El Viejo Topo | Número 412 | Mayo 2022 by elviejotopo

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La trama rusa del procés POR ANTONIO SANTAMARÍA

Dossier: El mito de la izquierda rojiparda POR SANTIAGO ARMESILLA

Entre la paciencia y la tradición Entrevista a Abidin Bucharaya Yama POR EDUARDO LUQUE

Dossier: El fantasma rojipardo y la excepcional metafísica española POR GUILLERMO DEL VALLE

De espaldas al Maquiavelo republicano Entrevista a Andrés de Francisco y Francisco Herreros POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

Dossier: La izquierda transformadora POR MIGUEL GUILLÉN

Dossier: A vueltas con Podemos. POR GENÍS PLANA

Dossier: Un “pollavieja” dando la batalla cultural Entrevista a Víctor Lenore POR YESURÚN MORENO Dossier: El caso Fusaro POR CARLOS X. BLANCO

La izquierda y la guerra POR F. JAVIER MERINO

Dossier: rojipardos, neorrancios y otras fieras del lugar

Dossier: De “rojipardos” e izquierda “woke” POR ALEJANDRO PÉREZ POLO

Dossier: ¿Hay una involucion en la izquierda? POR JAVIER BERMEJO

Portada: Silvia Viana, El nuevo caballero. Óleo sobre tabla, 73 x 50 cm. Ilustraciones del dossier, gentileza de Silvia Viana.

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret. Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. REDACCIÓN: Genís Plana DISEÑO: Elisa Nuria C. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN 0210-2706, Depósito Legal B-40.616-76. Impreso en España. El Viejo Topo no retribuye las colaboraciones. La redacción no devuelve los originales no solicitados, ni mantiene correspondencia sobre los mismos. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte impreso como en digital. La revista no comparte necesariamente las opiniones firmadas de sus colaboradores. Esta revista ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Cultura y Deporte. El VIEJO TOPO, c/Juan de la Cierva, 6, 08339 Vilassar de Dalt (Barcelona). Tel. Administración, redacción, publicidad y suscripciones (93)755-08-32 e-mail: pedidos@edic.es

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Carles Puigdemont, en un acto del Consell per la República Catalana

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La trama rusa del procés por Antonio Santamaría

a guerra de Ucrania ha vuelto a poner el foco sobre las supuestas conexiones entre el independentismo catalán y el Estado ruso. Este artículo aborda unas investigaciones periodísticas y judiciales que, además de erosionar la figura de Puigdemont, podrían tener efectos negativos en la internacionalización del procés.

El 3 de septiembre de 2021 The New York Times (NYT) publicó un extenso reportaje de dos páginas, firmado en Barcelona por Michael Schwirtz y José Bautista, que revelaba las reuniones de Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Carles Puigdemont, con funcionarios rusos en activo, ex oficiales de inteligencia y el nieto de un famoso espía del KGB. Los encuentros se realizaron a través de Alexander Dmitrenko, un empresario ruso afincado en Barcelona a quien el Ministerio de Justicia español le denegó la nacionalidad por su presunta vinculación con los servicios de inteligencia rusos. Según el diario neoyorkino, el objetivo era asegurar la ayuda de Rusia a la independencia de Catalunya Josep Lluís Alay Rodríguez (1966) es profesor de Historia Contemporánea del Tíbet y Mongolia en la Universidad de Barcelona. En junio de 2018 Quim Torra le nombró coordinador de Políticas Internacionales de la Presidencia del Govern, cargo que ocupó hasta el 15 de julio del 2018. Ese mismo día fue nombrado responsable de la oficina de Puigdemont. Alay se encontraba en compañía del President cuando fue detenido en Alemania en 2018. Días después, fue retenido durante unas horas por la Guardia Civil para tomarle declaración. Por ello, fue procesado por el presunto delito de encubrimiento, sin medidas cautelares. El caso, archivado provisionalmente, fue reabierto en 2019 por la Sala Penal de la Audiencia Nacional. El reportaje del NYT provocó un gran revuelo. Puigdemont reaccionó inmediatamente a través de un comunicado donde desmentía estas informaciones, basadas en los atestados de la Guardia Civil, llenas de “falsedades, incongruencias e intoxicaciones”, y amenazó con interponer querellas no contra el

medio, sino contra “España y otros Estados”. Uno de los autores del reportaje, Schwirtz, le replicó, a través de Twitter, afirmando que habían dedicado a su preparación dos años de investigación: “Dos años persiguiendo pistas para esta historia, yendo y viniendo entre Barcelona y Madrid, consumiendo cientos de cafés y una no pequeña cantidad de Rioja”. TV3 salió en tromba en defensa de Puigdemont. Alay protagonizó un carrusel de comparecencias en los medios de comunicación indepes –empezando por TV3– para negar las informaciones sosteniendo que cualquier sugerencia sobre la petición de ayuda, por parte del Govern de la Generalitat, a Rusia era “una historia de fantasía creada por Madrid”, aunque reconoció que en estas reuniones se habló sobre la independencia de Catalunya. La “policía patriótica” del comisario Villarejo, una de cuyas funciones era crear fake news para desacreditar a los líderes independentistas, sirvió de clave de bóveda de su argumentación defensiva. En el Parlament de Catalunya, las peticiones de creación de una comisión de investigación, reclamadas por Cs y PSC, cayeron en saco roto, rechazadas por la mayoría absoluta independista en la mesa de la Cámara. La guerra en Ucrania ha vuelto a poner el foco sobre estas oscuras relaciones. El pasado 9 de marzo el Parlamento Europeo aprobó por amplia mayoría (552 a favor, 81 en contra y 60 abstenciones) una resolución que insta a imponer un sistema de sanciones contra las “injerencias extranjeras y la manipulación informativa” que sirvió de justificación para prohibir los medios de comunicación rusos Russia Today y Sputnik, los cuales, dicho sea de paso, se habían mostrado condescendientes con el independentismo catalán. Asimismo, se señala la

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necesidad de investigar “los contactos estrechos y regulares entre funcionarios rusos y representantes de un grupo de secesionistas catalanes en España” como parte de la estrategia para “desestabilizar” la Unión Europea. El día antes, una diputada irlandesa intentó sin éxito la retirada de la mención a Catalunya.

fondos de subvenciones públicas, algunas de cuando CiU presidió la Diputación de Barcelona. En dos audios del móvil de Víctor Terradellas (presidente de la Fundació CATmón que fue responsable de relaciones internacionales de CDC), se obtienen conversaciones con Madí y Vendrell en las que se habla de un sistema de financiación a través de criptomonedas y una supuesta oferta de Rusia (no oficial y que este país niega) La operación Volhov para ayudarlos a lograr la separación del Estado español. El juzgado nº1 de Barcelona, cuyo titular es Joaquín Aguirre, Según la Guardia Civil, la citada operación es la tercera fase ordenó el 28 de octubre de 2020 a la Guarda Civil, en funciones de la operación Volhov con 50 personas imputadas. Otro de los de policía judicial, una treintena de registros y veintiuna detenprincipales implicados es el mencionado Víctor Terradellas, ciones, en la denominada operación Volhov. Entre ellas, los quien antes de la Declaración Unilateral de Independencia considerados estrategas del Estado Mayor del procés: David (DUI) envió un mensaje a Puigdemont donde le informaba de Madí, Xavier Vendrell y Oriol Soler. la llegada a Barcelona de un emisario del presidente ruDavid Madí (1971) es nieto del empresario Joan Baptista so Vladimir Putin. Terradellas se reunió en Rusia con un exdiCendrós, fundador de Òmnium Cultural y conocido en los círputado oficialista, a quien ofreció apoyar la anexión de Crimea culos catalanistas como Mr. Floïd por el éxito comercial de su a cambio de reconocer la independencia de Catalunya. En un loción para después del afeitado. Su nieto, formado en los auto de finales del 2019, el juez sostuvo que los fondos públiselectivos ambientes de la alta burguesía barcelonesa, se inició cos percibidos por CATmón a través de subvenciones irregulaen la vida pública en la Crida a la Solidaritat, donde participó res podrían haberse destinado a “viajes y entrevistas” para en la campaña Freedom for Catalonia en los JJ.OO. de impulsar la independencia de Catalunya. Por tanto, ajenas al Barcelona 92. Ingresó en CDC en 1993, iniciando una carrera ámbito de la fundación y “a la finalidad para la cual se destinameteórica en la que asumió distintos cargos de alta responsaron” las subvenciones. La Guardia Civil, con conocimiento del bilidad de la Generalitat, siendo la mano derecha de Artur Mas. juez, amplió las pesquisas para aclarar si en algún momento se Xavier Vendrell (1966) procede del sector de Terra Lliure que desviaron fondos públicos para financiar actos de Puigdemont ingresó en ERC bajo los auspicios de Àngel Colom tras la disoen Bélgica o para la organización de Tsunami Democràtic. lución del grupo armado en 1991. Fue diputado y Conseller de Las grabaciones de los teléfonos intervenidos –filtradas a los Governació en el tripartito de Pasqual Maragall, reconvirtiénmedios– proporcionan un viaje a la trastienda del procés. De dose luego en hombre de negocios en hecho, estas conversaciones son una el sector privado. parte esencial del sumario. En ellas, Alay viajó a Rusia en 2019 para buscar Oriol Soler (1969), empresario del Madí y Vendrell se despachan a gusto. “un salvavidas político” sector de la comunicación (fue presiEn una de estas conversaciones entre dente, consejero delegado y editor del Terradellas, Madí y Vendrell, se dice tras el fracaso de la vía unilateral diario Ara), formó parte del reducido Rusia habría prometido enviar 10.000 a la independencia. grupo que diseñó la estrategia política soldados para defender la indepeny la campaña mediática del 1-O. dencia y pagar la deuda catalana. A los tres se les imputaron presuntos Que la operación se denominara delitos de malversación “sistemática y Volhov generó cierta polémica, pues continuada” de fondos públicos de la Generalitat, prevaricadesde los medios independentistas se la relacionó con la batación, tráfico de influencias, blanqueo de dinero y desórdenes lla del mismo nombre librada por la División Azul franquista públicos por su eventual conexión con Tsunami Democràtic, la contra el Ejército Rojo. Por su parte, Jaume Asens, portavoz de plataforma social que ocupó el Aeropuerto de Barcelona como los Comunes en el Congreso de los Diputados, se sumó a esas protesta a la sentencia del procés. críticas al considerar “impropio” el nombre elegido. Según La macrocausa, cuyas investigaciones se iniciaron en 2016, manifestaron fuentes no oficiales de la Guardia Civil, se trata se dividió en ocho piezas separadas, una de ellas secreta, con el de un malentendido. Se la denominó Volhov, en alusión al dios objetivo de esclarecer las subvenciones percibidas por diversas eslavo de la tierra, las aguas, los bosques y la fertilidad. empresas o entidades de la órbita soberanista. Esta investigaEn una primera reacción, la embajada rusa emitió un tweet ción surge de otra, abierta en 2016, sobre el presunto desvío de ironizando sobre el hecho de que la investigación judicial esta-

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Josep Lluís Alay junto a Carles Puigdemont

ba incompleta pues no mencionaba a los 10.000 soldados rusos que habían de desplazarse a Catalunya. Maria Zarajova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, afirmó que las acusaciones de injerencias en Catalunya “exceden el absurdo” y las ubicó en la propaganda antirusa que prolifera en Occidente. El 21 de septiembre de 2021, la agencia Europa Press difundió la noticia de que el juez del caso Volhov estaba investigando una operación de compraventa de gas licuado ruso a una empresa china, supuestamente destinada a financiar el referéndum del 1-O a partir de la intermediación de Alay. En principio, la Fiscalía no vio indicios de delito en este asunto y solicitó archivar la causa, lo que fue desestimado por el juez, que ordenó proseguir la investigación. Por otro lado, el 11 noviembre 2021, la Fiscalía de Barcelona solicitó una pena de tres años de cárcel a Alay por malversación de caudales públicos y prevaricación administrativa por cargar a cuenta de la Conselleria de Presidencia un viaje como observador al referéndum de Nueva Caledonia. Encuentros en Moscú Volviendo al New York Times. En el reportaje se explica que Alay viajó a Rusia en la primavera de 2019 para buscar “un salvavidas político” tras el fracaso de la vía unilateral después del referéndum de independencia del 1-O. La pieza cita como fuentes un informe de 10 páginas de los servicios de inteligencia europeos y la transcripción de unas 700 páginas de mensajes de texto extraídas de las investigaciones judiciales. Tanto Alay

como Puigdemont confirmaron al diario norteamericano estos viajes a Moscú, pero insistieron en que formaban parte de contactos regulares con funcionarios y periodistas extranjeros. En un artículo de investigación, publicado el 14 de marzo de 2022 por El Periódico y firmado por J.G. Albalat, su especialista en tribunales, se revelaron los detalles de estos contactos. Según el rotativo barcelonés, en marzo de 2019 Alay viajó a Moscú acompañado por Dmitrenko, quien le presentó a Artyom Lukoyanov (un buen contacto para acceder a los círculos de poder del Kremlin, ya que había sido hijo adoptivo de Vlasilav Surkov, un alto cargo del Servicio Federal de Protección Rusa apodado el cardenal gris) y a su subordinado Sergei Sumin. Oficialmente, Alay iba a impartir una conferencia en la Universidad Estatal de Humanidades sobre el Tíbet y Asia Interior. Meses después, en junio de 2019, Alay regresó a Moscú, también acompañado por Dmitrenko, para participar en un debate sobre relaciones internacionales en la MGIMO University. En este foro conoció al matrimonio formado por Andrei Brezrukov y Elena Vavilova, arrestados por espías en Estados Unidos, que fueron canjeados por la agente secreta Ana Chapman en 2008. En esta segunda visita se reunió con Evgeny Primakov, ex miembro del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma y nieto del primer ministro ruso Yevgueni Primakov, y con otros altos funcionarios rusos. En febrero de 2020, Alay regresó a Moscú para reunirse nuevamente con Primakov y con el matrimonio de exespías con el propósito de conversar sobre la traducción del libro de Vavilova: Alay tradujo al catalán el libro, titulado El secret de la clandestina, publicado en 2021. Además, en sus viajes a la capital rusa, Alay se reunió con los periodistas Edvard Chesnokov y Anastasia Popova, que previamente habían entrevistado a Puigdemont. Estas visitas fueron devueltas, por así decir, en octubre de 2020, cuando Lukoyanov y Sumin se desplazaron a Barcelona donde presenciaron los disturbios tras la sentencia del procés. El día 17 comieron con Alay y Dmitrenko en el restaurante Haddock de la capital condal. El rotativo neoyorkino enmarca estos contactos en la estrategia rusa de desestabilización de los países europeos, espe-

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convocados por Societat Civil Catalana cuando el procés estaba en su momento álgido. Esos actos fueron dos manifestaciones que operaron como la respuesta a las Diadas de la ANC y que tuvieron un notable impacto en los corresponsales de prensa extranjera al cuestionar el relato oficial del ejecutivo catalán y mostrar que una gran parte de la ciudadanía era contraria a la separación. El último episodio de esa interminable batalla entre Borrell y el nacionalismo catalán no por esperpéntico deja de ser menos significativo. En plena guerra de Ucrania se han multiplicado las declaraAlexander Dmitrenko ciones atlantistas de Borrell, en la línea del también socialista y exsecretario general cialmente mediante partidos de extrema derecha antieurode la OTAN Javier Solana. Sin embargo, una de ellas desató la peista o movimientos secesionistas como el catalán. Hay que indignación de los medios independentistas: Borrell afirmó tener en cuenta que los medios de comunicación estatales que, mientras el presidente ucraniano Zelenski se quedaba rusos –ahora censurados en la UE– cubrieron ampliamente las defendiendo al país, otros huían en coche. Puigdemont se dio movilizaciones del proceso independentista. por aludido y lanzó un tweet denunciando la bajeza política y moral de Borrell al aprovechar la tragedia ucraniana para ajusBorrell, Puigdemont y Yanukovich tarle las cuentas. Un argumento que La elección de Josep Borrell, el 1 de fue seguido inmediatamente por casi diciembre de 2019, como alto repretodos los medios indepes. El alto Junqueras sugería que Ucrania sentante de la Unión Europea para representante de la UE replicó que no es igual a Catalunya, pequeños pueblos Asuntos Exteriores y Política de Seguse refería a él sino a Viktor Yanuresistiendo frente a grandes ridad fue muy mal recibida en medios kovich, presidente ucraniano derroindependentistas. En efecto, no podía cado en el Euromaidán (2014) que Estados imperiales. dejar de interpretarse como un apoyo huyó en coche a Rusia. Desde su indirecto al gobierno español por parte Olimpo europeo, no pudo dejar comde los demás miembros de la UE. Justamente, Borrell, en caliparar su protagonismo mundial con el ridículo papel de dad de ministro de Asuntos Exteriores de Pedro Sánchez (junio Puigdemont en Bruselas. 2018-septiembre 2019), se en-cargó de gestionar las derivacioOriol Junqueras, exvicepresidente de la Generalitat, no quiso nes internacionales del post-procés. dejar pasar la ocasión para marcar su Borrell, como antes lo fue Jordi Solé posición. En una rueda de prensa Aragonès dejó bien claro que la legítima conjunta con Arnaldo Otegui, coorTura, es una bestia negra de los nacionalistas catalanes. Ambos comparten dinador general de EH Bildu, celerepresentación política de Catalunya un perfil semejante como catalanohabrada el pasado 25 de febrero en la radica en Barcelona blantes que habían sido ministros en sede de ERC en Barcelona, afirmó y no en Waterloo. gobiernos del PSOE. Sus críticas al que “Ucrania estaría encantada de nacionalismo catalán desde la izquiersentarse en una mesa de negociada fueron objeto de muchos odios, ción, pero si no se produce es porque pues desbarataban uno de los ejes de la propaganda indepenhay una agresión exterior por parte de un Estado que quiere dentista que asimila España con el nacionalismo español reacimponerse y que está condicionado por sus tentaciones totalicionario y franquista. Además, Borrell se había significado contarias internas. Pues en nuestro caso, tres cuartos de lo mismo”. tra la secesión catalana con su activa presencia en los actos La comparación entre el Reino de España y la Federación

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Rusa provocó una avalancha de críticas desde las filas del constitucionalismo. Las palabras de Junqueras, que defendió en todo momento su apuesta por la mesa de diálogo, traslucían el sobreentendido que Rusia es igual España y Ucrania igual a Catalunya, ejemplos de la resistencia de los pequeños pueblos frente a los grandes Estados imperiales.

Junts-x-Cat resulta una heterogénea agrupación de fuerzas sobre las cuales Puigdemont ejerce un poder omnímodo y cuya argamasa es su liderazgo napoleónico. La presidencia de la Generalitat de Catalunya está cargada de connotaciones simbólicas desde el trágico destino de Lluís Companys. Jordi Pujol imprimió un carácter netamente presidencialista al cargo, a la francesa, que ya le venía de su predeGabriel Rufián y James Bond cesor en el exilio Josep Tarradellas. Tras Pujol, el sancta sanctóAcaso para aclarar los malentendidos provocados por las rum de la presidencia de la Generalitat estuvo ocupado –con palabras de Junqueras, Gabriel Rufián respondió en rueda de las excepciones de las presidencias socialistas de Pasqual prensa a las preguntas de un conocido Maragall y José Montilla– por distinperiodista de simpatías ultraderechistos avatares de CDC: Artur Mas, En la guerra de Ucrania, tas sobre las conexiones moscovitas. Carles Puigdemont y Quim Torra, los Junts-x-Cat y ERC se han alineado En su inefable estilo, y en clara alusión dos primeros en los momentos álgia Alay y Puigdemont, Rufián afirmó dos de procés. En su discurso de sin fisuras con el bloque atlantista y que “nunca ha representado nuestra investidura, Torra se consideró un con el gobierno español línea de política internacional reunirpresidente vicario, pues solo recononos con sátrapas, nunca, y le puedo cía a Puigdemont como legítimo asegurar que el Conseller de Exterior que acabó en la cárcel, President de Catalunya. Éste, desde Bélgica y en su condición Raül Romeva, lo pudo hacer y no lo hizo nunca. Lo hicieron de eurodiputado, pugna por mantener ese capital simbólico ellos porque eran señoritos pensándose que eran James Bond”. presidencial y ejercer de verdadero líder del movimiento indeEstas duras reconvenciones cayeron como una bomba en Waterloo. Desde Junts-x-Cat y medios afines se acusó a Rufián de comprar el relato y las falsas imputaciones de las cloacas del Estado. Se le exigió una inmediata rectificación y petición de disculpas por unos ataques impropios entre socios de gobierno. Rufián –arropado por la dirección de su partido– únicamente se avino a excusarse por las formas, pero no sobre el fondo de las acusaciones. Los exabruptos de Rufián, la gran apuesta de ERC para penetrar en los medios castellanohablantes del área metropolitana de Barcelona (ampliar la base), no solo se expliGabriel Rufián sobre el entorno de Puigdemont: “Son unos señoritos que (…) can por la indignación provocada se creían que eran James Bond”. por el impacto negativo de unas revelaciones que podían dar al traste con años de paciente trapendentista a la manera de Francesc Macià. Para ello constitubajo en defensa de la independencia de Catalunya en los foros yó el Consell per la República, una suerte de gobierno en el exiinternacionales. También por razones de orden interno. lio. ERC y CUP se negaron a participar en el Consell per la En efecto, Rufián vehicula el profundo malestar de ERC conRepública al considerarlo un instrumento partidista a favor de tra la figura de Puigdemont, que sería visto como el principal Junts-x-Cat, así como el marco de sumisión al liderazgo de obstáculo para que ERC aposente su hegemonía en el moviPuigdemont. miento independentista y supere el actual empate técnico. La investidura de Aragonès cuestionó esa doble legitimidad.

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A diferencia de Torra, Aragonès dejó bien claro, ya desde el Cambó impulsó una campaña para lograr que Catalunya se principio, que la legítima representación política de Catalunya acogiese al principio de autodeterminación de los pueblos radica en Barcelona y no en Waterloo. Asimismo, las supuestas expuesto en los Catorce Puntos del presidente Wilson. Juan conexiones moscovitas erosionan la figura de Puigdemont, Eslava Galán explica en su libro La Primera Guerra Mundial especialmente su papel como embajador exterior del procés, lo contada para escépticos (2014), que el conde de Romacual favorece a ERC en su interminable pugna por el control nones viajó a París en diciembre de 1918 para frenar los planes del movimiento independentista, en la medida que debilita a de Cambó. En la capital francesa se entrevistó con Clemensu principal rival. En otro orden de cosas, estas revelaciones, ceau y Wilson, quienes le aseguraron que la constitución de los complican su situación procesal a la espera del fallo del Trinuevos Estados nacionales solo afectaría al centro y este de bunal Superior de Justicia Europea de las cuestiones prejudiEuropa. ciales planteadas por el juez Llarena sobre las euroórdenes de En las primeras décadas del siglo XX el nacionalismo repuextradición que también pesan sobre los eurodiputados Clara blicano y católico irlandés ejerció una gran atracción sobre el Ponsatí y Toni Comín. incipiente movimiento separatista catalán, como en el caso del Junts-x-Cat también es un avispero de luchas intestinas difíteniente coronel Francesc Macià, fundador de Estat Català en ciles de seguir. La eventual caída de Lauras Borràs, si finalmen1922, el primer partido separatista catalán. Como documentan te resulta inhabilitada por sus presuntos delitos de corrupción, los historiadores Enric Ucelay-Da Cal y Joan Esculies en su libro constituiría un duro golpe para Puigdemont al perder la pieza Macià al país dels soviets (1984, reeditado en 2015), Macià viajó a maestra de la institución que Borràs Moscú en otoño de 1925 donde se reupreside: el Parlament. En sentido nió con Grigori Zinóviev y Nikolái BuLas supuestas conexiones moscovitas contrario, la renuncia a la reelección jarín para pedir armas y dinero para de Jordi Sánchez a la secretaria geneuna insurrección independentista conerosionan la figura de Puigdemont ral de Junts-x-Cat supone una victotra la dictadura de Primo de Rivera, por su papel como embajador exterior ria para el sector de Puigdemont. Fipero que solo consiguió una declaradel procés. nalmente, diversas informaciones ción genérica de apoyo a la autodeterperiodistas apuntan a Jaume Giró, minación de Catalunya. actual conseller de Economía, procedente de la dirección de En la década de los 90, la implosión de la Unión Soviética y la CaixaBank, como sucesor de Borràs al frente de Junts-x-Cat. Un proliferación de nuevos Estados soberanos en el Este europeo perfil que se aviene mejor con el gen convergente de la formación volvió a plantear la cuestión del derecho de autodeterminay que dificultaría la operación de reagrupamiento del catalanismo ción. Des-de entonces, el Parlament de Catalunya ha aprobado conservador en torno a Centrem, la rediversas mociones sin efectos jurídiciente escisión del PDeCat. cos, siendo la primera en diciembre Tras el fracaso de la DUI en 2017, de 1989, en la que se afirmaba que se buscaron otros referentes en los Cuestiones de autodeterminación Catalunya co-mo nación no renunLa cuestión ucraniana plantea al ciaba a ejercer este derecho inalienaBalcanes como Kosovo o Eslovenia. independentismo catalán una serie de ble. Jordi Pujol, entonces President cuestiones respecto al ejercicio del de la Generalitat, expresó gráficaderecho a la autodeterminación de las naciones. En la guerra mente la posición del nacionalismo conservador catalán al de Ucrania Junts-x-Cat y ERC se han alineado sin fisuras con el argumentar que Catalunya, una nación al igual que Lituania, bloque atlantista y con el gobierno español; aunque en el caso tenía derecho a la autodeterminación; pero, mientras que de Junts bajo la sospecha de sus tratos moscovitas. La situación Lituania lo ejercía como Estado independiente, Catalunya lo generada por la guerra sirvió de justificación al President hacía, de momento, en el marco del Estado de las Autonomías Aragonès para acudir a la conferencia de presidentes, a la que español. el gobierno catalán no asistía desde hacía una década. Desde el punto de vista del movimiento nacionalista catalán, No es la primera vez que el nacionalismo catalán ha buscala sentencia del Tribunal Constitucional (TC) del 2010 sobre el do apoyos internacionales para su causa. Durante las negociaEstatut de 2006 rompió ese consenso constituyente y estatutaciones del Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera rio. De hecho, Catalunya se convertía en la primera y la única Guerra Mundial, el dirigente de la Lliga Regionalista Francesc comunidad autónoma donde no regía un Estatuto de Au-

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tonomía aprobado en referéndum por la ciudadanía, sino el reformado o recortado por el TC. Así pues, la ruptura del pacto estatutario por parte española finiquitaba la vía autonomista y dejaba expedito el camino para que la nación ejerciese su derecho inalienable de autodeterminación para así convertirse en un “nuevo Estado de Europa”. Entonces los referentes fueron Gran Bretaña y Canadá, donde se habían celebrado sendos referéndums de autodeterminación en Escocia y Quebec, aunque con notables diferencias. Mientras el independentismo quebequés experimentaba sus horas bajas, el pujante movimiento nacionalista escocés, unificado en el Scottish National Party (SNP), había arrancado del premier conservador David Cameron la celebración de una consulta vinculante sobre la independencia del país. El referéndum en Escocia, celebrado el 18 de septiembre de 2014 con una derrota de la opción secesionista, marcó la elección de la consulta participativa del 9 de noviembre del mismo año en Catalunya, impulsada por Artur Mas. Tras el fracaso de la DUI en 2017, se buscaron otros referentes en los Balcanes como Kosovo o Eslovenia, este último reivindicado por Quim Torra, donde se apuntaba que para acceder a la independencia quizá se había de derramar sangre, como recientemente lo ha vuelto a sugerir Clara Ponsatí.

Ante la guerra de Ucrania, los mal avenidos socios de gobierno de Junts-x-Cat y ERC defienden la posición atlantista y la integridad territorial, según la identificación mencionada de Junqueras entre Rusia y Ucrania. Por su parte, la CUP proclama el derecho a la autodeterminación de las dos repúblicas del Donbass. Aunque en este caso la separación, como en Crimea, sería un paso previo a su incorporación a Rusia, lo cual guarda cierta relación con el movimiento de Tabarnia, que reclamaba –medio en broma, medio en serio– el derecho de autodeterminación de las áreas metropolitanas de Barcelona y Tarragona, contrarias a la secesión. En resumidas cuentas, los indicios disponibles indican que los líderes del procés iban muy en serio y estaban dispuestos a pactar con el diablo (léase Putin) para conseguir sus objetivos. Unas acusaciones que, de demostrarse, supondrían un serio problema para lograr que los países del entorno apoyen sus aspiraciones secesionistas. Asimismo, si se confirman estas sospechas, se debilitaría el papel de Puigdemont en el movimiento independentista. La guerra en Ucrania ha puesto sobre el tapete las contradicciones dentro del movimiento independentista entre el principio genérico a la autodeterminación y la cruda realidad de su ejercicio en el ámbito de las relaciones internacionales n

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Abidin Bucharaya Yama

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Entre la paciencia y la traición Entrevista a

Abidin Bucharaya Yama

por Eduardo Luque

l alto el fuego firmado hace 28 años se ha roto. En 1991 el Frente Polisario y Marruecos estaban en guerra y Naciones Unidas (NNUU) ofreció un Referéndum de Autodeterminación, a celebrar en 1992, como contrapartida a la guerra. Marruecos incumplió todos los plazos y todos los acuerdos. Hizo caso omiso a las resoluciones en su contra promulgadas por NNUU.

Hoy, cuando la guerra se ha reiniciado, el presidente Pedro Sánchez hace una finta política y cambia la posición de España respecto al Sahara Occidental. Las implicaciones son importantes tanto a nivel económico (gran parte de nuestros suministros de gas provienen de Argelia, aliada saharaui) como sentimentales (a causa de los nexos afectivos creados: no pocos son los españoles han visitado los campos de refugiados saharauis o las familias que han acogido niños saharauis durante las vacaciones). Abidin Bucharaya Yama, representante del Frente Polisario en Cataluña, nos habla sobre la situación que le depara al Sahara Occidental, y en particular al pueblo saharaui, después de que el Gobierno de España, renunciando a la legalidad internacional, aceptase la iniciativa propuesta por el Reino de Marruecos que comporta el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental.

—El 13 de noviembre del 2021 el Frente Polisario anunció el reinicio de hostilidades en el Sahara Occidental. Es, para los grandes medios españoles, una guerra que no ha merecido ni una sola línea. ¿Cómo valoráis el silencio que envuelve al conflicto? ¿Cuál es la situación en este momento? —El bloqueo informativo no es nada novedoso, siempre se ha intentado este bloqueo para que el conjunto de la sociedad española desconociera qué es lo que estaba pasando en el Sahara. Es un territorio que sigue vinculado al gobierno de Es-

paña como responsable de la descolonización desde hace más de 46 años. —La guerra se ha vuelto a iniciar no en punto en concreto sino a lo largo del muro construido por Marruecos de 2600 km de longitud. ¿Por qué se han llegado a reiniciar las hostilidades? —Básicamente porque el gobierno de España no ha cumplido, desde 1975, con sus compromisos de descolonización a pesar de las resoluciones de las NNUU. Ese hecho ha llevado al pueblo saharaui a un exilio que dura 46 años. Ese exilio forzoso dividió al pueblo saharaui como tal, una parte porque quedaron en la zona ocupada por Marruecos, otros porque se asentaron en las tierras que cedió Argelia. —¿Por qué fracasó el Alto el Fuego y el acuerdo de 1991? —Durante 17 años emprendimos una guerra clásica que ha costado muchos muertos. Finalmente, en 1991, y a sugerencia de lo que es hoy en día la Unión Africana, se firma un Alto el Fuego con el compromiso por parte de la ONU de llevar a cabo un referéndum de autodeterminación en 1992. Pero el proceso se bloqueó; no fue solamente una cuestión técnica como se dijo, no es únicamente por la intransigencia de Marruecos, que ha entorpecido el proceso todo lo que pudo, sino que hay una potencia occidental que es Francia que está impidiendo los acuerdos manteniendo la tensión en la zona. —Desde vuestro punto de vista, el comportamiento de los

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Eduardo Luque entrevistando a Abidin Bucharaya Yama

gobiernos españoles y los gobiernos argelinos han sido muy diferente. —España no solo no cumplió con sus compromisos legales en pro de la descolonización sino que acabó vendiendo el territorio y a sus habitantes, dividiendo la población entre los dos países vecinos, Mauritania y Marruecos. Estos países invadieron el territorio con una política de exterminio de la población, incluso utilizando armas prohibidas como el fósforo o el napalm. El intento de genocidio obligó al pueblo saharaui a refugiarse en Argelia, muy cerca de la frontera marroquí. Evidentemente el comportamiento de los gobiernos españoles y argelinos ha sido muy diferente. —La propuesta de Pedro Sánchez, aceptando la autonomía del Sahara y no el Referéndum de Autodeterminación, es un giro importante en la política española. —Este nuevo posicionamiento no va a El bloqueo cambiar la naturaleza del conflicto ni la informativo sobre situación en los territorios ocupados porel Sahara que la comunidad internacional no admiOccidental busca te otra solución que no pase bajo el paraguas de las NNUU. En todo caso serán las que la sociedad relaciones entre Madrid y Argel las que española pueden cambiar. Las repercusiones negadesconozca lo tivas van a ser especialmente para España.

que está pasando. —Curiosamente la carta que remitió el presidente Pedro Sánchez al rey marroquí Mohamed VI hace alusión a un plan de autonomía, pero se omite que debería adoptarse en el marco de Naciones Unidas y que debería ser mutuamente aceptada. ¿Cómo lo valoráis? —Es sin duda una propuesta caduca puesto que la rechazan los saharauis y las propias Naciones Unidas. Marruecos tiene

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un problema con su soberanía puesto que antes de ofrecer a nadie la Autonomía has de asegurarte que aquello que ofreces sea realmente tuyo; no puedes ofrecer lo que no es tuyo. La soberanía del Sahara no es propiedad del rey de Marruecos, ni de Biden ni de Pedro Sánchez; es propiedad de los saharauis que son los que deben decidir sobre su soberanía. El Sahara Occidental no es un paquete que se compre y se regale al amigo o al vecino. Sobre el Sahara Occidental viven y mueren los saharauis y estamos dispuestos si es necesario a morir por un Sahara libre. Nosotros siempre hemos recomendado a los sucesivos gobiernos españoles que mantengan una buena relación con Marruecos porque incluso los saharauis, ya que no podemos cambiar de vecinos dando la vuelta al globo terráqueo, debemos mantener buenas relaciones con Marruecos una vez alcanzada la soberanía en la totalidad de nuestro territorio. Lo que pedimos al gobierno de España es que mantenga un equilibrio en estas cuestiones. La situación en la zona no se resolverá a no ser que se tenga en cuenta ese apéndice que es el pueblo saharaui en el exilio. La acción requiere de políticas valientes. Marruecos ha descubierto que la mejor forma de funcionar es a golpe de chantaje y ese es el método que aplica cuando le interesa. Si el señor Pedro Sánchez y este gobierno creen que con este nuevo procedimiento van a garantizar la tranquilidad y una buena vecindad con Marruecos se equivocan. —Las declaraciones del presidente tendrán profundas repercusiones en la relación entre España y algunos países norteafricanos, en especial Argelia. ¿Se espera un incremento de la tensión en la zona? —España, le guste o no le guste, sigue siendo parte del problema, por lo que tiene que jugar otro tipo de papel. Ha de ser consciente de que, de cara al futuro, le interesa una África del Norte estable y tienen la posibilidad de tener un interlocutor en África que comparta sus mismas raíces culturales, su misma lengua: los saharauis han tenido un DNI español, han cotizado a la Seguridad Social e incluso nuestros padres hicieron el servicio militar en España y han tenido representación parlamentaria en las Cortes de Madrid. —¿Cómo se vive en los campamentos de refugiados la nueva posición del gobierno español de Pedro Sánchez? —No se comprende, no se entienden las razones del ejecutivo. No se entiende que España, como potencia colonizadora en su día, abandone los territorios después. En el caso del Sahara eso

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ha generado una relación de amor y odio. Por una parte, miles y miles de españoles nos han acompañado, desde el momento del exilio, en esta lucha diaria en términos humanitarios, educativos o sanitarios, de modo que la relación entre el pueblo saharaui y la población española es muy buena. Muy diferente es la posición de los sucesivos gobiernos a los que pedimos. no que ayuden o no, sino que no nos hagan más daño. Incluso aunque parezca paradójico, aunque es real, ha habido gobiernos de otro color político, con otra ideología política, que pusieron a Marruecos en su sitio. Y han tenido la capacidad de llevarle a la administración norteamericana una radiografía de la situación del Norte de África que no fuera aquella que en exclusividad presenta Francia como la única visión posible.

Pedro Sánchez en su visita a Marruecos, con la bandera española puesta al revés. ¿Error o símbolo?

—¿Es cierto que debemos atenernos a la ‘realpolitik’ en el caso del Sahara y adaptarnos a los tiempos que corren? —Portugal ha dado lecciones morales a España cuando procedió a implementar un Referéndum de Autodeterminación para la antigua colonia del Timor Oriental. Y las similitudes con el Sahara eran muy amplias: casi en las mismas condiciones y características. Nosotros pensamos que siempre es mejor apostar por fabricar urnas y no balas. Creemos que las guerras no son solo arcaicas sino rechazables. En esta vida todo es rehabilitable, todo lo material, pero cuando se va una vida humana no tiene rehabilitación posible. Todos debemos alcanzar un escenario juntos. Españoles, marroquíes, saharauis, la comunidad internacional…. —Las declaraciones de los dirigentes del Polisario han sido contundentes en el sentido de que este reconocimiento no oculta el interés de marruecos por anexionarse las islas Canarias, Ceuta, Melilla y los enclaves españoles en la zona. ¿Será, como se pretende argumentar desde el gobierno, una forma de “aliviar” las tensiones o por el contrario las espoleará? —Marruecos es un país que no tiene una delimitación fija para sus fronteras. De hecho, la historia de la humanidad no es un menú donde uno puede escoger únicamente un plato y rechazar otro. Marruecos ha mantenido conflictos territoriales con Argelia, Mauritania y el Sahara Occidental. En este momento sigue reivindicando todos los territorios que tiene cerca. Los saharauis lo tenemos claro, no somos marroquíes, no nos sen-

timos marroquíes. Creemos en nuestra causa, nuestro proyecto está más consolidado que nunca y todos los saharauis estamos dispuestos a morir de forma individual o de forma colectiva por este proyecto. —Para adoptar esta resolución extrema (ir a la guerra), ¿ha tenido que ver el agotamiento de las vías políticas, en sintonía con el incumpliLos saharauis han miento por parte de España de lo estatenido un DNI blecido por Naciones Unidas? —No somos un pueblo amante de la español, han guerra, la odiamos, conocemos el sufricotizado a la miento que genera, conocemos la Seguridad Social… dimensión de los conflictos y los hemos Ambos pueblos vivido. Pero cuando no te dan otra compartimos opción… como defensa legítima tienes que defenderte. raíces culturales. —En esta tesitura me imagino que los apoyos internacionales son elementos a tener en cuenta. —Actualmente la República Árabe Saharaui ha sido reconocida por 84 países, la mayoría del continente africano y latinoamericano, todo ello en el seno de la ONU. Ha sido interesante observar que nuevamente la ONU, en un comunicado, ha reafirmado la vía del Referéndum como el camino a seguir, lejos de la posición española de la “autonomía ofrecida por Marruecos” o de la posición francesa n

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Andrés de Francisco

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De espaldas al Maquiavelo republicano Ascenso y declive de Podemos

Andrés de Francisco y Francisco Herreros Entrevista a

por Salvador López Arnal

ndrés de Francisco, autor de La mirada republicana y de Visconti y la decadencia, y Francisco Herreros, autor de La ideología y la práctica. La diferencia de valores entre izquierda y derecha, publican ahora Podemos. Izquierda y “nueva política”, texto en el que analizan el vertiginoso ascenso de dicha formación política y su declive.

—¿Vuestro análisis de Podemos incorpora también Unidos / Unidas Podemos? ¿Y los grupos que no son Podemos propiamente (por ejemplo, En Comú Podem) pero que forman parte de su grupo parlamentario? —Sí, los incorpora, pero de una manera muy tangencial, en su calidad de compañeros de viaje, y mientras lo han sido. Nos centramos en Podemos, que ha sido el verdadero acontecimiento en la izquierda de este país nuestro. —Cuando habláis de izquierda, ¿a qué izquierda hacéis referencia? ¿Cuándo puede decirse que una formación política es una organización de izquierdas? —Nos referimos a una izquierda plural, sin duda. Pero al poner el foco en Podemos, estamos refiriéndonos básicamente al espacio político a la izquierda del PSOE. Una organización de izquierda, dentro de las coordenadas del parlamentarismo presente, debería ser internamente democrática, respetar y hacer

respetar la batería de instrumentos de dispersión, control y no acumulabilidad del poder heredados de la tradición republicana, y buscar el mejor equilibrio posible entre la libertad (real) de los ciudadanos, la equidad (más que la igualdad), y la solidaridad (o fraternidad). Debería apostar por un estado (socialmente) fuerte, pero (administrativamente) muy austero y racionalizado (sin clientelismos, redundancias, sinecuras, etc.), y exigir a los gobiernos no solo transparencia sino que rindan cuentas de verdad. —Entrecomilláis la expresión “nueva política”. ¿En qué consistiría, hablando propiamente, una nueva política? ¿No cabe hablar de “nueva política” al referirse a Podemos? —Bueno, esta es una pregunta que intentamos responder en la segunda parte del libro. En Podemos ha habido innovaciones –sobre todo en la estrategia de comunicación– pero ha habido también muchas continuidades con la vieja política. En cual-

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quier caso, su promesa de renovación radical de la política –por ejemplo, en el sentido en que la defendió Ortega en su día– ha quedado muy lejos de cumplirse. —Usáis en numerosas ocasiones el término democracia. Un ejemplo: “La democracia es necesariamente contrapoder ciudadano: control, disputabilidad y participación activa del demos… responsividad y accountabiliy”. ¿Es eso la democracia para vosotros? ¿Son democracias las que llamamos democracias liberales? —En un sentido profundo, la democracia es –como la definiera Aristóteles– el gobierno de los muchos pobres libres. Es decir, un régimen político en el que el mundo del trabajo –los aporoi– tiene la hegemonía política y el control del Estado. Pero en este libro nos movemos en las coordenadas del gobierno representativo. Y aquí hay dos grandes vertientes, una más oligárquica o elitista (contramayoritaria) y otra más democrática y popular. Ahora bien, una vez que se admite la separación entre representantes y representados, entre ambos hay una relación de agente-principal. El principal (los representados, la ciudadanía) debe poder participar, controlar, alzar la voz y disputar determinadas decisiones de sus gobiernos. El agente (representantes y gobiernos) tiene un poder delegado que ha de responder, estar controlado y rendir cuentas. Sin esta doble relación, no se puede hablar de democracia en un gobierno representativo. Y en un plano más sustantivo, será tanto más democrático cuanto más responda a los intereses y necesidades de los grupos más desfavorecidos, de las clases más vulnerables, esto es, de los aporoi.

La mediocridad de la actual dirección de Podemos es verdaderamente preocupante.

—Respecto a la democracia liberal... —Respecto de la democracia liberal hay que tener en cuenta una cosa: las páginas más brillantes –más heroicas– que la izquierda ha escrito en la historia son las de su lucha antifascista. Y esa lucha se hacía en nombre de los derechos, de la legalidad constitucional, del imperio de la ley. Cuando la gran burguesía decimonónica abdica del liberalismo y abraza el bonapartismo, primero, y el nacionalismo belicista, después, es la socialdemocracia la que recoge el testigo de la defensa de la paz y los derechos. Lo explica muy bien Arthur Rosenberg en su clásico Democracia y socialismo. Invariablemente, donde se han

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destruido democracias liberales han surgido regímenes totalitarios, a derecha e izquierda, en la mayoría de los casos, criminales. Para nosotros, una sociedad emancipada es inconcebible sin derechos de libertad personal. Lo que la izquierda debería hacer es profundizar esas democracias liberales en un sentido republicano-democrático serio. —Señaláis en la presentación que queréis ser lo más objetivos posible, sin olvidar vuestra propia perspectiva republicanodemocrática. ¿No hay aquí una cierta inconsistencia? —Sin marcos conceptuales es imposible fijar la mirada, orientar el análisis, hacer las preguntas, organizar la crítica. A partir de ahí, hemos sido respetuosos con los hechos. Y no nos hemos dejado llevar por nuestras propias hipótesis, buscando artificiosamente la confirmación de la realidad. De hecho, hemos rectificado muchas cosas y ajustado otras tantas. No ha sido un libro fácil de escribir. Ni es un libro para hacer amigos. —¿Qué otros aspectos forman parte de las líneas básicas de esa perspectiva republicano-democrática que hacéis vuestra? —Aparte de lo ya dicho… Primero, la laicidad del Estado. En este sentido, la Iglesia sigue siendo en España un poder con muchas incrustaciones y privilegios en la esfera pública. Tenemos todavía una asignatura republicana pendiente ahí. Segundo, está la gran cuestión de la propiedad, que desgraciadamente se suele olvidar. La idea republicana de la suficiencia material, como base de la ciudadanía, está ligada a la propiedad. Una estrategia republicano-democrática debería avanzar en el sentido de la copropiedad y cogestión empresarial y en el sentido de la desmercantilización de determinados bienes cívico-constituyentes como la vivienda y, por supuesto, de servicios como la sanidad y la educación. —Unas de vuestras principales conclusiones es que la cultura política de Podemos, más allá de su vindicación de la III República española, está muy alejada de la tradición republicana. ¿Por qué? —Sí, en efecto. Creemos que su cultura política debe más al populismo de factura neoperonista que a la rica tradición republicana, que es muy exigente con los gobiernos y también con las ciudadanías. Su concepción de la política (su idea de los liderazgos carismáticos, de la representación, de la política como puro conflicto amigo/enemigo y como mecánica de fuerzas y poder) debe mucho a Carl Schmitt, por más que Schmitt les haya llegado filtrado de varias maneras. Pero tampoco somos republicanos dogmáticos. Para empezar, hay muchos republicanismos, y la tradición republicana ha sintetizado muchas influencias y factores a lo largo de su histo-

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El 15M dió el pistoletazo de salida de un movimiento que resulto ser efímero

ria. Lo que sí creemos es que hay un núcleo de ideas e instrumentos para pensar y articular buenos gobiernos y buenas ciudadanías, un núcleo que habría que intentar recuperar. Ese núcleo se articula en torno a dos dicotomías fundamentales: republicanismo vs. despotismo, y virtud vs. corrupción. Todo un mundo. —¿No os centráis en exceso, en muchos pasajes de vuestro estudio, en la figura de Pablo Iglesias? Podemos no solo ha sido Pablo Iglesias. —Hablamos de otras muchísimas cosas. Pero la importancia que damos en el libro a Pablo Iglesias está en proporción directa a la indiscutible centralidad de su figura en el fenómeno Podemos. Fíjate: ha dimitido del gobierno y parece que sigue marcando la agenda de Podemos en la distancia. Tan solo necesita un micrófono. Y da bastante pena ver, por ejemplo, a las ministras Ione Belarra o Irene Montero repetir como papagayos

consignas que Iglesias lanza desde un programa en streaming o desde una tertulia. La mediocridad de la actual dirección de Podemos es verdaderamente preocupante. Parece que quieren confirmar la teoría weberiana de la rutinización del carisma. —Insisto en este punto. Sois muy críticos con la figura política de Iglesias. ¿No hay, disculpad mi pregunta, una cierta animadversión política por vuestra parte? Habláis de él en términos de líder

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Pablo Iglesias abandonó el partido debido a los resultados del 4 de mayo

carismático, de gran personalismo político… Criticáis, incluso, que usara frac y pajarita en la gala de los Goya de febrero de 2016, o que haya usado un lenguaje verbal coloquial en algunas intervenciones parlamentarias. ¿Ese hiperliderazgo no es también moneda corriente en muchos partidos españoles (y europeos y usamericanos): Felipe González, Jordi Pujol, Macron, Boris Johnson, Obama…? —Bueno. Pablo Iglesias es un personaje muy interesante. Y tiene muchos méritos que resaltamos en el libro. Sobre todo, su audacia. Es inteligente también y ha sabido aprovechar muy bien muchas ocasiones. Digamos que es un político de raza. Y, desde luego, es el alma mater de un proyecto político que sacudió el tablero electoral español. Sin Pablo Iglesias no habría habido Podemos. Ahora bien, sí, hay muchas cosas que no nos gustan de él y otras tantas en las que estamos en desacuerdo con él. Y lo criticamos en consecuencia. Por cierto, no criticamos que llevara frac (eso nos da igual) sino su justificación, y las críticas a su lenguaje hay que ponerlas en el contexto de la argumentación del libro. Si no, parecen exageradas o impertinentes. En cualquier caso, ni una ni otra son las críticas esenciales, sino –digamos– dos comentarios en

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passant en el libro. Pero animadversión personal, en absoluto, aunque a veces nos haya exasperado. Con respecto a los otros hiperliderazgos que comentas, hay una diferencia: ninguno de ellos creó un partido a su medida. Estaban ya creados. Y todos ellos eran partidos con mayor vertebración interna y con más contrapesos. Podemos es organizativamente una cáscara vacía, con una concepción meramente plebiscitaria de la relación entre sus líderes y sus “militantes”. El PSOE va camino de ser lo mismo.

Podemos es organizativamente una cáscara vacía

—Según vuestro análisis, Podemos es una formación populista. ¿Qué tipo de populismo encarna Podemos? ¿Qué hay de malo en el populismo? —Todo esto hay de malo: la falsa retórica, la adulación del pueblo, las falsas soluciones, el oportunismo electoralista, el corto-

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placismo, el voluntarismo sin freno de la inteligencia, el no valorar las posibles consecuencias perversas de una determinada acción política, el discurso de brocha gorda, la movilización de emociones identitarias, el caudillismo y los liderazgos carismáticos y su relación con un pueblo indiferenciado, la amplificación irresponsable de expectativas. En algunos sentidos, el suyo es un populismo de izquierdas, con retórica anti-elitista y medidas en favor de algunos grupos más desfavorecidos (no todos); en otros, no nos lo parece en absoluto. Por ejemplo, su apoyo al independentismo catalán blanquea el carácter pequeño burgués (de clases medias) y a menudo conservador del nacional-secesionismo. Su feminismo tiene ribetes incluso reaccionarios como, por ejemplo, cuando ataca o relaja el principio –tan republicano– de presunción de inocencia. —Sorprende o puede sorprender algunas de vuestras consideraciones. Discurso propiamente anticapitalista, afirmáis, nunca tuvieron; de hecho, señaláis, para Pablo Iglesias el capitalismo es “irreformable”. ¿No hay en Unidas Podemos fuerzas que se declaran abiertamente anticapitalistas como el PCE o IU? —Insistimos en que nuestro foco era Podemos. Y ahí están las palabras de su líder. Por otro lado, las empresas del IBEX siguen tan contentas con el gobierno de coalición. Han tenido récords de beneficios y esperan recibir la parte del león de los fondos de recuperación europeos. Es el pequeño capitalismo el que seguramente esté sufriendo más, las pequeñas empresas, los autónomos con algún trabajador a cargo. Salen muy endeudados de la crisis del coronavirus, y les están apretando mucho las tuercas: subidas del SMI, subida de las cotizaciones, subidas programadas de la seguridad social, subida de los precios de la energía. —Comentáis largo y tendido las luces y sombras de Podemos. ¿Más luces que sombras, más sombras que luces? ¿Nos dais un ejemplo de sombra y otro de luz? —En general, su apuesta por lo público nos parece bien orientada, aunque hay que tener en cuenta que la economía española es una economía asistida y tiene desequilibrios muy preocupantes. Sombras, muchas, y las desarrollamos en el libro. Por resaltar una, sobre la que ya hemos hablado: su alianza estratégica con el nacional-secesionismo. Este nos parece un error básico y de bulto. La izquierda española debería haberle plantado cara desde el principio y no jugar a aprendices de brujo con algo tan delicado. La ministra Montero, por ejemplo, habla de Cataluña y País Vasco como si ya fueran naciones independientes. —Señaláis en la tercera parte del ensayo el trasfondo ideológico

que a vuestro entender es el que arroja mayor luz sobre la esencia política de Podemos. Habláis de la raíz smittiana de los fundamentos ideológicos de Podemos, incluso de su concepción iliberal de la democracia. ¿No ubicáis a la formación en coordenadas muy conservadoras, incluso reaccionarias? —Bueno, Schmitt no era un conservador. Era un reaccionario. En Podemos lo que hay es una amalgama de ideas (e ideologemas) y planteamientos (a menudo muy superficiales), que apuntan en direcciones diversas. Pero la raíz schmittiana existe y damos buena cuenta de ella en el libro. —Al hacer un balance de la participación de Unidas Podemos en el gobierno de coalición, ¿no deberíamos tener en cuenta que es un gobierno minoritario que se ve obligado a negociar siempre con otras fuerzas, heterogéneas y muy poco dadas a pensar en términos generales, centradas en sus propios intereses territoriales? —Como todos. Incluso los gobiernos con mayorías absolutas se ven obligados a negociar. Afortunadamente vivimos en sociedades plurales y heterogéneas. —Permitidme que insista. ¿Por qué Podemos y Unidas Podemos se han manifestado tan poco críticos al nacional-secesionismo catalán? ¿Por convicción o por una política (necesaria) de alianzas? Pablo Iglesias ha llegado incluso a elogiar la figura política de Carles Puigdemont, la consistencia de sus ideas con su práctica. —Como ya hemos dicho, la alianza estratégica con la izquierda nacional-secesionista es un error. No solo estratégico sino también desde una ética de los principios y las convicciones. Estratégicamente es un error porque les condena a quedar atrapados entre un PSOE no nacionalista y una izquierda independentista, a la que solo pueden servir como mero instrumento a nivel nacional, un papel poco honroso. En cuanto a los principios, entendemos que la izquierda debería intentar un proyecto amplio y solidario para ciudadanos igualmente libres; y no enredarse en cuestiones identitarias que tanto alejan a la izquierda de sus raíces cosmopolitas ilustradas. La izquierda debería combatir el nacionalismo, no alimentarlo. Debería buscar la fraternidad entre ciudadanos, no dividirlos. La nueva polaridad que busca Pablo Iglesias entre la plurinacionalidad y la derecha no tiene más sentido que el de darle oxígeno a VOX para que siga creciendo. Y no descartamos que ese sea su verdadero propósito, puramente tacticista. —Comentáis que Podemos ha sacado el análisis de clase de su concepción de lo social, que no son marxistas, que carecen por completo de una concepción materialista de la historia. Sin

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embargo, Unidas Podemos sigue hablando de clases trabajadoras, de hacer políticas que favorezcan la situación económica, social, de las gentes trabajadoras. Yolanda Díaz sería un ejemplo. —Creemos que –objetivamente– no han rebasado el estrecho horizonte del social-liberalismo, como el mismo Iglesias adelantaba cuando decía que su horizonte reformista era el de la democracia cristiana de treinta años atrás. Esto lo desarrollamos in extenso en el libro. Han contenido algo la desigualdad, pero no la polarización. Con ellos en el gobierno, ha aumentado la pobreza extrema y el riesgo de pobreza. En los ayuntamientos del cambio han perdido voto obrero porque, al menos en Madrid, se olvidaron de los barrios obreros cuando gobernaron. La política lingüística catalana tiene un claro sesgo de clase. No hace mucho, Ada Colau les decía a los que quieren que sus hijos estudien en castellano en un 25% –que son las clases obreras catalanas– que se paguen un colegio privado. ¡Menuda política de clase! Yolanda Díaz, es cierto, tiene una mentalidad más sindicalista.

En Podemos, técnica y política se unen explícitamente en un ámbito: en la mercadotecnia.

—Hablando de Yolanda Díaz. Hacéis un balance muy documentado de los avances y límites de la reciente reforma laboral. Dada la situación actual –nuestra pertenencia a la UE, la fuerza real de los sindicatos, las debilidades parlamentarias del gobierno…–, ¿era posible una reforma laboral más avanzada? Más aún, y disculpad mi descortesía: ¿qué hubierais votado vosotros si hubierais sido diputados? —En términos realistas (teniendo en cuenta todas esas consideraciones que tú apuntas, y otras), creemos que es una buena reforma. Para empezar, es fruto del consenso, cosa muy republicana, por cierto. En segundo lugar, avanza en una dirección correcta: la disminución de la precariedad laboral potenciando los contratos indefinidos. Pero hay que tener muy presente el trade-off entre calidad y cantidad de empleo (al menos del menos cualificado) en la economía española del empleo. Y todavía no sabemos cómo va a afectar en este sentido la reforma laboral al mercado de trabajo. No hay que descartar que aumenten los contratos indefinidos y disminuya la masa salarial (por número de horas contratadas), es decir, que haya más contratos indefinidos pero a tiempo parcial. Otra duda que tenemos se refiere a la desaparición total de los contratos por obra y servicio. Por ejemplo, puede tener efectos negativos en la

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investigación académica, y en otros sectores que no hacían un uso fraudulento de esos contratos. Sí, habríamos votado favorablemente. Es un tema muy complicado, y siempre se pueden hacer ajustes según se vayan viendo sus efectos. —Sostenéis que la defensa de Podemos del Estado del bienestar es eminentemente defensiva. ¿Qué hay de malo en defender el estado de bienestar cuando acaso en determinados momentos, no se puede aspirar a mucho más? —No hay nada de malo, pero a la hora de hacer un diagnóstico, conviene saber qué tipo de defensa se hace, y qué modelo de Estado de bienestar sigue vigente en España. Aplicamos la tipología de Sping-Andersen y sale lo que sale. El problema para nosotros sigue siendo la sostenibilidad, teniendo en cuenta, por ejemplo, que la seguridad social acumula una deuda milmillonaria. —Sostenéis, en la segunda parte del libro, que existe un plano más profundo de pensamiento político en Podemos relacionado con la concepción de la política como antagonismo y poder, pura y descarnada Machtpolitik. ¿Acaso no es eso la política real? ¿No podría afirmase lo mismo del pensamiento político de todas o de casi todas las formaciones políticas en activo y con incidencia real? —Es eso, y otras muchas cosas. También hay convicciones, principios y ética en la política. No se entenderían los movimientos sociales sin aspiración a la justicia, sin lucha por el derecho. Por eso hay en la política una tensión permanente entre el ser y el deber ser, entre el principio de realidad y el principio del deseo, entre los juicios de hecho y los juicios de valor. —¿Dónde observáis el desprecio por la técnica y el conocimiento experto en la formación? De hecho, muchos de sus cuadros y dirigentes son ‘expertos’: economistas, politólogos, sociólogos. —En sus propias declaraciones. Para ellos, la política es más el ámbito de la voluntad, en un sentido muy schmittiano (también de la voluntad de poder). Las cuestiones técnicas (el cómo, la sostenibilidad, las posibles consecuencias no deseadas, las condiciones de factibilidad) parecen secundarias. La tensión entre el ministro Escrivá y el vicepresidente Iglesias era de ese tenor. Solo hay un ámbito en el que sí unen técnica y política explícitamente: donde la política se convierte en mercadotecnia. Esto lo tienen muy pensado. Si en algo son expertos es en técnicas de comunicación. Pero todavía estamos esperando leer un papel producido internamente que muestre el grado de pericia exigible al nivel de la acción de gobierno. La pobreza intelectual de Podemos es

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sobrecogedora. Las buenas cabezas que al principio los acompañaron, hace tiempo que se echaron a un lado y, al final, Podemos ha quedado muy empobrecido. —¿Existe continuidad en la composición social de los votantes de Podemos (o de Unidos/das Podemos) a lo largo de los años? ¿Qué clases de ciudadanos les han apoyado a lo largo de los años? —Hay, efectivamente, una cierta continuidad en el voto a Podemos, entre las elecciones generales de 2016, en las que alcanzaron su mayor éxito electoral hasta el momento, y las últimas de 2019. Sus votantes eran, en uno y otro año, más bien jóvenes, más hombres que mujeres y con un nivel educativo relativamente alto. Por supuesto, a medida que el voto a Podemos ha ido cayendo, la ventaja que tenía en estos perfiles con respecto a otros partidos se ha reducido. En línea con otros trabajos ya publicados sobre este tema, proponemos en el libro (y aportamos evidencia al respecto) que una posible explicación del voto a Podemos es la privación relativa de una parte del electorado, votantes jóvenes con relativamente alto nivel educativo cuyas expectativas no se corresponden con su estatus ocupacional. —Con las siguientes palabras abrís la segunda parte del libro: “En sus comienzos, sin duda, Podemos acertó en muchas cosas, mostró audacia y determinación, pero sobre todo supo expresar como nadie la indignación y la rabia de mucha gente común

ante la crisis económica, política y sobre todo moral, que sufrió este país a partir de la Gran Recesión”. ¿No habría que reconocer la importancia de la irrupción de Podemos aunque fuera solamente por eso que indicáis? Ese haber que señaláis también está en el haber de Pablo Iglesias, siempre figura destacada de la formación. —Sí, y lo reconocemos explícitamente en el libro. Pero no es menos cierto que dilapidaron ese capital emocional y político que el 15M puso en sus manos. Y lo dilapidaron muy rápidamente. —Os cito de nuevo: “Podemos se apropió el estado de ánimo del movimiento 15M y lo convirtió en discurso político con una clara columna vertebral: la necesidad de regeneración”. ¿Se apropió o más bien supo interpretar, a diferencia de otras formaciones (PSOE, IU, ICV), el “estado de ánimo” del 15M? ¿De qué regeneración hablaban? —Creemos que más bien se lo apropió. En 2011 ellos estaban en otras batallas más ligadas a Latinoamérica. El 15M fue un movimiento espontáneo de la sociedad civil. Eso sí, Podemos leyó bien la situación, sacó las consecuencias políticas y dio un paso al frente. La determinación, la audacia y la fuerza de Pablo Iglesias fueron decisivas y admirables en aquellos momentos iniciales. Y logró trasladar un discurso ilusionante de regeneración moral y política de la vida española. Lo que no sabíamos –aunque algunos lo sospechamos desde el principio– es que se

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iniciaba un ciclo gatopardiano de reproducción social con cambios más aparentes que reales. —Comentáis, críticamente, que Podemos nunca se ha tomado en serio la propuesta de la “renta básica de ciudadanía” y que acabó conformándose con su sustituto social-liberal, el “ingreso mínimo vital”. En vuestra opinión, ¿existen condiciones en nuestro país para implantar hoy la renta básica? ¿No puede leerse la posición que han mantenido como prudencia, nunca como un abandono? —Sobre la renta básica (RB) se lleva discutiendo al menos cinco décadas y todavía no hay acuerdo sobre el concepto. Hay dos cuestiones claves que permiten una delimitación semántica: la universalidad/incondicionalidad y la cuantía. La RB que propusieron en su día Van Parijs y Van der Veen era incondicional, universal y lo suficientemente generosa como para liberar a los ciudadanos de la necesidad de trabajar. Si tocas la universalidad o haces que la renta sea condicional, la RB ya es otra cosa distinta. Es una renta focal condicionada. Y si bajas de un determinado umbral económico, la RB tendría efectos muy distintos que seguramente la harían indeseable. Pues bien, el ingreso mínimo (imv) en España no es RB en absoluto. Y, por cierto, de muy escasa cuantía y muy, muy, muy condicionado. No creemos que España esté en condiciones de implantar una RB universal, incondicional y suficientemente generosa. Es más, tenemos dudas serias sobre su factibilidad en economías capitalistas de mercado, por muy avanzadas que estén. —También señaláis que Podemos, a diferencia de Mas País, tampoco ha destacado por hacer especial hincapié en la nueva economía verde y por fijar una imagen particularmente ecologista. Solo muy recientemente, a lo largo del 2021, y seguramente para cerrarle el paso a Mas País, está intentando reforzar Unidas

Podemos ese perfil ecologista. ¿No sois aquí muy mal pensados al pensar que la rectificación de Unidas Podemos es para cerrar el paso a otra formación y no por convencimiento propio? —Quizá su concienciación ecológica era muy intensa y muy genuina, pero desde luego la tuvieron muy silenciada hasta la irrupción de Más País. No hemos visto mucho pensamiento ecologista en Podemos, la verdad. Y el rastro ecosocialista de la tradicional izquierda ecologista ha quedado difuminado.

El feminismo de Podemos apuesta por la autoconstrucción identitaria fluida e irrestricta del yo.

—La nueva formación política que podría encabezar Yolanda Díaz, ¿puede representar algo nuevo? ¿Una rectificación clara de la línea seguida hasta ahora por Unidas Podemos? —Yolanda tiene otro talante, sin duda, pero tampoco anda sobrada de ideas, y no sabemos realmente cuál es su proyecto político. Por ahora solo ha soltado vaguedades. Pero sería bueno que defendiera un verdadero proyecto federal –simétrico– para toda España, sin concesiones a los partidos secesionistas, con un Estado con mayor capacidad de vertebración nacional y con más lealtad territorial. —Calificáis de posmoderno el feminismo defendido por Unidas Podemos. ¿Por qué posmoderno? ¿No os parece razonable y de izquierdas la libre autodeterminación de género y sexo para los mayores de 16 años sin informe médico previo y sin necesidad de consentimiento paternal? —Hoy sabemos que hay mucha falsa disforia de género en adolescentes, sobre todo entre las chicas. Hay que estar muy

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Ensayo sobre José Saramago

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Francesc Ponsa Herrera José Saramago fue el primer Premio Nobel de las letras portuguesas. Destacó por un estilo literario único, por su compromiso político y social y su trayectoria autodidacta. Este ensayo es una lectura imprescindible para conocer la figura, la obra y el pensamiento del autor portugués.

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seguros antes de iniciar una transición que puede ser irreversible. Por eso es tan importante un diagnóstico médico pluridisciplinar riguroso. AMANDA (Asociación de Madres de Adolescentes y Niñas con Disforia Acelerada) es una fuente de información muy útil a este respecto. ¿Por qué posmoderno su feminismo? El suyo es un feminismo que va más allá del igualitarismo del feminismo moderno, rompe el esquema esencialmente binario de aquél, rehúye de todo componente biológico y, en este sentido, apuesta por la autoconstrucción identitaria fluida e irrestricta del yo. Más que la igualdad entre hombres y mujeres, su horizonte normativo es el del derecho de autoidentidad personal, en un sentido libertario radical. Por otro lado, es un feminismo que diluye la escisión de clase en la escisión de género. —¿Podemos ha sido una organización propiamente democrática en su funcionamiento interno? El “todo el poder para los círculos”, ¿fue un cuento? —Explicamos en el libro cómo, en realidad, Podemos no ha destacado frente a los partidos de la “vieja política” por su democracia interna. En todo momento, la cúpula dirigente ha controlado la agenda y ha escapado a todo control por parte de los militantes. Los círculos nunca han representado una forma de control de la dirección por parte de la base, ni siquiera en los momentos iniciales de Podemos, y en la actualidad su existencia es más bien fantasmal. Las herramientas de participación online, las consultas a la militancia (sin posibilidad de que los militantes controlen el momento en que se convocan o el tema de la consulta), no han servido sino para ratificar y legitimar las decisiones adoptadas por la cúpula del partido; en realidad, parecen más bien una forma de demostrar que los líderes tienen tanto poder que son capaces de hacer que la militancia ratifique lo que ellos quieran, por extravagante que sea (pensemos en la consulta sobre el chalet de Galapagar). Es difícil no pensar que todas las proclamas sobre la democracia interna, sobre el líder como “humilde portavoz” de la militancia, no eran sino retórica electoral, una forma más de intentar diferenciar el “nuevo partido” de la “vieja política”, pero sin contenido real. —Vuelvo a citaros: “pensamos que El Príncipe ofrece una interesante clave de interpretación de muchas de las acciones de Pablo Iglesias, de su modus operandi, y posiblemente del modo en que se entendía a sí mismo como actor político”. ¿Podéis ilustrar esta afirmación? ¿Dónde queda en su interpretación el Maquiavelo más republicano? —Esta es la parte del libro que más directamente busca una interpretación del modo de ser y hacer política de Pablo Iglesias. A nosotros mismos nos ha sorprendido la mucha luz

que arroja El príncipe al proyectarlo sobre el modus operandi de Iglesias. Es como si Pablo Iglesias se hubiera apropiado la gramática parda del maquiavelismo y a la vez se hubiera olvidado del Maquiavelo más republicano que también late en El príncipe, el del último capítulo del libro, en el que Maquiavelo piensa en Italia más que en Florencia, y pide un príncipe que no solo piense en mantenerse en el poder, sino que aspire a redimir Italia del sometimiento a potencias extranjeras, y de las humillaciones sufridas. Pero mejor leer esa última parte del libro.

La falta de lealtad de Íñigo Errejón hacia Pablo Iglesias ha sido de proporciones shakespearianas.

—En vuestra opinión, el Pablo Iglesias que abandonaba la política y el partido el 4 de mayo de 2021 era un personaje derrotado, en buena medida, por él mismo, aunque también traicionado por unos cuantos que tanto le debían. ¿Quiénes le traicionaron? —Seremos escuetos en esta respuesta. La falta de lealtad de Íñigo Errejón hacia Pablo Iglesias ha sido de proporciones shakespearianas. Por el contrario, no sabríamos decir a quién ha traicionado Pablo Iglesias en esta aventura política. Podrá haberse aprovechado de gente, podrá haber sido oportunista, a menudo hipócrita. Pero desleal hacia los suyos, de eso no tenemos registro nosotros. —¿Por qué muchas formaciones de izquierda caen una y otra vez en las mismas o muy parecidas aguas turbulentas? —Buena pregunta. Una posible razón entre muchas es el autoengaño. Deberían ser más realistas con respecto a la naturaleza humana, y no pensar que ellos están hechos de otra madera más noble. Al final padecen las mismas fuerzas corrosivas: la ambición de poder, el oportunismo, la codicia muchas veces, las vanidades heridas, la falta de coraje. Si en el republicanismo hay algo interesante es precisamente el arsenal de instrumentos para prevenir y corregir determinadas tendencias que, por estar en la naturaleza humana, amenazan con corromper el espíritu cívico que debería gobernar “la cosa pública”. A esto añadiríamos una segunda posible razón: la izquierda es propensa a una retórica maximalista que no tarda en darse de bruces contra la realidad, y entonces pasa lo de siempre: que hay que hacerse un experto jinete para cabalgar contradicciones. La izquierda tendría que ser más sobria, más cerebral, más paciente y más realista. Y construir desde abajo, con cimientos n

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La izquierda y la guerra por F. Javier Merino

uena a frase frívola, pero no por ello es menos cierta: la invasión de Ucrania ha resultado extremadamente incómoda para la izquierda antiatlantista. Una incomodidad en la que aflora destrucción, muerte, apelaciones a la historia, perplejidad ante la pervivencia del nazismo y su apoyo por el liberal-progresimo… Una reflexión serena sobre todo ello es urgentemente necesaria. El debate queda abierto.

Las reacciones de sectores importantes de la izquierda a la invasión de Ucrania por Rusia han puesto de manifiesto contradicciones relevantes que afectan de forma significativa a la credibilidad de sus posicionamientos. Se hace necesario delimitar cuáles son los valores en los que se deben sustentar los análisis ante acontecimientos internacionales decisivos como el que nos ocupa. Eludir la toma de posición clara y la movilización necesaria ante acontecimientos de esta naturaleza en aras de una supuesta complejidad de los hechos que no se dejarían reducir a eslóganes fáciles y electoralistas forma parte del arsenal ideológico conservador tradicional; la izquierda siempre lo combatió y lo contradijo con sus prácticas: en la izquierda nunca se ha dejado de hacer análisis profundos, pero tampoco de salir a la calle y de denunciar lo inaceptable. Hasta ahora. La invasión de Ucrania ha evocado numerosos antecedentes históricos; nunca hay dos acontecimientos históricos estrictamente iguales, y paralelismos se pueden encontrar entre hechos muy diferentes. Por eso conviene matizar, seleccionar y analizar semejanzas y diferencias, desde un afán clarificador y no solo para agrupar argumentos a conveniencia. Por orden cronológico, no han sido pocos los analistas que han trazado líneas de relación con las tensiones que precedieron a la I Guerra Mundial. El paralelismo vendría dado en función del apoyo otorgado por los partidos socialistas en aquel momento crítico a los presupuestos de guerra en los parlamentos nacionales, en defensa de la llamada Unión Sagrada (la unidad nacional por encima de los intereses de clase para

salvaguardar la integridad de la patria respectiva frente a los enemigos exteriores). Casi todos los partidos socialistas de la época optaron por esta vía, siendo pocos los que levantaron la bandera antibelicista, en lo que sería el anticipo de la gran escisión del movimiento obrero que sucedería pocos años después, con la aparición de los partidos comunistas. La disyuntiva en aquellas circunstancias pasaba por privilegiar el vínculo de clase a costa del nacional (no disparar contra los obreros de otros países, sino en todo caso contra el enemigo de clase, fuera cual fuera su nacionalidad) o la defensa del propio país frente al enemigo exterior. Obviamente, tal dilema se recubría de buenas intenciones (si para los franceses Alemania representaba el autoritarismo, para los enemigos de franceses o británicos estos encarnarían el imperialismo y el supremacismo occidental). El hecho es que la elección de la nación como vinculo fundamental implicó en ese momento el apoyo a la guerra; hoy puede parecer un dislate, pero no hay que olvidar que la I Guerra Mundial fue recibida con notable entusiasmo por las opiniones públicas de la mayoría de los países, pues venía a culminar un largo periodo de rivalidades nacionales en las que los odios y los miedos fueron retroalimentándose, además de que existía la consideración generalizada de que la guerra sería corta y no excesivamente costosa en todos los sentidos. * * * Otro paralelismo se ha trazado entre la agresión sufrida por

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Ucrania y la guerra civil española. Salvando la elemental diferencia de que la contienda española enfrentó a ciudadanos del mismo país y en la actualidad estamos ante una invasión extranjera, la semejanza deriva de la posición de entidad agredida, víctima por tanto de un enemigo poderoso y claramente

Putin fundamentó su intervención exterior en la defensa de rusos supuestamente sometidos y privados de sus derechos en Moldavia, Georgia o Ucrania.

El recorrido por los grandes episodios bélicos del siglo XX tiene el siguiente jalón en la II Guerra Mundial. De nuevo se ha recurrido la comparación situando a Putin a la altura de Hitler, con quien compartiría persecución a los disidentes en el interior del país y afán expansionista en el exterior. La analogía se refuerza por el común objetivo de defender a los nacionales residentes en otros países; si Hitler justificó la anexión de los Sudetes por la población alemana allí asentada, Putin de momento fundamentó su intervención exterior en la defensa de rusos supuestamente sometidos y privados de sus derechos en Moldavia, Georgia o Ucrania. La magnitud de la obra destructiva de Hitler convierte cualquier comparación en exagerada; hasta ahora, Putin ha demostrado una falta de respeto

superior, que comparten Ucrania y la zona republicana española. El pacto de no intervención en aquel momento vino a sellar la hipocresía que suponía la dejación de Francia y Gran Bretaña, reacias a cualquier intromisión en los asuntos españoles, por lo que entrañaría de riesgo de confrontación con los países fascistas; mientras, Italia y Alemania proseguían con su ayuda y suministraron armas y recursos al ejército franquista, contribuyendo de manera decisiva a su triunfo en la guerra. Hay una explicación racional que ayuda a entender el posicionamiento de las democracias occidentales y que remite a la negativa a introducir a sus respectivos países en una nueva dinámica bélica, cuando aún no se habían cumplido 20 años del final de la I Guerra Mundial; no exime, sin embargo, de responsabilidad moral, por el abandono de un régimen democrático que se enfrentaba a una agresión incalificable. Se podría decir aquello de que renunciaron a la dignidad por salvaguardar la paz, y

No hay en la izquierda una respuesta coherente a los conflictos bélicos, más allá de la oposición a todas las intervenciones de la OTAN y de EEUU.

luego se quedaron sin dignidad y sin paz. Pero es obvio que nadie que no simpatizara con el fascismo podía considerar que una intervención francesa y británica hubiera supuesto alentar el belicismo y que se debería haber fiado todo a convencer a Alemania e Italia de las bondades de las mesas negociadoras para resolver los contenciosos internacionales.

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por el derecho internacional y una voluntad de defensa del glacis inmediato de Rusia que lo emparentan más con la tradición zarista, a su vez prolongada en el periodo estalinista. Sí que adquiere alguna dimensión paralela la percepción rusa del desprecio sufrido frente a Occidente, particularmente los EEUU, que no han tenido en cuenta en absoluto los temores ante una extensión de la OTAN hasta sus mismas fronteras, poco justificada tras la caída de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia. La sensación de humillación de un estado que ha pasado de compartir hegemonía planetaria con los EEUU a ocupar un papel secundario en el escenario mundial vuelve a sonar como un lejano eco del trato otorgado a Alemania por las potencias reunidas en Versalles tras el final de la I Guerra Mundial. La ascensión de Hitler no se explica sin la humillación sufrida por Alemania debido a las cláusulas contenidas en dicha paz, de la misma manera que las agresio-

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nes de Putin encuentran alguna justificación dentro y fuera de Rusia en la denuncia de la actitud occidental, reflejada sobre todo en la voracidad de la OTAN. Un cuarto antecedente (seguramente habrá muchos más) podría encontrarse en las guerras que ensangrentaron Yugoslavia en la última década del siglo pasado. También allí la defensa de connacionales supuestamente maltratados fuera de las fronteras fue el pretexto utilizado por los dirigentes serbios y croatas para hacer la guerra a sus vecinos. Contrariamente a la reacción internacional que ha suscitado la invasión de Ucrania, entonces se optó por implantar un embargo de armas a las partes en conflicto que no hizo sino condenar al agredido (Bosnia) y beneficiar a los agresores. Desde el punto de vista de la izquierda cercana, la confusión que ha rodeado la toma de partido en el conflicto de Ucrania tiene muchos puntos en común con la que predominó en las guerras balcánicas. Si entonces el dogma condujo a la búsqueda de culpables imposibles en los enemigos tradicionales (EEUU, Alemania, la Unión Europea) sin entrar a analizar un conflicto de evidentes raíces endógenas, la agresión del ejército ruso ha suscitado una reacción similar, achacando a la OTAN, y a su patrón, los EEUU, la responsabilidad última de los hechos. Esta confusión es la que ha derivado en una inacción culpable; mientras ucranianos y en algunos casos ONGs han promovido movilizaciones claramente minoritarias en relación con otras desarrolladas por el conjunto de la izquierda social y política en coyunturas recientes, las fuerzas principales de la izquierda se han mantenido al margen, participando de forma secundaria, pero abandonando a nuestros conciudadanos procedentes de Ucrania, en abierto contraste con la movilización promovida desde instancias humanitarias para enviar medicinas, alimentos e incluso para alojar a refugiados desplazados por la guerra en curso. Las escasas movilizaciones convocadas desde partidos de izquierda lo han sido por iniciativa de formaciones minoritarias y siempre con la OTAN como objetivo principal de la protesta. El maniqueísmo que tiende a enfocar todos

los análisis en términos de anticapitalismo y, en consecuencia de antiimperialismo de dirección única, ha vuelto a desenfocar la mirada, convirtiendo lo que debería ser una oposición sin ningún matiz a una invasión rechazable desde cualquier punto de vista en un acontecimiento (condenado desde luego) envuelto en tal cúmulo de matices y de responsabilida-

des añadidas a la de Putin y el equipo dirigente ruso que el rechazo acaba por desteñirse hasta la insignificancia. El debate sobre el envío de armas ha puesto de manifiesto estas vacilaciones; se entiende la reticencia a contribuir a una escalada del conflicto que puede provocar su prolongación en el tiempo y en el espacio, y en consecuencia el incremento de

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las pérdidas humanas y materiales. Pero cuando la alternativa es la agresión impune de un ejército enormemente superior a un país incapaz de poco más que oponer una entusiasta resistencia para defender sus tierras y su gente, negarse a atender los requerimientos del agredido supone simplemente dejarlo inerme en manos del agresor. La encendida retórica de uno de los partidos del gobierno español, denominando a la fuerza política mayoritaria del mismo como “partido de la guerra”, forma parte de esa contradicción permanente en que parece instalada UP; dado que el PSOE impuso esa política, habrá que concluir que el partido de Ione Belarra forma parte de un “gobierno de la guerra”. No es menos cierto que sectores importantes de la coalición se

La confusión que ha rodeado la toma

No se ve de qué manera podría contribuir tal incremento del gasto en el presupuesto de defensa a un mundo más seguro y más justo. En busca de nuevo de precedentes históricos, la carrera armamentista fue una de las causas de la I Guerra Mundial; el rearme por parte de todos los contendientes incrementó los recelos, los miedos y los reflejos nacionalistas que dieron paso a la carnicería. Sea cual sea el final de la actual guerra, lo más adecuado parece que sería la búsqueda de una convivencia pacífica en el concierto internacional, mediante propuestas y acuerdos de desarme que deberían incluir a Rusia, por supuesto. La invasión de Ucrania ha puesto de relieve que frente a una potencia con armamento nuclear no hay confrontación armada posible; hay que apoyar a los agredidos, pero la no intervención de la OTAN demuestra la inviabilidad de la guerra. ¿Cuál es el objetivo en esa coyuntura de un incremento del gasto militar?

de partido en el conflicto de Ucrania tiene muchos puntos en común con la que predominó en las guerras balcánicas.

han pronunciado con mayor lucidez y contundencia. Paradojas y contradicciones al margen, lo cierto es que no hay en la izquierda una respuesta coherente a los conflictos bélicos, más allá de la oposición a todas las intervenciones de la OTAN y de EEUU. Las carencias se hacen más llamativas cuando la agresión no parte del mundo occidental, como es el caso. Se podría perfectamente mantener la oposición a la OTAN y al imperialismo estadounidense y al tiempo condenar (y movilizar, lo que siempre ha sido la práctica y el único patrimonio de la izquierda) las agresiones ejercidas por otros actores de la política internacional. Pocas veces habrá casos más flagrantes que el de la invasión rusa; es evidente que la OTAN ha mantenido una política expansionista que solo tiene sentido en términos de hegemonía y subordinación de todos los países no integrados o colaboradores con ella. De ahí a justificar por ello la guerra rusa hay la misma distancia que implicaría imputar la responsabilidad de la expansión nazi en los años 30 tanto a la política de HItler como a las (injustas) cláusulas impuestas a Alemania en la paz de Versalles. Por otra parte, si la respuesta a la guerra ha sido titubeante, la propuesta de incremento del gasto militar ha concitado de nuevo las diferencias entre los dos socios del gobierno; en este caso sí que cabe hacer valer el alma pacifista de la izquierda.

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* * * En definitiva, el conflicto desatado por Rusia ha desvelado la perplejidad de cierta izquierda en el actual escenario internacional; mientras que la izquierda atlantista no duda en el momento de la elección, la izquierda anticapitalista y antiatlantista busca su lugar en un mundo que ya no es el de la guerra fría, aunque a veces lo parezca. No hay referencias de países ejemplares a quienes seguir y defender frente al mundo capitalista. No lo son China ni Rusia, ni siquiera Venezuela. La fascinación cubana queda lejos, y bastante tiene la isla caribeña con mantenerse en pie. No es aceptable la exigencia de credenciales a las víctimas de una invasión que vulnera todos los principios de la convivencia entre los estados, y que supone una violación masiva de derechos humanos, incluido el asesinato de civiles. No es aceptable exigir un certificado de pureza democrática al gobierno de Ucrania para mostrar todo el apoyo a su ciudadanía en estos momentos. No se lo exigimos a Sadam Husein ni al mulá Omar cuando Estados Unidos invadió Afganistán y después Irak. Hay una línea que debe pasar por una opción pacifista, lo que implica rechazar con energía cualquier agresión; al igual que la izquierda debe estar siempre con las personas y las clases más desfavorecidas, en la política exterior hay que posicionarse con las víctimas y con los agredidos. Es una opción moral y política que tiene su consecuencia lógica en rechazar a la OTAN y todo lo que se mueve en torno a ella, al igual que a los gobiernos y los estados que agreden a poblaciones indefensas. No hay incompatibilidad alguna; más bien, la aplicación de los mismos principios a realidades diferentesn

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Silvia Viana, Tres Pájaros y ciento volando.

ROJIPARDOS, NEORRANCIOS... Y OTRAS FIERAS DEL LUGAR Solemos pensar el siglo XX como “el siglo de las ideologías”: una Europa convulsa en la que fascismo y comunismo, en determinados periodos, pugnaron como modelos alternativos e incompatibles. Sin embargo, la consolidación de las democracias liberales contribuyó a que las ideologías ambiciosas se fueran paulatinamente diluyendo, que el electorado de masas empezara a sentir desafección con respecto a la gestión pública de la nación política, y que las reivindicaciones de los nuevos movimientos sociales resultasen cada vez más acomodaticias con respecto al orden político y económico establecido. Hoy no existen grandes proyectos políticos que compitan por implementarse, pero sí hay una evocación nominal a los mismos: a veces decimos de los demás que son “fascistas” o “comunistas”, cuando probablemente solo sean liberales de derecha y liberales de izquierda. En ausencia de grandes marcos ideológicos operativos, se suelen emplear esos apelativos, desposeídos de contenido sustantivo, de forma meramente ofensiva. Pero la lógica bivalente se vuelve plurivalente cuando, de entre esas dos afrentas, surge una tercera: el “rojipardismo”, para algunos un supuesto punto medio entre comunismo y fascismo. Así pues, después de fascista y comunista el abanico de insultos resulta ampliado: rojipardo… y, más recientemente, neorrancio. Son epítetos que vienen a significar algo cada vez más difuso, inaprensible, incierto. No obstante… ¿Son “rojipardo” y/o “neorrancio” simples armas verbales? ¿Qué revelan y qué esconden estos conceptos? ¿Pudieran dotarse de rigurosa consistencia por medio de una ideología identificable? ¿O, simplemente, son síntomas de la incapacidad de nuestras sociedades para desplegar discusiones políticas por medios racionales? El Viejo Topo 412/ mayo 2022/ 47

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rojipardos, neorrancios y otras…

De “rojipardos” e izquierda “woke” Para superar el debate Por Alejandro Pérez Polo

Dos comprensiones de la izquierda pugnan entre sí, cada cual acentuando aspectos diversos: la soberanía de la comunidad política, unos; los derechos de los individuos y colectivos, otros. Solo disputando el universal de la nación España será posible que ambas posturas se encuentren mutuamente.

La resaca tras el ciclo del cambio en España está intoxicando al conjunto de las redes sociales y del debate político en la izquierda. Hay una crispación en el ambiente que se deja notar en muchísimos espacios. En 2022, se ha llegado incluso a publicar un libro titulado Neorrancios, firmado por diputados de Unidas Podemos, periodistas de El País, ensayistas pujantes y cuya portada incluye el yugo y las flechas, en una clara vocación de situar a pensadores, escritores y periodistas del ámbito de la izquierda en el fascismo. Del otro lado, aunque no haya tantos insultos personales, también se ha querido situar a gran parte de la izquierda como aliada necesaria del neoliberalismo por su modo de defender los estilos de vida individualistas y hedonistas que nuestro sistema proclama a los cuatro vientos. Suben los decibelios en el momento que vivimos un reflujo de la energía social transformadora que marcó la década 20112020. Una de las principales consecuencias del hundimiento electoral de Podemos es que se ha destrozado el espacio común que daba cobijo a la mayoría de los debates en la izquierda. Cuando se pierde la institución compartida del partido o del propio movimiento sociopolítico, se pierden los espacios

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de mutuo reconocimiento y, por lo tanto, se genera una desconfianza total entre los posibles actores que tenían algo que decir sobre su rumbo político. Como ocurre en otras áreas de la sociedad, cuando se rompen los espacios comunes y públicos (el ágora compartida y reconocida por todos), se da rienda suelta a una competitividad salvaje entre personalidades y grupos de afinidad para ganar la batalla de la centralidad. El problema es que, ahí, se entiende al otro como una amenaza, lo que provoca un aumento de la ansiedad y del miedo a perder la tribuna propia, conduciendo fácilmente a los actores implicados a perder el control provocando una sucesión interminable de insultos que solo desgastan al conjunto de personas que pertenecen al espacio de la transformación democrática. Antes de entrar en el meollo del debate entre lo que se ha venido llamando rojipardos, por un lado, e izquierda woke/posmodernos, por el otro, creo que es importante hacer una primera reivindicación de las instituciones republicanas que permiten debatir desde un mutuo reconocimiento y no desde esa inquina provocada por la competitividad extrema y la pérdida de posiciones sociales de la izquierda, que estrecha los espacios de intervención pública de los diferentes grupos, condenándolos a unos juegos del hambre por los restos que dejó tanto el 15M como Podemos. Rojipardos y Wokes: ¿De qué estamos hablando? El debate entre lo que se ha llamado Rojipardos y Wokes/Posmodernos es, primero de todo, un síntoma del fracaso de Podemos. De hecho, uno de los ejes principales que ha hecho estallar el enfrentamiento abierto es la famosa afirmación de Ana Iris Simón que abre su libro Feria: “Me da envidia la vida que tenían mis padres a mi edad”. Más allá del debate sobre la nostalgia, esta afirmación es una impugnación al ciclo 2011-2020, ya que ni el 15M ni Podemos habrían podido revertir las tendencias que se denunciaron en nuestras plazas: 10 años de luchas, irrupciones ciudadanas en la arena pública,

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rojipardos, neorrancios y otras…

La tensión soberanía – globalización El debate central del siglo XXI radica en la tensión soberanía – globalización. Esta tensión es la que configura los debates a izquierda y derecha en todo el mundo occidental. Las primeras en abrir este melón, nada más iniciado el siglo XXI, fueron las izquierdas latinoamericanas: Chávez, Evo Morales, Correa o Kirschner en la década 2000-2010. Venían de una década osSilvia Viana. El hombre que excavó una montaña y encontró un pez. cura profundamente neolinuevos partidos y movimientos que no habrían conducido a beral, cuyos efectos devastadores se habían vivido antes que en una nueva década de derechos y progreso, sino que habrían las sociedades europeas. Fueron los primeros en reivindicar la sido en balde. soberanía nacional y democrática como eje vertebrador del Esta situación es todavía más sangrante por la condición del proyecto político (las nacionalizaciones de PDVSA en sujeto que lo enuncia: la mayoría de las personas que estaban Venezuela, los hidrocarburos en Bolivia o YPF en Argentina rinen las plazas tenían entre 18 y 30 años. En aquel entonces, den buena cuenta de ello) y los que iniciaron una construcción denunciaban que iban a ser la primera generación que iba a de alianzas internacionales alternativa a la globalización neolivivir peor que sus padres. 10 años después, esa generación ya beral (creación del ALBA, refuerzo de la CELAC y Mercosur bajo tiene entre 28 y 40 años. Es decir, tiene la edad de sus padres un nuevo paradigma en el que el las organizaciones supranacuando les tuvieron a ellos y han confirmado lo que en 2011 cionales no laminan las soberanías sino que las reforzaban). solo era una intuición política: efectivamente, vivimos peor Esto vino acompañado de las enmiendas a la globalización de que nuestros padres. Es muy significativo que Feria haya sido China y Rusia, que cambiaron las reglas internas de la OMC, escrito por una mujer nacida en 1991 y que participó en el 15M, permitiendo un mayor poder de negociación de los países del pero que luego no estuvo en Podemos. sur. Es muy complicado, a nivel biográfico, admitir un fracaso o Tras América Latina llegó el turno de las izquierdas euroque se ha fallado. Ana Iris Simón pone en el espejo a una genepeas que se refundaron tras la enorme crisis de 2008, lo que ración que no ha logrado todos los objetivos que se marcó y eso puso fin a los consensos neoliberales a nivel popular. Sendos siempre es difícil de gestionar. Recordemos que los objetivos liderazgos recogieron lo mejor de las teorías que permitieron la eran realmente ambiciosos: ganar unas elecciones generales e articulación de movimientos políticos populistas y democrátiiniciar un proceso constituyente en España. cos: Tsipras en Grecia, Pablo Iglesias en España, Mélenchon en Pero, más allá de lo que personalmente pueda estar viviendo Francia, Corbyn en Reino Unido y Sanders en Estados Unidos.

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mucha gente, y de la honestidad que implica reconocer el fracaso del ciclo, no todo lo del ciclo es desechable ni el fracaso es absoluto, entonces ¿qué está pasando en el plano político?

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rojipardos, neorrancios y otras…

En Grecia, España y Francia, superando el 19% de los votos en puede que producto del fracaso de Podemos y otros movilas presidenciales y generales entre 2014 y 2017. mientos transformadores. Pero la crisis de 2008 no solo supuso un punto de inflexión Ahora vivimos un repliegue que tiene efectos en las estratepara las izquierdas. En las derechas gias políticas. Si en 2015, tras unas también llegó el debate sobre la sobedécadas de inanición de las izquierEl debate central del siglo XXI ranía, aunque desde una vertiente das europeas por la derrota de la más autoritaria y de cierre esencialisURSS, se logró tocar con las teclas de radica en la tensión ta. Surgieron, desde 2014, Trump, la disputa por el universal de la na“soberanía – globalización”. Salvini, Le Pen y Abascal. Ellos, tamción y hablar el lenguaje del pueblo bién, ganando elecciones o superande forma laica, ahora parece que se do el 15% de los votos en sus respecreactivan los viejos debates de la putivos países. reza moral. Lo que hay detrás de todos estos movimientos es una Hay una doble renuncia que impide que los debates avanimpugnación a la ordenación y los consensos del neoliberaliscen. Por un lado, gran parte de lo que se ha llamado rojipardismo, tal como ha regido el mundo desde 1980 hasta el día de mo descarta que el feminismo, el movimiento LGTBI o los hoy. La derecha democristiana, de hecho, todavía no ha resuelnacionalismos periféricos puedan ser elementos disponibles to el debate y sigue sin saber hacia donde bascular. Eso ha perpara configurar una nueva idea de España y disputar el univermitido que una socialdemocracia que sí ha incorporado algusal de la nación desde ahí. En ese sentido, defienden la España nos ejes para renovarse tras la crisis de 2008 haya logrado ganar existente, con todas las deficiencias que aqueja. Por otro lado, la presidencia en casi todos los paígran parte de lo que se ha denominases occidentales en los años 2019do Izquierda Woke descarta que la Todo lo material está atravesado 2022 (España, Alemania, Noruega, nación y la soberanía puedan ser elepor el discurso: ¿Qué significa Dinamarca, Finlandia, Suecia, Esmentos para disputar. Defienden, en tados Unidos, Canadá, Portugal…), su caso, el orden europeo y global existener la nevera llena? pero las tensiones perviven porque tente, con todas las deficiencias que no hay un modelo alternativo claro a aqueja. la globalización neoliberal. Esta doble renuncia se ha querido leer como un debate entre lo cultural y lo material, en el sentiNo existe lo material VS lo cultural: estilos de vida y proyecto do de reducir la nación-soberanía a lo material (el Estado Pese a que todo ha cambiado, las viejas rémoras siguen volcomo garante de derechos y que debe intervenir en el día a día viendo. Pese a que se ha leído correctamente que el debate que de la gente), mientras que, en el otro lado, encontraríamos lo configura nuestro siglo es el de la soberanía (Brexit, y también cultural como las expresividades de estilos de vida individuales Catalunya han sido otras expresiones de ello), parece que se ha o de colectivos minoritarios (refugiados, LGTBI, trans). desaprendido todo lo que se aprendió en la década 2011-2020, El problema es que nunca ha existido tal debate ya que lo

EL VIEJO TOPO La Anarquía Errico Malatesta Prólogo de Ángel J. Cappelletti

Errico Malatesta no fue solo un activo militante, agitador y organizador, sino también uno de los grandes teóricos del anarquismo moderno. La Anarquía es quizás el más importante de sus escritos, una pieza clave de su extensa obra.

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cultural es material y viceversa. Las conró que la revolución ya ha sucedido solo secuencias del debate cultural sobre la que no en la dirección que se quería, sino vida material de la gente son tremendas poniendo todo en circulación (según él (por poner un ejemplo, el aborto, que siendo el momento posterior a la orgía, transforma el propio cuerpo y es un tras la explosión de lo real, de la liberariesgo de muerte real para las mujeres, o ción sexual, del crecimiento…) y solo de un cambio sustancial de su materiaquedaría simular la liberación. Un final lidad si se le obliga a tener un hijo), del de la Historia por exceso de circulación y mismo modo que todo lo material está no por congelación. Aunque esta visión atravesado por el discurso, solo tiene pueda ser cuestionable, pone de relieve la sentido desde lo discursivo que le da cuestión tanto de mayo del 68 como de una significación, lo explica y le da un octubre del 17. Muchas veces creemos sentido para la gente (¿Qué significa teque hay una revolución pendiente cuanner la nevera llena?). do muchos de sus ejes ya se han liberado Un ejemplo claro de este falso en un pasado no tan lejano. En el caso del debate es el de los esclavos: los escla68, hay una clara vocación individualista vos tenían la elección entre comer al que era fácilmente subsumible por la día siguiente o morir por la libertad. Al ideología neoliberal. Muchos pensadores final, escogieron lo segundo y ganaron surgidos de esa época, como Deleuze, tanto en lo cultural como en lo mateacabarán afirmando que hay que pisar rial, ya que su libertad les permitía temás a fondo el pedal de la aceleración ner una vida digna y comer. que propone el capitalismo, para termiPara superar los dos debates la sonar con él. Otros pensadores anteriores, lución pasa por reunificar en positivo como Walter Benjamin, asegurarán que las dos principales renuncias que lo revolucionario es lo contrario: en lugar hacen Wokes y Rojipardos: configurar de acelerar, pisar el freno de emergencia un nuevo proyecto que dispute el unipara detener la locomotora de la Historia versal de la nación España para poder y no caer en el abismo del progreso. ganar la soberanía y garantizar dereBajo nuevas etiquetas, aquí reside lo chos, en ese universal de la nación es más profundo de los debates que se reimprescindible incorporar parte de producen tan acaloradamente en nueslos estilos de vida de todo el que comtras redes sociales. Lo que es importante pone la comunidad política de refees reconocer que ambas posturas buscan rencia y, sobre todo, los movimientos una transformación profunda de nuespolíticos (feminismo, LGTBI, Welcotras sociedades. Ninguna es fascista (come Refugees) que ya configuran una mo se le atribuye a los supuestos rojiparSilvia Viana, Libre de gluten. 2021. identidad que siempre es abierta y dos) y ninguna es pro-capitalista en sí que debe afirmarse desde el republicanismo. (como se le atribuye a la izquierda posmoderna o woke). Una Infantilizar a las clases populares es creer que les da igual el tiene unos efectos y una forma de visionar el mundo, y la otra debate cultural, su nación o su país mientras tengan con lo que es diferente, con otros efectos y otra forma de aprehender el llenar la nevera. Como si lanzarles unos euros desde la atalaya mundo. de un majestuoso edificio del centro de una gran ciudad fuera Para cerrar este artículo, creo que es importante recuperar suficiente para callarles. Del mismo modo, priorizar los estilos la honestidad intelectual y salirse de la dinámica de agresivide vida individuales, acentuando el aislamiento, la soledad y el dad sin cuartel que no ayuda a profundizar en los debates. Con egoísmo de la expresividad personal, tampoco resuelve el vacío capacidad para reconocer los errores del ciclo (sus fracasos y que provoca la pérdida de los lazos colectivos, destrozados por sus aciertos) y con la voluntad de volver a crear espacios comlas lógicas del mercado y del ethos neoliberal. partidos de reflexión, será posible superar el enroque del debaFue Baudrillard quién, en La Transparencia del Mal, asegute entre rojipardos e izquierda woke. Ojalá estemos a tiempo n

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¿Hay una involución en la izquierda? Por Javier Bermejo

¿Por qué la izquierda liberal ha llegado a ser la hegemónica en los países occidentales? ¿Es el progresismo una corriente actualizada del marxismo o, por el contrario, responde a un proyecto político que se aparta de sus presupuestos materialistas? ¿Por qué conceptos como rojipardismo han surgido ahora?

Si bien la pretensión de las corrientes de izquierda durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX fue la aglomeración de la mayoría de los integrantes de la clase obrera en un gran movimiento político, a principios del siglo XXI la tendencia imperante son los movimientos fundamentados en identitarismos. Como consecuencia, las grandes reivindicaciones de la etapa anterior, asociadas a la búsqueda de emancipación humana que propugnaba el marxismo, resultan ahora soterradas por una multiplicidad de reivindicaciones particularistas cuya finalidad última es conseguir privilegios sociales para ciertas minorías. Consideramos que esta situación responde a que la izquierda liberal de cuño estadounidense, que denominamos progresismo, se ha convertido en la ideología dominante en el siglo XXI en los países a los que solemos considerar democráticos. El análisis de las razones del auge de esta corriente política supera con creces las posibilidades de este texto, pero una hipótesis viable la relacionaría con el éxito de las relaciones de producción propias del capitalismo financiero y la incontestable hegemonía mundial de los EE.UU. durante los últimos treinta años. Esta situación, como ya se ha dicho antes, ha supuesto la fragmentación de los grandes ideales universales del pasado en 36 / El Viejo Topo 412 / mayo 2022

las luchas particularistas de diversos colectivos que, por la incursión de lo personal en lo político a través de movimientos más sociológicos que sociales, defienden los más variados voluntarismos subjetivistas y pretenden su realización en las legislaciones mundiales. Los partidos políticos y los movimientos sociales que pueden ser englobados bajo esta rúbrica generalista que es la izquierda liberal se han dado en denominar de forma habitual en los medios de comunicación como progresistas, o progres. Y su hegemonía es tan incontestable como la de los EE.UU., único imperio realmente existente en nuestros días y que alienta estas ideologías como un medio más para mantener su estatus internacional. Juan Manuel de Prada denomina a los partidos políticos que han surgido al amparo de esta corriente ideológica como izquierda caniche, por ser siempre los fieles perritos falderos, según él, de la oligarquía financiera que maneja el mundo a su voluntad. Frente a los progres, y según ellos mismos declaran, siempre está la extrema derecha. En España la ultraderecha carpetovetónica es pensada en la imaginería popular como el origen de todos los males del presente. Y dentro de esa misma categoría intentan situar a una izquierda que no tiene nada que ver con el liberalismo progresista, y que se posiciona al lado del pueblo y, en especial, de los pobres. Así pues, desde ciertos sectores de la élite progresista nacional se está buscando homologar el discurso de lo que ellos mismos consideran extrema derecha con el de una izquierda a la que han dado en llamar rojipardismo, ambos considerados en el entorno cultural de la izquierda liberal como causantes de graves amenazas para la verdadera democracia y las libertades individuales. Pero el rojipardismo, al igual que la extrema derecha, es un cajón de sastre en el que cabe de todo, un término puramente funcional que solo sirve para identificar a aquellos que no se adhieren a la hegemonía cultural progresista. Rememorando las clásicas acusaciones de revisionismo que en su día hicieron los bolcheviques a la socialdemocracia, en la actualidad son

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Silvia Viana. El agujero.

* * * En este contexto, la editorial Península, del grupo Planeta, ha publicado recientemente el libro Neorrancios. Sobre los peligros de la nostalgia. Con él, y según sus propios autores, se pretende “poner el presente en valor y dar pautas de hacia dónde debería enfocar la izquierda sus demandas”. Es decir, que el libro pretende devolver al redil de lo “políticamente correcto” a todos los díscolos rojipardos y marcar distancias con ellos. Dice este libro que… “Existe una especie de invasión en la supuesta izquierda, que es bastante reaccionaria, en la que se

propugna volver a ciertas cosas pero solo de cierta manera, como la familia, la vivienda y la forma de vivir el amor”. Esta supuestamente reaccionaria invasión rojiparda consiste, en la mayor parte de los casos, en haberse dado cuenta de que la realidad está erosionando el discurso hegemónico de la izquierda liberal, diseñado para ser un efectivo espectáculo televisivo, pero que no consigue adherirse a la sociedad actual. A lo más, una amalgama de organizaciones explotando nichos de mercado con apariencia de reivindicaciones socioculturales que comercializan bálsamos milagrosos específicamente diseñados para un público aparentemente incapaz de percibir que está siendo burdamente manipulado. Como reconoce Mónica Zas en un artículo titulado ‘Neorrancios’, manual para desactivar a una izquierda que se da la mano con la extrema derecha (elDiario.es, 14/02/2022), todos los autores del libro tienen claro que “el rojipardismo es el principal caballo de Troya, porque lo enmascara todo para

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aquellos que ostentan cargos en las instituciones políticas y culturales quienes encabezan las purgas contra aquellas voces que se alzan para cuestionar la validez de las premisas del progresismo, acríticamente asumidas por las bases sociales de las que alimentan los mismos movimientos que las impulsan.

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seducir” y que “Ana Iris [Simón] lo congrega todo: el miedo a la Como siempre, según el relato progresista, los únicos con quiemodernidad, la veneración de la familia y a una maternidad nes se enfrentan son con la extrema derecha en la forma de una casi religiosa”. Pero ¿quién es Ana Iris Simón y por qué a esta u otra de sus múltiples modulaciones. mujer los paladines de la rectitud política progresista le han Aquello que no quieren reconocer estos progresistas (luchadeclarado una guerra abierta? Ana Iris es la autora de un libro dores por las libertades individuales de consumo en los mercasobre su vida, escrito con la misma mirada nostálgica por la indos pletóricos capitalistas) es que la variedad de personalidafancia perdida que han tenido todas las generaciones de la hisdes que aglutinan en la categoría general de rojipardos, o neotoria de la humanidad, que ha tenido un gran éxito entre el rrancios, es en realidad un heterogéneo grupo de ideólogos que público nacional. poco o nada tienen que ver entre sí, más allá de la aparente Simplificando hasta la completa deformación lo que Ana coincidencia en algunos de sus postulados, contrarios al disIris Simón trata de explicar en su curso voluntarista imperante hoy en obra, tanto la autora del artículo día en las democracias liberales. Pero La izquierda liberal de cuño como los del libro de idéntico título es cierto que, según el progresismo, los aseveran que “lo que defiende este colectivos marxistas de tradición estadounidense se ha convertido movimiento [de rojipardos y neoobrerista representan en mayor medien la ideología dominante en rrancios] es que nos hemos distraído da a ese conglomerado creado ad hoc el siglo XXI. de lo importante, que es quererse y al que se le llama rojipardismo. estar unido a los tuyos y a tu lugar de Autores como Santiago Armesilla y origen”. En gran medida el movimovimientos como el del Frente miento progresista se nutre del subjetivismo idealista, y por eso Obrero amenazan la posición de hegemonía de una izquierda los mensajes que envían las élites culturales representativas de liberal que, quizás por falta de oponentes hasta el momento, se este conglomerado ideológico vuelven una y otra vez a reenconsidera la única y verdadera izquierda. Incluso ciertos sectocauzar el discurso hacia lo que dominan y les funciona, el senres de esta izquierda se consideran a sí mismos como comutimentalismo más simplón. La manipulación emocional que nistas, no solo como marxistas, sino como “los verdaderos hacen los ideólogos progresistas resulta evidente para cualmarxistas” del presente. Así pues, cabe preguntarse por el oriquiera que tenga una actitud moderadamente crítica y mategen de este fenómeno; y por si es posible cribar de alguna rialista, y para comprobarlo no hay forma toda esta pléyade de marxismos, más que ver los eslóganes que se discerniendo entre, por un lado, aqueEl rojipardismo es un cajón de esgrimen en las manifestaciones y llos en los que esta proclama es pura sastre que sirve para identificar a las lacrimógenas declaraciones de sofistería de, por otro lado, aquellos en los heraldos de esta nueva fe que los que su posición todavía puede conquienes no se adhieren a la viene a llenar el vacío dejado por siderarse directamente conectada con hegemonía cultural progresista. una religiosidad tradicional en serio esta filosofía materialista que abrió las retroceso desde hace ya bastante conciencias de toda la humanidad a la tiempo. idea de la emancipación de los trabajaEl éxito de estos mensajes viene de su capacidad para crear dores. Es una tarea complicada de la cual en los próximos en el público que los recibe (en general con mejores intenciopárrafos se procurará dar una breve introducción. nes que capacidad de análisis) relaciones aberrantes creadas con inteligencia para aplastar a la competencia en el debate * * * ideológico: izquierda no-progresista igual a extrema derecha. En este sentido, además del artículo ya mencionado, recienteAunque en la actualidad pareciera que solo existe la izquiermente fue publicado en Ctxt (17/01/2022) el artículo da progresista, en gran medida por su predicamento en los Neorrancios sin fronteras, firmado bajo seudónimo e ilustrado medios de comunicación de masas, en absoluto puede decirse por la imagen de un obrero con el puño alzado en actitud reique se haya dado nunca una unidad inequívoca entre los movivindicativa, pero proyectando la sobra de un saludo fascista, y mientos de izquierdas. De existir algo así, lo más parecido posicon un pie de foto que indicaba “rojipardismo”. Poca sutileza ble a una izquierda internacional con unidad de doctrina, ésta para dar la idea de que los rojipardos son en realidad peligrosos habría sido la que se conformó en los tiempos de la Guerra Fría fascistas haciéndose pasar por buena gente de izquierdas. bajo la acción de proselitismo político realizada por la antigua

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Silvia Viana. La fuga de Wally.

Marx a las realidades efectivas a las que debían ser aplicados. Una vez realizadas estas, la propia implantación política del pensamiento marxista fue precursor de la más variopinta producción teórica. No obstante, hasta el colapso de la URSS, como ya se ha dicho, su agresiva actividad diplomática fue capaz de mantener una cierta unidad de doctrina en torno al materialismo dialéctico (Diamat), especialmente en aquellos países de su órbita de influencia directa. Sin embargo, esa influencia no se pudo mantener en toda su potencia en los países europeos capitalistas. Los EE.UU. ejercieron durante los años de la Guerra Fría

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URSS a través de la Internacional Comunista (Komintern). Fue a través de esta organización, fundada en Moscú en 1919, como se logró la construcción de una cierta unión doctrinal de los partidos comunistas de diversos países, después de una etapa de más de cincuenta años caracterizada por las discrepancias doctrinales, las cuales se establecen ya claramente con la publicación del Programa de Gotha, del posteriormente denominado Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), y la correspondiente crítica al mismo de Karl Marx. Pese a todo, es innegable que el marxismo ha sido una de las corrientes ideológicas más exitosas de la historia de la humanidad. El éxito de las revoluciones socialistas en Rusia y China, y el posterior contexto mundial caracterizado por la Guerra Fría entre los bloques capitalista y comunista, favoreció la popularización del marxismo a nivel global, llegando en 1989, momento de máxima extensión territorial del comunismo político, a abarcar aproximadamente al 33% de la población mundial. Pero esta extensión no supuso en absoluto su uniformidad doctrinal, sino más bien lo que consiguió fue todo lo contrario: pese a los esfuerzos unificadores de la Komintern, fueron diversas las corrientes que surgieron en torno a la obra de Karl Marx. Las disputas de interpretación de las obras del filósofo de Tréveris han sido a lo largo de la historia del marxismo tan frecuentes como las relativas a la aplicación práctica de las propias teorías marxianas. Teniendo en cuenta este contexto histórico, tratar de buscar la condición de posibilidad de la actual dispersión doctrinal del marxismo más allá de su mismo éxito histórico, como hacen algunos autores, es una impostura. Al igual que en su momento sucediese con la doctrina dogmática cristiana, la implantación de la teoría marxista en sociedades políticas muy diversas de las que le dieron origen supuso, por lo general, profundas adaptaciones de los resultados originales de

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una gran presión ideológica sobre los países de Europa occicon una omnipresente extrema derecha. El propósito es crear dental, que superó con mucho la que pudo ejercer la URSS. La un hombre de paja por medio del cual conseguir que el grueso producción filosófica europea de los años 60 y 70 del siglo XX, de la población rechace acríticamente cualquier crítica que a la entre otras, atestiguó esta situación de enfrentamiento teórico. izquierda liberal se pueda realizar. El revisionismo marxista fue manifiestamente realizado por el En cualquier caso, como puede haberse deducido de la humanismo de Sartre y por las principales figuras del posesbreve exposición de la diáspora marxista realizada en este tructuralismo en autores como Derrida, Lacan, Foucault, etc. apartado, lo que se pretende defender aquí es que las diferenComo consecuencia de este proceso llevado a cabo bajo la tes teorías políticas, económicas y sociales sostenidas por influencia ideológica estadounidense se dio lo que puede aquellos que son acusados “a brocha gorda” de rojipardos no denominarse domesticación de las teorías de Karl Marx, en el podrían ser más dispares. Y, aunque eso pueda ser indiferente sentido de que se hicieron más afines a las estructuras propias para aquellos progresistas que solo persiguen un enfrentadel modo de producción capitalista. miento en trincheras opuestas entre “su izquierda” y “la dereAsimismo, el paulatino debilitamiento de la posición intercha”, desde luego no permite delimitar racionalmente una nacional de la URSS provocó una pérdida de influencia de la posición ideológica. Komintern que desembocó en el postmarxismo de los años 80 de Laclau, Mouffe y otros. Se produjo entonces una diáspora de * * * grupos pseudomarxistas, para los cuales el ideal emancipador del marxismo ya no es defendido en el campo de las relaciones Para concluir diremos que el desgaste político de la izquierde producción, sino en el de las relaciones personales, que ha da progresista ha dado cabida a movimientos alternativos de conducido a la situación actualmente generalizada de moviizquierda cuyos discursos no están alineados con el hegemónimientos identitarios particularistas. Finalmente, la caída de la co en las democracias liberales. Este conjunto heterogéneo de URSS en 1991 comportó que EE.UU. adquiriese mayor predocorrientes ideológicas ha sido dialécticamente englobado por minio mundial y, como consecuencia de ello, la ideología de la las élites intelectuales del progresismo bajo el título de rojiparizquierda liberal experimentase un dismo, y sus miembros calificados de auge formidable. neorrancios. Pero, de entre todas las La izquierda liberal empieza a Durante la pasada década, Rusia diferentes voces que se alzan en conmostrar signos de su agotamiento. tra de la izquierda no-progresista que recuperó paulatinamente la estabilidad política fuera de la doctrina maralgunos consideran colaboradora xista, al tiempo que se desarrollaron con las oligarquías financieras y en consistentemente ciertas economías emergentes entre las cuacontra de los intereses de los trabajadores asalariados, un eco les destaca el gran despegue de China, cuyo sistema político proveniente del pasado resuena con la profundidad de una tratodavía se autoproclama comunista. Sin embargo, su escasa dición de casi dos siglos: se trata del marxismo, cuyas transforlabor proselitista y las continuas campañas de descrédito dirigimaciones a lo largo de este período histórico lo han dejado casi das contra el estado-civilización chino no han permitido por el irreconocible para quien no tiene la paciencia y la motivación momento la reorganización de una cierta unidad de doctrina en de estudiar a sus primeros autores. torno a la producción filosófica de Karl Marx, ni está claro que No deben menospreciarse los logros de los distintos capitaesto sea algo que vaya a pasar en el futuro. El tiempo lo dirá. lismos existentes, ni los de los sistemas que los han precedido, Sin embargo, en todo el mudo autodenominado occidental, pero el final de la historia no llegará nunca, y la historia se pero fundamentalmente en EE.UU. y en la UE, la izquierda supera constantemente a sí misma y también supera a todas liberal empieza a mostrar signos de su agotamiento. En las ideologías, muchas veces por medio de aparentes “retorEspaña, por ejemplo, los principios de los partidos políticos nos” que sirven para afianzar aquellas partes funcionales de lo más representativos de esta corriente son constantemente desarrollado y desechar lo sobrante. Esto supone dar un paso puestos en duda en las redes sociales y en los medios de comuatrás para coger perspectiva y reorientarse, más allá de los intenicación, no ya solo por la derecha política, sino también por reses espurios de una élite cultural sobredimensionada y de la corrientes alternativas de izquierdas que están surgiendo en voluntad de los líderes políticos del momento. Pero si se obserlos últimos años. Quienes se adscriben a estas corrientes son va con atención y se aprende de la historia, sin duda alguna, de denominados rojipardos y neorrancios por la élite cultural proesta maniobra saldrá reforzado el panorama cultural en su gresista, y se está procediendo a su intento de homologación conjunto n

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El mito de la izquierda rojiparda Por Santiago Armesilla

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Silvia Viana. La edad de la mentira.

Aunque “rojipardo” sea un descalificativo empleado con el propósito de estigmatizar al adversario y, por tanto, desacreditar sus posiciones, siguen existiendo interrogantes por resolver: ¿Hay o puede haber unidad entre quienes son considerados rojipardos? Y de entre ellos, ¿puede surgir una nueva generación de izquierda definida? Han pasado ya 15 años desde la primera edición de El mito de la izquierda, uno de los libros más vendidos, reeditados e influyentes del filósofo español Gustavo Bueno. También uno de sus libros más polémicos, aunque los que estamos familiarizados con la metodolo-

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gía materialista de Bueno a la hora de analizar la Realidad (todo habría que incluir al feminismo, a cierto ecologismo (incluyenlo que ha habido, hay y habrá, sepamos de su existencia o no), do aquí veganismo, animalismo, etc.), grupos de “cristianos de entendemos que ésta, la Realidad, es polémica. Y que está llena base”, etc.; la «izquierda divagante», compuesta sobre todo por de conflictos y contradicciones que llevan, de manera inevitaintelectuales y artistas, abajofirmantes de manifiestos de todo ble, a su resolución de distintas formas. En la cuestión del anátipo, que entienden que hay que “tomar partido” por una lisis de la “izquierda” ocurre lo mismo. Se trata de una realidad “izquierda aristotélica”, una “izquierda tomista” o incluso una histórica, la «izquierda», cuyo origen, cuerpo y desarrollo no ha “izquierda gustavobuenista” (que la hay, y es divagante), o que estado, ni está, exento de polémicas, tanto internas como determinados movimientos subculturales como el rock, el rap, externas, es decir, con respecto a la «derecha» y a otras ideoloel trap, el reggaetón, el aeromodelismo o los videojuegos son gías ajenas a esta dicotomía en parte. “movimientos emancipatorios” esencialmente de izquierdas, Como demuestra Bueno en su libro, la «izquierda» en sentipor lo que esta izquierda divagante se va por los “cerros de do unívoco no existe, es un mito oscuro y confuso, que no aclaÚbeda” mientras trabaja en la academia universitaria, en ra la cuestión filosófica, política e histórica de las izquierdas, medios de comunicación de masas o son influencers de redes sino que lo ensombrece de tal manera que es imposible entensociales; y, por último, encontramos a la «izquierda fundamender su desarrollo. Existen las izquiertalista», una corriente cerrada y escadas, en plural. Las izquierdas con tológica que fusiona a las dos anterioLas izquierdas indefinidas proyectos políticos claros, definidos, res (que son abiertas) y que, en forma respecto del Estado en tanto que unide partido político, movimiento políacaban siendo sucursales dad política por excelencia, son tico y social, etc., en vez de trabajar ideológicas, que no políticas, movimientos políticos de carácter por construir un movimiento con un histórico. Lo mismo ocurre con la proyecto definido respecto del Estadel Partido Demócrata «derecha», la cual, aunque tenga una do, lo que busca es parasitar el Esde los USA. unidad histórica, política e institutado social y democrático de derecho cional mayor que las izquierdas, (el Estado de bienestar), para mediancuenta con pluralidad en su seno, te subvenciones cumplir sus agendas por lo que cabe hablar de las derechas, también en sentido sociológicas y (sub) culturales. La Declaración Universal de los análogo. Las derechas serían modulaciones respecto a la unión Derechos Humanos de 1948 es la Biblia de esta izquierda fundel Trono y del Altar, del Antiguo Régimen, contra el que se damentalista, y La Meca a la que suelen peregrinar es el Foro de definen y contra el que combaten todas las izquierdas. Y dichas Sao Paulo, el Grupo Puebla o, antes, las concentraciones antimodulaciones de la derecha alineada con el Antiguo Régimen, globalización. Unidas Podemos (y antes Izquierda Unida), el ese que precisamente destruyen las izquierdas en los procesos Frente de Todos, el Pacto Histórico de Colombia, el Frente políticos en que son protagonistas, también modulan sus plaAmplio de Chile, Morena en México o el Gran Polo Patriótico nes y programas respecto de las distintas izquierdas definidas. de Venezuela son ejemplos de izquierda indefinida fundamenEs decir, también existe el mito de la derecha, tan oscuro y contalista. Todos estos grupos, en realidad, acaban siendo sucurfuso como el de la izquierda, aunque por motivos diferentes. sales ideológicas, que no políticas, del Partido Demócrata de Cabe también diferenciar, tanto en las izquierdas como en los Estados Unidos de Norteamérica, el gran organizador, las derechas dos vertientes. En las izquierdas habría que difefomentador y exportador de ideas propias de las izquierdas renciar entre «izquierdas definidas», ya descritas, e «izquierdas indefinidas desde hace años hasta la actualidad. indefinidas», aquellas corrientes en las que acaban desemboPor lo que respecta a las derechas, y como indicábamos al cando militantes históricos de las izquierdas definidas, bien inicio del párrafo anterior, las derechas también pueden difepor el fracaso de estas o por evolución de dichos militantes, renciarse en dos vertientes principales, las alineadas con el aunque también se nutran de savia nueva, pero con la caracteAntiguo Régimen, y las no alineadas con el Antiguo Régimen. rística fundamental de carecer de proyecto político definido En las no alineadas podemos distinguir dos corrientes: las respecto del Estado. Las izquierdas indefinidas se mueven más derechas no alineadas internas a un Estado, que son de derepor proyectos e ideas sociológicas, (sub) culturales, filosóficas, cha respecto a las izquierdas políticamente definidas, pero de académicas, etc. Bueno distingue tres corrientes de las izquierizquierdas respecto al Antiguo Régimen porque no buscan resdas políticamente indefinidas: la «izquierda extravagante», taurar la Unión del Trono y del Altar ni la apropiación de la tiebásicamente movimientos sociales y ONGs, entre los que rra y de la propiedad privada propia del mundo precapitalista,

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libertad, los Derechos Humanos o, incluso, el socialismo, serían los movimientos separatistas y secesionistas (catalanismo, galleguismo, vasquismo, castellanismo, andalucismo, asturianismo, etc.), el indigenismo en Iberoamérica (que está muy relacionado con el anterior, que no es más que indigenismo en suelo español) y el anarco-capitalismo, que ha usurpado términos como “liberal” y “libertario”, dos generaciones de las izquierdas políticamente definidas, para defender un proyecto de darwinismo social de corte anglogermánico y protestante, más que basado en las tradiciones culturales católicas e ilustradas que dieron lugar al liberalismo español del siglo XIX. De esta manera, en las actuales democracias liberales burguesas avanzadas de mercado pletórico capitalista, la izquier-

una unidad nacional-estatal pueda decidir sobre el todo, la Nación Política, a la hora de determinar dicha unidad, en base a privilegios de etnia, raza, clase, credo religioso, “individuo”, etc., es lo común a todas estas derechas extravagantes. Las tres corrientes ideológicas principales de esta derecha extravagante, que tiene bastantes vasos comunicantes con la izquierda indefinida, pues defiende sus ideas en base a la democracia, la

da indefinida y la derecha extravagante serían las principales corrientes ideológicas que encontramos, pues el eje izquierdaderecha tradicional ha quedado completamente triturado, llevado al basurero de la Historia, por un motivo simple: porque la derecha alineada con el Antiguo Régimen ha dejado de existir, ha sido históricamente derrotada por las izquierdas, aun cuando varias generaciones de izquierdas políticamente defi-

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sino instaurar un nuevo orden pero desde fundamentos alejados de las izquierdas, como puedan ser el particularismo de etnia, raza o clase, el irracionalismo, etc. En estas derechas no alineadas internas a un Estado hemos de meter toda la mal llamada “tercera posición”, es decir, fascismo, nacionalsocialismo, nacionalsindicalismo, nacionalbolchevismo, etc.; y también hay que hablar de las derechas extravagantes, que tampoco quieren volver al Antiguo Régimen, pero se enfrentan a las izquierdas políticamente definidas en sentido histórico al no defender la Nación Política como proyecto esencial, fundamental, que defienden y sobre el que se definen las izquierdas definidas. La defensa del mal llamado “derecho de autodeterminación”, realmente privilegio de secesión, por parte de las derechas extravagantes, que permite que una parte formal de

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Silvia Viana. Los mundos de Yupi.

nidas también han fracasado en sus proyectos políticos. ¿Por qué ha sido esto? Para explicarlo hemos de relacionar la dialéctica histórica entre las distintas izquierdas políticamente definidas y las distintas derechas alineadas con el Antiguo Régimen. Y, una vez que hayamos hecho esto, poder explicar en qué consiste el mito de la izquierda rojiparda, que es un mito doble. La primera generación de izquierda políticamente definida que se desarrolla es la izquierda jacobina, que surge durante la Revolución Francesa y que se define contra el Antiguo Régimen, contra la Unión del Trono y del Altar, afirmando la soberanía nacional y la igualdad formal de todos los ciudadanos ante la Ley contra la soberanía regia (la monarquía absoluta) y contra la institución política del súbdito. La nación política francesa republicana y centralista se construye, mediante el terror, contra la monarquía absoluta francesa y los restos de feudalismo que podían quedar en Francia. Y supera, al final, en la importancia de la institucionalidad del Estado a aquella. En respuesta a la izquierda jacobina, se organiza la primera modulación de la derecha, los reaccionarios, que buscan volver al Antiguo Régimen, aunque poco a poco van modulando sus posiciones. En España, esta derecha radical y reaccionaria tendría su máximo ejemplo en el tradicionalismo político católico que representó el carlismo. La segunda generación de las izquierdas políticamente

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definidas es la izquierda liberal, que fue izquierda frente al trono, pero fue derecha frente al altar. La Constitución de Cádiz de 1812, su gran logro histórico, pues generó la Nación Española de Ambos Hemisferios (su artículo 1), aunque tuvo efímera vida influyó notablemente en la construcción de la Nación Política Española y, también, en las naciones hispanoamer icanas tras el derrumbe del Imperio Español. No obstante, la derecha liberal, que al mismo tiempo fue izquierda liberal, mientras construía la nación y desamortizaba las tierras comunales campesinas en manos de la Iglesia Católica, estableció constituciones que reconocían el catolicismo como religión de Estado y daba títulos nobiliarios a la Gran Burguesía española. La derecha tuvo que adaptarse a las siguientes izquierdas políticamente definidas, cuya presencia en el movimiento obrero y sindical fue cada vez mayor. Es aquí que la reacción ante ellas en el siglo XX construyó la última modulación de las derechas alineadas con el Antiguo Régimen, la que Bueno llamó derecha socialista. Esta es iniciada por Antonio Maura, seguida después por la dictadura de Miguel Primo de Rivera y por la de Francisco Franco. Se trató de una “revolución desde arriba” en lucha contra la “revolución desde abajo” que representaron las izquierdas definidas anarquista, socialdemócrata y comunista. La “revolución desde arriba” trató de construir un Estado de bienestar, incluso con participación obrera, que evitara la revolución de las masas. Esta derecha socialista desapareció en el momento en que prácticamente ya no quedaron naciones políticas democráticas que defendieran la Unión del Trono y del Altar, ni del Antiguo Régimen. Así pues, la dicotomía izquierda-derecha ha fenecido históricamente porque la derecha alineada ya no existe salvo residualmente. Si acaso, la única derecha que queda potente en el mundo, propiamente hablando, es el Islam político, ya sea en su forma islamista, salafista-wahabbita o yijadista.

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Pero, como decíamos, la derecha socialista es una respuesta toria de la Unión Soviética sobre la Segunda Guerra Mundial. a las tres generaciones de izquierdas políticamente definidas No obstante, la caída del Imperio Soviético debido a su estanque, en Europa y América sobre todo, se organizan alrededor camiento económico (a nivel de diversificación de lo producidel movimiento obrero. La izquierda anarquista tuvo diversas do dedicando al consumo un papel secundario), al mantenifamilias. La anarcoindividualista, la anarco-colectivista, etc. miento del “derecho de autodeterminación” en su orden consPero fue el anarco-sindicalismo de la CNT y la FAI la que constitucional, y al abandono de la línea marxista-leninista original tituyó el elemento más políticamente definido de esta izquierpor otra más reformista en el XX Congreso del PCUS (con el da libertaria. Su proyecto definido respecto del Estado era el famoso “informe secreto” contra Stalin de Nikita Kruschev), más radical de todos: su destrucción mediante la revolución acabó por derrotar a esta quinta izquierda definida de manera obrera y la instauración del comunismo libertario mediante –diríamos– que definitiva, aunque todavía nos queda Cuba de comunas horizontales sin dioses, amos ni patrones, basadas en aquel movimiento comunista del siglo pasado. el apoyo mutuo y la autogestión. Por su parte, las izquierdas Podríamos hablar de la sexta generación de las izquierdas socialdemócrata y comunista, inspiradas en la filosofía de políticamente definidas, la izquierda asiática o maoísta, más Marx, contrario al anarquismo, fueron ganando poco a poco otras derivaciones en Laos, Vietnam y Corea del Norte, que terreno al anarco-sindicalismo durante, sobre todo, el siglo XX. tiene en la República Popular China a su máximo ejemplo. Sin La socialdemocracia, en inicio, buscó la instauración de la dicduda, la izquierda asiática es la única izquierda políticamente tadura del proletariado y la construcción del socialismo y la lledefinida de las seis generaciones que enumera Bueno que gada al comunismo mediante procesos pacíficos en el seno de queda en pie y con salud y poder. El resto, han acabado derilas democracias liberales burguesas, vando a la indefinición o a la arqueoganando elecciones a través de partilogía histórica, como es el caso de la En la actualidad dos políticos de clase y de la organizaizquierda radical jacobina. Pero no ción de sindicatos proletarios. Es la desarrollaremos mucho el papel de las principales corrientes izquierda definida de la Segunda Inla izquierda asiática en Europa occiideológicas son la izquierda ternacional, que vivió su bancarrota dental ni oriental, ni en América, indefinida y la derecha durante la Primera Guerra Mundial, y menos aún en España, porque en que derivó posteriormente, al abanestas latitudes siempre tuvo un papel extravagante. dono del marxismo, gracias a la residual, marginal o mal desarrollaacción teórica de “revisionistas” como do, como ocurrió con el maoísmo Karl Kautsky y, sobre todo, Eduard peruano del siglo XX que trató de Bernstein, y a la progresiva posición a favor de la construcción enarbolar el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, de una economía intervencionista en forma de Estado de biensiguiendo una táctica terrorista que acabó de manera abrupta estar, o Estado social y democrático de derecho. A finales del en 1992 tras dejar muchos cadáveres inocentes por el camino. siglo XX, y tras la propuesta de la “Tercera Vía” de Anthony Así pues, y habiendo ya resumido la teoría de Bueno sobre Giddens y Tony Blair, la socialdemocracia en poco se distinguía las izquierdas y la derecha, y sabiendo que la izquierda indefiya del liberalismo, y acabó derivando a la indefinición, eso sí, nida es la ideología hegemónica, junto a la derecha extravaconservando la estructura clásica de los partidos que la repregante, de las democracias capitalistas actuales, ¿en qué consissentaban y organizaban. El ejemplo más claro, en España, es el te lo que presentamos, en este artículo, como el mito doble de PSOE. la izquierda rojiparda? Para definirlo es fundamental partir de Por su parte, la izquierda comunista entendida como quindos perspectivas: la primera es la de la izquierda indefinida ta generación de las izquierdas políticamente definidas, a difehegemónica y su posición respecto de eso que llaman “rojiparrencia de la socialdemocracia, defiende la revolución violenta dos” o “neorrancios”; y la segunda, más complicada de ver y la instauración de la dictadura del proletariado mediante un desde el propio seno del llamado “rojipardismo”, confundido régimen de partido único dirigido por una vanguardia obrera, por el ataque de la izquierda indefinida, es la supuesta unidad campesina, de “intelectuales” y soldados. Aunque caben expede dicha “izquierda rojiparda”. rimentos pluripartidistas en este caso, como el de la República La izquierda indefinida, desde una hegemonía política, Democrática Alemana. Lo que no cabe duda es que la extensociológica y cultural evidente desde las últimas décadas del sión en Europa del Estado de bienestar hubiese sido imposible siglo pasado, incluso antes de mayo de 1968, en las democrasin la Revolución bolchevique de octubre de 1917 y sin la viccias liberales burguesas más avanzadas, ha tenido su punto de

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inflexión con la caída de la URSS. Esta supuso no solo el colapso de la izquierda comunista de quinta generación, sino también el comienzo del fin de la definición de todo proyecto socialdemócrata clásico, la asunción definitiva de conceptos e ideas neoliberales (margiutilitaristas, neoclásicas y austriacas) en el liberalismo clásico, la disolución del anarquismo en los movimientos antiglobalización capitalista, y el alejamiento completo y total de estos movimientos indefinidos respecto de la izquierda asiática. Su hegemonía, por tanto, es absoluta, completa y total desde hace más de medio siglo. Pero en España, al ver mínimamente contestada su hegemonía por diversas personalidades, más que por organizaciones políticas o instituciones, utiliza el insulto y el descalificativo para tratar de desprestigiar a quien le pueda finiquitar su chiringuito político. De ahí libros como Neorrancios, que básicamente supone un ataque coral de la izquierda indefinida a la figura personal y literaria de Ana Iris Simón, autora de la novela Feria, a la que identifican con lo “rojipardo”, pero sin definir qué es eso ni argumentar de una manera que no sea casi sociológica y psicológica. Está lejos de caer la hegemonía de la izquierda indefinida en las democracias. Y aunque según Bueno las filas de las izquierdas definidas pueden nutrirse de militancia, e incluso de ideas concretas de las izquierdas indefinidas, la construcción de

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aquellas ha de enfrentarse con éstas para poder conformarse como un movimiento político con un proyecto definido respecto del Estado, más allá de vivir de las subvenciones a través de chiringuitos que mantienen parásitos para llevar a cabo las agendas de las izquierdas indefinidas, pagadas con los impuestos de los trabajadores a los cuales, además, desprecian. En ese sentido, lo “rojipardo” o “neorrancio” es un mito oscuro y confuso, un mero insulto, que no permite distinguir las enormes diferencias entre los proyectos que se pueden ir construyendo desde ese “rojipardismo”. Para la izquierda indefinida, basta con identificar a esos proyectos con Franco, Hitler o, ahora, Putin, para desprestigiarlos. Pero ese “francomodín”, por decirlo de manera coloquial, es un instrumento de hegemonía cultural utilizado por el PSOE desde hace décadas para colocar fuera de lo que ellos consideran lo bueno a todos los que puedan obstaculizar su hegemonía política. El “neorrancio”, por tanto, no será otra cosa que todo aquel enemigo de los detritus indefinidos de esa máquina de poder, de colocar trepas y de subordinar a España a poderes extranjeros que es el PSOE. Y ese detritus, hoy, es la izquierda indefinida hegemónica en Universidades, prensa y medios de comunicación de masas, en tanto que sucursal hispana de las ideas imperialistas del Partido Demócrata, el gran hegemón global de la izquierda indefinida. Los verdaderos rojipardos fueron los defensores del nacio-

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nalbolchevismo y la llamada “Revolución Conservadora” de la separatistas y defensores del “derecho de autodeterminación”. Alemania de la década de 1920, que en plena República de Es decir, extraños jacobinos aquellos que no están dispuestos a Weimar querían aliar a Alemania con la URSS de Stalin. Por “cortar cabezas”, aun de manera figurada, acabando de raíz tanto, como el término “revisionista”, se trata de un adjetivo con el separatismo y el federalismo de manera legal. Y sus extemporáneo y anacrónico para definir el presente. Sería coqueteos con el feminismo los sitúa a medio camino de la como llamar “socialfascista” al PSOE actual por apoyar a socialdemocracia y de la indefinición. Aparte, su postura resUcrania e, indirectamente, a los neofascistas y neonazis del pecto al euro, la Unión Europea y la OTAN, así como su posiBatallón Azov, en su lucha contra la invasión rusa al país. Es ción respecto de otros países socialistas como Cuba produce decir, el mito de la izquierda rojipardesconcierto. da, en esta primera acepción, confunLa izquierda comunista de quinta En ese sentido, lo “rojipardo” de y oscurece la cuestión de que no generación, de corte soviético, es o “neorrancio” es un mito existe tal izquierda rojiparda. No es marginal. Solo el PCTE, con su reninguna unidad, ni puede serlo. oscuro y confuso, un mero insulto. nuncia al federalismo, la “autodeterPrimero, porque se trata de un mero minación” y la plurinacionalidad en insulto por parte de una izquierda España ha dado un salto de gigante indefinida que lo utiliza para tratar de respecto del resto de partidos “comuhundir en el ostracismo a quienes osen amenazar, si quiera nistas” españoles. Y los coloca muy por delante en la comprenparcialmente mediante alguna crítica a algún asunto concreto, sión de los problemas que atañen a España comparados, inclusu enorme e imperial hegemonía. Porque, en la fase en que nos so, con el PCE en el actual gobierno. encontramos en el modo de producción capitalista, éste solo Por nuestra parte, hace unas semanas presentamos en puede continuar su hegemón mediante la combinación en el Madrid la asociación Vanguardia Española(http://www.vanpoder de la izquierda indefinida (feminismo, ecologismo y guardiaespañola.es). Al igual que El Jacobino y el PCTE, somos variantes, movimientos sociales, ONGs, coaliciones gubernacentralistas, republicanos y socialistas. Pero también pretendementales, subvencionariado) coordinada con la derecha extramos construir una doctrina marxista propia para España, el vagante (defensores del “derecho de autodeterminación”, indimaterialismo político, que se enmarque en proyecto tanto genistas, separatistas, anarco-capitalistas partidarios de legalinacional como para la Iberofonía, la comunidad de naciones y zar los vientres de alquiler, el proxenetismo o las drogas). poblaciones que hablan las dos únicas lenguas universales Pero la otra parte del mito de la izquierda rojiparda está relamutuamente comprensibles, el portugués y el español. Por lo cionada con el análisis inicial de Bueno. Es decir, no solo no que pronto presentaremos una organización internacional. existe la izquierda rojiparda porque no existe el rojipardismo ni Construir una izquierda políticamente definida requiere no puede aplicarse tal epíteto al fenómeno que hoy se enfrenta a solo hacerlo desde una plataforma estatal como España, sino la hegemonía de la izquierda indefinida. Sino que, y esto es desde una plataforma geopolítica culturalmente coherente mucho más importante, porque en esa izquierda rojiparda lo que permita una implantación y repercusión de escala univerque encontramos es, también, izquierda indefinida y restos o sal. Y desde la Iberofonía, ello conlleva actuar en tres ámbitos intentos de recuperar izquierdas políticamente definidas que donde el capitalismo ejerce su dominio: el neocolonialismo en tuvieron su momento histórico el cual ya pasó y nunca volveÁfrica, la Unión Europea que hay que destruir, y el patio traserá, porque todas las izquierdas definidas tienen su capítulo hisro iberoamericano para Estados Unidos. Nos enmarcamos más tórico, y todos ellos acaban cerrándose. El jacobinismo consien construir una séptima izquierda definida antes que en recuguió generar la nación política francesa, pero su forma de perar alguna generación ya caída. Estado empieza a cuestionarse en la propia Francia debido a la Este artículo se ha escrito aplicando la metodología matedescentralización administrativa a la que la nación se aboca rialista de Gustavo Bueno al mito de la “izquierda rojiparda”. La por su pertenencia a la Unión Europea. En España es sinónimo destrucción de este mito, oscuro y confuso, requiere algo que de afrancesado, y la institución que más defiende su concepto, todavía no se da en este ámbito contrario a la izquierda indefiEl Jacobino, es más un intento de recuperar la cuarta generanida, y es el contraste público de ideas entre todos aquellos que ción de las izquierdas políticamente definidas, la socialdemóson señalados como “neorrancios”. Incluso la crítica radical. crata, que de recuperar el jacobinismo. Está más cerca del funHacerse luz de gas entre “neorrancios” no es el camino. Y El damentalismo democrático que analizara Bueno que de una Viejo Topo acierta abriendo el camino para empezar a discutir verdadera política centralista, que exigiera ilegalizar partidos en serio n

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El fantasma rojipardo y la excepcional metafísica española Por Guillermo del Valle

El autor, interpelando a Pablo Iglesias, argumenta que el progresismo se fundamenta, no en políticas económicas de izquierda, sino en el dogma de la plurinacionalidad: no importa que un proyecto político sea republicano, laico y redistributivo, puesto que, si propone una organización territorial centralizada, será considerado rojipardo.

Tras la pírrica aprobación de la reforma laboral y el triste vodevil en que se convirtió la convalidación parlamentaria, no tardaron en surgir voces cercanas al gobierno advirtiendo la necesidad de cuidar el bloque de investidura. Una de las primeras manifestaciones en ese sentido fue la de Pablo Iglesias. En una reciente intervención, el ex vicepresidente del gobierno reconocía estar horrorizado por el presunto distanciamiento entre UP y ERC o Bildu. La conclusión que infería resultaba clara: se hace imperativo desechar la geometría variable con fuerzas de la derecha y volver a mirar al bloque confederal, a la mayoría de investidura. Añadía Pablo Iglesias algo que ha repetido hasta la saciedad en los últimos tiempos: si no fuera por Cataluña y por el País Vasco, en España gobernaría la derecha o la extrema derecha. En paralelo, y aunque parezcan cuestiones dispares veremos su íntima conexión, analistas de toda clase y condición vienen prestando especial atención, en los últimos tiempos, a un fenómeno al parecer en boga: el de los rojipardos. Bajo semejante denominación, según nos explicaba Joaquín

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Estefanía en El País el pasado 6 de febrero, se encuadrarían aquellas posiciones políticas que, en materia económica, respetan parámetros clásicos de izquierdas, al tiempo que muestran un alineamiento con la derecha o la extrema derecha en la cuestión nacional o en otras, como la familia, la tradición o las costumbres. Toda vez que sabemos, por pura observación, que para ser catalogado como rojipardo uno no debe cumplir toda una serie de parámetros definidos de antemano, sino que se trata de un numerus apertus de rasgos aleatoriamente escogidos, que van cambiando a conveniencia y gusto de quien elabora los listados, podríamos concluir que se puede ser merecedor de la etiqueta aunque se defienda el derecho al aborto, el matrimonio igualitario y la adopción en parejas del mismo sexo, el laicismo y la exclusión de toda enseñanza religiosa de la escuela pública. Aun no pareciendo en exceso tradicionalista ni culturalmente conservadora una propuesta política que cumpliese dichos parámetros, ¿por qué podría llegar a calificarse como rojiparda o reaccionaria? Como nos alertaba Estefanía, por una cuestión clave en la política nacional: el alineamiento con la derecha o la extrema derecha en la cuestión nacional. Sin ir más lejos, ese criterio es el que algunos respetables formadores de opinión siguen para endosar a El Jacobino en el cajón de sastre mencionado. Antes de entrar en materia, tratemos de entender qué hay detrás del brumoso concepto. La banalización de las palabras: etiquetas vacías para la estigmatización Cada vez con mayor frecuencia se repiten advertencias sobre lo peligroso que resulta banalizar conceptos. Así ocurre cuando se habla de fascistas con una ligereza y frivolidad que espanta (otro tanto ocurre cuando los talibanes de la derecha acusan de comunistas a personas que no son siquiera socialdemócratas). Cuando todo es fascismo, lógicamente nada lo

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es. Sin embargo, a pesar de que el diagnóstico se ha formulado con precisión, no parece que la banalización remita. A cuenta de los listados que se ensayan sobre rojipardos, llama la atención lo híbrido y dispar de los personajes que conforman listas en las que el único patrón común es la voluntad censora de los que las realizan. Parece como si un macartismo de nuevo cuño hubiera hecho fortuna en la arena política. Como si compartir tangenciales consensos con personas de diferentes ópticas ideológicas, te convirtiera necesariamente en siamés intelectual, político y moral de esas mismas personas. El sectarismo, esa otra gran lacra de nuestro presente, invade y enturbia el debate público. Considerar que el fundamentalismo de mercado y el liberalismo económico hegemónico, desde la penetración de las ideas thatcherianas en la derecha política y mediática, y también en la socialdemocracia a través de la tercera vía socioliberal, no son solamente fórmulas que determinen la realidad socioeconómica, sino que pueden también influir en la dimensión cultural de la sociedad, no significa convertirse automáticamente en conservador o reaccionario. Semejante análisis maniqueo, mediocre y de corto vuelo, aparte de sectario, resulta harto endeble. Parte de un vicio de origen: exige pensar gregaria-

mente, de manera identitaria, en packs compactos en apariencia y, al tiempo, huecos en contenido que impiden someter las propias ideas y prejuicios a la realidad. Cuando el CEO de Glovo plantea que, frente a la obsoleta fijeza de los contratos laborales para toda la vida con su estabilidad y sus derechos asegurados, hay un modelo de vida mucho más atractivo que consiste en combinar trabajos, ser autónomo, emprender y ser tu propio jefe, y así tener la libertad de conocer mundo moviéndote de ciudad en ciudad, no atándote a un lugar concreto, disfrutando del dinamismo y escapando de lo monótono y previsible, no solo está vendiendo un modelo de precariedad y explotación sino también una vida líquida, en la que cualquier posibilidad de ordenar tu presente y planear un futuro deviene en quimera. Se puede criticar ese modo de blanquear la explotación anexándole un relato cultural y eso no significa que automáticamente te ubiques en la nostalgia de un presunto regreso. Es más, ese idealista regreso, de poder materializarse, y damos por buena una hipótesis inviable, factiblemente sería a un pasado con otras oscuridades, de naturaleza distinta pero no por ello menos inquietantes que las que asolan nuestro presente. Criticar los estragos de un sistema socioeconómico

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Silvia Viana. Siempre nos quedará París (o gritar).

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que blanquea la inseguridad de un modelo laboral de exploLa prueba del algodón rojipardo tación descarnada y preferir la conservación de los derechos Cuando Pablo Iglesias analiza la geometría variable y alerta laborales no tiene que implicar aceptar que el horizonte de sobre los riesgos de quebrar el bloque confederal parte de la emancipación sea sacralizar la tradición –como si no hubiera misma base que aquellos que elaboran listados de izquierdas tradiciones espantosas y abiertamente reñidas con los dererojipardas en la cuestión nacional. ¿Cuáles serían esos critechos de ciudadanía y con las leyes políticas de un Estado rios? Por ejemplo, una propuesta política que defendiese una democrático– o regresar a un pasado donde la mujer estuviecomunidad política republicana y laica en sentido estricto, de ra condenada al trabajo doméstico y no pudiera optar a los ciudadanos libres e iguales, y que, sin incurrir en esencialismos mismos horizontes profesionales que un hombre, o donde las nacionalistas españoles, criticara frontalmente el nacionalisparejas del mismo sexo vieran conculcados sistemáticamenmo fragmentario, automáticamente sería vetada por la alianza te todos sus derechos civiles. Da vergüenza tener que expliciprogresista. En España, la línea roja hace mucho que está pertar semejante perogrullada. Que las críticas al neoliberalismo fectamente delimitada: uno puede recibir la vitola de progrelas hayan asumido reaccionarios, no implica que sea imperasista o de izquierdas si defiende que existen numerosas naciotivo sumarse a las voces reaccionarias que impugnan los peones culturales o étnicas incómodamente incrustadas en el res estragos del presente para ofrecernos una vuelta a las Estado español. Es harto probable que usted escale puestos en oscuridades del pasado; un pasado que algunos idealizan la tabla del progresismo si considera que la existencia de deretanto como otros hacen lo propio con un progreso inexorable chos históricos o de territorios forales es una virtud inquehacia ninguna parte, exigiendo silencio sobre la dantesca pérbrantable dentro del Estado. Da bastante igual las consecuendida de derechos que sufrimos. Como la realidad es complecias que ello comporte, por más que sean eminentemente ja, no es descartable que en el pasado reciente encontremos antiigualitarias. Por eso el bloque de investidura cuenta con mayores derechos laborales que en la actualidad, a pesar de cierto prestigio, hasta en esferas intelectualmente respetables. las migajas obtenidas en la última reforma laboral, filtrada, Se puede acordar lo que se quiera con quienes se reclamen aguada y al final convertida en un maquillaje bastante supernacionalistas culturales o de sustrato étnico, aunque esté más ficial. ¿Acaso no era mejor un mercado laboral en donde el que acreditado que las fuentes ideológicas de las que beben –lo fraude generalizado de las Empresas de Trabajo Temporal no que Marx llamaba “ideología alemana”, el romanticismo y el campara por sus respetos? ¿O un mercado de trabajo en el idealismo– son el abc del pensamiento político reaccionario. Se que aún existieran salarios de tramipuede y debe instar, desde la izquiertación o indemnizaciones por despida, a acomodar a los territorios más La dicotomía entre derechos do improcedente algo más dignas que ricos del país, para que no tengan la civiles y derechos sociales es las actuales? Eso no implica romantitentación de marcharse, más allá de zar todo el pasado, imaginándolo la sombría moraleja que se desprende bastante absurda. Como si conforme a nuestros anhelos y prejuide la receta política de tratar de conlos primeros y los segundos cios ideológicos, y por consiguiente tentar a los potentados para que no fueran incompatibles. deformándolo en una recreación ficdejen de tener incentivos en la rediscional y falsa. La dicotomía entre tribución, para que no sientan la tenderechos civiles y derechos sociales es tación de dejar de compartir territobastante absurda. Como si los primeros y los segundos fueran rio político con los demás. Y, por supuesto, es imperativo, para incompatibles. Como si una comunidad política de verdaderos cualquier político que no quiera estar aquejado por el virus ciudadanos no exigiera la concurrencia de ambos tipos de dererojipardo, alabar la descentralización como algo inseparable chos, junto a los de participación política. de una suerte de metafísica española (“España es así”), aunque El rojipardismo, cajón de sastre donde cohabitan el agua ésta haya sido la vía utilizada por la derecha ayusista para y el aceite, apenas constituye una burda intentona estigmadegradar la solidaridad interterritorial, por ejemplo en materia tizadora, el intento de silenciar debates y críticas, dejando fiscal. por el camino una estela de falta de rigor y degradación del Semejantes inercias prueban su trazo grueso cuando debate público alarmante. El populismo identitario, antídoalguien indaga en qué política territorial han defendido realto letal de la deliberación, no es por causalidad un engrudo mente algunos de los que en el mundo han sido verdaderos antirrepublicano. Frente a la deliberación y los argumentos, rojipardos. Aquella ha sido siempre más bien tendente a conestigmas y clichés huecos. formar comunidades políticas alejadas de los marcos de la

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nación política, proclive a reordenar las citadas fronteras conregiones. Ayuso como epítome de todos los males. Ahora bien, forme a criterios étnicos, raciales, culturales o lingüísticos. cuando se trataba de aplicar los mismos patrones de análisis a Dicho con total claridad: si algo hubiera de caracterizar al rojiregiones históricas las conclusiones que se inferían eran muy pardismo en materia de organización territorial del Estado es la distintas. Y es que España es así, se repetía constantemente. fragmentación etno-identitaria de comunidades políticas plu¿A qué espíritu apelan los voceros de esta presunta izquierrales y complejas en materia identitaria o cultural. No hay nada da, con ademanes tan derechistas, para justificar un maridaje más diametralmente opuesto al significado real del significanindiscutible con el privilegio? ¿Acaso, de los Pirineos al sur, la te de marras que un planteamiento jacobino, cuando se trata desigualdad es una propiedad natural de las cosas ante la que de ordenar territorialmente un Estado. En España, lo vemos solo cabe prescribir resignación, sometimiento o complicidad? con algunos tradicionalistas que anhelan una España foral, Parece apelarse a una suerte de metafísica española que la conbasadas en blindar los rescoldos del Antiguo Régimen, con sus denaría a mantener eternamente una organización territorial viejos fueros y derechos históricos. No hay nada menos jacobicentrífuga. Debe ser que, entre tanto idealismo, no les ha dado no que la parcelación identitaria del territorio político invotiempo a leer los textos que escribió un tal Marx sobre la revocando para la misma criterios forales o similares límites a la lución liberal española y la conformación, desde las Cortes de propiedad colectiva del territorio político. Si, aún con todo, se Cádiz, de una nación política que surge frente a los privilegios empeñan en incrustar al jacobinismo en el cajón de sastre rojide origen propios del Antiguo Régimen. La constante apelapardo, es que el significante ha perdido ya todo su significado ción al especial carácter de nuestro país cercena la racionaliy, como señalábamos antes, solo sirve a un propósito de señadad del debate público. Y conduce a absurdos. Quien defiende, lamiento, estigmatización e insulto. Para revestir las verdaderas por ejemplo, que la provincia es una unidad administrativa más intenciones, se buscan pretextos históricos, esencialistas y racional que la Comunidad Autónoma –a la vista está a la hora de hasta místicos. Aun siendo ridículos, conviene prestarles atenrealizar la desescalada en la pandemia, con los absurdos generación para desmontar el falaz relato. dos en cuanto a la limitación de movimientos fuera de las CCAA– El pasado 18 de marzo de 2022 asistí a un debate sobre el o, simplemente, que hay cuestiones que necesariamente deben futuro del Estado de las Autonomías en el Ateneo de Madrid. legislarse y gestionarse de forma centralizada, se convierte autoCompartí mesa con Lilith Verstrynge, secretaria de organización máticamente en un reaccionario, en un condenado facha. Da de Podemos, y con Francisco Díaz, senador del PSOE. También igual que se hable de cuestiones tan esenciales como la compra estaba prevista la presencia de un centralizada de material sanitario, la diputado de ERC, Rubén Wagensberg, redistribución de respiradores allá La secretaria de organización que finalmente no pudo asistir (la verdonde hicieran falta conforme a las de Podemos se confesó jacobina dad, lo lamenté mucho: hubiera sido necesidades sanitarias, la fiscalidad, la interesante tener en frente a un reprepolítica medioambiental o la legislaen Francia, pero confederal en sentante de ese partido político que ción laboral. Imaginen por un instante España. Y es que España, arrastra la voz izquierda en el nombre, que nuestro sistema de trasplantes no ay, es diferente. mientras su historia y presente se afaestuviera centralizado y atendiese a nan en desmentir el nombre). No por particularidades identitarias o singuconocidos, los argumentos invocados laridades históricas. ¿Es que acaso los por los representantes de la coalición gubernamental son menos trasplantes deberían acabarse cincuenta kilómetros al sur al salir sorprendentes. Merece la pena cartografiar correctamente a del perímetro de una comunidad foral? Puede sonar macabro, quienes nos gobiernan. La secretaria de organización de pero no lo es. Hoy en España carecemos de una sanidad pública Podemos valoró el peso de los sentimientos en la comunidad con un historial clínico centralizado o un calendario vacunal política. Se confesó jacobina en Francia, pero necesariamente homogéneo y único. Reclamar semejantes planteamientos desde confederal en España. Y es que España, ay, es diferente. la izquierda te hacen merecedor de la etiqueta que tristemente Una suerte de brumosa mística, entretejida con una internos ocupa. pretación sui generis de la Historia, nos impediría, según el Imaginen, también, que nuestra política laboral priorizase, citado relato, organizar la comunidad política de otra manera. como pretenden los nacionalistas, el convenio colectivo autonóAunque al descender a los prosaicos hechos, la lógica apunte mico al estatal. O que existiese en cada región la posibilidad de por otros derroteros. En esa mesa de debate, había un presunestablecer una indemnización por despido diferente. Sería, a to acuerdo sobre los peligros de la competencia fiscal entre fuer de demencial, un claro aliciente para la degradación de

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derechos laborales porque necesariamente incentivaría la comCuando Pablo Iglesias insta a reforzar el bloque de investidupetencia y el dumping laboral interno dentro del Estado, con un ra, parte de una idea previa intocable para la mayoría de la aliciente para las empresas para escapar de las regulaciones que izquierda oficial: se pueden y deben trazar alianzas con partidos de forma más estricta observaran los derechos de los trabajadopolíticos cuya principal agenda política es la secesión. Con todo res y encontrar aquellas otras más lo que ello comporta: ruptura de la laxas y beneficiosos para el capital. unidad de decisión conjunta, quiebra Si alguien trata de pinchar Imaginen, por último, que otro tanto de la unidad de redistribución y priocurriera con las políticas de protecvatización del territorio político. Una la burbuja de los esencialismos ción del medio ambiente y con la identitarios enfrenta serios riesgos. parte de lo que era de todos deja de eventual descentralización normativa serlo por decisión exclusiva de unos de las mismas: si las grandes multinapocos. Como si los residentes en la cionales ya sortean las normativas Moraleja decidieran vivir aparte porestatales, deslocalizándose a conveque se sienten diferentes o agravianiencia para eludir aquellas normas más exhaustivas e incómodos. El sentimiento como fundamento de un privilegio político. das para sus intereses, cuanto más no lo harían si esa disparidad La secesión de los ricos, en fin. Sobre el particular, el debate arrilegislativa pudiera darse dentro de un mismo Estado, aparecienba citado fue revelador. La secesión de los ricos se critica en do la factible posibilidad de que una Comunidad Autónoma, Madrid, a través de las políticas de confederalismo fiscal del PP empeñada en atraer riqueza y capitales, relajara dichas normas madrileño, pero se defiende cuando se trata del principio de ordiy plantease otras aún más laxas y permisivas para las empresas. nalidad o de un pacto fiscal para Cataluña. ¿Es que acaso el blinNo es difícil, en fin, imaginar qué ocurriría si todas estas polídaje de la autonomía fiscal de Madrid es esencialmente distinto a ticas públicas de primer orden fueran abordades desde un poder aquella recomendación de Montilla para rebajar el suflé indepolítico fragmentario y descentralizado. Cuestionarse hoy la prependentista consistente en que el dinero de los catalanes se quesunta metafísica española que impide una organización territodara en Cataluña? ¿Por qué dos políticas miméticas y calcadas rial racional y en buena medida jacobina te ubica en el rincón son reaccionarias o progresistas según quien las promueva, rojipardo de la política. cuando ambas comparten idénticos fundamentos insolidarios, Si alguien trata de pinchar la burbuja de los esencialismos genuinamente reñidos con cualquier noción reconocible de identitarios enfrenta serios riesgos. El de ser ignorado y silenciaredistribución? do, para empezar. No está bien visto en España que nadie discuSegún el relato imperante en las izquierdas oficiales, el confeta el carácter progresista de la plurinacionalidad. No está bien deralismo fiscal a la madrileña es un ejercicio de insolidaridad, visto que alguien, desde la izquierda, afirme que la plurinaciomientras que el principio de ordinalidad o el pacto fiscal son un nalidad es un concepto absurdo, cuando no directamente reacnecesario encaje de Cataluña en el Estado para que aquella no se cionario. Absurdo al menos porque la nación política –la nación marche. Como si fuera legítimo invocar una identidad para vivir republicana de ciudadanos que nace en la Revolución francesa aparte, troceando y disponiendo de forma privativa de lo que nos o en las Cortes de Cádiz– desborda cualquier nación cultural o pertenece a todos. O amenazar con la ruptura del territorio polítiétnica, sin perjuicio de que un Estado democrático sea naturalco común si las normas que rigen nuestra convivencia no nos mente plural desde un punto de vista cultural, lingüístico o idengustan. titario. Y potencialmente reaccionario cuando se convierte, El grado de complicidad con la secesión de los ricos marca en como de facto ocurre, en una autopista para estratificar la ciudaEspaña cuán de izquierdas te dejan ser intelectuales y políticos danía, entre ciudadanos de primera, de segunda y de tercera. Si de la oficialidad progresista. Da igual que en lo político, social, alguien osa señalar a los nacionalistas como reaccionarios pata económico, fiscal y moral seas rojo; si osas denunciar a los etnonegra, se juega su prestigio y puede acabar engrosando las listas nacionalismos y su proyecto de xenofobia superlativa, de genuioficiosas de rojipardos. Si alguien tiene la mala costumbre de na reacción, puedes terminar cayendo en el ostracismo rojipardecir que dentro del bloque confederal y de la mayoría de invesdo. El concepto reaccionario hace tiempo que padece un agudo tidura hay partidos de derechas y de extrema derecha, las largas estrabismo político: se endosa gratuitamente y se perdona a miradas acusadoras y despreciativas le alcanzarán. Se convertiquien lo merece. rá en poco más que un facha. Da igual que sea socialista o que Lo escribió con precisión Antonio Muñoz Molina: en sea comunista, como dio igual que, frente al procés, te llamaras España “primero se hizo compatible ser de izquierdas y nacioLidia Falcón o Paco Frutos. nalista. Después, se hizo obligatorio“ n

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La izquierda transformadora: situación, perspectivas y alianzas de futuro

Silvia Viana. Has elegido mal tu periodo vacacional.

Aunque la participación de Unidas Podemos en el Gobierno de coalición ha servido para implementar políticas beneficiosas para las clases populares, el PSOE no está dispuesto a seguir avanzando en esa dirección. Ante esta situación, ¿puede la izquierda transformadora depositar sus esperanzas en el liderazgo de Yolanda Díaz?

La izquierda transformadora española se encuentra en una posición de ambivalencia que nos obliga a reflexionar acerca de sus perspectivas de futuro, partiendo de un análisis de la situación. Por un lado, en el consejo de ministros se sientan miembros de formaciones como Podemos, Izquierda Unida, el PCE o Catalunya en Comú, es decir, formaciones a la izquierda del PSOE, y se trata de algo que no ocurría desde los tiempos de la Guerra Civil. Por el otro lado, nadie puede poner en duda que las organizaciones de izquierda se encuentran en un proceso de constante transformación o incluso construcción, porque parece que la llamada “nueva política” nunca acaba de organizarse y vive en un conflicto continuo, perjudicial e incluso autodestructivo. Un conflicto que, no nos llevemos a engaño, es ajeno y causa repulsión a la práctica totalidad de los potenciales votantes de izquierdas, que ni militan en ningún partido ni tan siquiera son adictos a Telegram o a las redes sociales. Pero, a pesar de su abrumante presencia mediática, no solo debemos atender a los partidos políticos, porque muy mal estaríamos si la única opción de militancia fuera la que estos nos ofrecen. Porque no lo olvidemos: las principales organizaciones sociales del país continúan siendo los sindica-

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Por Miguel Guillén

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tos de clase confederales, que han recuperado merecidamenellos. Y como explicaba Ignacio Sánchez-Cuenca hace unas te protagonismo y han puesto de manifiesto su utilidad, partisemanas en una entrevista en Ctxt, “las instancias clásicas de cularmente en los últimos tiempos. Y más allá de las organizaintermediación política (partidos y medios) atraviesan una ciones, tampoco debemos olvidar que muchas veces las percrisis profunda de credibilidad. Los partidos agregan, filtran y sonas que trabajamos por transformar modestamente la priorizan las demandas sociales. Los medios, por su parte, sociedad en que vivimos nos agrupamos de mil y una formas organizan el debate público y proporcionan los elementos con diferentes, a través de asociaciones, movimientos, medios de los que evaluar a gobiernos y partidos. Si fallan partidos y comunicación o cualquier otra forma de trabajo colectivo. medios, si la gente no confía en ellos, la política se desordena, Además, sabemos que aquella persona que se implica en cualse sale de su cauce habitual”. Y esto es lo que está ocurriendo. quiera de estas opciones no lo suele hacer en exclusiva, sino Pero como explicaba recientemente Antonio Antón en Púque presenta militancias múltiples y variadas. Y así debería blico, “quedan lejos las experiencias (socialdemócratas y euroseguir siendo. comunistas) de grandes partidos de masas, con amplia miliLa primera cuestión que debemos poner sobre la mesa es el tancia de base y fuertes vínculos con los potentes sindicatos y eterno dilema, que no debería ser tal, entre el trabajo institumovimientos sociales”. Es cierto, por eso, que debemos ser cional y la presencia en la sociedad civil, lo que se suele denoconscientes de la realidad en que vamos a movernos. Además minar, a veces de forma poco exacta, “la calle”. Sobre el papel, de todo ello, aquella persona que decide entrar a militar a un la izquierda siempre ha tenido claro partido debe percibir que el tiempo que se debe tener un pie en cada una que dedica a esta militancia tiene Existe la sensación de que las de estas esferas, pero lo cierto es que alguna utilidad. Y si acaba enterándola tarea se presenta complicada, se de las decisiones importantes de izquierdas navegan a la deriva máxime cuando las fuerzas son limisu partido a través de la prensa, si en en un océano agitado. tadas y los principales cuadros de las lo estratégico el militante no particiformaciones políticas acaban dedipa porque las decisiones las acaban cando la mayor parte de su tiempo a tomando unos pocos dirigentes en tareas institucionales. Porque la profesionalización de la políuna habitación o un grupo de Telegram, ¿la utilidad del partitica, que no tiene por qué ser negativa per se, también existe do cuál es? ¿Movilizar a sus militantes en campaña electoral en nuestras organizaciones, y no escapamos a una de las granpara colgar carteles o retuitear disciplinadamente aquello que des enfermedades que aparecen muchas veces: la anteposiescribe el jefe de filas? ción de los intereses particulares (sueldos, cargos, ego) al proCon respecto a la necesidad de organizarse, una cuestión yecto colectivo. Pero el tiempo es el que es, y si de la calle se principal, de claras raíces leninistas, es la necesidad de formar pasa directamente a los despachos del Congreso o algún a la militancia, crear cuadros que estén preparados cuando ministerio, existe siempre un riesgo de que se pierda la perscorresponda para asumir responsabilidades políticas. Esta pectiva necesaria para conocer de primera mano qué pasa en debería ser una de las cuestiones troncales: debate y formanuestros barrios, pueblos y ciudades. O mejor dicho: qué les ción en los diferentes canales de que disponen actualmente pasa y qué reclaman las clases trabajadoras y cómo se puede las organizaciones, ya sean de tipo presencial o virtual. Me atender a sus intereses desde la administración. Por todo ello parece oportuno rescatar algunas ideas de Antonio Gramsci es tan importante, pese a su consabida dificultad, ser fiel a que tan brillantemente nos explicaba hace años Paco Feraquella idea de “un pie en la calle, el otro en la institución”. Se nández Buey en su imprescindible libro Leyendo a Gramsci, ha teorizado mucho al respecto y una idea aparece recurreneditado precisamente por El Viejo Topo. Nos explicaba temente: hace falta organización y ampliar la militancia. Y en Fernández Buey que cuando Gramsci reflexionaba sobre el esta cuestión queda mucho trabajo por hacer, si bien los mimorigen de L’Ordine Nuovo, intentaba pensar autocríticamente bres no son tan precarios como a veces las tan presentes visioacerca de los errores del pasado reciente, y así, consideraba nes pesimistas intentan mostrar: existe tradición, organizacioque había que empezar preguntándose “quiénes éramos, nes con extensión en todo el país, presencia institucional y lo qué queríamos, dónde pretendíamos llegar”. Creo que se más importante, necesidad de políticas de izquierdas. Pero trata de unas preguntas sencillas a la vez que complicadas de claro, la desconfianza hacia los partidos políticos, en general, responder que siguen siendo utilísimas, también en la realies exageradamente elevada en España: según el Eurobarómetro dad y el contexto que nos ocupa. Para Gramsci, la debilidad de la Comisión Europea, el 90% de la sociedad desconfía de principal de los partidos obreros italianos había sido su des-

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conocimiento de la situación en la cual tenían que operar, hacían que muchas personas se sintiesen identificadas con porque la ciencia social, la capacidad de análisis de la situaellos. Cierto es que la izquierda no lo tendrá fácil para enconción concreta, eran imprescindibles. Tomemos nota. trar a un dirigente de la talla intelectual de Pablo Iglesias, pero A menudo existe la sensación de que las izquierdas navelos medios a disposición, si bien a menudo pueden ser hostigan a la deriva en un océano agitado, perdidas en discusiones les, hay que intentar aprovecharlos al máximo. Y una vez se inasequibles que no interesan a las mayorías sociales, que, alcance determinada presencia en ellos, hay que saber transesto es un hecho, perciben una desconexión creciente entre mitir con claridad aquellas cuestiones básicas que la izquierrepresentantes y representados. Y, cuando aparecen discusioda siempre ha defendido y que debe seguir defendiendo. Aquí, nes encendidas respecto a temas determinados, surge fácilsi se me permite, me atrevo a decir que hay que devolver al mente la descalificación, incluso el insulto, y se acuñan térmicentro del debate cuestiones fundamentales como el trabajo o nos desafortunados como “rojipardos”, “neorrancios” o cosas la redistribución para reducir la desigualdad, que pague más por el estilo. Figuras como Daniel Bernabé o Ana Iris Simón, quien más tiene. Porque la izquierda debe seguir explicando que sin duda han hecho aportaciones valiosas en diferentes que el Estado debe jugar un papel determinante en la providebates públicos, han despertado ataques furibundos que por sión de servicios públicos de calidad, en la redistribución de momentos han sido sorprendentes, porque aparece la sensarentas, en la creación de puestos de trabajo. Porque las instición de que proceden de lecturas parciales, interesadas o tuciones también deben ser útiles en la lucha contra todo tipo directamente inexistentes de libros de discriminación, ya sea por razón como La trampa de la diversidad o Fede sexo, etnia, origen, orientación La izquierda no tendrá fácil ria, que desde estas líneas recomiensexual, ideología, etc. Existe una seencontrar a un dirigente de la do encarecidamente. Si seguimos crerie de cuestiones que la izquierda ando nichos de activismo cada vez no debe abandonar bajo ningún talla intelectual de más reducidos, si las condiciones para concepto y hay que defenderlas saPablo Iglesias. alcanzar la consideración de persona liendo a la ofensiva. Explicaba no de izquierdas cada vez son más comhace mucho Daniel Bernabé en Inplicadas de cumplir, la izquierda en su folibre que a veces “obviamos el eleconjunto y pluralidad se verá reducida, dañada, con menos mento esencial de la actividad económica: los trabajadores. capacidad para ser útil. Porque la vocación debe ser de utiliLos que construyen el cacharro, los que lo transportan, los que dad en la transformación social. Si consideramos nuestra milite lo entregan en tu domicilio. Claro que el proceso nos paretancia simplemente como una vía para alcanzar un número ce mágico: como que hemos sido capaces de borrar a nuestra determinado de seguidores en las redes sociales o ser invitapropia clase, la que constituye el grueso de la población. Y seados a una tertulia televisiva o radiofónica, la utilidad se limita mos justos, apenas nos damos cuenta: así somos, así estamos, al enriquecimiento del propio ego. Y las izquierdas siempre ausentes de nuestra propia existencia”. han antepuesto lo colectivo a lo personal, o así debería ser. Para no caer en el catastrofismo hay que recurrir a la forPorque es verdad que nuestros valores deben adaptarse a los mación, y conocer, por ejemplo, qué escriben autores como tiempos y evolucionar, pero hay algunos que son básicos y Branko Milanovic o Thomas Piketty sobre las desigualdades de fundamentales y su abandono no haría más desnaturalizar la rentas y las medidas redistributivas que se podrían aplicar propia izquierda. Estaríamos pues hablando de otra cosa. desde nuestras administraciones. Debemos conocer los trabaLa dispersión de debates tampoco ayuda a transmitir esa jos de Mariana Mazzucato a la hora de explicar por qué el sensación de utilidad que considero imprescindible. Por ello, Estado puede ser también emprendedor, por qué puede jugar habría que trabajar para conseguir mayor claridad en la transun papel determinante a la hora de innovar, de crear riqueza. misión de mensajes y valores a las mayorías sociales. Cierto es Y si hablamos de la guerra, ahora que por desgracia debemos que las izquierdas no disponen de los altavoces mediáticos hacerlo, hay que tener meridianamente claro que la izquierda, que si tienen las derechas, pero no podemos olvidar que el per se, es radicalmente pacifista, por ello simplemente debesurgimiento de figuras, sin ir más lejos, como Pablo Iglesias, se mos hacer una sola pregunta: ¿en qué beneficia la guerra a las debió a su presencia en medios tradicionales como la televiclases trabajadoras? La batalla ideológica, eso que ahora se da sión generalista en abierto. Y si Iglesias se caracterizó por algo en llamar el tan cacareado “relato”, también hay que darla. en aquellos años en que Podemos aún no existía fue por la claPorque la solución no pasa por seguir afirmando recurrenteridad expositiva y la transmisión de mensajes y valores que mente “que viene el lobo”, aunque la situación política y social

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es de extrema gravedad (en el horizonte aparece un dragón Podemos no hubiera sentado a algunos de sus miembros en el que llega con la intención de abrasarnos: la inflación desbocaconsejo de ministros muchas de las medidas que más han da), y la historia nos enseña que los episodios de descontento beneficiado a las clases populares no se hubieran acabado por social pueden alimentar opciones de ultraderecha, como de llevar a cabo. En política, no lo olvidemos, se trata de optar hecho ya está ocurriendo. Hay que proponer en positivo, traentre las diferentes alternativas realmente existentes. Y a estas bajar y salir a la ofensiva. alturas, a pesar de lo difícil que pueda resultar negociar con Se habla mucho últimamente de “las cosas del comer”, y los propios compañeros de gobierno, no hay que perder de que la izquierda debe limitarse a hablar de estas para consevista que la alternativa sería un gobierno del PSOE en solitario, guir recuperar apoyos. Decía Pablo Iglesias no hace mucho en con apoyos puntuales de la mayoría de la investidura, o algún un artículo publicado en Ctxt que “hacer políticas de izquierotro tipo de mayoría claramente escorada hacia la derecha. En da es la única forma que tiene el Gobierno de coalición de este sentido, estamos viendo cómo los cantos de sirena de la sobrevivir”, y no le falta razón. No seré yo quien niegue la llamada gran coalición van in crescendo, y no son pocas las necesidad de defender determinadas medidas que singularseñales que llegan desde el llamado “PSOE caoba” e incluso mente ha venido aplicando el gobierno español, en gran parte por boca del propio Pedro Sánchez de que hay que llegar a gracias al trabajo de los ministerios dirigidos por Yolanda acuerdos con el PP (teóricamente) renovado de Alberto Núñez Díaz, Alberto Garzón, Irene Montero, Ione Belarra, Joan SuFeijóo. La pregunta es: ¿a estas alturas hay alguien que sincebirats, y anteriormente Pablo Iglesias y Manuel Castells. Meramente crea que las elecciones se siguen ganando en el cendidas como la reforma laboral, el aumento del salario mínimo tro? No nos llevemos a engaño: el PSOE no va a desgastar al PP interprofesional, la generalización de los Expedientes de si opta por tenderle la mano. Lo apuntaba recientemente Regulación Temporal de Empleo, el Plan Estratégico de IgualPablo Iglesias en Ctxt y tiene toda la razón del mundo. Lo que dad, el ingreso mínimo vital, etc. llevan el sello de la izquierda puede pasar es que, como ya indican algunas encuestas, PP y presente en el gobierno, y si las claVox puedan llegar a sumar mayoría ses populares perciben que sus conabsoluta. Y aquí Sánchez y el “PSOE Hay que devolver al debate diciones materiales de vida se transcaoba” se pueden quedar con un palcuestiones como el trabajo forman positivamente, ello a priori mo de narices, como nos quedaremos debería llevarnos a pensar que se todos aquellos que consideramos o la redistribución. producirá un aumento del apoyo que es un auténtico peligro que PP y electoral a las izquierdas transforVox se pongan de acuerdo para gomadoras. Pero como sabemos, esto no es exactamente así, no bernar España. El peligro es real y nos jugamos demasiado, se trata de un efecto automático, y si bien estas medidas han supongo que lo tenemos claro. Por eso es tan importante que tenido un impacto positivo para amplias capas sociales, a exista responsabilidad en quienes apoyan la mayoría plural de menudo la percepción no la marca únicamente lo material, gobierno. En el PSOE, en la izquierda transformadora, y tamsino que puede contaminarse con la desinformación, la probién en otros partidos que apoyaron la investidura de Sánchez paganda y las llamadas fake news que los medios derechistas en su día. Enrico Berlinguer hablaba hace cincuenta años de nos envían constantemente a través de nuestros teléfonos alianza de las fuerzas democráticas y populares. No era exacmóviles, televisiones, radios y periódicos. Por eso no podemos tamente lo mismo, pero qué duda cabe que tener clara la polípecar de ingenuos y desechar la importancia de dar la batalla tica de alianzas resulta fundamental, y el PSOE no acaba por también en los medios, seguramente en inferioridad de condecidirse y defender sin ambages el gobierno de coalición. diciones, porque ahí también se transforman las percepciones Volviendo al tema de las contradicciones, a menudo desde de las personas. Pero darla. determinados sectores de izquierdas, con y sin representación Existe un gobierno de coalición en el cual deben convivir parlamentaria, se efectúa una reclamación de máximos que múltiples sensibilidades de la izquierda y el centro político, y no casa con la realidad ni la correlación de fuerzas. No solaesa es la realidad con la que hay que bregar. A menudo ponemente en la esfera política, sino también en la sindical. Y no se mos el grito en el cielo porque gobernar junto al PSOE nos trata de recuperar viejas lecturas marxistas de juventud, que obliga a entrar en contradicciones y, como se dice coloquialquizá también, sino revisitar una y mil veces aquella idea que mente, tragarnos sapos que desde la coalición serían mucho hay que tener siempre presente cuando se tienen responsabimás fáciles de gestionar. Cierto es que en la oposición se vivilidades políticas: las weberianas “ética de la responsabilidad” ría mucho más tranquilo, de la misma forma que si Unidas y “ética de la convicción”. Porque sí, es muy sencillo mante-

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nerte firme en tus posicionamientos y seguir pontificando lo que pueda parecer, y hay que ser capaces de seguir construdesde las redes sociales o incluso desde un escaño, pero si esas yendo a partir de ellas, generosamente, en alianza con organiproclamaciones se quedan en eso no tendrán más utilidad zaciones, movimientos y personas que pueden sumar y aporque proporcionarte un bienestar personal y un engrandecitar nuevas ideas, y lo que es más importante, conocimiento de miento de tu ego que nada tendrá de útil para aquellas mayola realidad existente. Aquí, me atrevo a sugerir que hay que rías que dices representar. Paradójicamente, las clases populaestrechar lazos con los sindicatos de clase confederales, máxires son las que precisan de mayor realismo, pragmatismo y seme en esta etapa en que arrecian los ataques desde la ultradeguridad. Y, a menudo, parece que son las clases medias y superecha. Si se han convertido en diana, por algo será. riores (muy de izquierdas, eso sí) las que hablan de hacer (a su Hay que ser capaces de crear expectativas, que como sabemanera) la revolución, pero como mero divertimento y porque mos se trata de algo fundamental en política. Yolanda Díaz ha probablemente saben que nunca llegará el tan ansiado mosido capaz de hacerlo, pero el tiempo pasa inexorablemente y mentum. la inestabilidad y la incertidumYolanda Díaz ha emergido bre todo lo impregnan. Se abre como la principal figura de la un tiempo nuevo (otra vez más) izquierda española y lo ha heen que la izquierda transformacho de forma merecida, badora debe abordar un reto masando su prestigio en el trabayúsculo: recuperar espacio, crejo, la seriedad, el rigor y la habicer y seguir siendo útil a las malidad a la hora de crear equipos yorías sociales, presentándose de trabajo, valores que a menucon un proyecto de vocación do no abundan en nuestra pomayoritaria, ganador. Para ello, lítica. Hasta ahora, poco sabesin prisa pero sin pausa, con gemos sobre el proyecto que tiene nerosidad y rigor, se debe aproen mente, si bien ha dicho en vechar la estela de un liderazgo repetidas ocasiones que pricomo el de Yolanda Díaz, aglutimero quiere realizar un procenador, que combina bagaje e so de “escucha activa” alredeinnovación, al mismo tiempo dor del país. Poco ha hablado que se aprovechan las estructude la necesidad de organizarse ras colectivas en funcionay galvanizar a los partidos polímiento. Porque nadie debe queticos ya existentes, que por otra darse atrás, porque es posible parte ya han manifestado púseguir dando pasos adelante, blicamente su apoyo a Díaz patambién con el viento en contra. ra trabajar en su nuevo proyecEl reto es mayúsculo, pero como to. A día de hoy es difícil saber dijo Berlinguer allá por 1973, si éste llegará a buen puerto, “por supuesto, somos los primepero me atrevo a poner algunas ros en comprender que el camiSilvia Viana. Molinillo de Viento. ideas encima de la mesa: la prino hacia esta perspectiva no es mera consistiría en la necesifácil ni puede ser apresurado. dad de dedicar todos nuestros También sabemos bien cuáles y esfuerzos a poner en valor todo aquello que nos une, a pesar cuántas batallas reñidas y apremiantes habrá que librar en los de la tendencia a fijarnos en las diferencias existentes, por más variados niveles, y no solo por parte de nuestro partido, pequeñas que sean, hablando claro, haciendo propuestas procon determinación y paciencia, para afirmar esta perspectiva. gramáticas serias que sean útiles a las mayorías sociales, prePero tampoco debemos creer que el tiempo disponible es sentando un proyecto emancipatorio autónomo e indepenindefinido”. El reto es mayúsculo, sí, pero existen unas condidiente, con vocación mayoritaria. A pesar del pesimismo ciones que no existían años atrás. Optimismo de la voluntad, imperante y las voces que no cesan de anunciar el fin de la sí, pero con los pies en el suelo y sin perder un minuto de izquierda transformadora, existen unas bases más sólidas de nuestro valioso tiempo n

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A vueltas con Podemos. Crítica de la “nueva izquierda” Por Genís Plana

El artículo interroga las posibilidades que tienen las plataformas políticas de la «nueva izquierda» para expresar las necesidades e intereses de las clases populares. Y la forma de hacerlo es abordando críticamente los fundamentos semánticos que subyacen a su campo social de referencia.

Se conoce como «retirada al Aventino» a ese episodio histórico en que los plebeyos, cansados de los abusos de los patricios, decidieron retirarse a una de las siete colinas sobre las que se construyó la antigua Roma y, como si de una huelga se tratase, no seguir con sus trabajos, imprescindibles para el funcionamiento cotidiano de la vida en la ciudad. Los patricios percibieron rápidamente que la sociedad no funciona sin la gente humilde y trabajadora, por lo que acabaron aceptando la reivindicación de los plebeyos: el Tribuno de la plebe, ese magistrado elegido con el propósito de defender los intereses de los cualesquiera frente al poder de los patricios. El propósito de referirnos a esa secessio plebis es, precisamente, sacar a colación la figura del tribuni plebis, el cual contaba con el derecho de veto necesario para anular, dentro de la jurisdicción de la ciudad, las decisiones de los otros magistrados romanos. Aunque sean relevantes los matices que pudieran complejizar la cuestión, al Tribuno de la plebe se le presuponía la capacidad de detener la maquinaria del Estado si se aprobaba alguna orden o decreto que balancease aún más en favor de los ricos su poder sobre los pobres. Desde los inicios de la República romana a la que nos acabamos de remontar, hagamos un salto hasta la actualidad.

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Porque ahora ya estamos en disposición de formular la hipótesis desde la cual ubicarnos: en sus comienzos, Podemos era Pablo Iglesias, y Pablo Iglesias encarnaba la figura del Tribuno de la plebe; por lo que, en resumen, Podemos resultaba una promesa de Tribuno de la plebe: la iniciativa política llamada a defender a los ciudadanos de a pie de los desmanes de los poderosos. Y fue esa semblanza de Tribuno de la plebe lo que a Podemos le permitía granjear considerables apoyos entre amplias capas sociales: no olvidemos que, cuando aún no contaban con un año de existencia, los morados llegaron a ser la primera fuerza en intención directa de voto, lo cual presupone que sus simpatizantes tenían una procedencia ideológica diversa a pesar de que Podemos fuera percibido como el partido más a la izquierda del espectro político (barómetro del CIS, octubre de 2014). No en vano, el Tribuno de la plebe, pese a ser anacrónico con respecto al surgimiento de la «izquierda», entronca con su misión histórica. Sin embargo, aunque inicialmente llegó canalizar la indignación de mucha gente ante la crisis económica y política del país, Podemos dejó de representar una suerte de Tribuno de la plebe: al precio de introducir en el ámbito institucional las agendas culturales de determinados colectivos sociales, se ha convertido en una muleta de los programas políticos de las élites económicas. En palabras de Manolo Monereo, nos hallamos ante «una izquierda liberal-progresista que no cuestiona los elementos clave del poder y que asume este estado de cosas como algo insuperable»1. Como veremos, Podemos no concibe una sociedad cuyo resquebrajamiento se produce, fundamentalmente, por asimetrías socioeconómicas: la lucha ya no es entre clases sociales, sino entre aquellos (progresistas) que quieren que la historia avance (no se sabe bien hacia dónde ni dirigida por quién) y aquellos otros (conservadores, neorrancios, fachas…) a los que se les atribuiría el propósito de detenerla o hacerla retroceder

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hacia un momento anterior que (no se sabe por qué) siempre habría sido oscuro y ominoso. Ocurre que, si se niega la posibilidad de otorgarle vigencia a las tensiones socioeconómicas que –en ese episodio histórico– dieron lugar a la «retirada al Aventino», es igualmente imposible reencarnar la figura del Tribuno de la plebe. Y esta es la conclusión a la que llegaremos: a la postre, Podemos sería otro más de los partidos con que cuentan nuestros patricios a fin de dispersar el malestar de los plebeyos, fluidificar sus reivindicaciones, y, de este modo, dificultar la unificación de sus fuerzas. De «lo viejo» a «lo nuevo» ¿Cómo distinguir el primer Podemos, que tanto entusiasmo generó en sus compases iniciales, del segundo Podemos, cuya desaparición a punto está de consumarse? Muy fácil: atendiendo al eje a partir del cual la formación establece el combate político y, por consiguiente, diseña su estrategia comunicativa. A saber: la línea de fractura que separaba a los poderosos («la casta», como Podemos denominó a «los patricios») de los sectores populares («la gente», «los plebeyos») fue sustituida por una nueva divisoria que irreconciliablemente separa «el pasado» (en el cual se incluye prácticamente cualquier cosa que refiere al legado cultural de España) de, por otra parte, «la aper-

tura hacia lo nuevo» (es decir, «lo progresista»… que tantas veces es «lo globalista»). Y esto es algo que Esteban Hernández sabría detectar: «Podemos [empezó] focalizándose en la casta y en la corrupción, pero rápidamente [pasó] a otro terreno […]. Proponían una nueva España, de la que no sabíamos gran cosa […]. Había que combatir lo viejo, lo obsoleto, ese mundo obrerista desfasado, machista, racista y xenófobo, para dar lugar a una izquierda abierta, plural, arcoiris, feminista y global». Y este fue el argumentario que en Unidas Podemos se acabó imponiendo como seña de identidad: «Nosotros somos el futuro, vosotros el pasado, sois viejos, pensáis mal».2 Es decir, todo aquello que no sea como nosotros es fascista, rojipardo o, como se ha dicho últimamente, neorrancio. Ahora, nuestro propósito no es aducir los motivos por los cuales el progresismo (una de las ideas «más confusas, imprecisas y ambiguas entre todas las que pueblan el universo ideológico y cultural del mundo contemporáneo»3) no es necesariamente una concepción política de izquierdas. Pero sí lo es tratar de averiguar algunas de las razones por las cuales Podemos abrazó el progresismo al tiempo que se apartaba de un proyecto político de izquierdas que tuviera como referencia a las capas populares de nuestro país.

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Imágenen de la Huelga de Juguetes impulsada por el Ministerio de Consumo

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Ahora bien, antes de seguir adelante podríamos preguntarnos: ¿fue alguna vez Podemos un partido que tuviera como referencia al pueblo español? De entrada, pensemos que sí, que lo fue, y que lo dejó de ser. Aunque luego la respuesta sea discutida, ahora nos conviene acentuar el viraje experimentado por la formación, desde una posición próxima a las mayorías sociales hacia una política diseñada para grupos de población específicos. Así pues, veamos el cuándo y el porqué de ese desplazamiento. El 15M: consagración de la «nueva izquierda» De situar un momento simbólico, podríamos pensar que el giro de Podemos se efectuó tras su alianza con Izquierda Unida en 2016. Para superar las limitaciones electorales de su nuevo socio, Podemos debía desmarcarse del bagaje ideológico de la plataforma política heredera del Partido Comunista: la necesidad de asumir un perfil propio suponía, a un mismo tiempo, la necesidad de apartarse de todo aquello que se relacionase con una izquierda vetusta con resabios obreristas. Unidas Podemos debía adoptar un lenguaje remozado, una estética destilada, y un nuevo comienzo: el 15M como evento politizado pero desideologizado. No obstante, ya en 2015, un año antes de la coalición con Izquierda Unida, Pablo Iglesias afirmaba: «Podemos [es] el movimiento político heredero del 15M». También ese mismo año, el líder de la formación escribió un artículo, titulado “Entender Podemos”, donde sostenía que «el 15M sedimentó en la sociedad española una nueva cultura impugnatoria inaprensible bajo las categorías izquierda-derecha; algo que los jefes de la izquierda política existente se negaron a aceptar desde el principio»4. Muchos de nosotros interpretamos el sacrificio de la categoría política «izquierda» como parte de una maniobra táctica, dolorosa aunque necesaria: Unidas Podemos sorteaba los calificativos «izquierda» y «derecha» como parte de una operación comunicativa por medio de la cual multiplicar agregados sociales en aras de ampliar el radio de persuasión. La consecución de la hegemonía social convertía en admisible la renuncia a determinados marcadores políticos. A fin de cuentas, el proyecto histórico de la «izquierda» está por encima de las formas («etiquetas», decían) a través de las cuales ese proyecto político se expresa. Ahora bien, pasado el tiempo ya estamos en condiciones de advertir que en Unidas Podemos aquello que realmente se rechazó no fue la denominación «izquierda» (etiqueta que algunos miembros de la formación siguen usando ocasionalmente), sino que fue el propio legado histórico de la izquierda, su matriz de sentido. Pero… ¿Qué es la izquierda?

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La «izquierda» es esa posición política que representa y defiende a las mayorías sociales, a las capas populares de la nación. Depender de las rentas del trabajo para poder subsistir (la clase social) y ser ciudadanos de un determinado país (la nación política) son condicionantes que, combinados entre sí, permiten que personas de distinta índole, que participan de realidades sociológicas diferentes y cuentan con múltiples identidades superpuestas, puedan reconocerse como parte de un ecosistema popular y, de este modo, anhelar un proyecto político compartido. Pero la lógica a partir de la cual opera Podemos es otra: enfatizar lo que tenemos de particular y de diferente en detrimento de aquello que tenemos en común. De hecho, y pese a las melifluas apelaciones a «lo nacionalpopular» realizadas en sus comienzos, el terreno donde Podemos podía sembrar no es el de las mayorías sociales. El lugar de Podemos se reveló bastante más acotado: el de los segmentos urbanos con elevada formación universitaria, ampliamente propensos a resbalar sobre las inercias posmodernas pontificadas por las nuevas clerecías académicas. Hablamos de clases medias (reales o autopercibidas) a las que la crisis de 2008 las situó ante un acelerado proceso de precarización o proletarización. Precisamente de ahí surgió Podemos. Quienes formaron el «grupo promotor» de Podemos lo hicieron en consonancia con el malestar (compartido por muchos otros jóvenes postuniversitarios) causado por la imposibilidad de ocupar la posición social que prometía su inversión en recursos formativos, o bien que debía ser familiarmente legada. Sus expectativas laborales se hallaban en proceso de descomposición cuando en las plazas de 2011 (15M) se expresó ante sus ojos la epifanía política: Pablo Iglesias encontró a la multitud, surgida de la potencia productiva de la inteligencia colectiva organizada en redes descentralizadas, incoando un poder constituyente, mientras que Iñigo Errejón observó una pluralidad de demandas de cuya articulación en un significante vacío que las aglutinase dependería la posibilidad de construir pueblo. Es la «lógica de clase media» aquello que permite establecer «la continuidad entre el 15M y Podemos», pues su «composición social resulta similar: juventud, posiciones laborales precarias, formación universitaria y sobre todo posuniversitaria». No en vano, el núcleo original de la dirección de Podemos, que «constituía un epítome de la generación 15M», estaba compuesto «por un grupo de profesores universitarios con posiciones laborales frágiles o poco asentadas» cuyo sesgo profesional impregnó rápidamente la formación política por medio de «ciertos registros y lenguajes» que bien podrían considerarse como códigos de pertenencia5. El 15M favoreció la condensación de inercias posmodernas, procedentes de teorizaciones academicistas, que ya se encon-

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traban presentes en quienes luego serían los cabecillas de Podemos (aludimos nuevamente a la influencia en Pablo Iglesias del postoperaismo de Hardt y Negri, y a la asunción, por parte de Íñigo Errejón, de las declinaciones más conciliadoras con las democracias liberales del postsocialismo de Laclau y Mouffe). Y a partir de esta trayectoria social e intelectual se sigue que Podemos acabase convirtiéndose en un organismo político cuya ingesta de gramáticas posmodernas resulta insaciable. Así vistas las cosas, Podemos sería la organización institucional del 15M, ese fenómeno colectivo que bien podría entenderse como un capítulo central de la reacción a los límites materiales que, tras la crisis del 2008, encontró la clase media para su reproducción social. Pero si fuera cierto que la historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa, entonces debiéramos considerar la posibilidad de que el 15M hubiese sido una bufonada cuya escena inicial es el Mayo francés de 1968, acontecimiento que supone el punto de inflexión entre una izquierda moderna y otra posmoderna que actuó como plataforma de despegue del liberalismo progresista.

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dos de la clase trabajadora: democratizar los espacios de la economía. Y la derrota histórica que sufrió la organización de las fuerzas populares tuvo obvias repercusiones en sus marcos ideológicos. Haciendo de la necesidad virtud, el activismo de izquierdas tendió a refugiarse en aspectos cada vez más intimistas, singulares, extravagantes… Debates bizantinos sobre nociones surgidas de la (neo)escolástica académica ocuparon cada vez mayor centralidad en un activismo (supuestamente) de izquierdas que, en no pocos casos, experimentó un repliegue identitario y, por ende, sectario. Al tiempo que, por arte de birlibirloque, la apelación a los afectos se convirtió en criterio político. De modo que el radicalismo político de izquierdas, que había asumido un inequívoco «compromiso de clase» desde que se empezara a hablar del «cuarto estado», se refugió en demandas particulares o aspectos idiosincráticos de colectivos minoritarios, específicamente marginados y/o históricamente discriminados, con la subsiguiente incapacidad de articular proyectos lo suficientemente inclusivos como para dar respuesta al conjunto amplio de los sectores subalternos y de las clases trabajadoras. Podemos enfatiza lo que Desde esa avilantez que suele tenemos de particular y de ¿Qué es la «nueva izquierda»? impeler los escritos de juventud, ErLa «nueva izquierda» o «izquierda nesto Castro lo expresaba de la sidiferente en detrimento de posmoderna» es un ramal de una larga guiente manera: «Una vez se asumió lo que tenemos en común. senda de pensamiento que viene sique el capitalismo era el horizonte tuándose cada vez más lejos de la izinsuperable de nuestro tiempo, los quierda del campo político: el «liberaconflictos se desplazaron de lo ecolismo». Cierto es que Mayo del 68 marnómico a lo cultural e identitario. ca el camino hacia esta «nueva izquierda», pero su implantación Los objetivos a corto plazo no eran ya la supresión de las desino hubiera sido posible sin una serie de transformaciones de gualdades materiales o la creación de las condiciones de una envergadura realizadas en el andamiaje político y económico de vida digna sino, como mucho, el reconocimiento, la tolerancia nuestras sociedades. y el respeto»6. Con el propósito de ser explícitos en nuestro cometido será De entrada, ubiquemos como punto de partida la acometiconveniente condensar el sentido de las próximas líneas: da (neo)liberal iniciada a finales de los 70 e inicios de los 80 en denominamos «progresismo» (algo parecido a lo que en EstaEuropa (en España una década después): la renuncia a addos Unidos se denomina «woke») a un conglomerado heteroministrar públicamente las empresas de recursos y servicios géneo de pensamientos y sensibilidades que constituyen la estratégicos; la paulatina desregulación del mercado de trabamediación a través de la cual los requerimientos del capitalisjo, la acelerada desindustrialización y, por ello, dependencia mo en su fase contemporánea se traducen en una forma partidel mercado exterior; la incorporación de fuerza de trabajo cular de subjetividad7. Como consecuencia de ello, los recurextranjera como mecanismo de contención salarial; la relajasos materiales y las condiciones sociales que dotan de solidez ción de la carga impositiva sobre ganancias de capitales, rentas a la ciudadanía moderna resultan reemplazados por múltiples altas y beneficios de sociedades; etcétera. reivindicaciones relativas al reconocimiento identitario o a la Todo lo señalado en el párrafo anterior (las reformas laborapertenencia cultural. les y fiscales, la venta de patrimonio público, la reconversión Nancy Fraser ha dado debida cuenta de ello al constatar la industrial, la apertura de fronteras…) posibilitó que el Capital sustitución de una «justicia social» fundamentada en la redisse liberase de las regulaciones del Estado, lo que contribuyó al tribución económica por una «política de reconocimiento» fracaso del objetivo político medular de los sindicatos y parti-

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vinculada a las reivindicaciones identitarias. A criterio de esta criterios culturales de las minorías (progresismo) asumen primaautora, aunque entre ambas exista una falsa antítesis, lo cierto cía con respecto a los procesos de decisión colectiva cuyo campo es que «el ascenso de la “política de la identidad” [ha] conspide delimitación funcional es esa unidad política a la que llamarado para descentrar, si no para extinguir, las reivindicaciones mos Estado. de la redistribución igualitaria»8. La aspiración liberal de organizar cualquier formación No son nada desdeñables, si las situamos en correspondensocial a partir de la ilusoria «plena autonomía de los indivicia con el clima político contemporáneo, las consecuencias de duos» tiene su correlato ampliado en el «empoderamiento de este viraje: desde las «conquistas socioeconómicas» (que tratalos colectivos minoritarios». Por consiguiente, el progresismo ban de integrar los grupos desfavorese esfuerza por desarrollar la lógica cidos a un proyecto común de socieliberal de la que inconscientemente El activismo de izquierdas dad) a, en la actualidad, las «políticas participa, y lo hace complementande identidad» o «de representación» tendió a refugiarse en aspectos do las «singularidades autosuficien(que dispersan fractalmente las enertes» con los «colectivos autorrefecada vez más intimistas, gías susceptibles de configurar una renciales»: adolescentes no binarios singulares, extravagantes… «unidad de acción» capaz de disputar con ecoansiedad, mujeres migrantes la orientación de aquellas políticas afrodescendientes, personas trans públicas que afectan de manera suscon capacidad de gestar, etcétera. En tantiva las condiciones de vida de las mayorías). ambos casos, se desvía el ancho de banda de las determinacioY ahí es donde se encuentra el sustrato liberal del progresisnes objetivas de las relaciones socioeconómicas y se constitumo: un aspecto consustancial al liberalismo es la negación, exye un imaginario colectivo indiferente a la estructura social de presada a través del «relativismo de los valores», de un modelo clases. de «vida buena» en el seno de la comunidad política; y esta negaEn otras palabras: “la diversidad [de las identidades] no es ción es recogida por el progresismo mediante la promoción de un medio de instaurar la igualdad; es un método de gestión de los «estilos de vida» diversos. la desigualdad”11. Porque no son pocas las reivindicaciones identitarias que, al dividir a las clases dominadas y fragmentar Las «políticas de la identidad» se generan en virtud de la su potencial político disruptivo, refuerzan las posiciones de los constante creación de diferencias: «en tanto toda búsqueda de grupos interesados en mantener inalterable la distribución identidad incluye diferenciarse uno mismo de lo que uno no estructural de los recursos materiales: «Divide et impera», reza es, una política de identidad es siempre y necesariamente una la máxima latina. política de creación de diferencia»9. Evidentes son las consecuencias: «el excesivo énfasis en las luchas particulares de los subalternos conlleva un ejercicio de despolitización, en la ¿Qué ha pasado con Podemos? medida que impide la articulación de intereses, la creación En contraste con lo expuesto anteriormente, podríamos política de una voluntad colectiva»10. invocar la autoridad de Eric Hobsbawm para afirmar que «el Así como la concepción social del liberalismo corresponde a proyecto político de la izquierda es universalista: se dirige a touna competición de individuos contra individuos, en el progredos los seres humanos». Por el contrario, «la política de la identidad no se dirige a todo el mundo sino solo a los miembros de sismo la pugna se desarrolla a partir de una competición entre un grupo específico. […] Por esa razón, la izquierda no puede colectivos en función de los agravios (incluso simbólicos e históbasarse en la política de la identidad. Los temas que la ocupan ricos) que éstos sufren, y a partir de ahí se elabora un encadenason más amplios»12. miento de «males sociales» (capacitismo, racismo, machismo, El socialismo o el comunismo ofrecían un planteamiento homofobia, transfobia, gordofobia…) que, por su propia naturapolítico universalista. Pero Podemos es ya una formación típileza, no son capaces de poner en cuestión el orden socioeconócamente socioliberal. Entonces, ¿cuáles serían los nodos conmico ni, aún menos, plantearle una alternativa política integral. ceptuales en torno a los cuales pivota el partido? Feminismo, Tanto el liberalismo como el progresismo comparten la ecologismo, antiespecismo, transactivismo… cualquier tema siguiente premisa: los factores desde los que conceptualizar la que esté en la agenda mediática del momento. sociedad deben ser «apolíticos» o «prepolíticos»: rentabiliEn Podemos, lo nuevo, por el simple hecho de ser novedodad, libre mercado, iniciativa privada... en el liberalismo; so, debe ser rápidamente metabolizado: primero el feminismo, folclore, creencias, sexualidad... en el progresismo. O bien los entregándose a ese significante sin analizar los límites teóricos criterios crematísticos de los individuos (liberalismo) o bien los

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de su significado en la actualidad; luego la moda pasó a ser el humanistas, en la inmediatez ética de la acción, en sensibilidaapostolado de Greta Thunberg; y entre tanto apareció el procedes culturales, en la autenticidad del individuo y la libre expreso independentista catalán ante el cual la formación cerca estusión de su ser…), la formación política situó en el punto de vo de plegarse; si las encuestas pronostican un subidón de la mira de su acción aquellos aspectos que, además de no caracderecha liberal de retórica tradicionalista (VOX), entonces suena terizar el verdadero engranaje de nuestras sociedades (como el la alerta antifascista; asumiendo, finalmente, la importación patriarcado o el racismo, en retroceso desde hace décadas, y más innovadora del otro lado del océano, la teoría queer.13 actualmente residuales), ocultan las relaciones socioeconómiA todo esto, se produjo una sustitución de la base social de cas que siguen lubricando la mecánica social. la «constelación Podemos»14: los trabajadores con dificultades Ocurre que, «mientras en las sociedades precapitalistas, las o incertidumbres económicas, que inicialmente proyectaron identidades extra-económicas servían para esclarecer las relasus necesidades e intereses en la figura de «el Coletas», dejaron ciones de explotación, en el capitalismo sirven típicamente de ser la mayor parte de los simpatizantes y electores de Popara oscurecer el principal modo de opresión que le es prodemos, y los prosélitos empezaron a circunscribirse a los «jóvepio»16: las joyas de la condesa, las calzas del marqués, la corona del duque o la sotana del arzobispo revelaban el parasitismo nes alternativos», rebosantes de buenas intenciones, residende la clase rentista correspondiente a los estamentos nobiliario tes en los «barrios creativos» de las grandes urbes. Pero esta y clerical, mientras que la piel negra de Robert L. Johnson o el situación resultaba ser un epifenómeno de los procesos intersexo femenino de Ana Patricia Botín nada dice sobre su posinos que ocurrían en la misma organicidad de la formación poción de privilegio con respecto a cualquier persona (incluidos lítica. los hombres blancos) que actúa como siervo de la gleba en sus En no pocos casos, los Círculos de Podemos se convirtieron dominios empresariales. en una «democracia de culo de hierro»: quienes tienen más Porque «la desigualdad procede de la creciente brecha entre tiempo para exponer y argumentar acaban imponiendo sus ricos y pobres, y reconfigurando la raza y el sexo de aquellos decisiones, y éstos solían ser «profesionales del activismo» que que triunfan se deja la brecha intacta»17. El progresismo es la acabaron ocupando los cuadros de Podemos una vez que el lógica cultural del capitalismo avanzado, el cual, asentándose «grupo promotor» inicial se disolvía y dispersaba. Así, los «proen un régimen de acumulación al que solemos denominar fesionales del activismo» (portadores de «una nueva forma de posfordista, flexibilizado y/o financiarizado, promociona la hacer política») acabaron aventajando a la «vieja guardia de la diversidad de los estilos de vida a condición de que nos absizquierda» (ancianos, cuya trayectoria vital ha sido atravesada traigamos de las condiciones económicas sobre las cuales por el compromiso militante, que resignadamente se aferraron reposa cualquier forma de vida. a Podemos como la última milicia a la que incorporarse para Sin convicciones políticas fundamentadas, deambulando al luchar por una sociedad mejor). son de los tambores que más fuerte Ejemplifiquemos este fenómeno suenan, las posiciones progresistas mediante la disputa por la portavocía En Podemos, lo nuevo, parecieran remitir cada vez más a de Podemos en Barcelona: a finales de por el simple hecho de ser ciertas cuestiones efímeras de nula 2020 se enfrentaban Diosdado Tolerelevancia, situadas en un plano dano, quien ha estado vinculado al novedoso, debe ser mayormente cultural, que irrumpen sindicalismo desde su incorporación a rápidamente metabolizado... incesantemente en el debate públila plantilla de SEAT en 1970, y Leandro co alimentadas por el clickbait de la Danza, disc-jockey de profesión, con prensa digital y el trending topic de estudios de música, fotografía y decoTwitter. ¿Fue machista heteropatriarcal no-racializada la boferación de interiores. Diosdado, además de sindicalista, ha sido tada de Will Smith a Chris Rock en la gala de los Oscar? impulsor de la Renda garantida de ciutadania y actualmente Así, la «constelación Podemos» acabó convirtiéndose en participa de la Marea Pensionista. Leandro, por su parte, lleva una agencia de colocación profesional para espadachines de a cabo proyectos en el ámbito cultural, y se encuentra vinculalas redes socio-digitales, mercaderes del empoderamiento, do a cuestiones relativas a la inmigración y al antirracismo. coreógrafos de performances a ritmo de twerking, escultores Entre las representaciones de «lo viejo» y de «lo nuevo», se de identidades camaleónicas, profetas del apocalipsis climátiapostó por «lo nuevo»15. Por consiguiente, en la medida que se imponían las así llaco, zahoríes de señoros, neorrancios y pollaviejas, evangelistas contra el holocausto animal… En definitiva: adolescentes promadas «reivindicaciones postmateriales» (fundadas en valores

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pagandistas de lo irreverente al tiempo que ingenuos párrocos de lo puritano, ya sea que pretendiesen agitar conciencias o, por el contrario, purificarlas. Afirma Manuel Delgado que «hay movimientos que se presentan hoy como sociales pero que son esencialmente morales y, sobre todo, moralistas. No combaten estructuras, sino conductas. No quieren transformar la sociedad, sino reformar las costumbres. […] Son movimientos de clase media que quisieran un mundo sin estrías ni arrugas. […] Les molesta casi todo; el capitalismo menos»18 Porque cuando los gestos son elevados a monumentos, la política queda reducida al uso de un lenguaje inclusivo y de una compostura melindrosa. Y poco más. ¡Cuánto habrán contribuido a alejar a los sectores populares de la política estos movimientos interclasistas de superioridad ética que inconfesadamente desprecian los valores y las creencias que se expresan en las periferias obreras! Sus reivindicaciones son tan éticamente impolutas como políticamente irrelevantes en la medida que, por un lado, no conectan con el malestar de las mayorías sociales, y, por otro, son inofensivas para la estructura de poder social imperante. Habiendo renunciado a disputar la orientación de las políticas públicas con capacidad de modificar la correlación de poder socialmente existente, la «constelación Podemos» se limita a aplicarle una pátina de opalescente autocomplacencia a sus declaraciones: «Las ciudades se diseñaron por una sociedad patriarcal del hombre blanco que iba en coche» (Ada Colau); «[Un] profundo sentimiento de amor es lo que define mejor a la gente de Podemos» (Ione Belarra); «Lo más guay [es] que la gente estaba feliz en la calle. Para eso sirve la política» (Ángela Rodríguez); «Me gustaría que abandonásemos, quizás, la carga pesada del concepto patria para trabajar sobre el concepto matria» (Yolanda Díaz). En su labor de gobierno, la «constelación Podemos» pretende modificar las micro-prácticas cotidianas y los patrones de consumo de la ciudadanía: una campaña publicitaria destinada a acabar con los estereotipos de género en los juguetes; matemáticas con «sentido socioemocional» y «perspectiva de género» en el nuevo currículo de primaria; un Centro de Nuevas Masculinidades; un Consejo Estatal destinado a la participación de niños y adolescentes; recomendaciones de comer frutas y verduras de temporada… son labores realizadas el pasado 2021, año en que supuestamente se debía derogar, en lugar de acomodar, la anterior Reforma laboral. De igual manera, hemos pasado de pretender nacionalizar el oligopolio eléctrico (o, por lo menos, crear una empresa pública energética) a tolerar los beneficios desorbitados de las eléctricas a causa del encarecimiento sin precedentes del precio de la luz. Por si fuera poco, la reconversión productiva de

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estas grandes empresas energéticas se financiará con los fondos europeos. Porque la crítica a las imposiciones de la Troika, así como las denuncias al aventurismo bélico de la OTAN, solo son para cuando estamos fuera del gobierno. A lo sumo, nos atrevemos a expresar nuestro malestar por el cambio de postura unilateral que Pedro Sánchez ha tenido con respecto a la cuestión del Sáhara Occidental. Somos Podemos y, pase lo que pase, no saldremos del Gobierno. Tal vez sea, como dice Yolanda Díaz, que «este Gobierno hace cosas chulísimas [aunque] no somos capaces de comunicarlas». Aunque el mercado público de vivienda sea una ensoñación del pasado, y la regulación de los precios del alquiler se haya convertido en un bono para jóvenes capaz de convertirse en una transferencia directa para sus arrendatarios. Antes afirmábamos que la nuestra sería la primera generación que viviría peor que sus padres, pero ahora consideramos que cualquier referencia al pasado posee visos de nostalgia, y eso es cosa de rojipardos o fachas. Conclusiones «A las viejas no hay que asustarlas, hay que seducirlas», afirmaba sarcásticamente Iglesias cuando el futuro de su partido todavía se presentaba como si fuera una fuerza disruptiva o antisistema. Sin embargo, los presupuestos semánticos que subyacen al campo social en el que se ubican sus líderes ya presagiaban que el recorrido de la formación sería el que ha acabado siendo. De estar llamado a revertir un desorden lesivo para las mayorías populares, Podemos ha acontecido una formación cuya función es estabilizar ese mismo desorden protegiéndolo de sus críticas: cualquier objeción o alternativa procede de un inconfesado fascismo, machismo o racismo. Y si es pronunciada desde coordenadas políticas ubicadas en la «izquierda», entonces sus mandarines intelectuales (ya sabemos desde que medios digitales escriben…) afirmarán que se trata de peligroso rojipardismo. Todo aquello que no sea considerado como «progresista» se identifica con el pasado, y éste, a su vez, suele asociarse con una España de valores casposos. Por esa razón, cualquier apelación a la «soberanía nacional», o el simple deseo de «estabilidad vital» por medio de una familia, una casa y un trabajo, resulta sospechoso y puede ser percibido como franquismo encubierto. Ay, ay, ay… mejor será no hablar. Puesto que Podemos se inclina por rechazar aquello que no resulta novedoso, flamante, ni abierto a un pluriverso de mundos diversos, ha acabado por desentenderse de la conflictividad social. A decir verdad, pocas realidades hay tan antiguas como la lucha de clases, un rescoldo de la historia

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que ya habría sido prácticamente superado por medio de la pretérito al 15M, incluyendo la carga de sentido que poseía la plena conformidad lograda en la mesa de diálogo con los agen«izquierda»: Podemos ofrecía «una nueva cultura impugnates sociales. Por esa razón, «[la reforma laboral] es un resultado toria inaprensible bajo las categorías izquierda-derecha», 19 claro del acuerdo, del consenso y de la generosidad» . pero aquello que realmente impugnó fue «las categorías Hoy asistimos al agotamiento del respaldo social de una izquierda y derecha» al fusionarlas –al desdibujar el contenimarca política sin mordiente, carente de intenciones polítido sustancialmente diferencial que posee la «izquierda» con cas de envergadura (decía la vicerespecto a la «derecha»– en la síntesis presidenta Díaz: «un proyecto de superadora del «progresismo». Podemos acabó convirtiéndose país para la próxima década»… Porque aquello que anteriormente ¿cuál?), e instalada a la defensiva. se conocía como «ideología dominanen un organismo político cuya De lo que se trata es de sobrevivir, y te», por cuanto responde a los intereingesta de gramáticas por eso la actitud de Podemos solo ses de las élites o clases dominantes, posmodernas resulta puede ser sancho-pancista: a alguha permeado de tal manera sobre nos les ha dado por llamar «moaquellos sujetos políticos que se coninsaciable. mento Berlinguer» a ahormarse a lo sideran a sí mismos continuadores del existente, a consentir los preceptos designio histórico de la izquierda que de las clases dominantes, empezando por la Agenda 2030 y son incapaces de advertir que, bien al contrario, actúan como acabando en la OTAN. sepultureros ideológicos de la izquierda. En resumidas cuentas, el adanismo de Podemos ha conLa «nueva izquierda» es, posiblemente, la negación de la vertido en antediluviano cualquier cometido cuyo origen sea «izquierda» n

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Notas 1. Riera, Miguel. “Sobre la izquierda inexistente. Entrevista a Manolo Monereo”. El Viejo Topo, nº 410, 2022, pp. 12-19. 2. Hernández, Esteban. “La moral puritana de la izquierda y sus caballos de Troya”. El Confidencial (30/06/2019). 3. Moradiellos, Enrique. La persistencia del pasado: escritos sobre historia. Universidad de Extremadura, 2004. 4. Iglesias, Pablo. “Entender Podemos”. New Left Review, nº 93, jul-ago de 2015. 5. Rodríguez López, E. “Podemos: la política en la crisis de la clase media”. Jacobin. 04/02/2021. 6. Castro, Ernesto: Contra la postmodernidad. Alpha Decay, 2011, p.92. 7.Esta idea se desarrolla en: Plana, Genís: “Progresismo. Cuando los poderosos respiran tranquilos”. El Viejo Topo, nº 400, 2021, pp. 62-75. 8. Fraser, Nancy. “La justicia social en la era de la política de identidad: redistribución, reconocimiento y participación”. Revista de Trabajo, 2008, núm. 6, pp.83-99. 9. Benhabib, Seyla (ed.). Democracy and Difference. Contesting the Boundaries of the Political. Princeton University Press, 1996. 10. Castro-Gómez, Santiago. Revoluciones sin sujeto. Slavoj Zizek y la crítica del historicismo posmoderno. Ed. Akal, 2015, p.162. 11. Michaels, Walter Benn: “Liberté, fraternité… diversité ?”. Le Monde diplomatique. Febrero 2009. 12. «No obstante, existe una forma de política de la identidad de alcance realmente global, en la medida en que está basada en una reivindicación común, por lo menos dentro de los confines de un mismo Estado: el nacionalismo ciudadano». Hobsbawm, Eric. “La izquierda y la política de la identidad”. New Left Review, nº 0, ene-feb de 2000, p.120. 13. Por ridícula ya resulta memorable aquella afirmación de uno de los periodistas que mejor representa la progresía nacional: «el sujeto político revolucionario de nuestros días es Greta Thunberg entrelazando los brazos con una adolescente feminista y una trans de 10 años». Maestre, Antonio. “El sujeto político revolucionario es una niña trans”. El Diario. 04/07/2020. 14. De ahora en adelante, en la «Constelación Podemos» incluimos a sus formaciones derivadas, ya sea sus marcas regionales, las candidaturas municipalistas del cambio, IU, Más País o el proyecto por venir de Yolanda Díaz. 15. El vídeo de la candidatura de Leandro se fundamenta en una retahíla de proclamas inconexas. Algunas son de fonética agradable para la «izquierda» (derechos humanos, justicia social, republicana). Otras apelaciones, o por sí mismas no significan nada (una Barcelona con más gatos, empatía, con más amor, arte…), o son irrelevantes desde un punto de vista estrictamente político (bisexual, queer, respetuosa…). Algunas otras podrían ser suscritas por las élites globales (migrantes) o remiten a un misticismo premoderno (Pachamama). https://-twitter.com/ LeandroJDanza/status/1337440212763488259 16. Meiksins Wood, Ellen. “Capitalisme et émancipation humaine”. Ducange, Jean-Numa & Garo, Isabelle (dir.). Marx Politique. La dispute, 2015. 17. Michaels, Walter Benn: “Contra la diversidad”. New Left Review, nº 52, sep-oct de 2008, pp. 29-32. 18. Delgado, Manuel (18 de julio de 2020): Publicación de Facebook. 19. Díaz, Yolanda (3 de febrero de 2022): Intervención en el Congreso de los Diputados.

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Un “pollavieja” dando la batalla cultural Entrevista a Víctor

Lenore Por Yesurún Moreno

Víctor Lenore (Soria, 1972) es crítico cultural en Vozpópuli, y cuenta con una larga trayectoria de periodista musical en diversos medios de comunicación. Autor de los ensayos Indies, hipsters y gafapastas. Crónica de una dominación cultural (2014) y Espectros de la Movida. Por qué odiar los años 80 (2018), actualmente dirige el podcast Truco o Trato en Subterfuge Radio.

—En los últimos meses, sobre todo, espoleados por el discurso de Ana Iris Simón en La Moncloa, se ha perpetrado toda una ofensiva contra cierta nebulosa ideológica que está a caballo entre el movimiento político y el despertar cultural de una corriente al interno de la izquierda. Eso a lo que se le ha llamado ‘rojipardismo’. —La irrupción de Ana Iris y su libro Feria ha cambiado el debate público, sobre todo porque es una voz que habla con el corazón, mientras el resto de los discursos (casi todos) están basados en el cálculo. Ya nos advirtió Marx contra “las aguas heladas del cálculo egoísta”, que es lo que ofrece Podemos al actuar, entre la decadencia, la picaresca y el esperpento. Sobre el rojipardismo, quien mejor lo ha definido es Juan Manuel de Prada en el programa de Julia Otero, donde dijo que se trata de personas normales y corrientes que nos negamos a aceptar la normalización de los sueldos de 1.200 euros y pisos de 40 metros

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cuadrados que nos impiden formar familias y desarrollar proyectos vitales que estaban al alcance de casi cualquiera en la España de los años setenta y ochenta (en el fondo, son reclamaciones parecidas a las del 15-M). El PSOE desguazó a fondo la seguridad de nuestro mercado laboral, deteriorando las condiciones de vida de las clases medias y populares. Quien necesite datos, que busque en Google el Informe Petras, que pagó el propio PSOE y luego escondió en un cajón. —En primer lugar, ¿cómo sintetizarías los puntos clave de esta corriente? ¿Acaso existe o se trata de un hombre de paja? Y aún más importante, ¿Por qué incomoda? ¿Por qué medios como Público, Eldiario.es, CTXT, El Salto Diario, Rebelión.org, Nueva Revolución, pero también El País o La Vanguardia cierran filas contra el peligrosísimo rojipardismo? —Un rojipardo suele defender la integridad nacional española (y, más importante, la soberanía). Luego recuperar el nivel de vida de las clases populares, y mejorarlo, con legislaciones específicas para trabajo y vivienda. Cuando hablo de soberanía me refiero al sentido más amplio del término: política, territorial, digital, militar, cultural… Los dos libros que escribieron Manuel Monereo y Héctor Illueca para El Viejo Topo me parecen buenos puntos de partida. Me refiero a Por nuevo proyecto de país (2015) y España: un proyecto de liberación (2017). Tanto Podemos como Más País han fracasado porque no se puede ser un populista despreciando a las clases populares españolas, por las que no sienten ninguna simpatía y con las que no tienen ningún contacto cultural cotidiano. Por eso unos hablan de peronismo –están más cómodos con el pueblo argentino– y otros de Ken Loach, el zapatismo o las revueltas de Seattle. El problema es que no conocen Castilla, ni Extremadura, ni Murcia, ni tienen el menor interés, por eso se estrellan en cada nuevos comicios fuera de Madrid. Tampoco es que conozcan

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mucho más el Madrid de más allá de la M-30. Está claro que los medios progresistas han recibido con creciente hostilidad el rojipardismo (sea esto lo que sea). No diría que es un hombre de paja, sino un cajón de sastre donde meten a cualquiera que no comulgue con la izquierda ‘progre’, que yo prefiero llamar ‘izquierda caniche’ (siguiendo, una vez más, a Juan Manuel de Prada, que hace análisis muy crudos y certeros de la política nacional). El posmodernismo es una lógica cultural donde todos estamos insertos, pero ante eso podemos escoger enfrentarnos a ella o bajar el morro, que es lo que hace la izquierda caniche o domesticada. Está cristalizando un nuevo macartismo que no permite desviaciones de los dogmas progresistas, por eso muchos estamos en listas negras de las redes sociales, pero también empieza a cuajar un discurso muy potente que los ‘progres’ estigmatizan como rojipardo y que yo prefiero llamar nacional-popular. Podemos y Más Madrid son la izquierda más pija, esnob y desconectada de la calle que ha padecido este país (lo cual es una putada porque en esos movimientos hay muchos cuadros y militantes valiosos, que intentan mejorar el país de buena fe). Por eso llega una voz como Ana Iris Simón, que comparte preocupaciones con la gente común, y enseguida recibe una enorme atención y respeto (cien por cien merecida, en mi opinión). Y se ponen

a rabiar y atacarla con mucha más bilis que a un neoliberal como Pedro Sánchez. Eso les retrata y no salen especialmente guapos. También quiero decir que hay firmas de El País que ven muy exagerada la histeria contra los rojipardos y lo han expresado en sus textos: recuerdo una pieza muy bonita de Joaquín Estefanía y algunos chistes de Daniel Gascón en su último libro de la saga Un hipster en la España vacía. Uno de los personajes comentaba esto: “No quiero parecer un rojipardo o un neofalangista, pero la verdad es que quiero a mis padres”. En este chascarrillo hay mucha verdad: la izquierda del PSOE encuentra sospechosos muchos sentimientos de la gente normal, trabajadores de barrio o de pueblo. Les incomoda que defiendas vínculos tan sencillos y naturales como querer a tu familia, a tu selección de fútbol o a tu país, por no hablar de sentir afinidad al catolicismo, que es la religión nacional y promueve valores de fraternidad que no deberían ser nunca ajenos a la izquierda. —Esta proliferación emotivista visceral cuenta también con publicaciones monográficas bajo títulos como: Los nuevos odres del nacionalismo español; Extrema derecha 2.0; Neorrancios: sobre los peligros de la nostalgia; o De los neocón a los neonazis que tratan de ‘desenmascarar’ (siempre con len-

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guaje marxistizante, claro) la verdadera relación entre la extrecrea un marco de sospecha sobre quienes defienden el patriotisma derecha y dicha corriente. El último dislate es el titular que mo, la familia, el derecho a la vivienda, los derechos laborales y definía el libro colectivo “Neorrancios” como un “manual para la estabilidad de pareja… desactivar a una izquierda que se da la mano con la extrema —Machacan tres lemas de manera constante, aunque es justo derecha”. ¿Crees que lograrán cancelar y perseguir lo suficiente a admitir que nosotros hacemos lo mismo. Esto es una batalla sus disidentes como para desactivar a dicha izquierda? cultural y hay que ser siempre tan pesado como el enemigo. —No tengo ningún problema con incluir las emociones en el Últimamente lo que más me jode es la hipocresía de esa debate político, de hecho, es imposible excluirlas, pero las críizquierda que arremete contra la familia tradicional, pero vieticas que mencionas al rojipardismo suelen ser muy flojas. Que nen justamente de familias tradicionales, donde impera el una periodista de tendencias de la revista S Moda arremeta apoyo mutuo. Viven de sus padres casi hasta que llega la herencontra Feria, contra Pedro Insúa o contra mí solo puede benecia, sin apenas manchar su hoja de vida laboral con un paso ficiarnos. La columnista progresista Elizabeth Duval dijo en el por ninguna empresa privada. Un antiguo amigo marxista programa de debate Gen Playz que el libro Neorrancios solo tiene una forma muy graciosa de explicar este fenómeno: la había servido para promocionar esta nueva corriente nacioizquierda madrileña pasa los veinte y treinta de fiesta en nal-popular. Tiene toda la razón. A una escala muy pequeña, es Lavapiés, compartiendo juergas con precarios y migrantes, como cuando todas las estrellas de Hollywood se unen contra pero a la hora de emparejarse remontan como salmones la Donald Trump y eso activa a sus vocarretera de La Coruña para criar tantes. O como cuando Rosalía comjunto a otro blanco rico de los muniPodemos y Más País han parte en Instagram una imagen con cipios con renta más alta de la comufracasado: no pueden ser la frase “Fuck Vox” desde su avión prinidad (Pozuelo, Las Rozas, Las Matas, vado y toda la cúpula del partido Galapagar, Collado Villalba…). Se populistas despreciando a verde lo retuitea porque saben que pasan la vida diciendo que la propielas clases populares españolas. les beneficia la imagen de una estredad es un robo y que hay que abolir lla pop sin mucho conocimiento polas herencias, pero no he escuchado lítico, y cien por cien alejada de los que ninguno renuncie a la suya para problemas sociales, diciendo a los votantes “no metas esta dársela al Patio Maravillas ni a Traficantes de Sueños. Lo que papeleta en la urna”. proponen, básicamente, es la disolución de los lazos para la También te digo que darse la mano con la derecha radical no gente pobre mientras ellos cultivan los suyos a la manera tradime parece rechazable por sistema: si hubiese un sector de Vox cional de la clase alta. No hay nada más parecido a un elitista favorable a subir el SMI o comprometido con que España recude derecha que un elitista de izquierda. pere soberanía, no sé qué problema hay en sentarse con ellos y avanzar en ese sentido (de hecho, yo sospecho que ese sector —Uno de los redundantes artículos que han ido apareciendo existe y que crecerá). La matraca del ‘cordón sanitario’ se lleva definía a los seguidores de esta corriente como los “guardianes aplicando en Francia desde los años noventa y el resultado ha del templo”. Resulta gracioso dado que quienes convirtieron su sido un crecimiento continuado de Reagrupación Nacional, relato en ideología dominante es la pseudoizquierda institucioque por primera vez podría haber llegado a estar en el Elíseo. nal (con presupuestos antropológicos libertarios y nihilistas). Me encantaría que España tuviese una derecha enraizada en ¿No son, en realidad, los Antonio Maestre, Steven Forti, Pablo los valores católicos contra la exclusión y la pobreza, partidos Batalla, Elizabeth Duval de turno, los verdaderos guardianes del que se tomasen en serio lemas como “Ni un hogar sin lumbre, templo? Ellos son quienes desde su púlpito en los medios mainsni un español sin pan”. Y, sobre todo, que se enfrentase a la UE, tream prescriben valores. Diego Fusaro suele citar la mítica Silicon Valley y las franquicias transnacionales para defender a entrevista de 1975 a Pier Paolo Pasolini en la que profetizaba los empresarios españoles, pequeños, medianos y grandes. El una nueva inquisición que “utilizará vuestras palabras progredistributismo cristiano es un enfoque económico que podría sistas” y “sus clérigos serán clérigos de izquierda”. ¿Qué opinión cuajar perfectamente en España si se articula una derecha te merece esta profecía? social. —En la lista de nombres que citas creo que hay casos muy diferentes. Siento incluso admiración por Elizabeth Duval, que ha —¿No te da la sensación de que se ha escrito un mismo artículo roto algunas dinámicas políticas demenciales. Me gusta que se en 20 medios de comunicación diferentes? De algún modo se ponga una rojigualda en su perfil de Twitter, demostrando que

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para la mayoría de la gente joven de izquierda esta es, ya desde hace tiempo, la bandera de todos. También estoy de acuerdo con ella en que la izquierda del PSOE no va a ningún sitio si se limita a vender el miedo a Vox. Y creo que es inteligente negarse a ser encasillada como activista trans. Pablo Batalla tiene algunas intuiciones interesantes, aunque en Twitter me parece muy adolescente, y le lastran tesis loquísimas como que el gol de Iniesta en Sudáfrica es un precedente de la represión policial de Cataluña el 1 de octubre de 2017. Steven Forti carece de cualquier talento que no sea el de comisario político, pero esto tampoco lo hace tan bien, porque no ha logrado cancelar nunca a nadie. Sobre Maestre, sospecho que sale en tantas tertulias televisivas porque a los dueños de las cadenas les conviene mostrar que la izquierda es un señor friki hiperventilado que te regaña cuando no coincides con su visión moral. Creo que alguien tan íntegro, moderno y hedonista como Pasolini se pondría muy triste con el nivel de sumisión al sistema de la izquierda española en 2022. Y, sobre todo, se enfadaría con el asco de la izquierda del PSOE hacia el pueblo llano, con el que la mayoría se sienten tan incómodos (solo hay que ver cómo han acabado todos los obreros y campesinos que pasaron por Podemos, desde Diego Cañamero a Óscar Guardingo, pasando por Alberto Rodríguez). —¿Podrías definir sucintamente los ejes principales de la ideología ‘woke-progre’? ¿Qué papel juegan firmas como la tuya, Diego Garrocho, Juan Soto Ivars, Hasel Paris, Esteban Hernández o Daniel Bernabé contra esto? Si Nietzsche estuviera vivo quizá no cargaría tintas contra la moral cristiana, sino contra este ethos neoliberal-posmoderno: una verdadera moral de esclavos.

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Víctor Lenore con Ana Iris Simón

—El ‘wokismo’ es una versión pijoacadémica del puritanismo protestante anglosajón de toda la vida. En el fondo, parecen señoras burguesas preocupadas por el buen tono y las buenas costumbres. Hace poco tomaba un café con un conocido director de cine y me contaba que viaja mucho por festivales internacionales y le toca cenar en la misma mesa que directores y guionistas ‘woke’, que son los que suelen ganar los premios. Me soltó esto: “¿De qué crees que hablan entre plato y plato? Lo típico es que la directora de clase alta libanesa, que ha hecho un drama desgarrador sobre un niño mutilado por una mina antipersonas, hable sobre irse a esquiar a los Alpes o sobre lo mal que está el servicio en su dúplex de Central Park. Son las típicas burguesas de los tés de caridad de toda la vida”, lamentaba. La lista que mencionas me parece llena de periodistas y pensadores valiosos, algunos son amigos y a otros simplemente les admiro. De Garrocho destacaría que no solo aspira a escribir –siempre con profundidad–, sino que sé que trabaja para articular cierto asociacionismo colectivo que nos permita ser más eficaces (eso va a ser crucial). Soto Ivars, tantas veces acusado de equidistante, suele tener posiciones muy valientes y bien argumentadas, además de su talento –que envidio– para conectar con amplias capas de la población sin rebajar el rigor de su discurso. De Hasel Paris, que es muy joven, diría que es alguien que siempre me hace pensar, esté o no de acuerdo con sus textos, que algunas veces encuentro demasiado tajantes. Me parece admirable su energía para enfrentarse a los dogmas del discurso dominante (algo que nos hace muchísima falta). Esteban Hernández para mí es un maestro del sentido común, sobre todo en el análisis de las relaciones de poder social, además de quien mejor ha explicado la trágica debacle de la clase media en España (y el error de la izquierda al defender que la clase media es un espanto del que hay que deshacerse). Por último, Bernabé es un izquierdista de los de antes, con quien muchas veces no coincido y que culturalmente veo algo elitista y anglófilo, pero que ha tenido el enorme mérito de poner en el centro del debate la tesis de Hobsbawm y Mark Lilla contra las políticas de la identidad, haciendo además aportaciones propias. Y admiro su aguante para sobrevivir a sucesivos linchamientos de la ‘izquierda cool’.

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—Las pasadas elecciones de Castilla y León y el papelón de la sola”. Es alucinante que Manuel Borja-Villel, que presume de ‘izquierda caniche’ son la enésima crónica de una muerte anunmarxista, reciba fondos constantes para el Reina Sofía por ciada: la de aquel bonito proyecto que pese a nacer en las calles parte de Ana Botín mientras que Quintana Paz (que podría y rebelarse contra la precariedad neoliberal se ha convertido en considerarse próximo a Vox) articula algunas de las críticas más el primo tonto de un PSOE que se cree invencible. ¿Cuál es tu sólidas a la banquera. balance? ¿En qué anda despistada la izquierda oficial? Llamar a ISSEP “escuela de intolerancia” demuestra muy —Cada vez me siento más castellano viejo (castellano pollaviepoca cintura porque la intolerancia es un valor que debemos ja, dirán los ‘wokes’). Mi padre viene de un pequeño pueblo de cultivar, ya que muchas inercias del sistema moderno son intoBurgos, Cilleruelo de Abajo, mientras lerables (desde los oligopolios digimi madre es de San Esteban de Gortales de San Francisco a los vientres La intolerancia es un valor que maz, en Soria. Pasé muchos meses allí de alquiler, pasando por los desahuen 2021 durante la pandemia y me fascios de familias arrasadas por las cridebemos cultivar: muchas cinó lo desconectada que está la izsis especulativas). El propio Slavoj inercias del sistema moderno quierda del PSOE de los problemas de Žižek, un filósofo posmarxista, tiene son intolerables. esos entornos: Podemos y Más Madrid un ensayo breve muy potente titulasolo entienden el campo como lugar do En defensa de la intolerancia. Me de turismo rural. En vez de incorporar parece triste que gran parte de la al partido organizadores comunitarios que vivan en esos izquierda española viva apegada a un discurso endeble y oeneentornos (jóvenes agricultores, trabajadores sociales, dinamigero que no sirve para relacionarse con la realidad política y zadores culturales…) se dedicaron a mandar paracaidistas con social actual. el discurso pijo-progre de la calle Argumosa, que es donde se reúnen en Lavapiés (Madrid). Los resultados se venían venir: —¿Qué se pierde cuando el rival no se forma intelectualmente? confieso que incluso me sorprendió que consiguieran un dipu¿Qué opinas de la cantidad de pensadores jóvenes que está tado. En vez de leer tantos pensadores anglosajones pop de emergiendo en las filas de una derecha cristiana iliberal? moda como Mark Fisher (que tiene textos muy interesantes, ¿Enriquece el debate público? ¿Qué papel en tu opinión debe pero vivió sobre todo en su burbuja ‘trendy’), ya podrían ponerjugar una hipotética alianza entre socialistas-comunistas-crisse alguna vez con las novelas de Miguel Delibes, aunque les tianos y populistas iliberales? duela el retrato que hacen de urbanitas empanados como ellos —Me parece evidente que la energía antagonista ha cambiado (y como yo, que no me excluyo de estas categorías en absoluto). de bando en los últimos años desde la izquierda hacia la derecha. Yo siempre voy a atender más a un pensador cristiano, —En otro orden de cosas, alguna vez has apuntado que “la dereaunque sea de derecha, que a un posmo prosistema con chacha tiene derecho a formarse”. Muy en contra del mantra pita de la Agenda 2030 como los que abundan en la izquierda izquierdista absurdo de que “el fascismo se cura leyendo” o aquel madrileña (aunque por desgracia también hay cristianos con la otro según el cual “el intelectual solo puede ser de izquierdas”. chapita). Para mí los grandes espacios para encontrarnos son ¿Cómo valoras la emergencia de foros de pensamiento como el el soberanismo nacional, el anti-elitismo y los valores católiInstituto Superior de Sociología Economía y Política (ISSEP) que cos. También la defensa de los servicios públicos como las ha sido catalogado como “la escuela de la intolerancia”? bibliotecas, la atención primaria y el sistema de pensiones. —Entre las muchas disfunciones de nuestra izquierda progre Defensores de estas cosas hay en la izquierda, la derecha y en destaca el clamar por una derecha civilizada, culta y moderna el centro reformista. También hay apolíticos de buen corazón, a la vez que se ponen histéricos cuando un proyecto de derepor supuesto. Igual incluso son mayoría. cha da pasos en esa dirección. ¿Cómo no va a ser buena noticia que la derecha madrileña forme a sus cuadros jóvenes entre —Como editor de la sección de cultura de Vozpópuli, en qué libros de Juan Manuel de Prada, clases de la filósofa católica punto crees que se encuentra la cultura española. ¿Existe un Mariona Gumpert y análisis tan sólidos del capitalismo moralegado cultural propio que merezca ser defendido de los produclista como los de Miguel Ángel Quintana Paz? Es muchísimo tos culturales anglosajonizantes o, por el contrario, debemos mejor que lo que había antes, que en muchos casos era una seguir la consigna orteguiana y mirar hacia la Europa contiderecha que se limitaba a copiar los discursos anglosajones de nental? ¿Qué reivindicas tú? “bajemos los impuestos a los ricos y la economía se reactivará —Para mí es hora de mirar a América Latina y a África como

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—En el ámbito del periodismo, ¿qué impacto tanto positivo como negativo ha comportado la incorporación masiva de las nuevas tecnologías y las lógicas de mercadotecnia? ¿Qué deriva crees que seguirán los medios de comunicación en la era de la sobreinformación digital? ¿Añoras lo analógico? —No envidio especialmente lo analógico, pero sí las condiciones del gremio en los años noventa, que es cuando yo comencé a trabajar. La llegada de Internet arruinó el periodismo escrito, destruyendo la red de quioscos y quedándose Google la inmensa mayoría del pastel publicitario. La sobreinformación es una forma de censura, mucho más sofisticada que la clásica de impedirte publicar un contenido. Es más eficaz saturar que denegar. No sé cuál será la trayectoria que tomen los medios, pero la situación de precariedad es extrema y creciente, además de depender en exceso de la publicidad corporativa e institucional, aunque sean ya migajas. —Hace poco oí decir al filósofo Ernesto Castro que (al contrario de lo que se suele pensar) el auge de las redes sociales puede ser un caldo de cultivo propicio a la apertura de espacios para el diálogo filosófico, para la emergencia de un clima cultural renovado. De hecho, describía a las nuevas generaciones de youtubers y streamers como personas dotadas del “buen decir”, de la retórica (en el mejor de los sentidos). ¿Coincides o discrepas? —Discrepo completamente. Por supuesto, en redes sociales

V. Lenore, acompañado de D. Bernabé, E. Hernández, J. M .de Prada y M. Monereo

podemos encontrar a gente muy articulada y despierta, el propio Ernesto Castro entre ellos. El problema es un sistema social donde cada vez se achican más los espacios físicos y por eso nos vemos todos empujados a relacionarnos casi siempre en redes. Bajas al barrio y son todo franquicias, tiendas cerradas y espacios privatizados. Lo importante es recuperar esos lugares comunes, tal y como ha explicado el filósofo Fernando Broncano, en vez de centrar nuestras energías en elevar el nivel de Internet, donde al final los beneficios se los llevan siempre cuatro magnates gringos. —Por otro lado, precisamente es en estos foros donde está pujante un perfil de “influencer” muy cercano a posturas anarcocapitalistas. Pienso en canales como Wall Street Wolverine, UTBH, Libertad Y Lo Que Surja, Libertad TV, Orden Espontáneo TV, y figuras destacadas como Miguel Anxo Bastos, Juan Ramón Rallo o el recién fallecido Antonio Escohotado. Esto me recuerda a aquello de Machado: “Haced política, porque si no la hacéis, alguien la hará por vosotros y probablemente contra vosotros”. ¿Qué daños puede provocar en la juventud un contenido que está patrocinado por casas de apuestas y agencias de inversión en bolsa? ¿Qué hay de figuras como El Xokas, que han cambiado repentinamente de discurso en torno al marcharse o no a Andorra para tributar menos? ¿Crees que ese es un espacio de disputa ideológica que la izquierda antiliberal debe ocupar? ¿Sabes de algún fenómeno comunicativo –más allá de Ibai– que

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países hermanos. De allí han salido formas asombrosas de autoorganización del ocio musical, por ejemplo, los soundsystems que dieron lugar al dub, el hip-hop, las raves, los sonideros mexicanos y los picós de Colombia. También debemos mirar a nuestras propias costumbres: los merenderos de las bodegas de Castilla, el poteo vasco y el botellón juvenil son también formas de autoorganizar el ocio y la relación social de manera no individualista. Nuestra música popular más potente, el flamenco, es un ejemplo de siglos de cómo los excluidos y perseguidos pueden crear sus propias formas de arte, estéticamente superiores a las burguesas. Es trágico que esté desapareciendo nuestra red de librerías, bibliotecas, cines, teatros y asociaciones culturales por culpa de cuatro corporaciones de Silicon Valley que arrasan con todo ello.

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trabaje en esa línea? Parece que Santiago Armesilla, Guillermo Rocío Jurado pueden darnos una educación política anti-elitista del Valle, Jon Illescas y otros se han animado… tan potente como la que ofrecen Terry Eagleton y Slavoj Žižek. —Respeto mucho que Ibai defienda pagar sus impuestos en España, pero en el fondo su figura es la de un ‘influencer’ que —¿Qué tipo de relaciones se está fomentando entre los preadointroduce en nuestro país las novedades de los oligopolios teclescentes que tienen móvil desde hace ya tiempo? Hay, por ejemnológicos. Lo que él ofrece es una promoción constante del plo, una crítica feminista sugerente acerca del nocivo impacto fútbol de élite, los videojuegos y la comida basura (que tanto del porno en la psique de nuestros jóvenes… anuncia). Como horizonte político, me parece poco interesan—Por supuesto, la pornografía es una mierda enorme, no solo te. Por supuesto hay un espacio de disputa donde se encuaun sucedáneo de las relaciones sino un sustituto en muchos dran todos los nombres que citas, por los que tengo máximo casos. Tener la fuerza de voluntad para no usarla es uno de los respeto. Más que escoger a un youtucaminos al placer y la cordura. No ber u otro como mi favorito, me parerechazo la pornografía por su conteNo hay nada más parecido a un ce más interesante denunciar la polítinido explícito, sino porque muchas elitista de derecha que un elitista ca de sumisión tecnológica del PP y el veces es un obstáculo psicológico paPSOE hacia Silicon Valley. Todo esto ra disfrutar del sexo real. Las autoras de izquierda. tiene que ver con una visión errónea feministas han hecho buenas críticas de la modernidad: desde los años a este fenómeno, sin duda. Recuerdo ochenta que en España se confunde demasiadas veces ser moel libro Lo que esconde el agujero, de Analía Iglesias y Marta derno con estar a la última de las novedades del mercado (y poZein, que explica de manera muy rotunda que el porno hace der comprarlas, claro). peores nuestras vidas sexuales y nuestras vidas en general. —En el mundo digital todo se convierte en un enorme supermercado. En especial me interesa tu opinión respecto al supermercado del amor en la era de las Apps de citas. Zygmunt Bauman desarrollaba el concepto de “amor líquido” sugiriendo que “en una vida de continua emergencia, las relaciones virtuales superan fácilmente lo real. Es la capacidad electrónica de multiplicar los encuentros interpersonales, lo que les confiere un carácter fugaz, desechable y superficial. Las relaciones virtuales están provistas de las teclas suprimir y spam que protegen de las pesadas consecuencias (sobre todo, la pérdida de tiempo) de la interacción en profundidad”. ¿Cómo se puede revertir esta situación? Conociéndote imagino que en tu opinión el poder congregador de la música puede jugar un papel interesante… —A mi juicio, Michel Houellebecq ha hecho la crítica más clara y completa de este fenómeno, desde su novela Ampliación del campo de batalla hasta Plataforma y Serotonina. Las relaciones sexuales, que antes de Mayo del 68 estaban en un alto grado ajenas al mercado, ahora son otros sector del consumo y del consumismo, con perdedores y ganadores radicales. También es muy interesante lo que explica JG Ballard en su libro Noches de cocaína, curiosamente situado en el Levante español. Lo que viene a decir es que vivimos narcotizados por el confort o pseudoconfort y que incluso la violencia y la enfermedad mental son preferibles a esta empanada existencial que llevamos encima. Por supuesto, una salida a esto es potenciar espacios de relación comunitaria donde la música popular puede jugar un papel importante. Te lo digo solo medio en broma: Juan Gabriel y

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—Por último, ¿con cuál de los insultos que has recibido como sinónimo de rojipardo te quedas? ¿Cuál te parece más original? ¿Cabe espacio a la “reapropiación” de etiquetas como nazbol, tricornio, neorrancio, neofalangista o rojipardo? —Una vez preguntaron a Javier Tebas, presidente de La Liga de Fútbol Española, si seguía profesando la ideología falangista. Su respuesta fue algo así como “si me preguntas si aún creo que todos los españoles deben tener una casa, educación y un trabajo pues sí, sigo pensando lo mismo que hace años”. Si “tricornio” es no tragar los delirios de los ‘indepes’ que quieren desmembrar mi país pues soy muy tricornio. “Neorrancio” también seré porque prefiero el cante plebeyo de José Menese antes que el posmoderno Niño de Elche (aunque encuentro su voz muy bonita). También prefiero a De Prada, Delibes y Ana Iris Simón antes que a la mayoría de los ensayos que arrasan en las librerías cool de Malasaña y el Raval. “Nazbol” lo acepto también porque me cae bien Limónov, aunque prefiero nacional-popular, digamos Miguel Hernández, Pasolini y Camela. Mi insulto favorito sin duda es “pollavieja”, algo complicado de rebatir porque mi aparato genital va a cumplir pronto medio siglo. Creo que debemos desconfiar de los movimientos políticos que estigmatizan a los mayores, desde la Revolución Cultural de Mao hasta Mayo del 68 o el propio partido nazi. Con todos los problemas que hay en el mundo, preocuparse por la edad avanzada de nuestros penes me parece estar muy perdido (y es triste menospreciar cualquier fuente de alegría) n

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El caso Fusaro Un tipo muy molesto... Fusaro resulta molesto a diestra, en efecto, porque el sistema capitalista, como sigue denunciando un marxista consecuente, es en sí mismo un crimen y una ofensa a los pueblos de la Humanidad, y el respeto a la propiedad privada o a otros derechos civiles te-nidos por básicos (y que el liberalismo pretende monopolizar erigiéndose como único dueño del discurso) no tiene nada que ver con dar la aprobación al turbocapitalismo, esto es, comulgar con el proceso cibernético, globalista y de alta financiarización, que hoy domina la economía del mundo. Fusaro es incómodo, demasiado marxista a diestra, para las derechas, excesivamente Silvia Viana.¡Se acabó! ¡Perdiste el privilegio de tener cerebro!. crítico con las trampas ideológicas de una derecha atlantista, neoliberal, globalista. A siniestra también resulta molesto. Es molesto a siniestra, porque una izquierda acomodaticia, sistéLa derecha liberal no le perdona su compromimica dentro del capitalismo, perfectamente integrada en él y so con las clases populares, pero es la izquierda funcional con él, no soporta que alguien le saque los colores. progresista la que teme su pensamiento radiFusaro nos recuerda que el liberalismo ha infectado de lleno a todo Occidente, y la infección consiste en fatalizar la existencalmente crítico. Acaso sea porque Fusaro se cia, aceptar el dominio del Capital como único, inmarcesible, atreve a denunciar aquellas posiciones polítiinapelable. cas que, pese a decirse de izquierda, son colaA la izquierda hay firmes defensores de ese Nuevo Orden que pretende ser liberal o neoliberal pero que en realidad tiende boracionistas con el desarrollo del capitalismo. descaradamente hacia el totalitarismo incluso en aquellos países occidentales que, dado su pasado, deberían haber acumulado inmunidad histórica contra él. A siniestra nos encontramos con los colaboracionistas. Con esa izquierda dispersa en “causas particulares” que ha perdido de vista por completo el Hay que reconocerlo, el filósofo italiano Diego Fusaro (Turín, aserto de Hegel, y que todo marxista debería hacer suyo, aser1983) es molesto a diestra y siniestra, nunca mejor dicho. to tremendo según el cual “la verdad es el todo”. A diestra, pues este hombre, pensador joven y tenaz, dotado Si una izquierda acomodaticia, neoliberal en su fondo y en de una vasta formación clásica y filosófica, un hegeliano-marsu forma, cuando no servil y mamporrera al servicio del xista de pura cepa, viene a España con sus libros y con sus visiCapital, no hace suyo el punto de vista de la totalidad, lógicatas y nos recuerda que el liberalismo ha sido la peor catástrofe mente no podrá ver en Fusaro lo que éste autor nos trae: una sobrevenida sobre Europa y el mundo entero.

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Por Carlos X. Blanco

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impugnación in toto del Sistema del Señor (el Capital). Avergonzada, la izquierda posmoderna lanza por su parte una impugnación de la propia actitud y la propia razón de ser de Fusaro. Fusaro es incómodo, cuando no visto como un ser despreciable a diestra y a siniestra, molesto para las dos patas sobre las que se levanta el bípedo Leviatán del turbocapitalismo mundial, la pata liberal y la progresista. 1) Veámoslo primero en el contexto econonómico-social e ideológico de la izquierda española. 2) En segundo lugar, veamos el “caso Fusaro” en el contexto peculiar de eso que se ha llamado “anti-fascismo”, esto es, el comodín totalitario del que se sirven elementos pro-capitalistas que usurpan los símbolos identitarios y las tradiciones de la izquierda para mantener en orden a sus filas y que no se vuelvan contra el Capital, que es quien paga y exige obediencia al fin y al cabo. Por tanto, mi ensayo incluye estas dos partes. Vaya la advertencia por delante: no soy ningún experto en Fusaro. Muchas obligaciones y líneas de trabajo distintas me han mantenido apartado, al menos por el momento, de múltiples e importantes obras del autor italiano. No obstante, he sentido la necesidad de traducir o impulsar la edición de distintas obras suyas en español. Diversas recopilaciones de artículos han tomado forma de volúmenes que han aparecido en editoriales como EAS, ICP Ediciones y Letras Inquietas, por no hablar de diversas publicaciones de artículos sueltos suyos traducidos, así como entrevistas para diversos medios digitales y en papel. Mis modestas iniciativas, que se suman a las de otras personas de El Viejo Topo y otros medios a los que ahora mi memoria no alcanza, no me invisten de una autoridad especial a la hora de escribir sobre Fusaro. No soy un especialista en él, simplemente me veo como uno de sus camaradas en la lucha contra el neoliberalismo salvaje, compañero en el esfuerzo de rescatar figuras señeras de la Filosofía (Hegel, Marx, Gramsci, Preve), a las que yo añado otras muy poco “correctas” políticamente hablando (p.e. Spengler). Son figuras que espero nos sirvan para crear un bloque popular contrahegemónico. Como el italiano, he dejado de tener respeto por la mojigatería izquierdista que prohíbe tratar ciertos temas tabú (la invasión silenciosa de Europa, las aberraciones de la ideología de género, el otanismo discreto y secreto de la izquierda europea mayoritaria…). Desde un punto de vista mucho más filosófico me parece refrescante su abandono del “materialismo”. En las coordenadas del siglo XIX alemán, marcado por Hegel y por el idealismo, y también en el contexto del positivismo triunfante en el resto de Europa, nada tiene de extraño el materialismo adherido a

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los planteamientos de Marx. En el ámbito español, doy por conocidas mis polémicas (no deseadas por mi parte) con el pretenciosamente llamado “materialismo filosófico” de Gustavo Bueno y sus discípulos. Baste recordar aquí que mi tesis es que una ontología pre-crítica y un realismo metafísico, del estilo de los reivindicados por Bueno, no son imprescindibles en el marxismo. La crítica afilada al capitalismo hecha por Marx, su comunitarismo, de lo más exquisito y clásico, están más cerca de Aristóteles y del idealismo germano que de cualquier “materialismo” que se quiera considerar. En suma, coincido con Preve y Fusaro en que al marxismo no le hace falta ningún “materialismo filosófico”. La vigencia de un Marx necesario como arma anti-capitalista al servicio de los pueblos y en manos de las clases explotadas no es la de un pensador “materialista”, sino más bien la de un insigne sucesor del idealismo alemán. Evidentemente, las líneas que siguen son fruto de una reflexión muy personal, en el doble ámbito de mi propia biografía intelectual y de mis experiencias (filosóficas y cívicas) con la “izquierda española”, de una parte, y, de forma más estricta, de mis conexiones intelectuales y editoriales con el “caso Fusaro”. En el contexto económico-social de la izquierda española Mi propia experiencia vital, como he dicho, y ese juez implacable que es el tiempo, me llevan a afirmar que antes que un “caso Fusaro” hay que hablar de un “caso izquierda española”. Esa izquierda es la piedra de escándalo, y no el filósofo italiano hacia el que apuntan tantas iras e insultos. Hay que entender el caso históricamente, como es lógico. Todo el relato que se ha montado sobre la oposición al régimen de Franco y el pretendido protagonismo de la izquierda española a la hora de presionar al sistema en dirección a reformas democráticas, se ha ido desmoronando con el propio devenir, con el despliegue de los hechos, que es el verdadero juez implacable. Lo cierto es que el “búnker” franquista tardío no era sólido y los políticos centristas y conservadores, que antes habían mostrado ser franquistas de pro hasta sus médulas, veían ya muy viejo al dictador y eran muy deseosos de cambios y reformas liberales. Los franquistas en su mayoría optaban por el oportunismo. El Vigía de Occidente, el imperio yanqui, les apoyó, pues éste había decretado la no continuidad formal con el régimen dictatorial y forzó una apertura “homologada” de España, una equiparación con las otras democracias formales de Occidente. A la altura de 1970, los regímenes autoritarios del sur de Europa, si bien eran declaradamente occidentales (esto significaba que eran aliados de los E.E.U.U.) y anticomunistas, podrían acabar dando problemas al Imperio. ¿Cómo? Un esta-

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llido popular ante medidas represivas exageradas por parte de tanto legal como oscuro, fueron las especies del PSOE y las de las dictaduras mediterráneas podría desencadenar una espiral diversos grupos independentistas o nacionalistas que negaron no deseada para el yanqui, un rosario de conflictos por causa el pan y la sal a los (casi) únicos que habían mantenido una de medidas aún más represivas llevadas a cabo por estos regílínea opositora (clandestina) a Franco, los comunistas. menes militares o autoritarios, generando un escenario que Con la caída del Muro, y el famoso “desencanto” que la podría dar lugar a sorpresas, abriendo izquierda se llevó tras años de felicontextos potencialmente subversivos pismo (años de feroz neoliberalismo El progresismo no fue una mera que inclinaran a España, Portugal o que desmanteló la industria y, con Grecia en la dirección de convertirse ello, la combatividad obrera), el desclaudicación ante en democracias populares, gobiernos tino del PCE ya venía marcado. Las el neoliberalismo: fue su populistas poco amistosos con el yan“masas”, cuya acción precisaba de colaboración necesaria. qui, inestabilidades geopolíticas, auge una vanguardia que las dirigiera, de los comunistas, etc. simplemente ya no existían. Se haSin embargo, junto a la debilidad bían desmovilizado o aburguesado. del “búnker”, minoritario ante el auge Habían sido indoctrinadas en la culde franquistas oportunistas, no era menor la debilidad de la tura consumista pasiva: sumidas, como diría Gramsci (y hoy izquierda española organizada y la falta de conectividad de repetiría Fusaro) en el fatalismo. Para empezar, ya no eran ésta con las masas. Muchos años de clandestinidad, una desimasas en el sentido clásico. Se pudo ver con las reconversiogual penetración de la fuerza opositora más organizada, que nes, y yo mismo lo he experimentado en mi época de estuera el PCE (desigualdad que dependía del grado de industrialidiante en la antaño industrial y obrera ciudad de Gijón. La culzación de las distintas regiones y comarcas de España), la protura del trabajo se destrozó deliberadamente por medio de la pia eficacia del aparato represivo… Todos estos factores, en política combinada de palos y pelotas de goma de los antidissuma, no permitían augurar ningún levantamiento de las turbios, prejubilaciones y prebendas a los líderes sindicales y a masas contra el franquismo en la época de vejez del Caudillo los afiliados colaboracionistas, cataplasmas y opiáceos abunsin que la represión se diera en grados muy virulentos, y máxidantes en forma de cursillos de formación, y pagas y recolocame cuando las masas habían llegado a niveles de consumo ciones en entidades improductivas y ornamentales que, con el cada vez más homologables con Europa. El terrorismo y la andar de los tiempos, se llamarían ONGs. amenaza golpista fueron instrumentalizados desde el exterior, Y ahora viene la mutación. El nicho natural para una pero la sociedad española era muy inerte. Se idealizaron izquierda española que, primero, fuera la legítima heredera de mucho, en la transición, las “movidas” universitarias y las tenla oposición a Franco y, después, se alzara en el bloque oposisiones callejeras vascas, pero las fuerzas represivas del tor a la deriva neoliberal iniciada por el felipismo (y que refrenRégimen solo tenían verdadero miedo cuando entraban en las dará el Partido Popular cuando y donde tocó el poder) ya estacuencas mineras asturianas. Que protagonizasen la transición ba ocupado al margen de los comunistas. Éstos se encontraron los sectores más oportunistas del propio franquismo, en concon el nicho ocupado y con la cabeza llena de mitología antinivencia con una socialdemocracia casi inexistente, no menos franquista que no se ajustaba a la verdad histórica. La verdad oportunista, formada ante todo por exiliados, intelectuales sin histórica de que una represión franquista feroz en los años 40 y arraigo en la calle ni en la fábrica, así como agentes extranjeros 50, y un desarrollismo económico impresionante en los 60, que querían nuevas oportunidades de negocio, me parece generando un pequeño New Deal, combinadamente, habían clave para entender la soledad de un Partido Comunista de desactivado la oposición al régimen y habían cauterizado posiEspaña el cual tuvo que ajustarse a la realidad y redimensiociones extremistas contra el Régimen. narse en el mismo momento de ser legalizado. El propio Partido Comunista renunció a liderar (a modo de El Partido Comunista ya era de por sí un partido liderado de vanguardia leninista) la lucha anticapitalista o a hegemonizar forma socialdemócrata, con tesis “eurocomunistas” que, no (a modo de núcleo de un bloque gramsciano) una cultura obstante, jamás servirían para tranquilizar a la derecha y extrepopular de resistencia al neoliberalismo. Se encontró con un ma derecha. Cuando se dispuso a concurrir en elecciones forpartido “de poder”, el Partido Socialista, aupado desde el malmente libres, y a poner en práctica su lucha por la hegeextranjero, con todo género de apoyos, empezando por los monía, se encontró con el nicho ecológico ocupado por otras financieros. La síntesis de caciquismo corrupto y oleadas priespecies. Y esas especies, bien regadas por dinero extranjero, vatizadoras sumamente agresivas, que fueron las notas signifi-

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cativas del socialismo español, no bastaría para completar el generalmente pro-capitalista que ha dejado atrás el marxismo. cuadro, un cuadro que se acerca notablemente a lo que hoy A fuer de dejar de ser “comunista”, la izquierda anticapitalisFusaro denomina en su país (pero que también vale para el ta dejó de ser, por igual modo, “marxista”. La hoz y el martillo nuestro): el progresismo. El progresismo pudo vestirse de largo, fue trocada por la rama de olivo, la bandera del arcoiris, el color y esconder el supuesto pelo de la dehesa comunista, con la morado o violeta feminista, el verde de las nucleares-no, o el fundación de IU y, en una segunda etapa, mucho más reciente crisol más abigarrado del altermundismo. El “progresismo” fue e intensa, Podemos. asumido por cualquier fuerza política que proclamara (aunque La gran derrota de una izquierda anticapitalista (comunista no lo demostrara con ningún hecho objetivo) estar en contra hasta la invención de Izquierda Unida) del fascismo y la reacción, pero nunca fue exclusivamente electoral. calladamente a favor de un progreQuienes dicen combatir Nunca fue una derrota explicable por so... progreso en el proceso de conla pérdida de apoyos externos (por centración y acumulación mundial al fascismo se niegan a combatir ejemplo: la leyenda de la caída de la del capital. al capitalismo. URSS que cortó el supuesto flujo de La creación de una coalición dinero rojo). La gran derrota real fue como Izquierda Unida, bajo cuya aceptar todos y cada uno de los códicapa se agazapó el Partido Comugos de una visión difusa y errónea del nista, pareció en su tiempo una mundo que podríamos llamar progresismo. El progresismo no maniobra acorde con todas las tendencias europeas de ocultafue una mera claudicación ante el neoliberalismo: fue su colación y disimulo del comunismo como seña de identidad. En boración necesaria. todo Occidente se dio el paso hacia el comunismo vergonzante. El simple hecho de que se haya dado un “caso Fusaro”, esto Un comunismo que tenía vergüenza de mostrarse así, como es, que haya aparecido en escena un filósofo italiano, muy organización llamada a concentrar y movilizar a las masas en la joven, lleno de energía y armado con todos los recursos de la lucha contra el Capital. La lucha contra el Capital pasó a ser el historiografía filosófica (recursos que son muchos, y que van abigarrado enjambre de luchas de colectivos minoritarios con más allá de los catecismos de las “Ediciones Progreso”) para demandas específicas, muchas de ellas respetables como caurecordar en la izquierda española y europea en general, que el sas “por los derechos humanos” de minorías y de colectivos con capitalismo sigue ahí, como feroz y absurda trampa en la que identidad específica, pero sin relación directa con la lucha conha caído la humanidad. Para recordar que la izquierda, con su tra el Capital. Al interponerse esas luchas de minorías y de idendifuso “progresismo” se ha ido convirtiendo en aliada y defentidades en el camino de la “lucha final”, como reza el himno de sora de tal atrocidad, y que esto no puede ser sino piedra de La Internacional, lo que fue sucediendo es que esa lucha final se escándalo y signo de perplejidad. pospuso, se olvidó y hasta se denigró. En su lugar ya comenzaPero no es un investigador italiano de currículum intacharon a tomar más cuerpo las luchas específicas, las únicas que ble y pluma fecunda e incisiva (ese es Fusaro) quien genera “un acapararon atención pública y, sobre todo, mediática. caso”. Es la propia izquierda española y occidental la que se El Capital pudo, por medio de una fragmentación de las halla en la picota, cuestionada por su deriva, por su “progresisluchas, acelerar su proceso de nivelación y homogeneidad unimo”, cuyos antecedentes acabamos de explicar de manera muy versales. El lema militar de “divide y vencerás” se ajusta marasucinta. villosamente a lo dicho aquí. El obrero de cualquier lugar y Esa clase de izquierda que ha ocupado el nicho del anticaramo de la producción puede desarrollar conciencia solidaria y pitalismo para volverse abiertamente procapitalista es una unidad de acción con el de otro ramo, sector, región, país, en izquierda que ya no es izquierda, aunque se autodefine calcuprevisión de que el Capital está bien unido, solidariamente ladamente como progresismo. Las invectivas fusarianas son unido como Internacional de los señores del dinero. muy variadas y coloristas: izquierda fucsia, izquierda arcoiris, Desde la fundación del marxismo, no hay otra ni mejor etc. Estas invectivas son coincidentes con las que gastan los pedagogía de la revolución que ésta: la unión de las trabajadopopulismos que en Europa han ido ocupando el nicho obrero res es vital, cuestión de vida o muerte de toda causa de resisdesalojado por socialistas y comunistas, esos “ultras” que no tencia a la unión factual y granítica que desde siempre existe, la dudan en apelar a términos como “pijoprogres” (o sus equivaunión del Capital. El Capital, aun cuando conoce competición lentes extranjeros), izquierda caviar, “bo-bos” (en Francia), y enfrentamiento en su seno, y aun cuando las rivalidades de etc., para referirse a la izquierda indefinida, extravagante y los señores del dinero se instrumentalicen en forma de guerras

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entre estados, naciones, pueblos, etc., posee mecanismos hombre, la supervivencia en el ecosistema Tierra, etcétera. mucho más sólidos y rápidos de unión de clase cuando éste se Perdiendo su identidad ideológica, como hemos dicho en el ve amenazado existencialmente, cuando hay enfrente una punto 1, la izquierda posmoderna española no podía sino senmasa trabajadora organizada. En cambio, si esta masa descontirse alérgica, refractaria y hostil al pensamiento de Fusaro. Yo tenta de trabajadores, potencialmente anticapitalista, se dislo puedo certificar pues llevo años traduciendo y divulgando grega en causas identitarias, particularistas, específicas, y se textos del pensador italiano, así como de su maestro, el gran niega la causa de las causas, que es el propio modo de dominaCostanzo Preve, y otros marxistas ilustres, aún activos, como ción del capital, la izquierda posmarxista tendrá ya la guerra Denis Collin, todos ellos etiquetados de las más burdas maneperdida. Será la derrota segura de una izquierda disgregada e ras, cuando no ignorados: tercerposicionistas, ultraderechisintegrada en el Sistema. tas, caballos de Troya del fascismo, rojipardos, etc. Una a una esas causas parciales serán susceptibles de inteComo único resto ideológico que esta clase de izquierda gración en el sistema, bajo las múltiples vías de soborno y asigdegenerada, dada a defender al Capital ante la crítica marxista nación de cargos funcionariales y para-funcionariales (las que, por sí misma, puede erosionarle, queda el “anti-fascismo”. ONGs): feministas integradas, ecologistas integrados, homoseNo se entiende muy bien qué puede significar un término xuales y trans integrados, etc. De ser colectivos supuestamente así, si somos estrictos en la acepción del término. Después de victimizados por el Capital, han pasado a ser colectivos benefi1945 hay que seguir combatiendo al fascismo, por lo visto, de la ciarios de las subvenciones del mismo, cuando no “héroes” del misma manera que después de 1939 hay que seguir combaCapital: empresarias feministas, capitalismo verde, negocios tiendo por una II República que, al parecer, no se habría rendi“gays”, etc. En el mismo proceso dialéctico de victimizacióndo nunca y fue perfecta e inmaculada en lo que hace a su ser heroísmo hemos de incluir el identitarismo no ya solo sexual ni histórico y a su ejemplaridad moral. racial sino el nacionalista. El truco nunca funcionó con algunos de nosotros. Yo, persoLa extraña fascinación de la izquierda posmoderna por los nalmente no compro esta mercancía averiada. Estos que dicen supremacismos (vasco o catalán) solamente puede entenderse combatir al fascismo se niegan a combatir al capitalismo. por esta misma línea dialéctica: primero se inventan un colecCargan contra molinos de viento, espantajos y fuegos fatuos. El tivo que de manera torcida y genérica se ha supuesto víctima “fascismo” peligroso es que el nos implanta el Foro de Davos, del franquismo, del capitalismo o de ambas cosas a la vez, y las GAFAM, el Pentágono, Soros, la guerra híbrida de las ONGs una vez que ese colectivo toma posiciones ventajosas gracias a desplegadas por los señores del dinero y la Inteligencia nortealas subvenciones estatales y los apoyos locales y regionales de mericana, las revoluciones de color, las bombas oportunas la burguesía deseosa de privilegios y agitadores mercenarios, para cambiar los gobiernos y teledirigir los Estados… Pero no se apoya después un bloque supuestamente interclasista para es exacto calificar a tales maquinaciones como fascismo, sino alcanzar los privilegios. Que la identicomo “tendencia totalitaria inherendad sexual, racial, lingüística o naciote al propio proceso del Capital fiFusaro entiende que el nal tenga que ser comprendida no nanciero”. Internacionalismo no es como lucha de clases sino como lucha No creemos en una teoría de la por los privilegios, es el ABC de un conspiración sino en una converglobalismo, sino solidaridad y marxista, y sin embargo la izquierda gencia funcional del Capital internaunidad entre naciones. posmoderna española, incluyendo de cional hacia el totalitarismo poliforma muy destacada la vasca y la morfo que permite el estado de los catalana, se niega a ser marxista. No lo actuales medios tecnológicos para la puede ser bajo riesgo de autodisolverse –y morir– en un ataque domesticación de las masas. En este sentido, periodistas y de coherencia racional repentina. becarios aspirando a ser luminarias del progresismo, realizan la labor más bien triste de hacer de “policías del pensamiento”, En el contexto del “anti-fascismo” de inquisidores que velan por la pulcritud del discurso progreLa izquierda posmoderna española, como la occidental sista. Excuso decir que todo ello es claramente antimarxista. en general, ha perdido su verdadera seña de identidad, que Los marxistas debemos hablar alto y claro, y sabemos que solo venía dada por la teoría marxista según la cual el capital la verdad es revolucionaria. Debemos airear y publicitar todas explota el trabajo, y en su forma de explotar el trabajo se las conexiones siniestras que hay entre la falta de libertad de pone en juego la dignidad de los pueblos, la libertad del pensamiento y de palabra, de una parte, y las maquinaciones

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del Capital por obtener una hegemonía absoluta, total. En tal Pero me parece a mí que hay que hacer otro tipo de esfuersentido, la policía mediática del pensamiento decide lanzar su zos con la pluma, dignos de ser orientados hacia mejor causa si anatema, su fatwa, su condena universal a los pensadores que es que coincidimos en que el modo de producción capitalista desafían el discurso dominante. Lo hacen, no sabría decir si en debe ser trascendido, y que la emancipación de los individuos condición de meritorios (a la espera de una plaza en una uniy de los pueblos pasa por una lucha hacia el socialismo. Esto es versidad o un contrato como tertuliano fijo en los medios) lo importante, y no la caza de rojipardos que visten bien, apapero, al hacerlo, estos “anti-fascistas” están colaborando de recen duchados y peinados y hablan con términos cultos, si manera consciente o inconsciente en el proceso de reducción bien sus amistades son peligrosas, rojipardas a su vez… del pluralismo, colaborando en la dominación totalizadora del El “caso Fusaro” es, como vengo sosteniendo, el “caso izCapital. quierda posmoderna”. El caso de una izquierda que se ha negaTomemos un ejemplo. El del señor Forti. Este autor dice do a pensar, que ha renunciado vergonzantemente a sus prosobre Fusaro (“El caballo de Troya de la extrema derecha”. pias raíces intelectuales, que no detecta a los verdaderos eneCTXT. 3/07/2019): migos, que se muestra incluso aliada de los agentes objetivos “Si se echa un vistazo a su perfil de Twitter, se verá que estas de la dominación y domesticación de la disidencia. Cuando posiciones [las de Fusaro] entroncan perfectamente con el “penaparece un intelectual realmente disidente, éste es, en palabras samiento” –permitidme poner unas comillas– de Fusaro”. fortianas, un “cantamañanas”: Resulta de todo punto evidente que esto no es una “crítica”, “Sin embargo, si Fusaro fuese solo un cantamañanas […] no es un mecanismo de incitación a la sospecha. Justamente así, merecería un artículo. Siempre hubo cantamañanas y siempre las verduleras en las plazas y mercados se difamaban en tiemlos habrá. Lo que pasa es que cierta izquierda lo considera un pos unas a otras: “He visto a Fulanita en compañía de Menpensador interesante y que, al mismo tiempo, Fusaro ha tenido ganito…” No se analiza una visión del mundo o una teoría, una deriva cada vez más marcada hacia el soberanismo, el sino que se buscan “malas compañías”. Se detectan palabras comunitarismo y la extrema derecha”. prohibidas, compañías no respetables, locales de farolillo rojo: Sin embargo, cada mañana en la que yo enciendo el ordeDugin, los rusos, Salvini, Casa-Pound… nador o el móvil para leer un luminoso artículo fusariano en la La ingente producción filosófica del aún joven Fusaro prensa italiana, tanto la fascista como en la que el señor Forti puede esperar. Basta, a lo que parece, con leer sus tuits, según juzga como prensa cantarina y matinal, suelo encontrar otra Forti: cosa muy distinta: una encendida defensa del soberanismo, “Pero, más allá de sus tuits, ¿quién es Diego Fusaro? Se trata del comunitarismo y del pensamiento radical. Un trago de de un treintañero turinés que se da aires de filósofo marxista y agua en el desierto, un agua que mana de las fuentes del saber que aparece constantemente en los platós de televisión, encorbapropio del hegeliano-marxismo. Y este saber, que arranca de tado y estirado. Habla de una forma alambicada y pedante y más atrás, del viejo Aristóteles, nos recuerda que solo las revoacuña constantemente neologismos luciones contra las tiranías y solo las que luego utiliza sin parar”. luchas verdaderamente políticas se El Estado soberano es uno de los ¿Qué quieren que les diga? Al señor pueden dar y comprender en el conpocos reductos donde un pueblo Forti no le gusta el aspecto ni la forma texto de la polis. Si no, no son luchas de ser de Fusaro, como se desprende políticas (de polis) sino estallidos puede poner defensas. de este párrafo. Esta subjetividad foramorfos, acaso interesantes sociolótiana debe ser de gran interés filosófigica o antropológicamente, pero no co o politológico… para él mismo. son luchas políticas, económicoHemos avanzado mucho: nadie es perfecto y nadie puede políticas. Fusaro, como Preve o Collin, y como los propios paagradar a todo el mundo. dres del marxismo sabían, entiende que el Internacionalismo Pero, además de los tuits, el columnista anti-Fusaro, el azote no es globalismo, sino que es solidaridad y unidad entre (inter) de los rojipardos, repasa sumariamente la obra escrita. Las naciones, y que estas naciones han de ser dadas como presuobras de Diego Fusaro son “….un refrito de algunas ideas, en puestas. muchos casos descontextualizadas.” Los pueblos no constan de individuos átomos intercambiaYo creo que no hay mayor descontextualización que salir a bles como hormigas, sin voz y sin rasgos propios, sino que son la caza de fascistas después de 1945, o a la caza de rojipardos, comunidades siempre en trance de tomar “conciencia de sí”, u otras conspiraciones judeomasónicas que habrá por doquier. resistentes y solidarias precisamente ante los intentos disgre-

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gadores del Capital, que toma la forma de falsa conciencia ideodelito en este Occidente servil), y así, suma y sigue. lógica como neoliberalismo y la forma de aparato de dominaY de entre todos los vicios y malas compañías, añade Forti: ción como “gobernanza mundial” o globalismo: nada de esto “antivacunas”. Esto es como decir, dentro de la parroquia a la es “ultraderecha”. Es comunitarismo y soberanismo de la mejor que se dirige: de lo peor de lo peor. especie pues la comunidad, cuanEl término rojipardo, que apado se resiste a la laminación unirece en otros numerosos dictáversal y totalitaria del Capital en menes inquisitoriales contra Fusu fase tardía, fase financiarizada saro, al igual que su equivalente o “turbocapitalista”, se acoge al “nazbol” [de nazi-bolchevique] soberanismo. es digno de algún comentario El Estado soberano es uno de hermenéutico. Se trata un invenlos pocos reductos donde un pueto pretendidamente taxonómico blo puede poner defensas. La que incluye ya la noción de “exizquierda subvencionada (o engatremo” o “extremista”. Al calificar ñada, según el caso) por el globaa una persona o a un movimienlismo, podrá calificar esta reacto como rojipardo, se incluye en ción como “populismo” o “ultrael mismo paquete la idea de derecha” si así lo desea. Chalecos “extremista” admitiendo ya la Amarillos de Francia, Anti-vacuindiferenciación natural entre los nas de Canadá, Iliberales de los extremismos de izquierda y los países de Visegrado… todos estos de derecha. Pero quien juzga a procesos pueden ser interpretalos otros y los sitúa en el extremo dos de varias maneras pero, en es quien implícitamente se autotodo caso, demuestran que la posiciona en un supuesto centro. Historia no está agotada, y que el Con ello, ¿se halla Steven Forti, o Capital genera sus propios disicualquier otro usuario del térmidentes a cada vuelta de tuerca que no rojipardo en plena centralidad da en su extorsión a los pueblos, a del “rojismo” o del “progresismo”, la Tierra y a las relaciones comupara así investirse de autoridad nitarias. suficiente para calificar a su vez a Sigamos con muestras del atapersonas contaminadas de parDiego Fusaro que de Forti a Fusaro: dismo o desplazadas hacia un “El “pensamiento” de Fusaro es, en síntesis, una mezcla de extremo? Y seguimos preguntando: en esta topología lineal (o antiliberalismo, anticapitalismo de fachada, antimundialismo, como mucho, plana) de izquierdas, derechas y centros, ¿admite antifeminismo, antigender, ultranacionalismo, comunitarismo, el señor Forti que hay unos extremos más genuinos que otros? neocatecumenismo, marxismo decontextualizado, teorías de la ¿Habrá un rojo-rojísimo (extrema izquierda, sin más) y un rojoconspiración y eurasianismo”. derechismo extremo, que desnaturaliza el centro rojo genuino No debo desfallecer: prodigarse en etiquetas con intención por excelencia? ¿Y en qué consiste la centralidad del rojismo, descalificadora no es hacer un análisis ideológico, politológico, vista la desnaturalización que ha sufrido el marxismo dentro filosófico. Es lo mismo que andar con dimes y diretes o difade las izquierdas antifascistas actuales? mación de verduleras, con todos los respetos hacia ellas, que Las cuestiones planteadas pueden parecer bizarras, merano son mejores ni peores que los periodistas políticos. Algunos mente formales, alejadas de una realidad político-social que es “diagnósticos” de la mezcla que denuncia Forti son pintoresla que nos interesa de veras, pero no son baladís tomando en cos. Defender la religión como bastión de arraigo comunitariscuenta el uso de unas taxonomías fundadas en los colores que ta ante un individualismo impuesto por el Capital es, por lo están sirviendo, más que para conocer las posiciones y los provisto, “neocatecumenal”. Reunirse con Dugin una vez en la blemas, para otra cosa simple y funesta: descalificar a los opovida, o tenerle como corresponsal, ya significa ser “eurasianisnentes sin analizar las realidades (econonómicosociales, geota” (y en plena guerra otanista contra Putin, incluso puede ser políticas) contradictorias de fondo. Reconozco que también

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Fusaro cae en ello, aunque a los colores y etiquetas suele acompañar la propuesta antropológica emancipadora propia. En el debate político-periodístico se tiene la desagradable impresión, para quien aspire a realizar un análisis profundo, de que estas taxonomías topológicas y estas descalificaciones (Fusaro es rojipardo, Fusaro es ultraderecha) solo sirven, más bien, para realizar rituales de exclusión. Es una constante en la historia cultural de España y del Occidente entero la realización de tales rituales: “Fulano no es de los míos, Mengano sí es de casa, Zutano es peligroso…” ¿Es propio de la filosofía o de la ciencia política llevar a cabo taxonomías (des)calificadoras y rituales de exclusión? En absoluto. ¿Es periodismo de calidad o posee valor informativo alguno? En absoluto. Artículos como el de Forti, y tantos otros del mismo jaez, no poseen valor alguno salvo como muestra de los numerosos rituales de exclusión que dominan la escena política, y en concreto la escena de la izquierda española. La izquierda española necesita escenificar constantemente. Necesita ir definiendo un “centro” donde situar su audiencia, ya que no su militancia. ¿Cuál es ese centro o núcleo de un prototipo llamado “verdadera izquierda”? Excuso recordar que, una vez deslocalizada y destruida la industria nacional, laminada la clase obrera que nutría dicha industria, la izquierda española, o quienes afirman ser herederos y sucesores de la misma, ha ido perdiendo ese centro (un centro sociológico que va más allá de un caladero de votos). Que el voto y los seguidores se les vayan del centro que ellos creían tener reservado y como fijado de antemano, es algo que no deja de crear tensiones ideológicas en muchos ambientes, y el “caso Fusaro”, junto con otros fenómenos, como el voto obrero volcado hacia los populismos de Francia, Italia o de Visegrado, les enferma y les pone nerviosos. Juzgar a los filósofos (y politólogos) como “de izquierda, de derecha o de centro” es, cada día que pasa y cada década que transcurre, una gran estupidez. Estupidez mayúscula tomada al margen de ese juego escenificado de los rituales de exclusión: es de los míos, no es de los míos. Se dirá, acaso, que con esta afirmación yo mismo me alineo del mismo lado que aquellos pensadores, generalmente tenidos por conservadores o muy conservadores (Ortega y Gasset, Alain de Benoist, Gustavo Bueno, por citar solo unos pocos), cuyos argumentos contundentes han señalado la pérdida de funcionalidad de la oposición izquierda-derecha. Mucho más productivo es idear otras taxonomías no descalificadoras sino analíticas. No odiar sino comprender. Comprender, antes que odiar. Esa es la tarea del filósofo y del científico social. Si alguien no asume esto, que se meta a tertuliano, a demagogo, pero que no pretenda deformar una

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realidad histórica con pretensiones académicas o pontificales, una realidad que sigue y sigue abriéndose camino. Los términos de la política van vaciando su significado por el propio devenir de los acontecimientos. La democracia puede envolver siniestras dictaduras, y la libertad y la igualdad como ideales pueden justificar guillotinas y campos de exterminio. La izquierda del mundo opulento, deslocalizado, posindustrial no está ubicada en esa falsa reunión de minorías egocéntricas que anhelan discriminación positiva, privilegios y subvenciones. Si esa es la izquierda que suple a un proletariado explotado, entonces la izquierda occidental y española ya no existe, o el término se ha vaciado de sentido. Ha perdido su “centralidad” semántica. La propia taxonomía o topología de (des)calificaciones, al estilo de las de Forti, sirve a los propósitos de una voluntad de poder. Si una parte significativa de la izquierda española ha querido desplegar todo un arsenal de (des)calificaciones contra Fusaro desde el momento mismo en que este pensador empezó a ser conocido en nuestro país, ello obedece, pura y simplemente, a un miedo a perder el “centro” supuestamente rojo y nada pardo en el que muy cómodamente se habían asentado a lo largo de décadas y décadas de Guerra Fría y de posfranquismo. Al ir desapareciendo (no del todo) los obreros fueron desapareciendo también los referentes y los protagonistas de un “cambio” que pusiera freno a los excesos del neoliberalismo, ya que no implantara gozosamente el socialismo. Los nuevos referentes que la Transición tardía fue ensayando (feminismo, homosexualismo, ecologismo, altermundismo, inmigracionismo) no podían ser empleados como sucedáneos del “núcleo duro” izquierdista clásico que venía dado por los obreros y, muy oblicuamente, por los campesinos, intelectuales, así como las capas medias damnificadas por la globalización. Dicho en otros términos: la izquierda abandonó el marxismo en Occidente al resultar derrotada en los procesos de reconversión, privatización y, finalmente, deslocalización acaecidos en España durante los años 80 y 90. Esos procesos fueron una ofensiva del neoliberalismo, deseoso por aquel entonces, de aplicar el shock que las clases trabajadoras precisaban para ser domesticadas y desactivadas. En un sentido más profundo, fueron procesos inherentes a la propia lógica del capital en su fase tardía, que es una fase ciertamente suicida: la financierización de la economía mundial arrastra a los países antaño industriales (y la España postfranquista había llegado a serlo en un grado nada desdeñable) hacia una “desmaterizalización” de la producción. En un principio, la fase inicial de esa desmaterialización implicaba un tránsito del sector primario y secundario hacia el terciario. La izquierda de base

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fabril, que todavía era un actor a tomar en cuenta en las luchas lo que realmente está haciendo el italiano es impugnar la políticas del último franquismo hasta el primer felipismo, falsa rebeldía ante falsos problemas, o problemas reales pierde su base social, pues el nuevo proletariado basado en pero muy específicos, asuntos distorsionados por los interela economía del ladrillo y del turismo, amén de los nuevos ses del Capital. La izquierda posmoderna, al volverse espeempleos asalariados terciarios, no se presta a una resistencia cífica en sus rebeldías, al perder de vista la explotación de la social, sindical y electoral organizadas. Los partidos políticos humanidad, de los pueblos, cuyas causas económico-polítiposmodernos, y no son excepción los de izquierdas, comencas son escamoteadas, está peleando contra la propia realizaron a emplear de forma mucho más intensa las estrategias dad, y no contra Diego Fusaro ni contra todos los espectros mercadotécnicas y no los compromisos morales, ya revolusupuestamente fascistas y rojipardos. Artículos como el de cionarios, ya reformistas. ¿Quién puede seguir mis consigForti en CXTX, llamando a Fusaro “caballo de Troya de la nas, quién alimenta mis resultados electorales, quién es la extrema derecha” solo sirven a los efectos de cultivar el diana de mis eslóganes? Esta fue la género curioso, y muy poco afincaclase de preguntas que se hizo la izdo en la tradición emancipadora de ¿Qué es todo ese catálogo quierda claudicante. Ya no hay prola izquierda, del “periodismo poliletarios, sino una masa sumida en la cial”. Son artículos que abundan en de colores, salvo una estrategia de anomia y la fragmentación de los el recurso de las “amistades peligroengaño por parte del capitalismo? sas”. A mí me recuerdan a las viejas prejubilados, los jóvenes que no estudian ni trabajan, los emigrantes inquisidoras de tiempos ya rebasaque aspiran al subsidio, los asalariados que reconvenían a los jóvenes dos terciarizados, los falsos autónodiciéndoles: “mira a ver con quién te mos, etc. Es en ese momento, oscuro momento del segundo juntas”, “dime con quién andas y te diré quién eres”. felipismo, del “aznarato” y de los periodos subsiguientes en Prefiero leer y difundir a Fusaro por lo que este pensador el que se va creando la izquierda “fucsia”, “arcoíris”, etc. que aporta a la renovación del marxismo, y del pensamiento crítanto denuncia Fusaro. tico anti-capitalista en general, y no hacer caso de los chisFusaro, es cierto, maneja sus propias categorías (des)calimes. Si Fusaro ha ido a la CasaPound, si se relaciona con ficadoras. Es un intelectual que no elude la polémica, que no Alain de Benoist o con el ruso Dugin, como lector maduro se arredra ante todo género de ataques, que bravamente se que me precio de ser, son cosas que me deberían importar expone a la peor de las demonizaciones (fascista, ultraderebien poco. Pues en esos espectros de un fascismo supuestachista, etc.), y que contraataca con armas muy parecidas a mente eterno, que nunca muere, ni siquiera tras su derrota veces a las que se quieren emplear contra él. En torno a su en 1945, quizá haya más anti-capitalismo y mayor dosis de figura se agita esa peculiar “guerra de los colores” (él sería un pensamiento crítico anti-globalista que en todo el catecismo rojipardo y sus detractores de izquierdas serían fucsia, arcoide ONGs y de partidos supuestamente rojos, pero perfectaris, o morados) cuya mera ventilación y difusión pública mente integrados en el sistema, cuando no subvencionados sirve a los propósitos fusarianos mucho más que a los de sus por él y que exhiben la Declaración Universal de los Decontrarios pues pone al desnudo la futilidad del mismo rechos Humanos como un Corán inatacable. Creo que este mecanismo de difamación. ¿Qué es todo ese catálogo de género de artículos “policía”, y estas informaciones que se colores en la paleta de pintor del capitalismo, salvo una basan en la supuesta “contaminación” de los intelectuales estrategia de engaño por parte del propio capitalismo? por el virus de un fascismo ubicuo y eterno, me parecen Cuando Fusaro nos recuerda que no es posible entender deleznables. Quieren bloquear los debates que realmente que haya tanta izquierda alucinada y alejada de la realidad, hay que plantear, pretenden correr cortinas de humo sobre como esos jóvenes que seguían las consignas de Greta y no las responsabilidades graves que atañen a la izquierda polítidormían por el cambio climático mientras ellos iban en ca en nuestro siglo XXI. camino de convertirse en carne de cañón, ninis uberizados, Recorrida ya la primera parte del siglo, se observa que el esclavos de un mundo tiránico en el que la explotación se Capitalismo tardío quiere hacer del mundo un gigantesco vuelve universal, atmosférica, deslocalizada, haciendo del mercado y parque extractivo. En un mundo así, en camino de planeta entero el ergástulo que en el siglo XIX se limitaba a convertirse en infierno, las élites directamente beneficiarias las paredes de una fábrica o a las galerías de una mina. de la especulación financiera quieren por todos los medios De esta batalla, solo Fusaro puede salir ganando porque anular los reductos de resistencia que los pueblos puedan

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todavía defender, poniendo puertas, muros y barricadas a las intromisiones especuladoras. Así, cuando el reducto a defender es el Estado nacional, las élites transmiten a sus organizaciones sumisas la consigna del anti-nacionalismo y del anti-populismo. Esto no ha impedido que las élites globalistas hayan alentado nacionalismos, populismos y separatismos cuando les ha convenido pero, por el contrario, esas mismas élites derrochan ideología y doctrina nacionalista cuando se trata de poner en apuros a un Estado díscolo, que desobedezca a los dictados de una “gobernanza” mundial. El otro reducto es la religión. Es sabido en nuestros días el papel variable de la religión en la historia de los pueblos. De ser el opio de los pueblos, puede pasar a ser el excitante de los mismos. La droga que adormece o la chispa de un movimiento revolucionario o imperialista. Pero hoy, en el Occidente oficialmente laico y multicultural, en que el que todas las creencias se toleran porque en el fondo, la única que es valorada es la religión del consumo, el hecho de que los pueblos se acojan a su religión nativa como bastión de su identidad y como refugio de sus valores ante la apisonadora del capital, se airea como el mayor de los crímenes. Que la religión tradicional representa muchas veces una defensa ante un neo-credo turbocapitalista, es algo que Fusaro sostiene una y otra vez en sus artículos y libros. La élite mundialista no desea barreras. Los modos familiares de crianza de niños, la formación de parejas heterosexuales con vocación reproductora, el apego a tradiciones que suponen un arraigo en la tierra, una inmersión en la comunidad local y una relación precisa de vínculo con la vecindad y con la naturaleza, el respeto a las normas heredadas de los antepasados… todo ello va incluido en una determinada cosmovisión religiosa. Mientras que la gente tenga así dónde agarrarse, la elites que programan la “gobernanza mundial” tendrán ante sí muros donde estrellarse y fracasos en sus tentativas. La dialéctica nos enseña el papel cambiante de los elementos de una totalidad social. No siempre la religión y la familia, la tradición o el nacionalismo son “reaccionarios”. Marx lo sabía muy bien. Fusaro señala con indignación y finura de análisis el papel desgraciado que desempeñan ciertas izquierdas cosmopolitas. Éstas, adoptando la pose post-ilustrada, pretenden decir que la Religión, así, en mayúscula, y sin distinguir una de otra, de manera cosificada, es siempre y por esencia un nido de reacción. Pero la Ilustración misma, y su lejana descendencia postilustrada que hoy se llama “progresismo” ha llegado a ser la que puede reclamar todos los títulos de reaccionarismo. Esta es la “Dialéctica de la Ilustración” cuyo despliegue no cesa muchos años después de publicarse el libro de Adorno y

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Horkheimer. Las luces que pretendieron emancipar al hombre por medio de la razón, la ciencia, el progreso, ahora son las tinieblas de una mazmorra planetaria, en la que se ha encerrado al hombre, sobre todo el occidental. El hombre de Occidente cree ser libre porque sus carceleros no han cesado de repetírselo, pero libre dentro de un gran supermercado donde la libertad se redefine como la elección entre mercancías expuestas y prefabricadas, aptas para su consumo. La izquierda cosmopolita y posmoderna se ha apropiado de la Ilustración, de una versión muy recortada y torcida de la Ilustración según la cual el Progreso es un dogma de fe, un destino inexorable, y dentro de una única dialéctica universal de amigo y enemigo, es calificado como enemigo absoluto quien se oponga a los planes universales de gobernanza. Quienes critican a esa izquierda cosmopolita y posmoderna en términos conspiratorios, aludiendo a una programada convergencia entre liberalismo y comunismo (discursos sobre el “marxismo cultural”, la masonería, la conspiración sionista, etc.) emplean la misma mentalidad paranoide con la que los progresistas enemigos de Fusaro le califican de “rojipardo”. Tienden a ver toda convergencia funcional en términos conspiratorios o en términos de mezcla engañosa, de astucia emanada de alguna Logia que engaña a diestra y siniestra. Tanto el Progresismo como el Conservadurismo, en sus versiones estándar, se han incapacitado a sí mismos, queriendo ofrecer taxonomías por colores, y deseando hacer uso de la “hemiplejia” de la izquierda y la derecha, posiciones espaciales sustantivadas. No son capaces de entender lo que significa un paralelogramo de fuerzas: que hay un movimiento social e ideológico resultante de impulsos aparentemente contradictorios y contrarrestantes entre sí, pero que responden en realidad a vectores que, al menos parcialmente, suman y provocan grandes transformaciones. Así vistas las cosas, la convergencia de Fusaro con posiciones tales como las de Alain de Benoist o Alexander Dugin en lo que respecta a su crítica al liberalismo como proyecto progresista tendente a una gobernanza totalitaria del mundo, responde al “movimiento objetivo de las cosas”, como diríamos en el viejo lenguaje hegeliano-marxista. Aunque muchos miembros de colectivos pro-inmigracionistas, arcoiris, anti-fascistas, o ecologistas sean sinceros críticos del capitalismo y entiendan que sus reivindicaciones forman parte de una resistencia popular general contra el Imperio del Capital, lo cierto es que la especificidad de sus discursos y actuaciones, la manera en que se integran y se dejan subvencionar, los métodos de adoctrinamiento y propaganda que emplean, su forma de monopolizar las protestas, etc. los convierte en funcionarios y esbirros del neoliberalismo n