bharatiya Janata Party de Modi, gracias a lo que ha conseguido enormes contratos públicos) un acuerdo para derribar Dharavi y contruir nuevos edificios: sus habitantes se oponen porque temen perder sus pobres viviendas y sus trabajos, sin obtener nada a cambio. Esa India opulenta y miserable de Antilia y Dharavi es la que ha estado fomentando Modi: casi la mitad de la riqueza y las propiedades del país están en manos del 1% de la población, y los Ambani, Adani, Poonawalla, Damani, Nadar, Jindal, controlan la economía del país: la India de nuestros días es uno de los países más desiguales del mundo.

Las elecciones de 2024 no han ofrecido el resultado que esperaba Modi. Aunque ha vencido, su coalición ha perdido votos y escaños, sin conseguir las dos terceras partes del parlamento como ansiaba para cambiar la Constitución laica del

país. De los 543 escaños de la Lok Sabha, su coalición (National Democratic Alliance, NDA) ha conseguido 286 escaños, de los que 240 pertenecen al Bharatiya Janata, 16 al Telugu Desam Party, TDP; y 12 al Janata Dal (United), JD(U), por lo que el partido de Modi no tiene por sí solo mayoría absoluta. Además, partidos como el TDP de Chandrababu Naidu y el JD(U) de Nitish Kumar pueden cambiar de coalición: de hecho, Kumar participó previamente en la creación de la alianza INDIA del Congreso de Gandhi. Por su parte, la coalición INDIA ha conseguido 202 asientos, de los que 99 pertenecen al partido de Gandhi, 37 al Samajwadi Party, SP, 22 al Dravida Munnetra Kazhagam, DMK; y el resto, a otros partidos menores; y los comunistas han obtenido 8 escaños. Otros partidos no integrados en ninguna de las dos coaliciones han conseguido 55 escaños en total. La NDA de Modi tiene por tanto mayoría para formar gobierno, pero no el BJP, que deberá cumplir las exigencias de sus socios minoritarios si no quiere que confluyan con la oposición. *** Hace diez años que Narendra Modi gobierna la India. En 2019, obtuvo 303 escaños del total de 543. En esa década, en la que el BJP ha recibido financiación de las grandes compañías y del empresariado corrupto, Modi no ha dudado en recurrir a métodos fascistas, la India ha visto retroceder la libertad y se ha deteriorado la vida de los trabajadores cuya gran mayoría permanece sin acceso a la seguridad social, al tiempo que crecían las disputas territoriales, nacionalistas y religiosas con el empeño de imponer la Hindutva Rashtra, la nación hindú, y los problemas políticos y enfrentamientos, a veces armados, y por la intervención de Modi en los Estados que no gobierna el BJP,

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éxito que obtuvo el gobierno comunista en Kerala), cuya cifra total de fallecidos en la India todavía se ignora, aunque una investigación de 2021 calculaba entonces más de cuatro millones de muertos. También ha destacado por la privatización de empresas públicas, la eliminación de controles del Estado en la economía, junto a la liberalización y desregulación, por las ayudas fiscales a empresas y plutócratas, llegando el gobierno a cancelar préstamos a las corporaciones indias; por la abolición del impuesto sobre la riqueza, la reducción de tributos sobre la renta para los más ricos y el trato de favor para los capitalistas cómplices y beneficiarios del BJP, el saqueo de la riqueza del país con licencias a empresas privadas para gestionar infraestructuras, la eliminación de derechos obreros y el ataNarendra Modi, muestra el manifiesto del Bharatiya Janata (BJP) que a los sindicatos, que ha ido acompañado de un discurso de éxito económico que maquilla y exagera el verdadero crecimiento del país. La década de Modi ha sido un completo programa de enriquecimiento de la burguesía india y de saqueo de los trabajadores y las riquezas del país.

La contaminación de las ciudades (que ahoga a Delhi, por ejemplo) y la dificil situación de los campesinos son problemas que tampoco ha resuelto Modi. En mayo de 2024, el Tribunal Supremo, por medio de su presidente, Dhananjaya Y. Chandrachud, pedía al gobierno una respuesta sobre el abuso de los pesticidas y otros productos químicos en la agricultura, que causan numerosas muertes y envenenan los alimentos, y que Modi no ha reducido. Mientras esos problemas siguen enquistados, el espectro de Rama, uno de los principales dioses del hinduismo, se adueñaColas para votar en un colecgio electoral ba de la India, y los grupos de escuadristas y maque además intenta colonizar las instituciones educativas y las tones del BJP recurrían a la violencia, el asesinato, la quema de universidades con el control de organismos de dirección a locales comunistas, la persecución de indios musulmanes, todos los niveles y con la imposición del nacionalismo hinamparados por la Rashtriya Swayamsevak Sangh, RSS, una vioduista. lenta organización paramilitar fascista e Modi y el Bharatiya Janata llegaron al hinduista que cuenta con más de cinco Modi ha utilizado una retórica poder cabalgando las promesas de lucha millones de afiliados, y que incluye al parfalsaria sobre el contra la corrupción del Congreso de tido de Modi.

Gandhi, pero han terminado por ser el Pese a esa realidad sangrante, Modi ha desarrollo del país partido indio más corrupto, y sus diriconseguido un gigantesco apoyo popular gentes no han dudado en recurrir a los sobornos y la extorsión que se sustenta en el hinduismo, en la marginación creciente mafiosa. Los años del gobierno Modi destacan por la desastrode los musulmanes, en el control de los medios de comunicasa gestión de la pandemia de la Covid-19 (que contrasta con el ción, y en un patriotismo que se envuelve en los rasgos mile-

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narios y religiosos de la cultura india. La república laica que Trump, los fanáticos hinduistas iniciaron un pogromo en Delhi nació de la descolonización está dejando paso, con Modi, a donde más de cincuenta personas fueron asesinadas y algunas una nación hindú. Los frecuentes asesinatos de musulmanes castradas ante la pasividad de la policía. También la minoría (que son unos 200 millones del total de 1.400 millones de cristiana está siendo perseguida. Miles de personas han sido indios), han culminado con la inauguración del Shri Ram detenidas durante el último mandato de Modi, que reprime sin Janmabhoomi Mandir, porque Modi prometió levantar un contemplaciones las protestas impulsadas por la izquierda, templo hindú en la ciudad santa de Ayodhya sobre las ruinas ataca a los periodistas que no se someten al BJP e intimida con de la destruida mezquita de Babri. Un recurso para inflamar los amenazas a diputados de la oposición incluso en el parlamensentimientos religiosos, consiguiendo más adeptos en el to. El 21 de abril, en la ciudad de Banswara, en el sur del Rajasnacionalismo hindú cabalgando el tigre tán, Narendra Modi hizo un feroz ataque del odio. contra los musulmanes indios, lanzó proEl 1% de la población concentra Modi ha utilizado una retórica falsaria clamas anticomunistas y calificó las procasi la mitad sobre el desarrollo del país, esgrimiendo puestas de justicia social de la izquierda después un agresivo nacionalismo hincomo la “entrega del oro hindú” a los infilde la riqueza y las propiedades duista y ha utilizado la religión y la trados en la nación. defensa del templo Shri Ram, acusando El Bharatiya Janata ha violado la Consal Congreso de Gandhi y al Rashtriya Janata Dal, un partido de titución, que consagra la libertad religiosa y el derecho a no centroizquierda, de intentar que el templo no se construyera tener ninguna confesión, y que prohíbe favorecer a una relien Ayodhya. Modi no ha dudado en recurrir a un lenguaje de gión concreta; ha impulsado la liberalización de la economía odio contra los musulmanes que puede tener graves consecon su apuesta por políticas neoliberales. Esas decisiones del cuencias para el futuro, y su partido sigue lanzando sus grupos gobierno han suscitado la respuesta de los trabajadores y sinde matones contra los comunistas, que han sido también dicatos, que han protagonizado gigantescas huelgas generales, puestos en la diana por el primer ministro. Pero a Modi no le y también de la “comuna Kisan” de los campesinos pobres, que importa el creciente clima de violencia: en 2002, cuando era consiguieron la retirada de las tres leyes que ponían en peligro gobernador del Estado de Gujarat, turbas de fanáticos hinduisel futuro de la agricultura, aunque Modi no ha renunciado a tas asesinaron a más de mil personas en una orgía de sangre, poner en manos de las corporaciones la mayor parte de las tiecon la policía protegiendo a los asesinos, pero la matanza favorras del país. También han rechazado su política las comunidareció su carrera política. Hoy, continúa amparando la misma des tribales, agrupadas en el término adivasi. El creciente política. En el pequeño Estado de Manipur, los enfrentamienautoritarismo de la India de Narendra Modi ha ido de la mano tos entre la mayoría hindú y las minorías, que estallaron en 2023, han causado centenares de muertos y centenares de miles de desplazados, y pueden extenderse a los Estados de Assam, Mizoram y Meghalaya, e incluso a la vecina Birmania. El Estado de Jammu y Cachemira, el único de mayoría musulmana en la India y donde el ejército ha cometido asesinatos y tortura a los detenidos, fue disuelto por Modi en 2019, aplazando indefinidamente las elecciones del Estado.

Los sicarios del BJP han llegado a utilizar excavadoras para destruir casas de indios musulmanes, y en febrero de 2020, mientras Modi recibía al presidente estadounidense Mukesh Ambani, y su vivienda; Antilia

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de un desarrollo económico desigual: la pobreza campesina, el insuficiente incluso para una vida precaria: más del treinta por arraigo del sistema de castas (que no ha combatido el gobierciento de la población vive por debajo de ese mínimo, y centeno, incumpliendo la Constitución) y la persecución a los dalits nares de millones de personas son prisioneras de la miseria. o intocables, el atraso de la India rural, se conjuga con los nueUn informe de 2023 de agencias de la ONU sobre seguridad alivos centros de industria moderna y el ahogo de las grandes ciumentaria en la India concluía que casi tres cuartas partes de la dades como Delhi, donde literalmente no se puede respirar. El población, más de mil millones de personas, no pudieron pagobierno de Modi ha tolerado también la creciente privatizagarse una dieta saludable en 2021. Y las mujeres llevan la peor ción del agua potable disponible, y ha visto crecer la deuda parte, víctimas de la pobreza, la violencia y el acoso sexual y, externa. entre ellas, las mujeres dalits o de minorías adivasi, que padeAnte los comicios, las preocupaciones de buena parte de los cen una doble marginación. ciudadanos estaban centradas en la inflación y los elevados precios de los alimentos y los combustibles, en la falta de tra*** bajo por el aumento del desempleo (Modi prometió que creaAsí se ha llegado a los comicios de 2024. Las elecciones parría dos millones de puestos de trabajo anualamentarias en la India se organizaron en les, promesa que no ha cumplido) y en el cuatro fases a lo largo de casi dos meses. La desigual desarrollo económico del país, en el Una cuarta parte de los escaños participación en las tres primeras fases fue están reservados endeudamiento de buena parte de las famibaja, aunque finalmente votaron dos tercelias, y en la rampante corrupción que ganras partes del censo. La baja participación para los intocables grena todas las instituciones. Los salarios preocupaba al Bharatiya Janata y sus aliareales se han estancado en la última década, dos, que confiaban en una victoria aplastany la difícil situación del campesinado, que compone el sesenta te como indicaban las encuestas. Se presentaban a las elecciopor ciento de la población, la precaria situación de la juventud, nes centenares de partidos, entre ellos seis coaliciones naciocon casi la mitad de los jóvenes indios sin trabajo, la existencia nales y más de setenta partidos de los diferentes Estados, aunde más de trescientos cincuenta millones de analfabetos, son que las dos agrupaciones fundamentales eran la NDA e otros rasgos lacerantes de la India de nuestros días. El gobierINDIA. El sistema electoral indio favorece a partidos con granno de Modi lanza proclamas triunfalistas sobre la disminución des recursos, y cada circunscripción elige a un diputado por de los pobres en el país, y las cifras oficiales sitúan la línea de escrutinio mayoritario uninominal. Una cuarta parte de los pobreza en 75 céntimos de euro diarios per cápita, algo muy escaños están reservados para los dalits o intocables, con 84 escaños, y 47 para las comunidades adivasi.

El Bharatiya Janata congregaba una coalición de doce partidos derechistas en esa National Democratic Alliance que agrupa también al Partido Popular Nacional (NPP), al conservador y anticomunista Shiv Sena (del difunto Bal Thackeray, un admirador de Hitler, dirigido después por su hijo Uddhav Thackeray); al Janata Dal, al Rashtriya Lok Dal (RLD), al Partido del Congreso Nacionalista (NCP), y el Rashtriya Lok Janshakti Party (RLJP).

A su vez, el Partido del Congreso de Gandhi creó esa Alianza para el Desarrollo Nacional Inclusivo de India (INDIA), que agrupaba a más de veinte partidos, entre ellos al de la ministra principal de Colegio electoral en la India Ben gala Oc cidental, Ma mata Banerjee

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(tránsfuga del Congreso, que gobierna Bengala desde 2011 con el All India Trinamool Congress, TMC); al del ministro principal de Delhi, Arvind Kejriwal (del partido Aam Adami, o del “hombre común”, de centro izquierda); y al del ministro principal de Tamil Nadu, Muthuvel Karunanidhi Stalin, del Dravida Munnetra Kazhagam, DMK, un partido que conjuga el movimiento dravídico, nacionalista y levemente progresista. El Congreso disputaba 328 escaños, y más de 200 asientos se reservaron para el resto de partidos del bloque INDIA, desde el Partido Comunista de India (marxista), y el Partido Comunista de la India, hasta el All India Trinamool Congress, el Aam Aadmi, el Samajwadi Party, socialista; y el Rashtriya Janata Dal. Rahul Gandhi, dirigente del Congreso, ha insistido durante la campaña en la urgencia de “salvar la democracia”; de hecho, Organizaci¢n paramilitar Rashtriya Swayamsevak Sangh se han producido numerosas detenciones engram, donde la policía del Estado, bajo las órdenes del gobiertre dirigentes de la oposición, entre ellos el ministro principal no bengalí, protagonizó en 2007 una matanza de catorce perde Delhi, Arvind Kejriwal, y el primer ministro Modi agitó al sonas, además de los enfrentamientos con los maoístas naxalielectorado acusando a sus oponentes, como a Mamata Batas que no se han detenido. Cuatro años después de esa masanerjee, de “amenazar a los monjes hindúes” y de querer concre, el TMC de Mamata Banerjee y el Congreso ganaron las vertir a los hindúes en “ciudadanos de segunda clase”. elecciones en Bengala, desalojando a los comunistas del goEl Congreso que gobernó las primeras décadas de la indebierno. Apurando el veneno, tres años después de la victoria de pendencia es hoy un partido sin proyecto, que intenta recomBanerjee, Modi obtuvo la victoria en las elecciones indias. El ponerse de la década ultraderechista: los indios aún no han retroceso de los comunistas se debe también a una conjunción olvidado la corrupción de sus gobiernos, pero era imprescindide errores políticos y divisiones posteriores: ble para articular un bloque opositor a Modi. en el PCI (M) se contraponían la llamada Los comunistas y la izquierda, aunque criticaAdemás de los musulmanes, línea de Bengala con la línea de Kerala; el seron duramente la política neoliberal que se ha la minoría cristiana cretario general, Sitaram Yechury, considera impuesto al país en las tres últimas décadas, que la izquierda debía impulsar una alianza está siendo rasgo que afecta también a los gobiernos del progresista para luchar contra el fascismo de Congreso anteriores a Modi, optaron por conperseguida Modi y el BJP, pero otro dirigente, Prakash fluir en el bloque INDIA para intentar detener Karat, cree que el riesgo no es el fascismo, sino el duro autoriel proyecto ultraderechista del Bharatiya Janata, aunque forzotarismo y que el pacto con el Congreso no es la respuesta adesamente en la condición de aliados minoritarios. La debilidad cuada. También ha influido el hecho de que los comunistas de la izquierda india está ligada a la pérdida del gobierno del perdiesen el papel de oposición a la política neoliberal en el PCI(M) en Bengala en 2011 ante la alianza del TMC de Mamata país tras la salida del gobierno del Congreso y la llegada de Banerjee y el Congreso, tras treinta años de gobiernos comuModi y, finalmente, a la durísima represión que se ha extendinistas: entonces, el PCI (M), tras haber repartido la tierra entre do por todo el país y ha encerrado en las cárceles a numerosos millones de campesinos con la reforma agraria desde finales de presos políticos, en un clima donde proliferan los linchamienlos años setenta, incautó en Singur cuatrocientas hectáreas de tos, las “desapariciones” y los asesinatos. Bastará un ejemplo tierra para promover la industrialización con una fábrica de de esa feroz represión. Había otros dos Estados gobernados por Tata Motors. Fue un grave error, que rechazaron los campesiel PCI (M): en Tripura, tras veinte años de gobiernos comunisnos con grandes movilizaciones, y que se repitió en Nandi-

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Rahul Gandhi ha llamado a''salvar la democracia''.

Simpatizantes del Bharatiya Janata (Partido Popular) celebran la victoria

tas presididos por Manik Sarkar, en 2018 pasó a gobernar el Bharatiya Janata, primero con Biplap Kumar Dep y, desde 2022, con Manik Saham, un tránsfuga del Congreso hoy miembro del BJP. En ese Estado, los grupos de matones del Bharatiya Janata han asaltado y quemado más de cien sedes comunistas y las instalaciones de su periódico, el Daily Deshar Katha. Es casi desconocido en Europa, pero solamente entre 2018 y 2020, los esbirros del BJP atacaron casi tres mil domicilios de militantes del PCI (M), y asesinaron a 18 dirigentes comunistas tripureños. En el otro Estado, Kerala, siguen gobernando los

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comunistas, agrupados en el Frente Democrático de Izquierda. En las elecciones de 2019, los dos partidos comunistas consiguieron casi quince millones de votos, y en las de 2024, donde la izquierda buscaba reforzarse, derrotar al BJP, y asegurar un gobierno laico para restañar las heridas del nacionalismo hinduista, lo han conseguido parcialmente, ganando tres escaños.

Los comunistas quieren revertir la privatización de los sectores públicos y la industria militar, y en el sector de energía, los ferrocarriles y los servicios básicos; reclaman una fiscalidad que grave los patrimonios de la burguesía y sus herencias, el aumento de la inversión del Estado y contener el dominio del capital financiero internacional en amplios sectores de la economía india; junto al fomento de la industria propiedad del Estado, la creación de puestos de trabajo impulsando de nuevo ocupaciones tradicionales como las fábricas de yute, las plantaciones, las manufacturas textiles y del cuero; un sistema público de salud en vez de los seguros privados impulsados por el gobierno de Modi, un salario mínimo de 26.000 rupias (unos 290 euros) al mes, y pensiones de jubilación de, al menos, 13.000 rupias mensuales; junto a la entrega de diez kilogramos de cereales mensuales por persona: cinco, gratuitos, y otros cinco a precio subvencionado, y el suministro de productos básicos (legumbres, aceite comestible, azúcar y queroseno) a precios controlados. También, buscan la prohibición del trabajo infantil y asegurar por ley la presencia de mujeres en el parlamento en al menos un tercio de los escaños; doblar la inversión en agricultura y la entrega gratuita de tierras baldías cultivables a familias campesinas pobres, y dedicar un 5% del presupuesto a la sanidad pública y otro 6% a la enseñanza, además de medidas de protección de las minorías, de consolidación democrática, junto a la prohibición de los ejércitos privados. Los comunistas exigen retirar todos los acuerdos con Estados Unidos que lesionen la soberanía india, y quieren también poner fin a las negociaciones con la Unión Europea para acordar un Tratado de Libre Comercio en los términos que negocia el gobierno de Modi. Un programa ambicioso que, si continúa gobernando Modi, deberá esperar.

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*** North-South Transport Corridor, INSTC, algo que no ha gustaModi ha conjugado esa política interior con su aspiración a do ni en Tel-Aviv ni en Washington, que ha amenazado a Delhi un nuevo protagonismo internacional de la India, aunque las con sanciones. Así, Chabahar unirá un corredor desde Bombay disputas con Pakistán sobre terrorismo y seguridad, y con Sri a Moscú y San Petersburgo, atravesando Irán, el Cáucaso, el Lanka por los derechos de la minoría tamil, han sido mal conCaspio y Rusia, dejando de lado el cuello de botella del canal de ducidas por Delhi. Modi ha utilizado el expediente de la pequeSuez, e impulsando los intercambios comerciales entre Rusia, ña isla deshabitada de Katchatheevu (cedida a Sri Lanka por el India, Irán, el Cáucaso y Asia central. India también pertenece gobierno del Congreso con Indira Gandhi) que quiere recupea la Organización de Cooperación de Shanghái y a los BRICS, rar ahora agitando la cuestión de las zonas de pesca como vía en un delicado equilibrio de alianza y competencia con China. para captar votos en Tamil Nadu y en todo Huyendo de los problemas de hoy, Modi el sur de la India. Modi quiere también La gran mayoría de trabajadores ha lanzado Viksit Bharat@2047 con la promantener la histórica relación de la India mesa de convertir a la India en un país mosigue sin acceso con Moscú, mientras consolida su alianza derno y próspero para el centenario de la a la seguridad social con Washington, y ha ignorado al Moviindependencia de Gran Bretaña en 2047. miento de Países no alineados, donde la InAntes de que se conociese el resultado elecdia había tenido un protagonismo indistoral, cuando el BJP confiaba en obtener las cutible. El gobierno del Bharatiya Janata dos terceras partes de la Lok Sabha, altos ha diseñado un calculado equilibrio en sus funcionarios cercanos a Modi revelaron que relaciones con Estados Unidos y China, el gobierno planea nuevas medidas favoraaunque suscribe la mayoría de las decisiobles a las empresas y para facilitar más los nes del gobierno estadounidense y ha susdespidos de trabajadores. La democracia crito acuerdos militares con el Pentágono, india está en retroceso, soportando a Modi además de apoyar a Israel. Tras los “Acuery al Bharatiya Janata, que beben del fascisdos de Abraham”, el gobierno Modi suscrimo explícito de la Rashtriya Swayamsevak bió en 2022 el Grupo I2U2 (una suerte de Sangh, RSS, y camina hacia un Estado poliQUAD de Oriente Medio compuesto por cial, construyendo un “capitalismo de comEstados Unidos, India, Israel y Emiratos pinches”. La victoria de Modi y su coalición Símbolo hindutva usado por el nacionalismo hindí Árabes Unidos) para asegurar sus intereses en las elecciones es otra nube negra que en esa región. En ese tránsito, Modi ha rerecorre la India y que acompaña el ascenso forzado los lazos con Washington, integra de la extrema derecha y del fascismo en El gigantesco apoyo popular el QUAD (Diálogo de Seguridad Cuadriotros escenarios del planeta, pero su parde Modi se sustenta lateral, instrumento estadounidense concial retroceso electoral puede ser el primer en el hinduismo tra Pekín como el AUKUS del Pacífico), pesigno de la reconstrucción de un poderoso ro no renuncia al incremento de los inmovimiento opositor al nacionalismo, a la tercambios comerciales con China, pese a política neoliberal y al odio religioso y étnisus diferencias territoriales con Pekín en el Himalaya sobre co, si el Congreso de Gandhi vuelve a las políticas progresistas Arunachal Pradesh y Aksai Chin. Intentando controlar la evode los primeros años de la independencia y la izquierda y los lución en los océanos Índico y Pacífico, Estados Unidos dispocomunistas consiguen reforzarse impulsando la movilización ne de un rosario de instalaciones, y al sur de la India y Sri Lanka de sindicatos, campesinos y trabajadores ■ de una base militar con armamento nuclear en la isla de Diego García, ocupada ilegalmente por Gran Bretaña. En la carrera por aumentar el poder económico de la India (que ya ha superado a Gran Bretaña, la vieja metrópoli colonial, en el PIB en dólares nominales), Modi diversifica sus iniciativas que crean contradicciones para su diplomacia: apoya a Israel, pero su ministro Sarbananda Sonowal firmó en mayo de 2024 con Irán para invertir en el proyecto del puerto iraní de aguas profundas en Chabahar con objeto de desarrollar más el International

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Fermín Rodríguez Castro

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Sobre la evolución del universo Entrevista a Fermín Rodríguez Castro por Salvador López Arnal

F

ermín Rodríguez ha ejercido la mayor parte de su actividad docente como profesor de Filosofía en centros de secundaria y bachillerato. De dilatada militancia sindical y política, sus contribuciones se han desarrollado, fundamentalmente, en marcos colectivos. Socio y asiduo colaborador en la actividad y publicaciones de la organización Europa Laica, ha participado en distintas obras conjuntas sobre la enseñanza.

Aunque, a partir de su libro Determinismo y contingencia. Una perspectiva evolucionista (La Catarata, 2023), centramos esta conversación en otra de sus áreas de interés: la teoría de la ciencia..

—Habla usted de una concepción materialista, monista, inmanente y evolucionista de nuestro universo. ¿Qué tipo de concepción sería esta? ¿No tienen esa naturaleza las actuales cosmovisiones?

—Creencias gratuitas aparte, una teoría de la ciencia (epistemología), a la altura del conocimiento actualmente acumulado, ha de tener como fundamento esos presupuestos, condición metodológica de su pretensión de objetividad. Materialista, porque es un hecho constatado que toda la realidad conocida está compuesta de materia y energía, en sus distintos niveles de transformación e integración. Monista, por la unidad coherente de esa realidad material, en rechazo de los dualismos (materia/espíritu) invocados por distintas tradiciones mítico-religiosas y filosofías de corte idealista. Inmanente, porque los fenómenos naturales y las leyes que los gobiernan tienen su explicación interna en la propia naturaleza del universo que habitamos, sin necesidad de recurrir a agentes extra o sobrenaturales. Evolutiva, porque, de acuerdo con los datos aportados por diversas disciplinas científicas, nuestro universo –del que formamos parte– es producto de la evolución y en evolución, partiendo de sus componentes elementales hasta la

conformación de los niveles más complejos de integración energético-material.

Los anteriores presupuestos ontológicos no nacen de la arbitrariedad, sino que son “condición de” la mayor objetividad atribuida al conocimiento científico, precisamente por ser consecuencia coherente de nuestra interacción práctica con la realidad circundante y del avance mismo de las ciencias en sus niveles teóricos de mayor alcance.

—¿Qué es el determinismo? ¿Determinismo equivale a necesidad?

—El determinismo, en un sentido amplio, es consustancial a toda explicación científica y correlativo al principio ontológico de causalidad (“nada surge de la nada, nada acontece porque sí o sin causa alguna”); y al concepto epistémico de determinación: todo objeto o fenómeno se define y diferencia de otros por sus propiedades y comportamiento, dentro de un campo físico y específico de interrelaciones. La determinación implica restricción, es decir, fijar los límites de lo posible en un espacio temporal donde suceden o pueden suceder diversos resultados (de ahí su compatibilidad con la contingencia). Su contrario, el

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indeterminismo, como tal, no tiene lugar en ciencia, a no ser como ignorancia de las causas y/o de sus resultados.

Los problemas surgen cuando el determinismo se entiende de una forma rígida, estableciendo una relación causa-efecto biunívoca, exacta y necesaria. Aún menos apropiado, cuando se aplica al hecho constatado de un universo producto de la evolución y en constante evolución. Ese determinismo subyace, todavía hoy, en las pretendidas teorías del “diseño inteligente” que, de una u otra forma, recurren a una supuesta creación y providencia divina que guía todo inexorablemente al fin propuesto. Pero también persiste entre quienes entienden el universo y las leyes que lo rigen de forma mecanicista, sujeto a un programa precontenido de inicio, de resultados únicos, previsibles y necesarios. Hace tiempo que las ciencias, y los métodos de que se han dotado para su avance, ni necesitan la hipótesis de un dios “relojero externo” (como respondió Laplace a la pregunta de Napoleón), ni tampoco concebir el conjunto de nuestro mundo conocido y sus desarrollos como un “reloj interno de precisión”. El hecho mismo de la evolución, sin guion previo ni finalidad, se conjuga mejor con la determinación contingente y abierta de los procesos que la impulsan. De ahí que concluya mi libro evocando a Machado: la evolución “hace camino al andar”.

El determinismo no debe entenderse de forma rígida

En consecuencia, un determinismo estricto, basado en relaciones uniformes, exactas y necesarias, solo parece aplicable a modelos ideales o constructos de consistencia y coherencia formal (caso de los sistemas lógicos y/o matemáticos). Resulta inadecuado cuando se aplica, de forma impropia, a sistemas físicos que, siendo de suyo y en la realidad abiertos, solo artificialmente pueden ser considerados como cerrados, fijos y constreñidos a una concepción lineal o circular de la causalidad.

—¿Todo determinismo es negador de la libertad humana?

—Aplicar un determinismo riguroso a la conducta de los seres humanos lleva, efectivamente, a negar el “libre albedrío”, un problema de larga tradición dentro de las disputas teológicofilosóficas. Pero a conclusiones igualmente negacionistas llegan algunos autores que, apoyándose en teorías genetistas y sociobiológicas extremas o en un determinismo cultural, consideran pura ficción la libertad humana. Evidentemente, los seres humanos nacen y viven dentro de un marco histórico, social y cultural, con todo un conjunto de “determinaciones” o “condiciones”, limitantes de sus opciones posibles en cada

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momento. Parece difícil, sin embargo, negarles un quantum de libertad, basada en cierto grado de autonomía e intencionalidad que podemos atribuir a sus acciones: un margen de elección y decisión, también constatable como hecho empírico: no somos robots ni clones de nuestros antecesores biológicos y culturales. Su negación total además de las paradojas antropológicas que entraña el tortuoso curso histórico de la humanidad, conduce a problemas irresolubles acerca de la responsabilidad moral y jurídica de las personas. De otra parte, el determinismo, en el ámbito de lo social y político, no deja de abrigar un componente ideológico de carácter reaccionario, negando la posibilidad de transformación y cambio.

—¿Contingencia es equivalente a azar, aleatoriedad, a casual o fortuito?

—En mi libro insisto en que contingencia (o causalidad contingente) no se puede confundir con ninguno de esos otros términos con los que suele asimilarse. Si azaroso, aleatorio, casual o fortuito se aplican a fenómenos presuntamente exentos de causa o condiciones, o fuera de toda norma o ley natural, deberían ser excluidos del lenguaje científico que hace referencia al mundo real (pautas y tendencias se reconocen incluso en las teorías del caos). De otra parte, suelen usarse como sinónimos y tautológicos en su definición: el azar (lo casual o fortuito, según la RAE) sería la fuente de fenómenos aleatorios (no sometidos a norma), y a la inversa, éstos son tales por ser resultado del azar. Se otorgaría, así, a este concepto un carácter ontológico y productivo (aunque no finalista), ignorando, como en una “caja negra”, su virtualidad causal precisa, como aleatorios e impredecibles serían sus resultados. Henri Poincaré afirmaba que el azar “no es sino el nombre que damos a nuestra ignorancia”. Jacques Monod, con su célebre libro El azar y la necesidad (1970), reintrodujo estos conceptos de Demócrito, no solo para explicar el origen de la vida (según él, un hecho “único” y “de probabilidad casi cero”), sino, y sobre todo, para articular su modelo acerca de la evolución biológica, sobre cuya base han conocido un gran desarrollo la biología molecular y la genética. Lo cual no impide cuestionar el enfoque reduccionista y determinista de quienes (como E. O. Wilson, Richard Dawkins, Steven A. Pinker...) extraen conclusiones más allá de lo que permiten los propios datos.

—¿Cómo podríamos definir entonces contingencia?

—Por lo dicho anteriormente, considero que las invocaciones bien a un azar, supuestamente inaprensible pero eficiente, o bien a un determinismo estricto y necesario, dado el carácter metafísico de ambos, deben ser o bien abandonadas o matizadas dentro del campo de las ciencias. Por el contrario, la expli-

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cación de los fenómenos por sus causas –en su más amplia acepción y diferente entidad de las relaciones que operan en ellos– es compatible con el devenir contingente de los procesos en que se inscriben.

De forma simplificada, ese “devenir contingente”, aplicado al curso global de la evolución y de cada una de sus expresiones temporales o parciales, podría definirse así: cada momento o resultado puntual en los procesos evolutivos que podamos tomar en consideración no son el precipitado necesario y precontenido de momentos anteriores (como tampoco al margen e independientemente de sus condicionantes y evolución previa), sino uno de los posibles y alternativos generados, explicables causalmente por los dinamismos interactuantes en presencia. Del mismo modo, en cada momento se abre, a su vez, un nuevo abanico de posibilidades de futuras transformaciones, con distinto grado de probabilidad, en función de la naturaleza de los elementos agentes en presencia y su interrelación dinámica dentro de un campo específico de fuerzas.

No cabe duda de que la evolución implica la emergencia de novedad, diversidad y desarrollos hacia niveles de mayor complejidad e integración del fondo material-energético de que se compone nuestro universo que, como se ha comprobado, no es homogéneo, ni fijo ni se ha estancado en un estado estacionario. Pero con la restricción (“leyes” naturales) de que no todo es posible ni igualmente probable. En el terreno de la investigación científica –cada vez con mayores instrumentos a disposición– es posible, por tanto, seguir el “hilo de la contingencia” que nos ha llevado hasta el presente. A modo de ejemplo, en la filogénesis y ontogénesis de los seres vivos conocidos, podemos remontarnos a un ancestro común del que se han derivado (en su evolución con el medio y los mecanismos de la selección natural) una diversidad de líneas evolutivas y el creciente nacimiento de nuevas especies. Generalizando el devenir contingente del curso de la evolución y a modo de experimento mental: si se produjera un nuevo Big Bang, al cabo de otros 13.700 millones de años de su desarrollo, ¿alguien puede sostener que hallaríamos un universo, clon exacto del actual, hasta el último detalle del instante presente?

—¿Son contrapuestos, contradictorios incluso, los conceptos de determinismo y contingencia? Si hay determinismo, no hay contingencia; si hay contingencia, no hay determinismo.

—De alguna manera, se ha contestado con lo anterior: contingente se contrapone a necesario. No supone negar ni la determinación ni la explicación causal de los hechos. El error es identificar determinado con necesario, y lo “no necesario” (pero posible o probable) con lo indeterminado. La contingencia puede entenderse como una de las formas de la causalidad.

François Jacob, que compartió Nobel con Monod, hablaba de “la necesidad de los fenómenos y la contingencia de los sucesos”. Pero una concatenación lineal o relación fija entre fenómenos necesarios no da lugar a la contingencia. Si invertimos el orden del enunciado, y ponemos como premisa la contingencia de los sucesos, implica también la de los fenómenos en ellos interactuantes. Afirmación que sostienen también algunos cuánticos.

—El llamado “indeterminismo cuántico”, ¿sería una refutación ‘científica’ del determinismo y de la causalidad?

—Existen problemas semánticos y explicativos acerca de lo que significan los mismos términos para distintos autores y ámbitos de aplicación. Karl Popper pretendió en algún momento encontrar la base de la libertad humana en el supuesto “indeterminismo cuántico”, para luego reconocer que, incluso si existía éste, no era suficiente para dar el salto explicativo al

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hecho de la libertad y la creatividad humana.

Entre eminentes físicos, es conocida la áspera controversia entre Einstein, considerado como empecinado determinista, y el cuántico Niels Bohr, que llegó a afirmar que la mecánica cuántica había abandonado el principio de causalidad, restringiendo su validez a la mecánica determinista newtoniana. Las teorías de la relatividad especial y general, ciertamente, nada tienen que ver con un relativismo o indeterminismo ni ontológico ni epistémico. Célebre es la frase de Einstein “Dios no juega a los dados” o, más explícitamente que “el azar o la probabilidad no pueden sustituir a la causalidad”; pero tampoco fue muy razonable su conclusión de que, “si fueran correctas las teorías cuánticas, significaría el fin de la ciencia”. Con el tiempo se fueron atemperando las diferencias. Decir que la cuántica supone un golpe definitivo al determinismo de la ciencia anterior, parece algo precipitado, en tanto algunos cuánticos rechazan que sus teorías de probabilidades (superposición de estados, distribución de valores, principio de incertidumbre de Heisenberg …) impliquen un indeterminismo de base o la renuncia a dar explicación completa del conjunto de fenómenos y procesos que constituyen nuestro universo. En todo caso, impredecibilidad no equivale a indeterminación.

—Faustino Cordón es uno de los protagonistas de su ensayo. ¿Nos puede trazar una breve semblanza de este gran biólogo y bioquímico español? ¿Por qué sigue siendo un científico y pensador poco conocido entre nosotros, incluso entre comunidades científicas y colectivos filosóficos?

—Faustino Cordón, por sus compromisos políticos durante la Guerra Civil y especiales circunstancias de supervivencia durante la dictadura franquista, desarrolló su formación y trabajo investigador fuera de los ámbitos académicos; concretamente en varios laboratorios farmacéuticos, donde profundizó en el sistema inmunológico, que sería el punto de partida para elaborar sus teorías acerca del origen de la vida y su evolución.

Eso no le impidió estar al tanto de los avances en su materia y relacionarse con científicos de prestigio internacional. En la web faustinocordon.org (que recoge su obra digitalizada) se pueden encontrar diversos artículos y referencias, propias y ajenas, a su trayectoria personal y científica.

En el nuevo marco de la “transición a la democracia”, Cordón salió del ostracismo sufrido con anterioridad: fue reconocido, editado, acogido en publicaciones, revistas, universidades extranjeras… Pero aquí fue aireado en ciertos medios, culturales y políticos, más como un prestigioso “intelectual de izquierdas” que como el autor de una original teoría sobre el origen y

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evolución de la vida, de difícil comprensión para los legos e ignorada por las sucesivas generaciones de biólogos formadas en los centros universitarios. La creación de la FIBE (Fundación para la Investigación de la Biología Evolutiva), tratando de conformar un equipo para la continuidad de sus trabajos, tuvo escasos apoyos institucionales y se cerró antes de su muerte en 1999. Aunque la inmensa obra de Cordón ofrece teorías sugerentes, apoyadas en ingentes datos y procesos bioquímicos probados, conjugados, a la vez, con hipótesis razonadas y coherentes, con posteridad a su muerte no han sido tomadas en consideración; ni para su reconocimiento ni para su refutación. Con la notable, pero exigua excepción, de su discípulo y colaborador, Chomin Cunchillos y un pequeño círculo de científicos franceses vinculados al Museo de Ciencia Natural de Francia y al Institut Charles Darwin International,

Patrick Tort.

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dirigido por Patrick Tort, un buen amigo de Cordón y Cunchillos y difusor de sus obras. Un biólogo teórico en activo, Alfonso Ogayar, que también colaboró durante un tiempo en la FIBE, siguió después su propia trayectoria investigadora. Está a punto de editarse su libro Evolución: del árbol de Darwin al telar de la vida, en el que desarrolla también una particular teoría acerca del origen de la vida, sin abandonar, en mi opinión, cierta huella de lo aprendido junto a Cordón. Mantenemos contacto y frecuentes discusiones.

—Lo mismo le pregunto por Chomin Cunchillos, otro de los científicos muy citados en el libro.

—Mi encuentro “contingente” con Chomin al inicio de este siglo, dio lugar a una prolongada amistad y colaboración. Ambos docentes y, en mi caso, con un largo compromiso político y sindical en defensa de la Escuela Pública y Laica, dimos impulso al Colectivo de Profesores “Baltasar Gracián” y la revista Crisis (2001-2013), participando activamente en congresos de Sociología de la Educación y encuentros internacionales.

Chomin, por su parte, me acercó a la obra de Cordón y a sus propias aportaciones en continuidad con los trabajos desarrollados en la FIBE. Puso a mi disposición su biblioteca, con una amplia representación de autores relacionados con el evolucionismo. Con el apoyo de Patrick Tort y un contrato del Museo de Ciencia Natural de París, siguió publicando artículos en revistas internacionales de biología, hasta concluir con la publicación en 2014 del libro Les voies de l’émergence. Introduction à la théorie des unités de niveau d’intégration. No se ha llegado a publicar la versión en español ni los artículos de colaboración con biólogos franceses.

El proyecto de colaborar en la profundización del papel de la contingencia en el curso de la evolución quedó frustrado por su muerte prematura. En buena parte, está en el origen de mi propio empeño y del libro recientemente publicado.

—¿Se considera usted discípulo de ambos?

—No soy biólogo. Mi formación, de inicio, estuvo relacionada con campos diferentes, como la filosofía y la sociología, más cercanas a un marxismo crítico frente a perdurables posiciones dogmáticas en su seno. Por tanto, ni estoy facultado ni me incumbe la continuación de las investigaciones y propuestas por ellos desarrolladas en ese terreno, aunque pueda apreciar –dentro de mis limitaciones– su originalidad y coherencia. Lo acertado o erróneo de sus teorías corresponde a los biólogos evolutivos dilucidarlo, claro está, sobre la base de su conocimiento y contrastación de los muchos datos, empíricos y experimentales, sobre los que se asientan. Pero desde la biología,

como desde diversas ciencias relacionadas con la evolución del conjunto de nuestro universo, se formulan propuestas y conclusiones teóricas de alcance más general, digamos, de carácter epistemológico. Ese es el terreno en el que Cordón, Cunchillos y Tort abren camino, y cuya orientación me resultó atractiva para una teoría de la ciencia acorde con los avances más relevantes de la ciencia actual.

—Me queda un tercero, Patrick Tort, el director del Institut Charles Darwin International.

—Reconocido en Francia como uno de los mejores especialistas sobre darwinismo, es autor de una extensa obra como filósofo, antropólogo, lingüista e historiador de la ciencia. A partir de su encuentro y amistad con Cordón y Cunchillos, se interesó vivamente por la “teoría de unidades de nivel de integración”; los invitó a participar en el Congreso Internacional “Pour Darwin” (1997), que recogió numerosas aportaciones de expertos en la figura de quien es considerado como padre del evolucionismo. Con su apoyo pudo Chomin continuar sus trabajos de investigación hasta la publicación de su libro, antes citado. En la posterior publicación, Qu’est-ce que le matérialisme? Introduction à l’Analyse des complexes discursifs (2016), compendio de su larga trayectoria científica, Patrick Tort integra las aportaciones fundamentales de la teoría de niveles de Cordón.

Cordón, Cunchillos y Tort ofrecen propuestas atractivas

—¿Cuáles son las aristas principales de la teoría de unidades de nivel integración de Faustino Cordón? ¿Sería más bien una teoría filosófica o científica? ¿Tiene aceptación entre las comunidades científicas?

—En el extenso Tratado evolucionista de Biología, Cordón desarrolla de forma detallada y rigurosa su original “teoría de unidades de nivel de integración”. Sobre la común evidencia de la “complejidad creciente” del curso de la evolución, propone una delimitación precisa del concepto de nivel y el número concreto que de ellos podemos identificar y tomar en consideración. Implica diferenciar cualitativamente las unidades características de cada uno de los sucesivos niveles de integración de la materia/energía que han ido emergiendo en el desarrollo de nuestro universo hasta el momento presente, “integrando” cada uno de ellos los antecedentes (como en un juego de matrioskas). Como es comprensible, deja en manos de físicos y químicos la resolución de los problemas y explicación de

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los pasos de un nivel a otro en la esfera de la materia inorgánica (partículas, átomos, moléculas), para centrar su tarea de investigación, como bioquímico y biólogo evolucionista, en los tres niveles sucesivos de integración de los seres vivos (en su teoría: proteínas globulares, células y animales). Pero su amplia mirada crítica sobre el estado actual de la ciencia, de sus avances y limitaciones, se plasma en numerosas publicaciones abordando, desde la inevitable perspectiva evolucionista (explicación de entes y sucesos “por su proceso de origen”), temas cruciales de carácter epistemológico, gnoseológico y metodológico.

Aunque defiende el papel que en ello pueda tener la filosofía, ciertamente la concibe como formulación de problemas que deben plantearse desde el nivel de conocimiento científico alcanzado en determinada época, obligando, a su vez, a éste a elevarse a respuestas de más amplio espectro y aplicación.

Por tanto, su “teoría de unidades de nivel integración”, se sitúa en ese nivel de generalización científica o, si se quiere, en la propuesta de un modelo explicativo del desarrollo evolutivo de nuestro universo.

Aparte de las excepciones antes señaladas, no parece que sus teorías sean conocidas dentro de las “comunidades científicas”, más próximas o más lejanas, sea para desarrollarlas o para desecharlas. Cabe esperar que, como sucedió con Mendel y otros científicos relevantes, en algún momento se llegue a apreciar la valiosa contribución de Cordón a la comprensión de la evolución.

No todo es posible ni igualmente probable

—¿Cuáles serían sus principales insuficiencias, si las hubiese? ¿Cuáles serían sus principales obstáculos ideológicos?

—Las insuficiencias de sus desarrollos teóricos, y en particular de los datos a disposición, fueron por él reconocidos, y puso en marcha la FIBE para dar continuidad a la línea de investigación abierta. Pero a las carencias razonables del respaldo experimental de algunas de sus hipótesis, habría que añadir algunas otras. Dos son los principales problemas detectados, por mi parte, en su obra. De una parte, el concepto mismo de contingencia, no abordado como tal y de forma general. Tendría su base en relación a la autodeterminación interna de los seres vivos, en el grado de conciencia, autonomía e intencionalidad que concurren en su acción sobre el medio trófico específico que les permite obtener el alimento-energía imprescindible

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Faustino Cordón

para la supervivencia. Propiedad que no se puede extender al mundo inorgánico. Queda pendiente explicar cómo es posible tal contingencia si la “explicación por los procesos de su origen” nos remiten a su antecedente evolución físico-química, habitualmente concebida en términos deterministas “necesaristas”. Él confiesa que no se siente capacitado para entrar en terrenos ajenos a su competencia, pero no duda de que la solución del problema puede estar al alcance con el desarrollo de la ciencia. La otra cuestión, contradictoria con su propia obra y método de investigación (tal vez cediendo a presiones ideológicas de su entorno), tiene que ver con un giro inesperado en su constante propuesta acerca de la necesidad de una teoría integral evolucionista por construir. En su libro La biología evolutiva y la dialéctica (1982) viene a defender que ese marco teórico se encuentra, si no enteramente resuelto, sí ya delineado en las tesis del “materialismo dialéctico”, minusvalorando incluso la aportación de Darwin frente a Hegel y Marx. Parece que posteriormente se refería a ese desliz con cierta displicencia, admitiendo que no tenía un conocimiento directo de estos dos autores.

—¿Cuáles serían las insuficiencias epistemológicas de las filosofías de la ciencia a las que hace referencia en su libro?

—La principal es la ausencia de esa perspectiva integral evolucionista como eje vertebrador del conjunto de las ciencias que, con toda razón, propugnaba Faustino Cordón. El ancestral prejuicio determinista y los métodos reduccionistas de investigación (explicación de lo complejo por la composición de sus partes más simples), así como el predominio de la mirada

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estructural-sincrónica, frente a la diacrónica-evolutiva, siguen vigentes entre la mayoría de quienes dicen hacer “filosofía de la ciencia”.

Mi ensayo confronta también con las resilientes visiones esencialistas, prolongadas hasta el día de hoy por toda suerte de filosofías idealistas y recurrencias metafísicas, incluidas las postulaciones de modelos matemáticos y/o virtuales a los que se atribuye realidad más allá de su carácter instrumental.

—Se muestra muy crítico con el denominado ‘materialismo dialéctico’. ¿No hay nada de interés en esa concepción filosófica asociada a la tradición marxista?

—Marx nunca utilizó tal expresión y, aun sin negar la influencia hegeliana en el ambiente cultural y filosófico de su propia formación, hizo un serio esfuerzo teórico y práctico por superar la “enfermedad alemana”. Aunque saludó en un primer momento la aportación de Darwin, no la incorporó a su concepción materialista de la naturaleza y de la historia, al confundirla finalmente con las teorías de Herbert Spencer y lo que erróneamente se denominó “darwinismo social”.

Engels se propuso sistematizar las “leyes de la dialéctica” y el método “dialéctico” de investigación científica. Las múltiples corrientes que se han reclamado del marxismo han hecho uso y abuso de tal concepto y método para justificar las más diversas y hasta contradictorias conclusiones en los análisis

económicos, sociales y políticos. De ello tengo larga experiencia personal. Lamentablemente, la perdurable influencia idealista se detecta en la reproducción de cierta ilusión mesiánica y la invocación de un supuesto determinismo histórico que nos conduciría al “colapso” inevitable del sistema capitalista y la apertura a una sociedad socialista (proceso ineluctable, sobre el que solo cabe acelerar o retrasar sus ritmos). En mi opinión, el paradigma del pensamiento dialéctico hegeliano, además de intrínsecamente idealista, se sitúa en dirección contraria al materialismo evolucionista, tanto por su carácter finalista/providencialista –del que no se despoja una reinterpretación secularizada–, como por la necesidad interna y deductiva que reviste su lógica. De otra parte, la escolástica esclerótica desarrollada durante décadas en torno al “Diamat” mostró su esterilidad en el terreno de la ciencia, su endeble carácter ideológico y nefasta utilización política.

Sigue predominando lo estructural-sincrónico, frente a lo diacrónico-evolutivo

—Sostiene la necesidad de un nuevo paradigma científico. ¿Cuáles serían las aristas principales de ese nuevo paradigma?

—Un paradigma supone un conjunto de presupuestos teóricos y sistema conceptual de común aceptación, como punto de partida y encaje de cualquier investigación particular. En mi opinión, el paradigma científico de nuestro tiempo, acorde con los datos y saberes acumulados, debe tener como eje la imprescindible perspectiva global evolucionista, en buena parte sintetizada en la teoría de unidades de nivel de integración que desarrolla Cordón sobre una base conceptual precisa (nivel de integración, unidades de nivel como agentes, emergencia, evolución conjunta, medio y ambiente, campo físico…). Por mi parte, propongo que, de ese sistema conceptual, aplicable al curso entero de la evolución energéticomaterial, ha de forma parte explícita la contingencia, en tanto constituye una “condición de posibilidad” de todo proceso evolutivo, producto de la interacción e interferencia de elementos agentes que permiten la emergencia de nuevos y diversos resultados, y sin solución de continuidad. Pero dotarse de una perspectiva teórica “más verdadera”, no exime de la labor de investigación de cada uno de los pasos que han enhebrado el curso contingente de la evolución. Todo un campo abierto n

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Sede de Rifondazione Comunista

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Doce provocaciones para la renovación del marxismo por Carlo Formenti

L

a búsqueda de un espacio político donde militar activamente ha ocupado los últimos 20 años de Carlo Formenti. A continuación, este pensador italiano expone sus discrepancias teóricas con la mayoría de los movimientos neocomunistas de Occidente.

I. Contra el determinismo histórico No hay ninguna necesidad inmanente al proceso histórico (ninguna presunta “ley”) que nos permita afirmar que el fin del capitalismo y el advenimiento del socialismo son acontecimientos inevitables. Aunque el propio Marx lo reiteró varias veces (ver la polémica con el traductor ruso de El Capital, quien le atribuyó la intención de describir las fases históricas que toda nación y toda civilización debe atravesar para llegar al modo de producción capitalista y luego al socialista), y aunque el último Lukács dedicó gran parte de la Ontología del ser social a explicar cómo el proceso histórico es impredecible y cómo las causas que lo hicieron tomar una dirección específica y no otra sólo pueden ser captadas post festum, la visión determinista/mecanicista de la historia (de la cual la fórmula de las tres fases –feudalismo, capitalismo, socialismo– canonizada por el diamat de Stalin es un ejemplo paradigmático) siguió siendo un elemento característico de la cultura socialcomunista. Sus corolarios son, entre otros, los dogmas economicistas y evolucionistas que señalan la contradicción “objetiva” entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción como la causa fundamental del fin necesario e inevitable del modo de producción capitalista.

II. Contra el mito de las fuerzas productivas Uno de los desmentidos más clamorosos de la tesis que asocia la posibilidad de una revolución socialista a un elevado

nivel de desarrollo de las fuerzas productivas nos llega de los acontecimientos históricos del siglo pasado. Todas las revoluciones socialistas exitosas han ocurrido en países “subdesarrollados” o en desarrollo, entre Asia y América Latina, mientras que los intentos revolucionarios en países industrialmente avanzados terminaron con la derrota de las clases subalternas.

Los dirigentes de la Segunda Internacional habían proclamado la imposibilidad de que el intento bolchevique en la Rusia “atrasada” tuviera éxito, así como los trotskistas predijeron que, en ausencia de una revolución victoriosa en Occidente, la revolución rusa no podría durar.

La ironía de Gramsci cuando escribió que los bolcheviques habían hecho una revolución “contra El Capital de Marx” es la mejor introducción a la formidable innovación teórica introducida por Lenin. Con la tesis del ataque “al eslabón débil de la cadena”, Lenin captó de hecho una verdad fundamental: lo que facilita el camino a la revolución proletaria son –más que las crisis económicas y los conflictos– las crisis políticas (guerras, luchas entre las clases dominantes, impases institucionales, etc.) que debilitan la capacidad de dominio político, ideológico y cultural (la capacidad hegemónica) de las élites, oportunidades que sólo pueden aprovecharse si existe un liderazgo revolucionario adecuado. El leninismo coincide, por tanto, con la reevaluación del peso del factor subjetivo (la autonomía de lo político) en el proceso histórico. Se suele argumentar que sólo la presencia de “condiciones objetivas” favorables permite el

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éxito; de lo contrario, todo intento corre el riesgo de caer en el voluntarismo, el subjetivismo, el golpismo, etc. Correcto, siempre que la referencia a condiciones objetivas no sirva para que vuelvan a entrar por la ventana los dogmas economicistas y evolucionistas.

servadoras, más que progresistas. Los pueblos se han levantado contra la colonización capitalista de todos los aspectos de la vida social con el objetivo de hacerlos funcionales al proceso de

III. Contra la exaltación acrítica de la ciencia y la tecnología La visión que atribuye un papel estratégico al desarrollo de las fuerzas productivas como factor en sí mismo progresista ha hecho que la cultura marxista haya heredado la tendencia positivista hacia la exaltación acrítica de la ciencia y la tecnología. El movimiento socialcomunista no ha logrado integrar en su patrimonio cultural los aportes filosóficos, científicos e ideológicos que, durante el último siglo, han desmantelado el mito de la “neutralidad” de la ciencia y la tecnología, demostrando cómo estas disciplinas teóricas y sus productos incorporan las relaciones de fuerza entre dominantes y dominados, encarnando los intereses, objetivos y necesidades de los primeros a expensas de los segundos. El juicio positivo que tanto Lenin como Gramsci dieron de los métodos tayloristas de organización del trabajo son un claro ejemplo en este sentido. Y un ejemplo aún más clamoroso son los delirios de autores como Antonio Negri y André Gorz que han exaltado la revolución digital como un factor capaz de democratizar la economía, las relaciones sociales, el sistema político y hasta la organización del trabajo, incluso después de que la concentración en los sectores de alta tecnología y de la New Economy ha demostrado inequívocamente cómo estas tecnologías y sus modelos de racionalidad contribuyen poderosamente a elevar las tasas de explotación de la fuerza de trabajo, a reducir el empleo y a colonizar (norteamericanizando) la imaginación de las nuevas generaciones.

Obviamente esto no significa negar a priori la utilidad de los productos de la ciencia y la tecnología. La cuestión crucial consiste en superar la visión ingenua según la cual bastaría reapropiarse de los conocimientos científicos y tecnológicos incorporados al aparato productivo para lograr que, una vez socializados, se conviertan automáticamente en otras tantas herramientas para la construcción del socialismo.

Mao proclama la República Popular China

Ho Chi Minh, líder revolucionario vietnamita

IV. Las revoluciones como freno de mano en el tren de la historia Si analizamos sin prejuicios las motivaciones que han permitido a las vanguardias revolucionarias movilizar de vez en cuando a las amplias masas populares contra el poder capitalistaburgués, descubrimos que, como escribió Walter Benjamin describiendo la revolución como el acto de “echar el freno de mano de la historia”, éstas fueron motivaciones en gran medida con-

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Thomas Sankara, líder comunista de Burkina Faso

valorización, contra la destrucción de los vínculos sociales, históricos, emocionales y culturales tradicionales.

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La idea de que el capitalismo desempeña una función progresista al “liberar” al individuo de los vínculos y los lazos comunitarios que limitaban su autonomía e iniciativa, aunque se pueden encontrar rastros de ello en Marx (especialmente en el Manifiesto), es una idea errónea que encarna la ideología y aspiraciones de las clases medias “reflexivas”, en lugar de las necesidades e intereses de las clases trabajadoras. De lo contrario, es imposible entender por qué, como se menciona en el punto II, tuvieron éxito las revoluciones de los países que luchan contra la dominación imperialista –colonial y neocolonial–, de los países metropolitanos, revoluciones que tuvieron como protagonistas a las amplias masas campesinas, clases obreras de reciente proletarización (a su vez de origen campesino), burguesías nacionales que defendieron las raíces históricoculturales de las comunidades locales contra el intento de integrarlas en el mercado mundial. Líderes como Lenin, Mao, Ho Chi Min, Castro, etc. entendieron e interpretaron estos sentimientos populares, es decir, entendieron que la revolución es conservadora y local antes que innovadora y cosmopolita.

Las crisis políticas, más que las económicas, facilitan la revolución ¿Significa esto que la revolución es por definición imposible en países “avanzados”, “civilizados” por siglos de dominio capitalista? No, pero en estos países parece más difícil, a menos que exista una muy grave crisis hegemónica (política, cultural, institucional) de las elites dominantes, condiciones en las que los efectos destructivos de la economía capitalista den lugar a la aspiración de dar vida a un mundo alternativo.

V. Contra la ideología progresista Las tesis anteriores convergen en afirmar que la revolución socialista no es un acontecimiento “progresista”. En primer lugar, porque no existe una idea de progreso compartida por todas las clases sociales, como ha llegado a creer el marxismo occidental. La idea de progreso se basa en el supuesto (refutado en los puntos anteriores) de que la historia consiste en una serie de fases evolutivas orientadas en un sentido “progresivo”.

En particular, se basa en el supuesto de que la revolución socialista representa la continuación de la revolución democrático-burguesa, de la cual realizaría plenamente aquellos valores y principios que esta última ha confinado a la esfera de los derechos individuales y civiles, sin extenderlas al ámbito de las relaciones sociales y económicas. Dado que Marx era un orgulloso opositor de los llamados derechos universales del hombre (que definió como los derechos del homo oeconomicus,

adaptados al propietario individual), la razón fundamental por la que la revolución socialista no puede ser la continuación de la burguesa consiste en el hecho de que la clase capitalista conquista el poder político en el momento en que ya se ha apoderado del poder económico, mientras que la clase proletaria no detenta ningún poder, por lo que su revolución debe necesariamente marcar una discontinuidad, un momento de ruptura radical del continuum temporal (un “salto de tigre”, como escribió Benjamin). Romper con la idea burguesa ilustrada de progreso significa romper con los conceptos burgueses de democracia y libertad estrechamente asociados a esa idea.

Sobre la democra cia volveré más adelante, en cuanto a la idea de li ber tad, el pun to de vista marxista sobre el tema, basado en la distinción entre libertad de (la libertad negativa del individuo de las limitaciones impuestas por la política) y libertad para (la liber tad positiva de imponer a las “leyes” del mercado los límites Ernesto ''Che'' Guevara. fijados por la comunidad), ha sido durante mucho tiempo la forma de bloquear el camino al oportunismo. Una vez venida a menos esta distinción, ya no existía ninguna barrera capaz de impedir el giro progresivo hacia la ideología liberal. Un giro que coincidió con la progresiva mutación de la base social de la izquierda, tanto moderada como “radical”, hasta la situación actual que ve la total coincidencia entre la izquierda de los derechos (¡por supuesto “universales” y estrictamente individuales!) y las clases mediasaltas de los centros urbanos gentrificados. La izquierda liberal progresista ignora sistemáticamente los derechos sociales de las clases trabajadoras (a las que considera conservadoras y reaccionarias debido a sus instintos “políticamente incorrectos”), mientras que sistemáticamente se pone del lado de las naciones occidentales comprometidas en luchar contra los regímenes “totalitarios” en nombre de la democracia y de los

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derechos humanos universales (ambos identificados con los principios, valores y procedimientos del mundo occidental y, por tanto, cualquier cosa menos universales).

VI. El socialismo del siglo XXI más allá de la utopía del siglo XIX El extraordinario éxito de las revoluciones china y vietnamita, así como los intentos revolucionarios más avanzados en América Latina, ponen en tela de juicio el modelo de sociedad socialista formulado por Marx y Engels en las últimas décadas del siglo XIX y que se mantuvo sustancialmente sin cambios hasta el colapso de la Unión Soviética. Ese modelo preveía, entre otras cosas, la superación relativamente rápida de los intercambios de mercado sobre una base monetaria, la nacionalización completa de los bancos y las grandes empresas, así como la transferencia progresiva de su gestión a la libre cooperación entre los trabajadores.

Además, la transición al comunismo se imaginó en formas

rescatadas de la pobreza en muy poco tiempo), que prohíbe a la burguesía nacional traducir la riqueza acumulada en poder político, que proyecta su capacidad hegemónica (política, económica, cultural) a nivel global reuniendo bajo su liderazgo un poderoso frente antiimperialista que impidió que el imperio de las barras y las estrellas extendiera su dominio por todo el planeta.

Es fundamental que la teoría marxista comience a cuestionar los límites de la visión clásica del socialismo: ¿Podemos imaginar un mundo en el que todas las contradicciones desaparezcan? ¿No estaríamos muy cerca del concepto del fin de la historia, incompatible con la visión materialista? Finalmente, no se trata de sustituir el modelo clásico de la transición al socialismo por el modelo chino: la revolución china no incorpora un paradigma universal, es un acontecimiento único e irrepetible en el que se conjugan una historia milenaria y una tradición muy diferentes de las occidentales (ausencia de feudalismo, burocracias imperiales centralizadas, conciencia generalizada del bien común vinculada a las filosofías confuciana y taoísta, etc.) que han desempeñado un papel no menos decisivo que el marxismo-leninismo. Lo mismo puede decirse de las formas peculiares que ha adoptado la democracia en

El populismo es la forma actual que adopta la lucha de clases

Enrico Berlinguer, a las puertas de la FIAT en Turín

no muy diferentes de las formuladas por los socialistas utópicos y los anarquistas: extinción del Estado y emancipación total de los individuos de cualquier forma de alienación y enajenación. Este modelo se aleja del socialismo al estilo chino, donde el mercado juega un papel estratégico en la relación entre los distintos sectores de la economía, a partir del intercambio entre la ciudad y el campo, y en la distribución de bienes e ingresos entre los ciudadanos. Sin embargo, todo esto se produce bajo el estricto control político del Estado-partido, que no sólo no se extingue sino que ha desempeñado, desempeña y presumiblemente desempeñará durante mucho tiempo un papel estratégico en la rápida y continua mejora de los niveles de vida de los ciudadanos chinos (800 millones de personas

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China, lo que demuestra que la tesis según la cual todo país que alcance un alto nivel de desarrollo económico debe necesariamente tomar el camino de la democracia al estilo occidental es completamente falsa. China no es un país “totalitario”, es un país cuyos ciudadanos miden el grado de democracia de su sistema político en función de la capacidad de promover el bienestar de las masas y no en función del cumplimiento de procedimientos formales abstractos. También en este terreno, los comunistas occidentales están llamados a desarrollar su propia concepción específica de la democracia socialista, sin aceptar pasivamente la tradición burguesa y sin pensar en “copiar” la china.

VII. Soberanía nacional y socialismo La izquierda condena la soberanía nacional en cuanto arbitraria, represiva, autoritaria y “de derechas”, y pide su superación por parte de instituciones supranacionales, sin darse cuenta de que estas últimas encarnan una “soberanía al cuadrado” mucho más arbitraria, autoritaria y antidemocrática.

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Frente a esta visión es necesario reiterar que soberanía nacional no significa necesariamente nacionalismo, y que distinguir

Palmiro Togliatti

Hugo Chávez reivindicó el Socialismo del siglo XXI

nacional fue largo y detallado hasta la década de 1970, después de la cual el (presunto) fin de la era colonial significó que la izquierda occidental transformó el tema en un tabú político, acusando a quienes lo revivieron de tercermundistas, reaccionarios y nacionalistas. Esta polarización se agravó a medida que avanzaba el proceso de construcción de la Unión Europea, dividiendo el campo marxista en tres grandes áreas: los que estaban entusiasmados con el proyecto unitario, los que estaban a favor con reservas y los que estaban en contra. Los miembros de las dos primeras corrientes ignoran deliberadamente lo que dijo el gurú neoliberal von Hayek cuando afirmó que la unificación europea sería la solución ideal para aplastar las ambiciones de los trabajadores de negociar salarios, ingresos y derechos.

A los marxistas que sostienen que los intereses de clase deben prevalecer sobre los de nacionalidad, citando el dicho del Manifiesto de que los trabajadores no tienen patria, cabe recordar cómo Lenin respondió a esta posición: “Habéis tomado sólo una cita del Manifiesto y parece que se quiere aplicarlo sin reservas, llegando incluso a negar las guerras nacionales.

Todo el espíritu del marxismo exige que cada situación sea examinada sólo a) históricamente; b) sólo en relación con las otras; c) sólo en conexión con la experiencia histórica concreta. [...] La tesis sobre la patria y su defensa no puede ser igualmente aplicable en todas las condiciones. En el Manifiesto Comunista se afirma que los trabajadores no tienen patria.

Bien. Pero esto no es todo lo que se afirma. Afirma que en la formación de los Estados nacionales la función del proletariado es bastante particular. Si tomamos la primera tesis (los trabajadores no tienen patria) y olvidamos su conexión con la segunda (los trabajadores se constituyen como clase a nivel nacional, pero no como la burguesía), caemos en un grave error”. En la situación histórica actual, en la que el proceso de integración en el espacio europeo ha expropiado a los ciudadanos de un marco en el que puedan decidir sobre las opciones que influyen en sus vidas, afirmar la necesidad de que los trabajadores se reconstituyan como clase a nivel nacional no es anacrónico ni reaccionario: es un elemento estratégico del proyecto de transformación socialista.

VIII. Lo que nos ha enseñado el populismo Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo de Bolivia

entre interno y externo no significa necesariamente xenofobia, sino más bien el deseo de definir el espacio en el que los ciudadanos pueden decidir libremente sobre las opciones que influyen en sus vidas. El debate marxista sobre la cuestión

El populismo no es una ideología (no existe un corpus ideal populista comparable al liberal y socialista) sino que es la forma que adopta la lucha de clases en la era del capitalismo globalizado y financiarizado en ausencia de partidos socialcomunistas a la altura de la tarea. Esto significa que el populismo no es en sí mismo regresivo, ni está destinado a adquirir connota-

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ciones de “derecha”, pero también significa que se trata de movimientos que lanzan un desafío a quienes se proponen reconstruir un partido revolucionario. Debemos a Ernesto Laclau un análisis lúcido que, si bien rechaza la tesis según la cual el populismo sería sólo una técnica de manipulación de las masas para subvertir el sistema democrático liberal y sustituirlo por regímenes totalitarios, reconoce que encarna una demanda de democracia radical que el sistema no puede satisfacer. El “momento populista” es el resultado de una situación en la que un sistema determinado ya no es capaz de responder a las demandas que le llegan del cuerpo social. Se establece así una “cadena equivalente” entre las demandas sin respuesta; la acumulación de demandas no escuchadas y la creciente incapacidad del sistema institucional para absorberlas hace que se establezca una relación de equivalencia entre ellas, radicalizando el conflicto entre el sistema institucional y el pueblo. De esta manera, la sociedad se divide en dos bandos: “nosotros y ellos” y, en este punto, se crean las condiciones para unificar a los sujetos que plantean reivindicaciones mediante el reconocimiento de objetivos y enemigos comunes. Mientras que el marxismo asocia los conflictos sociales a las contradicciones inmanentes a las relaciones de producción, esta visión se refiere a su unificación en el nivel simbólico en oposición a un régimen oligárquico (élite, casta, etc.) vivido como “malo”. Las dinámicas de muchos movimientos sociales nacidos en las últimas décadas son más similares a éstos que los descritos por la teoría marxista.

¿Llegamos al poder para gobernar el sistema o para cambiar el sistema?

Este es un desafío que proviene tanto de la derecha como de la izquierda, ya que es difícil distinguir entre movimientos con potencial emancipador y revoluciones pasivas, también porque aquí (¡aparentemente!) lo que está en juego no es la hegemonía de una clase o bloque social específico, sino más bien la capacidad de ciertas afirmaciones particulares de encarnar simbólicamente toda la cadena equivalencial. Estas estrategias han funcionado en países latinoamericanos donde los populismos de izquierda –gracias a condiciones histórico-sociales particulares– han conquistado el poder al fundar nuevas formaciones políticas que han absorbido a las izquierdas tradicionales (incluidos los comunistas) dentro de sí. Sin embargo, fracasaron en Europa donde (véase Podemos en España) hubo un intento de “importar” el modelo latinoamericano sin compartir su radicalidad antisistémica. El hecho es que el populismo,

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a pesar de todos los límites y riesgos que lo caracterizan, ofrece algunas lecciones valiosas a un movimiento socialcomunista occidental que es cada vez menos capaz de incidir significativamente en la realidad social. En particular: 1) en los sistemas políticos plenamente posdemocráticos, el momento populista tiene el mérito de representar un reclamo de democracia radical; 2) la capacidad de movilización de masas que los movimientos populistas han logrado ejercer incluso en contextos donde cualquier ambición antagónica parecía latente durante algún tiempo es una clara demostración de que el pueblo no es una entidad predeterminada sino una construcción política; 3) el populismo demuestra la necesidad de reconocer la autonomía de la esfera política (lo que el marxismo occidental parece haber olvidado desde los tiempos de Lenin y Gramsci), aunque esta autonomía no es absoluta ni puede limitarse a la dimensión puramente simbólico-discursiva.

IX. Construir el partido de clase La primera generación de movimientos poscomunistas, nacidos de la crisis de la izquierda “alternativa” de los años setenta y/o nacidos tras el hundimiento de los socialismos reales y fusionados en el hervidero de un amplio y variado ámbito cultural (feministas, antiglobalistas, ecopacifistas, etc.) comparten el rechazo a cualquier organización de tipo vertical. La “forma partido“ y la “forma Estado“ son repudiadas por ser “políticamente incorrectas”. Alguien ha definido la “paranoia horizontalista” como la obsesión de que la organización como tal implica su uso en favor de intereses particulares, de que el poder de hacer cosas se transforma inevitablemente en poder sobre los demás. Sin desafiar esta desconfianza radical no es posible abordar la tarea de construir el partido de clase, fórmula que prefiero a la de reconstruir el partido comunista porque creo que, en el contexto histórico actual, la construcción de la clase y del partido deben ir de la mano. Hablar de construcción de la clase suena extraño a los oídos de quienes razonan a partir de dogmas que ven a la clase como una entidad que existe “en sí y para sí misma”, una “realidad objetiva” generada por las relaciones de producción.

Pero si es cierto que la clase obrera occidental aparece hoy como una entidad fantasma, un anacronismo del siglo XIX y XX, después de décadas de guerra de clases desde arriba, reestructuraciones tecnológicas, deslocalizaciones, “reformas” legales e institucionales, traiciones de partidos y sindicatos convertidos al neoliberalismo la han transformado en una nebulosa de átomos individuales expropiados de su estatus profesional y jurídico, pero sobre todo inconscientes de pertenecer a una entidad social que comparte intereses, necesidades y expectativas; si todo esto es cierto, significa que la clase debe

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construirse; una tarea que no incumbe a la sociología académica, sino a una organización política, arraigada en los distintos sectores en que se ha dividido la clase, capaz de realizar un trabajo de análisis de campo –antes llamado co-investigación– y de generalización teórica de los resultados. La organización en cuestión no existe actualmente, por lo que la construcción de la clase y la construcción del partido son procesos entrelazados. El partido sólo puede nacer y crecer seleccionando a los sujetos más valientes e inteligentes generados por los núcleos de resistencia anticapitalista que siguen existiendo, a pesar de la situación de retirada y derrota del proletariado. Un proceso que no puede venir “desde abajo”, como resultado de una agregación espontánea de las vanguardias combativas; pero que ni siquiera puede caer desde arriba adoptando el modelo leninista en su forma “clásica”. Esta fase será duradera y no podemos pensar en poder acortarla de forma voluntarista, aunque la actual crisis económica, política y militar global requeriría poco tiempo.

Mientras tanto, cualquier deseo de construir un bloque social revolucionario es prematuro y contraproducente. Es cierto que las revoluciones asiáticas y latinoamericanas han construido amplios frentes de clase antiimperialistas y anticapitalistas, pero estos son procesos caracterizados por composiciones, historias y tradiciones de clase radicalmente diferentes a las nuestras. Aquí no hay grandes masas campesinas, ni una pequeña y mediana burguesía verdaderamente “progresista”, dado que un buen 30/40% de la población es parte integrante del bloque social hegemonizado por las élites neoliberales. Por lo tanto, para nosotros construir el bloque social significará trabajar durante un largo período para consolidar las secciones en las que estaban separadas las clases trabajadoras, mientras que sólo en una fase posterior será posible pensar en posibles alianzas.

X. El estado de las fuerzas subjetivas Lo que más llama la atención, al analizar la historia de los pequeños partidos neocomunistas nacidos de la disolución del PCI, es su escasa, por no decir nula, capacidad para comprender cómo el mayor partido comunista occidental fue capaz de transformarse, en un tiempo relativamente corto, en un partido neoliberal. El análisis es reemplazado por sentimientos de rabia, decepción, resentimiento y acusaciones de “traición“ a los grupos dirigentes. ¿Pero de dónde vienen esos grupos dirigentes?

La incapacidad de responder a esta pregunta queda certificada por el hecho de que no es raro escuchar panegíricos de Enrico Berlinguer, el líder que ofició el compromiso histórico con la DC y que, después de haber proclamado el agotamiento

del “impulso propulsivo” de la Revolución de octubre, dijo que se sentía seguro bajo el paraguas protector de la OTAN; el hombre que, antes de aparecer ante las puertas de la FIAT en 1980, cuando la batalla ya estaba perdida, había bendecido el giro oportunista de la CGIL de Lama. Si no podemos hacer balance del fundador del eurocomunismo, imagínese si podemos esperar reflexiones críticas sobre el legado teórico y político del “Migliore“1. Sin embargo, la interpretación de Togliatti del concepto gramsciano de “nacional popular” tuvo un impacto significativo en los acontecimientos posteriores: la base se había engañado a sí misma al pensar que la tesis de la “larga marcha a través de las instituciones” era una distracción táctica, sin entender que era una visión que subvirtió el análisis marxista de la relación entre reformas y revolución, según el cual la alternativa real no es entre reformas y revolución, sino entre

La revolución socialista no es un acontecimiento "progresista"

reformas como medio para preparar la revolución y reformas como un fin en sí mismas. La cuestión no es la alternativa entre revolución violenta y conquista pacífica del poder, sino más bien: ¿llegamos al poder para gobernar el sistema, o porque es el primer paso hacia un cambio sistémico? El camino de Togliatti preveía crear una convivencia (la que Berlinguer habría traducido con la fórmula del Compromiso Histórico) con partidos burgueses que nunca habrían permitido que se iniciara un cambio de sistema: aquel reformismo, que no cuestionaba la naturaleza, las funciones y los objetivos de este Estado, y se limitó a reivindicar la aplicación de los principios de la Constitución de 1948, se dedicó a transigir con el enemigo de clase.

La combinación de electoralismo y oportunismo es el legado que el PCI ha transferido a Rifondazione y a todos los demás “arbustos” neocomunistas: a medida que fueron perdiendo votos y diputados, creció el espasmódico compromiso de conquistar algún diputado, senador y regional o concejal municipal, los escasos recursos organizativos y económicos se invirtieron en lograr este objetivo a cualquier precio, más que en reconstruir el partido de clase. Esta obsesión, alimentada por las pequeñas ambiciones de un equipo político de calidad cada vez menor, ha provocado fragmentación y competencia entre “marcas” en competencia, hasta el resultado grotesco de la plétora de símbolos de la hoz y el martillo que adornan los carteles y las papeletas electorales. Huelga decir que estas formaciones, con muy pocas excepciones, nunca han esbozado una reflexión seria sobre la renovación teórica del marxismo, sobre

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las razones del colapso soviético y del éxito chino, sobre la crisis del sistema capitalista global, ni sobre las transformaciones socioculturales sufridas por las clases trabajadoras.

En cuanto a las izquierdas antagonistas de los años setenta: después de haber combatido el giro eurocomunista en nombre de una ideología “marxista-leninista” que Lenin habría catalogado de extremismo infantil, y después de haber sido laminadas por la contraofensiva capitalista, se “disolvieron” en los movimientos posmodernos de las décadas siguientes, convirtiéndose a su vez al liberalismo, aunque en una versión progresista. Su confluencia con los veteranos del PCI tras el “suicidio” de la Bolognina2 creó las condiciones para el experimento de Bertinotti, un caldero en el que los peores defectos del viejo PCI (electoralismo y tácticas oportunistas) se mezclaban con los peores defectos del movimentismo (verbalismo extremista, individualismo o democratismo pequeñoburgués).

Fueron los populismos de izquierda los que ocuparon el

guardias presentes en los diversos frentes de lucha, formarlas como cuadros políticos, reunificar los fragmentos del movimiento comunista, elaborar un programa creíble y forjar las herramientas organizativas necesarias para implementarlo.

Los viejos vicios resurgen –oportunismo, codismo3, electoralismo y demagogia– agravados por la urgencia de responder a los desafíos impuestos por la crisis económica y política mundial. Algunos se unen al movimiento No Vax, sin distinguir la sacrosanta ira popular que lo inspira de las conspiraciones y delirios pseudocientíficos de algunos de sus exponentes; otros hacen un guiño a los movimientos soberanistas de derecha, planeando acuerdos electorales improbables con interlocutores ambiguos; otros, y estos son los mejores casos, se dedican a reunificar los restos de la diáspora comunista y evitan realizar quimeras electorales, pero adolecen de graves limitaciones teóricas e ideológicas, cultivando una visión excesivamente optimista de las perspectivas abiertas por los éxitos de la movimiento antiimperialista global (que nada puede hacer para remediar la devastación en nuestra casa). En todas las variantes, la edad media de los directivos es elevada, lo que alimenta la nostalgia del pasado y un espíritu de testimonio, que surge tanto del lenguaje –anacrónico, retórico y difícil de entender para las masas de trabajadores y jóvenes– como volver a proponer modelos de sistemas organizativos obsoletos, aderezado con la referencia ritual a los principios del centralismo democrático.

XI. El estado de la clase La ortodoxia marxista postula la existencia de una única clase social, la clase trabajadora, Álvaro García Linera y Evo Morales realmente revolucionaria, un Sujeto de la Historia “naturalmente” destinado a derrocar espacio político y electoral liberado por la transformación de la el modo de producción capitalista. Con el tiempo, este dogma ha sido cuestionado varias veces, por ejemplo confiando el izquierda tradicional en partidos neoliberales, actuando como papel de dirección de la lucha recolectores de las veleidades La revolución es conservadora anticapitalista a los trabajado“subversivas” de viejas y nueres del conocimiento, al prolevas capas pequeñoburguesas, y local antes que innovadora tariado juvenil, a las “multitupenalizadas por la crisis y en y cosmopolita des”, a las mujeres, etc. Todo estado de ebullición desde los ello sin que haya desaparecido tiempos de Tangentópolis, acla lógica “esencialista” que postula la existencia de un Sujeto tuando como megáfono de la ira de las clases trabajadoras. “naturalmente” revolucionario. Es hora de superar esta lógica, Dado que esta falsa alternativa ha perdido energía propulsora, reemplazándola por la idea de construir una red de grupos la galaxia de partidos neocomunistas alberga la ilusión de posociales y comunidades que puedan integrarse en un proyecto der heredar el efímero consenso electoral: el objetivo es interunitario de cambio revolucionario. Se trata de identificar las ceptar la base electoral y utilizarla como “atajo” para sortear el nuevas contradicciones capaces de integrar la clásica oposiagotador trabajo diario tan necesario para organizar las van-

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ción bipolar entre empresarios/ obreros, con el objetivo de trazar un perímetro que defina el material social, cultural y antropológico que puede movilizarse contra el capitalismo.

El primer parámetro se refiere a los ingresos. La contrarrevolución liberal ha cavado un profundo surco entre una pequeña minoría de los súper ricos y una gran mayoría de pobres y muy pobres: working poor, desempleados y semiempleados, trabajadores precarios (tanto dependientes como “autoempleados”), pequeños y medianos empresarios, profesionales en camino de proletarización, endeudados, etc. Sin embargo, la pobreza no es un criterio suficiente: es necesario distinguir entre quienes viven exclusivamente de su propio salario y quienes disfrutan de otras fuentes de ingresos (el trabajo “por cuenta propia” no es un criterio significativo, dada la elevada proporción de falsos autónomos).

El segundo parámetro es la disponibilidad (y la entidad) de los ingresos eventuales. En Estados Unidos y Europa hay una proporción de entre el 30% y el 40% de los ciudadanos que disfrutan de ingresos suficientes (alquileres, títulos, etc.) para garantizar un nivel de vida más alto del que podrían permitirse sólo con el trabajo. Esta clase media posee un tercio de la riqueza nacional en varios países occidentales y, de hecho, es aliada de la élite superrica, tanto porque comparte en parte sus intereses como porque encarna una promesa de movilidad social a los ojos de los estratos más bajos.

El tercer parámetro es el nivel de implicación en las funciones de mando y control de otros trabajadores. Los post-obreristas sostienen que la revolución digital ha creado una capa de “trabajadores del conocimiento” con alta autonomía del mando capitalista, potencialmente capaces de asumir el control directo sobre la producción. En realidad, la gran mayoría de estos trabajadores son simples “obreros”, desposeídos de la capacidad de comprender el proceso de producción total en el que operan como engranajes individuales; y viceversa, los directivos incluidos en las grandes empresas de la New Economy son funcionarios del capital que tienen la función de desarrollar modelos y procedimientos de gobernanza, control y mando sobre otros empleados, sobre redes de mano de obra falsamente autónoma, sobre los consumidores y, más generalmente, sobre el conjunto de las relaciones sociales, por lo tanto pertenecen, a todos los efectos, a la élite neoburguesa.

El cuarto parámetro es la ubicación territorial. El conflicto centro/periferia puede escalarse a diferentes niveles: naciones metropolitanas versus naciones periféricas; regiones ricas,

densamente pobladas e hiperconectadas versus regiones pobres, escasamente habitadas y aisladas, ciudad versus campo, etc. La ubicación geográfica y los altos niveles de movilidad física y virtual ofrecen ventajas competitivas, mientras que aquellos atrapados en áreas periféricas con baja movilidad y menor densidad de valor tienen pocas oportunidades de negociar el precio de su fuerza laboral. La diferencia entre quienes pueden “fijar su propio precio”, porque están situados en el centro, y quienes lo sufren porque están enjaulados en una zona periférica, es un elemento estratégico del conflicto de clases. Incluso el conflicto entre naciones centrales y naciones periféricas es, a todos los efectos, una forma de conflicto de clases: el interés de las clases subordinadas de los centros no coincide necesariamente con el de las clases subordinadas de las periferias, lo que también se aplica a los procesos de colonización interna como la del sur de Italia por las regiones del norte. El capital global y financiarizado –formado por flujos

Frente Nacional de Liberación de Vietnam

acelerados de bienes, servicios, capitales y personas que ignoran las fronteras– oprime y explota los territorios en los que vive la gran mayoría de quienes no disfrutan de las oportunidades de movilidad física y social reservadas a las élites. Las metrópolis generan dos tercios del PIB y su columna vertebral ya no está formada por estratos sociales tradicionales, sino por una neoburguesía emergente. Todas las oportunidades se concentran en estos espacios debido a su mayor tasa de integración en la economía mundial. La cultura de esta neoburguesía metropolitana, fundada en los mitos de la movilidad y el progreso, exalta los derechos humanos (pero no los derechos sociales), practica el multiculturalismo y el antirracismo teñidos de hipocresía y encuentra expresión política en la izquierda liberal progresista.

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Centenario del Partido Comunista de China

El quinto parámetro es antropológico. El proceso de fragsistémico y sólo pretendan influir en el poder de “limitar el mentación social afecta a todo el cuerpo social, provocando daño”, dando por sentado que las lógicas socioeconómicas que explote en una nube de átomos individuales, aislados e básicas son inmutables. incapaces de desarrollar relaciones soliPor último, el lenguaje políticamente darias y comunitarias. La proliferación correcto que impregna el discurso políLa teoría marxista debe cuestionar de identidades sustitutas es una consetico, las instituciones educativas, la la visión clásica del socialismo cuencia de este fenómeno: la anomia y industria cultural y los medios de cola soledad se combaten inventando municación (periódicos, televisión, cinuevas “tribus”, en un intento de autosituarse en un marco ne, publicidad, etc.) trabaja a toda velocidad para neutralizar o simbólico compartido. La mentalidad liberal progresista exalta desviar sobre falsos enemigos el nivel de agresividad generado estas prácticas como un proceso de “emancipación” del indivipor las condiciones de frustración en las que las masas se ven duo de los vínculos sociales tradicionales. Esto es pura ilusión, obligadas a vivir. especialmente en el caso de aquellos empujados hacia la base XII. ¿Repensar la forma partido? de la pirámide social. Para ellos, las alternativas que les permiSi los restos del movimiento comunista y las clases subalterten obtener un sustituto de reconocimiento y autoestima son nas en Occidente se encuentran en el estado desastroso que precarias, miserables, artificiales e inestables. El bajo perfil culacabamos de describir, ¿tiene sentido revivir el modelo “clásitural y de valores y la falta de expectativas sobre el futuro que co” del partido leninista? El experimento de Bertinotti de “disocaracteriza a la mayoría de las personas también afectan sus lución” del partido en el movimiento produjo los resultados orientaciones políticas: no es casualidad que los nuevos movicatastróficos que todos conocemos, generando una reacción mientos hayan abandonado todas las ambiciones de cambio

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simétrica a la paranoia “horizontalista” descrita anteriormente, Europea como España –muy diferentes a las del subcontinenes decir, generó una paranoia “verticalista”. Contra los delirios te latinoamericano– rechazaron sin piedad el experimento. Un de la multitud, se ha afirmado la necesidad de volver a poner a fracaso también debido al intento de forjar una apariencia poslas clases y al Estado en el centro del análimoderna para el modelo latinoamericasis. Correcto, pero esto no implica repetir no: Podemos pretendía “construir un La cultura marxista heredó la por inercia líneas políticas y formas orpueblo” sin trabajar en la unificación de exaltación acrítica de la ciencia y las clases trabajadoras y la construcción ganizativas que ya no responden a la concreción del momento histórico. Podemos y de una organización arraigada en lo la tecnología debemos preguntarnos si se puede repensocial; intentó hegemonizar los movisar el modelo de partido leninista. mientos de masas mediante el uso de Razonando sobre los procesos revolucionarios de América nuevos medios digitales y no educó políticamente a las vanLatina, quien escribe intentó imaginar cómo podría funcionar guardias; intentó obtener una mayoría electoral en poco tiemuna organización de vanguardia capaz de hegemonizar las po para conquistar el gobierno sin entender que el liderazgo bases de los movimientos populistas, orientándolas hacia obdel gobierno, en ausencia de un proyecto de cambio sistémico, jetivos compatibles con una mutación sistémica radical. La sería efímero y no permitiría que se alterara el equilibrio de evolución de la situación internacional, caracterizada por la poder entre las clases. pandemia de Covid, el agravamiento de la crisis económica y el Concluyo planteando nuevamente la pregunta: ¿los fracasos inicio de una “Tercera Guerra Mundial por partes”; por no del PRC de Bertinotti y de Podemos justifican la adopción de un hablar del caos en el que ha caído nuestro sistema político, ha modelo clásicamente leninista? Es una pregunta que sólo podrá hecho que este escenario sea problemático. El “partido conecresponderse si y cuando el proceso paralelo de reconstrucción tivo” que las revoluciones bolivarianas armaron reuniendo una del partido y la clase dé algunos pasos concretos hacia adelante. pluralidad de sujetos y movimientos sociales, políticos y cultuMientras tanto, deben evitarse tanto la autocelebración nostálgirales es el resultado de condiciones irrepetibles: se trata de ca como la ilusión de que los éxitos de China y otros países del revoluciones antiliberales, antiimperialistas, de emancipación Sur global pueden resolver nuestros problemas n nacional y racial, realizadas en contextos que promovieron la convergencia de intereses entre masas campesinas indígenas, (Traducción de Konkreto) clase obrera, subproletariado urbano, pequeña y mediana burNotas guesía progresista en torno a objetivos radicales de reforma 1. A Palmiro Togliatti lo apodaban “Il Migliore” (El Mejor). constitucional, redistribución de la riqueza y cambio de matriz 2. El giro de la Bolognina fue el epílogo de un proceso político que, productiva; fueron dirigidos por líderes revolucionarios de a partir de finales de los años 70, condujo el 3 de febrero de 1991 a gran capacidad política como Chávez; Morales y Linera, curtila disolución del Partido Comunista Italiano y su transformación dos por duras experiencias de lucha, que supieron innovar la en el Partido Democrático de Izquierda. Toma su nombre de la teoría socialista y movilizar vanguardias políticas expertas y sección del PCI en la Bolognina, un barrio del distrito Navile de confiables; además, el proceso revolucionario supo aprovechar Bolonia, donde el 12 de noviembre de 1989 el secretario del PCI, estructuras de democracia directa y participativa surgidas en Achille Occhetto, hizo el anuncio. luchas anteriores, al tiempo que los partidos comunistas loca3. Codista es un neologismo para indicar a aquella persona que, les se integraron en el PSUV venezolano y el MAS boliviano. para ganarse la vida y a cambio de una tarifa, hace cola en los mosPodemos intentó “copiar” ese tipo de “forma partido“, pero tradores de correos, bancos y similares en lugar de otras personas las condiciones socioeconómicas, políticas y culturales de un para ahorrar tiempo. Aquí, los que hacen de bulto o relleno de alguna candidatura electoral de otros país industrialmente avanzado e integrado en la Comunidad

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La política y el Estado en Marx por Eduard Ibáñez Jofre

¿

El Estado es una entidad separada de la sociedad? ¿El Estado puede ser absorbido por la sociedad? De la política, concebida como expresión de los antagonismos de clase, depende la forma y función del aparato estatal.

1 Recapitulando su trayectoria intelectual, Marx escribe en 1859: “Mis investigaciones dieron este resultado: que las relaciones jurídicas, así como las formas de Estado, no pueden explicarse ni por sí mismas, ni por la llamada evolución general del espíritu humano; que se originan más bien en las condiciones materiales de existencia que Hegel, siguiendo el ejemplo de los ingleses y franceses del siglo XVIII, comprendía bajo el nombre de ‘sociedad civil’; pero que la anatomía de la sociedad hay que buscarla en la economía política”1.

El resultado de esas investigaciones es claro: “Las relaciones jurídicas, así como las formas de Estado, no pueden explicarse ni por sí mismas…”. Había que reconducir a esas entidades consideradas independientes y dotadas de vida propia. El propósito no era tanto subordinarlas a la economía y la sociedad (la superestructura a la infraestructura), como impedir que actuaran por su cuenta. Se pretendía rebajarlas justamente para que dejaran de funcionar “por sí mismas”, como entidades soberanas, y fueran más accesibles y manejables2.

incapaz es (la razón política) de comprender las dolencias sociales”3. La política es abstracta en el sentido de limitada y parcial: “Solo cuando el hombre real, individual reabsorba en sí mismo al abstracto ciudadano y… ya no separe de sí la fuerza social en forma de fuerza política; solo entonces, se habrá cumplido la emancipación humana”4. La política como “revolución parcial, meramente política” se contrapone a la “revolución radical”, la “emancipación humana en general”5.

Un poco más adelante, la revolución política llega a emparejarse con la revolución social. Marx eleva la revolución social, rebaja la revolución política y las alinea en el mismo plano: “Toda revolución derroca la sociedad anterior; en este sentido es social. Toda revolución derroca el poder anterior; en este sentido es política”. Pero como la política todavía es abstracta, incapaz de captar la comunidad social, su papel sigue siendo limitado: “En tanto en cuanto el socialismo necesita destrucción y disolución, este acto político le es imprescindible… Pero allí donde comienza su acción organizadora… el socialismo se deshace de su envoltorio político”6.

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Reconducir la política no significa pues anularla, sino resituarla. En un primer momento, Marx denuncia la política como “abstracción” social. La autonomía de la política no es más que su separación de la sociedad, su imposibilidad de aprehenderla: “Cuanto más aguda, cuanto más viva, tanto más

Ahora bien, en un segundo momento, cuando Marx descubre el antagonismo social, la revolución política ya no es un complemento de la revolución social; la política deja de estar fuera o al lado de la sociedad y se hace inmanente a ella. En el antagonismo entre obreros y capital, proletariado y burguesía,

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La fluidez política queda coagulada en la lucha de clases, la política se política no somete, sino que libera. convierte en acción política de claAl bajar la política a tierra, los conen la forma estatal se. La política es clase en lucha: “En tendientes se mueven en un mismo la lucha… esta masa se reúne, consplano: de un lado, el capital; del otro, tituyéndose en clase para sí misma. Los intereses que defienlos trabajadores. Los contendientes se enfrentan “cuerpo a den llegan a ser intereses de clase. Pero la lucha de clase contra cuerpo”, como se dice en Miseria de la filosofía. clase es una lucha política”.

5 La política ya no es puramente destructiva, el “envoltorio” Inmersa en la lucha de clases, y en forma de creciente orgadel que uno puede “deshacerse”, sino que asume un papel ponización proletaria y de progresiva imposición social, la polítisitivo. La política es crecimiento de clase, la existencia de la ca tiene un amplio campo por recorrer. Lo que está en juego en clase en el conflicto social (y “solamente en un orden de cosas el despliegue de la política obrera, en sus reivindicaciones y en el cual no existan clases ni antagonismos de clases las evoconquistas, es pues algo más que reforma social. Como fuerzas luciones sociales dejarán de ser revoluciones políticas”)7.

Naturalmente, no desaparece la diferencia entre política y de compulsión, las intervenciones políticas obreras (como la economía, política y sociedad, pero la política ahora es una reducción legal de la jornada de trabajo) son pasos revolucioextensión de la economía, su prolongación. “Basta ese contacnarios. Explicando sus refriegas en la I Internacional, Marx to para que las numerosas luchas locales… se centralicen en escribe a Kugelman: “(Los seguidores de Proudhon) desdeñan una lucha nacional, en una lucha de clases. Mas toda lucha de toda acción revolucionaria, esto es, toda acción que brote de la 8 clases es una lucha política” . propia lucha de clases, todo movimiento social concentrado y, Es una idea-fuerza que Marx no abandonará. En la carta a F. por lo tanto, todo aquel que también puede llevarse a cabo por Bolte de 1871 escribe: “La tentativa en una fábrica particular o medios políticos (por ejemplo, la limitación legal de la jornada aun en una industria particular de obligar a los capitalistas a de trabajo)”10. que acorten la jornada de trabajo mediante huelgas, etc., es un 6 movimiento puramente económico. En cambio, el movimienEn cuanto al Estado, el objetivo es el mismo: bajarlo a tierra, to que tiene como objetivo hacer aprobar una ley que estaa las “condiciones materiales”. La reabsorción del Estado en la blezca la jornada de ocho horas, etc., es un movimiento polítisociedad sigue los mismos pasos que la reintegración de la co. Y de esta manera, a partir de los distintos movimientos ecopolítica en la sociedad. En un primer momento, el Estado es nómicos de los obreros surge en todas partes un movimiento criticado por su separación de la sociedad: “Un solo acto conspolítico”9. tituye el Estado político y realiza a la vez la disolución de la 4 sociedad burguesa en individuos independientes… El hombre Cuando la política entra en el antagonismo social y econóreal no es reconocido más que en la figura del individuo egoísmico, deja de ser abstracción y se convierte en dominación. En ta; el hombre verdadero, en la del ciudadano abstracto”11. El Estado es denunciado por su abstracción, como “un todo absla continuación de la carta a Bolte, Marx añade: “… un movitracto, cuya existencia se debe únicamente a la separación de miento político, es decir, un movimiento de clase, tiene por la vida real”12. objeto imponer sus intereses en forma general, en una forma Cuando en un segundo momento Marx descubre el antagoque posee una fuerza de compulsión para toda la sociedad”. nismo social, el Estado es enraizado en la sociedad y amarrado a “Imponer”, “fuerza de compulsión”. La política ya no es una sus luchas, hasta el punto que las luchas dentro del Estado son abstracción, una entidad parcial, separada de la sociedad, sino consideradas ilusorias: “Todas las luchas que se libran dentro del una fuerza positiva, productiva, capaz de obligar a “toda la Estado, la lucha entre la democracia, la aristocracia y la monarsociedad”. La lucha política es dominación. quía, la lucha por el derecho de sufragio, etc., no son sino las forSe ha despojado a la política de su aureola de trascendenmas ilusorias bajo las que se ventilan las luchas reales entre las cia, de su pretensión de autosuficiencia, y se la ha librado a diversas clases”13. El Estado es aferrado a la lucha de clases. la inmanencia de la lucha de clases, al enfrentamiento entre formaciones cuya composición es básicamente económica, 7 pero cuyo choque es político. Fundada en la praxis social, la Pero el Estado difiere sustancialmente de la política, porque política se ha hecho accesible y manejable, y los hombres su naturaleza es distinta. La política es imposición, dominapueden ahora servirse de ella. La determinación social de la

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ción; es fluida, circula entre las clases. El Estado, por el contrario, es un aparato, una “máquina del despotismo de clase”14. Es el resultado de la dominación de clase, su síntesis, el lugar donde se inscribe esa dominación, la victoria de una clase sobre otra. Si la clase es dominación política, el Estado es su codificación, con su burocracia, sus leyes, sus fuerzas coercitivas… El Estado es el resumen del antagonismo: “El poder político constituye el resumen oficial del antagonismo en la sociedad civil”15.

La fluidez política queda coagulada en la forma estatal, un aparato o máquina que, en su ‘autonomía’ o ‘independencia’, registra los movimientos de la política, esto es, el estado de la dominación burguesa. Tal es la llamada “autonomía relativa” del Estado capitalista: un aparato separado que codifica la dominación de la clase capitalista.

En sus textos más combativos, Marx estiliza el aspecto más subjetivo: “El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”16. Pero nunca perdió de vista su carácter dúplice: “El Estado es la forma bajo la que los individuos de una clase dominante hacen valer sus intereses comunes y en la que se condensa toda la sociedad civil de una época”17.

El objetivo frente al Estado es pues acabar con su carácter de clase y reintegrarlo en la sociedad.

que adopta el proletariado en el poder. El Estado es democrático en tanto se encuentra en manos del proletariado como representante general de la sociedad.

Veinte años más tarde, el proyecto se concreta, esto es, el Estado proletario adquiere rasgos propios y específicos. No por obra suya. “No fue descubierto por Marx… fue el descubrimiento espontáneo de los trabajadores de la Comuna de París”19.

El nuevo proyecto altera sustancialmente el anterior: “La clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines”.

Lo que hace la Comuna, en primer lugar, es llenar de contenido la democracia a fin de que la sociedad reabsorba efectivamente el Estado: “Las funciones legítimas (del viejo poder estatal) habían de ser arrancadas a una autoridad que usurpaba una posición preminente sobre la sociedad misma, para restituirla a los servidores responsables de esta sociedad”.

Pero en segundo lugar, y como consecuencia de ello, la Comuna llena también de contenido el nuevo Estado: “La Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo, dentro de ella, la emancipación económica del trabajo”.

En razón de su carácter democrático (con la supresión, por 8 ejemplo, del ejército y la burocracia permanentes), el nuevo Durante largo tiempo, la posición de Marx al respecto no Estado fija con precisión los movimientos políticos y avances varió. Era la expresada en el Manifiesto comunista. La conceneconómicos de la lucha obrera y por eso el resultado de la tración de la política obrera lleva a la conquista del poder polílucha de clases es favorable al proletariado. La nueva forma política registra el dominio obrero de clase y codifica su dominatico: “El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que ción, de modo que la síntesis del antagonismo social es ventael de todos los demás partidos proletarios: constitución de los josa para la clase obrera. Pero no es un Estado separado justaproletarios en clase [organización del proletariado en clase y, mente porque es democrático, es la dominación de la mayoría por tanto, en partido político], derrocamiento de la dominación y no de una minoría explotadora. burguesa, conquista del poder político por el proletariado”.

La Comuna es la forma política adecuada al proletariado porY la toma del poder político por el proletariado coincide con que es la forma en la que el proletariado resume su lucha. Si el la reabsorción social del Estado, esto es, “la elevación del proEstado es una “máquina del despotisletariado a clase dominante, la conmo de clase”, la Comuna es la forma quista de la democracia”18.

Sin problematizar el Estado, la depolítica dentro de la cual se lleva a Política y Estado comparten la misma cabo “la emancipación económica mocracia permanece como una refenaturaleza mundana del trabajo”20. rencia genérica a la forma política

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esclavización social”. También el Estado obrero es dependiente de las Se puede observar entonces que La determinación social de la política clases, pues tras la toma del poder el hay dos momentos de política y pono somete, sino que libera proletariado “continúa siendo una der obrero. Ambos están explícitaclase, y las condiciones económicas mente indicados en el Manifiesto en que se basan la lucha de clases y la Inaugural de la Asociación Internaexistencia de las clases todavía no han desaparecido y deben cional de los Trabajadores. El primero es de afirmación econóser eliminadas o transformadas por la fuerza”22. mica y de imposición política (movimiento cooperativo, jornada de 10 horas); el segundo es de conquista del poder político (“La conquista del poder político ha venido a ser el gran deber de la clase obrera”)21.

Son momentos históricos y lógicos a la vez. Son históricos porque son sucesivos: el segundo sucede al primero. Sin concentración política, sin acumulación de fuerzas, no hay conquista del poder político. Pero también son lógicos porque cada uno tiene su propia dinámica, su propio modo de funcionamiento: uno impacta en el capital, otro lo doblega; uno impone leyes, otro legisla.

El segundo momento sigue necesariamente al primero. Pero del primero no se sigue necesariamente el segundo. Ahora bien, con el primer momento, medio camino ya está hecho.

10 En Marx la política y el Estado han bajado a tierra. La política ha perdido su aureola de trascendencia, de mixtificación encubridora de las contradicciones sociales, de juego institucional de las élites. El proletariado toma la política en sus manos y se enfrenta a los grupos dominantes en el mismo terreno. El Estado también ha dejado de ser patrimonio exclusivo de los grupos dirigentes. El pueblo se hace con el Estado y el registro de la dominación ya no corre a cargo de especialistas sino de los propios ciudadanos.

A pesar de sus diferencias (temporales y lógicas), política y Estado comparten en Marx la misma naturaleza mundana, con dos características fundamentales en común. La primera es la lucha. La política es lucha, conflicto, imposición, coacción, dominación; en ningún caso, gestión o acuerdo. El Estado, como política coagulada, es registro de la dominación; en absoluto, pacto o consenso.

La segunda característica es que la política y el Estado están anclados en las clases sociales. La constitución política del proletariado en clase no es un oropel filosófico, ni un corsé sociológico. Es el modo en que los trabajadores (aislados, divididos) pueden encarase, de poder a poder, con la clase capitalista -esa sí, ya constituida en clase-.

El Estado capitalista está asimismo claramente determinado por las clases, como una “fuerza pública organizada para la

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11 Política y Estado arraigan en el terreno de la lucha de clases.

Política es imposición, lucha de clases, no en el sentido de un combate infinito, eterno, sino dominio de una clase sobre otra, lucha de una clase contra otra por la imposición de sus intereses. Y el Estado no es tanto la dominación (que se ejerce en otro lugar, en la relación de clase) como la máquina que registra esa dominación. La forma puede variar, pero su función es la misma: codificar la dominación de una clase, sea burguesa o proletaria.

12 Hay en Marx una tercera identificación profana entre política y Estado, la relativa a la sociedad comunista, allí donde política y Estado ponen fin a su existencia. Pues, en efecto, si desaparecen las clases, si cesa la lucha de clases, ya no es necesario el Estado como máquina que registra y sanciona la dominación de clase. La sociedad comunista es “una asociación que excluirá las clases y su antagonismo, y no existirá más poder político en sentido propio, puesto que el poder político constituye, precisamente, el resumen oficial del antagonismo en la sociedad civil”. Fin del Estado “en el sentido político actual”23

13 Un último apunte sobre el Estado (y el proceder de Marx). El objetivo es explícito: “La libertad consiste en convertir al Estado de órgano que está por encima de la sociedad en un órgano completamente subordinado a ella”24. El Estado es una entidad separada de la sociedad.

En 1852 el Estado (al menos, el francés) es caracterizado de un modo muy preciso: como un “espantoso organismo parasitario”. Parasitario, es decir, gravoso y, a la vez, externo.

Con la experiencia de la Comuna de 1871, cambia la definición. Ahora el Estado es una “excrecencia parasitaria” del cuerpo de la nación. Sigue siendo parasitario, pero como “excrecencia” forma parte de la sociedad. En efecto, desde una sociedad que ha sido capaz de someter el Estado, puede pensarse el Estado como una protuberancia social.

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marxismo

8. Marx & Engels, Manifiesto del Partido Comunista, Moscú, Editorial Progreso, sin fecha, p. 40.

9. “Carta de Marx a F. Bolte. 23 de noviembre de 1871”, en Marx & Engels - Correspondencia, Editorial Cartago, 1973, p. 262.

10. Carta a Kugelman, 9 octubre 1866, en Carlos Marx/Federico Engels-Correspondencia, op. cit., p. 181.

11. La cuestión judía, op. cit., p. 200.

12. Notas críticas al artículo “El rey de Prusia y la reforma social.

Por un prusiano, op. cit., p. 244.

13. Marx & Engels, La ideología alemana, Ediciones Pueblos Unidos, 1973, p. 35.

14. Marx, La guerra civil en Francia, Ricardo Aguilera Editor, 1971, p. 63.

15. Marx, Miseria de la filosofía, op. cit. p. 245.

16. Marx & Engels, Manifiesto del Partido Comunista, Editorial Progreso, sin fecha, p. 32.

17. La ideología alemana, op. cit., p. 72. Tampoco Engels olvidó la doble cara del Estado. Por un lado, enfatiza su rasgo más subjetivo: “El Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina En sus estudios antropológicos de 1881 Marx da un paso esencialmente capitalista; es el Estado de los capitalistas; es el más. Ahora es una “excrecencia de la sociedad”, sin más, ni sicapitalista colectivo ideal”. Al mismo tiempo, se sirve del mismo quiera parasitaria. Aunque la apariencia del Estado es “supreconcepto de “representatividad” para enlazar la doble apariencia ma e independiente”, responde de hecho a las “condiciones estatal, como ente particular de la clase dominante y, a la vez, materiales” de la sociedad. Y dado que el Estado “no se pregeneral de la sociedad: “El Estado era el representante oficial de senta hasta que la sociedad no ha alcanzado un cierto grado toda la sociedad, su síntesis en un cuerpo visible, pero solo en la de desarrollo, desaparecerá de nuevo en cuanto la sociedad medida en que era el Estado de la clase que representaba en su llegue a un nivel hasta ahora inalcanzado”25. Desde la historia tiempo toda la sociedad”. Federico Engels, Anti-Dühring, Editorial (y la antropología), el Estado también es reabsorbido en la Ciencia Nueva, 1968, pp. 302 y 304. sociedad n 18. Manifiesto del Partido Comunista, op. cit., pp. 40-44 y 52.

19. Michael A. Lebowitz, La alternativa socialista, Verso, 2023, p.

120.

Notas 20. Marx, La guerra civil en Francia, op. cit., pp. 62-63, 68 y 70; “La 1. Marx, Contribución a la crítica de la economía política, Alberto Comuna es la reasunción del poder del Estado por la sociedad”, se Corazón Editor, 1978, p. 42. lee en el primer borrador de “La guerra civil…”, en Marx, La guerre 2. Tal es, en efecto, uno de los propósitos que animaban vitalmencivile en France-1871, Éditions Sociales, 1972, p. 213. te a Marx: El “entusiasmo salvaje” atribuido al joven Marx en una 21. Marx, “Manifiesto inaugural de la Asociación Internacional de sátira que circulaba entre los jóvenes hegelianos en Berlín, el Trabajadores”, en Marx & Engels, Obras escogidas en dos tomos, T. I, ímpetu con el que trató de “aferrar la gran bóveda de los cielos y Editorial Progreso, sin fecha, p. 364. bajarla a la tierra”, cifra el fondo de su pensamiento y de su vida”, 22.

Marx, Extractos y comentarios críticos a ‘Estado y anarquía’ de en Mezzadra, La cocina de Marx, Tinta Limón, 2014, p. 8.

Bakunin, citado en Marcello Musto, Karl Marx. Biografia intel·lec3. Marx, “Notas críticas al artículo ‘El rey de Prusia y la reforma tual i política (1857-1883), Tigre de paper, 2023, p. 227. social. Por un prusiano “, en OME-5/Obras de Marx & Engels, 23. Miseria de la filosofía, op. cit. p. 245; Marx. Biografia intel·lecCrítica, 1978, p. 238. tual i política (1857-1883), ibídem.

4. Marx, “La cuestión judía”, en OME-5/Obras de Marx y Engels, op.

24. Marx, Crítica del programa de Gotha, Ricardo Aguilera Editor, cit., p. 201.

1971, p. 36.

5. Marx, Crítica de la filosofía del 25. Marx, El 18 brumario de Luis BoDerecho de Hegel, op. cit., p. 220. naparte, Ariel, 1971, p. 142; Marx, La 6. Marx, Notas críticas al artículo “El rey guerra civil en Francia, op. cit.; de Prusia y la reforma social. Por un pruPolítica y Estado comparten la misma Lawrence Krader, Los apuntes etnolósiano, op. cit., p. 245. naturaleza mundana gicos de Karl Marx, Siglo XXI, 1988, p.

7.Karl Marx, Miseria de la filosofía, 289.

Aguilar, 1973, pp. 243 y 245.

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poesía

Voces de Mujeres tejiendo con sus versos el telar de la Memoria: Guerra Civil Española y Exilio Presentación y selección de Fernanda Romeu “Pienso en todo aquello que atrás

“Penso en tot allò que enrere

dejé cuando partí

vaig deixar quan vaig partir

y con los ojos de la esperanza

i amb els ulls de l´esperança

vuelvo todavía a mi país”.

torno encara al meu país.”

(Teresa Rebull. 1919-2013. Canción “Mi país”. Con letra del poeta Miquel Martí i Pol)

Somos las descendientes del Silencio

A lo largo de los años, por circunstancias de la vida, las mujeres hemos tejido telas para trenzar silenciosos olvidos convirtiéndose estos, en sueños, como estrategia del Silencio y de la Subversión a la vez, ante tanta Desmemoria y Silencio. Pero las voces se escuchan para mirarnos en el prisma de la Historia, y especialmente las mujeres que vivimos y luchamos frente al carácter deshumanizado y dura represión de la Dictadura franquista, tejemos y destejemos para volver a tejer cual Penélope sin Odiseo para volver a urdir sueños de la Memoria. Y aquellas voces nos siguen llamando para que no nos olvidemos de ellas y este ensayo, es un pequeño testimonio, de nuestro pasado común y que no debe olvidarse.

Mi única intención con este tema es reivindicar un espacio que incorpore a las voces de las mujeres poetas

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que sufrieron no solo el impacto de la guerra, sino también, en el caso de muchas de ellas, el exilio. Voces que se alejan de la lectura selectiva que todavía hoy, injustamente, se utiliza. No solo desde el discurso patriarcal, sino también desde del discurso selectivo de algunas ensayistas, dejando en el olvido muchas voces de mujeres que rompían el discurso imperante. En sus versos se mezcla guerra e ideología, siempre con un afán de retener el recuerdo y especialmente en aquellas mujeres que se vieron obligadas a vivir el exilio. Dando prioridad a los dramas humanos, más que hacer una crítica ideológica.

Ellas son las testigos directas de la tragedia, por lo que toda su obra poética tiene un potente valor testimonial.

Todo ello nos permite afirmar que la visión de la guerra y de la posguerra inmediata que aparecen en sus versos, es

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poesía

perspectiva femenina, sobre todo en la expresión de diferente a las obras de autor masculino, viviendo las sus emociones, ante la pérdida de un ser querido o mismas circunstancias históricas. Gran parte de ellas, ante la visión de los muertos después de una batalla. al ser a la vez víctimas de esta tragedia, solo a través de En muchas ocasiones, sus versos son un desafío a la la Escritura, podrán conservar la memoria del sufri1. De ahí, la importanpreservarla del olvido imposición franquista, que quería borrar la memoria miento y cia que tenemos moralmente, de proteger siempre la de la guerra e imponer la de los vencedores.

Memoria y prestarles voz y palabra a quienes nunca la Tenemos que añadir otra particularidad más que las tuvieron. Nos concierne a nosotras, investigadoras y diferencia, y es que al finalizar la guerra las mujeres ensayistas, a un compromiso moral y político del Reestarán obligadas a volver a sus hogares, lo que signifilato. La mayoría de ellas trataron de conservar su mecará para muchas de ellas renunciar a los logros conmoria, por muy dolorosa que fuera. Son víctimas de su seguidos durante la República, especialmente en mapropio sufrimiento, que nunca desaparece y les conditeria de Derechos Civiles. Aunque la guerra termina en cionarían a lo largo de toda su vida. Por lo que la Meel 39, el control represivo seguirá censurando todas las moria es su única Voz. expresiones culturales, y muchas de las poetas En uno de sus ensayos, Martín Heidegger tendrán que permanecer en silencio. Y la escribe. “… Pero el aliento del camino de mayor parte de ellas tardarán en escribir campo, sólo habla mientras existan o dar a conocer su obra, y otras escribihombres, que nacidos en su aire, puerán para ver publicados sus poemas dan oírle. El hombre cuando no esté en fuera del país. Sus nombres, sus verla estela del aliento del camino del sos, y muchas de sus experiencias, secampo, en vano planifica e intenta guirán siendo desconocidos porque imponer orden en la tierra. Amenaza carecerán de visibilidad. el peligro de que la humanidad actual Actualmente no podemos entender de hoy permanezca sorda a su lenguaje. la poesía de posguerra femenina sin Así, el hombre se dispersa y pierde su cavislumbrar el largo ostracismo en el que mino...”2. Este es el motivo principal para les tocó vivir; y un caso excepcional es el de Fernanda Romeu que nosotras, mujeres que escribimos, defenMariluz Escribano, cuya obra poética, sordamos la Memoria, y evitemos la dispersión para no prendentemente, no queda recogida ni siquiera en perder tampoco nuestro “camino”. las antologías y los estudios más recientes. Solo nomLa escritora Virginia Wolf, apuntaba: “Debemos de subrándola siento una gran emoción, ya que he conocibliminar lo cotidiano merced a la Escritura, y enlazar lo do su obra recientemente, cautivándome desde el prique una observa con lo que una siente”. Por eso, nuesmer momento. Más adelante hablaré de ella. tra visión del tema debe centrarse con una claridad En uno de sus libros, Carmen Martin Gaite escribe: especial y a su vez objetiva entre lo cercano y lo lejano.

“La dictadura franquista, además de ser un régimen ileLa violencia que provoca la Guerra Civil y el caos se gitimo, fue un bloque en el tiempo”. Un bloque que blorefleja en la obra de las poetas que hemos seleccioqueaba, sitiaba, cualquier iniciativa cultural y artística. nado en este pequeño ensayo, como también la nosDe alguna manera, cuando finaliza la guerra, la nueva talgia de la patria desde el exilio. generación, aun no habiéndola vivido, será la heredera Todos sabemos que el recuerdo y la memoria estade la devastación moral y material resultante del conblecen procesos de selección, donde también existen flicto. Los y las jóvenes sueñan en un mundo de possilencios o deformaciones de la realidad. Sin embargo, guerra en el que no les está permitido “soñar”, y sin la suma de distintas memorias individuales ligadas a embargo sueñan. También para las mujeres el hecho muchas voces es el único medio a nuestro alcance para de escribir no deja de ser una forma de soñar, viviénpoder llenar vacíos en la Historia colectiva3. Ellas nos dola como un acto de “resistencia”, al igual que aquehablan. Nos cantan. La visión de las mujeres siempre llas mujeres que se oponían a la censura, a las instituserá diferente a la de los hombres. Aunque se den temciones, a las convenciones y a la ideología dominante4. pos iguales, ellas escriben sobre el conflicto desde una Las mismas mujeres que durante la República habían

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poesía

salido a la esfera pública para desempeñar funciones económicas y sociales, que habían organizado innumerables actividades culturales y, a su vez, habían intervenido en la producción de revistas culturales. Sin olvidar organizaciones en defensa de sus intereses, como fueron los casos de Mujeres Antifascistas y Mujeres Libres, esta última de ideología libertaria, siendo una de sus fundadoras la poeta Lucia Sánchez Saornil.

Finalizada la Guerra e implantada la Dictadura, en muchos casos nuestras poetas terminarán recurriendo a innumerables términos “simbólicos”, la única forma para describir la falta de libertad en la que se vive. Durante todos estos años de larga duración, hubo un silencio de “supervivencia” que continuará en la década de los años 60. El escritor Antonio Tabucci escribe: “Sin embargo puede ocurrir que en el sentido de la vida, alguien, sea el insensato de buscar voces desaparecidas y acaso un día cree encontrarlas, un día cuando ya no se lo esperaba, una noche en la que estaba cansado y viejo, recoge todas las voces que provienen de la arena”5. Y estas son las voces que mis pisadas dejaron huella en la arena de mi vida, acumuladas por el paso del tiempo, que siempre me preocuparon, y he querido incorporar parte de ellas a este ensayo.

En los poemas que seleccionados aparecen los mismos rasgos: desolación, llanto, prisión, violencia. Y el dolor inmenso que origina la propia guerra. No faltando, en muchas de ellas, gestos pacifistas. Tenemos varios ejemplos de condenas a la guerra… en Ángela Figuera, cuya poesía en contra de la guerra es un “grito” contra los “que acuchillan el propio vientre de una mujer, cuando

matan a un joven soldado en cualquier guerra”; en Concha Zardoya, que trata el tema de la guerra civil en varios de sus libros; en, Angelina Gatell, con acusaciones contra el régimen político y homenajes a los soldados caídos en la guerra.

Hay un aspecto relevante en todas ellas, y que contribuye a diferenciarlas de los poetas masculinos: no pertenecen a ningún grupo poético, revista o tertulia.

Con alguna excepción, aparecen aisladas, escribiendo en solitario, publicando en colecciones minoritarias.

Por eso es muy difícil hablar de generaciones. Me limitaré a acomodarlas por fecha de nacimiento sin que ello signifique un intento de elaborar generaciones poéticas.

No quiero finalizar esta pequeña introducción, sin comentar dos aspectos que creo muy importantes. Primero de todo, la Dictadura generó tanto un silencio marcado por el intento de “sobrevivir” como, a la vez, la existencia de otros silencios cómplices (silencios hechos de confusión y de algunas falsedades). Y el segundo aspecto a destacar es que, mientras la poesía de posguerra escrita por hombres fue siempre visible, no ocurre lo mismo con la poesía escrita por mujeres, viviendo circunstancias paralelas. ¿Cuántas poetas, todavía hoy desconocidas, no habrán sellado en sus poemas aquella situación en la que viven, tan comprometidas como sus colegas masculinos a los que se les nombra, admira y homenajea con la llegada de la Democracia? Nuestras poetas han tenido que esperar años para hacerse visibles, aunque sus voces se podían escuchar, rompiendo el Silencio, en todos los rincones de nuestra tierra.

Lyceun Club

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poesía

El tiempo y su obra poética “Yo no voy a olvidar porque otros quieran.”

(Alfons Cervera) El olvido parece que puede con todo, menos con esas piedras solidas de la Memoria, que son las voces de las Mujeres. Ellas, toman fuerza para lo que quieran contar, usando “aguja e hilo” en sus poemas, dándole más consistencia a su telar. Su dolor, traspasa el “pasillo” de la memoria, formando en ella, remolinos de sombra.

En el estudio de la poesía de posguerra debemos de reivindicar un buen número de mujeres poetas cuyas voces han quedado desprendidas del telar de la Historia. Por ello insisto en ocuparme de esas voces silenciadas o menos conocidas, no por ello menos importantes. Actualmente, lo que abunda es “esa cultura” de nombres propios, solo para beneficios de algunas editoriales.

La relación de las poetas y sus poemas ha sido confeccionada de acuerdo con un criterio personal. Evitando su perfil biográfico para no extenderme demasiado, e incorporando únicamente aquel poema que mejor resalta el impacto de la guerra en unas, en otras el exilio o el temor a la dura represión que se vive durante la larga dictadura franquista. Los temas dominantes son recogidos en los poemas seleccionados, según las diferentes décadas en que estén escritos.

La voz poética, femenina y feminista a la vez, coincide rompiendo el cliché que sobre la mujer se había

Clementina Arderiu

impuesto, no solo por el sistema político imperante, sino por los propios poetas masculinos. Las voces de las creadoras se aúnan y coinciden en una protesta audaz y valerosa, cuando España todavía se encontraba bajo la dictadura franquista. Ellas son fieles a la causa republicana, y en ellas existe la convicción de que finalmente triunfaría la verdad y volvería un nuevo orden de paz y libertad.

Dentro de la poesía testimonial o social de los años 50 y 60 del siglo pasado, sus voces resuenan con pasión y coraje clamando contra la injusticia. Las heridas abiertas, primero por la guerra y después por el exilio, apenas cicatrizan dejando una brecha enorme en sus versos: el dolor, la impotencia, la tierra entendida como maternidad femenina y humana. Sus voces resuenan con intensidad y claman contra la injusticia. Es una poesía de compromiso, pero sienten que el exilio contribuye a que su identidad se pierda. Podríamos afirmar que, con frecuencia, la visión que dan de la guerra tiene un matiz “maternal”. Les duele en su propio cuerpo la pérdida absurda de la vida, y este sentimiento convierte su poesía en un grito de dolor, sobre todo cuando tratan la muerte de los niños por culpa de la guerra. A la vez que poetas, son madres.

Lucía Sánchez

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poesía

Relación y Selección CLEMENTINA ARDERIU (1889-1976). “Una mort” forma parte de la colección de poemas Sempre i ara.

Poeta catalana que escribió siempre en lengua materna. Cuando estalla la guerra se exilió a Francia.

“UNA MUERTE” De mí no serías, y te acompaño¨.

LUCÍA SÁNCHEZ (1895-1976). Fundadora de Mujeres Libres. De tendencia libertaria. “Romance de la vida, pasión y muerte de Encarnación Jiménez, la lavandera de Guadalmediana” describe su muerte, acusada de ayudar y lavar la ropa de los milicianos heridos.

Fue sentenciada a muerte y se convirtió en una nueva Mariana Pineda.

“ROMANCE“

En los caminos inútiles del recuerdo: tu juventud bien expandida me hacía luces y sombras dentro del corazón.

Hoy me han dicho que sonriendo has muerto.

Hacia la guerra a regañadientes corrías: ¿ni tiempo para enterrar tu bello tesoro?

Esparcidas van por el aire tus estrofas Llenas de augurios y mediodías de oro.

Hoy me han dicho que sonriendo has muerto.

Y me insiste la mejilla enrojecida y el entrecejo de hombre nuevo y fuerte y unas claras pupilas como un amanecer que fuerza la tiniebla a derecho ya torcido.

Hoy me han dicho que sonriendo has muerto.

Cambie ropas de “señores”, batistas finas y claras por ropas de miliciano oscuras y ensangrentadas. ¿Qué pecado han cometido Mis pobres manos esclavas?

Cambié de ropa, buen juez, que también los tiempos camban.

Sangre y sudor como Cristo Los hijos del pueblo daban. ¡Si supiera por qué! ¡Maldición de mi ignorancia!

Tan sólo sé que eran carne de mi carne atormentada.

Esto es lo que sé tan sólo.

De los demás no sé nada.

“Adiós, no tengas miedo, mi estrella Vigila, atenta, entre el garbino y el norte” Y cara allá profundamente altivo, Mientras sonreías ha venido la Muerte.

Hoy me han dicho que sonriendo has muerto.

(De Siempre y ahora, 1938. Traducido del catalán)

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El río era el mismo río, turbia como siempre el agua, las mismas duras orillas y la misma hambre insaciada.

Yo no sé nada, buen juez.

Estoy loca de palabras y nadie acierta a decirme porque los hombres se matan.

(Mujeres Libres, núm. 9, 1937)

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poesía

Ángela Figuera

ÁNGELA FIGUERA (1902-1984). Es una llamada a las propias mujeres para rebelarse contra la guerra y no ser cómplices del afán destructivo de los hombres.

“REBELIÓN“ sabemos y aceptamos para el hijo Serán las madres las que digan “Basta”.

un áspero destino de herramienta,

Esas mujeres que acarrean siglos

un péndulo de júbilo a la lágrima.

de laboreo dócil, de paciencia,

Que así la vida trenza sus caminos,

igual que vacas mansas y seguras

en plenitud de días y de pasos,

que tristemente alumbran y consienten

hacia la muerte lícita y auténtica,

con un mugido largo y quejumbroso

no al golpe anticipado de la ira.

el robo y sacrificio de su cría.

¿por qué lograr espigas que maduren para una siega de ametralladoras?

Serán las madres todas rehusando

¿Porqué llenar prisiones y cuarteles?

ceder sus vientres al trabajo inútil

¿Porqué suministrar carne con nervios

de concebir tan sólo hacia la fosa.

al agrio espino de las alambradas

de dar fruto a la vida cuando saben

bocas al hambre y ojos al espanto?

que no ha de madurar entre sus ramas. ¿Es necesario continuar un mundo No más parir abeles y caínes.

en que la sangre más fragante y pura

Ninguna querrá dar pasto sumiso

no vale lo que un litro de petróleo,

al odio que supura incoercible

y el oro pesa más que la belleza,

desde los cuatro puntos cardinales.

y un corazón, un pájaro, una rosa,

Cuando el amor con su rotundo mando

no tienen la importancia del uranio?

nos pone actividad en las entrañas.

(De El grito inútil, 1952)

Y una secreta pleamar gozosa

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nos rompe la esbeltez de la cintura, El Viejo Topo 438-439 / julio/agosto 2024/ 73

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poesía

“NO QUE LA MAR ES DE SANGRE“ ¡No! ¡Que la Mar es de sangre ¡ ¡No! ¡Que la lluvia es de sangre! ¡No que se quejan los aires!…

No abras niño los ojos, Porque vas a asombrarte.

Hoy luchan sobre las tierras

Ernestina de Champourcín

Y mañana… sepultados. ¡Cuántos héroes habrá casi todos ignorados! ¡No te acerques a la lluvia!

ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN (1905-1999). Gran defensora de los Derecho Humanos de las Mujeres. El reflejo del dolor del destierro. La desesperación de los que huyen a pie.

¡No te acerques a la mar!

Que el agua se ha vuelto sangre

“LA JUNQUERA“

¡Y te vas a ensangrentar!

——————————————CONCHA MÉNDEZ (1898-1986). Fundadora del Lyceum Club (Asociación de Mujeres en Madrid en 1926).

Carretera en huida. ¡Cómo lloran los niños junto a ese baúl, mundo abierto en la cuneta!

Ya no hay sitio en la casa, ¿La única esta noche?

Un caballo se ha muerto al borde del camino y no lo han devorado solamente las moscas.

Pronto llegará el día con sus incertidumbres, hay alguien que regresa a lo que no se sabe.

Otros siguen caminos Que nadie les señala.

Concha Méndez

Allá en la frontera se alza una línea oscura.

(De Primer exilio, 1978)

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poesía

“ME HE SENTADO EN LA PIEDRA“ Me he sentado en la piedra

Alta sombras pasando

que calienta a mis muertos,

por el alma, recuerdos.

he sentido que, vivos,

Luces yertas y grises,

me esperaban despiertos.

llantos, dolores quedos.

Blanco sol de Castilla,

Viejas lozas, en torno:

en lo alto, sufriendo.

Honda noche, silencio.

Negra tierra de España,

Nombres tristes de España.

en lo hondo latiendo.

Fechas, parado tiempo.

Blancas nubes mirando

He tocado la piedra.

tras los ojos del viento.

El calor de mi cuerpo.

Tierra, blanca, sin hierba.

He sentido en la mano:

En el aire, vencejos.

¡Me venía de dentro!

Hacia atrás, la memoria,

Desde dentro llegaba

por debajo del tiempo.

la presencia del hueco

Río triste, los años.

que me guarda callado

Triste cauce desierto.

el calor de mis muertos.

(Corral de vivos y muertos, 1965)

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CONCHA ZARDOYA (1914-2004). Describe el horror de la guerra. Nostalgia de la patria.

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poesía

TERESA REBULL (1919-2015).

Poeta cantante. Impulsora de la cançó catalana. Militante del POUM.

“LA AGRESIÓN” (canción) Han entrado en tu casa cuatro hombres de aire normal ni siquiera te han dicho quiénes eran sin mostrar placa oficial.

Te esperaba un coche negro ellos detrás, tú delante que no es necesario uniforme cuando lo ilegal es lo legal.

Llevaban un arma en el puño a gritos te ordenaban: ¡Alto!

“Saca las armas y los papeles da el nombre de tus compañeros”.

El precio que hoy se paga en nombre del progreso social es la agresión del hombre este orden humillante.

Tan bien revuelta la casa como un repentino vendaval se llevaron tus libros y a ti maniatado.

Róbate todos los libros, la miseria te ha dejado los bongos de las fiestas y la droga del carnaval.

“Joa.joa...joa”.

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No con cuerdas ni cadenas cómo hizo en Birmingham en el tiempo de la primera Revolución industrial.

“Joa, joa”

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poesía

María Beneyto

MARÍA BENEYTO (1925-2011). Poesía testimonial.

Sabe cantar con los que cantan y llorar con los que padecen.

“GUERRA CIVIL“ Nos decían: “Es la guerra”.

Y mi padre. Por su orgullo

Parecía divertido como un juego inenarrable

resbalaba un llanto leve

sobre un clima de misterio.

“Van al frente. Son dos hombres”.

Y la música crecía.

Y la guerra se hizo himno de energías impacientes.

Era mágico el momento,

La muerte tuvo manos

fuera de órbita, candente.

blandas, tiernas. Manos limpias.

Nos salíamos de madre,

Los mayores lo lograban.

invadíamos la vida.

“van al frente”. Cantimploras, mantas, cascos, nuestra envidia como un perro, por sus huellas.

(Ya después los hospitales, bombardeos, nuevos miedos.

Los dos brazos de la madre

Ya más tarde el negativo

se llevaron. Sus latidos.

de la llama jubilosa).

Un esfuerzo de la sangre,

Pero entonces ¡todo era exaltada maravilla

de la entraña removida.

en la vida que empezaba siendo muerte recién viva!

“Van al frente” (Algo roto.

Calcetines para el frio,

(Pertenece a Vida anterior, 1962)

pura lana, punto a punto

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macerada por el ansia).

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poesía

“FOSAS“ (Memoria histórica) No dejéis que el silencio, como fría argamasa, apague la memoria de aquellos que quedaron hundidos en la tierra, en la linde del alba.

No dejéis que sus huesos, pulidos por el barro permanezcan secretos. Izadlos como antorchas, coronad con sus llamas el fuego que tuvimos cuando todo era espanto, cuando todo era sombra.

Ellos fueron su amparo, su razón, su sentido.

Recobradlos. Traedlos hasta nuestro presente.

Dad al aire sus nombres como ramas crecidas en la entraña secreta. Recordad que nos dieron claridad y conciencia.

ANGELINA GATELL (1926-2017). Poesía testimonial. Vivió la guerra y el exilio en Francia, donde le dejan huellas profundas.

No dejéis que la muerte señoree el olvido ni su luz aterida pues de ella crecimos. Somos sólo su efecto.

(De Noticia del Tiempo, 2004) ——————————————-

AMPARO POCH (1902-1968). Presidenta de la sección española de la Organización Internacional de Resistentes contra la Guerra.

"CANCIÓN BREVE DEL MILICIANO MUERTO" Tenía un alma tosca, de niño sin escuela, Un alma luminosa, de cielo puesto al sol, Tenía una palabra sincera, humana y fuerte.

Y, entre anhelos sin nombre, tenía un corazón.

Una quieta mañana de agosto el miliciano Soñó la Libertad, la Paz… y se murió.

Amparo Poch

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poesía

“Guirnaldas para las reinas, tal vez…”

Escribe la poeta Emile Dickinson en uno de sus bellos poemas, muy apropiado para esta nueva reina de la Poesía, que investiga la profesora de la Universidad de Granada, Remedios Sánchez. ¡Gracias, profesora! Son los poemas de Mariluz Escribano (1935-2019). Es una poeta “atemporal”. Los temas son los mismos: Guerra Civil y Posguerra. Desde la primera lectura de sus versos me impactan. Contienen todos los ingredientes de nuestra Memoria Histórica, con la que llevo dedicada desde hace mucho tiempo, en todas mis investigaciones. Mariluz a través de su poesía nos muestra como, al tomar “la palabra”, ella la convierte en una bandera en defensa de la Memoria de la Verdad y de la Vida. Escribe: “Han silenciado a las mujeres por sistema y convicción porque se han negado a cambiar el código y los conceptos de la urdimbre, a revisar las convicciones culturales mil veces repetidas, si nos atrevemos a cambiar el enfoque. Ser poeta, para mí, es implicarse en la realidad cotidiana, empezando con la de una misma. Siempre escribo desde mi libertad, como quiero y cuando quiero al margen de corrientes estéticas y de grupos… Yo soy un verso libre… porque en mi poesía la Historia tiene mucha importancia, el sufrimiento de los muertos sin sentido de aquella guerra… La vida me ha hecho ser así, no ha sido fácil, ya que apenas he tenido tiempo de conocer a mi padre ya que lo fusilan (yo tenía solo 8 meses), a quien le han represaliado a su madre por no ser “afecta” al régimen. A quién le han intentado robar la infancia, que es la patria donde refugiarse…

En una de sus obras más destacadas “Mar de Silencio”, ella reivindica la necesidad de rehabilitar a las víctimas, “esas” que no podían nombrarse durante el franquismo y primera etapa de la Democracia, y que, para ella, están simbolizadas en un nombre primordial: Federico García Lorca (Lorca eran todos).

“Canción para Federico“ Volverá con los trigos: Cuando la tierra cierre los surcos del arado Y levanten almiares los hombres con sus bieldos, Y todo el aire tenga un silencio de alondras Pálido como el alba tristísima del tiempo.

Como una gran marca volverá con canciones, Como una suave brisa despeinando las frentes, Como un dolor de octubre que se presiente y tiene Dorada la sonrisa tiernísima del árbol.

Volverá Federico con su voz en la mano Como un arcángel dulce de espigas y sonrisas.

Desde el balcón abierto a la herida de la tarde Dejará un crepúsculo de negras golondrinas.

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Mariluz Escribano

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poesía

Editorial Tec nos 2003■ Marina Mayoral y María del Mar Mañas.“Memoria de la Guerra Civil en las escritoras. Editorial Siel.Trivium. 2011.

Luisa Paserini.- “Memoria y Utopía”. Ediciones Universitat Valencia. Publicaciones.2006.

Teresa Rebull.- “Cancons”.Edicions Nord/Sud.music .France. 2004.

Antonina Rodrigo.- “Una mujer libre.

Amparo Poch y Gascón. Médica y anarquista”. Editorial Flor del Viento. 2002.

Joanna Russ.- “Cómo acabar con la escritura de las mujeres”. Editorial Dos Bigotes. 2022.

Bibliografía Noelia Adánez.- “Vivir el tiempo. Mujeres e imaginación literaria”. Ediciones Bellaterra. 2.019.

Margarita Alexandre.- “La otra cara de la luna”. Autobiografía.

Editorial Pre-textos. 2023.

Remedios Sánchez (coordina).- “La palabra silenciada. Voces de Mujeres españolas en la poesía española contemporánea (1950-2015). Editorial Tirant Humanidades. 2017.

Remedios Sánchez “Así que pasen treinta años”. Editorial Akal Universitaria. 2022 Ignacio Soriano.- “Lucia Sánchez Saornil. Entre Mujeres anarquistas”. Editorial Linterna Sorda. 2022.

Carmen Castellote.- “Kilómetros de tiempo”. Colección Torremozas. 2021.

Antonio Tabuchi.- “Sostiene Pereyra”.- Editorial Anagrama. 1994.

Heather Clark.- “Cometa Rojo. Arte incandescente y vida fugaz de Sylvia Plath”. Editorial Bamba.2020.

Reyes Vila-Belda. (Edición).- “Ellas cuentan la guerra. Las poetas españolas y la Guerra Civil “. (Antología 1936-2013) .Editorial Renacimiento. 2021 ■

Emily Dikinson.- Poemas. Ediciones Bosch. 1980.

Cristina Dupláa.- Revista D’estudis Feministes. Nº 10.- 1996.

“Poesía completa”.

Mariluz Escribano Pueo. Edición de Remedios Sánchez.

Editorial Cátedra. Letras Hispánicas. Año 2022.

Ana María Fagundo.- “Literatura femenina de España y las Américas” Editorial Espiral Hispano Americana. 1995.

Notas 1. Marina Mayoral y María del Mar Mañas. Memoria de la Guerra Civil en las escritoras españolas. Ed. Sial Trívium, 2010.

2. Martín Heidegger. Camino de Campo. Ed. Heder, 2005.

Martin Heidegger.- “Camino de Campo”.- Editorial Herder 2003.

3. Cristina Dupláa. Revista d’estudis Feministes, Núm. 10, 1996.

Patrick Lehigh.- “Un tiempo para callar”. Editorial Elba. 2012.

4. Noelia Adánez. Vivir el tiempo. Ed. Bellaterra, 2019.

María Teresa

5. Antonio Tabucci. Sostiene Pereyra. Ed. Anagrama, 1992.

López de la Vieja.-

“Ética y Literatura”.

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Toda la belleza del mundo: Fanny y Alexander de Ingmar Bergman

e n i C

Bertil Guve y Pernilla Allwin interpretan a Fanny y Alexander

Fanny y Alexander Reparto: Bertil Guve (Alexander Ekdahl), Pernilla Allwin (Fanny Ekdahl), Kristina Adolphson (Siri), Börje Ahlstedt (Carl Ekdahl), Kristian Almgren (Putte Ekdahl), Carl Billquist (Polisintendent Jespersson), Allan Edwall (Oscar Ekdahl), Siv Ericks (Alida).

Ficha Técnica: Dirección: Ingmar Bergman; Producción: Katinka Faragó; Guion: Ingmar Bergman; Fotografía: Sven Nykvist; Montaje: Sylvia Ingemarsson; Música: Daniel Bell. Dirección artística: Anna Asp.

Sinopsis: Suecia, principios del siglo XX. Fanny y Alexander son dos hermanos de ocho y diez años que pertenecen a una familia liberal dedicada al teatro. De repente, muere su padre y poco después la madre se casa de nuevo con un obispo luterano. Ella y sus hijos se mudan a la austera casa del religioso, ignorando que dejan atrás la vida afectuosa y tranquila que habían disfrutado hasta entonces. El obispo es un hombre severo e inflexible que impone a todos una disciplina siniestra y cruel. Alexander, un niño imaginativo y soñador, sufrirá especialmente las consecuencias.

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por Javier Enríquez Román

Cuando pensamos en Ingmar Bergman surgen varias ideas en nuestra mente. La búsqueda de trascendencia, la soledad, los errores del pasado (y su incapacidad de superarlos, es decir, de redimirlos), los retratos de mujeres angustiadas, una cierta inclinación hacia la fantasía y la religión, una marcada obsesión por la muerte, cierta misantropía. Seguramente por su fama de monumento cinematográfico (en 1997 el Festival de Cannes le otorgó la Palma de Palmas, un premio creado especialmente para él y que se negó a recoger), su obra parece, en muchos momentos, lejana y fría, pese a su indiscutible talento.

Con esta falsa impresión, Fanny y Alexander (1982) sorprende al espectador con un lirismo poco habitual en su extensa filmografía.

pararme para filmar esta película”, dijo el autor de Persona (1966) en una de sus últimas (y escasas) entrevistas. Pero el largometraje no es sólo un regreso a las fuentes del cine (de su cine) realizado hace más de treinta años. La obsesión por los impulsos, la muerte o la vida, por la religión, están más presentes que nunca. Aunque ya desde El Séptimo Sello (1957) se abordan estos temas, es en Fanny y Alexander cuando se desarrollan plenamente, aunque la forma de lograrlo prácticamente no haya cambiado en toda su filmografía, desde un punto de vista técnico: los travellings siguen siendo igual de amplios, los rostros ocupan toda la pantalla, el paisaje y la música son casi tan protagonistas como sus actores.

Entre Shakespeare y Dickens Fanny y Alexander es una fusión brillante (de hecho, tal vez única) de Shakespeare y Dickens, con algo de Chéjov en las reflexiones taciturnas de uno de los protagonistas sobre su propio fracaso y mediocridad; y también algo de Strindberg, “ese desagradable misógino”, como lo llama bruscamente la abuela cuando se le pregunta por la adaptación de su obra El sueño (1901) en el teatro familiar.

Fascinante crónica de la vida de la alta burguesía sueca de principios del siglo XX, Bergman optó por acercarse a este mundo a través de los ojos de un niño. La alianza entre el estricto sentido estético del cineasta y la franqueza del protagonista hace que la película sea particularmente orgánica, viva, emocionante. Hay que recordar que se trata de la última película de Ingmar Bergman para el cine. En una carrera tan prolífica, muchos de sus largometrajes pueden considerarse fundamentales, pero Fanny y Alexander siempre fue considerada (incluso por su autor) como una despedida, una suerte de testamento cinematográfico.

Fanny y Alexander fue concebida como una serie de televisión, aunque Bergman se vio casi obligado a presentar una versión cinematográfica de tres horas que, inicialmente, repudió. “He tardado toda una vida en pre-

El rodaje se alargó durante casi siete meses

Helena (Gunn Wållgren) es la matriarca viuda de la familia Ekdahl en la Uppsala de principios del siglo XX: su amigo más cercano es Isak Jacobi (Erland Josephson), con quien tuvo un coqueteo romántico en su juventud. Su sensible hijo Oscar (Allan Edwall) es actor y director del teatro familiar cuyas tradiciones han infundido a la vida familiar una alegría y exuberancia mundanas, especialmente en Navidad, que es cuando comienza la historia. Otro hijo, Gustav Adolf (Jarl Kulle), es un restaurador mujeriego, que a su manera casi infantil está teniendo una aventura con la dulce doncella de la familia Maj (Pernilla August), para exasperación indulgente de su esposa Alma (Mona Malm). El otro hijo, Carl (Börje Ahlstedt), es un hombre de negocios lamentablemente fracasado, que molesta a su consternada madre para que le conceda un préstamo y se

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e n i C Fanny y Alexander

Fanny y Alexander

Toda la belleza del mundo:

queja con su esposa alemana: “¿Cómo es posible que uno llegue a ser de segunda categoría? ¿Cómo cae el polvo?”.

es una fusión brillante de Shakespeare y Dickens

Cuando Oscar muere de un derrame cerebral mientras ensayaba el papel del padre fantasmal de Hamlet, deja a una viuda angustiada, Emilie (Ewa Fröling), y dos hijos: Fanny (Pernilla Allwin) y su hermano mayor Alexander (Bertil Guve), un niño atormentado por visiones oníricas de su padre muerto. La solitaria Emilie se vuelve a casar con un obispo puritano, controlador y antisemita que se propone aplastar el espíritu (libre) de los niños y su nueva esposa.

cuando Alexander deambula aparentemente solo por la casa, y alguien que lleva un crucifijo aparece detrás de él.

La mirada del espectador (y su implicación), es decir, nuestra mirada, es fundamental aquí, particularmente en el teatro de marionetas que Alexander conocerá más tarde en ese acto final shakesperiano tardío: él y su hermana son sacados clandestinamente de la casa del obispo en un cofre, y el propio obispo queda impactado por una visión de los cadáveres de los niños que Isak, quizá su principal benefactor en la familia, ha logrado conjurar. A los niños también les encanta ver su espectáculo secreto de linterna mágica en su dormitorio, impulsado por queroseno con su olor revelador. Y, sin embargo, todo conduce a la vejez, de la que Helena dice: “Uno es viejo y niño al mismo tiempo. ¿Qué fue de esos largos años intermedios que parecían tan importantes en ese momento?”. Uno de los grandes aciertos de la película es que el misterioso y aterrador drama familiar presenta, al menos formalmente, una estructura realista, aunque sacudida por temblores de revelación sobrenatural.

El terrible duelo entre Alexander y el obispo es el núcleo emocional de la película: su crueldad y abuso, La película más personal (y biográfica) de Bergman encerrados en la ética familiar de sumisión a la autoridad, irradian la película con un poder oscuro. Como espectadores, cuando vemos al obispo esposando a Alexander con irritado y falso humor tolerante ante la evidente desobediencia del niño, o golpeando su cabeza para enfatizar alguna lección u homilía, sentimos esos golpes en nuestro Es una película org†nica, viva, emocionante Libertad y emoción propio cráneo, sentimos su Toda la película, que supera las tres rabia en nuestra alma. Es prohoras, resulta profundamente emotiva y conmovedora. fundamente inquietante cuando Alexander es enviado Bergman, que entonces contaba con 65 años y no pocos al polvoriento ático después de una paliza, donde hay problemas físicos, reconoció en sus memorias lo mucho un crucifijo de madera extrañamente abandonado, saque disfrutó en la filmación de esta película. El autor de cado de una iglesia y apoyando en un rincón. Y, por suSecretos de un matrimonio (1974) siempre defendió que la puesto, el propio destino del obispo provoca una de las mejor parte de su labor era trabajar con sus actores, fascirevelaciones más impactantes en la historia del cine,

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Fanny y Alexander nándose en cómo, poco a poco, aprendían a moverse por el plató y convertían sus esfuerzos interpretativos en una obra conjunta, como ocurre en el teatro. Parece que Bergman se refirió a casi todos sus actores por los nombres de sus personajes, con la significativa excepción de la legendaria actriz Gunn Wållgren, por respeto a su impresionante carrera. Aunque Bergman era consciente de que estaba logrando algunas de las mejores (y más emocionantes) interpretaciones en la historia del cine, nunca olvidó el conjunto de su película y la historia que estaba contando, en parte gracias a la extraordinaria labor del director de fotografía Sven Nykvist, en quien confió plenamente hasta el punto de ejercer casi de codirector en muchas secuencias.

Es una película profundamente emotiva y conmovedora

pasión, en vida, en emoción, en verdad.

Fanny y Alexander es un monumento, una catedral difícil de superar. Si su extensión puede resultar demasiado larga, la fluidez de la narración produce un placer indescriptible. Bergman también logra la hazaña de filmar la película, quizá, más accesible de su exigente filmografía. Por último, no debemos olvidar que Fanny y Alexander sigue siendo una película sobre la infancia realizada por un cineasta anciano. La mirada tierna y pacífica de Bergman parece precioLa vida de la alta burguesía sueca de principios del siglo XX sa, llena de luz y de esperanza, no la voz atormentada en otros largometrajes como Fresas salvajes (1957).

Para ello, la producción contó con un presupuesto de más de 6 millones de dólares, el más elevado (hasta entonces) en la historia del cine sueco, con un rodaje que se alargó durante casi siete meses con más de 1.000 actores, contando con los extras. Su éxito comercial fue inQuizá es la película más accesible del director menso (incluso en Estados Unidos), ganando cuatro premios Oscar en las categorías de Mejor película extranjera, Mejor fotografía, Mejor diseño de vestuario y Mejor dirección de arte.

Esta libertad en el plató, que casi nunca se permitió el autor de Gritos y susurros (1974), dio a Bergman el absoluto placer de trabajar con Bertil Guve y Pernilla Allwin, quienes interpretan a Alexander y Fanny. Y aquí es donde la película parece ofrecer su versión más auténtica, un Fanny y Alexander es quizás la retrato del placer de estar película más personal (y bioen el set y alimentarse de gráfica) de Bergman, inspirala energía colaborativa da en una infancia dominada que surge entre todos los por su temible padre ministro actores. Parece que Bergluterano, Erik. Bergman tenía man dio libertad a los dos un hermano mayor y una jóvenes, permitiéndoles hermana menor, la novelista encontrar su camino a traMargareta Bergman, y mucho vés del intercambio de los Fanny y Alexander, el testamento cinematográfico de Bergman de su relación con ella está en diálogos; facilitando que, a esta formidable película connosotros, como espectadosiderada por buena parte de la crítica y el público como una de res, nos alcance la fascinación que él mismo pudo sentir en el las páginas más hermosas, clarividentes y emotivas de la historodaje. Bergman fue testigo, y nosotros como público, de cória del cine ■ mo un proyecto cinematográfico se transforma en realidad, en

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El Derby de Epsom

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Ese escurridizo yo por Antonio Monterrubio

L

a personalidad, que dota de consistencia a nuestro yo, no es unívoca ni constante a lo largo del tiempo.

Entonces, ¿qué es lo que hace que nos reconozcamos como la misma persona pese a los cambios que experimentamos?

Friedrich Melchior Grimm, alemán de nacimiento, llegó a París en 1749 con apenas 26 años. Enseguida conoció a Rousseau, el cual no tardó en presentarle a Diderot y al barón D’Holbach. Durante años fue el animador incansable de la revista Correspondance littéraire, órgano oficioso de la Ilustración francesa más radical. Se copiaba a mano para evitar la censura, y viajaba por valija diplomática a las principales ciudades europeas. Contribuyó enormemente a la difusión de las ideas, pero también a la celebridad de los philosophes. De hecho, el prestigio de éstos en todo el continente, cortes incluidas, constituía un escudo de calidad frente a persecuciones y detenciones.

Dotado de un notable talento para la publicidad, fue una pieza clave en la consolidación de las Luces. Levantó su voz contra la mutilación de artículos de la Enciclopedia por parte de unos editores más temerosos de la reacción de las autoridades que comprometidos con la libre expresión. Protestó enérgicamente ante la humillación pública a la que fue sometido Helvetius y las retractaciones que le obligaron a publicar. «A nadie sorprendería ver a un hombre escapar al país de los hotentotes antes que acceder a firmar un documento semejante», anotó en la Correspondance. En 1765, el joven caballero de la Barre fue condenado a muerte bajo la acusación de haber destrozado un crucifijo. Convertido en chivo expiatorio, fue torturado, le cortaron la cabeza y quemaron su cadáver. Aviso para navegantes en una sociedad donde comenzaban a ser muy visibles los aires de rebelión. En su revista, Grimm escri-

bió: «Esto es lo que cuesta decapitar a un muchacho impulsivo y apenas formado en el centro de Francia y en el siglo XVIII». Y para remachar el clavo, atacando la pretensión chauvinista de ser el ombligo de la civilización, añadía que «allá donde está vigente la Inquisición, la cosa hubiera acabado con un mes de prisión y una reprimenda» (cit. en Blom: Encyclopédie).

Era amigo íntimo de Diderot y asiduo del círculo de D’Holbach, punta de lanza del pensamiento progresista en París. Fue amante de Madame d’Épinay, una de las lumbreras del siglo, escritora de talento y colaboradora anónima de la Enciclopedia. La posición de Grimm sobre la condición femenina era harto avanzada para su tiempo. Afirmaba que «las ideas tradicionales del deber oprimían a las mujeres, y las mentiras de la educación convencional las empujaban a casarse con perfectos desconocidos considerados adecuados para ellas. Por tanto, eran por fuerza víctimas de los deseos de los hombres» (Blom: Gente peligrosa). Estas reflexiones estaban lejos de la mente de los varones de la época, incluyendo los más preclaros. Hasta un Kant creía en la «superioridad natural del marido» y en que el propósito único de la mujer era la «preservación de la especie» (Wulf: Magníficos rebeldes).

La Tierra, imperturbable, siguió dando vueltas alrededor del Sol. «En 1786 [Grimm] ya era el barón Grimm von Grimhof, caballero de la Estrella Polar de Suecia, medalla de San Vladimir de Rusia, miembro de la Academia Imperial de Ciencias, consejero de Estado de Su Majestad Imperial y ministro plenipotenciario de Sajonia-Gotha» (Blom: ib.). El cambio de piel de

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joven radical a adulto conservador se suele despachar con el tópico de rigor, atribuido indistintamente a este o aquel: «quien a los 20 años no es revolucionario no tiene corazón, y quien a los 40 lo sigue siendo no tiene cabeza». El plato se sirve acompañado de una guarnición de ideas recibidas destinadas a cebar la buena conciencia. Se procura disimular, ya que no explicar, la incompatibilidad entre la pasión utópica y el tamaño cada vez más abultado de la cartera.

Siempre hay Pero detengámonos a mirar las cosas de cerca. Desde su llegada a aspectos París, Grimm operaba de factótum escondidos al servicio de varias casas nobiliaen el doble rias alemanas. Lo mismo les comunicaba las noticias más frescas sofondo bre la sociedad o la política francede la conciencia sas que ponía al día a las damas en le dernier cri de la moda parisina.

Oficiaba sin rubor de casamentero para la crème de la crème, vestía con ostentosa elegancia y admiraba fervientemente el aparato aristocrático o los fastos cortesanos. No tardó en ser esta la faceta dominante de su personalidad. Abandonó la Correspondance y fue alejándose primero de las opiniones y esperanzas de sus amigos, y luego de ellos mismos. Ya en 1760, Louise d’Épinay escribía en una carta: «Se ha vuelto vanidoso.

Le encantan las apariencias. […] De sus estrictos principios casi no queda nada. Distingue dos clases de justicia: una para la gente corriente, la otra para los soberanos». Su fascinación por el brillo y las sinecuras del poder crecía de año en año.

Coleccionaba amistades principescas y distracciones de todo género. Su ambición social era insaciable. ¿Qué podemos pensar? No parece La visión que estemos ante un vuelco mental, conservadora ni súbito ni paulatino. Tampoco ante una disonancia cognitivodel mundo ideológica temporal. Diríamos más preexiste, coexiste bien que en este caso como en tany sobrevive a la tos otros, la visión conservadora e incluso reaccionaria del mundo progresista preexiste, coexiste y sobrevive a la progresista. Los orígenes, las convicciones o la vocación apuntaban hacia una última estación predestinada, independientemente del recorrido. Aquí tenemos ejemplos para dar y tomar. Filósofos anarcoides simultáneamente seducidos por la gastronomía de alta alcurnia y la parafernalia del Derby de Epsom. Escritores multitransgresores adictos a las fantasmadas megalómanas y los esoterismos

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delirantes. Exdirigentes de izquierda con el ego hipertrofiado, devotos de los fastos académicos –gaudeamus igitur– y las mociones de censura nacionalpopulistas.

En pocas de esas historias nos encontramos con conversiones instantáneas a lo Pablo de Tarso en el camino de Damasco.

Y desde luego no se cambia de yo, por la muy simple razón de que tal cosa es una quimera. «En el cerebro humano no hay un yo, sino un amasijo de sensaciones que mantienen un activo intercambio con los elementos del mundo exterior» (Precht: ¿Quién soy y… cuántos?). En esa amalgama de yoes plurales y diferentes, incoherentes y hasta incompatibles que nuestra necesidad de estabilidad hace pasar por unidad, se dan elementos más o menos fijos, aunque también temporales, coyunturales o advenedizos. Unos y otros crecen o disminuyen, se manifiestan o permanecen sepultados, prevalecen, se tornan prescindibles o se evaporan.

Lo que entendemos por yo no es más que un work in progress, un proceso cambiante y sin fin. «Mi identidad […] que parece persistir sin embargo a lo largo del tiempo, es realmente una actualización constante y consciente [también inconsciente] de todas las percepciones que recibo de mí mismo cada minuto, cada día, en el marco de mis percepciones anteriores» (Mora: Cómo funciona el cerebro). Cada vez que nos miramos al espejo somos otro. Es la tarea de conectar lo nuevo con lo anterior y con lo más antiguo, nuestro continuo reset, lo que constituye el sí-mismo o su fantasma. El yo es una creación incesante, y entre sus características no consta la homogeneidad.

«La subjetividad […] está generada por el diálogo entre el tálamo y la corteza cerebral. Este proceso une, en una fracción de tiempo, los componentes fracturados de la realidad externa e interna en un único constructo que es lo que llamamos “el sí mismo”» (Llinás: I of the vortex). Si no somos exactamente el de ayer, difícilmente vamos a seguir siendo el de hace años. El yo es un mecanismo flexible, fluido, sometido a una permanente reelaboración.

La personalidad, esa brumosa abstracción de la que algunos están muy orgullosos y que pretenden forjada en acero, puede variar enormemente por meras alteraciones anatómicas en el cerebro. Y no es necesario que sean consecuencia de aparatosos accidentes como el de Phineas Gage. Tras sufrir un daño demoledor en sus lóbulos frontales, este individuo experimentó una transformación radical en su conducta.

Previamente era tenido en su entorno por un tipo respetuoso y amable. Después se volvió grosero, desinhibido, asocial e irresponsable. Su caso abrió un campo esencial del conocimiento al revelar la relación íntima entre estructuras nerviosas y rasgos personales.

También lesiones mínimas pueden provocar auténticos

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Diderot y Grimm, por Carmontelle

vuelcos en las sensaciones, sentimientos, emociones y actos.

Natasha K. acude al médico a sus 90 años no porque esté mal sino, por el contrario, porque se encuentra «extremadamente bien». ¿O sea? Bueno, «me sentía con mucha más energía, más viva… me sentía joven otra vez. Empezaron a interesarme los hombres jóvenes. Empecé a sentirme, digamos, retozona».

Anteriormente era tímida y del todo razonable, una venerable ancianita. Ella misma sospechó, y los análisis lo corroboraron, que era un caso retardado de neurosífilis. En lugar de flagelarse o aterrorizarse, la señora K. decidió que no quería que la cosa fuera a peor, pero sí que se mantuviera como estaba. Tratada con penicilina, las espiroquetas fenecieron y los cambios cerebrales subsistieron. «Ahora […] disfruta de una desinhibición suave, una liberación del pensamiento y el impulso, sin nada que amenace su control de sí misma y sin peligro de una mayor lesión del córtex» (Sacks: El hombre que confundió a su mujer con un sombrero). Moraleja: Natasha pudo vivir alegre y feliz los años que le quedaban gracias a un inesperado regalo del destino, una ligera oscilación de su yo hacia las buenas vibraciones.

De este episodio interesa resaltar la imposibilidad manifiesta de una personalidad monolítica y unidimensional. Siempre hay aspectos escondidos en el doble fondo de la conciencia, que permanecen latentes y se actualizan en cualquier momento si las circunstancias lo demandan. Y al igual que pueden encenderse luces cuya existencia se ignoraba, pueden apagarse otras para no volver a despertar. El yo es cambio. Nadie se acuesta dos veces siendo exactamente el mismo.

Si hay una filosofía que ponga el yo en el centro con todos los focos dirigidos hacia él, es la de Johann Gottlieb Fichte. Rompe la dicotomía kantiana sujeto-objeto hipertrofiando desmesuradamente el primer término. Esto conlleva un cierto riesgo de crecimiento anárquico e indiferenciado, es decir tumoral. La distinción clásica entre el sí mismo y el mundo pasa a convertirse en antagonismo entre el Ich y el Nicht-Ich. Se supone que «la limitación del yo por el no-yo es el conocimiento mientras que la superación del no-yo por parte del ego es la acción moral» (Martínez Marzoa: Historia de la filosofía, vol. II).

No dudamos que en el mosaico de miniestados alemaNadie se nes, sometidos al absolutisacuesta mo, la censura y un amplio dos veces surtido de corsés ideológicos, esta reivindicación del indivisiendo duo sonara a libertad. Pero las exactamente palabras no son inocentes. Reel mismo ducir a la categoría –secundaria– de no-yo todo cuanto está fuera del sujeto implica una tendencia latente al solipsismo intelectual y el narcisismo moral. No es de extrañar que, con el tiempo y la inestimable ayuda de la aventura napoleónica, el filósofo derivara hacia el hipernacionalismo. «Ahora Fichte preparaba el camino para un Ich más grande: el de una nación. Era una idea peligrosa, que sería llevada hasta el extremo, en el futuro, en Alemania» (Wulf: op. cit.). Si el Ich individual salido de madre ya es devastador, el Ich nacional desbordado puede ser apocalíptico.

Más valdría tomarse a chirigota ciertas nociones, como hacía Goethe al encabezar algunas misivas a sus corresponsales con un afectuoso «Querido no-yo». El culto desmedido al tiránico dios Ich y el desprecio y ninguneo de cuanto es NichtIch puede dar lugar a espectáculos bochornosos. Pienso en una turista que se hizo fotografiar sobre las vías del tren a la entrada del campo de Auschwitz, cual si estuviera posando en la playa de moda. Sus yoes racional, emocional y humano estaban sin duda de vacaciones ese día. ¿Qué son la generosidad, la clemencia y la humanidad sino piedad aplicada a los débiles o a los culpables o a la humani-

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dad en general? Incluso la benevolendad, debía viajar a Ginebra para su cia y la amistad bien entendidas son tratamiento, él se negó en redondo a el producto de una piedad constante acompañarla. No solo eso, sino que fijada en un objeto concreto, pues predicó a los cuatro vientos que su ¿qué significa desear que una persona regalada estancia en la propiedad de no sufra, sino desear que sea dichosa?

Louise había sido «dos años de escla(Discurso sobre el origen de la desvitud». En su réplica epistolar, ella igualdad entre los hombres). resume a la perfección esa oscura faLa devoción de Rousseau a la causa ceta del pensador: «no es natural padel hombre, a la mejora de su condisarse la vida sospechando e hiriendo ción individual y social o a la recupea los amigos». ración de su inocencia está fuera de Estos pormenores biográficos pertoda duda. Sin embargo, su confianza miten apreciar cuánto hay de proen el buen criterio de la gente era relayección en sus críticas a esos cosmotiva. «Si hubiera un pueblo de dioses, politas que «aman a los tártaros para se gobernaría democráticamente, no tener que amar a sus vecinos» pero no conviene a los hombres un (Emilio). Es irónico que sea precisagobierno tan perfecto» (El Contrato mente él quien los acuse de que social). El amor a la humanidad con«buscan en la distancia de sus libros creta, contante y sonante, se ceñía a los deberes que no se dignan a cumlos contornos de la patria que «lo plir entre los suyos». ideal es que esté contenida en los líLa capacidad, aparentemente conEl accidente de Phineas Gage mites que abarca la voz humana» tradictoria, para desvivirse por el (Pagden: La Ilustración y por qué sigue Hombre mientras se ve un enemigo siendo importante para nosotros). De su ansia liberadora queda en cada hombre, está lejos de ser un rasgo idiosincrásico del excluida, además, la mitad del génefilósofo. Ha sido, es y será compartida por multitud de seres ro humano. Que las mujeres deben humanos, de los altos templos del saber a las más apartadas aprender «a sobrellevar los yerros cabañas, desde el Palacio hasta el bar. Tal vez la respuesta del marido sin quejarse» (Emilio) es esté en la hipótesis neurocientífica «de que no existe un Lo que una de sus numerosas perlas. único yo, sino muchos estados del yo distintos» (Precht: op. entendemos En cuanto a su vida personal, era cit.). Habría el yo sujeto vivencial, el perspectivista, el yopor yo un reputado experto en dramáticas localización, el autobiográfico y el autorreflexivo, el de autorupturas con quienes habían sido ría y control, el yo-cuerpo o el moral. ¿Por qué no considerar es más un sus amigos más íntimos o sus más también un yo de la abstracción, henchido de amor al ser proceso fieles compañeras de fatigas. Aunhumano como ente universal e idea platónica, en guerra cambiante que en la Carta a D’Alembert sobre interna con un yo de lo concreto, inclinado a detestar a sus los espectáculos «derramaba bilis semejantes? Y con este último yo, más vale tomar todas las sobre las ideas ilustradas y sobre el precauciones, dada su familiaridad con un personaje no por teatro» (Blom: Encyclopédie), el blanco principal y en realidad imaginario menos temible. Aquel que, según Goethe, es «una único de sus dardos era Diderot, con quien había sido uña y parte de esa fuerza que siempre quiere el mal y siempre hace carne. Rompió aparatosamente con D’Holbach y los asiduos el bien» (Fausto), y según los Stones se acerca salmodiando: de su salón. Execró a Grimm y se revolvió con saña contra el afable Hume. Todos ellos le habían brindado su apoyo en Pleased to meet you momentos difíciles. Pero la paranoia de Rousseau estaba a la Hope you guessed my name altura de su talento. Particularmente lamentable fue su comBut what’s puzzling you portamiento con Louise d’Épinay, que durante años fue su Is the nature of my game benefactora, mecenas y fiel aliada. Cuando, enferma de grave(Sympathy for the Devil) ■

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The Poor Law (leyes de los pobres) de 1834

A veces se descalifica un argumento o se impide una opinión tildándola de «fóbica» (ejemplos son «homofobia» o «transfobia»). Sin embargo, hay un miedo u odio que sí tiene largo fundamento… ¿Quiénes y por qué detestan al pueblo?

Asilo para pobres. Inglaterra, S. XIX

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Demofobia por Miguel Candel

Quien observe con calma el tumultuoso torrente de neologismos terminados en –fobia que inunda los ruidosos medios de (in)comunicación que cotidianamente nos abruman para no darnos tiempo a pensar (es decir, a sopesar datos e ideas antes de incorporarlos a nuestra representación del mundo) quizá haya reparado en dos detalles: Uno. En lo mal formados que están la mayoría de ellos según las reglas básicas de la lexicografía. Dos ejemplos flagrantes: homofobia y transfobia. El primero de ellos, interpretado estrictamente según las pautas elementales de la derivación de términos, significa «odio o miedo a lo semejante», análogamente a como «claustrofobia» significa «odio o miedo a los espacios cerrados». Claro, el uso lo ha consagrado como significante de «odio o miedo a la homosexualidad». Uso ignorante en grado sumo, impuesto seguramente desde la orilla occidental del Atlántico Norte, pues sabido es que los anglófonos de aquella parte del mundo, acostumbrados al manejo de una lengua plagada de monosílabos, sufren lo indecible al tratar de pronunciar vocablos de más de dos sílabas. Bastante hacen los pobres con esforzarse en pronunciar homophobia. Imagínese usted lo que les podría pasar si hicieran el sobrehumano esfuerzo de articular palabros como homosexophobia, que es como habría que llamar, en buen inglés (castellano: homosexofobia), el mencionado odio o miedo a la homosexualidad. Por lo que hace al aún más «modelno» término transfobia, cualquiera con cinco céntimos de sentido lingüístico verá que, lejos de sugerir la idea de «odio o miedo a la transexualidad», lo que sugiere, literalmente, es «odio o miedo a los traslados» (sentimiento más que comprensible en quienes, como el firmante, han tenido que pasar por la experiencia de una o varias mudanzas).

Dos. Que, inexplicablemente, no parece habérsele ocurrido a nadie (que yo sepa) utilizar en su sentido propio etimológico el término demofobia. Lo recogen, ciertamente, diccionarios y

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glosarios, pero sólo con el significado de «odio o miedo a las multitudes», noción para la que sería más apropiado emplear un término que pasa actualmente por sinónimo de aquél pero que estrictamente no lo es: oclofobia. En efecto, el término griego ὄχλος, del que procede la primera parte de ese vocablo, significa simplemente «multitud», sin cualificar (ocasionalmente, en sentido despectivo: «chusma»); mientras que δῆμος , al que debemos la numerosa familia de palabras presidida por el muy digno término democracia, no designa en su origen una multitud cualquiera (y menos una chusma), sino el conjunto de los ciudadanos libres ordinarios de una ciudadEstado como la antigua Atenas. Subrayo ordinarios porque el demos clásico tampoco es un término que designe a toda la población: no incluye, por ejemplo, a los aristócratas, terratenientes o ricos mercaderes, sino que se circunscribe a lo que tradicionalmente se ha llamado «el pueblo llano». Su inequívoco equivalente de origen latino es «la plebe». De modo que, cuando los griegos de la época clásica hablan de «democracia» no se refieren exactamente a lo mismo que nosotros hoy, sino a un tipo de régimen político o forma de gobierno en que el poder reside en la masa, pero no definida numéricamente, sino socialmente: la gente modesta, que, obviamente, constituye la mayoría social.

Sabiendo eso es más fácil entender pasajes como éste, de la Política de Aristóteles: «En las oligarquías los partidarios del régimen tendrían que aparentar que gobiernan a favor del pueblo llano y pronunciar juramentos contrarios a los que ahora pronuncian los oligarcas. Actualmente en algunas ciudades juran así: Seré hostil al pueblo llano y maquinaré contra él todo el mal que pueda». (Pol. V, 1310a 6-10.)

Aristóteles entiende por oligarquía, no sólo la clase social de los muy ricos, como hoy día, sino también el régimen político en el que éstos detentan el poder. Esto de detentar el poder también admite distinciones. En la Antigüedad, en sociedades

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FilosoFa, que algo queda

de estructura económica relativamente simple, el grupo o frustración por no poder subir lo que lleva, a ciertos sectores clase dominante solía ejercer el poder ocupando directaque temen caer en la escala social, a odiar, primero, los niveles mente las instancias de gobierno. Hoy, como es sabido por inferiores al suyo y, a continuación, a las personas que los ocualgunos, a la par que ignorado por la mayoría, el poder plupan. La psicología y la sociología se combinan aquí para protocrático suele ejercerse indirectamente, a través de orgaducir el efecto perverso de que las distintas capas sociales, nizaciones políticas interpuestas encargadas si no pueden situarse más arriba o evitar caer de gestionar los intereses de la oligarmás abajo traten, al menos, de rebajar Hoy el poder quía, aunque haciendo, eso sí, al el nivel inferior para, en términos pueblo llano las concesiones mírelativos, mantenerse muy por plutocrático suele ni mas im prescindibles para encima de él. Esa combinación ablandar posibles resistencias y de resentimiento hacia los de ejercerse asegurar la «paz social». Y, por suarriba y odio a los de abajo es la puesto, salvo ocasionales meteduras que se manifiesta de forma paraindirectamente de pata de personajes carentes de pudigmática en las diversas variantes del dor e incapaces de morderse la lengua, los fascismo y, mutatis mutandis, en muchas oligarcas modernos suelen abstenerse de pronunciar en formas de nacionalismo. público juramentos al estilo del reseñado por Aristóteles; Pero la cosa va más lejos. De hecho, en cada uno de nosotros como dice La Rochefoucauld, la hipocresía es un tributo que hay un demófobo en potencia. Cuando el dramaturgo romael vicio rinde a la virtud. no Publio Terencio escribió en una de sus comedias aquello Teniendo en cuenta que en las sociedades divididas en clases de «humani nihil a me alienum puto», señaló no tanto un (prácticamente todas, a día de hoy), las clases superiores gozan hecho como un ideal asignable a la especie humana. Lo cierde niveles de bienestar muy superiores a los de la mayoría, to es que, sin llegar al extremo de las hormigas, que por lo puede resultar extraño ese odio desaforado a la pobre gente visto no soportan la presencia de congéneres aparentemenque, gracias a su (legalmente) forzada cesión de la te idénticos pero pertenecientes a otros hormayor parte de los frutos de su esfuerzo, migueros distintos del suyo, los humapermite el mantenimiento de una nos hemos de esforzarnos siempre, estructura social piramidal graviEn el movimiento social poco o mucho, para aguantarnos tando sobre sus espaldas. Como unos a otros. Y eso a pesar de ser siempre es más difícil subir dice también Aristóteles al hablar «animales sociales». No es que no de los regímenes oligárquicos, «en mostremos con cierta frecuencia que bajar las oligarquías se producen dos forsentimientos de simpatía, o incluso mas de revuelta: la de unos oligarcas empatía, hacia nuestros semejantes (no contra otros y la de éstos contra el pueblo digamos ya cuando anda de por medio la atracllano». ¿Cómo se explica lo segundo? Lo primero no tiene ción sexual); pero por lo general eso queda limitado a círcusecreto alguno: siendo la codicia el motor de la actuación del los restringidos, siendo el más obvio e inmediato el de la oligarca, es natural que vea rivales en los oligarcas que le rofamilia (ése que algunos «hipermodernos» desprecian y quidean y que le impiden apropiarse de una mayor porción de sieran incluso abolir). Más allá de esos círculos, la única guía riqueza. Pero ¿qué impedimento supone para eso el productor válida para hacer realidad la afirmación del personaje de de base, siendo como es, precisamente, quien produce la riTerencio no puede ser ya el sentimiento espontáneo, sino la queza que disfruta el oligarca? pura razón (otra víctima del menosprecio posmoderno). A ojos de ésta (que es, precisamente, nuestro gran ojo abierto), Parece claro que Aristóteles, en su descripción de la dinámica toda forma de demofobia es profundamente irracional, como social, se olvida de algo. Y ¿qué puede ser ese algo, sino justahemos visto al hablar de los perversos efectos del clasismo. mente el carácter dinámico de toda estructura social? El hecho, Pero, por desgracia, el ejercicio de la razón produce cansanen suma, de que la vida social es movimiento, y en el movicio y el cansancio induce al sueño y, como vio y pintó Goya, el miento social, como en el natural, siempre es más difícil subir sueño de la razón produce monstruos ■ que bajar. Es, pues, seguramente, el miedo a bajar junto a la

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Libros

EL COMERCIO DE ARMAS NO SOLO ES COMERCIO EL LABORATORIO PALESTINO. CÓMO ISRAEL EXPORTA AL MUNDO LA TECNOLOGÍA DE LA OCUPACIÓN

Antony Loewentein Capitán Swing. Madrid, 2024, 295 pp.

Antony Loewenstein es un periodista australiano que ha recorrido buena parte del mundo escribiendo para The New York Times, The Guardian, The Washington Post, Al Jazeera English, o The New York Review. Su libro sobre el uso que hace Israel de la ocupación palestina para vender armas y tecnología militar y de espionaje al resto del mundo, ha obtenido el premio Walkley, el más prestigioso del periodismo australiano, y fue finalista del Premio Moore, el galardón internacional de literatura y derechos humanos. Y no es de extrañar. Es cierto que, a grandes rasgos, todos podemos sospechar del destino de las armas que venden los israelíes, como sospechamos del destino de las que venden otros tantos países. Sería de una ingenuidad imperdonable imaginar que el negocio armamentístico, uno de los más lucrativos, esté inspirado por razones filantrópicas o humanitarias. Si a los gobernantes de Israel, como reconocen abiertamente, lo que hagan los gentiles con las armas que les venden no les incumbe siempre que beneficie a su propio país, al resto de gobernantes tampoco parece que les importe mucho el destino de las que se comercializan bajo su influencia. Esto es verdad, pero admitir cierto grado de cinismo que nos permite condenar libremente los comportamientos ajenos mientras nosotros los practicamos con pasmosa mala fe, no significa que el grado de impunidad deba ser total, ni que el nivel de cul-

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Antony Loewentein

pa y responsabilidad sean los mismos.

Por otro lado, una cosa es sospechar, intuir o suponer, y otra muy distinta es conocer los detalles y la magnitud de los hechos. Y dedicarse a conocer exactamente las dimensiones, los entresijos, las consecuencias y los beneficios que la terrible ocupación israelí de los territorios palestinos supone para el comercio de armas y tecnologías de control, espionaje y dominio, es lo que hace con meticulosidad Antony Loewenstein en El laboratorio palestino. El resumen preciso del libro lo apunta I-lan Pappé: “Loewenstein revela la significativa contribución de Israel a la violación global de los derechos humanos”. Y cuando escribe “significativa”, Pappé se muestra especialmente cauto. Los pasos que sigue el autor los articula en siete capítulos de títulos elocuentes: “Vender armas a quien las quiera”, “El 11-S fue bueno para los negocios”, “Prevenir un estallido de paz”, “Vender la ocupación israelí al mundo”, “El inagotable atractivo de la dominación israelí”, “Vigilancia masiva israelí en el cerebro de tu teléfono”, y “A las compañías de redes sociales no les gustan los palestinos”. Si estos enunciados le parecen sugerentes, esperen a ver lo que su desarrollo ofrece. Es obvio que hablamos de un mundo muy complejo, de una historia de la que es casi imposible escapar, y de una realidad plagada de matices. Pero los hechos son inapelables.

El listado de dictaduras a las que, de una forma u otra, los gobiernos israelíes han prestado sus servicios, es demoledor: no había límites morales ni escrúpulos éticos.

Los datos que nos ofre ce Loewenstein no permiten muchas interpretaciones. No hay que partir de un sesgo ideológico marcado para espantarse de lo que nos descubre. Ni cabe tampoco apelar a ninguna Realpolitik que justifique lo injustificable. Enfrentarse a la política israelí, a su historia y devenir, exige, sin duda, habilidad, tacto y cautela, pues son muchísimos los aspectos, algunos atrozmente turbios, que aconsejan prudencia y responsabilidad. Pero esa responsabilidad es, igualmente, una obligación. La que Antony Loewenstein ha asumido de denunciar, con datos y documentos, una situación injusta, cruel, peligrosa y a menudo silenciada, que hay que condenar con la misma intensidad que cualquier otro abuso de los muchos que, desgraciadamente, ensombrecen el presente y auguran un futuro inestable e incierto. Las brumas ideológicas no pueden impedir la comprensión efectiva de la realidad. De hecho, solo esa comprensión, ese conocimiento exacto, permitiría el intento de resolución de pro blemas que parecen malditos, abriendo así posibles perspectivas esperanzadoras.

Por mucho que la esperanza sea lo primero que estamos acostumbrados a abandonar cuando tratamos del conflicto de Oriente Próximo. Queda, al menos, la advertencia del autor sobre el “terrorífico mundo” que podría venir si seguimos por el mismo camino…

Antonio García Vila

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Libros

URGENTE NECESIDAD DE OTRA

PRAXIS SOCIAL

ECOLOGISMO: PASADO Y PRESENTE (CON UN PAR DE IDEAS SOBRE EL FUTURO) Jorge Riechmann Los Libros de la Catarata. Madrid, 2024,

Unas de las posiciones poliéticas esenciales del autor, desde su opción por un ecosocialismo descalzo (decrecentista) en el Siglo de la Gran Prueba (la expresión es suya): “Hoy no necesitamos (prioritariamente) acumular más datos sobre la crisis multidimensional, o frangollar nuevos movimientos científicos: necesitamos sobre todo construir movimiento social. Los problemas ecológicos son, esencialmente, asuntos sociopolíticos y culturales”. Presentarlos como cuestiones técnicas, así lo hace sistemáticamente la cultura dominante, “es un reduccionismo que trabaja a favor de la ilusión de un “capitalismo verde” –pero esa expresión es un oxímoron–. Hoy no necesitamos (prioritariamente) más avances técnicos, aunque algunos de ellos puedan ser bienvenidos, sino otra praxis social”.

Nuevo libro (nada sobra, ningún apartado está de más) de uno de nuestros intelectuales (profesor, poeta, conferenciante, traductor) más comprometidos. Son cinco los capítulos que forman Ecologismo: pasado y presente (con un par de ideas sobre el futuro): 1. Para pensar los ecologismos desde su historia. 2. Años decisivos. 3. Algunas distinciones conceptuales. 4. Un presente difícil. 5. Un par de ideas sobre el futuro (acerca del decrecimiento y el colapsismo). Riechmann ha incluido dos anejos de su discípulo y compañero Adrián Almazán: “Cartografía mínima de un ecologismo en ebullición” y “El arte de compone las diferen-

cias entre estrategia política. Sobre los levantamientos de la Tierra en Francia”.

Son frecuentes las referencias de Jorge Riechmann a uno de sus maestros, Francisco Fernández Buey. También a Manuel Sacristán. De interés sobre este último, el apartado dedicado a Iván Illich (pp. 97104) o su comentario de la página 111: “Observadores lúcidos como Manuel Sacristán detectaron ya en los primeros años ochenta, en lo referente a la crisis ecosocial, el paso desde reconocer los hechos, pero extraer conclusiones diferentes, a la negación pura y dura de los hechos a partir de la “contrarrevolución” neoliberal/neoconservadora iniciada en 1973”.

Este breve ensayo, se señala en la contraportada del volumen, “no es una historia de los movimientos ecologistas (tarea para la cual el autor, que no dispone de las herramientas del historiador profesional, no está preparado), sino un ensayo situado que busca hacer legible un haz de trayectorias, con sus luces y sus sombras, desde cierta perspectiva”. Los dos primeros capítulos matizan la anterior afirmación. Son numerosas las reflexiones y datos históricos de interés, de mucho interés, en esas páginas.

De no menor interés es el tercer capítulo (también con obser va ciones históricas; especialmente su nota crítica 145, página 87), con magníficas distinciones conceptuales entre ecología, ecologismo y ambientalismo, o entre ecologismo superficial y ecologismo profundo. También con aproximaciones rigurosas a nociones como ecofeminismo, ecologismo social.

El subtítulo del libro, esas ideas sobre el futuro, se desarrollan en el 5º capítulo.

Las propuestas sobre el decrecimiento desempeñan un papel central, en opi-

nión de Riechmann. “La parte absolutamente sensata e irrenunciable del decrecentismo es la disidencia de la huida hacia delante: resulta imposible el crecimiento ilimitado dentro de una biosfera finita”. El debate sobre el colapso, que el autor entrecomilla, es un falso y tramposo debate, entre otras razones porque los anticolapsistas están operando con dos diferentes conceptos de colapsismo a la vez. Destaco el apartado “Siete elementos de motivación para un horizonte deseable”.

El activismo de Riechamnn (también su esperancismo), una parte esencial de su estar en el mundo (nada que ver con la pasividad o el nihilismo), queda patente en los compases finales del libro: “¿Sobreviviremos a la catástrofe que han generado las naciones industriales…, aprenderemos la lección en el tiempo dificilísimo que viene y seremos capaces de regresar, y avanzar, hacia formas correctas de estar (formando parte de la Madre Tierra y celebrando su belleza y generosidad)? No tenemos ninguna seguridad. Pero los movimientos ecologis-

Jorge Riechmann

tas van a seguir luchando, haciendo suya la forma en que anuncian su determinación los pueblos originarios: defendemos el agua porque somos agua, defendemos la tierra porque somos tierra... No somos defensores de la naturaleza: somos la naturaleza que se defiende”.

Salvador López Arnal

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LA MATRIZ HISTÓRICA DE LOS COMBATES EMANCIPATORIOS ¿LA IZQUIERDA CONTRA LA ILUSTRACIÓN? Stéphanie Roza Laetoli. Pamplona, 2023, 163 pp.

El lector lectores puede interpretar este excelente ensayo como respuesta a la siguiente descripción de Stéphanie Roza: “La secuencia que se abre desde el final de la Segunda Guerra Mundial ha situado a la izquierda en una configuración inédita respecto a su relación con la Ilustración”. Mientras que la crítica dialéctica de las Luces constituía hasta entonces la postura de casi la totalidad de sus pensadores y militantes, “se vio cómo se desarrollaba en ciertos intelectuales una incriminación cada vez más feroz e inapelables del racionalismo, el progresismo y el universalismo, que representan a ojos de todos lo esencial de lo que el siglo XVIII ha legado a la época contemporánea”. Nuestros debates contemporáneos, en opinión de la autora, “son herederos de esa declaración de guerra a las Luces de un género inédito”.

No es este un libro aconsejable para foucaultianos ni para heideggerianos. Tampoco para arendtianos o decoloniales, ni para seguidores de Adorno-Horkheimer y la Dialéctica de la Ilustración. Sí, en cambio, para admiradores del decir-hacer de Ho Chi Minh. El caso de este lector, por ejemplo.

La dedicatoria del libro –“A los militantes de la izquierda progresista y universalista de todo el mundo...”– y la hermosa cita inicial del no olvidado Jean Jaurès son pistas decisivas para captar la orientación del libro.

Un breve apunte sobre la autora: Stéphanie Roza es doctora en filosofía, profeso-

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ra de la Universidad de Montpellier e investigadora en el CNRS. Está especializada en la Ilustración, la filosofía de la revolución francesa y en los orígenes del socialismo en los siglos XVII y XVIII. Autora del epílogo al libro Diccionario de ateos de Sylvain Maréchal, Laetoli anuncia la traducción al castellano de un libro reciente suyo: Lumières de la Gauche (Éditions de la Sorbonne, 2022).

Componen ¿La izquierda contra la Ilustración?, una introducción (¿Qué mosca les ha picado?), tres capítulos-interrogantes (¿El irracionalismo puede ser de izquierdas?, ¿El antiprogresismo puede ser de izquierdas?, ¿El antiuniversalismo puede ser de izquierdas?), un epílogo

Stéphanie Roza

(Crítica de la (sin)razón política) y tres anexos: “La filosofía de Foucault antes de Vigilar y castigar”, “Sobre la entrevista con B-H.Lévy en 1975” y “¿Qué es la crítica?”. La respuesta de Roza a las tres preguntas señaladas es manifiestamente negativa y sus críticas a Foucault, en sus diversas etapas, son agudas. ¿Qué entiende Roza por izquierda? De manera deliberadamente amplia, designa para ella “al conjunto de posiciones

portadoras explícitamente de proyectos de subversión del orden existente (político, social, económico) en favor de los oprimidos desde la Revolución francesa”, es decir, las víctimas económicas del sistema de dominación (la clase obrera), las víctimas sexuales (mujeres, homosexuales) y las víctimas raciales (los pueblos colonizados, los inmigrantes, las minorías étnicas). Y apunta: “La preocupación por la opresión socioeconómica es la señal más destacada de las ideologías de izquierda, pero las otras dos están presentes tanto en los textos como en las luchas concretas desde el siglo XVIII: aquí no serán consideradas como secundarias”. Para Roza, la izquierda socialista, anarquista y comunista “ha nacido de la ambición de llevar siempre más lejos, hasta su verdadero cumplimiento, el proyecto de la Ilustración y de garantizar a cada ser humano el pleno ejercicio de todos sus derechos y la plenitud de sus facultades”, el legado de la Ilustración constituye la matriz histórica de donde ha salido el conjunto de combates emancipatorios. Todos los intentos de salir de este marco, por brillantes e intelectualmente heroicos que se los considere, se han saldado con fracasos, “han dado lugar siempre a conexiones teóricas dudosas con el pensamiento conservador e incluso ultraconservador”.

Falta un índice onomástico. Es posible que algunos momentos Roza olvide que la Ilustración (y el progresismo), como el ser aristotélico, se dicen de muchas maneras, algunas de ellas muy poco ilustradas (y progresistas). Se echa a faltar mayores referencias a temas y preocupaciones ecosocialistas y, finalmente, la expresión “izquierda progresista y universalista” acaso fuera mejor cambiarla por izquierda transformadora e internacionalista.

Salvador López Arnal

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Libros

“BIOCONSERVADORES” VS “TRANSHUMANISTAS” NEOENTES. TECNOLOGÍA Y CAMBIO ANTROPOLÓGICO EN EL SIGLO XXI Miklós Lukács de Perény Homo Legens. Madrid, 2023, 297 pp.

Aunque no compartamos con otra persona sus posiciones ideológicas, sí podemos coincidir en el orden con que jerarquizamos los valores que deben guiar la actividad humana, sea ésta vivida individualmente o en sociedad. En virtud de lo cual, alguien que se considere a sí mismo «revolucionario» puede coincidir perfectamente con un «conservador» en, pongamos por caso, la inalienable dignidad de la vida humana. Y así como el revolucionario pretenderá «conservar» una situación propicia para que los humanos vivamos dignamente, el conservador pretenderá «revolucionar» aquellas circunstancias en las que a los humanos se les pretenda sustraer la dignidad.

Ahora bien, afirmar la dignidad de hombres y mujeres seguramente presupone cierta premisa: la existencia de algo así como una naturaleza humana; esto es, un principio real sobre el que se proyecta nuestra consideración moral. Sin embargo, ¿podría esta naturaleza humana estar amenazada por «tecnologías disruptivas» al servicio de propósitos eugenésicos y ambiciones transhumanistas?

Tal es el interrogante del que parte Neoentes: Tecnología y cambio antropológico en el siglo XXI. Escrito desde un firme compromiso con un humanismo conservador, sin descuidar la dimensión espiritual del ser humano, Miklós Lukács (Lima, 1975) es un académico en el campo de la filosofía de la tecnología. Y Neoentes, su primer libro, es el resultado de seis años de investigación sobre el potencial

Miklós Lukács de Perény

de las tecnologías para reconfigurar la especie humana.

El libro se sumerge en el campo de la bioética y la biopolítica para alertarnos sobre el proyecto que, en el contexto actual de la Cuarta Revolución Industrial, ciertas élites y grupos de poder pretenderían implementar: los «neo entes», seres vivos cuyos comportamientos y características genéticas, anatómicas, fisiológicas y reproductivas hayan sido modificadas.

El planteamiento es el siguiente: los «neo entes» serían el resultado de aplicaciones, prácticas o, por lo general, usos (algunos ya realizables en una fase más o menos incipiente, otros potenciales) posibilitados por una serie de «tecnologías convergentes»: inteligencia artificial, biotecnología, nanotecnología y robótica, además de blockchain, sensores, software, computación cuántica, y otras que podemos encontrar, por ejemplo, en las impresiones tridimensionales o el diseño de prótesis. El empleo de estas tecnologías se propondría modificar la base biológica del ser humano, pero ello no sería socialmente aceptado sin un tecno-optimismo cuyo predicamento procede del progresismo posmoderno imperante.

No se trata de renunciar al desarrollo científico-tecnológico ni a la acumulación de conocimiento (eso es progreso, y no podemos disociar el desarrollo de la

humanidad sin ese progreso). La cuestión es otra: comprender en qué consiste y a qué intereses responde ese «progresismo posmodernista» que favorece nuevos marcos éticos y legales apropiados para superar la biológica idiosincrasia humana (por ejemplo, ahora que la gestación subrogada ha sido normalizada… ¿la siguiente fase serán los úteros artificiales donde «fabricar» los bebés susceptibles de ser «comprados»?).

En ese sentido, el progresismo resultaría ser el fundamento de un movimiento cultural, intelectual y político al que denominamos «transhumanismo». Aunque las derivadas del progresismo son múltiples y no necesariamente confluyen en la «agenda transhumanista», quien escribe estas líneas no discrepa al momento de relacionar conexiones entre el marco progresista y aquellos propósitos transhumanistas que promueven e impulsan determinados sectores empresariales y fortunas milmillonarias. Dicho lo anterior, en el libro se encuentra a faltar la concurrencia de lo descrito con la lógica sistémica del capitalismo .

En cualquier caso, nos encontramos ante un libro que debe recomendarse, tanto para avezados en el «transhumanismo», quienes encontrarán una provechosa exposición del fenómeno en lengua española, como para aquellos que adolecen de una visión demasiado ingenua o acrítica con respecto a los lugares a hacia los que se dirige ese «progresismo» que domina en las sociedades occidentales.

Todos aquellos que habitamos la Humanidad debemos ser conscientes de que no hay progreso alguno cuando la tecnología, en lugar de servir al ser humano, se sirve de él. Por lo que, ante desafíos bioéticos de decisivas consecuencias, quizá debamos anteponer, por encima de otro tipo de consideraciones ideológicas, la defensa antropológica del ser humano.

Genís Plana

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Libros

TOMAR POSESIÓN DEL LENGUAJE EL SILENCIO DE LAS MARAVILLAS Concha Fernández Martorell Ed. Pensódromo. Barcelona, 2024, 331 pp.

“Jo vinc d’un silenci antic i molt llarg” (Yo vengo de un silencio antiguo y muy largo), cantaba Raimon en 1975, el año de la muerte del dictador, y todo el que quiso entender, entendió.

Raimon hablaba de represión política y social, de clases desfavorecidas y privilegios ancestrales. Sin embargo, aunque todos entendieran y evocaran a hombres y mujeres sometidos y condenados al silencio, muy pocos –tal vez nadie– pensaron en el silencio también ancestral al que se habían visto expuestas las mujeres de cierto tipo de espectáculo, las mujeres llamadas, con su clara connotación peyorativa, cabareteras, o, en el mejor de los casos, artistas de revista.

Objetivamente, el término cabaretero/a debería designar “artista de cabaret”, sin embargo, según la RAE, el término femenino significa también “mujer de aspecto provocativo, modales groseros y expresión desenfadada”. Y ahí es donde entra Concha Fernández Martorell [CFM], en esa exhaustiva y apasionante descripción de unas vidas de mujer dedicadas al trabajo, a la formación en el canto y la danza, a la crianza y la educación de sus hijos en soledad y al silencio sobre lo que en realidad eran personas con sueños, esfuerzos e ilusiones, pero en una realidad que socialmente les fue negada, condenadas a vivir en el ostracismo, la ocultación y la sospecha.

Alternando el presente y el pasado con fluidez y dominio de la estructura narrativa, la autora nos ofrece a través de la mirada de la protagonista y narradora, Paula –que un día descubre que tal vez

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sea descendiente de una de esas mujeres– un retrato histórico y social detallado y riguroso, e implícitamente crítico, de la España de los siglos XIX y XX, al tiempo que, por fin, da voz a esas mujeres silenciadas.

CFM se sirve por primera vez de la ficción para ese análisis histórico con una maestría narrativa sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta que todo lo que nos había ofrecido hasta el momento eran obras de ensayo dedicadas a la filosofía y la enseñanza, dos de sus pasiones. Sorprende también la desenvoltura, precisión y perspicacia en el tratamiento de los personajes, así como en el desarrollo de la trama que hace que el lector siga con la misma pasión que Paula, su protagonista, el avance de su investigación en la búsqueda de la verdad de sus raíces ocultas.

Freud afirmaba que el poeta va siempre por delante del psicoanalista. Lacan, en un célebre ensayo sobre Marguerite Duras, reafirmó esa idea sosteniendo que el artista siempre precede al psicoanalista en el atisbo de una verdad que solo la ficción puede ofrecer, pues “la verdad tiene estructura de ficción”.

Si el lenguaje y los símbolos organizan la experiencia del mundo del individuo y determinan su identidad, de manera que la comprensión del entorno social y de sí mismo está mediada por las estructuras lingüísticas que le preceden, un ejemplo destacable de cómo la ficción destapa esa verdad sería la novela de Natalia Ginzburg, “Léxico familiar”, en la que nos relata de qué manera se van conformando las diferentes identidades de los hijos a partir del léxico que, repetidamente, utilizan los padres.

En una época en que el lenguaje y, por consiguiente, la narrativa utilizados para hablar de las mujeres, dedicadas al es-

Concha Fernández Martorell

pectáculo de revista, eran claramente peyorativos, y en la que su voz era silenciada, la comprensión e inclusión de su realidad solo podía ser inexistente o ignorada. En ese sentido, siguiendo el axioma lacaniano, se imponía una nueva narrativa y un nuevo lenguaje que las devolviera al mundo y a la sociedad de la que habían sido excluidas y eso es lo que consigue CFM en “El silencio de Las Maravillas”.

Paula, la protagonista, empieza, a partir de pequeños deslices lingüísticos paternos –o, tal vez, reflexiona la misma Paula, más que de deslices se trataba de lapsus no siempre involuntarios– a sospechar que tras el léxico familiar se esconde una historia que el padre intenta ocultar y, pese a ello, también desvelar. Finalmente, será ella la encargada –realizando una labor casi detectivesca, al tiempo que en el desarrollo de la misma se va cuestionando también su propia identidad y su modo de situarse en el mundo– de proporcionar a toda la familia esa nueva narración que les interpela y que les acerca mucho más a la verdad.

Para CFM, según se desprende de sus ensayos y conferencias, la verdad es siempre un cuestionamiento del poder dominante y ella, citando a Barthes, ha decidido “tomar posesión del lenguaje y crear literaturidad” para contarnos la verdad sobre la historia de estas mujeres.

Isabel Mercadé

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Libros

BIOGRAFÍA DEL EDITOR QUE QUISO CAMBIAR EL MUNDO FELTRINELLI Guillermo Gracia, Aitor Iturriza Mendía y Nacho Nava Altamarea Ed. Madrid, 2024, 224 pp.

El editor italiano Giangiacomo Feltrinelli (1926-1972) es uno de los mayores desconocidos, al menos en nuestro país, del llamado “Panteón de los desobedientes”.

Aunque le debemos la publicación de obras como Doctor Zhivago, El Gatopardo o las primeras novelas de los latinoamericanos Vargas Llosa, Ernesto Sábado o García Márquez; su figura sigue impregnada en un halo de misterio (casi de olvido) y, para muchos, se trata de un personaje difuso (e inclasificable) en los convulsos “años de plomo” italianos, un cuasi terrorista que falleció mientras manipulaba una bomba para un atentado, una página más en las violentas crónicas de aquellos años.

Por ello sorprende que la editorial Altamarea se “estrene” en el complejo, y quizá demasiado irregular, género de la novela gráfica con esta suerte de biografía del editor italiano. Aunque Altamarea nace en 2018 como un nexo cultural entre Italia y el universo hispanohablante (su labor de difusión, y recuperación, de los trabajos de Pier Paolo Pasolini es digna de aplauso), la confianza puesta en tres autores nóveles para poner en marcha este estimulante proyecto (recordemos que es la primera novela gráfica que “nace” directamente de la editorial tras una primera experiencia con la traducción al español del comic Pasolini del italiano Davide Toffolo) resulta alentadora en una época de conformismo y escasos riesgos literarios o artísticos.

España siempre ha sido un país propicio

para el comic, para la historieta, para el relato gráfico, aunque fue durante la década de los ochenta, concretamente en la ciudad de Madrid y en torno a ese fenómeno llamado “Movida Madrileña” cuando el comic vivió una explosión creativa total, conectando con el momento que entonces se vivía en las calles de nuestro país y que recibió el precioso nombre de “noveno arte”.

Durante aquellos años el anhelo de libertad, tan largamente negado durante la dictadura franquista, fue el gran motor para la creación artística, dejando a un lado aspectos más vinculados con formas, estilos o acabado de los trabajos (valga también esta reflexión para el cine, las artes gráficas o la literatura). Los quioscos se llenaron de comics (entonces no se usaba el término de novela gráfica) sobre sexo, drogas, rock, aventuras futuristas, política, psicodelia… en cabeceras, ya míticas, como Star, Tótem, Cairo, El Víbora o Creepy. Poco a poco, esta necesidad de oxigenación, basada en un nuevo relato costumbrista del país (en numerosas ocasiones con una calidad muy limitada) fue dando paso, quizá con la madurez de sus autores y lectores, a un “nuevo” arte más cuidado, elaborado,

Feltrinelli

pensado (y reposado). Es lo que algunos llaman (llamamos) comic adulto (o novela gráfica). Se trata de un arte maduro, de varias capas y de gran poso cultural. Hoy en día en impensable acudir a una gran librería, en cualquier parte del

mundo, y no encontrarse con una importante sección de comic adulto. Y es en este (nuevo) contexto de (alta) calidad donde es posible encontrar, como en este caso, novelas gráficas que superan a textos y trabajos “convencionales” en calidad y profundidad (y originalidad), apuesta de la joven editorial Altamarea que nos parece un maravilloso acierto.

Ceesepe, Mariscal, Nazario o Scaramuix fueron algunos de los autores de referencia en esos años, con ilustraciones oscuras, barrocas, deliberadamente sucias, casi siempre en blanco y negro, en una suerte de feísmo que marcó a toda una generación de lectores. Resulta curioso que el ilustrador de esta Feltrinelli, el señor Ignacio Nava, que está en la treintena y, por lo tanto, no ha podido tener acceso a este material “de primera mano”, haya optado por un estilo muy se mejante, voluntariamente underground, oscuro, difícil, pero eficacísimo y que encaja perfectamente con la historia que se narra en el volumen.

Aristócrata de familia acomodada, enamorado de la alta cultura, amigo íntimo de Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara y Salvador Allende, patrocinador (casi ilimitado) del Partido Comunista Italiano, marxista errático, defensor de la libertad de expresión y publicación hasta sus últimas consecuencias (publicó al mítico Henry Miller cuando nadie quería hacerlo), la vida de Feltrinelli daría para varios volúmenes y miles de páginas, y nos parece un acierto que los autores de esta novela gráfica lo hayan acotado a su labor de difusión de la novela Doctor Zhivago de Borís Pasternak, quizá su obra (como editor) más conocida. Quién sabe si la novela gráfica puede ser un (nuevo) instrumento para revisitar (y reflexionar) sobre algunos de los episodios más oscuros, difíciles y desconocidos de nuestra historia.

Javier Enríquez Román

El Viejo Topo 437 / junio 2024/ 97

92-98 reseñasjjulio-agosto:libros junioOK copia 26/6/24 13:07 Página 98

Libros

LA PRIMERA GRAN PIEDRA DE UN CAMINO NECESARIO L’ÒPERA CATALANA: SÍNTESI HISTÓRICA

Jaume Radigales FICTA. Girona, 2022, 338 pp..

La editorial FICTA publicó en 2022 uno de los libros clave en lengua catalana por su necesidad en el contexto musicográfico hispano. Lo ha realizado como consecuencia de la concesión del primer premio de ensayo y divulgación que el sello gerundense organizó en 2020. En L’òpera catalana: síntesi histórica el profesor universitario, investigador y divulgador Jaume Radigales (Barcelona, 1969) ha elaborado una monografía que, con su habitual e intensa capacidad de trabajo, pone en orden la creación operística de raíz catalana desde una perspectiva histórico-positivista, sin traicionar lo que promete el título y justificando lo que plantea en el prólogo. Se trata de una aproximación prospectiva que desarrolla algo más de tres siglos de creación con la cita de cerca de 150 títulos, recogidos en una tabla cronológica final.

Simplezas al margen, la voluntad del autor no es taxonómica ni enciclopédica como lo prueba el hecho que el comentario de las óperas no sigue un patrón, si no que la información se plasma en un talante expositivo más libre y flexible, sin faltarle la cualidad de ser un manual fácilmente consultable y con un carácter pionero en la definición del concepto de ópera catalana desde la perspectiva en la que lo hace. De esta manera supera con creces las aportaciones anteriores, tanto académicas como divulgativas, que solo parcialmente habían abordado la materia y cubre un vacío historiográfico específico. Como es lógico, Radigales se nutre

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de un amplio abanico de fuentes documentales que comprende desde tesis doctorales hasta otros referentes académicos, pasando por opúsculos y crónicas de época. Radigales las comprime afinando un discurso bien acotado, ilustrado con frecuentes extractos y citas, sin abusar de las notas de pie de página, y sirviéndose de una redacción fluida que optimiza una comunicabilidad llana con un catalán actual y cuidado. Y, también, con alguna chispa de ingenio como en el bautizo del último capítulo (Del Cobi al Covid).

Dividido en 6 grandes bloques, inicia el marco temporal a partir del estreno de Il più bel nome (1705) de Caldara y prosigue por un siglo XVIII que evidencia como Barcelona era homologada gracias a la ópera como el gran espectáculo del momento. Previamente, enmarca el estado de la cuestión determinando que la ópera catalana agrupa aquellos títulos nacidos bajo el sistema de producción de raíz catalana, independientemente de la lengua vehicular del libreto, del origen del compositor y del estilo musical. Es decir, ópera catalana son aquellas operas pensadas, producidas y dirigidas a y para Cataluña. Algo que, a pesar de mantenerse en un historicismo positivista, no focaliza la esencia y la identidad de la manifestación artística en los trazos fisionómicos de la misma, si no en el contexto social en que nace integrando la historia de la creación y de la recepción como parte de la reconstrucción del pasado como estructura estética y social y no como mera sucesión de obras.

Su definición de ópera catalana no convencerá a quienes, desde otra perspectiva, vean reflejado el oxímoron en la búsqueda de la identidad de un arte que se declara múltiple, heterogéneo y cambiante en la continuidad ideológica

Jaume Radigales

musical, la influencia de esta en las elecciones estilísticas y la recepción de ellas en su contexto. En cualquier caso, el planteamiento de Radigales abre las puertas al debate académico y su posible contraargumentación vendrá desde este ámbito. Por eso se le agradece que no rehúya alzar la voz con un alegato crítico donde pone en su lugar a instituciones y teatros del país, instándoles a superar las lacras o el deporte nacional del autoodio y el complejo de inferioridad respecto a nuestro patrimonio.

El libro ofrece un panorama suficientemente rico y diverso, a pesar del encajonamiento de una extensión pactada con la editorial que resulta insuficiente para una temática como la presente. Este hecho condiciona, por ejemplo, la escasa aproximación al Granados modernista y no detenerse en la ópera Follet y, también, el estéril comentario de Tempesta esvaïda de Joaquim Serra, a pesar de los substanciales textos precedentes de Francesc Cortès y de otro musicógrafo sobre esta obra. Igualmente, el capítulo dedicado al siglo XXI debería haberse desarrollado con más extensión debido al número de títulos compuestos y estrenados; muchos de los cuales han sido objeto de reflexión y comentario por parte de Radigales como crítico musical y experto de nuestros días.

Albert Ferrer Flamarich