El Viejo Topo | Número 421 | Febrero 2023

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EL VIEJO TOPO

El nuevo orden erótico Elogio del amor y de la familia

Diego Fusaro Hubo un tiempo en que la tenaza del capital conocía límites. Se detenía en las puertas de la fábrica: más allá, la vida discurría en formas que no se dejaban enjaular en el horizonte limitado de la lógica de la producción y el intercambio de mercancías. Pero ese tiempo ya no existe. Hoy, la sociedad basada en la economía de mercado ha sido reemplazada por la sociedad de mercado a secas. El nuevo orden del sistema del libre mercado absoluto requiere la liberalización no solo del consumo, sino también de las costumbres; requiere precariedad incluso en el amor.

Las relaciones sólidas, basadas en proyectos de vida compartidos y una visión del amor como fuerza eterna, han dado paso gradualmente a formas consumistas de relación: encuentros fugaces y sin incidentes, vínculos ocasionales tan fáciles de establecer como de romper, sexo virtualizado y relaciones on line. Hemos pasado de la precarización erótica y sentimental a la feminización del varón, del nuevo feminismo posmoderno a la crisis de la familia, de la gendercracia al triunfo del indiferenciado unisex, del “para toda la vida” a la inestabilidad amorosa y el aislacionismo sentimental. Aquí, Diego Fusaro acompaña al lector por los ejes temáticos de una reflexión que nos involucra a todos, como seres eminentemente amorosos que somos. Y nos invita a reflexionar sobre el nuevo orden amoroso globalizado y desregulado, descubriéndonos que el laissez-faire del liberalismo económico y del liberalismo sentimental son –paradójicamente– dos caras de la mismamoneda.

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Portada: “Pagan” . John Jude Palencar. Acrílico en corteza de abedul, Jonathan Levine Gallery, 2014

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La era de las distopías POR ANDREA ZHOK

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La constitución de una realidad imaginaria.

Lenguaje y semántica en el movimieto independentista catalán POR JOSEP BURGAYA RIERA

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Salvar el archivo Husserl La filosofía en tiempos de guerra POR ANTONIO GRACÍA VILA

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La lógica humana que rige el tiempo: febrero y sus 28 días POR J. CASRI

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Libros

En el filo de la navaja POR HIGINIO POLO

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Perú: ¿Hacia una deriva autoritaria o una refundación constitucional?

POR MAURICIO JARAMILLO JASSIR

El hombre endeudado Victimismo y retoactividad en la era del control POR DANTE AUGUSTO PALMA

Los héroes anónimos del PCE Entrevista a Santiago Vega Sombría POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret. Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. REDACCIÓN: Genís Plana DISEÑO: Miguel R. Cabot, Elisa Nuria C. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN 0210-2706, Depósito Legal B-40.616-76. Impreso en España. El Viejo Topo no retribuye las colaboraciones. La redacción no devuelve los originales no solicitados, ni mantiene correspondencia sobre los mismos. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte impreso como en digital.

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Mark Zuckerberg, Elon Musk, Warren Buffett y Bill Gates. Cuatro de las mayores fortunas del planeta

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La era de las distopías por Andrea Zhok

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Las élites que se encuentran en la cúspide social son conscientes de las inestables contradicciones del sistema capitalista. ¿Cómo podrían conservar su poder ante la posible pérdida de legitimidad?

1) Cursos de colisión La era contemporánea presenta una reedición mejorada de ese sistema de contradicciones que desde sus inicios ha caracterizado al sistema capitalista. El problema estructural ligado al modo de producción capitalista está dado por su carácter “monotónico exponencialmente creciente”, o por su tendencia intrínseca a alimentar procesos de “retroalimentación positiva”, de “interés compuesto”, es decir, de “crecimiento ilimitado“. En otras palabras: el mecanismo del capital, viviendo según su propio crecimiento, tiende a empujar a todos los factores de producción siempre constantemente en la misma dirección, creando así un desequilibrio sistemático. El sistema, por lo tanto, impulsa el crecimiento ilimitado de la producción, el crecimiento ilimitado de la acumulación de capital en la cima de la sociedad, el crecimiento ilimitado de la explotación de las personas, así como de la naturaleza.

Esto es lo que el antiguo lenguaje marxista llamaba “contradicciones del capitalismo”. Cada una de estas tendencias entra en conflicto sistemático con sistemas equilibrados a nivel social, humano y ambiental: crece la brecha entre la parte superior e inferior de la pirámide social, crece tanto el consumo como el derroche de recursos, crece la licuefacción de organismos colectivos (familias, comunidades, estados, etc.) e identidades personales. Mientras que el mundo y la vida pueden concebirse sobre el modelo orgánico de los sistemas de “retroalimentación negativa”, que restauran y corrigen los desequilibrios, el capitalismo opera como una proliferación ilimitada e incontrolada, literalmente como un cáncer ontológico.

Históricamente, dado que el primero en comprender la naturaleza del problema fue Marx, esta conciencia está asociada a la búsqueda de soluciones “anticapitalistas”, socialistas,

comunistas o similares. Por lo tanto, la idea es a menudo que el “pueblo” debería ser el primer sujeto pertinente de estos análisis. Esta visión pasa por alto un hecho de la realidad: durante mucho tiempo han sido los detentadores del poder dentro del sistema quienes han tomado más en serio los análisis marxistas y posmarxistas, quienes están fuertemente preocupados por lo que podría socavar su posición: quienes hoy se ocupan principalmente de los problemas de capitalismo son los capitalistas, los “maestros del vapor”.

2) Los “maestros del vapor” Cuando se habla genéricamente de “capitalistas”, “oligarquías”, “élites”, etc. es inevitable despertar la sospecha de una excesiva vaguedad de los referentes. ¿A quién se refiere? A uno le gustaría poder indicar el sujeto del poder por nombre y apellido como se podía hacer en el mundo premoderno al indicar el rey, el papa, el emperador, este señor feudal o ese cortesano. Hoy, sin embargo, dar nombres es una falsificación de la realidad. Por mucho que importen las personas, el sistema tiene una alta capacidad de reemplazo de sus miembros en todos los niveles, incluido el más alto. Saber quién es el CEO de BlackRock o Vanguard no nos acerca más a una comprensión de quién ejerce el poder, porque no se trata de cómo las personas específicas realizan sus funciones.

Otro error en el que no debemos caer –alimentado por la propia ideología del poder– es el de suponer que la existencia de una pluralidad de “maestros de vapor” y no de un solo “emperador” garantiza de alguna manera una diversificación de intereses y proyectos, y así le otorga una cierta “democracia” al sistema (por ejemplo: “la existencia de diferentes capitalistas implica dueños de diferentes periódicos y por lo tanto plurali-

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dad de información”). Pensar esto es una gran ingenuidad. El día que el director general de BlackRock redescubriera el alma zapatista y las ganas de apoyar la liberación de Chiapas, dejaría de ser director general y sería reemplazado (con indemnización, claro). Las líneas de fondo no pueden cambiar y tienen un único objetivo infalible: la perpetuación del poder de quienes lo ejercen. Tampoco se debe obsesionar con una ortodoxia “capitalista” específica. Las oligarquías financieras no son “capitalistas” porque conciban el capitalismo como una religión. Se trata, simplemente, del modo con que tener poder. Si abandonar tal o cual otro aspecto ideológico favorece la conservación y consolidación del poder, nada se lo impide.

Pero al final, ¿quiénes son estos “maestros del vapor”? La concentración contemporánea del poder es algo sin precedentes en la historia: unos pocos cientos de personas llevan las riendas de los principales grupos financieros (angloamericanos) del mundo y de lo que Eisenhower llamó el “complejo militar-industrial” estadounidense. Estos grupos tienen todas las palancas fundamentales del poder, son capaces de dirigir las decisiones políticas en los estados que los albergan (EE.UU. en particular) y, a modo de cascada, en todos los estados subordinados a ellos, o endeudados con ellos. No existen contrapoderes exactamente iguales fuera del mundo occidental, pues no logran sustraerse de la influencia estadounidense cuya matriz política influye in primis en otros centros de poder.

Estas élites occidentales apicales (situadas en el ápice de la sociedad), compactadas por la motivación de mantener un poder de base económica, tienen habilidades de coordinación inmensamente superiores a cualquier otro grupo de interés: tienen lugares y formas de encuentro institucionales y no institucionales, tienen recursos con que lograr una pluralidad de acuerdos y comunicaciones por múltiples vías, sean no oficiales o clandestinas.

Cualquiera que espere encontrar la lista de gobernantes y herederos del trono para planear el asalto al “Palacio de Invierno”, y en ausencia de esta lista prefiera desclasificar el problema a conjeturas o teorías de la conspiración, lamentablemente es un cómplice involuntario del poder.

Los súbditos de las élites apicales que buscan protagonismo público son escasos, y los que lo hacen son esos pocos, víctimas de sus propias ideologías, que se han convencido de que están realizando operaciones “paternalistamente redentoras” (los nombres habituales que rondan a Schwab, Soros, Gates, etc.). Los más inteligentes entre ellos son muy conscientes de que su poder no pasa por el consenso público y, por lo tanto, revelarse no los fortalece, sino que los expone y debilita.

Estamos entonces ante el siguiente cuadro: un pequeño grupo de sujetos, habiendo obtenido una posición eminente

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dentro del capitalismo contemporáneo, ostenta el poder con niveles de concentración nunca antes existidos, y se mueve y coordina (red de particularidades personales) teniendo como finalidad el mantenimiento y consolidación de este poder. Al mismo tiempo, este pequeño grupo de alto nivel es perfectamente consQuienes hoy ciente de las tendencias críticas implícitas en el sistema que encabese ocupan de los za. Debemos dejar de imaginar al caproblemas del pitalista como un viveur que se dicapitalismo son vierte entre juguetes sexuales, yates los capitalistas. y vinos de prestigio. En este horizonte hedonista se mueven típicamente sujetos de cabotaje medio, nuevos ricos. El capital consolidado (“dinero viejo”) forja diferentes tipos humanos, que o bien tienen la formación adecuada para comprender los problemas del sistema, o bien están acostumbrados a pagar a los think tanks para que hagan este trabajo por ellos.

3) Las perspectivas de las élites apicales Por lo tanto, lo que debemos poner en primer plano es la suposición de que las líneas de contradicción dentro del sistema capitalista son perfectamente conocidas por los “maestros del vapor”. Son solo sus “asistentes de ventas“, los liberales, quienes continúan creando cortinas de humo con golpes de “mercado perfecto”, “equilibrio general a largo plazo” y otras trivialidades. Esta labor intelectual –profusamente financiada– ocupa a menudo puestos académicos de prestigio, y tiene la función de proporcionar una espesa niebla ideológica sobre la que dispersar las energías de la crítica. Se trata de una labor de los soldados de infantería de primera línea que luchan para mantener la puntería de sus oponentes lejos del verdadero frente. La mayoría son demasiado estúpidos para saber que simplemente funcionan como un objetivo ficticio.

Es del todo evidente que la sustitución acelerada de trabajadores por maquinaria crea un desequilibrio estructural en el sistema productivo, con un excedente de producto potencial respecto al consumo, y un exceso de demanda impotente (consumidores sin poder adquisitivo) respecto a una oferta desbordante.

Es igualmente evidente que esto constituye la existencia de una vasta población superflua, exagerada para ser útil como “ejército de reserva del capital”, una multitud de bocas que alimentar y descontentos en ebullición es igualmente evidente.

Y es igualmente cierto que un sistema que crece infinitamente termina por socavar todo el sistema ambiental y social en el que vivimos.

Por lo tanto, las principales fallas que se abren bajo las élites

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historia ha dejado el poder por su propia voluntad. De lo que se trata aquí es de entender bien cuáles son las perspectivas que se abren desde el punto de vista de este poder, ya que éste puede mostrarnos el espectro de riesgos subterráneos en la época contemporánea (aquellos riesgos que muchas veces terminan expresados confusamente, y por lo tanto desacreditados, en forma de “teorías de conspiración”).

Los multimillonarios Warren Buffett y Bill Gates

son: 1) fractura social (riesgo de disturbios); 2) fractura ecológica (riesgo de desestabilización de los equilibrios ambientales); 3) fractura financiera (colapso terminal de las expectativas de crecimiento y, por ende, de los supuestos del sistema).

El error de los herederos de la primera línea de análisis crítico, la marxista, es pensar que el reconocimiento de estas tendencias implica en sí mismo adherirse a una perspectiva de “superación del capitalismo“, lo que supone la búsqueda de formas sociales que superen la deshumanización, inherente a la alienación, reestableciendo un sistema en equilibrio (“de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades“).

Esta es otra gran ingenuidad. Las élites apicales del sistema contemporáneo conocen las contradicciones del sistema, pero esto no significa en absoluto que pretendan abandonarlo. No hay nada extraño en eso, pues ningún bloque de poder en la

3.1) Tómese su tiempo con las soluciones de mercado La primera perspectiva es la menos radical y la más débil, pero también es la que puede declararse a las claras sin vacilación. Se trata de difundir la idea de que para cada problema existe potencialmente una respuesta que las soluciones tecnológicas del mercado podrán dar. Esta idea se está lanzando a los estafadores de los medios como si fuera una opción realista, cuando en realidad solo sirve para retrasar algunos procesos, al tiempo que permite mayores acumulaciones de capital. Así, la perspectiva salvífica de los coches eléctricos, o de la energía nuclear, aparece de vez en cuando en los medios que “funcionan con monedas“ para responder a un problema ambiental único y cuidadosamente seleccionado (¿calentamiento global?). Este enfoque selectivo genera la impresión de que siempre se está resolviendo un solo problema preeminente, lo que hace plausible la búsqueda de soluciones técnicas; esto permite ganar tiempo en un área, distraer la atención del público ofreciendo esperanza y dirigir las políticas públicas de manera rentable.

Naturalmente, estas operaciones sectoriales, compartiendo el impulso estructural hacia la innovación perenne y el aumento de la producción persistente, continúan alimentando el proceso de desestabilización sistémica. En el mejor de los casos, las soluciones tecnológicas ad hoc pueden tapar temporalmente un vacío, mientras que al mismo tiempo se abren otros diez en forma de externalidades sistémicas.

3.2) La guerra como higiene mundial La segunda perspectiva es una línea de solución clásica, más radical, que permite circunscribir provisionalmente el daño a lo largo de varias líneas de fractura. Cuando se logra fomentar una guerra, representa, al menos con referencia a los países involucrados, una solución eficaz, ya que, simultáneamente, logra regimentar a las poblaciones, bloqueando la protesta social; crear un espacio de consumo frenético (y por tanto de renta del capital) sin necesidad de conferir poder adquisitivo a la población; frenar otros procesos sociales, reduciendo la “huella ecológica” humana, y en el mejor de los casos también reduciendo la población. Idealmente, esta solución funciona mejor cuantos más países estén involucrados. Si un conflicto

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tiene un carácter militar muy limitado, no habrá impacto en el número de la población, pero seguirá siendo efectivo en otros aspectos (regimentación y disciplina social + drenaje económico en un “potlatch” posmoderno, donde se queman ingentes recursos para mover la máquina consumista).

Una guerra mundial de bajo voltaje de larga duración sería de hecho una solución perfecta: idealmente permitiría: 1) aplastar cualquier resistencia o revuelta social en nombre de la santa oposición al enemigo externo, 2) concentrar energías en una producción infinita dirigida al infinito, que ignora cualquier saturación del mercado; 3) reducir progresivamente la población.

Sin embargo, esta perspectiva es muy inestable y no es fácil de manipular incluso para las élites superiores, por muy poderosas que sean. Provocar una serie de conflictos en áreas políticamente débiles es relativamente fácil, pero una condición de guerra mundial de bajo voltaje y de larga duración no se orquesta directamente, y continuamente corre el riesgo de desvanecerse o de crear una escalada nuclear, en la que las élites de la cúspide acabarían involucrándose hasta cierto punto.

3.3) Sociedad controladora La tercera perspectiva se manifiesta desde hace algún tiempo y se enfoca íntegramente en una transformación del modelo ideológico liberal en un modelo autoritario, sin cambiar un ápice su apariencia. La sociedad occidental contemporánea (pero no solo occidental) está más regulada, legislada y supervisada que cualquier otra sociedad en la historia. No solo hay leyes cada vez más detalladas que en el pasado sobre áreas de comportamiento que no eran objeto de atención legislativa, sino que la mayor capacidad tecnológica permite niveles sin precedentes de implementación y control de esta regulación.

Dado que todo poder tiene un incentivo intrínseco para incrementar su capacidad de control, en el mundo liberal esto ocurre de manera paradójica, sobre la base de la pretensión de operar por una “promoción de la libertad”. Para transformar una ideología de libertad en una ideología de control, el neoliberalismo se apoya sistemáticamente en la idea de “victimización” o “vulnerabilidad” de un grupo. Una vez que se ha elegido a un determinado grupo como potencialmente ofendido, vulnerado en sus derechos naturales o humanos, se puede pro-

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Mark Zuckerberg, presidente de Meta

ceder a actos coercitivos en nombre de las “víctimas”, tal vez para evitar su potencial victimización. Este mecanismo puede funcionar tanto dentro de un país como en el exterior. Se puede intervenir coactivamente sobre la libertad de expresión con la excusa de “proteger la sensibilidad” de tal o cual grupo, se puede intervenir con medicalización forzosa (o certificados verdes) para “proteger a los frágiles”, así como se puede intervenir como “policía internacional” para “defender los derechos humanos” en tal o cual zona del mundo. La misma lógica hace posible difundir cámaras de vigilancia en cualquier lugar de acceso público o violar cualquier comunicación privada en nombre de la “protección de la seguridad”, etc.

Es importante estar alerta sobre el hecho de que las tecnologías de vigilancia disponibles hoy en día son extraordinariamente sofisticadas y que, una vez que se rompe el nivel de justificación legal, las capacidades de vigilancia (y sanción) son casi ilimitadas.

El interés de las élites superiores en un sistema total de vigilancia, control y sanción es evidente. Es y será siempre presentada como una operación de “defensa de los vulnerables”, cuando en realidad es una forma de bloquear de raíz la posibilidad de que quienes no tienen poder se conviertan en una amenaza para quienes lo tienen.

3.4) Despoblación Si bien la vigilancia y el control pueden desactivar el peligro que representa el descontento masivo (descontento que, mientras sea de bajo nivel, puede ser contenido con simples sistemas de distracción y entretenimiento), el problema que representa el excedente de población económicamente “inútil y nocivo” invoca otra tentación, que no debe subestimarse

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simplemente porque suene “escandaloso”. Los países sin un sistema ideológico liberal, como China, pueden permitirse abordar cuestiones de control demográfico de forma explícita, como sucedió con la “política del hijo único”. En el Occidente liberal, esta posibilidad de discusión abierta está excluida, ya que requeriría poner en primer plano problemas embarazosos (empezando por el “consumo ostentoso”) para las élites.

En este tema es imposible ir más allá de las conjeturas e inferencias, pero sería erróneo subestimar la tentación de utilizar clandestinamente soluciones tecnológicas para limitar la fecundidad o aumentar la mortalidad (preferentemente para las personas que ya no están en edad de trabajar).

3.5) ¿Neofeudalismo o nazismo 2.0?

Todas las “soluciones” anteriores quedan dentro del marco capitalista, con sus mecanismos y contradicciones internas. Esto quiere decir que, esencialmente, se trata siempre de empujones destinados a ganar tiempo ralentizando determinados procesos, o atrasando las manecillas del reloj histórico. Una solución radical de salida del modelo capitalista por parte del poder capitalista solo es imaginable con la promesa de cristalizar las actuales relaciones de poder (una salida en dirección a una democracia socialista, por lo tanto, no es particularmente popular).

En un marco de capitalismo financiero como el contemporáneo, las concreciones de poder pueden ser fugaces, porque una determinada capitalización depende ante todo de las expectativas de consu mo. Quienes disponen de grandes cantidades de liquidez poseen un poder adquisitivo potencial que depende enteramente de las perspectivas de disponibilidad de bienes y de la confianza del público en los títulos de crédito. Este poder es el mismo que ejerce un billete de banco, un objeto virtual que puede convertirse en papel desechable cuando ya no se considere capaz de mediar en el suministro de bienes. Por eso, por la necesidad de cuidar las apariencias, las expectativas, el capitalismo financiero debe prestar especial atención a la gobernanza del

A las élites les interesa un sistema total de vigilancia, control y sanción.

aparato mediático. Pero, en cualquier caso, hay límites para gobernar las expectativas, ya que los propios mecanismos de competencia económica generan constantemente convulsiones desestabilizadoras.

En el mundo capitalista, el poder “líquido” es mucho más poderoso (gracias a su máxima movilidad y transformabilidad) que cualquier poder “sólido” (la propiedad de bienes reales). Sin embargo, los activos reales confieren una estabilidad a largo plazo que el capital líquido no permite. Por lo tanto, la perspectiva de una posible salida “postapocalíptica” del modelo capitalista solo es concebible, para las élites apicales, en términos de una transición a una especie de “neofeudalismo”, en el que el poder líquido se transforme de nuevo en propiedades materiales (tierra, bienes inmuebles, armamento, tecnología, etc.).

Sin embargo, surge aquí un problema que modifica por completo el panorama. El feudalismo histórico funcionó sobre la base de un sistema de legitimación (incluida la legitimidad de la propiedad) dependiente de la tradición y la religión. El mundo de hoy ha dejado de lado a ambos como legitimadores. Entonces la pregunta que surge aquí es: ¿cómo podría funcionar un sistema de poder y legitimación de la propiedad en un “neofeudalismo” desprovisto de tradición y religión?

El poder en la historia humana siempre ha estado, incluso en las culturas más autoritarias, determinado por el reconoci-

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españas

Elon Musk, la segunda fortuna del mundo según Forbes

miento medio de la legitimidad del poder. Mientras la mayoría reconociera o al menos no impugnara la legitimidad de un poder, éste seguía siendo funcional. Este poder funcionaba siendo transmitido continuamente, por pasajes intermedios, de la cúspide hacia la base (del rey a los vasallos, de los señores feudales a los caballeros, de los campesinos a los siervos). De modo que esta forma de poder siempre tiene una conexión humana en la esfera del reconocimiento. Pero si se pierde la matriz misma de la legitimación, ¿cómo se puede ejercer el poder de manera capilar, de arriba a abajo? En un sistema capitalista, la riqueza es poder sin necesidad de reconocimiento porque el poder se reconoce como poder adquisitivo, garantizado por el sistema económico. Si el sistema falla, se rompe esa forma de reconocimiento del poder impersonal. ¿Cómo podría funcionar un nuevo poder sin el reconocimiento de su legitimidad?

Técnicamente, la respuesta es simple: se debe reemplazar el poder del “medio” representado por el dinero con otro medio externo adecuado a tal fin. En concreto, la perspectiva más plausible es que esto suceda con la manipulación de medios capaces de infundir miedo, un miedo que unos pocos deben poder infundir directamente en la mayoría.

Una perspectiva de este tipo era inaccesible en el pasado, pero el progreso tecnológico no ha dejado de alimentar desde hace algún tiempo esta posibilidad, es decir, la posibilidad de que un centro circunscrito se imponga a la multitud. Una espada podría prevalecer quizá sobre cinco personas desarmadas, una pistola sobre diez, una bomba sobre mil; y con el aumento técnico del poder, también ha disminuido la dificultad de utilizarlo: hoy es más fácil detonar una bomba que antaño blandir una espada. Pero no debemos imaginar el poder tecnológico como un simple ejercicio de fuerza bruta. Pensemos más bien en una situación actual, como la existencia de semillas genéticamente modificadas que no permiten replantarse en la

siguiente cosecha, lo que obliga a comprarlas a un proveedor central. Las líneas básicas de este mecanismo de poder son simples: se trata de hacer que un grupo dependa estructuralmente, para su existencia misma, del acceso a una tecnología que no puede reproducirse de forma autónoma, sino administrarse de forma centralizada. Se pueden inventar muchos mecanismos de este tipo, basta con hacer que las personas dependan de un bien tecnológicamente escaso que no se puede reproducir de forma independiente (¿una terapia?). En principio, un mecanismo de este tipo puede permitir que el poder se ejerza de forma directa, “neofeudal”, sin necesidad de mecanismos de intermediación y legitimación.

Una observación final: hablar aquí de “neofeudalismo” es una expresión enga ño Hoy es más fácil sa. Estamos ante un sistema en detonar el que, sí, se trataría de una souna bomba que ciedad jerárquica cerrada, coantaño blandir mo el feudalismo, fundada en una espada. poderes y propiedades reales, no líquidas, pero todos los demás aspectos son profundamente diferentes y no en un sentido mejorado. Sería un mundo en el que una casta superior ejerciera su poder a través del miedo, después de haber sustituido, como fuente última de autoridad, lo que en el feudalismo era Dios, por la Tecnología. Sería una sociedad de mando directo, no mediada por ninguna adhesión ideológica, una sociedad que rinde culto a la eficiencia técnica y concibe la infrahumanidad fuera de la casta superior como materia prima de la que se puede disponer a voluntad.

De hecho, esta imagen no recuerda el feudalismo, sino una experiencia mucho más cercana a nosotros, a saber, el nazismo. El nazismo, en efecto, más allá de sus tintes esotéricos y paganos, fue esencialmente la veneración de la fuerza directa, atribuida a una casta superior, y ejercida con rigurosa eficacia productivista, concibiendo al hombre mismo como medio manipulable (eugenesia) o como recurso esclavizado (campo de concentración).

Así podríamos descubrir un buen día que aquella docena de años en los que el nazismo hizo su breve e ignominiosa aparición en la historia fueron solo la primera experimentación de instancias y tendencias destinadas a adquirir una solidez completamente diferente un siglo después n

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Un avión MiG-31K ruso transportando un misil hipersónico con capacidad nuclear

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En el filo de la navaja por Higinio Polo

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os líderes mundiales coinciden en señalar que no existirían vencedores en el caso de desencadenarse una Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, el arsenal atómico sigue perfeccionándose y aumenta el riesgo de un conflicto a gran escala.

El gasto mundial en armamento sigue aumentando y los tratados de desarme nuclear casi han dejado de existir, a excepción del prorrogado START III. La sabiduría convencional de los centros de pensamiento estratégico estadounidenses, de sus países aliados y de la OTAN, cuyos estudios y análisis están llenos de mentiras y de trampas, señala que “los tratados se han erosionado”, como si los acuerdos hubieran sufrido los estragos del tiempo y nadie fuera responsable de su voladura y de la difícil situación actual. Es obvio que no es así: el responsable del deterioro de la estabilidad estratégica mundial es, sin duda, Estados Unidos, cuya ambición le ha llevado a abandonar unilateralmente, con diferentes pretextos, varios tratados de desarme, control e incremento de la confianza entre las grandes potencias, que han desaparecido en los últimos años.

Y las sirenas de alarma sobre un hipotético enfrentamiento nuclear y sobre el estallido de la Tercera Guerra Mundial suenan con frecuencia.

Tras el abandono unilateral por Washington del Tratado INF en 2019, y del Tratado de Cielos abiertos en 2020, el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, START III, es el único acuerdo de desarme nuclear que vincula a las superpotencias nucleares. Moscú no descarta, además, que Estados Unidos abandone unilateralmente el Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares, firmado en 1996 y al que se han incorporado 185 países, pero que no ha entrado en vigor porque ocho países no lo han ratificado, entre ellos Estados Unidos, junto a China, Irán, Israel, Egipto, India, Pakistán y Corea del Norte. Estados Unidos abandonó también unilateralmente el acuerdo nuclear 5+1 (Plan de Acción Integral Conjunto, JCPOA) con Irán. Además, el gobierno ruso considera que los ejercicios nucleares estadounidenses realizados con miembros de la OTAN que no poseen armas nucleares, violan el Tratado de No Proliferación

Nuclear. Otro acuerdo, el Tratado por la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), fue aprobado en 2017 en la ONU y, tras ser ratificado por cincuenta países, inició su vigencia en 2021. Sin embargo, tanto los cinco miembros del Consejo de Seguridad que disponen de armas atómicas (Estados Unidos, Gran Bretaña Francia, China y Rusia) como los países que también las poseen (India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) no son firmantes del tratado. Tampoco España.

El START III expiró en 2021, pero Washington y Moscú suscribieron en febrero de ese año su prórroga hasta el 5 de febrero de 2026. Fue firmado por Moscú y Washington en 2010 y fija el número máximo de armas estratégicas de Rusia y Estados Unidos en 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos, incluyendo los bombarderos, los misiles alojados en tierra y los submarinos. Sumados los arsenales de las dos superpotencias atómicas suponen el 90% de todas las armas nucleares existentes en el planeta. Debe tenerse en cuenta que la mayoría de las armas nucleares no estratégicas (tácticas o de teatro) han sido retiradas, pero subsiste el riesgo de que aumenten porque tras el abandono por Estados Unidos del Tratado INF no hay control compartido sobre ellas porque no están sujetas a la verificación del START III. Al mismo tiempo, Estados Unidos, Rusia y China están desarrollando misiles hipersónicos.

En abril de 2022, el SIPRI de Estocolmo publicó su informe revelando que en 2021, por primera vez en la historia, se habían superado los dos billones de dólares en gastos militares en el mundo: 2.113.000.000.000 dólares. Una enormidad y un disparate a la vista de los problemas que deben afrontarse en el planeta. La situación es muy peligrosa, porque el despilfarro económico en armamento sigue aumentando. Los cinco países que más gastaron en sus ejércitos son Estados Unidos, China, India, Gran Bretaña y Rusia.

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Diversas fuentes, desde la ONU hasta la Federation of los acuerdos de Minsk; los sucribieron para “ganar tiempo”, coAmerican Scientists (FAS) o el SIPRI, calculan que en el mundo mo declaró en su día Poroshenko y ha reconocido Angela existen unas 12.700 cabezas nucleares, la mayoría en poder de Merkel en sus declaraciones en Der Spiegel y después en el CoEstados Unidos y Rusia. El número se ha reducido considerarriere della Sera, y que François Hollande ha confirmado en blemente desde los años setenta, pero las actuales ojivas nuuna entrevista con el periódico ucraniano Kyiv Independent. En cleares son mucho más potentes. Según la FAS, Estados Unidos el diario italiano, Merkel aseguró: “Y los Acuerdos de Minsk de cuenta con unas 5.428 armas nucleares, de las que 1.644 son 2014 fueron un intento de darle tiempo a Ucrania. Ucrania utiojivas estratégicas desplegadas; y Rusia dispone de 5.977 armas lizó este período para volverse más fuerte, como se ve hoy. El nucleares, de las que 1.588 son estratégicas. En octubre de país de 2014-15 no es el país de hoy. Y dudo que la OTAN 2021, el Departamento de Estado norteamericano hizo una pudiera haber hecho mucho para ayudar a Ucrania, como lo declaración pública revelando que Estados Unidos posee 3.750 hace hoy.” Estados Unidos y la OTAN utilizaron esos años para ojivas nucleares en su arsenal y que 2.000 esperan ser desmanrearmar a Ucrania y convertirla en una plataforma utilizada teladas, lejos del máximo de 31.255 armas nucleares que llegó para desplegar fuerzas y, tal vez, misiles nucleares y amenazar a tener en 1967. a Rusia. El Center for International Policy de Washington ha calLa Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos culado en 40.000 millones de dólares la ayuda en armamento aprobaron en diciembre de 2022 el proyecto de ley de prede Estados Unidos al régimen de Kiev entre febrero e inicios de supuesto para defensa para el año fiscal 2023 que alcanza la octubre de 2022: un apoyo semejante a un país no se había cifra de 857.900 millones de dólares, que incluye partidas para dado nunca en toda la historia, y con las últimas decisiones de la “seguridad de Ucrania y Taiwán”. La atención a Washington, la ayuda estadounidense a Kiev llega esos focos de conflicto indica con claridad los a los 110.000 millones de dólares. De esa forma, la Rusia y Estados Unidos objetivos estratégicos de Estados Unidos: debiliguerra ucraniana está ligada al futuro de la estabidisponen del 90% tar a Rusia reforzando el ejército ucraniano, y lidad nuclear estratégica, hasta el punto de que de todas las armas azuzar la tensión con China en el estrecho de Moscú considera que no puede abordarse obvianTaiwán, que Washington percibe como el punto nucleares existentes. do la situación en Ucrania. La neutralidad del país, más débil de Pekín. Ese presupuesto dedica mubloqueando su ingreso en la OTAN y, por tanto, la cha atención a la Iniciativa de Disuasión del renuncia estadounidense a desplegar en el país Pacífico, con 11.500 millones de dólares en nuemisiles nucleares que puedan alcanzar Moscú en vas inversiones, y aumenta la “ayuda” a Taipéi menos de diez minutos, es vital para el gobierno con 10.000 millones durante cinco años por la Ley de Mejora de ruso, que exige también la retirada de las armas nucleares la Resiliencia de Taiwán de 2022. Incluye también 22.300 miestadounidenses de Europa: Washington dispone de ojivas llones de dólares para la National Nuclear Security Adminisatómicas en Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Turquía, y tration (NNSA). Así, en 2023, Estados Unidos va a dedicar 2.350 tiene escudos antimisiles (que pueden convertirse rápidamillones de dólares cada día a sus ejércitos: el mayor presumente en baterías ofensivas) en Redzikowo, Polonia, a 180 kipuesto militar de toda la historia de la humanidad. lómetros de Kaliningrado, y en Deveselu, Rumanía, a 600 Y la guerra en Ucrania ha introducido nuevos peligros. El 6 kilómetros de Crimea. de diciembre de 2022, en una entrevista en la televisión estaCon el pretexto de la guerra de Ucrania, Estados Unidos condounidense CNBC, Gregory Hayes, CEO de Raytheon (una de geló las conversaciones sobre seguridad estratégica iniciadas las mayores compañías de armamento del mundo, junto a en 2021, y los gestos de hostilidad no se han detenido. Si en Lockheed Martin, Boeing, Northrop Grumman y General Dyabril de 2017, con el gobierno de Theresa May, el ministro de namics), admitía que Estados Unidos está proporcionando Defensa británico, Michael Fallon, declaraba en la BBC que la información en tiempo real a Ucrania y seleccionando objeprimera ministra estaba preparada para utilizar armas tivos contra Rusia. La guerra es entre Estados Unidos y la OTAN nucleares “si se daban circunstancias extraordinarias”, ahora contra Rusia, donde el Pentágono y sus aliados ponen las no faltan tampoco los signos agresivos por parte de Estados armas, la información de inteligencia y la selección de objeUnidos y sus aliados: Liz Truss, otra ex primera ministra britivos, y Ucrania los soldados. Hoy no hay duda de que Estados tánica, afirmó en 2022 que no le temblaría la mano para utilizar Unidos y sus aliados jugaron sucio con la crisis ucraniana: no armas nucleares. Y cuando el año terminaba, el gobierno ucrasolo por su apoyo al golpe de Estado del Maidán en 2014, tamniano, que suele ir más lejos que su protector estadounidense, bién porque nunca pensaron exigir a Kiev el cumplimiento de llegó a exigir (por boca de Kuleba, el ultraderechista ministro

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ucraniano de Asuntos Exteriores) que Rusia sea apartada del Consejo de Seguridad y de la propia ONU porque en su opinión ha usurpado el puesto. En septiembre de 2022, en la NATO Military Committee Conference que se celebró en Tallinn, el almirante Rod Bauer, presidente del comité militar de la OTAN, reconoció que la Alianza occidental había empezado a planificar varios años antes su expansión hasta las fronteras rusas. Por su parte, Zelenski había exigido a la OTAN un “ataque nuclear preventivo” contra Rusia, e incluso funcionarios anónimos del Pentágono y de la Casa Blanca filtraron en septiembre de 2022 a Newsweek la posibilidad que barajaba el gobierno estadounidense de “eliminar a Putin en el corazón del Kremlin”.

Por no hablar de la implícita amenaza de partición de Rusia, un objetivo que aunque no ha sido oficialmente declarado por Washington no deja de ser uno de sus principales proyectos estratégicos.

Según revelaba La Repubblica el día 2 de octubre de 2022, la OTAN envió esos días información de inteligencia a los países miembros alertando de la movilización del submarino nuclear ruso K-329 Belgorod, que lleva el misil nuclear Poseidón, calificado como el arma del apocalipsis. La OTAN sugería, falsamente, que el submarino estaría implicado en el sabotaje al Nord Stream, pese a la expresiva y reveladora satisfacción de Radek Sikorski, ex ministro de Defensa y de Asuntos Exteriores polaco, que había publicado una fotografía del sabotaje al gasoducto acompañándola de un significativo agradecimiento: “Thank you, USA”. Además, la OTAN advertía que la misión del submarino K-329 Belgorod podría ser probar el torpedo Poseidón, que causaría un tsunami radiactivo. Filtrar esa información a la prensa estaba obviamente calculado: la alarma causada ayuda a disolver la resistencia a aumentar los presupuestos militares, disciplina a los parlamentos y gobiernos europeos, señala a Rusia como responsable de la carrera de armamentos y, de paso, achacaba a Moscú el atentado terrorista al gasoducto del mar Báltico. El mismo día, el ex director de la CIA y general del Pentágono, David Petraeus, declaraba que Rusia podía utilizar armas nucleares en Ucrania, y que Estados Unidos destruiría las tro-

Bombardero nuclear furtivo B-21 Raider

Kim Jong-un supervisando el lanzamiento del misil Hwasong-17

pas rusas si lo hacía. Pese a ello, hay diferencias en el Pentágono y en el Departamento de Estado sobre la evolución de la guerra ucraniana. Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, ha llegado a sugerir la conveniencia de iniciar negociaciones de paz en Ucrania. A su vez, Michael Gilday, jefe de Operaciones Navales estadounidense, declaraba en octubre que Estados Unidos tiene que estar preparado para ir a la guerra con China por Taiwán en 2022 o 2023.

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Con Trump, Estados Unidos formó en diciembre de 2019 la Fuerza Espacial (USSF, United States Space Force), que se convertía en la sexta rama de sus Fuerzas Armadas y el primer brazo militar creado desde hace más de setenta años: la decisión fue un decisivo impulso a la carrera armamentista. A principios de diciembre de 2022, la Fuerza Espacial realizó simulacros bélicos, denominados Spa ce Flag 23-1, con Gran Bretaña, Canadá y Australia ante una “hipotética guerra en Europa”.

La Estrategia de Defensa de Estados Unidos, publicada en octubre de 2022, señala a China como el principal competidos en las próximas décadas, ello tiene obvias reperPresentación de la bandera de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos (USSF) cusiones en las negociaciones sobre desarme nuclear. El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, mantiene que Rusia es un peligro inmediato pero no tiene la capacidad de China para plantear un desafío estratégico a largo plazo. Así, Estados Unidos sigue reforzando su despliegue: en diciembre de 2022, estableció una unidad de sus Fuerzas Espaciales en Corea (SPACEFOR-KOR), en la base aérea de Osan, a unos treinta kilómetros de Seúl, para vigilar a China, Rusia y Corea del Norte y rastrear misiles balísticos. Ese mismo mes, Estados Unidos presentó oficialmente su nuevo avión bombardero nuclear furtivo B-21 Raider (desarrollado por Northrop Grumman Corp), el primero de ese tipo que el Pentágono incorpora en los últimos treinta años. Estados Unidos está fabricando seis aviones B-21 Raider y quiere Ante el Instituto Lowy, Zelenski indicó que la OTAN debería realizar ataques nucleares preventivos disponer de cien, que pueden llevar armas nucleares. El mes anterior había reforzado El 17 de junio de 2020, Estados Unidos presentó su nueva su fuerza espacial en el U.S. Indo-Pacific Command, en Oahu, Estrategia de Defensa Espacial, que sustituye a la de 2011 de Hawái.

Obama, elaborada en respuesta a la “amenaza estratégica” que, Tras la reunión en Viena el 22 de junio de 2020, el represensegún Washington, suponen Rusia y China. Estados Unidos tante especial estadounidense para control de armas, Marshall quiere con ello mantener la superioridad en el espacio, y la Billingslea, declaró que los contactos con la delegación rusa nueva Estrategia, que estará en vigor durante una década, suhabían sido muy positivos. A principios de mes, Rusia había puso un rechazo rotundo a la propuesta rusa y china de apropublicado su doctrina militar, y justo dos años después de esa bar un Tratado para evitar el despliegue de armas en el espacio. reunión vienesa, el viceministro Serguéi Riabkov, representan-

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La conspiración Paul Nizan ¿Cómo se inicia una revolución?

Esta es la pregunta a la que los protagonistas de La conspiración buscarán dar respuesta.

La conspiración, es la última novela de Paul Nizan, fallecido a los dos años de publicarla en Dunkerque luchando contra el ejército nazi.

Esta edición incluye un texto de Walter Benjamin sobre esta obra dirigido a Max Horkheimer

Esta compleja mezcla de historia y análisis constituye el gran valor de este libro…

Para encontrar este libro potente y bueno, basta que en cada página halles la evocación obsesiva de esa época infeliz y culpable de la vida…

Es un placer encontrar, detrás de estos héroes irrisorios, la personalidad amarga y sombría de Nizan –el hombre que no perdona su juventud– y su estilo fino, tenso y desenfadado...

No el estilo de un novelista, astuto y oculto: un estilo para el combate, un arma.

—Jean-Paul Sartre

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te ruso en las negociaciones, declaraba que la prioridad de su apuesta decididamente por el desarme nuclear. El informe país es evitar un conflicto atómico, aunque no había recibido publicado por el Pentágono a finales de 2022 asegura que si ninguna propuesta de Estados Unidos para el control del China mantiene el ritmo actual de producción puede increarmamento nuclear, y recordó que Washington había violado mentar su arsenal atómico desde las algo más de cuatrocientas reiteradamente acuerdos internacionales. A finales de sepojivas nucleares que posee hasta disponer de unas mil quinientiembre de 2022, Riabkov respondía a las acusaciones occidentas en 2035. El almirante Charles A. Richard, que dirigió hasta tales sobre las supuestas amenazas nucleares de Putin aireadas principios de diciembre de 2022 el United States Strategic por las cancillerías occidentales, afirmando que Rusia no ameCommand, USSTRATCOM, en Nebraska, suele insistir en el naza a nadie con armas nucleares. Rusia mantiene en su docpujante poder nuclear chino: en julio del mismo año declaró trina militar que nunca será la primera en utilizar ese armaque China estaba experimentando “una expansión sin precemento, pero está reforzando y modernizando sus fuerzas dentes”. El coronel Tan Kefei, portavoz del Ministerio de Denucleares en tierra, en bombarderos y en submarinos, desarfensa chino, rechazó de inmediato esa especulación del inforrolla nuevos misiles hipersónicos y tiene previsto aumentar los me alegando que Estados Unidos exagera el potencial de Pekín efectivos de su ejército hasta un millón y medio de soldados. y pretende alarmar con la llamada “amenaza militar china” y, al Rusia está construyendo nueva infraestructura en cinco mismo tiempo, “reduce el umbral del uso de armas nucleares”. grandes unidades de las Fuerzas de Misiles Estratégicos, que Pekín considera que Estados Unidos lo hace para justificar el albergarán los nuevos sistemas de misiles, y la Fuerza Aeroesaumento de su arsenal nuclear. De hecho, el Pentágono presiopacial rusa levanta un polígono militar en la región siberiana na para aumentar y modernizar el armamento nuclear estade Krasnoyarsk. La progresiva incorporación de los misiles dounidense, considerando que un mayor número de armas intercontinentales RS-28 Sarmat (que Estados Unidos y la nucleares fortalece la seguridad, la posición y la hegemonía de OTAN denominan SS-X-30 Satan-2) con un alcance de 18.000 Estados Unidos, aunque ya en 2010, dos investigadores poco kilómetros, dotados de planeadores hipersónicos Avangard sospechosos de simpatías hacia Rusia o China (Gary Schaub Jr. que pueden llevar hasta quince ojivas nucleares, a y James Forsyth Jr., del Air War College, y de la una velocidad de más 20 Mach (más de 25.000 Estados Unidos dedica School of Advanced Air and Space Studies, reskilómetros por hora) y penetrar los escudos antipectivamente, dos centros de la Fuerza Aérea 2.350 millones de dólares misiles es la más potente arma nuclear rusa. estadounidense, USAF) mantuvieron que poIlustrando la potencia del RS-28 Sarmat, el se- cada día a sus ejércitos. co más de 300 armas nucleares serían sufinador ruso Frants Klintsévich declaró que uno de cientes para blindar la seguridad estadouniellos con diez unidades de Avangard podría dense: “311 ojivas son equivalentes a 1.900 destruir Gran Bretaña. Estados Unidos dispone del LGM-30G megatones de poder explosivo, nueve veces y media la cantiMinuteman III, con un alcance de 12.000 kilómetros a una dad que el secretario de Defensa, Robert McNamara, consideró velocidad máxima de 15.000 kilómetros por hora, y que en 1965 que podría incapacitar a la Unión Soviética destruyenpuede transportar tres ojivas nucleares. Rusia ha incorporado do «entre una cuarta y una tercera parte de su población y también dos nuevos submarinos de propulsión nuclear, cerca de dos tercios de su capacidad industrial.»” como el Generalissimus Suvórov, dotados de 16 Pese a la existencia de una declaración conmisiles balísticos intercontinentales Bulavá que junta de Putin y Biden, realizada en junio de Aunque el número de pueden llevar cada uno hasta seis ojivas nuclear2021, afirmando que una guerra nuclear no es y tienen un alcance de 10.000 kilómetros, y puede tener un vencedor, y con una declaojivas nucleares se está construyendo cuatro nuevos submarinos de ración similar aprobada por los cinco países ha reducido, hoy son ese tipo. miembros del Consejo de Seguridad de la mucho más potentes.

El gobierno de Trump se había mostrado conONU que cuentan con armas nucleares, difertrario a mantener el Tratado START III si China no entes responsables del gobierno estadouse incorporaba a él, y el de Biden pretende que nidense continúan insistiendo en la posibiliChina se una a la renegociación, pero Pekín lo rechaza por su dad de que Rusia recurra al armamento nuclear en la guerra de pequeño arsenal nuclear (similar al de Gran Bretaña o Francia), Ucrania y acusando a Putin de supuestas amenazas. En la cumporque considera que son los dos países con mayores arsenabre de Biskek de la Unión Económica Euroasiática, Putin afirles quienes tienen una mayor responsabilidad para impulsar el mó ante la prensa que Rusia solo utilizaría su armamento desarme, y porque China no es firmante del tratado, aunque nuclear como respuesta a un ataque y que, en ese supuesto,

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tras detectarse el lanzamiento de misiles atómicos, centenares de misiles rusos partirían hacia sus destinos. Putin destacó el peligro de que el enemigo crea que es posible ejecutar la “teoría del primer golpe”, en implícita referencia a Estados Unidos, que no ha renunciado a ser el primero en utilizar armamento nuclear, a diferencia de Rusia. En diciembre, el presidente ruso declaraba: “Sobre la probabilidad de una guerra nuclear. ¡Tal amenaza está creciendo, no puede ocultarse! Pero Rusia no usará primero armas nucleares bajo ninguna circunstancia. No estamos locos, somos conscientes de lo que son las armas nucleares.” También China ha proclamado que su estrategia nuclear de defensa establece que no será, en ninguna circunstancia, el primer país en utilizar armas nucleares.

Uniforme de la nueva Fuerza Espacial de los Estados Unidos (USSF) Desde Noruega, Estados Unidos realizó el 9 de noviembre de 2022, en el océano Ártico, unos sin su gran aliado, pero Washington no puede ignorar el enoejercicios militares lanzando un misil de crucero AGM-158 rme poder nuclear de Rusia. En la Conferencia sobre No ProJASSM, de largo alcance, desde un avión de transporte con el liferación Nuclear celebrada en Moscú en diuso de su sistema experimental Rapid Dragon.

Al mismo tiempo, Estados Unidos realizó simu- La doctrina militar rusa ciembre de 2022, el ministro Lavrov mostró la preocupación rusa por la posible “colisión entre lacros en Polonia y Rumanía y en el mar Báltico mantiene que nunca será potencias nucleares”, insistiendo en que Rusia con la participación de aviones con lanzala primera en utilizar quiere evitar ese riesgo; y el día de navidad, misiles de alta movilidad. Mostrando su insatisnuclear. armamento Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de facción ante la negativa estadounidense para Seguridad ruso, afirmaba en un artículo publicadiscutir sus propuestas, Moscú pospuso el diádo en Rossiyskaya Gazeta el 25 de diciembre de logo en El Cairo sobre el START III previsto para 2022, que “el mundo se encuentra al borde de la Tercera Guerra finales de noviembre. Pese a todo, un signo esperanzador fue Mundial y de una catástrofe nuclear”, porque Occidente “se que las diplomacias rusa y estadounidense acordaron una debate entre el deseo de destruir a Rusia y el de evitar un apopróxima ronda de negociaciones, sin concretar fechas, para calipsis nuclear”. Medvédev afirmaba que Moscú abordar la prolongación o renegociación del hará “todo lo posible” para evitar una catástrofe tratado. Uno de los asuntos más importantes a III START nuclear. considerar será la puesta en marcha de inspecEn ese atolladero en que se encuentra el es el único acuerdo de ciones mutuas de los arsenales nucleares, que START III, Estados Unidos debe decidir si liga la fueron suspendidas a principios de 2020 a desarme nuclear que posibilidad de abrir negociaciones sobre el causa de la pandemia. vincula a las futuro de Ucrania a las más complejas sobre la Aunque el Estado Mayor estadounidense superpotencias. estabilidad estratégica y el desarme nuclear. De especule en Arlington en sus gigantescas panmomento, el gobierno de Biden impone una tallas escenarios virtuales de una guerra nupreocupante lentitud diplomática para abordar clear, el mundo, mientras tanto, necesita impeel “diálogo estratégico”, y como Darrell, el personaje de riosamente el desarme nuclear. Estados Unidos va a seguir Maugham, camina en el filo de la navaja nuclear que supone acosando a Rusia para debilitarla y, en el hipotético desenlace continuar con la enorme presión militar sobre Moscú en la más favorable para sus intereses, desmembrar el país si conguerra ucraniana, que no ha cesado de aumentar... sin llegar al sigue estimular en su interior y en su periferia escenarios de escenario apocalíptico de una guerra atómica que nadie puede crisis y caos, como sucedió con la Unión Soviética, sin necesiganar n dad de llegar a un enfrentamiento armado. Dejaría así a China

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En los últimos meses Pedro Castillo ya no llevaba su vestimenta característica

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Perú: ¿Hacia una deriva autoritaria o una refundación constitucional? por Mauricio Jaramillo Jassir

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ras la destitución de Pedro Castillo, su vicepresidenta, Dina Boluarte, se ha convertido en otro más de sus enemigos. Pero Perú no vive únicamente una crisis a nivel institucional. También existe un conflicto abierto entre proyectos políticos contrapuestos.

La situación en Perú es insostenible y la regresión democrática irreversible: el país se dirige inexorablemente hacia una deriva autoritaria a menos de que se tomen correctivos decisivos. Podemos constatar de manera fría que en los últimos 7 años Perú ha tenido 7 mandatarios distintos (Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y Dina Boluarte), pero ello no nos exime de preguntarnos qué condujo al Perú a la dramática situación en que actualmente se encuentra. ¿Qué hechos explican la salida anticipada de Castillo? Y ¿qué escenarios se puedan proyectar hacia el futuro?

Para entender la situación de inestabilidad crónica en la que casi ningún mandatario puede terminar su mandato (el último en hacerlo fue Humala) cabe recordar tres características de la política peruana post-Fujimori: la introducción en la reforma constitucional de 1993 de elementos de semi-presidencialismo para lograr un equilibrio ejecutivo-legislativo; la erosión de los partidos, tanto de los tradicionales Acción Popular y el APRA como de los creados luego de la transición democrática en los 2000; y la lógica del voto en contra que marcó las ultimas elecciones peruanas en la segunda vuelta.

Fujimori, un legado que sobrevivió Alberto Fujimori fue destituido cuando se comprobó la forma en que repartía sobornos entre congresistas luego de que hubiese logrado una segunda reelección (tercer mandato) en

medio de una crisis de legitimidad palpable. A pesar de su destitución en septiembre de 2000, la arquitectura institucional peruana que sobrevivió ha sido resultado de las reformas que Fujimori introdujo en 1993. Recordemos que Fujimori se legitimó mediante el autogolpe del año anterior, 1992, cuando ordenó con apoyo de los militares el cierre del Congreso ante la imposibilidad (tal y como se ha venido presentando estos últimos años) de superar el bloqueo parlamentario. Para evitar que desde el Congreso se gestaran maniobras para impedir el gobierno, se aprobó que el jefe de Estado estaría facultado para disolver el legislativo cuando éste presentara en tres oportunidades una moción de cesura contra el gabinete. Se trata de un mecanismo que le confería un poder excepcional al ejecutivo y, en contraparte, le daba al parlamento la posibilidad de aceptar o imponer cambios al gobierno (extraño equilibrio cuyo fracaso se constató en los últimos tiempos).

Durante los primeros años de la era post-Fujimori, Perú pareció encontrar un camino de estabilidad en los gobiernos de Alejandro Toledo, Alan García (segundo mandato) y Ollanta Humala. Sin embargo, los escándalos de corrupción comportaron que importantes partidos políticos se erosionasen y empezasen a ceder terreno.

La tradicional e histórica Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), que volvió al poder con Alan García entre 2006 y 2011, terminó hundida por los escándalos de corrupción. Y en las elecciones de 2016, cuando intentó reponerse, se

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estrelló contra un voto de castigo que ni siquiera le permitió llegar a balotaje, la segunda vuelta, ubicando al histórico APRA en último lugar con menos del 6% de los sufragios.

En cuanto a Ollanta Humala, presidente de la República del Perú de 2011 a 2016, del Partido Nacionalista Peruano y del que se temía por su cercanía a Hugo Chávez, terminó optando por la moderación en aras de la gobernabilidad interna y, en el plano internacional, ejerciendo de bisagra entre los gobiernos progresistas y los conservadores de América Latina. Humala mantuvo el modelo de apertura económica, al tiempo que apostaba por programas sociales con los que responder al mandato de protección solicitado por los sectores más pobres, ubicados principalmente en la sierra y en las regiones del interior del país. Actualmente Humala está siendo investigado por posibles casos de corrupción.

A partir del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, elegido en 2016, el fraccionamiento hizo ingobernable el Perú. Y el fujimorismo empezó a acumular un poder social desmesurado con la figura de la hija del exmandatario Alberto, Keiko Fujimori, a la cabeza.

Keiko Fujimori

Perú ingobernable Ya en 2009, cuando se proyectaban como firmes candidatos a la presidencia Humala y Keiko, Mario Vargas Llosa afirmó que sería como escoger entre el sida y el cáncer. De la controvertida afirmación de Vargas Llosa se rescata el tono revelador sobre el futuro de las segundas vueltas en el Perú. A partir de entonces, se dio la constante de que siempre Keiko Fujimori llegó al balotaje, aunque el candidato que la desafiaba terminaba ganando: así ocurrió con Humala, con Kuczynski y con Pedro Castillo. Buena parte del Perú ha elegido el voto de castigo para rechazar el pasado fujimorista y la política tradicional, al tiem-

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po que ha apostado por quienes han logrado proyectar la idea de cambio.

Si bien Perú consiguió prosperar en términos macroeconómicos por un modelo de apertura iniciado en el periodo autoritario, al igual que otros países latinoamericanos nunca El fujimorismo pudo traducir ese crecimiento en bienempezó a estar para las mayorías, por lo que los acumular un indicadores sociales se estancaron. La poder social división tajante entre una costa pujante desmesurado y con recursos, por un lado, y un interior con marcadas precariedades, por otro con Keiko. lado, da cuenta de un modelo económico que genera riqueza, pero cuya concentración impide llegar a objetivos sociales más ambiciosos.

Cierto es que durante los gobiernos de Alan García y de Ollanta Humala se produjo un avance sustancial en la reducción de la pobreza. En 2006, al inicio del mandato de García, Perú tenía una tasa de pobreza cercana al 50% que se redujo al 25% al terminar el mandato de Humala en 2016. No obstante, con Kuczynski y las posteriores administraciones, la pobreza ganó de nuevo terreno, y en la pandemia alcanzó a un 30% de la población.

Castillo, una izquierda conservadora En medio de un contexto de dificultades económicas y de crisis política, el maestro y sindicalista Pedro Castillo emergió en las elecciones de 2021. A Castillo se le puede considerar de izquierda, cercano al marxismo y al nacionalismo económico, mas no al progresismo. A diferencia de otros presidentes de la región como Gabriel Boric (Chile), Alberto Fernández (Argentina) o Gustavo Petro (Colombia), Castillo jamás ocultó su desacuerdo con la flexibilización del aborto, la eutanasia o la legalización del matrimonio homosexual. Es decir, si bien cree en la economía con vocación redistributiva (economía popular de mercado, como la denomina), es bastante conservador, como buena parte del país, en especial como la población de los departamentos del interior peruano.

Castillo logró imponerse en la primera vuelta, en la que se presentaron 18 candidatos, sirviéndose de la dispersión del voto que evidenciaba una crisis de representatividad política.

Con menos del 20% de los sufragios llegó al balotaje, donde se debía enfrentar a Keiko, quien había conseguido el 13%; es decir, ni siquiera entre ambos candidatos lograban el 50% de los votos. En el Congreso se presentó una situación similar: si bien el partido de Castillo, Perú Libre, obtuvo la mayoría simple de escaños, no eran suficientes para gobernar, y tuvo que acercarse a sectores de centro o del progresismo peruano,

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El pasado 15 de diciembre, se decretó el estado de emergencia a nivel nacional

como Verónika Mendoza, de la coalición Juntos por el Perú, quienes apoyaron a Castillo pese a expresar amplios reparos, en especial por la lectura conservadora de los derechos civiles, pero con significativas coincidencias en la política social.

Desde que se impuso en la segunda vuelta por una mínima diferencia, Castillo se enfrentó a una clase política que se negó a reconocer su victoria y se esmero por torpedear la gobernabilidad. Su mandato empezó con cambios drásticos de gabinete ante las crisis que surgían por desacuerdos o por la emergencia de escándalos de corrupción. En un año desfilaron casi 60 ministros por el gabinete, e incluso uno de los primeros ministros, Héctor Valer, duró tan solo cuatro días.

La oposición fujimorista de Fuerza Popular, acompañándose de Avanza País La oposición y de Renovación Popular, (todos ellos de acusaba a derecha) presentaron una moción de Castillo de vacancia contra Castillo en noviembre ofrecerle una de 2021, apenas trascurridos pocos meses desde su posesión. Se acusaba a franja de costa Castillo de tráfico de influencias para los a Bolivia. ascensos en las Fuerzas Militares y por la financiación irregular de su partido. Sin embargo, jamás se comprobaron estos señalamientos y el intento se cayó por falta de votos en el legislativo al conseguir 76 de los 87 votos necesarios.

En marzo de 2022 la oposición volvió a la carga con nuevas acusaciones de corrupción, y esta vez con la infundada tesis de que Castillo le otorgaría una franja de costa a Bolivia. Aquí debe decirse que en 1992 Fujimori había acordado con su homólogo boliviano Jaime Paz Zamora el uso de una franja costera peruana para fines comerciales (ante la imposibilidad boliviana de salida al mar) pero sin cesión de soberanía. A

Castillo se le acusó de traición cuando insinuó que, de resultar necesaria, haría una consulta popular para decidir sobre el futuro de esa porción de tierra. De ninguna forma tomó decisiones que comprometieran la soberanía peruana frente a Bolivia. Esta vez la oposición obtuvo aún menos votos, apenas 55.

En diciembre de 2022 se llevó a cabo el tercer intento de vacancia, en el que se insistía en las acusaciones de corrupción con una fiscalía politizada y una oposición cada vez menos propensa al diálogo. En respuesta, Castillo terminó adoptando una pésima decisión, lo cual se explicaría por la mala asesoría recibida (bien por su primer ministro Aníbal Torres o por Vladimir Cerrón, quien muchos apuntan como uno de los más influyentes sobre el hoy exmandatario). A pesar de que la oposición no tenía los 87 votos para lograr su destitución, Castillo habría sido advertido sobre su salida inminente. Adelantándose al Congreso, quiso disolverlo amparándose en el articulo 133, que lo faculta para ello solo si se presentan mociones de censura contra su gabinete (circunstancia que no había ocurrido). Asimismo, Castillo anunció la realización de una promesa de campaña que genera consenso entre varios sectores peruanos: la convocatoria de una Asamblea Constituyente para redactar un nuevo pacto político.

Con la disolución del Congreso, Castillo perdió todos los apoyos, incluido el de su vicepresidenta Dina Boluarte, quien inmediatamente tomó distancia, y, considerando que se había producido un intento de autogolpe, 101 congresistas aprobaron la vacancia. Para ello, los congresistas se ampararon en el artículo 113 de la Constitución, que habla de la potestad del Congreso para destituir al presidente por incapacidad moral, tal y como había sucedido con Martín Vizcarra.

El estallido social y el pedido legítimo de refundación En un clima de amplia movilización social, cientos de miles de peruanos (sobre todo en el sur y a lo largo de la sierra andina) han salido a las calles para exigir la disolución del Congreso y el adelanto de unas elecciones que podrían realizarse en abril de 2024. El gran problema reside en que la actual mandataria, Dina Boluarte, ha insistido en la militarización del país para mantener el control del orden público y ha retrasado cualquier iniciativa para agilizar el adelanto de elecciones. A todo ello, un amplio sector de la población pide la convocatoria a una constituyente. En medio del un ejercicio desproporcionado de la fuerza, a finales de 2022 ya habían sido asesinadas unas 30 personas, y no parece haber intención del Estado de asumir la res-

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Dina Boluarte jurando el cargo de Presidenta de la República

ponsabilidad. La postura de Boluarte deja entrever que el gobierno siente que está haciendo lo correcto y que las muertes son adjudicables a quienes han convocado las manifestaciones. Una postura reveladora sobre la poca capacidad de gestión de la actual mandataria, cada vez más alejada de los sectores sociales que la llevaron a la vicepresidencia en 2021.

Dina Boluarte Entretanto, a Pedro Castillo se le ha militarizado ha decretado prisión preventiva por 18 meses sin que en su contra haya el país y una condena emitida por un juez. dificulta el Esto ha generado las críticas y el adelanto de rechazo de otros dirigentes latinoaelecciones. mericanos, como Alberto Fernández, Gustavo Petro, Luis Arce y Andrés Manuel López Obrador. Estos mandatarios han insistido en que se respete el artículo 23 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos sobre derechos políticos, y el 25 sobre protección judicial que garantiza el acceso a recursos cuando no hay condenas, tal como sucede con Castillo. La situación es compleja, pues constitucionalmente es imposible el restablecimiento del mandato del presidente depuesto una vez aprobada la vacancia. En efecto, la línea de sucesión recae en la vicepresidenta y el presidente del Congreso, por lo que su retorno en el corto plazo no es viable. Solamente con una nueva convocatoria de elecciones, y siempre y cuando le restituyan sus derechos políticos, Castillo podría presentarse de nuevo a presidente, algo que parece poco probable por la prisión preventiva.

Si bien Castillo fue responsable del autogolpe al disolver el Congreso, en buena medida porque estaba acorralado, es innegable que el curso de los hechos lo convierte en un preso de consciencia al que le han sido arrebatados derechos políticos de forma arbitraria y sin que haya habido un debido proceso. La presión ejercida por algunos de los gobiernos latinoamericanos no es del todo clara, ya que, por un lado, evocan los artículos 23 y 25 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, pero, por otro lado, aluden a Castillo como “presidente”, dejando entrever que su destitución no fue del todo constitucional.

El actual gobierno de Boluarte está experimentando un alejamiento del mandato con el que fue elegido en 2021. La actual mandataria ha optado por la supervivencia, acercándose al Congreso y escudándose en la “unidad nacional” para legitimar la violación de derechos políticos a Castillo y proceder cuanto antes a sacarlo del juego político en el corto y mediano plazo. ¿Puede salir Perú de la crisis? Con este Congreso y esta administración difícilmente. En el caso del primero, no tiene incentivos, pues el gobierno de Vizcarra aprobó una reforma que impide la reelección de legisladores de manera que éstos se aferran al cargo para completar como sea su mandato hasta 2026.

Y esa es la razón por la cual los congresistas tampoco quieren adelantar las elecciones. Para Boluarte, además, se trata de la oportunidad de mantenerse en la cúspide del poder político, ahora aliada con buena parte de los partidos que gestaron la caída de Castillo. Aunque no tenga ninguna afinidad ideológica con el proyecto que fue elegido en las urnas en 2021, ese pacto por conveniencia, que no puede considerarse un gobierno de unidad nacional, se mantendrá. Le conviene a los sectores más reaccionarios mantener la situación actual en espera de que las protestas se vayan debilitando con el paso del tiempo.

Solamente un nuevo pacto o refundación social como la que tuvo lugar en Colombia en 1991, Ecuador en 2008 o Bolivia en 2009 puede recomponer el panorama político peruano. Se requiere de una nueva Constitución con reglas de juego más equilibradas, con incentivos para la gobernabilidad y para acabar, de una vez por todas, con la relación depredadora entre el ejecutivo y el legislativo. Solamente una refundación desde abajo puede completar la transición post-fujimorista incompleta. Hasta ahora, el poder del aparato político ha encontrado las formas para impedir de manera estructural un cambio social n

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Activistas animalistas denuncian que las vacas sean ordeñadas

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El hombre endeudado Victimismo y retroactividad en la era del control por Dante Augusto Palma

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ara controlar a las personas ya no se necesita recluirlas en espacios cerrados, pues la libertad resulta comprometida por medio de una lógica más sutil y eficaz: la relación acreedor-deudor que se expresa en la cultura del victimismo.

La llegada de la pandemia y su correlato, el confinamiento que en mayor o menor medida afectó a todo el mundo, nos retrotrajo a los “tiempos de la peste” y a sendas reflexiones que tomaban como eje el par encierro/libertad. Naturalmente, estar obligados a no traspasar las cuatro paredes de nuestra casa es un buen ejemplo de lo que llamaríamos “falta de libertad”. Sin embargo, el tiempo transcurrido desde el pico de la proliferación del virus hasta hoy parece suficiente para, al menos, intentar algunos desarrollos que vayan más allá de ese sentido común que reduce la libertad a un problema “espacial”, a una ausencia de impedimento del orden físico.

A propósito de ello, en un brevísimo texto que suelo citar y recomendar, publicado en 1990 y titulado Posdata sobre las sociedades de control, un sorprendentemente claro Gilles Deleuze anticipaba un fenómeno que ya estábamos viviendo antes de la pandemia y que se aceleró vertiginosamente después de ella. El filósofo francés lo resume en la siguiente frase: “El hombre ya no es el hombre encerrado sino el hombre endeudado”. ¿Pero qué significa este paso del encierro al endeudamiento?

En principio se trata de un “diálogo” que Deleuze está librando con Foucault y su famosa idea de las “sociedades disciplinarias” cuya principal característica está en el “encierro”.

Naturalmente, si pensamos en “encierro” todos referimos a la institución por antonomasia que se asocia con este término, esto es, la prisión. Sin embargo, Foucault va bastante más allá, y cuando refiere a “sociedades disciplinarias” hace alusión al modo en que, a partir de una serie de “instituciones disciplinarias”, se constituyeron nuestras sociedades en los últimos

siglos y hasta bien entrado el siglo XX. Entre estas “instituciones disciplinarias” está la cárcel, obviamente, pero también está la escuela, la universidad, el hospital, la fábrica, la familia, el servicio militar, etc.

En todas estas instituciones se cumplen reglas y horarios de entrada y de salida; a su vez, todas ellas actúan sobre un espacio físico en particular, en un régimen de compartimentación que actúa sobre los cuerpos y que dará lugar a otro de los conceptos clave de Foucault: los cuerpos dóciles. ¿Acaso estas instituciones han dejado de existir? ¿Por qué, entonces, Deleuze afirmaba hace más de 30 años atrás que la época de la deuda venía a reemplazar a la del encierro, de modo que era necesario hablar de “control” antes que de “disciplina”?

Las instituciones mencionadas, claro está, no desaparecieron pero se han transformado, o al menos se ha transformado nuestra relación con ellas. Nuestro trabajo se puede hacer de manera remota en buena parte de los casos; podemos educarnos a través de cursos online y recibirnos en universidades cuyas instalaciones jamás hemos pisado; la medicalización de la vida trasciende largamente las paredes de los hospitales y el avance tecnológico permite también que, a través de determinados dispositivos, se puedan cumplir castigos fuera de la cárcel.

Esto que a priori pareciera implicar una liberación de los cuerpos de sus espacios de encierro, debe ser puesto en cuestión y, para entenderlo con precisión, veamos el ejemplo del trabajo.

La fábrica, incluso antes de la obligatoriedad de la jornada

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de 8 horas, suponía una cantidad de tiempo limitada. La disciplina duraba el tiempo que el trabajador permanecía dentro de la fábrica, y luego terminaba. Y terminaba independientemente de que estas jornadas fueran agotadoras producto de la explotación. Hoy en día, la gran mayoría seguramente celebrará no tener que estar allí cumpliendo un horario bajo la atenta mirada del jefe. Sin embargo, se trata de una mera apariencia, ya que el hecho de que el trabajador ahora no tenga horario fijo significa que debe estar disponible “24/7” (24 horas al día, 7

Este ejemplo muestra que, a diferencia de la sociedad disciplinaria que imponía su disciplina en un espacio y un tiempo determinados, la sociedad de control es ubicua, atraviesa los distintos aspectos de la vida de los individuos en cada momento y, sobre todo, establece la deuda como “eterna”. Es que el trabajador (como el estudiante, etc.) siempre puede más, aun “fuera del horario de trabajo” y entonces siempre está en deuda con el jefe o, lo que es peor y más perverso, consigo mismo.

Todo el tiempo bajo control; todo tiempo en deuda. Por eso en el artículo citado, Deleuze menciona que, si al hombre disciplinado lo definía su documento de identidad y su individualidad, al hombre endeudado y bajo control lo definen dos cosas: su carácter “dividual” que lo muestra dividido en una infinita cantidad de contraseñas de acceso a servicios y, sobre todo, claro está, su número de tarjeta de crédito.

––– La clásica pregunta “qué hacer” ha sido reemplazada por el “qué soy”.

Cuerpos en rebeldía

días a la semana). El jefe no le respira en la espalda sino a través del celular. A toda hora. A todo momento. Y lo que es más llamativo y que se puede encontrar en elaboraciones como las de Byung-Chul Han a propósito de la “sociedad del rendimiento”, es que aun aquellos que son sus propios jefes, los emprendedores, padecen este fenómeno. Paradójicamente, estos emprendedores se “independizaron” para que nadie les diga qué hay que hacer, y acaban explotándose a sí mismos por un sistema que cada vez les exige más. Y lo que es peor: introyectan el fracaso en vez de dirigir esa frustración sobre las condiciones imperantes. El ataque de pánico reemplazando a la revolución.

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Quienes vivimos en países en vías de desarrollo, o países del tercer mundo, conocemos muy bien la dinámica de las deudas desde la perspectiva de los Estados y el modo en que ésta, la deuda, se transformó en otra de las formas del colonialismo. Sea con organismos de crédito internacional, sea con privados o incluso con otros países, se impulsa que los países tomen deuda para luego establecer sobre ellos una forma de disciplinamiento que deriva en una pérdida de hecho de su soberanía. Sin embargo, claro está, no es a esto a lo que se refiere Deleuze, y para comprenderlo mejor bien vale una mínima referencia a la La fábrica del hombre endeudado, un libro del sociólogo y filósofo italiano Mauricio Lazzarato. Tomando la interesantísima elaboración nietzscheana acerca de la relación entre la deuda y la culpa, Lazzarato va un paso más allá para indicar, en la página 37 del libro mencionado, que “el crédito o deuda y su relación acreedor-deudor constituyen una relación de poder específica que implica modalidades específicas de producción y control de subjetividad (una forma particular de homo oeconomicus, el “hombre endeudado”)”.

Victimización y paradigma de la deuda Mucho se viene hablando de la “agenda Woke”, este resurgir

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identitario que vendría a sacudir el statu quo en pos de la justicia social: movimientos antirracistas, nueva ola feminista, grupos LGBT, pero también incluso antiespecistas, jóvenes contra el cambio climático… La lista es casi infinita en la medida que es casi infinita la posibilidad de fragmentación existente al interior de buena parte de esos grupos, pero, en general, se trata de una agenda adoptada por sectores de la izquierda progresista contra lo que sería un orden de cosas que estaría dominado por “los liberales” y “la derecha”.

Independientemente de que en lo personal pueda considerar justas buena parte de las reivindicaciones que estos espacios llevan adelante, la pregunta sería la siguiente: ¿va esta agenda en contra de esa forma de subjetivación del capitalismo financiarizado que expresamos en términos de acreedordeudor?

Para responder este interrogante, debemos indagar en el modo en que buena parte de estas reivindicaciones son parte,

inocencia más allá de toda duda razonable. ¿Cómo podría la víctima ser culpable, o responsable de algo? La víctima no ha hecho, le han hecho; no actúa, padece. En la víctima se articulan carencia y reivindicación, debilidad y pretensión, deseo de tener y deseo de ser. No somos lo que hacemos sino lo que hemos padecido”.

–––La condición de víctima es algo que confiere una identidad y han ayudado a dar forma, a lo que se suele llamar “cultura victimista”.

Todos dicen ser víctima de algo o de alguien: las mujeres dicen ser víctimas de los varones; los negros de los blancos; los homosexuales de los heterosexuales; los nativos de los conquistadores; los discapacitados de los no-discapacitados; las especies animales, a través de sus representantes humanos, de los mismos humanos; los inmigrantes de los que no tienen que migrar; los gordos de la cultura gordofóbica impuesta por los flacos; los feos de la cultura de belleza hegemónica impuesta por los lindos. Incluso bien cabe mencionar cómo sectores de derecha con agendas de derecha también salen a dar el debate público en términos de víctimas, aunque, claro está, en muchos casos invirtiendo ese orden o, en otros casos, incluyendo otros factores.

Se viene escribiendo bastante alrededor de la cultura victimista, pero utilizaré dos referencias que dan en el eje del asunto. La primera aparece en lo que, considero, es el libro que mejor ha desarrollado esta problemática. Me refiero a Crítica de la víctima, un libro publicado en 2014 perteneciente a otro italiano, en este caso Daniele Giglioli, quien abre el libro indicando lo siguiente: “La víctima es el héroe de nuestro tiempo. Ser víctima otorga prestigio, exige escucha, promete y fomenta reconocimiento, activa un potente generador de identidad, de derecho, de autoestima. Inmuniza contra cualquier crítica, garantiza la

Manifestación en oposición al Día de la Hispanidad

De este interesante pasaje centrémonos en la idea de la condición de víctima como algo que confiere una identidad. El punto es por demás interesante porque se conecta, en un sentido, con lo que se planteaba anteriormente respecto al creciente proceso de individualización, fragmentación e introyec-

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ción. Es que la clásica pregunta “qué hacer” ha sido reemplazada por el “qué soy”. El “qué hacer” apunta hacia afuera, apunta a transformar lo dado fuera de mí. El “qué soy” dirige todas las preguntas hacia adentro. Impedida la transformación del afuera solo queda la transformación del interior. No hay emancipación política ni acción colectiva; solo transgresiones individuales. Una reinterpretación del “lo personal es político” redujo la utopía transformadora a poner el énfasis en aspectos identitarios particulares que pueden ir desde la elección sexual hasta el

La portavoz de Stop Gordofobia Adnaloi Vila ofreciendo una conferencia en Bruselas.

antiespecismo como si fuera lo único posible tras la caída del muro y como si esas disputas fueran capaces de reemplazar a las disputas que solía dar la izquierda tradicionalmente.

La segunda referencia que me interesa mencionar es la del escritor búlgaro, Tzvetan Todorov, quien en una entrevista publicada el 11 de junio en Letras Libres, afirmara: “Últimamente el papel de la víctima ha cobrado mucha relevancia, lo que resulta paradójico. Nadie quiere ser víctima, pero se quiere pertenecer simbólicamente al grupo de las víctimas, porque eso te abre una especie de línea de crédito infinita, inagotable. Siempre puedes realizar una reivindicación en nombre de la injusticia pasada” [el subrayado es mío].

No solo la idea de “crédito” mencionada por Todorov muestra hasta qué punto la cultura victimista abreva en la dinámica deudor-acreedor, sino que el agregado “infinita” e “inagotable” suponen un elemento novedoso que nos vuelve a conectar con Deleuze y “el control”. Me refiero a que, tal como están plantea-

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das las cosas en la actualidad, la lógica entre víctimas y victimarios deviene esencial y, en tanto tal, no cesa. En otras palabras, la sociedad se divide en “víctimas esenciales” que no pueden escapar de su condición de tal y “victimarios esenciales” los cuales, por definición, tiene vedada la posibilidad de pagar su culpa.

Un hombre blanco, un varón, un flaco, un no discapacitado, un ser humano (frente a la naturaleza y a los animales), un heterosexual, son victimarios por esencia. Nada de lo que hagan puede sacarlos de esa condición. Ahora bien, cómo explicárselo a un trabajador mal remunerado, con un contrato basura, sin cobertura médica y sin casa propia que es un privilegiado por ser un animal humano, varón, blanco, delgado y heterosexual que a veces come algo de carne de rebaja en un supermercado… es un problema que el progresismo no ha podido resolver todavía y que ha permitido que las derechas populares de distintas partes del mundo interpelen a sectores que décadas pasadas los hubieran rechazado.

Incluso la dinámica de la cancelación, tan propia de estos tiempos, también se expresa en términos de totalidad y “control”. El cancelado es cancelado por un tiempo indeterminado, por nadie en particular y por todos a la vez; a diferencia de los castigos que padece alguien que cometió un delito, la cancelación no tiene ningún tipo de proporcionalidad y puede llegar a atravesar todos los aspectos de la vida de una persona, una suerte de letra escarlata del siglo XXI de la cual nadie se hace cargo. El cancelado tiene una deuda que es eterna con la persona o el grupo que lo ha seleccionado gracias al enjambre cibernético, y luego esa deuda se amplifica para tener una deuda con la sociedad toda. A diferencia del encarcelado (el verdaderamente encerrado), el can-

–––La sociedad se divide en “víctimas esenciales” y “victimarios esenciales”. celado no puede cumplir nunca la pena. Es en sí mismo un eterno deudor, lo cual tiene como correlato, claro está, el hecho de que alguien o algunos puedan ostentar el hecho de ser eternamente sus acreedores.

El ministerio de la retroactividad y algunas reflexiones finales Hay un último elemento que debe tenerse en cuenta para

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entender cómo funciona esta lógica victimista y su relación con el “control” al que hace referencia Deleuze. Pensemos en otro de los temas tan de moda acerca de la reescritura de la historia. Cada país tiene sus procesos particulares pero especialmente en los últimos años hemos sido testigos de una suerte de revisionismo cuya principal característica es su descontextualización. Con esto me refiero a que criticar a alguien porque eventualmente pudiera tener esclavos en el siglo V a.C.; o por

–––A diferencia del encarcelado, el cancelado no puede cumplir nunca la pena. tener actitudes misóginas, machistas o racistas en el siglo XVIII, no parece hacer justicia con procesos históricos y sociales que son bastante complejos.

Lo cierto es que se suele hacer referencia al ministerio de la Verdad del Orwell de 1984 como ejemplo más acabado de lo que significa reescribir la historia en función de los intereses del partido o de quien pretenda sacar provecho en el presente de una relectura sesgada del pasado. Por supuesto que esta referencia es adecuada pero yo agregaría que lo que hay es, además, un intento de monopolizar un “ministerio de la retroactividad”, esto es, la posibilidad de instaurar en el presente un canon moral capaz de evaluar retroactivamente el pasado. No se trata entonces tanto de cambiar la historia o modificar los hechos; alcanza con que se permita que la moralidad imperante pueda aplicarse retroactivamente. Ese proceso hace que todos sean pasibles de ser juzgados y que incluso los muertos sean capaces de “cometer acciones” inaceptables (aun estando muertos) por atentar contra una moralidad que se impuso 2.500 o 300 años después de que ellos hubieran fallecido.

De esta manera no solo cumplimos con la máxima de un presentismo absoluto que juzga todo desde el aquí y el ahora, sino que extendemos la dinámica del control totalizante hacia el pasado también para construir nuevos deudores cuyos representantes a designar en la actualidad serán los encargados de pagar. Así, nadie está a salvo y todos podemos transformarnos en deudores “hereditarios” por acciones que el presente señala como sancionables y que pueden aplicarse retroactivamente hasta un pasado remoto.

Por si hiciera falta aclararlo, no debería seguirse de todo esto una crítica a muchas de las reivindicaciones que varios de los grupos mencionados manifiestan. De hecho, vale la pena repetirlo, si bien cada una merecería consideraciones puntuales, podría decir que en líneas generales me muestro de acuerdo con buena parte de esas reivindicaciones. Es más, si bien los hay, afortunadamente cada vez son menos (al menos en Occidente) los que realizan manifestaciones racistas contra

determinados grupos, avalan acciones machistas, o discriminan a personas por su elección sexual, su peso, una discapacidad, etc.

Menos aún se trata de indicar que “no hay víctimas” y menudo error supondría inferir que una crítica a la cultura victimista es una crítica a las víctimas. Por el contrario, decimos que está lleno de víctimas y decimos también que esperamos que se haga justicia y que se repare, en la medida de lo posible, esa condición. De lo que se trata, en todo caso, es de mostrar que existe una cultura victimista que está presa de la dinámica de las sociedades de control y de la lógica deudor-acreedor que tan bien intuyó Deleuze varias décadas atrás; y de exponer los modos en que esa misma cultura victimista representa –pero, a su vez, profundiza– las características de estas sociedades “posdisciplinarias”.

Comentario en Twitter de Sofía Castañón, Diputada de las Cortes Generales

El “Qué soy” como reemplazo del “Qué hacer” es uno de los ejes capaz de explicar por qué son cada vez más los sectores, incluso dentro de la propia tradición de izquierda, que no se sienten representados por la izquierda progresista que lleva adelante estas banderas. Cómo ese proceso, a su vez, deriva en que las grandes luchas hayan sido reemplazadas por la atomización y por reivindicaciones cada vez más particulares explica también buena parte del vacío existente que viene a ser ocupado por otras fuerzas y otras ideologías que no rompen con esta dinámica sino que se suben a la carrera delirante en la que todos compiten por ser más víctima que el otro. El currículum de logros reemplazado por el de padecimientos; la meritocracia como el mérito de haber padecido.

Por todo lo dicho, seríamos ingenuos si pensáramos que nuestra libertad estuvo restringida solo en el momento en que una pandemia nos devolvió a los tiempos del encierro de la peste. El “control” se ejerce justamente en condiciones de “plena libertad”. Los gestos de presunta “indisciplina” podrán transgredir las dinámicas de las viejas instituciones, pero no han podido superar el tipo de subjetividad constituido por el dispositivo de control del cual forman parte y al que contribuyen incansablemente n

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Los héroes anónimos del PCE

Entrevista a SantiagoVega Sombría por Salvador López Arnal

S

antiago Vega Sombría (Calabazas de Fuentidueña, Segovia, 1964) es profesor de Historia en el IES Diego Velázquez en Torrelodones y de la Universidad Complutense de Madrid. Investigador y divulgador, con exposiciones y documentales sobre la II República y la violencia política durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. Es coautor de Comunistas contra Franco (2021), trabajo sobre el que conversamos.

—Enhorabuena por el último libro que ha publicado. Surgen cientos de preguntas al leerlo, me centro en algunas de ellas.

Pero antes, una sugerencia: ¡que el lector/a no se salte las magníficas fotografías incluidas!

Abren el libro unos versos de Celaya. “¡Camaradas!,/ salvemos las distancias,/ venzamos las nostalgias./ Nuestras manos obreras, todos a una,/ darán forma a la esperanza.” ¿Por qué habéis elegido esos versos del gran poeta hernaniense?

—Desde luego, las fotos son un interesante aliciente porque muestran algunos aspectos de los cien años de militantes comunistas –en su mayoría desconocidos– que se han dejado la piel y a veces la vida por conseguir un hermoso sueño: la construcción de la utopía de un futuro mejor para toda la humanidad.

Esa idea la recoge como nadie Gabriel Celaya, que además es un poeta de la “Casa” y que nos gusta especialmente.

—Carlos Fernández Rodríguez y Mauricio Valiente Ots son tus compañeros de aventura y escritura en este Comunistas contra Franco. ¿Un libro de comunistas para comunistas y lectores/as muy próximos?

—Nuestro objetivo principal es la reivindicación de la militancia comunista y su compromiso de lucha. Por tanto, buscamos en primer lugar la cercanía y complicidad de los militantes, así

como de sus familiares y amigos. Pero el libro también está dirigido a la ciudadanía en general, ajena a la ideología comunista, para que conozcan y puedan comprender las razones por las que un sector de la población dedicó su vida, la arriesgó o incluso la perdió con una lucha que no era por un logro personal, sino por un ideal colectivo, la democracia frente a la dictadura.

—¿Es vuestra aportación a la celebración del primer centenario de la fundación del PCE (en 1921)?

—Efectivamente, es nuestro granito de arena a las actividades desarrolladas con motivo del centenario del PCE. Creíamos que era necesario dar protagonismo a la militancia abnegada que merecía el reconocimiento en un momento tan especial donde generalmente se hacen valoraciones de los dirigentes más destacados de la historia de la organización: José Díaz, Dolores Ibárruri, Santiago Carrillo o Julio Anguita.

—¿Cómo se explica que un Partido tan minoritario y con políticas tan izquierdistas (ante el triunfo de la II República, por ejemplo), se convirtiera en pocos años en un partido esencial durante la guerra civil y la lucha antifranquista? ¿Un milagro político?

—Aunque las explicaciones más profundas sobre las vicisitu-

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des políticas en la historia del PCE se deban buscar en otras publicaciones, como Un siglo de comunismo en España, coordinado por el historiador Francisco Erice, podemos apuntar que el cambio de rumbo se produce a partir del Congreso celebrado en Sevilla en 1932, con la incorporación de José Díaz, Dolores Ibárruri y otros nuevos dirigentes. Pero la clave fundamental es el incremento del poder del fascismo, con Mussolini gobernando Italia desde 1922 y Hitler en Alemania desde 1933, y otros muy cercanos como Dollfuss en Austria. El peligro del fascismo forzó la creación de bloques de oposición antifascistas y ahí es donde el PCE salió de su anquilosamiento y dogmatismo para tejer lo que sería el Frente Popular. Tras la victoria en las elecciones de febrero, el crecimiento del PCE en la primavera de 1936 es vertiginoso. En las casas del pueblo socialistas, sedes del PSOE y la UGT, el protagonismo de los comunistas es cada vez más notorio, llegando a liderar algunas de las secciones obreras de UGT. Por su parte, la creación de la JSU con la unión de los jóvenes socialistas con los comunistas, aunque éstos De entre todos los fueran minoritarios, los lleva tamluchadores bién a encabezar las movilizaciones.

héroes y heroínas anónimos que “nos redimieron de la apatía de la mayoría”, como señaláis en la presentación? ¿Sabían a qué torturas salvajes eran sometidos los detenidos? ¿Se jugaban la vida conscientes de ello? ¿Estaban hechos de otra pasta?

—No cabe duda de que fueron miles los héroes “anónimos”, muy especialmente en los años cuarenta, cuando la detención inmediatamente suponía unas violentas torturas, que ya provocaron la muerte de muchos y a otros dejaron secuelas para el resto de sus vidas (sordera, ceguera, daños en riñón, pulmones, columna vertebral...). Después la vida en la cárcel, si bien libraba de las torturas, comportaba el hacinamiento, las enfermedades y las carencias alimenticias que también generaban la muerte o consecuencias para la posteridad. Los consejos de guerra por actividades políticas (hasta que en 1964 el Tribunal de Orden Público, el TOP, tomó el testigo de la represión judicial) castigaban con la pena de muerte a los integrantes de las organizaciones locales, por el mero hecho de reorganizar las estructuras que habían caído. Quiénes se atrevían a enrolarse en el PCE sabían a qué se atenían, por eso no es ninguna exageración considerarles héroes.

antifranquistas, destacaron los comunistas.

—Por cierto, ¿qué explica la apatía de esa mayoría a la que aludís? ¿Miedo, resignación, acuerdo con el régimen, nihilismo, solo se vive una vez?

—La inacción de una gran mayoría de la población se debe a distintas causas. La aprobación de la dictadura podría alcanzar a una mitad de españoles, la casi totalidad de católicos conservadores y amantes del orden. Pero, entre el resto, gran número de ellos estaban paralizados por el terror generado por una brutal represión iniciada la misma tarde de la sublevación en Melilla el 17 de julio de 1936. En todas las localidades, hasta las más pequeñas y alejadas, se habían producido asesinatos de republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas y nacionalistas, catalanes, vascos.... o encarcelamientos, expulsiones de sus puestos de trabajo, multas y sanciones. Por todo el país había una vigilancia opresiva sobre los comportamientos de la población, ejercida no solo por parte de la Policía, la Guardia Civil, las autoridades franquistas o la Iglesia, sino también por muchos particulares que denunciaban a sus vecinos ante la más mínima sospecha. Ante esa atmósfera opresiva, combinada con una extrema necesidad económica, la supervivencia era la prioridad.

—¿Qué comunistas lucharon contra Franco? ¿Solos los organizados en el PCE? —Obviamente, luchadoras y luchadores antifranquistas hubo de distintas ideologías: republicanos, socialistas, comunistas, anarquistas, nacionalistas vascos, gallegos, catalanes, andaluces...

Pero, entre todos ellos destacaron los comunistas. Esa es una realidad que se puede comprobar en los informes que enviaba periódicamente la Brigada Político Social a todas las comisarías durante el franquismo. En ellos se recogían todas las actividades de la oposición antifranquista (las que conocía la Policía) tanto en España como en el exterior, así como las actuaciones policiales de desarticulación de los grupos de oposición. El volumen que ocupaban en dichos informes las actividades del PCE en muchos casos suponía la suma de actividades del resto. Además, en el índice de cada boletín informativo, los epígrafes sobre “actividades de la oposición” englobaban a distintas organizaciones, mientras que no faltaba nunca el capítulo dedicado al PCE. No será hasta avanzados los años sesenta cuando se produzca la primera escisión importante con los denominados “prochinos” y después otras organizaciones comunistas se incorporarán con fuerza a la lucha antifranquista.

—El subtítulo del libro: “La fuerza de un compromiso”. ¿Eran

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—Comentáis en la presentación que con el libro pretendéis dar voz a algunos militantes que protagonizaron ese compromiso político. ¿No han tenido voz hasta ahora? ¿Quién la ha silenciado?

—Es evidente que en la historia del PCE, como ocurre en el resto de partidos y organizaciones políticas, la voz y el prota-

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gonismo siempre lo han tenido las dirigencias, los cargos públicos o incluso los cuadros medios, pero nunca las militancias a las que se les reclama las cuotas de afiliación, la participación en las elecciones internas y la colaboración –fundamental hasta tiempos recientes– en las campañas electorales.

Homenajes siempre ha habido en el PCE a militantes veteranos por parte de las agrupaciones a las que habían pertenecido o en las que militaban en el momento de recibir su reconocimiento. Pero el Partido como tal, por ejemplo, realizó por primera vez un homenaje a la militancia en su conjunto –personificado en una militante de cada federación– en la Fiesta del Centenario celebrada el pasado septiembre en Rivas Vaciamadrid.

Por otro lado, las militancias en tiempos difíciles de guerra y posguerra, que pudieron originar todo tipo de represalias como la muerte, la cárcel, el despido... generaron en sus familiares directos la motivación necesaria para militar contra el franquismo.

—¿Qué fue eso de la militancia como “forma de vida”? ¿Qué vida fue esa?

—Además de lo escrito más arriba, durante la dictadura, la militancia –por fuerza– había de ser clandestina. Los niños se acostumbraban, por ejemplo, a ver personas desconocidas en casa, a las ausencias prolongadas de los progenitores, a escuchar la Pirenaica con las luces apagadas y las ventanas bien cerradas. Todas ellas eran situaciones cuyo alcance comprendían cuando llegaba su madurez.

—Os centráis en militantes de base. ¿No habéis querido hablar con miembros de las direcciones del partido? ¿No se la jugaron —Os cito: “Somos conscientes de que la también? objetividad en la historia es una quimera”.

—La lista de dirigentes que perdieron su Pero la objetividad, si no ando errado, es un vida es larga, Heriberto Quiñones, Agustín requisito sine qua non de cualquier disciZoroa, Julián Grimau... pero aún lo es más plina científica. ¿No lo es entonces la histoquienes sufrieron torturas y años de prisión, ria? ¿Es el vuestro un libro ideológico? como Simón Sánchez Montero, Víctor Díaz —La objetividad es fácil cuando se trata de Cardiel, Pere Ardiaca, Miguel Núñez... No estudiar objetos, en cambio, a la hora de obstante, todos ellos cuentan con el reconotratar sobre la vida de los seres humanos cimiento oficial del PCE y aparecen en existen muchos aspectos difíciles de objemuchos libros. En cambio, la militancia de tivar.

En la historia, a la hora de elegir los Primer emblema del PCE base solo consta en obras específicas del temas de investigación, influye claramente limitado ámbito territorial al que pertenecían o en la obra más la personalidad de quien investiga. Pero eso no impide el completa sobre las bases comunistas entre 1939 y 1945, Los carácter científico de la historia, que radica en el tratamiento otros camaradas (2020), de nuestro compañero Carlos Ferriguroso de las fuentes documentales directas. Nuestro libro nández. Pero hacia ellos no hay ningún reconocimiento oficial no es necesariamente ideológico, aunque trata expresamente por parte del PCE. de cómo la ideología comunista ha marcado a sucesivas generaciones de militantes y les ha llenado su vida, a veces en su —¿Las tradiciones familiares fueron importantes en esta arriestotalidad o en otras ocasiones en periodos concretos de la gada militancia en la clandestinidad? juventud o la madurez.

—Sin duda alguna es uno de los factores más influyentes, pues Tampoco pretende ser un trabajo objetivo, pero sí se han en muchas ocasiones la militancia podríamos decir que se ha querido mostrar las distintas sensibilidades que conviven “mamado”. Un tipo de militancia tan “intensa” como la del entre la militancia comunista.

PCE, con asistencia y participación en todo tipo de movilizaciones: concentraciones, manifestaciones, campañas electora—Habláis de una serie de referentes y ‘mitos’ dentro de la cultules, huelgas... a las que, en numerosas ocasiones, madres y ra política y militancia en el PCE. ¿Mitos en un partido laico y padres acuden acompañados de los menores a su cargo, procon posiciones ateas en muchos militantes? voca como es lógico, una familiarización con la ideología —En un partido laico y con una militancia mayoritariamente comunista que se convierte en modo de vida. alejada de confesiones religiosas, podríamos hablar de una También hay que tener en cuenta que a veces esa “obligada” “religiosidad laica”. La militancia –en especial en los tiempos inmersión desde la niñez produce rechazo, adoptando otras más duros de la dictadura– buscaba referentes, internacionaideologías ajenas a las familiares al adquirir cierta madurez. les como Lenin o Stalin, pero también nacionales como José

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Díaz o Dolores Ibárruri. Esos líderes se convertían en mitos a los que se había idealizado, despojándoles casi de su carácter humano y –como escribe Marcos Ana en su Decidme cómo es un árbol– servían de tabla de salvación a la que aferrarse en los dramáticos momentos de las torturas, o en la soledad de la celda, y así encontrar la fortaleza necesaria para soportar las adversidades más brutales.

Santiago Vega Sombría

ta? ¿La Historia sigue un curso favorable al socialismo y el Partido sigue, orienta y empuja ese sendero? ¿El PCE actual sigue pensando en estas coordenadas?

—Para un partido que tiene como objetivo final la desaparición de la explotación de cualquier ser humano, calificado como utopía por las personas no comunistas, parece coherente que la militancia se sienta partícipe de un movimiento de transformación histórica. Otra cuestión es la realidad actual, que parece complicar aún más ese ansiado futuro. En ese sentido, la militancia tiene dos planos: el objetivo final, por un lado, ciertamente difícil de conseguir, de momento relegado al ámbito de las ideas; por otro lado, el mundo real pone los pies en el suelo de la lucha por conseguir las mejoras de la vida cotidiana, tanto en la calle como en el ámbito institucional a través de los sindicatos o los partidos.

—De los testimonios recogidos, ¿alguno que queráis destacar? ¿Ninguno de ellos os ha comentado que, visto lo visto, su esfuerzo, su entrega, su sacrificio ha sido en vano?

—No se puede destacar ningún testimonio por encima de los demás, pues todos son sinceros y cada uno aporta interesantes aspectos sobre su militancia. En lo que todos los testimoniantes coinciden es en la valoración positiva de su trayectoria militante, aunque no hayan conseguido los objetivos políticosociales propuestos por el PCE. Igualmente es mayoritaria la decepción con el resultado de las elecciones de 1977, en las que se esperaba un mayor respaldo debido al protagonismo en la lucha desarrollada durante la dictadura.

—Por la misma senda que la pregunta anterior. Hacéis referencia, como ejemplo de la cultura comunista, a la importancia dada a los líderes carismáticos que se “convertirían en dirigentes mediáticos y, hasta cierto punto, en la reencarnación de la organización”. ¿No es algo inconsistente que un partido de militantes críticos tuviera líderes carismáticos?

—El PCE y su militancia no están exentos de las contradicciones proLa militancia no pias de la mayoría de seres humapodía creer que nos. Evidentemente sorprende que fueran verdad los una militancia crítica acepte la crímenes de Stalin. existencia de líderes carismáticos.

Pero se debe contextualizar. Ese culto al líder era habitual en los partidos comunistas, desde sus orígenes, pero afortunadamente en la segunda mitad del siglo XX fue desapareciendo.

—¿Habita el olvido en historias como las de Matilde Landa entre los militantes más jóvenes? ¿Los militantes actuales del Partido conocen esos ejemplos?

—La Memoria histórica en el PCE, como se explica en el capítulo 5º (aunque siempre se había tenido en cuenta, a pesar de no estar establecido el concepto como tal), se desarrolló a partir del año 2002. Con dos direcciones: por un lado, la recuperación de las luchas de toda la oposición contra el golpe del 18 de julio y contra la dictadura, pero también con el objetivo del reconocimiento de la lucha de la militancia propia, no solo de los personajes más conocidos como Matilde Landa, sino de los militantes de base de cada núcleo. Por ello se puede afirmar que los integrantes actuales del PCE conocen esos ejemplos.

—Observáis que un tema recurrente en los testimonios de militantes y en la narración oficial del partido es el de “formar parte importante de la historia y del pasado”, “el sujeto social lucharía hasta conseguir insertarse en el devenir histórico y ocupar su puesto en la historia”. ¿Qué está detrás de esta visión historicis-

—Uno de los apartados del libro lleva por título “El papel de la mujer y la cuestión de género en la primera clandestinidad del PCE.”. ¿Nos podéis hacer un adelanto? ¿Qué ideas principales exponéis en ese apartado?

—El PCE nunca ha sido ajeno a la evolución de la humanidad

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y el patriarcado ha sido hegemónico hasta nuestros días, cuando la lucha feminista de las mujeres ha logrado derribarlo. Por tanto, en los primeros tiempos de la dictadura franquista, el machismo era la norma habitual en el seno del Partido, y las mujeres, a pesar de que luchaban y arriesgaban tanto como los varones, no contaban con el mismo reconocimiento que ellos.

En la dirigencia solo estaba Dolores, era la más importante, pero eso no evitaba el machismo en el Partido.

Las quejas de las camaradas, si bien valoran los avances conseguidos, todavía hoy critican algunos comportamientos machistas como, por ejemplo, los horarios y la duración de las reuniones a las que asisten más varones porque muchas mujeres son las encargadas de los cuidados de mayores o menores que estén a su cargo.

—¿Qué papel ha jugado en la historia del PCE, y en la vida de los militantes de los que habláis, la constitución y desarrollo de Comisiones Obreras?

—Indudablemente, la creación y desarrollo de las Comisiones Obreras representó un hito muy importante para el crecimiento del PCE, pero también para sus integrantes, puesto que supuso la doble militancia (partido y sindicato) y, por consiguiente, duplicar el trabajo, pues integraban las estructuras de ambas organizaciones, con lo cual, las reuniones también se multiplicaban. Además, el sindicato sirvió de amplificador de la ideología comunista, pues CCOO llegaba a ámbitos laborales que el Partido siempre había ansiado pero no había logrado alcanzar.

—¿Los militantes universitarios corrieron los mismos riesgos que los militantes de los sectores obreros? ¿No eran, en cierto modo, unos privilegiados?

—Durante la dictadura, toda la militancia sufrió los mismos peligros por ser la organización política más perseguida por los servicios policiales. Hasta 1964 todos fueron condenados por los tribunales militares y, desde entonces, por el TOP. Por tanto, no se puede hablar de privilegiados entre la militancia comunista. Aunque sí que es cierto que la Político Social se sorprendía de ver jóvenes universitarios de familias burguesas arriesgando sus carreras por luchar contra la dictadura.

—¿Qué significó para estos militantes de los que hablamos el informe del XX Congreso del PCUS sobre los crímenes del estalinismo?

—Para la mayoría de la militancia representó la caída de un mito, puesto que de Stalin solo conocían su vertiente positiva: que había convertido el país de los obreros en una potencia que rivalizaba con el enemigo capitalista (los EEUU), y que apoyaba

todos los movimientos de liberación de los pueblos colonizados de África y Asia, además de la solidaridad con la II República y la acogida a los cuadros del PCE tras la guerra. La militancia no podía creer que fueran verdad los crímenes de Stalin, ya denunciados por los trotskistas desde los años treinta.

—¿Representó la URSS una esperanza para la militancia comunista antifranquista? ¿A pesar de la invasión de Praga, por ejemplo?

—Hasta la caída de la URSS, siempre fue la patria de los obreros, el origen, esencia y razón de ser de los comunistas. Pero la intervención en Checoslovquia, al ser criticada por la dirección Muchos particulares del Partido, dejó la puerta denunciaban a sus abierta a las críticas de la mivecinos ante la más litancia a las actuaciones de los gobernantes de la madre Rumínima sospecha. sia. Son los momentos iniciales del eurocomunismo, es decir, la aplicación del comunismo a la Europa occidental liberal y capitalista. Esas ideas permearon también en la militancia.

—¿Qué impacto causó entre la militancia el asesinato de Grimau? ¿Cundió el desánimo, el miedo, la desesperación?

—Fue un momento especialmente de gran dolor y de mayor rechazo, si cabe, a la dictadura. Aunque las brutales torturas en las comisarías y cuarteles de la Guardia Civil seguían siendo la norma habitual, habían pasado ya varios años que no se producían ejecuciones de militantes comunistas, por lo que fue un desenlace totalmente inesperado. El fusilamiento de Grimau era un castigo de Franco al PCE por su liderazgo en las huelgas de 1962, pero no pudo evitar el desarrollo de la lucha comunista, especialmente a través del enorme crecimiento de las recién creadas Comisiones Obreras.

—¿Tiene futuro el PCE? ¿O es más bien una organización con mucho y heroico pasado, pero muy escaso futuro?

—El orgullo de su pasado, con sus luces y sombras, es el principal motor que anima a seguir la lucha. La militancia del PCE demuestra día a día la necesidad de su existencia. Cree firmemente en una especie de mantra: mientras haya injusticias sociales y explotación, habrá comunistas que trabajen para combatirlas y el PCE es quien mejor canaliza esas sensibilidades. Los militantes son conscientes de la necesidad de integrarse además en otras organizaciones que vehiculan las reivindicaciones en las instituciones, ya sean Unidas Podemos, CCOO o asociaciones memorialistas, ecologistas, internacionalistas… Pero la esencia que subyace es el comunismo y eso conlleva la militancia en el PCE n

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Banderas “esteladas” ondean en una manifestación a favor de la independencia de Cataluña

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La construcción de una realidad imaginaria.

Lenguaje y semántica en el movimiento independentista catalán por Josep Burgaya Riera

E

l autor considera que El Procés nunca ha concebido una verdadera estrategia orientada a la independencia de Cataluña. Por el contrario, supone una inmensa operación comunicativa. ¿Con qué medios y con qué propósitos se ha orquestado este plan propagandístico?

El uso del lenguaje es crucial en cualquier movimiento de signo populista o nacionalista. El lenguaje conforma la realidad, y se trata de que la población movilizada se establezca justamente en una nueva realidad, aunque a menudo esto implique negar hechos evidentes. El movimiento independentista desarrollado en Cataluña a partir de 2010 y la construcción de la dinámica movilizadora y de embate contra el Estado, El Procés, ha comportado la elaboración de un metalenguaje específico, cargado de sentidos y de polisemias, que, combinado con una gran capacidad para la performance, ha servido para construir este nuevo imaginario. El nacionalpopulismo empieza apropiándose del concepto “Cataluña”.

Convertir la parte en el todo resulta algo crucial. El antagonista no es ni forma parte de “Cataluña”, pues esta viene definida al margen y por encima de la voluntad de los ciudadanos.

“Cataluña, ya ha decidido”. Se crea una denominación nueva cuando es necesario, o se da un nuevo significado a términos ya existentes. El concepto “soberanismo” fue una invención de CiU cuando el término “secesión” aún producía temor a muchos de sus votantes. El uso sesgado y parcial del verbo “votar” también es elocuente. La democracia es reducida únicamente a voto, y se la despoja de los valores esenciales de diálogo y de transacción. De ahí surgió el concepto funcional de “el derecho a decidir”. Un planteamiento demagógico que quien se atreva a negar pasa automáticamente a formar parte del “unionismo”. Un mundo en el que se recurre al uso perver-

so de los conceptos “presos políticos” y “exiliados”, o bien a la “libertad de expresión”.

DUI, RUI, unilateralidad, declaración de independencia, crear estructuras de Estado, “nos vamos”, “hemos desconectado de España”, son términos y frases utilizadas a diario. Una terminología cargada de radicalidad, donde “no hay vuelta atrás”, pero sin visos claros ni pretensión de ser ejecutado.

Cuando el propio Parlament, en septiembre y octubre de 2017, hizo leyes de transitoriedad y desconexión, o bien declaraciones de República, automáticamente suspendidas y textualmente afirmando “sin efectos legales”, acabó por generar la sensación de que este proceso político en Cataluña es poco más que lenguaje para satisfacción de una parte de su población. Lo que prima es el relato1.

Una variante del populismo Todos los populismos reclaman la recuperación de una comunidad social y cultural, generalmente de carácter interclasista, que se ha deteriorado por procesos globales de cambio social que han provocado una desestructuración empobrecedora, ya sea la globalización, la desindustrialización, las migraciones… Se reclama una reacción urgente y masiva frente a un proceso que se cree, rápido, disolutorio y orquestado por las élites dominantes en pro de sus intereses económicos, políticos y sociales. En muchas de sus acepciones –la nacionalista por supuesto–, se pretende la vuelta a un pasado idealizado y a

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un predominio de los valores de la comunidad natural. El discurso y el relato político elaborados por el movimiento independentista acaban por resultar una variante –¿un sustitutivo?– con elementos del populismo de izquierdas iberoamericano, pero también del trumpismo, el Brexit y del populismo identitario europeo de derechas. Contrariamente a su propio relato, que lo presenta como una nueva y original conexión entre la sociedad y sus dirigentes, el populismo independentista significa una importante amenaza no solamente para el Estado español, sino para las instituciones europeas que descansan sobre la estabilidad y la aceptación de las fronteras de los estados europeos constituidos después de la Segunda Guerra Mundial y con los ajustes producidos en Europa del Este con la disolución del Pacto de Varsovia.

El concepto central de referencia al que se apela es el de “Pueblo”, entendido este como un todo homogéneo, con intereses y voluntades compartidas, al cual le corresponde restituir los auténticos intereses colectivos que han sido modificados, contaminados u olvidados por elementos “externos”, a los cuales se niega su naturaleza social. Los populismos acostumbran a tener una visión restringida de la democracia a los procesos electorales formales que les deben legitimar, negando la consideración pluralista de la sociedad que es doctrinariamente inherente al liberalismo. En su polarización, el populismo solamente considera legítimos los intereses y anhelos de los que conforman el “pueblo”, negando la posibilidad de que la política pueda ser la gestión de intereses divergentes o contrapuestos. Solo se reconoce al antagonista por su capacidad de disolver la sociedad y por la defensa de intereses de “casta”. La finalidad no es la convivencia, sino su aniquilación política y social, en una versión más o menos democratizada de la “dictadura del proletariado”2.

La reacción “popular” a la que se apela tiene que ver con un balance de la situación y de una posible evolución futura que siempre toma tintes dramáticos y con posibilidades de devenir tragedia. La situación se acostumbra a definir como “terminal”.

Se apela a la indignación de las masas desfavorecidas y el lenguaje es de una negatividad extrema y sin atisbo de matices. Se reclama la recuperación de un orden perdido, el cual tiene que ver con la restitución del sentido natural de las cosas que se perdió. Se apela a la expresión de la ira de los justos, la cual tiene que funcionar como elemento de intimidación y retirada de las élites corruptas. No estamos ante una formulación ideológica precisa, o más bien los movimientos populistas pueden

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Carles Puigdemont leyendo la declaración de independencia el 27 de octubre de 2017

ser portadores de ideologías y proyectos bastante diferentes. Se ha hecho populismo desde el ultraliberalismo, como en los casos de Carlos Menem o Silvio Berlusconi, pero también desde el intervencionismo estatalista de Chávez o Evo Morales, el proteccionismo falaz de Trump o Le Pen, desde el capitalismo nacional de los Kirchner hasta el neoautoritarismo de Putin o Erdogan. En palabras de Yascha Mounk3, no son antidemocráticos sino acérrimos iliberales. No tienen reparo en proclamar que ninguna institución independiente y ningún derecho individual debería amortiguar la voz del pueblo.

La simplificación resulta siempre una de las bazas fundamentales del populismo. Simplificación en relación con la configuración del “pueblo” y sus enemigos, así como en sus propuestas políticas concretas. La retórica contundente y simple parece dar respuesta completa a las contradicciones que se afirma querer superar. De hecho, la consecución de la “hegemonía” se utiliza como sinónimo del triunfo de la “causa”. Por tanto, la emocionalidad envuelve el empeño y desborda cualquier racionalización. Rabia e indignación como sentimientos primarios que crean comunidad, combinadas con entusiasmo y esperanza puestas al servicio de un movimiento emancipador y respecto de aquellos líderes que lo encarnan. Repugnancia por el otro y sentimentalidad casi ingenua hacia el “nosotros”. Estamos ante una comunidad imaginaria basada en una interpretación mítica del pasado, ante un heartland.4 La batalla populista plantea una “guerra de representación” respecto a un enemigo, el cual a pesar de ser difuso se erige de una manera concreta y precisa. Toma mucha importancia así la construcción de un “relato”, trufado de eslóganes y de referen-

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cias emocionales. En la línea de lo que planteó en su día Gramsci5, la batalla por la hegemonía política no es sino una batalla precedida por hacerse con la hegemonía cultural. Se trata de proporcionar significantes movilizadores y en ajustar las percepciones del público a los enmarques (frames) de la realidad que construyen. La batalla por la hegemonía se libra más que nunca en los medios. El dominio de las técnicas de comunicación política y el ajuste a los marcos mentales y conceptuales de los que habla Lakoff6 deviene fundamental. El populismo más que a partir de un programa político, se define sobre todo por su plan de comunicación y un uso deliberado del lenguaje como arma. La postfasticidad o el uso de la posverdad juegan un gran papel en esta lucha política trasladada al ámbito del lenguaje y la significación de éste. El objetivo es siempre la performatividad, la conversión de la teoría y el lenguaje en acción7.

bología de la “estelada” se iba imponiendo en las calles, los automóviles o las indumentarias como forma de afirmación.

No quedaba nada claro cómo se llegaría a esta situación de emancipación “absoluta”, quizás tampoco se aspiraba del todo a ello, pero triunfaba la pulsión romántica y voluntarista a la vez que se creía en la capacidad de acción de la sociedad catalana para doblegar a un Estado español notablemente debilitado por una cruel y profunda crisis económica que parecía no afectar para nada la credibilidad de las instituciones políticas catalanas. Entramos así en un mundo de proclamas, en el que todo inducía a la acción. La sociedad sensible al relato identitario había sido preparada durante tiempo para el mensaje activador, y en los años siguientes se redundaría mucho más en ello, además de proporcionarle vías de enganche más allá de los partidos políticos y una iconografía y una narrativa poderosas y contundentes con las que calmar sus notables frustraciones sociales y económicas en unos tiempos en el que el ascensor social no solo había dejado de funcionar, sino que solo lo hacía en sentido descendente.

La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha sido uno de los grandes inventos e instrumentos de movilización del proceso independentista. Su pretensión ha sido protagonizar la agitación política y la activación social independentista. Formada por grupos mesocráticos, pretende llegar a los sectores populares y con su actividad reproducir el mito histórico de lo que fue la legendaria Asamblea de Cataluña como catalizador de la oposición catalana al Franquismo, crear el imaginario de un pueblo en marcha. Se le podrían establecer muchas similitudes con instrumentos de movilización populista en otras partes. Aunque su base social real no sea obrera ni congregue a los

Pasar a la acción El año 2010 resultó clave para que la estrategia independentista en Catalunya, aunque de manera formal todavía se apelaba “soberanista”. La decisión del Tribunal Constitucional sobre el nuevo Estatuto y el éxito de la manifestación de repudio convocada de manera unitaria por el catalanismo que se celebró el 10 de julio, marcó un antes y un después. La concentración resultó muy multitudinaria, aunque las cifras dadas por los organizadores sobrepasaron en mucho la realidad. Se habló de millones de asistentes, aunque en verdad fueron unos cuantos centenares de miles. La responsabilidad organizativa recayó en la entidad catalanista progresivamente radicalizada y politizada, Ómnium Cultural, la cual impuso una cabecera con un lema que definía la estrategia que se iba a imponer a partir de ahora: “Som una Nació, nosaltres decidim”. El concepto vacío “Derecho a Decidir” iba a representar el paso adelante de la maniobra nacionalista, basada en la apelación al “derecho a la autodeterminación”, pero utilizando un eufemismo. Entrábamos de hecho en un período de circunloquios, polisemias, dobles sentidos y perversión del lenguaje. Estrictamente la frase “derecho a decidir” no significa nada, pues requiere definir sobre qué se pretende decidir. Como eslogan para inducir a la adhesión, especialmente de gente poco politizada, resultaba apropiado. ¿Quién puede estar contra un genérico derecho a decidir de las personas?

Se articulaba una estrategia que, con la vía de acceso del “soberanismo” y el “derecho a decidir”, confluía en un independentismo al que cada vez más se adhería una parte mayor de la ciudadanía, mientras la sim- Agentes de la Policía Nacional retiran las urnas del referȩ́ndum del 1-O en un colegio en Barcelona.

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socialmente excluidos, se podría te nuevo era algo posible y fácildecir que es una versión de La mente alcanzable. Un tiempo Cámpora kirchnerista, aunque donde las clases medias y acodirigida y formada por clases modadas se empoderaron demedias e incluso acomodadas. jando de banda, o desenganHa resultado un instrumento chado, una buena parte de unas poderoso para llevar a la política clases populares más preocupapersonas y sectores tradicionaldas por sus problemas sociales mente despolitizados, como y económicos inmediatos que también una vía para incorporar por hacer historia. Convencidos al “movimiento” a sectores de izde protagonizar algo único, hisquierda antaño poco proclives al tórico e imparable, los dirigenPapeletas para la votación del referȩ́ndum del 1-O discurso nacionalista. Aunque tes abonaban continuados patambién ha sufrido el desgaste sos adelante, proporcionando de los vaivenes y los intentos de monopolio de los diversos secelementos nuevos de autoafirmación sostenida y explicando tores que articulan este instrumento de acción política. Su que “el mundo nos mira”, mientras reescribían a menudo la manifiesto fundacional firmado por los intelectuales de cabehoja de ruta e iban y volvían de “pantallas” nuevas. Se trataba cera, históricos, del independentismo data de 2011, aunque su de “desobedecer” a las leyes establecidas y obviar el Estado de constitución formal e impulso fue en la primavera de 2012. Ha derecho y, así, hacer una transición rápida hacia la tierra de ejercido de entidad estimuladora y vigilante de los partidos promisión. Teóricamente, todo estaba pensado, preparado y políticos y resultó fundamental para atraer a Artur Mas y los establecido. A la hora de la verdad, el rey iba desnudo. Se acaconvergentes hacia el salto adelante independentista. “Prebaría por descubrir que en realidad no hubo un intento de sident, posi les urnes” gritaba su presidenta Carme Forcadell, secesión, sino un intento de conquistar de manera plena el intentando fijar la agenda política y la primacía de la calle. poder en Cataluña. Para ello, se organizó una gran operación El período entre 2012 y 2017 significó en Cataluña una época propagandística, una sofisticada estrategia de comunicación dominada por proclamas que inducían a la acción, a sumarse que, patria mediante, acabaría por atrofiar la política. Algo que a algo que se presentaba como imparable frente a la “antiguaDaniel Gascón ha definido como “un golpe posmoderno”8. lla” que resultaba todo lo español. Fue un período más de actiLa importancia del Ritual y del Lenguaje vistas que de políticos, con unas cúpulas de los partidos en La celebración de rituales colectivos, de paradas, resulta imconstante erosión y ocupadas por gente más orientada a la portante para todo movimiento político, pero aún más para audacia que a la reflexión intelectual y a la concepción de la aquellos que con argumentos nacional-populares buscan la política como “el arte de lo posible”. Era el momento de la hegeadhesión plena de una gran parte de la población. Llevar a monía de “la voluntad” más que el del cálculo político. El precabo actos de masas siempre ha tenido un efecto multiplicadominio del mito de una “sociedad civil en marcha”, que ya ha dor. La mayoría de las personas gustan de pertenecer justadecidido, imparable en sus pretensiones y anhelos. El concepmente a esto, a la mayoría. Si las concentraciones son masivas, to de multitud como depositario de la verdad política e histórinadie quiere quedarse fuera de algo que está en marcha, que ca. Momentos de consultas, días históricos y de mucha agitarepresenta el ámbito principal de socialización. Llenar plazas, ción y propaganda. Una época que se llevó por delante la cohepabellones o estadios resulta clave en la conformación y cohesión de la sociedad y se dividió ostensiblemente a la ciudadasión de cualquier movimiento nacionalista o de signo populisnía, además de poner seriamente en peligro la convivencia. ta. El efecto de ebriedad que provoca la multitud es fundamenUna era de verdades absolutas, sin espacio para el matiz o la tal para mantener a la militancia, e incluso al sector más tibio, duda, en el que todos los efectos colaterales tenían escasa immovilizado. En estas actividades extremadamente productivas portancia al lado del triunfo de la “gran idea”. Borracheras coen términos de agitación y propaganda, la coreografía deviene lectivas hechas de voluntarismo, eslóganes sinfín y de mentiras algo básico para establecer momentos álgidos de gran emotiviy de verdades a medias. Una gran parte de la sociedad sometidad. Música, banderas, pancartas, eslóganes y camisetas tieda al unanimismo, que se autoafirmaba de manera constante y nen un gran papel, especialmente cuando lo que se quiere creía que no solamente la independencia de Cataluña sino transmitir como es el caso de Cataluña, que esto es la “fiesta” también la construcción de un poder republicano radicalmen-

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de la democracia. Animación, charangas, un cierto dinamismo, partido ha calado entre una base social que, aunque considera y el orden de los discursos tienen que hacer su papel. Se trata a los partidos como algo inevitable, cree que el culmen se de convertir cualquier concentración en una nueva “jornada obtiene cuando el movimiento popular ha sido autoorganizaparticular”, en un momento único, la vivencia de algo histórico do, algo espontáneo, unitario. En realidad, el trabajo previo es y difícilmente replicable. El cansancio también hace su función máximo y todo está cuidado y negociado al detalle por parte de a la hora de proporcionar la sensación de que se ha hecho un los partidos políticos que pugnan en este espacio amplio de gran esfuerzo, se ha “trabajado” y se ha adquirido un comproexpresión populista, como necesaria resulta una adecuada miso con el país. La escenografía y el control de la dinámica y “preparación” mediática de estos eventos, estableciendo razola psicología colectiva devienen fundamentales. Algo para nes, fijando objetivos e incluso marcando retos de participarecordar. ción. En los programas televisivos de todo tipo, se induce a forPero, también, las grandes movilizaciones tienen algo de mar parte de ello. Se fomenta la participación “en familia”, “auto de fe” no destinado tanto a reforcomo algo propio de la salud del país zar las creencias de quienes participan, y nadie plantea ninguna duda por el Una gran parte de la sociedad como de atemorizar a los que no partihecho que se utilice de manera tan cipan y se quedan fuera. Toda manifesexagerada a los niños en estos actos creía que un poder republicano tación, con proclamas y eslóganes gritapolíticos, los cuales cargan con bannuevo era posible. dos, posee algo más que la mera afirmaderas, profieren eslóganes y lucen cación, resulta una exhibición de fanatismisetas. Las escuelas preparan los mo en el que el lenguaje y la fuerza del grupo contiene de cánticos de los niños, la contextualización histórica debidamanera inherente elementos de violencia hacia aquellos que mente falseada y edulcorada, mientras las asociaciones de no comparten los contenidos de la “fiesta”. Como reflexiona padres organizan el viaje de manera colectiva y se animan a Gregorio Morán a partir de Elias Canetti y su Masa y Poder9, se través del grupo de WhatsApp. Aunque los eslóganes de cabeexterioriza una violencia basada en la exhibición y, por tanto, cera siempre resultan evocadores y estimulantes hacia un futuen la provocación del adversario, el cual o bien se subyuga a ro próspero, libre y emancipado, resulta bastante chocante que este dominio o bien pasa a la categoría de agente provocador. se pueda ir a exigir cambios de configuración política tan releEn este sentido resulta significativo recordar que, como ha vantes, y con tantos efectos colaterales, con actitudes tan frívoescrito Timothy Snyder10, los símbolos en general se utilizan las y festivas, como si fuera algo que solamente dependiera de para excluir conciudadanos en lugar de incluirlos. La historia de las insignias en las solapas, que con tanta profusión utiliza el independentismo en Cataluña, dista mucho de ser inocente. Pudiera parecer una exhibición de orgullo, pero lo es más de expulsión. Para Andrew Dowling, resulta crucial que, entre 2012 y 2014 el movimiento de soberanía catalana re-elaboró una iconografía, una marca política y una forma única de exhibición, a la vez familiar e innovadora11. Como en la mayoría de los movimientos que actúan en torno al eje de identidad nacional, la ANC siguió la estrategia de presentarse como la voz del Pueblo catalán.

El hecho de plantear las grandes manifestaciones y rituales independentistas como algo perteneciente a la “sociedad civil”, ha sido muy importante para su éxito Seguimiento en una pantalla gigante de los acontecimientos posteriores al referéndum del 1-O de 2017 durante la última década. El discurso anti-

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Celebración por la Declaración Unilateral de Independencia. 27 de Octubre de 2017

la voluntad de unos cientos de miles de familias. Lo pueril siempre define este tipo de movimientos. Se vulgariza la historia, los hábitos y las leyendas, pretendiendo un trascender y devenir profundo. Se cree estar más allá de la política, formar parte de una reclamación patriótica, natural. No es política, esto es el pueblo en marcha.

Como indican Eatwall y Goodwin, el nacionalpopulismo no resulta ni un movimiento efímero, ni algo derivado únicamente de los malestares generados por la crisis. Su dinámica y expresión empezó antes y acostumbra a agrupar en forma de alianza a diversos grupos de la sociedad que viven en situaciones económicas y sociales bastante diferentes. Más que la situación socio económica, la línea de fractura tiene que ver con la educación, las expectativas defraudadas y con el resentimiento12. Un movimiento pues de larga duración y recorrido que contiene muchos elementos de desconfianza hacia los dirigentes políticos tradicionales, la conciencia de vivir en un entorno de “destrucción” de su mundo y sus referencias, con temores hacia el desplazamiento cultural. En el caso del independentismo catalán, la función antagonista que se atribuyen en los nacionalpopulismos a las élites y al papel disgregador de la inmigración, se acaba por proyectar sobre todo aquello que es “español”.

En el proceso de construcción de un Pueblo, la culminación es el establecimiento público de una estrategia, aunque en realidad se pueda carecer de ella. Determinación, “hoja de ruta”, “saltar pantallas”, “estamos preparados”, “todo está a punto”, “lo volveremos a hacer”, son expresiones con las que se adornan los discursos y que quieren demostrar una férrea voluntad, el ser imparables. En general no se dan muchos más detalles, pues esto sería proporcionar armas al “enemigo”. Un cierto secretismo res-

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pecto a los pasos a dar proporciona al relato una cierta épica, necesaria en toda movilización colectiva. Pero el público entregado siempre ha creído que había una estrategia, una agenda oculta, precisión de los pasos a dar, y las repetidas reformulaciones, fracasos e incluso autocríticas de algunos dirigentes, parecen no desincentivar ni cambiar esta convicción imprescindible para mantener el movimiento en pie.

La represión policial del 1-O proporcionó buenas dosis de cohesión, de épica y de “fotografías” que permitían reforzar el argumentario victimista y el de identificar a España como un régimen tardofranquista.

“Hacer República” se ha convertido en Cataluña en el término que distingue, por un lado, la apuesta para un avance imparable hacia el objetivo final de la secesión emancipadora, de aquellos otros que, definiéndose como independentistas, creen que los fracasos estratégicos de los últimos tiempos aconsejan templar las prisas y actuar durante un cierto tiempo dentro de los márgenes de la Constitución española y del autonomismo, aunque sea con un mayor nivel de exigencia, superando los avatares y ocurrencias de los últimos. “Hacer República” es pronunciarse por no abandonar, persistir, en el camino emprendido. Significa renunciar a posibles naves que permitan recuperar, ni que sea temporalmente, una cierta normalidad política. Tiene también el sentido de profundizar en la creación de “estructuras de Estado” que nos permitan, a través de la desobediencia, proceder en un determinado momento a una rápida desconexión que, al parecer de algunos, no debe ni tan solo ser negociada. Un paso atrás, solamente para tomar impulso. “Hacer” es una llamada también a la participación, a la activación ciudadana, a algo que se construye de manera común y en colaboración. Parece haber únicamente lenguaje, mientras la disonancia cognitiva se impone.

El “conflicto” y su simplificación Como muchos otros contenciosos situados en el campo de los nacionalismos, el movimiento independentista se ha esforzado en plantear su proyecto como algo que tiene que dar salida a un pretendido “conflicto”, el cual existiría de manera objetiva desde la noche de los tiempos, pero que en los últimos años no se habría sino agravado. La existencia de este enfrentamiento, aparentemente irresoluble, solamente se puede saldar con la salida de España. Sería algo inevitable. Si el enconamiento se ha recrudecido, no es debido a un cambio de estra-

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tegia que ha llevado a plantear abiertamente la secesión en el resultó fundamental por la forma y momento en que se planmarco de El Procés, sino por la acentuación de la represión por teaba. Resultaba un chivo expiatorio apropiado para no tener parte del antagonista. En España, este planteamiento actual que explicar la gestión que se estaba haciendo o lo que resultadel independentismo catalán rememora lo que durante años ba de determinadas políticas económicas liberales que con fue “el conflicto vasco”, el cual siempre se verbalizó en estos tanto ardor se defendían y aplicaban en Cataluña. Generaba mismos términos de contencioso que requería una salida pacuna fácil comprensión y adhesión, justificado con unos pocos tada entre la nación que se quería emancipar y la nación que datos la certeza que nadie iría a comprobar. La fuerza de lo colonizaba. Siempre, en último término, se aduce el derecho sencillo. Un argumento además adecuado para una fase indede autodeterminación de los pueblos y se acusa al “ocupante”, pendentista en la que el objetivo era crear la noción de ruptude no respetar los principios democráticos y el innovador ra y una reacción airada en el resto de España que no haría sino “derecho a decidir” que –se da por descontado– solo lo tiene el reforzar la secuencia: somos diferentes – no nos entienden – nos “pueblo” que se quiere emancipar. Conflicto claro de soberaroban – nos tenemos que ir. A partir de un argumento tan simnías y de legitimidades. ple y potente, se reforzaba la centralidad de la razón económiSin embargo, resulta simple pensar el independentismo ca hablando de “balanzas fiscales”, “drenaje de recursos”, “pércomo un proyecto transversal e interclasista, que une a todos dida de competitividad”, “somos quienes más aportamos y melos catalanes, como si no hubiera en todo ello, y desde su pronos recibimos”, “con nuestros impuestos mantenemos un pia formulación, la representación de intereses sociales basEstado ineficiente y regiones básicamente subsidiadas”. Signitante claros y homogéneos. De hecho, no están en este movificaba una apuesta rupturista, generar el encono de otras comiento aquellos sectores que forman parte del empobrecimunidades, reforzando el supremacismo de “somos más tramiento, la exclusión social, la precariedad y la pobreza. El indebajadores, más eficientes y modernos”. pendentismo es la forma en la que se expresan determinados Centrarse en un relato predominantemente económico conflictos de clase y sus intentos de adecuación, reubicación y representó un sesgo notorio en el movimiento independentishegemonía en tiempos cambiantes. ta, la función del cual era abrirse nuePlantearlo como un movimiento navos espacios de influencia hacia aquecional unitario, patriótico y despojado llos sectores sociales escasamente proEl independentismo es la forma de intereses, solo conformado por ideclives a relatos de tipo metafísico. Se en la que se expresan ales, principios y pulsiones de grandetrataba de dar una imagen y unos ardeterminados conflictos de clase. za, no es que resulte una simplificagumentos pragmáticos, un aspecto en ción, sino que es fundamentalmente el que la Esquerra de Oriol Junqueras falso. Un carácter muy elemental a la vez que falsario, que no se mostró especialmente profuso. Se trataba de penetrar en el se puede desvincular del carácter “digital” de esta revuelta. Las terreno de los “laicos” para después poder ampliar con ellos la redes sociales permiten multiplicar el alcance de los eslóganes gama argumental. Este especial decantamiento economicista y de las directrices, pero a fuerza de reducirlas a la mínima era básicamente para un período de El Procés, en el que se traexpresión. A la vez, facilitan incorporar un lenguaje duro, insultaba de ampliar la base social hacia sectores nuevos, cosa que tante y descalificante, que quizás en otros medios, y aún aparentemente se consiguió. Si en el imaginario del nacionamenos de manera presencial, no sería posible. Pero la novedad lismo hispánico a los catalanes se les atribuía una exagerada de El Procés es que Twitter y, principalmente WhatsApp, han atracción por el dinero, ahora el independentismo parecía resultado el gran instrumento de articulación y cohesión, pero querer hacer honor a un tópico muy arraigado. Pero a partir de también en la difusión de un relato plagado de posverdades.

2014, aun manteniendo el agravio económico su papel en el En la construcción del marco referencial del nacionalismo relato, la prioridad argumental se decantó hacia el concepto de de la última década ha resultado fundamental la introducción “votar”. de la argumentación económica: un agravio, y no la crisis eco“Votar” se convierte así en un objetivo crucial, pero al que se nómica ni los recortes, resultaba la causa de los malestares e le descarga de excesiva trascendencia para así conseguir el insatisfacciones de la sociedad. Cierto que el nacionalismo soporte del no independentismo, algo que ciertamente ocurrió apeló a un mal financiamiento de la autonomía y a la racaneen parte. “Dejadles que voten, ¿qué mal hay en ello?”, como si ría en las inversiones del Estado que sufría Cataluña. Pero a el marco constitucional y la definición de soberanía como partir de 2010 se fijaron y repitieron hasta la saciedad, algunas cuerpo único que establece cualquier Estado de Derecho fuera ideas-fuerza que devinieron cruciales. El “España nos roba” algo de escasa importancia y que se pudiera obviar o cambiar

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a voluntad. El argumento refrendario permitía desplazar el anhelos, imposible de ser llevados al terreno de una discusión concepto de “negociación política” con el Estado a una segunconcreta y práctica. Su intento de refutación solamente lleva da etapa, cuando el movimiento independentista dispusiera de a nuevas afirmaciones del mismo estilo, sin ninguna base la legitimidad de la consulta. Así, ya no se trataría de que el Esdemostrable, que permiten mantener unas creencias preestatado pudiera hacer concesiones autonómicas en forma de blecidas. Negar la realidad es un recurso fundamental para transferencias o financiación, sino que la discusión estaría en sostener un sistema de creencias. Se han producido durante cómo se reparten los beneficios y cargas del proceso de sepala activación del El Procés un sinfín de evidencias, de datos, ración. Focalizar la consulta, por más que no fuera estrictaque niegan algunas de sus consideraciones de partida, así mente un referéndum, implicaba situarse en el terreno de como el desarrollo de los hechos. Ante la certidumbre de “independencia sí, o sí”. La apelación a las urnas es siempre un datos fiscales que niegan el “expolio fiscal”, simplemente se planteamiento de difícil neutralización, extremadamente obvia y se niega su validez, mientras se aferran a datos notopopulista, porque es difícil argumentar en riamente inventados, como el de un su contra si no se quiere caer en el lado drenaje anual de recursos de 20.000 miantidemocrático. Claro que la democracia llones de euros de “Catalunya a EspaLa finalidad no es conseguir son urnas, pero como punto de llegada del ña”.

Cuando se evidenció que la inestala independencia, sino mantener cumplimiento de las leyes y de la deliberabilidad política que generaba el moviel control de la sociedad. ción y consenso, pero esta parte se deja de miento independentista creaba una lado. La conclusión resulta clara: solamenhuida de empresas, se dijo que era una te quien tiene miedo a la democracia, a la expresión popular, invención “anticatalana”. Frente a los datos incuestionables, niega la posibilidad de que se pueda ejecutar un indiscutible se afirmó que esto estaba inducido y premiado por el Estado. “derecho a decidir”.

Unos de los hechos que más se rechaza es una evidente rupDespués de la primacía del “derecho a votar”, la previsible tura emocional en la sociedad catalana. negativa gubernamental a pactar una consulta, hizo mudar la narrativa independentista hacia “va de democracia” para inComunicación y espiral del silencio. Cuando la política es tentar situar al Estado y las fuerzas no secesionistas fuera de las poco más que propaganda coordenadas ideológicas del mundo moderno. Se produjo, Llama la atención en el movimiento independentista de especialmente a partir de la celebración parcialmente fallida Cataluña un acentuado contraste entre su capacidad comunidel 1-O de 2017, una identificación del proceso con conceptos cativa, que le ha proporcionado notorios éxitos y popularidad, como “libertad” o “democracia”, situando a España como un y unos comportamientos tácticos y estratégicos más bien dubiremoto lugar de Europa en el que imperaría aún el autoritaristativos cuando no contradictorios. El Procés no tiene apenas mo. Las imágenes de la torpe actuación policial del 1-O facilisustancia más allá de un elaborado e intenso plan de comunitaron extraordinariamente esta narrativa, así como la existencación, concebido por algunas mentes pensantes allá por el cia de líderes en prisión provisional o en el “exilio”, o después 2010. Se dirá que el independentismo catalán ha sido víctima con abultadas condenas en firme. Una argumentación, ésta, de la improvisación, de sus conflictos internos y de la cerrazón que ha reforzado y ampliado su abanico de soporte, a la vez del Estado. Pero, más allá de dirigentes políticos y sectores con que les ha reportado algunos efectos de comprensión en el afirmaciones y matices que podían resultar contradictorios, ha exterior. habido y continúa habiendo un gobierno en la sombra de todo Existe un problema de disonancia cognitiva. El nacionalpoello, un sanedrín –Estado mayor, lo llaman– que toma las decipulismo catalán acostumbra a disponer como punto de parsiones estratégicas, y que planificó toda la intensificación del tida una serie de afirmaciones o ensoñaciones que tienen proceso político como la materialización de un gran plan de poco que ver con la realidad. “Vivimos en una dictadura”, comunicación. Se ha planificado y ejecutado una política he“España no es un país democrático”, “No hay separación de cha de gestos, de símbolos, de emocionalidad y de voluntarispoderes”, “España nos roba”, “Estamos construyendo mo. La realidad entendida solo como la magnitud del escenaRepública”, “Los contingentes migratorios son un intento prerio en el que actuar, no siendo los contenidos políticos lo realmeditado de diluir nuestra identidad cultural”… Eslóganes mente importante sino la capacidad de construir simbolismo y genéricos que solo se sustentan en suposiciones, que no se una narrativa atrayente, una historia en la que el concepto de pueden demostrar de manera fehaciente, aunque tampoco su identidad iba a resultar básico. Al movimiento le sobran teóricos inconcreción permite una total refutación. Prejuicios, deseos, de la comunicación política, pero carece de substancia. Un sis-

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tema propagandístico que utiliza justamente El Procés como estrategia de acceso del Gobierno a la sociedad, no pensado para ser efectivo, sino justamente como soporte de la propaganda, para ser comunicado. Se fabrica una problemática-objeto: la independencia, pero la finalidad no es conseguirla sino mantener el control de la sociedad a través de una narrativa de conflicto, donde la desobediencia debe funcionar como una amenaza, pero no tanto como una herramienta.

Los actos y declaraciones políticas, las iniciativas institucionales, las grandes convocatorias solo han tenido sentido en la medida que constituían un acto performativo, una posibilidad comunicativa para reforzar un determinado relato y estimular la adhesión y la sentimentalidad. Los “acontecimientos”, fueran estos parlamentarios, de conflicto con el Estado, represión policial o llamada al voto, se les ha dado significación en la medida que contribuían a dar sentido narrativo, a mantener el hilo, de la comunicación preestablecida. El sistema de propaganda ha funcionado de manera exitosa. Ha dispuesto de canales múltiples y se ha llevado a cabo de forma muy organizada, con frames definidos y repetitivos que indujeran a dibujar una realidad paralela hecha de espejismos y ensoñaciones en pro del gran objetivo. Un sistema de propagandismo sistemático en el que la finalidad no era crear argumentario, razones, para debatir políticamente con los antagonistas, sino para crear un sólido sistema de creencias, la configuración de un único gran monólogo.

Steven Levitsky y Daniel Ziblatt13 han escrito que las democracias funcionan mejor y sobreviven durante más tiempo cuando las constituciones se apuntalan con normas democráticas no escritas de obligado cumplimiento. Destacarían entre ellas la tolerancia mutua y el acuerdo entre partidos rivales de aceptarse y reconocerse como adversarios legítimos. Esto implicaría “contención institucional”, es decir, no tomar decisiones que puedan representar una amenaza para la estabilidad del sistema. Explotar las prerrogativas institucionales más allá de lo razonable, comporta entrar en una política “sin guardarraíles” que lleva a ciclos de extremismo crecientes. Cuando la adscripción partidista significa más la afirmación de una identidad –como sucedió en los Estados Unidos de Donald Trump– y no una mera vinculación ideológica y política, se están rompiendo las reglas no escritas sobre las que debe descansar el sistema democrático. Sacar la política fuera de los marcos de los partidos significa una manera de forzar las dinámicas hacia los extremos. Con todos sus defectos y limitaciones, los partidos políticos acostumbran a funcionar como un

Reivindicación del referéndum del 1-O de 2017 dos años después

bastión justamente contra los extremismos. Ya hace años, el sociólogo español Juan José Linz estableció cuatro indicadores clave para captar el comportamiento autoritario entre dirigentes democráticos, los cuales sirven para detectar desplazamientos preocupantes. Estableció, en primer lugar, una actitud de “rechazo o débil aceptación de las reglas democráticas”, después, “la negación de la legitimidad de los adversarios políticos”, “la tolerancia o fomento de la violencia” y, finalmente “la predisposición a restringir las libertades civiles a la oposición y los medios de comunicación”14.

En medio de la tensión nacionalpopulista en Cataluña, asistimos a un uso y abuso de eslóganes y frases hechas, muchas de las cuales evocan otras épocas u otros lugares, que poco tienen que ver con lo que está pasando. “Recorte de libertades”, “estado de excepción”, “franquismo”, “Turquía”, “totalitarismo”, “falta de libertad de expresión”, “todo un pueblo en marcha”...

Los tuits y las pancartas, al igual que el papel, lo aguantan todo, pero no lo convierten en real. Probablemente los conceptos “Estado de Derecho” o el de “Democracia” han sido los más castigados en estos estos tiempos, agitándolos continuadamente y utilizándose como proyectiles arrojadizos. La información ya casi solo es propaganda y gran parte del periodismo ha quedado subyugado a esta lógica perversa, convertido el profesional de “la comunicación” en el mediador necesario para construir el relato y para darle credibilidad al mensaje.

Esta derrota del periodista a manos del comentarista no tiene que ver tanto con la precariedad a la que ha sido reducida esta profesión en los últimos tiempos, sino que son sus elementos más reputados los que han aceptado el papel sin ningún pudor. El periodista como arte y parte. Se van conformando la unanimidad y la espiral del silencio15. Cuando el periodismo

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Disturbios en Barcelona tras el juicio a los líderes indepentistas

se pone el servicio de causas, por más que se crean justificadas, pierde buena parte de su razón de ser o al menos deja por el camino su grandeza.

Se ha construido en Cataluña un discurso sobre la repercusión exterior de El Procés, que resulta notoriamente irreal, voluntarista y falso. Una resonancia amplificada a partir de algunos artículos de diarios internacionales que, si no les son abiertamente contrarios como algunos, son transformados como informaciones de cabecera. Se ha construido una farsa, un espejismo, que permite ir predicando que “el mundo nos mira”, lo cual aparte de no resultar cierto, tampoco implica que esta mirada sea en positivo, más bien al contrario. Algunos se vienen arriba y anuncian que la de Catalunya es “la revolución contemporánea más importante”, pero en todo caso no parece ir mucho más allá de una revuelta de las clases medias, de una “kermesse heroica” con más pretensiones que realidad.

Algunos, como el exeurodiputado Ramon Tremosa, han afirmado que Puigdemont era un gran líder mundial, a la altura del Papa o del Dalai Lama. En la aparente repercusión exterior del movimiento independentista, han tenido y tienen un notorio papel los “expatriados”, es decir, ciudadanos catalanes que ejercen su actividad profesional en empresas o universidades extranjeras, una parte de los cuales tienden a apuntarse al independentismo de postureo y simbólico más extremo.

Significantes y significados Los populismos y los nacionalismos están compuestos básica y principalmente de lenguaje. El uso y abuso de éste por parte del movimiento independentista catalán resulta intenso e incesante. Todos los términos más recurrentes tienen en el marco de El Procés un sentido específico, adecuado a sus cono-

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cedores, pero que difiere respecto a su uso más común.

Ya hemos indicado cómo se crea un lenguaje específico, no tanto una jerga, hecho de palabras habituales las cuales han mudado de sentido. “Libertad”, “presos políticos”, “pluralismo” o “dictadura”, adquieren connotaciones de denuncia y a la vez armas arrojadizas hacia los antagonistas, a la vez que se convierten en significantes de su lucha. Hay un proceso de reasignación de contenidos en los conceptos y en la jerga, bastante habitual en todos los procesos políticos de signo populista. “Pueblo”, “Patria” o “Cataluña”, tienen unas implicaciones muy precisas al respecto. El concepto de Ernesto Laclau16 de “significante vacío” resulta especialmente atractivo para los movimientos nacionales y populares, pues permite realizar una dotación de contenido preciso e interesado a algo que no resulta muy preciso, pero la expresión de lo cual genera adhesión automática. Es este un concepto que en realidad proviene de Jacques Lacan, pero al cual le dio el ideólogo argentino un sentido estratégico para articular un movimiento colectivo. Se trataría, así, de apropiarse de términos comunes que gozan de predicamento casi automático y llenarlos de contenido propio para atraer a un conjunto de agentes sociales. Todo el mundo se siente “demócrata”. Apropiarse de este concepto por parte del independentismo ha resultado fundamental para su transversalidad y para captar a gente no especialmente independentista: “esto va de democracia”.

De la apropiación del concepto “democracia” cabría destacar el hecho de que se la reduce al aspecto puramente formal –pueblo, urnas, votar–, aritmético y contable, y no de su concepción profunda de diálogo, transacción, tolerancia o respeto; no de su sustancia. Pero interesa de este significante vacío, como de muchos otros, también el aspecto emocional que contiene y que a la vez puede ser reforzado. El término resulta evocador y nos induce a la identificación, pero resulta aún más efectivo a la hora de crear afectos negativos. Luchar contra un antagonista “antidemocrático” refuerza la comunidad de sentimientos y a la vez provoca repulsa e invoca a la acción. A partir de aquí, los epítetos que puedan significar una cierta sinonimia, también una asociación automática, resultan clave para mantener el nivel de confrontación: “franquistas”, “fachas”, “banda del 155”, “unionistas”. No es más que una estrategia y un conflicto estructurado en torno a un uso reiterado de un lenguaje que impulsa a determinados posicionamientos. Una democracia que, más que representativa, se pretende directa y en consulta continua a la población.

En muchos aspectos, tanto el nacionalismo como el populismo nos remiten a unas coordenadas que inducen a pensar en

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experimentos de ingeniería social. O “ingeniería de las almas”, en palabras de Félix Ovejero17. Se trata de modificar comportamientos colectivos, de generar sentidos de identidad impostados, a partir de poner en acción determinados mensajes simplistas y reiterados que operan todos ellos en el mundo de los sentimientos y en la planificación de los cuales tiene más que ver la psicología social que el pensamiento político. Emociones patrióticas que funcionan como el “soma”, en el lenguaje de El mundo feliz de Aldous Huxley. El nacional-populismo no requiere del uso de la fuerza para dominar voluntades, sus seguidores se entregan al gran objetivo de manera voluntaria y dichosa, viven “camaradeados”.

“Sit and talk” ha sido el eslogan independentista de los últimos tiempos. Denota un cambio de calado en sus exigencias bastante evidente. Las palabras más en boga son, ahora en Cataluña: “Negociación” y “Diálogo”, aunque pervive con el “lo volveremos a hacer”. Se repiten como un mantra por parte del independentismo, pero también por las nuevas maneras del gobierno central a partir de la presidencia de Pedro Sánchez. Unos hablan de “diálogo, pero sin rendición”, “negociación para pactar un referéndum”, “diálogo de igual a igual”.

Los otros hablan de diálogo y de negociación, pero sin un contenido muy específico, más bien como estrategia apaci-

guadora de los ánimos. Hay muchas buenas intenciones casi siempre detrás de los conceptos expuestos, pero a menudo ningún componente práctico, ninguna facticidad. La enconada dureza de la política española, donde el secesionismo se utiliza como arma arrojadiza de los partidos de derechas contra los socialistas, dejan al PSOE un muy escaso margen de maniobra. El independentismo catalán está en un punto prácticamente de no retorno, y sus adeptos no se conformarán con algunas cesiones de competencias y financiación o con una mayor suavidad en el tratamiento jurídico y penal.

Cuando uno se entrega a la democracia directa pierde la cintura política para pactar cualquier transacción. Resultaría una “traición de los líderes”. Hay formas de batalla por parte de algunos ejércitos, en los que, una vez hecho el despliegue, ya no es posible de replegarse. Más que “diálogo”, lo que habrá, probablemente, es una profusión de monólogos de signo contrario, pronunciados de manera simultánea. El Procés ha sido, y aun es, una expresión predominantemente nacionalpopulista, tendencia que parece abonar el tiempo de la pospolítica y la posdemocracia que predomina en el mundo occidental y también fuera de él. En palabras de Margaret Canovan18, el populismo es una forma alternativa de política democrática, y permanecerá n

Notas 1. Desarrollo más a fondo el análisis sobre la construcción del relato independentista en Burgaya, Josep (2020): Populismo y relato independentista en Cataluña ¿Un peronismo de clases medias? Ed. El Viejo Topo.

2. Vallespín, Fernando-Bascuñán, Máriam M. (2017): Populismos. Alianza Editorial.

3. Mounk, Yasha (2018): El pueblo contra la democracia. Por qué nuestra libertad está en peligro y cómo salvarla. Ed. Paidós.

4. El concepto de heartland de Paul Taggart define una identidad pretendidamente homogénea y supuestamente auténtica e incorruptible.

5. Gramsci, Antonio (2003): Notas sobre Maquiavelo: Sobre la política y sobre el estado moderno. Ed. Nueva Visión.

6. Lakoff, Georges (2007). No pienses en un elefante: lenguaje y debate político. Editorial Complutense.

7. La performatividad es un concepto del filósofo británico John Langshaw Austin que hace referencia a la capacidad de algunas expresiones de convertirse en acciones y transformar la realidad o el entorno. Establecía una obligada conexión entre lenguaje y acción. Para Judith Butler, la performatividad es la técnica de construcción de la subjetividad.

8. Gascón, Daniel (2018): El golpe posmoderno. 15 lecciones para el futuro de la democracia. Ed. Debate.

9. Morán, Gregorio (2013): La decadencia de Cataluña contada por un charnego. Ed. Debate.

10. Snyder, Timothy (2018): El camino hacia la no libertad. Ed. Galaxia Gutemberg.

11. Dowling, Andrew (2017): “La calle como plataforma de comunicación. De la Crida a la Assemblea Nacional Catalana”, en Forti, Steven – González, Arnau – Ucelay da Cal, Enric: El proceso separatista en Cataluña. Análisis de un pasado reciente (2006-2017). Ed. Comares.

12. Esta cuestión está ampliamente desarrollada por Eatwell, Roger y Goodwin, Matthew (2019): Nacionalpopulismo. Por qué está triunfando y de qué forma es un reto para la democracia. Ed. Península.

13. Levitsky, Steven y Ziblatt, Daniel (2018): Cómo mueren las democracias. Ed. Ariel.

14. Linz, Juan José (1996): La quiebra de las democracias. Ed. Alianza.

15. Noelle-Neumann, Elisabeth (2010): La espiral del silencio. Opinión pública. Nuestra piel social. Ed. Paidós.

16. Laclau, Ernesto (2016): La razón populista. Ed. Fondo de Cultura Económica.

17. Ovejero Lucas, Félix (2016): La seducción de la frontera. Nacionalismo e izquierda reaccionaria. Ed. Montesinos.

18. Canovan, Margaret (2005): The People. Ed. Policy Press.

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Salvar el archivo Husserl La filosofía en tiempos de guerra

por Antonio García Vila

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in Husserl la filosofía del siglo XX no hubiera sido la misma. Pero su pensamiento se hubiera extraviado para siempre de no haber sido por la audaz labor de un fraile franciscano que rescató y custodió su obra.

La historia cultural del siglo XX es un recorrido a menudo tortuoso. Los compromisos políticos, las animadversiones personales, las modas, los bruscos cambios que el arte, la tecnología y las costumbres acusaban, dieron lugar a situaciones complejas, a menudo violentas, que, si bien ofrecen un panorama interesantísimo para el estudioso, con frecuencia conducen al pesimismo. Un caso excepcional, inmerso en los años más aciagos de una época convulsa, concede a la esperanza ese resquicio que Gramsci deparaba al optimismo de la voluntad.

Pues fue una voluntad férrea, sin fisuras, casi una obcecación, la que permitió salvaguardar uno de los legados filosóficos más importantes del momento, condenado, sin duda, a ser pasto de las llamas si no hubiera sido por la intervención obstinada, tenaz, atenta, de un joven filósofo y sacerdote que ni destacaba dando clases ni poseía un especial talento para la creación, pero que supo poner sus cualidades al servicio de una tarea ardua y peligrosa, de tal manera que, superando todos los obstáculos que entorpecieron su camino, la coronó con éxito.

Edmund Husserl fue uno de los pensadores más influyentes en la filosofía del siglo XX. Sin la fenomenología, nada de lo que se pensó durante las primeras décadas de la centuria hubiera sido lo mismo. Es cierto que Nietzsche, escritor arrebatado, pensador visionario y hombre atormentado, fue el gran revulsivo y concitó una resonancia mucho mayor; también es verdad que Heidegger, a pesar de todo lo que sabemos hoy de él, ha ostentado el título de Filósofo de la época, pero sin Husserl, Heidegger no habría llegado a donde llegó ni tampoco el exis-

tencialismo se hubiera enseñoreado de las orillas del Sena y hubiera protagonizado la moda cultural de la postguerra europea. De Adorno a Ortega y Gasset, de Jan Potocka a Derrida, de Levinas a Ricoeur, su sombra es alargada y afecta a lo mejor del pensamiento de toda una época. Husserl fue un filósofo en sentido estricto: un hombre de ciencia obstinado en su trabajo y decidido a renovar el pensamiento moderno y cimentar una filosofía universal y absoluta, tal como Platón la instauró y Descartes renovó en la modernidad. Doctor en Matemáticas antes que filósofo, Husserl comprueba que la filosofía ha perdido sus funciones, abrumada por las ciencias, y se impone devolverle su trono. Para ello elabora un método, la reducción fenomenológica, y descubre un continente nuevo: la consciencia pura. En vida publicó textos introductorios de carácter general que presentaban su doctrina fenomenológica, pero había mucho más trabajo acumulado. El problema fue, como tantas otras veces, la Historia. El auge del nazismo, la dictadura estalinista, el intelectual comprometido, el arte narcisista.…

Llegaron los “pensadores temerarios”, como los bautiza Mark Lilla, y las batallas dejaron de disputarse en las aulas universitarias mientras las trincheras se llenaban de cadáveres auténticos. El siglo XX vio morir a Husserl y a toda una forma de pensar y escribir, y, de hecho, con él casi enterró su legado. Cuando Husserl fallece, el 27 de abril de 1938, en Friburgo, la Guerra aún no había comenzado, pero su amenaza era inminente. El 14 de abril de 1933 el viejo profesor emérito había sido ya despojado de su dignidad e, incluso, se le prohibió acudir a la

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biblioteca de la Universidad. El rector era Martin Heidegger, su discípulo. Éste negó muchos años después, en la decepcionante entrevista a Der Spiegel, haber tenido ninguna responsabilidad en ello, pero cuesta creerlo. Más aún cuando el propio Heidegger suprimió la dedicatoria al maestro de la segunda edición de Ser y tiempo, aparecida en el 41. Parece que, muchos años después, llegó a decir a la viuda que lamentaba todo aquello, pero ya carecía de importancia.

Si bien se había bautizado en la Iglesia luterana a los 27 años, junto con su esposa Malvina, quien, más adelante, se haría católica, Husserl era un pensador judío y su herencia estaba condenada. Esa herencia estaba constituida por más de 40.000 folios de apuntes, notas, estudios y análisis fundamentales para la elaboración y comprensión de su obra, además de otras 10.000 páginas, escritas o mecanografiadas, que son transcripciones realizadas por sus sucesivos ayudantes: Edith Stein, Ludwig Landgrebe y Eugen Fink. A la complejidad propia de un legado así, se le sumaba una nueva: Husserl usaba el método taquigráfico Gabelsberger que, si en el siglo XIX estuvo bastante extendido en Austria y el sur de Alemania, en ese momento ya es poco habitual. El rescate de esa masa de documentos, destinada a la destrucción y el olvido, —Los compromisos se debió, fundamentalmente, a la políticos importaban obstinación de un hombre, un mucho más que el valor joven franciscano belga, Herman de una obra.

Leo Van Breda, que asumió la tarea de salvar el legado y velar por la seguridad y el bienestar de la viuda del filósofo. Cómo lo hizo es lo que nos cuenta Toon Horsten —Sartre se quejaba de en ese magnífico libro de filosoque Husserl le había fía, de historia y de intriga que es precedido en todas sus El fraile y el filósofo, editado por ideas.

Cielo Eléctrico en 2021. El detonante para su autor es una fotografía de su propia abuela en la que aparece junto a un apuesto y sonriente sacerdote, amigo íntimo de la familia. A partir de ahí Horsten se interesa por esa figura discreta pero decisiva, y comienza una pesquisa que bien podría ser resultado de la imaginación de un novelista policiaco pero que es, sencillamente, parte de la historia europea del siglo XX y muestra de su complejo, azaroso y en ocasiones brutal devenir intelectual.

Van Breda, joven franciscano que después de su ordenación ha ido a estudiar a la Universidad de Lovaina, en el año 37 ya ha escrito sobre la obra temprana de Husserl, y, en 1938, para su doctorado, quiere profundizar en la obra tardía del filósofo.

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Además, al tanto de que debe de haber muchos escritos suyos que aún no han visto la luz, desea plantear las posibilidades de editar alguno. Husserl, a quien al final de su vida no le permiten ni acudir a los congresos, había intentado facilitar el traslado de sus trabajos a Praga, gracias al Círculo Filosófico praguense, pero no concluyó en nada. Ahora, muerto Husserl, hay que hablar con Malvina, su viuda, pues los hijos han huido a Estados Unidos. Y Van Breda se desplaza a Friburgo para tratar con ella. Es el comienzo de una relación intensa, casi siempre cordial y afectuosa, que, a la postre, permitirá la custodia de todo ese material y la creación del Archivo Husserl en el Instituto de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina.

Una primera muestra de las dificultades que se avecinaban la encontramos en la respuesta que recibieron por parte de la señora Binswanger desde la neutral suiza. Hay que recordar que Ludwig Binswanger había sido discípulo de Husserl, además de amigo de Freud; de hecho, su obra aúna el pensamiento del psicoanalista y la fenomenología. Se trataba de que pudiera facilitar la llegada de los tres baúles y guardarlos durante un tiempo, pero la despedida fue tajante: “Déjenos en paz. También nosotros estamos a favor de Hitler”.

Mientras, la influencia de Husserl rebasa las fronteras germanas. Es Emmanuel Levinas quien introduce su obra en Francia, y pronto toda una generación de intelectuales se rinde a su magisterio: la Rive Gauche, en los años 20 y 30, es un hervidero fenomenológico. Muchos han contado el encuentro en la terraza del café Bec de Gaz, en la rue Montparnasse, entre Sartre, aún profesor en El Havre, Simone de Beauvoir y Raymond Aron, recién llegado de Berlín, becado por el Institut Français. La única duda es si tomaban cócteles de albaricoque, especialidad de la casa, o simples cervezas, pero lo cierto es que Aron estaba radiante: “Verás, amigo, si eres fenomenólogo puedes hablar de lo que bebemos aquí y convertirlo en filosofía”. Para el joven Sartre aquello fue una revelación. La fenomenología fue su mayor influencia filosófica. Es más, a menudo se quejaba de que Husserl le había precedido en todas sus ideas.

Otro amigo, Merleau-Ponty, estuvo en contacto con Van Benda, interesado en el porvenir de los escritos husserlianos, igual que Cavaillès, uno de los creadores del periódico clandestino Libération. Incluso llegó a un acuerdo con él para depositar en París una copia de todas las transcripciones, mediante un convenio legal con la Biblioteca de la Sorbona. Pero no eran buenos tiempos para los acuerdos: Cavaillès, tras pasar por un campo de concentración en el sur de Francia, es fusilado por los alemanes. Años más tarde, el belga se encontraría también con Sartre, con cuya filosofía no comulgaba. La cita fue cordial, a pesar de que Simone de Beauvoir se negara a dar la mano a un cura católico. La obra de Husserl influía en gran número de

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pensadores y, también, despertaba Husserl veía en él a su “hijo fenomerecelos. Europa estaba en Guerra y nológico”, facilitándole los puestos una decisión equivocada podía cosen la Universidad y publicando bajo tarle a uno la vida. En un momento su atención Ser y tiempo, Heidegger de compromisos políticos extremos, tan solo lo utilizó en su beneficio. No poco importaba el valor de una tuvo, siquiera, la decencia de acudir obra, su relevancia filosófica. Van a su funeral. Quizás por todo ello Breda conjugó habilidad diplomátiVan Breda apenas le prestó atenca, prudencia, astucia, narcisismo y ción, y en los encuentros que mangenerosidad, a pesar de que no totuvo con él no quiso implicarle en dos creyeran que en sus casos partisus proyectos. Tras la publicación, culares hiciera todo lo que podía. en 2014, de los Cuadernos negros, Amigos y colegas morían, entre ellos nada puede ya disculpar al de la SelEdith Stein, que parecía ofrecerse va Negra: moralmente su figura solo como mártir. En ese anhelo mostrapuede provocar rechazo, y filosófiba un fanatismo que manaba más camente todo indica que su legado de la inflexibilidad que de la sabiduqueda también comprometido. Emría, pensaba Van Breda. Ofrecía una manuel Levinas, con acierto, dediimagen de dureza y tenacidad escaría su libro de 1972, Humanismo trictas, con ella y con los demás. Ella del otro hombre, a Van Breda: era y su hermana fueron gaseadas el 9 una especie de “anti-Heidegger”. Si de agosto de 1942, y arrojadas a una el alemán podía pasar por un gran Herman Leo Van Breda, sacerdote franciscano fosa común. Van Breda lo tiene filósofo ofreciendo un deplorable claro: “Lo diré sin tapujos: esa mujer buscaba una muerte como mártir por su pueblo judío”. ejemplo, el belga, según Resistentes, colaboracionistas, negociantes, profesores, uniLevinas, mostraba cómo —Sin Husserl el versitarios… y un continente en llamas. Hoy nos parece fichay que obrar mantenienexistencialismo no ción, pero era la realidad, la cruda realidad. Van Breda, tras do la espalda recta. De hubiera sido la moda peripecias dignas de la mejor novela de misterio, consiguió su cualquier forma, al margen cultural de objetivo. Formó el archivo Husserl en su Universidad, ampliade la relación con Heiddela postguerra. do con sucursales en Búfalo, Colonia, Friburgo y, finalmente, ger, que observaba con París; propició la publicación de los textos del filósofo en sus cier ta envidia cómo se obras completas, la conocida como Husserliana, y logró, tras ocupaban de los trabajos muchísimos esfuerzos, el visado para Estados Unidos para de su antiguo maestro, Van Breda hubo de solventar más proMalvina y su ama de llaves. La financiación fue siempre un blemas, como la inacabable disputa con Gerhart Husserl por problema, pero Van Breda manejó sus influencias con tal habilos derechos de autor, o la custodia y difusión del legado de lidad que la recién creada UNESCO dotó al archivo con una Edith Stein, que, en un principio, controlaba también el Arsubvención. El fraile entendió bien la situación y defendió que chivo de Lovaina, pero ninguno arruinó nunca el proyecto. la obra de Husserl, además de su valor filosófico intrínseco, Lógicamente no corresponde a Van Breda todo el mérito de también serviría para facilitar la implantación de un sistema esta aventura cultural. Hubo muchos colaboradores que trademocrático bien fundamentado en la Alemania de postguebajaron duro y no siempre bien compensados en el tratarra, viendo en la obra del fenomenólogo un aliado del liberalismiento y cuidado de los textos, pero sí le cabe el honor de mo. ¿Y con respecto a Heidegger? Al final de su vida el pensahaber aglutinado e impulsado todos esos esfuerzos. Merece la dor de la Selva Negra parecía creer que solo un dios puede salpena acompañar a Van Breda, y a sus peripecias, en esa época varnos. Quién sabe. Desde luego él había jugado sus cartas. Y y ese mundo que son, al fin y al cabo, nuestro mundo. Un en una de ellas, precisamente, había tachado a quien fuera su mundo a menudo espantoso, pero también brillante, en el maestro y benefactor: Edmund Husserl. Es verdad que desde que se cruzan generosidad y vileza, valor y delaciones, intelimuy pronto se distanció de la obra de su mentor, y que si gencia y brutalidadn

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La lógica humana que rige el tiempo: febrero y sus 28 días por J. Casri

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i consultamos la hora en nuestros relojes y pensamos que el tiempo se ha medido siempre de idéntica manera, estamos muy lejos de la realidad. Ni los años han sido siempre de 365 días, ni los días 24 horas, ni las horas 60 minutos. La historia de la medición del tiempo es un apasionante jeroglífico.

Responder a la aparentemente sencilla pregunta de por qué febrero tiene 28 días es tirar de un hilo que descose la ilusión de entender algo tan cotidiano como el calendario por el que nos regimos y al que sometemos el ritmo de nuestra existencia y nuestra comodidad más preciada: nuestro tiempo.

Medir el tiempo ha presentado una complejidad análoga a descubrir el objeto de esta medición, el tiempo mismo. Saber qué es el tiempo ha sido una búsqueda filosófica, científica y religiosa que en cada paso ha creado más interrogantes y ya, sobre el siglo V a. C., el filósofo griego Antifonte concluyó que el tiempo no era una realidad física sino un concepto utilizado para medir movimiento. Parménides fue más allá al afirmar que tiempo, movimiento y cambio no eran más que una ilusión, y las paradojas temporales resultantes de su discípulo Zenón, como la de la carrera de Aquiles contra la tortuga sin que llegue nunca a poder alcanzarla, han gozado de gran popularidad a lo largo de los siglos (si es que los siglos existen).

San Agustín, al reflexionar en sus Confesiones sobre la relación entre tiempo y medición, se encontró con otras paradojas al preguntarse “¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. […] Mido el tiempo, lo sé; pero ni mido el futuro, que aún no es; ni mido el presente, que no se extiende por ningún espacio; ni mido el pretérito, que ya no existe. ¿Qué es, pues, lo que mido?”

Los avances einsteinianos sobre los newtonianos rompieron la ilusión de un tiempo mecanicista por uno relativista y, mien-

tras nuestras mentes asimilaban que en el firmamento se vislumbran estrellas de millones de años atrás que bien ya no podrían existir y que el tiempo transcurre de forma diferente según la altura y la velocidad, la física cuántica llegó y solventó cualquier alarde de entendimiento.

Sin embargo, seguimos midiendo el tiempo tras la quimera de intentar cuadrar algo que no entendemos en un sistema que aglutina cuatro movimientos celestes y, en la actualidad, uno atómico: el de la rotación de la Tierra sobre su eje, el del ciclo lunar, la rotación terrestre alrededor del Sol, el de las constelaciones y, a sumar desde 1967, el de la radiación del átomo de Cesio. El resultado, al menos en el mundo occidental, es un complejo artefacto producto de la historia, fruto de fuerzas políticas, económicas, productivas, sociales y religiosas, con sus luchas y disputas, junto con las dosis de superstición y egocentrismos esperables de la especie humana, artefacto que hemos heredado en la actualidad como si fuera una realidad estable natural.

Mejor empezar por orden:

Segundos A la antigua región de Mesopotamia le debemos los segundos, minutos y horas organizados tal y como los conocemos hoy en día. Los sumerios utilizaban el número 12 como base matemática, dando a un día y a una noche 12 divisiones respectivamente. El Antiguo Imperio Babilónico posterior se decantó por una matemática basada en el número 60, divi-

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diendo lo que hoy llamamos horas en 60 unidades y estas en 60 unidad diferente. Un minutum bien podía ser 1/15 de una unidades, el año en 360 días, la esfera en 360 grados, etc. hora, 1/10, o 1/60, aunque para este último, nuestro minuto, se La lógica dicta entonces que un segundo es la duración de empleaba más habitualmente el término ostentum. Tampoco dividir un día en 24 horas, cada hora en 60 minutos, cada mies que los relojes tuvieran minuteras hasta el siglo XVII, con lo nuto en 60 de estas unidades heredadas llamadas segundos. que el ciudadano de a pie poco uso tenía de los minutos y las Fácil. El problema radica en que la revolución de la Tierra sobre medidas de uso habituales eran divisiones de la hora en mitad, su eje varía (ver apartado “Días”) a lo largo del año y de los tercios o cuartos. años, viéndose también afectada por fenómenos naturales No fue hasta la introducción del ferrocarril y otras revoluciocomo los terremotos. nes mecánicas que el minuto se presentó como crucial. Hasta Ante esta variabilidad del día natural, los astrónomos decientonces, y pese a conatos de estandarización, las localidades dieron alejarse ligeramente de la naturaleza y optaron por una se regían por el tiempo solar, es decir, la hora solar aparente (por media en base no a una revolución de un día sino de un año ejemplo, las doce del mediodía siendo el punto más álgido del solar, pasando de una base terrestre a una solar y decidiendo Sol). Este momento lo marca el meridiano y por cada 15 de lonque un año contenía 86.400 segundos exactos. Por qué no. Los gitud que una localidad se encuentra al este de otra, el mismo relojes, siendo de cuerda, ya presentaban suficientes errores y tiempo nominal llega un minuto antes. Con la hora solar se creparadas como para que alguien notara que de vez en cuando aban las paradojas de que un tren recorría la misma distancia había segundos bailando. Además, ya era un poco tarde para en diferente tiempo en función de si circulaba de este a oeste o cambiar la unidad numérica babilónica y el problema quedaviceversa, un tren salía de la siguiente estación antes de la hora ba solucionado sin muchas protestas. programada de llegada según la estación anterior, o un mensaSin embargo, los físicos decidieron je de telégrafo transmitido de este a oeste protestar. Si un evento duraba X en parecía que era recibido antes de ser enviaun año concreto, pongamos un do, y todo sin necesidad de recurrir a la Con la hora solar un tren recorría segundo de duración, no podía ser magia de la física cuántica sino simplela misma distancia en diferente que al cabo de seis meses y en otra mente a la hora local. tiempo en función de si circulaba latitud el mismo evento durara un La gran estandarización del tiempo se de este a oeste o viceversa. segundo y pico, ya que la promesa inició a finales del siglo XIX en Inglaterra de la física es ser constante y fundatomando como punto cero el meridiano mentarse en la predictibilidad de los resultados de un mismo del observatorio de Greenwich. Cómo no, el Astrónomo Real experimento en idénticas condiciones. Así que los físicos se de Greenwich se opuso, alegando que entonces un reloj solo inventaron en 1967 el ‘reloj atómico’ y lo impusieron al mundo, haría que mentir. Nadie le hizo caso. Diversos países comenzadefiniendo el segundo, estilo pregunta de trivial, como “la ron a estandarizar su propio tiempo y las necesidades de duración de 9.192.631.770 oscilaciones de la radiación emitida comunicación transnacionales, como el telégrafo, crearon la en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado funexigencia de una globalización temporal usando un mismo damental del isótopo 133 del átomo de Cesio (133Cs) a una marco de referencia al que referir los tiempos locales. En 1884, en una conferencia en Washington DC, se decidió que se adoptemperatura de 0 Kelvin.” El segundo quedaba de esta manera taba el sistema de zonas horarias con Greenwich como centro fuera de toda experiencia humana y desnaturalizado de la del mundo. El país que más se resistió fue Francia, quien siguió Tierra, decretando así lo que es un día y dándole igual lo que mostrando su cero temporal en París hasta 1911, con sus 9 tarde nuestro planeta en rotar. Eso sí, de vez en cuando, toca minutos y 21 segundos de diferencia. quitar o poner segundos por la diferencia de este tiempo atóY así la mecanización obligó a alejar un paso más el tiempo mico perfecto con lo que realmente dura un día. de la realidad natural.

Minutos Con origen latino, la etimología de minuto proviene de la pars minuta prima (primera parte pequeña) de una hora, y un segundo la pars minuta secunda (segunda parte pequeña). Por supuesto, en el mundo latino y medieval un minuto era una

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Horas Si se considera que una hora es la división de una rotación terrestre por 24, por decir un número sumerio al azar, la lógica no mecanicista (contraria a la actual) dicta que las horas no

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pueden durar lo mismo dentro de un día natural. Y así fue, las ridad. Cabe destacar que la antigua China, con su propia hishoras no siempre han tenido una duración fija. Los antiguos toria de medición temporal, empleó un sistema decimal para egipcios adoptaron un sistema en el que dividían el tiempo de medir las horas del día, además de uno basado en el 12, conluz de un día en 10 partes iguales, más una para el amanecer y tando incluso los días en grupos de 10. otra para el anochecer, y la noche en 12 partes, siguiendo esta Días base matemática a raíz del número 12 que ya venía de lejos. Sin Durante el año, la duración de un día cambia y un día puede que supusiese un gran problema asumir la elasticidad del durar 7,9 segundos más o menos que 24 horas en función de la tiempo, estaba integrado en la normalidad que las horas tenvariación de la velocidad de rotación de la Tierra sobre su eje. drían una longitud mayor o menor en función de la posición Para hacerlo fácil y tomando como referencia al astro rey, hay del planeta con respecto al Sol dado que el tiempo de luz, más 365,2421875 días solares en un largo en verano que en invierno, se año (medido desde el ecuador del seguía dividiendo por 10+2, al igual trópico, si no el cálculo se complique el de las largas noches de ca). Si se mide el día sideral, es invierno y las cortas de verano. Su decir en relación a un cuerpo ceinfluencia se traspasó al mundo leste, el día se embrolla dado que heleno, quien mantuvo un sistema un día son 23 horas, 56 minutos y dual de horas, regulares para apli4,09 segundos, o 0,99726968 de un caciones astronómicas y estaciodía solar de 24 horas. nalmente flexibles para el día a día.

Además, tradicionalmente la roY, del mundo heleno, llegó hasta la tación de la Tierra ha estado perépoca medieval. diendo velocidad, alrededor de 2 Esta lógica generó la siesta. milisegundos por siglo (cada uno Etimológicamente ‘siesta’ proviene que considere un segundo lo que de sexta, en referencia a la sexta crea conveniente). Hace 100 millohora del día, es decir, el centro del nes de años, había 380 días en una día diurno y, por tanto, el momento revolución alrededor del Sol y el en el que el Sol está más elevado y día duraba 23 horas y 20 minutos. hace más calor y provoca mayor Pero la acostumbrada desacelerasomnolencia. ción de la velocidad de rotación de Cuando los relojes mecánicos la Tierra tampoco ha sido constanaparecieron, al principio los más te, sujeta a fenómenos geológicos. sofisticados indicaban las horas no Un terremoto, como el de Japón de regulares como lo haría un reloj so8,9 en 2011 o el de Chile de 8,8 en lar. Sin embargo, una vez la meCalendario romano 2010, variaron la velocidad de rocánica fácil ganó y se normalizó el tación terrestre y su ángulo de inclinación, acortando el día en uso de horas regulares, por comodidad se empezaron a contar 1,8 y 1,26 microsegundos respectivamente. El de 9,1 en los dos bloques de 12 horas sumerio-egipcios no desde el amaSumatra en 2004 en 6,8 microsegundos. necer sino desde el mediodía.

En 2020, sin embargo, los científicos realizaron un hallazgo El mayor intento revolucionario de cambiar la duración de inesperado. La Tierra ya no se está desacelerando sino que ha una hora provino del espíritu ilustrado post-toma-de-laempezado a girar más rápido. El porqué no está del todo claro; Bastilla. En su búsqueda de la racionalidad, los dirigentes franuna teoría es que se debe a la redistribución de masa causada ceses decidieron romper con la tradición babilónica, sumeria, por el derretimiento de los casquetes polares. egipcia y griega y proclamar que el día estaba compuesto por Para multitud de aplicaciones tecnológicas, esta variación es 10 horas y cada hora por 100 minutos. Se hicieron relojes deciun complejo problema, dada la precisión que requieren los sismales y se impuso a la población el nuevo tiempo revolucionatemas actuales basados en el reloj atómico. Ha sido habitual rio. El experimento duró 17 meses, dada su enorme impopula-

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introducir “segundos bisiestos” para compensar la diferencia entre el reloj atómico con el día real de rotación, habitualmente un segundo cada 21 meses (llevamos más de medio minuto añadido), y la nueva variabilidad rotatoria terrestre debería forzar a crear su opuesto, “segundos bisiestos” negativos. Sin embargo, en noviembre de 2022 el organismo oficial encargado decidió abandonar la introducción de segundos bisiestos y dejar que se vaya acumulando la diferencia. En el futuro, ya se verá qué se hace. Si hay humanos en el planeta dentro de un siglo, que se encarguen ellos de solucionar el problema.

meses tradicionales y a un día de descanso común, pero no a la semana tradicional. Ahora los días de descanso eran el día 6, 12, 18, 24 y 30 de cada mes (excepto en febrero). La gente reaccionó tomándose cada sexto día de descanso y el día siguiente también, al estilo de fin de semana de toda la vida. En 1940 Stalin se dio por vencido y restauró la semana de siete días de manera oficial.

El cuándo empieza la semana aún es motivo de desavenencias, pudiendo ser sábado en países de Oriente Medio y el norte de África, domingo en Norteamérica y varios países de Latinoamérica o lunes en Europa, China, Rusia y Australia.

Semanas Meses El concepto de semana occidental es la fusión de dos tradiAnte la clara lógica que rige a segundos, minutos, horas, días ciones, por un lado la religiosa y por otro la astronómica. La y semanas, es fácil entender la organización de los meses. tradición judía, luego adoptada por la cristiana, presenta una La etimología de ‘mes’, indoeuropea con origen en la sílaba concepción de la semana de siete días a empezar a contar ‘men-/mon’ en referencia a la Luna, indica su concepción: el desde el Sabbath, el sábado y, al mismo tiempo y puede que de ciclo lunar, ese orbital de 27,3 días y fásico de 29,5 días. A estas forma relacionada, la semana nace de los cuerpos celestes visialturas, a nadie se le puede volver a ocurrir la racional idea de bles en el firmamento. En el caso latino, los días cogen sus emplear 13 meses de 28 días exactos nombres de la Luna, Marte, Mercurio, más un día extra de fiesta (o dos si es Júpiter, Venus, Saturno y el Sol, modifiEn 2020 los científicos descubrieron necesario un año bisiesto por los cándose estos dos últimos. decimales de un año solar respecto a Además, desde Babilonia, los días de que la Tierra ya no se está la revolución de la Tierra) si, tal y cola semana son siete al considerar que desacelerando sino que ha empezado mo está el calendario, es más dila medida siguiente, un mes de un a girar más rápido. vertido. ciclo lunar de 28 días, era más manejaLa culpa de tanta diversión, si es de ble si se dividía en 4 bloques. Cómo no, alguien, es de Rómulo. Cuenta la leyenda que Rómulo, el fundala Luna no tarda 28 días en dar una vuelta alrededor de la Tierra dor de Roma, dividió el año en 10 meses. Así, para los romanos sino 27,3 y, para hacerlo más fácil matemáticamente, 29,5 días el año comenzaba en primavera con Martius (Marzo, de Marte, en volver a la misma fase. Ya se puede empezar a ver el imposidios de la guerra), seguía con Aprilis (Abril, de aperire, apertura, ble intento de acoplar un calendario lunar, cuya sombra perraíz que nos ha dado también el aperitivo), después Maius siste, dentro de uno solar.

(Mayo, de Maya, diosa de la floración), Iunius (Junio, de Juno), Aparte del intento racional francés de convertir el calendario mes a partir del cual se quedaron sin imaginación y fueron a lo en una campaña publicitaria a favor del sistema decimal, la práctico, llamando a los siguientes por su orden: Quintilis (quinúltima gran tentativa de cambiar la semana provino de la to), Sextilis (sexto), September (séptimo, Septiembre), October Unión Soviética. En 1929, se modificó radicalmente: se mantu(octavo, Octubre), November (noveno, Noviembre), December vo la noción de 12 meses en un año pero cada mes pasaba a (décimo, Diciembre). Nota: es latín, no inglés. tener 30 días, más un extra de 5 días de fiestas nacionales. Estos Lo que nosotros llamamos Enero y Febrero no existían ya meses los componían semanas de cinco días donde cada uno que, siendo una sociedad agrícola, no le veían sentido a contar de estos cinco días era la jornada de descanso para 1/5 de la el tiempo de invierno, que era una simple espera. Posteriorpoblación. La idea estaba fundamentada por un afán producmente se añadió Enero (por Jano, dios de las puertas) y Febrero tivo y otro destructivo de las estructuras religiosas como el (por Februa, el festival de purificación). Se dividió en 12 por domingo. Ante el descontento de la población que vio su conhaber 12 fases lunares completas en el año. Por entonces, los ciliación familiar sesgada (uno siempre puede confiar en la meses tenían 29 o 31 días dado que, lógicamente, los romanos burocracia para garantizar que los miembros de una familia no eran supersticiosos y estaban en contra de meses de 30 por ser tuvieran el mismo día de descanso), en 1931 se volvió a los

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un número par. Solo febrero tenía un número par, uno menos que 29, los 28 famosos, un sacrificio necesario para que el año tuviera un número de días impar. El resultado era un año de 355 días.

Cuando se dieron cuenta del desbarajuste de días al cabo de los años, decidieron solventar esta falta de días añadiendo un Mensis Intercalaris de 27 o 28 días y empequeñeciendo Februarius a 23 días, creando un año de 377 o 378 días. Problema solucionado.

Julio César heredó el calendario cuando nadie sabía qué día era con respecto al año solar. Así que llamó a un astrónomo egipcio, cultura habituada a años de 365 días con días bisiestos incluidos cada 4 años por las variaciones de la crecida del Nilo.

César declaró que el año 46 a. C. tendría 445 días y que al siguiente empezarían con los 365 días y con meses de 30 y 31 días, y que febrero mantenía sus 28 (o 29 en años bisiestos). De paso, él se quedaba con Quintilis, el quinto, y en su propio honor lo rebautizaba a Iulius. Su sucesor, Augusto, no quiso ser menos y decidió apropiarse del siguiente mes, Sextilis.

En el siglo II a. C., por cuestiones burocráticas, los nuevos cargos políticos romanos debieron incorporarse antes del acostumbrado 1 de marzo. Así se empezó a considerar que el año legislativo empezaba el 1 de enero, aunque múltiples países a lo largo de la historia mantuvieron como Año Nuevo el 25 de marzo, aproximadamente el día del equinoccio (quién espera ya precisión) y posteriormente apropiado por el catolicismo como el Día de la Anunciación. Y así es cómo, por ejemplo, el décimo mes, diciembre, es también el duodécimo.

El calendario juliano, cómo no, distaba de ser perfecto. Por 1582, el error acumulado era de 10 días, lo cual suponía un problema bíblico para la celebración de fiestas religiosas, en especial la Pascua. El Papa Gregorio XIII decidió hacer de Julio César (la discusión de quién puede modificar el calendario, si una entidad civil o si es competencia religiosa, ha coleado

durante toda la historia). Declaró 1582 año de 355 días al eliminar 10 días y que el 4 de octubre de 1582 fuera seguido por el 15 de octubre. Lógicamente, Santa Teresa de Jesús murió un 4 de octubre de 1582 y fue enterrada al día siguiente, el 15.

Además, puestos a poner normas, se dictó que los años centenarios que no fueran divisibles por 400 no serían años bisiestos. Por ejemplo, 2000 sería un año bisiesto, mientras que 2100 no. Entre César y Gregorio, la correlación con las fases de la Luna quedaba ya como un mero pálido reflejo.

Por cuestiones políticas y disputas de poder religioso, múltiples países tardaron un poco en adoptar el calendario gregoriano, haciendo interesante la labor de historiadores y almanaques preocupados en datar los acontecimientos. Inglaterra lo asumió en 1752 (el juliano Shakespeare y el gregoriano Cervantes murieron con 10 días de diferencia, es decir, el mismo día, el 23 de abril de 1616). Rusia lo adoptó en 1918 y la revolución de octubre en la rusa zarista-juliana sucedió en noviembre para el resto del mundo gregoriano. Más recientemente, la iglesia ortodoxa en Ucrania ha determinado este recién concluido 2022 que la Navidad cambiaba de día y se celebraba el 25 de diciembre, desmarcándose así de la Iglesia Rusa y la cual señala que Jesús nació el 7 de enero, que era lo que toda la vida había indicado el calendario juliano.

Al final, tanto el Papa Gregorio, como Julio César, Rómulo, los astrónomos y los físicos se han visto obligados a lidiar con la herencia del pasado. Al resto de la población, el calendario nos ha venido impuesto. Entender los marcos heredados por los que nos regimos es deconstruir las estructuras del mundo que han sido asumidas sin cuestionar. Y así es como febrero tiene 28 días dentro de un calendario fruto de la superstición, de la emancipación del hombre de la naturaleza por su afán cientifista y mecanicista, de las reformas incompletas y de la loca historia. En definitiva, el calendario es hijo de la naturaleza humana n

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Libros

SOBRE EL SEGUNDO GOLPE ANTIRREPUBLICANO MADRID 1939.

LA CONJURA DEL CORONEL CASADO Ángel Bahamonde Ed. Cátedra. Madrid, 2019 (3ª edición), 265 pp.

Palabras con las que el autor, catedrático de Historia Contemporánea, abre el libro: “El 5 de marzo de 1939, al caer la noche, el coronel Segismundo Casado lideró un golpe de Estado contra el gobierno que presidía Juan Negrín. El plan fue urdido durante meses. Esbozado desde finales de 1938, engendrado en enero de 1939 y rematado en el mes de febrero, el golpe solo encontró la oposición del partido comunista...”. Madrid, la ciudad resistente, se convirtió en el epicentro del drama, el espacio de la pequeña guerra civil dentro de la guerra civil. El segundo golpe de Estado, no valen otras formulaciones, sangriento y exitoso contra la II República española.

Desde sus propias filas, y con la colaboración de sectores de la CNT, del PSOE y, por supuesto, de muchos militares profesionales (véase apéndice). Para el autor, Franco, mucho más hábil y astuto políticamente de lo que suele afirmarse, y Casado “compartían, a fin de cuentas, la idea común de la superioridad moral de los militares y la desconfianza hacia cualquier política emanada de la soberanía popular. Hablaban teóricamente un mismo lenguaje, pero la realidad es que Franco se limitó a dejar que Casado lo creyera así” Un libro imprescindible, de excelente prosa. Para historiadores y para no historiadores, para todos aquellos ciudadanos que quieren informarse y profundizar en la infamia de Casado y sus compañeros. No es un libro dirigido exclusi-

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vamente a especialistas.

Forman Madrid 1939, la introducción, diez capítulos, la conclusión, un apéndice (¡que no hay que perderse!), la bibliografía y excelentes fotografías de algunos de los protagonistas. Entre los capítulos: “El marco histórico de la conspiración”. “Los militares profesionales de la zona Centro-Sur en la conspiración casadista”, “Los aliados de Casado: la CNT madrileña y el golpe de Estado”...

Hubiera sido de interés la incorporación de un índice nominal y, en mi opinión, una aproximación más detallada a la figura de Julián Besteiro (él fue quien, junto a Casado, anunció por radio la sublevación antinegrinista del 5 de marzo).

Unas breves consideraciones, sucinto aperitivo para el lector: 1. No solo es Casado el protagonista de esta película (real) de felonía e infamia. El golpe de Estado de 1939 “no puede explicarse únicamente por la iniciativa personal del coronel Casado.

Sería una pretensión reduccionista, y estaríamos desatendiendo otras realidades coexistentes y coincidentes en el tiempo y el espacio.” Recordemos que en febrero de 1939 Gran Bretaña y Francia reconocieron al gobierno de Franco como el único gobierno legal de España.

2. Para el autor el modelo de militar leal a la República queda ejemplificado en la figura de Hernández Saravia. Advierte que en absoluto pretende un acta de acusación generalizada contra los militares profesionales que sirvieron a la República. “Decenas de ellos fueron fusilados al terminar la guerra, centenares fueron condenados a altas penas y todos perdieron su empleo”. Pero, en su opinión, muy documentada, tampoco es cierta “la identificación que frecuentemente se realiza entre milita-

Ángel Bahamonde

res no sublevados y afección a la causa republicana, dando lugar a una cuantificación de efectivos militares para los dos bandos que no corresponde en absoluto a la realidad”. Bahamonde ve detrás de ello, con razón en mi opinión, un intento de “revalorizar la victoria franquista sobrecargando la cifra de militares profesionales auténticamente proclives a las diferentes representaciones del mundo republicano.”

3. Para Bahamonde, la prueba más concluyente de que no existió un complot comunista como se ha afirmado centenares de veces “la constituye la ausencia de un plan global del partido para apoyar el hipotético golpe legal que, según Casado, iba a realizar Negrín con el recambio generalizado de mandos en los diferentes ejércitos de la zona Centro-Sur”. Ese plan solo se concibió para Madrid y no con la naturaleza atribuida por el mundo casadista, sino con un carácter defensivo.

La figura, la sensatez, el coraje y la sabiduría política de Palmiro Togliatti destacan una vez más a lo largo de las páginas de Madrid 1939.

Salvador López Arnal

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Libros

UN LIBRO DE LIBROS LA NATURALEZA DE LAS FALACIAS Luis Vega Reñón Ed. Palestra. Lima, 2021, 591 pp.

Para todos los lectores, sin exclusiones, independientemente de sus conocimientos previos en lógica informal o teoría de la argumentación. Y, efectivamente, tres en uno. Cada una de las partes de este deslumbrante ensayo del profesor emérito Luis Vega Reñón, fallecido hace algo más de un año, puede ser considerado como un libro independiente, sin que en ningún momento se resienta la unidad de conjunto del libro editado.

La primera parte se titula: “La naturaleza discursiva de las falacias” y está formado por tres extensos capítulos: 1. La fauna de las falacias y su resistencia a las clasificaciones. 2. Una brújula para orientarnos en el terreno. 3. ¿Por qué hemos de interesarnos por las falacias? La parte II se titula: “La naturaleza histórica de las falacias. La construcción de la idea de falacia: hitos, tradiciones, autores, textos”. La tercera parte, “La esquiva naturaleza de las falacias como objeto de estudio teórico. Problemas y perspectivas” la componen tres capítulos: 1. Los buenos propósitos frente a la realidad. 2.

Variaciones en torno a la teorización de las falacias. 3. Las falacias a través de los espejos de la teoría de la argumentación.

Un magnífico (y muy útil) índice analítico cierra el volumen.

No es necesario presentar detalladamente al autor. Un breve apunte: Luis Vega Reñón [LVR], catedrático emérito de la UNED, es director de Revista Iberoamericana de Argumentación y autor de numerosos artículos de investigación académica y también de divulgación rigurosa. La

naturaleza de las falacias es la edición actualizada y aumentada de La fauna de las falacias, de 2016.

Sin avanzarles nada, un breve apunte sobre qué entiende el autor por falacia y por qué hemos de interesarnos por ellas y por la buena argumentación.

El término falacia, nos recuerda LVR, proviene etimológicamente del latino fallo, que cuenta con dos acepciones principales: 1) engañar o inducir a error; 2) fallar, incumplir, defraudar. Siguiendo ambas líneas de significado, el autor entiende por falaz “el discurso que pasa, o se quiere hacer pasar por una buena argumentación –al menos por mejor de lo que es–, y en esa medida se presta o induce a error

Luis Vega Reñón

pues en realidad se trata de un seudo argumento o de una argumentación fallida o fraudulenta”. ¿Por qué tiene interés su estudio? A los motivos tradicionales (virtualidades tanto formativas como preventivas), LVR alude motivos de diverso orden. Unos, los más filosóficos, “tienen que ver con la pérdida y la restauración de la confianza en la comunicación discursiva, con la sutura del tejido de la conversación que las falacias parecen romper o con la recuperación de la interacción razonable y responsable que parecen amenazar.”

Estas consideraciones no solo tienen

relieve desde un punto de vista de la calidad del discurso, privado o público, “sino que puedan alcanzar a la calidad de vida intelectual si nos remitimos a algunas indicaciones platónicas sobre el papel del debate socrático n el desarrollo del discurso interior y en el mejoramiento del propio yo”.

No se salten las notas al pie de página, son sustantivas muchas de ellas. A remarcar, el interés y las aportaciones históricas del autor.

Ni que decir tiene el interés del volumen desde un punto de vista político-cultural.

Cuidar y mejorar el discurso público, cuya situación está lejos de ser satisfactoria, es una de las preocupaciones y motivaciones poliéticas del autor.

Una hermosa y profunda coda final, cierra el libro: “Por qué hacerlo bien si se trata de argumentar”. Por lo siguiente: “Entre los valores de la argumentación se cuentan, por ejemplo, el cabal entendimiento mutuo; el respeto a uno mismo y a nuestros interlocutores como agentes discursivos autónomos y competentes en la actividad de dar y pedir razones; la asunción plena de las responsabilidades contraídas con la propia intervención en el curso de la conversación argumentativa; el control efectivo de la información y del conocimiento públicos o compartidos”. Estos valores representan, para LVR, una especie de “maximizaciones ideales o racionales de las posibilidades de actuación argumentativa que la argumentación comúnmente practicada a realizar, aunque solo resulten de hecho más o menos realizadas”. En síntesis, una de las tareas filosóficas y políticas más esenciales de nuestra hora.

Salvador López Arnal

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Libros

DE CUANDO LA VIDA SE SUPEDITA AL PENSAMIENTO MORIR POR LAS IDEAS. LA PELIGROSA VIDA DE LOS FILÓSOFOS Costica Bradatan Ed. Anagrama. Barcelona, 2022, 326 pp.

Hace apenas un par de años Víctor Gómez Pin ofrecía una especie de erudita enciclopedia de filósofos que habían padecido situaciones muy complicadas, a veces extremas, que exigían una disposición anímica e intelectual que el autor identificaba con la dignidad y el honor de los filósofos. Algunos de esos filósofos que llegaron incluso a morir por sus ideas son traídos también a la palestra por Bradatan, pero mediante un ensayo muy distinto al de Gómez Pin. En un principio parece que la intención de Bradatan, filósofo rumano de formación británica y profesor en Estados Unidos y Australia, es ensalzar a esas figuras legendarias que han jalonado la historia cultural europea y que son tenidas por ejemplares, aquellos filósofos que han muerto defendiendo sus ideas y su forma de entender el mundo. Es el caso, desde luego, de Sócrates, pero también de Hipatia, Tomás Moro, Giordano Bruno o Jan Patocka. Pero el libro va más allá, o más acá, pues su intención es problematizar esa muerte, y al hacerlo, reconsiderar la figura del filósofo y la de su labor.

En primer lugar, siguiendo al autor, admitimos la validez de su propuesta de filosofía como una forma de vida, más que como una obra teórica o literaria, y la vida del filósofo como una preparación para la muerte. Es cierto que Bradatan aduce ejemplos de sobra ilustres para respaldar esa propuesta, aunque no llegue en ningún momento a cuestionarla, bastándole darla por supuesta y esperar

Costica Bradatan

que el lector también la asuma. Hecho.

De la mano de Montaigne, Heidegger o Simone Weil provisionalmente compartimos una visión de la filosofía que la inscribe en esa tradición que Pierre Hadot reconstruyó y Foucault teorizó en la última parte de su Historia de la sexualidad.

Y valoramos todos esos “ejercicios” preparatorios para la muerte, así como las reflexiones acumuladas sobre nuestro inevitable final.

Pero Bradatan quiere más. Pretende hacernos sentir el cuerpo del filósofo que muere, pues la muerte no es un supuesto teórico, una ficción literaria: es un hecho biológico que atañe a un cuerpo que sufre, anhela, suda, llora y se angustia. Tenemos a los filósofos que asumen la tarea de pensar sobre sí y sobre el mundo. Entendemos su trabajo sobre sí mismos para convertirse en su mejor obra, en filosofía viva que trasciende los libros y los escritos. Y apreciamos el valor de la muerte como destilado último del valor de una vida entera. El acto que le da sentido y la hace legible, interpretable; que la hace, realmente, significativa. Ahora bien: ¿Cuál es, exactamente, ese significado? No solo hay filósofos que mueren por sus ideas; muy pocos lo hacen: lo normal es que mueran en sus camas, bastante

olvidados del mundo y de sus cuitas.

Puede que una filosofía genuina, tal como la presenta en esta ocasión Bradatan, exigiera, en última instancia, ser capaces de dar la propia vida por ella, identificando lo pensado con lo vivido y haciendo a la muerte ejemplo de coherencia y probidad, pero, afortunadamente, pocas veces se llega a esos extremos.

Quien sí llega a ellos por necesidad es el mártir o el terrorista. Quien se inmola no puede saltarse ese dramático paso. Ese es, sin duda, el clímax de la obra, su justificación. Igualmente, el terrorista no puede esquivarlo, pues esa violencia es la excusa absoluta para su conducta, no puede disociarlas. El mártir pasa a la historia no por sus obras o sus escritos, sino por su martirio, por su sacrificio, si no buscado, sí asumido como ejemplo, como lección. El filósofo no muere para dar ejemplo, muere, al fin y al cabo, porque no le queda más remedio. Porque tampoco puede defenderse. El filósofo que es hostigado hasta morir cumpliría la función del “chivo expiatorio” tal como la propuso René Girard en sus estudios sobre la relación entre la violencia y lo sagrado. Así, el filósofo sería tomado como víctima más que por su peligrosidad por su carácter un tanto excéntrico, liminar, y por su incapacidad para vengarse o tomar represalias. Con su muerte la sociedad pierde a un pensador, pero gana un símbolo y puede inaugurar un nuevo comienzo, una nueva tradición. Pero no termina ahí, Bradatan. Da un paso más.

Una ironía final reduce la filosofía a una mascarada y convierte al filósofo en un actor que sabe fingir hasta el final. Un paso audaz, quizás en falso, que habrá que estudiar. De momento, bienvenido este original e interesante trayecto por la peligrosa vida de los filósofos.

Antonio García Vila

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Libros

PARA DESPERTAR EL INTERÉS EN LA CIENCIA POR QUÉ Y CÓMO SE HACE LA CIENCIA Pere Puigdomènech Ed. Los Libros de la Catarata.

Madrid, 2021, 133 pp.

El objetivo de este ensayo de la colección “¿Qué sabemos de?” lo señala el autor en la Introducción: “A lo largo del libro se presentan temáticas que son objeto de debates complejos entre especialistas...

Si alguna de estas consideraciones despierta la curiosidad del lector y le anima a estudiar en profundidad estos temas y participar en su debate, el libro habría cumplido con su objetivo”.

Una hermosa cita de Santiago Ramón y Cajal abre el libro. Son muchos los asuntos comentados en él, ninguno insustancial. No hay cientificismo fanatizado –“la ciencia ella misma se impone unos límites en su manera de actuar fuera de los cuales la actividad científica no tiene sentido”– ni olvido de aspectos sociales y poliéticos: “La ciencia no puede ignorar las necesidades globales que están incluidas en estas declaraciones [de las Nacionales Unidas, Objetivos del Desarrollo Sostenible] y es una parte de la reflexión ética de los profesionales de la ciencia que estos objetivos se consideran cuando se realiza o se prioriza algún tipo de investigación”.

Un breve apunte sobre el autor: Pere Puigdomènech [PP], licenciado en Ciencias Físicas y doctor en Ciencias Biológicas, ha sido director hasta 2002 del Instituto de Biología Molecular de Barcelona.

El libro está estructurado en una Introducción, nueve capítulos, la conclusión y un breve apartado de lecturas recomendadas. Los títulos de algunos capítulos:

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Pere Puigdomènech

“La aventura de la ciencia”, “Las funciones de la ciencia”, “Quién financia la ciencia”, “La comunidad de la ciencia en un mundo digital”, “Ciencia y ética”, etc.

Cada uno de ellos está dividido en breves apartados.

El punto de vista desde el que el libro está escrito “es el de un profesional de la ciencia que ha dedicado toda su vida a ella”.

Hay desde luego otros puntos de vista posibles, sin embargo, para PP, “esta perspectiva tiene la ventaja de poder trasladar al lector una visión desde dentro de la actividad científica”. Es el punto de vista de alguien “que está convencido de que la investigación científica es una de las actividades más apasionantes a las que un individuo puede dedicar su vida profesional”.

Como aperitivo, algunas observaciones y conjeturas del autor: 1. En el informe de la OCDE de 2019 se calcula que globalmente, entre sus países miembros, el 70% del gasto en investigación lo realizan las empresas y el 30% los gobiernos. PP considera posible, acaso con exceso de optimismo, una colaboración positiva, justa y razonable entre la investigación pública y la privada.

2. Defensa de la ciencia básica.

Una gran parte de la investigación científica “está guiada por la curiosidad misma

del investigador o investigadora. A menudo este tipo de investigación es la que se denomina ciencia básica o ciencia no orientada y es una parte importante de la investigación que se realiza en los laboratorios públicos”.

3. A favor de la ciencia ciudadana “que engloba un conjunto de actividades científicas en las que el ciudadano que no es profesional de la ciencia es un actor principal de las mismas”. PP nos recuerda que “existen experiencias en algunos países en los que se ha pedido a los ciudadanos su opinión sobre las prioridades en la investigación científica, lo cual es una referencia importante cuando existen recursos limitados”.

4. Por una ciencia libre y responsable. Una de las reacciones de los poderes políticos, advierte PP, es tratar de controlar o dirigir la investigación científica en función de sus intereses. “Por ello, reivindicar la libertad de investigación y la libertad académica de expresión de las ideas científicas, junto a las filosóficas o de otro tipo en el entorno académico, es una tarea plenamente vigente. La ciencia se desarrolla en un entorno de libertad y democracia. Y la democracia necesita de una ciencia independiente para su desarrollo.”

Una bibliografía asequible [“Lecturas recomendadas”], en buena parte de filósofos de la ciencia, y un interesantísimo apartado de “Sitios web de interés” cierran este libro, al que no hubiera ido mal un índice analítico como complemento final.

Hay una errata en la página 122: George por Charles al hablar de Darwin.

Salvador López Arnal

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Libros

¿DE COMODINES A TABÚES? MALDITAS PALABRAS Luca Chiantore Ed. Musikeon Books.

Barcelona, 2021, 222 pp.

Escritas durante los meses del confinamiento domiciliario de 2020 y publicadas por Musikeon Books, estas Malditas palabras del pianista, musicólogo y pedagogo Luca Chiantore (Milán, 1966) plantean una revisión ontológica de términos de uso frecuente en la jerga musical y artística, cuya problemática radica en uno de los principios de economía de lenguaje: el número de significantes es muchísimo menor que el de significados.

Se trata de un ejercicio tratado tangencialmente por musicólogos de relevancia internacional en artículos y libros, a los que el autor hace referencia (Rubén López Cano, Mark Evan Bonds Daniel Levitin o James O. Young). Con ello nos sitúa ante una crisis epistemológica que procura deshacer algunos peligros y clichés implícitos, partiendo de un enfoque personal y un ligero tono mayéutico que promueve una actitud performativa de su uso ambiguo, complejo, equívoco y, a menudo, tautológico y para que, tanto aficionados como profesionales de la música, hablemos, escribamos y, sobretodo, pensemos con mayor exactitud.

Desde lo cuantitativo y cualitativo en lo lingüístico, lo filosófico y lo sociológico, Chiantore desenmascara expeditivamente la designación y funcionalidad de unos determinados artificios retóricos muy condicionados por nuestro sistema de categorías, valores, organización perceptiva y de relación con el mundo. Esta higiene conceptual, que resquebraja términos monolíticos, nace de una libertad y diversidad de perspectivas que cotejan

los límites del lenguaje. Unos límites que son, a su vez, los del pensamiento. Con ideas y palabras certeras, incluso cuando parece divagar o entrar en aportaciones demasiado subjetivas, todo el libro extiende una desclasificación que cuestiona paradigmas y etiquetas que, en ocasiones, no sobrepasan el mero intento de transcribir sensaciones pero insostenibles en un examen etimológico y musicológico. Algo que para Chiantore significa una derrota de la palabra y del pensamiento.

En aras de una legitimidad y claridad metodológica, al inicio de cada capítulo expone las definiciones de cada vocablo extrayéndolas de tres fuentes distintas: de la edición electrónica del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española; del Diccionario de uso del español de María Moliner y del Diccionario del Español Actual elaborado por Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos. De este modo y en la primera parte, diez capítulos de diferente extensión (desde las cinco páginas de “esencia” y “musicalidad” a las veinte de “Clasicismo” o las veintiocho de “sentimiento”) establecen sinergias que hilvanan una red que correlaciona ideas expuestas en un tono asertivo, coloquial y directo, con un léxico accesible y con una redacción locuaz, fluida y bien construida en la sucesión de argumentos, sin abusar de un estilo retórico/poético fértil en metáforas y metonimias.

Esta especie de suite terminológica también ofrece lecciones de historia de la música en un itinerario que bascula de lo

concreto a lo general y de lo general a lo concreto, cimentando un juego de reflejos que ilustran y desmontan un variopinto abanico de cuestiones: desde los automatismos aprendidos por el genio hasta la creatividad asociada a lo nuevo y no al óptimo nivel de lo existente; pasando por la constante mutación de toda esencia, y otros temas como la inspiración, que Chiantore sostiene es algo que viene de dentro y no de fuera. También desgrana el embrollo entre el sentimiento, el afecto, la emoción y la pasión con el que el autor recuerda la importancia de la inteligencia emocional y la empatía necesarias que genera la música a diferentes niveles. Igualmente sustanciales

Luca Chiantore

son las razones por las que la musicalidad no tiene nada que ver con lo musical, así como las justificaciones contra la regularidad, la simetría y el equilibro de las frases melódicas del Clasicismo en base a numerosos ejemplos de la obra de Mozart. Si por un lado especifica la interrelación y diferencias entre versión, tribute y cover, los dos últimos más abundantes en el mundo de la clásica bajo el ropaje de la primera; por otro lado, en el tintero han quedado términos igualmente conflictivos como “lectura” y “ejecución”.

Su denuncia se desmarca de la perspecti-

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Libros

va eurocentrista y de la esterilidad autorreferencial de la música clásica. Precisamente define esta música como algo más que un repertorio o una manera de recrearlo, puesto que implica una historia y unas formas de sentir espacios, códigos y valores estéticos. Además refuta su pretendida superioridad frente otras músicas. Por esta razón, la parte central, Intermezzo, reflexiona sobre el tópico de la música clásica como música compleja frente a la –supuesta– simplicidad de la música pop urbana. Lo hace a partir del comentario del “exitazo” que obtuvo la canción Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee en 2017. Con esto, Chiantore afila ese prurito suyo analítico, sagaz y provocador, recordándonos que las preguntas –como las suyas– pueden ser individuales, los debates colectivos y las convenciones son institucionalizadas. Por últi-

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mo, en el tercer bloque cavila sobre términos que sí considera válidos, como el de ámbito, y acaba con un alegato a favor de la docencia y las escuelas en su capacidad adaptativa y comprensiva de una pluralidad de prácticas y de conocimientos que ayuden a encajar en un cada vez más difuminado y menos hegemónico mundo de la música clásica.

Aún con un desarrollo que podría condensarse sin perder relieve categórico, Luca Chiantore propone un ejercicio ante el que, a veces, no ofrece más salida que la de prescindir de unas palabras que, malditas o no, pasan de ser comodines a ser posibles tabúes derivados de una posición de escucha y pensamiento de lo sónico. Con ello apela a una ética más generativa y de carácter retroactivo que cuestiona los mecanismos conscientes e inconscientes causantes, a menudo,

de una comprensión en falso de lo referido bajo un aparente velo teñido de exactitud. En este sentido, su deconstrucción es también una acción política por cuánto amplía o restringe los límites semánticos y sociales de la terminología abordada. Es decir, de las estructuras e infraestructuras lingüísticas, cada vez más erosionadas desde nuestra subjetividad y la deformación provocada por la inercia de la lengua como ente vivo. En conjunto, esta monografía participa de los ejes de transversalidad, novedad y apertura hermenéutica predominantes en parte de la musicología actual de alcance internacional y en la redefinición del marco teórico de significación estética, filosófica, social y cultural de las ciencias de la música.

Albert Ferrer Flamarich

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EL VIEJO TOPO

El conflicto ruso-ucraniano Giulio Palermo El imperialismo estadounidense a la conquista de Europa

El conflicto ruso-ucraniano no estalló el 24 de febrero de 2022 con la intervención militar rusa, sino que tiene raíces lejanas. Tan distante que la verdadera pregunta que hay que hacerse no es ¿por qué la guerra? sino, ¿por qué ahora? Este libro recorre los orígenes históricos y políticos del conflicto y se centra en sus consecuencias económicas.

De la imagen que se desprende, el por qué ahora tiene poco que ver con Rusia, ni con Ucrania, sino con las estrategias de Estados Unidos en Europa. También se entrelaza con otro gran proceso de nuestro tiempo: el estallido de la pandemia, que marca una brusca aceleración de las relaciones entre Estados Unidos y China en la transición hacia el nuevo mundo verde y de alta tecnología, basado en las energías renovables. Desde este punto de vista, la política aparentemente suicida de la UE hacia Rusia no es simplemente el resultado de la subalternidad con respecto a Estados Unidos. Por el contrario, refleja intereses económicos precisos, con ganadores y perdedores incluso entre el capital europeo.