El Viejo Topo | Número 422 | Marzo 2023

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Portada: Activistas Red Rebels de Extinction Rebellion

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The Silicon (Valley) Doctrine Las ideologías de las Big-Tech POR JAIME CARO MORENTE

40 Contra el reformismo y el espiritualismo Entrevista a Alfredo Apilánez POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

Una Browning para ti POR HIGINIO POLO

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48 Agenda 2030 y capitalismo verde POR JOSÉ ANTONIO BIELSA ARBIOL

La internacional neonazi sueña con alcanzar el poder con las armas de la OTAN POR MICHELE MANFRIN Dossier: Ecologismo y capitalismo

54 Crisis agraria y dilema energético POR MIQUEL AMORÓS 59

Pasolini y los años de plomo Entrevista a Simona Zecchi POR JAVIER ENRÍQUEZ ROMÁN

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Libros

30 Cartografía mínima de un ecologismo en ebullición POR ADRIÁN ALMAZÁN 36 La negación capitalista de la realidad sistémica POR VINCENT LAUPIES

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret. Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. REDACCIÓN: Genís Plana DISEÑO: Miguel R. Cabot, Elisa Nuria C. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN 0210-2706, Depósito Legal B-40.616-76. Impreso en España. El Viejo Topo no retribuye las colaboraciones. La redacción no devuelve los originales no solicitados, ni mantiene correspondencia sobre los mismos. Los colaboradores aceptan que sus aportaciones aparezcan tanto en soporte impreso como en digital.

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The Silicon (Valley) Doctrine Las ideologías de las Big-Tech por Jaime Caro Morente

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ilicon Valley es la sede de muchas de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo. Sus propietarios y directivos diseñan planes para el futuro de la humanidad. Este artículo aborda las distintas ideas que cimentan sus inquietantes intenciones.

En el imaginario social se piensan las grandes empresas tecnológicas (o Big Tech) asentadas en Silicon Valley (California, Estados Unidos) como si fueran un ente monolítico. De hecho, solemos referirnos a las gigantescas empresas que ahí se encuentran con el concepto de “Silicon Valley”, y englobarlas como parte de una misma realidad que incluso llega a personificarse: “el Silicon Valley se reúne con el presidente de los Estados Unidos” o “Silicon Valley va a la guerra de Ucrania”.

Se presupone que desde el interior de Silicon Valley se irradia una ideología compacta, la cual estaría relacionada con ese “progresismo” estadounidense al que también se conoce por el vocablo anglosajón “woke”. Tanto la izquierda como la derecha criticarían esa supuesta entidad monolítica que constituiría el binomio “Silicon Valley / Globalismo”. Sin embargo, la realidad es distinta.

Las empresas que se encuentran en Silicon Valley no constituyen un ente unívoco. El objetivo de este texto es, precisamente, quebrar esa imagen. Con ese propósito, explicaré la historia interna de Silicon Valley y su particular “Doctrina Política”. También desentrañaré las ideologías de derecha reaccionaria que ahora mismo ganan terreno en Silicon Valley. Finalmente, basándome en la interpretación de pensador Evgeny Morozov, explicaré cuál es el único aspecto en que Silicon Valley sí es monolítico: su economía política.

The Silicon (Valley) Doctrine La zona californiana cercana a la ciudad de San Francisco que hoy en día conocemos como “Silicon Valley” es de una

creación bastante reciente y muy apegada a los eventos de la Guerra Fría. Esta zona estaba casi totalmente deshabitada hasta que, en los años 40, se estableció una base del ejército estadounidense y luego, en la década de los 50 y 60, se empezaron a crear empresas tecnológicas que eran prácticamente subsidiarias del recién creado Complejo Industrial-Militar estadounidense.

Sin embargo, los eventos que nos conciernen verdaderamente son más recientes. Durante los primeros años del 2000 hubo una “renovación” en lo que respecta a cómo se articulaban las empresas de este valle y a su relación con el gobierno estadounidense. Aquí cabe señalar dos eventos que, pese a ser independientes entre sí, provocaron una reformulación completa de lo que era Silicon Valley, alumbrando el valle que conocemos hoy en día. Uno de los eventos corresponde a las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos, y el otro corresponde al reventón de la burbuja de las empresas “puntocom”.

La consecuencia más inmediata del 11-S para la política interna estadounidense fue la aprobación de la Patriot Act, o lo que viene siendo la aprobación de una ley con la cual la privacidad de los ciudadanos estadounidenses se ponía en entredicho y se supeditaba totalmente a “los intereses de seguridad nacional”. Por lo tanto, esta ley creaba las condiciones jurídicas para poder realizar una vigilancia masiva de la población, actividad que solo se podría conseguir con una muy elevada inversión tecnológica. En paralelo, el reventón de la burbuja de las “puntocom” demostró que ese negocio ya no era rentable y se

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necesitaba una reformulación de la actividad empresarial asociada al sector tecnológico. En ambos casos, se contó con el apoyo del Estado estadounidense.

Pese a lo dicho en el párrafo anterior, falta mencionar el que fue el gran catalizador que dio forma a lo que conocemos hoy como Silicon Valley: la crisis del capitalismo del 2008. Esta crisis provocó que los capitales globales huyeran y se refugiasen en “nuevos sectores” a través de los Venture Capitals (fondos de

Las almas ideológicas de Silicon Valley son: libertaria, neoliberal y liberal-progresista.

alto capital riesgo). Es decir, a partir de 2008 se empezó a regar Silicon Valley con ingentes cantidades de dinero público y privado. Detrás de Silicon Valley hay una colaboración públicoprivada que permitió crear las grandes empresas que dominan hoy el capitalismo global, como pueden ser Alphabet (matriz de Google), Amazon o Apple.

Se debe tener en cuenta que este “Capitalismo Digital” no es otra cosa que una evolución más del capitalismo. Durante la época neoliberal el “capitalismo industrial” se convirtió, favorecido por la desregulación financiera, en un “capitalismo financiero” que a partir de 2008 encontró un nuevo sector sobre el que situarse: el digital. Se trata de un esquema eurocéntrico, pero que facilita la comprensión del proceso descrito.

Con esta breve historia de Silicon Valley podemos entender mejor lo que es su Doctrina, la cual se asienta en tres pilares: 1) extracción de datos (data), 2) control del flujo de información y comunicaciones, y 3) explotación laboral.

Los NRx plantean una monarquía autoritaria ejercida por un CEO de Silicon Valley.

Asimismo, tres serían las “almas ideológicas” de la Doctrina de Silicon Valley: 1) la libertaria, 2) la neoliberal, y 3) la liberal (en el sentido anglosajón, liberal-progresista). Todas estas almas se tensionan y articulan a la perfección debido a la propia historia “vital” de Silicon Valley. La “libertaria” es aquella que exige que el estado no intervenga en la particular economía de Silicon Valley para así poder crear unos monopolios que muchos CEO’s (Chief Executive Office, directores ejecutivos) piensan que son más eficientes en el capitalismo. En aparente

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contradicción con la anterior, el alma “neoliberal” es aquella que todavía exige la intervención del Estado, pero lo hace solamente para salvaguardar los intereses de las compañías empresariales alcanzando determinados acuerdos (por ejemplo, en materia de “privacidad”) con el Gobierno estadounidense. Esta alma, de crucial importancia, se mezcla con el alma “liberal-progresista”, caracterizada por un mensaje antirracista, antimachista y de superación individual, en su aspiración de individualizar a la masa de la sociedad.

Sin embargo, puesto que sus soluciones son fundamentalmente neoliberales, Silicon Valley experimenta un daltonismo con respecto a la cuestión racial y de género; es decir, trata los problemas estructurales desde el punto de vista individual, lo que convierte en inoperantes sus soluciones. Cabe decir que, debido a ese daltonismo racial, la tecnología que crea Silicon Valley participa del sistema racista estadounidense, y contribuye a reproducirlo.

Igualmente, puesto que “el individuo” sería la instancia desde la cual procedería cualquier solución a los males del mundo, Silicon Valley expresaría una tendencia hacia el autoritarismo: “un genio es el que nos puede salvar”. Y ese “individualismo autoritario” se combina con el “solucionismo tecnológico”, a saber: “ya surgirá alguien inteligente que dé con una herramienta tecnológica para poder solucionar los problemas… por ejemplo, el cambio climático”. Aquí podríamos insertar figuras como la de Elon Musk.

La pulsión autoritaria y sus particulares ideologías Por lo tanto, y sin tener en cuenta la economía política de Silicon Valley, si algo une las tres almas que laten en su interior eso es la pulsión autoritaria resultante de su individualismo exacerbado. Esta pulsión antidemocrática, pues resulta contraria a las masas populares, se traduce en ideologías particulares que, además de ser devotas del solucionismo tecnológico, son profundamente elitistas.

Cronológicamente, la primera de las ideologías particulares que se desarrolló fue la “neorreaccionaria” (NRx como ellos prefieren escribirla), cuyo principal ideólogo fue el ingeniero Curtis Yarvin (aunque el filósofo inglés Nick Land la completó después con sus ensayos sobre la Ilustración Oscura). Curtis Yarvin comenzó a escribir un blog a principios de la década de los 2010, justo cuando Silicon Valley se estaba reformulando en lo que conocemos actualmente. Sus escritos eran bastante crípticos e incluso algo confusos, de modo que no eran muy leídos, pero inspirarían a Nick Land para teorizar sobre una Ilustración Oscura de la que nacería el movimiento de los neorreacionarios.

Los NRx (o neorreaccionarios) se califican a sí mismos como

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antiilustrados, antimodernos y, por lo tanto, antidemocráticos, antiigualitarios y antiliberales. Dado su nombre, asumen que están reaccionando contra lo actualmente existente; y ello, la reacción a lo existente, es un rasgo esencial que comparten con la Alt-Right (la derecha alternativa), pero, a diferencia del carácter de masa popular que caracteriza a la Alt-Right, los NRx asumen una disposición elitista, diríamos aristocrática. Según su interpretación del mundo, existe toda una estructura de pensamiento (que denominan “La Catedral”) que es moderna, democrática y progresista, y que debe de ser derribada. Esta “Catedral” estaría conformada por universidades, colegios, el

Estado, el gobierno e incluso algunas empresas de Silicon Valley.

Nick Land, quien, como hemos dicho, es junto a Curtis Yarvin el más importante de los teóricos neorreacionarios, está muy influenciado por pensadores que podríamos categorizar como “libertarios de derecha”, es decir, libertarios antidemocráticos. Esta influencia sería crucial en la elaboración, por parte de Nick Land, del nuevo sistema que proponen los NRx. Este sistema exige una regresión a las formas sociales antiguas, las cuales se basarían en una gran monarquía autoritaria que, de ahora en adelante, sería ejercida por un CEO de Silicon

Valley. Aunque, por otra parte, también se contempla un “régimen neocameral” en el que cada representante tenga voz según las acciones que posee de unas empresas determinadas, y estas empresas serían las que, al fin y al cabo, dominarían el ámbito de la vida política y social.

Aparte de las tesis relacionadas con la monarquía de un CEO y la representatividad de los accionistas, debe reconocerse que las propuestas de este sistema social no están demasiado desarrolladas. Por el contrario, el pensamiento neorreaccionario sobre el mundo realmente existente sí está más desarrollado.

Los NRx piensan que todas las personas son desiguales de nacimiento, por lo que va en contra de la naturaleza humana intentar igualarlas a todas. Lo mejor es que cada persona destaque sobre las demás en un salvaje darwinismo social. Piensan que aquellos individuos con un cociente intelectual mayor serán los que dominen el mundo, una tesis bajo la cual subyace la creencia transhumanista de que los más aptos podrán, a su vez, seguir mejorándose a sí mismos para destacar aún más por encima de los demás.

Las cabezas más visibles de este movimiento teórico son Peter Thiel, empresario fundador de Paypal y Palantir Technologies, y el filósofo Hans Hermann-Hoppe. Peter Thiel, además de ser el personaje más importante en todas las ideologías reaccionarias de Silicon Valley, es el punto de unión entre ellas. Podemos caracterizarlo como un aceleracionista que apoya monetariamente a candidatos trumpistas para que la república estadounidense caiga. Piensa que únicamente con el desmoronamiento de la República la gente pedirá que se les subyugue bajo una o diferentes monarquías NRx. Un dato que no se puede dejar pasar es que su empresa, Palantir Technologies, es la mayor contratista del Pentágono. Mientras tanto, Hermann-Hoppe, quien sigue bebiendo de su pasado libertario de derechas, puede considerarse más pacífico. De hecho, piensa que se puede llegar al sistema propuesto por los NRx mediante el separatismo; y esa es la razón por la que apoya proyectos como los del Seasteading Institute, una organización que pretende reunir a millonarios del mundo para posibilitar una nueva sociedad ubicada en plataformas flotantes en medio del océano (estas plataformas flotantes albergarían ciudades que, al encontrarse en aguas internacionales, podrían disponer de sus propias leyes).

Ahora bien, dejando atrás los neorreaccionarios, las dos ideologías qué más están triunfando en Silicon Valley en estos

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años son el “Largoplacismo” (Long-Termism en inglés) y el movimiento pronatalidad, siendo que ambas posturas se interrelacionan. Aquello relevante de estos dos movimientos, que ya han sido considerados por algunos expertos como sectas propias de Silicon Valley, es que sí se cubren con un halo democrático: a diferencia del elitismo de los neorreacionarios, animan a todas las personas capaces a incluirse en ellos. Elon Musk, si bien ha coqueteado varias veces con el movimiento NRx (y, de hecho, uno de sus antiguos amigos es Peter Thiel), actualmente es seguidor del Largoplacismo, y ejerce los preceptos del movimiento pronatalidad teniendo 10 hijos con varias mujeres.

La obsesión de las elites por tener más hijos ha sido una constante histórica. Hablamos de una élite con plena conciencia de clase, que sabe que tiene que reproducirse y que sus hijos son superiores al resto por el hecho de que podrán ser mejor alimentados y mejor educados. Este nuevo movimiento pronatalista, que está integrado principalmente por blancos ricos, tiene una nueva característica: la tecnología. Debido a que su materia de trabajo es la tecnología, los seguidores de este movimiento pretenden usarla para mejorar los genes de sus hijos. Y las lógicas de ello repercuten sobre prácticas eugenésicas para los seres humanos.

Elon Musk, y Peter Thiel han invertido dinero en la creación de una empresa, Genomic Prediction, que actualmente sirve para seleccionar “los embriones más perfectos genéticamente”, y así poder tener a “los mejores hijos”. Pero su objetivo final es el de poder trabajar con el genoma humano a un nivel en el que pueda crear a “superhombres” genéticamente perfectos. Actualmente hay bastantes ingenieros ricos de Silicon Valley practicando este “pronatalismo” bajo estos preceptos.

Por último, el Largoplacismo, que prioriza el futuro de la humanidad a la humanidad actual, es la inclinación ideológica que resumiría a la perfección la pulsión autoritaria de muchas de las personas inmensamente ricas de Silicon Valley. Puesto que, a criterio de sus adeptos, el colapso o apocalipsis de la humanidad es una posibilidad fehaciente, se centran en neutralizar las potenciales consecuencias calamitosas de los riegos actuales. Y aquí es donde debemos hablar del Altruismo Efectivo, que sería la postura pretendidamente ética por medio de la cual resultan legitimados los planes “largoplacistas” con que neutralizar las amenazas que supuestamente acecharían a la humanidad.

Este Altruismo Efectivo, que goza de predicamento entre los gurús de Silicon Valley, consiste en lo siguiente: el individuo (y no la sociedad política) es el agente que decide dónde dar el dinero y para qué, de modo que se es “altruista” porque

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se dona dinero, y a la vez se es “efectivo” porque el dinero va solamente a donde el donante quiere que vaya. Se trata de una fantasía autoritaria por la cual las soluciones que deben salvar a la humanidad dependen de la decisión de aquellos individuos que tienen la capacidad de aportar grandes sumas de dinero.

Como es obvio, un planteamiento sectario como el del Altruismo Efectivo supone, principalmente, una profunda desconfianza con respecto al buen hacer de los Estados. De ahí que los partidarios de estos planteamientos no quieran pagar impuestos, pues consideran que no son “efectivos” para los propósitos que ellos consideran necesarios. Recordemos que su “altruismo” es selectivo. Por ejemplo, si únicamente quieren

que se elimine la malaria, o tal o cual otra enfermedad, carece de sentido contribuir a sostener un sistema sanitario en su integridad. Se trata de un planteamiento en cuya médula se encuentra un profundo antialtruismo.

El Largoplacismo es una ideología que se crea en Oxford, pero que tiene su verdadera explosión cuando llega a Silicon Valley y es recogida por personas con muchísimo dinero. Los largoplacistas operan conceptualmente dándole valor a las personas según su futuro desarrollo, lo que significa que las personas con mejor calidad de vida tienen un valor superior a las que tienen una menor calidad de vida, pues estas últimas no podrían criar a los hijos de la futura humanidad en las mis-

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mas condiciones que las primeras. Y ello funciona a través de dilemas éticos que se pretenden resolver pragmáticamente: si hay dos núcleos de población, uno rico y otro pobre, y hay que destruir a uno, la población sacrificada sería, obviamente, la pobre.

De igual manera, los largoplacistas cuentan con modelos predictivos de supuesta fundamentación matemática, aunque de dudosa efectividad, en virtud de los cuales sería posible predecir las amenazas letales que le aguardan a la humanidad. Así

Las élites pretenden usar la tecnología para mejorar los genes de sus hijos.

pues, según sus modelos, es mayor la posibilidad de que la humanidad sea destruida por una Inteligencia Artificial o por una pandemia diseñada que, por el contrario, a causa del cambio climático o de una guerra nuclear. Ante lo cual, ¿en qué se debería invertir dinero? ¿En revertir el cambio climático o en investigar las inteligencias artificiales? Efectivamente, en las inteligencias artificiales. De hecho, Elon Musk (CEO de Tesla y de Twitter) y Jaan Talliinn (CEO de Skype) han creado una fundación con un presupuesto multimillonario que se dedica únicamente a investigar la forma de evitar que la Inteligencia Artificial nos destruya.

Todas estas ideologías, que a nosotros seguramente nos parecen un tanto bizarras y absurdas, no serían peligrosas si no fuese porque quienes las hacen suyas son personas con muchísimo poder económico y, por lo tanto, muy influyentes políti-

Las soluciones dependen de quienes pueden aportar grandes sumas de dinero.

camente. Incluso están dispuestos a destruir Estados enteros para implementar sus planteamientos.

It´s still Capitalism!

Uno de los podcasts izquierdistas de habla inglesa más escuchados del mundo, The Dig, tituló “It’s still Capitalism” (es todavía capitalismo) a su entrevista al pensador Evgeny Morozov.

Este podcast está inserto en un debate relacionado con una publicación en la New Left Review sobre la naturaleza del “Capitalismo Digital” que venía a preguntarse si esta forma de

capitalismo digital implica un nuevo modo de producción no previsto y, de ser el caso, si es consecuencia de las contradicciones internas del capitalismo.

Hay quienes, como Cédric Durand, consideran que se ha llegado a un nuevo modo de producción al que podríamos denominar “tecnofeudalismo”. Otros, como el citado Morozov, defienden que el capitalismo digital es solo una evolución dentro del capitalismo, pues las lógicas del capital seguirían intactas: se persigue el beneficio, la plusvalía (explotación laboral) y no la extracción de datos por la pura extracción de datos (es decir, se quieren datos para monetizarlos con algoritmos desarrollados para ese fin). Y, posicionándonos al lado de Morozov, hay que decir que esa es la única economía política que tiene Silicon Valley, que es la propia del modo de producción capitalista. Como parte de esta cuestión es que Silicon Valley sí se puede entender como un ente unificado, en tanto que es un sector más del capitalismo, con la única especificidad de articular las lógicas del capital que buscan la ganancia económica a través de una tecnología “diferente” a la de otros sectores.

Entonces, si bien es cierto que no existe una clase capitalista unificada bajo una sola ideología, pues son diversas las ideologías que asumen los capitalistas, es igualmente cierto, por otro lado, que la clase capitalista sí se encuentra unificada y disciplinada bajo las lógicas del capital, de las que no pueden escapar si quieren conservar su posición de clase.

En resumen, la economía política de Silicon Valley no presenta ninguna singularidad especial. La izquierda debe entender que se trata de capitalismo, pero en una fase de desarrollo digital. De igual manera, la izquierda cometería un error si considerase que Silicon Valley posee una ideología unificada dentro de ese progresismo “woke” con que se suele identificar a amplios sectores de Estados Unidos. De hecho, ha sido el objetivo de este artículo quebrar esa visión que se tiene de un Silicon Valley progresista, lo que ha exigido atender a las diferentes ideologías que circulan entre los altos directivos de las empresas tecnológicas más importantes en occidente. Y, de igual manera, ese ejercicio nos permite rechazar la concepción unificadamente globalista que, ahora también desde la derecha política, se tiene de la élite de Silicon Valley.

Se tienen que llamar a las cosas por su nombre: Silicon Valley es un sector más de la economía capitalista, no es necesariamente el más importante, por lo que no se debe personificar en él al Capital. Menos aun dotándole de una capacidad globalista de la que carece n

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Doncella trabajadora que regresa del campo (1940), por Leopold Schmutzler

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Una Browning para ti por Higinio Polo

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reguntémonos si una elevada sensibilidad artística es compatible con la insensibilidad hacia el sufrimiento humano. ¿Cómo es posible combinar la alta cultura con la extrema crueldad, dejarse acariciar por lo excelso mientras se asesina sin piedad?

Unas encantadoras escenas de la película Die grosse liebe (El gran amor), de Rolf Hansen, de 1942, vistas a tantos años de distancia se tornan espeluznantes por lo que ocultaban entonces sobre la situación en el frente oriental, sobre las decisiones de Wannsee y las matanzas planificadas en la Aktion Reinhard.

La película, una obra de propaganda política, narra una historia de amor entre un piloto alemán y una cantante de cabaret, y se convirtió en el mayor éxito cinematográfico durante el III Reich: fue vista por decenas de millones de alemanes. La cabaretera Hanna Holberg, la rubia y hermosa protagonista, era la actriz y cantante sueca Zarah Leander, que interpreta en esas escenas una sentimental canción de decepción amorosa: Davon geht die welt nicht unter (“El mundo no se acabará por eso”). Leander lleva un vestido negro, reina entre los músicos, y los SS y oficiales alemanes se agitan y sonríen de placer, conmovidos. En un momento, las filas de oficiales nazis se cogen de los brazos y empiezan a balancearse, en un ambiente de exaltación y camaradería: el mundo es suyo, les pertenece. El joven poeta nazi Hans Baumann ya había popularizado una convicción: “Hoy, Alemania nos escucha; mañana, lo hará el mundo entero”.

Todavía desconocemos si Zarah Leander, que sustituyó a Marlene Dietrich en el favor del público alemán, se aprovechó de su éxito en la Alemania nazi o bien fue una secreta militante comunista sueca y espía soviética, como aseguran algunas fuentes; por su parte, Rolf Hansen, pese a sus trabajos para el III Reich, salió indemne en la posguerra. Muchos otros hicieron lo mismo, trabajando para los nazis y, sin embargo, pese a la identificación con el nazismo y el fascismo de intelectuales como Alfred Rosenberg, Hanns Johst, Heinrich Anacker, Hans Reiter, Jünger, Heidegger, Carl Schmidt, Marinetti, Pound, Brasillach, Céline, Drieu La Rochelle y tantos otros escritores, científicos y artistas, enrolados en las severas filas de Goebbels o del fascismo italiano y francés, a veces se cuela una tendencia que entre la hojarasca de la estética militarista del nazismo y de

la zafiedad de los rituales mussolinianos detecta en el fascismo y el nazismo que crecieron en la Europa de entreguerrras un abierto menosprecio por el conocimiento, considerando al fascismo un movimiento enemigo de la cultura. No fue así. La nutrida nómina de arquitectos, escultores, pintores, músicos, escritores, cineastas, actores, incluidos en la Gottbegnadeten-Liste de Goebbels basta para desmentirlo.

La gran cultura clásica alemana fue cultivada y apreciada por los nazis: Goethe, Schiller, Bach, Beethoven, Wagner, Bruckner.

Y entre los contemporáneos muchos se adhirieron al nazismo con entusiasmo: arquitectos como Paul Ludwig Troost, que murió antes del apogeo hitleriano, y su esposa Gerdy Troost (¡que vivió casi cien años y llegó a conocer el siglo XXI!); Albert Speer, que construyó la gran Alemania del III Reich; los físicos Walter Dornberger y Wernher von Braun (que pasó de las filas de las SS a ser honrado en la posguerra por Kennedy), o el ingeniero aeronáutico Siegfried Knemeyer, que como Braun acabaría trabajando para Estados Unidos; el viejo Adolf Bartels (cuyos poemas honró Hitler con el escudo del águila, Adlerschild des Deutschen Reiches), y Leni Riefenstahl o el poeta Hans Baumann, cuyas canciones acompañaron las marchas de antorchas del nazismo.

Esa falsa idea del odio nazi a la cultura surge por el pandemónium de la quema por los nazis de libros escritos por comunistas y judíos (¡incluso en el Freiburg del rector Heidegger!), y por la tan utilizada imprecación teatral de Hanns Johst en una de sus obras: “Cuando oigo la palabra cultura... ¡le quito el seguro a mi Browning!”, que abogan esa ficción. Sin embargo, Johst era un intelectual nazi, que llegó a dirigir la Reichsschrifttumskammer que agrupaba a los escritores alemanes, y escribió en 1933 la obra Schlageter, de donde se extrae esa frase, para celebrar la victoria y el cumpleaños de Hitler, haciendo honor a Albert Leo Schlageter, un duro miembro de los freikorps que con los grupos de matones nazis se dedicaba a asesinar militantes comunistas. Porque los nazis no odiaban la

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gran cultura alemana del pasado con la que podían identificar además su proyecto de crear una nueva comunidad, anclada en los valores de la tradición; odiaban la cultura democrática, el antifascismo, la instrucción y las nuevas ideas surgidas en los autores de izquierda, socialistas y comunistas. Esos son los autores que persiguen, los libros que queman.

La tentación de creer que los torturadores y asesinos nazis eran unos sujetos sucios y depravados, feroces e insensibles esbirros que se enrolaron en las filas de Hitler, no tiene nada que ver con la realidad. Christian Ingrao, entre otros, ha mostrado que muchos de los que hicieron posible el universo nazi eran personas cultas, universitarias, y que los intelectuales engrasaron la siniestra maquinaria de las SS. Esos alemanes educados formaron parte también de los Einsatzgruppen que ejecutaban con tiros en la nuca a los prisioneros ante las fosas comunes, seguros de que debía eliminarse a millones de personas en aras de la grandeza de Alemania, de la necesaria amputación de quienes ensuciaban la nación.

La depuración cultural del nazismo hizo del helenismo un instrumento, de la filosofía griega la muestra del vigor de un pueblo, mirándose en un pasado imaginario mientras escarbaba en los mitos románticos, acompañando los rituales de Bayreuth y mezclando el patriotismo nacionalista y la búsqueda del Volksgemeinschaft, purificado de elementos extraños y de la lucha de clases donde actuaban los comunistas: un pueblo alemán unido, místico, puro, como quería Carl Schmitt, una cosmovisión que se refleja en el cuadro de alegres campesinas que vuelven del campo, una de ellas con un acordeón, que pinta Leopold Schmutzler en 1940, o en el lienzo de BernEl universo nazi fue hard Müller de 1941, que muesposibilitado por tra a una joven lánguida y despersonas cultas e nuda ante un gran valle por intelectuales. donde corre un río, mientras una muchacha que toca la guitarra la observa con el rostro inexpresivo; el sexo es casi imperceptible, aséptico. El armazón ideológico nazi cree observar la decadencia del mundo que había traído la Ilustración y la revolución francesa, junto al peligro bolchevique, y opone a ello la virilidad, la fuerza y el gusto por la violencia que debe engendrar una nueva comunidad, depurada de los elementos degenerados, entre los que se encontraban comunistas y judíos, en búsqueda de una modernidad fascista que tiene expresiones diferentes en cada uno de

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La expresión Volksgemeinschaft significa ''comunidad popular”

los países, formas diversas de enfrentar la revolución proletaria y convicciones elitistas que van siempre acompañadas de una ética reaccionaria y de nutridos destacamentos de intelectuales. El nazismo integraba en su proyecto a la burguesía, y a buena parte de la élite intelectual y del pueblo alemán que vibraba ante los radiantes paisajes de acero de la patria.

Los nazis se enfrentaron a la cultura alemana que se expresaba en las propuestas de la izquierda y en las obras de autores judíos, comunistas y de izquierda, y anularon a todos aquellos que no se identificaban con el III Reich. La escena de 1930, donde aparecen Marlene Dietrich, Josef von Sternberg y Peter Kreuder durante el rodaje, y otras con Dietrich en la película El ángel azul del mismo año, dejarán de verse tres años después de su estreno porque Hitler prohíbe la película tras su llegada al poder. Josef von Sternberg era judío y Dietrich ya estaba fuera de Alemania y no quiso volver pese a las ofertas de Goebbels. La fértil y renovadora cultura alemana que se expresaba en montajes como el Der Lindberghflug, de Bertolt Brecht, en julio de 1929, en el festival musical de Baden-Baden, aunque tras la guerra el dramaturgo comunista sintiese la necesidad de anular el nombre de Lindbergh por las simpatías nazis del piloto para dejarlo en Der Ozeanflug; o que se mostraba en La pieza didáctica de Baden-Baden, de Brecht y Paul Hindemith; en las acuarelas de Caspar Neher para el proyecto de decorado de Grandeza y decadencia de la ciudad de Mahagonny, de Brecht y Kurt Weill. Todas esas expresiones de la cultura alemana estaban fuera del universo intelectual que los nazis estaban dispuestos a admitir.

Aunque, ya en 1933, la quema de libros realizada por los estudiantes nazis parecía mostrar un rechazo cerrado y global por la cultura, los dirigentes del Reich eran muy conscientes de la función que podían desempeñar los intelectuales: en ese mismo año se crea la Reichskulturkammer, Cámara de Cultura del Reich, que empezó a dirigir Walther Funk, y englobaba a los departamentos gubernamentales específicos del cine, teatro,

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música, literatura, arquitectura, prensa y radio, bajo el paraguas del ministerio de propaganda, donde todos debían presentar la certificación de ser ciudadanos arios. Fuera quedaban Heinrich y Thomas Mann, Erich Maria Remarque, Franz Werfel, Bertolt Brecht, Hans Erich Nossack, Lion Feuchtwanger y Heinrich Heine (aunque estuviera muerto), que eran judíos o bien alemanes que “habían dejado de serlo”. La resistencia cultural al nazismo se encuentra en la imagen de Brecht, Hans Eisler y Erik Wirl trabajando en una obra teatral, o en el esfuerzo de Viktor Ullmann, que compone en el campo de Terezin, en 1943 y 1944, la ópera L’empereur d’Atlantis ou la mort abdique, con un libreto de Petr Kien, pieza que nunca se representó.

Los nazis no podían aceptar pinturas como la Composición IX, de Kandinski: sus obras fueron retiradas de los museos alemanes y presentadas en la exposición de Arte degenerado de Múnich. Le acusaron de ser “el viejo profesor en la Bauhaus comunista de Dessau”, y la misma suerte corrieron Chagall, Max Ernst, Franz Marc, Paul Klee. Tampoco podían amparar los grabados en madera de Ernst Ludwig Kirchner, aunque fueran tan inocentes como El pianista Klemperer, de 1916, porque después Klemperer se significaría por haber dirigido la Ópera Kroll que suscitaba el odio de la cultura reaccionaria y tuvo que huir en 1933; o las obras de Grosz, pese a dibujos como la Ópera de Wagner, de 1924; ni las litografías de Kokoschka inspiradas en la cantata Bwv 60 de Bach: el austríaco era un “artista degenerado”, aunque ellos honraban a Bach: los nazis podían reflejarse en el vértigo de esa exclamación, O Ewigkeit-du Donnerwort, Oh, eternidad, atronadora palabra, que abre y cierra la pieza musical, ante el Reich de los mil años que estaban construyendo.

El III Reich tuvo una especial relación con la música: no en vano, Goebbels ya había dicho que Alemania era “el primer pueblo músico de la Tierra”. Esa inclinación estaba arraigada en la cultura, en la tradición, en las costumbres de la nobleza del antiguo régimen, de la burguesía triunfante y del proletariado, de Bach a Wagner, de Beethoven a Brahms, de Mozart a Haydn y de los cabarets berlineses de los compositores judíos Mischa Spolianski y Kurt Weill llega al deutschrap de nuestros días. El retrato de Beethoven, de Franz von Stuck, realizado hacia 1905 evoca la pasión alemana por la música, como la escena del sarcófago de Anton Bruckner en el sótano de SaintFlorian, guardado por soldados de las SS en 1943. Ahí están también las imágenes y los reportajes recogiendo el discurso de Richard Strauss en la inauguración de la Cámara de Cultura del Reich, o el nombramiento de Peter Raabe, un especialista en Liszt, como presidente de la Cámara de la Música del Reich en el verano de 1935, reemplazando precisamente a Richard Strauss que, aunque mostró alguna inquietud con el nazismo

Cartel de 1938. “Alemania, la tierra de la música”

tras el episodio de la carta a Stefan Zweig, no por ello dejó de acudir a los actos del partido de Hitler.

El impresionante cartel del águila que ampara los tubos del órgano, con la leyenda DEUTSCHLAND das LAND DER MUSIK. Alemania, país de la música, editado en 1938 por la Sociedad Alemana de ferrocarriles: no hay ninguna duda de que el águila es el Estado alemán que siempre ha venerado la armonía. Knappertsbusch y Furtwängler fueron quienes dominaron la vida musical alemana durante el III Reich. Furtwängler fue, a la vez, jefe de orquesta en la Staatsoper, director musical de la Orquesta Filarmónica de Berlín y vicepresidente de la Cámara de Música del Reich, además de miembro del Senado. Las funciones estaban repartidas: Furtwängler ejercía en Berlín, Bayreuth y Viena; y Knappertsbusch lo hacía en Múnich, Bayreuth y Viena. El busto de Hans Knappertsbusch, hecho por Fritz Behn, da cuenta de su relevancia, mientras Bruno Walter toma el camino del exilio.

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El panfleto de Wagner, El judaísmo en la Rienzi, y Wagner fue elevado a gran música, de 1850, fue utilizado por los nazis y se héroe de la patria. El cartel de Bayconvirtió en una referencia obligada, como el reuth, de 1937, con el autor de folleto de Richard Eichenauer, sobre Música y Parsifal en el lugar del sol, o el busto raza, escrito en 1932, el Abecedario musical de de Wagner, esculpido por Arno Brelos judíos, de 1935, de Hans Brückner y Christa ker (que hizo también muchos retraMaria Rock, y el libro de Friedrich Blume, titutos de dirigentes nazis), situado en la lado El problema racial en la música, que puFestspielhaus de Bayreuth, muestran blicó en 1939. Ya en la guerra, Theo Stengel y el papel central de la música wagHerbert Gerigk califican a los judíos de parásineriana en el universo nacionalsotos y publican listas de músicos hebreos o “casi cialista, que llega al extremo de que hebreos” en su Lexikon der Juden in der Musik, Otto Klemperer figurase como acusade 1940. Los nazis quieren eliminar de la histodo en la exposición de la “Música deria a compositores de origen hebreo: Mendelsgenerada”, por haber “atacado” a sohn, Meyerbeer, Offenbach y Mahler son excluWagner. En cambio, una litografía del idos poco a poco de los repertorios, como viejo Franz Stassen, uno de los pintoSchönberg, Webern, Braunfels, Korngold, Schreres favoritos de Hitler, El crepúsculo Imagen del folleto “Entartete Musik” ker, o el Kurt Weill que colaboró con Brecht. La de los dioses. La muerte de Sigfrido, (“Música degenerada”) música compuesta por judíos o comunistas mostraba ese fragmento de la obra como Hanns Eisler debía ser erradicada, como el jazz de origen de Wagner, precisamente dirigida por Furtwängler, mientras negro, porque los judíos infectaban la vida y la música en los dirigentes nazis se extasiaban ante la partitura autógrafa de Alemania y la habían reducido a una mera cuestión de dinero.

Los maestros cantores de Nurenberg escuchando la escena 5 del El folleto Entartete Musik, con un negro tocando el saxofón acto III. con una estrella judía en el chaqué, o el escándalo de la óperaEl fascismo logró agrupar tras su discurso a la mayoría de la jazz de Ernst Krênek, eran signos de la vida alemana que llevapoblación alemana y a buena parte de sus intelectuales, y su ron al partido nazi a protestar ya en 1928, imprimiendo incluéxito contagió incluso a muchos ciudadanos dudosos e inseguso un cartel llamando a manifestarse contra la representación ros. Anton Weber parecía ambiguo en ocasiones; era fiel a su de la ópera Jonny Spielt aus, de Krênek, en la Staatsoper de maestro exiliado, Schönberg, pero estaba pendiente de la políViena. El cuadro de Max Oppentica del Reich alemán, y pensaba convencer al gobierno nazi heimer, Rosé Quartet, retrata a los del valor del dodecafonismo, sin suerte: pese a que tuvo más La pasión alemana grupos que Goebbels quería liquirelación con los socialdemócratas, el régimen lo consideraba por la música se dar, aunque fuesen vieneses. Ese un bolchevique. Todos los músicos e intelectuales tuvieron que encontraba presente cuarteto de cuerda lo había formadefinirse. Paul Hindemith marchó al exilio en 1938, mientras en los campos do un violinista rumano de origen Carl Orff convivía con los nazis y era muy popular, aunque tras de exterminio. judío, Arnold Rosé, y fue un grupo 1945 quiso rehacer su biografía intentando presentarse incluso de cámara de fama internacional como partidario de la resistencia. En el inquietante Múnich de que se disolvió tras el Anschluss, y varios miembros de la familia 1939, Carl Off supervisa y observa la maqueta para su ópera Rosé acabaron en los campos de exterminio. El nazismo no Der mond. También lo hicieron Herbert von Karajan y Karl soportaba la vida que mostraban litografías como la de Böhm, sirviendo al régimen nazi. Stravinski, pese a que no vivía Kirchner, Café berlinés, de 1914, que contrasta con la fotografía en Alemania, envió una repugnante carta en 1933 a su editor de Heinrich Hoffmann, Un ensemble de jazz en el bar Beguine en Wiesbaden, Willy Strecker: en ella asegura que su padre perde Berlín, de 1929, porque el III Reich ya no iba a tolerar esos tenecía a la nobleza rusa, que nunca ha sido comunista, ni grupos judíos y esas cervecerías y tabernas donde tocaban materialista, ateísta o bolchevique. Habla del “execrable monsmúsica de negros. Hoffmann se había convertido en el fotógratruo soviético”, y carga también contra el liberalismo y el “defo personal de Hitler, además de ser un dirigente nazi desde los mocratismo”. Su editor temía que Stravinski figurase en una años de los freikorps y quien llevó a Eva Braun hasta quien se lista de compositores judíos. Stravinski, autor de obras memoconvirtió en Führer cuatro años después. rables, marchará en 1940 a los Estados Unidos, aunque años Hitler había quedado impresionado por Lohengrin y por después Franco Battiato lo imagine en su Perspectiva Nevski.

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Los nazis utilizaban la música en los campos de exterminio, con finalidad estupefaciente, como en esa escena del prisionero austríaco Hans Bonarewitz mientras lo llevan a su ejecución, acompañado de músicos con el uniforme de rayas de los prisioneros, en Mauthausen, el 30 de julio de 1942. Después, apasionados melómanos nazis descerrajaban un tiro en la nuca a un deportado y luego se estremecían con las notas de Mozart o de Wagner. La mayoría de los intelectuales nazis no se arrepintieron de nada, tampoco la gran mayoría de quienes colaboraron en la peor matanza de la historia de la humanidad, como aquellos honrados profesionales de Hamburgo que integraron el Batallón 101 que fueron capaces de matar judíos a tiros durante horas en una orgía de sangre en Józefów. Todos fueron tratados después con benevolencia por Estados Unidos y Gran Bretaña, considerándolos como simples colaboradores, Mitläufer, del nazismo: las nuevas autoridades de ocupación decidieron que solo habían cometido pequeñas faltas y eso les permitió salir indemnes. Esa historia que se escapa entre el humo en los años turbios y terribles del Puffkommando de Auschwitz-Birkenau donde ejercían la prostitución Charlotte, una compañera de deportación de Liana Millu, y otras prisioneras; esa vida de las “putas de campo” que nos explica Fermi Cañaveras, las mujeres que llevaban tatuado en sus pechos la infamia de “feld hure”, paralela a las ianfu, bautizadas como “mujeres de consuelo” por el fascismo japonés que convirtió en esclavas sexuales a centenares de miles de mujeres chinas y coreanas, todo eso fue posible por una elaboración intelectual que por grotesco que fuera el proyecto nazi y fascista fue acompañado, embellecido y justificado por intelectuales. En Auschwitz, los deportados susurraban entre ellos: Scheiss egal, “Me importa una mierda”. Era fruto de la desesperación, de la convicción de su inevitable y próxima muerte, de la seguridad de que todo estaba perdido, mientras quienes eran inspiradores y cómplices del rencor que quería acabar con los destacamentos de la revolución obrera y de la razón democrática los habían llevado a las puertas de los crematorios y fortalecían una cultura que creían iba a conquistar el mundo.

Si se ha creído que la ciencia, el arte, la música, la literatura, son las expresiones más sublimes del ser humano, se ha pensado también que precisamente por eso eran incompatibles con la barbarie: la cultura nos salvará, como muchos han creído durante tanto tiempo, fortalecidos por la presencia de tantos intelectuales valiosos en los partidos obreros que ligaban la

Erik Wirl, Bertolt Brecht y Hanns Eisler

Hitler observando una pintura de la exposición “Entartete Kunst” (“Arte degenerado”)

libertad a la cultura y al socialismo. Sin embargo, la convivencia y complicidad con el fascismo y el nazismo de relevantes científicos, músicos o escritores, revela que con mucha frecuencia la cultura ha acompañado los fastos de la crueldad, ha conmovido a los asesinos, ha arrastrado los cadáveres, acompañó al programa biologista nazi. El proyecto de modernidad capitalista que representó el nazismo tenía también a su servicio a buena parte de los exponentes de la cultura alemana, al igual que hoy los círculos del poder estadounidense se extasían en la Ópera Nacional de Washington, en el Metropolitan o el MoMA neoyorquinos, con la Browning en el bolsillo ante la estremecida cultura de los intelectuales que acompañan a los pobres, mientras los bombarderos de la US Air Force arrasan Iraq, Siria o Afganistán n

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Miembros del Cuerpo Nacional asisten a una protesta contra las elecciones locales. Kiev, 20 de mayo de 2016

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La internacional neonazi sueña con alcanzar el poder con las armas de la OTAN por Michele Manfrin

¿P

or qué Ucrania es el nódulo central de la “internacional neonazi”? Este artículo, resultado de una minuciosa investigación, dimensiona los grupos neonazis ucranianos, caracteriza su proyecto político y sitúa el alcance de sus vínculos con otras organizaciones extranjeras.

La presencia de poderosos grupos neonazis armados en Ucrania es conocida y documentada desde al menos 2014. Sin embargo, el estallido de la guerra ruso-ucraniana ha comportado un cambio profundo en la narrativa de los medios de comunicación: en su afán por glorificar la resistencia en Kiev, los batallones nazis han sido retratados como nacionalistas o patrióticos, siendo definiciones que ocultan y mistifican el alcance de la cuestión. En realidad, son los propios protagonistas los que han reivindicado su ideología en múltiples ocasiones, y no solo eso. Lo que hemos reconstruido, a través de fuentes y enlaces verificables, es una red sólida y estructurada que conecta a batallones tan conocidos como Azov y Pravy Sektor con cientos de facciones aliadas en todo el mundo, desde muchos Estados europeos pasando por Estados Unidos, hasta Canadá, Brasil, Hong Kong e incluso Israel. El hilo que une a estos movimientos neofascistas y neonazis de todo el mundo forma una vasta red que podríamos llamar fácilmente la Internacional Negra [Internacional Fascista]. Ucrania ha sido en los últimos años el epicentro teórico y militar de lo que Olena Semenyaka, ideóloga de Azov, denomina la “revolución conservadora mundial”. El objetivo, en términos inequívocos, es hacerse con el poder. Una intención que en un futuro próximo los grupos neonazis podrán alimentar compartiendo las técnicas de combate enseñadas a las milicias ucranianas directamente por la OTAN e intentando mantener bajo su propio control parte de la inmensa dotación de armas que Occidente

está enviando a Kiev. Si los días conmemorativos no son mera retórica, deberíamos empezar a preocuparnos seriamente por este asunto.

La ideología de Azov: la “revolución conservadora mundial“ Olena Semenyaka, nacida en 1987, estudiante de doctorado en Filosofía cuando estalló la “revolución” de 2014, está considerada la primera dama del nacionalismo ucraniano. Tras militar en Pravy Sektor (Sector Derecho) de 2014 a 2015, Semenyaka, junto al conocido neonazi Andriy Biletsky, creó en 2016 el partido que sirve de brazo político al batallón Azov, el Cuerpo Nacional, y desde 2018 ocupa el cargo de Secretaria Internacional del Cuerpo Nacional. Andriy Biletsky (líder del Cuerpo Nacional, así como primer comandante del Batallón Azov y teniente coronel de la Guardia Nacional, parlamentario ucraniano de 2014 a 2019, apodado el “Führer blanco”) declaró en 2010, cuando formaba parte de otra formación de la galaxia ultranacionalista llamada Patriotas de Ucrania, que la misión de Ucrania es “liderar a las razas blancas del mundo en una cruzada final contra los Untermenschen [subhumanos] liderados por los semitas”.

Semenyaka impulsó el movimiento Azov hacia una dimensión continental, abarcando tanto Europa del Este como el continente en general, reactivando y readaptando el viejo credo geopolítico de Intermarium: el sueño de una gran confederación de Europa del Este, lo suficientemente fuerte como

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para contrarrestar a Moscú. Gracias a su papel dentro de Azov, Semenyaka ha podido consolidar fructíferos lazos con otros movimientos nacionalistas europeos y no europeos a través de la plataforma política internacional denominada Reconquista-Pan Europa, destinada a anclar la causa ucraniana en una nueva meta-geopolítica europea, y más allá.

Mark Segwick, en Key Figures of the Radical Right: Behind the New Threat on Liberal Democracy (2019), explica que las publicaciones de Semenyaka contienen referencias intelectuales que no están exclusivamente relacionadas con las referencias tradicionales centradas en la nación, como las que se encuentran en Stepan Bandera (colaborador nazi en la época de la Segunda Guerra Mundial), mitificado por el extremismo nacionalista ucraniano. Semenyaka intenta, de nuevo basándose en la tradición, revestir la ideología y la cultura nacionalistas ucranianas con un velo más europeo. Sus referencias incluyen figuras alemanas como Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger, Carl Schmitt y Armin Mohler, así como citas de la esfera intelectual francesa de la Nueva Derecha como, por ejemplo, Dominique Venner, antiguo miembro del grupo paramilitar Organisation de l’Armée Secrète (OAS) y fundador de Europe-Action, y Alain de Benoist, fundador de la Nouvelle Droite, así como el escritor colaboracionista Pierre Drieu de la Rochelle y el filósofo religioso René Guénon. Semenyaka también sitúa en el ámbito de la genealogía tradicionalista común a los diversos movimientos neofascistas y neonazis al italiano Julio César Andrea Evola, más conocido como Julius Evola, convencido de la necesidad de un “retorno a la romanidad” y defensor de una teoría de la raza en clave espiritual.

> La primera

Nihilismo activo y Tercera Vía entre Occidente y la cultura rusa La crisis de sentido que atraviesan revolucionario las sociedades europeas contemporáactual es el neas, según Semenyaka, debe resolvernihilismo activo. se mediante un nuevo orden simbólico que, vislumbrando un futuro fuerte y diferente desde una perspectiva paneuropea, sea capaz de rechazar tanto la visión rusa como la occidental: es lo que se denomina la Tercera Vía. Como explicó Semenyaka en un artículo de 2019, La revolución conservadora y el anarquismo de derechas, “la revolución conservadora es también algo así como la transvaloración de todos los valores.

Es un planteamiento revolucionario. No es reaccionario ni conservador, a pesar de su título. Avanza hacia el nuevo orden

etapa del proceso

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Olena Semenyaka, Secretaria Internacional del Cuerpo Nacional (brazo político de Azov)

mundial, los nuevos valores y la nueva metafísica de Occidente”. En sus escritos, hace amplia referencia a Ernst Jünger y Friedrich Nietzsche para describir el proceso revolucionario. Semenyaka identifica la primera etapa del proceso revolucionario actual con el nihilismo activo explicado por Nietzsche, que lo diferenciaba del nihilismo pasivo. “El primero es el nihilismo pasivo. Es como una disminución de la fuerza del espíritu. Es el cansancio. Es debilidad. Es como un «no» casi budista a la vida. Es la voluntad de esconderse del sufrimiento de la vida”, escribe Semenyaka. La Secretaria Internacional prosigue: “El nihilismo activo es saludable. Es un signo del crecimiento de la fuerza del espíritu. Significa que los viejos ideales ya no son válidos, pero también es un proceso creativo. La destrucción es solo una de sus caras. Se orienta hacia nuevos valores. Es como la transvaloración de todos los valores por parte de un superhombre que destruye todos los órdenes desacreditados y lucha por algo nuevo, por algo que merezca la pena seguir, desarrollar, creer. Y por eso la primera fase de la transvaloración de todos los valores es naturalmente nihilista, revolucionaria, destructiva. Pero no es, de nuevo, un fin en sí mismo. Es solo una fase. Y por eso es una revolución conservadora, no un tipo de filosofía conservadora o reaccionaria. Es la revolución”.

En su artículo de 2012, titulado When the Gods Hear the Call: The Conservative-Revolutionary Potential of Black Metal Art in Black Metal, publicado originalmente por Black Front Press, dirigida por el activista nacionalista británico Troy Southgate, Semenyaka analiza la filosofía herética del género musical Black Metal a través del concepto de “luciferianismo ario”, inspirado en referencias de la Ariosofía, el nihilismo de Ernst Jünger y el “espíritu aristocrático” de Julius Evola. Este “luciferia-

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nismo ario” sería un llamado a una forma extrema de romanticismo: poder y violencia caracterizados por principios y símbolos neopaganos, aunque prefiere referirse al gnosticismo como principio filosófico de esta interpretación metafísica del Black Metal.

dense (la llamada alt-right), teórico del nacionalismo blanco, editor jefe del Counter-Currents Portal y de una editorial del mismo nombre. El autor, muy productivo y cuyos libros están traducidos a varios idiomas, entre ellos el ucraniano, recibió nuevos ejemplares de su libro White Nationalist Manifesto.

Movimiento Reconquista El movimiento de la Reconquista es una plataforma internacional de confrontación entre diversos grupos de extrema derecha y su nombre hace referencia a la famosa expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica culminada en 1492, y en la que los ejércitos cristianos retomaron los territorios que los musulmanes habían conquistado casi 800 años antes.

El 15 de octubre de 2018 se celebró en Kiev la Segunda Conferencia Paneuropea del movimiento Reconquista, donde destacó el imperativo de perseguir la Tercera Vía Geopolítica contra el “protectorado” de la Federación Rusa y contra la “falsa alternativa” propuesta por el globalismo occidental. Este planteamiento fue compartido por todas las fuerzas nacionalistas ucranianas que intervinieron en la conferencia (Cuerpo Nacional, Svoboda, Karpatska Sich) y fue desarrollado en detalle por Olena Semenyaka, la coordinadora del Movimiento Reconquista y Secretaria Internacional del Cuerpo Nacional de Azov. También asistieron a la conferencia representantes de fuerzas nacionalistas, neofascistas y neonazis de la esfera euroatlántica.

El nacionalista ruso Denis Vikhorev (coordinador del Centro Ruso) estuvo presente, al igual que el italiano Alberto Palladino, de CasaPound, así como los alemanes Maik Schmidt y Remo Matz, de los Jóvenes Nacionalistas de la JN-NDP, y una delegación del partido neonazi alemán Der III Weg (La Tercera Vía), que marchó por las calles de Berlín en apoyo del batallón Azov el pasado 1 de mayo.

También estuvo presente en la conferencia una delegación sueca con la presencia del politólogo Anton Stigermark, así como Marcus Follin (conocido como El Dorado) y Jonas Nilsson, coordinador de The Boer Project, que apoya la batalla en la patria del partido extremista Alternativa por Suecia. Al acto asistió también Bjørn Christian Rødal, representante del joven partido noruego Alliansen - Alternativ for Norge, mientras que el club de lucha griego ProPatria envió un vídeo de apoyo a la iniciativa. En aquellos días de 2018 en Ucrania también estuvo presente Greg Johnson, impulsor intelectual de la derecha alternativa estadouni-

La geopolítica de Intermarium Los neonazis Intermarium (del latín, “Entre los lograron que mares”) es un proyecto geopolítico que ha sido retomado y readaptado a lo Zelenski largo del tiempo. Fue concebido por prosiguiese el primera vez por Józef Klemens Piłconflicto en el sudski, Jefe de Estado polaco entre 1918 y 1922, inspirándose en la ConfeDonbass. deración Polaco-Lituana (que existió entre 1569 y 1795). Según Azov, el Intermarium actual debería unir a los países que se extienden entre los mares Báltico, Negro y Adriático; los países implicados serían Ucrania, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Croacia, Eslovaquia, República Checa, Rumanía, Bulgaria, Hungría, Bielorrusia, Eslovenia y Macedonia.

Semenyaka, durante la Segunda Conferencia Paneuropea de la Reconquista, procedió a explicar la geoestrategia de la Reconquista europea: Intermarium como plataforma, o trampolín, para una integración europea alternativa. Dadas las tendencias de crisis en la UE, esta oportunidad es vista como tal no solo por los grupos extremistas, sino también por los representantes oficiales de los gobiernos de Europa Central y Oriental. Para avanzar en la idea geoestratégica de los grupos

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Miembros del Cuerpo Nacional frente a la Rada Suprema de Kiev en 2018

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nacionalistas, neofascistas y neonazis, en 2016 se creó el Grupo de Apoyo Intermarium, cuya cuarta conferencia se llevó a cabo en 2020. El proyecto Intermarium cuenta también con el apoyo de personalidades del calibre de George Friedman, analista y estratega geopolítico estadounidense muy influyente, quien, durante una entrevista para la televisión pública búlgara BNT, emitida el 3 de abril de 2022, declaró que creía que La unión los países del flanco oriental de Europa polaco-ucraniana deberían formar una alianza inspirada ya se estaría en el proyecto del ya mencionado Józef Piłsudski, el Intermarium. La “Alianza formando de Central”, explicó Friedman, en la que manera informal. participaría una población de unos 80 millones de personas, podría formar un escudo defensivo desconectado de los intereses del resto de Europa y de la OTAN. A las reuniones del Grupo de Apoyo Intermarium asistieron representantes de misiones diplomáticas, partidos políticos y estructuras oficiales de los países de la región. La coyuntura geopolítica actual en Europa y en todo el mundo es bastante favorable: el Grupo de Visegrado (formado por la República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia) y “La Iniciativa de los Tres Mares” (un foro activo desde 2016 que incluye a Austria, Bulgaria, Croacia, Chequia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia) cuentan con el apoyo de Estados Unidos en clara clave antirrusa y podrían constituir la base del futuro bloque militar y geopolítico Intermarium. En los propósitos más ambiciosos de sus teóricos, se convertiría en un eje de integración europea alternativa (una plataforma para la Paneuropa) que posiblemente conduciría a una nueva Europa en su conjunto y no solo en su parte oriental.

A principios de abril de 2022 se celebró en Mikolajki, ciudad del noreste de Polonia, a pocos kilómetros de la frontera con el enclave ruso de Kaliningrado, el 7º Congreso Europeo de Gobiernos Locales. Durante el panel titulado “Europa en busca de liderazgo”, todos los participantes repitieron la necesidad de una unión polaco-ucraniana. El sitio web afirma que todos los políticos que intervinieron señalaron que esa unión ya se está formando de manera informal, con unos 3,5-4 millones de refugiados ucranianos que llegan a suelo polaco.

También es importante saber que Azov se ha definido como un Estado dentro del Estado, gracias a su densa red de vínculos

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dentro y fuera del país y a la presencia de sus propios hombres en los ganglios decisivos del aparato de poder, además de haberse convertido desde hace tiempo en una fuerza regular a instancias del ahora ex ministro del Interior, Arsen Avakov, partidario de Azov incluso antes de su protagonismo. De hecho, aunque se cree que la base del batallón fue Mariupol, situada en el mar de Azov (de ahí el nombre del grupo), su núcleo principal procede de la ciudad de Jarkiv, en el este de Ucrania, cuando el grupo neonazi se llamaba Patriota de Ucrania, durante los años en que Arsen Avakov era gobernador del óblast de Jarkiv.

Neonazismo norteamericano En enero del año pasado, en el acto conmemorativo del 76 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en la Sinagoga Park East y en el Servicio Internacional de la ONU en Memoria del Holocausto en Nueva York, afirmó que era necesaria una alianza mundial contra el resurgimiento y el crecimiento de los grupos neonazis. “En Europa, Estados Unidos y otros lugares, los supremacistas blancos se organizan y reclutan a través de las fronteras, haciendo alarde de los símbolos y tropos de los nazis y de sus ambiciones asesinas. Trágicamente, tras décadas en la sombra, los neonazis y sus ideas están ganando credibilidad”, afirmó Guterres.

En febrero de 2020, con motivo del 70 aniversario de la Liga de Ucranianos Canadienses (LUC) y de su periódico, Homin

Atomwaffen Division (AWD), grupo estadounidense

Ukrainy, así como del 65 aniversario de la Liga de Mujeres Ucranianas Canadienses (LUCW), Stephen Harper, figura destacada del Partido Conservador Canadiense, Primer Ministro

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de Canadá de 2006 a 2015, así como actual Presidente de la Unión Democrática Internacional, se dirigió a los asistentes con el saludo “¡Slava Ukraini!”. “(“¡Gloria a Ucrania!”), que respondieron con “Heroyam Slava!” (“¡Gloria a los héroes!”). Este fue el saludo en los tiempos de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) –más tarde OUN-B tras la escisión– y Stepan Bandera, un notorio líder político colaboracionista nazi que juró lealtad a Hitler, ahora aclamado por varios grupos nacionalistas ucranianos. El grupo que acogió a Harper forma parte de la red de ONG ucranianas de extracción neonazi que operan en diversos países del mundo. Su órgano de coordinación mundial se llama Consejo Internacional de Apoyo a Ucrania (ICSU), que a su vez recurre a la Organización de Nacionalistas Ucranianos, primero la OUN y después la OUN-B de Bandera (cuya familia huyó a Canadá después de que Bandera fuera asesinado por la inteligencia soviética en 1959 en Alemania). El ICSU y el Congreso Mundial Ucraniano tienen su sede en Toronto.

Entre finales de 2019 y principios de 2020, elementos del partido conservador habrían colaborado con los grupos mencionados para sabotear la acción de Zelensky destinada a detener las hostilidades en el Donbass. De hecho, en aquel momento, Zelensky visitó al presidente canadiense Trudeau y, poco después, como ya hemos informado, el presidente ucraniano viajó a la ciudad de Zolote, en el este de Ucrania, con la intención de poner fin a las hostilidades pidiendo al batallón que depusiera las armas, lo que provocó su propia capitulación ante el poder acumulado de los grupos neonazis ucranianos, ahora presentes en los principales ganglios estatales y con apoyo internacional.

Recientemente, Efraim Zuroff, del Centro Simon Wiesenthal (centro conmemorativo del Holocausto, ONG acreditada por la ONU), atacó al gobierno canadiense durante una entrevista con el Ottawa Citizen, afirmando que Canadá no ha supervisado adecuadamente su programa de entrenamiento militar: “El gobierno canadiense no ha actuado con la diligencia debida [...] Es responsabilidad del Ministerio de Defensa canadiense saber exactamente a quién están entrenando“. Se refiere a la formación impartida en 2020 por las fuerzas canadienses a un grupo del batallón Azov. Zuroff añadió: “No hay duda de que hay neonazis en diferentes formas en Ucrania, ya sea el regimiento Azov u otras organizaciones. No es propaganda rusa, ni mucho menos. Estas personas son neonazis. Hay un elemento

Concierto de la banda Sokyra Peruna en Kiev. 2018

de extrema derecha en Ucrania y es absurdo ignorarlo”.

Una investigación del FBI en 2017, llevada a cabo por el agente especial Scott Bierwirth, condujo en octubre del año siguiente a la detención de cuatro personas vinculadas al Rise Above Movement (RAM), una red extremista que conectaba a activistas de varios grupos estadounidenses, con sede en el sur de California, entre San Diego y el condado de Orange. Los detenidos, acusados de disturbios y conspiración, fueron Robert Rundo, Robert Boman, Tayler Laube y Aaron Eason. En la investigación del FBI, entre otros cargos de violencia y terrorismo, se presentaron pruebas de que Rundo, junto con Michael Miselis y Benjamin Daley –otros miembros del RAM–, visitó grupos nacionalistas en Italia y Alemania, después de haber viajado a Ucrania para reunirse con Olena Semenyaka. Sobre la reunión con Zelensky los tres estadounidenses, Semenyaka declaró: “Vinieron a conocer nuestras movió millones costumbres, mostrando interés en aprende dólares a der a crear fuerzas juveniles del mismo modo que hizo Azov”. Durante la visita, cuentas los tres estadounidenses participaron en offshore. un concierto de la banda de metal neonazi Sokyra Peruna, haciendo un gran alarde de saludos romanos. Cabe mencionar aquí, como ya hemos dicho, que en el momento del viaje de Zelensky a Zolote, el primer ministro ucraniano, Oleksiy Honcharuk, y la ministra para los Territorios Temporalmente Ocupados (es decir, el Donbass y Crimea), Oksana Koliada, asistieron a un acto benéfico de un movimiento neonazi llamado C14 (o S14) y dirigido por Yehven

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Karas, con la participación de la banda antes mencionada Sokyra Peruna. En el repertorio de esta banda neonazi se pueden encontrar canciones que niegan el holocausto, como “Six Million Words of Lies”.

Los invitados estadounidenses de RAM se unieron a los miembros de Azov en el famoso gimnasio al aire libre de la Plaza de la Independencia de Kiev, Kachalka, para realizar una sesión de entrenamiento y promocionar la línea de ropa creada por Rundo, The Right Brand, antes de luchar en combates de MMA en el Club Reconquista de Kiev. Con este motivo, Semenyaka declaró que Azov espera ganarse a fuerzas políticas occidentales de extrema derecha más grandes y “mayoritarias”, que “pueden ser nuestros simpatizantes potenciales”.

La de RAM no es la única conexión entre Azov y Estados Unidos. De hecho, el jovencísimo Andrew Oneschuk entró en contacto con Azov en 2016, cuando apareció en un podcast del canal dirigido por el grupo neonazi ucraniano A-Radio.

Oneschuk formaba parte del grupo denominado Atomwaffen

para irse a Ucrania y unirse a Azov, antes de ser asesinado en Tampa (EEUU) en 2017, junto con otro miembro de AWD, Jeremy Himmelman, por Devon Arthurs, compañero de piso de Oneschuk y también del grupo. En la casa que ambos compartían, la policía encontró diversos materiales explosivos, todo lo necesario para fabricar bombas, y varias armas de fuego. En enero de 2022, Kaleb Cole, figura destacada de la División Atomwaffen, fue condenado a ocho años de prisión por planear y poner en práctica un plan para atentar contra periodistas y abogados en suelo estadounidense.

También está el caso de Craig Lang y Jarrett William Smith. El primero, exsoldado y luego mercenario en diversos conflictos entre África y Sudamérica, viajó a Ucrania en 2015 y se unió a la Legión Georgiana –acusada de utilizar a sus francotiradores para disparar tanto contra multitudes civiles como contra policías durante la revuelta de Euromaidán en 2014, con el objetivo de exacerbar el enfrentamiento y llevarlo a un camino sin retorno–. Lang está acusado en EEUU, junto a Smith, de un doble asesinato en Florida, ocurrido en 2018 en uno de sus viajes de descanso desde Ucrania. Además del doble asesinato, Lang ha sido acusado de falsificación de pasaportes y nombrado en documentos del tribunal federal mentor del propio Smith, detenido por complicidad en un intento de organizar un atentado terrorista contra importantes medios de comunicación estadounidenses. Smith, ex militar, proporcionó presuntamente instrucciones para la fabricación de bombas a un grupo de extrema derecha no identificado que planeaba atentados en todo el país. Además, en 2019, según una declaración jurada del agente especial del FBI Brandon LaMar, hubo planes para asesinar al candidato presidencial demócrata y nativo Craig Lang combate para Ucrania, primero con la Legión de Georgia y luego con Pravy Sektor de El Paso, Beto O’Rourke. En una intercepción, se dice que Smith dijo: Division (AWD), una red internacional que se originó en “No conozco a suficientes personas que fueran lo suficienteEstados Unidos y que ahora también tendría oficinas en el mente relevantes como para provocar un cambio si murieran”. extranjero: Columbia Británica (Canadá), Tampere (Finlandia) Lang sigue en Ucrania y parece que las autoridades ucranianas y Savona (Italia). La división Atomwaffen, fundada por Branhacen caso omiso de su petición de extradición e incluso podría don Russell, opera principalmente en Estados Unidos, Canadá, volver a la libertad, como se supo en marzo de 2022. Smith, que Italia y Finlandia, así como en el Reino Unido, Irlanda, Polonia, posteriormente se declaró culpable, fue condenado en 2020 a Estonia, Lituania y Letonia. Se decía que Oneschuk estaba listo dos años y medio que deberá cumplir en una prisión federal.

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Ihor Kolomoyskyi ha empleado parte de su fortuna en financiar a milicias neonazis

Los lazos de Azov en Europa En 2018, en la radio estadounidense Wehrwolf, presentada por Black Luccasson, que en 2017 escribió en su perfil de twitter “Hail Azov hail Ukraine hail Europeans”, apareció Joachim Furholm, un ciudadano noruego que se describe a sí mismo como un “revolucionario nacional-socialista”, y animó a los estadounidenses a unirse al batallón Azov en Ucrania. Azov concedió una entrevista a Furholm, vestido de camuflaje, en octubre de ese mismo año, con motivo de la Segunda Conferencia Paneuropea celebrada en Kiev (de la que ya hemos hablado anteriormente), en la que explica que fue a Ucrania para dirigir a un grupo de occidentales con el fin de adquirir experiencia militar útil para los diversos movimientos de sus respectivos países. Dirigiéndose al público estadounidense, Furholm explica que Ucrania es una oportunidad imperdible para la causa de la extrema derecha, afirmando que allí “las condiciones son perfectas”.

Las actividades de Furholm, en la medida en que contaron con la ayuda del ala política de Azov, pretendían ir más allá de la simple sensibilización on line y los discursos públicos. El Cuerpo Nacional de Azov le proporcionó alojamiento e instalaciones de formación para los voluntarios extranjeros que pudiera reclutar para alistarse en Ucrania. Las instalaciones se mostraron en un documental del director británico Emile Ghessen, “Robin Hood Complex Ukraine - Europe’s Forgotten War”, creado tras pasar varios meses en Ucrania filmando a voluntarios extranjeros en el país, entre ellos Furholm. El noruego le dijo al cineasta: “Por eso nos pidió prestado la gente con la que trabajamos. Se trata de un centro de entrenamiento y alojamiento para personas que vienen a luchar por Ucrania”.

Furholm añadió que, una vez que acabara con lo que se espe-

raba de él, pasaría a la acción dirigida contra Occidente, incluidos ataques contra el gobierno de Noruega: “Atacaría al gobierno con lo que fuera necesario; con cualquier medio”. En noviembre de 2018, Furholm abandonó Ucrania. Aunque no se sabe a ciencia cierta cuál fue el motivo, probablemente la decisión se tomó tras una acción del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, intercedido por la presión de funcionarios noruegos a los que no les habría gustado la excesiva notoriedad que había adquirido el propio Furholm.

Otro eslabón de la galaxia de grupos subversivos neonazis con la Internacional Negra promovida por Azov es el Movimiento de Resistencia Nórdica (NMR). El grupo se fundó en Suecia en 1997 y desde entonces se ha expandido a Noruega, Dinamarca, Islandia y Finlandia. Esta última, en 2019, ilegalizó al grupo y lo declaró entidad terrorista, pidiendo a otros Estados que hicieran lo mismo. El NMR ha mostrado abiertamente en repetidas ocasiones su apoyo a la batalla de Azov y a su visión de una “revolución conservadora mundial”, interactuando a menudo con miembros de Azov e incluso promoviendo su simbología. En 2018, el Movimiento de Resistencia Nórdica entrevistó a la Secretaria Internacional del Cuerpo Nacional de Azov, la citada Olena Semenyaka, a quien le preguntaron, además de explicar la situación política ucraniana e internacional en Azov, cómo podían alistarse los extranjeros simpatizantes con la causa.

La conexión israelí En 2018, un grupo de más de 40 activistas de derechos humanos presentó una petición ante el Tribunal Superior de Justicia de Israel, exigiendo el cese de las exportaciones de armas de Israel a Ucrania. Alegaron que esas armas acabaron en manos de Kolomoyskyi fuerzas que abrazan abiertamente no es el único judío una ideología neonazi, como Azov, cuyos miembros forman parte de que abraza la las fuerzas armadas ucranianas recausa de gulares, apoyadas por el ministro del Interior del país, Avakov. Como grupos nazis. también informó el Jerusalem Post, Efraim Zuroff, jefe de la oficina de Jerusalén del Centro Simon Wiesenthal, con motivo del nombramiento por Avakov de Vadym Troyan como jefe de la policía de la región de Kiev –que más tarde se convertiría en jefe adjunto de la policía nacional– dijo: “Si están nombrando a gente como ésta para puestos de tanta importancia y poder, es

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una señal muy peligrosa para la comunidad judía de Ucrania”.

También cabe mencionar el pleno apoyo de Benjamin Netanyahu, el poderoso ex Primer Ministro de Israel, al bloque de Visegrado, que Azov considera el primer bloque de construcción de la Tercera Vía hacia la Reconquista paneuropea.

Uno de los mayores financiadores de los grupos neonazis ucranianos, así como el que puso en el candelero al actual presidente de Ucrania, Zelensky, fue el multimillonario Ihor Kolomoyskyi, propietario de un imperio que lo coloca en lo más alto del ranking del país liderado, al menos formalmente, por Zelensky. Parecería extraño y, sin embargo, Kolomoyskyi, que es judío y tiene ciudadanía israelí y chipriota, además de ucraniana, ha gastado millones de dólares en financiar milicias neonazis como Azov, Donbas y Aidar, así como Dnepr 1 y Dnepr 2, los batallones del oblast del que Kolomoyskyi fue gobernador, Dnipropetrovsk. Fue uno de los principales financiadores de estas milicias paramilitares, con organizaciones políticas anexas que, con el tiempo, como ya hemos explicado, adquirieron un enorme poder en Ucrania, por encima del propio Zelensky. Y mientras Kolomoyskyi está acusado de desviar 5.500 millones de dólares de PrivatBank a empresas chipriotas offshore, Zelensky, contrariamente a lo que se pregonó durante la campaña electoral sobre la corrupción en el país, movió millones Azov se de dólares a cuentas offshore con sede ha definido en las Islas Vírgenes Británicas, Chipre y Belice, en compañía de otros miemcomo un bros de su círculo político.

Estado dentro Kolomoyskyi no es el único judío del Estado. que ha abrazado la causa de grupos abiertamente nazis. Konstantyn Batozsky, antiguo asesor del gobernador de Donetsk, Serhiy Taruta, fue asesor del Batallón Azov entre 2014 y 2015. Sobre su trabajo con los miembros de Azov, Batozsky dijo: “Eran hooligans del fútbol y querían llamar la atención, así que sí, me sorprendió ver a tipos con tatuajes de esvásticas, pero hablé con ellos todo el tiempo sobre mi condición de judío y no tenían nada negativo que decir. No tienen ideología antijudía”. Daniel Kovzhun, un judío de Kiev que gestionó la logística durante la guerra de Ucrania contra sus propios ciudadanos en el Donbass en nombre de unida-

Movimiento de Resistencia Nórdica (NMR) en Ludvika, Suecia, 2018

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Natan Khazin, miembro de los Cien Judíos, milicianos judíos vinculados al grupo neonazi Pravy Sektor

des paramilitares neonazis, afirmó: “Había judíos ortodoxos en Azov. Lo sé porque estuve allí, en las líneas de batalla. A nadie le importaba quién era judío, lo que nos importaba era mantener unido a nuestro país”. Al igual que Batozsky, Kovzhun vivió y estudió en Israel antes de regresar a Kiev y alistarse en el nuevo ejército civil de la capital, las Fuerzas de Defensa Territorial, una milicia de voluntarios que atraía a combatientes judíos de todo el país e incluso del extranjero.

También está el caso de los Cien Judíos, un grupo totalmente judío que ha luchado junto a los batallones neonazis desde Euromaidán, creando sus propios símbolos, como la bandera roja y negra de Pravy Sektor (Sector Derecho) con la

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que sirvió en el 24º batallón de asalto separado “Aidar” (llamado así por el batallón neonazi antes de que fuera absorbido por el ejército regular), en 2018 declaró: “Veo paralelismos entre los acontecimientos en el Donbass y la lucha actual de los ucranianos contra la agresión externa y lo que ocurrió en el territorio del moderno Israel en el período inicial de la existencia de este Estado”. Ahora se cree que el ejército israelí es uno de los mejores del mundo, que los israelíes han aprendido a estar preparados para la guerra y, al mismo tiempo, a desarrollar la “condición de Estado”.

También hay varias organizaciones israelíes de extrema Miembros del grupo Gonor. Filimonov es el quinto por la izquierda, y Kravchenko, el primero, se reunió en 2019 derecha, manchadas de viocon D.H Patraeus, exdirector de la CIA lencia feroz contra los palestiestrella de David. Nathan Khazin, oficial de los Cien Judíos, nos, y partidarias de la ley del Estado-nación, promulgada en explicó: “Trabajábamos en inteligencia, colaborábamos con 2018, que declaró oficialmente al Estado de Israel como un tipos del Sector Derecho, las Autodefensas de Maidan”.

Estado judío, que apoyan a grupos nacionalistas ucranianos Khazin añadió: “Cuatro chicos de los Cien Judíos fueron cony europeos, así como de Estados Unidos. El sentimiento es migo al este para defender Ucrania, fue en abril de 2014. Obciertamente recíproco; un ejemplo es el del líder supremaservo que nuestro grupo pertenece a los que formaron el Re cista blanco Richard Spencer, abierto partidario de Israel. gimiento Azov, pero más tarde lo abandonamos e intentaExtremismo brasileño mos pasar de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas de A principios de marzo de 2022, un grupo de voluntarios braUcrania”. Khazin es un veterano de las Fuerzas de Defensa de sileños llegó a Ucrania para alistarse en la Legión Internacional Israel que sirvió y combatió en la Franja de Gaza. El periódiUcraniana. El 13 de marzo, muchos de ellos perdieron la vida co judío The Forward entrevistó a Khazin e hizo la siguiente en el ataque perpetrado por Rusia contra la base ucraniana presentación: “El Khazin que lleva la kipá, veterano de las cercana a Lviv y la frontera polaca, el Centro Internacional para Fuerzas de Defensa de Israel y rabino ordenado, es represenel Mantenimiento de la Paz y la Seguridad, donde, al menos tativo de muchos jóvenes judíos ucranianos que son sionisdesde 2015, se habían celebrado entrenamientos y ejercicios tas, observantes religiosos y, al mismo tiempo, firmes patriomilitares bajo el control de la OTAN. En el momento del ataque, tas ucranianos. Algunos de ellos se autodenominan con hutodos los alistados procedentes de países extranjeros se enconmor zhido-banderistas, una fusión del término peyorativo traban en la base. Tiago Rossi, instructor de tiro y fanático de para “judío” con el nombre de Stepan Bandera, líder de la OrBolsonaro, tuiteó un vídeo en el que afirmaba: “Toda nuestra ganización de Nacionalistas Ucranianos, que luchó por la legión fue destruida, la información que tengo es que están independencia de Ucrania durante la Segunda Guerra Muntodos muertos“. dial. Las fuerzas de la organización también participaron en Según un informe de Adriana Dias, investigadora de la la masacre de judíos, por lo que el término zhido-banderista Universidad de Campinas, con más de 530 células activas es conscientemente irónico”.

Brasil es el país donde más ha avanzado el extremismo de dereGrigory Pivovarov, por su parte, es un ciudadano israelí

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Miembros del grupo Gonor combatiendo en Donetsk

chas en los últimos años: São Paulo es el estado con mayor presencia de estos grupos, con 51 de un total de 137 mapeados en todo el país. Según Michel Gherman, miembro del Observatório da Extrema Direita (formado por académicos de más de diez universidades de Brasil y otros países), profesor de Sociología de la Universidad Federal de Río de Janeiro y coordinador del Instituto Brasil-Israel, este fenómeno tiene que ver con la presidencia de Jair Bolsonaro, vinculado clandestinamente a estas ideologías. Gherman calcula que el 15% de los brasileños de hoy son de extrema derecha. Cabe recordar que Bolsonaro comenzó su carrera como capitán del ejército durante la dictadura militar fascista (1964-1984), que empleó tácticas de la Gestapo como escuadrones de la muerte y torturas contra líderes sindicales, intelectuales y comunistas.

En 2016, la policía civil del estado sureño de Rio Grande do Sul, hogar de varias oleadas de inmigración alemana e italiana y de una larga tradición fascista, llevó a cabo una investigación contra grupos neonazis que planeaban ataques violentos contra afrobrasileños, judíos y LGBT+, y descubrió que la milicia neonazi ucraniana Divisão Misantrópica estaba reclutando nazis brasileños en siete ciudades del estado para servir como combatientes voluntarios con Azov en la región de Donbass. La investigación, bautizada como “Operación Azov”, recibió amplia cobertura en la prensa brasileña e israelí de la época.

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Los neonazis ucranianos y las protestas de Hong Kong Un grupo de neonazis ucranianos participó en 2019 en las violentas protestas de Hong Kong contra el centralismo chino, reivindicando la independencia de la isla. En diciembre de 2019, Serhii Filimonov publicó en Facebook algunas fotos suyas en el interior de las protestas, bajo el lema “Lucha por la libertad, apoya a Hong Kong”. Este eslogan es obra de una ONG, Stand With Hong Kong (SWHK), cuyos miembros “representan la voz de los hongkoneses que operan en el Reino Unido, Estados Unidos y la UE”.

Esta organización ha estado presionando políticamente a los gobiernos occidentales para que apoyen las protestas antichinas e impongan sanciones económicas contra China. El Free Hong Kong Center (FHKC), tras numerosas peticiones de aclaraciones, tuvo que admitir la presencia de los nacionalistas ucranianos, presentados como el grupo Gonor, salvo para emitir un comunicado final diciendo que las posiciones de Gonor no son las del FHKC. En el comunicado en cuestión, se aclara el pasado de Gonor dentro de Azov, pero se dice que ya no formarían parte de él: “Nos aseguraron que, efectivamente, están en contra del nazismo y de cualquier tipo de ideología alt-right. Sus opiniones son nacionalistas, pero eso no significa nada malo. Mucha gente se sintió decepcionada por los tatuajes de estos chicos. ExSemenyaka plicaron que todos los símbolos proceden del paganismo eslavo, intenta revestir el utilizado tradicionalmente en la nacionalismo época de la Rus de Kiev. La reliucraniano con gión podría ser comparable al sintoísmo japonés. Actualmente un velo más representan al grupo deportivoeuropeo. social “Gonor” y son grandes aficionados al fútbol“.

Muchas de estas personas pertenecientes a Gonor, así como a otros grupos neonazis ucranianos, entre sus diversos tatuajes de cruces gamadas y símbolos nazis varios, suelen llevar tatuada la inscripción “Victoria o Valhalla”, título de una colección de escritos del famoso supremacista blanco estadounidense David Lane, cuyo grupo terrorista, The Order, fue responsable

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en 1984 del asesinato del locutor de radio judío Alan Berg, así como de la planificación de otros asesinatos de judíos de izquierdas. Lane, condenado a 190 años de prisión en una cárcel federal estadounidense por numerosos delitos, creó el eslogan supremacista blanco más famoso, conocido como las 14 palabras (que inspiró el nombre del mencionado grupo neonazi ucraniano C14): “Debemos asegurar la existencia de nuestro pueblo y un futuro para los niños blancos”. Serhii Filimonov es uno de los que lleva tatuado en el cuerpo el título de la colección de escritos de Lane.

El Centro Hong Kong Libre es un proyecto de una ONG llamada Liga Liberal Democrática de Ucrania. La Liga Liberal Democrática de Ucrania es una organización proeuropea que forma parte de las Juventudes Liberales Europeas y la Federación Internacional de Juventudes Liberales, ambas financiadas por la UE. El principal coordinador del Centro Hong Kong Libre es un activista ucraniano llamado Arthur Kharytonov, que también es Presidente de la Liga Liberal Democrática de Ucrania. Kharytonov estuvo muy implicado en las protestas del Euromaidán en Ucrania y comparó a menudo lo sucedido en Hong Kong con lo ocurrido en Ucrania, afirmando la necesidad de una profunda conexión entre los grupos implicados en las dos zonas geográficas diferentes. “Glory to Hong Kong”, tomando prestado el lema “Glory to Ukraine”, se convirtió en el “himno nacional” de los manifestantes antichinos.

Conclusión No puede haber una conclusión real para un tema vasto y aún por explorar, que es de importancia fundamental para leer el presente, y los caminos futuros, de Ucrania y más allá. No cabe duda de que se plantean muchas preguntas. De hecho, ¿cuáles serán las consecuencias de esta Internacional Negra? Si el conflicto no sale como esperan estos grupos extremistas, ¿qué decidirán hacer? ¿Qué ocurrirá si miles de milicianos nazi-fascistas emigran a otros países, en caso de que se pierda el conflicto? ¿Querrán exportar la guerra, de baja intensidad, de tipo terrorista? Además, hay muchos voluntarios no ucranianos alistados en el frente y, como hemos visto, algunos también han mostrado su voluntad de aprender y adquirir experiencia en acciones de combate y operaciones de inteligencia, sabotaje, propaganda y proselitismo (y mucho más) para llevar a casa una vez que regresen de la guerra. Además, también debemos hacernos preguntas sobre las armas suministradas por países occidentales que no pue-

den rastrearse y que pueden ser entregadas a terceros por grupos como Azov, ahora parte importante del Estado ucraniano.

De hecho, hay que recordar que estos grupos nazi-fascistas han expresado repetidamente la idea de la Tercera Vía, es decir, el rechazo ideológico del bloque ruso-chino, así como del globalismo occidental dominado por EEUU y apoyado por la OTAN. Así pues, independientemente de cómo acabe el conflicto, ya sea que Ucrania (y la OTAN) ganen o pierdan, ¿querrá la Internacional Negra luchar contra sus propios partidarios actuales, fortalecidos tras esta asociación momentánea, para que la preconizada Tercera Vía pueda lograrse?

Lo que es seguro es que estos grupos en Ucrania están recibiendo directamente armas de alta tecnología de los Estados

El escudo del Batallón Azov incluye el símbolo Wolfsangel utilizado por los nazis

occidentales, y muchos de ellos han sido entrenados (de nuevo por países de la OTAN) para saber cómo utilizarlas. A pesar de que desde el comienzo de la guerra en Ucrania ha habido un evidente diseño mediático para negar la ideología de estos grupos, haciéndolos pasar por meros patriotas que luchan por la libertad de Ucrania, lo que hemos documentado no deja lugar a dudas: Azov, Pravy Sektor y otros grupos paramilitares ucranianos son abiertamente neonazis, y Ucrania se ha convertido en el centro teórico y militar de una Internacional Negra que sueña con imponer su propio diseño de “revolución conservadora”. También es bueno reiterar que estos grupos han sido encuadrados por el gobierno ucraniano dentro del ejército regular, hecho que hace automático, como incluso conocen los países occidentales, que el armamento suministrado a Kiev pueda acabar automáticamente en sus manos n

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Dossier ECOLOGISMO Y CAPITALISMO Cada vez son más, y proceden de diferentes ámbitos, los actores que postulan acciones sociales, políticas, económicas… para revertir el deterioro ecológico del planeta.

Pero pocas veces se conocen los proyectos que subyacen a muchas de esas reivindicaciones en favor de proteger los ecosistemas o detener el cambio climático. ¡Atención! Porque algunos de esos actores pretenden reformular los procesos de acumulación de capital promoviendo actividades empresariales que se presentan amigables y respetuosas con el medio ambiente.

Y, ante la suspicacia que ello nos provoca, este Dossier se pregunta: ¿Es posible responder a los desafíos ecológicos dentro del capitalismo? Y, como si se tratase de una torsión de la pregunta anterior, ¿el capitalismo está interesado en presentarnos desafíos ecológicos?

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Cartografía mínima de un ecologismo en ebullición Por Adrián Almazán

El cometido del artículo es presentar las posiciones existentes dentro del movimiento ecologista.

Para podernos orientar debidamente, el autor nos propone distinguir los diagnósticos del presente, identificar las estrategias de acción política y vislumbrar los diferentes horizontes reguladores.

El ecologismo se encuentra en un relativo estado de ebullición. Aunque, sin duda, no podemos llegar al punto de afirmar que haya desbordado sus límites sociales y organizativos, es cierto que en su seno borbotean nuevas prácticas, debates teóricos y, sobre todo, diversas orientaciones políticas. Aunque el origen de este incipiente cambio de fase sea más bien negativo –la profundización y materialización de muchos de los peores diagnósticos que se llevan realizando desde hace décadas en ámbitos como el climático o el energético–, hay que entenderlo también como una buena noticia. Si queremos poder poner en marcha procesos sociales que nos lleven desde el actual escenario de extralimitación ecológica, desigualdad, injusticia y falta de autonomía hasta configuraciones sociopolíticas deseables, una condición indispensable es la existencia de un movimiento ecologista vivo, diverso y volcado en la acción.

Como preámbulo a este Dossier, mi idea es tratar de ofrecer al lector/a un pequeño mapa para orientarse, recogiendo las

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posiciones y debates principales de este nuevo escenario. Una brújula para un contexto que, de continuar la inacción ecosocial en la que siguen atrapadas las sociedades capitalistas industriales de todo el planeta y, en particular, la del estado español, se volverá cada vez más laberíntico.

Un primer paso imprescindible en la construcción de esta cartografía es trazar una línea divisoria entre aquello que podríamos considerar un ecologismo consecuente, en palabras de Jorge Riechmann, y aquello que, aunque se visto con los ropajes de éste, no lo es. Y es que en la actualidad proliferan los llamamientos a la acción climática, la retórica empresarial verde y las llamadas a la construcción de sostenibilidad desde los lugares más dispares. Desde mi punto de vista, para que una acción o discurso pueda ser considerada consecuentemente ecologista tiene que asumir la necesidad de realizar una crítica integral de la sociedad industrial capitalista. Así, su visión tiene que ser holística e interdisciplinar. Está obligada a imaginar y construir otro tipo de relaciones económicas (más allá del crecimiento económico capitalista y de la pareja salario/propiedad privada), geopolíticas (que superen la actual estructura colonial), metabólicas (más allá del fosilismo extractivista), institucionales (orientadas a la construcción de sociedades genuinamente democráticas), imaginarias (no antropocéntricas y basadas en la ecodependencia, además de ecofeministas), de producción (biomiméticas y humildes), etc.

En resumen, una transformación genuinamente ecologista de nuestra sociedad implica un cambio de raíz de ésta, radical, en su dimensión tanto estructural como íntima. Quizá el término que condensa de forma más sintética pero certera este maremagnum de dimensiones es el de “modo de vida imperial”, tal y como lo definen Brand, Acosta y Wissen. Las transformaciones que necesitamos serían aquellas que nos permitieran trascender estos modos de vida imperiales en todos los

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ámbitos. Así, los discursos de la modernización verde que hoy proliferan en instituciones y empresas, el capitalismo verde que promete poder salvaguardar la acumulación económica a la vez que acaba con la degradación de la biosfera y el desorden climático, no deben ser considerados ecologistas, sino meras estrategias de lavado de cara verde. Entre éstos y el tipo de ecologismo consecuente que hemos descrito se encontrarían posiciones ambientalistas y ecologistas superficiales (aquí se podría evocar la pareja de conceptos que proponía Arne Naess: ecologismo superficial y ecologismo profundo) que no abordan en su integridad y profundidad el conjunto de facetas relevantes que señalábamos.

Cabría articular nuestra cartografía de estos ecologismos consecuentes en torno a tres ejes de coordenadas: el diagnóstico del presente, las estrategias de acción política y los escenarios de transformación u horizontes reguladores. Aunque es evidente que éstos no agotan toda su diversidad y complejidad, creo que bastan para obtener una orientación suficientemente clara a la hora de comprender los elementos clave que en ellos se disputan.

El diagnóstico del presente

dad del planeta Tierra.

A partir de este acuerdo, surge un eje continuo de diagnósticos distribuidos entre dos polos. En el primero, se situarían aquellos que plantean que la degradación de los sistemas terrestres ha sido ya tan severa que probablemente hemos atravesado puntos sin retorno, o estemos a punto de hacerlo, que van a a poner en tela juicio la posibilidad de seguir sosteniendo los modos de vida actuales. O, incluso si no es así, se sugiere que la fuerte dependencia que en la actualidad tenemos de los combustibles fósiles y minerales finitos y escasos, unida a la imposibilidad de su mera sustitución por energías renovables y materiales bióticos, nos conducirá necesariamente a una desestructuración del tipo de orden capitalista global que lleva décadas siendo hegemónico. Si nada cambia, por tanto, el desorden biosférico y la carestía de energía y materiales, unidos a la necesidad estructural de crecimiento propia de las sociedades capitalistas industriales, traerían como consecuencia un colapso de éstas. El colapso se entendería como una transformación social rápida en términos históricos, aunque lenta en biográficos, de ámbitos como la movilidad (desglobalización), el consumo de energía (reducción de la energía neta disponible), la tecnología (imposibilidad de sostener el

Dossier

Manifestación ecologista en Madrid

Probablemente una de las polémicas que más han sacudido al ámbito ecologista durante el último año ha sido la de si la noción de colapso supone un buen diagnóstico tanto del presente como, de forma derivada, de aquello que podemos proyectar para las décadas venideras. Este debate parte de un consenso: nos encontramos en un escenario de extralimitación ecológica que está produciendo degradaciones severas de los ecosistemas y desestabilizando la biosfera y el sistema clima. La responsable de lo anterior es la sociedad industrial, cuyo funcionamiento normal lleva implícita la destrucción continuada de las condiciones de habitabili-

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­ acceso a altas tecnologías de la mayoría de la población) o el Aunque, como decíamos, este eje de conflicto ha copado una acceso a los recursos (problemas de acceso a agua o desestabiparte importante de los debates recientes, en realidad se lización del sistema alimentario). A la noción de colapso, no superpone a otro: el de las estrategias de acción política que obstante, no le sigue de forma necesaria un solo escenario deberíamos seguir en el presente para poner en marcha transpolítico, social y económico. Son los factores políticos y éticos, formaciones en clave ecologista de nuestras sociedades. Este en un sentido amplio, los que modularían de formas muy eje es independiente del de los diagnósticos, en el sentido de diversas en momentos y geografías diferentes la resultante que es posible encontrar grupos y personas que, situándose en social de esta transformación ecológica y metabólica. un mismo lugar del eje del diagnóstico, se posicionan de forma Asimismo, dentro de esta posición se podría identificar un radicalmente diferente en el campo de las estrategias de acdebate secundario: ¿es el colapso evitable o nos encontramos ción. Por otro lado, existen grupos que tienen una importancia ya en sus primeras fases y a lo determinante en el paisaje ecolomás que podemos aspirar es a gista de la península, como EcoloSe debe separar lo que es ecologismo consecuente gistas en Acción, en cuyo seno navegarlo, a “colapsar mejor”?

En el otro polo se situarían conviven tanto diagnósticos difey aquello que no lo es. aquellos que niegan que tenga rentes como prácticas diversas, sentido hablar de colapso ni siendo por tanto imposible como diagnóstico presente ni encuadrarlo exclusivamente en como predicción a corto o meninguno de los perfiles que voy a dio plazo. Es más, desde este ladescribir. Corriendo seguramente do del eje de debate se viene el riesgo de dejar fuera alguna, planteando que el colapso, creo que en el ecologismo conseantes que una categoría analíticuente del estado español hoy ca aséptica, actúa más bien pueden distinguirse al menos seis como una categoría ideológica estrategias de acción diferentes fruto de una mala ontología que cabe ordenar tomando como social. De ahí que denuncien la criterio el grado de agencia que reexistencia de un “colapsismo” conocen al Estado en las transforManifestación ecologista en Argentina que acompañaría al uso de la maciones que proponen: noción de colapso. La fundamentación de esta posición sería un diagnóstico distinto de los Populismo verde: Un actor político relativamente novedoso en riegos ecosociales presentes. Tomando como prioridad la desel estado español es el grupo de personas que están tratando de carbonización de las sociedades industriales, ya que se identiconvertir a Más País en un nuevo partido verde. Lo que propofica precisamente en los puntos sin retorno climáticos los riesnen es utilizar todo el arsenal de estrategias de obtención de gos más cercanos y urgentes, se plantea que existe un margen hegemonía –propuestas por el populismo político desarrollado de maniobra en lo material y energético lo suficientemente por autores como Laclau y Mouffe– para construir un nuevo amplio como para orquestar transformaciones graduales de “sentido común” ecologista. Hasta ahora, el artefacto político nuestras sociedades. Y, por tanto, más que un colapso, lo que propuesto para ese fin ha sido la noción de Green New Deal, que tenemos ante nosotros de aquí en adelante es un escenario de tal y como ellos mismos la definen consiste en un ambicioso conflicto político que va a estar fuertemente atravesado por programa de reforma estructural del modelo socioeconómico cuestiones de redistribución y justicia en un mundo de recurbasado en dos pilares: la modernización ecológica de la econosos menguantes y con una biosfera y un clima dañados. A lo mía, especialmente a través de la transición energética hacia una anterior añaden que pensar en un colapso es de hecho solo economía neutra en carbono, aunque no solo, y la transformaposible asumiendo un grado de influencia desmesurado de la ción de la arquitectura fiscal y de los sistemas de redistribución energía en las dinámicas sociales y, sobre todo, una visión de la de riqueza para reducir la desigualdad y reparar la herida social sociedad como un todo unitario que no corresponde a su natupor la que hoy se desangra nuestro marco de convivencia comraleza real, más fragmentaria y contingente. partida. Por tanto, en este extremo del eje de las estrategias de acción encontraríamos la asunción de una agencia fuerte del Las estrategias de acción política estado a la hora de poner en marcha transformaciones ecoso-

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ciales. De ahí que, en buena lógica, desde el populismo verde Desobediencia ecologista: Es difícil dar con una definición concluyan que la prioridad es “tomar las riendas” del mismo a razonablemente cerrada de esta estrategia ya que, al igual que través del juego electoral, hoy la vía imperante y legitimada para las nuevas organizaciones que la encarnan (recordemos que el ello. “viejo” ecologismo ha recurrido en numerosas ocasiones a tácComunismo ecologista: Esta estrategia es quizá una de las ticas de desobediencia civil), se encuentra todavía en un estamás antiguas en el marco del ecologismo español, ya que ha do embrionario y, sobre todo, cuenta con una importante sido tradicionalmente abrazada por grupos y partidos ecomardiversidad interna. Se podrían considerar que practican la desxistas que han asumido la necesidad de dar centralidad y transobediencia ecologista grupos como Fridays for Future (FFF), versalidad a la crisis ecosocial global a la hora de pensar en un Extinction Rebellion (XR), Rebelión Cientítica, End Fossil sentido más amplio una transformación emancipatoria de la Occupy! o Futuro Vegetal. No obstante, tanto sus objetivos, sociedad capitalista. La base de la misma es la identificación de como el nivel de radicalidad de sus prácticas, es diverso. En la dinámica de acumulación casos como el de FFF o End Fossil capitalista, y por tanto del Occupy! han prevalecido sobre todo conflicto capital-vida (que las acciones mediáticas y de moviliLa noción de “decrecimiento” es presa de una viene a ampliar el antiguo zación centradas en la urgencia de la peligrosa ambigüedad. conflicto capital-trabajo), descarbonización para hacer frente como contradicción fundaa la emergencia climática. Por otro mental de nuestro presente y lado, colectivos como XR, Rebelión origen de la situación de crisis Científica o Futuro Vegetal han en la que nos encontramos. recurrido a acciones de desobedienAsí, la condición de posibilidad cia civil más disruptivas que include una alternativa genuina al yen desde cortes de carreteras a actual escenario destructivo es sabotajes, además de centrar sus la superación tanto de la reladiscursos en ámbitos diferentes. Los ción social capitalista (salario, últimos en la urgente transformapropiedad privada, alienación, ción de la industria alimentaria, con fetichismo) como de la propia especial hincapié en la crítica a la No hay un planeta B estructura estatal, identificada industria cárnica. Los primeros, en como un elemento más del la situación de crisis ecosocial gloorden capitalista. No obstante, esta transformación funciona bal con riesgo de colapso que anteriormente describíamos. más como horizonte regulativo que como práctica concreta.

También su atribución de agencia al estado es ambigua. Por un En ésta, el estado se conceptualiza como un agente de primer lado, es habitual encontrar que casi todas sus demandas tienen orden y se entiende que éste es, de hecho, el que más capacia éste como interlocutor, asumiendo por tanto que debe ser el dad tiene para simultáneamente meter en cintura a las empreresponsable de poner en marcha las transformaciones que se sas capitalistas y frenar la destrucción de la vida. Así, el objetireivindican. Por otro lado, no obstante, su propia apuesta por vo prioritario es de nuevo hacerse con el control del estado. Eso la desobediencia civil y la acción directa es una prueba por los sí, con dos grandes diferencias en relación al populismo verde. hechos de una atribución importante de agencia a la sociedad La primera, es que el objetivo final de esta conquista tiene que civil y los colectivos organizados, que en esta estrategia jugaser la abolición del propio estado. Y, la segunda, que se entienrían un papel clave actuando como disparadores e impulsores de que las elecciones no tienen por qué ser la vía preferente de un cambio de fase que emulara, en el ámbito ecológico, los para la consecución de este objetivo. Así, la estrategia puede logros de grandes movimientos como el de los derechos civiles centrarse, dependiendo de las diferentes sensibilidades, más en EEUU o la descolonización de la India. en la movilización popular, en la lucha en los puestos de trabajo o, como sugiere el pensador sueco Andreas Malm, incluso la Defensa del territorio: Un actor en muchos sentidos similar al organización de un golpe de estado ecoleninista que, emulananterior pero con características propias es el compuesto por do la antigua toma del Palacio de Invierno, suponga el punto la miríada de grupos que se articulan en un territorio concreto de inicio de un nuevo ciclo de transformaciones ecosociales. para oponerse a proyectos específicos. Existe una rica tradición en todo el estado de oposición a grandes infraestructuras como

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pantanos, carreteras, trenes de alta velocidad y, con especial ción de que no debe existir una separación entre los fines y los ­ intensidad en el presente, grandes polígonos de renovables inmedios utilizados en los procesos de cambio. O, dicho de otro dustriales. Estos grupos son muy diversos, tanto en extensión modo, que la única forma de transformar la sociedad es como, hasta cierto punto, en estrategias. Los hay muy centramediante un proceso conflictivo y trabajoso de prefiguración. dos tanto territorial como temáticamente, mientras que otros No existe una gran estrategia infalible que lo cambiará todo, ni toman un caso concreto como vía en realidad para hacer una es de esperar una gran revolución, sino que debemos poner en crítica global de la marcha un proceso sociedad capitalista de transformación industrial (ese fue, gradual que tenga por ejemplo, el caso como objetivo pride la asamblea conmordial cambiar los tra el TAV de Euskal modos de vida. Estos Herria). Los hay que cambios no provense relacionan con el drían de imestado en clave de posiciones institudemanda, asumiencionales ni de una do un gran grado de convicción ideal, siagencia de su parte, no sobre todo de un mientras que otros cambio efectivo en optan por el uso del las prácticas. Por sabotaje y la acción ello, lo habitual es directa (un ejemplo que esta estrategia paradigmático de apueste por poner ello fue la oposición en marcha alternaManifestación ecologista en Sevilla a la construcción del tivas de vida conpantano de Itoiz). Por último, cretas en una enorme variedad los hay que trabajan de forma Los discursos de la modernización verde no deben de ámbitos: alimentario (proaislada y aquellos que, sin peryectos agroecológicos), energético considerarse ecologistas. der de vista su lucha particular, (comunidades energéticas), laboral se asocian a fin de construir un (cooperativas), educativos (escuelas discurso unificado y tratar de autogestionadas), habitacionales poner en marcha dinámicas de cambio a escalas más grandes. (vivienda en derecho de uso). Aunque se comparte la necesidad El ejemplo más reciente de este tipo de federación de luchas en de trascender el marco capitalista de relaciones económicas, la defensa del territorio es la Alianza Energía y Territorio (ALIENforma de hacerlo es sobre todo la recuperación de antiguos TE), que ha dado cobijo a los cientos de colectivos que se opocomunales y la creación de nuevos, la sustracción efectiva de nen a la actual fiebre de instalación de polígonos de renovables cada vez más ámbitos de la vida de la esfera del mercado y de industriales de alta tecnología. El objetivo de la misma es la gestión del estado. No obstante, la adopción de esta estratedenunciar que, pese a que la energía renovable es imprescindigia no significa ignorar ingenuamente la existencia de los ble en el actual contexto de extralimitación, no puede darse sipoderes económicos y políticos, no es sinónimo de una suerte guiendo las actuales lógicas desreguladas, especulativas, conde aislamiento elitista. El comunalismo es consciente de que trarias a la biodiversidad y cortoplacistas. no es posible sustraerse de sostener una relación con el mercado y el estado y que, además, si se pretende transformar la Comunalismo: La estrategia comunalista hunde sus raíces sociedad ésta va a ser necesariamente conflictiva. De ahí que la en parte del pensamiento y de las prácticas que, siguiendo la lucha sindical o la conquista de derechos a través de la movilidistinción de Carlos Taibo, podríamos considerar libertarias y zación social formen también parte de la estrategia comunalisno tanto estrechamente anarquistas. La idea central de ésta es ta. Para poder recuperar y comunalizar la riqueza expropiada que la agencia de transformación social no se encuentra sobre no quedará más remedio que forzar al estado a redistribuir y, todo en el estado, sino en la sociedad. A ello se une la conviceventualmente, a dispersar el poder subsumiéndolo en el seno

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de la propia sociedad, que recuperaría así su autonomía. Lo mismo podemos decir del entramado capitalista en lo relativo al ámbito productivo. Por eso los movimientos sociales son uno de los actores fundamentales de este tipo de estrategia comunalista.

Escenarios de transformación Puede ser que al lector/a le haya sorprendido llegar hasta este punto sin que se haya mencionado ni una sola vez otra de las nociones más presentes en los actuales debates ecologistas: el decrecimiento. Ésta merece un tratamiento propio que nos conecta con el último eje de debate que querría abordar, el de los escenarios de llegada u horizontes regulativos de las diferentes propuestas ecologistas. En primer lugar, conviene señalar que la noción de decrecimiento es hoy presa de una peligrosa ambigüedad. Por un lado, hay quien lo utiliza para designar el horizonte que abre ante nosotros la escasez de energía y materiales, la desregulación climática, la biosfera dañada, etc.

A eso se refieren cuando hablan de que el “decrecimiento es inevitable”. No obstante, como otras personas, creo que este tipo de uso es peligroso y desaconsejable. Si queremos hacer del decrecimiento una categoría política y asumimos que tiene que describir un estado de cosas deseable, entonces no podemos conceptualizarlo como inevitable. Como antes vimos al discutir del diagnóstico, todo el mundo está de acuerdo en que nos enfrentamos a futuros muy abiertos en los que no hay nada escrito.

Por tanto, conviene separar la inevitabilidad de una reducción metabólica y de una biosfera dañada, un hecho incuestionable, de la posibilidad deseable de construir horizontes políticos decrecentistas. Ahora bien, ¿qué sería entonces el decrecimiento? La realidad es que, en su uso actual, el decrecimiento no cuenta con una definición única. Su sentido está en disputa. Aunque en términos muy generales designa un escenario político en el que se han conseguido compatibilizar las transformaciones que hemos definido como inevitables con “horizontes sociales deseables” (a veces adjetivados de justos, igualitarios, democráticos o autónomos), lo cierto es que el contenido específico de la noción de decrecimiento varía fuertemente según cuál sea la estrategia de acción política considerada posible y/o deseable.

Así, cuando los populistas verdes hablan de decrecimiento, o incluso cuando dicen que su estrategia es la mejor para alcanzarlo, hablan de algo bastante distinto de aquello a lo que se refieren los comunalistas cuando piensan en una sociedad decrecentista. Para los primeros, el decrecimiento supondría tener éxito en la conformación de un estado democrático que sirviera a los intereses de la mayoría y que

gestionara, en clave nacional y con cierto nivel de concertación internacional, una economía industrial de estado estacionario respetuosa de los límites planetarios. Ésta, que se gestionaría en clave socialista, habría sufrido una contracción energética y material relativamente menor, dejando relativamente intactos los modos de vida de sociedades como la nuestra. Para los segundos, en cambio, una sociedad decrecentista sería aquella que ha puesto la agroecología en el centro de su metabolismo, ha renaturalizado porciones importantes de territorio, se ha desindustrializado y localizado fuertemente, ha reducido en porcentajes considerables su consumo de energía y materiales y ha sido capaz de construir un grado sustancial de autonomía política, económica y material. Es decir, una sociedad bastante alejada de los actuales modos de vida industriales y consumistas (evoquemos otra vez la noción de modos de vida imperiales).

Podría todavía multiplicar los ejemplos de diferentes definiciones de decrecimiento hablando de la forma que tienen de entenderlo aquellos que abrazan una perspectiva comunista revolucionaria –como la del francés Frédéric Lordon–, o de decrecimientos especialmente volcados en la reestructuración de la diversidad y la salud de la biosfera como el que propone el “Socialismo de Media Tierra” (Drew Pendergrass y Troy Vettese) y las propuestas de reasilvestramiento… Así que, en realidad, es muy difícil trazar un eje coherente en el ámbito de los horizontes regulativos, ya que éste se halla cuasi-determinado por las asunciones de partida (ontológicas, económicas, sociales, etc.) que adoptamos a la hora de abrazar una estrategia política u otra.

*** Cierro este pequeño recorrido con una advertencia final.

Aunque he tratado de construir una cartografía lo más aséptica posible, me parece honesto reconocer que en todos estos debates soy un actor posicionado, lo que es muy posible que de algún modo haya podido afectar a mi exposición. En particular, me considero defensor de un decrecimiento comunalista como estrategia y horizontes políticos deseables en un contexto de colapso ecosocial. Y, además, no creo que esta postura sea reconciliable con otras, que como suele proponer el populismo podrían actuar como pasos previos o preparaciones, incluso como compañeros en estrategias duales.

Utilizando una noción de la filosofía de la ciencia, creo que algunas estrategias son inconmensurables con otras. Ello no me impide considerar que una diversidad política en asuntos ecologistas es positiva y que ninguna estrategia podría, ni

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La negación capitalista de la realidad sistémica Por Vincent Laupies

El propósito del artículo es doble: explicar la razón por la que el capitalismo erosiona las bases ecológicas y sociales sobre las que se asienta; y proponer un modelo sistémico alternativo capaz de equilibrarse internamente: los bienes comunes.

Para evitar que la catástrofe climática actual haga que la Tierra sea inhabitable para los humanos, debemos salir del crecimiento. Esta realidad, ya mencionada por André Gorz en la década de 19601 y afirmada por el informe Meadows en 1972 (sobre el cual se comenzó a trabajar en abril de 1968)2, está ganando cada vez más consenso.

Sin embargo, el capitalismo no puede salirse del crecimiento.

Esta afirmación es criticada por diversos autores, algunos de ellos muy sensibles a la emergencia climática, quienes afirman que el capitalismo es muy adaptable. En realidad, es muy hábil para producir cambios de tipo I, es decir cambios coyunturales, y adaptarse a diferentes contextos históricos, sociológicos y geográficos. Pero es incapaz de producir cambios de tipo II, es decir cambios estructurales, que permitan cuestionar su principio fundamental e inventar nuevas soluciones para salir de los círculos viciosos3. El capitalismo es muy plástico, pero no puede cambiar su regla fundamental de aumentar el capital maximizando las ganancias. Esta regla se funde con su propia identidad y es intangible. El capitalismo defiende e impone las llamadas reformas «estructurales» en los estados, con el objeti-

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vo de desregular la economía, pero él mismo es incapaz de una reforma estructural.

El capitalismo no puede salirse del crecimiento porque se identifica con él, y se identifica con él porque se basa en un gran error cognitivo: se niega a considerar la realidad como un sistema.

Un sistema es un conjunto de elementos que interactúan, delimitados por una frontera. El cuerpo humano, la pareja, la familia, los intercambios interhumanos, incluida por supuesto la economía, son sistemas, ellos mismos insertos en el universo, el cual también es un sistema. El enfoque sistémico4 explica que un sistema solo puede sobrevivir si su crecimiento es compatible con su homeostasis, es decir, con su equilibrio interno.

Pero el capitalismo niega esta realidad. Se piensa que es posible desarrollar una economía dirigida exclusivamente al crecimiento sin tener en cuenta la homeostasis. Se cree que es posible lograr un mayor crecimiento ignorando el equilibrio entre las diferentes partes del todo. Se pretende conformar la realidad a la visión reduccionista que promueve el capitalismo, de ahí su violencia intrínseca. La conciencia de esta característica fundamentalmente antisistémica del capitalismo se remonta a Marx, quien explicó que el capitalismo rompió la “interacción metabólica” y “coevolución” entre el ser humano y la naturaleza5.

Veremos cómo el capitalismo va en contra de las principales características de la homeostasis (1. unidad del sistema, 2. cooperación entre todas las partes, 3. satisfacción de las necesidades reales de cada parte gracias a una adecuada asignación de recursos) y cómo ataca ambos medios por los que se mantiene la homeostasis (la dinámica de las interacciones y el uso de meta-reglas).

1) El equilibrio sistémico implica la unidad del sistema. El capitalismo separó y opuso todo lo que podía separarse: el

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Vehículo abandonado

capital y el trabajo; los diseñadores de productos y procesos de producción, por un lado, y los productores (trabajadores), por el otro; el valor de uso y el valor de cambio; y, en última instancia, la gestión de la empresa y su propiedad (la primera otorgada a los gerentes, la segunda confiada a los accionistas).

2) El equilibrio sistémico se basa en la complementariedad (como en el cuerpo humano donde cada órgano es igualmente necesario para el todo). El capitalismo reemplaza la cooperación con la competencia. Competencia entre trabajadores, que conduce a la creación de desigualdades entre clases sociales y entre países. Competencia entre capitalistas, que los lleva a explotar cada vez más, tanto a los seres humanos como a la naturaleza.

3) La homeostasis se basa en la satisfacción de las necesidades reales de cada parte mediante una adecuada asignación de recursos. Nos detendremos un poco más en este punto.

En el cuerpo humano, por ejemplo, el equilibrio sistémico asigna recursos a cada órgano según sus necesidades (por ejemplo, todo está organizado en el cuerpo humano para que al cerebro no le falte oxígeno y azúcar, aunque eso signifique quitárselo temporalmente a otros órganos). El capitalismo desarrolló el libre mercado, sin regulación ni finalidad. De ello se deduce que el dinero no va donde más se necesita sino donde más se reproduce. Por ejemplo, la salud cardiovascular de la población se preservaría más eficazmente mediante condiciones de trabajo sin estrés, una dieta saludable, notablemente

rica en omega-3 y baja en azúcares, para luchar contra la obesidad y la diabetes. Sin embargo, los recursos no se destinan masivamente a la prevención sino a los tratamientos médicos y, muy a menudo, se da prioridad a medios costosos e ineficaces (como autorizar la comercialización de me dicamentos casi idénticos a los que ya se utilizan, sin aportar nada nuevo que no sea la posibilidad de venderse a un precio más alto). La asignación de recursos también está distorsionada en el capitalismo por el “mérito” (cuya evaluación está más que sujeta a cautela) y la suerte (de nacer en tal ambiente, de contar con tal apoyo...) que legitiman el acaparamiento.

En el equilibrio sistémico, el trabajo de todos es útil para todos. El capitalismo, por el contrario, inventó la captura de la energía producida por una parte del sistema; por otra parte: el producto del trabajo de los trabajadores se utiliza para su subsistencia, pero también para crear una “plusvalía” de la que se beneficia un pequeño número de personas.

El equilibrio sistémico responde, precisamente, a las necesidades de cada parte del todo. El capitalismo reemplaza la respuesta a las necesidades reales (ligadas a su supervivencia básica y construcción sociocultural) por una “oferta” total de productos, la mayoría de las veces inútiles y caros (objetos tecnológicos superfluos, viajes despilfarradores, etc.).

El equilibrio sistémico ahorra todos los recursos (por ejemplo, los ácidos biliares que sirven para asimilar las grasas son reabsorbidos después de haber cumplido su función y, por lo tanto, utilizados muchas veces). Desde su origen y hasta hoy, la ideología antisistémica del capitalismo lo ha llevado a considerar que los recursos son infinitos y gratuitos. La economía de medios esencial para la sostenibilidad del sistema es reemplazada por la sobreproducción y el desperdicio.

La homeostasis de los sistemas vivos evita esta captación de recursos, esta sobreproducción y este despilfarro gracias a una relación de propiedad basada en la propiedad común. En un

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­ sistema vivo no se puede hablar de apropiación sin amenazar libera más insulina para llevar este azúcar a las células y mantela supervivencia del sistema (en el cuerpo, uno no puede imaner la glucemia a un nivel normal). Por el contrario, el capitalisginarse un órgano reclamando la propiedad de la sangre que mo utiliza la causalidad lineal al explotar directamente las dos circula por todo el cuerpo, otro la propiedad del oxígeno, otro fuentes de riqueza de nuestro sistema: la humanidad y la natula propiedad de los carbohidratos...). raleza. Ambas son, desde el nacimiento del capitalismo a meDesde un punto de vista sistémico, la propiedad se considediados del siglo XVIII en Inglaterra, expulsadas de sí mismas y ra de forma compleja, desvincude su funcionamiento habitual lando usus (uso de la propiedad), El capitalismo explota sus dos fuentes de riqueza: para producir cada vez más. Esfructus (fructificación de la propieta exaltación de la fuerza en dela humanidad y la naturaleza. dad) y abusus (derecho a destruir, trimento de la dinámica intríndañar la propiedad), por ejemplo seca del sistema es el origen de dando usufructo (usus + fructus) de los estragos del capitalismo sola tierra a un grupo de campesinos, cuya nuda propiedad (que bre los seres humanos (del cual la actual epidemia de burnout incluye el abusus) sigue siendo propiedad de la comunidad. es uno de los puntos emergentes7) y sobre la naturaleza.

La segunda forma de mantener la homeostasis es usar reglas El modelo de propiedad más acorde con la perspectiva sistépara cambiar las reglas (“meta-reglas”) para adaptarse a las crimica es el de los bienes comunes, definido por la puesta en sis y los cambios. Un sistema familiar está vivo en la medida en común de recursos cuyo uso y distribución se gestionan colecque sabe adaptarse a las distintas etapas de la vida de cada uno tivamente6.

Por el contrario, el capitalismo, que pretende aumentar las de sus miembros modificando sus reglas de funcionamiento. ganancias de unos pocos, se apoya en la propiedad privada en Como dijimos anteriormente, el capitalismo es el campeón del el sentido más arcaico y violento, es decir, la propiedad basada cambio de Tipo I; se adapta a todas partes y en todo momento. en la apropiación (de ahí el estrecho vínculo entre capitalismo Sin embargo, su identidad está tan confundida con su regla funy colonialismo) y dando una damental de aumentar el cagran importancia al abusus, pital maximizando las gajunto a usus y fructus. El capitanancias que no ha desarrollalismo está mercantilizando y do ninguna meta-regla y, por privatizando todo lo que puede, lo tanto, no puede acceder al a riesgo de poner en peligro a cambio de Tipo II. poblaciones enteras (como la La ausencia de meta-recompra de vacunas reservadas glas efectivas se ve favorecipara aquellos que pueden pada por la relación con la progarlas a un alto precio garantipiedad antes expuesta. Donzado por patentes). de no hay bienes comunes, La esencia de la homeostasis no hay meta-reglas. De hees, por tanto, la unidad del sistecho, como Dardot y Laval muestran muy bien, los biema, la cooperación entre las nes comunes traen consigo partes y la distribución equitatiel requisito de las meta-reva de los recursos. El capitalisglas por cuanto implican una mo impone la atomización de la gestión común. “Los bienes sociedad, la competencia y la Barcos de pesca abandonados comunes no son tanto “cocaptación de recursos por unos sas” que preexisten a las reglas, objetos o dominios naturales a pocos. Por naturaleza, va en contra de la homeostasis. los que también aplicaríamos reglas de uso y distribución, coPero hay más, contrarresta los dos medios por los cuales un mo relaciones sociales regidas por reglas de uso, distribución o sistema mantiene y regula su homeostasis. Un sistema mantiecoproducción de determinados recursos. En una palabra, son ne su homeostasis por dos medios. instituciones que regulan la gestión común”8. Sin embargo, el El primer medio es el complejo juego de interacciones, bucapitalismo es incompatible con el desarrollo de los bienes cocles de retroalimentación (por ejemplo, en el cuerpo humano, munes a gran escala. Los comunes, de hecho, excluyen la direccuando aumenta el nivel de azúcar en la sangre, el páncreas

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Notas 1. Gorz, A. Estrategia obrera y neocapitalismo. Ed. Era, 1969.

2. Este informe establecía que el modelo de crecimiento de la década de 1970 no permitiría la vida en la Tierra más allá de 2100 a menos que los humanos pusieran límites a su crecimiento.

3. Conceptos desarrollados por Paul Watzlawick, John Weakland y Richard Fisch en Changements – Paradoxes et psychothérapie (Ed. Seuil, 1975).

También por Gregory Bateson en Vers une écologie de l’esprit (Ed. Seuil, 1977).

4. Teorización que concibe cada fenómeno como un conjunto complejo de interacciones. Los conceptos fundamentales de sistémico están claramente expuestos en el libro de Joël de Rosna Le Macroscope - Vers une vision mundial (Ed. Le Seuil, 1975) y, más recientemente, L’approche systémique (Ed. ESF, 2018) de Arlette Yatchinovsky.

5. Bellamy Foster, J. La ecología de Marx. Materialismo y naturaleza. Ed. El Viejo Topo, 2004.

6. Ostrom, É. El gobierno de los bienes comunes. Ed. Fondo de Cultura Económica, 2011.

7. Del inglés «occupational burnout», es decir «trabajador quemado», refiere a lo que en español se conoce como «síndrome del desgaste profesional» ante el estrés y la fatiga ocasionados por el trabajo. [N. del E.] 8. Dardot, P. & Laval, Ch. “Du public au commun”. Revue du Mauss 2010/1, n°35, pp. 112-122.

9. Santo Padre Francisco. Fratelli Tutti. Carta encíclica sobre la fraternidad y la amistad social. 3 de octubre del año 2020.

10. Généreux, J. La dissociété. Ed. Seuil, 2006.

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ción autoritaria, la apropiación y la acumulación en beneficio este capitalismo podrá preservar algunos aspectos de la naturade unos pocos. Pero el capitalismo lo mercantiliza todo, incluileza, crear algunos parques naturales adicionales, plantar corado este común particular que es el conocimiento, a través de la les en el fondo del mar para salvar algunos arrecifes…, pero no “propiedad intelectual”. podrá detener la destrucción de la biodiversidad y el calentaEl capitalismo no es tóxico por el mero hecho de promover miento global. un crecimiento excesivo, y conEl cambio necesario para cebido como el único crecisalvar el sistema humanomiento del PIB. Incluso si connaturaleza no puede ocurrir sideráramos el crecimiento cadentro de la economía actual. pitalista desde el ángulo del “Si alguien cree que solo se bienestar, la resiliencia, la sostrataba de hacer funcionar tenibilidad, incluso si forzáramejor lo que ya hacíamos, o mos al capitalismo a integrar que el único mensaje es que sus externalidades (pagando debemos mejorar los sistemas por sus daños humanos, sociay las reglas ya existentes, está les y ambientales), siempre senegando la realidad”. El necería antiecológico porque es sario cambio sistémico pasará fundamentalmente antisistépor la movilización de los remi co y necesita serlo para cursos de todos los actores del mantener su inercia al lucro. sistema, devolviendo su lugar A lo sumo, se podrá actuar a los excluidos. “Recordemos con la naturaleza como se ha que nadie se salva solo, que Cementerio de basura tecnológica en Ghana actuado con el trabajo bajo la únicamente es posible salpresión de largas, amargas y varse juntos”9.

Para ello, será necesario superar la consecuencia más deletécostosas luchas sociales: mitigar sus efectos destructivos a través rea del capitalismo, la atomización de los lazos sociales, la de medidas de protección (prestaciones por desempleo, pensiocompartimentación de la sociedad en facciones opuestas. Hay nes…), sin llegar a eliminar la toxicidad fundamental de la exploque superar, por decirlo con una palabra, la “disociación”, que tación de los trabajadores (desposesión de las herramientas de no es sino una “fuerza centrífuga que irrumpe en elementos producción, ausencia de participación en la decisión de qué y rivales los componentes antes en solidaridad con una sociedad cómo se produce, ritmos de trabajo excesivos y malas condiciohumana”10. Debemos redescubrir la visión sistémica, la connes de trabajo que conducen al agotamiento, enfermedades ciencia de pertenencia a un todo n profesionales y accidentes de trabajo). En el mejor de los casos,

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Contra el reformismo y el espiritualismo Entrevista a Alfredo Apilánez Por Salvador López Arnal

Economista de formación y profesor de ciencias sociales, Alfredo Apilánez desarrolla su actividad investigadora en los ámbitos de las finanzas y de la crítica de la ortodoxia económica y de la barbarie capitalista.

Centramos la conversación en su último libro: Los vicios del ecologismo (El Viejo Topo, 2023).

—Aunque hayas entrecomillado “vicios”, el título de tu último libro hace pensar en una crítica al ecologismo. ¿Este es el nudo central?

—Sí, estás en lo cierto. El libro es una crítica de los planteamientos y de las propuestas político-sociales del movimiento ecologista. Pero, como bien dices, las comillas introducen un matiz muy importante en ese objetivo principal del texto. Se trata de resaltar que se trata de una crítica fraterna, que parte del reconocimiento del esfuerzo por poner de manifiesto el carácter ecocida del sistema social vigente, realizado desde sus orígenes por el movimiento ecologista. Esta intención de realizar una crítica constructiva, que en ningún caso minusvalore la relevancia de las cuestiones tratadas ni la importancia vital de la lucha contra la catástrofe en curso emprendida, contra viento y marea, por el movimiento ecologista, explica las comillas del término “vicios” en el título de la obra.

—Pero podrá apuntarse que tu “crítica constructiva” puede per-

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judicar o contribuir a paralizar un movimiento ciudadano impostergable.

—Creo, si me permites la objeción, que ese no debería ser el caso en absoluto. Las críticas constructivas, que comparten lo esencial con lo “criticado”, deberían contribuir, en mi opinión, a lo contrario, a fortalecer al movimiento en lugar de debilitarlo o, como dices, “paralizarlo”. Máxime cuando, en mi caso, se trata de una crítica fraterna, desde el acuerdo básico de partida acerca de la incompatibilidad de esta forma de organización social aberrante con la preservación de un metabolismo socionatural mínimamente viable. El ecologismo recibe críticas furibundas por parte de la derecha, pero no es ni mucho menos tan habitual que ocurra desde posiciones de izquierdas. Y creo que ese cuestionamiento constructivo es muy necesario para evaluar y, en caso necesario, mejorar la coherencia entre la dureza del diagnóstico acerca del ecocidio rampante hacia el que nos dirigimos y, por otro lado, las estrategias o medidas políticosociales propuestas para atajarlo.

En cualquier caso, la cuestión de fondo esencial que subyace a mi crítica sería la necesidad de potenciar la lucha por la integración, conservando obviamente sus particularidades y autonomía, de los llamados movimientos sociales –el ecologismo y el feminismo serían sin duda los más destacados– en el tronco común de la tradición emancipadora de la izquierda bajo un estandarte inequívocamente anticapitalista.

—Para que no haya dudas: ¿tu crítica tiene algo que ver con el negacionismo del cambio climático antropogénico?

—En absoluto, más bien todo lo contrario, como ya supondrás.

La aparatosa colisión del organismo socioeconómico con los límites biofísicos del planeta constituye, sin el más mínimo atisbo de duda, el acontecimiento más importante de nuestra época. Esto es así porque pone a la actual organización social

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frente a lo que Cornelius Castoriadis denominaba la ‘carrera hacia el abismo’, destruyendo las condiciones mínimas para una vida digna en un planeta habitable. La evidencia científica es tan abrumadora al respecto que no merece la pena insistir en ello. Precisamente, uno de los objetivos del libro es fundamentar la incompatibilidad radical del sistema capitalista con cualquier noción razonable de autocontención, lo que supone la condición de ciego e insaciable depredador de la naturaleza de un régimen de organización social basado en la acumulación de capital en manos privadas. Hay una cita de Manuel Sacristán que describe muy bien ese rasgo intrínsecamente ecocida del capital: “No es posible conseguir mediante reformas que se convierta en amigo de la Tierra un sistema cuya dinámica esencial es la depredación creciente e irreversible”.

—Hablas de ecologismo. Pero el ecologismo, como el Ser en Aris-

tóteles, ¿no se dice de muchas maneras y algunas de ellas son serias, críticas, trabajadas científicamente y muy anticapitalistas?

—Totalmente de acuerdo con lo que dices. Sin duda hay muchos ecologismos y sensibilidades muy diferentes dentro de un movimiento sumamente heterogéneo. Ni que decir tiene que no considero como tal el greenwashing corporativo-mediático de los espadachines a sueldo del capital, centrado actualmente en la promoción de imaginarias transiciones ecológicas al “todo renovable” o en aberraciones palmarias como el ‘cero neto’ o la ‘captura de carbono’, todo ello únicamente en aras de preservar a toda costa el business as usual.

Las distintas “sensibilidades” existentes en el movimiento ecologista que va “en serio” podríamos dividirlas pues entre, por un lado, los que aceptan la posibilidad de introducir ajustes y reformas en la maquinaria de la acumulación –el llamado Green New Deal keynesiano o los más granados representantes

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­ de le economía ecológica–, que se situarían en lo que podríade la transición ecológica que, dicho sea de paso, tiene minismos denominar la izquierda del capital y, por otro lado, los que terio propio y es el nuevo gran nicho de mercado de las granafirman, al menos en principio, la necesidad de superación del des multinacionales energéticas y constructoras en pos de succapitalismo y la imposibilidad de encauzarlo hacia un desarrocionar dinero público –en lugar destacado, el ansiado maná de llo mínimamente respetuoso con los límites biofísicos planetalos fondos Next Generation EU, que también comparten el rios. Pero, y aquí es donde entraría la crítica que mantra de la ‘descarbonización’ como uno de desarrollo en el libro, lo sorprendente es que sus ejes centrales– a mayor gloria de sus abulincluso entre los que se consideran a sí mismos tadas cuentas de resultados. Es decir, que estaExiste un amplio anticapitalistas, como los que se encuadran en mos ante lo que siempre se denominaron contraste entre el ecosocialismo de estirpe marxista o en el políticas socialdemócratas keynesianas, basael diagnóstico y ecologismo social de cariz anarquista, las prodas en la inversión pública y en la redistribulas soluciones puestas sociopolíticas que desarrollan no se ción de la riqueza a través de políticas fiscales, corresponden –siempre con notables excepcioel periclitado sueño dorado del retorno del propuestas. nes– con esa sedicente profesión de fe antagoWelfare State y de la función amortiguadora y nista. Esa marcada inconsistencia entre los redistributiva de las políticas públicas, un medios y los fines que, en mi opinión, aqueja a contexto histórico siempre idealizado por los las tendencias mayoritarias del movimiento ecologista, fue el creyentes en el ensueño de meter en vereda al capital y, en punto de partida de la indagación que dio origen al libro. cualquier caso, desaparecido hace medio siglo ante el embate de las políticas neoliberales.

—¿No es algo exagerado (incluso sesgado) calificar a los partiPero hay un rasgo más que, en mi opinión, hace aún más darios del New Green keynesiano de izquierda del capital? irreales tales quimeras en la actual coyuntura de degradación —Bueno, quizás lo mejor antes que nada si te parece sea claricapitalista y de agudización de sus incurables contradicciones, ficar los conceptos. de guerras imperialistas como la que presenciamos actualmente en Ucrania, ecocidio rampante, desigualdad social dis—De acuerdo, adelante con ello. parada y crisis recurrentes de creciente virulencia: la imposibi—¿Qué es el Green New Deal? Podemos dar la palabra a uno de lidad de regulación o “reverdecimiento” del capitalismo para sus adalides en España, Emilio Santiago Muiño: “Los partidareconvertirlo, a través de formidables inversiones estatales rios del Green New Deal, o del Pacto Verde, defenderían la hacia el uso masivo de tecnologías verdes no fosilistas que ateestrategia de impulsar políticas públicas ambiciosas que denúen la catástrofe ambiental, es algo que comprobamos día sarrollen reformas estructurales con dos patas: por un lado la tras día con el fiasco de los fondos Next Generation UE, la llumodernización ecológica de la economía como centro de gravia de millones que iba a ponernos en la senda de las cacareavedad de un nuevo modelo productivo, con especial énfasis en das transición ecológica y la digitalización. Como explica muy la descarbonización energética, pero no solo (podría incluirse bien Antonio Turiel, sin una reestructuración radical –incomtambién la agroecología, la economía circular, el urbanispatible con el código genético expansivo de la acumulación de mo…); por otro lado, y casi tan importante, un incremento suscapital– de las actividades económicas hacia una drástica retancial de la distribución de riqueza (ligada por ejemplo a producción del actual ritmo de producción y consumo de mateyectos como la renta básica o la reducción de jornada laboral) riales y energía, no habrá transición verde al “todo renovable”, que conllevaría, en paralelo, un aumento de la regulación polípor muchos miles de millones que se inviertan en el proceso: la tica sobre las lógicas de mercado”.

Tierra simplemente no da para tanto.

Pues bien, por mucho que me esfuerzo no logro ver en la En definitiva, habría dos argumentos que refutarían la pertidescripción anterior nada que ni por asomo remita a escenanencia del planteamiento que encarnan los partidarios del rios rupturistas o anticapitalistas. “mal menor” que representa el Green New Deal: ni existen las condiciones biofísicas para una transición energética digna de —¿Y qué es lo que ves entonces? tal nombre, que solo sería posible en un escenario poscapita—Más bien, lo que se desprende de lo anterior es, ni más ni lista y con una reducción drástica del consumo de energía y menos, que la encarnación de la quimera, típica del planteamateriales, ni tampoco tiene el Estado neoliberal la más mínimiento reformista tradicional, fundada en pretender conciliar ma posibilidad de lograr que esa pretendida “revolución ecolóla preservación de la rentabilidad del capital con la entelequia gica” no sea otra cosa que una vuelta de tuerca más en el pano-

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rama de destrucción ambiental que procura sin coto el capital desembridado.

los poderes fácticos con mando en plaza. Ahí está la imposibilidad de introducir cambios sustanciales en el “reparto de la tarta”.

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—Pero podría señalarse tal vez que los partidarios del Green New Deal no construyen quimeras, no defienden utopías irrea—¿Por qué hablas de abismo entre el diagnóstico y las solucioles, que la correlación de fuerzas existentes no permite, por el nes? ¿Dónde reside? ¿En la ausencia de soluciones? ¿En su impomomento, una enmienda a la totalidad del sistema capitalista, sibilidad práctica? esa reconstrucción radical a la que aludís Turiel y tú, finalidad, —Quizás resulte útil poner un ejemplo que en mi opinión por otra parte, con la que, tal vez podrían añadir, también ellos explica muy bien ese abismo al que te refieres y que remite al se identifican. subtítulo del libro: “el abismo entre el diagnóstico y las solucio—Te diría que esa referencia a la muy desfavorable “correlación nes”. En una reciente y sumamente interesante publicación 1 se recopilan, tras una cartografía sistemática, las principales prode fuerzas” remite al argumento clásico reformista del “mienpuestas político-económicas del movimiento decrecentista: la tras tanto”, una apelación a la eficacia de las medidas paliatirama actualmente más en boga del ecologismo crítico y sedivas; es decir, mientras no se den las condiciones para la centemente anticapitalista. Pues bien, las medidas estrella que enmienda a la totalidad del sistema, al menos –rezaría su razodestacan muy por encima del resto serían, entre otras, la renta namiento– quedémonos con la lucha por los arreglos de detabásica universal, el trabajo garantizado, las cooperativas y las lle y los microavances. Daría dos argumentos en contra de esa ecoaldeas. En toda la profusa y metódica recapitulación realiposición clásica del reformismo desde sus orígenes en la obra zada por los autores no aparece ni una sola medida que pudiede Bernstein: en primer lugar, tales microavances, a pesar de la ra incluirse en lo que tradicionalmente se ha considerado coexistencia de gobiernos “progresistas”, no se están producienmo izquierda revolucionaria, ni de raigambre marxista ni anardo: en cinco décadas de hegemonía neoliberal no ha habido ni quista. No solo eso, los principales adalides del decrecentismo, por asomo una mejora significativa de la distribución de la del colapsismo, del ecosocialismo e incluso del ecologismo renta ni de la riqueza, ni de las condiciones de vida de las clasocial de cariz libertario –de nuevo con notables excepciones– ses populares en el acceso a los servicios básicos. Y, en segunno se apartan ni un ápice de lo que en la tradición de la izquierdo lugar, tampoco se ha robustecido –más bien, de nuevo, lo da siempre se consideraron planteamientos socialdemócratas, opuesto se acercaría mucho más a la realidad– la fortaleza de la de carácter acusadamente reformista y centrados principalherramienta estatal-institucional como dique de contención y mente –la renta básica sería el símbolo paradigmático– en la de reequilibrio frente al poder del capital, totalmente amputaredistribución de la riqueza en el ámbito de la circulación. Y da de autonomía fiscal o soberanía financiera, y sometida quiero dejar claro que no me parecen malas medidas ni mucho completamente a la preservación de las cuentas de resultados menos, pero sí de todo punto insuficientes para cambiar el del capital financiero y corporativo. Ante estos dos hechos, en rumbo del Titanic en el que vamos embarcados actualmente y, mi opinión irrefutables, la respuesta de las fuerzas políticososobre todo, impracticables bajo la actual hegeciales reformistas con presencia institucional monía neoliberal, caracterizada por la comha sido también doble: por un lado, rebajar pleta amputación de los mecanismos a través hasta extremos inauditos sus propuestas, Hay que combatir de los que el demediado Estado-Nación podía abandonando las posiciones tradicionales de la las imposturas intervenir en las cuestiones que afectan realizquierda –nacionalizaciones de sectores básimente a las condiciones de vida de las mayocos, sin ir más lejos– para conformarse con intelectuales del rías sociales. De ahí que, como explico en el medidas de contención de emergencia o arremisticismo libro, el “vicio” que subyace a tales planteaglos de detalle –que celebran, por cierto, como ecológico. mientos sea la ilusión de meter en vereda al si fueran la toma del Palacio de Invierno– que capitalismo degenerativo, modificando el no modifican en absoluto las estructuras ecoreparto de la tarta a favor de las clases popunómicas hegemónicas ni arañan siquiera la lares a través de la intervención fiscal del papá Estado. Tal apisonadora del poder privado del capital. Y, por otro lado, desescenario –e insisto en que lo digo con tristeza– ni está ni se plazar sus objetivos hacia las cuestiones socioculturales que –a le espera. pesar de su indudable importancia– no tienen que ver directaEn resumen, el contraste entre la rotundidad y el dramatismo mente con las condiciones de vida de las clases populares, con del diagnóstico y la pusilanimidad de las soluciones propueslo que siempre se llamó lucha de clases, evitando chocar con

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tas por las corrientes dominantes dentro del ecologismo crítico no puede ser más llamativo.

—Permíteme que insista: el realismo político bien entendido, el que no pierde de vista las finalidades, ¿no exige en ocasiones este tipo de recorridos indirectos? ¿No representa lo que describes un avance en la buena dirección?

—Creo, si me permites la broma, que a todos nos gustaría en el fondo ser reformistas y alimentar la ilusión de la posibilidad de lograr cambios graduales y tranquilos, respetando las reglas del juego de la democracia formal. Todo sería mucho más sencillo de ese modo, qué duda cabe. El problema es que toda la historia reciente del último medio siglo de hegemonía neoliberal ha tenido como pilar fundamental la amputación de las posibilidades de que esos avances en la buena dirección a los que te refieres se produzcan. Y huelga decir que el éxito de tal involución ha sido rotundo. Tenía toda la razón el magnate financiero Warren Buffet cuando dijo aquello de que “la lucha de clases existe y nosotros la vamos ganando”. Por goleada, habría que añadir.

ción de las emisiones de gases invernadero y de la atenuación ­ del resto de procesos de destrucción ambiental, a pesar de la profusión de cumbres del clima y de la masiva extensión de la neolengua del greenwashing por parte de los espadachines a sueldo del capital? Me temo que todas ellas son por desgracia preguntas retóricas. El reformismo actual en la piel de toro, encarnado en el actual gobierno español y sus aliados parlamentarios, es -como todos los demás- una farsa limitada a medidas de emergencia, a cataplasmas en pos de preservar in extremis la maltrecha paz social, y a las llamadas ‘guerras culturales’, que no afectan de forma significativa a las condiciones de vida de las clases populares, pero sin ninguna posibilidad real de introducir reformas de calado en la apisonadora capitalista. También es un freno a las posibilidades de emergencia de movimientos transformadores desde el tejido social de “los de abajo”, por la cooptación y la mala pedagogía que ejercen quienes siguen contra viento y marea alimentando la vana ilusión de la posibilidad de pararle los pies al capital a través de decretos y ministerios.

—¿Para quién has escrito tu libro? ¿Qué lectores has tenido en —Sí, sí, de acuerdo, por goleada, tal como señalas... sin olvidarmente? nos del esfuerzo, lucha y resistencia de muchos colectivos y orga—Pues te diría que para cualquier persona que se sienta connizaciones que actúan en sentido contrario. cernida por la acerba realidad actual de guerras, ecocidio y —Sí, por fortuna existen múltiples colectivos y organizaciones miseria creciente, y el aciago porvenir que se vislumbra para la que conjugan atisbos de lo que podría ser “un mundo nuevo” y, sociedad humana en caso de no destruir una organización soparalelamente, son ejemplos de luchas y resistencias contra la cial irracional basada en la acumulación de riqueza en manos depredación del capital. ¡Qué sería de nosotros si no fuera así, privadas y no en la búsqueda del bienestar y la justicia. Creo, si no hubiera al menos esos gérmenes de resiscomo decía antes, que es prioritaria la comtencia! Pero, como trato de argumentar, esos pleta integración de las neurálgicas cuestiones atisbos de esperanza –el neozapatismo es, en Sin una reestructuración ecológicas en el tronco de la tradición antagomi opinión, un ejemplo excelente– surgen de nista de la izquierda. Y por ese motivo el libro radical no habrá las luchas desde abajo, que no depositan exva dirigido también humildemente a reforzar transición pectativas estériles en el reformismo políticola convicción de la extrema urgencia de impliverde. institucional. De hecho, a medida que avanza car a todos los que creen que otro mundo es, su degradación, el sistema es más irreformable no solo posible, sino apremiante, en la necesiy sus políticas antipopulares son cada vez más dad de radicalizar el ecologismo hacia posiagresivas, y la prueba es que el Estado burgués de la fase neoliciones ideológicas y sociopolíticas anticapitalistas en pos de beral es totalmente incapaz de desarrollar políticas que vayan una alianza emancipadora rojiverde. contra los intereses del capital y favorezcan a las mayorías El libro está escrito, por tanto, con ánimo divulgativo y con la sociales. No existe ni ha existido recientemente ni un solo intención de que sea accesible para cualquier lector con integobierno de este tipo al menos en el mundo rico. Los pocos que rés en escarbar en el conocimiento de las entrañas de la bestia. lo intentaron –Mitterrand en 1980 o Syriza en 2015– sabemos perfectamente cómo terminaron. ¿Acaso se han reducido los —¿Pero esa búsqueda de bienestar a la que aludes no está ligaíndices de pobreza, de la lacerante desigualdad social, o ha da al desarrollismo, a la hybris, al crecimiento que intenta vana mejorado la facilidad de acceso a la vivienda, el mantenimieny peligrosamente romper nuestros límites? to de servicios públicos de calidad o se han revertido las priva—Te diría, por mor de la brevedad, que esos rasgos que descritizaciones salvajes de los años 80-90, por no hablar de la reducbes no están ligados a la búsqueda de un modo de vida racio-

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posibilidad de atenuar siquiera el choque de la sociedad humana con los límites planetarios ni de aspirar a la consecución de un auténtico bienestar para las mayorías sociales. Tratar de argumentar de la forma más rotunda posible esa incompatibilidad radical entre el capitalismo y la posibilidad de preservación de una vida buena en un planeta habitable es uno de los principales objetivos del libro.

nal, que satisfaga las necesidades básicas mediante un uso no depredador de los recursos naturales y permita asimismo el libre desarrollo de las capacidades humanas, sino al carácter completamente ecocida, degenerativo e irreformable de un modo de organización social aberrante regido por el interés privado de los dueños del poder y del dinero. Mientras no se parta el espinazo a la barbarie del capital no existirá ninguna

—Haces referencia a la conjetura gaiana defendida, entre muchos otros por Lovelock, Carlos de Castro o Bruno Latour, recientemente fallecido este último. ¿Qué peligros ves en la aceptación de esa concepción metafísica del mundo y de nuestra ubicación de él?

—Lo que denominas ‘conjetura gaiana’ tiene dos ámbitos, en principio, cualitativamente diferentes: una hipótesis meramente científica y racional, que afirma la estrecha interrelación entre el desarrollo de la “vida microbiana” –principalmente las denominadas “cianobacterias”, fabricantes de oxígeno– y la generación de las condiciones químicas atmosféricas que posibilitaron la evolución de la vida en la Tierra –conocida como ‘hipótesis Gaia homeostática’– y, por otro lado, una cosmovisión ontológica trascendente de la existencia humana y de su relación “simbiótica” con el planeta que habita.

Pues bien, la crítica que desarrollo en el texto se dirige a la flagrante impostura intelectual que supone dar este “salto mortal”, desde una hipótesis pretendidamente científica y racional a una concepción metafísica de carácter panteísta de la condición humana y de su “unión mística” con una entidad planetaria convertida en una divinidad “nueva y refrescante” –en palabras de Lynn Margulis– que nos acoge graciosamente en su seno.

Todos los autores que mencionas –y otros como la referida Margulis, cofundadora con Lovelock de la hipótesis original– abonan con sus gratuitas –y, si se me permite la valoración personal, de muy cuestionable rigor filosófico– especulaciones metafísicas esa impostura.

Más allá por tanto de la flagrante impostura intelectual que trato de describir y analizar críticamente en el libro, mi opinión es que tales veleidades metafísicas no ayudan en nada, dado su carácter profundamente individualista, al fortalecimiento del movimiento ecologista ni a la radicalidad de su activismo sociopolítico y de sus luchas cotidianas contra la barbarie capitalista y su acelerada carrera hacia el abismo ecológico y social.

La introspección, autorrealización, oración, consciencia plena, autoconocimiento, el descentramiento del yo desde una perspectiva eco-integradora y demás rasgos de la esfera eco-espiritual están en las antípodas de la necesidad agrupadora, de la vocación de trascender el ego autorreferencial y narcisista para

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integrar una colectividad que enarbole la racionalidad materialista con un propósito inequívocamente transformador.

—Te interrumpo un momento. Pero el materialismo también es una posición metafísica (en el sentido positivo del término, que lo tiene) y tal vez algunos de los filósofos o ecologistas a los que aludes también se definirían como materialistas. No parece la suya una búsqueda de dioses trascendentes.

—Pues si se consideran materialistas lo cierto es que lo disimulan muy bien. Más bien los senderos filosóficos que abonan podrían calificarse, a mi juicio, como espiritualizantes o místicos, en las antípodas de cualquier noción mínimamente razonable de materialismo. Me gusta mucho una definición de Sacristán de lo que sería la concepción materialista del mundo y he de decir que no concuerda en absoluto con las veleidades panteístas de los que profesan el culto gaiano: “La ‘concepción materialista y dialéctica del mundo’, otras veces llamada por Engels, más libremente, ‘concepción comunista del mundo’, está movida, como todo en el marxismo, por la aspiración a terminar con la obnubilación de la consciencia, con la presencia en la conducta humana de factores no reconocidos o idealizados”.

Pues bien, por abreviar, me permito someter a tu preclaro juicio y al de los lectores si las dos citas subsiguientes de los dos “creadores” de la hipótesis Gaia se compadecen con la concepción materialista del mundo tan bellamente descrita por Sacristán.

La primera es de Lynn Margulis: “Gaia aporta frescura y novedad, a la vez que conserva su atracción mitológica. Una teoría científica de la Tierra que, en cierto modo, siente y responde es bienvenida (…) En términos de metafísica del espacio interior, aceptar el enfoque de Gaia lleva como en cascada a un cambio de perspectiva filosófica (…) Recuperado del ataque copernicano y de la agresión darwiniana, el antropocentrismo ha sido barrido por otro soplo de Gaia”.

Y la segunda es de James Lovelock: “Todos estos millones de cristianos que destinan un lugar especial de su corazón para la Virgen María posiblemente contestarían como yo lo hago... ¿Qué ocurre si María es un nombre alternativo para Gaia?

Entonces su capacidad de dar a luz virginalmente no sería un milagro ni una aberración partenogenética, se trata del papel de Gaia desde que empezó la vida...Por todo esto es por lo que, para mí, Gaia es un concepto religioso y científico a la vez, y es manejable en ambas esferas”.

Tales extravagancias, expresadas, no lo olvidemos, por los reputados científicos descubridores de la “hipótesis Gaia” original, ilustran bastante bien el tenor de las disquisiciones teológicas de los acólitos del culto gaiano. Creo que no es necesa-

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rio añadir mucho más sobre el particular.

—Por lo demás, ¿por qué hablas de impostura intelectual?

—El origen del concepto es el famoso libro de Bricmont y Sokal, en el que ponen en solfa las desnortadas incursiones que algunos famosos filósofos posmodernos como Deleuze, Baudrillard y Latour, entre otros, cometen cuando trasladan conceptos de las ciencias duras como la física para ilustrar sus teorías y especulaciones filosóficas. En el caso de la “hipótesis Gaia” la impostura se podría resumir en la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto pueden las teorías y los conceptos científicos trasladarse legítimamente de un dominio intelectual a otro sin cometer una impostura intelectual?

Así pues, en mi opinión, la fundamentación de una creencia místico-espiritual a partir de una hipótesis científica encaja como anillo al dedo en tal concepción de la ilegitimidad intelectual de mezclar churras con merinas.

Añadiría, como síntesis de lo anterior, una cita de Paco Fernández Buey que, en mi opinión, expresa de forma muy clarificadora la ilegitimidad o impostura intelectual de trasladar las concepciones pretendidamente científicas sobre la naturaleza al ámbito de las creencias religiosas o de los principios éticomorales: “La tercera idea es esta: de la Ecología, o sea, de la consideración científica de las interrelaciones entre las especies (una de las cuales, pero solo una, es el hombre) y su medio natural, el medio en que viven estas especies (en que vivimos) no se sigue lógicamente (en el sentido de que no se deduce) una ética ecologista y menos aún un solo punto de vista o paradigma ecologista”.

—Te interrumpí antes. Continúa por favor.

—En definitiva, creo que resulta perentorio combatir las imposturas intelectuales que impregnan el misticismo ecológico del culto a Gaia y dedicar nuestros muy terrenales esfuerzos, no a la estéril búsqueda de nuevos dioses que funjan de lenitivos que calmen el “dolor de la realidad”, sino a la transformación de las condiciones “humanas, demasiado humanas” que están convirtiendo en “completamente asqueroso” nuestro frágil nido terráqueo. Si me permites, me gustaría cerrar este punto con una cita de Lukács que creo que resume muy bien esta idea: “No es ético vivir en la esfera metafísica. Esta esfera es inalcanzable para el yo empírico. En consecuencia conduce a fracasos heroicos y deja señales de confusión moral. El dolor de la realidad no puede ser silenciado por una nostalgia interna de lo inalcanzable, o situando el camino de uno en una existencia elevada”.

—Olvido mil cuestiones importantes, pero tenemos límites tam-

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bién aquí. ¿Quieres añadir algo más?

—Me gustaría añadir solo una cosa más. Uno de los principales objetivos del libro, para fundamentar la crítica que se emprende del ecologismo, es el análisis de la estrechísima ligazón existente entre la degradación de la acumulación de capital en el último medio siglo y la agudización de la depredación natural y la devastación ecológica que provoca ese capitalismo degenerativo. Y quizás el vínculo más estrecho entre esos dos ámbitos sea la hipertrofia del casino financiero global, el principal amortiguador, a través de la deuda a muerte y del inflado de formidables burbujas financieras, de la degradación del capital y el encargado de capitalizar la depredación ambiental a través de la financiarización de la naturaleza, simbolizada en entelequias muy en boga actualmente como la aberración del ‘cero neto’, el mantra favorito del greenwashing de las grandes corporaciones industriales y financieras. Uno de los pilares del libro es, por tanto, tratar de

mostrar con la mayor claridad posible esa estrecha conexión entre los mecanismos que desarrolla el capital para tratar de paliar su degradación y la formidable aceleración del ecocidio que presenciamos en la actualidad. De ahí que mi planteamiento parta de la absoluta irreformabilidad de un sistema socioeconómico degenerativo, cada vez más agresivo y ecocida, y de la futilidad consiguiente de los intentos por domar a la bestia. Y de ahí también que la necesidad de un ecologismo anticapitalista, que parta de la absoluta incompatibilidad entre el reino del capital y del dinero con cualquier noción razonable de preservación de las condiciones para una vida digna en un planeta habitable, sea hoy más perentoria que nunca n 1. AAVV. “Explorando las propuestas para políticas de decrecimiento: Una cartografía sistemática con síntesis temática”. La Alianza Global Jus Semper. Noviembre 2022.

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Agenda 2030 y capitalismo verde Reciclado dogmático para un Nuevo Orden Por José Antonio Bielsa Arbiol

Con el pretexto del cambio climático, los intereses privados y las instituciones supranacionales pretenden implementar sus planes de gobernanza mundial. ¿En qué consiste ese nuevo orden social y económico asociado al capitalismo verde?

En los cuatro últimos decenios, las narrativas ambientalistas en torno a un “cambio climático” de irreparables consecuencias para la biosfera han ido modificando las premisas de su relato con inusitada rapidez. Cualquier lector de cierta edad podrá recordar cómo la alerta que en los 80-90 del pasado siglo enfatizaba el “agujero de la capa de ozono” ha quedado ya periclitada.

Actualmente son otras las narrativas con las que se pretende castigar las conciencias de los consumidores del denominado Primer mundo. De modo que las viejas narrativas ambientalistas (de corte sentimental algunas de ellas) aparecen totalmente reestructuradas y atravesadas por una nueva doctrina filosófica (inspirada en la obra del pensador noruego Arne Næss, padre de la ecología profunda), de corte violentamente neoliberal a la postre: nos referimos al llamado capitalismo verde, inserto en el contexto de la Agenda 2030.

Para ubicar la Agenda 2030, recordemos que el año 2000 la ONU aprobó los llamados “Objetivos de Desarrollo del Milenio”: en ellos aparecían establecidas una serie de “metas” que deberían alcanzarse hacia el año 2015, y que afectarían

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especialmente “en el ámbito de lucha contra la pobreza, educación, medio ambiente, igualdad de género o salud”1. Alcanzada la fecha en cuestión, la operación seguía a medio hacerse, por lo que se puso en marcha un nuevo plan de aceleración: la Agenda 2030, toda una radicalización de la previa Agenda 21 (la 21 suponía el otrora programa piloto de la ONU para promover el “desarrollo sostenible”, aprobado en la Conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo [Río de Janeiro, 1992], y pronto amortizado tras dos décadas de legislaciones ideológicas “a la carta”). El 25 de septiembre de 2015 arrancaba al fin la nueva hoja de ruta, a la que entusiásticamente se adhirieron 193 países, teóricamente “comprometidos” (sic) y con una misma aspiración: promocionar e implementar los denominados diecisiete “Objetivos de desarrollo sostenible” preparados por la ONU… para llevarse éstos a término en el simbólico año de 2030.

Así pues, el capitalismo verde logra ser políticamente operativo a partir de la Agenda 2030 y sus nudos vehiculares (o “componentes clave”), a saber: 1) una Declaración; 2) los 17 Objetivos de desarrollo sostenible (ODS); 3) un conjunto de 169 Metas vinculadas a cada Objetivo; 4) una serie de “Indicadores ligados a cada Meta para medir el progreso en la implementación”; 5) los Medios de implementación de la Agenda; y 6) un componente de Seguimiento y Examen.

Pero pongamos la lupa sobre los referidos 17 ODS, y más concretamente en el objetivo que aquí más nos interesa, el número 13: “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”.

Dejando al margen la cuestión relativa a si el “cambio climático” es una realidad en curso o, por el contrario, resulta más bien un pretexto geopolítico-económico con el que modificar progresiva y alevosamente las infraestructuras del mundo dado, lo cierto es que este objetivo conforma una clarísima en-

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redadera de vínculos impactantes con los dieciséis ODS restantes, hasta el punto de que el uno no se explica sin los otros; de este modo, “cambio climático” y Agenda 2030 devendrían términos sinónimos en su afán por confundirse en un plano cognitivo básico: si el primero es el problema, la segunda acarrea la solución.

Agenda 2030: sostenibilidad y resiliencia Es relevante subrayarlo: la Agenda 2030 jamás establece en sus páginas una metodología definida qué explicite cómo serán llevados a cabo sus propósitos últimos “para combatir el cambio climático y sus efectos”: referido cada uno de sus objetivos, nunca sabremos con precisión el cómo de su consecución, si bien presumiblemente la tecnología va a desempeñar un papel primordial en este proceso difuso, como veremos más adelante.

Todo este muestrario de buenas intenciones, presuntamente ineludibles para cumplir el propósito en cuestión que salvaguarde la ecúmene, apelará a la sostenibilidad como nueva doctrina resiliente 2. Y es aquí donde entran en liza los activos

del Gran Capital, con su imparable mecánica de creación de problemas y ofrecimiento de soluciones.

Tal y como nos inducen a creer, si algo puede frenar –o al menos limitar– el cambio climático eso es “el nuevo paradigma energético, con un consumo responsable y comedido”. En efecto, la promoción de la denominada “energía renovable 100% verde” va pareja a la imparable penalización por la emisión de combustibles fósiles, al tiempo que se mantienen secuestradas las energías libres y gratuitas. Esta problemática meramente reitera la dinámica del culto y sumisión al Gran Capital a través de la correa trasmisora de las grandes empresas energéticas, que proveerán a precios escandalosos el preciado suministro a los receptores, perpetrando obscenas tarifas de expolio de las que se beneficiarán los gobiernos de turno.

Este capitalismo verde dicta las nuevas pautas de consumo y viene a ratificarnos cómo el cambio climático es, por encima de todo, un fabuloso negocio para los monopolios y oligopolios del Capital Privado, los cuales, a su vez, definen y determinan las políticas de las entidades multilaterales a él vinculadas, imperturbables promotoras todas ellas de la Agenda 2030, tales

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Desde 2021 la UE ha aprobado la comercialización para el consumo humano de distintos tipos de insectos

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­ como: ONU, UE, OTAN, G20, Club Bilderberg, Comisión Trilateral, Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Organización Mundial del Comercio (OMC), Fundación Ética Global, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Club de Roma, Fundación Rockefeller, etcétera.

el consumo de energía quedará fijado en el punto de mira, con el establecimiento de “cuotas sostenibles” y penalización por las consiguientes emisiones de CO2. Es deducible que, a medio plazo, este tipo de restricciones acarreen serios problemas económicos (y tal vez incluso psíquicos) sobre los propios consumidores, quienes se verán doblegados por la “policía del consumo” a adoptar medidas de camuflaje El cambio climático para ir tirando. es un fabuloso Capitalismo verde: tras el negocio de las emisioPero el paradigma de habitabilidad en un mundo negocio para el nes CO2 eco-sostenible pasa, sí o sí, por la Smart City El capitalismo verde jamás hubiera logrado tal (“Ciudad Inteligente”), o lo que es lo mismo, una Capital Privado. acatamiento por parte de los gobiernos títeres suerte de panóptico urbano que hemos decidido que conforman Occidente si las narrativas sentillamar “granja humana tecnotrónica”3. He aquí el sueño quimérico del Nuevo Orden Mundial en su afán por mentales subyacentes no hubieran irrumpido aparatosas tras borrar la huella de dióxido de carbono a su mínima expresión. los chantajes manifiestos de los lobbies de presión (debidamente financiados por el capital privado), con la incorporación El cambio climático como acelerador para el establecimiento de figuras mediáticas tan caricaturescas como la joven “activisde un panóptico global ta” Greta Thunberg, candidata al Premio Nobel de la Paz y Acabamos de hablar de una entelequia llamada “Nuevo Orvocera de intereses inconfesables: “Nos estamos enfrentando a den Mundial”. No es teoría de conspiración, sino evidencia la sexta extinción masiva y el ritmo de extinción es 10.000 veces dialéctica que requiere para su plena realización de espacios más rápido de lo normal”, afirma Greta. urbanos tecnológicamente monitoreados y vigilados (las veinEsta retórica no ha caído en saco roto: los nuevos “hábitos ticuatro horas del día, segundo a segundo): la humanidad eco-sostenible y concienciada del Nuevo Orden –en cuya transición nos hallamos inmersos– está siendo preparada para sobrevivir recluida y video-controlada en megalópolis resilientes de hormigón y acero, alejadas de los hábitats rurales (progresivamente exclusivistas).

Esta desalmada granja-cárcel, inspirada en las ideas de Jeremy Bentham (filósofo utilitarista que puede considerarse uno de los obvios precedentes intelectuales en la génesis de este tipo de espacios), ya está constituida en un puñado de urbes-piloto, Klaus Schwab, Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial de Davos smart cities si utilizamos la jerga del día, como Singapur o Tokio; en inmejorables verdes” se están extendiendo entre la desarmada población palabras del finado sociólogo Zygmunt Bauman: “la nuestra es civil, presumiblemente dispuesta a cargar con el fardo de su una época de cerraduras patentadas, alarmas antirrobo, cercas de alambre de púas, grupos vecinales de vigilancia y personal “responsabilidad” en lo que a la cuestión climática se refiere; a de seguridad; asimismo de prensa amarillista “de investigación” remolque, el ODS número 11 de la Agenda 2030 puede leerse a la pesca tanto de conspiraciones con las que poblar de fantascomo una consecuencia tras la aplicación de las nuevas polítimas un espacio público ominosamente vacío como de nuevas cas energéticas de penalización por emisión de CO2: “Lograr causas capaces de generar un ‘pánico moral’ lo suficientemenque las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, te feroz como para dejar escapar un buen chorro de miedo y seguros, resilientes y sostenibles”. odio acumulados”4.

Así y todo, para revertir hipotéticamente el cambio climático,

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Para lo cual, el éxodo definitivo de los pueblos a las ciudades permitirá hablar de una población mundial urbana superior al 70% hacia el año 20505. Con el tiempo, la vida rural y la propiedad de fincas rústicas y suelo agrícola será perseguida y criminalizada: la penalización futura de cualquier conato de autosuficiencia es un hecho imparable. Pero, ¿a quién beneficia todo esto?

Los asistentes al Foro de Davos celebrado en enero de 2023 acudieron con jets privados

Aunque algunos intelectuales todavía cuestionarán este hecho, es evidente que los simulacros de pánico social llevados a cabo durante la pandemia por coronavirus de 2020 iban encaminados en esta misma dirección: sellar perimetralmente ciudades, confinando a sus habitantes como entidades biológicas contaminantes, así bajo un literal “arresto domiciliario”, espoleando entre tanto al miedo paranoico por la vía del terrorismo desinformativo.

A pesar de sus detractores, el modelo panóptico de Bentham asoma imparable a escala global, ensanchándose en esta radicalización coartada por el problema climático. Pero su funcionamiento requiere concentrar a la población en grandes urbes.

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Pero se filtró un vídeo donde parecía que la detención de Greta fuera pactada

¿A quién beneficia el “cambio climático”?

Bajo el pretexto del “cambio climático”, entre los sueños de la gobernanza mundial descuella por sobre todo la privatización de la totalidad de los recursos naturales, incluida el agua: es decir, un insólito modelo de control global ultra-centralizado; la sumisión al Gran Capital aplastaría así toda iniciativa autárquica/autosuficiente, descabezando la ambición de los pequeños propietarios y los empresarios independientes, de las pequeñas naciones emergentes o en vías de desarrollo.

Previsiblemente, las grandes corporaciones mundialistas y sus legiones de burócratas no solo tendrán el control de las semillas (Bayer-Monsanto) o del agua, sino también de la tierra cultivable, devenida al fin “espacio vivible” de las propias plutocracias. Las ideas para el guion del clásico Metrópolis no andaban descaminadas: en este nuevo abismo decreciente, la población se polarizará en dos grupos desiguales: por un lado, la multitudinaria masa oprimida (urbana), y, por el otro, la exclusivista élite opresora (nómada-y-rural), por el otro. La elite global contemporánea, con capacidad de trasladarse de un lugar a otro a su antojo, puede permitirse los hábitos del nomadismo, lo que contrasta con las masas de individuos que se concentrarán en las ciudades.

Pero el dispositivo “cambio climático” lleva aparejadas, a medio y largo plazo, otras problemáticas, de entre las cuales no podemos omitir el factor tecnológico (y los nichos empresariales a él adheridos). De hecho, las nuevas “políticas verdes” de penalización por emisiones de CO2 fraguadas en las terminales de la ONU inciden en un aspecto preocupante: la liquidación de las economías medias, o lo que es lo mismo, la progresiva imposición de un modelo de fiscalidad dirigida contra las pymes y los

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autónomos, incentivando todo aquello que presuponga la liquidación de ciertos ámbitos empresariales: se trata, a fin de cuentas, de desmantelar grandes sectores de la economía, intervenida por un ente depredador difuso y polimorfo.

Para ello, las empresas deberán de someterse a las ideologizadas directrices gubernamentales verdes, de modo que quienes no acaten éstas, vean mermadas sus capacidades… e incluso peligrar su pervivencia (mediante negación de permisos, por ejemplo). Más pronto que tarde, el dominio del mercado quedará blindado en beneficio de las grandes marcas: modelo neoliberal radicalizado, con la figura del trabajador intercambiable percibiendo salarios ínfimos… mientras la robotización se abre camino.

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Desde 2021 la UE ha aprobado la comercialización para el consumo humano de distintos tipos de insectos

La función de la Industria 4.0 De cualquier modo, este objetivo enmascarado tras el “cambio climático” solo se alcanzará dentro de los márgenes de la denominada Industria 4.0, “100% eco-sostenible y respetuosa con el medio ambiente”, también definida como “cuarta revolución industrial”. ¿En qué consiste?

Una web de un grupo empresarial6 nos informa sobre sus antecedentes históricos y su desenvolvimiento hacia parámetros de perfección imbatibles: “La primera revolución industrial fue la que permitió el aumento drástico de la producción gracias a la adopción de la energía del vapor (siglos XVIII-XIX); la segunda revolución fue la que acarreó la producción en masa gracias al uso de la energía eléctrica (finales siglo XIXprincipios siglo XX); la tercera revolución, o revolución digital, estuvo marcada por el uso de la electrónica y las tecnologías de Arne Naess, filósofo fundador de la ecología profunda la información para introducir la automatización en la industria (2ª mitad siglo XX). Industria 4.0 o cuarta revolución induspor tanto prescindible y desechable; se estarán preguntando: trial viene marcada por la introducción masiva de los sistemas ¿de qué vivirán entonces esas masas humanas de trabajadores “ciber-físicos” (objetos industriales conectados con sensores y mejor o peor cualificados, si son excedentarias y además “conactuadores), la interconexión entre industriastaminan el globo” contribuyendo con su premáquinas y los interfaces abiertos para los servisencia al “cambio climático”? cios. En resumen, la adopción del paradigma del Las políticas para revertir el cambio climátiLa población civil está Internet de las Cosas (IoT), técnicas de BIGDATA co emanadas de la agenda mundialista y auspidispuesta a cargar y Machine Learning aplicadas al entorno indusciadores de la Industria 4.0, por lógica consecon la cuestión climática. cuencia y en su desmedida psicosis ambientatrial. La finalidad es crear una SMART Factory, una fábrica que se retroalimenta de su funcionalista, conducen a los sistemas humanos a una miento y permite procesos productivos inmejorables. quiebra inevitable, y, por ende, inciden en el propósito de Disponiendo de todos los parámetros productivos (materia endeudar a naciones enteras, malogrando de paso las aspiraprima, consumibles, etc., seremos capaces de predecir el prociones de los países en desarrollo por salir del atraso económiducto terminado), adaptando los parámetros productivos al co. producto final deseado minimizando costes productivos y eviCon el pretexto de la construcción de “infraestructuras resitando errores humanos”. lientes” y otras cucharadas buenistas de jarabe eco-sostenible, Obviamente, en este contexto de la Industria 4.0, la mano de se pueden perpetrar los más viejos y sucios atropellos a la obra humana queda literalmente obsoleta e ineficiente, y es soberanía de las naciones: precisamente porque se ataca al co52 / El Viejo Topo 422 /marzo 2023

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reciclado dogmático de las ideas que fundamentan el Nuevo Orden en curso7. n Notas 1. Sotillo Lorenzo, J. A. (2015). El reto de cambiar el mundo: La Agenda 2030 de desarrollo sostenible. Los libros de la Catarata / UCM. 2. Sobre el concepto de resiliencia, recordar al lector que este término-mantra va y viene por las páginas de la Agenda 2030 con una insistencia más que sospechosa. El diccionario de la RAE define resiliencia como [1] la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos” o bien como [2] la “capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perSon los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 turbación a la que había estado sometido”: cualesquiera de estas definiciones se ajusta a los esquemas mentales de los nuevos pararazón de su economía. Se destruyen sectores económicos audigmas catastrofistas propios del discurso ambientalista: en el pritónomos, cuyos restos son absorbidos por el Gran Capital, y se mer sentido, biológico-psicológico, se refiere a la pronta recuperafrena el desarrollo de los países pobres. ción (con desgarraduras) tras un evento negativo (p.

Este tipo de tramas ya fueron denunciadas en ej., una pandemia, una guerra bacteriológica, etc.); en su día por el ex sicario económico John Perkins, Las directrices verdes el segundo, material-estructural, supondría lo propio autor del libro Confesiones de un gánster econó- desmantelarán grandes en otra esfera de alteraciones negativas (bien contra mico. El “capitalismo verde” insiste así en el sectores de la economía. las máquinas de producción, bien contra las propias monitoreo de las naciones emergentes en maestructuras de poder, sean militares, estatales, etc.).

3. Brzezinski, Z. (1979). La Era Tecnotrónica. Paidós. nos del corrupto Gran Capital. Los llamados Pág. 115: “Lo que el hombre piensa está estrechamente “amos del mundo” no solo pretenden someter a vinculado con lo que experimenta”. los pueblos a una esclavitud tecnológica y mental: también 4. Bauman, Z. (2007). Modernidad líquida. FCE. juegan (literal y metafóricamente hablando) con nuestra nuda 5. https://www.bancomundial.org/es/topic/urbandevelop ment/overview vida para que paguemos con nuestro devaluado esfuerzo el 6. https://www.isdngroup.com/industria-4-0/ coste de sus temibles operaciones de falsa bandera.

7. Para un desarrollo de estas ideas, remito a mi libro: Bielsa Arbiol, J. El “cambio climático”, herramienta utilísima de la ONU en su A. (2021). Agenda 2030: Las trampas de la Nueva Normalidad. Letras Inquietas. promoción del capitalismo verde, se perfila así como un obvio

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Crisis agraria y dilema energético Por Miquel Amorós

Las instituciones políticas y las grandes corporaciones asumen la existencia de una crisis ecológica. Sin embargo, las soluciones vinculadas a la transición energética no se orientan a las necesidades sociales ni a la conservación del medio ambiente.

La penetración del capitalismo en el campo transformó la propiedad rural en empresa y la producción de subsistencia en producción para el mercado. El rápido crecimiento de la población urbana multiplicaba paralelamente la demanda de alimentos. La mercantilización puso fin a la simbiosis entre la agricultura, la ganadería y la silvicultura, forzando a ir cada una por su lado. De hecho, puso fin a la sociedad campesina tradicional. Todo quedó reducido a su valor de cambio: cualquier forma de vida coherente con el medio desapareció, se esfumó la sociabilidad típica del mundo rural y así, cualquier singularidad quedó suprimida, la belleza paisajística se envileció y todo el patrimonio cultural se arruinó o museificó. La búsqueda exclusiva del beneficio económico implicaba la explotación intensiva, o sea, la industrialización de la actividad agraria.

Asimismo, las condiciones industriales exigían la concentración de la propiedad, la financiación a través de créditos y subvenciones, y una cantidad creciente de insumos, principalmente maquinaria, energía y agua en abundancia, abonos químicos, herbicidas y plaguicidas. La globalización amplificó lo

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indecible dichas condiciones (“Almería, huerta de Europa”) recurriendo a variedades híbridas y transgénicas. De esta forma se rompió la relación más o menos directa no solo entre los productores y consumidores de alimentos, sino entre los propios campesinos y el campo. El agricultor-empresario se consagraba definitivamente a la gestión y supervisión de los cultivos –tareas digitalizadas–, ya que las tareas propiamente agrícolas (los tratamientos fitosanitarios, la recolección y el embalaje) eran responsabilidad de los trabajadores contratados, casi siempre por temporada y en condiciones laborales pésimas. La agricultura industrial es una agricultura sin agricultores. Lo mismo diríamos de la ganadería intensiva de las macrogranjas. Los efectos positivos de ambas se hicieron notar en un estimable aumento de la producción y una rebaja de precios, que redundó en una expansión demográfica urbana. Peores serían los negativos: abandono de tierras y emigración a las ciudades, pérdida de conocimientos y saberes, desaparición de variedades autóctonas, deforestación y destrucción de la vida silvestre, generación de residuos irreciclables, mayor resistencia de las plagas y aparición de nuevas enfermedades de las plantas, desaparición de la capa fértil del suelo, sobreexplotación de los acuíferos, contaminación de suelos y aguas, y degradación de la calidad de los alimentos. El mayor argumento en pro del monocultivo industrial y la ganadería intensiva había sido la erradicación del hambre en el mundo, promesa a todas luces incumplida.

Varios factores han influido en la inviabilidad de muchas empresas agrarias, siendo el principal el estancamiento de la producción petrolífera desde 2005, el auténtico determinante de la crisis actual (dato corroborado por las compañías petroleras que, hartas de perder dinero, dejaron de invertir en 2014). La superación del pico del petróleo condujo en 2015 al descenso de la producción de diesel, tan imprescindible para el laboreo

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mecánico, y en general, fue seguida por los picos de otros recursos energéticos y minerales. Las consecuencias no han podido ser peores en los precios de los fertilizantes, pesticidas y plásticos, dependientes de la industria petroquímica.

Igualmente, el transporte se ha encarecido, incluido el marítimo (el 92% de la energía consumida por la circulación motora proviene del petróleo), igual que los cereales y, de rebote, la alimentación. La demanda creciente de las economías emergentes (China, India, Brasil) agrava la situación adelantando la crisis. En cuanto a los demás factores, destaquemos el endeudamiento y la escasez de agua a causa de las sequías. Las tierras quedan entonces a disposición de otros negocios pasajeros como el de la energía renovable. El modelo desarrollista clásico ha sido retocado hasta volverse mucho más tecnificado e insostenible, apoyándose en la fusión de la tecnociencia, la producción a gran escala, las finanzas y la logística, pero sin llegar a contrarrestar el bajo rendimiento tendencial de las cosechas y la dificultad de aumentar la superficie cultivada, máxime cuando los terrenos de regadío se han convertido en un valor refugio. El desembarco reciente en el campo de los fondos de inversión y de los caudales europeos del programa Next Generation y del plan RePower da a entender que las megainstalaciones renovables son parte de la solución, pero estas solo

producen electricidad, que es más que el 20-24% de la energía consumida. En realidad, se busca mantener el sistema industrial vigente, con los costes de producción bajos y los niveles de consumo altos. Cambiar algo para que todo se conserve.

La Cumbre Climática de París (2015) significó un punto de inflexión en la marcha del capitalismo. Al fijar como objetivo urgente la “descarbonización” de la economía y acordar un fuerte apoyo financiero, el capitalismo verde pudo por fin desplegarse en tanto que “transición energética”. Los problemas de abastecimiento debidos a la pandemia y a la guerra de Ucrania no han hecho más que acelerar el despegue. En lo relativo al territorio español, la proliferación desordenada y descontrolada de centrales renovables industriales ha sucedido a la oleada anterior de urbanizaciones residenciales, grandes superficies y autopistas. La producción de electricidad toma el relevo del ladrillo como motor económico y primer factor de degradación del territorio. La destrucción del espacio rural se completa gracias a este nuevo extractivismo: entramos en una especie de fase metástasica final del cáncer urbano-capitalista que venía corroyendo implacablemente el campo y la naturaleza como ya lo hacía con la misma ciudad. A pesar de que, imitando a la política, el lenguaje emprendedor y financieramente correcto haya incorporado muchos vocablos de raígambre

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Instalación de paneles en el Parque Solar Don Rodrigo (Alcalá de Guadaíra, Sevilla), propiedad de la empresa alemana BayWa

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­ ecologista, no se trata de una toma de conciencia de los diriprivado. No hay transición desde una sociedad basada en un gentes mundiales ante la crisis climática. El vocabulario modelo energético centralizado, industrial y extractivista, a un ambientalista empleado por los ejecutivos no debe inducir a mundo descentralizado, autosuficiente, desurbanizado y resengaño, pues no es más que una convención añadida en una petuoso con la tierra y la naturaleza. La sociedad capitalista de época de catástrofes ecológicas con el fin de oscurecer la comantes de la transición pretende ser la misma que la de después, prensión popular del desastre. Nadie se propone acabar con la estructurada de la misma manera aunque hable en ecologista. dependencia de los combustibles El capital no tiene ideología fija, fósiles, tal como demuestra por ni idioma particular; la preocuEl mercado de la electricidad y el comercio de ejemplo el afán por construir nuepación exclusiva de la repentina emisiones prometen grandes ganancias. vas infraestructuras gasísticas o la inclinación dirigente por la ecoconstrucción de nuevas térmicas logía es el negocio, que ahora de carbón y el mantenimiento de gira en torno a lo verde. las nucleares. Por otro lado, aun en el caso de un estancamienUna cosa es la electricidad y otra la energía primaria, es decir, to del consumo, el hueco que deja el uso de la gasolina, el quetoda la energía natural disponible todavía sin modificar para su roseno o el gasoil es tan profundo que resulta imposible de lleuso. Esa proviene de fuentes fósiles en un 86% (dato de 2019 nar con otros recursos. No hay en realidad un cambio de parapara el estado español) y en su mayoría no es electrificable. digma energético: no se pretende una sustitución de las fuenPara el modelo 100% renovable de la transición en ese terreno tes fósiles y nucleares por otras alternativas. Ni siquiera se conno contamos más que con el coche eléctrico y el hidrógeno templa con seriedad la disminución de las emisiones de gases verde, pero ambos son demasiado onerosos y su uso masivo de efecto invernadero, algo que se viene postulando desde la presenta graves problemas técnicos aún sin resolver. En verplasmación de los Protocolos de Kyoto en 1997. Es algo mucho dad, las altas instancias dirigentes quieren que las energías más evidente: El mercado de la electricidad y el comercio de denominadas renovables actúen de mecanismo de contención emisiones prometen ganancias considerables. Los precios de de la demanda de fuel, carbón y sobre todo gas destinada a la luz, del gas y de los derechos de emisión de dióxido de carproducir electricidad, es decir, disminuyan la actividad de las bono (en el mercado desde 2005), en parte debido a la recupecentrales térmicas sin sustituirlas, porque son necesarias ración económica posterior a la pandemia, alcanzaron el pasacuando no se dispone de sol o de viento (en 2022 han cubierto do marzo máximos históricos. En junio fue el turno del diesel y en España solamente un 30,8% de la demanda eléctrica). Esa la gasolina. Si además tenemos en asociación obligatoria cuestiocuenta el progresivo descenso exna el carácter renovable de la Las renovables no son más que un espejismo: tractivo del petróleo y una disponienergía producida en los “parno resuelven la crisis. bilidad sustanciosa de fondos, tenques”, “huertos” y demás “grandremos todos los condicionantes jas”, aunque no olvidemos tamque están reorientando las finanbién que los materiales induszas mundiales hacia las energías que ahora llaman “renovatriales utilizados en su construcción reflejan una importante bles”. La “transición energética” acordada en París, los planes huella carbónica de fábrica: hormigón armado y acero para los nacionales de emergencia climática, los proyectos de mitigafundamentos, aluminio y cobre para la evacuación en tendidos ción y resiliencia, y, más recientemente, la voluntad europea de de Alta tensión, fibra de vidrio o de carbono reforzada con plásrecortar un prosaico 15% el consumo de gas, ya tienen múltitico para los “álabes” o palas, tierras raras para los imanes perbles herramientas financieras donde apoyarse. Así pues, es manentes de los rotores (cuya extracción y purificación es un comprensible que un amplio sector del capitalismo compuesproceso altamente contaminante), obleas de polisilicio y pelíto por los oligopolios eléctricos, las transnacionales gasísticas, culas de metales semiconductores poco abundantes para los las petroleras, las grandes constructoras, los grandes bancos y paneles solares (algunos tóxicos como el arsénico o el cadmio), los fondos de inversión, reconozca hipócritamente la urgencia material para los soportes y los inversores de corriente, litio y de luchar contra el calentamiento global. El resultado de tal cobalto para las baterías, etc. Si a ello añadimos los movimienrepentino ánimo belicista es un aluvión de derivados “climátitos de tierras, excavaciones y demás trabajos de instalación y cos” y plantas energéticas que no traduce precisamente una mantenimiento, que se repiten a la hora de desmantelar, o sea, preocupación corporativa por el medio ambiente, la biodiveral cabo de veinte o treinta años, más el problemático reciclaje sidad o el desarrollo local: lo único que persigue es el beneficio de la chatarra, tendremos el cuadro completo de la verdadera

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renovabilidad de un tipo de energía que convendría llamar con más propiedad “energía alternativa derivada de combustibles fósiles”. No hablemos ya de la naturaleza “limpia” de otras energías consideradas renovables como las que provienen de la combustión de biomasa o de biocarburantes, y la misma energía hidroeléctrica. En fin, las renovables no son más que un espejismo. No re suelven en absoluto la crisis. Tienen gran impacto ambiental y escasa reDemolición de las torres de refrigeración de la Central Térmica de La Robla en León percusión económica local, no crean empleos, obtenidas por una invertida), la fotovoltaica se convirtió casi amenazan bosques y cultivos, causan daños al paisaje y a la de la noche a la mañana en la energía menos cara, y, teniendo fauna, y contribuyen al vaciado del campo español tanto como en cuenta que desde noviembre de 2020 los precios del gas y de el agronegocio. Solamente benefician a los oligopolios energéla electricidad se mostraban muy volátiles, la opción solar ya ticos y grupos financieros, introducen dependencias tecnolóno solo pasó a estar presente en los despachos de las multinagicas innecesarias y, encima, ni siquiera son renovables. cionales como el negocio del siglo, sino en los ministerios De todas las presuntas renovables, la solar fotovoltaica es la como tema declarado “de interés que ha cobrado mayor impulso, público”. Por unas cosas u otras, el seguida muy de lejos por la eóliMientras el tejido social no se reconstruya, sector fotovoltaico promete alcanca marina y el hidrógeno. Sus zar en poco tiempo dimensiones promotores hablan de “revolula defensa del territorio será débil. comparables a las de la industria ción solar” debido a las intencioautomovilística. Gracias a finalines afirmadas en los planes nazar la moratoria de las renovables, cionales de energía y clima de a suprimirse el “impuesto al sol” y a prescindirse del informe cuadruplicar la potencia instalada en los próximos ocho años. de impacto ambiental en las instalaciones de más de 50 Ha, el Mejor sería decir “burbuja solar” a juzgar por sus característimercado solar español se ha vuelto uno de los mayores y crece cas especulativas. Lo cierto es que a partir de 2018 los estados a toda velocidad al calor de las subastas del Ministerio de la europeos propiciaron un rápido crecimiento del mercado fotoTransición Ecológica, la baja rentabilidad de las explotaciones voltaico, empezando a proyectarse plantas de más de 100 Mw agrarias, las expropiaciones forzosas, las licencias exprés y las (cuanto mayor es la instalación, más duradera). La fotovoltaica inyecciones de capital foráneo. El mayor ‘macroparque’ eurose había abaratado por la caída de precios del silicio cristalino peo se construyó hace tres años en Mula (Murcia) con una y, por lo tanto, de los paneles. Los avances tecnológicos apuncapacidad de 495 Mw y ocupa mil hectáreas, y recientemente taban a una mejora sustancial de la eficiencia. El mantenise ha levantado otro de 500 en Usagre (Badajoz). Tres o cuatro miento de las centrales solares resultaba menos costoso que el de similar magnitud y otros miles menos extensos están en de las eólicas; en fin, a pesar del reciente encarecimiento de las camino, en suelo rústico y estepas, sobre sembrados, humedamaterias primas y la logística, su coste de instalación había les, parajes protegidos y vías pecuarias, a veces cerca de zonas bajado un 82% y el de generación, un 90%. No obstante ser el pobladas. Incluso las instalaciones de placas en los tejados, rendimiento energético demasiado bajo (tres partes de energía

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ecologismo y capitalismo

­ aparcamientos y estanques, subvencionadas por el Programa global y las aglomeraciones urbanas aceptaran extinguirse por Solar 2022, han dado pie a numerosas empresas, atraídas por la las buenas. La producción de energía y alimentos no puede perspectiva de ganancias en el autoconsumo comercial. Nos considerarse un fenómeno desconectado del mercado, del sisencontramos ante una potencia instalada de 180 GW (y en tema financiero y del hecho metropolitano. aumento) que no necesitamos, pues el consumo medio estatal Más ilusorio resulta aparentar creer que la transición energétino llega a los 32 GW. Entretanto, el paisaje ibérico se está transca promovida por los dirigentes mundiales es la que corresformando a marchas forzadas, y el espacio solar, cuando la ponde al susodicho modelo de proximidad “implementado urbanización ha tocado techo, deviene a todos los efectos el con la participación ciudadana” en los parlamentos y consistoelemento básico de una ordenación territorial “verde” que en rios. Ese es el mayor error del planteamiento ecologista mayolo esencial obedece a momentáneos intereses empresariales y ritario y de la crítica científica honesta, considerar el espacio financieros. institucional como una zona neutra donde es factible la defenEl gran número de plantas y la amenaza en ciernes de malas sa “democrática” de los intereses populares frente a la depresecuelas sociales, ambientales y paisajísticas está dando lugar dación del capital, defensa que persigue un solemne “pacto de a conflictos territoriales y, a la vez, generando una reflexión críEstado” con sus mismísimos representantes. La cuestión enertica bien encaminada del modegética, tanto como la ecológica, es lo capitalista de gestión energétiinseparable de la lucha social y Las renovables no son más que un espejismo: no política contra los oligopolios, los ca que enlaza con la crítica a la agroindustria. Los puntos de fondos y las instituciones hechas a resuelven la crisis. partida son la consideración de su medida, autonómicas, naciola energía como bien común y la nales o internacionales, pues su soberanía alimentaria –el dereimplementación exige una reorgacho de los pueblos a procurarse los alimentos según la cosnización radical de la sociedad que sobrepasa el alcance de la tumbre– postulados que invalidan la explotación industrial de legislación más osada que se pueda conseguir con las movidas las fuentes renovables y de la agricultura, al tiempo que cuespolítico-jurídicas ciudadanistas. Mientras el tejido social no se tionan la planificación nacional. reconstruya al margen de las instiLas necesidades sociales y los tuciones y en oposición a ellas, la El sector fotovoltaico alcanzará las dimensiones defensa del territorio será débil, y derechos de la tierra son lo que cuenta, no el interés de los granbuscará componendas con el de la industria automovilística. des consorcios. En consecuendesarrollismo a base de alegaciocia, se debería contemplar la nes que únicamente exijan una crisis energética y agraria como moratoria temporal o a una reduccrisis del sistema capitalista y del Estado que lo sirve, a la que ción del tamaño de los proyectos. La confusión táctica dominase trata de superar desde las altas esferas con topes, bonificará en la confrontación con el interés privado y la complicidad ciones, directrices y huidas tecnológicas hacia adelante. institucional, puesto que la perspectiva anticapitalista quedará Contrasta la magnitud del desastre con la blandenguería de los deliberadamente oculta por ambos bandos. Solamente en una remedios contestatarios. Las propuestas ecologistas giran en fase más avanzada de la lucha, inmersos en un calentamiento torno al autoconsumo, al ahorro energético, a las instalaciones global más violento y una crisis más profunda, cuando las compartidas, a los proyectos comunitarios, al reciclaje, a la masas empobrecidas dejen de ser ornamentales y, motivadas producción a pequeña escala, a los grupos de consumo, a la por deseos, pasiones, utopías y desastres, decidan tomar el prorestricción del gasto y la movilidad, etc., algo perfectamente pio destino en sus manos, entonces se planteará en su seno el válido, pero difícil de llevar a cabo en una sociedad despilfarradebate estratégico y las cartas se pondrán necesariamente dora, con la población tremendamente consumista apelotonasobre la mesa. Ahí se verá si el ecologismo bienintencionado es da en conurbaciones. Sin un derroche formidable de recursos, o no es un mero lubricante verde del engranaje colonial, jerárla sociedad del consumo irresponsable entraría en franco quico y centralizado capitalista, un aval de sus políticas desadeclive, al que se resistiría recurriendo a las armas si fuera prerrollistas. Pues el capitalismo no se sabe contener, ya que está ciso, visto lo cual es inútil esforzarse en buscar una salida pacíen su ser el no tener freno. ¿Lo detendrán las incansables muesfica a la crisis mediante un “decrecimiento económico planifitras de moderación cívica y autolimitación política tan típicas cado democráticamente” –¿por quién?– como si la economía del realismo ecologista y de la semidisidencia científica? n

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Pasolini y los años de plomo Entrevista a Simona Zecchi

Simona Zecchi

por Javier Enríquez Román

S

imona Zecchi (Roma, 1973), periodista y asesora en proyectos de investigación, es una gran conocedora de los “años de plomo italianos”. Acaba de traducirse al español su libro Pasolini, masacre de un poeta (Ed. Malpaso), donde se analizan los antecedentes y pormenores que rodearon el asesinato del Pier Paolo Pasolini y se cuestionan las circunstancias políticas que envolvieron el proceso judicial.

—Gracias por atendernos Simona. En primer lugar, ¿puede contarnos un poco qué le llevó a escribir este libro, casi detectivesco, sobre Pier Paolo Pasolini y su asesinato?

—Empecé a interesarme por el caso Pasolini en 2009, cuando ya se había escrito mucho sobre su asesinato. Al año siguiente, en 2010, la Fiscalía de Roma reabrió el caso gracias a nuevos elementos. La investigación duró cinco largos años y produjo muchos documentos que podían investigarse y estudiarse de forma independiente. La encuesta judicial se sobreseyó en el 2015 sin alguna apertura de un procedimiento (en Italia esas investigaciones se definen preliminares). Mientras tanto, realicé mi propia contra-investigación de forma independiente como periodista, lo que dio lugar a un primer breve ensayo de investigación. Luego, seguí investigando: busqué en todos los documentos judiciales disponibles (los del antiguo juicio y los de las investigaciones que se habían abierto a lo largo de los años) e hice un auténtico trabajo de tabula rasa y reconstrucción. Empecé a compulsar todos los escritos de y sobre Pasolini, y encontré rastros (inclusivos de documentación nueva) que pude verificar.

Aparte de la muerte del chileno Pablo Neruda, que también sigue rodeada de misterio, no hay ningún otro poeta del siglo XX que haya sido asesinado con tanta gravedad y violencia.

Entender quién, cómo y por qué –me dije entonces– significa entender mucho sobre mi país. Es lo que traté de hacer con dos libros sobre el caso y artículos diferentes.

—En tu libro hablas de un “asesinato tribal” cuyos elementos son parte de un “esquema perfecto”. ¿Qué pasó realmente la noche del 2 de noviembre de 1975?

—La expresión “asesinato tribal” tiene más de un significado.

Se refiere a los hechos en sí mismos, a la forma en que la violencia fue ejercida aquella noche, pero también al hecho de que los participantes en el asesinato (unas 13 personas según mis reconstrucciones) actuaron como si fuera un asalto ritual.

La emboscada se decidió la víspera del 1 noviembre (el 31 de

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octubre) tras varios cambios, y fue cometida por varios circuitos: uno criminal, pero otro de nivel superior, de carácter subversivo-político, que debía comprobar que todo iba como se había planeado. Para llegar a estas conclusiones es necesario darse cuenta de la reconstrucción que he hecho a lo largo de mi investigación.

Aunque la derecha reivindica algunas de sus ideas, Pasolini era comunista.

—Es decir, que fue un asesinato político y no, como sentenció la justicia italiana, un homicidio de carácter homosexual…

—Exactamente. Según lo que he podido reconstruir documentalmente, Pasolini, ahora en su condición de escritor y periodista, había recibido un dossier muy delicado sobre las instancias políticas implicadas en la financiación de las bombas usadas por determinados grupos terroristas (esta parte está bien reconstruida en mi último libro sobre la investigación: L’inchiesta spezzata), y por eso se quiso acabar con su vida.

—¿Tan incómodo era para el poder como para orquestar semejante “operación”? Muchos creen que sus investigaciones sobre los empresarios Enrico Mattei (presidente de Eni) y Eugenio Cefis (presidente de Montedison) fueron el verdadero motivo de su asesinato…

Pier Paolo Pasolini

—En cuanto al motivo estrecho del asesinato, ofrezco otra hipótesis que no tiene nada que ver con el asunto Mattei/Cefis, excepto en un contexto amplio: Pasolini se había interesado por la implicación de Cefis en el “accidente aéreo” que acabó con la vida de Mattei. Y a partir de ese interés empezó a escribir la novela póstuma Petróleo, en la que se exponen las turbias relaciones del poder en Italia. Se trata, de alguna manera, de la llave que no abre todas las puertas. Es cierto que en la última edición de Petróleo, 47 años después de que se escribiera el

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texto, el editor publicó una página que la familia había decidido no publicar en versiones anteriores.

Y esa página se refiere precisamente al tema Mattei/Cefis. Pero el motivo del asesinato a Pasolini no se relaciona con la ocultación de un asunto que, por otro lado, ya se estaba empezando a tratar en ese entonces.

Como he comentado antes, la documentación de que dispongo me lleva a otra hipótesis: la implicación del poder político en la “estrategia de la tensión” con que, por medio de actos terroristas, se buscaba dividir, asustar y controlar a la población.

—Aunque (al menos formalmente) Aldo Moro fue secuestrado y asesinado por “corrientes” de extrema izquierda, mientras que Pasolini por “corrientes” de extrema derecha, usted ha hablado de notables similitudes entre ambos sucesos, y para ello ha usado un término que me gusta particularmente: “la historial político-criminal de Italia”, casi como si fuera un todo indivisible. ¿Qué embrida el asesinato de estos dos hombres, a priori, tan diferentes?

—Por supuesto, las historias de desestabilización en nuestro país no borran las diferencias que existen entre el terrorismo de extrema derecha y el de extrema izquierda. Pero el caso Moro estaba en el centro de una operación que en realidad fue llevada a cabo por una estructura secreta, algo que han reconocido incluso las investigaciones más recientes sobre el crimen organizado de nuestro país. En Italia, el poder político-criminal ha estado presente en diversos acontecimientos trágicos. Algunos acontecimientos característicos de los “anni di piombo” contaban con la implicación de nuestros servicios secretos, aunque solo fuera para permitirlos, lo que suponía dirigir ciertos eventos.

Hay un ejemplo práctico en lo que ocurrió algunas semanas antes del asesinado de Pasolini, cerca de su casa. Como se documenta en mi libro, durante años fue falsamente atribuido a la extrema izquierda un ataque a la centralita de las oficinas de la SIP, la antigua compañía telefónica italiana, que, en realidad, fue cometido por la extrema derecha. Un documento rescatado así lo prueba. Lo relevante es que ese acontecimiento permitió realizar escuchas a Pasolini.

—Simona, usted es una experta en los llamados “años de plomo italianos”. ¿Qué queda de aquella década ahora mismo? Parece que, no solo en Italia, sino en toda Europa,

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italia

Pier Paolo Pasolini

debe a que, en su sentido más amplio, el término engloba varios significados: poeta porque es un escritor comprometido (“impegnato”), pero también un intelectual que a través de sus versos llega al corazón de los hechos y de las cosas, de la realidad (sobre todo en su producción llamada Trashumanar y organizar, donde escribe sobre la matanza de Piazza Fontana de 1969), al tiempo que, en muchos otros casos, se anticipa a la evolución de ciertos acontecimientos.

Sin embargo, Pasolini fue asesinado en su papel de periodista, cuando en sus últimos años decidió casi despojarse de su ropa de artista y, sin perder el alma literaria, ponerse la vestimenta de periodista para investigar sobre las varias masacres que se sucedían.

Y el Pasolini que ha centrado mi interés más reciente es precisamente aquel cuya actividad es la de periodista de investigación.

la sociedad está cada vez más dividida y polarizada.

—Los Años de Plomo siguen sin tener muchas verdades… y, por eso, las generaciones posteriores no han sido capaces de procesar lo sucedido. Las historias se mezclaban y se superpo—El año pasado se celebró el centenario del nacimiento de Pier nían a los hechos: durante años no hubo un verdadero deseo Paolo Pasolini con la reedición de muchas de sus obras, adede investigar. Aunque han pasado muchos años, a más de varias conferencias, exposiciones, debadía de hoy siguen abiertos varios procedimientos e tes… despertando interés a gente que prácticainvestigaciones judiciales sobre varios de esos sucemente desconocía su figura. ¿Piensa que Pasolini En Italia, el poder es ahora mucho más popular gracias al centenasos, incluido el caso Moro y también el asesinato de político-criminal Pasolini, recientemente investigado por la Comisión rio? ha estado presente —Algunos de los eventos que han marcado el Antimafia del Parlamento. Pero no se sabe si con el nuevo gobierno continuarán las investigaciones. centenario han podido ser inadecuados. Sin en diversas embargo, tengo que decir que me han sorprenditragedias.

—¿Cree que es un acierto presentar al señor Moro do muy positivamente las maravillosas exposicomo “el último hombre de consenso” de la política ciones sobre Pasolini que se realizaron en Roma. italiana?

Por otro lado, yo misma colaboré con el MART (el —La toma de conciencia de Moro fue lenta, a pesar Museo di arte moderna e contemporanea di de que siempre actuó como un hombre mediador. Solo en 1974 Trento e Rovereto), en el norte de Italia, con un trabajo especí(con un proceso iniciado en 1969) empezó a darse cuenta de la fico sobre la película Saló o los 120 días de Sodoma. necesidad de que los democristianos se adaptaran a las reivindicaciones de la izquierda. Esto nunca fue aceptado por la —¿No cree que –no digo ya en España, sino en su propia patria, mayoría de su partido, especialmente por la llamada corriente en Italia– Pasolini es un gran incomprendido? En España “Dorotea”, más a la derecha. muchos intelectuales “de derechas” parecen haberse apropiado de su figura, de su obra, de su legado… algo que no encaja muy —En el funeral de Pasolini, el escritor Alberto Moravia exprebien con quién fue realmente. só unas hermosas palabras: “Hemos perdido, por encima de —La percepción y la comprensión de Pasolini, del hombre, del todo, a un poeta. Y poetas no hay tantos en el mundo. Solo hombre de letras, del cineasta y del periodista, ha cambiado nacen tres o cuatro en un siglo. Cuando termine este siglo, con el tiempo, e incluso aquí en Italia la derecha se lo ha aproPasolini estará entre los pocos que contarán como poetas”. piado de diferentes maneras. Por ejemplo, la primera ministra ¿Usted también considera a Pasolini, sobre todo, un poeta?

Giorgia Meloni, en su autobiografía Io sono Giorgia (2021), —Para el título del libro quise desde el principio (también en la también lo cita en un intento de apropiárselo, de incrustarlo en edición española) utilizar la mayúscula para “Poeta”. Esto se su trayectoria política. En general, la derecha reivindica algu-

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españas

nas de las ideas de Pasolini (la cual no es lo mismo que decir que no era postura contra el aborto, entre de izquierdas. otras) subrayando el hecho de Por eso, y no solo por eso, Pasolini fue y que no se le puede etiquetar ni sigue siendo un incomprendido. De hesituar en la derecha o en la izcho, él mismo –hablando de su película quierda.

Saló mientras se trabajaba en el rodaje, En realidad, la cuestión es pero hablando en general de su poética bien distinta: Pasolini era cocon el enfoque provocador y crítico que le munista. Antes de morir debía caracterizaba– afirmó “¡Ay de mí si me pronunciar un discurso en la comprenden!”. El suyo era un desafío consede del Partido Radical, que se tinuo incluso consigo mismo. publicó solo después su muerte, con el preciso título de “Yo — Agradeciéndole su tiempo, quisiera forvoto comunista”. Cierto es que mularle una última pregunta… ¿Cuál es criticaba al partido, su obtusisu obra favorita del señor Pasolini? ¿Aquedad, sus limitaciones y tamlla a la que recurre una y otra vez? bién su falta de coraje. Esa falta —Las obras que me gustan de Pasolini son de coraje era comparable a la muchas… Además de la poesía (TrasumaAldo Moro, quien había sido Presidente del Consejo de de algunos de sus colegas intenar e organizzar de 1971 y La Nuova GioMinistros, secuestrado en 1978 lectuales que, en lugar de enventù de 1974), me fascinan sus ensayos frentarse al poder, se conformaban con la situación existen(las colecciones Empirismo herético, Scritti corsari y Lettere te. La crítica de Pasolini se efectuaba desde el comunismo, lo Luterane), así como varias de sus novelas n

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Libros CON EL FOCO AMPLIADO (Y MUY DOCUMENTADO LA MATANZA DE ATOCHA Y OTROS CRÍMENES DE ESTADO

Carlos A. Portomeñe Pérez Atrapasueños Ed. Madrid, 2022, 771 pp.

Acontecimientos esenciales de la historia reciente de España (con sus correspondientes tramas internacionales) son los protagonistas de este libro de apasionante lectura. El número de páginas no debe ser un obstáculo, se lee como una novela bien escrita, como uno de esos ensayos imprescindibles sobre un tema no menos esencial que dejan huella en el lector/a. De los años de estudio y esfuerzo realizados por el autor es claro indicio la bibliografía: ¡más de veinte archivos y bibliotecas consultadas!

30 capítulos en total. A uno por día, en un mes el libro es suyo. Hay muchas referencias documentadas a la extrema derecha criminal italiana y sus conexiones españolas: sobre Delle Chiace y a título de ejemplo para conocer la catadura de algunos protagonistas de estas oscurísimas historias: “Falleció en el hospital Vannini de Roma, el 10 de septiembre de 2019, tras la publicación de sus memorias bajo el título El águila y el cóndor: historia de un militante político. Apenas pasó dos años en prisión preventiva, resultando absuelto por falta de pruebas en varias causas en las que estuvo implicado... Solo desde la lógica del bando vencedor de la Guerra fría resulta comprensible que el organizador de operaciones terroristas, golpes de estado, narcotráfico y tráfico de armas en medio mundo al servicio de la CIA, la OTAN y diferentes gobiernos, haya gozado de la inmunidad que ha disfrutado Stefano Delle

Chiae a lo largo de su vida”.

Este libro, señala la Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición, “contribuye a la necesidad de justicia, verdad y reparación acerca de los episodios de terrorismo ultraderechista, oficial y extraoficial, que se sucedieron a finales del franquismo y en los primeros pasos hacia la democracia”. Lo consigue.

Un breve apunte sobre el autor: Carlos Portomeñe (Lugo, 1968) estudió Ciencias Políticas y es escultor y artesano. Miembro del Comité Central del PCE desde 2002, ha sido secretario general del PC de Galicia y miembro del Federal de IU. Es activista e investigador de la memoria democrática y participa activamente en el movimiento por la paz. No es de extrañar, pues, que estemos ante un libro comprometido, que, por supuesto, fundamenta siempre sus tesis, conjeturas, argumentos y consideraciones.

No estamos ante una aproximación focalizada exclusivamente en la matanza de Atocha sino en una historia de largo recorrido, que se abre con la Conferencia de Postdam (“EEUU, Reino Unido y la URSS acordaron una tibia declaración de condena al régimen dictatorial español más efectista que efectiva”) y continúa con “la importancia estratégica de la península ibérica” sin olvidar el papel de “España en los planes de la CIA y la OTAN”. La perspectiva sistémica de Portomeñe: “Para actuar con el máximo rigor y facilitar la comprensión de sucesos como la masacre de cinco abogados laboralistas en Atoche el 24 de enero de 1977, resulta esencia analizar algunos de los más decisivos acontecimientos de la llamada Transición a la democracia

Carlos A. Portomeñe Pérez

desde una perspectiva global y conjunta”.

De otra manera, analizándolos como fenómenos aislados y desconectados, “sería posible ver los árboles, pero resultaría muy complicado, sino imposible, ver el bosque”. Solo en su conjunto “pueden entenderse los tentáculos del imperialismo”.

Recordando una consideración central de Joan Garcés, la historia de España es para el autor la historia de un país intervenido. La versión oficial de una transición democrática idílica y pacífica contrasta con “la realidad de un país convulso, que alcanzó su punto álgido en la última semana de enero de 1977, con la sucesión de acontecimientos que incluyeron el asesinato del joven Arturo Ruiz, la muerte de la estudiante Mariluz Nájera durante una manifestación, el secuestro del general Villaescusa y la matanza de cinco abogados laboralistas del PCE, entre otros”.

Para futuras reediciones: la inclusión de un índice nominal facilitaría la relectura y las búsquedas de los lectores/as, y un capítulo de cierre o conclusiones colmaría la excelencia del ensayo.

Salvador López Arnal

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Libros

EL SEXO, CON DESPARPAJO Y ERUDICIÓN UNA CURIOSA HISTORIA DEL SEXO Kate Lister Capitán Swing. Madrid, 2022, 389 pp.

No creo que haya que amontonar demasiadas razones para incentivar la lectura de este libro: el tema es, por sí solo, suficientemente atractivo. Si la editorial que lo publica se caracteriza por su cuidado catálogo y su acierto, y la autora es conocida por su habilidad para la comunicación (fue elegida Publicista del año en los Sexual Freedom Awards de 2017 y nominada en 2020 para el Premio al Profesor Más Innovador del Año en los Times Higher Education), parece que el éxito está garantizado. Una curiosa historia del sexo contiene todo lo que un lector puede apetecer: anécdotas curiosas, un estilo fluido, rápido y divertido, una buena cantidad de información erudita y un tema de estudio que a todos nos incumbe y atrae.

En este tipo de libros, sin embargo, es fácil caer en la irrelevancia, secuestrados por la broma tonta, el dato ridículo o el morbo innecesario, o bien en el ladrillo intelectualoide, que aniquila bajo toneladas de moral o sesudas interpretaciones la viveza de la historia y lo estimulante de sus peripecias. Kate Lister ha sabido escapar de ambos peligros. Es cierto que su libro aborda asuntos que exigen un posicionamiento ético, una valoración teórica, y que la autora opina con libertad sobre todo cuanto trata, pero nunca sienta cátedra ni abruma con moralina de ningún tipo; también es verdad que relata anécdotas rijosas y bromea prolija-

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mente con todos los datos picantes que forzosamente aparecen en el texto, pero nunca cae en la banalidad o en el mal gusto, manejándose con envidiable soltura en esa procelosa corriente que conjuga erudición y chistes verdes. También es verdad que, al no pretender embarcarse en la tarea de escribir una nueva enciclopedia sexual o algo parecido, Lister ha tenido que marcar límites y seleccionar algunos temas o elementos especialmente relevantes que le permitieran escribir un libro manejable sobre el deseo y su codificación, sobre nuestro pasado y nuestro presente, y sobre cómo interpretamos nuestras vidas y experiencias

Kate Lister

mediante el lenguaje, pues el lenguaje tiene un lugar central en el trabajo de la ensayista. No en vano el Primer Capítulo del libro se llama “Sexo y palabras” y aborda la etimología, la historia y el uso de dos palabras inevitables y cruciales en la obra: puta y coño. Los siguientes siete capítulos exploran ámbitos concretos, como “Sexo y vulvas”, “Sexo y penes”, “Sexo y comida”, “Sexo y máquinas”, etc., elaborando una historia, sí, pero también un catálogo de situaciones, hechos y datos que abren con desparpajo y descaro ventanas a menudo cerradas que nos permiten contemplar la evolución de nuestra sexualidad, su represión, su ninguneo o promoción, desde pasados

remotos hasta nuestros tiempos hipermodernos.

Y es verdad que han cambiado mucho las cosas, pero también es cierto que seguimos siendo los mismos. Han existido épocas de mayor relajación, momentos de especial puritanismo, años de devastación y tramos de desenfreno, pero girando en torno a los mismos ejes y contemplando los mismos horizontes.

Han cambiado las legislaciones, han mejorado la técnica y la ciencia, y la medicina ha facilitado de forma asombrosa una sexualidad más segura, más libre, más lúdica que nunca, pero conviene siempre mirar atrás y aprender de la historia que nos precede. O, simplemente, mirar alrededor y comprobar que ese pasado es, en verdad, presente en muchas, demasiadas partes del mundo. Es entonces cuando la sorpresa se convierte en desolación, y es así como el libro de Kate Lister cobra todo su valor. Es una curiosa historia del sexo, sin duda, pero igualmente es una furiosa denuncia de la brutalidad, la sinrazón, la arbitrariedad y las imposiciones absurdas que pueden arruinar la vida de un ser humano a causa de su sexualidad.

Sin perder nunca ese estilo desenfadado y ameno, ya trate de la prostitución, el aborto o la higiene, la autora da un repaso saludable, inteligente, y muy, muy curioso, a la historia del sexo, dejando al lector, no pocas veces, con una mueca en la cara que no se sabe si es de estupor, hilaridad o lascivia. Y es que el tema lo exige así. Por último, hagamos caso a la autora, quien finaliza su conclusión, apelando al valor de la información, la educación y la tolerancia, con un sencillo ruego: aprendamos la lección.

Antonio García Vila

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Libros

ALMA MAHLER: UN CARÁCTER APASIONADO ALMA MAHLER. UN CARÁCTER APASIONADO Cate Haste Turner Libros. Madrid, 2020, 423 pp.

Se ha dicho que la bibliografía en castellano sobre Alma Mahler-Werfel (1879-1964) es inversamente proporcional a la de Gustav Mahler dada la importancia artística de ambas personalidades. Exagerado o no, sorprende el número de trabajos versados en una de las mujeres más fascinantes de su época y poseedora de una idiosincrasia de escaso parangón en su entorno. Recuérdense los capítulos y apartados que le ha dedicado la moderna musicología feminista; las traducciones y reediciones de los Recuerdos y cartas de Gustav Mahler adaptado por Anthony Beaumont; a la vez que las biografías elaboradas por Berndt W. Wessling (Alma.

Compañera de Gustav Mahler, Oskar Kokoschka, Walter Gropius y Franz Werfel), Karen Monson (Alma Mahler. Musa de genios), Françoise Giroud (Alma Mahler o el arte de ser amada), Isabel Margarit (Alma Mahler, la gran dama de la seducción), Susanne Keegan (Alma Mahler. La novia del viento), Antonio García Vila (Alma Mahler. El fin de una época) y Almudena de Maeztu (Alma Mahler Gropius). Esta última, por cierto, sin ser ni pretender erigirse como un libro definitivo –abarca solo hasta 1920–, es un encomiable complemento a la mayoría de los títulos citados que han ido apareciendo en lengua española a lo largo de casi tres décadas entre los años 80 y 2010. A estos, hay que agregar las cartas de Kokoschka a Alma traducidas y

publicadas en español recogidas en Briefe an Alma Mahler, 1905-1909.

A este abundante abanico bibliográfico, Turner Publicaciones SL ha sumado la traducción de la monografía Passionate Spirit: the life of Alma Mahler que la escritora e historiadora británica Cate Haste (1945-2021, Gran Bretaña) publicó en 2019 sobre esta figura que fascinó tanto como fue criticada, y que incentivó la creatividad de algunos de los artistas más destacados del momento en los campos musical, pictórico y literario como lo fueron Mahler, Kokoschka y Werfel. Con un subtítulo –Un carácter apasionado– que peca de ser un epíteto simplón, se trata de una de las recreaciones biográficas más completas del panorama internacional que se añade a la casi decena de precedentes localizables en lengua española. El relato se desarrolla a partir de secuenciación cronológica que

cos, egocentrismo, dudas, sueños e ilusiones que vivió. Lo mismo, que su capacidad para cautivar y centrar la atención en sociedad.

Haste se nutre de una amplísima selección de los comentarios extraídos del dietario y las epístolas, que aparecen bien detallados en las abundantes notas al pie de página ubicadas al final del libro. Aunque, éstas solo indican la fuente documental sin ninguna ampliación o concreción del contenido. En este sentido, la escritora británica vivifica los diarios y las fuentes atribuidas a Alma como autora elaborando una biografía nada edulcorada, bastante descriptiva y con un prisma muy centrado en sus pensamientos y su intimidad en una línea similar a la de Monson, Margarit o Keegan: desde su ambivalente e incoherente relación con lo judío hasta su frustración por esos años espléndidamente aislados

Alma Mahler

agrupa períodos generalmente breves, de pocos años, con un talante de crónica.

Como Keegan o Monson, su enfoque contempla aspectos de lo psicológico y conductual de sus relaciones, de su carácter, y configura un retrato que no esconde las vanidades, desatinos políti-

durante el matrimonio con Mahler, que la alejaron de la intensa vida social a la que estaba acostumbrada y que coartaron su impulso y aspiración como creadora. Y, muy particularmente e incluso con mayor ahínco que otras investigadoras, Haste documenta la importancia de

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la libido y el descubrimiento de la propia sexualidad de la protagonista, así como esta se interroga sobre perspectivas vitales muy modernas como la convivencia sin matrimonio en una sociedad caracterizada por tolerar la doble moral en este tema.

Sin la prodigalidad de Antonio García Vila al enmarcar la época y el ambiente social, cultural y político, en esta aproximación no faltan los oportunos incisos de corte histórico: tanto los que la afectaron directamente como indirectamente.

Se percibe claramente el carácter de ser superviviente de una convulsa primera mitad del siglo XX no tanto por el peligro de haber sobrevivido a dos guerras mundiales si no por pertenecer a ese mundo de ayer de Stefan Zweig. También desmiente algunas historias falsas legadas por la propia Alma como la declaración no haber visto y apenas saber algo de Gustav Mahler antes de tratarlo personalmente en casa de Berta Zuckerland en noviembre de 1901: en 1898 ya muestra su deseo de conocerle tras una audición de la Heroica de Beethoven dirigida por él, como testimonia su, por entonces, incipiente diario. Asimismo, incide con mayor esmero que la mayoría de las monografías anteriores, en el apoyo y mecenazgo a Schönberg y Berg tras la muerte de Mahler. No obstante, incluye informaciones desmentidas por numerosos especialistas como Henry-Louis de La Grange referidas a su colaboración pasando a limpio obras de su primer esposo como la Sinfonía nº 5 (págs. 109, 116, 120 y 122). Tampoco cuestiona el

hecho que, tras la muerte de Gustav, Alma no retomase su tan anhelada vocación de compositora. Más, gozando de la más que subsanada situación económica en la que la había dejado Mahler.

En consecuencia, se trata de otra hagiografía centrada en la personalidad de Alma que entreteje mucho de lo ya sabido, cuyas últimas líneas caen en ese tópico sensacionalista y falso al afirmar en la página 370 que “su música fue la voz que permitió a Alma expresar su carácter apasionado. Su música es el legado más vivo y duradero que nos ha dejado”. Esta es una recurrente loa sublimadora que los autores suelen conceder para reivindicar la figura de sus biografiados pero en esta ocasión es absolutamente insostenible. Primero porque este legado es interpretado hoy día (y casi nunca, salvo puntualísimas ocasiones y algunas dignas grabaciones las últimas décadas). En segundo lugar, porque su corpus creativo solo concierne 18 lieder que figuran en un apéndice enumerativo al final del volumen. Por cierto, uno de ellos, Einsamer Gang, sigue sin grabación oficial que me conste a día de hoy. Nada más; aunque Alma asevere en sus papeles haber compuesto un número mayor de lieder, algunas piezas para piano y música de cámara. Y, por último, porque la autora británica no escudriña en lo musical este legado tan escueto. Únicamente lo comenta en siete ocasiones y de manera muy breve, a menudo en un solo párrafo sin incisos musicales de ningún tipo.

En otro orden de cosas, hallamos un posible desliz en la página 116 cuando se

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anota un cumpleaños en octubre de 1903 sin especificar de quién. Ni Gustav ni Alma nacieron en octubre. Igualmente, aseverar que Beethoven como Bruckner no pudo completar su Novena sinfonía es un craso error (pág. 139). Además se echa de menos una introducción más prolija contextualizando las fuentes documentales y la controversia de sus diarios privados, epistolarios, memorias, a la par que una deconstrucción sobre como la historiografía la ha presentado. Tampoco explica qué sucedió con las partituras de lieder como Sume Liebe, compuesto a finales de 1899 y 1900, o Der Morgen, Hinaus y el mencionado Einsamer Gang.

Sin embargo y a pesar de lo inmediatamente señalado, esta es una aportación tan cualitativa en su globalidad como las de Monson, Margarit, Keegan y, a mayor distancia, la de Wessling, quien trató a Alma durante sus últimos años de vida.

Por último, la edición de Turner dentro de su serie Noema sigue la estética de la colección si bien se echan de menos ilustraciones, fotografías y el imprescindible necesario índice onomástico que facilite la consulta rápida y exacta del contenido.

Un contenido por el que, como melómanos y lectores, cabe pedir a los editores españoles que cesen de interesarse durante algún tiempo. La abundancia de relatos roza la saturación y, a grandes rasgos y con sus aciertos y deméritos, su estilo y sus particularidades, todas confluyen en el periplo vital. Pero de su música, nada.

Albert Ferrer Flamarich