El Viejo Topo | Número 435 | Abril 2024

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LAGUERRA TEORÍAPARALOSCONFLICTOS DELSIGLOXXI FEDERICO AZNARFERNÁNDEZ-MONTESINOS En este libro Federico Aznar analiza la guerra en sus distintos niveles, establece sus características, describe su evolución, subraya el papel de la opinión pública en el conflicto, estudia las distintas fases de la crisis bélica y su gestión. Aznar dedica una parte del libro a la guerra asimétrica, a la guerra híbrida, a la zona gris que existe entre la guerra y la paz. Y, dentro de ella, a la desinformación, entre otros modos y estrategias de guerra, así como al terrorismo. Y también a la paz, con sus desarrollos lógicos.

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sumario 435

Portada: Ella es árbol de vida (1950) Consuelo Kanaga

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Acerca del despedazamiento fiscal del Estado POR RICARDO RODRÍGUEZ

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Socialismo democrático en la Europa del siglo XXI Entrevista a Guillermo del Valle POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

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Dinero, mucho dinero para la guerra POR EDUARDO LUQUE

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Filosofa, que algo queda Macron se va a la guerra POR MIGUEL CANDEL

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Independencia nacional, socialismo y lucha por el multipolarismo POR LEONARDO SINIGAGLIA

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Tecnologías para cambiar el mundo Entrevista a Ekaitz Cancela POR SALVADOR LÓPEZ ARNAL

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Consuelo Kanaga: negros de Tennessee POR HIGINIO POLO

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Vindicación de lo humano POR ANTONIO MONTERRUBIO

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Cine: El secuestro de la moral: Desaparecido de Constantin Costa-Gavras POR JAVIER ENRÍQUEZ ROMÁN

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Libros

EL VIEJO TOPO, revista mensual. FUNDADORES: Primera época, Claudi Montañá (†), Miguel Riera, Josep Sarret (†). Segunda época, Elisa Nuria Cabot, Jordi Dauder (†), Ernesto Fontecilla, Enrique Helguera, Esther Mañé, Santiago Palacios, Miguel Riera, José Sanchis Sinisterra. DIRECTOR: Miguel Riera. REDACCIÓN: Genís Plana DISEÑO: Elisa N. Cabot. Edita: Ediciones de Intervención Cultural, S.L. (Barcelona). Imprime: Gráficas Gómez Boj. ISSN 0210-2706, Depósito Legal B-40.616-76.

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La cena en el Hotel Majestic rubricó el pacto entre PP y CiU de 1996

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Acerca del desplazamiento fiscal del Estado por Ricardo Rodríguez

¿P

or qué la descentralización fiscal es un proyecto de las elites económicas que perjudica a las clases trabajadoras? Aquí se explica de manera clara y precisa cómo el sistema tributario incide en la desigualdad de los españoles.

El primer paso en el camino de despedazamiento fiscal del Estado español lo dio el primer Gobierno de José María Aznar, por medio de una reforma crucial de finales de 1996 en la Ley Orgánica de Financiación de Comunidades Autónomas (la LOFCA), resultado de su negociación con Jordi Pujol (el célebre Pacto de Majestic). Se introdujeron entonces dos modificaciones de capital importancia por Ley Orgánica 3/1996.

Por una parte, se estableció que la cesión de impuestos del Estado a las comunidades autónomas podría incluir, no sólo recaudación y gestión, sino facultades normativas. Es decir, que las comunidades autónomas pudieran regular en su región los impuestos que eran del Estado, algo hasta entonces inédito y un auténtico despropósito fiscal y económico por más que hoy nadie se atreva a cuestionarlo, invocando unas veces la plurinacionalidad, otras la autonomía y otras aquello de las aspiraciones de autogobierno.

Por otro lado, se preveía que uno de los impuestos sobre los que tendrían un determinado margen de regulación las regiones (en tipos de la tarifa y deducciones, fundamentalmente) sería nada menos que el Impuesto sobre la Renta, el IRPF, el tributo más importante del sistema y la espina dorsal de la progresividad del conjunto del ordenamiento: sobre este impuesto descansa la garantía de justicia social y de la redistribución de la riqueza que tan paladinamente proclama la Constitución como se incumple en la práctica. Thomas Piketty nos ha contado en su última gran obra, Capital e ideología, que ésta es una facultad que no se reconoce ni en Estados federales tradicional y fuertemente descentralizados. Si a algún dirigente

político de cualquier estado federado de EEUU o Alemania se le ocurriera reclamar para su territorio tal competencia lo tomarían por loco. Y lo sería, un loco o alguien que deliberadamente persigue desmantelar el soporte fiscal del Estado de Bienestar social.

Ahora bien, en la LOFCA, reformada por un Gobierno del PP en 1996, se contempla la posibilidad de ceder facultades normativas sobre impuestos del Estado. Pero la concreción de esa posibilidad se aprueba en la ley ordinaria de financiación autonómica. Y la actualmente en vigor, de 2009, fue aprobada durante un Gobierno del PSOE. Contiene competencias legislativas suficientes para suprimir en la práctica la imposición patrimonial y para desactivar en gran medida cualquier política estatal que pretenda hacer uso del IRPF para aumentar la recaudación o reducir las desigualdades.

Un ejemplo, al que recurro con frecuencia, puede ilustrar bien de qué hablamos. El vigente y célebre Impuesto a las Grandes Fortunas ha recaudado en su primer año de existencia unos 640 millones de euros. Por otra parte, la última estadística de resultados del Impuesto sobre Patrimonio indica que la cuota del tributo en la Comunidad de Madrid procedente de las personas cuyo patrimonio supera los 2 millones de euros, obligados a declarar aunque no deban pagar por la bonificación del 100%, es de más de 1.200 millones de euros. Hablamos de menos del 1% más rico de la región, menos de 20.000 contribuyentes. Lo cual significa que si el Estado hubiese conservado la facultad de regular el impuesto, se habría recaudado, solamente en Madrid y únicamente de los patrimonios supe-

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riores a 2 millones (menos del 1% de la población madrileña) el doble de lo recaudado por el Impuesto a las Grandes Fortunas en toda España.

Y además el objetivo de evitar la competencia fiscal a la baja tampoco se cumple. La Comunidad de Madrid lo ha tenido tan fácil como ajustar el mínimo exento a lo fijado por el Impuesto a las Grandes Fortunas para dejar en la región la recaudación prevista por éste (con lo que, de todos modos, las grandes fortunas en Madrid seguirán pagando menos) y compensar a los millonarios por la mayor tributación usando la facultad normativa sobre José María Aznar y Jordi Pujol, precursores del despedazamiento fiscal renta. trabajo (a día de hoy estas últimas son fuente de bastante más Nos parecerá mejor o peor, pero con ello el Gobierno de la del 80% de cuota agregada del tributo). Punto en el que tamseñora Ayuso no hace otra cosa que servirse de una competenpoco tienen mucho que reprocharse los dos grandes partidos. cia que el Estado le reconoce. El Tribunal Constitucional ha La creación de un impuesto dual se introdujo inicialmente por avalado el nuevo tributo, cuya legalidad a mí no obstante me un Gobierno de Aznar y cristalizó en la Ley de Renta de 2006, sigue ofreciendo dudas. Pero, más allá de la parte jurídica, se con un Gobierno de Rodríguez Zapatero. reconocerá que es francamente absurdo que el Estado otorgue En síntesis y para no andarnos con rodeos, el a las comunidades la facultad de suprimir en la saldo acumulado es éste: la descentralización práctica impuestos (impuestos que son, y siguen siendo tras la cesión, del Estado) para, a También la derecha de fiscal ha permitido reducir la tributación de los ricos y aumentar la de trabajadores y rentas continuación, crear impuestos nuevos que Madrid quiere una mayor bajas. Y la trayectoria narrada prueba que los suplan los suprimidos. autonomía fiscal dos grandes partidos han estado, y todo indica En lo que se refiere a beneficiados y perjudique continúan estando, dispuestos a negociar cados, el resultado de la descentralización fiscal con el nacionalismo el despedazamiento fiscal hasta ahora llevada a cabo arroja pocas dudas. A del Estado. su amparo se ha ido haciendo desaparecer los Acerca de los antecedentes y los intereses dos tributos que respaldan la progresividad del presentes del nacionalismo catalán, en particusistema junto al IRPF (Patrimonio y SucesioHemos vaciado lar de aquella parte del nacionalismo en cuyas nes), se ha presionado a la baja las tarifas del de contenido y capacidad manos parece estar la continuidad del actual propio IRPF y se le ha ido agujereando con deal Estado Gobierno, y podría ser que también de un Goducciones vergonzosas que financian con dinebierno de signo político distinto, tampoco debero público la enseñanza privada o el coste del ríamos hacernos ilusiones románticas. servicio doméstico. Los grandes impuestos inJunts es la sucesora de Convergencia Demodirectos en cambio (IVA e Impuestos Especrática de Cataluña, una de las dos patas de CiU, y una fuerza ciales) no sólo no se han reducido sino que no han cesado de política que desapareció de facto, hace ya casi una década, litesubir, y por supuesto no han sido objeto de cesión normativa ralmente devorada por la corrupción. En 2012 el Tribunal de alguna, entre otras razones porque la armonización fiscal euroCuentas informó de que su balance arrojaba un patrimonio pea lo impide. neto negativo de más de 11 millones de euros, es decir, que Añádase la gradual pero constante reducción del Impuesto estaban en la ruina. Y la investigación judicial por el saqueo del sobre Sociedades y la conversión del IRPF en un tributo dual, Palau de la Música desveló que habían cobrado 6,6 millones de que privilegia la tributación de las rentas de capital sobre las de

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euros en comisiones ilegales pagadas por Ferrovial a cambio de adjudicaciones de contratos públicos. La relación digamos controvertida de Ferrovial con los impuestos y su notable presencia en las contrataciones públicas es de sobra conocida.

También Piketty en la obra arriba citada ha explicado, con asombrosa concisión y claridad para haberlo hecho dentro de un libro de más de mil páginas, el propósito de este sector del nacionalismo catalán al reclamar la recaudación de todos los impuestos del Estado. Es extraño que este epígrafe de la obra (“La trampa separatista y el síndrome catalán”) parezca ser ignorado por miembros del Gobierno que han manifestado profunda admiración hacia el autor. El proyecto real de Junts nada tiene que ver con la democracia ni con el derecho a decidir ni con nada parecido; pretende convertir a Cataluña en un

Isabel Díaz Ayuso, cuya política fiscal es beneficiosa para los millonarios

Artur Mas, defensor de un pacto fiscal para Cataluña

paraíso fiscal equiparable a Irlanda, como vía para que la élite económica a la que representa recupere e incremente su tasa de ganancia. Proyecto que le enfrenta a la élite económica madrileña. En términos clásicos habríamos hablado de dos faccio-

nes de la burguesía. Se trata de la disputa por las plusvalías que la economía genera. Artur Mas, quien no es ningún don nadie en el mundo nacionalista, lo dejó meridianamente claro para quien quisiera escuchar hace unas semanas: hay que olvidarse del referéndum y plantarse ante el Estado en la exigencia de un pacto fiscal.

Y, sin embargo, entre ambas élites existe una coincidencia crucial, porque también la derecha de Madrid que abriga su retórica por la bandera española quiere ahora una mayor dosis de autonomía fiscal, precisa para atraerse a grandes rentas y propietarios. Por esta razón, podrían ponerse de acuerdo. Éste es el motivo de que a Junts le dé igual arrancar un pacto fiscal al PSOE que al PP y lo que explica algunos de los guiños hechos por el señor Feijóo en la campaña electoral gallega. No es desde luego nada fácil. Hay que contar además con otros actores, como otras regiones que saldrían perdiendo, y mucho, con el pacto fiscal, y que previsiblemente lo harán notar con su mucha o poca capacidad de presión política.

No es probable que se ceda en el cien por cien de exigencias del nacionalismo catalán. El PIB catalán es el segundo de España, tras el madrileño, según datos de 2022 algo más de cuatro veces el vasco; crear en Cataluña una Hacienda Foral con los privilegios de la vasca podría ser devastador. Pero tanto el PSOE como el PP estarán dispuestos a una cesión sustancial, que pagará el conjunto de la clase trabajadora de este país, también la catalana. Se ampliarán las facultades normativas en el IRPF, es posible que por primera vez se cedan facultades normativas en el Impuesto sobre Sociedades, un tributo ya muy menguado por la competencia fiscal internacional. Y se acordará alguna compensación adicional del déficit de la balanza fiscal catalana, ese pretendido agravio que constituye el leitmotiv de ERC. La forma en que esta reducción del llamado déficit fiscal perjudicaría a las rentas medias y bajas, sobre todo de las regiones más pobres pero no sólo de ellas, es muy específica y no demasiado difícil de explicar.

Un mayor gasto en transferencias e inversiones para Cataluña que redujera el déficit debería pagarse reduciendo a su vez las que corresponderían a los demás. Exigiría un reparto desigual. Es simple, para poner más en un lugar debes quitar de otro. A alguien se le podría ocurrir que esto no sería necesario si se aumentaran los ingresos públicos totales. Lo cual es cierto, pero no cabría aumentarlos incrementando la progresividad del sistema, es decir, obteniendo el aumento por mayores impuestos a

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los más ricos. Porque el déficit o superávit de la balanza fiscal públicos, sólo han de mirar a Euskadi, en donde el PNV fue pioexpresa el resultado negativo o positivo de restar la cuantía de nero en la privatización de la sanidad desde principios de los ingresos aportada al Estado por los contribuyentes de una 90, sirviéndose por cierto de la colaboración de muy célebres región al montante de gasto invertido por el Estado en esta firmas de consultoría privada. misma región. Como ha explicado recientemente de manera No hay otra salida. En la lírica de las declaraciones políticas correcta la ministra Montero (solamente sería pues necesario se puede prometer cuantos prodigios se quiera, pero con las que además fuese en el futuro consecuente con matemáticas no se puede hacer magia, al mesus palabras), las regiones que aportan más lo nos no con las matemáticas que describen la hacen porque disponen de más población de economía.

Los trabajadores rentas altas, dado que de hecho no es la región En los próximos años entramos en un nuevo catalanes se verían la que paga impuestos, como todo el mundo periodo de duro ajuste fiscal que va a ser partidebería saber, sino las personas que en esa tan perjudicados como el cularmente severo para las comunidades autóregión viven. La región de mayor déficit fiscal nomas, que son las que concentran la casi totaresto de españoles del país es Madrid y, si no me equivoco, la de lidad de los servicios comunitarios esenciales. mayor superávit, Andalucía. Si se pretendiera Hemos vaciado hasta tal punto de contenido y reducir el déficit fiscal de Cataluña, o de Madrid, capacidad al Estado, con la irresponsable y estúincrementando las inversiones en estas regiones sin menoscapida complicidad de todos, que, en su parte civil de asistencia a bo de las demás por la vía de aumentar los impuestos a los más la sociedad (no así en su función militar y policial), ha quedado ricos, dado que en ambas regiones viven más contribuyentes reducido a una escuálida y envejecida plantilla con apenas de rentas altas, se incrementarían simultáneamente los ingrefacultad para repartir limosna en forma de subvenciones y ayusos fiscales totales de madrileños y catalanes, y ello haría credas, imprescindibles para que muchas familias no perezcan cer, no decrecer, el déficit. O, en el mejor de los casos, lo dejapor consunción, por supuesto, pero sin capacidad de desarroría aproximadamente igual. llar política industrial común, sin potestad para regular el suelo Este resultado no debería sorprender a nadie; se trata del y garantizar el derecho a la vivienda, sin capacidad siquiera efecto sobre el territorio de un sistema tributario progresivo en para asegurar en todo el territorio que los bienes y servicios un país en el que, como sucederá con seguridad en todos los públicos esenciales lleguen a todo el mundo y con el sector países del mundo, la riqueza no está repartida territorialmente empresarial público dando sus últimas y fatales bocanadas. de manera homogénea.

En este contexto, las diferentes élites económicas del país De modo que la reducción del déficit fiscal de las regiones negocian el reparto del botín, mientras a los demás nos entrericas conlleva, necesariamente, una de estas salidas, o todas tienen dando manotazos a un fantasma de banderas, identiellas a la vez: reducir gasto público en el resto de regiones (o en dades nacionales o aspiraciones a una independencia en la todas las regiones, también en las ricas), incrementar los ingreque sospecho que, salvo despistados, ningún dirigente polítisos fiscales totales aumentando impuestos a clases medias y co nacionalista creyó de verdad jamás. Un fantasma que ha bajas, reducir los impuestos a los más ricos, o permitir que las enfrentado de manera tan feroz como estéril a unos ciudadaregiones más ricas regulen sus propios impuestos y premien nos contra otros. Y, si esa ciudadanía no se percata de una pufiscalmente a sus propios ricos. La forma concreta en que se ñetera vez de cuál es la realidad (velada por las apariencias) articulará el cóctel es imposible de saber, pero no me cabe de la que dependen sus vidas, y no se subleva contra quienes duda de que éstos son los parámetros de las negociaciones que les echan a pelear mientras se reparten los despojos de una el nacionalismo estará llevando a cabo simultáneamente con sociedad desangrada, va a padecer años terribles. Nadie dePP y PSOE. bería olvidar, y hoy menos que nunca, aquello de “reunión de Lo que deberían tener muy claro los trabajadores y las perpastores…” sonas de menos recursos de Cataluña es que ellos se verían tan Claro que habría sido de esperar igualmente que aquella perjudicados como el resto de españoles por el deterioro de izquierda a la que acostumbrábamos a llamar transformadora servicios públicos y el achatamiento de la progresividad fiscal. o alternativa llevase ya años intentando organizar la unidad de Y si acaso precisaran de algún dato empírico para estar seguros la clase trabajadora de toda España por encima de identidades de que el control de todos los impuestos estatales por la comunacionales con ese mismo propósito. nidad autónoma no garantiza una mejora de sus servicios Pero ésa es otra historia ■

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Guillermo del Valle ante su libro La izquierda traicionada

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Socialismo democrático en la Europa del siglo XXI Entrevista a

Guillermo del Valle por Salvador López Arnal

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uillermo del Valle (Madrid, 1989) es abogado procesalista, especializado en las jurisdicciones civil, laboral y penal, así como del turno de oficio. Colabora con diferentes medios de comunicación, y en tertulias de radio y televisión, analizando la actualidad política desde ideas de izquierda que son tan críticas con el neoliberalismo como con los nacionalismos identitarios. Además de director de El Jacobino, es impulsor de Izquierda Española. Sus postulados políticos han sido plasmados en La izquierda traicionada (Ed. Península, 2023), libro sobre el que centramos esta conversación.

—Son tantas las temáticas que expones en “La izquierda traicionada” que me voy a dejar muchos asuntos en el tintero. ¿“Traicionada” no es un adjetivo fuerte? ¿De qué traición estás hablando?

—Hablo de un abandono de los principios que alumbraron a una tradición política que buscaba la emancipación humana frente a los privilegios, liberar a las personas de sus condicionantes de origen, permitirles ser verdadera y realmente libres.

En nombre de la izquierda y en general de posiciones teóricamente de progreso, advertimos en los últimos tiempos una

cierta sacralización de las identidades diferenciales, el desprecio a lo común en nombre de cualquier identidad divisiva o diferencial, el abrazo de teorías irracionalistas, el claro desplazamiento de la clase social por un engrudo postmoderno de difícil digestión y, especialmente en nuestro país, el abrazo a identidades culturales de carácter étnico que son antagónicas a un proyecto fraterno y socialista, de vocación universal.

Con anterioridad, pero también en paralelo, a la descomposición del eje horizontal que suele señalar Martín Alonso –el de lo común–, se ha degradado el eje vertical, el de las desigualdades económicas. La izquierda ha dejado de prestar atención en buena medida al cariz oligárquico y poco democrático del capitalismo de nuestros días: concentraciones de capital y poder en pocas manos, paraísos fiscales y jurisdicciones opacas (Loretta Napoleoni hablaba de “forajidos de la globalización”), multinacionales estableciendo arbitrajes privados fuera del circuito de los Estados democráticos, un progreso tecnológico que podría aumentar las oportunidades pero que, sin embargo, carece de una regulación al servicio del bien común y el interés social, etc. No creo que haya ninguna conspiración detrás, pero sí un desnortamiento cierto de las fuerzas de progreso que efectivamente han abandonado una agenda transformadora e igualitaria.

El adjetivo no es a mi juicio más duro que las dinámicas que analizo.

—El subtítulo de tu libro es “Razones contra la resignación”. Te cito: “La tesis que sostenemos a lo largo de todo el libro es que no todo está perdido y que, sea como fuere, la resignación no es una

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alternativa aceptable” ¿Quién o quiénes se han resignado? ¿A qué?

—Vivimos en sociedades crecientemente individualistas donde la tentación antipolítica es un riesgo notorio. Es también un rasgo del sustrato cultural que ha generado el neoliberalismo por una parte y el identitarismo por otra. Ese sustrato cultural, por cierto, está íntimamente ligado también a las transformaciones del sistema económico: acentuada terciarización de nuestro sistema productivo y relaciones laborales condicionadas por la uberización. Este es un tema clave: provoca la fragmentación de las propias luchas sindicales, la desconexión de los trabajadores, se designa como “economía colaborativa” lo que no es sino una economía descarnadamente competitiva que penaliza a aquel que no está conectado todo el día a la aplicación móvil desde la que trabaja. Eso genera también sociedades más desconectadas, por supuesto con problemas de salud mental que tienen mucho que ver con el deterioro de las condiciones materiales de muchos, con la fragmentación social.

Hay una tendencia autorreferencial, a formular constantemente la pregunta por el qué hay de lo mío.

Esa una forma clara de resignación y de desistimiento. Las democracias se degradan claramente con esa visión abstencionista neoliberal. Es la antesala de los cirujanos de hierro y de las involuciones más reaccionarias. Una parte de la izquierda se ha confundido con el paisaje hegemónico y se ha sumergido hasta el fondo en los debates culturales y en las políticas de la representación. En apariencia, las políticas de la identidad remiten a pequeñas agendas comunitarias, nunca a una agenda de lo “común” de vocación universal, como en el proyecto ilustrado, o internacionalista, como ocurría con el movimiento obrero y el sindicalismo de clase.

En el fondo, las agendas identitarias son tan fragmentarias que remiten a individuos desconectados entre sí, ensimismados. Es una verdadera resignación ante las formas de organización del poder político y económico.

—Comentas en tu ensayo la necesidad de entender en su integridad el concepto de ciudadanía. ¿Cuál es el concepto íntegro de ciudadanía en tu opinión?

—Un concepto socialista y democrático ambicioso de ciudadanía. No puede ser una enumeración de derechos en un papel, por muy carta magna que sea ese papel, o muy social, democrático y de Derecho que se presuma ese Estado. Las condiciones materiales son las que garantizan que hablemos, por

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ejemplo, de libertad en serio. ¿Qué libertad hay en la ausencia de interferencias del Estado, en la clásica concepción negativa de la libertad que manejan los liberales? Si yo no tengo dinero, ni tengo un trabajo que me garantice una existencia digna, ni puedo acceder a una vivienda, ni tengo una provisión garantizada de todas mis necesidades básicas, yo no soy libre. La ciudadanía debe tener una base material que permita su realización efectiva.

—Citas al no olvidado Eric Hobsbawm, por ejemplo, y defiendes el universalismo. ¿Qué es ser universalista? ¿Es tan importante para la izquierda?

—Rescato un texto importante de Hobsbawm sobre la izquierda y las políticas de identidad que data de 1996. En él, el gran historiador británico recuerda que la izquierda siempre buscó la emancipación de los seres humanos con independencia del grupo cultural o de los rasgos identitarios de cada uno. La centralidad de la clase obrera en Marx tenía una vocación también de transformación colectiva, se buscaba una sociedad sin clases. Las políticas identitarias han socavado el principio de igualdad, pero también han supuesto una sustitución del universalismo por un tribalismo ridículo e inútil porque neutraliza las luchas sociales en un contexto de capitalismo global y

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financiarización de la economía como este en el que nos encontramos.

—Ricardo analiza a la perfección la pinza perfecta entre ese marco confederal y las políticas fiscales más regresivas. La competencia fiscal siempre a la baja ha terminado perjudicando de forma grave la redistribución. Todo ello fomenta la dinámica de los pactos fiscales, como el que propusiera un neoliberal convencido como Artur Mas, propuesta que ahora se rescata gracias al pacto PSOE- Sumar.

El marco confederal implica desigualdad y privilegio. Tiene otras manifestaciones sombrías: la parcelación identitaria del mercado de trabajo, reservado en algunas partes del país sólo “para los de aquí”.

—Hablas en ocasiones de la socialdemocracia clásica y en otras de la izquierda transformadora. ¿Qué entiendes por socialdemocracia clásica? ¿Dónde te sitúas?

—Analizo la evolución tanto de la socialdemocracia como de la izquierda transformadora porque comparten la dinámica del abandono de los principios igualitarios, en la difuminación de los ejes de clase, en la dilución de su capacidad crítica con el actual sistema económico y en su abrazo a esencialismos identitarios que poco tienen que ver con los referidos principios.

—Hay quienes dirían que en la llamada o mal llamada cuestión Me ubico en las coordenadas del socialismo democrático y nacional tus posiciones están próximas a las de la derecha extreuna perspectiva republicano-democrática: defensa de los ma o incluso a las de la extrema derecha. ¿También añoras, moderechos sociales y laborales arrasados por el neoliberalismo, dernizando la consigna, la España una, libre y justa? ¿Eres un de la participación del Estado en sectores estratégicos al serviespañolista de izquierdas? cio de una concepción democrática de la política económica —Por supuesto que no. Sería una extrema derecha muy, que recupere el bien común, preocupación por la regresividad muy rara. La que defiende por activa y por pasiva un Estado cre ciente de los sistemas fiscales laico en materia religiosa e identita–apuesta por subida de impuestos ria, donde todos los sentimientos de indirectos, muchas grietas de elusión y pertenencia sean respetados, pero evasión fiscal para los grandes patriningún credo –tampoco el nacionaLa izquierda ha dejado de monios y fortunas, brecha creciente lista– se configure como filtro obligaprestar atención al capitalismo entre rentas del trabajo y capital, prolitorio de acceso a la ciudadanía. actual feración de paraísos fiscales en la proEl esencialismo identitario, cualpia Unión Europea–; y todo ello conjuquiera, también el español, me parece gado con una ciudadanía fuerte, la laicidad del Estado y una una posición política profundamente reaccionaria. Llama la vocación internacionalista incompatible con cualquier nacioatención que muchos desatiendan esta parte; será porque les nalismo étnico-cultural. retrata. El nacionalista no acepta que alguien mire la vida política desde una perspectiva no nacionalista, no digamos —Señalas que la izquierda oficial, que a veces la denominas ya desde una perspectiva antinacionalista, universalista, hegemónica (tal vez los partidos de Sumar, Podemos y grupos internacionalista. afines), está inmersa en un marco confederal. ¿Qué marco es Creo en una España profundamente social y justa, laica y ese? ¿Por qué criticas su inmersión en esas coordenadas políticoplural, abierta al mundo y a procesos de integración supranaideológicas? cional democráticos y sociales. Una España abierta a la inte—El marco confederal es inhábil para la defensa de la igualdad. gración política supranacional, que no es lo mismo que En materia fiscal, por invocar un ejemplo paradigmático, es abierta a la libre circulación de capitales y a un mercado glosobradamente conocido que la descentralización asimétrica bal sin reglas democráticas donde las oligarquías financieras fomenta la secesión de los ricos, por utilizar la fórmula del geóimponen sus intereses y sus propias reglas de juego. grafo francés Christophe Guilluy. De él se aprovecha el neolibeSoy un español de izquierdas, sin exaltaciones de ningún ralismo ayusista para derogar de facto el Impuesto de Suceapéndice identitario, más preocupado por las condiciones siones y Donaciones y el Impuesto de Patrimonio. Hay que leer, materiales de la comunidad política y por la integridad de por ir a un autor de la casa, a Ricardo Rodríguez, cuyo fantástiuna ciudadanía política no determinada por segregaciones co ensayo prologaste. étnicas ni por parámetros tribales, que por la mitología identitaria del nacionalismo.

—Gracias. Coincidimos: el ensayo de Ricardo Rodríguez, titulado Los impuestos en la ciudad democrática, es excelente.

—¿Qué de malo tiene ser partidario de una izquierda que respe-

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te los idiomas y culturas de la geografía e historia españolas? tización de las pensiones públicas– o quebrar una hacien—La izquierda no debe tener ningún problema con la pluralida común que, con todas sus limitaciones, permite una dad cultural y lingüística, sí con la desigualdad. ¿Acaso cierta redistribución de la riqueza dentro de la comunidad alguien piensa que el debate que plantea el nacionalismo es política. ajeno a las reivindicaciones políticas diferenciales? Obviamente no se pretende sostener el legítimo derecho a la dife—Hablas también, coincidiendo en este punto con el profesor rencia, sino caminar hacia la diferencia de derechos. En la Félix Ovejero, de la deriva reaccionaria de la izquierda. ¿Por que, por cierto, ya estamos inmersos. Cuando uno invoca una qué reaccionaria? presunta lengua propia, que por cierto no es la mayoritaria —Una buena parte de la izquierda identitaria ha caído en de una determinada Comunidad Auposiciones completamente acientífitónoma ni la común, para sugerir cas, irracionalistas, que desde luego inmediatamente después que hay rompen con la tradición ilustrada, y Las políticas identitarias han otra impropia o extranjera, deja claro que, por cierto, tampoco respetan la socavado el principio de que el nacionalismo identitario tiene rica tradición materialista que tan igualdad siempre una relación compleja e hibien conoces. Es una izquierda extrapócrita con la diversidad: se reclama ña, que ha sustituido lo común y la vouna España plurinacional, al tiempo cación universalista por pequeñas que se predica una Cataluña o País vasco uniformes identitacausas tribales, y que con frecuencia blanquea posiciones ria y culturalmente, como si el nacionalismo fuera la verdahistóricamente conservadoras como los nacionalismos. dera y legítima expresión de esas regiones. Al tiempo que se Invocar identidades culturales desde una óptica esencialista, hace trampas con la diversidad, en un relato tergiversado, se o tratar de justificar la diferencia de derechos políticos en degrada el principio de igualdad. Eso es lo más grave de todo, presuntos derechos históricos, más que transformar la sociedesde una perspectiva de izquierdas: ámbitos laborales de dad capitalista lo que supone es una suerte de regresión feudecisión propios, prevalencia de convenios colectivos autodal o carlista. nómicos, en apariencia inocua, pero en el fondo debilitadoIzquierda reaccionaria, sí, porque recrea un pasado sura de la fuerza de negociación de los trabajadores; ámbitos puestamente mítico, donde las identidades culturales otorlaborales cerrados para una parte de gan derechos distintos. la ciudadanía por barreras lingüísticas de entrada, que tienen unos efec—Tampoco dejas muy bien a la izquierLa disputa por una Europa tos lesivos en términos de clase social. da posmoderna. ¿Qué peligros ves en la mucho más social puede y cultura o cosmovisión posmodernista? debe darse —Te muestras muy crítico con el “dere—Lo hemos visto en muchos planos, cho a decidir” que permitiría la autodepor ejemplo, en las luchas feministas. terminación de comunidades como Se confunde sexo y género, se difumiCataluña o el País Vasco. ¿Nos resumes tu principal crítica a ese na la propia existencia de categorías biológicas o científicas. supuesto derecho que tú no consideras tal?

En la trastienda, una idea neoliberal profundamente indivi—No hay derecho de autodeterminación en contextos que no dualista de autodeterminación. Eso descompone las luchas son coloniales o de vulneración sistemática de derechos políticolectivas, es uno de los efectos más claros del identitarismo cos; aquí de lo que estamos hablando es de un privilegio de posmoderno, la fragmentación de las luchas colectivas. secesión de sendas regiones ricas de un Estado democrático.

Aunque es cierto que la evolución del sistema socioeconómiCuando escucho a cierta izquierda asimilar el derecho de autoco capitalista, en sus formas de terciarización del modelo determinación del Sáhara Occidental con la secesión de regioproductivo y uberización de las relaciones laborales, ha genes ricas de un Estado democrático como España, con todas nerado sociedades mucho más fragmentadas e individualislas deficiencias que se quiera, basada en identidades esenciatas. Y las identidades germinan mejor en ese sustrato de fragles y supremacistas, y en una flagrante insolidaridad fiscal, mentación. Suele citar Martín Alonso a Alan Sokal cuando siento vergüenza. afirma que el posmodernismo ha operado un giro completo No puedo imaginar nada más insolidario que romper la de 180 grados desde el subjetivismo radical hasta un dogmacaja única de la seguridad social –vía rápida para la privatismo cerril. Y ahí está la cancelación (por ejemplo, al Viejo

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en el conjunto de la UE? —Creo que la izquierda debe defender una verdadera transformación democrática de la Unión Europea. No estamos condenados a resignarnos con los tratados, con sus aspectos más ortodoxos y neoliberales, como las reglas fiscales, algunas de ellas completamente arbitrarias. El propio BCE ha realizado una política más heterodoxa contra los propios tratados, después del desastre de la austeridad expansiva, por la que pidió disculpas el propio FMI. Europa tiene sentido porque tenemos problemas multinacionales y globales, que desbordan la esfera de los Estados-nación. Pero sin una verdaTopo en una presunta feria del libro radical), que nos retrodera unión fiscal no se puede construir una UE verdaderatrae a momentos oscuros de la historia. mente social; podrá haber parches o remiendos, pero no es suficiente. La transformación socialista desde luego no es sen—Hablas del desprecio de una parte de la izquierda a la inscilla en un contexto de capitalismo global, de financiarización trucción pública. ¿Dónde ves ese desprecio? ¿No es un oxímoron, de la economía o de subordinación de la política a unas conuna contradicción más bien, ser de izquierdas y despreciar la centraciones de capital inéditas en la Historia. Pero un replieinstrucción pública? gue nacional o regional tiene también bastante de idealista, —Absolutamente. Se sustituye la instrucción pública de corte sobre todo en Estado periféricos, con modelos productivos republicano, en la que la transmisión muy endebles y terciarizados como el de conocimiento es clave para la igualnuestro. La disputa por una Europa dad de oportunidades, por una especie mucho más social y muchos menos El marco confederal implica de aprendizaje por proyectos. Y eso neoliberal puede y debe darse, sobre desigualdad y privilegio tiene un efecto social claro: la segregatodo porque afrontamos retos democión de los más pobres. Si devaluamos cráticos, medioambientales o de desila educación pública y luego echamos gualdad que sobrepasan el ámbito de al alumno, con unos títulos completaactuación del Estado-nación. Y todo mente diluidos, a un mercado laboral precarizado y uberizado, ello no es incompatible con una política internacional que poestamos en el fondo privatizando la educación pública. Las elitencie las relaciones iberoamericanas de España, los lazos metes económicas siempre tendrán ingentes recursos para diterráneos y con el sur de Europa. encontrar sistemas de educación de elite. El fundamentalismo También desde Europa y desde la propia izquierda, debe conde cierto pedagogismo le hace el juego claramente al neolibedenarse, con mucha mayor firmeza que la mostrada hasta el ralismo en la descomposición de la escuela pública, devaluanmomento, la vulneración de derecho internacional y los terrido aún más la igualdad de oportunidades. bles crímenes que se están cometiendo en Gaza, que son totalmente inaceptables; y decir esto no es asumir posición antise—Señalas que la izquierda ha abandonado su vocación transmita alguna ni tener simpatía por Hamas. formadora respecto a las estructuras sociales y económicas del —¿La izquierda debe ser laica? ¿Qué significa para ti ser laico presente. Pero ¿de verdad crees posible, de forma realista, una hoy en día? transformación socialista de esas estructuras en nuestro país o

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—Sí, el laicismo es un principio esencial de una comunidad de Manuel Sacristán, representante de una izquierda ilustrapolítica democrática. Los privilegios fiscales y económicos da y racionalista con aportaciones imprescindibles sobre de cualquier institución religiosa, incluyendo los que se derisocialismo, republicanismo, marxismo analítico, teoría de la van del Concordato, son impresentables. Cualquier concepdemocracia e incompatibilidad entre nacionalismo e izción republicana, por cierto, debe tener quierda. esto claro. La igualación acordada en la Juan Francisco Martín Seco, uno de anterior legislatura en la exención fiscal los mejores economistas de nuestro El legítimo derecho de todas las confesiones religiosas es país, que tanto me ha enseñado sobre a la diferencia un escándalo. Igualmente lo es que alpensiones, impuestos, política econo autoriza la gunos partidos, como ERC, llegaron a nómica y análisis crítico de la unión defender que todos los credos religiomonetaria, fue mano derecha en su diferencia de derechos sos deben tener espacio en la escuela día de Julio Anguita, y uno de los mepública. Debe ser justo al revés: la forjores representantes de una socialmación religiosa corresponde a espacios ajenos a la instrucdemocracia verdaderamente coherente e igualitaria ante el ción pública. naufragio socioliberal de la tercera vía.

Son los dos una verdadera inspiración para Izquierda Es—Una persona, muy admirada por ti, también por mí, al que pañola. citas muchas veces: Julio Anguita. ¿Qué representa para una persona joven como tú la figura política e histórica del que fuera —¿Izquierda española se presentará a las próximas elecciones coordinador general de Izquierda Unida y secretario general del europeas?

PCE? —Izquierda Española se presentará a las elecciones europe—Julio Anguita fue un político a mi juicio honesto, referente en as, por supuesto. La necesidad de una izquierda verdaderamuchos aspectos de la política española, acertado en su crítica mente igualitaria ante las derivas identitarias, particularistas a Maastricht, no por un antieuropeísmo trasnochado, sino prey nacionalistas de la izquierda oficial es clara. Creo que una cisamente por una cuestión perfectamente vigente y sosteninecesidad estructural, que va mucho más allá de los desvable hoy: para que una unión monetaria funcione, necesitamos ríos de este gobierno o de las elecciones europeas, por eso una estructura fiscal y presupuestaria integrada, una verdadecreo francamente que una opción política así viene para ra unión fiscal que sigue sin conformarse en Europa. No podequedarse. mos generar un espacio de libre circulación de capitales, con Un último comentario, que quizás ejemplifica a la perfección los desequilibrios que eso genera, sin la estructura de una por qué Izquierda Española es a mi juicio imprescindible: Hacienda común. Tener paraísos fiscales de facto en la UE es Francisco Cabrillo, en El Mundo del 17 de febrero, apuesta por un escándalo, y eso debemos decirlo quienes creemos que un una propuesta clásica del liberalismo económico; a saber: feespacio de integración supranacional es necesario para aborderalismo fiscal, descentralización tributaria total, capacidad dar retos globales como los climáticos, la desigualdad, la connormativa de cada CCAA para tener su IRPF y, en consecuencentración de capital o las transformaciones tecnológicas. cia, competir fiscalmente a la baja. El objetivo es reducir a cero Acertó también como sostén de un discurso socioeconómila progresividad fiscal. Para eso, ellos necesitan un modelo de co de izquierda en un momento de dilución de la socialdemoconfederalismo fiscal y libre circulación de capitales; mientras cracia en la tercería vía que se había impuesto en el PSOE, con que nosotros necesitamos una izquierda que no sea cómplice. Y la salida de sus representantes socialdemócratas más genuinos la que hoy tenemos, por complejos nacionales, cortoplacismo como Martín Seco o Luis de Velasco. electoral o naufragio identitario y confusión de la diversidad Sin embargo, Julio Anguita se equivocó en el pacto de Escultural con la diferencia de derechos, es cooperadora necesatella-Lizarra, y en la cuestión territorial tuvo posiciones confuria de propuestas fiscales como las de Cabrillo o Ayuso. Izquiersas, no siempre en la línea de la defensa de la igualdad. da Española combate frontalmente ese disparate.

—El prólogo de tu libro ha sido escrito por Juan Francisco Martín Seco y el epílogo por Félix Ovejero. ¿Qué representan para la izquierda de la que formas parte Martín Seco y Ovejero?

—Félix Ovejero es un pensador fascinante, discípulo brillante

—¿Quieres añadir algo más?

—Es siempre un honor para mí encontrarnos en las páginas de El Viejo Topo. Mucho ánimo con vuestro trabajo y muchas gracias ■

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Artículo ilustrado con imágenes de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF). Madrid, 2023

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Dinero, mucho dinero para la guerra por Eduardo Luque

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l gasto militar sigue aumentando… Sin embargo, no conocemos con exactitud el presupuesto destinado al ámbito militar. Existe opacidad y formas indirectas de financiar la maquinaria de guerra. Además de corrupción y mucha ineficiencia

Se atribuye a Joaquín Costa el líder e ideólogo del movimiento “regeneracionista” la expresión: “Escuela, despensa y siete llaves al sepulcro del Cid”. Según el autor de la frase, España había fracasado como estado guerrero tras la debacle militar de 1898. La crítica que realizaba el autor a los costes desmesurados de la guerra de Cuba se repite hoy como un eco casi siglo y medio después. La cosa militar en nuestro país siempre ha estado reservada a una casta dispuesta a defender los intereses de los grupos poderosos. Es por ello que el sistema capitalista no trata mal a la alta oficialidad, puesto que ésta, en algún momento, ha de servir como barrera frente a la revuelta social.

Nuestra historia está plagada de golpes de Estado y guerras civiles promovidas en la mayoría de los casos por las clases pudientes dispuestas a todo por mantener sus privilegios.

La democracia española –lo narra con especial maestría Joan E. Garcés en su libro Soberanos e intervenidos– se siente permanente vigilada por aquellos miembros de la casta que se arrogan el papel de “garantes últimos de los intereses de España”. Es por ésta y por otras razones que conocer cuál es el presupuesto de defensa –es decir, el gasto en armas y afines– ha sido históricamente como completar los doce trabajos de Hércules. Las cifras reales, que no las oficiales, están guardadas bajo siete llaves y siete candados. No es porque protejan un secreto militar sino porque, en muchas ocasiones, esos presupuestos ocultaban operaciones nada edificantes. La defensa y

la guerra son nidos de corrupción, y no solo en nuestro país, también en prácticamente en todos los países del mundo. Así, los desfalcos que de tanto en tanto asoman, la corrupción, los sobrecostes y los desfases presupuestarios han sido y son, desgraciadamente un hecho cotidiano.

El penúltimo escándalo acabó imputando en 2023 a un teniente general de la Guardia Civil, el más alto grado militar tras el Rey. Se le acusa de irregularidades en la contratación de obras para más de una decena de cuarteles. No olvidemos que la Guardia Civil tiene un carácter militar, por lo que depende del Ministerio de Defensa. Peor si cabe fue el escándalo de la joya de la tecnología de los astilleros de Navantia. Hace siete años se iniciaba la construcción del “novísimo” submarino S80, un navío que, una vez entregado a la Armada, se vio que sólo cumplía la mitad de su cometido: era capaz de sumergirse, pero no de emerger; afortunadamente para la tripulación no fue probado en mar abierto. Un fallo estructural en el diseño le hubiera impedido ascender desde el fondo, por lo que hubo que rehacerlo todo. Se resolvió el problema alargando la eslora para mejorar la flotabilidad, pero entonces advirtieron que, al ser más largo, no cabía en el astillero y hubo que alargar éste. Esperamos el momento en que se indique quién es el autor del desaguisado y se deriven las responsabilidades correspondientes, aunque no tememos que el expediente se cierre como “los siete sellos que nadie podía abrir” (Apocalipsis

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5:1-14). Es por ello muy importante el trabajo de organizaciones como Centre Delàs d’Estudis per la Pau, que aportan algo de claridad sobre el despilfarro militar y las artimañas que utilizan para ocultar las cifras.

Pero como se dice, “mal de muchos, consuelo de tontos”; y a este refrán auto justificativo acudió algún alto oficial intentando explicar el fiasco de Navantia. Efectivamente no somos los únicos, ni siquiera somos alumnos aventajados. Todas las grandes naciones, especialmente las Occidentales, acumulan en las dos últimas décadas un reguero de fracasos estrepitosos.

La necesidad de abaratar costes para pagar a los intermediarios, la subcontratación de la subcontratación y la falta de control hacen que de tanto en tanto nos enteremos de detalles dignos de la guerra de “Gila”. La cortina de oscuridad con la que los gobiernos suelen ocultar los escándalos asegura la impuni-

dad de los responsables. Por ejemplo, el Reino Unido construyó un portaaviones destinado a ser la “joya de la corona” de su Marina: el Queen Elizabeth debería ser la imagen del renovado Imperio inglés. Es un navío enorme… pero, a pesar de ser un portaaviones, carece de ellos: sólo tiene 8 de los 48 previstos;

tructores porque no puede pagar al personal. ¿Y qué decir de la serie de buques de combate litoral (Litoral Combat Ship o LCS) de la clase Freedom, de la Armada de los Estados Unidos? Su costo era tan abrumador que la dotación de misiles por barco tuvo que ser reducida y, por si fuera poco, se dieron cuenta “en pleno proceso de producción” que los buques no tenían defensas antiaéreas eficientes. Otro ejemplo sonado del capitalismo de amiguetes ligado a la guerra ha sido el desarrollo del F-35 de la empresa norteamericana Lockheed-Martin, con un costo de más de 400.000 millones de dólares. Tras 15 años de diseño y proyectos fracasados aún no han resuelto la multitud de problemas arrastra y que la hacen inútil para las misiones previstas.

La máquina militar occidental es enormemente cara y enormemente ineficiente. ¿Cómo entender que un pueblo extremadamente pobre como Yemen sea capaz de plantar cara a Estados Unidos e Inglaterra en el golfo de Adén? Sólo para que tengamos un dato: un misil antiaéreo norteamericano lanzado desde una fragata cuesta 2.000.000 de dólares, mientras que un dron yemení no llega a 2.000. Todo este despilfarro militar no ha servido para nada: los yemeníes siguen atacando barcos mercantes con destino a Israel.

Este abanico de datos abre una reflexión: el PIB de Rusia y Bilelorrusia juntos representan el 3,3% del PIB acumulado de los países de la OTAN y aliados, y, sin embargo, los arsenales occidentales pueden quedar vacíos si se siguen proporcionando armas a fin de mantener operativo el ejército ucraniano.

Expositor de Airbus en la FEINDEF

Expositor de General Dynamics en la FEINDEF

aunque, eso sí, está tan sobrado de averías que ha de canibalizar las piezas de su hermano gemelo el Príncipe de Gales. Los dos buques han costado la friolera de 8.300 millones de libras esterlinas. Y mientras, la Royal Navy desguaza fragatas y des-

Mientras, el ejército ruso es capaz de disparar en un sólo día tantos obuses como los producidos en todo un mes por todos los países de la OTAN juntos.

La guerra es una ocupación cara. El equipo de combate que

Nuestro país ha entrado en una renovada carrera de armamentos

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Margarita Robles, Ministra de Defensa, inaugurando la FEINDEF

transporta un soldado israelí vale de media de 25.000 a 90.000 euros en función del tipo de unidad y características. Asimismo, el gobierno estadounidense gastaba unos 2.100.000 dólares al año por cada soldado desplegado en Afganistán. Todo un desatino. Según cifras oficiales, el costo del despliegue militar español en ese país asiático, al margen de las pensiones (tuvimos 102 muertes en el operativo), alcanzó los 4.000 millones de euros. Vendrían a ser unos 180.000 euros por soldado al año, y eso sin contar que al soldado se le resta cierta cantidad de su sueldo en concepto de uniforme, comida, IRPF o sanidad.

Nuestro país ha entrado, por imposición de la OTAN y de la UE (su brazo político), en una renovada carrera de armamentos. Nos dicen que el objetivo es invertir el 2% del PIB. La realidad es otra muy distinta: el actual gobierno oculta los costos reales de nuestra inversión, por ejemplo en el conflicto de Ucrania. Hemos de reconocer que los métodos son creativos.

Por señalar un caso: participamos en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD). Esta institución ha comprometido financiación para Ucrania por valor de 3.000 millones de euros en el período comprendido entre el 2022 y 2023.

El 13 de abril del 2023, la exministra de Hacienda Nadia Calviño firmaba otro acuerdo con el BERD por el que España aportará garantías por valor de 100 millones de euros para ayudar a los municipios ucranianos. Si estos no devuelven el crédito, España responderá con sus activos. Mucho nos tememos que casi siempre serán las pensiones públicas las que se utilicen como garantía en caso de impago. Como señalamos en anteriores reflexiones, ni el Departamento de Estado de Estados Unidos, ni la UE, ni la OTAN ni el Fondo Monetario Internacional auditarán las cuentas del gobierno de Zelensky. La

corrupción es de tal magnitud que gran parte de las aportaciones realizadas son desviadas a bolsillos particulares.

Nadie en el parlamento ni el senado pareció darse cuenta. Los unos porque están de acuerdo, los otros porque no quieren malquistarse con los primeros.

En el edificio de la carrera de San Jerónimo, el Congreso de los Diputados, están entretenidos con historias de amnistías y banderolas. Aún esperamos que alguien nos indique cuál es el coste para el erario público. ¿Cuánto vamos a recortar de servicios sociales para apoyar a un dictador como Zelensky, que ha encarcelado a gran parte de la oposición y además no convocará nuevas elecciones?

Además de las ayudas ya referidas, el Fondo Monetario Internacional analizó la posibilidad de apoyar con otros 60.000 millones de euros al régimen de Zelensky.

El proyecto se completó una vez superado el veto húngaro. El primer ministro francés habló de proporcionalidad. Según sus cuentas, Francia abonará algo más de 8.000 millones de euros.

Los húngaros, a pesar de las enormes presiones sufridas, supieron aprovechar la coyuntura y, apoyándose en el argumento de defender su soberanía, acabaron por no aportar nada a este fondo y recibieron cantidades que le adeudaba la propia UE. Evidentemente la señora Ursula von der Leyen ha señalado que ese no es el ejemplo que seguir.

El actual gobierno oculta los costos reales de nuestra inversión Otro coste añadido en esa guerra, y del que ignoramos la aportación española para el 2024, ha sido el Fondo Europeo para la Paz. El mes de abril del año pasado supimos que nuestro país aportaría 320 millones de euros. En el mes de agosto se fijó que el monto económico de este fondo para ejercicios sucesivos rondaría los 20.000 millones de euros en varios ejercicios. Todo ello es dinero aportado para Kiev. Josep Borrell, en otra de sus memorables frases, pidió que el fondo se denominase a partir de ahora “Fondo para la defensa de Ucrania”.

El sistema de financiación para la guerra es enormemente complejo e intrincado. Se parte de una premisa: cuantos más conflictos haya, cuantas más guerras existan, más rentable es la industria militar. Hacia ese destino se dirige parte de nuestro dinero. Sin darnos cuenta sufragamos el esfuerzo bélico a

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Robot de Alisys Dinamics en la FEINDEF

través de nuestras actividades financieras más comunes. La venta de bonos o acciones, la contratación de seguros…. o ingresando nuestros ahorros en Fondos de Pensiones privados.

Esto es así porque la actividad financiera en general carece de controles éticos por parte de sus inversores, o incluso del propio Estado.

Especial significación tienen los Fondos Privados de Pensiones. En otros países de la UE muchos fondos soberanos son controlados por sus inversores y están obligados a moverse bajo unos principios éticos que impiden la inversión en la industria militar. El Fondo Soberano Noruego, uno de los mayores del mundo, es un ejemplo elocuente. En nuestro país no es así, y la falta de ética económica de la gran banca es de sobras conocida. Tenemos múltiples ejemplos: desde la estafa con las preferentes, las cláusulas suelo, las hipotecas con IRPH, al exceso de comisiones cobradas a los clientes que se ha denunciado ahora en Reino Unido… y un largo etcétera. El escaso o nulo interés de las grandes entidades por respetar determinados códigos morales es la norma, no la excepción. El negocio de la muerte financiado con nuestro dinero alcanza hoy tasas de rentabilidad extraordinarias.

El informe del Centre Delàs, al que antes hemos hecho referencia, identifica un total de 25 aseguradoras que invierten unos 29.767 millones de euros en industrias relacionadas con las armas. Existen también 19 fondos de inversión que tienen activos colocados en empresas armamentísticas. En el período ubicado entre 2014 y 2019, habían invertido 11.969 millones de euros. Las pensiones privadas son otra fuente muy importante de ingresos para la industria militar, puesto que aportaron unos 31.000 millones de euros. Existen, y es justo decirlo, op-

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ciones éticas para el sector asegurador, aunque muy limitadas.

El gobierno utiliza otras líneas presupuestarias para incrementar la financiación del Ministerio de Defensa o colaborar con la guerra en Ucrania, y que pasan inadvertidas. En ocasiones es avalando créditos, como ya hemos señalado. En otras ocasiones es el ministerio de Industria quien adelanta dinero para la construcción de navíos (fragatas F-100), aviones (Eurofigther) o carros de combate a cargo de presupuestos futuros. Por ejemplo, si vamos al BOE (Real Decreto 1008/2022, de 5 de diciembre), veremos las normas reguladoras de la concesión directa de un préstamo a la empresa Airbus Defence and Space, S.A.U., para el programa Euromale RPAS. Así, el Ministerio de Defensa dice gastar menos de lo que realmente invierte. En otras ocasiones el presupuesto de investigación más desarrollo (I+D) también se dedica a Defensa, al igual que una parte de los fondos Next Generation que gestionan las grandes plataformas financieras y que suelen estar más allá del escrutinio público. Incluso se han dado casos donde el I+D dedicado a enseñanza ha servido para programas de promoción de las Fuerzas Armadas.

El peso de lo “militar” se convierte en una rémora para el desarrollo social Otra forma de financiar la guerra es por medio de la aportación directa al presupuesto de la OTAN: un 5,9% entre 2021 y 2024.

Una aportación que, por otra parte, resulta engañosa, pues los barcos construidos ahora (se anuncia una nueva inversión en Navantia por valor de 439 millones de euros) se ponen a disposición de la OTAN, igual que los aviones de combate comprometidos con EEUU (que no se usarán para defender las costas de las islas Canarias, como se dijo, sino para integrarlos en los escuadrones diseminados por Lituania o Rumanía). Por otra parte, lanzados a esta política de ocultamiento que ayuda a reducir el peso del presupuesto del Ministerio de Defensa, Pedro Sánchez, al reestructurar los ministerios en 2020, creó el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que absorbió los costos y gestión de las pensiones de las Fuerzas de Seguridad del Estado. De manera que, de cara a la opinión pública, las partidas presupuestarias de Defensa se mantenían a niveles razonables, mientras que era la Seguridad Social quien tenía que asumir los costos de los nuevos compromisos.

Vivimos en Estados donde el peso de lo “militar” se convierte en una rémora para el propio desarrollo social. Donde la “casta” que se nutre de las arcas públicas vive oculta bajo un manto de oscuridad, y solo en pocas ocasiones podemos hacer un poco de luz ■

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FilosoFa, que algo queda

Podríamos pensar que existe algún tipo de complejo en los gobernantes de baja estatura. Así, la megalomanía de Napoleón sería una forma de compensar su pequeño tamaño. Y si siguiéramos con este esquema de pensamiento, diríamos que los delirios de grandeza de Macron, dispuesto a repetir la tentativa napoleónica de enviar tropas francesas a combatir contra Rusia, sería el exiguo tamaño de sus capacidades intelectuales.

No obstante, sabemos que los desaciertos de los gobernantes no se explican (o, al menos, no se explican únicamente) por traumas o manías personales.

Tampoco por sus desvaríos, excentricidades o singularidades psicológicas.

Ni siquiera por unas supuestas dotes o aptitudes innatas como estadistas.

Entonces, ¿por medio de qué causas debemos explicar las decisiones, a veces malas decisiones, que toman los gobernantes? Quizá sea más pertinente pensar sus decisiones a través de factores que desbordan las propias figuras de los gobernantes y que, por lo tanto, refieren al contexto en el que se hayan inmersos.

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FilosoFa, que algo queda

Macron se va a la guerra por Miguel Candel

«Marlborough s’en va-t-en guerre», cantaban a raíz de la batalla de Malplaquet (1709) los niños franceses. Y tiempo después fueron imitados, en versión «castiza», por los españoles partidarios de Felipe de Anjou o de Borbón, el pretendiente legítimo (designado por Carlos II, el último rey Habsburgo) a la corona española. La cancioncilla, por supuesto, era burlesca (los franceses, derrotados en Malplaquet, creyeron erróneamente durante un tiempo que el comandante inglés, John Churchill, duque de Marlborough –y antepasado del célebre sir Winston, salvador de Franco en Potsdam–, había perecido en el combate, y aliviaban a base de recochineo el mal sabor de la derrota).

Pues bien, no sabemos si sobre Macron, que en su país no goza, que digamos, de gran predicamento, correrán cancioncillas similares para burla y escarnio del llamamiento hecho por el presidente francés a la movilización de tropas europeas para combatir contra la Federación de Rusia en Ucrania.

Quienes creyeron en su momento que con Sarkozy se agotaba el cupo de presidentes grotescos de la gloriosa République han demostrado estar muy equivocados (Hollande el Gris Ceniza ni siquiera merece el calificativo de grotesco, que, pese a todo, connota cierta «grandeur», aunque sea en lo ridículo).

Algún imitador de nuestro ilustre Gregorio Marañón debería escribir un ensayo, ilustrado con ejemplos históricos, sobre las nefastas consecuencias que tiene para la humanidad el complejo de inferioridad de los bajitos (en versión «organismos no gestantes», por supuesto) cuando llegan al poder.

Remember Franquito (así consta que llamaban al sanguinario dictador ferrolano sus no menos sanguinarios conmilitones).

Vistos los numerosos ejemplos al respecto que brinda la historia, resulta extraño que los sabios antiguos que a la hora de estudiar los caracteres humanos fueron, a diferencia de Teofrasto de Ereso, más allá de la descripción del comportamiento y trataron de ahondar en sus causas, se limitaran a ver

éstas en las diversas proporciones de los cuatro «humores» señalados por Hipócrates de Cos (sangre, linfa, bilis y bilis negra o atrabilis) en el cuerpo humano. Teoría, obviamente, más que superada, pero en algunos de cuyos aspectos reinciden, mutatis mutandis, caracteriólogos modernos como el filósofo francés René Le Senne (1882-1954). Quizá una clasificación que tuviera en cuenta aspectos más fenotípicos o externos, como las proporciones corporales, por ejemplo, sería de más utilidad. No porque esos rasgos ejerzan algún tipo de causalidad directa sobre el comportamiento (cosa harto improbable, salvo en lo relativo al ejercicio físico), sino por la influencia indirecta que puedan tener a través de la percepción que el sujeto adquiere de sí mismo y el consiguiente mayor o menor grado de autosatisfacción o frustración y resentimiento.

Dicho sea esto sin dejar de prevenir contra la tentación, hoy tan en boga, de reducir las causas de importantes acontecimientos políticos a las pasiones, errores de cálculo o simples manías personales de los dirigentes. No es que las acciones de ciertos individuos (movidas por pasiones, cálculos o manías) no tengan ninguna trascendencia. La tienen, sobre todo, si esos individuos detentan los resortes del poder. Pero la relación causa-efecto suele ir más en el sentido del contexto social y material (causa) hacia la actitud y la acción de los individuos (efecto) que, por el contrario, en el sentido opuesto. Es ejemplo flagrante de inversión de esa verdadera relación causal el tópico, tan de actualidad, consistente en atribuir a la –supuestamente malévola– voluntad del presidente Putin la terrible situación bélica que se está viviendo en Ucrania y su entorno.

Pero los diez años de guerra (no dos, como se dice habitualmente, porque todo empezó en 2014, como ha reconocido el mismísimo secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg) que viene padeciendo la región obedecen a un cúmulo de causas, ninguna de las cuales tiene que ver con la presunta voluntad de Vladímir Putin de restaurar el imperio de los zares o la

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malograda Unión Soviética (de heEntre los merecedores de ese premio cho se atribuye el presidente runo se encuentra, por descontado, el so la frase: «Quien en Rusia presidente Macron, que en su E STA GUERRA PERMITIRÁ METER EN no añore la Unión Soviética momento lamentó ver a la OTAN CINTURA A LAS «MALCRIADAS» no tiene corazón, pero el en estado de «muerte cerebral» POBLACIONES EUROPEAS que quiera restaurarla no y, por tanto, sabe perfectamente tiene cabeza»). de qué va el juego, pese a los apaLa única causa rusa de la tragerentes bandazos en sus declaraciones dia ucraniana es la comsobre el conflicto. En prensible voluntad de su mente de gris buródirigentes y población crata con pretensiorusos de no ver a su país nes, impregnada hasta crecientemente amenala médula de todos los zado de muerte por la dogmas neoliberales, continua expansión de predomina sin duda la la OTAN hacia el coraidea, compartida por zón mismo de su territodos los halcones de torio. Porque si después la Unión Europea (en de lo visto en Afganisla que no parece quetán, Libia y, sobre todo, dar ninguna paloma, la antigua Yugoslavia, como no sean los desigue alguien creyendo nostados primeros mique la Organización del nistros de Hungría y Tratado del Atlántico Eslovaquia), de que esMacron visita la base naval de Cherbourg. Enero de 2024 Norte no tiene otros fines ta guerra es una ocasión que el meramente defenpintiparada para meter sivo de proteger contra en cintura a las «malcriaagresiones externas a los países ribereños del Atlántico septendas» poblaciones europeas mediante severos ajustes económitrional, como quiere dar a entender su nombre, merece con cos que no habrá más remedio que aceptar como precio del creces el Nobel de Papanatismo Integral. rearme necesario para hacer frente a las previsibles «agresiones

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rusas». La estrategia, tan poco brillansirvienta la UE no son todo lo que hay te como el caletre del canciller y respira en esta amenazada alemán Scholz, tiene para los biosfera. Nos queda el llamaM ACRON LAMENTÓ VER A LA OTAN intereses que éste defiende do Sur Global y sus aliados, la ventaja de que el ajuste Rusia y China, que repreEN ESTADO DE quizá deje en segundo plasentan a la gran mayoría de «MUERTE CEREBRAL» no ante la mal llamada «opila población mundial y alnión pública» el galopante declibergan la mayor parte de los reve de la economía alemana y, con ella, cursos materiales del planeta. Y sí, la de la economía eupolítica dominante ropea en su conen la mayor parte junto. ¿Existe, por del globo es deplocierto, algún precerable, pero, por lo dente histórico en recién apuntado y que el gobierno de porque en el fondo un país mire para la gran mayoría de otro lado cuando la gente es de «bueun país «amigo» le na pasta» (de lo destruye una de sus contrario ya nos haprincipales y más bríamos au todes económicas fuentruido por completes de abasteci to), podemos decir, miento energético? con el pensador esLo de «mirar para tadounidense Ralph otro lado» quizá sea Waldo Emerson en una expresión desu ensayo de 1850 masiado caritatiso bre Montaigne: Macron y Scholz, capataces de la OTAN en la UE va, porque a veces «Aun cuando en da la impresión de toda lucha política que el gobierno aletriunfan los granumán, en una exhibijas, aunque la soción insuperable de ciedad parece pam a s o q u i s m o, s e sar de las manos siente incluso agrade una banda de decido por el atencriminales a las de tado a los intereses otra banda de cridel país. De modo minales con la misque, aunque hayama velocidad con mos personalizado la que cambia el en Macron la crítica gobierno, y auna una política euroque la marcha de pea que en realila civilización es dad es claramente anuna sucesión de feSegún el ''Institut CSA'', el 76% de los franceses se oponen al envío de tropas militares contra Rusia ti-europea, justo es relonías, con todo, en conocer que Monsieur cierto modo, se acMacron no es ni mucho menos el único mandatario europeo túa en respuesta a unos fines generales». (Bueno, tampoco hay que «no da la talla». que olvidar que Emerson está considerado el mayor filósofo Por suerte para el mundo, lo cierto es que la OTAN y su fiel idealista de los Estados Unidos…)■

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Independencia nacional, socialismo y lucha por elmultipolarismo por Leonardo Sinigaglia

P

ara los lectores de El Viejo Topo, sintetizamos y traducimos al español un artículo publicado originalmente en l’AntiDiplomatico, donde se exponen los motivos por los que la lucha por un mundo multipolar sería el camino para el socialismo.

La transición hacia un mundo multipolar es hoy uno de los temas más debatidos y actuales dentro del escenario político internacional.

Lo que hasta hace unos años representaba un fenómeno que en Occidente se intuía sólo para unos pocos individuos y organizaciones, ahora se ha convertido en algo claro y objetivo. Como ha reiterado repetidamente el presidente Xi Jinping, nos enfrentamos a cambios nunca experimentados en un siglo, una transición de fase profunda destinada a definir las décadas venideras.

Este cambio está asociado a una contradicción: la que existe entre el impulso a la multipolarización en el mundo y el imperialismo hegemónico estadounidense. Este choque se define en Occidente principalmente de tres maneras: 1) el intento de construir una hegemonía alternativa, de la cual el orden liberal debería defenderse; 2) la lucha entre “imperialismos opuestos”, igualmente reaccionarios y alejados de los intereses de la clase trabajadora; 3) un conflicto desestabilizador que sólo puede abrir colateralmente espacios de acción política para el “movimiento comunista”. Estas tres visiones son fundamentalmente erróneas, y son expresión, aunque en diferentes grados y formas, de la adhesión ideológica y material al sistema imperialista y a la incapacidad de pensar de otra manera con respecto a sus perspectivas ideológicas.

El multipolarismo es la negación de la hegemonía El sistema liberal-burgués no es capaz ni está interesado en comprender cómo pueden existir mentalidades distintas a la depredadora que lo caracteriza.

Por lo que es inconcebible la idea de que un país no vea el contexto internacional como un ámbito estrictamente competitivo en el que necesariamente necesita luchar por la hegemonía para sobrevivir. Esta visión es en realidad un reflejo ideológico de la dinámica estructural del capitalismo. De la misma manera que la prevalencia de mecanismos competitivos no representa un reflejo de la “naturaleza humana” sino de la mecánica del capitalismo, las presiones hegemónicas en las relaciones entre pueblos y Estados manifiestan una tendencia que no es inevitable, pero sí necesariamente conectada con el poder político de la burguesía. Presentar el impulso hacia el multipolarismo como un intento de reemplazar la hegemonía liberal por una forma hegemónica nueva es algo que responde a una propaganda encaminada a caracterizar el posible desarrollo de las relaciones internacionales como una configuración peor que la actual.

Esto es perfectamente comprensible en los países del Sur del mundo, donde, ante la crueldad de las intervenciones militares y los daños incalculables de las “reformas estructurales” impuestas por el Fondo Monetario Internacional, cualquier char-

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El multipolarismo se basa la atlantista sobre la “trampa de la mente por la supuesta “carga del homdeuda china” o la supuesta “agresión bre blanco”, por la misión civilizadora en una nueva rusa” pierde completamente toda fuerdel liberalismo occidental, moralmente arquitectura internacional za de convicción. En esa parte del legitimado en su labor de aniquilación mundo se comprende inmediatasistemática de cualquier oposición exmente que la lucha por el multipolaterna o interna, y de explotación de los rismo no se basa en la búsqueda de una hegemonía alternatiterritorios sometidos. va y más “benevolente”, sino en la construcción de una nueva Este primer período de la fase imperialista del capitalismo, arquitectura internacional cualitativamente diferente que percaracterizado por un “centro” industrializado compuesto por mita una parcial resolución de fricciones y contradicciones una multiplicidad de Estados avanzados, relativamente equivamediante, por un lado, el desarrollo de nuevos instrumentos lentes en términos de poder económico y militar, finalizó bruinternacionales y, por el otro, el respeto internacional de cada talmente con la Primera Guerra Mundial, una explosión de las Estado individual más allá de su peso específico y sus peculiacontradicciones acumuladas por unos países enfrascados en ridades culturales. una competencia cada vez más intensa por recursos, mercados Podemos hablar de una “arquitectura cualitativamente difey espacios útiles para las inversiones en la inmensa “periferia” rente”, ya que la lucha por el multipolarismo no implica una colonial y semicolonial. Por estas razones, como bien lo ilustró simple redistribución del poder entre los diversos grupos capiLenin, cualquier retórica “nacional” destinada a transmitir apotalistas, sino un cambio de fase destinado, salvo acontecimienyo a uno de los dos frentes no era más que propaganda. tos bélicos inesperados, a marcar la entrada de una etapa En el caso de que esta retórica fuera promovida por partidos descendente para el sistema capitalista. escenario para el sistesocialistas, habría constituido una verdadera traición a la clase ma capitalista, un (largo y contradictorio) período de transiobrera, cuyos intereses eran perfectamente distintos de los de ción hacia el establecimiento del socialismo a escala planetacada grupo imperialista. Sin embargo, muchos partidos de la ria. Esto es plenamente comprensible si se tiene en cuenta la Segunda Internacional decidieron apoyar la guerra, refiriéndonaturaleza política de los actores involucrados a la luz de la se a la categoría de “guerra nacional” para explicar el conflicto evolución histórica de la fase imperialista del capitalismo. Esto en curso, manteniendo la mente fija en los conflictos del siglo nos permite desmentir cualquier relato sobre la lucha entre pasado. Pero la situación era profundamente diferente. En el supuestos “imperialismos opuestos”. nuevo contexto de conflicto entre las potencias imperialistas, la consigna de “defensa de la patria” no podría ser reconocida Competencia interimperialista, hegemonía y su antítesis como legítima, ya que sólo podía traducirse en el reconocidialéctica miento de los intereses de la burguesía imperialista.

El capitalismo entró en su fase imperialista en las últimas Durante el conflicto, las potencias imperialistas europeas se décadas del siglo XIX, cuando las necesidades de competencia aniquilaron entre sí. Los pesados tributos de sangre y recursos estratégica, la necesidad de encontrar nuevas salidas para el requeridos por la guerra resultaron excesivos para los regímecapital acumulado en Occidente y la reacción a la crisis de 1873 nes que habían guiado el desarrollo capitalista hasta ese moempujaron a las potencias de la época a la completa división mento: los Imperios Centrales salieron destrozadas y acosados de África, a una penetración más agresiva en el continente por condiciones de paz humillantes e insoportables; los países asiático y, en América del Norte, a la culminación de la marcha de la Entente lograron la victoria, pero a costa de una reconfide los Estados Unidos hacia el oeste. guración de las relaciones entre ambas orillas del AtlántiEste proceso, caracterizado por el predominio del capitalisco. Habiendo roto su relativo aislamiento centenario, Estados mo monopolista y la centralidad de los financieros, condujo a Unidos intervino en Europa con grandes créditos concedidos a la división del mundo entre un pequeño número de Estados los aliados y con una enorme fuerza expedicionaria que rápidominantes y una gran masa de países esclavizados y deudodamente logró cambiar el destino de un conflicto que aún estares, vinculados a los primeros por formas de colonialismo más ba estancado. EEUU salió de esto indemne y con escasas péro menos explícitos, más o menos profundas. La centralización didas, en una posición de relativa prominencia en comparadel poder económico en cada vez menos manos, en unos poción con sus aliados europeos. cos cárteles capaces de reagrupar partes significativas de la Se iniciaba así un nuevo período marcado por la aparición economía mundial, fue acompañada de una jerarquización sin precedentes de un campo dirigido políticamente por internacional aún más pronunciada, justificada ideológicaMoscú que comprendía no sólo el movimiento comunista in-

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ternacional y la clase trabajadora de los países capitalistas, sino también los pueblos oprimidos de las colonias y semicolonias; mientras que el otro campo imperialista, aunque aún dividido internamente, empezaba a consolidarse por el protagonismo global de los Estados Unidos y la preeminencia regional del Imperio japonés, que había visto la oportunidad de ampliar su proyecto colonialista en detrimento de la China continental.

Este período se caracterizará por el auge del fenómeno fascista, una reacción del capital financiero tanto al fortalecimiento del poder y de la organización de las clases subordinadas como a la crisis que, teniendo como momento ejemplar el desplome de la bolsa de Nueva York en 1929, afectará a todo el mundo capitalista, que reaccionará aumentando sus rasgos autoritarios y amplificando la opresión en las colonias y semicolonias, así como la competencia por ellas. Es dentro del fenómeno fascista donde se planifica el proyecto hegemónico de la Alemania nazi, basado en la colonización de los territorios eslavos y la esclavización de sus habitantes, inspirándose en las políticas racistas estadounidenses, proyecto retomado luego en China y Asia Oriental por parte de los japoneses. El surgimiento de este plan hegemónico representará cada vez más una amenaza no sólo para el campo socialista y anticolonial, sino también para otros estados burgueses e imperialistas.

La Alemania nazi, al haber perdido la posibilidad de alcanzar un acuerdo antisoviético, se presentó como una amenaza significativa incluso para los intereses de los otros países capitalistas. Pero fue el campo socialista que asumió una posición claramente antagónica: la contradicción entre la Unión Soviética y la Alemania nazi se hizo más prevalente que las existentes entre la URSS y los demás estados capitalistas. El aumento de las contradicciones entre el hegemonismo nazi, vinculado al de Japón y a la Italia fascista, y el resto de los Estados del mundo condujo al estallido de la Segunda Guerra Mundial, donde los estados del Eje y sus colaboradores combatieron contra el frente antifascista compuesto por los aliados, las fuerzas chinas, la Unión Soviética y los movimientos partisanos.

Este segundo conflicto mundial condujo a resultados similares a los del primero, pero enormemente amplificados en su alcance. Las fronteras del mundo socialista avanzaron enormemente, con la creación de las Democracias Populares de Europa del Este y, más tarde, la proclamación de

la República Popular China: de Berlín a Pyongyang la bandera roja ondeó sin interrupción. Además, en el propio Occidente, los partidos comunistas y las organizaciones sindicales habían liderado la lucha antifascista, adquiriendo una gran autoridad entre las masas y viendo cómo sus filas aumentaban a pasos agigantados, sobre todo en Italia y Francia. Y en todos los países todavía relegados a una situación colonial o semicolonial, las luchas por la independencia fueron galvanizadas por el éxito revolucionario internacional.

Al mismo tiempo, la inferioridad de Europa Occidental respecto a Estados Unidos no sólo se había visto exacerbada por la destrucción y división de Alemania en tiempos de guerra, sino que había sido sancionada formalmente por la creación de organizaciones como la OTAN y el inicio de proyectos eurofederalistas que resultaban el primer paso hacia la integración de toda la zona atlántica dirigida por Washington. La subordinación de los países europeos a Estados Unidos era el principal pilar del proyecto hegemónico estadounidense, fundado económicamente en la primacía del dólar y de los organismos creados en Bretton Woods, y que se perseguía mediante una postura internacional agresiva. En este contexto fue crucial la creación del Estado de Israel en 1948 y el mantenimiento del control sobre Taiwán en 1949 tras la derrota en el continente de los ejércitos de Chiang Kai-shek: estos dos puestos avanzados del imperialismo estadounidense en extremos opuestos de

La alianza entre Mali, Níger y Burkina Faso: un eje de soberanía en África

Asia hicieron posibles las estrategias planeadas de “contención” de la amenaza comunista y anticolonial.

Entramos así en un nuevo período de la fase imperialista del capitalismo, marcado, por un lado, por un campo socialista y

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La población de Níger reclama el apoyo de Rusia frente al intervencionismo francés

anticolonialista relativamente unido y, por otro, por un frente imperialista con marcada cohesión y jerarquización a favor de Washington. La multiplicidad de imperialistas estaba siendo sustituida definitivamente por la hegemonía estadounidense, capaz de superar cualquier empuje autonomista y centrífugo de los países capitalistamente avanzados, como demostrarían las décadas de la segunda mitad del siglo XX. Esta configuración esencialmente bipolar resistió a pesar de las contradicciones en ambos campos desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta finales de los años sesenta, cuando el mundo comunista se vio desbordado por las consecuencias más explícitas de los errores políticos de la dirección soviética jruschoviana, marcados internamente por el repudio a Stalin y a las primeras décadas de la URSS y externamente por una actitud basada en el establecimiento de relaciones desiguales con los demás partidos comunistas y estados socialistas.

La acentuación de estas tendencias conducirá al desarrollo de la “teoría de los tres mundos” de Mao Zedong y Deng Xiaoping: “A juzgar por los cambios en la situación internacional, el mundo hoy está dividido en tres partes, o tres mundos, ambos interconectados y contradictorios entre sí. Estados Unidos y la Unión Soviética conforman el Primer Mundo. Los países en desarrollo de Asia, África y América Latina constituyen el Tercer Mundo. Los países desarrollados entre estos dos conforman el Segundo Mundo”. En la visión propuesta por la República

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Popular China, el Tercer Mundo representaba la principal fuerza de resistencia a los intentos hegemónicos, ya que sus países constituían las principales víctimas del conflicto internacional en términos de soberanía negada y seguridad comprometida. Al mismo tiempo, los países del Segundo Mundo también representaban un aliado potencial, y eso pese a que estuvieran vinculados a una superpotencia o incluso mantuvieran vínculos coloniales con países del Tercer Mundo.

A pesar de ciertos errores extremistas de la dirección china, puede decirse que este análisis reflejaba con suficiente exactitud la situación creada en el campo socialista y las contradicciones abiertas también por la degeneración parahegemónica de la Unión Soviética. Estas contradicciones fueron explotadas por Estados Unidos en la segunda mitad de la década de 1970, en el marco de su violenta contraofensiva como respuesta a la creciente movilización de las clases subalternas en Occidente, la extensión de las luchas por la independencia, la mayor expansión del campo socialista y la crisis general del capitalismo asociada a la decadencia del modelo keynesiano y a la crisis del petróleo de 1973.

Anticipada en un famoso informe de la Comisión Trilateral, la contraofensiva tomó forma con el neoliberalismo encarnado por Reagan y Thatcher, y se caracterizó por una renovada agresividad tanto en los espacios periféricos –golpes de Estado, guerras civiles, prácticas terroristas, apoyo a organizaciones terroristas...– como en el centro del sistema capitalista, con la agresión sistemática contra las conquistas democráticas de la clase obrera. El centro capitalista cambió su naturaleza de industrial a financiero-especulativa, entrando así en una relación aún más estrecha de dependencia, y explotación, con la periferia neocolonial y semicolonial. A ello contribuyó el fin de la convertibilidad del dólar en oro decidido por Nixon y el consiguiente crecimiento exponencial de la deuda pública estadounidense, donde el valor del dólar se garantizaba cada vez más por la posibilidad de su imposición forzosa.

La presión ofensiva y, sobre todo, la degeneración ideológica y de gestión interna condujeron a la desintegración de la Unión

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Soviética. Esto condujo a la entrada terna, marcada por la austeridad y la En 2015 se inicia un período en un nuevo período marcado por la disciplina, y la agresión externa, con de decadencia gradual del imposición de la unipolaridad estanuevas aventuras bélicas e intentos de sistema unipolar dounidense: desaparecido su princisubversión internacional. Pero esta vez, pal antagonista estratégico, pudieal madurar la contradicción entre el ron extender su hegemonía a gran unipolarismo y el impulso a la multipoparte del planeta, imponiendo el llamado “consenso de larización del mundo, el resultado fue diferente. El mundo Washington” y su casi completo monopolio militar, económihabía cambiado, se habían creado nuevas estructuras internaco, ideológico y político sobre la Humanidad. Este periodo se cionales, desde la OCS a los BRICS, y cada vez era más evidencaracterizó por una violencia extrema, con repetidas guerras te el regreso de Rusia a la escena internacional y el crecimiende agresión contra numerosos países, desde Yugoslavia hasta to de las “economías emergentes”, entre ellas la de la República Irak, y una subordinación neocolonial más marcada del contiPopular China, que, gracias al liderazgo del Partido Comunista nente africano al imperialismo. La idea de que el liberalismo Chino, estaba consiguiendo dejar atrás aquel estado de secular occidental liderado por Estados Unidos representaba la culmiinferioridad respecto a Occidente inaugurado por las Guerras nación de la historia de la humanidad se propuso como base del Opio dos siglos antes. ideológica de una visión que evaluaba a cada pueblo y estrucSi bien Estados Unidos logró destruir Libia, garantizar la pretura social en función de su similitud con ese paradigma, renosidencia de Taipéi a los separatistas y promover nuevas agrevando la jerarquización propuesta en el siglo anterior, desposiones diplomáticas y económicas, fue frenado en Ucrania y Sijándola únicamente de su contenido racial y revistiéndola de ria, donde la Federación Rusa, apoyándose en el componente un humanitarismo hipócrita. antifascista ruso y en el gobierno legítimo sirio, logró frustrar Sin embargo, la imposición del sistema unipolar creó su prolos objetivos de los imperialistas impidiendo que Crimea y Dapia antítesis, creando para todos los pueblos de la Tierra una masco cayeran en sus manos. A partir de 2015 entramos en un única amenaza clara e identificable. Ya en 1997, con la Declanuevo período marcado por la decadencia gradual del sistema ración Conjunta Chino-Rusa sobre el Compromiso de Consunipolar. Es significativo ver que a partir de ese año los impetruir un Mundo Multipolar, se puso de manifiesto la tendencia rialistas ya no fueron capaces de lograr victorias estratégicas, de los tiempos y el hecho de que, habiendo alcanzado su cénit, teniendo que conformarse con estancamientos o incluso sienel sistema imperialista que históricamente había evolucionado do derrotados estrepitosamente, como en Venezuela, donde la hasta culminar en la hegemonía estadounidense estaba a punaventura golpista de Guaidó acabó en ridículo, en Irán, un país to de llegar a su fin. que logró defender su independencia y su derecho al desarroA pesar de las victorias obtenidas a principios de la década llo en varias ocasiones, en Yemen, donde, bajo el liderazgo de de 2000 con las campañas de agresión contra Serbia, AfgaAnsarallah, el pueblo no se doblegó ante los salafistas y la agrenistán e Irak y el desarrollo de las primeras “revoluciones de sión saudí, o de nuevo en Turquía, con el fracaso del golpe de colores”, el sistema socioeconómico del imperialismo se mosEstado gülenista proestadounidense. tró cada vez más precario y débil. Prueba de ello fue la crisis El bienio 2021-2022 resultó especialmente significativo, financiera iniciada en 2007, que luego evolucionó hacia una primero con la victoria de la resistencia afgana, y después con crisis sistémica del capitalismo causada precisamente por esa la intervención rusa en el conflicto ucraniano. Este último financiarización que desvincula las ganancias de las actividaacontecimiento representó un verdadero parteaguas, ya que des productivas reales. De ahí surgió un nuevo componente aceleró el proceso de desintegración del sistema unipolar, hegemónico del capital ligado a la “gestión de activos”, y repregalvanizando desde África hasta América del Sur los fermensentado por la tríada Black Rock, State Street y Vanguard, capaz tos independentistas, haciendo cada vez más manifiestas las de controlar participaciones decisivas en la gran mayoría de las contradicciones entre los EEUU y sus países satélites, y entre mayores empresas del mundo, e las direcciones políticas occidentales y inextricablemente ligado económisus respectivas poblaciones, y garantiEstá en marcha una guerra camente al aparato militar y político zando cada vez más fuerza al crecide liberación internacional librada estadounidense. miento de las estructuras internaciopor un frente heterogéneo Una vez más, el sistema capitalista nales multipolares y al proceso de desreaccionó con la militarización indolarización.

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La reanudación de la guerra de inuna mera oportunidad para la acción Hablar de un imperialismo dependencia palestina contra el répolítica.

Pero, para entender esto plenaruso o chino es gimen sionista le ha dado una nueva mente, es necesario comprender la nacompletamente erróneo aceleración a la desintegración del turaleza política de la antítesis del frenmundo unipolar, mostrando clarate unipolarista liderado por EEUU. mente tanto el hundimiento definitivo de la pax americana como la total hipocresía del imperialisEl multipolarismo y sus promotores: un Frente Unido intermo, capaz de pasar fácilmente de la retórica antirrusa más nacional moralista al desprecio total por los miles de niños masacrados El término “Frente Unido” hace referencia a la exitosa y frucen pocos días por las bombas sionistas. tífera adaptación de la estrategia del Frente Popular al contexTeniendo en cuenta la trayectoria histórica del sistema imto chino promovida por Mao Zedong y llevada a cabo por el perialista, su paso de una multiplicidad de centros de poder Partido Comunista Chino (PCCh) desde la segunda mitad de la competidores y equivalentes a una jerarquización estricta en el década de 1930 hasta la actualidad. seno de las propias economías capitalistas avanzadas, obligaEl Frente Único surgió como una alianza, dirigida políticadas a plegarse a la voluntad del hegemón, es evidente que la simente por el PCCh, de las clases revolucionarias, es decir, el tuación contemporánea no puede compararse en lo más míproletariado, el campesinado, la pequeña burguesía y la burnimo con la de 1914 y, en consecuencia, es perfectamente guesía nacional, que, aunque mantenían una divergencia comprensible que el actual enfrentamiento internacional no parcial de intereses, estaban unidas en su oposición al impetenga ningún parecido con la Primera Guerra Mundial. Lo que rialismo, en particular al imperialismo japonés, que en aquel está en marcha no es una guerra por un reparto diferente del momento representaba la principal contradicción para la mundo entre bloques imperialistas, no es un enfrentamiento nación china: “¿Cuál es la tarea táctica fundamental del Parpara decidir quién oprimirá a más naciones, sino una guerra de tido? La creación de un vasto frente único revolucionario naliberación internacional librada por un frente heterogéneo, y cional, nada más. Cuando la situación de la revolución camcon no pocas contradicciones internas, contra el producto bia, la táctica y los métodos de la dirección revolucionaria histórico de la era del imperialismo: los Estados Unidos de deben cambiar en consecuencia. La tarea del imperialismo América. japonés, de los colaboracionistas y de los traidores a la patria Hablar en la actualidad de un imperialismo brasileño, indio es convertir a China en una colonia; nuestra tarea es convero, peor aún, ruso o chino, no sólo es erróneo desde el punto de tir a China en un Estado libre e independiente que goce de vista teórico, ya que ninguno de estos países, ni siquiera los de integridad territorial“1.

Así, el Frente Único incluía no sólo a los proletarios y cammás acusada dirección burguesa, vive gracias a la acción parapesinos, los más sólidos en la lucha por la independencia nasitaria sobre el resto del mundo, sino que está en profunda cional y políticamente más fiables, sino también a diversos antítesis con la realidad tal como es: ningún otro país fuera de sectores burgueses que mostraban un comportamiento más Estados Unidos es capaz de ejercer esa violencia internacional ambiguo y menos inequívoco, pero que se inclinaban, debido inseparable de la naturaleza material de un Estado imperialisa una combinación de intereses materiales y conciencia pata, ningún otro país vive de forma tan cristalina y ejemplar triótica, a oponerse al menos a las manifestaciones más viotodos los privilegios de una existencia parasitaria garantizada lentas y humillantes del imperialismo. La garantía de la direcpor el control de las finanzas especulativas y la hegemonía del cionalidad de la lucha estaba dada por el control político del dólar. Hablar de “imperialismos opuestos”, pese a que parezca PCCh, que habría impedido cualquier desviación hacia comretórica propia de una “ortodoxia marxista”, sólo demuestra la promisos de conveniencia, la eterna tentación de las capas meincapacidad para comprender la situación real en la que se dias y altas de la burguesía. opera políticamente, además de un obsesivo culto a los libros Aunque con obvias diferencias –dado el diferente contexto que lleva a evaluar el presente sólo a la luz del pasado, casi code aplicación y la naturaleza diferente y más compleja de los mo si todo desarrollo de la Historia sólo pudiera ser la repetiactores implicados–, la lucha actual por el multipolarismo pueción cíclica de lo que ya ha sucedido. Pero esto sería una persde verse como una aplicación a escala internacional del mismo pectiva metafísica muy alejada del materialismo dialéctico. principio. Está claro que los intereses de los trabajadores, del Ni que decir tiene que la lucha por el multipolarismo es proproletariado moderno y de la pequeña burguesía, se oponen a gresiva, una manifestación dialéctica del avance de la historia, los del imperialismo estadounidense, pues la globalización y no un enfrentamiento dentro del sistema liberal-burgués o

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dirigida por Estados Unidos ha negado sistemáticamente los intereses de sectores relativamente amplios de la burguesía, los más ligados al contexto nacional y menos competitivos en los mercados mundiales.

En el plano internacional, resulta aún más evidente cómo las necesidades de desarrollo, seguridad y estabilidad que unen a todos los países del mundo se ven materialmente negadas por las prácticas depredadoras del imperialismo estadounidense y sus trabas económicas, políticas e ideológicas. Esto da lugar a una convergencia de intereses que, aunque parcial, es decisiva y responde a la principal contradicción de nuestra época.

Por ello, no es de extrañar que el frente por el multipolarismo incluya países y organizaciones muy diversos: Hezbolá y Venezuela, Rusia y Níger, la República Popular de Corea y Burkina Faso, Siria y Nicaragua, Brasil y Argelia. ¿Quién es el responsable de la dirección política de este movimiento? Aunque la lucha continúa, los hechos se inclinan a favor de la República Popular China, el sujeto más relevante económica y científicamente, el único con una visión política global clara, teóricamente bien definida y, sobre todo, capaz de darle relevancia y autoridad internacional.

El papel preponderante de China se ha logrado a través de las numerosas iniciativas globales promovidas por Xi Jinping, que han despertado un gran interés incluso en las Naciones Unidas, y a través del proyecto de construir una “comunidad humana con un futuro compartido”. Este concepto, que se encuentra con insistencia en los documentos políticos chinos, representa la visión más clara que se produce en la actualidad sobre las tendencias de los tiempos actuales y el camino que debe seguir la Humanidad: una profunda reestructuración de las relaciones internacionales y de los modelos de desarrollo, la adopción de instrumentos democráticos para resolver las contradicciones, la preeminencia de la cooperación mutuamente beneficiosa y de amplio alcance sobre la competencia y el conflicto.

Esto sólo será posible mediante el derrocamiento del sistema imperialista hegemónico estadounidense y, en su lugar, la construcción de una nueva arquitectura internacional desprovista de hegemonías. Sin embargo, esto no significa ciertamente un “fin de la historia” diferente: las contradicciones seguirán existiendo, incluso marcadas, pero lo que cambiará será la fase histórica: la victoria del multipolarismo conducirá a la construcción de una comunidad humana con un futuro comparti-

Hezbollah, una amenaza para Israel

do, un entorno en el que el socialismo podrá desarrollarse y extenderse, progresivamente y como consecuencia del movimiento político de renovación global y de la inmensa liberación de las fuerzas productivas de los grilletes del imperialismo, en un contexto marcado por la independencia y la interdependencia como polos de las relaciones entre los pueblos y los Estados.

El marxista chino Yu Pei describe con precisión esta relación: “La idea de una comunidad global con un futuro compartido es la encarnación de la teoría marxista de la emancipación humana en estas nuevas condiciones históricas, e identifica un objetivo y una dirección para los futuros esfuerzos de la humanidad. En este sentido, la construcción de una comunidad global con un futuro compartido es una etapa que debemos superar si queremos hacer realidad “una comunidad de individuos libres” en el futuro”2.

El análisis de los hechos muestra cómo la lucha por el multipolarismo es concretamente la lucha por la independencia nacional y la lucha por el socialismo. Apoyar la lucha por el multipolarismo es apoyar el desarrollo del socialismo, oponerse a él, independientemente del color con que se pinte, es luchar contra el desarrollo hacia el socialismo de la Humanidad ■

1. Mao Zedong. “On tactics against Japanese imperialism”, en Selected Works, Vol. I, Beijing, Foreign Languages Press, 1965, pp. 162-166.

2. Yu Pei, A Global Community with a Shared Future from a Macro-Historical Perspective, in Qiushi Journal, n. 3 (2019).

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Tecnologías para cambiar el mundo Entrevista a Ekaitz Cancela

por Salvador López Arnal

E

kaitz Cancela Rodríguez (Gurutzeta, 1993) es un periodista y escritor que lleva una década investigando la intersección de las tecnologías y el capitalismo, así como sus expresiones culturales.

Trabaja como editor en la plataforma de curación de contenido The Syllabus. Publica sus artículos en El salto y milita en el nodo vasco Hordago. Entre sus libros: Despertar del sueño tecnológico (Akal, 2019), El TTIP y sus efectos colaterales (Planeta, 2015) y Utopías digitales. Imaginar el fin del capitalismo (Verso, 2023), sobre el que centramos buena parte de esta conversación.

—Mi más sincera enhorabuena por tu ensayo. También podría haberse titulado así: “Nueva vindicación de las utopías emancipatorias (desde un ecosocialismo no utópico)”. ¿Ando muy errado?

—Creo que atinas con que es una “vindicación”. En la Guerra Fría se instaló la utopía de que el mercado es algo así como el mecanismo fundamental de la modernidad, y que es necesario para que se produzca progreso de la sociedad y el avance civilizatorio. Además, algunas de las críticas al marxismo que se desarrollaron durante dicho apogeo neoliberal siguen creando barreras que alejan a las nuevas generaciones del socialismo.

Nuestra tarea intelectual es defender las ideas socialistas desde

coordenadas renovadas, fijándonos en la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y la existencia humana en la tierra. La ecología, pero también el feminismo y otras luchas contemporáneas, sintetizan bien esa idea de emancipación. Exigirlo es garantizar el derecho a elegir el querer ser de esas generaciones, es decir, sus utopías y futuros.

—Defines así la utopía en las primeras líneas del ensayo: “Entiendo las utopías como la acción entusiasta, racional e imaginativa de evaluar las expectativas de futuro posibles; como el motor para una acción revolucionaria que trate de provocar una ruptura en el sistema de poder dominante”. Dos preguntas en una: ¿qué son entonces las utopías digitales? ¿A qué llamas “acción revolucionaria”?

—Las tecnologías digitales serían la forma de que esa utopía ecosocialista consiguiera estabilizarse como mecanismo de coordinación social alternativo; la acción revolucionaria es la ruptura, las rupturas más bien, en el orden actual de las cosas para alcanzar la transformación del sistema en detrimento de la conservación de este presente catastrófico. Sin emociones no existe cambio posible, necesitamos creer que dicha ruptura es una opción, que existe alternativa. Las tecnologías nos permiten visualizar cada detalle del mundo que erijamos sobre las ruinas del capital antes de crearlo, pero también nos permiten gestionarlo. Las utopías existen gracias a la técnica.

Y viceversa.

—Se ha dicho muchas veces en estos últimos años que es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo. En

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cambio, el subtítulo de tu ensayo habla precisamente de —Usas en varias ocasiones el término comunismo. ¿Qué es el “Imaginar el fin del capitalismo”. ¿Podemos imaginar de vercomunismo para ti? dad, racionalmente como tú dices, el fin del capitalismo? ¿Nos —Reformulando las palabras de Morozov, el comunismo sería podemos imaginar “mundos nuevos” que sean consistentes y crear instituciones sociales, culturales y políticas que maximialcanzables? ¿Quién o quiénes pueden ser capaces de hacerlo? zaran la capacidad creativa de los individuos y de los colectivos —Siguiendo la explicación anterior, la imaginación sería la para después colectivizarla con el objetivo de coordinarnos de fuente cognoscitiva de toda acción revolucionaria. Es la matemanera distinta a la ley del valor. Ello debería servir para acaria del pensamiento revolucionario, esa utopía que nos permibar con las jerarquías de clase, género y raza, con la explotata trascender a la forma mercantil. En el libro argumento que ción y la expropiación capitalista, con las tradiciones burguecualquier persona es capaz de hacerlo sas, pero no solo. Al abolir la diferencia y que de hecho lo hace con cada una entre el mercado y la planificación cende sus actividades diarias. Es evidente tral, fuente del callejón sin salida en el Si el socialismo utiliza las que existen relaciones de clase, género que ha entrado el progresismo, se puetecnologías desbloqueará y raza que en muchos casos lo impiden reformular nuevas instituciones la creatividad humana den, y el proyecto neoliberal (patriarpara la clase obrera. En los dos últimos cal, racista y clasista) se encarga de siglos, hemos visto cómo han surgido consolidarlas, pero cuando imaginasindicatos, partidos de masas, librerías, mos también ponemos en funcionamiento nuestra creatividad universidades e incluso Estados de bienestar. El comunismo e ingenio para pensar en cómo hacer las cosas de otra manera. sería utilizar esas infraestructuras en los márgenes, que son a Ocurre con muchas de nuestras acciones rutinarias. El problesu vez sociales y culturales, para planificar la esfera de la liberma es que la única infraestructura moderna, el mercado, está tad, reconocernos como sujetos inacabados (¡al igual que la diseñada para que solo unos pocos puedan conseguir resultamodernidad!) que, de manera colectiva, pueden avanzar, dos (llámalo rentabilidad) con esas innovaciones. El socialismo lograr cosas que antes no existían y sacar lo máximo de sí misdebe utilizar las tecnologías para desbloquear la creatividad mos para un proyecto colectivo. humana del yugo capitalista y colectivizar dicha creatividad. Si el mercado infradesarrolla nuestras capacidades humanas, la —Te cito: “Pero, pese a todo el esfuerzo de la nueva industria culagenda socialista debe pasar por el florecimiento humano. Ese tural estadounidense, la siguiente certeza sigue siendo válida: es el mayor deseo de nuestra generación. Por eso sufrimos sin la existencia de revoluciones en China, o en la antigua Unión tanto cuando se nos niega.

Soviética, sin aquellos experimentos acaecidos en el Sur global durante el pasado siglo para escapar de la dependencia tecnoló—Hablas de la muerte del progreso que, en tu opinión, es barbagica respecto a Estados Unidos y otras tantas revoluciones episrie y destrucción. ¿No es también muchas otras cosas? ¿La emantémicas, la tolerancia al capitalismo sería mucho más elevada”. cipación social debe ser antiprogresista en su opinión o no será? ¿Más aún? ¿No hemos dicho muchas veces que la revolución —Creo que declararse antiprogresista, criminalizar ese térmisoviética finalizó en un desastre sin paliativos? no, es una de las tantas formas en que la izquierda asume la —Creo en la experimentación permanente, no somos sujetos hegemonía neoliberal, así como su campaña de desprestigio con un destino prefijado de antemano, y confío en que cualcontra las posiciones emancipadoras. El proyecto neoliberal, al quier utopía comunista renovada tenga como objetivo garanser un proyecto civilizatorio, trata de generar un cambio en las tizar el derecho a cambiar y a ser flexible, a descubrir nuestro formas de vida para que cada pueblo del mundo interiorice las camino de manera colectiva mediante la construcción de cológicas del mercado globalizado, se presenta como la única nocimiento e iniciativas autónomas. En eso se basa la filosoruta posible hacia la industrialización de las comunidades fía detrás del software libre, por ejemplo. En la posibilidad de locales. A eso le llaman progreso, algo con lo que no estoy en que si alguien detecta algo erróneo, o simplemente mejoraabsoluto de acuerdo. Es más bien una “farsa progresista”, como ble, ese arreglo pueda extenderse y estar disponible para todo explicaba Evgeny Morozov. Desde la izquierda, no podemos el cuerpo social. Ello es aún más notorio ahora, con las posiasumir su visión del progreso como la única existente para bilidades de las redes neuronales detrás de la inteligencia rechazarla después, pues, de esa forma, consolidamos la hegeartificial. Bien entendida, esta tecnología sería una institumonía cultural conservadora y rechazamos que pueda existir ción para acompañar nuestra creatividad, ayudarnos a crear una agenda verdaderamente progresista. sentidos y visiones nuevas sobre el mundo que luego debata-

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mos democrática. Redistribuir el poder político, y no solo el poder económico. Eso es algo que el aparato comunista soviético nunca consiguió.

—¿Qué es el Homo Davos? ¿Un homo faber digitalizado?

—Homo Davos es el sujeto neoliberal por antonomasia: un productor explotado de manera perfecta que gasta hasta el último céntimo ganado con su trabajo en el consumo pasivo de tecnologías digitales privadas. Es, también, y en el caso de la burguesía, la única figura que puede innovar y emprender, pues lo hace a costa de la creatividad del resto. Un “homo faber digitalizado”, diría Marx sobre el animal que hace herramientas, es un ser humano que evoluciona transformando esa realidad gracias a su capacidad creadora. Ahí es donde la inteligencia artificial entraría en escena, a saber, una institución apoyada sobre tecnologías inteligentes diseñada para ayudar al ser humano en su proceso de diseñar nuevas herramientas, y de modificarlas de modo ilimitado, para servir a la voluntad popular. Una máquina que hace máquinas para extender la inteligencia humana, no lo que una serie de parámetros cruzados de manera aleatoria dicen que es conocimiento o inteligencia.

—¿Por qué no debemos ser tecnofóbicos si queremos avanzar hacia la emancipación humana? ¿No es embrutecedora y opresora la todopoderosa tecnología digital en manos capitalistas?

—Es la misma tecnología que garantiza la estabilidad de la burguesía, aquella que puede ponerle fin.

No es buena ni mala, sino resultado de la lucha de clases. Las posiciones tecnofóbicas, o luditas, son poco útiles porque se quedan solo en la primera parte del análisis. Nunca se plantean cómo utilizarla de manera alternativa. Es como decir que una tecnología aplicada al ámbito sanitario para predecir las enfermedades no debería desarrollarse porque Google podría utilizarla para traficar con nuestros datos y cobrarnos por ello.

Bueno, pues tendrás que luchar para que se la quede un hospital público. Por esa regla de tres, deberíamos hacer explotar las vías de trenes por haber facilitado la revolución industrial.

Además, ¿vamos a rechazar las mejoras que han traído los calendarios, las salas de reuniones y las carpetas compartidas en internet porque sean propiedad de Google? Facilitan la gestión de la complejidad humana de manera similar a un semáforo, pero de manera mucho más sofisticada. Hemos de apropiarnos de estas plataformas que facilitan tipos de coordinación no económicas, sino basadas sobre la comunicación, el lenguaje y otro tipo de señales de no mercado. Es la única alternativa.

—Escribes con manifiesta alarma social: “El 80% de la inversión en la renovación de cables submarinos ocurrida durante los últimos años proviene de tan sólo dos gigantes tecnológicos de Estados Unidos, Google y Facebook”. ¿Qué peligros ves en este duopolio tecnológico?

—Según las proyecciones para 2024, Google, Microsoft, Facebook y Amazon tendrán participación colectiva en la propiedad de más de 30 cables submarinos de larga distancia (cada uno, de hasta miles de millas de largo) en todos los continentes del mundo, a excepción de la Antártida. Hace tan solo una década, estas empresas participaban en uno solo de esos cables: Unity, de Google, que unía a Japón con Estados Unidos.

La navegación y el ferrocarril, bases del progreso industrial que

facilitaron la creación del mercado y el comercio mundial, se asienta ahora sobre cables submarinos. Si no recuperamos el control de estas infraestructuras digitales, de la base material, si no las nacionalizamos, Google y Facebook harán posible el nuevo proyecto imperialista de Estados Unidos. Al igual que antaño lo fueron la Submarine Telegraph Co. o la Compañía Británica de las Indias Orientales con las redes telegráficas.

—Te vuelvo a citar: “Parece más acorde con las necesidades humanas diseñar formas más lentas o sociales de inteligencia, es decir, formas de pensar en las tecnologías no orientadas al lucro”. ¿Está a nuestro alcance un programa así? ¿Una idea regulativa más bien?

—Las redes de telecomunicaciones que conocemos en la actualidad comenzaron a erigirse en los ochenta para que las empresas estadounidenses, particularmente aquellas situadas en Wall Street y Hollywood, pudieran llegar a más parte del

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mundo, y más rápido, para seguir creando beneficios. La globalización, así entendida, convirtió nuestras vidas en un frenesí, las sometió a la circulación de mercancías culturales y al dinero. Si llegamos al presente, con las redes sociales y otras plataformas, no es solo que hayan provocado el endeudamiento y la miseria de amplias capas de la sociedad, sino que además han servido, como en el caso de las fake news, para manufacturar la desinformación y la estupidez. Contra el régimen de verdad del neoliberalismo, necesitamos infraestructuras tecnológicas que permitan ritmos más lentos, como los de las bibliotecas o filmotecas. Nuestra inteligencia huma-

na debería apoyarse sobre esas u otras tantas instituciones culturales para orientarse en el siglo XXI y encontrar así las soluciones a los problemas que nos definen como sociedad.

—Señalas que algún día será necesario decidir sobre la potencia informática y computacional que necesita una sociedad organizada de manera distinta al mercado para después producir semiconductores en consecuencia. ¿Quiénes tendrán que tomar esas decisiones? ¿Es posible tomar esas decisiones tan complejas de forma democrática?

—The Economist se quejaba de que «Alemania Oriental ha hecho de la microelectrónica la barricada revolucionaria de los ochenta». En efecto, había obreros jóvenes levantándola, en muchos casos atraídos por los buenos salarios y las nuevas urbanizaciones de la periferia. Esa es una decisión del Estado, que puede encontrar mecanismos de control democrático, por ejemplo, en la propiedad colectiva de las fábricas, a la hora de determinar las necesidades colectivas. Algunos experimentos en aquella dirección sucedieron en el Gobierno de Unidad Popular, cuando Allende nacionalizó la industria. Los trabajadores se involucraron en el diseño de tantas innovaciones que

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no existe siquiera registro. Eran prácticas, difícilmente escalables por las dificultades técnicas, que determinaban la dirección nacional. Ante esta complejidad, Stafford Beer, el cibernético británico que llegó a Chile, insistió en que eso era algo bueno, al menos mientras los ordenadores y las redes nos permitieran sobrevivir a sus efectos. Insisto: democracia es que esas herramientas estén en propiedad de los trabajadores, o de los movimientos sociales, o de los artistas, ciudadanos, en lugar de en propiedad de las grandes corporaciones de Silicon Valley.

—Sostienes que las redes sociales son incapaces de aprovechar el intelecto colectivo de manera verdaderamente productiva. ¿Qué sería aquí “verdaderamente productiva”? ¿Por qué no son capaces?

—Es evidente que el mercado subdesarrolla nuestras capacidades creativas. Aquello verdaderamente productivo es el ingenio colectivo sin las limitaciones impuestas por el capital, siendo capaz de imaginar una nueva base productiva que no solo garantizara la realización de nuestras necesidades, sino que, además, fuera capaz de extraer todo el valor social que se encuentra en lo que realizamos en la esfera opuesta, la de las libertades. El ingenio colectivo no debe servir para alimentar máquinas tragaperras digitales, donde el dinero se intercambia por el scroll, la sucesión de likes, el consumo de series y canciones, de cuerpos y emociones, en parte debido a nuestra condición material, sino para crear formas de vida colectivas, donde se compartan los cuidados o la responsabilidad de cuidar del medioambiente, autoreproducirnos de manera sostenible. Encontrar las formas de hacerlo requiere de una inteligencia mucho mayor que fundar startup de mierda cuya única innovación es una tecnología más sofisticada en la explotación del proletariado, que además deja sin desarrollar toda nuestra potencia colectiva.

—Entre otros pensadores, citas a filósofos ya fallecidos como Hans Jonas o Walter Benjamin. ¿Tienen algo que decirnos para nuestras problemáticas actuales?

—Benjamin nos dice que la única experiencia de nuestra generación es que el capitalismo no morirá de muerte natural y Jonas sugiere que el cometido de la revolución debería ser garantizar el derecho de las próximas generaciones a escoger su futuro o, al menos, no ponerlo en riesgo. También ofrece argu-

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mentos demoledores en favor de la planificación de esos escesobre todo, la capacidad de hacer de la praxis diaria una praxis narios indicando que estas nuevas condiciones políticas exicolectiva aquello que alumbre un todo revolucionario”. gen también una nueva perspectiva ética. En otras palabras, ¿Realismo político, o más bien deseo, voluntad de transformaexistiría el deber de visualizar cómo los actos humanos colección? tivos de hoy afectarán a la calidad de vida de quienes vivirán en —Creo que cada vez estamos más cerca de sentir lo que denoel futuro. Eso no solo requiere una forma distinta de entender la mino el realismo anticapitalista. La causa más frecuente de intersección entre el metabolismo social y la naturaleza, sino una muerte en mi generación es el suicidio. Esa es la única salida nueva concepción del tiempo histórico, digna a la violencia que despliega la como diría Benjamin, que haga saltar por modernidad sobre nuestros cuerpos. los aires el pasado y abra el presente a la Entonces, sentimos la ansiedad, se La tecnología no es buena ni mala, política radical. Otra lección relevante, manifiesta cada vez de manera más sino resultado de la presente en La obra de arte en su época de clara. Pero falta el proceso de politizala reproductibilidad técnica, es aquella por ción que nos permita canalizarla para la cual sería posible contemplar la necesibuscar un afuera. Ahora bien, creo dad de una transformación sistémica mediada por la técnica en que una forma fundamental de hacerlo es el deseo de un munla superestructura antes que en la base. do donde no existan los combustibles fósiles, la explotación laboral y la conquista de todas nuestras esferas vitales por —Un capítulo de tu libro se titula “Estados nación contra el softparte del capital. Es evidente que la voluntad de un mundo alware libre”. ¿El software libre representa un movimiento técnicoternativo se manifiesta en todas las acciones de nuestro día, no científico emancipador? solo en el espacio de trabajo, como dirían los marxistas clási—En un libro sobre la red tecnopolítica Decidim, varios colegas cos. La tarea de dotar de contenido emancipatorio a la esfera dicen algo muy interesante, especialmente para salirnos de de la libertad –y no solo a aglutinar lo existente en significantes cualquier tecno-determinismo: “necesitamos un modelo de vacíos, que diría el populismo– es la lucha de nuestra época. software democrático o participativo que vaya más allá del Las tecnologías son el arma perfecta, no la única, para combasoftware libre”. Y añadían algo más interesante sobre las luchas tir en esa guerrilla. necesarias para superar los procesos prefijados desde el Estado o el mercado sin tener en cuenta nuestra agencia y asentar un —¿Quieres añadir algo más? concepto de la libertad donde prime la socialización de los —Hasta ahora, el comunismo ha desplegado una utopía sobre productos derivados de nuestras capacidades humanas: “neceun futuro donde solo se politiza la esfera de las necesidades. sitamos producir y reproducir formas de vida florecientes…

Las innovaciones en las teorías sobre la planificación de la ecogenerar potencia, crear, explorando las virtudes de la plenitud nomía han sido consistentes y coherentes, además de suponer y la ganancia mutua”. Creo que todo ese ingenio, esa creativiun pilar para pensar la organización social fuera del sistema de dad, que es siempre en tanto que colectiva, debe institucionaprecios y de la reproducción de la forma mercantil. Pero la utolizarse mediante una forma Estado. También que la técnica es pía que Marx comenzó a visionar tiene lugar en la esfera de las un buen mecanismo de coordinación social para llevarlo a libertades. Ambas están más entrelazadas de lo que pensamos, cabo de manera comunal. Cada cual debe llenar permanentecomo han sabido observar mejor los neoliberales que los intemente ese vacío que surge en toda forma democrática de malectuales comunistas. El mercado no es solo un mecanismo nera en que el resto se beneficie. “No sólo cambiamos el munpara asignar y redistribuir recursos, por lo que no bastaría simdo utilizando tecnologías; también cambiamos el mundo plemente con que un poderoso ordenador sustituya al planificreando tecnologías. Y a veces cambiar las tecnologías también cador central para desafiar la hegemonía capitalista. También rehace los mundos”. es un mecanismo de coordinación social, “una infraestructura del ser”, como le llaman algunos neoliberales, diseñada para —Cierras el libro con la que para ti es la única forma de imagialterar la manera en que los sujetos descubren cosas y, en el nar el fin del capitalismo: “Será la acción creativa de tantas y proceso, se cambian a sí mismos. La izquierda debe convertir tantos, la lucha contra el mercado en cada una de las esferas en esa infraestructura en una máquina poderosa de transformar que se despliega este modo de vida, la liberación de los grilletes el mundo, en lugar de seguir adaptándose a él. El resultado del valor de cambio, será la articulación de los individuos en puede ser fatídico, no solo para sus propias filas, sino para el organizaciones radicales gracias a las tecnologías, pero será, planeta ■

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Consuelo Kanaga: negros de Tennessee por Higinio Polo

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n breve recorrido por Instagram confirma que buena parte de la fotografía actual resulta ser una acrítica expresión de autoafirmación en una situación de aparente ostentación. Pero las fotografías de Kanaga son todo lo contrario… Un compromiso con los demás.

Consuelo Kanaga murió en una pequeña población cercana a Nueva York en 1978, tenía 84 años y el mundo la había olvidado. En aquellos días, sus fotografías eran también ignoradas, casi ocultas, hasta que la exposición que le dedicó el Museo de Brooklyn en 1992 las mostró de nuevo. Ese año, Barbara Head Millstein y Sarah M. Lowe publicaron su libro Consuelo Kanaga: An American Photographer para la retrospectiva neoyorquina de una mujer que era una desconocida que parecía surgir de los años de la gran depresión. Kanaga, además de dedicarse a la fotografía, escribió algunos textos y pintó, pero apenas se conoce nada de su pintura. Algunas de sus palabras sepultadas por los años siguen siendo inquietantes: “¿Debe uno siempre convertirse en cautivo para conocer la libertad?“ Nacida en 1894 en Oregón, Kanaga se trasladó a San Francisco en 1915, y en 1922 a Nueva York, pero dos años más tarde volvió a California, para terminar viviendo durante un cuarto de siglo en una pequeña localidad cercana a Nueva York, hasta que se detuvo para siempre. Se casó en 1919 con Evans Davidson pero el matrimonio apenas duró dos años, y en 1923 se unió a Donald Litchfield. Durante su viaje a Túnez en enero de 1928, conoció a James Barry McCarthy, un escritor irlandés con quien se casó dos meses después y decidieron vivir en Nueva York hasta que en 1930 se mudaron a San Francisco. En 1935, McCarthy deja de estar en su vida, y en 1936 Kanaga se casó con el pintor Wallace Putnam, con quien estuvo unida

durante el resto de sus días. En 1940, Kanaga y Putnam compraron una casa en Yorktown Heights, un pueblecito de los alrededores de Nueva York, donde se instalaron doce años después, decisión que, aunque le permitió una vida tranquila, la desvinculó de los barrios neoyorquinos negros y de los territorios del viejo sur esclavista de Estados Unidos que tanto le habían interesado durante su largo combate contra la segregación racial. Allí, en Yorktown Heights, murió Kanaga, y Putnam cedió después al Museo de Brooklyn más de dos mil negativos que su mujer conservaba, algunos pudieron verse en la retrospectiva de Brooklyn de 1992, y en 2024 en el KBr barcelonés.

Kanaga fue una mujer libre, independiente, que siempre supo ganarse la vida aunque vivió en tiempos arduos. Con frecuencia, era ella quien mantenía a los hombres con los que vivió. Era modesta, y tampoco le preocupaba su promoción personal. Tuvo que trabajar duro, y aunque la presión y las dificultades económicas con algunos de sus maridos le forzaron a descuidar la fotografía durante algunos periodos, no por ello dejó de mostrar con su cámara la vida de los trabajadores, negros y blancos, la pobreza, la discriminación racial a lo largo de sesenta años. En su juventud, Kanaga había visto en Nueva York el azote del racismo que maltrataba a los negros: “Estoy harta de ver a hombres y mujeres de color maltratados por blancos estúpidos“. Su fotografía de 1930, Manos, donde una mano negra toma otra blanca, ilustra su tranquilo pero apasionado

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llamamiento a la fraternidad, a la solidaridad con los ciudadanos negros, prisioneros de la pobreza y el racismo, como también lo hacen los retratos que hizo en el San Francisco de los años treinta, de acusados contrastes, que revelan un indudable afecto hacia las personas que padecían la segregación, hasta el punto de que pensó en ir a vivir a Harlem a finales de esa década.

Con apenas veinte años, Kanaga empezó a colaborar con el San Francisco Chronicle y en el San Francisco Daily News, y tres años después se integró en el California Camera Club, con Imogen Cunningham y Dorothea Lange; trabajó con periódicos a lo largo de tres décadas y después en revistas femeninas, aunque muchas de sus fotografías se han perdido. Interesada en el retrato y en los paisajes urbanos, montó un taller de fotografía en esa época: sus retratos apresan la mirada, los rostros parecen surgir de la oscuridad. Entre 1922 y 1924, cuando vivía en Manhattan, frecuentó la Galería 291 de Alfred Stieglitz.

Después, Kanaga pasó tres años en San Francisco. Amiga de Dorothea Lange, conoció también a la fotógrafa comunista italiana Tina Modotti en 1926, quien pudo presentar una exposición con sus fotografías en el estudio de Kanaga en la calle Post de San Francisco. Las vueltas de la vida: en el 891 de esa misma calle vivió Dashiell Hammett y allí escribió El halcón Maltés cuatro años después de la exposición de Modotti. Hammett y Kanaga, unidos por la misma calle californiana, por su militancia en las ideas comunistas y por la persecución del FBI y después de los siniestros sabuesos del senador McCarthy que servían al gobierno estadounidense.

Recorrió el sur de Estados Unidos retratando a los trabajadores y campesinos En 1927 Kanaga pudo viajar a Europa, gracias a la ayuda del mecenas Albert Bender (un judío irlandés de origen alemán que ayudó también a Ansel Adams y Diego Rivera), en un periplo que le llevó a Francia, Alemania, Italia y Hungría durante un año. En 1928, Kanaga estaba en el norte de África, en Túnez, y fotografía entonces a hombres y niños, y captura una exótica imagen de dos camellos; en la ciudad santa de Kairuán tomó muchas escenas que agrupó en varias colecciones: algunas de esas fotografías tunecinas, aunque eran de obvios temas magrebíes y africanos, fueron publicadas en 1929 en la revista Asia. Cuando regresó del viaje, Kanaga empezó a trabajar en el estudio neoyorquino de Nickolas Muray, un fotógrafo judío húngaro llamado en realidad Miklós Mandl que frecuentaba a Martha Graham, Langston Hughes, Paul Robeson y Eugene O’Neill, y que mantuvo una larga relación sentimental con

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Consuelo Kanaga (1894 - 1978)

Frida Kahlo durante toda la década de los años treinta.

Después, Kanaga volvió a California, y desde 1930 mantuvo su estudio de retratos en San Francisco hasta que en 1935 retornó a Nueva York tras romper con su marido, el escritor James Barry McCarthy, que la dejó endeudada. El año anterior Kanaga fotografía las huelgas de San Francisco, y participa después en un proyecto de la Works Progress Administration que había creado el gobierno de Roosevelt para combatir el desempleo.

Se interesó siempre por la vida de los trabajadores, por sus rostros, por la existencia de las comunidades de ciudadanos negros sometidos a una marginación lacerante. Eran los años de Billie Holiday, que estallarían en el rostro de “América” en 1939 con las notas de Strange Fruit sobre los linchamientos de negros, una canción escrita por Abel Meeropol, un profesor miembro del Partido Comunista de Estados Unidos que después acogería a los dos hijos huérfanos del matrimonio Rosenberg, Ethel y Julius, ejecutados en la silla eléctrica en 1953 acusados de ser comunistas y espías soviéticos. Los ciudadanos negros no solo eran marginados en ghettos: eran perseguidos, humillados, maltratados por la policía, y muchas veces linchados por muchedumbres de racistas fanáticos blancos: frutos extraños colgados de los árboles que mostraban la

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miseria de un sistema que aplastaba a los más pobres.

Kanaga había visto la imaginación y las nuevas palabras del Renacimiento de Harlem, un movimiento que se había iniciado en los años veinte en obras de teatro y en las ideas de Alain LeRoy Locke (un escritor afroamericano que coordinó en 1925 el relevante número de la revista Survey Graphic dedicado a Harlem, la meca del “New Negro”) y en propuestas de escritores como Hubert Harrison y Langston Hughes, de poetas como James Weldon Johnson y Countee Cullen, y del escritor comunista jamaicano Claude McKay, todos ellos de ascendencia africana, y que configuraron un vigoroso movimiento de cultura negra, por conquistar los derechos civiles para los negros y de lucha contra la explotación salvaje y la marginación racial, que recibió también la influencia de la lejana revolución bolchevique. No en vano, a su regreso de la Unión Soviética, el célebre Paul Robeson, hijo de esclavos, a quien la caza de brujas terminaría destrozando su carrera, había dicho que en el país de los sóviets no había visto discriminación racial y se había sentido tratado “como un completo ser humano”. En 1933, Alain LeRoy Locke publicó su libro The Negro in America, que influyó en el ascendente movimiento negro por alcanzar la libertad y por tener un nuevo protagonismo en las luchas sociales y políticas. Langston Hughes, a quien Kanaga fotogra-

Amiga de Edward Weston y Dorothea Lange, en los años treinta y después en la década de los cincuenta, Kanaga recorrió el sur de Estados Unidos retratando a los trabajadores y campesinos negros y a sus hijos, en los campos de Tennessee y Florida; y en los años sesenta lo hizo en Georgia y Alabama, acompañando siempre la lucha contra la segregación y el racismo. Kanaga también fotografió a Sargent Johnson, un pintor y ceramista hijo de un europeo y una mujer negra estadounidense que se declaró afroamericano, a quien la fotógrafa tenía en gran estima y que alcanzó relevancia entre los artistas del Renacimiento de Harlem; y fotografió además a Angelo Herndon, un sindicalista negro miembro del Partido Comunista que fue detenido por la policía, acusado de insurrección y a quien el fiscal John Hudson llegó a pedir la pena de muerte por tener publicaciones comunistas. Su hermano, Milton Herndon,

Dos mujeres, Harlem. 1938

Tennessee, 1950

fió en 1934, era una de las más apasionadas voces de la rebelión negra, frecuentaba el John Reed club californiano que impulsaba campañas de izquierda y apoyaba huelgas obreras: el lema de la asociación era “el arte es un arma en la lucha de

murió en España luchando con las Brigadas Internacionales.

Es notable también la fotografía que Kanaga hizo en 1935 a Annie Mae Merriweather, una mujer que había perdido a su marido, Jim Press Merriweather, linchado por los blancos en

clases”. No podía extrañar que Hughes defendiera con ardor a la República española y viajase a la península ibérica para apoyar a la Alianza de Intelectuales Antifascistas.

Fue testigo de la imaginación y las nuevas palabras del Renacimiento de Harlem

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La viuda Watson. 1924

Alabama por reclamar salarios dignos para los trabajadores negros; la imagen de Kanaga resaltaba la dignidad de la viuda, la emoción contenida y noble de Annie Mae Merriweather ante la ferocidad de la segregación y la muerte. Quince años después, Kanaga hizo en Florida unas de sus más conocidas fotografías, Ella es árbol de vida, donde resaltaba la fuerza, determinación y amor de la joven madre negra que protege a sus dos hijos. Fue una generación negra excepcional, de hombres y mujeres valientes.

“¿Por qué menosprecio el dinero y aun así lo necesito para vivir?”

Colaboró con el Grupo f/64 que habían creado en San Francisco fotógrafos como Paul Strand, Edward Weston, Ansel Adams, y en publicaciones como New Masses (una revista próxima al comunismo que desapareció en 1948 en el furor de los inicios de la caza de brujas); también, en Labor Defender (la revista de la International Labor Defense, ILD, la organización ligada a la Internacional Comunista que defendía en los tribunales a los sindicalistas detenidos y encarcelados, como hizo

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con Sacco y Vanzetti) y en Sunday Worker, el semanario del Partido Comunista de Estados Unidos. Kanaga hizo muchas fotografías para Labor Defender: la revista impulsó la solidaridad con las huelgas obreras y se implicó con valentía en la lucha contra la segregación racial, como en el caso de los Scottsboro Boys (nueve muchachos negros condenados a largas penas de prisión acusados falsamente de haber violado a dos mujeres blancas) y en la denuncia de los linchamientos y asesinatos de negros en el país. Kanaga también colaboró con la Workers Film and Photo League en San Francisco, una entidad que rodaba manifestaciones obreras, huelgas y protestas políticas y documentaba la represión policial, para difundir las ideas socialistas y la urgencia de cambios sociales progresistas.

Leo Hurwitz, que siguió el cine soviético de Eisenstein y Dovzhenko, entre otros, hizo en 1934 un montaje para la Workers Film de una película de siete minutos titulada America Today, mostrando la solidaridad con los Scottsboro Boys y la dura represión del gobierno hacia las demandas obreras, y en 1942 construyó con Paul Strand y la colaboración de Paul Robeson el documental Native Land que denunciaba la violencia patronal y los matones a su servicio. Hurwitz sería después perseguido también durante la caza de brujas de McCarthy.

Para ganarse la vida, Kanaga colaboró con Woman’s Day, una revista mensual de recetas de cocina y decoración que se vendía en las tiendas y supermercados de The Great Atlantic and Pacific Tea Company, conocida como la cadena A&P, y con Good Housekeeping, otra revista mensual dedicada a belleza y decoración que vendía millones de ejemplares. También colaboró en la Photo League de Nueva York, la cooperativa de fotógrafos donde trabajaron Berenice Abbott, Rebecca Lepkoff, Aaron Siskind, Rosalie Gwathmey, Paul Strand, Ruth Orkin, Lewis Hine, Lili Corbus Bezner, Lisette Model, Nancy Newhall.

En la Photo League, que presidía Walter Rosenblum, Kanaga participó en iniciativas documentales sobre la vida de los trabajadores, con una evidente carga política, participando en manifestaciones y protestas. Kanaga se relacionó también con Berenice Abbott, Imogen Cunningham, Louise Dahl-Wolfe, Alma Lavenson, y con Eiko Yamazawa, una fotógrafa japonesa que fue ayudante suya.

En 1947, el fiscal general de Estados Unidos, Thomas C. Clark, incluyó a la Photo League en la lista de organizaciones subversivas: había llegado el frío siniestro de la caza de brujas, y Rosenblum, pese a ser el fotógrafo del desembarco de Normandía y el primero que reveló el campo nazi de Dachau, no pudo evitar la dispersión y la ruina de la cooperativa. El FBI también persiguió a los fotógrafos: Angela Calomiris, una fotógrafa confidente de la policía que la policía había infiltrado en

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fotografía

el Partido Comunista de Estados Unidos, CPUSA, acusó a la Photo League de promover el comunismo y precipitó el hundimiento de la organización, que terminó por desaparecer en 1951. Calomiris, una lesbiana muy conocida de Greenwich Village, publicó uno de los primeros libros escritos por informantes de Red Scare, Red Masquerade: Undercover for the FBI. En su momento de mayor celebridad, Calomiris llegó a aparecer en el programa de radio de Eleanor Roosevelt. La abyecta Calomiris testificó también contra los dirigentes comunistas estadounidenses condenados en un sucio juicio en los inicios de la guerra fría.

Las oscuras fotografías de Nueva York, y otras de San Francisco, que hizo Kanaga en sus primeros años, parecidas a algunas que tomaría dos décadas después, tienen las características de la fotografía directa, denominación que había acuñado el japonés estadounidense Sadakichi Hartmann, un singular poeta anarquista y crítico muy popular en la noche neoyorquina de Greenwich village, que en los años de la guerra de Hitler sería vigilado por el FBI pese a haber Navaho child. Década de 1950 alcanzado ya la edad provecta, aunque pudo evitar ser encarcelado en los campos de concentración donde Roosevelt internó a unos 130.000 japoneses-estadounideses. En esos años veinte, Kanaga hace retratos como el de la pensativa Kathryn Hume, que parece absorta, refugiada en un mundo que le pertenece. Fotografió también paisajes urbanos, flores, escenas de interior, retratos, donde sobresalen los rostros de trabajadores negros y de niños, y también de algunos intelectuales y artistas, como Langston Hughes, Mark Rothko, Milton Avery o Alfred Stieglitz.

Kanaga supo capturar el sufrimiento, como muestra en Malnutrition, una fotografía de 1928 donde un niño frunce el ceño entristecido, desvalido; y en la imagen de 1924, sin título, donde fotografía en Nueva York a una madre pobre con sus dos hijos, como hizo después Margaret Bourke-White en su fotografía de 1936 donde se ve a una mujer de Georgia con el rostro y la mirada marcados por el trabajo duro y la pobreza, o

como plasmó Dorothea Lange en su Mother and Child, San Joaquin Valley, que muestra la incertidumbre del futuro.

También recuerda a Paul Strand, en esa sobrecogedora imagen de la Mujer ciega, con el cartel Blind en el pecho. Y nos dejó la resignación triste de La viuda Watson, una mujer pobre que Kanaga fotografía con su hijo, con la mirada cansada y las manos en el regazo, que fue publicada en el New York JournalAmerican.

En Tug and barge, East River, una fototografía de 1922 donde captura los reflejos del río y el remolcador y la barcaza, Kanaga parece remitirnos a las escenas de puertos impresionistas. En Pitcher and soap, de 1925, recoge en una sencilla imagen la dura vida de los trabajadores que apenas tenían esos recursos para lavarse. Y en Navajo child, el niño navajo de Nuevo México, una fotografía de los años cincuenta; en After years of hard work, donde una anciana negra de rostro derrotado descansa con su bastón en una silla, Kanaga captura la América oculta, los Estados Unidos de la pobreza y la segregación, como en esos negros de Tennessee, 1950. En esa década, visitó en varias ocasiones Taos, en Nuevo México, donde hizo fotografías de niños navajos, aunque creía que no había que abusar de su confianza e invadir su intimidad. Otros registros de Kanaga revelan también su humanidad, como la imagen de las Dos mujeres, Harlem, que muestra a dos jóvenes negras de los años treinta; en el retrato campestre de la escritora de libros para niños Margaret Wise Brown, fotografiada en los años cuarenta con una sonrisa feliz; en la fotografía de 1950, captada en Florida, que presenta a una joven madre negra sonriente con su niña en brazos, y en la que capta a los dos niños indios de Nuevo México (apaches o navajos, “nativos americanos” según la denominación del Museo de Brooklyn), también de los años cincuenta.

Hacia el final de su vida, dejó escrito: “¿Por qué menosprecio el dinero como un mal y aun así necesito lo suficiente para vivir?” Nunca abandonó su militancia: en los años sesenta hizo amistad con Barbara Deming, la escritora feminista que viajó a Hanoi en solidaridad con el pueblo vietnamita y que fue reiteradamente encarcelada por su participación en las marchas por los derechos civiles. En sus últimos años, desde que Kanaga se trasladó con su marido Putnam a Yorktown Heights en 1952, tuvo que sobrevivir con muy pocos ingresos, apenas los que conseguía con sus retratos. Fueron más de veinticinco años de estrecheces, pensando que el mundo la había olvidado, viendo la persecución contra el Black Power y el asesinato de Malcolm X y Martin Luther King, con el Pentágono y la CIA ensangrentando el mundo, mientras el movimiento negro seguía resistiendo y se sucedían las protestas contra la guerra de Vietnam ■

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Artículo ilustrado con fotograías del Garma, festival del pueblo Yolngu (Arnhem, Australia)

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Vindicación de lo humano por Antonio Monterrubio

¿Q

ué queda de lo humano cuando los significados sociales se vuelven superfluos? ¿Qué hay de la existencia humana cuando la realidad social se convierte en un simulacro donde lo verdadero resulta indistinguible de lo falso?

Observo una foto tomada en la tierra de Arnhem, Australia, en 1949. Sentado frente a una precaria mesa y con aire de suma concentración, un antropólogo anota cuidadosamente las informaciones que le suministran tres aborígenes. Uno de ellos está explicándole el significado de una magnífica pintura sobre corteza de árbol. El investigador escucha con atención a los especialistas en el tema, consciente de que solo ellos pueden aportarle un conocimiento precioso. Él, con todo su saber a cuestas, jamás podría penetrar tales secretos, y se deja guiar por quienes sí pueden hacerlo.

Hoy estamos habituados a entrevistadores, tertulianos y presentadores todoterreno que pretenden enseñar medicina a los médicos, historia a los historiadores, sociología a los sociólogos y hasta, si se tercia, dormir con cuantos de hadas a los físicos cuánticos. En ese mundillo, es frecuente querer colar como vasto conocimiento uno que es bastísimo. Oyen campanas sin saber dónde, y a partir de sus ecos se hacen composiciones de lugar absolutamente erróneas. Confunden, cuando no manipulan, datos, cifras, citas y hechos. Mezclan sin el menor discernimiento los materiales más insólitos, propagando sin cesar falacias, bulos y todo género de aberraciones intelectuales. Orgullosos de su supina ignorancia, interrumpen sin ton ni son a quienes están infinitamente más preparados que ellos.

Puede que la desfachatez no sea el motor de la Historia, pero seguro que sí es el del actual circo políticomediático. En esos dos campos, la egolatría inculta y vacía está consiguiendo una hegemonía casi incontesta-

ble gracias a que la violencia simbólica está de su parte.

La inteligencia y la razón se baten en retirada, en espera de tiempos mejores. Vociferar es más fácil que pensar: no duele ni cuesta. Ahora bien, sin pensamiento –propio– no hay ser. A la sentencia famosa de Descartes se añaden muchas otras, anteriores y posteriores, de Occidente y de Oriente: «Somos lo que pensamos. Todo lo que somos procede de nuestro pensamiento. Con él creamos el mundo» (Dammapada).

El yoísmo risible impera en la sociedad del espectáculo, proterva hermandad transformada en Teatro del esperpento. El nosotrosismo lo ha hecho durante largo tiempo en las ciencias humanas en general, y la antropología en particular. El vicio poco escondido del etnocentrismo ha difuminado las sendas del conocimiento y extraviado a los peregrinos. Aplicar universalmente los estándares occidentales ha llevado a la incomprensión de los fenómenos. Para entender a otros, ha de ser desde su punto de vista. Esto no supone negar la unidad esencial del género humano, ni menos aún admitir como válida cualquier idea o acción. Se trata solo de evitar juzgar según la conformidad a los modelos eurooccidentales, muy vivos ellos mismos, y por ende cambiantes. Así se evitarían errores de interpretación mayúsculos, pero también visiones sobradas por parte del etnólogo.

Eso sucede incluso entre los más grandes. Malinowski afirma, respecto a los trobiandeses, que «ningún indígena […] se hace una idea clara del kula en cuanto vasta institución social organizada, ni menos aún de su papel y sus implicaciones sociológicas» (Los argonautas del

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Pacífico occidental). Sin embargo, parece dudoso que se arriesgaran a largas navegaciones llenas de peligros, a pesar de su incuestionable pericia de navegantes, por mero amor a la aventura. A buen seguro, tenían conciencia de la importancia del sistema para mantener la circulación de bienes, las redes sociales, el statu quo y la paz. Igualmente, un cierto complejo de superioridad occidental ha contribuido a que, en más de una ocasión,

El idioma universal de hoy no es el inglés, sino la neolengua

los etnólogos hayan aceptado candorosamente como genuinas unas informaciones a todas luces disparatadas. Parecían ignorar que uno de los rasgos culturales comunes a todos los grupos humanos es el gusto por embromar a los extraños.

El idioma universal de hoy no es el inglés, sino la neolengua. El único modo de pensamiento tolerado es el doblepensar orwelliano. La percepción y las sensaciones están embotadas, pervertidas. Más allá de ocultar la ver-

La apariencia sustituye a la realidad, no sin antes destruirla

dad, la finalidad es educar a la población en su superfluidad, habituarla a su ausencia. A cambio, se le ofrece un nuevo hábitat confortable y relajante. «No pienses, déjate llevar por la corriente», susurran las sirenas de la programación mental. Por doquier impera la simulación, y para mantener hinchada la burbuja se echa mano de la más letal de las armas de destrucción intelectual: la simplificación. Habitamos un espacio binario, y no es debido al lenguaje cero-uno de los artilugios cibernéticos. Todo se presenta como pura dicotomía: blanco o negro, bueno o malo, nosotros o ellos. Lo falso, lo facticio, lo pseudo, más allá de confundir nuestro ya debilitado sentido de la realidad, están destinados a eliminarlo.

Se trata de despojarnos de cualquier rastro de sistema inmunitario intelectual. El objetivo es que hablemos con la voz del amo, y el primer paso es que veamos el mundo a través de su mirada. De esta forma, la pregunta de Groucho Marx «¿a quién va a creer usted: a mí o a sus

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propios ojos?» carecerá de consistencia. Los ojos de cada uno solo serán una prolongación de los del Amo. Lo que se busca es abolir la mera tentación de pensar otras opciones, y no digamos de proclamar la urgencia de alternativas. La suspensión voluntaria de la incredulidad, antes reservada a la teoría literaria, se ha convertido en el modo de vida por defecto.

La crisis de la Razón, acechada por todas partes, rodeada de fuerzas hostiles dispuestas a borrarla de la faz de la Tierra, es la antesala de la Gran Pesadilla. Se hace acuciante utilizar el freno de emergencia, pues nos deslizamos, tranquilos y confiados, hacia el abismo. Y la banda sonora no es la de la orquesta del Titanic, sino los aullidos de una jauría cada vez más amenazante. La epidemia se extiende como en la película La invasión de los ladrones de cuerpos, hasta llegar a contaminar a quienes se creería inmunes. En lugar de obstinarnos en debatir sobre la crisis de la razón, quizá sería provechoso empezar a darle vueltas a la(s) razón(es) de la crisis. Y a partir de ellas, articular un saber y un lenguaje capaz de proponer nuevos horizontes de sentido.

El camino a seguir pasa por ir recuperando la realidad que se nos ha robado, primero con la promesa de lo más superfluo y luego con la imprescindibilidad de lo más necesario, en todo caso con la inevitabilidad de la sumisión. El espacio-tiempo de nuestro descontento es el de la precariedad y la caducidad. Desprovistas de fundamento y de sustento, actos, cosas y palabras se precipitan en el agujero negro de una crisis socioeconómica, pero también vital, de civilización. Lo verdadero y lo falso se mezclan en el pantano de la incongruencia del sujeto, aunque su densidad es distinta, y la insoportable levedad de lo falso le permite permanecer encima y prevalecer.

Tiempo ha que se rompió el consenso sobre la honestidad, y no fue de tanto usarlo. Más allá de la profusión de bulos, pseudoacontecimientos y hechos alternativos, el problema radica en su aceptación social, el acatamiento del Nuevo Orden de la falsedad institucionalizada. Tras el Espectáculo y sus estridentes decorados se esconde un torbellino de vacío que irresistiblemente atrae a las élites y al vulgo, al príncipe y al mendigo. Primero se desvanecen los actos y las cosas, luego los valores y finalmente la reflexión. La incomprensión del mundo que nos rodea lleva a la incertidumbre y la ansiedad. Incapaz de encontrar nada a lo que agarrarse, el sujeto –o lo que queda de él– posmoderno se aferra a la ilusión. La apariencia sustituye a la realidad, no sin antes destruirla. Se

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nos persuade de que es lo mejor para nosotros, lo único que puede aportarnos bienestar, el solo espacio en el que merece la pena vivir. El Tinglado patrocina un estado de evasión permanente. Todos y cada uno somos invitados a convertirnos en consumados escapistas. Pero el destino del gran Harry Houdini nos advierte de que la escapada perpetua no existe. No estamos ante un eclipse pasajero de la razón.

Vamos hacia la normalización de una nueva realidad donde la diferencia entre lo verdadero y lo falso se habrá evaporado, y con ella el abismo que separa lo bello de lo feo, lo justo de lo injusto, la bondad de la maldad.

Presente, pasado y futuro devienen meros artificios que manipuladores voluntarios o mercenarios pueden moldear a su gusto. Sin duda la Estulticia podrá vanagloriarse de que «en gran medida me ha de estar agradecida esta clase de hombres que, con sus mediocres ceremonias, sus vaciedades ridículas y sus clamores, ejercen una especie de tiranía sobre los mortales» (Erasmo Elogio de la locura). La sociedad turbocapitalista ha asesinado a la verdad con premeditación y alevosía, y ha ocultado su cadáver detrás de un riquísimo y lujoso telón. Nos trae como salvador un deslumbrante robot similar al que usurpa el lugar de María en Metrópolis de Fritz Lang. Recordemos sus efectos: catastrófica paralización de la ciudad y apocalíptica inundación de los barrios humildes. Casi una profecía de la crisis sempiterna en la que estamos sumidos. Y aquí no cabe ese embustero final con la frase «el corazón debe mediar entre la mano y la mente», que lo mismo sirve para promocionar despotismos de todo cuño que para justificar la explotación más alienante. Hace mucho que la suerte está echada.

El biopoder domina los cuerpos y la vida en nombre del bienestar, la felicidad y hasta la supervivencia. El psicopoder controla las mentes trocando la realidad por un Gran Anuncio, con su musiquilla adormecedora y su jerga de pedestre metafísica. Habitamos una época poco formidable: la era de la postidentidad. Y no hay que engañarse. «El escenario biopolítico cambiante del siglo XXI con su agenda económica biocapitalista, implica simultáneamente el ascenso de un estado de bioseguridad» (Dennis, Asalto a la reali-

dad). El auge del autoritarismo y de las decisiones tomadas a nuestras expensas por nuestro bien está servido.

La soberanía individual y colectiva está en peligro. El homo sapiens corre serio riesgo de dar paso a una nueva especie de hominino, el homo fumus, de ver evaporarse

su humanidad cual humo que se va. Smoke on the water.

Pues no viene de serie con nuestra condición de bípedos pensantes. Es una conquista histórica. El humanismo y

el Renacimiento la rescataron para la modernidad. Erasmo, Tomás Moro, Juan Luis Vives o Giovanni Pico contribuyeron a ponerla otra vez en candelero. El humanismo es la mirada inmanente que el ser humano se lanza a sí mismo, al margen de toda trascendencia, desprendido de muletas sobrenaturales. Burckhardt se refiere al Renacimiento como el periodo de descubrimiento del

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hombre, considerado ahora un sujeto libre y autónomo.

Más tarde, la Ilustración modeló y desarrolló el concepto. En él se unen el retorno a la naturaleza, la reivindicación de la belleza, la búsqueda del vigor físico y espiritual o la exaltación de la alegría de vivir.

El yoísmo risible impera en la sociedad del espectáculo

Pero si, cuando hablamos de humanidades, viene a nuestra mente antes de nada el mundo grecorromano, no es por casualidad. Los studia humanitatis son los estudios clásicos, y su objeto es lo humano. El pensamiento religioso, al situar la fuente de los valores y las virtudes en lo divino, no sabe ver en el hombre más que una criatura frágil, dependiente, inmadura, una mera sombra, el rastro de un sueño. La elevación desde el estatus de esclavo de fuerzas y entes superiores al de ser digno y responsable, libre en la medida en que esto es posible, debe menos a la Academia y el Liceo que a corrientes no tan mainstream de la filosofía griega. Sus orígenes hay que buscarlos en las elucubraciones de los sofistas y en las meditaciones de los cínicos. Su madurez llegó con las grandes escuelas éticas del helenismo, en especial el epicureísmo y el estoicismo, sin olvidar el escepticismo y el eclecticismo. No obstante, también Platón y Aristóteles, a rebufo de los presocráticos, invocan el poder emancipador de la inteligencia. El mayor

hallazgo de los griegos es que «fueron capaces de conjugar libertad y necesidad, pero no como dos extremos que se enfrentan en un dualismo irreconciliable […]. Ver la necesidad en la libertad (y viceversa)» (Salvador Mas Hölderlin y los griegos). Y son conscientes de que no vale ni la mortal gravedad ni la despreocupada burla. Si las dos son necesarias, ninguna es suficiente.

La frase atribuida a Gorgias «destruye la seriedad con la risa, la risa con la seriedad» significa que ser cabalmente humano requiere no tomarse nada en serio, y a la vez no dejar de hacerlo. Se trata de un paso fundamental en la defensa de la dignidad y libertad del individuo, de su independencia respecto de lo divino y de sus propios temores: la desdicha, la enfermedad, el dolor, la vejez o la muerte. Y si la primera característica de un humanismo es la autonomía de lo artificialmente sobrenatural y de lo inevitablemente natural, la segunda es la ponderación de la universalidad de la condición humana, y por ende la igualdad de trato para todos. «Según cada cosa se me aparece, tal es para mí; según a ti, así es para ti; pues tú eres un hombre y yo también», dice Protágoras, abogando por el derecho a la libre opinión. Este es un aspecto básico en la gestación de una ética universalista, alejada de las morales que se aplican únicamente a quienes forman parte de la comunidad y excluyen a los demás como subhumanos. Entonces se pueden desarrollar unas normas e imperativos que trasciendan la familia, el clan, la tribu o la colectividad política o religiosa, para alcanzar a la especie en su conjunto.

Inhumanidad e incultura son hermanas gemelas.

«Antes mendigo que ignorante, pues al primero le falta dinero, pero al segundo humanidad». Esta frase de Aristipo resume bien la equivalencia, tan griega, entre anthropismós (‘humanidad’) y paideia (‘educación’ en sentido amplio). Hoy que nuestra civilización aparenta haber perdido el norte, no está de más recordarlo. En nuestra mano está, si no lograr cambiar un rumbo nefasto, al menos no resignarnos a su inevitabilidad. Sin jactancia y sin ilusiones, apegados a lo único que tenemos: la dignidad de ser humanos. Sabiéndonos contingentes pero no insignificantes, y sin postular entes inmateriales que alivien nuestra angustia. La contingencia no es un espejismo; es lo que hay, es la verdad ■

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Desaparecido de Constantin Costa-Gavras

El secuestro de la moral:

e n i C

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Costa-Gavras, director greco-francés

Desaparecido Reparto: Jack Lemmon (Ed Horman), Sissy Spacek (Beth Horman), John Shea (Charles Horman), Charles Cioffi (capitán Ray Tower), David Clennon (Phil Putnam, cónsul estadounidense en Chile), Richard Venture (Nathaniel Davis, embajador estadounidense en Chile).

Ficha Técnica: Dirección: Costa-Gavras; Producción: Edward Lewis y Mildred Lewis; Guion: Donald E. Stewart y Costa-Gavras; Fotografía: Ricardo Aronovich; Montaje: Françoise Bonnot; Música: Vangelis; Diseño de producción: Peter Jamison.

Sinopsis: Un joven periodista norteamericano, Charles Horman (John Shea), desaparece tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet en Chile. Por lo que su padre, Ed Horman (Jack Lemmon), que es un influyente hombre de negocios neoyorquino, llega al país para iniciar, junto con la esposa de Charles, Beth (Sissy Spacek), una búsqueda desesperada a través de los círculos políticos y militares.

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por Javier Enríquez Román

La noche comienza a caer sobre las calles de Santiago de Chile. Las sirenas suenan mientras Beth, una joven estadounidense, corre por las calles en busca de alguien que la esconda. Prolongó demasiado una cita con una amiga y no pudo coger un autobús o un taxi de vuelta a casa antes del toque de queda.

Estamos en 1973 y el reciente golpe de estado militar de Augusto Pinochet ha puesto en marcha medidas estrictas, como un draconiano toque de queda donde nadie puede salir entre la medianoche y las 6 de la mañana. Quienes sean sorprendidos en la calle pueden ser arrestados e incluso ejecutados sin previo aviso.

Al mirar a la vuelta de una esquina, Beth observa a militares quemando libros y deteniendo a ciudadanos. Corre frenéticamente en dirección contraria, se esconde en un callejón y se queda dormida con el sonido de disparos. Por la mañana, Beth regresa andando a casa, donde vive con su marido, el periodista Charles Horman. Pero al cruzar la puerta se da cuenta de que su casa ha sido saqueada (intuimos que por el ejército) y buena parte de su ropa, libros, muebles, han sido destruidos o desaparecidos. Su marido también está desaparecido.

Esta desasosegante escena de la película “Desaparecido” (1982) refleja perfectamente, a modo de tesela, el horror que vivieron miles de personas (chilenas o no) durante el golpe militar de Pinochet en 1973. Partiendo de la verídica desaparición del periodista estadounidense Charles Horman, este largometraje ofrece a los espectadores una mirada de cómo era la vida bajo el régimen de Pinochet en el Chile del siglo XX. Con una historia basada en hechos reales (como se indica al comenzar la proyección) se ilustran los horrores ocurridos a raíz de la dictadura y la implicación del gobierno de los Estados Unidos en todo el proceso.

En su celebrada película “Estado de sitio” (1973), CostaGavras ya acusaba al Ejecutivo de Estados Unidos de enseñar métodos de tortura a dictaduras en América Latina. En esta ocasión, su foco se centra en el golpe de estado en Chile par-

tiendo del libro de Thomas Hauser, donde se corrobora que Horman fue asesinado por las autoridades chilenas, probablemente con la aprobación tácita de representantes de los Estados Unidos, que ya habían apoyado, militar y económicamente, a la oposición chilena durante el gobierno de Salvador Allende.

Un hombre contra el sistema “Desaparecido“ es uno de los mejores thrillers políticos de la década, protagonizado maravillosamente por el veterano Jack Lemmon, como padre de Charles Horman, en una filmación que une perfectamente secuencias pasadas y presentes en una narrativa continua y progresiva. El centro de la película es el despertar político de Ed Horman, quien llega a Chile para ayudar a Beth, aunque sospecha que Charles se ha escondido por razones políticas y que su desaparición nada tiene que ver con el golpe de Estado. “Si se hubiera quedado en casa”, dice Ed, hombre acomodado y políticamente conservador, “esto no habría sucedido”.

Jack Lemmon, como Ed Horman, llega a Santiago preocupado e irritado porque su hijo, siempre problemático, se ha metido nuevamente en problemas. Se niega a aceptar la posibilidad de que sea un preso político, a pesar de que su conversación durante la cena (a pocas horas de su llegada a Santiago) se ve interrumpida por disparos de ametralladoras. Una de las escenas más conmovedoras, y de mayor impacto en Horman, ocurre cuando llega al aeropuerto. Lo saluda un funcionario de la embajada estadounidense y los dos caminan apresuradamente. Al fondo, a través de una puerta de cristal, vemos a un soldado llevándose brutalmente a una chica. Ella grita: “¡Déjame en paz! ¡Déjame en paz!”. Sus hijos intentan rescatarla de los militares, inútilmente. Horman interrumpe su rápido diálogo con el funcionario para mirar por encima del hombro el disturbio. Él pregunta: “Dime, ¿qué está pasando en este país, de todos modos?”. Según avanza la narración su pregunta será satisfecha (y la perspectiva de Horman, alterada). Uno de los momentos claves es su presencia como testigo en el ataque con ametralladoras de unos soldados, a través de un bulevar lleno de gente y a plena luz del día, contra dos jóvenes que habían pintado en las paredes “Militares-Asesinos“. Finalmente debe admitir que el nuevo Ejecutivo chileno es un grupo de asesinos fascistas y que su propio hijo probablemente esté muerto. Lo que es cierto.

La búsqueda de Charles por parte de Ed y Beth implica una sucesión de encuentros escalofriantes con funcionarios condescendientes de la embajada de los Estados Unidos, así como con algunos miembros del gobierno chileno. Aquí encontramos que los principales “villanos” no son los milita-

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e n i C La película nos explica una historia basada en

Desaparecido

El secuestro de la moral:

hechos reales

res chilenos, sino agentes norteDios volvemos a un país donde toamericanos, responsables últidavía encarcelan a gente como mos de la desaparición de miles usted”. de ciudadanos. En una escena memorable, Horman se Y es aquí donde el autor de “Z” (1969) consigue uno de enfrenta al embajador en su oficina. Bajo el rostro sonsus mayores logros, sugiriendo magníficamente la riente de Richard Nixon, enmarcado en la pared, el siguiente cuestión: Si, tras la pátina de democracia y resembajador niega cualquier participación de Estados peto a los derechos humanos, en los llamados “países Unidos en el golpe. La ironía de esta escena es que occidentales” en verdad se enjuicia y encarcela a este tipo Horman ya había de personajes, o si la impudejado claro que nidad con la que ciertas esno le importa lo tructuras de poder parecen que el gobierno de funcionar es igual en todas E s t a d o s Un i d o s partes. ha ya hecho en Chile, siempre y La necesaria incomodidad de cuando le ayuden un cineasta comprometido a encontrar a su Nacido en 1933, en un hijo. La muerte de pueblo del Peloponeso griesu hijo le enseña go, Constantin Costa-Gavras una brutal lección: tuvo una vida difícil. Duranque la intromisión te la ocupación nazi, su paEd Horman (Jack Lemmon) y su nuera Beth (Sissy Spacek) política de su país dre luchó en la resistencia puede afectar inde izquierda. Después de cluso a los grupos que la guerra civil griega terprivilegiados de minase con la derrota colos que forma parmunista en 1949, su padre te. El embajador se perdió su trabajo como fundefiende diciendo cionario fiscal en Atenas y que lo ocurrido en fue encarcelado. “Todos los Chile es por el bien miembros de la resistencia de los intereses esde izquierda eran considerat a d o u n i d e n s e s. dos comunistas. Nos volviHor manres pon de mos muy pobres”, explicó que su interés no Costa-Gavras en una recienLa película muestra los horrores de la dictadura chilena ha sido defendido. te entrevista. Su madre limA lo que el embajapiaba casas y él hacía trabador responde que unas 300 empresas estadounidenses jos ocasionales. La lista negra política de su padre no sólo hacen negocios en Chile. “Ese es tu interés”. Horman mile prohibió la entrada a la universidad griega, sino que se ra con tristeza el césped vacío de la embajada y dice en le negó una beca para una escuela de cine estadounivoz baja: “Tal vez por eso está vacío ahí fuera”. Y miendense. “Fui víctima de la guerra fría”, confesó. “Fue el tras corre para salir de la habitación, escucha: “su hijo peor período de la historia griega, después de la ocujugó con fuego aquí abajo y tal vez se quemó”. pación turca. Pero tuve suerte de poder ir a Francia y En la maravillosa y emotiva escena final, Horman estudiar”.

(Jack Lemmon) y Beth (Sissy Spacek) salen de Santiago.

En 1956 se matriculó en la Escuela Nacional de Cine Cuando entran a la sala de embarque del aeropuerto de París, cuando los llamados cineastas de “la nueva ola”, (pasando por filas de militares que parecen estar por como François Truffaut o Jean-Luc Godard, desafiaban a todas partes), le dice a su escolta de la embajada, que lo la vieja guardia del cine. Aunque se sintió influenciado por ha acompañado durante toda su búsqueda: “Gracias a este tipo de cine, sus maestros fueron René Clair o René

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Desaparecido es uno de los mejores thrillers Clément, así como nuevos autores cojo de su carrera y uno de sus mayopolíticos de la década mo Jacques Demy. Aunque tomó presres éxitos comerciales, ganando la tadas técnicas de la nouvelle vague, Palma de Oro en Cannes y el Oscar “proveniente de una cultura diferente, al mejor guion adaptado. Aunque me resultó imposible hacer películas como los directores franla película sufrió algunas tentativas de censura, como la ceses: interiorizadas e íntimas”. El cine de Costa-Gavras siemdenuncia del entonces embajador estadounidense en Chile o pre ha mostrado un acusado compromiso político, ejerciendo la prohibición de distribución por parte de las autoridades una suerte de consciencia de Europa. Es llamativo que sean, chilenas, “Desaparecido” se convirtió en un clásico inmediahoy en día, dos octogenarios to, erigiéndose en una gran pelíquienes consagran su cine a cula sobre la barbarie y el desla denuncia social, porque precio a los derechos humanos, sólo el británico Ken Loach además de ser un espejo (dolosigue cultivando este género roso) sobre la injerencia de los cinematográfico junto a Estados Unidos en la política laCosta-Gavras. tinoamericana durante décadas.

Sus amigos Simone SigPero aunque Costa-Gavras noret e Yves Montand protaes, junto al anteriormente mengonizaron su primer largocionado Ken Loach, el máximo metraje, el thriller policial ejemplo de cine social o de de“Los raíles de la muerte” nuncia, con especial interés en (1965). Aunque fue después las luchas de poder, conspiraciode que los tanques soviétines o bajezas de quienes mancos aplastaran la Primavera dan, todo su trabajo se nutre de La búsqueda de Charles implica una sucesión de encuentros escalofriantes de Praga en 1968, cuando un profundo aliento shakespeCosta-Gavras filmó “La conriano, es decir, con una sobresafesión” (1970) sobre Artur liente aspiración de reflejar el London, ministro comunisalma humana, en su parte más ta checo obligado a hacer íntima, personal, en personajes una confesión falsa de esque, tras una pátina de estabilipionaje en medio de purgas dad (o de democracia o de cumestalinistas y juicios especplimiento de la ley o de igualdad) táculo en los años 50. Fue su descubren que las cosas no sueprimer gran éxito crítico y len ser lo que parecen, que son comercial. Después ven más crueles y despiadadas, codrían películas como “Esmo el neoliberalismo en sus últitado de sitio” (1972) o “Secmas (y actuales) etapas: sin conción especial” (1975), pero trol e incapaz de saciarse a sí fue tras el golpe de estado de mismo, devorando a todas sus Ed se niega a aceptar que su hijo Charles sea un preso político Pinochet, el 11 de septiemcriaturas, es decir, a nosotros. bre de 1973, cuando CostaEn su película “El capital” Gavras (también influido por la masacre del Politécnico de (2012), una de las favoritas de quien escribe estas líneas, su proAtenas pocos meses después) pensó en filmar un retrato (brutagonista expresa (y que sirven maravillosamente para cerrar tal, despiadado) sobre el golpe militar en Chile. esta crónica): “Los bancos robáis a la gente tres veces. La primeContando con el apoyo financiero de los estudios Unira, a vuestros empleados cuando les echáis aun teniendo benefiversal y con el protagonismo de Jack Lemmon (un cómico en cios. La segunda, a los clientes sangrándolos con vuestros crédiun papel dramático que le valió el premio al mejor actor en el tos. Y la tercera, destrozando el estado del bienestar porque los Festival de Cannes y una nominación como mejor actor prinpaíses tienen que gastarse todo el dinero en deuda y ya no puecipal en los Oscar), Costa-Gavras logró, quizá, el mejor trabaden sufragarlo”n

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Libros LA RAZÓN CONSERVADORA LOS CONSERVADORES Y LA REVOLUCIÓN

Álvaro Delgado-Gal Alianza Ed. Madrid, 2023, 290 pp.

El que fuera hasta hace poco director de la estupenda Revista de Libros, Álvaro Delgado-Gal, nos ofrece un muy interesante trabajo sobre el conservadurismo.

Sobre la manera de pensar que los conservadores esgrimen, y sobre las implicaciones que ese modo de razonar conlleva, tanto en la forma de guiar la propia vida, como en la de valorar el arte, la política o la moral. Un acertado trabajo sobre la razón conservadora, una corriente, por llamarla de alguna forma, que ha recibido poca atención y que ha sido habitualmente menospreciada. Quizá el título sea excesivo, pues solo en los primeros compases del trabajo se enfrenta a los conservadores con la revolución, la francesa, por supuesto, que es el fenómeno social y político que origina su nacimiento, como reacción al vendaval que amenazaba con arrasar el pasado y dar pie a una nueva época en la que, parecía, solo había porvenir y nunca historia o tradición. Y ese es el punto clave que distingue al pensamiento y a la manera de ser conservadora: la sospecha sobre la bondad de las promesas progresistas, y la añoranza de un mundo, ficticio o no, en el que cada cosa ocupaba su lugar, y en el que esa ubicación, por injusta o arbitraria que pudiera ser, era en todo caso mejor que su ausencia, que la labilidad que defienden los propagandistas del progreso. Y ese pasado engloba tanto las clases sociales como los derechos políticos, las costumbres o el gusto. Antimodernos, pensadores a contrapelo desde que Edmund Burke inaugurara su estirpe, han

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Álvaro Delgado-Gal

mantenido con imperturbable coherencia las características que el irlandés estableció: impugnación del concepto ilustrado de Progreso, tasa a la baja de la razón, descreimiento de las capacidades “taumatúrgicas” de la voluntad pura y representación del hombre como parte inextricable de un todo social. El objetivo del libro es comprender cómo son los conservadores y, algo aún más complicado, por qué lo son. Y una matización importante de Delgado-Gal: “Me interesa mucho más el conservadurismo moral que las formaciones, y a veces las conspiraciones, a las que conferimos el nombre de `conservadoras´”. En el libro se habla de filosofía política, pero la política es solo una parte, quizás la menor, de lo que le interesa estudiar al autor.

Tras el Prefacio, son nueve capítulos en los que se desarrolla el asunto, ocupándose del propio Burke, de Rousseau, del progreso, la razón y la revolución, y del caso Hayek, intentando dilucidar si le corresponde realmente el calificativo de conservador. Más adelante establece distinciones entre conservadores y reaccionarios, y acude a los ejemplos españoles de Donoso Cortés y Pereda, para a continuación demorarse en el caso del fascismo italiano y las vanguardias artísticas que lo arroparon. Pues el arte es uno de los puntos fuertes que nos sirven para entender a los conservadores, de ahí que sea inevitable traer a colación a Duchamp y a Warhol, en un capítulo llama-

do con acierto, “La rebelión contra el lenguaje”. El siguiente punto se desarrolla bajo el nombre de “La alienación necesaria”, en el que se desmonta a Sartre y se da paso a Wittgenstein, el Wittgenstein de las Investigaciones filosóficas y los juegos de lenguaje. Por último serán Proust y Elliot los que, a propósito de las clases sociales, permitan a Delgado-Gal cerrar un libro de estilo muy personal, cargado de propuestas interesantes, que invita a tomarse en serio la actitud conservadora, su pensamiento, englobándolo en una complejidad que, en vez de expulsarlo, lo resalta. “Se necesitan otras perspectivas.

La conservadora es una de ellas. A ratos pienso que la más interesante de todas”.

Puede parecer un libro un tanto deslavazado, en el que, en ocasiones, no sabemos muy bien por qué comparecen ciertos autores o temas, pero el objetivo es siempre el mismo, y la pertinencia, finalmente, se aclara, aunque algunos capítulos den más la impresión de ensayos independientes que de piezas engarzadas en un mismo impulso, en un solo proyecto. Sea como sea, el resultado merece la pena; las reflexiones siempre son oportunas, los conocimientos de que hace gala el autor invitan a contrastar sus opiniones y el estilo, muy personal, resulta atractivo. Y sí, el resultado aclara razonablemente cómo son los conservadores y muestra apreciables sus valoraciones, más allá de las opciones personales del lector. Tras este escrutinio, esa especie de invitado desgarbado y poco simpático, esa corriente incómoda y poco apreciada del pensamiento político y social, se torna menos ingrata, más sensible y cabal de lo que muchos hubieran imaginado.

Antonio García Vila

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Alfons Cervera

Libros SABOTEAR LA MAQUINARIA QUE ENLOQUECE EL MUNDO CRÓNICAS ANTICAPITALISTAS David Harvey Ed. Akal. Madrid, 2023, 230 pp.

A estas alturas no es necesaria una presentación del teórico marxista David Harvey. Actualmente profesor e investigador del CUNY Graduate Center (institución de la City University of New York), Harvey posee la gran virtud de explicar de forma comprensible procesos que podrían considerarse complejos, causados por múltiples factores y desencadenantes de diversas consecuencias. ¿Qué procesos son estos? Aquellos que configuran nuestra realidad histórica.

Uno de esos procesos, puntapié inicial del partido que las clases sociales seguimos disputando, es el de la «acumulación originaria», ese infeliz arranque del capitalismo que fue célebremente descrito por Marx. Desde entonces, y siguiendo un método un análisis de inspiración marxista, ha sido posible conceptualizar el capitalismo en sus diversas facetas: económicas y sociales por supuesto, pero también políticas y psicológicas. Y ese ha sido, precisamente, el cometido del trabajo intelectual de Harvey. Una vida dedicada a la investigación académica desde el compromiso político. Y parte de ese ambicioso trabajo intelectual resulta compendiado en las algo más de doscientas páginas que conforman el libro que reseñamos.

Crónicas anticapitalistas, que se deriva de la participación de Harvey en una serie de podcasts (disponibles en la web Democracy at Work) iniciados en 2018, se plantea en forma de intervención teórica. Así, prescindiendo de formulaciones excesivamente abstractas, el autor

asienta sobre la base de casos concretos algunos de los grandes temas que han caracterizado sus anteriores obras.

Como resultado de ello, al lector no versado se le abre la posibilidad de dimensionar de forma accesible, pero con suficiente profundidad, la actual morfología del capitalismo: el neoliberalismo y sus contradicciones inherentes.

A lo largo de sus diecinueve capítulos se abordan, entre otras cuestiones, el poder financiero, la concentración de la riqueza, la importancia de China en la economía mundial, la solución espacial al exceso de acumulación de capital, la industria del consumo, los límites del crecimiento económico, la alienación

David Harley

intrínseca al sistema capitalista, la necesidad de disputar la libertad desde posiciones socialistas… Un recorrido en el que Harvey no descuida ciertas aportaciones encaminadas a que una fuerza social alternativa logre avanzar en su tentativa por superar el marco neoliberal. El planteamiento es que, si bien el neoliberalismo sigue operando activamente, es incapaz, a la vista de la conflictividad social que se expresa en distintas partes del planeta, de seguir obteniendo el consentimiento de amplias masas de población.

Publicado originalmente en 2020, el libro da cuenta de algún que otro fenómeno coyuntural como fue la pandemia

del COVID-19 y las repercusiones que de esta perturbación se siguen. Pero es el asalto a otro aspecto coyuntural lo que se le puede reprochar: Harvey sobredimensiona el supuesto «giro autoritario» que supuso la elección de gobernantes con retórica nacionalista y conservadora (Trump, Bolsonaro, Modi…). Porque, una vez disipada la histeria de los mass media, la «amenaza neofascista» que nos profetizaban se ha revelado un espantajo con el que la facción liberal-progresista de la clase capitalista alecciona al electorado en el modo correcto de votar. A diferencia de lo sugerido por Harvey, cabe pensar que el proyecto neoliberal no necesita apoyarse (al menos por ahora) en un fascismo renacido, pues ya logra implantarse por medio de esa forma sutil, repleta de apelaciones a la diversidad y la tolerancia, a la que Nancy Fraser denomina «neoliberalismo progresista».

En cualquier caso, Harvey es un intelectual imprescindible para comprender las encrucijadas a las que nos conduce el capitalismo, ya sea por su convencional funcionamiento o por sus crisis recurrentes. Y en esta ocasión nos encontramos ante un libro igualmente riguroso, pero de estilo ameno, de inequívoca vocación pedagógica, que además ofrece un apéndice con «preguntas para el debate y lecturas complementarias» que podría serle de utilidad a docentes, activistas y militantes, así como a padres exigentes con la formación de sus hijos.

Si Harvey contribuye a actualizar el pensamiento marxista es porque logra disponer su potencia analítica al servicio de expresiones sociopolíticas emancipadoras. Dicho con sus palabras: «Vivimos tiempos peligrosos, pero también propicios a la exploración de nuevas posibilidades».

Genís Plana

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Libros

LA IZQUIERDA DEL CAPITALISMO SINISTRASH. CONTRO IL NEOLIBERISMO PROGRESSISTA

Diego Fusaro Mondadori Libri. Milán, 2023, 256 pp.

Siguiendo la línea de sus últimas publicaciones, el filósofo italiano Diego Fusaro realiza en su nuevo libro, Sinistrash, una furiosa crítica a este devenir progresista, globalista y market friendly de la izquierda actual, proponiendo un viaje a ese infierno “fucsia” con Marx, Gramsci y Pasolini haciendo las veces de Virgilio.

Fusaro considera que hay dos grandes hitos de la historia reciente que permiten comprender el giro dado por la izquierda.

El primero es la caída del Muro. Desde aquel momento, la izquierda parece haber borrado su identidad y sus continuidades históricas para abrazar el discurso de los vencedores y la civilización del consumo. Una suerte de aceptación acrítica del “There is no alternative”.

El segundo, y aquí vale la pena detenerse, es el mayo del 68. Contrariamente a las lecturas de manual que entienden que allí se produjo una revolución anticapitalista, Fusaro se pliega a la línea de interpretaciones que ya en los años 70 advertían que se trataba simplemente de una redefinición del capitalismo. Esto ocurre porque, filosóficamente, la izquierda abandona sus principios para desidentificarse en una suerte de individualismo libertario nietzscheano del cual se derivará tanto la corrección política woke como las criptoutopías antiestatistas de Silicon Valley.

En el 68, entonces, el capitalismo se resignifica, deja de ser prohibicionista, autoritario, burgués y clerical-fascista, co-

mo lo fue hasta la primera mitad del siglo XX, para devenir liberal-libertario, permisivo, hedonista y consumista. De aquí que Fusaro advierta sobre una confusión muy propia de la izquierda progresista de los últimos años, esto es, suponer que luchando contra el fascismo (el cual, a su vez, ya no existe), o contra los valores burgueses, se está luchando contra el capitalismo.

Con una derecha neoliberal que se ocupa de la estructura económica y una new left que hace lo propio con la superestructura de las costumbres y la cultura, Fusaro entiende que el capitalismo se ha vuelto de izquierda y que hoy se siente mucho más cómodo con la ideología queer de los géneros fluidos que con el fascismo. Esto se observa en los nuevos fragmentarios sujetos de la historia abrazados por el progresismo, aquellos que vienen a reemplazar a los trabajadores y a la lucha de clases: mujeres, migrantes, razas, etnias, diversidades sexuales, pueblos originarios, discapacitados, etc. Con ellos, la lucha por la sociedad justa deviene lucha por la inclusión, es decir, se transforma en una lucha por estar dentro y no por estar contra el capitalismo.

Esta izquierda individualista es la que ataca todo tipo de identidad colectiva: defender la familia es patriarcal; reivindicar el pueblo y las fronteras es xenofobia; levantar la bandera de la soberanía estatal equivale a violencia fascista; valorar la tradición es superstición.

En los últimos capítulos, por su parte, Fusaro hace un rastreo histórico para mostrar cómo sin socialismo ni comunismo, la izquierda es solo un partido del progreso compatible y funcional al capitalismo

Diego Fusaro

liberal progresista y, adoptando la tesis de Michéa, advierte que el gran pecado de la izquierda fue separarse del pueblo en detrimento de una idea de progreso cándida que confunde lo nuevo con lo bueno y que, por lo tanto, desprecia todo tiempo pasado. Esto es lo que explica que el enemigo de la izquierda dejara de ser el capitalismo y pasara a ser la tradición.

Con el llamado a un socialismo revolucionario en lo económico y político, y conservador en los valores, Fusaro dedica las últimas páginas a mencionar tangencialmente la problemática del feminismo y el cambio climático, y a distinguir un internacionalismo socialista de un internacionalismo liberal. También se ocupa hacia el final de reivindicar a Marcuse, de retomar la discusión clásica de la relación entre el intelectual y el hombre de pueblo y, quizás lo más inexplicable, de cargarse sobre sus espaldas toda una dialéctica hegeliana prescindible para su construcción teórica.

Con todo, y más allá de estas páginas finales, Sinistrash ajusta algunas de las nociones que Fusaro venía desarrollando en textos anteriores y aporta valiosas claves de lecturas para buena parte de las discusiones actuales.

Dante Augusto Palma

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Libros

SENTIDO Y BELLO HOMENAJE AL EXILIO REPUBLICANO ESPAÑA PRIMER AMOR Vladimir Pozner Seix Barral. Barcelona, 2023, 150 pp.

Louis Aragon escribió sobre España primer amor: “no es tanto un libro como un cuchillo que entra directo en el corazón”.

Efectivamente, es eso.

Hermosísima historia de amor, en el marco del dramático exilio republicano de enero de 1939, un enero sin nombre (Max Aub). Con bellas referencias al poeta ligero de equipaje y con Argelèssur-Mer y Colliure, siempre presentes.

Léanla, no duden. Lo harán con muchos nudos en la garganta. ¿Nos podemos llegar a imaginar el dolor, el sufrimiento, lo que pudo significar para centenares de miles de compatriotas, algunos de ellos familiares nuestros, casi desnudos, como los hijos de la mar, la huida de la España franquista en días de durísimo invierno?

Recomiéndenla. No es el autor alguien conocido entre nosotros (les hablo de él más tarde). España primer amor, magnífica, bellamente traducida por Adolfo García Ortega, no merece pasar desapercibida entre nosotros.

Nada les puedo ni debo adelantar a excepción de lo que se señala en la contraportada de la edición: “En 1939 el camino del exilio lleva a decenas de miles de españoles a cruzar la frontera de los Pirineos, donde hallan el cruel destino de los campos de concentración franceses.

En Argelès-sur-Mer [allí nació el gran científico franco-barcelonés, Eduard Rodríguez Farré], un miembro de una asociación humanitaria se compromete a liberar a tantos republicanos españoles como pueda. Allí encuentra a Pierre,

Vladimir Pozner

un francés que busca desesperadamente a Pilar, una española a la que conoció en el camino. ¿Cómo ayudarlo a encontrar a este amor perdido cuyo rostro ahora se funde con el de España?”.

La novela, por primera editada vez en castellano, se publicó originalmente en francés, en 1965, 20 años después del final de la II Guerra Mundial, con heroico protagonismo, no siempre reconocido y muy tardíamente (un ejemplo reciente: Celestino Alfonso) de muchos de aquellos exiliados republicanos.

Un apunte sobre el autor: Vladimir Pozner nació en París en 1905. Su familia había vivido entre Francia y Rusia y en 1917 vería pasar la revolución a los 12 años bajo su ventana en lo que luego será Leningrado. En 1921, Pozner regresa a Francia, estudia en La Sorbona, traduce a Tolstói, Dostoievski y la joven literatura soviética, y decide empezar a escribir en francés: Tolstói ha muerto (1935, traducida al castellano en 2022) y Le Mors aux dents (1937). Después de un largo viaje por América en crisis publicó Les États-Désunis (1938). En 1939 trabajó por la liberación de los intelectuales españoles republicanos detenidos en los campos de concentración franceses (de cuya experiencia surge este España pri-

mer amor). Antifascista y comunista durante la II Guerra Mundial tuvo que exiliarse a Estados Unidos (era judío). Allí escribió guiones para Hollywood y varias novelas. Entre ellas: Deuil en 24 heures, celebrada por H. Mann y D. Hammett.

Tras la liberación volvió a París.

En 1959 publicó Le lieu du supplice, una crónica de la guerra de Argelia, debido a la cual la OAS atentó contra su vida haciendo explotar una bomba en su domicilio, que le causó un prolongado trauma. Amigo de Chagall, Pasternak, Buñuel y Chaplin, falleció en París en 1992.

El autor-narrador comete un error de apreciación en las páginas finales de la novela. Este: “La sardana es un corro catalán cuya cadencia solo se consigue seguir si eres catalán”. Y exagera cuando afirma: “Cada paso está calculado con precisión matemática…”.

Con estas palabras cierra Isaac Rosa el magnífico prólogo de la edición española: “Y, sin embargo, en uno de esos agujeros de frío y desolación se refugiará el amor imposible de Pierre y Pilar, con esa mezcla de dulzura y amargura, belleza y horror, alegría y angustia que tensa la novela entera. Es esta una novela conmovedora y llena de verdad, que tiene además una poderosa lectura contemporánea y universal: la memoria de cuando fuimos nosotros los refugiados, sometidos al mismo maltrato y abandono que siguen sufriendo hoy los refugiados en buena parte del planeta, cerca de nuestras fronteras también. Gran literatura hasta ahora inédita en castellano, debemos agradecer y felicitarnos por su rescate”.

Las hago mías; ustedes también las harán suyas.

Salvador López Arnal

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Libros

UN MARTES EN CASA DE MALLARMÉ.

REDON, DEBUSSY Y MALLARMÉ ENCONTRADOS

Sonsoles Hernández Barbosa Ed. Abada. Madrid, 2024. 150 pp.

La editorial Abada recupera un muy interesante trabajo que mereció el premio Dámaso Alonso de ensayo en 2009, y que fue publicado el año siguiente por la Universidad Complutense. Es un texto breve pero enjundioso, académico pero no cargante, que nos sitúa en uno de los momentos y lugares privilegiados de la historia cultural moderna. Es en París, claro, y más concretamente en el cuarto piso del número 89 de la rue de Rome. La fecha, un martes de mayo de 1891. Es el apartamento de Stéphane Mallarmé, y allí se llevaba a cabo todos los martes, entre las 9 y las 12 de la noche, una de las tertulias más exquisitas de la época. A ella acuden escritores, pintores y algún músico, y se habla de arte. O mejor, tratándose de Mallarmé, de Arte. Entre paisajes de Monet, bocetos de Manet, aguafuertes de Whistler, acuarelas de Morisot, pasteles de Odilon Redon, yesos de Rodin y esculturas de Gauguin, Paul Verlaine, Catulle Mendés, Joris-Karl Huysmans, Pierre Louÿs y Debussy, entre otros, eran atendidos ceremoniosa y cariñosamente por Geneviève, la hija del anfitrión, mientras Mallarmé mostraba los álbumes de litografías de Redon, pasando las páginas como pliegues cada vez más sagrados que revelaban algún recóndito misterio. Entre algunos de esos creadores se estableció un vínculo no solo de amistad, incluso familiar en el caso de Mallarmé y Redon, sino que se generaron unos estímulos y unas influencias que determinarían la teoría

estética y la práctica artística posteriores.

Esos autores que analiza y relaciona Hernández Barbosa son el fascinante pintor Odilon Redon, cuya obra fue considerada por el poeta el “pandemónium del simbolismo”, el músico Claude Debussy y el mismo Stéphane Mallarmé. Se conocían y se admiraban, colaboraban en creaciones conjuntas y debatían acerca de un nuevo arte cada vez más crítico con el realismo y que orientaba sus búsquedas hacia el interior del individuo.

Partiendo de la estética simbolista, y a través de la teoría de las correspondencias de Baudelaire, hallamos en estos creadores una corriente que conduce a la convergencia entre las artes. Los tres proponen una concepción mística del arte que nos pondría en contacto con otra realidad incardinada en lo más profundo del individuo. La obra artística sería, así, un punto entre el cosmos y lo más íntimo del propio yo. Los términos ahora privilegiados no son ya la mímesis o la imitación, sino la sugerencia, la sugestión, el sueño, la evocación o el misterio. Y la sinestesia, por supuesto. La palabra remite a la percepción de una determinada sensación mediante un sentido diferente al que la ha estimulado y, por ello, a la correspondencia sensorial entre dos sentidos diversos. Lo que Hernández Barbosa pretende evidenciar, atendiendo a estos tres artistas del París finisecular, es el surgimiento de esa vocación sinestésica tanto desde la plástica como desde la literatura y la música, el arte privilegiado precisamente por ser abstracto, por no remitir a ninguna referencia material concreta. El ejemplo máximo de esa compenetración artística sería el encargo a Redon de otorgar forma plástica a L’Après- midi d’un faune, con los diseños para la escenografía del ballet de Diaghilev, en 1912. Esto es: si la primera transposición había consistido en el paso de la poesía de Mallarmé a la música de Debussy, ahora se daba una segun-

da, de la música a la plástica, de la mano de Redon y de la coreografía del ruso.

Aunque, a la postre, no sería Redon sino Léon Baskt el que llevara a cabo el proyecto, la idea ya había cobrado cuerpo.

De los misteriosos dibujos de Redon, esas flores inexistentes que avanzan ya la abstracción, a las poesías finales de Mallarmé, en las que cobra la mayor importancia la tipografía y la ubicación y forma de las letras y las líneas en la página, relegando a un segundo plano su sentido, pasando por los arabescos de Debussy, el arte se empeñaba en distanciarse de la

Sonsoles Hernández Barbosa

EL ENCUENTRO DE LAS ARTES

realidad. Se entregaba, por el contrario, a una mayor abstracción, a su poder de ensoñación, a su capacidad evocadora.

Parecía llevarse al extremo lo que propusiera Jean Moréas en Le Figaro del 18 de septiembre de 1886, en su Manifiesto Simbolista: la aprehensión de la idea como voluntad primera de la nueva poética; la eliminación del sentido denotativo de las palabras para conservar, exclusivamente, su sugestión.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces, pero mucho de todo ello, en la esfera del arte, tenía que ver con lo que esos creadores elucubraban los martes en casa de Mallarmé. Un placer, desde luego, recuperarlo.

Antonio García Vila

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Libros

UN CLÁSICO FILOSÓFICO PRESENTADO POR UN MAESTRO DEL BUEN FILOSOFAR D IALÉCTICA ERÍSTICA O A RTE DE TENER RAZÓN EN 38 ARTIMAÑAS Arthur Schopenhauer Ed. Trotta. Madrid, 2023, 100 pp.

Hay dos buenos motivos para leer (e incluso estudiar, debatir y releer) la reciente edición en Trotta de Dialéctica erística de Arthur Schopenhauer (el lector encontrará una sucinta biografía suya en las páginas 10-11 de la presentación del ensayo): el clásico en sí, una magnífica demostración de las habilidades argumentativas del autor de Parerga y paralipómena (la dialéctica es para él una técnica natural de la razón, una dialéctica discursiva, no, por ejemplo, la sustantiva de la dinámica del Espíritu hegeliano), y la excelente presentación, tal vez su último texto largo, de Luis Vega Reñón, uno de nuestros grandes filósofos, lógicos y teóricos de la argumentación, recientemente fallecido.

Componen esta edición la presentación (1. Arthur Schopenhauer. Venturas y desventuras de un espíritu libre. 2. La dialéctica erística o el arte de tener razón), Dialéctica erística o arte de tener razón en 38 artimañanas, y Sobre la controversia (Parerga y paralipómena II, cap. II, 26). La dialéctica erística es para el filósofo pesimista por excelencia “el arte de disputar y, por cierto, de disputar en forma tal que siempre se tenga razón, es decir, per fas et nefas (por las buenas o por las malas). Se puede, en efecto, tener razón objective [objetivamente] en cuanto a la cosa misma y, sin embargo, no tenerla a los ojos de los asistentes ni a

Arthur Schopenhauer

veces incluso a los propios ojos”.

Tres ejemplos de artimañas (ardides las llama también Luis Vega) para abrir su apetito del lector: Artimaña 2. “Utilizar la homonimia para extender el aserto planteado también a aquello que, aparte de igual palabra, poco o nada tiene que ver con el asunto de que se habla, y entonces refutarlo paladinamente, dándole la apariencia de haber refutado el aserto”. Toda luz puede extinguirse, el intelecto es luz. Luego, por tanto, el intelecto puede extinguirse.

Artimaña 19. “Si el adversario nos invita expresamente a presentar un argumento contra un determinado punto de su aserto, y nosotros no disponemos de algo que sirva para ello, entonces debemos llevar la cosa a lo muy general y entonces discurrir contra eso. Si es cosa de decir por qué no hay que confiar en una determinada hipótesis física, entonces discurrimos que el saber humano es susceptible de engañarse y damos todo tipo de ejemplos de ello.”

Artimaña 36. “Desconectar, pasmar al adversario con un alud de palabras sin sentido. Esta artimaña descansa en el hecho de que: Suele creer el hombre, en cuanto oye palabras, que por fuerza debe haber ideas en ellas expresadas (J. W. Goethe, Fausto I, vv. 2565-2566).”

El sustantivo balance de Luis Vega: “La

Dialéctica erística o Arte de tener razón de Schopenhauer es un paradigma de este modelo belicoso de discusión. Más aún, quizás el mismo, no sin reticencias, se habría avenido a estimarlo como un clásico menor dentro de la gran tradición dialéctica. Sin embargo, en la perspectiva de esta tradición y manteniéndose en la clave menor de la dialéctica discursiva, no deja de tener una significación un tanto singular en varios aspectos”.

Vega Reñón menciona tres: “Su tono sarcástico a veces y a veces aleccionador, pero nunca escolar. Su prédica mediante ilustraciones y ejemplos en lugar de preceptos. Sus referencias a casos concretos del discurso cotidiano y de la discusión común, antes que a muestras artificiales y prefabricadas como las reiteradas por los repertorios habituales de falacias en medios escolásticos, a la sombra de las Refutaciones sofísticas del sufrido Aristóteles.”

Una sugerencia para el futuro lector: finalizar la lectura del ensayo con la relectura de la presentación. Extraerán más jugo.

Escribe en nota al pie de página, al final de la presentación, el editor del ensayo: “Luis Vega no pudo ya acompañar las fases finales de la preparación del presente libro. Valga esta nota como homenaje a su memoria”. Valga también esta reseña como sentido homenaje a su memoria, a la memoria de un amigo y maestro de muchos de nosotros. Un verdadero (y amable) filósofo, de la cabeza a los pies, pasando por un corazón limpio e inquieto.

Salvador López Arnal

El Viejo Topo 434 / marzo 2024/ 65

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Libros

UNA CORRESPONDENCIA POR REDESCUBRIR EN TORNO A LAS CARTAS DE BEETHOVEN AL ARCHIDUQUE RODOLFO

Antonio Baciero (ed.)

Ed. Arpegio. Sant Cugat del Vallès, 2021, 177 pp.

A diferencia de los ámbitos francés, germánico y anglosajón, España cuenta con pocas iniciativas que impulsen la reedición de fuentes documentales sobre música con más de un siglo existencia desde su publicación. Las excepciones suelen hallarse en el terreno epistolar y, en el de la musicología española, la recuperación patrimonial y la edición de partituras. En parte, por haber quedado desfasadas y ampliamente superadas por la literatura musicológica contemporánea.

No obstante, son matrices de información que aportan testimonios e informaciones heterogéneas desde preceptos diametralmente opuestos al enfoque académico. Aunque a menudo adolecen de un estilo literario romántico propio de otras épocas, en el caso de las colecciones epistolares, recogen el testimonio directo de sus protagonistas. Revisitarlas como fuentes originales permite detectar las distorsiones con que la historia las ha tratado. Con todo, es innegable que, en muchos casos, el cometido queda en un restringido ámbito investigador, académico y de fanzines.

En este sentido, cuando se trata de grandes músicos la abundancia de estudios sobre estas matrices historiográficas deja un espacio limitado para elaborar nuevas propuestas de interés. Un espacio, no obstante, existente como ya demostró Pere-Albert Balcells con su Autoretrato de Mozart (1997), a partir de su prolija correspondencia epistolar; como también

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los está demostrando Roberto L. Pajares Alonso con la edición de primeras biografías sobre Beethoven escritas por cinco personalidades que conocieron al compositor (2019-2021); y como acaba de corroborarlo Antonio Baciero con la edición de las misivas que, durante dos décadas, Beethoven envió al archiduque Rodolphe de Haubsburgo (1788-1831). Éste, recuérdese, fue uno de los principales mecenas del compositor con quien mantuvo una estrecha amistad y cuyo legado epistolar con Beethoven fue compilado por el musicólogo Ludwig Köchel publicándose en 1856. Es decir, nueve años antes de su fallecimiento y sin ver

Ludwig van Beethoven

comercializada una versión ampliada que tenía preparada.

A partir del artículo “Algo más que un centenario: Ludwig Köchel”, Baciero presenta una panorámica humanista en una introducción esclarecedora que pincela algunos de los hechos y personalidades contemporáneas. Lo hace con mesuradas digresiones en la exposición de detalles y conexiones de corte histórico, político, social y artístico como los referidos a los contactos e influencias diplomáticas del compositor durante el Congreso de

Viena. O como los del apartado sobre su hermano Johann van Beethoven. O sobre la cercanía más allá de la familiar entre el archiduque y el Infante Francisco de Paula, hermano de Fernando VII, a través de la canción La partenza con texto de Metastasio.

En las 87 cartas recogidas y escritas por Beethoven se percibe la veneración, las formalidades inevitables en el trato, la sinceridad y la fluidez de pensamiento y de prosa. El conjunto, no siempre datado, se presenta siguiendo una ordenación cronológica debida mayormente a los hechos mencionados en las mismas (indicando entre paréntesis la datación más probable) y se acompaña de un listado con los temas más relevantes tratados y el número de carta, configurando una sintética base de datos. A éstas se suman cinco respuestas del archiduque.

Además, el autor dedica un sustancioso espacio al comentario de las 40 variaciones sobre un tema de Beethoven que el archiduque le dedicó al compositor y que éste admiró. Una partitura, por cierto, que Baciero llega a considerar en alta proporción como obra de Beethoven, dada la clara asimilación –por parte del alumno– de recursos y soluciones en lo rítmico, lo harmónico y en la adaptabilidad de los acompañamientos, los contrapuntos y voces secundarias. Otro de los atractivos documentales recae en el catálogo de la obra compositiva de Rodolphe de Habsburgo.

El contexto histórico lo expone MiguelÁngel Ochoa Brun presentando la casa de los Habsburgo y su cultivo de las artes, mientras que el epílogo lo firma Xoán Manuel Carreira con su característico estilo agudo y ultradocumentado que se fundamentada en el serio conocimiento de las investigaciones más exactas y completas sobre temas Beethoven.

Albert Ferrer Flamarich