El Viejo Topo | Número 420 | Enero 2023

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EL VIEJO TOPO

El nuevo orden erótico Elogio del amor y de la familia

Diego Fusaro Hubo un tiempo en que la tenaza del capital conocía límites. Se detenía en las puertas de la fábrica: más allá, la vida discurría en formas que no se dejaban enjaular en el horizonte limitado de la lógica de la producción y el intercambio de mercancías. Pero ese tiempo ya no existe. Hoy, la sociedad basada en la economía de mercado ha sido reemplazada por la sociedad de mercado a secas. El nuevo orden del sistema del libre mercado absoluto requiere la liberalización no solo del consumo, sino también de las costumbres; requiere precariedad incluso en el amor.

Las relaciones sólidas, basadas en proyectos de vida compartidos y una visión del amor como fuerza eterna, han dado paso gradualmente a formas consumistas de relación: encuentros fugaces y sin incidentes, vínculos ocasionales tan fáciles de establecer como de romper, sexo virtualizado y relaciones on line. Hemos pasado de la precarización erótica y sentimental a la feminización del varón, del nuevo feminismo posmoderno a la crisis de la familia, de la gendercracia al triunfo del indiferenciado unisex, del “para toda la vida” a la inestabilidad amorosa y el aislacionismo sentimental. Aquí, Diego Fusaro acompaña al lector por los ejes temáticos de una reflexión que nos involucra a todos, como seres eminentemente amorosos que somos. Y nos invita a reflexionar sobre el nuevo orden amoroso globalizado y desregulado, descubriéndonos que el laissez-faire del liberalismo económico y del liberalismo sentimental son –paradójicamente– dos caras de la mismamoneda.

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Portada: Fotografía tomada en una calle de New York

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La elección de Lula en Brasil.

Reflexiones sobre el contexto y expectativas POR MAURO TITTON

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34 La ultraderecha como expresión del colapso en Occidente POR ALEJANDRO PÉREZ POLO

India despierta entre ambición y desorden POR HIGINIO POLO

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Dossier: Extrema derecha

38 Las extremas derechas del tercer milenio: ¿Qué hay de nuevo?

POR STEVEN FORTI

La ley Trans y los menores: escuchar sin etiquetas POR ADRIANA FLÓRES LOPEZ

44 Reflexiones sobre los potenciadores POR JORGE VERSTRYNGE 49 Extrema derecha y capitalismo POR IVÁN ÁLVAREZ

El imperativo de la cohesión social Entrevista a Esteban Hernández POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

54 ¿Un cadáver en la biblioteca?

El fascismo en nuestra época POR FERRAN GALLEGO 60

Libros

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret. Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. REDACCIÓN: Genís Plana DISEÑO: Miguel R. Cabot, Elisa Nuria C. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN 0210-2706, Depósito Legal B-40.616-76. Impreso en España. El Viejo Topo no retribuye las colaboraciones. La redacción no devuelve los originales no solicitados, ni mantiene correspondencia sobre los mismos. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte impreso como en digital.

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La elección de Lula en Brasil Reflexiones sobre el contexto y expectativas por Mauro Titton

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l mandato popular de Lula tiene amplios retos que afrontar. No será fácil, pues la presencia de las clases dominantes se encuentra en múltiples ámbitos de la sociedad y de la institucionalidad pública, condicionando incluso el futuro gobierno electo

Las elecciones brasileñas que tuvieron lugar a finales de octubre marcan uno de los ciclos políticos más importantes desde la apertura democrática resultante del derrumbe de la dictadura militar-empresarial (1964-1985). Se acaba, pues, un período convulso que vio la deposición de la presidenta Dilma Roussef en 2016 a través de un golpe parlamentario-judicial, acompañado de la detención del expresidente Lula a través de un montaje político-judicial orquestado por sectores del poder judicial junto con los grandes medios oligopólicos empresariales y bajo la dirección de sectores de la burguesía estadounidense, culminando con la elección de Bolsonaro. La importancia de la victoria de Lula en las elecciones presidenciales de 2022 va más allá de las fronteras brasileñas y asume una enorme relevancia regional, en América Latina, e influye en los movimientos a escala global.

El aspecto principal de la victoria de Lula es la derrota electoral del proyecto protofascista que en Brasil representa el bolsonarismo y este hecho tiene repercusiones a nivel mundial. En un contexto internacional marcado por la profundización de la crisis económica y la guerra, con el recrudecimiento de las tensiones entre países en disputas geopolíticas, derrotar electoralmente al fascismo en un país como Brasil es muy importante, pero insuficiente.

Por importante que sea la derrota del bolsonarismo en las elecciones presidenciales, es importante señalar que en el parlamento (Senado y Cámara de Diputados) la extrema derecha

ha ampliado su presencia. El bolsonarismo ha sido hasta ahora el principal eslabón entre las diferentes facciones que conforman la extrema derecha en el país y logró construir una base popular, cuyo mantenimiento sin el uso directo de la maquinaria pública será puesto a prueba. Sin embargo, no podemos olvidar que además de Bolsonaro, el movimiento bolsonarista está arraigado en las instituciones del Estado brasileño. Sacar al extremismo fascista del aparato público requerirá un esfuerzo mucho mayor, dado su arraigo en sectores importantes de las Fuerzas Armadas (especialmente en la oficialidad), en el parlamento, en los Agencias Reguladoras, Consejos de formulación de políticas públicas, entre otros. La subordinación de la Policía Rodoviária Federal (PRF) y de varias corporaciones de las Policías Militares (provinciales) al proyecto protofascista se evidenció en las arraigadas manifestaciones golpistas del bolsonarismo poco después de las elecciones. Además de desobedecer las decisiones y órdenes de la Corte Suprema de Justicia (Supremo Tribunal Federal, STF, y Tribunal Superior Electoral, TSE), parte de la comandancia manifestó públicamente su apoyo a las manifestaciones golpistas por el no reconocimiento del resultado de las elecciones, lo que demuestra que también requiere del próximo gobierno una solución institucional.

Muchos de los individuos que trabajan para el desarrollo del bolsonarismo siguen atrincherados en la maquinaria estatal y el sistema político. Será necesario identificar quiénes son estas personas y retirarlas inmediatamente de los puestos de mando

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del aparato público. Además, para el sistema político será fundamental identificar a las personas y combatir sus políticas reafirmando los lineamientos históricos de los trabajadores y recuperando procesos de educación y formación política.

Además de las soluciones institucionales, será necesario mantener la organización de los sectores de izquierda que retornaron a las movilizaciones y articulaciones, sobre todo en la segunda vuelta, para derrotar los intentos fascistas.

Las manifestaciones antidemocráticas de la extrema derecha lograron un gran alcance popular movilizándose a través de un lenguaje y una simbología fascistas. La articulación internacional, especialmente con la extrema derecha estadounidense, ayudó a crear una poderosa máquina de propaganda y deformación de la subjetividad, con el uso intenso de las nuevas tecnologías de la comunicación, especialmente las redes sociales.

La formación de miembros de la familia Bolsonaro con Steve Banon y su inserción en los oscuros negocios de las milicias dan dimensión a las formas de financiamiento y acción para implementar su poder. Bolsonaro y sus hijos comandan una de las máquinas de creación y circulación de noticias falsas (fake news) más poderosas del mundo. La creación de una gigantesca maquinaria que opera mayoritariamente en desacuerdo con la legislación o en los márgenes legales ya había sido fundamental para elegir a Bolsonaro en 2018, pero en 2022 los Tribunales han puesto mayor atención en tratar de contener la manipulación y las mentiras. También el TSE ha evidenciado las acciones comunicativas de otras fracciones burguesas que, si bien no integran el bolsonarismo, han apoyado y se han beneficiado de muchas de sus medidas.

Es evidente que las redes sociales y la máquina de fake news no son la única explicación del fenómeno de penetración popular del bolsonarismo, pero ofrecen una estructura para que grupos antes aislados y sin espacios de articulación puedan organizarse y permitir la absorción de un discurso que construye una realidad falsificada. Esta expansión de una falsa realidad que moldea la subjetividad permite también la creación de lazos de solidaridad basados en agendas reaccionarias y deshumanizadoras, brindando condiciones para la creación de una identidad común y ampliando las condiciones para procesos de radicalización y fundamentalismo. Así, el uso intensivo de las tecnologías de la comunicación potenció los discursos extremistas, apelando al individualismo basado en el neodarwinismo social y creando lazos de comunicación entre grupos extremistas, células neonazis y parte de la burguesía que expande su negocio en esta línea.

Hay todavía otro aspecto fundamental que conforma el proyecto representado por el bolsonarismo y que formaba parte de su esfuerzo por permanecer en el gobierno: la relación entre

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política y religión. Si es cierto que la supuesta separación entre religión y política no tiene base histórica, dada la siempre marcada presencia de instituciones religiosas e iglesias en la toma de decisiones públicas y en la relación con el Estado, también es cierto que ahora se ha producido una radicalización en la instrumentalización de amplios sectores religiosos para operacionalizar, a través de la fe, la conformación de grandes masas populares al proyecto fascistoide representado por el bolsonarismo. Sobre todo, amplios sectores evangélicos se adhirieron abiertamente al bolsonarismo, de manera que obispos y pastores construyeron e impusieron a sus fieles un profundo temor a uno de los candidatos: Lula. Sin ninguna vergüenza, los apasionados discursos llegaron a decir que Lula es el mismo Satanás, mezclando noticias falsas con interpretaciones grotescas de pasajes de la Biblia para crear un miedo profundo y garantizar la obediencia y los votos.

El caso más emblemático es el del obispo Edir Macedo, quien puso directamenLula señala que su primer te al servicio de la candidatura de Jair Bolsonaro a la compromiso será acabar institución evangélica más con el hambre en Brasil. grande en número de creyentes y poder económico (la Iglesia Universal del Reino de Dios). Además de orientar a los pastores sobre cómo realizar los servicios religiosos, utilizó su poderosa máquina de comunicación para la publicación en el diario Folha Universal de una secuencia de artículos contra Lula, en los que, por ejemplo, se aprecian ilustraciones en las que el Partido de los Trabajadores fue retratado con garras demoníacas, o artículos que predicaban que es imposible ser cristiano y ser de izquierda.

Merecen ser destacados otros dos aspectos importantes del proceso electoral que quedan como desafíos para el nuevo gobierno electo y, sobre todo, para los movimientos populares: el “presupuesto secreto” del Congreso Nacional y la relación con los militares.

El “presupuesto secreto”, también llamado enmienda del relator, es una práctica de la legislatura federal brasileña para asignar fondos del presupuesto público a proyectos definidos por los parlamentarios, pero sin su identificación. Iniciada en 2020, esta práctica cambió la forma en que se aprueba el presupuesto público y la forma en que se asignan los recursos públicos, permitiendo la creación de “corrales electorales” y la malversación de recursos públicos. Para una mejor comprensión, es importante resaltar que cada año el Congreso (la Cámara de Diputados y el Senado) aprueba una ley con la previsión de gastos de la Unión para el año siguiente, la llamada Ley de Pre-

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Carteles electorales de Jair Bolsonaro y Lula da Silva. Octubre 202

supuesto Anual (LOA). A iniciativa del Poder Ejecutivo, la LOA establece el destino de los recursos públicos; una parte cubre gastos obligatorios, como salarios de funcionarios y seguridad social, y otra parte es discrecional, es decir, el gobierno indica a qué programas u obras pretende aplicar los recursos.

Otra parte del presupuesto queda en manos del Congreso, que destina su uso a través de las llamadas enmiendas parlamentarias, con las que diputados y senadores usan recursos federales a acciones en su base electoral. Sin embargo, a partir del presupuesto de 2020, el Congreso comenzó a destinar gran parte del presupuesto a su uso, sustrayendo del Ejecutivo, a través de otra forma de enmienda, las llamadas enmiendas del relator general. Para 2020, se destinaron R$ 30 mil millones para este tipo de enmienda. Relator es el parlamentario elegido para elaborar la versión final del proyecto de Ley de Presupuesto a ser presentado y sometido a la aprobación del Congreso, con base en el proyecto inicial enviado por el Ejecutivo. En el proceso, por tanto, la versión final se elabora en una negociación que involucra al Ejecutivo y a los líderes de los partidos políticos que tienen representantes en el Legislativo.

Hasta el presupuesto de 2020, la mayor parte de los recursos públicos a cargo del Congreso se distribuían a través de enmiendas parlamentarias individuales mediante las cuales los montos se distribuyen equitativamente entre los parlamentarios, quienes están identificados y deben ser transparentes al informar de la finalidad de los recursos. La diferencia que se impone con la asignación de recursos a las enmiendas de la relatoría es que el parlamentario que asume la relatoría de la LOA centraliza las demandas de los parlamentarios y asigna los fondos sin identificar los parlamentarios beneficiados y sin

transparencia sobre el propósito. Con ello, la distribución de los recursos públicos depende de la decisión de los parlamentarios que comandan el Congreso, en especial de los presidentes de la Cámara, Arthur Lira (PP-AL), y del Senado, Rodrigo Pacheco (PSD-MG). Como resultado, se creó un mecanismo de compra de apoyo parlamentario con recursos públicos, ya que quienes apoyan al comando reciben recursos.

En cuanto a los militares, en el caso brasileño es importante destacar que, hasta el día de hoy, los crímenes cometidos durante el período de la dictadura empresarial militar (1964-1985) no han sido identificados y los criminales no han sido sancionados. Con la Ley de Amnistía de 1979 se concedió el indulto a los agentes del Estado acusados de torturas y delitos contra los derechos humanos. Mientras otros países latinoamericanos que también tuvieron períodos de dictaduras han realizado y continúan realizando procesos de búsqueda de la verdad y castigo de los criminales, en Brasil el pacto realizado por la cúpula militar con las fracciones burguesas creadas en el gobierno de Geisel y sancionadas de João Figueiredo sigue vigente. Incluso las demandas sobre su inconstitucionalidad no lograron rayar tal pacto; basta recordar que, en 2014, por siete votos contra dos, los ministros del Supremo Tribunal Federal (STF) entendieron que sigue siendo válido para “delitos políticos o relacionados con estos”. En esta ocasión, el Orden de Abogados de Brasil (OAB) interpuso recurso de apelación, pero hasta el momento el caso no ha vuelto a la agenda. Con ello, los sectores castrenses vinculados a los delitos se sienten permanentemente autorizados, incluso pregonando públicamente el retorno de su tutela sobre la vida pública. Se han presentado varios estudios que prueban que los militares continúan monitoreando a miles de personas y supervisando y Bolsonaro comanda una amenazando a los gobierpoderosa máquina de nos, abiertamente en contra de las disposiciones lenoticias falsas. gales constitucionales.

Incluso la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de la cual Brasil es signatario, no avanza y se encuentra detenida en el proceso del STF que solicita su ejecución. En esta sentencia, la Corte establece que las leyes de amnistía no invalidan las convenciones internacionales sobre violaciones de derechos

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humanos, por lo que Brasil debe sancionar delitos como la tortura y las ejecuciones cometidas durante la dictadura. La ausencia de control civil sobre los militares, el uso de las fuerzas armadas para actividades que van más allá de las determinaciones constitucionales (como la ocupación de comunidades en Río de Janeiro), generan una impunidad que autoriza a sectores castrenses a seguir tutelando la vida pública. En el proceso electoral, varias manifestaciones del liderazgo militar y su uso político para defender los intereses del bolsonarismo (como la inspección de las máquinas de votación electrónica y la creación de dudas sobre su seguridad), así como las amenazas abiertas y veladas de no reconocimiento de los resultados electorales son indicativos de la continuidad de la acción en

Lula da Silva aclamado en una manifestación a su favor

estos sectores. Finalmente, se destaca la relación entre los sectores militares y los latifundios y las actividades en tierras indígenas y tierras públicas que han sido denunciadas en algunos medios. Por lo tanto, superar esta tutela militar debe ser un desafío para el gobierno electo.

Cuestión climática y chantaje económico Las amplias repercusiones internacionales sobre la presencia en la COP-27 en Egipto del presidente electo Lula y la ausencia del presidente Bolsonaro contrastan con el debate interno en Brasil. En los grandes medios oligopolizados brasileños, se dio más énfasis al hecho de que Lula había viajado a Egipto en una aeronave privada que a las agendas defendidas. Recién elegido, Lula ya enfrenta prejuicios de clase junto con el chantaje político ejercido para que no se produzcan cambios políticos signifi-

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cativos. Sin embargo, lo que es realmente sustancial en el debate climático en realidad requiere cambios políticos profundos, lo que lo coloca en un rumbo de colisión con los terratenientes del agronegocio y con la minería (tanto legal como ilegal) y la industria maderera. No por casualidad, estos sectores apoyaron masivamente la reelección de Bolsonaro y, tras el resultado electoral desfavorable, participaron y financiaron manifestaciones golpistas en varios puntos del país.

Para medir la magnitud del desafío, el Censo Agropecuario de 2017 realizado por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) señala que el 1% de los propietarios posee el 47,6% de la tierra (aproximadamente 35 millones de hectáreas; a modo de comparación, el área agrícola total en uso en España es de aproximadamente 21 millones de hectáreas). Esa enorme concentración está en la base del poder de los terratenientes y agroempresarios, que según datos de sus asociaciones eligieron a más de 300 de los 513 diputados federales en las elecciones de 2022. Además, en los últimos años ha habido una gran concentración de empresas que operan en la agricultura brasileña, con un marcado aumento de las multinacionales extranjeras. En el debate ambiental internacional, sin embargo, hay una tendencia a que los gobiernos de los países de esas empresas no asuman ninguna responsabilidad por el aumento de las desigualdades sociales y por la devastación ambiental causada por sus empresas. Y eso es evidente en la disputa internacional entre empresas agroalimentarias por apropiarse de activos en Brasil. Por lo que, además del sector depredador brasileño, hay una confluencia con sectores de países europeos y norteamericanos que cargan los temas ambientales a los países de la periferia del sistema capitalista, pero mantienen a la clase obrera de sus propios países mediante un consumismo sostenido por la devastación ambiental. En este punto, el gobierno electo de Lula tendrá un gran desafío: enfrentar internamente el poder político de los terratenientes del agronegocio y enfrentar la política del gran capital respaldado por los países capitalistas centrales.

Por otro lado, es precisamente la situación actual la que requiere y legitima la existencia y las acciones de movimientos sociales de la clase trabajadora, como el MST (Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra) y el MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo), actuando en la lucha por la tierra y la

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vivienda, respectivamente en el campo y en la ciudad. Y seguirá siendo fundamental la presión y organización de estos movimientos y de la clase obrera en su conjunto, presionando por la garantía de sus medios de vida. La falsa oposición entre aumento de la producción agrícola versus preservación ambiental tiene al menos tres grandes claves que dependen en gran medida de las políticas públicas, exigidas por los movimientos sociales: la recuperación de suelos degradados en lugar de avanzar sobre bosques y biomas nativos (hay aproximadamente 30 millones de hectáreas de tierras agrícolas no productivas por la degradación del suelo); la expansión de la agroecología basada en la agricultura familiar; y, principalmente, la reforma agraria, creando condiciones para romper el poder del complejo industrial farmacéutico/químico y latifundio/agroindustria.

Otro punto estratégico en la agenda de defensa de la vida y en la política del nuevo gobierno es la reducción de la deforestación y la preservación de las selvas. Estudios recientes del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) señalan que las regiones de la selva amazónica afectadas por la devastación ambiental han llevado a la Amazonía en su conjunto a emitir más carbono del que puede absorber. La pérdida de cobertura vegetal ha provocado una pérdida de precipitaciones y, por tanto, un aumento de las temperaturas, que a su vez repercuten en la capacidad de fotosíntesis, provocando mayores emisiones de CO2.

Según un estudio de investigadores del INPE, la selva emite 0,29 billones de toneladas de carbono por año a la atmósfera más de lo que puede absorber, lo que provoca cambios climáticos profundos en todo el planeta. Además de la selva amazónica, otros biomas brasileños están fuertemente amenazados por la expansión de la agroindustria y la explotación de los recursos ambientales.

El bosque con mayor biodiversidad del planeta, la Mata Atlántica, tiene solo el 12% de su tamaño original. El bioma cerrado ya ha perdido más del 50% de su superficie. Además de las actividades agrícolas, la producción de carbón vegetal para alimentar la industria (especialmente la minería y la siderurgia) contribuye a la deforestación.

Los impactos causados por el cambio climático ya son bastante evidentes en el aumento de la cantidad e intensidad de sequías, variaciones extremas de temperatura, ciclos de lluvias, etc. Estos cambios climáticos tienen un impacto en la salud humana en todo el mundo. En Europa, según una alerta de la

OMS (Organización Mundial de la Salud), se estima que 15.000 personas murieron a causa del calor excesivo en 2022, el año más caluroso registrado. Las altas temperaturas provocaron una de las peores sequías que ha visto el continente desde la Edad Media. Por lo tanto, en Brasil Lula también tiene un desafío que no concierne solo al pueblo brasileño, pues tiene un impacto en todos en el planeta, humanos y no humanos.

En esta perspectiva, toma relieve el anuncio de la posibilidad de crear un esfuerzo conjunto entre los tres países que en conjunto concentran el 52% de las selvas tropicales primarios del mundo (Brasil, Indonesia y República Democrática del Congo) para fortalecer la defensa de la selva, a pesar de que ya se sabe que estas articulaciones directas de países sur-sur suelen contar

Simpatizantes de Jair Bolsonaro

con la oposición de EEUU y la UE. Además de comprometerse con la reducción de la deforestación, existe otro desafío: presionar para obtener compromisos de otros países en la defensa de los bosques, incluyendo contrapartes de países capitalistas centrales en cuestiones de incentivos agrícolas, regulación comercial, barreras comerciales, etc.

Es decir, entre los desafíos que asume el gobierno tras el período de intensificación de la destrucción ambiental en Brasil, hay muchos que van más allá de las fronteras brasileñas, que involucran la necesidad de una posición política clara y de confrontación con la burguesía interna y externa (y sus gobiernos). Sin embargo, a través de las alianzas y relaciones del gobierno electo, hay indicios de que no hay voluntad de enfrentar las difíciles condiciones para avanzar en una agenda contraria a la política actual.

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Cambios en las relaciones internacionales A nivel internacional, además de los temas ya señalados, en los anuncios de campaña y en la historia, existen grandes expectativas y condiciones regionales para reactivar la Unasur y fortalecer el Mercosur. Estos dos aspectos, por importantes que sean en las relaciones internacionales, no tienen mucho que ofrecer a las clases trabajadoras de los países latinoamericanos. Sin embargo, pueden frenar momentáneamente el avance destructivo del capital transnacional sobre el continente. La salida formal de Brasil del Grupo de Lima (una iniciativa de la derecha continental para aislar y atacar a Venezuela) tendrá un peso político importante.

También se espera que Lula impulse la salida inmediata de Brasil de la alianza ultraconservadora llamada Consenso de Ginebra, que en los últimos años ha operado para cambiar las políticas internacionales y locales de derechos humanos, especialmente las vinculadas a los derechos reproductivos y sexuales. Esta alianza, iniciada por el gobierno estadounidense de Donald Trump y el gobierno brasileño de Jair Bolsonaro, buscó evitar referencias en documentos de los Organismos Internacionales a temas de derechos reproductivos y acceso a la salud sexual de niñas y mujeres, con especial atención a las discusiones sobre el derecho al aborto seguro. La salida de EEUU y la recientemente salida de Colombia impulsada por el gobierno de Gustavo Petro facilita la salida brasileña.

Además, al tratar supuestamente de los derechos de las mujeres, la alianza reunió a gobiernos como Arabia Saudita y Baréin, reconocidos por lo contrario, y gobiernos de extrema derecha, como los de Hungría y Polonia. Con la derrota de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, miembros de su gobierno mantuvieron el activismo para preservar la existencia del grupo.

Se supo que Valerie Huber, subsecretaria de Asuntos de la Familia en la administración Trump, envió un correo electrónico a simpatizantes de todo el mundo pidiéndoles que mantengan el activismo y redirigiendo el núcleo de sus actividades a la emba-

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El obispo Edir Macedo bendiciendo a Bolsonaro

Simpatizantes de Bolsonaro solicitando una intervención militar

jada de Brasil en Washington. Por lo tanto, la salida inmediata de Brasil es importante para quitarles una de sus bases operacionales.

Cuestiones urgentes: salud y educación Durante el gobierno de Bolsonaro hubo una política genocida en el área de la salud, como se reconoce a nivel mundial. El desmantelamiento de las políticas de salud, la desfinanciación del Sistema Único de Salud (SUS), el desmantelamiento del Plan Nacional de Vacunación, la transferencia del control de las políticas en el área y una parte importante de los recursos a los empresarios que apoyan el bolsonarismo, con énfasis en los relacionados con planes de salud, ya eran evidentes antes del inicio de la pandemia. Con la pandemia, tal política se hizo más

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evidente y el resultado fueron prácticamente 700.000 muertos, de los cuales más de la mitad se podrían haber salvado si hubiera habido intención e iniciativa del gobierno.

En el ámbito de la educación, la devastación no fue menor. Los sucesivos recortes en el presupuesto del Ministerio de Educación; corrupción sistemática en el Fondo Nacional de Desarrollo Educativo; el ataque a los docentes, al saber, a las instituciones; el desmantelamiento del ya precario sistema de Ciencia y Tecnología; la persecución y recorte de presupuesto de las Universidades; la aprobación de la educación en el hogar (homeschooling); el ataque a los derechos humanos y la diversidad étnico-cultural fueron algunos de los episodios más llamativos.

Sabemos que en conjunto, salud y educación son las áreas que más recursos reciben del presupuesto público y el bolsonarismo no tuvo problema en utilizar este recurso en beneficio propio, tanto para financiar su agenda genocida como para apropiarse, legal o ilegalmente, de los recursos del fondo público, con una corrupción sistémica.

El desafío del nuevo gobierno electo será revertir la política destructiva en salud y educación, y para ello deberá enfrentar al poderoso grupo de la salud y la educación privadas. El aumento inmediato de los recursos financieros y humanos es una medida necesaria, Pero, no podemos dejar de traer a este breve análisis, sin embargo, la historia de los gobiernos de Lula, que beneficiaron en gran escala a ambos sectores: el sector empresarial de la educación y el de la salud. Sin embargo, si no hay un aumento presupuestario radical y la destitución inmediata de los bolsonaristas que ocupan puestos en la maquinaría pública clave en ambos sectores, es difícil vislumbrar cambios significativos o solución a los problemas graves que fueron creados o intensificados por el actual mandatario.

Indicativos de la transición y principal compromiso: terminar con el hambre En prácticamente todos los discursos, tanto de campaña como ya electo, Lula señala que el primer compromiso de su nuevo gobierno será acabar con el hambre en Brasil. Como uno de los mayores productores agrícolas del mundo y con un importante papel internacional en la lucha contra el hambre, Brasil alberga a más de 30 millones de seres humanos que padecen hambre todos los días. Se estima que la producción agrícola del país sería suficiente para alimentar a mil millones de personas, sin embargo, debido a la posición que ha ocupado el país en la división internacional del trabajo y las posiciones políticas de los gobiernos y la clase dominante, se produce una brutal masacre de una parte importante de la clase trabajadora, que ni siquiera alcanza el consumo básico de alimentos para subsistir.

Además, en las relaciones internacionales, Brasil vive una

situación bochornosa en la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), intencionalmente provocada por el gobierno de Bolsonaro y los sectores que lo apoyan: por no pagar su contribución obligatoria, puede perder su derecho al Los apasionados discursos voto. Según la FAO, 2019 llegaron a decir que Lula (primer año del gobierno de Bolsonaro) fue el último es el mismo Satanás. año en que Brasil pagó la cuota. La reanudación inmediata de los pagos, pese a la situación económica y financiera que deja Bolsonaro, será pertinente pero insuficiente para superar la situación de miseria que condena al hambre a más de 30 millones de personas solo en Brasil.

Como ya lo demostraron los gobiernos anteriores de Lula, es posible acabar de inmediato con la deplorable situación de quienes padecen hambre garantizando un ingreso mínimo.

Pero ello debe apoyarse en cambios profundos en las políticas públicas, en la estructura de la tierra (reforma agraria), en la garantía de los derechos laborales mínimos (revocar de inmediato la reforma laboral de Temer y Bolsonaro), en la situación habitacional y urbana (y no simplemente una política de vivienda con endeudamiento y sin urbanismo, en la línea de Minha Casa, Minha Vida).

Todos los grandes desafíos y muchas esperanzas, sin embargo, encuentran límites cada vez mayores con cada anuncio que el electo Lula ha hecho para componer el equipo de transición, que, además de diagnosticar la situación, presentará planes de gobierno y nombres para ocupar los puestos de la administración pública. La amplia alianza construida para la elección de Lula se amplía aún más con la inclusión de ciertos sectores oligárquicos, del capital financiero y algunas figuras políticas que fueron centrales en el golpe que sacó del gobierno a Dilma Roussef y participaron de las reformas estatales que llevaron a la calamitosa situación actual.

Para la clase obrera, haber derrotado la continuidad del gobierno protofascista en las elecciones eligiendo a Lula y derrotando a Bolsonaro fue un paso muy importante. Mantener la organización lograda en este proceso y ampliarla, aumentando la fuerza de clase, será fundamental, ya que la clase dominante burguesa sabe cómo seguir participando del juego institucional, asumiendo posiciones centrales en la formación del futuro Gobierno de Lula, elegido por voto popular contra esa misma clase dominante. Se debe mantener la claridad de nuestras banderas y lineamientos, continuando las luchas con esperanza para invertir la correlación de fuerzas n

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Dharavi, en Bombai, es uno de los barrios de barracas más grandes de Asia

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India despierta entre ambición y desorden por Higinio Polo

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uperando a su antigua metrópoli, ya es la quinta economía del mundo. Pronto será la tercera. Pero eso no impide que el país arrastre severos déficits sociales, e incluso experimente preocupantes retrocesos. ¿Cómo entender la India del presente?

En 2012, la India era la undécima economía del planeta. En septiembre de 2022, el Fondo Monetario Internacional publicaba que la India era ya la quinta potencia económica mundial, y The Hindu, uno de los diarios en inglés más importantes del país, recogía con orgullo las palabras de Narendra Modi anunciando que habían superado a la antigua potencia colonial, Gran Bretaña: “Hemos dejado atrás a quienes nos gobernaron durante doscientos cincuenta años”. Que la nueva India adelantase a la antigua metrópoli parecía una revancha de la historia, porque fueron Gran Bretaña y su primer ministro Churchill los responsables de la desgracia india y de la gran hambruna bengalí de 1943, la peor del siglo XX, que causó la muerte de unos tres millones de indios. Churchill, un criminal de guerra, respondió a las peticiones de ayuda de los funcionarios británicos de la India alegando que si la miseria y el hambre eran tan grandes era extraño que Gandhi no hubiera muerto aún.

La India de hoy equivale a la China de 2007, y su potencial económico se sitúa solo por detrás de China, Estados Unidos, Japón y Alemania; y eso a precios nominales en dólares estadounidenses, porque si se atiende a la estadística más ajustada en PPA, es ya el tercer país del mundo por el volumen de su economía. En noviembre de 2022, el economista jefe para Asia de Morgan Stanley, Chetan Ahya, publicaba en el Financial

Times su pronóstico de que para 2027, en valores nominales, la India se convertirá en la tercera economía del mundo, aunque a considerable distancia de China y Estados Unidos. El desarrollo industrial, tecnológico e informático ha sido enorme, y Bangalore, Madrás, Hyderabad y otras grandes ciudades más se han convertido en potentes centros de innovación y tecnología.

Sin embargo, la India sigue siendo un país de enormes desequilibrios y el logro de superar a Gran Bretaña coexiste con una difícil situación interna, donde el gobierno de extrema derecha dirige un país-continente que vive en varios siglos distintos.

Ahya recordaba en su artículo que Modi ha abandonado las “políticas de redistribución” y ha reducido el impuesto de sociedades con el propósito de incrementar las exportaciones y aumentar la inversión y el empleo. El Banco Mundial cifró el crecimiento de la economía india para 2023 en un 8,7%, aunque después fue recortando sus previsiones hasta dejarlo en 6,5%, que otros organismos internacionales rebajan hasta menos de un 5 %, un porcentaje que si bien supone uno de los mayores aumentos del mundo va acompañado de una disminución del crecimiento industrial, una considerable merma de la reserva de divisas, un aumento del déficit comercial y una caída de la rupia frente al dólar que encarece las importaciones de petróleo. Pero Delhi espera mejorar la situación gracias a las

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comunista quedó muy debilitada. Así, el BJP tiene mayoría absoluta en las dos cámaras del parlamento. La clave de su victoria reside en que el BJP consiguió desplazar la lucha de clases y la situación de los trabajadores y campesinos del centro de interés del país por unos planteamientos religiosos y nacionalistas. Tras hacerse con el gobierno, Modi impulsó una política de privatización en plantas siderúrgicas, compañías de seguros y bancos del Estado, junto a la subvención de empresas privadas (asignando tierras, otorgando concesiones Narendra Modi, primer ministro de la India y líder del Bharatiya Janata Party fiscales y préstamos de miles de acuerdos con Rusia y al intercambio comercial en las monedas millones de dólares que no fueron devueltos por los empresaperspectivas, porque la India depende de las compras de crudo rios), amparado en su mayoría absoluta parlamentaria. Esos para el funcionamiento de su economía. favores a la gran burguesía india han sido correspondidos: las El desempleo alcanza a casi el ocho por ciento de la poblagrandes corporaciones financian al BJP, y Gautam Adani (el ción, según el Centre for Monitoring Indian Economy. El inforempresario más rico de Asia y uno de los mayores del mundo, me del Banco Mundial, Poverty and Shared Prosperity 2022, indueño incluso del aeropuerto internacional de Bombay) es el dica que más de las tres cuartas partes de las personas que principal financiador de Modi y su partido. De hecho, la llegacayeron en la pobreza en el mundo en 2020 a consecuencia de da de Modi al gobierno en 2014 fue una consecuencia directa la pandemia eran indias, y el hambre sigue haciendo mella: el del acuerdo entre grandes empresarios indios en el Vibrant Global Hunger Index, GHI, indica que en la India hay un “nivel Gujarat de 2011 para financiarlo y llevarlo al poder, olvidando alto de hambre”, situación que en Asia solo se deliberadamente la escalofriante matanza de da en Pakistán, Afganistán, India y Papúa Nuedos mil musulmanes perpetrada por grupos va Guinea. Se calcula que unos doscientos mide fanáticos hindúes en Gujarat en 2002, Con Modi llones de personas pasan hambre en el país, y cuando Modi gobernaba ese Estado. la desigualdad el veinte por ciento de los niños pesa demaEsa política de privatizaciones y neoliberasiado poco para su edad, lo que revela emalismo no es nueva. Modi la ha compartido con entre ricos y pobres ciación. El país, que corre el riesgo de tener el Partido del Congreso en las tres últimas déhan aumentado. déficit de alimentos pese a ser uno de los macadas: P. V. Narasimha Rao fue primer ministro yores productores del mundo, ha visto con durante cinco años, y Manmohan Singh govergüenza que los vecinos Pakistán y Bangladesh, que también bernó entre 2004 y 2014, siendo ambos miembros del Conformaron parte del Raj británico, tengan mejores indicadores. greso, aunque Singh tuvo que moderar sus intenciones porque La India ha llegado a convertirse en una gran potencia necesitó a la izquierda comunista para formar gobierno entre económica, lastrada por la pobreza, con un gobierno de ex2004 y 2009 y tuvo que ceder en algunos de sus propósitos pritrema derecha desde 2014. En las elecciones generales de 2019, vatizadores. En ese periodo de treinta años han sido privatizael Bharatiya Janata Party (BJP) obtuvo 353 escaños sobre un dos puertos y aeropuertos, empresas de construcción naval, total de 545. En ellas, el BJP consiguió el 37% de los votos y con líneas aéreas, ferrocarriles, refinerías, compañías de telecomusu coalición (Alianza Democrática Nacional, NDA) alcanzó el nicaciones, la red ferroviaria, hoteles, los bancos del sector pú45%. A su vez, el Partido del Congreso consiguió la cuarta parte blico y la siderurgia, entre centenares y centenares de otras de los escaños que obtuvo el partido de Modi, y la izquierda empresas públicas. Pese a ello, la resistencia de los trabaja-

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dores a la privatización consiguió mantener numerosas emdel BJP a un importante porcentaje de la población pobre que presas en el sector público, como las plantas siderúrgicas, murechaza las ayudas a los grupos OBC: disputas entre pobres. chas de las cuales fueron construidas con ayuda de la Unión Modi ha impuesto una política de privatización en sectores Soviética. Ha sido también muy relevante la victoria de los como la sanidad y la enseñanza, agravando la situación de los campesinos (afectados por los bajos ingresos, endeudamiento trabajadores. Pese a ello, las elecciones parciales de marzo de y frecuentes suicidios) en su pulso al gobierno para hacerle 2022 en cinco Estados de la Unión dieron la victoria en cuatro retirar las tres leyes agrícolas aprobadas en de ellos al BJP, y ese desenlace tiene mucho 2020 que facilitaban la penetración de granque ver con la fuerza del movimiento Hindutdes empresarios como Gautam Adani y Muva, la caracterización del hinduismo que defiLos trabajadores indios kesh Ambani. La huelga general de marzo de nió Vinayak Damodar Savarkar en los años de consiguieron impedir 2022 fue seguida por doscientos cincuenta entreguerras y que está arrastrando a decenas millones de obreros y campesinos, en prode millones de indios tras la estela de Modi la privatización de testa por la falta de puestos de trabajo, las gracias al apoyo del Rastriya Swayamsevak numerosas empresas. privatizaciones, las reducciones salariales e Sangh (RSS, una organización paramilitar de incremento del coste de la vida, agravados extrema derecha, fascista, que defiende el napor la pandemia y por las dificultades en los cionalismo hindú) y del BJP. El gobierno censuministros y en la economía mundial, que ha reducido las tral impuso también la Ley de Ciudadanía, que otorga esa conexportaciones. dición a inmigrantes de Bangladesh, Pakistán y Afganistán, exLa Covid-19 causó estragos en la precaria sanidad pública, cluyendo a los musulmanes, y que encendió los enfrentamiencon miles de muertos diarios en 2021, mientras los hospitales tos en Delhi que causaron más de treinta muertos en febrero privados rechazaban atender a los afectados, y la pandemia no de 2020 ante la pasividad de la policía y del gobierno de Modi. se ha detenido. La inflación en 2022 es del 8 %, y algo más alta En Cachemira, el gobierno de Modi ha creado una gravísima sien la India rural, aunque es mayor para los alimentos de prituación con una dura política represiva, cierre de medios de mera necesidad. Si la desigualdad ha imperado siempre, con comunicación, utilización del ejército, manipulación de cenModi ha aumentado y las diferencias entre ricos y pobres se sos electorales para beneficiar al BJP y feroz persecución de las acentúan, con ventajas fiscales para la burguesía y deterioro protestas, y son frecuentes los asesinatos por diferencias polídel salario de los trabajadores a causa de la inflación. La difícil ticas. Los campesinos cachemires se enfrentan a la caída de situación de las mujeres, de los campesinos, los crecientes ataques violentos contra los parias en muchos Estados, la limitación de la libertad y los derechos democráticos...

Todo se ha agudizado con Modi. La falta de viviendas es un serio problema, en las ciudades y en el campo, porque la mayoría de la población dispone de alojamientos inadecuados, a veces junto a desagües y cloacas, de los que la expresión más evidente son los gigantescos barrios de barracas de Bombay, Delhi o Calcuta, mientras proliferan los nuevos barrios para la burguesía y la mesocracia con recursos. Los problemas alrededor de los grupos OBC (Other Backward Class, denominación utilizada para identificar a las castas más atrasadas, que, de hecho, son más de la mitad de la población del país) a los que el gobierno debe proteger guardando un porcentaje del empleo público, diviGautam Adani es uno de los empresarios más ricos del mundo. den a la población y congregan alrededor

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precios agrícolas, transportes deficientes y acusado descenso del nivel de vida.

La abrumadora campaña del gobierno Modi imponiendo un discurso nacionalista e hinduista, de rasgos primarios y emocionales, con recurso a constantes rituales religiosos y ataques a la amplia minoría musulmana (que ha llegado al extremo de que la policía azote en público a jóvenes islámicos, y a perdonar parte de las penas a convictos condenados por la violación y el asesinato de musulmanes), y la persecución a los dalit o intocables, explica una parte de la fuerza electoral del Bharatiya Janata Party: esos fundamentos religiosos y nacioConcentració en apoyo del Communist Party of India (M) en Calcuta, Bengala Occidental nalistas han arrastrado también a parte de causó después miles de muertos en enfrentamientos, un los dirigentes de trabajadores sindicados y de sindicatos (ligapoderoso instrumento que aumenta el fanatismo religioso y la dos a castas superiores), que se han convertido en duros crítiviolencia y sirve a los propósitos del BJP. De hecho, la concos de los comunistas que mantienen desde hace un siglo el strucción del templo, que Modi prometió que estará listo en combate real contra la esclavitud y por la abolición del sistema enero de 2024, forma parte de su estrategia para volver a ganar de castas. Aunque la discriminación por castas está prohibida las elecciones. por la Constitución, el combate contra ese sistema es duraEntre la minoría musulmana se había fortalecido el Frente mente señalado por el RSS y el BJP como un intento de dividir Popular de la India (PFI), un movimiento islamista radical que a la “nación hindú”, discurso que ha arraigado en buena parte ha sido acusado de mantener lazos con al-Qaeda y con los talide la población. Al mismo tiempo, Modi también mantiene bán afganos, y que se enfrenta a los hinduistas del RSS en programas de asistencia social, y la elección de Draupadi MurKerala y Karnataka, donde ambas organizamu (perteneciente a la comunidad santhal) ciones han cometido asesinatos. El ministerio como presidenta del país es un guiño a las midel Interior prohibió las actvidades del PFI en norías tribales. Más de treinta organizaciones La India ha llegado septiembre de 2022 por un periodo de cinco confluyen en el activo Dalit Shoshan Mukti años. La trayectoria sectaria, violenta y nacioManch (DSMM) que lucha contra la discrimia convertirse en una gran nalista del RSS y del PFI alimentan la lógica nación de castas. De hecho, solo el DSMM y los potencia económica, del enfrentamiento entre comunidades relicomunistas se oponen activamente a la perselastrada por la pobreza. giosas. El BJP además interviene en el interior cución a los dalit o intocables. de otros partidos, compra voluntades, en los La alianza del BJP con la Rastriya SwayamEstados y en el Parlamento, persigue a la izquierda recurriendo sevak Sangh (RSS) no solo persigue a las minorías, sobre todo a la violencia y los asesinatos, e intenta desestabilizar gobierla musulmana. También pretende imponer el hindi en todos nos de izquierda.

En el Estado de Kerala, donde gobierna el los centros de enseñanza, y busca la centralización política en Frente Democrático de Izquierda (LDF, una coalición de los nombre de la “nación hindú”. En un país tan diverso y caótico dos partidos comunistas y otros partidos menores de izquiercomo la India, la Constitución consagra el federalismo y la exida), el BJP intenta apoderarse del sistema universitario del Esstencia de veintidós idiomas oficiales, algunos tan extendidos tado para derribar al gobierno del LDF e introducir sus postucomo el bengalí hablado por cien millones de personas en la lados nacionalistas e hinduistas en las universidades, sin que el India (Bengala) y otros ciento cincuenta millones en la vecina Partido del Congreso haya mostrado una decidida oposición.

Bangladesh; el tamil, con setenta millones, y el maratí, otros En Bengala Occidental, un gigantesco Estado con cien millosetenta millones de hablantes. Ese plan tiene en el proyecto nes de habitantes, los errores del Partido Comunista (M) llevapara la construcción del templo de Ayodhya (la ciudad de ron a la pérdida de la mayoría parlamentaria y del gobierno en Rama, santa para el hinduismo), en el lugar donde había una 2016, y una escisión del Partido del Congreso, el anticomunista mezquita cuya demolición por fanáticos hinduistas en 1992

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All India Trinamool Congress (TMC) de Mamata Banerjee, pasó La política exterior de la India estaba tradicionalmente cena formar un gobierno que rápidamente derivó en un pozo de trada en sus más cercanos vecinos: Nepal, Sri Lanka, Bancorrupción y una maquinaria represiva contra protestas y glaDesh, con una actitud vigilante hacia Pakistán, enemigo huelgas. El descrédito creciente de la primera ministra Banerdesde la partición de 1947, protagonista de la disputa por Cajee le ha llevado a acercarse más al BJP y a Modi para hacer chemira y frecuente instigador de atentados terroristas en la frente a la oposición comunista que está impulsando gigantesIndia. En segundo plano se situaban Japón, Corea del Sur y los cas protestas contra el gobierno. En el Estado de Tripura, en los países de la ASEAN. También definía su diplomacia la impoúltimos tres años, más de seiscientos locales comunistas y más nente presencia de China y la relación histórica con Moscú, y de tres mil domicilios de militantes fueron su creciente aproximación a Estados Unidos. asaltados, saqueados e incendiados por gruSu nueva influencia y su potencial económipos fascistas de matones del BJP, ante la pasico han otorgado nuevo vigor a su política La discriminación vidad de la policía, creando un ambiente de exterior: su pertenencia al BRICS, al QUAD, por castas está prohibida, terror. El 21 de octubre de 2022, un masivo su reclamación para ser miembro permanenpero en la práctica mitin del Partido Comunista en Agartala, la te del Consejo de Seguridad de la ONU (intesigue existiendo. capital de Tripura, que reunió a cuarenta mil gra el G-4 con Japón, Brasil y Alemania, que personas, fue obstaculizado por numerosos también lo piden), junto a su creciente activipiquetes de sicarios del BJP que se desplazadad en las crisis internacionales, y su atento ban en vehículos y que atacaron a los asistentes causando nuseguimiento de las negociaciones nucleares entre las grandes merosos heridos. potencias y del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) del Modi está reescribiendo la historia de la India, introduce lique no forma parte, así como su cauta fiscalización del nuevo bros sagrados hindúes en los programas escolares, ataca a Afganistán talibán, su atención a Oriente Medio y su amistosa Nehru y al moderado socialismo de las primeras décadas de relación con Irán, dan fe de la nueva ambición de Delhi. libertad, y destaca el papel del nacionalismo hindú en la conBajo el gobierno Modi, la India pretende convertirse en una quista de la independencia. También, ataca al Congreso (recorde las potencias protagonistas del nuevo orden internacional dando la evidente corrupción de sus gobiernos y aprovechando que está surgiendo y que sustituye a la anterior e incontestable su debilidad actual) y a los comunistas, achacándoles las difihegemonía estadounidense del último cuarto de siglo. Quiere cultades del país, mientras contempla con satisfacción las ejercer su autonomía y dejar atrás su papel secundario en las disputas internas y las dificultades del Partido del Congreso. La relaciones internacionales: pertenece al QUAD que le liga a histórica organización de Nehru e Indira Gandhi ha padecido Estados Unidos, Japón y Australia frente a China, pero en octuen los últimos meses la fuga de dirigentes regionales que se han bre de 2022 no aceptó seguir las indicaciones de Washington pasado al BJP de Modi, y que han llevado a Rahul Gandhi, RaGa, junto al primer ministro de Tamil Nadu, M. K. Stalin, a lanzar el movimiento Bharat Jodo Yatra (Unite India March) en septiembre de 2022, una apuesta por reforzar el Congreso ante las próximas elecciones en 2024. La marcha pretende recorrer 3.500 kilómetros caminando desde el sur tamil de la India hasta Cachemira en cinco meses, para unificar a los indios contra el gobierno de Modi, contra la desigualdad y el desempleo. En noviembre de 2022, la marcha había recorrido dos mil kilómetros, y esperan culminarla en febrero de 2023. Otro dirigente del Congreso, Jairam Ramesh, ha criticado la decisión del Tribunal Supremo de poner en libertad a los asesinos del primer ministro Rajiv Gandhi (padre de RaGa) que han pasado veintitrés años en la cárcel: son Nalini Sriharan, la única india, y otros La huelga general de marzo de 2022 fue seguida por 250 millones de trabajadores cinco condenados de Sri Lanka.

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para aprobar una resolución contra Moscú en la ONU por la incorporación a Rusia de cuatro regiones ucranianas de habla rusa. La diplomacia india cree favorable para sus intereses el surgimiento de un nuevo mundo con varios centros de poder, donde le será más fácil defender sus intereses nacionales.

Rusia sigue siendo el principal proveedor de armamento de la India, y la decisión del gobierno Biden, en septiembre de 2022, de cerrar un importante acuerdo con Islamabad para facilitar 450 millones de dólares para los F-16 pakistaníes, no gustó al gobierno de Modi, que expresó públicamente su enojo. La revocación del estatuto especial del Estado de Jammu y Cachemira aumentó la tensión y enconó más las diferencias con Pakistán. Ese es su principal problema.

Modi mantiene que la India, el segundo país más poblado del planeta y la quinta economía mundial, debe ser uno de los centros del nuevo esquema de relaciones internacionales, y comparte la visión de su ministro de Asuntos Exteriores, Subrahmanyam Jaishankar, que cree que el desarrollo de Asia depende sobre todo de la relación entre China e India; aunque la relación entre ambos países no siempre es fácil, China ofrece a ingenieros y científicos indios posibilidad de desarrollo en sus compañías tecnológicas. Jaishankar es también miembro del BJP, ha servido como embajador en Pekín y Washington, y es un experto en asuntos nucleares que negoció el acuerdo con Estados Unidos que entró en vigor en 2009 aceptando separar los centros nucleares civiles y militares indios y permitir el control del OIEA de las instalaciones civiles. El pragmatismo de Modi y Jaishankar no está reñido con su aspiración de ver reconocida a la India como una de las principales potencias del mundo. Jaishankar es partidario de profundizar las relaciones con China, aunque también suscribió con Estados Unidos en 2020 el acuerdo BECA para intercambio de información de inteligencia, decisión que disgustó a Pekín. Por su parte, Estados Unidos envió a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a Delhi en noviembre de 2022, quien manifestó que los dos países son “aliados naturales”, y que las tensiones en las cadenas de suministros a causa de la guerra de Ucrania estaban acercando a la India y Estados Unidos. Sin embargo, Washington recela de la creciente autonomía de Delhi y es también consciente de que sin la participación de la India su estrategia para el Indo-Pacífico no va a funcionar. Mientras, Washington continúa reforzando su dispositivo militar en la región: en los días de la visita de Yellen, el U.S. Indo-Pacific Command anunció que Estados Unidos ampliaba los recursos de su Fuerza Espacial en los océanos Índico y Pacífico “para detectar e interceptar misiles balísticos lanzados desde China o Corea del Norte”.

La India mantiene su histórica relación con Moscú y ha

aumentado significativamente las compras de petróleo ruso, aprovechando la creciente desconexión de los compradores europeos. Delhi esperaba conseguir ventajas adicionales si empeoraba la relación de Pekín con la Unión Europea, pero al mismo tiempo es consciente de que uno de los perdedores de la crisis suscitada por la guerra en Ucrania es Europa. La prudencia del gobierno Modi respecto a la guerra en Ucrania incomoda a Estados Unidos, mientras los comunistas indios la ven como un enfrentamiento global de Rusia con Estados Unidos y la OTAN, con Ucrania como teatro de operaciones, y defienden al mismo tiempo el cese inmediato de los combates, la apertura de negociaciones y el fin de la expansión de la OTAN hacia el Este de Europa.

Modi también anunció en el Foro de Vladivostok que su país quiere participar en los planes y nuevas rutas para el océano Ártico que está desarrollando Rusia y en los que colabora China, y en la cumbre del G-20 en Bali insistió en que la ONU y las instituciones internacionales no han podido hacer frente “al caos en el mundo” y a los principales riesgos de nuestros días: cambio climático, guerra de Ucrania, ruptura de las cadenas de suministro y pandemia de la Covid-19. En esos mismos días, Xi Jinping insistía en su entrevista con Biden en la necesidad de salvaguardar el sistema de Naciones Unidas.

Guardando las distancias y sin implicarse en operativos agresivos, India acepta incorporarse a mecanismos militares urdidos por Washington, que sigue presionando al gobierno indio para que cierre filas con el bloque occidental, y mantiene cautela ante la evolución de sus relaciones con China, aunque ha cerrado un acuerdo para pacificar la frontera del Himalaya entre los dos países: en septiembre de 2022, los soldados chinos e indios destacados en la zona empezaron a retirarse del llamado Punto de patrullaje en la zona de Gogra-Hotsprings a lo largo de la Línea de control real (LAC) al este de Ladakh. En esa zona hubo enfrentamientos en abril y mayo de 2020. Pekín busca apaciguar la frontera común y Delhi es consciente de que su gran vecino tiene el asunto de Taiwán entre sus prioridades. Rusia quiere mantener la histórica buena relación con Delhi, y China se abstiene de realizar movimientos que empujen a la India en brazos de Estados Unidos: tanto en el QUAD como en el sur de Asia y en la relación con la ASEAN, Pekín quiere evitar un alineamiento de Delhi con Washington.

El gobierno de extrema derecha de Modi se desempeña con habilidad utilizando la carta nacionalista e hinduista en el interior de un país que se desarrolla pero deja atrás a centenares de millones de personas que viven en la miseria y la precariedad, y navega entre aguas en el complejo escenario internacional, mientras refuerza su papel: espera su momento para ser reconocida entre las grandes potencias n

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La ley trans y los menores: escuchar sin etiquetas por Adriana Flórez López

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unque la Ley Trans pretenda despatologizar a quienes afirman que su sexo no corresponde con su identidad, su aplicación comportará el deterioro de la salud física y mental de las nuevas generaciones. ¿Por qué se impide una atención psicológica adecuada?

La extrema derecha y su órbita se frota las manos viendo cómo las fuerzas democráticas impulsan la ley de autodeterminación trans. Ha visto ahí un roto por el que pueden desbarrar, horadado en medio de una confusión de lo más enrevesada, que atiza una polarización profunda y de difícil salida: las etiquetas (en realidad insultos) suplantan a los argumentos, y el silenciamiento de las voces discordantes al diálogo. Y entre tanto, la ley en cuestión tendrá consecuencias para nuestros hijos e hijas desde la infancia. Urge restaurar el consenso democrático conjugando el verbo retejer (ahí donde los lazos se han roto) con aquel otro verbo que no es habitual en política pero que enaltece a quien se atreve: rectificar.

Según sus impulsores, uno de los objetivos de la ley es la despatologización y desmedicalización de la intersexualidad, de la transexualidad y de la condición de quienes afirman tener una identidad que no se corresponde con su sexo. Sin embargo, existe el riesgo de que favorezca lo contrario; pues facilitar la llamada transición social desde la infancia podría producir, tal como ha ocurrido en otros países, un aumento en la demanda de tratamientos hormonales y quirúrgicos; y de casos con efectos lamentables.

Para los y las menores resulta vital no identificar la escucha profesional que pueda prestárseles con su patologización o tutela. Pero ¿acaso que un o una menor quiera que le llamen de otro modo es un problema por atender? Pues no, un problema

no, pero tampoco sería sensato quedarnos con los titulares creyendo saber qué es lo que le pasa y qué es lo que necesita antes de haberle escuchado en condiciones. La despatologización no pasa por privar de atención, sino por que ésta sea adecuada: una atención ni “afirmativa” ni “conversiva”, sino ética.

Pues bien, psicoanalistas y psicoterapeutas de todo el mundo nos hemos ocupado de cuestionar el estatuto de los llamados “trastornos”, sobre todo cuando son considerados, no como un modo de nombrar cuadros sintomáticos, sino como enfermedades, incurriendo en una patologización y medicalización contraproducentes. Sin embargo, a propósito de la emergencia trans, el verbo “despatologizar” podría funcionar como un mero emblema que lleve a las antípodas de lo que promete, si se usa para cancelar espacios en los que elaborar inquietudes relacionadas. Máxime entre los menores, pues sería precisamente la incapacidad de elaborar y desarrollar esas inquietudes lo que podría conducir a la medicalización por medio de hormonas e intervenciones quirúrgicas. Pero en la enorme mayoría de los casos, esas inquietudes no serían sino signos del desarrollo, exacerbados por diversas circunstancias que son las que habrían de ser atendidas; como la retroalimentación social imperante, y en el caso de las chicas la creciente hipersexualización asociada a la violencia y subordinación que soportan las mujeres.

Datos: las chicas representan en general, el mayor porcenta-

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je de las demandas de transición; en Estados Unidos, la canticimientos científicos vigentes ampliamente compartidos, dad de intervenciones para extirparle los senos a adolescentes negando la realidad biológica del sexo que nos diferencia a homaumentó 389% de 2016 a 2019; hay un aumento alarmante del bres y mujeres, más allá de los modos que cada quien tengamos consumo de pornografía, entre chicos a edades cada vez más de subjetivar esta diferencia. Sobre esto, académicas docentes tempranas; y el Instituto Nacional de Estadística (2019) advierconsideran estar asistiendo a la “construcción del alumnado te que los delitos sexuales cometidos por adolescentes de entre trans”, llegando incluso a identificar la implementación de 14 y 17 años crecieron un 70% en cuatro años1. El carácter inmecanismos similares a los del reclutamiento sectario2. quietante de esta realidad para niñas, adolesY todo esto ocurre en medio de un contexto centes y jóvenes, así como la retroalimentade lo más enrevesado. Se niega el sexo estaLas inquietudes ción social antes mencionada, se potencian bleciendo una sinonimia entre “sexo” y “géneen su interacción con conflictos personales ro”, y una equivalencia entre “la defensa de los de los hijos que suelen tener la última palabra, por ello, se derechos humanos de las personas transeestán íntimamente requiere una escucha, caso por caso, que trasxuales” y “la creencia en el género como idenligadas a las de sus padres. tidad”; a cualquier crítica en relación con esta cienda todo marco explicativo previo.

Decir de un niño que sufre “disforia de géúltima, se le cierra la puerta del entendimiennero” o “disconformidad de género” es ponerto en las narices, espetándole la acusación le un rótulo. Eso es verdad. Y aunque las generalizaciones evenpunitiva de “transfobia”. ¿Se trata de poner coto a los delitos de tualmente son necesarias, es imperativo ético trascenderlas odio o de censurar el disenso en relación con determinadas poniendo al malestar del que se trate su nombre propio (“el creencias? malestar de Juanito”, “el malestar de Juanita”); haciendo así un Entre tanto, el riesgo al que están quedando expuestos los y silencio que permita escuchar. Sí, ¿por qué no? Que nos diga las menores, según ha quedado patente en otros países, no es tranquilamente lo que le pasa. Nadie tiene por qué venir a baladí. Por eso se debe de evitar que, en nombre de la despatodecírselo, hay que dejarle hablar. Y que así, diciendo, pueda ir logización, la ley viniera a normalizar un procedimiento medescubriendo con sus propias paladiante el cual creamos ya saber lo que bras, más allá de todo diagnóstico o inle pasa al niño o a la niña, remitiéndoterpretación apriorística, de qué va su lo de manera automática a una instaninquietud. Pero para que eso ocurra, el cia representante de las ideas transgeo la profesional que le atiende tiene neristas. Y, a pesar de las intenciones, que quitarse de un lugar de saber: juseso sería marcarlo de un modo rotunto lo contrario a posicionarse como esdo, pues esto ya implica un diagnóstico pecialista de algún tipo específico –ya y/o interpretación que condicionará su por ello etiquetado– de inquietud o desarrollo con consecuencias de por malestar. Y es que despatologizar no es vida: es de acuerdo con la imagen que cambiar una etiqueta por otra. Esle devolvemos de su ser que construirá cuchar es otra cosa. la representación de sí.

Somos su espejo, y no conviene rePor eso, decirle a un o una menor forzar lo que ya de por sí ocurre a través “no te preocupes no tienes disforia, lo del mundo virtual en el que los y las que te pasa es que tal vez eres trans y, menores se miran también como al espor eso, te vamos a mandar a la unidad pejo. Tanto es así que la respuesta a correspondiente” no le libra en absoaquella preciosa pregunta de “¿dónde luto de etiquetas; en el ámbito educaestán los niños cuando juegan?” en detivo ya se observa que algunas familias masiadas ocasiones y a edades demadel alumnado influenciado por las siado tempranas se ha simplificado, ideas transgeneristas se sienten desamporque muchos y muchas ya no jueparadas cuando las mismas Adminisgan, o al menos no tan libremente cotraciones dirigen a sus hijos e hijas a las asociaciones transactivistas que las El Ministerio de Igualdad presentó el cartel 'Crecer con orgullo' mo cuando lo hacían con cualquier caja de cartón, y porque tristemente, difunden; siendo contrarias a los conodirigido a 'las primeras etapas educativas'

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su padre, a su madre, a sus hermanos y al mundo entero, no quiere decir que quiera que su deseo se cumpla. Ello suele ser obvio para los adultos. Pero, a vees, parte del tormento de los niños consiste en que creen que ¡el genio de la lámpara existe! No es otro el origen de sus peores pesadillas –ni el de las nuestras–. Por eso los tranquiliza tanto que los adultos den testimonio de su afortunada inexistencia, no asustándose con la manifestación de sus deseos, y no actuando frente a ellos como si fueran órdenes. ¿Y esto qué tiene que ver con que un menor quiera ser nombrado o nombrada de otro modo? No hay duda de que quiere cambiarse el nombre, pero… ¿De verdad quiere que se cumpla su deseo? Esa ya es una pregunta más complicada, entre otras cosas porque depende de cada caso.

Entonces, so pretexto de respetar “la voluntad del menor” y de librarnos de toda supuesta transfobia, ¿vamos a prohibir preguntarnos por qué Juanita La ministra de Igualdad, Irene Montero, en el acto de los premios Arco Iris del Orgullo quiere que le llamen Juanito o viceversa?, ¿vamos a inhibir la posibilidad de preguntar, no vaya a ser que desapareció el enigma: ya sabemos dónde están. Calladitos y ello nos cueste una multa de 150.000 euros?, ¿vamos a pedirle sin molestar: en el mundo algorítmico de lo virtual. ¿No sería al profesorado que se marque un genio de la lámpara llamánmejor apartar a los y las menores de las pantallas (de las que se dole al o a la menor en el cole según lo pida, sin tan siquiera sirven para atribuirse etiquetas e interpretaciones) para escuinformar a sus padres? Lejos de lo que pudiera parecer a pricharlos mejor? Pero ¿qué quiere decir escuchar? mera vista, obedecer a los menores sin mediar palabra, en este Cuando se trata de la infancia, aunque no solo, escuchar mey en cualquier otro caso, obstaculiza gravemente sus posibilijor tiene que ver, entre otras cosas, con recudades de expresión plena. perar la dimensión del juego que conduce a Sin duda se trata de una situación a tratar la más alta capacidad humana, la que nos con suma delicadeza. Y precisamente por eso, La diversidad de caracteriza como especie: la capacidad simlos y las menores agradecerán una atención las identidades bólica. Esa que se vehiculiza mediante la papausada que reconozca la dignidad de sus prolabra y que, en sus albores, nos lleva hasta las profundizaría la disolución pias y siempre sorprendentes palabras; un luestrellas o como poco hasta la luna, montagar de escucha que podríamos llamar “radical” del lazo social. dos en una caja de cartón. Porque es ahí, no en la medida que estuviese libre de prejuicios. en las estrellas, no, en la caja tampoco, sino Una atención que atienda caso por caso; y leahí donde están los niños y niñas cuando jos de patologizar, trascienda etiquetas y juegan, donde de verdad se les puede escuchar. Pero no de humanice. Porque nuestra singularidad como especie estriba cualquier modo, aquí sí, hay que saber y ser especialistas, pero en la capacidad de simbolizar mediante el lenguaje. Saber lo de la ética que implica escuchar sin rótulos, sin etiquetas. que nos pasa y quiénes somos, por cierto, es algo que nunca, ni Cuando un niño o niña le dice a sus padres que los quiere… menores ni mayores, conseguiremos del todo, porque se conpero matar (a veces pasa) ¿es cierto que los quiere matar? juga en un gerundio que dura toda la vida. “Soy el poema, no el Bueno, hay una noticia buena y otra mala. La mala es que sí poeta”, decía Lacan. ¡por supuesto!, las palabras de los niños hay que tomarlas de Por otra parte, ¿podría ocurrir que después de unas cuantas manera literal, porque no tienen todavía formados los filtros sesiones solo con los padres, en las que, además, no hablaran propios de una estructura psíquica adulta saludable y las mesino de ellos mismos y su historia, su hija o hijo pequeño dejatáforas todavía no las saben usar. Y, entonces, ¿cuál es la notira de manifestar el deseo de cambiarse el nombre, y que ello cia buena? Que el hecho de que un niño o niña quiera matar a tomara por sorpresa incluso al profesional que hubiera pro-

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Manifestación contra la Ley Trans. Madrid, 25 de junio de 2022

Manifestación feminista. Madrid, 25 de noviembre de 2022

porcionado el espacio de escucha correspondiente? Sí, podría ocurrir. Precisamente porque ello no depende de las interpretaciones del o la profesional sino de todo lo contrario, de que éstas brillen por su ausencia; y de que dispuesto o dispuesta a sorprenderse, haya escuchado sin objetivos prefijados, pretensiones o prejuicios; de que haya estado ahí, sí, pero de un modo propicio para que los interesados hicieran libremente su propia elaboración. Un voluntarismo por parte del o la profesional que habría de presidir una “terapia de conversión” o una “tutela” es algo que está muy lejos de este modo de proceder. Se trata de una ética que, aunque característica del psicoanálisis, puede asumirse en otros abordajes.

De todos modos, lo que sí sabemos es que las inquietudes de los hijos y las hijas están íntimamente –aunque no directa ni

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explícitamente– ligadas a las de sus padres, sobre todo cuando son pequeños.

Por eso, y por otras muchas cosas, está totalmente contraindicado no contar con ellos a la hora de atenderles. Otro tanto ocurre en la adolescencia. Si bien los padres han de reconocer los espacios de autonomía que sus hijos están construyendo en esa etapa para no invadirlos, ello jamás habría de conducirlos a dimitir de su función, ni a nosotros a dejar de contar con ellos (aunque ya de otro modo) en uno de los momentos de la vida de éstos en los que con mayor apremio los necesitan, aunque parezca lo contrario. A la hora de legislar, esto debiera de tenerse muy claro so pena de venir a hacer verdaderamente mucho daño (sin por ello dejar de contemplar los casos de maltrato familiar, claro está).

Así pues, gracias a que las palabras de un niño o niña sean tomadas en serio, sí, pero con la dignidad humana que les corresponde (es decir, considerando su capacidad de señalar otra cosa y otra escena), que una menor diga que quiere ser niño o viceversa puede ser una oportunidad de oro, una oportunidad para que en la vida de ese menor o de esa menor, cambie algo incluso más importante que su nombre de pila. Pero eso no es posible si se excluye a sus padres y si no se le escucha; es decir, si se considera que cuando un menor o una menor manifiesta el deseo de cambiar su nombre lo único que se puede y se debe hacer es obedecerle. A lo mejor toca cambiarle el nombre, tal vez sí, eventualmente pudiera llegar a ocurrir. Pero ¡cuidado!, porque una caja de cartón sirve para jugar a muchas cosas.

P.d. Las etiquetas con que respondemos a los argumentos que nos cuestionan, son “armas” que activamos por un acto reflejo indigno de nuestra humanidad. Depongámoslas ya. Es la capacidad simbólica y su precursora caja de cartón, la que nos lleva de la tierra a la luna, de la noche al día y de las etiquetas, de los rótulos a la palabra… ¿Jugamos?

Epílogo ¿Cómo explicar la violencia endémica contra las mujeres en sus cada vez más siniestras nuevas ediciones? Una hipótesis psicoanalítica (de Robert Levy), afín a otra antropológica (de

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Rita Segato) es entender la violencia nuestros cuerpos desmembrados: contra las mujeres como síntoma de “persona menstruante”, “persona gesla disolución del lazo social y de la tante”… y, al final, “vientre de alquiler”. consecuente falta de simbolización Y aunque fuera solo una la persona que caracterizaría a un nuevo e invique se apuntase a la transición referisible “amo sin nombre” que, cada vez da, el significado de la palabra “sexo” más sofisticado y mortífero, reina ya se habrá trastocado. Se trata de una bajo el imperativo de goce de la lógicuestión semiótica elemental, aunque ca del mercado. Ciertamente, el disal parecer le ocurre lo que a “la carta curso capitalista más que instituir robada”, solo que en este caso el botín disuelve el lazo social: cada quien va es mucho más cuantioso. Pues de la a lo suyo. Y fenómenos tipo “la manaperpetuación del sometimiento de las da” y/o los crímenes de guerra contra mujeres (la mitad de la humanidad) las mujeres, entre otros, tendrían que depende, en buena medida, que la rever con esto. Pues, ahí donde lo que rige producción de la fuerza de trabajo siga es la ley de la selva, la guerra o el merteniendo el menor costo posible y la excado, la exclusión no es nombrada o tracción de plusvalía (en términos psisimbolizada bajo la forma de un ideal coanalíticos: expoliación de goce) sea, que abarque a un “nosotros”, sino que correlativamente, la mayor posible. simplemente se actúa, por ejemplo Es por eso que, mientras la apuesta sobre el cuerpo de las mujeres. por la igualdad de oportunidades entre La reivindicación de la diversidad hombres y mujeres cuestiona de raíz la de las identidades podría estar prológica mercantil de la máxima gananfundizando esta disolución del lazo cia, las “identidades” –lo estamos viensocial en la medida que da cuerpo (y do– se pueden convertir en objeto de Mensajes contra profesores acusados de tránsfobos da el cuerpo) a un imperativo que consumo3. Entre los pequeños y peen la Universidad Complutense de Madrid. Octubre 2022 queñas porque aún no distinguen reapone el acento en el plano identitario lidad de fantasía, todavía creen en los de la imagen y en unos derechos inSantos Reyes; y entre adolescentes porque en dividuales cada vez más fragmentados y disoCualquier crítica a su plena y maravillosa metamorfosis, asociados del bien común. Pero también actúa lo trans como ideología mando recién sus alas, extremadamente vulcomo una nueva forma de exclusión: disolnerables, por momentos… ¡no saben ni quieviendo el significante que nombra a las mujeidentitaria es acusada nes son! Necesitan que estemos ahí, que nos res, disuelve también el lazo que ellas han de transfobia. crezcan las orejas y que les hablemos, sí, pero construido a lo largo de años de historia para sin venderles nada. Solo necesitan tiempo, su defenderse de la subordinación a la que han tiempo, para ir encontrándose. No debemos sido abocadas. Por lo que este imperativo de permitir que se los robe nadie n las identidades basadas en la imagen corporal supone, quizá, la más nueva edición de la violencia contra las mujeres, la cual, bajo el manto protector de una nueva correcNotas ción política, tiende a imponerse disimuladamente en muchos 1.Carrasco, Silvia (Coord.). La coeducación secuestrada. Crítica femiámbitos, empezando por el del lenguaje. nista a la penetración de las ideas transgeneristas en la educación.

Una vez que el dato del sexo registral sea modificable en funEd. Octaedro, 2022. ción de la voluntad, su significado será suplantado por el de “la 2. Ibid. identidad sentida”. Así, se eliminará de nuestro acervo lingüís3. Debiéramos tomar un lápiz y sacarle punta para hacer cuentas, que tico la palabra que necesitamos para referir su realidad, la del es lo que ha hecho Jennifer Bilek y la Alianza contra el borrado de las sexo, y sus consecuencias sociales. Las mujeres nos quedaremujeres al preguntarse “¿Quiénes son los hombres multimillonarios mos sin el recurso más elemental con el que contábamos para que están financiando la ideología transgénero?” Se puede consulsimbolizar nuestra historia de exclusión y de lucha; dejando tar aquí: https://contraelborradodelasmujeres.org/financiacion/

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Esteban Hernandez (fotografías de Salomé Sagüillo)

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El imperativo de la cohesión social Entrevista a Esteban Hernández por Salvador López Arnal

A

nalista político de amplio reconocimiento, Esteban Hernández es Director de la sección de Opinión de El Confidencial. A sus últimos libros, El tiempo pervertido. Derecha e izquierda en el siglo XXI (2018) y Así empieza todo (2020), debemos sumarle la recién publicación de El rencor de clase media alta y el fin de una era (2022). Un libro valiente sobre el que centramos una buena parte de esta entrevista.

—¿Qué tipo de rencor es ese rencor de clase media alta al que hace referencia en el título de su último libro? ¿A qué sectores alude con la categoría “clase media alta”?

—Existe una paradoja en esta época. En España, y en general en los países occidentales, las clases medias son mayoritariamente dominantes como categoría política. Aunque buena parte de la población posea recursos propios de la clase trabajadora, y por más que sus empleos pertenezcan también a esa categoría, la autopercepción es de clase media. Ya sea por motivos culturales, de formación, aspiracionales o por simple mímesis, la gran mayoría de la gente dice de sí misma que pertenece a la clase media, con los matices que se quiera. Al mismo tiempo, vivimos procesos de desigualdad que implican fundamentalmente el adelgazamiento de esa categoría social: hay una bifurcación que provoca que partes de esa clase, las menos, asciendan socialmente y otras, las mayoritarias, que desciendan en la escala y se convierta en clase obrera. La mayor parte de las clases medias están descubriendo que eran pobres en excedencia, o clases trabajadoras en excedencia. De modo que tenemos una situación material en la que la pérdida de nivel de vida y de oportunidades de futuro es mayoritaria, al mismo tiempo que la autopercepción como clase media es cada vez mayor. Y eso tiene consecuencias políticas en distintos niveles.

—Por ejemplo…

—Por una parte, porque está generando un evidente malestar, que todavía no ha sido aprovechado políticamente de manera clara por ningún partido en concreto.

Hasta ahora, ha existido una separación política evidente entre los proyectos de izquierda y derecha, es decir, socioliberales y neoliberales, que han conformado dos idearios, uno progresista y otro económicoliberal, a los que las poblaciones que votan se han ido adscribiendo y van dando su apoyo. En ese terreno, cada vez las discusiones están más cargadas de moralismo y menos de proyectos políticos, y por eso las cuestiones culturales están siendo relevantes.

—Sin embargo, no son inexistentes las apelaciones a la clase obrera...

—Las apelaciones a la clase obrera no funcionan, ni pueden funcionar en un instante en que casi nadie se reconoce como tal. Se ha intentado movilizar a las poblaciones desde nuevas categorías, el pueblo y las élites, por ejemplo, derivando hacia la visión populista, no solo porque fuera más útil o más pragmático, sino porque era mucho más sencillo que las poblaciones se reconocieran en ese vocabulario que en el tradicional de clase. Sin embargo, ese viraje populista no ha encontrado tampoco un proyecto en el que esas categorías pudieran reconocerse: las apelaciones al pueblo se han formulado desde espa-

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cios claramente vinculados con la derecha y la izquierda tradide explicar fenómenos como el Brexit, la elección de Trump o cionales. Ocurrió con Podemos, que rápidamente viró desde el ascenso de Le Pen. En definitiva, partes resentidas de la un mensaje populista indefinido hacia el intento de derribar el sociedad que no se adecúan al progreso y que tratan de tirar régimen del 77, algo que la gente no entendía bien, que le hacia atrás de la cuerda de la Historia. Toda la retórica sobre resultaba extemporáneo, después hacia la simple intención de la nostalgia que suelen utilizar las facciones progresistas sacar al PP del Gobierno, luego hacia el combate contra la proviene de esa lectura. Sin embargo, esa explicación dista extrema derecha, y ahora ya contra Yolanda Díaz. Desde el otro mucho de reflejar los movimientos tectónicos que esta época lado del espectro político, las posiciones antiestablishment ha supuesto. estaban también claramente vinculadas a la derecha tradicional española, con lo que no había elementos de novedad por una parte ni —Las clases medias son dominantes como categoría política por la otra, y tampoco se ponían sobre la mesa visiones o soluciones que pudieran ser reconocidas por la gente como útiles para su vida diaria.

Esto es peculiar, en la medida en que si hay un pueblo que va —¿Y quiénes han sido los grandes ganadores de esta época? perdiendo nivel de vida y posibilidades de futuro, que es clara—Los grandes ganadores de esta época han sido las élites mente mayoritario, la puerta está abierta para que opciones financieras, las ligadas a los fondos de inversión pasiva, a los políticas identifiquen ese humor social y esas necesidades, hedge funds, al private equity y demás vehículos de captación pudiendo crecer notablemente por medio del ofrecimiento de de recursos, que además han aprovechado las condiciones grandes posibilidades políticas. favorables de los bancos centrales para expandirse notable—Pero no ha ocurrido así hasta el momento.

—No ha ocurrido así, vivimos en la polarización entre dos bloques que no son capaces de tejer un proyecto para España. Y esto es así porque durante los últimos años no ha existido una posición ideológica ni un proyecto político autónomo de las clases populares, se denominen estas clases medias, pueblo o como se quiera. Ha habido dos proyectos en los que las élites han marcado el paso y a los que la gente se ha ido adscribiendo.

—Habla también en su ensayo del rencor entre las élites.

—Hay que entender que, en ese proceso de separación dentro de las sociedades occidentales, y de la española como parte de ellas, la brecha más decisiva políticamente se ha abierto entre las élites. En términos materiales sin duda, porque la distancia entre el 0,001 por ciento y el 10 por ciento con más recursos se ha hecho mucho más profunda. En el proceso de acumulación que han supuesto las décadas de la globalización, una muy pequeña parte de la sociedad ha ganado mucho más que el resto, incluyendo a los de su propia clase. Y esa separación tiene un coste, que se ha traducido en divergencias culturales profundas, en proyectos de sociedad distintos, pero también en notables tensiones internas.

Esta quiebra ha sido la más significativa desde la perspectiva política. Se suele hablar de los perdedores de la globalización, una categoría que se refiere a los trabajadores industriales de Occidente, y a través de ese segmento de la sociedad se tratan

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mente. Ese cambio, muy ligado a las inversiones en tecnología y a la apertura de nuevas áreas al mercado, tuvo que realizarse mediante el desplazamiento de las viejas élites, cuya mentalidad y posición era muy diferente.

—¿Cómo se produjo este proceso?

—Ocurrió en dos planos. Las élites ligadas a la industria nacional, a la alta administración estatal, a la judicatura, al ejército y a la iglesia se vieron desplazadas por la irrupción definitiva de las nuevas clases financieras, que tenían un carácter global y que poseían una visión rentista. Eran mucho más rápidas, no estaban ligadas a los territorios y tenían una forma de gestionar la economía muy diferente. Sus costumbres, además, eran otras.

En el caso español, las élites tradicionales que permanecieron en sus espacios vieron cómo su nivel de vida se reducía sustancialmente si se comparaba con esos nuevos ricos, por lo que muchas de ellas intentaron vincularse con el capital global. Las élites españolas ahora son fundamentalmente aquellas que intermedian con el capital foráneo, ya sea mediando en sus inversiones, ya gestionando en puestos de élites empresas que ya no son españolas. El IBEX es buena muestra: los CEO suelen ser empleados especialmente bien remunerados de accionistas, y los principales son fondos, pero no son más que empleados.

Gran parte de la industria española desapareció, las empresas nacionales no cotizadas fueron adquiridas en su mayor

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cativas. El arraigo contra lo fluido, el peso de lo local frente a la movilidad continua, la estabilidad contra el corto plazo permanente y demás características que constituyen las divergencias de nuestro sistema tuvieron una expresión evidente en estas tensiones entre élites, que explican bastante bien las nuevas luchas conservadoras, y las nuevas derechas, frente a esa tecnocracia financiera, que se ha instalado como establishment, y cuya forma de pensar ha penetrado todo tipo de instituciones internacionales, desde los bancos centrales hasta el FMI, pasando por Bruselas. Las grandes consultoras han sido una potente punta de lanza intelectual de todo este cambio, ya que fueron quienes introdujeron nuevas culturas organizativas y de gestión en las grandes firmas, de modo que las empresas y las instituciones quedaron imbuidas de la misma forma de pensar la economía.

—Habría que recurrir a otro Marx, señala en su ensayo, al analista de las sociedades de su tiempo, como demostró en El 18 brumario de Luis Bonaparte y Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, que ofrece pistas interesantes para entender nuestra época. ¿Qué pistas son esas?

—Si juntamos ambos elementos, entenderemos que los grandes cambios en las últimas décadas en nuestro sistema productivo, y por tanto en las relaciones de producción y en el sistema social, han venido desde las élites. En El 18 brumario, Marx hacía un análisis finísimo respecto de un moparte por firmas globales, y aquellas personas que tenían mento social en el que una clase emergente, la burguesía, trarecursos y poder porque poseían empresas, pasaron a ser pertaba de adquirir un espacio mucho más relevante desplazando sonas que tenían muchos recursos pero mucho menos poder.

—Describe lo que ha ocurrido en los países europeos... a la aristocracia en Francia. Pero era un instante todavía incon—En todo Occidente ocurrió así. El ejemplo estadounidense es creto, en el que las placas no habían acabado de encajar. Había pertinente, porque allí aparecen unas élites locales, las del partes de la sociedad con distintos intereses, como un proletainterior de EEUU, que continúan siendo ricas, cuyas posesioriado urbano que todavía era informe políticamente, los camnes son inmobiliarias, tienen inversiones en franquicias, pesinos, los artesanos y pequeños comerciantes, la burguesía industrial, la financiera y los aristócratas, entre otros. En nuestra época, vemos cómo esa categoría —Las derechas han crecido apelando a lo nacional como protección. general, clases medias, se ve dividida en trabajadores del sector servicios, funcionarios, pensionissiguen siendo influyentes en sus territorios, pero poseen tas, pequeños empresarios, autónomos, algo de burguesía mucho menos peso que las élites financieras y tecnológicas de industrial, agricultores y ganaderos, profesionales liberales, la las costas. De esa separación se benefició Trump. gran mayoría de salarios escasos, y todos ellos determinados Al mismo tiempo, esta separación ocurrió también a nivel por su posición en los territorios, hay grandes diferencias entre mundial, y las élites nacionales perdieron recurso e influencia lo rural y lo urbano, y por su edad y género. Lo que cuenta Marx respecto de las globales. Hay que insistir en que esta brecha es cómo los movimientos en la cúspide de la pirámide social supuso la emergencia de nuevas formas de pensar y de gestiofueron atrayendo hacia su lado a todos esos segmentos con nar la economía y también de nuevas formas de percibir la intereses muy divergentes y acabaron subordinándolos a sus sociedad, que se tradujeron en divergencias culturales signifiluchas.

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—Y usted sostiene que nuestra época tiene semejanzas.

—Nuestra época tiene semejanzas, algunas significativas, y la obra de Marx puede servir para enseñarnos muchas cosas sobre esos acoplamientos.

Es relevante, sin embargo, que el escenario que se describe no podía ser leído en términos marxistas clásicos, como un enfrentamiento entre clases obreras y burguesas, dado que ninguna de las dos estaba conformada como tal: era un periodo de tránsito en el que los ajustes se estaban produciendo, y lo que aparecía era una sociedad en su pluralidad, con intereses económicos, culturales y sociales diversos, que fueron girando hacia un lugar o hacia otro, pero en el que la dirección la marcaban las élites. Así ocurre en nuestra época: ha sido el desplazamiento instigado desde las élites actuales el que ha transformado la sociedad y continúa transformándola. Por lo tanto, es mucho más interesante acudir a las teorías de esos pensadores que James Burnham calificaba como los “maquiavelistas” para entender lo que ocurre y para operar políticamente. La posibilidad de aunar distintos intereses de las diferentes clases es la estrategia ganadora, y me temo que apenas se está pensando en esto. Precisamente porque no hay un proyecto para esa clase media indefinida que es el centro de nuestra sociedad. Actuar en estos términos políticos es esencial desde un punto de vista sistémico, y no solo desde una posición partidista en el ámbito ideológico.

—Ortega y Gasset, sin ninguna duda, es el pensador más citado en su libro, con el que más dialoga. ¿La filosofía del autor de La España invertebrada está a la altura de nuestras circunstancias?

—El capítulo dedicado a Ortega y Gasset y ‘España invertebrada’ tiene que ver con esta perspectiva, ya que su lectura de cómo en épocas de declive cada facción social y territorial se refugia en sus particularismos es muy pertinente hoy, y está realizada desde esa visión desnuda del poder que tan útil suele ser en estas épocas. Hay muchos matices acerca de la posición de Ortega, y en el texto quedan reflejados, pero aquel análisis orteguiano es relevante.

—¿La nueva era vendría caracterizada, como eje dominante, por una nueva guerra fría entre Estados Unidos y la República Popular China?

—La guerra fría entre EEUU y China tiene muchas consecuencias, y una de ellas, la principal, debería ser la toma de conciencia respecto de la importancia del frente interno. Para entender esto hay que dar una vuelta por Maquiavelo, pero también por el mapa global que está configurándose. Hemos entrado en un periodo de desglobalización. Esto significa, en primer lugar,

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que EEUU ha dado marcha atrás en la globalización y está reforzando su hegemonía desde el aumento de las capacidades nacionales. Hay reindustrialización, una reestructuración de sus cadenas de suministro y medidas proteccionistas, también frente a Europa. Además, hay una expansión obvia de sus empresas: el petróleo y el gas licuado vuelven a tener precios altos, y EEUU es una nación exportadora gracias al fracking, que para ser rentable necesita precios elevados. Al mismo tiempo, continúa su expansión exterior a través de los fondos de inversión, de diferentes clases y posicionamientos de mercado, que están adquiriendo empresas de todo el mundo, y también europeas, gracias a los bajos precios. Las empresas del IBEX, por ejemplo, son de titularidad extranjera: el capital nacional ya no es decisivo en ellas, y ni siquiera influyente, en muchos casos. Las grandes tecnológicas, de bandera estadounidense, continúan siendo compañías muy relevantes y con gran poder de decisión. De modo que, por un camino y por otro, EEUU quiere reforzarse interiormente al mismo tiempo que continúa expandiéndose.

—Además de reforzar las capacidades productivas, es necesaria la cohesión interna.

—¿Y cómo actúa China?

—China actúa de la misma manera, aunque por otros medios.

Sus planes de expansión a través de la iniciativa Belt and Road [de la Franja y la Ruta], y sus planes estratégicos de desarrollo precisan de conexiones de comercio poderosas, ya que necesita materias primas y mercados exteriores para vender sus productos. China trata de mantener viva la globalización porque necesita esas interconexiones. Es cierto que posee una baza todavía no utilizada, como es un mercado interno de 1.400 millones de personas, con el que podría compensar la pérdida de mercado exterior, pero dado que las exportaciones continúan a buen ritmo todavía no ha percibido la necesidad de reforzar su mercado interior. China se ha convertido en la fábrica del mundo y quiere seguir siéndolo, con todo lo que eso ha conllevado de desindustrialización no solo en Europa, también en América Latina y África, que han visto empequeñecidos sectores que no eran poderosos.

Junto a ellos, hay una serie de países que actúan como no alineados, desde India hasta Turquía o Arabia Saudí, y que están fortaleciendo sus capacidades nacionales aprovechando la tensión entre los dos principales países.

—Un nuevo orden mundial se está configurando.

—En este nuevo reparto de cartas internacional, en el que está

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intentando configurarse un orden diferente, del que la guerra de Ucrania es parte, aparece un movimiento significativo.

China lidera un bloque en el que también aparecen Rusia, India, Brasil, Sudáfrica (los BRICS), que cuenta cada vez con mayores y mejores relaciones con Arabia Saudí, Catar o Argentina, que está empujando Asia hacia una posición muy relevante en el orden internacional, y cuyas conexiones con África y América Latina son notablemente importantes. Todos estos países, a los que podemos sumar Indonesia, Pakistán e Irán, son proveedores de materias primas y productos básicos a nivel mundial y cuentan, en conjunto, con demografía y mano de obra masiva, industria (porque la relocalizamos allí), cada vez más capital, y ahora tecnología, ya que China ha avanzado significativamente en ese aspecto.

Dicho de otra manera, Occidente tendría las finanzas, la moneda y el mercado de alto poder adquisitivo (además del ejército estadounidense), mientras que esa esfera emergente y que demanda ya un mundo multipolar, contaría con las bazas típicas de la producción: mano de obra, materias primas, industria. Ese reparto tiene ventajas para Occidente, o las ha tenido durante la era global, pero ahora se dejan sentir también los problemas: cuando hacen falta esa clase de bienes no están disponibles, como ocurrió en la primera fase del Covid, o son muy caros, porque al haber escasez los precios se disparan, producto también de la especulación que permiten cadenas con muy pocos lugares de producción y pocos y poderosos intermediarios, en general financieros. Ocurre con la energía y también con muchas otras cosas.

Hasta ahora, esto no era gran problema porque había una interconexión directa entre el mundo de la producción y el de las finanzas, ya que ambos se reforzaban: la mano de obra barata asiática generaba muchos más beneficios a los accionistas de las grandes firmas. No eran esferas separadas, sino dos partes de la misma. Por eso los grandes ganadores de la globalización han sido el Estado chino y Wall Street. Y por eso ambos intentan mantener viva la globalización lo máximo posible.

Ahora es mucho más complicado.

—¿Por qué esa mayor complejidad?

—Porque al comenzar la guerra fría entre EEUU y China, los aspectos nacionales se vuelven mucho más relevantes. Y aquí ocurre algo significativo: las tensiones entre un bloque y otro son territoriales, pero están expresadas en términos muy semejantes a los de clase.

Los países de la producción y de las materias primas están construyendo su discurso a partir de la tensión entre un mundo occidental que ha explotado al tercer mundo y a los países emergentes y que de-be dejar de hacerlo. Ese es el mensaje que China y Rusia están trasladando a la esfera no occidental: liberaos de la opresión a la que Occidente os ha sometido y China os ayudará.

Tampoco es extraño que así ocurra, dado que la reacción frente al establishment de la globalización en el interior de Occidente ha tenido lugar en esos mismos términos: la oposición ha venido desde el lado nacional, Make America Great Again, o Reino Unido, o Francia. Era la propuesta de salida del declive: reforzarse en el aspecto nacional conllevaría también la recuperación de ciertas capacidades productivas, así como la defensa de los nacionales, lo que permitiría encontrar una salida al descenso en el nivel de vida. Con ese eje, lo nacional como protección, han crecido las derechas en Occidente, y se han convertido en desafiantes del orden establecido.

—¿Estaríamos pues en un fin de era, estaríamos en una época de desglobalización selectiva?

—En esta configuración, lo que tenemos es, como Europa, un papel especialmente complicado. La guerra fría entre China y EEUU nos debilita, porque fortalece a ambas potencias, y deja a los europeos en una situación bastante más difícil. Alemania sigue pensando en que sería idóneo continuar en ese mundo

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en el que el gas barato le permitía impulsar su industria y proseguir una relación comercial intensa con China, pero ya no es posible. Cada país comienza a mirar por sus propios intereses, y las divergencias entre Francia, Alemania, los países del Este, los del Norte y los del Sur pueden hacerse más profundas.

—¿Y cómo se podría reaccionar ante esta situación que describe?

—Cómo reaccionar a esta época en que la geopolítica va a ser muy influyente en las políticas internas de cada Estado es una pregunta pertinente, que suele responderse desde una suerte de intento de continuidad con el pasado. La desglobalización selectiva es esto: vamos a fortalecer Europa en el plano energético y en el tecnológico, así como en el militar, y continuar operando del mismo modo, con la misma primacía de lo financiero sobre lo productivo en todo lo demás: con el mismo tipo de trampas para las poblaciones y los países a que nos llevó la globalización.

No funcionará, porque hará más fuertes a EEUU y a China y más débil a Europa.

En este sentido, hay una enseñanza de Maquiavelo que resulta especialmente pertinente, como es la enorme relevancia de contar con armas propias a la hora de jugar un papel internacional, y sirve tanto a nivel puramente español como a efectos europeos. En general, este término suele ser entendido desde la necesidad de reforzarse militarmente o, en el mejor de los casos, de reforzar las capacidades productivas propias. Desde luego, esto último es esencial: la industrialización y, sobre todo, la vuelta a la economía real, con la supeditación de lo financiero a lo productivo, a hacer cosas de verdad en lugar de especular y apostar con instrumentos financieros cada vez más complejos y alejados de la realidad, es esencial, completamente esencial, para que la vida de la gente comience a ser mejor y para que España y Europa tomen un rumbo adecuado. Pero armas propias también, en el pensador florentino, alude a algo muy relevante: la necesidad de cohesión interna, de equilibrio entre los pocos y los muchos, de afianzamiento de las sociedades a través de la legitimidad.

El caso chino es obvio: pueden tener un régimen autoritario y vigilante, pero el humor social es positivo porque perciben un mejor nivel material en grandes partes de la población y una esperanza en que el futuro será mejor, tanto en términos nacionales como individuales. En España, en Europa, en Occidente, es justo al revés, y eso nos vuelve mucho más débiles. Es imprescindible, por tanto, poner en marcha un sistema económico que recupere capacidades, que aumente el nivel de vida, que se vuelque en la economía real, que haga que volvamos a tener esperanza en el futuro. Y esto como imperativo sistémico,

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como el arma propia más importante de todas, porque de ella dependen las otras.

—Lo señalado parece la conclusión de una inferencia deductiva, buen sentido común...

—Formulado así, parece de sentido común, pero es bastante complicado, porque implica reformas sustanciales respecto de cómo se rige la economía, de cómo se invierte el capital, del papel del Estado y de las condiciones de funcionamiento del mercado. Implica desenredar la globalización, esa conexión entre la mano de obra barata y Wall Street, de un modo de gestión que ha generado dividendos permanentemente a partir de la devaluación del factor trabajo, en cualquiera de sus escalas, desde el manual hasta el del pequeño y mediano empresario o el del profesional liberal, y que ha trastocado significativamente las relaciones de producción. Hay que insistir que estamos

—En ausencia de proyectos políticos, abunda el moralismo.

ante una necesidad en términos sistémicos, y también de perdurabilidad de una serie de valores que sin esa legitimidad material se devaluarían significativamente. Actuar de esta manera implica tirar del freno de mano y cambiar la marcha económica.

—En todo caso, sea como fuere, vamos a la desglobalización...

—Vamos hacia la desglobalización, porque las tendencias internacionales lo marcan: cuando los dos Estados más importantes del mundo, EEUU y China, están en competencia, el margen de acción que dejan a los demás es reducido.

Y esta nueva época, en la que ya estamos inmersos, puede tener diferentes expresiones ideológicas. Y resultará vencedora la que sepa atraerse a su esfera a las clases medias, ese sinónimo inconcreto de un montón de sectores sociales con intereses diversos que ha sido incapaz de tejer un proyecto político autónomo y común. Si ese proyecto aparece en algún momento, será decisivo, porque implicaría que las élites se verían presionadas para regresar a la vida real, concreta y territorializada en la que los demás vivimos, y no podrían pasarla por alto. Significaría que la historia está regresando porque las clases populares vuelven a tener palabra propia.

—Que así sea. Me quedan mil preguntas más, pero no quiere abusar de su tiempo y su generosidad n

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EXTREMA DERECHA “Extrema derecha” es una de esas expresiones que, reproduciéndose constantemente en los medios de comunicación, ya ha sido asumida por el imaginario colectivo.

Ahora bien, ¿de qué hablamos cuando hablamos de “extrema derecha”?

Nos proponemos responder a esta cuestión recogiendo enfoques diversos para, por un lado, examinar las causas que propician el ascenso electoral de estas formaciones políticas, y, por otro lado, conceptualizar sus lógicas ideológicas.

Y, a medida que avancemos, surgirán nuevos interrogantes: ¿el auge de la extrema derecha es resultado de mutaciones ideológicas con respecto a fuerzas políticas anteriores? O, por el contrario, ¿las derechas radicales contemporáneas son esencialmente continuistas de dinámicas heredadas? Asimismo, ¿prefiguran o no la aparición de un escenario sociopolítico novedoso?

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La ultraderecha como expresión del colapso en Occidente Por Alejandro Pérez Polo

El autor ofrece las claves para entender el sentir emocional que caracteriza el ascenso de la ultraderecha.

A partir de ahí, la pregunta es necesaria: ¿por qué la derecha, y no la izquierda, canaliza esas emociones hacia su proyecto político?

El crash de 2008: aquí empezó todo Corría el año 2012. La crisis económica derivada de la gran recesión hacía estragos en Europa. Las movilizaciones populares en España (15M y huelga general de marzo del 2012) y las violentas protestas en Grecia habían contagiado al conjunto del mundo occidental. Llegaron hasta el corazón del imperio: en Nueva York, la ciudadanía se manifestaba en Wall Street a través de Occupy. No había rastro de la ultraderecha en ninguna parte. Ni siquiera en Francia una primeriza Le Pen lograba pasar a segunda vuelta de las presidenciales que se dirimirían entre Sarkozy y Hollande, con victoria socialista.

Se vivía una fase de descomposición ideológica y orgánica del neoliberalismo. Los consensos económicos de la globalización tras la caída de la URSS se habían resquebrajado para siempre. Se terminó la luna de miel que fue desde 1991 hasta 2008, en la que el capitalismo sin cortapisas logró incorporar a todos los países exsoviéticos a su lógica. Una subsunción formal y material del conjunto del globo que tocó a su fin.

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Esto se tradujo en una gran crisis de hegemonía que se extendió a todos los estamentos de poder. De esta manera, nadie se libró de la impugnación: crisis de representación, que conllevó una crisis de los partidos tradicionales y la posibilidad de emergencia de nuevas fuerzas políticas. Crisis de los medios de comunicación, que intentaban defender lo indefendible y perdieron la credibilidad ciudadana. Esto allanó el terreno para las fake news que tanto aprovechará la ultraderecha, y también para el surgimiento de nuevos medios. Crisis también de la institución científica por asociarse a aquello público y oficial, que abriría más adelante el campo para la conspiración que tocaría su techo con la pandemia de la COVID-19.

La crisis orgánica del capital dejó abonado el terreno para la irrupción de la ultraderecha, que explotará al máximo todas las derivadas del derrumbe ideológico del edificio neoliberal. Sin embargo, primero fue la izquierda popular la que aprovechó la oportunidad.

En 2012, tras dos décadas de inanición, digiriendo la derrota histórica de la URSS, la izquierda tomó la delantera. Vio el momento y supo conectar tanto con el pulso de la calle como con la propuesta constituyente subsiguiente. Se había aprendido la lección, se habían renovado los manuales, se venía de un periodo de reflexión profunda que permitió afrontar con garantías el nuevo escenario.

Así, en 2015, Tsipras se hacía con la presidencia de Grecia en una victoria electoral inimaginable tras décadas de bipartidismo. En España, Pablo Iglesias y Podemos lograban más de cinco millones de votos (un 20,2% de los sufragios) que, sumados al millón de votos de IU, posicionaban por primera vez a la izquierda del PSOE por encima de la socialdemocracia (6 millones de votos contra 5,5). Sanders hacía temblar los cimientos del Partido Demócrata norteamericano: Hillary Clinton tuvo que tirar de todo el aparato para detenerle. En Italia y Francia,

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tanto el M5S como Mélenchon empezaban a despuntar en las encuestas. Existió un momento popular liderado por las izquierdas en todo el mundo occidental.

Sin embargo, dos años después, todo había cambiado. La fragilidad del momento popular de izquierdas hizo tambalear unas apuestas valientes que volvieron a las zonas de confort clásicas, puede que impresionadas o intimidadas por su propia fuerza electoral. De discursos que bebían de la hipótesis nacionalpopular latinoamericana (soberanía popular, democratización de la economía y disputa del universal de la nación) se pasó a los clásicos ejes de la izquierda ilustrada de clase media (ecologismo, derechos de minorías, europeísmo). La derrota de Tsipras ante la Unión Europea tras el referéndum contra las draconianas medidas de austeridad fue un duro golpe del que costó mucho volver a levantarse.

El miedo es la emoción dominante en el declive La crisis del 2008 lo cambió todo. El derrumbe del sistema financiero americano arrastró al conjunto de potencias alineadas con Estados Unidos, mientras la periferia del mundo (China, Rusia, Brasil, India) daba un paso al frente, aprovechando la fragilidad occidental para seguir creciendo y ocupando mercados. Se empezó a dibujar un realineamiento global debido a la debilidad de Estados Unidos y la fortaleza de los países emergentes. Una nueva arquitectura en ciernes en el que nuevas potencias asumirían un rol protagonista, capaz de diseñar su modelo con una gran capacidad de negociación.

Los declives civilizatorios nunca se dan de un día para otro.

Tardan décadas en materializarse. El fin de los consensos neo-

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Donald Trump repartiendo gorras con el eslogan 'Make America Great Again'

En 2017, Trump fue nombrado presidente de Estados Unidos tras ganar a Hillary Clinton. Marine Le Pen lograba pasar a segunda vuelta de las presidenciales francesas, en un primer round contra Macron que se repetiría en 2022. En Italia, la Lega lograba su mejor resultado histórico (un 16%, base de lo que luego será Fratelli d’Italia) y, en España, se empezaba a fraguar el fenómeno VOX, que despertaría con una fuerza poderosa en 2018 (en las elecciones andaluzas). Quedaba el experimento italiano, con el Movimiento 5 Estrellas liderando el ejecutivo con el populismo de la Lega tras una importante victoria electoral, construida bajo la impugnación a las viejas elites económicas y políticas.

El mapa ya había cambiado. Ahora, recién estrenado 2023, la extrema derecha gobierna en Italia tras una aplastante victoria electoral, revalidó la presidencia de Hungría con Orban, así como la de Polonia con Ley y Justicia, VOX se mantiene alrededor del 15% del voto en España, Le Pen consiguió superar el 41% en Francia y se prepara para el asalto al Elíseo en 2027, al igual que Trump a la Casa Blanca en 2024. Una vez más, como en la década 2000-2010, solo América Latina se erige como nuevo faro de las izquierdas en el mundo. Al igual que en aquel momento, sendos liderazgos populares se han hecho con la presidencia de sus respectivos países bajo una apuesta nítida de izquierdas, no alineada con ninguna gran potencia occidental, aunque estén un poco más a la defensiva y con un rearme potente de sus respectivas derechas nacionales. ¿Qué es lo que ha sucedido para que la extrema derecha asuma el mando de las derechas en Occidente?

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­ liberales supuso, en realidad, el fin de la propia creencia en la les, el terreno estará abonado para sus sucesivos triunfos elecsuperioridad del sistema occidental en relación con otros sistetorales. mas económicos del globo. La izquierda occidental supo leerlo La ultraderecha no ha surgido contra la democracia “burcorrectamente en su momento y, por eso, la apuesta radical por guesa” o liberal. No están abandonando ningún barco sino un sistema más justo que repartiera la riqueza y cambiara las asumiendo el mando. La compatibilidad de Meloni con la UE y reglas del juego conectó en aquel contexto destituyente. Todavía la OTAN demuestra que la ultraderecha no está opuesta a las había esperanza en poder tomar el elites europeas, sino que son su poder para transformar las relacioexpresión más recalentada. AsLa crisis orgánica del capital abonó nes de dominación. piran a hacerse cargo de los el terreno para la ultraderecha.

Sin embargo, los viejos fantasmas miedos que las viejas derechas suelen emerger cuando todo parece liberales ya no pueden afrontar. encaminado. Fue el politólogo DoAspiran a refundar en clave crisminique Moïsi el que propuso una nueva forma de entender la tiana y civilizatoria Europa, para protegerla de las amenazas geopolítica más allá de las relaciones económicas entre países. que la acecharían.

Según esta forma, aparte de los valores colectivos, hay unas Es en este punto donde encuentran un gran tirón entre los narrativas que configuran los grandes estados de ánimo de las electorados y una gran fortaleza en su hipótesis. A diferencia de naciones. Así, Moïsi propone hablar de una “geopolítica de las muchas izquierdas populistas, las expresiones de ultraderecha emociones” en la que diversas potencias actúan bajo la influenapenas retroceden electoralmente desde que irrumpieron en la cia de diversos sentimientos: el miedo sería la emoción domiarena política porque se inscriben en un zeitgeist: son la exprenante en Occidente, la humillación en el mundo islámico y la sión más nítida del colapso civilizatorio derivado de la crisis de esperanza en Asia.

2008 y la pérdida de posiciones de Occidente en el mundo.

Esta forma de enfocar los grandes estados anímicos que El primer gran nudo para desentrañar la fuerza política y dismotivan a los diferentes gobiernos es bastante explicativa de la cursiva de la ultraderecha radica en estos elementos geopolítiforma en la que nos enfrentamos a las problemáticas globales. cos, emocionales y políticos. Pero no es el único nudo. Hay otro El miedo en Occidente presiona en la dirección de ejecutar que es prioritario abordar: la expresión de las clases trabajadopolíticas más enfocadas a la seguridad y le empuja a estar ras excluidas del discurso público. constantemente a la defensiva en el plano ideológico. Si lo comparamos con la actitud del gobierno chino, por ejemplo, La distancia sentimental de las izquierdas con el pueblo vemos que allí están movidos por la confianza en un futuro Cuando en Francia surgieron los chalecos amarillos, una proprometedor. Están a la ofensiva, movidos por la esperanza en testa social con una envergadura enorme, mucha gente en la sus propios valores, su sistema y su capacidad de liderazgo. izquierda tuvo una desconfianza intuitiva contra aquellos En Occidente hay miedo: miedo a los refugiados y a un “hombres” de las “provincias” que se movilizaban contra el immundo exterior que asoma cada día de forma trágica en las puesto al diésel. Esa misma desconfianza se percibió cuando aguas del Mediterráneo. Miedo a Rusia y a las nuevas potencias los camioneros españoles hicieron un parón contra el gobieremergentes. Miedo al cambio climático, miedo a las protestas no de coalición en marzo de 2022 por las subidas del precio de sociales que ya no se saben gestionar de forma eficiente, miedo la gasolina. Se les acusaba de estar instrumentalizados por la a las fake news y los populismos. Miedo, en definitiva, al futuextrema derecha, en lugar de conectar emocionalmente con ro. Este miedo es el ingrediente principal del que se alimenta la sus demandas (una justa reivindicación contra una escalada extrema derecha, que ofrece discursos más tranquilizadores imposible de los precios). estructurados en torno al regreso de los valores fuertes y los Durante la última década, se ha ido inoculando un odio creEstados dispuestos a guerrear ante las turbulencias de nuestro ciente contra las clases populares tanto en España como en el siglo. resto de Occidente. Esta estigmatización, perfectamente desLa extrema derecha ya no es futurista como el viejo fascismo crita en el fenomenal Chavs de Owen Jones, ha ido derivando italiano o el nazismo alemán, que prometía la gloria de un en una demonización completa. Los obreros son representaTercer Reich. La extrema derecha es reactiva y busca, sobre dos como una panda de machistas y racistas. Lejos de combatodo, apaciguar los miedos derivados de las angustias existentir estos arquetipos, gran parte de la izquierda ha asumido ciales que atraviesan el conjunto de Occidente. Sin una como propios esos clichés. Muchas expresiones populares son izquierda capaz de hacerse cargo de esas angustias existenciasospechosas. De hecho, los ataques contra lo que se ha deno-

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minado “rojipardismo” están estructurados bajo esos prejuicios. El “rojipardismo” sería toda aquella “izquierda rancia” que no asume como propios los avances del feminismo o de la lucha contra el racismo (multiculturalismo).

En el intento de alinear la izquierda con las elites realmente existentes, el disciplinamiento discursivo ha venido del lado de la supuesta sofisticación de los postulados verdes, liberales y de tolerancia con lo diferente. Estas ideas políticas, presentadas como el sumun de la cultura, se postulan como un estadio más avanzado de lo humano. No hay análisis sobre los sesgos de clase de estas ideas urbanitas, pero operan con fuerza en los discursos mainstream.

La globalización creó ganadores y perdedores. Hoy, estamos en una fase que Esteban Hernández describe como de desglobalización, acentuada por la guerra de Ucrania, pero hay una parte de las elites y de las clases medias que siguen apostando por disolver las soberanías nacionales, convencidas de que la UE es el mejor horizonte posible. Así, una facción ilustrada de la clase media (periodistas, académicos, personas pertenecientes a las profesiones liberales y una parte del funcionariado) cree en una alianza con las elites globalistas. Mira hacia arriba por el vértigo que le produce mirar hacia abajo, hacia ese abismo de precariedad y pobreza del que forman parte más del 35% de nuestro país. Esa facción de la clase media en desaparición confía en ser incluida en las mieles del progreso de las elites y le tiene un pánico terrible a quedarse excluida, en la periferia del progreso. ¿Quién se hace cargo de los malestares, anhelos y voces de los de abajo si las clases medias ilustradas renuncian a aliarse con ellos? Pues es la ultraderecha la que aprovecha el flanco. La ultraderecha logra unificar a los excluidos por arriba (esas eli-

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Protestas de los 'chalecos amarillos'. París, 2019

tes nacionales que fueron excluidas del globalismo) y a los excluidos por abajo (los perdedores de la globalización) bajo un único eje.

Tal como explica el geógrafo y ensayista francés Christophe Guilluy, las clases dominantes se postulan como la fuerza positiva del progreso, las únicas herederas de la mejor tradición de la cultura occidental (pureza) y las clases populares dejan de ser una referencia cultural positiva como ocurría antes de los años 80, pasando a ser las perdedores y fracasadas del sistema, culpables de su propia miseria y atraso político-moral.

La desaparición de la clase media, para el francés, inaugura una nueva era en la que los de arriba se desentenderán de los de abajo, a los que condenarán a un ostracismo cultural y moral.

De esta manera, las clases populares quedan excluidas como sujeto activo con voz propia.

Este quiebre entre el mundo de arriba y el mundo de abajo provoca, al mismo tiempo, que los expulsados de la sociedad (las clases populares) construyan sus propios relatos impermeables a los relatos de las clases dominantes. De aquí surge el populismo, como un regreso al pueblo, un intento de reconstruir la sociedad rota por la escisión de las elites. Sin embargo, este populismo puede bascular de un cierre autoritario (ultraderecha) o una apertura democrática (republicana).

Para que la expresión popular no sea monopolizada por la ultraderecha ni se reconduzca hacia lugares tenebrosos, es necesario volver a situar el bien común y la idea de pueblo en el centro de las políticas y los discursos. Recuperando el lenguaje popular y situando en positivo los valores de la comunidad. Una tarea importante es salirse de los juegos moralistas que las elites instrumentalizan para estigmatizar a las clases populares, para volver a situar la referencia cultural en las expresiones que vienen de abajo. Afirmando un proyecto propio que no se subordine ni a las viejas elites nacionales, ni a las nuevas elites globales, sino que asuma el mando de las alianzas interclasistas.

La ultraderecha es una expresión del colapso de Occidente.

Hoy, es necesario hacerse cargo de este colapso si se quiere una solución democrática y popular a las sucesivas crisis. De la misma manera, hacerse cargo de las angustias existenciales que este colapso está provocando entre las mayorías sociales (miedos y malestares profundos), recogiendo en positivo una nueva expresividad que aspira a refundar la idea de pueblo ante la fragmentación y disolución de lo social propuestas por las elites. De otra manera, la ultraderecha seguirá conquistando espacios políticos, sociales y culturales, acumulando más victorias electorales. En nuestras manos está no permitirlo n

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Las extremas derechas del tercer milenio: ¿Qué hay de nuevo?

Por Steven Forti

Tras la derrota histórica del fascismo, la extrema derecha tuvo que reinventarse.

Y la crisis de 2008 le dio un nuevo impulso.

Actualmente se sirven de las nuevas tecnologías para ampliar sus alianzas y fortalecer sus vínculos.

Si bien a partir de la década de los ochenta, con los primeros éxitos del Frente Nacional francés, empezaron a florecer un número importante de estudios sobre la que Piero Ignazi definió “extrema derecha post-industrial”, aún a finales de los noventa la percepción general era que en el mundo académico eran muy pocos los que estudiaban estas formaciones políticas, de cuyas organizaciones a menudo sabíamos más bien por los trabajos de periodistas engagées o los libros escritos por dirigentes y militantes ultraderechistas. En cambio, a partir del comienzo del nuevo milenio, hemos tenido un verdadero boom de estudios al respecto, fruto del interés y la preocupación por el avance electoral de los Trump, Le Pen, Salvini y Bolsonaro. Un interés y una preocupación que, ça va sans dire, no se ha quedado solamente en los estrechos círculos de la academia, sino que ha penetrado con fuerza en el debate público. En síntesis, la extrema derecha está (una vez más) de moda.

Los estudios y los debates se han centrado principalmente en una serie de cuestiones: ¿cómo definimos y llamamos a estas formaciones políticas? ¿Qué relación tienen con el fascis-

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mo histórico? ¿Cómo las conyugamos con el fenómeno del populismo? ¿Cuáles son las razones de su auge? ¿Cuál es su electorado? ¿Cómo comunican? Se trata, ni hace falta decirlo, de preguntas necesarias e imprescindibles para poder entender las extremas derechas en la época de la Posguerra Fría.

Excepto en la cuestión de la transformación ideológica tras la Segunda Guerra Mundial –sobre lo que, de todas formas, hay todavía mucho trabajo por hacer–, hay otros ámbitos que no han sido aún explorados con la debida atención, como, por ejemplo, las redes transnacionales ultraderechistas o el impacto de las nuevas tecnologías. No se trata de temas baladíes o secundarios. Más bien, al contrario. Quién escribe estas líneas está convencido de que son cuestiones que, por un lado, nos ayudarían a encontrar respuestas también a las ya mencionadas primeras preguntas que se han formulado acerca de las extremas derechas del tercer milenio y, por otro, resultan heurísticamente cruciales para entender qué hay de nuevo en este fenómeno respecto al pasado.

El aggiornamento del fascismo Si hablamos de la ideología de la extrema derecha, volvemos siempre a la pregunta insoslayable, y cansina, de si ha vuelto el fascismo. A menudo, como apuntó Emilio Gentile, el análisis peca de ahistoricidad. Aceptando explícita o implícitamente la tesis del “fascismo eterno” de Umberto Eco, se acaba tachando de fascista a cualquier líder o movimiento político antidemocrático o simplemente conservador y, además, se pierden de vista las transformaciones ocurridas en los últimos ochenta años. Así el fascismo no solo se convierte en un fantasma o, mejor dicho, un monstruo que, de vez en cuando, asoma la cabeza, sino que se banaliza.

De hecho, si entre los historiadores del fascismo sigue habiendo un debate interminable sobre qué movimientos y regí-

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Margaret Thatcher y Ronald Reagan, impulsores políticos del conservadurismo neoliberal

menes fueron fascistas en los años veinte y treinta del siglo pasado –piénsese, sin ir más lejos, en el caso del franquismo–, esos mismos historiadores están prácticamente todos de acuerdo en afirmar que la extrema derecha de hoy en día no es fascista. A este respecto, se suelen citar algunas características nucleares del fascismo histórico que no encontramos en los Trump, Orbán, Meloni o Abascal, como son la utilización de la violencia como herramienta política, la voluntad de encuadrar a la población en grandes organizaciones de masas, el proyecto expansionista e imperialista, el presentarse como una revolución palingenética que quiere transformar radicalmente a la sociedad o la voluntad de instaurar un régimen totalitario de partido único. ¿Los fascistas habrían, pues, desaparecido de la faz de la tierra? Obviamente no. En la actualidad, de hecho, hay grupúsculos neofascistas y neonazis en todos los países occidentales: piénsese en la red Blood & Honour o en movimientos como CasaPound Italia y Hogar Social Madrid. Pero siguen siendo ultraminoritarios, aunque no podemos menospreciar la influencia que pueden tener. El caso de Amanecer Dorado en Grecia, al menos hasta su ilegalización, es sintomático. Sin embargo, la diferencia respecto al pasado es que hoy tenemos partidos ultraderechistas en todos los parlamentos e incluso en algunos gobiernos, como es el caso de Hungría, Polonia, Italia y, hasta hace poco, Brasil y Estados Unidos. Ahora bien, tal y

como se preguntaba un libro de Tamir Bar-On publicado hace unos años, ¿dónde han ido todos los fascistas? O, si quieren, ¿qué ha sido del fascismo como ideolo gía? La perspectiva histórica puede ayudarnos para encontrar una respuesta.

Efectivamente, en la larga travesía del desierto posterior a 1945, el fascismo se ha renovado profundamente. No es tanto en la principal experiencia de partido neofascista en la Europa occidental de la Guerra Fría –el Movimiento Social Italiano del non rinnegare né restaurare– donde encontramos esta profunda renovación, sino en una serie de intelectuales-activistas que a partir de los años cincuenta sembraron semillas que más tarde germinarían. Cabe mencionar aquí a Julius Evola, con su tradicionalismo espiritualista, que tanta influencia tuvo sobre las nuevas generaciones de neofascistas italianos que se reunieron alrededor del Ordine Nuovo de Pino Rauti. Ciertamente Evola, como por otro lado Maurice Bardèche en Francia, estaba generacionalmente anclado en el fascismo histórico, pero sus reflexiones sobre la decadencia del mundo moderno o la crítica al consumismo significaron un primer intento de actualización –o, quizás, de adaptación– ideológica. Asimismo, la experiencia de la Jeune Europe de Jean Thiriart fue una cantera para muchos jóvenes de diferentes países europeos, introduciendo –o, mejor dicho, fortaleciendo si pensamos al Nuevo Orden Europeo nazi durante la guerra– el tema del nacionalismo europeo y el comunitarismo.

Sin embargo, es en la Francia de los años sesenta donde se dio el más importante y fructifero proceso de renovación ideológica. Alrededor del Groupement de recherche et d’études pour la civilisation européenne (GRECE) y de la figura de Alain de Benoist, deudor de las reflexiones de Dominique Venner, se adoptó la perspectiva metapolítica. En palabras de Jacques Marlaud, que fue presidente del GRECE, “ya no se trata de tomar el poder, sino de dotarlo de un alimento ideológico, filo-

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Maurice Bardèche, destacada figura del neofascismo francés

sófico y cultural capaz de orientar (o contradecir) sus decisiones”. El neofascismo francés, derrotado en Argelia, hizo suya la lección de Antonio Gramsci sobre la hegemonía cultural: de ahí no solo el replanteamiento paneuropeista o inclusive tercermundialista en función antiamericana, sino la introducción del antiuniversalismo, el etnopluralismo y el diferencialismo que venía a sustituir el racismo biológico, inaceptable después de Auschwitz. La que se ha conocido como Nouvelle Droite –un nombre que vino a ser un paraguas para corrientes que tomaron poco después caminos diferentes– tuvo una influencia que superó las fronteras del Hexágono: grupos neoderechistas se formaron en Italia, Bélgica, Alemania, el Reino Unido o España.

Se ha debatido a menudo sobre la real influencia de la Nouvelle Droite en la extrema derecha contemporánea. No cabe duda de que Salvini, Bolsonaro o Trump difícilmente han leído a de Benoist, pero en sus propuestas es evidente la influencia directa o indirecta de estas ideas. En el caso galo, si bien el mismo de Benoist tomó a menudo distancias con JeanMarie Le Pen, muchos grecistas acabaron en el Frente Nacional: principalmente los nacional-liberistas del Club de l’Horloge –con Bruno Megret y Jean-Yves Le Gallou al frente–, pero ¿podemos considerar desvinculadas de los planteamientos neoderechistas muchas de las posiciones y estrategias del FN, in primis las sobre inmigración y preferencia nacional?

Asimismo, no podemos perder de vista la influencia que estas ideas tuvieron en la derecha mainstream a partir, ya en los setenta, del posgaullismo. Sin embargo, la influencia de la Nouvelle Droite la encontramos décadas más tarde también en

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el eurasianismo de Alexander Duguin o en la Alt Light estadounidense, el sector más moderado, para así decirlo, de la derecha alternativa que ha brotado al otro lado del Atlántico. Y, si me apuran, ¿no es ímplicita o explícitamente conectada con el plantemiento grecista también la apuesta para las guerras culturales que empezó en Estados Unidos allá por los noventa y que el Tea Party llevó al centro de la escena política durante la primera presidencia de Obama?

Sabemos que la trayectoria de Alain de Benoist es peculiar: a partir de finales de los ochenta, con la fundación de la revista Krisis, tomó un camino muy personal, potenciando la apuesta por la transversalidad, la síntesis ideológica y la superación del eje derecha-izquierda. Pero, una vez más, en ese plantemiento transversal, que a partir de la propuesta de Thiriart y de la relectura, no se olvide, de los intelectuales de la llamada Revolución conservadora alemana, había apasionado a una horda de jóvenes de diferentes países ya en los sesenta-setenta, ¿no encontramos los orígenes del fantasma rojipardo que deambula por el globo en la actualidad? No cabe duda alguna de que la de la transversalidad ideológica también es una cuestión vieja como el mundo o, al menos, antigua como la contemporaneidad. ¿No fue, de hecho, un exsocialista revolucionario el fundador de los Fasci di Combattimento? ¿No fue el encuentro de maurassianos y sorelianos en el Círculo Proudhon lo que, según la tesis de Zeev Sternhell, puso las bases de lo que luego conoceríamos como fascismo? ¿No fue en tiempos de la República de Weimar cuando se habló por primera vez de nacional-bolchevismo? En ese hilo rojo encontraríamos a los nacional-revolucionarios del largo 1968 con, en primera fila, los nazi-maoistas italianos o los diversos grupos de Tercera Posición que surgieron a lo largo y ancho de la Europa Occidental. ¿Todo estaba ya inventado, pues? En parte sí. Sin embargo, de lo que no cabe duda es que esa apuesta cobró relevancia tras el fin de la Guerra Fría con la desaparición de la Unión Soviética y la dificultad para encontrar un nuevo centro de gravedad permanente por parte de las izquierdas. No se trata, obviamente, de que en las últimas tres décadas la extrema derecha se haya izquierdizado. Más bien, como apunta Simon Blin, “hoy en día son los Zemmour, los Soral y las Le Pen los que reutilizan la tradición crítica [típica de la izquierda], desconectándola, sin embargo, de un horizonte emancipador. En todo el mundo, la derecha neoconservadora se ha adelantado al discurso crítico de la izquierda”. Con las críticas a los bancos, la globalización y los medios, así como con la utilización de palabras como “pueblo” o “social”, la ultraderecha ha llevado a cabo unos “secuestros semánticos” que han permitido un “bricolage ideológico-político […] en el cual cada uno pone lo que quiere

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hasta poder hacer dialogar Rousseau con el ideólogo de extrema derecha Soral en un antiguo teatro griego”. Se ha creado así lo que el politólogo Philippe Corcuff llama un “espacio ideológico confusionista”. El confusionismo sería “el desarrollo de las interferencias retóricas e ideológicas entre las posturas y temas de la extrema derecha, la derecha, la izquierda moderada y la izquierda radical”.

Este parasitismo ideológico de las nuevas extremas derechas es evidente en el intento de apropiarse de banderas que consideramos progresistas: valga como ejemplo el feminacionalismo, el homonacionalismo o el ecofascismo, sin contar además con esa carga de transgresión, inconformismo y rebeldía que tan bien ha relatado Pablo Stefanoni. Si se quiere, en esto podemos trazar un paralelismo con la capacidad del fascismo histórico de “apropiarse de todo lo que entre el siglo XIX y el XX había fascinado a la gente”, es decir “sobras de anteriores ideologías y actitudes políticas, muchas de las cuales contrarias a las tradiciones fascistas”. ¿Las extremas derechas de la actualidad, en suma, serían un nuevo “organismo saprófago”, tal y como lo fue, en la feliz expresión acuñada por George L. Mosse, el fascismo hace un siglo? Posiblemente sí, pero en otra época, con otros ropajes y con nuevos elementos.

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es evidente el paulatino proceso de radicalización y ultraderechización de las derechas mainstream –piénsese en el Partido Popular Europeo– que cada vez más no solo compran el discurso de la extrema derecha, sino que se alían con ella, forjando incluso coaliciones de gobierno. Tanto los recientes casos de los ejecutivos formados en Italia y Suecia, así como el giro autoritario de Fidesz –que, no se olvide, Orbán fundó como formación liberal durante la transición húngara del ‘89–, la trumpización de los republicanos estadounidenses o la brexitización de los tories al otro lado del canal de la Mancha están ahí para demostrarlo. En segundo lugar, el conservadurismo se está transformando, virando hacia posiciones cada vez más autoritarias. Es cierto que podríamos trazar una línea de continuidad desde De Maistre, De Bonald y Burke hasta los nuevos referentes intelectuales de esta cultura política. Sin embargo, más que de una línea recta, se trata, como pasa siempre en la historia, de un carril que tiene curvas, más o menos pronunciadas, subidas y bajadas. No son lo mismo el conservadurismo mayoritario en el mundo occidental durante los “treinta gloriosos” –con aún los escombros humeantes de la Segunda Guerra Mundial en el espejo retrovisor– y el conservadurismo neoliberal a lo Thatcher y Reagan. Además, algo cambió a partir de los noventa y sobre todo tras el 11S de 2001 con las propuestas de La radicalización del conservadurismo los neocons en tiempos de George W. Bush. Sin embargo, es Hay una última cuestión relacionada con la ideología que sobre todo tras la crisis financiera de 2008-2010 que se percibe devora los sesos de los historiadores y que nos permite refleun giro que radicaliza al conservadurismo con el endurecixionar sobre analogías y diferencias entre los años de entremiento de las posiciones sobre valores y derechos. El ya menguerras y la actualidad. Por un lado, se ha venido explicando cionado Tea Party es un ejemplo paradigmático al respecto. que para alcanzar el poder el fascismo histórico necesitó de la El caso de Hermanos de Italia (HdI) nos puede ayudar para alianza con las élites tradicionales –el llamado compromiso desembrollar ese nudo ideológico. La formación liderada por autoritario–, con las cuales estableGiorgia Meloni no es, como se ció una colaboración “incómoda ha repetido hasta la saciedad Las extremas derechas se apropian de pero eficaz”, en palabras de Robert en los últimos meses, una forO. Paxton, que tuvo equilibrios dismación neofascista tout court. banderas consideradas progresistas. tintos según el país y el momento.

En ella conviven al mismo Por otro, se ha apuntado que lo que tiempo la cultura política neo se dio hace un siglo, más que una emulación del fascismo itay posfascista –hijas de las experiencias del MSI y de la Alianza liano o del nacionalsocialismo alemán en otras latitudes, fue Nacional de Fini–, pero también la neoconservadora. No es cauna hibridación de culturas políticas que tuvo como protagosualidad que uno de los fundadores del partido, allá por 2012, nistas a los fascistas propiamente dichos, a los nacionalistas junto a Meloni y a Ignazio La Russa, haya sido el ex democratarevolucionarios y a los conservadores tradicionales en cada cristiano de derechas Guido Crosetto, ni que en el símbolo del país: según António Costa Pinto y Aristotle Kallis, se trató de un partido destaquen las palabras “conservadores y soberanistas” proceso complejo que, dependiendo de las percepciones, los y tampoco que en su autobiografía, Io sono Giorgia (2021), Meintereses y las correlaciones de fuerzas existentes en cada conloni cite repetidamente a los filósofos Roger Scruton, Yoram texto nacional, permitió adaptaciones y apropiaciones parciaHazony y Ryszard Legutko, a la sazón eurodiputado de los poles que produjeron nuevas síntesis. Ahora bien, ¿en la actualilacos de Ley y Justicia. dad estamos viviendo algo similar?

Ahora bien, por no ser exacta y propiamente fascista, ¿signiA este respecto, apuntaría un par de ideas. En primer lugar, fica que el partido de la actual premier italiana sea menos peli-

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groso para un sistema democrático pluralista? Obviamente no.

Sencillamente es otra cosa respecto al fascismo de los años de entreguerras. Y para entenderlo hay que analizar históricamente las transformaciones ideológicas de la extrema derecha y del mundo conservador en el último medio siglo. El proceso de renovación, así como el de hibridación, ha sido constante y ha producido una nueva extrema derecha que tiene elementos de continuidad con las de la primera parte del siglo XX, pero que es, en primer lugar, hija de su tiempo –principios del siglo XXI– y tiene elementos novedosos respecto al pasado.

para Alemania y los Partidos de la Libertad austriaco y neerlandés, mientras que ECR está liderado por los polacos de Ley y Justicia y tiene entre sus miembros a varias formaciones del este, además de Vox, los Demócratas de Suecia y Hermanos de Italia, cuya líder, Giorgia Meloni, ocupa actualmente la presidencia del grupo. Es cierto que ni en el pasado ni en la actualidad la extrema derecha ha conseguido unificarse en un solo grupo en el Europarlamento, ni en un solo partido de ámbito comunitario, pero tanto los partidos que están en ID como los que están en ECR comparten gran parte del diagnóstico y pueden llegar a compromisos, como ha demostrado el manifiesto Las redes transnacionales en defensa de una Europa cristiana que la mayoría de estos Estas reflexiones nos conducen a la cuestión de las redes ulpartidos subscribieron en julio de 2021. Esto no significa que traderechistas transnacionales. Se dirá que siempre han existino haya fricciones y tensiones, como la guerra de Ucrania ha do redes y contactos entre las formaciones de extrema derecha. demostrado con creces.

No cabe duda de ello. Mucho se ha escrito no solo sobre la cirDicho lo cual, más allá de las relaciones entre los diferentes culación de ideas en la época de entreguerras, sino también partidos de la galaxia ultraderechista en Bruselas o de forma sobre los intentos de crear una Internacional fascista en los bilateral, cobran centralidad las redes globales tejidas por funaños treinta, el proyecto de Nuevo Orden Europeo nazi y las daciones y think tank que se presentan, en muchos casos, coredes neofascistas en la Europa occidental durante la Guerra mo independientes. Una de estas es la renombrada ConferenFría. Ahora bien, desde finales del pasado siglo tanto la circulacia de Acción Política Conservadora (CPAC), que reúne el gotha ción de ideas como la construcción de redes ultraderechistas del mundo conservador norteamericano y que, además de se ha acelerado fruto de la globalización e Internet. La que he invitar cada año a algún líder europeo, tiene tentáculos en Ausdefinido extrema derecha 2.0 es, pues, una gran familia global tralia, Japón, Brasil, México y Hungría. Asimismo, encontramos con lazos transatlánticos y un sinfín de think tank, fundaciola Fundación Edmund Burke, creada en 2019 y vinculada a secnes, institutos y asociaciones que en las últimas dos décadas tores ultraconservadores israelíes, estadounidenses y eurohan ido tejiendo una tupida red que promueve una agenda peos. Una de las figuras clave es el ya citado filósofo israelí Yocompartida, además de mover sumas ingentes de dinero. ram Hazony, autor del libro La virtud del nacionalismo y preExiste, en síntesis, una especie de Internacional reaccionaria sidente del Instituto Herzl, principal animador de lo que se que reúne a la crème de la crème presenta como “nacional-conservade las formaciones del conservadurismo”.

La extrema derecha 2.0 es una gran familia durismo radical y del ultradereEsta capacidad de tejer redes la global con lazos transatlánticos. chismo a escala global. vemos también en las escuelas de No es nada fácil trazar un mapa formación de cuadros. Una de los a nivel internacional de estas remás conocidas es el Instituto Supedes, también por su opacidad, pero podemos intentar apuntar rior de Sociología, Economía y Política (ISSEP) fundado por un primer esbozo. Empecemos por el ámbito europeo. Las Marion Maréchal Le Pen en 2018: después de su sede francesa, conexiones facilitadas por la presencia en la capital comunitaubicada en Lyon, se ha abierto también una sede en Madrid, ria de los diputados de las formaciones de extrema derecha de vinculada estrechamente al entorno de Vox. Antes ya se había prácticamente todos los países de la UE han permitido pauladado el intento de crear la llamada escuela populista –que tinamente, desde finales de los ochenta, la construcción de tenía como objetivo formar “guerreros culturales” y “gladiadounas relaciones que hoy en día son más que estables. La exisres” para defender la cultura occidental judeo-cristiana– que el tencia de los grupos parlamentarios de Identidad y Democraexconsejero de la Casa Blanca, Steve Bannon, propuso montar cia (ID) y de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) en el monasterio de Trisulti, en las afueras de Roma, con la ofrece unos lugares donde compartir ideas y experiencias, adecolaboración del Instituto Católico Dignitatis Humanae. El más de elaborar una agenda común. ID está liderado por la mismo Bannon, no se olvide, hacia el 2018 había también lanLiga –el presidente es el salviniano Marco Zanni– y cuenta, enzado The Movement, una plataforma que querría unificar a la tre otros, con la Agrupación Nacional de Le Pen, Alternativa extrema derecha del viejo continente o, como mínimo, ofrecer-

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le apoyos y ayudas en análiorganización presidida por el sis, estudios y propaganda. A ultraderechista chileno José nivel transatlántico, cabe Antonio Kast. mencionar también la red que ha tejido Vox en América El impacto de las nuevas tecLatina: bajo la etiqueta de nologías Foro de Madrid, el partido Teniendo en cuenta que de Abascal ha estrechado este breve esbozo no es más relaciones con las derechas que la punta del iceberg, deneopatriotas del subcontibería resultar evidente que LG BT nente, desde Brasil a Chile, hoy en día existen redes bien pasando por Argentina, Perú, Colombia y México. estructuradas de la extrema derecha a nivel global, incomparaSin embargo, es sobre todo el mundo integrista cristiano el bles con las de hace cien o cincuenta años. En síntesis, los que ha venido creando foros de debate, fundaciones, think ultraderechistas y los neoconservadores radicalizados se conotank y asociaciones desde finales de los noventa. Además, sucen bien, hablan y se reúnen frecuentemente, comparten pera las fronteras de las diferentes iglesias existentes, engloideas, prácticas y experiencias, trabajan en red, en una época bando o, por lo menos, poniendo en relación tanto a católicos que no está solo marcada por las pasiones tristes, como apuncomo a ortodoxos y evengélicos. Un ejemplo entre los más tó François Dubet, sino en que todo es profundamente interconocidos es el Congreso Mundial de las Familias, organizaconectado y viaja a velocidades extremadamente más rápidas. ción fundada en Estados Unidos en 1997 que tiene ramificaY aquí llegamos a la tercera cuestión que apuntaba al comienciones en todo el globo, inclusive la Rusia putiniana, y de la zo de este artículo: el impacto de las nuevas tecnologías. cual, por ejemplo, es parte también HazteOír, fundada en 2001 La pregunta que hay que formular es si este es un elemento por Ignasio Arsuaga, que en 2013 ha lanzado su lobby internadistintivo de las extremas derechas del tercer milenio. Por un cional, CitizenGo. lado, no cabe duda de que las nuevas tecnologías han tenido y El mundo ultraconservador ruso y de la Europa oriental ha siguen teniendo un impacto en todas las formaciones políticas: estado muy activo desde el comienzo. No se trata tanto de la no entenderíamos, en caso contrario, fenómenos como el Mofigura de Duguin que, sin ser, como lo ha pintado la prensa vimiento 5 Estrellas, La Republique en Marche! o Podemos. Por occidental, ningún Rasputin para Putin, ha entablado relacioel otro, no es ninguna novedad el impacto que tienen las transnes desde el final de la Guerra Fría en diferentes países euroformaciones tecnológicas en la época contemporánea. Sin ir peos, americanos y asiáticos. Más bien, por un lado, se debe más lejos, piénsese en la utilización de la radio por parte de los mirar al autócrata ruso que se ha convertido en un referente –y fascismos históricos o de la televisión por parte de Berlusconi financiador– por muchos ultraderechistas europeos. Por el u otros líderes definidos como telepopulistas. Resumiendo, las otro, la existencia de los gobiernos de extrema derecha en Hunextremas derechas 2.0 han entendido antes y mejor que los gría y Polonia ha permitido convertir Budapest y Varsovia en demás las potencialidades de las nuevas tecnologías –Internet, dos centros de operaciones para esta gran familia global. La delas redes sociales, la Inteligencia Artificial, el machine learning, recha polaca ha estado históricamente muy vinculada al munetc.– con el objetivo de viralizar sus mensajes, mover la ventado anglosajón y no ha perdido el tiempo para montar sus prona de Overton ultraderechizando el debate público, aumentar pias redes, como el think tank ultracatólico Ordo Iuris, que la desconfianza hacia las instituciones, los expertos y la demorecientemente ha promovido su universidad, el Colegio Intercracia y erosionar la idea de que existe una verdad y una realimarium. Orbán, por su parte, ha convertido la capital a orillas dad compartidas. Esto les ha permitido normalizarse y converdel Danubio en una verdadera meca para las extremas deretirse en hegemónicas. chas de todo el mundo. No solo se ha organizado ahí en 2017 el En un mundo dominado por la que Byung-Chul Han ha encuentro del Congreso Mundial de las Familias y en 2022 la bautizado acertadamente como “infocracia” y que está coprimera CPAC en territorio europeo, sino que cada dos años, rroído por la política de la incivildad, tal y como han mostraen la capital magiar, se reúne la llamada Cumbre Demográfica do Sara Bentivegna y Rossella Rega, ¿el impacto de las nuevas de Budapest –el tema de la demografía y la natalidad permite tecnologías es un elemento que podemos dejar de lado o juntar un amplio espectro del mundo derechista y cristiano– o, mantener en segundo plano para entender las nuevas extrerecientemente, el encuentro de la Political Network for Values, mas derechas?n

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Reflexiones sobre los potenciadores Por Jorge Verstrynge

Fascismo, extrema derecha, populismo… son conceptos que impregnan constantemente el debate público.

Ante lo cual, preguntémonos: ¿cuál es el significado político de cada una de esas categorías? Y, sobre todo, ¿por qué su uso es tan socorrido?

El que escribe estos párrafos fue alumno, y luego colaborador, de uno de los mejores sociólogos españoles del tardofranquismo, José Manuel González Páramo, director del “Comentario Sociológico”, obra consultada por los universitarios españoles de la época. Su autor (y director) no recibió los elogios y honores que le eran debidos, aun cuando todavía hoy su pensamiento es muy de actualidad. Y voy a referirme a él y a utilizar sus categorías para cumplir con el encargo que me ha hecho mi buenísimo amigo Miguel Riera: escribir sobre Fascismo y Extrema Derecha, sus similitudes y diferencias. Yo añado: y Populismo.

Utilizaré de González Páramo una versión laica de su concepto de “religación”, aquello que contribuye a la cohesión del grupo social (él pensaba en la religión “religadora”), y del concepto de “potenciador”, prácticamente equivalente al primero, pero que designa la utilidad de los enemigos interior y exterior para unir en torno al poder, para religar. Nótese que el Fascismo experimenta, simultáneamente, ambas condiciones: señala a enemigos interiores y exteriores, y, a su vez, es el enemigo, ya sea interior o exterior, al que apela un determinado

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actor político, a modo de espantapájaros, para aglutinar apoyos y, de este modo, mantenerse en el poder.

Comencemos por lo más evidente: si bien ambas ideologías comparten un claro elitismo, el de la Extrema Derecha es del tipo “Antiguo Régimen” y monárquico, cuando el Fascismo es del tipo plebeyo, y antimonárquico. Y algo parecido ocurre con el militarismo de ambos: tradicional y chusquero en el caso de la Extrema Derecha (véase Francisco Franco), y paradójicamente, civil, en el caso del Fascismo: por ello la creación de milicias propias alejadas de la tradición militar, como las SA, SS, Camisas Negras, etc. (de ahí que nunca se permitió a la Falange seguir armada pasada la guerra, pues el ejército vetó radicalmente esta opción).

La Extrema Derecha es confesional (cuando no previa al Concilio de Trento), mientras que el Fascismo es laico (cuando no anticlerical: recuérdese las ganas de Hitler de “ajustar las cuentas a las iglesias una vez ganada la guerra”). En cuanto puede, la Extrema Derecha rechaza de plano la democracia; el Fascismo es referendario (eso sí, “apoyado” y “corregido” por un fuerte aparato policial). La Extrema Derecha no suele tener ideología económica, a lo sumo “doctrina social de la Iglesia” y corporativismo (como en el caso del “Estado Novo” de Oliveira Salazar), mientras que el Fascismo, y sobre todo el Nacionalsocialismo, han llegado a ser calificados de “Socialdemocracia autoritaria” y es reconocido (el economista Ernesto Mandel en su Tratado de Economía Marxista fue el primero en hacerlo) que el Mercado Común originario no era sino la extensión de la autarquía autosuficiente de la Mitteleuropa con que los alemanes buscaban la hegemonía y posterior explotación de Europa central. Hasta en el arte el Fascismo no es religioso (más bien exalta la Antigüedad), mientras que, por el contrario, la Extrema Derecha entra en éxtasis en las galerías de El Escorial. En cuanto al nacionalismo, el fascismo es popular, plebeyo, mientras que la Extrema Derecha se orienta hacia el nacionalismo monárquico, y lo que resulta heredera de ella al

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Carteles de Marine Le Pen y de Emmanuel Macron. Elecciones presidenciales de 2022

gobernantes. Ahí se encuentra la utilidad del Fascismo, en poder movilizar una opción política solo por presentarla como antifascista. Ocurre que, como escribe el historiador John Foot, el antifascismo ya no influye sobre los resultados electorales3.

Significa esto que los nuevos “potenciadores” o los nuevos “religadores” hay que buscarlos en otras latitudes políticas, que no geográficas.

El Populismo, al que podemos considerar como la reivindicación del predominio de la voluntad del pueblo (por ejemplo, sobre la voluntad de las minorías, oligarquías, aristocracias, grupos de presión, etcétera), ha tenido muchos padres. Para limitarnos a la historia europea y sus anexos, podemos arrancar de varios “tiranos” griegos, de Julio César y algunos emperadores romanos, de los hermanos Graco, etc., hasta el autodenominado “populismo ruso” y, claro está, los populistas norteamericanos (por ejemplo, ¿quién dijo “sí, soy populista, y a mucha honra”? Pues… ¡Roosevelt!); luego están los populistas sudamericanos y alemanes (estos últimos conocidos como Völkisch). Al perder la guerra el Fascismo desapareció en Europa, pero será sustituido por el Populismo, que emergerá en su versión actual bajo las batutas de Guglielmo Giannini en Italia y de Pierre Poujade en Francia, quienes producirán, respectivamente, el Uomo Qualunque (“el hombre cualquiera” o “de a pie”) y la Union de Defense des commerçants et Artisans. Del primero surgirá una escisión que producirá, en paralelo, el Movimiento Social Italiano y, sobre todo, Ordine Nuovo, siendo

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nacionalismo bursátil.

Y, finalmente, ninguno de los dos es racista, a priori… pues estas ideologías flirtearon (al igual que lo que se hizo en EE.UU. y en el Reino Unido) con la cuestión racial1.

Ta y como ha sido presentada, es evi dente que la Extrema Derecha es una opción ya finiquitada en la actualidad, pues carece de cualquier posibilidad de entusiasmar socialmente y, por consiguiente, ya no puede renacer. Pero ¿y el Fascismo? Éste perdió irremediablemente la Segunda Guerra Mundial; y con respecto al Nacionalsocialismo o Nazismo solo permanecen sus componentes más peligrosos: el racismo y el antisemitismo, cuyos orígenes son muy anteriores al Fascismo y no son necesariamente consustanciales al mismo. Los fundamentos del antisemitismo se vinculan al cristianismo, por lo que no es un producto exclusivo del Nazismo (cabe recordar, por ejemplo, el caso de Otto Skorzeny, uno de los oficiales preferidos por Hitler, quien pasó a apoyar al servicio de inteligencia israelí, el Mosad, frente a los árabes). Tal vez el racismo (no el antisemitismo) sea aquello que podría acompañar un hipotético renacer del Fascismo... solo que éste no se va a producir, por lo que no sirve de nada agitar el miedo al Fascismo.

Igual de absurdo es apelar al “post-fascismo”, resultado de esa moda estúpida de colocar un “post” a cualquier cosa2. De ahí el ridículo creciente del famoso “cordón sanitario” al Front National (ahora Rassemblement National) y más aún el calificar a Giorgia Meloni de peligrosa post-fascista, cuando ella rechaza clarísimamente toda dictadura y cualquier autoritarismo. Para la prensa Meloni pone de manifiesto que se puede “ser fascista sin serlo pero siéndolo”.

Entonces, si el Fascismo es una cosa del pasado, ¿por qué es tan recurrente su apelación en los discursos políticos contemporáneos? El Fascismo es un “potenciador” de la unidad política, es decir, la amenaza al Fascismo constituye un factor de “religación” que aumenta la cohesión social en torno a los

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­ este último auténticamente fascista. Por otra parte, los poujaque auténtica tecnocracia autoritaria, incluso a veces dictatodistas se integrarán en el gaullista Rassemblement. Como se rial, en todo caso oligárquica. De igual manera, es patético caliverá no es fácil establecer filiaciones4. ficar a los Estados Unidos de Norteamérica como “la mayor Varias son las razones por las que hay tendencia a identificar democracia del mundo”, pues la elección del presidente de “los Fascismos y Populismos. La primera, el populismo es extremaStates” recae sobre una parte ínfima del electorado y donde el damente peligroso para el sistema parlamentario; sistema, electo no es responsable ante las cámaras (¿cuántos impeachéste, en el que el pueblo queda ment han prosperado?). Y qué hay de facto excluido (último ejemde la “Kabinet Diktatur” británica La Democracia a la salsa de Bruselas plo: el Reino Unido, donde la donde, por cierto, una parte consies una tecnocracia autoritaria. oligarquía parlamentaria Tory derable del electorado queda sin se ha cargado ya a Primeros Mirepresentación alguna dado el canistros porque “no le convenírácter absolutamente mayoritario an”). Y si uno pasa al otro extremo, a la “izquierda real”, es decir del sistema electoral. Pero esta crítica también la extendemos a el Comunismo, se encuentra con que el populismo es percibila V República Francesa, de la cual se podría esperar, en comdo como un peligroso rival porque “ara en las mismas tierras”. paración con el carácter oligárquico de las III y IV Repúblicas, Entonces se descalifica al populismo: el parlamentarismo lo un claro progreso democrático; sin embargo, y pese al carácter tacha de demagógico, y los comunistas y sus variantes lo referendario del gaullismo (doctrina basada en las ideas y políensombrecen como si fuera fascismo. Pero el populismo no es ticas de Charles de Gaulle) y la elección del presidente por ni lo uno ni lo otro… sufragio universal, “Francia está gobernada por un presidente Nos encontramos con que el cinismo omnipresente extiende con un poder único en el mundo occidental […] Domina también al Populismo la tan recurrente contraposición entre la Francia con un cohorte de prefectos [equivalentes a los gobersupuesta Democracia y el Fascismo. Para empezar, podría darnadores civiles o delegados del gobierno en España] que imponos un ataque de risa en el caso de quererle dar credibilidad a ne sus decisiones hasta en las Regiones y Departamentos más la Democracia a la salsa de Bruselas, que en realidad no es más lejanos […] Sus ministros están instalados en sillones eyectables y son vigilados cons tantemente por un La soberanía nacional de la presidencia de Charles de Gaulle resultaba incompatible con la tutela estadounidense de Europa escuadrón de consejeros al servicio del Jefe del Estado”5. Y de la actual Ucrania, tan inspiradora de “democracia” en Europa, mejor ni hablamos. ¿Menos democráticos que nuestros gobernantes son Erdogan, Putin, Xi Jinping…? ¿Acaso no será más democrática Vene zuela, cuya Constitución recoge el “carácter imperativo de los mandatos” electorales?

Tanto el Populismo como el Fascismo y el Comunismo están con el pueblo o se refieren al pueblo. Que en la práctica eso no sea fácil obliga

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a los comunistas y a los populistas a recurrir al autoritarismo para defenderse de las correspondientes contrarrevoluciones. En cuanto al Fascismo, no se sabe que hubiera sido de esa ideología si al término de la guerra hubiese vencido: un buen conocedor de la misma, el francés Maurice Bardèche, el papa del neofascismo, escribe en sus libros que para 1939 solo impera en Hitler y Mussolini la preparación de la guerra, y que en el caso alemán “se puede considerar la Revolución Nacional-Socialista como finiquitada o, al menos detenida”. De hecho, en el caso de que los derrotados hubieran sido los victoriosos, Bardèche pronosticaba una evolución desde un “Fascismo espartano y heroico” hacia un “Fascismo sureño, tolerante, capitalista y liberal”6. En cualquier caso, debemos conGiorgia Meloni, presidenta del Consejo de Ministros de Italia siderar que el Comunismo y el Fascismo, a diferencia del parlamentarismo, reivindican la tamente derivado de éste, al Autoritarismo. práctica referendaria. Y en ninguno de los tres modelos citados Y, por cierto, ya que estamos en El Viejo Topo, hagamos las (Populismo, Fascismo y Comunismo) el sistema político podría impertinentes preguntas: ¿Es el Populismo de izquierdas o de legitimarse, como sí ocurría en el nacionalcatolicismo de Franderechas? ¿Es tan fiero como lo pintan? O, por el contrario, co, “por la gracia de Dios”. ¿simplemente es ese enemigo interior cuya denuncia refuerza Hay otro motivo por el que a veces se suele identificar al Sistema y a su poder?

Populismo y Fascismo, y es que el primero, pese a diferenciarPara el Populismo, el pueblo de su país es Dios. Pero no cualse del segundo por ser claramente anti-elitista, ha actuado coquier parte del pueblo, sino todo el pueblo. Acudiendo a Jules mo refugio de una parte de este último: habida cuenta de la Monnerot diríamos que para el Populismo el pueblo es la “clase prohibición generalizada en 1945 de los partidos fascistas, a indispensable” para la democracia7. sus partidarios solo tenían la opEn ese sentido, el Populismo es de ción de, o bien “comunistizarse” Las decisiones del pueblo pueden responder izquierdas: es el pueblo quien decien la Europa del Pacto de Varsovia, a una política de izquierdas… o no. de (y no la élite, ni la clase gobero bien acercarse a partidos regionante, ni la clase dirigente). Sin emnalistas como la CSU alemana, o a bargo, nada garantiza que las departidos referendarios, con un cisiones del pueblo se encuentren orientadas hacia políticas de fuerte componente populista –o si se prefiere popular– y, por izquierda.

De modo que, las decisiones del pueblo pueden resello, alejados del “sistema Occidental”, por ejemplo el gaullisponder a lo que ha sido tradicionalmente una política de izmo. Muchas de esas opciones políticas no son claramente quierdas… o no. “C’est la Vie”, es lo que hay: la ambivalencia del populistas, pero para entonces menos daba una piedra.

Populismo.

Aunque el Fascismo y el Comunismo hayan fenecido, se siSea como fuere, el Populismo es, ante todo, una ideología de guen usando, así como la Extrema Derecha, a modo de “poprotesta por parte de “los sin dientes”, los “sans culotte”. Y todo tenciadores” o enemigos que suscitan temor y, por consies cuestión de números: si los que protestan son pocos, entonguiente, “unifican” y, también por ello, “potencian”, es decir ces los poderosos afirman “que les den…” Pero ¿y si son musirven a la “integración del sistema”. En cualquier caso, para chos, o más aún, una mayoría aplastante? ¿Qué pasará cuando los gobernantes es menester hallar nuevos “potenciadores” los que protestan se cansen de elecciones que no sirven para que resulten creíbles, ya sean exteriores como por ejemplo nada, pues no cambian nada? Puesto que el pueblo es invocaChina y Rusia, o exteriores e interiores como el Islam, el tráfido por el Populismo, éste debe ser reprobado: el Populismo se co de drogas, el calentamiento climático, etc. Pero, sobre todo, convierte así en una amenaza que habrá que denunciar cuanel enemigo al cual se suele recurrir es al Populismo y, supues-

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to antes, y combatir. Entonces el Poglobalismo, esta mayoría social fue despopulismo ya se habrá transformado en el seída de su modo de vida, lo que generó “potenciador”, en el enemigo movilizador, un malestar que propició la actual desreforzador del Sistema por excelencia ante afección hacia la política. Se comprende la “amenaza” que constituye el pueblo. Y si así el auge de la abstención electoral, y en el “potenciador” del Populismo crece es paralelo a ello la aparición de poderes asporque aumenta su base social: el pueblo. cendentes tales como los jueces, los futboRecurramos a Christophe Guilluy y sus listas, los influencers de las redes sociales, “desposeídos”, ya que éstos son lo que las autoridades calificadas de organizacioGuglielmo Giannini, lider del Uomo Qualunque anteriormente describíamos como la clase nes independientes, la tecnoestructura media occidental, es decir una categoría con la que las mayoeuropea… todos estos poderes tienen en común no ser desigrías se identificaban en la medida que se hallaban integradas nados por el sufragio universal. económicamente, luego políticamente, culturalmente… Aun Así pues, como resultado de, primero, la desposesión social cuando las desigualdades persistían, lo relevante es que causada por la deslocalización de los empleos y, posteriorOccidente había logrado integrar a una mayoría social. Y en el mente, la desposesión del espacio vital por medio de procecorazón de esa mayoría social lasos de gentrificación, nos encontían las referencias políticas y cultutramos con que “las clases popuSegún la prensa se puede “ser fascista rales de la sociedad (en Francia lares son despojadas de su trabajo sin serlo pero siéndolo”. desde el Partido Comunista hasta y desalojadas de sus territorios. Ya los gaullistas…). Pero esto cambió a no viven donde se crea la riqueza. partir de la década de 1980, con el Este es el “plan social” más grande advenimiento de una mundialización que reordenaba y acende la historia”8. Pero la clase dominante se siente aterrorizada ante la posibilidad de que se produzca una avalancha potuaba la división internacional del trabajo, lo que inició la depulista como reacción a ese proceso de desposesión. Y aunsindustrialización de nuestros países. Entonces, el modelo de que no sea violento, ni utópico, ni autoritario, ni militarista, sociedad cohesionada se fisuró, afectando a la clase obrera mani prometeico, o precisamente por que no lo es, el Populismo nufacturera, luego a los campesinos, a los empleados de coactúa como un “potenciador” con que se logra preservar al mercios, etcétera. Por medio de procedimientos inequívocaSistema n mente políticos conducentes al “liberalismo autoritario” del

Notas 1.Tampoco es racista el marxismo, pero su implantación política contó con elaboraciones sobre la eugenesia. Son reveladoras unas cuantas fechas.

En 1918 se funda en Moscú, por J. A. Filipchenko, el Buró de Eugenesia; en 1920 se funda, por N. K. Koltsov, el Instituto de Biología Experimental; en 1920 Máximo Gorki, entre otros, funda la Asociación Rusa de Eugenesia; en 1925 la URSS publica el libro del citado Filipchenko Inteligencia y talentos; en 1928 tres jóvenes investigadores, M.V. Volotchoi, A. S. Serebrovski y S. G. Levit, fundan el Buró de la Herencia y la Constitución Humana, que en cierta ocasión llegó a proponer la sustitución de la natural fecundación humana por la inseminación artificial de mujeres con el esperma de los hombres mejor dotados genéticamente; en 1930 se crea el Alto Consejo Eugenésico; y ya en la década de los 80 del siglo pasado se publican los trabajos de A.T. Zub, A. V. Oleskin y M.V. Gusev. Ver al respecto: Eduard Tarnawski. (2006). “La (bio)política internacional: una arriesgada apuesta en los estudios de la política rusa”. VII Congreso Español de Ciencia Política y de la Administración: Democracia y Buen Gobierno, pp. 177-188. Por cierto, la URSS desde el principio fue puntera en la identificación e investigación de los pueblos indogermánicos, luego rebautizados como indoeuropeos.

2. Vivimos en una sociedad post-industrial y nuestro trabajo es post-fordista. Las nuestra es una civilización post-religiosa o, por lo menos, postcristiana en una era post-democrática o post-política, o post-nacional o post-estatal o post-colonial, cuyo arte es post-humanista o post-figurativo... Ver: Piquet, S. “Postfascisme, postmodernisme… Que recouvre cette manie du “post” ?”. Marianne, 06/10/2022.

3. Louis, C. “John Foot: «En Italie, l’antifascisme ne pèse plus dans les choix électoraux»”. Le Figaro. 28/09/2022.

4. Eisenberg, D. Fascistes et nazis d’aujourd’hui. Ed. Albin Michel, 1963.

5. Korn, B. “Un système schizophrène, un peuple fatigué”. Courrier International. 28/04/2011.

6. Bardèche, M. Sparte et les Sudistes. Ed. Les Sept couleurs, 1969.

7. Monnerot, J. Sociologie de la révolution. Ed. Fayard, 1969.

8. Boucad-Victoire, K. “Christophe Guilluy: “La dépossession des classes populaires est le plus grand plan social de l’Histoire””. Marianne.

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Extrema derecha y capitalismo Por Iván Álvarez

¿Y si pensamos la extrema derecha desde una lógica estructural?

El artículo aborda el fenómeno del extremismo a partir de las contradicciones que actualmente experimenta el capitalismo en los países que alcanzaron ciertas cuotas de bienestar social.

Nadia Calviño, vicepresidenta y ministra de Economía, con Christine Lagarde, presidenta del BCE

ultraderecha, poscomunismo, neoconservador, etc.

Dado este totum revolutum no es casual que las etiquetas de «fascismo» y «comunismo» estén más baratas que nunca. Bajo pretexto de que «las cosas cambian» se alega que el fascismo no ha desaparecido, sino que se ha reencarnado en las nuevas formaciones políticas de fuerte nacionalismo combinado con programas económicos liberales y alguna forma de fundamentalismo. De la misma manera, se denomina comunismo a formaciones políticas que no aspiran a romper con las dinámicas del valor-capital ni con la democracia burguesa. Estamos pues ante una degeneración –pérdida del género– de las categorías que nos permiten definir y clasificar a los movimientos políticos actuales.

En el presente artículo abordaremos a las formaciones políticas comúnmente denominadas como de «extrema derecha»

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«Derecha» e «izquierda» siguen siendo conceptos políticos de uso cotidiano en la sociedad. La inmensa mayoría de las personas politizadas parecen tener relativa facilidad para ubicarse en el espectro político; aunque, como cabe esperar, no se sabe exactamente con base en qué criterios. Esta indefinición desde luego no es óbice para que el pueblo, en alarde democrático, sepa clasificar a toda formación política en uno u otro lado del espectro político. La indefinición se torna más severa cuando se clasifican movimientos políticos muy diversos, y ya de por sí complejos, en el esquema clásico. Corrientes y movimientos políticos como liberalismo, fascismo o comunismo son algunas de las referencias fijas a las que se agarra el público, pivotes en torno a los cuales giran el resto de las corrientes. Como una vuelta de tuerca más, a ello sumamos la adición de prefijos, dando pie a neofascismo, neoliberalismo,

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o «ultraderecha», que desde la crisis capitalista de 2008 han La derecha o las derechas tenido períodos de auge, sean estos de relevancia electoral o Como diría Friedrich Engels en el Anti-Dühring, «todas las relativos a hegemonía cultural-discursiva. Comenzaremos definiciones son de escaso valor científico», lo cual no quiere dando unas breves pinceladas que clarifiquen los términos. decir que sean inútiles. El método dialéctico nos exige rechazar En primer lugar, debemos tener en consideración sobre en definiciones positivas de los fenómenos sociales, por lo que «la qué campo situamos a las formaciones políticas que analizaderecha» solo puede entenderse en conjunción y confrontamos. Solo desde una referencia espacial podemos situar lo que ción con «la izquierda», así como también en sus distintas es «extremo» o «ultra». Desde nuestra perspectiva, que no es ramificaciones y modulaciones históricas, muchas veces antaotra que la marxista, solo puede asumirse que ese campo es la gónicas entre sí. Sin duda, la distinción izquierda/derecha prodemocracia burguesa, pues es donde opera la dicotomía cede de las rupturas provocadas por la Revolución Francesa, izquierda/derecha. Ahora bien, no debe perderse de vista que donde la derecha representaría la permanencia de los privilela democracia como institución antropológica se compone de gios y el Antiguo Régimen. Desde aquel entonces hasta hoy se dos momentos, como los llamaría Gustavo Bueno: el momenvan sucediendo los conflictos entre diferentes modulaciones y to tecnológico, donde se incluyen las elecciones, los candidageneraciones de derechas e izquierdas, con programas y costos, los partidos políticos, etc.; y el momento nematológico movisiones que se configuran con el devenir histórico. que, para entendernos, se refiere al ámbito de las ideologías Dadas estas premisas, consideramos que pueden denomipropias de la democracia, donde se encuentran las Ideas de narse como organizaciones derechistas aquellas cuyas premisoberanía nacional, derechos humanos, ciudadanía, libertad, sas ideológicas y principios políticos se presenten como revelaetc. En este sentido, serían formaciones «extremas» aquellas ciones para un pueblo, una élite o un individuo, a la vez que que se sitúan en los márgenes –en los extremos– de ambos modefienden el privilegio y el particularismo para fortalecer la mentos con el fin de extenderlos o retraerlos en algún sentido. posición política de una etnia, élite social o nación. Pero, saTensionarlos, pero siempre situándonos dentro de lo asumible biendo que la totalidad capitalista se compone de diversas parpor la democracia burguesa y la constitución social capitalista tes interrelacionadas y en la sociedad clasista prima el conflicen la que se desarrolla. Podríamos ejemplificar con el ampliar to, cuando descendemos de lo abstracto a lo concreto observao restringir los derechos de ciudadanía de diversas capas de la mos que no existe «la derecha» en un sentido unívoco, como población. no existe «la izquierda». La derecha no es unívoca, tampoco Ahora bien, lo cierto es que en cada Estado o formación existe unidad entre la llamada «nueva derecha» o la «ultraderesocial este campo democrático burgués puede presentar difecha europea» más allá de referirse a movimientos y partidos rentes líneas maestras, una diferente configuración de los políticos que comparten época histórica y algunos rasgos momentos tecnológico y nemacomunes derivados de esa mistológico. No tiene el mismo grado ma época, como el populismo Las etiquetas de «fascismo» y «comunismo» de aceptación popular la monarantiinmigración. Existen difequía, o un determinado modelo rentes derechas que no solo se están más baratas que nunca. territorial, en Reino Unido que en enfrentan a las izquierdas, sino el Reino de España. Ante esta sique se enfrentan entre sí. Es abtuación, no es fácil discernir qué se sitúa y qué no en los extresurdo por tanto el ímpetu de quienes abogan constantemente mos de la política burguesa desde los parámetros de sociedapor la «unidad de la izquierda», pues no están sino abogando, des políticas distintas. Es por ello que en Estados Unidos queen todo caso, más que por la unidad de la socialdemocracia. rer ampliar los servicios sanitarios públicos puede ser consiTampoco tendría mucho sentido la sentencia de que «la nueva derado una medida de extrema izquierda e incluso comunista extrema derecha» o el trumpismo (desde febrero curiosamente y, por ende, «ultra» –prefijo que significa «más allá de», que sustituido por putinismo) son movimientos políticos coordinadesborda los márgenes y se sitúa fuera de lo aceptable y asudos y con un tronco común. Son fenómenos epocales, y por mible por el entramado institucional de referencia–; mientras tanto es la coyuntura histórica, el análisis de fase, lo que nos que en España la noción de sanidad universal está comúnayuda a ver más allá de una supuesta vuelta del fascismo, o una mente aceptada. conspiración derechista coordinada y financiada por Vladimir Una vez establecidos unos breves criterios para definir lo Putin o Steve Bannon. extremo y lo ultra en la política institucional podemos responEsta extrema derecha está atravesada por los conflictos der la primera gran pregunta: ¿qué es la derecha? objetivos que se dan en la sociedad capitalista global, conflic-

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tos entre clases y entre los estados, como señalaría Marx en sus textos sobre el colonialismo en China. ¿Cómo si no podría entenderse que un importante think tank conservador como New Direction, bajo presidencia del polaco Tomasz Poręba, vetara a Diego Fusaro, filósofo nacionalista italiano, en la Universidad de verano de Posmodernia, tras decir el italiano que el gran enemigo de Europa no era Rusia sino los EE.UU.? ¿No hay acaso Bill Gates y Pedro Sánchez en la conferencia anual que organiza la Fundación Gates. Septiembre 2022 conflictos objetivos entre los planes políticos rencias sustanciales entre los proyectos de sociedad de la izdel PNV o el PDeCat y el PP o Vox? ¿No están divididas las quierda y la derecha. La diferencia entre la derecha y la izquier«nuevas derechas» en torno a la cuestión del Euro o la OTAN? da se va tornando en una cuestión antropológica y cultural, En España, por ejemplo, se da la ridícula situación de que se donde entrarían en juego los famosos «packs ideológicos» y la acusa a Vox de ser afín a Putin, mientras la organización lidefuerte fidelización a partidos y movimientos concretos con inrada por Santiago Abascal hace explícitos su apoyo a la OTAN dependencia de su programa. ¿A qué se debe esta difuminay la UE, a la vez que se consideran admiradores del gobierno ción?

Si el régimen democrático se encuentra inserto en una conservador polaco, evidentemente antirruso. constitución social determinada –en nuestro caso organizada Si no se atiende a esos conflictos objetivos enraizados en el en torno al valor–, es esta la que metabolismo capitalista, es fácil delimita los márgenes por los que caer en el planteamiento socialpuede transitar la política con Existen diferentes derechas, y se enfrentan demócrata, donde el combate minúsculas, es decir, la institucontra la extrema derecha se sitúa a las izquierdas pero también entre sí. cional. Esto bien merece una exúnicamente en el campo del displicación más profunda. curso y las elecciones. Mienten, No existe por un lado «la economía» entendida como mera pues, aquellos que, para tapar sus propias vergüenzas, reclaproducción y distribución de recursos y por el otro «el poder man el voto a la clase trabajadora para frenar algo que no organizado».

El poder de la burguesía no se encuentra únicapuede frenarse mediante el voto, a la vez que demonizan a la mente en la coerción del Estado, como tampoco en sus correas figura mediática de turno y pierden de vista al verdadero sujede transmisión ideológica. Tal como señala Søren Mau en su to que determina la política: no es Trump ni Putin, tampoco es libro Mute compulsion, el poder no es solo algo propio de los Soros; es el capital. agentes sociales, sino también algo que debe ser atribuido a relaciones sociales como el valor y el dinero. El poder del capiDerecha y capital tal es en lo fundamental su capacidad para subsumir la vida soLa persistencia de la dicotomía política por antonomasia en cial bajo su lógica. La acumulación de fuerzas de la burguesía el ideario popular contrasta con el hecho de que, según se ensano es otra que la acumulación de plusvalía y la valorización de yará aquí, la distinción izquierda/derecha en sentido político cada vez más esferas de la sociedad. El poder político no se está difuminada en la democracia realmente existente. Esta disitúa pues en la escena parlamentaria, sino en las bambalinas cotomía va perdiendo su dimensión política, al no haber dife-

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de la producción capitalista mundial. Es una buena exposición la realizada en los últimos años por el sociólogo Andrés Piqueras, para mostrar que en la presente decadencia del valor-capital ya no se dan –y difícilmente se pueden volver a dar– los factores necesarios para el retorno a programas políticos reformistas de corte keynesiano. Estos factores son una tasa de ganancia boyante, dificultad por parte del Capital para sustituir a la mano de obra y una clase trabajadora con fuertes organizaciones de clase. Es esto y no las «traiciones a la clase» o la «moderación» la principal determinación del visible retroceso de los programas socialdemócratas o «de izquierdas» en todo el mundo, con independencia de que haya más o menos gobiernos que se definan como tales. Es el movimiento del capital el que establece los límites de lo posible Yolanda Díaz y Ursula Von der Leyen. Bruselas, octubre de 2022 en la acción de las instituciones burgueparlamentarismo burgués se hace cada vez más ilusorio, pues sas. Como decíamos previamente, es el análisis de fase el que la democracia realmente existente de electores y consumidonos permite apreciar el fenómeno de las nuevas derechas con res se convierte en una democracia de deudores con decrevisión panorámica. ciente capacidad de consumo.

El modo de producción capitalista se encuentra en estado de Ese mismo Estado-deudor mantiene, e incluso incrementa, morbidez. Las promesas de bienestar se ven sustituidas por las su intervención en el mercado para intentar sostener el valor y certezas de creciente precariedad laboral y mayor conflictiviasegurar la reproducción ampliada de capital; pero las políticas dad política. La decadente tasa de ganancia del capital producconcretas que pudieran diferenciar a izquierda y derecha en el tivo conlleva la hipertrofia del capital financiero al grado de plano económico se reducen a cuestiones cuantitativas, vagos convertirse mayormente en capital ficticio, sin valor real; pero intentos de gestionar el enfermiparasitario, expropiador de valor zo metabolismo capitalista. La y riqueza social. Las dinámicas El poder político se sitúa en las bambalinas política institucional del Estado de un capital des-substancializade la producción capitalista mundial. está amordazada por la obstruida do –desvalorizado–, que ya no generación de plusvalor, sacrifitrascurren por su reproducción cando éste su papel de regulador ampliada mediada por la fuerza social en tanto en cuanto capitalista colectivo, como lo definide trabajo humano, y no precisan de concesiones en forma de ría Engels. La palpable derechización de la política no es más derechos sociales y de redistribución de riqueza, pues impera que la consecuencia evidente de la morbosidad del sistema, la ilusión de que el dinero se valoriza a sí mismo. Aquí se comdonde se desvalorizan las personas y la sociedad. Es aquí binan dos movimientos. Por un lado, cada vez mayores capas donde se encuadra la menor redistribución de riqueza en de población se tornan superfluas, las horas de trabajo socialforma de servicios y prestaciones sociales, la privatización de la mente necesario se reducen y la competencia dentro de la proriqueza acumulada y la intensificación de la explotación de la pia clase obrera se recrudece. Por el otro, el Estado se convierfuerza de trabajo. te en un Estado-deudor a merced de los creadores de dinero La «incorrección política» normaliza la deshumanización de sin valor, dando lugar a que nuestras sociedades estén funciocapas sociales como las personas inmigrantes, la mercantilizanando como avalistas de la banca, fondos de inversión y todo ción de los vientres de las mujeres, la justificación de la evasión tipo de especuladores. La consecuencia política es evidente, el

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fiscal, la sobreexplotación de la riqueza natural y, en general, el Conclusiones discurso darwinista social del funcionalismo liberal. Pero ello Se avecinan Tiempos nuevos, tiempos salvajes, tal como reza la no es la causa del auge de la extrema derecha, como se sugiere canción de Ilegales. Pero la contención de la barbarie no pasa cuando se dice que «los culpables son los medios de comunipor la ilusión de que el Estado gestionado por la izquierda del cación por darles cancha». La retracción de los derechos sociarégimen capitalista puede controlar o revertir la situación. Los les y el desplazamiento del discurso político hacia posiciones nacidos en los últimos treinta años vamos viendo cómo, prisioanteriormente entendidas como extremistas y antidemocrátineros de una vida en crisis, la socialdemocracia apenas puede cas son consecuencia del recrudecimiento de las contradicciocolocar parches, que la etapa progresista del capitalismo ya ha nes del modo de producción capitalista en sus formaciones terminado definitivamente. Deben abandonarse las explicaciosociales centrales, allí donde los derechos civiles habían podines indeterministas que explican la deriva de «la izquierda» o el do adquirir un mayor alcance mientras la opción reformista esplendor de la «extrema derecha» como consecuencia de mala fue viable. Son las exigencias de la valorización y la lucha de voluntad política de unos y otros. Sin duda a la socialdemocracia clases las que hacen necesarios y reproducen los discursos y y a determinados movimientos sociales se les podría reprochar programas políticos xenófobos, ciertos deméritos y políticas anasí como también la defensa de tisociales, pero el foco de la crítica La derechización de la política es los privilegios y los particularisdebe orientarse a sus límites esmos de las élites y las naciones tructurales, a su incapacidad y no consecuencia de la morbosidad del sistema. poderosas. tanto a su mala praxis en la gesLos medios de comunicación tión del capital. derechistas, las editoriales, los Anteriormente hemos querido think tanks, los partidos de extrema o ultraderecha y los emexplicar que la plenitud de las nuevas derechas, plurales y conpresarios que los financian son agentes sociales relevantes, flictivas, no son el resultado de la codicia de capitalistas particon planes y programas concretos; sin embargo, su intervenculares, ni de fascismos latentes y todo tipo de fobias eternas ción en la totalidad está determinada por los imperativos de que se van manifestando a lo largo del tiempo, con indepenla competencia y la obtención de beneficio en el corto plazo, dencia del desarrollo social. Viktor Orbán, Javier Milei, Marine por fuerzas sociales e impersonales. Es el capital como relaLe Pen, Santiago Abascal y Giorgia Meloni no son seres malvación social dominante lo que establece la forma en la que se dos, ni la reencarnación de los antiguos reaccionarios del peetnifica, generiza y se explota la competencia existente en el ríodo de entreguerras, sino agentes nuevos y necesarios de la seno de la fuerza de trabajo en tanto en cuanto mercancía. actual totalidad capitalista decadente. Un régimen social enFracturas de la sociedad como la sobreexplotación de los fermizo que exige formas superiores de disciplinamiento del «talleres ocultos del capital», como llamaría Nancy Fraser al Trabajo, mayor extenuación medioambiental, menor particiámbito de la reproducción social; la expropiación e incluso pación de las masas trabajadoras en las instituciones demoeliminación de comunidades etnificadas; el recrudecimiento cráticas homologadas, fuerte contención de los marginados y de los conflictos entre Estados por recursos cada vez más desposeídos de la periferia global, y más conflictos armados. escasos, equipados con el esplendor del nacionalismo y el La batalla también puede pasar por el terreno electoral e belicismo; la creciente represión y la intensificación de la ideológico. Cuando decimos que la raíz de la extrema derecha explotación de la fuerza de trabajo a niveles destructivos de está en el propio metabolismo social no queremos decir que lo los individuos… no son conspiraciones ni contingencias hismismo da quién gobierne, o que no deben combatirse los distóricas. Desde posturas izquierdistas en ocasiones se caractecursos xenófobos; queremos decir que la lucha más efectiva es riza el auge de la extrema derecha como la consecuencia de la que se da contra el capital, contra la forma valor y la forma planes coordinados por un conjunto de capitalistas reunidos mercancía, contra la totalidad capitalista. La respuesta necesaen torno a una mesa, decidiendo a qué partidos y grupos ria al inevitable giro reaccionario del capital es la lucha por el paramilitares filofascistas financiar. Eso puede ser a lo sumo socialismo, el comunismo como movimiento real que anula y una fase del problema general porque, tal como señala Marx supera el orden de cosas existente. Cada vez se hace más evien el prólogo de El Capital, la investigación debe atender a las dente la dicotomía de revolución o extinción. O planificación personas en la medida en que son la personificación de catede la economía o dictadura de la tasa de ganancia. De nuevo, la gorías económicas, portadores de determinadas relaciones elección planteada por la revolucionaria Rosa Luxemburg: sociales e intereses de clase.

Socialismo o Barbarie n

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¿Un cadáver en la biblioteca?

El fascismo en nuestra época Por Ferran Gallego

Debamos repensar el fascismo del periodo de entreguerras para identificar las rupturas y continuidades con el fascismo de posguerra y, a partir de ahí, alcanzar una cabal comprensión de la naturaleza del neofascismo contemporáneo.

A diferencia de otras culturas políticas, corrientes ideológicas y experiencias históricas, el fascismo ha sido sometido a un rigor conceptual que no siempre ha mejorado las condiciones de su comprensión. Los debates del antifascismo del periodo de entreguerras, que contenían un rango intelectual nada despreciable, se convirtieron en una abrumadora dispersión de análisis retrospectivos cuando aquella experiencia pasó a ser evaluada en la segunda posguerra mundial, en especial en los últimos treinta años del siglo que la vio nacer, desarrollarse y –según la mayoría de los estudios académicos– expirar.

Excesos de lenguaje y reduccionismo conceptual El desacuerdo entre lo que apreciaron los contemporáneos de la experiencia fascista de la primera mitad del siglo XX y lo que se ha ido afirmando tras el hundimiento de las potencias del Eje y, en especial, a partir de los años 70, no se debe a una especie de ceguera por exceso de aproximación: una suerte de deslumbramiento de quienes vivieron este periodo y optaron por una militancia que elevó el antifascismo a la estatura de un combate por la civilización, sin rebajarlo a mera querella entre

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propuestas políticas en alternancia, o a una lucha entre dictadura y democracia. Aquella convicción de que el fascismo era un proyecto contrarrevolucionario completo, en el que convergían y se sintetizaban, estilizándose en una propuesta de nuevo orden totalitario, las resistencias y oposición a la tradición revolucionaria propulsada por y desde 1789, hizo cobrar al antifascismo la forma de la salvación de una modernidad democrática opuesta al modernismo reaccionario que el fascismo estuvo a punto de convertir en modo de existencia social en los años treinta. En ese combate, el antifascismo adquirió una calidad proyectiva y estructural, en la misma medida en que lo era su adversario, inaugurando algo más que una delimitación moral de campos en lucha. De hecho, se estableció el escenario donde actuaba la lucha de clases en la captación de ese “instante de peligro” al que hacía referencia el último Benjamin al definir cómo podía “articularse históricamente lo pasado”.

Un sector dominante de la historiografía ha tenido una actitud muy distinta ante la experiencia del fascismo. No ha sido, desde luego, una posición absolutoria, ni siquiera una perspectiva que haya menospreciado los niveles de destrucción, represión y violencia acumulativa desarrollados por este proyecto.

Sin embargo, en estos trabajos ha existido siempre la voluntad de zafarse de lo que se ha presentado como un exceso de lenguaje, una abusiva generalización y una tendencia a obviar diferencias radicales entre aquellas culturas políticas, movimientos y regímenes que fueron considerados fascistas por los contemporáneos –en especial por los contemporáneos antifascistas, aunque no solo por ellos–, y cuya ideología, militancia y estructuras estatales han pasado a definirse de modo diverso. A veces, en relación estrecha con el fascismo, como sucede con las propuestas acerca de los regímenes “fascistizados” o “parafascistas”. Otras, sin parentesco alguno con el paradigma y la experiencia política fascista: regímenes autoritarios, dictaduras nacionalistas, coaliciones reaccionarias.

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Movilización convocada por Democracia Nacional. 12 de octubre de 2022

La dinámica de revolución y contrarrevolución en que se desarrollaron aquellos años decisivos resulta de una espesura impenetrable si se empieza por destruir los mecanismos de precisión para abrirse paso en la maleza de aquel periodo complejo y distinguir lo que fue fascismo de lo que nunca lo ha sido. Sin embargo, no se sabe muy bien por qué los ejercicios de simplificación se atribuyen a quienes defendemos una visión del fascismo más próxima a los análisis de los antifascistas contemporáneos, mientras se adjudica un mejor manejo de los recursos con que cuenta nuestra profesión a los que han establecido los cánones más reticentes y restrictivos. Porque precisamente ha sido el esfuerzo para abrir el campo de visión a un territorio poblado de experiencias nacionales muy diversas, y en un periodo largo de tiempo que supera los límites de la llamada “época del fascismo”, lo que creo que ha dado mejores argumentos a favor de una visión más atenta al desarrollo de procesos históricos que a la fijación de tipos ideales: no porque éstos carezcan de utilidad instrumental, sino porque con frecuencia son armados con la capacidad hermenéutica exclusiva para dar norma y sentido a una realidad dinámica, contaminante y poco amiga de ensimismarse en categorías oclusivas. Cuando Tim Mason escribió un célebre e inconcluso texo preguntándose “¿Qué se ha hecho del ‘fascismo’?”, antes de que sus más severas impugnaciones llegaran a expresarse, no manifestaba la recriminación por el uso de un concepto rescatado de los abusos de quienes veían fascismo en cualquier tipo

de conducta autoritaria, institución elitista, moral reaccionaria o actuación policial excesiva, además de referirse con ese término a toda organización, discurso y política de rechistas contemporá neas. Mason expresaba, sobre todo, la preocupación por un reduccionismo que amenazaba con destruir ese mismo concepto, cuando ni siquiera se utilizaba ya para definir las vicisitudes del Tercer Reich.

En realidad, esta selección conceptual tiene unas consecuencias que siempre acaban llevándonos al canónico exabrupto de Humpty Dumpty. Se trata de un numerus clausus retrospectivo que pasa a tener efectos de largo plazo en la reconstrucción política, social y cultural de la Europa de la segunda posguerra.

Que el proceso se haya agravado a partir de todo lo que ha ocurrido en el mundo a partir de 1990 no debería sumar a ello sorpresa alguna. Porque, desde luego, la construcción de una inmensa industria dedicada al examen de las consecuencias más espantosas del nazismo, por ejemplo, ha establecido una conciencia cívica basada en la condena tajante del exterminio étnico, pero nunca ha podido ni ha querido fabricar una conciencia política sobre el conocimiento del proceso sistémico que hizo posible el horror de Auschwitz. La destitución intelectual del antifascismo de 1918-1945, presuntamente grosero y simplificador, era la condición de la posterior neutralización política del antifascismo como proyecto democrático. Deambulando por los insolventes vericuetos de la propaganda posmoderna, la izquierda no solo ha perdido la capacidad de entender un escenario cultural atestado de identidades injuriadas, como consuelo por la presunta desaparición de la lucha de clases. Además de ello, ha extraviado sus recursos de análisis para interpretar el asalto al proyecto de modernidad democrática más resuelto, coherente y destructivo que ha conocido la humanidad desde que la Ilustración y la revolución de 1789 definieron sus fundamentos.

Los estudios sobre el fascismo han destacado siempre este carácter. Incluso adentrándose en el espinoso sendero que lleva a la identificación del fascismo y un tipo concreto de moder-

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­ nismo, hasta de “modernismo reaccionario”, que poco tiene contra la herencia de la revolución de 1789 llegó a ser hegemóque ver con la agudeza de las advertencias de la Escuela de nica. El momento en que se logró construir una alternativa al Frankfurt sobre el tema, y mucho con el empeño en reivindicar, proyecto de modernidad democrática con base social de para ese “fascismo” adelgazado de impurezas reaccionarias, la masas, capacidad de integración de corrientes políticas diveratribución de una voluntad y un horizonte revolucionario. La sas y condiciones para vencer en una guerra social abierta conpertenencia histórica del fascismo al mundo moderno se refietra sus adversarios, fabricando, en ese mismo proceso de re a una presencia antagonista, lucha, las estructuras de movilizano a una querella sobre el verción y el sistema totalitario que El fascismo adquirió la imagen dadero sentido que cabe darle a caracterizó el Nuevo Orden. de liberación nacional, redención histórica la modernidad. El fascismo El fascismo nunca fue un pronunca fue una desembocadura, yecto revolucionario, a excepción y conciliación social. entre otras, de la historia del de sus momentos fundacionales y proyecto moderno, sino la resisde agregación de sectores minoritencia a sus fundamentos polítitarios, cuando no marginales, del cos y morales, consumida desde el comienzo mismo de las escenario de la primera posguerra mundial. Tampoco fue un revoluciones liberales y excretada tras su metabolización en la proyecto meramente reaccionario, en el sentido en el que crisis europea de fines de la Gran Guerra. podían serlo fuerzas de la derecha liberal y conservadora de aquel periodo. El fascismo solo cobró verdadero impulso en su El fascismo y el bloque histórico contrarrevolucionario propio proceso de constitución, cuando se desarrolló en el Sin embargo, el carácter del fascismo de 1918-1945 tiene que marco de una radicalización antidemocrática de sectores soanalizarse como categoría ideológica, pero también como prociales que sufrían la crisis de la sociedad liberal. La construcceso social, en el que una cultura política adquiere su pleno ción del movimiento nacionalsocialista no puede entenderse sentido y su operatividad. El final reconocido del fascismo, su como simple expansión de las ideas del minúsculo Partido consumación o plenitud, su plena identificación con una realiObrero Alemán de 1919 o del minoritario Partido Obrero dad superadora de la herencia moderna democrática solo Nacionalsocialista Alemán anterior a 1930. Ha de estudiarse examinando el abandono del espacio democrático por parte de cada vez más amplios sectores de las clases medias de raíz liberal y conservadora, reorientadas hacia propuestas populistas y nacionalistas radicales. Solo cuando se produjo la destrucción de esta base social amplia de la democracia, solo cuando se consumó la despoblación de los territorios herederos de la Ilustración y del consenso liberal, empezó a disputarse la verdadera lucha por la hegemonía en el campo de una contrarrevolución cada vez más poderosa, cuyo producto más acabado, más congruente con las condiciones de su tiempo, con mayor preparación para construir un régimen con base Manifestación del grupo neonazi húngaro Jobbik popular, capacidad de control social y voluntad imperialista fue el fascismo. El fascismo, puede comprenderse si se examina su dinámica constituyente. como régimen y movimiento de masas, no fue la causa de la Ese ciclo formativo se produjo históricamente en unas condifascistización. La fascistización, como proceso de convergenciones precisas, pero no aisladas ni geográfica ni cronológicacia contrarrevolucionaria, fue el origen del fascismo. mente. La “era del fascismo” no puede comprenderse, sin más, No excluye tal consideración que el fascismo careciera de solo como el tiempo en que el fascismo nació y se extinguió, elementos de rebeldía, que estuvieron especialmente activos sino como el periodo en que la contrarrevolución levantada en su fase fundacional y que se mantuvieron con mayor o

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menos conflicto a lo largo del proceso de fascistización. Pero la la movilización de las masas en la reacción contra las revoludistinción entre el campo del fascismo y el campo del nacionaciones democráticas, en la destrucción de las organizaciones lismo reaccionario es, esta vez sí, un exceso de lenguaje, aunobreras, en la depuración política de la nación y en la consque se construya como un escrúpulo conceptual. Lo es, sobre trucción de una comunidad popular cohesionada y representodo, porque se atiende en especial a factores discursivos y eletada por un Estado totalitario. El fascismo, como bloque histómentos míticos que no pueden agotar la experiencia fascista y que, además, ponen a nuestra disposición muchas más lecturas de tales propuestas ideológicas de las que se han solido realizar. En especial, cuando intentamos considerar cuál es la relación entre los discursos y las estructuras sociales de los movimientos fascistas, así como la arquitectura estatal que llegaron a construir.

Esta experiencia hegemónica se dio en una fase de concentración temporal, en un periodo de condensación histórica como lo fue la fase comprendida entre la Gran Guerra y la segunda guerra mundial. Lo característico de esta etapa fue la inmediatez de la revolución: de la revolución democrática y de la revolución socialista. Fue el Miembros del Movimiento Nacional Socialista estadounidense. New Jersey, 2011 periodo de su posibilidad, de su realización. Y fue, por consiguiente, el tiempo de una contrarrevolución armada, rico de la contrarrevolución, contenía también la negación y la que había de construirse sobre la propia experiencia de la voluntad de superación de la herencia de los valores de la movilización total de la Gran Guerra. Por ello, el fascismo supeIlustración y de los principios revolucionarios de 1789. En las ró los exorcismos atemorizados de los movimientos reaccionacondiciones históricas de la posguerra, la defensa de esta susrios previos, para adquirir la seductora imagen de liberación tancia de la contrarrevolución y la posibilidad de construir un nacional, redención histórica y conciliación social que le dotanuevo bloque histórico habría de proceder de circunstancias ron de prestigio ideológico, fuerza combativa y capacidad de sociales bien distintas. Cualquiera de ellas, sin embargo, ha ido integración. Pero el fascismo no siempre acompañada de una refefue solamente un ideario movilirencia fundamental para la memoria Las nuevas derechas se dirigen a los perdedores zador: fue, además, un orden de de las clases trabajadoras y para la de la mundialización, pero hacen guiños relaciones sociales, una estructupropia imagen de los gestores del orra de poder, un escenario de conden capitalista: un orden que soa sus ganadores. trol disciplinario y un horizonte brevivió a la crisis del periodo de ende explotación imperial. Todo ello treguerras a través de un devastador fue derrotado en un conflicto armado geoestratégico entre conflicto bélico que reconstruyó para siempre las estructuras potencias: pero la derrota de la clase obrera europea y de las estatales e internacionales previas a 1945. El fascismo se convirexpectativas revolucionarias y de reformismo social avanzado tió en un oscuro objeto de rechazo sin que la potencia de la culdel periodo de entreguerras entraron en esa misma modificatura antifascista fuera capaz de sostener un adecuado análisis de ción del paisaje crítico que sellaron las condiciones de la su peripecia histórica y del aprendizaje proporcionado por ella. reconstrucción y la posguerra. El fascismo logró constituir un Con todo, nunca podrá hacerse una adecuada definición de las bloque histórico que correspondía a las condiciones de clase experiencias de la extrema derecha, la derecha radical, el neodel periodo de entreguerras, en especial en la segunda fase de fascismo, el posfascismo o, simplemente, el fascismo de la ese ciclo, que corresponde a la década de los treinta. segunda mitad del siglo XX sin prestar la necesaria atención a la esencia del fascismo –el rechazo de los principios ilustrados y la El fascismo de posguerra filosofía política de 1789– y las condiciones concretas en que La derrota militar del fascismo en Europa fue acompañada pudo desarrollar su hegemonía –la movilización contrarrevoludel desprestigio generalizado de un proyecto que había basado cionaria en la crisis europea de siguió a la Gran Guerra–.

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La línea de continuidad y rupturas que se ha dado en este de estrategia, eso significa pasar de un periodo en el que el fasespacio desde la derrota de las potencias del Eje es mucho más cismo pudo ser hegemónico y dar nombre al bloque histórico que una simple adaptación a circunstancias cambiantes. Es contrarrevolucionario de los años treinta-cuarenta, a otra fase mucho más que un ente capaz de sobreponerse a la adversidad de largo aliento en el que tal hegemonía ha sido sustituida por manteniendo incólume un núcleo genético determinante. Es, la moral combatiente propia de una guerra de posiciones. Un por el contrario, el resultado de una dialéctica de fuerzas sociaperiodo de posguerra en el que la hegemonía lograda y perdiles, culturas políticas, desarrollo de medios de comunicación, da ha sido sustituida por el esfuerzo incesante para adquirir dimensiones del consumo, funciones y límites de los Estados rango de aliado indispensable. Ese propósito es lo que los fasnacionales, quiebras de soberanía, mutaciones de la existencia cistas del Movimiento Social Italiano (MSI) llamaron, sucesivasocial del ser humano y construcciones ideológicas de nuestro mente, la política del inserimento y la propuesta de la Destra lugar en el mundo. Por tanto, no se trata aquí de asistir a meras Nazionale durante su larga travesía del desierto en la Primera reediciones de procesos extinguidos, ni de la sobreactuación República. Es el que dio visibilidad al Frente Nacional francés en escenarios obsoletos. Pero tampoco a una creación carente en los años 80 y, en mucha menor medida y permanencia, a las de raíces ni de proyectos que en nada precisan adquirir refediversas oleadas radicales en la Alemania del Partido Nacrencias en el pasado. Entre otras cosas, porque ni siquiera el ionaldemócrata o de los Republikaner. Unos esfuerzos basados fascismo clásico hizo algo parecido. Geoff Eley insistía en que en el consenso anticomunista y la aceptación del neofascismo quienes votaron en masa al nazismo en 1932 no lo hicieron de asumir un papel secundario, aunque necesario, en el espatanto por lo que tenía de novedad como por lo que había en él cio de la derecha definido por la guerra fría. de factores de reconocimiento, de recuerdos, de fragmentos de A ese periodo siguió el de la quiebra del campo socialista y la identidades diezmadas por procesos de modernización y anoemergencia de la globalización como factores determinantes mia social. La mirada del historiador tiene que dirigirse a cómo de un nuevo diseño de discurso y alianzas, donde emergió con puede llegar a constituirse el bloque histórico que fue derrotafuerza la “alternativa nacional popular” del lepenismo y la condo por la convergencia de una vivergencia de las tres derechas itagorosa cultura antifascista y por un lianas de los años 90. La exigencia enfrentamiento armado entre gran- El neofascismo pretende un gran compromiso de ser aceptado en los espacios de des potencias en 1945. La cuestión la derecha gubernamental pasó a entre plebeyos y oligarcas. es, por consiguiente, no el análisis ser la elaboración y difusión de un de esta o aquella manifestación discurso dirigido a los perdedores concreta de opciones neo o posfascistas, sino insertar tal anáde la nueva mundialización, combinado con guiños a sus lisis en esa consideración central que se refiere a la cuestión del ganadores para obtener recursos de poder. La reivindicación fascismo en el siglo XX y comienzos del XXI. de soberanía, la denuncia de los riesgos para la identidad Creo que solo podemos obtener algunas respuestas satisfacnacional, los ataques a la tecnocracia y a la oligarquía de la torias en ese examen de largo plazo que niegue tanto las rupUnión Europea se constituyeron en un cuerpo de doctrina eleturas tajantes como las meras reapariciones de sujetos polítimental, pero muy bien asentado en una nueva forma de cerrar cos históricamente extintos. Tal análisis nunca puede confunel paso a cualquier alternativa democrática ante los retos de dirse con una enumeración de grupos ni con un listado de eleuna fase crítica del orden mundial. Ese fascismo fin de siglo se mentos discursivos o de juego de oferta y demanda en el espaconstruyó como polo de una propuesta de oposición nacional, cio público. Estos son solo datos para una reflexión que ha de como lo hizo el fascismo clásico en los tiempos en que viró ir mucho más lejos: tanto como se ha ido en la apreciación del desde sus propuestas fundacionales a una estrategia de captafascismo clásico y las condiciones que lo hicieron posible. Y la ción de masas, aprovechando la indefensión cultural de la mirada del historiador, acostumbrado al juego entre ciclos de izquierda, el desmantelamiento político del comunismo y la larga duración y crisis estructurales, ha de estar en un debate difusión sin freno del desorden social y la inseguridad. La quieque suele ser territorio exclusivo de otras disciplinas. bra del sistema de globalización dominante en los años 90 está proporcionando ya nuevos escenarios, en los que el objetivo de Ciclos, estrategias y continuidades construcción de un bloque histórico contrarrevolucionario, Al utillaje y pericia del historiador corresponde, fundamenfrustrado en las etapas anteriores por la fragilidad e incertitalmente, el examen de los elementos decisivos que distinguen dumbres del sistema construido tras la caída del muro, habrá el fascismo clásico del fascismo posterior a 1945. En términos de fabricarse sobre la base de nuevas relaciones geoestratégi-

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cas, sobre renovadas políticas de bloques y sobre el territorio bién en la sucesiva incorporación al liderazgo de las generade conflictos crecientes de soberanía, identidad nacional y ciones que habían protagonizado la resistencia al reconocicohesión cultural de los Estados europeos. miento de la derrota del fascismo. Años después, la marginaEn todo este largo recorrido que siguió a la derrota de 1945, ción ha ido convirtiéndose en capacidad de ser fuerza condiel fascismo de posguerra actuó sobre tres áreas distintas que cionante: la alternativa también se construye de este modo. Y habían convergido en sus tiempos de hegemonía. La primera de ser fuerza condicionante a ganar fuerza para ser impulso fue la de la inserción en el escenario institucional, extremanvertebrador de una nueva oposición nacional, enfrentada a la do el discurso reaccionario y afirmando la voluntad de intecultura y los valores democráticos heredados de 1789, no hay grarse en una amplia derecha defensora de valores tradicionauna distancia insalvable. les, de mayorías silenciosas y de clases medias opuestas al Esta alternativa no se erguirá, previsiblemente, sobre propoder sindical y político de la izquierda. La segunda fue la perpuestas de Estados totalitarios como los de los años de entremanencia de un neofascismo cuya mayor fortuna se alcanzó guerras, ni movilizará a sus seguidores en milicias dispuestas en torno a la movilización del 68: el neofascismo inspirado en a enfrentarse a la actualidad de una revolución que ni está ni el fascismo sansepulcrista y su carga rebelde, de tercera vía y se la espera. Pero tampoco se limitará a constituir meras coalucha antisistémica, aunque también de plena disposición a liciones de gobierno. Adquirirá una potente relación orgánijugar la carta del terrorismo y la estrategia de la tensión. La ca con una crisis social y política de grandes dimensiones, tercera ha sido y es la de una Nueva Derecha empeñada en dar acompañada de cambios tectónicos en las relaciones de una batalla cultural a fondo no solo contra los valores de la fuerzas internacionales. Se construirá, como lo hizo hace izquierda, sino contra todo aquello que procede de la herencia cien años, con un gran compromiso entre plebeyos y oligarde 1789. Estas tres caras de lo que en la primera mitad del siglo cas cimentado en el hallazgo de adversarios culturales XX se llamó fascismo no se reconocen mutuamente o con comunes. Encontrará el modo de reunir las aspiraciones a la plena sensación de ocupar un mismo espacio con estrategias identidad soberana de la nación con la entrega del Estado al diferentes. Pero algunos pasos imcielo protector de los espacios portantes se están dando en esa ditransnacionales. Proporcionará El fascismo fue una alternativa al proyecto de el modo de atender, al mismo rección y el futuro habrá de construirse, en lo que a este sujeto se retiempo, la petición de la segurimodernidad democrática con base social. fiere, con estos tres factores de intedad comunitarista y la exigencia gración, cuyo respectivo papel hade privatizadora del esquema brán de decidir circunstancias que aún están en transición del neoliberal. Esa capacidad de síntesis entre factores opuestos mundo globalizado a la nueva época de bloques. fue característica del fascismo clásico y ha sido siempre su El fascismo de la segunda mitad del siglo XX actuó siempre mayor virtud para actualizar la operatividad del proyecto movido por una legitimidad de origen asumida como elemencontrarrevolucionario. to de identidad y cohesión interna. La lealtad a la memoria del Se constituya de una u otra forma, a uno u otro ritmo nacioperiodo de entreguerras se manifestaba, según la feliz acuñanal y con las peculiaridades que siempre han ofrecido y deterción de Augusto de Marsanich, en el propósito de “ni rinnegaminado las tradiciones culturales de cada país, este proyecto re ni restaurare”. Veinte años después, Giorgio Almirante pronunca podrá ser ajeno a la experiencia hegemónica del fascisclamó ante los asistentes al IX Congreso del MSI: “Noi siamo la mo en el siglo XX. No podrá ser algo que se mueva al margen destra nazionale; noi siamo l’alternativa al sistema; noi siamo de aquel propósito triunfal, aunque fallido a medio plazo, de l’idea corporativa”. Si eliminamos el énfasis puesto en el corconstruir el orden político de la contrarrevolución dando la porativismo, e introducimos la defensa del pueblo contra la vuelta a más de dos siglos de razón ilustrada y de herencia deinmigración en el lema lepenista de “les français d’abord!”, el mocrática. La mejor identificación de este peligro debe hacerreconocimiento de esta continuidad se expresaba donde se, como siempre, excavando en la propia tradición, lo que podía llegar a hacerlo: en lemas de primacía étnica y en una supone asistir siempre a la historia como inminencia, no coafirmación de ser Derecha, con mayúscula: derecha nacional, mo pasado; como constante conmemoración, no como resipopular, alternativa, que el Frente Nacional solo alteró en la duo; como energía que proyecta los vigorosos ecos que oriendécada de los 90 para recuperar la consigna de Doriot, “Ni tan nuestro camino a tientas. Para evitar que ni siquiera los droite ni gauche”, que los neofascistas ortodoxos de Ordre muertos estén a salvo de una nueva derrota a manos de quien Nouveau habían desdeñado. Esa continuidad se expresó tamnunca –o casi nunca– ha dejado de vencern

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EL PODER DE LA TEORÍA CUÁNTICA HELGOLAND Carlo Rovelli Ed. Anagrama. Barcelona, 2022, 212 pp.

En 1827 Goethe hablaba de un lugar que “ejemplifica la fascinación sin fin de la naturaleza”. Era una pequeña isla en el Mar del Norte en la que podía experimentarse el Weltgeist, “el espíritu del mundo”. Era Helgoland, la Isla Sagrada.

Un siglo más tarde un joven físico, Werner Heisenberg, se recluyó allí para meditar y calmar su alergia. Y en sus paseos insomnes dio con algo que cambió la física moderna, que transformaría nuestra forma de entender el mundo y de comprendernos a nosotros mismos.

El físico Carlo Rovelli ha querido mostrar la relevancia de ese hallazgo, contextualizarlo, hacerlo accesible y alumbrar el misterio que lo envuelve, destacando sus implicaciones teóricas. Y lo hace de maravilla. Fue Heisenberg quien lo protagonizó, pero también Born, su maestro, y Jordan participaron en la aventura, sustituyendo números por tablas al anotar todas las cantidades que describen el movimiento del electrón. Pero, en verdad, no eran solo ellos.

Planck y Niels Bohr trabajaban en el mismo sentido, y Pauli, Dirac, Schödinger o De Broglie están dándole vueltas a iguales problemas. Probabilidad, granularidad, observaciones, la física cuántica va cobrando cuerpo, aunque tan solo se limita a añadir una ecuación a la física establecida, de la que después vendría todo.

En la primera parte del libro, Rovelli narra ese descubrimiento, presenta a los protagonistas, y explica sus hitos: la constante de Planck, la función de onda

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de Schörodinger y los cuantos.

En la segunda, a partir de las superposiciones cuánticas, la indeterminación y las interferencias, plantea algunas de las propuestas que los investigadores han lanzado, como los mundos múltiples, los colapsos físicos y las variables ocultas, para, al fin, optar por la asunción de un mundo relacional donde las variables son relativas y el futuro no está determinado. La física cuántica nos enseña que el mundo no es continuo, sino granular, que su determinación tiene un límite interior finito, que las cosas solo tienen propiedades en relación con otras y que tales propiedades solo existen cuando interactúan.

Pero tranquilos: “los fenómenos de interferencia cuántica se pierden en el zumbido del mundo macroscópico”. De hecho, cuando hay tantas variables, las fluctuaciones se vuelven irrelevantes y la “probabilidad se aproxima a la certeza”.

Pero el paradigma ya es otro. Rovelli lo explica bien recordando la polémica de Lenin con Bogdánov en Materialismo y empiriocriticismo. La ocasión para atacar a su rival era la crítica de las ideas que Ernst Mach bautizó como empiriocriticismo. Aunando ciencia, política y filosofía, Mach quiso acabar con el mecanicismo del siglo XVIII. Y renegó de toda metafísica. Propone, como hará más tarde Heisenberg, basar el conocimiento solo en lo que es observable. El resultado del ataque de Lenin fue la expulsión de Bogdánov del Comité Central del Partido, mas lo relevante para Rovelli es que la crítica de Lenin mostraba la reacción “natural” a las nuevas ideas que condujeron a la física cuántica, una crítica que se reproduce en la filosofía contemporánea, y que es clave para comprender su valor revolucionario. El propio Einstein albergaba dudas.

Carlo Rovelli

Por ello, ante su “Dios no juega a los dados”, le reconvino Bohr: “Deja de decirle a Dios qué tiene que hacer”. La lección es: no debemos adaptar la ciencia a nuestra filosofía, sino al revés. Y la ciencia ha alcanzado un acuerdo: abandonar la idea de que el mundo está formado por algún tipo de sustancia con diversos atributos. La verdadera sustancia, por decirlo así, serían las relaciones.

La falta de fundamento. Es lo que expone el autor recuperando los Versos sobre los fundamentos del camino medio, de Najarjuna. Pero aún queda un problema, el del yo. No es que quede resuelto, claro. De hecho, nada queda resuelto, pero Rovelli insiste en esa nueva perspectiva que es una suma de perspectivas. Ni dualismo, ni idealismo, ni materialismo ingenuo son alternativas para dar cuenta de nuestra relación con el mundo y nuestro psiquismo, pero los cuantos tampoco resuelven eso; de hecho, admite Rovelli, “no hay razón para sospechar que en nuestra vida mental deba existir algo que no sea comprensible en términos de las leyes naturales conocidas”. Nuevas ideas, eso sí, para nuevos tiempos, que han impregnado la jerga cultural, pero unas ideas que nos permiten comprender mejor nuestro mundo.

Antonio García Vila

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ANTOLOGÍA ESENCIAL DE UN CIENTÍFICO CONCERNIDO ECOLOGÍA Y ACCIÓN SOCIAL Barry Commoner Ed. La Catarata. Madrid, 2022, 141 pp.

Abre Jorge Riechmann su Introducción al volumen con un breve texto de Ciencia y supervivencia (1966). Es este: “Hemos actuado desmesuradamente en el medio ambiente sin percibir las dañinas consecuencias de nuestros actos hasta su consumación, es decir, cuando los efectos –bastante incomprensibles, y a veces irreversibles– estaban ya sobre nosotros.

Al igual que el aprendiz de brujo, estamos actuando sobre una base de conocimientos incompletos. En efecto, estamos realizando un experimento inconmensurable con nosotros mismos.” La cita es de Barry Commoner [BC], uno de los grandes científicos concernidos del siglo XX (y de parte del XXI, falleció en 2012), uno de los pioneros esenciales de nuestra conciencia ecológica. El propio coeditor nos recuerda las palabras que sobre él escribió Francisco Fernández Buey en 1992: “Para muchos de nosotros BC ha sido en estos años un ejemplo vivo de científico representativo de la nueva manera de pensar que exigían los redactores del Manifiesto Russell-Einstein: un profesional con conciencia de especie, atento al valor de la participación ciudadana en la planificación científico-técnica y con responsabilidad social”.

Componen esta nueva Antología de los “Clásicos del Pensamiento crítico”, una colección esencial que fundaron a finales del siglo XX Francisco Fernández Buey y Jorge Riechmann y de la que también ha sido director el malogrado César de Vicente Hernando, la Introducción de

Riechmann, una cronología –“Barry Commoner y su tiempo”– escrita al alimón por los editores y siete apartados de Commoner: Ciencia y supervivencia (fragmentos) (1966), El círculo que se cierra (fragmentos) (1971), Ecología y acción social (1973), Plantear las preguntas oportunas a la termodinámica (1976), Energía y capitalismo (1976), La ilusión de la soberanía del continente (1988) y Hagamos las paces con el planeta (fragmentos) (1990). Un Anejo (“Con Barry Commoner en San Lorenzo de El Escorial”, por Jorge Riechmann) y una bibliografía seleccionada cierran el volumen.

Algunas traducciones son también del editor.

Ninguno de los textos de Commoner

Barry Commoner

recogidos en esta Antología está de más y ninguno de ellos parece “cosa del pasado”, aunque algunas de sus afirmaciones puedan parecernos excesivamente optimistas en algún caso: “El período de fe inocente en la ciencia y la tecnología está tocando a su fin” (1966). El saber científico, la sensibilidad moral, la lucidez política y gnoseológica, el compromiso… son las notas centrales: “Problemas tan complejos, sutiles y decisivos como la contaminación generalizada por la lluvia radiactiva [consecuencia de los ensayos con armas atómicas], la infestación del medio ambiente por plaguicidas y herbicidas o los recién descubiertos efectos de una explosión nuclear en los cinturones

de Van Allen no pueden ser resueltos en secreto por uno u otro comité”. De ahí, prosigue BC, que tales problemas abarquen “una escala tan amplia de cuestiones científicas básicas que requieren que toda la comunidad científica tenga pleno conocimiento de ellos. Esta comunidad solo podrá mostrarse eficaz cuando haya una libre transmisión de hechos e ideas.

El secreto obstaculiza esa parte esencial del proceso científico.”

El actual resurgimiento de la apuesta por la energía nuclear, presentándola falsamente como una energía verde, segura e inofensiva, refuerza el interés y vigencia de muchas de las reflexiones de Commoner.

Es casi innecesario que les llame la atención sobre la espléndida Introducción de Jorge Riechmann: “Si hoy releemos Ciencia y supervivencia… escrito a mediados de los años sesenta, advertiremos que muchas ideas que hoy forman parte del consenso ambiental que trabajosamente tratamos de construir en las sociedades industriales –aunque no se haga casi nada para ponerlas de verdad en práctica– fueron anticipadas por Commoner con decenios de antelación”–, pero déjenme que remarque especialmente el apartado “Barry Commoner y su tiempo”, una de las cronologías –abarca de 1917 a 2012– más completas, profundas, interesantes y hermosas que he leído nunca.

Como en tantas otras ocasiones, muchos de nosotros supimos de la existencia de Commoner gracias a los colaboradores de las revistas Materiales y mientras tanto.

Es justo destacar que la primera obra del autor, Ciencia y supervivencia, de 1966, fue traducida y publicada por Plaza y Janés pocos años después, en 1970.

Salvador López Arnal

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TRAS EL TELÓN DEL CONFLICTO ORIENTE CONTRA OCCIDENTE: ¿CHOQUE DE CIVILIZACIONES? Denis Collin Ed. Letras inquietas. Cenicero, 2022, 57 pp.

Denis Collin es uno de esos pensadores incómodos para el espectro político homologado: esa actualización del eje izquierda-derecha según la cual la izquierda abanderaría el multiculturalismo cosmopolita, mientras que la derecha se atribuiría la defensa folclórica de la tradición nacional; pero en ambos casos los intereses económicos de las clases trabajadoras se encontrarían ausentes. Ese no es el sistema de coordenadas políticas sobre el que se mueve Collin. Docente en la Universidad de Rouen hasta retirarse en 2018, este filósofo francés “se esfuerza por conciliar socialismo y republicanismo” a la vez que “defiende el Estado-nación frente a las tendencias disolventes, mundialistas y globalistas de nuestro tiempo”. Y esa audacia, que actualmente se estigmatiza con el sambenito del rojipardismo, caracteriza a varios de sus escritos, en los que se adentra en lo que algunos han considerado que es el punto ciego del marxismo: la nación.

A su criterio, el marxismo estandarizado equivocaría sus análisis al considerar que los conflictos nacionales son la mera expresión de conflictos entre grupos capitalistas. Collin considera que las naciones cuentan con su propia densidad cultural y religiosa, y ésta no sería un simple epifenómeno del ámbito económico. Cierto es que en el modo de producción capitalista la economía adquiere una dimensión preponderante en la vida social, pero lo hace sobre la base ideológica de cada país o región, la cual también debe tenerse en

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cuenta como un factor activo en los procesos históricos. Partiendo de estos presupuestos, ¿cuál es el planteamiento central del libro? A saber: Ante la unipolaridad surgida tras la desaparición de la Unión Soviética, se supondría que la lucha de clases se expresaría por medio de una lucha de pueblos oprimidos por el imperialismo estadounidense. Por eso muchos izquierdistas considerarían que el islamismo es algo así como un movimiento antiimperialista capaz de expresar la voz de los oprimidos. No obstante, esa es una tesis que Collin niega: esos otros pueblos o naciones no-occidentales no constituyen, por lo general, ninguna alternativa al capitalismo, pues en su propia realidad ya ha penetrado la lógica del capital.

De hecho, el desarrollo del capitalismo por el mundo comporta la absorción de la cultura y la religión de cada país o región, haciendo viable la plena compatibilidad del capitalismo con diversas formas de Estado, desde teocracias como las arábigas hasta sistemas parlamentarios de repúblicas consolidadas. Así pues, “las contradicciones y los conflictos entre las distintas partes del sistema capitalista mundial” no deben comprenderse bajo una supuesta pugna entre, por un lado, el capitalismo imperialista norteamericano y, por otro lado, el antiimperialismo de los pueblos oprimidos. Antes bien, resulta necesario observar “la articulación entre el modo de producción capitalista y la herencia histórica propia de cada país”.

De hecho, el autor niega que exista un conflicto entre el Occidente cristiano y el Oriente musulmán; siendo ésta una tesis que presentan aquellos autores como Samuel P. Huntington que pretenden legitimar el Nuevo Orden Mundial estadounidense ante la amenaza que supondría el fundamentalismo islámico. Collin ar-

gumenta que Oriente y Occidente son categorías que operan ideológicamente para encubrir la influencia que tiene el poder estadounidense sobre el wahabismo, el cual ha sido instrumentalizado en múltiples ocasiones por el imperialismo yanqui. Y, aunque a raíz del ataque de las Torres Gemelas el fundamentalismo islámico haya sido presentado como la némesis del mundo anglosajón, ambos se encuentran en la misma trinchera frente a un enemigo común: el comunismo. Así de contundente se muestra el autor: “el fundamentalismo islámico es un enemigo mortal para la democracia, el movi-

Denis Collin

miento obrero y la emancipación de la humanidad. Y como tal debería ser tratado por todos los defensores del socialismo, del comunismo o incluso del simple ideal republicano”.

La lectura de este ensayo de brevísima extensión contribuye a evidenciar que la simplona oposición entre Occidente y Oriente oculta aquellos aspectos que verdaderamente operan en los conflictos actuales, donde se entremezclan lógicas culturales y, por supuesto, intereses económicos. Letras Inquietas acierta al atreverse a publicar en castellano un autor que, pese a ser bastante desconocido, resulta ampliamente interesante.

Genís Plana

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HECHOS, PROBLEMAS Y PROPUESTAS LA PATRIA EN LA CARTERA. PASADO Y PRESENTE DE LA CORRUPCIÓN EN ESPAÑA Joaquim Bosch Ed. Ariel. Barcelona, 2022, 461 pp.

Sin notas a pie de página, con prosa nunca cansina, sin dejar nunca de interesar al lector, La patria en la cartera. Pasado y presente de la corrupción en España es resultado de una exhaustiva documentación bibliográfica que se nutre también del examen de cientos de sentencias de un amplio período, desde el franquismo hasta nuestros días. Bosch aborda este tema, eje central en la política de nuestro país en muchos momentos (para algunos el problema lacerante de la política española), desde una perspectiva sistémica que engloba, creativamente, disciplinas como el derecho, la historia, la política, la ética y la sociología.

Un apunte sobre el autor: Joaquim Bosch, portavoz de Juezas y jueces para la Democracia entre 2012 y 2016, es actualmente juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción n.º 1 de Montcada. Colabora habitualmente en publicaciones jurídicas y en medios de comunicación. Entre sus publicaciones cabe citar aquí El secuestro de la justicia.

La patria en la cartera, acertado título, está compuesto por una introducción (“Cuando el pasado se resiste a pasar”), dos partes (“Los hechos”, “Los problemas”), el epílogo (“Superar la corrupción creciendo en calidad”), agradecimientos y bibliografía. Entre “Los hechos”: La corrupción generalizada del régimen franquista, Continuidades y discontinuidades de la transición a los primeros años de la democracia, La corrupción en

Joaquim Bosch

el siglo XXI. Entre los problemas: Prevenir la corrupción para no tener que juzgarla, De las corruptelas en los partidos políticos al fortalecimiento de la democracia, Dinámicas que favorecen la corrupción: el despilfarro, el clientelismo y las puertas giratorias, El sistema institucional y la persecución de los delitos.

Para abonar su lectura: algunas de las tesis defendidas: 1. La corrupción en España tiene un largo recorrido histórico, pero es durante la dictadura franquista cuando adquiere dimensiones institucionales que continúan en la actualidad.

2. La falta de desarrollo institucional impidió una ruptura completa con prácticas del régimen del dictador golpista (en la contraportada del libro se incurre en el error de llamarla: “régimen anterior”), situación que ha posibilitado formas de corrupción propias de las circunstancias económicas de las últimas décadas.

3. Al analizar las prácticas corruptas en Cataluña, observa Bosch, “nos encontramos una variable sin equivalentes en otros lugares”. La variante: “con frecuencia las irregularidades en las instituciones catalanas se han pretendido esconder con pretextos políticos. Las críticas, las acusaciones o las investigaciones por corrupción han sido presentadas sistemáticamente por los afectados como ataques al autogobierno catalán”. Aun-

que este tipo de argumentación procede de lejos, añade, estos problemas se han agudizado con los conflictos derivados del procés.

Dato para tener muy en cuenta: El Instituto de Calidad del Gobierno de la Universidad de Gotemburgo publica un reconocido y prestigioso índice anual sobre calidad institucional de los gobiernos subnacionales, en el que se valoran las estructuras gubernativas de las distintas regiones europeas. Según el índice de 2021, el territorio español con peor percepción de control de la corrupción es Cataluña, seguida de Canarias, Andalucía y Madrid.

4. Nuestro magistrado sostiene que, según los indicadores internacionales, niveles bajos de corrupción y fuerte desarrollo institucional conducen sistemáticamente a una elevada calidad de vida.

De ahí la republicana (y optimista) propuesta poliética con la que cierra el ensayo (que hago mía muy consciente de las enormes dificultades para su plasmación práctica): “La perspectiva de la ética pública debe servir para baldear nuestras instituciones. Necesitamos criterios generales de conducta que aporten seguridad, confianza y credibilidad para componer dinámicas de buen gobierno”. Como escribió Benedetti, nos recuerda Bosch, “una buena manera de desarbolar la corrupción es corromperla con la honestidad”. La integridad, prosigue, debe alterar la podredumbre de las prácticas corruptas también desde dentro, a partir de la interiorización de los valores más positivos del servicio público. “La calidad institucional cuenta con la capacidad de espantar a las indecencias, igual que la buena música ahuyenta a los malos espíritus”. Menos corrupción, asegura Bosch, siempre equivaldría a más democracia.

Salvador López Arnal

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Libros

PARA TODOS LOS PÚBLICOS MATEMÁTICAS COMPETENTES Teresa Valdecantos Dema

Apto para todos los públicos (no es necesaria una formación matemática especializada para seguir los desarrollos del libro, basta con una formación de bachilleres), pero especialmente interesante para el profesorado de matemáticas de secundaria, así como para interesadas/os en la historia de la ciencia matemática o en el estudio de las aportaciones culturales (muchas veces olvidadas) de las mujeres a lo largo de la historia.

Deshago la ambigüedad calculada: Matemáticas competentes habla de eso, de matemáticas competentes, de científicas de la talla de Hipatia de Alejandría o de Emmy Noether.

Un breve apunte sobre la autora: Teresa Valdecantos Dema, máster en Fundamentos de la Matemática por la Universidad de Sevilla, es profesora de secundaria en el S.I.P.E.P. “Entre dos aguas” (¡bien por el homenaje) de Algeciras. Ha formado parte de la Comisión de Mujeres Matemáticas de la Real Sociedad Matemática Española.

Breves pinceladas sobre estructura y contenidos. Una introducción, siete capítulos y un breve apartado de “Referencias y recursos” componen el libro. Algunos títulos: “Matemáticas competentes en comunicación lingüística”, “Matemáticas competentes en matemáticas, ciencias y tecnología”, “Matemáticas competentes digitales”...

En el primer capítulo, se presenta brevemente la Antología palatina (una recopilación de epigramas: rimas cortas que se ponían a las vasijas y tumbas) y Lilavati, un libro escrito por el matemático hindú Bhaskara II en 1150. En el segundo, se

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habla de astrónomas (Enheduanna), de matemáticas afroamericanas (Katherine Johnson) y de dos matemáticas españolas con contribuciones en la biología matemática: Clara Grima (Universidad de Sevilla) y Marta Casanellas (UPC). En el tercer capítulo se traza una semblanza de Ada Byron, se habla de la participación de mujeres matemáticas (Joan Lowther, por ejemplo) en el descubrimiento del código Enigma, y de las programadoras que crearon el FORTRAN y el COBOL (Jean Jennings Bartik, Betty Synder Holberton…). Una de las protagonistas del cuarto capítulo en Sophie Germain, una de las grandes matemáticas de la historia. Gauss, que la propuso para el doctorado honoris causa por la Universidad de Gotinga (no lo consiguió hasta 1831, cuando Germain ya había fallecido de cáncer de mama), le escribió en los siguientes términos: “(…) cuando una persona de su sexo que, según nuestras costumbres y prejuicios, debe encontrar muchísimas más dificultades que los hombres para familiarizarse con estos espinosos estudios, y sin embargo tiene éxito al sortear los obstáculos y penetrar en las zonas más oscuras de ellos, entonces sin duda esa persona debe tener el valor más noble, el talento más extraordinario y un genio superior.” Florence Nightingale es la protagonista del 5º capítulo: “Su gráfico más famoso es el diagrama de área polar, o rosa de Nightingale, con el que convenció al Gobierno para mejorar las condiciones higiénicas de los hospitales de campaña...”. En el 6º, la autora se centra en las hermanas Ruth y Joan Lyttle, experta esta última en una rama de la topología llamada teoría de trenzas, de gran importancia en la física teórica. El último capítulo se centra en las

relaciones de la Matemática y la cultura y se habla de la matemática y activista cultural Marta Macho Stadler, y de su línea de investigación: teoría geométrica de foliaciones y la geometría no conmutativa.

Observaciones finales: no hubiera estado de más un índice analítico y nominal, tampoco un anexo con la resolución de los ejercicios que se proponen a lo largo del libro. ¿No deberíamos dejar un usar un término tan contaminado (empresarialmente) como “espíritu emprende-

Teresa Valdecantos Dema

dor”? Por lo demás, aprendiendo a aprender... ¿qué?

A manera de ejemplo y autocrítica: cuando allá por 1972-1973, el autor de esta reseña estudiaba 2º de Exactas (de forma tan pretenciosa se llamaba entonces a las Matemáticas) se topó con el teorema de Noether, un resultado central de la física teórica. Ni se le pasó por la imaginación (no fue el único) que el tal teorema hubiera sido descubierto por una matemática alemana de nombre Emmy. La masculinidad del descubridor era casi un axioma.

Salvador López Arnal

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Libros

EN TORNO A SCHÖNBERG EL CASO SCHÖNBERG. NACIMIENTO DE LA VANGUARDIA MUSICAL

Esteban Buch Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, 2010, 360 pp ARNOLD SCHÖNBERG O LA DISONANCIA DEL DOLOR JUDÍO

Arnoldo Liberman Sefarad editores. Madrid, 2012, 158 pp.

ROBERT GERHARD I ARNOLD SCHÖENBERG. CORRESPONDÈNCIA

Edición crítica de Paloma Ortiz-de-Urbina Biblioteca de Catalunya. Barcelona, 2020, 209 pp.

El Fondo de Cultura Económica es un ejemplo de organismo que potencia la cultura y el conocimiento en lengua española a través de sus distintas sedes en países hispanoparlantes. Sus publicaciones musicológicas son garantía de calidad y primacía en la investigación como lo demuestra la extraordinaria colección en 8 volúmenes sobre Historia de la música en España e Hispanoamérica desde los orígenes hasta la actualidad o La gran transformación en el gusto musical. La programación de conciertos de Haydn a Brahms del musicólogo William Weber.

Otro de los títulos más destacados del FCE es El caso Schönberg. Nacimiento de la vanguardia musical del profesor e investigador Esteban Buch, conocido por sus publicaciones, especialmente por La novena de Beethoven. Historia política del himno europeo (traducción española en Acantilado, Quaderns Crema S. A., 2001) y Historia de un secreto. Sobre la Suite Lirica de Alban Berg (2008), en el que demuestra un profundo conocimiento del dodecafonismo.

En el presente trabajo aborda la recepción de los conciertos y estrenos de Schönberg a partir de la reacción de público y prensa. Lo hace centrándose en el periodo 1898 a 1913, es decir, desde el estreno de Verklächte Nacht al Skandalkonzert del 31 de marzo de 1913. Para ello estructura el libro en función de los distintos acontecimientos con un capítulo previo –fundamental y novedoso– en el que presenta a los críticos del momento (Max Graf, Julius Korngold, Elsa Bienenfeld, Ludwig Karpath, Hans Liebestöckl, Camillo Horn, Richard Specht; entre otros). Un aspecto que otros trabajos sobre Schönberg apenas mencionan y que permite conocer un campo útil para otros compositores contemporáneos, como Mahler y Strauss, sobre los que existe una abundantísima bibliografía pero no una monografía específica similar a ésta.

Así, pues, el eje fundamental de El caso Schönberg gira en torno la percepción y posiciones de los críticos y sus mensajes implícitos y explícitos en sus reseñas. Una reflexión sobre la crítica que permite entender cómo pensaban y el porqué de ciertas imágenes y símiles (políticos o científicos). Entre éstos cabe citar uno de los tópicos más usados contra Schönberg como es la homología entre orden tonal y orden social. Otro de los aciertos del texto son los escasos pero eficaces análisis formales (especialmente del Segundo Cuarteto pág. 173-181); la interrelación expuesta entre los cuadros Der Kritiker y la experiencia de los críticos; y el anexo de las reseñas y noticias de la recepción crítica en los periódicos.

Todo ello contribuye a una lectura densa en datos, citas y muy esclarecedora. Es así porque Buch pertenece a ese linaje de historiadores con grandes dotes narrativas, poseedores de la habilidad para evocar personas, lugares, acontecimientos y capaces de mantener vivo el relato sin que eso, a veces, signifique dejar de ofrecer una opinión o percepción particular.

Arnold Schönberg

De este modo, la relación y encadenamiento de las ideas resultan muy bien logrados, sabiendo dónde y en qué detalles detenerse, recrear e historiar. Un ejemplo es la reflexión sobre los vínculos entre justicia y partidismo estéticos a raíz del Skandalkonzert del 31 de marzo de 1913 y su posible relación con la primera velada futurista en Roma. Otro ejemplo sería la presentación del ambiente cultural del momento sin necesidad de reiterar ni recrear manidas descripciones de la Viena finisecular. Todo ello es hilado por un discurso que muestra el contexto y la esencia de un caso, “el caso Schönberg”, que determinó la trayectoria del compositor y le produjo una herida que seguía abierta casi medio después. Así lo reconoció el propio compositor en su discurso de 1947 a raíz del premio otorgado por el National Institute for Arts and Letters.

Por su parte, la traducción del original francés realizada por Horacio Pons no presenta reproches significativos, salvo llamar cuernos a las trompas (pág. 65) y que Rosé no fue suegro si no cuñado de Mahler. Como es propio del FCE, la edición es manejable y cuenta letra cómodamente legible y una encuadernación resistente. Las ilustraciones están perfectamente señaladas a lo largo del texto y res-

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Libros

ponden a un rigor que redondea el conocimiento de los protagonistas del momento. En resumen, se trata de un libro con una temática muy específica pero bien presentada y profundizada que lo convierten en una referencia obligatoria o, por lo menos, muy recomendable en torno a Schönberg.

Schönberg de raíz judía Arnold Schönberg o la disonancia del dolor judío es el último libro del psicoanalista y escritor argentino Arnoldo Liberman. Se suma a su dilatada trayectoria que entiende como “una búsqueda obstinada de una identidad que me dibuje de cuerpo entero y que es, en lo esencial, la suma de más admiraciones”. Sigue una línea cercana a Kadish por Gustav Mahler (2011) incluso en el original uso del término serpentear como símil de la deriva de ideas e impresiones en un ensayo breve dirigido al melómano conocedor de Schönberg. Se recrea en el contexto de una Viena donde todo avanzaba a gran velocidad y en el judaísmo a partir de los cuales presenta la figura del compositor estableciendo un vínculo entre estética y ética. Un lazo que el propio Schönberg expuso y que se refuerza con las páginas dedicadas a su filiación humana y ética con Mahler.

Liberman propone una equiparación de la búsqueda del Schönberg músico y el lenguaje dodecafónico frente al Schönberg judío en la búsqueda obstinada de un espacio propio y autosuficiente. Un espacio que implicaba la destrucción de la tradición en la que el compositor se había educado –y que incluía el antisemi-

tismo– y que confluye en la máxima expresión en la ópera Moses und Aron, que configura el tercer eje temático del libro. No es un ejercicio de divulgación sino de fruición erudita en cuestiones judías y en la capacidad relacional de un autor discursivamente hábil, de cultura desbordante y de una percepción aguda.

En su serpentear –a veces con reincidencias estériles–, destacan la atención a Der Biblische Weg y la cantidad de citas que abren cada capítulo a la manera de complemento y homenaje a la gaya ciencia de Liberman.

La edición, de bolsillo, no presenta notas a pie de página y facilita una lectura ágil, favorecida por una letra de cuerpo cómodamente visible. No obstante, metodológicamente falta un listado bibliográfico y las referencias de las citas, así como un índice onomástico y un glosario. Una labor que dignificaría el ensayo y su libre derivación en el pensamiento y comentarios. Tampoco se han suprimido las “h” que por defecto aparecen en los “Joseph” castellanos y catalanes en la que es una conocida errata informática de algunos programas de revisión lingüística.

Epistolario entre Gerhard y Schönberg Un género literario que es un goteo, a veces puntual, pero siempre significativo para el investigador y el historiador en particular, son las recopilaciones y las ediciones críticas de cartas como las que Paloma Ortiz-de-Urbina ha recopilado con el título Robert Gerhard i Arnold Schönberg. Correspondència. Con una cualitativa edición en papel satinado, grafismo elegante y sustancial selección de

TOPO EXPRES visítanos en elviejotopo.com

66 / El Viejo Topo 420 / enero 2023

imágenes, La Biblioteca Nacional de Catalunya recoge en este volumen las ochenta y dos muestras inéditas (cartas, postales, telegramas), escritas en cuatro idiomas (sesenta y seis en alemán por ser lengua común; catorce en inglés por ser la lengua vehicular en las tierras donde se exiliaron; una en francés y una en catalán), repartidas en cuatro periodos (1923-1924; 19301933; 1934-1951 y 1954-1965) correspondientes a las épocas que compartieron en Barcelona, de exilio o después de la muerte de Schönberg.

La compilación presenta cada texto encabezado por una ficha técnica (descripción, fuente, lengua, dirección y remitente) y permite seguir de cerca el proceso de creación de obras como el Concierto para piano y orquesta Op. 42 y el Concierto para violoncelo sobre el Concierto para violoncelo en re mayor de Monn de uno y El otro nacimiento del rey Jaime I del otro, así como la definición de serie Terminus según Gerhard. No falta algún chisme británico y, sobre todo, las confesiones y angustias producidas por las traumáticas dificultades sociales, económicas y políticas fruto de las guerras (la Civil española y la II Mundial) o las esperanzas republicanas catalanas el 1932. También se incluyen aquellas cartas dirigidas a Pau Casals o escritas por él, en las cuales Gerhard hacía de intermediario y que revelan las gestiones en la organización de conciertos y del sector editorial. Ah! Y atención: la misma autora está trabajando en las cartas entre Gerhard, Webern y Berg.

Albert Ferrer Flamarich

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EL VIEJO TOPO

El conflicto ruso-ucraniano Giulio Palermo El imperialismo estadounidense a la conquista de Europa

El conflicto ruso-ucraniano no estalló el 24 de febrero de 2022 con la intervención militar rusa, sino que tiene raíces lejanas. Tan distante que la verdadera pregunta que hay que hacerse no es ¿por qué la guerra? sino, ¿por qué ahora? Este libro recorre los orígenes históricos y políticos del conflicto y se centra en sus consecuencias económicas.

De la imagen que se desprende, el por qué ahora tiene poco que ver con Rusia, ni con Ucrania, sino con las estrategias de Estados Unidos en Europa. También se entrelaza con otro gran proceso de nuestro tiempo: el estallido de la pandemia, que marca una brusca aceleración de las relaciones entre Estados Unidos y China en la transición hacia el nuevo mundo verde y de alta tecnología, basado en las energías renovables. Desde este punto de vista, la política aparentemente suicida de la UE hacia Rusia no es simplemente el resultado de la subalternidad con respecto a Estados Unidos. Por el contrario, refleja intereses económicos precisos, con ganadores y perdedores incluso entre el capital europeo.

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La conspiración Paul Nizan ¿Cómo se inicia una revolución?

Esta es la pregunta a la que los protagonistas de La conspiración buscarán dar respuesta.

La conspiración, es la última novela de Paul Nizan, fallecido a los dos años de publicarla en Dunkerque luchando contra el ejército nazi.

Esta edición incluye un texto de Walter Benjamin sobre esta obra dirigido a Max Horkheimer

Esta compleja mezcla de historia y análisis constituye el gran valor de este libro…

Para encontrar este libro potente y bueno, basta que en cada página halles la evocación obsesiva de esa época infeliz y culpable de la vida…

Es un placer encontrar, detrás de estos héroes irrisorios, la personalidad amarga y sombría de Nizan –el hombre que no perdona su juventud– y su estilo fino, tenso y desenfadado...

No el estilo de un novelista, astuto y oculto: un estilo para el combate, un arma.

—Jean-Paul Sartre

Mon tesin os